Hay que decir que, a lo largo de losúltimos años, se han prodigado los estu-dios, y consiguientes publicaciones, sobretemas relacionados con la evolución his-tórica y la situación actual del Catastro enla mayor parte de los países europeos, yEspaña no es una excepción. A continua-ción reseñamos sucintamente algunas delas aportaciones que entendemos más sig-nificativas tanto de estudios sobre loscatastros o con los datos de los catastroscomo sobre la cartografía catastral. Hemosincluido algunos más de cartografía nocatastral, como son los casos de las obrasdedicadas a Tomás López, la labor carto-gráfica llevada a cabo por los cartógrafosmilitares en Marruecos a caballo de lossiglos XIX y XX y la cartografía de la Gue-rra Civil, porque entendemos que com-pletan el panorama del esfuerzo investiga-dor llevado a cabo en nuestro país sobreeste tipo de temática.

De l’estime an cadastre enEurope

Ministère de L’Economie, desFinances et de I’ndustrie

La ocasión de dedicar este número de laRevista CT Catastro casi monográficamentea estudios de carácter histórico sobre catas-tro es una buena ocasión para dar noticiade una serie de obras que se han publicadorecientemente sobre catastro y cartografía,entre ellas, ésta que es fruto de la iniciativadel Comité pour l’histoire economique de laFrance de proporcionar un foro de encuentroa los investigadores que, desde distintas cien-cias (Historia, Geografía, Derecho, Econo-mía…) se acercan al hecho catastral europeo.El objetivo fue promover el estudio coor-dinado de los catastros históricos europeos

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Publicaciones recientes sobre Catastro Histórico y Cartografía

Francisco Feo ParrondoUniversidad Autónoma de Madrid

Agosto 2008

en torno a seis ejes principales, que se esta-blecieron a la altura del año 2000 y que seexplicitaron como: las denominaciones y lascosas, las filiaciones y los modelos, los cono-cimientos y los hombres, las condiciones deemergencia de los catastros, las técnicas y,finalmente, los resultados de las operacionescatastrales. Ese esfuerzo culminaría en trescongresos celebrados en 2003 y 2004, dedi-cados, el primero, a la Edad Media, el segun-do, a la Moderna, y el tercero, a la Contem-poránea. El objetivo era, pues, que losinvestigadoras se acercasen al catastro desdedistintas disciplinas y para distintos territo-rios intentando dar respuesta al menos a tresinterrogantes: ¿Por qué un catastro? ¿Cómoese catastro? ¿Qué en ese catastro? Las actasde los dos primeros congresos son el libroque ahora reseñamos. El dedicado al catastrode los siglos XIX y XX pronto verá la luz.

En el primer volumen, coordinado y diri-gido por Albert Rigaudière, se incluyen lasaportaciones de 29 especialistas franceses,españoles e italianos al coloquio celebrado enjunio de 2003 en el que se analizaron lassituaciones socioeconómicas que se fuerondando y los distintos pasos seguidos paracensar de manera sistemática, desde el sigloXIII al Renacimiento, la población, sus casas,fincas, etc., delimitando la relación de loshombres con la riqueza y el espacio, inscri-biendo los derechos de propiedad de la tierray su valor. Especial importancia en la pro-ducción de libros de estima y de catastrostiene en esa época un amplio territorio que seextiende desde Italia a la Corona de Aragón ydesde Aquitania al Languedoc, y que estasoperaciones raramente adquieren un carácterregional, sino que se circunscriben funda-mentalmente al entorno urbano. Las aporta-ciones se organizan en torno a cinco grandesapartados, los antecedentes, acercándose a las

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FRANCISCO FEO PARRONDO

AA.VV. (2006): De l’estime au cadastre en Europe. París,Ministère de L’Economie, des Finances et de l’Indus-trie, 2 vols., 608 y 626 págs.

AA.VV. (2006): De l’estime au cadastre en Europe. París,Ministère de L’Economie, des Finances et de l’Indus-trie, 2 vols., 608 y 626 págs.

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PUBLICACIONES RECIENTES SOBRE CATASTRO HISTÓRICO Y CARTOGRAFÍA

raíces romanas y francas de este tipo de docu-mentación, a los saberes jurídicos, formaciónintelectual de los redactores de los hombresde los catastros, métodos de elaboración de ladocumentación y metrología; la génesis dealgunos de los catastro y estimas más impor-tantes del momento, la tipología documentaly finalmente, la utilización de la informaciónen ella contenida para la reconstrucción de lasociedad y el espacio a los que se refieren lasfuentes documentales.

En el segundo volumen, dirigido porMireille Touzery, se recopilan las aportacio-nes presentadas al coloquio celebrado endiciembre de 2003, de 24 especialistas fran-ceses, italianos, españoles, suecos, ruma-nos, polacos, belgas, suizos, húngaros yalemanes sobre el catastro de distintaszonas de Europa a lo largo de la EdadModerna. Países como Rusia, Hungría,Polonia y Suecia o el Imperio Otomano y

diversos estados italianos inician la realiza-ción de catastros ya en los siglos XVI yXVII, con anterioridad a la gran fiebrecatastradora del siglo XVIII, momento en elque el catastro se ve como la panacea paralograr la equidad fiscal y la solución para elcrónico endeudamiento de los estados y lapenuria de las arcas de la real hacienda de todos los estados. Las distintas aporta-ciones se encuadran en cinco grandes blo-ques: los catastros y las técnicas, catastros ehistoria: modelos y referentes; catastros ypoderes; catastros y territorios; catastros y sociedades. La obra concluye con unainteresantísima cronología comparada delos catastros europeos de la época.

En conjunto, ambos volúmenes permi-ten conocer y comparar la evolución catas-tral en muy diversas zonas del continenteeuropeo y contituyen una obra de referen-cia en la temática que aborda. n

La cartografía cadastral aEspanya (segles XVIII-XX)

Editorial ICC

En octubre de 2005 se celebró en Barce-lona el Seminario de historia de la cartografíacatastral organizado por el Institut Cartogrà-fic de Catalunya, origen del libro aquí rese-ñado. Como señalan en la introducciónMontaner, Nadal y Urteaga, la elaboracióndel catastro ha constituido y constituye unode los principales motores de la actividad car-tográfica y ambos, conjuntamente, son uninstrumento fiscal y administrativo al servi-cio del Estado, una fuente esencial paraconocer el territorio, la propiedad, morfolo-gía parcelaria, etcétera.

En este libro se analizan fuentes cartográfi-cas catastrales de diversas épocas y zonas.Camarero sintetiza los catastros de Patiño,Ensenada y Planimetría General de Madrid enel siglo XVIII que llegaron a catastrar el 80% delterritorio español. Burgueño estudia la carto-grafía parcelaria sobre la provincia de Lérida enlos siglos XVIII y XIX: del Catastro de Patiño alos amillaramientos decimonónicos, planos dela construcción del canal de Urgell, etcétera.

La reforma tributaria liberal y la cartogra-fía catastral a lo largo del siglo XIX es anali-zada en cinco capítulos: Muro estudia las téc-nicas de los geómetras, Urteaga evalúa loscostes de los trabajos catastrales, Rossellóestudia los parcelarios mallorquines demediados de siglo, Vidal la cartografía catas-tral de Menorca y Nadal los atlas parcelariosmunicipales de Barcelona.

Cuatro ponencias analizan la cartografíaelaborada a lo largo del siglo XX. Fernándezhace hincapié en la importante aportación dela fotografía aérea para la elaboración delcatastro, Ferrer y Nieto estudian la cartogra-fía del Catastro de rústica de Granada, Bernat

la cartografía catastral urbana en Cataluña, yVallejo, la relación entre el catastro de urbanay la contribución territorial urbana.

El cuarto bloque recopila tres ponenciasdedicada al estudio de los usos de la carto-grafía catastral: Fidalgo y Sancho utilizan estafuente para estudios de vegetación y paisajenatural a lo largo de los dos últimos siglos,Badía y Rodríguez para reconstruir el paisajeagrario histórico a partir de los amillaramien-tos decimonónicos y los catastros del sigloXX, y Tello, Garrabou y Cussó para analizarla evolución del suelo en cinco municipiosdel Vallés durante siglo y medio, con dospuntos extremos: la cartografía parcelaria dela zona de mediados del siglo XIX y la carto-grafía catastral actual.

La obra ofrece una visión amplia y diver-sa de la evolución de la cartografía catastralen diversas zonas españolas a lo largo de lostres últimos siglos y de la utilización de susdatos para la investigación geográfica e histó-rica. n

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AA.VV. (2007): La cartografía cadastral a España(segles XVIII-XX). Barcelona, Institut Cartogràfic deCatalunya, 200 págs.

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El territorio dels Geòmetres

Los geógrafos Francesc Nadal, LuisUrteaga y José Ignacio Muro analizan enesta obra la tarea de más de medio centenarde geómetras que, entre 1849 y 1883, reali-zaron 140 mapas parcelarios correspon-dientes a 103 municipios barceloneses querepresentaban el 32% de los términos y el24’5% de la superficie de la provincia deBarcelona. Como los autores señalan en laintroducción, cada mapa delimita un muni-cipio y representa el parcelario de rústicadel mismo, y son un documento funda-mental para la consecución de una mayorequidad fiscal a nivel municipal, al tiempoque se configuran como un elemento clavede la historia catastral decimonónica de laprovincia de Barcelona en particular y deEspaña en general.

Los autores inician su análisis a partir dela reforma fiscal de 1845, cuando Barcelonaprovincia representaba el 4’38% del totalespañol y el municipio de la capital el 19’5%del total provincial. La socaire de esa refor-ma fiscal y para poder llevar a efecto la exac-ción del impuesto se realizan levantamien-tos parcelarios en numerosos municipiosbarceloneses que carecían de ellos o quetenían algunos procedentes del siglo XVIII.

En cada término, los geómetras medíantodas las parcelas, levantaban un planogeométrico a gran escala, formaban regis-tros individualizados de propietarios yaparceros, clasificaban y evaluaban terre-nos y cultivos, confeccionando el precepti-vo amillaramiento a partir de la documen-tación anterior y entregando dos copias delos planos, uno a Hacienda y otro al Ayun-tamiento.

Con altibajos temporales, se hicieronamillaramientos y mediciones parcelarias,siendo de elevado interés para la Geografía

histórica y cultural del paisaje los mapasparcelarios manuscritos que, a lo largo decasi medio siglo, fueron adaptándose a lasnuevas técnicas cartográficas y a la nuevaterminología administrativa municipal.Afirman los autores que estos planos tienenun valor excepcional para conocer lasestructuras agrarias y el paisaje rural delsiglo XIX, opinión que compartimos plena-mente con ellos, siendo una notoria aportación para un mayor y mejor conoci-miento de la cartografía española contem-poránea, campo éste en el que Nadal, Urte-aga y Muro han realizado importantesaportaciones a lo largo de las dos últimasdécadas. Dado que muchos de los planosincluidos en esta obra es la primera vez quese reproducen, que algunos no están enmuy buen estado de conservación y quemuchos de ellos son únicos, pues no sehizo o no queda otra copia del mismo, quese encuentran dispersos por multitud dearchivos municipales, IGN, propietariosparticulares… esta obra es fundamental

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NADAL, F., URTEAGA, L. y MURO, J.I. (2006): El territoridels geòmetres. Cartografía parcelària dels municipis dela provincia de Barcelona (1845-1895), Barcelona,Diputació, 256 págs.

para la salvaguarda y el conocimiento deeste importante patrimonio cartográfico.Hay que destacar también la cuidad edi-ción y el tamaño de la obra, que ha permi-tido la reproducción de muchos de esos

planos a gran tamaño, lo que facilita lalegibilidad de los mismos y acerca a unacartografía agraria de gran calidad de cuyaexistencia apenas sí se tenía noticia algunahasta muy poco. n

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FRANCISCO FEO PARRONDO

El Catastro EspañolEnrique Alcaraz MartínezEditorial Salvat, S.A.

El autor, nacido en Aspe en 1865 (Ali-cante), fue ingeniero agrónomo, “hombredel catastro” e iniciador de una saga familiardel profesionales del catastro. En su vidaprofesional, siempre ligada al sector agrario,pueden diferenciarse tres fases: una, la másimportante y dilatada, ligada al Catastro;otra, ligada a los proyectos de colonizaciónde tierras y, una tercera, como inspector enel Consejo Agronómico. Sin duda alguna, laprimera, la ligada al Catastro es la más largay la más fructífera pues participó plenamen-te en la construcción y diseño un catastronacional que había de sustituir a las Carti-llas Evaluatorias y Amillaramiento y que, enconsecuencia, sirviera de base a políticas tri-butarias más justas y eficaces. Así, a partirde1895 participa activamente en los levan-tamientos de planos parcelarios a escala1:25.000, con indicación de tipo de cultivoy clase, sobre levantamientos del InstitutoGeográfico en las provincias de Granada,Sevilla, Málaga, Albacete y Alicante. En eltérmino de Balazote (Albacete) realiza elprimer ensayo para formar los Registros Fis-cales de todos los polígonos topográfico-fis-cales, que serviría de referencia para la apro-bación de la Ley del Catastro TopográficoParcelario de 1906, carta fundacional delCatastro español contemporáneo, comoconstata Jesús Miranda en el prólogo estaedición de 2003.

La obra, publicada originalmente en1933, sintetiza casi cuarenta años de expe-riencia profesional del autor dedicado allevantamiento del Catastro en España y aintentar modernizar el medio rural espa-

ñol, como queda patente en los diversoscargos que ocupó a lo largo de su vida pro-fesional (ingeniero de brigada, jefe regio-nal, jefe provincial y asesor técnico, etcéte-ra) y en otras obras salidas de su pluma,entre las que se encuentran: Climatologíaagrícola (1925), Hacia una España Ganade-ra (1927), La agricultura y el clima (1932),Ensayo de Geografía Agraria Española(1937), etc.

En la primera parte (trece capítulos),Enrique Alcaraz analiza aspectos generalesdel catastro: características geométricas,agronómicas, económicas, jurídicas, fisca-les, efectos, organización administrativa yconservación, sin centrarse en un Catastroconcreto extranjero ni español, pero consta-

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ALCARAZ MARTÍNEZ, ENRIQUE (1933): El Catastro Espa-ñol. Madrid, Ministerio de Economía y Hacienda, 288págs (edición facsímil 2007).

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tando las dificultades de realizarlo correcta-mente.

En el segundo bloque (doce capítulos)pasa revista a los catastros españoles ante-riores al siglo XIX, los del XIX, la laborcatastral coetánea, resultados de la Ley de1906, legislación catastral del Directoriomilitar y la de la II República, realizandoun análisis crítico de aspectos legales y téc-nicos, elevados costes de procedimientostradicionales (planos parcelarios topográfi-cos), que propone sean sustituidos por lafotogrametría aérea por el perfecciona-miento y rapidez que permitirá concluir el

Catastro, especialmente complicado en elnorte de España.

En conclusión, sintetiza, desde la expe-riencia directa levantando catastro, los ele-mentos clave de elaboración del Catastroen España en una etapa de menores recur-sos técnicos y profundos cambios políticos.Consideramos muy loable la reedición deesta obra, por poner a disposición del lec-tor interesado una obra que aporta elconocimiento de la realización de estafuente documental y cartográfica desde elpunto de vista de alguien que trabajó endirecto y a fondo en esa tarea. n

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FRANCISCO FEO PARRONDO

Alla ricerca del contribuente

Alessandra Bulgarelli LukacsEdizione Scienifiche Italiane

La autora, profesora de Historia Econó-mica, analiza la realización del CatastroOnciario, llamado también Catastro Caroli-no, por haberse llevado a cabo en el marcode las reformas llevadas a cabo en el Reinode Nápoles por Carlos VII, que reinaríaposteriormente en España como Carlos III.

A diferencia de la España del sigloXVIII, en la que no existían catastros ante-riores y en la que se aborda el levantamien-to de tres grandes catastros en la primeramitad del siglo XVIII, el de Patiño, el deEnsenada y la Planimetría General deMadrid, en Nápoles sí hay tradición catas-tral. En 1467, con los aragoneses, se habíapromulgado la Pragmática “De appretio”,que proporcionaba las grandes líneas lareglamentación práctica catastral. Esareglamentación ordenaba que cada comu-nidad (pueblo) debía realizar su propiocatastro y que debía renovarlo cada año.Los responsables de llevar a cabo la pesqui-sa y comprobación de la riqueza impositivadel pueblo eran las autoridades locales, quehabían de constituir una diputación forma-da por 6 vecinos (dos por cada estamento;nobleza, clero, estado llano) y un represen-tante de la autoridad real en la localidad oalgún miembro del concejo. Dicha diputa-ción debía revisar, y corregir en caso nece-sario, la declaración de bienes y rentas decada uno de los sujetos fiscales. Dichoscatastros, controlados por las autoridades yoligarquías locales servían de base para laexacción de parte de los impuestos. Ahorabien, como tras haciendas europeas delmomento, la napolitana había ido enaje-

nando rentas, enajenado la recaudación delas no enajenadas, estableciendo jurossobre sus ingresos (allí denominados “fis-cali”), pidiendo servicios a sus ciudadanos,que pasaban de ser excepcionales en su ori-gen a ser estables… Por ello, a la altura definales de la década de los treinta y princi-pios de los cuarenta, se hace necesarioponer en marcha un catastro general paratodo el Reino. Carlos III lo hará. Será uncatastro sin cartografía, a diferencia de loscatastros lombardo y piamontés y a seme-janza del de Patiño de la primera época y

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BULGARELLI LUKACS, ALESSANDRA (2004): Alla ricerca decontribuente. Fisco, catasto, gruppi di potere, ceti emer-gente nel Regno di Napoli del XVIII secolo; Napoli, Edi-zioni Scientifiche Italiane, 376 págs.

del de Ensenada. Un catastro que tendráque ir rebajando sus objetivos cuando seponga en marcha a la vista de la estructurasocial, territorial, económica y de poder delreino napolitano, pero que dará lugar a uncatastro que será la base de la fiscalidad yque debe insertarse en un proceso de cono-cimiento ya nítidamente “moderno” delterritorio y los recursos y, por ello, orienta-do hacia una nueva política de control y degestión del territorio. Esa política necesitóde la formación de una clase de técnicos(ingenieros militares y cartógrafos), básicapara la política regia. Y, como recoge laautora, “es desde esta perspectiva desde laque hay que leer la continua apelación de lanormativa catastral a comprobar la veraci-dad de los datos obtenidos”. Esos datos notenían solo que servir para realizar unreparto más justo del impuesto, sino tam-bién para proporcionar a los gobernantesuna información válida del territorio, desus estructuras demográficas, recursos eco-nómicos y condiciones espaciales, básicopara poder plantear una acción de gobiernomás ordenada y eficaz.

La autora, a lo largo de los cinco capí-tulos y a partir de la documentación exis-tente en numerosos archivos analiza, en el

primer capítulo, a distintas escalas geográ-ficas, la situación institucional, el sistemafiscal napolitano y la situación financieradel Estado en las que se inicia la realizacióncatastral. En el capítulo segundo, se centraen la necesidad de una reforma fiscal parala cual era básica la previa catastración delterritorio napolitano; en el tercero, analizalas dificultades de su realización, en elcuarto la pesquisa, realización y costes, yen el quinto aborda una valoración delmismo y de los datos en él contenidos, con-cluyendo que el Catastro Carolino consti-tuyó una experiencia inédita para el Estadomeridional italiano.

Alessandra Bulgarelli Lukaacs es profe-sora de Historia económica de la Univer-sità degli Studi di Napoli “Federico II”, yha dedicado buena parte de su investiga-ción al estudio de la fiscalidad y las finan-zas públicas en la Edad Moderna, así comoa la historia económica regional y hapublicado numerosos trabajos en diversasrevistas científicas europeas. En el año2003, publicó en el número 49 de estarevista, un interesante trabajo titulado Lagénesis del catastro en el reino de Nápoles,que es un avance de la obra que aquí pre-sentamos. n

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FRANCISCO FEO PARRONDO

Madrid y su provincia enel Catastro de Ensenada

Concepción Camarero BullónEdiciones del Umbral

Casi cuatro años separan el primervolumen del segundo de esta obra, a pesarde lo cual tiene una clara unidad. La espe-cificidad del catastro de la Villa y Corte y suprovincia es un tema al que ya se habíareferido la autora en algunos trabajos ante-riores como algo que era necesario estudiaren profundidad. Y ello porque se trataba deuna provincia de reducidas dimensionescuya capital era la mayor ciudad españoladel momento y que, además, era la capitaldel Estado, lo que presagiaba que su catas-tración iba a ser compleja y que deberíatener características propias. A ello se aña-diría el hecho de que en 1751 su intenden-te provincial, el marqués de Rafal, quedebería haber sido el máximo responsabledel catastro madrileño, lo “abandonaba” enla manos de su segundo de a bordo, Agus-tín Sebastián, al ser comisionado a Andalu-cía a gestionar el abastecimiento de granosa la zona, azotada por una gran carestíacausada por una fuerte sequía.

Concepción Camarero, con una ampliatrayectoria investigando el Catastro de Ense-nada, recopila la documentación que se con-serva sobre la Villa y Corte (tomo 1) y lospueblos de la entonces provincia de Madrid(tomo 2), elaborada en una década tras acep-tar Fernando VI la propuesta de don Zenónde Somodevilla, marqués de la Ensenada, derealizar un Catastro en las Castillas. Catastroque tenía como objetivo conocer la realidadeconómica de las tierras y las gentes castella-nas para acabar con el injusto, ineficaz e ine-ficiente sistema fiscal castellano. Un sistema

que descansaba sobre los pecheros y que,además, a pesar de la fuerte presión fiscalsobre este estamento, apenas allegaba fondosa la real Hacienda. Conocer todo de todospara universalizar la imposición en propor-ción a los bienes y rentas de cada vasallo erael fin de la reforma non nata que dio lugar alCatastro de Ensenada. Lógicamente la difi-cultad de averiguarlo todo de todos se acen-tuaba en la Villa y Corte, con importantesgrupos de población flotante, donde residíabuena parte de los grandes de España, hom-bres de negocios y representantes extranje-ros, rentistas, pueblo llano, clérigos …. Una

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CAMARERO BULLÓN, CONCEPCIÓN (2001 y 2005): Madridy su provincia en el Catastro de Ensenada, 1750-1759,Madrid, Umbral, 2 vols, 430 y 832 págs.

sociedad poliédrica a la que no era fácil acer-carse. Así, el primer volumen la obra estáprecisamente dedicado al proceso de catas-tración de la provincia y de la capital, asícomo a la imagen de ésta a partir de la docu-mentación catastral conservada de la misma,que, desgraciadamente, no es demasiada.

El segundo volumen se centra en el estu-dio de la provincia que, por entonces, erabien distinta a la actual, pues estaba forma-da por cinco bloques de tierras discontinuas:en primer lugar, una gran masa central entorno a la Villa y Corte, que se extendía porel norte hasta Pedrezuela, por levante hastaMejorada, por el sur hasta Casarrubuelos yTorrejón de Velasco y por poniente hastaQuijorna. Esa masa podía considerarse divi-dida a su vez en dos, pues los dos pueblos

más al norte se hallaban en realidad separa-dos, ya que únicamente se unían a la pro-vincia por tierras de Pesadilla y del soto deViñuelas, entonces bosque de caza reservadoal rey, enlazado por una faja de tierra al granmonte de El Pardo, cazadero real por exce-lencia. Y ni siquiera esa gran masa centralera continua, pues había enclaves que perte-necían a otras provincias. En segundo lugar,dos enclaves al sur, en tierras entonces deSegovia y Toledo y hoy de Toledo ambos,aislado uno de otro: Belmonte del Tajo yBorox. En tercer lugar, una larga serie detierras al suroeste, formada a su vez por dossubconjuntos, el más alejado, en torno aVal de Santo Domingo, que tenía como ele-mento común ser todo él del señorío delduque de Maqueda; el más próximo aMadrid se nucleaba en torno a Casarrubiosdel Monte, villa que en lo antiguo habíasido cabeza de una sexmería segoviana. Encuarto y último lugar, un gran bloque alevante que era toda la entonces llamada«Alcarria madrileña», con Pastrana comovilla más importante, hoy perteneciente aGuadalajara.

Para el estudio de este conjunto territo-rial, la autora parte de la información con-tenida en la documentación del Catastro deEnsenada de los 99 pueblos que entoncescomponían la provincia, basándose funda-mentalmente en las Respuestas Generales, alhaberse perdido buena parte de la docu-mentación catastral de nivel local. Sinembargo, a pesar de las pérdidas, se ha con-servado la relación completa de las finanzasde los ayuntamientos madrileños, la rela-ciones de los bienes del mayor hacendadode cada término y algunos más que, juntocon las Respuestas, le han servido a la auto-ra para hacer un análisis de modos de vida de la época, sistemas productivos, cultivos, ganadería, actividad artesanal,organización municipal, exacciones fisca-les, finanzas concejiles, etc. La obra, en fin,constituye una documentada foto fija de lastierras madrileñas y sus gentes a medidosdel siglo XVIII. n

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FRANCISCO FEO PARRONDO

CAMARERO BULLÓN, CONCEPCIÓN (2001 y 2005): Madridy su provincia en el Catastro de Ensenada, 1750-1759,Madrid, Umbral, 2 vols, 430 y 832 págs.

Cartografía del siglo XVIII

Antonio López GómezCarmen Manso Porto

Esta excelente obra aborda el estudio delos seis atlas facticios de Tomás López quese conservan en la Real Academia de la His-toria, tarea a la que López Gómez y MansoPorto han dedicado varios años y muchashoras de riguroso y concienzudo trabajo,iniciado por Antonio López Gómez a laaltura de 1997, al que se incorporaría pocodespués Carmen Manso, jefa de la secciónde cartografía de la Academia de la Histo-ria. Ella culminará su propio trabajo y ter-minará de revisar y preparar para imprentael de Antonio López Gómez, que falleceríaen 2001, dejando inacabada esta obra.

López Gómez dedica un amplio y muydocumentado estudio a Tomás López,“Geógrafo de Su Majestad”, durante unadécada pensionado por Ensenada en Paríspara estudiar cartografía, a su labor carto-gráfica, sus métodos de trabajo y represen-tación, contenido, fuentes, etc.. La carto-grafía de López cubre la mayor parte delterritorio español (Atlas de España, de lasOrdenes Militares y de las Superficies pro-vinciales de España) y buena parte de Amé-rica (Atlas de América con cuarenta mapashasta ahora inéditos).

Por su parte, Carmen Manso analiza lacartografía de Tomás López que se conser-va en la Real Academia de la Historia,incluyendo una amplia biografía del granCartógrafo del Siglo de las Luces, del lega-do de Tomás López a dicho organismo -delque fue, sucesivamente, académico corres-pondiente (1776), supernumerario (1779)y numerario (1787)-, de las fuentes históri-cas y cartográficas manejadas, del interro-

gatorio a los pueblos de España, de susobras censuradas, del diccionario geográfi-co-histórico, atlas, etc., con una ampliadocumentación literal sobre estos aspectos.

La tercera parte de la obra es un catálo-go razonado de obra de Tomás López cus-todiada en la Real Academia de la Historia:el Atlas particular de los reinos de España,Portugal e islas adyacentes, el Atlas de Espa-ña, Mapas y Planos de varios autores, Atlasde las Órdenes Militares, Atlas de América deTomás López y otros autores, Atlas de lassuperficies provinciales de España y Mapassueltos que no figuran en los Atlas. En total,365 registros de mapas, descritos y analiza-dos minuciosamente uno a uno, que nos

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LÓPEZ GÓMEZ, ANTONIO y MANSO PORTO, CARMEN (2006):Cartografía del siglo XVIII. Tomás López en la Real Acade-mia de la Historia, Madrid, Real Academia de la Historia,586 págs.

permiten conocer mejor la obra de TomásLópez y su papel clave en la cartografíaespañola del siglo XVIII.

La obra finaliza con una amplia biblio-grafía que supone una puesta al día de lainvestigación llevada a cabo sobre López y suépoca. Y si la calidad del contenido es indis-

cutible, es de justicia referir también a la cali-dad de la edición. El formato elegido, laexcelente reproducción de la cartografía in-cluida en ella y la elegancia y funcionalidadde la maqueta hacen fácil y atractiva la lec-tura y manejo de la obra a pesar de la exten-sión y de lo voluminoso de la misma. n

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FRANCISCO FEO PARRONDO

Vigilia colonial

Luis UrteagaMinisterio de DefensaEdiciones Bellaterra

Desde hace años, Luis Urteaga vieneocupándose de dos interesantes líneas deinvestigación: la cartografía catastral espa-ñola y la cartografía militar española con-temporánea. Por ello, esta obra es la conti-nuación de otras investigaciones anterioressobre la segunda temática. En este trabajo elautor aborda el estudio de las actividadesdesarrolladas en Marruecos por la Comisióndel Estado Mayor creada en 1882 con elobjetivo de reconocer y cartografiar el terri-torio del imperio alauí. En él analiza la obraque 24 cartógrafos militares españoles reali-zaron en Marruecos a lo largo de tres déca-das, entre 1882 y1912, en una etapa en queEuropa trataba de repartirse África medianteocupaciones imperialistas, tarea que culmi-na en el Congreso de Berlín de 1884. El perí-odo abarca una etapa en la cual los gobier-nos de España y Marruecos mantuvieronrelaciones diplomáticas plena. El autor cie-rra esta parte de su investigación en 1812,cuando la época de la penetración pacíficaen territorio africano toca a su fin y se abreel ciclo de las guerras coloniales, cuyas con-secuencias serían desastrosas tanto paraEspaña como para Marruecos.

Como señala Horacio Capel en el prólo-go, se trata de una investigación quereconstruye una parcela importante de lahistoria de la cartografía española contem-poránea, que produjo mapas de gran valor,pero que, sin embargo, es poco conocidaporque la mayor parte no fue impresa y notuvo difusión fuera de los círculos milita-res. Las dificultades para su realización

hicieron que fuera una cartografía insufi-ciente para los objetivos militares españo-les y causa de los graves errores del ejércitoespañol en las campañas de 1908 y 1909.

Sin olvidar las otras misiones realiza-das por la Comisión, que fueron muyvariadas: acopiar información por la situa-ción política del Imperio y sobre las elitesmarroquíes, realizar tareas de inteligenciamilitar, efectuar descripciones geográficasde las ciudades y territorios reconoci-dos…, Urteaga se centra en los levanta-mientos cartográficos que llevaron a cabocumpliendo uno de los objetivos que lesfueron marcados. La documentación estu-diada por el autor es algo más de mediocentenar de planos y mapas manuscritos

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URTEAGA, LUIS (2006): Vigilia colonial. Cartógrafosmilitares españoles en Marruecos (1882-1912). Barcelo-na, Bellaterra, 262 págs.

que se conservan en el Centro Geográficodel Ejército (Madrid) así como sus infor-mes inéditos, localizados en los fondos delArchivo General Militar de Segovia, quepermiten conocer lo que se pretendíahacer y lo que se hizo y en qué condicio-nes en Marruecos.

La cartografía realizada en Marruecos,pese a los frecuentes cambios, superó nota-blemente a la realizada en auténticas colo-nias españolas como Guinea Ecuatorial y elSahara por la absoluta prioridad concedidaal territorio marroquí en los intereses

imperialistas, en la ocupación de Larache yAlcazarquivir, etc.

Para concluir, es importante insistir enque, además de la relación de todos losmapas levantados, tanto los publicados comolos inéditos, y el estudio de los mismos, elautor ha conseguido la identificación detodos los cartógrafos de la Comisión desde sufundación hasta 1812, la descripción detalla-das de sus rutinas de trabajo en el territoriomarroquí y un análisis del cambiante contex-to geopolítico del momento en el que debiómoverse la acción exterior española. n

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FRANCISCO FEO PARRONDO

Los mapas en la Guerra Civil Española (1936-1939)

La obra reseñada tiene su base en laexposición del mismo título organizada en2006 en Barcelona por el Institut Cartogrà-fic de Catalunya. Como señalan en la intro-ducción Montaner, Nadal y Urteaga, laGuerra Civil española dio lugar a la pro-ducción de una ingente cartografía militar,imprimiéndose millones de mapas por losservicios cartográficos de ambos bandos,constituyendo el esfuerzo cartográfico unhecho sin precedentes en la historia de lacartografía española.

Francesc Nadal analiza los servicioscartográficos republicanos antes y durantela guerra y la cartografía de la que se dispo-nía (mapas topográficos y militares), orga-nismos que realizaban cartografía y susresultados (mapa topográfico de España,del Mundo, Itinerarios), constatando laexistencia de un considerable esfuerzo delos servicios cartográficos republicanos.

La cartografía del ejército franquista(1937-1939) es analizada por Luis Urtea-ga, constatando que el esfuerzo cartográfi-co fue similar al de las fuerzas republica-nas con el fin de dotarse de cartografíatáctica e itineraria, tarea propiciada por laSección Cartográfica del Cuartel Generaldel Generalísimo, organizada por DaríoGazapo, con el de conseguir mapas topo-gráficos procedentes de Alemania y dealgunos organismos de distintas zonas deEspaña, elaborar cartografía de carácterlogístico y estratégico, de itinerarios, etc.,recibiendo desde mayo de 1937 la ayudade una unidad cartográfica italiana queimprimió más de medio millón de mapas adistintas escalas.

Felipe Fernández estudia la fotografíaaérea en la Guerra Civil española, consta-tando que su uso tuvo gran importanciapara ambos bandos, subsanando el déficitde cartografía o su inadecuación, pasando aser un instrumento directamente implicadoen las operaciones bélicas, proceso que seacentúa con el perfeccionamiento de lastécnicas fotográficas durante la II GuerraMundial.

La obra se cierra con un el trabajo deCarme Montaner, que lleva a cabo unarecopilación de la documentación de laGuerra Civil española que se conserva en elInstitut Cartogràfic de Catalunya.

Francisco FEO PARRONDO

Universidad Autónoma de Madrid n

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AA.VV. (2007): Los mapas en la Guerra Civil española(1936-1939), Barcelona, Institut Cartogràfic de Cata-lunya, 116 págs.

Agosto 2008

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