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Reestructuración Académica y Curricular 2013. Facultad del Hábitat. Para el Plan de Estudios 2013

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Apunte preliminar. El método científico tradicional ha seguido la lógica lineal unidireccional, ya sea en una “línea” deductiva como en una inductiva. La mayor debilidad de la lógica lineal es su irrealidad, es decir, su lejanía de la realidad concreta... Hay dos modos de aprehensión intelectual de un elemento que forma parte de una totalidad. Michael Polanyi (1966) lo expresa de la siguiente manera: “no podemos comprender el todo sin ver sus partes, pero podemos ver las partes sin comprender el todo..., como sucede cuando se separan las piezas de un reloj: por más que se examine cuidadosamente cada una de ellas no se llegará a descubrir el principio que aplica el reloj para medir el tiempo” Pero el estudio de estas entidades "emergentes" requiere el uso de una lógica no deductiva, requiere una lógica dialéctica en la cual las partes son comprendidas desde el punto de vista del todo. Dilthey (1900) llama círculo hermenéutico a este proceso interpretativo, al movimiento que va del todo a las partes y de las partes al todo tratando de buscarle el sentido. En este proceso, el significado de las partes o componentes está determinado por el conocimiento previo del todo, mientras que nuestro conocimiento del todo es corregido continuamente y profundizado por el crecimiento de nuestro conocimiento de los componentes. En esta línea de pensamiento, es importante destacar la obra de Gadamer (1984), en la cual elabora un modo de pensar que va más allá del objetivismo y relativismo y que explora “una noción enteramente diferente del conocimiento y de la verdad”. En efecto, la lógica dialéctica supera la causación lineal, unidireccional, explicando los sistemas auto-correctivos, de retro-alimentación y pro-alimentación, los circuitos recurrentes y aun

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ciertas argumentaciones que parecieran ser “circulares”. El proceso natural del conocer humano es hermenéutico: busca el significado de los fenómenos a través de una interacción dialéctica o movimiento del pensamiento que va del todo a las partes y de éstas al todo. Es más, también el todo sigue este mismo proceso de interacción con los contextos mayores, pues, como dice Habermas (1996), “interpretar significa, ante todo, entender a partir del contexto”. Las disciplinas académicas aisladas se consideran menos que adecuadas para tratar los más importantes problemas intelectuales y sociales que caracterizan la vida moderna. Esa separación de saberes se torna inoperante cuando se enfrenta a la realidad concreta que vivimos. Los obstáculos que se oponen al enfoque inter o trans-disciplinario son fuertes y numerosos. En primer lugar, están los mismos conceptos con que se designa cada disciplina y sus áreas particulares: así, los profesores suelen hablar de su “mundo”, su “campo”, su “área”, su “reino”, su “provincia”, su “dominio”, su “territorio”, etcétera; todo lo cual indica una actitud feudalista y etnocentrista, un nacionalismo académico y un celo profesoral proteccionista de lo que consideran su “propiedad” particular, y estiman como la mejor de todas las disciplinas. En segundo lugar, de la actitud anterior se deriva una conducta dirigida a “mantener el territorio”. De aquí, la tendencia de los especialistas a proteger sus áreas particulares de experticia disciplinar de la invasión o intrusión “otras áreas” en su jurisdicción académica. La naturaleza es un todo polisistémico que se rebela cuando es reducido a sus elementos. Y se rebela, precisamente, porque, así, reducido, pierde las cualidades emergentes del “todo” y la acción

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de éstas sobre cada una de las partes. Este “todo polisistémico”, que constituye una naturaleza más amplia y global, nos obliga, incluso, a dar un paso más en esta dirección. Nos obliga a adoptar una metodología transdisciplinaria para poder captar la riqueza de la interacción entre los diferentes subsistemas que estudian las disciplinas particulares. No se trata simplemente de sumar varias disciplinas, agrupando sus esfuerzos para la solución de un determinado problema, es decir, no se trata de usar una cierta multidisciplinariedad, como se hace frecuentemente; ni tampoco es suficiente, muchas veces, la interdisciplinariedad, que lleva cierto orden epistémico y metodológico de una disciplina a otra. Este proceso cognitivo exige respetar la interacción entre los objetos de estudio de las diferentes disciplinas y lograr la transformación e integración completa de sus aportes respectivos en un todo coherente y lógico. Con el diálogo como instrumento operativo, se pretende asimilar, o al menos comprender, las perspectivas y el conocimiento de los otros, sus enfoques y sus puntos de vista, y también desarrollar, en un esfuerzo conjunto, los métodos, las técnicas y los instrumentos conceptuales que faciliten o permitan la construcción de un nuevo espacio intelectual y de una plataforma mental y vivencial compartida. En el campo académico, la fragmentación del saber en múltiples disciplinas no es algo natural sino algo debido a las limitaciones de nuestra mente. [...] La toma de conciencia de esta situación implica algo, o mucho, más que una interdisciplinariedad, implica una auténtica transdisciplinariedad, donde las distintas disciplinas están gestálticamente relacionadas unas con otras y transcendidas, en cuanto la gestalt resultante es una cualidad emergente, superior a la suma de sus partes.

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Por lo tanto, cada disciplina deberá hacer una revisión, una reformulación o una redefinición de sus propias estructuras lógicas individuales, que fueron establecidas aislada e independientemente del sistema total con que interactúan, ya que sus conclusiones, en la medida en que hayan cortado los lazos de interconexión con el sistema global de que forman parte, serán parcial o totalmente inconsistentes1. Esto equivale a decir que debemos pasar de los planes de estudio monodisciplinares a planes de estudio multidisciplinarios, interdisciplinarios y transdisciplinarios, haciendo énfasis precisamente en sus interrelaciones.

Las diferentes disciplinas deberán, por consiguiente, buscar y seguir los principios de inteligibilidad que se derivan de una racionalidad más respetuosa de los diversos aspectos del pensamiento, una racionalidad múltiple que, a su vez, es engendrada por un paradigma de la complejidad”. Comentarios del Dr. Miguel Martínez M., Profesor Titular de la Universidad Simón Bolívar de Caracas, Venezuela, y responsable de la Línea de Investigación “Epistemología y Metodología Cualitativa.

1 Esto es lo que viene pidiendo la UNESCO, desde hace unos 15

años, a nuestras universidades, para que no se conviertan en

perpetuadoras de anacronismos.

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LA UASLP Y LA FACULTAD DEL HÁBITAT La Universidad Autónoma de San Luis Potosí es una Institución educativa de alta calidad, con reconocimiento nacional y buen posicionamiento internacional. La autonomía es una característica distintiva de la Institución, como una marca de diferencia al reconocerse como la primera universidad Autónoma del país. A partir del surgimiento y puesta en marcha de las políticas de acreditación de la calidad de la educación en los programas educativos, la UASLP ha recibido reiteradamente los reconocimientos por el 100% de calidad en la evaluación y acreditación por organismos externos. Actualmente cuenta con una población estudiantil de 26.592 estudiantes, de los cuales 24.056 son de licenciatura y 1.779 de postgrado. Así mismo, la Universidad ofrece 85 programas educativos de licenciatura, uno técnico superior universitario y 72 postgrados. En el presente período se ofertan 41 nuevas carreras que abarcan diferentes campos de conocimiento. De los 72 postgrados que ofrece la UASLP, 48 cuentan con reconocimiento del Programa Nacional de Postgrados de Calidad (PNPC). Del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Un asunto de interés es que de los 797 profesores de tiempo completo con los que cuenta la Institución 472 (60%) tienen doctorado; 248 (31%) tienen maestría; 21 (2.6%) especialidad, y 56 (7%) licenciatura. Como puede observarse, el potencial académico de la institución es alto, lo cual se refleja en el desarrollo de la investigación, alrededor de la cual se aglutinan 77 cuerpos académicos. La siguiente figura muestra algunos datos básicos de la Universidad.

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La Facultad del Hábitat de la UASLP, aparece como Carrera de Arquitectura en 1972 y desde entonces persigue la calidad. Fueron años iniciales que se caracterizaron por la firme intención de pensar y diseñar el espacio habitable, así como también respetar el medio natural, y se tomó a la síntesis como una postura tanto ética como estética. El tiempo posterior, en que se reconfigura y conceptualiza a ésta entidad académica en 1977, ahora denominada “Unidad del Hábitat”, no puede ser entendido ni explicado sin ese antecedente de los años previos, con un trabajo realizado específicamente por un grupo de personas en particular, que fue el que dio origen a esta Unidad. La Facultad del Hábitat se muestra como una entidad orientada a la formación de profesionales de alta calidad. En su origen se organizó alrededor de la tradicional escuela de Arquitectura, y es hoy una entidad académico administrativa que cuenta con 6 programas de licenciatura (Arquitectura, Diseño Gráfico, Diseño Industrial, Diseño Urbano y del Paisaje, Edificación y Administración de obras, y Conservación y

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Restauración de Bienes muebles), y una maestría. Esta relación entre las carreras que la integran es un rasgo que marca su diferencia, con respecto a muchas otras escuelas e instituciones del país. Una particularidad de la Facultad del Hábitat es la atención que presta a la conceptualización, por una parte, y a la intervención, por la otra, del Hábitat humano. Dicha conceptualización se ha renovado a partir del desarrollo de la reestructuración académica y curricular. El proceso de la Revisión Curricular para la oferta educativa de licenciatura vigente de la Facultad del Hábitat, comenzó en el pasado mes de septiembre del año 2012. Dicho proceso ha implicado un trabajo participativo, que ha vinculado una amplia comunidad de profesores, así como a instancias como la Estructura Académica de la Facultad y la Comisión Académica. De manera especial, la reestructuración curricular se ha dado en profundidad y ha evaluado de modo exhaustivo la efectividad y eficiencia del Modelo Académico y curricular de la Facultad. Al mismo tiempo se ha trabajado por el desarrollo de la propuesta del Modelo Curricular, la cual incluye una reformulación de los currículos de los programas de licenciatura, que se fundamenta en un enfoque curricular flexible, orientado a la promoción de un nuevo profesional, más flexible, autónomo y comprometido con los problemas generales y específicos del Hábitat. La estructura y el orden curricular de la Facultad dependen necesariamente de una estructura y un orden académico, que necesariamente deberán de ser formulados dentro del marco institucional, así como dentro de los lineamientos sugeridos en el “Manual para la Formulación de Propuestas Curriculares”, correspondientes a una estructura y un orden didáctico, normativo y reglamentario.

MISIÓN DE LA FACULTAD DEL HÁBITAT La Facultad tiene como misión, crear el medio habitable del ser humano, tanto en lo individual como en lo social, a través de la formación de profesionales que coadyuven en su concepción, adecuación, preservación, transformación, desarrollo y realización. Aborda el problema del hábitat como totalidad, teniendo como principio y fin último de preocupación el entorno humano.

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VISIÓN DE LA FACULTAD DEL HÁBITAT La Facultad tiene como visión, ser una entidad académica con reconocimiento nacional e internacional, en la cual se formen profesionales capaces de identificar y resolver los problemas de diseño, construcción y conservación que existen en el medio habitable humano y en la relación entre los productos culturales con la naturaleza; con capacidad de generar y difundir el nuevo conocimiento, vinculándose con la sociedad mediante una visión global diversificada e innovadora. La Facultad del Hábitat es resultado de su origen e historia. Habiendo nacido como una escuela estructuralista (Unidad del Hábitat), en su momento la vanguardia de las corrientes del pensamiento, evolucionó en el tiempo, incorporando y asimilando nociones de otros modos de ser y de operar. Sin embargo, en ese camino se han extraviado, o por lo menos perdido de vista, algunos elementos esenciales de su propia naturaleza, sobre los que es necesario reflexionar, y para el caso de algunos de ellos, habrán de ser recuperados, tal es el caso del modelo original, como una marca de diferenciación. Es importante crear una nueva conciencia del origen, sobre todo para la gente nueva de la Facultad. Ante las fuertes tendencias a la homogeneización de los últimos tiempos, es fundamental el reconocimiento de los elementos y rasgos que marcan la identidad y la personalidad de ésta dependencia universitaria, que en su inicio lo tenía claro. Como centro de estudios del Hábitat, hemos de hacer patentes aquellos aspectos que son determinantes para nosotros y cuya combinación es determinante específicamente para nosotros. Ante lo homogéneo (impersonal, normativo), lo diferente representa un valor que ha de ser entendido en esa dimensión, a partir del reconocimiento del ser para un hacer más auténtico. Lo diferente, no como contrapropuesta de lo homogéneo, ni per se, sino como necesidad para atender los problemas y las condiciones del contexto local, estatal y nacional, para atender lo propio. Un modo de hacer posible lo anterior, es tomando a la historia como base para este análisis, pero también como base para la comprensión de las propias disciplinas del hábitat, y como base para la generación de los productos del diseño que conforman el hábitat humano, y que lo han conformado en todo momento. Apostemos también por lo diferente… por lo personal, por lo distintivo… que vamos a encontrar y a reconocer en nuestra propia memoria. En conceptos tales como el hábitat, el diseño, la inter-disciplina y la síntesis. No es lo

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mismo integración que síntesis, como se podrá explicar mejor en un documento aparte que se prepara para enfatizar esta diferencia. La integración es un nivel inferior que el de la síntesis, pues ésta lleva no sólo a la integración, sino que implica además un sentido más profundo, que dirige a la generación de algo nuevo. Este proyecto representa además una invitación a integrarnos a un modo de trabajo que reconozcamos como nuestro, y cuyos resultados y productos podamos ofrecer como un rasgo característico. Del mismo modo que en la estructura, será importante potencializar y exacerbar las capacidades individuales y los rasgos particulares y distintivos de cada uno de quienes integran la Facultad, permitiendo y fomentando el crecimiento individual, que necesariamente será también el colectivo.

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JUSTIFICACIÓN. Razones fundamentales. En este apartado se presenta una exposición de motivos que soporta el proyecto y el trabajo realizado para la Reestructuración Académica y Curricular de la Facultad del Hábitat. Este cambio ha representado un motivo de atención e interés en la comunidad en general de la Facultad. La razón principal para este proyecto, es la necesidad de hacer pasar a la Facultad a un nuevo estado en un proceso de desarrollo, y no tanto en la parte que tiene que ver con el campo curricular, aunque sin dejar de ser un aspecto importante a considerar, sino en el campo académico, en donde se ha observado un estado de latencia en el tiempo. A pesar de que hay profesores que se han actualizado y están a la vanguardia en sus campos, la mayor parte de los profesores no lo han hecho, así como también se puede mencionar que ha faltado el contexto que lo permita y lo promueva. El desarrollo implica un progreso hacia nuevos y mejores estados, y es lo que este proyecto está planteando. Para todos quienes conformamos la comunidad académica de la Facultad del Hábitat es importante el posicionamiento de la entidad académica sobre todo en los aspectos precisamente académicos, así como también el aseguramiento de la calidad de los programas y de los procesos educativos, la pertinencia de los mismos y los resultados que se puedan estar ofreciendo al interior y al exterior del medio educativo. Trascendencia e importancia del proceso de Reestructuración Académica y Curricular. La periodicidad de los procesos de revisión curricular en una universidad pública como la nuestra, garantiza en cierta medida que los contenidos de los programas educativos se encuentren actualizados y que son acordes a las necesidades de la sociedad, así como de las expectativas de los estudiantes. Para la Facultad del Hábitat es importante ser muy efectivos y que los resultados sean favorecedores, tanto como sea posible. El trabajo se tomó con total seriedad y compromiso y se cuidó que las acciones realizadas y las decisiones tomadas fueran de un efecto positivo y coherente con lo que se persigue, así como también acordes a los aspectos de la coherencia epistémica y contextual de las que se va a hablar más adelante. En ese sentido, un proceso de reestructuración no solo curricular sino también académica, representó un compromiso mucho mayor y por lo tanto tiene una trascendencia también más grande, que el proyecto original

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de la revisión curricular. En ese sentido, este proyecto superó con mucho las expectativas originales de todos quienes han participado. Lo anterior, porque en alguna parte del proceso de trabajo se cuestionó y se puso en crisis, por nosotros mismos y del modo más objetivo y positivo posible, el modelo académico bajo el cual operábamos y la estructura de organización de la Facultad. Estamos conscientes de la responsabilidad que implica el dar un paso como el que se señala, pero a la vez estamos dispuestos a continuar con el trabajo, de modo permanente, para asegurar que el proyecto que se presenta llegue al término que todos esperamos. No existen proyectos perfectos, y tampoco existen plazos definidos y determinados que puedan asegurarlos. Ante lo perfectible, decidimos formular aquí un punto de partida importante, sólido y bien asentado, sobre el cual sabemos que es preciso continuar trabajando con las aportaciones de toda la comunidad académica de la Facultad, y del trabajo en academia que se realiza de modo cotidiano. Sabemos que ante lo formulado, el proyecto podrá ser objeto de mejoras, que resulten del más contundente trabajo de discusión y debate académico, y también sabemos que habrá espacios en los cuales tendremos que revisar, recapacitar si es necesario y ajustar donde se considere conveniente hacerlo. Pero el punto de partida está ya planteado y para nosotros es fundamental que se entienda que el primer paso ha sido dado, y que habrá necesidad de continuar. Eventualmente, en el tiempo, se darán los espacios para que con las contribuciones de la comunidad académica el proyecto resulte completo, dentro de lo posible. Beneficios. Un proyecto de esta naturaleza se realiza con el propósito fundamental de provocar un beneficio amplio y extendido, que va mucho más allá de las fronteras del medio de la educación, aún cuando todas las acciones previstas aquí tienen que ver con el ámbito de la Universidad. En el proceso se consideró al contexto como un factor importante, como el soporte de los planteamientos académicos que tienen como destino último su aplicación en el medio social y productivo, en términos de beneficio. En este caso, es importante señalar quiénes son los beneficiarios y cómo es que cada una de estas partes resulta favorecida. En el ámbito interno:

La Institución, que como universidad pública persigue una oferta educativa actualizada, de alta calidad y pertinente a las necesidades

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reales de la sociedad, con programas educativos que resulten objeto de atención para una sociedad joven que busca su formación profesional.

La Facultad del Hábitat que como entidad académica universitaria se ocupa de la actualización permanente de su oferta educativa y de sus contenidos, así como también de la pertinencia y correspondencia con las reales necesidades de la sociedad. El beneficio se da también por la actualización de la planta docente que se prepara para nuevos modos de realizar su actividad, que trascienda los modos convencionales de ejercer el proceso educativo.

La comunidad docente de la Facultad, profesores e investigadores, más orientados hacia la verificación de la eficiencia del proceso educativo y también hacia los procesos de actualización, investigación y difusión del conocimiento.

La comunidad estudiantil de la Facultad, los alumnos de todas las carreras de la entidad académica, que es en el interior el fin último de todos los trabajos y todas las tareas de la Universidad, al recibir una formación que responde a sus expectativas y los prepara para una vida profesional y como personas.

En el ámbito externo:

La sociedad en general para atender necesidades sociales y el mercado de trabajo, al contar con profesionistas que respondan de modo efectivo a las necesidades y a las demandas provenientes de los diferentes sectores: el público, el privado y el social. También se promueve la generación del autoempleo, a partir de la identificación de nichos para ofertar sus servicios, lo que desarrollará en los profesionistas las capacidades emprendedoras y críticas.

Al país, al recibir los efectos en que en mayor escala provocan las instituciones educativas de alta calidad. Al colocarse la institución como generadora y gestora de cambios en beneficio a la sociedad en su calidad de vida, desarrollo de la cultura sin detrimento del entorno natural.

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PRESENTACIÓN. Proceso de Restructuración Curricular 2012-2013 El proceso de la Revisión Curricular, para la oferta educativa de licenciatura vigente de la Facultad del Hábitat, comenzó en el pasado mes de septiembre del año 2012. Estamos inmersos en este proceso, que tiene como finalidad la actualización de los planes de estudio de las seis carreras de la Facultad, lo cual implica la revisión tanto de los planes de estudios 2006 correspondientes a las 4 carreras tradicionales, como de los planes 2007, correspondientes a las dos carreras de la nueva oferta educativa. Un ejercicio interesante que se ha realizado en el desarrollo de este trabajo ha sido la revisión de la evolución histórica de la Facultad del Hábitat en sus 40 años de existencia, ejercicio que se planteó la finalidad de comprender cuáles han sido los intereses, los objetivos, las visiones, pero también los logros y resultados, que se han dado en otros momentos en la Facultad, a través de los cambios que, expresados en la aparición de nuevos planes de estudio, se daban en cierto sentido de modo natural en correspondencia con la época en que todo sucedía. Se realizó una lectura histórica que tuvo el interés de afianzar el conocimiento sobre el propio pasado por parte de la comunidad de la Facultad en general, pero especialmente de la estructura académica, para que a partir de la comprensión de los antecedentes y, sobre todo, de los aspectos que marcan sus rasgos esenciales, se pudiera reflexionar y ofrecer un producto pertinente y propio, acorde a la época y el lugar en que nos encontramos. Si bien en esta publicación no fue posible indicar todos los eventos y acciones que se han dado en la Facultad a lo largo de la historia, es evidente que en la memoria de muchos de los actuales profesores existe todavía el recuerdo de esos momentos que marcan un punto de referencia en esta evolución, tal es el caso de algunos talleres de alguna carrera, que en algunos casos trataron aspectos que antes no se habían trabajado, actualizando la labor de los propios talleres incluso en la operación, el papel de algunos profesores y sus posiciones ante la profesión o ante la educación, eventos en particular que representaron una nota de diferenciación en el tiempo, etc. El desarrollo de los procesos propios de la revisión curricular ha implicado un trabajo en paralelo al que es cotidiano en la operación de nuestra

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Facultad, y que para el asunto de la Revisión Curricular la Estructura Académica de la Facultad y la Comisión Académica se ha aplicado de modo decidido desde que se comenzó en esta tarea. Es importante reconocer el interés, la capacidad, el esfuerzo y el tiempo de dedicación de los representantes de los diferentes espacios académicos de la Facultad, así como de las comunidades que los integran, que representan un importante número de profesores que han estado dispuestos a aportar. Esta revisión ha sido en profundidad y ha evaluado también de modo exhaustivo, con el apoyo de nuestros asesores externos e internos, la forma en que operamos y la efectividad y eficiencia de nuestro Modelo Académico por lo cual, a la par del desarrollo de la propuesta del Modelo Curricular, se ha trabajado también con un planteamiento de Modelo Académico, del Modelo Didáctico (enfoque educativo del currículo) y del Modelo Normativo de la Facultad. Este planteamiento es necesario, dado que es preciso estar en consonancia con los propios planteamientos originales de una Unidad (hoy Facultad) del Hábitat, aparecida como tal en el año 1977, así como a las demandas de la sociedad, del medio y de nuestro tiempo, que son evidentemente diferentes de las de hace 35 años. El hecho de tocar los elementos esenciales de la Facultad es una responsabilidad que se debe de asumir, y se debe hacer con la completa conciencia de que se atiende a lo sustancial y no sólo a lo aparente. Este hecho ha provocado, parece ser, un mayor nivel de interés en los participantes y, sobre todo, los ha estimulado a involucrarse de un modo más comprometido. La estructura y el orden curricular de la Facultad dependen necesariamente de una estructura y un orden académico, que necesariamente deberán de ser formulados dentro del marco institucional, así como de los lineamientos sugeridos en el “Manual para la Formulación de Propuestas Curriculares”, correspondientes a una estructura y un orden didáctico, normativo y reglamentario. Estos aspectos, en los cuales se continúa trabajando, implican el desdoblamiento de los asuntos en estas tres dimensiones. La propuesta se plantea de un modo integral e incorpora elementos y relaciones entre los mismos que anteriormente no existían, esto a partir de la diferenciación entre los campos de lo académico y de lo curricular y que cada elemento de este planteamiento le corresponden unas responsabilidades precisas. Se incluye en la propuesta la consideración de que la estructura toda cubre los programas educativos que son propios del pregrado y también del posgrado. El proceso de repensar la Facultad es algo que ya se había previsto y en lo cual tendremos que trabajar de modo permanente, y con compromiso ante

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las trascendentes funciones de una Institución y una entidad académica como las nuestras, y las tareas asociadas a ellas de todos nosotros como maestros. El trabajo permanente implica también la consideración del ejercicio tan importante de seguimiento al plan de estudio, durante los años de vigencia que tenga, con el fin de asegurar una formación correcta para los estudiantes de hoy y los profesionistas del mañana. A través de este medio y de otros medios estaremos informando de los avances a los cuales se ha llegado hasta el momento, así como de los que se darán en el tiempo, hasta la conclusión de los trabajos. Será preciso más allá del conocimiento y el acceso a la información sobre los avances de la reestructuración de la Facultad, se involucre decididamente en el proceso a la planta general de profesores, dado que todo cambio implica la necesaria disposición de quienes son partícipes de una comunidad académica, como la nuestra. Será importante el acercamiento que se pueda tener, así como la participación en los procesos complementarios que sean necesarios, y en

las actividades de capacitación y actualización que puedan ofrecerse, para operar de un modo que sea más pertinente a nuestro tiempo. Para la Facultad es fundamental todo aquello que la planta docente pueda aportar en los procesos de trabajo, y en los espacios propios de las materias que cada profesor imparte, a través de las academias como el escenario para la discusión y el diálogo académico por excelencia, y a través de todo medio por el cual se puedan expresar los comentarios y sugerencias de mejora. Para todos es crucial que los resultados a los que se llegue sean de la más alta calidad, dado que esto representa un compromiso histórico que enfrenta la Facultad y que debemos asumir de un modo responsable.

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De todos nosotros depende la calidad. El efecto que esto va a tener se verá expresado en principio en un modo de formación que se dará a los alumnos de la Facultad en los próximos años, pero más allá de eso, en la característica de esos egresados y titulados que incursionarán en el medio profesional, y que serán responsables de atender las necesidades de la sociedad a la cual sirven. De este modo, la responsabilidad es mayúscula y por ello es que la reestructuración se toma con la mayor seriedad y con el mayor compromiso que se pueda tener. Así ha sido y así deberá de continuar, con la idea de garantizar a la sociedad la construcción de nuevas formas de vida y de nuevos hábitats, coherentes con los signos de los tiempos.

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Antecedentes

Los eventos de conmemoración del cuadragésimo aniversario de la Facultad del Hábitat, así como sus acciones preparativas, habrían de verse involucrados y habrían de desarrollarse temporalmente de modo coincidente, con las intenciones y los propósitos iniciales para la renovación de los planes de estudio de las 6 carreras de la Facultad. En realidad, la idea de pensar de modo permanente la Facultad del Hábitat, con la intención de una revisión con intenciones de mejora, se había formulado ya con anticipación. Con respecto al cuadragésimo aniversario, a continuación se presenta una adaptación del discurso de clausura de las actividades conmemorativas, en una ceremonia realizada en el Centro Cultural Universitario Bicentenario, al término del semestre agosto-diciembre de 2012.

Conmemoración del: 40 ANIVERSARIO DE LA FACULTAD DEL HÁBITAT / UASLP “CONSTRUYENDO EL PASADO” Ser y presencia en 40 años A 40 años de haber aparecido la Carrera de Arquitectura en la UASLP en 1972, conmemoramos ahora lo que fue el antecedente

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directo de la actual Facultad del Hábitat. En 1977 la Escuela de Arquitectura cede su lugar al innovador esquema de la UNIDAD DEL HÁBITAT, trascendente en su momento en la región y el país, y la cual sentó las bases para la operación futura de la entidad académica, lo cual efectivamente ha sucedido y se mantiene vigente en este proyecto. Conmemorar es traer a la memoria. En ese sentido, para este tiempo es importante hacer confluir los elementos determinantes en el proceso histórico de 40 años. La Historiografía dice, entre otras cosas, cómo hacer la Historia. Hay aportaciones importantes que dan cuenta de nuestro proceso histórico, pero no se puede decir que la historia está completa. La evolución continúa permanentemente, por lo que el acto de escribir la historia ha de ser también permanente. Hoy tenemos la responsabilidad de dar cuenta de los hechos, de contar la historia, para lo cual son fundamentales conceptos como la lectura y la interpretación. Walter Benjamin (autor de “El Ángel de la Historia” y de “Tesis sobre la Filosofía de la Historia”) al trabajar en este asunto, señala la necesidad de entender algunas precisiones, que cito a continuación:

“Hay un cuadro de Klee que se llama Angelus Novus. En él se representa a un ángel que parece como si estuviese a punto de alejarse de algo que le tiene pasmado. Sus ojos están desmesuradamente abiertos, la boca abierta y extendidas las alas. Y este deberá ser el aspecto del ángel de la historia. Ha vuelto el rostro hacia el pasado. Donde a nosotros se nos manifiesta una cadena de datos, él ve una catástrofe única que amontona incansablemente ruina sobre ruina, arrojándolas a sus pies. Bien quisiera él detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo despedazado. Pero desde el paraíso sopla un huracán que se ha enredado en sus alas y que es tan fuerte que el ángel ya no puede cerrarlas. Este

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huracán le empuja irreteniblemente hacia el futuro, al cual da la espalda, mientras que los montones de ruinas crecen ante él hasta el cielo. Ese huracán es lo que nosotros llamamos progreso.”

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Estas palabras nos señalan el sentido desde el cual se formula la construcción de este proyecto de reestructuración, a partir de una mirada hacia el pasado que no se ancla necesaria y obligadamente en los elementos del pasado, pero que tampoco desconoce los elementos de esa historia que representan aspectos de valor a considerar.

Es preciso comprender que el pasado no es, estrictamente, lo ya sucedido en términos sustantivos, lo que está a la espera de que alguien lo señale, lo diga o presente, casi mecánicamente, como quien toma los elementos de otro tiempo y los coloca a la vista de los demás. La idea de que el pasado se construye es una clave para el historiador y la historiografía. No se trata de una RECONSTRUCCIÓN en sentido práctico, es CONSTRUCCIÓN, lo cual implica procesos de imaginación, de creatividad y de creación de algo hasta el momento inexistente. Se trata de generar algo nuevo más que reconstruir, y en ello va la creación que entra a veces al campo literario, donde va a estar presente lo adjetivo del contenido. Lo anterior sin perder validez y referencia, para no dejar de estar en el campo del conocimiento.

Esta construcción, a pesar de basarse en el pasado, se formula necesariamente desde el presente. Sólo desde la óptica del hoy, se pueden comprender, significar y relacionar los hechos, actos y procesos del pasado. Así se evitan posiciones contextuales en extremo, descriptivas y narrativas por quien escribe, y es posible presentar la historia desde la actualidad.

Para esta historiografía se requiere una distancia (en el tiempo), lo que refuerza aún más la idea de la lectura desde el presente, que coloca los elementos de la historia y sus circunstancias en los correspondientes planos temporales, en un proceso consecutivo, secuencial, evolutivo. En el proceso de escribir la historia hay asociaciones y relaciones que se van descubriendo poco a poco. Lo opuesto lleva a posiciones al menos anticipadas, tempranas o

2 Walter Benjamin (1940). «Tesis sobre la filosofía de la historia. Tesis IX» (PDF). Extraído de

http://www.bolivare.unam.mx/traducciones/Sobre%20el%20concepto%20de%20historia.pdf

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aventuradas, que la consideración de los hechos a distancia en el tiempo y el modo en que se van asentando, evita.

Este modo de hacer historia representa una interpretación de los hechos, eventos y vestigios, y dista mucho de la mera descripción o presentación de los mismos. Con la interpretación se evita que la historia se conciba sólo como un acto de recuperación de datos. Interpretar demanda una alta capacidad analítica y crítica, claridad y objetividad, sin dejar fuera el propio posicionamiento. Es preciso que el lector entienda, en paralelo a los hechos de la historia, la interpretación de quien la escribe.

El posicionamiento es un aspecto que se debe de cuidar, tanto por quien interpreta y escribe, como para quien lee. Si bien se señala la claridad y la objetividad, hay un lugar desde el cual se coloca quien escribe, una posición ante las cosas, que puede quedar intencionalmente velada o abiertamente manifiesta

PROPOSITO: En el transcurso del semestre agosto-diciembre de 2012 se realizaron diversas actividades conmemorativas, como celebración de nuestros 40 años.

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La generación de 1972 realizó interesantes ceremonias en las Facultades de Ingeniería y del Hábitat, y en la Caja Real, espacios en los cuales tuvieron sede; convocó a egresados, a profesores de su momento, a directivos y autoridades institucionales. Además, realizó otras actividades de orden recreativo. La semana del Hábitat, evento que se realiza cada año, se centró en la conmemoración de los 40 años, en revisar qué es la Facultad, entender sus procesos y analizar sus productos. En esta Semana se hicieron actividades diversas, como: Exposiciones, conferencias, cursos de capacitación, foros de discusión con egresados, diálogos con personas de trascendencia en la historia de la Facultad, una fiesta (cena-baile), y otras actividades de recreativo-deportivas y culturales.

Se publicó un número especial de la revista Hábitat, que presenta y analiza mediante cuadros de reflexión crítica los planes de estudio y todos los mapas curriculares de cada carrera en sentido histórico. El número tiene además otros contenidos propios de la historia de la Facultad, preparados por los autores para la ocasión, desde el recuerdo, pero también desde la indagación y documentación de los archivos de la Facultad.

Se editó y publicó un documento audiovisual que narra a través de 8 lustros nuestra historia. Fue entregado como una edición preliminar, pero continuará su construcción en el tiempo que viene.

También se realizará una exposición que abrirá pronto, con la producción de los egresados en el tiempo, de la cual derivará la publicación de un libro conmemorativo del mismo tema.

De modo oportuno, la celebración de los 40 años de la Facultad y la celebración de la 29ª Semana del Hábitat se

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relacionó con la Revisión Curricular que tenemos activa ahora, la cual representa un reto importante para la Facultad, para proyectar hacia el futuro lo que está sustentado en la historia –en el camino andado-, así como en la naturaleza propia. Esto implica, necesariamente, repensar la Facultad.

Intereses recientes van hacia el estudio de los asuntos esenciales, como son la estructura académica y el modelo que le sirve de base desde 1977, con el propósito de conocerlo más a fondo y evaluar su pertinencia, para llegar a acuerdos comunes, que lleven después al mejor funcionamiento y resultados. En ello trabajamos y hay la atención e interés de muchos. La tarea no está concluida… La historia de la Facultad es elemento de interés para la comunidad del Hábitat, en general, y para cada carrera, en particular. Es preciso echar una mirada hacia atrás y ver la efectividad y el aporte que se ha tenido y se ha ofrecido al medio en que vivimos. Construir la historia es un proceso constante y permanente. Quedan aquí las preguntas que dieron origen a todo este trabajo, desde la conciencia de que ya tenemos 40 años.

Las preguntas formuladas siguen vigentes:

¿Cuál ha sido la aportación de la Facultad en su historia de 40 años a la ciudad y a la sociedad a la que sirve?

¿Qué beneficios se han tenido con su aparición y su presencia?

¿Qué transformaciones en el medio y la sociedad han sido producto de nuestra actividad?

¿Cómo se corresponden los productos y resultados con el momento y las circunstancias en que se dieron?

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¿Cuáles son las principales demandas actuales del medio y la sociedad para una entidad académica como la nuestra?

¿Cuáles son las que se prevén para el futuro próximo y distante?

¿Cómo debe de ajustarse la Facultad al momento y lugar presente, pero también al de los años que están por venir?

Ante estas preguntas, y otras que surjan, es preciso ir generando condiciones para la reflexión y la discusión, así como los espacios para ofrecer respuestas. Identificamos resultados y beneficios genéricos: la presencia de un sentido estético, la inclinación por el diseño, la optimización en el uso funcional del espacio y sus elementos, la comprensión del medio habitable y de las profesiones, etc. Se pueden identificar obras representativas en el tiempo, destacándose las aportaciones mayores y obras emblemáticas hechas por egresados y profesores. Es importante señalar como éstas aportaciones con unos rasgos distintivos, se dieron de modo importante, y sobre todo, en algunas de las generaciones iniciales de la Carrera y Escuela de Arquitectura, como también de la Unidad del Hábitat, y de éste tiempo no solamente de la carrera de Arquitectura. Esta identificación habla de un modo de responder que ha sido característico de la Facultad en sus diferentes momentos, diferente, naturalmente, del de otras. Los estudiantes y los egresados así lo han reconocido en la formación que han recibido aquí, fuerte claramente en algunos campos y aspectos. Los temas de identidad y pertenencia, de propiedad, así como de pertinencia de los hechos y las acciones, están directamente implicados. Podemos evaluar ahora el modo en que las carreras responden al modelo original, nos auto-evaluamos. Tomamos al modelo como un objeto de atención, para que la propia comunidad del Hábitat, desde el conocimiento profundo del mismo, pueda repensarlo. Reconocemos los rasgos, tipos, formas y actitudes, por la muestra de las aportaciones más importantes que ha dado la Facultad, con los trabajos y proyectos mencionados. El análisis y la comprensión de la Historia son importantes puntos de partida para el trabajo proyectual, pero también en la importante función del acto educativo. Un autor dijo:

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“La incomprensión del presente nace, fatalmente, de la ignorancia del pasado”

Los OBJETIVOS para este ejercicio de conmemoración fueron:

Reconocer aspectos contextuales (lo político, económico, social, ambiental, disciplinar, etc.) que en los ámbitos local, regional y nacional, dieron lugar a la aparición de la Carrera de Arquitectura y de la Unidad del Hábitat, así como precisar la característica otorgada a las mismas por estas condiciones.

Presentar el modelo académico como antecedente teórico, ideológico y filosófico del quehacer de la entidad y sus programas, en el momento original y en la evolución.

Analizar el proceso histórico de la Facultad, para comprender su evolución y los momentos determinantes. Asociar a ello los diferentes planes de estudio y momentos de cambio (1972, 1975, 1977, 1983, 1991, 1998, 2006, 2007).

Identificar productos y aportaciones de los programas educativos en dos campos concretos: a) dentro de la Facultad, con la consolidación como centro educativo, la formación de docentes e investigadores y los productos de sus funciones, y b) hacia el exterior, en la formación de los profesionales y su ejercicio.

Identificar y reconocer la producción académica e investigativa de quienes han sido profesores del Hábitat que se asocien a la naturaleza y esencia de la entidad académica.

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Reflexionar sobre la evolución histórica de la Facultad y su presencia en acciones y productos –internos, externos-, respecto del modelo original.

Analizar las condiciones actuales del medio, en lo local, regional y nacional, y sustentar en ello nuestras tareas y acciones.

Ajustar la orientación y vocación de la Facultad desde su modelo académico (restablecerla, ajustarla o evolucionarla), a partir de necesidades actuales y la realidad presente.

Los temas en los cuales se ha trabajado y se seguirá trabajando son:

El concepto de la Historia y la Historiografía.

Contextualización de la aparición de la Carrera de Arquitectura y la Unidad del Hábitat en la década de los años setenta, en los contextos local, regional y nacional.

La génesis y aparición de los programas educativos.

La evolución en el tiempo de los programas educativos.

La identificación de hechos y aportaciones históricas realizadas por los programas educativos y por la Facultad, dentro de y fuera de la Universidad.

El estado actual de los programas y la Facultad y su rol ante el contexto.

La visión hacia el futuro. Ese semestre comenzó el 13 de agosto de 2012, pero ya veníamos trabajando tanto en la reestructuración curricular y académica, como en la organización de la 29ª Semana del Hábitat, la cual se dio del 18 al 23 de octubre de 2012. A esto se sumó el proceso de la Revisión Curricular, en el cual hemos estado activos desde hace varios meses. Pensamos en nuestra historia, identificamos elementos de peso que nos han marcado en todo sentido y momento, y han marcado el devenir de la entidad. Esos elementos fueron intenciones originales por crear algo, que demuestra la voluntad de las personas, las ideas y la imaginación para aportar a la institución y al proceso educativo. Todo esto es materia para seguir pensando y continuar en la única cosa que es constante: EL CAMBIO. En esta enorme empresa en la que nos encontramos tienen un lugar todos los participantes, autoridades, profesores, estudiantes, personal, de los diferentes tiempos, y cada uno tiene mucho que decir y mucho que aportar.

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El cambio debe de estar sustentado en la búsqueda de la mejora, de la calidad y de la pertinencia, de modo que no esté respaldado únicamente por la intención misma del cambio. Los aspectos de evaluación y planeación están previstos y se han realizado acciones de este tipo que hacen ser a los ajustes que se formulan. La revisión profunda de lo sucedido ayuda a construir hoy ese pasado propio, que es el referente de las acciones hasta ahora, pero sobre todo ayuda a proyectarnos al futuro con mayor claridad y certeza. Sin pretenderlo, dejamos una marca en el tiempo con cada una de las cosas que hacemos, y el motivo que debe de movernos no es otro sino el interés y el deseo por mantener a la Facultad en el rango más alto de calidad. La proyección al futuro debe de ser ambiciosa pero también realista. Estamos seguros de que el lugar de la Facultad en el plano nacional, al menos, es de una importancia que ya hemos probado anteriormente. Por ello estamos trabajando y nos mantenemos con el propósito firme de posicionar firmemente a la Facultad en todos los sentidos.

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Pensar es la función más importante que podemos tener quienes estamos al frente de un espacio educativo, y requerimos el tiempo para hacerlo. No se puede pensar de prisa. Por ello demandamos los espacios de tiempo para cumplir con ésta función prioritaria. Invitamos al Rector, Maestro en Arquitectura Manuel Fermín Villar Rubio, miembro de nuestra comunidad, a que conociera lo que se llevaba del proceso y para que nos acompañara y ayudara en esta fundamental tarea de pensar la Facultad, ya que él, como los demás ex directores, son claves fundamentales de nuestra historia. De él y de todos esperamos el acompañamiento y la ayuda. Anuar Kasis. 10 de diciembre de 2012. Centro Cultural Universitario, Bicentenario.

Ya, anteriormente a la realización de la Semana del Hábitat número 29, se habían iniciado los trabajos relacionados con la Revisión Curricular, con un trabajo consistente y permanente de la Comisión Académica de la Facultad. Dentro de las actividades previstas en el proceso se habían preparado varias sesiones de trabajo extendidas, en las que colaboraría un número mayor de profesores, con la intención de que fueran entrando en el conocimiento de los aspectos particulares del proceso y se fueran sensibilizando, así como preparándose para su posterior participación en las tareas que les habrían de corresponder.

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26 de septiembre de 2012… Una primera Plenaria… En la primera plenaria de la estructura académica de la Facultad, con un importante número de maestros, la mayor parte de ellos jefes de taller de las distintas carreras, se comenzaron a identificar cuáles eran las circunstancias particulares que habrían de marcar de modo determinante el que se había denominado inicialmente “Proceso de Revisión Curricular”. En esta sesión, el trabajo se concentró en la exposición a la comunidad de la Facultad, y de la evolución histórica que ha tenido nuestra entidad académica en estos 40 años, sobre todo con la finalidad de asegurar que el conocimiento sobre esta evolución fuera extendido, y asegurar también que todos los participantes estuvieran atendiendo el proceso de la Revisión desde una visión coincidente. Además de la evolución histórica, que consideró la revisión de todos los planes de estudio que históricamente han existido en cada una de las carreras, también se revisaría de modo particular el modelo académico que había venido marcando las directrices en la operación y organización de la Facultad desde el año de 1977. En el campo de la evolución histórica, además de la exposición de los mapas curriculares, se presentó un elemento concluyente para cada plan, mediante unos cuadros analíticos que mostraban cuál había sido la orientación, la característica, y la naturaleza de cada uno. EDIFICACIÓN 2006

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1972, 1973

1975, 1977

1982, 1985

1988, 1991

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1998, 2006 (2007)

Estos cuadros formulan los sustentos que hacen ser a los diferentes planes de estudio de la Facultad, que tendrán que revisarse de modo conjunto con el perfil de egreso que cada uno formulaba, elemento que es clave para la comprensión, dado que es el que marca más claramente el diseño curricular. Se trabajó en esa sesión con tres formatos que habrían de conducir la participación de los maestros, a partir de acciones puntuales, entre otras las siguientes:

a) La identificación del nivel de conocimiento del modelo académico vigente de la Facultad y de la ubicación de la actuación de los profesores en el mismo. Esto a partir de una explicación elemental sobre el mismo y de una serie de preguntas que se formularon a los profesores.

b) La solicitud a los profesores para que expusieran algunos puntos de vista y aportaciones relacionadas con el Plan de Estudios vigente, desde la carrera en la que tienen actuación. La petición de una opinión crítica tenía el objetivo de identificar los aspectos más débiles del plan.

c) La identificación por parte de los profesores de cuáles han sido los avances y los progresos, las pérdidas y las ganancias, así como la pertenencia a la época y la pertinencia que han observado en el tiempo los planes de estudio, en la historia de la evolución de la carrera en la que tienen actuación.

A continuación se presentan aquí los tres formatos utilizados en esa sesión, y sobre los cuales se realizó posteriormente el trabajo de análisis de los datos que los mismos arrojaron.

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Esta reunión plenaria contó con la intervención de toda la estructura académica de la Facultad. Cada una de las partes intervino exponiendo el rol que tiene en el trabajo de la Facultad, bajo el esquema de operación vigente. Al final de la sesión tuvieron intervención los asesores externos, quienes en lo individual expusieron sus puntos de vista, pero sobre todo una opinión crítica constructiva que habría de representar el punto de partida de los trabajos. Tras las observaciones de los asesores externos (Mario Díaz, Javier Guerra y Juan Antonio Moreno), que se transcriben más adelante en la relatoría levantada al término de esa misma sesión, se dejaban ver ya las circunstancias particulares y algunas generalidades y previsiones, sobre los detalles que caracterizaban, como carencias, a nuestra Facultad, aspectos que iban más allá del solo hecho del Plan de Estudios y del Mapa Curricular. El proceso habría de dejar de ser, un poco más adelante, uno de Revisión Curricular, dado que estaban implicados en el mismo asuntos de mayor profundidad y que no se encontraban precisamente en el plan o en el mapa. El orden y la estructura académica de la Facultad, así como el modelo bajo

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el cual se venía trabajando desde 35 años atrás, se ponían en crisis y se comenzaban a señalar situaciones que esa estructura y ese modelo no permitían, así como algunas inconsistencias que no darían cabida a los nuevos pensamientos y planteamientos que se comenzaban a reflexionar. A continuación se presenta la transcripción de las conclusiones realizadas por los asesores externos el día de la sesión, en reunión plenaria. Sin entrar en detalle, se puede dar cuenta de que desde ese momento ya se estaban señalando los aspectos que representaba un foco de atención para los asesores, quienes observaban que entre el discurso de las autoridades de la Facultad y los miembros de la Comisión Académica, con la exhaustiva revisión histórica de los planes de estudio y la revisión de los elementos que soportaban a la Facultad desde el año de 1977, existían diferencias notorias y aspectos que podrían ser muy cuestionables. Y la preocupación no era tanto por lo que un tercero pudiera observar, sino por lo que había sido la percepción de nuestra organización, desde nuestros propios ojos, ahora desde una visión en la que prevalecían los avances y las aportaciones, así como la evolución de las Ciencias de la Educación, por lo menos en los últimos 35 años.

26 de septiembre de 2012 FORO ACADÉMICO DE REVISIÓN CURRICULAR. Observaciones y comentarios que realizaron los asesores externos en el proceso de Revisión Curricular, al final de ese día (26 de septiembre de 2012). OBSERVACIONES DE MARIO DÍAZ VILLA. “Al examinar los programas se observa una coherencia contextual fuerte que contrasta con la creciente debilidad de la coherencia epistémica (conceptual). En este sentido, se considera que el núcleo contextual a partir del cual se fundamentan las prácticas tiene una dinámica muy fuerte y esa dinámica tiende a debilitar el núcleo epistémico o conceptual. En el análisis, el núcleo epistémico se vuelve frágil, al cambiar los

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conocimientos, en los programas de un periodo a otro. Esto se manifiesta en la falta de continuidad de dicho núcleo (“núcleo epistémico”). Si las disciplinas que participaron en la formación de los profesionales del Hábitat tuvieron una estabilidad y núcleos integrados de conocimientos, sólidos núcleos epistémicos, bien integrados, ¿por qué no se mantienen? Aquellos han debido permanecer en el tiempo, pero lo que se observa es que los programas, al atender a las demandas contextuales, han ido debilitando los núcleos de conocimiento disciplinario. Un aspecto de interés es analizar el lenguaje de la reestructuración, el cual tiene que establecer relaciones de interdependencia o de autonomía entre las diferentes categorías constituyentes, académicas, curriculares, administrativas- de la Facultad. Desde este punto de vista, hay que indicar cuáles son las jerarquías, entre departamentos, carreras, cursos, niveles, áreas, etc. Hay que indicar cuáles son las unidades mayores y cuáles las menores. También hay que atender a la diferencia entre el lenguaje académico y el lenguaje curricular. Así mismo, hay que establecer el tipo de relación y jerarquía entre estos dos lenguajes. Otro aspecto que se observa es el aislamiento de los programas y, con ello, el aislamiento de los cursos. Este es un problema que afecta la reestructuración si se quiere lograr mayor integración y articulación de conocimientos, métodos y actividades de profesores y estudiantes. No se puede integrar fácilmente lo que de origen está separado. Aunque pueda haber mínimas correlaciones, si el espectro de cursos está dominado por el aislamiento, y por la excesiva cantidad de éstos en cada programa, los aislamientos inhiben la posibilidad de una integración. Por eso se decía que era difícil integrar en los talleres de síntesis, lo que en la práctica estaba separado, ya que el principio de aislamiento prevalece. Otro aspecto crítico en lo curricular se refiere a la excesiva intensidad horaria, y al excesivo número de cursos obligatorios. Las transformaciones curriculares en la educación superior en América Latina señalan que el volumen de trabajo académico del estudiante

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debe de ser apropiado al interés, la necesidad, la flexibilidad, y a pedagogías auto-formativas que involucren más al estudiante en su compromiso formativo. El aprendizaje no se logra porque haya mayor presencialidad de los estudiantes, ni porque haya un excesivo volumen de contenidos que enseña el profesor. Muchos programas han reducido considerablemente el tiempo presencial de recibir clases e incrementado actividades más auto-formativas en diversos contextos de aprendizaje. Con 30 o 35 presenciales, que supone una carga semejante a la de las horas por fuera del aula de clase (trabajo independiente), ningún cuerpo, ni mente, resiste. Así mismo que hay que considerar a la luz de la reestructuración lo que tiene que ver con las áreas y los departamentos. Sobre este aspecto parece que hay una cierta distorsión semántica ya que los departamentos asumen un significado estrictamente curricular y no académico. A su vez, las áreas parecen más curriculares que académicas a pesar de su denominación como áreas de investigación. Es importante señalar, que el problema de fondo es que esa propuesta y modelo nunca funcionaron en su totalidad. La idea original fue que las Áreas generaran conocimiento a través de la investigación y se vertieran en los contenidos de las materias. De ese modo se propuso que tanto las Áreas como los Departamentos que les pertenecían se encargaran de proponer y vigilar los contenidos de las materias. En ese sentido, el concepto departamental ciertamente ha sido más administrativo del currículo, pero aquí en la Facultad, de origen, estuvo muy bien planteado para que fuera desde la investigación, pero la desviación fue porque tuvo más peso el tema de la administración y no se practicó, o se hizo en una medida menor, la investigación. Algunas experiencias que se tuvieron ofrecieron buenos resultados y efectos en los programas, ya que la función no solo era la actualización de los cursos en lo formal, sino también de sus contenidos. Un departamento es una entidad dedicada al estudio y desarrollo de un objeto de conocimiento. Todo departamento tiene un objeto de conocimiento, intenta desarrollarlo o producirlo, pero parece que los departamentos de la Facultad están más orientados al desarrollo de la docencia en una pluralidad de campos, como sucede, por ejemplo, con el denominado Departamento de Comportamiento. En este

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sentido, los departamentos se considerarían más academias que departamentos. Esto es lo que tendrá que promoverse. En el departamento de comportamiento se trabaja alrededor de cursos que no son su objeto de estudio, como administración de empresas, gestión, estructuras socio-económicas. Sin embargo uno se preguntaría por el objeto de estudio de este departamento. ¿No sería por ejemplo, cómo se debe analizar el comportamiento en el espacio? ¿Qué comportamientos se relacionan con ciertos hábitats? Sería supremamente interesante que ese departamento pensara en ese problema y aportara al desarrollo del conocimiento del comportamiento en uno u otro hábitat, y no solo respondiera discrecionalmente a las necesidades curriculares diversas relacionadas con demandas contextuales, que en términos epistémicos no son de su competencia. ¿Cuál es la relación entre la demanda intrínseca de formación (epistémica) y la demanda extrínseca (necesidades del mercado y de los estudiantes)? ¿Hasta qué punto las demandas externas (extrínsecas) deben ser las reguladoras del currículo a expensas de los contenidos epistémicos, que debieran ser los fundamentos de un programa? A partir del análisis de esta relación sería importante rescatar aspectos del pasado que daban coherencia al programa. Volver sobre el currículo retrospectivo no significa ser retrógrado, anquilosado o algo así. Esa es una manera de cómo lo que hoy se considera contingente y producto del cambio, debe volver a considerarse necesario y fundamental para la formación. Un ejemplo de esta situación es la Semiótica. Éste curso ha oscilado entre su presencia y ausencia de una reforma a otra. Si la Semiótica es un campo epistémico indispensable para la formación de los profesionales del Hábitat, ¿porqué aparece y desaparece de los mapas curriculares tan discrecionalmente? Todo profesional de la Facultad del Hábitat debe tener una fundamentación sólida en Semiótica. La Semiótica y otros cursos equivalentes son cruciales y transversales para las diferentes prácticas que van a desarrollar los futuros profesionales, pero el hecho es que la semiótica aparece y desaparece, al igual que la

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sociología (o antropología) y la historia. Es como si estos campos fueran objeto de una mirada peyorativa sin considerar que son fundamentales para la comprensión de las realidades y del mundo”. OBSERVACIONES DE JAVIER GUERRA El espacio de trabajo que se ha generado en este foro es muy interesante, porque ha permitido desarrollar un ejercicio de identificar, analizar, y poner en común una serie de reflexiones tanto del plan de estudios vigente como en el reconocimiento de los diferentes planes de estudios del Hábitat, desde su origen (primero carrera y luego escuela) hasta la actualidad como Facultad. En la exposición inicial del Arquitecto Delgadillo, en la que se describe el modelo teórico de fundamentación curricular y académica que dio origen a la “Unidad del Hábitat”, se puede reconocer y entender la lógica de integración, en la que se han articulado los diferentes programas, en torno a la categoría de síntesis. Sin duda alguna, este modelo que fue diseñado en el 77, representó en su momento una innovación importante, dentro de la cual el taller de síntesis se destacó como la concreción de un espacio de formación; que además de responder a las exigencias del proceso dialéctico y didáctico de la síntesis, generaba un contexto no sólo de aplicación, sino también de descubrimiento y de crítica. El ejercicio de revisión de éste modelo educativo del Hábitat, realizado en este foro, también plantea la ocasión para formular una serie de interrogantes en torno a la vigencia del mismo y a la necesidad de actualizar o replantear algunos de sus fundamentos teórico epistémicos. Por ejemplo, si se considera que el modelo, como cualquier otra creación, lleva la impronta del clima académico y cultural de su época, resulta hasta cierto punto natural, el que haya surgido bajo la perspectiva del estructuralismo.

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Sin embargo, al paso de los 35 años transcurridos, nos encontramos frente a un contexto diferente. Ahora hemos podido atestiguar una serie de cambios y transiciones: del estructuralismo, al pos-estructuralismo; de la modernidad a la posmodernidad; de la construcción a la de-construcción; de los lenguajes analógicos a los digitales. De ahí que, una de las primeras preguntas a formular, en este proceso de re-estructuración curricular que recién inicia, sería la siguiente: ¿Cuál es el aporte de conocimiento, que brindan hoy las diferentes disciplinas, en que se configura el fundamento epistémico del hábitat? El procurar la respuesta a esta pregunta, necesariamente remite a la observación, no sólo del estado del conocimiento, sino del estado del arte en que se encuentran el conjunto de las disciplinas que configuran al Hábitat, asumiendo a éste, como campo y como objeto de estudio. Dar cuenta del estado del arte, implica el colocarse en la cresta de la ola, para identificar cómo y en torno a qué, se entretejen y resuelven los debates en la actualidad; a manera de poder ver y comprender ese nudo epistémico, configurado no sólo por disciplinas sino también por saberes y prácticas. A la par que se realice esta tarea de la reconstrucción y redefinición de la categoría del Hábitat, puede también desplegarse el trabajo de análisis de la congruencia epistémica desde la estructura académica y curricular de la Facultad. Por ejemplo, se puede plantear algunas interrogantes relativas a si las áreas fueron concebidas como espacios para la generación de conocimiento: ¿en la actualidad éstas se asumen y operan como espacios de investigación? O bien, ¿las áreas, a través de sus departamentos están cumpliendo una función exclusivamente de agrupamiento de las asignaturas? Ahora bien, si se dirige la mirada hacia otros espacios de la Facultad, como es el caso del posgrado, ahí han aparecido figuras académicas que antes no existían. Me refiero a Los Cuerpos Académicos, los cuales, desde el momento mismo en que se crean son concebidos y asumidos como espacios de investigación, con líneas de generación y aplicación de conocimiento y con proyectos específicos.

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Aquí surgen otras preguntas: ¿de qué manera se están beneficiando o se pueden beneficiar los contenidos de los programas de licenciatura, con el conocimiento que se genera desde el posgrado y los cuerpos académicos? ¿Es posible vincular a los cuerpos académicos con el trabajo de las áreas? ¿Es posible revitalizar (académicamente hablando) a las áreas y departamentos, para que operen como espacios de investigación y docencia? De ser así ¿es factible, el que las asignaturas puedan contar con una instancia de revisión y actualización permanente? Todo lo expresado hasta aquí está relacionado con la necesidad de recuperar y fortalecer la coherencia epistémica del currículo de los programas de la Facultad; pero ¿cómo se articula ésta a la coherencia contextual? La respuesta no es sencilla, sobre todo cuando se observa que dentro de los programas de estudio de las carreras, se han desplegado una gran diversidad de asignaturas, al grado de que éstas, ya no responder a lógica de estructuración planteada originalmente desde las áreas y departamentos. Una explicación tentativa a lo anterior, podría ser la siguiente: que en el afán de dar respuesta a las múltiples demandas planteadas desde los contextos del ejercicio profesional, los programas se han acrecentado, al agregar una serie de cursos y contenidos de manera desarticulada y fragmentada. Al mismo tiempo, las carreras se han desarrollado más, en función de la propia lógica de sus ámbitos profesionales, dejando en segundo término la relación de coherencia establecida desde las áreas y departamentos; y por ende, también su afinidad al modelo o a la Facultad. Tal vez el problema más inmediato y al mismo tiempo más preocupante, sea el hecho de que una buena parte de los programas se han llenado de temas, es decir de conocimiento declarativo, con el riesgo de saturar de información al alumno, en detrimento de la posibilidad de destinar un mayor espacio al desarrollo de sus habilidades y destrezas, así como de sus actitudes. Aquí es importante analizar que tanto se ha instalado la creencia, muy extendida por cierto en la mayoría de las instituciones de educación superior, de que: mientras más horas permanezca un alumno en las aulas, más y mejor preparado saldrá. A pesar de ello, sí es importante considerar el tiempo que requiere una persona para madurar como persona y como profesionista, que en ocasiones

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puede demandar más del tiempo de una carrera. Podemos decir en contraparte, que no es tan relevante, el qué tanto puede llegar a saber una persona; sino el hecho de si es capaz o no, de saber pensar aquello que se sabe. Otro aspecto, que se ha podido observar a través de esta jornada, es cómo las nuevas carreras, que han surgido desde una perspectiva metodológica diferente (el currículum flexible, sustentado en el desarrollo de competencias), muestran una estructura relativamente distinta, pero sobre todo, el hecho de que tienen ya incorporados en sus pautas de desarrollo, la atención al logro y mantenimiento de los indicadores de calidad, en los que posteriormente los organismos acreditadores, habrán de poner su atención dentro de los procesos de evaluación académica e institucional. Esto no está reñido con el modelo que tiene la Facultad. Sin embargo, antes de echar las campanas al vuelo, también es importante analizar y documentar la historia reciente, de cuál ha sido la experiencia vivida ante las exigencias de dar respuesta a las observaciones y demandas de los organismos acreditadores (la reducción de horas presenciales, la mejora en la eficiencia terminal, etc.). Reconocer, ¿cuánto se ha ganado o cuanto se ha perdido dentro de estos procesos de evaluación externa?, si ¿se ha emprendido este reto en un sentido estratégico y propositivo? o ¿ha ganado la inmediatez y el afán de responder a lo urgente, perdiendo un poco de vista lo importante? Las revisiones no pueden ser remediales para los síntomas y reactivas a evaluaciones externas, es preciso que se hagan de fondo y estructuralmente. Por otra parte, también es pertinente el observar con mayor detenimiento, algunos efectos de la inserción de los nuevos programas a la estructura vigente de la Facultad. Por mencionar un caso; en la carrera de Conservación y Restauración de Bienes Culturales Muebles, se pueden identificar con claridad dos ejes curriculares, o si se prefiere, dos líneas verticales conformadas por dos tipos de talleres: los de síntesis que corresponden a la estructura vigente, y los de restauración, que están dados desde el mismo ámbito de los programas de restauración que existen a nivel nacional. La pregunta en este caso es si ¿logran complementarse estas dos líneas de talleres? o si por el contrario ¿están compitiendo entre sí,

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tanto para establecer la prioridad de sus contenidos, como por ganar el espacio en horas? Se ha malentendido el sentido de diseño de proyecto de restauración a los talleres de prácticas con diferentes materiales (que tiene un sentido de oficio y eminentemente técnico, y no como una profesión). He aquí la duda y la disyuntiva: ¿las nuevas carreras tendrán que adaptarse a la estructura existente? o ¿la estructura tendrá que adaptarse a las características de las nuevas carreras? Todo lo que se ha visto hoy, representan una serie de elementos importantes, para definir y elaborar una agenda, encaminada a estructurar el proceso de reestructuración curricular de la Facultad, identificando los puntos de tensión en las relaciones entre los elementos del currículo, porque es en esos cruces donde pueden estar los vacíos, pero también las opciones para recuperar y restablecer tanto la coherencia contextual como la coherencia lógica – epistémica, en donde los programas en lugar de mostrarse sólo como un listado de asignaturas, puedan expresar en forma clara y explícita, cuál es la lógica en que están estructurados; de tal manera que los trayectos formativos que habrán de seguir los alumnos, sean congruentes, flexibles, viables y pertinentes. OBSERVACIONES DEL ING. JUAN ANTONIO MORENO Abundar sobre lo dicho por los colegas resulta repetitivo, se coincide con los aspectos que ellos han observado; pero sobre todo se observa un importante esfuerzo de reflexión conjunto en cuanto a los aspectos curriculares que han dado significado a la facultad, así como el quehacer académico, en donde se destaca una coherencia entre lo que se sostiene desde el curriculum mismo y la estructura que la facultad ha mantenido y expresa como modelo educativo. El recorrido que se presenta desde 1972 permite apreciar el camino que se ha recorrido para llegar a la construcción presente y que da

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cuenta de un ejercicio de dialogo permanente entre quienes fundaron, primero como carrera adscrita a la Facultad de Ingeniería y luego como escuela y facultad, en esta jornada se han podido escuchar las voces fundadoras, quienes dieron continuidad a sus ideas y las de aquellos que hoy procuran dar un paso más. Esta Facultad significa una diferencia en la Universidad, desde el punto en el que se conciben primero como una Unidad, y que establecerse como tal obedece a una concepción cuyo origen parte desde lo curricular, en donde se ofertan carreras articuladas y que pretenden hacer tangible la interdisciplinaridad, guiados bajo el concepto de Hábitat. En esta jornada parece que se asoman a nuevas nociones, se significan las ya construidas y se resignifican otras; se percatan de la necesidad de dialogar con conceptos como Síntesis, en tanto que desde lo que pareciera una palabra que se ha vuelto del uso común para muchos de los profesores, alumnos y autoridades, y que sin embargo, se aprecia que representa la guía tanto de la estructura curricular, como de las actividades didáctico-pedagógicas que se desarrollan en el aula. Hábitat y Síntesis, se observan como dos ideas sobre las que se asienta y circula la estructura curricular de las carreras y la práctica cotidiana, tanto de docentes como de académicos y autoridades de la facultad. Por lo pronto, como un primer acercamiento a las ideas y usos de la Facultad del Hábitat permite tener un horizonte de las posibilidades y del rumbo que puede llevar una revisión curricular, queda ordenar ideas y estructurar propuestas. Martha Cassarini señala que el reto para las universidades mexicanas es poder conjugar las expectativas que tiene el alumno al iniciar la carrera, lo que la sociedad pide a las carreras, junto con lo que la propia disciplina exige para sí, este parece ser el reto de la Facultad, encontrar el justo equilibrio entre lo que sueña un joven que pretende ser diseñador, edificador o arquitecto, lo que la facultad y las disciplinas le ofrecen para su realización y lo que la sociedad realmente necesita de estas profesiones; la labor de esta empresa exige visiones de vanguardia, que vislumbren el futuro proximo y lejano.

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Estas observaciones, procesadas posteriormente por los tres asesores, habrían de ser presentadas de un modo más estructurado, en un documento realizado por ellos mismos y entregado a la Comisión Académica y a la Secretaría Académica de la Facultad. A estas observaciones se sumarían otras realizadas por Mario Díaz Villa en su calidad de asesor de la Secretaría Académica de la UASLP, y que también se exponen aquí.

Comentarios posteriores de Mario Díaz (1 de octubre de 2012) (Visita en Secretaría Académica de la UASLP) Es preciso hacer un diagnóstico de los contenidos de los cursos y un análisis de cada programa de éstos. Es necesario determinar el número de cursos por programa. 77 cursos en un programa parece un número excesivamente alto, en consideración del equilibrio que debe haber entre el tiempo presencial y el tiempo independiente del estudiante. Para todos es conocido que la intensidad horaria presencial es muy alta en la Facultad. Es importante analizar las bases epistémicas de los programas, porque entre más un programa se orienta al contexto más pierde bases epistémicas. También hay que considerar la relación entre lo obligatorio y lo optativo. Parece que para lo electivo no hay una batería de cursos, ya que aparecen sólo como optativos unos cursos que hay que tomar obligatoriamente. Es necesario, bajo un nuevo lenguaje, esclarecer la relación entre áreas y departamentos. Esto debe conducir a replantear la estructura curricular de los programas, pues éstos últimos no hacen parte de dicha estructura. Así mismo se debe aclarar el sincretismo entre lo académico y lo curricular. Esta diferencia es crucial para redefinir la organización y funcionamiento de la Facultad.

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Cada nuevo departamento ha de tener un plan de trabajo en función del objeto de conocimiento al que atiende. Los departamentos han de ser unidades académicas. Ellos deben ser el equivalente de pequeñas comunidades que contribuyen a generar conocimiento alrededor de su campo y objetos de trabajo. La actividad de un departamento no puede reducirse simplemente a servir al plan de estudios. Hay aspectos anteriores (retrospectivos) que vale la pena fortalecer, como por ejemplo el valor epistémico que tuvo antes la formación. La relación entre los departamentos y los programas debiera ser una relación matricial, de modo que los programas demandan algo y los departamentos ofrecen algo. De esta manera los departamentos no serían entendidos como meras unidades curriculares, esto es, como academias.

Hay que definir con mucha claridad el lenguaje de la reestructuración tanto en lo académico como en lo curricular, así como los niveles de la organización para que no haya confusión en los roles. La división flexible del trabajo no presupone la supresión de roles o funciones

Posteriormente, en el trabajo continuado que se dio en la Facultad con respecto al tema de la Reestructuración Curricular, se continuó trabajando con el asunto de la evaluación crítica de los procesos educativos, por parte de la planta de los profesores de la Facultad. Para este efecto, se echó mano nuevamente de otros instrumentos que buscaran provocar en los profesores el análisis, y que asumieran una actitud crítica Se realizó y aplicó un formato que iba dirigido a la práctica académica de los docentes en el Taller de Síntesis. Lo que perseguía este formato era la identificación por parte de los profesores, de su actuación en el proceso educativo, particularmente en el taller de síntesis, y sobre el modo en que ellos consideraban que se debería de realizar un proyecto de su carrera, partiendo de la idea de un proceso para el proyecto. Al hacer esto se daba también la identificación de un método para la generación de estos proyectos, que sería el que utilizarían los estudiantes para resolver las

Programas… (demandan)

Deptos… (ofrecen)

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solicitudes de los profesores, así como también sería posible la identificación de un método didáctico utilizado por ellos, los profesores, para enseñar al alumno cómo realizar los proyectos. Así mismo, este instrumento tenía como propósito también que la planta general de profesores del Taller de Síntesis lograra la identificación y confirmara en su actuación docente, la aplicación de los objetivos semestrales determinados (incluso históricamente) para cada semestre de los planes de estudio. Además de la identificación y confirmación en el trabajo de estos objetivos, se solicitaba a los maestros que emitieran sus opiniones particularmente en los semestres en que ellos intervienen.

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También se llevó a cabo la aplicación de otro instrumento que buscaba, ya con fines más dirigidos a la revisión curricular, el análisis de los contenidos de las materias vigentes en la Facultad del Hábitat correspondientes a los planes de estudio 2006 y 2007. En estos formatos se pedía al profesor el

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análisis de lo que consideraba pertinente conservar de esos contenidos y lo que consideraba que pudiera fusionarse o aplicarse en un curso distinto, o bien omitirse.

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A partir de lo anterior y de las reflexiones que se estuvieron haciendo en el proceso de trabajo, éste, originalmente denominado de Revisión Curricular, se convirtió en uno de Reestructuración Curricular y Académica de la Facultad, lo cual implicaba entrar en campos que no se habían previsto de origen. Los elementos de atención principal comenzaban a encontrar nombre y contenido:

La Coherencia Contextual y la Coherencia Epistémica, para la construcción de un nuevo plan de estudios y de un mapa curricular. Se trataría de lograr un balance entre las demandas del mercado y del contexto, así como de las expectativas del estudiante, con las propias bases de formación y los aspectos esenciales del ser de la entidad académica.

La Organización Académica y la Organización Curricular, que estarían conduciendo a la delimitación clara de cada uno de los dos campos. Se evitaría estar trabajando los asuntos de organización y administración en campos que son propiamente académicos y de decisión en el tema de la educación, y viceversa. Se estaría haciendo igualmente válida la sentencia de que los aspectos académicos son los que determinan a la organización y los administrativos tendrán que ir en soporte de lo primero.

El pensamiento y la reflexión sobre estos temas, pero sobre todo la decisión sobre cómo proceder, no fue sencilla en su momento debido a varias razones:

La complejidad del asunto se hacía mayor, dado que no se estaba trabajando ya únicamente con el plan de estudio y con los mapas curriculares que de él derivarían, sino que se estaba entrando en campos que tenían que ver con la organización misma de la Facultad, las figuras que representan la base de la estructura académica y administrativa de la misma, así como el orden, las funciones y la operación de cada una de las partes de este sistema que es la entidad.

Ya de por sí, no era sencilla la labor de hacer coincidir los intereses de seis carreras en un objetivo único y común que comparten y en el que radican, que es el del Hábitat del ser humano. Esto debido a ciertas inercias en el modo en que los programas en lo individual vienen funcionando. Repensar la Facultad consistía en una tarea mayor que habría de desestructurar lo precedente y generar en su

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lugar una nueva organización que diera una mejor respuesta a la época actual en que vivimos, y a las condiciones del contexto y del mercado laboral y educativo, pero también al proceso histórico y a la naturaleza esencial de ésta entidad académica que ya de por sí había marcado una nota de diferenciación al interior de la UASLP y en el entorno regional y nacional. Ambos asuntos representaban un reto que no se tomaría con ligereza.

El cambio de objetivo hacia destinos mayores, como era una reorganización integral, implicaba trabajar ya no en un solo escenario sino en cuatro: el primero, que era el que propiamente nos había iniciado en la actividad, que era la Revisión Curricular para formular un plan de estudios mejorado y actualizado; el segundo era una Reestructuración Académica de la Facultad del Hábitat, que nos llevaría a la reconsideración de los elementos, las funciones y las relaciones de las diferentes partes de la Facultad para un mejor funcionamiento; el tercero, un modelo pedagógico más de este tiempo, más participativo y; el cuarto, sobre el cual no se había trabajado nada aún, era el de las Reformas Normativas que habrían de ser necesarias para hacer posible los anteriores.

A partir de esta decisión, se comenzó a trabajar de modo sistemático sobre cada uno de los cuatro elementos anotados, en buena medida la revisión del plan de estudios y el mapa curricular, junto con la reestructuración académica de modo paralelo, y contando para ello con la participación de los mismos integrantes de los procesos: la Estructura Académica de la Facultad. El tercer elemento se refería a lo pedagógico, y el cuarto a la modalidad de un seguimiento en lo normativo sobre las reformas que habrían de ser necesarias al Reglamento Interno de la Facultad del Hábitat, desde una dimensión más bien administrativa y legal. La previsión sería la presentación simultánea de los cuatro elementos ante los órganos consultivos y de decisión de la Facultad y de la Universidad.

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La propuesta: Del Modelo anterior a la Nueva Propuesta de

organización. El nuevo modelo de operación de la Facultad del Hábitat no deja de lado a su antecedente, el Modelo creado para la aparición de la Unidad del Hábitat en 1977. Podemos decir que con base en ese modelo, es que la Facultad funcionó, en mayor o menor medida, durante 35 años.

Si bien es cierto que aquel modelo, estructuralista por cierto y acorde a su momento histórico, buscó la integración de las carreras del Hábitat en una misma entidad académica, al hacer su aparición otras carreras diferentes de la de Arquitectura. Buscó, también, la inter-disciplina en la vida práctica. Esto sucedió en una dimensión más bien moderada. La pregunta que se formuló fue ¿Qué tanto las carreras recién creadas accedieron al conocimiento y la comprensión de las bases sobre las que estaban apareciendo, y qué tanto

estaban dispuestas a desarrollarse sobre ellas? Un aspecto adicional a considerar aquí es el hecho de que este modelo fue creado y presentado, incluso aprobado por el Consejo Directivo, pero tal vez nunca fue desarrollado hasta sus últimas consecuencias, y tampoco aplicado y evaluado sobre las bases de la practicidad. Si bien modificó la estructura de la Escuela original, con la aparición de unos espacios de actividad con funciones precisas, unos objetivos y unas intenciones que por cierto son muy interesantes, algunos aspectos de lo formulado nunca fueron desarrollados ni tampoco aplicados, es decir, quedó en el papel una innovadora propuesta conceptual. Hay quien ha señalado incluso, que “una cosa es dibujar en un papel una propuesta, y otra muy diferente es echar a caminar una Escuela sobre esas bases”. En realidad, tuvieron también que ver en esto, las interpretaciones –diversas y a veces encontradas- que se hicieron del mismo, así como la facilidad de aplicarlo en sentido limitado, al ejercer eminentemente acciones de docencia y no de todos los otros sentidos y direcciones que el modelo estaba señalando.

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Con el paso de los años, la interpretación de este modelo provocó momentos difíciles en los cuales parecía que las carreras iban cada una por su rumbo y por caminos eminentemente marcados por sus determinantes específicas y por las condiciones del contexto; las miradas laterales con el fin de identificar los puntos de contacto con las demás carreras fueron pocas. Antes la inter-disciplina y la trans-disciplina fue con base en lo común, ahora se ve más eficiente que sea por las diferencias. Un factor que jugó un rol determinante en esto fue el antecedente de la existencia previa, durante cinco años, de la carrera de Arquitectura, que comenzaba a consolidarse, bajo una visión académica fuerte. Tenemos que reconocer que la experiencia de los cinco años previos estaba en dicha carrera, y que para ésta fue por tanto más sencillo comprender el planteamiento. También porque el grueso de la población docente de la Unidad del Hábitat había participado en la enseñanza de la Arquitectura y algunos, incluso, habían sido formados en esa Escuela. El modelo ciertamente fue creado con la intención de abrir el panorama y la visión, ya no sólo a Arquitectura sino al Hábitat Humano, pero la realidad es que la creación de carreras como Edificación y Administración de Obras, Diseño Gráfico y Diseño de Interiores y del Paisaje y, un año después, en 1978, se cambió en la segunda generación de esa carrera al nuevo programa de Diseño Industrial (¿una decisión sin fundamento?, dado que ni siquiera se esperó a ver resultados de la primera generación, ni siquiera a ver a medio camino de esa generación, para ver cuáles eran los resultados). Diseño Industrial entra en sustitución de ésa carrera, comenzó un tanto con el desconocimiento de este sustento epistemológico y teórico. Al ser carreras profesionales muy jóvenes en el País, aún no consolidadas, volteaban a ver más bien a las otras ya existentes con denominaciones semejantes, o bien, trataban de crear sus propios fundamentos y soportes a partir del campo de lo práctico (lo contextual). También es cierto que algunos profesores provenían de una formación académica en otras universidades del país y del extranjero, y les era más sencillo entender su carrera, más desde su propia experiencia que desde una propuesta de esta Unidad. En concreto, las nuevas carreras poco se centraron en el modelo académico de la Unidad del Hábitat y, tal vez, fueron perdiendo de vista la razón original por la cual tenían cabida en esta Unidad y no en otras escuelas o entidades de la Universidad. Esa razón era el objetivo compartido de configurar el hábitat humano, de un modo integral, para lo

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cual la interacción como un todo entre estas cuatro carreras era fundamental. Lo que sucedió después, y a lo largo del tiempo, fueron intentos, algunos muy fuertes, por volver a consolidar esas bases y ese pensamiento, aunque también hubo momentos en los cuales la dirección de los esfuerzos más bien parecía divergente que convergente. Para el año 2012, 35 años después, en la mente y el pensamiento de muchos de los docentes de la Facultad, ese modelo aparecía, como algo ya gastado y obsoleto, en tanto que para otros contenía todavía muchos aspectos que deberían de ser rescatados y retomados, con los necesarios ajustes a una época y una sociedad diferentes. Pero también, 35 años después, el proceso de la renovación de la planta docente ha llevado a que prácticamente un tercio, de alrededor de 280 maestros, sean nuevos profesores, produciéndose un desconocimiento generalizado de ese grupo en particular, sobre lo que ha sido y es nuestra Facultad, y su práctica ha tomado caminos a los que ellos son conducidos desde su propia experiencia, y sin acercarse al conocimiento detallado del medio en el que se encuentran. Para esto hay un reto paralelo, que es la inducción y habilitación de los nuevos profesores, sobre lo cual ya se han tenido experiencias interesantes y positivas, pero también se tendrá que mirar la capacidad de los nuevos profesores. Desde un punto de vista lo más objetivo posible, sí existen en ese modelo elementos valiosos a considerar o a retomar. Entre ellos, podemos mencionar los siguientes:

El objetivo de la Facultad que se centra en el Hábitat, concebido éste en la relación entre el Marco Natural y el Marco Cultural.

El nombre mismo de la Unidad del Hábitat, que es incluso más fuerte que el de la propia

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Facultad. Esta Unidad señala unas particularidades en tanto objetivos, y acciones que son interesantes para la vida de la misma.

La idea de la Síntesis como un rasgo particular de la Facultad del Hábitat, concepto que ha perdurado y ha sido bien aceptado y reconocido por la comunidad.

A esa idea subyace la comprensión de la importancia de la síntesis conceptual, instrumental y académica, que figuran gráficamente en el modelo original.

La relación de articulación o integración entre las carreras de la Facultad, de un modo articulado.

La idea de unas áreas del conocimiento, con departamentos, para una supuesta generación y evaluación de los contenidos y los procesos de la educación. Esta idea se re-conceptualiza en la reestructuración de la Facultad, sin perder de vista el objetivo fundamental y que sea operativo. Se plantea la necesidad de que existan más investigadores y que se consolide la disciplina de la investigación en todo el personal docente,

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autoridades académicas y en los estudiantes.

El Taller donde se desarrollan los proyectos, que han considerado a la Síntesis como un aspecto relevante en la propuesta educativa de la Facultad. Este se asumió en un momento en la reestructuración como taller de integración, sin embargo, a partir de la reflexión profunda y la socialización del proyecto, se ratifica la atención en la Síntesis como concepto que refleja de modo completo la idea de la formación de nuestros estudiantes y de operación de la Facultad. La síntesis como nivel cognitivo, representa una concepción mayor que la integración y sobre todo va más allá del pragmatismo. En ese sentido, es fundamental que los Talleres atiendan la síntesis en su dimensión completa, desde la concepción total por cada uno de los profesores que los integran. Por tanto, es preciso reestructurar el proceso educativos en sus prácticas de enseñanza y de aprendizaje en el taller, eliminar usos y costumbres no favorables en la práctica.

Y hacia dentro del trabajo del Taller, en algunas de las carreras, la práctica del ejercicio vertical, como una estrategia didáctica que potencia el aprendizaje del estudiante por la interacción con sus compañeros mayores y menores.

La existencia de tres intereses importantes que han tenido presencia en diferentes lugares de la propuesta académica desde el Plan 77 y, tal vez antes, que son:

o El interés en el Pensamiento, que se puede relacionar con el Área de Investigaciones Humanísticas y, también, con el concepto de la reflexión o el pensamiento, como punto de partida para el proceso de diseño. El interés en el pensamiento se relaciona igualmente en lo particular con el tema de la síntesis conceptual en el modelo original de la Unidad del Hábitat, que relaciona a las tres Áreas de Investigaciones para conformar este nivel de síntesis conceptual.

o El interés en el Diseño, que se puede relacionar con el Área de Investigaciones Estéticas, con el concepto de la creación, como punto determinante en la toma de decisiones en el proceso de diseño y, en lo particular, con el tema de la síntesis académica en el modelo original de la Unidad del Hábitat.

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o El interés en la Realización, que se puede relacionar con el Área de Investigaciones Técnicas o Tecnológicas, y también, con el concepto de la ejecución en el proceso de diseño, y con el tema de la síntesis instrumental en el modelo original de la Unidad del Hábitat.

Estos intereses, y su presencia en el tiempo, habrían de ser elementos a considerar, para la propuesta de la reestructuración curricular y académica, relacionando las partes de reflexión, creación y realización.

La existencia de unos objetivos o propósitos académicos que han determinado el rumbo de los talleres de síntesis en las carreras y también han dado una orientación a los semestres que va cursando el estudiante a lo largo de su carrera.

Estos aspectos, no se han desechado. Ellos se han reformulado bajo una visión que intenta dar su real dimensión a cada cosa. En el nuevo modelo, se parte de una distinción entre dos campos, el académico y el curricular, para señalar con claridad los tipos de actividad y las relaciones de dependencia en el conocimiento y en la educación, entre las partes inter-actuantes, la de la producción del conocimiento y la de la reproducción del mismo. Ante la situación de que el modelo no operó en su totalidad, no se pretende desintegrar lo positivo del modelo, sino consolidarlo con base en las aportaciones que se puedan hacer. Esta distinción viene a colocar en su lugar cada uno de los elementos. Los departamentos deberán de atender como prioridad el tema de cómo llevar la investigación a las aulas. Las siguientes gráficas ilustran de manera aproximada estas relaciones.

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Interpretación de la interacción entre los ámbitos cultural y natural, y la cobertura de los saberes en torno al Hábitat (Hábitat entendido en su dimensión más amplia, y no limitada a la del espacio físico, Husserl se refiere a él como el “mundo de la vida”).

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Planteamiento del modo en que se entiende la relación de los saberes

y las regiones del conocimiento de una carrera y la relación del

Hombre, el Espacio y el Objeto.

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Diferenciación de los campos académico y curricular para la propuesta de la nueva estructura de organización académica de la Facultad.

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Progreso educativo de los estudiantes en las nuevas áreas de formación, Básica, Profesional y de Profundización. La parte intermedia de profesionalización, se refiere al campo de lo profesional en la formación de los estudiantes. Después del área Básica entra la formación en lo profesional y al final se profundiza en intereses particulares. Los ejes o procesos de conceptualización, instrumentación (mejor entendido como implementación) y especificación aparecen a lo largo de la formación del estudiante.

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Del campo académico. Los Departamentos (anteriormente identificadas como Áreas de Investigación). En una equivalencia que tal vez no debiera tener lugar, la nueva figura de los departamentos hace las veces de lo que originalmente fue formulado como las áreas de Investigación. En este sentido los departamentos pretenden identificarse con los campos del conocimiento de las profesiones del Hábitat. Con esta decisión se ha enfatizado la departamentalización académica, NO administrativa de la organización de la Facultad. Un aspecto que habrá que cuidar es que se mantengan las relaciones interdepartamentales que están formuladas ya en la relación de las Áreas de Investigación y sus elementos componentes en el modelo de 1977. El objetivo es que no se pierdan estas relaciones y no se llegue a un divorcio de unos campos con respecto a los otros y los contenidos se manejan por parcelas. Se tendrá que trabajar en la identificación de los elementos componentes de los departamentos, antes expresados como Departamentos dependientes de las Áreas, con la finalidad de mantener las ligas estrechas que se deben de preservar e incentivar.

Esto representa un ajuste importante en este nuevo planteamiento académico y curricular. Si bien en su origen y en el fondo del planteamiento, la idea de las áreas de Investigación que aparecieron tenían un sentido semejante al de un departamento, fundamentadas en una época y en un contexto nacional que formulaba organizaciones académicas departamentalizadas, tanto en las universidades públicas como en las privadas, la función de la conducción académica y el desarrollo y la promoción de la investigación no se dio del modo que tal vez se esperaba. Con el tiempo esos espacios, las áreas de investigación, junto con sus departamentos dependientes, se convirtieron (y en eso radica el problema mayor) en lugares donde eminentemente se organizaba la actividad docente más que académica, y donde se administraban y organizaban las tareas. Con respecto a la operatividad de la propuesta de organización académica y de su reflejo en el campo de lo curricular a través de los programas, es preciso reiterar la atención en conceptos importantes que han sido parte del soporte ideológico de la Facultad prácticamente desde su origen.

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Con respecto a estos antecedentes, tenemos que referirnos necesariamente a conceptos tales como la Síntesis, que es una palabra que dice mucho de nosotros como escuela, no únicamente en lo que se refiere a los procesos internos de organización y funcionamiento, sino también en la relación que mantenemos con otras instituciones en el plano nacional. El espacio curricular donde los programas educativos encuentran la mayor concreción es el del Taller de Síntesis. Lo anterior, debido a la naturaleza de su práctica y a la intencionalidad con que se plantea el funcionamiento del mismo. El nombre de Taller de Síntesis se sustenta esencialmente en el planteamiento de la Unidad del Hábitat de 1977 y en el antecedente que ésta Unidad tuvo como Carrera de Arquitectura en el tiempo previo. En estos espacios se propone que exista la confluencia de los conocimientos y habilidades que han recibido los estudiantes en los diferentes puntos de su formación –en cada una de las materias y en el proceso educativo completo-, y puedan incluso desarrollar nuevos conocimientos, habilidades y actitudes en el campo de su carrera, siendo capaces incluso de demostrar ahí de lo que son capaces, con la opción de sustentar desde una posición ya individual el trabajo que están realizando. Esto se va a dar a partir de las relaciones que existen entre las materias entre sí, todas dirigidas a la formación en atención al Hábitat Humano, organizadas en sus diferentes componentes que contribuyen al trabajo del alumno en la síntesis de sus proyectos del Taller, pero también de toda otra experiencia de vida y de aprendizaje que el alumno pueda tener a lo largo de su formación. Se ratifica en este proyecto el nombre de Talleres de Síntesis para las carreras, con la intención de consolidar la propuesta académica original de ésta Facultad. En el modelo académico del año 77, la síntesis representó algo más que un proceso, se formuló como un modo de organización y de respuesta que implicaba una actitud y una posición asumida por el individuo –entiéndase tanto al maestro como al estudiante, así como eventualmente lo hace también el profesionista-, que tenía que ver sobre todo con una mirada convergente para lograr ese propósito académico –como también profesional- de la síntesis, como lo señalaba Alexander desde la mitad de la década de los años 60 (Ensayo sobre la Síntesis de la Forma -1964-), además de ser un concepto que lleva a la generación de elementos nuevos dentro del proceso de formación. Este concepto escapa, de modo pertinente, de la idea estrictamente pragmática de enfrentar el proceso educativo por el estudiante y el maestro, y además responde de modo óptimo a las demandas que en términos profesionales requiere un estudiante de las carreras de la Facultad, para su futuro ejercicio.

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Esta ratificación del nombre de Síntesis para los talleres, obedece además a la congruencia con la existencia y fortalecimiento de los otros procesos de organización académica de la Facultad, que no sólo no han desaparecido sino que se convierten en fundamentales para la operación de la misma, y sobre los cuales habrá que continuar trabajando y ejerciéndolos. Estos procesos que demandan de unas relaciones específicas entre los elementos inter-actuantes son: La Síntesis Conceptual, que establece la relación entre ciertos componentes de los saberes del Hábitat -los que representan la base de la reflexión sobre los campos del conocimiento que aplican a las diferentes carreras y son la reflexión en sí misma sobre tales campos-, que de modo conjunto constituyen el respaldo y el soporte en el pensamiento, de las acciones, procesos y proyectos en los que se ve involucrado el estudiante en el proceso educativo, como también lo hace el maestro en su trabajo, y posteriormente también lo hará el profesionista –con base en lo aprehendido- en el ejercicio libre de su carrera. La investigación en si misma representa el punto de partida para este modo de síntesis, dado que la actualización y la revisión de la pertinencia de los contenidos habrán de surgir de la práctica y la presencia de esta importantísima actividad. La Síntesis Instrumental, que se refiere a la consolidación en el estudiante y desde el trabajo de los departamentos, de los contenidos que tienen que ver con la aplicación y la implementación de los mismos en los proyectos que se realizan en el campo de las carreras, contenidos que tienen que ver de modo más directo con la realización de los proyectos en cada una de las carreras. Esta síntesis se sustenta en la pertinencia de tales contenidos, con respecto a las demandas de la parte contextual de la formación, y se traduce en conocimientos, habilidades y actitudes a ser demostradas por el alumno en el desarrollo de los proyectos en el Taller. El taller es el espacio para la síntesis por excelencia en la facultad y representa en sí mismo el espacio para la preparación del alumno en lo que será su futuro ejercicio profesional, por lo tanto ahí se tendrá que ver el trabajo en términos eminentemente prácticos. La Síntesis Académica se plantea en la conjunción y trabajo coordinado de los principales elementos de la organización, para efecto de asegurar el cumplimiento del propósito académico de la Facultad y de sus carreras. Esto se da con la presencia de los Departamentos como responsables principales de la organización académica, de un Área Básica como espacio temporal de formación común para las distintas carreras, de un campo de

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las carreras para la formación de los profesionales, con los coordinadores de las mismas como responsables de atender cuidadosamente lo curricular del plan de estudios. En conclusión, la Síntesis habrá de representar para la Facultad el factor que mueve los procesos y las acciones en el trabajo de todos los integrantes de la Facultad: de las autoridades de la misma, de las diferentes instancias académico-administrativas, pero también y sobre todo de los actores principales del proceso educativo, que son los maestros y los alumnos en la vida diaria de su labor cotidiana. En el Taller de Síntesis se materializa el equilibrio entre los elementos epistémicos y contextuales de la formación de los profesionistas del Hábitat, a través de las áreas temporales de formación que son la básica, de profesionalización y de profundización. La mirada de los departamentos al ejercer sus funciones, deberá de ser siempre en la consideración de la orientación del trabajo para la realización de los proyectos por los estudiantes de las diferentes carreras, en este espacio principal de actividad dentro del plan de estudios y del mapa curricular que es el Taller. Si bien los contenidos a trabajar en los programas educativos son diversos y diferentes, todos y cada uno de ellos van dirigidos a la formación de profesionistas para un mercado de trabajo que ofrece también campos para el ejercicio bajo diferentes modalidades, pero la realización de proyectos es la fundamental. El taller se organiza bajo la modalidad de una columna dentro del mapa curricular, que se convierte en el espacio principal de aplicación, demostración y exposición de los progresos por el estudiante, y en el espacio para la síntesis por excelencia. Departamentos Los departamentos que se formulan para la nueva Organización Académica de la Facultad son los siguientes:

Departamento de Estudios del Hombre y de la Sociedad

Departamento de Estudios de Arte y Diseño

Departamento de Estudios de la Técnica y la Tecnología Los campos, los títulos y los temas son generales en este momento y habrá que acercarlos a los espacios precisos de actividad de nuestras profesiones. Habrá que enfatizar el elemento del medio o el entorno natural de vida del ser humano, como factor importante a considerar. En el

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desarrollo del planteamiento habrá que revisar y ajustar lo que estaba planteado para el modelo de la Unidad del Hábitat, para cada área del conocimiento y para cada departamento, así como los vínculos que se establecen entre ellos y en sus diversas síntesis. Los nombres incluso podrán tener algún ajuste para acercarse lo más posible al campo específico de nuestra actividad y a conceptos que vienen a ser fuertes para nosotros, el de la reflexión, el de la creación o poiesis, y el de la realización, o bien el sentido de lo humano o la condición humana y el medio de vida, la estética y la técnica, entre otras ideas. Departamento de Estudios del Hombre y de la Sociedad. Esta unidad académica atiende la producción y reproducción de conocimientos sobre la sociedad y el ser humano y sus vínculos, en y desde perspectivas filosóficas, culturales, históricas, ambientales, éticas y políticas, en el hábitat. Departamento de Estudios de Arte y Diseño Esta unidad académica tiene que ver con la relación creativa comunicativa y significativa de conocimientos y prácticas referidas al arte y el diseño en el ámbito del hábitat. Departamento de Estudios de la Técnica y la Tecnología Esta unidad académica atiende la producción y reproducción de conocimientos y prácticas referidas a la ciencia, la tecnología, y la técnica sus relaciones intrínsecas y su aplicación en la realización material o virtual de las propuestas de solución a problemas planteados desde la habitabilidad. Del concepto de departamento Para la Facultad, departamento es la unidad académica activa y gestante que asocia saberes del Hábitat, sus regiones afines, flujos y dinámicas para la generación de conocimiento crítico y reflexivo. El departamento está inmerso en una realidad compleja, ostentadora de razonamientos multidimensionales, capaz de aunar profesores en una comunidad académica de orientaciones e intereses relativamente homogéneos alrededor de problemas pertinentes y relevantes para el desarrollo del conocimiento y para el desarrollo de la sociedad.

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En términos más concretos, la Facultad del Hábitat entiende por departamento la unidad académico-administrativa básica, que aglutina una comunidad de profesores e investigadores, relativamente homogénea, la cual realiza labores de docencia, investigación, y extensión o vinculación, en un campo especializado del conocimiento. De acuerdo con los principios y propósitos de la reestructuración de la Facultad del Hábitat, en el departamento se concentrarán los investigadores y docentes (de diversos niveles y categorías que provienen de campos relativamente comunes). La estructura organizativa los departamentos de la Facultad deberán favorecer la interdisciplinariedad. De ahí que sea necesario establecer instancias internas dentro de ellos y estrategias que faciliten y fortalezcan la interrelación para las actividades propias de los grupos o equipos de trabajo articulado alrededor de la investigación (cuerpos académicos), para lo cual todos tendrían que estar en la investigación, y de la formación (academias), que requerirá de un planteamiento desde el orden epistémico para que opere correctamente. En síntesis, el departamento habrá de marcar su prospectiva en el campo de conocimiento respectivo que su propia naturaleza le determine, en coherencia con las políticas y los objetivos de la Facultad, formuladas en los planes de trabajo. Así mismo, organizará su programa de acción y desarrollo de manera colegiada, en consonancia con el proyecto educativo de la Facultad. De las funciones de los departamentos. Como entidad académica los departamentos de la Facultad del Hábitat promoverán la participación de sus docentes con base en su interés personal y grupal, experiencia, historia, afinidades y objetivos. Estos aspectos deberán estar en coherencia con la misión, propósitos, fines y metas que los departamentos definan en sus correspondientes planes y programas de desarrollo, de mediano y largo plazo, pero lo importante es que se haga de modo integrado, con el fin de evitar el riesgo de que se conviertan en parcelas del conocimiento. Dichos planes deberán contemplar políticas, estrategias y acciones, alrededor de las funciones sustantivas de los departamentos, en coherencia con las funciones sustantivas de la UASLP como son la docencia, la investigación, la extensión y la vinculación, así como con sus objetivos, misión y visión.

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Por lo tanto, de conformidad con la misión y visión de la Facultad, los departamentos estarán organizados en equipos, grupos, colectivos (academias y cuerpos académicos). Esto significa que se pueda cubrir, con el perfil de investigadores, el amplio espectro de los campos del conocimiento. Los Cuerpos Académicos son una figura de la SEP, pero es parte de una estructura externa a la estructura organizacional de las instituciones, sin embargo tendrá que encontrarse el modo de provocar la integración de estos Cuerpos a la organización propia. Por otro lado, podrá haber grupos de investigación propios de la Facultad. Por otro lado, en la UASLP existe la figura académica, que son los Institutos de Investigación que podrá ser promovido en la Facultad para cubrir intereses particulares. Se deberá de entender que el investigador verdadero requiere de concentrarse en su actividad de modo profundo, sin distraer tanto su atención en un sinnúmero de actividades que surgen en la vida de una escuela. Ellos requieren el tiempo suficiente para hacer investigación. La aplicación del conocimiento es el más sencillo de los ejes en que opera la Facultad, y es lo que corresponde a la formación en las licenciaturas. Estos grupos -o pequeñas comunidades- estarán vinculados a:

a) La investigación o producción de conocimientos, conjugando sus esfuerzos, compartiendo repertorios de conocimientos y prácticas, y generando y manteniendo compromisos mutuos y vinculantes hacia adentro, y hacia afuera con otras comunidades académicas.

b) La docencia a través de la cual podrán en juego su experiencia

docente y profesional, sus reflexiones pedagógicas y sus estrategias pedagógicas, para facilitar a los estudiantes un aprendizaje contextualizado, flexible y orientado a promover su crecimiento intelectual y social. Así mismo reflexionarán, analizarán y ponderarán su práctica pedagógica en los diferentes contextos de aprendizaje que promuevan (aulas, talleres, laboratorios, trabajo de campo, prácticas, etc.) reafirmando su vocación pedagógica, y su identidad académica.

c) La extensión y la vinculación a través de la promoción de proyectos comunitarios en los cuales puedan vincular a los estudiantes y a otros actores sociales. Se podrá orientar, además, hacia el estudio de la pertinencia de los programas. Así mismo favorecerán la selección pertinente de las prácticas de los estudiantes con el propósito que éstos desarrollen sus competencias cognitivas y socio-afectivas, su identidad profesional, y su sentido de responsabilidad social.

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La investigación podrá tener una participación más importante para la atención de las necesidades. En ese sentido tendrán actuación los profesores investigadores desde su función en la Universidad, aunque eso también será un asunto a atender y resolver por parte de los profesionistas. La investigación que se realice puede coadyuvar a la comprensión de los problemas del Hábitat y de los elementos necesarios para su solución, además de contribuir con la crítica a los programas y proyectos desarrollados e implantados por la sociedad y por los gobiernos, así como se podrá divulgar este estado de las cosas. Esto tendrá que estar muy dirigido a la formación de los estudiantes y no solo pensado como una acción de extensión, deberá de ser inherente a la formación de los profesionistas y deberá de ser parte de la mística y de la ética en esa formación. Los estudiantes deberán de entrenarse en ello con los ejercicios del Taller, con un enfrentamiento directo con la realidad, lo cual es muy diferente a las prácticas profesionales, al ser el proceso de formación académica un proceso planeado, evaluado y conducido por la propia institución. De un modo semejante había sido planteado en el plan 77 de la Unidad del Hábitat, para las Áreas de Investigación. La flexibilidad del currículo se había formulado a partir de materias optativas por líneas de especialización, que se considera ahora en la nueva propuesta en la parte final de la formación profesional y en el área de la profundización. Esto significa que los departamentos:

Velarán por el mejoramiento del nivel de calidad de la formación, la investigación, la extensión y la vinculación.

Serán responsables del ofrecimiento de materias a los diferentes programas de formación de la Facultad.

Desarrollarán investigación sobre los objetos y campos de su competencia, y apoyarán los procesos de investigación vinculados a la docencia.

Propiciarán la comunicación entre profesores, y entre profesores y alumnos, la cual será necesaria para el fomento de la interdisciplinariariedad.

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Contribuirán con los comités curriculares a fortalecer el desarrollo de un currículo flexible.

Sobre las Dimensiones y los campos de conocimiento. Las dimensiones y los campos de conocimiento son los principios que permiten la organización de los saberes del hábitat y que se expresan tanto en la actividad de los departamentos, como en la estructura curricular. Las dimensiones y los campos de conocimiento permiten, en consecuencia, tanto el ordenamiento dentro de los departamentos, como el diseño de la organización y estructura general del currículo de cada programa de licenciatura que forma parte de la Facultad del Hábitat. Al referirnos al nuevo modelo curricular flexible, pertinente e innovador, plantearemos de manera específica las dimensiones sobre las cuales se fundamenta la organización curricular de los programas de licenciatura de la facultad. De los Campos de Conocimiento. Los Campos de Conocimiento son continentes de saberes y dinamizadores de las funciones de los departamentos; nutren y regulan la orientación, pertinencia, consistencia, correspondencia y relaciones del quehacer de los profesores, en función de su orientación a los conocimientos provenientes de las diversas disciplinas y regiones epistémicas. Los campos de conocimiento alrededor de los cuales se trabaja en los departamentos también son un fundamento de los contenidos curriculares los cuales se traducen en las materias, seleccionadas, organizadas y distribuidas en las correspondientes áreas de formación de los programas: básica, profesional y de profundización. Sobre los campos del conocimiento habrá que trabajar más adelante, con la finalidad en principio de precisar cuáles son los que corresponden a cada uno de los departamentos, y sobre todo cuáles son los que establecen la relación tripartita que vincula a los departamentos para la Síntesis Conceptual. El trabajo real y efectivo en la relación de estas tres partes habrá de asegurar el efecto en lo curricular, en el trabajo de los docentes y en el resultado en el aprendizaje de los alumnos y su formación. Por otro lado, también se precisarán cuáles son los campos que tienen que ver con la implementación de los contenidos en la práctica real del trabajo del estudiante en el Taller de Síntesis, en el campo de las carreras, con la intención de fortalecer esta relación y llevar a la verificación de estas relaciones que se traduce en la Síntesis Instrumental.

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La Síntesis Académica se da nuevamente a partir de la relación necesaria entre los tres departamentos, como entidad completa, en su relación con la Secretaría Académica y en el objetivo de la búsqueda de la formación integral y única de los estudiantes del Hábitat en lo común, indistintamente de la carrera que se trate, como lo es el Área Básica de la formación y todos los otros momentos de relación que guardan las carreras. Cada uno de los departamentos tiene una definición particular que se presenta a continuación, junto con su Objeto y las Funciones que cumplen en la nueva Estructura Académica. Departamento de Estudios del Hombre y de la Sociedad (Estudios del ser humano y su medio) Definición: Esta unidad académica atiende la producción y reproducción de conocimientos sobre la sociedad y el ser humano y sus vínculos, en y desde perspectivas filosóficas, culturales, históricas, ambientales, éticas y políticas en el hábitat. Se atiende de modo directo también al medio habitable del ser humano. Objeto: Su objeto de conocimiento es la condición humana, su complejidad ontológica, epistemológica, estética, praxiológica, cultural, ambiental y socio-histórica, y sus relaciones con las diversas expresiones o manifestaciones de los hábitat posibles en la sociedad. La condición humana es una la construcción sociocultural que no puede abstraerse de su hábitat. En este sentido, el departamento asume como objeto de estudio al ser humano, como creador y transformador del mundo y a la sociedad como la expresión de la relación entre las personas para su atención. Al mismo tiempo, asume el hábitat como la manifestación del espacio de vida del ser humano y de la sociedad y como el espacio en el cual puede tener existencia. Funciones: A partir de la pertinencia de su objeto de estudio, el departamento orienta su quehacer investigativo y formativo mediado por el principio del trabajo dialógico entre los profesores organizados en pequeñas comunidades

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interactivas, que participan y colaboran socializadamente. Las academias serán estos espacios y serán conducidas por los profesores experimentados. El Departamento de Estudios del Hombre y de la Sociedad -DEHS-, desarrolla un trabajo de construcción conjunta en: la producción, transferencia y reproducción de conocimientos y en la selección y organización de los mismos para el fortalecimiento y dinámica de los contenidos curriculares (como lo debe hacer todo departamento), a partir de los saberes del Hábitat. Campos de Conocimiento: Los Campos de Conocimiento del DEHS son continentes de saberes y dinamizadores de las funciones de los departamentos; nutren y regulan la pertinencia, consistencia, correspondencia y relacionalidad de los contenidos que se proponen en las dimensiones formativas de la UASLP, en este caso, las referidas a la condición humana y a su relación con la sociedad, la cultura, el medio ambiente, y hábitat, que se traducen tanto en la investigación que el departamento realiza, como en los aportes que brinda a la formación a través de las materias que ofrece. El DEHS establece su programa de trabajo alrededor de tres campos de conocimiento:

La Condición humana (el humano como individuo y la naturaleza)

La Sociedad (el individuo en relación: la sociedad)

La relación con el ambiente (la sociedad y el medio ambiente) Departamento de Estudios de Arte y Diseño (Estudios en Estética) Definición: Esta unidad académica tiene que ver con la relación creativa comunicativa y significativa de conocimientos y prácticas referidas al arte y el diseño en el ámbito del hábitat. Objeto: El objeto del departamento es el conocimiento y las prácticas propias del diseño, las cuales cruzan, a su vez, la relación y experiencia estética del ser humano con el hábitat en sus tres bases y directrices: teórico-cognoscitiva, práctico-productiva y práctico-utilitaria.

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Funciones:

A partir de la pertinencia de su objeto de estudio, el departamento orienta su quehacer investigativo y formativo mediado por el principio del trabajo dialógico entre los profesores organizados en pequeñas comunidades interactivas, que participan y colaboran socializadamente. Las academias serán estos espacios y serán conducidas por los profesores experimentados. El Departamento de Estudios de Arte y Diseño -DEAD-, desarrolla un trabajo de construcción conjunta en: la producción, transferencia y reproducción de conocimientos que vinculan teoría y creación en la selección y organización de los mismos para el fortalecimiento y dinámica de los contenidos curriculares (como lo debe hacer todo departamento), a partir de los saberes del Hábitat. Campos de Conocimiento: Los Campos de Conocimiento del DEAD son continentes de saberes y dinamizadores de las funciones de los departamentos; nutren y regulan la pertinencia, consistencia, correspondencia y relacionalidad de los contenidos que se proponen en las dimensiones formativas de la UASLP, en este caso, las referidas la creación, significación, estética y la crítica, que se traducen tanto en la investigación que el departamento realiza, como en los aportes que brinda a la formación a través de las materias que ofrece. El DEAD establece su programa de trabajo alrededor de cuatro campos de conocimiento: La relación teórico-crítica (con la inclusión de los estudios estéticos) La relación estético-semiótica (más allá de lo semiótico, se aborda el campo de la hermenéutica y la heurística, en conjunción con la poiesis) La relación expresivo-comunicativa La relación creativo-artística (propiamente la poiesis, considerando una parte que es clave, que es lo metodológico) (Teórico-Crítico, Poiesis, Comunicativo-Interpretativo) Departamento de Estudios de la Técnica y la Tecnología (Estudios en Técnica y Tecnología) Definición:

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Esta unidad académica tiene que ver con la producción y reproducción de conocimientos y prácticas referidas a la ciencia, la tecnología, y la técnica, sus relaciones intrínsecas y su aplicación en la realización material o virtual de las propuestas de solución a problemas planteados desde la habitabilidad (en su dimensión más amplia, lo cual cubre todo el espectro y no únicamente el aspecto espacial; la habitabilidad se considera como cubriendo las necesidades axiológicas y existenciales). Objeto: Su objeto de conocimiento lo constituye, específicamente, la relación entre las técnicas y las tecnologías que, de manera particular, atienden a la realización. Se entiende por realización dentro del proceso de diseño, el momento en el que se pasa de una idea abstracta a un hecho u objeto concreto apoyado por la técnica para aplicar una posible solución de diseño en un determinado contexto y que propicia un desarrollo tecnológico. Después este desarrollo tecnológico es nuevamente reflexionado por el diseño y sus procesos, para abstraer un conocimiento que alimenta nevamente al propio diseño. Funciones: A partir del principio del trabajo dialógico en comunidades de docentes, como grupos interactivos de cooperación y colaboración, el Departamento de Estudios de la Técnica y la Tecnología –DETT- desarrolla un trabajo de: producción, transferencia y reproducción de conocimientos y en la selección y organización de los mismos para el fortalecimiento y dinámica de los contenidos curriculares, a partir de los saberes del Hábitat y de la comprensión acerca de la estrecha relación entre creación-acción, arte-técnica. Campos de Conocimiento: Los Campos de Conocimiento del DETT y de los otros departamentos, en esencia, son continentes de saberes y dinamizadores de las funciones del departamento. En particular tanto los campos de conocimiento del DEAD, como los del DETT, responden a dominios de las disciplinas proyectuales, mientras que el DEHS establece campos de conocimiento que permiten contextualizar. Por esto, se ve necesario enfatizar en que acción se reflejan para poder trasladar los campos de conocimiento a la investigación que el departamento realiza, y a los aportes que brinda a la formación a través de las materias que ofrece.

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El DETT establece su programa de trabajo alrededor de seis campos de conocimiento:

La ciencia fáctica y formal

Los saberes no científicos y eco-saberes

La técnica inventiva

La técnica instrumental

La tecnología para el funcionamiento

La tecnología para la realización (Se debe de precisar la diferencia entre la Técnica y la Tecnología, así como señalar de modo preciso la orientación de los contenidos señalados con ascendencia científica. El planteamiento se formulará en el sentido de los recursos, la factibilidad y la pertinencia –social, económica, tecnológica, cultural…-, tecnología –considerando no sólo aspectos técnicos, sino la teoría o filosofía si se quiere, sobre el desarrollo de la ciencia-, las técnicas, los materiales, la mano de obra, la “transferencia” tecnológica, el desarrollo tecnológico. Todo lo anterior para que se declare una posición ante la avasalladora tecno-ciencia que prevalece en el mundo. En el campo de los saberes no científicos, o eco-saberes, es necesario también que exista una postura para precisar los conceptos en principio sin que se confundan, así como señalar los procedimientos que llevan al desarrollo científico y tecnológico: experimental, teórico, heurístico, empírico. Este departamento atiende a la concreción de las ideas, de los proyectos –no tanto de los diseños-.) Planteamiento Pedagógico; El Modelo de formación Integral Universitario y la Facultad del Hábitat Uno de los propósitos básicos de la reestructuración académica y curricular de la Facultad del Hábitat es la transformación de las prácticas de formación profesional. Tradicionalmente, la formación profesional ha descansado en la labor del profesor cuya formación, como orientador de los procesos de

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enseñanza aprendizaje, se expresa por lo general, en una mezcla del conocimiento científicos adquiridos a lo largo de su carrera como estudiante y que ha seguido adquiriendo en el desarrollo de sus actividades profesionales, y en los aprendizajes que como profesor ha logrado en la interacción con los estudiantes, con otros profesores. Esta última clase de conocimiento (conocido como conocimiento tácito) es más producto de su experiencia y no la ha adquirido a través de la instrucción. Esta situación es casi generalizada en la Universidad y en la Facultad, y en muchas ocasiones ha sido causa de tensiones y conflictos con los estudiantes, y también de mortalidad académica, ya que la falta de conocimiento pedagógico impide que el profesor desarrolle estrategias y medios que posibiliten una relación pedagógica más centrada en las necesidades, intereses, y oportunidades que un proceso de enseñanza-aprendizaje flexible puede ofrecer. No basta poseer las formas coherentes, explícitas, y especializadas del conocimiento científico o tecnológico para coadyuvar en los procesos formativos. Es necesario acceder al conocimiento del sentido y significado que tiene la práctica pedagógica como proceso consciente y definido en sus propósitos, medios y fines, para favorecer la formación integral de los estudiantes. Si esto no ocurre, podemos decir que la tarea del profesor se reduce a la llana actividad de instrucción mediante la enseñanza. Para el Modelo de formación Integral Universitario -MFUI-, “el proceso de formación no es un proceso que no sólo va del exterior al interior del sujeto. Es fundamentalmente, un proceso interior. Por esto, formación también puede equivaler a crecimiento interior, desarrollo personal, construcción de identidad. En la medida en que un sujeto se va formando crece, va adquiriendo nuevas formas de relación, fortalece su identidad, robustece el carácter, redefine su conducta, afina sus maneras”.3 Por esta razón, la formación está asociada a la cultura, y “ésta es en sí misma un principio formativo en la medida en que constituye la forma de ser, la forma de relacionarse, el tipo de conducta, las maneras, las posiciones y disposiciones de los individuos”.4 Por esta razón, “formación no equivale a enseñanza. La enseñanza puede ser uno de los elementos, de los componentes de la formación, pero no es una condición obligada o necesaria”.5

3 UASLP (2011) Modelo de formación Integral Universitario. San Luis Potosí: UASLP. Página 7.

4 Ibidem.

5 Ibidem

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La UASLP ha considerado importante que los futuros profesionales desarrollen en alto grado sus competencias de tal forma que puedan desempeñarse con solvencia, en el ejercicio de su profesión. “Para la UASLP este planteamiento es relevante ya que la Universidad considera fundamental formar integralmente a los futuros profesionales y lograr que éstos alcancen un alto nivel de desarrollo de su competencia profesional”.6 En este sentido, el MFUI tiene presente el desarrollo de las competencias entre sus estudiantes, pero considera fundamental que todos los actores involucrados en su quehacer coadyuven directa o indirectamente a la formación integral.7 Los tres aspectos mencionados, la cultura, la enseñanza, y el desarrollo de competencias constituyen elementos claves de la formación integral. Estos tres aspectos implican, a su vez, el desarrollo de estrategias formativas que permitan incidir en los comportamientos y aspectos disposicionales de los estudiantes, de tal forma que asuman actitudes más participativas, más creativos, más responsables. En coherencia con estos aspectos, el proyecto de reestructuración académica y curricular de la Facultad del Hábitat se ha orientado desde una concepción de formación que va más allá de la tradicional forma de impartir docencia. En este sentido, y de manera particular, la reestructuración curricular se concibe a sí misma como la expresión de un modelo de formación flexible e integral. Por una parte, establece los componentes los cuales confluyen de manera integrada a lograr una formación más articulada e integral. Por la otra, introduce la flexibilidad como el medio para que los estudiantes puedan participar en la selección de materias que estén en el marco de sus intereses y necesidades. También se establecen los énfasis de profundización que indirectamente permiten conectar a los estudiantes interesados en la formación de postgrado. La transformación curricular ha permitido generar nuevos contextos de práctica pedagógica, los cuales son hoy un principio institucional, consagrado en el Manual para la formulación de propuestas curriculares. Este documento, que ha sido una guía para la acción contiene los elementos necesarios que orientan la práctica pedagógica. A partir de estas orientaciones la Facultad ha concebido la necesidad de formular modalidades pedagógicas que, en consonancia con la naturaleza misma de

6 Ibidem, p. 8

7 Ibidem

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los programas, permita que la formación discurra en el continuum teoría práctica, al tiempo que garantice la formación integral, con la participación de todos los campos del saber en los aprendizajes de los estudiantes. La Facultad del Hábitat reconoce la importancia de contar con un modelo de formación integral que basado en los principios del MFUI orienten el quehacer presente y futuro de profesores, estudiantes y administradores. Desde esta perspectiva, concibe el proyecto de reestructuración académica y curricular como:

Un proyecto de innovación y transformación, enmarcado en las políticas de la UASLP y en la misión y visión de la Facultad.

Un medio de lograr que la formación profesional se conciba como una formación integrada e integral, en los diversos de campos de conocimientos y de prácticas propuestos en los currículos de los programas educativos.

Un medio para lograr iniciar una transformación profunda en las practicas prácticas pedagógicas de los profesores para, de esta manera, lograr que el aprendizaje esté guiado por los principios de relevancia, pertinencia y contextualización.

Un medio para que la formación integral se inscriba en los principios institucionales proclamados por la UASLP, como son: universalidad, equidad, participación, solidaridad, respeto, y colaboración, que favorezcan el desarrollo de un nuevo sentido de ciudadanía.

Una estrategia para garantizar a través de la formación científica, tecnológica y humanística, el desarrollo las competencias profesionales integrales.

Finalmente, la Facultad ha interpretado el propósito institucional de la UASLP de incluir en la formación un conjunto de dimensiones que desde diferentes enfoques o perspectivas permiten perfilar la integración y la integralidad de la formación. Para tal efecto, ha considerado pertinente expresar las dimensiones formativas propuestas por la Universidad, bajo la forma de componentes de formación. En este sentido se apoya en, e interpreta, la formulación institucional consignada en el MFUI que plantea que:

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“Se requiere formalizar las dimensiones formativas ya sea a través de su inclusión en los currículos, ya sea a través de la organización de programas de acción institucional que permitan recrear holísticamente el quehacer y el vivir del estudiante en la cultura universitaria. Sólo así, las dimensiones podrán considerarse en auténticas bases sociales de la formación universitaria integral” (p. 23). La Facultad del Hábitat es consciente de los retos que implica una reestructuración académica y curricular. Sin embargo, el apoyo de ésta sobre las bases institucionales consagradas en los documentos existentes, le permiten afirmar que los cambios curriculares, pedagógicos y evaluativos que se proponen prospectivamente, tendrán un impacto histórico en la vida del Hábitat, ya que dichos cambios obedecen no solo a una voluntad administrativa por proveer a esta entidad de los medios y estrategias para consolidar su excelencia sino, también, a las demandas de la época, la cual exige tener una visión más coherente y comprensiva de los tiempos actuales, sus crisis, sus conflictos, y la voluntad de contribuir a lograr participar en el mejoramiento de los destinos regionales, nacionales y mundiales. Con estos puntos de vista, presentes en el proyecto de transformación de la Facultad, ésta logrará los propósitos consignados en este documento, los cuales hacen honor a su historia y a su trayectoria. (Observaciones generales desde la Facultad del Hábitat): Es importante señalar la preocupación que existe en la Facultad con respecto al tiempo de formación de los estudiantes y la obtención de los resultados que se esperan en un tiempo de 5 años. La pregunta es si es posible que esto se consiga, en la consideración del perfil con que ingresan los estudiantes, después de una etapa de adolescencia en lo personal. Sobre el tema de las competencias, se ha de entender que éstas pueden ser circunstanciales, o bien temporales, y se puede correr el riesgo de que se agudice la obsolescencia del profesionista que de modo limitado se apega al cumplimiento de las mismas. En cambio, una formación para el desarrollo de habilidades y actitudes que lo formen como profesionista, puede ofrecer más elementos para que el sujeto se ajuste, auto-actualice, y sobre todo entienda su realidad a lo largo de su vida profesional y se comprometa con la responsabilidad en la que se está formando.

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El modelo de formación flexible e integral habrá de asegurar que les permita a los estudiantes tener esas opciones que les faciliten el proceso de formación y les complemente en lo que consideren necesario o en lo que cubra sus intereses personales y profesionales. Con respecto a los énfasis de profundización del final de la carrera, primero habrá que verificar que se cubran los contenidos del perfil de egreso, que en cada carrera podrán complementar la formación con énfasis particulares en los campos de la reflexión, la creación y la producción. Con respecto a las materias electivas complementarias o libres, será importante que quede claro el modo en que éstas cubran los complementos que sean más necesarios de las carreras, y que aún a partir de su condición de electivas, puedan redondear la formación del estudiante en los campos más requeridos por el perfil de egreso. Cuando el objeto sea la profundización, deberán de ser cursos especializados para diferentes perfiles, como caso, como gestor, diseñador, tecnólogo, docente, investigador, ambientalista… etc., o bien si el objeto es la epecialización en temáticas, deberán ser cursos, como tecnología apropiable, high-tech, urbanismo, estructuras, uso de tecnologías digitales, bioclimatismo, supervisión de obra, diseño de interiores, vivienda de bajo costo, espacios para la salud, etc. El otro aspecto señalado es el de la relación con el posgrado, cuando el estudiante vincula los procesos, asociando los tiempos dedicados al Verano de la Ciencia, el Servicio Social, etc. Para el continuum señalado que se refiere a la relación teoría-práctica, es importante que los programas educativos hagan la precisión respecto al modo en que lo van a conseguir. Es fundamental que en el diseño de los programas de las materias se contemple la práctica o e acercamiento a la realidad, con visitas guiadas y organizadas en los grupos, o bien formuladas como una tarea, a obras, a espacios o contextos, a despachos, a oficinas gubernamentales o privadas, etc. Con relación a la formación integral, las materias electivas libres formulan el complemento de otros contenidos que van a lograr el objetivo de esa formación. Hay opiniones respecto a la conveniencia de que estas materias cuenten dentro del currículo, o bien puedan considerarse solamente como requisitos, en algunos casos para acreditar algún curso. En los inicios de la existencia de la Facultad del Hábitat, aún como Carrera de Arquitectura, se solicitaba a los alumnos asistir a conciertos, conferencias, exposiciones, en

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espacios como la Casa de la Cultura, o en congresos nacionales o regionales, se les solicitaba firmar la asistencia y no había una calificación. Podrían existir programas de eventos de este tipo que complemente la formación del estudiante. Del mismo modo podrá darse tratamiento a los temas de la salud, de la alimentación, del deporte, etc. A estos asuntos se les debe de vincular estrechamente y de modo programático, con el trabajo tutorial que realiza la Facultad y la Institución, para que la tutoría que ejercen los docentes sea eminentemente académica.)

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Del campo de lo Curricular. Para la Facultad del Hábitat el campo curricular es aquel campo en el cual se desarrolla el trabajo conceptual, metodológico y operativo en materia curricular. De la misma manera que el campo académico se relaciona con la organización de los actores académicos alrededor de la división del conocimiento en disciplinas y regiones epistémicas, organización que da origen a unidades académicas de diferentes jerarquías (dpto, escuela, facultad, otras), el conocimiento, igualmente, se convierte en el principio organizativo del campo curricular.

El campo curricular tiene como propósito definir todos los aspectos académicos y administrativos relacionados con la formación y con los medios y estrategias para este logro, como son el diseño, desarrollo y gestión de los programas de formación. En el campo curricular se plantean y replantean las formas de selección, organización-relación, y distribución de los contenidos (conocimientos, prácticas, técnicas, tecnologías, modelos, etc.) que intervienen en los procesos y prácticas de formación profesional. Es importante considerar que este no es un simple proceso instrumental y administrativo. La formación académica y profesional de los estudiantes conlleva no sólo la relación que éstos puedan tener con el conocimiento. En la formación están implicados también diversos contenidos culturales los cuales se convierten en pilares de la estructuración del ser, el saber y el hacer. Es por esta razón que el currículo es uno de los medios posibles de formación legitimado en todas las instituciones de educación. Es preciso señalar que esta diferenciación entre los campos académico y curricular, no deberá de desvincular las relaciones entre las partes que integran la Facultad. Esta diferenciación se marca como respuesta a que el modelo no operó. Si el Modelo original no operó no significa que no

Organización del conocimiento

Organización académica

Organización curricular

Profesores Programas

de formación

Campo académico

Campo curricular

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funcionara, la operación formulada de inicio estaba sustentada en unas relaciones de sus elementos que tendrían que darse, cosa que para la propuesta se mantiene, tanto en la existencia de esos elementos como en la relación que deben de mantener. Es preciso trabajar en el desarrollo en detalle del modelo, la precisión de sus elementos y relaciones y trabajar en la seguridad de que la operación se va a dar. La Facultad del Hábitat ofrece programas educativos en los diferentes niveles de formación académica (Licenciatura, Especialidad, Maestría y Doctorado). En esta ocasión, se han tomado los seis programas de licenciatura de la Facultad, cuyo plan de estudios es original del año 2006 para el caso de las 4 carreras tradicionales, y del año 2007 para el caso de las 2 carreras de la nueva oferta educativa. Los elementos que integran el Mapa Curricular son:

Las áreas, que son formas de distribución temporal de los contenidos y determinan el avance académico del estudiante.

Los Componentes, que son los espacios en los cuales se organizan los contenidos de las materias, por afinidad.

Las materias, que son las unidades programáticas de contenido, las cuales en su conjunto constituyen lo que va a hacer al profesionista.

Con estos elementos se construyen los mapas curriculares de las carreras. La determinación de este modo de organización fue uno de los factores que demandó la reestructuración académica de la propia Facultad.

Áreas. Las áreas son ahora concebidas como temporales, para el desarrollo del programa educativo. Dicho de otra manera, las áreas son espacios de organización de materias que se distribuyen temporalmente (progresivamente) en la propuesta del mapa curricular de los programas de la Facultad. Para este efecto, se han señalado como:

El Área Básica, que considera los dos primeros semestres en la propuesta del mapa curricular. En esta Área se ubican las materias que son comunes a la formación universitaria. En este sentido son comunes a las carreras propias de la Facultad del Hábitat. Se destaca en ésta área el tema general del Hábitat como objeto de

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estudio sobre el cual habrán de trabajar todos los estudiantes de la Facultad en el primero y segundo semestres. Sin embargo, en el segundo semestre se introducen dos o tres materias básicas en cada programa, con el propósito de comenzar la fundamentación de la propia carrera y la preparación para la formación profesional. En ese sentido el segundo semestre del área básica ya orienta al alumno a la profesión.

El Área Profesional, la cual considera los siguientes seis semestres en la propuesta del mapa curricular. En estos seis semestres el alumno desarrolla toda su formación y centra su trabajo en lo que se refiere al campo de su profesión. Aquí se ofrecen materias que pueden ser compartidas entre las diferentes carreras de la Facultad, dado que los contenidos sean comunes entre ellas. También se ofrecen materias electivas libres, las cuales contribuyen de manera directa a la formación integral, y materias electivas complementarias de la profesión.

El Área de Profundización (que trabaja en los campos de especialización que van a elegir los estudiantes), la cual considera los últimos dos semestres en la propuesta del mapa curricular. Esta área tiene que ver con las posibilidades que pueda encontrar el estudiante para dar una orientación a su formación en función de los intereses que él mismo tenga, y de las capacidades y competencias que haya desarrollado y reconocido. Se han formulado tres campos de profundización (o de énfasis, o de especialización) que permitan a los estudiantes una selección flexible de acuerdo con sus intereses y necesidades formativas. Los énfasis tienen como fundamento común la Reflexión (pensamiento), la Creación (diseño), y la Realización (ejecución o producción). Alrededor de éstos, se ofrecerán al estudiante materias que sean de su interés. El estudiante también podrá encontrarlas en otros espacios educativos de la Universidad, o de otras instituciones educativas. Dentro de la generalidad con que puedan aparecer estos énfasis, podrá trabajarse la especialización y la precisión de las materias que los integren, en función de posibles perfiles que se darán en esos tres ámbitos. En el mapa curricular podrán hacerse evidentes.

Es importante considerar que los límites entre el segundo y el tercer semestre no son tajantes, así como tampoco los que están entre el octavo y noveno semestre (es decir, los límites entre las áreas básica y profesional, y entre la profesional y la de profundización). Estos límites no son límites rígidos, sino más bien integrados, dándose la posibilidad de que existan algunas materias de la profesión en el área básica y algunas de la básica en

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la profesional, así como también algunas de la profesional en la de profundización y viceversa. Sobre lo que anteriormente fueron los Niveles de Formación (Conceptual, Implementación y Especificación) y ahora se entienden como Procesos de Aprendizaje del Estudiante. Los anteriormente conocidos Niveles de Formación en la carrera del estudiante, reconocidos como Conceptualización, Implementación y Especificación, fueron sometidos a un examen crítico, especialmente sobre la manera como fragmentaban los procesos cognitivos en el currículo, que produjo una secuencia rígida entre conceptualización, implementación y especificación. Se ha demostrado que los procesos cognitivos son procesos integrados que deben ser asumidos holísticamente en las prácticas de formación. Esta es la razón principal para su desaparición como niveles de formación fragmentados y como espacios temporales de división del mapa curricular.

Es importante señalar también que estos conceptos estuvieron asociados al nivel de desarrollo de los proyectos en el Taller de Síntesis, como lo conceptual, anteproyecto y proyecto respectivamente, por lo tanto, relacionados directamente con el alcance de las entregas del Taller por nivel y conforme a los conocimientos que en ese sentido iban recibiendo. Es fundamental que se reconsideren estos aspectos ahora. La realidad es que el estudiante desarrolla los procesos de aprendizaje de modo integrado, estructurado y permanente, a lo largo de toda su carrera. Así ha sido trabajado incluso en algunos espacios educativos de la Facultad, como el caso del Taller E, después Taller 6 de la carrera de Arquitectura desde la década de los años 80.

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Sin embargo, la importancia de su contenido conceptual se ha enriquecido y ha servido para implementar prácticas, funciones o procesos que el estudiante enfrenta a lo largo de su formación. De esta manera, el alumno conceptualiza, implementa, y especifica, en cualquier semestre en que se encuentre. Con referencia a los niveles de formación, se establece en un dibujo la relación que se piensa que sería la correcta entre los conceptos de lo epistémico y lo contextual, a lo largo de la formación del estudiante, desde el Curso Básico y sus sucesivos momentos de avance Conceptualización, Implementación y Especificación, ahora entendidos como las áreas Básica, Profesional y de Profundización, además de la etapa terminal de titulación. En este balance se comienza con el predominio de lo epistémico (E) y se concluye con el dominio de lo contextual (C). En el área Básica se tiene en el primer semestre el entrenamiento en los elementos básicos de la composición y se provoca que se desarrolle en los alumnos cierta sensibilidad para comprender el mundo en que viven y las demandas de las carreras de la Facultad. Esto se ha trabajado para ser renovado, pero no se descarta. Aún con ese entrenamiento los alumnos observan ciertas carencias, por lo tanto se reitera la importancia de esa formación inicial. En el Área Básica se van a ofrecer los cursos que dan los principios en que se sustenta la Facultad, para la formación en todos sus programas, cursos que son los que definen la identidad de la Facultad y también de la carrera en su caso, con contenidos de naturaleza ética, estética, social, política, epistémica, etc., que trabajan sobre su actuación con relación al individuo , la sociedad, la naturaleza, la cultura, la historia, en el nivel local, regional, nacional y global. Los cursos deberán de ser determinados tanto por la Institución como por la Facultad. La investigación y la crítica que comienzan desde el inicio, deberán de mantener una formación inherente en su formación durante todos los semestres, de modo que esto se manifieste en todos sus trabajos académicos. Esto va a provocar que estos contenidos se den a lo largo de los semestres, de modo inherente, “natural”, y no como un matiz o un contenido agregado o independiente –que a veces se observa en mapas curriculares como elementos autónomos-, para contenidos que se refieren a asuntos tales como la sustentabilidad (nombre sobre el cual la Facultad

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habrá de precisar un concepto propio para su manejo) o el diseño universal, todo con la idea que se proporcionen las bases conceptuales y se conduzca a la reflexión y a la crítica.

Componentes. Los componentes se consideran como los conjuntos de conocimientos de disciplinas o regiones epistémicas que, pertenecientes a un campo, tienen características propias, y contribuyen de manera interrelacionada a la formación académica y profesional. Un componente es, pues, la expresión de un amplio campo de conocimientos, que goza de cierta autonomía e incluye disciplinas y prácticas distintas pero interrelacionadas. En la Facultad del Hábitat los componentes se han considerado principios articuladores de conocimientos y prácticas relativamente comunes, los cuales responden a las dimensiones planteadas en el Manual de Propuestas Curriculares, elaborado por la Secretaría Académica de la UASLP. Los componentes de la formación han permitido aglutinar un conjunto de materias relativamente comunes, presentes en los planes de estudio de los programas educativos de la Facultad. Los componentes también se consideran articulados a los planteamientos académicos de los departamentos, y tienen la finalidad básica de contribuir a la formación integral del estudiante, al tiempo que introducen orden al plan curricular de cada carrera, sin que esto signifique llegar al punto de establecer límites demasiado estrechos para los grupos de materias presentes en las propuestas curriculares de los mapas. En ese sentido, se formula que para el trabajo pendiente que va a precisar el detalle de los elementos y sus relaciones, esto debe de estar más bien planteado hacia una pre-síntesis (de conocimientos, instrumentos, habilidades), que apoye a la síntesis en el Taller, de modo que se pueden incluso “inventar” –en sentido de relación deseable- para tal fin. Los componentes actúan como principios regulativos de la relativa comunalidad de los contenidos de las materias. En cierto modo, el nombre del componente señala y determina de manera más precisa la orientación del curso. Los componentes también determinan la oferta de materias equivalentes de otras facultades o escuelas, o de otras universidades, susceptibles de ser homologables. Se podría argumentar que los componentes articulan materias que poseen una equivalencia epistémica o contextual.

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Los Componentes que la Facultad presenta para la organización del mapa curricular son los siguientes:

Componente Ético-Político

Componente Socio-Humanístico

Componente Estético-Cultural

Componente Técnico-Metodológico

Componente Científico-Tecnológico A continuación se presenta la definición de cada uno de los componentes, con la finalidad de que se reconozca de modo claro su pertenencia y pertinencia, así como su orientación, ubicación y relación dentro del mapa curricular de los programas educativos. Es importante señalar el rol eminentemente curricular de los Componentes, en un ejercicio posterior se habrán de confrontar estos Componentes con los Departamentos para verificar la consistencia de unos con otros y en su caso los ajustes que se consideren necesarios en la precisión de los elementos que componen a los Departamentos, en tanto campos del conocimiento. Definiciones de los Componentes: Componente Ético-Político El componente ético-político contiene dos elementos interrelacionados y complementarios. Por una parte, el aspecto ético que define la condición humana como sinónimo de persona que aspira a la perfección, reconocimiento y convivencia con sus semejantes. Por la otra, el aspecto político cuyo estudio se asienta en la condición social y colectiva y en el intercambio e interacción y comunicación de los seres humanos. Este aspecto se relaciona con el nivel de convivencia en el cual los deberes públicos, los derechos y la justicia representan el centro de los valores y principios deontológicos. Lo ético y lo político tienen que ver con tomar posición ante los problemas sociales, la condición humana, las condiciones y la producción de los espacios, esto ante la globalidad y las modas que implica, en la intervención en la naturaleza o en contextos patrimoniales, en ese sentido se requiere una formación con una mayor profundidad crítica. Es preciso establecer un compromiso mucho mayor en el ámbito de la competencia de los profesionistas y si se quiere, más allá de eso, como ciudadano, como mexicano y como ser humano. Esto son asuntos que deben ser resultado de una decisión del estudiante, en el conocimiento de

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las consecuencias de su postura y de su decisión en los proyectos, y después en su vida profesional. Tanto lo ético como lo político se orientan a la preservación de la libertad y la igualdad que culmina en la equidad. En este sentido recupera conocimientos sobre ámbitos críticos relativos al deber y las normas, al valor y sus implicaciones sociales, a los procederes intencionados y a las responsabilidades individuales y sociales de los fines y sus controversias. Incluye, igualmente, perspectivas de análisis y de actuación sobre los saberes y haceres técnico-metodológicos y científico-tecnológicos bajo la óptica de la justicia, la equidad y la prudencia, en primer lugar; de la congruencia, la libertad, el respeto mutuo, la alteridad, la tolerancia y la inclusión, en segundo lugar, y la solidaridad, la dignidad y la democracia, en tercer lugar. Finalmente, el componente desarrolla conocimientos, habilidades, actitudes y valores sobre la responsabilidad social, la misión del hábitat, los procedimientos técnicos y la complejidad tecnológica, en el ámbito de las decisiones y los compromisos con la sociedad en las múltiples dimensiones de la condición humana. Esto es una parte clave de la formación profesional de los estudiantes. Componente Socio-Humanístico En este componente se concentran los saberes asociados al estudio del ser humano tanto en lo individual como en las diversas expresiones de la vida social. También se hace referencia a la sociedad, como una organización que se expresa en una diversidad de comunidades humanas que responden a principios culturales y sociales específicos, en la historia y en su devenir. En consecuencia, el componente se expresa en dos conceptos interdependientes: sociedad y ser humano. Sociedad como agrupación de individuos cuya dinámica implica formas y grados de comunicación y cooperación sociocultural. El estudio de lo social (la sociedad) implica la selección de aportaciones teóricas clásicas8 y contemporáneos9 que se interesan por el comportamiento social y sus manifestaciones y

8 Abdel Rahman Ibn-Jaldún, Comte, Durkheim, Marx, Weber, Freud, Spencer.

9 G. H. Mead, A. Schütz, G. Simmel, Sorokin, Wright Mills, T. Parsons, I. Wallerstein, Robert K.

Merton, E. Goffman, P. Blau, , Althusser, Claude Lèvi-Satrauss, Michel Foucalult, E. Goffman, Jeffrey Alexander, J. Coleman, A. Giddens, P. Bourdieu, J. Habermas.

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realizaciones que hacen parte de los procesos de intercambio y de coparticipación (arte, ciencia, habitación, tecnología, formas de convivencia social, formal e informal, etc.). Al estudio de estos aspectos contribuyen las disciplinas sociales, principalmente la sociología, y otras como la antropología, la economía, la historia, la semiótica, así como las diversas perspectivas que en estas disciplinas han surgido en las últimas décadas, como los estudios culturales, los estudios de género, los estudios de la comunicación, y otros, desde los cuales se puede abordar la diversidad cultural, artística, estética, de diseño, de arquitectoneidad, de objetuidad, de comunicación, de urbanización, de conservación y preservación, de creatividad, de materialización y de producción técnica, manual y virtual, tecnológica, patrimonial, etc. El componente comprende otras alternativas de formación teórica tales como la epistemología de la organización social, de la estructura económica, del sistema político, de las manifestaciones de la cultura -tradiciones, costumbres, comunicaciones-, y una diversidad de metodologías contemporáneas sobre las mismas. En lo que concierne al ser y a su condición humana, en el componente se incluyen temas generales y específicos que estudian al ser humano en su fenomenicidad y complejidad y protagonismo en las dimensiones filosófica, antropológica, ambiental, histórica, y ética. Alrededor de este aspecto se incluyen modalidades metodológicas tales como caracterización, descripción y argumentación relativos a experiencias, trabajos y desempeños que culminan, mediante procesos, en proyectos realizados y materializados sobre un contexto y su entorno. El estudio de la condición humana también privilegia reflexiones sobre el origen, valor y evolución del conocimiento sobre el ser humano y su complejidad individual y social. En este sentido, la epistemología del pensamiento y sus habilidades, del lenguaje, de las formas de convivencia, del comportamiento, de la imaginación, de la inteligencia, emociones y voliciones, por una parte, y la ontología de los procesos de elaboración y progresión y alcances del trabajo humano y de las creaciones, edificaciones y objetos y su teorización (qué es, en qué consiste y cómo existe eidéticamente), por la otra, serán temáticas que permitan relacionar el ser con el saber, y éste con el método. El estudio del ser humano y la sociedad no puede abstraerse del estudio del hábitat y su historia. En este sentido, el componente se integra

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horizontalmente a los talleres en sus diferentes niveles, formando una especie de triada, ser humano-sociedad-hábitat. Esta triada implica el acceso a conocimientos y la comprensión de problemas que reciben su expresión en las respectivas materias del componente. El objetivo de este componente se orienta a lo que necesita el futuro profesionista en su formación, con temas y problemas específicos de naturaleza social, económica, psicológica, que para cada uno de los casos ya abordan diversos autores. Componente Estético-Cultural Este componente se concentra en los intereses y las capacidades con que deberán contar los futuros profesionales del Hábitat con respecto al tema general de la cultura y el arte, del mismo modo al conocimiento sobre lo humano (cotidiano y científico), así como a las prácticas (el trabajo, la producción, la creación) individuales y colectivas, las cuales son construcciones y productos culturales. El componente artístico-cultural realiza un recorte de esta inmensa relación y hace de sus manifestaciones objetos de estudio que pueden analizarse en términos de la creación, la creatividad, la imaginación, y en términos de los métodos y procesos sobre los cuales éstas se apoyan. La producción cultural ha de entenderse necesariamente como una consecuencia natural de los modos de ser y de existir de las personas, pero sobre todo de las sociedades. Componente Técnico-Metodológico Este componente se refiere al medio en que tienen lugar las precisiones con que el ser humano responde a las prácticas de las profesiones, en este caso del Hábitat. La Técnica y el Método representan los modos en que las personas realizan las cosas, son dependientes de la teoría y, por lo tanto, se asocian a la producción de conocimiento. Esto significa que este componente no se entiende estrictamente como la descripción de un modo de operar asociado exclusivamente a instrumentos. La técnica y el método son entonces los lugares en los cuales se deciden, con sustentos teóricos y metodológicos, los modos de hacer y de practicar las profesiones del Hábitat. En la estructura curricular de los programas educativos de la Facultad el componente técnico-metodológico se relaciona con el “saber cómo”. Se trata de un saber que se adquiere por medio del aprendizaje y perfeccionamiento de los procesos de la práctica proyectual. Los

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conocimientos operatorios y procedimentales van desde lo creativo, inventivo, instrumental, representacional, constructivo, productivo, hasta la innovación. Estos conocimientos se aplican en la investigación, en el diseño y en la ejecución, propios de la articulación entre arte y técnica, articulación que está estrechamente vinculada al modelo del Hábitat. Se deberá de revisar la congruencia con los campos del conocimiento. Desde la perspectiva conceptual del Hábitat, la técnica no puede supeditarse exclusivamente a los requerimientos del desarrollo tecnológico. Si sólo se estudia como un instrumento o herramienta se debilita su quehacer en el arte y el diseño. En este sentido, para los programas educativos del Hábitat, la formación de la técnica debe estar acompañada de la estética. Con la vinculación de la estética se abre la posibilidad no sólo de concebir al mundo, sino de poder representarlo. De esta manera, se re-significa la técnica, en tanto que permite darle un mayor énfasis al proceso creador de la mano (poiesis-techné). Así, la enseñanza de la técnica se entiende como la orientación del estudiante a la exploración y no sólo como reproducción. Todo esto en apego a los principios de la Facultad. Finalmente, se advierte que al considerar el Hábitat como un sistema ambiental complejo, los conocimientos sobre éste no sólo son de carácter científico. También de la tradición, de lo popular y de la cotidianidad, constituyentes esenciales de la cultura, se alimenta el arte y el diseño. Por esa razón, en estos componentes se incluyen materias que acercan al estudiante a técnicas, tecnologías, y saberes estéticos de diversas dimensiones y niveles. Componente Científico-Tecnológico En este componente se incluyen los saberes del Hábitat que, soportados en bases científicas y tecnológicas, tienen la posibilidad no solo de demostrar la razón de ser de las cosas en los campos de nuestras carreras sino, también, de aplicar las ciencias a la optimización del uso de los recursos. La ciencia y la tecnología persiguen el avance de la cultura, la objetividad y la razón. La tecnociencia ha sido vista en tiempos recientes, como un modo de responder de las sociedades a numerosos problemas de orden social y medioambiental, provocados por el desenfreno económico de la cultura de mercado. Por esta razón, este componente comprende los saberes básicos disciplinares que, organizados en materias, apoyan al proceso de realización de las propuestas de solución a problemas planteados desde la

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habitabilidad. Se trata de conocimientos que provienen de la física, la química, la biología, la ingeniería, las matemáticas pero, también, de las ciencias sociales, aplicados al estudio y solución de problemas relacionados con el funcionamiento, estructuración, modificación y/o transformación, edificación y/o fabricación, restauración y/o conservación de los diversos objetos, procesos y contextos del hábitat.

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El desarrollo de los trabajos y la evolución del proceso.

La idea de la formulación de una nueva organización curricular para la Facultad llevó, entonces, a una revisión estructural mucho más profunda. En algunas partes, los nombres han cambiado, pero más allá del nombre se pretende mantener los elementos sustanciales que existen en la organización académica y potenciar su funcionamiento. Esta revisión provocó, a su vez, una modificación en la organización académica que ya ha sido explicada, y que se sustenta eminentemente en la diferenciación entre los campos académico y curricular. En el caso de la propuesta curricular, uno de los objetivos primordiales ha sido el de la flexibilización de los planes de estudio y, por tanto, de los programas educativos, de modo que el estudiante vaya encontrando la libertad para elegir algunos de los aspectos o de los énfasis que puede dar a su formación, en función de las preferencias personales y del reconocimiento de sus habilidades. Esto significa que en los Mapas Curriculares existan materias que puedan ser elegidas por el estudiante, como electivos libres o como electivos complementarios. Además, en adición a las materias que son propias de la profesión, se ofrecen algunas que son comunes a todos los programas de la Facultad, En la etapa final de la formación, el estudiante entra en el área de Profundización, en la cual puede seleccionar alguno de los énfasis que han sido señalados anteriormente. Una idea que se formuló, fue la de ofrecer algunos énfasis propuestos por la Facultad, cuya oferta ascendía hasta diez (10). De éstos, cuatro (4) serían comunes a todos los programas -con cinco (5) materias cada uno, de las cuales cuatro (4) serían comunes y una (1) específica- mientras que los seis (6) restantes corresponderían el énfasis particular de cada uno de los programas educativos. El énfasis específico de cada programa tendría también cinco (5) materias, de las cuales tres (3) serían propias de la carrera y dos (2) serían comunes con los otros programas. En esa idea estaba la intención de que los énfasis se dirigieran a los perfiles u orientaciones posibles en el ejercicio profesional, con cursos que mantenían una secuencia, entre el grupo de las cinco materias que integraban el énfasis, evitando los cursos independientes y autónomos. Ante esta idea, y en la parte final de la definición de los mapas curriculares, se retoma el criterio de hacer aparecer en los mismos las materias, cinco (5), que serían las que integrarían el énfasis seleccionado por el estudiante,

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y para efectos prácticos aparecería como electiva complementaria, decidiéndose al final que la nomenclatura señalara a la materia como Electiva de Profundización. Pero la reflexión llevó también a que se reconsideraran los planteamientos iniciales que dirigían a que los énfasis atendieran los tres campos principales de atención de nuestras carreras, que son los de la Reflexión, la Creación y la Realización. Con esta base, podrán delinearse posteriormente cuáles son las materias que integrarán éstos énfasis, y que podrán representar una mirada cruzada a dos o más de las carreras de la Facultad, o bien inclinarse más a la profundización sobre el campo propio de la carrera en cuestión, así los énfasis pueden ser comunes o por carrera, a la elección del estudiante. La intención, es que el asunto sobre el cual se orienta el énfasis sea lo más específico posible, con la finalidad de evitar que el estudiante se pierda en la indefinición, o bien sólo tome las materias que se ofertan o se le faciliten, sin relacionarlas entre sí. Bajo esta mirada, también se fortalece la parte de la investigación (a partir del trabajo en un énfasis sobre la Reflexión) en esta etapa final de la formación de los estudiantes, así como el nivel de participación y de intervención de los Cuerpos Académicos y grupos de investigación de la Facultad en esa parte final de la formación de los alumnos. Esto a pesar de que se mantiene la atención en el fomento al trabajo de investigación desde el principio de la formación, con la idea de que se aplique en todos los cursos –los medios digitales facilitan el acceso a la información y los datos, el entrenamiento debe de ser en la selección de lo que observa calidad, la identificación de fuentes primarias y la capacidad para analizar, interpretar, evaluar, sintetizar y comparar, para posteriormente emplear la información-. También se tiene la posibilidad de que los estudiantes puedan dirigir el énfasis hacia el campo de la práctica y el desarrollo de capacidades que se orienten más al campo del ejercicio de la profesión (con el trabajo del énfasis sobre los campos de la creación o de la realización). Como puede observarse, la flexibilidad puede considerarse uno de los aspectos más innovadores en los programas, al contar los mapas curriculares con esta posibilidad prácticamente desde el inicio de la formación de los estudiantes en el área profesional. En primer lugar, permite articulaciones horizontales entre las materias de los diversos componentes e integra en el taller los conocimientos y las prácticas aprendidas a lo largo de los semestres. En segundo lugar, posibilita al estudiante seleccionar de manera autónoma una diversidad de materias (libres, y complementarias), de acuerdo con sus intereses académicos y personales, y con sus necesidades, de mejorar su formación. En tercer lugar, abre la posibilidad

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de que los estudiantes seleccionen, de una oferta ya prevista de énfasis, aquel que consideran pertinente para profundizar su formación. Adicionalmente, la flexibilidad se expresa en la libertad que tiene el estudiante de tomar materias equivalentes, en otro programa de la Facultad, en otra facultad, o en otra institución del país o del extranjero. Esta última posibilidad será reglamentada para favorecer las opciones de selección de acuerdo con las equivalencias que se establezcan. El trabajo en Academia por la comunidad de la Facultad del Hábitat. Todos los trabajos fueron realizados por las comunidades docentes de la Facultad del Hábitat, coordinadas por las instancias propias de la Estructura Académica. En cada momento del proceso se realizaron los llamados a los miembros de las comunidades particulares, en función de su pertenencia o adhesión, del tipo de materias que impartían, o en función de sus actividades y medios de trabajo. Por una parte, hubo academias conformadas por los profesores que imparten las materias de los Talleres de Síntesis, que representan las materias troncales de las carreras, las cuales fueron dirigidas desde las coordinaciones de las carreras. Por la otra, tuvieron lugar las academias integradas por los profesores que imparten las materias propias de los campos de conocimiento, dirigidas desde las áreas de Investigación (ahora formuladas como departamentos). En muchos de los casos la invitación a participar fue abierta y, en otros, dirigida a comunidades particulares en función de las tareas a realizar durante el proceso. Independientemente de esto, en cada una de las ocasiones, las sesiones estuvieron abiertas a la asistencia y participación de los profesores, que los propios miembros de la Estructura Académica consideraron importante invitar para participar, y sus intervenciones y aportaciones fueron relevantes y alimentaron en su momento a los planteamientos de la reestructuración. La determinación de los elementos comunes y el papel que juegan los Departamentos. El trabajo se fue construyendo desde la visión de una entidad académica, como el escenario único y particular al cual adhieren las carreras en función de un objetivo común, que es el Hábitat. Al estar las carreras ubicadas en un contexto como el de esta Facultad, su razón de ser encuentra un sentido particular que necesariamente difiere de la razón que hace ser a la misma carrera en una Institución o ciudad diferente.

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La pertenencia al Hábitat como Facultad, y la pertinencia con el Hábitat Humano, marca una característica particular en la formulación del plan de estudios para cada una de las carreras, dado que existen elementos que son compartidos, los cuales resultan ser del interés común del Hábitat. De este modo, si bien cada uno de los programas educativos tuvo los espacios para organizar sus planteamientos y organizarse a sí mismo, no se dejó de considerar el común denominador que mantiene a las carreras de la Facultad cohesionadas -el Habitat-. Éste representa, además del sentido de pertenencia y de identidad epistémica y social, un compromiso y una responsabilidad para cada uno de los actores de la Facultad. El proceso de la reestructuración no ha estado exento de tensiones. Éstas son comunes a todo proceso de innovación. De hecho, esto permitió incrementar el diálogo y los procesos de negociación entre las carreras, y en entre éstas y las autoridades de la Facultad. De manera especial, la transformación de las áreas de investigación en instancias académico-administrativas como son los departamentos creados, dio mucho material para la discusión, el debate, y la reflexión. Sin embargo, los acuerdos sobre esta transformación fueron producto de la reflexión, la argumentación y el convencimiento de los participantes, y no de decisiones mayoritarias o arbitrarias. A esto contribuyó la pertinencia y congruencia de las propuestas que resultaron necesarias para producir una mayor dinámica académica en la Facultad, y para proyectar esta entidad en el marco de las nuevas formas de educación y de formación profesional en el siglo XXI. Somos conscientes de que el problema de la aplicación del modelo original fue tal vez la imposibilidad de hacerlo por diversas circunstancias, además de las interpretaciones diversas que se le han dado en el tiempo. Por otro lado, después tal vez se sumaron el olvido y la inercia de trabajo sobre un sistema en el que ya predominaba el aspecto administrativo y menos el académico en la operación del modelo. Si bien la propuesta que resulta de este proceso parte de la identificación de los aspectos inoperantes o de las deficiencias en esa operación, también se tomaron en cuenta los fundamentos originales del modelo y las relaciones que formulaba, cosa que en buena medida era desconocida por la mayoría de los profesores de la Facultad para este momento. En realidad, se busca mantener los elementos y las relaciones más importantes del modelo, diferenciando de modo claro sobre todo las tareas que tienen que ver con aspectos académicos y administrativos. Si es preciso, más adelante se podrá profundizar, en la representación de los elementos y de las relaciones que en este momento no estén

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apareciendo de modo evidente. Para que exista la síntesis conceptual, instrumental y académica de las que se habla en el modelo original, y que se formulan como vigentes, es preciso que estén ahí los elementos que las hacen posibles, como elementos propios de los campos del conocimiento de las carreras que están al interior de los Departamentos. Los departamentos jugaron un rol fundamental en esta relación de las carreras entre sí y con la Facultad y su organización. Los departamentos fueron los responsables de señalar, desde el objeto de estudio del Hábitat, las materias y los contenidos que serían colocados en los mapas curriculares. Estas aportaciones se dieron eminentemente en el Área Básica y, de manera compartida con las carreras, en el Área de Profundización, en las cuales los estudiantes habrán de compartir de un modo más intenso, los aprendizajes comunes. En el área profesional, a pesar de que los contenidos tienen mucho más que ver con el campo propio de la profesión de cada uno de los seis programas educativos, las materias están organizadas a partir de los componentes curriculares que los determinan, y son dependientes de los departamentos a los que pertenecen y de los cuales dependen. Los departamentos mantienen la atención fija en los campos y en los aspectos que las carreras les están demandando, a la vez que están marcando la orientación y el rumbo que ha de seguir la formación, a partir de su planteamiento académico. En lo que concierne a lo común, la Facultad ha formulado cuáles son los elementos, criterios y lineamientos que han sido abordados y discutidos en la interacción de las carreras con los departamentos –la oferta del departamento y la demanda de las carreras-, que representan el punto de partida de las decisiones que se puedan tomar en las carreras, en la comprensión de que se llega a lo particular desde la visión general de la Facultad y desde las determinaciones académicas que están trazadas por sus departamentos.

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Definición del Hábitat El Hábitat como sistema ambiental complejo se constituye como la representación de una realidad que mantiene una totalidad organizada e integrada por un conjunto de fenómenos y procesos heterogéneos definibles interdisciplinariamente. El Hábitat como concepto es un proceso de deconstrucción y reconstrucción del pensamiento, que lleva a una transformación del conocimiento y a un cambio de la forma de pensar la interacción del ser humano y la naturaleza, para satisfacer necesidades de habitabilidad. El perfil de ingreso de las carreras. El perfil de ingreso a las diferentes carreras es el mismo para la Facultad del Hábitat, dado que el estudiante que llega a la Facultad es uno común, y proviene de los diferentes sistemas de bachillerato.

“El perfil de quien solicita ingresar a la Facultad del Hábitat es el de un estudiante que haya concluido los estudios de bachillerato, y que posea una actitud analítica y sensible a las necesidades sociales, con disposición para el desarrollo creativo, con una visión global para relacionar elementos y con habilidad para expresarse.” Como complemento al perfil de ingreso, tendrán que señalarse ciertos elementos que resultan fundamentales en el aspirante a ingresar a la Facultad del Hábitat, entre ellos el conocimiento de cultura general, de la Historia, de la Historia del Arte, el conocimiento verdadero de su Ciudad. Del mismo modo deberán de ser personas sensibles y abiertas a la comprensión y que puedan asumir el compromiso con el mundo en el que viven. Por otro lado, la capacidad de expresión tendrá que darse por diferentes medios, como son el verbal, escrito y gráfico.

Perfil de Egreso del Hábitat El egresado de la Facultad del Hábitat será un profesionista con capacidad de crear, transformar y preservar con responsabilidad el medio habitable

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donde ser humano y naturaleza interactúan. Se caracteriza por su sensibilidad social, su ética profesional, su trabajo interdisciplinario y su apertura a la diversidad de las ideas. Su saber está sustentado en la reflexión para la creación y la acción, acorde con el momento histórico y el lugar. En este perfil de egreso podrán estar presentes los aspectos de los principios de la Facultad. El perfil de egreso de las carreras. La formulación del perfil de egreso de cada una de las carreras fue una de las tareas iniciales del proceso, que resultó del trabajo colaborativo de las comunidades de docentes de las diferentes carreras. Cada carrera cuenta, por lo tanto, con ese importante punto de partida que es su Perfil de Egreso. En él, se ve expresada la característica y la precisión del profesionista que se está formando (diseñador, administrador, gestor, dibujante, constructor, investigador, coordinador o director, varias o todas de estas funciones…). Del mismo modo es importante que se hagan las precisiones sobre el campo disciplinar de las carreras, ya que la imprecisión podrá generar conflictos profesionales. A continuación se presentan los perfiles de las carreras de la Facultad. Arquitectura:

El arquitecto del Hábitat es un profesional con sentido humano que posee los conocimientos artísticos y científicos que le permiten analizar, conceptualizar, proyectar, gestionar y construir (rehabilitar, remodelar, transformar) los espacios habitables del ser humano en cualquier lugar del mundo. Dispone de habilidades para la detección de problemas de habitabilidad, y para proyectar, gestionar y materializar soluciones urbano-arquitectónicas creativas e innovadoras (factibles, posibles y con economía de recursos), de calidad, así como para la construcción del conocimiento a través de la investigación y la divulgación de las ideas. Se desempeña individual y colaborativamente desarrollando diferentes formas de trabajo inter, multi y transdisciplinar, con actitud ética, con valores sociales, ambientales y existenciales que le permiten enfrentar los retos complejos del espacio en forma sensible,

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flexible y sustentable (con la especificación de las categorías que contempla, que dan una dimensión más completa de lo que se persigue, en lo ambiental, en lo social y en lo económico). Su campo de acción considera el sector público y privado. En ellos genera propuestas viables y factibles para los problemas y necesidades de espacio habitable en distintos ámbitos contextuales.

Diseño Gráfico:

Profesional capaz de diagnosticar necesidades y de anticipar nuevas demandas de comunicación en los sectores social, público o privado, que puedan ser resueltas a través del Diseño Gráfico; interviene, a través de procedimientos de gestión integral ejecutando todas y cada una de las partes de un Proyecto. Se caracteriza por desarrollar programas de comunicación estratégica. Planifica acciones que reconocen referentes socioculturales y propicia nuevas racionalidades de encuentro en ámbitos diversos, creando mensajes visuales significativos que provoquen un efecto determinado en el receptor. Tiene la capacidad para especificar y supervisar la producción de objetos comunicantes y significantes, y su aplicación en el entorno físico. Conoce el medio habitable del ser humano y sus contextos de organización, trabaja e incide en ellos a través de principios basados en la sustentabilidad y la ética. Es competente para desempeñarse en ambientes de trabajo trans-disciplinario.

Diseño Industrial:

El Diseño Industrial es una profesión que tiene como fin proyectar los objetos que se producen en la industria. En la carrera de Diseño Industrial de la Facultad del Hábitat se busca que el diseño de estos productos resuelvan las necesidades de los usuarios con innovación hacia el desarrollo sustentable y la competitividad en el mercado. El Diseñador Industrial es un profesionista comprometido con la sociedad donde labora, con una actitud ética, para tomar decisiones que hagan que el producto que diseño sea competitivo en el mercado, sin detrimento del medio cultural y natural.

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Identifica problemas en la relación del ser humano con su medio para proponer soluciones de uso acordes a las necesidades actuales. Determina la expresión del producto para que los objetos sean aceptados y comprendidos por el sector social al que van dirigidos. Contribuye en el desarrollo sostenible de la empresa y sus productos desde el enfoque del diseño. Desarrolla el liderazgo para conducir proyectos y equipos de trabajo donde el diseño ocupe un lugar estratégico como valor agregado al producto de la empresa. El Diseñador Industrial egresado de la Facultad del Hábitat podrá desempeñarse profesionalmente, gestionando su trabajo proyectual dentro de una empresa o institución que cuente con un departamento de desarrollo de productos, como electrodomésticos, mobiliario, envase y embalaje, transporte, vestido y calzado, o gestionando el desarrollo de nuevos productos y servicio de diseño a través de la formación de su propia empresa, en ámbitos como la comunicación, la publicidad, el comercio, el trabajo, la seguridad, la salud y la educación, para contribuir a la transformación del medio habitable a través de los objetos.

Edificación y Administración de Obras:

Es el profesional de la edificación que a través del análisis holístico y sistémico por medio de una visión humanista de los diferentes factores que influyen en la industria de la construcción, genera, complementa y ejecuta proyectos de edificación en el hábitat humano a través de la gerencia efectiva de proyectos de edificación, conduciendo a las organizaciones constructoras al logro de sus metas y objetivos de manera eficaz y eficiente por medio de la administración de los recursos y la gestión transversal de la organización constructora, tanto pública como privada.

Conservación y Restauración de Bienes Culturales Muebles:

Como encargados del cuidado material del patrimonio, los restauradores-conservadores encuentran su campo profesional en las áreas relacionadas con el patrimonio en prácticamente todas sus instancias. Si bien, de forma tradicional los restauradores-

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conservadores han sido empleados como encargados del cuidado de colecciones en museos, y en laboratorios y talleres de las instituciones culturales gubernamentales y privados; en la actualidad, es frecuente su participación en excavaciones arqueológicas, acervos comunitarios, proyectos particulares, galerías, casas de subasta, centros de gestión documental y otros espacios donde el manejo del patrimonio material es un requisito. Entre otras actividades, el conservador-restaurador desempeña funciones como responsable de acervos patrimoniales, arqueológicos, históricos, artísticos, etnográficos, científicos y documentales, en los que diseña proyectos de conservación de patrimonio mueble para instituciones y agencias encargadas de la administración de políticas culturales. Es también el ejecutor de dichos proyectos de intervención y/o conservación en diferentes contextos, desde instancias particulares a entornos de cooperación internacional. De forma simultánea o como actividad principal, el conservador-restaurador también participa como investigador y difusor del conocimiento de los bienes culturales y de sus valores para las sociedades actuales. Cuando así lo requiera, tiene las habilidades para fungir como perito en la identificación, catalogación y manejo de bienes culturales y consultor en proyectos de desarrollo donde se afecte al patrimonio cultural.

Diseño Urbano y del Paisaje:

El egresado del programa de Diseño Urbano y del Paisaje será: Un profesional capaz de realizar proyectos urbanos y del paisaje atendiendo las necesidades de hábitat en los espacios públicos que requiere el ser humano en la ciudad para el desarrollo de sus actividades en sociedad. El diseñador urbano y del paisaje contribuye al “hacer ciudad” favoreciendo la habitabilidad con calidad, y la sustentabilidad. Tiene una formación generalista que le permite integrarse a equipos interdisciplinarios cuyo objetivo es la creación de la ciudad. Realiza su actividad con una actitud ética, responsable y congruente con su tiempo y espacio. Busca en sus propuestas de diseño la sustentabilidad del espacio urbano y su paisaje, inmersos en un medio natural y cultural. Colabora con sus propuestas en la

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preservación el patrimonio urbano promoviendo la identidad y aprovechando los avances tecnológicos. Es capaz de identificar la naturaleza del espacio urbano y su relación con el espacio regional y arquitectónico pudiendo establecer las semejanzas y diferencias entre las disciplinas orientadas a su diseño y transformación, como la planificación urbana y regional, el diseño urbano y del paisaje; la movilidad, la ingeniería urbana y la arquitectura. Cuenta con una visión general de las principales teorías y métodos del diseño urbano y del paisaje así como con la capacidad de establecer un marco metodológico propio para enfrentar proyectos de diseño urbano y de paisaje específicos, de tal manera, que le sea claro y sencillo transitar de la teoría a la práctica.

El Objeto de Estudio del Hábitat. El Hábitat como Sistema Ambiental Complejo es el ámbito donde el ser humano interactúa con la naturaleza para satisfacer sus necesidades de espacio habitable. Los Objetos de Estudio de las Carreras. De igual modo, se trabajó de manera colaborativa y extendida, dentro de cada una de las carreras, sobre su objeto de estudio, haciendo en las diversas etapas del proceso las precisiones necesarias para identificar lo que persigue cada una de las carreras. Los objetos de estudio de las carreras son: Arquitectura:

El diseño y la materialización del espacio habitable para la condición humana.

Diseño Gráfico:

Comunicación estratégica a través de la producción de mensajes visuales significativos.

Diseño Industrial:

La creación y la producción de objetos de uso, con los cuales el ser humano interactúa física, perceptual y simbólicamente, para satisfacer sus necesidades y contribuir a la sustentabilidad del Hábitat.

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Edificación y Administración de Obras: El diseño de sistemas, la gestión de proyectos y procesos relacionados con la administración y la edificación.

Conservación y Restauración de Bienes Culturales Muebles:

La preservación de la materialidad y significados de los bienes culturales muebles, para su valoración como memoria y patrimonio de una cultura.

Diseño Urbano y del Paisaje:

El paisaje natural y urbano en sus diversas determinantes, dimensiones, formas de gestión y organización.

Los Saberes del Hábitat. El hábitat como concepto y como realidad articula un conjunto de saberes. • Lo técnico-tecnológico • Lo funcional • Lo físico-virtual • Lo creativo-formal • Lo comunicativo • Lo lingüístico-simbólico • Lo estético-perceptual • Lo artístico • Lo ambiental • Lo psicológico • Lo sociológico • Lo político-económico • Lo normativo Es preciso que exista la relación de congruencia entre estos saberes del Hábitat y los elementos señalados en los Componentes y los Campos del Conocimiento de los Departamentos. En este trabajo habrá de intervenirse todavía más con la finalidad de asegurar la más óptima correspondencia. Se mantiene la atención en la relación que se ha tenido desde el origen entre Natura-Cultura, como un aspecto fundamental para el trabajo de las profesiones del Hábitat, que ya se ha mostrado anteriormente, así como también se podrán explorar otras aportaciones que ilustren del mejor modo las relaciones entre los elementos del Hábitat, y las del modelo académico.

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Los Saberes de las Carreras. En coherencia con los lineamientos de la Secretaría Académica de la Universidad, en el proceso de reestructuración fueron formulados los saberes que habrá de cumplir cada una de las carreras. De las Competencias, Desempeños, Conocimientos, Habilidades, Actitudes, Valores, a desarrollar por los estudiantes de las carreras. Competencias transversales inherentes a la formación universitaria. Dimensiones de la Formación Integral Universitaria. Las nuevas licenciaturas deberán basarse en un modelo curricular flexible, pertinente e innovador que incluya las competencias genéricas y específicas profesionales requeridas por los campos profesionales. Se buscará que los currículos incorporen las siguientes dimensiones básicas de la formación integral universitaria:

Dimensión científico-tecnológica: Formación básica y aplicada vigente, a través de conocimientos, aptitudes y destrezas en las disciplinas y campos de aplicación propios de la profesión, en función de los requerimientos de los campos profesionales y avances del conocimiento.

Dimensión cognitiva: Habilidades de pensamiento complejo (análisis, problematización, contextualización, investigación, discernimiento y decisión) que permitan a nuestros egresados aprender a aprender y adaptarse a los requerimientos cambiantes del contexto.

Dimensión de responsabilidad social y sustentabilidad: Capacidad de realizar su propio trabajo con calidad y contribuir activamente en la identificación y solución de las problemáticas de la sustentabilidad social, económica, política y ambiental, tales como la pobreza, la inequidad, la marginación, la violencia, la inseguridad, la contaminación y el deterioro de los recursos naturales, entre otras.

Dimensión ético-valoral: Criterios, normas y principios necesarios para afrontar las disyuntivas y dilemas propios de su inserción en el mundo social y productivo, ya sea como ciudadanos y/o como profesionistas.

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Dimensión internacional e intercultural: Capacidad de comprender el mundo que lo rodea e insertarse en él bajo una perspectiva cultural propia y al mismo tiempo abierta a la comprensión de otras culturas y perspectivas.

Dimensión de comunicación e información: Habilidades básicas de comunicación oral y escrita, tanto en español como en otros idiomas, así como de las más modernas tecnologías de información y comunicación, indispensables hoy en día en cualquier espacio de trabajo.

Competencias que tendrán los egresados de la UASLP. 1. Competencia de Razonamiento Científico Tecnológico. Razonar a través del establecimiento de relaciones coherentes y sistematizables entre la información derivada de la experiencia y los marcos conceptuales y modelos explicativos derivados de los campos científicos y tecnológicos propios de la profesión. (Dimensión científico-tecnológica) 2. Competencia Cognitiva y Emprendedora. Aprender a aprender, capacidad emprendedora y de adaptarse a los requerimientos cambiantes del contexto a través de habilidades de pensamiento complejo (análisis, problematización, contextualización, investigación, discernimiento, decisión, innovación y liderazgo). (Dimensión cognitiva y emprendedora) 3. Competencia de Sustentabilidad y Responsabilidad Social. Asumir las propias responsabilidades bajo criterios de calidad y pertinencia hacia la sociedad, y contribuyendo activamente en la identificación y solución de las problemáticas de la sustentabilidad social, económica, política y ambiental. (Dimensión de responsabilidad social y sustentabilidad 4. Competencia Ético Valoral. Afrontar las disyuntivas y dilemas propios de su inserción en el mundo social y productivo, ya sea como ciudadano y/o como profesionista, a través de la aplicación de criterios, normas y principios ético-valorales. (Dimensión ético-valoral) 5. Competencia Intercultural e Internacional. Comprender el mundo que lo rodea e insertarse en él bajo una perspectiva cultural propia y al mismo tiempo tolerante y abierta a la comprensión de otras perspectivas y culturas. (Dimensión internacional e intercultural)

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6. Competencia de Comunicación en Español e Inglés. Comunicar sus ideas en forma oral y escrita, tanto en español como en inglés, así como a través de las más modernas tecnologías de información. (Dimensión de comunicación e información) Competencias del profesional del Hábitat.

Todo profesional de la Facultad del Hábitat está en capacidad de generar y aplicar conocimientos sobre los problemas del hábitat del ser humano, derivados de su propia dinámica, y de participar en proyectos interdisciplinarios, orientados a su comprensión y solución.

Podrá proponer de manera integral los procesos de solución al hábitat humano para generar estrategias que coadyuven a su desarrollo.

Podrá reconocer los problemas sociales, económicos, ambientales, tecnológicos y políticos, desde la perspectiva de los procesos del hábitat humano.

El desarrollo de las competencias que deben ser desarrolladas por los estudiantes de las carreras, así como el planteamiento de los desempeños, fue formulado por las comunidades de cada uno de los programas, en interacción con la Comisión Académica. En este proceso se determinaron los conocimientos, habilidades, actitudes y valores a desarrollar por los estudiantes en la formación que recibirán en el transcurso de su carrera, señalando incluso los medios a través de los cuales serán observables estos elementos para los procesos de evaluación y comprobación. Con esta base fue, entonces, posible ir determinando un lugar dentro del mapa para cada conocimiento o práctica, de modo que el ejercicio del mapeo de las competencias se formuló como una alternativa para ir realizando la organización de los contenidos. En esta forma se hizo posible la conversión de las ideas expresadas en los documentos en gráficos, que pusieran en evidencia cuáles eran los elementos inter-actuantes en los mapas generales, es decir las competencias y desempeños mapeados por cada una de las carreras. Las competencias de los programas.

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Arquitectura

Analizar con sentido crítico los problemas de habitabilidad, argumentando soluciones pertinentes a los espacios arquitectónicos.

Diseñar espacios arquitectónicos habitables que satisfagan las necesidades materiales y existenciales del ser humano.

Especificar proyectos arquitectónicos que hagan posible su habitabilidad material y existencial en diferentes contextos del hábitat.

Gestionar la realización de proyectos arquitectónicos en la totalidad de sus procesos.

Materializar proyectos arquitectónicos ejecutivos en sus diversos contextos y escalajes.

Ante el perfil del arquitecto que se va a formar, existe congruencia con las competencias. Para ello debe haber un entrenamiento para la evaluación crítica (cuanti y cualitativa) de las ideas, proyecto y obras propias y ajenas. Del mismo modo habrá de desarrollarse la capacidad crítica ante las modas o las tendencias internacionales, con la idea de aprovecharlas ante nuestras necesidades y recursos, y en ese sentido ser innovadores en las soluciones. Al referirse a las soluciones pertinentes, lo han de ser también en la relación al espacio en que se insertan (contexto urbano, patrimonial y natural). La especificación se da de modo automático al hablar de proyecto, pero se pueden especificar anteproyectos o ideas con miras a la evaluación de su factibilidad y constructividad, o bien realizar proyectos con la especificidad para hacerlos factibles y posibles. Además de la creación de espacios nuevos, se deben incluir acciones de rehabilitación, remodelación, ampliación (incluso para mejorar condiciones de habitabilidad en lo existente), lo cual significa actuar sobre lo construido, sea contexto patrimonial o no -es un mercado poco atendido y la tendencia que se está dando es desechar lo construido, por facilidad-. La materialización se ha de acotar para precisar el sentido, en cuanto a dar seguimiento y ejecutar los proyectos en la realidad, si es el caso, lo cual determina el perfil, de modo que no se cruce con el del edificador.

Diseño Gráfico

Diagnosticar problemas y necesidades de comunicación visual del ser humano en su relación con el entorno.

Crear estrategias que den solución a problemas de comunicación visual, relacionadas con el diseño gráfico.

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Diseñar mensajes visuales pertinentes y significativos en contextos determinados.

Especificar y dirigir los procesos de producción de los mensajes visuales en diversos entornos y medios.

Gestionar proyectos de diseño gráfico que den respuesta a diversas necesidades y demandas contextuales pertinentes.

La carrera de Diseño Gráfico tiene un compromiso importante con el medio habitable del ser humano, así fue formulado en el plan de estudios de 1977 en la Unidad del Hábitat, con la finalidad de establecer la comunicación gráfica en el medio de vida de las personas. Su relación con las otras carreras se establece a partir de la integración de los elementos de comunicación gráfica con los de las otras carreras, con los elementos que componen los proyectos del Diseño Urbano y del Paisaje, de la Arquitectura, del Diseño Industrial y de la Edificación, así como también existe la presencia de la comunicación gráfica en los elementos que constituyen el patrimonio cultural del ser humano.

Diseño Industrial

Analizar problemas de Diseño Industrial en diferentes contextos.

Diseñar objetos y procesos orientados a satisfacer necesidades de habitabilidad.

Precisar las características del objeto y procesos de Diseño Industrial.

Determinar los fenómenos y procesos de producción del objeto de Diseño.

Innovar en lo incremental como en lo radical, los objetos y procesos del Diseño Industrial. Hay una deficiencia desde hace tiempo, en los hechos está más en el sentido de una producción manual, artesanal, y no tanto industrial y en esta carrera los procesos tendrían que estar más ligados con la producción en serie, el conocimiento de la maquinaria, campos en los cuales falta mucho por hacer. Primero fueron los japoneses, luego los coreanos y ahora los chinos, quienes nos inundan con copias a bajo precio, con todo tipo de productos. Es necesario aprender ese camino, pues para Japón y luego para Corea, fue el paso para hacer sus propios diseños e innovaciones, y China está en ello también ahora.

Edificación y Administración de Obras

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Analizar con sentido crítico los sistemas administrativos, en los ámbitos endógeno y exógeno, para la formulación de proyectos de edificación.

Diseñar y especificar sistemas y procesos que den respuesta a los problemas técnicos y administrativos de edificación en la industria de la construcción.

Gestionar de manera integral proyectos de edificación en sus aspectos técnicos-administrativos, para su realización en los ámbitos público, privado y social.

Realizar con eficiencia y eficacia proyectos de Edificación, en los diversos ámbitos y contextos en la Industria de la Construcción. Existen nichos en los cuales los edificadores no han entrado de modo contundente, que es el de la gestión y realización de la obra urbana, campo sobre el cual tendrán que trabajar las profesiones del Hábitat, y no únicamente la de Edificación. Debe de haber también la posibilidad de un impulso decidido hacia una gerencia y no únicamente dirigir la atención al campo de los mandos medios, que es en lo que se encuentra la mayoría de los egresados. Es fundamental que se considere, sin embargo, la participación decidida del Edificador en la realización del medio habitable del ser humano, en el campo de la construcción, con los complementos que existan a este campo de actividad esencial del profesionista.

Diseño Urbano y del Paisaje

Diagnosticar los problemas del contexto urbano y natural, en sus determinantes y organización del espacio público.

Diseñar proyectos urbanos y del paisaje, mediante estrategias y técnicas para diversos contextos, formas y niveles de intervención.

Elaborar proyectos ejecutivos en los que especifique materiales, técnicas y procesos para la intervención en el paisaje cultural.

Gestionar de forma integral proyectos de diseño urbano y del paisaje, ante los sectores público, social y privado.

Ejecutar proyectos de diseño urbano y del paisaje en diferentes contextos.

Para el Diseñador Urbano y del Paisaje es fundamental que se diferencie y trabaje en lo particular con los dos campos de actividad que se consideran en el enunciado que les da nombre: el Diseño Urbano y el Diseño de Paisaje. A partir de que se cubran ambos campos se dará una respuesta más pertinente a las necesidades de

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la sociedad actual. Al señalarse que se aborda el paisaje cultural, se acota la intervención en el medio de la naturaleza en el cual se cuenta con la presencia de la intervención del ser humano, y esto incluye también al medio urbano, espacio que es producto de la intervención de las personas y la sociedad, por lo tanto identificable como un producto de la cultura. La relación entre la cultura y la civilización será un objetivo principal de atención para el trabajo que realizan los diseñadores urbanos y del paisaje.

Conservación y Restauración de Bienes Culturales Muebles

Diagnosticar el estado actual de los bienes culturales y sus necesidades de conservación.

Diseñar proyectos de conservación-restauración de bienes culturales muebles.

Ejecutar y evaluar proyectos de conservación-restauración de bienes culturales muebles.

Gestionar proyectos de conservación-restauración. El reconocimiento de los Bienes Culturales Muebles, como parte del medio habitable del ser humano es importante para la Facultad, dado que con esto se entiende y difunde el valor que tienen los objetos y los elementos del medio, que además de cumplir con una función utilitaria o práctica –y aun a pesar de que en este momento ya no lo hagan-, cuentan con otros valores, como el artístico, el histórico y el patrimonial sobre todo. La sociedad actual debe ser consciente de estos valores y de la importancia que los elementos del pasado tienen para el presente y también para el futuro. A partir de la re-significación de los bienes patrimoniales, como resultado de su intervención y transformación, podrá considerarse a los mismos nuevamente para la vida actual, en los usos que originalmente tuvieron o en otros nuevos, pero en todo caso asegurándose de la preservación de sus valores y de las piezas en sí.

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La estructura del Mapa. De modo paralelo, en trabajo continuo de la Comisión Académica, se realizó la formulación de la estructura para el Mapa Curricular, y se establecieron sus diferentes elementos constitutivos, los cuales son comunes para todos los programas de la Facultad del Hábitat. Para tal efecto, se preparó un formato de mapa que contiene las áreas temporales a las que pertenecen las materias, el número de semestres, y el balance en porcentaje que debe de existir entre las materias que son propias de la profesión y las comunes (básica con dos semestres, profesional con seis semestres, de profundización con dos semestres).

El mapeo se realizó, entonces, sobre la estructura prevista del mapa. Sin embargo, como se señaló, era una alternativa para la construcción de la propuesta del mapa para cada carrera. La otra alternativa era la construcción directa de la misma, dado que para ese momento cada uno de los coordinadores de carrera contaba con todo un bagaje de antecedentes, procesos, prácticas y ejercicios que le haría posible esta acción. Así se hizo y el mapeo se formuló como un ejercicio posterior de revisión y verificación, a partir de la colocación de los contenidos.

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La previsión de un mapa común El desarrollo de los mapas particulares por carrera no descartó la adhesión a la idea de lo común. Hubo sesiones en las cuales se cruzaron los planteamientos de las carreras y se revisó el modo en el cual se estaba respondiendo a la propuesta general. Cada una de las carreras tuvo que hacer los ajustes necesarios, debido a que a raíz del trabajo en las comunidades de las carreras, los planteamientos habían resultado, en unos casos muy amplios y, en otros, más cortos en número de materias, o bien se tuvieron que hacer ajustes en la determinación de las materias que habrían de ser comunes dentro del área profesional, o en la identificación de las materias pertenecientes a los énfasis en el área de profundización. El resultado de los mapas formulados por los coordinadores ofrece toda la relación de las materias que integran las carreras, y para cada una de ellas se formulan, discuten y revisan los aspectos particulares de las mismas, como son las cargas horarias, los créditos que tienen y la orientación.

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La presentación de los mapas curriculares de las carreras. Cada una de las carreras presenta el mapa curricular propuesto como producto del trabajo con sus comunidades y en coherencia con las decisiones y los consensos a los que se llegó en las sesiones de la Comisión Académica. En estos mapas aparecen ya los elementos que las integran, que son las materias propuestas para cada carrera.

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ARQUITECTURA

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DISEÑO GRÁFICO

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DISEÑO INDUSTRIAL

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EDIFICACIÓN Y ADMINISTRACIÓN DE OBRAS

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DISEÑO URBANO Y DEL PAISAJE

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CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN DE BIENES CULTURALES MUEBLES

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Las Tablas de Equivalencia de las materias (Plan 2006 o 2007, respecto al Plan 2013). Las tablas de equivalencia son necesarias para varios propósitos, aunque esencialmente no se busca comparar ni sustentar el nuevo plan en el anterior. Un nuevo plan de estudios representa una nueva oferta en relación con el modo en que se piensa el proceso educativo. Puede contener ciertos elementos de referencia, pero hay otros elementos que son nuevos.

El primero y más elemental, tiene que ver con la identificación de las relaciones que existen entre las materias propuestas para el Plan 2013, con respecto a su antecedente en los planes 2006 o 2007. A este respecto es importante hacer la precisión que, en el cambio de plan de estudio, las nuevas materias propuestas y sus programas están centradas en objetivos y en contenidos precisos, que van más allá de la idea básica de fusionar o conjugar dos o más materias del anterior plan de estudio, con sus respectivos programas y conocimientos. En este sentido, cada nueva materia formula una necesidad de contenidos -saberes, conocimientos, habilidades, actitudes y valores- que buscan desarrollar en el estudiante sus conocimientos y competencias, lo cual demandará del profesor algunos cambios en su actuación.

Otro propósito de la tabla de equivalencia es que ofrezca al maestro la posibilidad de reconocer su espacio de actuación, con la finalidad de evitar confusiones en el momento de relacionar lo que actualmente tiene como objetivo en sus materias, con lo que anteriormente había tenido él mismo en sus funciones docentes. Esto significa que el maestro habrá de tener la certeza de su papel como formador y la comprensión de que su tarea es fomentar y provocar que los estudiantes desarrollen la capacidad para el aprendizaje autónomo.

Las equivalencias serán útiles también para resolver las necesidades de los estudiantes, cuando tengan que darse procesos de integración de un plan al otro; para los profesores en su relación académica con los estudiantes, o para que se puedan reconocer los contenidos que están presentes en el nuevo mapa, con respecto a su antecedente.

La capacitación para el desarrollo de los programas de las materias.

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Se recibió, por parte de la Secretaría Académica de la UASLP, un taller de capacitación para la realización de los programas de las materias que integran los mapas curriculares. Este taller se dio en función de los lineamientos institucionales y de los formatos que tiene previstos la UASLP. Este curso se impartió el día miércoles 8 de mayo de 2013. En adición a esto, hubo una permanente disposición de la Secretaría Académica por brindar capacitación cuando fuera requerida. El desarrollo de los programas de las materias por parte de la comunidad de profesores de la Facultad. Se formuló la estrategia para la participación de los profesores de la Facultad en la elaboración de los programas de las materias. La mayoría de los programas de las materias fueron desarrollados en su nivel sintético. Los programas de las materias que pertenecen a semestre I y II de todas las carreras, además de los Talleres de Síntesis desde el semestre I al semestre VIII, fueron desarrollados bajo la modalidad de programas analíticos. Esta estrategia tuvo varios pasos.

Primero. Lectura e Identificación. En trabajo conjunto entre las áreas de investigación (formuladas ahora como departamentos) y las coordinaciones de las carreras, se revisó el mapa curricular propuesta por las carreras, con la finalidad de que se verificara y se identificara con claridad el contenido, la orientación y las características que habrían de tener cada una de las materias.

Segundo. Esquemas Descriptivos. Con este antecedente, se realizó para cada una de las materias, un esquema descriptivo de los mismos, a modo de abstract, que expusiera de forma clara, en texto y gráficamente, la orientación y las características de ese curso, para reconocer: ¿De qué trata el curso?, ¿Dónde se ubica y porqué?, ¿Qué persigue? Con base en estos esquemas se realizaron después cada uno de los programas de las materias.

Tercero. Responsabilidades. Cada uno de los nuevos departamentos realizó unas listas generales de las materias que caen bajo su responsabilidad y fue a su vez,

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formulando a quién o quiénes (profesores) correspondería la responsabilidad de la realización de los programas de las materias. De este modo, con base en el esquema descriptivo del curso y con base también en el trabajo en academia o el apoyo de otros profesores, cada uno de los maestros responsables desarrolló el programa.

Cuarto. Elaboración de los programas. Los profesores responsables de las materias realizaron los programas apoyados por los elementos enunciados anteriormente y los presentaron para ser revisados, en primera instancia, en el Departamento correspondiente y, posteriormente, en la Comisión Académica, la Comisión Curricular y, en lo particular, por los asesores. El resultado final de su trabajo se integra al documento final de la propuesta de Reestructuración Curricular.

La construcción del documento final. Una vez realizadas todas las tareas relacionadas con el desarrollo y la presentación de la nueva propuesta curricular, se realizó la tarea de la construcción del documento final para presentarlo a las instancias del H. Consejo Técnico Consultivo de la Facultad primero, y después al H. Consejo Directivo Universitario, habiendo pasado antes, por la revisión de la Secretaría General, la Secretaría Académica y la Secretaría de Finanzas. Para esta construcción se apela a todos los elementos que han sido parte del proceso mismo de formulación de la propuesta en cada uno de sus momentos, y aquellos que sean requeridos por la Institución para los procesos de propuestas de Reestructuración Curricular de las carreas de la UASLP. Previsiones para la implementación de la propuesta. A partir de la conclusión del documento de desarrollo y exposición del Plan de Estudios 2013, viene la tarea del desarrollo de trabajos que son sustanciales para el aseguramiento de una correcta implementación. El Plan de Estudios no puede quedar en un documento, sino que se debe de extender la propuesta integral a la planta general de los profesores de la Facultad. Es importante que todos los profesores tengan el conocimiento, en principio, de los elementos sustanciales que soportan la propuesta de reestructuración académica y curricular, de modo que puedan ejercer su importante función de la educación a partir de ellos. Es muy importante que

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cada uno de nosotros dejemos de impartir nuestra clase desde prácticas inerciales que llevan a replicar lo que hemos hecho durante algunos o muchos años, para desarrollar los nuevos modos de educar, que sean consistentes con la propuesta académica y curricular desde la cual se aspira a crear un escenario formativo nuevo e innovador, para las futuras generaciones de profesionales del Hábitat. Este cambio representa la aparición de un nuevo plan de estudios, e implica la adaptación de nuestra función docente al planteamiento de la Facultad y la integración de nuestro trabajo a su proyecto. También representa para todos los miembros de la Facultad un ajuste a las nuevas condiciones de espacio y lugar y, por lo tanto, una “re-significación” del Hábitat. Para este proceso de implementación serán fundamentales los trabajos que habrán de desarrollar diferentes instancias y personas.

En principio, el trabajo de la Comisión Académica, la cual tiene la responsabilidad de conducir el proceso de ajuste y de cambio, induciendo y provocando que los maestros adhieran por convicción a la propuesta y la asuman como algo propio.

Otra participación determinante será la de los asesores externos e internos, quienes no concluyen su labor en el momento de la aprobación del plan, sino que tienen el compromiso, la responsabilidad y el convencimiento, de coadyuvar también en este proceso de adaptación.

Además, en la Facultad también será determinante el trabajo que habrá de realizar el Departamento de Investigación Educativa, un espacio de la estructura organizacional que la Facultad recuperó después de mucho tiempo, con su inclusión en nuestro Reglamento Interno. En este departamento se van a realizar los trabajos de seguimiento de la propuesta de reestructuración académica y curricular, de vigilancia del cumplimiento del acto educativo pertinente, además de ofrecer a los maestros la ayuda necesaria para sus funciones docentes y mediante estrategias didácticas.

La puesta en marcha. Para el ciclo escolar 2013-2014, que inicia en el mes de agosto de 2013, se prevé la puesta en marcha de este Plan de Estudios. Hay altas expectativas y ánimo porque el cambio, que no fue de superficie, pueda prosperar y producir un efecto positivo. Una buena parte de las

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razones que llevan a estas expectativas se fundan en el hecho de la revisión profunda de la propia organización de la Facultad, expresada en un modelo y algunos otros diagramas y dibujos, así como en el plan de estudios de 1977. Algunos de estos elementos fundacionales de esa época como fueron la Unidad del Hábitat y los tiempos posteriores, y los más fácilmente accesibles, observables y verificables, precisamente por ser visuales, como son el modelo gráfico y los dibujos complementarios a la propuesta de ese Plan, permanecieron durante muchos años sin cambio alguno, no obstante que el propio Plan de Estudios de 1977 tuvo solo una vigencia de aproximadamente 6 años. Estos elementos que fueron altamente valorados por algunos, y despreciados por otros, representaron la base para muchas acciones y para muchas decisiones a lo largo de 35 años, y fueron objeto de múltiples y muy distintas interpretaciones y, con ello, resultados. La realidad es que no habían sido intervenidos de modo profundo, con la finalidad de verificar, ajustar, adaptar o integrar lo que ofrecían a las condiciones de otro momento y de un contexto con características diferentes. Aquí queda este documento que narra las intenciones originales y las que surgieron posteriormente, en el camino que había comenzado a andarse, el cual describe también el proceso de trabajo realizado durante aproximadamente 11 meses, por un importante número de miembros de nuestra comunidad, que presenta las reflexiones y las ideas que fueron la base de los planteamientos, y los productos a los que se ha llegado con esta intención de formular una nueva propuesta. Y queda no con la idea de que el plan y la organización sean presentados o recibidos como un resultado acabado y perfecto, sino como un proyecto que habrá de ser puesto a prueba, con la seguridad de que se construyó de un modo consistente y con altos niveles de discusión en los que participaron los miembros de la Comisión Académica, los asesores internos y externos, las comunidades de jefes de taller y de docentes de las diferentes carreras, en muchos momentos. El proyecto tendrá que ser sometido a los más rigurosos procesos de observación y de evaluación, toda vez que éstos sean igualmente soportados por una fundamentación firme, extendida y profunda. Vamos a revisarlo, vamos a analizarlo y siempre estará el espacio abierto para las propuestas de mejoramiento que se consideren pertinentes y oportunas. Ahora bien, dado que todo es perfectible, estamos seguros de

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que desde la experiencia de la implementación, la aplicación y los resultados, existirán muy interesantes y propositivas ofertas de mejoras. Quiero enfatizar las palabras de la Secretaria Académica de la UASLP, Mtra. Luz María Nieto Caraveo, quien en alguna de nuestras sesiones plenarias de trabajo, hacia el mes de abril de 2013, hacía referencia a los tiempos y los plazos en que se tendrían que desarrollar y cumplir las tareas. Con respecto a lo arriba señalado nos dijo… “la reflexión no termina el día en que el Plan se aprueba por el Consejo Directivo Universitario”.

En este momento se cuenta, sólo con algunos dibujos, diagramas o esquemas (en algunos casos retomando los elementos valiosos del Plan 1977), que han sido elaborados sobre el pizarrón y capturados en una fotografía o reproducidos en un dibujo, que explican el modo en que fueron y están siendo comprendidos los planteamientos tanto académicos como curriculares.

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Si bien existen gráficamente los mapas curriculares que son, en cierto modo, necesarias para la comprensión del proceso educativo, no existe propiamente un modelo que muestre la idea general de esta organización académica, como sí existió en el plan 1977. Esta es una tarea pendiente, reconociendo que no es tan importante contar con el modelo gráficamente, como sí tener en la mente la idea clara de la organización que se está formulando y sobre la cual se habrá de trabajar. Hay algunos ensayos de esquemas y modelos, que muestran de modo por demás interesante, y consistente con la época que nos toca vivir, la sociedad a la que se sirve, y el contexto global en que nos encontramos, una aproximación a este modelo actual. En estos esbozos, en estas ideas, los elementos no son duros, no son fijos, las relaciones no son claras, únicas y determinadas, los límites y los entornos no encuentran una expresión formal concluida y exacta. Más bien se presenta la idea de elementos que interactúan con los demás bajo modos relativos y ajustables, de relaciones poco sencillas de identificar y de medir, pero sí reconocibles en tanto a sí mismas y en tanto al valor de su presencia en los hechos y en la vida, formas que se ajustan a las condiciones y circunstancias del lugar y del momento. Estos puntos de partida habrán de irse depurando y formalizando, para ofrecer en un corto plazo una imagen que lo pueda explicar con mayor claridad. No es sencillo por la naturaleza misma del planteamiento, que se puede semejar a un ambiente gaseoso, invisible, intangible, donde se dan, pero no se ven las relaciones entre las partes, o bien a la noción de un mundo que nunca ha sido visible a los ojos de las personas, pero que se reconoce como el elemento y la función que ha producido cultura en todos los tiempos, como lo son las conexiones cerebrales y todo lo que de ellas deriva. Nos referimos aquí a un modelo. Si bien existe en nuestra mente un modelo académico sobre el que se ha estado trabajando y sobre el cual se desplanta la propuesta de reestructuración tanto académica como curricular que aquí se acaba de presentar, en lo visual o en lo gráfico nos queda la tarea de desarrollarlo y presentarlo.

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El presente documento es el resultado del trabajo de un grupo importante de integrantes de la Facultad del Hábitat, pertenecientes a los diferentes

espacios de la organización. Queda en este momento como un alcance a la fecha de la presentación ante las instancias del H. Consejo Técnico

Consultivo de la Facultad del Hábitat, y del H. Consejo Directivo Universitario, en el conocimiento que se continuará trabajando en su contenido, pero sobre

todo en la operación, con la finalidad de asegurar la más alta eficiencia. De este modo, lo aquí señalado representa el objetivo para el inicio de los

trabajos, pero no significa que sea un producto terminado y cerrado. La invitación es abierta, para que todos los miembros de la comunidad de la

Facultad puedan continuar con sus importantes aportaciones.

LA COMUNIDAD DOCENTE DE LA FACULTAD. LOS CUERPOS ACADÉMICOS Y GRUPOS DE INVESTIGADORES.

LAS ACADEMIAS DE LAS MATERIAS DE LAS ÁREAS DE INVESTIGACIÓN. LAS ACADEMIAS DE TALLERES DE SÍNTESIS DE LAS CARRERAS.

LA COMISIÓN CURRICULAR DE LA FACULTAD DEL HÁBITAT. LA COMISIÓN ACADÉMICA DE LA FACULTAD DEL HÁBITAT.

LA DIRECCIÓN DE LA FACULTAD DEL HÁBITAT.