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Proyecto Marco de Formación
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1
PROYECTO DE FORMACIÓN DEL
LAICADO CONCEPCIONISTA
PROVINCIA DEL CARIBE
2
Nos esforzaremos por identificarnos con Jesús Maestro,
fundamentar nuestra vida en las virtudes del apóstol
y prepararnos debidamente con una continua renovación
(Constituciones N° 59)
Seamos como aljibes que se llenan por el estudio y la oración
de ciencia y de virtud, para después repartirlas.
M. Carmen Sallés
Con alegría y esperanza presento el Plan de Formación, que recoge
las claves, las líneas operativas y los rasgos más importantes y
significativos del itinerario de formación. No es algo nuevo, se inició la
elaboración en la I Asamblea Internacional Concepcionista de religiosas y
laicos, celebrada en Marcilla en el año 2001, pero es la conclusión de un
proceso, y la respuesta concreta a los desafíos planteados en nuestros
documentos:
En el XI Capítulo Provincial quedó como prioridad: “Diseñar,
asumir y aplicar el itinerario de Formación del Laicado de la Provincia,
tomando en cuenta los distintos ámbitos y países”. Este aspecto es,
también, un desafío de la Planificación de Pastoral Estratégica: “Se aplica
un plan de formación a educadores y familias de la comunidad educativa a
nivel Congregacional”.
La formación nos ayuda a la integración personal y nos conduce a
la progresiva asimilación de los sentimientos y actitudes de Jesús de
Nazaret, abarca toda la persona y toda la vida, y se va realizando en
conformidad con la Palabra de Dios.
“A ejemplo de María Inmaculada y de Carmen Sallés queremos
trabajar con afán en nuestra formación, para ser tierra de bendición, en la
que germinen las semillas portadoras de vida nueva, que Dios va
depositando a lo largo de nuestra existencia” (Constituciones N 82)
Tengo la certeza de que el esfuerzo realizado, la inquietud y el
deseo de cada uno por ser mejores educadores, es una de las garantías de
la eficacia de este plan.
Que el Espíritu Santo nos guíe en este caminar hacia la Verdad y a
perseverar, como los discípulos, en la escucha atenta del Maestro y de los
clamores de nuestro tiempo.
Con cariño fraterno,
M. María Viñé M.
Superiora Provincia
3
1. Presentación
El Proyecto de Formación del Laicado Concepcionista de la
Provincia del Caribe se fundamenta en los lineamientos emanados del
XIV Capítulo General de las Religiosas Concepcionistas Misioneras
de la Enseñanza. Este nace de la inquietud, por años mantenida, de
formar a los laicos implicados en la formación de los niños y jóvenes
de nuestros centros educativos, Queremos que este proyecto impulse
y consolide la Misión Compartida, el Movimiento Laico
Concepcionista y que esté abierto a otras formas de participación y
vinculación en la vivencia del carisma.
Se exponen aquí las claves y las líneas operativas desde las
que se desea impulsar este Proyecto de Laicado. Se pretende recoger
la realidad vivida en la Provincia del Caribe, en la Misión
Compartida, en el Movimiento Laico, y en otras formas de
participación que van surgiendo, como apoyo en la tarea educativa-
evangelizadora integral o como respuesta a los deseos manifiestos de
formar comunidades cristianas abiertas a la vida de la Iglesia y a la
participación activa en la sociedad.
El proyecto recoge cuatro modalidades de participación del
laicado y presenta medios para el desarrollo de este proyecto.
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2. Claves que inspiran el proyecto.
1. La Iglesia está llamada a repensar profundamente y relanzar con
fidelidad y audacia su misión en las nuevas circunstancias
latinoamericanas y mundiales. Se trata de confirmar, renovar y
revitalizar la novedad del Evangelio arraigada en nuestra historia,
desde un encuentro personal y comunitario con Jesucristo, que
suscite discípulos y misioneros. Ello no depende tanto de grandes
programas y estructuras, sino de hombres y mujeres nuevos que
encarnen dicha tradición y novedad, como discípulos de Jesucristo
y misioneros de su Reino, protagonistas de vida nueva para una
América Latina que quiere reconocerse con la luz y la fuerza del
Espíritu. (DA 11)
2. La diversidad de carismas, ministerios y servicios abre el
horizonte para el ejercicio cotidiano de la comunión a través de la
cual los dones del Espíritu son puestos a disposición de los demás
para que circule la caridad (cf. 1 Cor 12, 4-12). Cada bautizado, en
efecto, es portador de dones que debe desarrollar en unidad y
complementariedad con los de los otros, a fin de formar el único
Cuerpo de Cristo, entregado para la vida del mundo. Cada
comunidad está llamada a descubrir e integrar los talentos
escondidos y silenciosos que el Espíritu regala a los fieles.
(DA163)
3. En el documento final del XI Capítulo Provincial. Para hacer
realidad el sueño de Dios en nuestra Provincia nos apremia:
Redimensionar la gestión de las obras existentes, para
responder pastoralmente con mayor audacia y hacer posible otras
presencias en lugares necesitados.
Potenciar la proyección misionera – evangelizadora de la
Provincia en clave de cultura vocacional, continuando la opción
preferencial por los pobres.
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3. Justificación del proyecto.
Tomando en cuenta las consideraciones anteriores, la
Provincia del Caribe se propone con la presente propuesta dar
respuesta a una de las prioridades del XI Capítulo Provincial así
como del Plan Estratégico Provincial:
Diseñar, asumir y aplicar el Itinerario de Formación del
Laicado, tomando en cuenta los distintos ámbitos de la
persona y características del país donde lleva a cabo su
misión.
Fortalecer la formación en la dimensión humana, social,
cristiana y carismática de las religiosas, miembros de M.L.C.,
laicos que comparten o colaboran con la misión para ir
creciendo en el conocimiento de Jesús de Nazaret, en los
principios del evangelio, los valores del Reino y ser testigo
al servicio de la vida.
(XII CP)
4. Objetivos del proyecto.
Intensificar las relaciones fraternas entre religiosas y laicos
para llegar a compartir la fe y la vida y formar comunidades
cristianas concepcionistas. (XI CP)
Cultivar una fuerte y profunda espiritualidad, orar y compartir
la Palabra y la Eucaristía, ser profetas, hombres y mujeres de
Dios que hacen presente el Reino. (XI CP)
Lograr que la Visión y Misión del Proyecto Educativo
Concepcionista sean el eje transversal de la pastoral de la
Provincia.
Lograr que los educadores y educadoras se identifiquen con el
Carisma Concepcionista y se comprometan en la misión
evangelizadora. (Plan Estratégico de Pastoral)
Profundizar la identidad del laico concepcionista.
6
Fortalecer e impulsar el compromiso de los miembros del
Movimiento Laico Concepcionista y de la Comunidad
Cristiana Concepcionista.
5. Plan de Formación del Laicado
Concepcionistas:
I.- DIMENSIÓN HUMANA: Objetivo: Ayudar a cada persona a crecer en su madurez y
sensibilidad humana para aceptar y comprender las necesidades
propias y de los demás, siendo instrumentos de fraternidad en la
comunidad.
1.- Área: Afectivo –emocional: Objetivo: Facilitar herramientas que favorezcan el conocimiento y
aceptación personal para crecer en el proceso de madurez.
1.- Autoconocimiento, autoaceptación, autoconcepto, autoeficacia
1.2.- Autoestima.
1.3.- Emociones y sentimientos
1.4.- Rasgos de la personalidad
1.5.- Hitos de la madurez humana
1.6.- Crisis de madurez y herramientas para afrontarlas
1.7.- Biografía de M. Carmen
1.8.- Iniciando nuestro itinerario de Laicos Concepcionista
(Itinerario Espiritual Concepcionista)
2.- Área: Espiritual: Objetivo: Crecer en el conocimiento del misterio de Dios y de la
trascendencia de la realidad humana, aprovechando los medios a
nuestro alcance, para participar de manera adecuada en la misión de
Jesucristo, como discípulos misioneros.
2.1.- La interioridad como espacio relacional.
2.2.- La trascendencia: dimensión esencial de la persona.
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2.3.- La persona: imagen e hija e Dios y hermana de los demás
2.4.-Virtudes teológicas y cardinales en Carmen Sallés.
2.5.-Valores humanos de la convivencia
2.6.-La Comunidad Educativa generadora de vida
3.- Área: Relacional: Objetivo: Desarrollar habilidades sociales de comunicación que
ayuden a crear un clima de cercanía, respeto, diálogo,
corresponsabilidad y perdón en la comunidad educativa.
3.1.- La comunicación.
3.2.- La empatía.
3.3.-Asertividad en las relaciones.
3.4.- Diálogo y resolución de conflictos.
3.5.- Las diferencias personales como don.
3.6.- El entorno ambiental y su influencia en la configuración de
la persona.
3.7.- El liderazgo y otros roles dentro del grupo
3.8.-Carmen Sallés fundadora.
3.9.-La centralidad de la persona en la propuesta educativa
Concepcionista
4.-Área: Vocacional: Objetivo: Descubrir la vida como vocación y crecer en actitud de
apertura a las llamadas de Dios y a las necesidades concretas de la
vida y del trabajo para responder en actitud de servicio.
4.1.- Sentido de la vida y vocación
4.2.- La profesión como misión.
4.3.- Propuestas vocacionales.
4.4.- Proyecto de vida
4.5.-Acompañamiento personal
4.6.-Comunidad de Carisma
4.7.-Movimiento Laico Concepcionista
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II.- DIMENSIÓN CIUDADANA Objetivo: Formar una actitud crítica, creativa, propositiva con
sensibilidad social, para que cada persona consciente de su realidad
participe en forma activa, representativa y responsable en la
búsqueda y aplicación de soluciones.
1.-Área: Familiar: Objetivo: Favorecer gestos de reconocimiento, acercamiento,
aprecio y valoración que permitan a padres y educadores avanzar por
el camino de compartir la misión educativa.
1.1.- Realidad de la familia venezolana y dominicana.
1.2.- La familia: iglesia doméstica.
1.3.- La Pastoral familiar.
1.4.- Acompañamiento a las familias.
1.5.- Implicación de los educadores en la escuela de padres
1.6.- Familia Concepcionista: Pertenencia e identidad
2.-Área: Social y Ecológica: Objetivo: Profundizar en el conocimiento de la realidad social y
ecológica para dar respuesta a las necesidades concretas de nuestro
entorno.
2.1.- Idiosincrasia latinoamericana (usos, costumbres y valores)
2.2.- Análisis de la realidad social; Indicadores sociales: índices
de violencia, pobreza,
analfabetismo y salud, entre otros.
2.3.-Realidad juvenil y subculturas.
2.4.- Responsabilidad social.
2.5.- Responsabilidad con el medio ambiente
2.6.- Desarrollo sustentable.
2.7.- Presencia Concepcionista en el mundo. Tradiciones y fiestas
congregacionales
2.9.- Doctrina social de la Iglesia
2.10-El valor de la cultura y el respeto a la diversidad
2.11-Criterios de encarnación: Evangelio-Cultura
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2.12-Proyección social del Carisma
2.13-Educar para la ecología
3.-Área: Profesional Objetivo: Cultivar el interés por la formación permanente con miras
a la superación progresiva como educador concepcionista y
profesional.
3.1.-Principios pedagógicos concepcionistas
3.2.-Proyecto Educativo Concepcionista.
3.3.-Identidad de los centros concepcionistas.
3.4.-Estilo educativo concepcionista.
3.5.-Misión compartida, un compromiso eclesial y una
implicación social.
3.6.- Constitución Nacional y otras leyes (Educación, Trabajo,
Lopna…)
3.7.- Derechos y deberes como ciudadanos.
3.8.- Estatutos y reglamentos institucionales.
3.9.- Concepción cristiana de la política
3.10. Compromiso político del cristiano
3.11. Valores Concepcionistas y su relación con la política
humanista
III.-DIMENSIÓN CRISTIANA. Objetivo: Suscitar y favorecer el encuentro con Jesucristo para
asimilar cada vez más sus actitudes y sentimientos, vivir en
comunión con Dios y los hermanos y transformar la realidad en el
Reino Dios.
1.- Área: Cristianismo: Objetivo: Propiciar el conocimiento y encuentro con Jesucristo, su
mensaje, vida y actualidad, como núcleo central de la vida cristiana.
1.1.- La persona de Jesús.
1-2.-La misión de Jesús. El proyecto del Reino
1.3.- Los sentimiento y criterios de Jesús desde el Evangelio.
1.4.- El cristiano discípulo y misionero de Jesucristo.
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1.5.-Aspectos fundamentales del cristianismo.
1.6.-María: primera discípula y misionera.
1.7.- Testimonios de vida cristiana.
1.8.- Vocación a la santidad.
1.9.-Catequesis y evangelización.
2.-Área: Sagrada Escritura:
Objetivo: Favorecer el crecimiento de la fe de los educadores a través
del contacto directo con la Palabra.
2.1.-Introducción a la Biblia: estructura y géneros literarios.
2.2.- Lectura orante de la Palabra.
2.3.- La mujer en la Biblia.
2.4.-La Palabra eje transformador y liberador.
3.-Área: Liturgia y Oración: Objetivo: Favorecer el conocimiento de la liturgia y distintos
métodos de oración, como medios privilegiados para el encuentro
con Jesucristo y la celebración comunitaria de la fe cristiana.
3.1.-La Eucaristía.
3.2.-Liturgia de las Horas.
3.3.- Ciclos del año litúrgico.
3.4.-Métodos de oración.
3.5.-Los símbolos en la liturgia.
4.-Área: Eclesiología: Objetivo: Conocer y valorar la multiforme presencia de la Iglesia en
el mundo: misionera, profética, peregrina e institucional.
4.1.-Historia de la Iglesia latinoamericana.
4.2.-Historia de la Iglesia venezolana y dominicana.
4.3.-Evolución del sentido de iglesia.
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4.4.-Eclesiología del Vaticano II, Medellín, Puebla, Santo
Domingo y Aparecida: iglesia en comunión, iglesia que
anuncia, iglesia servidora, iglesia que celebra.
4.5.-El laico en la iglesia de comunión y en la Congregación
Concepcionista.
4.6.-Movimientos eclesiales y comunidades cristianas.
5.-Área: Carisma y Espiritualidad Concepcionista: Objetivo: Conocer y valorar el carisma concepcionista, como un
don del Espíritu a la Iglesia, a través de Madre Carmen Sallés.
5.1.-El carisma un don del Espíritu para la Iglesia y el mundo.
5.2.-El misterio de la Inmaculada Concepción, eje focal del
carisma.
5.3.-La espiritualidad apostólica.
5.4.-Dimensiones de la espiritualidad concepcionista.
5.5.-La vocación concepcionista una llamada en la Iglesia al
servicio de la vida.
6. Itinerario Espiritual Concepcionista en la
formación de educadores
Vivir la experiencia-tierra es entrar en un trabajo personal de
discernimiento y trabajo en la propia vida. Se habla de “experiencia”
porque la clave es vivir, es sentir, es conocer internamente qué pasa
en la propia vida. No se sabe sino lo que se experimenta.
Es fundamental partir de la situación en que se encuentre la
persona porque ello nos permite trabajar nuestra vida con realismo,
pisando tierra, y no sólo desde nuestras proyecciones y lo que
deseamos ser, y la experiencia tierra, desde sus distintas etapas, bien
puede ayudarnos a esto.
La formación se entiende como un proceso personal que
ayuda a conformar a la persona según un referente.
La propuesta cristiana del Educador Concepcionistas es
modelar al estilo de Jesús y María Inmaculada.
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“TIERRA ABANDONADA” (Somos tierra, contacto con mi
tierra)
El I.E.C. parte de la realidad de la persona en la situación en
que se encuentre por eso es fundamental contactar con la situación
personal. ¡Esta es mi tierra!
¿En qué momento de mi vida estoy?
Por tanto cada vez que se da inicio a un tema es fundamental
partir de la realidad en que cada educador se encuentra. Conocer
experiencias previas, evocar conocimientos, sentimientos respecto al
tema que se pretende desarrollar. El partir de un juego o dinámica
facilita el hacer contacto con la propia tierra, tal cual es.
Es el momento de motivar a que cada persona valore el
proceso de formación y descubra en éste una oportunidad de
encuentro consigo misma, con Dios y con los hermanos.
Es importante que cada tema tenga un material de apoyo que
debe haberse entregado previa a la jornada de formación. Otro
aspecto importante es la ambientación. Por tanto la semana previa al
encuentro debe prepararse ambientación en el centro alusiva el tema
de manera que toda la comunidad educativa esté al tanto del proceso.
Esta ambientación y lectura previa son fundamentales en la
“preparación de la tierra”.
“TIERRA ELEGIDA”
El Señor... ha cercado nuestro huerto, nuestra corporación"
(carta de M. Carmen 30.5.1909)
La tierra que toma conciencia de sí misma, de su realidad,
pasa de ser tierra abandonada, hipotecada, vendida, abandonada, (o
como está la persona en ese momento)… a ser tierra elegida, tierra
cercada. Es la experiencia de elección y pertenencia, de ser llamada
por Alguien gratuita e incondicionalmente.
Esta es una etapa propicia para vivir la experiencia fundante
del amor salvador de Dios, la experiencia de la elección. Se trata de
revivir esta experiencia básica, que es la que desencadena el proceso
de cultivo de la tierra, y a la que hemos de volver tantas veces como
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sea necesario. El amor incondicional de Dios es capaz de integrar
toda la vida, nuestra riqueza y vulnerabilidad, nuestra historia pasada,
sanar nuestras heridas.
No hay seguimiento de Jesús ni tampoco cultivo de la propia
tierra, sin encuentro personal con ÉL.
El encuentro personal en la oración es el tiempo para
experimentar el amor de Dios, donde nos reconocernos hijos únicos
de Él y hermanos de los demás. Es el tiempo de volver la mirada a
Jesús de Nazaret desde el evangelio para conocerlo cada vez más y
seguirlo con mayor decisión. En el encuentro íntimo sentimos que ya
no somos “tierra abandonada”. Nos experimentamos como “tierra
rescatada”, pero no con oro ni plata, sino a precio de sangre de Cristo
(Cf. 1ª Pedro 1,18).
Es una experiencia vocacional sin la cual nuestra vida no
tiene sentido ni sabor. Esta experiencia la podemos situar en tiempos
privilegiados o vivirla en lo cotidiano de la existencia. Pero no se
puede avanzar en el proceso de maduración personal si no se da esta
experiencia, que llamamos experiencia-fundante.
Queremos revivir a lo largo del proceso-tierra el sentirnos
miradas por Dios con mirada de amor que es elección, y volver a
escuchar en lo hondo del corazón: “Tú eres mi hijo amado” (Cf. Lc.
9,35). Esto es sentirse TIERRA ELEGIDA para una misión porque
siempre va la misión unida a la vocación. Sabemos que toda persona
es vocacionada para una misión.
“TIERRA CULTIVADA”
"...cultivemos con afán y laboriosidad su sagrado recinto".1
Se trata de una etapa de trabajo intenso sobre la propia vida y
persona, sobre los sentimientos, deseos y las experiencias
vividas...queriendo buscar la verdad de la propia vida, de encontrarse
con su tierra tal y como es y como está, y dejándose ayudar también
por otras personas que la ayuden en este proceso de maduración.
1 Carta de M. Carmen 30 Mayo 1909
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En esta etapa, que dura toda la vida, es bueno tenerlo muy
claro, hay que trabajar duro, en contacto con la propia vida e historia
personal.
Es fundamental para esta etapa el proceso de formación
permanente y autoformación que necesita mucho esfuerzo, oración y
ayuda para este trabajo de desbrozar el terreno, de reconocer las
piedras del camino -los lugares conflictivos- y repasar todo el campo
de la vida, pues sin duda es necesario recorrer este camino para vivir
una vida más autentica y feliz.
El trabajo en esta etapa debe ir en proceso y proponemos dos
criterios fundamentales:
Pasar de la superficialidad a la profundidad2
La superficialidad es algo que caracteriza y modela la visión
de la realidad de muchos de nuestros contemporáneos. Estamos
marcados por la mentalidad superficial; lo contrario a la interioridad
no es la exterioridad sino la superficialidad.3
Tenemos que educarnos para ir entrando dentro de sí,
aprender a contactar con nuestro yo más profundo para ir haciendo
un proceso de integración en la vida. Es indispensable ir
formándonos como personas que estén en discernimiento permanente
de la vida, en la propia realidad que vivimos.
1. Aprender a escuchar nuestra corporeidad: el agotamiento
físico, el cansancio, sueño, las etapas biológicas de la vida…
todo esto es, al mismo tiempo, causa y efecto que se quedan
en el cuerpo inscritas…y si no aprendemos a escuchar
nuestro cuerpo, nos pasará factura algún día.
2. Conocernos a partir de nuestro estado de ánimo habitual y ver
cómo afecta esto a nuestra identidad porque en el campo psíquico
2 Sería conveniente hacer una experiencia de vivir en la superficie con muchas
luces y querer ver las estrellas...y repetirla en la oscuridad. 3 Entendemos por superficialidad la actitud por la que uno se contenta con la luz
que ve en la superficie y cree que es toda la luz que puede ver.
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también arrastramos actitudes que vienen de muy lejos: episodios o
zonas de nuestra vida no asumidos, relaciones no perdonadas,
experiencias no curadas, situaciones no cerradas…todo esto pueden
ser focos de muerte que bloquean y paralizan nuestras energías, y que
no podemos vencer sólo a base de buena voluntad. De hecho, se da
un doble principio: lo que no asumimos, no lo redimimos; y, al
mismo tiempo, lo que retenemos o aquello a lo que nos resistimos
persiste y se enquista y nos parasita. Es bueno tomar en cuenta
también otras áreas de nuestra personalidad, en relación con nuestro
sentido de responsabilidad, con el miedo a la trasgresión, con los
sentimientos de culpabilidad,…bien por formación, historia personal
etc.… y que hemos de conocer su programación para
“desprogramar”…porque nos impiden crecer.4
3. Conocimiento a partir del sentido de la vida y ver cómo afecta
esto a la identidad, aquello que en el fondo alimenta mi ser y
da sentido a mi vida, aquello que me da felicidad profunda
que es la vocación esencial de toda persona.
¿qué da sentido a mi vida?
¿qué la motiva?
¿por qué cosas lucho?
¿por qué cosas me deprimo?
En síntesis se trata de ir creando en nosotros esta actitud básica de
discernimiento en la vida donde me pregunte con frecuencia,
¿Por qué reacciono, actúo o me comporto de manera X?
(Con esta pregunta vamos cayendo en la cuenta de las creencias
profundas que me hacen comportar de una determinada manera,
aunque aparentemente parezca otra cosa…)
¿Para qué reacciono, actúo o me comporto de manera X?
(Con esta pregunta se toma conciencia de las motivaciones,
profundas verdaderas, ocultas detrás de las apariencias…).
4 Este campo es complicado, no podemos recorrerlo solos.
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Esta creencia y motivación profunda que me hace reaccionar
y comportarme de esta manera ¿de dónde surge: de mi yo
profundo, o solapadamente de mi ego?
Preguntas así, hechas diariamente nos ayudan a ir haciéndonos
personas profundas que se habitúan a vivir en la interioridad, a
tomarse en sus manos, a responsabilizarse de su vida… en definitiva
a lograr la integración personal y a vivir desde la propia interioridad,
el yo profundo y no desde el ego.5
Pasar de la pasividad a la creatividad
Con frecuencia la tentación de las personas es deslumbrar.6
Pero la creatividad no busca deslumbrar, sino iluminar: dar luz sobre
aquello que queremos hacer, sin salirnos de los objetivos. La
creatividad es esa facultad que nos ayuda a construir un mundo
mejor, en beneficio no sólo de la propia vida sino sobre todo, de los
demás…es justamente colaborar con Dios Padre en su obra
CREADORA… “Para tener mucha imaginación hay que tener mucha
memoria” (Ortega y Gasset).7 Pero es importante distinguir la
memoria de la nostalgia (pues se pueden confundir). La memoria
5 Es importante este tipo de dinámica, y realmente es el único camino para una
verdadera integración de la vida…además, es claro que sin bases humanas es
imposible que la vida como creyentes pueda asentarse…pero lo que sí creo que es
bueno tener en cuenta es que, el animadora/ra vocacional no debe dárselas de
psicólogo…puede serlo o tener algunos conocimientos para situaciones
elementales…pero podemos encontrarnos casos donde podemos equivocarnos si no
conocemos de verdad el asunto…por eso hay que tener claro cuando podemos
intervenir y cuándo hay que remitir al acompañante a otro tipo de ayuda y de
proceso…no todo se sana en la capilla y no todo se sana en terapias psicológicas,
hay que aprender a combinar la fe y las ciencias humanas…pero sin duda, hay
casos de casos…y en vez de ayudar podemos complicar las situaciones.
6 No quiere ser ataque a los jóvenes porque bien sabemos que hay de todo en todas
las edades. 7 Creo que la creatividad pura no existe. Todos vamos sacando, como también dice
Jesús, del baúl de los recuerdos, “lo nuevo y lo viejo”, unos aprendemos de otros y,
sobre todo, aprendemos de la propia vida y de la propia historia con sus errores y
aciertos, vida e historia que se ha ido asimilando e integrando hasta saber “historia
de Salvación”.
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nunca pide repetición sino creatividad. La memoria en la tradición
judía y de ahí en la cristiana, es anamnesis, es decir actualización, no
es un recuerdo sin más, sino que es evocar los hechos y revivirlos
como Historia de Salvación. Esto es más o menos como el Espíritu
“que hace nuevas todas las cosas”.
Y nuestra tierra pasa así a ser… ¡Tierra de VIDA Y BENDICION!
Pedagogía para vivir estas experiencias.
Los dos caminos que conducen a la profundidad del ser son
el silencio como umbral de la Palabra, o la Palabra como alma del
silencio. Para que haya profundidad son imprescindibles estos dos
componentes: Silencio y Palabra. Hablar de silencio en nuestros días
resulta un tanto complicado, porque vivimos con frecuencia inmersos
en una sociedad llena de ruidos extraños y con una gama de ofertas
que nos distraen del camino de nuestro corazón…nos alejan poco a
poco y, con una capacidad asombrosa, de la búsqueda de nuestra
propia identidad, identidad que sólo podemos encontrar en el hondón
de nuestra alma, donde se esconde esa voz que susurra suavemente,
pero con insistencia, el verdadero sentido de la vida; donde podemos
escuchar, en definitiva, nuestro propio nombre pronunciado con
amor.
El silencio es, aunque hoy poco se comprenda, una dimensión
importante hasta para la misma salud psicológica del ser humano, y
en nuestro caso, no sólo eso, sino también es una condición
indispensable donde se crea en nosotros el ambiente propicio para
escuchar el susurro de la voz de Dios en lo más profundo de nuestra
alma. Dios siempre quiere comunicarse con nosotros y lo hace de
múltiples formas (por medio de personas, acontecimientos, por medio
de su Palabra como veremos más adelante…), pero nosotros debemos
aprender a escucharlo, a discernir esa voz que se produce en nuestro
corazón y que nos trae vida… y para eso, es necesario el silencio.
Y la Palabra es esa Buena Noticia que el Dios de la Vida trae
a nuestra propia vida, a nuestra realidad limitada e imperfecta. Es la
Palabra que nos motiva y que ilumina los suburbios oscuros que
transforma, que invita y compromete a un cambio de vida y a la
18
construcción de un mundo mejor, del Reino de Dios al que estamos
llamados a gozar…
El tema de formación consta de unos contenidos básicos que
deben ser desarrollados de manera profunda y creativa. En este
momento, es fundamental que el educador se apropie de los
contenidos y que reconozca las resonancias que el tema ha producido
en él desde el momento en que se inicio la “preparación de la tierra”.
¿Qué me impactó? ¿Qué pasó?
¿Qué sentí?
¿A qué me siento llamada(o), comprometida(o)?
TIERRA BENDECIDA:
"Y, defendida así la cerca tratemos con verdadero interés de
embellecer y adornar su interior...Nosotras somos más felices... en
medio de nuestro cercado se ostenta alegre, hermosa, inundada de
luz celestial, poderosa, sabia e inmaculada, brindándonos con sus
graciosas sonrisas nuestra Madre María Inmaculada. Levantemos a
Ella con frecuencia la vista, mientras cultivamos nuestro jardín...
Ella nos dará virtud y Ella nos dará poder para ir formando esas
flores a imagen suya”. (Carta del 30.5.1909)
Un jardín es un lugar de recreo, un lugar bello, donde se ha
hecho un trabajo fuerte de cultivo y que exige a la vez una
permanente atención para conservarlo. "Cual solícito jardinero,
velemos de día y de noche por ellas, sea nuestra ocupación
cotidiana, el objeto de nuestros desvelos y de nuestros más tiernos
cuidados..."8
Trabajar nuestra vida, dejarnos hacer por Dios, entrar en la
Pascua de Jesús y salir “nueva criatura” es la experiencia clave de la
vida cristiana y de la formación.
En esta etapa se trata de recoger los frutos del encuentro,
recordando que para que “si el grano de trigo no muere no puede dar
frutos”.
8 Todas estas citas son de la carta del 30.5.1909
19
El compromiso personal que implica el proceso de formación
y la evaluación son dos elementos claves para garantizar que “la
tierra produzca frutos”. Por tanto es indispensable que cada encuentro
culmine con un compromiso personal y grupal y una evaluación
personal de la jornada.
6.1.Esquema resumen para la elaboración de los temas
Preparación de la tierra: Es la etapa previa de motivación,
comunicación e información sobre el tema de formación que
vamos a trabajar en el mes o el retiro, etc.
Conocer mi tierra: Es el ver, que hay, con que contamos,
adaptar el tema a nuestra realidad.
Mi tierra ha sido elegida. Es el espacio de encuentro con la
Palabra, el encuentro con la mirada amorosa de Dios que se
encarna en Jesús de Nazaret por amor a nosotros, sus hijos.
Cultivar la tierra: Es el desarrollo del tema.
Abonos para mi tierra: Esta parte es el espacio de reflexión
y compartir.
Recogiendo frutos: Compromiso y evaluación.
7. Modalidades de participación en el proyecto.
Cooperación en la misión concepcionista. (Colaboradores)
Laicos que forman parte de la misión compartida.
Miembros del Movimiento Laico Concepcionista.
Miembros de la Comunidad Cristiana Concepcionista.
7.1 Cooperación
Se ofrece a todas las personas que colaboran en los proyectos u
obras de la Congregación y pretende suscitar y cultivar su vocación,
impulsar el sentido de pertenencia y corresponsabilidad con la obra
concepcionista y despertar procesos que puedan desembocar en
nuevas propuestas de vinculación.
20
Colaboradores: Personal docente, administrativo y obrero de
la comunidad educativa que apoyan la misión, pero no están
implicados en la misión compartida.
Voluntarios: Está abierto a personas de la comunidad Educativa
o particulares que quieran ofrecer su colaboración por tiempo
definido, en alguna obra de la congregación o en actividades
programadas por la misma, a favor de la promoción y el desarrollo
de los más pobres. Pueden contribuir con aportaciones económicas o
financiación de proyectos provinciales.
7.2 Misión compartida. Se ofrece a quienes se sienten implicados personalmente y de
forma corresponsable en la misión eclesial de la Escuela
Concepcionista. Pretende profundizar en la identificación con la
misión y sus claves vocacionales, y ofrecer espacios comunitarios
desde los que cada uno pueda alimentar y compartir su vocación
educativa concepcionista.
Integración en los diversos equipos locales y provinciales.
Bastantes educadores de nuestros centros pertenecen a equipos
responsables de la misión: directivos, equipos de pastoral, formación,
profesores guías, animadores y asesores de grupos, etc. Cuidaremos
especialmente la formación y acompañamiento de estas personas y el
funcionamiento adecuado de los equipos. La práctica cuidada y
reflexionada es el mejor instrumento de formación.
Responsabilidad en cargos directivos. Cada vez son más los
educadores laicos que asumen responsabilidades de importancia en
nuestras obras: directores, administradores, coordinadores
pedagógicos, responsables de pastoral, etc. Uno de los objetivos
fundamentales de la Provincia ha de ser el favorecer su
acompañamiento y el crecimiento de su vinculación vocacional con
la misión concepcionista, mediante reuniones programadas.
Anualmente se realizará un encuentro de directivos con este fin.
21
Itinerario hacia la identificación como educador
concepcionista. La Provincia organizará los temas a tratar a nivel
nacional durante el año escolar teniendo en cuenta los temas del plan
de formación, dirigido a todo el personal que desee recorrer un
camino de reflexión y experiencia hacia la vivencia de su tarea
educativa en clave vocacional.
Al concluir el proceso, todos los participantes serán invitados a
continuar en grupos de reflexión o a un compromiso mayor.
7.3.- Movimiento Laico Concepcionista. Se ofrece a las personas que establecen con la Congregación
un vínculo jurídico, recogido en su Estatuto y aprobado por el XIV
Capítulo General.
Con el fin de impulsar esta vocación entre nosotros,
desarrollaremos algunas acciones específicas con las personas que
respondan positivamente a la propuesta de discernir su posible
vocación de “concepcionista laico”, como:
Presentación de esta vocación.
Elaboración del proyecto vocacional.
Formación concepcionista.
Discernimiento vocacional.
Entrevista personal y acompañamiento del proceso.
Encuentro con otros concepcionistas laicos.
7.4.- Comunidad cristiana concepcionista Por comunidad cristiana concepcionista entendemos el
conjunto de cristianos que viven su fe vinculados a una obra o
presencia concepcionista, siendo esta su referencia de fe inmediata.
En esta comunidad se encontrarían religiosas y los miembros del
Movimiento Laico Concepcionista. A este núcleo se pueden añadir
otras personas que deseen vivir el proyecto de la comunidad.
La Provincia procurará que se lleve adelante una reflexión en
todas las obras, con el objetivo de impulsar la comunidad cristiana
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concepcionista, referencial de cada una de las obras. La realidad de
cada lugar ofrece particularidades propias a las que habrá que
atender, pero en todas las obras iremos poco a poco haciendo camino
para llevar adelante el proyecto.
8. Programación Operativa del Plan de Formación
(Modelo de planificación)
Sujetos del Proyecto Actividades Fecha
Colaboradores
Nuevos
miembros del
personal docente,
administrativo y
de apoyo.
+Jornada de
inducción anual.
+Encuentros
mensuales de
acompañamiento
formativo con
documentos tales
como: Proyecto
Educativo
Concepcionista,
Escuela
Concepcionista en
Pastoral, Plan de
Pastoral Provincial
y del Centro y
Reglamento del
mismo.
Educadores:
personal docente,
administrativo y
obrero de la
comunidad
educativa que
apoyan la misión.
+Encuentro de
formación
bimensual. (2
horas)
+Retiro de
Adviento-Navidad
y Cuaresma-
Pascua.
23
+Página web.
Voluntarios:
exalumnos y
otras personas
que participan
esporádicamente
en acciones de
proyección social
y solidaridad.
Catequistas.
+Encuentro
trimestral con los
temas del itinerario
formativo
Concepcionista.
+Invitación a los
retiros de
educadores.
+Página web.
Misión
Compartida
Miembros de los
Equipos
Nacionales de
Pastoral.
+Jornada
bimensual de
Formación.
+Convivencia de
Adviento-Navidad
y Cuaresma-
Pascua.
+Retiro anual de
tres días.
+Página web.
Miembros de los
Equipos Locales
de Pastoral y de
Gestión.
Asesores del
Movimiento
Misionero
Concepcionista.
Coordinadores
del Movimiento
Laico
Concepcionista
Educadores
identificados con
el carisma.
Movimiento
Laico
Concepcionista
Laicos que
desean conocer el
M.L.C
+Reunión semanal
o quincenal.
+Encuentro anual
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Miembros del
M.L.C
de M.LC.
+Retiro anual.
Comunidad
Cristiana
Concepcionista
Comunidad
Religiosa, laicos
concepcionistas,
otros laicos con
diversos modos
de integración.
+ Celebración
trimestral en torno
a la Palabra o la
Eucarística.
9. Conclusión Ofrecemos este Proyecto Provincial como un instrumento
para vivir la formación personal a la luz del itinerario Espiritual
Concepcionista, que muestra el camino espiritual recorrido por M.
Carmen Sallés, propuesta por la Iglesia como modelo de Santidad
para los educadores.
Este proceso quiere ser un camino para formarnos juntos, bajo
los mismos lineamientos y convocarnos a vivir en Comunidad
Cristiana Concepcionista, atentos a la voz de la Palabra, creando
fraternidad y convirtiéndonos en testigos misioneros del Reino de
Dios.
Confiamos que María primera discípula misionera nos enseñe
a acoger el plan de Dios en nuestra vida y que ésta sea la tierra que da
fruto en el servicio a la comunidad humana y al mismo tiempo nos
haga testigos de la fe en el Pueblo de Dios.