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Quintana. Revista de Estudos do Departamento de Historia da Arte ISSN: 1579-7414 [email protected] Universidade de Santiago de Compostela España Vigo Trasancos, Alfredo TRAS LAS HUELLAS DE HÉRCULES. LA ESTORIA DE ESPANNA, LA TORRE DE CRUNNA Y EL PÓRTICO DE LA GLORIA Quintana. Revista de Estudos do Departamento de Historia da Arte, núm. 9, 2010, pp. 217-233 Universidade de Santiago de Compostela Santiago de Compostela, España Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=65323999014 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

PÓRTICO DE LA GLORIA

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Quintana. Revista de Estudos do

Departamento de Historia da Arte

ISSN: 1579-7414

[email protected]

Universidade de Santiago de Compostela

España

Vigo Trasancos, Alfredo

TRAS LAS HUELLAS DE HÉRCULES. LA ESTORIA DE ESPANNA, LA TORRE DE CRUNNA Y EL

PÓRTICO DE LA GLORIA

Quintana. Revista de Estudos do Departamento de Historia da Arte, núm. 9, 2010, pp. 217-233

Universidade de Santiago de Compostela

Santiago de Compostela, España

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=65323999014

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RESUMENLa Estoria de Espanna de Alfonso X no sólo incide de manera muy explícita en convertir a Hércules en el granconquistador legendario de nuestro país tras la muerte del tirano Gerión y en el fundador de una nueva Monar-quía Hispánica que pondrá en manos de su heredero Espán, sino que indica con precisión que el gran héroe grie-go había levantado dos grandes torres en los límites extremos de Occidente —en Cádiz y en A Coruña— y quefue esta última ciudad, con el nombre de Crunna, la primera que funda en la península. Por otra parte, esta pre-sencia de Hércules en la España medieval, que se remonta a muy conocidas fuentes de la Antigüedad clásica, talvez ayude a identificar la controvertida figura del hombre barbado que domina a dos leones en el basamentodel parteluz del Pórtico de la Gloria, que debe aludir a una representación del héroe identificado con la Españapagana que sería aplastada por la fe cristiana introducida en nuestro país por el Apóstol Santiago.

Palabras clave: Historia de España, Alfonso X, Hércules, Torre de Hércules, A Coruña, Cádiz, Pórtico de la Gloria,Catedral de Santiago de Compostela

ABSTRACTNot only does Alfonso X’s La Estoria de Espanna make a very explicit point of identifying Hercules as the greatmythical conqueror of Spain following the death of the tyrant Geryon, and as the founder of a new Hispanicmonarchy that he would put in the hands of his heir Espan, it also states with great clarity that the Greek herobuilt two great towers at its westernmost outposts (in Cadiz and La Coruña) and that the latter, under the name“Crunna”, was the first city he founded on the Iberian Peninsula. Knowledge of Hercules in medieval Spain,which is founded upon well known ancient sources, perhaps also helps to identify the controversial figure of thebearded man taming lions at the base of the trumeau of the Portico de la Gloria. This is probably a representa-tion of the hero associated with pagan Spain, which would succumb to the Christian faith introduced into thecountry by the apostle St James the Greater.

Keywords: The history of Spain, Alfonso X, Hercules, the Torre de Hercules, La Coruña, Cadiz, the Portico de laGloria, the cathedral of Santiago de Compostela

Si bien se puede asegurar que, con anteriori-dad al reinado de Alfonso X, en los ambientesmás cultos y eruditos de los círculos cortesanos,ya se había extendido desde muy atrás la opi-

nión de considerar a Hércules como el míticofundador de nuestra Monarquía1, parece eviden-te que fue a partir de la Estoria de Espanna,mandada redactar por el rey Sabio hacia 1270,

Alfredo Vigo TrasancosUniversidade de Santiago de Compostela

TRAS LAS HUELLAS DE HÉRCULES. LA ESTORIA DE ESPANNA,LA TORRE DE CRUNNA Y EL PÓRTICO DE LA GLORIA*

Data recepción: 2010/05/12

Data aceptación: 2010/06/29

Contacto autor: [email protected]

Tod estas tierras sobre dichas [España] fueron pobladasassi cuemo vos contamos, e ouo y muchos cabdillos

que fueron sennores dellas e que ouieron grandesguerras entre si; mas por que los sos fechos no fueron muy sennalados pora contar en est estoria, tornaremos a fablar de Hercules, que fue ell omme que mas fechos sennalados fizo en Espanna en aquellas sazon, lo uno en conquerir las

tierras, lo al en poblando las

Estoria de Espanna de Alfonso X el Sabio. Ca. 1270

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cuando puede constatarse de una manerarotunda, una vez que fue el propio rey quien laasume y resalta claramente en una obra que élmismo había mandado redactar2. Y tiene sentidoesta relación del héroe griego con la Monarquíaespañola, pues Hércules, en efecto, mucho másque ningún otro héroe de la Antigüedad, pasa-ba por haber vivido en suelo peninsular varias desus más legendarias gestas, ya que en España, adecir de algunas de las fuentes clásicas, habíatenido lugar el muy conocido relato de la sepa-ración de los montes Caspe y Abila que habíadado forma al estrecho de Gibraltar y a las“Columnas de Hércules”3, y el décimo de sus“trabajos” que estaba directamente relacionadocon el robo de los bueyes y la muerte de Gerión,cruel tirano de Tartessos, que había tenido lugaren una remota región de la lejana Hesperia4.

Junto a esto, tampoco hay que olvidar quevarios autores antiguos, encabezados por el geó-grafo hispano Pomponio Mela, habían llegado aafirmar que era en Cádiz, en su renombradoHerakleion, en donde se encontraban los restosdel héroe, lo que convertía el santuario en unafamado centro de veneración5. Asimismo ha derecordarse que tanto Al-Razi, que escribe su Cró-nica entre los siglos IX y X6, como el eminentehistoriador español del siglo XIII, Rodrigo Jimé-nez de Rada, arzobispo de Toledo y el más claroantecesor de Alfonso X —por razón de su cargose lo conoce también como el Toledano—, en suhistoria titulada De rebus Hispaniae, escrita hacia1243, ya habían hecho de Hércules uno de susprincipales protagonistas7. Éste último, además,ampliando y variando en algunos pasajes lanarración de Al-Razi, cuenta en concreto la lle-gada del héroe griego a los confines de Hesperiadonde, dice, construyó un puerto para sus navesy unas torres solidísimas, que aún hoy se llaman“Gades de Hércules”; sigue indicando que habíasido allí donde tuvo noticia de un príncipe lla-mado Gerión, rico en rebaños, fuerte, terrible,poseedor de tres reinos y con tres cabezas peroque, pese a su mucho valor, había sido vencidoy muerto por el héroe tebano, motivo por el cualgran parte de la vieja Hesperia había sido con-quistada y cedida a los gálatas, sus compañerosde viaje, y que por ese motivo Galicia se llamabaasí; por último indicaba también que, despuésde conquistado nuestro país, Hércules había

puesto al frente de él a “un noble al que habíacriado desde la adolescencia” llamado Hispán yque por esa razón Hesperia pasó a denominarseya para siempre España. Concluye, pues, consi-derando provechosa la última decisión del héroetebano, ya que su heredero Hispán, además dehombre hábil y valeroso, era también un reysabio que había sido capaz de reconstruir el paísque su protector había devastado y acometervarias obras de gran valor, entre las que seencontraban “las torres en el faro de Galicia y enGades que todavía admiran los tiempos presen-tes”8. Por lo tanto, basándose en estos argu-mentos y en lo que antes que el Toledano habíacontado Al-Razi entre los siglos IX y X, no debesorprender que el rey Alfonso X (1221-1284),años después, viese en Hércules al más clásico ylegendario protector de la Monarquía9, comodemuestra que su efigie presidiese, en opiniónde Ana Domínguez, la decoración del Salón deReyes del Alcázar de Segovia en tiempos del ReySabio (Fig. 1), o que esa misma fuese su inten-ción cuando propuso ilustrar con múltiplesminiaturas la Estoria de Espanna que, ciertamen-te, si se hubiese concluido, junto a una ampliarepresentación de escenas de la vida del héroeparece que iba a acompañarse de una serie ico-nográfica de nuestros más importantes reyes10.

Ahora bien, a diferencia de la historia delToledano que es más breve, incompleta ymucho menos documentada, la Estoria deEspanna de Alfonso X no hay duda que gozódesde el principio de un rango y un estatus másimportante, aunque sólo fuese porque no sólohabía sido promovida por el propio monarca rei-nante —a fin de cuentas De rebus Hispaniaetambién había sido encargada al Toledano porel rey Fernando III11—, sino autorizada y “casi”escrita por él mismo como confirma en la pági-na inicial del manuscrito al indicar que la “fizoel muy noble rey Don Alfonso fijo del rey DonFernando et de la reyna Donna Beatriz”12. Veníaa ser, a los efectos, la Historia oficial de nuestropaís sancionada por el propio monarca; y porese motivo tiene un especial interés por másque sea cierto que recoge muchos datos demúltiples fuentes de información antiguas y asi-mismo varios pasajes que coinciden parcialmen-te con la obra de Al-Razi y de Jiménez de Rada,entre otros la historia de Hércules.

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Aún así, pese a los indudables parentescosque existen entre las tres obras, hay que aceptarque la Estoria del Rey Sabio se concibió de otromodo13, con otra ambición y otra mentalidadmás completa y enciclopédica, incluso con undeseo de marcar de manera más estricta lostiempos y las acciones, y aún los criterios inter-pretativos, lo que explica por ejemplo que Hér-cules, como personaje mítico, salga mejorparado que en la narración de Al-Razi y, desdeluego, mucho más que en la del Toledano quecasi lo describe como un brutal destructor denuestro país pues había sometido al “yugo de losgriegos a sus desgraciadas gentes”14. De ahí que,ahora sí, se pueda hablar del gran héroe tebanode una forma positiva y del adecuado refunda-dor legendario de la Monarquía Hispánica.

De hecho, la Estoria de Espanna cuenta queHércules llegó a la isla de Cádiz, que estaba enel “comienço doccident” y que allí construyó, nolas torres que menciona el Toledano —las ya alu-

didas “Gades de Hércules”—, sino “una torremuy grand” sobre la que

puso ensomo una ymagen de cobre bienfecha que catava contra orient e tenie en lamano diestra una grand llave en semeiantecuemo que querie abrir puerta15;

posteriormente, y después de una breve incur-sión por el Guadalquivir, a donde llega hasta ellugar en donde luego sería poblada Sevilla,estando por Lusitania cita el pasaje de Gerión, yaconvertido en un tirano cruento, al que vence enlos confines norteños de la vieja Esperia (Hespe-ria) en donde levanta de nuevo, para conmemo-rar su victoria, otra “torre muy grand” donde“fizo meter la cabeça de Gerión en el cimiento”,indicando además que allí “mando poblar …una grand cibdat” a la que llamó Crunna enrazón de ser una mujer con este nombre su pri-mera pobladora16. A continuación, pasa a contar

Fig. 1. Salón de Reyes del Alcázar de Segovia. Estado actual.

Fig. 2. Acueducto de Segovia.

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las incursiones conquistadoras del héroe por elsur y el oriente de Hesperia donde poblaría Tara-zona, Urgel y Barcelona17; narra posteriormentela historia de Espán (Hispán), al que considerasobrino de Hércules que lo convirtió en “sennoren Espanna” el nuevo nombre que le dio a nues-tro país en consideración precisamente a suheredero; y prosigue indicando que fue Espánquien continuó su labor repobladora atribuyén-dole la población de muchos puertos de mar ylugares de montaña, de muy buenas y grandesvillas, y cita entre ellas la de Segovia, en dondecuenta que construyó su famoso acueducto (Fig.2) —restaurado por cierto por Alfonso X que asíaparece como último sucesor de Espán y, enconsecuencia, de Hércules18—, del mismo modoque llevó a su conclusión la torre del Faro en ACoruña —recuérdese que el Toledano atribuía aHispán la fábrica de los dos faros— a la quecolocó también en su cumbre “un grandespeio” que servía para ver desde lejos las navesenemigas19. Concluye por último haciéndolegrandes elogios a Espán a quien considera sabio—como el propio Alfonso X—, bondadoso, reyque “amava la justicia” y que por ese motivo eramuy amado por todas las gentes; así que unavez “ovo poblada e assessegada” España, Espán

escoio para su morada Caliz, la ysla deHercules. E por que en el Logar no aviepoblança ninguna sino la torre que Herculesfixiera, ovo de morar en tiendas fasta quefizo y una villa pequenna en que morava20.

Todos son, pues, datos precisos, valiosos,pulcramente ordenados, elogiosos con Hérculesy su heredero Espán, claramente hostiles hacia elmonstruoso Gerión que ahora tendría “sietecabeças” en vez de tres, pero sobre todo muyinteresantes en algunos puntos. Entre ellos elque señala que Hércules había construido omandado construir dos torres en los dos confi-nes opuestos de Occidente tal y como señalabaAl-Razi en una antigua descripción de España—en el texto el historiador árabe a las torres lasllama “columnas”21 y dice así:

Esto fue en Cádiz donde Hércules cons-truyó una columna sin igual en el mundo.Cuando Hércules partió de España, dejó esta

columna en su sitio y comenzó a levantarotra en Galicia que fue acabada porIsbán22—,

y la primera además en Cádiz, culminada poruna estatua de cobre que miraba hacia oriente,y la segunda en Crunna —obviamente la Torrede Hércules de A Coruña—, aunque la termina-se Espán y pusiese sobre ella su famoso espejo.No menos interesante es la afirmación explícitaque hace la Estoria de que la primera ciudad fun-dada por Hércules en Esperia (España) había sidola ciudad de A Coruña —Crunna— en recuerdode su victoria sobre Gerión y erigida además allado mismo de la Torre de su triunfo, justo en unlugar “que era entonces yermo”23. Sería, así, laciudad gallega cabeza repobladora de todas lasdemás españolas atribuidas al héroe y a su suce-sor Espán de quien dice fundó Segovia y la pro-pia Cádiz —reconquistada por cierto porAlfonso X en 1262— a la que convirtió ademásen capital de su reino. En consecuencia, creo quees digna de señalar esta preeminencia coruñesasobre todas las demás ciudades de España24

—incluida Sevilla en la que nuestro héroe sólo selimitó a señalar el lugar25 que poblaría más tardeJulio Cesar26, aunque en otro pasaje posteriordice que Hércules había vuelto por el lugar “epusol nombre Hyspalis, e mandol cercar demuros e de torres”27—, lo que tal vez se expliqueporque la Estoria de Espanna de Alfonso X quisoconvertir en principio de una “Nueva Era Hispá-nica” la victoria de Hércules sobre Gerión quehabía tenido lugar en el punto más extremo delnorte de la Península justo donde luego erigió laciudad de A Coruña28. Así pues, simplificandonuestra explicación, podría afirmarse que Hércu-les entraría en Esperia por Cádiz, construiría allíuna torre con una estatua en la cima para recor-dar que había llegado al fín de Occidente, con-quistaría más tarde las tierras occidentales denuestro país tras la victoria sobre Gerión que ten-dría lugar en Galicia en donde erigiría otra torremagnífica a manera de triunfo, fundaría allímismo Crunna, la primera ciudad de nuestropaís, y seguiría repoblando Esperia hacia el sur yhacia el oriente hasta dejar como heredero delnuevo reino, rebautizado España, a su sobrinoEspán sabio fundador de Segovia y Cádiz a laque convertiría en morada y, por ende, en capi-

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tal. Toda, pues, una “hercúlea” toma de pose-sión de nuestro país que dejaría marcado parasiempre en sus dos confines occidentales con lasdos torres de Cádiz y A Coruña que él mismohabía construido. Por lo tanto, cabe ver en estanarración “coruñesista” de Alfonso el Sabio unacuriosa e interesada “historia” quizás explicablepor alguna razón de tipo político que hoy se nosescapa, pero que se refuerza al saber que, pocodespués, hacia 1280, cuando el propio monarcaemprendió la redacción de su General Estoria,no menciona en absoluto la relación del héroecon la ciudad gallega ni tampoco con su afama-da Torre a la que, por el contrario y muy de pasa-da, convierte en obra de su heredero Espán29.Alguna razón tuvo que haber para que se diesenen tan breve tiempo cambios tan profundos yuna ocultación tan clara de todo lo que habíasucedido, según su relato anterior, en la ciudadde A Coruña.

Junto a todo esto, el códice de la Estoria deEspanna que se conserva en la biblioteca del

monasterio de El Escorial30, aporta otro elemen-to sin duda interesante, como es una ilustraciónminiada que representa la Torre de Hércules deCádiz31 (Fig. 3). Se trata, como ya otros autoreshan estudiado, de una de las pocas miniaturasque llegaron a realizarse de las muchas que estu-vieron previstas para decorar la obra del Sabio yque representarían algunos pasajes de la vida deHércules y, al parecer, varias efigies de los reyesde España. Las han analizado Cómez Ramos32 yparticularmente Ana Domínguez, a quién sedebe una mayor precisión y ciertos comentariosque son sin duda de gran interés; porque, enefecto, a la hora de referirse a la Torre, junto a sudescripción puntual, no deja de señalar la autoraque, en su opinión, la representación es bastan-te realista, muy arqueológica, sin ningún ele-mento gótico o mudéjar en su arquitectura —loque era bastante habitual en otras miniaturas delos manuscritos de Alfonso X—, y esto la lleva apensar que, tal vez, se haya querido evocar un edi-ficio antiguo33. Se ve, de hecho, en la miniatura

Fig. 3. Torre de Hércules de Cádiz, Biblioteca del Real Monasterio de El Escorial, ms.Y.l.2, fol. 4v.

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una isla fortificada con gruesos muros que estárodeada de un mar agitado por abundante olea-je; en el centro del islote emerge dominante unformidable torreón vertical de dos cuerpos super-puestos apenas escalonados aunque sí con unaligera disminución ascendente; tiene una cornisade separación entre ellos, dos ventanas y lo queparece ser un óculo abierto en el cuerpo alto y,como remate, una nueva cornisa esta vez alme-nada a la manera de un castillo sobre la que vauna rotonda con cúpula que lleva una gran puer-ta u horadación, todo culminado por la granestatua de cobre con la llave en mano, la vesti-menta clásica y el ademán que, por lo demás, leatribuye la Estoria. Parece, en efecto, muy preci-sa y convincente, creíble tanto como estructura ycomo torreón, y siempre dentro de los paráme-tros exigibles a una miniatura de la época.

Sin embargo, para el tiempo en que la ilus-tración fue realizada —hacia 1270— no es segu-

ro que la Torre gaditana estuviese todavía en piey pudiera haber servido de referente a la minia-tura alfonsina. Si hemos de atender a la informa-ción del Toledano que escribe aproximadamentetreinta años antes, hacia 1243, la Torre de Cádizestaría todavía alzada pues dice que, junto con ladel Faro en A Coruña, todavía las “admiran lostiempos presentes”34. Otras fuentes, por el con-trario, hablan de su destrucción en un tiempoanterior que se quiere precisar a mediados delsiglo XII, atribuyéndosela algunos autores árabesal almirante almorávide Abul-Hasan Ali ben IsaIbn Maimun que la demolería por puro afán decodicia —al parecer quiso hacerse con el mate-rial en que estaba realizada la estatua que sesuponía era de oro macizo— cuando se revelócontra el poder almohade35 y “cuando los cris-tianos entraron en Córdoba”36; es decir, más omenos hacia 1146 que es el año en que AlfonsoVII conquistó la ciudad por un breve tiempo.

Fig. 4. El Faro de Alejandría representado en un mosaico delsiglo XII de la basílica de San Marcos de Venecia.

Fig. 5. Torre de Hércules de A Coruña. Beato de la Catedralde Burgo de Osma. Año 1086.

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También parece aceptar su existencia en el pri-mer tercio del siglo XII el propio Códice Calixti-no, escrito hacia 1130, pues al hacer referenciaa las andanzas de Carlomagno en España aludea la Torre —la llama “piedra”— indicando que elgran emperador galo no la había destruido a sullegada a Cádiz por temor a los demonios queescondía la estatua que la coronaba que, poruna vieja maldición de Mahoma, enfermaba atodos los cristianos que se atrevían a acercarse37.A la estatua, en cualquier caso, la mencionacomo “Ídolo” y dice que los mahometanos lollamaban “Salam de Cádiz” por el “Dios” que laculminaba; y así es como la describe:

Hay, pues, en la orilla del mar [en Cádiz]una antigua piedra, hermosamente labradacon labores arábigas, y que sobresale de latierra grande y cuadrada por abajo, estrechapor arriba, tan alta cuanto suele elevarse el

cuervo en el aire, y sobre la que se alza laimagen aquella [el Ídolo, Dios o Salam deCádiz], de excelente bronce, tallada enforma de hombre, enhiesta sobre sus pies yque, orientada al mediodía, tiene en sumano derecha una enorme llave. Y estallave, como los mismos sarracenos dicen,caerá de sus manos el año en que nazca enla Galia el futuro rey, que en los últimostiempos subyugará a las leyes cristianas todala tierra española. En seguida que vean lallave caída, huirán todos, tras esconder entierra sus tesoros38.

Sea como fuere, es difícil precisar más eneste asunto cronológico; pero si, como parece, laminiatura de la Torre gaditana es una recreaciónficticia de una construcción que llevaba tiempodesaparecida, no sería imposible que la Torre encuestión, además de evocar la imagen clásica del

Fig. 6. La Torre de Hércules de A Coruña antes de su restau-ración dieciochesca, representada en un manuscrito de JoséCornide conservado en la Real Academia de la Historia.

Fig. 7. Estado de la Torre de Hércules de A Coruña en 1762.Biblioteca Nacional de España.

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Faro de Alejandría (Fig. 4) que se mantuvo en piehasta 1375 en que fue destruido por un terre-moto39, pudiese reconstituirse en la miniaturacon un vago eco de su rival norteña, la Torre deHércules de A Coruña (Fig. 5)40 que, por el con-trario, no era sólo semejante a la del sur y obratambién hercúlea, sino una gran construcciónque estaba todavía en pie, si bien parcialmentedestruida y despojada de gran parte de su muroexterior (Fig. 6) 41 que pudo desaparecer gradual-mente en el largo período de la Edad Media queva desde el siglo V hasta el XIII —el momentomás intenso de ruina debió de tener lugar, noobstante, a partir del siglo XI y, más aún, entrelos siglos XII y XIII42 cuando la ciudad conoció ungran auge constructivo43—. De hecho, las dostorres coinciden en su formato vertical, en suplanta cuadrada —así describen siempre las

fuentes antiguas la Torre gaditana44—, en su cor-nisa de remate y, sobre todo, en la rotondacupulada que culmina la estructura y que sabe-mos existió hasta el siglo XVIII en el faro coru-ñés45 (Fig. 7). Incluso que aparezcan almenassobre la cornisa alta es un dato que no debiéra-mos perder de vista pues es posible que laspudiese tener el faro gallego en la época en quefue construido —de hecho parecen apreciarseen una representación del faro herculino que seencuentra en un sello de placa municipal de1448 (Fig. 8) y con almenas la representa Jeróni-mo del Hoyo en la representación conjetural quehizo a principios del siglo XVII (Fig. 9)—; en cam-bio es más difícil de aceptar una relación de simi-litud con el carácter superpuesto que evidencia laTorre de la miniatura alfonsí si, como parece, escierto que su homónima de A Coruña tuvo desde

Fig. 8. La Torre de Hércules de A Coruña representada en unsello de placa municipal de 1448. Archivo Municipal de ACoruña.

Fig. 9. Reconstrucción conjetural de la Torre de Hércules de ACoruña, representada en un manuscrito de Jerónimo delHoyo de principios del siglo XVII. Archivo Diocesano de San-tiago de Compostela.

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el principio, aunque un grosor y corpulencia másconsiderable que la que tiene hoy, un formatoprismático más unitario tal como suelen propo-ner la gran mayoría de los autores que la han tra-tado de reconstruir de una forma hipotética46.

Otro aspecto de la leyenda de Hércules querefleja la Estoria de Espanna nos lleva, esta vez,a otra obra gallega muy distinta como es el Pór-tico de la Gloria de la Catedral de Santiagocuyos dinteles fueron colocados en 1188 bajo ladirección del Maestro Mateo. Y se refiere, enconcreto, al fornido personaje barbado que apa-rece a los pies del parteluz agarrando por lasbocas a dos leones y que, a su vez, se encuentraoprimido por la bella columna que representa elÁrbol de Jesé coronado por la Trinidad, ambosbajo la imagen sedente del Apóstol Santiagoque, a su vez, se dispone a los pies de la visión

del Señor que preside el tímpano (Figs. 10 y 11).Es, sin duda, una figura enormemente contro-vertida que ha dado pie a múltiples interpreta-ciones que van desde el mítico héroe sumerioGilgamés47 hasta la figura de Adán48 como padrede la humanidad y entendido como el “HombreNuevo” que habría superado su animalidad ysería salvado por el triunfo de Cristo49; sin olvidarque también se ha querido identificar con Sán-són50, con Hércules51 y, sobre todo, con el profe-ta Daniel representado en la fosa de los leones52.De todas, es ésta, no obstante, la que ha tenidomás aceptación, seguramente por el motivo delos dos leones que lo acompañan, bastante ilus-trativos, lo que ha llevado en los últimos años aalgún autor a ahondar en esta identificaciónponiéndola en relación iconográfica con un capi-tel de la misma temática que se encuentra en la

Fig. 10. Parteluz del Pórtico de la Gloria aplastando la figurade Hércules que aparece dominando a dos leones. Catedralde Santiago de Compostela.

Fig. 11. Hércules dominando a dos leones en el basamento delparteluz del Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago.

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tribuna de la propia catedral y, más aún, con unabasa de la girola de la iglesia de San Pedro deBesalú (Fig. 12) ya desaparecida pero que seconoce a través de viejas fotografías53.

Ahora bien, pese al evidente parecido icono-gráfico que existe entre las tres obras, no meparece una explicación convincente por variasrazones; en principio porque el Daniel que se veen las otras dos representaciones ajenas al Pórti-co, ni toca con sus manos los leones, ni ejecutasiquiera con ellos ninguna acción, sino que selimita a estar en actitud de oración y ajeno porcompleto a las dos fieras que lo acompañancomo si fueran casi motivos heráldicos. Tampocodebe olvidarse que lo más habitual y común en

la iconografía de Daniel es representarlo joven,sin barba y con una “fortaleza” más espiritualque física en clara alusión a la seguridad de sufe. Y por último, y éste creo que puede ser unargumento especialmente ilustrativo, es queresulta bastante sorprendente que la imagen delsupuesto Daniel del basamento sea tan distinta,incluso diametralmente opuesta, a la del autén-tico e incontrovertible Daniel que aparece en lajamba de la izquierda del gran arco central delPórtico de la Gloria donde se disponen los cua-tro profetas mayores y en la que, ciertamente,éste aparece con aspecto juvenil, lampiño, consu pelo ensortijado y, sobre todo, en actitudcoloquial y risueña que explica que se considere

Fig. 12. Representación de Daniel entre dos leones, en una basade la girola de la iglesia de San Pedro de Besalú (desaparecida).

Fig. 14. Hércules estrangulando a los dos leones en la selvaNemea. Biblioteca del Real Monasterio de El Escorial, ms.Y.l.2,fol. 4.

Fig. 13. Profetas de la jamba izquierda del Pórtico de la Gloriacon la figura sonriente de Daniel. Catedral de Santiago deCompostela.

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su sonrisa una de las primeras del arte medieval(Fig. 13). No parece, pues, que estando los dos“Danieles” en el mismo pórtico y sus figuras tancercanas entre sí se describan de forma tan dife-rente, por lo que es muy probable que se trateen realidad de dos personajes distintos. Por lotanto, entre todas las demás lecturas interpreta-tivas que se han dado hasta la fecha para identi-ficar la figura del hombre barbudo de la base delparteluz, la más convincente y lógica a mi modode ver es la que sugirió en su día, creo que conpoco éxito, Serafín Moralejo que, con buen cri-terio, fina intuición y atractivos argumentos, vioen ella la posible figura de Hércules54 —otrosautores que propusieron esta identificación

como Ángel del Castillo no llegaron a explicar-la— asociada a una España pagana que, de estemodo, se opondría a la figura del Apóstol San-tiago que aparece en la parte superior y quesería nuestro principal introductor en la fe cris-tiana. Aludía además este autor, para reforzar suopinión, a los términos en los que el Liber Sanc-ti Iacobi se dirigía a la nación Hispana55, que sonen efecto muy expresivos. Dice lo siguiente elCalixtino:

Regocíjate España, ensalzada con seme-jante fulgor, salta de gozo, pues has sido sal-vada del error de la superstición. Alégrate, yaque por la visita de este huésped [Santiago]

Fig. 15. Representación heráldica del escudo de la ciudad deCádiz.

Fig. 16. Representación heráldica del escudo de Andalucía.

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dejaste la ferocidad de las bestias y sometis-te tu cerviz, antes indómita, al yugo de lahumanidad de Cristo. Mayores bienes te pro-porcionó la humildad de Santiago, que laferocidad de todos tus reyes [léase Hérculesy su descendencia pagana a partir de Espán].Aquélla te levantó hasta el cielo; éstas tehundieron en el abismo. Ellos te mancillaroncon el sacrificio a los ídolos; aquélla te purifi-có, enseñándote el culto al verdadero Dios.Dichosa eres España por la abundancia demuchos bienes; pero eres más dichosa por lapresencia de Santiago. Eres feliz, porque enel clima eres semejante al Paraíso; pero eresmás dichosa, porque has sido encomendadaal paraninfo del cielo. En otro tiempo fuistecélebre por las columnas de Hércules, segúnlas vanas leyendas, mas ahora con más felici-dad te apoyas en la columna firmísima deSantiago. Aquéllas, por el error pernicioso dela superstición, te ligaron al diablo, ésta, porsu piadosa intercesión, te une a tu criador;aquéllas, como eran de piedra, aumentaban

tu obcecación; ésta, puesto que es espiritual,adquirió para ti la gracia saludable56.

A mi entender sobran las palabras; pero porsi todavía se necesitase dar más peso a esta iden-tificación de la figura del parteluz del Pórtico conHércules, viene bien volver a la Estoria de Espan-na de Alfonso X ya que en otra miniatura, alusi-va esta vez a la propia figura del héroe, se lorepresenta en actitud triunfante sobre dos leonesque aparecen, en efecto, estrangulados por suspropias manos57 (Fig. 14). Es, ciertamente, unalibre interpretación de su victoria sobre el león deNemea a la que aluden la práctica totalidad delas fuentes antiguas que no siempre coinciden ensu manera de contar los mismos hechos58; esposible, por tanto, que otras fuentes posterioresdiesen paso a variantes numéricas del león deNemea tal como se ve también en la historia deGerión que casi siempre aparece descrito con trescabezas pero en la Estoria en cambio con siete.Por lo tanto, esta sería la razón explicativa de quela obra alfonsina diga expresamente:

Fig. 17. Representación del Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela, según un grabado realizado por E. Mayer.

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e mató [Hércules] otrossí los tres leonesamanos, el uno en el mont Parthemio e losdos en la selva Nemea59;

todo un argumento, sin duda, que ayuda aentender la miniatura del códice, la representa-ción heráldica de los escudos de Cádiz y An-dalucía (Figs. 15 y 16) que también llevan laimagen de Hércules dominando a dos leones, y,ciertamente la figura del forzudo del Pórtico dela Gloria que se ilustra seguramente en unafuente anterior común a la que seguiría tambiénla Estoria del Rey Sabio. Y una última considera-ción al respecto; ya que la Crónica del moroRasis, al hablar de Hércules, dice que en aquellastierras que conquistó nunca dejó de poner

luego sus ymagenes e sus señales muymarauillosas; e las imágenes eran figuras de

toros e dellas de cavallos e dellas de cabro-nes; e estas eran las ymagenes a que ellosadorauan en aquella sazon60.

España, tal como hemos visto, fue una tierrapor él conquistada; por consiguiente ¿por quéno identificar la idolatría pagana traída a Españapor Hércules con todo el bestiario que, a derechae izquierda del barbado forzudo entre leones,sirve de aplastado basamento a la arquitecturadel Pórtico? No cabe duda que de esta manera,a todas las explicaciones que se han vertido parainterpretar la obra cumbre del Maestro Mateo,se le daría un entronque español directamenterelacionado con nuestra propia Historia queconocerían tanto Fernando II como Alfonso IXde León y de Galicia que fueron los reyes quepromovieron el Pórtico de la Gloria de la catedralcompostelana (Fig. 17).

NOTAS

* Este artículo quiere contribuir ala celebración de los ochocientos añostranscurridos desde la consagración dela catedral de Santiago en 1211. Almismo tiempo, ha sido posible dentrodel marco del proyecto de investiga-ción concedido por el Ministerio deCiencia e Innovación (2008-2011) titu-lado “Planos y dibujos de arquitecturay urbanismo. Galicia y el siglo XIX”que tiene el siguiente número de refe-rencia: HAR2008-00822/ARTE.

1 Al menos así se deduce de laCrónica del moro Rasis (Al-Razi) quefue escrita entre los siglos IX y X y quedice lo siguiente: “Ercoles, quandosopo nuevas que España era poblada,aguiso sus conpañas e basteçio susnaves e veno para España. E el prime-ro logar a que aportaron fue el puertode Calid, aquel que después el poblo efizo los conçilios. E Ercoles, andando

por España a su voluntad e catandoque tierra era, salió a el el rrey deEspaña [Gerion], lidio con Ercoles econ los griegos, e fue tal su venturaque lo mato Ercoles. E aquel fue elpostrimero rrey de los cinquenta y tresrreyes que vos agora fablamos quevienen de Espan [la Crónica, a diferen-cia de otras obras posteriores que lohacen protegido y heredero de Hércu-les, considera a Espán hijo de Jafet ynieto por tanto de Noé]. E esta lid fuea tres migeros de la cibdat que agorallaman la Curuña, a do el fizo el conçi-lio en Galizia. E en tal ora fue muertoel rrey Alion [Gerión], que nunca enEspaña ovo después rrey del linaje deEspan. Ercoles fue rrey griego, el mejorque nunca fue de Grecia, quel nuncadexo tierra quel sopiese en que gentemoraua a aquel non fuese con supoder. E todos los corrio. E el fue elprimero rrey de los griegos e fue señorde la mayor parte de la tierra. E nuncatomó tierra quel non pusiese luego sus

ymagenes e sus señales muy maraui-llosas; e las imágenes eran figuras detoros e dellas de cavallos e dellas decabrones; e estas eran las ymagenes aque ellos adorauan en aquella sazon. Equando Ercoles veno a España,andaua la era de Adam en dos mil enueve çientos e noventa e cinco años.E el veno a España, e tomola toda porfuerça, e fizo y muchas villas queagora son muy buenas. E el dio queera España çercada, e el fizo las seña-les que vos ya dicho avemos que aviaen cada uno de sus cantos… E yaze[Hércules] en Estorga. E rreyno veyntee nueve años. E Estorga fue una de lasçibdades quel poblo en España. Losgriegos esleyeron por rrey a un fijo deErcoles que avia nombre Latin, quandoandava la era de Adam en Tres milaños”. Vid. Crónica del moro Rasis,versión del Ajbar Muluk al-Andalus deAhmad ibn Muhammad ibn Musa Al-Razi, 889-955; romanzada para el reydon Dionís de Portugal hacia 1300 por

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Mahomad, alarife, y Gil Pérez, clérigode don Perianes Porçel, con estudiosde Diego Catalán y Mª Soledad deAndrés, Madrid, 1974, págs. 126-129.

2 El texto de la Estoria de Espannase integra en la Primera Crónica Gene-ral de España que mandó componerAlfonso el Sabio y se continuaba bajoSancho IV en 1289. Citaré a partir deahora por la edición crítica publicadapor Ramón Menéndez Pidal, Madrid,1955, 2 vols., a quien sigo en la cro-nología estimada para su redacción.

3 Pomponio Mela, en su Corogra-fía, que fue escrita en el siglo I, descri-be así las Columnas de Hércules:“Después hay un monte muy altosituado enfrente del que, al otro lado,se levanta en Hispania: llaman Abila adicho monte, al otro Calpe y a los dosjuntos Columnas de Hércules. Dacuenta la fama del origen legendariode esta denominación diciendo quefue el mismo Hércules quien separólos dos montes unidos anteriormentecomo una cordillera continua y que asífue como al Océano, contenido antespor la mole de los montes, se le dioentrada a los lugares que ahora inun-da”. Cit por BEJARANO, V. (Ed.): His-pania Antigua según Pomponio Mela,Plinio el Viejo y Claudio Ptolomeo, Bar-celona, Instituto de Arqueología y Pre-historia, 1987, pág. 104. Deberecordarse que este autor latino eraoriundo de Hispania, pues había naci-do en Tingentera; es decir, en lo quehoy es Algeciras; por lo tanto en unlugar muy vinculado con las Columnasde Hércules. Por lo demás, aunqueaporta otra narración distinta, el pasa-je de Hércules y las columnas tambiénlo menciona a principios del siglo VII,SAN ISIDORO DE SEVILLA: Etimologí-as, II, Madrid, 1982, pág. 145: “Elestrecho gaditano debe su nombre aCádiz, donde se encuentra el umbraldel gran Mar en el que se separa delocéano; por eso al llegar Hércules aCádiz levantó allí unas columnas cre-yendo que allí se encontraba el fin delorbe de las tierras”.

4 El primer escritor griego en rela-tar la lucha de Hércules con Geriónfue, al parecer, Hesíodo en su Teogo-

nía escrita hacia los siglo VIII y VII a.C;pero es en la Geriónida de Estesícorode Hímera, del s. VI a.C., cuando elepisodio se sitúa en Tartessos, tradicio-nalmente considerado un reino o unterritorio de la península Ibérica. Másinformación sobre este tema puedeverse en ALMAGRO BASCH, M.:“Aportación al estudio del culto deHércules en España. Cuatro inscripcio-nes de Segóbriga”, en Homenaje aSáenz de Buruaga, Badajoz, Diputa-ción, 1982, págs. 339-350; BLÁZQUEZMARTÍNEZ, M.: “Gerión y otros mitosgriegos en Occidente”, http://revis-tas.ucm.es/ghi/02130181/articulos/GERI8383110021A.PDF y especialmenteen el muy documentado trabajo deGONZÁLEZ GARCÍA, F. J.: Hérculescontra Gerión. Mitos y leyendas de laTorre de Hércules, 2 vols., Oleiros (ACoruña), Vía Láctea, 1997-1998. Másinformación sobre la vinculación deHércules con España puede encontrar-se en PLÁCIDO, D.: “Le vie di Ercolenell´estremo Occidente”, en MASTRO-CINQUE, A. (Ed.): Ercole in Occidente,Trento, 1990, págs. 63-80 y en ORIASEGURA, M.: Hércules en Hispania:una aproximación, Barcelona, 1996.

5 Dice así el texto de Mela: “Pega-das casi a estas costas....hay unas islasrecientes... pero, dentre las que noconviene olvidar, la de Gades... y enuna punta se asienta la ciudad delmismo nombre y en la otra está eltemplo de Hércules Egipcio, famosopor sus fundadores, por su venera-ción, por su antigüedad y por susriquezas: lo erigieron los tirios; su san-tidad se debe a los huesos de Hérculesallí depositados”. Cit por BEJARANO,V. (Ed.): Op. cit., págs. 109-110. Porotra parte, en ciertos ambientes debíade estar bastante extendida la creen-cia de que Hércules había muerto ennuestro país tal como la recoge SANISIDORO: Op., cit., I, pág. 761: “Des-pués de la muerte de Hércules enEspaña, su ejército, integrado por gen-tes de distinta procedencia, al quedar-se sin jefe, comenzó a errar en buscade un lugar en que asentarse”.

6 Vid. nota 1.7 Cfr. JIMÉNEZ DE RADA, R.: His-

toria de los hechos de España. Intro-ducción, traducción, notas e índicesde Juan Fernández Valverde, Madrid,Alianza, 1989.

8 Ídem, ídem, págs. 66-71.9 Fue, R. B.: TATE Ensayos sobre la

historiografía peninsular del siglo XV,Madrid, Gredos, 1970, pág.17, el pri-mer autor que, al hacer referencia a laobra del Toledano, vio en el pasaje deHércules la clave para lo que él deno-minó “una etnografía clásica de lamonarquía española”. Es verdad que,tras el análisis de la Crónica del moroRasis (vid. nota 1) se debe aceptar queesta vinculación de nuestra monarquíacon el héroe griego era mucho másantigua y tal vez provenga de viejashistorias que remontan incluso a antesdel siglo IX. Pero sea cual sea el origencronológico de la relación Hércules/Monarquía española y de que es ver-dad que el Toledano no mira con bue-nos ojos la figura del héroe, pese atodo es evidente que el arzobispo loconvierte en refundador de nuestramonarquía, lo que posteriormente, sinasomo alguno de duda, confirmaráAlfonso X en la Estoria de Espanna.Así pues, Latin (heredero de Hérculessegún Al-Razi) e Hispán/Espán (here-dero de Hércules según el Toledano yAlfonso X), serían el comienzo de unanueva dinastía griega derivada de Hér-cules que reinaría en España despuésde su conquista tras la muerte deGerión.

10 DOMÍNGUEZ RODRÍGUEZ, A.:“Hércules en la miniatura de AlfonsoX el Sabio”, Anales de Historia delArte, nº 1, 1989, pág. 96.

11 Así lo indica en el prólogo de suobra el propio arzobispo: “Por tanto,ya que la excelencia de vuestra majes-tad [Fernando III] tuvo a bien recurrir ala ignorancia de mi pobre personapara que me afanara en relatar, a peti-ción vuestra, lo que viene a mi memo-ria de las antigüedades de España… yel origen de los reyes hispanos y lashazañas de los que persiguieron lasglorias de sus antepasados con glorio-sa imitación…”, op. cit., págs. 56-57.

12 Vid. Estoria de Espanna que

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fizo el muy noble rey don Alfonso fijodel rey don Fernando et de la reynadonna Beatriz, en Primera Crónica…,op. cit., I, pág. 3.

13 Vid. especialmente CATALÁN,D.: La Estoria de España de Alfonso X,creación y evolución, Madrid, 1992.

14 Op. cit., págs. 68-68. En estesentido me parece oportuno elcomentario de FERNÁNDEZ VALVER-DE, J.: Introducción, en JIMÉNEZ DERADA, R.: Op. cit., pág. 46, al afirmarque el Toledano convierte a Hérculesen un cruel destructor de nuestro país.No obstante, creo que esto no invali-da, como ya indicamos, que el héroegriego se convirtiese en mítico refun-dador de nuestra monarquía.

15 Op. cit., pág. 8.16 Ídem, ídem, págs. 9-10.17 Íd., íd., págs. 10-11.18 Así lo indica, en efecto, en la

General Estoria: “E este [Espán] fizo iaquella puente que es i agora por doviene el agua a la villa [de Segovia],que se iua destruyendo . E el rey donAlfonso fizola refazer e adobar queviniese el agua por ella a la villa comosolia, ca avia ya grant tiempo que nonvenie por i”. Cit. por RUBIO ÁLVAREZ,F.: “Andanzas de Hércules por España,según la General Estoria de Alfonso elSabio”, Archivo Hispalense, 1956,págs. 54-55.

19 Primera crónica…, op. cit.,págs. 10-11.

20 Íd., íd.21 ¿Las columnas de Hércules?22 Cit. Por LEVI-PROVENÇAL, E.:

“La description de l´Espagne d´AhmadAl-Razi”, Al Andalus, XVIII, 1953,págs. 96.

23 Idem, idem, pág. 9.24 Aunque raro es el historiador

coruñés que no ha incidido en desta-car la fundación legendaria de A Coru-ña por Hércules, tomada precisamentede la Estoria de Alfonso X, no meconsta que ninguno de ellos hayaresaltado esta preeminencia fundacio-nal sobre las demás ciudades de Espa-ña. Desconozco cuáles pudieron serlos motivos que llevaron al Rey Sabio a

ensalzar y otorgar tanto protagonismoa A Coruña, a su Torre y a la tierra delFaro en la obra que estamos refirien-do; y más curioso si comprobamosque en la General Estoria que escribióAlfonso X en torno a 1280, por el con-trario, no otorga a A Coruña ningúnprotagonismo, señalando además quela Torre “en el faro de Gallizia” lahabía erigido no Hércules sino Ispán.Vid. más información sobre la GeneralEstoria en RUBIO ÁLVAREZ, F.: Art. cit.,págs. 51-55. Entre las obras másrecientes que abordan la historiamedieval de la ciudad de A Coruñadestacan las siguientes: GONZÁLEZGARCÉS, M.. Historia de La Coruña:Edad Media, A Coruña, Caixa Galicia,1987; BARREIRO FERNÁNDEZ, J. R.:Historia de la ciudad de La Coruña, ACoruña, La Voz de Galicia, 1986;BELLO DIÉGUEZ, J. Mª.: La Coruñaromana y alto medieval. Siglos I-XII,Perillo-Oleiros, Vía Láctea, 1994;BARRAL RIVADULLA, Mª D.: La Coruñamedieval, A Coruña, Vía Láctea, 1994;BARRAL RIVADULLA, Mª D.: La Coruñade los siglos XIII al XV. Historia y confi-guración urbana de una villa de rea-lengo en la Galicia Medieval, ACoruña, Fundación Barrié de la Maza,1998; SÁNCHEZ CHOUZA, X. M.: ACoruña en la Baja Edad Media, Sada,O Castro, 2005 y SÁNCHEZ CHOUZA,X. M., VIGO TRASANCOS, A. yBARREIRO FERNÁNDEZ, X. R.(Coords.): A Coruña 1208-2008. Laconstrucción de una ciudad, A Coru-ña, Sociedad Estatal de Conmemora-ciones Culturales, 2008.

25 Narra, en efecto, la Estoria queHércules se fue por el río Betis hastallegar al lugar donde habría de serfundada Sevilla y que pensó hacer allíuna ciudad, pero su fiel “estrellero”Allas que lo acompañaba le indicó que“cibdat aurie allí muy grand, mas otrola poblaría, ca no el; e quando lo oyoHercules ouo grand pesar”, por lo quese limitó a poner en el lugar “seys pila-res de piedra muy grandes, e puso ensomo una muy grand tabla de mármolescripta de grandes letras que dizíanassí,; aquí será poblada la grand cib-dat; y en somo puso una ymagen de

piedra, e tenie la una mano contraoriente, e tenie escripto en la palma:fasta aquí llegó Hercules…”. Op. cit.,pág. 8.

26 En concreto lo señala en elcapítulo 6 que lleva el siguiente título:“De cuemo Julio César pobló Sevillapor las cosas que y fallo que fizieraHercules”.

27 Íd., íd, pág. 10. Con todo, bienleído el texto hace referencia a un“lugar”, no a una ciudad que allí exis-tiese. Por lo tanto, podría referirse allugar que luego poblaría Julio Césarque, en esta segunda visita de Hércu-les, nuestro héroe denominaría Hyspa-lis y rodearía de murallas y torresacotándolo a la espera de su futuropoblamiento.

28 Que sepamos, la primera vezque se menciona el combate deGerión en las proximidades de A Coru-ña es en la mencionada Crónica de Al-Razi, Vid. nota 1. Nada impide, noobstante, considerar que tal tradiciónpuede ser incluso más antigua.

29 Vid. RUBIO ÁLVAREZ, F.: Art.cit., pág. 54: “E fizo [Espán] i obrasmuy fuertes, como ome muy sabio, deque peresçen oy en dia; asi como lastorres que fizo en el faro de Gallizia elas Gades, que son unos pilares quefueron puestos a logares por mojonesde los terminos por do anduvo Ercoles,de que se maravillan mucho los omesdel nuestro tiempo que las fallan”.

30 Biblioteca del Real Monasteriode El Escorial, ms. Y .l. 2.

31 Íd., íd., fol. 4v.32 CÓMEZ RAMOS, R.: Las empre-

sas artísticas de Alfonso X el Sabio,Sevilla, Diputación, 1979.

33 Art. cit., págs. 97-98.34 Op. cit., pág. 71.35 Vid. ORDÓÑEZ AGULLA, S.: “El

Faro de Gades y las fuentes medieva-les”, en II congreso peninsular de His-toria Antiga. Actas. Coimbra, 18 a 20de outubro de 1990, Coimbra, 1993,pág. 250.

36 Así lo indica, de hecho, el geó-grafo Al-Munim Al-Himyari que escri-be su relato en el siglo XV. Cit. por

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LEVI-PROVENÇAL, E.: La Peninsule ibé-rique au Moyen âge d´après le KitabAr-Rawad Al –Mictar fi Habar Al-Aktar, Leiden, E. J. Brill, 1938. Voz« KADIS », pag. 176.

37 Liber Sancti Jacobi “CodexCalixtinus”, traducido por los profeso-res A. Moralejo, C. Torres y J. Feo, San-tiago, 1951, págs. 415-416.

38 Ídem, ídem.39 Ver al respecto ROMER, J. y E.:

Las siete maravillas del mundo. Histo-ria, leyendas e investigación arqueoló-gica, Barcelona, 1996, pág. 69.

40 De hecho, entre las fuentesárabes del Medievo fue habitual rela-cionar la Torre de Cádiz con el Faro deAlejandría, pero más aún con la Torrede A Coruña, recordando tal vez quelas dos, según la tradición, habían sidofundadas por Hércules. Vid. ORDÓÑEZAGULLA, S.: Art. cit., págs. 254-255 yespecialmente 261.

41 La imagen más antigua de laTorre de Hércules coruñesa se encuen-tra representada en el mapamundi delBeato de Burgo de Osma de 1086 yallí aparece como una estructura uni-taria vertical coronada por una formacupulada. No obstante, es imposiblesaber con absoluta certeza si en ella serepresenta el faro con el muro perime-tral hoy desaparecido; si bien su for-mato vertical poco más corpulentoque la cúpula hace pensar que ya esta-ría falto de su muro exterior y de susescaleras o rampa de subida pese a nomostrar las huellas de su recorridohelicoidal. Al mismo tiempo, tambiénrefuerza esta opinión el fantásticorelato de Trezenzonio escrito al pare-cer en el primer tercio del siglo XI quealude con claridad a su ruina parcial.Vid. DÍAZ Y DÍAZ, M.C.: Visiones delmás allá en Galicia durante la AltaEdad Media, Santiago de Compostela,1985, págs. 108 y 118: “Avanzandodesde allí por la costa del mar haciauna playa situada al oriente comounas cincuenta millas, llegué al faro[de Brigantium o farum Brecantium]ya en parte destruido”.

42 Esto es, en efecto, lo que sededuce de la Excavación arqueológica

al pie de la Torre de Hércules (págs.20-22) llevada a cabo entre 1992-1993 y que fue dirigida por el arqueó-logo y director del Museo Ar-queológico del Castillo de San AntónJosé Mª Bello Diéguez, a quien agra-dezco la posibilidad de haber consul-tado la memoria. Por lo demás, unasecuencia más completa de todo loreferente al estado de la Torre de Hér-cules en la Edad Media y su progresivaruina puede verse también en BELLODIÉGUEZ, J. Mª: “Excavación arqueo-lógica al pie de la Torre de Hércules”,en La Coruña, A Coruña, 1999, págs..13-16 y 20 y GÓMEZ IPARRAGUIRRE,J.; BELLO DIÉGUEZ, J. Mª y VIGO TRA-SANCOS, A.: Propuesta de inscripciónde la Torre de Hércules en la lista delPatrimonio Mundial, texto de investi-gación inédito redactado en el año2005, págs. 30-31. Como estudio másreciente vid. BELLO DIÉGUEZ, J. Mª:“Brigantium y su faro. Contextosarqueológicos en la ciudad de A Coru-ña”, en Torre de Hércules: Finis TerraeLux. Simposio sobre os faros romanose a navegación occidental na antigui-dade. Editado por F. Arias Vilas, C. Fer-nández Ochoa y Á. Morillo, A Coruña,xuño de 2008, Brigantium, nº 20, ACoruña, 2009, págs. 47 y 49.

43 Una fecha de referencia paraeste importante despegue coruñésque pudo propiciar la desaparición casicompleta del muro exterior del viejofaro romano puede ser el año 1208 enque Alfonso IX le otorgó el fuero deBenavente, sancionando así su condi-ción y rango urbanos. Como obra másactual referida a la historia urbana dela ciudad de A Coruña véase SÁN-CHEZ CHOUZA, J .M; VIGO TRASAN-COS, A. y BARREIRO FERNÁNDEZ, X.R. (Coords.): Op. cit.

44 En esto, en efecto, coinciden lapráctica totalidad de los autores que lahan descrito. Así la describe Al-MunimAl-Himyari: “El templo de Cádiz [léaseTorre] está situado en el medio de lapenínsula… es de planta cuadrangulary cada uno de sus lados tiene una lon-gitud de cuarenta codos. El edificioestá constituido en la base por uncuerpo de piedra también de cuarenta

codos de lado, y en la plataformasuperior soporta un segundo cuerpoigualmente cuadrado pero de basemás pequeña. Este segundo cuerpoestá también dominado por un tercercuerpo que tiene también menoscodos de lado. A partir de la base delcuerpo que forma el cuarto piso laconstrucción se va estrechando hacialo alto (en forma de tronco de pirámi-de), si bien los dos pies de la estatuaque remata este cuarto cuerpo repo-san sobre una única piedra de talla,cuadrada, que, a vista de lejos, puedetener cuatro codos de lado. El piederecho de la estatua está adelantado,el pie izquierdo en la posición de unhombre andando. El templo desde elsuelo hasta la cima donde está la esta-tua tiene una altura de ciento veinti-cuatro codos, siendo la estatua deocho codos…”. Cit por LEVI-PROVEN-ÇAL, E.: Op, cit., pág. 174-176. Tam-bién la describe cuadrada, como ya seha visto, el propio Códice Calixtino.Vid. Liber…, op. cit., págs. 415-416.Más información de utilidad puedeencontrarse en HOROZCO, A. DE: His-toria de Cádiz, Cádiz, Universidad deCádiz, 2001 (la edición original es de1598), págs. 105-106, CASTRO, A.DE: Historia de Cádiz y su provinciadesde los remotos tiempos hasta1814, Cádiz, Imp. Prov. Médica, 1858,pág. 84; ORDÓÑEZ AGULLA, S.: Art.Cit., págs. 247-277; TORREJÓN CHA-VES, J.: “El área portuaria de la bahíade Cádiz: tres mil años de puerto”, enPuertos españoles en la historia,CEHOPU, 1994, pág. 119 y BERNALCASASOLA, D.: “El faro romano deGades y el papel de los Thynnoskopeiaen el Fretum Gaditanum”, en Torre deHércules: Finis Terrae Lux…., op. cit.,págs. 85-107.

45 Sobre el estado que presentabala Torre antes de su restauración die-ciochesca puede consultarse BELLODIÉGUEZ, J. Mª y VIGO TRASANCOS,A. (Coords.): Ciudad y Torre. Roma y laIlustración en La Coruña, A Coruña,Ayuntamiento, 1991; SÁNCHEZ GAR-CÍA, J. A.; VÁZQUEZ-IGLESIAS, J. L. yYÁÑEZ RODRÍGUEZ, J. M.: Faros deGalicia. Historia y construcción de las

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QUINTANA Nº9 2010. ISSN 1579-7414. pp. 217-233

Alfredo Vigo Trasancos

233Tras las huellas de Hércules. La Estoria de Espanna, la Torre de Crunna y el Pórtico de la Gloria

señales luminosas en un finisterreatlántico, A Coruña, 2004, págs. 275-327; BARRAL RIVADULLA, Mª D.:Breve historia de la Torre de Hércules,Ferrol, Embora, 2008; GÓMEZ IPA-RRAGUIRRE, J.: “La Torre de Hérculesen la Edad Moderna. La materializa-ción de su imagen actual”, en O nosofaro, A Coruña, Ayuntamiento, 2009,32-40 y VIGO TRASANCOS, A.: ACoruña y el siglo de las luces. La cons-trucción de una ciudad de comercio(1700-1808), Santiago, Universidadesde Santiago y A Coruña, 2008, págs.237-259.

46 Entre ellos habría que citar alhistoriador coruñés José Cornide y alos alemanes S. Hutter y T. Hauschild.Sin embargo Hague-Christie y Sutton-Jones y más recientemente Enrique yPedro Cabarcos, de Factoría Gráfica,proponen una estructura ligeramentedistinta con una muy sutil gradación osuperposición de cuerpos dominadospor la rotonda cupulada.

47 SILVA, R. y BARREIRO FERNAN-DEZ, J. R.: El Pórtico de la Gloria. Autore interpretación, Santiago, 1965, pág.112.

48 VIDAL RODRÍGUEZ, M.: El Pór-tico de la Gloria de la catedral de San-tiago: explicación arqueológica ydoctrinal, Santiago, I, 1926, pág. 29;YARZA LUACES, J.: El Pórtico de laGloria, Madrid, 1984, pág. 33 eYZQUIERDO PERRÍN, R.: El MaestroMateo, Madrid, Historia 16, 1992,pág. 14.

49 CARBÓ ALONSO, F.: El Pórticode la Gloria. Misterio y sentido, Madrid,Encuentro, 2009, págs. 49 y 87.

50 OTERO TÚÑEZ, R.: “Problemasde la catedral románica de Santiago”,Compostellanum, vol. X, nº 4, Santia-go, 1965, 973-974.

51 CASTILLO, A. DEL: El Pórtico dela Gloria, Santiago, 1954, fig. 19. Esteautor, en efecto, identifica la figuracon Hércules pero no aporta ningúnargumento explicativo. Vid. tambiénMORALEJO ÁLVAREZ, S.: “El Pórticode la Gloria”, en Patrimonio artísticode Galicia y otros estudios. Homenajeal prof. Dr. Serafín Moralejo Álvarez, II,Santiago, 2004, pág. 284. Publicadocon anterioridad en FMR. FrancoMaría Ricci 1992-1993, págs. 28-46.

52 PITA ANDRADE, J. M.: “Variasnotas para la filiación artística deMaestre Mateo”, Cuadernos de Estu-dios Gallegos, X, 1955, pág. 393-394;NÚÑEZ RODRÍGUEZ, M.: “De la uni-versalidad del pueblo elegido al valordel credere”, en Santiago, la catedral yla memoria del arte, edición a cargode M. Núñez Rodríguez, Santiago,Consorcio, 2000, pág. 106; CASTIÑEI-RAS GONZÁLEZ, M.: El Pórtico de laGloria, Santiago, San Pablo, 1999,págs. 35-36; también del mismo autor“O profeta Daniel na arte europea”,en O sorriso de Daniel, exposición diri-gida por R. Villares, Santiago, Conselloda Cultura Galega, 2004, pág. 179.

53 CASTIÑEIRAS GONZÁLEZ, M.:O profeta…, art. cit., págs. 179.

54 MORALEJO ÁLVAREZ, S.: Art.

cit., pág. 284. En cualquier caso, la

representación de Hércules, bien

luchando con un león o vestido con la

piel del león de Nemea y con una clava

en la mano, no fue desconocida en la

imaginería medieval de los siglos XI y

XII. Lo habitual fue, no obstante, darle

otros significados o contenidos distin-

tos: como un personaje heroico aso-

ciado a la virtud, como un equivalente

del propio Cristo, como representa-

ción de la victoria sobre el mal, etc.

Vid. al respecto SENRA GABRIEL Y

GALÁN, J. L.: “¿Hércules versus Cris-

to? una posible simbiosis iconográfica

en el románico hispano”, Quintana, 1,2002, 275-283. Por lo demás, aquí

podrá encontrar el lector un discurso

interesante sobre el tema y una amplia

bibliografía.55 MORALEJO ÁLVAREZ, S.: Art.

cit., pág. 284.56 Liber…, op. cit., pág. 180-181.57 Como la de la Torre de Hércu-

les de Cádiz fue estudiada también

por CÓMEZ RAMOS, R.: Art. cit., pág.

191-192 y DOMÍNGUEZ RODRÍGUEZ,

A.: Art. cit., pág. 96. Igualmente se

conserva en la Biblioteca del Real

Monasterio de El Escorial, ms.Y.l.2,

fol. 4.58 GRAVES, R.: Los mitos griegos,

Barcelona, Círculo, 2004.59 Primera Crónica…, op. cit.,

pág. 8.e.60 Vid. nota 1.