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Nº 626 Medellín, noviembre de 2013 SISTEMA DE COMUNICACIONES • http://almamater.udea.edu.co • [email protected]ISSN 1657-4303 Con las cartas sobre la mesa “La violencia agota las ideas” Los genes que nos marcan La reforma a la salud no pasa el examen Más de 48 mil aspirantes buscan un cupo en la UdeA Insectos forenses al acecho Foto Luis Javier Londoño Balbín Foto Luis Javier Londoño Balbín Página 29 Página 6 Página 4 Página 5 Página 18 Más de 48 mil aspirantes buscan un cupo en la UdeA

PERIÓDICO ALMA MATER 626 NOVIEMBRE DE 2013

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PERIÓDICO ALMA MATER N° 626 NOVIEMBRE DE 2013

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Nº 626 Medellín, noviembre de 2013 SISTEMA DE COMUNICACIONES • http://almamater.udea.edu.co • [email protected] • ISSN 1657-4303

Con las cartas sobre la mesa

“La violencia agota las ideas”

Los genes que nos marcan

La reforma a la salud no pasa el examen

Más de 48 mil aspirantes buscan un cupo en la UdeA

Insectos forenses al acecho

Foto Luis Javier Londoño Balbín

Foto Luis Javier Londoño Balbín

Página 29

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Más de 48 mil aspirantes buscan un cupo en la UdeA

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2Nº 626, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIAMedellín, noviembre de 2013

Por SARA GIRALDO MAESTRE UdeA 210 años de presencia en AntioquiaComo parte de las ac-

tividades que se han desarrollado en 2013 por la celebración del bicentenario de la in-

dependencia de Antioquia y de los 210 años de la Universidad de An-tioquia, se realizó el foro “Presencia de Antioquia en la construcción de país”.

Así, de la mano de reconocidos invitados se hizo un recorrido por los siglos XIX y XX hasta el presen-te, en donde se evidenció cómo desde la minería, la educación, el derecho, la ingeniería y la medicina el departamento ha contribuido a escribir la historia de Colombia. Asimismo, se plantearon los retos que le deparan al departamento en los próximos años.

En el foro que se cumplió el 22 de octubre, el rector de la Universidad de Antioquia, Alberto Uribe Correa, trajo al presente el papel académico e investigativo de la Institución en el desarrollo del departamento. “Baste recordar que la primera escuela de ingeniería de Colombia nació en esta Universidad cuando Francisco José de Caldas fundó la Academia Militar en 1814”, dijo. Así mismo, recordó que fue en esta Universi-dad donde se estableció una de las primeras escuelas de derecho de la época de la Independencia de Colombia —este año la Facultad

de Derecho y Ciencias Políticas ce-lebrará 186 años—y que sus aboga-dos participaron en la vida nacional con contribuciones pioneras como el derecho minero y comercial.

En cuanto a la medicina, Uribe se remontó hasta 1871, año en que nació la facultad de donde se graduaron quienes fundaron la Academia de Medicina en 1887. “El papel de la Facultad de Medi-cina es reconocido desde aque-llos años cuando se destaca su liderazgo científico en trasplantes, salud pública e interacción con la tecnología en carreras como la bioingeniería”.

Por su parte, el Gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo Valderra-ma, se refirio al papel determinante del oro para el proyecto económico de la independencia, mineral hoy motivo de conflicto y de violencia. En ese sentido, Fajardo reconoce que el mayor reto que tiene el de-partamento y sus más de seis millo-nes de habitantes es ayudar a pasar esta página y comenzar a escribir la de la decencia y la inteligencia.

“Antioquia está llena de heridas, de lágrimas, de rencores, de mie-dos. Por todas partes la violencia ha tocado el alma y el espíritu y este no era un departamento violento”,

dijo. Reconoció entonces que para trazar y ejecutar los objetivos fu-turos, la Universidad de Antioquia es el eje fundamental. “Desde que somos un estado independiente la Universidad estaba ahí, después de 200 años tiene que ser el primer capítulo que lidere”, dijo.

Para el líder empresarial Nicanor Restrepo Santamaría, la educación es sin lugar a dudas el único ca-mino posible para el progreso. Él, quien hizo la conferencia inaugural del foro, asegura que para seguir avanzando en la construcción de país la educación se convierte en un factor decisivo.

“Es fundamental el apoyo a la educación pública porque más del 80% de los niños colombianos va a escuelas oficiales, es allí donde está el gran énfasis para mejorar la calidad”, observó.

Restrepo también hizo un balan-ce en cuanto a la disminución que ha sufrido la industria antioqueña. Afirmó que en los años ochenta este sector constituía el 37% de la economía local, y en la actualidad el porcentaje es del 16%. En ese sentido advierte que la partici-pación de la industria en la eco-nomía departamental ha perdido

relevancia frente a los sectores de servicios y de comercio.

A pesar de lo anterior Restrepo Santamaría le reconoce al depar-tamento su contribución del 15% al Producto Interno Bruto del país, “no obstante que el gran compo-nente de la economía actual de Colombia es la minería. Antioquia —dice— sigue contribuyendo con una economía de mayor valor agre-gado a la construcción nacional”.

Así mismo, el ex gobernador de Antioquia considera que el departa-mento cuenta con un gran liderazgo y es ejemplo para Colombia en cuanto al conocimiento que hay en las universidades y los centros de investigación, al compromiso ciuda-dano y a sus autoridades “que tienen altas calificaciones desde la eficacia, la transparencia y el compromiso con sus planes de gobierno”.

En el foro se evidenciaron los múltiples retos proporcionales a los logros históricos que desde ahora se vislumbran, no solo para el de-partamento sino para la Universidad de Antioquia, que en palabras de Fajardo son tres: preservar los bie-nes públicos bajo su tutela, ahondar en la calidad y pertinencia de sus programas, y expandir su presencia integral a toda la región antioqueña.

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LA UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA HACE CONSTAR: • Que se encuentra en trámite el reconocimiento de prestaciones sociales de la señora ADRIANA MARÍA DE LA HOZ PATIÑO fallecida el 4 de julio de 2013. Se ha presentado a reclamar la señora MARÍA GRACIELA PATIÑO LOPERA en calidad de madre. • Que se encuentra en trámite el reconocimiento de prestaciones sociales del señor LUIS FERNANDO VÁSQUEZ BEDOYA fallecido el 22 de agosto de 2013. Se han presentado a reclamar el señor JULIO CÉSAR VÁSQUEZ ALZATE y la señora OLGA ESNEDA BEDOYA TORO en calidad de padres. • Que se encuentra en trámite el reconocimiento del traspaso de la pensión jubilación que percibía el señor JOSE ALCIDES MARTINEZ ORTIZ, quien falleció el 18 de agosto de 2013. Se ha presentado a reclamar la señora ANGELA CANO DE MARTINEZ en calidad de cónyuge. Otras personas que se consideren con derecho, presentarse dentro de los 30 días siguientes a esta publicación.

Pablo J. Patiño Rafael Rubiano Muñoz Eufrasio Guzmán Mesa Carlos Arturo Fernández Iván Darío Arango Gloria Inés Sánchez

Resulta meritorio que en plena celebración de 200 años de indepen-dencia de Antioquia, en 2013, la Universi-

dad de Antioquia nos recuerde su papel como proyecto cultural de comienzos de siglo que hunde raíces en la expedición botánica, en las guerras de independencia y en la fundación de la república.

La publicación del texto “Ensa-yos universitarios” —título que, de paso, hace honor a uno de los géneros literarios más cercanos al espíritu plural de la Universi-dad— permite reconocer, desde el punto de vista de sus autores, los elementos de fondo en asun-tos esenciales y no exclusivos del mundo académico como la salud, el humanismo, la política, la socie-dad, la cultura y la ciencia.

A la obra lel preceden inves-tigaciones que han animado la comprensión del significado de la Alma Máter. Tal es el caso del libro “Universidad de Antioquia Historia y Presencia”, dirigido por la socióloga María Teresa Uribe, quien ad portas de los 200 años de la institución, en 2003, adelantó con un equipo de colaboradores la misión de desentrañar momen-tos paradigmáticos en la vida universitaria. Un libro posterior a esta rigurosa tarea fue “Crónicas universitarias”, orientado por el profesor Javier Escobar Isaza y un

Por GISELA SOFÍA POSADA MEJÍA grupo de asesores que da cuenta del discurrir de facultades, escue-las e institutos y su participación en las áreas del conocimiento.

Para el caso de Ensayos uni-versitarios, la salud, por ejemplo, presenta el reto por discernir las prioridades de una agenda tec-nológica y los énfasis en el papel transformador de las ciencias básicas como aplicadas (tarea que sigue al orden), según criterio de la investigadora Gloria Sánchez, quien deriva en concluir que la salud es sinónimo de educación: “los individuos más educados son los que tienen mayor capacidad de tomar decisiones saludables y escapar del círculo perverso de la enfermedad con un sistema de salud reduccionista y clínico que deja de lado ese campo de la salud pública poco rentable que es la prevención”.

En otro ángulo, la ciencia posee también motivos para entender por qué en Colombia, hoy, no se puede hablar de universidades de investigación, en contraparte con casos en el mundo que han deja-do consignado la investigación y su vocación en la generación de conocimiento, como Cambridge y Stanford, donde “la mayor parte de los profesores se vinculan para hacer investigación...el papel fun-damental de la educación superior es la formación acompañada de la apropiación y generación del conocimiento”, según la crítica planteada por el científico Pablo Patiño con reparos a las “esqui-zofrenias” creadas por la Ley 30 de 1992. “Una universidad de

investigación es aquella que tiene como razón de ser la generación de conocimiento nuevo para la sociedad con miras a la transfor-mación social y al crecimiento económico…un conocimiento que debe afectar la formación del talento humano”.

Un paneo que nos lleva a reco-nocer que a pesar de las batallas y los intereses bélicos hubo un espíritu público que se salvaguardó y permaneció intacto en la Univer-sidad. Los estadios descritos por el profesor Carlos Arturo Fernández al destacar la primera escuela de artes y oficios que naciera en 1887, a la par de la industrialización an-tioqueña con anécdotas como la aparición de la primera escultura civil “Dulce martirio” no religiosa del maestro Francisco Antonio Cano, cuyo bronce se encuentra en el Museo Universitario, es otro de los temas tratados.

“Universidad y sociedad frente al siglo XXI: modernidad y masifi-cación”, es otro ensayo que invita a reflexiones sobre la relación universidad y sociedad, lo que en palabras de Rafael Rubiano, su autor, podría sinterizarse en la manera como la Universidad se mueve entre el ideal y las accio-nes. Allí plantea dos momentos significativos como la modernidad y la masificación en la década de los 70: “el saber y el conocimien-to como bienes no pasan por el mercado. Los valores fundantes de una institución como la ética, la responsabilidad, lo público, la libertad, la tolerancia, son valo-res esenciales e intangibles para

que una sociedad funcione y se transfieren de generación en ge-neración”.

Preguntas y repuestas y el intento por escapar del lugar co-mún, y es allí donde dos filósofos se adentran en la compresión del humanismo, como correspondió a Eufrasio Guzmán en su examen al mundo de las ideas y al necesario tamiz del rigor y la tradición, quien anota con precisión que “el mayor enemigo de la tradición humanista es el dogmatismo y el sectarismos que lleva a que ciertos grupos se consideren el punto de lanza de la historia”. Y la política, alrededor de cuyas reflexiones el profesor Iván Darío Arango concluye que “la mayor riqueza de las universidades públicas está en la inconformi-dad, la inquietud y la sensibilidad social de sus estudiantes, porque impulsan en ellos una curiosidad por la literatura y por las ideas políticas, que les permite aprender a preguntar con agudeza sobre los problemas más profundos de la sociedad (…); el imaginario del marxismo sigue muy arraigado y nos ha dejado un vacío que es necesario llenar. Nos correspon-de repensar la democracia y los escenarios de debate”.

Como en todo coro, cada voz obedece a su naturaleza, y en el caso de los Ensayos universitarios es una polifonía afortunada al te-nor del libre albedrío. Un intento plural que busca ser coherente con el tácito principio del mundo de las ideas y de la construcción colectiva de conocimiento, es decir, de universidad.

Ensayos universitarios

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Cartas sobre la mesa

¿Cuál es su planteamiento con relación al conflicto y la protesta en la Universidad de Antioquia?

El conflicto es inherente a la Uni-versidad. La ciencia, la academia y el pensamiento científico no se pueden desarrollar al margen de la crítica, del cuestionamiento, de la pluralidad y todo eso necesariamente está vincu-lado al conflicto. El conflicto no es una expresión de una enfermedad de la Universidad, por el contrario es la expresión de la vitalidad misma de la vida universitaria.

Lo que cuestionamos es la aso-ciación que se quiere hacer entre conflicto y violencia. Los universi-tarios tenemos vías para la solución de los conflictos, como la construc-ción de comunidades académicas y consensos alrededor de tesis, hipótesis e investigaciones. Igual en materia política a través del ejercicio del debate, la polémica, la confron-tación de ideas y la construcción de consensos y no, obviamente, recurriendo a la violencia.

¿Habla usted de conflicto sin violencia?

Claro, porque la perspectiva nuestra sobre cómo concebimos la universidad y la vida universitaria es, no de que no haya conflicto en la Universidad, sería como matar la razón de ser y la esencia misma de la Universidad; no de que los grupos universitarios en sus estamentos puedan expresarse a través de la protesta; todo eso es inherente a la Universidad. Lo que niega la vida universitaria es la lógica de la violencia a la cual la quieren so-meter actores internos y también externos. La Universidad no puede ser un campo de batalla, un campo de confrontación violenta y armada entre actores, donde por lo general, quien queda en medio del fuego o quien queda de espectador frente a esta confrontación es la población universitaria, un poco similar a lo que ocurre en el país con la guerra y con la confrontación con los secto-res armados regulares e irregulares.

No queremos que la Universidad sea victimizada por los sectores ar-mados y convertida en coto de caza por uno u otro actor; la apuesta no está en este caso en defender la brutalidad con la cual incursiona la

La universidad pública, concebida por naturaleza para el debate, la polémica y la confrontación de ideas, se ve enfrentada hoy a constantes episodios de violencia con los que algunos sectores buscan reinvindicar o justificar sus posiciones frente a los conflictos que se viven tanto adentro como afuera de la institución.

Bombas, intimidación y capuchas integradas con mayor frecuencia al paisaje universitario, obligan a una reflexión amplia de la comunidad universitaria sobre lo que hoy representan la protesta, la violencia y el conflicto.

Jaime Rafael Nieto Nieto, representante profesoral ante el Consejo Superior Universitario, en diálogo con Alma Mater precisa los alcances de “Cartas sobre la mesa”, iniciativa universitaria creada para el debate y confrontación de ideas sobre los conflictos de la Universidad de Antioquia y del país.

fuerza pública en el campus univer-sitario muchas veces, desafiando el propio orden legal y constitucional, ni tampoco ponerse del lado de quienes protagonizan los tropeles violentos desde la Universidad en nombre de una supuesta autonomía universitaria y en nombre de una supuesta defensa de los intereses de los universitarios.

Yo creo que los universitarios debemos ponernos por fuera de estas dos lógicas de actores arma-dos y constituirnos como sujeto colectivo universitario. Construirnos como comunidad de universitarios sobre la base de consensos básicos. Comunidad no significa homogenei-dad, significa construir consensos que le den sentido, que le den identidad y horizonte a sentirse miembro de la universidad pública.

¿Usted qué piensa de la uti-lización de las capuchas?

En el caso particular de la Uni-versidad de Antioquia, en la medida en que la capucha está asociada a la ocurrencia de tropeles violentos, no es un método legítimo de la protesta. En otros contextos, gene-ralmente marcados por un control autoritario de la situación, por poderes dictatoriales incluso por poderes igualmente encapuchados y clandestinos, la capucha es legíti-ma, de hecho hay movimientos en América Latina que han tenido que recurrir a la capucha como un pro-cedimiento para legitimar acciones colectivas y acciones políticas.

En el caso concreto de la Univer-sidad de Antioquia, yo realmente cuestiono la legitimidad que tiene el símbolo de la capucha. Creo que en un escenario democrático, plu-ralista de respeto a las posiciones del otro, lo que uno esperaría es que su interlocutor fuera un inter-locutor sin capuchas, o sea que uno pudiera identificar el rostro, mirar a los ojos de quien está con-trovirtiendo con uno, reconocerlo como un diferente, como un alter ego, pero al mismo tiempo un alter ego que pertenece a una misma comunidad de hablantes, en este caso una comunidad universitaria. Y en ese sentido, en ese tipo de contextos, para mí la capucha es absolutamente innecesaria, y no solo innecesaria sino absolutamen-te dañina para el desarrollo de un proceso de discusión democrática

¿Usted cómo califica el diá-logo al interior de la Universi-dad de Antioquia?

La Universidad es una univer-sidad fracturada, una universidad

fragmentada, donde cada estamen-to va por su propia cuenta y riesgo, va como una rueda suelta, muchas veces pensando en sus intereses estrictamente corporativos, cuando logra pensar como corporación o como gremio como en el caso de los empleados, jubilados, profesores y estudiantes. Hay una fragmentación muy profunda, y si bien existe la multiestamentaria, esa instancia sigue siendo un espacio muy preca-rio, que no logra saldar y al mismo tiempo soldar estas desarticulacio-nes corporativistas que son las que predominan en la vida universitaria.

El Consejo Superior Universita-rio es un consejo todavía muy de espaldas a la vida universitaria y a la comunidad. Es un consejo que no ha podido o no ha sabido abrir espacios de articulación fluida, continua, permanente con los uni-versitarios. El CSU es una instancia altamente burocratizada, justa-mente por esta desarticulación.

¿Hay problemas en la cons-trucción de confianza entre los estamentos?

Claro, empezando por la con-

figuración del gobierno de la Universidad, que no nos satis-face a los universitarios, porque el CSU debe ser una instancia lo más y mejor representati-va de la Universidad, además estructurado y configurado a través de un procedimiento es-trictamente democrático. Creo que hace falta avanzar en la profundización de una gestión democrática en la Universidad que facilite la construcción de confianzas, art iculaciones y proyectos colectivos, en de-pendencias y la Universidad.

¿A qué apunta “Cartas sobre la Mesa?

A construir comunidad alrededor de un proyecto de universidad, que no niegue las singularidades y espe-cificidades de cada actor y estamen-to dentro de la vida universitaria, que permita a través de dichas sin-gularidades una articulación hacia un proyecto común. El gran desafío que tiene “Cartas sobre la mesa” es cómo propiciar estos espacios de articulación y cómo construir en el corto y mediano plazo, un proyecto de universidad.

Por ALEXANDER OTÁLVARO

El profesor William F. Pérez del Instituto de Estudios Políticos, el profesor Carlos Médina de la Uni-versidad Nacional y el dirigente del Consejo Regional Indígena del Cauca Feliciano Valencia participaron en la apertura de Cartas sobre la mesa.

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5Nº 626, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIAMedellín, noviembre de 2013

“ Es hora de desencapucharse... La forma más grande del tropel es la que se construye en el conocimiento”

Con la cátedra “Violencia, protesta y democracia en la Universidad”, el profesor Carlos Medina Gallego puso las cartas

sobre la mesa en torno a cinco ejes: el sentido de la universidad, la natu-raleza del ser juvenil, la naturaleza de los conflictos universitarios, la protesta unida al conflicto universi-tario y la democracia universitaria. A continuación, apartes de la interven-ción del profesor investigador de la Universidad Nacional de Colombia, Doctor en Historia y autor del Mani-fiesto del tropelero.

La universidadLa universidad es fundamental-

mente el más importante escenario de la cultura que tienen los pueblos y las naciones. Es el lugar donde se construyen las dinámicas políticas, sociales, culturales, profesionales, científicas de las cuales se propo-nen transformaciones significativas para la nación.

Con los encapuchados resolvi-mos algo que era importante para nosotros. Llegamos a un acuerdo

de que si querían podían pintar toda la Universidad, pero que el único lugar donde no cabía un gra-fiti era en las aulas. Que en las aulas los grafitis debían adquirir la forma de las ideas y de las discusiones, del pensamiento inteligente.

Los jóvenesYo pienso que la esencia del

ser joven es la rebeldía, pero es importante saber cuál es el sentido de la rebeldía juvenil. La rebeldía se construye sobre la base de un pensamiento crítico y propositivo.

Pero también pienso que los jóvenes deben ser subversivos. Y que debe haber un lugar en las universidades para la subversión y debe haberlo porque hay que desestigmatizar el concepto.

Considero que en la universidad los jóvenes además deben ser revo-lucionarios. Porque su rebeldía y su carácter subversivo debe llevarlos a ser arquitectos e ingenieros de una sociedad más justa, más equitativa, más democrática.

Pero rebeldía, subversión y re-volución están muy lejos de estar circunscritas al fenómeno de la violencia. No para ser revolucio-nario, ni rebelde, ni subversivo es condición sine qua non ser violento. Por el contrario, es condición sine qua non, ser inteligente, compro-meterse con inteligencia en los procesos de y en las transforma-ciones que hay que emprender.

No le voy a negar en proceso de domesticación institucional a los jóvenes la posibilidad de la rebeldía, el carácter subversivo de sus prácticas y el carácter revolu-cionario de su condición de vida. Pero lo que no me voy a permitir hoy es pensar que esas tres cate-gorías están circunscritas de forma absolutamente indisoluble con el problema de la violencia. Cuando llega la violencia se agotan los argumentos, cuando llega la vio-lencia se acaban las ideas, lo que nos asiste es fundamentalmente el terror y el miedo.

Los conflictos universitarios

Pienso que hay esencialmente cinco formas del conflicto univer-sitario:

Los conflictos del orden social. Grandes tragedias transitan por nuestros corredores y salones, que muchos maestros no alcanzamos a dimensionar; seres humanos atravesados por todo tipo de ne-

Foto Luis Javier Londoño Balbín

cesidades materiales, económicas, sociales, afectivas, y no siempre fáciles de resolver. ¿Cómo les es-tamos garantizando esos derechos fundamentales?

Conflictos originados por las di-námicas institucionales. Directivos, administrativos que funcionan con paquidérmicas obediencias, que no logran resolver los problemas, que los enredan, que los dificultan. Problemas con los trabajadores. Rectores que no entienden. Creen que es en los corredores de la bu-rocracia y del lobby político que se consiguen los presupuestos. Pero muchos de esos presupuestos que tienen las universidades los consiguieron las movilizaciones estudiantiles.

El conflicto político de las uni-versidades. En todas las univer-sidades se expresan todas las formas del pensamiento y las organizaciones políticas. Hay for-mas de organización articuladas a los procesos de defensa de la educación pública. Pero también hay grupos que provienen de las or-ganizaciones armadas de derecha y de izquierda. Grupos que piensan que el problema de la protesta es el problema de la violencia y que hacen práctica la violencia como si estuvieran construyendo una hoja de vida de compromiso para sentirse revolucionarios.

La característica que tengo yo es que vengo de la capucha y eso me diferencia de los demás, me per-mite pararme con autoridad frente a los encapuchados a decirles: ¡es hora de desencapucharse! ¡Es hora de encapucharse con otras capuchas! Porque las capuchas se volvieron de todos los colores. Hay capuchas negras de tortura-dores, hay capuchas verdes de militares, hay capuchas blancas del Ku Klux Klan, hay capuchas rojas de comunistas, hay capuchas de paramilitares, hay capuchas de fuerza de la inteligencia que operan en la perturbación de los órdenes institucionales. Entonces no es tan fácil el problema.

¿Será que los encapuchados construyen el tropel desde los laboratorios científicos de biolo-gía, ingeniería y medicina? ¿Será que construyen el tropel como proyecto de investigación? ¿Será que los encapuchados constru-yen el tropel desde las facultades de arte a través de la poesía, la pintura y la escultura? ¿Será que los construyen como música creativa, qué nos llena de especial

placer? ¿Será que lo construyen desde un compromiso real con la ciencia y con las trasformaciones?

O piensan que construyen cada vez que se revientan contra el muro de la represión a la salida de las universidades. Porque esa es la forma más despreciable del tropel, porque la forma más grande del tropel es la que se construye en el conocimiento científico y en la cultura para servir al país. ¿Será que quieren comprometerse de verdad, no al calor de sus gónadas, sino a la dinámica de sus neuronas con los compromisos transformadores de este país. O son hombres fósforo, cuya cabeza vive incendiada y su pensamiento se apaga en cada momento que termina una con-frontación de esas.

Conflicto unido a la ilegalidad. Nuestras universidades se han convertido en un lugar en que la ilegalidad campea. Son centros de microtráfico, de delincuencia común, de delincuencia organiza-da, del crimen organizado, hemos perdido la territorialidad. Con los capuchos de la Nacional se hizo un pacto para recuperar la uni-versidad del crimen organizado y de la ilegalidad de la Universidad.

Comunidades universitarias. Funcionamos como estamentos, eso es premoderno. Debemos funcionar como comunidad uni-versitaria, pararnos como comu-nidad universitaria en la defensa del campus universitario.

La democraciaEs necesario construirles a

los estudiantes y a sus distintas expresiones un espacio para el ejercicio de sus prácticas de-mocráticas. Debemos funcionar con administraciones de puertas abiertas, que escuchen, que no se escondan, que sean auditivas a los problemas de la universidad y de sus estudiantes.

Es necesario recuperar el carác-ter positivo de los conflictos, pasar de manuales y de reglamentos, a pactos de convivencia con los dis-tintos autores. Fortalecer la cultura política de la comunidad universi-taria. Formular una política pública de convivencia que se respete por todos los estamentos. Construir un enfoque de ciudadanía universita-ria. Construir una nueva legitimidad de la convivencia y un espíritu de legalidad de la misma pactado colectivamente por el conjunto de las comunidades.

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6Nº 626, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIAMedellín, noviembre de 2013

Por JUAN ANDRÉS ÁLVAREZ CASTAÑO La reforma a la salud no pasa el examen en la universidad“Este entuerto no se puede

enderezar. Lo único que nos queda es salir a la calle”, así resumió Luis Alberto Martínez, director de AESA,

Asociación de Empresas Sociales del Estado de Antioquia, el males-tar de las asociaciones de usuarios, las asociaciones de hospitales, los estudiantes y los profesores de las áreas de la salud, que marcharon el 29 de octubre en todo el país para protestar y exigir el retiro por parte del gobierno del proyecto de ley 210 que redefine el sistema general de seguridad social en salud en Colom-bia y se encuentra a dos debates de ser aprobado en el Senado. “Resulta que la ley entera no sirve, desde el título es más de lo mismo”, puntua-lizó Martínez.

La iniciativa, liderada por el mi-nistro de Salud, Alejandro Gaviria, ha encontrado gran resistencia en varios sectores de la opinión públi-ca, que la descalifican por no apun-tar a las necesidades reales del país ni proponer una reforma de fondo. En palabras de Víctor Yepes, repre-sentante a la Cámara y miembro de la comisión séptima “es un esfuerzo que el gobierno está haciendo a las carreras, es una reforma insulsa”.

No obstante, es en la academia donde el proyecto de ley ha en-contrado la oposición más fuerte, al punto que la ministra de Edu-cación, María Fernanda Ocampo, en carta dirigida a Gaviria el 9 de octubre, recomendó retirar del proyecto los artículos del 44 al 53, relacionados con la formación y ejercicio del talento humano en salud, en los cuales se estipula que

los hospitales universitarios queda-rán facultados para formar médicos especialistas, potestad hasta ahora exclusiva de las universidades.

El ministro ha insistido que la reforma pretende remediar la es-casez de cupos de especialista en las universidades y democratizar los procesos de admisión.

Sin embargo, desde los claustros universitarios se insiste en que en-tregarle las especializaciones a los hospitales va en contra de la po-testad del ministerio de Educación y le traslada el problema a la salud, otro sector en crisis. Según Acesi, Asociación colombiana de empre-sas sociales del Estado y hospitales en Colombia, hay 506 hospitales al borde de la quiebra, 83 de los cuales se encuentran en Antioquia.

Para María Patricia Arbeláez, decana de la Facultad Nacional de Salud Pública de la Universidad de Antioquia, otra objeción a la reforma en cuanto a la formación de talento humano en salud es justamente que se enfoca en el problema de la formación de es-pecialistas y no da respuesta a los primeros niveles de atención: “eso habla de que el modelo de salud en el que se encuentra el país es solo curativo, pero la formación en talento humano en salud requiere también formar profesionales desde la prevención, desde la pro-moción, desde los equipos básicos

de salud, desde un modelo más orientado a la salud pública que a la atención de la enfermedad”.

La doctora Arbeláez reconoce que es valiosa la intención de formar más especialistas pero no es pertinente que se formen desvinculados de la institución universitaria que garantice esa calidad en la formación. “Nosotros con la formación medico quirúrgica no estamos formando técnicos para hacer técnica y atención solo de pacientes, sino que el proceso educativo tiene que tener calidad e integralidad”, dice Arbeláez.

Por su parte Alejandro Marín, miembro de la mesa directiva de Anir, Asociación nacional de resi-dentes, considera que la reforma es discriminatoria: “por qué no darle un respaldo a la medicina general. Si se hace énfasis en los médicos generales se puede generar un espacio para que los pacientes estén mejor atendidos”. Según el Cendex, el Centro de proyectos para el desarrollo de la Universidad Pontificia Javeriana de Bogotá, el déficit anual de cerca de 27 mil médicos generales hace que el país esté lejos de alcanzar el estándar internacional de tres médicos por cada mil habitantes.

Preocupa también que dentro del articulado de la reforma no se relacio-nen a otras profesiones del área de la salud como enfermería, bacteriología,

nutrición y odontología, entre otros. “Tampoco se mencionan a la psicolo-gía, el trabajo social ni las ingenierías ambientales ni sanitarias”, reclama Jaime Carrizosa Moog, jefe de pos-grado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia en una carta dirigida a la comisión séptima de la del Senado de la República en sep-tiembre, “mucho menos aparecen los técnicos y técnicos profesionales. Pa-reciera que los problemas agobiantes de salud pública, de accidentalidad y de violencia del país se pretendieran resolver exclusivamente con especia-listas médicos”.

Un aspecto positivo que se le atribuye a la iniciativa guberna-mental es que sirvió de aglutinante para unir a todos los sectores invo-lucrados en torno al debate. En las redes sociales surgió el movimiento Por una salud digna, integrado por profesionales de distintas áreas de la salud, asociaciones de usuarios, trabajadores de la salud, y ciuda-danos. El movimiento, responsable de convocar al paro y a las movili-zaciones, ha definido tres puntos como condición para suspender las protestas. “Primero queremos la caída total de la reforma, que se retire de la Cámara de Represen-tantes”, dice Víctor Marín, vocero y estudiante de medicina. “Pedimos también que se reverse la ley que ya se aprobó, y que inmediatamente se inicie un diálogo social alrededor de un nuevo modelo de salud”.

Foto Luis Javier Londoño Balbín

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7Nº 626, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIAMedellín, noviembre de 2013

Por SARA GIRALDO MAESTRE

¿Cómo se visten las bru-jas? ¿Se pueden enamo-rar de un brujo? ¿Todas ellas son malas? Pregun-tas como estas fueron el

abreboca de 60 niños de grado primero para acercarlos al relato de “Bruxa, la bruja enamorada”, que sería abordado semanas más tarde. El ejercicio consistía en desarrollar actividades antes, du-rante y después sobre la temática del cuento con el fin de que los niños despertaran su parte crítica y reflexiva, y que, además, su inte-rés por aprender a leer y a escribir se incrementara. Días después, mientras el cuento se proyecta-ba los ciento veinte ojitos no se despegaron de la pantalla, pero al final los niños tenían mucho por decir y por escribir.

Las dos profesoras de la Ins-titución Educativa Barrio Santa Cruz corroboraron que los alum-nos, sin darse cuenta, habían comprendido este cuento que era de un nivel complejo, gracias a las actividades como pintar, pensar, preguntar, imaginar, ar-gumentar y escribir.

Ejercicios como este son los que propone el Palabrario, un programa de la Facultad de Edu-

cación encabezado por el pro-fesor Rubén Darío Hurtado. El proyecto tiene como fin capacitar a maestros de preescolar y básica primaria dándoles herramientas para que hagan de la enseñanza de la lectura y la escritura, un pro-ceso más ameno y concienzudo.

Enmarcado en la misma ini-ciativa está Numerario que tiene la misma finalidad pero con los números y con las operaciones matemáticas. La estrategia con-siste en aplicar la matemática en casos de la vida real o en juegos como el parqués, el dominó y los bolos.

La esencia tanto de Palabrario como de Numerario es trascen-der la forma tradicional de ense-ñanza. En el caso de la lectura y la escritura, superar el método, en muchos casos tedioso, de la cartilla, de las antiguas técnicas del “ma-me-mi-mo-mu” y de la memorización de letras para formar palabras. “Lo que busca-mos es transformar las prácticas para reivindicar la comprensión y superar la mecanización”, explica Hurtado.

El proyecto que comenzó en 2006, ha beneficiado a 70.000 niños en todo el país gracias a la capacitación de 1.200 maes-tros de instituciones oficiales. De acuerdo con Hurtado para medir el impacto de Palabrario y Numerario cada año se hace una evaluación de los niños al

comienzo y al final del año. Por otro lado también se comparan los resultados de las Pruebas Saber entre las instituciones que participan del programa y las que no y, según el profesor, el balance es bastante positivo.

La razón para que el programa esté dirigido a maestros de prees-colar y básica primaria se debe a que esta es la base del sistema y muchas de las dificultades que se presentan en la educación secundaria nacen en estos pri-meros años. “La manera en que los niños se inicien en la lectura, la escritura y la matemática, es fundamental para coger el amor hacia el conocimiento”, explica Hurtado.

“Con nuestras herramientas de trabajo y con lo que nos brindaba Palabrario, tenemos niños que adquirieron un código lector pero además son más reflexivos, más críticos y más expresivos”, expli-ca Nahider Francinet, docente de la Institución Educativa Jesús Rey.

La profesora explica que su estrategia fue la utilización del cine, la televisión y la literatura. Así construyeron el palabrario viajero, cuaderno que cada dos días se rotaba y cada niño se llevaba para su casa para escribir en él un cuento, una descripción, una oración, una palabra o lo que quisiera con respecto a la película, cuento o programa que habían visto, o simplemente algo

que quisieran compartir de forma espontánea.

En cuanto a la matemática la pro-fesora cuenta cómo estos pequeños entre 6 y 7 años se acercaron a ella jugando al mercado, con billetes de mentiras y con el conocido juego de “toma todo”. “Ya no se trata de hacer las planas de los números y de las letras sino de traer a la clase la vida cotidiana”, explica la docente.

Marcela Giraldo, es egresada de la Universidad de Antioquia; estudió Licenciatura en Educación Especial y fue una de las profeso-ras que realizó la actividad de las brujas. Ella explica que una vez co-menzaron a hablar sobre el tema, eran los mismos niños quienes pe-dían que se realizaran actividades al respecto. “Ellos se incentivan, saben que van a aprender a leer a y escribir pero que lo van a hacer de forma diferente”, dice.

El programa, financiado por las fundaciones Corona y Génesis, tiene presencia en 18 institucio-nes de Medellín y también ha lle-gado a Bolívar, el Valle del Cauca y Cundinamarca. El objetivo en los próximos años es ampliarlo a todo el departamento de An-tioquia para que los niños entre preescolar y quinto de primaria recuerden que aprendieron a leer, a escribir, a sumar y a restar no con libros viejos de hojas ama-rillas sino con dados, películas, fichas, bolas, billetes y por qué no con brujas enamoradas.

El programa Palabrario y Numerario fue galardonado con el Premio a la Extensión Universidad de Antioquia en el área de ciencias sociales y humanas.

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De la universidad al aula preescolar

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8Nº 626, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIAMedellín, noviembre de 2013

Por KAREN YASBLEYDY VEGA*JANER GUARDIA LÓPEZ**

Afrocolombianos, ma-dres cabeza de hogar, adolescentes, perso-nas en situación de discapacidad y vícti-

mas del conflicto armado hacen parte de los diferentes grupos poblacionales de Puerto Berrío, así como los pescadores y cascajeros a quienes, a juicio de los estudiantes de la línea de Pedagogía Social ins-crita en la Maestría de Educación de la Universidad de Antioquia, Seccional Magdalena Medio, debe dárseles prioridad por su incidencia en la economía de subsistencia del municipio, la poca participa-ción en proyectos estratégicos y la poca vinculación a los planes, programas y proyectos vinculados al desarrollo local.

“Estas comunidades [la de los pescadores y cascajeros] marcan una ruta para la construcción de procesos educativos en la región y determinan caminos emergentes para el desarrollo de la pedagogía social en Colombia y el depar-tamento”, dicen los estudiantes que, en desarrollo una práctica investigativa, identificaron los grupos poblaciones del municipio ribereño, a partir de la revisión al

Plan de Ordenamiento Territorial 2012-2015, al Plan de Acción Mu-nicipal 2013 y al Plan Municipal de Juventud 2011-2020.

A renglón seguido, caracteri-zaron las necesidades educativas de 56 pescadores y cascajeros, por medio de la aplicación de una encuesta diseñada y validada por el grupo de investigadores, y aplicada a miembros de cuatro asociacio-nes de pescadores, cascajeros y ambientalistas del municipio, así como a pescadores no asociados que se benefician de la pesca, la minería artesanal —extracción de material del río para la construc-ción— y la limpieza de ciénagas.

“El ejercicio —plantean— hizo claro el interés de la Maestría en Educación por generar espacios donde las comunidades populares y tradicionales puedan cuestionar-se y reflexionar de manera auto-crítica, a partir del reconocimiento de su contexto, condiciones de vida y sus necesidades particula-res, en este caso, sus necesidades educativas”.

Así mismo —agregaron—, “po-sibilitó identificar los discursos que se tejen alrededor del río Magdale-na como fuente de sustento y ga-rante de una cultura emblemática nacional y regional, sus sentidos sobre la protección del ambiente y

sus preocupaciones frente al futuro de las labores tradicionales en el río amenazadas por la ejecución de proyectos que apuntan a la recuperación de la navegabilidad”.

A partir del análisis de la carac-terización de las necesidades edu-cativas de pescadores y cascajeros se pudo determinar los niveles de analfabetismo y analfabetismo funcional de la población parti-cipante, e identificar entre sus causas principales la difícil situa-ción económica y la ausencia de programas específicos dirigidos a la formación de adultos.

Entre los resultados de mayor relevancia, los estudiantes de la Maestría en Educación encontra-ron que un 14,28 % de la población no tiene ningún grado de escolari-dad y el 39,28 % solo ha cursado algún grado de básica primaria. Además se evidenció que de un to-tal de 142 hijos de los pescadores y cascajeros que participaron del estudio, el nivel más alto de esco-laridad alcanzado corresponde al nivel tecnológico, que representa menos del 1% de la población, máxime cuando el 56% de ellos son jóvenes mayores de edad.

A partir del análisis adelantado los estudiantes propusieron el “Pri-mer foro municipal de pedagogía social: las voces de pescadores y cascajeros y el futuro de su labor”, y el diseño de un proyecto de exten-sión para alfabetizar a los cascaje-ros y pescadores del municipio de Puerto Berrío, el cual fue presentado a la convocatoria BUPPE que auspi-cia la Vicerrectoría de Extensión de la Universidad de Antioquia.

ForoAlgunos de los aspectos centra-

les de las ponencias del foro que se cumplió en agosto giraron en torno a evidenciar las condiciones de vulnerabilidad de los pescares y cascajeros, su condición de pobreza y la ausencia de apoyo del Estado en programas educativos, de salud y economía sostenible; la necesidad de gestionar una licencia ambiental para los cascajeros de Puerto Berrío; socializar con las comunidades del área de influencia el proyecto de recuperación de la navegabilidad del río Magdalena como parte im-portante de la responsabilidad de las entidades a cargo de la ejecución de las obras; implementar procesos educativos flexibles y acordes a las necesidades puntuales de cada asociación para dejar capacidad ins-talada a largo plazo; y la necesidad de articular los planes de desarrollo nacional, departamental, regional y local a las necesidades de las comu-nidades populares y tradicionales.

*Licenciada en Matemáticas y Físi-ca. Estudiante de Maestría en Edu-cación. Línea de Pedagogía Social. Seccional Magdalena Medio.**Psicólogo. Estudiante de Maestría en Educación. Línea de Pedagogía Social. Seccional Magdalena Medio.

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Pescadores y cascajeros en la ruta de la educación

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9Nº 626, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIAMedellín, noviembre de 2013

Por JOHANNA PINO QUICENO

Hace ocho años la Uni-versidad de Antio-quia hace presencia en Segovia, uno de los diez municipios

que componen el Nordeste del Departamento. En la localidad, 37 mil habitantes, según la proyección a 2010 del censo general de 2005, han sido testigos del cambio social que genera la educación superior.

Adonis Cadavid, uno de los 152 egresados de los seis programas que hasta ahora ha ofrecido la institución en la sede, no duda en el carácter transformador de la Universidad en la región y en su vida personal, tanto que ya es solo una reminiscencia los días en los que, después del bachillerato, se desempeñó como catanguero, es decir que todos los días, en la jornada diurna o nocturna, debía cargar piedras desde el interior hasta el exterior de la mina.

“Hoy en día —asegura Adonis, egresado de la Tecnología en Gestión Ambiental y Sanitaria y actual funcionario de la secreta-ría de Agricultura, minas y medio ambiente de la localidad— la ju-ventud segoviana tiene una visión diferente”, y opciones distintas a la minería. Recuerda cómo antes el sueño de cualquier joven que sa-liera de grado once era emplearse en una mina, “para conseguir plata, mujeres y emborracharse”.

En contraste —observa—, aho-ra se puede ver cómo se ha trans-formado este pensamiento, pues ya los jóvenes quieren estudiar, ser profesionales, y hacer algo diferen-te en su vida.

Según Adonis, la importancia de la Universidad en la región es de dimensiones descomunales toda vez que se puede cambiar la cultura del pueblo. “Segovia —sostiene— nunca se movió en ciento cincuenta años hasta que llegó la Universidad, le ha aportado demasiado a esta región y esperamos que lo siga haciendo, porque con esto demos-tramos que a través de la educación se pueden cambiar las condiciones laborales, sociales y culturales de una comunidad, de la subregión”.

Factor de equidadPara la directora de Regionaliza-

ción, Dora Nicolasa Gómez Cifuen-

tes, este programa de la Universidad de Antioquia que se inició hace dieciocho años es un compromiso de equidad con las regiones del departamento. Afirma, además, que en los municipios el sello ‘udea’ es señal de orgullo y desarrollo. Y lo confirman estudiantes como Daniel Salazar y Juliana Patiño, futuros regentes de farmacia, para quienes “el título de la udea pesa”.

“La mayoría no tenemos la posibilidad de viajar a Medellín a estudiar, a proyectarnos para una vida mejor, entonces la Universidad acá ha sido de mucha importancia por eso, porque estamos estudian-do en nuestra casa y eso es lo más grato”, agrega Juliana.

Humberto Valencia, coordinador de la sede desde hace siete años, manifiesta que el mayor anhelo es que la comunidad del Distrito Minero Segovia - Remedios pueda contar con una sede “donde haya

estabilidad, donde los muchachos puedan aspirar a programas que se den de lunes a viernes, con una oferta más amplia, de tal manera que los habitantes tengan la alter-nativa de un proyecto educativo consolidado por parte de la Uni-versidad de Antioquia en la región”.

Desde los inicios en el Nordeste antioqueño la Universidad funcio-na en comodato en la institución educativa La Salada, que pertenece a una de las empresas mineras del municipio de Segovia. La Directora de Regionalización señaló que el comodato se venció y ahora la Alcaldía adelanta gestiones enca-minadas a conseguir el inmueble para cedérselo a la Universidad.

“Estamos apenas en esas con-versaciones”, dijo, puesto que la iniciativa se está discutiendo en el concejo municipal de Segovia, y agregó que “para nosotros es una gran esperanza porque tendríamos una sede, no propia pues pertene-cería al municipio, pero tendríamos más sentido de pertenencia” explicó.

Reconoce Dora Nicolasa Gómez Cifuentes que la sede es una de las dificultades que enfrenta la Univer-sidad para aumentar la oferta aca-démica en la zona, pues en estos momentos —afirma la directora de Regionalización— allí solo se puede dictar clase fuera del horario escolar de la institución educativa La Salada, es decir, desde el viernes en la noche hasta el domingo”.

Al respecto, la concejala Leidy Po-sada afirmó que la multinacional mi-nera Gran Colombia Gold anunció su deseo de donar las instalaciones de la institución La Salada al municipio de Remedios o de Segovia, lo cual todavía está en discusión. Mientras tanto, observó, la idea es unificar la jornada para ceder la mañana o la tarde a las actividades universitarias. “Que la Universidad tenga solo una jornada es lo mínimo que queremos conseguir”, expresó.

En Segovia la Universidad busca consolidar su presencia

En ochos años de presen-cia de la Universidad en la sede La Salada, Distrito Minero Segovia – Reme-dios han egresado 152 per-sonas de los seis progra-mas hasta ahora ofrecidos: Tecnología en Saneamien-to Ambiental, Gestión Am-biental y Sanitaria, Tecno-logía en Administración en Servicios de Salud, Trabajo Social, Sicología y Tecno-logía en Regencia de Far-macia. En la actualidad en la sede hay matriculados 56 estudiantes en dos pro-gramas, mientras que en Amalfi, la otra sede de la Universidad en el Nordes-te, hay 162 estudiantes en 6 programas.

Fotos cortesía del proyecto

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10Nº 626, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIAMedellín, noviembre de 2013

Por JESSICA MARCELA CANO SÁNCHEZ

Consultorio Jurídico Rural,opción de acceso a la justicia

Cada quince días es-tudiantes de Derecho de la Universidad de Antioquia viajan a di-ferentes sitios del de-

partamento. Sábados y domingos, entre las 8 de la mañana y las 5 de la tarde, atienden las consultas jurídicas de las poblaciones de Salgar, Sonsón, Sopetrán, El Car-men de Viboral, Titiribí y Támesis municipios en los que se ofrece el Consultorio Jurídico Rural.

Se trata de uno de los programas del Consultorio Jurídico “Guillermo Peña Alzate” de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia, que además de servir a personas de escasos recursos con educación y asistencia jurídica gratuita, es una modalidad de práctica para los estudiantes de derecho.

Surgió en los años 70 y atiende en promedio 2 mil 500 consultas anuales, en asuntos diversos que van desde divorcios hasta repara-ción de víctimas.

Edwin Giraldo, su actual director, recuerda que surgió por iniciativa de la profesora Martha Nora Palacio y del entonces estudiante de derecho Sixto Iván Orozco. Ellos atendieron el llamado de un grupo de campe-

sinos de una vereda en Cocorná, quienes buscaban solución a un problema de titulación de tierras.

De acuerdo con Giraldo, los profesores, asesores y estudiantes de la época, voluntariamente y con sus propios recursos, finan-ciaron los desplazamientos de Medellín a Cocorná para atender a los campesinos. Así trabajaron hasta 1989 cuando comenzó a extenderse a otras localidades y el municipio interesado debía asu-mir los costos de los asesores, el desplazamiento y la alimentación de los estudiantes para que el programa fuera sostenible.

En Salgar, dice Giraldo, existe el programa desde hace más de dos décadas y en Sopetrán cuenta con más de ocho años de trabajo.

Elizabeth Montoya, egresada de la Facultad que realizó sus prácti-cas en Sopetrán, piensa que la ubi-cación de los consultorios jurídicos en los municipios ha permitido que personas que viven en lugares muy apartados puedan acceder a este servicio. “Ellos esperan las fechas de atención e incluso se desplazan a pie. Los consultorios rurales se convierten para algunas personas en la única posibilidad que tienen de acceder a una asesoría jurídica”, afirma la abogada.

Además de la atención de con-sultas en todas las áreas del dere-

cho, el Consultorio Jurídico Rural adelanta otras actividades como la educación jurídica básica a través de cursos y talleres, tratamiento del conflicto a través de las for-mas alternativas de resolución de conflictos y la realización del pro-grama radial que, en municipios como Salgar y Titiribí, se trasmite cada 15 días en torno a temas relacionados con derecho de fa-milia, derecho laboral, seguridad social o mecanismos alternativos de resolución de conflictos.

En cuanto a los casos que atienden, la profesora de la Facul-tad de Derecho y Ciencias Políti-cas Laura Mesa Villegas, asegura que varían según las necesidades de cada municipio.

Edwin Giraldo, cuenta que este año, por ejemplo, se empezó a desbordar la atención en Sonsón por el tema de víctimas. “Más del 50% de las consultas era en el área de derecho público y en el área de reaparición de víctimas”, dice, y explica que “esto es evidencia del problema de violencia que vivió este municipio y sus secuelas”. Por lo anterior se buscaron alternativas con la administración municipal, la personería y el consultorio para tratar de atenderlas y canalizarlas a través de las respectivas entidades.

Carmiña Cadavid Cano es estu-diantes de Derecho y cada quince días se desplaza a Titiribí a la prác-tica. Para ella, la importancia de esta experiencia radica en que le permite acercarse a la realidad de los colombianos ya que las consul-tas que atiende son un reflejo de la manera como funciona nuestro país social y políticamente.

La egresada Paola Sampedro, quien realizó sus prácticas en Sopetrán el año pasado, está de acuerdo con que el programa les permite acercarse a la realidad del país, y también cree que la práctica en estos consultorios enriquece la formación del estudiante al ofre-cerle una perspectiva de un esce-nario social que muchas veces des-conoce. “Por medio del programa se materializan derechos que sin la intervención de la Universidad a través del consultorio quizás per-manecerían vulnerados”, expresa.

El director del Consultorio Jurídico Rural, Edwin Giraldo, explica que el programa depende mucho de la voluntad de las administraciones municipales, y que su importancia radica en que “suple en gran medida la inasistencia legal por parte del Estado, convirtiéndose en muchas ocasiones en la última o quizás la única opción que tienen las personas para acceder a la justicia o a los servicios jurídicos gratuitos”.

Aunque no forma parte del Consultorio Jurí-dico Rural, actualmente la Facultad de De-recho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia cuenta con un Consultorio Jurí-dico en Santa Fe de Antioquia, atendido por estudiantes del pregrado de Derecho que se ofrece en la seccional Occidente.

Foto Elvira Ángel Franco

Facultad de Derecho y Ciencias Políticas

de la U de A

Medellín, noviembre 29

de 2013

Apoyan: Programa de Egresados de la U de A y Asociación de

Egresados de la Facultad

Mayores informesTeléfono: 2195854

Correo electrónico: encuentrode

[email protected]

Convoca: Facultad de Derecho y

Ciencias Políticas

Evento académico,

tertulia, cena y fiesta de integración

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11Nº 626, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIAMedellín, noviembre de 2013

Por DIANA SOFÍA VILLA

En la sede universi-taria de Oriente, en El Carmen de Vivoral, están parqueados dos nuevos furgones lis-

tos para recorrer las regiones del departamento. Se trata de los nuevos laboratorios móviles de la Universidad que viajarán a los mu-nicipios de Amalfi, Andes, Urabá, Caucasia, Yarumal y a Oriente para servir de aula de práctica para los estudiantes de Ingeniería y Tecno-logía de Alimentos que estudian en las diferentes sedes.

Con una inversión cercana a los mil millones de pesos, gestionados en 2010 en una convocatoria de ampliación de cobertura del Mi-nisterio de Educación, se da paso a este proyecto que fue imaginado hace más de diez años y que quiere llevar aulas nuevas y equipadas a los estudiantes de las regiones, para evitar los gastos de manuten-ción y estadía en Medellín por pe-riodos hasta de un mes, que tenían que costearse mientras realizaban los laboratorios en la sede central.

Olga Arroyave, coordinadora de regionalización de la Facultad de Química Farmacéutica, explica que “el objetivo es que el docente y el laboratorio se trasladen y que los estudiantes puedan hacer las prácticas en horarios más cómodos y sin recurrir a gastos extra”. En un primer momento se verán benefi-ciados cerca de 600 estudiantes que están inscritos en pregrados de la Facultad de Química Farma-céutica en las regiones.

En cuanto a la calidad, Arroyave agrega que se podrán hacer los mismos procesos que los que se hacen en el laboratorio de la fa-cultad. “El estudiante—dijo— no va a ver la diferencia de hacerlo en Medellín o de hacerlo en el aula móvil, en cuanto a equipamiento y en cuanto a formación, porque se van a tener los mismos equipos y van a contar con la asesoría de los profesores”.

Uno de los furgones está dise-ñado para procesamientos de lác-teos y el otro para procesamiento de cárnicos y de vegetales. En total son 52 equipos que forman una línea de producción que permite un acercamiento con lo que se va a ser el campo de des-empeño del estudiante cuando ingresa al medio laboral.

Los equipos están ajustados al espacio que proporciona el carro que se expande a lado y lado y alcanza unas dimensiones de 5,6 x 4,9 x 4,2 metros y puede cargar 4.500 kilos. Cada planta funciona con electricidad y con gas, tienen agua potable y agua

residual, tanque de residuos, manguera de evacuación del tan-que y conexiones para cualquier otro equipo. El aula móvil cumple con toda la normatividad para el procesamiento de alimentos. Los equipos son diseñados en acero inoxidable y con las debidas con-diciones higiénicas.

Según el profesor Pedro Ama-riles, ex decano de la facultad de Química Farmacéutica, uno de los beneficios más destacables es la posibilidad que tendrán los jóvenes de procesar alimentos propios de su zona. “Tal vez lo más importante—afirma— es que podrán hacer las prácticas de acuerdo con la vocación de la región, entonces si hay cosecha de mangos se harán productos que involucren esas materias primas y así se podrán generar ideas de negocios que lleven a la creación de empresas”.

Para cada práctica de laborato-rio, se emplean 60 horas de traba-jo, es por esto que el aula móvil permanecerá por un mes en cada seccional para luego trasladarse a otra. Es probable que durante el tiempo de permanencia puedan ser útiles para otros programas como Nutrición, Ingeniería Agro-pecuaria y Zootecnia.

Al frente del proceso de prueba y puesta en funcionamiento de los equipos han estado docentes de la Facultad de Química como las profesoras Nelly Ospina y Mar-garita Cadavid que han visto el desarrollo de la planta de carnes y vegetales, la cual tiene 32 equipos entre los que se encuentran hor-nos, estufas, balanzas, peachíme-tros, batidora, moldes, marmita, nevera, selladora, despulpadora, hidrolavadora y empacadora al vacío. La profesora Ospina explica que en el laboratorio los estudian-

tes van a elaborar productos con valor agregado como jamones, cábanos y embutidos.

Igualmente el laboratorio de lácteos tiene algunos de éstos más una pasteurizadora, una descre-madora, un homogenizador, una licuadora industrial, un tanque de enfriamiento y otros equipos que permiten procesar la leche para hacer yogures, quesos y otros productos derivados.

Margarita Cadavid es una de las docentes que participan en los procesos de regionalización y desde su experiencia afirma que hay estudiantes muy dedicados, “hacen jornadas de trabajo muy lar-gas y lo hacen muy bien. Le tienen un amor muy grande al programa y a la Universidad, yo los admiro porque les toca más difícil pero lo aprovechan bastante y la región lo necesita, es una forma de mejorar la calidad de vida de las regiones. Ellos están esperando los labora-torios con gran expectativa”.

Este proyecto es un trabajo articulado entre el Departamento de Alimentos de la Facultad de Química Farmacéutica, la Direc-ción de Regionalización y la Fa-cultad de Ciencias Agrarias. Igual-mente la Facultad de Ingeniería se vinculó en la asesoría previa a la adquisición de los vehículos, pues por el peso que tienen que soportar y por los trayectos en di-ferentes tipos de terrenos fue ne-cesario evaluar especificaciones para que los carros cumplieran con todos los requisitos. Ahora solo se espera que se ajusten los últimos detalles para hacer la programación y las rutas con las que la Universidad empezará a llevar por el departamento estas aulas de práctica.Laboratorio de cárnicos y vegetales. En la foto: Profesores hacen pruebas preliminares.

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Por CAROLINA SÁNCHEZ

Uruguay se convirtió en el primer país en el mundo en aprobar una política de regulación y control de marihua-

na donde el Estado adquiere el monopolio del cultivo, cosecha, distribución y venta del producto.

La decisión, explica Julio César Vignolo Ballesteros, jefe del De-partamento de Medicina Familiar y Comunitaria de Uruguay, se tomó al notar que la lucha contra las drogas y el comercio ilícito no estaba dan-do resultados, pues al amparo de la política prohibicionista aumentó el consumo, la prevalencia de en-fermedades asociadas y la tasa de criminalidad por narcotráfico.

En desarrollo de la medida, que empezaría a aplicarse desde marzo de 2014, “en las farmacias se van a vender 40 gramos por día máximo, o si no se va a permitir la plantación de hasta 6 plantas en los medios familiares, o clubes de membresía de 15 a 45 socios con la posibilidad de sembrar hasta 29 plantas”, afirma Vignolo, quien fue uno de los invita-dos al simposio internacional sobre tendencias en tratamiento y políticas en drogas promovido por la Facultad de Salud Pública en octubre.

De esta manera, según el fun-cionario uruguayo las personas no tendrán que acudir al comercio ilícito, lo que permite controlar la calidad del producto, brindar servi-cio sanitario a los consumidores y evitar que migren a drogas más toxi-

cológicas en el mercado ilegal. Así mismo en los currículos de todos los niveles de educación superior se incorporará una materia donde se informe cuáles son las políticas de drogas que hay en el país.

“No solo se atiende la demanda o se saca la oferta del circuito ilegal, sino que se hace todo a la vez para que pueda funcionar. Con esto res-petamos y garantizamos la libertad de elección, consumo y acceso a la salud y a la información”, afirma Vig-nolo en desarrollo del simposio. En el, además de las políticas de drogas en Uruguay, se trataron temas como la efectividad de los mecanismos prohibicionistas, el enfoque de

salud pública a la drogadicción y la despenalización del consumo.

Para Francisco Cumsille, jefe del Observatorio Interamericano sobre Drogas, en el caso de Uruguay “se trata es de hacer un buen proceso de monitoreo y evaluación para tener claros cuáles son los costos de la medida y cuáles son los bene-ficios, que es la ecuación que todos vamos a mirar con detenimiento”.

Cabe recordar que en Colombia el consumo está despenalizado en mayores de 18 años desde 1994 gracias a la sentencia de la Corte Constitucional C-221. Según la Ley 1453 de 2011, el porte de la dosis mínima en marihuana es de

20 gramos, en cocaína y sus deri-vados 1 gramo, en anfetamínicos y algunos derivados 200 miligramos y en otras sustancias Medicina Legal define la dosis mínima.

Isabel Cristina Posada, profesora de la Facultad Nacional de Salud Pública y organizadora del simpo-sio, explica que si bien la Política Nacional de Reducción de 2007 postula que las personas adictas son sujetos de programas de salud pública, también hay posiciones según las cuales el adicto es visto como un sujeto que debe ser abor-dado por el sistema judicial.

En Colombia “se han presentado tanto proyectos para penalizar el consumo o al consumidor, como para que las personas con pro-blemas de abuso y dependencia tengan atención por parte del sistema de salud”, afirma Posada, quien además coordina un proyec-to de investigación y extensión en drogadicción, en convenio con la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas.

La investigadora considera que la perspectiva, en vez de prohibi-cionista, debe apuntar a la acepta-ción de que el ser humano siempre ha consumido sustancias psicoac-tivas. “Prohibir el consumo no hace más que negar el problema, lo que debemos hacer es revisar cómo podemos responder a las personas que tienen problemas de adicción o de abuso, porque no todos tienen un problema por estar consumiendo, aun drogas ilegales”, afirma.

Según la Oficina contra la Droga y el Delito de las Naciones Unidas, para 2010 las personas adultas que consumen una droga ilícita por lo menos una vez al año constituyen el 5% de la población mundial, de las cuales un 0.6% son consumi-dores habituales, y de ésta, una porción que no supera el 0.1%, puede considerarse adicta.

Si bien es claro que cada país debe identificar sus propios proble-mas en materia de drogas y analizar cuáles son las mejores prácticas para enfrentarlos, según el análisis del último informe de la Organización de Estados Americanos presentado por Cumsille en el simposio, el orga-nismo recomienda mirar el problema de drogadicción desde un enfoque de la salud pública y alienta a la experimentación con modelos de regulación legal de ciertas drogas, re-conociendo que el problema además de complejo es muy diverso y que las políticas tienen que orientarse en función de cada país.

“Una persona con problemas de consumo de droga no puede ir a la cárcel por ser consumidor, tiene que ser tratado como un adicto. La penalización en aquellos países que la tienen debe ser revisada, y las medidas más represivas deben ser enfocadas a medidas más humanas, y ese creo debe ser el gran cambio”, concluye el jefe del Observatorio Interamericano sobre Drogas.

La Ley 30 de 1986 estableció la dosis personal para la marihuana de 20 gramos y para la cocaína de 5 gramo; sin embargo penalizaba el porte de la dosis con arresto y multa. Además, si se encontraba una persona bajo los efectos de algún estupefaciente tendría que someterse a tratamiento médico, e incluso podría ser enviada a un establecimiento psiquiátrico o similar.En la sentencia C-221 de 1994 la Corte Constitucional despenalizó el porte de la dosis personal y dejó sin piso la obligación de que el consumidor recibiera tratamiento, invocando el derecho a la auto-nomía de la persona, a la igualdad y la libertad.En el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, en el año 2009, se presentó el Acto Legislativo 02 que pretendía penalizar nuevamente el porte y consumo de estupefacientes. Sin embargo el proyecto de Ley 248 de 2010 que pretendía reglamentar el acto legislativo no fue legalizado. En 2012 la Corte Constitucional declaró exequible el artículo 11 de la Ley 1453 del 2011 o Ley de Seguridad Ciudadana que modificó el artículo 376 de la Ley 599 de 2000, en el entendido de que no incluye la penalización del porte o conservación de dosis exclusivamente destinada al consumo personal de sustancia estupefaciente, sicotrópica o droga sintética. Así, si alguien supera la dosis establecida pero demuestra inequívocamente que es para su consumo no se lo penaliza, y a su vez se puede sancionar si se demuestra que la dosis no es para el consumo personal sino para el tráfico.

Despenalización del consumo de drogas en Colombia

Drogas, regulación y prohibición

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La Universidad, como espacio de reflexión, como escenario donde se debaten las ideas y el conocimiento tiene

origen, ha desdibujado drástica-mente estos objetivos al tornarse en un lugar que alberga manifesta-ciones, cada vez más recurrentes, de violencia; y es más preocupante aún si la violencia está dirigida a la mujer y a las minorías que buscan reivindicar sus derechos.

Esa fue la principal tesis expues-ta en la Universidad de Antioquia durante la reciente jornada pacífica en la cual diferentes grupos defen-sores de los derechos de la mujer alzaron su voz y se manifestaron en contra del feminicidio y la violencia de género.

“Es absurdo que tengamos que congregarnos a exigir respeto por los derechos que por naturaleza no deberían estar siendo vulnerados (…) la protesta va en contra de la relación amor-muerte y de utilizar la violencia como un vehículo vali-do para protestar”, dijo Hernando Muñoz Sánchez, vicedecano de la Facultad de Ciencias Sociales y Hu-manas, dependencia que promovió la jornada.

El directivo instó a toda la co-munidad universitaria a salir de las aulas y a defender los principios y poner en práctica los discursos que se construyeron en el albor aca-démico, pero que de nada sirven si no ayudan a reorientar la sociedad que va en deca-dencia.

“ N i u n a muerte más por feminici-dio en el país”, exigió vehe-mente e in-dignada Tere-sa Aristizábal, coordinadora del movimien-to Ruta Pacífi-ca, Antioquia. Según ella, de los ú l t imos cuatro crímenes a mujeres que estudiaban o egresaron de la UdeA, tres fueron perpetrados por su compañero sentimental.

Clara Inés Mazo, directora de la Corporación Vamos Mujer, señaló la causa del problema: “Creemos que en el mundo se ha radicalizado el odio a las mujeres, fenómeno que crece cada vez más y nos obliga a denunciar y exigir que la justicia tome cartas sobre el asunto”.

Para el sociólogo y represen-tante profesoral ante el Consejo Superior Universitario Jaime Rafael

Voces contra el feminicidio

Por JUAN PABLO MUÑOZ PATIÑO

Nieto Nieto, el reclamo que hacen las asociaciones defensoras de los derechos de las mujeres es muy pertinente, pero cree que habría que hacer un análisis a profundidad sobre el fenómeno de la violencia antes de asegurar que es, princi-palmente, “el odio” generalizado el motor del feminicidio.

“La muerte de las mujeres no es un problema de odio; tiene que

haber una fuerza social, cultural, o política que movilice los crímenes y energías destructivas, incluyendo el odio. Inclusive el afecto, pese a la empatía que sentimos con él por su connotación positiva, también puede movilizar energías des-tructivas”, dice el profesor Nieto Nieto, sin que eso signifique para él justificar los crímenes contra las mujeres como consecuencia de alguna circunstancia afectiva.

Y es que el odio como el afecto hacen parte de los impulsos, pul-siones y pasiones humanas que

movilizan a la destrucción femeni-na o masculina, por lo que muchos hombres también han muerto como resultado de sentimientos producto de ese tipo de pasiones.

Señalar los feminicidios como producto de “el odio” no permite enmarcar el fenómeno como parte de una lógica de un conflicto social, político o cultural y lo lleva a un reduccionismo extremo, adjudi-

cándolo a asuntos individuales o personales, marginándolo de la trascendencia real de tan grande problema, afirma Nieto Nieto.

Olga Lucía Restrepo, médica de la Universidad de Antioquia quien adelanta actualmente un doctora-do en ciencias sociales y humanas, pone sobre la mesa otros puntos de vista sobre el complejo fenóme-no de la violencia contra la mujer.

Para ella, las luchas reivindi-catorias que buscan reconocer permanentemente la diferencia de los grupos minoritarios pero que

aspiran de alguna forma a actuar y asumir los códigos culturales y los imaginarios de los grupos he-gemónicos constantemente cues-tionados, resultan en una suerte de paradoja. Aun así, Restrepo aboga por un país incluyente, aunque vea esa realidad muy lejana debido a la tolerancia hacia las manifestacio-nes de violencia que reprimen la búsqueda de este objetivo.

Sost iene que garantizar los de-rechos a los gru-pos minoritarios no pone en riesgo los derechos de los grupos hege-mónicos. El miedo surge en la men-talidad de quienes ven en la diversidad una amenaza de la continuidad de los comportamientos históricamente es-tablecidos como normales.

Para la investiga-dora, quien ve en esta nueva lógica

una forma de enriquecer la socie-dad, el temor está completamente infundado. Sin embargo, afirma que la sociedad sí debería ser abier-ta y permitir que estas minorías tan distintas nos llenen de otras posi-bilidades para crear civilizaciones diferentes a las impuestas en siglos pasados.

“Vivimos en una sociedad que históricamente ha sido erigida so-bre una serie de imaginarios que ha puesto por debajo, subcualificado y subvalorado a un género frente al otro”, Observa Restrepo.

Fotos Luis Javier Londoño Balbín

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Por DIANA SOFÍA VILLA

Las profesoras de la Facul-tad de Ciencias Agrarias de la Universidad de An-tioquia Nélida Rodríguez Osorio y Liliana Mahecha

Ledesma fueron reconocidas por la institución con la Medalla Francisco José de Caldas a la Excelencia Uni-versitaria por su labor investigativa relacionada con el desarrollo pecua-rio en distintos campos.

La profesora Rodríguez Osorio, doctora en … de la Universidad de Mississippi de Estados Unidos, recibió la distinción en la catego-ría oro por su participación en la secuenciación y la denominación del genoma bovino en 2009, la primera identificación del genoma a un animal doméstico, constitu-yéndose en la única colombiana entre 300 investigadores de 106 instituciones y universidades de todo el mundo y en una de los tres latinoamericanos que participaron en dicho proyecto.

La investigación fue publicada en Science y estuvo sustentada por otros 23 artículos, entre los cuales la docente participó en la redacción de dos de ellos. Hasta el momento el artículo publicado en la prestigiosa revista ha logrado más de 500 citaciones.

Por su parte, la profesora Mahe-cha Ledesma realizó un doctorado en… la Universidad de Rostock en

Investigadoras de Ciencias Agrarias, reconocidas por sus aportes en secuenciación bovina y silvopastoreo

Alemania, y fue galordonada con la medalla en la categoría plata por el aporte que ha realizado en sus más de 20 años dedicados a la investigación de sistemas equili-brados de producción pecuaria con interacción entre el bovino y los arbustos, árboles y plantaciones de su entorno natural, conocido como silvopastoreo.

Como pionera en este campo la profesora Mahecha defiende el silvopastoreo como un sistema in-tensivo autosostenible, que genera mejor producción que los sistemas tradicionales de ganadería extensi-va en donde son talados los árbo-les y son erradicados los cultivos y en donde la principal fuente de

alimentación es el pasto.Por la pertinencia de su inves-

tigación también fue ganadora del premio nacional de ganadería Raimundo Soto Zambrano. A raíz de los avances y resultados en este tema, los sistemas silvopastoriles están incluidos como la base del Plan Estratégico de Ganadería Na-cional 2006-2019.

Bovinos y humanosAunque las dos académicas han

abordado el campo y los bovinos desde perspectivas diferentes, am-bas coinciden en reconocer que si bien el desarrollo y la inversión en ganadería ha sobresalido sobre la agricultura, es necesario persistir e

incluso obtener más inversión para investigación en bovinos.

La profesora Rodríguez Osorio argumenta que los bovinos tienen la particularidad de ser objetos de investigación que han beneficiado la salud de los humanos, y una prueba de ello es la secuenciación del genoma que evidenció que los bovinos y humanos comparten el 80% de sus genes.

“Las vacunas y las primeras hor-monas que se aplican a humanos, como la insulina, son ejemplo de investigaciones en bovinos que son aplicables también a humanos”, dice la docente y agrega que “se hacen más procesos de fertiliza-ción in vitro en bovino que en hu-manos, por lo cual muchos de los médicos que hacen el proceso en humanos buscan a los que hace-mos el proceso en bovinos porque somos los que más experiencia tenemos en el mundo”.

Sobre el tema, Mahecha Ledes-ma afirma que “toda la razón de ser de los estudios en bovinos se enfoca al impacto que tienen sobre el humano. Por ejemplo en silvopas-toreo, inicialmente se impacta a los animales y a la producción pero en últimas se piensa es en el efecto del producto en el consumo humano, porque son especies que brindan seguridad alimentaria al mundo”.

¿Qué piensan ellas de la reali-dad del campo en Colombia? Para la profesora Mahecha Ledesma “la Facultad de Ciencias Agraria ha avanzado muchísimo y está a la vanguardia de la problemática nacional e internacional. Los profe-sionales egresados son competiti-vos para afrontar toda la problemá-tica actual, el inconveniente es que el agro está muy golpeado por otro tipo de problemas sociales y eco-nómicos y por tanto el campesino no tiene la capacidad de contratar a un profesional del campo”. La docente agrega que “debe haber un cambio de mentalidad en el país, invertir en el campo para que se vuelva competitivo como en Alemania y en Suiza, donde el campesino tiene todos los recursos tecnológicos y los conocimientos que hacen que su producción sea rentable y que perfectamente pue-da vivir del campo”.

La profesora Rodríguez Osorio concuerda con esta idea y agrega que “este es un momento propicio para la reflexión. El paro agrario movió al país desde la alta política hasta abajo, entonces esa crisis es justamente una oportunidad. La academia ha tratado de impactar al pequeño campesino cuando hay proyectos grandes financiados por Colciencias, pues se incluye al pequeño productor. Se hacen mediciones, recomendaciones y capacitaciones para llegarle al campesino y ayudarle a mejorar la producción con recursos pú-blicos”. Además concluye que “el reto para nosotros es saber dónde conseguimos el dinero para ayudar al pequeño productor”.

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Nélida Rodríguez y Liliana Mahecha, ganadoras de la Medalla Francisco José de Caldas a la Excelencia Universitaria.

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15Nº 626, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIAMedellín, noviembre de 2013

Por DIANA ISABEL RIVERA

Foto Diana Isabel Rivera

No pudieron más. Las diez muchachas tu-vieron que dejar de correr. Era de noche, estaban cansadas,

aterradas, perdidas en la selva, descalzas, con las manos y los pies encadenados. Se abrazaron en círculo y comenzaron a orar pidiendo un milagro. Éste llegó minutos más tarde en forma de una segueta que encontraron en la maleza. Con ella cortaron las cadenas y liberadas de ese peso continuaron la huida.

De ese modo, la “Chava” re-cuerda y relata cómo ella y sus compañeras escaparon de los hombres que las habían secues-trado cinco semanas antes, cerca de sus casas en Urabá, en 1992, cuando tenía 15 años.

Transcurrieron cinco años de zozobra y presiones de los dife-rentes grupos armados hasta que, con la bendición de su mamá, decidió marcharse. Cuenta que una noche de febrero de 1997, ella y unos conocidos se disfra-zaron, subieron armarios a un chiverito para simular un trasteo, se escondieron adentro de ellos y, después de un viaje angustioso,

Trayectoria de la migración forzada: vivencias para no olvidar

franqueando retenes de grupos ilegales, lograron salir del corregi-miento Belén de Bajirá, municipio de Mutatá, sur de Urabá.

Durante dos años, desde el momento en que llegó a Mede-llín, la Chava se mantuvo errante. Vivió en las calles, luego en el al-bergue de la Unidad de Atención y Orientación a desplazados de Belencito, meses más tarde fue trasladada por el gobierno con otras 18 familias al municipio de Campamento; después pasó una temporada en Santuario; vivió en el barrio La Milagrosa y, cuando su mamá y sus dos hermanos llegaron en 1999, se instaló con ellos en las laderas de Manrique Oriental, comuna 3 de Medellín.

En el relato de ese trasegar hay vacíos, saltos e imprecisiones en fechas y periodos de tiempo. Los recuerdos de la Chava se confunden: “Es que con tantas cosas…”, dice.

Justamente, recordar y docu-mentar qué fue lo que les ocurrió a las víctimas de desplazamiento forzado desde que partieron has-ta que se instalaron en un nuevo lugar —en qué partes estuvie-ron, qué dificultades sortearon, cuáles fueron sus vivencias—, es el propósito de un proyecto aprobado en la convocatoria del Banco de Proyectos de Extensión 2013, titulado: Trayectorias de la migración forzada, un ejercicio de reconstrucción de memoria: Urabá y Occidente antioqueño.

Al proyecto, del Instituto de Es-tudios Políticos de la Universidad de Antioquia, están vinculadas las profesoras Adriana González Gil y Sandra Milena González, la egresada de sociología Claudia Rengifo, y desplazados e hijos

de desplazados, habitantes de Manrique, comuna 3 de Medellín.

“En los trabajos de reconstruc-ción de memoria se ha prestado poca atención a los trayectos que recorren las víctimas de despla-zamiento. No es solo un punto de partida y uno de llegada, hay muchas movilidades y en ese tránsito están anclados muchos de sus dolores y sus pérdidas, hay acciones de sobrevivencia, resis-tencia y búsqueda de atención; en ese trayecto también se pue-de dar cuenta de las formas de articulación u organización de la comunidad”, explicó la profesora Adriana González, directora del Instituto de Estudios Políticos.

Hijos de desplazados: resiliencia y nuevos

liderazgosLa 3 es una de las principales

comunas de Medellín receptoras de víctimas del desplazamiento forzado. Las cifras oficiales ha-blan de 21 mil personas despla-zadas, pero las organizaciones de población desplazada aseguran que ascienden a 30 mil, princi-palmente del Urabá, el Oriente y el Occidente antioqueños.

Muchas de esas personas per-tenecían a sindicatos, a la Unión Patriótica y a organizaciones en sus lugares de origen. Con esos saberes políticos y procesos co-lectivos previos, cuando llegaron a Medellín entre 1996 y 2003 crearon organizaciones como la Asociación Nacional de Ayuda Solidaria y el Movimiento Social de Desplazados de Antioquia que, pese a que eran fuertes, se fragmentaron o desaparecieron con la urbanización del conflicto armado.

“Sin embargo es una comu-nidad resiliente, y con sus hijos surgieron nuevos liderazgos juve-niles interesados en reconstruir la memoria. Es por eso que en este proyecto, que es una iniciativa local, se encuentran las voces de dos generaciones; serán los jóve-nes quienes a través del lenguaje audiovisual cuenten la historia de sus comunidades”, explicó Sandra González.

Uno de ellos es Alexánder Zuleta. Tenía 11 años cuando su papá José Alberto, agricultor y presidente de la junta de acción comunal, fue asesinado en la vereda de Machuca, en Segovia, Antioquia, el 12 de febrero de 2001, después de que hombres con pasamontañas, armados y camuflados ordenaran a todas las familias dirigirse al centro del pueblo. Esa madrugada murieron siete campesinos.

Tres meses después, Alexánder Zuleta, su hermana y su mamá llegaron a Medellín. Ahora tiene 23 años y está próximo a graduarse de comunicación social y periodismo: “Me he trazado un compromiso para aportar con mi profesión a reconstruir la memoria. Las vícti-mas tenemos que contar nuestra historia, rescatarla y salir del ano-nimato; y los jóvenes debemos interesarnos por esto”, afirma.

Con el proyecto se harán los mismos recorridos de algunas familias desplazadas desde Urabá y el Occidente antioqueño. Uno de los resultados será el segundo capítulo de una serie de docu-mentales sobre la memoria de esta comuna. El primer capítulo se realizó en 2012, con el depar-tamento de Sociología y aportes de la vicerrectoría de Extensión.

Trayectoria de la migración forzada: vivencias para no olvidar

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2013, el año de las terapias preventivas contra el Alzheimer

Por JAVIER LONDOÑO BALBÍN

Según el editorial de Lancet Neurology de julio de 2012, el descubrimiento y seguimiento longitudi-nal de las familias con Alzheimer genético que ha hecho el grupo de investigación Neurociencias de Antioquia que lidera el profesor Francisco Lopera Restrepo ha convertido a Colombia en el centro de la investigación del Alzheimer preclínico en el mundo, por su contribución al desarrollo de bio-marcadores que pueden ayudar a comprender las fases preclínicas de la enfermedad y que abren una oportunidad para desarrollar estudios de tra-tamientos preventivos.

La sonrisa es lo último que desaparece en los pacien-tes de Alzheimer hacia el estadío 14 de la enfer-medad. Esa también es

la última expresión de subjetividad, después de lo cual no resulta exage-rado decir que quienes padecen la llamada peste de la memoria, más de treinta millones en el mundo, pueden quedar reducidos a muertos en vida, mientras se produce el deceso, hacia el estadío 15 o 16, en la escala de severidad de Reisberg.

Pero el deterioro puede empezar mucho antes, como le sucede de manera prematura a miembros de familias localizadas en algunos mu-nicipios de Antioquia, en donde el grupo de investigación Neurocien-cias de la Universidad de Antioquia descubrió la mutación paisa E280A en el gen de la presenilina-1 (PS1), responsable del Alzheimer precoz.

Como se sabe, el Alzheimer es la demencia más frecuente y se caracteriza por la pérdida paulatina y severa de la memoria, así como de otras funciones cognitivas, y de la autonomía e independencia de la persona, lo cual la pone en una situación de completa indefensión que hace indispensable un cuida-dor para ayudar en las actividades más simples hasta las más comple-jas de la vida cotidiana.

Se trata de una enfermedad in-curable e erreversible, a pesar de los múltiples esfuerzos científicos en el mundo y de los anuncios periódicos en los medios de comu-nicación que sugieren lo contrario.

Según el profesor Francisco Lopera Restrepo, quien dirige Neurociencias —el grupo de inves-tigación que desde hace 30 años le sigue la pista a la enfermedad en Antioquia—, la ciencia aún está lejos de hallar una cura para esa enfermedad neurodegenerativa.

Pero no todo está perdido. Tres grupos de investigación este año están iniciando los primeros estudios en el mundo encaminados a dar con terapias preventivas para la enferme-

dad de Alzheimer. Y Neurociencias de Antioquia está en primera fila.

Uno de tales estudios lo lidera DIAN, un grupo académico que trabaja con familias de Estados Unidos y Europa con Alzheimer genético, las cuales portan mu-taciones distintas a la mutación paisa. En este trabajo los inves-tigadores van a probar tres me-dicamentos antiamiloideos, pero en vez de desenlaces clínicos en principio van a evaluar desenlaces en biomarcadores, que son como exámenes indicadores de que un tratamiento sí está funcionando.

Otro estudio lo adelantará un grupo de investigación de California con población sana mayor de edad, es decir, con viejos que no tienen demencia pero sí amiloidosis com-probada con el examen pet amiloide.

Y la tercera investigación es la que está a punto de empren-der Neurociencias, mediante la cual el grupo va a probar en una población más numerosa —300 participantes— y por más tiempo —hasta 2020—, un solo medica-mento, Crezumab, para evaluar el desenlace clínico, es decir, la capacidad del medicamento para prevenir el inicio de síntomas; los biomarcadores serán un desenlace secundario del trabajo.

Y aunque las tres investigaciones están orientadas a conseguir el mis-mo objetivo, la senda a seguir será distinta, no solo por el número y las

características de la población, y por los medicamentos sometidos a prueba, sino también por las teorías diferentes que las soportan.

Hasta ahora las investigaciones indican que en la enfermedad del Alzheimer se presentan dos cam-

bios fundamentales en el tejido ce-rebral. Uno son las placas seniles o neuríticas, que tienen una basura proteica llamada amiloide. Otra le-sión son los ovillos neurofibrilares, o lo que es lo mismo, una basura que se llama proteína tau.

Hace 16 años —recordó el profesor Francisco Lopera Restrepo al recibir por tercera vez el premio a la ciencia de la Fundación Alejandro Ángel Escobar el 9 de octubre en Bogotá— estuvimos recibiendo este mismo premio por el descubrimiento del grupo poblacional más grande del mundo con una forma de demencia tipo Alzheimer hereditario y por el hallazgo de la mutación genética responsable de este mal en Colombia.

Desde entonces, la comunidad científica ha desarrollado el concepto del Alzheimer prodró-mico como la antesala de la demencia. Es un estado en el que la persona no tiene demencia pero tampoco es normal. Conserva la autonomía y la independencia pero padece de un síndrome amnésico conocido también como deterioro cognitivo leve.

Con sus investigaciones el Grupo de Neurociencias de Antioquia ha contribuido al desarrollo de un nuevo concepto llamado Alzheimer preclínico o Alzheimer asintomático. Es un estado que precede al deterioro cognitivo leve y que puede durar más de 20 años, durante el cual la persona no tiene síntomas pese a que en su cerebro se están depositando basuras proteicas que destruyen silenciosamente las neuronas, hasta un punto en el que la capacidad de reserva cognitiva cerebral se agota y el cerebro comienza a expresar los primeros síntomas de olvido.

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2013, el año de las terapias preventivas contra el Alzheimer

El grupo de investigación PECET de la Universidad de Antioquia fue reconocido como ‘Gran Ganador’ del premio Germán Saldarriaga del Valle por el desarrollo de una crema para el tratamiento de la leishmania-sis cutánea.Este premio es otorgado por la Corporación de Fomento Cívico y Cultural del Club Rotario Medellín a “quienes realizan grandes aportes a la sociedad en el tema de inves-tigación aplicada con innovación y emprendimiento”. El premio, un incentivo económico por un valor de 140 millones de pesos, fue en-tregado el 24 de octubre, y será invertido en la compra de equipos para el desarrollo del medicamento y de otros productos derivados de las investigaciones.Anfoleish es el nombre de la crema que fue desarrollada en asocio con la farmacéutica antioqueña Humax Pharmaceutical y que el PECET define como “un medicamento seguro, económico y eficaz” para el tratamiento de la leishmaniasis. Está previsto que este medicamento entre al mercado dentro de dos años y cada tubo tendría un costo entre 10 y 15 dólares, a diferencia de los tratamientos actuales que pueden estar entre 300 y 600 dólares.Para Sara Robledo, investigadora encargada de recibir el premio, “el hecho de que una institución como el Club Rotario, que propende por el bienestar de las personas y tra-bajan en obras sociales, reconozca nuestra investigación dice mucho del trabajo que estamos haciendo porque estamos yendo más allá de investigar para publicar, en este caso es investigar para solucionar problemas de salud”.La leishmaniasis está presente en 99 países del mundo y cada año en Co-lombia se diagnostican aproximada-mente 18.000 casos, mientras que en el mundo un millón y medio de personas contraen la enfermedad.

PECET gana el premio Germán

Saldarriaga del Valle

Con las basuras proteicas involu-cradas, la amiloide y tau, la comuni-dad científica se divide entre quienes creen que el amiloide es el primer desencadenante de la enfermedad de Alzheimer —los baptistas— y quienes, por otro lado, consideran que la responsable del Alzheimer es la proteína tau —taoístas—.

Entre otras cosas, observa el profesor Francisco Lopera Restre-po, lo que se va poner a prueba con los estudios en marcha alrededor de las terapias preventivas, además de establecer la efectividad de los medicamentos, es la hipótesis ami-loidea defendida por los baptistas.

Explica que en los últimos años se han ensayado muchos medica-mentos antiamiloideos y todos han fracasado, para lo cual caben al menos dos razones. “O fracasaron —dice Lopera Restrepo— porque la hipótesis amiloidea está equi-vocada y la amiloidosis no es el problema fundamental del Alzhei-mer, o porque los medicamentos se están probando muy tardíamente,

cuando el cerebro está práctica-mente destruido”.

Y esto último ya se conoce gra-cias a los estudios que Neurocien-cias ha adelantado en estas tres décadas con el aislado poblacional más grande del mundo, portador precisamente de la mutación paisa.

“Ya sabemos que en el Alzhei-mer genético, por lo menos en la mutación paisa, la amiloidosis empieza a los veintiocho años, aunque los síntomas inician a los 45 años y la demencia a los cincuenta”, señala el médico y neurólogo del comportamiento de la Universidad de Antioquia.

Por tanto, precisa, cuando una persona tiene demencia práctica-mente ha acumulado treinta y dos años de amiloidosis, es decir, todo ese tiempo se ha estado paulatina-mente dañando el cerebro debido al amiloide, que deteriora desde afuera las neuronas, a diferencia de la proteína tau que se deposita adentro de las células.

De ahí que los investigadores de Neurociencias en colaboración con los del Instituto Banner y Genen-tech de EEUU proponen el diseño de un estudio enfocado en tratar personas sanas, no enfermos, convencidos, en todo caso, de que hay que intervenir antes de que el tratamiento sea irremediable.

“Lo que pretendemos demostrar es que tratando a las personas sanas antes de que el cerebro se dañe el medicamento antiamiloideo podría funcionar”, afirma Lopera Restrepo.

Al respecto, el editorial de la revista especializada Lancet neuro-logy de julio de 2012 pregunta si la investigación que va a emprender el grupo de Neurociencias en Co-lombia será prevención primaria o prevención secundaria.

Para el profesor Lopera Restrepo no cabe duda de que se trata de prevención secundaria, porque, precisamente, “en nuestro estu-dio nosotros vamos a tratar gente sana, de treinta años en adelante, y si ya demostramos que el amiloide se empieza a depositar a los vein-tiocho años, quiere decir que todos los que vamos a tratar, que son portadores de la mutación paisa, ya tienen amiloidosis”.

No es, insiste, prevención prima-ria, porque el tratamiento será an-tes de que aparezcan los síntomas, pero cuando se sabe que los daños en el cerebro ya han empezado por la presencia de amiloide.

Por lo mismo, reconoce que el estudio con portadores de la mu-tación paisa podría fracasar, lo que no significa que se desestime en consecuencia la hipótesis amiloi-dea, justamente porque se trata de prevención secundaria y quedaría todavía una carta que jugar con trabajos en prevención primaria.

De suceder un resultado ad-verso, platea el coordinador de Neurociencias, “tendríamos que formular otro proyecto, con me-nores de treinta años sanos, y aplicar medicamento antes de que aparezca la amiloidosis, es decir, no para remover el amiloide depositado sino para impedir que se deposite”, explica.

“Los que creemos en la hipótesis amiloidea —concluye— pensamos que el amiloide empieza los daños en el cerebro e induce la taupatía”.

Pero, sea cual sea el resultado, y más allá de los debates respec-to de las teorías en cuestión, los voluntarios que se van a someter al estudio piloto, la comunidad científica mundial y el gobierno norteamericano a través del NIH que comprometió 15 millones de dólares para el proyecto en Antioquia mantienen desde luego la esperanza en que fructifique la búsqueda emprendida por los in-vestigadores de Neurociencias de la Universidad de Antioquia, pues de resultar afirmativa se abrirían las perspectivas para prevenir —y por qué no curar en el futuro— una en-fermedad que se estima afectará a 200 millones de personas en 2050.

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Por ELIZABETH CAÑAS

Si usted se siente orgu-lloso de portar genes ancestrales provenien-tes de España, África y nativos americanos,

como ocurre en la mayoría de las personas que poblamos América Latina, debe saber que ninguno de los tres es mejor o peor. Cada uno puede producir riesgo o protección para sufrir enfermedades comunes o complejas, como la diabetes mellitus tipo 2 (DM2), la hiperten-sión arterial (HTA), varios tipos de cáncer, problemas vasculares.

De ello dan cuenta los traba-jos realizados por el grupo de investigación Genética Molecular, Genmol, y en particular uno que se desarrolló en colaboración con otros grupos de la Universidad de Antioquia, en el cual se compara-ron las prevalencias de enfermeda-des y las características genéticas de una población indígena con un grupo poblacional de mestizos de la capital de Antioquia.

La investigación en la población en Medellín fue financiada por Colciencias y tuvo como objetivo principal determinar el efecto de la composición genética ancestral sobre la susceptibilidad a presen-tar hipertensión arterial (HTA) en mestizos, e hizo parte de la tesis de doctoral de un estudiante de Gen-mol, de los grupos de investigación Inmunodeficiencias Primarias y de Epidemiología, además de la EPS Sura que de común acuerdo con sus pacientes facilitó el análisis.

La misma investigación se replicó en el resguardo Emberá- Chamí del municipio antioqueño de Jardín, donde Genmol, junto con los grupos de investigación Trombosis y Medio Ambiente y Sociedad de la Universidad de An-tioquia se centraron en el estudio de la población amerindia.

En ambas poblaciones se utiliza-ron marcadores en el ADN de cada persona, con el fin de averiguar el porcentaje individual y promedio de cada uno de los tres componen-tes genéticos ancestrales, amerin-dio, europeo y africano. También para identificar genes implicados en el riesgo a padecer HPT y cuá-les podían proteger de este rasgo, que a la vez es un factor de riesgo para eventos cardio-vasculares y muerte, si no se atiende.

Cotejo ancestralSegún el profesor Gabriel Be-

doya, coordinador de Genmol, se

La composición genética ancestral, clave para prevención de enfermedades

conoce por múltiples trabajos que las personas de origen africano o con un componente genético alto recibido de esta población ances-tral, son más propensas a padecer de HTA que quienes tienen un componente europeo alto.

El componente europeo puede ser de protección y aunque las poblaciones latinoamericanas tie-nen mayoría amerindia, aún no se conoce lo suficiente y se hace ne-cesario evaluar su comportamiento frente a ese mal, de una ocurrencia cada vez más elevada.

Los resultados de la investigación demostraron que la prevalencia de hipertensión arterial fue significati-vamente mayor en la población de Medellín que en la Emberá, por ra-zones como la diferencia en el estilo de vida (actividad física, tabaquismo, consumo de alcohol), la disponibili-dad de alimentos calóricos, que es mayor en la población mestiza, y otros factores como los genéticos, que parecen ser decisivos.

“La población de Medellín pare-ce tener más genes de riesgo que la Emberá o esta última mas genes de protección que la primera. Los genes de riesgo deben ser de origen europeo o africano y los de protec-ción de origen amerindio”, dice el profesor Bedoya.

Esta tesis se soporta con los ha-llazgos de la composición genética ancestral de las dos poblaciones:

la de Medellín es una mezcla triét-nica (europeo 63%; africano 9% y amerindio 18%), mientras que la Emberá es una población que pue-de ser considerada pura debido a su composición: 96.6% amerindia y los otros componentes configuran cada uno 1.7%.

Al indagar por los genes de riesgo solo se encontró uno en la población Emberá, y el análisis estadístico de los componentes ancestrales en población de Mede-llín evidenció que el componente amerindio fue protector para HTA, es decir que a mayor porcentaje de amerindio se disminuye el riesgo de tener presión alta.

Estos resultados concuerdan con lo hallado en los estudios de las enfermedades cardiometabólicas, producidas por resistencia a la insu-lina y obesidad, que son diferentes en las poblaciones continentales, ya que en amerindios producen principalmente DM2, en africanos HTA y en europeos dislipipidemia (colesterol y triglicéridos altos).

¿Cuidados según el color?El trabajo es el inicio para la im-

plementación de una metodología conducente a identificar variantes en genes implicados en enferme-dades llamadas complejas.

¿Según los resultados se podría utilizar el color de la piel para de-terminar el riesgo de padecer una

enfermedad? Esto sería válido solo si la persona no tuviera mezcla an-cestral (pura) o en mínima cantidad, como sucede con las poblaciones afroamericanas o amerindias.

Sin embargo, en su mayoría, la población es producto de mezcla ge-nética, hay grandes diferencias entre las regiones y aún dentro de ciudades, debido a los estratos sociales.

Por otro lado, muchas veces la composición genética ancestral no concuerda con el color de la piel y más asombroso es que aun en una familia colombiana se presentan hermanos con diferentes tonos de color de piel, ojos y cabello, a pesar de tener una composición genética ancestral muy semejante y, por tanto, una predisposición a enfermedades casi igual.

Se espera que estos hallazgos puedan aplicarse a corto y media-no plazo y orientarlos para apli-caciones fármaco-genéticas, que analizan las diferencias heredadas para la predisposición a padecer una enfermedad y desigualdad de respuesta a los medicamentos.

Pueden ayudar, especialmente, al reconocimiento de por qué para una persona la medicación puede ser efectiva, con o sin efectos se-cundarios, e incluso letal. Todo por cuenta del contexto personal, de su composición genética ancestral, que dentro de algún tiempo será un estudio de común conocimiento.

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Por SANDRA LUCÍA RESTREPO MESA

La gestación en la ado-lescencia es aquella que ocurre en jóvenes entre los 10 y los 19 años y/o cuando se mantiene total

dependencia social y económica de los padres. En Colombia para el año 2010, la proporción de adolescen-tes embarazadas alcanzó 19,5%, en el departamento de Antioquia y en la ciudad de Medellín 23,1%.

En la Red Pública Hospitalaria de Medellín, la cual atiende la población más pobre y vulnerable de la ciudad, las cifras alcanzaron 34,3%, lo que denota como éste es un problema de salud pública, tanto por la alta proporción en la que se presenta, como por sus implicaciones en el estado de salud del binomio madre-hijo y por su significado social, en tanto en situaciones socioeconómicas desfavorables perpetúa la pobreza y limita el desarrollo del capital humano del país.

El embarazo adolescente se vincula con graves riesgos para la salud, a mayor cercanía del embarazo con el momento de la primera menstruación, mayores pueden ser las complicaciones. En lo nutricional, la adolescente debe satisfacer las necesidades propias y las del hijo, lo que representa mayor riesgo de déficit energético y de nutrientes, indispensables para un óptimo incremento de peso de la madre, el buen desarrollo fetal y un adecuado peso al nacer. Las deficiencias nutricionales y el bajo peso al nacer del neonato se han asociado con alteraciones en la formación de las estructuras cor-porales y con mayor probabilidad de sufrir problemas metabólicos como: obesidad, hipertensión y diabetes en la edad adulta. En Co-lombia, según la Encuesta Nacional de la Situación Nutricional (ENSIN) 2010, el bajo peso para las gestan-tes alcanzó 16,2%, del cual 28,6% se presentó en mujeres menores de 19 años.

Dadas las implicaciones de esta problemática, la línea de investiga-ción en Nutrición Materno Infantil del grupo de investigación Alimen-tación y Nutrición Humana, realizó un proyecto de investigación* lide-rado por la profesora Sandra Lucía Restrepo Mesa. Dicho estudio, evaluó una muestra representativa de 294 embarazadas adolescentes en tercer trimestre de gestación de la red pública de Medellín, Metrosalud, con el propósito de identificar la influencia de factores socioeconómicos, de seguridad alimentaria, de salud y el estado nutricional materno, en el peso del recién nacido.

Entre los resultados más impor-tantes de dicho estudio, se destaca que al momento de la entrevista 71,4% de las adolescentes no se encontraba estudiando; de estas,

un poco más de la mitad, mani-festó no hacerlo por el embarazo y 43,8% por otros motivos (46,7% lo denominaron “pereza” o porque no le gustaba estudiar y 6,5% por dificultades económicas). Una ter-cera parte de las participantes no tenía ninguna ocupación actual.

Los problemas de salud de ma-yor prevalencia fueron la infección vaginal y/o urinaria (89%), seguida por la ferropenia (44%) y la anemia (17,1%). El consumo de alcohol, cigarrillos y sustancias alucinógenas antes del embarazo fue referido por 66,3% de las participantes y durante éste la prevalencia alcanzó 35,4%.

Al analizar el peso materno para la edad gestacional, se encontró que 33.7% de las embarazadas se clasificó como enflaquecidas y 14,3% con sobrepeso u obesidad. El bajo peso se presentó en mayor proporción en las gestantes cuyas familias devengaron menos de un salario mínimo mensual.

De las 274 gestantes de las que se obtuvo información del recién nacido, se encontró que la prema-turidad se presentó en mayor pro-porción en las gestantes solteras, en aquellas cuyas familias deven-garon menos de un salario mínimo mensual, las que ingresaron de manera tardía al control prenatal, que consumieron licor, cigarrillo y sustancias psicoactivas antes del embarazo, con infecciones vagi-nales y/o urinarias en el transcurso de la gestación y con inseguridad alimentaria en el hogar.

Los hallazgos de este estudio in-dican que el peso de la adolescente antes de embarazarse, el bajo peso de la madre en el tercer trimestre, los ingresos económicos inferiores a un salario mínimo en la familia y la presencia de infecciones urina-rias y/o vaginales, se asocian con neonatos pequeños para la edad gestacional. De igual manera, la mayor proporción de bajo peso en

las adolescentes embarazadas, se presentó en las que tenían ingresos familiares menores a un salario mínimo, con 15 años o menos y en aquellas con edad ginecológica inferior a cinco años.

En términos de salud, la mater-nidad en la adolescencia implica mayores complicaciones obsté-tricas para el binomio madre-hijo y mayores tasas de morbi-morta-lidad materno-infantil. Además, se vincula a la deserción escolar y/o mayores dificultades para re-integrarse al sistema educativo, lo cual es directamente proporcional a la pobreza, traduciéndose en falta de oportunidades y limitaciones para la construcción de proyectos de vida diferentes a la maternidad.

Por todo lo anterior, las emba-razadas adolescentes deben ser una prioridad para la atención, por su vulnerabilidad psicológica, socioeconómica y social. Lamenta-blemente en la práctica, las activi-dades para la atención a la gestan-te adolescente son limitadas y en muchos de los casos se reducen a la consulta médica o por personal de enfermería y a la atención du-rante el periodo gestacional.

Desde el deber ser, las estra-tegias de promoción de la salud, prevención de la enfermedad y atención a este grupo, deben en-caminarse hacia la identificación de riesgos en la adolescente como la edad materna, inseguridad ali-mentaria, consumo de tabaco y sustancias psicoactivas, maltrato familiar, desplazamiento, rechazo a la gestación y patologías maternas, conocimiento y manejo de los mé-todos de anticoncepción.

La intervención de riesgos debe acompañarse de la comprensión del contexto sociocultural, ali-mentario y nutricional en el cual se desarrolla la gestación y la labor posterior de éstas niñas como madres, de tal manera que se im-plementen estrategias contextuali-zadas y ajustadas a las necesidades de las gestantes y sus familias para contribuir a prácticas en salud y nutrición que realmente impacten el estado nutricional materno y del recién nacido. Aunado a lo anterior, la educación nutricional, la com-plementación alimentaria, la su-plementación de micronutrientes, especialmente ácido fólico, hierro y calcio y la vigilancia del peso materno, antes, durante y después de la gestación han demostrado ser efectivas en la atención a este grupo de población.

Niñas madres: problemática por resolver

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*Esta investigación contó con la partici-pación de Beatriz Elena Parra Sosa, Luz Estela Escudero Vásquez, profesoras de la Escuela de Nutrición y Dietética. Se formaron como estudiantes Natalia Za-pata López, estudiante de Maestría en Ciencias de la Alimentación y Nutrición Humana. Liliana López Cano, estudian-te de Maestría en Salud Colectiva. Julián Herrera, Jeny Meneses, Jaqueline Arias y Juliana Montoya, estudiantes de pregra-do de la Escuela de Nutrición y Dietética.

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JUAN GUILLERMO GÓMEZ GARCÍA

Profesor de la Facultad de Comunicaciones

¿Vamos bien?

“Vamos bien” aseguró el rector Alberto Uribe Co-rrea en su discurso del día clásico al conmemorar los 210 años de la Universi-

dad de Antioquia. La expresión de autosatisfacción de “vamos bien” se pronunció en medio de un balance de las tareas y metas cumplidas por la institución en las últimas décadas. Luego de recor-dar el rector por protocolo tres hitos decisivos en la historia de la Universidad, su fundación en 1803 como Colegio de los Franciscanos en los estertores de la época colo-nial, la refundación por Pedro Justo Berrío en 1871, la construcción del campus por Ignacio Vélez Escobar, se detuvo en el gran proyecto de la Universidad surgido del Estatuto General de 1994.

De este Estatuto nace la nueva Universidad. La Universidad de Antioquia que es la primera, la más importante, la mayor y la mejor en la vida de la región y en muchas de sus logros del país. La primera, la más importante, la mejor, la más mejor son los calificativos que llenan de orgullo al rector; la ex-presión más íntima de una promesa cumplida. La nueva Universidad fue la que nació de los noventas: la que hizo suyo el proyecto de la investi-gación como eje misional universi-tario, la que construyó la SIU —esa gran edificación de más de 34 mil metros cuadrados, con más de 240 investigadores con Ph. D. en que se emprende investigación a “gran escala”—, de la que se ha nutrido el Parque Tecnológico, el Comité Universidad Empresa Estado, el G8 —las ocho universidades más prestante de la ciudad— del que nació la Corporación Tecnnova, el Parque E (de Emprendimiento), la Ruta N, las cuatro spin off, etc. En otras palabras, el discurso del rector nos hace sentir a la Univer-sidad de Antioquia como líder de la transformación descrestante de una ciudad emprendedora, innovadora que propiamente no es Medellín sino es el núcleo del Silicon Valley.

Pero la idea de hacer de la Uni-versidad de Antioquia el motor de un Silicon Valley no es nueva. En efecto, el rector rinde su gratitud, implícitamente, a aquellos ante-cesores que se singularizaron por hacer una Universidad “nueva”, en la ola creciente de la globalización a principios de los noventa —era presidente César Gaviria y su política de gobierno se alimentó de esa contra-utopía planetaria, al desmantelamiento de la Unión

Soviética por la Perestroika y la caída del muro de Berlín: la fiesta corporativa del neoliberalismo— y que definieron el rumbo de nuestra actual Universidad: a las tres (des)gracias Luis Pérez Gutiérrez, Rafael Aubad y Jaime Restrepo Cuartas. Uribe Correa solo ha sido el ges-tor de ese legado que hoy debe discutirse con toda energía y con la mayor vehemencia crítica por la Universidad de Antioquia, porque aquello que quizá en un momento valió como esperanza y renovación hoy es simple elogio a un proyecto que expele un inconfundible olor a flores viejas de sepulcro.

La idea de la Universidad de An-tioquia como corazón de un Silicon Valley provinciano es la muerte de la Universidad. Es la idea de una

universidad corporativa que en esencia es la negación de la idea de universidad. Es la corporativi-zación o privatización del conoci-miento universitario a favor y para provecho del capital, en desdén y desprecio del trabajador asalaria-do. Es la idea de una universidad volcada a la gran empresa, al gran empresariado regional, sin consi-deración de la pequeña empresa, del pobre diablo, del enfermo, del otro, del pequeño. Se llena de or-gullo la universidad corporativa de una SIU que parece la correccional del conocimiento, aislada de la vida conflictiva del campus, de acceso restringido, con su vocación de elite, de competencia, con su có-digo anti-democrático de ser los mejores, los más fuertes, los más exclusivos.

Esta aristocratización del co-nocimiento va en contra de la vida universitaria. Va en contra de los ideales de la ilustración que predicaron la igualdad de los hombres por poseer la razón y que hizo la Revolución Francesa para acercar las diferencias entre los

ciudadanos: hizo una revolución para tratar de borrar las barreras y diferencias de los conocimientos entre los hombres. Este nuevo Silicon Valley de que nos habló el rector entusiasta —aunque su lenguaje opaco denunciaba que era prestado—, está en contra de aquello que queremos hacer de la vida universitaria.

Queremos revivir el campus y reencontrar en él una utopía que significa la armonización del hombre con la naturaleza —to-davía queda su arborización y su aeropuerto— y del hombre con el hombre: el campus ideado para impartir una verdad profunda sobre el sentido de los estudios universi-tarios. Porque esa ética del campus hace del alumno un amigo, del

estudiante un futuro ciudadano, de la secretaria una colega de labores.

El Silicon Valley es no solo anti-ilustrado, es la encarnación de la anti-democracia. Es, por lo demás, anti-evangélico, pues Jesús no se encerró en una fortaleza de la-drillo y vidrio templado en medio de las cuatro calles más sucias y contaminadas de su ciudad para descubrir verdades. El humilde hijo de un carpintero de Galilea se fue al campo, convivió con sus discí-pulos, los tuteó, y predicó el amor de todos por todos (Hegel nos sabe decir cosas más bellas sobre esta humanidad de excepción). El Silicon Valley-Universidad de Antioquia es el Anticristo a favor del gran capital: es la anti-ilustración a favor de la nueva aristocracia del conocimien-to; es la anti-democracia… para convertirnos en oferentes de la HP, de la Siemens y qué se yo. Nada, por lo demás, alcanzable y deseable. Por eso la contra-utopía de SV-UdeA (para simplificarlo en siglas globa-lizantes) es la contra Universidad de Antioquia que no queremos. No solo para Antioquia…

Esta aristocratización del conocimiento va en contra de la vida universitaria. Va en contra de los ideales de la ilustración que predicaron la igualdad de los hombres por poseer la razón y que hizo la Revolución Francesa para acercar las diferencias entre los ciudadanos: hizo una revolución para tratar de borrar las barreras y diferencias de los conocimientos entre los hombres.

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El proceso de paz es incompatible con las prisas y la lógica electoral

Después de un año de conversaciones en La Habana, el 17 de octubre se cumplió la segunda fase del

proceso de paz del Gobierno con las Farc. Desde aquel mo-mento la variable temporal ha sido motivo de discordia entre los interesados en el proceso. El Gobierno Nacional advirtió desde el inicio que éste sería un proceso rápido, que duraría poco y que no se extendería por más de ocho meses. Pero el tiempo se ha ampliado: primero se prorro-gó a un año y ahora se habla de alargar la firma del acuerdo final hasta más allá de las elecciones presidenciales de mayo de 2014.

Los cambios en los tiempos de la paz irritan a los colombianos. El presidente Santos presiona a los negociadores para que se agi-licen los diálogos y se llegue a un acuerdo definitivo lo más pronto posible; les ha dicho que “la pa-ciencia del pueblo colombiano tiene un límite”. Las Farc, por su parte, han pedido paciencia al pueblo colombiano y rechazan la realización de un proceso de paz “express”. Esto evidencia que el control del tiempo en los procesos de paz es un asunto difícil y que cada proceso tiene sus propias dinámicas.

Como lo advierte John Darby, experto en procesos de paz, en un proceso de esta naturaleza ocurre algo similar a lo que le pasa a aquellas personas que quieren subir a una montaña muy alta y para hacerlo no cuentan ni con mapas, ni con guías, ni con la experiencia y los hábitos deportivos que se requieren; además pueden estar acompa-ñadas de personas en las que no confían totalmente y saben que muchas otras han fracasado en el intento. Esta situación les puede ocurrir a las personas que enfrentan un proceso de paz.

El camino de la paz puede estar lleno de sorpresas y com-plejidades, lo que provoca, indu-dablemente, el alargamiento del mismo. De allí que no hay que olvidar que todo proceso de paz es único y requiere un tiempo para madurar. Recordemos que la primera fase del actual proceso con las Farc, llamado de “con-versaciones exploratorias”, duró

el doble de lo que lleva esta se-gunda fase; tiempo que permitió obtener importantes resultados: como iniciar una negociación con una agenda acotada y unas reglas claras. La primera fase, hay que decirlo, tuvo la fortuna de no sufrir la presión por el tiempo, pues se hizo de manera reservada, mientras que en la actual se aprovecha el correr de los días para hacer shows mediá-ticos, politizar el proceso y crear falsas expectativas.

Una mirada a procesos de paz similares al que tiene Colombia muestra que la duración es lar-ga. En Filipinas, por ejemplo, se firmó la paz con Moro Islamic Liberation Front luego de un alto al fuego unilateral de un año y un proceso de negociaciones de cuatro más (1998-2001). En Sudán la firma de la paz con el Sudan People›s Liberation Army tardó ocho años: inició las con-versaciones en 1994 y solo hasta 2002 se alcanzaron ciertas medi-das de confianza para firmar un primer acuerdo de paz. Y en Sri Lanka se obtuvieron acercamien-tos con el Liberation Tigers of Tamil Eelam entre 1993 y 1994, luego un cese al fuego en 1995 y, finalmente, entre 1998 y 2002, se llegó un primer acuerdo.

Hay que ser justos con los negociadores: en La Habana se están discutiendo asuntos que son fundamentales para el futuro del país. Los negociadores han

sido capaces de abordar en este año el primer y segundo punto de la agenda, siendo quizás el tema del desarrollo integral del sector rural el mayor problema político del país. Además, se ha avanzado en el crucial tema de la partición política. Igualmente, en los próximos meses se discu-tirán los temas del narcotráfico y las drogas, y por primera vez el importante asunto de las víc-timas y la verdad. No se están negociando solo incentivos para los desmovilizados, como ha ocurrido en otros procesos de paz en el país; la guerrilla más vieja del mundo está negociando temas que considera son el ‘al-mendrón’ del conflicto político colombiano.

Es válido que la sociedad esté ansiosa por ver finalizado un conflicto que está próximo a cumplir 50 años. De allí que presione a las partes para que firmen lo más pronto posible un acuerdo de paz. Todos los colombianos esperan esta gra-ta noticia, pero tienen que ser conscientes de que este proceso de paz, como cualquier otro, tie-ne sus propios tiempos. Como lo advierte Christopher R. Mitchell, otro experto en resolución de conflictos armados, los procesos de paz son empresas a largo pla-zo que requieren paciencia, tena-cidad y aplicación. Construir un proceso de paz es incompatible con las prisas y los plazos cortos propios de la lógica electoral.

Una mirada a procesos de paz similares al que tiene Colombia muestra que la duración es larga. En Filipinas, por ejemplo, se firmó la paz con Moro Islamic Liberation Front luego de un alto al fuego unilateral de un año y un proceso de nego-ciaciones de cuatro más (1998-2001). En Sudán la firma de la paz con el Sudan People›s Liberation Army tardó ocho años: inició las conversaciones en 1994 y solo hasta 2002 se alcanzaron ciertas medidas de confianza para firmar un primer acuerdo de paz. Y en Sri Lanka se obtuvieron acerca-mientos con el Liberation Tigers of Tamil Eelam entre 1993 y 1994, luego un cese al fuego en 1995 y, finalmente, entre 1998 y 2002, se llegó un primer acuerdo.

GERMÁN DARÍO VALENCIA AGUDELO

Profesor del Instituto de Estudios Políticos

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de la universidad pública sino el proyecto de nación al que se adscribe una educación pública autónoma, crítica y democrática. Desde la promulgación de la ley 30 de 1992 se ha fortalecido en el país un modelo de economía y de sociedad que privilegia la libertad de mercado, la eficiencia, la racio-nalidad económica, acorde con el Consenso de Washington que desde los años noventa supedita la educación pública a las necesida-des del mercado global y de la gran empresa privada y a las exigencias de los organismos internacionales de financiamiento (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional). En definitiva, se trata del desmonte del papel del Estado en la regula-ción económica de la educación, aduciendo el fracaso e ineptitud de los gobiernos en la calidad y la cobertura de la educación pública y la necesidad de la expansión de los servicios educativos en América Latina, mediante su privatización.

En este sentido, lo que hemos presenciado en las dos últimas décadas es la desfinanciación sis-temática y progresiva por parte del Estado de la educación pública, el estímulo a la educación privada, la privatización de los servicios edu-cativos y los programas escolares para restringir el gasto público, aumentar el valor de las matrículas y ejercer el control de los currículos académicos con la lógica de una visión empresarial, y en el caso de las universidades públicas, reducir los profesores de planta y aumen-tar el número de los profesores de cátedra; en fin, imponer una visión de la educación como una mercan-

Asoprudea. Asociación de Profesores de la Universidad de Antioquia. Ciudad Universitaria. Bloque 22, oficina 107. Teléfono 2195360. Fax 2636106 • http//Asoprudea.udea.edu.co • La columna “Ágora” es responsabilidad de Asoprudea.

¿Cuál es la apuesta del profesorado por la reforma a la ley 30 de 1992?

MARÍA ROCÍO BEDOYA BEDOYA

Presidenta Asoprudea Las recientes moviliza-

ciones de la Mesa Am-plia Nacional Estudiantil, MANE, ponen nueva-mente al orden del día el

debate sobre la reforma a la ley 30 de 1992 propuesta inicialmente por el Gobierno Nacional. Recordemos que fue la masiva y creativa movi-lización del estudiantado durante 2011 la que obligó al gobierno a retirar del Congreso la propuesta de reforma y a prometer una concerta-ción al respecto, que dicho sea de paso siempre se ha puesto en duda.

La segunda acción de la MANE durante 2012 fue la preparación de una propuesta alternativa de reforma a la ley 30 de 1992 en la que la defensa de la educación pública ha sido su bandera prin-cipal. Sin embargo, el prometido diálogo por parte del gobierno para consensuar un proyecto de reforma no ha ocurrido y, por el contrario, desde el ministerio de Educación se ha priorizado la convocatoria a “comisiones de sabios”, o “grupos de expertos” que obvian la nece-sidad de un debate democrático y una construcción concertada de un proyecto de reforma a la ley de educación superior en el país.

Para el profesorado universita-rio el reto es preguntarnos: ¿Qué visión tenemos de la educación pública? ¿Qué pensamos de la edu-cación superior? ¿Cuál es nuestra apuesta de reforma a la ley 30 de 1992? ¿Qué mecanismos estamos implementando para conducir y acompañar este debate?

Lo que está en juego no es so-lamente la concepción y el futuro

Lo que está en juego no es solamente la concepción y el futuro de la universidad pú-blica sino el proyecto de nación al que se adscribe una educación pública autónoma, crítica y democrática. Desde la promulgación de la ley 30 de 1992 se ha fortalecido en el país un modelo de economía y de sociedad que privilegia la libertad de mercado, la eficiencia, la racionalidad económica, acorde con el Consenso de Washington que desde los años noventa supedita la educación pública a las necesidades del mercado global y de la gran empresa privada y a las exigencias de los organismos interna-cionales de financiamiento (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional).

cía sujeta a la oferta y la demanda.El país vive el momento tras-

cendental de las negociaciones de paz que pueden poner fin a un ciclo de violencia de más de medio siglo y dar paso a la construcción por parte de toda la sociedad de una nación más justa, democrática y equitativa para el siglo XXI. Nos corresponde como universidad pública repensar cuál es nuestro papel en este nuevo contexto.

Boaventura de Soussa Santos (1998, 2005) señala que las univer-sidades públicas en América Latina están afectadas por varios factores: a) la pérdida de la hegemonía como centros de producción de cono-cimiento, frente a otras agencias creadas por la iniciativa privada, que responden por tanto, a otros intereses particulares; b) la pérdida de legitimidad de la educación pú-blica superior frente a la sociedad como portadora de soluciones a los problemas de la sociedad; y, c) la pérdida de institucionalidad en la defensa de la autonomía como centros de saber, frente a la presión de los organismos internacionales y de los gobiernos nacionales.

La responsabilidad de la univer-sidad pública como epicentro de la ciencia y de la cultura al servicio de la sociedad en la actual coyun-tura, pasa por:

1. Fomentar un debate amplio, participativo y crítico de todos sus estamentos sobre el papel de la educación pública en la construc-ción de una nación justa, pacífica y democrática.

2. Defender la autonomía uni-versitaria frente a las presiones externas de orden nacional e internacional.

3. Propender por la democra-cia dentro de la universidad que incluye deliberación amplia de todos los estamentos acerca de la universidad que queremos, construcción colectiva de comu-nidad académica y apuesta por un gobierno universitario democráti-camente constituido.

Finalmente, el momento exige una articulación entre la educa-ción superior y el resto de la socie-dad para contribuir con nuestros aportes a la edificación de una nación que conviva en paz, en justicia y en democracia.

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¿ Profesor Zemelman, qué relación ve entre la sociología y la polí-tica? ¿Tiene que haber militancia entre los so-

ciólogos y las ideas políticas?—En lo personal pienso que

no. La sociología es una discipli-na fundada en el siglo XIX para estudiar los fenómenos sociales, así como la física estudia los fe-nómenos de la naturaleza física. Se pensó que había que hacer un esfuerzo que tuviera el mismo estatus de cientificidad para estu-diar los fenómenos de la sociedad humana y se inauguraron estas ciencias a mediados del siglo an-tepasado. Hay, en estricto rigor, una ciencia diferente a las natura-les, pero pretende buscar regula-ridades sociales, incluso en algún momento se pensó hasta en leyes sociales para conocer mejor los fenómenos, evidentemente para construir un conocimiento que le sirviera al hombre, para una me-jor intervención sobre el animal social. Pero eso no significa que ser sociólogo y ser político sean equivalentes.

Usted ha dicho que no hay una distancia. ¿Esa negación tiene que ver con el objeto de conocimiento de la sociología?

—El hecho de que el hombre sea responsable de su sociedad y que la construya a través de sus prácticas individuales y sociales supone plantearse opciones de construcción, y es parte del cometido de la sociología dar cuenta de sus opciones. En ese sentido puede haber una socio-logía comprometida con un pen-samiento de cambio, progresista, pero también puede haber una sociología conservadora; ambas opciones son legítimas. Lo que puede estar en el centro del de-bate es el para qué se conoce la sociedad y eso sí compromete por igual a una y a otra. No se conoce la sociedad simplemente por conocerla, se busca estudiar a profundidad los dinamismos de los fenómenos sociales muy sensibles a la práctica humana para intervenir en una u otra dirección. Es decir, en ese plano el sociólogo está en un terreno muy escabroso, difícilmente neu-tral. Yo creo que la sociología no puede ser neutral. Pero una cosa

Por EDUARDO DOMÍNGUEZ GÓMEZProfesor de la Facultad de Comunicaciones

es la neutralidad y otra cosa es la falta de objetividad. Yo puedo ser objetivo para poner el cono-cimiento al servicio de una causa u otra, lo que no significa que mi conocimiento sea puramente ideológico; es un conocimiento científico de lo real-social para definir políticas al servicio de un valor o de otro, y ese es el gran desafío de los sociólogos.

En su obra Estado, poder y lucha política ha puesto un elemento muy importante en esta discusión, el papel de la persona como sujeto. ¿Cuál es el individuo-sujeto que estudia la sociología?

—El sujeto de la sociología es el hombre pensante que no está suspendido en el aire, tiene com-promisos políticos, valores, opcio-nes ideológicas, que simpatiza con un proyecto social u otro proyecto de sociedad. La sociología tiene como objeto de conocimiento un sujeto concreto con intereses y valores con dimensión de lo políti-co, pero lo político aquí no llega a entenderse solo en el ámbito de lo ideológico, yo diría que lo político no se tiene que identificar como compromiso partidario. Es decir, lo político tiene que entenderse como esa dimensión que vive en relación con otros, asume la responsabilidad de ser miembro de una sociedad, lo que implica el esfuerzo constante por construir su propia circunstancia. Lo políti-co del conocimiento social es eso, es la voluntad de construcción, no es el compromiso con causa partidaria o ideológica.

Pero la politización de los sociólogos convierte a la so-ciología en un instrumento, y el análisis tiende a ser dirigido más por el deseo que por las evidencias…

—Es y no es. Todo conocimien-to de alguna manera es instrumen-tal, sirve a la definición de accio-nes con fines precisos; también implica elaboración de ideas que permitan conformar concepciones de la realidad social y eso es parte del trabajo de las ciencias sociales en su conjunto.

¿Y los sociólogos sí son jui-ciosos con la historia, la antro-pología, la economía y demás?

—La sociología se empobrece en tanto se entienda separada del resto de las disciplinas sociales; no puede funcionar con prescin-dencia de la economía, de la an-tropología, de la ciencia política. Es decir, cada vez más se avanza en el sentido de una visión trans-disciplinaria. Tiene muchos desa-fíos que no ha resuelto y en esa misma medida avanza hacia lo no instrumental. No se trata sólo de explicar, también de comprender y comprender es construir, generar visiones de la sociedad, no una, sino las múltiples visiones que pueden estar siendo necesarias en un momento histórico.

Como historiador, uno va a las fuentes sociológicas y encuentra más metafísica que análisis concreto de las situa-ciones diarias. Uno encuentra “actores”, “sujetos”, “masas”, “colectivos”, “movimientos”…. pero no los procedimientos co-

tidianos mediante los cuales se integraron o se desintegraron las comunidades….

—Uno de los problemas cen-trales que enfrenta la sociología y el conjunto de las ciencias sociales son las diferencias so-ciales, la estratificación social. La sociedad humana en general desde que existe, desde que está organizada es una sociedad compleja en el sentido de que los hombres no son iguales. Eso es lo que los sociólogos llaman los estratos sociales, hay estratos diferentes y esos estratos inte-gran y expulsan individuos, que pueden ser más o menos com-plejos, eso depende de la socie-dad, desarrollan mecanismos de cohesión interna, pero también desarrollan mecanismos de ex-pulsión. Esos son problemas vinculados a la dinámica social, que se expresan en dinámicas políticas, que pasan por los in-dividuos, pero no los individuos aislados, los individuos en tanto pertenecen a este conglomerado que son los sectores sociales. Uno de los grandes problemas de las políticas sociales es pre-cisamente buscar un modo de ir acortando estas diferenciaciones sociales porque en esas diferen-ciaciones sociales, que es uno de los cometidos importantes de la sociología, está la raíz misma de los conflictos, ya que una socie-dad altamente estratificada, es decir, desigual, genera mayores necesidades de cohesión y esas necesidades de cohesión para mantener la armonía y la con-vivencia a veces es muy difícil.

Acaba de morir uno de los soció-logos más destacados de América Latina, Hugo Hernán Zemelman Merino, nacido en Concepción, Chile, el 7 de octubre de 1931. Su deceso ocurrió en Pátzcuaro, Michoacán, el pasado 3 de octu-bre. En su paso por la Universidad de Antioquia hace dos años, en compañía de los docentes Juan Carlos Celis y Rafael Rubiano, grabó un pro-grama de La fuerza de los argumentos. En su memoria presentamos aquí algunas de sus respuestas.

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Sociología y política

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El buen momento por el que atraviesan las relaciones entre la Uni-versidad de Antioquia y Alemania se evidenció

en la realización de la edición 31 del programa institucional De País en País, que con una nutrida agenda desarrolló actividades aca-démicas y culturales en Medellín y por primera vez en Urabá.

La Universidad mostró la im-portancia de ese país como socio estratégico en temas de ciencia, tecnología e innovación, además de otras fortalezas como ser el tercer país con mayor movilidad académica, con 28 convenios

Colombia y Alemania unidas por el mar

Por NIDIA MONTOYA

vigentes, ser la sede del Servicio Alemán de Intercambio Acadé-mico —DAAD— y la relación del Centro de Excelencia en Ciencias Marinas —Cemarin— y la Justus Liebig-Universität de Giessen, la cual celebró los 50 años de relación con Colombia dentro de la agenda de De país en país.

Uno de los frutos de esta coo-peración binacional es el interés de impulsar las investigaciones marinas a través del fortaleci-miento del Cemarin en Colombia. Actualmente el gobierno alemán tiene cuatro centros en el mun-do y uno de ellos está ubicado en la ciudad de Santa Marta. En él trabajan instituciones como la Universidad de Antioquia, la Universidad Nacional de Colom-bia, la Universidad del Valle, la Universidad del Magdalena, la Universidad de Bogotá Jorge Ta-deo Lozano y la Universidad del Norte, con el apoyo del Instituto

de Investigaciones Marinas y Costeras —Invemar—.

El propósito del Cemarin es crear en Colombia dos subsedes, una en el golfo de Urabá que ope-raría en la sede de Ciencias del Mar de la Universidad de Antioquia y la segunda estaría ubicada en Buena-ventura, pacífico colombiano.

El rector de la Universidad de Antioquia, Alberto Uribe Correa, manifestó que ya existe una carta de intención firmada por el rector de la Universidad de Gissen, Joybrato Mukherjee, quien respalda académica y fi-nancieramente el Cemarin y los rectores de las universidades colombianas para la creación de una corporación para la investi-gación de las áreas marinas, que contaría con recursos de la Agen-cia de Cooperación Alemana y el Servicio Alemán de Intercambio Académico —DAAD—.

Por su parte, el rector de la

Universidad de Gissen, Joybrato Mukherjee, sostuvo que tras una evaluación de los últimos cuatro años de trabajo conjunto en el Cemarin, se llegó a la conclusión de fortalecer la presencia en Colombia a través de su aliado estratégico, la Universidad de Antioquia.

Para el director del Cemarin, Bernd Werding, el golfo de Urabá es una región estratégica para la realización de estudios comparati-vos por su ubicación en una zona tropical. La idea es la creación de laboratorios que permitan procesar las muestras que son insumos im-portantes para las investigaciones de esta alianza colombo-alemana, pero para la materialización de esta iniciativa es necesario precisar algunos aspectos de legalización y financiación con el gobierno nacio-nal a través del Departamento Ad-ministrativo de Ciencia Tecnología e Innovación, Colciencias, con el departamento de Antioquia y con la Universidad de Antioquia.

Foto Johanna Pino Quiceno

En el marco del programa institucional De país en país, en la sede de Ciencias del Mar en Turbo, el rector de la Universidad de Antioquia Alberto Uribe Correa, el direc-tor del Cemarin Bernd Werding y el rector de la Universidad de Gissen Joybrato Mukherjee celebraron los 50 años de amistad de esta última institución con Colombia.

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25Nº 626, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIAMedellín, noviembre de 2013

Por JUAN ANDRÉS ÁLVAREZ CASTAÑO

La relación del poeta, novelista y docente de la Universidad de Antio-quia Selnich Vivas con Alemania empezó por

el lenguaje y se estrecha ahora con la reciente publicación de su novela Finales para Aluna, que transcurre en la universidad alema-na de Freiburg y reflexiona sobre los vínculos de esa cultura con América Latina y sus ancestrales pueblos indígenas.

“Este es un libro escrito en Alemania durante mucho tiempo. Esta novela sucede en Freiburg, la ciudad donde viví y trabajé tantos años”, aclara Vivas, que también estuvo durante un año en el Ama-zonas y conoció de primera mano la vida y las costumbres de los Hui-toto, pueblo que en buena medida ha inspirado su trabajo.

Cuenta que asimismo fue en Alemania donde pudo acercarse realmente a América Latina y a Colombia: “Estando allá empecé a aproximarme a nuestra historia y a conocer de la mano de inves-tigadores alemanes la tradición de nuestras culturas más ancestrales”.

En 1987, siendo aún estudiante en la Nacional de Colombia en Bogotá, Selnich conoció al filósofo boyacense Rafael Gutiérrez Girar-dot, quien para entonces dictaba un seminario sobre Hegel en esa universidad. “Me le acerqué para preguntarle sobre las posibilidades

de hacer un posgrado en Alemania. El me expresó muy claramente que si no aprendía alemán era muy di-fícil, y yo supe que mi proyección era irme para allá”.

Unos años después, hacia 1994, emprendió el viaje. Primero a Inns-bruck, Austria, ciudad en la que es-tudió alemán y resultó clave para su formación intelectual. “Innsbruck es la ciudad natal de Georg Trakl, uno de los fundadores del expre-sionismo literario a principios del siglo XX. Yo quería ser como ese poeta y visitaba su tumba cada semana”. Un día un vigilante del cementerio lo abordó, extrañado por su presencia tan frecuente: “tuve que confesarle que iba cada semana a leerle poemas aTrakl”.

En Austria vivió durante dos años los rigores de la vida del in-migrante hasta que decidió viajar a Bonn para visitar a Gutiérrez Girardot. Esa vez el maestro le re-comendó buscar una oportunidad para su doctorado en Freiburg, donde podría encontrar una beca. “Es la ciudad de Martín Heidegger, la cuna de la filosofía alemana, allí hay una vida cultural y académica muy rica y una población flotante de turistas como de un millón al año. Llegué a Freiburg a trabajar en un bar, pasé casi de la miseria en Austria a tener un trabajo”, re-cuerda Selnich.

Pero la situación cambió defini-tivamente en 2003. Ya iniciado su

“Alemania significó para mí una tartamudez”

Más escabroso que el asesinato por celos de una líder es el ocultamiento y la manipulación del crimen por el deseo de recuperar el amor perdido. Este es el trasfondo de la novela más esperada del Premio Nacional de Poesía 2011 en Colombia, la aparición/desaparición de-finitiva de la autora de Stolpersteine. Ahora se trata de ocultar el cadáver, desollar el cráneo y emplear la cabellera como disfraz. Tales son algunas de las estrategias que le permiten a una impostora desarticular un movimiento político de dimensiones internacionales. Sveta Aluna, indigenista y feminista, desaparece en Freiburg, Alemania, en la víspera de un lunes de carnaval. Sus seguidoras y amantes se amotinan durante dos días en la universidad y se apoderan de las entradas al centro histórico y de la catedral. La masa enardecida le exige a Angela Merkel, canciller alemana y la mujer más poderosa de Europa, la liberación in-mediata de su guía espiritual. Sin embargo, las pruebas de vida no son contundentes y la canciller tiene que acceder a las propuestas de sus asesoras, quienes sugieren inventar con la cabellera de Aluna, con su scalp, a una mujer parecida. Asesinas y amigas participan en este montaje que oculta las verdaderas razones del crimen y evita, de paso, el deterioro de las relaciones diplomáticas entre Alemania y los movimientos indígenas de América Latina.

Un homenaje a la imaginación desconcertante

doctorado en literaturas alemanas y latinoamericanas, en la universi-dad abrieron un curso sobre Kafka y América Latina. Se inscribió y lle-gó a participar tanto en la clase que llamó la atención del profesor. ”Yo tenía en esa época las gafa rotas, con una sola pata. Todo el mundo miraba raro al tipo de las gafas rotas que no paraba de interrumpir la clase”. El profesor le ofreció un salario en una investigación y la posibilidad de dictar algunas cla-ses. “Recuerdo que cuando recibí el primer salario lo primero que hice fue comprar gafas”.

Fue en esa época cuando re-corrió Alemania leyendo poemas y concibió a Sveta Aluna, una líder indigenista y feminista, el

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personaje que hace parte de su poesía y en torno del cual gira su última novela. Finales para Aluna relata un momento en el que los indígenas llegan a Alemania y se apoderan de Freiburg: “ese mun-do que ha sido marginado lo llevo al primer mundo para enfrentarlo con él. La idea es que organicen una minga y se amotinen en el centro de Freiburg, para pedir por los derechos de los indígenas”.

La novela, que se presentó en octubre en De país en país, cuyo invitado fue Alemania, es una apuesta por fantasear el encuen-tro entre el mundo alemán y el indígena, aunque ese encuentro ya se ha dado muchísimas veces, dice Selnich: “Cuando los ale-manes vinieron a América y se encontraron con los indígenas, muchos de esos viajeros vivie-ron una relación particular. Por ejemplo Nicolás de Federmann, cofundador de Bogotá, se enamo-ró de una indígena y se la llevó para Alemania y resulta que ella se le murió de frío”.

Pero a Selnich Vivas, nacido y criado en Colombia, el encuentro lo llevó a una transformación mu-cho más vital: “Alemania significó para mí una tartamudez, porque la lengua alemana me obligó a modificar la mandíbula, la lengua, la nariz, a pronunciar de otra forma las vocales; a aprender como si fuera de nuevo un niño. Y esa tartamudez física me llevó muchos años, incluso hoy, a una tartamudez mental, que es una forma, ahora lo entiendo así, de desautomatizar el lenguaje”.

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26Nº 626, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIAMedellín, noviembre de 2013

Retórica en la sociedad de las organizaciones

Notas1. “La decadencia de la retórica a par-tir de finales del siglo xvi, se debe al ascenso del pensamiento burgués que ha generalizado el papel de la eviden-cia personal del protestantismo, de la evidencia racional del cartesianismo o de la evidencia sensible del empirismo”. C. Perelman, El imperio retórico, Bogotá, Norma, 1997, p. 26.2. A. López, A. Parada y F. Simonetti, Psi-cología de la comunicación: textos y ejer-cicios, Bogotá, Alfaomega, 1998, p. 29.3. J. Habermas, Teoría de la acción co-municativa, vol. I: Racionalidad de la acción y racionalización social, Madrid, Taurus, 1999, p. 45.4. “Se ha definido de diversas maneras el conflicto social [...] significa una lucha con respecto a valores y derechos sobre estados, poderes y recursos escasos; lu-cha en la cual el propósito es neutralizar, dañar o eliminar a sus rivales” L. Coser, Funciones del conflicto social, México, Fondo de Cultura Económica, 1961, p. 8.5. A. López Eire, Esencia y objeto de la retórica, Salamanca, Universidad de Sa-lamanca, 2000, p. 13.

Juan Carlos Ramírez Echeverri

Editorial Universidad de Antioquia®, 2013

Colección Filosofía

La polis era la forma como se organizaba la socie-dad antigua y en ella se constituían las institu-ciones que generaban las

normas a seguir por el ciudadano; era una ciudad-estado autónoma y soberana, cuyos componentes institucionales se resumen en una o varias magistraturas, un consejo y una asamblea de ciudadanos. En la actualidad, la sociedad occidental se organiza mediante la institucio-nalización de organizaciones que proponen normas y que guían el actuar del sujeto. En esta época, el desarrollo de las organizaciones hace que el agente principal ya no sea el sujeto, quien en la antigüe-dad se atenía al marco normativo de la polis como institución, sino que el agente es la organización y su marco normativo son las em-presas que comparten su quehacer (cluster), el enfoque en torno a las normas que se deben seguir y las restricciones que las guían.

En ambos contextos, la retóri-ca actúa de manera diferente. La antigua retórica estaba restringida a un sistema cultural cerrado y su utilidad coincidía con los períodos democráticos, mientras la nueva se expande más allá de las fronteras de la organización y se identifica como una cultura institucionalizada en el ámbito de la democracia, donde el debate de ideas es una condición sin la cual no puede existir una sociedad pluralista. Así, la retórica, entendida como el discurso sobre lo plausible, se convierte en la for-ma de convencimiento individual acerca de la bondad de la norma y de los hábitos desarrollados en la cultura, que va de la mano de las normas, los valores y las institucio-nes culturalmente aceptadas.

La retórica sufrió un descrédito y una decadencia después de los griegos y los romanos, casi hasta desaparecer en el siglo xvi.1 A me-diados del siglo xx, la retórica vuel-ve a surgir en varias corrientes de pensamiento: la lógica, la filosofía del lenguaje, la epistemología. En el campo de la lógica, con el desarro-llo de la teoría de la argumentación de Perelman y Toulmin; desde la filosofía del lenguaje, con los actos del habla de Austin y Searle, el giro lingüístico, la pragmática estadouni-dense (Pierce) y la hermenéutica (Schleiermacher); desde la epis-temología, con la rehabilitación de la retórica en La estructura de las revoluciones científicas por Kuhn. Todas estas corrientes reivindican el uso del lenguaje y su estudio, y

replantean los problemas del uso del lenguaje natural. Este último es desarrollado por los hablantes como convención histórica, mien-tras el lenguaje formal se construye al amparo de teorías a priori, como el lenguaje de la lógica matemática.

Traído el tema a la contempora-neidad, se pretende aquí articular el resurgimiento de la retórica con otro fenómeno reciente, el de la organización. Una posible articu-lación entre ambas suscita algunas preguntas: ¿qué perspectiva teóri-ca apoya la retórica organizacional? ¿Qué se entiende por retórica orga-nizacional? ¿Cuál o cuáles serían los modelos teóricos de organizacio-nes a los que se podría incorporar? ¿Cuáles serían las implicaciones del uso de la retórica en este tipo de organizaciones? ¿Cómo podría la retórica organizacional no sucum-bir ante la crítica platónica de servir a intereses poco nobles?

El estudio realizado muestra algunos elementos innovadores: una evaluación de la retórica apli-cada a las teorías administrativas modernas; la identificación del institucionalismo cultural como modelo organizacional en el que la retórica es imprescindible; dilucida una relación entre la retórica argu-mentativa y la teoría de relaciones públicas; hace equivalencias entre las partes del arte retórico aristo-télico y sus conceptualizaciones en la sociedad de las organizaciones y, por último, enumera las teorías de la situación retórica y sus aplica-ciones al intervenir con el discurso.

En el presente texto, la retórica será entendida como un proceso de comunicación determinado de modo predominante por un compo-nente persuasivo. Aristóteles había encontrado que en el lenguaje hay algo que persuade2 y Habermas, por su parte, alude a “una coacción sin coacciones que ejerce el mejor ar-gumento”.3 Una de las aplicaciones de la persuasión está asociada a la teoría sociológica del conflicto, en la cual la sociedad es entendida como un conjunto de organizaciones con intereses diferenciables; en ella, la retórica puede intervenir bien sea para resolver un conflicto, negociar, llegar a un acuerdo o profundizar un desacuerdo mediante el lenguaje y el diálogo, en el que la persuasión se puede dar en cualquiera de los que intervienen.4

Es evidente que el conflicto pue-de resolverse como un pulso de po-deres, y en ese caso el poder mayor inclinará la balanza a su favor. Pero de lo que se trata con la retórica es de persuadir mediante el diálogo retórico, consistente en la forma de defensa de la comunicación insti-tucional en el debate público para generar adhesión a la actuación de la organización. Para López Eire, la retórica no trata sobre lo verdadero o lo falso; es, más bien, la argumen-tación propia de la democracia y del derecho, con lo que se aparta de las vías de hecho, de la intimidación y de la violencia como formas de resolución de los conflictos.5

(Fragmento tomado de “Intro-ducción”)

La Universidad de Antio-quia acogerá entre el 26 y el 29 de noviembre al Comité Técnico de RedEm-prendia, la red iberoameri-cana de universidades que promueve la innovación y el emprendimiento.

En Colombia, la Universi-dad de Antioquia es la úni-ca institución de educación superior que hace parte de la Red y ha convocado a otras instituciones educati-vas de la ciudad y del país para que participen de los programas y actividades que se desarrollan en esta organización.

El encuentro tiene como objetivo intercambiar ex-periencias alrededor del emprendimiento y de la innovación entre los ac-tores de este ecosistema, en Medellín, Antioquia y Colombia, y los expertos internacionales, quienes aportarán su conocimiento y se darán a la tarea de identificar brechas y cons-truir acciones para mejorar y afianzar los lazos de cooperación con esta red universitaria de incubación de empresas.

RedEmprendia busca pro-mover la transferencia de conocimiento, el desarro-llo tecnológico, la innova-ción y el emprendimiento. Está conformada por 24 instituciones universitarias de 7 países: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, España, México y Portugal. Universia y Banco Santan-der también hacen parte de RedEmprendia.

La Universidad de Antioquia, anfitriona de

RedEmprendia

Para conocer la agenda del encuentro ingrese a

http://gestiontecnologica.udea.edu.co

Informes: [email protected]

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27Nº 626, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIAMedellín, noviembre de 2013

Por JOHNATAN JESÚS CLAVIJO TABORDA

Conversar, paso para la transformación

El diálogo también se extiende en los medios sociales. El pro-yecto invita a que los ciudadanos participen de sus reflexiones en twitter con el perfil @Yotomo-lapalabra y el hashtag #Mede-llínSeTomaLaPalabra y en face-book con la página Medellín se toma la palabra. La actualidad del proyecto se publica también en: http://parquedelavida.com/medellinsetomalapalabra

La Universidad de An-tioquia y la Alcaldía de Medellín son aliadas en la ejecución del pro-yecto Medellín se toma la palabra, que invita a la ciudadanía a conver-sar sobre temas urgen-tes para la transforma-ción de la ciudad.

“Cuando hay una conversa-ción salen ideas de cada persona y sirven para uno ponerse de acuerdo. Es bueno conversar para darse

cuenta de qué hay en común entre una persona y otra”. Con estas palabras y con la experiencia de centenares de conversaciones con desconocidos, durante 35 años de trabajo como taxista en “la ciudad más hermosa que conozca en este mundo” Gilberto Reinosa Villegas explica por qué para él es impor-tante que una sociedad converse.

Partiendo precisamente de la importancia de conversar, la Alcaldía de Medellín y la Universidad de An-tioquia se aliaron para desarrollar un proyecto en el que la ciudadanía dia-logue sobre temas de interés público. Medellín se toma la palabra pretende romper con la indiferencia, activando la ciudadanía y promoviendo la parti-cipación como principio fundamental para el desarrollo social.

El coordinador del proyecto por parte de la Universidad de Antio-quia Edilson Bustamante explica que “ser ciudadanos implica una responsabilidad que muchas veces no nos gusta asumir. Es una res-ponsabilidad que significa meternos en los asuntos que nos interesan como sociedad. Nos hemos vuelto indiferentes ante los temas trascen-dentales para nuestra convivencia. Entonces invitamos a que todo ciu-dadano se tome la palabra y reco-nozca su papel como protagonista de la transformación de su ciudad”.

Este proyecto tendrá cuatro ciclos temáticos: ética y legali-dad, vida y convivencia, equidad y, finalmente, ciudadanía, temas importantes para el desarrollo de la ciudad. En cada ciclo se realizan ocho debates en diferentes zonas de la ciudad, con invitados espe-ciales y participación de personas de los diferentes sectores sociales.

El profesor Eduardo Domínguez Gómez, asesor académico, expresa que los encuentros “promueven la comunicación pública en nuestra ciudad, fortalecen los conocimien-tos de nuestra realidad circundante en Medellín, la capacidad argu-mentativa de los habitantes hacia nuevas formas de ciudadanía y permiten identificar modos de vivir sin abusos, sin violencia, sin miedo, sin cohibición”.

Además, un grupo de facilitado-res voluntarios lleva a diferentes sectores urbanos los temas de conversación y de este modo se genera una red de conversaciones. La gerente del proyecto, Natalia Echeverri, complementa que “los facilitadores son personas que dinamizan la conversación desde sus espacios de actuación. Son personas de medios comunitarios y masivos, empresarios, sacerdo-tes, académicos, líderes de barrio, de organizaciones, consultores, que tienen un público propio con el cual pueden conversar sobre esos temas que estamos propo-niendo en el proyecto”.

El reto es aminorar la indiferencia desde nuevos lenguajes y formas de comunicación. Por ejemplo, para hablar de ética y legalidad fueron contactados músicos para dialogar sobre ‘la payola’ y temas del sector relacionados con estas áreas te-máticas. Esta experiencia despertó el interés del público juvenil que

generará el mismo diálogo en sus ambientes sociales y personales.

El primer ciclo de los encuentros sobre ética y la legalidad se realizó entre julio y mediados de octubre del presente año y deja como balance no solo la interacción de diferentes sectores de la sociedad y la participación de cerca de 500 personas, sino también la activa-ción del interés de los asistentes en continuar participando.

Lucía González, reconocida gestora cultural de la ciudad, des-taca que “solamente conversando como seres racionales y sociales podemos entender que hay asun-tos que es necesario resolver de manera compartida, hacer reflexio-nes profundas de los actos que nos construyen como sociedad y que nos construyen como individuos. Bienvenidos estos encuentros que no pretenden construir una verdad, sino muchas en la medida en que los ciudadanos nos sumemos a estas reflexiones”.

Finalmente, el profesor Domín-guez concluye: “no estamos ante ‘la solución’ porque no existe una. Estamos ante la posibilidad de in-augurar nuevos comportamientos y explicaciones que modifiquen la trayectoria y los argumentos para que la acción y la conciencia de todos nosotros contribuya a volver realidad el Estado social de derecho participativo. No es corto el camino pero no está perdido el norte”.

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8° Congreso Internacio-

nal de Salud

Pública

2° Congreso Panameri-

cano de Salud y Ambiente

Plaza Mayor Medellín

Convenciones y Exposiciones

Noviembre 27, 28 y 29 de 2013

Informes http://saludpublica.

udea.edu.co

Correo: congresosa-ludpublica@ciec.

udea.net.co

Teléfonos: (574) 2198932, 2196875

Medellín

Justicia social,

derechos humanos y equidad en

salud

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Departamento de Información y Prensa Secretaría General • Ciudad Universitaria • Calle 67 N° 53-108, Bloque 16, oficina 336, Medellín • Teléfonos (4) 2195023 y 2195026. • E-mail: [email protected] • http://almamater.udea.edu.co

Comité editorial: profesores John Jairo Arboleda Céspedes • Luquegi Gil Neira • Patricia Nieto Nieto • Eufrasio Guzmán Mesa • Fabio Giraldo Jiménez • Heiner Castañeda Bustamante

Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación. Estos son libres y tienen responsabilidad social. Se garanti-za el derecho a la rectificación en condiciones de equidad. No habrá censura. (Artículo 20. Constitución Política de Colombia)

La actividad periodística gozará de protección para garantizar su libertad e independencia profesional. (Artículo 73. Constitución Política de Colombia)

— Las opiniones expresadas en ALMA MATER son responsabilidad de los autores y sólo a ellos compromete —

Director: Heiner Castañeda Bustamante • Edición de contenidos: Luis Javier Londoño Balbín • Ilustraciones: Juan Andrés Álvarez Castaño • Auxiliares: Diana Sofía Villa Múnera, Sara Giraldo Maestre, Carolina Sánchez Álvarez • Diagramación: Juan Camilo Vélez Rodríguez • Secretaria: María Mercedes Morales Osorio

Por sus ocupaciones y compromisos en la Universidad de Van-derbilt no pudo reci-bir de manera directa

la máxima distinción que otorga la Universidad de Antioquia, pero su ánimo se sintió en el aula máxima del Paraninfo el día clásico, el 9 de octubre, cuan-do la institución celebró de la mejor manera sus 210 años de historia al rendirle tributo a los estudiantes, profesores, investi-gadores, empleados y egresados destacados por su desempeño académico y científico y por sus ejecutorias en beneficio de la sociedad.

Hablamos del profesor Pela-yo Correa Vélez, a quien la Alma Máter le confirió la Orden al Mérito Universitario Francisco Antonio Zea, categoría oro. Egresado de la Facultad de Me-dicina en 1949, es reconocido como autoridad mundial por su contribución a la historia natu-ral del cáncer gástrico. Es autor de más de 500 publicaciones e investigador principal del Pro-grama del Instituto Nacional de Cáncer en los Estados Unidos sobre la etiología del cáncer gástrico.

En entrevista concedida a la Emisora Cultural de la Univer-sidad de Antioquia el doctor Pelayo Vélez evocó sus días de internado rural en el hospital La María, después de lo cual fue residente de patología en la Uni-versidad de Emory, regresó a Co-lombia y se desempeñó 17 años como profesor en Cali, después trabajó en el Instituto Nacional de Cáncer en Washington, de donde pasó a la Universidad de Vanderbilt hasta el presente.

“Mi interés principal ha sido el cáncer gástrico —dijo— una enfermedad muy frecuente y la más importante en el mundo y en Colombia después del cán-cer de pulmón”.

En la entrevista radial tam-

bién evocó sus días de estu-diante en el Liceo Antioqueño y al rector de la época, Nicolás Gaviria, “un hombre muy sabio y un gran humanista”, expresó, y añadió que cuando su padre decidió mudarse de Sonsón a Medellín ingresó al bachillerato donde conoció “amigos que me han durado toda la vida, en un ambiente muy constructivo y humanista”.

Respecto de la máxima dis-tinción que la Universidad le otorgó manifestó que se sentía “inmerecedor de este honor, pero me da mucho gusto recibir-lo y es una especie de fruto del esfuerzo que se ha hecho y da gran alegría ver que este esfuer-zo es reconocido por la gente más importante para mí que son mis colegas colombianos”.

La profesora Olga Lucía Mar-tínez Álvarez, de la Facultad de Química Farmacéutica, también recibió, en la categoría plata, la misma distinción Orden al Mérito Universitario Francisco Antonio Zea.

Martínez Álvarez ha converti-do a la Universidad de Antioquia

en la pionera en análisis senso-rial de alimentos en Antioquia y líder en Colombia. Su liderazgo profesional y académico en ese campo ha logrado que el La-boratorio de Análisis Sensorial de Alimentos, el cual presta servicios de extensión, forma profesionales de pregrado y desarrolla investigación en el nivel de posgrado, sea el pri-mer laboratorio en Colombia con ensayos en análisis sen-sorial acreditados en 2005, en proceso de reacreditación, y actualmente en acreditación de nuevas pruebas. El Laboratorio está adscrito a la Facultad de Química Farmacéutica y a la Escuela de Nutrición y Dietética.

Egresado SobresalienteEn la celebración del día clá-

sico la Universidad homenajeó al abogado y exrector Bernardo Trujillo Calle, quien recibió la distinción José Félix de Restrepo como Egresado Sobresaliente.

Graduado de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas en 1953, Trujillo Calle fue rector de la Alma Máter y cofundador

de la Universidad Autónoma Latinoamericana.

De su paso por la Universidad como estudiante primero y di-rectivo luego recuerda que fue un alumno comprometido con la carrera, en una época en que la Universidad era una muy tranqui-la. “En 1949 hubo una huelga muy difícil promovida por la Facultad de Medicina, bastante movida y violenta, pero fue la única durante toda mi carrera. No había actos de protesta, ni luchas internas, era un ejemplo de tranquilidad y de estudio”, dijo.

Ya como rector, en la década del 70, afirmó que la Univer-sidad nunca cerró las puertas ni se perdió un solo semestre. “Tuvimos refriegas con los estu-diantes donde la policía llegaba hasta la entrada de la Universi-dad pero de ahí jamás avanzó porque yo conseguí como rector una especie de acuerdo con el ministro de Educación: yo no le dejaba cerrar la Universidad pero él no dejaba allanarla; él cumplió y yo cumplí”.

El Egresado Sobresaliente considera que la Universidad

Médico Pelayo Correa Vélez, Orden al Mérito Universitario Francisco Antonio Zea, categoría oro.

La profesora Olga Lucía Martínez Álvarez, Orden al Mérito Universitario Francisco Antonio Zea, categoría plata, recibió la distinción de manos del rector Alberto Uribe Correa.

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CONSEJO SUPERIOR UNIVERSITARIO: Sergio Fajardo Valderrama, Gobernador del Departamento y Presidente de la Corporación • Alberto Uribe Correa, Rector • Antonio Yepes Parra, Representante del Presidente de la República • Paula Marcela Arias Pulgarín, Representante de la Ministra de Educación Nacional • Clemencia Uribe Restrepo, Representante del Consejo Académico • Rafael Nieto López, Representante Profesoral • Mario Arturo González Arboleda, Representante de los Egresados • Manuel Santiago Mejía Correa, Representante del Sector Productivo, Luis Javier Arroyave Morales, Representante de los ex Rectores • Luquegi Gil Neira, Secretario General.

CONSEJO ACADÉMICO: Alberto Uribe Correa, Rector • Fanor Mondragón Pérez, Vicerrector de Investigación • Juan Carlos Amaya Castrillón, Vicerrector de Docencia • María Helena Vivas López, Vicerrectora de Extensión • Rubén Alberto Agudelo García, Vicerrector Adminis-trativo • Francisco Londoño Osorno, Decano Facultad de Artes • Luis Guillermo Palacio Baena, Decano Facultad de Ciencias Agrarias • Ramón Javier Mesa Callejas, Decano Facultad de Ciencias Económicas • Nora Eugenia Restrepo Sánchez, Decana Facultad de Ciencias Exactas y Naturales • Gloria Patricia Peláez Jaramillo, Decana Facultad de Ciencias Sociales y Humanas • David Hernández García, Decano Facultad de Comunicaciones • Clemencia Uribe Restrepo, Decana Facultad de Derecho y Ciencias Políticas • Carlos Arturo Soto Lombana, Decano Facultad de Educación • Sandra Catalina Ochoa, Decana Facultad de Enfermería • Carlos Alberto Palacio Tobón, Decano Facultad de Ingeniería • Élmer de Jesús Gaviria Rivera, Decano Facultad de Medicina • María Patricia Arbeláez Montoya, Decana Facultad Nacional de Salud Pública • Clara Eugenia Escobar Güendica, Decana Facultad de Odontología • Juan Carlos Alarcón Pérez, Decano Facultad de Química Farmacéutica • Lucía Stella Tamayo Acevedo, Representante Profesoral Consejo Académico • Luquegi Gil Neira, Secretario General.

Invitados: John Jairo Arboleda Céspedes, Vicerrector General • Fabio Giraldo Jiménez, Director de Posgrado • Jaime Ignacio Montoya Giraldo, Director de Desarrollo Institucional • María Carolina Laverde Velásquez, Directora de Relaciones Internacionales • Daryeny Parada Giraldo, Directora de Bienestar Universitario • Dora Nicolasa Gómez Cifuentes, Directora Programa de Regionalización • Liliana Marcela Ochoa Galeano, Directora Escuela de Microbiología • Edilma Naranjo Vélez, Directora Escuela Interamericana de Bibliotecología • John Jairo Giraldo Ortiz, Director Escuela de Idiomas • Berta Lucía Gaviria Gómez, Directora Escuela de Nutrición y Dietética • Francisco Cortés Rodas, Director Instituto de Filosofía • Gloria María Castañeda Clavijo, Directora Instituto de Educación Física y Deporte • Jaime Cardona Usquiano, Director Oficina de Asesoría Jurídica • Claudia María Rivera Osorio, Auditora Interna • Heiner Castañeda Bustamante, Director de Comunicaciones.

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siempre debe mantenerse como una casa de estudios para formar profesionales e inves-tigadores en un alto grado de excelencia que le sirvan a la so-ciedad. “Su mayor reto es man-tenerse funcionando y no dejar que se suspendan los estudios

El representante de los egresados ante el Consejo Superior Universitario Mario Arturo Gonzá-lez Arboleda entregó la distinción Egresado Sobresaliente al exrector Bernardo Trujillo Calle.

por la presión de personas que tengan intereses en perturbar su marcha”, expresó.

Otros reconocimientosAdemás de los setenta y siete

mejores estudiantes avanzados en cada pregrado, y de los estu-

diantes ganadores del premio a la investigación estudiantil por los mejores trabajos de grado en cuatro áreas del conocimiento, la Universidad este año Lilyam Sofía Posada Arango, secretaria adscri-ta a la Facultad de Medicina, se hizo merecedora a la distinción Mérito Universitario Alma Máter de Antioquia, con la que la insti-tución reconoce el trabajo de sus empleados administrativos.

Las demás distinciones que entregó la Universidad fueron:

Medalla Francisco José de Cal-das a la Excelencia Universitaria, categoría oro, a la profesora Nélida Rodríguez Osorio, de la Facultad de Ciencias Agrarias. Y categoría plata a la profesora Liliana Mahecha Ledesma, de la Facultad de Ciencias Agrarias.

Premio a la Extensión Uni-versidad de Antioquia, a los profesores Mauricio Andrés Co-rrea Ochoa, de la Facultad de Ingeniería, Rubén Darío Hurtado Vergara, de la Facultad de Educa-ción y Tomás Bernal Álvarez, de la Facultad de Odontología.

Premio a la Investigación Universidad de Antioquia para profesores. Primera categoría al “Estudio de los efectos de estrés oxidativo en el transgé-nico Drosophila melanoganster con parkina-silvestre & mutado (C212Y) como modelo de neu-rodegeneración en parkison juvenil autonómico recesivo en Antioquia”, cuyos autores son los profesores Carlos Vélez Pardo y Marlene Jiménez del Río, adscritos a la Facultad de Medi-cina. Segunda categoría a Los Cometas Lázaro, cuyo autores son los profesores Ignacio Ferrín Vásquez, Jorge Zuluaga Callejas y Pablo Cuartas Restrepo, ads-critos a la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales.

Presencia de la Universidad en la Sociedad, categoría oro, a las prácticas académicas Centro de Atención Familiar, de la Facultad de Derecho y Cien-cias Políticas. Y categoría plata a las prácticas académicas de la Facultad de Odontología, un aporte al desarrollo social.

Record de aspirantes a la UdeA

29Nº 626, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIAMedellín, noviembre de 2013

Estudiar en la Universidad de Antioquia es un sueño que cada vez más jóvenes quieren ver cumplido. Así lo demuestran los 48 mil sesenta y siete inscritos que esperan pasar el examen de admisión para cursar el primer semes-tre académico de 2014. Como se observa en la gráfica, el número de inscritos aumenta significativamente cada año, pero es más marcado para el actual periodo.

Gráfico histórico últimos años

De igual forma, su vocación de universidad pública abierta a todos los niveles socioeconómicos se traduce en que más del 94% de los aspi-rantes pertenece a los estratos 1, 2 y 3, lo que coincide con el perfil que hoy tienen los estudiantes matriculados en la Alma Máter.

Comparativo de inscripciones 2007-1 al 2014-1

Gráfico aspirantes por estrato

Estas cifras repre-sentan un compro-miso permanente con la calidad aca-démica y la defensa de la Institución, porque en cada uno de estos aspi-rantes está deposi-tado también el fu-turo de sus familias.

Inscritos 2014-1 por Estrato Socieconómico

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30Nº 626, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIAMedellín, noviembre de 2013

Por CRISTINA TORRES RIVERA

Por ADRIÁN RESTREPO PARRAInstituto de Estudios Políticos

Reconocimientos a la educación superior

La Fundación Francisca Radke, la Universidad Pedagógica Nacional y la Universidad de Antioquia hicieron público recono-

cimiento a los mejores trabajos de grado sobre educación realizados en instituciones de educación su-perior colombianas, así como a las investigaciones científicas sobre educación y pedagogía en el país.

En desarrollo de la XIV versión del Premio Nacional de Educación Francisca Radke, el 24 de octubre en Medellín, se entregaron los si-guientes premios:

Categoría trabajo de grado en pregrado sobre educación: Angie Colorado y Olga Villanueva con la tesis “Corazonar y aprender des-aprendiendo nuestra propuesta”.

Tesis de maestría: Adriana Cha-cón con el trabajo “Propuesta pedagógica para la construcción de pensamiento histórico”.

Maestría mención de honor: Diana Alexandra Alfonso con “Deporte y educación física en Colombia 1916-1942”.

Durante la entrega de los pre-mios, también recibieron moción de reconocimiento los profesores Margarita Arroyave, Maribel Barre-to, Wilson Bolívar, Dora Inés Cha-verra, Rafael Flórez, David Reinking, Teresita Zapata, Donna Zapata y Fernando Zapata Duque.

La educación en el centroAl evocar al novelista, perio-

dista e historiador Henry Brooks

Adams (1838-1918), “Un profesor trabaja para la eternidad: nadie puede decir dónde acaba su in-fluencia”, la directora ejecutiva de la Fundación Francisca Radke, Lina María Manzi Díaz, enfatizó la importancia de los maestros para la sociedad y el sistema educativo y expresó que la grandeza de una nación debería ser medida por el respeto y reconocimiento que ésta le da a la formación.

“No apostarle a los maestros ni al sistema educativo es no apostar-le al futuro, por eso la Fundación Francisca Radke, institución de y para los maestros, desde 1991 ha dedicado sus esfuerzos a la cuali-ficación de los educadores y a la exaltación de la labor de los docen-tes para el mejoramiento continuo de la educación en Colombia”, dijo.

Los reconocimientos —agre-gó—, buscan que la labor investi-gativa en las diferentes categorías sea un insumo y una inspiración para que la labor de los maestros de Colombia trascienda.

Según Edgar Alberto Mendo-za, vicerrector Académico de la Universidad Pedagógica Nacional, los trabajos galardonados fueron evaluados por la pertinencia, co-herencia, argumentación concep-tual, rigor metodológico y el nivel investigativo.

En el acto de premiación, el de-cano de la Facultad de Educación de la Universidad de Antioquia Carlos Soto Lombana anunció que como parte de la conmemoración de los 60 años de esta unidad académica en 2014 se realizará un simposio sobre la Ley General de Educación, y lo que ha sido su legado y perspectivas.

El profesor Octavio Henao Álvarez y la profesora Doris Adriana Ramírez Salazar hicieron parte de los homenajeados, en su caso por los veinte años del grupo de investigación Didáctica y Nuevas Tecnologías.

El Instituto de Estudios Políticos —IEP— de la Universidad de Antioquia fue creado en octubre de 1988, mediante el acuerdo 112 del Consejo Superior Universitario. Este acto administrativo cristalizó la propuesta del profesor Carlos Gaviria de crear un área académica para el estudio de los problemas de naturaleza polí-

tica, especialmente aquellos relacionados con el fenómeno de la violencia. Desde entonces, el IEP ha desarrollado distintas actividades y ha lo-

grado posicionar su producción académica en estándares nacionales e internacionales de conocimiento científico en el campo de las ciencias sociales en general y en la ciencia política en particular. Esta trayectoria académica en el análisis de la política ha estado anudada a los vaivenes de la realidad que estudia y ha tomado para el análisis hechos concre-tos, como, por ejemplo, las urgencias de la realidad política colombiana, empezando por la región de Antioquia y la ciudad de Medellín.

Realidad en la cual el Instituto resulta inmerso desde su creación a finales de los años ochenta, tiempo de una sociedad colombiana inmiscuida en una violencia de vieja data y dinamizada por nuevos actores armados y, quizás como ironía, la citación a un pacto constituyente a inicios de los años noven-ta. Esta relación entre violencia, negociación y pacto democrático ocupó en buena medida la agenda de investigación del Instituto por varios años. Fruto del trabajo politólogico surgieron varias ideas al respecto, como aquella de que el llamado desorden producido por la violencia es, muy posiblemente, la constitución de otro orden e incluso la modelación de uno ya existente.

Comprender esa manera, quizás particular, con la cual en Colombia se establece el vínculo social, combinando simultáneamente violencia y democracia, constituía también un esfuerzo por desentrañar las tramas de la política, como diría nuestra profesora María Teresa Uribe de Hincapié. Tal lid va en consonancia con la tarea educativa del Instituto de promover una cultura política democrática que exalte el diálogo, la negociación y haga de la violencia el último de los recursos e incluso algo innecesario. Este propósito, este querer deber ser de la sociedad, ha sido un estímulo adicional para estudiar “la tosca materia” que es la realidad política; y más cuando en ella la guerra y la violencia parecen ser la urdimbre de la trama histórica de la vida política colombiana.

La reflexión realizada, debatida, compartida y aún cuestionada con colegas y aquellos involucrados en el universo de la política, ha llevado al Instituto a mantener una continua duda metodológica, en el sentido de renovar su agenda de investigación acorde con el pulso de la actividad política que constituye su objeto de estudio. Los objetos de investigación en las cien-cias sociales son seres vivos, dinámicos. Las instituciones, y entre ellas las universitarias, deben adecuar parte de su forma organizacional para poder estar al tanto de eso llamado realidad. Este criterio ha hecho que en el IEP no sólo sean diversos los problemas de análisis sino también distintos los recursos metodológicos implementados para abordarlos.

Por ello, al finalizar los años noventas y en lo corrido de este siglo, el Insti-tuto introduce en sus preocupaciones académicas la dimensión internacional que empieza a tomar Colombia, en principio por el drama de la guerra, luego por el papel del narcotráfico y, en simultánea, por la inserción del país en la globalización cultural y económica. Esta situación ha incitado pesquisas sobre la relación entre estabilidad y prosperidad económica con democracia en un escenario de guerra interna prolongada y en el cual también otras violencias, en especial esa que muy genéricamente podría llamarse urbana, han jugado un papel importante en la configuración del orden político.

Un posible perfil de la política en Colombia, durante los últimos 25 años, sería, quizás, aquel donde la política es conflicto que involucra el uso de la violencia y también la posibilidad del acuerdo. Aunque trágico, la manera de vivir juntos ha privilegiado y sigue privilegiando a la violencia como manera de fundar el orden sin negar la posibilidad del acuerdo. Esta idea, en un país de excesos de violencia, alimenta una posible cara de la paz en Colombia: un estadio del conflicto sin la fiesta de la sangre derramada y con el debate siempre abierto entre los plurales. Aportar conocimiento politólogico a quienes pueden incidir en la consolidación de ese posible escenario de la vida de Colombia en los próximos años es uno de los mayores retos que puede presentársele a un instituto de estudios políticos adscrito a una universidad pública.

IEP: 25 años estudiando la política

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31Nº 626, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIAMedellín, noviembre de 2013

Por ANDERZON PIEDRAHITALa voz de la Universidad se escucha hace ochenta años

La Emisora Cultural Uni-versidad de Antioquia, la primera de su género en el país y pionera en Latinoamérica, celebra

ocho décadas de ininterrumpido trabajo en la promoción de la cultura regional y colombiana y en la difusión de las músicas e ideas del mundo.

La Emisora, creada no solo con fines científicos, sino también para difundir y transmitir a la ciudad el espíritu del Alma Mater, como ese 9 de noviembre de 1933 hasta hoy mantiene la vigencia y sigue siendo alternativa para los oyentes que no los satisface el menú de la radio comercial.

El servicio de radiodifusión so-nora en Colombia, según la Reso-lución 415 de 2010 del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, “tiene a su cargo la transmisión de programas de interés cultural, sin ninguna finalidad de lucro, con el objeto, entre otros, de difundir la cultura, la ciencia y la educación, de esti-mular el flujo de investigaciones y de información científica y tec-nológica aplicada al desarrollo…”

Esos cometidos los ha obser-vado la Emisora Cultural y ahora más, cuando cuenta con 8 diales en el departamento de Antioquia, a través de los cuales conserva los principios declarados en 1937 por su primer director José J. Sierra.

Ese año, el físico y profesor del Alma Máter escribió en la Revis-ta Universidad de Antioquia: “El pensamiento y la idea necesitan volar como el ave y correr como el viento, pero en la Universidad encontrarán la aceleración de la luz cabalgando sobre el electrón. La estación de la Universidad de Antioquia tiene carácter exclusiva-mente cultural y desde ella nos ilus-trarán con sus sabias enseñanzas los más competentes profesores de la facultad de Medicina y de la de Derecho, los célebres mate-máticos de la Escuela Nacional de Minas, los filósofos, literatos y pe-dagogos irradiarán sus ideas sobre el cielo colombiano por arte mágica del maravilloso aparato del micró-fono, y para amenizar y alegrar sus programas la Universidad cuenta también con la Escuela de Música dirigida por artistas de delicado gusto musical, y con un numeroso grupo de jóvenes formados bajo esa sabia y exquisita dirección”.

Para Jhon Jairo Arboleda Cés-pedes, vicerrector General, la Emisora Cultural “es un aporte como muchos que la Universidad ha hecho a través de 210 años de historia y de compromiso con la sociedad antioqueña.”

El directivo destaca la labor que ha cumplido la Emisora en la regio-nalización desde cuando en 2005 pasó de las dos frecuencias, en AM y FM, en Medellín y enriqueció la radio con nuevas emisoras en las regiones de Antioquia, “un proyec-to que se considera completamen-te innovador hoy con 8 emisoras y que desde el momento de su concepción hasta ahora continúa siendo pionero en el país en cuanto a radios universitarias”, concluye.

La directora de la Emisora Cultu-ral, Beatriz Elena Mejía Mejía, resal-ta la presencia de la Emisora en la sociedad y reafirma el compromiso que tiene la radio universitaria con la Universidad y el país.

“Con 80 años de existencia, la Emisora Cultural Universidad de Antioquia sabe que es el momento indicado para renovar el com-promiso con la sociedad. No se entiende una radio universitaria, de una universidad pública como la nuestra, aislada y ausente de la realidad local, regional, nacional e internacional. La radio univer-sitaria es veedora de los hechos

sociales y por tanto, escribe la historia de su país”, dice.

Mejía Mejía es categórica en afirmar que no es cierto que este medio de comunicación tenga sus días contados y mucho menos que hoy esté ubicada en el patio trasero en cuanto a las preferencias de lo

que técnicamente se conoce como consumidores de medios.

MemoriaEn la actualidad, la Emisora

a través de su fonoteca permite conservar y preservar las voces de grandes intelectuales del mundo que hoy se consideran patrimonio.

La fonotecaria de la Emisora, Ángela María Quiroz, resalta que “en la década de los 90, la dis-coteca pasó a llamarse fonoteca y dejó de ser un archivo donde únicamente se almacenaban docu-mentos de audio, para convertirse en un centro de documentación especializado en la preservación, conservación, acceso y divulgación de un acervo sonoro que hoy es valorado como la memoria sonora de la Emisora Cultural y de la Uni-versidad de Antioquia.”

Los 80 años que celebramos durante este mes de noviembre es un momento histórico no solo para nuestra Universidad sino que constituye la efeméride de la radio universitaria en el país que ha construido lazos inquebrantables de compañía con la sociedad.

Así lo anota Carlos Vásquez, profesor del Instituto de Filosofía y colaborador de la Emisora con el programa Diálogos: “Lo que desde la primera vez me fascinó fue la libertad de la voz. Del radio amé sobre todo las palabras. Con-versaciones, monólogos, pausas. La música vino después, asociada siempre a palabras. No entendía su sentido, no alcanzaba a saber lo que decían. Eso, en lugar de apartarme me fascinaba. Era toca-do por una extraña gracia. Hubo así presencias que me resultaron indispensables. Por su dicción queda, su articulación sosegada.”

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32Nº 626, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIAMedellín, noviembre de 2013

Desde que se anun-ció un año atrás que se iniciaban nuevas conver-saciones de paz

con las guerrillas de las Farc se produjo un cambio fundamen-tal del contexto público y de la correlación de las fuerzas polí-ticas en el país: la superación de una concepción de la polí-tica anclada en la guerra por una política orientada hacia la paz y la utilización de la jus-ticia transicional, dispositivo desarrollado en otros países para salir de largos conflictos y de guerras civiles.

La idea de justicia tran-sicional puede ser definida como la concepción de justi-cia asociada con períodos de cambio político, caracterizada por las respuestas legales para confrontar los daños de los regímenes represivos anterio-res. Se plantea el problema de cómo las sociedades que salen de períodos de guerra civil o de dictaduras tratan con las consecuencias de violencia y violación de los derechos hu-manos. Comprende, además, todos los procesos y mecanis-mos asociados con la forma como una sociedad enfrenta el legado de grandes y graves abusos para poder garantizar la responsabilidad individual, servir a la justicia, y conse-guir la reconciliación. Puede incluir mecanismos judiciales y no judiciales con diferentes niveles en el tratamiento del juzgamiento de los individuos, y puede incluir persecuciones individuales, reparaciones, búsqueda de la verdad, refor-ma institucional, descalifica-ción y destituciones, o una combinación de ellas.

La Universidad de Antioquia, con el propósito de contribuir a las reflexiones y debates en el país sobre el conflicto armado interno que se busca resolver mediante una alternativa de diálogo, debate y confronta-ción, ha convocado a juristas, funcionarios públicos, profeso-res universitarios, los días 21 y 22 de noviembre, para aportar luces sobre este problema fun-damental para el presente y el futuro de Colombia en un se-minario público y abierto a los universitarios y a la ciudadanía.

Jueves 21 de NOVIEMBRE DE 2013MañanaEscenarios para la paz

• Saludo, Rector UdeA – Doctor Alberto Uribe Correa• Instalación a cargo del doctor Armando Otálora Gómez, Defensor del Pueblo.

MESA 1: Dilemas de la reinserción y la reintegración• Alejandro Eder – Director de la Agencia Colombiana para la Reintegración • León Valencia – Analista político Comenta y modera: Felipe Piedrahita

TardeMESA 2: Justicia transicional

• María Camila Moreno, Directora del Centro Interna-cional para la Justicia Transicional • Francisco Cortés – Universidad de Antioquia Comenta y modera: Fabio Giraldo

MESA 3: Derecho internacional penal y procesos de paz• Rafael Grasa - Instituto Catalán Internacional para la Paz • Javier Ciurlizza - Director para América Latina, International Crisis Group Comenta y modera: Francisco Cortés

Seminario por la paz

Viernes 22 de NOVIEMBRE de 2013MañanaMESA 4: Reformas al Estado y participación política

• Carlos Gaviria Díaz, Ex magistrado de la Corte Constitucional • Jorge Iván Palacio, Presidente de la Corte Cons-titucional Comenta y modera: Adrián Restrepo

MESA 5: Educación para la paz • Eduardo Sandoval Forero - Coordinador Académico del Posgrado en Estudios para la Paz, la Interculturali-dad y la Democracia - Universidad Autónoma Indígena de México• María Victoria Uribe, miembro de la Comisión Histórica Comenta y modera: Isabel Puerta

MESA 6: Procesos de paz y ciudadanos• Max Yuri Gil Ramírez, Director Corporación Región • Julio González Zapata, profesor de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia • Germán Valencia, profesor del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia Comenta y modera: Gloria Patricia Peláez Jaramillo, Decana de la Facultad de Ciencias Sociales y Hu-manas.

Dirección de Relaciones Internacionales – Cátedra Unesco