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PALJL FRIEDLÁNDER PLATO N I l Verdad del ser y realidad de vida

Paul Friedlander Platon Verdad Del Ser y Realidad de Vida

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PALJLFRIEDLNDERPLATONIlVerdaddel sery realidaddevidaPAULFRIEDLNDERPLATONVERDADDELSERY REALIDADDEVIDATI TULOORIGINAL:Plalan. Band1: Seins wahrheil und Lebenswirkl chkeitImpresindecubierta:Grficas MalinaINDI CEINTRODUCCiNDELPRLOGO A LAPRIMERAEDICIN (1928) .PRLOGOA LA TERCERAEDICIONPRIMERAPARTECAPTULO 1: MEDIOYENTORNOCAP1TULO 11 : DEMON .CAPITlJLO1Il : ARRHETONCAPITULOIV: ACADEMIACAPITULOV: LAOBRAESCRITACAP1TULOVI: SOCRATES ENPLATONCAPITULOVII : I RONIACAPITULOVlII: DIALOGOCAPITlJLOIX: MITO. . . . . . . Pg. 9171821487395115lJO140170Reserv adost odos los der echos. Ni latota lidadni par tedeestelibro puedereproduci rseo transmitirsepor ningnpr ocedimient oelectrnicoomec-nico, incluyendofotocopia, grabacin magnticao cualquier almacenamientode informaci ny sist emaderecuper acin ,sinper misoescr itode EditorialTecnos, S.A. WALTERDEORUYTER&CO., Bd. 1, 19643. , durchgcs.u.erg.Aufl,EDITORIA LTECNOS, S. A., 1989Josefa Valcrcel, 27-28027Madr idISBN: 84- 309-167 1-7Depsi t oLegal : M-3 142-1989SEGUNDAPARTECAPITULOX: I NTUlCIO NyCONSTRUCCION(Unpuent e hasta BergsonySchopenhauer) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207CAPITULO XI : ALETHEIA (Una polmica del auto r consigo mismoy conMar-t nHeidegger) . . . . 214CAPITULOXII: DIALOGOYEXISTE NCIA(Un a preg unta a Karl Jasper s) 222Prlnted in Spain. Impr esoenEspaapor Un igraf. Avda. Cmarade laIndustria, 38.Mstoi es (Madrid)CAPITULOXIII: SOBRELAS CARTASPLATONICAS 2268PLATONCAP!TULO XI V: PLATON COMO FISICODELATOMO (Construccin ato-mlsticaydestruccinatomstica enel TimeodePlatn) . . . . . . . . . . . 235CAPITULOXV: PLATONCOMOGEOFISICOyGEOGRAFO.. .. . . . 248CAPITULOXVI: PLATONCOMOJURISTA(Por HunlinglOll Cairns)CAPITULOXVII: PLATONCOMOPLANIFICADORDECIUDADES(LaciudadidealdeAtlantis) .CAPITULOXVIII: SOCRATESENROMA .NOTASI NDICES ... ... . .. . . A. Sinopsisdel cont enido .B. Nombresyconceptos . .C. Escrilos deJOlal n . . . . . . o D. EscritosdeAristtelesLMINAS269293300309357l59367379381383INTRODUCCIONLa obra de Paul Friedlnder sobre Platn ha sidoobjetode nu-merosas reediciones y traducciones a muchas lenguas, pero hasta ahorano lo ha sido al castellano. Con todo,creemos que ya este hecho jus-tificara una versin a nuestralengua que nos acercasea esta impor-tante aportacin al estudio y a la comprensin de un filsofo funda-mental noslo en el mundogriego sinosobretodoenla gnesis dela civilizacin occidental. Sin embargo,el quedesdela primera edi-cin de esta obra se hayan producido numerosas contribuciones cien-tficas en este campo puede dar pie a la idea de que nos encontramosante algo desfasado o simplemente superado en sus lneas ms impor-tantes. Semejante punto de vista ha sido atajado porel propio autor.en cadaunade sus nuevas ediciones. Concretamentelaterceraedi-cin alemana , que es la que nos ha servido de base para nuestra t ra-duccin, ha sidocuidadosamenterevisada, corregiday acrecentadacon numerosas adiciones, incluso con todo un captulo, acerca de Pla-tn como jurista, que se debe a Huntington Cams. As que, por est apart e, nocabendudas al respecto.Por otro lado, la obra de Friedlnder supone un cambio en el puntode vista tradicional que se mant ena entre los historiadores de la Filo-sofaAntigua, como l mismoestablece en los diferentesprlogosasus ediciones, sobretodoen el correspondiente alaterceraedicinalemana. Se tratade intent ar comprender aPlatn en cuantoautortotal, esto es, sin extraer de sus Dilogos los supuestos hechos doc-trinales apartndolos del ropaj e literario, comosi stefuese sloescenificacin orellenosin valor ideolgico. Eso llevaa un anlisisfilolgico ms profundoy ms completo, capaz de ir ms all de laterminologa o del estudio lingstico para establecer la cronologa desus obraspor estilometra. Todoellose ant icipaa lasconcepcionesquese barajan actualmente y que, en buena manera, se debena lostrabajosde la escuelaalemana y a estaobraentre otras.Indudablemente sera preciso establecer la influencia filosfica quese encuentra en la base de semejant e actitud, pero eso lo deja perfec-tamente claro Friedlander y no es preciso hacer elucubraciones al efec-to. Estn suficientemente expresados en su obra el alcance y las limi-taci ones que, ineludiblemente , se encuentranen la ut ilizacin de lascor rientes filosficas del momento en que l la escribe. De esta mane-ra el valorcientficoquedaintacto, y es preciso establecer asimismootras correcciones desde nuestropropio momento, a partir de las cr-IDPLATON INTRODUCCION11ticas que actualmentesehacena lasescuelas filosficas utilizadasporl.El merohechode servirse de las corrientes de interpretacin filo-sfica all , en donde las cat egoras filolgicas presentan sus limitacio-nes, esa l g ~ que debemos a Friedlander y que hoy constituye un fen-meno habitual de los buenos anlisis en Historia de la Filosofa. Cont?do, la obra de este autor es un modelo precisamente en esta utiliza-cen, yaqueel estudiodePlatnnose convierteenlaexcusaparaestab lecer unadoctrinapropia o una versinint eresada, aj enasa laverdadera comprensindelfilsofogriego.Ademsquedatambin claro algoquees particularmenteimpor-tante y que por lo genera l se mantiene fuera de los afanes de un inves-tigador en estosestudios. Nos referimosal sent idode laHistoriadela Filosofa, a su valor y razn de ser en un mundo mode rno, sin queest.o n.os lleve a plantearnos las aportaciones lejanas del pasado o lasreliquias que han quedado de una cosmovisin primitiva y desfasada.. Fr!edlander ha:enotorio que Platnnospuedeenseary queelhistor iador de laFilosofa no es unembalsamador de cadveres sinoq.uiendescubre losprob lemasdenuest rasociedady pone demani -es to que , en la solucin de los mismos, nos encontramos con un S-crates y un Platn en la aplicacin operatoria de todos los dasa par-tir de lo quedenominamos cultura occidental y que tenemos en labase detodasnuestrasacti tudesyrespuesta s.En esta lnea inicia o descubre Friedlander el camino que llev desdela ciudad a la Filosofa y quePlatn transform en una vueltadesde ~ ~ a a laciu?ad. El valor de la utopaplatnica, comoplanifica-clan necesanay campopara el desarrollo delaactividadfilosficaaparece anali zadodesde todos los cauces posi bles. Y es precisamenteeneS,ta dir ecc,in en la que el papel de los mitos, de lasideas y de lapoesta platnica se estab lece como orientacin para todo tipode filo-s?,fas y teoras. Es,' pues, una recuperacin de Platny una compren-sie n de la. letra viva de sus. dilogos,tal como pret enda l mismocuando dioestaformapecuhar a laFilosofa, a la comunicacin delas ideas. Yel estudio de Friedlander nos pone en disposicin de apro-vechareste campoy estosanlisis.Peronoes esotodoloque sepued e sacar de estaobra. Quedaunpunt o particularmentevlidohoy : la desmitificaci n de los es-tudios platnicos que se puede notar en el esfuerzo de Friedlander porsuperartodas las cuestiones que la Filologa ha esgri mido du rante si.glos para dealgunamanera llegara la exactit uden el conocimientode Plat n, pero queasimismohanpert urbado la comprensin de suob ra; se trata de problemascomoel de lacronologa, autenticidadconceptualizaciny valo rpoticode suscomparaciones. Todo e l l ~no es ms que unint ento de traicionar la escrituraplatnica de con.vcrtiral dilogoentratado,dehacerdogmas endondese' establ e-ccnaporas y de convertiraPlatn enunplatnicooneoplatnicomsbien.Si Chernisstratdelibera rde aristot elismoalos filsofosgrie-gos, incluido Platn,Friedlander trata de apartar la pseudo -filologay lapseudo-filosofadelaHist oriade laFilosofa y en concretodePlatn. Y, aunque l mismoreconocequetodavaquedauna granlabor pordelante, sin duda su aportacin puede dejar una lnea y unasdi rectrices perfectamente establecidassobrelas quelainvestigacinpuede continuar.Son estas consideraciones las que nos han llevadoatraducir estaobra y a poner a dispos icin de los alumnos de Filosofa y de cuantossientan la necesidad de comprenderaPlat n y a suaplicacin de laFilosofaalaciudadel caminoimprescindibleparaello.NUESTRA TRADUCCIONCuandose pret endeestablecerunaversinencastellanodeunalabor filolgica y filosfica tan precisa como la quenos atae, es pre-cisosolucionarunconj untodeproblemas previos.l . Las citas en las lenguas originales: En lneas generales hemosde respet ar el queel autor haya preferido noinmi scuirse en unint en-tode traduccin que pud iera traicionar laformay el contenido porel que aparecen pr ecisamente como elementos del estudio que se estllevandoa cabo. Sin embargo, somos tambin conscientes de que ellopuedesignificar el alejamientode larealidadquetratan demostrar,porcuanto en este casolo mejor sin duda es enemigo de lo buenoy,lamentablement e, el estado de nuestros Estudios Clsicos y el conoci-mient o de los Modernos no alcanza ni mucho menos el grado de di fu-sinqueserade esperarennuestra cult uray queresultaraimpres-cindible para la comprensin de Fri edl nder . Como pretendemos queesta obra result e asequible y pueda conseguir el fin propuesto, hemostraducido, por nuestra par te, dichas citas, bien aliado del texto origi-nal o bien mediante notas apie de pgina. En elprimer caso, figuraentr ebarra s y conletradiferent e.2. LafamiliaridaddeFriedlandercon el mundogriegole llevaa utilizar conceptos o trminos que entiende como per fectamente co-nocidos porlos lectores. Laraz n quehemos aducidoante s noshallevado a utilizar las notas apie de pgina para explicar aqullos quepudieran plant ear dificultades y oscurecer la argumentacin que apa-rece en el texto. Con el fin de evitar confusiones hemos detallado cun-do las anotaciones son del autor y cundo son nuestras . En todo casohemos sealado con asteriscos y en notas a pie de pgina nuestras acla-12PLATONINTRODUCCION 13raciones yhemos mantenidolanumeraciny la colocacinalfinaldelasnotasqueel autor seala.3. Las citasen alemnhansidotraducidas aligualque todo eltexto en esa lengua. En lo que se refiere al captulo de H. Cai rns, eningls, lohemos traducidoasimismo, aligualque las cit as que enly en sus notas aparecen en dicho idioma. Fuera de estos casos hemosrespetadosiempreel idiomaori ginal y hemos traducidoel textoenlasnotasapie depgina.4. Porloqueserefi erealascitas de lenguas clsicas ,cuandostasfueron traducidas oparafraseadas porFriedlnder hemosres-petado su versin,que es laquehemostraducido (y en este caso nohemos cambiado la letra ni lo hemos colocad o entre barras). Cuandono era as. hemos tr atado de est ablecer una traduccin 10 ms literalposible. El lector puede cot ejar las existentes en cast ellano querespe-tanlanumeracin cientficautilizadaporelautor, y queasimismohemos tenidoencuenta:Platn, Dilogos, tomosI-V,Gredas, Col. Clsicos. Variostra-ductores .L. Gil, El Banquetey Fedro, Guadarrama.J. velarde, Protgoras, Pentalfa.Merecen especial ate ncinlas edicionesbilinges del Instituto deEst udios Polticos. reeditadas recientementebajo el nombre de Cen-trodeEstudios Constitucionales:J. M. Pa bn-M, F. Gal iana.La Repblica, Centro Estudios Cons-tit ucion ales. 1949. 3.aed.entres tomos1981.J.M. Pab n-M. F. Galiano, Las Leyes, C. Est. Const., 1960, 2. aedic.endos tomos 1983.J. Calonge, Gorgias, C. Est. Const., 1951.M. Toranzo, Cartas, C. Est. Const. , 1954.A. Gonzlez Laso . El Pottco, C. Est. Const. , 1955.M. Rico. Critn, C. Est. Const., 1957.L. Gil. Fedro,C. Est. Const. , 1957.A. Rui z Elvira, Menen. C. Est. Const ., 1958.A. Tovar, ElSofista, C. Est. Cons t., 1959.La edicinhecha por Agular de Platn, Obras Completas, corres.pendienteadiferentes traductores demuydist intovalor. carece delanumeracincientficaestricta.5. Paraunaorien tacinbibliogrficaacercadePlatnnos re-mitimosalosdos magnficosest udiosrealizados porE.Lled:E. Lled , La memoria del Lagos, Madrid. 1984, sobre todo pgs.229-237. y laintroduccin altomo1 dePlatn. Dilogos, enlaBi-bliotecaClsicaGredas.6. Enlo queserefierea estudiosautor izados s?brePlatn, e,sposi ble acudir a la traduccin del clsicolibrod,e David TeoradelasIdeas dePlatn, Madrid, 1986. ed .realizada porJ . L. Dez Arias . Hay tr aduccinalcastellano, asrrrusmo, de lama-yor parte de las obras generales que citaFriedlander y quehemos vertido en su lugar correspondiente. Nohay, en cambio,de la gran obrade Wilamowitz, que es en la quems se apoya filcl -gicamenteel autor.Ovedo, 4 defebrerode1988S . GONZLEZESCUDEROUDALRICODEWI LAMQWITZ-MOELLENDORFTOl AAIMONlmhoc opus manet dedicatumMDCCCCXXVI II MDCCCCL III MDCCCCLXIV,w as kann unsalleinwiederherstellen?Del"Anblickdes VollkommenenNietzsche,Vorarbeiten zumPallWagner/Qu es lonicoque puede restaurarnos?Lavisin deloperfectoN.,Trabajos previos al casoWagner/DELPROLOGOALAPRIMERAEDI CION(1928)Hacecasi 10 afias- enlos inol vidables dasdelaUniversidadalemana de guerra en Wilna- hahabladoel autor por primera vezsobrePlatn, conla concienciaanimpr ecisadequesobre l tenaquedecir algopropioy, alavez, noslosubj etivo. Paraquienenlos aos de laguerr a, en las trincheras anteYpern y enlas cabaasrusas, estaba a solas con las obras de Platn, pa rase tuvieronquehacersevivos esos dr mata, ese mundo deFilay Nekos / A moryOdo/, conunafuerzahasta entonces desconocida. Ni de lejossepensara en cualquier clase de trabajo cientfico en el quetodofutu -ro, sobre todo el futuro cientfico, se disipaba en lo desconocido. Pe-ro eso sera algo muy distinto al azarel que Platn, sobre las embro-lladas fronterasde la guerra y la paz, se convirtieraen gua y consi-guiera sobre todo la vuelta a la ciencia en este trabajo de ahora recon-virti ndoloensenderocientfico.Heobt enido, pormedio de conversacioneso mediante crticasalmanuscrito , mltiples estmulos antetodode Fritz Klingner, NikolaiHa rtmann, Ernst Robcrt Curtius, Herbert Koch, Rudolf Bultmann,Martn Heidegger y Hans-Geo rg Gadamer. A todos etlos les doylasgracias.Marburg, a18 deEnerode 1928P.F.PROLOGOALA TERCERAEDICIONPor qu todavaunlibrosobrePlatn, ademsdelosmuchosque ya se hicieron y de los que siempre vande nuevo a escribirse? Elaut or se encontraba ent onces entre dos frentes. Uno, lo ocupaban losNeo-kantia nos y ot ras lneas de la Filosofa tradicional. El elementoliterario y potico de Plat nno tena valor fundamental alguno paralos fil sofos; eraobra de relleno . labor deespacio para el con tenidofilosfico. El ot ro frente llevaba al gran intrprete de la Filologa Cl-sica, a quienestabay siemprepermanecerdedicado el libro: aVI ricb von wamowitz-Moellendor f. El escribe la biografade Platny analiza sus obras, pero,con frecuencia, dejalo propiamente filos-ficoalosfilsofos.Para superar esa cont radiccin, habia entonces, y todava quedahoy. una tarea . Verdad del ser y realidad de la vida, figura por eso , .desde la segundaedicin, de subttulo en el primertomo. Vale t amobinparalostomos 11 y111 . IdeayExistenciasepodriaponerigualmente.Se han revisado el texto y las not as para la tercera edicin; no obs-ta nte, nohay diferenciassusta ncialesrespect oalasegunda. Comocambios generales slo se ha introducido la discusincon Heideggeren el captulo XI. HuntingtonCairns ha permiti do imprimir aqu sutrabajo Plat o as J urisr como captulo XVI , igual que ya -aparecaen la edicininglesa del volumen 1 de Platn. Elloayuda a comple-tar, junto con los captulos XIV. XV YXVII. la imagen de la univer-salidaddePlatn .LosAngeles, California, a24 deAbrilde1964P.F.PRIMERAPARTECAPITULOIMEDIOY ENTORNOlUnas palabras de Platn ...!Una vez, cuando yo era joven- as escribe Platn a los setentay cincoaosensu manifiestoepistolar Alos amigosy partidari osdeDine-c- mesucedicomoamuchos: pensabadedicarme alosasuntos pbli cosde la ciudadencuant ofueradueode misactos.yme top, en la vida de la ciudad, con las siguientes clases de vicisi-tudes: pues, como el rgimen de entonces fuese censur ado por la ma-yora, tuvo lugar un cambio, y se colocaron al frente de esta transfor -macin, como dirigentes, cincuenta y unhombres, onceen la ciuda dy diez en el Pir eo, en cuyas manos se concent raba lo referente al go-ray a los asuntos entre los conciudadanos;en cambioestablecieronconplenos poderes a treinta como jefesdetodos" . Casualment e al-gunosde stos eran pari ent es y familiares mosv", as que, en efecto,me llamaron de inmediat o, en la idea de que eran asuntos que me con-venan . Yo, a causa demi juventud, nada extraordinario not; puespensaba queellos iban a conducir de verdad a la ciudad de unavidainjusta a unmodo justo, de forma que atend con todas mis fuerzasa ver qu hacan. Ycuando vi que, en efecto en poco tiempo esos hom-bres demost raron que el rgimen anteri or hab a sido una edad de oroy que, entre otros abusos, tambin a un anciano amigo mo, a Scra-tes, de qui en nome dara vergenza decir que era el ms justo de losde ent onces, le iban a enviar junto con otr os a traer a la fuerzaa unciudadano para asesinarl o, a fin de que, tanto si quera como si no,quedase implicado en sus manejos*** - mas l no les obedeciy seexpuso a sufrirtodo ant es de converti rse en su cmplice en accionesindignas . Al ver, en efecto, todoesoy otros detalles nad a insignifi -cantes de semejante ndole, me irrit y apa rt de los males de enton-ces. No mucho t iempo despuscay 10 de los trei ntay todo el rg - Se refiere al 404 a.Ce, poca de la derrotade Atenas por Esparta como fina l dela Guerra del Peloponcsoy al establecimientode los llama dos Treint aTiranos, encar-gado s en un principio de reformarla Constit ucin y transformarla de democrtica enoligrquica, bajolaproteccindelos espart anos. (N. del r .) Crmides y Cruas, queformabanparte de este gobierno , erantos de Pla tny hablanestadorelacionados con Scrates, (N. del T.) Se trataba de la detencin de Len de Salamin a.Este procedi miento constituaun sistemahabitu alment e utilizadopor los Treint aparainvolucrarala genteen susacciones. (N. de!T.)22 PLATON MEDIOYENTORNO23men de esta poca . De nuevo, aunque con ms lenti tud. me daba vuel-tas sin embargo el deseo deact uarenlos asuntospblicos y comuni-tarios. Haba, por consiguiente. ta mbin en aq uellos mome ntos con-fusos muchossucesosque cua lquieradesaprobara ynoera nadaextraoquese di esengrandesvenganzas deenemigos personales enaqu ella poca de cambios; con todo, los que regresaban entonces uti -lizaron gran moderaci n". En cambio. por una mala suerte, unos delos poderosos, a suvez, llevanajuicioa ese compaeronuest ro, aScrates, con la acusacin ms ignominiosa y menos apropiada a S-crates que a nadie: pues como impio le det uvieron, condenaron y eje-cutaron, a l que no qui so participar en una ocasin de arresto inj us-to de uno de los amigos de los exiliados de entonces, cuando ellos es-ta banpasandodesgracias al huir. Al observareso, yaloshombresque llevaban los asuntospblicos,las leyes y su carcter, cuanto msmefijabaamedida que ava nzabaen edad, entantoms dificil mepareca que era la correcta administracin de los asuntos pblicos: enefecto, no era posible actuar sin amigos ni compaeros dignos de con-fianza, y era imposible conseguir otrosnuevos con unaciertaIacili-dad , ya que no se mantena la ciudad en las costumbres y convenien-cias de nuestrospadres; adems se iban corrompiendo la letra y el ca-rcter de las leyes que se daban en admirable cantidad; deforma queyo, aunque en un principi o estaba lleno de muchailusin para actuaren los asun tos pblicos, al verla as y conte mplarla arrastrada por to-dos en todas direcciones y al terminar hastiado, aunque sin dejar deobservarpor dndepod ra surgiralgomejor sobre estas cuestiones,tanto entonces como en toda Constitucin, esperaba siempre oport u-nidades par a actuar; y al final llegu a pensar que, en lo que se refierea los asun tos pblicos, todas las ciudades act uales estn mal goberna-das. En realidaden cuestin delegislacincasi estndesahuciadas,a no ser que, con suerte, se d algnremedio ext raordinario . Es obli-gado decir, en alabanza de la correctafilosof a, quede ellaprocedeelenfocar losregmenes justosy los asuntos part icula res. Asi pues,nocesarnlos males del gnero humanoantes de quelaestirpedelos que correctament e filosofan llegue a [as magistraturas pol ticas obienla de los que dirigen en las ciudades llegue, por una suerte divi-na, a filosofar de verdad. Con ese bagaj e de pensamientos viaj a Ita-liay a Siciliaenlaprimeravez que Iui1...As el viejo Plat n echaba una ojeadaal tiempo de su desarrolloespiritual, entre losJ8 Ylos 40 aosde su vida. Tal vez tenga raznGoet he enqueNadie puedeparticipardelaformapeculiar con laque un indi viduo contempla su vida pasada. Nosotrosdeberlamos Se reere al derrocami ento de 1mTreintay la consgmeme rest auracin de 13 de-mocracat onel regresodelos exiliados . (N. del T.) La, not as del autorseencuentra napartir delapgina309.ad mitir agradecidostodos los dat os, que por el test imonio propio senos permite llenar, o ver la confirmacin de cualquier otro.Perora el conocimiento de la evolucin platnica no utilizamos en resunu-da s cuentas ms que este pasaje autobiogrfico -c-que sin duda encont raalos muchos que se hanmolestadoenllevarla contran aaPlatnen su manifiestoepist olary ta mbin el escepticismodeunNietzsche: Ninguna fe se puede dar a una historia de la vida de PI.a-t n escrita por l mismo , como tampoco a la de Rousseauo a laVItoNuova deDantel .Aqucldoc umento se oponesobre todo a la repr esentacinpopu-lar de Plat n. A l lo han visto como su predecesor gra ndes pensado-res de siglos posteriores. El pertenece a laHistor ia interna de la Me-tafs ica occidental. Dentro de las conclusiones de sus prob lemas des-cubre verdades, en el fund amento de las verda des, queyaParmni-des Herclito yScrates haban descubierto, y a las que ot ros filso-fos'proyectan sus problemas. Despus dc los anteriormente llamadosfilsofos, se presentala doct rinade Platn laen sigui a sos, pero en muchas cosas ta mbinderivada s delaFilosofa deItal ia. Esposible proyectar afinadostorrent es creadores sobre una superficie muy concretade problemashistricos como Aristteles hace aqu (Metafts ca, A 6)7 As es pos i-ble referirse a aquella forma de pensamiento , En efect o, si ni Platnmismopod averse yaenesaperspectiva,si nc.' seoye en el Fedn a Scratesreferirse a su propia evoluci n filosfica.Pero eso queda sin respuesta, y en ningn momento hay nada de elloenlacarta.Por lo tanto seguro quela ojeada de la carta no es completa . De-bera ser demostrado el concepto de Filosofa, que salta al final sinque en ningn lugar se hubiera dicho cmo sellegado a esa filoso-fa. Platn se sabe a s mismo como el descubndor de un mundo me-tafsico y la correcta Filosofia, de que habla en su car ta, acaso pue-de serotr acosa queel conocimientodelasformas eternas y desuverdaderoser?Perotampoco trataba de alcanzar ese nuevo mundo. 'JEl buscaba la ciudad yen la bsqueda de la verdad era ciudad" encon- 'trel reinode lasideas. El autor emplea el trmi no Staat cuando se refiere a todo lo concerniente a nues-rro t rmin o modernoEstado, como es lgico desde el punto de vista de la equivalen-cia lingstica . Sin embargo resultamuy discutible el que los Griegos en. la Antigeda?hubieran llegado a un concepto semejante (dr. a e.fectos CoIoqulO$ ! obrt' teorra ae la Anligufflad, Madrid , I9fS). Lo que ss tema n era cen-nada en la ri udady completamente autnoma puesto que no habla est ablecido un po-der scpenor. Por esa razn hemos uulizade en este sentido la palabra ciudad, comotraduccindel griegoynocomoel t rminousadoentre no sotr os comotal.(N. del T. )24PLATONMEDIOY ENTORNO 25A partir de las condiciones hist ri cas bajo las que Platn se desa-quedar ms claro cmo ha de serlama nerade ent ender sufi -clr::otemente esoy que no pueda ser de otra forma. Su nacimiento ocu-rn en unlugartiemp?,,r la Sociedad que le rode no impulsa ade- a llevar la vidade filosofo, tal como desde siglosunhombre po -dr haber nacido - y noporl mismo- dentrode un granfiloso farqu ea t ravs del gnerohumano. Como yo estaba introducidoenFilosofa... , escribe Dilthey en una ocasin. Platn no hu bierap.odldo hablar as. Puesera completamente distinta la situacin espi-n tual para unhombre quehaba nacido, al comienzo de la gran gue-r ra, enAtenas dentrodeunarenombradaestirpe./ Situacin deAtenas ysurenovacin/Aricaeratodavaunpequeopas deseores, agriculto resymarmcros en el alb?rear de suya amanecido da, en el que el soldeyal,uce .bnllante sobreJonia. NotomparteAtenas enelr bol dela cienciay de lametafsica quebrot enMiJetoy quefuetraspl antadoacoloniasdeIt alia. Mientras queenlaot raorillase calcula baneclipses y se compr obaba el fundamentoltimodel serdel mundo, cons truan Saln y Plsfstraropara los atenienses su ciu-d,ad y le creaban a un pueblo joven una pos ibilidadde entrada en lasncas del Este. Mient rasque en Jonia y en la Magna Grecia fue-ron erigidos el ser c?mo nico sin contrastes y la ley del eterno, y siem-pre opuesto, quese altern aban para regi r el mundo,y se iba labsquedadel ordenenlaconstr uccindel mundoy de sufundamentaba Atenas la ciudad de ciudadanos libres,a J?Spersasy regalaba al mundo la Tragedia, Sin duda, lafilosofa Joma de la Naturaleza deleg a At enasa su primer gran de-tentadorenAnaxgoras, cuyanuevasabidurase gantant oalgo-bernantecomo al P?eta Eurpedes. Peroeraunextranjero,comolos i venes fisilogosquesuscitabanen Atenas, porap robaci n, carcajadaso enemistad. Y pronto llegara el tiempo enque, aparurdelaoposicinaesafisiologay delospensamientosde sobr e teora del conocimiento, se extendiera la con-clusi n esccpuca.Tambin Gorgias y Protgor as, los sofistas, vinieron a Atenas co-huspedes. A su lado corr i la juventud atenien se, porque apren-dIa'.l aconocerallf unanueva clase dedeseadacompeticin, y asuansia de peder se le ofrecan armashas ta ahora desconocidas, Pero, se.reclbe hono,r al vendedordeesamer cancade nuevoupo, lllngU? at eniense hubi erapodido ejercer suprofesin. No tede pr esen!arteant e los griegos comomaestro de sabi-duna . , aSI preguntaSocrates, enPlatn, aunjovenateniense queno ha llegado a ser lo bastante pronto alumno del entonces recin lle-gadoProtgoras. Y surespuesta: S, po rZeus , ami goScrat es, sidebodecir loque pienso, habasidoel pensamientodeaquelate -nienseeducado(Protgoras312A)./ La formacindePlatn /Aristteles, all en donde inscribe a la Filosofa de sumaestro co-mo continuacin del sistemametafsico(Metafsica A6),cuenta quePlatn, desdesu ju ventud, haba estadoenrelacin con Cratilo,elseguidor deHercl ito, y que ha bapasadoatravs del ladoctrinadel eternoflujoy de la imposibilidad del verdadero conocimiento. PeroqueluegoScratesle habaimbuidoalgo ,enlapartetica, quenopertenecaal mundo de los sent idos, y que de estamanerahabr a to-mado l esas ideas. Nose puedeinter pretaraAris t teles aduraspenasy mal, de peor manera quesi se entendiese esaconstruccin,que slotienesent ido enladireccin desus propios problemas, enuna relacin histrica sobre el verdadero desarrollo espiritual de Pla-t n. Pues, sin duda,no es ms difcil hacer que se anticipe al periodoescpticoensuvidaunomaterialista, incluso. Slosenecesita queaq uello que Scrate s contaba en el Fedn sobre su evolucin filosfi-ca se tome comobiogrfico y se tras lade aPlat nJ. Y hacer abstr ac-cin, sin embargo, igualmente de modernas hiptesis: nosabemos en10msmnimo qu profundamente pudieronhaber entrado en l so-br e todoalgunospensamientos fi losficos deaquellapocaque,par medio de Cratilo y seguramente tambin a t ravs de otros , llega-ronasuentorno. Einclusosi hu bierallegadoaunadesesper acinde todo conocimiento - lo que sin duda recordara ms al doctor Faus-toque a un hombre de la Antigedad- as! se hubiera podido dedicaral mundo, al come rcio. Y habrapodidodedica rsealcomercioy sehubieran volatilizado, tal vez, todas las cavilaciones, no de forma dis-tinta queel dolor del mundoaloByron y el escept icismo deFeuer-bac hfueron, por ejemplo, para el jovenBlsmark en elmoment o enqueempezaori entarlavida.No , un at eniense, encuyorbol genealgicofigurabael nombrede Saln, y tambinal fina l del sigloV, slopodaquererhacersehombrede Estado . Llegar aser unhombre dirigentedelaPolis,eso es lo quequierecada unoa los veinte aos o incluso antes : Alci-bades, en el dilogodePlatn del mismo nombre, Glaucn, el her-manodePlatn,enlos Recuerdos deJenofonte, el propioPlatn,en la mirada retrospectiva de su gran carta. Slo con la di ferencia deque para l se insertanaqu aquellos profundosproblemas que, alolargodesuvida , motivaronloscambios,En efecto, ms de unavida humana se vuelve aloesencial tanto26 PLATON MEDI OYENTORNO27mscuandose ve tan llena conlos smbolos que ant e ellaaparecie-ron. PlatnvioladisolucindeAt enas conectadaal destinodeS-crates. Si Atenas yano so portab a a su ms fiel servidor. que siempreestabadispuestoamorirpor esa ciudady que,de hecho, muri porsus leyes - cuando los revoluciona rios a ristocr ticos quisieron hacer-le cmplicedesusactos, al quesiempreluchpo rlavoluntaddela mayora en cada ocasin y que haba seguido el rgimen de los me-jores- . si, conunainauditaforma de llevar las cosas, la restaura-cin democrt icalosometia jui cio, al que se habanegadoantelosoligarcasa ir contraunmiembro de la democracia; ento ncesyanoproporcionabalaciudadaquelloparaloquelosantepasadoslahaban const ruido y con lo que se desarroll, mas bi en su espacio fueocu pado por unaact ividadpolticaque se haba desviadodelas msprofundas races.Ser un hombre pblico: eso fue par aPlatn . cuando todava este-ba decidindose para llegar a ser algo. una ocupacin no separada dela vida. Pue s Ari stteles. con su definici n del hombre como anima lpol nico , slo puso en concepto lo que cada hombre viva. Cmo ga-no yoAret: y cmollego a serun hombre pblico: esas eranlaspregunt as que existan a ntes de cadadesarroll o. y ambas er an. en de-finit iva,slo una. Uno poda no llegar a ser un poltico; y eso no con-sista -como de alguna ma nera actualmente- en elegir en opcin unoficiofrenteacualquierotr o. sinoenqueunhombre senegabaensu ser. Tambi nesaimposibilida d, quePlatnvioligadaalasuer tede Scra tes, signi ficaba obien lanegacin de lavidao lapromocinparaesta blecer ot roca mpodistin toenteramentenuevo. Esoquieredecir - pues todavafaltaba much o tiempo para que el individuo ais-lado se pudiera colocardent ro del todo sin la ayudade la Soci edad-una nueva funda mentacin del hombre y, en consecuencia.de su ciu-dad. Y no haba t ambin Scrates mostr ado cmose deblacomen-zar eso? Ya novalaremenda r lasinstit uciones, habr aquerenovarla sustancia. Sin queel hombre se hubiera convertidoenvirtuoso.nohabraque pensar en laAret de la ciuda d. Por eso. cuando S-crates enseabaa preguntarporlavirtud, habal ya comenzadola obra de renovacin . El slo ha ba sabidoque es necesario; y habasidoas el nicohombreverdaderamentepoltico (Gorgias. 521 D).Si, por medio de suboca, Platn estableci la conclusin deque losfilsofosdebanser dirigent es olos dirigentesfilsofos. esonofueun exceso deautoconcienciafilosfica {Burckhardt) ", sinola com-prensin, resumida en un epigrama, de que, pr ecisamente para polt i- El concept o griego de ..Aret se ref iere a los ideales comunes y generales en ca-da poca y por lo ramo su significado es variable. Responderlams a nuestra ideademodelooarquetipoquealadevirtud"queespor loque sesudetraducir.(N.del T.)ca. algo se establece en l a deldeca damomento delmundoy delaexistenciasoctancaen este . . .Nosot ros . finalmente pues, podemos compartir con el otra co-saque el modopeculi ar enel quePlat ncontemplsuVidapasa-da ' . Seguramenteesedesarrolloestanricoqueuna fr mula. tanamplia nopodra abarcarlo, Noobstante es por esopor lo que el havistovlido lo esencial como justifi cacinde supropiaobr a:Lo Re-pblica y Las Leyes superan ya con m,u,cho. en gr,osor a cualquiera ot rade sus obras, El examende su creac tonliterariadebecolocar Just a:mente ensu centroaLa Repblica;Yes da rse del asuntoSIse ve a la mayora de los pri meros dilogos como camillas llevanderechos a ella. Su elaboracin tend ra lugar de nuevo a partir de aque-lla conviccin de que tos verdade rosdirigentes y los verdade rosfil-sofos ser an uno solo, hastaincluso enloms interno, y en,cent roa iravez el agudoepigramade laSptimaCartasobre losdir igentesfilsofos, Definiti vamente la vida de Platn aparecellena deinte ntosrenovados po r realizarse enla ciudadde. su tiempo . apesar de todasaquellas paradojas. Qu significa , porfin, est??A res-ponde una corta punt ualizacin sobre la esencia de la CIUda d griega.I Lo ciudadgriega: su esencialLa ciudad griega.en un primer momento. est ligada a los dioses.Zeus, en Homero , proporciona a los reyes cetro y aut on dad para do-mi nar . Hesiodo coloca a Temis" comoesposa de Zeusy l: s da comohijas. adems delas Moiras, las gra ndes entidadesdel desti no que en-vanbienymal alos hombresmortales. alas tresHoras. encuyosnombres de g unoma, Dike e Irene estexpresada la ley de los hom-bres. de la sociedadurbana . Tambin. todoaquel q.u: , ,comodes-tr uctor otir ano. conculcaseel derecho . reconoce su divinidad cuan-dopronuncialapalabraTemis oDike. Pero.en lugar delainquebra ntab le seguridad se pasa a preguntar e nvesngar, fundament,aHercli to. defor mameta fsica. alaciudaden el cosmos . que.si no, debe luchar el pueblo por su ley como por sus murallas?Por-que el ordende la ciudad es una parte delgran orde n de l mundo . Delamismamanera. ento nces. lasleyes humanastendrfa n razn de ser* 'r emts es la personificaci n delasnormas rmdicionales de organizacinsocial.Sobre los ori genes del nombre cfr . M. S. Ruiprez, deen E , XXVIII I""n .. "AI3rTO!t) (129 E). En todo caso el recopilador del escrit o deba haberesta do conciliando esas dos interpretaciones. Scr atespoda utilizary t oma r algo de impulso para la accin inmediat amenteen el silenciodelodemnico.50 Pl ATONDEMON 51/ Loaccindeldemon/Platn, en primer lugar, ha dejadoel demonon , ensu imagende Sc rates . comoun rasgo por el Que el hombre comn era conoci-do, igual q ue por su nariz respi ngona y por sus oj os saltones. Aquellocc:m frecuencia se metey se po ne en cont ra de pequeas cosas,di ceScratesen sudiscursodedefensa (40A). Asi nonos extraaen particular, ni debemos ta mpoco olvidarnos de que est amosleyen-do el relato caracter sticode un irnico, cuandoen el Eutidemo (272E) la seal demnica- le impide levantarse y le ayudatambin parael encuent roen el combat e con el profesor deesgrima ; y nomenos,en elaquellono le deja salir deall , a ntes de que hayaexpiado. por medio de un segundo discurso ms amplio. su falta con-traEros(242 BC) - , EnelTeages fue comprobadala autenticidadenuna lista de casosen los que la prevencin se haba cumplido: cuandoCdrmides se ha ba querido entrenar paralos juegos deNemea en elplan de asesinato de un conocido Timarco y en la desgraciada partidadelas naves a Sicilia. Per o aqu est perfectamente sealado que esascosasnosonsuobjet ivopropio. Nose encuent raen absolutoenelTeages, como se suele decir, que se hagade Scrates un ta umaturgo .Muchas veces daScrat es mismo el punt o de vistaen el que l habaaq uellasporque esa fuerza demnica tambin sig- todoparalaSOCiedadcon losquebuscanmi compaa. (Sn" tlVUUSa un TOVOaIJ!ovi otl TOt TO tl J(aiTenT(;W ud'JlOV Otl JlIaTQl/J6J'TWV ni a1faJl l')'aTm) (129 E). Pues muchos lo po-nenencontra. Esosnopodrnobte nerningnprovechode surela-cinY. po r consiguiente, l no estaradeacuerdo consemejantecompaia -.muchos casos noimpide el queest n j unt os. aunqueningunautilidad sacasen los int eresados. Peroen donde lafuerzadelo demnico toma parte afavor dela sociedad . all enseguidava conellos.Muyparecidoen el Atcibtades Mayor. Y all setrata referidoaun primero. muy trascend ent a l y la rgo encuentro, as se podria recor-dar denuevo unaspalabras de Goethe aEcker man n del24 demarzo Cuantoms hombrese es, msse encuent raunobaj oelinfl uj o delos d monos, y slodebe cuidar siempre deque suvolun-tad conductora no se extr ave , As fui dominado en mi conocimient ode Schiller por medi ode algodemnico; nosotros pod amos antes ydespusllegar aestardeacuerdo; peroloquenos pas,en la epoca en que yo tenatras de m el viaje a Italia y SchiJler empe-zabaaest arcansadodelaespeculacinfilosfi ca, fuesigni ficativoy de grandes consecuencias para ambos. No de diferente ma nera aquta mbin podranmaestroy discpulo ir de ac uer doantes y despus.Por medio de la oposicin dem nicaha estado Sc rates muchotiem-polejosdel joven. Apesa rdequelohabaadmirado. Ahoracallala voz y piensa en l. En el modo de expresin del Teages, lo dcm ni-":0 le ayuda . O, como entonces en donde la fuerza activa par ece llegara su esbozoms claro, en el Alcibi ades (106A) se dice: el dios, quehastaahorameestorbaba. ahoramehadirigidoati. Noseraunapreguntapedantela de si aqu demon y di os seran lo mi smo, Losony tambinnoloson. Pu es par aactuarse dependedeaccionesy nodenombres ' . Tambi nporquevaparainstar alom s decisivopa-ra la edu cacin. para eso es t ambin aq u efectivo lo dem nco. Yes-tnrelacionadosambos enunsentidot ambinmuypa recidoenelTeeteto. Scr atesha bla all de su arte de comadrona(150B) y delaaccin diferenciadora: comomuchos lo abandonan, a rues de tiempo,par a da o de aque llo que hubieranacido, ollevan con ellas ames dedaraluz. Comoejemploprincipal se tomal pro pioAr lstides, qu efileadmitidoalarelacinami sto saenel Teagesy qu evemosenelt.aques encomendadoporsu padre, Lismaco, aScrates. Luegosedice en elTeeteto: Si se. enefect o, volviese adesearmi compaay me hiciesesignos fehacientesdeello, deestamanerameimpide lodcmnico. quese instala ante m , reunirme conalgunos,y me pcrmi-te reunirme con otros yluego pasa adelante con esosdenuevo(151 A) . As quedara claro el porqu ese tirn es esencial enlaima-gen de Scrates, pues, paraPlatn. es ms til que la nari z respi ngo-na o los oj os penetrantes. En Jenofonte se debe pensar en un pequeoorculo part icular que,a su portador y a los que estn con l, propo r-cio nainfor maciones sobrecosas que desean, para quehaganunas ydejen ot ras (Recuerdos1, 1.4) . EnPlatnse diferencialodemnicoen Scrat es sobre todopor su obrade educacin. Co n l noes slola aso mbrosa notab ilidad de un hombre part icular, sino que pert ene-ce a la esencia del graneducador . El, como algo extr algco, preser vala educacin, que se mueve en el legos, para convert irla en un asuntoraci onal. y protege aquelladepe nden ciadelsecreto que le faltaa laslecciones de los sofistas. Debe habersido entendidopor Pl at ntam-bin comonormativo. nocomoanormalidad. Muchas veces registrl mismounhechosemejant e, y debe tal vez menos registrar algode eso el que no slo est dedicado a encuadrar simplemente hombressinotambi nllamadoaello'?/ Interpretaconeserrneasdeldemon /Los platnicosposterior es se han pl anteadomuchas veces lapre-gunta por la esencia del demon soc rtico, Tenemostratados sobre ellodePlutar co. Apuleyo, M ximoyProclo7. Todosellosconst ruyen,hacenconcept ualmentea tr avs de ellolosingu lar quelibera n de suaislamiento y lo colocan con ot ros d mones en la misma fila ; sobretodocon aq ueldemon queacompaa aloshombresatravsdesu52 PLAl ON DEMON53vida, segnunaextendidacreencia. y, segndoctrinaplat n ica,al almahuma na incl usomsalldeestavida . Noes tampocohoyunabsurdo pensar tales cosas. Pues nose trat a de enco ntr araq u to-dava esp ritus y fantasmas para ritos mgicos y te rgicos, sino de ac-ciones,aunque se podran encont rar tamb in enYmblico y Procloy, po r el cont rario, conmucha frecuencia con los lmites borrosos ' ,ytambin. cuandose despacha esteasunto como supersticiones. sepiensa enlajerarqua dengelesque enDante alcanzaeltronodelAlt simo a tra vs de muchos rangos y se reco noce, a part ir del lt imolibro de Verdad y poesa) , las conversaciones con Eckermann y lasviejas pala bras r ficas, lo qu e significan enlaimagen del mundodeGcet he, por cuya claridadtanto t rabaj, lo dcmnicoy el demonv.En Plut arco, sobre [a pura confusin infantil en [a que [o dem n-casocrt ico fue mezclad o con algunas manifestaciones de la mnticanatu ral , como estornudos o voces presagladoras. se recoge una opi-ms elevada, muy cercana al espritu dePosidonio10:como pen-samient os humanos en el odo, as act anlos lgo(para usar depaso la pala brade mlti ples sentidos) de los d mones sin parar en elalma huma na. Y lo que los hombres corrientes suf ren slo en la laxi-tuddel sue o, esoles pasa despiertosaloshombres,de contexturaindmita y alma sin torment as, que nosotros consideramos como san-tosy demnicos. Uncasonico, apartadode lafalt adear monaydela alteracinHQ" j de los dems, fue Scra-tes. Yluego, en un milo ptat onzanre, pareca most rar Plutarco lo queentenda porlos d mo nos. Dmo nes: as consideraunavoz oraculara aquellas estrellas que en el ant ro de Trofonios extasi aron aTimarcos ", las que vio suspendidas sobr e la oscuridad: que seran laspartes ms puras delamente (votit) dehombres selectos, lo quenoent ra en la mezcla de alma y de cuerpo. Comonadan los corchos so- red, as aquellas estrellas demnicas sobre los hombres, ya ellas,d cil onod cilmente, esta raatada elalma .Estadoct rina. aqu inspiradaen los estoicos, al meno s tanto co-moenlosplatnicos, esladel lagos) porel quetodot ranscurre, Se t rat aba de un oracujo, descrito det allada mente porPausanias (IX.J9,1-5) , enel que el conscname, tras seguir unlar go y complejo ceremonial de puri ficacin Ibebfade la del Olvido y de la. Fuentede laMemo ria.. paraconseguir.repectiva-mente, olvidarse de lodo lo antcrsor y recordar los avisos del orculo, eraintrod ucidoen unaprofunda cueva llena de oscuridad en la que olaunavoz sn ver su proce dencia .Se trataba de lino de lo>genios de la poca de Cronos, que ha ba consultado al espf-ritu deTro fcnlos aparecido enformade serpient e. Enrea lidadse puede entender co-mounodelolugares decomunicacincon el Ha des: sonti ar aslassemejanzasconelAquerc nteylalagunaE!il igia. (N. del T.) Timaren es uno de los personajes ddTtages platnico. Al que precisamente avi-sa Impulsadopor el drncn , para quenorealice laaccin que piensa hacer ,UII asesinato, porque vaasuponersupropiamuerte. (N. del T.)que une macrocosmos y microcosmos. La demonologapro piaForma por la base la plat ni ca, incluso adems en la forma plat nicadel mito . Enel Timeo(90 A)se dice: El dios da acadauno, \ 11 demon 10 dominante en el alma . Reside en la cabezavueltaal CIe-lo y con i relacionada. Yse tr ata de considerareso di vino(7() 8t ioll);con te que el hombre tendra perfecta mente colocado al demon comoinquilinoy llegara asereudem nco.es que, .dt;sdeunpunto de vistalgico y psico.lgico, se recibidapiadoso cuidadosobre lamas elevada existencia Conesa docni-na del Ti meoparecePlutarcohabe rvistoen unasolacosalo quePlatn poetiz del demon en el mito del alma. En el Fedn en efectogula a los hombres el demon, queform parte de ellos en la.vida. des-pus de lamuert e hastael jui cio, y despusde lasent enctahastaellI ades. Y ot rodemon los conducems tarde a iravez afuera. EnelmitodeLaRepblica sucedealainversa,es el almalaquelibremente su forma de vida y con ella a su demon como el cumpli-dor de la elecci n (a n "l">"'lJ Qwris WI' aiet6fV7r..H'), antes de la intro-duccin enun cuerpo -slorestringida. peronodeter minada, porel aza r delasuert e-oAqu nohay diferentes doctrinas dePlatn;Plat n no da dogma alguno y mucho menos sobre dmones. Pero en-laza con las creencias populares sob re el demonqu e acompaa a loshombres a travs de su vida; unas veces por su sab idur a en torno alalma humana, a iras veces adems por la imagen rfica del Ms All ,a fin de hacer imaginable y aprehensible tambin para los dems algodesupropiaexperiencia. Demonsignificaenpr imerlugar algoascomola formahumana de nacimiento - (l J'TO' i8or -Y{"fTCH 010J' LTal Qts olooo). Vidaterr e-nayamor terrenosonta mbinunacada, yelladebeodiar esaco hybris))" y purificarse deesa vidaparavolver denuevo al padre.De esta mane ra es perfectamente consecuente que no se pueda habl arpropiamente de amor en el recinto de lo sensible. Amor se desar ro-lla en principio si se produce una impresin no sensible ( 001{ aloOTlToJ'n j 'lro" VI.7,33) en un almano dividida. As pues amor de hombre ahombre yanoes ungrado, comoen Platn,y un gradonecesario ,vino pur a marca de reconocimiento paraalmas apocadas. Quien lasustancia del verdaderoamor, la fusin en uno con ladivinidad, noconoce, ese podra medir en amorosas experiencias terrenas lo que esoquiere decir, el alcanzaresopor 10 que unove en la mayora de loscasos (VI,9,9) . Un puro y dbil reflejo , , enlaNoesencia) de Susa enla de Ange lo Silesio Dios es una pura nada -y dela mismama ne-ratambinenlosnombresquelaKaba latieneparaloilimitadoPero , fuera de esalneadepropagacin, ta mbin entrelos indi os seasom?rosas semejanzas y adem s lodo un desarrollo pro -pro. En los Upamshad aparecen cont rapuestas las mismas paradojas.Louno se mueve y nose mueve, est cercay estlej os, estdent roy fue.ra de todas las cosas) . Hay la mismaabundancia de negaciones :1(Lo no esgruesoni. delgad o, ni cortonilar go, sin sa-bor ni olor, sin oj os y sin o do , Sinvoz y entendimiento sinfuerzavita l ni aliento, sinbocay sinmedida , sininterio ry sin exterior-. Noconsume nada ni es consumi do pornada. Yes definiti vo aquel no,noque paramuchos delos viejos sabiosindiosdibuj aen laformamsaut nt icalaesenciadeBrahma25.I.:a de la concien:ia mstica, y ant e todo del pensa mien-to tiene la mayor semejanza con la estructu ra de la visin pla-t nica de l mund o. La acci n hist rica de Pl at n ha cont ribuido ta ntoamuchossistemasmsticos comoagenerales aspiracionesdedesa-rrollo. apoyadas en labsqueda de orgenes del a lmahumana , Peroya es hora de decir que, contodo, Platnnoesunmstico, y de de-mostrar en qu se di ferencia l, por su parte de unmst ico verdaderoy determinado . 'Lomas excelso de Pl at n no se coloca antes del mundo , ni cance-la el ser , msbien se mant iene inmediatamente enla fila del ser,slotanelevado sobre todos los dems qu e la paradoj a puede tomarlo porms all del ser peroincluso ms all del Ser. A l se llega , no a t ravsdeun solitariohundi miento, salt oviolentoocadaenlaosc ur idadsino por el camino que se asegura en el conocimcnto del ser. Sin doc-trina de los nmeros, geometr a, astrono ma y teora musical sin unaestrechay filosfica dia lctica, no se puede aproximar nadi e aaque-lla meta , aunque antela visin dela metala pal ab ra yanobast a. Lamstica se mantiene all mismo, por la ot raparte, en donde se encuen-tra llena del.conocimiento , en la zonateolgica; y se quedafuera, siempreconscientedeque el objetodesubsq ueda . novaaser encontrado por rncdiodela ratio sino a travs de un descenderal fundamentode lo quees sin fundamento. La mayora delas ve- Dios, por suelevada dignidad, no inr nerecidameme es llamado "nada".(N. del T.)res, sin embargo , se vuelve incluso ms sensible que el camino dcl co-nocimlento. En verdad la Gnos ls. tal como predomi na en los escri-tos Hermt icos, se sirvederemiendos platnicos parael traje torna-solado en el que encierr a su xtasis. Sin emba rgono se tol era anda rdandovueltas!Yalas invitaciones ahacerseigual aDios) , llegar11 sereternidad(a l w l' ')'EI'oti) , tomarseas mismoporinmorta l y1)(11' capaz de conocer todo: todo arte, toda ciencia, tod a clase de esen-da vital, estar en todas partes yen todo, conocer todo de inmedial o,tiempos, lugares, cosas, cualidades y ca ntidades ) toda esta lista mues-Ha, comoaqu se haexplicado, unespritu completamentenuevo >.Loque quedar especialmente claro si se dala vueltaenseguidaaloque seala , sin cambia rnadaen cl funda mento, ypasaa l luga r delconoci mientode todoel silenciodelodoconoci miento. Es slounaclara voz, perono aislada, la que suena enFiln: laluz divinava so-brc el hombre, si el entendimientohumano se ha hundi do, y la oscu-ridad , enprimer lugar, lepr oducextasisy locurallenadedios27.Nada puedehabe r ms aleja dodePlatn quetalsuper embar azo ex-trico, que se sirve tan a gusto defr mulas platn icas y sin embargose llena en oposicin a la fuerza soberana del hombre. Y un paso ms,asi hallegado lavidamst icaa una coaccinmgica. Las mortifica-cioncs del msticocristianorealizan as correctamente, enprimerlu-gnr, la danza salvaje del derviche y lainacabable repet ici n del nom-bre del todo en el Islam, la regulacin de larespiracin enlos indi os,la miradafijaen labasedelanari z delos magos de laslabaom.A travs de un ancho mundo, el contenido del pensamient o y la ense-anza del pensamiento fuert emente cientfico dePl atn se encuent rasegregadopor tales ritos. No slo es quel se ha ba mantenido lejosde toda magia, incluso desde la mstica deba aparecer l como un com-pleto racionalista. En verdad no se encuent ra en l aq uella separacinentre sent idoy pensamiento, entre coraz n y esp ritu, por la qu eni-cemente se j ustifi cantales apreciaciones . Par al ning n dios hahe-dIO lasa bidurade estemundoporunaton tera . Serainconcebibleen l la cont radiccin de lalla madatancon movedoradePascal quedice: Dieu d' Abraham, Dleu d'lsaac, Oieu deJacob, non des phi10-sopbes el des savants!. En Platn locura de dios y matemticas guanhacia a rriba el camino , a travs de la geometra llega el hombre a dios.As este mundoesalgoincl usoensumsampliaint ensidad,Eigual quetodazonaespirit ual Platn contemplaas todaslasfuerzashumanas, amordel sentido, pensamientoagudo, lam s ex-celsa elevacin. Para los m sticos, los sentidos son lo que merece an u-lacin, de maneramuy par ecida al mundo de los cristianos, dcll slam DiosdeAbraham, Diosde Dios de Jacoby noel delos filsofos y eldelos sabios !. (N. de{T. )90 PLATON ARRHETON 91y de laIndia. Y sloen intrigas, llevadas poralasde altas cancionesopor la poesa de los sues , avanza lasensualidad denuevo , defor-mada las ms de las veces, a la vida mstica. Seguroque ha y tambinenPla tn to nos enemigos delossentidos. Vivir es aprender a morir,cada deseoy desga na cose como una aguja el alma al cuer po; por elloel al ma qu e quierafilosofar de verdad tiene que librarse del cuerpo:as suena estoenel Fedn. Peroen El Banquete y enel Fedrosuenade manera mu y distinta y, si hayigualment e fuertes luchas con el ca-ballodesalvajesapetenciasdel alma , sinembargotampocoestlatemeros a opcin entrefelicidad sensibleypaz del alma. El amor delos senti dos y el amor de dios no se encuent ran enfrent ados como ene-migos, sinoque el amorpor uncuerpohermoso esun gradoneccsa-rio para el ascenso hasta el msexcelso ser. Se podra aadirtambinque Platnha dej adopermanecerenelexterior el contrasteentreelFednylos dilogosdelamor , deformaquese podraver lafisuraya indicada como un ligero salto, que ms tarde pasa a travs del mun-do, y que circunscri be , encurvas que oscilanampliame nte, todas lasfuer zashumanas.El almamsticaestsolitaria. Flujodel Uno al Uno, as consi-deraPl ot ino(1,6,7. VI,9,11)el caminodel al maaDios, comoyalosneopitagrico s haban hablado de la comunidad del uno con eluno19. Perolomismo se daen t odas partes. Enel maes troEckart esla separacin 10 mejor de todo, Ella deja conocer a Dios, lo uni ficacon la criat ur a y la rene con Dios. Yas ya la Msticacon oce gran-des guas espirituales; as en parti cular en elIslam y en la India, perotambi nalgoenlos monjes griegosque, comomedio paralasanti-dad, haban seguidoen noviciado con unsabio, qui en debe haber pen-sado probablemente el propi o acto de u no segn Plotino lo descri-be " . Per oPlotinonoes ah unplatnico. SegnPlatn, se cnclen-det ras unalargavidaencomnyafanes conj untosporlas cosas,comopor una chispa quesalta, el fuegoenel alma, y si tambin sehubiese atrevido a querer expresar algo ad ems de como el alma llegaa la epe keina e", un o nopuede as , sin la comunidad de investigado-resenamorados, llegarasubirel caminodialct ico.El camino dialctico condu ce al reino de las formas puras osabi-duraymsarribade l, aloque est msalldetodaesencia . Sias llama a el bien , se encuentraas expresados por igual en l todabelleza formal, orden realizado ; per feccin creadora. A n se debe pa-sar sobrelas ms altasformas parallegarhasta l. Comoloms ex-celsoenel reinodelasabidura, slocomotal, sehallasobr e todoesenci a. Es unaformatanaltaque, porello, estsob re todaforma. El tr mino cpckcna es el uso abstracto del demostrativo que literalmente equivalea la expresin masall. (N. del T.)listo es por completo diferente, sin embargo,de la divinidad sin sabi-du ra de Bckart , del mar sin color de toda divinidad, como dice po-ricamente Angel Silesus, o del todo completo sinforma como Brah-ma en los Upanshads. No se podra mos trar confacilidad la difer en-cia . Enel camino se debe ap reciar lo que se considera aqu y allf almay las formas sobre las que ella consiguecomo lascorr ientes queflu-yen all en el mar y pierden nombres y for mas, as la manera de nom-bresyformas habra perdidoy entraenla"purusa" celeste , que esmsalt oque el altsimo , as enunUpanisnad". Oh, d jame sernunc a; puesser-nuncasepregonaenel rgano: noso trosvol vemosal hogaren l!,as enDschel-AlledinJI . Y el maestro Eckart :To-da nuest ra perfecciny toda nuestra felicidad radica en eso que el hom-hre, a travs y por encima de toda condicin y de t oda temporalidady detodaesenciali dad, pasemsallyvayaal fundamentoqueessin fundamentoJ2. La totalidad deformas eur opeas yla herencia es-pirit ual griega ha n protegido sin duda a la Humanidad occidental confrecuenciademezclarlotodo, comoelhombre delEstelove. Paralosmsticoscristianos se tomaaveces esoquemantienesuesenciaen otraforma11. Perodejarde ser, separacin y deshacerse es asimis-lilaenBckany enla mayora de los msticos caminodel alma haciasu met a, el descansoexternoenDios es laculminacinpa ra el hom-bre . As el mstico slo conoce unmovimiento: fuera del aqu y aho-ra, enel quese colma por completoel hombre clsico. y si Platn,vistohistricamente, a tr avs desumovimientoa laepekeina, in-tro duce aquelflujo de aqu y en l hay que buscar el puntode partidadeunagranespeculacinmstica, per tenece sindudamuchoms allipa clsico, de forma que fi nalmente nodebera llegar a servisto en-Fr entado a toda mstica. El objetivo a que l llega aqu podr hacerseclaroalfinal, endonde comparamoslos elevadosvrti ces platnicosy la especulaci n de Plotino, as comoanteri or mentehemos medidoclarament eel Ero splatnicoeneldePlotino.El que siguieralas instrucciones delcami no de Diotimatoca enla meta (aXfOI' al' 7t &'1l"70 TOTOVT>"OV j 211 B), el que recibe el ar-quetipo de lo bello en la vista( x a Tl/-fTCH 210 E). El discur so es siem-pre nuevamente de very de cont emplar . Aquel ar quet ipo de lo bello(211 C)sera cons iderado unobjeto de doct rina (uxlhJia). Para quiencontempla lo bell o, es digna de aprecio la vida (211 D) . Y luego deb eproducir verdadera virtud, acercarse y llegar a ser amado de diosconellas y, enlamedidaen que es human ament e posible, ser inmor tal(212A). Enel Fedrosevenlos dioses, loperfecto, los arquetipos,en unespacio nosensible; las almas humanasquieren llegar a l y re-cibir conesfuerzo ensuvistalas esencias. Ese aspectoes el sust ent odelomejorenel alma "pvxih TW&QaTW I'OjlJ 24 8B)Y pormedio de ellocrece el plumajedel alma. Si ellarecibe en surostroalgodeloverdadero, esodeci desobr e sudestino(249B). El92 PLATON ARRIIf:TON 93filsofo se mantiene siempre por fuerza junto aaquellos recuerdos.El sabede las condiciones humanas Y. como as est en-tre lo di vino, tratadela ca ntidadcomo locura del sent idoy nosabeque estenun xtas is 249O) .Entodaspartessesostienefuert ementeuncaraa caradeal may arquet ipo. Tambin el entusiasmo y la divina locurano correspon-denaningunaintroduccin del almaenalgomuy distinto Oalain-tr oduccindeese otroen el alma . sinoaunalejamientode 10quelos hombres loman como serios condicionamientos (&ve" W"I" l JlU / condicionamemos humanos/) . Para Plotino. sin em-ba rgo, experiencias completamente distintas se mant ienen en el mis-molugardelaint erdependenciasistemt ica. Ensupasaj esobrelobellointeligiblerepi telaimagen del Fedrodel tr ayect o al dios y delalmaala mirada delas formas eternas. Pero yaaqu se pierdeel es-trecho contraste entre la imagen contemplada yel contemplador(V,8, lO). Puestodo despide bri llo y llenaa los llegados all, defor-ma que lleguen a ser ellos bellos, as como a los hombres, cuando lle-gan arriba al lugar ms excelso, lleganaestar colmados por el coloramar illobr illante que tiene all la tierra y se hacen igua les al suelo enel que se encuentran. Loquedespiderayos y fuer zas se sint iconmayorint ensidad. La act ividad del contemplador se trastoca, se lle-na r de aquella fuerza que irradia de all. Ms, la toma en s, estaraenseguida borracho y completamente lleno de nctar. Lo contr ariotiene que ser odo . Pues no es ms el uno fuera y el ot rofuera. Sinoque quien ve con agudezatiene lo visto en l y, como lo tiene, no sabems que l lotiene y mirahacia s como hacia el Uno que est a fue-ra. Todolo que cualquierave, mediante algosensible, love afue-ra . Pero eso se debe luegot ransmitira s mismoy ver como uno, co-mosi mismo, igual quesi alguien, conmovidopor un dios, por Feboounade las Musas, realizase en s mismo la observacin deldios;deestamaneral tendrafuerzas pa raver ens al dios. Perotodavasebuscarunanuevaexpresinparadecirconmayorclaridadestesentimiento de la unidad del contemplador y de lo contemplado. Perosi algunodenosotros,(despus) deobservar 10 quehay fueradesmismo, recibiera en lavistaalgovisible,conmovidoporundios,serecibiraa s mismo en lavistay miraralams hermo seadaimagende .s mismo. Pero luego se dejara llevar por la imagen, tan hermo saes, y llegara a uno consigo mismoy ya noestara dividido, sera unoy todo con aquel dios que, sinruido, se encuentrapresente y l estcon l t antotiempo comole gustey quiera. Engiros nuevos cadavez se expresar el llegar a ser uno, recogiendo al contra rio. Ha su-bido corriendo a lo interior de tod o y, en donde queda atrs la sensa -cin portemor a ser algodistinto , es all uno. (Se debe uno diri giralointerior y en el luga r de verunonollegar yaauna ob servacindel uno distinta del observado r. Eso se ha convert ido , por la act ivi-dad del observado r, en un sustancia en la que, sin quererlo, se con sa-ara la irradi acin, por si deja de tomarse y transforma rse. Tanto ticm-(lOcomol lovea comoun otro, tod avanoestenlobello, pero\ i l mismo llega a ser para ello, entonces l est sobre todo en lo be-lto. Una vez que se ha visto la energa de esa kcnosso", se vuel-ve de nue vo aPlatn, en donde el yo y el ellose mantienen en estre -choenfrentamiento.Lo que Plotino ha vivido con lo bellose repite en mayor gradocun lo bueno o el uno(VI, 9). El nopuede confo rmarse con decirsiempre, una yotravez, queelalma vaa unalgosin forma (d i.r' f it oJl, cap. 3), que aquel sin forma es asimismo sin laforma llenadel puropensamie nto(:/LOe lpOJl t JHt t JlO J(Qi LOQ.rih 1' 0'1n1 , cap. 3),IIJC aq uello sea sin forma como anterior a todaforma ( " fif O" Tea''Ou &lI'{l I'TO. As necesitaba, pues, el hombre tambinunapecu-liar manera para alcanzar ese alt simo. Noa travsdelconoci mien-to, ni a t ravs del puropensar, esto sera alcanzado, como las demsentidades inteligibles, sino en una oposicin que est ms all de lodoconocimiento . Y paraellodebe sertambin el almadeconfigura -ctnparticular, pariente de lo qu e ellaquiere alcanzar, por lota ntoct!a misma sin formay figura . Co mose dir de lama teria que ellatiene que libra rse de toda configuracin concreta, si t iene que sopor-lar la impresin por medio de todas las cosas,as, y ms a mpliamen-te, hade ser el alma sinfigura, si es que notiene que haber con ellanada sensible, que sea embarazosoparallega r a ser colmada e ilum-nadapormedi odelamsexcelsaent idad . Y si ellahaalcanzado(" 3meta , entonces ve aq uello y enseguidaa s misma segn laley:l s mismatransparente, llena de luz inteligible. mucho ms puraluzcltn misma , sin gravidez, ligera , con vertida en dios oms bien sin-dolo . Tanpronto como el almaha llegado a ser sinfigura como louno, entonces sientepor completo lo que nodebe considerarsecon-tcmplaci nsinounin(Wj &1' p.ilwecr. p.i Jlo v>..>.. . v"wp.iJlov cap. 11).No se podra hablar de quien ve y lo visto sino de que a mbos son unocolo. Pues ni ve el observadorni diferencia, tampoco serepresentados entidades,sino l llegaraaserun ot roy nol mismoy noestillli como do miniopropio, comopropiedad de aquel otrohallegado, seruno , unidaddeinmediato, mitadconmita d. " , Y el t rayectoII lJ se llama contemplacin sino ot ro modo de ver, xtasi s y simpl-racin, abandono des, ansiadetocar, paralizaciny sensacin denuin. ' \CuandoPloti notomacomoel bienaesteelevadoUno, sigueu Platn, se realizacomosu exgeta (VI,8). ylo epck cina de ese Keuosis es el sustantiveverba l corres p ondienteal verbo vaci a r;pod rlamosnuducirjo po r " privacin y rererr to al act o mediante el cual el al mapierde su indivi-dualidady seconfundeconladivinidadenunt odonico. (N. del r.)94 PLATONelevadsimo bien,que el Scrates de Lo Repblica ha expresado, siem-pre resuena enPlot ino : No quiere deci r" ms all detodoser" sedeterminado; pues no lo establece. y no expresa tampoco ningn nomobre de l sino se reduce slo a que aquello no es eso.Pero claramen.te no es menor la diferencia frent e a Platn . Laviejaforma se ha comopenetr ado conuna vidacompletamente dist int a. Que lo altsimofue-se sin formani figura, que el almatuviera quellegar a ser sin formani figura para alca nzar a aqul, de eso no hay nada enPl at n . Permi-le a Scrat es calla rse sobre todo de eso. Pero a l le hubieran pareci-do esaspalabras segura mente minimizacin y se llegar a, en su senti-do de paradoj as, ala subidaque l esta blece en el msall de todosen>, am plindolaauninclusomsalldetodaformayfigura.ynole ha llegado el pensa mient o para deja r perderse el alma en algosin figura, podra nollegar nunca el habit ante de un mundollenodefiguras. As finalmente tampoco conoce la unin exttica del alma conloaltsimo. Seguramentel se callasobre tododeesoyPlot inopo-drla interpretar en el sentido suyo este silenci o. Pero, comopara Pla-tnes impe nsable que alguien no se moldease copiandola imagen se-gn la que est conjuntado, enamorado y maravillado, y comota m-bin la visin deloor denad oque se mant iene siempre dela mismamanerapor necesidad debeel alma hacer parecida aloobservado ,alaidea(La Repblica 500C), inclusodebe ser vistolomismosloenun altogradodeespiritualizacin cuandoellaest prximaaloque estms a lldel ser. Llegar a ser Dios, es el a fn dePlotino:No se trata de esta r fuera de defectos, sino de ser Dlos (1,2,6). EnPlatn se de nominael objet ivollegar a ser de for ma de dios, amadodedios , ser parecidoadios, enlamedidadelas pos ibilida des1puede mostrar cun difcilera la componenda, pero tambin cun inmort al.Y as seria ajustadasl oluegolaplenit uddelavidaquelaAcademi afor mulaba, si sepiensa que esas dos fuerzas del cosmos platnico, la que huye del mun-doylaquevuelve almundo,imperaba n equilibra damente enella.IS(k rotes yloAcademia/A lavistade los dilogos sepodrapreguntar si laAcademia sel'eiHams al maestro vivo o a la imagen del sabio Scra tes. Peroesoun sera ya luego exigir una diferencia ms o menos, si se hubiera mos-nudocmotodoPlatnharecogidoensimismotodaslas fuerzasvitales de Scrates 1. Dejadme decirpormmismo queninguno devosot ros conoce a Scrates; porot raparte quiero most rroslo a vos-otros . Esas son palabras del platn ico Alcibfades (El Banquetel l6 C)l . Pero , tanto violaAcademia a Scrates, por as decir, atra-vs de Platn, que para ella siempresignificaba algo nuevo y ante lreviva. Y que saerauna comunidaddeamadomaes troy amadodtccfpulo lo confirman por todas partes los dilogos pla tnicos de ju-ventud hasta el Fedr o. Pues se podra con razn guardar e individua-hsur para recoger la imagen de la Academia a partir de l: no se pue-dl' pensar en ella sin toda la fuerza en movimiento del gra n demon.M.isan: ellaesl mismoenunaencarnacinanta o histrica yejemplar.A ellaPlatn tras lad en su propi a forma las afi nesy moldeadastuerzas que el, en el entorno de Scra tes. habia experimentado consi-lI n mismo y con los dems, con lo que surgi un producto que en suni igen se asemejams bien en general al orden pitagrico. Con unacomunidad que se consideraba al modo de Pitgoras se relacion Pla-lbll en el sur de Italia. En La Repblica (600 AB) se refi ere aPitgo-Iji " comoguia de educacin Tm f n), amada y mara vi-llosa cabeza de un tropelde discpulos y fundad or de aq uello que loswgutdores tardos consideraron forma dc vida pitagrica (lIuOa yoQHo5Il.Hlf05TOV(3 iov ). Si se comparan las escuelas pitagricay platnica,U've, tanto en una como en ot ra,al maestr o como centro, en tornoni cual mira , con particular admiracin qu e llega hast ala apot eosis,. u crculo. Aqu como all es unobjetivo launidad espi rit ual de vidarn conjunto del que enseay del que aprende, qu e cont iene sin dife-rcucar religiny conocimiento, ticay polt ica. Esas dos asocacio-III' S se distinguenpor completo de la enseanza de los sofistas . Ellas creadas, nohechas;son una for macin esencial, nouna organi-racin paraun objetivo . En ellas el esp ritu , que los sofistas vendanrmnomercanca, es unlibre don del maestro , y por medio de la libreuuribucin de sus miembros semant iene su existencia externa . Seencuent ran casi asentadas en el espacioy perdurandoen eltiempo,1'11vez de, como los maestros ambulant es, llegar a establecerse siem-pre otravez enunlugarnuevocadavez.100PLAT N ACADEMtA 101Perola comunidadplatn ica, por su parte, se separaba asimismode 10 ms parecidoa ellapor mediode l esp rit u de Scrates. que sehab aint roducidoen ellapor completo. Scrates, segnunasbellaspalabras dePlutarcoenlas que slounacarac ters ticaautnticadelScra tes platnico estfun cionand o. hahecho sobre todohuma naa lafilosofapormediodelaprdidadenebul osasy porla senci-llez ". Parael queproceda de aq ullas deban exist irsmboloslle-nos de misterio y cer emoniales. y tambin ascet ismo en vestidosy ali-mentos, slovnculos apoyadosen la zona delasupersticin, sinre-ferencia al verdade ro ser. El secreto pitagrico parece volunta riamenteafi rmadoy refo rzadoporprohibiciones silenciosas, mient ras que loplatniconecesariamente crece de eso, de que el ms excelsoconoci-mientoen ninguna maneraes decible comolos dems objetos deladoctrina , sino que, a partir de una larga vida en comn y de laIarni-Iiarizadn conj unta conlas cosas. como una chis pa defuego que sal-taderepente y enciendeuna luz enel alma , se extiendey seacerc adesde ahora a si mismo (CartaVll, 341 C). Y, para delinear el con-tr asteprobablementemsagudo. alldistingueenl mismolohadicho cadapregunta. mientras qu e la granherenciade Scratesenlaescuelaplat n icaes que laFilosofia se reduce auna conversaci nentremaest roy di scpuloy ambos. enbsquedaconjunta. suben elca minodialcticohacialasideasy aloqueest ms all ./ Orgunizacion ysentidode la Academia/Esa ha sido la constante. En punt os particulares, sin embargo, de-ben ha ber sido cambiados muchos. casi todos incluso . durante las cua-trodca das en las quePlatnhadirigidosuAcademia. l os joven-zuelas. que se habianreunidolos primeros en tornoal amadomaes-t ro. sehacenhombres. Sevan luegolejos, comoEu freoaMacedo-nia , Co riscoy ErastoaAssos, y asimismollevan con ellosuntr ozode la Academia y Pl atn se realiza en extensin a travs de ellos . Ot rosse quedan ms t iempoperteneciendoal bosque delaAcademiay seconvierten a s mismosen maes tros deotros discpulos. tal vez no dela misma man era que hay en el Peri pato una or gan izacin por gradosde jovenzuelos (JiwJiiaxot) , de mayores (1T Qf a{% uQoL) y de d ones humanas y espir it uales. Tambin de eso da ran probablementetinaimagen los dilogos . Cuando Ti mco expone su filosofa na tural.Hermc rates quiere hablar de poltica y Critias comienza su relato delaciudad. otambin, cuandoel Extr anje rodeEleaemprendeunlar go ejercicio dialctico con los jvenes conducidos a l. Scr ates seencuentrapor all present e sin tomar part e ms que ocasionalmente .Pero sin dudal, apesar de todo, estpresent e po r all y todo lo queall se dice tiene unlt imosent idoen lareferenciaasudoctrina delas ideas. Igual mentePlat naveces per ma neceracallado. cuando- as podramos pensar- Eudoxo disertaba sobre la teora de los irra-cionales osobre las esferasde est rellas. Incluso callado. determina elsentidoque se experimentaante todo eso, por el que nohubiera sidopresentadoenel observato riodeCzico sinoenAtenas , enlaAca -demia.Si algngnerodeparticularid adespodraseraportadopo rlosdilogos para la imag en buscada dela Academia.eso es la enseanzadelosguar di anes enlautopadelaciudad. Segurame nteesaense-anzaendoctrinadelos nmer os. geometra. estereometra , ast ro-nomay armonaes unaexigenciadelaciuda dideal, Y. puesto quela estereometra. que enabsolut oestabadada todava. fue colocadaen el plan se muestra comota mpoco aqu se puede proceder sumari a-ment e. Pero en esencia la educacin de los guar dianes no poda habersido pensada como diferent e a la de los alumnos de la Academia. cuan-do ent onces, comoya se dij o y ms adelante quedar a n ms claro,la Academia tena un sent ido de ciudad. Y que al menos la geometrtaerausada en tod as partes en donde se daba un discursode enseanzaacadmica. esopertenece alo conoci doportodos. Unopuede que-da rse sat isfecho de s cuandotopacon aq uella inscripci nen elpar-ln dela Academia que prohiba presuntamente la ent rada a todo Ig-noran teengeometra u.Ejercita rse en geometra , sin embargo. fue loprimeroque Pl atnexigialjovenDionisia ypronto , asuvuelta - as diceunrelat oburlesco-eal pal aciodeSlracusa. violosmismos espacios, po rlosque ha bia discurr idoel bulli ciode lafiesta , cubiertosde polvoen elque se dibuja ban figuras geomtricas. loquefue apostilladopor laoposicin: tanto un solosofi sta le haba comidoel sesoque abando-n las ant eriores prerrogativas reales para buscar en el crculo de laAcade mia el bien silencioso y llegar porla geometr a a [a per feccin (11' 'Akarw r ro aLW1fWI'O'OI' o:yo:Ool' kCH::t 1l1 o:[I' 0JiO' 'YtvaOw). De ma nera completa mente igual llev a la cortede Perdicas IIIdeMacedonia el discpul o de Pl atnEu freolos estu-dios geomtr icos yenunaforma taninsulsaorganizlosasuntosde la corte - dice unainscripcinhost il a Pl atn- que en el plan-rcl cortesanoslopodanto mar partequienes supieseneje rcer geo-metr aofilosofa .102 PLATONACADEM IA103/ Contenidos doctrinales yhmt es/Uno ha leido, a propsito de Lo Rep bca plat n ica, que enPla-tnslosehaballegadoen lascienciasmatemticas alaespecula-cin con los nmeros, o sea, al conocimiento apriorsticode las rela-cionesy consonanciasabsol ut as delosnmeros ". En esepunteesseguramente correct o que l no quera comentarsecon la astronomay armonade aalguna otrapartey al verdaderoconti-nente, el viaje no estara permi tido porfronteras fsica s, o casi se po-dr a decir metafsicas, que son indescr iptibles paranosot ros,Lasu-perficie superi ordel circuloterrestre sehaconvert idoahora enpri-mcrlugarenunaunidadylaexploraci nestabierta.NoSOIl dosfantasas que se encuentran sin relacin en la creacinplatnica, sino dos cuadros de la tierrapensados con rigor cient fico,entre los cuales hay unacont inuidad histrica. No sa bemos si Plat nmismoo a lgn otro hareconstruido el pri meroen el segundo . Peroambos,incluso, pudi eronhaber sidoconstruidos fuerade laAcade-mia: as se probarla. no obstante, una interesante parti cipacin de Pla-tn, una decena de aos ant es. en el problema de la geograf a del clr-culode lat ierra.ytambin aqu est cla ro que, por lo menosal comienzo, noha-hraunainterrupcin propiamente voluntaria dePlat n en la atentaojeada a lareal idad . El cuadro de la tierra con las elevaciones sobrelodocon la elevacinde nuestr o ecumene, es slo, a l menos en elmilo del Fedon, el suelo apropiadopara el dest ino del almahuma na.1.;1 oposicin mela fsica entremundo delas ideas y mundode la ex-perienciasensible,est aqu proyectadaenlatierra. yseinterpr etaen t.a oposicin de valorentre la verdadera tierra, lasuper ficie su-rcnor del crculo propiamente, que irradia en los ms puros colores,compuest a por las ms ricas materias , y nuestro ecumene, que, in-sen adoprofundamente enaquellasuperficie, sloesun destellodeaquel seoro de arriba . Vivimos debajo, sin presentir que novemos El trminogriego e rronnste non, usado en este comedia, fue construido burles-rmnentepor Arisl? fanes sirvindose del sul1jo utilizadopara designarlos lugares c-, 1;11('$. La trad uccinporpensadero eslamsfrecuente del mismo. (N.del T.)106 PLATONACADEMIA 107....el verd adero cielo sobr e nosot ros, si noQue vemos, a t ravs del medioturbio de nuestro mar de aire. el Eterhacia a rriba . Y el juez tendraque si nuestra alma debera quedarse. en el futuro. en elinterior de la tierra o llegar arriba, a aquella verdadera superficie su-periorenel puroter./ Para qu la Academia?1De esta manera, ciencia de la Nat uraleza y poesa mtico-met afsicaseint rod ucenfuertementeunidas enPlatn . Y todavaunadecenade aos ms tarde se conserva en el segundo cuadrodel crcu lo de lat ierra. al menos en los nombres de verdadero mar y de verdaderocontinente, quefuero n usados as por nuestro mary nuestro conti-nente , dil uyendo como siempre el contras te de la idea con la apari en-cia. El Todo es unsmbo lo, comomucho se esforzabaPlat ndesdela especulacin en torno a una ciencia especfica, y como mucho paral, sin embargo, toda ciencia especfica est aba bajoel precepto mela-fisico. Y si se mira n ambas en conj unto, se podriavislumbrar cmohasido esorealmente.Asl pod ramos comprender aqu y all un lugardeinvestigaci nacadmica en la fantasareproductora, nunca el Todo, pues perma-nece callado el Todo en su tr ansformacin temporal. Eso, que aque l no permita conocer la estructura del Todo, seramuy po-casatisfactorio. Y si hay que insistirsobre ello para conocer lobas- sobre la organi zacin del estudio, se llegarapor fin a la convic-cin de que tod o ese desconocimient o es ta mbin menor en realidad.Se llega a la Academia no como institucin sino como vida. Yall hayunas tareas casi inamovibles: cmoy enqu or dentambin debanllegar siempre los objetivos doctr inales al educandoen el curso de laenseanza; todo debla, t enia que ser usado para contemplacin con-junta, tanto segn el parentesco de los objetos deensea nzaent re sicomopor lanaturaleza del verdaderoser. Pues slo talap rendizajese encuentra casi en suportador. Yesoesfapruebamsfuerte deuna naturaleza dot ada para la dialctica y una no do tada . Quien pue-da observaren conjunto, espropiamente undialct ico, y quienno,no(LaRepblica, 537C) .Plat n no se diriga slo al intelecto, aunq ue l lo amaestraba mu-cho . Pensabaenel hombre completo, al que enseaba a diferenciareterno y cambiante conmsclari dadque en su tiempo, y distinguaentre el rango del almay cuerpo. Nosotros ya no vemos el gne-roque l sacaba, y con ellonos faltalamsfirmerealizacinde laAcademia. Y, sin embargo, como enlos Recuerdos deJenofont e lavuelta socr tica haci a si mismo se desarrolla en una conversacin conel pintorPa rrasio y con el escultor Clit n, que ap rendan de Scratescmo se debaponerlavidaanmica en lafigur ahumana, as t ieneque llegar a ser comprendida de una vez tambin en las obras del artefigurativo aquella penetracin de Mana y dialctica, de pathos. ....e irona, aquellanuevatensinent re laparte de aq ul y ms all.ylapregunt a es ta l vez ms apropiadasobre que de platn ico puedehaber enun Apolo, Eros oHcrmes deEscapas oPraxiteles !". No-sotros vemos en elltimoencrespamiento de lasuperficie superior,en la charla de los ciudadanos, tal como aparece en la comedia de es-le tiempo,que se reconoc a alos al umnos dePlat n :!l. Se vest anytenan mejor t ipo que lamayora, hab labany se movan con unare-conocida gravedad. pero no se pod a en ese tiempo dejar de recono-cer a un hombre t al, que era ms exquisito y capaz de pro-nunciar perfectos pensamientosl'raXf'll"m >"")'HJ'/ quepodio decir palabras no desmaadas/) . Llamaba la atencin de cual-quieracon:Unatnicamsblanca, aseadoy finoel tr aje gris,unsuavegorrill a , bien torneadobastn,ento nces, se pensaba ya qu e se vea a la Academiacompleta . O enla Asamblea del Pueblo estaba uno de los de la Academia, un alum-nodePlatn L.:Llevabael cabello cortadoanavaj a- muyfi no,dejabalabarbaabundantesin afeita r - muyfina,calzabaenlospiessa nda lias- muyfino,concorreasalamismaalturade laspiernas.Perfectamenteblasonadoporlariqueza del tr aje,larespetable figuraenunbastn apoyada ,Almodoextra njero. noindgenameparece,comenz: Hombres vosot ros de la tierr a at eniense... l a compacta mayora de los ciudada nos sloatendla alo exter-no, como se comprende. EnPlatn se destacaba [a postura inclinadahacia delante, quemuchos de sus alumnoshaban imitado, osu in-quisitivoiryvenir; unper sonaj e decomediagritaba:OhPlatn,tnosabes enabsolut ocundolafrente se arrugay cmouncaracol dirigehaciaar ribasolemnelas cejas. Manta es el equivalente a (locura divinao exaltacin . en el sentido de su-.....racin de loparticular, que apar ece enot ras ocasiones . (N.de' T.; Pai hosdesignalaexperiencia, loqueunosufre. (N. del T.)108 PLATON109Perotanpronto comola gent e supiese loque habatras esafren-le; poda saber que, bajo ese manto de lams fi na clase y con aque-llos zapatos de cordones, avanzaba talvez un hombre nuevo, prepa-radoparalaarer. platnica.Ladoct rinaplatnicay laformacinplatnicadehombres, talcomoha llegado a ser notada hasta ahora . permanece todava siem-pre asentada enunltimomalentendido.Enefecto, hast a ahorana-daimpide pensar en lo que significaAcademia: fl ujodesde lareali-dad, culto de la idea en el alejamientodel vivir , pura post ura rerl-ca . ylosde Plat n estaran formados parano llegar msaunaperfecci npara aira s que para ellos encerrados en s mismos. embargo,asnopuedeser , si es que esalgodeloque antessedi je: que la Academia tenaun sentido poltico, que ella no se referaalaideasinodeinmediato alaciuda d./ Eidos, plis yAcademia/Platnhaencontrado el reinode laidea , cuandobuscab alaver-dadera ciudad. Eidos y pls, la mselevada thcoria y la mselevada tarea prctica perma necan para l unidas sin disolucin . Esoes lo que enseaba , j unto atoda clase de libertadpotica , el siempretodavafiel desarrollo dela Academia: lacomunidaddefilsofosdelaPolilea plat nica. Ese crc ulointerno, qu e,como cent roordena-do, encierraen si atodoel edificiodel Estado, esconducidohaciaarriba , alavistadelaidea, pormedi odelaeducacin . Sobre lsedirige el ojo de los filsofos, pero siempre tiene que ser otra vez for-zado a volverse hacia abajo, con lo que10contemplado sera recons-truidoen laciudad. Academia,laimagen emprica- o, platni-camente pensada, COP Ia - de esecirculoideal tienelamismaformadeeducacin: el camino dialctico; la misma dir eccin dela mira da :hacia arriba , alaidea. Lesfall abaunaciuda dreal que losrodease.As lavueltaal tratamient odelos asuntosdelaciudadslopuedetoma rseenel fondo, nocolmarse . Pero si larelacindeAcademiay guardianes ha de ser correcta mente vista, nofue un repentino deseosinounanecesida del quelaAcademiasevolviese alapolticaat e-niense;mismanecesidad que haba produci doal maest ro, segnsupropiorelat o, acausadelaimposibilidaddelarealizacinenla Pero, comoPlat nsiempre espe raba porlacorrectaopo r-tundaddel asunto) hastaque porfinsediocuentadequesloelgobernante filsofo o el filsofo convertido en goberna nte podan lle-varrectitud23, sedebe concluiras tambinquelaAcade miahabasent ido lossones estata les y esperabavidael momento enqueellamisma pudiera convertirse en el cent ro deuna ciuda dideal realizada.Lo dichose llegaa con firmar por mediode una oj eada ala obraescrita dePlatn . Larelacin deesa ob raescritaconlaforma de laAcademiase podria pensar, incluso, ta n apartadaquelacorrespon-dcnca ent re ambasfuese en general: si se deja claroqu espacioex-gen, en la obra escrita, los dilogos de ciudad, .del polticoy de !asleyes, es imposible pensaras la Academiaun aisla mientolaCIU-dadcomoel jard n deEpi curo. Desdeel diaenel qu elavisi n delrey filsofoapareciante l, Pl atnha siempre; e.n.el ca mpovisual de sus ojos, la ciudad ideal que estaba sm parar dirigida al ser.l-nsu obrapr incipal larecon stru ye apartir deymuestr aalasdems ciudades posibles comoformas err neas en di fer entes grados.En el dilogodel Poltico se vuelveunavezms alotranscendentey colocaallalatotal ida ddelas dems ciudades, unafrenteaot ra,cornoel nicoarqueti pocuyas copiasms omenos per-fectas, seran las formas empricas de En Las.Leyes, porfin, lodejaincluso aparecer en el honzont; comoapro piadodiosese hijos dedose s, mientras que sen a unaciudadde segundo orden ant e nuest ra mirada. Eralauna. necesa-ria irradiacin de la linterna plat ni ca, por eso ta mbi n ella tiene. quehaber teni do mucho tiempo a la ciudad en su vista. Yesolo confirmaAristte les. Enel estratoms antiguodesupotnca, allenrodavlahabla como un acad mico, es su int encin dirigir po r mediodeellaalamejorciudad24. Platn noha dejado pasar ocasin alguna de acumular expenen-cas sobre At enas y las dems ciuda des de su t iempo. Esoaparece re-cogido por su bosquejo autobiogrfico en la Sptim'! Carta, y sus .es-critos sobrela ciudad, ante todoLas Leyes. loexplican. Se basta nte las Consti tucion es de Creta y deEsparta , sin duda mediant ela mirada totalizadora de laFilosofa y no con la del Der echoPolti-co. La educacin fueas comprendida comola vidaeny laformacin del podero. En una Hi storia delfundamenh? dono .de lasciuda des- lapregunt aibasobre cules se hanseha n hundido y por qu- se encierr a la comprobaci n de la Constitu-cin espartana comomezcla dereino de prosperidad y de zona firmepor eso(691OYss. ), unanlisisquemstardesellevaaca boenPolibioy Cicern. Cuandose refiereaotraparte, enTa rentotodala ciudad esta ra ebr ia en la fiesta de Dionisos (637 B), los de Locros,quehaban tenido las mejores leyes entre las ciudadesdel sur deit a-lia hab ran sido asimismo sometidospor los siracusanos (638B): esosuena as como a obse rvaciones del viaje de Platn por It alia. Egiptoser a apreciadocomounaespecie deprototipo, a causadc laincf:">ll -mens ura bilidad de su art e imagi neroy de su msica a travs demilc-nos, y las palabras de si t all contemplas, as llegars a e.ncontr.ar.)}ensean claramente que aque llo cons iste enuna cxpenencra de (656 DE). La depredacin del scorlopersa ser most rada y explca- .da(695 AYss.), peroinmediat amentecaetambin lamiradaenlas110 PLATON ACADEMIA 111necesidades de pueblos primitivos: las cost umbres de los escitas en elbeber, de cart agineses. celtas, iberosy tracios (637DE), laposicindelaesposaentret racias y s rmatas(805D.806 8). Homerosirvede demost racin para la sustancia pr imitiva de la cultura humana (680B.681 E). De ellonose usa nada para decir qu conocimiento de laint rod uccin ateniense de las leyes - hasta las disposiciones sobre ubi-cacin de jardines y ut ilizacinpublicade aguas-pertenece aestoparapoder reconstr uirla ciudad de las leyes 2S. Se ve sobre qu abu n-dancia de experiencias se eleva la const ruccin. Sin duda no hay nadaemprico, en el sentido del Aristteles posterior que reuni todala amoplit ud de las Constit uciones en aquella gran obra de la Po!iteia. Perosedejaveraqu tambinunaapreciaciny observacinmuy vivaz,domi nada siempre en todos los aspectos por el pensamiento de la me-jo r ciudad . Esimpensable quenohubieratenidoque estar. tantoparalaunacomoparalas otras,enlaAcademia./ Teoria yprctica enla Academia/Se podra entender siempre como t er ico todava. Pero la tr ans-misinnodej a ninguna duda de que Platn y la Academia,a su vez,fueronreconocidos comohechopoltico y hantenidorealizacinenlas ciudadesl6 Platnfuellamadoporlos de Cirene paraestablecerleyes. pero se neg. Tampocofue l enperson a aMegalpolis,sinoqueenviaAristnimo, comoaElisasucompaero Formn.Quienall dulcificlaconstitucin delConsejodeoligarquaext re-ma . Enlamitaddelos sesenta, buscael reyPerdi casdeMacedoniaaPlat n para establecer un Consejo. Platn le enva a Eufr eo, quienexhorta a la cort e a ejercitar geomet ra y a filosofar y por cuyoin-flujo Perdicas se resuelve a daral joven Filipo unaparte concreta desu tierr a en administracinpropia. Espeusipohaindicadoms tardeaFilipoque l debalos comienzos de su poderoaPlat n " . Tam-bin hemos hablado bastante sobre Corisco y Eraste, a lumnos de Pla-tn, que se traslada ronaAssos, en Eolia, AsiaMenor , y que ent ra-ron en estrecha relacin con el dinasta Hermias de Arameo. TenemoslacartaenlaqueaparecePlat n comoel consejerode esaalianza,y sabemos que, gracias a l y a sus alumnos, Her mias t ransform enconcreto latir an a en una suave y casi legal forma de dominio u.Sereconoceaqu, comoen larefo rmadeFormi n,el pensamient odePlatn sobre el poder ; en la medida en que l se inmi scuy en las ciu-dades de su poca, y el desarrollo poltico en esa realidad ter rena, quefue transmitidoaHer mias, puede mostrar con qu derechofue juz-gadoPlatnportalescosa s comopoltico- enel ms concreta-ment e mod erno sent ido de la palabra-; como el idel ogo a partadodel mundofuepiadosament econsiderado.Un demoledor de latir anacomo QuindeHeracleao Clot is, elasesino del caudillo de Odrisa , se consideran comoperte necientes ala Academi a. Por otra parte, una hostilidad coetnea po r las di versasrevoluciones totalitari as que ate ntaban contra ciudades democrticasha hecho responsable a Pl at n como maestro de un Eveo de L mpsa-(O, Timolaode Cinco y QuerndePalene. la maliciosa cari cat urade que Quern se haba iniciado en su violencia con ayuda de la her-mosaconstituci nydelas leyesideales)b.:rijs .-:aAijsII OAITE la s .-: a i TWP"ll"aeapop.wvNopwp Ateneo XI, 509B) , muestr amejor que muchas otras lo que se pensabaque la Academia era ca pazde dirigir. De ellasali tambin el polticoateniense Formin . Y, sise puededudar de si suparcapo nderacin delos medi os ateniensesysu confianza en los macedo nios deba alcanzar las estrellas, en cual-quier casosupusilanimidadfrenteaCasandro. porqueseriamejo rsufrir unainj usticiaque cometerla 29, le ha situadotras la mal enten-didadoctri nadela primera gran obradePlatnsobrela tica delad udad.Pero quedafinalmente lo ms importante: en su avance guerr erocontraDionisia, fueauxiliadoDinpor laAcademiay, si seleelareferenciadePlutarco,setienecompletament elaimpresindequeuna comunidad de eruditos, slo consagr ada a sus estudios, se t rans-forma de repente en algo distinto, como si el pensar y planificar dedi-ende a la ciudad encont rase aqu su legtimo desarrollo. Uno mira otravez el jardn de Epicuroy est cla ro que en l seraimposibleunaocupaci n semejant e.11.0 prctico de Sicilia/As queda, pues, la miradaremitida a Siciliay con ello nos topa-riamos propiamente con el tr abajo prctico y polt ico de Platn . Conrazn: pues slo de l, como su irradiacin necesaria, tendra que ha-hcr sido cont emplada aqu la Academia. El drama - la s personas im-plicadas, adems del prop ioPlat n. son:eljovenDionisia , que s.econvirt i ,sin embargo, en el msindolent ey volubledelosprfnci-pes, Din. el prncipe relacionado con Platn en apasio nada amistad ,quequeralomsexcelso,sinestarcompletamentepreparadoparaelloy porello se relacion conlavilezadeestemundoyse lanz alaculpay ruina; suantagon ista, el astutoca udillopopularHeracli-des, yaflexible ya tenaz segn que el asuntode Din fuese bien o no;Cnlipo, el Judas del crculo, y muchos otros caracteres que luego menos claramente pr esentados- oEl dr ama se present aba aqurcorno conocido. igual que nosot ros en efecto. por lasprop ias cartasde Platn y porlos relatos de los histori adores. conocemos bastanteshombres y recuerdos JO. El j uicio sobre estas cosas es hoy casi unni-112 PLATON ACADHHA 113me : aqu est el gran ejemplo de la pernici osa y tambin culpable usur -pacindeunhombre tericoenlazonadelaaccinJI .Peronosotros sabemosquePlatnfuecualquiercosamenos unhombre terico en el sentidode Aristteles o en cualquier sentido ac-tual del trmino. Si l participa en unhecho poltico, no hay por ellousurpacin alguna de un recinto to talmente extrao. Ms bienl vioaqu porfin la ocasinpo rlaque- comodicel mismoenaquellacarta-e- nuncahabadejado deespe rar. Y si se dirigela miradaalatotalidad de la vidaplatnica , se tiene quereconoceras que lareali-zacin, parauneuptridadelaramadeSa ln, desums prstino,altoy legtimoimpulsoera laaccinenlaciudad .Platn tampoco ha vivido , a travs de esto, algo as comoel trgi-co na ufragio de su msosado proyecto. Con ma nifies ta desconfianzahab aidoasu segundoviaje aSiciliay conmayoran asutercero.Osetienenmotivosparadudardesuexpresaresea? El describesuficientemente cmo le haba importunado Din para que fueseall,despusdelaentrada enel gob iernodeDionisiael Joven; eljovenprncipey susjve nespa rientesseranfciles deganarparael idealplatnico; ahorapodra cumpli rsela esper anza deque se unieran enuna sola persona filosofa y poder. P ero a mi entender, as continaPlatn (CartaVJJ, 328 B), tena miedo, enloque atae alos jve-nes, depor dndepodran llegarasal r: puesrpidossonlos deseosentales gentesy muchasveces lleganapos tu rascon trariasa s mis-mos. En cambio, conoca el nimo de Din, que erade nat ural sensa-to, aunqueyamsasentadopor edad. Por eso, tras observar y vaci-lar si deb air ono, sin embargome arr astrel que eraneces ario , siesque algunavez sedebat ratar dellevaralaprcticalopensadosobre las leyes y la Constit ucin, y ahora era el momento de intentar-lo: pues si persuadaa una solaperso na, estaratodoperfectamentebien. Con este pensamiento, en efecto , y at revimie ntopart de casa,nopor loque algunos creansinosobretodoporvergenzapropiade dar la impr esin de ser slo experto en todotipodepalabras y encambio no estar dis puesto nun ca a intentar nadadeobra , y de arri es-garmeatraicionar primerolaamistady camaraderadeDin, queseencontr abaenpeligrosnopcqUCOS. Y, enefecto, endon deelmovimientoesms fuertele imp oneuna formadepensar y narr arqueconocemos enl desdeel Cr ton. El momentoquepodiallegara suceder seravivido con todo detalle. Ve aDin, como desterrado,venir a l lleno de recriminaciones y le deja exponer que Platn come-titraicin, adems decontra l mismo, contralaFilosofa: Perolafilosofa, cuyopanegricot ests siemp recantandoy que, entuopinin, permanece desodapor losdems hombres , cmonoibaaser ellat raicionadaj unt oconmigo, enlamedidaenquelatenasentus ma nos?. As estric tamentenole quedabaaPlatneleccinalguna. Nofue ligerodecorazn. Abandon misocupaciones dia-rias, que enabso luto era n deshonrosas, y me entreg u aungobiernoautoritario quenoibade acuerdoni conmis palabras nicon mi per-sona. Sin embargofui a l, as recoge una vez ms al final sus moti -vos, Me libr de mi culpa cont raZeus, protector de losderechos dehospitalidad, y me compor t sin mancha frentealaFilosofa, quesehubier a convertido en objeto de bur la y censura si yo, llevado por co-harda o desidia, hub iese participado en alguna vergonzosa maldad.As habla alguien que tiene bastante conoci mient