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Introducción al libro

CAPÍTULO 1

Jesús está buscando tu fe

CAPÍTULO 2

La fe

CAPÍTULO 3

Nuestra confianza

CAPÍTULO 4

Promesas de mi posición en Cristo 

CAPÍTULO 5

Promesas de libertad

C O N T E N I D O

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A todos los que hemos hecho una decisión firme por Jesús, la Escritura nos define como creyentes. El creer es parte de la esencia de todo cristiano. Una de las condiciones más importantes para ser un discípulo es precis-amente creer en la palabra del Maestro, esto se convierte en un elemento medular de la fe y es la llave que abre la puerta de lo sobrenat-ural y del cumplimiento de las promesas que el Señor ha establecido en su Palabra y que ha reservado para los creyentes, aquellos que han depositado su confianza en Dios.

La fe involucra una confianza plena puesta en Dios, un descansar en Su Palabra, un corazón refugiado en lo que el Señor ha dicho y que está persuadido por el Espíritu Santo que es verdad.

Independientemente de las circunstancias que podamos estar viviendo, nuestra confian-za esta fundada y cimentada en las promesas que Dios habló para nosotros. La fe nos lleva a creerlas, tomarlas y apropiarlas con una con-vicción inquebrantable de que se realizarán en nuestra vida en el tiempo del Señor.

El justo, el creyente, el que pone su confianza en Dios, vivirá por la fe que se sustenta por la Palabra que se confiesa día a día, comerás el

fruto de tus palabras confesadas. La Escritura declara en el libro de Proverbios, capítulo 18, versos 20 y 21, que seremos saciados de la co-secha que se produce de lo que hablamos en todo tiempo, sea bueno o malo.

Proverbios 18:20 Del fruto de la boca del hombre se llenará su vientre;Se saciará del producto de sus labios.18:22 La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos.

Es imprescindible poner atención a lo que estamos hablando y confesando porque con nuestra boca traemos vida a nuestro hogar, a nuestro presente y futuro, a nuestros sueños, a la labor de nuestras manos. De igual manera, podemos traer el estancamiento del propósi-to perfecto de Dios para nosotros y para todo lo que nos rodea.

En el libro de Deuteronomio el Señor nos da a escoger entre dos caminos, nos posiciona en la intersección de la senda de nuestra vida y nos dice: Escoge tú lo que quieres que te acontezca, escoge la autopista por la cual vas a transitar. Son dos realidades opuestas y por más que huyamos de decidir inevitablemente estaremos cursando alguna. Por eso el mismo Señor nos recomienda que tomemos la deter-

I N T R O D U C C I Ó N

El justo por su fe vivirá

He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá.

Habacuc 2:4 (RVR1960)

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minación de escoger la vida y la bendición. Todo empieza y termina por la confesión que hagamos de nuestra decisión.

Deuteronomio 30:19 A los cielos y a la tierra lla-mo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia.

Indefectiblemente recibirás el fruto de tus conversaciones, tu llamas y atraes a la reali-dad lo que tu boca declara, tu alma se alimen-ta de lo que dices y cada vez que tu hablas reafirmas en tu corazón lo que crees. Esto fun-ciona para lo bueno y recto de acuerdo a la Palabra y para lo negativo que se aparta de ella. Tu eres la suma de tu confesión y lo que hables determina no solo lo que eres y crees, sino lo que recibes.

Si hablas la Palabra de Dios y la crees vivirás de ella, y todo lo que Él habló se cumplirá. Si declaras la Palabra de Dios estarás en acuer-do con Él y entonces todo será posible, el cie-lo estará a tu favor y verás el poder de Dios actuando en medio de las circunstancias para hacer que lo imposible se vuelva posible. No hay enfermedad, escasez, fracaso, imposibili-dad, destrucción, barrera o fortaleza que, ante la promesa de Dios establecida en la Palabra y arraigada en un corazón lleno de fe y con-fesada con plena certeza, pueda mantenerse de pie o pueda triunfar sobre lo que Dios ha dicho. La fe en la Escritura tiene el poder de cambiar las circunstancias de acuerdo a lo que Dios ha determinado en su voluntad man-ifiesta que es su Palabra; por lo tanto no te quejes de lo que estás viviendo, toma la fe y empieza hablar lo que la Palabra de Dios dice que debes vivir, y será la Palabra la que traerá nueva vida a tu realidad. En ti habita el espíri-tu de fe, para que hables y actúes conforme a lo que posees en Jesús.

2 Corintios 4:13 Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por

lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos,4:14 sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros.

En Jesús estaba el espíritu de fe y el habló de acuerdo a lo que el Padre le dijo, Jesús alineó su confesión a la del Padre y el Padre siem-pre honró y cumplió la palabra del hijo. Él no dudo de la Palabra del Padre, sino que creyó y caminó por ella y fue esta la que le permitió siempre experimentar el poder sobrenatural de Dios para vencer cualquier adversidad. El apóstol Pablo nos insiste que adoptemos en nosotros ese mismo espíritu de fe que había en Jesús, el espíritu que nos conduce a creer y hablar. El que cree y no habla , el que cree y no actúa, su fe está muerta.

Santiago 1: 17 Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.1:18 Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.

Si dices creer, entonces habla no lo que tu quieras sino lo que Dios dice. Si crees, actúa en fe y no en duda, determínate a vivir la vida abundante que Cristo nos vino a dar, deja de confesar derrota, fracaso o imposibilidad, declara que todo lo puedes en Cristo que te fortalece. (Filipenses 4:13)

Tu vida no está determinada por lo que puedas alcanzar con tus fuerzas, el éxito no depende de tu capacidad humana, no vivirás por el bra-zo de carne, tu dependes de la Palabra que ha salido de la boca de Dios y que tu has puesto en tu boca para confesarla. Por ella es que las cosas van a florecer y te sucederá entonces lo que Él ha prometido.

Mateo 4:4 El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda pal-abra que sale de la boca de Dios.

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Queda más clarificado ahora las palabras del profeta Habacuc con las cuales iniciamos: “…Aquel cuya alma no es recta…”; en otras pal-abras, aquel que aleja de su vida, de su cora-zón, de su alma y de su confesión la Palabra que Dios ha dicho, tiende a apoyarse y enor-gullecerse de su humanidad y termina fra-casando pero el justo, el creyente, el que ha puesto su confianza en Dios y camina en su fe que es nutrida por la Palabra, vive, se sos-tiene y avanza porque es la Palabra la que le abre el camino, la que allana los obstáculos y le introduce a la tierra prometida, a la tierra de promesa que es herencia de Dios para cada creyente.

El escritor de Hebreos toma esta realidad y la presenta de esta forma:

Hebreos 10:35 No perdáis, pues, vuestra confian-za, que tiene grande galardón;10:36 porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, ob-tengáis la promesa.10:37 Porque aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará.10:38 Mas el justo vivirá por fe; y si retrocediere, no agradará a mi alma.10:39 Pero nosotros no somos de los que retro-ceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.

Esta obra tiene como objetivo primordial animarte en tu fe, que seas movido a buscar un estilo de vida de confesión diaria de las promesas que son tuyas por herencia, que fue adquirida para ti por el maravilloso sacrificio de Jesús en la cruz. Que tu boca sea llena de la Palabra viva y eficaz de Dios y que por ella tu vida, tus convicciones y tus conversaciones sean transformadas, alineando tu ser a lo que Dios ha hablado, para que entonces puedas experimentar el cumplimiento de todo lo que Dios juró que habría de cumplir en todos los que somos de fe, de acuerdo a lo que esta-blece Gálatas 3 versos 6 en adelante.

Gálatas 3:6 Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia. 3:7 Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham.3:8 Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones.3:9 De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham.

3:14 para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.

Es indispensable que tu confesión se alinea a tus convicciones que son nutridas y cimenta-das en la fe por la Palabra de Dios, para que te sean abiertos los tesoros que Dios ha res-ervado para aquellos violentos en la fe que se apropian de lo que determinó en Su voluntad y declaró en su Palabra. El cielo está atento a lo que haga, Jesús está buscando hijos de fe a los cuales bendecir con el cumplimiento de lo que Él ganó en la cruz del calvario. De eso quiero hablarte a continuación.

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Jesús caminó por la tierra buscando personas con fe, aquellas que por medio de ella, pu-diesen ser un receptor de su poder extraor-dinario. Jesús no fue impresionado por la necesidad o las dificultades o los elogios, ni mucho menos las excusas que se pudieran es-grimir para justificar la condición de aquellos con quienes se encontró; a Jesús lo movió la fe de personas que al encuentro con la Palabra viva determinaron creer y reconocieron que Él les podía libertar de su condición.

Debes entender que tu necesidad no es lo que mueve al Señor pero tu fe sí. Dios se conmueve por tu dolor, pero es tu convicción firme en Su Palabra lo que atrae Su poder y Su gloria sobre ti. Tus palabras no lo impresionan, pero tus actos de fe si lo hacen. Jesús esta buscando tu fe, está viendo tu reacción ante Su Palabra con respecto a las circunstancias que te rodean. Él está presto para extenderte su mano, Él deter-minó manifestar su Poder sobre tu necesidad, Él quiere poner su manto de Gloria sobre lo que ha estado en oscuridad y destruido en tu vida. Él está esperando que tú te apropies por la fe de lo que Él ya determinó hacer, Él está buscando tu fe!

Mateo 9:1 Entonces, entrando Jesús en la barca, pasó al otro lado y vino a su ciudad.9:2 Y sucedió que le trajeron un paralítico, tendi-do sobre una cama; y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados.

Mateo 9:6 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para per-donar pecados (dice entonces al paralítico): Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa.9:7 Entonces él se levantó y se fue a su casa.

Jesús bajó de la barca, vino a su ciudad natal, en medio de lo que hacía en aquel momento algo atrajo su atención, algo lo hizo detenerse para atender el asunto. El pasaje de Mateo 9 nos declara que al Maestro lo detuvo un puña-do de personas que traían a un paralítico en una cama, no lo impresionó la condición del paralítico. A Jesús le llamó la atención un solo aspecto, la fe de los que cargaban a aquel lisi-ado.El Evangelio de Marcos nos amplía el detalle de esta historia que describe el acto de fe de estos hombres intrépidos y valientes.

C A P Í T U L O 1

Jesús está buscando tu fe

¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles?

Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?

Lucas 18:7

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Marcos 2:3Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro.2:4 Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde es-taba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico.2:5 Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.

AL ver Jesús la fe de aquellos cuatro, que no se detuvieron ante los obstáculos de no poder llegar al Maestro a causa de la multitud que se aglutinó en la casa, y como su convicción los llevó a destechar parte de la misma, para sub-ir al paralítico desde afuera y bajarlo al lugar donde Jesús estaba. Este acto de fe hizo que el Maestro declarara la Palabra y que esta hi-ciese que la fuerza y la vida tomaran las pier-nas de aquel hombre postrado y se levantará de una vez.

Podrás estar postrado por las dificultadas, pero en este día, en esta hora, el Maestro está viendo tu fe y conforme a ella recibirás de Dios el milagro que esperas.

De igual forma aconteció a dos ciegos que se encontraron con el autor de la vida, con la Pa-labra Viva, el verbo, Dios hecho carne, en Ma-teo capítulo 9 en los versos 27 y subsiguientes encontramos su historia.

Mateo 9:27 Pasando Jesús de allí, le siguieron dos ciegos, dando voces y diciendo: ¡Ten miseri-cordia de nosotros, Hijo de David!9:28 Y llegado a la casa, vinieron a él los ciegos; y Jesús les dijo:¿Creéis que puedo hacer esto? El-los dijeron: Sí, Señor.9:29 Entonces les tocó los ojos, diciendo: Con-forme a vuestra fe os sea hecho.9:30 Y los ojos de ellos fueron abiertos.

La respuesta de Jesús ante el clamor y la pe-tición de aquellos dos ciegos fue: “¿Creéis que puedo hacer esto?” De la misma manera Dios te pregunta a ti: ¿Crees que puedo hac-

er posible tu imposible?, ¿Crees que puedo cumplir lo que me estás pidiendo? Si es así, la respuesta del Señor será: “ Conforme a tu fe te sea hecho”. Conforme a lo que creas y declaras, así vas a recibir de parte de Dios.

Una respuesta parecida recibió una mujer que tan bien por su fe, provocó que el Maestro asintiera a su petición.

Mateo 15:21 Saliendo Jesús de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón.15:22 Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demo-nio.15:23 Pero Jesús no le respondió palabra. Entonc-es acercándose sus discípulos, le rogaron, dici-endo: Despídela, pues da voces tras nosotros.15:24 El respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel.15:25 Entonces ella vino y se postró ante él, dici-endo:¡Señor, socórreme!15:26 Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos.15:27 Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.15:28 Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mu-jer, grande es tu fe; hágase contigo como qui-eres. Y su hija fue sanada desde aquella hora.

Aquella fe agresiva, sólida e inquebrantable arrancó de la boca del Maestro las palabras: “Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres.” Aquella mujer no se detuvo al escuchar lo que parecía como una negativa a su petición, lo que para muchos sería motivo de desánimo y deserción; para ella fue un es-calón para desafiarse en fe y eso era lo que Jesús precisamente estaba esperando.

Hoy te desafío para que te levantes en fe una vez más, que esa respuesta negativa que aparentemente has recibido por días, tal vez meses o años, no te hagan renunciar al sueño de verte libre, sano, prospero, y en victoria.

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Jesús está esperando que te levantes a un niv-el mayor de fe, que Él hallé en ti una fe grande, madura, que expecta los milagros, una fe sóli-da que no admite duda, incredulidad o temor. Toma la Palabra una vez más y que se haga contigo como quieres, como has creído y pe-dido de acuerdo a las promesas que Dios dejó para ti en su Palabra.

Hebreos 6:11 Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza,6:12 a fin de que no os hagáis perezosos, sino im-itadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.

Tu fe activa te conducirá hacia el cumplimien-to de las promesas que Dios te ha entregado en Su Palabra, si te mantienes perseverando en tu confesión y convicción, si te mantienes en pie de lucha aunque la tormenta arrecie, verás el fruto de la victoria, el testimonio de la Palabra siendo una realidad en ti y en todo lo que te rodea.

1 Timoteo 6:12 Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena pro-fesión delante de muchos testigos.

Pon la Palabra en tu boca, no dejes de usarla, que su Poder cambiará la realidad circundan-te. Echa mano de los recursos espirituales que el Señor te ha entregado en Cristo, mantente firme en tu profesión de fe y Dios galardonará tu persistencia con cielos abiertos y su brazo de poder para socorrerte en cualquier dificul-tad que enfrentes.

No te detengas, aún si aparentemente la re-spuesta es un no, persiste, la fe incrementa en la medida que tu vida sea cada vez más ex-puesta a la Palabra. Si la montaña no se mueve a la primera, háblale nuevamente, una y otra vez hasta que por la fe tu alma sea completa-mente convencida de que Dios lo hará y no se encuentre en ti la más mínima duda, entonces

verás a ese imposible quitarse del medio de tu camino. La fe no es algo automático sino un músculo que se ejercita para que crezca y se vuelva fuerte, es un proceso que va en aumento conforme creces en tu relación con Dios.

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La Escritura nos enseña que si no está pre-sente la fe en la vida del creyente, es im-posible, es inalcanzable lograr agradar a Dios y por ende obtener su favor y complacencia. Por esta razón la fe es uno de los temas fun-damentales que todo cristiano debe aprender y profundizar, ya que es de vital importancia para el Reino del Señor.

Pero que es la fe? El mismo libro de Hebreos nos muestra la respuesta en el capítulo 11, nos define la fe de la siguiente manera:

Versión Reina Valera 60:

Hebreos 11:1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.

En la Versión Reina Valera Actualizada lo ex-presa así:

Hebreos 11:1 La fe es la constancia de las cosas que se esperan y la comprobación de los hechos que no se ven.

La versión Reina Valera de 1909 lo plantea de la siguiente forma:

Hebreos 11:1 ES pues la fe la sustancia de las co-sas que se esperan, la demostración de las cosas que no se ven.

La Nueva Versión Internacional lo define en estas palabras:

Hebreos 11:1 Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve.

Y la versión Dios habla hoy dice:Hebreos 11:1 Tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera; es estar convencidos de la realidad de cosas que no vemos.

Si analizamos a profundidad este texto desde el griego vemos que la fe es:“pistis” cuyas acepciones son: Persuasión, credibilidad, convicción.

Ahora bien si tomamos Hebreos 11 en las dis-tintas versiones mencionadas vemos que:

Es la sustancia: la esencia o naturaleza misma de algo, otra acepción, aquello que perman-ece en algo que cambia.Es la constancia: firmeza y perseverancia del ánimo en las resoluciones y los propósitos, ac-ción y efecto de hacer constar algo de manera fidedigna.Es la garantía: Efecto de afianzar lo estipulado, seguridad o certeza que se tiene sobre algo.Es la certeza: Firme adhesión de la mente a algo conocible sin temor de errar.Es la demostración, comprobación: verificar, confirmar, la veracidad o exactitud de algo.

Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay,

y que es galardonador de los que le buscan.

Hebreos 11: 6

C A P Í T U L O 2

La fe

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*(Definiciones provenientes del Diccionario de la Real Academia Española.)

En síntesis podemos esbozar que la fe es la convicción firme e inmutable acerca de la ve-racidad de la Palabra de Dios. Dicho de otra manera, es una confianza firme en Dios y sus promesas es una credibilidad interna que no fluctúa acerca de lo que Dios es y represen-ta para nosotros. La fe nos caracteriza como hijos de Dios, y al ejercitarla eres capacitado para vivir una vida en el Espíritu.

En el plano personal, la fe es la garantía de la intervención sobrenatural de Dios en lo natu-ral. Ella nos hace conocer quién es Dios y esa fe nos debe identificar como creyentes. Nos conduce irrestrictamente a creer en lo que Dios ha establecido, en su voluntad manifies-ta que es Su Palabra. No puedo decir que tengo fe, si hay duda o incredulidad a lo que Él ha instituido en su Palabra. Por la fe creo, hablo, confieso, actúo, veo. Por la fe recibo!

La fe es puesta en evidencia a través de las obras, las obras de la obediencia a la instruc-ción de la Palabra que el Señor constante-mente nos habla. No podemos decir que tenemos fe si no hay una demostración de ac-ciones de fe. La Fe no es pasiva, es lo opuesto, requiere siempre de nosotros una acción, una actitud, un levantarse, un declarar, un mover, un actuar.

Lucas 6:47 Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es se-mejante.6:48 Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca.6:49 Mas el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fun-damento; contra la cual el río dio con ímpetu,

y luego cayó, y fue grande la ruina de aquella casa. Versión Reina Valera 1960

En el libro de Santiago en su capítulo primero, se nos reafirma la verdad bíblica del que oye y no actúa termina siendo igual que no oír del todo la Palabra.

Santiago 1:22 Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vo-sotros mismos.1:23 Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. 1:24 Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. 1:25 Mas el que mira atentamente en la per-fecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace. Versión Reina Valera 1960

La fe en la Palabra obliga a un actuar consis-tente con esa fe, a un cambio en el acción y la reacción, de lo contrario se vuelve muerta.

Santiago 2:14 Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? 2:15 Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimien-to de cada día, 2:16 y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? 2:17 Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.2:18 Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. 2:19 Tú crees que Dios es uno; bien haces. Tam-bién los demonios creen, y tiemblan. 2:20 ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? 2:21 ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac

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sobre el altar? 2:22 ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? 2:23 Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios. 2:24 Vosotros veis, pues, que el hombre es jus-tificado por las obras, y no solamente por la fe.Versión Reina Valera 1960

¿Cómo obtenemos fe?

La Escritura nos enseña la fuente de nuestra fe. En el libro de Hebreos en su capítulo 12 versos 1 y 2, dice:

Hebreos 12:1 Por tanto, nosotros también, te-niendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos 12:2 puestos los ojos en Jesús, el autor y con-sumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Versión Reina Valera 1960

Dios es la fuente de nuestra fe. En el libro de Efesios, el Apóstol Pablo nos instruye a que aún la fe para creer en el Hijo de Dios, provi-ene de Dios mismo, como un don que es sum-inistrado a nosotros.

Efesios 2:4 Pero Dios, que es rico en misericor-dia, por su gran amor con que nos amó,2:5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),2:6 y juntamente con él nos resucitó, y asimis-mo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,2:7 para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; Versión Reina Valera 1960

Adicionalmente la Biblia nos enseña que la fe es nutrida y se fortalece en la medida en que somos expuestos constantemente a la Palabra del Señor.

Romanos 10:17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios

Cuanto más estés intimando con la Palabra, cuanto más la pongas en tu boca y la declares, cuanto más la guardes en tu corazón y en tu mente, la fe se apoderará de tu vida, hábitos, conversaciones, e irá creciendo en tu ser a tal punto que lo que digas te será hecho, porque alinearás tu persona con la preciosa persona de Jesús.

La fe es como un músculo, entre más lo uses y lo ejercites más poderoso se vuelve, mas fuerte será en tu interior y producirá que seas capacitado para emprender retos cada vez mayores en tu vida espiritual que incide en tus victorias y conquistas naturales.

No esperes a entenderlo todo o razonar lo que hasta aquí has recibido, toma la Palabra, pon-la en tu boca y empieza a vivir por ella, ese es el paso fundamental. Permítele al Espíri-tu Santo que en el transitar por tu camino Él acomode y enseñe todas las cosas, trayendo las respuestas a las inquietudes que puedan surgir en el trayecto. Descansa en la Palabra, pon tu confianza en lo que Dios puede hacer y no en los recursos o medios que tienes a la mano, la Palabra es más poderosa que todo lo que tú creas que tienes para afrontar los desafíos. Es imperativo que quites la mirada y la confianza de lo que racionalmente te afer-ras pensando que son tu salvavidas y que te centres en lo único y verdadero que te puede librar de lo que estás pasando. Es tu confianza en la Palabra la que te levantará del lugar de la dificultad y te remontará a nuevas alturas.

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Como un ingrediente indispensable de la fe está la confianza y esta se presenta como una esperanza firme que descansa y se sostiene en la seguridad que brinda el Señor y Su Palabra. Podemos decir que confianza tiene que ver con la esperanza de un cumplimiento, tiene que ver con la seguridad de que lo que Dios ha dicho es veraz y se cumplirá en el tiempo perfecto. Ineludiblemente, confianza tiene que ver con un refugiarse apresuradamente en la Palabra en el tiempo de la angustia, an-siedad e incertidumbre, cuando estás lleno de preguntas, cuestionamientos y no encuentras salida, pero tu sabes que si te refugias en lo que Dios dijo encontrarás el camino, la puerta, la respuesta y la paz.

La confianza es el arma que vence la duda y la incredulidad, porque es un ancla firme en el alma que te obliga a creer y descansar emo-cionalmente en la seguridad de la Palabra, sin cuestionarla, sin permitir que razonamientos te dicten que es imposible que en tu caso se cumpla lo que ella establece. La confianza ale-ja de tu alma todo argumento de duda y temor y te permite estar tranquilo sabiendo que Dios nunca llega tarde o se adelanta, sino que en el

tiempo preciso vendrá a tu socorro.

La confianza en el Señor y Su Palabra tienen recompensa extraordinaria. Jeremías 17 nos habla de ello: Aquel que ha puesto su confian-za en Jehová, será como aquel árbol frondoso que se yergue firme y fuerte a la orillas de un gran río, cuyas raíces profundas lo arraigan a la tierra con determinación y aunque se le-vanten vientos y vengan tormentas lo sostiene como sólida fortaleza. Un árbol vigoroso, sano que su hoja esgrime las tonalidades más her-mosas de profundo verde, y sea en verano o en invierno su hoja no decae; árbol cuya cual-idad más notable es que es un productor con-stante de fruto, independientemente de las circunstancias climáticas, siempre se puede encontrar en él preciado fruto, característico de un árbol maduro.

Así será tu vida si pones toda tu confianza en el Señor y su Palabra, podrán venir dificultades, azotarte la sequía, soplar los vientos más vi-olentos, podrán levantarse los enemigos más temidos pero tu siempre estarás firme, fuerte, nada te podrá dañar y siempre seguirás dan-do fruto, fruto digno de una vida sólida, mad-

Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová.Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la

corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar

fruto.

Jeremías 17:7

C A P Í T U L O 3

Nuestra confianza

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ura, adiestrada en la Palabra. Tu mayor rec-ompensa será que las dificultades no podrán doblarte ni mucho menos quebrarte, sino que siempre serán escalones para mayores victo-rias y conquistas por la fe.

Hebreos 10:35 No perdáis, pues, vuestra confian-za, que tiene grande galardón;10:36 porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, ob-tengáis la promesa.10:37 Porque aún un poquito,Y el que ha de venir vendrá, y no tardará.10:38 Mas el justo vivirá por fe;Y si retrocediere, no agradará a mi alma.

Tu confianza puesta en el Señor va de la mano con la paciencia, que espera el proceso de formación de Dios. El Señor es un Dios de procesos, y estos van produciendo madurez y perfeccionamiento en tu ser interior, de tal manera que te fortalezcan y capaciten para vi-vir una vida plena de fe.

Santiago 1:3 sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.1:4 Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna

Cada proceso de fe que afrontes con la con-fianza puesta en el Señor y Su Palabra pro-ducirán en tu vida no solo la paciencia para soportar el camino que recorras, sino que te habilitarán para conquistar cualquier victoria y una vez ganada esta, el Señor hará que en ti toda falencia, faltante, hueco sea llenado con Su poder y Gloria, de tal manera que saldrás de aquel proceso, de aquella batalla, mejor de lo que entraste, serás perfeccionado en medio de la batalla y al final no faltará cosa alguna en tu vida. Eso es maravilloso, declaro en el nombre de Cristo Jesús que así será en tu vida. Prepárate porque Dios te levantará a un nivel mayor como lo declara el Salmo 40:

Salmo 40:1 Pacientemente esperé a Jehová,Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.

40:2 Y me hizo sacar del pozo de la deses-peración, del lodo cenagoso;Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.40:3 Puso luego en mi boca cántico nuevo, ala-banza a nuestro Dios.Verán esto muchos, y temerán,Y confiarán en Jehová.40:4 Bienaventurado el hombre que puso en Je-hová su confianza,Y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira.

Te animo hoy a que sueltes todo argumento que ha competido con la fe, deja a un lado las dudas, el temor y toda incredulidad, pon tu confianza en el Señor, empieza a poner la Palabra en tu boca, actúa de acuerdo a ella y verás a Dios cumpliendo su Palabra en tu vida, en tu hogar y sobre tus hijos. Tu familia será apacentada por la verdad de la Palabra y la promesa del Señor, verás tus sueños cump-lidos y tus peticiones siendo respondidas, el Señor será tu defensa y protección, su luz de-splazará toda tiniebla que el enemigo quiso traer para nublar tus caminos.

Salmos 37:3 Confía en Jehová, y haz el bien;Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad.37:4 Deléitate asimismo en Jehová,Y él te concederá las peticiones de tu corazón.37:5 Encomienda a Jehová tu camino,Y confía en él; y él hará.37:6 Exhibirá tu justicia como la luz,Y tu derecho como el mediodía.37:7 Guarda silencio ante Jehová, y espera en él.No te alteres con motivo del que prospera en su camino,Por el hombre que hace maldades.

Retén tu confianza firme, que sea una convic-ción inquebrantable en tu vida, determínate ahora a tomar la Palabra de Dios y que ella sea un estilo de vida diario, que sea lo prim-ero que pronuncies al levantarte, que sea lo último que confiesas antes de acostarte, por ella sean conducidas tus conversaciones y que ella moldee lo que salga de tu boca. Que

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te adorne en lo que digas y te de la gracia para el éxito en lo que hagas, que la Palabra traiga los mejores días a tu familia y que ella cumpla los propósitos para lo cual Dios la envió, y que por esa confianza que tienes des testimonio a los cielos que eres uno con Cristo, digno de ser parte de su cuerpo y de su misión.

Hebreos 3:14 Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio

De aquí en adelante con ese mismo espíritu de fe que habitó en Cristo, con la confianza puesta en la verdad de la Palabra y la seguri-dad de que ella es viva y eficaz y que se cum-plirá y producirá vida dentro de ti, prosigue y has de cada una de las promesas, que te pre-sento a continuación, tu confesión diaria de fe sobre cada circunstancia de la vida.

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Es fundamental comprender en que lugar nos puso Jesús una vez que rescató nuestra vida del pecado y nos libró de la muerte eterna y del dominio de Satanás. Creo firmemente que muchos cristianos, creyentes en Jesús, viven una derrota constante porque desconocen su posición en Cristo y cuales son sus derechos fundamentales como ciudadanos del Reino del Señor.

No puedes extenderte hacia lo que Dios tiene para ti, si primero no comprendes correcta-mente de donde provienes y lo que eres en Dios. En la actualidad es triste encontrarse con creyentes en las iglesias cuyas vidas tropiezan una y otra vez por la falta de raíces firmes, sus familias están tambaleándose en un mar de conflictos ya que no construyeron sus proyec-tos de vida a partir de fundamentos sólidos de su identidad en Cristo, sus hijos están a la deriva porque desconocen la herencia de lo que Jesús ganó para ellos e ignoran los prin-cipios y derechos de su ciudadanía espiritual.

La libertad en el alma (entendida como la mente, la voluntad y las emociones) se pro-duce cuando nos ubicamos correctamente en la posición que tenemos en Cristo, y esa pos-tura espiritual me conduce a discernir las im-plicaciones de lo que esa verdad incide en las tinieblas, en el enemigo y por supuesto en mi propia vida.

Un creyente que sabe lo que es, lo que tiene y lo que Dios le ha prometido, es una persona que no será enredada por los tentáculos de mentira del enemigo, es un soldado que está preparado para discernir las estrategias y el

campo de batalla sobre el cual va a pelear, por consiguiente conoce las armas adecuadas para triunfar ante cualquier adversidad.

Así que es vital que la Palabra nos conteste una de las preguntas básicas para el creyente: ¿Quién soy en Dios?

Eres un hijo de Dios

La Escritura nos responde ampliamente y nos permite entender fundamentalmente nuestro origen espiritual. En el libro de Juan capítulo 1 dice:

Juan 1:12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;1:13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.

Jesús te confirió por su autoridad y dominio el ser constituido hijo de Dios. Te fue entregado un título legal supremo, emitido por la auto-ridad más grande del universo, para tener los derechos, privilegios, responsabilidades y la herencia de un hijo del Rey de Reyes y Señor de Señores. Gracias a la obra redentora de Jesús fuiste adoptado, comprado a precio de sangre, tu Padre es el dueño y creador de todo. Tu eres su hijo amado y nada en el mundo, visible o invisible, podrá separarte de su amor.

Romanos 8:38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados,

C A P Í T U L O 4

Promesas de mi posición en Cristo

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ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,8:39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

Tu eres un hijo o una hija agradable, amado, renovado , restaurado, lleno de Él, para cum-plir una misión extraordinaria en la tierra: lle-var su amor y su Palabra a todas las personas que aún desconocen que tienen un Padre mar-avilloso con la respuesta a su crisis, personas que caminan por la vida huérfanas, faltos de amor y de una esperanza.

1 Juan 3:1 Mirad cuál amor nos ha dado el Pa-dre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.3:2 Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.

Como hijo, eres heredero de todas las promesas en Dios

Mientras estuviste lejos de Dios, fuiste hecho esclavo de un reino de tinieblas el cual te qui-to todo acceso y derecho a disfrutar de lo que Dios había creado para sus hijos. Sin embargo, Jesús pagó en su muerte el precio de tu lib-ertad, por ella dejaste de ser esclavo exento de cualquier derecho y oportunidad y te fue entregado el título que te acredita como hijo heredero de un reino establecido sobre ex-traordinarias promesas.

Gálatas 4:7Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama:¡Ab-ba, Padre!

Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.

Eres heredero de todo lo que Dios puso a dis-posición de sus hijos en su Reino: vida abun-dante, salud, libertad, paz, protección, la ben-dición del cielo, su Gloria como una cobertura para ti, entre muchas otras promesas. Son los recursos ilimitados de Dios para ser derrama-dos en cualquier circunstancia que puedas es-tar viviendo.

Gálatas 3:29 Y si vosotros sois de Cristo, cierta-mente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.

Son promesas que Dios no ha hecho en vano, ellas llevan el juramento de Dios. El juró por su nombre que las habría de cumplir en Cristo y por Cristo para todos aquellos que le recibi-mos por la fe. Ahora son tuyas, créelo, aprópi-ate de ellas, vive tu vida con el discernimiento correcto de quién eres en Dios.

Romanos 8:15 Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos:¡Abba, Padre!8:16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.8:17 Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que pade-cemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados. 8:18 Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse

No eres un huérfano de padre, no estás des-amparado; aunque tu padre y madre biológi-co te dejaren, Dios nunca te desamparará, porque eres su hijo o hija amado. Permite que ese espíritu de adopción venga a traer una sanidad a tu autoestima de la persona que eres, del contexto que te tocó vivir y de las heridas que traes de tu familia. Entiende que tu vida no está marcada por el linaje de san-gre del cual naciste sino que está determina-

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da por el linaje espiritual que tienes en Cristo. Tus derechos y beneficios como hijo o hija de Dios son extremadamente grandes y no de-penden de quién tu eres o de la familia de la cuál provienes, es por los méritos que hizo Jesús en la cruz por ti, fue su sangre la que te limpió y te hizo calificar para ser adoptado por Dios para siempre.

Eres una persona nueva en Jesús

Muchas personas viven atadas a su pasado y este les grita constantemente trayendo los trapos sucios de lo que con vergüenza es-condieron en lo más profundo del baúl de los recuerdos, estos les impiden vivir un presente y futuro en plena libertad. Pero mi querido amigo o amiga, tengo que decirte que en el momento que hiciste la decisión de entregar-le tu vida a Jesús tu pasado dejó de contar y de ser relevante para Dios, y lo debe dejar de ser para ti. La Escritura dice:

2 Corintios 5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasa-ron; he aquí todas son hechas nuevas.

Estar en Cristo implica un nuevo comienzo, donde el pasado queda en el olvido y Dios pone al frente un nuevo camino lleno de grandes bendiciones y nuevas oportunidades.

No sólo Dios transforma tu vida y vuelves a nacer sino que el cambio se extiende a lo que te rodea y Dios provoca que las diferentes áreas de tu vida vengan a ser alineadas a su voluntad. Por supuesto es un proceso, no todo cambia de la noche a la mañana, pero lo in-dispensable aquí es entender que en ese pro-ceso de transformación no debes permitir que el diablo ni ninguna otra voz te robe la paz de saber que el pasado yace en el fondo del mar, Dios lo puso ahí y ahí se tiene que quedar. El está construyendo a través de su Palabra un nuevo presente para ti y para tu hogar, así que

nunca más permitas que pensamientos erra-dos traigan a tu realidad, lo que el Señor ya perdonó y sepultó.

Isaías 43:18 No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas.43:19 He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad.

Jesús vive en tu interior

No sólo eres una nueva persona, sino que Jesús mismo vive en ti, tu antigua forma de vida es relegada y Cristo viene a moldear y a redefinir tu forma de vivir.

Gálatas 2:20 Con Cristo estoy juntamente cruci-ficado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

Ahora es la fe en la Palabra la que debe per-mear cada aspecto de tu ser. Esto no es au-tomático, debe ser una conciencia diaria que te lleve a entender que tu antigua forma de creer, vivir, hablar, de accionar y de compor-tamiento, viciada por el pecado y la maldad, tiene que ser crucificada, para que la vida de Cristo Jesús venga a ser edificada en mí.

En Cristo has muerto al pecado

Uno de los logros extraordinarios del sacrificio de Jesús en la cruz tiene que ver con la reali-dad de la destrucción de la potestad del peca-do sobre nuestras vidas. Es imprescindible entender que el pecado ya no se puede en-señorear de ti, no te puede atar, no estamos más bajo el yugo de la vieja naturaleza cor-rupta. Somos libres porque esa naturaleza corrupta fue crucificada con Jesús.

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Romanos 6:3 ¿O no sabéis que todos los que he-mos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?6:4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.6:5 Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección;6:6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuer-po del pecado sea destruido, a fin de que no sir-vamos más al pecado.6:7 Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado.6:8 Y si morimos con Cristo, creemos que tam-bién viviremos con él;6:9 sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se en-señorea más de él.6:10 Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive.6:11 Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.

En Cristo he muerto al pecado. Sabiendo esta realidad espiritual, te toca a ti levantarte y empezar a sustituir los malos hábitos que te ataban por nuevos hábitos espirituales, con-forme a la Palabra. Declara cada día al levan-tarte: “Ya no vivo yo, mi vieja naturaleza fue sepultada con Cristo, mi viejo hombre fue crucificado, el pecado fue quebrantado en mí por la sangre poderosa de Cristo Jesús, el pas-ado quedó atrás, soy nueva criatura en Cris-to, nuevas han sido hechas todas las cosas y tengo un presente y un futuro de gloria que me espera para conquistarlo con el poder del Espíritu Santo. Amén.

Gálatas 5:24Pero los que son de Cristo han cruci-ficado la carne con sus pasiones y deseos.5:25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu

No estás solo en ese proceso de cambio, muchos se desaniman y dicen: “jamás po-dré vencer esos vicios” o “estos malos hábi-tos son más poderosos que yo y no los po-dré conquistar”. En algunos casos se cae en la realidad de que hay cosas que sé que son malas y que me afectan en mi relación con el Señor, pero el problema es que no las quiero dejar porque me gustan. Sin embargo se nos olvida que Jesús nos mandó al Espíritu Santo precisamente para ayudarnos en nuestra de-bilidad y para afirmarnos en esos momentos donde creo que la dificultad sobrepasa mi ca-pacidad, es ahí cuando tengo que asirme de lo que dice Zacarías 4, verso 6.

Zacarías 4:6 Entonces respondió y me habló dic-iendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.

No vencerás poniendo tu confianza en tu fuer-za o en tus recursos, de la única manera que lo lograrás es dándole el control al Espíritu Santo.

Has sido trasladado del reino de las tinieblas al reino de su luz

Otra verdad que tienes que interiorizar con-siste en que en esa nueva vida, ese nuevo ser que ha nacido en Cristo, fue reubicado de una realidad o un ámbito de influencia a otro. Es decir, fuiste trasladado del lugar de influencia del enemigo, de las tinieblas, del poder de la maldad y del pecado, al reino de la realidad del poder de Jesucristo, en donde operan las poderosas leyes espirituales del Reino de Dios y Su Palabra. Dicho de otra manera, antes en el mundo, lejos de Dios, eras presa fácil del enemigo y de las tinieblas, ahora en Cristo fuiste puesto en un lugar más alto donde el enemigo no tiene ni potestad, derecho legal, dominio ni poder para tocarte.

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Colosenses 1:12 con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la heren-cia de los santos en luz;1:13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,1:14 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.

Aleluya, mi amado amigo, amiga, si estas en Cristo, ya las tinieblas no ejercen ningún do-minio sobre ti, a menos que le des permiso. Es tiempo que quites ese pensamiento que el diablo te puede tocar y traer cosas malas para dañarte. Tu estás bajo la cobertura de Cristo, en un reino diferente, donde las tinieblas ya no tienen ningún poder sobre ti o tu casa, así que con toda la autoridad que tienes en Cristo échalas fuera de tu familia en el nombre de Jesús, fuera de tu vida y de tus hijos y declara que toda tu casa está bajo el dominio único y exclusivo del Reino del Señor y que los planes del cielo, los diseños de Dios, su voluntad y su Reino, son establecidos en tu hogar y sobre tu familia.

Hebreos 2:4 Así que, por cuanto los hijos par-ticiparon de carne y sangre, él también partic-ipó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,2:5 y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.

Por su sangre, Jesús quebrantó las cadenas que te tenían atado al temor, al pecado, a la maldad, quitó los candados de la cárcel emo-cional y espiritual en la cual el enemigo te tenía, te hizo libre y trajo la luz de un nuevo día. Esa luz irradia tu vida y todo lo que te ro-dea, ya está consumado, ya fue hecho, ahora te toca creerlo por la fe y que sea una verdad manifiesta.

1 Tesalonicenses 5:4 Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sor-prenda como ladrón.5:5 Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos

del día; no somos de la noche ni de las tinieblas.

La luz de Cristo brilla en ti y tu eres llamado a proyectar esa luz al mundo, tu vida debe irra-diar la luz de Cristo, tus conversaciones deben ser consecuentes con esa verdad, tus acciones deben ser evidencia de que la luz gobierna en tu ser.

Efesios 5:8 Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz.

Cuanto más convivas con la Palabra, cuan-to más permitas que ella cambie tu interior, cuanto más consientas que esté en tu boca, entonces serás mas lleno de la luz y la influ-encia de tu testimonio será mas grande y evi-dente al mundo. Consecuentemente te levan-tarás como ese faro que alumbra en medio de la oscuridad y muchos vendrán a ti a buscar lo que tienes.

Mateo 5:14 Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.5:15 Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa.5:16 Así alumbre vuestra luz delante de los hom-bres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cie-los.

Eres un linaje especial de reyes y sacerdotes

Otra realidad maravillosa de tu posición en Cristo radica en que Él como Sumo sacerdote te ha constituido también en sacerdote para Dios. Tienes un llamado santo, un oficio es-piritual extraordinario, perteneces a un linaje real muy escogido, una estirpe de sacerdotes para ministrar la adoración al Señor y ser re-cipientes de su poder y gloria, para impactar a un mundo que requiere la manifestación de

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ese linaje que no puede ser concebido por medios humanos sino que viene directamente del cielo.

1 Pedro 2:9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquiri-do por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz ad-mirable;2:10 vosotros que en otro tiempo no erais pueb-lo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.

Esto no significa necesariamente que todos tenemos que ser ministros a tiempo completo o ser llamados a fungir como pastores, profe-tas, maestros, etc., sino que en el lugar donde Dios te puso, en el ámbito en el que te de-sarrollas, en la profesión que elegiste o en el oficio que haces, en el lugar de tu trabajo o en la intimidad de tu hogar, eres llamado por Dios a ser testimonio de esa estirpe de reyes y sacerdotes que Él levantó para evidenciar su Gloria. El Señor desea ponerte como un ejem-plo vivo de su poder y que el testimonio de tu vida hable de Su grandeza para que los que te rodean crean que Él es real y le busquen de todo su corazón.

Apocalipsis 1:6 y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén

Tienes la mente de Cristo

En ese linaje especial, Jesús puso su mente en ti para que puedas hablar, pensar, vivir y actuar con fe. Tienes que aprender a declarar que en tu mente no dominan los malos pens-amientos, ni aquellos que te hablan de der-rota o que ven el imposible. Tu mente tiene que ser renovada y sometida a la autoridad de Cristo y dejar que la mente del Señor se imponga sobre lo que hasta hoy has racional-izado, evaluado en tu lógica y encuadrado en

tu experiencia.

1 Corintios 2:11 Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie con-oció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.2:12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido,2:13 lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.2:14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.2:15 En cambio el espiritual juzga todas las co-sas; pero él no es juzgado de nadie.2:16 Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.

Deja de actuar en tu humana sabiduría y emp-ieza a buscar que sea el Espíritu Santo el que te guíe en tu caminar, lo natural no te va a permitir avanzar mucho más con el Espíritu de Dios el panorama cambiará radicalmente. Las cosas espirituales ordenarán las naturales y entonces cambios extraordinarios empezarán a producirse en todas las cosas. Permite que tu mente sea reprogramada por la mente del Señor y tu vida dará un giro de 180 grados.

Mayor es el que está en ti que el que se mueve en el mundo

No solo tienes la mente del Señor sino que Él habita en tu interior, para darte el poder para vencer las circunstancias diarias que se levan-tan en tu contra y buscan apagar la fe y la Pa-labra de Dios en tu corazón.

La Escritura declara en 1 Juan capítulo 4 y ver-so 4 que:1 Juan 4:4 Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en

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vosotros, que el que está en el mundo.

Declara con tu boca que no hay diablo, im-posible, enemigo, principado ni potestad que puede prevalecer en tu contra, porque mayor que ellos es Jesús y ya los venció en la cruz. Tienes el poder en Cristo para vencer, esos en-emigos no tienen poder sobre ti, ellos actúan a través de la mentira haciéndote creer que son grandes y poderosos, sin embargo la real-idad es que frente a nuestro Dios no son más que míseras pulgas que son aplastadas por el dedo de Jehová.

Eres lleno de la plenitud de Dios

A través de tu intimidad con el Señor y su Pa-labra, con el transcurrir del tiempo vas a ver como Él te llena con su plenitud, literalmente Dios quiere cubrir con su vida, su esencia y poder cada hueco, cada espacio faltante en tu ser, entonces enfrentarás los retos que te presente la vida de forma diferente, no con tus fuerzas, no con tus capacidades, sino con el poder de Dios que es manifestado a través tuyo. Verás a Dios actuando de maneras más grandes de lo que pensabas que era posible o que imaginabas que podía acontecer.

Efesios 3:17para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor,3:18 seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la lon-gitud, la profundidad y la altura,3:19 y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.3:20 Y a Aquel que es poderoso para hacer to-das las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros.

Es ahí entonces que podrás ver el cumplimien-to de lo que establece el libro de Filipenses en su capítulo 4 y verso 13.

Filipenses 4:13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece

Es la plenitud de Dios, su poder y Gloria com-pletando, supliendo, proveyendo y trayendo el cumplimiento y la victoria en las diferentes situaciones que puedan venir.El apóstol Pablo entendiendo esta realidad manifiesta a los miembros de la iglesia de los filipenses que:

Filipenses 4:19 Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús

En su gloria y plenitud encontrarás todo lo que te haga falta, todo lo que necesitas está en Él y es tuyo, si puedes buscarle y permitir que sea su vida la que se manifiesta en ti. En Jesús estás completo, nada te falta, cree esa verdad y vive por ella en fe, entonces verás a Dios llenando los faltantes. Amén

Colosenses 2:8 Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudi-mentos del mundo, y no según Cristo.2:9 Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad,2:10 y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.

Te he presentado parte de la verdad de la Pa-labra que te posiciona en el lugar que tienes en Cristo y parte a lo cual tienes derecho de vivir en Jesús. Por supuesto no es todo lo que la Biblia establece pero es un buen comien-zo, estas promesas te ayudarán a fortalecer tu caminar y brindarte un norte sobre el cual puedes ir profundizando más en la Palabra. Entre más interiorices quién tu eres en Dios y cuales son tus derechos como hijo estarás más firme y con la capacidad espiritual para vencer cualquier ataque del enemigo.

En el libro de 1 de Juan en su capítulo 5 y verso

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4 dice:1 Juan 5:4 Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha ven-cido al mundo, nuestra fe.5:5 ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios

Será la fe, que es cimentada por la Palabra que te reafirma el linaje y la posición que ostentas como hijo de Dios, la que te permitirá vencer los embates del enemigo y del mundo. De aquí en adelante mientras más llenes tu interior, tu ser y tu confesión con las promesas de Dios, verás como esa Palabra te habilita y capacita con poder, para que emprendas cosas nuevas que van más lejos de tu lógica y tu razón, cam-inarás por el camino de lo sobrenatural!

La Escritura declara: “Al que cree todo lo es posible”, así que adelante, pon Sus promesas en tu boca, guárdalas en tu corazón y vive por ellas la vida abundante que Jesús vino a en-tregarte. Amén.

En los siguientes capítulos podrás encontrar promesas de la Palabra que puedes utilizar con poder en las distintas situaciones que en-frentes. Estas promesas deben formar parte integral de una confesión diaria, ellas predis-pondrán tu cuerpo, tu alma y tu espíritu para que sea alineado a la perfecta voluntad de Dios y te habilitarán para que puedas recibir el fruto, la cosecha de lo que declares contin-uamente.

CAPÍTULO 5 PROMESAS DE LIBERTAD

Isaías 61:1 El Espíritu de Jehová el Señor está so-bre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar liber-tad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel.

La Palabra profetizada por el profeta Isaías, apuntaba a lo que Jesús lograría con su veni-da, muerte y resurrección para todos aquellos

que le aceptarán en su corazón. Jesús vino en el poder del Espíritu Santo, para sacar al hom-bre de la esclavitud del pecado, del lazo de la muerte y de la condenación eterna. A traer la buena noticia de que llegó el día de libertad y a destruir el yugo de cualquier tipo de esclavi-tud que oprimía y subyugaba al hombre. En su sangre, Jesús trajo el decreto, la orden judicial de exoneración de toda la culpa que pesaba sobre nosotros. Enviado del cielo con la ejecu-toria legal para abrir los cerrojos de la cárcel en la cual estábamos, en esa verdad es que puedes tener lo confianza y la seguridad de reclamar en Cristo tu libertad y la de los tuyos.

Él te hizo libre de tus pecados

Isaías 38:16 He aquí, amargura grande me sobre-vino en la paz, mas a ti agradó librar mi vida del hoyo de corrupción; porque echaste tras tus es-paldas todos mis pecados.

Jesús llevó las marcas en su espalda del cas-tigo por tus transgresiones y pecados. Cada golpe del látigo laceraba y molía su dorso y en cada uno de ellos se cumplía la condena de tu libertad.

Isaías 53:5 Mas él herido fue por nuestras rebe-liones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.Jesús pago por todos y cada uno de los peca-dos cometidos, pasados, presentes y futuros, no hay ninguna razón en Cristo para que estés atormentado por la culpa de lo que fuiste e hiciste en el pasado. No te dejes engañar por las voces del enemigo que tratan de hacerte creer que nunca serás perdonado por el gran tamaño de tus pecados. Eso es una mentira! Tu libertad no dependió del tamaño de tus transgresiones sino de lo grande y suficiente del sacrificio puro y perfecto de Jesús. Solo él podía cargar con ese peso, solo él tenía los méritos para pagar por tu culpa, y lo más her-moso, solo Él estaba dispuesto a morir por ti,

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por el inmenso amor que te tiene.

Romanos 8:2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.8:3 Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne.

Los que antes por la ley eran condenados aho-ra en Cristo tenemos una nueva vida en liber-tad para que por el Espíritu podamos vivirla de acuerdo a la voluntad de Dios.

Él te hizo libre de la muerte.

Oseas 13:14 De la mano del Seol los redimiré, los libraré de la muerte. Oh muerte, yo seré tu muerte; y seré tu destrucción, oh Seol; la compa-sión será escondida de mi vista.

No solo fuiste libre de pecado, sino también Jesús eliminó el acta de decreto de muerte que pesaba sobre ti.

Colosenses 2:14 anulando el acta de los decre-tos que había contra nosotros, que nos era con-traria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potesta-des, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz…

El imperio de la muerte ya no tiene jurisdic-ción, potestad, ni ningún derecho sobre tu vida, ahora perteneces a Cristo y en El está tu libertad.

Isaías 25:6 Y destruirá en este monte la cubierta con que están cubiertos todos los pueblos, y el velo que envuelve a todas las naciones. Destruirá a la muerte para siempre; y enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los ros-tros; y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho

Jesús venció a la muerte y con su victoria te dio la libertad para que nunca más estés cau-tivo por el temor a la muerte.

Hebreos 2:14 Así que, por cuanto los hijos par-ticiparon de carne y sangre, él también partic-ipó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,2:15 y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.

Tienes una herencia en los cielos, puedes es-tar seguro que tendrás vida eterna, todo tem-or a la muerte debe ser quitado de tu mente, porque como hijo o hija de Dios tienes la es-peranza de un futuro de gloria en la presencia del Señor por la eternidad.

1 Corintios 15:53 Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mor-tal se vista de inmortalidad.15:54 Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la pal-abra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.15:55 ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?15:56 ya que el aguijón de la muerte es el peca-do, y el poder del pecado, la ley.15:57 Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucris-to.

Él te hizo libre de toda clase de tinieblas.

Colosenses 1:12 con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la heren-cia de los santos en luz;1:13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,1:14 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.

Jesús vino a traer luz a tu vida, a sacarte de

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las tinieblas de la antigua manera de vivir sometida al gobierno del enemigo, a librar tu mente, tu alma de toda obra de oscuridad y que puedas caminar en la luz de Su gloria y Su Reino.

Isaías 9:2 El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos.

Es la aurora de lo alto que te ha visitado para sacar tu vida, tu hogar, tus hijos de la oscuri-dad, de la ignorancia, de la maldad, de la con-fusión, del fracaso y de la influencia de toda tiniebla que fue puesta por el enemigo para truncar el destino profético que Dios diseño para ti y tu generación

Lucas 1:78 Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,Con que nos visitó desde lo alto la aurora,1:79 Para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte;Para encaminar nuestros pies por camino de paz.

Levántate hoy y reclama por la fe la libertad de tu casa, la luz ha venido a tu vida para de-splazar las tinieblas para siempre, ese es tu destino en Dios así que vívelo en el nombre de Cristo Jesús.

Juan 12:46 Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.

No sólo desplazó las tinieblas con su luz, sino que también te hizo libre de la influencia del sistema del mundo que es contrario a los principios del Reino del Señor, por lo tanto no estás sometido a la presión del mundo ni a su forma de vida.

Gálatas 1:3 Gracia y paz sean a vosotros, de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo,1:4 el cual se dio a sí mismo por nuestros peca-dos para librarnos del presente siglo malo, con-forme a la voluntad de nuestro Dios y Padre.

Eres un hijo y una hija de la luz, es imposible que las tinieblas tengan derecho sobre ti, Jesús te libertó del reino de la oscuridad así que camina como un ciudadano del Reino de la luz de Jesucristo.

1 Tesalonicenses 5:5 Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas.

El trajo su verdad para sacarte de la igno-rancia que te mantenía en esclavitud

La Escritura dice en el libro de Isaías 5:13 que el pueblo del Señor fue llevado cautivo porque no tuvo conocimiento, no lograron comprender la ley del Señor y a causa de esa ignorancia se apartaron de Dios y Su Palabra. Más el Señor profetizó en Jeremías 31:33 que con la venida de Jesús Él escribiría Su Palabra en nuestra mente y en las tablas de nuestro corazón para que nunca más la ignorancia de sus principios nos condujera a la esclavitud de la desobediencia.Jesús dijo:

Juan 8:31 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis dis-cípulos;8:32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.

La Palabra de Dios en tu vida te conducirá a una libertad completa, la verdad de Dios te dará la luz y el discernimiento para que camines en obediencia y entonces hagas prosperar tu camino y todo te salga bien, ya que el Señor bendecirá todo lo que hagas.

El ha prometido librarte de todo enemigo sea físico, emocional, o espiritual que qui-era venir contra ti o tu casa para someter-

te a esclavitud

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Salmo 91:1 El que habita al abrigo del AltísimoMorará bajo la sombra del Omnipotente.91:2 Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;Mi Dios, en quien confiaré.91:3 El te librará del lazo del cazador,De la peste destructora.

Declara en el nombre de Cristo Jesús que el lazo del cazador no podrá atar tu vida, o tu casa, no podrá venir en contra de tus hijos, porque tu hogar está bajo el amparo del Al-tísimo y bajo la protección del Omnipotente Dios, verás su mano de poder derrotando al enemigo y trayendo libertad completa a tu ho-gar.

Salmo 35:10 Todos mis huesos dirán: Jehová, ¿quién como tú,Que libras al afligido del más fuerte que él,Y al pobre y menesteroso del que le despoja.

Gálatas 5:13 nos reafirma que a libertad nos llamó el Señor, El te ha hecho libre de la es-clavitud para siempre. Eres un hijo libre del pecado, la maldad, las tinieblas, la muerte, el sistema del mundo, el enemigo y todos sus diseños y planes; estás bajo la cobertura de Dios, de Su Palabra, Su autoridad y su Reino, mantente en esa realidad por medio de la fe y la confesión permanente de sus promesas de libertad.

Gálatas 5:1 Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez su-jetos al yugo de esclavitud.

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