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PROPUESTA PARA LA CREACIÓN DE LA BECYT (BIBLIOTECA ELECTRÓNICA DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA): DESARROLLO DE UN MARCO DE CONTRATACIÓN CONSORCIADA DE RECURSOS DE INFORMACIÓN CIENTÍFICA ELECTRÓNICA EN ESPAÑA 12 de mayo de 2006

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PROPUESTA PARA LA CREACIÓN DE LA BECYT

(BIBLIOTECA ELECTRÓNICA DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA):

DESARROLLO DE UN MARCO DE CONTRATACIÓN

CONSORCIADA DE RECURSOS DE INFORMACIÓN CIENTÍFICA

ELECTRÓNICA EN ESPAÑA

12 de mayo de 2006

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ÍNDICE

Introducción 0. Objetivo I. Resumen II. La contratación consorciada de recursos electrónicos en el mundo

II.1. La crisis del modelo creado en los años 60-70 II.2. El Big Deal II.3. El surgimiento de consorcios para la contratación de los recursos

electrónicos II.4. Beneficios e inconvenientes del Big Deal

a. La información como infraestructura científica b. La información científica como gasto económico c. Los inconvenientes del Big Deal

II.5. Qué se contrata II.6. Quién y cómo se paga

III. Una Biblioteca Electrónica de Ciencia y Tecnología (BeCyT) para

España

III.1. Los consorcios y los grupos de compra en España III.2. Los beneficios del Big Deal en el caso Español III.3. La BeCyT como esquema de contratación consorciada para las

universidades y centros de investigación españoles a. Para quién se compra b. Qué se compra c. Quién compra d. Como negociar e. Quién y como se paga f. Otros temas relacionados con la contratación consorciada g. Programa piloto

IV. Apéndices

IV.1. Composición del grupo de trabajo IV.2. Los consorcios europeos IV.3. Las contrataciones consorciadas en Europa IV.4. Los consorcios españoles

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INTRODUCCIÓN La experiencia en la gestión de la licencia de la Web of Knowledge (WoK) por parte de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) desde enero de 2004, ha sido considerada como muy positiva por diferentes entidades relacionadas con la gestión de documentación científica puesto que ha permitido el acceso igualitario de los investigadores de todas las instituciones españolas dedicadas a I+D a esta importante fuente de información científica. Por otro lado Rebiun, consciente, desde hace años de la necesidad de garantizar el acceso no discriminatorio a recursos de información electrónica esenciales para la investigación y el desarrollo científico y que promovió y apoyó esta contratación, ha seguido trabajando en esta dirección iniciada en el año 1999 (1) Dicho trabajo se ha enmarcado dentro de su primer Plan Estratégico, 2003-2006, en el que una de las cuatro líneas tiene como objetivo “Ofrecer un conjunto de información multidisciplinar”, y en la que participan destacados miembros de los consorcios de bibliotecas universitarias españolas. Entre las acciones mas relevantes llevadas a cabo, destacaremos la DECLARACIÓN DE LA CRUE A FAVOR DE LAS MEDIDAS FINANCIERAS DE APOYO A LAS UNIVERSIDADES� PARA LA ADQUISICIÓN DE RECURSOS DE INFORMACIÓN INEVITABLES, POR LA FECYT� �� ������������� contactos que el Comité Ejecutivo de Rebiun mantuvo con el Ministerio� de Educación que concluyeron en una reunión con la Ministra de Educación, Mª Jesús Sansegundo y con el Secretario de Estado de Universidades e Investigación, Salvador Ordoñez, para tratar, fundamentalmente, este asunto. Como resultado de todo ello en septiembre de 2005 se lleva a cabo la primera reunión entre REBIUN y la FECYT con la idea de constituir un marco nacional de suscripción a revistas científicas electrónicas que garantice un sistema equitativo de acceso y multiplicar así los efectos beneficiosos que ha tenido la gestión de la WoK en lo referente al acceso a información científica. La adquisición de recursos electrónicos contratados consorciadamente permite obtener condiciones más ventajosas en la compra que se traducen en más acceso (en cuanto a número de usuarios finales) y a un volumen mayor de contenidos, lo que incrementa enormemente la accesibilidad y la equidad en el acceso redundando a su vez, aunque el volumen total de gasto se incremente, en un coste unitario sensiblemente menor para cada unidad de información consumida. Por otro lado, esta iniciativa entroncaría dentro de una tendencia, de avanzar hacia una estrategia nacional de compra y gestión de licencias electrónicas cooperativa como las que se están poniendo en marcha en países del sur de Europa cómo Portugal, Grecia y Turquía o que ya se iniciaron anteriormente en

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países como Reino Unido, o incluso dentro de España (la Biblioteca Cochrane Plus, cuyo acceso está financiado por el Ministerio de Sanidad y Consumo). Asimismo, una infraestructura de este tipo tendría la virtualidad de ofrecer un servicio transversal a todas las áreas científicas del país y, por tanto, debería considerarse una gran infraestructura estratégica del sistema de ciencia y tecnología. Por ello, la FECYT ha desarrollado el presente documento de consenso en colaboración con REBIUN y con la participación de representantes de consorcios regionales así como del sistema de investigación sanitario (ver composición del grupo de trabajo en Apéndice I). Por otra parte, la FECYT desarrolla de forma independiente un proyecto de Apoyo a las Revistas Científicas Españolas, a fín de potenciar su profesionalización e internacionalización, que actúa sobre la oferta nacional de información científica y cuya convergencia con el proyecto BECyT deberá analizarse en el futuro.

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OBJETIVO En este documento, se propone la creación en España de la BeCyT (Biblioteca electrónica de Ciencia y Tecnología) como un esquema de contratación consorciado que se adapte a la realidad actual española. Este esquema contempla los siguientes apartados: -Para quién se compra: Se recomienda centrar las suscripciones en las universidades y OPI y extenderlas desde la primera etapa, y en la medida de lo posible, al sistema sanitario. Así mismo, es deseable la incorporación de centros tecnológicos y parques científicos y tecnológicos. - Qué se compra: el balance entre recursos disponibles y prioridades marcará unas fases de concreción del proyecto que se podrían conceptualizar en: BECyT nuclear (contratación de los 6-8 paquetes de revistas interdisciplinares con mayor volumen de demanda), BECyT básica (contratación de bases de datos y revistas interdisciplinares y asociadas a determinados colectivos) y BECyT avanzada (que favorecerá la negociación de tratos que afecten a instituciones con intereses específicos en recursos e- de alta especialización). Los recursos incluidos en la BECyT nuclear y básica se regirán por el concepto de todo para todos. -Quién compra: la FECYT como organismo encargado de desarrollar, impulsar y gestionar la BECyT a través de: una ‘Función biblioteca’ que establezca las conexiones con las bibliotecas de las instituciones, una ‘Función técnica’ que de soporte técnico en el área de las tecnologías de la información y las comunicaciones y una ‘Función administrativa’ encargada de actividades de soporte administrativo-financiero. La BECyT contará con un organismo asesor que determine los contenidos de las diferentes fases de la Biblioteca. Se crearán mecanismos de comunicación que permitan ejecutar los acuerdos de contratación conjunta. -Financiación: es esencial establecer un sistema de co-pago en el que estén implicadas la Administración General del Estado, las administraciones autonómicas y las instituciones beneficiadas del acceso a los recursos e- . La aportación de las diferentes instituciones usuarias se establecerá en función de no más de 3 parámetros básicos. Se respetarán, en la medida de lo posible, las condiciones de reparto interno establecidas por los consorcios existentes. -Cómo negociar: se recomienda establecer acuerdos centrales para el acceso electrónico, permitiendo a la vez suscripciones en papel con descuento, suscripciones que en todo caso quedarían a cargo de las instituciones y fuera de la cobertura de la BeCyT. El proceso de puesta en marcha de esta iniciativa constaría de las siguientes fases:

• Documento base de consenso incluidos costes, principios de copago, programación de adquisiciones, estructura de apoyo, y otros detalles: en el primer semestre de 2006, a tiempo para la preparación presupuestaria de 2007.

• Constitución del consorcio: segundo semestre de 2006. • Fase piloto de ajuste técnico, económico y administrativo: otoño de 2006

si el estado de avance del consorcio lo permite. • Plena operatividad: a partir de 2007 con un proceso de ampliación

progresiva de contenidos.

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I. Resumen La crisis de las revistas y sus respuestas La información científica se desarrolla a partir de la segunda mitad del siglo XX, pero el modelo empieza a hacer crisis a finales de los años 70 y principios de los 80. Los tres elementos esenciales de lo que se ha conocido como ‘crisis de las revistas’ son: • El precio de las revistas no deja de crecer y de hacerlo por encima del coste

del nivel de vida. • El modelo creado en los años 60 muestra algunos puntos débiles. • La edición científica se comercializa. Los principales movimientos de reacción a esta crisis se han desarrollado a partir de finales de los 90 y han sido tres: la compra consorciada de información e-, las formas alternativas de edición de revistas científicas, y los depósitos de información e- La compra consorciada de recursos de información Las compras conjuntas o consorciadas bajo el modelo de compra de paquetes empiezan a tener lugar a finales de los 90. Es un acuerdo de gana-gana entre editores y bibliotecas en el que los editores atribuyen un coste bajo a las revistas hasta aquel momento no suscritas por un grupo de bibliotecas y aceptan vender a grupos de bibliotecas y las bibliotecas reconocen que para sus usuarios la información hasta entonces no suscrita puede tener gran valor y se ponen de acuerdo para comprar formar consorcios y comprar consorciadamente. Los beneficios que se suelen atribuir a cada una de las partes son que los editores estabilizan sus ingresos, visibilizan sus contenidos, y simplifican la gestión de las suscripciones y que las bibliotecas incrementan sustancialmente la información que ofrecen, incrementan el uso de la información y consiguen atraer más financiación El surgimiento de consorcios para la contratación de recursos e Los consorcios son una forma de cooperación claramente asociada a la compra de recursos de información electrónica y son los instrumentos que permiten manejar el nuevo paradigma de la información digital y extender sus beneficios a usuarios que nunca hubieran tenido acceso a la misma, o al menos no lo hubieran tenido con la extensión que la disfrutan actualmente. El uso generalizado del nombre de consorcio aplicado a las entidades que realizan la contratación conjunta esconde una gran diversidad en la forma que toman las entidades que realizan este tipo de actividades, pero en todo el mundo se han creado o se están creando organizaciones y estructuras que permiten comprar conjuntamente beneficiándose así de las ventajas del Big Deal.

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Beneficios (e inconvenientes) de la contratación consorciada Básicamente los beneficios son dos: • Se incrementa el equilibrio territorial y la igualdad de condiciones con

respecto al acceso a la información científica • Se mejoran las condiciones económicas para acceder a la información. La información objeto de la contratación consorciada termina siendo la más básica, nuclear e interdisciplinar, y esta pasa de un recurso para algunos a una infraestructura (informacional) para todos. Mientras que en el paradigma papel, la información como patrimonio particular, es un bien escaso, en el paradigma digital, la información debería ser infraestructura nacional y ser un bien de fácil acceso. Las contrataciones consorciadas dan equidad y solidaridad al sistema científico ya que permiten poner al mismo nivel en lo que respecta a acceso a recursos básicos de información a todos los universitarios e investigadores españoles independientemente del lugar en el que ejerzan su actividad. Los beneficios de la contratación conjunta de información e- son: con un poco más de gasto se consigue acceder a muchísima más información que termina usándose mucho más. De forma numérica: • un incremento en el 10% de los recursos económicos destinados a contratar

información, • generan un incremento del 1.000% de la información accesible y • esta es usada un 100% más. Las compras consorciadas no suponen gastar menos, pero permiten obtener más y en mejores condiciones. La preocupación más real alrededor de los acuerdos consorciados ha sido si son sostenibles a lo medio - largo plazo. Dado que los acuerdos consorciados son a menudo para plazos de 3 o 5 años, en estos momentos los consorcios están muchas veces renegociando sus primeros acuerdos plurianuales. La situación continua siendo buena en el sentido que las editoriales no están cambiando los tratos a peor. Qué se contrata Los principales datos que se desprenden de la encuesta efectuada para este estudio muestran que • el promedio de bases de datos y de paquetes contratados por consorcio es

el mismo, pero los consorcios muestran una preferencia para la contratación de revistas e- con respecto las bases de datos y que hay una superior concentración de licencias de paquetes de revistas e- con respecto la de bases de datos.

Quien y cómo se paga Si bien no todos los consorcios reciben ayudas de la administración, la mayoría de las compras consorciadas están sostenidas total o fuertemente por la administración educativa o por ministerios de ciencia y tecnología.

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Una Biblioteca electrónica de ciencia y tecnología (BeCyT) para España Se propone la creación en España de la BeCyT (Biblioteca electrónica de Ciencia y Tecnología) como un esquema de contratación consorciado que se adapte a la realidad actual y española. La propuesta se realiza para un marco temporal amplio (2006-2010) considerando que es más importante establecer un esquema de creación, crecimiento y consolidación de las contrataciones consorciadas que aplicar recursos a la suscripción puntual de recursos electrónicos. Se considera que la disponibilidad alta de recursos e- es y va a ser un recurso básico para cualquier actividad universitaria y de investigación competitiva y de calidad, y para ello se priorizan los acuerdos estables y a medio-largo plazo por encima de ayudas concretas que no actúen como capital-semilla. La propuesta, evidentemente, es adaptable a los ritmos que se deriven de la capacidad inversora que el Ministerio otorgue a la FECyT y a la capacidad de universidades y centros de investigación de y de sus organismos financiadores de adaptarse a una situación que en buena medida debe ser nueva. Los consorcios y los grupos de compra en España Las contrataciones consorciadas en España se desarrollan bajo las formas siguientes: • Ejercidas por consorcios de bibliotecas universitarias de CCAA • Adhesión de bibliotecas a acuerdos consorciados • Grupos de compra • Consorcios ‘virtuales’ formados por agregadores • Consorcios especializados • La licencia nacional para el Web of Science del ISI, realizada por la FECyT Los beneficios del Big Deal en el caso español Los beneficios del Big Deal deberían ser para España los mismos que los mencionados pero incrementados por algunas características propias compartidas con países de menor tradición y recursos bibliotecarios, estas son: • Las dimensiones comparativamente grandes de las universidades, • La relativamente menor antigüedad de los centros de investigación, • Las relativamente pequeñas dimensiones de las colecciones de revistas • La regularización dentro de los tratos de subscripciones departamentales

y/o individuales La BeCyT como esquema de contratación consorciada para las universidades y centros de investigación españoles Para quién se compra • En primera instancia, se centrarán las suscripciones en las universidades y

OPI y, en la medida de lo posible, en el sistema sanitario. Así mismo es deseable la incorporación de centros tecnológicos y parques científicos y tecnológicos lo antes posible.

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Qué se compra Siguiendo las tendencias internacionales, la BeCyT debería centrar sus objetivos en: • Recursos de texto completo (paquetes de revistas y bases de datos con

texto completo). • Paquetes de revistas ‘grandes’ e interdisciplinares con preferencia a los que

cubren más necesidades. El cruce entre recursos disponibles y prioridades desde el punto de vista de la comunidad de intereses debería marcar unas fases que podríamos conceptualizar como una BeCyt nuclear, una de nivel básico y una de nivel avanzado. • La BeCyT nuclear se compondría de los recursos más claramente

interdisciplinares, es decir, por los paquetes de las grandes editoriales internacionales. Su coste estimado para una contratación nacional podría estar alrededor de los 40 M€ anuales.

• La BeCyT básica seria una extensión de la nuclear. Dividiremos este apartado en dos partes: BeCyT básica asociada a determinados colectivos: publicaciones de entidades profesionales (se estima que su contratación supondría un montante de 10 M€ anuales), y, BeCyT básica interdisciplinar.

• La BeCyT avanzada quedaría seguramente fuera de las posibilidades de realización del período descrito (2006-2010).

Se recomienda, siempre en función del plan económico: • Establecer tres niveles de cobertura de la BeCyT • Definir para la BeCyT una primera fase en que se debería cubrir el nivel

nuclear. Esta fase puede tener una duración de 2-4 años dependiendo de los recursos disponibles y de la capacidad de las instituciones consorciadas de asumir las condiciones derivadas de la nueva situación.

• Preparar a lo largo de este tiempo un plan que defina de forma más precisa los contenidos de la BeCyT básica y permitan desarrollarla en los años 3-6 a partir de su inicio.

Quien compra Para establecer acuerdos consorciados es preciso contar con una sola voz de negociación. La unicidad ‘de mando’ en la negociación debería ejercerse al mismo tiempo creando mecanismos eficaces de participación y comunicación. Parece claro que, a no ser que se opte por la creación de un organismo ex novo, la FeCyT puede, por finalidades y naturaleza jurídica asumir este papel con una garantía total para su realización y una eficacia máxima. Se recomienda: • Que sea la FECyT la encargada de desarrollar e impulsar la BeCyT. • Que la FECyT cree una oficina técnica de la BeCyT destinada

específicamente al desarrollo y a la gestión de la BeCyT. La Oficina debería permitir acumular conocimiento sobre como y que contratar así como generar instrumentos que den valor añadido a las contrataciones (tutoriales de uso de recursos e- en español, estadísticas de uso, etc.). La Oficina de

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la BeCyT (sobre todo en su inicio) no tiene porque realizar ella misma todas estas tareas, pudiendo delegar algunas de ellas.

• La BeCyT debería contar con un organismo asesor que sería el que determinaría los contenidos de las diferentes fases de la Biblioteca y avalaría las decisiones ejecutivas que tomara la FecyT o la Oficina de la BeCyT.

• Se creen mecanismos de comunicación que permitan ejecutar los acuerdos de contratación conjunta en lo que respecta a su aplicación en las universidades y centros de investigación.

Cómo negociar Las categorías establecidas para la Becyt (nuclear, básica profesional, básica interdisciplinar y avanzada) determinan también sus prioridades. Además de las posibilidades económicas se debe tener en cuenta que las negociaciones consorciadas nunca son cortas ni siempre son fáciles. Las fases de la negociación suelen ser: • Conocer el modelo de precio y establecer a partir de aquí si el acuerdo es

posible. • Fijar el precio, para lo que se requiere un a fase lenta de contrastar los

datos del editor con los de las universidades • Negociación de flecos: Quién paga y como se paga Hemos visto que los objetivos de la BeCyT son dos: nivelar el acceso de recursos electrónicos e- incrementar el acceso de recursos desde cada universidad o centro de investigación. Esta dualidad de objetivos debería plasmarse en la financiación que debería ser mixta. El primer objetivo se conseguiría con financiación directa (de la administración central y de la autonómica), el segundo con financiación directa de los centros beneficiados del acceso. Al margen de otras consideraciones referentes a la cofinanciación, con la financiación mixta se debería conseguir que la aportación estatal actuara como ‘capital semilla’, es decir, sumando recursos y no sustrayendo recursos ya invertidos en recursos de información para destinarlos a otras finalidades. Se recomienda • que la financiación de la administración (central y autonómica) no sea

inferior al 50% pero tampoco superior a los 2/3. • que las CCAA coparticipen del objetivo nivelador en sus respectivos

territorios de competencias y que, por lo tanto, hagan una aportación equivalente a la del Ministerio de Educación.

Con respecto la aportación de las universidades y de los centros de investigación y hospitales: • Para las universidades se pueden establecer unos pagos asociados a

tramos en función del número de investigadores y se deberían respetar las condiciones de reparto interno establecidas por los consorcios existentes.

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• Para los centros de investigación y hospitales y para las revistas e- se pueden establecer unos pagos asociados a tramos en función del número de investigadores.

• Los recursos incluidos en la BeCyT nuclear y la básica se recomienda que las suscripciones que se realicen en esta ámbito sean para todas las universidades (todo para todos).

• Se recomienda preparar un protocolo de adhesión a la BeCyT que fije las condiciones por las que se tendrá acceso a los recursos contratados

Otros temas relacionados con la contratación consorciada • Sería importante que las contrataciones quedaran exentas de IVA o que

este se pudiera recuperar • Se recomienda encargar un estudio que justifique que la modalidad de

contratación para estos casos el la negociada con exclusividad • El acceso remoto requerirá estudios específicos para fijar los sistemas de

autenticación.

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II. La contratación consorciada de recursos electrónicos en el mundo A grandes rasgos podemos aproximarnos a la información científica1 dividiendo en tres grandes épocas su evolución en los últimos 100 años: • expansión y secundiarización de la información científica • expansión y comercialización de la información científica • expansión y digitalización de la información científica A finales del siglo XIX y a principios del XX el estado de industrialización de la sociedad y las tecnologías en las que se sustentaba la difusión de la información forzaron y permitieron una expansión de la información científica. Esta se concentró por una parte en el surgimiento de nuevos títulos de revistas científicas –información primaria- y, por otro, en el nacimiento de instrumentos secundarios de la información: revistas de índices y resúmenes. A partir de finales de los años 50 se produce otro cambio en la sociedad que influye decisivamente en la información científica. La carrera espacial y armamentística entre bloques y la importancia de la innovación en el desarrollo empresarial comportan un aumento sustancial de recursos dedicados a la educación y a la investigación y, consecuentemente, un nuevo estadio de expansión de la información científica. Los índices de producción científica (número de revistas y número de artículos) experimentan en este momento un crecimiento exponencial. A su vez se inicia un proceso de comercialización de la información erudita. Las sociedades eruditas y las universidades que hasta entonces habían sido las únicas editoras de revistas, empiezan a ceder la tarea editorial a editoriales comerciales. Al mismo tiempo, la aparición de los ordenadores supone su empleo en la tarea de generar revistas de índices y resúmenes, revistas que pasarán a ser bases de datos, primero accesibles de forma remota a través de ‘hosts’ y más tarde con CD-ROMs. A finales de los años 90 surge un nuevo estadio de la información científica. El impulso es de nuevo la evolución social que sitúa la información como motor de desarrollo. La tecnología que da alas a esta necesidad es la digitalización de la información y su difusión por Internet. La ‘sociedad sin papel’2 había sido profetizada desde inicios de los 80, pero no empieza a tener visos de realidad hasta el proyecto TULIP de Elsevier (1991) y la facilidad de acceso a la información que permite la expansión de la www a mediados de los 90. Podemos ver, pues, que la información científica no debe analizarse solo por los medios técnicos que utiliza, sino desde el punto de vista de las necesidades que la generan así como de los instrumentos usados para tener acceso a ella.

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II.1 La crisis del modelo creado en los años 50-60 La información científica se desarrolla de forma vigorosa a partir de la segunda mitad del siglo XX, pero el modelo empieza a hacer crisis a finales de los años 70 y principios de los 803. Los elementos esenciales de lo que se ha conocido como ‘crisis de las revistas’ son tres: • El precio de las revistas no deja de crecer y de hacerlo por encima del

coste del nivel de vida. Para justificar este incremento, los editores aducen que las revistas están publicando cada vez más artículos, que las subscripciones decrecen y que los costes de gestión aumentan. A pesar del incremento continuado de inversiones por parte de las bibliotecas para poder hacer frente a los costes incrementales de las revistas, los años 80 y 90 suponen continuados esfuerzos de racionalizar las colecciones, es decir, de cancelar algunas suscripciones para poder hacer frente al coste de las demás.

• El modelo creado en los años 60 muestra algunos puntos débiles: publicar pasa de ser un método para difundir conocimiento a ser el sistema que regula la promoción y el reconocimiento universitarios y científicos. El Citation Index, creado como un instrumento de acceso a la información bibliográfica, inicia su trayectoria de regulador de la publicación científica. Ya no solo se trata de publicar, sino de que el artículo sea citado. Las revistas se distinguen por su factor de impacto y su valor no es ya su coste, sino su capacidad de atraer lectores (y citas).

• El fenómeno de comercialización de la edición científica participa del fenómeno generalizado en todos los sectores económicos de concentración empresarial. No hay consenso de cuantas revistas ‘científicas’ hay en el mundo4, pero sí que las principales (por recibir el principal número de citas) se concentran en pocas entidades editoras. Algunas de estas son empresas comerciales (por ejemplo Elsevier o Springer, con más de 1.000 revistas) y otras asociaciones profesionales (como la American Chemical Society)5.

Estas debilidades del modelo se han desarrollado lentamente a lo largo de los últimos años, pero han culminado a partir de los años 70. Los desarrollos tecnológicos de los años 80 permitieron dibujar un panorama alternativo que empezado a construirse a finales de la década pasada, y de forma más efectiva a inicios de la actual. Los principales movimientos de reacción han sido tres, que citamos por orden de aparición: • La compra consorciada de información e-, del que nos ocuparemos con

detalle a lo largo de este documento. • Las formas alternativas de edición de revistas científicas, fenómeno

impulsado por SPARC y por más tarde por iniciativas de revistas de acceso gratuito (como BioOne).

• Los depósitos de información e- (‘Institutional Repositories’) como sistemas de auto-archivo de publicaciones científicas6.

La edición alternativa de revistas y los depósitos de información e- configuran las dos vías (la ‘dorada’ y la ‘verde’, respectivamente) del movimiento Open Acces (acceso abierto)7. El OA es un movimiento que se configura rápidamente a partir de la Budapest Open Access Initiative (Budapest, 2001)8. A partir de

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entonces se suceden las declaraciones entre las cuales la más conocida quizá sea la de Berlín (Berlin Declaration on Open Access to Knowledge in the Sciences and Humanities, 2003)9 pero sin olvidar las posteriores de la European Science Foundation (2003), del Wellcome Trust del Reino Unido (2003) o de IFLA (2004). Todos estos elementos han sido estudiados con profusión en la publicación de la Comisión Europea: “Study on the economic and technical evolution of the scientific publication markets in Europe”.10 De las presiones que las editoriales empezaron a sentir a finales de los 90 surgió lo que ha sido conocido como el ‘Big Deal’ o compra consorciada de recursos electrónicos de información. II.2 El ‘Big Deal’ En el modelo tradicional de gestión de las colecciones de bibliotecas, estas elegían los documentos que creían más convenientes para sus usuarios título a título, pagando en función del volumen de títulos elegido (modelo que se ha conocido posteriormente como: ‘pay as you drink’). La información e- tiene como característica diferencial que puede compartirse. Esto propició un modelo de compra conjunta conocido gráficamente como ‘eat as you can’. Las compras conjuntas o consorciadas bajo el modelo de compra de paquetes empiezan a tener lugar a mediados - finales de la segunda mitad de la década de los 90. En 2001, K. Frazier11 publico un artículo en el que criticaba esta fórmula de contratación y se refirió a la misma con la expresión ‘Big Deal’, expresión que ha hecho fortuna y que ha pasado a usarse con connotaciones positivas. ¿Qué es el ‘Big Deal’? El Big Deal es un acuerdo de gana-gana entre editores y bibliotecas en el que: • Los editores

o Atribuyen un coste bajo a las revistas hasta aquel momento no suscritas por un grupo de bibliotecas,

o Aceptan vender a grupos de bibliotecas o Desarrollan modelos de precios adecuados a las compras

conjuntas o consorciadas. • Las bibliotecas

o Reconocen que para sus usuarios la información hasta entonces no suscrita puede tener gran valor

o Se ponen de acuerdo para comprar consorciadamente o Desarrollan modelos de distribución interna de costes para

hacer frente a unas compras conjuntas que les aportan información de forma desigual.

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Como después veremos con más detalle, se han mostrado diversas debilidades del Big Deal, pero lo cierto es que los acuerdos consorciados se han extendido a nivel internacional, han incluido no solo revistas sino también bases de datos y libros e-, y no han parado de crecer. Es difícil pues sostener, al menos en estos momentos, que la contratación consorciada no tiene ventajas. Los beneficios que se suelen atribuir a cada una de las partes son12: • Los editores

o Estabilizan sus ingresos en un momento en el que éstos estaban amenazados por las cancelaciones derivadas de los incrementos de precios

o Visibilizan sus contenidos de forma conjunta, atrayendo así más lectores, que suponen más citas y más prestigio.

o Simplifican la gestión de las suscripciones y recuperan costes cedidos a los llamados agregadores (compañías dedicadas a facilitar las suscripciones a las bibliotecas)

• Las bibliotecas o Incrementan sustancialmente la información que pueden ofrecer

a sus usuarios por unos incrementos de coste que se consideran razonables.

o Incrementan el uso de la información mejorando la relación coste/uso

o Consiguen atraer más financiación debido a lo atractivos que son (desde el punto de vista del coste / beneficio) de los Big Deals.

II.3 El surgimiento de consorcios para la contratación de recursos e Los consorcios pueden considerarse herederos del movimiento cooperativo desarrollado a partir de los años 70 alrededor de la automatización de bibliotecas (‘bibliographic utlities’ y ‘networks’ en los EEUU, cooperativas en el Reino Unido y agencias de catalogación cooperativa en los países del Norte de Europa). Pero, como lo muestran diferentes artículos13 que analizan su surgimiento, los consorcios son una forma de cooperación claramente asociada a la compra de recursos de información electrónica. En función de la valoración negativa que en algunos casos y momentos se ha dado al Big Deal, los consorcios han sido calificados de ‘clubes de compra’. Si bien es cierto que en algunos casos la dinámica consorcial se ha centrado en comprar mejor, también lo es que pronto los consorcios se han visto como instrumentos que permitían manejar el nuevo paradigma de la información digital y extender sus beneficios a usuarios que nunca hubieran tenido acceso a la misma, o al menos no lo hubieran tenido con la extensión que la disfrutan actualmente. Las compras conjuntas, cooperativas o consorciadas se analizan hoy en la literatura profesional bajo el nombre de consorcios ya que este es el nombre que se suele aplicar a las entidades que protagonizan estas compras. A pesar

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del nombre, los consorcios no siempre son tales. En sentido estricto, un consorcio sería una entidad formada por un grupo de entidades, y en este sentido no todos los ‘consorcios’ lo son14. Por un lado, no siempre las formas jurídicas de los consorcios son tales, y, por otro, a veces, son entidades gubernamentales las que asumen la contratación conjunta (por ejemplo en países nórdicos de Europa). El uso generalizado del nombre de consorcio aplicado a las entidades que realizan la contratación conjunta esconde una gran diversidad en la forma que toman las entidades que realizan este tipo de actividades. No es posible encontrar pautas claras de cómo se estructura la contratación consorciada, pero quizá se puedan hacer algunas afirmaciones de validez general: • En los EEUU los consorcios suelen ser ‘consorcios’ y suelen tener como

marco territorial los estados federales. • En algunos casos ha sido el Estado el que ha tomado la iniciativa de

realizar las contrataciones consorciadas (Brasil, Finlandia, Grecia o Portugal)

• Las compras consorciadas se iniciaron en universidades para extenderse más tarde a otras instituciones de educación superior y, luego, a organismos de investigación

• Los consorcios (sobre todo en países ‘grandes’) se estructuran en ámbitos territoriales menores que los estados (casos español e italiano, pero también belga y suizo)

• En algunos casos, pocos (El Reino Unido y Canadá, como casos más conocidos) la forma de contratar ha sido la referida como ‘licencias nacionales’ en la que no se producen propiamente contratos conjuntos sino que se crean unas condiciones determinadas para la contratación.

En cualquier caso, la diversidad mencionada en la forma no debería obscurecer la unidad en el fondo: en todo el mundo se han creado o se están creando organizaciones y estructuras que permiten comprar conjuntamente beneficiándose así de las ventajas del Big Deal. Para una información más detallada sobre los consorcios de bibliotecas en Europa se pueden consultar los apartados IV.2 y IV.3 de este documento. Los principales datos que se desprenden de la encuesta efectuada para este estudio son: • Una gran mayoría (21 de 29) son de creación reciente (posteriormente a

1997) y asociados a la contratación de licencias de recursos e-. • Casi todos (28 de 29) incluyen universidades públicas, bastantes centros de

investigación (22 de 29) y universidades privadas (13 de 29) y algunos hospitales (11 de 29) y bibliotecas públicas (10 de 29).

• Las actividades más comunes son la contratación de licencias de bases de datos y de revistas e- (en 27 casos), la de libros e- (en 18 casos) y el mantenimiento de catálogos colectivos y programas de préstamo interbibliotecario (en 10 casos).

El movimiento consorcial en bibliotecas ha sido lo suficientemente fuerte como para general a mediados de los 90 el ICOLC (International Coalition of Library

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Consortia)15. El ICOLC es una asociación informal de más de 150 consorcios de todo el mundo que se reúnen dos veces al año para intercambiar información y defender conjuntamente los intereses de las bibliotecas que los forman. Las reuniones tienen lugar alternativamente en los EEUU y en Europa (en Barcelona en el 2004). El ICOLC ha aprobado algunas declaraciones que han tenido una fuerte influencia en la forma como se están desarrollando los contratos y los modelos de precio de la información e-16 o en la que deben tener las estadísticas que los editores proporcionan a las bibliotecas sobre el uso que estas hacen de la información e- contratada17. II.4 Beneficios (e inconvenientes) del Big Deal Pero entonces, ¿qué beneficios tiene el Big Deal para los consumidores de información científica? Básicamente los beneficios son dos, el primero cualitativo y el segundo cuantitativo: • Se incrementa el equilibrio territorial y la igualdad de condiciones con

respecto al acceso a la información científica • Se mejoran las condiciones económicas para acceder a la información. II.4.a La información como infraestructura científica Como veremos más adelante, la información e- contratada consorciadamente, actualmente no es de ninguna manera toda. Probablemente nunca sea todo, ni tan siquiera la mayoría desde el punto de vista de la cantidad. La información objeto de la contratación consorciada termina siendo la más básica, nuclear e interdisciplinar, ya que si estos elementos no se dan en un cierto grado, no hay confluencia de intereses para contratar conjuntamente. Pero la información nuclear que se consorcia pasa de ser un recurso para algunos a una infraestructura (informacional) para todos. Nadie duda que, aun sin contar con los beneficios económicos del acceso consorciado, las grandes universidades españolas pueden contratar los recursos de información e- nucleares, pero lo mismo no puede ser dicho con la misma rotundidad de las demás. En el paradigma papel, el universitario y el investigador ven sus esfuerzos facilitados o (dificultados) de forma correlacionada con la riqueza de los fondos documentales de su universidad o centro de investigación. En el paradigma papel, la información es un patrimonio particular, es un bien escaso. En el paradigma digital, los esfuerzos del universitario y el investigador deberían verse potenciados por poder acceder a un conjunto nuclear de recursos de información que sea independiente de la situación, antigüedad o dimensiones de su universidad o centro de investigación. En el paradigma digital, la información debería ser infraestructura nacional, ser un bien de fácil acceso.

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Visto desde este punto de vista, el acceso colectivo de la comunidad universitaria e investigadora a un conjunto nuclear básico de información científica es uno de los mecanismos para incrementar la igualdad en las condiciones de partida de la investigación. Esta, que debe ser competitiva, lo debe ser desde la perspectiva de la creatividad y no debería sufrir limitaciones de partida dependientes de la riqueza documental o de la capacidad económica de la institución en la cual desarrollan su trabajo los universitarios e investigadores. Las contrataciones consorciadas dan equidad y solidaridad al sistema científico español, ya que permiten poner al mismo nivel en lo que respecta a acceso a recurso básicos de información a todos los universitarios e investigadores españoles independientemente del lugar en el que ejerzan su actividad. II.4.b La información científica como gasto económico De forma breve y algo simplificada, los beneficios de la contratación conjunta de información e- son: con un poco más de gasto se consigue acceder a muchísima más información que termina usándose mucho más. De forma numérica, y también simplificada, un incremento en el 10% de los recursos económicos destinados a contratar información, generan un incremento del 1.000% de la información accesible y esta es usada un 100% más. Veámoslo con más detalle. Un 10% de sobrecoste Para la contratación de paquetes de revistas, el trato estándar parte de lo que una institución o grupo de instituciones tiene como gasto histórico consolidado con una editorial determinada. El acceso electrónico a la totalidad de los títulos de la editorial por parte de la totalidad de las instituciones implicadas en el trato cuesta entre un 10 y un 15 % adicional. Evidentemente esta generalización tiene matices: si el trato incluye o no acceso a ‘backfiles’, si se contrata papel además de acceso electrónico, si el trato incluye instituciones que tenían cifras cercanas a cero de subscripciones con la editorial. En todo caso, es necesario afirmar que contratar conjuntamente información NO cuesta nunca menos y sí siempre algo más, un algo más que hemos cifrado en el 10-15% dependiendo de condicionantes. Un 1.000% de acceso adicional Manteniéndonos en el ámbito de las revistas, para un editorial ‘media’ que edite unos 350 títulos, una universidad que realice un número alto de suscripciones de títulos de esta editorial puede acceder a unas 120 revistas. Para una universidad con un número medio, las revistas pueden ser unas 60 y unas 20 para la que haga un número bajo de suscripciones. Con los accesos consorciados, las universidades o centros de investigación del consorcio reciben (por el incremento del 10% de coste mencionado) en primer lugar los títulos que ya suscribían, en segundo, los que suscriben los otros miembros del consorcio pero no ellos, y, en tercer lugar, los títulos no suscritos previamente por nadie. Es decir, el miembro del consorcio tiene acceso a la totalidad de los

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títulos (o del paquete). Para un grupo de centros universitarios con una universidad altamente suscriptora, dos de medianamente suscriptoras y siete de bajamente suscriptoras, el efecto del acceso consorciado a la totalidad de los títulos supone un incremento del 1.000% de la información accesible con respecto el acceso individualizado. Un 100% de más uso Los beneficios de la compra consorciada serían pírricos si la información adicionalmente accesible no fuera usada o lo fuera en una intensidad baja. La estabilización de los tratos consorciales ha permitido tener diversos estudios 18,19,20,21 que muestran que estas prevenciones no se cumplen. Los estudios existentes muestran que: • Los títulos incluidos en los acuerdos consorciales y no previamente

subscritos son usados ampliamente (se usan al casi un 90% de los títulos de los paquetes)

• El uso de artículos procedentes de revistas no subscritas previamente por la institución que las ha usado es alto (por encima del 30%)

• En centros con una amplia colección nuclear de revistas e-, el uso de la colección de revistes e- es muy elevado (cerca del 50% de los investigadores afirma usarlas exclusiva o principalmente.

• La relación coste por uso mejora anualmente debido a los incrementos de uso constantes y a pesar de los incrementos anuales del precio de las subscripciones.

Debemos matizar que no hay estudios que den apoyo para hacer afirmaciones parecidas para la suscripción conjunta de bases de datos. El modelo de precio para las mismas es distinto y los beneficios debemos buscarlos en el menor coste de suscripción por institución. Los beneficios económicos son aquí más parecidos a los descuentos derivados de compras masivas: el precio por institución en una compra consorciada es (debe ser) substancialmente menor que el precio individual en una suscripción no consorciada. De forma indicativa (aunque, evidentemente, la cantidad depende de cada caso), las bases de datos suscritas consorciadamente pueden costar un 40-50% menos de lo que costaría la suscripción individual. Adicionalmente y entre los beneficios de las compras conjuntas se encuentra el de contención de costes. Si bien, como se ha dicho, las compras consorciadas no suponen gastar menos, si que permiten negociar incrementos anuales de precios muy por debajo de lo que era habitual hace pocos años o de los que se producen contratando de forma individual. Los incrementos anuales de las revistas en papel fueron no hace tanto tiempo del 16% anuales (y a veces superiores al 20%). Los tratos consorciados de hace unos años fijaban el incremento máximo anual en el 7-8. Actualmente se fijan en el 4-5%.

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II.4.c Los inconvenientes del Big Deal En los últimos años, las compras consorciadas han sido objeto de numerosos debates en la literatura profesional. Si bien algunos temores no se han producido (el no uso de los títulos adicionales, por ejemplo), es verdad que la concentración editorial y la agrupación de bibliotecas en consorcios ha mostrado algunas debilidades del Big Deal. Hay quien argumenta que los consorcios favorecen la concentración de editores, es cierto que las suscripciones se concentran en las ofertas más atractivas (los grandes paquetes editoriales) y que los recursos existentes pueden retraerse de suscripciones a pequeñas editoriales independientes. Pero lo cierto es que las estadísticas recientes de la Association of Research Libraries (ARL) -vid. Figura 1- muestran que, desde la aparición del movimiento consorcial y por primera vez en los últimos 30 años, el coste por título de revista ha bajado y que el número de revistas y de libros comprados ha subido. Figura 1. Variación de los costes de libros y revistas en las bibliotecas de investigación norteamericanas durante el periodo 1986-2002

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La preocupación más real alrededor de los acuerdos consorciados ha sido si son sostenibles a lo medio - largo plazo. Dado que los acuerdos consorciados son a menudo para plazos de 3 o 5 años, en estos momentos los consorcios están muchas veces renegociando sus primeros acuerdos plurianuales. La situación continua siendo buena en el sentido que las editoriales no están cambiando a peor los tratos. En las renovaciones que actualmente se realizan se observa: • Las condiciones generales se mantienen • Los incrementos anuales de precio bajan de un 6-7% a un 4-5% • Las editoriales ofrecen más contenido (a cambio de más precio) • Los tratos son más flexibles y abiertos a la inclusión de nuevos

miembros en el consorcio Deberíamos aún añadir como ventaja no despreciable, que las contrataciones conjuntas por paquetes, en comparación con las individuales en papel, representan ahorros importantes para las bibliotecas (en gestión de personal y en espacio de almacenamiento). A su vez, han creado tareas nuevas (mantener los enlaces al día) y la preocupación sobre la preservación futura de las revistas electrónicas. Este último tema, que ha sido durante mucho tiempo el punto más oscuro de la información e-, está en vías de solución a partir de soluciones consorciadas (como LOCKSS) o de que las bibliotecas nacionales (como la Holandesa, por ejemplo) asuman esta función. II. 5 Qué se contrata Ya hemos visto que la vida de los consorcios tiene en pocos casos más de diez años. A lo largo de este periodo de tiempo de ha podido ver como las decisiones de los consorcios han experimentado una cierta evolución que se viene dando en todas partes. Las principales han sido: • De acceso local a acceso en línea. Desde un punto de vista tecnológico,

el acceso a los recursos e- en 1999 suponía en muchos casos hacer una instalación local de los productos. Hoy, todos los recursos que se contratan son accesibles en línea sin que se detecten problemas de acceso relevantes y con tiempos de respuesta muy buenos.

• De bases de datos bibliográficas al texto completo. Inicialmente los esfuerzos de contratación se centraron en BBDD bibliográficas, rápidamente las preferencias de los usuarios y las mejores relaciones coste/contenido marcaron las prioridades de las contrataciones conjuntas hacia los recursos a texto completo, principalmente revistas, pero también base de datos que incluyen texto completo y (pero mucho menos) libros e-.

• De solo para universidades a ampliación las contrataciones a centros de investigación. Los primeros consorcios surgen de las universidades norteamericanas, pronto se crean nuevos consorcios, algunos de ellos, a partir de centros de la administración. Al hacerse evidentes los beneficios del Big Deal y al tener los consorcios experiencia negociadora, los acuerdos han empezado a extenderse (de forma lenta pero imparable) a otras bibliotecas, concretamente las de centros de investigación.

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• De todo para todos a también algunas cosas para algunos. En todas las situaciones iniciales, la contratación consorciada se centra en aquellos recursos que son más claramente interdisciplinares y se contratan para todos los miembros. A partir del momento en que las suscripciones empiezan a cubrir el espectro más nuclear y básico, y siempre que la madurez del consorcio lo permite, se han empezado a producir contrataciones parciales, es decir de algunos productos para algunos miembros.

Los principales datos que se desprenden de la encuesta efectuada para este estudio (ver figuras 2 y 3) muestran que: • el promedio de bases de datos y de paquetes contratados por consorcio es

el mismo (12), pero, • los consorcios muestran una preferencia para la contratación de revistas e-

(19 consorcios contratan 10 paquetes o más de revistas e-) con respecto las bases de datos (15 consorcios contratan 10 paquetes o más de BBDD), y,

• hay una superior concentración de licencias de paquetes de revistas e- (15 paquetes son contratados por 10 consorcios o más y 7 por 15 o más) con respecto la de bases de datos (10 BBDD son contratadas por 10 consorcios o más y solo 3 –destacando WoK del ISI- por 15 o más)

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Promedio: 12 bbdd/consorcio Figura 2. Contratación consorciada de bases de datos en Europa.

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Promedio: 12 paquetes revistas/consorcio Figura 3. Contratación consorciada de paquetes de revistas electrónicas en Europa. El estudio de la Comisión Europea22 muestra claramente que, en términos de citas, el mercado de la edición está muy concentrado. Concretamente la suma de citas recibidas por los principales paquetes editoriales (Blackwell, Elsevier, Springer, Taylor & Francis y Wiley) supera con facilidad el 50% de las totales en muchos dominios científicos (ver tabla).

Desde la perspectiva de rentabilizar las inversiones, se puede comprender perfectamente que los consorcios europeos concentren sus

cons > 15 subs: 9 cons > 10 subs: 7 cons > 5 subs: 6 cons < 5 subs: 7

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suscripciones en estos paquetes de grandes editores ya que el acceso a las revistas que contienen producirán el máximo beneficio posible. II. 6 Quien y cómo se paga Por desgracia los datos sobre la financiación del Big Deal son más escasos que los que disponemos sobre su extensión en el mundo o sus beneficios. Las afirmaciones de este apartado serán quizá algo más genéricas que las de los demás. En primer lugar, mencionar que si bien no todos los consorcios reciben ayudas de la administración, la mayoría de las compras consorciadas están sostenidas total o fuertemente por la administración educativa o por ministerios de ciencia y tecnología. En un estudio hecho a 12 consorcios del Sur de Europa se constató que, entre los 10 que respondieron: 3 100%, 1 85, 2 50, 2 cerca del 20 y 2 sin ayuda. Generalizando bastante, muchos consorcios de los EEUU y algunos del resto del mundo realizan sus compras consorciadas con recursos propios. Estos consorcios reciben el nombre de clubes de compras y no suelen tener entre sus objetivos el de promover la igualdad del acceso de la información a la comunidad universitaria e investigadora de su territorio. Para el resto de casos, la financiación estatal es frecuente. Esta puede ser total (caso de Grecia o de Brasil), mayoritaria (Finlandia) o parcial (al 50% en Portugal). Sea el caso que sea, ha sido la administración que da soporte a la educación superior y/o a la investigación la que ha dirigido fondos específicos a la contratación consorciada de recursos e- por considerar que esta generaba una capa de infraestructura informacional. Ha sido frecuente que este ‘new money’ procediera de programas que promueven la sociedad de la información (casos de Finlandia o Grecia, por ejemplo). En segundo lugar, en aquellos casos que la contratación consorciada fue o está siendo subvencionada en su totalidad por la administración, se empieza a notar una tendencia hacia la cofinanciación de los recursos consorciados. Finalmente, uno de los principales centros de interés de los consorcios son las fórmulas internas usadas para distribuir los costes entre los miembros. Al respecto, decir que las fórmulas finalmente acordadas dependen en gran parte del grado de ayuda estatal que reciban las compras. Con financiación total, evidentemente, no se necesita fórmula, con una financiación del 50% la fórmula puede ser poco fina (del tipo cuotas determinadas por las dimensiones de la institución), pero con una financiación general baja o nula, las fórmulas son motivo de continuada reflexión, controversia y modificación. Uno de los motivos que recomendarían incentivar con dinero central las compras consorciadas es que la discusión (eterna y de difícil solución) respecto el reparto de costes no inhiba los acuerdos consorciados y ni haga que se restrinjan, por lo tanto, sus beneficios a los pocos capaces de ponerse de acuerdo.

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III. Una Biblioteca e- de ciencia y tecnología (BeCyT) para España En este apartado del documento, se propone la creación en España de la BeCyT (Biblioteca electrónica de Ciencia y Tecnología) como un esquema de contratación consorciado que se adapte a la realidad actual y española. La propuesta parte de las experiencias internacionales que deberían adaptarse al caso español. Así mismo, la propuesta se realiza para un marco temporal amplio (2006-2010) considerando que es más importante establecer un esquema de creación, crecimiento y consolidación de las contrataciones consorciadas que aplicar recursos a la suscripción puntual de recursos electrónicos. Se considera que la disponibilidad alta de recursos e- es y va a ser un recurso básico para cualquier actividad universitaria y de investigación competitiva y de calidad, y para ello se priorizan los acuerdos estables y a medio-largo plazo por encima de ayudas concretas que no actúen como capital-semilla. La propuesta, evidentemente, es adaptable a los ritmos que se deriven de la capacidad inversora que el Ministerio otorgue a la FECyT y a la capacidad de universidades y centros de investigación de y de sus organismos financiadores de adaptarse a una situación que en buena medida debe ser nueva. III.1 Los consorcios y los grupos de compra en España Las contrataciones conjuntas de recursos electrónicos se inician en España en 1998. Los principales agentes de las mismas han sido los consorcios regionales de los que se da más información en el apartado IV.4 de este documento. Con respecto las principales editoriales de revistas, las contrataciones consorciadas pueden afectar en estos momentos a un 60-70% de bibliotecas universitarias y suponer un 80-90% de los ingresos de estas editoriales. Los centros de investigación y hospitales, en general no forman parte de los consorcios. De forma resumida, las contrataciones consorciadas en España se desarrollan bajo las formas siguientes: • Ejercidas por consorcios consolidados: BUCLE, CBUA, CBUC, CBUG,

CSIC y Madroño • Adhesión de bibliotecas a acuerdos consorciados • Grupos de compra (claramente el G9) • Consorcios ‘virtuales’ formados por agregadores (principalmente EBSCO) y

consistentes en una empresa comercial forme un consorcio para un editor determinado a partir de la adhesión al acuerdo de compra de diversas bibliotecas

• Consorcios especializados (sobretodo en el ámbito biomédico, por ejemplo, la Biblioteca Virtual Joseph Laporte)

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• La licencia nacional para el Web of Science del ISI, realizada por la FECyT y que incluye universidades, organismos públicos de investigación, hospitales, centros tecnológicos y parques científicos y tecnológicos.

III.2 los beneficios del Big Deal en el caso español Los beneficios del Big Deal deberían ser para España los mismos que los mencionados pero incrementados por algunas características propias compartidas con países de menor tradición y recursos bibliotecarios, estas son: • Las dimensiones comparativamente grandes de las universidades,

cosa que reduce al mínimo las tarifas que a veces aplican los editores como cuota de entrada.

• La relativamente menor antigüedad de los centros de investigación, lo que hace que tengan un bajo número de suscripciones consolidadas, con lo que el mecanismo de sobrecoste de los modelos de precio habituales impacta en menor grado.

• Las relativamente pequeñas dimensiones de las colecciones de revistas, con lo que se maximizan los beneficios de acceder a revistas no subscritas previamente por la institución.

• La regularización dentro de los tratos de subscripciones departamentales y/o individuales que muchas veces no constan en las listas de subscripciones de los .editores.

III.3 La BeCyT como esquema de contratación consorciada para las universidades y centros de investigación españoles Sin que la BeCyT parta de cero (contamos con la experiencia de la contratación del Web of Science del ISI), debemos tener en cuenta que lo que se propone es la creación de una, en parte, nueva estructura nacional de investigación para lo cual España tiene que encontrar su propio camino. Desarrollaremos a continuación los interrogantes (en orden de importancia) que se deben despejar para la construcción de la BeCyT. Se procurará en la medida de lo posible formular respuestas a los interrogantes planteados. III.3.a Para quién se compra La respuesta evidente debería ser para todos los centros españoles, públicos y privados (excepto empresas) que realizan formación universitaria o investigación. Dicho esto, precisar que el orden con el que se consiga este objetivo tiene su importancia. Si se examinan la evolución de los consorcios y de las compras consorciadas se puede ver como estas han llegado a los centros de investigación más tarde que a las universidades. Esto tiene sus motivos que son al menos dos. Por una parte las universidades inmovilizan (depende de los casos) entre el 80 y el 90 % de los gastos previos en las compañías editoras, con lo que los tratos para centros de investigación pueden considerarse un apartado no nuclear (y no el único) de cualquier proceso de negociación por otra parte, los centros de investigación son una realidad más

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numerosa y dispersa que las universidades, con lo cual, las relaciones que se deben establecer con ellos es también más lenta y difícil. Las universidades representan el mayor porcentaje de la población investigadora y los OPI dependen mayoritariamente del MEC por lo que este tipo de instituciones deben estar presentes desde las primeras fases de ejecución del proyecto. Debido al importante volumen de la investigación biomédica, se recomienda incluir en el estadio más temprano posible a los investigadores del sistema sanitario. La inclusión de centros tecnológicos y parques científicos y tecnológicos es deseable desde el instante en que éstos se interesen en el proyecto. III.3.b Qué se compra La encuesta realizada a consorcios europeos y los datos de subscripciones consorciadas a nivel español nos muestran algunas tendencias claras que son las que deberían seguirse para trazar los objetivos de la BeCyT para el período propuesto. Estas son: • Texto completo (paquetes de revistas y bases de datos con texto

completo) con preferencia a bases de datos referenciales y, al menos de momento, libros electrónicos.

• Paquetes de revistas ‘grandes’ e interdisciplinares con preferencia a los que cubren más necesidades Respecto estos últimos, algunos (por ejemplo las publicaciones de la IEEE o las de la ACS) cubren un porcentaje muy alto de las necesidades de los universitarios y los investigadores y deberían ser tenidas también en cuenta.

La BeCyT será posible en el grado que tenga posibilidad de movilizar recursos económicos procedentes de diferentes niveles de la administración y de los propios centros de investigación y universidades. Esto hace que, obligatoriamente, deba plantearse su crecimiento de forma asociada a su viabilidad económica. El cruce entre recursos disponibles y prioridades desde el punto de vista de la comunidad de intereses debería marcar unas fases que podríamos conceptualizar como una BeCyt nuclear, una de nivel básico y una de nivel avanzado. La BeCyT nuclear se compondría de los recursos más claramente interdisciplinares, es decir, por los paquetes de las grandes editoriales internacionales. Entre estos encontraríamos un primer grupo en el que se incluirían sin lugar a dudas (y seguramente en este orden): Elsevier, Springer, Blackwell, Wiley y Taylor&Francis. El segundo grupo estaría formado por: Emerald, JSTOR, Nature, Sage y Science. Su coste estimado para una contratación nacional podría estar alrededor de los 40 M€ anuales. La BeCyT básica seria una extensión de la nuclear. Algunos de los recursos mencionados a continuación (en función de las capacidades financieras)

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podrían formar parte de la parte nuclear, concretamente, los mencionados que cubren a un nivel muy alto las necesidades de determinados colectivos. Dividiremos este apartado en dos partes: • BeCyT básica asociada a determinados colectivos: publicaciones de

entidades profesionales (ACS, ACM, AIP, IEEE, IOPP, Lippincott o RSC) (se estima que su contratación supondría un montante de 10 M€ anuales)

• Becyt básica interdisciplinar (bases de datos legislativa, revistas de Cambridge UP, OxfordUP y Taylor and Francis, alguna base de datos a texto completo de contenido interdisciplinar, bases de datos de economía...)

La BeCyT avanzada quedaría seguramente fuera de las posibilidades de realización del período descrito (2006-2010). Al respecto, se deben hacer tres consideraciones que creemos importantes: • Primera, si bien no es claramente necesario que todas las

universidades y centros de investigación se suscriban a todos los recursos de la BeCyT, la negociación de acuerdos para solo parte del sistema universitario o de investigación español no representa forzosamente la ventaja de un menor coste. Como se ha explicado, los precios de los editores se fijan en función del consumo estabilizado o bien en función de las expectativas de compra. Así, la no inclusión de una entidad en un trato, tienen ahorro solo si la entidad suscribe o potencialmente puede suscribir el recurso (con lo cual no hay interés en que no forme parte del trato).

• Segunda, al menos a corto y medo plazo, la BeCyT no va a poder cubrir la totalidad de los recursos de información necesitados por las universidades y centros de investigación. A medio y a largo plazo, incluso no es bueno que esto sea así. Los recursos referidos aquí como avanzados pueden ser de una especialización alta (por ejemplo, la base de datos AGRÍCOLA), cosa que ni facilite ni recomiende la suscripción para todos. Esto no excluye que se puedan favorecer, dentro de la misma BeCyT, la existencia de tratos que afecten solo a las instituciones con intereses específicos en el recurso e- en cuestión.

• Tercero, la existencia de la BeCyT debería reforzar a corto medio plazo los consorcios de compras ya existentes, y a medio – largo plazo no los debería suplantar. El ámbito de la contratación consorciada de recursos e- es lo suficientemente amplio como para que, en el marco temporal de los próximos 10 años, la contratación de recursos de desarrolle a diversos niveles: español, de consorcio, de universidad o centro, e incluso en algún caso a nivel de facultad.

Se recomienda, siempre en función del plan económico: • Establecer tres niveles de cobertura de la BeCyT • Definir para la BeCyT una primera fase en que se debería cubrir el nivel

nuclear. Esta fase puede tener una duración de 2-4 años dependiendo de

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los recursos disponibles y de la capacidad de las instituciones consorciadas de asumir las condiciones derivadas de la nueva situación.

• Preparar a lo largo de este tiempo un plan que defina de forma más precisa los contenidos de la BeCyT básica y permitan desarrollarla en los años 3-6 a partir de su inicio.

III.3.c Quien compra Para establecer acuerdos consorciados es preciso contar con una sola voz de negociación. Esto no solo es recomendable sino que es un requisito indispensable. La unicidad ‘de mando’ en la negociación debería ejercerse al mismo tiempo creando mecanismos eficaces de participación y comunicación. Las dos cosas son o deberían ser compatibles. El establecimiento de los contenidos en cada nivel de la BeCyT (pero no su ritmo de inclusión en ella) deberían basarse en el consenso. Este, como hemos argumentado, ha de ser fácil de conseguir debido a que los tratos consorciados mayoritarios en Europa y en España determinan de forma pragmática los contenidos a ser incluidos en cada fase de la Biblioteca. Los mecanismos informativos deberían tener dos niveles: uno ejecutivo para comunicar las decisiones y condiciones de inclusión de un recurso e- en la BeCyT y otro de técnico para vehicular a través suyo las condiciones concretas de uso del recurso, establecer los mecanismos de pago, difundir datos estadísticos, etc. Parece claro que, a no ser que se opte por la creación de un organismo ex novo, la FeCyT puede, por finalidades y naturaleza jurídica asumir este papel con una garantía total para su realización y una eficacia máxima. Que sea la FeCyT quien asuma el desarrollo de la BeCyT debería tener además la ventaja de crear relaciones de sinergia con otros objetivos de impulso y mejora de la investigación científica en España (por ejemplo, el desarrollo de depósitos de información científica española en acceso abierto, la digitalización de las revistas científicas españolas y la mejora de su calidad, la aplicación de las TIC a la innovación docente e investigadora, etc.) Se recomienda: • Que sea la FECyT la encargada de desarrollar e impulsar la BeCyT. • Que la FECyT cree una oficina técnica de la BeCyT destinada

específicamente al desarrollo y a la gestión de la BeCyT. La Oficina debería permitir acumular conocimiento sobre como y que contratar así como generar instrumentos que den valor añadido a las contrataciones (tutoriales de uso de recursos e- en español, estadísticas de uso, etc.). La Oficina de la BeCyT (sobre todo en su inicio) no tiene porque realizar ella misma todas estas tareas, pudiendo delegar alguna de ellas.

• La BeCyT debería contar con un organismo asesor que sería el que determinaría los contenidos de las diferentes fases de la Biblioteca y avalaría las decisiones ejecutivas que tomara la FecyT o la Oficina de la BeCyT.

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• Se creen mecanismos de comunicación que permitan ejecutar los acuerdos de contratación conjunta en lo que respecta a su aplicación en las universidades y centros de investigación.

III.3.d Cómo negociar Si se aceptan las categorías establecidas anteriormente para la Becyt (nuclear, básica profesional, básica interdisciplinar y avanzada), quedan también establecidas las prioridades. Estas se debieran cruzar con las posibilidades económicas para el periodo 2007-2008, que debiera ser de gran intensidad. Adicionalmente se debe tener en cuenta que las negociaciones consorciadas nunca son cortas ni siempre son fáciles. Quizá sea el momento de introducir que, para las revistas, es fundamental tener claro el modelo básico de acceso. Las subscripciones consorciadas se mueven básicamente alrededor de dos posibilidades, las conocidas como ‘p+e’ y ‘e!’. La modalidad ‘p+e’, supone pagar el precio de las suscripciones actuales en papel (sin posibilidad de cancelar suscripciones o con un control estricto de las cancelaciones) y un sobre precio para el acceso electrónico. La modalidad ‘e!’ (‘electronic only’) consiste en un pago para el acceso electrónico con la posibilidad adicional de suscribir las revistas en papel con un descuento importante (no inferior al 75% del precio de lista). En muchos países ha dominado la aproximación ‘conservadora’ del ‘p+e’. Para la BeCyT se recomienda establecer acuerdos centrales para el acceso electrónico, permitiendo a la vez suscripciones en papel con descuento, suscripciones que en todo caso quedarían a cargo de las instituciones y fuera de las ayudas económicas de la BeCyT. Las fases de la negociación suelen ser: • Conocer el modelo de precio y establecer a partir de aquí si el acuerdo es

posible. • Fijar el precio, para lo que se requiere un a fase lenta de contrastar los

datos del editor con los de las universidades • Negociación de flecos:

o Estudiar como se ajustan los contratos existentes al nuevo marco o Ver precios para la ampliación del trato a centros de investigación o Fijar la fecha a partir de la cual se accederá a números antiguos de

revistas (backfiles) o Ajuste de los contratos existentes al nuevo o Fijar plazos de pago o Concretar la forma y extensión de los accesos remotos

Hay dos factores más que intervienen en la negociación y que se suman a los anteriores de interés y recursos disponibles: • Aceptabilidad del trato, es decir hasta que punto este se considera ‘justo’

o conveniente, ya que algunas editoriales tienen o han tenido, en momentos dados, modelos de precio difícilmente aceptables.

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• Oportunidad del trato, dado que las estrategias respectivas de cada editorial puede permitir que las condiciones sean mejores o peores en función del momento en que se firma el trato.

Disponer de un plan, debería permitir que la BeCyT negociara, en lo posible, teniendo en cuenta los factores de aceptabilidad y oportunidad además del de interés. III.3.e Quién paga y como se paga Hemos visto que los objetivos de la BeCyT son dos: nivelar el acceso de recursos electrónicos e- incrementar el acceso de recursos desde cada universidad o centro de investigación. Esta dualidad de objetivos debería plasmarse en la financiación que debería ser mixta. El primer objetivo se conseguiría con financiación directa (de la administración central y de la autonómica), el segundo con financiación directa de los centros beneficiados del acceso. Al margen de otras consideraciones referentes a la cofinanciación, con la financiación mixta se debería conseguir que la aportación estatal actuara como ‘capital semilla’, es decir, sumando recursos y no sustrayendo recursos ya invertidos en recursos de información para destinarlos a otras finalidades. Se recomienda que la financiación de la administración (central y autonómica) no sea inferior al 50% pero tampoco superior a los 2/3. Se considera aconsejable que las CCAA coparticipen del objetivo nivelador en sus respectivos territorios de competencias y que, por lo tanto, hagan una aportación equivalente a la del Ministerio de Educación. Para ello se debería encontrar un mecanismo sencillo por el que repartir la aportación autonómica entre las diferentes comunidades. Con respecto la aportación de las universidades y para las revistas e-: • Se pueden establecer las aportaciones respectivas de forma asociada al

gasto previo en títulos para cada editorial, pero este es un mecanismo lento y quizá incluso injusto. Probablemente sea mejor establecer unos pagos asociados a tramos en función del número de investigadores.

• Se deberían poder respetar las condiciones de reparto interno establecidas por los consorcios existentes, siempre y que, naturalmente, la suma de lo pagado se corresponda al total a pagar.

Con respecto la aportación de los centros de investigación y hospitales y para las revistas e-: • Se pueden establecer las aportaciones respectivas de forma asociada al

gasto previo en títulos para cada editorial, pero este es un mecanismo lento y quizá incluso injusto. Probablemente sea mejor establecer unos pagos asociados a tramos en función del número de investigadores.

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Los recursos incluidos en la BeCyT nuclear y la básica, y al menos en lo que se refiere a universidades, son de interés común. Por lo tanto, se recomienda que las suscripciones que se realicen en esta ámbito sean para todas las universidades (todo para todos). Se recomienda preparar un protocolo de adhesión a la BeCyT que fije las condiciones por las que se tendrá acceso a los recursos contratados (formas y plazos de pagos, respeto a condiciones de acceso, etc.) III.3.f Otros temas relacionados con la contratación consorciada • Sería importante que las contrataciones quedaran exentas de IVA o que

este se pudiera recuperar. El tema del IVA no es de ninguna manera irrelevante y el estudio de la CE citado ya varias veces, dedica un capítulo entero al tema23. En el mismo se observa que el alto IVA que reciben los recursos e- produce efectos contrarios a los deseados (inhibe la extensión de los beneficios de la suscripción de información e-) y distorsiona el poder de compra de los centros de investigación europeos. El estudio recomienda como posibles soluciones que se aplique un IVA reducido a la información científica (independientemente que sea impresa o electrónica) o que se introduzca un mecanismo de recuperación de IVA para los gastos producidos para estos conceptos.

• Para ajustarse a la Ley de contratos del estado, se recomienda encargar un estudio que justifique que la modalidad de contratación para estos casos el la negociada con exclusividad

• El acceso remoto (cada vez más necesario) requerirá estudios específicos para fijar los sistemas de autenticación.

III.3.g Programa piloto Sería importante que los efectos de la BeCyT se dejaran sentir desde inicios del 2007. Para ello, debe tenerse en cuenta que los acuerdos y pagos a nivel de consorcios autonómicos y de universidades se producen a finales de año. Se recomienda establecer un programa piloto de efectos inmediatos aunque de ámbito limitado que permita como máximo en octubre que los consorcios y las universidades puedan reajustar sus acuerdos para estos primeros de la BeCyT.

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IV. Apéndices Composición del grupo de trabajo Los consorcios europeos Las contrataciones consorciadas en Europa Los consorcios españoles

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IV.1 Composición del grupo de trabajo El presente documento se ha elaborado con la colaboración de REBIUN y la participación de representantes de consorcios regionales así como del sistema de investigación sanitario. Los expertos que han participado en el grupo de trabajo constituido para la elaboración del documento, son los siguientes: - Andreu Alcover, gerente de la Universitat de les Illes Balears y vocal del

comité ejecutivo de REBIUN. - Lluis Anglada, director del Consorci de Biblioteques Universitàries de

Catalunya (CBUC). - Idoia Barrenechea, coordinadora de REBIUN. - Miguel Duarte, del Servicio Central de Bibliotecas de la Universidad de Cádiz

y miembro del Consorcio de Bibliotecas Universitarias de Andalucía (CBUA). - Mayra García Berges, directora del Centro de Información y Biblioteca de la

Agencia Laín Entralgo de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid.

- Carmen Guerra, directora de la Biblioteca de la Universidad del País Vasco y secretaria ejecutiva de REBIUN.

- José Antonio Magán, director de la Biblioteca Complutense y vocal del comité ejecutivo de REBIUN.

- Agnes Ponsatí, directora de la Unidad de Coordinación de Bibliotecas del CSIC.

- Elena Primo, directora de la Biblioteca Nacional de Ciencias de la Salud, del ISCIII.

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IV. 2 Los consorcios de bibliotecas en Europa24 La aparición de consorcios de bibliotecas en Europa es un fenómeno relativamente reciente (últimos diez años aproximadamente) originado principalmente con el objetivo de compartir recursos electrónicos y contrarrestar el constante incremento en los precios de las publicaciones académicas y gestionar eficazmente la cada vez mayor disponibilidad de revistas y demás colecciones electrónicas. El objetivo principal es ofrecer a sus usuarios un amplio acceso a los recursos de información electrónicos con unas condiciones aceptables para las bibliotecas, que les permitan conseguir economías de escala y mejorar sus servicios. La iniciativa de cooperación entre bibliotecas, con una mayor y más antigua tradición en los países del Norte de Europa, se ha extendido rápidamente a los países del Este y Sur de Europa, en algunos casos alcanzando niveles bastante avanzados (Grecia, Cataluña, el norte y centro de Italia). Los estímulos para constituir estos programas fueron, en la mayoría de los casos, a través de esfuerzos de pequeños grupos de bibliotecas, principalmente de universidades y centros de investigación, a los que se ha ido sumando una fuerte representación de bibliotecas de institutos politécnicos y otras instituciones de educación superior, de organismos de investigación y, en menor grado, bibliotecas públicas. Los promotores y patrocinadores de dichas iniciativas solían ser ministerios y agencias del gobierno central, agencias gubernamentales locales, universidades y asociaciones de directores y rectores, bibliotecas nacionales, asociaciones de bibliotecas de investigación, etc. En general, se ha observado que, los sistemas políticos y administrativos (centralización/descentralización) y las políticas en el sector de la educación y la cultura tienen una gran influencia en el desarrollo de los programas y modelos de cooperación. Así, se pueden identificar organizaciones consorciadas en un contexto nacional y consorcios dentro de un contexto regional, además de otro tipo de iniciativas de naturaleza más limitada formadas por intereses específicos. Sin embargo, en los últimos años en casi todos los países europeos está surgiendo la búsqueda de una perspectiva nacional y de unas alianzas estratégicas más amplias. En algunos países, los consorcios aparecen dentro de un marco de estrategia nacional respaldados a nivel central (por ejemplo, DNER en el Reino Unido, DEF en Dinamarca), mientras que en otros (como Italia) se han formado alianzas entre consorcios para negociar licencias con una perspectiva nacional, y hay aún otras tentativas para crear alianzas estratégicas que vayan más allá de las fronteras nacionales. En esta línea hay que mencionar GASCO (German, Austrian and Swiss Consortia Organization) y SELL (South European Library Link). En lo que respecta a las actividades, destacan dos tipos de consorcios:

i) los que han nacido como redes bibliotecarias con el objetivo de desarrollar programas y compartir recursos y que tienen como prioridades la compra y gestión de licencias electrónicas. Este tipo de organización permite disponer de una estructura más sólida tanto de recursos humanos como de logística y ofrece una base para ampliar la variedad de servicios y,

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36

especialmente, para alcanzar un nivel más alto de integración de recursos. Implica, sin embargo, procesos de reestructuración interna que requieren tiempo y compromiso.

ii) los que se han formado con el objetivo específico de velar por el desarrollo de proyectos que promuevan la gestión compartida de los recursos electrónicos. Éstos tienden a adoptar una organización más simple, la logística disminuye drásticamente, subcontratándose, en algunos casos, servicios externos de consultoría o centros de cálculo, y la dedicación del personal se reduce.

La negociación de licencias electrónicas forma parte central de todas las iniciativas de consorcios, independientemente de su naturaleza, aunque pocos de ellos han desarrollado un modelo propio de licencia. Muchos siguen las recomendaciones de organizaciones como ICOLC y EBLIDA, o de los modelos de licencia más conocidos como la de NESLI. En relación con las negociaciones con proveedores, es importante llamar la atención sobre que el interés de los consorcios se centra mayoritariamente en la producción de las grandes editoriales internacionales, bajo riesgo de marginar a las editoriales académicas y a las pequeñas editoras en lenguas nacionales. Otra clara prioridad, en casi todos los casos, es la función de ampliar y compartir colecciones, seguida por los servicios de obtención de documentos y luego por la de los catálogos en línea. Como segundo grado de prioridad se encuentran las siguientes actividades: formación del personal, descripción de recursos electrónicos y sumarios de revistas, formación de usuarios, reuniones de trabajo y promoción, presentación de los recursos y portales, desarrollo e implementación de buscadores de metadatos, estadísticas, estándares, publicación electrónica, programas de digitalización, almacenaje y conservación a largo plazo. Las revistas y bases de datos electrónicas, y los servicios a texto completo, son la base de la actividad de los consorcios. En términos de contenido, la ‘esencia del negocio’ se da en las disciplinas científicas, técnicas y médicas, aunque las áreas de Ciencias Sociales y, más lentamente, las de Humanidades van ganando terreno poco a poco. En cuanto a la estructura, la cultura administrativa y la legislación individual de cada país tienen una influencia decisiva. En términos legales, hay dos tipos de organizaciones sin ánimo de lucro. Las organizaciones de cooperación dotadas de un estatus legal que les permite actuar como una compañía de servicios con asignaciones propias de una autonomía administrativa. Este estatus puede ser condición en algunos países para acceder a fondos públicos y privados y permite una mayor autonomía de gestión. Por otro lado están los consorcios de facto, que incluyen todas las organizaciones de cooperación basadas principalmente en acuerdos de colaboración, convenios u otros acuerdos informales que permiten evitar los gastos y procedimientos burocráticos que supone la creación del consorcio. Los órganos de gobierno difieren también considerablemente. En general, ofrecen amplias garantías de participación en las decisiones. Las estructuras

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37

más complejas muestran tres niveles de decisión: el nivel político, el nivel técnico y el administrativo, y grupo de expertos en áreas temáticas. La mayoría de consorcios son financiados ad hoc por fondos centrales procedentes de agencias nacionales o gobiernos e instituciones políticas y administrativas locales. En algunas circunstancias, las subvenciones sirven para iniciar un programa que, una vez es del todo operativo, es mantenido por las contribuciones directas de las bibliotecas participantes. También se da el caso opuesto, es decir, consorcios creados y financiados por un grupo de bibliotecas que, después de conseguir éxito en el sector, se aseguran el apoyo de agencias del gobierno central. La ayuda proveniente de instituciones públicas toma diversas formas: consultoría, soporte logístico y tecnológico, costes administrativos, de personal y contribuciones para comprar licencias electrónicas. La tendencia dominante es la de recortar la partida estatal una vez que se ha superado la fase inicial, lo que puede ser una de las causas de la fragilidad de este tipo de iniciativas. Los criterios para asignar presupuestos e imputar costes se basan en distintos parámetros, entre ellos el volumen de las suscripciones registradas y el número de estudiantes y profesores. La cooperación en Europa en el área de los recursos de información electrónicos ha logrado un progreso considerable, pero permanece el riesgo de quedar asociada a unos objetivos prácticos de corto alcance, y a menudo carece de visión estratégica y perspectivas a largo plazo. A continuación se recoge una tabla en la que se dan los datos de algunas iniciativas de cooperación que se dan en y entre diferentes países europeos:

País Nombre Año inicio Miembros Estructura Legal Servicios(*)

1 2 3 4 5 6 7 Otros

Alemania Bayern konsortium www.bsb-muenchen.de/ejournal/konsort.htm

28 Cooperación en recursos de información

SI SI SI

Alemania FAK http://www.althoff-konsortium.de/

17 Organización independiente

SI

Alemania HeBIS www.hebis.de/bib/en/info/bereich_infos_engl.php?cat=Library%20Network

1987 635 Financiada por el gobierno

SI SI SI SI SI Apoyo a la producción/uso de normas Acceso a texto completo

Austria Asutrian E-media coop.

2005 21 SI

Bélgica VOWB www.libis.be/vowb

1992 45 Asociación sin ánimo de lucro

SI SI SI SI

Bélgica BICfB 9 Financiada por universidades

SI

Bulgaria BIC www.bic.bg

40 Organización independiente

SI SI Recursos compartidos

Dinamarca DEF www.deflink.dk/eng/default.asp

315 Financiada por el gobierno

SI SI SI

Eslovaquia LibNET www.snk.sk/odborcin

131 SI

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38

País Nombre Año inicio Miembros Estructura Legal Servicios(*)

1 2 3 4 5 6 7 Otros

Eslovenia COSEC www.nuk.uni-lj.si/cosec

2002 210 SI SI Estadísticas de uso Acceso a texto completo de e-revistas y e-libros

Estonia ELNET www.elnet.ee

13 Organización independiente

SI SI SI Servicios de catalogación

Finlandia FinELib www.lib.helsinki.fi/finelib/english/index.html

107 Financiada por Gobierno

SI SI

Francia COUPERIN www.couperin.org/

170 Financiada por Gobierno y universidades

SI SI SI SI SI SI Información compartida

Grecia HEAL Link www.heal-link.gr/journals/en/

32 Estado y miembros del consorcio

SI SI SI SI SI Servicios de catalogación

Holanda UKB www.ukb.nl

1977 14 Financiada por universidades

SI SI SI SI SI SI

Holanda SURFdiensten http://www.surf.nl/en/home/index.php

1991 Financiada por Gobierno y universidades

SI

Islandia Landskerfi bókasafna www.landskerfi.is/sja_uk.php?id=53

2001 400 Financiada por el gobierno central y municipal

SI Acceso equitativo

Italia INFER www.infer.it/

Financiada por universidades

SI SI SI SI Información sobre consorcios

Italia CIBER www.uniciber.it

400 Financiada por universidades

SI SI SI SI Almacenaje

Letonia Kulturas infomacijas sistemas www.kis.gov.lv no en inglés

Organización independiente

SI

Lituania LMBA www.lmba.lt

2001 32 Organización independiente

SI SI

Noruega RBT info.rbt.no

71 Financiada por el gobierno

SI SI Coordinación nacional de recursos en bib académicas

Polonia Poznan Foundation of Scientific Libraries www.pfsl.poznan.pl/eifl

1996 15 Financiada por universidades

SI SI SI SI SI SI

Portugal FCCN, B-ON www.b-on.pt/

60 Financiada por el gobierno

SI Almacenaje

Reino Unido

JISC www.jisc.ac.uk/

175 Consorcio público SI SI SI SI SI SI SI Almacenaje Servicios de catalogación

Reino Unido

CURL www.curl.ac.uk

25 Organización independiente

SI SI SI Servicios de catalogación

Reino Unido

EduServe CHEST www.chest.ac.uk/

>750 Financiada por el gobierno

SI

Suecia BIBSAM www.kb.se/bibsam/english/first.htm

120 Financiada por el gobierno

SI SI SI SI SI Estadísticas de uso Cooperación bibliotecas Apoyo a la producción/uso de normas

Suiza Consortium of Swiss Academic Libraries http://lib.consortium.ch/index.php?lang=2

1999 28 Financiada por el gobierno

SI SI SI Help-desk Estudios sobre e-archivo

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39

País Nombre Año inicio Miembros Estructura Legal Servicios(*)

1 2 3 4 5 6 7 Otros

Turquía ANKOS http://www.ankos.gen.tr/index.php

2000 77 Financiada por universidades

SI SI SI Formación de usuarios Organización de conferencias

Alemania, Austria, Suiza

GASCO www.hbz-nrw.de/kunden/gast/konsortien/konsortien.html

Agrupación de consorcios

Países del sur de Europa

SELL http://icarus.physics.auth.gr/SELL/index.html

Llevar a cabo políticas comunes de adquisición y provisión de información Fomentar otros campos de colaboración

Países del centro y este de Europa

eIFL www.eifl.net/

1999 2200 Fundación autónoma SI SI Apoyar la creación de consorcios Organización de encuentros y formación

(*) 1: Negociación/adquisición de licencias electrónicas 2: Presentación/carga de contenido electrónico 3: Formación 4: Colecciones compartidas 5: Préstamo interbibliotecario 6: Listas unificadas/ catálogos online compartidos 7: Preservación

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40

IV.3 Las contrataciones consorciadas en Europa Con motivo de la elaboración de este documento y para sustentar las posibles decisiones que se tomen respecto a los contenidos a contratar por la BeCyT, se han querido recopilar diferentes tipos de datos de agrupaciones de compra consorciada en Europa. Para lo cual que se realizó el envío de un cuestionario sencillo a responsables de consorcios de toda Europa, que recogía los siguientes apartados:

- Año de constitución del consorcio - Tipo de centros que constituyen el consorcio - Servicios que ofrece el consorcio - Bases de datos de las que el consorcio tiene comprada una licencia - Paquetes de revistas de los que el consorcio tiene comprada una

licencia - Otros recursos electrónicos (libros, enciclopedias, etc.)

De los consorcios consultados (50) se obtuvieron 29 respuestas, 12 de ellas procedentes de consorcios del Sur de Europa y 17 de consorcios de países del Norte, Centro y Este de Europa. La siguiente tabla recoge los nombres y los países de los consorcios que respondieron al cuestionario junto con el año en que éstos fueron constituidos y el número asignado para su tratamiento estadístico. Nº PAÍS REGIÓN NOMBRE AÑO

1 Portugal Portugal B-on 2004 2 Grecia Grecia Heal-Link 1998

3 Turquia Turquía Ankos 2001 4 España Andalucia CBUA 2001 5 España Madrid Madroño 1999

6 España España CSIC 2001 7 España Castilla León Bucle 2002 8 España Galicia CBUG 2001

9 España Cataluña CBUC 1996 10 Italia Italia Ciber 1999 11 Italia Italia Cilea 1998

12 Italia Lombardia SBBL 1995 13 Alemania Hessen HeBIS-konsortium 2000 14 Alemania Baja Sajonia Niedersachsen-konsortium 2002

15 Austria Austria Austrian E-media cooperation 2005 16 Croacia Croacia Croatian academic library consortium 2000 17 Dinamarca Dinamarca DEFF 1996

18 Eslovenia Eslovenia COSEC 2003 19 Estonia Estonia ELNET 1999 20 Finlandia Finlandia FinELib 1997

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Nº PAÍS REGIÓN NOMBRE AÑO

21 Francia Francia COUPERIN 1999 22 Holanda Holanda SURFdiensten 1991 23 Holanda Holanda SURFdiensten/UKB 2001

24 Islandia Islandia Iceland Consortia of e-subscriptions 1999 25 Noruega Noruega ABM consortium 1995 26 Letonia Letonia Culture information systems 1997

27 Lituania Lituania LMBA 2001 28 Polonia Polonia Poznan Foundation of Scientif. Libraries 1995 29 Reino

Unido Reino Unido CURL 1983

Esta tabla refleja que la mayoría de los consorcios han sido constituidos en los diez últimos años. Para el tratamiento de las respuestas recibidas, se siguió un sistema binario de forma que se aplicó el valor ‘1’ a las respuestas afirmativas y ‘0’ a las negativas. En algunos casos, aquellos en los que estaba prevista la inclusión del concepto a valorar o éste estaba en periodo de prueba, se aplicó el valor ‘0.5’. A continuación de recogen una gráficos con los resultados obtenidos. Mediante estos gráficos se obtiene una visión clara de las tendencias de compra y servicios que ofrecen los consorcios europeos: 1. Centros que forman parte del consorcio:

28

13

21,5

10,5 10

3

16,5

0

5

10

15

20

25

30

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bbu

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Europa

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42

Según este gráfico podemos observar que los consorcios están constituidos mayoritariamente por bibliotecas de universidades públicas, seguido de centros de investigación y bibliotecas de universidades privadas. El apartado ‘otros’ recoge servicios de la administración pública, sociedades académicas o científicas, politécnicas, bibliotecas nacionales, bibliotecas de institutos y de museos. 2. Servicios que ofrece el consorcio:

27 27

18

9,5 8 7,56 5 6

21

3

20

0

5

10

15

20

25

30

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Europa

Tal y como se comentaba en el cuerpo del documento, las agrupaciones de compra consorciada concentran su actividad en la adquisición de licencias de bases de datos y paquetes de revistas (27 de 29 consorcios), seguidas de servicios de formación para usuarios (21 de 29) y adquisición de libros electrónicos (18 de 29). El apartado ‘otros’ recoge, entre otros, servicios de soporte de Open Access, seguimientos estadísticos de uso, seminarios, investigación y desarrollo, etc. 3. Adquisición de licencias de bases de datos: A partir de los datos recogidos en el siguiente gráfico, se puede observar que la base de datos ‘Web of Science’ es, con mucho, la más comprada. Existe un segundo grupo de bbdd, adquiridas por más de 10 de consorcios, que lo constituyen: EconLit, Eric, IEEE, MathSciNet, Medline y PsycInfo.

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43

9 9 8

11 12 13

6

2

11

7

12

15

10

7

4

15

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10

6

24

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20

25

30

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Europa

4. Adquisición de licencias de paquetes de revistas:

18

1110

11

22

86

24

15

9

13

21

68

13 13

7

14

10

3

23

7

17

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5

10

15

20

25

30

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Europa

En este gráfico se pueden distinguir dos grupos de paquetes de revistas: 1) Los adquiridos por más de 15 consorcios: Elsevier, Kluwer-Springer, Blackwell, ACS y Wiley, 2) Los adquiridos por entre 10 y 15 consorcios: AIP, Annual Reviews, ACM, Emerald, JSTOR, Nature, Oxford UP, Sage y Science.

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5. Otros recursos de inform

ación:

7

34

9

4

13

89

18

0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20

Elibrary

Elsevierbooks

Gale VirtualReference

Library

LectureNotes in

ComputerScience

Net Library

OxfordReference

Online

Safari TechNooksOnline

SpringerLinke-books

Otros*

Europa

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IV.4 Los consorcios de bibliotecas en España Introducción y resumen No podemos hablar propiamente de cooperación entre bibliotecas en España hasta los años 80. En los inicios de la década, la cooperación se centró en desarrollar asociaciones de bibliotecas especializadas. A finales de los años 80 y a principios de los 90 la cooperación tomó una nueva forma y se constituyó REBIUN (REd de BIbliotecas UNiversitarias) como asociación de todas las bibliotecas de las universidades españolas. A finales de los años 90 empezó la formación de consorcios en diversas regiones o comunidades autónomas españolas. Los consorcios han sido una de las novedades más influyentes en la realidad bibliotecaria mundial de los últimos cinco años. Su expansión territorial y en actividades los ha convertido en un fenómeno que ha cambiado profundamente las formas tradicionales de definir los servicios bibliotecarios. La creación de consorcios en España sigue la pauta de la creación de consorcios en otras partes del mundo. Sus semejanzas y diferencias ilustran el mosaico de realidades de la cooperación bibliotecaria en estos momentos. La cooperación entre Bibliotecas universitarias españolas La cooperación entre bibliotecas en España empieza a presentar elementos relevantes a principios de los años 80 y se estructura alrededor de la especialización25. La primera forma de cooperación se lleva a cabo entre bibliotecas de la misma especialidad que forman asociaciones. Estas fueron: la Coordinadora de Documentación Biomédica creada en 1983, Documat (matemáticas) en 1988, la Asociación de Bibliotecarios y Bibliotecas de Arquitectura en 1991 y MECANO (ingeniería) en 1995. Estas asociaciones tuvieron un núcleo inicial en bibliotecas de facultades universitarias a las que se añadieron bibliotecas de hospitales (en el caso de la Coordinadora Biomédica) o de colegios profesionales (en el de arquitectura). Sus objetivos y actividades se centraron en la creación de catálogos colectivos temáticos y en facilitar el préstamo interbibliotecario. A finales de los 80 y principios de los 90, la organización del conjunto de las bibliotecas de las universidades en sistemas bibliotecarios de universidad y la automatización de sus fondos26 hizo que estas asociaciones se debilitaran. Esta evolución introdujo un segundo grupo de entidades cooperativas especializadas. Estas gravitaron alrededor de los grupos de usuarios de los distintos sistemas automatizados usados en las universidades españolas. Así surge RUEDO del programa Dobis/Libis, el grupo de usuarios de VTLS (1991), el del programa Libertas (1994) y Rueca del programa Absys (1996). Los objetivos de estos grupos fueron ambiciosos en sus inicios: crear catálogos colectivos entre las bibliotecas que compartían el mismo software. El panorama de la automatización bibliotecaria en España cambió profundamente a mediados de los 90 y la existencia de grupos de usuarios de programas automatizados se mantiene viva aunque los objetivos de los mismos hayan dejado de incluir la creación de catálogos colectivos.

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REBIUN En este campo de la cooperación universitaria española tenemos que destacar por su especial importancia y su aportación al desarrollo de las Bibliotecas universitarias a REBIUN. Surge en el año 1983, de los contactos, inicialmente informales y sucesivamente formalizados, de un grupo de bibliotecas universitarias, contactos que revelaron la necesidad de compartir experiencias y de aunar esfuerzos en una misma dirección. Se creó con el objetivo de ser un organismo estable en el que estuvieran representadas todas las bibliotecas universitarias españolas, para elevar el nivel de los servicios y de la infraestructura bibliotecaria mediante la cooperación, llevar a cabo acciones cooperativas que supusieran un beneficio para los usuarios de las bibliotecas universitarias, representar las bibliotecas universitarias ante organismos públicos y privados y para promover el intercambio y la formación del personal. La consolidación de Rebiun tras su fusión con CODIBUCE en 1996 y su posterior incorporación a la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas le ha convertido en la principal organización de coordinación de las bibliotecas académicas españolas, que incorpora, como miembros de pleno derecho, a todas las bibliotecas universitarias y al C.S.I.C, y , como miembros asociados, a numerosas bibliotecas o centros de carácter científico y de investigación . A lo largo de su vida ha sabido adaptarse a las nuevas necesidades, mantener y actualizar sus objetivos y mejorar su gestión. Su actividad, canalizada ahora a través de sus planes estratégicos, sus instrumentos de trabajo cooperativos -como el catálogo colectivo o en el terreno del préstamo interbibliotecario-, y su impacto en el trabajo diario, a través de recomendaciones, directrices y actividades de formación y difusión la han convertido en auténtico punto de referencia para todas las bibliotecas universitarias españolas. A lo largo de estos años “REBIUN nos revela con su ejemplo, que la voluntad de mejora y la cultura común abierta a la cooperación son sus dos activos –intangibles pero fuertes– más importantes”27.. Los consorcios El fenómeno de los consorcios surge en los EUA en la segunda mitad de los años 90 y teniendo como principal objetivo la contratación conjunta de información electrónica28. En este caso la influencia de las bibliotecas norteamericanas no tardaría en extenderse en todo el mundo con una rapidez que no se ha producido con otros cambios de tendencias en el mundo de las bibliotecas. La variedad de formas organizativas y de actividades de los consorcios puede sorprender pero es indicativa de su vitalidad29. El caso español ilustra una tendencia generalizada: las nuevas formas de cooperación que surgen con los consorcios se sustentan en las relaciones continuadas y estrechas que solo pueden mantenerse si el marco territorial es relativamente reducido. Esto produce que países de dimensiones pequeñas (como los países nórdicos, Grecia o Suiza) tengan consorcios nacionales,

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mientras que países de mayor dimensión (como Alemania, Italia o España) tengan consorcios regionales30. El primer consorcio español de bibliotecas universitarias nace en Cataluña (CBUC) en 1996, le sigue Madrid (Madroño) en 1999, Galicia (CBUG) y Andalucía (CBUA) en 2001 y Castilla-León (BUCLE) en 200331. En todos los casos podemos encontrar similitudes y diferencias entre sus actividades y formas de organización. Todos los consorcios dedican una parte muy importante de sus esfuerzos a la contratación conjunta de contenidos electrónicos. Al menos en el caso español, estas actividades de contratación empezaron por el acceso a bases de datos y se fueron desplazando rápidamente a la de revistas electrónicas. Estas últimas concentran en estos momentos la mayor parte de esfuerzos de contratación de los consorcios españoles. Los libros electrónicos han empezado a ser también objeto de contrataciones conjuntas. Vistos de cerca los consorcios presentan algunas diferencias. Por ejemplo los presupuestos varían desde los 0,5 hasta los 8 millones de euros, el personal desde ninguna persona contratada específicamente hasta una plantilla de ocho personas, en algunos casos las actividades incluyen la creación de catálogos colectivos y en otros no... Desde 2002, los consorcios españoles coordinan sus esfuerzos.

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NOTAS EN EL TEXTO 1 Entenderemos que la expresión ‘información científica’ incluye la tecnológica, la social y la humanística. Por ‘información científica’ entenderemos la que es consumida en el trabajo intelectual de generación de nuevo conocimiento, tanto el que se sitúa a un nivel formativo como el de nivel de investigación. Como sinónimos de ‘información científica’ usaremos a veces información académica o erudita. 2 El término es de F.W. Lancaster. 3 Jean-Claude Guédon / In Oldenburg’s long shadow: librarians, research scientists, publishers and the control of scientific publishing // ARL Proceedings 138 (138è congrés de l’ARL), 2001, www.arl.org/arl/proceedings/138/guedon.html, 23.01.03. y The “green” and “golds” roads to Open Access: the case for mixing and matching // Serials review, 30(04)4, 315-328. 4 El número puede oscilar de unas 20.000 a unas 50.000. la aceptación de una cifra o de otra depende de lo exclusivo que se sea. Si tomamos el Web of Knowledge de ISI como medidor, la cifra de revistas se acercaría a las 20.000 citadas. Stevan Harnan las cifra en 24.000 títulos http://www.ecs.soton.ac.uk/ ~Harnad/Hypermail/Amsci/2983.html. Si somos algo más generosos, el número puede llegar a las citadas 50.000 incluyendo en la categoría las muchas revistas no vaciadas en la base de datos del ISI pero que forman parte del escenario científico, quizá como actores secundarios, pero no por ello prescindibles. 5 Según datos del proporcionados en el Library Advisory Board de Spirnger (abril del 2006), el mercado de revistas se reparte por ingresos de la forma siguiente: Elsevier 26%, Spinger 10%, Wiley 5%, Blackwell 5%, WK Health 4%, Taylor & Francis 3%, otros editores 47%. Si hay tiempo, mirar datos de la concentración editorial en (MT-64, House): www.publilcations.parliament.uk/pa/cm200304/cmselect/cmsctech/399/399.pdf 6 Clifford A. Lynch, Joan K. Lippincott / Institutional repository deployment in the United States as of early 2005 // D-Lib magazine, 11(05)9, www.dlib.org/dlib/september05/lynch/09lynch.html. V.a. Gerard van Westrienen, Clifford A. Lynch, / Academic institutional repositories: deployment status in 13 nations as of Mid 2005 // D-Lib magazine, 11(05)9, www.dlib.org/dlib/september05/westrienen/09westrienen.html. Vegeu a més: Country update on academic institutional repositories, completed questionnaires // Making the strategic case for institutional repositories CNI-JISC-SURF Conference, Amsterdam, 10-11 May 2005. 7 Jean-Claude Guédon / The “green” and “golds” roads to Open Access: the case for mixing and matching // Serials review, 30(04)4, 315-328. Stevan Harnad / Fast-forward on the green road to Open Access: the case against mixing up green and gold // Ariadne, (2005)42 8 http://www.soros.org/openaccess/read.shtml 9 http://www.zim.mpg.de/openaccess-berlin/berlindeclaration.html . En su versión española http://www.geotropico.org/Berlin-I-2.pdf 10 Bruselas: European Commission, 2006 11 Kenneth Frazier / The librarians’ dilemma: contemplating the costs of the “big deal” // D-Lib Magazine 7(01)3, www.dlib.org/dlib/march01/frazier/03frazier.html, 01.04.01. [Ver también las replicas de Tom Sanville et al., en: Letters to the editor D-Lib Magazine 7(01)4, www.dlib.org/dlib/april01/04letters.html 12 The consortium site license: is it an sustainable model? // Oxford: Ingenta Institute, cop. 2002. 13 Ver bibliografía al final del documento. 14 Tommaso Giordano / Library consortium models in Europe: a comparative analysis // Alexandria 14(02)1, 41-52. Tr. castellana CBUC (02) 15 http://www.library.yale.edu/consortia/ 16 http://www.library.yale.edu/consortia/statement.html 17 http://www.library.yale.edu/consortia/webstats.html 18 C. Urbano, L. Anglada, A. Borrego, C. Cantols, A. Cosculluela, N. Comellas / The use of consortially purchased electronic journals by the CBUC (2000-2003) // D-Lib Magazine, 10(04)6, www.dlib.org/dlib/june04/anglada/06anglada.html 19 ESTUDI D’USUARIS DE LES REVISTES ELECTRÒNIQUES DEL CBUC: Informe realitzat per encàrrec del Consorci de Biblioteques Universitàries de Catalunya / Direcció del projecte: Àngel Borrego (Novembre 2005).

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20 Estudo das coleccións das revistas 2004: comparativa cos títulos impresos das universiodades no 2003 ([S.l]: Consorcio de Bibliotecas Universitarias de Galicia, 2005?) 21 NESLI2 analysis of usage / Angela Conyers, Pete Dalton (Birmingham: Evidence Base, 2005) 22 Study on the economic and technical evolution of the scientific publication markets in Europe (Bruselas: European Commission, 2006), p. 36-37. 23 Study on the economic and technical evolution of the scientific publication markets in Europe (Bruselas: European Commission, 2006), p. 55-57. 24 Este apéndice se ha elaborado a partir de los artículos: ‘Library consortium models in Europe: a comparative analysis’, Alexandria, 14 (1), 2002, p. 41-52 (versión traducida al castellano por Gemma Bierge del CBUC) y ‘Library consortia in Europe’, Encyclopedia of Library and Information Science, 2005, de Tommaso Giordano. 25 Lluís Anglada, 'Cooperació bibliotecària a Espanya' , en: Item (gener-juny 1995), núm. 16, p. 51-67 y José Antonio Merlo Vega, ‘La cooperación en las bibliotecas universitarias: fundamentos y redes cooperativas’, en: Boletín de la Asociación Andaluza de Bibliotecarios, 54 (enero 99), p. 33-57. 26 Lluís Anglada, Margarita Taladriz Mas, 'Pasado, presente y futuro de las bibliotecas universitarias españolas', en: Arbor, 157 (97) 617-618, p. 65-88. 27 Mercè Cabo, op. cit. 28 William Gray Potter, ‘Recent trends in statewide academic library consortia’, en: Library trends, 45 (97) 3, p. 416-434. 29 Puede verse como ejemplo el caso de Europa en el excelente artículo de Tommaso Giordano ‘Library consortium models in Europe: a comparative analysis ‘, en: Alexandria, 14 (02) 1, p. 41-52. Traducción castellana en http://www.cbuc.es/11articles/Giordanotrad.pdf, consulta 22.11.04. 30 Podemos encontrar consideraciones generales sobre el funcionamiento de los consorcios en el texto de Marta Torres Santo Domingo ‘Consorcios, forma de organización bibliotecaria en el siglo XXI: una aproximación desde la perspectiva española’, en: Consorcios de Bibliotecas (Seminario, Cádiz, 24 al 26 de septiembre de 1998) (Cádiz: Servicio Central de Bibliotecas de la Universidad de Cádiz, 1999), p. 17-36. 31 Azucena Blanco Pérez, ‘University libraries consortia in Spain’, en: Serials, 16 (03) 1, p. 53-55. Lluís Anglada, Núria Comellas, ‘Reti, cataloghi collettivi e consorzi in Spagna: l’esperienza del Consorci de biblioteques universitàries de Catalunya’, en: Bollettino AIB, 40 (00) 3, p. 295-308. Miguel Duarte Barrionuevo, ‘New strategies in library services organization: consortia university libraries in Spain’, en: Information Technology and libraries, 19 (00) 2, p. 96-102.