Petroglifos en Los Montes de Toledo

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REVISTA

DE ESTUDIOS MONTEOS

Montes de Toledo. Boletn de rgimen interior de la Asociacin Cultural Montes de Toledo. 4 Trimestre de 2002. N. 100. Redaccin: Puerta del Cambrn. Direccin Postal: Apdo. 89. Toledo. Telf. 925 25 75 22.- Director: Ventura Leblic.- Consejo de Redaccin: Junta Directiva.www.montesdetoledo.org.- e-mail: [email protected] D.L.: TO. 172/1978. Imp.: E. Toledo, S.L.

EditorialHASTA AQU HEMOS LLEGADOHemos llegado al nmero CIEN de nuestra Revista de Estudios Monteos y de nuevo acudimos puntualmente a la cita con nuestros socios y lectores amigos. Trimestre a trimestre estas pginas han sido nuestro contacto y un singular medio de informacin y divulgacin de nuestra cultura montea. Con ms o menos acierto hemos tratado de poner en vuestras manos algo que materialmente nos vincule, nos ilustre y sea el reflejo de nuestro pensamiento y actividad. Son cientos y cientos de pginas las publicadas y podemos asegurar que cada revista tiene su historia particular. Estamos en situacin de afirmar que uno de los objetivos que pretendamos con la Revista como era el de crear una de las bases documentales con mayor contenido sobre la comarca de los Montes de Toledo, hoy est conseguido, y si sumamos los repertorios bibliogrficos, monografas y trabajos vinculados a la comarca, podemos reafirmarnos con mayor motivo en ello. Con la puesta en marcha de la pgina web se ha contribuido a introducir nuevos espacios para la divulgacin e investigacin de los bienes patrimoniales monteos al servicio de quienes pretendan conocer mejor nuestra tierra. La Revista no slo ha visto incrementado el nmero de ejemplares, sino que una consecuencia lgica de ello ha sido el1

considerable nmero de lectores que tiene, ya que se encuentra distribuida en bibliotecas pblicas, archivos, asociaciones, colegios, institutos y otros colectivos que multiplican la divulgacin de nuestros trabajos entre varios cientos de usuarios adems de los socios. Haciendo un poco de historia, despus de aquellos primeros nmeros del Boletn Informativo, editados en la desaparecida reprografa Mayfer junto a la Puerta Nueva, iniciamos la aventura de imprimirlos con nuestros propios medios, adquiriendo para ello una mquina offset de segunda mano con planchas de papel. La aventura como "impresores" nos dur poco, especialmente por la baja calidad de los productos resultantes con aquel aparato, aunque nos compensaba los costos. No obstante se realizaron tiradas de algunos nmeros de Boletn, varias hojas de El Monteo, circulares, cartelera, impresos para los cursos de la Escuela de Aire Libre, campamentos, Asociacin, etc..., al final aquella mquina tuvo que venderse una vez amortizada, cansados de limpiarnos la tinta pese a una sotana vieja que nos serva de proteccin. Nuestra nueva imprenta fue Ediciones Toledo y con ellos nos hemos mantenido durante dos dcadas. Hasta el nmero 70 las portadas se fueron diseando trimestral o anualmente, con lo que introducamos un toque de creatividad en el Boletn. Despus de convertirse en Revista de Estudios Monteos, aunque siempre subtitulada como Boletn, se transform la portada en la actual. A partir del prximo nmero, se incluir en la contraportada el sumario, para facilitar la localizacin de los trabajos publicados. El reto para las nuevas generaciones de monteos, es mantener la Revista y llegar al nmero doscientos. La antorcha est levantada para que la tomen, avancen y mejoren lo que otros crearon. Nosotros hasta aqu hemos llegado y continuaremos alimentando la llama de la esperanza en el futuro y en el relevo.

VENTURA LEBLIC GARCAPresidente 2

Noticias de la AsociacinCENA DE GALA La crnica de los actos del XXV Aniversario en estos ltimos meses contina abierta. La Cena de Gala celebrada en el Hotel Beatriz el da 18 de octubre pasado, result un rotundo xito con cerca de quinientos comensales, la presencia de veinte alcaldes de la comarca, las reinas de las fiestas de otros tantos pueblos, numerosos socios, periodistas y amigos. El acto estuvo presidido por el alcalde de Toledo y presidente de la Asociacin, acompaados por el Subdelegado del Gobierno, Presidente de la Diputacin, Delegado de la Consejera de Educacin y Cultura y Junta Directiva de la Asociacin con sus respectivos cnyuges. Al concluir la cena el alcalde de Toledo y Presidente de la Asociacin dieron la bienvenida a los presentes, saludando a los alcaldes y reinas de las fiestas que presidieron el acto. A continuacin Carlos y Mara Jess, de Glvez y Los Ybenes respectivamente, se dirigieron en nombre de la juventud de la comarca a los reunidos con sendas exposiciones en las que expresaron su visin y futuro de nuestra tierra. Se entregaron a continuacin los premios a los Monteos Distinguidos quienes dedicaron unas emotivas palabras de agradecimiento a la Asociacin. Hablaron las autoridades con discursos de felicitacin, apoyo y reconocimiento pblico a la Asociacin por la labor realizada durante 25 aos. El Presidente de la Diputacin entreg una placa conmemorativa al Presidente. El Ayuntamiento de Ajofrn recibi el ttulo de Socio Honorfico y el de Toledo el nuevo galardn instituido por la Asociacin para los ayuntamientos y colectivos que se distingan por su actividad notable de promocin de la comarca, consistente en una banda con los colores de los Montes de Toledo (rojo y verde) para colocarla junto a los smbolos municipales. Clausurado el acto, se procedi al tradicional sorteo de regalos y baile. Debemos felicitar al mantenedor Jos Luis lvarez y al3

equipo que trabaj en la organizacin de este complejo evento y agradecer a los socios y amigos que donaron regalos, especialmente a Pedro Alonso Revenga que don la bandera comarcal, a Imprenta Torres, Caja Rural, Denominacin de Origen del aceite Montes de Toledo y Hotel Beatriz.

INTERVENCIONES

Palabras de bienvenida del Presidente de la AsociacinHoy es un da de satisfacciones para muchos monteos. Por una parte hemos logrado andar juntos veinticinco aos haciendo comarca, recuperando nuestra identidad, tomando conciencia de pertenecer a un gran territorio articulado por la cordillera que a todos nos presta su nombre, tanto a los que viven en la Meseta y en las navas, a los que viven en el interior de los valles o junto a las extensas raas. Por otra parte podemos comprobar como a pesar de tener en el mundo rural muy arraigado el sentimiento localista heredado del aislamiento secular y a veces fomentado interesadamente, a pesar de ello digo, el movimiento comarcalista que es lo mismo que decir movimiento solidario entre los que pertenecemos a la misma tierra, se mueve. Se mueve con las dificultades propias de los primeros pasos siempre titubeantes, pero que va tomando forma y avanza, como en el resto de Espaa. Otra satisfaccin es observar cmo poco a poco, se va descubriendo que la solidaridad es el fundamento bsico para el desarrollo de nuestras sociedades rurales y que los individualismos conducen al aislamiento egosta y aldeano y por supuesto al fracaso colectivo desembocando en el "slvese quien pueda". Pero hoy tenemos que hablar de satisfacciones y de futuro. Dejemos atrs esa otra realidad ms comn en la vida asociativa, la realidad de las frustraciones, incomprensiones, las penurias, los trabajos, las horas de vela, el desgaste personal..., pocos imaginan lo que ha costado llegar hasta hoy si no se entiende en clave de generosidad por una tierra a la que se quiere profundamente, contribuyendo a su4

progreso a fin de conseguir que a la Comarca de los Montes de Toledo se la conozca, valore y respete. A veces cuando se trabaja desinteresadamente no valoramos en su justo trmino la actividad desarrollada. En una sociedad capitalista o materialista, sera incomprensible trabajar para los dems sin cobrar, pero existe algo que no tiene precio, se llama conciencia social, satisfaccin por el trabajo comunitario y muy especialmente la lucha por la conservacin de los valores de una cultura, que se nos va, empujada por otras ajenas con ms fuerza, intentando globalizarnos cada da ms. Nos quieren convertir en fotocopias consumistas y se lo digo especialmente a los jvenes para que no se dejen anular. Frente a esta agresin se anteponen los valores de nuestra cultural rural, nuestra capacidad creadora y de reflexin, la vuelta al contacto con la naturaleza, la vida espiritual, el descubrimiento de nuevas actitudes vitales; ir contra las corrientes que nos pretenden manipular como personas, participar en el asociacionismo y en la vida de la comunidad. Y hablando de asociaciones y con esto termino, me atrevera a sugerir a la autoridad competente que a las asociaciones que al menos cumplan 25 aos de vida activa, trabajando positiva y desinteresadamente por su comunidad, tuviesen un reconocimiento oficial, llmese homenaje, medalla, placa o simple diploma, que sirviera no de compensacin, pero s de estmulo para continuar con su labor. Aunque algunos pediran otros "estmulos" ms positivos. No es este nuestro caso, no reclamo hoy nada para nosotros, lo hago pensando en otras asociaciones (que no son muchas) porque 25 aos trabajando por una comunidad grande o pequea, bien merece un gesto por parte de los representantes del pueblo. En nuestro caso el estmulo lo tengo delante y para nosotros es otra gran satisfaccin. Y nada ms. Bienvenidos de nuevo y a todos les deseo una feliz velada.

Entrega de la Corbata Comarcal a la ciudad de Toledo.La Asociacin Cultural de los Montes de Toledo, como ente comarcal asentado y reconocido por nuestra comunidad montea, ha creado una nueva distincin para aquellas poblaciones o colectivos con los que desarrollemos actividades extraordinarias, o pretendamos resaltar su especial relevancia para la comarca.5

Esta distincin consiste en una banda o cinta ancha con los colores histricos y tradicionales de la comarca con la leyenda "Comarca de los Montes de Toledo" para que sea colocada en lugar pblico ya sea en los smbolos municipales como la bandera o donde el interesado estime ms oportuno. La primera hemos acordado entregarla a la ciudad de Toledo. Toledo dio el nombre a nuestra tierra y de todos son conocidos los vnculos con la ciudad desde el siglo XIII (1246) al XIX (1827). No siempre fueron buenas las relaciones entre el Concejo de Toledo y sus pretendidos vasallos, condicin que nunca aceptaron los monteos y que gracias al espritu liberal de la Constitucin espaola de 1812, los vecinos de los Montes pudieron reclamar y conseguir, la libertad e independencia municipal y convertirse en ciudadanos en igualdad de obligaciones y derechos que el resto de la nacin como era su deseo. Como en toda relacin humana de tantos cientos de aos, hubo desencuentros pero tambin concordias que trataron de mejorar las condiciones de vida de sus habitantes, conservacin de los montes para su mejor aprovechamiento, velar por la paz en los campos..., etc. Pasadas estas pginas del libro de nuestra comn historia, las posteriores quedaron en blanco. Los pueblos de los Montes ya independientes de Toledo y de sus viejos seores, continuaron su vida olvidndose a lo largo del siglo XIX y parte del XX de su historia. Pero cuando hoy comenzamos de nuevo a redescubrir nuestras seas de identidad, nos encontramos con frecuencia que Toledo est presente de una manera inevitable en nuestra historia. Toledo es guardin de extraordinarios tesoros culturales que permanecen dentro de sus muros desafiando al tiempo y entre ellos el tesoro de una buena parte de nuestra historia montea. Por lo tanto la historia de los Montes es en parte la historia de la ciudad y la de sta, en parte la de los Montes. Pero nosotros los monteos de igual manera, somos guardianes de otro gran tesoro, me refiero a nuestro patrimonio natural y su entorno, tambin de valor incalculable, con grandes y variados ecosistemas situados en ese gran banda de transicin norte-sur situada entre los ros Tajo y Guadiana, cuyo mejor exponente en el sur es el Parque Nacional de Cabaeros y las sierras y altiplanicies de la vertiente del Tajo por el norte.

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Tesoros que debemos conservar y transmitir en las mejores condiciones, pero que tambin pueden generar riqueza. Creemos que sera bueno, Sr. Alcalde, abrir de nuevo ese libro de la historia que tenemos a medias con pginas en blanco, poner una cinta, esta cinta, a modo de seal e iniciar de nuevo una relacin que sin duda auguramos fructfera tanto para la ciudad como para los Montes, pues existen reas culturales, tursticas, comerciales..., que se deban explorar y potenciar. Es decir, pongamos nuestros tesoros sobre la mesa y estudiemos posibilidades que beneficien los intereses de nuestras comunidades. As pues esta banda, cinta o corbata, como queramos llamarla, de apariencia humilde, con los colores de la comarca y que os hacemos entrega, esperamos sirva para iniciar una nueva etapa por caminos de colaboracin, ahora y en el futuro.

Monteos Distinguidos ao 2002 Sr. D. Cipriano Gonzlez Snchez. En razn de su meritoria dedicacin a practicar la solidaridad de manera activa y desinteresada con los que sufren necesidad, que le ha merecido el justo apelativo de "amigo de los pobres". Como monteos estamos orgullosos de su labor y ms an cuando es un monteo de Menasalbas quien lo practica. Reconocimiento que tambin, en su persona, hacemos extensivos a los colaboradores. Sr. D. Juan Francisco Gamero Navamuel. En razn de su excepcional labor como belenista, actividad que no slo ha recuperado una tradicin, llevndola al plano de lo artstico, sino que refleja su sensibilidad por lo monteo en los paisajes que recrea. Este buen hacer puede convertirse en ejemplo y estmulo para el resto de los pueblos de nuestra Comarca, donde existen otros grupos a los que, en su persona, tambin se les reconoce su trabajo en esta actividad. Parque Nacional de Cabaeros. Por su inters en recuperar los valores tradicionales y naturales del a Comarca en el rea de influencia del Parque, a travs del apoyo y apuesta por la creacin de museos locales, que complementan el conocimiento de este territorio monteo.7

Movimiento Asociativo de Navas de Estena (Ciudad Real). Que promovieron, ante las agresiones violentas a su representante municipal, la movilizacin de todo un pueblo en contra de la coaccin y la violencia y a favor de la libertad y las vas democrticas como base de la convivencia en paz de un pueblo. SOCIO DE HONOR AO 2002. Ayuntamiento de Ajofrn, que organiz con gran brillantez la Fiesta y Llega de 2001.

Intervencin de M. Jess Gonzlez: Sueo y realidad en los Montes de ToledoBuenas noches Seores y Seoras, Autoridades, Sr. Presidente y miembros de la Asociacin: Gracias por permitirme estas palabras, estoy muy agradecida. Lo que he preparado es una breve reflexin sobre los Montes, aunque el tema es bastante amplio y le dedicaramos jornadas completas. Adentrarnos en los Montes es una aventura apasionante para aquellos que tenemos ganas de vivir, de sentirnos libres, de respirar el aire sin contaminantes perjudiciales a la salud fsica y moral, de explorar lugares vrgenes; descubrir lugares de ensueo. Y todo lo encontramos en este espacio salvaje, inmenso. Los monteos, por tanto debemos adquirir el compromiso de cuidar, renovar, mimar y elevar la hermosura de esos campos, llenos de vida, all donde vayamos. A veces no hemos reparado en la grandiosidad y en la riqueza que este territorio nos ofrece, con sus montaas, con sus prados, con sus ros, con sus pueblos. No hace mucho, y no muy lejos de aqu, anduvimos un grupo de amigos durante horas, por esos campos de Dios y muchos de vosotros que habis dedicado jornadas a recorrer y contemplar sus parajes, estaris de acuerdo conmigo, en que vivimos en un paraso tal, que quizs otros no hayan reparado en ello. Estos montes te dan la paz necesaria para seguir viviendo. Caminar por sus valles y montaas, trepar por sus laderas y sus piedras, llegar a sus cumbres, supone para uno mismo, una experiencia inolvidable. Hemos visto ms cerca la perfeccin? Se puede pedir ms?8

Desde luego, quien haya permanecido, haya vivido, o haya pasado por ellos, nunca querr perderlos de vista, siempre estarn presentes en su conciencia. Estas sierras que recorren nuestro territorio, no son ningn obstculo para la entrada y salida de gente, ni impedimento para el desarrollo y la cultura de nuestros pueblos. Vivimos en una comarca llena de inquietudes, de dinamismo: un lugar de vida. Pero al mismo tiempo respiramos una paz y una tranquilidad, dignas de alabar, que podemos anhelar o desear, si vivimos en el mismo corazn y en las entraas de Espaa. Algo parecido ocurre con sus gentes, cuando las conoces y las tratas. De carcter amable y acogedor, siempre se encuentran deseosas de ver y hablar con los caminantes y forasteros para recibirlos con los brazos abiertos. Ofrecen su generosidad y su hospitalidad, y en sus lugares nos ensean sus culturas ancestrales, su gastronoma, su artesana, su patrimonio histrico aliciente ms, para que los visitantes no olviden su paso por este lugar. Los montes deben ser pues un lugar de encuentro, una va de comunicacin entre el norte y el sur, un cruce de caminos, pero siempre con parada y fonda. Lugar donde el aislamiento no tenga cabida. Los monteos debemos abrirnos al exterior, no encerrarnos y permanecer dormidos, debemos despertar entonces y debemos aventurarnos, para conseguir nuestro fin esencial: la unin y la comunicacin entre los pueblos. No todo est hecho, cada vez ms se va notando nuestra presencia. Pero sta, debe ser ms fuerte, debemos adquirir nuestra propia personalidad, no debemos amedrentarnos por pequeeces, ni por obstculos si cabe an mayores. Si tenemos un proyecto comn, podemos concebir una comunidad estable, con multitud de alternativas y posibilidades, rodearnos de infraestructuras necesarias para incrementar nuestra fuerza y nuestros lazos de unin. No caigamos en la tentacin de duplicar esfuerzos. Podemos tener puntos de vista diferentes, pero siempre conciliando posturas. Y aprovechando, esta coyuntura y el acto que hoy celebramos, habiendo congregado tantas personas, desde aqu lanzamos un llamamiento para involucrar a uno de los sectores sociales tan importantes y que tiene que ver y mucho con el futuro de esta comarca: la juventud. Esperamos, si aun no lo han hecho su incorporacin a esta Asociacin, o a otras, en las que prevalezcan los objetivos, fines, actividades y9

proyectos, que esta entidad y organismos oficiales vienen realizando, y tomen la decisin firme de participar en este proyecto que es de todos. Desde luego sern bienvenidas todas las sugerencias que podis aportar y conocer todas vuestras inquietudes. Porque, vuestras iniciativas, vuestras propuestas, vuestro trabajo, son la semilla y la base de un futuro para nuestra comarca, los Montes. Algn da diremos, tenemos de todo, mientras tendremos que trabajar duro, luchar por lo nuestro, defender nuestro territorio, que nadie pueda romper los lazos naturales que nos unen, por muchas barreras y lmites que nos impongan. La madre naturaleza que ha parido los montes de Toledo no puede permitir esta desunin, esta ruptura, por mucho que los hombres y los intereses creados as lo crean conveniente. Tenemos a nuestro favor nuestra tenacidad, nuestra constancia, tenemos la capacidad de reaccin suficiente para reactivar nuestra economa, potenciar nuestra industria, conservar nuestras tradiciones, fortalecer e incrementar nuestro patrimonio. Para ello, debemos seguir colaborando y solicitando a las autoridades que nos gobiernan, el apoyo a nuestras iniciativas, privadas o pblicas, para conseguir todo lo que haga falta. Las iniciativas son valiosas y numerosas. Tengamos en cuenta, por tanto, las voces de esas personas, empresas, asociaciones que con su creatividad, sus ideas y su buen hacer, desean y esperan una comarca con un futuro prometedor y provechoso. Que aqu cabemos todos y que todos tenemos nuestra oportunidad.

Palabras del Presidente de la Diputacin D. Miguel A. Ruiz AycarQueridos amigos: En este ao 2002 se cumplen veinticinco aos de la fundacin de la Asociacin Cultural Montes de Toledo. Hay que felicitarse por ello, y sentirse satisfecho y alegre, porque es un cumpleaos muy poco habitual. Son muchos aos de vida fructfera, bastantes ms de lo que es habitual en este tipo de entidades, entidades sin recursos en las que hay que luchar y esforzarse para conseguir cada peseta, cada cntimo de euro, los recursos econmicos imprescindibles para poder funcio10

nar, asociaciones en las que hay que buscar ayuda y colaboracin en personas e instituciones para cada paso que se quiere dar, para cada proyecto que se desea poner en marcha. La Diputacin ha venido ayudando ao tras ao a la Asociacin, aunque estoy seguro de que no habr sido en la cantidad que todos hubiramos querido. Y estos esfuerzos, nacidos todos del voluntarismo de unos pocos, encuentran en la mayora de los casos poco reconocimiento pblico, un eco escaso y un agradecimiento parco, limitado a los pocos apasionados que coinciden en la misma idea, ao tras ao, en muchos casos, los mismos. Hay que sentir mucha pasin, tener mucha voluntad y tener mucho tesn para sacar adelante una asociacin cultural, cualquier asociacin cultural. Y hacerlo ao tras ao, hasta conseguir alcanzar el cuarto de siglo en plena actividad, veinticinco aos continuamente ofreciendo resultados, es un premio reservado a muy pocos, tan slo algunos elegidos alcanzan una vida tan larga. En nuestra provincia las asociaciones capaces de llegar a esta cifra, que yo conozca, tan slo ha sido una, junto a sta de Los Montes, otras dos: la Sociedad Cervantina de Esquivias y la Asociacin Santiago Apstol de Quintanar de la Orden. En todos los casos coincide que las asociaciones estn indisolublemente unidas a unos pocos nombres, a un grupo corto de personas verdaderamente apasionadas, personas que coinciden en su adicin, en su inters por un mismo objetivo y por la finalidad de la asociacin, que se apoyan mutuamente y estn dispuestos a realizar las ingratas labores necesarias de cada da, sin esperar recompensa alguna. Estas personas entregadas a esa idea no estn solas, junto a ellas siempre hay muchos ms dispuestos a alguna colaboracin en caso de necesidad extraordinaria, y sobre todo, hay muchos dispuestos a disfrutar con lo que la asociacin consigue, y su alegra al disfrutar de las actividades de la asociacin son el nico premio para el equipo directivo, un premio enormemente valioso, pues gracias a l continuarn esforzndose. Y en el equipo directivo de la Asociacin Cultural Montes de Toledo ha estado siempre su alma mter, su miembro fundador, Ventura Leblic, con cuyo esfuerzo se ha logrado proyectar la asociacin hasta donde hoy est y quiz sea el nico del que podamos decir que sin su presencia las cosas seran de una manera muy distinta. Tambin l, como muchos otros miembros, cumple esos veinticinco11

aos y por eso quiero felicitarle. Gracias por tu esfuerzo, Ventura. En algn sitio he ledo unas palabras de Ventura que ayudan a entender su pasin por esta comarca, que definen a la persona y a sus ideas sobre esta comarca toledana. Como todos sabis, una de las notas comunes en la historia de los Montes es la existencia de los golfines, aquellos bandoleros medievales perdidos entre jaras y retamas, entre quejigos y chaparros de las sierras y las navas, causantes de robos y atropellos que a todo el mundo tenan asustado y que dificultaban una repoblacin en buenas condiciones. As era hasta la creacin de la Hermandad Vieja, la primera institucin que poda llevar con propiedad el adjetivo de montea. Cualquiera que haya ledo los papeles que han quedado con los juicios y las causas criminales de la Hermandad durante la Edad Media conoce los desmanes, los crmenes y delitos de que eran capaces estos bandoleros; y yo s que los que hoy estis aqu conocis sus fechoras. Pues, hablando de los golfines, Ventura ha llegado a presentarlos como "soadores que huyeron de los conflictos y guerras entre moros y cristianos, buscando un utpico territorio neutral, de nadie, encontrndolo en los montes, donde se asentaron a partir del ao mil". Aunque parece claro que los golfines y los bandoleros que los continuaron eran criminales perseguidos por los cuadrilleros de la Hermandad durante siglos, hasta conseguir pacificar un territorio difcil, spero, y duro, sin embargo, a los ojos de Ventura solamente son soadores romnticos, que buscaban en los Montes un retiro buclico, y esto es as porque Ventura es incapaz de ver que haya ningn mal en cualquiera que viva en los Montes, slo por el hecho de haber preferido esta tierra a cualquier otra. El uso habitual de los Montes, para el carboneo, la lea y los pastos, ha permitido conservar una abundante vegetacin silvestre, el monte mediterrneo y gracias a esta conservacin podemos hoy disfrutar de un paisaje impresionante, parte del cual han sido declarado parque nacional. Se empiezan a vislumbrar las posibilidades de aprovechamiento turstico de esta tierra, un turismo de interior, cultural, en el que la Asociacin Cultural Montes de Toledo tambin fue precursora. Desde el principio supo valorar la importancia de la riqueza natural, cultural y antropolgica de los Montes y puso en marcha visitas y excursiones, abriendo rutas por senderos y camino entre el monte, para acercar a sus socios y a cuantos quisieran participar con ellos, a la belleza de los paisajes monteos.

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Algunas de sus rutas son clsicas del senderismo, tanto por el atractivo de los parajes que visitan como por la sabidura con la que mezclan el acercamiento a la Naturaleza con el conocimiento de la Historia. Siempre han aderezado sus excursiones con informacin cultural, simultaneando el aprovechamiento de la excursin: con ellos se han visitado castillos, torres y palacios, monumentos visigodos y rutas de los templarios, se han recuperado tradicionales romeras religiosas y se han buscado los refugios de los bandoleros que, durante siglos, encontraban entre braas y canchales los refugios que necesitaban. Estas actividades de conocimiento y promocin se han apoyado en abundantes folletos divulgativos, cuadernos y mapas en los que recoger y divulgar los muchos conocimientos que constantemente estn adquiriendo, en una labor de estudio constante y de difusin no menos firme. En su empeo por contar lo que han ido conociendo y recogiendo para difundir y facilitar el conocimiento ajeno, tambin han abierto museos, como el de Guadamur, para dejar testimonio de los aperos y las costumbres rurales tradicionales en la comarca, o han participado en exposiciones, como en la finca El Borril, de la Diputacin, para facilitar la difusin y el conocimiento de los valores naturales monteos. La herramienta ms constante, en estos veinticinco aos de vida intensa y activa, quiz haya sido su revista, el Boletn de la Asociacin, que a tantos curiosos e interesados nos ha permitido conocer parajes, monumentos, personajes, tradiciones y costumbres de la comarca. Esperemos que este modelo sirva para animar a otras asociaciones que ya estn trabajando en otras comarcas toledanas y que, con el tiempo, se repita en otros sitios la celebracin de los veinticinco aos de vida, Hasta que eso pase, mis felicitaciones son para vosotros, que habis hecho posible tantas cosas buenas en esta comarca, movidos slo por el amor a esta buena tierra. Mis felicidades a todos vosotros y mis ms sinceras gracias por vuestro esfuerzo.

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REPORTAJE GRFICO. Cena de Gala del XXV Aniversario

Presidencia.

Aspecto general de la Cena. 14

Intervencin de M. Jess Gonzlez.

Intervencin de Carlos Recio.

Intervencin de D. ngel Felpeto

Alcalde de Ajofrn, D. Pedro Alguacil 15

Los "Monteos Distinguidos" con las autoridades.

D. Miguel A. Ruiz Ayucar entrega una placa a D. Ventura Leblic Garca. 16

El Alcalde de Toledo recibiendo a las reinas de las Fiestas.

Las Reinas de las Fiestas Monteas presidiendo el acto. 17

VISITA DEL ALCALDE A NUESTRA SEDE

El Alcalde de Toledo visit nuestra sede y se reuni con la Junta Directiva de la Asociacin quienes le presentaron una serie de proyectos relacionados con la ciudad y la comarca. Algunos de carcter simblico-cultural, como la dedicacin de la Calle de la Hermandad a la comarca de los Montes de Toledo y la celebracin de una Llega en el Ayuntamiento de la ciudad. Otros asuntos de orden prctico fueron los relacionados con la creacin de un parque botnico con especies autctonas de los Montes de Toledo y fines no solamente ldicos, sino tambin didcticos, en uno de los prximos espacios destinados a esparcimiento. Se habl de una firma de un convenio con el Ayuntamiento y su Escuela Taller de Restauracin para mantenimiento de la Puerta del Cambrn y se present un proyecto para la recuperacin de la Posada de la Hermandad para fines culturales montando un museo monogrfico dedicado al entorno histrico y geogrfico de la Hermandad Vieja de Toledo. Por ltimo se habl de ampliar la oferta turstica de Toledo a los Montes y materializarlo con un convenio en el que se est trabajando.18

VISITA DEL CONSEJERO DE AGRICULTURA Y MEDIO AMBIENTE A LA SEDE DE LA ASOCIACIN. Tambin visit la sede de la Asociacin Alejandro Alonso, Consejero de Agricultura y Medio Ambiente quien departi con la Junta Directiva, conociendo varios proyectos que tiene la Asociacin referentes a la recuperacin de caminos y vas pecuarias como empresas comunes entre varios municipios para contribuir a su desarrollo. Le fue explicado el caso del Camino del Pastor Magdaleno. Se le traslad la preocupacin existente en la comarca por la desaparicin de caminos y vas pecuarias a causa de usurpaciones o invasiones ilegales que no permiten el libre acceso a quienes desean disfrutar de la Naturaleza sin agredirla y de la campaa lanzada por la Asociacin para denunciarlos. Se habl de los problemas de los vehculos deportivos a motor y del control sobre ellos cuando circulan por caminos que deberan estarles restringidos. Se trat de los vallados ilegales y de una mayor vigilancia. La consecuencia inmediata de esta visita fue otra que realizamos a la Delegacin de Agricultura y Medio Ambiente en la que estudiamos los proyectos hablados con el Consejero y de posibles frmulas de cooperacin especialmente en lo relativo a recuperar las vas pecuarias que cruzan los Montes de Toledo, en los tramos ms al norte y los ms afectados por invasiones o cerramientos ilegales.

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CALLE EN TOLEDO DEDICADA A LA COMARCA Y LLEGA. Se estn celebrando con el Ayuntamiento de Toledo las reuniones preparatorias para organizar las actividades que se desarrollarn en la ciudad el prximo 15 de diciembre con motivo de la dedicacin de la Calle de la Hermandad a la Comarca de los Montes de Toledo y celebracin de la Llega. Tambin se ha concretado el convenio de colaboracin para el mantenimiento de la Puerta del Cambrn, que se firmar en breve con el Ayuntamiento. CUERVA. El da 15 de noviembre, una comisin de la Junta Directiva asisti a los actos de inauguracin del nuevo Ayuntamiento, que se celebraron en Cuerva invitados por la Corporacin, a quien desde aqu felicitamos por el monumental edificio que ennoblece an ms la plaza y facilitar los servicios municipales a los vecinos. DA DE LA IDENTIDAD COMARCAL EN ARROBA. El 29 de noviembre otra comisin de la Junta Directiva, se traslad a Arroba de los Montes invitados por la Mancomunidad de Cabaeros para celebrar el Da de la Identidad Comarcal. La Asociacin present la exposicin "700 aos de bandolerismo en los Montes de Toledo" e impuso al ayuntamiento de Arroba, en representacin de los restantes ayuntamientos del Concejo, la banda de la Comarca. Por parte del Concejo de Cabaeros recibimos una placa conmemorativa. TOTANS. El da 8 de diciembre se descubri una lpida en Totans, donada por la Asociacin, que recordar la figura de Fray Sebastin de Totans, distinguido franciscano que ejerci su labor pastoral y cultural en Filipinas durante el siglo XVIII. Doa Antonia Ros, imparti una charla sobre el personaje en la Casa de la Cultura y posteriormente, se interpret un concierto con motivo de las fiestas patronales. Nos acompa en el acto el P. Antoln Abad franciscano, historiador de la orden. Tambin recibimos una placa del ayuntamiento por los 25 aos dedicados a difundir la cultura montea.20

EXPOSICIN TORRES Y CASTILLOS EN LOS MONTES DE TOLEDO EN LA BIBLIOTECA REGIONAL. Para el da 16 de diciembre se tiene tambin prevista la inauguracin de la exposicin "Castillos y torres de los Montes de Toledo" en la Biblioteca Regional del Alczar, que posteriormente, se convertir en itinerante por la comarca. Con esta exposicin se pretende llamar la atencin sobre el rico patrimonio medieval de los Montes, sus posibilidades tursticas y lo que es ms importante hacer un llamamiento a las autoridades para recuperar estos vestigios histricos, muchos de ellos abandonados a su suerte y consolidar sus ruinas frente a la intolerable agresin humana que sufren con inusitada frecuencia. EXCURSIN AL RO ESTENA. Una vez ms nos acercamos al ro Estena para disfrutar de una cmoda marcha por sus mrgenes acompaados por Antonio, el gua del Parque. Las "torres", el "risco tirapanes", la "cuerva del to cestero" y otros lugares de singular belleza fueron recorridos por el grupo del Club de Senderismo de la Asociacin, que se traslad posteriormente a comer un buen men preparado por Casimiro en los Baos de Robledillo. XXV CARRERA POPULAR EN SAN PABLO. Invitados por el Club de Atletismo San Pablo, participamos en la presentacin del amplio programa conmemorativo de la XXV Carrera Popular en el Saln Cultural de aquella localidad, donde se dieron cita autoridades locales, provinciales, junto al Director General de Deportes de la Junta de Comunidades, miembros del Club y comit organizador. Existe un buen clima de colaboracin entre ambas asociaciones y del mismo, seguro que encontraremos proyectos comunes de futuro en beneficio de la comarca. RECUPERAR EL CAUCE DEL RO TORCN. Nos hemos adherido a la campaa iniciada por un grupo de vecinos de San Martn de Montalbn que denuncian la situacin21

extrema del cauce del ro Torcn que pone en riesgo todo su ecosistema en los tramos medio y bajo. Ya se pueden comprobar los efectos negativos de esta situacin que sobre la fauna y flora han causado, como han puesto de manifiesto los informes de ACMADEN y de los vecinos. LIBRO SOBRE ETNOBOTNICA EN LOS MONTES DE TOLEDO. Subvencionado por la Consejera de Agricultura y Medio Ambiente, se encuentra en imprenta el libro de Emilio Blanco Etnobotnica en los Montes de Toledo, del que daremos a conocer ms detalles en prximas comunicaciones. Esperamos que se encuentre impreso a finales de diciembre para ser presentado. Acompaaremos al libro una exposicin en paneles sobre lo ms significativo del tema que se ofrecer itinerante por la comarca. EXPOSICIN SOBRE LOS TEMPLARIOS EN LOS MONTES DE TOLEDO. Patrocinado por la Mancomunidad de la Milagra, formada por los ayuntamientos de Hontanar, Navahermosa y San Martn de Montalbn, se est organizando una nueva ruta mixta (carretera y camino) cuya primera actividad ser una exposicin itinerante entre estos municipios de diez paneles bajo el ttulo Los Templarios en los Montes de Toledo y la edicin de 6.000 folletos tursticos sobre la misma, que disea la Asociacin en colaboracin con la citada entidad montea. Se espera que pueda ser presentada en Navidades y tener listo el material para la FITUR. MENCIN HONORFICA A LA ASOCIACIN. La Asociacin ha sido reconocida por la Consejera de Bienestar Social con una Mencin Honorfica por su trabajo altruista y desinteresado a favor de la comunidad montea durante veinticinco aos, promoviendo la solidaridad y participacin de la sociedad en proyectos culturales comunes cuyos fines benefician al desarrollo y progreso de la comarca. Dicha mencin fue entregada por el Presidente Bono en un acto el pasado da 30 de noviembre junto a otros galardonados.22

Distribucin de la propiedad privada en los Montes de Toledo.Siglo XVIIILa desigual distribucin de la propiedad rstica en los Montes fue un hecho indiscutible. Mientras unos pocos disponan de propiedades rsticas de dimensiones considerables, la mayora de los campesinos de los Montes no tenan nada ms que pequeas propiedades que no alcanzaban las tres fanegas de extensin y no todos. Los propietarios que eran dueos de grandes fincas solan ser forasteros, vecinos de pueblos de alrededor, pero los grandes propietarios procedan la mayor parte de Toledo y Madrid. As por ejemplo, segn el Catastro, D. Jos ngel de Rivera, tena una propiedad rstica en el Molinillo con una extensin de ms de cien fanegas de primera calidad de secano-cereal. Adems esta extensin la tena en un slo pedazo y para su labranza dispona de sesenta bueyes1. Propietarios as no cabe duda que para su labranza necesitaran de un abultado nmero de criados y animales de labor, pues en esta zona la oferta de mano de obra debi ser generosa al tener sus vecinos escasos recursos debido a la precariedad de su produccin en sus explotaciones. Despus de analizar la propiedad privada segn Catastro y computando la de los vecinos de los pueblos monteos, se obtienen las siguientes cifras:

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A.H.P.T. Catastro : H-400. Molinillo.

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PUEBLOS SUMA DE PROPIEDADES (FANS.) ALCOBA 138,4 ARROBA 543 FONTANAREJO 871,6 HORCAJO 649,8 MARJALIZA 925,7 MOLINILLO 200 NAVADESTENA 27 NAVAHERMOSA 3790,1 NAVALPINO 495,6 NAVALMORALES 2088,8 NAVALUCILLOS 1142,5 RETUERTA 230,8 SAN PABLO DE LOS MONTES 2361,8 VENTAS CON PEA AGUILERA 3231,9 YEBENES 577,9 Como se puede comprobar, el pueblo que tiene ms propiedad en manos privadas es Navahermosa, seguido de Ventas con Pea Aguilera, San Pablo de los Montes, Navalmorales, Navalucillos, Marjaliza, Fontanarejo, Horcajo, Ybenes, Arroba, Navalpino, Retuerta, Molinillo, Alcoba y por ltimo Navas de Estena. Con los datos del Catastro, tambin se constata que el pueblo que tena ms vecinos sin propiedades rsticas es Ybenes, habiendo contabilizado cuatrocientos un vecinos y, con propiedades pequeas, ciento un propietarios. Representando los de sin propiedad el 77,3 por ciento de la poblacin yebenera. Entre los propietarios que ms sobresalan como dueos de terrenos grandes estaban Andrs Marn Aparicio que tena una propiedad de treinta y cinco fanegas repartidas en ocho pedazos de tierra y Juan Bermejo Marn con treinta y cuatro fanegas y ocho celemines2. A continuacin se ha elaborado el siguiente grfico que nos ayudar a precisar lo ya comentado:

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A.H.P.T. Catastro : H-878. Ybenes.

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En los lugares como Alcoba, Molinillo y Retuerta donde la propiedad de la tierra estaba concentrada en manos del concejo es natural que la propiedad privada sea insignificante. Debemos decir que algunos terratenientes, al ser forasteros, se beneficiaban fiscalmente al no tener la obligacin de pagar el dozavo al ayuntamiento de Toledo. Hubo, pues, una lite urbana que se aprovech de esta circunstancia fiscal beneficindose sustancialmente. Para comprobar que hubo un cierto nmero de propietarios forasteros en todos los pueblos de los Montes de Toledo hemos elaborado el siguiente cuadro:PUEBLOS N FORASTEROS CON PROPIEDADES DE CEREAL FANEGAS

Alcoba Arroba Fontanarejo Horcajo Marjaliza Molinillo Navadestena Navahermosa Navalmorales Navalpino Navalucillos Retuerta San Pablo Montes Ventas con Pea A. Ybenes Totales..........

16 16 56 7 76 41 10 17 150 0 36 9 14 0 13 461

2 11 54 4 63 14 5 10 127 0 29 7 13 0 2 341

9 59,5 221,7 6,5 401 112,5 13,5 92,5 1.232,8 0 165 38,2 30 0 12 2.394,2

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Segn los datos ofrecidos por el Catastro el siguiente grfico sirve para conocer la propiedad rstica de los pueblos de los Montes en manos de forasteros:

Los datos anteriores muestran que la propiedad privada en manos de los forasteros alcanz la cifra de dos mil trescientas noventa y cuatro fanegas, siendo los Navalmorales el municipio en que ms propiedad haba en manos de forneos. Tambin hay que decir que esta cifra corresponde a tierras rsticas pertenecientes a secano cereal. Si hemos sealado anteriormente como ejemplos los dos vecinos de los Ybenes es porque ser propietario al menos de treinta y cinco fanegas debi ser una excepcin entre la poblacin campesina de los Montes, porque lo comn era que los dueos de bienes races no sobrepasaran las cinco fanegas. Este minifundio fue el estilo de propiedad ms comn entre los labradores propietarios del lugar y englobaba alrededor del 85 por ciento de la poblacin con pequeas propiedades en los montes. Dentro de este grupo de pequeos propietarios podemos hacer mencin de algunas caractersticas dignas de sealar como que: -Los propietarios de pequeas dimensiones de tierra eran incapaces para garantizarse la subsistencia y necesitaban en muchas ocasiones trabajar para ganar un salario o la equivalencia a su manutencin.26

-Los jornaleros, que no tenan prcticamente ninguna propiedad y s disponan de algo de tierra, no llegaba a una fanega. Adems no tenan cabezas de ganado y si posean algo era para el autoconsumo. Como no tenan recursos econmicos, ya que toda su actividad laboral se centraba en la subsistencia, tampoco podan participar en la principal forma de financiacin hipotecaria que ofreca el Antiguo Rgimen a travs de los censos, y si participaban, ms endeudados quedaban. Los pueblos de los Montes tenan una poblacin de dos mil setecientos treinta y dos vecinos, segn Catastro. De stos se ha contabilizado que mil cincuenta y siete vecinos no disponan de ninguna propiedad rstica, es decir, el 38,68% de la poblacin montea no dispona de propiedad rstica alguna. Solamente un grupo muy reducido poda tomar a censo o renta algunas tierras, al disponer de pequeos recursos econmicos. Como excepcin de los pueblos monteos nos puede servir Ventas con Pea Aguilera, al ser el nico pueblo en que todos los vecinos disponan de alguna propiedad rstica por pequea que fuese, pero esta circunstancia no alteraba la pobreza de los venteos. Una poblacin pobre como la de los montes el crdito era la forma de pago ms utilizada. Los censos al quitar fueron unos instrumentos de crdito particular muy utilizados en el Antiguo Rgimen. Estos prstamos estaban al tres por ciento de inters anual y a partir de 1705 su plazo de devolucin era indefinido. La obra de Bennassar nos aproxima bastante a las caractersticas de esta forma de crdito3 que se implant en la Mancha 4. El cuadro resumen siguiente nos puede dar una visin de conjunto de cmo se encontraba distribuida la propiedad privada entre los vecinos de los Montes y los forasteros. La extensin slo se refiere a tierras clasificadas de cultivo cereal sin incluir algunas fincas con vias y algunos olivos:Bennassar, B. Hacienda y Sociedad en la Historia de Espaa. Instituto de Historia de Simancas. Valladolid, 1989.4 3

En este sentido es imprescindible consultar la obra de Lpez-Salazar Prez, J. Estructuras Agrarias y Sociedad rural en la Mancha...

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PUEBLOS N propietarios Sin propiedad

Nforasteros N propiedades de con propiedades secano-cereal 2 11 54 4 51 14 5 17 125 0 29 7 13 98 2 432 151 539 635 478 307 34 20 499 254 348 204 180 711 296 237 4.893

Extensin (fanegas) 138,4 543 871,6 649,8 925,7 200 27 3.790,1 2.088,8 495,6 1.142,5 230,8 2.361,8 3.231,9 577,9 17.274,9

Alcoba 41 Arroba 101 Fontanarejo 73 Hontanar Horcajo 130 Marjaliza 36 Molinillo 5 Navadestena 6 Navahermosa 287 Navalmorales 221 Navalpino 170 Navalucillos 159 Retuerta 68 S. Pablo Montes 163 Ventas P. Aguil. 92 Ybenes 101 TOTALES 1.653

3 34 14 25 22 5 10 162 148 16 145 27 55 0 401 1.057

Con los datos ofrecidos en la tabla anterior, se ha elaborado el siguiente grfico, donde se constata que el pueblo ms pobre de todos los que formaban parte de la mancomunidad denominada Montes de Toledo fue Ybenes.

En Ybenes haba una poblacin que no dispona de propiedad rstica alguna y se tenan que conformar por toda propiedad con una pequea casa, una cabra, un jumento, un cerdo para el autoconsumo28

familiar y sus brazos para trabajar. Bien es verdad que en el grfico antes indicado entran algunos profesionales como sastres, herreros, albailes, etc..., que vivan de su profesin y por supuesto ms desahogados. Tambin se constata que la medida de la propiedad privada de las fincas alcanza como media en los pueblos de los Montes solamente las tres fanegas y media. En caso de que el campesinado, como consecuencia de malas cosechas o desgracias familiares, no pudiese pagar los rditos del censo, sus bienes iban a parar al acreedor, porque el campesino, al contraer una deuda, perda su libre disposicin sobre los bienes que hipotecaba, convirtindose los intereses pagados por el capital recibido en una especie de renta sacada de sus bienes, sobre todo de la tierra, pasando a ser una de las mejores soluciones para extraer el excedente 5. A la vista de lo explicado, la comarca de los Montes estaba anclada entre dos grandes desigualdades: por un lado, los bienes de propios de los ayuntamientos bajo la atenta administracin del concejo toledano que, a partir del ao 1827, se reorganizaron para enajenar parte de los Montes; y por otro, los propietarios de los pueblos, marcando entre ellos una influencia sobre la estructura agraria de la comarca que condicionaba las relaciones de produccin y sus formas de explotacin al margen de ser una de las principales fuentes de ingresos de los municipios. De esta manera, cuando se produce la desamortizacin fue un error lamentable...la enajenacin forzosa de estos patrimonios concejiles. Con sus productos, que a veces eran su nica fuente de ingresos atendan los ayuntamientos a sus fines privativos...6. A modo de ejemplo, el cuadro siguiente que se ha elabora-

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Corbera Milln, M. "El censo al quitar como relacin de produccin duranteel perodo absolutista del Antiguo Rgimen en Cantabria", en La Sociedad Rural en la Espaa Contempornea. Actas del VI Seminario de Historia Agraria. Cabezn de la Sal. Santandar. 1993. Pgs. 22 a 26.6 Porres Martn-Cleto, J. La Desamortizacin del siglo XIX en Toledo. Toledo. Diputacin Provincial. 1965. Pgs. 338.

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do con datos sacados del Catastro, sirve para comprobar globalmente el reparto de tierras en propiedad de particulares, las dimensiones de las parcelas as como el porcentaje de poblacin que no dispona de propiedad alguna en siete pueblos de los Montes.

DISTRIBUCION DE LAS HACIENDAS LOCALES Y PORCENTAJE DE POBLACINDimensiones Sin tierras menos 5 fans. 5 a 10 fans. 10 a 15 fans. 15 a 20 fans. 20 a 25 fans. 25 a 50 fans. 50 a 75 fans. 75 a 100 fans. ms de 100 fans. TOTALES Fontanarejo Horcajo Marjaliza Molinillo Navahermosa Navalucillos Navalmorales N 15 81 27 10 3 7 3 1 147 % 10 55 18 6 2 4 2 0,6 N % 30 18 N 21 % N 15 12 5 1 2 5 1 1 32 3 2 1 52 54 14 % 61 26 5 3 1 N 151 176 63 18 6 7 17 10 2 10 460 % 32 38 13 3 1 1 3 2 0,4 2 N 147 132 31 15 7 6 3 3 1 1 336 % 42 38 8 4 2 1 0,8 0,8 0,2 0,2 N 123 54 21 10 2 6 1 1 2 220 % 55 24 9 4 0,9 2 0,4 0,4 0,9

90 55 74 27 16 17 9 3 2 1 162 5 1 1 8 2 4 7 2 137

0,6 2

Con los porcentajes obtenidos comprobamos que en el Molinillo, Navahermosa, Navalmorales y Navalucillos, sus vecinos no tenan tierras en un porcentaje superior al 32 por ciento de la poblacin, alcanzndose el porcentaje mayor en el Molinillo y en los Navalmorales. Y, por el contrario, es en estos pueblos donde algn propietario lleg a ser dueo de propiedades rsticas superiores a setenta y cinco fanegas: en el Molinillo haba uno, en Navahermosa dos, en Navalucillos uno y en Navalmorales uno. Y con ms de cien fanegas solamente en Navahermosa se han contabilizado diez, uno en los Navalucillos y dos en los Navalmorales. Si vivir slo de la agricultura nunca fue suficiente para la mayor parte de la poblacin campesina del Setecientos, menos podra hacerlo con propiedades rsticas inferiores a las cinco fanegas, y adems en unas tierras tan poco productivas en cultivos, sindolo slo en produccin de carbn. A este respecto escribe Mangas Navas que ...la mera extraccin madero - leosa como fuente energtica30

para uso domstico, propia del Medievo, se ve parcialmente rentable por otra : el carboneo.7 A las tierras que ya de por s eran de escasa calidad deban adems aplicarse barbechos muy prolongados. Calculamos que para que un labrador tuviese una situacin suficiente para vivir debera disponer como mnimo de una propiedad de veinticinco fanegas. Segn estimacin del profesor Lpez-Salazar, El mnimo que necesitara una familia para vivir en rgimen de autoconsumo sera entre diecinueve a veintiuna hectreas,8 que es el equivalente entre cuarenta y siete y cincuenta y dos fanegas. De esta manera podra cubrir los gastos familiares en aos normales de cosechas. Adems, si criase algunas cabezas de ganado y dispusiese de un par de mulas o bueyes para realizar obradas, sus condiciones de vida seguramente mejoraran. Por todo ello, en los Montes haba poqusimos campesinos que reuniesen estas condiciones. Segn los datos del Catastro, tan slo en algunos pueblos como en Navahermosa, San Pablo de los Montes y Ventas con Pea Aguilera existan algunos vecinos que reunan las caractersticas econmicas antes enunciadas y en algunos casos las sobrepasaban. Por ejemplo, en Ventas con Pea Aguilera el labrador Antonio Martn dispona de una propiedad acumulada en parcelas de 206,5 fanegas y las dedicaba al cultivo de secano. Esta propiedad era el cmulo de veintisiete pedazos de tierra. Adems dispona de veintids aranzadas de viedo repartidas en cinco pedazos y era dueo de noventa bueyes, cincuenta y ocho vacas y un rebao de doscientas noventa cabras9. Tambin en Navahermosa el vecino Francisco Vzquez de Ortega tena una propiedad de 370,5 fanegas de secano divididas en dieciocho parcelas, adems de diez mil cepas de viedo. En cuanto a cabezas de ganado, posea quinientas setenta

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Mangas Navas, J.M. El rgimen comunal agrario de los concejos de Castilla. Ministerio de Agricultura. Madrid. 1981. Pg. 193. Lpez-Salazar Prez, J. Estructuras agrarias... Pg. 283. A.H.P.T. Catastro : H-805. Ventas con Pea Aguilera.

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ovejas, treinta y seis cabras, ocho mulas, un caballo y tres pollinos10. Por ltimo, en San Pablo de los Montes la vecina Mara Martn, viuda, dispona de los siguientes bienes : ciento siete fanegas de secano divididas en veintisis parcelas, trece aranzadas de viedo, trece bueyes, veintisiete vacas, un caballo, dos yeguas, un pollino, tres cabras y dos cerdos para su consumo11. Anteriormente hemos empleado la palabra parcela, que implica a nuestro juicio cierta ambigedad por el concepto que de ella tenemos en la actualidad, pero en definitiva, en el momento histrico que nos ocupa, era una unidad de superficie individualizada en el paisaje y adems tena un criterio fiscal. Sobre el tamao de estas parcelas sabemos, gracias a Garca Gonzlez, que en ... la jurisdiccin de Alcaraz tenan una extensin media de 5,27 hectreas por parcela12 u once fanegas . En los Montes de Toledo, si llamamos parcela a todas las propiedades rsticas en manos de particulares, la extensin media alcanz aproximadamente, como se viene indicando, las tres fanegas y media. Se comprueba que la poca propiedad en manos de algunos vecinos de los Montes estaba muy fragmentada, tanto es as que despus de consultados cientos de expedientes hemos contabilizado seis mil quinientas cincuenta y dos parcelas, incluyendo las tierras pertenecientes al cultivo de secano-cereal, olivos, viedos y cercas y algunas huertas. Fiscalmente supona que slo el veintisiete por ciento de la propiedad privada estaba en manos de los campesinos monteos. Analizados estos cuadros se observa que en los pueblos de Arroba, Fontanarejo, Horcajo, Marjaliza, Navadestena, Navalmorales, Navalucillos y San Pablo de los Montes la propiedad en manos de los campesinos es de dimensin inferior a las cinco fanegas, oscilando el

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A.H.P.T. Catastro : H-422 y H-423. Navahermosa. A.H.P.T. Catastro : H-598. San Pablo de los Montes.

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12 Garca Gonzlez, F. Familia, propiedad y reproduccin social en el Antiguo Rgimen. La comarca de la sierra de Alcaraz en el siglo XVIII. Tesis Doctoral UCLM. C. Real. 1994. Tomo I. Pg. 439.

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total de cuatrocientas a ochocientas parcelas. Navadestena es el pueblo que, teniendo muy poca tierra en propiedad privada, adems tiene la parcela ms reducida, no llegando en la mayora de los casos a la media fanega. Tanto es as que hemos contabilizado hasta seiscientas setenta y ocho propiedades pequeas que representan el noventa y nueve por ciento del tipo de propiedad privada caracterstica del trmino, es decir, se encontraba multisegmentada en trozos de tierra minsculos. Al contrario, en pueblos como Hontanar, Marjaliza, Molinillo, Navahermosa, Navalmorales, Navalucillos, San Pablo de los Montes y Ventas con Pea Aguilera haba ms parcelas superiores a las cinco fanegas. De estos pueblos es San Pablo de los Montes el que tena ms propietarios de parcelas cuyas medidas oscilaba entre las cinco y las siete fanegas; siete a diez y de diez a quince, respectivamente. Este modelo de propiedad hace suponer que en estos pueblos haba un tipo de campesino algo ms acomodado. Por el contrario, en los pueblos montaeses de Navahermosa, Navalmorales, Navalucillos y tambin Ventas con Pea Aguilera, la propiedad privada era mayor que en el resto, alcanzndose en algunos pueblos propietarios con parcelas superiores a las veinte fanegas. Era en estos pueblos y no en otros donde se encontraban los agricultores con las haciendas ms grandes de la comarca montea. Resumiendo, se confirma respecto a la propiedad privada que las pequeas parcelas son las ms abundantes en esta zona y tienden a concentrar pequeas cantidades de tierra. Las parcelas medianas tienden a concentrar una importante cantidad de tierra, a pesar de su nmero escaso, y las grandes parcelas apenas son significativas por su nmero. Por tanto, es el minifundismo como propiedad privada, el que destaca en la comarca histrica. En cambio, es la tierra inculta e improductiva la que se encuentra sobre parcelas grandes en toda la zona cuyo propietario es el concejo toledano. Por lo que respecta a la vid y al olivo, su cultivo se asocia tambin a fincas de dimensiones pequeas.

LUIS MARTN MARTN

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Petroglifos en los Montes de ToledoEn el Boletn n 2 de la ACMT aparecido en 1978, Ventura Leblic publicaba un artculo en el que haca una descripcin y anlisis de los signos inscritos en la pea de la Asomailla de Navahermosa (fig. n. 2). Diecisis aos despus, el mismo autor en el Boletn n. 65, describe una piedra con cazoletas (fig. n. 5) prxima al castillo de Dos Hermanas. El tiempo transcurrido desde entonces sin que se tengan otras noticias sobre piedras similares, puede hacer pensar que se trata de casos aislados y excepcionales; pero no es as. Existe en San Pablo de los Montes una piedra conocida como pea de la Peste (fig. n. 3) que contiene insculturas muy semejantes a las de la Asomailla; una piedra en el Guijo de Pulgar (fig. n. 7) y otra en el navarmoseo valle de las Higueras (fig. n. 6), con cazoletas parecidas a las de Dos Hermanas. Todo esto hace pensar que aquellas piedras no eran fruto de la casualidad, ni entretenimiento de pastores o picapedreros ociosos, sino que responden a un tipo de manifestaciones artsticas y simblicas pertenecientes a las ltimas etapas de la prehistoria. Que estas piedras hayan pasado desapercibidas se debe en parte a la creencia de que se trata de cruces cristianas o agujeritos naturales de las rocas; pero a poco que manejemos libros de arte nos daremos cuenta que no es as. Las insculturas de la pea de la Peste y Asomailla, son en su mayora figuras antropomorfas e idolillos pertenecientes al arte esquemtico, tan abundante en manifestaciones pictricas en el valle medio del Guadiana y en petroglifos en los cursos bajos del Tajo, Duero y Mio. Pese a la enorme variedad de idolillos y figuras antropomorfas (fig. n. 3), podemos encontrar algunas de gran semejanza con las que nos ocupan, y otras distintas, que vienen a confirmar esas diferencias y variedad constatadas por autores como Martn Almagro Basch o Jord y Blzquez. Estos dos ltimos afirman que el esquema de la figura humana ms difundido es el que presenta brazos y piernas en arco, que termina por simplificarse an ms transformando las extremidades en ncoras o cruces, dando lugar a los tipos llamados ancoriformes y cruciformes. Finalmente y en relacin con las figuras de dolos, es la representacin en "phi" griega denominada de brazos en asa, formado34

por un trazo vertical que atraviesa una especie de crculo achatado que tiene numerosas variantes. Tambin son caractersticos los dolos bitriangulares y los mixtos entre alteriformes, cruciformes y triangulares. Por ltimo, existen otro tipo de dolos llamados pluricirculares formados por dos o ms crculos unidos entre s. Pues bien, este tipo de representaciones las encontramos a veces con gran profusin y con esquemas idnticos en las dos piedras mencionadas. Pero an ms, esos mismos esquemas los podemos encontrar en los grabados rupestres de Gio, Gis y Chaves (Portugal); en Domingo Garca (Segovia) y en el monte Santa Tecla (Galicia), como podemos apreciar en los dibujos de la figura n. 4. No estamos por tanto ante manifestaciones aisladas, sino ante claros y magnficos ejemplos de grabados rupestres del llamado arte occidental, evolucin ms simplificada del arte esquemtico, que se extendi por todas las zonas granticas del occidente peninsular. Su datacin exacta ofrece algunas dificultades dada su dispersin y variedad, pero la mayora de los autores las sitan en el Bronce final (1100650 a.C.), aunque E. Anati las sita en lo que l llama fase geomtricosimblica del arte occidental que va del 900 al 100 a.C. Tambin hay que tener en cuenta que algunos signos de ambas piedras son simplemente cruces cristianas, quiz medievales, esculpidas por imitacin o para superponer signos cristianos a piedras que podan conservar an un cierto atractivo pagano de carcter mgico. Una idea sobre esto nos la da la pea de la Peste. Por qu ese nombre? Segn cuentan en San Pablo, porque en esa piedra se detuvo una epidemia de peste que asol la comarca, librando a los vecinos de su azote. Las "cruces" de la piedra o lo que ellos pensaban que eran cruces haban obrado el prodigio, y de esa forma unos smbolos de carcter pagano dolos, antropomorfos cruciformes quedan asimilados y cristianizados. En cuanto al significado, la interpretacin ms comn es la religiosa, aunque el concepto fuera cambiando con el tiempo. Anati concede un sentido simblico a las figuras, negando todo contenido descriptivo. Dos Santos cree que los signos deben entenderse como manifestaciones grficas alfabticas relacionadas con el culto al jabal animal bastante abundante en los lugares donde se encuentran las dos piedras. Por ltimo nos queda la interpretacin de figuras humanas cada vez ms simplificadas hasta llegar a los cruciformes, dolos de diversos tipos y escenas relacionadas con la fecundidad. Por lo que respecto a las otras dos piedras de Navahermosa y la35

de Pulgar con cazoletas, tenemos que volver a compararlas con las del monte Santa Tecla -Ermitn, Puerta Norte y Puerta Sur, que entre otras, ofrecen grandes semejanzas con las que aqu nos ocupan. Las hay con "covias" -cazoletas- aisladas unas de otras y con covias unidas por unos canalillos que las van comunicando entre s. De los dos tipos las hay en la piedra descrita por Ventura, igual que la del Guijo, aunque predominan claramente las unidas por canalillos. Unidas entre s estn las nueve cazoletas del valle de las Higueras. La datacin es la misma que para los grabados y su significado es an ms complicado por la simplicidad de los elementos: pequeos agujeros y canalillos. Las hiptesis ms manejadas por los prehistoriadores aunque es difcil dar alguna como seguro o definitiva son las siguientes: Calvo Snchez interpreta uno de los petroglifos de Santa Tecla como un mapa de la desembocadura del Mio y otros tres cree que son oratorios sagrados por su orientacin hacia oriente. Otros autores piensan que son representaciones de constelaciones que estn relacionadas con la litolatra culto a la piedra tan caracterstico de pueblos como celtas (Galicia) y celtberos (Toledo). Por ltimo hay quien piensa que los lugares con grabados poseen un sentido religioso, con un inters por los sitios elevados, con piedras que seran utilizadas como altares, dotadas de concavidades, cuyo significado es oscuro pero muy probablemente ritual. Las piedras mencionadas pueden obedecer a alguna de estas explicaciones, por ejemplo las que tienen cazoletas unidas con canalillos parece que estn diseadas para que los lquidos sangre, leche, agua corran de una a otra. Tambin parecen representar constelaciones, sobre todo la del valle de la Higuera. En cuanto al lugar, la de Pulgar est en lo alto de un pequeo cerro que domina los alrededores de la fuente Zarca y Hontalba, lugares poblados desde pocas prehistricas. No es de extraar por tanto que tengan un significado mgicoreligioso relacionado con el culto a las piedras y a las estrellas. Para finalizar, quiero resaltar la importancia de estos dos tipos de petroglifos para el arte occidental en los Montes, que unidos a las descripciones de las pinturas de Arroba publicadas en recientes nmeros de la revista de Estudios Monteos, vienen a llenar una laguna en la prehistoria de la comarca. Por cierto, los petroglifos del monte Santa Tecla fueron declarados monumento histrico artstico en 1974, bueno sera que cundiera el ejemplo.

JOS ANTONIO DA C UNHA36

Fig. n. 1.- Petroglifos de la pea dela Peste. San Pablo de los Montes.

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Fig. n. 2.Pea Asomailla. Navahermosa.

Fig. n. 3.Pea de la Peste. San Pablo de los Montes

Ejemplo de petroglifo del arte accidental.

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Cova de Santa (Sta. Tecla Galicia)

La Calderona (Palencia)

Domingo Garca (Segovia)

Tripe (Chaves, Tras os Montes Portugal)

Ges (Beira Litoral Portugal)

Gio (Alto Mio Portugal)

Cueva de la Vieja (Alpera)

dolos con brazos en asa o "phi".

Esquemas masculinos.

dolos pluricirculares (figuras unidas) Virgen del Castillo (C. Real).

Asomailla (Navahermosa). Fig. n. 4

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Fig. n. 5.- Piedra de Dos Hermanas. Navahermosa.

Fig. n. 6.- Piedra v. De las Higueras. Navahermosa.

Fig. 7.- Piedra del Guijo. Pulgar.

Piedras de Sta. Tecla.

Covias del Ermitn la

Puerta

Covias de Norte

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Mozarabismos y Arabismos en Los Montes de ToledoINTRODUCCIN

El grado de vitalidad del habla romnica de los mozrabes y la capacidad expansiva de los focos de irradiacin ligstica dependan del vigor y de las relaciones de las mozarabas, las cuales fueron muy diversas en las diferentes fases y etapas de la Reconquista (Sanchs Guarner, Manuel, El mozrabe peninsular. ELH, Madrid, CSIC.) En el siglo VIII, la querella originada por la propagacin de la hereja adopcionista en Toledo y Urgel motiv la ruptura de la jerarqua visigodo- mozrabe, y Oviedo (luego Compostela), y Narbona (con la marca hispnica), se independizaron de la Sede Toledana. Con Muhamad I (852-866), difcilmente podra contenerse el cantonalismo y revueltas indigenistas que triunfaban en Toledo, adems de otra ciudades. Despobladas las riberas del Duero (por diversas causas), Alfonso el Magno (866-909) llev hasta este ro la frontera del reino de Len, y para repoblar el territorio foment la inmigracin de mozrabes del sur, como Zamora, repoblada con mozrabes toledanos, en el 893; probablemente lo eran tambin quienes dieron nombres al pueblo de Toldanos y a los cuatros Toldaos de Lugo. El reino de Len, tan conservador, robusteca su espritu con el concurso de esos mozrabes venidos de Toledo y Talavera, todos ellos reaccionarios. La incorporacin de Toledo a la cristiandad (1085) es quizs el hecho ms transcendental en la historia medieval peninsular, pues supuso un avance considerable en los lmites con los musulmanes (Ubieto y otros, Introduccin a la Historia de Espaa. Teide, Barcelona, 1975). Hasta hace poco se crea que Toledo haba sido conquistado tras varios aos de lucha entre musulmanes y cristianos de Castilla y Len bajo el reinado de Alfonso VII, pero no hubo realmente una reconquista de Toledo, sino una fusin de los toledanos con el Reino de Castilla. En Toledo se haban asentado, en el siglo VIII, muy pocos musulma41

nes, siendo predominante la poblacin mozrabe durante los aos que siguieron. Toledo fue ciudad rebelde a los emires y califas cordobeses, que precisaron someterla por la fuerza de las armas en mltiples ocasiones. Los mozrabes tambin se relacionaron desde el 854 con los cristianos del norte, buscando primero la colaboracin de Ordoo I y luego la de sus sucesores. En el ao 1010 otra vez haba conquistado su independencia frente a Crdoba, llegando a ocupar esta ciudad con la colaboracin de contingentes catalanes, al mando del conde Ermengol I de Urgell. Cuando la Espaa califal se disgreg en los reinos de taifas(1031), el reino de Toledo estuvo en buenas relaciones con los cristianos, hasta el punto de que tambin Alfonso VI convivi en Toledo con el rey musulmn Al- Mamn (1038-1075) durante algn tiempo (1072). Al morir Al- Mamn se plante el problema de su sucesin, existiendo dos tendencias: la de la hegemona musulmana, que tena como defensor al rey de Badajoz, Mutawakil; y la del grupo mozrabe que, ntimamente unido a Alfonso VI de Castilla, coloc en el trono a Alkadir, nieto de Al Mamn. Y aqul y Alfonso VI se enfrentaron, llegando Alfonso a ocupar Coria (septiembre de 1079), primera poblacin de la reconquista castellano-leonesa; mientras que Mutawakil, rey de Badajoz, entraba en Toledo (junio del 1080). Tras una nueva y breve ocupacin de Toledo por Alkadir, el partido mozrabe entreg la ciudad a Alfonso VI (mayo del 1085) y con ella todo el reino de taifa con Talavera, Madrid, Guadalajara, Hita, Consuegra, Ucls, Cuenca, Atienza y Oreja. Con estas incorporaciones la lnea fronteriza se traslada desde el mismo ro Duero hasta la cuenca del Tajo, siendo Coria, Toledo y Oreja los puntos extremos de la nueva frontera. Al conquistar Toledo, el europeizante y desconsiderado Alfonso VI cambi de poltica, y no slo procur atraerse a sus nuevos vasallos mozrabes que le miraban con recelo, sino que inici el mudejarismo amparando a los musulmanes que incorporaba a Castilla. Los rasgos dialectales mozrabes perduraron largo tiempo en lucha con el castellano en la regin toledana, bien reconocibles en los documentos publicados por Gonzlez Palencia, en el Fuero de Madrid, editado por Millares Carlo y lingsticamente estudiado por Lapesa, etc..., y probablemente el habla mozrabe toledana actu como substrato lingstico operando sobre el castellano de Castilla la Nueva. Existen adems otras abundantes fuentes para el estudio del dialecto mozrabe toledano: los testimonios que se deducen de la obra del botnico y mdico toledano42

Abderramn, titulada El libro de cabecera ; tambin los datos explcitos, referentes a la aljama de Toledo, que proporciona un botnico annimo de hacia el ao 1100, publicado por Miguel Asn; las voces referidas a la aljama toledana, que pueden espigarse en la obra de F. J. Simonet, adems de la abundante toponimia mozrabe de nuestra provincia. Cuando en el ao 1085 Alfonso VI se aduea de Toledo, la poblacin mozrabe (como hemos apuntado ms arriba) era numerosa y dotada de vitalidad y fuerte personalidad. Su importancia numrica se deduce, en primer lugar, del hecho de poseer, al ser reconquistada la ciudad, seis parroquias, y de la circunstancia de que, durante el siglo XII, admitieron en su comunidad a muchos mozrabes procedentes del sur, que vinieron a incrementar su poblacin. La vitalidad de la mozaraba toledana hizo, en lo jurdico prevalecer el Fuero Juzgo, que no tena vigencia entre los reconquistadores; mantuvo, en lo eclesistico, un rito propio frente al romano y, en el orden administrativo, conserv todava en el siglo XIII especial moneda de tipo rabe. Igual vitalidad mozrabe se ofreca en otras ciudades castellano-nuevas, tales como Talavera, Maqueda (la firme), Guadalajara (ro de piedra), etc. Es cierto que en el campo lingstico, en la toponimia, el viejo hablar de la mozaraba se fue perdiendo ante la unificacin impuesta por el castellano desde principios del siglo XIII; pero, no obstante, los mozrabes hubieron de influir por fuerza sobre sus libertadores castellanos. As por ejemplo, en los documentos romances redactados en Toledo durante los siglos XII y XIII, aunque procedentes de gentes no mozrabes, dejan traslucir abundantes mozarabismo: allenar enajenar, semnadura, nomne, demandancia, por demandana, arcalde, riu, curazon, Mont Reial, maiestro, y la abundancia de topnimos que pueden deberse incluso a los aos posteriores a la reconquista.

EL DIALECTO MOZRABE TOLEDANO. Segn Menndez Pidal (En Orgenes del Espaol, pgs. 436 y siguientes),la mozaraba era en Toledo, durante los siglos XII y XIII, abundante y poderosa, pero el elemento castellano emigr hacia all en gran abundancia e impuso al fin su modo de hablar, y el dialecto mozrabe no prevaleci. El habla romance de los mozrabes toledanos, en los siglos XII y XIII tenan varios rasgos comunes con el leons; don Pedro Apolechn y su43

notario, en 1191 empleaban en sus escritos la ll en vez de la j: con suas mulleres e con sos fillos ( fillo usan tambin los Anales Toledanos en el Siglo XIII). Repugnan el diptongo ue : dola ad atal foro, a est foro, foro de Toledo, a los que vivieren. Conservaban o aadan la i en varias terminaciones de los sustantivos: en non cambien la morancia ..., pero su lengua se parece no al leons occidental, sino al central, en usar la ch castellana, barbecho . Otros mozrabes distinguidos de Toledo usan la u : sobrinu de don Tom (1157). Tambin usa asimilaciones rechazadas por la lengua literaria, que hoy solo ocurre en el habla vulgar: Petro Arvarez por lvarez. Suprimen la vocal final probablemente por arabismo: Laurens Johanis (1144). Citando a Pidal, el castellano se va sobreponiendo al mozrabe. Aquel gozaba de cultivo literario, y este, por un mal entendido orgullo de sus hablantes, se encasill, ya que estos usaban el rabe como su lengua oficial. La gente no mozrabe usa por lo comn, formas completamente castellanas, y alguna vez dejan ver algn mozarabismo que podran confundirse con leonesismo, dada la analoga de aquel con este: allenar enajenar; al lado del castellanismo de Burgos mbr aparece el arcasmo semnadura, nomne. La i en la terminacin de ciertos sustantivos no deja de ser frecuente: demandancia ; su ficancia dellos en aquel logar (1236) por ficanza mansin, morada. Hoy en los Montes de Toledo se escucha frecuentemente: granciasgranzas o tascones de paja, paganca paganza o pago, quebranca quebradura. Tambin se halla la l cambiada por r arcalde, junto a alcalde (1246); hay casos de pronunciacin muy cerrada de la o, riu, curazn. La ms veces el dialectalismo toledano responde a frases de influencia rabe: que en gloria est, que Dios perdone, que Dios bendiga que Dios tenga en su gloria. Por lo dems, pasado el primer tercio del siglo XIII, conforme este avanza, la lengua escrita de Toledo se va uniformando cada vez ms con la de Castilla, aunque no del todo. Nebrija, ya apuntaba en Toledo diferencia de vocabulario con respecto a Castilla la Vieja, pues conservaba rasgos mozrabes como faysa y faysar por faxay faxar. Todava en el siglo XVI, el zamorano doctor Villalobos nota exceso de arabismo en el habla toledana: ... en Castilla los curiales no dicen ... albaceha, ni almutacen ni44

ataiforico, ni otras muchas palabras moriscas con que los toledanos ensucian y ofuscan la polideza y claridad de la lengua castellana. Diptongos decrecientes AI o EI y AU Rasgo fundamental y caractersticos del mozrabe y expresivo sobremanera de su arcasmo fue la conservacin de los diptongos decrecientes (A. Zamora Vicente, Dialectologa Espaola). Al sobrevenir la invasin rabe, el habla estaba en esta etapa arcaica ai. Al ser arrinconada la lengua romance, qued en ese grado de evolucin durante mucho tiempo. Los documentos mozrabes toledanos ofrecen mltiples ejemplos: aben antayr santero, nombre de una familia musulmana del siglo X. Estaban atestiguada voces como kaballayr caballero, aradeyro aradera, arado, formado a base del sufijo angetivo ayro y eyro, tan abundante; en toponimia Pea Guilayra al lado de Pea Aguilera monoptongada, ya que otras palabras lo hacan. Hoy Molino de Rumbaila. Los dialectlogos y los fillogos dan por monoptongados los diptongos ai y ei, en el siglo XIII, por influjo de la lengua de los reconquistadores, castellanos viejos, que hacia siglos que haban perdido este paso de la evolucin. Pero los Montes de Toledo, durante los siglos XII al XV, fueron repoblndose tras desaparecer los peligros e inseguridades, que entraaban las sucesivas guerras de conquistas y reconquistas, poco a poco por elementos mozrabes, bastante arabizados por cierto, que lgicamente tendran poca relacin con la metrpoli lo que hace que la regulacin lingstica de los castellanos viejos apenas tengan repercusin en nuestra comarca y conserven estos arcasmo hasta la actualidad: aparteiro camino de otro, apilairo lugar donde se coloca la lea, carbn, mies etc... San Pablo de los Montes esbaraira resbaladera o piedra resbaladiza. Se podra objetar que son vulgarismo de apartadero y apiladero , con prdida de la -d intervoclica, y posterior diptongacin del hiato ae como: cais por caes, pero refrenda mi tesis trminos como aira y eira, de rea, luminaira luminaria; canteiro de cantarium, derivado de cantus extremidad, lado(Menasalbas, San Pablo), que significa, trozo de terreno, pero tambin resguardo de la era para que los cereales no se esparzan; candilailla, (de Candela ms-illa), en la que vemos una tendencia a mantener el diptongo decreciente- aiy no contraerse en illa: candelailla (Menasalbas), que significa hoguera, candelada hecha en la plaza por la Hermandad Sacramental en torno a la cual se cantaba; llamaira, llamadera o palo que sirva para guiar a los45

bueyes ; fumaira o fungaira, que estn referidas a la lumbre que produce abundante humo; y paire, pared en Hontanar, maillo de maguillo (manzano silvestre). Sin duda en la lengua conversacional predominara la forma que refleja una etapa intermedia en la evolucin como: beiga y carreira, o los actuales canteiro, eira. El diptongo AU primario persiste en el mozrabe monteo en la edad medieval. El Lauxar, (escrito mozrabe toledano que cita un terreno del partido judicial de Navahermosa, bajo la voz ximensa), Lawar + at y law losa, law , lawar losar, cuyo timo es lausa, cuyo significado es losa para cazar conejo, y por extensin, en poca medieval, la denominacin que se daba a los cotos de caza: Peralosa (Losa del Peral) o Piedral. Ximensa plural rabe simens y ximensat y chimenso, plural chimensox, escritos mozrabes de 1221-1222 donde se lee: compr el cannigo don Afonso Melndez... todas las lauxas que tienen los mencionados en el, puerto llamado del Carbonero, y son treinta y dos chimensos. Compr el cannigo don Alfonso Melndez a don Gonalvo el Segoviano todas las once simensas del Lauxar lo destaca y las ocho que posee en lo indiviso con el comprador mencionado en el trmino del puerto del Carbonero... con todas las utilidades de la casa vendidas, que son once simensos de lauxas y ocho lauxas. Las voces chimenso y ximensa designan una medida agraria usada antiguamente en aquel territorio en el sentido de fanega de tierra de sembradura y lauxa otra medida o espacio de tierra menor, como por ejemplo la tahulla o el marjal, con respecto a la fanega. Sus orgenes corresponde por su forma a los antiguos castellanos semienza y simienza (sementera), antiguo castellano semena (simiente) que viene del latn sementia y semente (la siembra y la simiente sembrada, que cita Simonet, tomado de Eguilaz). Segn Ignacio Ferrando (en su artculo Los romancismos de los documentos mozrabes), dado que el trmino se refiere siempre a una superficie donde se colocan losas o trampas para conejos, y que siempre aparecen el nmero de las citadas chemensas , parece ms acertado pensar en una forma bajolatina *caementia, que poda designar un terreno pedregoso con una superficie determinada. La sncopa de vocales daba lugar en ocasiones a grupos consonntico secundario ajenos a los hbitos lingsticos del latn Qamronedas (topnimo hoy subsistente en la forma Cambronedas), emteir o emteiro sendero, cobdale codal, medida de longitud, lumnarya lumbrera, hoy luminaira en los Montes de Toledo.46

En cuanto a las vocales finales, sabemos que la o se conservaba con frecuencia, pero tambin como en otras ocasiones, por influjo del rabe, se perda, dando lugar a doblete del tipo: conech, conecho, castellan y castellano, actualmente nos queda perilln. En toponimia mozrabe, tras consonantes que no son ahora finales en espaol, la o final perdida ha sido sustituida por e final. As sucede en los derivados con los sufijos prerromanos- accu, eccu,-iccu occu: Bullaque, lugar abundante en bullas o aguas manantiales, de donde parece tomar origen su nombre a partir del latn bullire (hervir, agitarse), derivado del sustantivo bulla (burbuja) ms el sufijo accu; Caada del Marcel (margen, borde, seal). En nombres comunes tenemos fallique (costura mal hecha o culo pollo), fullique (enfadadizo) judique (de judo). En los grupos yod encontramos casos de conservacin o palatalizacin: layerna (planta), en vez de aladierna, igualmente Arroyo Valdeyerno (valle del aladierno); manrubio (planta), en vez de manruyo. En toponimia Rubiadero (Ventas con Pea Aguilera) sitio donde crece la rubia, planta utilizada para el tinte. Layos y Layitos (Ventas), posiblemente del latn labium, borde o extremidad de una cosa. Macheras (Ventas), de machs, criadero de alcornoque. Dentro de las palatales tenemos Jumela (antigua poblacin) que deriva de summa villa, parte ms alta de la villa o parte ms alta del poblado, que por influjo mozrabe da j en vez de quedar en s como en castellano.

CONSONANTISMOS En cuanto al consonantismo las caractersticas ms relevantes del mozrabe de Toledo con respecto al castellano, que aun permanece en nuestra comarca son las siguientes: Conservacin de la f- inicial latina: Figares (top., hoy Higares), Forcacho (hoy Horcajo), Fontanar (hoy Hontanar), fidalgo, forneiro. Hoy quedan restos de aspiracin en Guanfra (Fuente Fra, en Los Ybenes) y Jonfraila (Fuente el Fraile en Navahermosa),y conservacin: Fontanarejosy Molino del Falcn. Tenemos hoy muestras de conservacin en los Montes de Toledo: fuella (huella), fumaira (humareda , del latn fumus), fungaira (humareda, del latn fungus, hongo, porque se haca fuego con los hongos para aplicarlo en las colmenas), fogarn (hogarn). La ge,i y j iniciales tienden a perderse, alternando forma del tipo47

Unqueir y Yunqueir ( derivado de junco, y este del latn juncus) Ulianiz y Yulianiz (derivado de Julin). Y cuando se mantena la consonante, esta se pronunciaba segn vemos y y no j como en el castellano, y como pervivencia de la vieja pronunciacin mozrabe hoy en da encontramos en nuestra comarca topnimos como Vayuncos (y no Valdejuncos, en el trmino de Navahermosa), Los Ybenes (partido judicial de Orgaz, que viene de Gminis, ablativo, con el significado de en los pueblos gemelos, con disimilacin -M-N- en V- N- y con conservacin de la vocal postnica; tambin como voz mozrabe que hace alusin a una planta espontnea de flor amarilla, jebene, probablemente los jebenes. Otros lo derivan de yabo, yeba, planta parecida al saco. Incuso con pocos fundamentos dicen que proviene del rabe yebel, monte). Los grupos consonnticos iniciales cl-, pl-,fl-, se conservan en el dialecto mozrabe, hoy tenemos flama (llama, calor), soflama, aunque tambin con palatalizacin en ch, cham (fuego, lumbre, del latn flamma) chaveta (parte del arado que va unida a la telera) lavija ( parte del arado, que proviene de clavija) lantel (llantn, de plantgine). La consonante ce i y los grupos c+yod y t+yod ofrecen una solucin muy arcaizante: capacho, cenacho, hornacha (horno de fragua, en Navahermosa; en Los Navalucillos hace referencia al hogar donde se calienta grandes calderas en las tineras); en toponimia tenemos Apacho, que proviene de apes abeja y el sufijo latino aceus que en mozrabe da acho en vez de azo que es el resultado castellano con el significado de sitio o lugar de colmena, refrendado con documentos medievales, que dan fe de que existan posadas de colmenas (en el trmino de Navahermosa).

MORFOLOGA Plurales etimolgicos en-es. Existen una serie de topnimos, en zonas de subtratos con plurales femeninos en- es en vez de-as. As tenemos Totans, de Tutanus, nombre de una de las divinidades tutelares de los romanos, o quizs de Tutana, asilo, refugio, defensa; donde la t- sorda intervoclica se conserva sin sonorizar, rasgo vacilante, peculiar de los mozrabes, aunque algo controvertido por diversos autores. Este mismo fenmeno lo encontramos en Ripas que tena que haber dado Riberas. Novs y Noez, de novas (nuevas, recientes, jvenes: civitates aut48

condere novas aut conservare iam conditas); en esta ltima, puede haberse perdido la- v- intervoclica y la -s final terminada en -z por palatalizacin, algo normal en mozrabe por influencia morisca. No creemos en el derivado de nuez como fruto. Los compuesto por un nombre romance precedido del artculo rabe al debieron ser impuesto por los rabes o por los mozrabes, pero antes de que los poblados respectivos fuesen reconquistados por las armas cristianas: almantruche (ropn que va debajo de la albarda para que no roce sta) , almanta (trozo de tierra trazado para sembrar) ajunjera (junquera, en Pulgar), alpedraque (pedriza en Nvahermosa), Alpdrega, tomado como artculo rabe, que se recompone en el artculo castellano el : Elpdrega, que deriva del celta Alpbriga (topnimo donde ha influido la etimologa popular con piedra). Como ocurre en el espaol hablado, en los documentos sobre topnimos del mozrabe de Toledo se pierde frecuentemente la preposicin de de genitivo, encontramos al lado de formas como Fuente de los Pastores, son ms frecuentes: Fuente el Cao, Puerto el Carbonero, Arroyo Broceas (Los Ybenes) Puerto el Milagro, Puerto el Balenar etc...

LEXICOLOGA Es bien conocido que los mozrabes eran grandes agricultores; pero una faceta suya menos conocida era la apicultura, de la que dan muestra los diversos topnimos de nuestra comarca que aparecen nombrados con el trmino colmenar: lugar donde se almacena o se distribuyen las colmenas, de origen prerromano con el significado de casa de las abejas, segn Corominas. As vemos El Colmenar en (Ventas y Navahermosa), Las Colmenillas (Navahermosa), Colmenar del to Gorn (Los Ybenes), Cuerda el Colmenar (Ventas). Vimos como Apacho haca referencia a posada de colmena; y quizs tambin tenga relacin con este campo semntico, aunque con reservas Melque que derivara de mel (miel) y el sufijo prerromano eccu , que dara eque, atestiguado como lugar mozrabe, ya que en este trmino se encuentra la antigua y conocida ermita de Santa Mara de Melque, de arquitectura mozrabe. En cuanto a nombres apelativos conservamos ejemplos muy significativos: Capacho.El origen mozrabe denunciado por la fontica , se comprueba por aparecer primeramente el vocablo en autores andaluces y49

toledanos, y se explica por la procendencia meridional del esparto con que se hace los capachos. Descendiente probable de un latn vulgar * capaceum. Adems del significado de cesta o capazo, en los Montes de Toledo tiene la acepcin de rodete de esparto, que sirve para prensar la aceituna molida. Cenacho: espuerta de esparto, con asas, empleada para llevar vveres. Del mozrabe cennach (capacho, canasta), probablemente del latn cenaculum. El mozrabe el vocablo sufri en su terminacin el influjo de capacho y del mozrabe canach (canasto). En los Montes de Toledo es frecuente or: parecer un cenacho para referirnos a una persona gruesa Barcina: red de esparto para acarrear trozos de corcho. Atocha o Atochn: (esparto) trmino muy significativa de Los Ybenes, con que aluden a esta planta. Del mozrabe taucha, procedente, al parecer de una palabra hispnica prerromana *TAUTIA (segn Corominas). En este pueblo, estos vocablos hacen referencia al fruto de la planta, mientras que atochera alude a la mata o planta. Carapacho: cuenco de corcho que sirve para comer, beber y lavarse durante las faenas del descorche (Navahermosa).

ARABISMO EN LOS MONTES DE TOLEDO El vocabulario de la casa est lleno de arabismo en espaol, y consiguientemente en Los Montes de Toledo se encuentran con facilidad: adobe, tabique, aldaba, aldabn, arriate (vulgar arreate), que es general en la zona; pero tenemos un sinnimo muy significativo en la palabra alizar (arriate junto a la pared para plantas decorativas) y tambin el topnimo La Alizadera, exclusivos de Los Navalucillos y no recogidos en ninguna otra parte de Espaa. Federico Corriente, gran arabista actual, en su Diccionario de arabismos, quien toma la cita de mi Diccionario del habla toledana, dice que el verdadero timo ser el andalus issl (bajo, parte baja, del clsico asfal, inferior) interesante resulta la voz acirate y su variante acilate (con lateralizacin de la r-, propio del mozrabe; la primera se registra en el DRAE, pero no con la acepcin de escaln de la puerta, que es propia de la zona occidental y central de Los Montes de Toledo. Siguiendo en la casa, general en el occidente y centro es azafate (fuente, plato grande y alargado donde se lleva la comida a la mesa, en50

Los Navalmorales y Navahermosa) y su variante alifate en Los Navalucillos. Un artilugio que no faltaba en las mansiones eran las alcatejas, alpatejas (zona occidental) o garabatejas, especie de ganchos o garabatos que servan para sacar los cubos que se haban cado en los pozos (posible arabismo segn Federico Corriente en op. cit.); lo mismo ocurre con achiperres o alchiperres (trasto; utensilio para hacer algo; procedente del mozrabe al+ CIP+ El, cepo pequeo. Vocablo monteo es rafa (esquina o jamba de la puerta y ventana). Se recoge en el DRAE sin dar su etimologa y procedencia; sus acepciones no corresponden con la nuestra. Federico Corriente (en op. cit.) la recoge como arabismo portugus y ms adelante toma nuestra acepcin, que hace derivar posiblemente del rabe raff (repisa), emparentndola con la acepcin del DRAE: machn de refuerzo en pared o puerta. En Los Montes de Toledo el sello ms cercano de la vida islmica, ya que eran avezados agricultores y hortelanos, se encuentra en la huerta de regado, que estn a las afueras de los pueblos. La base de la existencia de stas es muchas veces una mquina introducida en Espaa por los rabes: la noria o anoria, que movida mediante un varal por el burro saca el agua zarca (azul clara o lechosa) del pozo por medio de los arcaduces (Menasalbas) que son unos cangilones o tarros de barro (el pueblo los denomina muchas veces arcabuces o alcabuces), que van atados con una soga de esparto llamadas alcabuceras. Las aguas van a la alberca, salen por el alberquillo y se regulan para regar los alizares, alijares o arriates (en vulgar por cruce con arre tenemos arreate), donde se encuentran los albrchigos (especie de melocotn), los albaricoques, que son cavados con los amocafres o almocafres (escardillos) y con el aciche. En Toledo se recuerdan las esplndidas azudas o ruedas hidrulicas (de las que tenemos abundante documentacin desde poca medieval), que sacaban el agua movida por el mismo impulso para regar las vegas y huertas. Los rabes, mozrabes y moriscos eran igualmente grandes agricultores y ganaderos. De ah la riqueza lxica de estos campos semnticos. El campesino llevaba las viandas en las alforjas (talega de cuero con dos bolsas. Metafricamente aluden tambin a los testculos) y el pastor en la aljaba, vocablo que recoge el DRAE, pero no con la interesante acepcin dezurrn del pastor, propia de la zona centro y occidental de Los Montes, que supone una especializacin semntica. En documentos mozrabes toledanos aportados por Simonet, se recoge el trmino51

jabaira con la misma acepcin de zurrn de pastor y el sufijo aira. Nuestro labriegos se acompaaban de un burro, ataviado con jquima (cabezada de cordel, que suple al cabestro), la tarre o ataharre (banda de cuero, lana o esparto que pasa por la parte trasera de la caballera para impedir que los aparejos se corran o se muevan hacia delante), la albarda o montura rstica y la jalma (con afresis) o enjalma (especie de albarda, rellena de paja, empleada para sacar en los burros lea, corcho y carbn. No coincide exactamente con la acepcin del DRAE y no ofrece la variante jalma, que la hace proceder del bajo latn salma a travs del mozrabe y el hispano-rabe; por cierto jalma en la voz que se atiene ms a la etimologa sin prefijo. Sin salir de nuestro campo lxico, tenemos el vocablo acial, que se define como instrumento de dos palos, con el que se oprimen el hocico de la caballera para que se estn quietas, mientras las hierran, curan o esquilan, acepcin no exacta en el DRAE y en Diccionario de arabismos. Los campesinos en su avo para calmar la sed se llevaban el zaque. Este trmino nos lo define Sebastin de Covarrubias, en su Tesoro de la lengua castellana o espaola, de la siguiente manera: el odre pequeo de cuero en que trajinan agua o vino, y como decimos de el que est borracho, que est hecho un cuero, se dice en el reino de Toledo que est hecho un zaque, que significa lo mismo; tambin cargaba con la aliara o liara (cuerno de toro que contiene el aceite y el vinagre para el gazpacho). El labrador viste zahones, zajones o zanjones (delanteras, especie de mandiles que se atan al muslo), y zaleas o zaleos (pieles curtidas); en Navalucillos al tonto y simple dicen zaleo: ave, zaleo!, que no se registra en DRAE; y c