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¿Qué me aportó el programa de movilidad?
Por Brenda Stephanie Hernández Prado
Para empezar, creo que debería redefinir el título a ¿Qué no me ha aportado el programa de
movilidad? Puesto que esta experiencia me ha aportado más cosas en mi vida que cualquier
otra, ha sido la experiencia más enriquecedora del momento. Comenzar con todo el proceso
fue una aventura desde el inicio, nunca pensé que me fuera a ser otorgada una oportunidad
así, hice el papeleo dejándoselo al destino y en un abrir y cerrar de ojos ya estaba recibiendo
un correo con la leyenda “Alumno asignado en University of Regina, Canadá”, mi primera
reacción fue de incredulidad, después fue inevitable llorar de la emoción pues uno de mis
sueños en la vida comenzaba a hacerse realidad.
El proceso siguió y el día menos pensado ya estaba comprando mi boleto de avión. Salí el 2 de
Septiembre de México a Toronto, tuve la oportunidad de conocer el centro de la ciudad y una
maravilla del mundo natural, “Niagara Falls”; no existen palabras para describir la magnitud y
belleza de tal lugar. Desde ese momento, empecé a darme cuenta de lo bonita que es la gente
en este país, todos son muy amables, incluso si no te conocen pero pides ayuda siempre habrá
alguien dispuesto a ayudarte, los canadienses son muy ordenados y pulcros en su sociedad,
tuve que aprender a respetar las señales de paso peatonal (cosa a la que los mexicanos no
estamos tan acostumbrados), me empecé a acostumbrar a la idea de sólo comunicarme en
inglés con las personas, lo cual siempre me ha encantado, después de un día en Toronto volé
a Regina.
Fue muy interesante la diferencia que hay entre estar en una ciudad tan grande y poblada como
lo es Toronto y de repente llegar a una ciudad pequeña como Regina, pero a la vez fue muy
agradable desde el inicio. Al llegar pude comprobar eso que la gente dice sobre que la sociedad
canadiense es la más gentil del mundo, pues lo es, sea una ciudad grande o chica, Canadá es
un país famoso por su diversidad cultural y por lo bien que la gente local trata a las personas.
Desde ese momento comencé a enamorarme más de este país, al llegar a la residencia e
instalarme me maravillé de las instalaciones de vanguardia con las que cuenta la universidad,
simplemente es impresionante, recibí un trato muy lindo al igual al llegar a la oficina de
estudiantes internacionales, el staff es muy lindo con todos y siempre buscan apoyarte en
cualquier problema que tengas o asunto que necesites. Fue muy curioso observar el lugar
donde pasaría los 4 meses restantes de este año, un cuarto pequeño, acogedor. Me
emocionaba mucho la idea de saber de qué país serían mis compañeras de departamento, y
no pasó mucho hasta que las conocí, una es de Brasil, otra canadiense, una mexicana (que por
cierto es mi amiga de la misma escuela en México) y dos Chinas. Hemos establecido una
relación muy linda, y siempre es muy interesante aprender una de la otra, compartimos
tradiciones, comida, costumbres y ya somos como una pequeña familia.
La semana de bienvenida fue muy divertida, la universidad se ha encargado de hacernos sentir
parte de esta comunidad, tal cual como si estuviéramos en casa, se realizaron múltiples eventos
donde conocí a gente de todas partes del mundo, gracias a ello ahora tengo amigos que
provienen de todas partes, que hablan idiomas totalmente diferentes y con los que he aprendido
bastante y compartido muchísimos momentos, desde estudiar, cenar internacionalmente, ir a
una fiesta, aprender un nuevo idioma, viajar por Canadá y conocer lugares que sólo en sueños
imaginé visitar. Puedo decir firmemente que desde la primera semana ya tenía una familia que
me hizo sentir como si no estuviera sola a miles de kilómetros de casa.
En el aspecto escolar, estar aquí me ha brindado la oportunidad de retarme a mí misma, de
aprender de nuevos hábitos de estudio, o a desarrollarlos. He aprendido demasiado de cada
uno de los doctores que me imparten las asignaturas, he mejorado conocimientos que ya tenía
y aprendido muchas cosas más, he aprendido a estudiar y prepararme antes de una clase, a
trabajar en equipo, a esforzarme y a sufrir, pues el sistema educativo es muy diferente.
No negaré que fue difícil acostumbrarme a ciertas cosas al inicio, pues cada quien trae
costumbres muy arraigadas de su país, sin embargo fuera de lo mucho que extraño la comida
mexicana y mi familia, podría decir que este país se ha quedado con parte de mí, considero y
me he percatado de muchas cosas que México podría adoptar en cuanto al sistema y a la cultura
para poder ser un país mucho mejor y una sociedad más competitiva. Considero que hay mucho
por aprenderle a estas potencias y puedo afirmar que Canadá es mil y un veces mejor de lo que
yo esperaba, Canadá se ha convertido en mi segundo hogar.