3
LA ISLA DE PASCUA 41 40 DÍA SIETE 347 La isla de los olvidados Los rapanúis quieren conocer la libertad. La Isla de Pascua, a 3,700 kilómetros de la costa, en el extremo sur del continente, es el único territorio colonial de Iberoamérica. Pero los indígenas no se sienten americanos, ni de Chile, a donde pertenecen. Sus ancestros llegaron de Polinesia y por casi cinco siglos han padecido la dominación exterior. Quieren ser independetes, aunque los culpen de xenofobia, porque rechazan a todo extraño. TEXTO Y FOTO: TÉMORIS GRECKO

Rapa Nui

Embed Size (px)

DESCRIPTION

The people from Rapa Nui (isla de Pascua / Easter Island) would like to be independent... a story by Temoris Grecko. Published in Dia Siete (2007)

Citation preview

LA ISLA DE PASCUA 4140 DÍA SIETE 347

La islade los olvidadosLos rapanúis quieren conocer la libertad. La Isla de Pascua, a 3,700 kilómetros de la costa, en

el extremo sur del continente, es el único territorio colonial de Iberoamérica. Pero los indígenas

no se sienten americanos, ni de Chile, a donde pertenecen. Sus ancestros llegaron de Polinesia

y por casi cinco siglos han padecido la dominación exterior. Quieren ser independetes, aunque

los culpen de xenofobia, porque rechazan a todo extraño. TEXTO Y FOTO: TÉMORIS GRECKO

La Isla de Pascua pertenece aChile y, al llegar, el latino espera

encontrarse en un lugar familiar.Equivocación. Lo reciben con “iora-nas” en lugar de “holas” y los isleños,cuando se refieren a quien viene decualquier otro lugar del país, lo lla-man “conti” (de continental) si quie-ren ser amables, y “chileno”, si pre-fieren mostrar su desagrado.

No les gusta ser conocidoscomo pascuences, porque el nom-bre tradicional de su isla es RapaNui y ellos y su idioma propio son,por lo tanto, rapanúis.

Y no quieren saber nada de quese los considere latinoamericanos,¿de dónde sale eso si los ancestrosvinieron en canoas desde la Poli-nesia? Sus primos son los maorisneozelandeses y los tahitianos, gentedel Pacífico, no los mapuches ni losquechuas de los Andes, y los espíri-tus oceánicos que los protegen nadatienen que ver con la Pachamama y los dioses amerindios.

Para los rapanúis es una dis-tinción trágica que el único terri-torio colonial de un país iberoa-mericano sea el de ellos. Así seconsideran: colonizados, conquis-tados por Chile. “Por eso pedimosla independencia”, dice Erity Tea-ve, miembro del no reconocidoParlamento Rapa Nui.

Esclavismo y anexiónÉsta es una cara desconocida de unlugar famoso por el misterio de lasmoai, las grandes esculturas depiedra levantadas por los antiguosy derribadas por ellos mismos. “Yono me siento chilena, aquí nadiese siente chileno y no tienen porqué obligarnos a ser chilenos”. Asípiensa Tiare Tuki, una estudiantede 17 años. “¡El mundo no lo sabey a los visitantes como tú les pare-ce rarísimo!”. Pero no debería sor-prender. La terrible historia delcontacto de Rapa Nui con la civili-zación occidental, y en particulardel que tuvo con América Latina,expresa con elocuencia por qué losnativos tienen todos los motivospara desconfiar de los contis.

La isla es uno de los sitiosmás aislados del mundo, a 3,700kilómetros de la costa sudamerica-na. Cuando los navíos europeosempezaron a llegar, en 1722, losrapanúis ya estaban desgastados

tras más de un siglo de violencia.Los barcos balleneros se deteníana buscar vegetales y violar mujeresy su único aporte fueron enferme-dades venéreas desconocidas paralos indígenas. En 1808, un navíoestadounidense, el Nancy, atacóRapa Nui y, tras una batalla san-grienta, capturó a 12 hombres y 10mujeres, a quienes pretendía llevara las islas de Juan Fernández con-vertidos en esclavos. A los tres díasde navegación, las víctimas consi-guieron escapar y saltaron por laborda, en un intento suicida deregresar a nado.

Los nativos perdieron todaconfianza y recibieron con hostili-dad a los siguientes visitantes,quienes en respuesta los cazaban adisparos, a veces por deporte. Lopeor estaba por venir, apenas: losperuanos que explotaban depósi-tos de guano (excremento de avesque se usaba como fertilizante)estaban padeciendo escasez demano de obra. A partir de diciem-bre de 1862, barcos de esa banderallegaron a secuestrar isleños, hastasumar unos dos mil, que fueronconvertidos en esclavos. El maltra-to, el exceso de trabajo y las enfer-medades acabaron con el 90 porciento de ellos en dos años. El obis-po de Tahití hizo una protestapública y el gobierno peruanoenvió de regreso a los 200 sobrevi-vientes, pero en el trayecto se desa-tó una epidemia de viruela y sólo15 pudieron regresar a la isla.

Eso terminó de oscurecer lacultura local y su pasado, pero nosirvió de nada: el capitán del barcoen el que venían los religiosos loscorrió a balazos cuando decidióapoderarse del lugar. Gobernó vio-lentamente con el título de rey

El ser sustentableUn paseo por Hanga Roa da pocosindicios de la situación deprimen-te que prevaleció hasta hace sólocuatro décadas. No es un puebloejemplo del despegue económicochileno, pero es limpio y las casasson decentes.

Las normas introducidas en1966 establecieron que los habitan-tes, unos 3,800, no deben pagarimpuestos: esto los beneficia anivel individual, pero también sig-nifica que la administración localno puede recaudar dinero ydepende en 99 por ciento del sub-sidio que le asigna el gobierno cen-tral, cercano a los 10 millones dedólares anuales.

a solicitar al gobierno que los dejaraemigrar a Tahití. La respuesta vinoen 1953, cuando se negó la renova-ción del contrato de la compañíaovejera y la Armada ocupó la isla.Pero eso no trajo cambios y losalambres siguieron marcando los límites del ya estrecho mundorapanúi, cuya lengua, además, esta-ba prohibida. Entre 1944 y 1958, 41isleños consiguieron escapar enbotes: sólo la mitad llegó hasta elarchipiélago de las Tuamotu, la otradesapareció en las aguas.

Una revuelta, en 1966, forzó eltraslado de la isla del control militaral civil. Además, gracias a unasexpediciones arqueológicas norue-gas, Chile comprendió que habíaoportunidades de explotación co-mercial. Se estableció el primervuelo regular Santiago-Isla dePascua-Tahití. Turistas e investiga-dores empezaron a llegar y surgie-ron restaurantes y “residenciales”(posadas) para atender la demanda.

hasta que algunos de los indigna-dos rapanúis lo asesinaron en 1877.

La anexión de ChileEntre 1879 y 1884, Chile ganó laGuerra del Pacífico contra Bolivia yPerú, a los que arrebató territorios.En plena fase expansionista ydueño de seis mil kilómetros decostas, miró hacia el gran mar:Rapa Nui estaba momentánea-mente libre y tenía una ubicaciónestratégica ideal para un puestonaval de avanzada. Con el pretextode proteger a los nativos de nuevosmales, la anexó en 1888.

La transformaron en un ran-cho de ovejas, propiedad de unescocés que confiscó el ganado delos rapanúis, les quitó sus tierras,los obligó a construir una alambra-da alrededor del pueblo de HangaRoa y a quedarse encerrados ahí.

El hambre, la lepra y otrasenfermedades llevaron a la gente a tal desesperación que llegaron

LA ISLA DE PASCUA 4342 DÍA SIETE 347

La isla es un lugar famoso por el misteriode las moai, las grandes esculturas de

piedra levantadas por los antiguos

Esta piedra magnética es lla-mada “Te Pito” o “Te Henua”,el ombligo del mundo.

FOTO: AFP

LA ISLA DE PASCUA 45

Hoy, impresiona la escasez devegetación: en otros tiempos, cuan-do los habitantes pueden haber lle-gado a sumar 15 mil o 20 mil (ensólo 117 kilómetros cuadrados),depredaron los recursos agrícolas,animales y acuíferos hasta que lacompetencia por aprovechar lo quequedaba condujo a una serie deguerras sangrientas, al canibalismoy, de paso, al derribo de los moai.Los agresores externos los hallarondebilitados y divididos.

El otro lado de la moneda sonlos beneficios que recibe Rapa Nuipor su pertenencia a Chile. La liber-tad de movimientos permite quelos vuelos lleguen llenos de turis-tas y que las mercancías del exte-rior (la producción local es virtual-mente nula) entren libres de trámi-tes e impuestos. La isla no gasta endefensa ni otros servicios provistospor el Estado. Los habitantes reci-ben servicios médicos gratuitos enel continente y muchos jóvenesviajan allá a estudiar con becas pre-ferenciales que no están abiertaspara los demás chilenos.

La queja de que los continen-tales que llegan a vivir aquí (quepor ley no pueden comprar tierras,ése es un privilegio exclusivo de losnativos) son demasiados en compa-ración con los rapanúis no toma encuenta que el flujo es bidireccionaly muchos isleños se han reasenta-do en Chile y se benefician de lasoportunidades que les brinda tenerla nacionalidad de ese país.

De hecho, la “colonización”no sería vista como un problematan grave si esos emigrantes sehubieran quedado, pues ya vivenmás rapanúis fuera de la isla(2,378) que en ella (2,269), según elcenso de 2002.

Por otro lado, aún si los servi-cios de LAN Chile fueran prestadospor una línea aérea isleña y sitodas las ganancias generadas porel turismo se quedaran aquí, estorepresenta sólo una fracción (a laque habría que descontarle todotipo de gastos) del subsidio queotorga el gobierno: Rapa Nui estámuy lejos de ser autosuficiente.

Otro peligro evidente es que losrapanúis se conviertan en un puebloxenófobo y autista, algo que se sien-te cuando algunos de ellos se expre-san con desdén de los chilenos y engeneral de lo que no es rapanúi.

Patrimoniode la Humanidad

Doña Teresa Araki vivió la época enque la gente estaba recluida enHanga Roa. También es una activis-ta, pero no radical: “La independen-cia me da miedo. Hace demasiadosaños que no nos gobernamos y notenemos personas preparadas parahacerlo. Podríamos caer en la ruina.En la isla no se produce nada”.

El alcalde Edmunds coincide endescalificar la propuesta, que es “unaidea bastante descabellada, porque nohay una isla en el mundo que soportela independencia total. Menos unaisla donde el único recurso es el turis-mo, un turismo muy restringido, porsu tamaño, por su estructura y sudependencia”. El gobierno socialistade Chile ha mostrado disposición aescuchar a los rapanúis y a negociarmodificaciones al estatus de la isla.Pese a ello, es del todo improbable queacepte discutir la secesión. Edmundspide autonomía o lo que llama“gobierno vinculado”, mediante elcual se manejen localmente todos losasuntos, excepto relaciones exteriores,defensa y justicia.

Que los nativos puedan convi-vir bien con los chilenos, que lopolinesio no sufra más por lo lati-no. Como dijo doña Teresa Araki:“Me gustaría que mis descendien-tes no conozcan alambradas, quevivan alegres, sin corrupción y conjusticia. La nueva colonizaciónviene disfrazada de globalización ynos tenemos que preparar pararesistir. Somos un pueblo pequeñoy debemos enseñar a nuestroshijos a desarrollarse con prudencia,pero para ellos debemos dotarlosde los instrumentos necesarios”. •

44 DÍA SIETE 347

En el mismo periodo, unos 40mil turistas, que son la única fuen-te de ingresos, dejan unos 6 millo-nes de dólares, pero el grueso deesa cantidad se lo lleva LAN Chile,“una línea aérea que no pertenecea la Isla de Pascua”, como la des-cribe el alcalde, Petero Edmunds.

Gracias al turismo, los isleñosse emplean en hostelería y restaura-ción, fabricación y venta de artesaní-as, servicios de deportes y recrea-ción, y en espectáculos artísticos.Eso no satisface a algunos: “Losmoai, hare moa, mana vai, petrogli-fos y ahu son tan míos como decualquier rapanúi, pero a mí nadieme ha pagado un peso por derechosde imagen cada vez que publicanfotos ni me han pagado mi partecada vez que llevan a los visitantes averlos”, denuncia el músico inde-pendentista Herehara, quien se pre-senta como “rapanúi radical”.

“Perdón, pero quiero mi por-ción del pastel y que lo repartan atodos los rapanúis, es un deber

y un derecho”. Su incomodidadtambién se debe a la forma en quees administrada la isla: carece total-mente de autonomía pues depen-de de la región de Valparaíso, unaciudad en el continente, a cuatromil kilómetros de distancia, desdedonde se designa por dedazo algobernador. El alcalde de HangaRoa es la única autoridad electapor los habitantes.

Otra preocupación de muchosrapanúis es que cientos de foráneoshan llegado a avecindarse: en opi-nión de Erity Teave, “se debe limi-tar el acceso de continentales a laisla, se han instalado 1,500 chilenosaquí y nosotros somos sólo 2,000”.

Teave, quien demanda que seimpida el asentamiento de másforáneos y se haga retornar a losque ya viven aquí, ha representadoal Parlamento Rapa Nui en nego-ciaciones con miembros delCongreso chileno, de quienes diceque comprenden y comparten losproblemas pero “no los saben solu-

cionar con su Constitución, ¿cómolimitar la circulación de ciudada-nos constitucionalmente? La únicaalternativa es la independencia”.

Entre la espada y la paredSin embargo, la historia que expli-ca el desapego hacia Chile y loslatinoamericanos revela tambiénque Rapa Nui es insostenible sinapoyo exterior. En 1722, el almiran-te holandés Jacob Roggeveen, pri-mer europeo que llegó a la isla (yde hecho, primer extraño en hacer-lo desde la llegada de las primerascanoas, en el siglo IX; está tan aisla-da que su otro nombre antiguo esTe Pito o Te Henua, “el ombligo delmundo”, porque los nativos pensa-ban que era la única tierra emergi-da en el gran océano y que, por lotanto, ellos eran los habitantes soli-tarios del universo), ya describióuna población disminuida por laguerra y el hambre, tras siglo ymedio de combates entre los dis-tintos clanes.

El gobierno socialista de Chile ha mostrado disposición a escuchar a los rapanúis y a negociar su estatus

FOTO: AFP