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CIENCIAS SOCIALES CARRERAS SERVICIO SOCIAL Y TÉCNICO EN TRABAJO SOCIAL SANTO TOMÁS revista área de Instituto Profesional Santo Tomás

Revista Área de Ciencias Sociales Santo Tomás N°4 - 2013

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-Experiencia de Rediseño Curricular IPST -Participación Ciudadana como eje articulador de la legitimidad y gobernabilidad del Estado -Análisis de la participación ciudadana en sistema electoral con sufragio obligatorio v/s sufragio voluntario -Alguna reflexiones sobre el tatuaje carcelario y su relación con el Trabajo Social

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CIENCIAS SOCIALES CArrErAS SErvICIO SOCIAL y TéCNICO EN TrAbAjO SOCIAL SANTO TOmáS

revista área de

Instituto Profesional Santo Tomás

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Editorial

Artículos profesionales y docentes

Experiencia de rediseño Curricular IPST

Participación Ciudadana como eje articulador de la legitimidad

y gobernabilidad del Estado

Análisis de la participación ciudadana en sistema electoral

con sufragio obligatorio vs sufragio voluntario

Algunas reflexiones sobre el tatuaje carcelario y su relación

con el Trabajo Social

Política de vivienda en Chile: “Un desafío de integración ética y

sistémica en la diferencia”

4Columnas de opinión

Teoría y práctica

Los dilemas del Trabajo Social

¿Por qué escribo?... desde la ficción y realismo del Trabajo Social

La soledad de la niñez

Artículos alumnos

Una mirada de forma y no de fondo, sobre la Ley de Adopción

Actividades área de Ciencias Sociales Primer semestre 2013

18

22

36

50

8

54

Pamela Castro ArayaPatricia García Torres

Salomón Valdenegro Mebark

Francisco Socías Hernández

Daniel Abraham Rosales González

Juan Miguel Andujar Lobos

Juan Miguel Andujar Lobos

42Angélica Castro Saavedra

Revista área de Ciencias SocialesCarreras Servicio Social y Técnico en Trabajo SocialCorporación Santo TomásNÚMERO 04

Directora Pamela Castro Araya

Comité editorialPamela Castro ArayaAngélica Castro Saavedra

DiseñoJoel López Novoa

Paseo Bulnes 241, piso 6. Santiago de ChileFono 02-4887459/ 02-4387460.

62Carla González Martínez

66

52Andrés Vera Quiroz

56Andrés Vera Quiroz

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Hemos vivido la primera mitad de año siendo protagonistas u observadores de una serie de

sucesos que, en lo social, afectan, le dan carácter y, en cierta medida determinan el presente y futuro de nuestro país.

Vaivenes políticos, demandas estudiantiles, proyecciones económicas, nuevas realidades tecnológicas, exigencias de mayor sustentabilidad, cuestionamientos a la capacidad técnica y ética de instituciones cuya razón de ser supone la protección y la justicia social y otros tantos hechos que han marcado la agenda noticiosa de Chile en estos meses.

Si bien las causas, efectos y responsabilidades en éstos pueden ser diversos, todos ellos constituyen procesos sociales complejos frente a los cuales, el Trabajo Social debe tener una posición informada, crítica y propositiva en términos de los abordajes factibles a implementar, con miras a la resolución de los mismos a través de los diversos mecanismos pertinentes con institucionalidad vigente.

Para quienes nos desempeñamos vinculados con procesos formativos de estudiantes de carreras del Área de Ciencias Sociales, ya sea como

directivos, docentes, investigadores o a cargo de la implementación de estrategias de apoyo a la docencia, el desafío a enfrentar consiste en desarrollar en los estudiantes competencias específicas-éticas necesarias para desempeñarse laboralmente en un contexto caracterizado por la ocurrencia de sucesos y procesos como los antes señalados, pero al mismo tiempo aquellas competencias de empleabilidad que les permitan generar un valor adicional a su desempeño. Las llamadas “competencias blandas” constituyen hoy un valor intangible muy apetecido por las organizaciones laborales de diversa índole, en cuanto a la relevancia para el cumplimiento de los objetivos que como institución se han trazado y, por efecto, en cuanto a la contribución final de la misma al bien social.

Se requieren técnicos y profesionales con sólidos conocimientos, habilidades y actitudes para la cabal comprensión e intervención en fenómenos sociales como los ya señalados, pero también con capacidad para adaptarse a realidades diversas y cambiantes, con disposición al autoaprendizaje, con un profundo sentido de la responsabilidad social y, principalmente, con recursos personales para innovar en el abordaje de los diversos

problemas sociales que intervengan. Viene a la mente, en este punto, el ya conocido dicho “no vamos a lograr cosas nuevas haciendo más de lo mismo”.

Por esto, necesitamos un Trabajo Social con nuevos bríos. Renovado, empoderado, bien posicionado y reconocido por su contribución efectiva en la resolución de problemas sociales tradicionales y emergentes.

Como agentes formativos recibimos estudiantes entusiastas, con debilidades desde el punto de vista del tipo de educación secundaria que muchos de ellos han recibido, pero con una serie de fortalezas que nos permiten construir e integrar los insumos necesarios para favorece su desarrollo personal, técnico y profesional, permitiéndoles constituir la generación de profesionales exitosos y satisfechos por su contribución social.

En este número de la Revista del Área de Ciencias Sociales, se recoge los valiosos aportes de quienes, desde diferentes posiciones, manifiestan la disposición para contribuir con las demandas profesionales actuales.

Editorial

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CIENCIAS SOCIALES CArrErAS SErvICIO SOCIAL y TéCNICO EN TrAbAjO SOCIAL SANTO TOmáS

revista área de

Instituto Profesional Santo Tomás

Artículos profesionales y docentes

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pertinentes establece que el modelo pedagógico que adoptará la institución será la formación basada en competencias, entendiendo al estudiante como centro del proceso educativo y del aprendizaje, se ha elaborado un Modelo de diseño (rediseño) curricular basado en competencias que pretende dar respuesta a las necesidades del mundo laboral, profesional y académico para las carrera de Servicio Social y Técnico en Trabajo Social. Todo lo anterior, en el marco de la realidad social y cultural de Chile y que determinan los focos necesarios de intervención social.

En efecto, luego del análisis y triangulación de la información recogida en estos mundos, se procede a definir y validar el perfil de egreso por competencias, a partir del cual, se desarrolla el plan de estudios de la carrera cuyo objetivo es propender, por una parte, a la movilidad social de los estudiantes y, por otra, a que una vez egresados los técnicos y profesionales sean un real y significativo aporte para la sociedad.

Este trabajo pretende, en forma resumida, relatar la experiencia que en materia de rediseño curricular ha tenido en este último año, el área de ciencias sociales del IP-CFT para sus carreras de Servicio Social y Técnico en Trabajo Social, en el marco del contexto social chileno y de la realidad de la formación técnico- profesional.

Relatar la metodología y la experiencia, en término de dificultades, fortalezas y debilidades permitirá sin duda la reflexión de la comunidad académica receptora, así como la aplicación en sus contextos de aquello que les pueda servir.

Conforme con lo anterior se desarrollarán las fases del modelo, en especial la de análisis y de rediseño curricular, en este caso.

2. Referencias del contexto social Chileno que sustentan la carrera de Servicio Social y Técnico en Trabajo SocialDurante las últimas décadas la sociedad chilena ha experimentado fuertes cambios en materia económica y social que se traducen hoy en mejores niveles de vida para la población, pero también en nuevos problemas sociales originados, en gran medida, en los problemas de inequidad y falta de acceso a oportunidades de desarrollo.

A medida que se avanza en democracia y se asientan modelos de protección social basados en derechos políticos y civiles, la ciudadanía va perdiendo grados de dependencia y va tomando conciencia de sus derechos y, por lo mismo, demandándolos.

Actualmente, habiendo transcurrido varios gobiernos democráticos, se aprecia un aumento de las demandas sociales de sectores postergados y de trabajadores que exigen mejoras sustanciales en temáticas referidas al acceso a las reales oportunidades de desarrollo. Esta situación se ha visto expresada en el fortalecimiento de movimientos sociales y manifestaciones ciudadanas que se han manifestado con especial fuerza durante los últimos dos años.

En este sentido, la evidencia empírica apunta a mostrar, no sólo un acelerado proceso de reducción en la magnitud de la pobreza, sino el paso de una pobreza tradicional a una pobreza moderna que le cambia su rostro (más escolarizada, con accesos a mejores condiciones de habitabilidad y servicios sociales básicos, etc.).

Se experimenta un aumento de los sectores no pobres, pero con bajos ingresos y empleos pre-carios, así como se produce la coexistencia de

RESUMENLas autoras presentan su experiencia en el rediseño curricular de la carrera de Servicio Social, con salida intermedia a Técnico en Trabajo Social en el IP-CFT Santo Tomás. El artículo se organiza sobre la base de una introducción seguida de la metodología de rediseño curricular seguida, y termina con una conclusión en la que se destacan las fortalezas y debilidades detectadas durante el trabajo curricular y que se constituyen en un desafío pendiente por abordar. Cabe hacer presente que, en todo el proceso que se describe, se contó con la participación activa de profesionales expertos en distintos ámbitos de la profesión, de egresados, docentes y empleadores cuyos aportes permitieron contar con un perfil de egreso representativo del mundo laboral, profesional y académico.

INTRODUCCIÓN

De conformidad con la visión institucional que expresa “ser reconocida como una institución

educativa de prestigio, con cobertura nacional, inspirada en valores cristianos, comprometida con sus alumnos y con la igualdad de oportunidades en el acceso a la educación, que ofrece títulos de alta calidad y pertinencia, combinando el enfoque global con la visión local”; De la misión que se define como “formar personas con un nivel de preparación técnica, valórica y actitudinal que les permita desempeñarse con integridad, eficiencia, creatividad y responsabilidad social en el ámbito laboral y, a través de ello, contribuir al desarrollo de su familia y comunidad” y del proyecto educativo CFT-IP que en sus aspectos

Experiencia de rediseño

Curricular basado en

Competencias en el Plan de

Estudio de las Carreras de

Servicio Social y Técnico en

Trabajo Social del Instituto Profesional

Santo Tomás1 Palabras claves:

Diseño Curricular, Competencias

AUTORAS:Pamela Castro Araya1

Asistente Social UTEM Magister en Dirección de Recursos Humanos,

Universidad Andrés Bello Directora Nacional Área Ciencias Sociales

Santo Tomás

Patricia García Torres Abogada Universidad de Concepción

Coordinadora Curricular Dirección Nacional de Desarrollo Curricular

Vicerrectoría Académica Santo Tomás

Artículos profesionales y docentes

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Artículos profesionales y docentes

accesos masivos a prestaciones, pero de calida-des muy distintas, situación que genera, junto con un aumento de expectativas de movilidad social, frustraciones e inseguridades asociadas a estas nuevas desigualdades.

La experiencia indica que las políticas focalizadas hacia la pobreza y que han sido principalmente asistenciales, no han sido suficientes ni mucho menos exitosas para abandonar esa nueva visión de la pobreza, ya no solamente asociada a caren-cias, sino más bien referida a las desigualdades, manejo de riesgos, vulnerabilidades y acceso a oportunidades de bienestar para la población.

En el contexto antes mencionado, los técnicos y profesionales que se preparen deberán enfrentar y resolver la situaciones que atentan contra el de-sarrollo homogéneo de la población, no sólo el dilema de cómo reducir la pobreza, sino también cómo evitar su reproducción.

Para las Instituciones de Educación Superior, considerar esta realidad conjuntamente con sus repercusiones, constituyen un imperativo cate-górico. El éxito en la formación de estudiantes que lleguen a comprender y a diseñar estrategias efectivas para la intervención de esta realidad lleva a las distintas instituciones a optar por la implementación de Planes de Estudio definiendo perfiles coherentes con las necesidades técnicas y profesionales del entorno, e implementar el mo-delo pedagógico adecuado para las nuevas exi-gencias.

3. El contexto de la formación en Trabajo Social en ChileLas carreras relacionadas con el Trabajo Social se imparten en el mercado a nivel educacional Chileno a nivel de técnico (Técnico en Trabajo

Social/ Técnico en Servicio Social),profesional (Servicio Social/ Trabajo Social). En este último nivel es impartida tanto por Institutos Profesio-nales como por Universidades, diferenciándose, estas últimas, en el grado de licenciatura al cual acceden sus egresados.

La carrera de Trabajo Social/ Servicio Social es impartida actualmente, por un total de cincuenta IES. Once de ellas corresponden a IP y treinta y ocho a Universidades, manteniendo la formación de ambas instituciones un foco común que es la habilitación de estudiantes para realizar interven-ciones sociales en diversos contextos.

En concordancia con lo señalado en el punto anterior, los perfiles de las diversas IES coinciden en describir al egresado de la carrera como un profesional con formación en Ciencias Sociales competente en el diagnóstico, intervención y eva-luación de intervenciones sociales orientadas al mejoramiento de las condiciones de vida de las personas.

De esta forma, las diversas mallas curriculares ponen énfasis relativos en distintos niveles de intervención, ya sea, individuo, familia, grupos o comunidades y/o en diversos ámbitos de acción: Pobreza, Políticas Sociales, Salud, organizaciones laborales, etc.

En la realidad laboral, se ha podido observar a través del tiempo y del incremento de IES que imparten la carrera, que el mercado no discrimina mayormente a los egresados de IP respecto de los de Universidad, toda vez que comparten la habilitación para la intervención social, competen-cia que constituye el principal requerimiento labo-ral a la hora de hacer efectiva una contratación.

La carrera de Técnico en Trabajo Social es impar-

tida por distintos centros de formación profesio-nal y técnica en Chile, bajo las denominaciones “Técnico de Nivel Superior en Trabajo Social” o “Técnico en Servicio Social”.

Los perfiles de egreso de las diversas institucio-nes que la dictan, coinciden en definir para ella competencias u objetivos orientados a la forma-ción de técnicos especializados en el apoyo a los diversos procesos propios de la intervención social realizada desde el ámbito de acción del Trabajo Social. En ese sentido, los Técnicos en Trabajo Social se constituirían como un apoyo y soporte a la labor que realizan los Trabajadores o Asistentes Sociales a lo largo del país.

Si consideramos que el objetivo del Trabajo Social como carrera, apunta a formar profesionales que lleven a cabo el diseño y la implementación de procesos de gestión e intervención social, vinculados con distintos escenarios que resulten relevantes para el desarrollo del país y el mejo-ramiento de la calidad de vida de las personas, entonces se debe comprender que el ámbito de acción de los técnicos en Trabajo Social queda circunscrito a este amplio objetivo. En este sen-tido, cuesta visualizar el valor que generan los Técnicos en Trabajo Social, más allá de consti-tuirse en un apoyo a la laboral de Trabajadores o Asistentes Sociales.

Sin duda, las cifras apuntan a una potencial de-manda por estudiar carreras técnicas y profesio-nales, relacionadas con el ámbito social, ya sea por aspectos de competencias y/o vocacionales de los estudiantes, sin embargo, se estima nece-sarios redefinir y redireccionar los esfuerzos hacia una carrera cuyo perfil de egreso resulte tener mayor pertinencia y claridad con los requerimien-

tos del mundo laboral y, del mismo modo, pueda complementarse y no superponerse a otras del mismo ámbito. Todo lo anterior, con pertinencia respecto del modelo pedagógico basado en com-petencias.

En este punto, es fundamental explicitar que para todos los efectos en el presente artículo, se en-tenderá el concepto de competencia como “un conjunto identificable y evaluable de conocimien-tos, destrezas, habilidades y valores que, en for-ma integrada, permiten desempeñarse satisfacto-riamente ante una situación dada”2.

4. Metodología para el Rediseño Curricu-lar de las Carreras de Asistente Social IP-CFT-Santo TomásA partir de 2012, el Área de Ciencias Sociales de Santo Tomás en conjunto con la Dirección de Desarrollo Curricular de la misma corporación inician un trabajo exhaustivo para rediseñar los Planes de Estudio de las carreras del Área, bajo un modelo basado en competencias.

Tal como se dijo en la introducción, el perfil de egreso por competencias pretende ser el resulta-do de la triangulación de la información recogida desde el mundo profesional, laboral y académico.

“Esto implica pensar la formación de los estudian-tes en tres direcciones: por un lado, considerar el contexto laboral futuro, que le tocará enfrentar al egresado; por otro, las necesidades actuales y/o futuras de la empresa; y; por último, resguar-dar la excelencia académica de los futuros pro-fesionales, especialmente pensando en aquellos egresados que seguirán estudios de `postgrado o especialización.”3

A partir de ahí, la institución ha establecido un

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Artículos profesionales y docentes

procedimiento para la primera y segunda fase, experiencia que precisamente se abordará en este trabajo.

Figura 1: Proceso de Diseño ( rediseño ) Curricular basado en Competencias

Fase I: Recopilación, análisis y discusión de información de distintas fuentesCono se visualiza en la figura 1, en la primera etapa de esta fase se procedió a recoger información tanto respecto de la viabilidad del proyecto como de aquellos relacionados con el levantamiento del perfil de egreso.

A esos efectos, el equipo encargado del diseño debió plantearse una serie de interrogantes cuyas respuestas se fueron encontrando en las informaciones que luego de ser sistematizadas, trianguladas y analizadas, sirvieron de insumo al trabajo. Así tenemos:

Estudio de Factibilidad de la Carrera: Tal como muestra la figura, en esta etapa se procedió a encargar a expertos la actualización del estudio de factibilidad de la carrera que contiene un análisis del mercado laboral, de la oferta educativa y un análisis financiero que da cuenta de las

necesidades de infraestructura y equipamiento de la carrera, además de una estimación de las horas docentes.

Revisión y análisis de fuentes internas: en esta etapa, se trabajó, en forma separada y en conjunto en la revisión de la documentación interna relevante para el rediseño, tales como: Proyecto Educativo CFT-IP Santo Tomás, planificación estratégica del área, revisión de procedimientos y orientaciones para el rediseño curricular, de informes de acreditación, reglamentos y decretos, además de recoger información del profesorado respecto de la carrera y/o plan de estudios vigente.

Revisión y análisis de fuentes externas: en esta etapa, además de revisar el estado del arte disciplinar, se recogió información de profesionales del área a través de entrevistas bajo la modalidad paneles de expertos, de egresados, a través de entrevistas de incidentes críticos, además del análisis del resultado de las prácticas laborales de los estudiantes.

Análisis Funcional: para el análisis ocupacional de ambas carreras se utilizó la metodología del análisis funcional, análisis que permite la identificación; mediante el desglose o desagregación, y el ordenamiento lógico; de las funciones productivas que se llevan a cabo en una empresa o en un conjunto representativo de ellas y que se representa gráficamente a través de un mapa funcional.

Tal como se señaló anteriormente, se realizaron 3 paneles de expertos realizados en Santiago, Puerto Montt y Antofagasta al que concurrieron 17 profesionales del área con desempeño en diferentes ámbitos.

Recogida toda esta información se procesó y

analizó, constituyendo el insumo fundamental para la Fase siguiente.

Fase II: Diseño CurricularDefinición del perfil profesional y de egreso: La primera etapa de esta fase es sin duda el levantamiento del perfil profesional por competencias del Asistente Social y del Técnico en Trabajo Social, para posteriormente seleccionar aquellas que constituirán el perfil de egreso.

El perfil de egreso es el conjunto de capacidades que el egresado debe poseer al concluir un plan de estudios y “se caracteriza porque incorpora en su definición no sólo el conjunto de capacidades esperadas, sino también los principios y postulados de cada institución educativa”4.

Hawes, por su parte, sostiene que: “El perfil de egreso es una estructura descriptiva que representa la promesa y el compromiso institucional hacia la sociedad y los estudiantes, en términos de habilitar a éstos en los principales dominios de la profesión”5.

Las competencias del perfil, se traducen en capacidades que deben ser desarrolladas en el proceso educativo y estas en aprendizajes esperados cuyo dominio permite estimar si un egresado está apto para iniciar su desarrollo en el medio productivo.6

Se redactan teniendo en cuenta tres componentes, a saber: la capacidad a lograr, representada por un verbo de acción en infinitivo, el contenido necesario para desarrollar la capacidad o al que se aplica la acción, y un contexto o condición.

5. Competencias del Perfil de Egreso del Asistente Social y del Técnico en Trabajo Social.Las siguientes son las competencias con las que se trabajará en cada carrera en el nuevo plan:

Validación del perfil de egresoUna vez definido el perfil de egreso, que considera las competencias genéricas y las específicas, se procedió a validarlo.

“Validar un perfil significa, en términos generales, determinar hasta qué grado representa lo que se espera de él.”7

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Artículos profesionales y docentes

El IP-CFT Santo Tomás ha establecido validar el perfil de egreso tanto internamente, con los profesores de la unidad académica, como externamente, con los empleadores, a fin de completarlo y/o mejorarlo, incluso en su redacción. En el primer caso, se hizo a través de videoconferencias y en el segundo, por medio de una encuesta. Lo ideal es que en el caso de la validación interna participe el mayor número de profesores.

Elaboración de la Traducción EducativaDefinido el perfil de egreso se procedió a elaborar la traducción educativa que “ es una fase fundamental del diseño curricular, que permite analizar las competencias del perfil de egreso, desde la perspectiva de los conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes que tienen involucradas y que se deben desarrollar en el proceso formativo.”8

Por medio de este proceso, se traduce la información recogida, de manera que sea posible utilizarla durante el proceso de enseñanza aprendizaje.

Reiterando: “para efectuar este proceso, es necesario situarse desde una perspectiva pedagógica que permita establecer los conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes que deberán desarrollar los estudiantes para el logro de las competencias establecidas en el perfil.”9

La traducción nos permitió dar cuenta de las competencias genéricas y específicas, de los elementos de cada competencia, entendidos como el conjunto de actividades como resultado de una acción, que pueden ser aprendidas, evaluadas y certificadas y que permiten el logro de la subfunción, sin llegar a ser una tarea; los contenidos claves a desarrollar en los programas,

contenidos de tipo conceptual, procedimental y actitudinal y valórico, y las asignaturas relacionadas.10

Elaboración del Plan de estudioEl plan de estudio, como sabemos, es un documento que explicita las asignaturas que servirán de insumos para el logro de las capacidades que posteriormente permitirán que el estudiante alcance competencias definidas en el perfil de egreso.

Las asignaturas se organizaron en forma progresiva a lo largo del curriculum, cuidando que cumplan una función integradora entre y que se respondiera a criterios de complejidad, afinidad, extensión y profundidad, integración y totalización, articulación horizontal y vertical.

Elaboración de programasLos programas de las asignaturas serán elaborados teniendo en cuenta los contenidos a que se refiere la traducción educativa a fin de ligarlos con las competencias que sirven. Constituyen una propuesta para el profesorado especialmente en relación con las metodologías a utilizar para el logro de las capacidades a alcanzar, necesarias para lograr las competencias del perfil de egreso.

Contienen: la descripción de la asignatura, ( propósito y principales temas a abordar), objetivo general, que da cuenta de aquello que el estudiante debe alcanzar al final del curso, capacidades, unidades, aprendizajes esperados por cada unidad, contenidos expresados en las dimensiones del saber, saber hacer y saber ser, que incluye actitudes y valores, criterios de evaluación, sugerencias metodológicas y bibliografía.

Los programas deben ser validados por a lo

menos 2 profesores del área de conocimiento de que se trate.

Esta etapa se encuentra en proceso.

6.-Conclusiones y desafíos por abordar en la implementación de un modelo basado en competenciasLa implementación de un Plan de Estudio basado en Competencias para las carreras de Servicio Social y Técnico en Trabajo Social ha implicado un trabajo riguroso para dar cumplimiento a cada una de las etapas y fases del modelo de desarrollo curricular correspondiente a la naturaleza del enfoque.

Considerando que su implementación es motivada por la necesidad de que el resultado final del proceso formativo sea pertinente con las demandas del medio laboral disciplinar, y que este, a su vez, esté estrechamente relacionado con la realidad sociocultural del país donde se aplica, resulta imprescindible conocer esta realidad y el juicio crítico de expertos y empleadores.

Con todo, los esfuerzos llevados a cabo para la implementación rigurosa y responsable de un modelo basado en competencias, no serían suficientes ni de utilidad alguna sí no se traduce en acciones concretas en las distintas acciones del proceso educativo. Es imprescindible que este modelo se refleje en el aula, condicionando las estrategias y herramientas metodológicas de uso docente. En este sentido la implementación del modelo basado en competencias presenta ciertas fortalezas y desafíos por soslayar para su implementación plena en Chile, que van más allá del pleno cumplimiento de cada etapa de desarrollo curricular:

Fortalezas del modelo- Otorga pertinencia al proceso formativo respecto de la realidad laboral que enfrentará el egresado. Lo anterior, debido a que define un perfil de egreso en base a las competencias reconocidas por expertos y representantes del medio laboral. En este punto, es conveniente recordar que el modelo de competencias nace, precisamente, en el mundo laboral y desde éste, es adoptado por el mundo de la educación superior. Su adopción permite reducir la brecha existente entre el resultado final del proceso formativo y los requerimientos técnicos y profesionales de futuros empleadores.

- Como tiene su foco en la integración de conocimientos y en el desarrollo de habilidades, destrezas y actitudes relacionadas con las competencias definidas en el perfil de egreso, centra su acción en el estudiante, pasando éste a ser protagonista del mismo.

- Es integrador de contenidos conforme a la manera en que se presentan los procesos en la realidad laboral. De este modo, las asignaturas o módulos definidos integran diversos contenidos que apuntan al desarrollo de un aprendizaje clave para la adquisición de la competencia y que en un enfoque tradicional se trabajarían en asignaturas distintas, dificultándole al estudiante la apreciación de su aplicación en el campo laboral,

- Vincula al estudiante con la realidad laboral desde etapas tempranas de su formación técnica -profesional con la finalidad de contribuir al logro del “saber hacer”. Lo anterior le permite al estudiante adquirir experiencia y desarrollar, en paralelo, aspectos vocacionales que se traducirán en el “ querer hacer”.

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Artículos profesionales y docentes

- Reconoce la adquisición de competencias previas del estudiante, ya sea por trabajos desarrollados por éste u otros estudios. Desde esta perspectiva es flexible, facilita la articulación entre los distintos niveles de educación y el tránsito del estudiante por distintos itinerarios formativos desde los cuales puede entrar, salir y volver a entrar con relativa facilidad y conforme a sus necesidades.

Desafíos del modelo- El desarrollo de habilidades y actitudes del estudiante implica la ejecución de estrategias pedagógicas diferentes a la que los docentes conocen ya que, en su mayoría, se formaron bajo las directrices de un modelo tradicional. En este sentido, es imprescindible dedicar esfuerzos a la capacitación docente en la adquisición de herramientas que les permitan comprender el modelo y desarrollar los contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales, además de la evaluación de los mismos de manera pertinente con el enfoque.

- Al definirse las competencias como un desempeño favorable, observable en la realidad laboral, la evaluación de los aprendizajes esperados asociados a las asignaturas del Plan de Estudios implican la reproducción, en el ambiente educativo, de condiciones lo más similares posibles a las que el egresado enfrentará en el mundo real. Este punto puede tornarse dificultoso, en términos de la capacidad técnica, infraestructura, tiempo y disponibilidad de recursos con los que cuente una institución de educación para la implementación del modelo.

- Como la adquisición de competencias por parte de los estudiantes es paulatina, pero su avance debe ser controlado, es necesario contar

con sistemas de evidenciación progresiva de competencias asociadas al perfil de egreso de una determinada carrera, a fin de detectar las brechas y activar, en forma oportuna las acciones remediables. Éstos, al igual que el punto anterior, implica contar con la disponibilidad de recursos por parte de la institución.

Es necesario que los distintos niveles de competencias queden claramente asociados a las distintas asignaturas/ módulos de formación, de forma tal que tanto docentes, como estudiantes tengan absoluta claridad respecto de la relación de la asignatura/módulo con el perfil de egreso.

- Por último, uno de las complicaciones que frecuentemente surgen en la aplicación de este modelo, es que los estudiantes no siempre se encuentran preparados para asumir el protagonismo de su proceso formativo centrado en la adquisición de conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes por provenir de un sistema de enseñanza secundaria que, en Chile, se caracteriza por ser de corte más bien conductista, con atisbos reciente de aplicación de enfoques de tipo cognoscitivo constructivista. Lo anterior, genera incomprensiones del estudiante respecto de modelo y resistencias respecto del mismo.

Bibliografía - Corzo, L. y otra ( 2009 ). Pertinencia del Currículo de las Instituciones de Educación Superior: un estudio cualitativo desde la teoría fundamentada. - Delors, J. (1996). La Educación Encierra un Tesoro. Informe de la Comisión Internacional sobre Educación para el siglo XXI. Madrid, España: UNESCO- Gutierrez, J.J.(2007). “Diseño Curricular basado en Competencias”. Editorial Altazor, Viña del Mar, Chile.- Hawes, G. (2010) “Perfil de Egreso”.- Hawes, G. (2005) “Construcción de un Perfil Profesional”. Proyecto Mecesup. Universidad de Talca.- Irigoin M.E. (2005). Desafíos de la Formación por Competencias en la Educación Superior. Documento presentado en el “Primer Encuentro Internacional de Educción Superior: Formación por competencias” Organizado por el Ministerio de Educación de Colombia, SENA, Universidad de Antioquía, Universidad Nacional de Colombia y ACEIT. Medellín, 7al10 de junio de 2005.- MINEDUC. (2003). Manual para la elaboración de Módulos de Formación. Técnica con enfoque de Competencia Laborales. Santiago, Chile- Poblete, M. La enseñanza basada en Competencias. Competencias Generales, Universidad de Deusto, Seminario Internacional “Orientaciones Pedagógicas para la convergencia europea de educación superior”. Deusto 2003- Tobón, S.,( 2006 ) Aspectos Básicos de la Formación Basada en Competencias. Documento presentado en el marco del Proyecto Mesesup, Talca. - Orientaciones para la renovación curricular. Universidad Católica de Temuco.

Notas1. El presente artículo corresponde a una ponencia que se expuso en el LXI Congreso Nacional de Instituciones Educativas de Trabajo Social realizado en la ciudad de Mazatlán, México, Mayo 2013.

2. Procedimiento de Diseño de Carreras. DDC/VRA. Santo Tomás

3. Gutierrez P., Juan José: Diseño Curricular Basado en Competencias. Primera Edición, Viña del Mar, Chile. Ediciones Altazor. Año 2007

4. Procedimiento de Diseño de Carreras. DDC/VRA. Santo Tomás

5. Hawes, Gustavo. Perfil de Egreso. 2010

6. Procedimiento de Diseño de Carreras. DDC/VRA. Santo Tomás

7. Hawes, Gustavo. Construcción de un Perfil Profesional.Proyecto Mecesup. Universidad de Talca.(2005)

8. Procedimiento para el Diseño de Carreras. DDC/VRA. Santo Tomás.

9. Procedimiento de Diseño de Carreras. DDC/VRA. Santo Tomás

10. Traducción educativa de ambas carreras, en anexos

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Actualmente, el Estado debe asumir funciones asociadas a la regulación de los mercados, el funcionamiento de regímenes cada vez más democráticos, la provisión de bienes públicos y la revisión del aparato público en sus características y funciones esenciales, desde una nueva perspectiva. Según se plantea en la literatura, se está produciendo un cambio en la forma en que se concibe la reforma y modernización del Estado; pasando de una limitación en la dimensión económica y a la eficiencia del aparato estatal, hacia la incorporación de nuevas preocupaciones, como por ejemplo “el progreso de la democracia, el aumento de la capacidad de gobernar, la construcción de Estados de derecho pleno y el mejoramiento de la dimensión social del Estado que lo oriente hacia una mayor equidad”13.

La mirada más territorial de la vida social –y su impacto en la estructura del Estado- han redefinido competencias y atribuciones –esto es, han modificado parte de las “reglas del juego”- en la provisión de bienes públicos. Así, en muchos casos, lo que antes proveía el Estado en forma directa (por ejemplo, la seguridad social) ha sido derivado a otras organizaciones que “producen” ese servicio; o, en otros casos, responsabilidades que antes correspondían al gobierno central (por ejemplo, la educación) han sido traspasadas a otros niveles territoriales. A partir de esto, el orden social, configurado como una “matriz de relaciones sociales (balance de poder); instituciones sociales (..) organizaciones sociales, su capacidad de convocatoria, su autonomía o control por el estado y las relaciones de los diversos sectores sociales y sus organizaciones”14 han sufrido importantes cambios. Ello, ha quedado de manifiesto frente a los importantes movimientos

políticos y ciudadanos que se han erigido frente a demandas –hasta hace poco naturalizadas y secundarizadas- como la educación, la salud y el medioambiente.

En este sentido, resulta fundamental considerar que entre los factores condicionantes de las realidades económicas, políticas y sociales, las instituciones tienen un papel crucial, como se ha venido reconociendo cada vez más. Y entre ellas se destaca el Estado, y particularmente en el caso latinoamericano donde se configura como un factor fundamental el papel asignado al Estado en los grandes paradigmas de desarrollo implementados.

Por tanto, las funciones atribuibles o atribuidas al Estado en este escenario, pasarán necesariamente por el fortalecimiento de la gobernabilidad y de los mecanismos de participación y representatividad, a fin de superar la “débil sociabilidad y una escasa capacidad y voluntad asociativa”15. Ejemplo de ello serán las medidas tendientes a los órganos decisorios y las instituciones de representación, los partidos políticos y otras asociaciones representativas de la sociedad civil, potenciar los canales institucionales que permitan abordar la participación social, incluso acercarse también al mejoramiento de la percepción ciudadana respecto a la eficacia de las políticas públicas y la conducción política, tal como queda demostrado en los –muchas veces inertes- esfuerzos de los gobiernos de turno por validar y legitimar sus decisiones frente a la opinión pública.

Frente a estos elementos, emerge el requerimiento de participación como un espacio y herramienta de que la ciudadanía acceda a las decisiones que afectan a sus vidas, en tanto materialización de

AUTOR:Salomón Valdenegro Mebark

Licenciado en Trabajo Social PUC, Asistente Social PUC, Diplomado en Metodologías

de Intervención e Investigación Social UAH, Magister © en Gobierno y Sociedad UAH.

Participación Ciudadana

como eje articulador de

la legitimidad y gobernabilidad

del Estado¿Actores o

espectadores sociales?

Palabras claves: Participación ciudadana, Estado, gobernabilidad,

centralismo, gestión local

RESUMENLa lucha contra la existencia de un Estado que se centraba en intervenciones dentro del ámbito social y productivo, caracterizado, por un fuerte centralismo, y una burocracia que entrega servicios de ‘mala calidad’ y productos homogéneos frente a demandas diferenciadas que no consideraban las particularidades de las poblaciones más vulnerables, se ha configurado como un elemento distintivo de los gobiernos, aun cuando diferentes énfasis y particularidades de cada administración tienen prioridades y resultados diferenciados. El resultado general de un Estado que no es moderno, podría ser reconocido según algunos autores como un Estado que genera un crecimiento constante del gasto social en políticas y programas de limitado o desconocido impacto, lo que claramente atenta con el rol atribuible a él respecto a la administración y su relación con los ciudadanos.

De acuerdo a las prescripciones del Consenso de Washington, los países latinoamericanos

implementaron procesos de reforma y modernización del Estado con énfasis en la dimensión económica y en la racionalización del aparato administrativo. Arenas señala que “se recomiendan dos conjuntos de medidas, tendientes unas a promover la estabilidad a través de políticas orientadas por los mecanismos del mercado; y otras a reducir el tamaño del Estado y su grado de intervención en la Economía”11. Esta situación implicaría –en cierta medida- desproteger un área especialmente sensible como es la gobernabilidad, ya que el Estado necesariamente “debe interactuar con la sociedad civil, el sector privado y los distintos agentes sociales y económicos”12.

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sus particularidades y demandas. En este sentido y en esbozo de los retos que enfrenta Chile en el proceso de democratización y modernización Paulo Hidalgo señala que “es crucial lograr niveles crecientes de diversificación de la sociedad que se refieren, entre otros órdenes, a la creación de espacios reales de participación y poder nivel local, territorial y en la esfera del trabajo”. Esta situación hace volver necesariamente a repasar y repensar lo manifestado como roles y atribuciones del estado, en tanto promotor de la democracia, tanto participativa como representativa de manera complementaria, lo que “significaría el surgimiento de nuevos actores políticos y un replanteo de las relaciones de poder”16.

Según Ivan Finot, la participación tiene una doble lectura, primero desde la sociedad civil hacia el Estado y, segundo, de éste a la sociedad civil. Señalando, sin embargo, que es responsabilidad de los gobiernos nacionales el adecuar el aparato estatal para viabilizar la participación en beneficio del bien común. Esta nueva vinculación, o –mejor dicho- el fortalecimiento de está relación impulsa-da desde hace años, implica el reconocimiento en las personas de una serie de derechos que debe ejercer en forma activa, y crítica (Flisfisch, 1991); dichas características serán de vital importancia para el Estado, en tanto -mientras los derechos y reivindicaciones sean abordados- le permite ac-ceder a niveles de aseguramiento y garantía de gobernabilidad.

Desde esta perspectiva, las instituciones públi-cas han implementado –como se esbozaba en anteriormente- de manera creciente técnicas y modalidades para obtener una retroalimentación sistemática entre la organización y las deman-das, necesidades y el nivel de satisfacción de

los usuarios. Actualmente las personas tienden a considerarse como ciudadanos, es decir, “como titulares de ciertos derechos y como personas que pueden y deben exigir una relación con los agentes públicos mucho más simétrica, donde las personas juegan un rol activo, demandante, reivindicativo y crítico”17. La nueva dinámica del “usuario” implicó que la ciudadanía comenzó a desempeñar un papel más dinámico en cuanto a exigir que las prestaciones de los servicios debie-sen desarrollarse conforme a criterios de calidad, oportunidad y eficiencia.

A grandes rasgos, se sostiene que ésta permitiría focalizar mejor los recursos; facilitar la adecuación de la oferta homogénea del sector publico a la demanda de la ciudadanía que tiene carácter di-ferencial y facilita su llegada a realidades locales y sectoriales diversas; fomentar el autodesarrollo de las personas, es un proceso de aprendizaje, un proceso educativo; y posibilitar el consenso en torno a definiciones de políticas a través de instancias de diálogo, incluyendo estrategias de información hacia la ciudadanía, de escucha de sus problemas, intereses y prioridades.

En este sentido, la dimensión territorial/local es un espacio para procesos participativos dado que los conflictos a ese nivel cautivan directamente el interés de las personas y sobre todo si inciden en la vida del lugar. La comuna es el espacio privilegiado para hacer más tangible y efectiva la participación ciudadana, el ámbito local es el espacio de toma de decisión que está más cerca de la gente, se da una mayor identidad entre representantes y representados y hay mayor co-herencia entre necesidades y decisiones.

La participación ciudadana fortalece la gestión lo-

cal, incrementa la eficiencia y eficacia de las deci-siones comunales, contribuyendo al mejoramiento de la calidad de vida y la superación de la po-breza, por lo que se considera fundamental para la profundización democrática. La participación de las personas en las decisiones de cómo se actúa en el territorio brinda una mirada distinta a la planificación. Se supera el ámbito técnico y se genera un nivel de conocimiento de la comuna, sus necesidades e historia, que permite abordar más eficientemente la solución de problemas.

Sin embargo, podría precisarse una serie de ele-mentos que se configuran como desafíos a supe-rar y que serán los que marquen la pauta para poder potenciar aun mas esta triada entre mo-dernización del Estado, gobernabilidad y partici-pación ciudadana. Entre ellos podría mencionarse la escasez de consenso respecto a la concepción, alcance y sentido de la participación social, la falta de políticas operacionales de participación, mecanismos jurídicos y administrativos que legiti-men los procesos desarrollados; hay anquilosadas también culturas centralistas y burocráticas de gestión y administración.

Aún es indispensable el fortalecimiento de sis-temas de información que permitan agilizar la gestión y el acceso oportuno de los potenciales destinatarios a los beneficios, y erradicar el predo-minio de una lógica de acción de tipo individual, la visión paternalista y asistencial de la gestión del Estado por parte de los beneficiarios. Impor-tante será también la disposición y capacidad para recrear y replicar al interior de los servicios, aquellas experiencias metodológicas innovadoras que han demostrado algún grado de éxito en la incorporación de la comunidad a su gestión.

Por ello, hoy en día no es momento de diagnósti-cos e implementación de alternativas de solución, sino que de evaluar cómo se han desarrollado las diferentes estrategias abordadas por el Estado (y los diferentes gobiernos) en esta materia, será la ciudadanía –conocida en su cara más mediática como “opinión pública” la que tiene la (primera y) última palabra.

BibliografíaArenas, H. Serie prospectando Horizontes N°3. Junio 2008. Arriagada, I. Gestión y financiamiento de las políticas que afectan a las familias. Serie Seminarios y Conferencias N° 49, CEPAL. 2007. Boeninger, E. Democracia en chile: lecciones para la gobernabilidad. Doña, K. Síntesis del proceso de modernización del Estado en Chile. Documentos de Apoyo Docente, Instituto de Asuntos Públicos, Universidad de Chile. Saboya, F. La modernización del Estado: concepto, contenido y aplicaciones posibles. Revista dialogo de saberes N°25, 2006. Tapia, L. Modernización del Estado y su implicancia con gobernabilidad: algunas interrogantes y consideraciones. Revista Rumbo TS, Universidad central, Año 2004. Tomassini, L. Estado Gobernabilidad y Desarrollo”.

Notas11. Arenas, H. Serie prospectando Horizontes N°3. Junio 2008. Página 2.

12. Tomassini, L. Estado Gobernabilidad y Desarrollo”. Página 24.

13. Arenas, H. Serie prospectando Horizontes N°3. Junio 2008. Página 2.

14. Boeninger, E. Democracia en chile: lecciones para la gobernabilidad. Página 29.

15. Arenas, H. Serie prospectando Horizontes N°3. Junio 2008. Página 3

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En primer lugar es posible plantear que si lo que se persigue es elevar la calidad de la democracia, debe asumirse que los sistemas de inscripción electoral, y de obligatoriedad o voluntariedad en la participación electoral, son de importancia relativa. Existe una cantidad de otros elementos del sistema político democrático que deberían ser considerados desde una perspectiva más integral. Es indudable que, niveles altos de participación electoral por sí solos no necesariamente evidencian la existencia de un sistema democrático consolidado, o eficaz, o especialmente justo; ni tampoco puede concluirse inmediatamente el arraigo de una cultura democrática bien difundida en la ciudadanía. De hecho, en algunas circunstancias específicas podría implicar algo bastante distinto, como la existencia de una grave crisis del sistema que moviliza a grandes números de votantes19, o de

un muy recientemente instalado, y probablemente frágil, régimen democrático.

De lo expuesto, eso sí, no se obtiene una conclusión inversamente proporcional, esto es, que bajos niveles de participación impliquen altos niveles de satisfacción. La empiria indica lo contrario: los que no votan manifiestan proporciones de apoyo a la democracia similares, o menores, a los que sí lo hacen, a pesar de que, evidencian un grado de desinterés en la política mayor que los inscritos20. En general, no es el caso de que los que se abstienen de votar lo hagan porque rechazan en forma más radical que el resto el régimen democrático. En efecto, no parece posible aventurar conclusión en relación a los que no votan sólo sobre la base de su comportamiento electoral. Aún así, algunos ciudadanos podrían fundamentar que su abstención electoral involucra algún tipo de expresión política, al igual que la

INTRODUCCIÓN

Está comprobado que, en promedio, el interés en los temas públicos son más bien bajos en la

mayor parte de los países del mundo, esto queda en evidencia en los precarios niveles de participación electoral, lo que se manifiesta especialmente en las democracias en las que el sufragio no es obligatorio. No es evidente, eso sí, que los bajos índices de participación electoral sean un problema en sí mismo. Es fácil fundamentar, que se trata más bien de un síntoma de un conjunto de problemas más “profundos” de desafección política cuya solución requeriría reformas más estructurales de las democracias contemporáneas, a nivel de los sistemas de partidos políticos, de los mecanismos de participación, o incluso de los programas de educación cívica y política.

Análisis de la participación

ciudadana en sistema

electoral con sufragio

obligatorio vs sufragio voluntario

Palabras claves: Sufragio, Participación

Electoral, Ciudadanía, Sistema Electoral, Democracia,

Abstención Electoral, Política y representación.

AUTOR:Francisco Socías Hernández

Geógrafo PUC, Magíster en Políticas Sociales y

Gestión Local U. ARCIS, Docente del Instituto Profesional Santo Tomás

sede Santiago Centro

RESUMENEn una gran mayoría de las democracias modernas se han instaurado nuevas formas de inscripción electoral y se ha flexibilizado la obligación a ejercer el derecho a votar, con el fin de aumentar la participación electoral.

Existen distintas opiniones sobre cuál es la fórmula adecuada para lograr este fin, encontrando diversas propuestas al respecto. La participación electoral depende de diversos factores como: la concurrencia de elecciones, el sistema electoral, la inscripción electoral, y la obligatoriedad del voto, por lo que las acciones orientadas a lograr una mayor participación, pueden encontrar innumerables alternativas.

Así, frente a la pregunta sobre qué formula elegir, especialmente en relación a la obligatoriedad del voto, la discusión se abre frente a escoger, si la acción de votar es un derecho a ejercer con libertad o una obligación.

En este caso, “la justificación teórico-jurídica de la obligatoriedad del voto está sustentada en la

tesis de que la realización del derecho político de participar en la elección de la representación política es sinónimo de deber cívico. Sin embargo, se menciona que la introducción del sufragio obligatorio en varios países ha sido motivada por otras razones”.

En este sentido, Altman afirma que “la ciencia política indica que en los países donde el voto es “voluntario”, aquellas personas que más participan son las que en general provienen de niveles socioeconómicos medios y altos18. El voto obligatorio tiene la virtud de facilitar la inclusión de los votantes provenientes de los sectores socioeconómicos más bajos”. Esto se sustenta en la apreciación que de acuerdo a la evidencia contemporánea, los individuos con más recursos económicos y sociales se interiorizan más en el ámbito de lo público, participan más en los procesos electorales y, en consecuencia son el núcleo duro de la política actual.

Frente a esta posición, “se señala que para un sector de la doctrina, una condición básica del derecho electoral moderno y democrático es,

también, el voto libre, concepto que, aunque parece superfluo o implícitamente contenido en el voto secreto, implica en realidad, la exclusión de toda coacción en el conjunto del proceso electoral”.

De esta forma, en la experiencia extranjera podemos encontrar distintas prácticas. En el caso de las constituciones de los países de la Unión Europea, en general, consideran el voto como un derecho voluntario, con algunas excepciones como la Constitución de Austria, Bélgica, Grecia, Portugal e Italia. Por el contrario, “la obligatoriedad, está presente en la casi totalidad de los ordenamientos latinoamericanos, y en muchos de ellos se define el sufragio como una obligación.

El presente trabajo tiene como objetivo realizar un análisis respecto a la obligación o no a ejercer el derecho a votar y las implicancias que la fórmula elegida tiene en la estabilidad de la democracia y representatividad de la sociedad en el Estado.

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participación más activa de los que votan. No se puede negar que esto puede ser así a un nivel subjetivo; es decir, cada sujeto puede sentir que expresa algo cuando tiene la posibilidad de hacerlo, y la ejerce conscientemente, de no votar. Pero en cuanto mecanismo de comunicación política intersubjetivo, el abstenerse de votar es sumamente ineficiente. De cualquier forma, la abstención electoral es de difícil interpretación y no es para nada claro que involucre rechazo o desafección, sino que puede significar un sinnúmero de otras cosas. La realidad respecto del caso de Chile en cuanto a cómo son los que no votan, puede ser bastante distante de lo que podría colegirse intuitivamente: lo poco que se sabe respecto de las opiniones y perspectivas de este grupo, es que “mayoritariamente está compuesto por personas entre 18 y 29 años, pero en realidad sus posiciones y percepciones de lo político tienden a ser similares respecto de las personas que sí votan, especialmente si se las estratifica de acuerdo a tramos etarios” (Huneeus, 2006; Lehmann, 1998).

Parece evidente que los sistemas de inscripción, y el voto obligatorio o voluntario, son temas importantes, pero no son los únicos que inciden en el esfuerzo por aumentar los índices de participación electoral y, es evidente que no deben pensarse como una solución mágica para todos los problemas de la democracia: mejorar la educación cívica, transparentar las decisiones y la información política, regular las encuestas de opinión pública, aumentar la “calidad” del debate público, incrementar la competitividad de las elecciones, son todos factores que podrían contribuir a aumentar la participación electoral. Sin embargo, debe también aclararse que la

evidencia demuestra, que el mecanismo más eficaz para aumentar la participación electoral es la introducción de la obligatoriedad en alguna de sus formas, en especial, pero no de manera exclusiva, en aquellos casos en los que la obligatoriedad se sanciona efectivamente.

I.- LA DEMOCRACIA PARTICIPATIVA21 El concepto de democracia participativa pretende recuperar la noción del ciudadano de la Atenas Clásica o del Republicanismo más radicalmente democrático. Según esta concepción, ciudadano/a no es sólo aquella persona a la que se le reconocen los derechos y el estatus de ciudadano, si no aquel que se implica y participa activamente de la toma de decisiones en la comunidad política a la que pertenece.

Actualmente, cada vez son más las personas que reclaman una mayor participación política y social, articulándose en movimientos sociales y proyectos de acción colectiva que pretenden desbordar el marco de la democracia representativa, creando nuevos espacios de opinión y de incidencia política que fortalecen el papel de la sociedad civil, convirtiendo a la ciudadanía organizada en actor fundamental a tener en cuenta por parte de Estados y de organismos internacionales.

En el ámbito local es donde se han producido las experiencias de democracia participativa más interesantes, al crearse mecanismos de toma de decisiones conjuntas entre ciudadanos y autoridades locales. Algunos de los ejemplos más paradigmáticos se corresponden con algunas experiencias de presupuestos participativos, que constituyen, en esencia, una síntesis entre la democracia representativa y la democracia directa. Es decir, un sistema de organización

política y social donde la toma de las decisiones colectivas se produce de forma conjunta entre representantes políticos (elegidos en un proceso electoral), organizaciones de la sociedad civil y ciudadanos y ciudadanas a título individual.

En realidad, la democracia participativa implica un mayor reparto del poder evitando su concentración en manos de unos pocos, consiguiéndose una sociedad radicalmente más democrática y equitativa donde los sectores más desfavorecidos de la sociedad pueden hacer oír su voz e influir en las políticas públicas que decidirán su futuro.

El propio Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) apela a la movilización popular y la participación ciudadana en la toma de decisiones políticas como medio para alcanzar los Objetivos del Milenio: la reducción de la pobreza en el mundo a la mitad para el año 2015. El PNUD no deja de señalar en sus Informes sobre Desarrollo Humano una serie de buenas prácticas de participación ciudadana en el ámbito de los gobiernos locales en diversos lugares del planeta.

“Los hombres y las mujeres tienen derecho a vivir su vida y a criar a sus hijos con dignidad y libres del hambre y del temor a la violencia, la opresión o la injusticia. La mejor forma de garantizar esos derechos es contar con gobiernos democráticos y participativos basados en la voluntad popular”. Declaración del Milenio de la ONU.

Por tanto, el objetivo que plantea el modelo democrático participativo es ; “La creación de un mecanismo de deliberaciones mediante el cual el pueblo, con su propia participación, esté habilitado para manifestarse por igual con puntos de vista tanto mayoritarios como minoritarios ... Sin negar que todo sistema democrático eventualmente

ha de descansar en decisiones mayoritarias, los mecanismos o instituciones de participación tienen el propósito de hacer hincapié en el pleno respeto a las minorías, sus opiniones y su amplia manifestación a través de un mecanismo participativo e institucionalizado”22.

Junto con eso, es necesario contemplar que cuando la comunidad está organizada, es más difícil vencer al grupo, que vencer al individuo, es por ellos que el ser humano se organiza por instinto, protesta o lucha por mejorar el nivel de vida y si la organización es deficiente se sienten inseguros, ya que no sabe dónde encaja, para ellos organizarse es formar un todo con partes que dependen y se relacionan entre sí, formando una estructura definida y “eficiente”23.

Entonces, la organización es la división de las acciones, deberes y funciones especializadas, donde un grupo se organiza para que las comunicaciones, las personas y los objetos fluyan de adentro hacia fuera, partiendo de las pequeñas acciones o pequeños avances que se van logrando impulsa a alcanzar los propósitos del grupo.

II.- ¿QUÉ ENTENDEREMOS POR PARTICIPACIÓN Y CIUDADANÍA?Definiremos la participación como “la capacidad de influir en espacios y decisiones que afectan la vida individual y colectiva de hombres y mujeres en su entorno político, social, económico y cultural” (PIO 94-99) y de gozar los resultados de dicha intervención (García, 1998).

Basándonos en Maritza Montero (2004) participación se entiende cómo; “un proceso organizado, colectivo, libre, incluyente, en el cual hay una variedad de actores, de actividades y de grados de compromiso, que está orientado por valores

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y objetivos compartidos, en cuya consecución se producen transformaciones comunitarias e individuales”.

Desde un enfoque de la teoría democrática, la noción de ciudadanía está considerada en la definición legal de los derechos y obligaciones que la constituyen. Existen dos ejes claves de amplio debate ideológico, teórico y político; la naturaleza de los “sujetos” y el contenido de los “derechos”. El primer eje se refiere a la visión liberal-individualista, con algún desarrollo significativo que apunta principalmente a revisar la relación entre el sujeto individual y el conjunto de derechos colectivos. El segundo eje se refiere a si existen derechos “universales” (frente al relativismo cultural y a las posturas pluralistas) y en los posible, a elucidar la relación entre derechos humanos, civiles, políticos, económicos-sociales y colectivos o globales.

Ambas cuestiones han sido planteadas como teórico ideológicos irreductibles: los derechos “negativos” del liberalismo versus los derechos que demanda una intervención “positiva” por parte del Estado, los derechos humanos anclados en una “naturaleza humana” universal versus la pluralidad cultural que lleva a reclamar y ejercer de manera activa los “derechos del pueblo”.

El derecho individual a la libertad de expresión es por tanto un derecho de la colectividad a escuchar una amplia diferencia de opiniones y posturas; la garantía de los derechos “negativos” implica potencialmente una decisión estatal “positiva” que apunte fundamentalmente a reducir y/ o mitigar paulatinamente tal escenario adverso/negativo, y en cierta medida esto es posible, mediante una asignación presupuestaria (de gastos en seguridad

pública, protección social, por ejemplo), con visión en “inversión-resultado” responsable y de sustentabilidad en el tiempo, y no necesariamente de carácter política-partidista.

Asimismo, en un contexto de expansión y diversificación (multi-culturalidad) de la ciudadanía, así como de crisis de la democracia representativa, la discusión respecto a los alcances y los límites de la participación adquieren toda su vigencia.

La ciudadanía apunta a la idea que los gobernados quieran elegir a sus gobernantes, quieran participar en la vida democrática, tengan una conciencia de pertenencia a la sociedad política24. Más precisamente, un elemento fundamental en la formación de Nación es la codificación de los derechos y deberes de los ciudadanos. Así la ciudadanía nos remite a la idea de una estructura de derechos y responsabilidades de las personas en su relación con el Estado y la comunidad política25.

La concepción moderna de la ciudadanía se levanta sobre la confluencia del principio de igualdad básica entre personas y la consideración del individuo como miembro pleno de una colectividad, expresada mediante el reconocimiento de una serie de derechos fundamentales26. En cuanto ciudadano, el individuo es la unidad componente de la democracia27.

La participación está en el centro de la ciudadanía. Ella ha sido entendida por algunos autores como el conjunto de actividades voluntarias mediante las cuales los miembros de una sociedad participan en la selección de sus gobernantes y, directa o indirectamente, en la elaboración de la políticas gubernamentales. La participación es tomar parte activa28.

En palabras de H. Arendt (1993) la ciudadanía activa esto es -el compromiso cívico y la deliberación colectiva acerca de todos los temas que afectan la comunidad política- solo tiene sentido y posibilidad de ser en el espacio en que se construye lo público29. El núcleo de la participación es el poder, y por ello supone la capacidad humana de actuar en concierto; el poder en este sentido, no es nunca la propiedad de un individuo sino que pertenecen al grupo y existe solo mientras este exista. La esfera pública alude al espacio donde los ciudadanos interactúan mediante los recursos del discurso y la persuasión, descubren sus ideales y deciden, mediante la deliberación colectiva, acerca de los temas de interés común30.

Al respecto, C. Serrano (1998) comenta; “La ciudadanía es una categoría que es resultado de un proceso social de igualación de las condiciones sociales y que constituye la base política de la democracia y del Estado. Las características de la ciudadanía moderna son: la igualdad de derechos y obligaciones de los individuos, la pertenencia a una comunidad política, la existencia de marcos institucionales y normativos que dan garantías ciudadanas y la existencia de un espacio público donde se ejercen las derechos y obligaciones que constituyen la ciudadanía”31.

Según S. López (1997); “las personas aparecen fundamentadas y respaldadas por medio de garantías constitucionales e institucionales, lo que tiene una expresión clara en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El problema no está por tanto en fundamentar los derechos de las personas, como lo fue hace dos siglos, sino en garantizarlos para que se traduzcan efectivamente en prácticas ciudadanas32”.

De esta manera, el concepto de ciudadanía constituye; El derecho y el poder de expresión, representación, participación, decisión y responsabilización personal y social “el derecho a tener derecho” (Arendt, 1972, Jelin1995, Lefort, 1981).

Asimismo, la ciudadanía representa un proceso integral de cambio, el cual requiere distintos niveles de desarrollo:

• Nivel individual: reconocimiento de capacidades y habilidades para ejercer y demandar derechos.

• Nivel colectivo: desarrollo de referentes propios y potenciamiento de liderazgos autónomos y plurales.

• Nivel societal: participación en los procesos de toma de decisiones en el ámbito público, especialmente en lo laboral, jurídico, gremial y comunitario.

• Nivel simbólico-discursivo: desarrollo de liderazgos de opinión capaces de introducir voces a favor de la igualdad en los espacios públicos, en interlocución con otros actores.

III.- REQUISITOS PARA LA PARTICIPACIÓN33 La participación precisa de una serie de condicionantes que posibiliten y promuevan la implicación de las personas en las distintas dimensiones de una sociedad: la dimensión política, la dimensión económica, la dimensión social y la dimensión cultural.

A continuación se detallan los aspectos de la existencia humana y de las relaciones sociales en que debe desenvolverse la participación:

• SER: la participación requiere y genera a

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un mismo tiempo actitudes, capacidades, y habilidades tanto colectivas como individuales, tales como: adaptabilidad, receptividad, solidaridad, disposición, entrega, respeto, pasión.

• TENER: necesita de una serie de instituciones, normas, mecanismos y herramientas como: derechos, deberes y obligaciones; recursos económicos, materiales y humanos; capacitación de las personas; espacios de participación y trabajo.

• HACER: debe concretarse en acciones personales y colectivas como: afiliarse, cooperar, proponer, compartir, discrepar, acatar, dialogar, acordar, opinar, actuar.

• ESTAR: precisa de unos espacios y ambientes que generen ámbitos de interacción participativa: asociaciones, cooperativas, sindicatos, partidos, comunidades, vecindarios, iglesias, familia.

En gran medida, la participación será factible si existe un orden político que así lo permita (democrático) y una sociedad civil fuerte y organizada que promueva y consolide una cultura participativa.

IV.- LA PARTICIPACIÓN EN ELECCIONESPodría, entonces, asegurarse que la participación en elecciones es sólo una de las muchas formas en que se puede manifestar la participación política.

Mucho se habla, hoy en día, de las “nuevas formas de participación”, a pesar de que casi nunca se explicita qué es lo que se quiere decir con esta tan utilizada frase. Ciertamente la pertenencia a movimientos y asociaciones que

persiguen ejercer influencia sobre la toma de decisiones públicas debe ser reconocida como una forma de participación política muy relevante. Sin embargo, tanto por razones históricas -es decir, por el simbolismo derivado de las luchas por el sufragio universal- como por su sentido expresivo de una condición ciudadana plena, la participación electoral debe ser considerada como una manifestación fundamental de la participación política.

En otras palabras, la participación electoral es una de las expresiones más elementales de nuestra condición ciudadana puesto que, en una democracia representativa, nos da la posibilidad cierta de indicar nítidamente nuestras preferencias y voluntades políticas.

En primer lugar, la inscripción automática se justifica en el contexto de una interpretación de la soberanía popular. Se es ciudadano o ciudadana no porque se lleve a cabo un trámite de inscripción en algún cuaderno o padrón.

De hecho, algunos han usado la categoría “ciudadanía electoral”, aparentemente para diferenciarla del resto de las implicancias que la ciudadanía tiene (Valenzuela, 2004: 1).

La ciudadanía, y el conjunto de derechos y obligaciones que involucra, es ya automática: si quebrantamos la ley se nos multa o encarcela; se nos cobran impuestos “automáticamente”; y, por cierto, “automáticamente” recibimos los beneficios derivados de la ciudadanía, que se pueden resumir bajo la rúbrica de la protección de la ley en un Estado de Derecho democrático. En otras palabras la ciudadanía es, en la vasta mayoría de las implicaciones de esta condición, ya automática, y por ende la automaticidad de la inscripción

en los registros electorales es coherente con tal circunstancia34

El fundamento de la inscripción automática, ergo, parece poco problemática. Es la obligatoriedad de la participación electoral, bajo la amenaza de sanción por el aparato coercitivo del Estado, la que requiere de algún sustento teórico más elaborado. Especialmente es común sugerir que la obligatoriedad sería antidemocrática, ya que sería contraria a los principios éticos más básicos que sostienen normativamente al régimen democrático. Es dable considerar que tales argumentos, aunque intuitivamente plausibles, son erróneos.

Para desplazar tales preocupaciones, hay dos líneas de argumentación principales a nivel normativo. La primera, defendida por Arend Lijphart en un famoso artículo de 1997 que reproduce su discurso de despedida como presidente de la American Political Science Association (APSA), se circunscribe a la categoría “igualdad” (Lijphart, 1997). Este argumento sugiere que la participación electoral obligatoria satisface más adecuadamente las promesas igualitarias de la democracia por cuanto, en general, y esto avalado por la evidencia comparada, en los sistemas voluntarios los que no participan tienden a pertenecer mayoritariamente a los niveles socioeconómicos más deprimidos.

En conclusión y en “aras” de promover la representatividad de los intereses de los grupos menos favorecidos en la escala social, quienes a su vez son los menos capacitados para influir en las decisiones públicas, y los que más dificultades tienen en asociarse y agruparse para defender sus intereses, se justifica instaurar la obligatoriedad de la participación electoral. Es necesario recalcar que lo planteado dice relación con el fin de

asegurar mejor la igualdad política para aquellos más desfavorecidos socioeconómicamente.

En el caso chileno, en particular, la diferencia más evidente en la actualidad, entre los que participan electoralmente y los que no lo hacen, no es a nivel socioeconómico, donde los promedios son similares, sino a nivel etario.35 Sin embargo, nada indica que con la introducción del voto voluntario36 esta situación no se asimilaría a la realidad comparada, alterando la composición del grupo que se abstiene, acercándola así más a la realidad generalizada en las democracias mundiales en cuanto a que los que se abstienen serían los menos favorecidos socialmente hablando, en particular en lo que respecta a años de escolaridad completa, lo que haría de los niveles de educación una virtual forma de discriminación política.37

En todo caso, el que la mayoría de los que no participan electoralmente en Chile sean menores de 29 años desde ya implica una desigualdad discriminatoria: un grupo en particular de ciudadanos y ciudadanas, carece, en su mayoría, de representación política.

Parece evidente que la falta o ausencia de participación electoral de este grupo, como lo sería si fuese cualquier otro, ya sea racial, étnico, socioeconómico, lo deja en una posición ciudadana disminuida, y es razonable suponer que sus intereses, objetivos y visiones de mundo se ven subrepresentados por la clase política chilena. Después de todo, al no estar inscritos no existe ningún incentivo electoral para que la clase política intente canalizar sus voluntades, traduciéndolas en políticas públicas que las interpreten cercanamente. Existe mucha evidencia

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comparada que demuestra que la clase política tiende a ignorar a aquellos que no participan electoralmente. Este mismo punto es presentado de una manera un tanto diferente por Lisa Hill (2000), cuando se refiere a los que denomina los “políticamente tímidos” (the politically shy), quienes tienden a ser parte de grupos marginales (o marginados) de la sociedad. Entre éstos se encuentran los más pobres, inmigrantes recientes, aquellos con bajos niveles de educación, y, claro está, los jóvenes (Hill, 2000: 37). En efecto, Hill extiende el argumento de Lijphart, sugiriendo que la discriminación de facto que sufren los pobres en sistemas voluntarios se aplica también, en general, a todos aquellos que, por una u otra razón, son, o se consideran a sí mismos, marginales dentro de la sociedad.

Hill también nos señala un segundo conjunto de argumentos normativos que podrían justificar la obligatoriedad de la participación electoral, aquél que no se refiere tanto a la desigualdad que los sistemas voluntarios tienden a generar, sino al que pretende desplazar la crítica relativa a la limitación a la libertad que la obligación supuestamente involucraría. Hill plantea que la discusión relativa a la voluntariedad u obligatoriedad de la participación electoral parece remitirse a una discusión entre principios democráticos versus principios liberales:

Los que privilegian el democrático por sobre los principios liberales en esta lucha filosófica generalmente argumentan que la votación obligatoria impone una restricción relativamente menor contra la libertad personal en comparación con otros problemas de la acción colectiva resuelta en democracias por el medio obligatorio como el pago de impuestos y la asistencia obligatoria a la

escuela (Lijphart, 1997: 1). La obligación incorpora una suposición implícita de que el daño de restringir la libertad, de abstenerse, es más pesado que el beneficio que acarrea. La restricción de una libertad negativa es concebida para permitir el ejercicio de una gama de libertades positivas que son pensadas como aumento del flujo de la participación y por lo tanto de una legislatura más representativa.

Este tipo de argumento probablemente no convencería a la línea dura de los liberales, “la libertad negativa”, en el caso de ellos, considera que los derechos son inalienables e inviolables. Los derechos automáticamente dejarían de ser libres en casos como éstos; de ahí la persistencia de la votación voluntaria en muchos países (2000: 32).

En términos generales la mayor parte de los argumentos presentados a favor de la participación electoral obligatoria se construyen en términos de que el fin justifica los medios, proponiendo que los beneficios derivados de la limitación a la libertad que involucra obligar a los individuos a participar de las elecciones se ve más que compensada por otros beneficios, como mayor legitimidad, representatividad o estabilidad del sistema político democrático. Sin dudas, tal como en cualquier argumento de este tipo, la validez de esta posición depende de supuestos muy difíciles de comprobar respecto de los eventuales efectos a corto, mediano y largo plazo de la introducción de la obligatoriedad. El intento de establecer relaciones causales entre la obligatoriedad y beneficios esperados es sumamente aventurado científicamente. Sin embargo, lo que no es incierto es que la introducción de la obligatoriedad, especialmente cuando ésta es sancionada

fuertemente, es el mecanismo más efectivo para aumentar la participación electoral. Más allá de esto, las consecuencias positivas (o incluso negativas) de altos niveles de participación electoral son muy difíciles de demostrar rigurosamente.

Como se ha señalado, sin embargo, la forma en la que Hill circunscribe el debate es útil para esclarecer sus términos. Efectivamente, el segundo argumento normativo, y el que parece ser más persuasivo, tiene que ver no tan solo con la igualdad, sino más bien con la libertad, y se refiere a la antigua preocupación de Tocqueville, de Constant y de otros, en cuanto a que uno de los peligros que viven las democracias es que los individuos se preocupan prioritariamente del goce de su libertad individual, descuidando de esta forma los soportes institucionales y colectivos que protegen esa misma libertad. Uno de los fines principales de una democracia es la protección de la libertad individual, y uno de los mecanismos a través de los cuales se sostiene una democracia es en la expresión de la soberanía popular en la participación en elecciones de representantes. En este sentido, el voto obligatorio contribuye a una más efectiva protección de la libertad individual; o, si se quiere, la libertad compartida de la comunidad política que se expresa en la participación electoral es un soporte para la libertad individual.

El ejercicio de la participación electoral es la declaración más elemental, y posiblemente la menos costosa, del esfuerzo por proteger la libertad, y por ende, en una república democrática la libertad compartida de la comunidad política, y la libertad individual están estrechamente vinculadas. Bajo esta perspectiva, la inscripción automática y la obligatoriedad del voto se justifican en nombre

de la defensa de la libertad.

Este argumento es fundamental puesto que una de las respuestas más comunes en contra del voto obligatorio se remite justamente a la categoría libertad, partiendo de la idea de que, dado que la democracia se dedica a proteger la libertad, sería contrario con ella, y por lo tanto antidemocrático, obligar a los individuos a participar en elecciones. Aparentemente, esta posición parecería tener fundamento. Sin embargo, en mi opinión, no es verdadera.

Hay que asumir que, en las sociedades democráticas en las que vivimos, existe un enorme número de obligaciones e impedimentos que jamás se nos ocurriría clasificar como antidemocráticos en principio. Las leyes, constituyen obligaciones e impedimentos a los que más de alguna vez quisiéramos que fueran de otra manera, típicamente bajo la amenaza de sanción ante su incumplimiento o transgresión.

Pero, los sistemas legales en las repúblicas democráticas tienen como uno de sus fundamentos esenciales una mejor protección de la libertad individual. Las leyes de tránsito son un ejemplo clásico, en tanto, por cierto, obligan e impiden, pero en vistas a facilitar el ejercicio de la libertad, en este caso de transportarse de un lugar a otro.

Hasta antes de la modificación de la Ley del sufragio en Chile, en América Latina, la inscripción era voluntaria sólo en Chile. En el resto de los países existe la inscripción automática u obligatoria, en ambos casos todos quienes tienen la mayoría de edad pasan a formar parte del padrón electoral.

En relación a la obligatoriedad del voto, como se mencionó anteriormente, todos los países

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Latinoamericano la establecen, salvo Colombia en donde es voluntario. Sin embargo no todos los países establecen sanciones, y en muchos casos ellas, no se aplican en la práctica. En la Tabla N° 1 siguiente, se presenta un resumen con las características del sistema de elecciones en países latinoamericanos, en cuanto al tipo de inscripción, obligatoriedad del voto, sanciones y porcentaje de participación.

Tabla N° 1. Sistema de Inscripción y Obligatoriedad del Voto en América Latina

En relación a las cifras presentadas se puede apreciar una mayor participación en los países con voto obligatorio, sin embargo existen diferencias que no permiten concluir que exista una mayor o menor participación entre los países que aplican o no aplican sanciones. La única diferencia notable es el caso Colombiano, en el que se aprecia un bajísimo porcentaje de participación, donde tanto la inscripción, como el derecho a voto son voluntarios38.

De esta forma no es posible afirmar que el incremento de porcentajes en la votación, se logre haciendo el voto obligatorio y aplicando sanciones, ya que en varios países, la efectividad

de las leyes de voto obligatorio, aparentemente no dependen de que la ley sea rigurosamente aplicada y las penalidades sean impuestas sin excepción.

V.- ALGUNAS EVIDENCIAS EN LOS EFECTOS DEL VOTO VOLUNTARIOEl cientista político Arend Lijphart añade un efecto secundario del voto voluntario: conduce a una participación desigual según el nivel socioeconómico de los ciudadanos. Así, los pobres tienden a votar menos que las personas de nivel socio-económico medio y alto, de modo que los segundos quedan sobre-representados en el sistema político y los primeros sub-representados39.

Sobre este punto existe abundante evidencia empírica. En Chile, la encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) de junio de 2009 consultó por la predisposición a votar si el voto fuera voluntario. Los resultados fueron sólidos: los ciudadanos de segmentos altos son los que en mayor medida están dispuestos a votar (93,4%, versus 81,6% entre los más pobres). Y probablemente esta diferencia puede ser bastante mayor, porque la encuesta sólo consideró a los inscritos en los registros electorales40.

Según un estudio relacionado con las últimas elecciones municipales desarrollado por el Observatorio Político-Electoral de la U. Diego Portales, el promedio de participación en las comunas ricas fue más de 6 puntos por sobre el de las comunas más pobres. Esto nos lleva a pensar en que, efectivamente, el voto voluntario no sirvió para corregir el problema del sesgo de clase. En las comunas más ricas hubo menor competencia. El ganador se impuso ampliamente sobre el perdedor salvo en Ñuñoa y La Reina. En

las comunas pobres, en tanto, la competencia fue mayor. La elección fue más apretada salvo en La Granja, donde la Concertación se impuso con extrema facilidad. Además, en las comunas ricas compitieron más incumbentes en comparación a las comunas pobres, lo que en cierta medida explica los menores niveles de competencia y, por cierto, de participación41.

En definitiva, el tema de fondo es preguntarse qué tipo de democracia deseamos. Está demostrado que mientras el voto voluntario conduce a una democracia pasiva, basada en una ciudadanía de baja intensidad, el voto obligatorio conduce a una democracia activa, basada en una ciudadanía de alta intensidad. Esto último es más coherente con una concepción republicana de la democracia, basada en el ejercicio de derechos y deberes; en definitiva, de la libertad con responsabilidad.

Lamentablemente estamos en presencia de una sociedad muy consciente -y exigente- de derechos, pero mucho menos en el cumplimiento de los deberes y responsabilidades que impone el ejercicio de la ciudadanía. Como dato de la causa, la educación básica y media es obligatoria en Chile. ¿Alguien puede, con un mínimo de racionalidad, plantear que eso atenta contra derechos y libertades individuales fundamentales? ¿Que se eduque el que quiera?. No, la política de Estado ha sido y es que se eduquen todos, por el bien público superior. ¿Que vote el que quiera? No, que voten todos, por un bien público fundamental como es la ciudadanía, basada en la pertenencia a una comunidad política, bajo la premisa de que vivir es convivir con otros.

Diferente es que Chile haya tenido el peor de todos los sistemas electorales: inscripción voluntaria y voto obligatorio con sanciones débiles, por lo

tanto, la gente no se inscribe (aproximadamente el 20% de los jóvenes estaba inscrito). Pero se ha cambiado ese mal sistema por otro similarmente malo o peor, como es la inscripción automática con voto voluntario.

Parece ser que la fórmula de inscripción automática y voto obligatorio es la que mejor se adapta a las sociedades con brechas de desigualdad tan profundas como las latinoamericanas.

Se debe reconocer que somos ciudadanos que interactuamos en el gran espacio que es la comunidad política, y no sólo como consumidores que interactúan en el mercado. Esa es la cuestión de fondo.

En conclusión nos aproximamos a un argumento que fundamenta la noción de que la participación electoral debe ser considerada como un deber y no como un derecho. Desde la perspectiva de la justicia, de lo justo, es altamente racional la exigencia de apoyar y promover instituciones justas en lo que nos compete como sociedad. Esta exigencia, o este deber, basándonos en Rawls, se constituye en la responsabilidad de acatar leyes y de hacer la parte que nos corresponde en relación a instituciones justas, cuando aquéllas se aplican a nosotros; y segundo, debemos asistir en el establecimiento de ordenamientos colectivos justos cuando éstos no existen, al menos cuando esto pueda hacerse sin incurrir en grandes sacrificios personales. Por lo tanto, es razonable que, si la estructura básica de una sociedad es justa, o razonablemente justa dadas las circunstancias y los contextos particulares, todos los miembros de esta sociedad tienen un deber de colaborar en la promoción, protección y perfeccionamiento de esta estructura básica.

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Notas18. Esta postura también es compartida por el Dr. Manuel Antonio Garretón.2. Procedimiento de Diseño de Carreras. DDC/VRA. Santo Tomás

19. Por ejemplo, en Chile, el plebiscito de 1988, contó con una muy alta participación electoral, este es, evidentemente, un caso representativo.

20. Esta evidencia proviene, de encuestas de opinión pública, y sólo de aquéllas que registran las diferencias entre los encuestados y encuestadas que votaron, o que están inscritos(as) y los(as) que no. Esto para aclarar que no es posible inferir un sentido específico y claro de la abstención, ni mucho menos proyectar cómo votarían los que actualmente no lo hacen si se vieran obligados a hacerlo (Huneeus, 2006: 13-44; también Lehmann, 1998).

21. Rubio García, J.L.; (2006), “Ciudamundeando, por una Ciudadanía intercultural y global” (Asociación para la Cooperación con el Sur, ACSUR-Madrid.

22. Martínez S. G.; (1997): “Gobierno del Pueblo: Opción para un Nuevo Siglo”, (Ediciones Universal, 1997.

23. Pichardo M., A.; “Evaluación y programación social”. Buenos Aires, Hvmanitas, 1993.

24. Touraine, 1997.

25. La evolución de los derechos de la ciudadanía es, en gran medida, la evolución de la relación del Estado y la sociedad. Su extensión cobra sentido cuando se expresa en una estructura jurídica y en un conjunto de arreglos políticos institucionales. Para T.S Marshall (1949) la ciudadanía supone tres tipos de derechos a lo largo de la historia: una ciudadanía civil (siglo XVIII), libertad de la palabra, pensamiento y acción, libertad de propiedad y de contrato y el derecho a la justicia. De allí surgen los derechos civiles, constituidos por las libertades básicas y los derechos a la propiedad y la justicia. Una ciudadanía política (siglo XIX) que se refiere al derecho a participar en el ejercicio del poder y el derecho a elegir y ser elegido. Una ciudadanía social (siglo XX) asociada a la expansión del Estado de Bienestar.

26. En la actualidad los derechos de las personas aparecen fundamentados y respaldados por medio de garantías constitucionales e institucionales, lo que tiene una expresión clara en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El problema no está por tanto en fundamentar los derechos de las personas, como lo fue hace dos siglos, sino en garantizarlos para que se traduzcan efectivamente en prácticas ciudadanas.

27. Benedicto, 1995; Cf Micco, 1998.

28. Sartori, 1989.

29. Desde la perspectiva de los republicanos, el concepto de espacio público más que un simple requisito para que los ciudadanos conozcan e internalicen el ideal del ciudadano, como afirmaría Rawls, es donde se produce y cobra sentido la ciudadanía.

30. Arendt, 1993.

31. Serrano, C.; “Participación Social y Ciudadanía. Un debate del Chile contemporáneo” Octubre, 1998. Este texto ha sido preparado para la División de Estudios de MIDEPLAN. El tema que aborda forma parte de una línea de trabajo que está desarrollando nuestra institución Asesorías para el Desarrollo, por lo cual, el equipo profesional en pleno es, en cierta forma, su co-autor. Estas personas son Carolina Rojas, Angélica Pávez y muy directamente, Ignacia Fernández y Dagmar Raczynski, que colaboraron en el desarrollo de algunos de los temas abordados en el documento. La responsabilidad del texto, no obstante, es solo de su autora.

32. López, S. (1997) “Ciudadanos reales e imaginarios”, Instituto de diálogo y propuestas, Lima.

33. Rubio García, J.L.; (2006), “Ciudamundeando, por una Ciudadanía intercultural y global” (Asociación para la Cooperación con el Sur, ACSUR-Madrid.

34. Clarisa Hardy (2005: 115-7) plantea un argumento similar.

35. Se calcula, en Chile, que hasta un 80% de los no inscritos son menores de 30 años de edad. (Navia, 2004: 96). En el plebiscito de 1988, cuando se reabrieron los registros de inscripción, cerca de un 90% de la población en edad de votar participó. El descenso se explica porque, desde entonces a esta parte, al cumplir los 18 años, la ciudadanía, en su mayoría, decide no inscribirse. Nótese que esto también implica un universo electoral virtualmente estancado. Un electorado cada vez más pequeño provoca que el sistema se vea cada vez más vulnerable al influjo sobredimensionado de pequeños grupos altamente organizados que ejercen su influencia sobre la clase política. Este punto es planteado, de una manera un tanto distinta, por Olson (1965: 175). Valenzuela (2006) también sugiere algo parecido.

36. Incluso, para algunos, este sistema ya se estaría implementando “de facto” en Chile, dado que las sanciones por no votar no se aplican. Francisco J. Díaz. Ver http://www.lanacion.cl/prontus_noticias/site/artic/20050108/pags/20050108184641.html.

37. Se debe considerar que en Chile el modelo económico ha aumentado la concentración de la riqueza, y si bien, la pobreza (desde un enfoque de las líneas de ingreso basada en las canastas básicas) ha disminuido, la brecha de desigualdad se ha mantenido e incluso, se ha incrementado en los últimos 20 años (Chile ocupa el lugar número 14 en el Mundo entre los países con mayor desigualdad (Gini de 54.3 y el lugar número 6, después de Bolivia 59.2, Paraguay 58.4, Panamá 56.1, Brasil 55.6 y Guatemala 55.1, en América Latina) FMI.

38. En el caso de Chile las últimas elecciones de alcalde y según el último cómputo del Ministerio del Interior, de los 13 millones 404 mil chilenos del nuevo padrón electoral, solo 5 millones 474 mil 947 concurrieron a las urnas a sufragar, con lo que el nivel de abstención llegaría al 59, 1 por ciento, superando ampliamente el 42 por ciento de las municipales de 2008 o el 38 por ciento de 2004. Más de 7 millones de chilenos se restaron de participar durante la última jornada electoral.

39. Los países con sistemas de voto voluntario tenderían a ser menos equitativos que los que cuentan con sistema de voto obligatorio (Chong y Olivera, 2005).

40. Un aspecto preocupante corresponde al porcentaje de la

población en edad de votar (PEV) que sufraga válidamente. Es decir, por alguno de los candidatos en competencia. Para las elecciones presidenciales, el 82,1% del PEV votó válidamente en 1989; cifra que cae al 57,1% en la segunda vuelta presidencial de enero de 2010. Esto trae como correlato que el presidente electo haya sido votado por tan sólo un 29,48% del PEV, la cifra más baja en los 20 años de democracia en Chile. Por tanto, la reforma de voto voluntario se zanja en un momento particularmente complejo en términos de participación electoral.

41. Los ricos también votan. Participación electoral según nivel socioeconómico de las comunas en la Región Metropolitana Observatorio Político-Electoral, Universidad Diego Portales

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Los delincuentes son parte de nuestra sociedad y poseen una cultura que es aprendida, algunos autores llaman a este tipo de valores como subcultura. El cual hace referencia a aquellos “subgrupos nacidos en una sociedad a causa de diferenciaciones etnológicas, regionales y sociales que disponen de normas independientes. Las normas de la subcultura pueden chocar con las normas del colectivo mayor, y favorecer de esta manera el nacimiento de una conducta irregular y de una transformación social”42.

Al interior de las Unidades Penales que Gendarmería de Chile tiene a su cuidado, muchos internos poseen un alto grado de pertenencia a la subcultura de la delincuencia. Este grupo generalmente es refractario a las intervenciones psicosociales promovidas por los funcionarios de Gendarmería. Además, estos Internos promueven al interior de los recintos penitenciarios los valores propios de la subcultura de la delincuencia: ya sea hablando el “coa” al interior de los recintos, realizando tatuajes carcelarios o manteniendo la Institución de “la carreta”. Todos estos elementos son constitutivos de los valores criminógenos.

El fenómeno de la delincuencia no es de un determinismo biológico. Es decir, los individuos no nacen siendo delincuentes, sino que los sujetos adquieren en su desarrollo ciertos valores y pautas propios de una subcultura. Todos los seres humanos tienen las mismas condiciones para desarrollar sus potencialidades, sin embargo, son cruciales las oportunidades que estos tengan en su desarrollo. De igual forma, todo individuo lleva en sí mismo la posibilidad de modificar su historia y el Trabajador Social debe ser el canalizador de éste cambio.

Uno de los rasgos propios de la subcultura de la delincuencia es el de los tatuajes. Decimos esto, de una forma valorativamente neutra, porque diferentes culturas utilizan los tatuajes para marcar los hitos importantes de los individuos y de la comunidad en donde estos símbolos culturales se originan.

Para obtener la información cualitativa de los tatuajes, se acudió en primera instancia a la información contenida en la Ficha de Clasificación del Sistema Informático de Gendarmería (información estadística). En una muestra al azar de 100 internos, (de un total de 626 internos que se encontraban recluidos en el C.C.P. de Puerto Montt al momento de realizar la obtención de datos), se analizó la ficha de clasificación para realizar los antecedentes cuantitativos y para seleccionar aquellos que tuvieran más tatuajes según la ficha de clasificación. A Partir de los datos estadísticos, se procedió a realizar entrevistas y registros fotográficos de los tatuajes de los informantes.

Para las entrevistas en profundidad y las fotografías se trabajó con una muestra constituida por un total de 19 reos del grupo de 100 internos analizados (aquellos con más tatuajes y que pertenecían a la subcultura de la delincuencia). Sólo con estos 19 internos se obtuvo información de 81 tatuajes según cuadro adjunto:

En cuanto a la realización de los tatuajes en sí, casi todos ellos se efectuaban básicamente con aguja y carbón de pila hasta finales de la década de 1990. Es más complejo de señalar -para los propios reos-, si el tatuaje es parte de la subcultura delictual, cuando éste está realizado de

RESUMENEn el año 2006 publiqué junto a Darío Xicarts (Antropólogo UACH), en la revista de Estudios Criminológicos y Penitenciarios de Gendarmería un artículo titulado “Los tatuajes y su práctica en el Centro de Cumplimiento Penitenciario de Puerto Montt”. Esta investigación fue un acercamiento al tatuaje delictual masculino que se manifiesta en una prisión particular de Chile, pero que es parte de un entramado que constituye la realidad carcelaria del país. Se analizaron las formas de vivir y ser de los internos en una cárcel, junto a las prácticas y técnicas que originan los tatuajes dentro del contexto de la cultura carcelaria. A continuación se explicitan brevemente las conclusiones de ese estudio y su interés para las Ciencias Sociales; especialmente para el Trabajo Social.

LOS TATUAJES CARCELARIOS DE LA SUBCULTURA DELINCUENCIAL CHILENA

Todas las manifestaciones humanas en sociedad se remiten a la noción de cultura. Este

concepto puede ser entendido como un complejo de conocimientos, creencias, arte, moral, derecho, costumbres y hábitos, que el ser humano adquiere como miembro de alguna sociedad. Estos saberes se obtienen por medio de la endoculturalización o socialización y se encuentran tanto en los objetos materiales como en la mente de los seres humanos.

AUTOR:Daniel Abraham Rosales González

Antropólogo, Universidad Austral de ChileDocente IPST sede Puerto Montt

Algunas reflexiones

sobre el tatuaje carcelario y su relación con el Trabajo Social

Palabras claves: Tatuajes delictuales

masculinos, cárcel, cultura carcelaria

Artículos profesionales y docentes

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Artículos profesionales y docentes

una manera un poco más “tecnologizada”; como sucede con los realizados a “máquina”.

Debido a la segmentación que rige desde el año 2002 en el C.C.P. de Puerto Montt se imposibilita o se hace más difícil el acceso a internos con un mayor conocimiento en el tatuaje; más aún a partir del 2007, con la puesta en marcha del complejo concesionado de Alto Bonito de Puerto Montt; donde las posibilidades de un tatuaje carcelario al interior del penal se hacen aún mas escasas.

“Por regla general, mientras más expuesto sea un tatuaje su significado es más simple y mientras más escondido se encuentre, su significado es más críptico. Por eso, aquellas zonas del cuerpo más fáciles de ser miradas (manos, antebrazos) suelen tener tatuajes menos herméticos que aquellos que permanecen generalmente cubiertos por ropa, los cuales suelen tener significados más personales o sentimentales. Los tatuajes serían así un sistema de comunicación donde la visibilidad o el ocultamiento del mensaje (tatuaje) pueden, hasta cierto punto, ser utilizados en distintos escenarios por algunos sujetos. Por consiguiente, los tatuajes son una relación directa con un grupo social y cultural. Un reo graficaba esta situación de la siguiente manera: “en realidad, lo que significan (los tatuajes) es lo que he escuchado, no es un pensamiento mío, lo he escuchado de otros”, y añadía: “porque para sobrevivir en cana, uno debe buscar apoyo en la gente antigua, que le enseña a caminar a uno”. Es tan fuerte la relación con aquello que el signo alude que algunos reos manifiestan sobre el tatuaje: “me gustaría sacármelos, ahora no puedo ni ir a la playa tranquilo”. Surge en la interacción con personas del “medio libre”, una relación que los define: ellos están tatuados, los otros no” .

Pero entonces, ¿Qué significan los tatuajes? Para intentar responder esto, se agruparon los 81 tatuajes en diferentes categorías propias de significado:

• 36% de ellos pertenecen al ámbito familiar y emotivo-sentimentales.

• 30% de los tatuajes hace referencia a animales depredadores y/o míticos.

• 25% poseen aspectos religiosos y alusivos a la liberación carcelaria.

• 9 % Son relativos a aficiones deportivas y tienen símbolos marítimos.

“De esta forma, los tatuajes son agrupados por ideas centrales que cruzan las formas de vida y existencia de la comunidad penitenciaria que los origina. Los tatuajes de los internos son: principalmente retratos, declaraciones visuales cargadas de emociones y sentimientos. Además, la creación de los tatuajes es un proceso largo. Las malas condiciones para realizarlos atentan para “lucir” un tatuaje. Muchos no están terminados o la pintura aparentemente no alcanza para dar el efecto deseado por el tatuado o el tatuador”44.

Si agrupamos simbólicamente los principales grupos de signos de los tatuajes de los internos, allí están presentes aquellos sentidos que la cultura condiciona al interior de las cárceles, en la forma de las preocupaciones de los reos. Surgen, de los tatuajes estudiados las formas de vivir, de ser, de hacer en el cotidiano la vivencia de estar

en prisión. En primer lugar, nos encontramos que el ámbito familiar y afectivo –lo que alude a la familia principalmente- ocupa un lugar principal en las declaraciones escritas en la piel de los internos. Es decir, el recuerdo de aquellos que no están físicamente con la persona en prisión.

En segundo lugar la comunidad penitenciaria estudiada posee dibujos en la piel relativos a armas y animales agresivos; que por un lado marcan la violencia inherente a cualquier cárcel del mundo. El estar prisionero a manos de una institución total, que condiciona hasta los más mínimos detalles la vida del sujeto, es un acto poderoso para el cotidiano de una persona y el sujeto está siempre entre la sumisión y la insubordinación.

Finalmente, nos encontramos con manifestaciones religiosas y aquellas relacionadas con la liberación. Estos tatuajes hablan de la fe y la esperanza de la libertad, de algún modo, éstos símbolos disminuyen la incertidumbre de la vida diaria en la prisión; la ansiedad de estar recluido. También son alegorías que dan consuelo al interior de los muros de la prisión o hacen una evocación del tiempo “cuando estuve en cana”. Estos tatuajes religiosos como la Virgen de Montserrat (fotografía N° 6), o “Las Tres Marías” (fotografía N° 3), son como amuletos que los reos llevan consigo a todo lugar.

Estas tres declaraciones principales están presentes como una historia personal escrita en la piel de la comunidad penitenciaria y que señala las principales memorias de una subcultura que persiste dentro y fuera de la cárcel.

LOS TATUAJES CARCELARIOS Y LA INTERVENCIÓN DEL TRABAJADOR SOCIAL“En los últimos años, ha existido una proliferación de tatuajes en las personas. Los medios de comunicación difunden masivamente esta manifestación cultural, y son los diferentes artistas, o celebridades, que los poseen y los lucen. Junto a ello, surgen en el cotidiano de las personas, (sobre todo en la época estival, por la natural

exposición de la piel al descubierto), diferentes manifestaciones de tatuajes, cuyos signos y símbolos son verdaderas formas de atavío del cuerpo.

A partir del registro realizado en el recinto penitenciario de Puerto Montt, hemos visto una aproximación al tatuaje relativo a la subcultura de la delincuencia chilena. Considerando los datos sistematizados, se puede decir que el tatuaje realizado al interior de los recintos penales no sólo esta destinado a pintar la piel del reo como un mero rasgo decorativo. Por el contrario, también señala el espíritu de las tradiciones y del contenido de una subcultura.

Subcultura carcelaria que tiene sus propias reglas, que son válidas para los internos y que junto con las normativas de una unidad penal, regulan la forma como interaccionan los reclusos, permitiendo la integración o exclusión a un grupo determinado. Subcultura que también se afinca en intereses compartidos, que sólo se cumplen por la colaboración de los que comparten el mismo espacio.

Desde que un interno o reo masculino, mira a sus semejantes en prisión, hasta la primera vez que un sujeto perpetúa con un signo su piel, se desarrollan diversos procesos que culminan en el tatuaje. No dejamos en la anterior sentencia las técnicas para realizar un tatuaje, porque este conocimiento también es trasmitido entre los reos en patios, pasillos y celdas de la prisión, ni la reprobación que consiguen en los funcionarios penitenciarios y en la sociedad mayoritaria.

Consideramos al tatuaje como una atribución del propio portador a su historia de vida y en la mayoría de los casos como una resistencia a la reclusión. El interno evita el control social que se le impone desafiando con sus dibujos en la piel a la autoridad del penal y establece una alianza simbólica con otros penados o delincuentes al perdurar en su cuerpo los mismos dibujos que ha visto en otros delincuentes. Los tatuajes someramente descritos, son referencias de un imaginario y son parte de un sistema

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Artículos profesionales y docentes

que es construido en un continuo proceso de dominación y subordinación. Este imaginario del tatuaje delincuencial, nunca será totalmente puro y probablemente se verá modificado a medida que el tatuaje en nuestra sociedad se hace un elemento más común de adorno corporal. Por eso mismo, no delincuentes y delincuentes podrán portar rosas, dragones, dagas, figuras de Cristo, estrellas de David, Esvásticas, etc.; pero el lugar donde estos motivos fueron tatuados y la relación del tatuaje con el discurso de quién lo porta, serán las herramientas para contextualizar los signos en la piel. Los tatuajes serán permanentes, serán hitos del reo, son parte de una escritura indeleble que dará significado a la identidad de su portador”.45

Lamentablemente, para muchos reos que inician el camino de la rehabilitación, los tatuajes “del tiempo que fui choro” o “de cuando caminaba”; son también una condena que nunca termina de cumplirse. Los tatuajes de sus manos y brazos, simbolizan un tiempo y un lugar, una historia que habla por su portador, de un relato que no termina ni siquiera con la muerte del sujeto que los porta.46

En el cotidiano de su labor, el Asistente Social debe encontrar las formas de comunicarse con el sujeto de atención. La identificación de elementos que señalen la pertenencia a la subcultura de la delincuencia, deben ser puestos en la perspectiva de la intervención social que se está realizando. Ya sea al interior de las cárceles o en el medio libre, es relevante pesquisar el momento donde se producen los tatuajes, las vivencias que relata el sujeto y su disposición al cambio social. A diferencia de otros adornos culturales del cuerpo (peinado, uso de barba, uso de bigote, ropa, joyas, estilo al caminar, uso de colonias y perfumes, etc.), el tatuaje es un evento mucho más significativo y emocional. El tatuaje es un evento más profundo que vestir a la moda y es una declaración inconsciente de principios socioculturales que el

usuario representó en un momento determinado de su vida.

El Trabajador Social debe tener conocimiento de las subculturas que forman el entramado social del país. El reconocimiento del tatuaje carcelario como una arista más de la historia de vida de un sujeto, puede ser la puerta de entrada a una intervención social significativa. En la medida que la calidad humana e integridad ética del Asistente Social se funde con el reconocimiento de los signos culturales de sus usuarios; la mirada holística de la Intervención Social hace énfasis ante el fenómeno de la pobreza en Chile y produce un trabajo de caso significativo.

El portar un tatuaje no debería ser motivo de discriminación para ninguna persona. Sin embargo, se debe estar consciente de los valores dominantes de nuestra sociedad y por otro lado considerar al tatuaje desde una perspectiva de respeto y de relativismo cultural ante la persona que lo porta. Entenderlo como uno de los elementos de la cultura y cómo una oportunidad de aproximarnos, desde la horizontalidad, a los usuarios del sistema público y privado que necesitan una oportunidad de cambio.

Sin duda, estremecen los tatuajes porque hablan de aquella voz interior profunda de nuestra sociedad, de aquel grito que no calla. El Asistente Social debe ser capaz de reconocer en su contexto particular aquellos símbolos culturales que nuestra sociedad mayoritaria estigmatiza y sanciona desde una supuesta superioridad moral.

BIBLIOGRÁFIA

• Álvarez de Luna, Alejandro y José Antonio. Antropología Cultural, Ediciones Rioduero, de la Editorial Católica, S. A. Madrid 1986.• Doris Cooper, Delincuencia Común en Chile. LOM Ediciones Ltda. 1994.• Foucault Michel, Vigilar y Castigar. Siglo Veintiuno Editores S. A., Español, 1997.• Goffman Irving, Estigma, la identidad deteriorada. Amorrortu Editores, Edición 1995.• Malinowski, Bronislaw, “Crimen y Costumbre en la Sociedad Salvaje”. Editorial Ariel, S. A. Barcelona. 1991.• Rosales Daniel, Xicarts Darío, “Los tatuajes y su práctica en el Centro de Cumplimiento penitenciario de Puerto Montt”, Revista de Estudios Criminológicos y Penitenciarios, N° 6, Gendarmería de Chile, Unidad de Investigaciones Criminológicas. 2006• Xicarts, Darío, Fotografías de Tatuajes en el CCP de Puerto Montt

Notas42. Alejandro y José Antonio Álvarez de Luna, Antropología Cultural, Pág. 171, Ediciones Rioduero, de la Editorial Católica, S. A. Madrid 1986.

43. Rosales Daniel, Xicarts Darío, “Los tatuajes y su práctica en el Centro de Cumplimiento penitenciario de Puerto Montt”, Revista de Estudios Criminológicos y Penitenciarios, 2006

44. Rosales Daniel, Xicarts Darío, “Los tatuajes y su práctica en el Centro de Cumplimiento penitenciario de Puerto Montt”, Revista de Estudios Criminológicos y Penitenciarios, 2006

45. Rosales Daniel, Xicarts Darío, “Los tatuajes y su práctica en el Centro de Cumplimiento penitenciario de Puerto Montt”, Revista de Estudios Criminológicos y Penitenciarios, 2006

46. En 1991, unos turistas alemanes encontraron en los Alpes una momia congelada de un ser humano masculino, cuya datación indica que vivió aproximadamente hace 5000 años atrás. Es el antecedente, por ahora, más antiguo de un ser humano portando tatuajes. http://www.archaeologiemuseum.it/en/node/262

ANEXO FOTOGRÁFICO

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Artículos profesionales y docentes

RESUMENEl presente artículo pretende mostrar sucintamente la exclusión social que afecta a los habitantes de barrios conformados por viviendas sociales, otorgadas a través de la implementación de la política de vivienda en Chile. Esta política ha generado una doble exclusión, desde la ciudad hacia los barrios de viviendas sociales y al interior de éstos. Generalmente se ha mirado cómo la “cultura de la ciudad” excluye a la “cultura de los barrios periféricos empobrecidos” sin observar en profundidad cómo la política de vivienda genera ambas culturas identitarias que en general se excluyen mutuamente en una interacción que da paso a la necesidad de una Política de Vivienda que las integre en su diferencia; en la figura del “Otro”, donde el Trabajo Social puede intervenir con esta mirada ética desde Sistemas Deliberativos inclusivos.

III Congreso Internacional de Ciencia, Tecnología y Cultura 2013

Simposio 50 Sección B: Trabajo Social y Diálogos Interdisciplinarios

Política de Vivienda y “algunas consecuencias”

“En Chile, a pesar de que el crecimiento de las ciudades se ha dado dentro de la legalidad,

puede encontrarse, al interior de cualquier ciudad, la ciudad de los pobres. Esta es distinta de la ciudad central, de la ciudad de los negocios, de la ciudad de los sectores medios y altos. Aquí, la ciudad de los pobres ha sido creada por el Estado, por la exitosa política de vivienda del Estado chileno.48”

En la búsqueda de entregar soluciones y disminuir el déficit de viviendas para los sin casa, la implementación histórica de la política habitacional chilena lamentablemente ha dado como uno de sus resultados la conformación de barrios en sectores periféricos de la ciudad de Santiago que se caracterizan por su marginalidad, estigmatización ( negativa) de sus habitantes, falta de infraestructura, problemas en la calidad de la vivienda y el acceso a servicios básicos y sociales (como la conectividad de transporte público) , y una múltiple problemática de hacinamiento, promiscuidad, violencia intrafamiliar y vecinal entre otras, lo cual repercute en la convivencia vecinal de las personas que habitan estos barrios conformados por viviendas sociales, y se traduce en un grave problema de deterioro físico-social-ambiental del barrio constituido por estas viviendas.

“Diversos autores como Trivelli, Sabatini, o políticos como Carlos Montes, están de acuerdo en que el Estado, a través de los programas de vivienda, se transforma en promotor de la formación de guettos, es decir zonas de viviendas de subsidios de rango inferior con pobres equipamientos urbanos, que conforman barrios en sectores periféricos…donde los nuevos espacios de habitabilidad se muestran multiproblemáticos… a lo cual la arquitectura de estos recintos “sirve” generalmente para intensificar estos problemas”49, en este entorno físico y

de relación social- vecinal se debe apelar a la riqueza de la cotidianeidad de estos barrios, como posibilidad efectiva de una intervención social50.

De esta manera el barrio, según Ledrut, está constituido por un entramado de relaciones sociales que no necesariamente son primarias o informales, debiendo su existencia a los equipamientos comunes y a los comportamientos sociales que los originan o posibilitan. Por tanto, la vida de los vecinos transcurre en el espacio en que ellos se localizan, no siendo posible separar el componente social de su marco físico.51

A su vez, lo barrial constituye un espacio de autonomía ciudadana que, traspasando la lógica público-privada, se carga de significado en la resistencia a la creciente impersonalización que el afán productivista impone a nuestras ciudades en la actualidad. Esta hipótesis tiene la contracara de una realidad local, en la cual los procesos de desarraigo parecen ir en aumento, las identidades locales se presentan sensiblemente debilitadas, las configuraciones comunitarias altamente fragmentadas, elementos que tienen como correlato la tendencia a que el espacio común desaparezca como soporte y escenario de lógicas de relacionamiento social consistentes y creación cultural.52

Así, existe una disminución en la calidad de vida de los habitantes de barrios de viviendas sociales, traducida además en una disminución de su integración social-barrial. Así, uno de los factores de integración que es determinante en el nuevo barrio, es la calidad de la red social que se tejió en el campamento o asentamiento precario, la cual generalmente se fragmenta una vez que se traslada o erradica a las familias a terrenos periféricos de la ciudad. De esta manera, casi siempre hay que comenzar de nuevo edificando y construyendo aspectos tan intangibles y valiosos como la pertenencia, la identidad como memoria y autoestima colectiva, el bienestar psicosocial de las familias, entre otros factores relevantes

AUTOR:Angélica Castro Saavedra

Asistente Social Pontificia Universidad Católica de Chile,

Mg. en Trabajo Social Pontificia Universidad Católica de Chile,

Docente Universitaria

Política de vivienda en

Chile:“Un desafío

de integración ética y

sistémica en la diferencia”47

Palabras claves: Política de vivienda, barrio,

vivienda Social, Exclusión Social, Integración Social, Cultura, Identidad, ética,

Sistemas Deliberativos.

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Artículos profesionales y docentes

al momento de generar una identidad barrial comunitaria.53

Además la carencia de una historia común consolidada y de una memoria organizativa como población, han generado una crisis de identidad que inhibe las relaciones vecinales como a su vez la participación ciudadana local en el espacio habitado por lo que también se da una falta de preocupación hacia el cuidado de los espacios físicos del barrio y comuna.

Junto con lo que se podría llamar desintegración de identidad, aparece otra exclusión, que sufren grupos humanos que por generaciones no han podido ser competentes a las nuevas exigencias de la ciudad. Falta de trabajo, educación y salud, crean ciudadanos en condiciones de desventaja frente a otros grupos sociales54 que habitan la ciudad y a los cuales se refieren como “los cuicos” que viven en “comunas ricas” y que “no están ni ahí con ellos” y los discriminan porque son pobres sin comprender que son personas en situación de pobreza. Además los pobladores erradicados, perciben nuevamente la discriminación, ya que muchas veces son catalogados de flojos, sucios y conflictivos por los “habitantes de la ciudad” y también por los otros vecinos que cohabitan en el nuevo barrio, pudiendo llegar a producirse un alto nivel de violencia vecinal. Esta imagen los aísla y las energías se concentran en la búsqueda por el mejoramiento individual, por lo que las prioridades se trasladan al mundo privado, al mundo de la familia y del hogar, así “el sujeto hace con lo que han hecho de él” (Sartre), en este caso sujetos siempre inferiores a lo que les corresponde como personas únicas e irrepetibles con derechos infinitos.

Diferentes culturas; ciudad y barrios excluidos: la figura del “Otro”

A los seres humanos nos acontece que no tenemos tan presente que nuestro mundo cotidiano está estructurado por creencias, valores y normas que

resultan de la imaginación y vida creadora de otros y que nos permiten tener nuestra historia. Así, la cultura es definida como un “tejido simbólico” o “red de significaciones” que crean un cosmos, un sentido; allí donde de otra manera reinaría el caos, el absurdo.

Conocer la cultura del otro hace posible comprender su racionalidad, y, de otro lado, lo arbitrario y contingente de nuestro propio punto de vista. Cada mundo social tiene una cultura que informa modos de vida característicos.55

La autora Rossana Reguillo argumenta que para pensarse a sí mismas, las culturas requieren de la presencia de otro diferente y diferenciado. Esto sucede con la cultura de los habitantes de la comuna donde llegan a vivir los usuarios de los barrios constituidos a partir de la política de vivienda y la propia cultura de éstos. Así se puede expresar un tanto metafóricamente, que “cotidianamente, por el espacio público expandido avanza y crecen las referencias a la «maldad intrínseca» de las comunidades de migrantes que han logrado con su sola presencia trastocar el paisaje conocido; constantemente aparecen en la escena local los retratos hablados del enemigo que acecha desde su supuesta anormalidad la última defensa de los valores locales.

De esta forma “la diferencia ha sido en términos generales pensada como «desviación», y ésa es una tendencia que hoy se intensifica…”56 de manera lamentable.

Según Víctor Vich, “si partimos de la consideración postestructural que las identidades sociales son siempre efectos relacionales y que se constituyen no tanto por lo que son en-sí-mismas sino también por lo que excluyen, entonces podemos concluir que las complejas transferencias entre una y otra identidad son parte de los mismos procesos constitutivos que todas ellas necesitan para existir. Para Lacan, por ejemplo, el sujeto no puede constituirse sin la imaginación de un

Otro que por lo general es descrito en términos amenazantes. Es decir, una identidad no puede constituirse totalmente por ella misma y así necesita de Otra frente a la cual debe entrar en relación para poder transferir, desde ahí, todo lo que molesta y quiere expulsar de sí misma”.57

No obstante, incluyendo lo anterior, en la relación vecinal se puede decir que “el igual respecto de cada cual no comprende al similar, sino que abarca al otro o de los otros en su alteridad. Ese solidario hacerse responsable del otro como un nosotros se refiere al flexible nosotros de una comunidad que se opone a todo lo sustancial y que amplía cada vez más sus porosos límites. Inclusión no significa aquí incorporación en lo propio y exclusión de lo ajeno. La inclusión del otro indica mas bien, que los límites de la comunidad están abiertos para todos, y precisamente también para aquellos que son extraños para los otros y quieren continuar siendo extraños58”, o diferentes pero incluidos en su hábitat.

Una mirada ética desde el Trabajo Social “Si la singularidad del sujeto se construye en la relación con los otros, y la comprensión de cada uno pasa por la comprensión de sus respectivas relaciones sociales; por lo tanto, las alternativas de intervención del trabajo social en las políticas sociales, deben asumir también este sello. Evitar lo absoluto o la mirada única desde cada sujeto social, es una imperiosa necesidad, porque se requiere respetar la multiplicidad como una forma de desarrollo de una identidad singular...59”

Debido a esto, una política de vivienda observada y diseñada desde la ética del Trabajo Social debería integrar en la diferencia, reconociendo lo plural y lo diverso (los que “no existen”, a los que se excluye, y son vistos como riesgo social) como riqueza de la mirada del Trabajo Social.

Hacia una propuesta-pregunta de Intervención Social desde Sistemas Deliberativos

La idea de una aproximación a una propuesta de intervención deviene en una búsqueda con la mayor flexibilidad, para encontrar respuestas posibles en un entorno sistémico en constante movimiento, inestable y complejo.

En este caso los problemas de intervención en términos amplios y generales, corresponde al creciente deterioro de un sistema mayor que los contiene como es la Política de Vivienda Social; expresado en graves deficiencias de las condiciones materiales de las viviendas, de su entorno físico inmediato, servicios básicos, conectividad, redes sociales, exclusión, y conflictos relacionales entre vecinos que habitan conjuntos de viviendas sociales.

Intentar revertir esta situación es muy complejo, no sólo porque existen elementos que debilitan la idea de integración social, asociados a la exclusión y estigma del que se es objeto por habitar en determinados lugares de la ciudad, sino también se debe considerar el tiempo del habitar en ellas tomando en cuenta que existen poblaciones nuevas y otras con larga trayectoria, dándose en ambas mayores o menores niveles de identidad, participación y organización vecinal. Aquí lo importante es la satisfacción de las familias en su contexto social para lo cual es posible favorecer la interacción social de los vecinos para conformar una identidad común con sus propios patrones de control.

También es necesario colocar a dialogar a los distintos sistemas, organizaciones, y programas parciales públicos y privados que participan en la política de vivienda, como lo son las importantes funciones a nivel local del sistema municipal.

De esta forma, se podría plantear un sistema de intervención social en un contexto democrático a través de conceptos del autor alemán Helmut Willke, como son: “una mesa de interacción de actores en Sistemas Deliberativos”, en los cuales

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Artículos profesionales y docentes

los programas sistémicos parciales locales o nacionales forman parte de estos sistemas.

Las redes de actores sociales y los sistemas de deliberación son un intento por ir más allá de los límites de la democracia como modelo de orientación de sistemas complejos. No por casualidad los sistemas de deliberación se adhieren en las superficies marginales de la democracia y la jerarquía, pues aquí se cruzan los requisitos de participación, de decisión y de imputación de la responsabilidad política con la obligación de tomar decisiones de largo plazo, competentes para áreas específicas y adecuadas a los problemas existentes. Ambos flujos se conectan en una solución orientada al bien común tan pronto como una distribución de competencias (manifiestas y ocultas) puramente formal provoca la oposición de actores secundarios.

R. Mayntza y F. Scharpf han generalizado la idea de coordinación a través de sistemas de deliberación y la han probado empíricamente en distintos espacios políticos. En el caso de las sociedades modernas, cuyos sistemas funcionales han generado una alta autonomía interna y una dinámica propia, se hace cada vez más necesaria la presencia de una coordinación horizontal entre sistemas de importancia similar y, en principio, equivalente.60

La ventaja de los sistemas de deliberación consiste en hacer compatibles la lógica fuertemente egoísta del mercado (como es en Chile; que la vivienda es un bien que se transa en el mercado) y la lógica altamente paternalista de la jerarquía representada en este caso por el municipio. Puesto que las contraindicaciones de ambas lógicas no desaparecen, el proceso de compatibilización es siempre un acto de balance. Sin formas de orientación ingeniosas, los sistemas deliberativos degeneran rápidamente en simples relaciones de intercambio formadas a semejanza del mercado, relaciones en las cuales cada uno busca su propia ventaja de corto plazo o por

el contrario, se transforman en organizaciones altamente reglamentadas que pierden rápidamente su agilidad, fluidez y capacidad de respuesta.

Entonces cabe preguntarse; ¿A partir de qué formas de orientación ingeniosas puede intervenir el Trabajo Social?

Y a partir de lo anterior; ¿Se obtendrán de estas formas de orientación ingeniosas un orden emergente en relación a un sistema más complejo como una Nueva Política de Vivienda imperativamente ética que integre en la diferencia?. Esperemos que así sea.

BIBLIOGRAFÍA -Ducci., María Elena, “Chile: el lado obscuro de una política de vivienda exitosa”, en Revista EURE, vol. XXIII, Nº69, Julio 1997, Santiago de Chile. Véase en : http://www.puc.cl/sw_educ/cyv/pdf/chile.pdf#search=’principios%20politica%20de%20vivienda%20en%20Chile’-Bengoa, José, “La desigualdad, testimonios de la sociedad chilena en la última década del siglo XX”, Ed. Sur, Santiago, 1999. -Bravo L. y Martínez C., Chile, 50 años de Vivienda Social, 1943 - 1993. Artículo de Héctor Valdés “Arquitectura, su presencia en la vivienda social”, Ed. Universidad de Valparaíso, Chile, 1993.-De la Puente, Patricio; Muñoz, Patricia; Torres, Emilio, “Hábitat Residencial Urbano: Análisis de algunas dimensiones relevantes”, Ensayos –Proyectos- Avances, Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, Documento de Trabajo Nº3, Junio, 1989.-Giddens, A., “Un mundo desbocado. Los efectos de la globalización en nuestras vidas”, Buenos Aires, Tauros, 2000. -Guarda, F.,”La Pintana: sumar pobreza”, en Desarrollo Local: Fronteras de lo posible, ETSUC, 1992. -Gurovich., W, Alberto, “Una ciudad interminable: La Pintana”. Expuesto en: “Proyectos Urbanos Nacionales de impacto relevante”, 7ª Bienal de Arquitectura de Santiago. Publicado en CA Nº57, Revista Oficial del Colegio de Arquitectos de Chile A.G., jul. -ago. - sept. 1989, pp. 32-35. Véase en: http://revistaurbanismo.uchile.cl/n1/2.html#t-Habermas, Jurgen., “ La inclusión del otro”, Editorial Paidos , Madrid, 1999. -Luhmann, Niklas, “Sistemas Sociales”, Universidad Iberoamericana, México,1991.-Luhmann, Niklas, “Sociología del Riesgo”, Universidad Iberoamericana/Universidad de Guadalajara, México, 1992.-Marshall, M., “Ciudadanía y Trabajo Social Comunitario”, Santiago, 1996.-Martín Barbero, Jesús., “Desencuentros de la socialización y reencantamientos de la identidad”, ITESO, Guadalajara,

México, Análisis 29, 2002. -Matus Teresa., “Propuestas Contemporáneas en Trabajo Social”, Buenos Aires, Espacio, 1999. -Myers, David.,”Psicología Social”, McGraw-Hill, México,1997-Portocarrero, Gonzalo., “Hacia la (re)construcción de un concepto de cultura y de la crítica cultural”, en Apóstrofe, N° 4, Agosto, 2001. -Raggio, Alejandro., “IV Coloquio sobre transformaciones territoriales – La escala barrial en la gestión del espacio urbano”, – AUGM – 2002, en: http://www.grupomontevideo.edu.uy/mesa1/alejandro%20raggio.pdf-Reguillo, Rossana., “El otro antropológico. Poder y representación en una contemporaneidad sobresaltada”,ITESO, Departamento de Estudios Socioculturales, Análisis 29, 2002.-Vich, Víctor.,”Sobre cultura, heterogeneidad, diferencia”, en Estudios Culturales. Discursos, poderes y pulsiones, Editores Santiago López Maguiña, Gonzalo Portocarrero, Rocío Silva Santisteban y Víctor Vich, Red para el Desarrollo de las Ciencias Sociales, 2001.

Notas47. El presente artículo formó parte del III Congreso Internacional de Ciencia, Tecnología y Cultura 2013,Simposio 50 Sección B, Trabajo Social y Diálogos Interdisciplinarios, Universidad de Santiago de Chile.

48. Ducci., María Elena, “Chile: el lado obscuro de una política de vivienda exitosa”, en Revista EURE, vol. XXIII, Nº69, Julio 1997, Santiago de Chile. Véase en: http://www.puc.cl/sw_educ/cyv/pdf/chile.pdf#search=’principios%20politica%20de%20vivienda%20en%20Chile’

49. Bengoa, José, “La desigualdad, testimonios de la sociedad chilena en la última década del siglo XX”, Ed. Sur, Santiago, 1999, pp.44.

50. “El hecho de dar importancia a la cotidianeidad es, en sí, un fenómeno digno de reflexión. En él se circunscribe el esfuerzo por ahondar, mediante una reflexión crítica, eso que estaba allí aunque no se registraba esa rutina siempre presente pero, por conocida, casi invisible (Gouldner; 1975: 46). No basta ya con la constatación de existencia. Hay que mirar con nuevos ojos ese ámbito diario, que es ajeno y nuestro. Para lograr esa mirada renovada se requiere, ante todo, ejercer una vigilancia atenta que nos permita percibir que, como hermosamente lo describe Michel Serres, “el mayor olvido es siempre lo posible”. Además, se necesita un avance teórico que contenga una armazón conceptual consciente de la división básica: sistema mundo de la vida”. Matus., Teresa., “Propuestas Contemporáneas en Trabajo Social”, Buenos Aires, Espacio, 1999, pp.197.

51. De la Puente, Patricio; Muñoz, Patricia; Torres, Emilio, “Hábitat Residencial Urbano: Análisis de algunas dimensiones relevantes”, Ensayos –Proyectos- Avances, Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, Documento de Trabajo Nº3, Junio, 1989, pp.17.

52. Raggio, Alejandro., “IV Coloquio sobre transformaciones territoriales – La escala barrial en la gestión del espacio urbano”, – AUGM – 2002, en:

http://www.grupomontevideo.edu.uy/mesa1/alejandro%20raggio.pdf

53. Lo que galvaniza hoy a las identidades como motor de lucha es inseparable de la demanda de reconocimiento y de sentido. Y ni el uno ni el otro son formulables en meros

términos económicos o políticos, pues ambos se hallan referidos al núcleo mismo de la cultura, en cuanto mundo del pertenecer a y del compartir con. La identidad no es, pues, lo que se le atribuye a alguien por el hecho de estar aglutinado en un grupo —como en la sociedad de castas—, sino la expresión de lo que da sentido y valor a la vida del individuo. Es al tornarse expresiva de un sujeto individual o colectivo que la identidad depende, vive, del reconocimiento de los otros: la identidad se construye en el diálogo y el intercambio, ya que es ahí donde individuos y grupos se sienten despreciados o reconocidos por los demás. Las identidades modernas —al contrario de aquéllas que eran algo atribuido a partir de una estructura preexistente como la nobleza o a la plebe— se construyen en la negociación del reconocimiento por los otros. Martín Barbero, Jesús.,”Desencuentros de la socializad y reencantamientos de la identidad”, ITESO, Guadalajara, México, Análisis 29, 2002, pp.57-61

54. Proyecto “Mediaguas para el 2000: Un techo para Chile”, Santiago, 2000.

55. Portocarrero, Gonzalo., “Hacia la (re)construcción de un concepto de cultura y de la crítica cultural”, en Apóstrofe, N° 4, Agosto 2001, pp. 5-6.

56. Reguillo, Rossana., “El otro antropológico. Poder y representación en una contemporaneidad sobresaltada”,ITESO, Departamento de Estudios Socioculturales, Análisis 29, 2002, pp. 63,75.

57. Vich, Víctor.,”Sobre cultura, heterogeneidad, diferencia”, en Estudios Culturales. Discursos, poderes y pulsiones, Editores Santiago López Maguiña, Gonzalo Portocarrero, Rocío Silva Santisteban y Víctor Vich, Red para el Desarrollo de las Ciencias Sociales 2001, pp.29.

58. Habermas, Jurgen., “La inclusión del otro”, Editorial Paidos , Madrid, 1999, pp. 23.

59. Marshall, M., “Ciudadanía y Trabajo Social Comunitario”, Santiago, 1996, pp.113.

60. Enfrentando los problemas de orientación social (variante liberal de la ingobernabilidad) en sociedades complejas Willke, desde las categorías descriptivas de la teoría de sistemas ve en lo que llama siguiendo a R. Mayntz; Sistemas de Deliberación una posible solución a cuestiones legitimatorias. Acciones concertadas, comisiones, mesas redondas, asociaciones de naturaleza diversa, son descritas como las instancias que superan y reemplazan las prácticas de un Estado expansivo. Para Mayntz, los sistemas de deliberación logran estabilidad “cuando existen reglas capaces de aportar a la definición de compromisos aceptables (…), esas reglas pueden estar orientadas a intercambios puros, a formas de reciprocidad o a una distribución justa de los costos y beneficios de una decisión colectiva (o de una determinada solución). En cada caso se requiere ante todo, de una delimitación voluntaria de la libertad de acción de cada participante, a fin de que los intereses seguramente divergentes de otros participantes, así como las consecuencias de las propias acciones sean tomadas en cuenta (…) pero aún hay algo más en juego. Ahí donde un número limitado de actores en un área determinada – un sector político, económico o un área tecnológica- se han adaptado tranquilamente al cumplimiento de las reglas que limitan las acciones egoístas o arbitrarias, puede desarrollarse un modelo de identidades organizativas, competencias y esferas de interés mutuamente aceptado.” (Mayntz, 1993:27-28 en Willke, 1997:138-139). (N.del T.)

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CIENCIAS SOCIALES CArrErAS SErvICIO SOCIAL y TéCNICO EN TrAbAjO SOCIAL SANTO TOmáS

revista área de

Instituto Profesional Santo Tomás

Columnas de opinión

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5150

Teoría y práctica

Recuerdo que por allá por agosto del 2011, la transcripción de la primera parte de “teoría y

práctica” se plasmó en el contexto y en condición de alumno. Pues, hoy se sigue avanzando en cuestionamientos (siempre necesarios) desde la mirada de profesional que combina y complementa lo teórico en conjunto con lo práctico , desde el hacer.

En aquella oportunidad, Juan Luis Vives (Juan Luis Vives, en latín Ioannes Ludovicus Vives, fue un humanista, filósofo y pedagogo español) señalaba, la importancia de conocer la realidad en “terreno”, de poder palpar la pobreza y en lo posible, realizar acciones conducentes a mitigar dicho problema social (mitigar, erradicar, más nunca eliminar de manera absoluta-utopía). Es por esto, que desde la génesis del hombre, se han buscado respuestas “validadas” y donde se considere un modelo que permita reflejar consenso y orden de factores externos e internos (hordas, leyes, agrupaciones, “caudillos”, entre otros.). Y por tanto, es preciso comprender que corresponde a profesionales y ciudadanía en su conjunto, el ir modificando lo negativo a posítivo (mirar el vaso medio lleno), o más bien , ir aprendiendo a desarrollar, complementar y/o fusionar lo conceptual y lo práctico de la manera más adecuada (todos formamos parte del problema, por tanto, de la solución).

Del mismo modo, recordaba que en esa oportunidad un futuro colega indicaba textualmente: “el leer y escribir no te hace mejor profesional, ya que sin reflexión es obsoleto y sin llevarlo a la práctica todo es inútil”. Sin duda, una postura valida. No obstante, las discrepancias siempre centradas en el respeto, en lo personal, considero que generan avances en la construcción de lo que implica contribuir desde y para lo social.

Entonces…

“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Albert Einstein.

La presente cita, siempre me ha causado inquietud y necesidad de ser perfeccionista en lo que respecta a mi modo de ver, fundamental. Recuerdo, que desde el momento de la titulación sentía y comprendía el fuerte compromiso con Chile; estaba decidido a contribuir e ir palpando desde la práctica la importancia de la teoría (necesaria de fusionar desde la investigación empírica y la investigación participante).

Y luego de dos años, puedo reflexionar lo siguiente;

“Hoy comprendo que no me equivoqué en la decisión tomada por allá por el 2006 (más allá de la coyuntura), donde opté por trabajar desde las ciencias sociales; escenario que sin duda,

muchos critican y/o reniegan o no comprender del grado de implicancia en el desarrollo país que representan las ciencias sociales y múltiples disciplinas que ésta genera.

Del mismo modo, comprendo que hoy más que nunca, sigo reflexionando, aprendiendo de profesionales con vasta experiencia; sigo teniendo muchas dudas (siempre necesarias), y si bien, he aprendido bastante, comprendo que aún queda mucho por avanzar, por contribuir, por asentir que la teoría y la práctica se complementan y se combinan en post de la diminución, mitigación y /o erradicación de los problemas sociales que mantiene mi querido Chile. Y, en lo más personal, comprendo y desde una humilde pasión, que es posible avanzar, es necesario seguir perfeccionándonos, es imperativo ir mejorando nuestras falencias y es un deber contribuir desde la familia, las redes cercanas, las instituciones y la vida”.

En definitiva, no he aprendido lo suficiente; sino más bien, siempre en la necesidad de buscar resultados diferentes, sigo realizando preguntas y acciones diferentes, que en lo posible, permitan obtener productos renovados e innovadores para lo social.

Columnas de opinión

AUTOR: Juan Miguel Andujar Lobos

Asistente SocialDiplomado en Gestión Integrada en Sistemas de

Protección Social Ex alumno Servicio SocialIPST sede Santiago centro

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5352

Los dilemas del Trabajo Social

Como toda disciplina del campo de lo social, la acción del Trabajo Social siempre tuvo una

objetiva dimensión política, aunque no siempre deliberadamente visualizada por sus agentes. Por cierto, el Trabajo Social siempre operó – compleja y oscilantemente – entre dos opciones: legitimar o cuestionar el orden social vigente en un período determinado (Alayon, 2005).

Cuando hay que elegir entre “lo bueno” y “lo malo”, no hay propiamente una disyuntiva. Esta surge seguramente cuando hay que optar, elegir u decidir entre dos bienes morales incompatibles y no cabe duda que esto sucede a los trabajadores que se desenvuelven en las áreas sociales, sociológicas, psicologías y pedagógicas.

Se dice que el trabajo en nuestro país es precario y discontinuo. Para quienes ejercemos el Trabajo Social no tan sólo como profesión bien podemos afirmar que éste se ha vuelto inestable, difuso, paupérrimo en sueldos, flexible en la ejecución y en la implementación de los diferentes programas sociales. Ello especialmente en el actual gobierno en donde interesa mayormente el impacto a corto

plazo, la foto simple y la lista de asistentes - presentes en una actividad acordada.

Por nuestra experiencia observamos que no ha habido canales para modernizar y renovar a las organizaciones de la sociedad en un nuevo contexto donde el Estado e individuos están ocupando espacios diferentes a los de antaño. A su vez, sí el Estado ha realizado esfuerzos en aras de fortalecer la participación ciudadana, los resultados son más bien exiguos. Pese al estallido masivo y reivindicativo de las manifestaciones estudiantiles del 2011 y las protestas y copamiento territorial de Aysén, hasta hace poco, nos encontramos en una suerte de “congelamiento” en la participación ciudadana y comunitaria.

El activismo que realizamos en el campo de lo social-popular muchas veces atentan contra el buen propósito, que en realidad es fundamental y decisivo para el logro de nuestros anhelos de cambios y/o de la modificación de la realidad social.

Acá el problema fundamental, radica en concebir la participación como un rasgo inevitable a las políticas sociales y como un aporte funcional al desempeño de las mismas. Pero en lo esencial, ello no ocurre reconociendo que la ausencia de participación ha ocurrido con todos gobiernos en la última década, por tanto, la participación es valorada sólo en tanto aporta a iniciativas que son decididas, diseñadas y controladas por el Estado.

Contraponiéndose a ésta mirada, Palma (1998), expresa que “la participación debe constituir

una práctica cuyo propósito sea contribuir al desarrollo de las personas que participan”. Una política legítimamente participativa las incorpora con iniciativa y responsabilidad, lo que es distinto de considerarlas como usuarios (beneficiarios) que “participan” sobre la base de cursos de acción controlados y preestablecidos por otros.

Al repasar, por ejemplo, la razón del Trabajo Social aflora una pregunta sin respuesta: intervenimos para mantener el statu quo o para cambiar la situación actual.

Sí hablamos de cambio social, debemos revisar y reflexionar las acciones dirigidas a la comunidad. En otras palabras, la acción social es aquella que se orienta por las acciones de otros, las cuales pueden ser pasadas, presentes o esperadas como futuras.

El cambio social, como propósito de la intervención comunitaria pretende un cambio en el sentido de propiciar un mejoramiento en las condiciones de vida de los sujetos (objeto de la intervención). En este sentido, la orientación se encamina a una acción desarrollista más que asistencialista, buscando la emergencia de todas las potencialidades posibles de los beneficiarios de un programa, en favor de su fortalecimiento, en cuanto a su capacidad para transformar la realidad, a través de la propia transformación.

La participación social pasa entonces, por la ruptura asimétrica existente entre los servicios y programas sociales y la comunidad. Para ello es necesario democratizar el poder, ampliando los

espacios de decisión de quienes han sido excluidos históricamente de la posibilidad de influenciar en ésas materias.

Para que nuestras acciones tengan impacto, es necesario y relevante generar vínculos con las personas para construir experiencias de autonomía, identidad, confianza y lealtades. El desafío del Trabajo Social es construir esos vínculos necesarios. Vínculos que son de dos tipos: uno tiene relación con el propio vínculo que genera el trabajador social en diferentes espacios y el segundo, el que genera la propia comunidad, es decir, en el terreno donde se encuentran las personas. Por tanto, el vínculo es una relación empática, asertiva, afectiva y sobre todo, con una escucha atenta, que ponga atención sobre lo que él otro está diciendo.

El desafío de hoy y no cabe duda de mañana, no tan sólo del Trabajo Social sino de las profesiones sociales debiese ser una ruptura epistemológica en cuanto al actuar frente a las comunidades, en el marco de una “Nueva Cuestión Social”. Ante el desafío se enfrentan dos posturas claramente identificables, una conservadora como es la Neofilantropía que pretende reinstaurar una mirada parcial de los problemas sociales despojados de su carácter relacional y social; y la otra, de corte más progresista, como es la Ciudadanía, que tiene como núcleo duro la recuperación no sólo de la noción sino de la práctica de la ciudadanía como derechos y responsabilidades, como factor de integración social, respeto por las diferencias, de construcción de igualdad y de emancipación. He aquí el desafío mayor.

AUTOR: Andrés Vera Quiroz

Trabajador Social Universidad Academia de Humanismo Cristiano

Docente IP Santo Tomás Sede Santiago Centro

Columnas de opinión

Page 28: Revista Área de Ciencias Sociales Santo Tomás N°4 - 2013

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Columnas de opinión

¿Por qué escribo? ...

desde la ficción y realismo del Trabajo Social

En una de tantas ocasiones, el Trabajador Social Social, Natalio Kisnerman61 formuló la siguiente

interrogante:

¿Por qué escribes?Hoy, en pleno siglo XXI es posible interpretar en fundamentos y palabras de Natalio Kisnerman, los siguientes argumentos (favor disculpar las siguientes líneas desde la redacción en Primera Persona):

“Esencialmente es importante mencionar que en lo personal, escribo por qué siento el deber de poder transmitir lo poco que he aprendido; comprendo la fortuna de poder aprender de todos y todas; escribo porque vislumbro que en todos los rincones del mundo (América Latina, Europa, África, Oceanía, Antártica, Isla de Pascua, India, entre otros) deben escuchar, leer y conocer la realidad del Trabajado Social Chileno, que en lo posible, intenta conocer y responder a los problemas sociales de las sociedades complejas y, generar ideas, propuestas y alternativas que buscan disminuir, erradicar y/o eliminar la problemática inicial en virtud de un mundo donde prime la paz, la justicia y la sana felicidad.”

Desde la lógica de las Ciencias Sociales (disciplina del Trabajo Social), hay momentos en los que considero y reflexiono, de lo cuán importante es poder aportar, contribuir, sumar y entregar

efectivamente, nuestros propios talentos en nuestro tránsito por la vida terrenal, siempre desde el anhelo, esperanza y en virtud de otros y otras.

Por lo tanto, a partir del propio quehacer del Trabajo Social innovador, de permanente actualización y desde el Siglo XXI en adelante, valorando la reconceptualización, Kisnerman nos dice:

“Escribí, escribo y seguiré escribiendo, porque no encuentro una forma más sencilla de poder transmitir los propios ideales, convicciones y principios (en hora buena, no son los únicos, verdaderos y absolutos). No concibo otra manera de poder plasmar ideales, convicciones y propuestas a otros y otras, que no sea escribiendo y ejerciendo en la práctica lo que siento en lo más profundo del propio corazón. No encuentro sentido a una vida que no esté centrada en al aprendizaje permanente. No encuentro sentido, una vida donde solo nos centremos en las críticas (aspecto básico, necesario, pero desde todo prisma, carente de sentido a la propia vida en progreso) desestimando las propuestas y generación de ideas. No encuentro sentido, una vida sólo desde lo teórico. No encuentro sentido, una vida donde sólo nos centremos desde lo práctico, pues, debemos comprender que el complemento, la alianza y la unión son fundamentales al momento de confiar y avanzar en el fortalecimiento de la

condición problemática de otros y otras (sociedad en su conjunto). Pues, debemos comprender que el amor es el escudo. La verdad y trasparencia es la esencia. La simpleza es el instrumento. Y en último término, si no es ahora, ¿Cuándo?, si no somos nosotros ¿quiénes?, si no es por ustedes, ¿por quiénes entonces?”

Entonces de acuerdo a lo señalado por Kisnerman, permítanme decir Muchas Gracias por la oportunidad de aprender de otros; e intentemos seguir siempre hacia adelante en virtud del propio cambio y por cierto, el bienestar social del entorno que nos muestra cuán vulnerables somos todos y todas. En definitiva, por favor, comprendamos que si buscamos resultados distintos, es fundamental que cambiemos las formas y maneras de hacer todo (amar, trabajar, sufrir, ser feliz, nacer-vivir-morir, etc ). El ideal es un cambio en 180°, AHORA y no ayer ni mucho menos, mañana.

Notas61. Natalio Kisnerman nació en Buenos Aires el 5 de abril de 1929. Licenciado en Servicio Social, Kisnerman no sólo se ocupó de sistematizar los conocimientos de su disciplina sino que coadyudó a transformarla de una práctica asistencialista a una actividad en la que se trabaja “con” la gente, convirtiéndose en uno de los exponentes del movimiento de reconceptualización del trabajo social latinoamericano (destaca su texto “Pensar en el Trabajo Social).

AUTOR: Juan Miguel Andujar Lobos

Asistente SocialDiplomado en Gestión Integrada en Sistemas de

Protección Social Ex alumno Servicio SocialIPST sede Santiago centro

Page 29: Revista Área de Ciencias Sociales Santo Tomás N°4 - 2013

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Niño, mi niño, vendrás en primavera,

te traeré.

Gurisito mío,

lugar de madreselvas te daré.

Y aunque nazcas pobre, te traigo también:

se precisan niños para amanecer

(Daniel Viglietti, Gurisito).

Estas últimas semanas, a través de la prensa nos hemos enterado de graves vulneraciones a los Derechos de niños y niñas de nuestro país, seguramente como chilenos no hemos tomado aún el peso y la magnitud de este tema, que afloró a partir de diversos informes en el proceso de actualización de catastro al sistema residencial y hogares de acogida, llevado a cabo por los tribunales de familia en colaboración con profesionales de Unicef.

La tarea mencionada se comenzó a realizar en el año 2009, y se extiendo a diversas regiones de nuestro país, tal vez intuyendo los potenciales resultados o solamente recabando información para tomar mejores medidas de protección y resolver así la situación de cientos de niños, niñas y jóvenes separados de sus familias por diversas causales, entre las principales están, la negligencia

parental, abandono, situación de calle, maltrato o abuso sexual, todo esto publicado en el documento “El sistema residencial en Chile Análisis de casos: Aldeas Infantil SOS”.

La mencionada publicación ha sacado ronchas entre las autoridades, apareciendo en pantalla parlamentarios rasgando vestiduras, con frases para el bronce y la galería en año electoral, que no resuelven el tema de fondo, nuevamente quedándonos en la superficie de la forma. No basta con solicitar la renuncia del director del Servicio Nacional de Menores, Rolando Melo Latorre, aunque desde la Ética Profesional esperamos que dé un paso al costado sin titubeos, al igual que todos los profesionales que hayan sabido, leído o escuchado de estas vulneraciones u de otras; Tampoco es solución cerrar 3 u 4 hogares por “problemas técnicos-administrativos”, pues al cerrarlos, ¿Quién acogerá a esos niños?

Haciendo memoria… bajo el gobierno de Ricardo Lagos Escobar, en el año 2001 se entregó al país la “Política Nacional y el Plan de Acción Integrado a favor de la Infancia y la Adolescencia 2001-2010”, en dicha ocasión se señaló: “Estamos convencidos de que el bienestar de nuestros niños y niñas es una tarea de toda la sociedad chilena y es la mejor inversión que podamos realizar como país para lograr nuestro pleno desarrollo y avanzar en el proceso de integración social que requerimos”.

Columnas de opinión

La soledad de la niñez

Así, al menos en el papel ese gobierno selló su compromiso con el desarrollo de una política garantista, que apostaba a que el reconocimiento y respeto de los derechos de niños, niñas y adolescentes, permitiría lograr para todos una mejor calidad de vida.

Acá rescato un artículo de la Convención de Derechos del Niño ratificada por Chile en 1990, “Los Estados Partes reconocen el derecho de todo niño a un nivel de vida adecuado para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social”. (Artículo 27, párrafo 1, CDN)

La convención posee 54 artículos y se rige por cuatro principios fundamentales:

• No discriminación: El niño no deberá sufrir debido a su raza, color, género, idioma, religión, nacionalidad, origen social o étnico, o por ninguna opinión política o de otro tipo; ni tampoco debido a su casta o por alguna discapacidad.

• El interés superior del niño: las leyes y las medidas que afecten a la infancia deben tener primero en cuenta su interés superior y beneficiarlo de la mejor manera posible.

• Supervivencia, desarrollo y protección: las autoridades del país deben proteger al niño y garantizar su desarrollo pleno - físico, espiritual, moral y social.

AUTOR:Andrés Vera Quiroz

Trabajador Social Universidad Academia de Humanismo Cristiano

Docente IP Santo Tomás Sede Santiago Centro

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• Participación: Los niños tienen derecho a expresar su opinión en las decisiones que le afecten, y que sus opiniones se tomen en cuenta.

La Política Nacional y su Plan de Acción, a los que se hacía mención en los párrafos anteriores, estableció un modelo de gestión, es decir un sistema institucional en el cual se definen las atribuciones, responsabilidades y competencias de los agentes institucionales que participan en ella, como así también los mecanismos a través de los cuales deben operar. Lo central de este modelo es que debe garantizar el trabajo conjunto y la coordinación intersectorial e interinstitucional de todas las instancias gubernamentales involucradas en la ejecución de políticas de promoción de los derechos y bienestar de la niñez y la adolescencia.

A partir de lo anterior, no cabe duda que nuevamente el Estado falló, como en el pasado reciente, incluida la Corte Suprema, nadie previó las consecuencias de esta investigación. Sólo desnudó nuestras falencias. No existe en Chile un verdadero y real sistema de protección de la Infancia y promotor de derechos. Cuando un niño, niña o un adolescente sufre una vulneración, en general entra en una maquinaria de re-victimización por parte del Estado… en un camino sin fin y sin retorno.

En esta situación somos todos responsables, incluyendo los gobiernos de Aylwin, Frei, Lagos, Bachelet, y Piñera, pues no fueron capaces de otorgar un sistema proteccional en favor de la Niñez y la Adolescencia. Y también será responsable cualquier próximo gobierno, si no avanza en enfrentar los graves problemas estructurales que impactan en la desprotección de la niñez.

Cito nuevamente otro artículo de la Convención, “Los niños temporal o permanente privados de su medio familiar, o cuyo superior interés exija que no permanezcan en ese medio, tendrán derecho a la protección y asistencia especiales del Estado” (Artículo 20, CDN).

Las causas inmediatas son muchas, entre ellas destaco, el desarrollo desigual y combinado de la economía y el país, la pobreza, la focalización de las políticas sociales -más económicas que sociales-, la subvención niño atendido, la pauperización del trabajo social, la licitación perversa, el concepto mal aplicado de organismos colaboradores, falta de personal, remuneraciones escuálidas, falta de voluntad, escaso y nulo seguimiento técnico profesional, falta de espacios protectores en favor de niños, niñas y adolescentes, la mirada adultocentrista y neofilántropica y la nula protección a estos niños ciudadanos, pues como no votan simplemente no existen, pero sí

deben cumplir penas privativas de libertad, una contradicción más del sistema proteccional.

Es imperativo contar con una Ley de Protección de Derechos, que dé un marco sustantivo acorde a los principios rectores de la Convención sobre Derechos del Niño ratificada por Chile, para poder dar orientaciones claras, precisas y contundentes al actuar y a las políticas de una nueva estructura que vele por la Infancia y Adolescencia.

Indudablemente es necesario abordar la protección cuando se han vulnerado derechos, pero los niños no son sujetos de derechos “vulnerados”, sino muy por el contrario, son sujetos de derechos porque deben “gozar” de ellos, y por eso, los niños son puramente niños, y no en riesgo social o vulnerados. Porque si bien es cierto, pueden ocurrir eventos de vulneración y abusos, pero esos abusos y vulneraciones no definen a los niños como ciudadanos empoderados y con derecho a la Participación, a la Salud, a la Recreación y a una Educación Gratuita, por citar otros derechos.

Cuando nuestros niños, niñas y adolescente han sido vulnerados en sus DERECHOS, han sido abandonados, requieren protección, una familia que los ampare, un ESTADO que los defienda. Los escándalos que salen a la luz estos días no son escándalos del Sename sino de un país completo llamado CHILE, que es incapaz de proteger a sus niños-semillas.

En el Chile del siglo XXI, nuestros NIÑOS, no sólo los usuarios de la red Sename, no tienen derechos que sean defendidos naturalmente, y nuestros gobiernos y parlamentarios comienzan a hablar de sus deberes citando “a todo derecho le corresponde un deber”. El desafío, por tanto, significa entender y pensar la Infancia no como niños y niñas, sino como futuros adultos y en ese proceso, construir una sociedad más integradora, inclusiva, humana y solidaria.

Niño, mi niño,

tu niño y aquel niño, todos van.

Rueda, que te rueda,

hacia la vida nueva llegarán.

(Daniel Viglietti, Gurisito, 1971).

Columnas de opinión

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CIENCIAS SOCIALES CArrErAS SErvICIO SOCIAL y TéCNICO EN TrAbAjO SOCIAL SANTO TOmáS

revista área de

Instituto Profesional Santo Tomás

Artículos alumnos

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la actualidad el proceso de adopción, ya que, los organismos que intervienen en el, deben resguardar siempre el bienestar del niño/a por sobre cualquier otra consideración particular, que pudieran presentar los adultos interesados en su adopción.

Las personas interesadas en adoptar deben reunir algunos requisitos que las capaciten para desarrollar la paternidad adoptiva, lo cual debe ser evaluado por los profesionales de los Programas de Adopción que ejecutan el SENAME y los organismos acreditados ante el.

Deben cumplirse los requisitos legales y técnicos, por parte del o los solicitantes, de tal manera el SENAME o uno de los organismos acreditados extenderá el respectivo certificado de idoneidad a favor del o los solicitantes. Dicho documento, es esencial para la respectiva solicitud de adopción que se interponga ante el tribunal competente. Dentro de estos requisitos se encuentran el ser mayores de 25 años y menores de 60 años, contar con una diferencia de edad con el adoptado de por lo menos 20 años, tener como mínimo 2 años de matrimonio, ser idóneos física, mental, psicológica y moralmente

Esto, dado a que la adopción es una medida que ha sido creada para favorecer el interés superior del niño/a, y se encuentran dirigidos a resguardar su integridad tanto física, como psicológica, centrándose en que se desarrollen en un ambiente acorde a sus necesidades.

La decisión de ser padres guardadores para José Luis Paredes y Joselyn Bahamonde, sin lugar a duda, sería algo que transformaría su vida, pero también ha cambiado el pensamiento colectivo de nuestra sociedad, respecto a la adopción propiamente tal.

Hace dos años, se encontraron con una menor, durmiendo en diferentes hospitales, lo cual, los conmovió, llevándolos a tomar la decisión de hacerse cargo del cuidado y protección de la pequeña. Sin embargo, luego de transcurrido el tiempo, la pareja en numerosas ocasiones ha intentado adoptar legalmente a Montserrat, sin tener resultado alguno, principalmente debido a que no cumplen con el requisito que señala la Ley de tener al menos dos años de casados, lo

cual, ha concluido en que el Tribunal de Familia de Ancud, haya ordenado que la pequeña de tres años, sea entregada al Servicio Nacional de Menores, para su debida adopción.

Esto ha generado un masivo movimiento en el colectivo social, que mediante diversos medios ha manifestado su descontento con la incomprensible decisión del Tribunal. Ahora bien, tras la desesperación y el dolor que causa a la pareja tener que alejarse de Montserrat, José Luis se mantuvo en paradero desconocido durante días para no separarse de la pequeña, siendo acusado por el Tribunal de Familia de secuestro y desacato, tema que fue ratificado, debido a la acogida del recurso de protección presentado por el diputado Cristian Letelier.

La pareja aún sigue a la espera de una posible oportunidad de quedarse con Montserrat, a lo que se refirió Claudia Velásquez, directora del SENAME de la Región de los Lagos, diciendo; “Por lo menos, en el ámbito de la Ley 19.620, no tienen ninguna posibilidad de adoptar”2.

Analizado lo anterior, nos preguntamos ¿La Ley de Adopción, beneficia realmente a los niños, niñas y adolescentes, en situación de vulnerabilidad?

Uno de los puntos que más implicancia tiene al momento de que una pareja quiera adoptar, es que el proceso es muy complejo y poco ágil, y la búsqueda de los posibles parientes, se realiza en períodos muy largos, lo que no facilita poder continuar con el proceso de adopción. No obstante, el hecho de que no se considere como un potencial adoptante a los abuelos, cuando estos están en condiciones de asumir el cuidado de los niños, agrava aún más la situación.

Es la propia ministra de Justicia, Patricia Pérez, quien se ha referido constantemente a las falencias de dicha Ley, presentando el proyecto de Ley con el que el Ejecutivo buscará optimizar la Ley de Adopción, luego de distintos casos que exhiben graves falencias en el proceso de vinculación con los menores.

Así, principalmente debe enfocarse esta en lograr un proceso más expedito y con mejores condiciones, donde se agilicen los procedimientos para que los niños tengan derecho a una familia. Esto significa más causales de adaptabilidad,

RESUMEN: El presente artículo hace referencia al cuestionamiento existente respecto a los requisitos de adopción en Chile, tomando como referencia el caso del matrimonio curador de Monserrat.

Actualmente en Chile, la adopción está regulada por la Ley N° 19.620, del 5 de Agosto del

año 1999, su reglamento se encuentra contenido en el DS N° 944 del año 2000, del Ministerio de Justicia y por el Convenio de La Haya sobre Protección del Niño y Cooperación en Materia de Adopción Internacional del año 1993, ratificado por nuestro país en 1999.

De acuerdo al espíritu de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, la Ley N° 19.620 establece en su artículo N°1; “La adopción tiene por objeto velar por el interés superior del adoptado, y amparar su derecho a vivir y desarrollarse en el seno de una familia que le brinde el afecto y le procure los cuidados tendientes a satisfacer sus necesidades espirituales y materiales, cuando ello no pueda ser proporcionado por su familia de origen”1.

El principio del interés superior del niño ha sido concluyente en el nuevo enfoque rige en

Una mirada de forma y no de

fondo, sobre la Ley de Adopción

Palabras claves: Familia, adopción, leyes,

guardería, tuición

AUTORES:Carla González Martínez

Lissette Morales BascuñanGustavo Ponce Muñoz

Alumnos 2º año Servicio SocialSede Curicó

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establecer plazos ciertos y breves para la toma de decisiones, regular figuras y establecer sanciones para quien incurra en delitos.

Las consideraciones de las normativas debiesen dirigirse al cumplimiento de las mismas, considerando por sobretodo el interés superior del niño, haciendo con esto, una mira ancha a lo que se establece, tanto en la convención de los derechos sobres el derecho del niño, que se encuentra ratificado en nuestro país y las demás normas internacionales, para lo cual fueron creadas y asumidas, realizando un cambio sólo en la reglamentación de fondo, ya que ahí es donde se encuentra la problemática latente, debido a que los niños son quienes están siendo vulnerados en sus derechos, como lo es el vivir y desarrollarse en el seno de una familia que les brinde el afecto menester y al unísono, les procure los cuidados tendientes a satisfacer sus necesidades.

Al analizar tal problemática, y la Ley misma, es claro que el objetivo central de esta última no se cumple en su totalidad, porque definitivamente su enfoque, no es el bienestar ni el desarrollo integro y social de los menores, sino, lo que realmente pesa a la hora de elegir a las familias, es que se cumplan al pie de la letra los requisitos estipulados, privando a los pequeños, en muchos de los casos, de poder ser insertados en hogares, cuyas familias tienen como único fin cuidarlos, entregarles valores y otorgarles amor de padres, esto, de mucha relevancia, ya que, lo consideramos un pilar fundamental y sostenedor, al momento de establecer una base sólida familiar.

Ahora bien, personalmente consideramos que los requisitos, si bien, buscan discriminar de manera positiva a los posibles adoptantes, caen en la negatividad del acto, siendo sumamente perjudiciales para los propios niños/as. El hecho de exigir un mínimo de años casados, es absurdo, ya que, la estabilidad que buscan para los pequeños, no se ve reflejado en esto, como también extender tanto los plazos para adoptar, debido a que existen registros de que numerosos casos esperan, inclusive casi tres años, para que SENAME de una respuesta final, lo que provoca que los menores pasen mucho tiempo en las instituciones, sin generar ningún tipo de lazo afectivo que logre perdurar en el tiempo.

Tenemos la convicción de que esta Ley, necesita modificaciones inmediatas, que se vean reflejadas en beneficios, tanto para los niños y niñas, como así también, para las familias que día a día luchan por adoptar un hijo, trabajando a la par con el Ejecutivo, para incrementar los requisitos de adopción, permitiendo a muchas más familias acceder y tener realmente esta opción, centrándose únicamente en el desarrollo integro de estos pequeños.

Ahora bien, en toda profesión, es esencial trabajar con ética, y más aún, cuando estamos tan cerca de las personas, compartiendo sus ideales, luchando juntos por metas, y aprendiendo unos de los otros. La ética eleva nuestra calidad como Trabajadores Sociales, permitiéndonos tomar las decisiones correctas que más beneficien a quienes viven un problema social.

Oponernos a las políticas y acciones injustas, es un principio ético de nuestra profesión, que no podemos pasar por alto. Alcanza tal relevancia, que se vuelve fundamental en la praxis profesional, y es básicamente que como Trabajador Social, y desde el punto de vista de tal situación ya mencionada, nos es menester poder contribuir con el bienestar social de aquellos que se encuentran en una posible situación de riesgo, como lo es la pequeña Montserrat.

Tenemos el deber de imponernos ante tal decisión tomada por el Tribunal de Familia y por el propio SENAME, velando principalmente por el interés superior del niño, oponiéndonos a que debido a un simple requisito que llevado a la realidad del caso es meramente insignificante, se separé a los padres guardadores de la pequeña, quien ya ha formado una relación de apego con ambos padres.

Es aquí, en donde debemos hacer las gestiones necesarias, para resguardar a la niña, trabajando mediante equipos multidisciplinarios para cambiar las políticas establecidas por la legislación, y procurar que Montserrat siga viviendo en un ambiente cálido y seguro. Terminando de ésta forma, con una situación que más allá de considerarse injusta, subyace a los principios éticos que guían nuestro actuar.

Sin lugar a duda, tenemos que ser conscientes

de las necesidades que surgen en la sociedad, y ante esto alzar la voz, generando cambios reales, que no queden sólo en ideas vagas, sino, que debemos innovar y posicionarnos al frente de las políticas, porque nosotros más que el resto, somos capaces de entender y comprender las problemáticas actuales, potenciando a la vez, nuestras propias capacidades y optando por ser aquellos profesionales que están comprometidos con su trabajo y buscan generar un verdadero cambio social.

BIBLIOGRAFÍA

• LEY N° 19.620, Biblioteca del Congreso Nacional, Chile, 2013.

• Diario el Mercurio, edición martes 25 de junio de 2013.

ANEXOCorte suspende orden de arresto contra “padre guardador” que busca adoptar a menor

Lo anterior permite, según dijo la abogada del matrimonio a Emol, que José Luis Paredes “pueda estar con su señora” y evitar las acusaciones por desacato y secuestro que pesaban en su contra.

Por Eric Ulloa Morales, Emol Martes, 25 de Junio de 2013, 14:54

SANTIAGO.- La Tercera Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago ordenó este martes suspender la orden de arresto en contra de José Luis Paredes, quien mantenía en la clandestinidad a la menor de 3 años que su pareja recibió como “guardadora” y cuya adopción le ha sido negada.

El tribunal acogió una orden de no innovar incluida en los recursos de amparo y de protección presentados por el diputado Cristián Letelier, que tenían por objeto restituir los derechos que tiene el carabinero sobre la pequeña.

“Teniendo presente el interés superior de la niña, la necesidad de otorgar una debida protección a la menor referida en el presente recurso, evitando de este modo la clandestinidad en que se encuentra, mientras se resuelve el fondo de la acción cautelar”, afirmaron los ministros Juan Manuel Muñoz, Miguel Vázquez y Enrique Durán.

Lo anterior permite, según dijo a Emol la abogada del matrimonio, Alejandra Mercado, que “José Luis pueda estar mañana en Puerto Montt con su señora (Joselyn Bahamonde)” y evitar las acusaciones por desacato y secuestro que pesaban en su contra.

En esa línea, sostiene que el dictamen del tribunal de alzada capitalino “nos da un respiro”, aunque “no nos resuelve definitivamente el caso”.

“La que va a decidir y zanjar la situación es la apelación que interpusimos (el jueves) para que la niña se quede bajo el cuidado personal de José Luis y Joselyn (Bahamonde) hasta que cumplan con los requisitos para adoptarla”, apuntó Mercado. Para dicha resolución, en todo caso, aclara la profesional de la Fundación Pro Bono “aún falta por lo menos una semana más”.

Sin embargo, recuerda que el proceso sigue el viernes, cuando la Corte de Apelaciones de Puerto Montt resuelva sobre la apelación del Servicio Nacional de Menores (Sename) al dictamen del Tribunal de Familia de Ancud, que obvió la solicitud de evaluar el nivel de apego que tenía la menor con la familia.

NOTAS1. Ley N° 19.620, Título Primero, Disposiciones Generales, artículo n°1.

2. El mercurio, Noticias Chile, Directora regional del Sename: Por ley, “padres guardadores” no podrán adoptar a niña, viernes 28 de junio de 2013.

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Actividades área de ciencias sociales

Primer Semestre 2013

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En el marco del programa de Responsabilidad Social Empresarial de la Empresa Puerto Venta-

nas, primer puerto privado la Jefa de carrera, Ma-ribel Pérez, encabezó una delegación de alumnos que realizaron diversas acciones de vinculación con el medio en el sector del Puerto Ventanas.

En el marco del programa de Responsabilidad So-cial Empresarial de la Empresa Puerto Ventanas, primer puerto privado del país emplazado en la región de Valparaíso, la carrera de Técnico en Trabajo Social del Instituto Profesional Santo (IP–ST) Tomás Viña del Mar, fue invitado por el centro comunitario de esta entidad, para conmemorar el “Día mundial en contra el trabajo infantil”.

La actividad de marcado carácter social, realizada el pasado 12 de junio, “nos permite vincularnos directamente con la comunidad, en este caso con los habitantes y dirigentes comunitarios de la lo-calidad de Ventanas”, señaló la jefa de carrera, Maribel Pérez.

Las actividades, se iniciaron con una Feria Co-munitaria, con gran participación de los alumnos de Técnico en Trabajo Social del IP-ST. Luego los docentes Miguel Gutiérrez y Oriana Sánchez, también de Santo Tomás Viña del Mar, dictaron la charla “Sensibilización del trabajo infantil y sus peores formas de trabajo y explotación”, en la que participaron dirigentes vecinales, directores y apoderados de los establecimientos educacionales de la Escuela Especial de Chocota y el Complejo Educacional Sargento Aldea.

En las actividades, los alumnos de Santo Tomás, encabezados por su jefa de carrera, Maribel Pérez, visitaron la Escuela La Greda, donde realizaron actividades dinámicas y de sensibilización a los docentes y alumnos, entregando trípticos elabora-dos y diseñados por los propios alumnos, sobre los aspectos más significativos del “Día mundial en contra el trabajo infantil”.

Otras actividades realizadas, comprendieron un recorrido por las calles de la localidad costera entregando material educativo e informativo y una visita al complejo educativo Sargento Aldea, donde se efectuaron actividades tendientes a promover y sensibilizar a la comunidad educativa sobre los derechos de los niños y niñas. La visita de la ca-rrera de Técnico en Trabajo Social del IP-ST Viña del Mar, fue además cubierta por los medios loca-les: Canal de la Costa con cobertura en Quintero y Papudo, junto a la Radio Océano de Puchuncaví, donde se promovió el aporte y compromiso de la institución con materias sociales.

ACTIvIDADES vINCULACIÓN CON

EL mEDIO

Alumnos de la carrera técnico en trabajo social participaron activamente en actividades del “día mundial en contra el trabajo infantil”SEDE vIÑA DEL mAr

Actividades

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ACTIvIDADES vINCULACIÓN CON

EL mEDIOSanto Tomás en tu barrio: Consultorio Integral móvilSEDE CONCEPCIÓN

Con gran entusiasmo la carrera de Técnico en Trabajo Social y Servicio Social, da comienzo

a la segunda parte del Proyecto “Santo Tomás en tu Barrio: Consultorio Integral Móvil”, desarrollado en conjunto con el Hogar de Cristo, alumnos de distintas carreras del Centro de Formación Técni-ca e Instituto Profesional Santo Tomás Concepción llevan un operativo integral de salud hasta las lo-calidades de Talcahuano en Septiembre y a otras en los siguientes meses hasta Noviembre.Se trata de una iniciativa que, a través del volun-tariado, brinda atención ambulatoria a adultos mayores, beneficiarios del Hogar de Cristo en di-ferentes comunas de la provincia de Concepción como Tomé, Penco, Talcahuano, Hualpén, San Pedro de la Paz y Concepción, entre otros.El trabajo comenzó en julio, con visitas realiza-das por los alumnos y alumnas de Técnico en Trabajo Social/Servicio Social, acompañados por un equipo de Técnico en Enfermería, Técnico en Podología y Técnico en Odontología (mención Hi-gienista Dental), realizando acciones de prevención y promoción de la Salud en personas que carecen de recursos y apoyo.“Nuestros estudiantes, de último año de las carre-ras, llegan a los domicilios para brindar atención

gratuita”, explicó la docente de Trabajo Social de IPST Concepción, Sandra Acuña Leiva, quien agre-gó que “que la atención es social y de salud, principalmente, la cual consiste en realizar diver-sas actividades destinadas al cuidado básico de salud, como por ejemplo prevención de escaras, masajes, aseo personal, podología, higiene dental, toma y registro de signos vitales, consejería e in-formación de pensiones asistenciales, etc. Siendo muy valorado por los usuarios el apoyo solidario y comprometido de nuestros estudiantes, quienes generan un vínculo de confianza y cariño, a tra-vés de una conversación amena. Si bien terminan todos muy cansados, la felicidad que los embarga de haber aportado cada uno en su especialidad es gratificante…”.Las visitas se concentran en Hualpén y Talcahua-no. En los próximos meses se extenderán a Con-cepción, Chiguayante, Tomé, Penco y se llegará a noviembre incorporando sectores vulnerables de Lirquén y San Pedro de la Paz, llegando a 2000 personas aproximadamente.

Actividades

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Presentación resultados encuesta comuna de Paihuano jUNjI regionalSEDE LA SErENA

El día Lunes 03 de Junio del 2013, en instalaciones de JUNJI Regional, se realizó presentación de

resultados estadísticos de instrumento aplicado en la Comuna de Paihuano, específicamente en las localidades de Monte Grande y Quebrada de Pinto, ocasión en la cual 3 alumnos de la Carrera de Servicio Social Karen Marín Arancibia, Felipe Vega Covacevich y César Cuadra Tapia, acompañados de su Jefe de Carrera Alejandra Tapia Villalobos y del docente de la cátedra de Diagnóstico Social Cristian Núñez Pérez, realizaron una presentación al equipo técnico de JUNJI Regional encabezados por su Directora Sra. Joyce Llewellyn Tame, los profesionales de su Gabinete, de la Subdirección Técnica, de la Subdirección de Cobertura y Terceros y la Asesora Jurídica de dicha Institución.

Lo cual permitió conocer la percepción de los pobladores de ambas localidades respecto a la implementación del Modelo Mistraliano y de la construcción de un nuevo Jardín infantil adosado a la Biblioteca del lugar, el cual sin duda y de acuerdo a lo indicado es un modelo innovador y nunca antes aplicado en nuestro País.

Los alumnos realizaron una presentación que reflejó el parecer comunitario y a la vez las propias percepciones de los encuestadores, lo que sin duda complementó el propio instrumento aplicado.

Acciones como estas nos permiten señalar que el camino es el adecuado y que a través de instancias como las vividas permiten generar redes, potenciar habilidades y sin duda fortalecer aspectos propios de la intervención social

Actividades

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El Día Sábado 25 de Mayo del 2013, se realizó salida a terreno con un total de 105 alumnos de

las Carreras de Técnico en Trabajo Social y Servicio Social respectivamente. Esta actividad se llevó a cabo íntegramente en la Comuna de Paihuano, donde se realizaron las siguientes acciones:

• Aplicación de instrumento pedagógico en las localidades de Monte Grande y Quebrada de Pinto.

• Entrega de 15 canastas familiares a familias más vulnerables de toda la Comuna.

• Hermoseamiento de la Escuela rural de Cochiguaz

La actividad contó la participación de nuestra Jefe de Carrera Alejandra Tapia Villalobos, los Docentes Cristian Núñez Pérez, y Paulina Rojas. También de diferentes profesionales que apoyaron esta instancia académica Señor Claudio Jeraldo

Salida a Terreno Comuna PaihuanoSEDE LA SErENA

Dirección Regional Gendarmería, Alejandra Sepúlveda Galindo, CRS Gendarmería de Chile, Hernán Ahumada Ahumada, Concejal Comuna Paihuano, David Cuadra , Encargado técnico JUNJI Regional.

Esta instancia permitió que nuestros alumnos/as se vincularan con el medio, aplicar conocimientos respectos a cátedras relacionadas a Diagnóstico social y a la vez desarrollar habilidades sociales y actitudinales.

Actividades

Page 39: Revista Área de Ciencias Sociales Santo Tomás N°4 - 2013

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CIENCIAS SOCIALES CArrErAS SErvICIO SOCIAL y TéCNICO EN TrAbAjO SOCIAL SANTO TOmáS

revista área de

Instituto Profesional Santo Tomás