Upload
others
View
2
Download
0
Embed Size (px)
Citation preview
htt
ps:
//w
ww
.his
tori
asd
ondeviv
o.c
om
/esc
uela
-
info
@his
tori
asd
ondeviv
o.c
om
Historias donde vivo & SB Agencia literaria Escuela de escritura profesional y oficios de la edición
1
PROGRAMA DE FORMACIÓN DE ASESORES LITERARIOS Y EDITORES DE MESA
Unidad I | Hablemos del oficio
PRÁCTICA II
Edición de textos
Francisco Manuel Rodríguez
Ramón Caramazana
Verónica Doménech
Teresa Saborit
Alexandra Soriano
Yolanda Serrano
Clara Docampo
Coordina: M. Luisa Penín
htt
ps:
//w
ww
.his
tori
asd
ondeviv
o.c
om
/esc
uela
-
info
@his
tori
asd
ondeviv
o.c
om
Historias donde vivo & SB Agencia literaria Escuela de escritura profesional y oficios de la edición
2
Editar correctamente un texto
Para editar correctamente un texto tenemos que conocer cuál era el objetivo del autor
al crearlo y el público lector al que se dirige. En este caso, como se trata de un ejercicio
no lo sabemos a ciencia cierta, pero podemos aventurarlo echando un vistazo al
contenido de su blog.
Al tratarse de un escritor independiente con varios títulos autopublicados, es lícito
pensar que su objetivo al mantener un blog es darse a conocer, dar a conocer su obra y
construir una comunidad de lectores en torno a la misma.
Se puede deducir, también, que el autor utiliza el blog para otorgar visibilidad a su
trabajo como escritor, construir su imagen corporativa y contactar con otros escritores
independientes.
Esto es importante. ¿Por qué? Porque se trata de un escritor que publica y vende
libros, por tanto, entendemos que tiene una responsabilidad para con sus lectores.
Como editores y asesores literarios, procederemos al análisis de una de las entradas de
su blog aventurando que sus objetivos son los mencionados anteriormente
Imaginemos que este autor nos ha solicitado una asesoría. Imaginemos, también, que
ha decidido darle un impulso a su carrera literaria y que nos ha pedido que analicemos
sus textos para ayudarlo a reforzar su imagen corporativa. Veamos cómo hemos
afrontado, cada uno de nosotros, el análisis del relato.
Quiero destacar que todos habéis hecho un buen trabajo, aunque, como veréis, los
puntos de vista y el resultado son muy distintos. En esta práctica queda patente que no
hay una sola forma de editar, sino tantos textos como editores hay.
Todos habéis respetado la consigna de realizar las mejoras oportunas a partir de una
mínima intervención. Algunos de vosotros, además, habéis razonado vuestra opción.
Ahora, vamos a estudiar vuestras propuestas. Al final del documento, incluyo la mía.
htt
ps:
//w
ww
.his
tori
asd
ondeviv
o.c
om
/esc
uela
-
info
@his
tori
asd
ondeviv
o.c
om
Historias donde vivo & SB Agencia literaria Escuela de escritura profesional y oficios de la edición
3
TEXTO ORIGINAL
La Guerra del Ayer va avanzando a paso lento pero seguro, y ya he igualado mi mejor
racha desde que empecé con este reto. Y lo mejor es que la historia me va
sorprendiendo con giros inesperados. Todavía no me he salido de los esquemas que
preparé a principios de mes, pero el capítulo que terminé ayer me ha dado una agradable
sorpresa, con uno de los personajes apareciendo (casi) inesperadamente al final del
capítulo para poner en aprietos a otro personaje.
No es que sea una escena muy memorable ni nada por el estilo, es solo una muestra más
del refrán Los niños y los borrachos siempre dicen la verdad. Pues ahí tenemos a un
personaje emborrachándose y soltando verdades, con lo que aquellos que ya hayan
leído los tres tomos de La amenaza treyana ya tienen una pista para saber quién es.
Como decía, lo divertido es que esa intención no estaba prevista en ingún lado, ni se
me había ocurrido hasta el momento en que empecé a escribirla. Ahí tienes un ejemplo
práctico de la gran ventaja de escribir a ciegas, que te sorprendes tú mismo de lo que
escribes y de lo bien que encaja todo.
Qué coño, lo voy a contar.
Bueno, no todo, pero sí algo. El caso es que tenía a los tres personajes de esa escena
entrando en una sala y dentro de la descripción de esta metí un mueble-bar. Mientras
dos personajes se enzarzan en una discusión en la que uno tiene que medir sus palabras
para que el otro no se entere, el tercer personaje se acerca sin que nadie le vea al mueble
bar, agarra una botella y se pone a beber. Cuando ya lleva unos cuantos tragos, se mete
en la conversación con dramático resultado.
Cierto, no es nada del otro mundo. Sin embargo, haber empezado el día sin saber qué
iba a escribir y que la escena (con todo el bagaje que lleva detrás, porque cada personaje
está actuando según su propia personalidad y con sus propios objetivos) haya surgido
así de la nada, es algo tan increíblemente mágico que me maravilla y me cuesta creer,
aunque lo haya vivido en mis carnes.
Me encanta ser escritor.
Mañana más. ¡Feliz escritura!
htt
ps:
//w
ww
.his
tori
asd
ondeviv
o.c
om
/esc
uela
-
info
@his
tori
asd
ondeviv
o.c
om
Historias donde vivo & SB Agencia literaria Escuela de escritura profesional y oficios de la edición
4
Teresa Saborit
La Guerra del Ayer va avanzando, a paso lento pero seguro. ¡Ya he igualado mi mejor racha desde que empecé con este reto! (1) Lo mejor es que (2) la historia me va sorprendiendo con giros inesperados. Es la gran ventaja de escribir a ciegas, que te sorprendes a ti mismo de lo que escribes y de lo bien que encaja todo (con todo el bagaje que lleva detrás, con cada personaje actuando según su propia personalidad y sus propios objetivos): no me he salido de los esquemas que preparé a principios de mes, pero el capítulo que terminé ayer me dió una agradable sorpresa cuando, al final, uno de los personajes apareció (casi) inesperadamente para poner en aprietos a otro. ¡Qué coño! Lo voy a contar. Bueno, no todo... Pero algo sí. Tres personajes entran en una sala con un mueble-bar. Mientras dos personajes se enzarzan en una discusión (en la que uno tiene que medir sus palabras para que el otro no se entere de lo que está pasando) (3), el tercer personaje se acerca al mueble-bar, agarra una botella, se pone a beber y, cuando ya lleva unos cuantos tragos, se mete en la conversación con dramático resultado. Cierto, no es nada del otro mundo, es sólo una escena más del tipo «los niños y los borrachos siempre dicen la verdad» (4): un personaje emborrachándose y soltando verdades (aquellos que ya habéis leído los tres tomos de La amenaza treyana podéis intuir de quien se trata). Pero lo divertido es que no estaba prevista en ningún lado, que ni tan siquiera se me había ocurrido antes de empezar a escribirla: haber empezado el día sin saber qué iba escribir y que la escena haya surgido así, de la nada, es algo tan absolutamente mágico que me maravilla y me cuesta creer, aunque lo haya vivido en mis propias carnes. Me encanta ser escritor. Mañana, más. ¡Feliz escritura!
(1) Me gusta. Aporta al texto el aire entusiasta que refleja la personalidad del autor.
(2) Has modificado la estructura sintáctica del párrafo y ha ganado en coherencia y cohesión. Has
forzado un punto y a parte entre los párrafos primero y segundo que le da “aire” al texto.
(3) Buena opción, colocar esta información entre paréntesis.
(4) Bien observado. Yo comenzaría la frase con mayúsculas.
Dio: monosílabo sin acento.
Solo: son válidas ambas opciones, pero mejor no acentuarlo. Hace tiempo que la RAE está eliminando
diacríticos.
Mueble bar: sin guion central. Solo se pone entre palabras compuestas que son largas y en algún otro
caso, pero, en este, no.
htt
ps:
//w
ww
.his
tori
asd
ondeviv
o.c
om
/esc
uela
-
info
@his
tori
asd
ondeviv
o.c
om
Historias donde vivo & SB Agencia literaria Escuela de escritura profesional y oficios de la edición
5
Ramón Caramazana Buenos días: te comento la práctica encomendada, la dos. (Por cierto, sí que es verdad que es un poco puñetera, pero me ha gustado) Faltas de ortografía y erratas: Faltan comas que articulen mejor las frases en distintos sitios (en la primera frase, después de “seguro”, y en más sitios), utiliza “aprietos” en plural, cuando debería ir en singular. Faltan acentos (sólo), abusa de los gerundios, de los adverbios (-mente) (2), y también de las formas compuestas de algún verbo cuando sería mejor utilizar una forma simple. (1) El texto, en mi opinión, intenta ser demasiado accesible; el autor pretende que “escuchemos” de manera literal “su voz”, y convierte la narración en una conversación hablada (3). Puede resultar adecuado para obtener cercanía, pero en exceso, como es el caso, puede provocar rechazo. El uso de expresiones coloquiales (Pues tenemos aquí, se puso a, El caso es que, Ahí tienes) hace que la narración ofrezca una camaradería que no existe, y que no queda bien. Pretende ser natural, pero no lo consigue (4). Si he de aventurar el grado de pericia narrativa del autor sólo por este texto, diría que debe cuidar más el lenguaje y, sobre todo, la forma que elige para expresarse. En su intento de ser natural, la terminología empleada, y el abuso de expresiones demasiado coloquiales hacen que su intento de parecer natural sea forzado, bien por esas ganas de conseguirlo, bien por no saber expresarse de otro modo. Creo que su pericia es baja, a tenor de lo observado. (5) He realizado una corrección de estilo que refleje esa naturalidad que pretende sin retocar demasiado el texto. Espero haberlo conseguido:
La Guerra del Ayer va avanzando a paso lento pero seguro, y he igualado mi mejor racha desde que empecé con este texto. Y lo mejor es que la historia me sorprende con giros inesperados. Todavía no he salido de los esquemas que preparé a principios de mes, pero el capítulo que terminé ayer me ha dado una agradable sorpresa, cuando un personaje apareció de repente al final del capítulo para poner en un aprieto a otro personaje. No es una escena muy memorable, ni nada por el estilo; es sólo una muestra más del refrán que recita que Los niños y los borrachos siempre dicen la verdad. Aquí tenemos un personaje que se emborracha y dice verdades, con lo que aquellos que hayan leído los tres tomos de La amenaza treyana ya tienen una pista para saber quién es. Lo divertido es que esa intervención no estaba prevista en ningún lado, ni se me había ocurrido hasta el momento en que empecé a escribirla. Es un ejemplo
htt
ps:
//w
ww
.his
tori
asd
ondeviv
o.c
om
/esc
uela
-
info
@his
tori
asd
ondeviv
o.c
om
Historias donde vivo & SB Agencia literaria Escuela de escritura profesional y oficios de la edición
6
práctico de la gran ventaja de escribir a ciegas, que te sorprendes tú mismo de lo que escribes, y de lo bien que encaja todo. ¡Qué coño, lo voy a contar! Bueno, algo, pero no todo (6). Tenía a los tres personajes de esa escena en una sala y, dentro de la descripción de esta, metí un mueble-bar. Dos personajes se enzarzan en una discusión, en la que uno tiene que medir sus palabras para que el otro no se entere, mientras el tercer personaje, sin que nadie le vea, se acerca al mueble-bar, agarra una botella y se pone a beber. Después de unos cuantos tragos se mete en la conversación, con dramático resultado. Cierto, no es nada del otro mundo. Sin embargo, empezar el día sin saber qué iba a escribir, y que la escena (con todo el bagaje que lleva detrás, porque cada personaje está actuando según su propia personalidad y con sus propios objetivos) surja así de la nada es algo tan increíble, tan mágico, que me maravilla y me cuesta creer, aunque lo haya vivido en mis carnes. Me encanta ser escritor. Mañana, más. ¡Feliz escritura! Un saludo, Ramón Caramazana. (1) Muy bien observado, Ramón. Coincido contigo. (2) ¡Ay! Opino igual, pero, hoy en día, hay lingüistas que nos recriminan que los editores lo
censuramos demasiado (mal que me pese). (3) Coincido contigo. Bien observado. (4) Estoy de acuerdo. (5) Estoy de acuerdo contigo, aunque Francisco realiza una interesante observación al
respecto... (6) Una de las mayores dificultades de la edición del texto es la reescritura de este párrafo.
Bien resuelto, Ramón. Tu propuesta de edición es correcta y muy bien argumentada.
Mueble bar: No lleva guion. Recogeremos estos casos en nuestro libro de estilo.
htt
ps:
//w
ww
.his
tori
asd
ondeviv
o.c
om
/esc
uela
-
info
@his
tori
asd
ondeviv
o.c
om
Historias donde vivo & SB Agencia literaria Escuela de escritura profesional y oficios de la edición
7
Alexandra Soriano
La Guerra del Ayer va avanzando a paso lento pero seguro y ya he igualado mi mejor racha desde que empecé con este reto. Lo mejor de esta nueva experiencia es posiblemente que la historia me va sorprendiendo con giros inesperados. Como norma excepcional, no planifiqué nada ni me molesté en trazar una pauta que pudiera ayudarme con este salto al vacío (1), y quizá fue por eso por lo que me fasciné cuando ayer, en el capítulo que terminé, me llevé una agradable sorpresa con uno de los personajes apareciendo inesperadamente al final del capítulo para poner en aprietos a otro sujeto.
No es que fuera una escena muy memorable ni nada por el estilo, es solo una muestra más del carácter que aflora cuando llevamos unas cuantas copas de más, casi como si en vez de beber alcohol nos pusiéramos ciegos de un suero de la verdad que nos priva de la censura de la razón.
Como decía, lo divertido es que esa intervención no estaba prevista en ningún lado, ni se me había ocurrido hasta el momento en que empecé a escribirla. Ahí tenéis un ejemplo práctico de la gran ventaja de escribir a ciegas, que te sorprendes de lo que escribes y de lo bien que puede encajar todo con unas gotas de caos.
Creo que a estas alturas sería mejor explicar la escena, aunque se trate tan solo de algunas partes mínimas. Después de estar hablando tanto de ella sería desconsiderado por mi parte no hacerlo.
El caso es que tenía a los tres personajes de esa escena entrando en una sala y dentro de la descripción de esta coloqué un mueble-bar. Mientras dos personajes se enzarzaban en una discusión en la que uno tenía que medir sus palabras para que el otro no se enterase, el tercer personaje se acercó sin que nadie le viera al mueble bar, agarró una botella y se puso a beber como si no le importase el acalorado debate que tenía a unos pocos pasos. Cuando ya llevaba unos cuantos tragos, se metió en la conversación con dramático resultado.
Cierto, no es nada del otro mundo. Sin embargo, haber empezado el día sin saber qué iba escribir y que la escena haya surgido así de la nada es algo tan increíblemente mágico que me maravilla y me cuesta creer, aunque lo haya vivido en mis carnes.
Me encanta ser escritor.
Mañana, más. ¡Feliz escritura!
(1) Muy bien resuelto. Le explicas al lector que no acostumbras a improvisar. Me gusta la metáfora del salto al vacío.
(2) ¡Muy valiente! Me gusta mucho el texto que has creado, aunque creo que te has dejado llevar un pelín...
(3) Me gusta. Has rescatado la referencia a las gotas. Sugieres que no está mal improvisar, pero solo de vez en cuando.
(4) Muy acertado, el cambio. Los debates no se tienen. Se mantienen.
Muy valiente tu propuesta. Me gusta que hayas corregido el texto sin miedo, aunque veo más tu voz que la del autor.
htt
ps:
//w
ww
.his
tori
asd
ondeviv
o.c
om
/esc
uela
-
info
@his
tori
asd
ondeviv
o.c
om
Historias donde vivo & SB Agencia literaria Escuela de escritura profesional y oficios de la edición
8
Francisco Manuel Rodríguez
En principio el texto me parece correcto: es una entrada en un blog, parece que en modo de diario del proceso de escritura de su novela, escrita con soltura(1) y con un tono desenfadado.
Creo que sería muy aventurado valorar la pericia narrativa del autor. Una entrada en su blog puede distar mucho de la calidad y estilo de sus novelas (2). En cualquier caso, el texto es ameno y maneja con acierto unas gotas la intriga.
Me fallará la intuición, pero no cierto es que no me atrevería aún a meterme mano a una corrección de estilo de ese texto. Como decía tiene un tono desenfadado e íntimo (que no intimista) y, salvo alguna falta o errata, es bastante correcto. Está dirigido a escritores, pero no se trata de un manual de técnicas narrativas, ni de una disertación sesuda.
Guerra del Ayer(3) va avanzando a paso lento pero seguro y ya he igualado mi mejor racha desde que empecé con este reto. Y lo mejor es que la historia me va sorprendiendo con giros inesperados. Todavía no me he salido de los esquemas que preparé a principios de mes, pero el capítulo que terminé ayer me ha dado una agradable sorpresa, con uno de los personajes apareciendo (casi) inesperadamente al final del capítulo para poner en aprietos a otro personaje. No es que sea una escena muy memorable ni nada por el estilo, es solo una muestra más del refrán aquel de Los niños y los borrachos siempre dicen la verdad. Pues aquí tenemos a un personaje emborrachándose y soltando verdades, con lo que aquellos que ya han leído los tres tomos de La amenaza treyana(4) ya tienen una pista para saber quién es. Como decía, lo divertido es que esa intervención no estaba prevista en ningún lado, ni se me había ocurrido hasta el momento en que empecé a escribirla. Ahí tienes un ejemplo práctico de la gran ventaja de escribir a ciegas, que te sorprendes tú mismo de lo que escribes y de lo bien que encaja todo. Qué coño (5), lo voy a contar. Bueno, no todo, pero sí algo. El caso es que tenía a los tres personajes de esa escena entrando en una sala y dentro de la descripción de esta metí un mueble-bar. Mientras dos personajes se enzarzan en una discusión en la que uno tiene que medir sus palabras para que el otro no se entere, el tercer personaje se acerca sin que nadie le vea al mueble-bar, agarra una botella y se pone a beber. Cuando ya lleva unos cuantos tragos, se mete en la conversación con dramático resultado. Cierto, no es nada del otro mundo. Sin embargo, haber empezado el día sin saber qué iba escribir y que la escena (con todo el bagaje que lleva detrás, porque cada
htt
ps:
//w
ww
.his
tori
asd
ondeviv
o.c
om
/esc
uela
-
info
@his
tori
asd
ondeviv
o.c
om
Historias donde vivo & SB Agencia literaria Escuela de escritura profesional y oficios de la edición
9
personaje está actuando según su propia personalidad y con sus propios objetivos) haya surgido así de la nada es algo tan increíblemente mágico que me maravilla y me cuesta creer, aunque lo haya vivido en mis carnes.
(1) Es cierto que es ritmo es ágil, pero la lectura resulta bastante confusa...
(2) Estoy totalmente de acuerdo. Es aventurado; pero para salir de dudas os haré una propuesta.
Podríamos leer una de sus novelas y realizar un editing. Así valoraríamos las diferencias...
(3) Bien observado. Sería más adecuado Guerra del ayer. Mantendríamos la mayúscula en los títulos. No
conviene abusar de las mayúsculas.
(4) treyana es correcto. No se refiere a Troya, sino a Treya (un lugar inventado). Mi consejo es que, cuando
corrijas, dudes de todo. No sabemos si el autor ha escogido el nombre porque pretendía que el lector
imaginara un lugar al estilo de las ciudades griegas. Voy a pensar que sí...
(5) ¡Qué coño! Mucho mejor.
Me ha resultado especialmente interesante tu postura. Algunos hemos saltado sobre
el texto para destrozarlo (yo, la primera). Tú has realizado una reflexión interesante, te
has detenido a pensar antes de actuar, aunque todos habéis sido muy comedidos, tal
como os sugerí. Muchos editores actúan así ante sus primeros textos. Como estamos en
clase, te sugiero que no te cortes: ningún autor nos saltará a la yugular. ¡Disfrutemos
dándole caña al boli rojo!
htt
ps:
//w
ww
.his
tori
asd
ondeviv
o.c
om
/esc
uela
-
info
@his
tori
asd
ondeviv
o.c
om
Historias donde vivo & SB Agencia literaria Escuela de escritura profesional y oficios de la edición
10
Yolanda Serrano
La Guerra del Ayer va avanzando a paso lento pero seguro, y ya he igualado mi mejor
marca (1) desde que empecé con este reto. Y lo mejor es que la historia me va
sorprendiendo con giros inesperados. Todavía no me he salido de los esquemas que
preparé, a principios de mes, pero el capítulo que terminé ayer me ha dado una
agradable sorpresa, con uno de los personajes apareciendo (casi) inesperadamente al
final del capítulo para poner en aprietos a otro.
No es que sea una escena muy memorable ni nada por el estilo, es solo una muestra más
del refrán los niños y los borrachos siempre dicen la verdad (2). En concreto, aparece un
personaje emborrachándose y soltando verdades, así que, aquellos que ya hayan leído
los tres tomos de La amenaza Treyana (3) pueden saber de quién estoy hablando.
Como decía, lo extraordinario es que esa intención no estaba prevista, ni se me había
ocurrido hasta el momento en que empecé a escribirla. Aquí podéis ver un ejemplo
práctico de la gran ventaja de escribir a ciegas; que te sorprendes a ti mismo de lo que
escribes y de lo bien que encaja todo.
¡Qué coño, lo voy a contar!
Bueno, no todo, pero sí algo. El caso es que en esa escena, tres personajes entraban en
una sala dónde, dentro de la descripción, coloqué un mueble bar (4). Mientras dos
personajes se enzarzan en una discusión, en la que uno tiene que medir sus palabras
para que el otro no se entere, el tercer personaje se acerca sin que nadie lo vea al mueble
bar, coge una botella, se sirve en un vaso y se pone a beber. Cuando ya lleva unos cuantos
tragos, se entromete en la conversación con dramático resultado (con todo el bagaje que
lleva detrás, porque cada personaje está actuando según su propia personalidad y con
sus propios objetivos).(5)
Cierto, no es nada del otro mundo. Sin embargo, haber empezado el día sin saber qué
iba a escribir y que la escena haya surgido así de la nada, es algo tan increíblemente
mágico que me maravilla, y aunque lo haya vivido en mis carnes, me cuesta creerlo.
Me encanta ser escritor.
Mañana más. ¡Feliz escritura!
(1) Me gusta esta apreciación. De hecho, yo había valorado este cambio, pero decidí mantener el original
para no perder el registro coloquial. Es una buena opción.
(2) «Los niños....» o Los niños... Ambas son correctas. Me decanto por la primera...
(3) ¡Bien! Has corregido el título para que resulte coherente con La guerra del Ayer. No es incorrecto, pero
aconsejo escribir ambos en minúsculas. Este recurso lo deberíamos reservar para los títulos de portada y
cubierta.
(4) Bien. Has mejorado mucho el párrafo original reescribiéndolo como lo has hecho.
(5) Me gusta que hayas colocado el paréntesis al final; favorece la lectura fluida.
htt
ps:
//w
ww
.his
tori
asd
ondeviv
o.c
om
/esc
uela
-
info
@his
tori
asd
ondeviv
o.c
om
Historias donde vivo & SB Agencia literaria Escuela de escritura profesional y oficios de la edición
11
Verónica Doménech
“La Guerra del Ayer” va avanzando a paso lento pero seguro, y noto (1) que voy
mejorando desde que empecé con este reto. Y lo mejor es que la historia me va
sorprendiendo con giros inesperados que voy añadiendo a los esquemas (2) que
preparé a principios de mes. El capítulo que terminé ayer me ha dado una agradable
sorpresa, con uno de los personajes apareciendo al final del capítulo para poner en
aprietos a otro personaje.
No es que sea una escena muy memorable ni nada por el estilo, es solo una muestra más
del refrán “Los niños y los borrachos siempre dicen la verdad” (3). Pues aquí tenemos a
un personaje emborrachándose y soltando verdades. Aquellos que ya han leído los tres
tomos de “La amenaza treyana” ya tienen una pista para saber quién es.
Quería dejarte con la curiosidad, pero mejor te lo cuento todo (4).
Bueno, no todo, pero si algo. El caso es que los tres personajes de esa escena estaban
entrando en una sala dónde había un mueble-bar. Mientras dos de ellos se enzarzaban
en una discusión en la que uno tiene que medir sus palabras para que el otro no se
entere, el tercero se acerca (5)sin que nadie le vea al mueble-bar, agarra una botella y se
pone a beber de ella. Cuando ya lleva unos cuantos tragos, se une a la conversación
causando un resultado algo drástico.
Como decía, lo divertido es que esa intervención no estaba prevista, ni si quiera se me
había ocurrido hasta que empecé a escribirla (6). Con esto me di cuenta de las ventajas
que puedes tener al escribir un poco “a ciegas (7)”, que puedes llegar a sorprenderte a
ti mismo de lo que escribes y como te encaja todo perfectamente.
Claro, como dije antes, no es nada del otro mundo. Sin embargo haber empezado el día
sin saber que iba a escribir y que la escena haya surgido así de la nada es algo tan mágico
que me maravilla y me cuesta creer aunque lo haya vivido en mi propia piel (8).
Me encanta ser escritor.
Mañana, más. ¡Feliz escritura!
(1) Has acertado con el cambio. Mejora el texto y mantiene el tono coloquial.
(2) Me gusta tu apreciación. Proporcionas al lector la impresión de que el relato se ha planificado. ¡Bien!
Mejor en singular “poner en un aprieto”.
Mueble bar se escribe sin guion.
(3) No es necesario que pongas las comillas. Si optas por la cursiva tienes que quitarlas.
(4) Bien. Has optado por eliminar la palabrota. Así le proporcionas al escritor un aire formal. También es
correcto.
(5) Incurres en lo que se denomina “inadecuación verbal”. Tienes que tener cuidado: si una escena
htt
ps:
//w
ww
.his
tori
asd
ondeviv
o.c
om
/esc
uela
-
info
@his
tori
asd
ondeviv
o.c
om
Historias donde vivo & SB Agencia literaria Escuela de escritura profesional y oficios de la edición
12
transcurre en pasado, todos los verbos tienen que estar en pasado. Si introduces el presente, todos los
verbos en presente. Se pueden combinar ambos tiempos, pero no es fácil.
(6) Me gusta mucho la modificación que has realizado. Muy bien resuelto. Sobre esta corrección, podrías
crear una nueva versión intentando darle al texto un matiz algo más coloquial, pero ¡muy bien!
(7) Acertado este matiz. Consecuente con el estilo coloquial y algo descuidado del autor. Al intruducir “un
poco” pretendes dar a entender que no siempre improvisas o que dudas cuando lo haces. Eso sí, las
comillas, escoge las literarias: «».
(8) Me gusta el cambio que has realizado. Quizá le da un aire femenino y elegante al escrito. Cuando
corrijas un relato redactado por un hombre vigila el registro que empleas, que mantenga la
masculinidad, y viceversa.
htt
ps:
//w
ww
.his
tori
asd
ondeviv
o.c
om
/esc
uela
-
info
@his
tori
asd
ondeviv
o.c
om
Historias donde vivo & SB Agencia literaria Escuela de escritura profesional y oficios de la edición
13
M. Luisa Penín
Aquí tenéis mi aportación. Era un texto difícil para empezar, lo reconozco. La próxima
práctica será (un poco) más sencilla.
Tipos de editing que nos pueden solicitar
En una editorial, nos pueden solicitar tres tipos de editing en función de la cantidad e
importancia de las modificaciones a realizar: sutil, medio y profundo.
• Un editing sutil requiere de una intervención mínima sobre el texto, básicamente, afectaría al plano formal.
• En el caso del término medio, se pueden proponer al autor cambios de cierta importancia, no solo en el plano lingüístico sino en aquello que tiene que ver con el desarrollo de la historia; la intervención se centraría en aspectos concretos de la obra que el autor puede modificar sin demasiada dificultad.
• En el caso de requerirse una edición en profundidad, el director editorial, siempre de acuerdo con el autor, podría encargarla al editor de mesa, otorgándole libertad plena para realizar las modificaciones que considere oportunas.
• Muchas editoriales solo aceptan proyectos de novela. De este modo, resulta más sencillo ajustar la obra a las características del catálogo y de la colección en la que debe ubicarse. Resulta difícil trabajar sobre una obra ya terminada, porque el autor suele ser reacio a introducir los cambios requeridos. Ante un proyecto de novela aprobado por un equipo editorial, se inicia un proceso de preedición en el que se asigna al autor un editor que lo acompañará durante la escritura y reescritura de la obra.
En cualquier caso, todos los cambios que se realicen
tienen que ser validados necesariamente por el autor
Respecto al caso que nos ocupa
Cuando tenemos que realizar modificaciones importantes en un texto, puede suceder con facilidad que nuestro estilo se apropie del relato (mi propuesta constituye un claro ejemplo). Para evitarlo, es importante que sea el autor quien realice los cambios y que nos vayamos acercando a la versión definitiva mediante aproximaciones sucesivas. De todas formas, un editing bien hecho implica que el texto resultante tiene que ser correcto en los planos ortográfico, semántico, gramatical y sintáctico. Un editing es mucho más que una corrección ortotipográfica. El texto que estamos estudiando presenta incorrecciones en todos los planos. Observad que he procedido al editing comentándole al autor los cambios que aconsejo. Si tuviera que conversar con él no utilizaría un lenguaje tan directo, tenedlo en cuenta. Vamos a trabajar por párrafos...
htt
ps:
//w
ww
.his
tori
asd
ondeviv
o.c
om
/esc
uela
-
info
@his
tori
asd
ondeviv
o.c
om
Historias donde vivo & SB Agencia literaria Escuela de escritura profesional y oficios de la edición
14
Primer párrafo
La Guerra del Ayer va avanzando a paso lento pero seguro, y ya he igualado mi mejor marca desde que empecé con este reto. Y lo mejor es que la historia me va sorprendiendo con giros inesperados (1). Todavía no me he salido de los esquemas que preparé, a principios de mes, pero el capítulo que terminé ayer me ha dado una agradable sorpresa, con uno de los personajes apareciendo (casi) inesperadamente (2) al final del capítulo para poner en aprietos a otro.
(1) No conviene que le expliques al lector que tu propia historia te sorprende con giros inesperados. Eres tú quien está al mando, quien establece los giros que, de forma coherente e intencional, dispones de forma previa. Lo que se desprende de tu afirmación es que escribes sin planificación, de forma anárquica, y que no controlas el desarrollo argumental (a pesar de que afirmes que trabajas a partir de un esquema). (2) Comentas que el capítulo «te sorprende», que la aparición de personajes «te sorprende». Cuando escribes una novela, no improvisas estas cuestiones. Procura no dar a tus lectores la impresión de que todo te lo sacas de la manga. «Ahora se me ocurre esto, pues, vale, lo escribo y así se queda». Esta es la impresión que recibe el lector ante tu relato. Sobre el lenguaje utilizado Pienso que intentabas emplear un registro coloquial, cercano y amigable, muy «de tú a tú», pero el lenguaje utilizado resulta excesivamente vulgar. La impresión que generas en el lector es de descuido, de texto realizado a toda prisa, de que lo has publicado sin revisar. Tienes que decidir a qué público te diriges. Escribes y publicas, dices que eres escritor, así que te conviene cuidar la imagen que proyectas. Tu blog se dirige a otros escritores que, como tú, intentan abrirse camino como autores independientes. Quizá podrías considerar publicar menos entradas para que puedas pulir tus escritos antes de exponerlos al público. Al relato le falta cadencia, ritmo interno. Intenta pulir el vocabulario. PROPUESTA DE EDITING
La guerra del ayer1 avanza a paso lento pero seguro; ya he igualado mi mejor racha desde
que emprendí este reto. Y lo mejor es que tuve una idea que funcionó bien: al final del
capítulo introduje algunos giros inesperados. Aún no me había desviado de las
directrices que había establecido a principios de mes, pero, ayer, decidí incorporar un
personaje a la escena que había creado. Lo hice para poner a otro en un aprieto.
1 La Guerra del Ayer no es incorrecto, pero aconsejo restringir el uso de las mayúsculas. Yo limitaría este uso concreto al título de cubierta, portadilla y portada.
htt
ps:
//w
ww
.his
tori
asd
ondeviv
o.c
om
/esc
uela
-
info
@his
tori
asd
ondeviv
o.c
om
Historias donde vivo & SB Agencia literaria Escuela de escritura profesional y oficios de la edición
15
Segundo párrafo No es que sea una escena muy memorable (1) ni nada por el estilo, es solo una muestra más del refrán los niños y los borrachos siempre dicen la verdad. En concreto, aparece un personaje emborrachándose y soltando verdades, así que, aquellos que ya hayan leído los tres tomos de La amenaza Treyana pueden saber de quién estoy hablando.
(1) Cuidado. Nunca arrojes piedras sobre tu propio tejado. No reconozcas públicamente que tu trabajo no es memorable. Aunque creas que en las redes estás entre amigos, no es realmente así: cuida tu imagen corporativa. PROPUESTA DE EDITING
Esta escena es un reflejo del refrán «Los niños y los borrachos siempre dicen la verdad». Todavía la tengo que reescribir. Aparece un personaje emborrachándose y soltando verdades; aquellos que hayan leído los tres tomos de La amenaza treyana sabrán de quién estoy hablando.
Tercer párrafo Como decía, lo extraordinario es que esa intención no estaba prevista, ni se me había
ocurrido hasta el momento en que empecé a escribirla. Aquí podéis ver un ejemplo
práctico de la gran ventaja de escribir a ciegas (1); que te sorprendes a ti mismo de lo
que escribes y de lo bien que encaja todo.
¡Qué coño, lo voy a contar!
(1) No reconozcas que escribes a ciegas. Aseguras a tus lectores que supone una gran ventaja, pero, en realidad, es una insensatez. PROPUESTA DE EDITING
Como decía, lo sorprendente es que nada de esto estaba previsto: no se me había
ocurrido hasta el momento en que empecé a escribir. Cuando improvisas, te sorprendes
de lo bien que encaja todo.
¡Qué coño, lo voy a contar!
Cuarto párrafo Bueno, no todo, pero sí algo. El caso es que en esa escena, tres personajes entraban en
una sala dónde, dentro de la descripción, coloqué un mueble bar. Mientras dos
personajes se enzarzan en una discusión, en la que uno tiene que medir sus palabras para
que el otro no se entere, el tercer personaje se acerca sin que nadie lo vea al mueble bar,
coge una botella, se sirve en un vaso y se pone a beber. Cuando ya lleva unos cuantos
tragos, se entromete en la conversación con dramático resultado (con todo el bagaje que
lleva detrás, porque cada personaje está actuando según su propia personalidad y con
sus propios objetivos (1)).
htt
ps:
//w
ww
.his
tori
asd
ondeviv
o.c
om
/esc
uela
-
info
@his
tori
asd
ondeviv
o.c
om
Historias donde vivo & SB Agencia literaria Escuela de escritura profesional y oficios de la edición
16
(1) Con esta afirmación insinúas que has dedicado tiempo al diseño de tus personajes, pero esto
no lo apreciamos en lo que estamos leyendo. Elimínala.
PROPUESTA DE EDITING
Bueno, no todo, pero os daré una pista. Había situado a tres personajes en escena en
una sala donde había un mueble bar. Dos de ellos se enzarzan en una discusión: uno
mide sus palabras para que el otro ignore que un tercero se aproxima sin ser visto. Este
último se acerca al mueble bar de forma sigilosa, agarra una botella, se sirve un vaso y
empieza a beber. Cuando ya lleva unos tragos, se entromete en la conversación con
dramático resultado.
Quinto párrafo Cierto, no es nada del otro mundo (1). Sin embargo, haber empezado el día sin saber
qué iba a escribir y que la escena haya surgido así de la nada, es algo tan increíblemente
mágico que me maravilla (2), y aunque lo haya vivido en mis carnes, me cuesta creerlo.
(1) No lo digas de forma pública: compromete tu imagen. (2) Esto, yo lo eliminaría porque parece una excusa. Dices que empiezas sin saber qué
vas a escribir; también dices que la escena ha surgido de la nada. Esto no te conviene,
porque, hoy en día, muchas editoriales buscan autores en internet. Es muy difícil que
una editorial publique a un escritor que reconoce de forma explícita que improvisa sus
relatos y que cualquier cosa le sirve.
PROPUESTA DE EDITING
Cierto, no es demasiado original. Sin embargo, empecé el día sin saber qué iba a escribir
y la escena surgió de la nada. Es algo increíblemente mágico, me maravilla y, aunque lo
haya experimentado en mis carnes, me cuesta creerlo.
Conclusiones Recordad: un texto editado tiene que dar como resultado un escrito correcto en los planos ortográfico, sintáctico, semántico y gramatical.
htt
ps:
//w
ww
.his
tori
asd
ondeviv
o.c
om
/esc
uela
-
info
@his
tori
asd
ondeviv
o.c
om
Historias donde vivo & SB Agencia literaria Escuela de escritura profesional y oficios de la edición
17
TEXTO EDITADO
La guerra del ayer avanza a paso lento pero seguro; ya he igualado mi mejor racha desde que emprendí este reto. Y lo mejor es que tuve una idea que funcionó bien: al final del capítulo introduje algunos giros inesperados. Aún no me había desviado de las directrices que había establecido a principios de mes, pero, ayer, decidí incorporar un personaje a la escena que había creado. Lo hice para poner a otro en un aprieto.
Esta escena es un reflejo del refrán «Los niños y los borrachos siempre dicen la verdad».
Todavía la tengo que reescribir. Aparece un personaje emborrachándose y soltando
verdades; aquellos que hayan leído los tres tomos de La amenaza treyana sabrán de
quién estoy hablando.
Como decía, lo sorprendente es que nada de esto estaba previsto: no se me había
ocurrido hasta el momento en que empecé a escribir. Cuando improvisas, te sorprendes
de lo bien que encaja todo.
¡Qué coño, lo voy a contar!
Bueno, no todo, pero os daré una pista. Había situado a tres personajes en escena en
una sala donde había un mueble bar. Dos de ellos se enzarzan en una discusión: uno
mide sus palabras para que el otro ignore que un tercero se aproxima sin ser visto. Este
último se acerca al mueble bar de forma sigilosa, agarra una botella, se sirve un vaso y
empieza a beber. Cuando ya lleva unos tragos, se entromete en la conversación con
dramático resultado.
Cierto, no es demasiado original. Sin embargo, empecé el día sin saber qué iba a escribir
y la escena surgió de la nada. Es algo increíblemente mágico, me maravilla y, aunque lo
haya experimentado en mis carnes, me cuesta creerlo.
Un consejo para terminar...
Cuando se edita un texto cuesta mucho decir basta. Predicaré con el ejemplo y reprimiré
la necesidad que siento de realizar una versión más coloquial, aunque tengo que
reconocer que, antes de enviaros esta corrección, he vuelto a repasar el texto...