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Pregón de las fiestas de la Santa Cruz de El Buitrón en el año 2009. Pregonero: Servando Pedrero Lagares.
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PREGÓN SANTA CRUZ DE EL BUITRÓN
2009
PREGONERO: SERVANDO PEDRERO LAGARES
Muchas gracias!!!
Gracias Juan Carlos... No creo que estén a la altura estas sencillas líneas
que redacto para vosotros, porque vuestros corazones siempre serán más
grandes que la imperfección del lenguaje. Las palabras son limitadas
mientras que los sentimientos albergan una grandeza difícil de explicar.
Díganme ustedes cómo cantar o hacer poesía de la acogida que recibí por
vuestra parte, cuando llegué al Buitrón, o cantar a cerca de vuestro cariño
hacia mí... Un cariño que hace que sienta al Buitrón en mi corazón, muy
cerca durante toda la semana, aunque sólo venga los domingos... Pienso
que en esto consiste la grandeza de la vida, en que hay cosas: gestos,
miradas, apretones de manos, besos... que no se pueden encasillar, no se
pueden deteriorar, ni adulterar, ni descafeinar por el lenguaje... porque
son tan puras y nobles, que sencillamente... llenan por dentro y elevan el
espíritu, y sólo, porque tienes la suerte de vivirlas.
Sr. Presidente de la Hermandad de la Santa Cruz. Queridos mayordomos
de la Cruz y la Bandera, Sr. Alcalde de Zalamea,... no tengo que saludar al
Cura... porque soy yo, el mismo que pregona,... amigos todos, muy buenas
noches.
Cuando recibí el encargo de pregonar las fiestas de la Santa Cruz de
Buitrón, tengo que confesaros que dudé (bueno, pienso que esto lo dirán
todos los pregoneros)... lo que pasa que... como no sé decir que no, pues,
aquí me tenéis enfrentándome a este nuevo reto, esta nueva misión para
mí. Yo así lo encajé como una novedosa misión que Dios me pedía, una
oportunidad para Evangelizar... aunque de manera distinta lejos del Altar
de la Parroquia y de la Eucaristía, pero rodeado de lo más importante: la
Comunidad Cristiana del Buitrón que es lo que le da sentido a todos mis
servicios religiosos que, como Párroco del Buitrón, y, de la mejor manera
que sé, intento ofreceros.
Y digo que dudé porque como sabéis, yo no soy de aquí, nunca he vivido
con vosotros, apenas llevo dos años como Párroco, no conozco las raíces
de la aldea, ni sus costumbres, tradiciones, tampoco soy capaz de
conectar, todavía con la manera de sentir de sus gentes... poco conozco a
sus gentes... Yo tenía un profesor (sacerdote) en el seminario, que muy
sabiamente, nos aconsejaba a los seminaristas: "Cuando lleguéis a un
pueblo, lo primero, será configurar vuestras vidas con los mismos
sentimientos de sus habitantes... en definitiva conocer a fondo a su gente,
porque es la única manera de hacerles vida la Palabra que se predica”.
Por eso, os confieso, y os pido perdón... porque muchas veces no sé cómo
enfocar el Evangelio ya que me siguen quedando lejos vuestros problemas
y sufrimientos. Este profesor y sacerdote continuaba diciendo que "...el
proceso de asimilar el estilo de vida de un pueblo suele llevar un período
de tiempo de unos 4 años...". Hasta los cuatro años no puede decir uno
que empieza a conocer algo... ¡¡¡Y me pedís que haga un pregón!!!
Otro miedo que me hizo dudar fue mi vocación sacerdotal... es decir... que
un defecto profesional convirtiese el pregón en Homilía o en una
catequesis. Para vencer estos miedos pensé que lo mejor sería recabar
información del Buitrón, empaparme de su historia, invitar a Don
Francisco Arroyo a un par de meriendas para que me contase anécdotas
de la aldea, leer pregones ya mencionados y proclamados... ¿Pero... era
eso lo que debía hacer?... ¿Cortar retazos de aquí y de allá?.. O abrir mi
corazón y dejar correr la tinta.
Una gran amiga me dio un gran consejo: "Servando haz un pregón de dos
años... no quieras hacer un pregón de toda la vida porque se convertirá en
algo superficial”.
Entonces me di cuenta de que... lo que salía de mi corazón era lo que más
se parecía a la gente del Buitrón (según mi experiencia): Me salió sencillez,
transparencia, afecto, cercanía, espontaneidad, frases agradables (lejos de
ser piropos vacíos, o para quedar bien)...
Todo comenzó con una llamada del Obispo, un caluroso miércoles, 5 de
septiembre del 2007. Por teléfono, D. José (el Obispo) sólo me dijo que
tenía algo importante que proponerme y que necesitaba verme con
urgencia. Yo me asusté... (Nos asustamos todos los curas cuando
recibimos una llamada del Jefe), yo había estado ejerciendo el diaconado
en Valverde y esta llamada olía a un posible cambio. Camino del Obispado
me repetía una y otra vez para mis adentros: Amos a ver a dónde van a ir
a parar mis huesos... Esperemos que no sea muy lejos. Una vez sentado en
su despacho, (yo era a to que sí... si Señor Obispo... sí, sí, sí lo que usted
diga...) llega el momento de darme mi destino: "Servando he pensado que
vas a continuar en Valverde... pero tengo un especial interés en que lleves
la Pastoral del Pozuelo y de Buitrón... desde ahora sustituirás al ilustre Don
Francisco de Paula Arroyo Navarro y serás el nuevo Párroco de estas dos
aldeas”.
Me tienen ustedes que perdonar, otra vez, porque de las dos aldeas me
sonaba más el Pozuelo, por aquello de los Dólmenes... Aunque del Buitrón
también conocía algo... Sus enormes rosas......
Durante mi estancia en Valverde, yo había probado y degustado tan fino
manjar... fritas y enmeladas que siempre saben a poco... a menos que te
comas una docena... Si bien ganada tienen su fama... más bien se devoran.
¿Pero... conocía yo la verdadera Rosa del Buitrón? Pronto me di cuenta de
que no.
Unas rosas con su dulce sabor deleitan el paladar de quien las prueban...
la otra Rosa, con mayúsculas, deleita el espíritu y el corazón.
Unas rosas elaboradas artesanalmente sólo con productos naturales...
La otra Rosa elaborada con la madera más noble que da la madre
naturaleza a través de sus árboles (Se trata de la Cruz de Cristo). Mirad el
árbol de la cruz donde fue clavada la Salvación del mundo.
Unas rosas hechas con harina, previamente molida y amasada... La otra
Rosa representa el trono desde, el que previamente, antes de quedar
desnuda, yace y descansa el Bendito cuerpo molido por nuestros pecados,
pero amasado por el Amor de Dios y la esperanza de la Resurrección.
Unas rosas con ingredientes puros: Huevos de las gallinas del corral de la
gente del Buitrón... y... miel de las colmenas de estos trabajados campos.
La otra Rosa más pura aún, bañada no con miel... bañada con la sangre del
Cordero inocente, un Cordero, también trabajado por los campos de
Palestina por la compasión hacia los sufrimientos de los desheredados de
la tierra, por la bondad que se derrama sobre aquellos bienaventurados
que son perseguidos y maltratados por una causa justa, por la bondad que
se derrama sobre aquellos que son injuriados en su Nombre.
Unas rosas con fama... Una Rosa humilde, sencilla y callada... Silenciada
por algunos, indiferente para otros; pero también vociferada y
testimoniada por vosotros. Unas rosas probadas por la gente de Zalamea,
Valverde, toda la cuenca minera y muchos otros puntos de nuestra
geografía española...
La otra Rosa esparcida por el mundo entero. Es rostro para aquellos que
viven en el anonimato con sus bocas cosidas por la falta de libertad
religiosa es pan y alimento para aquellos que saben que no sólo hay que
llenar las barrigas... también el corazón y los sueños... es dulce abrazo
para los que se juegan la vida cruzando el estrecho con la esperanza de
encontrar un paraíso que no existe pero... ellos antes de tocar nuestras
costas españolas ya han experimentado ese Edén; porque ponen sus
ilusiones, sus proyectos y sus vidas en Dios... Es fuerza para los que se
sienten muertos por dentro y para los que sienten que sus vidas no tienen
sentido... porque es Alegría y paz interior.
Si!!! Esta es la Cruz del Buitrón, la Cruz de la Resurrección capaz de dar
vida a lo inerte y hacer que todo huela a primavera aunque haya humedad
porque como nos dice el Evangelista San Lucas: Para Dios no hay nada
imposible.
Yo también soy crucero.... bueno... no existe un cristiano que no lo sea...
Pero no creo en la cruz del martirio y del desgarro sin esperanza... sino
que tengo mi fe puesta en la Cruz gloriosa que me recuerda el Amor que
Dios nos tiene, una cruz que grita proclama y da testimonio de que ha
habido uno que se vació completamente por todos y me invita a vaciarme
de mi orgullo y mi egoísmo para llenarme de Dios, de su Palabra...
Vaciarme de mí para poder servir al prójimo.
La Santa Cruz del Buitrón, cargada sobre honestos hombros, de la gente
de su aldea. Esta Bendita Cruz transmisora de sentimientos cuando la
portáis con fe y que no deja indiferente al que la contempla con mirada
limpia y pidiendo su protección.
Así como Moisés levantó, en el desierto, una serpiente de bronce por
mandato de Dios para que todo israelita que hubiese sufrido una picadura
de víbora, al contemplar el estandarte, quedara sanado; nuestra Santísima
Cruz del Buitrón, volverá a procesionar por las calles de nuestra Aldea para
que todo el que se sienta agobiado por sus sufrimientos personales
contemple esta bendita Cruz y experimente la Salvación y la Paz interior.
Bueno... y tanto hablar de resurrección... de resurrección... no podemos
olvidar a todos aquellos que ya no están con nosotros y que con ilusión,
cada año, llegado Mayo, prestaban sus hombros para cargar la bendita
Cruz aquellos que físicamente no están pero que nuestra Santa Cruz lleva
impregnada en su interior un trocito de sus vidas, de cada uno de ellos
está hecha nuestra Cruz del Buitrón.
Sí.....volverá a procesionar por nuestras calles y si decimos que Dios es
Amor... les tendrá reservado un balconcillo en el cielo desde el que
puedan clamar y gritar con nosotros: ¡¡¡Viva la Santa Cruz del Buitrón!!!
Este pregón quiero dedicárselo a Dani: Descanse Faz.
AMEN.