24
EL PENSAMIENTO Y EL DESARROLLO SENSORIAL Y PERCEPTIVO TEMA 4 Chiqui Altozano [email protected] UNIVERSIDAD CAMILO JOSÉ CELA Grado de Maestro de Educación Primaria PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO

PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO

  • Upload
    others

  • View
    4

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO

EL PENSAMIENTO Y

EL DESARROLLO SENSORIAL Y PERCEPTIVO

TEMA 4

Chiqui Altozano [email protected]

UNIVERSIDAD CAMILO JOSÉ CELA Grado de Maestro de Educación Primaria

PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO

Page 2: PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO

1

1. EL PENSAMIENTO EN LA EDUCACIÓN INFANTIL ...................................................................................... 2

I. Período sensomotor ............................................................................................................................... 2

II. Período de preparación y organización de las operaciones concretas................................................... 2

III. Período de las operaciones formales .................................................................................................... 3

El pensamiento sensoriomotor (0-2 años) ............................................................................................. 3

El pensamiento preoperacional (de 2 a 7 años) ..................................................................................... 6

2. EL PENSAMIENTO EN LA EDUCACIÓN PRIMARIA ................................................................................... 8

El pensamiento concreto ........................................................................................................................... 9

Desarrollo evolutivo por grupos de edad ................................................................................................ 14

3. DESARROLLO SENSORIAL Y PERCEPTIVO .............................................................................................. 17

La sensación y la percepción como fuente de conocimiento .................................................................. 17

La organización sensorial y perceptiva .................................................................................................... 20

Page 3: PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO

2

1. EL PENSAMIENTO EN LA EDUCACIÓN INFANTIL

La descripción sobre el desarrollo de la inteligencia que se va a dar en este apartado responde a la

teoría de Piaget pues es la teoría con mayor aceptación, con una comprobación empírica muy

extendida y que hace una descripción secuencial del desarrollo más completa.

Para comprenderla, es necesario conocer algunos de los términos usados por Piaget como son

adaptación, asimilación, acomodación y equilibración, siguiendo a STASSEN Y THOMPSON (1998).

- Adaptación: procesos cognitivos que llevan al ajuste entre nuevas ideas y experiencias y los ya

existentes. La adaptación tiene dos formas, la asimilación y la acomodación.

- Asimilación: El proceso de incluir nuevas informaciones en esquemas ya existentes.

- Acomodación: El proceso de cambiar o ampliar las ideas o los esquemas actuales para englobar

nuevas informaciones.

- Equilibración: El proceso para llegar al equilibrio cognitivo a través de la asimilación y

acomodación de experiencias y percepciones en conflicto. Es el movimiento de vaivén entre el

equilibrio y el desequilibrio cognitivo a través del desarrollo que lleva al desarrollo de esquemas

más efectivos (BERK, 2001, p 283).

A continuación presentamos un esquema-resumen sobre las etapas del desarrollo de la inteligencia

según Piaget para que las que nos interesan queden encuadradas dentro del marco general:

I. Período sensomotor

El primer período del desarrollo cognitivo según Piaget (desde el nacimiento hasta la edad de dos

años aproximadamente) en el que los niños utilizan sus habilidades sensoriales y motoras para

entender su mundo. No hay pensamiento conceptual o reflexivo. Un objeto es "conocido" en

términos de lo que el niño puede hacerle.

II. Período de preparación y organización de las operaciones concretas

Abarca desde los dos hasta los once o doce años, y se divide en dos subperíodos: el período

preoperacional y el de las operaciones concretas.

Page 4: PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO

3

- Período preoperacional: De los dos a los siete años de edad aproximadamente. En este

período los niños son incapaces de captar conceptos lógicos como el de la conservación, la

reversibilidad o la clasificación. El niño utiliza el pensamiento simbólico, que incluye el

lenguaje, para entender el mundo. A veces, el pensamiento del niño es egocéntrico, lo que

hace que entienda el mundo desde una perspectiva, la suya.

- Período de las operaciones concretas: Desde los siete años hasta los once o doce

aproximadamente. El niño ya puede razonar lógicamente sobre acontecimientos y

problemas concretos, pero aún no puede razonar sobre ideas y posibilidades abstractas. Ya

entiende y aplica operaciones lógicas para ayudar a interpretar las experiencias de manera

objetiva y racional en lugar de intuitivamente.

III. Período de las operaciones formales

Este período se puede iniciar a partir de los doce años y se caracteriza por el pensamiento hipotético,

lógico y abstracto, de manera que el adolescente o adulto es capaz de pensar sobre las abstracciones

y conceptos hipotéticos y es capaz de especular mentalmente sobre lo real y lo posible.

Según las edades señaladas en este tema, la Educación Infantil abarcarían el período sensoriomotor

y el subperíodo preoperatorio.

El pensamiento sensoriomotor (0-2 años)

Durante el período sensomotor el niño se relaciona con el mundo a través de los sentidos y la

acción, los niños "piensan" con sus ojos, oídos, manos, y otros elementos de su equipo

sensoriomotor. (BERK, 2001, p 864).

Se producen adquisiciones muy importantes. El niño aprende que un objeto todavía existe cuando

no está a la vista (permanencia del objeto) y empieza a pensar utilizando acciones tanto mentales

como físicas. (STASSEN Y THOMPSON, 1998, pp. 58)

En este período se pueden señalar seis fases:

- De 0 a 1 mes: Reflejos del recién nacido.

- De 1 a 4 meses: Reacción circular primaria.

- De 4 a 8 meses: Reacción circular secundaria.

- De 8 a 12 meses: Acciones intencionadas.

- De 12 a 18 meses: Reacción circular terciaria.

- De 18 a 24 meses: Combinaciones mentales.

A continuación analizaremos con más detalle cada una de estas fases, siguiendo a BERK (2001).

Page 5: PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO

4

De 0 a 1 mes: Reflejos del recién nacido

El niño nace con un repertorio básico de reflejos (es decir, respuestas innatas, automáticas a una

forma particular de estimulación) que le sirven para sobrevivir (respirar, rotación, succión,...), para

protegerle de estimulación no deseada (parpadeo, retirada,...), etc. y, por supuesto, para adquirir

información sobre el mundo.

Piaget consideraba los reflejos del recién nacido como los bloques que van construyendo la

inteligencia sensoriomotora. Pero al principio, los niños aplican los reflejos de una forma

indiscriminada a cualquier estímulo que entre en contacto con ellos.

De 1 a 4 meses: Reacción circular primaria.

El hecho de que los bebés adapten sus acciones reflejas a los cambios de estimulación

inmediatamente después del nacimiento sugiere que muchos reflejos forman las bases de conductas

complejas. Las experiencias que el niño tiene hacen que vaya adaptando sus reflejos de manera

diferente según la situación.

Aparece la reacción circular primaria, repitiendo acciones azarosas de las que obtienen resultados

satisfactorios (por ejemplo succionar su pulgar). Son reacciones todavía muy limitadas ya que se

centran en el propio cuerpo.

De 4 a 8 meses: Reacción circular secundaria.

Los logros motores que se producen en estas edades (sentarse, agarrar y manipular objetos con

cierta habilidad, etc.) contribuyen a que la atención del bebé se vuelva hacia el entorno. Aparece así

la reacción circular secundaria cuando intentan repetir acciones interesantes y sonidos cuyos

causantes son ellos mismos (por ejemplo agitar un sonajero para que suene).

De 8 a 12 meses: Acciones intencionadas.

Los niños combinan las reacciones circulares secundarias en secuencias de acción nuevas y más

complejas y, como consecuencia de esto, aparecen cambios cognitivos importantes:

- Los bebés pueden involucrarse en conductas intencionales o dirigidas a un fin. Anteriormente

a esta fase, las acciones que llevaban a nuevos esquemas (esquema según Piaget es una

Page 6: PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO

5

estructura específica o un medio organizado de dar sentido a la experiencia que cambia con la

edad) eran aleatorias, de acierto - error (por ejemplo llevando accidentalmente el pulgar a la

boca), pero a los 8 meses, los niños han adquirido la suficiente práctica con una diversidad de

esquemas que pueden coordinar deliberadamente para resolver problemas sensoriomotores.

(Por ejemplo, cuando se muestra al bebé un objeto atractivo para esconderlo a continuación

detrás de algo, los niños de esta fase pueden encontrar el objeto. Al hacerlo, coordinan dos

esquemas: "empujar" a un lado el obstáculo y "coger" el juguete.

- Este hecho indica que han empezado a alcanzar un segundo hito en el desarrollo: la

permanencia del objeto. Esta conciencia de la permanencia del objeto todavía no está

completa. Si un objeto es movido de un lugar escondido (A) a otro (B), los bebés lo buscarán

solamente en el primer escondite (A).

- Pueden anticipar los acontecimientos de forma más efectiva y haciendo uso de su nueva

capacidad de llevar a cabo conductas intencionales, algunas veces intentan modificar tales

experiencias (por ejemplo, un bebé de esta edad podría gatear detrás de su madre al ponerse

ella el abrigo, agarrándose y gimoteando para evitar que se vaya).

De 12 a 18 meses: Reacción circular terciaria.

Aparece la reacción circular terciaria, consistente en repetir acciones que les han resultado

interesantes pero introduciendo variaciones que provocan nuevos resultados (por ejemplo hacer

sonar el sonajero golpeándolo contra diferentes superficies), por lo que se puede decir que hay una

experimentación activa. Esta nueva capacidad de experimentar les lleva a una comprensión más

avanzada de la permanencia del objeto. Para encontrar un juguete escondido, los niños más mayores

miran no solamente en uno sino en varios sitios, dejando de cometer el error de la búsqueda AB de

la fase anterior.

De 18 a 24 meses: Combinaciones mentales.

Es la última fase del estadio sensoriomotor ya que aparece la habilidad de elaborar representaciones

mentales (imágenes internas de un objeto ausente o de un suceso pasado). Como resultado, los

niños pueden resolver problemas a través de medios simbólicos en lugar de la conducta de acierto

y error. Ante una situación problemática no necesita probar todos los modos de acción pues puede

descartar algunos mentalmente al imaginar su resultado.

Esta capacidad de representación trae también consigo:

- La imitación diferida o la capacidad de recordar e imitar la conducta de modelos que no

están presentes en el momento.

Page 7: PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO

6

- El juego simbólico en el que los niños simulan, representando actividades cotidianas e

imaginarias.

Conforme el período sensoriomotor va concluyendo, los símbolos mentales pasan a ser los

principales instrumentos del pensamiento.

El pensamiento preoperacional (de 2 a 7 años)

A medida que los niños van dejando atrás el período sensoriomotor y se adentran en el

preoperacional se constata un aumento extraordinario de la actividad representacional. Para Piaget,

la característica más importante del desarrollo cognitivo durante el período preoperacional es el

rápido crecimiento del pensamiento simbólico que consiste en la capacidad para utilizar palabras,

objetos e incluso acciones como símbolos para pensar y comunicarse, es decir, la forma de pensar

que utiliza palabras, objetos o acciones para representar ideas. (STASSEN Y THOMPSON, 1998, p

347).

El desarrollo del pensamiento simbólico y de la actividad representacional repercute, a su vez, en el

desarrollo del lenguaje y del juego simbólico.

Este tipo de juego va evolucionando, desligándose poco a poco de las condiciones de la vida real

asociadas con él (por ejemplo al principio el niño simboliza que bebe únicamente con objetos reales

apropiados a tal fin como un vaso o una taza, para utilizar luego objetos menos realistas como una

pieza de un juego de construcción y terminar más adelante utilizando sólo su propio cuerpo). Otros

cambios que experimenta el juego simbólico son que va dejando de estar centrado en el propio niño

y que incluye combinaciones cada vez más complejas de esquemas (por ejemplo combinar el

esquema de verter con el de beber para simular que toma café). Esto da lugar al juego

sociodramático (o juego simbólico con los otros que aparece en torno a los dos años y medio).

Pero el pensamiento preoperacional presenta también limitaciones, tal y como analizamos a

continuación.

Egocentrismo

Supone la dificultad para distinguir los puntos de vista propios de los de los demás. Los niños no son

conscientes de otras perspectivas más que de las suyas y creen que todo el mundo percibe, piensa y

siente de la misma manera que ellos lo hacen.

Page 8: PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO

7

Para Piaget, el egocentrismo es responsable del pensamiento animista (tendencia a percibir como

vivientes y conscientes cosas y fenómenos inertes; pensar, por ejemplo, que un reloj está vivo

porque se mueve), artificialista (las cosas son consideradas como el producto de la fabricación y

voluntad humanas, pensar, por ejemplo, que los lagos y los ríos han sido construidos por los

hombres), finalista (cada cosa tiene una función y una finalidad que justifican su existencia y sus

características, por ejemplo, pensar que las nubes se desplazan porque tienen que ir a llover a una

región determinada, o que existen montañas grandes para los paseos largos y pequeñas para los

paseos cortos) y fenoménico (es la tendencia a establecer un lazo causal entre fenómenos que son

vistos como próximos por los niños, por ejemplo creer que la sombra de la mesa es la del árbol del

jardín, o que las ganas de dormir bastan para que llegue la noche).

Incapacidad para conservar

La capacidad de conservación consiste en la comprensión de que ciertas características físicas de los

objetos permanecen invariables aun cuando se vea modificada su apariencia externa. Un ejemplo

típico es el problema de la conservación de líquidos (la misma cantidad en vasos diferentes, uno alto

y estrecho y otro ancho y más bajo). Son características relacionadas con esta incapacidad para

conservar las siguientes:

- Percepción limitada a lo concreto: Los niños se distraen fácilmente con la apariencia

perceptiva concreta de los objetos (parece que hay menos agua en el vaso más bajo y

ancho, luego debe haber menos agua).

- Centración: Se centran en un aspecto de la situación olvidándose de otros rasgos

importantes. (Se centra en la altura del agua olvidándose de la anchura del vaso).

- Estatismo: Los niños focalizan los estados más que la transformación (tratan los estados

iniciales y finales del agua como sucesos sin ningún tipo de relación, ignorando la

transformación dinámica - verter agua - existente entre ellos).

- Irreversibilidad: Es la incapacidad para dar mentalmente una serie de pasos y después

recorrerlos en dirección inversa volviendo al punto de partida (imaginar cómo el agua es

vertida de vuelta al recipiente original).

Razonamiento transductivo

En lugar de realizar un razonamiento inductivo (de lo particular a lo general) o deductivo (de lo

general a lo particular), el niño razona de forma transductiva, es decir, de lo particular a lo particular,

de manera que el razonamiento de los niños frecuentemente consiste en hechos desconectados y

contradictorios. Simplemente vinculan juntos dos sucesos que ocurren con una proximidad temporal

- espacial en una suerte de causa - efecto, lo que les lleva en ocasiones a conclusiones fantásticas.

Page 9: PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO

8

Ausencia de clasificación jerárquica

La clasificación jerárquica consiste en la organización de objetos en clases y subclases sobre la base

de similitudes y diferencias entre los grupos. Los niños de este período son incapaces, por ejemplo,

de comprender que si hay doce flores amarillas y cuatro flores rosas, hay más flores que flores

amarillas. Se centran en el rasgo perceptual sobresaliente (amarillo) en lugar de pensar

inversamente desde la categoría total (flores) a las partes (amarillo y rosa) y de nuevo al revés

volviendo a la categoría total.

No obstante, y a pesar de que estos rasgos están suficientemente comprobados, la investigación

reciente revela que cuando las tareas son simplificadas y significativas para la experiencia

cotidiana de los niños, éstos muestran los comienzos del razonamiento lógico. (BERK, 2001, p 314).

2. EL PENSAMIENTO EN LA EDUCACIÓN PRIMARIA

La educación primaria es una etapa en la que se producen muchos cambios cognitivos que

convierten al niño en un tipo de pensador muy diferente al niño de infantil. los niños mayores no

solo saben más sino que tienen más recursos para planificar y utilizar sus aptitudes cognitivas

cuando se enfrentan a la resolución de un problema, recuerdan elementos de información o

aumentan su nivel de conocimientos sobre un tema particular. En contraste con los logros

cognitivos relativamente frágiles de los niños de infantil, los alumnos de primaria pueden aplicar

sus habilidades de razonamiento y de pensamiento a una amplia variedad de planteamientos

cognitivos, o pueden identificar rápidamente cómo hacerlo. En palabras de John Flavell, al llegar a

la tercera infancia, la mayoría de los niños ya han captado “el mecanismo del juego” de pensar.

Saben que para pensar bien hay que tener en cuenta todos los datos, la planificación, la lógica, la

formulación de hipótesis alternativas y la coherencia, e intentan incorporar estas cualidades a su

propio proceso de razonamiento, así como la evaluación que hacen sobre los procesos de

pensamiento de los demás. Además, durante estos años, los niños adquieren una mayor

consciencia de sus puntos fuertes y débiles intelectuales, reconociendo que uno puede ser “bueno”

en ciertas cosas (como las matemáticas y la ciencia) pero no tan bueno en otras.

Page 10: PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO

9

El pensamiento concreto

Para Piaget, el logro cognitivo más importante de la tercera infancia es el del pensamiento

operacional concreto, gracias al cual los niños pueden razonar con lógica acerca de las cosas y los

acontecimientos que perciben y se convierten en pensadores más sistemáticos, objetivos, científicos

y educables.

Según Piaget, los niños empiezan a entender verdaderamente los principios lógicos entre las edades

de siete y once años y son capaces de aplicarlas con coherencia a casos concretos, es decir,

específicos y tangibles.

Para entender la importancia de los principios lógicos en el pensamiento de un niño “operacional

concreto”, podemos considerar el principio de identidad. El concepto de identidad resume el

conocimiento de que un objeto continúa siendo el mismo a pesar de los cambios en su apariencia.

De la misma forma que los bebés adquieren una comprensión precoz de que los objetos continúan

existiendo, incluso cuando no pueden ser percibidos, los niños que entienden el principio de

identidad se dan cuenta de que los cambios superficiales en la apariencia de un objeto no alteran su

sustancia o cantidad subyacentes. El dominio de esta principio lógico es una de las razones por las

que los niños son capaces de llevar a cabo operaciones lógicas, como las que se precisan en las tareas

de conservación. La conciencia de la identidad permite a los niños darse cuenta de que al verter el

contenido líquido de un recipiente concreto a otro, de un tamaño distinto no cambia la cantidad de

líquido vertido.

La identidad también es relevante para la comprensión matemática. Una vez que los niños han

adquirido una comprensión sólida de la identidad saben que el número 24 siempre será el 24,

independientemente de si para llegar a esta cifra debemos sumar 14 y 10, o 23 y 1. Este principio

lógico también propicia la comprensión científica, tanto si supone captar la unicidad subyacente

entre el renacuajo y la rana como la comprensión de que un sólido se puede convertir en un líquido.

La identidad se puede aplicar también de una forma no académica, especialmente en los encuentros

sociales de la vida diaria. El principio de identidad permite a los niños de primaria comprender algo

que no pueden hacer los niños de infantil, que su madre también fue una niña y que una foto de su

madre cuando era bebé es, de hecho, una foto de su madre (aunque ahora parece muy cambiada).

Así pues, de todas estas maneras, el principio lógico subyacente de la identidad contribuye a una

comprensión más aguda y objetiva.

Igualmente ocurre con otros dos principios lógicos, la reversibilidad y la reciprocidad. Estos dos

principios se relacionan con el hecho de que una transformación se puede devolver a su estado

original, revirtiendo el proceso de transformación o realizando otra transformación que compense

los efectos de la original. En la tarea de la conservación de los líquidos, un niño equipado con estos

Page 11: PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO

10

dos principios puede argumentar que la cantidad de líquido de un segundo recipiente, de tamaño

distinto al primero, es la misma que había en el recipiente original, o bien volviendo a verter el líquido

en el original para demostrar la equivalencia (reversibilidad) u observando que la mayor (o menor)

altura del líquido que hay en el segundo recipiente se puede atribuir a una menor (o mayor) anchura

del mismo (reciprocidad). Estos principios lógicos también son esenciales para comprender

diferentes operaciones matemáticas, como entender que la resta es lo contrario de la suma (si 9 + 9

= 18, entonces 18 – 9 = 9) o comprender que el orden de los factores no altera el producto, o la

reciprocidad de la multiplicación (que 4 x 3 y 3 x 4 son ambos igual a 12). Por supuesto, la

reversibilidad y la reciprocidad también tienen importancia en la vida cotidiana, como cuando se

aplican a la resolución de problemas sociales (como cuando se dice “vamos a empezar de nuevo y

ser otra vez amigos. ¿Vale?” o “Yo te ayudo con las matemáticas si tú me enseñas a bailar”).

Hacia el final de la niñez media, el pensamiento operacional permite a los niños categorizar con

mayor efectividad. Quizá porque son más conscientes de las jerarquías de clasificación, superan el

problema de Piaget de inclusión de clase. Esto se puede apreciar en las actividades de juego de los

niños. El coleccionar toda clase de objetos es común durante estos años. Por ejemplo, un niño que

coleccione cromos de fútbol, a veces los puede agrupar por ligas y miembros del equipo, y otras

veces por la posición de juego y número de goles. Puede separar a los jugadores en una gran

diversidad de clases y subclases y reordenarlos flexiblemente. En contraste con lo expuesto, la

mayoría de los niños de infantil insisten en que un conjunto de objetos solamente puede ser

clasificado de una determinada manera (es decir, ausencia de clasificación jerárquica).

Otra operación importante es la seriación que es la capacidad de ordenar ítems en una dimensión

cuantitativa, tal como longitud o peso. Para probarla, Piaget pedía a los niños que ordenaran palitos

de diferentes longitudes desde el más corto al más largo. Los alumnos más mayores de la etapa de

infantil pueden establecer series, pero lo hacen de cualquier manera. Ponen los palitos en fila pero

cometen muchos errores y les lleva mucho tiempo corregirlos. En contraste, los niños de 6 a 7 años

están guiados por un plan ordenado. Crean las series con eficacia comenzando con el palito más

pequeño, para pasar después al siguiente más pequeño, y así sucesivamente, hasta que la

ordenación está completa.

La mejorada aprehensión de la ordenación cuantitativa del niño en la etapa de operaciones

concretas también se evidencia en un problema de seriación de mayor dificultad – uno que requiere

seriar mentalmente. Esta capacidad es denominada inferencia transitiva. En un conocido problema

de inferencia transitiva, Piaget mostraba a los niños parejas de palitos de diferentes colores. A partir

de la observación de que el palito A es más largo que el palito B y que el palito B es más largo que el

palito C, los niños deben hacer la inferencia mental de que A es más largo que C. no es sino hasta la

edad de 9 o 10 años cuando los niños se desempeñan bien en esta tarea.

Page 12: PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO

11

Piaget se refería a las capacidades que hemos considerado hasta aquí – conservación, clasificación

jerárquica y seriación – como operaciones lógico-matemáticas. Pensaba que eran responsables de

la mayor facilidad de los niños de primaria en las tareas cuantitativas.

Adicionalmente a las operaciones lógico-matemáticas, el niño en la etapa de las operaciones

concretas también domina una diversidad de operaciones espaciales. Estas tienen relación con la

distancia, direcciones y relaciones espaciales entre los objetos.

Piaget encontró que la comprensión de la distancia mejora durante la infancia media, tal y como

revela una especial tarea de conservación. Para administrar esta prueba, modelaba dos árboles

pequeños de arcilla y los colocaba aparte en la mesa. Luego ponía un cubo o un pedazo de cartón

entre los árboles. Después les preguntaba a los niños si los árboles estaban más próximos, más

separados, o si mantenían la misma distancia estando separados por las cartulinas. Los niños de la

etapa de infantil respondían que la distancia había disminuido. No parecían darse cuenta de que un

espacio ocupado tiene el mismo valor que un espacio vacío. En los primeros años de primaria los

niños aprenden la idea fácilmente. Los niños de cuatro años pueden conservar la distancia cuando

se les pregunta sobre una escena muy familiar o cuando se traza una línea entre dos objetos, lo que

les ayuda a representar la distancia. Sin embargo, su comprensión no es tan sólida y completa como

la de un niño de primaria.

La comprensión más avanzada del espacio de los niños de esta etapa también se puede ver en su

capacidad de dar direcciones. Si nos ponemos frente a un niño de 5 o 6 años y le pedimos que

nombre un objeto a nuestra izquierda y otro a la derecha responderá incorrectamente pues aplican

su propio marco de referencia al del otro, al nuestro. Entre los 7 y los 8 años, los niños empiezan a

llevar a cabo rotaciones mentales, en las que alinean su propio marco para ajustarse al de una

persona que guarde otra orientación. Como resultado, puede identificar la derecha y la izquierda en

posiciones que no están ocupando. Sobre esta época, los niños comienzan a evidenciar direcciones

bien organizadas desplazándolas de un lugar a otro. Ayudados por su capacidad de pensamiento

operacional, utilizan una estrategia de “caminar mentalmente” en la que ellos imaginan los

movimientos de otra persona a lo largo de un recorrido. Los niños de seis años hacen constar

direcciones más organizadas después de que hacen el recorrido ellos mismos o son especialmente

ayudados. De otra manera, se centran en el punto final sin describir exactamente cómo llegaron a

él.

Evidentemente, todas las adquisiciones descritas hacen que los niños estén mejor equipados para

analizar problemas de forma más adecuada, para llegar a soluciones más correctas y para hacer

preguntas de seguimiento que lleven a una mayor comprensión que el niño que piensa de una forma

más intuitiva. La capacidad para aplicar principios lógicos también convierte a los niños mayores en

pensadores más objetivos, lo que les permite distanciarse de sus impresiones subjetivas y de sus

Page 13: PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO

12

experiencias personales para obtener un juicio más razonado: a diferencia de los niños de infantil,

pueden llegar a evaluaciones como “quizás esto parezca así, pero en realidad es…” Además, a

medida que se van generalizando la identidad, la reversibilidad y otros principios lógicos, aplicándose

a diferentes tareas y situaciones, proporcionan una mayor coherencia y solidez al proceso pensante

del niño.

Page 14: PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO

13

ALE

XAN

DER

, RO

OD

IN Y

GO

RM

AN

, 199

8: 1

99-2

00) m

ues

tran

de

form

a gr

áfic

a la

s p

rueb

as d

e lo

s d

isti

nto

s ti

po

s d

e co

nse

rvac

ión

.

Page 15: PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO

14

Desarrollo evolutivo por grupos de edad

ALE

XAN

DER

, RO

OD

IN Y

GO

RM

AN

, 199

8: 1

99)

Page 16: PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO

15

De 6 a 8 años

* Podemos hablar de un momento de transición del subperíodo de pensamiento prelógico al

lógico concreto.

* El pensamiento todavía es intuitivo y concreto, muestra, en ocasiones, ciertas dificultades para

pensar en ausencia de los objetos de conocimiento.

* Manifiesta problemas para la realización espontánea de procesos inductivos o deductivos (actúa

de forma transductiva).

* El pensamiento es sincrético y regulador, pues junto a la percepción global capta algunos

aspectos de los objetos de conocimiento y ello hace que aparezcan con una distorsión menor

que en momentos precedentes.

* Semirreversibilidad operatoria, pues no podemos, aún hablar de reversibilidad completa dado

que adquisiciones como materia y número suelen ser una realidad, no así peso y volumen que

constituyen adquisiciones posteriores.

* Permanencia de algunos rasgos "realistas" o fantásticos.

De 8 a 10 años

* Subperíodo de organización de las operaciones lógico-concretas.

* Reversibilidad operatoria más amplia, dado que, esa capacidad se extiende también al peso.

* El pensamiento gana en plasticidad, capta transformaciones.

* Junto a la percepción global inicial de los objetos de conocimiento, posibilidad de efectuar

procesos de análisis y síntesis.

* Superación de rasgos "realistas" o mágicos, evolucionando hacia explicaciones racionales.

* Intensa curiosidad, afán por conocer detalles, por clasificar.

* Significativo aumento de la capacidad de retención de datos, la memoria avanza en sus distintas

vertientes.

* Marcados progresos en el desarrollo del lenguaje. Deja de ser "parte integrante del yo" para

convertirse en un instrumento objetivo que le abre amplias posibilidades en las vías intelectual

y social.

* Capacidad de comprender o integrar las acciones realizadas, de dar sentido a la experiencia.

Page 17: PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO

16

De 10 a 12 años

* Consolidación de las operaciones lógico-concretas y de cada una de las características de ese

subperíodo que acabamos de apuntar.

* Desarrollo amplio de la capacidad de síntesis, de extracción de características de abstracción que

le permitirá apreciar y disociar cualidades de los objetos y fenómenos y que marca ya la

transición hacia la lógica-formal.

* Pensamiento más sistemático y ordenado y, al tiempo también más flexible, dado que la

conservación del orden de los datos y la seguridad que ello proporciona le permite, en ocasiones,

"trascender" esos datos y actual mentalmente de forma más rápida.

Page 18: PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO

17

3. DESARROLLO SENSORIAL Y PERCEPTIVO

Para conocer nuestro cuerpo, para diferenciar sus partes y sus funciones, para establecer

relaciones con los objetos,..., es necesario, como ya se ha dicho, desarrollar las posibilidades

motoras del propio cuerpo, pero al mismo tiempo es imprescindible desarrollar las posibilidades

perceptivas, puesto que todo el conocimiento del medio externo o interno, nace de la

interpretación de los mensajes provenientes de los diferentes receptores sensoriales repartidos

por todo el cuerpo.

La sensación y la percepción como fuente de conocimiento

La sensación se refiere a experiencias inmediatas básicas, generadas por estímulos aislados simples.

También se define en términos de la respuesta de los órganos de los sentidos frente a un estímulo.

La percepción incluye la interpretación de esas sensaciones, dándoles significado y organización.

Esta organización, interpretación, análisis e integración de los estímulos, implica la actividad no

sólo de nuestros órganos sensoriales, sino también de nuestro cerebro.

En otras palabras, la percepción es el proceso de elaboración por medio del cual el sujeto sintetiza

activamente (en relación con experiencias anteriores) la información sensorial y la configura en

unidades cognitivas con significación propia, pues es la base del conocimiento y los estímulos que

desde los receptores llegan al cerebro reciben el nombre de sensaciones.

Algunos de los receptores de información nos permiten relacionarnos con el medio externo y

otros captan información del interior de nuestro cuerpo.

Los receptores de información del exterior son los sentidos del tacto, gusto, olfato, vista y audición.

Los receptores de información del interior de nuestro organismo nos dan cuenta de nuestra

posición en el espacio, de nuestros cambios de postura y del estado del mundo visceral.

Así, podemos clasificar los sentidos en tres clases:

‐ Sentidos exteroceptores: Reciben la estimulación del exterior y nos informan del medio‐

ambiente en que vivimos (vista, oído, tacto, gusto y olfato).

‐ Sentidos interoceptores: Reciben la estimulación de las vísceras, glándulas,... y nos informan

del medio interno (sentido cenestésico).

‐ Sentidos propioceptores: Reciben la estimulación del movimiento de los músculos, huesos,

articulaciones, etc. y nos informan de los miembros de nuestro cuerpo (sentidos cinestésico y

estereognósico).

Page 19: PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO

18

Desde un punto de vista evolutivo, las investigaciones de las últimas décadas sobre las

capacidades cognitivas tempranas de los bebés han abierto dos perspectivas de gran interés en

psicología evolutiva. Por una parte, han alejado definitivamente viejas concepciones en las que se

suponía que la vida de los más pequeños era poco menos que una sucesión de sueño y sombras;

de acuerdo con descripciones hoy ya superadas, los bebés pasarían las primeras semanas e incluso

meses de su vida alternando largos períodos de sueño con períodos de vigilia en los que lo

más que acertarían a percibir serían cuadros perceptivos confusos y borrosos. Hoy sabemos que

es cierto que los niños más pequeños pasan muchas horas durmiendo, pero que es cierto también

que su mundo perceptivo‐cognitivo es rico, complejo y ordenado, por más que diste aún mucho

de las características que tendrá unos meses después. Las investigaciones realizadas acerca de la

percepción nos informan que desde el nacimiento, el equipo sensorial se encuentra en un nivel de

desarrollo bastante elaborado, y los bebés deben aprender a manejarlo, si bien la estimulación

adecuada les irá dando oportunidades de utilizarlo con mayor o menor frecuencia. (NOVELO;

G., 2002).

La segunda perspectiva que ha abierto la investigación evolutiva contemporánea en el tema que

nos ocupa se refiere al hecho de que las destrezas y competencias perceptivo‐cognitivas de que los

niños disponen desde muy temprano no existen por capricho o casualidad, sino que están al

SENSACIONES ÓRGANOS SENTIDOS ACCIONES ESPECÍFICAS

Ópticas Ojos Vista Mirar, observar

Acústicas Oídos Oído Escuchar, oír

Olfativas Nariz Olfato Oler, olfatear

Gustativas Lengua Gusto Degustar, paladear

Térmicas Piel Tacto

térmico Sentir calor o frío

Táctiles Piel Tacto Palpar, tocar, agarrar

Báricas Piel Tacto bárico Sentir el peso

Quinestésicas Sistema

locomotor

Equilibrio y

movimiento

Andar, detenerse,

moverse

Estereognóscias Varios Orientación Percibir, distinción, saber el lugar

que se ocupa

Cenestésicas Órganos internos Cenestésico Sentirse bien o mal

Page 20: PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO

19

servicio de la relación del niño con el mundo, ya sea el mundo de los objetos o ‐ sobre todo ‐ el de

las personas.

Por todo lo que se sabe en la actualidad, se puede afirmar que muy pocos meses después de su

nacimiento (en algunos aspectos antes de los dos meses de vida, en la mayoría de ellos antes de

los cuatro o seis meses) el mundo perceptivo de los bebés ha alcanzado niveles de

funcionamiento semejantes en muchos aspectos a los de los adultos. Resulta curioso que la

percepción avance tanto en tan poco tiempo, y sobre todo resulta curioso el contraste con otras

competencias en las que el progreso es notablemente más lento (por ejemplo, el lenguaje), pues

la afirmación según la cual a los seis meses e incluso antes se alcanzan niveles de funcionamiento

en muchos aspectos semejantes a los de los adultos, se aplica a la percepción y prácticamente

a ningún otro proceso psicológico complejo. Tal vez, como han sugerido algunos investigadores,

el desarrollo perceptivo funciona como una bien diseñada plataforma de lanzamiento de la que

despegarán otros aspectos del desarrollo cognitivo.

Como es obvio, la percepción sirve para ponernos en contacto con el medio a través de los

sentidos. Pero cada especie tiene un medio de adaptación distinto, incluso si comparten el mismo

medio físico de existencia, ya que para cada especie son importantes cosas diferentes de ese medio.

Esas diferencias, están determinadas por la evolución de las especies, en función de los ambientes a

los que cada una de ellas tuvo que adaptarse a lo largo de su filogénesis. Para lo que aquí nos

interesa, los rastros de esa filogénesis están innatamente presentes en cada uno de los

representantes de la especie, de manera que no tiene que ser reinventada y aprendida por cada

sujeto.

A lo que un determinado animal necesita prestar atención es sobre todo a aquellos rasgos del

entorno que pueden tener consecuencias para él, sean positivas o negativas. Cuando determinados

estímulos son importantes para la supervivencia de la especia, la filogénesis ha dejado registrados

en la "parte cerrada" de los genes de esa especie no sólo los estímulos, sino también el tipo de

patrón de conducta ante ellos (acercarse o evitarlos, por ejemplo).

La percepción sirve, por tanto, para poner al organismo en relación con su entorno, en especial

con aquellos aspectos de ese entorno que son importantes para el organismo de que se trate. La

mayor o menor importancia de un aspecto concreto está determinada o por el código genético

heredado de la filogénesis, o por la historia de aprendizajes del individuo de que se trate.

Cuanto menos complejos sean los organismos, más es lo determinado por la filogénesis en el

código genético y, por el contrario, cuanto más complejo sea el organismo (como es el caso de los

seres humanos), más importante se vuelve el aprendizaje en lo relativo a los aspectos del entorno

Page 21: PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO

20

a los que prestar atención.

En lo que a los niños pequeños se refiere, su conducta perceptiva está condicionada en parte por

determinaciones del código genético y en parte por la historia de los propios aprendizajes. A su

vez, aquellos aspectos que están determinados por el código genético no tienen por qué estar

presentes todos desde el momento del nacimiento, sino que pueden estar condicionados a la

maduración del organismo. (al igual que ocurre, por ejemplo, con el impulso sexual genital, que

está en nuestro código genético, pero no se pone en marcha hasta un momento determinado

del proceso madurativo).

De lo dicho se desprende que la percepción, al igual que la inteligencia, no es un proceso

exclusivamente innato sino que se construye progresivamente a partir de sucesivos procesos

de aprendizaje. Diversas investigaciones han demostrado que algunos factores básicos de la

percepción son biológicos y en la mayoría de los casos cumplen funciones adaptativas. Otros

estudios han demostrado que la percepción es el resultado, en gran medida, de la ampliación y/o

readaptación de las capacidades perceptivas innatas.

En relación a este aspecto podemos hablar de dos posturas:

‐ Perspectiva ambientalista: da una importancia considerable a las experiencias que

proporciona el ambiente. Afirma que el niño al nacer sólo tiene sensaciones

independientes y que éstas se van asociando en función de las experiencias.

‐ Perspectiva maduracionista: mantiene que la percepción se estructura como una

configuración global cuando se recibe una estimulación. El niño tiene en primer lugar una

visión global de los objetos antes que la percepción de las partes o elementos.

La organización sensorial y perceptiva

Una vez tratados los aspectos básicos sobre la percepción analizaremos como se produce el

desarrollo sensorial y la relación entre las distintas modalidades sensoriales.

La vista es funcional en el momento del nacimiento. Los recién nacidos ven, aunque su agudeza

visual y la capacidad de acomodación del cristalino han de mejorar todavía. Antes de los seis

meses (tal vez hacia los tres o cuatro meses) ambos aspectos han alcanzado ya valores muy

semejantes a los adultos, lo que demuestra la rapidez de los progresos.

Page 22: PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO

21

Como los adultos, los niños pequeñitos ven el mundo en color. Y, lo que es aún más interesante,

ven el color enmarcado en categorías, tal como lo hacemos los adultos. Aunque naturalmente

aún carecen de etiquetas para designarlos. De aquí parece poder concluirse que la visión en color

es una cualidad innata a nuestro sistema perceptivo visual.

Pero los niños recién nacidos no sólo ven, sino que además, son capaces de hacer pequeñas

exploraciones visuales, son capaces de explorar los estímulos de su entorno.

Los niños muestran también preferencias visuales: hay características de los estímulos que les

resultan más atractivas que otras. Los bebés prefieren mirar un estímulo brillante más que a

otro que no lo sea, prefieren los contrastes a las monotonía, el movimiento a lo estático, el color

a la ausencia de color, los estímulos que producen sonidos a los que no, los estímulos dotados de

una cierta complejidad frente a aquellos otros que les resultan demasiado simples y se sienten

además atraídos por una moderada discrepancia. Todas estas preferencias visuales son innatas,

lo que significa que el sistema perceptivo‐atencional del bebé viene "presintonizado" para prestar

atención a unas cosas con preferencia sobre otras.

La exploración del entorno que empieza siendo controlada por las características de los estímulos,

poco a poco va dependiendo de las características del sujeto. Se va haciendo cada vez más

controlada, cada vez más cognitiva, más motivada, etc. y llega un momento en el que prestar o

no atención a algo ya no va a depender fundamentalmente de las características físicas de los

estímulos, sino de las características de los sujetos (sus experiencias, sus intereses y motivos, sus

conocimientos, etc.).

A medida que el niño crece, se va haciendo poco a poco más capaz de manejar la complejidad,

sintiéndose crecientemente atraído por estímulos más y más complejos. Si bien al principio la

complejidad excesiva resulta improcesable para el niño, el atractivo por la complejidad aumenta

según lo hacen sus capacidades para hacerle frente.

Con respecto a la percepción auditiva, los niños responden a los sonidos incluso antes del

nacimiento, moviéndose en el interior de la madre cuando perciben sonidos de elevada

intensidad. Obviamente, pues, los bebés recién nacidos oyen; y no sólo oyen, sino que son

sensibles a la intensidad de los sonidos, reaccionando de manera diferente en presencia de

sonidos de distinta intensidad. La capacidad de percepción auditiva de los recién nacidos no es,

probablemente, tan fina como la de los adultos, aunque las diferencias no son muy llamativas.

No sólo oyen, además son capaces de realizar conductas de localización auditiva, girando la

cabeza y/o ojos en dirección a la fuente del sonido.

Page 23: PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO

22

Por lo demás, los bebés parecen más interesados en unos sonidos que en otros. Así, se sienten

atraídos especialmente por sonidos que se sitúan en la frecuencia característica de la voz

humana, cuya diversidad de matices atrae al niño mucho más de lo que lo hacen los sonidos más

uniformes. Además, los bebés de apenas unos días dan muestras de discriminar entre unas voces

y otras, reconociendo, por ejemplo, las voces más familiares, sobre todo la de la madre.

La percepción táctil, permite acceder al mundo de lo tangible y lo concreto. Muestra la realidad y

la noción de objeto. El niño, a través del tacto, descubre no sólo los objetos, sino también dónde

termina su propio cuerpo. La percepción táctil no se registra únicamente en las manos sino a

través de los receptores de la piel de todo el cuerpo. Las experiencias táctiles van a ser

determinantes no sólo en el desarrollo intelectual, a través de la manipulación y el conocimiento

sensoriomotriz, sino también en el desarrollo emocional y relacional. Desde muy pequeño siente

sensaciones de temperatura, dolor en su propio cuerpo, aunque no sea capaz de localizarlas.

Cuando su desarrollo motor le permita los desplazamientos y destreza manipulativa, y por tanto

mayor número de experiencias, empezará a apreciar las distintas cualidades de los objetos como

textura, consistencia, forma, etc.

El sentido del gusto y del olfato están estrechamente relacionados, ambos son denominados

sentidos químicos. Estas sensaciones suelen estar ligadas a estados de placer o displacer. Se

utilizan poco, por ello no están muy desarrollados y sirven más bien como defensa en el caso de

las olfativas (olor a gas, humo… que nos avisa de un peligro) Parece ser que en los primeros meses

hay un reconocimiento de la madre a través del olor. El niño reacciona ante los olores agradables

y desagradables, así como ante los sabores, rechazando los amargos y salados y prefiriendo los

dulces.

Los diversos sentidos que hemos resaltado coexisten en su acción y función. Para alcanzar el

objeto de "percibir", intervienen paralelamente todos los sentidos que puedan implicarse; algunos

autores afirman que un sentido no funciona sin ejercer influencia en el funcionamiento de otros

sentidos. (GIMENO, 1996).

De lo dicho se deduce que las diversas modalidades perceptivas (visión, audición,...) no funcionan

aisladas las unas de las otras, sino que se coordinan entre sí, de manera que, por ejemplo, los

niños recién nacidos giran su mirada en dirección a la fuente de un sonido. Igualmente, en los

recién nacidos se puede observar una rudimentaria conducta de alcanzar consistente en dirigir la

mirada y el brazo hacia un objeto externo.

Aunque estos hechos muestran a las claras que los diversos sentidos no están incomunicados

entre sí, poniendo de manifiesto que el universo perceptivo del niño pequeño es menos

fragmentado y discontinuo de lo que antes se pensaba, lo cierto es que, como ya hemos visto

Page 24: PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO

23

reiteradamente en otros aspectos, la coordinación intersensorial mejora mucho y se desarrolla

en el curso de las primeras semanas y meses de la vida.

La estimulación que el niño recibe es plurimodal, pues le llega a través de diferentes modalidades

sensoriales; la percepción del niño es intermodal, pues es crecientemente capaz de integrar

las informaciones que sobre la realidad le llegan a través de las diferentes modalidades

sensoriales. Cuando tomamos información del ambiente, a menudo utilizamos percepción

intermodal. Combinamos la estimulación de más de una modalidad o sistema sensorial. Por

ejemplo, sabemos que la forma de un objeto es la misma si lo vemos o lo tocamos, que el

movimiento de los labios está coordinado con el sonido de la voz, y que la caída de un objeto

rígido sobre una superficie dura producirá un sonido agudo y explosivo. (BERK, 2001)

La poderosa, precoz y eficaz maquinaria de procesamiento que poseen los bebés, está

particularmente predispuesta a la interacción humana, y en particular a la interacción con los

otros más significativos. El de la percepción es un ejemplo de cómo los bebés humanos están

genéticamente orientados a la interacción social. Sobre la base de esta predisposición, las

personas que rodean al niño, le cuidan y educan son responsables de llenar de contenido todo el

conjunto de potencialidades adicionales con las que los niños vienen equipados en el

momento de su nacimiento.

Así, vemos como la educación correcta y sistematizada de los sentidos, permitirá cumplir la

finalidad de conocer el propio cuerpo y mediante este conocimiento del cuerpo y su dominio,

poder establecer las relaciones pertinentes en el espacio que nos rodea y de poder elaborar un

esquema corporal adecuado y preciso.