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Portada José Carlos Martínez 8 POR LA DANZA Con pies tierra la en los © BERNARDO DORAL

PORTADA JOSE CARLOS

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PORTADA JUNIO 2011

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Portada José Carlos Martínez

8 POR LA DANZA

Con pies tierralaen

los

© BERNARDO DORAL

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José Carlos Martínez Portada

POR LA DANZA 9

José Carlos Martínez se prepara para

asumir la dirección de la Compañía

Nacional de Danza. Tras su

nombramiento oficial, el pasado 17 de

diciembre de 2010, vive intensamente

estos meses de transición donde

compagina al director y al bailarín,

robándole horas al sueño. A punto de

terminar la temporada en la Ópera de

París, con una emotiva función de

despedida el 15 de julio, intenta

encajar las piezas de un puzzle

complicado. Consciente de que el

público y la profesión esperan mucho

de él, avisa: “sólo soy el nuevo

director de la compañía, no soy un

mago”. Con un año de transición por

delante con los actuales integrantes

de la CND, a José Carlos le espera

una ardua tarea. Consciente de ello y

seguro de la decisión de volver a

España, lo asume como un reto, una

nueva aventura profesional que le ha

llenado de motivación. De sus

proyectos, sus planes y sus ideas nos

habla en París, entre función y función

de La Casa de Bernarda de Mats Ek.

POR ANABEL POVEDA

José Carlos Martínez en La

Maison de Bernarda, de

Mats Ek.

© AGATHE POUPENEY

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Portada José Carlos Martínez

10 POR LA DANZA

Su rostro anguloso refleja satisfacción y cansancio a partesiguales. Desde que las pasadas navidades el Ministerio de

Cultura hiciera público que José Carlos Martínez sería el nuevodirector de la Compañía Nacional de Danza (CND), su vidava a un ritmo frenético (más aún, si cabe). Comprometido conla Ópera de París en la que será su última temporada comoEtóile de la compañía francesa, compagina los ensayos en elestudio con viajes relámpago a Madrid, entrevistas telefónicas,docenas de mails y trabajo de mesa preparando la que será suprimera temporada como director de la CND. En una agendajaponesa que va de 2010 a 2020, cientos de apuntes y garabatosa lápiz provocarían vértigo a cualquiera. Él, en cambio, metó-dico y templado, apunta fechas, compromisos y planes sin unápice de estrés. Está acostumbrado a hacer varias cosas almismo tiempo, sobre todo los últimos años, en los que ha sidobailarín, coreógrafo, profesor y director de un grupo de bailari-nes de la Ópera con los que ha girado por varios países.

Mentalmente se prepara para pasar página, pues se enfrenta alfinal de su carrera como bailarín con un horizonte claro, unreto que comienza oficialmente en septiembre, aunque trabajaen ello desde hace meses. La dirección de la CND es la oportu-nidad perfecta para volver a España, aportar todo su bagaje yvivir una experiencia nueva, aunque cuando decidió presentarproyecto tenía claro que no era una opción a vida o muerte.Sobre la mesa, un contrato de Maestro de Baile en la Ópera y ladirección del Ballet de Nancy, en Francia, eran sólo dos opcio-nes a tener en cuenta. Las puertas de la que ha sido su casa losúltimos 23 años siguen abiertas, pues tanto Brigitte Lefèvrecomo todo el staff del Ballet de la Ópera de París, han expresa-do su deseo de que vuelva pronto.Nancy tal vez hubiera supuesto un trabajo más artístico, conuna compañía más estructurada, un teatro estable, orquesta yuna escuela, pero eligió el riesgo de venir a Madrid a transfor-mar poco a poco una compañía donde tendrá que construirlo

© JESÚS ROBISCO

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José Carlos Martínez Portada

POR LA DANZA 11

José Carlos Martínez en In

the middle, de Forsythe.

© JESÚS VALLINAS

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Portada José Carlos Martínez

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casi todo. “Este es un trabajo mucho más potente y, bueno, creoque aparte del hecho de ser en España, me gustan los retos. LaCND está en una situación difícil pero vengo con muchasganas y voy a poner todo mi empeño en este proyecto, porcomplicado que sea”. “Además, estoy seguro de que si consi-go aglutinar al colectivo alrededor de mi proyecto, podremostener en el futuro una compañía con el perfil de las grandescompañías de hoy, aunque sea de formato medio”.

OrganizaciónLa gente que no le conoce puede pensar que haber pasado dosdécadas en la Ópera de París es el equivalente a vivir en unaprisión dorada donde lo que pasa en el resto del mundo noimporta. Se equivocan, haberse movido por todo el mundo,tener muchos amigos bailarines y un contacto directo conEspaña, le ha permitido conocer muy bien la situación de supaís, “soy muy consciente de la realidad de la danza en Españay de todos los problemas que hay. No llego ahora y va a sertodo nuevo, el funcionamiento interno de la compañía sí, de lamanera que se han hecho las cosas, eso lo tengo que ir viendo,lo que quiero cambiar, lo que puedo cambiar, y cómo se haráde aquí en adelante, pero yo tengo los pies en la tierra, sé muybien los medios que tenemos, y lo que se puede llegar a hacercon esos medios. Digamos que están mis sueños, lo que a míme gustaría hacer, y luego está la realidad y lo que se va apoder hacer”.Una prioridad en una compañía que ya no tiene apenas reper-torio es cambiar el modelo de organización que se utilizabahasta ahora: “En la CND hay que empezar a trabajar con uno odos años de antelación para poder traer a coreógrafos impor-tantes. Por ejemplo, he hablado con Mats Ek y tiene su agendacompleta hasta dentro de tres años. Las cosas se tienen quehacer con antelación, porque ya no va a ser una compañíadonde hay un coreógrafo residente que hace la mayoría de lascoreografías, sino que va a ser una Compañía Nacional, abier-ta a todos, con un repertorio de coreógrafos muy diferentes ytodo eso hay que coordinarlo.”Ampliar el espectro estilístico de la compañía, para que seaverdaderamente una Compañía Nacional, pasa por coordinarcoreógrafos, fechas de estreno y un teatro, lo que llevó a JoséCarlos a exigir en su proyecto dos o tres temporadas establesque tendrán lugar en el Teatro de la Zarzuela. Elegir ese teatro, perteneciente al INAEM, no es casual.“Existen unidades artísticas complementarias, coordinándolaspueden trabajar juntas, por ejemplo, trabajar con una orquesta,que parecía imposible, puede hacerse fácilmente si nos organi-zamos con antelación. Lo que hace falta para que funcionemejor la compañía es comunicación. Hay que trabajar en equi-po para aprovechar todas la posibilidades que tenemos y esose puede hacer mejor de lo que se ha hecho hasta ahora”. Lacomunicación y la participación del INAEM en la vida de lacompañía parece que será una nueva tónica en las relacionesde la CND con el Ministerio de Cultura. El objetivo, según JoséCarlos “es que la compañía funcione y que el cambio sea real yprogresivo”.

Buscando una identidadOtro objetivo a corto y medio plazo es dotar a la compañía deuna nueva identidad, sin perder calidad ni prestigio. Hay queseguir vendiendo la CND internacionalmente, y favorecer quegire en España para crear y fidelizar un público que esperamucho de la nueva etapa, “mucha gente quiere tener una com-pañía que baile neoclásico, que baile clásico, y se echa en faltauna formación así, donde puedan venir a bailar los bailarines

que están fuera, donde los profesionales que se forman en losconservatorios tengan la posibilidad de entrar y empezar a bai-lar”. La dificultad que encuentra José Carlos es que, con esetipo de repertorio, que se abordaría en un futuro, la compañíapodría girar por España, si se creara una red nacional de tea-tros que reclamasen anualmente la presencia de la CND, perofuera de nuestras fronteras sólo grandes compañías como elRoyal Ballet o la Ópera de París, con muchos más medios, sepueden permitir el lujo de girar con grandes producciones clá-sicas. “La Compañía Nacional tiene que exportar el talentoespañol de hoy para representar a España internacionalmente.No vamos a representar a España con una Giselle. También hayque buscar la originalidad de los coreógrafos internacionalespara darlos a conocer en España, y que se vean piezas que nose han podido ver aquí motivándoles para que vengan a hacercreaciones originales para nosotros, exclusivas, y trabajar enparalelo con coreógrafos de aquí que den una identidad nacio-nal a la compañía”. La complicación es que los coreógrafos españoles que trabajanfuera tienen sus agendas llenas, y los coreógrafos emergentescuesta venderlos. Por todo ello, otra opción es trabajar con títu-los que llamen la atención o se asocien con lo español, para quele den una primera oportunidad a la compañía, tanto dentrocomo fuera de nuestras fronteras. El éxito de esa primera opor-tunidad dependerá, en parte, del grado de implicación de todoel equipo de la CND en esta nueva etapa.José Carlos sabe que no sólo ser bailarín es difícil en España, yque muchos coreógrafos triunfan fuera porque aquí no hanencontrado estructuras… con ellos ha contactado y hay con-versaciones con Goyo Montero, Alejandro Cerrudo, Sol León oRafael Bonachela… pero al igual que los coreógrafos extranje-ros, que puedan venir a la CND en el futuro pasa por organi-zarse con mucho tiempo. “Son un montón de elementos en elaire y cada uno influye en el otro, y ese es el trabajo duro degestión que hay que hacer en la CND, hay que ponerlo en mar-cha todo a la vez, no hay una cosa hecha y vamos a lo siguien-te... Es difícil en este momento anunciar lo que vamos a hacerporque hay muchísimos parámetros variables. Está todo porhacer”. Lo positivo es que “la respuesta de la profesión ha sidomuy buena, y me he dado cuenta de que mucha gente tieneganas de venir a la compañía, de participar, cada uno quiereaportar su trabajo. La CND va a ser un escaparate del talentoespañol y un elemento dinamizador de la danza en España”.

Sin etiquetasPromocionar a los coreógrafos nacionales e internacionales esuno de los objetivos del nuevo director de la CND, pero tambiéneliminar fronteras. “La gente de danza contemporánea va a verdanza contemporánea, la gente del clásico va a ver clásico, y conla Compañía Nacional hay que conseguir abrir fronteras en elpúblico y en los profesionales. Ahora las compañías clásicas tra-bajan con coreógrafos contemporáneos y un bailarín clásiconecesita nutrirse y enriquecerse. Es verdad que, en la CND, hayque hacer el camino inverso… estando más en un perfil contem-poráneo, hay que ir abordando otro tipo de lenguajes, utilizar denuevo las zapatillas de punta, pero no está en mi proyecto laidea de cambiarlo todo y que de pronto seamos una compañíaclásica. Además, sería empezar de cero y tirar por la ventana loque se ha hecho estos últimos años”. “Hay que trabajar, pero nopara lo que se va a hacer el año que viene, sino para lo que se vaa hacer en los próximos 10 años, y que el director que vengadetrás mío pueda seguir ampliando ese trabajo para que laCND sea realmente una estructura estable”.José Carlos está haciendo un trabajo complejo de inventariado,

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José Carlos Martínez Portada

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"Sé muy bien los medios que

tenemos, y lo que se puede llegar

a hacer con esos medios.

Digamos que están mis sueños,

lo que a mí me gustaría hacer, y

luego está la realidad y lo que se

va a poder hacer”

José Carlos Martínez en El

lago de los cisnes, de

Nureyev.

© ANNE DENIAU

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Portada José Carlos Martínez

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para saber qué piezas del repertorio de la compañía se podránreponer, qué sería interesante programar, por su calidad artísti-ca, cómo está el tema de los derechos de autor, el vestuario, laescenografía, etc.… “Quiero aprovechar todo lo que se hizoantes y eso pasa por nombres de muchos coreógrafos, comoKylián, Forsythe, Mats Ek, de los que se podrían reponer pie-zas existentes que ya se bailaron en su tiempo en la CND. Noestamos tirando por tierra lo que se hizo antes, estamos utili-zando el pasado para que forme parte del futuro. Con Kyliánestamos negociando que pueda venir a trabajar a la compañíapara reponer piezas antiguas e ir renovando el repertorio conobras nuevas”. En esa costumbre tan española de hacer borrón y cuentanueva, José Carlos cree que “se tira patrimonio artístico, traba-jo, tiempo, dinero y la posibilidad de que bailarines que ya hanhecho esas piezas, vuelvan a interpretarlas años después,haciendo que el espectáculo sea mucho más consistente”.Para el primer espectáculo, que tendrá lugar en enero, en elTeatro de la Zarzuela, el futuro director sólo da algunas pistas:“Quiero que sea una carta de presentación de la compañía, unamuestra de lo que será en el futuro. Me gustaría que hubieraalguna reposición, un joven coreógrafo, títulos consistentes yalgún creador consagrado”. Hagan sus apuestas, la intenciónes seducir al público para que quiera volver al teatro a ver loque la CND pueda ofrecerles de ahora en adelante.Para conseguirlo pide paciencia y la colaboración de varioscolectivos: “La prensa tiene un trabajo con respecto a la CNDpara darle difusión a lo que hace la compañía. Si queremoscrear un público diverso, de la manera que se presentan losespectáculos también es muy importante. Los periodistas, quesaben de lo que hablan, deben llevar al público a descubrircada uno de los nuevos espectáculos de la CND. Porque cuan-tos más espectáculos llenemos, más medios tendremos parapoder presentar grandes producciones”. En definitiva, José Carlos pide un voto de confianza… “Losque estén esperando que el clásico llegue a la CND esta tempo-rada, puede que les decepcione. Eso no va a llegar inmediata-mente. Se incorporará progresivamente y se tardará unos añosen modificar el actual perfil. No puede hacerse del día a lamañana”. “En el arte las cosas no se hacen así de rápido, hacefalta trabajar tiempo en el estudio, darle homogeneidad alcuerpo de baile… y no se puede transformar una compañíaponiendo a los bailarines a bailar algo que no se ha hechodurante años. El que no sea paciente, lo siento por él, pero yono soy mago, sólo seré el nuevo director de la CND a partir deseptiembre”.Montar coreografías clásicas sería una solución fácil paraalguien que lleva 23 años bailando los grandes títulos delrepertorio, pero tiene claro que, en España, sin tener demomento los bailarines ni los medios, es imposible. “Se harácuando se consiga un nivel artístico óptimo. La gente que se loplantea vive de sueños, pero yo tengo los pies en la tierra y hayuna crisis en España muy importante que hay que tener encuenta. Y no es sólo una cuestión económica, también de cali-dad. Vamos a intentar poner las cosas en marcha para que esesueño de muchos pueda ser posible en un momento dado,pero por ahora no puede ser. Soy muy realista, no quiero serfantasma y anunciar cosas que no se puedan hacer. Lanzar fue-gos artificiales no va conmigo. Se harán las cosas como sedeben hacer”.

CND1 y 2Los planes para la CND y la CND2 están claros en la mente deJosé Carlos Martínez. La 2 volverá a ser una joven compañíaque sirva de transición entre las escuelas, los conservatorios yla CND. Ya está en contacto con varios conservatorios y esperapoder colaborar con ellos a través de talleres, facilitando que

La Maison de Bernarda.

© AGATHE POUPENEY

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los alumnos de último año puedan tomar clase con la compa-ñía durante los meses de verano, o dando prioridad a los alum-nos en los ensayos generales, para convertirlos en un públicofiel. “Tenemos que tener gente joven, lo que era en un princi-pio, una compañía con gente de 18, 19 años, para formarlos entodo tipo de repertorio. Que lleguen con una base clásica, quela potencien y que, a su vez, tengan experiencias con coreógra-fos contemporáneos para que en dos-tres años, estén listos y conel nivel para pasar a la CND, siendo intérpretes versátiles”. Eseproyecto, que comenzará con la renovación total de la CND2 enjulio de 2012, invita a pensar que las puntas llegarán primero a lajunior, aunque el perfil de los bailarines de la 1 también cambia-rá. “Las puntas tienen que entrar también en la CND, que se vaa ir renovando desde ya. Pero no es lo mismo ponerse las puntasque bailar repertorio clásico. La gente se confunde, se cree queponerse las puntas es ponerse un tutú, y no es así. Hay muchostérminos medios, no hay que ser radical, aquí es blanco o negropero existen infinidad de colores. Los futuros integrantes tienenque tener un perfil diferente, tienen que estar abiertos a trabajarcon coreógrafos contemporáneos, pero con una base y una técni-ca clásica potente. Un bailarín de hoy tiene que poder hacer caside todo, esa es mi visión. Los que no tengan esa idea de ampli-tud no tendrán su sitio en la CND”.Encontrar bailarines que puedan adaptarse a su proyecto y asu criterio artístico no le preocupa: “hay mucha gente que meha preguntado cuándo va a haber audiciones o si había contra-tos libres en la compañía. Contacta conmigo gente dispuesta a

venir como cuerpo de baile a la compañía, incluso dejandopuestos de solista en ciudades europeas importantes. Haymuchísimos bailarines con esa versatilidad, no creo que seacomplicado poder transformar la compañía con el tiempo. Losabremos cuando hagamos la primera audición, aunque hayamuy pocas plazas disponibles para esta primera temporada,será más fácil hablar del futuro de la compañía cuando veamosqué tipo de bailarines quieren formar parte de la CND”. Para2012, antes del final de temporada, anuncia audiciones conmás plazas cuando tenga claro a qué bailarines de la actualplantilla renovará el contrato. “Eso forma parte de la evoluciónde la compañía, hay que inyectar sangre nueva, y no quierodestruir lo que se ha hecho, pero sí tiene que haber una trans-formación. De los bailarines actuales estarán los que quieransubirse al tren, el que no quiera seguir trabajando con el nuevosistema, tendrá que irse de la compañía”.Los bailarines que triunfan como principales en el mundoentero, también tendrán las puertas abiertas, “siempre que ten-gan ganas de bailar el repertorio de la compañía y sean cons-cientes de su realidad. Existe la posibilidad de traer a bailarinescon contratos cortos para que participen en una o varias pro-ducciones, lo que le daría nivel a la compañía y motivaría a losbailarines de dentro y de fuera. Pero también tienen que enten-der el punto en el que está la CND, y el repertorio que se va apoder hacer, porque no es una compañía de guests, ni songalas de estrellas, tiene que ser que ellos se puedan integrar enel repertorio de la CND”.

"Estoy seguro de que si consigo aglutinar al colectivo

alrededor de mi proyecto, podremos tener en el futuro una

compañía con el perfil de las grandes compañías de hoy”

La Maison de Bernarda.

© AGATHE POUPENEY

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Existir como creadorJosé Carlos Martínez no cierra las puertas a nada, no descartacoreografiar para la CND ni para otras compañías, cuando laestructura y la gestión estén lo suficientemente afianzadascomo para que pueda ausentarse durante un tiempo. ParaMartínez trabajar en otros sitios “es enriquecedor”, al igual quedesarrollar proyectos personales. “Mi criterio será el decidircuándo no lo tengo que hacer y cuándo es viable. Por ejemplo,al aceptar el cargo de la CND anulé una coreografía de nochecompleta en marzo-abril de 2012, en Oslo, porque no me pare-cía serio decir que sí a ambos proyectos. Mi prioridad es laCompañía Nacional, pero yo también necesito existir comocreador, si lo puedo hacer dentro bien, y si tengo posibilidadesde hacerlo fuera, también… hay que buscar los medios paraque la CND pueda tener el máximo de producciones posibles,con el menor gasto, y que yo trabaje fuera le puede servir a lacompañía, además de darle un cierto prestigio”.Sabedor de lo importante que es para los bailarines sentirserealizados, es consciente de que el parón al que se enfrentan apartir de septiembre desmotivará a unos bailarines acostum-brados a un ritmo de trabajo sin descanso. “No es lógico queun director llegue y no haya programación, yo debería estartrabajando para la temporada siguiente con ésta ya estableci-da, pero el hecho de que no esté cerrada va a hacer que, enmuchos momentos, los bailarines estén en la sede sin trabajo”.Sin poder vender giras hasta que la compañía se presente enenero de 2012, José Carlos quiere aprovechar esos tiemposmuertos para fomentar, bajo su supervisión artística, lasinquietudes coreográficas de los bailarines de la compañía. Esole ayudará a conocerlos mejor, saber cuáles son sus posibilida-des como creadores y como intérpretes, y ver hasta dóndeestán dispuestos a llegar en esta nueva etapa. “Creo que no seha trabajado mucho en la creatividad de cada bailarín y en

vender sus personalidades”, y aboga por fomentar el trabajodel “taller coreográfico” con lo que podría llegarse a montar unespectáculo de formato más modesto, creado por los bailari-nes, que pudiera utilizarse para darlos a conocer. “Tal vezpodría programarse en salas más pequeñas o alternativas a lasque, hasta ahora, la compañía no había tenido acceso. Es tam-bién una forma de llegar a más público”.

Respetar y ser respetadoAl tanto de los rumores, los comentarios y los debates que sus-cita esta nueva etapa de la CND, José Carlos es claro al respec-to: “Yo siempre he respetado el trabajo de la gente, de todos losdemás, y creo que eso contribuye al hecho de que se me aprecieen esta profesión. Ahora… los criterios para decidir los colabo-radores de la CND tienen que ser mis criterios artísticos, y larelación humana de cómo se tiene que trabajar. Me quierorodear de gente que comparta mi visión de lo que tiene que serla CND. Está claro que no todo el mundo puede trabajar en lacompañía, eso es imposible. Tiene que haber una direcciónartística, no es cuestión de ser bueno o malo, porque toda deci-sión artística es discutible, pero será la mía”.“La gente no tiene porqué estar de acuerdo con mi visión. Seríainteresante poder comparar opciones pero el director soy yo ydirigiré como entiendo que tengo que dirigir. Habrá gente quele guste y gente que no. Soy consciente de que no se puedegustar a todo el mundo. Espero que haya muchas críticas cons-tructivas porque analizarlas te suele hacer avanzar, al menosasí ha sido en mi carrera como bailarín”.

Bailarín en tránsitoLo más complicado para José Carlos durante los últimos mesesha sido compaginar ensayos y funciones en la Ópera de Paríscon toda la información y el trabajo que tenía que ir haciendo

Les Enfants du Paradis, coreografía

de José Carlos Martínez.

© SÉBASTIEN M

ATHÉ

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con la CND. “Es como si estuviera ya dentro de la compañíapero sigo bailando en París. Tengo la impresión de que cuandollegue en septiembre va a ser más fácil porque estaré allí, verélas cosas concretas y se avanzará más rápido”.Esta última temporada ha bailado El lago de los cisnes, algo quesu cuerpo tiene interiorizado, pero también se ha enfrentado alproceso de creación del personaje de Bernarda, de Mats Ek, loque le ha exigido un gran esfuerzo físico y mental, aunque noha necesitado hacer un paréntesis y lo ha podido compaginarcon su trabajo como futuro director: “Conlleva un cansanciosuplementario, menos horas de sueño, madrugar para leer y

mandar mails, hacer llamadas, gestionar… pero ha sido intere-sante ver cómo mucha gente del mundo de la danza se ha vol-cado en el proyecto, contactando conmigo para ofrecerme suayuda. Ahora hay que ver cómo se puede colaborar, estable-ciendo prioridades para la CND y para mí. Creo que es el prin-cipio del trabajo que haré en el futuro, está siendo una forma-ción acelerada”. Además de la reposición de Les Enfants du Paradis, que le tieneinmerso en ensayos, planificación, detalles de vestuario, músi-ca, etc., José Carlos se despedirá oficialmente de su carrera debailarín el 15 de julio. “Ya no formo parte del Ballet de la

Les Enfants du Paradis, coreografía

de José Carlos Martínez.

© SÉBASTIEN M

ATHÉ

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Portada José Carlos Martínez

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“Hay que trabajar, pero no para lo que se va a

hacer el año que viene, sino para lo que se va a

hacer en los próximos 10 años, y que el director

que venga detrás mío pueda seguir ampliando

ese trabajo para que la CND sea

realmente una estructura estable”

La Maison de Bernarda.

© AGATHE POUPENEY

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POR LA DANZA 19

Ópera de París, es una forma de poner un punto final a estos23 años en la compañía. En un principio no lo iba a hacer, por-que vendré alguna vez como bailarín invitado, pues ya teníacomprometida mi participación en dos producciones el añoque viene, pero creo que está bien terminar con esto antes deempezar con la CND. Psicológicamente ya estaré en otracosa”. Para esa función tan especial, casi simbólica, JoséCarlos interpretará el rol de Baptiste en su propia coreogra-fía, algo que no tenía pensado, “no quería imponerme yocomo bailarín, hay gente muy buena en la ópera que lo va ahacer muy bien, pero ese último día, por ser la clausura de latemporada, será algo muy emotivo. Es como un resumen demi propia trayectoria en París”. Aunque no tiene pensado enterrar al bailarín, porque puedeque vuelvan las ganas de bailar, estos últimos años han sidomuy duros a nivel físico: “Me voy dando cuenta de que eltiempo pasa, mi cuerpo no es tan resistente como era antes yquizás baile en el futuro, pero será muy seleccionado y sólo sitengo ganas. Tras todos estos años bailando las versiones deNureyev del repertorio clásico, y a la vez trabajando con PinaBausch, Mats Ek, Forsythe… he llegado al máximo de lo quepodía hacer como bailarín, creo que he bailado suficiente, ya

no tengo esa necesidad”. Como buen Tauro, testarudo y cabe-zón, ha terminado la temporada luchando contra las lesiones yel dolor. ”Me gusta hacer las cosas bien, y tenía la impresión deque llegar al final de este contrato con la Ópera era como cerraruna etapa completamente, no pasar a otra cosa antes de tiempo.Me tenía que demostrar a mí mismo que podía hacerlo.Además, el bailarín muere con la persona, existirá siempre con-migo y la pasión por la danza también. Que se trasmita estandoyo en escena, a través de mis coreografías o de mi dirección… esdiferente”. “Yo empecé bailando con mi cuerpo, luego utilicé loscuerpos de los demás para trasmitir, y ahora, con el hecho dedirigir y coordinar el trabajo de un equipo, tengo aún más víaspara mostrar mi criterio artístico. Es un trabajo cada vez máscompleto, así que no necesito seguir bailando”.En un arte tan complejo como la danza, donde se llevan al lími-te cuerpo y mente, hay que tener condiciones, cabeza, bailarbien y ser un poco masoquista. Él reconoce tener ese punto entodo lo que hace pero lo matiza: “Si no, no se llega al mismonivel”. Ojalá consiga llevar a buen puerto este nuevo proyectoque emprende, con la misma inteligencia con la que ha gestio-nado su carrera como bailarín, como coreógrafo, y lo másimportante, como persona. p

"Con la Compañía Nacional hay que conseguir abrir

fronteras en el público y en los profesionales"

José Carlos Martínez y

Dorothée Gilbert en Coppélia,

de Patrice Bart.

© SÉBASTIEN M

ATHÉ