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La asignatura pendiente en educación > A DEBATE AUTOR: PÉREZ SORIANO, Javier. TÍTULO: La asignatura pendiente en educación. FUENTE: Gestión Práctica de Riesgos Laborales, nº 49, pág. 32, mayo 2008. RESUMEN: 13 años después de la en- trada en vigor de la Ley 31/1995 la reali- dad en los centros educativos es preo- cupante en muchos aspectos. La edu- cación es uno de los sectores donde menos percepción se tiene de los ries- gos existentes y la mayoría de los do- centes desconoce el contenido de la normativa. Esta falta de cultura preven- tiva en los profesores, trabajadores al fin y al cabo, repercute directamente en la carencia de formación del alumnado. En la Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo se señala en la necesidad de potenciar la formación en esta materia en los distintos niveles de enseñanza, aunque no se especifica la forma de desarrollar estas medidas. DESCRIPTORES: Ley de Prevención de Riesgos Laborales Cultura preventiva Educación Colectivo docente Alumnos Seguridad Vigilancia de la salud FICHA TÉCNICA 49 Mayo de 2008 Gestión Práctica de 32 Riesgos Laborales Los niños de hoy son los empresarios y trabajadores del mañana. La for- mación en seguridad y salud en edades tempranas sería claramente mucho más efectiva, porque al igual que los pequeños aprenden a nadar con más facilidad que un adulto, asumirán que no se puede trabajar en una obra sin las medidas de seguridad adecuadas. Javier Pérez Soriano, profesor de secundaria y autor del portal www.prevenciondocente.com. 32-37 PRL profesores 25/4/08 15:10 Página 32

pendiente educaciónpdfs.wke.es/1/2/5/0/pd0000021250.pdf · actividades es el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT), que desde hace muchos años está trabajando

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La asignatura pendienteen educación

> A DEBATE

AUTOR: PÉREZ SORIANO, Javier.

TÍTULO: La asignatura pendiente eneducación.

FUENTE: Gestión Práctica de RiesgosLaborales, nº 49, pág. 32, mayo 2008.

RESUMEN: 13 años después de la en-trada en vigor de la Ley 31/1995 la reali-dad en los centros educativos es preo-cupante en muchos aspectos. La edu-cación es uno de los sectores dondemenos percepción se tiene de los ries-gos existentes y la mayoría de los do-centes desconoce el contenido de lanormativa. Esta falta de cultura preven-tiva en los profesores, trabajadores alfin y al cabo, repercute directamente enla carencia de formación del alumnado.En la Estrategia Española de Seguridady Salud en el Trabajo se señala en lanecesidad de potenciar la formación enesta materia en los distintos niveles deenseñanza, aunque no se especifica laforma de desarrollar estas medidas.

DESCRIPTORES:• Ley de Prevención de Riesgos

Laborales• Cultura preventiva• Educación• Colectivo docente• Alumnos• Seguridad• Vigilancia de la salud

FICHA TÉCNICA

Nº 49 • Mayo de 2008Gestión Práctica de

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Los niños de hoy son los empresarios y trabajadores del mañana. La for-mación en seguridad y salud en edades tempranas sería claramentemucho más efectiva, porque al igual que los pequeños aprenden a nadarcon más facilidad que un adulto, asumirán que no se puede trabajar en unaobra sin las medidas de seguridad adecuadas.

Javier Pérez Soriano, profesor de secundaria y autor del portal www.prevenciondocente.com.

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L a realidad en los centros educativos, 13años después de la entrada en vigor dela Ley de Prevención de Riesgos Labo-rales (LPRL), es desoladora en muchos

aspectos. Si bien es cierto que varía de unas co-munidades autónomas a otras, también lo esque la situación es muy mejorable en todas ellas,sobre todo en lo concerniente a la formación endicha materia tanto del profesorado como delalumnado. La falta de voluntad (no puede enten-derse de otra forma después de 13 años) paradesarrollar una política seria y estructurada deprevención de riesgos en el sistema educativoorigina dos graves carencias:

• La falta de cultura preventiva en los trabaja-dores de la enseñanza.

• La ausencia de formación del alumnado enesta materia.

La seguridad en los centros docentes

En cuanto a este tema, la situación es preo-cupante; basta con revisar algunas de las noti-cias aparecidas en la prensa durante los últimosmeses. Así, en Panorama Actual se publicó quelos sindicatos dicen que el total de los colegioscarece de plan de evacuación, y en Azprensa.comque tan sólo 20 centros educativos, de los 660existentes en Extremadura, tienen planes de pre-vención. No obstante, es verdad que el riesgo quesoportan los centros docentes ante posibles situa-ciones de emergencia es considerado bajo, debi-do a diversos motivos:

> Las actividades se concentran en un de-terminado periodo de tiempo, tanto diariocomo anual, existiendo grandes intervalos detiempo donde las instalaciones se encuen-tran desocupadas.

> La gran ocupación de los edificios durante elperiodo lectivo provoca una alerta tempranaen caso de emergencia.

> La ubicación de la mayoría de los centrosdocentes en construcciones alejadas de otrasedificaciones evita los riesgos provenientesde una situación de emergencia.

> El uso que se le da a las instalaciones, así co-mo la utilización de materiales y equipamien-to de bajo riesgo.

Si bien estos aspectos son ciertos, el nivel deseguridad que se vive día a día en los centros edu-cativos es, cuanto menos, inquietante. Muchostodavía carecen de planes de autoprotección, y enla mayoría de los casos, son documentos desfasa-dos que prácticamente no se han revisado desdesu realización. Otro problema añadido es que estánelaborados, en la mayoría de los casos, por docen-tes que, con muy buena voluntad y realizando ungran esfuerzo, los tienen que llevar a cabo sin haberrecibido la formación mínima necesaria.

Por todo ello, en la mayoría de los casosestos planes no son más que meros documentosadministrativos que salvaguardan al centro, encierta medida, de la responsabilidad civil en casode accidente, pero que no eximen de la respon-sabilidad moral que se debería adquirir con elalumnado para que éstos ejerzan su derecho arecibir educación de una manera segura.

Si se profundiza en la línea de la seguridad seobservan, además, claras deficiencias constructivasen muchos edificios, así como en las puertas yvías de evacuación. La señalización es escasa, y encuanto a los equipos de extinción, hay falta debocas de incendios equipadas (BIEs) en muchoscentros, y en otros casos, muchas de ellas no hansido revisadas desde que se construyó el lugar. Enel caso de los extintores, no hay un adecuado pro-grama de mantenimiento (situación que se agravaen los colegios, donde es responsabilidad de losayuntamientos).

Un panorama poco halagüeño

Respecto a la prevención, la educación es unode los sectores donde menos percepción se tienedel riesgo. La mayor parte de los docentes desco-noce el contenido de la LPRL y, sobre todo, queesta normativa es aplicable. Si se realizara unaencuesta al profesorado en los colegios e institu-tos españoles, muy pocos podrían enumerar losriesgos a los que se encuentran sometidos comotrabajadores de la enseñanza. Esta situación sedebe a múltiples factores. Entre ellos, destacan:

> Falta de formación e información entre el pro-fesorado en esta materia.

> El docente, como la mayoría de los trabaja-dores públicos que rigen su relación laboral através de la Ley de la Función Pública y no

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Si se realizarauna encuesta al profesoradoen los colegios

e institutos muy pocos

podrían enumerar los

riesgos a los que se encuentran

sometidos comotrabajadores dela enseñanza

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del Estatuto de los Trabajadores, no conside-ra que las leyes hechas en defensa de los tra-bajadores le afecten también.

> Muchos de los riesgos a los que está someti-do el docente son psicosociales y éstos siem-pre son tratados como secundarios.

En el colectivo de enseñanza las bajas psiquiá-tricas duplican en porcentaje a las de otras profe-siones. De hecho, las causadas por depresión hanaumentado más del 75% con respecto al cursoanterior, destacando los trastornos ansioso-depresi-vos. Según datos de la Confederación de SindicatosIndependientes y Sindical de Funcionarios (CSI-CSIF), casi el 75% del profesorado sufre acoso psi-cológico en el trabajo y el 15%, físico.

Las previsiones apuntan a que la terceraparte del colectivo sufrirá una baja durante elcurso escolar, estando la cuarta parte de ellasrelacionadas con factores psicosociales. Más de lamitad del profesorado sufre estrés laboral y/oburnout y, junto al sector sanitario, el porcentaje

de trabajadores que sufre mobbing se duplicacon respecto a otros.

A esto habría que añadir que los trastornosmúsculo-esqueléticos (TME), disfonías y problemasrespiratorios, entre otras enfermedades, están a laorden del día. Junto a esto, no existe una adecua-da vigilancia de la salud, ya que apenas se realizanreconocimientos médicos periódicos, cosa que síes frecuente en la mayoría de las profesiones.

Para complicar el panorama, dos de los pila-res básicos sobre los que se sustentan la seguri-dad y la prevención de riesgos laborales, la for-mación y la información, en el caso del profeso-rado son acciones escasas y, sobre todo, pocoefectivas. La reducida oferta formativa, además,se tropieza con el obstáculo añadido de que enmuchos de los cursos realizados, la evaluación delos riesgos del profesorado han sido demasiadogenerales y muy poco orientados a los problemasque se encuentran en su puesto de trabajo, loque implica un cierto rechazo a volver a empren-der otras acciones formativas en esta materia.

Otro problema que sumar a los ya menciona-dos es que en muchas comunidades autónomasno existen servicios de prevención específicos enlas consejerías de Educación, ni tan siquiera tienenconcertada esta actividad con servicios de preven-ción ajenos. Asimismo, en aquellas comunidadesque cuentan con ellos, éstos tienen un númeroinsuficiente de efectivos para hacer frente a lademanda de varios cientos, o incluso miles, decentros de trabajo.

Cultura preventiva

Toda esta situación es grave y más, si cabe,porque actualmente en nuestros centros docen-tes están los trabajadores y los empresarios deldía de mañana. Como empresarios, serán los quetengan que adoptar las medidas preventivas quedeban dar seguridad a sus empleados, y comoestos últimos, los que por desgracia engrosaránlas listas negras de fallecidos y heridos por acci-dente de trabajo. Y es precisamente aquí donderadica el principal problema: difícilmente se va a

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Difícilmente se va a poder transmitir la cultura preventiva al alumnado cuando el profesorado carece de ella.

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poder transmitir la cultura preventiva al alumnadocuando el profesorado carece de ella.

Actualmente, la labor de formación de los tra-bajadores recae, casi de forma exclusiva, en lasempresas, aunque esto no debería ser así. Si bienes cierto que la formación específica debe realizar-se en los centros de trabajo, es fundamental quelos futuros empleados adquieran la cultura preven-tiva en los centros escolares de forma que lleguena sus puestos con ella interiorizada. Difícilmente untrabajador va a exigir un casco en una obra cuandonunca ha utilizado unos guantes o unas gafas deprotección en el taller de tecnología o en el labo-ratorio de física y química de su instituto.

La formación en edades tempranas es clara-mente mucho más efectiva. A nuestros hijos ehijas les enseñamos a nadar cuando son peque-ños porque tenemos la clara percepción de quesi no aprenden, estarán en peligro. Además, seda la paradoja de que las personas que no apren-den a nadar de niños, no lo hacen de mayores,como mucho sólo aprenden a flotar en el agua. Yeso es, precisamente, lo que se está haciendocon la formación tardía de los trabajadores, ense-ñarles a flotar en el mundo laboral y poco más.

De mayores, las personas aprenden a con-vivir con las normas, pero éstas no llegan nuncaa interiorizarse. Claro ejemplo de ello es el casodel cinturón de seguridad. Los conductores se loponen más por el temor a la pérdida de puntosdel carné de conducir que por ser una medidade seguridad indiscutible.

Uno de los principales problemas a los que seenfrenta el docente con inquietudes en este temay que quiere trabajar con sus alumnos y alumnasla prevención es la falta de material elaborado.Actualmente, el único referente en este tipo deactividades es el Instituto Nacional de Seguridad eHigiene en el Trabajo (INSHT), que desde hacemuchos años está trabajando de manera eficienteen esta materia. Hoy en día tiene tres publicacio-nes específicas: el Erga-tebeo o Erga-primaria, paraalumnos de primaria, y el Erga-fp, para alumnos deformación profesional.

Por su parte, algunas comunidades autónomasrealizan campañas formativas entre el alumnado:

> La Junta de Andalucía tiene varias en mar-cha del tipo Aprende a crecer con seguri-

dad, por la que ya han pasado 16.000 alum-nos de primaria; la campaña del Prevebús,para alumnos de secundaria, o el aula itine-rante de emergencias.

> El Instituto Asturiano de Prevención de RiesgosLaborales ha creado el aula interactiva.

> El Gobierno de La Rioja ha promovido el pro-grama didáctico El medallón de la fortuna,dirigido a niños y niñas de edades compren-didas entre 10 y 16 años.

> La Junta de Castilla y León ha puesto en mar-cha la escuela de prevención A salvo.

> La Consejería de Trabajo de la Xunta realiza lacampaña denominada Moitollo!

> Las Consejerías de Educación y Trabajo deBaleares han promovido una guía sobre ries-gos laborales entre alumnos y profesores.

> La Consejería de Trabajo y Empleo de Castilla-La Mancha tiene el Prevebús Joven.

Sin embargo, valorando el esfuerzo de dichasactividades y reconociendo el enorme trabajo quehay detrás de cada una de ellas, también es con-veniente indicar que actuaciones formativas aisla-

das y no mantenidas en el tiempo son claramen-te insuficientes, ya que es difícil que calen entreel alumnado si quedan reducidas a una simpleactividad puntual.

También se están invirtiendo en todo elEstado cientos de miles de euros en campañaspublicitarias para enseñar las consecuencias delos accidentes laborales, algunas de ellas conimágenes tan impactantes como lo fueron las delas campañas de la DGT que intentaban reducirel número de fallecidos en la carretera. No obs-tante, la inversión en campañas formativas parafomentar la cultura preventiva entre los futurostrabajadores sigue siendo escasa.

En este tema habría que ir mucho más lejos.Desde la aparición de la Ley de Prevención deRiesgos Laborales, en 1995, los alumnos y alum-nas que han pasado por las aulas han sufrido tressistemas educativos diferentes. En ninguno deellos se ha hecho una apuesta clara por fomen-tar la cultura preventiva entre el alumnado. En elartículo 5 (apartado 2) de la LPRL se estableceque para alcanzar los objetivos de la política pre-ventiva “las Administraciones Públicas promove-rán la mejora de la educación en materia pre-ventiva en los diferentes niveles de enseñanza.”Incluso dentro de ese mismo artículo se especi-fica que habrá “una colaboración permanente

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El bullying o mobbing escolar

Los profesionales de la enseñanza se enfrentan a su propio caballo de batalla en riesgos psi-cosociales. Tanto que ha recibido hasta un nombre, bullying, que es la versión del mobbingen el colegio. Uno de cada cuatro profesores de primaria o secundaria ha sido víctima deactos de violencia psicológica o física en los centros escolares, según el informe CisnerosViolencia y acoso escolar, elaborado por el Instituto de Innovación Educativa y DesarrolloDirectivo. En Málaga, la cifra se eleva a 4.000, de entre los 18.500 que imparten clases enlas aulas.

Las agresiones no proceden únicamente de los alumnos, en muchos casos, son los familia-res de éstos los que las llevan a cabo. El hostigamiento verbal (60% de los casos), la intimi-dación (15%), las agresiones o robos (11%) y las amenazas físicas (9%) son los principalesproblemas a los que se enfrentan.

Según los especialistas Iñaki Piñuel y Araceli Oñate, autores del libro Mobbing escolar, lamayoría de los profesores se ve impotente e incapaz de imponer una cierta disciplina, lo quegenera situaciones de tensión. Casi la mitad (48%) sufre algún tipo de riesgo psicosocial comomobbing o burnout, o un nivel muy elevado de estrés laboral. Estos riesgos son mayores entrelos profesores de la ESO y del bachillerato (los que trabajan con alumnos adolescentes). Lacomunidad docente cree que la situación se explica por factores muy difíciles de solucionarcomo el papel de los padres, la violencia social, la crisis de valores y la falta de disciplina.

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entre el Ministerio de Trabajo y Seguridad Socialy los ministerios que correspondan, en particularlos de Educación”.

Como respuesta a este artículo, en las sucesi-vas leyes educativas la prevención se ha tocadosólo de manera transversal. Con la aprobación dela LOGSE se incluyen unos temas transversalesentre los que se encuentra la educación para lasalud, con el fin de promocionar esta disciplinaentre el alumnado de forma que se faciliten com-portamientos sanos.

En teoría, la transversalidad es como un ejecentral que atraviesa todas las áreas del currículode forma que éstas giran de manera concéntricaen torno a él. Aunque la teoría es buena, el prin-cipal problema de la transversalidad es que noexiste obligatoriedad de dar un determinado con-tenido, como sí ocurre con las programacionesde las distintas asignaturas, por lo que difícil-mente se va a poder impartir una determinada

materia cuando el profesorado que debe hacerlono ha sido formado en ella y, menos si este con-tenido no es obligatorio.

Es cierto que en formación profesional (FP)se lleva trabajando desde hace años la prevenciónde riesgos, sin embargo, en la secundaria esteaspecto no se contempla, o se contempla poco, loque es un grave error. Si la justificación para impar-tir estos contenidos en la FP es que son requeri-dos para la formación necesaria previa a la inser-ción en el mundo laboral, ésta debería servir tam-bién para la secundaria, ya que la realidad es quecada vez más, y debido al aumento del fracasoescolar, dicha etapa está siendo actualmente laprincipal puerta de acceso al mundo laboral.

Debido a este hecho, hay un porcentaje dealumnos y alumnas cada vez mayor que acaba suetapa educativa sin obtener el título de enseñan-za secundaria, lo que provoca que dicho alumna-do sólo tenga acceso a los trabajos menos cualifi-

cados, que son precisamente los que soportanmayor porcentaje de accidentes laborales.

Dentro de la Estrategia Española de Seguridady Salud en el Trabajo para el periodo 2007-2012se hace referencia a potenciar la formación enmateria de prevención de riesgos laborales (en suobjetivo 6) tanto en la enseñanza obligatoria (secontempla incluso desde la edad infantil), hasta laformación profesional reglada y enseñanzas uni-versitarias. También se señala que se incorporaráesta materia en los programas oficiales, se elabo-rarán guías para el profesorado, así como forma-ción teórica y práctica para docentes. Lo que no seespecifica es cómo se van a articular estas medi-das, ni quién se va a encargar de llevarlas a cabo.

En este apartado, la estrategia, en principio,no deja de ser una mera declaración de buenasintenciones, difícilmente aplicable (y se ha perdidouna buena oportunidad para ello). En la nueva Leyde Educación recientemente puesta en marcha noestán recogidas estas medidas a nivel curricular,sino sólo con la transversalidad anteriormente cita-da y de la que ya se conocen sus efectos.

Educación y empresa

En la formación de los jóvenes, tanto la em-presa como la Administración Pública deben irde la mano. Así, el papel de la primera en estetema debería ser fundamental. Por una parte, tie-ne que presionar en los foros donde se sientacon las distintas administraciones para exigir for-mación del alumnado en esta materia, pero tam-bién puede, y debe, programar acciones formati-vas para el alumnado.

Hay muchas empresas instaladas en localida-des donde un buen número de alumnos y alum-nas de los centros educativos de la zona van aacabar trabajando. Un acercamiento a los centroseducativos para fomentar la cultura preventiva se-ría una aportación muy interesante y necesaria yaque al final esa falta de cultura preventiva recae,en forma de costes, para la propia empresa.

En el marco de los acuerdos de colaboraciónempresa-Administración, es interesante mencio-nar una experiencia formativa realizada por laAsociación de Empresarios Marítimos y Pesque-ros en colaboración con los departamentos deEducación de Cataluña y Baleares, consistente en

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En Cataluña y Baleares se han puesto en marcha talleres de sensibilización para infantil y primaria sobre consumo responsable de pescado y adquisición de hábitos saludables;

es un ejemplo de colaboración entre empresa y Administración.

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la realización en los centros educativos de infan-til y primaria de talleres de sensibilización sobreconsumo responsable de pescado, así como dela adquisición de hábitos alimentarios saludablespotenciando los valores de la dieta mediterránea.

Además del proyecto en sí, trabajando conel alumnado, se ha elaborado material didácticode apoyo al profesorado para que puedan seguirtrabajando las pautas de actuación tratadas. Larespuesta a este proyecto no se ha hecho espe-rar, de forma que a partir de la segunda campa-ña, los resultados ya han sido constatables, me-diante un aumento del consumo de pescado entorno al 70%.

De acuerdo con la Estrategia Española deSeguridad y Salud en el Trabajo, en los próximosaños se debe realizar un esfuerzo importante en laformación del profesorado para que éste, a su vez,sea la correa transmisora de la formación recibidahacia el alumnado. Debido a las deficiencias yamencionadas, dentro de la Administración Públicaexiste un número reducido de personas capacita-das para poder hacer frente al aluvión formativo,por lo que las actividades, en muchos casos, ten-drán que concertarse con empresas del sector pri-vado que son las que hoy en día llevan la delan-tera en materia de formación de trabajadores.

Muy probablemente va a ocurrir algo parecidocon la realización de los planes de autoproteccióny los de prevención; de hecho, ya hay alguna comu-nidad que ha concertado, bajo procedimiento deconcurso, la realización de dichas actividades.

Soluciones

Para resolver un problema tan complejocomo éste no hay recetas mágicas, lo primeroque hace falta es voluntad para instaurar unacultura preventiva real en las aulas, seguida deunas medidas legislativas y, sobre todo, econó-micas, que la apoyen. Pero mientras ese cambiode mentalidad llega a las personas que tienencapacidad de revertir la situación actual, se pue-den, y se deben, realizar actuaciones encamina-das a ir abonando el terreno.

Actualmente, y dadas las circunstancias, difí-cilmente se puede trabajar sólo desde la base,como por otra parte sería lo lógico. A la vez quese van poniendo los cimientos de la futura cultu-

ra preventiva en la educación, hay también que irdando respuestas a las necesidades de los alum-nos que ahora están dentro del sistema educati-vo. Por este motivo, a la par que se debe comen-zar a trabajar con alumnos de infantil, se debehacer con los alumnos de primaria y, principal-mente, los de secundaria, que son los que máspróximos tienen su salida al mundo laboral. Estasactuaciones deben ir dirigidas hacia dos caminos:el trabajo directo con el alumnado y el de formara los futuros formadores.

En el primer aspecto, es fundamental la ela-boración de unidades didácticas para los distintosniveles educativos, adaptadas a las distintas eda-des de los alumnos para que aunque fuese deforma transversal, existiera suficiente material conel que se pudiera trabajar de una manera habi-tual la prevención de riesgos con el alumnado.

En secundaria, se debería trabajar la preven-ción de riesgos de forma práctica en talleres y la-boratorios desde las siguientes asignaturas: tecno-logía, física-química, biología y plástica. También sedeberían estudiar los riesgos posturales y trastor-nos músculo-esquéleticos desde la asignatura deeducación física, mediante la enseñanza de bue-nas posturas.

También sería muy interesante una mayorcolaboración entre las empresas y centros educa-tivos de la zona, mediante la realización de cam-pañas conjuntas de sensibilización del alumnado.En cuanto al segundo aspecto, se debería comen-zar por elaborar un completo mapa de riesgosdocentes (no todas las asignaturas entrañan losmismos riesgos), debiendo ser éste conocido portodo el profesorado.

Se debería crear la figura del coordinador deprevención de riesgos laborales en todos loscentros educativos (en muchas comunidades,todavía no existe esa figura), y, de acuerdo con laLey de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL),darle la formación adecuada y el tiempo necesa-rio para realizar su trabajo, como, por otra parte,se indica en ella.

Por último, y no por ello menos importante,hay que dar formación al profesorado, primero enmateria de seguridad (primeros auxilios y utiliza-ción de medios de extinción en todos los centrosescolares), para posteriormente pasar a la forma-ción en prevención.

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A la par que sedebe comenzara trabajar conalumnos de

infantil, se debehacer con los de primaria y,

principalmente,los de

secundaria, queson los que máspróximos tienen

su salida almundo laboral

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