“Lucharon siempre por conseguir la belleza en todas las artes que desarrollaron. Así la música se mezcla con la danza, el teatro y la poesía. En el Olimpo la música hecha divinidad dará lugar a artes distintas. Apolo es el dios de la música y su hermano Dionisos el de la danza y el teatro. En otro grado del Olimpo encontraremos las musas o ninfas que serán las encargadas de ayudar y respaldar a los dioses. Terpsícore será la musa de la poesía coral y la danza, Erato de la canción amatoria y Euterpe de la música y la flauta.”

-Resumen: Los antiguos griegos, en su búsqueda de la belleza en las artes, consideraron la música hermanada con la danza, el teatro y la poesía, de manera que a cada una de dichas artes y de sus modalidades correspondería en el Olimpo un dios, o una musa o una ninfa.

-Ideas principales y secundarias:

1. Principales: 1) Los griegos buscaron en las artes la belleza; por ello éstas estaban hermanadas. 2) A cada una corresponde una figura olímpica.

2. Secundarias: 1) Hay dos grados olímpicos: uno más alto (dioses), y otro más bajo (musas y ninfas). 2) Correspondencia concreta de cada arte con su figura olímpica.

-Localización del texto: El texto, escrito recientemente (desconozco su autor, si bien he encontrado el texto como parte del artículo Música clásica griega, en la web www.instrumentostradicionales.com, en la que se menciona su procedencia de www.temakel.com/musicaislam.htm), se refiere a la época griega clásica, a la Antigüedad, y si bien no especifica el momento histórico en que se sitúa, podríamos suponer que se trata de una etapa prefilosófica, aún inmersa en el pensamiento mítico y en la consideración religiosa de que a las realidades del mundo le corresponden seres divinos: se situaría en el período arcaico de la civilización griega. Quizá pruebe esta localización la posterior referencia del texto a la evolución de la música hacia la actividad de rapsodas.

-Antecedentes y consecuentes:

1. Antecedentes: El término “Música”, en griego mousiké, es la adjetivación del sustantivo “musa”, y desde su origen en el período arcaico designó la conjunción del hoy arte musical, de la danza y de la poesía, siendo su enseñanza junto con la de la gimnasia la base de la educación aristocrática. Ya en la antigua tradición oral mítica griega (por ejemplo, en el mito de Orfeo) se observa el carácter casi mágico atribuido a la música, y que en el texto encontramos expresado en la correspondencia música-Olimpo; también en los poemas homéricos se afirma el carácter poderoso de la música, capaz de influir en el ánimo de la gente (por ejemplo, en el pasaje en el que Aquiles calma su cólera contra Agamenón a través de la música que le enseñase su maestro, el centauro Quirón). Aunque en los textos homéricos la música merece importancia más bien en tanto elemento recreativo (en la línea del mito de Dionisos y su música para flauta), otra importante tendencia consiste en darle una importancia ética y epistemológica; quizá sea la de este texto, que al ligar la música a los dioses, la liga a los dispensadores del bien y del mal. En todo caso, desde muy antiguo estuvo presente en el pensamiento musical griego la oposición entre música para cítara y para flauta, en el sentido de música catártica del espíritu y educadora (en relación con la palabra y la poesía), y música dirigida únicamente a los sentidos, orgiástica y de desfase. En los poemas homéricos también se observa la condición profesional del músico, que hace de la música una ciencia y la aprende: así ocurriría en la actividad de aedos (intérpretes

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ambulantes de música y recitadores de poemas y epopeyas) y rapsodas (intérpretes y compositores ambulantes).

En lo referente a las creencias religiosas griegas en su relación con la música, es digno de mención el culto a los dioses Apolo y a Dionisos, tal y como se apunta en el texto, siendo el primero el dios del orden y de la limitación, y el segundo (como dije) el de lo irracional e ilimitado. La musa Terpsícore es en la mitología madre de las sirenas, a las que habría tenido que vencer y desterrar al mar al intentar competir con las musas en el canto; Erato, que suele representarse acompañada del dios del amor Eros y de una cítara, con las implicaciones que ello conlleva en el pensamiento griego, representaría el fervor casi amoroso que sentimos por la música y la poesía; y por su parte, Euterpe es considerada por algunos la inventora de la flauta doble, si bien otros mitos conceden su invención a Atenea.

2. Consecuentes: En torno al siglo V-VI a.C, finalizado el período arcaico, la música abandonará progresivamente el elemento ritual y religioso en favor de una concepción más filosófica. Para pensadores de la talla de Pitágoras, la música es plenamente una ciencia, emparentada con las matemáticas (medición de las consonancias) y la astronomía (Teoría de las Esferas), un saber, producto del contacto entre el límite y lo ilimitado (Apolo-Dionisos); es además un importante instrumento de actuación en las almas de los hombres, por simpatía de la armonía de la música con la armonía de las almas (lo cual retomaría Aristóxeno). Así lo dirán otros y así se plasmará, por ejemplo, en la obra de Platón (con ella se educarían los hombres en su estado ideal, incidiendo en la importancia de la música como instrumento político que ya subrayara Damón) y en la de Aristóteles (que en su Política establece la distinción entre una música recreativa y otra, más elevada, que contribuiría a la educación en la moral de los hombres).

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