PRIMERA EDICIÓN DEL PREMIO NACIONAL “JÓVENES CREADORES”2007-2008TESTIMONIO DE UNA DOCENTENota publicada en la revista enlaCES

PREMIO NACIONAL A JÓVENES CREADORES.Una experiencia fermental.

A mediados de 2007 las Inspecciones de Dibujo e Historia de Enseñanza Secundaria comunican a los Profesores del recientemente instaurado Bachillerato Artístico, la instrumentación de un Concurso Bienal de alcance nacional, dirigido a todos los alumnos que cursan esta orientación. El “Premio Nacional a Jóvenes Creadores”, fue propuesto por parte de la Fundación creada por el escultor nacional Pablo Atchugarry - que lleva su nombre- establecida en 2006 y situada en Manantiales, Departamento de Maldonado. Fundación que se crea a instancias de este reconocido escultor nacional, con el espíritu de instaurar -luego de transitar por un largo periplo en el exterior donde germina la mayor parte de su obra-, un centro de promoción y encuentro de todas las disciplinas del arte. Un proyecto social y cultural de largo aliento, producto de un sentimiento personal ligado a la producción y a una manera singular de entender el compromiso social del artista. Ámbito en el cual conviven creadores reconocidos, junto a jóvenes que se inician en este camino. Es pensando también en los estudiantes, en especial en aquellos que han optado por el Bachillerato Artístico buscando su acercamiento y estímulo que se crea este concurso de especiales características.

BASES DEL CONCURSO. JURADO, PREMIOS.

Este premio desde sus bases mismas contempla y respeta los procesos a los cuales se encuentran abocados los estudiantes, así como las propuestas de sus profesores, sin interferir en ellas ya que se trata de un trabajo individual seleccionado dentro de los que se realizan en el curso. Acoge por tanto todo tipo de técnicas, formatos y registros.

Otra singularidad de esta propuesta es que la obra es acompañada por una fundamentación que explicita las experiencias detonantes, su significatividad, u otras aclaraciones que a juicio de su creador considere conveniente dar a conocer y que dan cuenta de su proceso creativo. Aspecto éste que de alguna manera pone de manifiesto a la vez, la adquisición de la capacidad de fundamentar y argumentar el hecho visual, tal como se establece en los objetivos del Programa. Es también cuidadoso, a la hora de establecer la selección de los trabajos, debiéndose conformar un tribunal en el cual no participa el docente que ha supervisado el trabajo presentado. Lo integran: un profesor de historia del arte, un docente de dibujo (no el de bachillerato de arte) y un artista plástico del medio, con reconocida trayectoria seleccionado por las direcciones liceales. Los tribunales son designados por las inspecciones de Historia (Historia del Arte) y de Dibujo. Pero la particularidad de este Premio radica fundamentalmente en su centralidad: el estímulo, la ampliación, de la experiencia estética, vivencial y cultural de jóvenes provenientes de todos los departamentos del país, a los cuales se les da la oportunidad de una estadía en la Fundación–Taller del artista, complementada con visitas a distintos centros de interés cultural del entorno. Cumple así la Fundación con la materialización de los valores inestimables que intenta promover, como lo son la convivencia, la tolerancia, la solidaridad y el respeto a la diversidad.

IMPRESIONES Y RESONANCIAS

Del impacto inesperado de lo monumental, reflejado en la construcción, obra, ambiente natural, fisonomía del artista, se transita en breve lapso a una cotidianidad que se abre, acoge e incluye con natural bonhomía a los jóvenes estudiantes, a sus trabajos , a sus docentes.

El generoso ofrecimiento del montaje de las obras premiadas en las paredes de una de las salas de exposición compartiendo el espacio jerarquizado con esculturas de artistas de reconocida trayectoria, en diálogo con éstas, resultó ser, sumada al intercambio de opiniones y explicaciones de los propios autores, una experiencia movilizadora y fermental para los alumnos. Como otras tantas. Como pasar del ceremonial del Taller y el quehacer del escultor, en el mismo espacio, entre enormes bloques de mármo, gracias a un rápido correr de mesas y tender de manteles blancos, a un ceremonial festivo de camaradería y encuentro. De acercamiento entre jóvenes, docentes, artistas invitados y el propio anfitrión y su esposa. Intercambio donde el arte confluye naturalmente con lo cotidiano. Oportunidad nada frecuente, esclarecedora, para nuestros estudiantes. Los jóvenes no sólo tuvieron contacto con el escultor Atchugarry de hoy, sino además, - como espejo de sus propias inquietudes –con aquel otro que expone sus primeros dibujos y pinturas en 1972 cuando sólo contaba con 18 años y que más tarde echa a andar por Europa emprendiendo un camino trabajoso, con el ímpetu inicial de un joven que se aventura por un territorio incierto pero a la vez ineludible: la búsqueda de un lenguaje por

el que pudiera cabalgar su expresión; de un material que le permitiera hablar con su propia voz y de un ambiente que acogiera tales inquietudes, alimentadas con sensibilidad desde el cimiento infantil, tal lo que se desprende del material documental y biográfico del artista.

Resonancias, identificaciones, percepciones, emociones, sentimientos de respeto y de inclusión. Experiencia sin duda constructiva, valiosa y motivadora para la búsqueda de estos muchachos. Felizmente, por su carácter bienal, en el correr del presente año será posible nuevamente, la participación al llamado de esta convocatoria.

Ángeles Martínez. Artista visual y Docente en el terreno del Arte y la Comunicación Visual, a nivel Secundario y Terciario. San José de Mayo. 28 de Mayo de 2009.