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Pero mientras Justo Arose- JORGE VIA CRUCIS TOMAS... · gobierno centralista y unitario, bajo el control de un órgano ejecutivo fuerte. Bolívar aspira a ... porque ori-ginalmente

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Pero mientras Justo Arose-mena fue un hombre de ideasprofundas, dedicado por entero

a la investigación y al estudio,

fue Tomás Herrera un hombrede acción.

El despertó la simpatía de las

multitudes y tuvo la facultad deconcitar todos los ámbitos de

nuestro espacio geográfico, hacia

la cohesión espiritual que crea elverdadero sentido de la naciona-lidad.

Mucho se ha opinado sobreTomás Herrera, la Historia deColombia lo destaca en heroici-dad junto a Tomás Cipriano de

Mosquera.

Un examen sobre los hechossucesivos de su vida, nos lleva-rán a afirmar que en todo ins-tante fue un hombre fiel a susideales hasta el sacrificio de suseguridad personaL.

Dedicado al servicio de las ar-mas, y fundamentalmente unhombre adiestrado para el com-bate, tenía fama de hombre mo-derado, cauteloso, equilibrado.

En diferentes instantes de suvida, se le solicitó como árbitrodemostrando poseer gran habili-dad para la diplomacia por su

espíritu conciliador.

Se agitó en las lides partidis-tas, y en ellas demostró ademásde determinación para defender

sus principios, un elevado senti-do de integridad personaL.

Pero además de ello, fue To-más Herrera un pensador y unestadista.

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1 ~Li: primeras armas

Nació Tomás Herrera en laciudad de Panamá, en el año de1804. Al iniciarse el siglo xix,Hispanoamérica despertaba coninquietud ante las ideas innova-

doras consignadas en la Consti-tución Norteaméricana, y en laDeclaración de los Derechos delHombre de la Revolución Fran-cesa.

Los hispanoamericanos, empe-zaban a demostrar inconformi-dad por el dominio de la monar-

quía absoluta.En el año de 1812, España se

ve convulsionada por problemas

políticos internos, lo cual preci-

pita la revo:ución de sus colo-

nias.

Simún Bolívar inicia su reclu~tamiento para la defensa de lalibertad.

Adolescente aún, le correspon-dió a Tomás Herrera alistarseen las huestes de los ejercito s dela emancipación suramericana,

destacándose por su arrojo en labatalla de Ayacucho.

Su valentía le valiÓ el asccnsoa Capitán del Batallón V oltíje-ros. En 1826, fue ascendido a

Mayor y en i 827, contandoapenas veintitres años fue distin-guido por el propio Simón Bolí-var con el grado de TenienteCoronel, brillante carrera paraun joven que se iniciaba apenasen las armas.

Declarada la independencia seinicia la organización política dela América Hispana, los grupos

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se dividen en bolivarianos y libe-rales.

Los bolivaranos defienden elgobierno centralista y unitario,bajo el control de un órganoejecutivo fuerte. Bolívar aspira a

una América unida bajo un solomando.

Los liberales, inspirados enSantander, defienden un tipode gobierno federalista, con unequilibrio de poderes, en el cualse destaca la influencia del órga-no legislativo.

El sistema de gobierno por elque propugnan los liberales,exhibía cierto parentezco entrela estructura gubernamental nor-teamericana y el sistema parla-mentario inglés.

Tomás Berrera tenía simpa-tía por estos últimos, y mu y a

pesar de su gran admiración porel hombre que lo había llenado

de honores.

En diciembre de 1827, invita-do por el Libertador, asistióHerrera, a una festividad públi-ca celebrada en Cipaquirá.

"Asistieron a ella el Liberta-dor, muchas personas nota-bles de la capital y los jefesy oficiales del Estado MayorGeneral, entre los cuales se

encontraba el ComandanteHerrera. En un banquetemuy concurrido pronuncióBolívar un brindis al que si-guieron muchos otros. FueHerrera, uno de los que ha-

blaron después del Liberta-

dor, y en su disccurso expre-

só con claridad y energía sus

ideas respecto a la política,las cuales por supuesto se ha-llaban en completa oposicióncon las del libertador". (*)

Desde entonces se consideró aTomás Herrera, como un indivi-duo sospechoso, y ello le valióel que Bolívar empezara a sepa-

rarlo del círculo de sus amista-

des Íntimas.

No se resintió por ello TomásHerrera, y bajo ninguna circuns-tancia tuvo frases de crítica para

el Libertador.

Pero a principios del 1828,

Simún Bolívar dio la orden deque se trasladase ,ù Teniente Co-rone! Herrera a la ciudad de

Cartagena. Este hecho le salvó lavida.

Durante el año de 1828, seacentuaron las discrepancias en-tre liberales y bolivarianos, co-

mo consecuencia de ciertas me-didas drásticas tomadas por Bo-lívar, para asegurar e! poder po-lí tIco.

Se le acusaba de déspota. Unacopla popular repetía entonces:

"Hemos salido del poder deDon Fernando, para caer ba-jo e! poder de Don SimÚn"

La actuación de Bolívar erafuertemcnte criticada. Para evi-tar levantamientos, resolvió sin

disimulos decretar la dictadura.

Tomás Herrera, que no crahombre de opinar en las som-

ALFARO RICARDO J. Vida del General Tomás Herrera. Edicición del XXVaniversario de la Universidad Nacional, 1960, pág, 26.

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bras, dejó expresar su voz de in-conformidad desde la ciudad deCartagena. Un grupo de exalta-dos en la ciudad de Bogotá ibanmás allá de la crítica personaL.

Se hablaba de tiranicidio, nosin que el propio Santander de-

clarara su disconformidad con elmovimiento.

En septiembre de 1828, ungrupo de adversarios de Bolívarirrumpió con ambiciones asesi-nas en la residencia del Liberta-dor.

El Libcrtador salió con vida

y su respuesta fue una fuerte rc-presión contra sus adversarios.

Se detuvo a muchos sospecho-sos, y entre ellos fue detenido

El propio Tomás Herrera, quiensc mantenía distante de Bogotá.

En primera instancia se lecondenó a seis años de prisiÓn,los cuales debía purgar en lasbóvedas de Puerto Cabello.

nVia Crucis de Tomás I1errera

Su asombro, fue más brrandeque su pesadumbre, porque ori-ginalmente se le comunicÓ la pe-na de mucrte.

El Gcneral Urdaneta, íntimo

de Bolívar, y quien scntía un

profundo respeto por TomásHerrera, obtuvo la conmutaciÓnde la pena por la de expatria-ción.

Mientras tanto, ajcno a las ()r-dencs que emanaban del cuartelgeneral en Bogotá, Tom¡'is IIerre-ra fue confinado con el General

Santander en la fortaleza de Pa-

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sacaballos, en una bóveda inun-dada de agua estancada.

Ahí permanecieron por unpoco más de un mes.

A Santander se le dio la liber-tad, pero Tomás Berrera fuedestinado a la cárcel de Puerto

Cabello.

Se le envió en una fragataque debía llevado a tal destino.Mientras llegaban nuevas instruc-ciones se le colocaron grilos y

perrnîneció en Puerto en unacelda que carecía de luz.

En tan mal estado se encon-traba la fragata que se temióecharla al mar, y permanecióen Puerto en rcparaciones por elespacio de dos meses. Finalmen-

te fue devuelto a Cartagena por

temor a la nave.Conocedor el General Urdane-

ta de la desvcntura de su am-

go, volvió a intervenir en su fa-vor a.nte Simón Bolívar, logran-do su libertad provisionaL.

Se le otorgó por cárcel el Ist-mo de Panamá. y según se afir-ma, al recibir la orden de liber-tad, envió una carta a Urdaneta

repleta de optimismo y esperan-

zas en donde le afirmaba:

"Mientras existan hombrescomo Ud., no puede defraudarsemi fe". Cuando se le preguntósobrc su participación en elatentado contra Simón Bolívaradvirtió:

"Declaro que si alguna parti-cipaciÓn hubiera tenido en laconspiraciÓn del 25 de Sep-

tiembre, lo confesaría franca-

mente, pero no gusto de que

me den lo que no me perte-nece".

Permaneció en el Istmo hastael año de 1830, en donde obser-

vó cómo se afianzaba un sentidode oposición contra las ideas bo-livarianas.

Había inquietud en el Istmo,sobre todo en la ciudad de Pana-

má, pero fuera del Istmo acae-

c í an acontecimientos trascen-dentales.

Páez se separa de la Gran Co-lombia, para fundar a Venezuela

y en Bogotá hay levantamientos

callejeros que expresan fríamen-te su oposición a Simún Bolívar.

Finalmente el Libertador decidesepararse de la jefatura del po-

der ejecutivo.

En esa fecha, el General JoséDomingo Espinar, panameño degran arraigo popular, y uno delos más célebres hijos del Istmode Panamá, es nombrado Co~mandante General del Departa-mento.

Espinar, aprovecha la oca-sión para decretar la indepen-

dencia, mas como el Istmo su-fría hondas divisiones partidis-tas, no obtuvo Espinar el plenorespaldo anhelado.

N u se identificaba TomásHerrera con Espinar, por razo-nes de orden político, y prefirióregresar a Bogotá, asegurando

públicamente que no estaba deacucrdo con el movimiento delDr. Espinar.

A José Domingo Espinar, su-cedió Juan Eligio Alzuru, hom-

bre ambicioso, que luego dc

desplazar a su superior, eptroni-zó un gobierno de persecuciones

para asegurarse el poder sin ad~

versarios.

RecurriÚ Alzuru, al reclu ta-miento de mcrcenarios, y así elIstmo se vió inundado de milita-res disidentcs de diversas repú-

blicas de Am(Tica del Sur, queandaban errando de puerto cnpuerto.

Ante tal situaciÓn, Colombia

resolvió encomendar a TomásHerrcra para que enfren tara aJuan Eligio Alzuru.

Fue nombrado Tomás Herrc-ra, con el título dc Coronel y

Comandante General, cargo conel cual invadió el Istmo para

combatir a Alzuru.

Después de sucesivos comba-tes, siempre arriesgando su vida,derrotó Tomás Herrcra a .J uanEligio Alzuru, a quien siguió jui-cio, condenándole al fusilamien-to.

Pero luego de la muerte dcAlzuru, surgicron en PanamCinuevas corrientes anexionistas alas que se oponía sin disimuloTomás Herrera. El considerabadetestables esas ideas.

Hombre que no temía a opi-nar por prudencia, las criticócon entereza.

Confesó en tonces que si elIstmo llegara a ser indepcndien-te, dcbcría serlo sin la ayuda, nicompromiso dc fuerzas extrañas,que condicionaran su libertad ysoberanía.

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..

ILI

El Estado Libre del Istmo

Hasta el año de 1836, perma-

neció Tomás Herrera como Co-mandante en J de de las fuerzasdel ejército colombÜtno en elIstmo. Este año fue elegido re-presentante de Panamá ante elSenado de Colombia.

A la muertc de Santander enel aÙo de 1840, Colombia scabocó a una serie de levanta-mientos y divisioncs que amena-

zaron con la desintcgración dc

la República.Se entronizÓ la anarquía ge-

neraL. Panamá se mantcnía aleja-da de estas luchas internas, y tc-mió verse cnvuelta en la revolu-ción nacional que amenazaba aColombia.

El movimiento separatista em-pezó a tomar fuerza en Pan,uná.Tomás Herrera, se puso al frentede la revolución istmeiìa. El día

18 de noviembre de l840, fueproclamado el Estado Libre delIstmo, eligiéndose al Coronel

lIerrcra como su Prcsidcnte.A pesar del apoyo quc brindÓ

Justo Arosemena a la gesta in-dependentista, no figuró entrelos hombres que asumieron lasprimeras responsabilidades, y a

causa de ello tuvo diferencias

con algunos de los dirigentes dela revo1ucic'm:

"Quisiera convcncerme de locontrario, pero yo no veosino razones que me persua-

den de que el Istmo no pue-

dc scr aún independiente".

(*)Entre las razones de mayor

peso para justificar la indepen-dencia de Colombia, afirmó To-

más Herrera la imposibilidad delgobierno de Bogotá de comuni-

carse con nucstro tcrritorio, porrazones de orden geográfico.

"La particular situación geo-gráfica del Istmo, hace que

su comunicacic'm interior con

la Nueva Granada, sobre todocon su capital sea mu y difí-cil, incierta y tardía".

Con ello reafirmaba 10 difícilque resultaba depender de ungobierno central, tan distante

del nuestro.

Durante un poco más de unaño fue tarea dc Tomás Hcrrcra

organizar un país, con el esfuer~zo de los hombres más distingui-dos del Istmo.

Se realizó una extensa labor

de legislación, sc organizaron

las finanzas públicas, se crearon

instituciones, y se establecieron

las primeras misiones diplomáti-cas.

Uno de los primeros actos degobicrno del Estado del Istmo,fue concertar un Convenio para

el arreglo de límites con Costa

Rica.

Fue Tomás Cipriano de Mos-quera quien inició los primerostrámi tcs para la rcincorporaciÓndel Istmo de Panamá a la Nueva

Granada.

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MENDEZ PEREIRA OCT A VIO, op. cit. pág. 43

~

Convencido de las profundascausas que habían motivado laseparación, aseguró que se haría

rcsp"tar el derecho de la auto-

non,;" interia del Istmo, ya quela NiiC 1:' (;ranada se organizaríabajo un rcgimen federalista.

La l1ison conciliadora de laNueva Granada, se apresuró es-pontáncamente a afirmar que sedictaría una amnistía general a

favor de los separatistas istme-

nos.

Aun cuando en principio To-más Herrera era contrario a lasproposiciones de la Nueva Gra-

nada, consultó la opinión de di-vcrsos sectores, y el consejo ge-

neral se inclino a aceptar la pro-posición de Mosquera.

El 31 de diciembre de 1841,el Estado del Istmo dejó deexistir. A pesar de la insistenciadel gobierno de Bogotá, el i de

Enero de 1842, presentó el Co-ronel Tomás Herrera renunciade su cargo de Gobernador delIstmo.

y desde entonces una ola depoderosas corrientes empezó arecomendar el enjuiciamiento deTomás Herrera, hubo quien pi-dió para él la pena del fusila-miento, como se había hechocon el traidor Juan Eligio Alzu-ru.

Había que escarmentar a losseparatistas.

Nueva Granada, a pesar de to-das s liS promesas, hostilizÓ ypersiguiÓ a Tomás Herrera,quien debiÓ buscar refugio en elEcuador.

Pero ahí su situación se hizolamentable, y se vio forzado a

regresar al Istmo, donde fue de-tenido por un poco más de unmes, hasta que finalmente fuedesterrado, prometiéndose elrespeto a su vida si no regresaba

al seno de su patria.

Vagó Tomás Herrera, hastaque fijó su residencia en .J amai-

ca. Esta situaciÓn se le prolongóhasta el alÌo dc i 844, cuando

fuc objeto de indulto por parte

del Gobicrno Central de Bogotá,

gracias a las gestiones que paratal efecto adelantÓ por propia

in iciativa Tomás Cipriano deMosquera.

En el año dc 1846, propusoel Coronel Berrera al Gobierno

Central de Bogotá que se decla-rase una ley para permitir al de-partamento del Istmo que seconvirtiese en un territorio libre,para que permI tiese la in troduc-ción de mercancías sin restric-ciones aduaneras, considerando

que ello propiciaría una granprosperidad econÓmica de nues-

tro territorio.

Aunque la medida provocógran cntusiasmo por partc de losistmeños, fue finalmente vetada

por Bogotá, quc veía en la me-dida un vehículo para asegurar

el desprendimiento cconÓmico

del Istmo.

En el ai10 de i 849, fue desig-nado el Coronel Tomás Herrera

Secretario de Guerra y Marina,

en el Gobierno de José HilarioLÓpez.

DurantePresidente

el alÌo de 1850, elLÓpez iniciÓ una

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campaña de persecución contralos jesuitas a quienes calificaba

del último reducto del poder co-lonial español, y enemigos de lapatria colombiana.

Tomiis Herrera, hombre fran-co sin reservas, presentó renun-

cia de su elevado cargo, expre-

sando al Presidente López, queno cstaba de acuerdo con la per-secución de ningún grupo porsus ideas, aun cuando no comul-gase con ellas.

No valieron ni las promcsas,ni las insistencias. Tomás Bcrre-ra, se alejó del gobierno de Ló-pez, mu y a pesar de no poseer

mcdios de subsistencia. En esteacto, como en todos los de suagitada vida pública, demostrÚ

un invariable espíritu de toleran~

cia con el adversario.

Este año se vio sorprcndido

con el ascenso al grado de Gene-ral del Ejcrcito Colombiano, gra-do que recibiÓ el día 11 de oc-tubre dc 1850.

ivLa revolución demanda un héroe

En el aIio de 1851 fue esco-

gido por la rccién creada Provin-

cia de Azuero, para que repre-sentara al Istmo ante el Congresodc la República.

En el ailO de 1852, fue selec-cionado como GUldidato a laPrcsidencia de la República, pe-

ro fue vcncido por el General

J osi: María Ouando.TonÚs Herrera, continuó ocu-

pcmdo su curul en el Congrcso

hasta el aÚo de 1854.

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A J osé María Obando, h9mbrevacilante, inseguro, dcbil de ca-

rácter, se le había acusado du-

rante su vida pública, de haber

sido el autor de la muerte de

Antonio José de Sucre.Sin mayor esfuerzo se dejó

aconsejar por el jefe del ejército,José María Melo, quien fue to-mando posición de mando, has-ta convertirse en la figura dc

mayor relieve en el gobierno deJosé María Obando.

El 18 de abril de 1854, enuna conspiración que contó conla aquiescencia del propio Presi-dente de la República, Mclo asu-

mió el mando de la NaciÚn.

J osé de ObaldÍa, el Vice- Presi-dente de la República, lIamÚ a

Tomás Herrera, para organizaruna reacción nacional en contradel dictador.

Tomás Herrcra, sc trasladÓ sinreparos al norte de Colombia

adonde empezó a organizar unejercito revolucionario. Inmedia-

tamentc le brindÚ su apoyo elGeneral Tom~is Cipriano de Mos-

quera.

Esta alianza despertó tal sim-patía en todos los ámbitos delpaís, que inesperadamente las

muchedumbrcs de voluntarios selevantaban para agregarsc a lastropas de llerrera y Mosquera.

La Revolución se cxtendiópor todo el territorio nacionaL.

El Gobicrno enfrentaba con ven-

taja a los revolucionarios, al

principio sufriÓ llerrera con tI-

nuaclos reveses, sin que ello lodesanimara.

Melo, se imponía.

La muerte del General Fran~

co, uno de los más importantes

subalternos del General TomásHerrera, lo llenó de valor, y a

consecuencia de su deceso se co-locó Berrera al frente de sus

hombres.Al frente de ellos marchó ha-

cia Bogotá.

La lucha contra la dictadura

se prolongó por varios meses.

Combatió Herrera de ma yo a di-ciembre.

En los primeros días del mesde diciembre entraba Tomás He-rrera adelante de sus hombres

por las calles de Bogotá.

Según afirma don Ricardo J.Alfaro en la biografía del hcroe;

"El combate fue encarnizadoy tenaz. Nada detenía el em-

puje de los constitucionales,

tomándose casa por casa,trinchera por trinchera, callepor calle, llegaron hasta elúltimo cuartel de Melo".

El 5 de diciembre de 1854fue el combate decisivo. Tom:tS

IIerrera a pesar de los triunfosobtenidos, se encontraba pesi-mista, creía que toda la lucha

con tra J osé María Melo resulta-ría inú ti!.

Las tropas empezaban a desa-nnnarse.

Como en otras ocasiones, pa-ra animar a sus hombres, en losmomentos más importantes dcla 1 ucha, sc colocÓ el GeneralTomás lIerrcra frcnte a ellas.

Exponía sin temor su propiavida. Quería inspirar a los solda-dos. Pero aquel gesto de osadía

le costó la vida, casi en las pos~

trimerías de la batalla final, ycuando la victoria estaba ya ase-gurada.

...Su causa había triunfado.

y así cayÓ el hcroe. El hom-

bre que hizo del propósito de su

existcncia un ideal sublime.

Que convirtió la ruta de suspropias ambiciones en una en-trega total por la grandeza del

Istmo de Panamá.

Su vidú. toda cs un ejemplo,

que puso de manifiesto su no-bleza, la cual lo llevú a actitudes

incomprensibles, que podríamoscalificar de imprácticas.

Porque muchas veccs viviómás allá de la realidad. Nada ledetenía en su camino. Llegó aolvidarse de sí mismo.

El era, como una especie de

Don Quijote de La Patria, quellegú a encarnarla hasta despren-

derse de su propia existencia pa-ra defenderla.

No hubo en El ninguna in-quietud personal ajena a estedestino. y por ello, no nos equi-

vocamos al afirmar que nadieantes, nadie después que El, nien nuestro pretérito, ni en nues-tro futuro previsible, podrá lle-gar jamás a un grado de comÚnidentificación con la Patria dc

los PanarneÙos.

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BIBLIOGRAFlA

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