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Revista Electrónica de Arqueología Vol. 1 - Nro. 1 – Marzo 2006 Arquitectura ceremonial Recuay y sus representaciones -Claudia M. Pereyra Iturry * Resumen Este artículo presenta un análisis de la arquitectura ceremonial Recuay a través de las fuentes iconográficas (cerámica y litoescultura) y las representaciones de maquetas arquitectónicas. De esta manera, los arqueólogos podemos aproximarnos tanto a los rituales que se llevaron a cabo en dichos conjuntos arquitectónicos como al culto a los ancestros, cuyo rol activo es enfatizado en sociedades en las que era necesario demostrar la relación con el pasado. Abstract This article presents the analysis of Recuay ceremonial architecture by means of iconographic sources (pottery and stone sculptures) and architectural scale models. In this way, archaeologists can approach to the rituals that took place in these architectonic complexes, as well as to the cult of ancestors, whose active role is emphasized in societies where it was necessary to demonstrate the relationship with the past. Introducción Para encontrar respuestas respecto a las sociedades que poblaron el territorio peruano en el pasado, los investigadores han utilizado distintos medios de acceder a ellas a través de los textos etnohistóricos, comparaciones con datos etnográficos, datos arqueológicos de las excavaciones y la iconografía. Estas tentativas de respuestas se deben a la ausencia de textos prehispánicos, sin los cuales tan sólo podemos plantearnos posibles situaciones en relación tanto a la organización política como a la complejidad social de las culturas que se desarrollaron en los Andes Centrales. Si bien no considero errado el uso de textos etnohistóricos, tenemos que entender que sí es un error tomar los datos allí presentes como fidedignos y reales. Es necesario hacer un análisis crítico de ellos y evitar pasar por alto las concepciones y los prejuicios de occidente presentes en dichos documentos. Otro error común es el uso indiscriminado de los datos etnográficos y establecer paralelos directos con el pasado prehispánico. Debemos tener en cuenta que, si bien en muchas comunidades no se han dado cambios desde la llegada de los españoles, existieron cambios drásticos en el momento del contacto y sería un gran error considerar que el estilo de vida actual es el mismo que se tenía en el pasado. En el caso de la iconografía, usada para corroborar datos etnohistóricos o etnográficos, ésta en muchos casos ha perdido su calidad de dato en sí mismo y se ha convertido en una simple imagen ilustrativa. Como arqueólogos científicos debemos considerar la iconografía más allá de una simple ilustración y tomar su existencia como una fuente mucho más valiosa. Algunos arqueólogos consideran que por carecer de textos de la época simplemente se debe hacer una descripción de las imágenes, debido a que nunca llegaremos a entender plenamente su significado. Considero que esto no es totalmente acertado. Los arqueólogos tenemos muchas formas de acercarnos al pasado a través de las evidencias materiales * Especialidad de Arqueología, Facultad de Letras y Ciencias Humanas. Pontificia Universidad Católica del Perú. E-mail: [email protected] 8

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Arquitectura ceremonial Recuay y sus representaciones

-Claudia M. Pereyra Iturry*

Resumen Este artículo presenta un análisis de la arquitectura ceremonial Recuay a través de las fuentes iconográficas (cerámica y litoescultura) y las representaciones de maquetas arquitectónicas. De esta manera, los arqueólogos podemos aproximarnos tanto a los rituales que se llevaron a cabo en dichos conjuntos arquitectónicos como al culto a los ancestros, cuyo rol activo es enfatizado en sociedades en las que era necesario demostrar la relación con el pasado. Abstract This article presents the analysis of Recuay ceremonial architecture by means of iconographic sources (pottery and stone sculptures) and architectural scale models. In this way, archaeologists can approach to the rituals that took place in these architectonic complexes, as well as to the cult of ancestors, whose active role is emphasized in societies where it was necessary to demonstrate the relationship with the past. Introducción Para encontrar respuestas respecto a las sociedades que poblaron el territorio peruano en el pasado, los investigadores han utilizado distintos medios de acceder a ellas a través de los textos etnohistóricos, comparaciones con datos etnográficos, datos arqueológicos de las excavaciones y la iconografía. Estas tentativas de respuestas se deben a la ausencia de textos prehispánicos, sin los cuales tan sólo podemos plantearnos posibles situaciones en relación tanto a la organización política como a la complejidad social de las culturas que se desarrollaron en los Andes Centrales. Si bien no considero errado el uso de textos etnohistóricos, tenemos que entender que sí es un error tomar los datos allí presentes como fidedignos y reales. Es necesario hacer un análisis crítico de ellos y evitar pasar por alto las concepciones y los prejuicios de occidente presentes en dichos documentos. Otro error común es el uso indiscriminado de los datos etnográficos y establecer paralelos directos con el pasado prehispánico. Debemos tener en cuenta que, si bien en muchas comunidades no se han dado cambios desde la llegada de los españoles, existieron cambios drásticos en el momento del contacto y sería un gran error considerar que el estilo de vida actual es el mismo que se tenía en el pasado. En el caso de la iconografía, usada para corroborar datos etnohistóricos o etnográficos, ésta en muchos casos ha perdido su calidad de dato en sí mismo y se ha convertido en una simple imagen ilustrativa. Como arqueólogos científicos debemos considerar la iconografía más allá de una simple ilustración y tomar su existencia como una fuente mucho más valiosa. Algunos arqueólogos consideran que por carecer de textos de la época simplemente se debe hacer una descripción de las imágenes, debido a que nunca llegaremos a entender plenamente su significado. Considero que esto no es totalmente acertado. Los arqueólogos tenemos muchas formas de acercarnos al pasado a través de las evidencias materiales

* Especialidad de Arqueología, Facultad de Letras y Ciencias Humanas. Pontificia Universidad Católica del Perú. E-mail: [email protected]

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dejadas por las distintas sociedades, aun cuando gran parte de estas fuentes han sido alteradas por el abandono, el paso del tiempo, la intervención humana y otro tipo de factores externos. Si mantenemos la idea de que al no tener fuentes escritas no podemos decir nada al respecto, nos quedaríamos con las evidencias de actividades y sin una posible interpretación de la sociedad que las realizó. La idea es basarnos en un método científico y poder decir algo coherente respecto a dichas sociedades; de lo contrario, nuestro trabajo no habrá servido de nada. Desde este punto de vista, debemos considerar que la iconografía además constituye una fuente de primera mano; es decir, que accedemos directamente a lo que el artesano expresó en aquel momento, y esto con mayor razón podrá hablarnos de su sociedad, del espacio que habitó y cómo se organizaron en él. De esta manera, utilizando un método científico, podemos llegar a interpretaciones válidas de la iconografía de una cultura, la sociedad que la produjo, y el nivel de complejidad y desarrollo que esta sociedad tenía. La intención del presente trabajo es poder llegar a una interpretación válida sobre el espacio ceremonial Recuay. Esta interpretación se realizará partir de un análisis de la iconografía existente para luego establecer comparaciones con la arquitectura conocida. El Periodo Intermedio Temprano En los Andes Centrales, durante el Periodo Intermedio Temprano, se desarrollaron numerosas entidades políticas independientes. Estas entidades tuvieron diferentes sistemas de creencias, organización política, social y económica, las cuales responderían a ideologías particulares (DeLeonardis y Lau 2004). Cabe destacar además que en este periodo se dieron notables cambios y avances en la tecnología alfarera, textil y metalúrgica, las cuales eran las expresiones materiales de la vida política de estas sociedades antiguas (Makowski 2001). Una de estas culturas fue la Recuay, que se desarrolló entre la zona del Callejón de Huaylas (Huaraz) y Huamachuco (sierra de Trujillo), incluyendo zonas aledañas (Cordillera Blanca, Cordillera Negra, Callejón de Conchucos y Chacas; DeLeonardis y Lau 2004). Al haberse desarrollado en tan extenso espacio esta cultura posee gran heterogeneidad cultural, y es posible evidenciar numerosas variantes regionales como lo señalan los investigadores. La cultura Recuay se desarrolló desde los primeros siglos de nuestra era hasta su caída con el advenimiento de las fuertes presiones sureñas que vienen con Wari. Aunque no se cuenta con una cronología absoluta que sea suficientemente significativa, se considera que Recuay habría empezado a desarrollarse aproximadamente durante los primeros siglos de nuestra era hasta el 700 d.C. (DeLeonardis y Lau 2004). Características de la Cultura Recuay Cerámica Entre las características particulares que encontramos en la cultura Recuay podemos mencionar su cerámica, que se distingue por estar elaborada con caolín, cocida tanto en ambiente oxidante como reducido, por lo que lograron colores en tonalidades de blanco, anaranjado y negro (Makowski y Rucabado 2000; Fig. 1). La cerámica fina tuvo por lo general engobe color crema o blanco, sobre el cual se realizó una decoración pictórica con motivos figurativos (Fig. 2). Adicionalmente, es importante señalar que la elaboración de la cerámica fue realizada utilizando exclusivamente la técnica del modelado, y no se utilizaban moldes, a diferencia de los mochicas (Lau 2000).

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Fig. 1. Personaje con camélido (Lau 2000) Fig. 2. Personaje con rostro radiante (Makowski y Rucabado 2000) Litoescultura Otra de las características propias de la cultura Recuay fue la talla lítica, caracterizada por la presencia de esculturas y cabezas clavas, elaboradas tanto en bulto como en relieve y labradas (Makowski y Rucabado 2000). Iconografía Tanto en la cerámica como en la escultura podemos apreciar motivos figurativos que forman parte de la iconografía Recuay. En la cerámica encontramos numerosas escenas que se encuentran presididas por un personaje central masculino, el cual es acompañado por un grupo de acólitas y en algunos casos por animales como felinos o aves. En la iconografía podemos observar la presencia exclusivamente de personajes humanos y animales, dejando de lado la actuación de seres sobrenaturales. Estos hombres están ataviados con vestimenta en la que se representa motivos figurativos; tenemos así la existencia de tres íconos: una cara radiante, dos serpientes entrelazadas y un dragón (Makowski y Rucabado 2000). Los tres íconos mencionados son el eje de la religión Recuay, basada en el culto funerario a los antepasados de los linajes gobernantes. Es posible que estos tres íconos sean símbolos panétnicos (Makowski 2001). Se trataría en este caso de entidades políticas fundamentadas en el parentesco y la fidelidad a dioses ancestrales. El dragón Recuay es uno de los motivos más comunes y aparece como una figura central en gran parte de la cerámica conocida de la cultura Recuay. El dragón se encuentra relacionado con la figura en forma de cruz de cuatro puntas, por lo que podemos decir que estuvo asociado con el cielo y las estrellas. Los motivos figurativos Recuay expresan diferencias de estatus, posición y riqueza. En lo que respecta a la escultura, que se encuentra relacionada con la arquitectura funeraria, podemos observar una considerable variabilidad representativa. Para Lau y DeLeonardis, la variabilidad de las representaciones humanas es consistente con la idea de que cada escultura representa personajes individuales (DeLeonardis y Lau 2004). Arquitectura Asimismo, Recuay muestra una personalidad propia en lo que respecta a su arquitectura, que se caracteriza por el uso de la pachilla como técnica constructiva y el empleo de grandes bloques para la formación de las esquinas (Fig. 3; Lau 2000). Aunque en la sierra no existen grandes centros de apariencia urbana ni aglomeraciones de aldeas o residencias de élite fortificadas, en este sentido, son realmente pocos los vestigios dejados por la cultura Recuay (Fig. 4). A pesar de ello, aparecen en gran número terrazas de cultivo y sitios habitacionales dispersos (DeLeonardis y Lau 2004).

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Fig. 3. Arquitectura elaborada con la técnica de Pachilla en Pashash (Grieder 1978); Fig. 4. Sitio de Chinchawasi, muestra la locación del Sector 1 y 2 (Lau 2001). Las pequeñas aldeas ubicadas en las alturas guardan una estrecha relación con las áreas de cultivo y pastoreo. Algunos de estos asentamientos se ubican en rutas de intercambio y en locaciones estratégicas rodeadas por fortificaciones (DeLeonardis y Lau 2004), las cuales se considera que deben haber servido como refugio en casos de conflictos bélicos (Fig. 5). Además, en las partes más elevadas de estos asentamientos se encuentran construcciones presumiblemente de tipo ceremonial (con decoración lítico-escultórica), muchas de las cuales son complejos mausoleos de élite (Fig. 6). Arquitectura funeraria La mayoría de las tumbas, tanto en cámaras como en galerías subterráneas, han sido elaboradas en depresiones naturales o fracturas de la roca madre. Muchos de los sellos de estas tumbas tenían la capacidad de ser removibles, lo que nos hace pensar en una reiterada reapertura y manipulación con fines ceremoniales (Fig. 7; Lau 2000). Las mismas evidencias son dadas para el caso de las chullpas, que muestran ser más tardías debido a la superposición en el mismo espacio ceremonial (Fig. 8). Los ancestros se encuentran estrechamente ligados con la fertilidad, debido a que la muerte es símbolo de renovación. Al ser enterrados se convierten en la semilla de la cual germinará la vida. Es por esto que las ceremonias que se llevan a cabo están relacionadas a la fertilidad de la tierra, animales y hombres. Las ceremonias de libación, los sacrificios de camélidos en búsqueda de incremento de los rebaños y las ceremonias orgiásticas en busca de la fertilidad humana se encuentran representadas en la cerámica recuay. La falta de evidencias que revelen conflictos bélicos no lleva a descartar el importante papel que desempeñaron éstos en la visión del mundo de la cultura Recuay. Tanto en la cerámica como en la escultura se observa la presencia de guerreros armados; de igual modo, las diferencias en los tocados e insignias podrían estar indicando gradaciones de rango o estatus (Lau 2000).

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Fig. 5. Vista del valle (Proyecto Arqueológico Huacramarca 2004).

Fig. 6. Contextos de Chinchawasi (Lau 2001); Fig. 7. Estructura Funeraria de Chinchawasi (Lau 2000).

Fig. 8. Estructura Funeraria de Chinchawasi (Lau 2000)

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Comparación entre la cerámica y la arquitectura Recuay Como ya se mencionó anteriormente, en la cerámica recuay se representan estructuras que proporcionan una idea de cómo pudieron haber funcionado los espacios arquitectónicos de uso público en esta sociedad. Como veremos más adelante, estas representaciones muestran además similitudes con los contextos arqueológicos que han sido investigados. Espacios Arquitectónicos Cerrados Los espacios arquitectónicos que he denominado cerrados presentan una o más de las siguientes características:

- Edificios de uno o dos pisos de diseño simétrico (Figs. 9-10) - Espacios arquitectónicos de planta cuadrangular (Figs. 9-12) - Espacios abiertos o subdivididos a modo de galerías (Figs. 9-10 y 13) - Acceso a través de pequeños corredores, escalinatas y pasadizos (Figs. 11 y 14) - Decoración sumamente elaborada (esculturas en miniatura, monolitos, etc.; Figs. 9,

11-12 y 14-15) En casi todos estos espacios encontramos la presencia de hombres que realizan distintas actividades. Por lo general, los que se encuentran en grupo están presididos por un personaje central que se encuentra libando posiblemente chicha, mientras que los espacios que contienen en su interior a un solo personaje no muestran símbolos de mayor actividad. Es muy probable que en los primeros casos se trate de espacios ceremoniales a modo de palacios, donde además de realizar actividades de tipo ritual se lleven a cabo también actividades domésticas. Para el segundo caso propongo que se trataría de arquitectura de tipo funerario (Fig. 12); probablemente chullpas o cámaras funerarias comparables con los fardos funerarios, también representados (Fig.16). Respecto a las representaciones, se puede decir que estos espacios son parte de la arquitectura ceremonial recuay, y generalmente son estructuras de paredes concéntricas, con compartimientos formados por particiones radiales. En ellos se han encontrado cantidades significativas de huesos de camélidos y ofrendas incineradas. En lo que se refiere a cuestiones estéticas, gran parte de las representaciones muestran aleros en lo que serían las paredes externas de la construcción (Figs. 9-10, 12-13 y 15). En comparación con ellas se han encontrado aleros en La Capilla, en las excavaciones de Pashash (Fig. 17). Bennett descubrió figuras de estilo Recuay pintadas en rojo y blanco sobre las jambas y dinteles de los vanos de acceso de una tumba subterránea en Yanapampa, muy similares a las que podemos observar en las representaciones arquitectónicas presentes en la cerámica. En Chinchawasi se han encontrado grandes remanentes de camélidos en áreas adyacentes a las esculturas y tumbas de los ancestros. Por otro lado, en las excavaciones en La Capilla, en Pashash, se obtuvo como resultado dos tipos de construcciones:

- Cámaras pequeñas con lugares de quema (interpretadas como casas) - Dos cuartos en cuya estructura se encontraba un entierro con ofrendas

Entre los tipos de tumbas subterráneas recuay podemos encontrar construcciones que tuvieron distintos tipos de elaboración:

- Cistas simples, con pequeñas cámaras rectangulares, y cistas elaboradas, con antecámaras que conectaban la entrada con la cámara de entierro.

- Galerías subterráneas, con cámaras de múltiples compartimientos, llegando a alcanzar un largo de 20 metros (Fig. 18)

- Chullpas, con una o más entradas orientadas de preferencia hacia el este (Fig. 19)

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Fig. 9. Estructura arquitectónica cerrada (Carrión Cachot 1955); Fig. 10. Estructura arquitectónica cerrada (Lau 2000).

Fig. 11. Estructura arquitectónica cerrada (Schmidt 1929); Fig. 12. Estructura arquitectónica cerrada (Schmidt 1929)

Fig. 13. Estructura arquitectónica cerrada (DeLeonardis y Lau 2004); Fig.14. Estructura arquitectónica cerrada (Hohmann 2003)

Fig. 15. Estructura arquitectónica cerrada (Hohmann 2003); Fig. 16. Personaje en fardo funerario (Makowski y Rucabado 2000)

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Fig. 17. Arquitectura ceremonial con alero de Pashash (Grieder 1978); Fig. 18. Plano del sitio de Huacramarca (Cappra 2002)

Fig. 19. Corte de la Chullpa 2 del sector 2 de Chinchawasi (Lau 2001).

Espacios Arquitectónicos Abiertos En la cerámica encontramos numerosas escenas en espacios abiertos que se encuentran presididas por un personaje central masculino, el cual es acompañado por un grupo de acólitas y en algunos casos por animales como los felinos (Figs. 20-21). Podemos enumerar algunas de las actividades que se están llevando a cabo en dichos espacios:

- Danzas y bailes acompañados por músicos (Figs. 22-24) - Ceremonias de fertilidad (Figs. 25-26) - Festines y ceremonias de libación (Figs. 20 y 27-28)

Hablamos de espacios abiertos porque todas estas actividades antes mencionadas requieren ser realizadas al aire libre. Además, los personajes se encuentran representados en espacios no construidos (Figs. 20-21). Un caso particular es ilustrado por un grupo de acólitos que sostienen una especie de manta que cubre al personaje principal (Fig. 29), lo cual evidencia de forma aun más tangible el hecho de encontrarse a la intemperie. Podemos observar cómo en la iconografía recuay los individuos se abrazan mientras la figura principal preside la reunión o toca algún instrumento (antara, tambores, etc.).Las ceremonias que se llevan a cabo están relacionadas a la fertilidad de la tierra, animales y hombres; por ello, se llevan a cabo ritos orgiásticos y sacrificios de animales (Fig. 26). Los animales son llevados al sacrificio por hombres ataviados como guerreros, lo que evidencia que no se trata de simples pastores sino posiblemente de personajes importantes que van a realizar un ritual.

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Fig. 20. Estructura abierta, personaje y acólitas (Schmidt 1929); Fig. 21. Personaje principal con acólitas (Lau 2000).

Fig. 22. Estructura abierta con danzantes (Carrión Cachot 1955); Fig. 23. Estructura abierta con danzantes (Schmidt 1929).

Fig. 24. Personaje tocando antara (Lau 2000); Fig. 25. Personaje en rito orgiástico con acólita (Makowski y Rucabado 2000).

Fig. 26. Personaje con camélido y antara (Carrión Cachot 1955); Fig. 27. Ceremonia de libación (Lau 2000)

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Fig. 28. Personaje y acólitos (Carrión Cachot 1955); Fig. 29. Personaje y acólitos (Lau 2000) Por otro lado, forman parte de estos rituales las ceremonias de libación y los festines, en los cuales los personajes de mayor autoridad y prestigio se encargan de abastecer de alimentos y bebida a los miembros de su comunidad, con el fin de obtener beneficios de ellos. Se han identificado plazas rectangulares en la cima de los cerros o colinas, las cuales parecen haber sido usadas como escenarios de reuniones públicas (Figs. 4, 6, 18 y 30). Cabe agregar que en Pashash se encontró una maqueta que representaba uno de estos asentamientos, lo que demuestra que estos lugares no carecían de planificación (Fig. 31). Como hemos podido observar, parte de las representaciones muestra que una parte importante de estas celebraciones al igual que la danza era la música. Vemos así a personajes masculinos que portan antaras y que formarían parte del grupo de los celebrantes (Figs. 24 y 26). Además, otros personajes también representados son los cargadores de líquidos, posiblemente chicha que está siendo llevada al lugar de la ceremonia (Fig. 32). En Queyash Alto se han hallado grandes cantidades de alimentos, recipientes de servir y fragmentos de antaras. Conclusiones La cerámica recuay está caracterizada por vasijas de tipo ceremonial como son las pacchas. Éstas eran utilizadas en las ceremonias de libación, rituales de fertilidad y culto a los ancestros, las cuales son representadas en ellas mismas. Esto quiere decir que estas vasijas fueron utilizadas en dichos rituales de fertilidad con fines ceremoniales, donde se rendía culto a los ancestros, intermediarios y benefactores de los vivos. La escultura en piedra también representó un papel muy importante en la ideología recuay, debido a que cada una de las esculturas representaba a un ancestro del linaje gobernante. Los gobernantes vivos, a través de los ritos, renuevan los vínculos con sus ancestros y, tras ofrecer festines a los pobladores, obtienen los beneficios de legitimación de poder y tributo por parte de los súbditos. Es claro que estas ceremonias se realizaban en los grandes patios o corrales ubicados en los asentamientos, donde se reunían los pobladores de la zona. Los ancestros también participaban de estas actividades, debido a que eran sacados de sus mausoleos que se encontraban en las partes más elevadas de los asentamientos. Los oficiantes de estas ceremonias tenían vestimenta que exhibía las imágenes de los diferentes seres sobrenaturales (ancestros fundadores del linaje) como el ser radiante, las dos serpientes entrelazadas o el dragón. Estos oficiantes eran guerreros del más alto estatus y formaban parte de la élite gobernante.

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Fig. 30. Sector 2 de Huacramarca (Proyecto Arqueológico Huacramarca 2004); Fig. 31. Maqueta arquitectónica excavada en Pashash (Grieder 1978)

Fig. 32. Personaje trasportando líquido (Schmidt 1929)

Las mujeres también estaban presentes en estas celebraciones, tanto como acólitas o como compañeras sexuales en los ritos orgiásticos, ocupando siempre un papel secundario. Todas las ceremonias mencionadas se relacionan estrechamente con la fertilidad; los ritos funerarios son ritos de renovación, debido a que la muerte es regeneradora y trae consigo la vida. Los ritos orgiásticos y el sacrificio de camélidos buscan igualmente la fertilidad; las ceremonias realizadas a favor de los ancestros buscan obtener de ellos las gracias de las buenas cosechas, el aumento de los rebaños y de la población. Las prácticas ceremoniales estarían centradas en el culto a los ancestros; por este motivo, las momias de los ancestros eran retiradas de sus repositorios para ser exhibidas, veneradas y consultadas en ceremonias públicas Todo esto nos lleva a pensar que la cultura Recuay estuvo conformada por un grupo de curacazgos que tenían a su cargo un número de habitantes distribuidos en zonas de cultivo y campos de pastoreo, y cuya ideología religiosa se basaba en el culto a los ancestros. Cada grupo respondía a un ancestro distinto del cual era descendiente el linaje gobernante; a ello se debería la diversidad formal de la cerámica entendida como estilos regionales. Los gobernantes eran guerreros de alto rango, quienes al mismo tiempo eran los encargados de realizar las ceremonias rituales. Las mujeres participaban también de estos ritos; son reconocidas dentro de la sociedad pero sin llegar a pertenecer a la jerarquía más alta del gobierno o mando. Cada etnia tendría entonces una deidad principal y estaría dirigida por un líder o curaca; sin embargo comparten patrones porque forman una confederación que se reconoce dentro del mismo grupo cultural, aunque sin llegar a tener un solo líder o gobernante que centralice todo el poder.

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