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Polis 12 (2005) Individualismo y bien común: los límites de las instituciones ................................................................................................................................................................................................................................................................................................ Julio Alguacil Gómez Los desafíos del nuevo poder local: la participación como estrategia relacional en el gobierno local ................................................................................................................................................................................................................................................................................................ Advertencia El contenido de este sitio está cubierto por la legislación francesa sobre propiedad intelectual y es propiedad exclusiva del editor. Las obras publicadas en este sitio pueden ser consultadas y reproducidas en soporte de papel o bajo condición de que sean estrictamente reservadas al uso personal, sea éste científico o pedagógico, excluyendo todo uso comercial. La reproducción deberá obligatoriamente mencionar el editor, el nombre de la revista, el autor y la referencia del documento. Toda otra reproducción está prohibida salvo que exista un acuerdo previo con el editor, excluyendo todos los casos previstos por la legislación vigente en Francia. Revues.org es un portal de revistas de ciencias sociales y humanas desarrollado por Cléo, Centre pour l'édition électronique ouverte (CNRS, EHESS, UP, UAPV). ................................................................................................................................................................................................................................................................................................ Referencia electrónica Julio Alguacil Gómez, « Los desafíos del nuevo poder local: la participación como estrategia relacional en el gobierno local », Polis [En línea], 12 | 2005, Publicado el 17 agosto 2012, consultado el 13 junio 2015. URL : http:// polis.revues.org/5614 ; DOI : 10.4000/polis.5614 Editor : Centro de Investigación Sociedad y Politicas Públicas (CISPO) http://polis.revues.org http://www.revues.org Documento accesible en línea desde la siguiente dirección : http://polis.revues.org/5614 Document generado automaticamente el 13 junio 2015. La pagination ne correspond pas à la pagination de l'édition papier. © Polis

Polis 5614 12 Los Desafios Del Nuevo Poder Local La Participacion Como Estrategia Relacional en El Gobierno Local

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los retos de la participación y cómo fortalecerla

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  • Polis12 (2005)Individualismo y bien comn: los lmites de las instituciones

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    Julio AlguacilGmez

    Los desafos del nuevo poder local:la participacin como estrategiarelacional en el gobierno local................................................................................................................................................................................................................................................................................................

    AdvertenciaEl contenido de este sitio est cubierto por la legislacin francesa sobre propiedad intelectual y es propiedad exclusivadel editor.Las obras publicadas en este sitio pueden ser consultadas y reproducidas en soporte de papel o bajo condicin deque sean estrictamente reservadas al uso personal, sea ste cientfico o pedaggico, excluyendo todo uso comercial.La reproduccin deber obligatoriamente mencionar el editor, el nombre de la revista, el autor y la referencia deldocumento.Toda otra reproduccin est prohibida salvo que exista un acuerdo previo con el editor, excluyendo todos los casosprevistos por la legislacin vigente en Francia.

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    Referencia electrnicaJulio AlguacilGmez, Los desafos del nuevo poder local: la participacin como estrategia relacional en elgobierno local, Polis [En lnea], 12|2005, Publicado el 17 agosto 2012, consultado el 13 junio 2015. URL: http://polis.revues.org/5614; DOI: 10.4000/polis.5614

    Editor : Centro de Investigacin Sociedad y Politicas Pblicas (CISPO)http://polis.revues.orghttp://www.revues.org

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    Julio AlguacilGmez

    Los desafos del nuevo poder local: laparticipacin como estrategia relacional enel gobierno localLa re(vuelta) a/de la idea de participacin

    1 La evolucin de nuestras sociedades y los cambios que se producen en ella se estndesarrollando a una velocidad tan vertiginosa que apenas nos deja un respiro para proyectar ypensar el futuro*. La cantidad de innovaciones tecnolgicas por unidad de tiempo cronolgicose ha incrementado de tal manera que estamos en una sensacin permanente de obsolescenciadel presente, sumindonos, en consecuencia, en una incertidumbre inquietante que precisa denuevas y mltiples estrategias combinadas capaces de orientar la accin humana en el controlde los procesos de cambios social.

    2 Esa rapidez de los cambios hace que acompaemos del adjetivo nuevo a nuevos fenmenossociales y a nuevos retos. As los nuevos movimientos sociales, las nuevas tecnologas, lanueva economa, la nueva pobreza, las nuevas generaciones de derechos, la nueva gestinpblica etc. combinan un sin fin de amenazas y de nuevas oportunidades, de nuevos retosen suma, que precisan de una adaptacin permanente de las formas de organizacin y quetambin ponen en evidencia importantes desajustes en los perodos de transicin.

    3 Uno de esos desajustes es el que se produce entre la poltica realmente existente y susestructuras (gubernamentales y asociativas) respecto de los nuevos desafos y la nuevaciudadana en ciernes, lo que ha llevado a una creciente deslegitimacin de nuestrasdemocracias y de los modelos de organizacin que a ellas van asociadas. Como consecuenciade ello en los ltimos aos estamos asistiendo a un significativo rearme del conceptode participacin, orientndose, unas veces en la bsqueda de frmulas que permitan unamayor legitimacin de los poderes polticos, pero ms particularmente, orientndose haca laidea de democracia participativa, construyendo nuevos procedimientos que incorporan a losciudadanos a las decisiones pblicas en estrategias de transformacin social. Los sntomaslos descubrimos en nuevas expresiones que se apoyan, entre otros fenmenos, en una enormeeclosin de organizaciones sociales, en la puesta en escena de novsimos movimientossociales que tejen redes intensas y extensas conformando un complejo movimiento demovimientos, y en innumerables experiencias innovadoras de participacin ciudadana que seproducen sobretodo en el mbito de lo local. Todas estas manifestaciones se estn originandoen un contexto de globalizacin de centralidad econmica que, entre otros aspectos, estaerosionando la funcin tradicional del Estado-nacin al perder ste parte de los atributos quele son propios1, como por ejemplo la regulacin del mercado y la prestacin de serviciosuniversales.

    4 Los sntomas de la sociedad del riesgo2, tales como los efectos de la insostenibilidadambiental del modelo productivo, la insolidaridad del modelo socioeconmico que pone derelieve el nuevo fenmeno de la exclusin social, y el impacto que todo ello tiene sobre lasparticularidades del territorio y de las culturas, van acompaadas de respuestas y re-existenciasque cobran un sentido alternativo en un doble vnculo local-global. Esta doble vinculacin dualse construye en la medida que el Estado-nacin declina y es incapaz de mantener el monopoliosobre los derechos de ciudadana. La ciudadana revuelve a la ciudad como el lugar donde seforjan los derechos ciudadanos. Es en el mbito de la vida cotidiana, de lo local, de la ciudad,donde los sujetos pueden acceder a las habilidades polticas, a los derechos de ciudadana, ala comunicacin, al conocimiento, a la conciencia y, como consecuencia, a la accin socialy a las innovaciones y, por tanto, a los valores universales. As de este modo se produce eldoble vnculo, se accede a los valores universales de ciudadana desde las particularidades delterritorio y de la cultura.

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    5 Ese doble vnculo apunta a nuevas generaciones de derechos que resultan de las nuevas esferasde soberana: lo local y lo global. As las tres clsicas generaciones de derechos monopolizadaspor el Estado-nacin (los derechos civiles, polticos y sociales-econmicos) se proyectan hacauna estrategia dual que incorpora los mbitos extremos macro y micro permitiendo pensar,tambin, en su articulacin, y en el desarrollo de nuevas generaciones de derechos que dansentido a la misma.

    6 De una parte, la conciencia globalista nos dice que habitamos en un mundo finito cuyosrecursos para satisfacer las necesidades humanas, sean estos ambientales, econmicos, socialeso culturales, son bienes pblicos, son patrimonio de la toda la humanidad y de sus generacionesvenideras, pero adems son recursos vulnerables que se encuentran al dictado de los procesosentrpicos crecientemente desbocados y, en consecuencia, su gestin democrtica debebasarse en la inteligencia entendida como la capacidad humana para atenuar, frenar y reorientarla entropa3. Esta lectura marca una cuarta generacin de derechos: los derechos republicanosque son entendidos como el derecho de todo ser humano a la res publica o patrimonio pblico4.

    7 Si bien, el impacto de las acciones humanas es circular, desde lo local a lo global y viceversa, detal modo que el acceso a la conciencia y a la accin (a los derechos republicanos) que presentasiempre la doble direccin local-global y global-local, se produce desde la satisfaccin delas necesidades humanas en la vida cotidiana. El acceso a las habilidades polticas y a lacapacidad estimativa se origina desde lo local, que de forma ptima slo puede realizarsedesde la implantacin de una quinta generacin de derechos definidos por el derecho detodo ciudadano a decidir subsidiariamente sobre los asuntos que le afectan, sobre los asuntospblicos (democracia participativa).

    8 Como hemos planteado en otro trabajo5 las nuevas dimensiones de la ciudadana re(vuelven)a su originaria vinculacin a las particularidades, al territorio y a la esfera de la vida cotidiana,y a la vez se amplan y se complementan, a travs de los principios universales, a la esfera delo global; de tal modo que el ciudadano democrtico slo es concebible en el contexto de unnuevo tipo de articulacin entre lo universal y lo particular6. La ciudadana tiene como desafoganar capacidad de articulacin, y debe afrontar su operatividad en distintas esferas de poder, y,por tanto, en distintos niveles de soberana, ya que aparece una nueva complejidad derivada dela extensin de nuevos espacios de intervencin poltica que deben estar abiertos al desarrollode nuevas estructuras democrticas. La nueva complejidad derivada de la fragmentacin delos mbitos de poder proclama esa doble direccin: desde abajo-desde dentro / hacia arriba-hacia fuera.

    9 De tal modo que el acceso de los ciudadanos a la ciudadana universal se produce a travsdel acceso a las estructuras democrticas de base, de proximidad, presentes en la vidalocal. Al respecto, en la esfera de la soberana local encontramos dos agencias que sonescuelas de democracia capaces de desarrollar la autonoma y la corresponsabilidad ciudadana.Nos referimos a los gobiernos locales y a las entidades sociales, agencias que tmidamentetienden, a nuestro parecer, haca una alianza necesaria para desarrollar la inteligencia. Ambasestructuras ancladas al territorio tienen que ser capaces de romper el solipsismo (propio de losestrechos intereses y visiones localistas) articulndose con otros territorios y con otras culturas.Para ello se precisa de un modelo de Estado relacional7 que genere nuevas oportunidadesde participacin poltica, y de unos significativos movimientos sociales que se hacen msvigorosos en el uso de esas nuevas oportunidades.

    10 Aunque, para que otro mundo sea posible hace falta desarrollar una nueva cultura polticaque ayude a superar la pasividad y el carcter inhabilitante, que imprime la democraciarepresentativa para con los ciudadanos, en la implementacin de procesos, procedimientos yestrategias para afrontar la satisfaccin de las necesidades humanas8; precisamente la crecientedistancia entre la cultura de la poltica realmente existente y los nuevos desafos querepresentan los impactos de la globalizacin y el ineludible desarrollo de una nueva ciudadanabasada en una democracia compleja y reflexiva, ponen de relieve el desajuste de las actualesestructuras administrativas, y tambin, societarias, y la necesidad de una nueva cultura polticaque abogue por estrategias relacionales y complejas. Entonces, cmo se debe entender la ideade participacin como procedimiento de transformacin social que nos oriente hacia un nuevo

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    paradigma ms humanizado y sostenible? Qu modelo de administracin local es necesariopara implementar la democracia participativa?

    La participacin es un derecho porque es una necesidadhumana

    11 Nos situamos desde el enfoque de la teora de las necesidades humanas9y del desarrolloa escala humana10. Ambos, enfoques son bastantes equivalentes y contrastan abiertamentecon teoras muy asentadas como la perspectiva jerrquica de las necesidades de Maslow11.Vienen a plantear que las necesidades humanas son pocas, finitas, identificables, clasificablesy universales, es decir son iguales para cualquier ser humano independientemente de la pocahistrica que le haya tocado vivir o de la cultura donde se haya socializado. Lo que vara deuna poca a otra y de una cultura a otra, son los procedimientos e instrumentos a travs de loscuales se satisfacen esas necesidades, es decir, lo que estos autores denominan satisfactores.

    12 Estos pueden ser de muy distinta naturaleza: desde satisfactores destructores o violadores (queal ser aplicados con la intencin de satisfacer una determinada necesidad, terminan afectandonegativamente en la satisfaccin de esa u otras necesidades en otros sujetos) hasta satisfactoressinrgicos (donde el procedimiento en el que se satisface una determinada necesidad estimulay contribuye a la satisfaccin de otras necesidades para uno mismo y para otros sujetos en elpresente y en el futuro).

    13 Este ltimo razonamiento plantea una reciprocidad simtrica entre las necesidades queconforman un sistema. Para Elizalde y Max-Neef el sistema de necesidades combinancategoras axiolgicas (nueve necesidades: subsistencia, proteccin, afecto, comprensin,participacin, creacin, recreo, identidad y libertad) con categoras existenciales (ser, tener,hacer, relaciones). Todas ellas las podramos considerar como derechos humanos, y cada unade ellas, si es satisfecha a travs de satisfactores sinrgicos, contribuye transversalmente a laadecuada satisfaccin de las dems. Quiz la ms relevante en este sentido es la necesidad departicipacin ya que sta interviene directamente y transversalmente optimizando el accesoa la satisfaccin de las dems necesidades, es la ms radical. De hecho Doyal y Gough laidentifican como autonoma crtica (derecho a comunicar, a proponer, a disentir, a decidir, acompartir, etc.). De este modo, las necesidades de proteccin, de afecto, de entendimiento, decreatividad, de recreo, de identidad y de libertad no podran optimizarse sin la participacinde los sujetos.

    14 Sin embargo, en un modelo de produccin y consumo que es un fin en s mismo, dondelas necesidades de los sujetos deben de adaptarse, hasta confundirse, con las propiasnecesidades que tiene el sistema econmico para reproducirse as mismo, los satisfactoresson sobretodo destructores e inhibidores. Las necesidades se convierten as es aspiracionesy deseos no universalizables que alientan la exclusin y el carcter entrpico del modelosocial imperante. La simulacin y simbolizacin de la participacin a travs del sistemade produccin y de consumo convierte a las necesidades en deseos que son estimuladosdesde instancias ajenas al propio sujeto que se encuentra, de este modo, crecientementealienado. Es por tanto, la participacin, la necesidad humana ms distorsionada, tambin, lams inconsciente, la ms oculta. Por ello es preciso redescubrirlas hacindolas emerger.

    15 La participacin para ser genuina, para ser una necesidad que se satisface adecuadamente, debetener, ser, hacer y relacionar en un proceso (que no en un momento) recurrente e inagotablecapaz de: transformar (cambiar para mejorar las condiciones de existencia), reflexionar(pensando en los efectos e impactos a largo plazo), implicar (al mayor nmero de colectivosy sujetos, especialmente a los ms desfavorecidos), articular (poner en relacin recprocalos distintos actores, colectivos y territorios), construir (crear conjuntamente), conocer (larealidad, los recursos y sus potencialidades), aprender (educar en el dilogo, el consensoy la solidaridad), comunicar y comunicarse (con los iguales y con los diferentes), habilitar(cualquier sujeto puede acceder a las habilidades polticas), gratificar (generando sentimientode satisfaccin y de utilidad) y exigir (los procesos de participacin como derecho).

    16 Como el resto de las necesidades, la participacin, se satisface en primer lugar en el mbitode la vida cotidiana, donde las estructuras gubernativas y societarias deben interpretarse

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    como satisfactores sinrgicos que procuran ms fcilmente, en su proximidad, oportunidadespolticas para una participacin genuina, integral e inclusiva, siendo susceptible de crearuna estructura comn de accin poltica12. Es decir, relacional y dialogal. Precisamente,la democracia participativa, que es autonoma crtica, se basa en la participacin comoun conjunto de procedimientos y procesos relacionales donde los agentes entran enrelacin simtrica y reciproca, de comunicacin, de cooperacin, de corresponsabilidad.El acoplamiento de los agentes que intervienen en la vida social a esta perspectiva dela participacin, como necesidad y como derecho, es lo que permite recuperar el sentidotransversal y relacional de la participacin.

    17 Esa recuperacin precisa, en consecuencia, de innovaciones capaces de traducir laparticipacin en comunicacin relacional para la accin ciudadana conjunta13. El sentidorelacional de la participacin tiene varias miradas interpenetradas que permiten acoplar laparticipacin a la propuesta de democracia participativa como una sntesis de la alianzaentre estructuras gubernamentales y movimientos sociales: una mirada de la participacincomo complejidad donde se arraciman sus diferentes componentes; una segunda mirada quedesgrana los diferentes gradientes de la participacin; una tercera mirada que establece lossecuencias de la participacin en los procesos; y una cuarta mirada que establece las relacionesentre los principales actores implicados.

    Primera mirada: los componentes de la participacin18 Participar es compartir, es decir, es comunicarse y relacionarse. Comunicarse no solo potencia

    la confianza y la complicidad, sino que tambin fortalece y optimiza el conocimiento, lehace fluir en un sentido bi-multi-direccional donde todos los agentes tienen la oportunidadde cumplir el doble rol de receptores y emisores de mensajes y, en consecuencia, tienenla oportunidad de aprender, de innovar, de modificarse mutuamente. Estas dos primerasces (comunicacin y conocimiento) que nos indican que los sujetos integrados y en contactodirecto son parte de grupos que se encuentran anclados a un lugar, se sintetiza en el sentimiento,en la identidad que se construye con relacin a los otros (alteridad), produce una tercera ce,el acceso a la conciencia que a su vez permite el paso a tomar parte de las decisiones que leafectan. Es decir, no es posible la conciencia, sin ser y estar, y no es posible el tomar parte delas decisiones, sin sentirse parte. Finalmente, la accin integrada es una accin inteligente queconstruye el proceso que se traza con estrategias relacionales, de compartir, de cooperar, decorresponsabilizarse de forma continuada. Es decir, el sentido de proceso nos indica que steno solo es un medio para alcanzar determinados objetivos, sino que tambin es un fin en smismo porque recrea la democracia participativa de forma permanente (Ver figura 1).Figura 1: LA COMPLEJIDAD DEL CONCEPTO DE PARTICIPACIN. Segunda mirada: los gradientes de laparticipacin

    SER PARTE De redes sociales Inclusivo COMUNICACIN

    ESTAR EN Un lugar Integrado Prximo CONOCIMIENTO

    SENTIRSE PARTE De una comunidad Identidad-Alteridad CONCIENCIA

    TOMAR PARTETENER PARTE

    En un proyecto de futuroEn los procedimientos Decidir ACCIN

    HACER PARTICIPACIN Proceso ImplicarseDonde los sujetoscooperan, comparten, secorresponsabilizan

    19 El concepto de participacin es un concepto polismico que est sujeto a mltiplesinterpretaciones mediadas por intereses, por posiciones de poder, por ideologa, por losvalores, por la posicin social, por la posicin dentro de las estructuras administrativas yorganizacionales, etc. El uso o sobreuso que se hace del concepto es, por tanto, variado; y suintensidad, profundidad o radicalidad pierden contenido en la medida que la participacin seaentendida ms como instrumento para legitimar o acomodarse en las posiciones de poder, esdecir, para conseguir los propios fines, o puede ganar intensidad, profundidad y radicalidadsi se considera como un proceso, donde lo significativo es el proceso mismo, la propia

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    participacin entendida como un objetivo en s mismo y no como un instrumento para alcanzarfines particulares sino para alcanzar fines pblicos.

    20 Se presentan, en consecuencia, mltiples contingencias, diversas formas de entender eldesarrollo de la participacin segn el grado de intensidad de comunicacin relacional enla gestin de los asuntos pblicos. En este sentido podemos agruparlas en cinco variantessignificativas (figura 2):Figura 2: ESCALERA DE LA PARTICIPACIN

    Usuarios pasivosSuministro deInformacin

    Participacinpor consulta(porinvitacin)

    Participacininteractiva

    AutoDesarrolloAutogestin

    CodecisinyGestincompartida

    Gestin directa

    Fuente: Elaboracin propia sobre un esquema de Frans Geilfus14

    21 Gestin directa: Se trata de una gestin exclusiva de la administracin sobre la gestiny programacin de los servicios, prestaciones y espacios pblicos. Las limitaciones a laparticipacin son mximas, ya que sta se viene a entender como mucho como merainformacin de las actividades generadas desde la propia gerencia de las reas y departamentosadministrativos.Control directo: Variante de la anterior que incorpora algunos mecanismos de informacinpblica vinculada a la defensa de intereses particulares que tienen la oportunidad de alegarsobre las acciones administrativas que le afectan.

    22 Participacin por invitacin: Sigue basndose en una gestin exclusiva por parte de laadministracin, pero abre determinados mbitos, lo que permite cierta colaboracin enlos proyectos y actividades, se consolida el derecho a la informacin, a la consulta y lapropuesta. Las entidades ciudadanas son informadas de las actividades que programan losservicios y equipamientos, pueden hacer peticiones de realizacin de actividades propiasy propuestas sobre nuevas actividades, aunque no tienen capacidad decisoria y menos anpueden implicarse directamente en su gestin.

    23 Codecisin y gestin compartida: Participacin en un plano de reciprocidad ycorresponsabilidad entre la administracin y las entidades sociales y grupos informales quese incorporan a las actividades, servicios o equipamientos de proximidad. La gestin si escompartida precisa de dinmicas de consenso y de cierta capacidad tcnica por parte de losgrupos informales y entidades que participan de la gestin, por lo que implica un aprendizajeen las tcnicas de gestin y organizacin por parte de stas. Este modelo conlleva mltiplesvariantes y permite la inclusin y desarrollo de la economa social. Esta perspectiva introducedos elementos de inters desde el punto de vista de la democratizacin del mbito local:el encuentro (el consenso) y la corresponsabilidad (el compartir), motivo por el cual es elmodelo que en nuestra opinin ofrece mejores posibilidades para desarrollar estrategias realesde participacin, ya que los sujetos que asumen responsabilidades de organizacin y de gestinde los servicios y espacios no slo obtienen la capacidad para reorientar sus necesidades ydemandas, sino que tambin aligeran la carga del gobierno local en particular y del sectorpblico en general.

    24 Autogestin: supone el control y la apropiacin plena por parte de los ciudadanosde contenedores y contenidos, de espacios y de actividades de carcter pblico,

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    independientemente de quin sea la propiedad jurdica. Frecuentemente es de la propiaadministracin. En ese caso, sta solo debe implementar una capacidad eficiente de control,transparencia y fiscalizacin sobre el buen uso y aprovechamiento de los servicios, actividadesy espacios pblicos.

    25 Las frmulas de modelos de gestin que pueden concretarse en estos cinco tipos sonnumerosas y expresan grados mayores o menores de socializacin del poder (distribucin delpoder). En conclusin, el relieve de los procesos participativos, con relacin a la gestin ycapacidad de decisin sobre las polticas pblicas, se puede expresar en una secuencia gradual.Las condiciones son muy diferentes de unas ciudades a otras, aunque se puede pensar encaminar hacia una perspectiva de gestin compartida como modelo equilibrado que permiteel desarrollo de una participacin relacional.

    Tercera mirada: las secuencias de la participacin26 Una tercera mirada desde la perspectiva relacional implica una comunicacin y participacin

    interna a las estructuras administrativas y una comunicacin y participacin externa con elentorno y las estructuras societarias. Las alianzas necesarias se definen en que todos losagentes/actores descubren sus necesidades, a la vez que reconocen las necesidades de losdems; todos los agentes/actores cooperan en el establecimiento de los satisfactores; todos losagentes/actores comparten las soluciones; todos los agentes/actores se implican en la accin;y todos los agentes/actores intervienen en el balance social de los resultados. La confluenciaentre los agentes/actores participando corresponsablemente en los procedimientos, lopodramos hacer corresponder y concretar en las siguientes secuencias de un procedimiento ode un proceso participativo que nos aproxima a un modelo de gestin relacional (figura 3):Esta perspectiva aporta un elemento ms en la construccin de la participacin relacional ynos permite profundizar en la relacionalidad entre los agentes que intervienen en los procesosparticipativos. Una ltima mirada nos permite cerrar este apartado y esta idea.

    Cuarta mirada: las relaciones entre los agentes27 Se trata aqu de apuntar los ejes relacionales ms significativos entre los actores que

    potencialmente pueden construir la democracia participativa. Optamos por una orientacin decarcter prospectivo y proyectivo, de cmo podran y deberan orientarse esas relaciones. Entrminos genricos se tratara de:

    28 1) Relaciones entre el gobierno local y las entidades sociales. Es necesario el reconocimientode la existencia de un sector pblico estatal (estructura pura y dura administrativa)y de un sector pblico no-estatal (organizaciones sociales con vocacin pblica). Lacomplementariedad y acoplamiento entre ambos es primordial para el desarrollo de estrategiasparticipativas. Las estructuras administrativas aportan recursos crematsticos y las entidadessociales aportan recursos relacionales. Estas ltimas son mediadores naturales entre elgobierno local y la base social por lo que no hay mejor manera para implementar y legitimarlas polticas pblicas que incorporar al rol mediador de las organizaciones sociales implicadasen el territorio.

    29 Sin embargo, la cultura administrativa vigente es inhabilitante, instrumentalizadora ydesconfiada para con las entidades sociales. Su propia departamentalizacin se proyecta enla fragmentacin del tejido asociativo que frecuentemente ve condicionada sus formas deorganizacin, su estilo y sus actividades por el ejercicio de poder de quin tiene el poderexclusivo favoreciendo, as, los procesos de institucionalizacin de las entidades socialesque las llevan a la separacin de sus objetivos primigenios y de los sectores de base alos que pretender servir y representar. Cuando esta relacin se convierte en preferente paralas organizaciones sociales expulsan su sentido de existencia: la relacin y el servicio alos ciudadanos. Entonces se miran ms en el poder que en la potencia transformadora ygeneran condiciones para el clientelismo polticos y la instrumentalizacin. Vacunarse contrala institucionalizacin significa la aplicacin de los principios de la democracia participativade tal modo que educando y alentando la incorporacin e implicacin de sus bases en ladeliberacin y en la toma de decisiones. Frente a la cultura de la subordinacin y subsidiacin

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    es necesario construir la cultura de la subsidiariedad, del reparto, del compartir, del cooperar,del promocionar.

    30 2) Relaciones entre el gobierno local y los ciudadanos. Para el desarrollo de la democraciaparticipativa no nos valen ni los administrados, ni los consumidores, ni los clientes, nilos usuarios. Necesitamos de ciudadanos activos y corresponsables con su ciudad, con sumunicipio. Tambin, es improcedente intentar esquivar, desplazar, destruir, o domesticar almovimiento asociativo con la justificacin de la democracia directa por parte de los ciudadanosindividualizados, con instrumentos comunicativos restrictivos, frvolos o dbiles, donde losciudadanos son fcilmente manipulables. De lo que se trata es de incorporar a los ciudadanos alas decisiones pblicas y para ello es imprescindible el trabajo en red, donde cada cual cumplesu rol de forma no exclusiva ni excluyente. Los grupos informales, los tcnicos, los lderesnaturales, las entidades, los equipamientos, son nudos de enganche, son mediadores y a travsde ellos los ciudadanos, con las estrategias adecuadas, deben incorporarse a las experienciasinnovadoras de participacin, como pueden ser los planes de desarrollo comunitario, la gestinde equipamientos, la investigacin-accin participativa o los presupuestos participativos.

    31 3) Relaciones interadministrativas. No se trata solamente aqu de abogar por la coordinacinde las distintas administraciones que tienen competencia sobre el territorio, aunque no dejade ser de una importancia crucial la articulacin de las mismas. Ms bien se trata deapuntar la necesidad de un plan de comunicacin relacional interno en las administracioneslocales, donde la comunicacin y la participacin relacionales y transversales tengancapacidad de liderazgo y competencias para articular las distintas partes (la pluralidadcultural) de la estructura administrativa en una construccin comn y democrtica de laestructura administrativa. La participacin no es una temtica, sector, departamento, que debacontemplar cualquier administracin, sino la participacin debe ser transversal a las estructurasadministrativas de tal modo que la participacin no es una parte aparte, sino una parte integradaen todas las partes (departamentos). Esto, adems, es imprescindible para establecer procesosde comunicacin relacional hacia el exterior.

    32 4) Relaciones de las entidades sociales con la base social. La falta de autonoma, derecursos, de formacin, de mtodos, ha hecho de muchas de las asociaciones de baseapndices de la administracin local que compiten por los recursos escasos ofertados por sta,fundamentalmente para poder mantener sus estructuras asociativas. Su desvinculacin de labase social ha sido paulatina y ha llevado a muchas asociaciones a dinmicas endogmicas,con dficit democrtico, con dificultades para el necesario relevo generacional, en definitiva,con unas estructuras anquilosadas en el pasado incapaces de asumir los nuevos desafos dela ciudadana. Las innovaciones y las nuevas posibilidades de la democracia participativason el campo donde abonar un rearme asociativo que adopte metodologas dirigidas a lamediacin y a la reconstruccin de las redes sociales, pero ello necesita de la complicidad deuna administracin con capacidad de adaptacin a los nuevos fenmenos sociales.

    33 5) Relaciones nter asociativas. Al igual que la administracin local, precisa de un plande comunicacin relacional interna. El tejido asociativo requiere de una articulacin enred cooperativa despertando la potencialidad sinrgica del proyecto comn, de los procesosconstruidos conjuntamente. La articulacin no es pensable si no se produce encuentro, dilogoy comunicacin conversacional que permita una puesta en comn sobre la vocacin pblica ysobre los principios de la democracia participativa. En todo caso, sin esta articulacin no serposible esa alianza vigorosa con los gobiernos locales tan necesaria para afrontar los impactosde la sociedad del riesgo.

    34 Estamos en disposicin de afrontar la respuesta al segundo interrogante que se planteabaanteriormente referente al modelo administrativo necesario para desarrollar la democraciaparticipativa. Lo haremos con la estrategia de confrontar tipos ideales de administracin paraintentar caracterizar un modelo de gestin relacional.

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    Los modelos de gestin municipal: Hacia el municipiorelacional?

    35 La evidencia de los desajustes y la consiguiente necesidad de adaptarse a las nuevas realidadespone en el tapete la discusin sobre el modelo de Estado y de Administracin Local que sedebe construir para satisfacer las exigencias sociales y las nuevas relaciones y alianzas que atodo ello van asociadas.

    36 Del cuestionamiento del modelo burocrtico tradicional propio del Estado de Bienestar yel modelo de una Administracin Local subsidiada que es brazo operador de las polticasnacionales, deriva un tmido debate que, partiendo de la no-exclusividad del Estado en lasatisfaccin de las necesidades, pone de relieve dos grandes enfoques; si bien, el contextosocial, econmico y poltico marcado por la globalizacin neoliberal y la puesta en cuestindel Estado de Bienestar inclina la balanza haca uno de estos modelos. Veamos esto msdetenidamente.

    37 La puesta en comn respecto de la no-exclusividad del Estado sobre la gestin de los recursospblicos est derivando hacia la externalizacion de gran parte de los servicios y prestacionespblicas en beneficio de otros agentes que concurren, tengan estos un carcter lucrativo o nolucrativo. La externalizacin de los servicios pblicos es la mayor evidencia de la denominadaAdministracin relacional15 pero esta socializacin de la gestin y ejecucin de las accionespblicas tiene un difcil acoplamiento con la generacin de plusvalas y la acumulacin debeneficios propios de las empresas tradicionales, sobre todo en un modelo administrativo quearrastra derivas burocrticas y deficiencias metodolgicas y administrativas. El Municipiorelacional necesita desplegar instrumentos eficaces de planificacin, control y evaluacin delos servicios y prestaciones pblicas, estn o no estn externalizados, pero en esta ltimasituacin, cuando estn en manos lucrativas, supone una inhabilitacin de los ciudadanosrespecto de las polticas pblicas, un sobreesfuerzo en el control de las empresas adjudicatariasy, en consecuencia, un encarecimiento de los servicios, un favorecimiento de la corrupciny una merma de la calidad en los mismos. Esta perspectiva neoempresarial que pretenderesolver la preocupacin de la ineficacia y dficit propios de una administracin burocrticadesde una perspectiva economicista la denominamos modelo gerencial. Este modelo, ni estotalmente capaz de optimizar sus objetivos, ni es capaz de desarrollar procesos participativos,ni mucho menos es capaz de generar polticas igualitarias y universalistas.

    38 Otra orientacin de la administracin relacional pone ms el acento en la participacin,en la tica de la gestin pblica y, en consecuencia, en la repolitizacion de los gobiernoslocales, acrecentado su capacidad emprendedora, motivando y liderando constelaciones deredes interorganiza-tivas (pblicas, privadas y societarias) sobre la base de los principiosde corresponsabilidad, reciprocidad e integracin. Es decir, motivando y apostando poruna perspectiva esencialmente pblica y tica que se proyecta sobre todos los agentesintervinientes. En consecuencia, la derivacin de la gestin de los servicios y prestacionesslo se puede hacer desde la conviccin y la aplicacin operativa de los principios decooperacin, corresponsabilidad, universalidad y participacin, y de los valores ticos que deestos principios se derivan. Cabe pensar, entonces, en una delimitacin de las externalizacionescomo una estrategia que facilite la implantacin de polticas equitativas, que fortalezca losderechos ciudadanos y que favorezca un desarrollo humano sostenible, dimensiones todas ellasque se desarrollan de forma interpenetrada en el campo de todo lo que podramos considerarcomo sector pblico no-estatal (ciudadanos activos, tercer sector, economa social).

    39 En todo caso, la falta de suficiencia financiera de los entes locales, una legislacindeficiente, la inercia de la perspectiva ideolgica neoliberal, la debilidad del tejido asociativo,su fragmentacin y sus dificultades para consolidar redes, el agotamiento de la culturareivindicativa y las dificultades del asociacionismo para adaptarse a las nuevas situacionesetc. todos ellos son aspectos significativos que han permitido la proclamacin de un modelode gestin empresarial de los gobiernos locales, sobre todo en las grandes ciudades, y, enconsecuencia, una concepcin de la participacin muy alejada de la idea de ciudadana.

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    Figura 4: MODELOS DE ADMINISTRACIN

    DIMENSIONESSOBRE / DE

    MODELOBUROCRTICO

    MODELOGERENCIAL MODELO RELACIONAL

    LA POLTICA

    -Estado centralizado-Prestacin directa deservicios-Democracia representativa(de oferta)

    -Estado mnimo protector-Privatizacin de servicios-Democracia de mercado(de demanda)

    -Estado descentralizado-Comunitarizacin deservicios-Democracia participativa(reflexiva)

    LA GESTIN Directa Diferida (externalizacion deservicios) Compartida (co-gestin)

    LA CALIDAD Como prebenda Como producto Como proceso

    LA PARTICIPACIN Informar - Monlogo Consultar - Parloteo Cooperar - Dilogo

    LOS INSTRUMENTOSDE PARTICIPACIN

    -Entrevistas individuales-Normas y reglamentos-Consejos consultivos

    -Grupos de discusin-Encuestas de satisfaccin-Consejos ciudadanos-Teledemocracia-Planes estratgicos

    -Asamblea-I-A P-Presupuestos participativos-Talleres proyectivos-Planes integrales dedesarrollo comunitario

    LA CULTURA La burocracia es uninstrumento neutralLa empresa privada es elmodelo a imitar

    Multiculturalidad,interculturalidad. Nuevacultura de lo pblico

    Fuente: Elaboracin propia a partir de los esquemas de Brugu, Font, Gom (2003)16 y Rami, Mas, Santolaria (1999)17

    40 En trminos generales se puede argumentar en una evolucin que ha ido de un paternalismoburocrtico a un paternalismo gerencial. La consolidacin de la ciudadana, de la categorade (sujetos) ciudadanos, que disfrutan de las generaciones de derechos (civiles, sociales ypolticos) tuvo su oportunidad, en gran medida malograda, de consolidarse en los primerosaos de democracia en Espaa. La categora de administrados sbditos (objetos) propia de unaadministracin burocrtica, prcticamente, dej paso a la categora de usuarios-consumidores(individuales) que se posicionan como clientes en una marco de relaciones crecientementemercantilizadas en la esfera de la vida cotidiana y, tambin, en el mbito institucional. Lasnecesidades dejan paso a los deseos, aspiraciones y preferencias simblicamente construidasy sublimadas por una sociedad mercantilizada de consumo dirigido.Figura 5: LOS ROLES DE LOS AGENTESSEGN LOS MODELOS DE ADMINISTRACIN

    ROLESDE / EN

    MODELOBUROCRTICO

    MODELOGERENCIAL MODELO RELACIONAL

    POLTICOS Representante Representante - empresario Emprendedor mediador deredes interactivas

    TCNICOS Tecncrata autoritario Gerente especialistaMediador comunicadorque implica a los diferentesagentes en los procesos

    EMPLEADOS PBLICOS Funcionarios Trabajadores contratados Trabajadorescorresponsables

    ASOCIACIONES Reivindicacin Colaborador enprestaciones

    Cooperacin y mediacinen trminos de reciprocidady corresponsabilidad

    CIUDADANOS

    -Votante pasivo(ideolgico)-Contribuyente- Administrado

    -Votante demandante deservicios de calidad-Cliente-Usuario (consumidor)

    -Ciudadano activo-Ciudadano corresponsable(accionista)-Ciudadano participativo

    Fuente: Elaboracin propia a partir de los esquemas de Brugu, Font, Goma (2003) y Rami, Mas, Santolaria (1999).41 En este marco la administracin gerencial gana protagonismo frente a la administracin

    burocrtica, pero tambin obvia otras posibilidades como la de un Estado relacionalen suversin ms participativa. As los derechos de los ciudadanos ceden protagonismo frente alos derechos de los consumidores. Estos puede decidir sobre opciones culturales, elegir unproducto u otro, elegir un servicio u otro, exigir ms calidad, pero no tienen opcin a definir,descubrir sus necesidades; y construir, disear la forma de satisfacerlas. En palabras de Jess

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    Ibez: La palabra clave no es decisin, sino distincin... decidir es optar entre alternativasexistentes. Distinguir es tener la capacidad de crear alternativas...18. La cuestin clave, enla gobernacin local, para desarrollar la ciudadana es que los ciudadanos puedan ir ms allde elegir entre alternativas, es que puedan alterar, que tengan oportunidades para construirmodelos alteractivos.

    42 Cogiendo como ejemplo el caso espaol, el modelo gerencial que adoptan buena parte delos grandes municipios espaoles a finales de los ochenta y durante casi toda la dcada delos noventa tiene implicaciones significativas en las relaciones entre los gobiernos locales,las asociaciones y los ciudadanos. El marketing de la ciudad empresa necesita de relacionesmercantiles con el resto de agentes que concurren en la ciudad. Las entidades sociales seven abocadas a competir como empresas y a incorporar criterios empresariales, los usuariosconcebidos como sector homogneo, aunque se encuentra enormemente fragmentado, seconvierte en una demanda dirigida e irreflexiva que debe adaptarse a una oferta poco variaday poco descentralizada. El voluntariado, por ejemplo, se concibe de manera utilitarista, comociudadanos pasivos que ejecutan obras y servicios de tal modo que sirven de contrapeso aldficit pblico generado, en gran medida, por la cesin de la gestin y de servicios pblicos atodo un conjunto de nuevas empresas sobretodo del mbito sociocultural. Los grandes eventoscomo las olimpiadas (Barcelona), la exposicin universal (Sevilla), capitalidad europea de lacultura (Madrid), y el mimetismo que se busca con esos modelos en otras ciudades, con laintencin de no quedarse descolgadas y perder competitividad en un orden globalizado, con laconstruccin de grandes infraestructuras y la apuesta por diversas operaciones estructurantesde recualificacin urbana, ha venido a reforzar el modelo gerencial.

    43 Si bien, por un lado, el principio de autonoma municipal y la posibilidad promulgada en laLey de Bases de Rgimen Local (LRBRL) de derivar la gestin de servicios, actividades oequipamientos, sin menoscabo de la autoridad municipal, hacia otras entidades de carcterprivado (lucrativo o no lucrativo) abre una encrucijada y permite pensar en frmulas degestin participadas, fundamentalmente si nos referimos al tercer sector o sector no lucrativo.La denominada Economa Social y la Economa Solidaria, basadas en la democraciaeconmica, pueden aportar una significativa calidad participativa en el mbito del desarrollolocal, sin embargo las deficiencias y lagunas legislativas sobre el tercer sector, la participaciny el asociacionismo, junto a las resistencias a los cambios necesarios para adaptarse a losnuevos requerimientos y en particular a una socializacin del mbito de las decisiones pblicas,dificultan la relacin de stos con la administracin local.

    44 Por otro lado, el grado de madurez adquirido por la cultura organizativa ha permitido laincorporacin de la idea de calidad como excelencia de la actividad organizativa, sea estaproductiva o de servicios, sea pblica o privada. Si bien esto se ha producido desde la crecientetendencia a la mercantilizacin y de la estrategia de la competitividad y de mercantilizacin. Lacalidad es el nuevo talismn, pero desde la perspectiva de la satisfaccin de los consumidoresde productos y de la satisfaccin de los usuarios de los servicios. La modernizacin dela administracin pblica se refleja en el espejo del mundo de la empresa y del mercadocomo mejor forma de alcanzar la calidad total. Esta siempre suele acompaarse del trminoparticipacin, aunque las ms de las veces sin contenido, en una estrategia de marketing enque prima la mejora continua buscando el establecimiento de un difcil equilibrio que permitaa la vez la reduccin de costes sin que vaya en menoscabo de la legitimidad de la institucin.Desde esta perspectiva se viene a definir la calidad, modelo de calidad y calidad en el serviciocomo19:CALIDAD: la propiedad o el conjunto de propiedades inherentes a un producto o servicioque tiene la capacidad de satisfacer los requerimientos del usuario al cual va destinado.MODELO DE CALIDAD: la agrupacin de manera ordenada y racional de los elementossobre los que se fundamenta la prestacin de servicio de calidad que satisfagan las necesidadesde los diferentes grupos de inters (stakeholders) optimizando el uso de los recursos internos.CALIDAD EN EL SERVICIO: la diferencia que establece el usuario entre sus propiasexpectativas de servicio y el servicio realmente recibido o, en otras palabras, entre suexpectativa y su percepcin.

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    45 Estas definiciones se refieren sobre todo al servicio o producto y a la satisfaccin delusuario, no al proceso y la implicacin en la construccin del mismo por parte delsujeto, mantenindose, as, la distancia entre el ellos (tcnico, poltico) y el yo (sujetoindividualizado o colectivo); estimndose como la principal preocupacin el conocer y elcontrolar la percepcin de los usuarios-clientes sobre su grado de satisfaccin respecto dela calidad del servicio. Basadas en el concepto de satisfaccin del cliente y satisfaccin deltrabajador, pretende la adaptacin de los servicios a las expectativas de unos y de otros, perono determina la superacin de la distancia entre los diferentes agentes y sus posiciones depoder. Mientras que el cliente es alguien que exige, no que coopera y reflexiona; el trabajadores alguien que se coordina, no que coopera de forma reflexiva internamente y con el entornoexterior.

    46 Desde otra perspectiva se manifiesta una preocupacin especial por los aspectos de calidadde los servicios pblicos y sus implicaciones respecto a la participacin, en la medida enque el usuario ha pasado a ser considerado como consumidor de servicios (cliente), y notanto como sujeto de derechos (ciudadano). De esta lectura deriva un cierto desplazamientode las prioridades, desde la participacin y la corresponsabilidad en los asuntos pblicos,hacia la satisfaccin de una serie de necesidades y demandas que corren el riesgo demedirse exclusivamente con criterios de rentabilidad econmica y poltica/electoral. Unejemplo de esta orientacin, en los equipamientos y servicios de proximidad, es la poltica deprivatizaciones aplicada en no pocos municipios. Esta afecta especialmente al nivel tcnico,ya que pasa de mediador entre la administracin y los ciudadanos a empleado que se debe a suempresa y ofrece un servicio a clientes demandantes. Tambin se produce una separacin delos equipamientos y servicios de proximidad respecto a las realidades locales de los espaciosdonde se ubican, lo que se manifiesta muchas veces en una programacin de actividadescerradas y rutinarias, inconexas y sin un criterio rector que las dote de sentido unitario eintegrador.Por el contrario, el modelo relacional implica una comunicacin y participacin interna alas estructuras administrativas y una comunicacin y participacin externa con el entorno ylas estructuras societarias como se argument anteriormente y que implican mltiples y, enconsecuencia, complejas alianzas.

    Condiciones para desarrollar la estrategia relacional47 Habra que pensar en las condiciones necesarias para reconstruir las redes sociales e imprimir

    procesos de comunicacin fuerte, en la igualdad de oportunidades y en la formacinnecesaria para poder participar (conocimiento), en el modelo y escala urbana que favorecela comunicacin, el conocimiento y la identidad, en el acceso a los recursos instrumentalesque permiten la implicacin y la accin colectiva orientada a que los ciudadanos se apropiende actividades y espacios. Todos estos aspectos tienen un fuerte componente endgeno.Quiz el factor ms claramente exgeno es la disponibilidad de tiempo para poder participar,lo que Andr Gorz denomina como tiempo liberadoabsolutamente necesario para que elsujeto recupere autonoma en la esfera de la vida cotidiana. La enajenacin de los sujetosen la esfera laboral es un enorme obstculo para la participacin, si bien, los procesosparticipativos, siempre y cuando sean atractivos e inclusivos, demuestren utilidad y eficacia,generen compromiso y satisfaccin en el proceso mismo y en los resultados, sern una garantapara la implicacin de amplios sectores de la ciudadana.

    48 Si bien nos interesa aqu centrarnos en los aspectos relativos a la generacin de oportunidadespolticas que hagan posible la construccin de una Administracin relacional, para ellopodemos recurrir a la diferenciacin entre las dificultades a superar en el mbito de larelacin tradicional entre las estructuras polticas y las estructuras societarias, y a las nuevasoportunidades a desarrollar.1) Superar la perspectiva gerencial-empresarial de los gobiernos locales

    49 Esta nueva perspectiva de la administracin relacional ofrece y necesita de nuevosroles asociativos y a su vez el movimiento asociativo debe orientar su estrategia paraimpulsar un municipio relacional que permita hacer compatibles la reivindicacin y la

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    cooperacin frente/con el gobierno municipal. La cooperacin significa, por otra parte,construir conjuntamente, superando la visin gerencial de la colaboracin que terminainstrumentalizando el asociacionismo en una lgica de que ste trabaje para el gobierno localasumiendo servicios y prestaciones pblicas.

    50 La obtencin de capacidad para poder desarrollar los nuevos roles asociativos necesita superarinercias que dificultan la madurez del tejido asociativo. La tradicional falta de autonoma delasociacionismo hace que se proyecte a imagen y semejanza de las estructuras departamentalespropias de la administracin y que se subordine a los requerimientos de sta. Esto evidenciaunas relaciones de no-reciprocidad y de subordinacin que hacen del asociacionismo un sectorpoco cohesionado internamente, sumamente atomizado, y que se ve obligado a competirinternamente por los escasos recursos y por la falta de visin de conjunto como sector. A estohay que aadir su escasa formacin y capacidad tcnica que repercute negativamente en sudespliegue como sector hacia fuera (en sus relaciones con los ciudadanos, por un lado, y ensus relaciones con la administracin, por otro) y hacia dentro (en la democratizacin internay en su articulacin y coordinacin con el resto de las asociaciones).

    51 As la perspectiva del municipio relacional ser posible si establece un apoyo incondicional alasociacionismo que permita su viabilidad autnoma en un futuro inmediato y que, en ningncaso, parta de unas relaciones basadas en un vasallaje que las conviertan en apndicespolticos de la Administracin. Una de las seales ms demostrativas del alcance democrticode una sociedad es, sin duda, el grado de articulacin de su tejido social. En la naturalezay la profundidad de los vnculos entre los ciudadanos, y de stos con sus instituciones,descansa la base de una ciudadana plena y saludable. La articulacin de una sociedad vienedada por la capacidad de los ciudadanos de organizarse autnomamente para participar enla gestin y en la toma decisiones sobre las cuestiones que les conciernen, siendo ste unelemento clave para cualquier sistema social que se encuentre claramente comprometido conla consolidacin de la democracia. Es, en gran medida, responsabilidad de la administracinlocal el que las asociaciones cuenten con los recursos necesarios (tcnicos, infraestructuras,financiacin, formacin) para poder desarrollar sus propios proyectos de forma autnoma. Yes responsabilidad del tejido asociativo, y tambin de la administracin, establecer puentes detal modo que los proyectos municipales y asociativos no se dupliquen y tiendan a convergeren un contexto de confianza y reciprocidad.

    52 Precisamente, la funcin de las administraciones pblicas, en cuanto se trata de estructurasde las que democrticamente se han dotado los ciudadanos en su conjunto, es garantizarla cohesin social y, en consecuencia, potenciar, promover y fomentar el desarrollo de lacapacidad de los ciudadanos para que stos puedan acometer de forma autnoma y democrticael diseo de la accin colectiva, la gestin de las actividades, espacios y mbitos necesariospara dar solucin a las demandas y necesidades de la sociedad. Sera tambin cometido delas administraciones pblicas armonizar las diferentes iniciativas sociales, favoreciendo lacompatibilidad de los diversos intereses colectivos, evitando los corporativismos o sectarismosy garantizando a la vez la participacin y la transparencia de los proyectos, as como el usode los recursos pblicos gestionados por las propias organizaciones ciudadanas. Abogamos,por lo tanto, por el principio de subsidiariedad, es decir,que todo aquello que pueda serautodeterminado o autogestionado a un determinado nivel ciudadano (inferior o de escala msreducida) no debe determinarse o gestionarse en un nivel superior o de escala mayor. Dichode otro modo, que la satisfaccin de las necesidades y demandas debe resolverse en el nivelms prximo a los ciudadanos que sea posible.2) Generar nuevas oportunidades polticas, motivar las nuevasalianzas necesarias

    53 El Estado relacional en su vertiente enriquecedora necesita de un tejido asociativo potente,comprometido, autnomo, maduro tcnica y polticamente y de fuertes conviccionespblicas; y, tambin, una gran capacidad emprendedora de planificacin y de gestinestratgica orientada desde una perspectiva del desarrollo de los principios de subsidiariedad,descentralizacin, complementariedad, cooperacin y coordinacin. Todo ello necesita deuna apuesta por explorar y desarrollar aquellos mtodos, instrumentos y procedimientos que

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    permitan la incorporacin de los ciudadanos a la deliberacin y decisin directa en las polticaspblicas.

    54 Siguiendo la propuesta de Joan Font al clasificar y aparejar los nuevos instrumentos departicipacin ciudadana en el mbito local en funcin de la consideracin de tres vertientesde la democracia participativa20: democracia asociativa, democracia deliberativa y democraciadirecta, podemos considerar que los nuevos instrumentos y metodologas participativas sonrealmente nuevas oportunidades polticas que hay que intensionar y extender, pero quetambin hay que saber combinar.La efectiva combinacin de una democracia asociativa, deuna democracia directa y de una democracia deliberativa permite orientar la participacin enun sentido transformador usando plenamente la inteligencia o capacidad para amortiguar yreorientar los procesos entrpicos.

    55 Se necesita, para ello, de una adaptacin de las estructuras, tanto gubernamentales comosocietales, a los nuevos desafos de la ciudadana de tal forma que se produzca unareorientacin de la gobernabilidad hacia modelos de gobernanza21de desarrollo humano.Una perspectiva genuinamente relacional y solidaria de la gobernanza permite abordar latransicin de la poltica realmente existente a otra forma de hacer poltica, al facilitarinstrumentalmente la aplicacin de principios como el de integracin (superacin de lafragmentacin administrativa, asociativa, del conocimiento, etc.), de cooperacin y deconsenso (buscando amplias alianzas para una nueva hegemona de la solidaridad), deprecaucin (atendiendo a los impactos en el largo plazo), de balance social (considerando lareflexividad evaluativa en los impactos a medio y largo plazo), de flexibilidad (capacidadde adaptacin al cambio), de subsidiariedad (capacitando el acceso a los ciudadanos a lacorresponsabilidad).

    56 La vertiente operativa de la gobernanza as entendida requiere dotar de un mayor protagonismo competencial y financiero de los entes locales, y de los movimientos sociales, que slopodr ser si el Estado-nacin reconvertido en Estado relacional es capaz de combinarla descentralizacin, en sus mltiples vertientes, con la participacin de la ciudadana.Descentralizacin ms democracia participativa es la clave, pero esta combinacin slo puedefundamentarse en un sistema de mltiples alianzas que son simultneamente causa y efecto desu propia idiosincrasia y de los rpidos cambios que acontecen.

    57 En este contexto se sitan los movimientos ciudadanos, como singularidad propia que tiene unabase territorial y, por tanto, una mayor capacidad, en un proceso de confluencia en el territorio, para incorporar de forma integral, las estrategias y objetivos de los otros movimientossociales. Es en los mbitos locales, particularmente en las ciudades, donde se puede percibiruna permeabilidad creciente entre los miembros activos de los movimientos sociales que haproducido en no pocas ocasiones la confluencia de esos movimientos en una perspectiva demovimiento de movimientos. La alianza entre la poltica de emancipacin, que representalos viejos movimientos sociales, y la poltica de la vida, que emana de los nuevos movimientossociales, construye una perspectiva de la complementariedad que proyecta la extensin de losvalores universales y permite combinar eficazmente la estrategia de la reivindicacin y de lamovilizacin a travs de la puesta en prctica de experiencias de accin directa, de autogestin,pero tambin de la cooperacin que lleva a la gestin compartida con otras agencias como losgobiernos locales.

    58 As, es la conjugacin entre los nuevos movimientos sociales y las redes del tejido sociallo que crea condiciones que posibilitan el surgimiento de nuevas organizaciones ciudadanas,que junto a esos nuevos movimientos conforman ese complejo Tercer Sector. Mientraslos denominados nuevos movimientos sociales recogen los valores de carcter universal, yafrontan problemticas ms globales, las organizaciones -que generalmente surgen de aquellosmovimientos, pero con un carcter ms proclive a la prctica e intervencin en lo concreto,por tanto, de una naturaleza ms particularista- tienen la capacidad operativa de aplicar losvalores universales a las condiciones concretas del espacio social y de los mbitos locales.Los movimientos sociales tienen ms capacidad de enfrentamiento con el Estado y con elMercado, y las organizaciones sociales adquieren ms capacidad de complementarse con losotros sectores. Ello no es contrapuesto, los movimientos sociales y las organizaciones sociales

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    se refuerzan mutuamente, son una sntesis que viene a representar distintos niveles de unmodelo societario relacional.

    59 De otra parte, la mediacin social es un rasgo comn en las entidades ciudadanas que presentauna gran potencialidad. Aunque se produzca en distintos niveles, se expresa en objetivosltimos (democracia participativa), y funciones inmediatas (bienes relacionales) comunes;son producto de las mismas condiciones y presentan cualidades genricas equivalentes.Las entidades y organizaciones ciudadanas deben desarrollar su papel mediador de formaequilibrada, con dos miradas al mismo tiempo: haciaa sus bases ciudadanas a las que pretendenservir y representar, y hacia los gobiernos locales sobre los que pretenden influir. Unasola mirada lleva al exclusivismo, o bien a la institucionalizacin, o bien al aislamiento.Ambas desarrollan la autocomplacencia que inhabilita a las entidades para asumir los valoresde la democracia participativa. La mediacin se presenta entonces como la estrategia paraincorporar a los ciudadanos a la poltica, a las deliberaciones y decisiones en el mbito pblico.

    60 Precisamente, la democracia asociativa pone de relieve el carcter mediador queorganizaciones sociales personifican estableciendo enlaces entre las redes sociales (y losmovimientos sociales) y los gobiernos locales. Consecuencia, por tanto, de esa mediacinson otras alianzas posibles, probables e irrenunciables que nos sitan en el campo de lademocracia directa y de la democracia deliberativa: la alianza entre los gobiernos locales ylos ciudadanos, que alimenta y se alimenta de los procesos participativos transformadores yque son alternativas a las alianzas prisioneras de la mercantilizacin reinante que se producenentre, por ejemplo, promotores y propietarios de suelo y ayuntamientos, y que tanto tienen quever con las insostenibilidad ambiental que se genera en las ciudades contemporneas.

    Notas

    1 Habermas, J. (2000), El Estado-nacin europeo y las presiones de la globalizacin en New LeftReview, 1, El nacionalismo en tiempos de globalizacin, 1, Akal, Madrid.2 Beck, U. (1998), La sociedad del riesgo. Hacia una nueva modernidad, Paids, Barcelona.3 Vicens,J. (1995), El valor de la salud. Una reflexin sociolgica sobre la calidad de vida, Siglo XXI,Madrid.4 Bresser-Pererira, L. C. (2001), Ciudadana y res publica: La aparicin de los derechos republicanos.en Revista Instituciones y Desarrollo, 8/9.5 Alguacil, J. (2004), Poltica nacional y polticas locales: los supuestos de la solidaridad en Polis.Revista de la Universidad Bolivariana, Volumen 3 n 7, Santiago de Chile.6 Mouffe, C. (1999), El retorno de lo poltico, Paids, pg. 22, Barcelona.7 Mendoza, X. (1996), Las transformaciones del sector pblico en las sociedades avanzadas. Del estadodel bienestar al estado relacional. Papers de Formaci, 23, Diputaci de Barcelona.8 La democracia representativa se fundamenta sobre un principio de no-participacin, ya quebsicamente se refiere a la delegacin de los ciudadanos sobre las decisiones que les afectan a supuestosespecialistas habilitados para decidir sobre lo que ms les conviene.9 Doyal, L. y Gough, I. (1994). Teora de las necesidades humanas, Icaria/FUHEM, Madrid.10 Elizalde, A.; Hopenhayn, M; Max-Neef, M. (1986). Desarrollo a escala humana: una opcin para elfuturo, Development Dialogue, nmero especial, CEPAUR y Fundacin Dag Hammarskjld, Uppsala,Suecia.11 Maslow, A. H. (1975): Motivacin y Personalidad, Sagitario, Barcelona.12 Held, D., (1997): La democracia y el orden global. Del Estado moderno al gobierno cosmopolita.Barcelona, Paids, pg. 278.13 Puig, T. (2003). La comunicacin municipal cmplice con los ciudadanos. Barcelona: Paids.14 Geilfus, F. (1997). 80 herramientas para el desarrollo participativo. Laderas C. A, San Salvador,HCA/ Holanda.15 Rami Matas, C. (2001): Los problemas de la implantacin de la nueva gestin pblica en lasadministraciones pblicas latinas: modelo de Estado y cultura institucional. Reforma y Democracia.Revista del CLAD n 21, Caracas.16 Brugu, Q.; Font, J.; Gom, R. (2003): Participacin y democracia. Asociaciones y poder local.En Funes, M. y Adell; R. Movimientos sociales: cambios social y participacin, UNED, Madrid.

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    17 Rami, C.; Mas, J.; Santolaria; J. (1999): LImpacte de les Noves Tecnologies de la Informacisobre les Models de Gesti Pblica Emergents: La Gesti Orientada als Clients i la Gesti Orientadalas Ciutadants. En Salvador (ed.). Catalunya Davant la Societat de la Informaci: Nous Actors i NovesPoltiques, Editorial Mediterrnia, Barcelona.18 Ibez, J. (1990): Los avatares del sujeto. En Ibez, J. (comp.), Nuevos avances en la investigacinsocial. La investigacin social de segundo orden, Anthropos (suplementos) n 22, Barcelona.19 Juanes, B; Blanco, J. (2001), El gato de Alicia. Modelos de Calidad en la administracin pblica,,Galgano Espaa / Daz de Santos, Barcelona.Juanes, B. (2003), Equipamientos municipales de proximidad. Gestin de Calidad, Trea/Kaleidos, RedGijn.20 Font, J. (2005): Nuevos instrumentos de participacin ciudadana en el gobierno local. Ponenciapresentada en el curso Poder local y participacin democrtica. Cursos de Verano de la FundacinComplutense, El Escorial.21 Sin pretender entrar en la polmica sobre la diferenciacin entre el concepto de gobernabilidad yde gobernanza, para efectos operativos entendemos la gobernabilidad como una cualidad democrticapara establecer la estabilidad, eficacia y legitimidad poltica como estrategia reactiva para abordar losconflictos sociales, mientras que la gobernanza se inscribe en una lgica preventiva, de eficiencia, deprofundizacin de la democracia, basada en una interaccin y cooperacin entre los diversos agentes(gubernamentales y no gubernamentales), susceptible de articular y poner en marcha procesos proactivosen la toma de decisiones pblicas. En esta perspectiva comn, la alianza siempre gana y ningn agentequeda fuera de juego, de tal modo que todos los agentes cooperantes tienen su parte de influencia enel proceso y en los resultados del mismo.

    Notas

    * El presente texto toma como base y es el resultado de la revisin y ampliacin de un trabajoanterior: La democracia participativa como estrategia para la gestin relacional, publicado en la revistaIntervencin Psicosocial, Volumen 13 n 3, ao 2004, Colegio de Psiclogos de Madrid.

    Para citar este artculo

    Referencia electrnica

    Julio AlguacilGmez, Los desafos del nuevo poder local: la participacin como estrategiarelacional en el gobierno local, Polis [En lnea], 12|2005, Publicado el 17 agosto 2012, consultadoel 13 junio 2015. URL: http://polis.revues.org/5614; DOI: 10.4000/polis.5614

    Autor

    Julio AlguacilGmezDr. en Sociologa, profesor de la Universidad Carlos III de Madrid

    Derechos de autor

    Polis

    Resmenes

    En los ltimos aos estamos asistiendo a un renovado inters por la participacin, orientndoseste hacia la idea de democracia participativa. Esto se pone de relieve a travs de diversossntomas: en la enorme eclosin de organizaciones sociales, en el desarrollo de los nuevosmovimientos sociales y en las significativas experiencias innovadoras de participacinrelacional que se estn produciendo en numerosos municipios. Cabe preguntarse si estossntomas son el esbozo de un nuevo paradigma social donde la Democracia Participativaalcanza una significativa centralidad.

  • Los desafos del nuevo poder local: la participacin como estrategia relacional en el gob (...) 17

    Polis, 12 | 2005

    En este trabajo se aportan algunas pinceladas conceptuales sobre la participacin relacional.Para ello se desarrollan cuatro miradas que combinndose entre s ayudan a construir esteconcepto que, por otro lado, es imprescindible para consolidar la alianza entre la gobernacinlocal y las entidades sociales, tan necesaria para reorientar un modelo socioeconmico quees crecientemente entrpico. Si bien la cultura poltica realmente existente y las estructurasadministrativas y societarias asociadas a la misma deben transformarse radicalmente aplicandoprincipios como el de subsidiariedad, cooperacin, coordinacin y corresponsabilidad. Estenuevo paradigma se identifica con la idea de modelo de gestin relacional, para ello se esbozacomo tipo ideal en contraste con otros tipos de gestin municipal.

    Les dfis du nouveau pouvoir local: la participation comme stratgierelationnelle dans le gouvernement localAu cours des dernires annes nous assistons un regain dintrt pour la participation,sorientant vers lide dune dmocratie participative. Plusieurs symptmes rendent comptede cela : la considrable closion dorganisations sociales, le dveloppement de nouveauxmouvements sociaux et les expriences significatives innovantes de participation relationnellequi se produisent dans de nombreuses communes. Il est pertinent de sinterroger quant aufait que ces symptmes puissent constituer lbauche dun nouveau paradigme social danslequel la Dmocratie Participative atteint une centralit significative. Ce travail contribue surle plan conceptuel comprendre la participation relationnelle. Pour cela quatre visions sontdveloppes lesquelles, se compltant, permettent de construire ce concept qui, par ailleurs, estindispensable pour consolider lalliance entre la gouvernance locale et les entits sociales, sincessaires pour rorienter un modle socioconomique qui toujours plus entropique. Sil estvrai que la culture politique existant rellement et les structures administratives et socitalesassocies celle-ci doivent tre radicalement transformes travers lapplication de principescomme la subsidiarit, la coopration, la coordination et la corresponsabilit. Ce nouveauparadigme sidentifie lide de modle de gestion relationnelle, pour cela il est prsentcomme type idal contrastant avec dautres types de gestion municipale.

    The challenges of the new local power: participation as a relationalstrategy in local governmentIn the last years we are taking part in a renewed interest for participation towards the ideaof a participative democracy. This can be seen through diverse symptoms: the emergenceof numerous social organizations, the development of new social movements and significantand innovating experiences of relational participation which are taking place in numerousmunicipalities. It is pertinent to ask if this symptoms are outlines of a new social paradigmwhere Participative Democracy reaches to a significant centrality.In this essay basic conceptual propositions are offered on relational participation. For thatpurpose, four approaches are developed, which, when combined, help to build this conceptneeded to consolidate the alliance between local government and social entities, which ishighly necessary to reorient a social-economic model that is increasingly entropic. Althoughthe existing political culture and the related administrative and social structures must beradically transformed by applying principles such as subsidiarity, cooperation, coordinationand corresposibility. This new paradigm is identified with the idea of relational managementmodel and is thus presented as an ideal type in contrast to other types of municipalitymanagement.

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    Palabras claves : participation relationnelle, dmocratie participative, communerelationnelle, modles de gestionKeywords :Relational participation, participative democracy, relational municipality,management models, esPalabras claves : participacin relacional, democracia participativa, municipiorelacional, modelos de gestin