2
E ste año 2013 hemos sido testigos del esfuerzo titánico de los grandes empresarios nacionales e internacionales, los que a través de sus medios de comunicación de masas han intentado ocultar sus responsabilidades en el golpe militar de 1973, bajo mon- tañas de entrevistas, libros, reportajes, videos, imágenes, poniendo en el escenario como culpables a militares, políticos y un largo etcé- tera. Sin embargo a cuarenta años del golpe militar, podemos asegu- rar que: Este fue producto del fracaso rotundo, que ya se venía mani- festando en la década de los sesenta, del capitalismo desarrollista impulsado por los EEUU a través de la Comisión Económica Para America Latina (CEPAL), y de la “revolución en libertad” -estrategia imperialista burguesa de reformismo burgués- llevada adelante por la Democracia Cristiana (DC) y apoyada por los partidos patronales en disolución. Frente a esta profunda crisis del régimen capitalista y la agudi- zación de la lucha de clases en nuestro país, en las elecciones de los setenta se enfrentaron una salida empresarial capitalista encabezada por los partidos patronales y su candidato el empresario Jorge Ales- sandri (partido nacional) y dos salidas reformistas al capitalismo, rep- resentadas por Radomiro Tomic (DC) quien bajo un programa de con- tinuidad del gobierno de Eduardo Frei M, buscaba detener el alza del movimiento obrero y de masas (reformismo burgués) y el programa de la Unidad popular quien ofrece la “vía pacifica hacia el socialismo” encabezada por Salvador Allende G. el cual, no podemos vacilar en la caracterización después de cuatro décadas, es levantado por un frente popular contrarrevolucionario. La clase obrera, los campesinos, las capas medias empobreci- das, los asalariados, los pobres de campo y la ciudad, no pudieron ser detenidos ni controlados por el gobierno de la Unidad Popular y au- mentaron sus luchas, profundizando su organización y su conciencia de clase, en cada respuesta, hacia los paros patronales, el sabotaje, el boicot empresarial, las agresiones económicas del imperialismo, el terrorismo desatado por el capital nacional e internacional, avanzando hacia la toma del poder y el socialismo. Frente a esto los partidos patronales se unifican junto a la DC y las FFAA, entrenadas por el imperialismo, desatando la guerra en con- tra de la clase obrera y los trabajadores. La confabulación de todas estas fuerzas económicas y sociales, civiles y militares, tuvo como obje- tivo, paralizar y derrotar al proletari- ado chileno, que ha esa fecha había roto con el cepo de contención que le imponían los llamados “partidos de la clase obrera”, el partido socialista (PS) y el partido comunista (PC). Con esto, quedo claro para estas fuerzas reaccionarias, que la UNIDAD POPU- LAR ya no podría contener la energía social que amenazaba sobrepasar su programa reformista, y planteaba una alternativa de dualidad de poder con perspectiva socialista revolucionaria, donde su punto más alto fue alcan- zado por los Cordones Industriales. La dictadura militar Los políticos, los empresarios y los intelectuales al servicio del capital, que pensaron retomar el gobierno en el corto-mediano plazo una vez que los militares hubieran restablecido” el orden y la gobernabilidad”, se vieron enormemente frustrados. El fracaso del capitalismo chileno era la manifestación de una crisis más profunda del capitalismo mundial, este necesitaba recuperar sus tasas de beneficio. Bajo el poder de las armas, la dictadura militar impone sobre los trabajadores y el conjunto de la población una reestructuración de las relaciones económicas, un capitalismo ultraliberal (algunos lo lla- man neoliberalismo),que bajo una política de shock es impuesto y que significa la destrucción de una gran parte de la infraestructura indus- trial, una pauperización masiva (PEM y POJ), la apertura unilateral al mercado mundial, la venta de las industrias en poder del Estado, la privatización de la salud, la educación y las pensiones. La crisis mundial de los ochenta del capitalismo es la que socava las bases de la dictadura y frente a la resistencia de las movilizaciones de masas, el imperialismo se la juega por una salida “democrática” a fines de la década. La Concertación La Concertación juega desde sus inicios un papel de frente popu- lar preventivo de colaboración de clases (contrarrevolucionario), me- diante a) frenar el descontento social por medio de la intervención de la burocracia sindical que utiliza la cooptación para desahuciar las movilizaciones, b) desarticular cualquier amenaza sistémica con el perfeccionamiento y dictación de nuevas leyes que le dan más fuerza a los aparatos jurídicos y represivos del régimen, c) privatizando más empresas – que las ya privatizadas en dictadura - y apoyando aquellas que entraban en crisis, con los medios y recursos del Estado (las AFPs, las salmoneras etc.), d) dando ventajas tributarias al gran capital para entrar a saco en otras áreas ( minería, electricidad, transporte colectivo, supermercados, etc.)., De esta forma, bajo los cuatro gobier- nos de la concertación el patrón de acu- mulación capitalista implantado por la dictadura llegaba a su plenitud y madurez. Esta misma madurez es la que agota a la Concertación como proyecto político, su papel desmovi- lizador y desconcienti- zador había sido cumplido a cabalidad. Los cuatro gobiernos de la concertación Cuarenta años después del golpe militar, las cosas han cambiado: Por una alternativa obrera y socialista EDICIÓN ESPECIAL PRENSA OBRERA Periódico del partido Obrero Revolucionario POR “Sección Chilena de la CRCI”/ Septiembre Nº 12 2013 volante jose 6.indd 1 10/09/2013 12:58:23

Prensa Obrera N°12 Septiembre POR

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Prensa Obrera N°12 / Partido Obrero Revolucionario / Especial Septiembre / Chile

Citation preview

Este año 2013 hemos sido testigos del esfuerzo titánico de los grandes empresarios nacionales e internacionales, los que a través de sus medios de comunicación de masas han intentado

ocultar sus responsabilidades en el golpe militar de 1973, bajo mon-tañas de entrevistas, libros, reportajes, videos, imágenes, poniendo en el escenario como culpables a militares, políticos y un largo etcé-tera.

Sin embargo a cuarenta años del golpe militar, podemos asegu-rar que:

Este fue producto del fracaso rotundo, que ya se venía mani-festando en la década de los sesenta, del capitalismo desarrollista impulsado por los EEUU a través de la Comisión Económica Para America Latina (CEPAL), y de la “revolución en libertad” -estrategia imperialista burguesa de reformismo burgués- llevada adelante por la Democracia Cristiana (DC) y apoyada por los partidos patronales en disolución.

Frente a esta profunda crisis del régimen capitalista y la agudi-zación de la lucha de clases en nuestro país, en las elecciones de los setenta se enfrentaron una salida empresarial capitalista encabezada por los partidos patronales y su candidato el empresario Jorge Ales-sandri (partido nacional) y dos salidas reformistas al capitalismo, rep-resentadas por Radomiro Tomic (DC) quien bajo un programa de con-tinuidad del gobierno de Eduardo Frei M, buscaba detener el alza del movimiento obrero y de masas (reformismo burgués) y el programa de la Unidad popular quien ofrece la “vía pacifica hacia el socialismo” encabezada por Salvador Allende G. el cual, no podemos vacilar en la caracterización después de cuatro décadas, es levantado por un frente popular contrarrevolucionario.

La clase obrera, los campesinos, las capas medias empobreci-das, los asalariados, los pobres de campo y la ciudad, no pudieron ser detenidos ni controlados por el gobierno de la Unidad Popular y au-mentaron sus luchas, profundizando su organización y su conciencia de clase, en cada respuesta, hacia los paros patronales, el sabotaje, el boicot empresarial, las agresiones económicas del imperialismo, el terrorismo desatado por el capital nacional e internacional, avanzando hacia la toma del poder y el socialismo.

Frente a esto los partidos patronales se unifican junto a la DC y las FFAA, entrenadas por el imperialismo, desatando la guerra en con-tra de la clase obrera y los trabajadores. La confabulación de todas

estas fuerzas económicas y sociales, civiles y militares, tuvo como obje-tivo, paralizar y derrotar al proletari-ado chileno, que ha esa fecha había roto con el cepo de contención que le imponían los llamados “partidos de la clase obrera”, el partido socialista (PS) y el partido comunista (PC). Con esto, quedo claro para estas fuerzas reaccionarias, que la UNIDAD POPU-LAR ya no podría contener la energía social que amenazaba sobrepasar su programa reformista, y planteaba una alternativa de dualidad de poder con perspectiva socialista revolucionaria, donde su punto más alto fue alcan-zado por los Cordones Industriales.

La dictadura militarLos políticos, los empresarios y

los intelectuales al servicio del capital, que pensaron retomar el gobierno en el corto-mediano plazo una vez que los militares hubieran restablecido” el orden y la gobernabilidad”, se vieron

enormemente frustrados. El fracaso del capitalismo chileno era la manifestación de una crisis más profunda del capitalismo mundial, este necesitaba recuperar sus tasas de beneficio.

Bajo el poder de las armas, la dictadura militar impone sobre los trabajadores y el conjunto de la población una reestructuración de las relaciones económicas, un capitalismo ultraliberal (algunos lo lla-man neoliberalismo),que bajo una política de shock es impuesto y que significa la destrucción de una gran parte de la infraestructura indus-trial, una pauperización masiva (PEM y POJ), la apertura unilateral al mercado mundial, la venta de las industrias en poder del Estado, la privatización de la salud, la educación y las pensiones.

La crisis mundial de los ochenta del capitalismo es la que socava las bases de la dictadura y frente a la resistencia de las movilizaciones de masas, el imperialismo se la juega por una salida “democrática” a fines de la década.

La ConcertaciónLa Concertación juega desde sus inicios un papel de frente popu-

lar preventivo de colaboración de clases (contrarrevolucionario), me-diante a) frenar el descontento social por medio de la intervención de la burocracia sindical que utiliza la cooptación para desahuciar las movilizaciones, b) desarticular cualquier amenaza sistémica con el perfeccionamiento y dictación de nuevas leyes que le dan más fuerza a los aparatos jurídicos y represivos del régimen, c) privatizando más empresas – que las ya privatizadas en dictadura - y apoyando aquellas que entraban en crisis, con los medios y recursos del Estado (las AFPs, las salmoneras etc.), d) dando ventajas tributarias al gran capital para entrar a saco en otras áreas ( minería, electricidad, transporte colectivo, supermercados, etc.).,

De esta forma, bajo los cuatro gobier-nos de la concertación el patrón de acu-mulación capitalista implantado por la dictadura llegaba a su plenitud y madurez. Esta misma madurez e s la que agota a la Concertación c o m o proyecto político, su papel desmovi-lizador y desconcienti- zador había sido cumplido a cabalidad. Los cuatro gobiernos de la concertación

Cuarenta años después del golpe militar, las cosas han cambiado:

Por una alternativa obrera y socialista

EDICIÓ

N ESPECIA

L

PRENSA OBRERAPe r i ó d i c o d e l p a r t i d o O b r e r o Re v o l u c i o n a r i o P O R “ S e c c i ó n C h i l e n a d e l a C R C I ” / S e p t i e m b r e N º 1 2 2 0 1 3

volante jose 6.indd 1 10/09/2013 12:58:23

(Aylwin, Frei, Lagos, Bachelet) gobernaron para los grandes capitales internos y externos y para el imperialismo, lograron derrotar la salida popular que aspiraba a desmantelar la institucionalidad dejada por la dictadura, y con ello cumplieron su papel contrarrevolucionario.

La actual crisis social en ChileEl malestar larvado en la mayoría de los chilenos comienza a man-

ifestarse en los años 2005-2006 – con huelgas mineras, forestales y la lucha secundaria de los “pingüinos” y se expresa con toda su fuerza el 2011. Este descontento es producto del propio desarrollo y exacerbación de las contradicciones del capitalismo en su etapa de decadencia, es decir, la enorme concentración del poder y la riqueza, la oligopolización de las ramas de la economía: bancos, AFP, ISAP-RES, RETAIL, etc. La depredación de los recursos naturales y el im-pacto sobre el medio ambiente, la sobreexplotación y el subcontrato, el sistemático empobrecimiento de los trabajadores, el completo fra-caso que significo transformar derechos sociales en actividades para el capital y el lucro, la pacificación de la Araucanía con el fin de quitar territorios ricos en recursos naturales y entregárselos a manos del capital monopólico internacional.

Todo esto se traduce en una enorme desigualdad entre las clases sociales, y capas dentro de estas, en el plano económico, social y político. Esta desigualdad es ocultada por la enorme bancarización y financiarización de las relaciones económicas, donde la gran mayoría de los explotados recibe bajos sueldos y salarios, vive permanente-mente sobre-endeudada para sostener su nivel de vida, en una alien-ante bicicleta mensual, lo que trae como consecuencia, el temor a la pérdida del empleo y a la sumisión frente a relaciones dictatoriales en el trabajo. Esta desigualdad extrema, ya era percibida en el gobierno de Lagos por parte de los chilenos, que en encuestas de ese enton-ces, colocaban al endeudamiento como el principal problema social en Chile.

Producto de esto, la clase trabajadora dentro de los límites que le impuso la dictadura en un principio y la Concertación después, nunca ha dejado de luchar. Hitos importantes en este proceso son, el re-chazo que en plena dictadura recibió Pinochet cuando visito el nuevo congreso en construcción -“mal agradecidos” respondió el dictador- , la huelga ilegal de los trabajadores forestales, que lograron imponer una negociación inter-empresas consiguiendo que todos los sindica-tos atomizados por el código laboral se unificaran en un pliego único; lo mismo lograron los subcontratados del cobre y la huelga de los portuarios que paralizo el comercio internacional y que obligó al go-bierno a intervenir, y a la burocracia sindical a extremar sus recursos para buscar arreglos que les salvaran la imagen.

Últimamente se han efectuado innumerables huelgas legales e ilegales, como las de los trabajadores del retail, de los call-center, las grandes tiendas como Falabella, Ripley, Sodimac, otras que adquiri-eron una connotación nacional como los trabajadores de la basura, los de Correos de Chile y dentro de estas, llama la atención la huelga nacional de los trabajadores de las Universidad Sto. Tomas, que fue votada favorablemente por todas sus sedes regionales con un 98%. A esto se suma la impresionante lucha que ha dado la juventud por la recuperación de una educación pública y gratuita en los últimos años.

Estas acciones llevadas a cabo por los trabajadores, todas a con-trapelo de las burocracias sindicales, como la de correo y los bas-ureros, dejaron a la luz las manos negras de la CUT para bajar las huelgas y reflejan el agotamiento de la paciencia de las masas ante la molicie de las direcciones sindicales nacionales, que chocan con-stantemente con sus demandas. Los trabajadores comienzan nue-vamente a enfrentarse con la burguesía empresarial y su modelo de explotación agotado y que se sume cada día más en la crisis capi-talista mundial.

La actual crisis políticaLa “democracia tutelada” y el Estado chileno se encuentra en una

enorme crisis, donde las instituciones políticas, han caído en el de-scrédito por parte del conjunto de la población. En esta situación se encuentra, el parlamento, el poder judicial, el gobierno, la presidencia, los partidos políticos, las FFAA, la constitución, la ley binominal, en

síntesis, las instituciones políticas heredadas de la dictadura en su conjunto, son rechazadas por la mayoría de la población, la legalidad de conjunto enfrenta un gran desprestigio y un proceso de deslegiti-mación creciente que ha fortalecido las posiciones que llaman a una asamblea constituyente.

La catástrofe mundial del capitalismo, en su época de decadencia y la crisis en Chile del modelo ultraliberal impuesto por la dictadura, nos indican que a cuarenta años del golpe militar la clase dominante y sus aliados, no pueden seguir gobernando como lo han hecho hasta ahora, sus partidos tanto de la Alianza por Chile como de la Nueva Mayoría – con la integración del partido comunista a la concertación- están enormemente desprestigiados, desorganizados y sin alterna-tiva. Esta situación de la burguesía chilena, no es más que la réplica de lo que le sucede a la burguesía mundial. Lo central es que en la actualidad está planteada en el mundo, y en Chile, una cuestión de poder. Estamos viviendo una época de transición hacia un nuevo or-den mundial y nacional, orden que debe ser construido sobre nuevas relaciones y bases sociales.

La tarea que se presenta para los cuadros de avanzada de la clase obrera es la de preparar las condiciones organizativas, para re-sistir y rechazar, la escalada de la burguesía contra los derechos de los trabajadores, este objetivo solo se logrará con la construcción de una dirección de la clase obrera y los trabajadores, desahuciando la política reformista conciliadora y dialogante ejercida durante más de dos décadas por las centrales sindicales de las diversas tendencias del frente popular y la izquierda democratizante.

Cuarenta años después, las cosas han cambiado, la clase obrera y los trabajadores comienzan sin pausa a rearticular sus organiza-ciones a converger con las otras fuerzas sociales explotadas y abu-sadas; estudiantes, mapuches, medioambientales, deudores, camp-esinos etc. fuera de la institucionalidad burguesa, lo que demuestra que la conciencia del pueblo está dando un paso cualitativo, necesa-rio si trata de presentar batalla al capitalismo e impedir que su crisis catastrófica y global sea descargada sobre la clase obrera y los tra-bajadores, y por sobre todo, la retoma del camino hacia un gobierno de los trabajadores, la toma del poder, y la construcción una nueva sociedad basada sobre nuevas bases sociales.

El Partido Obrero Revolucionario levanta a la clase obrera en particular y los trabajadores chilenos en general la lucha por:

Por un gobierno de los trabajadoresLa convocatoria a un congreso de refundación del sindicalismo que recupere la independencia de clase, que se delimite política-mente de las instituciones estatales, de los partidos tradicion-ales, los gobiernos y los empresarios.

Preparar a la clase obrera y los trabajadores para levantar la huelga general, como la forma de impedir que los capitalistas descarguen su crisis sobre los asalariados como lo están haci-endo en toda Europa.

Oponerse a todo despido de trabajadores y a la subcontratación, porque la crisis no es nuestra responsabilidad.

Levantar la consigna solidaria del reparto de las horas de tra-bajo, sin disminución de salario, donde sea necesario.

Desahuciar el Código del Trabajo, herencia pinochetistaFin a las AFP.

Una educación y salud pública y gratuitaQUE LA CRISIS LA PAGUEN LOS CAPITALISTASPartido Obrero Revolucionario - POR

Septiembre 2013

PORPARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO

volante jose 6.indd 2 10/09/2013 12:58:24