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Baja· los pin08 los azul.ejos ondenses de la 'Pérgola, de líneas y de azules bruñid08. mejor ornamento de la capital de la Plana. Arboles, flores, libros, estatuas, palomas y ninos. Uno de los monumentos del paseo de Ribalta es ellevantado en honra del propio pintor. Estatua sedente, bronce de Juan Bautista Adsuara, es una be- llísima obra, recia y clara, salida de los palillos y de las uñas del eminente es- cultor castellonense. El músico Tarrega, aquel que en los modern os tiempos supo hacer de la guitarra un instrumento artista y no- ble, tiene un busto en un hermoso rin- cón del jardín. Los castellon ens es que en 1837 su- pieron embravecerse ante las amena- zas de Cabrera, el cual pidió la ren di- ción de la ciudad murada, tienen para memoria de su actitud un severo mo- numento llamado Obelisco, obra en si- laj'rados proyectada por el ar- quite"!' ·J;or Tomas Traver. Frente.:a la Plaza de Toros-y Dios nos libra ahora de una digresión que apunta-se abre la Biblioteca Muni- cipal, cargada de obras de ciencia y de obras de literatura, fundación de don Salvador Guinot, el gran amigo de nuestras letras valencianas,' el sutil patricio comentador de nuestros 'ela- sicos. Y en la parte oeste la Pérgola. Am- plísima plaza circular. Líneas elegan- tes. Azulejos ondenses. Rosilles y tu- pidas copas de arboleda. Un cielo bruñido y el aire reconstituyente que se descuelga de los pinos de este ideal jardfn, paseo y bosque. CARLES SAL V ADOR El oro del sol éntl"e la corona de agua q,.e op· isio,.a el macizo de verdes ctaros y el del cielo.' Entre la exube'an- cia vegetal deljardín la harbada cabeza del guitarrista T6trega. de lineas elegantes, una Biblioteca Mu- nucipal pública y bien servida y unos monumentos ... Esto es en conjunto el paseo de Ribalta. Castel1ón posee uno de los mas be- llos paseos de España. Situado a la puerta ferroviaria de la ciudad es el bandada de palomas que saben hac er el espectAculo europeo y cuito de co- mer y jugar con sus amiguitos los ni- ños. Unos espaciosos andenes, unos jardines de traza laberíntica, unos ban- cos de azulejeria barroca, una pérgola Castellón ha dedicado a su mejor pintor' su mejor paseo. El paseo de Ribalta ocupa una gran e:x:tensión de terreno junto a la estación del ferroca- rril del Norte. El arbolado es profuso y numerosa la variedad de especies. Una rosaleda y un pinar, un que y una glorieta para que las bandas de música.ejecuten sus conciertos. Una Hijo de Pedro Ribalta fué Francisco Ribalta, nacido en Castellón el 2 de Junio de. 1555. Le llevaron. a la pila bautismal de la iglesia Mayor Andréu Coll, padrino, y Monserrata Pinella de Museros, madrina. Francisco Ribalta llegó a ser hombre ya ser pintor. Pin- tor original, creador de la escuela va- lenciana, Ilena de pasión religiosa, so- bria y naturalista. El artista estudia el modelo y pinta la verdad de la Natu- raleza. Bajo la ropa de sus figuras palpita el músculo, se mueve el nervio. Y la faz de cada personaje es un re- trato carnal y espiritual. Tiene Ribalta un gran sentido de la armonia pictórica. En ningun o de sus lienzos, en ninguna de sus tablas des- entona la coloración. El c1aro y el os- curo sostienen ponderados dialogós, y una serenidad armónica dirige los afa- Panoramas castel10nenses El paseo de Ribalta nes del observador a la figura central, que resume la inspiración artística y la religiosa. Nos place la pintura actual bastante mas que la de los siglos XVI Y XVII por- que el pictorismo de ahora es el espejo de nuestra época. Pero por este mismo amor al ambiente social interpretado por los artistas de hoy estimaníos y veneramos la pintura y el nombre de Ribalta. El nos da admirablemente la de su tiempo: ojos abrandados al c1aro de luz celeste, é:x:tasis, fervo- rismo; frailes que anhelan la expatria- ción terrenal, llenos de dolores y de sufrimientos de alma por haber la bien- aventuranza del cielo... La religiosidad de la época y el poder mistico de las . órdenes monasticas manifestado con un realismo sobrio y valiente. Ribalta era ademas un gran enamo- rado de la Naturaleza, de los seres vi- vos que sa1ieron de la mano de Dios. LA SIUlARA C01l.U'lCA t ï- 1)(- '''30

Panoramas castel10nenses El paseo de Ribalta · El paseo de Ribalta nes del observadora la figura central, que resume la inspiración artística y lareligiosa. Nos place la pintura

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Page 1: Panoramas castel10nenses El paseo de Ribalta · El paseo de Ribalta nes del observadora la figura central, que resume la inspiración artística y lareligiosa. Nos place la pintura

Baja· los pin08 los azul.ejos ondenses de la 'Pérgola, de líneas e~egantes y de azules bruñid08.

mejor ornamento de la capital de laPlana. Arboles, flores, libros, estatuas,palomas y ninos.

Uno de los monumentos del paseode Ribalta es ellevantado en honra delpropio pintor. Estatua sedente, broncede Juan Bautista Adsuara, es una be­llísima obra, recia y clara, salida de lospalillos y de las uñas del eminente es­cultor castellonense.

El músico Tarrega, aquel que en losmodernos tiempos supo hacer de laguitarra un instrumento artista y no­ble, tiene un busto en un hermoso rin­cón del jardín.

Los castellonenses que en 1837 su­pieron embravecerse ante las amena­zas de Cabrera, el cual pidió la rendi­ción de la ciudad murada, tienen paramemoria de su actitud un severo mo­numento llamado Obelisco, obra en si­llar~s laj'rados proyectada por el ar­quite"!' ·J;or Tomas Traver.

Frente.:a la Plaza de Toros-y Diosnos libra ahora de una digresión queapunta-se abre la Biblioteca Muni­cipal, cargada de obras de ciencia yde obras de literatura, fundación dedon Salvador Guinot, el gran amigo denuestras letras valencianas,' el sutilpatricio comentador de nuestros 'ela­sicos.

Y en la parte oeste la Pérgola. Am­plísima plaza circular. Líneas elegan­tes. Azulejos ondenses. Rosilles y tu­pidas copas de arboleda. Un cielobruñido y el aire reconstituyente quese descuelga de los pinos de este idealjardfn, paseo y bosque.

CARLES SAL VADOR

El oro del sol éntl"e la corona de agua q,.e op· isio,.a el macizo de verdes ctaros y el añ~l del cielo.'

Entre la exube'an­cia vegetal deljardínla harbada cabeza delguitarrista T6trega.

de lineas elegantes, una Biblioteca Mu­nucipal pública y bien servida y unosmonumentos... Esto es en conjunto elpaseo de Ribalta.

Castel1ón posee uno de los mas be­llos paseos de España. Situado a lapuerta ferroviaria de la ciudad es el

bandada de palomas que saben hacerel espectAculo europeo y cuito de co­mer y jugar con sus amiguitos los ni­ños. Unos espaciosos andenes, unosjardines de traza laberíntica, unos ban­cos de azulejeria barroca, una pérgola

Castellón ha dedicado a su mejorpintor' su mejor paseo. El paseo deRibalta ocupa una gran e:x:tensión deterreno junto a la estación del ferroca­rril del Norte. El arbolado es profusoy numerosa la variedad de especies.

Una rosaleda y un pinar, un ~tan­que y una glorieta para que las bandasde música.ejecuten sus conciertos. Una

Hijo de Pedro Ribalta fué FranciscoRibalta, nacido en Castellón el 2 deJunio de. 1555. Le llevaron. a la pilabautismal de la iglesia Mayor AndréuColl, padrino, y Monserrata Pinella deMuseros, madrina. Francisco Ribaltallegó a ser hombre y a ser pintor. Pin­tor original, creador de la escuela va­lenciana, Ilena de pasión religiosa, so­bria y naturalista. El artista estudia elmodelo y pinta la verdad de la Natu­raleza. Bajo la ropa de sus figuraspalpita el músculo, se mueve el nervio.Y la faz de cada personaje es un re­trato carnal y espiritual.

Tiene Ribalta un gran sentido de laarmonia pictórica. En ninguno de suslienzos, en ninguna de sus tablas des­entona la coloración. El c1aro y el os­curo sostienen ponderados dialogós, yuna serenidad armónica dirige los afa-

Panoramas castel10nenses

El paseo de Ribalta

nes del observador a la figura central,que resume la inspiración artística yla religiosa.

Nos place la pintura actual bastantemas que la de los siglos XVI Y XVII por­que el pictorismo de ahora es el espejode nuestra época. Pero por este mismoamor al ambiente social interpretadopor los artistas de hoy estimaníos yveneramos la pintura y el nombre deRibalta. El nos da admirablemente la.vida~ de su tiempo: ojos abrandadosal c1aro de luz celeste, é:x:tasis, fervo­rismo; frailes que anhelan la expatria­ción terrenal, llenos de dolores y desufrimientos de alma por haber la bien­aventuranza del cielo... La religiosidadde la época y el poder mistico de las.órdenes monasticas manifestado conun realismo sobrio y valiente.

Ribalta era ademas un gran enamo­rado de la Naturaleza, de los seres vi­vos que sa1ieron de la mano de Dios.

LA SIUlARA C01l.U'lCA

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