Mayo 2012Año LXIII • Núm. 749

Ejemplar gratuito

Publicación de Misioneros de Guadalupe

Cincuenta aniversariode la Misión de CoreaCincuenta aniversariode la Misión de Corea

Los donesdel Espíritu Santo

al serviciode la humanidad

Los donesdel Espíritu Santo

al serviciode la humanidad

Benedicto xvi

Domingo de Pentecostés, después del “Regina caeli”12 de junio de 2011

E n la solemnidad de Pentecostés la liturgia revi-ve el inicio de la Misión apostólica a todos los

pueblos. Invito a todos a perseverar junto con María, Madre de la Iglesia, en ferviente oración y a poner al servicio de toda la humanidad los diversos dones y carismas que el Espíritu Santo nos ha concedido, para continuar así anunciando la Buena Nueva de la Resurrección de Cristo.

Perseverar en el anunciodel Evangelio

PapaBenedicto xvi

Mayo 2012 1

General: Por la familia

Que en la sociedad se promuevan iniciativas que defiendan y refuercen el rol formativo de la familia.

Misionera: Por los misioneros

Que María, Reina del mundo y Estrella de la evangelización, acompa-ñe a todos los misioneros en el anuncio de su hijo, Jesús.

Intencionesdel Santo Padre Benedicto xvi para 2012

P. Sergio César Espinosa González, mg

Amenazada por aquellos que piensan que el ser humano puede cumplir sus metas en el aislamiento individualista, la familia emerge siempre como el ámbito natural para el sano crecimiento y desarrollo de toda persona. No es de extrañar que sea así, pues esa es la manera en que Dios ha querido reflejar su imagen trinitaria, comunitaria, en su obra más perfecta. Este mes nos unimos a la intención del Papa, que nos pide ser parte activa en una sociedad que está llamada a fomentar el papel formativo de la familia, lo cual debemos vivir, antes que nada, en el seno de nuestro propio hogar.

Al hablar de misioneros pensamos en personas que con mucha generosidad dejan sus países y sus familias para dedicarse por completo al anuncio de la Buena Nueva en lugares distantes. Sin embargo, los obispos latinoameri-canos nos han recordado que la Misión es responsabili-dad de todos y que debemos implicarnos seriamente en el anuncio del Evangelio en los ámbitos sociales de nuestra vida diaria. Este mes de mayo, le pedimos a María que nos inspire y acompañe en esa delicada tarea que su Hijo nos ha encomendado: ser sus testigos misioneros siempre y en todas partes.

El despertar misionero de la Iglesia coreanaP. Juan José MárquezEcheverría, mg

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Los primeros seminaristas mg

en CoreaP. Ignacio de la Garza Evia Ugarte, mg

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El trabajo parroquialen CoreaP. Corazón López Sánchez, mg

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Cincuenta añosde vida misionera en CoreaP. Eugenio Zacarías Romo Romo, mg

El inicio dela Misiónde CoreaP. Francisco Arriaga Méndez, mg

6 886Publicación de

Misioneros de Guadalupe

Ejemplar gratuito. Prohibida su venta

Año LXIII • Núm. 749 • Mayo 2012

DIRECTORIO

Editor responsableP. Juan José Márquez Echeverría

DirectorP. Víctor Manuel Zavala Contreras

Auxiliar editorialJuan José Ramírez Escarza

Diseño gráficoLourdes Reyes Esquivel

IlustraciónElia María Bañuelos Hernández

WebmasterJorge Hugo Guerrero Luna

www.revistaalmas.com.mx

PortadaEl P. Juan José Márquez E., mg, con acólitosantes de iniciar una Celebración Eucarística

en la Parroquia de Kumdang, en Corea.

Almas es editada por Editora Escalante, sa de cv, Córdoba 17, pb, local 1, Col. Roma, Del. Cuauhtémoc, cp 06700, México, df. Distribuida por Misioneros de Guadalupe, ar, Cantera 29, Col. Tlalpan, Del. Tlalpan, cp 14000, México, df. Certificado de Licitud de Título Núm. 555 (Época SEP), y Certificado de Licitud de Contenido Núm. 4414. Certificado de Reserva de Derechos al uso exclu-sivo del Título Núm. 04-1999-050317152800-102. Impresa en Transcontinental-Reproducciones Fotomecánicas, sa de cv, Democracias 116, Col. San Miguel Amantla, Del. Azcapotzalco, cp 02700, México, df. Tel. 5354 0100. Registro Postal Publicaciones Núm. PP09-0298 autorizado por Sepomex.

El Instituto de Santa María de Guadalupe para las Misiones Extranjeras fue fundado en 1949 por el Episcopado Mexicano y la Pontificia Unión Misional del Clero para formar y enviar misione-ros a los países no cristianos que le señale el Santo Padre. El Papa Pío xii aprobó sus Constituciones. El Primer Superior General fue Mons. Alonso M. Escalante. El Instituto es soste-nido por los católicos mexicanos.

Línea Misionera: 01 800 00 58 100www.mg.org.mx

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10122124

• Papa Benedicto xvi

• Intenciones• Editorial• Página del lector• Pastoral de la salud• Vida mg

• Sólo para niños. Club de Niños mg

• Centro de Orientación Vocacional• Bienhechores

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E ste mes celebramos la solemnidad de Pentecostés, que concluye el tiempo litúrgico de Pascua. En la Biblia se narra que, después

de la Ascensión de Jesús al cielo, los apóstoles permanecieron juntos, en oración con María, para prepararse a recibir el don del Espíritu Santo. En la mañana del día de Pentecostés desde el cielo llegó un es-truendo y se posaron lenguas de fuego sobre cada uno de los discípu-los; estos, llenos de Espíritu Santo, comenzaron a hablar acerca de las maravillas de Dios en diversas lenguas, y lo que dijeron fue entendido por personas provenientes de distintas naciones (cfr. Hch 2, 1-13).

Este pasaje es interpretado como el inicio de la Iglesia, la comunidad que ha tomado y continuado la Misión de Jesús en la historia de la hu-manidad. Aquel día los apóstoles pudieron hablar en diferentes idio-mas y su mensaje fue comprendido por personas de diversos lugares. De ahí se comprende que la universalidad de la Iglesia no surge por la inclusión indiscriminada de fieles, sino por el entendimiento que los creyentes en cualquier parte del mundo tienen de un único mensaje.

La Iglesia aspira a cruzar todas las fronteras humanas, y su unidad trasciende las particularidades de cada persona y cada comunidad. Por ello, la salvación será alcanzada por aquellos que crean en la Palabra de Jesús, sin importar nada más. De ahí que en Pentecostés se recuerde el don de un nuevo pacto de Dios con los hombres: la Nueva Alianza que se extiende de Israel a todos los pueblos del mundo, mediante el amor que el Espíritu Santo comunica y difunde.

Los sacerdotes mg colaboran en la misma Misión que desde el inicio ha tenido la Iglesia y mes con mes comparten sus experiencias en las páginas de Almas. Este número, al igual que en enero de este año, está dedicado a la Misión de Corea. Esperamos que los artículos que comparten los Padres que laboran en aquel país animen el espíritu mi-sionero del pueblo de México.

Diferentes lenguas,un solo mensaje

Editorial

Revista Almas4

Página del lector

Estimados Misioneros de Gua-dalupe, les escribe Norma Eli-zabeth G. M. Soy la novena hija del matrimonio formado por Margarito G. y Juanita M., y desde hace tiempo he querido escribirles acerca de mis papás, quienes en junio de 2011 cele-braron sus 50 años de vida ma-trimonial, dando un ejemplo de unidad a todos mis hermanos y familiares.

Mi papás han dedicado gran par-te de su vida a los apostolados de su parroquia en Irapuato; formaron parte del Movimiento Familiar Cristiano durante casi 15 años, y mi papá fue Ministro Extraordinario de la Eucaristía, pero por cuestiones de salud se tuvo que retirar. Actualmente forman parte de un coro de ma-trimonios y, a pesar de todas las pruebas que Dios ha puesto en su camino, están firmes en su espíritu de servicio y lo ofrecen con el corazón.

Hace más de dos años a mi pa-pá le diagnosticaron una en-fermedad en los riñones y desde

entonces le realizan hemodiálisis cada tercer día; le han realizado tres cirugías y nunca ha renega-do de su fe, siempre ha confiado en Dios y mi mamá ha estado a su lado. Para mis hermanos y para mí ellos representan un verdadero ejemplo de amor a la vida, ya que agradecen al Señor por cada nuevo día que les per-mite vivir.

Mis papás han sido Padrinos de ustedes desde hace muchos

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años, y dos de mis hermanas y yo también lo somos, pues ellos nos enseñaron a ser agradecidos y a compartir lo que el Señor nos da. Estamos muy contentas de contribuir un poco a la realiza-ción del Reino de Dios.

En lo personal les agradezco mucho los detalles que ustedes han tenido con nosotros, como las felicitaciones por nuestros cumpleaños y las imágenes que nos han regalado como fondo de pantalla, en especial la de la

Ascensión de la Virgen María, con la cual me identifiqué mu-cho cuando estaba en espera de mi primer bebé.

Les envío una fotografía de mis papás, de hace ya muchos años. Les agradezco su atención y sus oraciones. Nosotros seguire-mos pidiendo a Dios por todos ustedes.

Los quiere,Norma Elizabeth G. M.

Muy queridos ahijados, los sa-ludo cordialmente y los felicito por esa labor tan hermosa que realizan al llevar el Evangelio a tantas partes del mundo.

Mi nombre es María Guadalupe P. R. y quiero compartirles que Dios me dio una madre que fuereflejo de su ternura. Ella ahora descansa en paz, pues falleció en 1996. Sin embargo, fue ca-tequista durante 60 años, perte-neció durante más de 30 años a la Acción Católica, y Dios quiso que sus hijos y sus nietos fuéra-mos Padrinos de ustedes, ya que mi mamá nos inculcó la fe y el

ánimo para colaborar en grupos parroquiales y con las Misiones.

Me despido de ustedes, ahija-dos, con cariño, gran admira-ción y mis oraciones.

María Guadalupe P. R.

Padre Eugenio Zacarías Romo Romo, mg

El Padre Eugenio Romo, actual Superior de la Misión de Corea, hace un recuento de las labores que reali-za nuestro Instituto después de 50 años de presen-cia misionera en aquel país, y agradece el apoyo de nuestros bienhechores.

CInCuEntA Años DE vIDAMIsIonERA En CoREA

L os Misioneros de Guadalupe José Álvarez H. y José Chávez C., de feliz memoria, fueron los

primeros en arribar a estas tierras el 26 de no-viembre de 1962. En aquellos tiempos aciagos la presencia del misionero era un asunto de vida o muerte, puesto que el país iba saliendo de una guerra y se encontraba en condiciones miserables.

Revista Almas6

Este 2012 conmemoramos cinco décadas de presencia misionera. Durante este tiempo el país ha logrado un gran desarrollo en los campos económico, político, social y religioso. Por nuestra parte, junto con otros institutos misioneros, hemos proclamado el Evangelio a través de la aten-ción a más de 25 parroquias que, luego de haber formado y hecho crecer en la fe hasta convertirlas en comunidades maduras, hemos entregado al clero local, para seguir abriendo brecha en otros lugares.

En la actualidad, además de atender cuatro parroquias, tra-bajamos en la atención a enfer-mos en tres hospitales y hemos comenzado a atender una capi-lla en un mercado de la ciudad de Kwangju. Asimismo, colabo-ramos nuevamente en la for-mación de futuros sacerdotes coreanos, tal como hace varios años lo hicimos, en el Seminario Arquidiocesano de Kwangju. Nos hemos abierto también al traba-jo con jóvenes universitarios y nos hemos extendido a China, a la Diócesis de Jilin, donde tres sa-cerdotes dan testimonio de vida. Además, desde finales de los años sesenta algunos seminaristas mg han terminado su formación sa-cerdotal misionera tras realizar sus estudios de Teología en esta Misión, y la mayoría de ellos, una

vez ordenados sacerdotes, traba-jan o han trabajado en este país.

Al observar nuestra historia y re-flexionar lo que somos y lo que hemos hecho en este país duran-te cinco décadas, caemos una vez más en la cuenta de que el traba-jo evangelizador que hemos rea-lizado en Corea no hubiera sido posible sin el apoyo de nuestros bienhechores en México, quienes nos han sostenido con su apoyo espiritual y económico.

Por ello, celebrar 50 años de vida misionera en Corea nos corres-ponde tanto a quienes hemos traído la fe en Jesucristo a este hermoso país, como también a cada uno de ustedes, Padrinos y Madrinas, a quienes manifesta-mos nuestro más sincero agra-decimiento. Ustedes han sido misioneros junto con nosotros en la evangelización del pueblo coreano. En nuestras oraciones pedimos a Dios, nuestro Señor, y a la bienaventurada Virgen de Guadalupe que los recompensen haciéndose presentes en el cami-nar de sus vidas, tal y como lo hacen con nosotros, los Misione-ros de Guadalupe en Corea.

¡Gracias, queridos bienhechores, por ser parte de nuestra historia! ¡Feliz aniversario!

Misión de Corea

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Padre Francisco Arriaga Méndez, mg

El Padre Francisco Arriaga narra algunos hechos so-bre la fundación y los primeros años de trabajo pas-toral en la Misión de Corea.

EL InICIo DE LA MIsIón DE CoREA

En agosto de 1961 había ya 24 sacerdotes orde-nados como Misioneros de Guadalupe. Mons.

Alonso Manuel Escalante E., entonces Superior Ge-neral del Instituto, pensaba en el envío de un se-gundo grupo de misioneros a Oriente y, de manera providencial, Mons. Juan A. Choi Jae-seon, Obispo de Pusan, Corea, llegó a México y pidió que fuéra-mos a trabajar a su diócesis.

Dos meses después se anunció de forma oficial la segunda Misión del Instituto: Corea. Los Padres ele-gidos para iniciar dicha empresa fueron los mg José Álvarez H. y José Chávez C. Su despedida se llevó a

Revista Almas8

cabo en la Basílica de Guadalupe, el 5 de febrero de 1962. Unos días después emprendieron el viaje y meses después, el 26 de noviem-bre de 1962, arribaron a Corea.

Aunque Mons. Choi se había com-prometido a brindar una parro- quia con su respectiva casa a nuestros misioneros, casi un año después ni siquiera tenían un lugar para hospedarse, sino que vivían, en muy malas condicio-nes, en una pequeña habitación de hospital. Durante ese tiempo, tampoco realizaron labor misio-nera, pero aprendieron el idioma coreano. Mons. Escalante visitó Roma, donde se encontró con el arzobispo de Kwangju, quien ofreció recibir a Misioneros de Guadalupe en nueve parroquias ya constituidas, con su respecti-va casa parroquial, y los Padres Álvarez y Chávez empezaron a trabajar ahí.

En 1964 llegó a Corea un segun-do grupo con cinco sacerdotes mg: Rodolfo Navarro G., Jesús María Alba J., Luis Sánchez A., José Luis Ortega F. y un servidor. Empezamos a trabajar en la Ar-quidiócesis de Kwangju, como vicarios en parroquias iniciadas por Padres columbanos, en su mayoría irlandeses. El trabajo con los Padres coreanos y con los fieles fue sencillo, pues nuestro modo de ser y de trabajar tiene

un cierto parecido. Sin embar-go, con los europeos fue difícil entendernos. Por ello, apenas se retiraron y nos hicimos cargo de las parroquias, empezamos a darles otro estilo a las mismas. Por ejemplo, con nosotros los fieles ya podían entrar y salir de la casa del Padre, y comenzamos a visitarlos en sus hogares.

Desde los primeros años de mg en Corea buscamos ayuda de bien-hechores, pues encontramos mu-cha pobreza debido a la guerra que acababa de vivir el país. A lo largo de 50 años hemos visto cómo se ha logrado el progreso, pues la gente es muy trabajadora y todos actúan como si forma-ran una sola familia: se ayudan mutuamente y son muy genero-sos. Al pueblo coreano le gusta prepararse y los papás no tienen para sus hijos otro consejo que: “Estudia, estudia”.

Los Padres mg hemos sido siempre muy bien recibidos y hemos mo-tivado vocaciones locales. Cuan-do llegamos a la Arquidiócesis de Kwangju había sólo 10 sacerdo-tes coreanos, ahora pasan de 300, y son varias las parroquias que hemos entregado al clero local, lo que nos ha permitido traba-jar actualmente en hospitales y universidades. Esperamos seguir aportando una importante ayuda a la Iglesia de este país.

Misión de Corea

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PaPa BenediCto xviPastoral de la salud

Padre Gabriel Torres Ascencio, mg

Antes de llegar al cielo

Al preguntamoscuál es el sentido

del sufrimiento humano debemos recordar

que en medio del dolor siempre encontraremos

respuesta porparte del Señor.

El Papa Juan Pablo ii escribió acerca del sentido del su-

frimiento humano. Recordando algunas de sus enseñanzas, pien-so que un hospital es un mundo surcado por el dolor y que evoca constantemente a otro mundo, el del amor (cfr. carta apostólica Sal-vifici doloris, núm. 29).

Hace tres meses, en la sala de cui-dados intensivos del Hospital de San Carlos, en Suncheon, Arqui-diócesis de Kwangju, Corea, me encontré con un enfermo llamado

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Ambrosio. Yo iba acompañado por una Hermana dominica y le dije al enfermo que iba a rezarle. Él, enojado, respondió que no que-ría saber nada de Dios. En realidad no quería hablar con nadie, y me-nos con nosotros, sus palabras y actitudes eran de rechazo. Incluso no quería saber nada de su propia familia. Él tenía una hermana y un hermano menor, y su mamá aún vivía, gracias a Dios. Todos ellos ya se habían bautizado, pero su relación no era buena. Estar en el hospital parecería cosa del destino, pues el padre de Ambrosio había fallecido de la misma enfermedad por la cual él se hallaba ahí.

El martes de la siguiente semana, por la tarde, volvimos a visitarlo, y antes de llegar a la cama donde él se encontraba nos dijo: “Vengan a rezarme”. Noté que su corazón había cambiado y se había llena-do de esperanza. Ambrosio pidió encontrarse con sus hermanos y con su mamá, pues quería pedirles

perdón. Se confesó y recibió el Sacramento de la Extremaunción, y poco después, una mañana, fue trasladado al décimo piso del hos-pital, donde se encuentran los en-fermos que necesitan de mayores cuidados. Al día siguiente cerró los ojos y se fue al cielo, junto con Je-sús, a la casa de nuestro Padre ce-lestial, donde se encuentra ahora y desde donde seguramente pide por todos nosotros. Me pareció que, luego de mantener una acti-tud de rechazo, Ambrosio abrió su corazón y buscó a Dios en medio de sus sufrimientos. Creo que, por encima de todo, quiso encontrar la paz para él y para su familia, y reci-bir una curación espiritual.

Quiero agradecer a todos nues-tros Padrinos y Madrinas, quienes ofrecen su vida y sus sufrimientos por los sacerdotes mg que nos en-contramos trabajando en tierras de Misión para que muchas almas se salven y lleguen al conocimien-to de la Verdad.

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PaPa BenediCto xvi

El Padre Rodolfo Navarro es uno de los alumnos fun-dadores del Seminario Mexicano de Misiones Extran-jeras, y uno de los primeros sacerdotes mg enviados a predicar el Evangelio en Corea.

E l Padre Rodolfo Navarro Guerra, mg, nació el 6 de abril de 1927, en Jacona, Michoacán, en el seno de la familia forma-

da por Antonio Navarro y María Guadalupe Guerra. Tuvo nueve hermanos y una niñez sana y feliz, en la que pronto aprendió los rezos y las prácticas del buen católico.

Ingresó al colegio Excélsior, en la ciudad de Zamora. Además del estudio, los deportes y la ayuda prestada en negocios familiares de venta de abarrotes y licores, durante su juventud el P. Rodol-fo perteneció a la Acción Católica, por lo que, al finalizar sus estudios de secundaria, decidió solicitar su ingreso al Seminario Diocesano de Zamora.

Vidamg

Padre Rodolfo Navarro Guerra, mg

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En el Seminario de Zamora estudió cuatro años de Hu-manidades y tres de Filosofía. El P. Rodolfo se ha referido a esos años como “los más felices de su vida”, y fue durante esa etapa cuando comenzó a des-pertar su vocación misionera. Coincidiendo con la fase final de sus estudios de Filosofía, se proyectaba la fundación del Seminario Mexicano de Misio-nes Extranjeras, y el P. Rodolfo fue uno de los tres seminaristas de Zamora que solicitaron in-greso y fueron aceptados como parte del grupo fundador.

Fue ordenado sacerdote mg el 16 de agosto de 1953, por imposición de las manos de Mons. Alonso Manuel Es-calante E., entonces Vicario Apostólico de Pando y Rec-tor del Seminario Mexicano de Misiones. Posteriormente fue enviado a realizar estudios de Filosofía en la Universidad Gregoriana de Roma.

A lo largo de su ministerio ha colaborado en diversas áreas de nuestro Instituto en México. Se destaca su trabajo como tercer Superior General de mg, pues-to que ocupó de 1979 a 1986. Durante este periodo se promo-vió el ánimo evangelizador con la fundación de dos Misiones:

Angola y Perú. Otra de las ac-tividades en las que ha colabo-rado, en diversos periodos de su vida sacerdotal, ha sido la formación de los futuros mi-sioneros, donde ha tenido los cargos de Director Espiritual y Rector del Seminario Mayor, así como responsable de la Di-rección de Formación.

Fuera de México formó parte del segundo grupo de sacer-dotes enviados a la Misión de Corea, con el encargo de ocu-par el puesto de Superior de la misma. Ha estado en dos pe-riodos en aquel país de Orien-te, el primero de 1963 a 1975 y el segundo de 1997 a 2003. De igual forma, colaboró, de 1987 a 1991, en la Misión de Perú, don-de principalmente atendió dos parroquias situadas en las afue-ras de Lima, capital del país.

El Padre Navarro se ha entre-gado con esmero en cada nom-bramiento que ha recibido, y ha agradecido al Señor pues le ha permitido gozar de una exce-lente salud para llevar a cabo su ministerio. Actualmente reside en la Casa San José, para Pa-dres mayores, en Guadalajara, Jal. El próximo año cumplirá su 60 aniversario sacerdotal.

Padre Ignacio de la Garza Evia ugarte, mg

El Padre Ignacio de la Garza narra su experiencia como uno de los primeros seminaristas mg que ter-minaron su formación al sacerdocio en tierras de Misión.

Los PRIMERos sEMInARIstAs MG En CoREA

Después de estudiar Filosofía y el Curso de Es-piritualidad y Pastoral (noviciado) en 1969

–que casualmente en ese año fue dirigido por el P. José Chávez C., mg, q.e.p.d., uno de los fundadores de la Misión de Corea–, la idea de ir a una Misión como seminarista parecía un sueño imposible de realizar.

Yo había escuchado que un seminarista jesuita mexicano se encontraba en Japón y que Marco

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Antonio Martínez F., entonces seminarista mg, también estaba viviendo en Japón, pero como una experiencia personal. Todo lo anterior lo comentaba con mi compañero Javier Algara C. Los dos fuimos descubriendo y amando la Misión de Corea por las cartas que desde allá nos en-viaba el P. Luis Raúl Peña P., mg, q.e.p.d., quien había sido nuestro formador en el Seminario Menor, y estábamos muy entusiasmados con la idea de llegar allá lo antes posible para estudiar la lengua y conocer las costumbres del país más fácilmente.

Hicimos nuestra solicitud a Misio-nes y la respuesta del P. Esteban Martínez de la S., mg, q.e.p.d., Su-perior General en ese tiempo, fue positiva. Se veía bien la idea, sin embargo, nos comentó que no se podía enviar sólo a dos semina-ristas, se requería que fueran tres, para asegurar el éxito de la ex-periencia, pero nos pidió que no hiciéramos propaganda entre los compañeros para que surgiera el tercer candidato; debíamos guar-dar secreto absoluto al respecto.

Pensamos que la idea había caí-do por tierra ante tales condi-ciones, pero un día el P. Chávez nos dijo que ya había surgido el tercer candidato: Gabriel Casi-llas H., mg, q.e.p.d. De esa mila-grosa manera se cumplió con el

requisito solicitado y pudimos partir a Corea, donde arribamos el 10 de septiembre de 1969 para estudiar la lengua y, posterior-mente, entrar al seminario local y, junto con los seminaristas co-reanos, terminar nuestra forma-ción al sacerdocio.

A mitad de nuestra formación en la Misión nos reunimos en Kio-to, Japón, con Marco Antonio Martínez, para evaluar la expe-riencia. Coincidimos en que era muy difícil en sí, pero sentíamos que estábamos metiéndonos en el corazón de la Iglesia del país. En México también se valoró la experiencia y, viendo los puntos positivos, se institucionalizó, de forma que actualmente somos muchos los sacerdotes que he-mos terminado la formación en nuestras Misiones.

Los cuatro primeros seminaristas en Misión fuimos ordenados sa-cerdotes en 1974, año jubilar por los 25 años de vida de Misione-ros de Guadalupe. De todos los misioneros nombrados a Corea, 64% hemos terminado nuestra formación en la Misión, y de los 21 Padres que estamos actual-mente aquí, 11 hemos pasado por el seminario coreano. Nos sentimos parte integrante del clero coreano, y ellos nos ven de la misma manera.

Misión de Corea

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Revista Almas16

Padre Corazón López sánchez, mg

El Padre Corazón López nos ofrece un panorama de la colaboración de los Padres mg en el trabajo parro-quial en Corea y hace un recuento de las parroquias entregadas al clero local.

EL tRAbAjo PARRoquIALEn CoREA

D ebido las necesidades pastorales y al escaso clero local, en cuanto los Padres mg llegaron

a Corea, aun con poco conocimiento del idioma, la cultura y las costumbres, iniciaron su labor de evan-gelización por medio del trabajo en las parroquias.

Durante los 50 años de presencia mg en Corea he-mos desarrollado nuestra pastoral parroquial en cinco diferentes diócesis: en Masan se atendió una parroquia durante un año; en Incheon se atendieron

dos parroquias, una durante siete años y la otra durante tres; en Pu-san se trabajó en dos parroquias, en una durante seis años y en otra durante 14; en Seúl se ha trabajado en dos parroquias, en una durante 15 y en la otra du-rante 36 años consecutivos, has-ta la fecha; y en Kwangju, desde los primeros años de la Misión, se ha trabajado en 21 parroquias ya entregadas, y a la fecha se realiza pastoral en tres más y en una es-tación misionera ubicada en uno de los mercados de la ciudad.

Después de nueve años de haber llegado a Corea, el 1 de junio de 1971 se entregó la primera parro-quia al clero local, en la Diócesis de Masan. La entrega más re-ciente ocurrió el 15 de septiem-bre de 2009 en la Arquidiócesis de Kwangju. A la fecha se han entregado 27 parroquias; algu-nas de ellas fueron recibidas por nosotros como capellanías, otras se formaron por el trabajo de evangelización de los misione-ros columbanos y en otras más el trabajo se realizó como respuesta a la petición expresa por parte de los obispos.

De esas 27 parroquias entregadas, 12 se ubicaron en alguna ciudad y 15 fueron rurales. Además, en 12 de esas 27 parroquias el trabajo se inició por completo, desde la búsqueda de terreno, la creación

de la comunidad, la construcción del edificio y la creación del con-sejo parroquial, hasta lograr estabilidad y autosuficiencia (pas-toral y económica) antes de ser entregadas al obispo respectivo.

A lo largo de los 50 años de pre-sencia y acción evangelizadora en Corea, Padres y seminaristas hemos tenido experiencia en el trabajo parroquial, pues, además, la parroquia brinda un espacio muy apropiado para conocer la cultura y las costumbres del pue-blo, y para practicar el idioma. Sin embargo, por iniciativa de la misma comunidad mg y por suge-rencia de los obispos, se ha en-comendado el trabajo parroquial al clero diocesano, para que los misioneros podamos asumir otras áreas de trabajo (escuelas, hospi-tales, cárceles, etcétera). En la ac-tualidad únicamente se atienden dos parroquias de ciudad y dos de campo, además de la estación misionera del mercado en la ciu-dad de Kwangju.

Tanto el trabajo de evangelización en parroquias como las labores en otras áreas se han desarrollado gracias a la ayuda de Dios y a la colaboración espiritual y material que nos han brindado nuestros Padrinos. ¡Muchas gracias por su apoyo! ¡Pidamos al Señor que siga llamado a más jóvenes para continuar esta obra!

Misión de Corea

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Padre juan josé Márquez Echeverría, mg

El Padre Juan José Márquez da cuenta de la manera en la que ha ido creciendo el interés misionero por parte de la Iglesia coreana.

EL DEsPERtAR MIsIonERoDE LA IGLEsIA CoREAnA

La Iglesia coreana se siente orgullosa de ser la primera en el mundo que no fue evangelizada

por misioneros sino por los mismos coreanos, que en el siglo xviii trajeron el Evangelio desde China. Sin embargo, no se puede negar el papel tan im-portante de los misioneros en el crecimiento de la Iglesia de este país.

Son varios los institutos misioneros que han tra-bajado intensamente por el aumento de cristianos en Corea. A pesar de las persecuciones religiosas

Revista Almas18

durante los siglos xviii y xix, se dis-tingue la Sociedad para las Mi-siones Extranjeras de París, que no dejó ni ha dejado de enviar misioneros y cuenta con varios mártires en su historia. Poste-riormente encontramos la labor de Maryknoll, que ha trabajado en Corea por cerca de 100 años; los Misioneros de San Colum-bano, que acaban de celebrar su 75 aniversario en este país, y Misioneros de Guadalupe, que también ha puesto su granito de arena en los últimos 50 años.

Por otro lado, es importante re-conocer la labor desarrollada por los institutos religiosos en el campo de la evangelización, pues también han contribuido grandemente en los campos de la educación, la sanidad y la pro-moción de los derechos huma-nos, entre otros.

Después de la visita de Su San-tidad Juan Pablo ii a Corea en 1984 la Iglesia coreana empezó a enviar misioneros a otros paí-ses de una manera más constan-te. Anteriormente, en 1975, fue fundado el Instituto Coreano de Misiones Extranjeras y había al-gunos sacerdotes coreanos tra-bajando principalmente en la pastoral con sus compatriotas radicados en ciertos países de Eu-ropa y en Estados Unidos, pero la visita de Su Santidad llevó a

varios institutos religiosos a plantearse la posibilidad de en-viar parte de sus miembros a países del sur de Asia, Oceanía y, posteriormente, incluso, a África y América latina.

Los primeros sacerdotes diocesanos que salieron a trabajar como mi- sioneros en el extranjero fueron enviados en el año 2001. Fue-ron 26 en total y a una década de ese primer envío el número se ha duplicado, pues el año pasado se hablaba de 54 sacerdotes.

En una entrevista concedida al semanario católico Peace Times a finales del año pasado, Mons. Juan Bautista Jung Shin-chul, encargado de las Misiones del episcopado coreano, hablaba de la necesidad de infundir más el espíritu misionero entre los ca-tólicos coreanos: “es necesario que se interesen y oren por las Misiones ... hay quien opina que es prematuro pensar en Misiones cuando aún hay mucha necesi-dad de seguir anunciando a Jesús en Corea, pero la Misión es natu-ral a la Iglesia y nosotros mismos recibimos ayuda de misioneros extranjeros para el crecimiento de nuestra Iglesia … es tiempo de pasar de una Iglesia que recibe a una Iglesia que comparte”.

Según las estadísticas oficiales de junio de 2011, el número de

Misión de Corea

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misioneros católicos coreanos en el extranjero es de 792, tra-bajando en 80 países; un au-mento de 100 misioneros con respecto a 2010. También hay misioneros laicos contribuyendo con su labor en la difusión del Evangelio. El continente con más misioneros coreanos es Asia, y le siguen América, Europa, Áfri-ca y Oceanía. En casi todos los continentes existen redes misio-neras coreanas, sólo en África no se han concretado debido a las grandes distancias y la difi-cultad en la comunicación. Sin embargo, se busca el mayor in-tercambio entre todas ellas para mejorar y coordinar el trabajo misionero.

A pesar de los avances en la acti-vidad misionera de la Iglesia co-reana, el interés por las misiones extranjeras entre la gente es aún

bajo. Por ello, desde 2010 la con-ferencia episcopal coreana ha celebrado el “Día del misionero (coreano) en el extranjero”, con lo que se pretende aumentar el interés entre los fieles y fomen-tar el crecimiento de las redes de intercambio misionero.

En México existen tres órdenes re-ligiosas femeninas trabajando en diferentes regiones del país y un sacerdote del Instituto Coreano de Misiones Extranjeras trabajando en la Diócesis de Campeche. No hay duda de que en pocos años Corea cobrará más importancia dentro del mundo misionero, una vez que los laicos tomen más conciencia de que su papel no es sólo llevar el Evangelio a sus vecinos, sino más allá de las fronteras, en donde muchos de ellos ya radican o realizan sus es-tudios y su trabajo.

Tercer mandamientoUn niño misionero reza todos los días a su Padre, Dios, por sus hermanos, los niños de todo el mundo, y quiere

que conozcan a su Madre, la Virgen

La oración y las buenas obras nos acercan cada día más a Dios, que siempre nos escucha. Un propósito de los niños misioneros es que to-dos los niños del mundo conozcan a Jesús y a María, nuestra madre celestial. Para lograr esto debemos dar un buen ejemplo y platicar todos los días con Jesús por medio de nuestra oración.

En nuestras oraciones podemos pedir a Dios que envíe vocaciones misioneras que lleven la Buena Nueva a los pueblos, culturas y luga-res en donde aún no conocen ni a Jesús ni a María, pero esperan el anuncio de la salvación.

En este mes de mayo celebramos a nuestras mamitas en la tierra. ¡Pi-damos a nuestra mamá en el cielo, la Virgen María, para que cada día más niños en el mundo conozcan el amor de Jesús!

Decálogo de la iamDecálogo de la iam

Conocer a Jesús, Misionero del Padre,gran amigo de los niños y salvador de todos

Malaika, el personaje de nuestro club que representa a los niños del continente de África, te invita a conocer las consignas del Club de Niños mg. Esperamos que los niños misioneros respeten y practiquen estas consignas cada día. Los invitamos a reflexionar los siguientes puntos respecto de la primera consigna:

Para tener un amigo primero hay que conocerlo. Los apóstoles 1. se reunían con Jesús para escuchar su Palabra. Nosotros también podemos ser apóstoles de Jesús, pues al leer el Evangelio cono-cemos su vida y su obra.Aparte del Evangelio encontramos a Jesús en la vida diaria y 2. podemos ver su rostro en nuestros hermanos más necesitados.Procura conocer algunas de las necesidades de los niños del 3. mundo y de tu comunidad. Realiza una oración o una buena obra cada día por aquellos que lo necesitan.

¡Estas acciones son una buena oportunidadpara conocer más de cerca a Jesús!

Primera consigna del Club de Niños mgPrimera consigna del Club de Niños mg

Festejemos este Día de las Madres elaborando una tarjeta recortable, con una oración dedicada a nuestras mamás. Hagamos esta divertida actividad teniendo presente quea través de la oración también demostramos nuestro amor.

Elabora una oración para tu mamá

Oración por mamá

Querido Jesús,hoy te pido por mi mami.Es muy buena conmigo.Yo la quiero de verdad

y quisiera pedirte que siempre la acompañes.

Enséñame a valorar todo lo que mi mamá hace por mí

y por mi familia.Ayúdame a saber pedir perdón

cuando la ofendo o la enojo. Te doy gracias por todo lo que ella hace.

Que no le falte la salud ni el cariño de todos nosotros.

Ayúdala a vivir siempre cerca de ti, a no olvidar que la quieres muchísimo

y que nunca la dejas sola.Gracias por darme una mamá como la tuya.

Gracias, Señor.

Instrucciones:

1. Recorta por la línea punteada .

2. Dobla hacia atrás donde veas estas marcas “|”.

3. Inserta la oración a un costado de la imagen.

¡Tú puedes ser misionero!¡Tú puedes ser misionero!

Joven mexicano, ¿has sentido el llamado de Jesús y quieresllevar su mensaje de salvación a las personas que no lo conocen?

Participa en las actividades que organiza su Centro de Orientación Vocacional (cov). Comparte experiencias recreativas y formativas

con otros jóvenes que también buscan tomar decisiones acertadas que darán sentido a sus propias vidas.

Misioneros de Guadalupe te invitaa descubrir tu vocación.

• cov MéxicoTel. (01 55) 5573 3000vocacionesmg@hotmail.com Línea Misionera (sin costo): 01 800 00 58 100

• cov GuadalajaraTel. (01 33) 3601 0815 vocgdlmg@hotmail.com

• cov MonterreyTel. (01 81) 8358 2101 covmty@hotmail.comLínea Misionera (sin costo): 01 800 83 15 350

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Informes:

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Nació en la ciudad de México, en 1980. Ingresó al Seminario de Misiones en 1998 y reci-bió los ministerios de Lectorado y Acolitado en 2005. Estudió Filosofía en la Universidad Intercontinental y fue enviado a estudiar Teología a Kenia, donde en 2010 recibió el dia-conado. Realizó su servicio diaconal en la Misión de Angola. Fue ordenado sacerdote el 12 de noviembre de 2011 en la capilla del Seminario Mayor mg. Su primer nombramiento como presbítero ha sido el trabajo en la pastoral vocacional de la ciudad de México. El Padre Ignacio descubrió su vocación por la convivencia con un Padre misione-ro y mediante los testimonios que ha escuchado. Tú también puedes llevar la Pala-bra de Dios a los pueblos que la necesitan.

¡Responde al llamado de tu vocación!

Únetea la Misión

Padre Ignacio Flores GarcíaMisionero de Guadalupe

Línea Misionera: 01 800 00 58 100

Ciudad de MéxicoTlalpan

Cantera 29, Col. Tlalpan, Del. Tlalpan,

cp 14000, México, df.

Tel. (01 55) 5655 2691

Ciudad de MéxicoRoma

Córdoba 17, Col. Roma,

Del. Cuauhtémoc,cp 06700, México, df.

Tel. (01 55) 5525 6989

Guadalajara

Madero 837,esq. Escorza,

Centro, sj, cp 44100,

Guadalajara, Jalisco.Tel. (01 33) 3825 2315

Monterrey

Habana 105,Col. Altavista,

cp 64840,Monterrey,

Nuevo León. Tel. (01 81) 8358 2101

Villahermosa

Ejército Mexicano 167,Col. Atasta de Serra,

cp 86100,Villahermosa,

Tabasco. Tel. (01 993) 315 2934