Agradecimientos.

Agradecemos el interés mostrado en esta actividad plástica-literaria a:

Grupo 1º BVoces e Ilustración

Andrea Revuelta **

Miriam Bouderouaya

Sofía Cabrera

Raúl Guardiola

Paula Lera

Claudia Riau

Jessica Vergara

Inés Zagasti

Ilustradores

Eva Guardiola

Néstor Ibarz

Javi Larroya

Sergi Lázaro

Grupo 1º A

Ilustradores

Joaquín Badía

Alba Cacho

Beni Gallinad

Andrea Guiral

Judit Labrador

Ión Peña

David Polo

Arantxa Ponti

Germán Saseta

Primer curso Primer curso E.S.OE.S.O..

Leemos, Leemos, imaginamos, imaginamos,

interpretamos, interpretamos, comentamos, comentamos, recreamos, recreamos, ilustramos.ilustramos.

Nos convertimos en Nos convertimos en escritores comoescritores como

RoaldRoald DhalDhal..

Ilustramos comoIlustramos comoQuentinQuentin BlakeBlake..

PorquePorquenosotros tambinosotros tambiéénn

somos somos DannyDanny

La GasolineraLa Gasolinera

(…) Mi padre era el dueño de la gasolinera, del carromato y de un pequeño prado que había detrás, pero eso era todo lo que poseía en el mundo. Era una gasolinera muy pequeña en una pequeña carretera secundaria rodeada de campos y de frondosas colinas.

(…) Al darme el señor Hazell la llave del depósito, amenazó con pegarme si manchaba su precioso coche. Mi padre se enfadó muchísimo y le dijo que amenazase a alguien de su tamaño.

Danny

Este soy yo, Danny. Y a mi izquierda, está el carromato donde vivimos mi padre y yo. (…) El carromato era nuestra casa y nuestro hogar. Era una auténtica carreta de gitanos, con grandes ruedas y toda pintada con bonitos dibujos en amarillo, rojo y azul (…) Había una sola habitación en el carromato y no era mucho más grande que un cuarto de baño moderno de mediano tamaño.

El GS siempre lleva una maleta y una cerbatana. La cerbatana es tan larga como un farol. La maleta es para llevar los polvos. Así que abre la maleta y selecciona el polvo adecuado… y lo pone en la cerbatana…. y mete la cerbatana por la ventana bien abierta…. y puuf…sopla el polvo.. y el polvo flota en el cuarto… y el niño lo respira …

El Gigante SimpEl Gigante Simpááticotico

Coches, cometas y globos de fuegoCoches, cometas y globos de fuego

Y el día de mi cumpleaños, por la mañana, apareció una máquina asombrosa, hecha con cuatro ruedas de bicicleta y varias cajas grandes de jabón. Pero aquello no era una cosa corriente. Tenía un pedal de freno, un volante, un cómodo asiento y un fuerte parachoques que aguantaría bien un golpe. Le llamé jabonero y, casi todos los días, me lo llevaba a la cima de la colina (…)

El profundo y oscuro secreto de mi padreEl profundo y oscuro secreto de mi padre

-¿Cómo coges los faisanes? ¿Tienes una escopeta escondida en algún sitio? (…)

-Estas cosas son grandes secretos. Grandísimos secretos. Pero creo que si mi padre me los contó a mí, probablemente yo también puedo contártelos a ti. ¿Quieres que te los cuente?

Esa noche mi padre Esa noche mi padre me contme contóó un secreto un secreto que tenque teníía guardado a guardado hachacíía tiempo. a tiempo.

Me dijo que era Me dijo que era furtivo, que cazaba furtivo, que cazaba faisanes en el faisanes en el bosbos--que de que de HazellHazell..

-El método número uno –dijo en voz baja- se llama cebo de crin de caballo.

- ¿Qué sucede con el cebo de crin de caballo?- pregunté- ¿Cómo funciona?

- Es muy sencillo. Primero coges unas cuantas pasas y las dejas en remojo en agua durante la noche para que estén gordas, blandas y jugosas. Luego consigues un buen pelo de caballo, que sea fuerte, y lo cortas en trocitos de centímetro (…)

Los mLos méétodos secretostodos secretos

-Primero haces un hoyo pequeño en el suelo. Luego haces un cono de papel y lo metes en el hoyo, con el lado hueco hacia arriba como una taza. Luego untas un poco de cola en el interior del cono de papel y echas unas pasas dentro. Al mismo tiempo dejas un reguero de pasas en el suelo que lleva hasta el cono. Entonces el faisán va picoteando el rastro y cuando llega al hoyo mete la cabeza dentro para comerse las pasas (…)

Los mLos méétodos secretostodos secretos

- Pero, papá -dije- ¿Cómo pones el gorro de papel en la cabeza del faisán?- Nunca lo adivinarías, Danny.

- Dímelo. (…)

Victor Hazell era un pretencioso terrible y trataba desesperada-mente de hacerse ami-go de quienes él con-sideraba que eran gen-te de bien. Cazaba con perros, organizaba ca-cerías y llevaba chale-cos de fantasía. Todos los días de trabajo pa-saba por delante de nuestra gasolinera en su enorme Rolls Roy-ce plateado, camino de la fábrica de cer-veza.

El seEl seññor or VictorVictor HazellHazell

¿Por qué no ir en el Austin Siete?. Realmente yo sabía conducir. Mi padre siempre me permitía mover los coches que traían para repararlos. Me dejaba meterlos en el taller y luego sacarlos marcha atrás (…)

Volví al taller y encendí la luz. Abrí las puertas dobles. Me senté en el asiento del conductor del Austin. Quité el freno de mano. Encontré el botón de arranque y lo oprimí. El motor tosió una vez y luego arrancó.

El El AustinAustin sietesiete

El hoyoEl hoyo

-¿Dónde estás, papá?

-Estoy aquí abajo. Avanza despacio. Pero ten cuidado. No te caigas.

Avancé con pies de plomo. Entonces vi el hoyo. Me acerqué al borde y dirigí la luz hacia abajo, y allí estaba sentado mi padre. Estaba sentado en el fondo del hoyo, con la cara levantada hacia la luz.

Mi padre me dijo una vez que el doctor Spencer llevaba casi cuarenta y cinco años cuidando a la gente de nuestro distrito. Debía tener ya más de setenta años y hacía mucho tiempo que podía haberse jubilado, pero él no deseaba retirarse y sus pacientes tampoco deseaban que lo hiciera. Era un hombre menudo, con manos y pies diminutos y carita redonda. Su cara estaba tan marrón y arrugada como una manzana seca (…)

El doctor El doctor SpencerSpencer

Las truchasLas truchas

--¿¿Sabes cSabes cóómo coger una trucha sin utilizar una camo coger una trucha sin utilizar una cañña y un anzuelo, a y un anzuelo, DannyDanny??

-- No No ––dijedije-- ¿¿CCóómo?mo?

--HaciHaciééndole cosquillas. Sndole cosquillas. Síí. Ver. Veráás, a las truchas les gusta descansar cerca de la s, a las truchas les gusta descansar cerca de la orilla del rorilla del ríío. Aso. Asíí que vas muy despacio por la orilla hasta que ves una que vas muy despacio por la orilla hasta que ves una grandegrande……., te acercas por ., te acercas por detrdetrááss…… y te tumbas boca abajo; entonces lentamente, y te tumbas boca abajo; entonces lentamente, con mucho cuidado, metes la mano en el agua detrcon mucho cuidado, metes la mano en el agua detráás de la s de la truchatrucha…… la deslizas la deslizas debajo de debajo de ellaella…… y empiezas a acariciarla el vientre con la punta de un dedo (y empiezas a acariciarla el vientre con la punta de un dedo (……))

- Esta cacería del señor Hazell es un aconteci-miento muy importante, Danny.

-¿Viene mucha gente?–pregunté.

- Cientos de personas. Vienen de muchos kilo-metros a la redonda. Duques, marqueses, ba-rones y condes, ricos hombres de negocios y toda la gente de catego-ría de la región. Vienen con sus escopetas, sus perros y sus esposas, y durante todo el día el ruido de los disparos en el valle.

La gran cacerLa gran cacerííaa

El capitEl capitáán n LancasterLancaster se puso de pie y se puso de pie y se acercse acercóó a una librera una libreríía alta que haba alta que habíía a en la pared de la izquierda. Del estante en la pared de la izquierda. Del estante mmáás alto de la librers alto de la libreríía cogia cogióó la temida la temida cacañña. Era blanca, tan blanca como el a. Era blanca, tan blanca como el hueso, muy larga y muy delgada, con hueso, muy larga y muy delgada, con un extremo curvado, como un bastun extremo curvado, como un bastóón.n.

--TTúú primero primero ––meme dijo, sedijo, seññalaláándome ndome con la cacon la caññaa--. Extiende la mano . Extiende la mano izquierda. izquierda.

Jueves en el colegioJueves en el colegio

El El nuestro era un colegio pequeño de pueblo, un edificio de ladrillo rojo, chato y feo, de una sola planta. Sobre la puerta principal había un bloque de piedra gris, pegado con cemento a los ladrillos, en el cual ponía: ESTA ESCUELA FUE CONSTRUIDA EN 1902 PARA CONMEMORAR LA CORONACIÓN DE SU ALTEZA REAL, EL REY EDUARDO VII.

El seEl seññor or SnodySnody

Vi al señor Snody, el director de mi colegio, un poco tambaleante, mientras trataba de entrar a escondidas por la puerta lateral de su casa, pero él no vio la antipática cara de su mujer que le espiaba desde la ventana del primer piso.

Nos quedamos muy agachados, observando al guardabosques. Era un hombre bajo que llevaba una gorra en la cabeza y una escopeta de dos cañones bajo el brazo. No se movía. Parecía un pequeño poste allí puesto.

En el bosqueEn el bosque

Estuvimos un rato senta-dos en la hierba, mien-tras esperábamos que se hiciera de noche. El sol ya se había puesto y el cielo era de un pálido tono azul, levemente te-ñido de amarillo. En el bosque, las sombras y los espacios entre los árboles iban pasando del gris al negro.

-En este momento, podrías ofrecerme cual-quier lugar del mundo –dijo mi padre- y no me iría.

El guardaEl guarda

El guarda El guarda RabbetsRabbets

El guarda Rabbets era uno de los guardas del bosque. Su aspecto era el de un hombre alto y huesudo, cara delgada y mirada dura; sus dientes eran oscuros y pequeños de color amarillento. Llevaba una escopeta bajo el brazo, y un perro negro que siempre iba a su lado.

-Ciento diecisiete… cien-to dieciocho… ciento die-cinueve… ¡Ciento veinte! –gritó- ¡Es el récord de todos los tiempos! –Nun-ca lo había visto más feliz-. El máximo que mi padre consiguió de una vez fueron quince, ¿y se pasó una semana borra-cho para celebrarlo! Pero esto… esto, hijo, ¡es un récord mundial!

-Supongo que sí.

-¡Y lo has conseguido tú, Danny! ¿Todo fue idea tuya! (…)

-¿Y sabes en que te convierte esto, Danny? ¡Te convierte en el cam-peón del mundo!

El campeEl campeóón del mundon del mundo

Es un milagro, abso-lutamente un milagro, han caído muchos faisanes.

¡Danny eres el campeón del mundo!

DannyDanny el el campecampeóón del n del

mundomundo

El taxiEl taxi

Terminamos de llenar los sacos y mi padre se echó el suyo a la espalda. Yo no pude hacer lo mismo con el mío. Pesaba demasiado.

-Arrástralo -dijo mi padre- Puedes llevarlo a rastras (…) Llegamos a la linde del bosque y miramos por entre el seto hacia la senda. (…)

Dos minutos después estábamos a salvo dentro del taxi y bajábamos lentamente por el camino de los baches hacia la carretera.

-Berrea como un condenado –dijo el doctor Spencer. (…)

¡De repente, un enorme faisán salió volando del cochecito!

Mi padre lanzó un grito de horror. (…)

El faisán aleteó en el aire, como borracho, durante unos segundos, luego perdió altura y aterrizó sobre la hierba al lado de la carretera.

El cochecito giganteEl cochecito gigante

Adiós señor Hazell

En menos de un minuto, el Rolls estaba literalmente cubierto de faisanes, todos arañaban, rascaban y soltaban sus líquidas cagadas sobre la brillante pintura plateada.

Colocados sobre la mesa de trabajo de mi padre, entre llaves inglesas, destornilladores y trapos grasientos, había seis soberbios faisanes, tres machos y tres hembras (…)

La sorpresa del doctor La sorpresa del doctor SpencerSpencer

Mi padreMi padre

Lo que he estado tratando de deciros todo el tiempo es sencillamente que mi padre, sin la menor duda, es el padre más maravilloso del mundo

Y después saldríamos con los sandwiches en el bolsillo, subiríamos al monte de Cobbers y descenderíamos por el otro lado y llegaríamos al bosque de alerces por donde pasa el arroyo.

- ¿Y después de eso?