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Sumario PALABRAS DEL SECRETARIO GENERAL DEL INSTITUTO NACIONAL BROWNIANO EN LA CEREMONIA DEL 22 DE JUNIO PEQUEÑA HISTORIA DEL APOSTADERO NAVAL DE SAN FERNANDO CRÓNICA DEL 3 DE MARZO MÁS ALLÁ DE LA PUNTA DEL MONTE UNA AVENTURA NÁUTICA (UN VIAJE AL FIN DEL MUNDO) ARTILLEROS NAVALES EN CEPEDA UN CAPILLERO ILUSTRE LA HIJA DEL ALMIRANTE RESCATAR DEL OLVIDO LOS PENOSOS ÚLTIMOS DÍAS EN LA VIDA DEL CORONEL DE MARINA DON TOMÁS DOMINGO ESPORA Y LA INGRATITUD DEL PUEBLO DE BUENOS AIRES HACIA SU PERSONA LA GUERRA BIOLÓGICA NO BUSCADA EL ARCHIVO NAVAL DE CARTAGENA EL NAUFRAGIO DEL ISABELLA EN MALVINAS (1813) SENCILLAS PALABRAS PARA NOTIFICAR DE UN GRAN HECHO PRIMERAS JORNADAS DE HISTORIA DEL INSTITUTO ESPAÑOL ALTE. BROWN: "MALVINAS: CUESTIONES HISTÓRICAS SOBRE UN CONFLICTO PENDIENTE" Órgano Oficial del Instituto Nacional Browniano Fundado el 22 de febrero de 1948 REVISTA DEL MAR” Año LIII Nº 160 Julio 2006 Presidencia de la Nación Secretaría de Cultura

REVISTA “DEL MAR”

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“DEL

MAR

” •

Año

LIII

• N

º 160

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ulio

200

6 SumarioPALABRAS DEL SECRETARIO GENERAL DEL INSTITUTO NACIONAL BROWNIANO EN LA CEREMONIA DEL 22 DE JUNIO

PEQUEÑA HISTORIA DEL APOSTADERO NAVAL DE SAN FERNANDO

CRÓNICA DEL 3 DE MARZO

MÁS ALLÁ DE LA PUNTA DEL MONTE

UNA AVENTURA NÁUTICA (UN VIAJE AL FIN DEL MUNDO)

ARTILLEROS NAVALES EN CEPEDA

UN CAPILLERO ILUSTRE

LA HIJA DEL ALMIRANTE

RESCATAR DEL OLVIDO

LOS PENOSOS ÚLTIMOS DÍAS EN LA VIDA DEL CORONEL DE MARINA DON TOMÁS DOMINGO ESPORA Y LA INGRATITUD DEL PUEBLO DE BUENOS AIRES HACIA SU PERSONA

LA GUERRA BIOLÓGICA NO BUSCADA

EL ARCHIVO NAVAL DE CARTAGENA

EL NAUFRAGIO DEL ISABELLA EN MALVINAS (1813)

SENCILLAS PALABRAS PARA NOTIFICAR DE UN GRAN HECHO

PRIMERAS JORNADAS DE HISTORIA DEL INSTITUTO ESPAÑOL ALTE. BROWN: "MALVINAS: CUESTIONES HISTÓRICAS SOBRE UN CONFLICTO PENDIENTE"

Órgano Oficial del

Instituto Nacional BrownianoFundado el 22 de febrero de 1948

REVISTA “DEL MAR”Año LIII Nº 160 Julio 2006

Presidencia de la NaciónSecretaría de Cultura

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Page 2: REVISTA “DEL MAR”

AUSPICIO

ARMADA ARGENTINA

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Page 3: REVISTA “DEL MAR”

REVISTA DEL MAR 1

Redacción

Director:Capitán de Navío (RE) Jorge Rolando BERGALLO

Jefe de Redacción: Vicealmirante (RE) Oscar C. ALBINO

Administración: Arq. Jorge LARAY

Avenida Almirante Brown 401 1155 - Capital FederalRepública ArgentinaTel. y Fax: 4362-1225E-mail: [email protected]

Propiedad Intelectual Nº 270.672 ISSN 0428-6213

Servicios editoriales: Digital & [email protected]

Tiraje de la presente edición: 3.000 ejemplares

Revista “DEL MAR”Año LIII Nº 160 Julio 2006

Órgano Oficial del

Instituto Nacional BrownianoFundado el 22 de febrero de 1948

Presidencia de la NaciónSecretaría de Cultura

HONORABLE CONSEJO DIRECTIVO (Art. 41 del Reglamento Orgánico)

Presidente a Cargo ALBINO, Oscar Carlos 2006Vicepresidente 1º ALBINO, Oscar Carlos 2005-2009Vicepresidente 2º MENOTTI, Emilia Edda 2005-2009Secretario General BERGALLO, Jorge Rolando 2005-2009Secretario OYARZABAL, Guillermo Andrés 2005-2009Prosecretario MONTERO, Jorge César 2005-2009Tesorero FINDLAY WILSON, Carlos 2005-2009Protesorero LARAY, Jorge Eduardo 2003-2007Vocal Titular DILLON, Ricardo Antonio 2005-2009Vocal Titular CORDERO, María Luisa 2003-2007 Vocal Titular TANZI, Héctor José 2003-2007Vocal Titular CHIHIGAREN, Jorge Raúl 2005-2009Vocal Titular MANGAS, Jorge Norberto 2005-2009Vocal Titular FARIAS PIZZURNO, Saúl Eduardo 2005-2009Vocal Titular VILLEGAS, Juan José 2005-2009Vocal Suplente FRAGA, Jorge Alberto 2003-2007Vocal Suplente ALONSO PIÑEIRO, Armando 2003-2007

COMISION REVISORA DE CUENTAS (Art. 41° del Reglamento Orgánico)

Vocal Titular FUSARI, Daniel Antonio 2007-2007Vocal Titular MUGUERZA, Alberto Maxmiliano 2007-2007Vocal Titular BAMIO, José Ramón 2007-2007Vocal Suplente MERCADÉ MAC KION, Juan Pedro 2007-2007Vocal Suplente LOPEZ FORTE, Martha

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Page 4: REVISTA “DEL MAR”

MIEMBROS HONORARIOS NATOS (Art. 23 del Reglamento Orgánico)

PRESIDENTE DE LA NACION Ministro de DefensaSecretario de Cultura de la Presidencia de la NaciónJefe del Estado Mayor General de la Armada Presidente de la República de Irlanda (cuando visite el país)Embajador de la República de Irlanda (acreditado en el país)Almirante Decano de la Armada Argentina Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires Intendente Municipal del Partido de Almirante Brown (Pcia. Bs. As.) Presidente del Centro Naval Presidente del Círculo Militar Presidente del Círculo de la Fuerza Aérea Presidente de la Academia Nacional de la Historia Presidente del Instituto Nacional Sanmartiniano Presidente del Instituto Nacional Belgraniano Presidente del Instituto Nacional NewberianoPresidente de la Liga Naval Argentina Presidente de la Fundación Argentina de Estudios Marítimos Presidente del Centro de Graduados del Liceo Naval Militar Almirante BrownDescendientes del Almirante Brown (el de mayor edad de cada sexo)

2 REVISTA DEL MAR

MIEMBROS DISTINGUIDOS (Art. 24 inc. a del Reglamento Orgánico)(Descendientes del Almirante Brown)

CUARTA GENERACION (Tataranietos)

Sara Elena Gómez de Artagaveytía.

QUINTA GENERACION (Choznos)

Guillermo Pérez Brown; Guillermo Eduardo Brown; MaríaCristina Brown de Racedo; Juan Carlos Gómez Brown;Sara Elena Artagaveytía Gómez de Ferrer Arocena; LucilaArtagaveytía de Piñeyrúa; Teresa Artagaveytía Gómez deMazzone; Enrique Artagaveytía Gómez; MatildeArtagaveytía de Flores Rossi, Guillermo ArtagaveytíaGómez; Cecilia Artagaveytía Gómez de Scandroglio;Patricia Artagaveytía Gómez de Bardacosta; MarcosArtagaveytía Gómez; Pedro Artagaveytía Gómez; Olga RosPrevitali de Domínguez; Jorge Enrique Ros Díaz; EduardoRos Díaz; Mario Héctor Ros Díaz; Mabel Ros Land deJano; Susana Vico Ros de Silva; Raquel Ros Arancibia deRico Rubio; Alfredo Jones Rodríguez; María Elena Jonesde Bianchi Fiorito; Graciela Jones Tissier; Cristina JonesTorry; Virginia Jones Torry; Humberto Arioni Jones; JorgeSander Jones; Guillermo Jones Rovira y Pablo JonesRovira.

SEXTA GENERACION (Mayores 18 años)

Virginia Sanders Jones Cerrón de Martínez; Jorge SandersJones Cerrón; Carlos Enrique Pittano Jones; GuillermoMartín Pérez Brown; María José Pérez Brown; GuillermoMatías Brown; Juan Ignacio Brown; Nicolás María Brown;Agustín Jorge Brown; María Victoria Racedo Brown; AdolfoJuan Racedo Brown; Juan Manuel Racedo Brown; AlbertoGómez Brown; Sara Elena Ferrer Arocena Artagaveytía;Conrado Ferrer Arocena Artagaveytía; Margarita FerrerArocena Artagaveytía; Roberto Ferrer Arocena Artagaveytía;Rafael Ferrer Arocena Artagaveytía; Santiago PiñeyrúaArtagaveytía; Magdalena Piñeyrúa Artagaveytía; VerónicaPiñeyrúa Artagaveytía; Gabriela Mazzone Artagaveytía;Patricia Inés Artagaveytía García; Carolina ArtagaveytíaGarcía; Fabiana Artagaveytía García; María JoséArtagaveytía García; Cecilia Scandroglio Artagaveytía; LucíaScandroglio Artagaveytía; Adela Artagaveytía Benítez;Natalia Artagaveytía Benítez; Oscar E. Domínguez Ros;Ricardo Domínguez Ros; María del Rosario Domínguez Ros;Alberto Flores Artagaveytía; Felipe Maximiliano FloresArtagaveytía; Alvaro J. Ros; Gonzalo Ros; Edelma Ros;Claudia Ros; Francisco Ros; Myrna Jano Ros; Alexis JanoRos; Carlos Rico Ros; Raquel Rico Ros; Inés Arioni Trolio;Gabriel Arioni Trolio; Ana Arioni Trolio; Alfredo JonesSomogly; Cecilia Jones Somogly; Julieta Bianchi Jones;Francisco Guillermo Ravecca; Alfonso Gabriel Ravecca;Carola María Ravecca; Bárbara Alvarez Jones y GonzaloAlvarez Jones.

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Page 5: REVISTA “DEL MAR”

REVISTA DEL MAR 3

MIEMBROS DISTINGUIDOS(Art. 24º inc. c del Reglamento Orgánico)

John de Courcy IrelandGUILLÉN SALVETTI Jorge J. O’HARA J. J.

MIEMBROS DISTINGUIDOS(Art. 24º inc. d del Reglamento Orgánico)

6319 HERRERA FILAS, Miguel6320 VAGO, Jorge Dario6321 BOSSI, Ernesto Juan

MIEMBROS DE NUMERO DISTINGUIDOS(Art. 21º c del Reglamento Orgánico)

323 GIAVEDONI, Rubén Raúl395 BOZZOLA, Alfredo José660 SCHICKENDANTZ, Gustavo A.

1303 FISCHER, Jaime2042 FRANCO, Rolando Milton4159 MIDAGLIA, Luis Vicent

MIEMBROS DE NUMEROACADÉMICOS(Art. 28º del Reglamento Orgánico)

570 DESTEFANI, Laurio Hedelvio2094 ARGUINDEGUY, Pablo E.

259 PENSOTTI, Mario Fermín4404 TANZI, Héctor José4405 MENOTTI, Emilia Edda1257 BAMIO, José Ramón5139 RODRÍGUEZ, Horacio4418 GARCÍA ENCISO, Isaías José4705 FRAGA, Jorge Alberto

MIEMBROS DE NUMERO HONORARIOS(Art. 22º del Reglamento Orgánico)

2513 DE SIMONE, Ernesto J.2520 PREMOLI, Eduardo

304 JUAREZ, Stella Maris2379 MENDIA, Luis Maria3019 COVAS, Andrés Oscar

725 CARRANZA, Enrique

MIEMBROS DE NUMEROACTIVOS(Art. 21º del Reglamento Orgánico)

4422 SORIA, Hugo Horacio4419 CANCECO, Aldo N.4438 GULLO, Jorge Héctor N.4439 ALONSO PIÑEIRO, Armando 0154 GARCIA FAVRE, Carlos Adolfo2077 PRONO, Néstor B. P.2364 MONSALVO, Bienvenido D.4748 MUGUERZA, Alberto2154 VAÑEK, Antonio4462 DALMAZZO, Omar Antonio4473 VILLEGAS, Juan José4781 ESTEVEZ, Carlos Alberto0955 DAZZI, Norberto Horacio4926 CHIHIGAREN, Jorge Raúl0182 FARIAS PIZZURNO, Saúl E.1999 CALANDRA, Oscar Jorge5055 MONTERO, Jorge César5104 OSSÉS, Emilio José2100 GARCIA, Fernando Jorge4617 ARENZANA, Carlos Alberto5078 FANUCCHI, Mario5123 SPADA, Alberto F.5259 LUQUI LAGLEYZE, Julio Mario4659 HUNT, Patricio Julio4662 LOPEZ NEGLIA, Héctor W.5040 DE ROSA, Hugo Alberto2060 ALFONSO, Carlos Luis2897 VAIHINGER, Carlos Alfredo4678 DARRICHON, Raúl Ramón5401 COLOMBOTTO, Hugo Horacio 2167 AMARANTE, Fernando César4982 TREJO LEMA, Eduardo Baltasar4428 BASSO LAURET, Rosa Adelina4795 CASTAGNET, Juan Carlos5573 DILLON, Ricardo Antonio1997 DEGRANGE, Julio Roberto2014 PALMA, Jorge A.5235 SANCHEZ, Héctor Simeon5246 ENRICO, Jorge5484 MOLINA PICO, Enrique Emilio5074 TATAVITTO, Miguel5328 ARATTI, Eduardo Pablo5468 FUSARI, Daniel Antonio5131 ECHAGÜE, Ricardo Augusto5708 CEREIJO, Hugo Alberto5879 MAYOCHI, Enrique Mario3237 DE MARTINI, Siro Víctor4263 CAMPA, Joaquín5833 CORDERO, Maria Luisa 4944 VARGAS VERDUGO, Ignacio M.5922 MERCADÉ MAC KION, Juan P.5959 FISHER, Horacio Arturo0184 MORENO, Manuel5618 LARAY, Jorge Eduardo5622 OYARZABAL, Guillermo Andrés

5921 BERGALLO, Jorge Rolando6002 STELLA, Joaquín Edgardo6113 ALBINO, Oscar Carlos 5846 PLANTIC, Estefanía5886 BRUGNOLI de SUDRIA, Martha I.6019 BERTOCCHI MORÁN, Alejandro 6020 CARAMES, Alberto6095 ROMEO, Fernando Luis6099 FINDLAY WILSON, Carlos6108 LÓPEZ FORTE, Martha Julia5220 SORIANO, Rafael5581 MONTENEGRO, Guillermo José5644 MASNATTA, Hugo Horacio5927 FUENTES Y ARBALLO, Rafael A.6102 ESTEVEZ, José Néstor4869 MANGAS, Jorge Norberto5851 ESTEBAN, Enrique Ángel4792 VÉLEZ, Carlos Alberto5990 ALBERTANI, Jorge Luis2536 URBICAIN, Fernando Eusebio5254 PORFILIO FERNANDEZ, Orlando 5499 CORMICK CAMBEIRO, Eduardo5562 MORATILLA de VICENTE, Elena 5842 ANTONELLI, Leopoldo Mario6163 CARRAU OLASCOAGA, Jaime6177 BOVEDA, Jorge Rafael6299 QUIJADA, Germán Ricardo4939 PISARELLO VIRASORO, Roberto5138 CARRASCAL, Pascual Oscar5563 GARCIA GODOY, Cristian6349 PESADO RICCARDI, Carlos

INSTITUCIONES MIEMBROS(Art. 27 del Reglamento Orgánico)

Armada ArgentinaCentro NavalCírculo Oficiales de MarYacht Club ArgentinoCentro de Graduados del Liceo Naval

Militar “Alte. Guillermo Brown”Asociación Ex-Alumnos Instituto FAHYAsociación Cultural Argentino Irlandesa

de CórdobaInstituto Privado Colegio San CiranoAsociación Católica San Patricio de

RosarioSociedad Militar Seguro de VidaGrupo de Filatelia Naval.

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4 REVISTA DEL MAR

Sumario

Editorial

Palabras del Secretario General del Instituto Nacional Browniano en la ceremonia del 22 de junio

Información sobre las actividades desarrolladas por las Filiales y Delegaciones

Pequeña historia del Apostadero Naval de San FernandoContraalmirante (R) Horacio Rodríguez y Contraalmirante Contador (R) Pablo E. Arguindeguy

Crónica sobre el 3 de marzo

Más allá de la punta del MonteRoberto P. Castillo, Vocal del Instituto Nacional Browniano, Filial La Plata.

Una aventura náutica (un viaje al fin del mundo)Dr. Luis Marcos Camisani

Artilleros Navales en CepedaLicenciado Comisario José Guillermo Conti

Un capillero ilustreRicardo A. Dillon, Miembro de Número Activo del Instituto Nacional Browniano

La hija del AlmiranteEnzo A. Luna

Rescatar del olvidoEstela Leonor González Corrales

Los penosos últimos días en la vida del Coronel de Marina don Tomás Domingo Espora y la ingratitud del pueblo de Buenos Aires hacia su persona

José R. Bamio

La guerra biológica no buscadaArq. Jorge Laray, Miembro de Número Activo del Instituto Nacional Browniano

El Archivo Naval de CartagenaLic. y Profesor Universitario Jorge Norberto Mangas, Miembro de Número Activo del Instituto Nacional Browniano

El naufragio del Isabella en Malvinas (1813)Profesor Alfio A. Puglisi

Sencillas palabras para notificar de un gran hecho

Primeras Jornadas de Historia del Instituto Español Alte. Brown: "Malvinas: Cuestiones históricas sobre un conflicto pendiente"

Conferencia realizada por el Lic. Carlos Pesado Riccardi

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REVISTA DEL MAR 5

Editorial

Es de estilo en todas las publicaciones ofrecer una Editorial distinta en cada número edita-do. Constituye un mensaje en el cual se presenta un extracto de lo que se va a encontrar enel número que el lector tiene en sus manos y transmite el pensamiento prioritario de los edi-tores en ese momento.

Nosotros, los brownianos, concordamos con esa idea, por supuesto, pero siempre aportamosalgo más, algo diferente. En este caso la diferencia, estimados lectores, la encontrarán en querepetimos casi en su totalidad la editorial del número anterior porque consideramos que eltexto es aún válido y de mucha utilidad para quienes accedan a estas páginas en una formano tan periódica como nuestros Miembros.

Con este número de la REVISTA DEL MAR aspiramos a introducir paulatinamente algunossomeros cambios en la diagramación de nuestra Revista. Cambios que responden a la nece-sidad de mantener cierto ritmo de actualización editorial en función de las nuevas tenden-cias en esta actividad.

Más allá de cambiar un poco tanto el diseño de tapa como en el interior, aspiramos a con-cretar un incremento en la cantidad de lectores y de instituciones que acceden a esta publi-cación para lo cual se amplió el patrón de distribución.

Normalmente para las personas a las que les gusta lo histórico, en general, y especialmentepara aquellas que resaltan las tradiciones como somos los “brownianos”, los cambios nos re-sultan más difíciles de instrumentar. No obstante estamos convencidos que nuestra Revista semerece esta revitalización. Se lo merece por su permanente calidad a lo largo de tantos añosy como homenaje a todos aquellos que en ese tiempo tanto han contribuido con su edición.

Hemos incluido una sección donde difundiremos las actividades desarrolladas por las filia-les y delegaciones. Esta también es una forma de reconocer públicamente la tarea que ellasdesarrollan en pos de la difusión de la figura del Gran Almirante y de nuestra historia na-val y marítima; y una forma de sentirnos más cerca todos aquellos que, desde distantes lu-gares de nuestra Patria, trabajamos con el mismo ideal.

Finalmente instamos a nuestros lectores a que se acerquen al Instituto, tomen contacto,aporten sus ideas, y, fundamentalmente, que se animen a escribir y enviar sus trabajospara eventualmente publicarlos en la Revista del Mar. Difundan esta posibilidad entre losmiembros que conozcan y entre aquellos que, sin serlo, tengan la capacidad de producir es-critos que respondan a nuestros fines. Se enriquecerá la Revista y nos enriqueceremos todos.También nos interesa tener nuevos socios adherentes. Incorpórese a este Instituto, benefíciesecon un mayor conocimiento de nuestra historia y con la participación de un sinnúmero deactos académicos y ceremoniales. Perciba el gratificante sentimiento de pertenencia a unanoble Institución. Comparta nuestro orgullo.

A las instituciones educativas y de investigación les ofrecemos nuestras páginas, la capaci-dad de trabajo de nuestros miembros y nuestros archivos para producir, en conjunto, traba-jos de investigación que representen un aporte al conocimiento de nuestra historia y que bus-quen el camino de su publicación.

Confiando en que muy pronto estemos en contacto a través de un nuevo número, los saluda-mos cordialmente y, como siempre, estamos a su disposición.

CONSEJO DIRECTIVO DEL INSTITUTO NACIONAL BROWNIANO

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Page 8: REVISTA “DEL MAR”

La Armada Argentina conmemora tres fechasrelacionadas con la vida del almirante donGuillermo Brown. El 3 de marzo correspon-

diente a su fallecimiento, el 17 de mayo por la granvictoria de Montevideo instaurado como Día de laArmada y, desde hace cinco años, el 22 de juniopor ser su fecha de nacimiento.

Las dos primeras hacen al acervo cultural argenti-no en general y de la Armada en particular. El 3 demarzo porque es costumbre en los pueblos latinosconmemorar las fechas de los fallecimientos y el17 de mayo porque aquel combate naval abrió ellargo camino hacia la independencia definitiva.

Pero el almirante Brown es mucho más que un exi-toso combatiente. Sus cualidades humanas, evi-denciadas a lo largo de toda su vida, avalan plena-mente la elección del 22 de junio para recordarlodesde un punto de vista que va más allá de susaptitudes para maniobrar buques o su coraje enlos combates.

Nuestro Gran Almirante es una figura integral, en laque los argentinos, y los marinos en particular,encontramos siempre el ejemplo que permite supe-rarnos. Hasta el día de su muerte ocupó un lugardestacado en nuestra sociedad. No solamente des-

pués de vencer en Montevideo, Los Pozos o CostaBrava, sino a lo largo de toda su existencia física.Su mérito va más allá de sus capacidades navales,al mando de precarias flotas de combate. Se ubicaen el sitial privilegiado de nuestros próceres por laconjunción de sus cualidades como persona, ciu-dadano y combatiente.

William Brown había llegado a nuestra tierra casien los mismos momentos de nuestra Revoluciónde Mayo. Se estableció y luego trajo definitivamen-te a su esposa e hijos. Imaginemos por un momen-to al señor Brown, esposo, padre de varios hijos,con el correr de los años también abuelo, habitan-te de Buenos Aires, parroquiano, trabajador, bus-cando mejores oportunidades para su familia, tran-sitando por esta misma ciudad, asistiendo a los ofi-cios religiosos, visitando amigos, como seguramen-te transcurre de manera cotidiana la vida de losaquí presentes, civiles o militares.

Era marino mercante y comerciante. Llevaba unavida encauzada, organizada, como cualquier otrojefe de familia.

Pero un día su nueva Patria lo necesitó, fue convo-cado para comandar un ensamble heterogéneo debuques y ¡ni que hablar de sus tripulaciones! Sin

Palabras del Secretario General del Instituto Nacional Browniano en la ceremonia del 22 de junio

El día 22 de junio se realizó en la Plaza de Armas del Edificio Libertad la ceremonia central en conmemo-ración de un nuevo aniversario del natalicio del Almirante Guillermo Brown. Durante dicho acto también sehicieron entrega de las espadas a los Suboficiales de la Armada que alcanzaron la jerarquía de SuboficialSegundo. Luego prestaron juramento a la Bandera aquellos hombres y mujeres recientemente incorpora-dos y finalmente se entregaron medallas a quienes llevan 50 años de trabajo dedicados a la ArmadaArgentina. Entre ellos, recibió tan merecido reconocimiento nuestro distinguido Miembro de NúmeroAcadémico Dn José Bamio.

Luego de entonarse el Himno Nacional pronunció una alocución el Secretario General del Instituto NacionalBrowniano capitán de navío (RE) Jorge R. Bergallo y luego el Jefe del Estado Mayor General de la Armada, almi-rante Jorge O. Godoy.

A continuación reproducimos las palabras del primero por ser las totalmente relacionadas con tan magna fecha.

6 REVISTA DEL MAR

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ninguna duda, ni experiencia anterior, aceptó.Aceptó la responsabilidad de luchar por una tierraa la que recién arribaba pero ya sentía propia.Aceptó ir al combate contra una de las mayorespotencias del mundo.

¿Llegamos a comprender esta tremenda decisión?¿Qué sería de su familia, de sus negocios, de suspertenencias? ¿Cómo iba a ser su futuro si fallaba?¿Cuáles serían las consecuencias personales luegode la guerra? Quiénes lo convocaron y lo alentaron¿continuarían haciéndolo después?

No sabemos si el Gran Almirante se hizo estas pre-guntas, probablemente no. Sólo sabemos queaceptó. No preguntó mucho y fue al combate endefensa de sus conciudadanos. Y desde entonces,y hasta el día de hoy, los marinos argentinos, consu ejemplo al frente y percibiendo su mirada inqui-sidora desde las alturas, nunca han dudado y tam-poco dudan hoy. La Patria está en peligro o lacomunidad internacional pide su ayuda y allí están.No hacen preguntas. Cumplen con el deber que lesexige la sociedad a la que pertenecen.

Terminó la guerra por la independencia y elseñor Brown volvió a sus quehaceres particula-res. Sembraba, cosechaba, comerciaba, disfru-taba de su querida Casa Amarilla y del cariño desu familia.

Unos años después nuevamente la Patria lo nece-sitó, y otra vez apareció su eterna predisposiciónpara hacer frente a lo que fuera con tal de asegu-rar la libertad de sus conciudadanos. Así fue suvida. Un ciclo iterativo en el que se alternaba laplena actividad profesional naval y la vida familiar.Se armaba para el combate y regresaba al seno desu hogar y a su quinta de Barracas. Nuevamente elcomercio, la familia, el teatro, la poesía, la activi-dad social plena.

Durante esos períodos adoptaba una actitud pasi-va para con la situación política, pasando casidesapercibido, sin que la sociedad se preocuparademasiado por su existencia, y en algunas oportu-nidades enfrentando injusticias, persecución políti-ca, ofensas, agresiones e incluso la prisión. No obs-tante él siempre estuvo allí, listo a reaparecercuando se lo demandara la sociedad.

Una sociedad que bien sabía, aunque no lo expre-sara abiertamente, que podía contar con su genionaval y con su espíritu templado.

Los conflictos y las crisis se abatieron en diferen-tes oportunidades sobre su escuadra cual tem-pestades marinas, y, tal como ocurre en el mar,esos temporales se corrían o se capeaban, y cuan-do las olas reducían sus embates, el viento amai-naba su intensidad y las nubes negras dejabanpaso al sol, allí aparecía nuevamente reluciente laArmada, con sus buques tripulados por hombresplenos de orgullo.

La vida de nuestro Gran Almirante es realmenteextraordinaria!!!!

No había cursado ninguna escuela naval. No eramilitar de carrera. Su actividad diaria no se desa-rrollaba en cuarteles o buques. Era un ciudadanomás. No era mesiánico ni utópico, y tampoco creíaser el salvador de la Armada ni de la Patria, sim-plemente asumía responsabilidades y cumplía conlo que se esperaba de él. Tan simple y tan difícilcomo eso. Cada vez que terminaba un conflicto, suescuadra era desactivada y él volvía a casa. Cadavez que aparecía una amenaza lo llamaban y volvíaal puente de mando.

Sólo combatió por la Argentina, en buques conbandera argentina. Nunca pidió ni obtuvo benefi-cios, ni le fueron tributados honores especiales,excepto por el mismo pueblo que lo esperaba alregreso de sus hazañas en el mar. Nunca se fue desu Patria, ni aún cuando su vida corría peligro.

Brown era buscado para conducir las fuerzas nava-les argentinas, no sólo por su experiencia en com-bate sino por sus cualidades humanas. No lo bus-caban porque era condescendiente con el poder deturno o fácil de convencer con honores y preben-das. Por el contrario tal como lo hiciera el Generaldon José de San martín, supo decir que no, supooponerse, supo rechazar distinciones.

Su condición de líder natural hacía que su sola pre-sencia en las cubiertas aunara voluntades, desperta-ra coraje, enalteciera el sentido de pertenencia, alen-tara el orgullo profesional, enriqueciera el espíritu decuerpo, alcanzara sus fines con reducidos medios;invariablemente en medio de profundas crisis.

Sus valores morales, su capacidad de liderazgo, suprestigio y, fundamentalmente, su honestidad inte-lectual, para consigo mismo y para con quieneseran sus subordinados, le permitieron mantenersiempre a la Armada orientada por un único pen-samiento y consolidada interiormente.

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Nunca permitió que ideas ajenas a lo estrictamen-te profesional incidieran en la conducción de sushombres, o produjeran lamentables divisionesinternas. Los avatares políticos característicos delsiglo XIX nunca se filtraron dentro su Institución.

Todos sus subordinados lo respetaban. Todos,prestaran servicio abordo o no, se encolumnabantras su figura.

Siempre estuvo al frente de sus hombres, siempreasumió la total responsabilidad de los hechos desu escuadra. Nunca les pidió ayuda ni les dio expli-caciones de sus decisiones, simplemente asumíasu plena responsabilidad de comandante.

Este cuadro de virtudes ciudadanas hizo queuna vez que dejara el servicio activo conservarael reconocimiento de sus hombres y de toda lasociedad. Y tal como dijéramos en un principiose ganara un lugar destacado en nuestra galeríade próceres.

Cuando se retiró definitivamente del servicio acti-vo extremó su estilo de vida austero y republica-no, como lo calificaran los eximios historiadores,señores almirantes Arguindeguy y Rodríguez. Su

austeridad fue extrema. Al fallecer, su viudadebió vender parte de su tierra y otras pertenen-cias y aún así no le alcanzó para construirle unsepulcro como se merecía. Recién 7 años des-pués de su muerte, y gracias a una donación delcoronel de marina Juan Bautista Thorne, quefuera su subordinado, se construyó el merecidomonumento funerario que se puede ver en elcementerio de la Recoleta.

El Almirante Brown nos ha legado un ejemplo deenorme valor individual y social, que permite a losmarinos utilizar sus enseñanzas para el combate yla vida en el servicio naval, pero, fundamentalmen-te, brinda a la sociedad toda un modelo de ciuda-dano y hombre de bien.

Algún experto en historia militar podrá opinar afavor o en contra sobre la conducción de losbuques en la batalla de Montevideo, sobre lastácticas empleadas en Quilmes o el ataque alpuerto de Guayaquil pero nadie podrá opinar encontra de los ejemplares valores humanos, de lacapacidad de entrega, del amor por la Patria delseñor William Brown, del señor AlmiranteGuillermo Brown, de nuestro Padre de la Patria enel Mar. n

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Page 11: REVISTA “DEL MAR”

REVISTA DEL MAR 9

Filiales y Delegaciones

FILIALES

ALMIRANTE BROWN (filial fundadora)Presidente: Prof. Elena Moratilla de VicenteSomellera 6041846 Adrogué, Buenos Aires

BAHIA BLANCAPresidente: Dr. Leopoldo Mario AntonelliAlsina 658000 Bahía Blanca, Buenos Aires

LA PLATAPresidente: Contraalmirante D. Horacio A. FisherCalle 2 Nº 1048 Piso 1º1900 La Plata, Buenos Aires

MAR DEL PLATAPresidente: Dr. Benito de DiegoSan Luis 27157600 Mar del Plata, Buenos Aires

RESISTENCIA Presidente: Dr. Roberto G. Pisarello VirasoroPellegrini 4893500 Resistencia, Chaco

ROSARIO Presidente: Dr. Eduardo V. Cormick CambeiroDorrego 3792000 Rosario, Santa Fe

TRES ARROYOSPresidente: Sr. Orlando M. Porfilio FernándezLucio V. López 7697500 Tres Arroyos , Buenos Aires

DELEGACIONES

BERISSOPresidente: Sr. Enrique Angel EstebanCalle 166, Nº 13301923 Berisso, Buenos Aires

PRESIDENCIA ROQUE SAENZ PEÑAPresidente: Prof Estefanía Plantich de Varela MoránP. Pringles 483700 Presidencia R. Sáenz Peña, Chaco

PUNTA ALTAPresidente: Sr. Pascual Oscar Carrascal25 de Mayo 4578109 Punta Alta, Buenos Aires

MADRIDInstituto Español Almirante BrownPresidente: Cnl D. Jorge J Guillén SelvettiGral. Moscardó 26 28020 Madrid, España

MONTEVIDEOPresidente: Lic. Alejandro N. Bertocchi Carpintería 4512Montevideo, R. O. del Uruguay

WASHINGTONPresidente:Dr. Cristian García Godoy1128 Balls Hite Rd. Mc LeanVA (22101)Estados Unidos de América

DELEGADOS DE PRESIDENCIA

CORDOBASeñor Luis A. LlanosBelgrano 10255000 Córdoba

TUCUMANDr. Alejandro D. Saleme MartínezBalcarce 6694000 S.M. de Tucumán, Tucumán

ENSENADADr. Héctor L. Pomini Sarmiento 8211925 Ensenada, Buenos Aires

PUERTO MADRYNLic. Fernando Luis RomeoUruguay 869120 Puerto Madryn, Chubut

VILLA DOLORESProf. María del Carmen MarietánPresidente Perón 7745870 Villa Dolores, Córdoba

NECOCHEAIng. Enrique FeliziaCalle 64 Nº 2946 2º "D"7630 Necochea, Buenos Aires

USHUAIASeñor Horacio SandovalYaganes 2129410 Ushuaia, Tierra del Fuego

VILLA MERCEDESLic. D. Bienvenido D. Monsalvo9 de Julio 15275730 Villa Mercedes, San Luis

QUILMES (en formación)Señor Alberto ArenaAv. Brandsen 726 (provisorio)1878 Quilmes, Buenos aires

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Información sobre las actividades desarrolladas por las Filiales y Delegaciones(Hasta el 22 de junio de 2006)

FILIAL BAHIA BLANCA

Se continuó con la tradición de hacer, en cada reu-nión mensual del Consejo Directivo, la lectura delas efemérides navales y locales, y además un"Recordatorio Histórico" que consiste en que unode los Consejeros exponga sobre algún hecho rele-vante y ajustado a los objetivos brownianos. Se desarrolla la actividad, intensa y habitual de laFilial.A eso hay que agregar los siguientes eventos des-tacados:

Junio de 2005n Se lleva a cabo el acto recordatorio del nacimien-

to del Almirante Brown en la plaza homónima,con la concurrencia del Embajador de Irlanda,autoridades de la ciudad y militares, abanderadosde escuelas y público. Una delegación deConsejeros participa de los actos recordatorios enla Base Naval Puerto Belgrano. Posteriormente seconcurre a la Casa de la Cultura para presenciarla charla del Embajador de Irlanda.

n Se digitalizó la biblioteca (casi 900 volúmenes)y hemeroteca (aproximadamente 10.000 títu-los), computarizando su catálogo de contenidosy adoptando un control de préstamos.

Enero de 2006n El 5 de enero adherimos a las celebraciones

del 50 aniversario de la Universidad Nacionaldel Sur. El Secretario General fue uno de los fir-mantes de un acta que se enterró junto con lapiedra fundamental del futuro CampusUniversitario, y el Presidente de la Filial pronun-ció palabras alusivas a los 50 años de la UNSante la prensa y público presente en el actocentral, haciendo entrega de un cuadro delAlmirante Brown que finalmente fue colocadoen el despacho del Rector de la UNS. n

DELEGACIÓN DE PRESIDENCIAUSHUAIA

Tal como se hiciera en el mes de marzo del añopasado, también en esta oportunidad y comohomenaje en el nuevo aniversario del fallecimien-to del Almirante don Guillermo Brown, el pasadosábado 18 de marzo, se disputó la "2da. Ediciónde la Regata Almirante Guillermo Brown" en laBahía de Ushuaia. Participaron nueve veleros, divi-didos en Clase "A" y "B", en un recorrido menor alas 8 millas pues solamente por momentos sopla-ba una brisa. Tal vez por ello la competencia fuemás que interesante donde prevaleció la experien-cia y la astucia sobre lo que a priori se imaginabala superioridad de los barcos mayores. La culmi-nación de la regata mostró a todos los participan-tes muy entusiasmados y destacando que lamisma ofreció distintas alternativas que la hizouna más que atractiva competencia. La clasifica-ción ofreció el siguiente cuadro:

Clase "A"1ro "Malacara" con un tiempo de 1h 19' 49'',

corregido: 0h 55' 04''

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2do "Ana María" con un tiempo de 1h 27' 57'', corregido: 1h 04' 30''

3ro "Irene" con un tiempo de 1h 49' 02'', corregido: 1h 18' 45''

Clase "B"1ro "Pira Pita" con un tiempo de 0h 54' 56'',

corregido: 0h 31' 18''2do "Kanaloa II" con un tiempo de 0h 55' 35'',

corregido: 0h 31' 40''3ro "Astrid" con un tiempo de 0h 53' 53'',

corregido: 0h 34' 15''

4to "Yagan" con un tiempo de 1h 17' 40'', corregido: 0h 44' 15''

5to "Maneken" con un tiempo de 1h 25' 46'', corregido: 0h 48' 52''

6to "Peteco" no arribado

Ganador de la "Cinta Azul", velero "Astrid" con 9h 53' 53''Ganador de la General, velero "Pira Pita" con 0h 54' 56''El recorrido de la fragata fue un triángulo y una pier-na. Prestaron valiosa colaboración dos embarcacio-nes de la Prefectura Naval Argentina.

DELEGACION DE PRESIDENCIA PUERTO MADRYN

El Día de la Armada el Delegado de PresidenciaLic. Fernando L. Romeo estuvo presente en el actomás importante de la provincia, el cual se celebróen la Base Naval de Balizamiento de Pto. Madryn.A solicitud del Comandante de la Fuerza AeronavalNº 3 el Lic. Romeo dio una conferencia el día 26 demayo sobre el tema "Guerra del Paraguay, Batallade Curupayti y presencia de la Armada Nacional endicha guerra" a los señores jefes y oficiales de laBase Alte. Zar.

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FILIAL DE ROSARIO

A CONTINUACION TRANSCRIBIMOS UNA COPIA DE UN ARTICULOPUBLICADO EN EL DIARIO LA CAPITAL DE ROSARIO, EL DIA 26 DEFEBRERO, ENVIADO POR EL PRESIDENTE DE NUESTRA FILIAL ENAQUELLA CIUDAD SOBRE LA CONSTRUCCION DE LA ESTATUA DELGRAN ALMIRANTE QUE FUE TRASLADADA A IRLANDA POR ELBUQUE LE EITHNE DE LA ARMADA DE ESE PAIS, EL CUAL NOSVISITO EN OCASIÓN DE CONMEMORARSE EL ANIVERSARIO DELFALLECIMIENTO DEL PADRE DE LA PATRIA EN EL MAR.

Una estatua de Brown hecha enRosario será donada a Irlanda

Claudio Fernández trabajó tres meses en la figura de dosmetros y 200 kilos de bronce que le encargó la Armada.

La figura del almirante Guillermo Brown es de 200kilos de bronce, mide más de dos metros y llevó tresmeses de arduo trabajo. El artífice de la obra esClaudio Fernández, que desde hace 14 años traba-ja en la fundición de bronce artístico, un oficio queaprendió de su padre. El monumento fue encargadopor la Armada Argentina, en pocos días más estaráen exhibición en Buenos Aires y el 3 de marzo pró-ximo -día del aniversario de la muerte del prócer-partirá a Irlanda y quedará emplazado en Foxford, laciudad donde Brown nació en junio de 1777.Fernández confiesa que es "todo un orgullo" que sutrabajo se exponga "tan lejos" y ayer contó a LaCapital algunos secretos del oficio.

El pedido de la figura del almirante llegó a Rosario enoctubre, pero recién en diciembre el artista y otrascuatro personas que trabajan con él pusieron manosa la obra. "Hicimos en tres meses una obra que enrigor lleva casi cinco meses de trabajo", contóFernández, antes de recordar que le dedicaron almonumento más de nueve horas diarias de trabajo.

Las matrices de yeso de la obra llegaron desdeBuenos Aires, y allí comenzó el trabajo en el taller quedesde 1951 funciona en Zeballos 4045. "Una vez queestán los moldes, se funden las partes en formaseparada y luego se sueldan", explicó el artista.

Pero nada es tan sencillo como parece. Fernándezconfiesa que lo más difícil es tomar todas las partesfundidas y armar la figura, porque entre la matriz ylas partes ya de bronce hay "mínimas diferenciasque hay que lograr que no se noten".

A la unión de las partes le sigue el trabajo de lasdiferentes texturas y allí se le aplica una pátina quele da el color final.

Y para eso nada más importante que la "experien-cia", porque el mismo Fernández asegura que "noes un oficio que se aprenda en un curso, son añosde hacer y deshacer. Es la única fórmula, sobre todocuando se trabaja de manera artesanal, porque acáel 90 por ciento del valor del monumento está en lamano de obra".

Y así se hizo la imagen del padre la ArmadaArgentina que ayer se exponía en el pequeño localde Zeballos al 4000 y que en pocos días más esta-rá en Buenos Aires. Según relató Fernández, el des-tino final de la obra es Foxford, Irlanda.

"Ese es el pueblo donde nació el prócer, muchoantes de pelear por la independencia. Por eso, el 3de marzo, que es el aniversario de su muerte, laArmada Argentina donará el monumento a Irlanday un buque de ese país lo llevará", contó el hombre.

Fundición Artística fue creada en 1951 y nació de launión de un taller de cincelado, un fundidor y un mol-deador, uno de los cuales era el padre de ClaudioFernández. "Es una empresa familiar y fue acá queaprendí el oficio", contó el hombre de 34 años.

Aunque al principio centraron su actividad en el artefunerario, los trabajos se fueron extendiendo tam-bién hacia otro tipo de expresiones y actualmentemuchas de sus obras se exhiben tanto en la ciudadcomo en el resto del país (ver aparte).

Es más, Fernández reconoció que la mayoría de lostrabajos "grandes" que se realizaron fueron a otrasciudades. Y afirmó que su mayor anhelo es sim-plemente "poder seguir haciendo este trabajo todala vida".

DELEGACION MONTEVIDEO

El 17 de mayo todos los miembros de la Delegaciónasistieron a la ceremonia por el Combate delBuceo. Hicieron uso de la palabra el Presidente,Prof. Alejandro Bertocchi Moran, el Agregado Navalargentino, el Presidente de la Academia Uruguayade Historia Marítima y Fluvial, Capitán de navíoFrancisco Baliñas, y el Dr. Guillermo Jones en repre-sentación de la familia Brown. n

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Contraalmirante (R) Horacio Rodríguez y Contraalmirante Contador (R) Pablo E. Arguindeguy

ENSAYOS Y NOTAS

Pequeña historia del ApostaderoNaval de San Fernando

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1Un nuevo polo de industria naviera:San Fernando y Tigre

A partir de la segunda mitad del siglo XIX, el usomasivo y creciente de las máquinas a vapor en lanavegación fluvial y las facilidades naturales de ladesembocadura del Luján en el Plata, convirtieronen esa zona en un polo de desarrollo de la industrianaviera, cuya capacidad llegó hasta la producciónde naves de propulsión mecánica, en época tantemprana como la de sus años cincuenta.

Nos enteramos así por la prensa entrerriana, de lazarpada hacia el Paraguay con escalas del vaporAsunción, agregando la fuente periodística: “estehermoso vapor recientemente construido en elpuerto del Tigre, de excelente marcha y comodida-des y hecho expresamente para la navegación delos ríos” (El Nacional Argentina, periódico deParaná, 1865, año IV Nº 175, AGN X.40.7.2).

En materia de la reparación de buques de este tipo,los antecedentes son aún más tempranos. Cuandola Escuadra de la Provincia de Buenos Aires incor-poró la propulsión mixta (vela y vapor) en algunas desus naves –la primera de ellas el vapor armado enguerra La Merced en el año 1849- varió para estasúltimas de apostadero, permaneciendo sus velerosen aguas del Riachuelo o en las Balizas Interioresdel Río de la Plata situadas frente a Buenos Aires,mientras que los vapores lo hicieron en el río Luján,en la zona del Tigre, donde también se los reparaba.

Fue ejemplo de ello cuando, producidas importantesaverías en el mencionado vapor, sufridas al varar el27 de noviembre de 1850 a la altura de la punta deSan Isidro, y mientras remolcaba una chata cargadacon brotes de sauce con destino a la quinta de SanBenito de Palermo, sus daños se repararon en unpicadero armado sobre un banco de arena en el

Tigre, hasta donde llegó La Merced a remolque delvapor norteamericano William J. Peace.

Este cambio geográfico de Sur a Norte en materia detrabajos de reparaciones de buques, no fue el úniconi el primero de los registrados y denota la existenciaen la zona de mano de obra especializada en lonaval, no solamente en carpintería, sino en hierro,material de los cascos de los vapores de la época,así como en la atención de sus máquinas a vapor.

Estas circunstancias y el hecho posterior de haberdevenido el puerto de San Fernando en eficientepunto de trasbordo fluvial, llevaron al gobierno de laProvincia de aprobar en 1873 las obras propuestaspor el ingeniero D. Carlos Tassier en materia dereformas del antiguo canal de servicio, así como laconstrucción del primer dique de carena del país yde los talleres navales agregados al mismo.

1.1. El dique de carena de San Fernando y sutaller anexo

No es nuestro propósito de hoy historiar esostemas —ampliación del Canal de San Fernando—construcción del primer dique de carena del paísen su área- ni la labor desarrollada en el Tallernaval que le fuera anexo, cada uno de los cualesrequiere, a nuestro juicio y por la importancia querevisten, cuanto menos un estudio especial y deta-llado. Trato que ya han recibido en el tiempo porparte de diversos y reconocidos autores. Nos limi-taremos entonces a mencionar la importancia quetuvieron esas tres obras del pueblo de SanFernando en la actividad de la Armada Argentina ysus positivas consecuencias.

Lo cual no nos priva de destacar que entre las modifi-caciones dispuestas por Huergo al proyecto original de

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Tassier se halló el cambio de la primitiva desviacióndel río de Las Conchas por su igual del río Luján.Modificación aprobada el 20 de octubre de 1875, queproporcionó al puerto de San Fernando de aguas tran-quilas, e hizo decir al nuevo director de la obra queésta aportaba a ellas el fácil acceso de los buques deultramar, agregando que San Fernando tenía así “… eltriple futuro de puerto comercial, de refugio de lostemporales del sudeste y de puerto de guerra, puespuede encerrar una escuadra de defenderla conmayores ventajas que la isla Martín García…”.

El dique contempla en el diseño de Huergo 85 m delargo, 18 de ancho en la platea y 23 pies de profun-didad, que lo hicieron apto para atender a las navesde guerra de la llamada Escuadra de Sarmiento ydel vapor General Brown, asiento entonces de laEscuela Naval y el de mayor eslora de nuestraMarina de Guerra, así como de las naves mercantesfluviales de los ríos Paraná, Paraguay y Uruguay. Eldique se habilitó el 9 de enero de 1876, con laentrada del vapor Galileo, propiedad de D. EnriquePiaggio, que medía 72,70 m de eslora, 14,40 m demanga entre tambores y 7 pies de calado.

La existencia en San Fernando del conjunto Canal-Dique de carena-taller, incidió favorablemente en latoma de decisión por parte del Ministerio de Guerray Marina, que diera por resultado en 1880 a la cre-ación de los Talleres de Marina sobre el río Luján enel Tigre, produciendo en consecuencia la radicaciónen San Fernando y en Tigre de una industria navie-ra civil y militar incipientes, pero capaces y en fran-co desarrollo, con mano de obra especializada, quese fue concentrando en las riberas de sus ríos, com-pitiendo a partir de entonces con su similar, másantigua en el tiempo, afincada en el Riachuelo deBarracas y en su Boca.

2La actividad de la Armada en SanFernando.

La Armada Argentina, que tuviera su primera escua-dra moderna merced a la visión del presidenteSarmiento, dotada de propulsión a vapor, coraza yartillería naval acordes, comenzó de inmediato desu incorporación a utilizar el nuevo dique de SanFernando y su taller anexo, para reparar y manteneresos medios a flote en condiciones de buen uso.

Fue así que entraron al dique de San Fernando, apartir de 1877 y entre otros, los siguientes mediosnavales mayores:

Monitor Los Andes: JUN 1877. Cte.: Cap. Antonio S. Pérez.

Vapor depósito de minas Fulminante:JUL 1877. Cte: Cap. Hunter Davidson.

Monitor El Plata:MAR 1879. Cte. Cap. Bartolomé Cordero.

Bombardera Pilcomayo:AGO 1879. Cte. Tcnel. Guillermo Brown.

Bombardera Bermejo:SEP 1879. Cte. Sgto. Myr. Jorge H. Lowry.

Bombardera República:1881. Cte. Sgto. Myr. Lázaro Iturrieta.

Cañonera Uruguay:1877, 1897 y 1883: Ctes. Sgto. Myr. RafaelBlanco, Tte. Jorge H. Barnes y Tte. De navíoEsteban Fernández, respectivamente.

Cañonera Paraná:1885, Cte. Sgto. Myr. Lázaro Iturrieta.

Como referencia histórica, creemos de importanciadestacar que esas naves fueron las participantesactivas en los hechos de la ocupación del mar terri-torial argentino y de la Patagonia, durante las cam-pañas de 1878/83 (Santa Cruz y del Desierto) y de1884 (Ushuaia), cumplidas por los comodoros D.Luis Py y D. Augusto Lasserre respectivamente y quesu alistamiento previo a ellas, o su reparación alregreso de aquellas, tuvieron lugar en el Dique y enel Taller de San Fernando, hechos éstos no siemprerecordados con la justicia que merecen.

Dicho empleo se mantuvo hasta la habilitación delprimero de los diques de carena de la DársenaNorte en el Puerto Madero de Buenos Aires, inau-gurado el 24 de junio de 1897 con la entrada delcrucero 25 de Mayo. El 31 de octubre de 1898estos diques fueron puestos bajo la dependenciadel recién creado Ministerio de Marina, desarrollán-dose a su alrededor el Arsenal Naval Buenos Aires,dejándose de utilizar en consecuencia y reciénentonces las instalaciones de San Fernando.

3La actividad aeronaval en SanFernando

La Aviación Argentina, tiene acta de nacimiento defecha histórica en aquel 25 de diciembre de 1907,cuando D. Aaron de Anchorena, junto con el inge-niero D. Jorge Newbery realizaran la primera ascen-

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sión en el globo Pampero, dando así inicio a suetapa precursora. A continuación sería fundado el13 de enero de 1908 por ambos y otros deportistasciviles y militares el Aero Club Argentino, para lapráctica del vuelo en sus dos modalidades: la aeros-tática y la mecánica.

Se fueron instalando en la provincia de BuenosAires, en zonas próximas a la Capital Federal y aúndentro de ellas, “campos de volación”, donde sepracticaba el novísimo deporte, que pronto fue con-cebido por el hombre como un arma más de suarsenal guerrero. Nacieron así la Escuela deAviación Militar del Palomar y el Parque y Escuela deAerostación y Aviación de la Armada en Berisso.

Estallada la Primera Guerra Mundial en 1914, fue-ron muchos los argentinos que, voluntarios, mar-charon a Europa para enrolarse en las filas de susconvicciones políticas. Y entre ellos, fueron muchostambién los que las defendieron desde el aire.Nacieron entonces la aviación militar, una de lasarmas más crueles de dicha contienda, junto a lasubmarina, produciendo ambas sus víctimas, susleyendas y sus héroes.

Finalizada la guerra, las naciones presuntamentevictoriosas, enviaron a nuestro país sendas comisio-nes integradas por aviadores militares sobrevivien-tes al conflicto y también a sus máquinas de volar,rezagos de guerra a ser regalados o vendidos a lasfuerzas armadas argentinas.

Fue así que entre otras naciones –Francia,Inglaterra- el entonces Reino de Italia envió la suya.Vinieron al mando de ella dos novísimos barones,ennoblecidos en los combates peninsulares delaire, nacidos en la Argentina y voluntarios soldadosde la patria de sus antecesores.

Esa Misión Aeronáutica Italiana, encabezada por elCapitán barón D. Antonio de Marchi, numerosa enpersonal y aviones, constituida en total por diez jefesy oficiales, quince suboficiales pilotos y ochentamecánicos, tuvo una subagrupación de aviaciónnaval, que al mando del teniente de navío Luis B. deRiseis, se instaló en marzo de 1919 sobre la riberaSur del Canal de San Fernando, en el punto en queéste desemboca en el río Luján, en jurisdicción delMunicipio de aquel nombre, en el lugar hoy ocupadopor la dependencia local de la Prefectura NavalArgentina, haciéndolo con su material de vuelo. De lapequeña y poco conocida historia de esta MisiónAeronaval Italiana nos ocuparemos a continuación.

3.1. Instalación. Medios. Actividades

La Embajada de Italia en Buenos Aires había logra-do, con intervención de la Armada Argentina, el usosin cargo de dicho terreno, suficiente para la insta-lación en él de un gran hangar metálico desarmabletraído desde Europa y la construcción en su riberainmediata de un varadero o rampa de madera paraponer y sacar sus hidroaviones del río. El espejo deagua que presentaba el lugar se consideró apto ysuficiente para su empleo por los medios aéreosque desde él operarían, y efectivamente así fue,haciéndolo sin inconveniente alguno.

El material de vuelo de este Apostadero Naval deSan Fernando (así bautizadas sus instalaciones)consistió en seis hidroaviones militares: dos del tipode caza Macchi C-7, dos de bombardeo y observa-ción Macchi B-9 y dos tipo Lonher, modelo Kappa, dediseño austríaco, pero de construcción italiana. Lainfraestructura, además del hangar, contó con depó-sitos varios y alojamiento para su personal, dado poruna típica casa isleña sobre pilotes). Se sumó al todorepuestos de distintos tipos, motores de recambio,herramientas varias, un hidrodeslizados para lapráctica acuática en los pre-despegues, un par debotes a remo y una pequeña lancha a vapor para lamovilidad de los aviones y del personal, materialnaval este último, suministrado por la Armada.

La dotación italiana, además del nombrado Tte. DeRiseis, estuvo constituida por el suboficial pilotoAntonio Marola y los mecánicos especialistas MarioMariuzzo, Alberto Neri y el mecánico de motoresJuan Berteo, más una decena de operarios cuyosnombres desgraciadamente han escapado a la his-toria escrita, sucumbiendo además en las memo-rias de quienes ya no están…

La actividad comenzó de inmediato. Cuando lameteorología y el río lo permitían se hacía diaria-mente práctica de vuelo, cumplida sobre los ríos dela Plata e inmediatos del delta del Paraná. Hubieronalgunas pannes —como se llamaban por aquelentonces a las averías con obligado descenso en lasaguas— todas ellas sin heridas ni accidentes fata-les, aunque sí con alguna avería menor en los cas-cos de madera de los hidroaviones, rápida y eficien-temente reparados por el personal de carpinteros ymecánicos del Apostadero.

Reconocido el comportamiento del área, el tenientede navío de Riseis intentó en agosto de 1919 unvuelo San Fernando-Asunción del Paraguay y regreso.

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Interrumpido por averías en el hidroplano, debió cam-biar de avión, que le fue llevado en vuelo por un subo-ficial piloto italiano, demorando así en diez días elarribo a Asunción. En su regreso empleó dos jorna-das, no logrando por todo ello el récord que buscaba.

En octubre del mismo año, el segundo teniente delEjército Paraguayo y piloto aéreo graduado enEuropa, Arturo Escario, intentó cumplir un vuelosimilar, falleciendo al caer en las aguas del arroyoPajarito –frente y próximo al Apostadero Aeronaval-destrozándose el hidroavión Lonher 3 que volaba.

3.2. Italia dona las instalaciones y material de vuelo

Dispuesto por Italia el repliegue de su MisiónAeronáutica en la Argentina, por considerar cumpli-dos sus fines, donó el 1º de noviembre de 1919 a laArmada Argentina el material aeronaval y la infraes-tructura empleada, que fueron aceptados, desig-nándose al entonces teniente de fragata D. MarcosZar Jefe del Apostadero Aeronaval de San Fernando,integrándose su dotación con el suboficial pilotoJosé Penacho, el carpintero de 2ª Guillermo Covas,los cabos mecánicos Alberto Becerro y MarioMariuzzo, el marinero mecánico Aurelio Neri y diezconscriptos. Vemos así que por lo menos dos de lositalianos venidos con la Misión de la ReggiaAeronáutica –Mariuzzo y Neri- optaron por quedarseen la Argentina, donde formaron sus respectivasfamilias, que aún perduran y subsisten, hoy en sutercera generación local. Mariuzzo, Neri y Berteofueron reconocidos en 1957 como Fundadores de laAviación Naval Argentina.

Las actividades del Apostadero Aeronaval de SanFernando bajo pabellón argentino se mantuvieron apleno entre los años de 1920 y 1922. Su materialde vuelo se vio disminuido por la donación hecha deun hidro Lonher a la Armada Paraguaya, y la pérdi-da de su igual en el accidente narrado. Se adquirióen su reemplazo un hidroavión de procedencia nor-teamericana –Curtiss Sea Gull- y se voló con este ylos cuatro Macchi italianos, haciéndolo en formadiaria y de rutina durante aquel lapso.

Sin levantar sus instalaciones en tierra, el materialde vuelo de San Fernando fue llevado a fines de1922 a Puerto Militar (Base Naval de PuertoBelgrano), a la recién creada Escuela de AviaciónNaval, limitándose entonces el empleo delApostadero a tareas de vigilancia, quedando acargo de un Suboficial. En 1930 se reactivó como

Apostadero Aeronaval, utilizándose sus instalacio-nes como base de operaciones de hidroavionesSavoia Marchetti S-59 bis.

Al respecto es interesante leer unas viejas“Instrucciones Generales sobre operaciones aero-navales del Destacamento San Fernando” de fecha6 de febrero de 1931. Las mismas preveían dosvuelos de exploración diarios en zona Delta, entrelos paralelos de San Isidro e Ibicuí; hacia el Estehasta el río Uruguay, y en el Oeste hasta el Paranáde Las Palmas, ejerciendo la vigilancia del área enlo atinente al contrabando, embarco, desembarco otrasbordo de personal y materiales en sitios ocultoso despoblados. En definitiva su objetivo era: repre-sión del contrabando, ataque a embarcaciones desuperficie y áreas y objetivos en tierra, para ladefensa de la Capital, de ser ésta amenazada porfuerzas revolucionarias provenientes del litoralmesopotámico, donde se había producido un levan-tamiento cívico-militar.

Al promediar 1934 se desistió de su empleo military se entregó a la Prefectura Naval, para su uso enlas tareas de policía fluvial.

3.3. Los raids aeronavales desde elApostadero Naval de San Fernando

El pequeño pero eficiente Apostadero Naval de SanFernando tuvo en los años iniciales de su corta vidavarios hechos de resonancia mundial. Nos referi-mos brevemente a dos de ellos.

3.3.1. 19 DIC 1919. Vuelo Puerto Militar-SanFernando, del hidroavión Macchi 9. Record Sudamericano de velocidad y distancia sobre mar, con o sin pasajero

Para hacer participar por vez primera al arma aero-naval en las ejercitaciones finales de la Flota deMar, se remitieron por ferrocarril, en diciembre de1919, desde San Fernando a Puerto Belgrano, atres hidroaviones del Apostadero. Cumplida la tareacon todo éxito, se resolvió el regreso en vuelo delMacchi MB 9 Nº 2, piloteado por el alférez de navíoMarcos Zar, llevando como pasajero al capitán defragata D. José Gregores, flamante Jefe del novísi-mo Servicio Aeronaval.

Salidos de Puerto Belgrano a las 0420 hs del 19 dediciembre de 1919, volaron bordejeando la costamarítima de la provincia de Buenos Aires a 1000metros de altura. Sobrevolaron Necochea a las

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0616 hs; acuatizaron en Mar del Plata para reapro-visionarse a las 0700 hs; levantaron vuelo a las0900 hs y lo hicieron sobre el cabo San Antonio a la1031 hs efectuando varias pasadas a las 1220 hssobre la Capital Federal (Puerto Nuevo) para finali-zar el raid en San Fernando a las 1230 hs.

Así en un tiempo real de vuelo de 6 horas, se habíanunido los 1080 kilómetros entre Puerto Belgrano ySan Fernando y entraba esta localidad en el libro delos récords aéreos, logrando entre otros menores, elSudamericano de distancia y velocidad sobre elmar, con y sin pasajeros.

3.3.2. 16 MAR 1920. Raid desde San Fernando a Asunción del Paraguay. RécordsMundiales de Vuelo (Velocidad yDistancia) sobre grandes ríos

Los intentos fallidos de volar a Asunción delParaguay de Riseis y de Escario, volvieron a cobraractualidad ante el éxito de Zar. Se planificó enton-ces un raid comprendiendo el vuelo de dos hidroa-viones que, saliendo de San Fernando, lo unieran laciudad de Asunción del Paraguay, volando sobre losríos Paraná y el homónimo de esa capital.

El Macchi MB9 Nº 2 sería conducido por el pilototeniendo de fragata D. Ceferino Pouchan, copiloto elsuboficial José A. Penacho y el Macchi MC7 Nº 1tendría por piloto al alférez de navío D. Marcos Zar.

Emprendido el vuelo desde San Fernando el 19 demarzo de 1920 a las 0535 hs, con cielo despejadoy a 1500 m de altura, se sobrevolaron Zárate, SanPedro, San Nicolás y Villa Constitución, aquí conchubascos y nubosidad en aumento. Rosario fuesobrevolada a 0800 hs, descendiéndose en Paranáa 0820 hs para reaprovisionarse de combustible ylubricantes. La primera etapa de 412 km se habíacumplido en 2 hs 45 minutos, sin novedad alguna.

Emprendido nuevamente el vuelo a 1000 hs, sesepararon los aviones. El Macchi MC7 de Zar pasópor Lavalle, Bella Vista, Empedrado y acuatizó enCorrientes a las 1340 hs, volando en esta segun-da etapa 537 km. Tomó allí Zar conocimiento queel Macchi BM9 de Pochan y Penacho había aban-donado el vuelo por fallas técnicas, haciendo ade-más agua el casco del hidroavión. Decidió enton-ces proseguir el raid solo, despegando deCorrientes a las 1540 hs, sobrevolando PuertoAguirre, Formosa y Puerto Pilcomayo. Arribó aAsunción del Paraguay a las 1735 hs, acuatizando

frente a la Aduana local, cumpliendo la terceraetapa de 320 km en 3 hs 40 minutos.

Zar llevó simbólicamente a Asunción la manija dearranque del motor del hidroavión Lonher del Tte.Escario, en homenaje a ese mártir de la aviaciónparaguaya. Había abierto la ruta de vuelo hacia elnordeste y unido a San Fernando con Asunción.Luego de ser allí agasajado y recorrido el motor de suhidro, emprendió el regreso el 25 de marzo a 0540hs, arribando al lugar inicial de partida en sólo 07 hs20’ de vuelo efectivo y en un tiempo real de 15 hs40’ quebrando todos los récords registrados a lafecha, en momentos que la Nación Argentina feste-jaba otra hazaña aérea propia: el doble cruce de losAndes por los aviadores del Ejército Argentino, loscapitanes Pedro Zanni y Antonio Parodi.

San Fernando de la Buena Vista había sido inscrip-to, una vez más, como punto de partida y de arribode otro vuelo de Zar, éste de repercusión mundial.

4Proyecto para la instalación de laEscuela de Aviación Naval en Punta

Chica, San Fernando

El 17 de octubre de 1919, el Presidente de laRepública, Dr. Hipólito Irigoyen dispuso por decretocrear en el Ministerio de Marina la División deAviación Naval, atento a las funciones tácticas y estra-tégicas que desempeñara la aviación en las opera-ciones de la primer Guerra Mundial, modificando fun-damentalmente los principios de la guerra marítima.

Esta División, que debía proyectar la formación delCuerpo de Aviación Naval, así como la utilización delpersonal y del material, realizó un estudio compara-tivo de los lugares más convenientes para instalar laEscuela de Aviación Naval. Analizados Río Santiago,Mar del Plata y Puerto Belgrano, consideró comolugar más conveniente a San Fernando y sendosdecretos de julio de 1920 expropiaron a Elena Fríasde White y a Elvira Frías de Martínez de Hoz 24.825m2 de terreno y edificación “en el partido de SanFernando entre la línea del bajo del FerrocarrilCentral Argentino y la línea de Rivera” haciendo lomismo con las propiedades de Adolfo Blaquier(7.539 m2) y de Ana I. de Santamarina (18.469m2), en tierras adyacentes a las anteriores.

Avanzadas las licitaciones para encarar las obras deestas instalaciones, se produjo un entredicho juris-diccional entre los Ministerios de Marina y de Obras

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Públicas que trascendió a los distintos medios y enparticular al diario “La Prensa”, que llevaron a des-cartar el proyecto y a concretarlo dentro del ámbitode Puerto Belgrano, donde en definitiva se instaló laflamante Escuela de Aviación Naval.

5El actual Apostadero Naval SanFernando

Por decreto Nº 40.250 del año 1947 y “a los finesmilitares y para la Defensa Nacional” se dispuso laexpropiación de las Manzanas 41, Parcela 3ª y la35, Parcela Ib, propiedades de la familia Núñez yAcosta, en el égido del partido de San Fernando.

Posteriormente estos terrenos se ampliaron consucesivas expropiaciones (propiedades de Núñez yAcosta en la Circ. IV, Frac. VII Parcela III, por decretoNº 28.253/47; de José Iriarte y Hamley Vittino en laCirc. IV ección A, Manzanas 42 y 36, por decreto Nº36.438/47, y de Cayetano Sarli en la Circ. IV,Parcela 6ª, por decreto Nº 3.551/48), las que entotal sumaron 110.083, 81 m2.

Próximos a los terrenos mencionados (que origina-riamente eran en gran parte bañados y juncales,mejorados posteriormente por relleno) en el año1939 y por decreto Nº 43.896 se dispuso la cons-trucción en la zona aledaña de una Dársena deHidroaviones, habilitada el 15 de septiembre de1944, ocupando una superficie de 80.000 m2,siendo entregada al Ministerio de Marina por el deObras Públicas el 2 de enero de 1945. Dos mesesdespués la Armada la cedió al Yacht Club Argentino,“a título y utilización únicamente para fondeaderode Yachts y Escuelas de Hidroaviación”.

El 30 de septiembre de 1971, se dispuso crear elApostadero Naval San Fernando para “ser asientode los Yates Oficiales asignados al Comando en Jefede la Armada”, tomando parte de las parcelasexpropiadas anteriormente y de la Dársena anexa,manteniendo el Yacht Club Argentino la utilizaciónde las restantes, para varadero y estacionamiento,así como la Dársena Naval Exterior, con excepciónde su canal de acceso.

La última modificación de estos terrenos se produjoen marzo de 1983, cuando la Provincia de BuenosAires cedió a la Armada, con destino a la zona deseguridad del Apostadero Naval, terrenos de origenmunicipal que ocupaba un anexo del Rowing Club ycuya concesión había finalizado. Ante los reclamos

de la Municipalidad de San Fernando, el 12 de abrilde 1984 se firmó un Acta Convenio con ella, proce-diéndose a la devolución de los terrenos en cues-tión, recibiendo la Armada a cambio una fracción de1.300 m2, lindante con el Apostadero, para com-pletar la zona de seguridad del mismo.

La actividad del Apostadero Naval de San Fernando,a partir de 1971 y a la fecha, se ha ajustado al moti-vo de su creación, manteniéndose en ella las embar-caciones del tipo determinado, asignadas a laPresidencia de la República, Ministerio de Defensa yal Estado Mayor General de la Armada, encontrándo-se a cargo de un oficial Jefe, responsable delApostadero y de los medios a flote en él fondeados. n

Bibliografía consultada:

n Arguindeguy, Pablo E.: Historia de la Aviación Naval Argentina. DEHN. Serie B.Nº 22. 2 vol. Bs. As. 1980.

n Cordero, Héctor A.: El Antiguo Canal de San Fernando. Ed. Biblioteca y MuseoPopular “Juan N. Madero”. San Fernando 1949.

n Fraguío, Carlos Jaime: Historia de los puertos argentinos. Período 1870-1900.En: Historia Marítima Argentina. Vol. VIII, Cap. XVII. El Puerto de SanFernando. Pp. 510/511. Bs. As. 1990.

n Kasser, Gustavo Domingo. Jefe del Apostadero Naval de San Fernando (1998):aportes documentales sobre el actual Apostadero Naval de San Fernando, anuestra solicitud.

n López, Norberto Aurelio: Historia del Puerto de San Fernando. En: PrimerCongreso de la Historia de los Puertos Argentinos. Tomo II pp. 155 y ss. Bs.As. 1983.

n Udaondo, Enrique: Apuntes Históricos del pueblo de San Fernando. Mrio. DeEducación, Pcia. De Bs. As. Publicaciones del Archivo Histórico de la PBA “Dr.Ricardo Levene”. Serie II. Contribución a la historia de los pueblos de la PBA.Vol. II. La Plata 1930.

Hemeroteca:

n Boletín del Centro Naval. Bs. As. Años 1917/1972 (Crónica Nacional).n La Prensa, periódico de Bs. As. Años 1919 y 1931/34.n Caras y Caretas (Colecc. Del AGN, Bs. As.). Nros. De DIC 1918 a DIC 1923.

Documentos:

n Gral. de la Nación. Bs. As.: Memorias del Ministerio de Guerra y Marina1875/1898. Memorias del Mrio. De Marina 1918 a 1935. Sala III, Capitaníasde Puertos. Cajas 1870/1880.

n Archivo Gral. de la Armada. Bs. As.: Legajos de: VL Marcos A. Zar, CF CeferinoPuchan. Historiales y Diarios de Navegación de los buques citados en el punto2. del presente trabajo.

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Crónica sobre el 3 de marzo

Como ocurre todos los años el 3 demarzo se conmemoró el fallecimiento denuestro Gran Almirante.

En esta ocasión, en Buenos Aires, se desarrollaronuna serie de eventos, algunos de los cuales alcan-zaron ribetes de gran magnitud.

El más destacable de ellos ha sido la visita delComandante del Servicio Naval de la República deIrlanda, Comodoro Francis Lynch, y del buque insig-nia de la Armada irlandesa L. E. Eithne.

La invitación había sido cursada por la ArmadaArgentina algunos años atrás. Recién ahora se pudoconcretar debido a la planificación que demandabay a que se aspira a que este valioso gesto de laRepública de Irlanda constituya el punto inicial delos fastos que conmemoraran, el año que viene, el150º aniversario de la muerte del Almirante donGuillermo Brown.

El buque fue construido hace 22 años y tiene unatripulación de 55 hombres y mujeres. Para esta oca-sión tan especial esa cantidad se incrementó hasta76 tripulantes.

Esta visita constituye un hito en la historia naval deambas naciones, ya que nuestro país nunca habíasido visitado por una unidad naval irlandesa y es laprimera oportunidad en que una de ellas navegapor el Atlántico Sur.

La presencia del señor Comodoro Lynch y de uno desus buques subordinados representa un gesto desumo valor por parte del gobierno de la Repúblicade Irlanda.

Como es de estilo en estos casos, además de lasactividades protocolares de las autoridades, sedesarrollaron otras para facilitar a los marinos irlan-deses conocer un poco más de la RepúblicaArgentina y su gente.

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El 3 de marzo se efectuó la tradicional ceremonia,presidida por la Ministro de Defensa Dra NildaGarré, en el Apostadero Naval Buenos Aires.

Durante la misma, se hizo entrega al embajador dela República de Irlanda, Mr Máirtín O´Fainin, deuna estatua del Almirante Brown, construida en laciudad de Rosario, para ser instalada en la ciudadde Dublín y que fue transportada hasta allá por elnavío visitante.

Por su parte el Jefe del Estado Mayor General de laArmada, almirante Jorge Godoy, entregó a laArmada irlandesa por medio del comodoro Lynchuna réplica de la espada del Almirante, Brown, el

Presidente del Instituto Nacional Browniano, viceal-mirante Oscar Albino, obsequió al buque L. E.Eithne, en manos de su comandante el capitánMark Mellet la bandera de San Andrés, insignia denuestro Gran almirante y el Intendente del Partidode Almirante Brown hizo entrega de un presente alcapitán Mellet. n

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Incorpórese como miembro delInstituto Nacional Browniano

Principales objetivos: Exaltar la figura del Almirante Don Guillermo Brown y fomentar la conciencia naval y marítima argentina por medio de:

• La investigación y exposición de su vida y su obra, y la de sus colaboradores y subordinados.

• La divulgación de la historia de la Armada Argentina.• El estudio y la difusión de los intereses marítimos y fluviales argentinos,

circunscriptos a sus aspectos históricos.

Necesitamos la participación de todos aquellos ciudadanos convencidos de la necesidad de man-tener y difundir nuestras tradiciones navales.Todo ciudadano interesado en la investigación histórica relacionada con nuestros objetivos puedeser miembro del Instituto Nacional Browniano. Su aporte intelectual es importante para nosotros.Su contribución nos permite mantener nuestra actividad.

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Las siguientes líneas intentan contribuir a obtener una idea aproximada del sitio dondese libró el Combate de Monte Santiago. Para ello es necesario conocer la toponímia dela antigua Ensenada de Barragán e interpretar la historia escrita.

Roberto P. Castillo, Vocal del Instituto Nacional Browniano, Filial La Plata.

ENSAYOS Y NOTAS

Más allá de la punta del Monte

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Cartografía de la ensenada de Barragán

Por cierto la carta de Manuel de Ibarbelz, de 1962, yacontenía los nombres de San Tiago y el de Barragán.Pero recién en 1730, en la carta de don DomingoTetrarca, aparece la denominación punta del monteSantiago, en alusión directa al monte que cubría a laporción de tierra, con forma de lengua, que daba abri-go a las naves. Este documento incluye la punta deLara, la casa de Lara, la estancia de Pablo Barragán,el Río Santiago y las marcas de la sonda.

Transcurrieron cuarenta años y el Capitán Becerra yel Piloto González levantan la carga, año de 1770, Nº30 del catálogo del Servicio Hidrográfico, que indicael monte Santiago con una extensión de 5,6 kilóme-tros río abajo, tomados desde la punta del monte.

Es significativo observar que existían tres canalesde ingreso a la caleta de la Ensenada. El primero, elmás importante, ubicado frente a la Punta de Lara,muy amplio y profundo. El segundo frente a la pre-térita batería de Santiago y a unos 4,5 kilómetros alNNO de la punta del monte, cuya anchura rondabalos 300 metros, con fondos de 13, 14 y 15 pies.Contigua a la punta del monte se tenía una vía deagua, muy estrecha, para embarcaciones ligeras yla marca de la sonda en 6 pies.

La punta del monte, bañada por las aguas del Ríode la Plata y a una milla marina al norte, ofrecía unsondaje de 16 pies.

En 1898, por orden del Consulado, don Pedro

Cerviño y don Juan de Inciarte confeccionan sucarta. Le otorgan más precisión al paraje, la caletay las profundidades. Designan al monte Santiago, laPunta de Lara, la casa de Ballesteros, cuatro cursosde agua en tierra firme y el monte cruzado por dosarroyos, uno de ellos el arroyo de Confisco. Estacorriente de agua distaba 1,6 kilómetros de lapunta del monte.

En el fondo de la caleta, una débil línea marca el RíoSantiago, adentrándose paralelo a la espesura delmonte con rumbo SE.

Toll y Aispurúa en el antiguo puerto

Siete años después del célebre combate de MonteSantiago, el Coronel don Antonio Toll y el profesorNáutico Zacarías Aispurúa presentan una carta dela Ensenada, en 1834, que muestra una extensiónde tierra y agua de poco más de 19 kilómetros deamplitud.

El acceso al puerto, frente a la punta de Lara, era unportal con 3,6 kilómetros de ensanche con límitesprecisos, por el extremo SE del banco de Lara y lapunta NO del banco de Santiago. El lecho del río setocaba en los 14, 17, 16, 18 y 13 pies aptos paranaves de muy buen calado.

El veril norte del gran banco de Santiago se desliza-ba paralelo a la línea de la costa del monteSantiago, que a la altura del arroyo de Confisco se lomedía 3,8 kilómetros río adentro.

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El relevamiento indicaba al monte Santiago en unalínea de 7,9 kilómetros más debajo de la Ensenada.Sin embargo, el monte se dilataba unos kilómetrosmás aguas abajo.

El extremo del banco de Santiago, su veril NNO, caíajusto frente a la estancia de Lara, a 3.700 y 5.000metros de la costa.

Si bien la carta no lo muestra aún existía el canalintermedio que sondaron Becerra y González, de300 metros de holgura, ya mencionado. Por supues-to la brecha hubo de ser algo menor como así sufondo, por acción aluvional.

Al parecer a éste canal se accedía, desde adentrodel río, por una enfilación clavada en el lecho dearena conocida como palo blanco, algo así comoun poste o mástil con ese color que servía a losnavegantes.

Entre las descripciones del lugar cercano al comba-

te de Monte Santiago se cita al Palo Blanco y el arro-yo de Confisco.

Otra mención al Palo Blanco la encontramos en elDiario de Noticias del Capitán del Puerto de BuenosAires, Coronel de Marina don Francisco Lynch, tomo II,página 135, nos informa que el 28 de enero de 1828se terminó de construir la batería Bravo GeneralBrown, también llamada batería de Punta Lara, traba-jo hecho por el Coronel Holmberg; este punto de defen-sa estuvo ubicado de cara al indicado canal intermedio.

Meses más tarde, el 16 de junio de 1828, la batería,el canal y el Palo Blanco fueron testigos del últimocombate del bergantín nacional General Brandsen,de regreso de su fructífero viaje de corso.

La historia no señala que el bergantín Brandsenpasara cerca de los restos de los bergantines nacio-nales República e Independencia que lo estabandesde catorce meses antes. También es cierto noera necesario expresarlo.

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Punta de Lara

Arroyo Piloto

Batería arruinada

Pueblo de la Ensenada

Pedro Juan

Arroyo Piloto

Arroyo

Cañas

Arroyo

Confisco

Casa deBallesteros

1 milla

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4

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1

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Monte de Sant iago

Levantado por orden del Consuladopor D. Pedro Cerviño y D. Juan de Inciarte

Año 1798

Banco que se va elevandoy ya tiene monte y juncos

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La transcripción de la historia escrita

A) El Almirante Guillermo Brown, por intermedio delCapitán Juan H. Coe se dirige al ComandanteGeneral de Marina don José Zapiola, dándoleparte del combate de Monte Santiago, 11 deabril de 1827.… continuamos así hasta las dos y media a.m.del 7, a cuya hora el República e Independenciavararon desgraciadamente en la punta deSantiago [Tomo IV, pág. 230, nota (1), Anjel J.Carranza, “Campañas Navales de la RepúblicaArgentina].

B) … varó frente a la Ensenada de Barragán, al Estedel Banco de Santiago [Guillermo Brown,“Apostillas a su vida”, de Pablo E. Arguindeguy yHoracio Rodríguez, página 191].

C) … pues los republicanos se hallaban práctica-mente detenidos al ESE, por la marea baja, enlas proximidades del banco de Monte Santiago,entre el arroyo de Confisco y el palo Blanco[Diario de Noticias del Capitán del Puerto deBuenos Aires, Coronel de Marina don F. Lynch,página 189].

D) … pero los republicanos, los dos bergantines,debido a un error en la estima, varan en las pro-ximidades de la costa.… El accidente se había producido en el bancode Santiago, frente al monte del mismo nombrey en lugar próximo a la entrada del puerto de laEnsenada [“Historia del Almirante Brown”, deHéctor R. Ratto, Departamento de EstudiosHistóricos Navales, página 236].

E) Cróquis, figura 2, de Monte Santiago, basado enuno de don Antonio Toll y Zacarias Aispurúa,1834. Dibujo de R. Sundblad, D.E.H.N., [HistoriaMarítima Argentina, Capítulo XIV, MonteSantiago, una heroica derrota, página 406.Muestra a los dos bergantines, Independencia yRepública, varados en el extremo NO del bancode Santiago].

F) Por esta razón, a las dos y media de la noche,vararon en la punta o saliente del banco deSantiago, los dos bergantines República eIndependencia [Ibídem, página 406].

G) El banco en que estos buques encallaron está alcostado del monte Santiago y tiene no menos detres brazas de agua [Revista de Publicaciones

Navales, Tomo XXII, Nº 207, Julio de 1912,página 414].

H) Nuestras embarcaciones más veleras y de menorcalado no daban tregua al enemigo batiéndolocon certero fuego. Así fustigados hicieron proa alESE y en loca y desenfrenada carrera fueron aencallar, 5 millas al E, en el veril del banco deSantiago entre las puntas Confisco y Palo Blanco,los brigs Independencia y República [Revista dePublicaciones Navales, tomo XLIX, números 356-357, mayo y junio de 1926, la Táctica en lasCampañas Navales Nacionales. Combate deMonte Santiago, 7 y 8 de abril de 1827. Lucas A.Boiteux, Capitán de Corbeta, de la RevistaMarítima Brasileira, julio de 1925].

I) El República y el Independencia en el encuentroque … con las fuerzas argentinas al mando deBrown en los días 7 y 8 de abril al Este de losbancos de Santiago [Revista de PublicacionesNavales, Tomo XXIV, Nº 266, junio de 1912, artí-culo La Campaña Naval de 1826-1828, porMeirelles Da Silva, página 253].

J) … los bergantines vararon 5 a 6 millas del otrolado de la punta de la Ensenada [CajaPeriódicos, página 93, de Arturo Tenencia, depo-sitada en Casa Amarilla].

K) … que los bergantines Independencia yRepública vararon como a 7 millas más debajode la Ensenada [Tomo tres de la obra de Anjel J.Carranza, página 260, periódico The AmericanNos. 4 al 9 inclusive].

L) A la una de la mañana se ordenó al ComandanteEspora preparar seis cañoneras y tres lanchas,para salir para la Ensenada a tirotearla e incen-diar si fuera posible a la fragata Paula, varadafrente de la punta de Santiago [Tomo I, Diario deNoticias del Capitán del puerto de Buenos Aires,Cnel de Marina don F. Lynch, página 191, día 10de abril de 1827].

M) … averiguar el punto fijo dónde han quedado losbergantines Independencia y República, [NotaNº 11, dirigida al Subdelegado en Ensenada, 9de abril, Caja 1315, Departamento de EstudiosHistóricos Navales, Casa Amarilla].La reseña de versiones se completa con uncuadro de las millas marinas señaladas, másallá de la punta del monte, con su equivalenteen kilómetros.

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Valor Kilómetros5 millas marinas 9,266 millas marinas 11,117 millas marinas 12,96

El valor de 1852 por cada milla marina estávigente desde 1730.En realidad todos los datos precedentes, que ala lectura, parecen anodinos, constituyen labase fundamental para conocer y comprender elárea de la antigua Ensenada de Barragán y per-cibir que el combate de Monte Santiago, a juzgarpor los antecedentes, tuvo un lugar un tanto dis-tinto, en cuanto a distancia, a lo hasta ahoraaceptado.El horizonte mental se amplía al especificar losdatos siguientes:1. El río Santiago se extendió por 9,9 kilómetros

a un costado del monte Santiago. Tenía unadesembocadura al Río de la Plata en un arro-yo más estrecho llamado Palo Blanco.

2. El monte Santiago fue una isla que comenza-ba en la punta de Santiago y concluía en elarroyo Palo Blanco.

3. La extensión del monte Santiago, en 1827,era de 5,7 millas náuticas, unos 10,7 kiló-metros.

4. El arroyo Palo Blanco fue cegado en 1913con las obras del conducto de salubridad.

Un rasgo común, en el más estricto sentido demarcar una escena río, un fondo, ampliando laspruebas la nota Nº 25, de abril 29 de 1827…“… se conozca y sacar todo lo que se pudiera dela artillería y armas de los bergantinesIndependencia y República perdidos frente alMonte Santiago, lo mismo que la artillería dealgunos buques enemigos”.[Firmado: Ministerio de Guerra y Marina, Franciscode la Cruz, Caja 1315, D.E.H.N. Casa Amarilla].

La Congreso y su entrada a la Ensenada de Barragán

Cuatro fueron las velas que salieron de Los Pozosen pos de salir del Río de la Plata, Independencia,República, Sarandí y la barca Congreso al mando deGuillermo Mason.

Al varar lo hizo primero el Independencia, varioscables atrás el República, con la insignia del geniaGuillermo Brown, en medio de los dos bergantines lamuy veloz goleta Sarandí, luego bastante a popa delbuque comandado por Granville, la barca Congreso.

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Bateríade Barragán

Pueblo de la Ensenadade Barragán A, B y C, posibles donde

vararon los bergantines Independencia y República

Río Santiago

Veril del Banco

Caleta

Ao. Palo Blanco

Ao. C

onfis

co

millas0 1 2 3

Monte de Sant iago

Carta de la Ensenada de Barragán, 1834Copia y extensión de Toll y Aispurúa

Punta delMonte

7 millas, 12,9 Km6 millas, 11,1 Km5 millas, 9,2 Km

A B C

2,6

Km

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A las 0800 horas de la mañana del 7 de abril, elAlmirante Brown mediante señales, da la orden, a labarca, de regresar a Buenos Aires.

La barca, de acuerdo al relato, estaba con su proaal NO.

“La Congreso, de menos calado, viró en el actocomo la Sarandí, echando sus anclas en las inme-diaciones…”, [página 440, Capítulo XI, MonteSantiago, Campañas Navales de la RepúblicaArgentina, de Anjel J. Carranza].

De ese mismo capítulo dice, “la Congreso se dirigíapegada a los bancos hacia Buenos Aires”. [CapítuloXIV, Historia Marítima Argentina, página 408].

Luego, expresa “…y cortado el camino estrechadosobre los bancos la Congreso se vió obligada a virary dirigirse a la Ensenada”. En ese caso la barcadebió virar a babor pues a estribor estaban los cua-tro buques imperiales; pero a babor estaban losbancos.

La pregunta es casi obligatoria ¿cómo hizo laCongreso para virar, navegar y pasar por detrás opor el frente de las tres embarcaciones nacionales,sin registrarlo la historia?

Se faltaría a un deber si no se hiciera constar quela historia concuerda cuando el hecho de armasse ubicó a un costado del monte Santiago. Deesta manera sí tiene sentido el viaje de regreso dela Congreso.

Dicen que la Congreso empleó una hora y media, oalgo más, en hacer el recorrido y llegar a los pozosde la Ensenada.

No hay duda que Mason sorteó los bancos con habi-lidad, se pegó al veril norte del gran banco deSantiago y, quizá los cruzó con marea alta, navegócombatiendo hasta la gran abertura en el extremoNNO del Banco de Santiago, viró a babor y quedóprotegido por la naturaleza y el fondeadero.

Surge otra incógnita al leer el tomo I, página 390 dela obra Apuntes sobre los buques de la ArmadaArgentina de Pablo E. Arguindeguy. Allí se lee “prác-ticamente desarbolada y sin munición”, en referen-cia a la Congreso.

Es bueno recordar que la nave poseía, según la obracitada, 18 cañones. En aquellos años se aceptaba

que por cada pieza de artillería le correspondíanunas 60/70 proyectiles. La pregunta es ¿cómo enuna hora y media de viaje, al intentar volver aBuenos Aires, agotó su parque?

En la noche del 6 al 7 de abril, a partir del momento enque se los descubrió, la barca era última en la fila denavegación, ¿puede tener cuerpo la idea que la corbe-ta Maceió le hizo fuego? Por lo tanto ¿la Congreso lerespondió con su pieza de caza, a popa, si en realidadlas tenía y de ahí su consumo de munición?

Esto lleva a pensar que la distancia y el tiempo denavegación fue mayor. El intercambio de fuego conlas embarcaciones imperiales lo hizo con la bandade estribor, o también sumadas dos piezas en caza,si las tuvo.

En cada detalle de este análisis no es olvido que elviento era del norte, con proa rumbo a Buenos Airesy la Barca no era veloz.

El consumo de munición tiene cierto sentido siMason navegó desde una posición muy al SE de lapunta del monte Santiago.

Con un viento no muy propicio, acosaba por cuatrobajeles enemigos, pegada al veril del banco deSantiago y combatiendo, llegar hasta frente depunta de Lara, virar a babor y lograr la proteccióndel anclaje de la Ensenada, constituyó una hazaña.

El hombre de la sonda

La noche del 6 de abril de 1827 habría dejado veruna luna plena, quizás, plenilunio, algunas nubesentrecortadas, por momentos, oscurecían la super-ficie del agua.

El viento no muy favorable, en un principio, la nece-sidad de navegar cerca de los bancos y la bajante,por horario, de la marea eran las condiciones.

Al menos los bergantines Independencia y Repúblicallevaban carga extra para equipar los navíos captu-rados en Carmen de Patagones, lo que hacía que laquilla estuviera más cerca del fondo.

Luego de algunas horas de navegación, elIndependencia, con su comandante FranciscoDrummond, hacía sondar constantemente. El hom-bre de la sonda cantó 4 brazas, la orden de virar ababor fue rápida, pero no lo suficiente, la lectura

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real había sido 2 brazas y ¾, enseguida el bergan-tín cabeza de línea varó.

El cuadro de brazas inglesas y españolas y su equi-valente en metros otorga un elemento más para com-prender que el sitio del combate y/o varado, no fue niel veril NNO del banco de Santiago, menos la posicióna 4.300 metros al NNO de la punta del monte.

Valor Braza inglesa Braza Española4 brazas 7,28 metros 6,68 metros2 ¾ brazas 5,00 metros 4,59 metros

Una braza inglesa equivale a 1,82 metros. Unabraza española equivale a 1,67 metros.

El error del hombre de la sonda y el rumbo del ber-gantín, que era SE, hizo varar a éste con una proaoblicua al veril del banco, luego el estremecimientode la nave y queda atrapada en el abrazo de laarena paralelo a la costa.

Si los dos bergantines hubiesen varado tal comomuestra la fig. 2 página 409, Capítulo XIV, HistoriaMarítima Argentina, los valores de la sonda hubie-ran sido inferiores a 2 brazas y ¾.

La pluma de Héctor R. Ratto, en “Historia delAlmirante Brown” al asentar “varan en las proximi-dades de la costa”, se contrapone a la figura 2 men-cionada, punto geográfico distante 3,700 metros dela costa.

Nota: el autor de este artículo supone, que laCongreso alcanzó, desde una posición al SE de lapunta del monte, llegar al extremo NNO del bancode Santiago.

Los bergantines en su lugar

De lo expuesto, existen conclusiones valorativas, dela zona más segura del hecho de armas, por exten-sión del lugar que los datos proveen.

La escritora e investigadora Guillermina Sors deTricerri, en su libro “La Ensenada de Barragán”,reconoce la existencia del arroyo Palo Blanco comoextensión del Río Santiago y que su nombre, pordocumentación obtenida, aparece hacia 1850. Estohace suponer que la designación es muy anterior.

El sitio donde vararon fue muy cerca de la costa. EnLecciones de Historia Naval Argentina, de Ricardo

Piccinilli, página 232, leemos “No muy lejos de lacosta rumbo…”.

Si el combate hubiese ocurrido en la punta NNO delbanco de Santiago el punto estaba ubicado entrelos 3.700 y 5.000 metros de la costa.

La pregunta es, ¿qué oficial a cargo u artillerohabría de transportar una pieza de artillería y hacerfuego a tal distancia?

El Subdelegado, Teniente Coronel don IgnacioInarra, a cargo de la batería de la Ensenada(Barragán) nunca envió un parte, a Buenos Aires,informando tener el combate a la vista, dado que enese año la posición militar gozaba de una vistaplena hacia Punta de Lara.

Los informes en cuanto a que el combate tuvo lugara 5, 6 y 7 millas más debajo de la Ensenada podríantomar cuerpo y la idea es muy próxima a la salida delantiguo arroyo Palo Blanco.

El Capitán de Corbeta, brasilero, Lucas A. Boiteux,designa “entre las puntas, Confisco y Palo Blanco”,lo cual remite a puntos en tierra.

La mayor parte de los relatos hablan de “al Este delos bancos de Santiago”.

Arturo Tenencia, es concluyente al expresar [caja deperiódicos, Casa Amarilla], 5 a 6 millas del otro ladode la Ensenada.

La historia dice que “los navíos brasileros pasaron atodo trapo”, es muy probable que el viento rotó alcuadrante NO, de tal forma que impulsó a los ber-gantines republicanos a mayor velocidad y máslejos.

Lo anterior explica la lectura “sobrepasaron lamarca” o la estima, pues, al parecer, la intención deGuillermo Brown fue entrar en la caleta de Barragány evitar al enemigo, por la gran abertura, ya explica-da, frente a la Punta de Lara.

Las incógnitas sobre la barca Congreso planteadaes complementaria con la última pregunta, ¿porquéno salió de la Ensenada algún lanchón o embarca-ción armada en auxilio de los bergantines?

La respuesta es por falta de naves, por seguridad yla otra “lejos, del otro lado de la punta del monte”.“Al ponerse el sol ayer han fondeado frente al puer-

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to de la Ensenada tres fragatas, tres corbetas, tresbergantines y cinco goletas y hoy, esta mañanamandaron dos botes a recorrer la costa del MonteSantiago hasta donde están incendiados los ber-

gantines República e Independencia” [Tomo I, pági-na 196, día 28 de abril de 1827, Diario de Noticiasdel Capitán del Puerto de Buenos Aires Coronel deMarina don Francisco Lynch].

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n Campañas Navales de la República Argentina, AnjelJ. Carranza.

n Historia Marítima Argentina, Laurio H. Destéfani.n Guillermo Brown, apostillas a su vida, P. E.

Arguindeguy y H. Rodríguez.n Diario de Noticias del Capitán del puerto de Buenos

Aires, Cnel de Marina don Francisco Lynch.n Historia del Almirante Brown, Héctor H. Ratto.

n La Ensenada de Barragán, Guillermina Sors deTricerri.

n Caja Nº 1315, Casa Amarilla.n Caja Periódicos, Arturo Benencia.n Revista de Publicaciones Navales Nº 356-357.n Revista de Publicaciones Navales Nº 266.n Cartografía de Domingo Tetrarca, Becerra y

González, Cerviño e Inciarte, Toll y Aispurúa y Mapade Taullard.

n Capitán de Navío Orlando Gutiérrez del Barrio.n Capitán de Ultramar Eduardo Radivoj.n Suboficial Mayor, señor José Bamio.n Contraalmirante Pablo E. Arguindeguy.

Bibliografía: Agradecimientos:

CENTRO NAVALANEXO

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SUPLEMENTO ESPECIAL

1966 — 40 AÑOS DE VIDA — 2006Desde aquel Septiembre de 1966, COVIARA hacompletado una existencia de cuarenta años dedi-cados a dignificar a las familiar, a través del acce-so a la vivienda propia.Por esta ya larga trayectoria muchos integrantes dela Armada Argentina, la Prefectura Naval Argentinay del personal civil del Ministerio de Defensa quehayan accedido a algunas de las casi 7576 vivien-das entregadas y lean estas breves líneas, podrándetenerse en un momento de reflexión, para recor-dar el instante en que la Empresa les abrió el cami-no a la posesión del techo propio, que hoy com-parten con sus familias.Ha habido circunstancias difíciles como las genera-das por la cancelación de los fondos del FONAVI enEnero de 1995 y luego las dramáticas alternativas dela economía nacional con la devaluación de Enero de2002, que provocó una considerable devaluación desu cartera hipotecaria, pero COVIARA, buscando siem-pre la optimización de su operatoria, pero más quenada con su gran determinación en el logro de sus

objetivos sociales, las pudo superar y se ha propues-to seguir adelante tratando de ampliar su acción.Buscando además, llegar a todos los niveles de suspotenciales clientes beneficiarios, la empresa conti-núa con el cumplimiento de sus planes a través dela terminación de los emprendimientos para el perío-do 2002/2005 y el inicio de obras nuevas en laCapital Federal y agregando ahora, obras en Zárate,San Nicolás, Verónica, Mar del Plata y Punta Alta,con sus propias capacidades financieras y ofre-ciendo siempre las condiciones más accesibles.Para el futuro, COVIARA habrá de mantenerse en lasenda que le traza su estatuto, para continuar ponien-do al alcance de sus beneficiarios una vivienda dignaque puedan abordar con sus propios ingresos.El permanente logro de este objetivo, en la misiónque tiene impuesta y a ello concurrirán todos susesfuerzos presentes y futuros.

Vicealmirante (RS) ANTONIO J. MOZZARELLIPresidente

CONSTRUCCIÓNDE VIVIENDAPARA LA ARMADA

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Dr. Luis Marcos Camisani

ENSAYOS Y NOTAS

Una aventura náutica(un viaje al fin del mundo)

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Soy propietario del velero Kaiken (1) ysocio del Club de Veleros Barlovento,instituición que se creó bajo la advo-cación de un extraordinario marino: elComandante don Luis Piedra Buena.Motivo éste por el que quizá en variasoportunidades los integrantes de lamisma se lanzaron con la proa al Surpara tratar de conocer el bravío MarArgentino, ese Mar y esas Costas delas que “Don Luis” fue a lo largo detoda su vida un celoso custodio.

En nuestro caso, a lo largo de esas largas charlasque la gente marinera tiene en los fondeaderos,hace dos años comenzó a germinar un proyectoentre un grupo de amigos de los que ninguno esmarino profesional, mezcla de aventura y desafío:como Kaiken es el nombre de esa ave integrante dela fauna de nuestros mares australes, por qué nodesplegar sus alas (o velas), navegar hacia la Isla delos Estrados y luego continuar hasta virar el míticoCabo de Hornos ?...

Mirando ahora hacia atrás, nos parece increíbletodo lo que pudo hacer el grupo integrado por elcapitán-propietario y sus amigos, esa incondicional,experta y entusiasta tripulación, para conseguirponer el barco a son de mar. Aquí y antes de seguiradelante debemos destacar el apoyo táctico que laArmada Argentina y la Prefectura Naval prestó,como habitualmente hace con todos los proyectosnáuticos deportivos y “hechos de la Mar”; en parti-cular el “cable a tierra” que significaron las doscomunicaciones diarias (a 11,00 y 17,00 hs) esta-blecidas con el S.A.R.A. (Servicio Auxiliar deRadioaficionados de la Armada), a través de las cua-les pudimos mantener contacto con nuestras fami-lias y recibir un parte meteorológico producido por elServicio Meteorológico Nacional, que se cumplió alo largo de todas las singladuras.

La primera etapa: San Isidro - Mar del Plata

En las primeras horas de la noche del 19 de noviem-bre de 2004, empezamos a llegar al Barlovento unoa uno con enormes bolsos, repletos de equipo sure-ro y sueños marineros, ya que para nosotros la nave-gación oceánica a vela es en sí misma el destino, enella es cuando el velerista disfruta más su condiciónde tal; pero a la vez cansados luego de tantas jor-nadas de alistamiento, puesta a punto, compras yestiba y asombrados al ver que tantas cosas habíanencontrado su lugar correcto y que la seca sentinadel Kaiken lucía como góndola de supermercado.

Luego de despachar con destino a Ushuaia yescalas, en una hermosa y despejada noche decielo claro y luna en creciente, zarpamos el día 20a las 00,30 horas con viento franco, que pocodespués se afirmó en 25 nudos con el que sur-feábamos a 8 nudos entre la espuma de unaimportante marejada.

Para la primera etapa la derrota se trazó desde SanIsidro a Mar del Plata, y en ella los tripulantes fue-ron: Luis Camisani, Antonio Maraia, GermánCamps, Jorge Gnesda, Franco Momeso y CarlosLambruschini, y la cumplimos acompañados por losmuchachos del S.A.R.A. con mayor a tope y foque,de borde, hasta trabuchar al través de PuntaMédanos por afuera de la canaleta, sin apuro, dis-frutando de la empopada.

El 22 recalamos en Mar del Plata sin problemas ytomamos amarra en el Yacht Club Argentino,donde nos inundó ese penetrante y particular olordel puerto. Allí nuestra bandera ondeó orgullosaen el mástil del Club junto a las banderas de cor-tesía de los barcos allí amarrados en tránsito haciael Sur: alemanes, españoles, holandeses, france-ses, ingleses...

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La segunda etapa: Mar del Plata – Puerto Parry (Isla de los Estados)

Desde la zarpada de éste puerto hasta iniciar elregreso al Norte, incluido el pasaje del Cabo deHornos, la tripulación estaría formada por el capi-tán, el doctor Luis Camisani de 57 años delBarlovento; el teniente coronel Horacio Barreiro de60 años del YCA; de Antonio Maraia de 56 años delBarlovento y del doctor Germán Camps de 42 añosdel Club Náutico Buchardo, todos unos “pibes”...

La zarpada para la segunda etapa (Mar del Plata –Puerto Parry en la Isla de los Estados), la planifica-mos para el día 6 de diciembre y respecto al horariosólo fijamos que sería después de almorzar en elresto-bar del fondeadero. Después de los consabi-dos brindis, el zigzagueante muelle se fue llenandode amigos y familiares, mientras nosotros cargába-mos los últimos pertrechos, y las tripulacionesextranjeras vecinas sonaban sus cuernos de nieblay bocinas varias, haciendo muy emotiva la partida.Para completar la toma de fotografías y video, losmuchachos del YCA ofrecieron una lancha de apoyoen la que muchos siguieron nuestra estela hasta labocana del puerto.

A las 13,15 horas partimos dejando claras las paranosotros, altas escolleras, cual “Columnas deHércules”, y pasamos a ser hijos del viento al rumbo220º que nos alejaba de tierra, a la que no volvería-mos a ver por 10 días. Lo último que divisamos deella sería la luminosidad de Quequén-Necochea.

Con el viento rotando suavemente al NNE empuján-donos a rumbo, nos fuimos aclimatándonos a la marocéano que nos regaló una noche de cielo azul oscu-ro lleno de estrellas, con delfines enmarcados por labrillante espuma de las noctilucas que nos acompa-ñaban con sus acrobacias, lo que nos hacían acor-dar palabras de Saint Exupery:

“Quién no se lanza mar adentro, nada sabe delazul profundo de las aguas que bullen...”“Nada sabe de las noches tranquilas, cuando elnavío avanza dejando una estela de silencio...”“Nada sabe de la alegría de quedarse sin ama-rras, apoyado sólo en Dios, más seguro que elpropio océano...”.

Así fueron nuestras primeras tres singladuras en lainmensidad del Mar Argentino, acompañados porun numeroso y variado enjambre de aves marinas.

Sin éxito en la pesca, dejamos de tirar el señueloluego que un hermoso petrel se enredara en latanza, mientras las guardias seguían siendo cum-plidas regularmente: Luis con Germán, Antoniocon Horacio; uno afuera en “AUTO” y el otro aden-tro en “STAND BY”.

Gracias a las excelentes condiciones meteorológi-cas hasta más allá de Viedma, la variedad delmenú fue digna de elogio: carne al horno byAntonio, fideos all´agli-olio by Horacio, todo con lamúsica en vivo producida por la proa del Kaikensurcando aguas patagonas. También eran dignasde elogio las dos comunicaciones diarias por BLUcon Norberto y Saúl del S.A.R.A., gracias a los quecontábamos siempre con un pronóstico preciso enel momento indicado, lo que nos permitía amari-nar anticipada y eficientemente el barco, y con elloganar millas preciosas.

Más allá de los 44º Sur nuestro mar dejó de con-movernos, sólo nos movía. Así a la altura deCamarones el hasta entonces fiel viento del ENE seconvirtió en temporal del NE con vientos de 45nudos y rachas de 50, los que produjeron olas cru-zadas de 3 a 5 metros. Aún no sabemos como, enesos momentos el capitán se puso a prepararpapas all´pesto meteorológico, las que luego debie-ron ser comidas directamente de la olla a presiónpor motivos de escora y oleaje. Como postre tuvi-mos maniobra de velas, izamos la mayor de capa yachicamos el foque, con lo que con el barco estableavanzamos a rumbo a pesar de la noche poco apa-cible; pero quién nos quitaría lo bailado, con guar-dias de dos afuera, timón en mano y rachas de másde 50 nudos, entre olas por la aleta y una rompien-te que empujaban al Kaiken a una loca carrera,logramos hacer un muy buen camino, casi 500millas en 4 singladuras.

Como es obvio después de la tempestad viene lacalma; el viento del NE pasó al SE y luego siguiótoda su vuelta hasta terminar NNE, con lo que llegóel momento de secar lo mojado, dormir sin sobre-saltos, subir la mayor a tope, abrir foque, agregartrinquetilla, apoyar con motor para cargar bateríasy disfrutar más la navegación mientras cruzábamosel Golfo San Jorge. Cebados nos fuimos mar aden-tro y por debajo de Deseado estábamos internadosmás de 100 millas, allí los vientos suaves se volve-rían regulares, luego regulares a fuertes y de fuer-tes a muy fuertes, y llegaría el SW que haría desa-gradable nuestro intento de capear, por lo que pusi-mos proa hacia la alta costa patagónica, donde las

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olas nos parecieron más amigables. Para entonceshabíamos recorrido 690 millas.

Estábamos cansados e incómodos, pero nos banca-mos así más de 18 horas, hasta que al través de SanJulián amainó del SSE y pudimos poner nuevamentenuestro rumbo de 220º hacia el Cabo Vírgenes,mientras divididos en grupos nos dedicábamos atareas de limpieza y secado, horas de “tapas valetodo” y “Happy Hour”, cuando el ranking de los “bestseller” a bordo estaba encabezado por el DerroteroArgentino, seguido por “Memorias de mis putas tris-tes” de García Márquez. Pero la encalmada seríacorta, nos auguraron nuevamente vientos fuertes delSW recomendándonos acercarnos a la costa, conse-jo que seguimos, cruzando el Magallanes con tráficode mercantes, viento y lluvia helada.

Ya el frío se hacía sentir, lo que hizo que valorára-mos el cerramiento transparente que habíamosagregado a la cómoda chubasquera y al “Origo5100, Alcohol Heater involcable”, el que nos mante-nía caliente la cabina con cualquier escora. Lobueno de navegar en esas latitudes es que siemprehay resplandor y las guardias nocturnas se hacíanmás llevaderas.

A lo lejos por babor avistamos una enorme plata-forma petrolera y luego, previo establecer la pun-tual comunicación de las 11 horas con Norbertodel S.A.R.A. que nos dio un buen pronóstico, derro-tero en mano pusimos rumbo directo a la Isla delos Estados, tratando de evitar los escarceos demareas del Le Maire. Por suerte Neptuno habíadecretado para el Kaiken que “Le mer esteveserne... serene esteve Le Maire...”, por lo que sibien con olas de 2 metros y un viento de 20 nudosque se fijó en el NE, lográbamos hacer 6/7 nudosy luego de 9 días sin avistar tierra, a las 19,15 hscomenzamos a avistar en un claro, entre copiosasnubes una brumosa silueta, como en un sueño,como cuentan que se ve los que pueden contarlo.

Estábamos a 30 millas de nuestro inquietante y pla-nificado destino, con un ETA a las 23 hs, pero con latranquilidad de que la puesta de sol a las 21,50 hsnos aseguraba claridad para la recalada.

Como aunque estábamos a unas 20 millas del des-tacamento de Parry no podíamos establecer comu-nicación con ellos por el canal 16 (suponemos queporque está al fondo de un alto desfiladero), comoqueríamos dar aviso de nuestro próximo arribo soli-citamos al S.A.R.A. nos sirviera de nexo con la Base

Naval Ushuaia, mientras por VHF hablábamos conel capitán Joly de la Armada, el que ya nos veía enla pantalla radar del buque sismográfico bajo sucomando, con el que intercambiamos recuerdos yanécdotas de la Regata Colón 92 (Cádiz – PuertoRico) en la que el capitán Joly corrió con el FortunaII y Antonio y Luis lo habían hecho en el Moonlight II.

El ingreso a la Bahía San Antonio donde de encuen-tra Puerto Parry, lo hicimos siguiendo las indicacio-nes del Derrotero Argentino, y una vez con elApostadero Naval a la vista y en comunicación consu jefe (Guna López), le comunicamos nuestra inten-ción de tomarnos al boyón existente, lo que no senos permitió ya que en la mañana siguiente llegaríael aviso Alférez Sobral para relevar la dotación luegode 45 días de permanencia en la isla. Por ese moti-vo a las 23 horas del jueves 16 de diciembre de2004, luego de haber navegado más de 1.200millas desde Mar del Plata en 10 ½ días, decidimostirar sobre un fondo de arena fina y con 20 metrosde profundidad, la Delta Arado de 16 kilos con 18metros de cadena y 30 metros de cabo. A esa horacompartimos la cena con el personal saliente delApostadero. Tras ello, en el reparado y tranquilo fon-deadero de Puerto Parry, con el murmullo de fondopermanente que provoca el intenso viento en la mon-taña y mientras una intensa lluvia lavaba al Kaikende tanto salitre, tuvimos un reparador descanso.

El viernes realizamos la comunicación matinal conel S.A.R.A. que nos anticipó vientos fuertes y muchofrío para el sábado y domingo, por lo que anticipa-mos nuestra intención de zarpar recién el lunes;también charlamos con nuestras emocionadasesposas, las que nos confirmaron su arribo aUshuaia para pasar Navidad con nosotros. Luegoarmamos el gomón y fuimos por grupos a bañarnosal Apostadero, donde la nueva dotación (un oficial ytres suboficiales) a cargo del teniente Herrera nosrecibió muy bien, haciendo además un poco deturismo aventura, trekking y escaladas; el paisajenos conmovió, era como estar en el atrio de unagran iglesia donde era posible escucharse el alma.El almuerzo lo compartimos con la dotación, ocasiónque aprovechamos para entregar una imagen estili-zada del Kaiken como recuerdo de su paso por elApostadero Naval Luis Piedra Buena, ya que el viajea la Isla lo habíamos encarado como homenaje aDon Luis. En el Libro de Guardia del mismo, hastaese momento solamente estaban registrados prove-nientes de Buenos Aires el Pequod de Hernán(Hormiga Negra) Álvarez Forn y el Mago II deAlejandro (Mono) Damilano, si bien sabemos que

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también visitaron la isla Saguier Fonrouge, elFortuna de la Armada y el Esperanza de la Prefectura,y desde Ushuaia el Callas con Trabuchi/Vairo, elUnicornio de Julio Brunet y muchísimos veleros debandera extranjera.

Luis y Antonio regresaron a bordo para descansar,pero una gran bajante ponía al Kaiken muy cerca delas piedras, por lo que decidieron llevarlo al boyón,libre tras la zarpada del Sobral, pero levar todo lotirado y sólo entre los dos, hizo de su siesta un espe-jismo. Por la noche hubo una gala: “Pizza a Bordo”,especialidad del equipo Barreiro Maraia.

El sábado lo pasamos a bordo con muchísimo frío eintensas lluvias. Recibimos la visita del tenienteHerrera y pescamos Cholgas, molusco muy “caro”para nuestro gusto porteño, las que se transforma-ron por obra de nuestro “cheff” Antonio en unasexquisitas “Cholgas al Champagne”.

El domingo continuó frío y con una nevisca, perodesembarcamos y guiados por el teniente Herrerasubimos hasta una considerable altura siguiendo elchorrillo que provee de agua al Apostadero. La con-clusión fue unánime: visión indescriptible... Al regre-sar al barco lo alistamos y desarmamos el gomón,ya que en la mañana siguiente zarparíamos, si lemer esteve serene... serene esteve Le Maire...

La tercera etapa:Puerto Parry - Ushuaia

El lunes 20 nos levantamos a las 07,30 horas yrepasamos toda la maniobra, para luego zarparfuera de la protección de Parry a las 09,15 hs, conla corriente aun subiendo y un NNW de 20 nudos,por lo que nos costó orzar hacia el poniente.Seguimos lo indicado en el Derrotero dejando porbabor a 6 millas el Faro Le Maire, poniendo luegorumbo Sur para dejar claro en el preciso momentode la pleamar al Cabo Buen Suceso y desde allí diri-girnos al Canal de Beagle. Mientras el veleroZwerver (trotamundos) de bandera holandesa alescucharnos por canal 16 se comunicaba connosotros y decidía seguir nuestro curso (posterior-mente en Ushuaia brindaríamos por la PrincesaCatalina Amalia, por Máxima y por la fraternidadHolando-Argentina).

El cruce propiamente dicho del Le Maire nos llevó10 horas, debido a un viento del NNW que pormomentos alcanzaba los 32 nudos y una conside-

rable ola que cacheteaba al Kaiken por estribor, sal-picando la mayor rizada y el foque. La noche nosencontró por el través de Bahía Aguirre al socaire dela costa fueguina, lo que nos permitiría relajarnosun poco... le mer esteve serene...

El martes 21 a las 06,00 hs sobrepasamos el CaboSan Pío y entramos al comienzo del Beagle, aún aunas 60 millas de Ushuaia, desde donde una cons-tante turbonada de viento y agua que venía delOeste nos obligaría a navegar por el veril argentinocon motor y mayor. Allí debimos reportarnos a lasautoridades chilenas, el Derrotero Argentino es claroal respecto: es obligación contestar a las autorida-des de ambos países cuantas veces sea requerido,en común respeto al Tratado de Paz y AmistadBilateral. Desde la madrugada comenzamos a res-ponder a los insistentes llamados del Destacamentode la Aclamar Chilena de Caleta Carlos en IslaNueva, desde donde nos pidieron identificación yaque éramos un punto móvil en sus radares; luego serepetiría lo mismo con Puerto Williams en la IslaAmbarino. También deberíamos dar nuestra identifi-cación al superar el destacamento de la ArmadaArgentina en la Isla Becasses y luego de hacerlo nostoparíamos con el enorme casco semihundido delLogos, barco que funcionaba como biblioteca ambu-lante evangelista, hundido en 1988 y que aún afloraen las cercanías del islote Snipe.

Seguimos la navegación en medio de cerros, algu-nos nevados y con un viento arrachado y encajona-do que cambiaba constantemente de dirección ypasaba de 2 a 35 nudos; pero el canal con más de50 metros de profundidad estaba rodeado demucha piedra y cachiyuyos, por lo que desistimosde navegar a vela. Desde la Isla Gable que estre-chaba aún más el canal, allí de no más de 700cables de ancho, nos llamó el DestacamentoAlmanza de la Armada Argentina mientras abordodisfrutamos de una excelente tortilla de papas,especialidad de Horacio.

Atravesamos el Paso Mackinlay, dimos respeto a laPunta Gusano y al encarar hacia el Monte Susanaque ya se vislumbraba al fondo mientras a popa nosquedaba el paredón Gable, nos sentimos dentro deun útero materno...

El Faro Les Eclaireurs fue nuestro portal a la Bahíade Ushuaia, adonde entramos a las 20 horas del día21 dirigiéndonos directamente al muelle deportivode la A.F.A.S.Y.N. (Asociación Fueguina de ActividadesSubacuáticas y Náuticas), donde tuvimos que abar-

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loarnos en tercera andana, ya que el muelle era unhervidero de veleros transoceánicos, siempre de idapor el mundo, nunca de vuelta... Allí no nos hizofalta hablar, todos cazaban y tiraban los cabos jus-tos, colocando defensas donde correspondía (todossomos uno en el mar de Dios), así en pocos minutosel Kaiken estaba perfectamente acoderado. Nosrodeaban unos 20 veleros y motoveleros de diferen-tes tamaños y países: Suiza, España, Italia, Canadá,Holanda, Australia, Inglaterra, Alemania, NuevaZelanda, Francia, Chile y otros tantos en la Bahía yen el muelle de Ushuaia. Luego de recibir la visita deun oficial de la Prefectura Naval Argentina, ya queen ese puerto el trámite de rol y despacho se hacea bordo, nos dimos un reparador baño, fuimos acaminar por la ciudad y posteriormente a cenar alclásico Bar Ideal.

El miércoles 22 ordenamos un poco el barco ymandamos la ropa a lavar, ya que pasaban a reco-gerla diariamente por el muelle; nos despedimosde los muchachos del S.A.R.A. hasta el 25, cuandovolverían a enviarnos meteoros; pero lo más impor-tante fue que iniciamos las gestiones para alojar-nos en los cómodos chalets del Barrio La Misión,sitio donde originalmente estaban asentados losmisioneros ingleses que fueron los protofundado-res de la ciudad, ya que el día siguiente llegaríannuestras esposas para pasar juntos la Nochebuenay a Navidad. Terminamos el día cenando centollaen lo de la India Varela, lugar donde vivió y murióla última india Yámana. Luego nos alojamos en laBase Aeronaval.

El jueves 23 llegaron nuestras esposas luego deun viaje tranquilo y comenzamos a hacer algo quehacía mucho no teníamos oportunidad de hacer:gastar dinero. La cena de Nochebuena además delcorderito patagónico con la mejor vista de Ushuaia,tuvo algo distinto, a las 24,00 horas en lugar delas clásicas bocinas escuchábamos sonar las sire-nas y pitos de los buques que se encontraban enla rada y puerto.

El día de Navidad después de ir a misa hicimos unpaseo hasta Bahía Lapataia y luego nos dirigimos alKaikén para reiniciar nuestras comunicaciones conel S.A.R.A. y como nos desde allí nos pronosticaronvientos del WNW de hasta 27 nudos, confirmamosnuestra partida para el día siguiente.

Casi olvido decir que ese día regresó Germán quehabía ido a Buenos Aires a pasar la Nochebuenaen familia.

La cuarta etapa: Ushuaia – Cabo de Hornos - Ushuaia

Nos hubiera gustado estar más tiempo en el muellede Ushuaia para confraternizar con los personajesde los distintos barcos, como Mariolina Rolffo delSaudade, un velero de bandera italiana que hacíaonce años recorría las caletas y canales fueguinos,registrando todos los recorridos en una hermosaGuía Náutica de la Patagonia, Tierra del Fuego,Canal de Beagle, Sur de Chile y Cabo de Hornos, laque sin pedírselo nos entregó una copia de lashojas correspondientes al Cabo de Hornos y noscontó en persona sus experiencias, igual que JulioBrunet, las que luego al llegar el momento de deci-dir nos serían de gran utilidad.

El domingo 26 de diciembre reaprovisionamos alKaikén, como allí abunda el cordero y no tanto loscortes vacunos, ni tampoco las verduras y frutasfrescas, debimos pensar en la reprogramación demenús. Al mediodía y ya despachados por laPrefectura zarpamos hacia Puerto Williams,cubriendo las 25 millas que nos separaban de esepuerto a vela, y a las 17,17 horas estábamos ya aco-derados a un barco de bandera canadiense en ter-cera andana repitiéndose allí lo de Ushuaia, más de10 barcos extranjeros apiñados en constante deve-nir entre puertos. Como amarradero del Club Navalde Yates funcionaba un viejo barco de la Armadachilena, el transporte Contramaestre Micalví, dondeencontramos duchas con agua caliente y un Bar.Ya amarrados concurrió a bordo personal deDirectemar de la Armada chilena, con el que reali-zamos el trámite de migraciones, aduana , agricul-tura, entrada y despacho para el Cabo de Hornos,puesto que como el pronóstico era bueno pensába-mos zarpar en la primeras horas del día siguiente;tras eso paseamos por el pueblo (2.262 habitantes)y fuimos a comer a lo de Paty, lugar recomendadopor Mariolina, donde hicimos los honores a un exce-lente plato típico chileno, “caldillo Pusaki”.

El lunes 27 de diciembre era el cumpleaños delcapitán, día con una humedad cargada de salitreque mojaba la cubierta del Kaikén, además nubla-do y frío, como triste, lo que no empañó nuestroentusiasmo para, aprovechando el buen pronósticode los muchachos del S.A.R.A., partir al confín delmundo. Casi 80 millas de Mar Austral Incógnito,nos separaban del Cabo. Aunque contábamos abordo con cartas digitalizadas y sofisticado softwa-re que nos decían a cada segundo “Usted estáaquí” cual parque temático, una extraña y pura

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mezcla de sensaciones y sentimientos disparabanuestras glándulas y conectaba nuestra pequeñahumanidad con la desconocida inmensidad de esemar inhóspito, sería acaso por eso que dicen que“Hay tres clases de individuos: los vivos, los muer-tos y los que están en la Mar...”.

Nos desacoderamos del enorme velero canadien-se que nos había servido de pontón y a las 05,30hs dejamos atrás a la baliza Punta Gusano, la derecalada a Puerto Williams, comenzando a desan-dar en reversa la ruta en zigzag hasta el hundidoLogos, islote Snipe, Paso Picton donde caemos aestribor, superamos luego Paso Toro y por el PasoGore llegamos a la Bahía Oglander, con viento de20/25 nudos del WNW, por lo que navegábamoscon mayor y foque.

Seguimos entre Navarino y Lennox hasta la inquie-tante Bahía Nassau, más de 30 millas expuesta alSW con fama de poco confiable e impredecible. Enla comunicación con el S.A.R.A. de esa mañana, lamala propagación en esa zona ahogó el emociona-do ¡Feliz Cumpleaños! que Virginia Camisani queríahacerle llegar a su esposo Luis. Poco después delmediodía y ya en Bahía Nassau navegábamos conviento del WNW de 30 a 35 nudos, olas de 2 a 3metros y rumbo 190º/200º hacia el Canal Bravo,entre las Islas Wollaston y Freycinet. Atravesamos elmismo con apoyo de motor, mientras los sonidos deloleaje y del viento se intensificaban, teníamos frío;la visión de las yermas islas e islotes, cubiertas sólopor una verde turba amarronada, bañados por laespuma y los rociones, nos sobrecogía. De allí nosdirigimos a la famosa Caleta Martial, uno de los fon-deaderos preferidos por los que “pasean” por esaslatitudes y a las 20 hs amarramos a un boyón de laArmada de Chile, donde en una sencilla cena decumpleaños brindamos por “estar juntos, en ellugar preciso, en el momento indicado...”, mientrasescuchábamos los resoplidos de las ballenas aus-trales que merodeaban por la caleta. A las 22 hsrecibíamos por canal 16 el pronóstico meteorológi-co regional de la Armada chilena para el día siguien-te, el que coincidía con el que nos había suminis-trado el S.A.R.A.: cielo cubierto, visibilidad 6/9 kms,precipitaciones, viento de 25/35 nudos del NNW yolas de 2,5 a 3 mts.

El martes 28 de diciembre (día de los SantosInocentes) se tocó diana a las 04,30 horas y pocodespués ya salíamos de la Caleta Martial con vela ymotor y rumbo 090º; entramos en la BahíaArquistade desde donde con rumbo 180º ingresa-

mos al más que significativo “Paso al Mar del Sur”,entre las islas Herschell y Deceit. Dejamos por estri-bor al islote Carrasco desde donde ya divisábamosla Isla de Hornos, a la que decidimos rodearla enmomentos que teníamos una importante resaca deola y no más de 20 nudos de viento. Con rumbogeneral Oeste recorrimos con vela y motor su pococonocida costa norte, luego y ya en el OcéanoPacífico, hicimos una pierna hacia el Sur, observan-do el renegrido granito expuesto al SW, monumentaltestimonio de colosales tormentas y naufragios,enormes piedras negras socavadas por la brava yeterna rompiente.

El clima del alto peñón del Cabo (425 metros) esrealmente sobrecogedor y fantasmagórico, mere-ciendo realmente el mote de “Sepultura delDiablo”. Exactamente a las 10,13 horas del 28 dediciembre de 2004, más que emocionados, supe-ramos su extrema latitud Sur, 55º 59´ y ya conHornos a nuestro Norte navegamos a menos deuna milla rumbo al Este, cruzando su longitud 67º17´W , meridiano límite del duelo constante entrelos dos Océanos.

Informamos nuestro paso al puesto de vigías de laArmada de Chile y nos comunicamos con el S.A.R.A.que nos hizo de puente con Darío Descovich, nues-tro apoyo estratégico en tierra y entre brindis obser-vamos la costa hacia el Faro Hornos; al NE estabaCaleta León donde era posible fondear; en la cima veí-amos los dos monumentos al “Marino Desconocido”.Sabemos que uno de los monumentos tenía unabella escultura de un albatros y un hermoso poemaque decía:

“Soy el albatros que te espera en el final del mundo,soy el alma olvidada de los marineros muertos quecruzaron el Cabo de Hornos desde todos los maresde la tierra. Pero ellos no murieron en las furiosasolas, hoy vuelan en mis alas hacia la eternidad, en laúltima grieta de los vientos antárticos...” (Sara Vial).

Luego nos dirigimos por la ruta inversa a BahíaNassau, Paso Gore y Puerto Toro, una reducida peroprotegida ensenada; en Ambarino frente a Pictonnos amarramos a un viejo muelle cubierto demusgo y pastos, donde dos viejos barcos centolle-ros nos decían de la precaria actividad con la quesobrevivía esa pequeña localidad pesquera, claroque al hacer el despacho nos advirtieron sobre laveda en el consumo y pesca de la centolla, por loque nos tuvimos que conformar abordo con unsabroso guiso de papas.

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El miércoles 29 temprano zarpamos hacia Williams,donde una vez amarrados al Contramaestre Micalvien el Club Naval de Yates, Directemar de la Armadade Chile entregó a cada uno de nosotros un Diplomapor haber superado en navegación la latitud delCabo de Hornos, acreditando la condición de embar-cados y de “Cap Horniers”.

El 30 a las 04,00 horas partíamos de regreso aUshuaia para reaprovisionar al Kaikén y desembar-car a Horacio Barreiro, el que debía volver la duravida ciudadana. Para los que nos quedábamos abordo comenzaría el largo regreso a casa, cansadospero relamiéndonos de salitre...

Arribamos a Ushuaia al mediodía y en el muelle deA.F.A.S.Y.N. nos esperaba una más que afectuosabienvenida, mientras que en la Prefectura al reci-birnos el rol, nos despacharon con un amableenhonrabuena...

Por más que quisimos organizar una pronta partida,nuestros cofrades fueguinos tenían otros planes:agasajarnos por la noche con un asado de corderopatagónico regado con un buen vino, a lo que fueimposible resistirse. Aprovecharíamos esa reuniónpara despedir a Horacio. Antes de ella, el intermina-ble día sureño nos permitía completar el alistamien-to del Kaikén e ir al Bar Ideal con el “Mono”Damilano, el que luego nos invitó a conocer su nuevobarco, el Mago del Sur II, con la feliz coincidencia deque al llegar a su bordo se le acoderó el Tara, unenorme velero francés; cruzar su cubierta era comocaminar sobre el lomo de una ballena franca, mien-tras el Mago del Sur parecía su ballenato.

La quinta etapa: Ushuaia – Mar del Plata – San Isidro

Como hemos asentado, en Ushuaia se había tenidoque desembarcar el amigo y muy marinero tenientecoronel Horacio Barreiro, por lo que en esta últimaetapa la tripulación del Kaikén quedaba reducida aldoctor Luis Carmisani, el señor Antonio Maraia y eldoctor Germán Camps, sólo tres hombres.

A pesar de la trasnochada y de las reiteradas invi-taciones para pasar la noche de fin de año en laciudad, con mucha pena y sin pronóstico, zarpa-mos a las 10 de la mañana del 31 de diciembre.Elegimos pasar la nochevieja en el mar y quería-mos superar la estancia Haberton lo antes posible,para fondear en algún reparo para el brindis. Así

invertimos nuevamente la ruta con un WSW quenos daba rápida estropada para desandar el Canal,con “un grandioso archivo de recuerdos que segravaría eternamente en nuestras almas, comolos WP vencidos en el GPS”.

Fondeamos en Puerto Español en el fondo de laBahía Aguirre; como en la última comunicaciónhabíamos acordado encender el equipo en las pri-meras horas del nuevo año, a las 00,15 horas del 1ºde enero nos llamó Norberto por BLU con un casiinaudible “Salutti a Tutti!...”, con el que tuvimos uninsólito brindis a través del eter. En esa cerradabahía a socaire del viento pero no del frío, disfruta-mos de nuestra cena de fin de año: carne al hornocon papas y champagne. Descansamos un poco ytemprano levamos el ancla, observando claramenteen el fondo de la playa el monolito “in memoriam”del misionero anglicano Allen Gardiner, en su solita-rio y frío destino.

Como aconseja el Derrotero alcanzamos Cabo BuenSuceso, extremo Sur del Le Maire con la bajamar ycon un suave viento del NW. Así con corriente y vien-to a favor el cruce en sentido Sur-Norte nos salióperfecto, acompañados por el hervor del escarceo.Pero... siempre hay un pero... Cuando superamosCabo San Diego en el extremo Norte, un viento fuer-te del NW nos comenzó a rugir con violencia y deencontrada; rápidamente achicamos paño mientraslas ráfagas llegaban a 37 nudos, con olas de 4metros que invadían el cockpit... A partir de allí granpaliza, todo sería orzar y bancar...

En la madrugada del domingo 2 de enero, ya mástranquilos establecimos foque y trinquetilla, peromanteníamos la guardia de dos horas cada uno. Alanochecer nos llamó un mercante que estaba a unamilla de vuelta encontrada por VHF; asustaba verlovenir, pero poco después avisaría “No Problem” ymaniobrarían ellos. Como nos escuchaba laPrefectura de Río Gallegos, ésta se comunicó connosotros para desearnos buen viaje.

El lunes niebla, calma, encendimos radar y pusi-mos motor para no perder camino. Aprovechamosel buen tiempo para hacer pan mientras pasába-mos a unas 30 millas de Malvinas y nos comenza-ba a preocupar el nivel de Gas Oil.

El martes no fue un día para recordar. De nochecomo siempre, un SSW se soplaba todo, bandazos,el agua se filtraba por las hendijas, nubes negras;luego rotaría al NW y podríamos volver a poner el

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rumbo a casa, pero la singladura sería de sólo 90millas. El día siguiente de nuevamente poco viento yvolvería el fantasma del Gas Oil, entrar o no entrar apuerto, sería la cuestión. De pronto el NW se hizofuerte, por lo que cedimos longitud y nos abrimos,orza que te orza, endureciéndose la guardia, ban-dazos y cabeceos entre las olas de más de 4metros; estábamos afuera del malhumorado GolfoSan Jorge, pero pese al mal tiempo la singladurarendiría unas 145 millas.

El jueves 6 fue un día más tranquilo, hicimos unasingladura de 120 millas y nuestra vida transcurrióen la cucheta baja de estribor, único “lugar cómo-do” para comer, leer, bancar. El viernes el ahorrode Gas Oil cobraba su primera víctima: se descon-geló el freezer, lo que nos obligó a cocinar dos coli-tas de cuadril a las que pronto les hicimos honor,mientras superábamos Camarones, siempre esco-rados a estribor.

El sábado comenzó tranquilo: desayuno, contactopor BLU, happy hour, almuerzo, siesta o guardia olectura, contacto por BLU, happy hour, cena, y algopara remarcar: se comenzaba entonces a discutirnuevos proyectos náuticos. Durante el día los vien-tos del NW habían seguido alejándonos de la costay no nos ayudaban a avanzar: esperábamos el SWpero sólo se dió una refrescada del NW, que de lanada se reconvertiría en temporal de más de 40nudos que no estaba previsto en el meteo, pero gra-cias a Dios poco antes habíamos arriado la mayor,por lo que p..., y seguimos a trinquetilla. Sin mayorno orzábamos, derivábamos. Esa noche no durmiónadie, a cada rato rectificábamos el rumbo para noperder latitud. Las olas de proa eran colosales, unanoche terrible...

Si bien el domingo amaneció peor, luego amainóquedando una gran onda de fondo, por lo que ter-minamos el día a motor a la altura de Viedma ysupuestamente a tres días de Mar del Plata. En la

mañana siguiente se dio del Norte, por lo que a puravela nos abrimos al Este, pero ya rascando la panzade Buenos Aires. A partir de entonces aunque noveíamos la costa el clima era otro, al mirar la cartaya nos sentíamos de vacaciones en la costa, hastael húmedo frio/calor del salitre en nuestro cuerponos parecía más familiar y nos hacía recordar lobien que se estaba en una playa junto al mar.

Previo un pampero anunciado que se sopló todo einundó Mar del Plata y nos agarró afuera deMiramar; el miércoles 12 de enero a las 17,00horas entre bruma marina, olor a lobos y “geiro” apescado, dimos respeto al oleaje que nos acompa-ñaba hasta pasar la escollera, nos levantaron labarrera-puente del Náutico y llegamos al muelle,donde bajo una copiosa lluvia estaban nuestrasfamilias. Amarramos al Kaikén al tranquilo y seguropeine del YCA y sentimos paz. Después de un senci-llo festejo, limpiamos, ordenamos y nos fuimos conla familia, con la intención de volver el fin de sema-na para seguir a casa, pero se dio de temporal ydebimos dejar esa pierna para febrero.

El Kaikén recién zarparía de Mar del Plata con LuisCamisani, Jorge Gnesda, Carlos Ceci, CarlosLambruschini y Carlos Agüero el 12 de febrero de2005 a las 14,45 hs, arribando al Club de VelerosBarlovento el lunes 14 al mediodía sin ningunanovedad.

En resumen durante 34 días en la Mar, se navega-ron 3.370 millas, sin averías y gracias al S.A.R.A. n

(1) Un “Victory 40”, eslora 12 m; manga 3,6º m; puntal 1,80 m; calado 1,85 m.Arboladura France Spar con doble par de crucetas y burdas complementarias(se le agregó un stay de trinquetilla). Motor Volvo. Como ayudas a la nave-gación: instrumental de viento, VHF, HF, Radar, Piloto Automático, GPS y PCpara software Ozi-Explorer y meteos. Tanques de agua potable para 450 litrosy tanque de GO para 100 litros.

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Licenciado Comisario José Guillermo Conti

Fuerzas de la Escuadra del Estado de Buenos Aires participaron del conflicto bélico del 23 de octubre de 1859.

ENSAYOS Y NOTAS

Artilleros Navales en Cepeda

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En los primeros días del mes de juniodel corriente año, con la asistenciade José Anastasio Mayolino, y conti-nuando con la búsqueda de objetosperdidos en el lugar donde se libró laBatalla de Cepeda el 23 de octubrede 1859, día en que se enfrentó elEjército de la Confederación al mandodel general Justo José de Urquizacon las fuerzas militares de BuenosAires comandadas por el generalBartolomé Mitre, se rescató un botónde bronce de uniforme naval quecausó interés por su origen militar ypor el sitio del hallazgo.

Se acudió al Instituto Nacional Browniano en buscade antecedentes e identificación del uniforme alque correspondió el botón. A tal efecto el presiden-te, Contraalmirante D. Horacio Rodríguez y en nom-bre del Instituto Nacional, el Secretario General yProfesor de Historia D. Julio M. Luque Lagleyze, con-feccionaron un informe sobre el citado botón condatos inequívocos sobre el origen y procedencia delmismo que dice lo siguiente:

“Presidencia de la Nación – Secretaría de Cultura –Instituto Nacional Browniano – Buenos Aires, 15 deseptiembre de 1997. Informe sobre la procedenciadel botón naval hallado en la zona de Pergamino.”

La pieza hallada en las cercanías de la ciudad dePergamino, corresponde a un botón naval de unifor-me de campaña de Marina, de los que se hallabanen uso en la escuadra del Estado de Buenos Airesentre los años 1855 a 1862, y que aún siguió enuso hasta la Guerra del Paraguay, reemplazado des-pués por otros de modelo auténticamente argentinoya que éste corresponde a un modelo y manufactu-ra inglesa. El botón corresponde al modelo inglésusado desde 1795 por los oficiales subalternos yoficiales de mar o condestables (suboficiales deentonces, de mar los primeros y artilleros los segun-dos). Este modelo de botón entró al país en épocade nuestras guerras de Independencia en que granparte del armamento y vestuario de nuestra escua-dra era de origen o modelo británico. Este botónestuvo en uso aproximadamente desde 1815 hastacasi la Guerra del Paraguay, llevándose incluso en laépoca de Rosas, aun cuando los botones de las tro-General Bartolomé Mitre. General Justo José de Urquiza.

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pas de tierra llevaran leyendas federales. En épocadel Estado de Buenos Aires se utilizó por parte de laoficialidad y la tropa. Los de la oficialidad eran dedos piezas de latón de bronce doradas de formacóncava la exterior y plana la posterior que teníaademás el asa o pasador. Los de la tropa eran deuna sola pieza de bronce acuñada de un solo golpea la que se le soldaba en la parte posterior el asa.De estos botones se conservan ejemplares en lascasacas de algunos de nuestros próceres, las quedatan de la época del Estado de Buenos Aires ofinales de la época de Rosas.

Sobre el por qué un botón naval se haya encontradoen tierra en el campo de batalla, puede ser debidoa la presencia de artilleros navales o infantes deMarina en apoyo de las tropas porteñas y la marcao deformación que se observa en la pieza halladapuede deberse al impacto de bala que lo quitó de lachaqueta de su poseedor.

Debe tenerse en cuenta que, independientementede los marinos que podrían haber cubierto puestosen las artillerías de ambos bandos en pugna, lasescuadras debían tener gente destacada para coor-dinación y comunicación con sus respectivoscomandantes en jefe.

Según Ramón J. Cárcano en su obra “Del Sitio deBuenos Aires al campo de Cepeda”, el 23 de octu-bre de 1859, mientras el general Mitre con sus

6.300 hombres ocupaba la Horqueta de Cepeda,mantenía expedita la comunicación con la entoncesplaza artillada de San Nicolás, en cuyo puerto espe-raba órdenes la Escuadra de Susini. Al caer lanoche y cuando Mitre inició su retirada hacia SanNicolás, Urquiza tratando de evitar que lo hicieranpor el río dispuso que la escuadra federal fondeadaen Las Piedras (hoy puerto Constitución) al mandode Cordero, destruyera a la de Buenos Aires esta-cionada en San Nicolás.

Por su parte el académico residente en San Nicolás,doctor Eduardo de Cara, en su “Brevísima Historia deSan Nicolás”, página 24, dice: “Allí se encuentran losejércitos de Buenos Aires y de la Confederación. SanNicolás vive las escaramuzas del conflicto y es cen-tro de operaciones alternativamente de las dos fuer-zas en pugna. En enero de 1859 es designado pre-fecto de la ciudad el coronel Wenceslao Paunero y enfebrero del mismo año, el general Bartolomé Mitre,jefe de la Comandancia del Norte, fija su cuartelgeneral en la ciudad, fortifica la plaza y moviliza elbatallón de Guardias Nacionales. El 23 de octubrelos ejércitos se enfrentan en Cepeda, pese a las ges-tiones del general Francisco Solano López, mediadoren el conflicto, que se encuentra a bordo de la naveTacuarí, fondeada frente a la ya histórica ciudad.Después de un día de intensa lucha y desbandada lacaballada porteña, Mitre emprende su famosa reti-rada hacia San Nicolás durante la noche del 23 deoctubre, logrando llegar en marcha forzada en lamadrugada del día 26; allí embarca sus tropas haciaBuenos Aires. Al día siguiente la Escuadra de BuenosAires es atacada frente a la ciudad por la Escuadra dela Confederación, la primera sin embargo, contraata-ca con éxito y logra eludir el cerco…”.

Un pequeño objeto rescatado ha servido para fun-dar un antecedente en tal trascendental batalla ysaber hoy que también hombres de la ArtilleríaNaval del Estado de Buenos Aires estuvieron enestas tierras luchando por ideales cuyo único fin erala unión de los argentinos.

Vaya este reconocimiento a aquellos artilleros de laMarina quienes durante 138 años permanecieronexcluidos en las páginas de la historia vinculadas alcombate de Cepeda. n

Agradecimiento: Al señor Eugenio Giuníppero, por su inestimable colaboración.

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Ricardo A. Dillon,Miembro de Número Activo del Instituto Nacional Browniano

ENSAYOS Y NOTAS

Un capillero ilustre

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A muchos llamará la atención el tér-mino “Capillero”, este es aplicado alos nacidos y criados como así tam-bién a quienes han vivido y viven enCapilla del Señor, localidad ubicadaa unos 75 kilómetros hacia el nortede esta Ciudad de Buenos Aires, per-teneciente al partido de Exaltaciónde la Cruz.

Allí precisamente, el 7 de enero de 1869 nacía uncapillero ilustre, nada más y nada menos que elAlmirante D. Julián Irízar.

Hijo de Don Juan José de Irízar, natural de la Villa deOñate (Guipúzcoa) y de Doña Anita BautistaEcheverría, natural de la Villa de Zumárraga(Guipúzcoa), ambos vascos españoles.

Desde muy niño sintió inclinación por el mar, y aúncuando no lo conocía, gustaba frecuentar las már-genes del arroyo de la Cruz de la orilla del pueblo,para refrescar sus ansias en él.

La niñez transcurrió en un clima de frontera y trans-formaciones que habrían de conformar el perfil dela Argentina moderna. Aquellas costumbres patriar-cales y severas que eran una verdadera forja delcarácter honesto, valeroso, leal a los valores de laestirpe. Así, pues, en ese yunque se templó el almade aquel descendiente de vascos que tan altos ser-vicios rendiría a la República.

En el dintel de la adolescencia pasa a Buenos Airesy, el 8 de marzo de 1884, encontró el paso inicial desu destino al ingresar como aspirante a la EscuelaNaval Militar donde, tras cuatro años de estudios,egresaría el 21 de enero de 1888.

Su primer destino se define cuando cruza el porta-

lón del viejo buque-escuela La Argentina que, alcomando del ilustre Comodoro D. Martín Rivadavia,sería el escenario de la verdadera iniciación profe-sional. A bordo de aquel buque cumpliría dos cam-pañas por el Mar Argentino y un crucero al Pacíficoperfeccionando estudios y realizando trabajoshidrográficos, oceanográficos y de navegación, locual vino a consolidar la formación marinera deljoven, en una época en que la precariedad de losmedios solo podía suplirse con capacidad, coraje,sacrificio y sangre fría. Así fue desarrollándose esacarrera bajo la mirada atenta de los superioreshasta demostrar las aptitudes que recomiendanpara mayores responsabilidades.

En 1891 Julián Irízar recibe los galones de Alférez

Almirante Julián Irízar.

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de Navío. Entonces se lo designa para integrar la ofi-cialidad del crucero Libertad, a la sazón enInglaterra. Para ello debió trasladarse a Europa enla Rosales, que iba en escuadra a representar alpaís en los homenajes del IV Centenario delDescubrimiento de América.

Un violento temporal hizo naufragar a la débilembarcación frente al Brasil.

Irízar tuvo la suerte de salvarse junto con 25 com-pañeros de viaje, entre oficiales, maquinistas ymarineros.

Por su capacidad profesional se destacó temprana-mente entre los jóvenes marinos, y así fue como,frente a la necesidad de demarcación de la fronteracon Bolivia que ya había originado una serie de difi-cultades al gobierno de la nación, y en cumplimien-

to del Tratado de 1889, por el cualla Argentina renunciaba a la pose-sión de Tarija y Bolivia a la pose-sión de la Puna de Atacama,ambos gobiernos resolvieron darcomienzo a tal demarcación,designándose al efecto una comi-sión de personal competente yespecializado, siendo designadoJulián Irízar miembro de la misma,quién, con sus compañeros detareas emplazó 17 hitos desde elRío Pilcomayo hasta la serranía deIpaguazú, límite éste del valle.

Al regreso de su misión en la fron-tera, Irízar fue ascendido a Tenientede Fragata en 1895 y tres añosdespués alcanza la jerarquía deTeniente de Navío.

Para esa época, más precisamen-te en 1898 la firma Laird Brothers,con astilleros en Bimkenhead,Gran Bretaña estaba construyen-do un buque que llegaría a con-vertirse en el símbolo de la patriaen el mar. Un buque airoso, blan-co y perfecto, a cuyo bordo se for-maría profesionalmente más detreinta promociones de marinos.A ese advenimiento fue destinadoJulián Irízar formando parte de laPlana Mayor, que presidida por elCapitán D. Manuel Domecq

García, se encargó de la inspección, alistamiento yrecepción de dicho buque que fue bautizado con elnombre de Presidente Sarmiento el gran visionariosanjuanino que fundara la Escuela Naval el 5 deoctubre de 1872. Así las cosas, al año siguiente,Irízar en calidad de Jefe de navegación, realizó elprimer periplo del buque-escuela que zarpó deBuenos Aires el 12 de enero de 1899 para unatravesía que habría de durar hasta el 30 de sep-tiembre de 1900. Cuarenta y un oficiales hicie-ron el histórico viaje de la Presidente Sarmientoa las órdenes de Onofre Betbeder, un argentinopoco recordado.

Entonces, la Presidente Sarmiento enfiló hacia elsur, hacia los austros…, esos austros que ya Irízarconocía lo suficiente, y que más de una vez habráacariciado con la mirada fija, en algún atardecersobre la proa de la Sarmiento.

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Esposa y parientes de Julián Irízar en la puerta de la casa de Capilla del Señor.

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El Presidente de la República había querido que sedirigieran hacia el pacífico. Eran los días de la dis-cordia argentino-chilena, y en el confín remoto, alládonde los canales fueguinos rugen su potenciasoberbia, la Sarmiento asistió al histórico abrazo dePunta Arenas, donde la Argentina y Chile cimenta-ron una trayectoria de amistad que ya no habría deser desmentida.

Pocos deben ser los marinos argentinos que algu-na vez no hayan pisado la cubierta de la históricanave, viviente reliquia de la historia naval argenti-na, a la que bien calificara Gallegos Luque conesas palabras: … para ellos, los marinos, másque para nadie, la Sarmiento es pedazo flotante yjirón romántico de su propia existencia de hombrede mar.

El buen eco de aquel periplo inicial de la Sarmientomovió al gobierno nacional a cooperar con la expe-dición antártica internacional que a bordo del balle-nero Antartic al mando del Capitán noruego CarlosLarsen, conduciendo el equipo científico sueco OttoNordenskjold zarpó hacia el sur en Enero de 1901con la intención de tentar una serie de trabajos enel continente antártico. De esa suerte, y materiali-zando la adhesión oficial, se sumó al conjunto dehombres de ciencia, el por entonces Teniente deFragata José María Sobral de la armada, quién, araíz de esos trabajos se convertiría en el símbolo denuestra presencia en el continente helado.

Transcurrido el tiempo y sin noticias de los expe-dicionarios, situación que suscitó una gran inquie-tud en Europa, con clara conciencia de nuestrasresponsabilidades australes, el gobierno de lanación dispuso que la armada organizara unaexpedición de rescate de aquellos hombres pre-sumiblemente aprisionados por los hielos. Comonuestro país no contaba entonces con un buquepolar, se decidió adaptar para esos peligrososfines a la cañonera Uruguay.

Una vez lista, se le confió el mando al Capitán deCorbeta Julián Irízar (entonces Teniente de Navío)puesto que, a criterio de la superioridad era el oficialcon mayores posibilidades de coronar con éxito ladifícil misión. Irízar, que en esos días se encontrabapor razones del servicio en Inglaterra, aprovechó lacircunstancia para consultar a veteranos en misio-nes polares como: Sir Clement Markhan, Presidentede la Real Sociedad Geográfica de Londres y elTeniente Ernest Shakleton, de la expedición deScout, que había recorrido la extremidad austral y

era minucioso conocedor de las Cartas delAlmirantazgo inglés. Paralelamente adquirió víve-res, equipos e instrumental apropiados para lamisión, habida cuenta que la Antártica era aún tie-rra desconocida.

De regreso en Buenos Aires y alistado el buque,Irízar zarpó el 8 de octubre de 1903 secundado porel Teniente de Fragata Ricardo Hermelo. Tanta rele-vancia tenía la misión para nuestras autoridadesque el mismo Presidente de la Nación, Gral. Julio A.Roca despidió a los expedicionarios con estas pala-bras: Llevaís Comandante Irízar, a vuestras órde-nes un buque fuerte y bien provisto… y una tripu-lación que sabrá mostrarse a la altura de las cir-cunstancias y del nombre y de la bandera que lle-van, debiendo tener presente que el resultado dela expedición dependerá principalmente de vuestrapericia y de vuestro denuedo como jefe. Confiadoen el éxito de vuestro viaje, me despido de todosvosotros, esperando poder saludarlos triunfantes avuestro regreso.

En esa oportunidad, usó de la palabra el Ministro deMarina D. Onofre Betbeder, quién hizo entrega per-sonalmente al Comandante Irízar de las instruccio-nes de viaje. Ya sabía el marino que si su expediciónfallaba, no se enviaría otra hasta el verano de 1906,por eso alguien que conocía esa determinación delas autoridades dijo: Admiro la fe que alienta elespíritu del Teniente Irízar.

Sobre la mesa de su camarote, las Aventuras deArthur Gordon Pym y Poemas de Poe; sobre lacucheta, una imagen de la Virgen de Luján, que leobsequiara don Luis María Campos.

Y en lo más profundo de su mirada, esa dulzura desu terruño nativo que se despedía orgulloso en elpañuelo humedecido en lágrimas de doña AnitaEcheverría.

Dos meses penosos duró el viaje, plenos de esfor-zadas singladuras, soportando los duros embatesdel mar austral. Las furias de los huracanes y delocéano imprimieron sus marcas durante el regreso,al quebrar el palo mayor y el trinquete. Pero veníanexultantes. No solo habían rescatado a los náufra-gos del Antartic destruido por los hielos, sino a laexpedición científica que se encontraba extenuadaluego de los rigores de las dos temporadas polares.

El Comandante Irízar dirigió personalmente la bús-queda y encontró a esos hombres. Pronto supo

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Buenos Aires y el mundo del generoso triunfo argen-tino. Al conocerse en Buenos Aires la noticia delregreso, el pueblo se agolpó en el puerto para reci-bir a nuestros marinos como se debe recibir a loshéroes. El 2 de diciembre de 1903 la Uruguay dabapor cumplida su misión. Llovieron telegramas defelicitación a los heroicos marinos de patria, he aquíalgunos de ellos:

Al Teniente de Navío Irízar, Comandante de la caño-nera Uruguay, Río Gallegos. En nombre del Ejércitosaludo a Ud. y a sus bravos compañeros, felicitán-doles cariñosamente por el hermoso triunfo cientí-fico y humanitaria con que acaban de ilustrar anuestra querida marina. Pablo Riccheri.

Uno de los primeros mensajes de felicitación alMinistro de Marina y a los bravos héroes de laUruguay está fechado en Capilla del Señor el 1º dediciembre, y dice así: A su Excelencia el Ministro deMarina. Los que suscriben, felicitan a V.E. por eléxito de la Uruguay y a su digno Comandante Irízar,hijo de este humilde pueblo, que con brío y arrojoabre una página de gloria a la joven marina ynación argentina.

Por su parte, el Rey de Suecia su Majestad Oscar IIen un mensaje al Presidente Don Julio A. Rocafechado en Stokolmo el 24 de noviembre, decía:Servios recibir mi agradecimiento sincero por labuena nueva. Envío mi homenaje a los valiososesfuerzos de vuestro gobierno a los cuales debe-mos la salvación de nuestros compatriotas. Lanación sueca participa conmigo de un sincero reco-nocimiento hacia el valiente Capitán de la Uruguayy su tripulación. Oscar.

Publicaron los diarios de entonces: El éxito delComandante Irízar lo coloca ahora en lugar promi-nente entre los servidores del país… o El aconteci-miento refleja honor sobre el país, gloria sobre sujoven pero brillante y estudiosa marina. El nombrede la República Argentina se repite con simpatía ycon elogio en las columnas de todos los periódicosdel mundo.

Por su brillante actuación al frente de la primeraexpedición a la Antártica Argentina, a fines de aquelaño (1903), Julián Irízar fue ascendido a Capitán deFragata con las felicitaciones del Presidente Roca.Más tarde, y ya como Capitán de Navío el 17 dejunio de 1905, contrae matrimonio con DoñaEncarnación Virasoro, perteneciente a una antiguafamilia de Corrientes. Encabezó comisiones de

adquisición de materiales y armas y poco antes deiniciarse la Primera Guerra Mundial de 1914, Irízara la sazón en Europa integraba como Jefe, laComisión Naval Argentina. Tuvo a su cargo las nego-ciaciones que precedieron a la requisa por parte deFrancia, al estallar la guerra, de los buques que seconstruían con destino a nuestra flota, en los asti-lleros del viejo mundo.

A su regreso en 1919, el gobierno le confiere el altoTítulo de Contraalmirante. Con ese grado, en 1921se lo designa Comandante en Jefe de la PrimeraDivisión de la Escuadra de Mar.

Marino de temperamento, se lo honró con la coman-dancia de los buques: Patria, Libertad, 25 de Mayo,Buenos Aires, Pueyrredón, Rivadavia y Belgrano.Siendo comandante de esta dotación, le tocó enar-bolar la insignia de Jefe de la Segunda División de laEscuadra de Mar.

También le tocó desempeñar puestos honrosos, difí-ciles para su temperamento, lo hizo con altura y dig-nidad: Jefe del Estado Mayor en la base del Río deLa Plata y Jefe de la División Escuelas; DirectorGeneral de Material; Jefe del Estado Mayor Generaldurante el Ministerio de Sáez Valiente; DirectorGeneral de Administración.

Fue Agregado Naval a las Embajadas de Francia,Alemania y Gran Bretaña; intervino en la compra demuniciones y material de artillería para nuestraescuadra, adquiriendo las primeras granadas quese fabricaron con lydita.

En 1926 fue promovido a Vicealmirante, el gradomás alto de la época, culminando así su vida profe-sional caracterizada por los buenos servicios.

En 1932 se lo designa Prefecto General Marítimo.

Para ese entonces desempeñaba la Vicepresidenciadel Instituto Sanmartiniano. Irízar se había contadoentre el núcleo de argentinos que gestó y creó esaentidad que puso todos sus afanes para valorar lagesta moral del Padre de la Patria.

Había ingresado muy joven al Centro Naval. Allíhabía pasado los mejores momentos de camarade-ría, y los asociados lo eligieron para presidir los des-tinos de aquella institución el 16 de abril de 1931,por un período de 2 años. En esa tarea lo sorpren-dió el retiro definitivo de las filas activas de la mari-na, era el 8 de enero de 1932.

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Con motivo de ese acto trascendente, el Ministro deMarina le envió la siguiente nota:

Al refrendar como Ministro de Marina, el decretoque, en cumplimiento de disposiciones prescriptasen la ley orgánica de la Armada, dispone el pase asituación de retiro del señor Vicealmirante, cúm-pleme expresarle en nombre del Excmo. Señorpresidente del gobierno provisional de la Nación yen el mío propio, el sentimiento que tal alejamien-to les produce.

Al hacerlo interpreto asimismo el testimonio de laArmada Nacional, a cuyos progresos a contribuidoUd. en un período que abarca cerca de mediosiglo, desempeñando en forma destacada losmás elevados cargos, fueren ellos de función demando, de índole técnica o al frente de comisio-nes navales en el extranjero, donde prestó servi-cios particularmente beneficiosos para los intere-ses de la Nación.

Al formular íntimos votos por la ventura personal delSeñor Vicealmirante, me es grato reiterarle las segu-ridades de mi más alta consideración y estima.

Sus servicios prestados a la Marina de Guerra sonreflejo fiel de una capacidad profesional, de una cul-tura y unos rasgos sobresalientes que lo hicieronacreedor al honroso título de Miembro de la RealSociedad de Geografía de Londres, incluía entresus condecoraciones los reconocimientos deChile, Suecia, Paraguay, Italia, Inglaterra, España,Venezuela y Perú.

La Nación Argentina, al recordar su nombre bene-mérito, le acompaña al de los hijos dilectos, losheroicos herederos de la gloria de Brown, de

Bouchard, de Rosales, de espora yde Azopardo. Porque si aquellos dela hora incierta de Juncal y de LosPozos hicieron méritos sable enmano y coraje en pecho, éstosacrecentaron su honra en aras dela humanidad.

Para todos los argentinos bien naci-dos, y en especial para el pueblo deCapilla del Señor, que se honra entener en sus filas a un Almirante derenombre mundial, es signo dehidalguía recordar el nombre deeste argentino ilustre, el AlmiranteDon Julián Irízar, que falleció en

Buenos Aires, el 17 de marzo de 1935.

En nombre de la Armada despidió a Irízar elAlmirante Felipe Fliess, uno de sus compañeros dela hazaña polar, quién dijo:

Con el deceso del Almirante Irízar pierde la MarinaMilitar uno de sus más prestigiosos jefes, quedurante medio siglo dedicó exclusivamente a suservicio toda su capacidad y su energía, su carreranaval fue brillante, como eran descollantes suscondiciones profesionales y personales.

Ingresó muy joven a la Escuela Naval, destacándo-se de inmediato como alumno sobresaliente y man-teniendo siempre el mismo concepto ante susJefes y camaradas, ascendió por sus propios méri-tos hasta la elevada jerarquía en que lo ha sor-prendido la muerte.

Estimado y respetado por sus Jefes, sus iguales ysus subalternos, puso siempre de manifiesto y alservicio de la Institución, su gran preparación pro-fesional, su cultura general, sus condiciones parael mando, sus aptitudes para el trabajo, su rectitudde carácter y de criterio y en todos los actos de suvida, su hombría de bien y caballerosidad.

En nombre del Instituto Sanmartiniano, del quefuera fundador y Vicepresidente, usó de la palabrael Gral. Vacarezza para caracterizar los méritos deIrízar y dijo:

Selecto, sereno y noble espíritu, de sólida y vastapreparación intelectual, su integridad moral y apti-tud para manejar y dirigir en el mar los múltiples ycomplicados elementos de combate de nuestrasnaves de guerra.

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La corbeta Uruguay se aleja del puerto de Buenos Aires.

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No olvidó que Julián Irízar se contó entre los pri-meros y más entusiastas decididos a constituiraquella magnífica entidad argentina que es elInstituto Sanmartiniano, posteriormente oficiali-zado. Dijo Vacarezza que aún a los sanmartinia-nos les quedaba la ilusión de considerarlo entreellos, porque:

Si en el orden material de la naturaleza nada secrea y nada se pierde, también en el orden espi-ritual nada se debe perder de cuanto animó lavida del hombre, digna, recta y honradamentevivida, porque todo ello queda y trasciende indefi-nidamente a través de las generaciones que sesuceden.

Trajo la palabra de los amigos, el Alte. Galíndez, quienpuntualizó los severos rasgos de su existencia:

Conoció en su carrera crueles amarguras y desen-gaños; fue víctima de las mayores injusticias,pero su frente fue, también, alguna vez, acaricia-da por el aura de la victoria y el triunfo; no en las

lides que requieren las armas delsoldado, sino en aquellas en lasque sólo valen la tenacidad, lapaciencia, la energía y la inteli-gencia; su nombre, en alas de lafama, fue conocido en el mundocivilizado como el instrumento deque se valía el destino para llevara cabo una obra humanitaria,grande y generosa; pero ni aque-llos dolores doblegaron su espíritufuerte ni estos éxitos ruidosos quetanto honraron a la patria, pertur-baron su tranquilo carácter y suingénita modestia.

Que al dejar este mundo, nada pró-digo en él en satisfacciones ni enbeneficios, alcance en ese más alláignoto, el premio a que se hahecho acreedor por la bondad desu corazón por la nobleza de almay por los relevantes servicios pres-tados a la marina y al país.

El 8 de noviembre del año pasado,Capilla del Señor se vistió de fies-ta para conmemorar el Centenariode la Primera Expedición Argentinaa la Antártica al mando de Irízar,su recordado hijo dilecto. El acto

que se desarrolló en la Plaza San Martín de dichalocalidad fue presidido por el Jefe del EstadoMayor General de la Armada Vicealmirante JorgeOmar Godoy y por el Intendente de Exaltación dela Cruz Sr. Adrián Sánchez, y contó con la partici-pación de la banda de la armada, abanderadosde las escuelas, autoridades provinciales y fami-liares de Irízar.

Todos recordaron el gesto de grandeza que significóla tarea de Irízar y se refirieron a la necesidad derescatar hechos del pasado para mantener la iden-tidad y construir un futuro mejor.

Ya al cumplirse en 1953 el cincuentenario de la talhazaña y rendirse un homenaje al marino, vecinos yautoridades de Capilla del Señor rescataron losvalores de aquella proeza y escribieron un Mensajea la juventud del año 2003, que fue enterrado en laPlaza San Martín.

La carta fue recuperada y leída en este nuevohomenaje a cien años del famoso rescate.

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En el mencionado mensaje se intenta rescatar lamemoria del héroe de la armada y los valores quedeben primar en los jóvenes, el mismo comienzadiciendo:

Casi en vano aguzamos la fantasía, anhelosos deimaginaros en vuestro medio (…) La humanidadmarcha con ritmo de vértigo y la fisonomía dehoy es ya muy distinta de la que contemplamosayer.

Continúa indicándoles en forma visionaria, que hayvalores permanentes, inalterables.

Sois los hijos de nuestros hijos, sois hombres denuestra raza consustanciados con la tierra y con elambiente.

Por eso, como a nosotros hoy, el pecho se osensancha de emoción viril al evocar la hazaña deJulián Irízar. (…) La acción que Irízar y sus hombresllevaron a cabo, es símbolo de esa magnanimidadque llega insensiblemente a lo heroico si está alen-tada por nobles ideales. Empresa digna de hom-bres robustecidos bajo el sol de nuestras pampas,espiritualmente formados por el Evangelio delAmor y en el culto de la hidalguía.

Y continúa La corbeta Uruguay con su carga de qui-jotes, buscando los vientos que habían de lanzarlaal peligro por solidaridad humana, ha dejado unabella página en nuestra historia. Tal vez cuandoleáis estas líneas la expedición secular sea ya casilegendaria. Tal vez aquellas blancas y lejanas tie-rras nuestras, teatro de la hazaña, no parezcan tandistantes, no estén tan desiertas.

Seguir hablando de la noble vida de Irízar, seríaimpropio del recuerdo de un hombre serio y modes-to, y por sobre todas las cosas, ecuánime.

Es de resaltar especialmente la trayectoria limpiadel Alte. Irízar, porque valoramos como argentinos,el tremendo significado de su hazaña polar, Cenit desu currículo vital.

Porque comprendemos que una existencia puededarse generosa en aras de la humanidad y puedetambién pasar por la vida en la avalancha mediocrede los tácitos.

Estos apresuran el rumbo hacia el olvido.

Aquellos, los que recorren la privilegiada senda de losque fueron lo que deben ser, van hacia la gloria. n

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Las imágenes de este artículo fueron tomadas del libro Entre packs & icebergs, de Miguel Gonzalez, Asociación Pro Memoria de Capilla del Señor.

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Enzo A. Luna

ENSAYOS Y NOTAS

La hija del Almirante

En memoria de Elisa Brown y Francis Drummond

La brisa agita los juncos que emergenentre las aguas marrones. Y sobre lasuperficie del ancho río hay bellas flo-res silvestres, celestes, blancas, ama-rillas, que la corriente arrastra bajoun cielo cubierto de nubarrones... Latormenta ha pasado...

Elisa

“Mi carácter es más irlandés que inglés, o sea queme parezco a mi padre más que a mi madre, cual-quiera puede decirlo. Amo vivir, amo este paisajeagreste. Amo a Buenos Aires, y este río es un sitioinmejorable para jugar y nadar...¿que si sé nadar?como que mi padre es marino, como que mis tíosson marinos y como que en mi vida no he oído hablarde otra cosa que de barcos, luchas y tempestades.”

El Almirante y su esposa

Desde la casona de dos plantas que da al río, doñaElisabeth Chitty no deja de vigilar a sus hijos. A ellano le gusta que pasen las horas tan salvajemente.La culpa es de su marido y de su hija mayor, porqueél no la regaña y la deja hacer. En el fondo él senci-llamente confía en que cuidará de ellos lo suficien-temente bien. Pero no es poca tarea. Además le preo-cupa el futuro de Elisa. Ya tiene edad de casarsepero no da muestras de tomar nada seriamente.Inquieta como su esposo, es un enigma. Desde quese mudaron a ese país del Río de la Plata han pasa-do juntos muchas cosas buenas y malas. Nada fuenunca fácil ni lo será con la profesión de su esposo,Guillermo Brown. Pero para sus hijos, ese es el sitio.

Elisa Brown está acostumbrada a las ausencias desu padre y a los vaivenes de la situación económi-ca que hacen sufrir a su madre. Por eso ha tomadouna decisión “Jamás me casaré con un marino”, loque la madre aprueba. Su hija no tiene su prover-bial paciencia.

-Eres una chiflada- dice su hermano cuando éllapretende hablarle seriamente de su futuro -Ademáslas mujeres no nadan- le reprocha, recordando loscomentarios de los mayores -¿De donde sacasteeso?- ríe ella -no entiendo como puedo perder eltiempo contigo-.

Será porque ha crecido y se siente sola. Desde haceun tiempo pasa de la risa al llanto, de la suavidad ala ira con inexplicable facilidad. Cuestión de hormo-nas dice doña Elisabeth a su marido el almirante,que a veces la observa preocupado. Esa niña, diceél tamborileando los dedos sobre la mesa ¿ qué vaa ser de ella?

Francis

A los veintitrés años el teniente Francis Drummnondllega por fin al Río de la Plata. Se ha escapado deuna cárcel brasileña en la ciudad de Montevideo yahora aspira el aire alegre de la mañana que batesu cabello mientras se acerca a la ciudad bañadapor el sol. Confía en que su suerte cambiará.Francis es huérfano y tres de sus hermanos yamurieron en las guerras europeas igual que supadre. Por eso mientras el ancla se hunde en lasaguas marrones recuerda a su lejana Escocia natal.La dulce y melancólica música de aquellas gaitas,las verdes colinas donde solía jugar en los breves yescasos días de sol. Las mañanas neblinosas, labruma de las Highlands, el río Tay, los rebaños deovejas, los toscos habitantes reunidos en la feria,los sermones de los pastores de saco negro y cuelloblanco, las tabernas, el mar.

Ganador del primer premio del Concurso de cuentos 2004 de la A.T.N.A. (Amigos de las Tradiciones Náuticas)

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En sus oídos aún resuenan las viejas melodías, elbeso de su pobre madre cuando partió, la miradade las muchachas que quedaban y lo veían pasarcon su paso ágil y pronto para alejarse cuanto antesa ver cuan ancho era el mundo, mientras silbandodejaba atrás la Real villa rumbo al puerto deDundee, a jugar su destino.

–Este jóven oficial es Mr. Francis Drummond, unmarino que ha servido en el Brasil y desea combatira nuestro lado. Esta es mi familia, mi esposaElizabeth, mi hija Elisa, mi.-.

Elisa hizo la pequeña reverencia que les había ense-ñado su madre y que todas las niñas de su edad acos-tumbraban, mientras el Almirante seguía presentandoamablemente a los demás oficiales que lo acompaña-ban. Sólo que sus diecisiete años se ruborizaron inme-diatamente e hicieron que un calor le hormigueara portodo el cuerpo, pues lo había visto apenas entraron,apenas sintió voces y apenas acudiera a atender condesgano a esos nuevos invitados. Y sólo que los ojosdel teniente habían detectado en el acto la gracia y lafrescura de aquella muchacha tan parecida a las desu villa de Dundee y en cuanto aquellos ojos celesteslevantaron la vista después de la reverencia, algo lebatió en el pecho como un tambor. A partir de allí lareunión se manejó en dos planos.

En uno, su padre relataba cosas y preguntaba otras,todas relacionadas con la situación de la marinaimperial. Y en otro, todo lo que el tenienteDrummond decía, pues extrañamente ella no abríala boca, aunque esta vez no sólo por urbanidad sinoporque todo lo que él decía era absolutamente ori-ginal, bello, varonil, agudo. Francis se sentía másconfundido de lo que había supuesto sería esa reu-nión, pues estaba casi seguro que aquella mucha-cha lo había mirado dos o tres veces con bastantedisimulo y él quería que lo hiciera una cuarta vezpero temía que todos terminaran dándose cuenta.Esa noche Elisa no durmió. Bueno sí, un poco. Todoen su sueño-vigilia estuvo pleno de tenienteDrummnond, teniente Drummnond.

La segunda vez que se vieron, él se ingenió parallevar un mensaje a casa del almirante. Y allí cayóMrs. Elisabeth que algo ocurría entre esos jóvenes.Elisa acudió antes que nadie a abrir, allí estaba él,esbelto en su uniforme azul. Se miraron, él tomósu mano con suavidad y quedó contemplándola,luego por suerte se animó a preguntarle si podíaverla una vez más, claro con permiso de suspadres. Ella respondió, que... tal vez.

A partir de ese momento Elisa, según Eduardo,parecía una tonta completa, vivía pendiente de lasnoticias de la guerra en el “British Packet” o leíalibros de poesía. Había perdido su estado salvaje,ahora vestía como toda una señorita, decía laPancha, la cocinera negra. Pero sufría más queantes -No veo a mi padre, no veo a Francis ¿por quéme enamoré así? Dios, que no le pase nada. Que noles pase nada-.

La guerra

Hubo una gran victoria en El Juncal y FrancisDrummond fue uno de los héroes. La guerra nosuele ser portadora de buenas noticias pero estanoche habrá fiestas y función de gala en el teatro.Entre decenas de candiles y lámparas, Elisa es lamás feliz y la más bonita de las mujeres. GuillermoBrown sonríe contento, ve la felicidad en los ojos desu hija. Su esposa aprieta su brazo y los oficialesde su escuadra rompen los corazones de las jóve-nes porteñas en el baile de celebración ¿qué máspodía pedir? Elisa y Francis bailan mirándose a losojos, son dueños de la noche –te amo, yo también,te amo– se susurran al pasar, hasta que poco apoco la música y las luces se van apagando.

Pronto ellas volvieron a quedar solas con los niñosen la casona de Barracas.

–¡Es una belleza!– exclama Mrs. Elisabeth en cuantola ve con el vestido de novia que están bordando -¡asíque no querías un marino!– las dos ríen y se abrazan.Afuera el sol del atardecer brilla dorando el río -¡madre!-dice de pronto sobresaltándose -¿no es eso un caño-neo?–. –No, no creo– responde tratando de no preo-cupar a su hija –Tal vez está viniendo tormenta delsur– pero el tronar apagado es continuo y el cieloclaro se refleja en el espejo ovalado: También se vela imagen de Elisa que ha dejado el vestido.

Durante la noche cuatro veleros zarparon tratandode no ser vistos, dando bordadas con viento delnorte que rotó hacia el noreste aumentando su fuer-za, navegaron hacia el sureste. Las banderas celes-tes y blancas ondeaban en la oscuridad al tope delos mástiles cuando a eso de las 11.30 p.m. uno delos buques de la escuadra bloqueadora dio la alar-ma con su cañón. Francis maldijo, pronto caeríansobre éllos, porque su bergantín había encallado.

Desde el amanecer del día siguiente 19 navesimperiales cañonearon a tres buques republica-

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nos, dos de ellos varados. Pero no pudieron ren-dirlos. Combaten todo el día, llega la noche y losesfuerzos por zafar se redoblan, todo es inútil. Sereinicia la lucha imposible, Brown da la orden dedefender el honor nacional antes de abandonarlosy prenderles fuego, pero Drummond no se resigna.Al segundo día está ennegrecido por la pólvora yensangrentado porque una lluvia de astillas prácti-camente le ha volado una oreja. Su barco, el“Independencia” está acribillado y ha agotadotodos sus tiros, ordena cortar cadenas y usarlascomo proyectiles, luego baja en un bote y va apedirlos en el “República” donde Granville estáherido, inútil, vuelve contrariado, va a la “Sarandí”y cuando trepa la escala llega un torbellino debalas de a 24. Siente como si el piso se abriera oél volara.Todo se nubla, entre gritos, humo y undolor profundo por la pelvis destrozada. Delira,abre los ojos y toca el anillo, mira a su amigo JohnCoe y se lo entrega “dáselo a Elisa... ya no volveréa ver las montañas de Escocia”, musita. El almi-rante acude a verlo, pasa una mano sobre suscabellos, lo escucha “Sí muchacho, le responde,has hecho tu deber” y vuelve al puesto donde rugeel cañon y silba la metralla.

Lo supe antes que me lo dijeran. Todo el pueblo sevolcó al puerto para verlos llegar, la “Sarandí”hacía disparos de cañón a intervalos indicandoque había muerto un jefe. Tomada del brazo conmamá, la Pancha y los niños, nos apretábamospara darnos fuerza. Después bajaron los botes conmuchos heridos, bajó mi padre rengueando y mimadre dio un grito. Dicen que Francis se comportócomo un héroe. Cuando pude verlo caí de rodillas,dicen que me desmayé, mas ya he llorado bastan-te... Ahora, después de varios días me sientomejor, por eso he venido al río - ¡No, tú no temetas, Eduardo! - viene tormenta. Estamos enverano, la más dulce y alegre de las estaciones yviene tormenta ¿ves Francis ? tengo tu anillo enmi mano... pero estoy triste, ya no volveré a ena-morarme... entro en el agua, el viento sopla y estáfrío” –¡Elisa!– llama su pequeño hermano, gira lacabeza, lo ve, está lejos y decide volver, la corrien-te es fuerte, el viento es huracanado, sientemiedo, lucha, lucha.

Cuando la súbita tormenta que ennegreció elcielo pasa, y el sol vuelve a brillar... las aguasarrastran bellas flores silvestres, amarillas, blan-cas y celestes... n

Notas complementarias al cuento “La hija del Almirante”

Epílogo

El combate de Monte Santiago fue sin dudas el más encarnizado de la guerra con elBrasil, en él cayeron oficiales y tripulantes republicanos luego de protagonizar en unalucha desigual muchos actos de heroísmo. Sin dudas, además de los cientos de víctimas que causó entre ambos bandos, pusofin al sueño de dos jóvenes. O tal vez no, tal vez fue el comienzo de un amor eterno...En el cementerio, al costado de la iglesia del Socorro (trasladadas luego al deResidentes extranjeros de la Chacarita), hay dos tumbas. En una de éllas, “velada pormustias adelfas y azucenas” puede leerse una inscripción en inglés, casi perdida porel musgo del olvido: “Consagrado a la memoria de la señorita Elisa Brown. Nació el 31 de octubre 1810.Murió a 27 de diciembre 1827, víctima de la onda traidora”. Y hay un dístico que reza:

This marble on earthly lowly graveEste mármol sobre tumba humilde terrena

Thy mournful parents raiseTus padres doloridos levantan

Who, whilst they weep thy hapless fateQuienes, mientras lloran tu desventurada suerte

And early virtues contemplate,Y contemplan tus virtudes tempranas

God’s dispensations praise”Los mandatos de Dios alaban

En tanto que la otra, entre una corona de perpetua y atributos navales dice:

“Freedom shall weep o’er lost hero;La libertad llorará su héroe perdido

The laurel and thistle shall bloom o’er his grave,El laurel y el cardo florecerán sobre su tumba

Who fought like a Nelson,—who died like a hero;Quien peleó como un Nelson; quien murió como un héroe

And long be remembered youngY será largamente recordado jóven

Drummond the brave.”Drummond, el bravo.

Dice el British Packet que el entierro de Drummond fue con todos los honores, acom-pañado por todos sus compañeros, que se disputaban el honor de llevar el cajón. Dicetambién otro periódico que como no tenía parientes, su tumba fue levantada por sus-cripción popular. Se hicieron además suscripciones para ayudar a los heridos y pri-sioneros. Meses después, comenta que el entierro de Elisa Brown fue seguido pornumerosa cantidad de gente, once carruajes y las muestras de afecto y dolor de todoel pueblo y el gobierno, al dolido Almirante y su esposa. Para Brown, la pérdida de suhija mayor nunca terminó de cicatrizar.

Fuentes consultadas:

n Angel J. Carranza “Campañas Navales de la República Argentina”.n Felipe Bosch “Brown. Biografía de un almirante”.

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Estela Leonor González Corrales

A mi abuela; Elisa Ballvé Pallejá de Corrales que compartió la vida con él.A mi madre, Blanca Corrales Ballvé de González, que admiró tanto a su tío.

Primavera 2005

ENSAYOS Y NOTAS

Rescatar del olvido

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En la misteriosa grandeza de su incle-mente soledad, Irízar, jerarquizadoalmirante, parte rumbo a la Antártida.Hace cien años, el entonces tenienteIrízar comandó la corbeta Uruguaypara rescatar a la expedición de OttoNordenskjöld perdida entre los hielosantárticos. En el rescate actual, lleva-do a cabo por los marinos argentinos,los científicos y los tripulantes sonrusos, y el buque atascado se llamaMagdalena Oldendorff.

Hace cien años los sabios eran suecos y el Antarctic,el barco despedazado por los témpanos polares.Entonces, el joven teniente Irízar comandaba la cor-beta Uruguay y, entre otros, lo secundaba el oficialRicardo Hermelo, egresado de la misma promociónque Horacio Ballvé.

Dos cabos de manila me atan fuertemente a él: mimadre y mi abuela. Tanto es así que, en la constela-ción fotográfica que iluminaba las paredes del cuar-to de mamá emergía, entre las sonrisas infantilesde sus hijos y las tiernas y queridas imágenes de losabuelos, la mirada seria y enérgica de su dilecto tío.Más aún podría decir, en los testimonios de tantos ytan distintos periódicos que mostraban el acto delsepelio en el Cementerio de la Recoleta, se recono-ce claramente la cara de mi padre y la del hijo mayorde nuestro protagonista, Horacio Ballvé Cañás (1).

Un verde matinal lustra los campos, y mientras via-jaba en tren hacia Mar del Plata, una imagen, sólouna, emergía en mí con una fuerza ciclópea. ¿Porqué, por qué pensaba en ese momento precisamen-te en Auguste Rodin y en su monumento a Domingo

Faustino Sarmiento? ¿Por qué volvían a mí las cartasque su nieto Auguste Belin Sarmiento le había envia-do al escultor francés sobre su abuelo, por qué erael grande entre los grandes, el que surgía en mí,mientras otros escritos, por ejemplo, los de OctavioR. Amadeo me susurraban al oído: viajaba con lanariz pegada al vidrio, como devorando el paisaje...o sino como aquellos de Bartolito Mitre cuando rela-taba el pasaje de El doctor de Michigan. ¿Por quésólo esa imagen majestuosa, como la de la pampaque atravesaba, se me fundía con la de él y mientrasyo repetía ese verde lugoniano tan querido, él, sóloél, era el grande que surgía? ¿Por qué una y otra vezse me alzaba aquel que como un caso de exhibiciónleonina aparece en la historia de la patria, y ade-más se jacta de ser un año menor que ella?

Claro, no tardé mucho en develar la incógnita. Si, enrealidad, mi objetivo era intentar el abordaje -Sandokánliterario- de un escrito sobre mi tío abuelo HoracioBallvé Pallejá, y mi razón personal era ir a ver eseMar Atlántico en el que él vivió tanto, era algo másfuerte que yo el asociar inconscientemente aHoracio con Sarmiento el creador de la EscuelaNaval Militar en la que mi tío estudió y el presidenteque comandaba el país cuando él nació y cuyo nom-bre bautizó la fragata que llevó a todas las tierras delplaneta la imagen celeste y blanca de la nuestra.

Al decidirme a escribir estas páginas, lo hago en laseguridad de poder aportar respecto de HoracioBallvé algunos datos originales sobre su biografía, yaque considero que él fue un hito histórico principalde la Armada. Por otra parte también quiero dejarsentado que esta tarea me la propuso, hace ya años,cuando era Capitán de Corbeta el VicealmiranteHéctor Agustín Tebaldi.

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Es de todos sabido que el nombre de Horacio Ballvése cuenta entre los precursores de la instalación dela Armada Argentina en el Sur. Cfr. La Argentina,Suma de Geografía, tomo VIII, p. 113; José R.Bamio, Semblanzas navales, p.11; pero mi idea noes citar todos los textos que lo mencionan sino uno,en especial, por la jerarquía implícita en la calidadde su autor: me refiero al Viaje al Polo Sur de OttoNordenskjöld, que en el tomo primero de los dosque componen la obra, dice lo que sigue:

“Ya en el mes de julio había yo recibido una cartadel director del Observatorio Argentino, instaladoen la Isla de los Estados donde el Teniente Ballvé mepropone que un oficial de la marina se incorporaraa nuestra expedición, en calidad de representantedel gobierno argentino. Poco después y por boca delministro de Marina, señor Betbeder, que el deseoparticular del gobierno era que el oficial que nosacompañara pudiera quedarse en la estación inver-nal. No quise contestar con una negativa, sin antesaguardar la visita del joven oficial que nos proponíael Ministro.

El 17 de diciembre, por la mañana, vi por primeravez al entonces subteniente, don José M. Sobral. Mepareció tan sencillo, tan simpático, tan entusiastay tan valiente, que, dejando de lado todas mis vaci-laciones, me decidí a admitirlo definitivamente,y el mismo día quedó arreglada la cuestión.(págs.40-42).

Y es a partir de Sobral que tampoco podría omitir elnombre del contraalmirante Laurio H. Destefaniquien en su libro “El alférez Sobral y la soberaníaargentina en la Antártida” nos relata con emociónsuma y minuciosa tarea de investigador lo que fueesa hazaña de nuestro joven oficial.

A la Isla de Los Estados se han referido, además delmismo Ballvé en una conferencia leída en el CentroNaval el 13 de junio de 1903, Roberto J. Payró en LaAustralia Argentina (1898) cuando, enviado por eldiario La Nación, viaja en el Transporte Villarinojunto con el Perito Moreno y conoce las abruptascostas de la Isla de los Estados a las que rotulacomo inhospitalaria (pág. 8). Por su parte Ricardo

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Rojas, que tuvo que padecer en ellas su exilio políti-co debido a la Revolución del año 30, la denominaen Archipiélago la Isla de los Estados... de sitio; sibien las descripciones de ambos escritores argenti-nos son inmejorables en cuanto a la sagacidad desus visiones y ambas expresan con certera palabrael ambiente, la fauna, la flora y el habitat delOnaisín, creo que por lo vivencial la descripción deHoracio Ballvé supera todas las otras.

También quiero señalar algunos de los rasgos delcarácter de Horacio quien acompaña en el VIII viajede Instrucción de la “Sarmiento” al ComandanteCapitán de Fragata D. José Moneta, que relata en sulibro Recuerdos de un Marino (1939) lo que sigue:

Me acompañaba como 2º Comandante el Teniente deNavío Horacio Ballvé, Jefe muy distinguido y dereconocida preparación. Como todos los SegundosComandantes que cumplen con su deber, no podíaser muy simpático a los Oficiales y personal subal-terno. Toda medida restrictiva aparece siemprecomo impuesta por el Segundo y toda concesión se

cree que viene del Comandante, de donde resulta queeste último se lleva toda la simpatía, salvo en ciertoscasos anormales en que algunos actúan, como esosmaridos que quitan a la esposa la dirección de losquehaceres domésticos.(p.200). ... Estábamos en SanSebastián... algo cansados de recepciones, fiestas,visitas y cambios de uniforme, después de regresar abordo, de no sé cuál banquete, invité a Ballvé, apesar de ser más de medianoche, a que fuéramos apasar un rato en el Casino, como simples civiles,turistas del concurrido balneario.

Recorrimos los salones llenos de gente elegante,entre las que se lucían hermosas mujeres y como nonos desagradaba el juego, hicimos una sociedadpara tentar la suerte en el treinta y cuarenta. A lospocos minutos no nos quedaba nada del capitalsocial y poco después encontramos a un amigo,Daniel Amadeo Videla, después Diputado Nacional.que no jugaba... pero que como no jugaba, obser-vando las mesas nos dijo un medio seguro paraganar.... Tentados con esta seductora información,con las pocas pesetas que nos restaban, formamos

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una nueva sociedad, que Ballvé volvió a adminis-trar, siguiendo exactamente ese programa. No tardómucho en regresar con las manos y bolsillos llenosde fichas. Nos habíamos desquitado y resultábamosganando una discreta suma.

Volvimos tarde a bordo y esa noche dormimos conla sangre dulce, como se dice en el lenguaje de lacarpeta verde.(pág.213-214).

Ahora veamos algunos rasgos del carácter de Ballvéque se desprenden de la lectura de su legajo en laArmada (Ministerio de Marina, Archivo General, Fojade servicios Nº 45, Caja 5). De su inteligencia dicendescollante, aunque su carácter es nervioso yexpansivo, franco y violento a veces. En más de unafoja se repite que es muy resuelto y que habla y tra-duce francés e italiano y también inglés y un pocode alemán con diccionario. (Nosotros personalmen-te creemos que sin diccionario no se puede abordarla traducción de un texto.) Leer y releer este legajoha sido uno de los grandes placeres que me produ-jo esta tarea y lamento que los límites de un artícu-

lo no me permitan volcar todo la información reuni-da, ya que mi investigación sobre Horacio BallvéPallejá ha sido muy extensa.

Como aclaro desde el vamos que es un aporte bio-gráfico sobre Horacio Ballvé quiero incluir como pri-mer testimonio la fotocopia del cuaderno de bitáco-ra iniciado por mi bisabuelo cuando embarcó paraAmérica el 17 de abril de 1858 (Ver serie de manus-critos incorporados en este trabajo). ¿Qué lo movíapara dejar su Catalunya natal? Quizás esa incógnitano pueda develarse, pero lo cierto es que el día 16de junio del mismo año llegó a Buenos Aires en elvapor-paquete “Camila”. Tampoco es nuestro propó-sito ahora referirnos al Buenos Ayres al que arribó,ni al Montevideo antiguo en el que casó conFlorinda Pallejá, cuyo retrato incorporo en la siguien-te página, por tratarse prácticamente de un cuadrocasi desconocido, excepto para su familia, ya que elpintor, José Miguel Pallejá, hoy tan codiciado, erahermano de la representada. Mis bisabuelos mater-no-maternos se casaron, mañanita de San Juan, el24 de junio de 1864. Los padres de la novia eran

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José Pallejá y Dolores Miguel y Escofet. Nuestroprotagonista nació el 7 de noviembre de1873 y fue bautizado en la Parroquia delColegio el día 31 de mayo de 1874como Horacio Florencio José BallvéPallejá. Sus padrinos fueron sustíos José Pallejá y Miguel y laseñorita Dolores Pallejá. Está demás decir que estuve en la cita-da Parroquia (hoy de SanIgnacio) procurando obtener unafe de bautismo pero tambiénestá demás aclarar que las hor-das salvajes del ’55 quemaron enun incendio inolvidable todos losdocumentos del pasado argentino,pero no la capacidad de serlo.

En la fotocopia transcripta del cuaderno debitácora podemos leer que el hijo mayor, mi tíoabuelo, Antonio Venancio, da testimonio del falleci-miento de sus padres. Según datos extraídos delArchivo del Cementerio de la Recoleta, Florinda de

Balvet -así registrada- muere en 1879 de escarla-tina, a los 38 años, lo cual nos permite com-

probar que nació en 1841 y que se casóa la edad de 23 años. En tanto que

Antonio Bollve -así registrado- murióa los 46 años, viudo, de una bron-quitis crónica. Ambos pertenecíana la parroquia de San JuanEvangelista y vivían en la Avenidade Santa Lucía en la ciudad deBuenos Aires. Y si esto ocurrió en1883, cabe señalar que aquel 17de abril de 1858 en que el bisa-buelo embarcó para América sólo

contaba 21 años. Qué movía albisabuelo catalán a embarcarse

para América seguirá siendo siempreuna pregunta sin respuesta. n

(1) Horacio Ballvé se casó dos veces, la primera con Sofía Cañás Giribone, uniónde la que nació Horacio Ballvé Cañás (1912-1985), y en segundas nupciascon Leonor Piñero Stegmann, con la que tuvo tres hijos: Jorge Horacio (1920-1986), Leonor (1921-) y Héctor Horacio (1923-1958).

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Florinda Pallejá.

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José R. Bamio

ENSAYOS Y NOTAS

¡Lástima que pertenece a un país que nosabe valorar los servicios de sus buenoshijos!

Esta frase expresada por el Brigadier General donGuillermo Brown ante el cadáver de Espora, sintetizala ingratitud del pueblo de Buenos Aires hacia el heroi-co marino.

Los últimos días de la vida del Coronel Espora fueronplenos de penurias, calumnias e infamias.

El 18 de junio de 1832 Espora era separado de lasfilas de la Armada e incorporado a la Plana MayorInactiva del Ejército, lo que trajo aparejado su pase arevista pasiva situación que perduró hasta el 11 denoviembre de 1833.

Ello significaba una importante merma en sus haberesque pronto se concretó en estrecheces económicas enel seno de su hogar.

Nos dice Espora de ese período de su vida:

Tranquilo en el seno de mi familia y cultivando conmis brazos la tierra que debía contribuir a mi sus-tento, me encontraron los sucesos de 1833.

En los Corrales del Alto (actual zona del Parque de losPatricios) Espora había adquirido una quinta a su tíaDoña María Luisa Ugarte. En ella edificó una sencillacasa que habitó con su familia hasta su muerte; allíera visitado por distinguidas personalidades, entreellas Juan Manuel de Rosas y el Almirante Brown.Además de ser amigos de Espora eran padrinos de dosde sus hijos.

En estos Corrales del Alto, Espora cultivaba la tierrapara alimentar a su familia.

Desde el 17 de diciembre de 1832 el Brigadier GeneralDon Juan Ramón Balcarce era el Gobernador de laProvincia de Buenos Aires. En las filas federales semanifestaron dos tendencias: los llamados “federalesnetos o apostólicos” que respondían a Rosas y la líneamoderna que seguían a Balcarce, que eran conocidoscomo los “lomos negros” (por el color de las listas conlas que concurrían a elecciones).

En abril y junio de 1833 se llevaron a cabo eleccionesque crearon un clima belicoso en las filas federales;todo ello culminó el 11 de octubre de ese año con lallamada “Revolución de los Restauradores”. Una multi-tud que respondía a Rosas marchó hacia Barracas yallí organizó una oposición armada hacia el gobiernode Balcarce, quien envió para reprimir el movimientoa tropas al mando del Brigadier General Agustín dePinedo, pero éste se pasó a las filas de Rosas y la posi-ción del Gobernador se hizo insostenible y a fines deoctubre de 1833 se alejó del gobierno.

En esa ocasión Espora tomó parte de la “Revolución delos Restauradores” inclinándose hacia el bando deRosas y al respecto dejó sentado:

Instruído yo de las desgracias que habían traído alpaís el empeño loco de querer unos pocos sofocarla opinión de la Provincia, creí que ningún hombredebía permanecer indiferente y que todos debíanpresentarse a sofocar con su presencia un amagofunesto en sus consecuencias.

Me ocupé, por la primera vez, de la política y de susdimensiones y en resultado del juicio que formé,voté el 28 de abril contra la lista negra, cuandoalgunos que hoy cacarean mucho, votaron por ella.

El Brigadier General Juan José Viamonte sucedió aBalcarce en el gobierno de la provincia de Buenos

Los penosos últimos días en la vida del Coronel de Marina don TomásDomingo Espora y la ingratitud delpueblo de Buenos Aires hacia su persona

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Aires, trayendo aparejado nombramientos y relevos endiversos cargos.

Uno de ellos fue el puesto de Capitán de Puerto deBuenos Aires, para el cual fue nombrado el CoronelEspora (11 de noviembre de 1833). A la sazón era elcargo más importante, a nivel nacional, en el ramo dela Marina.

Espora desempeñó ese puesto con suma eficiencia, apunto tal que su labor fue señalada en el Mensaje queViamonte leyó ante la Legislatura.

En octubre de 1834 Viamonte también abandonó elcargo que desempeñaba y el Doctor Vicente Maza, queera compadre de Espora pues era padrino de uno delos hijos del marino, se hizo cargo del gobierno deBuenos Aires. Espora continuó al frente de la Capitaníade Puerto.

Por su carácter Espora no toleraba faltas que otrohubiera pasado por alto. Su férrea disciplina abría pro-fundas brechas en personas vengativas.

El ambiente en la Capitanía de Puerto se hacía insos-tenible y Espora estaba predispuesto a renunciar a sucargo y a ello se disponía, cuando el 7 de marzo de1835 apareció una hoja impresa en la Imprenta delComercio, titulada Al Público.

Encabezaba la misma este párrafo:

Basta ya de tolerar por más tiempo a la cabeza dela Marina a un hombre que marca todas las horasdel día con los excesos más brutales y soezees: suembriaguez habitual, su carácter rudo y feróz, susdilapidaciones en la administración de su cargo,su ineptitud consumada, el escándalo que da a sufamilia y al barrio en donde vive, su grosera igno-rancia con motivos muy poderosos para alejarlomucho del puesto que ocupa.

En otro párrafo constaba:

Conocido esto ¿se permitirá por más tiempo lapermanencia de este hombre funesto en el mandode la Marina?

Al final del texto se leía:

El Superior Gobierno puede comprobar muyfácilmente estos hechos, que están a la vista detodos y que a nadie se le ocultan a fuerza de sernotorios.

Esa hoja impresa la firmaban Unos federales verdade-ros, que ven desde lejos. No había firma de personaalguna y por ello podemos afirmar que se trataba deun anónimo.

Al día siguiente de haber aparecido ese anónimo,Espora hizo circular otra hoja impresa fechada el 8 demarzo de 1835. Imprenta de la Gaceta Mercantil, titu-lada Al Público en la cual hacía conocer lo siguiente:

Ha llegado á mis manos un impreso publicado eldía de ayer contra mi, cuyo mérito y carácter dejo aljuicio de los hombres de bien clasificar, estimandola naturaleza de los móviles que animan á misdetractores. Declaro falso y calumnioso el conteni-do de tal papel, y me dispongo á llevar á sus auto-res ante la ley, desde luego que el ejercicio de ellaesté garantido por la presencia del poder fuerte,que la H.S. acaba de constituir. Ante él, daré lasexplicaciones que deba á los cargos que se mehacen como empleado, y si ellas son satisfactorias,y si como no lo dudo, la autoridad, reprime y casti-ga los abusos y la insubordinación que se han intro-ducido en el Departamento de Marina, cubriendocon un nombre santo un motivo vil, volveré adesempeñar funciones que no he convertido comootros convierten las suyas en provecho particular.

Interin el fallo competente se pronuncia ruego alpúblico suspenda su juicio, y provoco á las calum-niantes que ne acusan, á que reunan, y á que publi-quen también, los hechos en que se fundan susinfames aserciones. Dedicado hace 18 años al ser-vicio de mi pátria, no desconozco que me faltaránconocimientos generales que no he podido adquirir:solo me precio de poseer los que da la mar á unmarinero; asi como me honro de tener mas heridasen mi cuerpo que grados en el uniforme.

Buenos Aires, Marzo 8 de 1835

Tomás Espora

Su muerte

Espora, que tenía desde hacía tiempo su salud que-brantada, decayó mucho en su faz anímica al ver quehombres a quienes había ayudado se volcaban en sucontra transformados en verdugos de su honor. ElDoctor Martín García que lo atendía, nos dice queEspora era preso de una melancolía profunda queafectaba su espíritu.

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Su amigo y primer biógrafo Agustín F. Wright, nos des-cribe así la enfermedad de nuestro marino: “Desdemarzo el Coronel Espora que era robusto y alegre, sefue gradualmente debilitando haciéndose taciturno yseparándose de la sociedad”.

A mediados de julio de 1835 el estado de Espora seagravó y hacia el día 20 el doctor García, llamado conurgencia, comprendió que se aproximaba su muerte,que se produjo cinco días después.

Este galeno en el certificado extendido en tal ocasión,deja constancia:

Que he asistido al señor Coronel de Marina DonTomá Espora en su última enfermedad de la cualfalleció. El mal era violento y mortal, en cinco díasno completos terminó con su existencia.

A la primera visita encontré al Coronel Espora,débil extenuado, coldor ictérico de la piel. Doloragudo en la región precardial que había sido pre-cedido hacia ya algún tiempo, según relación delenfermo, de un sentimiento de opresión.

Una pleuresía con una congestión cerebral, carác-ter de las enfermedades reinantes, fue la causade la muerte del Coronel Espora, predispuesta aella por la melancolía profunda que lo afectaba ypara que conste y a los fines que convenga, doy elpresente certificado en Buenos Aires, a 29 de juliode 1835.

Así se apagó la vida de “una de las primeras espa-das de América” al decir del Almirante Brown. ¡Elbarco había llegado a puerto que conduce a gloriaeterna! n

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Arq. Jorge Laray,Miembro de Número Activo del Instituto Nacional Browniano

ENSAYOS Y NOTAS

La guerra biológica no buscada

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“Toda época está preñada de la quele sigue”, la historia será entonces,una cadena de acontecimientos que—aunque parezcan desvinculados enel tiempo y en el espacio— formanparte, de un proceso histórico.

Uno de los eslabones de este proceso, aún abier-to, es la “Guerra biológica” que fue parte impor-tante de la Conquista y Colonización de América.Hablar de una “Guerra biológica” sucedida a partirde 1492, requiere establecer la cadena de suce-sos concatenados, en el tiempo y en el espacio,

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para que esa guerra fueraposible allí y entonces, y no enotra parte.

Pero esta guerra, se dio den-tro de un marco mucho mayor,fue la principal protagonistade un enfrentamiento queexcedió lo bélico. Fue elenfrentamiento de culturasdiferentes, a las que las cir-cunstancias, y sus respectivashistorias, las hicieron antagó-nicas. Si hubiese sido una gue-rra de conquista, hubiera que-dado adscripta principalmentea lo bélico, pero fue también de colonización, y lacolonización hizo de ella, un choque de culturas.Las culturas en colisión, su naturaleza, influyeronen el hecho bélico —porque la manera de hacer laguerra forma parte de la cultura de los pue-blos—. Habrá que mencionar, entonces, el perfilespiritual de quienes pertenecían a ellas, inclu-yendo qué peso tenían en cada una, las respec-tivas religiones.

Si incluimos en el concepto “cultura” los múltiplesaspectos que se manifiestan a través del quehacerhumano, desde la rutina cotidiana hasta las mani-festaciones del sentir, tanto popular como de lasclases “altas”, y los grandes en logros en las cien-cias, las artes y la política.

Bloch decía que la historia era “por encima detodo la ciencia del cambio”, y que era necesarioanalizar los cambios paraque un período revelaratodos sus pormenores. Seanticipó así, al criterio de “lalongue durée” de Braudel, yen un estudio sobre laHistoria Rural de Franciahizo hincapié en la evolución,tan lenta que se torna imper-ceptible, de la vida rural en laFrancia rural, modelada porla acción recíproca de lagente con su hábitat. No obs-tante su lentitud, en unmomento dado, las conse-cuencias de esta relaciónpueden asumir un protago-nismo destacado en un perío-do de un hecho histórico.

Durante mucho tiempo lanaturaleza, sea como ideolo-gía, sea como realidad mate-rial, fue el escenario de lahistoria en el se representael verdadero drama real: eldrama de la vidas humanas,de la acción humana. DiceOrtega y Gasset que “el hom-bre no tiene naturaleza, sinohistoria”, pero si la historiaevolutiva del hombre es lasuma de respuestas a lasdificultades que le planteabala naturaleza para sobrevivir,cabe reconocer que, de algu-

na manera, la naturaleza ha influido en la historiadesde nuestros antepasados más remotos.

Podemos discutir si el hombre “ha vivido de laNaturaleza” o “ha vivido con la Naturaleza”. Hoy eltema sigue abierto. A la vista de respuesta que laNaturaleza ha dado a las agresiones del hombre:“Katrina”, por ejemplo, (que superó los mejoressueños de Bin Laden) habrá que reconocer que, side la reiteración de fenómenos como este con susconsecuencias, cabe que surjan nuevos comporta-mientos y usos sociales: la muerte definitiva de laera del petróleo como combustible y sus conse-cuencias en las relaciones internacionales, en ladirección de los avances tecnológicos. La naturale-za, nuevamente habrá tenido un rol en un cambiode la dirección de la historia.

La Naturaleza a su vez, tiene su historia. El tiem-po ha pasado para ella tam-bién y la ha modificado. Lahistoria de la naturalezapuede hablar, por ejemplo,de los aspectos técnicos delclima, la vegetación y lasenfermedades y también de laforma en que, probablemen-te, estos factores influyeronen la existencia material desociedades anteriores a lanuestra. Si esa historia hainfluido en los hechos huma-nos, deja de ser problemasólo de ecologistas.

La Naturaleza deja de ser,entonces, territorio exclusivode biólogos, meteorólogos,

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En la historia no hay casualidades,sólo consecuencias.

La naturaleza como protagonista del hecho histórico

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epidemiólogos o ecologistaspara ser materia de estudiode la historia de la gente, delo que le pasó a la gente por-que en ella se pueden encon-trar también, modelos de laforma en que las sociedadeshumanas respondieron a lascrisis ambientales y socialesque enfrentaron y cómo evo-lucionaron. Así, la historiaambiental, que suele entenderse como la delambiente como objeto, agente o influencia en lahistoria humana, historia de la relación humanacon el mundo físico, ha pasado a formar parte denuestro conocimiento de la historia y de la cultura.

La naturaleza es el hábitat humano, y las estacio-nes, los suelos, la vegetación y la topografía, la vidaanimal y la de los insectos, son vistos como algo queinfluye significativamente en la actividad, la produc-tividad y la creatividad humanas. Se considera quelos caracteres físicos del ambiente influyen en la for-mación de la identidad colectiva de cualquier grupocultural o nacional.

Mientras subsistía el casquete glacial en la mayorparte del Canadá y los EE.UU., Alaska se hallabalibre de hielo, excepto en las altas cumbres. Encambio, el glacial de las Rocallosas se extendíahacia la costa hasta el norte de Vancouver y des-bordaba hacia las altiplanicies, uniéndose con elhielo del casquete. Cuando retrocede el casquete,queda entre éste y las Rocallosas un espacio librede hielo: este espacio permitirá el paso de gruposhumanos. En la Gran Cuenca y en California sólohubo glaciación en las altasmontañas, lo mismo que enMéxico y en Centroaméricasólo en algunos volcanes.

Durante la glaciación se forma-ron grandes lagos en la GranCuenca (Nevada, Utah, Tahoe)que subsistieron pero conmenor superficie. En el valle deMéxico existió un extensolago en el que vivió una faunade mamuts, bisontes, caba-llos que perduró hasta finalesdel cuaternario.

El clima pos-glacial tuvo oscila-ciones, pasó de frío y seco al

principio a más templado yhúmedo, llegando luego a máscálido, continuó templado yhúmedo. La extinción de algu-nas especies fue simultáneacon las trasformaciones delclima. No fue súbita, algunasespecies fueron reemplazadaspor otras, pero la mayor partede la extinción se produjo alre-dedor del VIº milenio: el caballo

y el armadillo subsistieron hasta los alrededores del5000 a.C. y el mastodonte hasta el 4000 a.C.

Las corrientes poblacionales de América procedendel Asia y tuvieron dos opciones para penetrar. Lageneralmente admitida es la del estrecho de Bering,todavía puente territorial con Alaska, no cubiertapor el hielo, salvo en las altas cumbres, y el Bering,seco entonces. De allí por un corredor abierto entreel casquete glacial y los glaciares de las Rocallosas,que formaba una ancha franja accesible a lo largodel Mackenzie y las praderas canadienses, y conti-nuando por las grandes praderas del Missouri y elMisisipí. Pero otra posibilidad es que, la mayoranchura de la costa del Pacífico en el borde de suscordilleras litorales —fenómeno semejante de dio enlas costas del Asia— probablemente permitió quehombres procedentes de ésta última región bordea-ran América por las costas del Pacífico y penetrarana la Gran Cuenca por el SW de EE.UU.

Los ancestros de los amerindios, en su tránsito porBering sólo podrían haber soportado el frío cruce deSiberia a Alaska siendo en extremo resistentes yhabiéndose quitado de encima sus enfermedades

más serias. La vida de los pri-meros americanos fue unasunto de la supervivencia delmás apto y, aunque padecie-ran diversas enfermedades dela nutrición y por parásitos,cabe pensar que los america-nos nativos estaban libres delas muchas enfermedadesinfecciosas que habían a aco-sado a Eurasia durante cien-tos o miles de años. Ese “nivelde subdesarrollo” de las enfer-medades es la causa de su“vulnerabilidad biológica”.

Un holocausto implica com-parar, la cantidad de habitan-

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Los amerindios. Su llegada a América.

Los caminos y los que llegaron.

El “accidente” anticipo de la guerra.

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tes antes y después de ocurrido. La “vulnerabilidadbiológica” también puede confirmarse a partir deesas cantidades. Esto es, cuántos habitantespoblaban la América precolombina y cuántos que-daban después de un plazo de cincuenta años—por poner un límite, convencional pero operativo—del descubrimiento.

Antes de la Segunda Guerra Mundial se suponíaque en 1492, la población de América debió haberfluctuado entre los ocho y quince millones; en1940, a partir de trabajos de los demógrafos W. W.Bora y S. F. Cook, estas cifras trepan abruptamentehasta los 75 a 100 millones, con 25 millones enMéxico y otro tanto en los Andes. En 1568, cuandono habían pasado 50 años contados a partir de lainvasión del imperio azteca, la población de Méxicocentral había caído de 25millones a aproximadamenteun millón. Al contrario de loocurrido en Europa despuésde la mortandad de la PesteNegra, la recuperación de-mográfica entre los amerin-dios que lograron sobrevivir,fue extremadamente lenta. Enlas Antillas, donde se suponíaque habían existido altos nive-les poblacionales antes de1492, la caída fue vertiginosa,tanto que fue definitiva. De los7 u 8 millones de araucanosque poblaban La Española—hoy Haití y República Do-minicana— en 1508 quedabanunos 100.000 y para 1540apenas 500. A mediados delsiglo XVIII la población de los americanos nativoshabía caído de los 75 a 100 millones —estimadosprevios a la conquista— a 250.000. A esto se le allamado el “peor holocausto humano jamás presen-ciado por el mundo” (1).

Durante siglos se atribuyó este holocausto a la“leyenda negra” de la brutalidad y la explotación delos nativos por parte de los españoles. Se afirmaque durante la conquista e inmediatamente des-pués, la población indígena fue acosada por losespañoles, explotada y privada de alimento y forza-da a trabajar en condiciones extremas en lashaciendas y en las minas. Vistas las cifras anterio-res, cabe la duda sobre la capacidad de los espa-ñoles para llevar a cabo semejante matanza, a la luzde la diferencia habida entre la cantidad de indivi-

duos de cada uno de los grupos enfrentados y latecnología a disposición de cada uno. Además, debetenerse en cuenta que los indígenas, por poco querindiera su trabajo, eran tanto mano de obra escla-va como potenciales sujetos a tributos (el mestiza-je). No se ve entonces la conveniencia de buscarconcientemente su aniquilación. Por eso surge laposibilidad de que además de la “leyenda negra”que hizo su aporte, se acepte que hubo otro factor.Serían así, dos factores en rumbo de convergencia,los que pudieron producir el holocausto: la “leyendanegra” y el “accidente biológico” que da título aestas notas: “La guerra biológica no buscada”.

Mc Neill llegó a la conclusión que la violencia y lanegligencia humanas, por brutales que hayansido, no fueron la causa primordial del decremen-

to incontenible de las pobla-ciones amerindias. Despuésde todo, los españoles ydemás europeos no estabaninteresados en que disminu-yeran ni el número de posi-bles pagadores de impuestosni la cantidad de mano deobra. La principal acción des-tructiva fue seguramentedesempeñada por enferme-dades epidémicas (2).

Hay varios argumentos queavalan esta explicación epi-demiológica. Uno de ellos esmaltusiano, a pesar de su evi-dente capacidad de adaptar-se a las distintas ecologíasdel Nuevo Mundo, que impli-

có domesticar vegetales como el maíz y las papas,se supone que los americanos nativos tenían unabase de subsistencia muy limitada según Mc Neill,“Las poblaciones amerindias estaban luchandocontra límites impuestos por la existencia de tierracultivable tanto en México como en Perú, al arribarlos españoles”; o como apunta Le Roy Ladurie,habían llegado al punto de la “saturación maltu-siana”. Se considera que América Central yAmérica del Sur, a la llegada de los españoles, seencontraban en una situación similar tan precariaa la de Europa en momentos inmediatos a el ata-que de la Peste Negra.

La vulnerabilidad de los amerindios a las epidemiaspuede haberse manifestado de otras maneras.Aparte de los conejillos de Indias y las llamas, los

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Cómo se expandió la guerra.

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aztecas y los incas tuvieronpocos animales domésticos, ynada de ganado ovino o bovinoque sacrificar, como despensade emergencia. La falta de ani-males domésticos fue doble-mente desventajosa, puesmientras los pueblos deEurasia habían estado adqui-riendo, durante miles de años,muchas infecciones y parási-tos de sus perros, cerdos yganado en general, y habíanaprendido a convivir con ellos,los amerindios no habían esta-do sometidos a una exposición tan endurecedora.En realidad la “fiebre porcina” debe haber sido laprimera epidemia traída del Viejo Mundo con la quecomienza la despoblación de América. Fue un broteen La Española, causado por la importación de cer-dos, en el segundo viaje de Colón a las Antillas, en1492-1493. Este efecto fue llamado epidemias en“suelo virgen”, con relaciona la supuesta “inocenciabiológica” de los americanos nativos. Es que unapoblación sin experiencia en una enfermedad daday, por lo tanto, carente de inmunidad natural a ella,es particularmente vulnerable si es atacado por lamisma. Lo contrario ocurre si una población estáexpuesta a la viruela o el sarampión durante muchotiempo. Cuando la enfermedad ataca los índices demortandad serán bajos. Aparentemente las perso-nas y los microbios, con el tiempo, llegan a unaespecie de convivencia pacífica, a cierto grado deequilibrio ecológico, gracias al cual sobreviven.

La viruela fue especialmente destructiva enEurasia, la mortandad entrelos que la padecían por prime-ra vez fue del 40%. Pero esta-ba establecida desde hacíatiempo, y los que allí la pade-cieron, a menudo como enfer-medad de la infancia, poseíanuna inmunidad de la que care-cían los amerindios. Ademásla enfermedad no requería depulgas ni ningún otro insectocomo vector para transmitirsede una persona a otra. El con-tagio se operaba por mediode las microgotas aspiradaspor los seres humanos, y deese modo pasaba de una per-sona a otra, de modo tal que

podía devastar a una pobla-ción no inmunizada.

La consecuencia de esamatanza epidemiológica (ladiferencia con una guerrabiológica radica en que, ade-más de ser un acto volunta-rio, el factor que la transmitees un artefacto fabricado pormanos humanas) fue abruma-dora para los amerindios, diceCrosby. Rápidamente se gene-ralizaron el colapso político y ladesmoralización, dejando

libre el camino a la conquista y la colonización.Quizá, o no tanto, ésta sea la respuesta a la pre-gunta: “¿Por qué los europeos pudieron conquistarAmérica con tanta facilidad?”.

No quedaría lo suficientemente claro, si sólo las dosleyendas: “Peste Negra” y “leyenda negra” fueronartífices de esa fácil conquista. No es concebibleque el único aporte de los europeos para ese logro,fueran solamente los microbios y su ignorancia ybrutalidad. Antes se habló de choque de culturas,convendría en detenerse en algunas de las caracte-rísticas de cada una.

Los vestigios de las más viejas culturas de América,con la iniciación del trabajo agrícola, alfarería yestatuillas se han encontrado preferentemente, enlas altiplanicies mexicanas, en las tierras altas deMéxico: Teotihuacán, Tenocitlan, Cholula, Mitla ymonte Albán, como en el área andina de Perú,Ecuador y Bolivia. La domesticación del maíz y la

aparición del arte cerámicoque se asocia a la actividadagrícola corresponde a lo quese ha llamado “ola u olas cul-turales arcaicas” que, modifi-cándose y particularizándosede acuerdo a circunstanciasambientales, pudo dar origena una serie de culturas pro-vincianas que, posteriormen-te, avanzan hacia formas deorganización política másamplias. Los grandes esta-dios —tanto al N como al S delcontinente— sólo tomaránforma definitiva 1.500 añosmás tarde, cien años antes dela llegada de los españoles.

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Fue un accidente. Fue involuntario.Fue un hecho natural. Su resultado

fue: el de una guerra.

Perfiles espirituales en conflicto.

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Son las denominadas civiliza-ciones de meseta. La evoluciónde estas culturas hacia esta-dios superiores fue interrumpi-da por la conquista y las sínte-sis nacionales —prácticamenteculminada en el imperio incai-co y bosquejada en el azteca—se detuvieron por deficienciastécnicas: faltaba el caballo yotros animales domésticos que aliviaran el trabajohumano, se desconocía la rueda, no había unametalurgia propiamente industrial. Y si bien suscreaciones artísticas y religiosas emulaban a lasdel arte oriental, otras formas de vida no habíansuperado la época neolítica.

Los dioses —despiadados en la mitología azteca ybondadosos y juguetones, los que “formulan adivi-nanzas” en la cosmogonía maya— siempre estáncambiando y modificando el mundo. La naturaleza,que les inspira terribles divinidades abruma conmucho más horror, con proximidad más trágica, lavida de ese mundo inseguro y de escasa tecnolo-gía. Es una continua queja contra el dolor delmundo, contra la trágica sorpresa del vivir. Esta esacompañada por símbolos y melancolía en los can-tos y mitos indios.

Esto, que nos habla de un particular perfil espiritualde indígena, sirve para entenderlo. Pero, paraentender cómo el choque con la cultura europea loafectó debemos recurrir a algunos vestigios escritos—porque es un hecho que poseían un tipo de escri-tura, aunque su uso y conocimiento estaba limitadaa la clase sacerdotal— casi todos posteriores a laconquista, pero relacionándolos con las pinturas yesculturas de que se dispone.

¿Qué dicen esos testimoniosdel espíritu indígena?

Más allá de las diferenciasnacionales, entre el mundoazteca con su fiereza sangui-naria del mundo incaico consu colectivismo reglamentadoy pacífico, subyacen denomi-nadores comunes, que defi-nen un “aire indio” opuestoprofundamente a la psicolo-gía del conquistador.

Como antítesis del vital opti-

mismo del Renacimiento, lospueblos indígenas concebíanla historia como fatalidad ycatástrofe. La idea occidentaldel progreso les era total-mente ajena. En la teogoníaazteca, según la leyenda delos Soles, el universo habíasido destruido ya cuatroveces: por los tigres, por los

vientos, por las lluvias de fuego y por el agua. Cadadestrucción engendró una nueva humanidad quenada conserva de la anterior, pero que resulta igual-mente impotente frente al destino. Al acabarse elcuarto mundo fue necesario, para crear un nuevoSol, que los señores del cielo, reunidos enTeotiuacan, instituyeran los primeros sacrificios. Dosde los dioses —uno pobre y valeroso y otro rico ycobarde— se consumieron en una tremenda hogue-ra, de las cenizas de uno salió el Sol y de las del otro,la Luna. “El sacrificio humano es esencial —escribeAlfonso Cano— a la religión azteca, pues si los hom-bres no han podido existir sin la creación de los dio-ses, estos a su vez, necesitan que el hombre losmantenga con su propio sacrificio y les proporcionecomo alimento la sustancia mágica: la vida que seencuentra en el corazón y la sangre de los huma-nos”. Dentro de esta teogonía hasta la vida celestees una continua guerra y un continuo sacrificio.

La idea del sacrificio expresa cómo la vida se nutrepermanentemente de la muerte. Coatlicue, la diosamadre que simboliza la tierra, y en cuyo vientre encada ocaso se sume el Sol para volver a nacer al díasiguiente, es llamada también “devoradora deinmundicias”, porque se alienta de los cadáveres delos hombres. Para esto lleva garras en los pies y las

manos con los que recoge lamuerte y la descomposiciónpara engendrar de nuevo lavida. También la mitologíamaya expresa en forma igual-mente patética ese pesimismovital. Cuando los espíritus “for-madores” y “constructores”resuelven destruir uno de lostantos mundos que han creado,“Cavador de rostros”, “Murciélagode la muerte”, “Brujo-pavo” y“Brujo-búho” vienen a terminarcon los hombres. El dramacosmogónico ocurre con lamisma sorpresa y el mismoterror implacable.

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El espíritu de la derrota y el del Renacimiento.

El espíritu indígena y su religión.

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Pero acaso ese mismo sentimiento de fatalidad ine-xorable haya dado a las culturas indígenas su estoi-cismo y su resistencia al dolor. Aunque con finessociales y políticos diversos, tanto aztecas comoincas habían educado a sus pueblos en el ascetis-mo. Entre los incas, el carácter tan reglamentado ycolectivista de la vida social, los hacían soportar ins-tituciones como los “mitimaes”, que permitían tras-ladar a familias y pueblos enteros lejos de suambiente nativo, en función del ciego interés delEstado. Los aztecas mantenían una fiera casta mili-tar, como los “caballeros águilas” y “tigres”, servi-dores del Sol, encargados de proporcionarle su ali-mento de hacer la guerra florida. La terrible discipli-na del “Calmecac”, especie de escuela superiorpara los nobles, formaba esa casta dominante. Allíse les sometía a ayunos sacer-dotales, a ejercicios de purifi-cación, al hambre y al frío.

Así el coraje del indio para elsufrimiento, la impasibilidadcon que soporta el sacrificio yla muerte serán el tema inicialde la época americana. Esteestoicismo no se contraponecon otras dos característicascomunes a todo el mundo indí-gena: humildad y melancolía.La tristeza india es uno de losrasgos psicológicos del indioque más tempranamenteimpresionaron al español.

Simbólico y poético es todo elsistema mental del aborigen.Frente a la lógica, el realismo yel sentido antropocéntrico dela cultura de Occidente, elindio erige su mundo de afini-dades misteriosas. Son tribus como los araucanosde Chile, los caribes de Venezuela, los apaches dela Florida, cuya cultura en el siglo XVI era apenasintermedia, los que harán al conquistador una gue-rra más bárbara. En tanto el indio de México y Perú,que ha perdido un imperio, parece caer en unamelancolía crepuscular, nostálgica.

Chilam Balam, es un relato maya de autor descono-cido, que pretende explicar la catástrofe de su raza.Entre otras dice, con el fatalismo legendario de supueblo, cómo cambiaron tantas humanidades: Porel Oriente vinieron. Cuando llegaron dicen que suprimer almuerzo fue de anonas, y más adelante,

consolándose con la llegada de un nuevo “katúm”(“Katunes” los que engendran humanidades): Todaluna, todo año, todo día, todo viento, camina ypasa también y se refiere al final de su destino:Cuando los hombres vivían saludables. Cuando nohabía enfermedades; no había dolor de huesos; nohabía viruelas; no había ardor de pacho, no habíadolor de vientre, no había consunción. Cuando rec-tamente iba erguido el cuerpo de los hombres.antes que los “dzules” (invasores) nos enseñaron elmiedo y para que su flor vivese, dañaron y sorbie-ron la flor de los otros.

La humanidad no conoció, con excepción de hechosocurridos muchos milenios antes en la historiaoriental, un conflicto de gentes entre tan antagóni-

cas formas de vida como elque se operó con la conquistade América. A esta colisión derazas, economías y opuestosestilos de vitales. “Choque deculturas” de los distintosámbitos culturales en quevivían conquistadores y con-quistados y la organizacióntodavía feudal establecida porla encomienda, acentuará enla América hispana, la divisiónde castas. Esto explica enparte, el por qué de nuestrasluchas fratricidas, el rencorque aflora cada tanto entre“ofendidos y humillados” quese esconde en las aspiracio-nes de una mejor distribuciónde la riqueza.

De cualquier manera, no essólo culpa de los españolesdel siglo XVI el carecer de

visión antropológica y de pensar que sus módulosvitales eran los únicos que tenían validez. Es más, losconquistadores estaban convencidos que debía pro-pagar la fe cristiana, asociada al estilo de vida espa-ñol y hallaban allí la justificación para la violencia, labúsqueda de riquezas y la crueldad. Así pues, se jus-tifica Hernán Cortés en su testamento, aludiendo alas dudas jurídicas y teológicas de su tiempo: “si laguerra que se hace a los indios es justa” o “si se lespuede esclavizar, so pretexto de la fe”.

En 1986 Crosby publica su Ecological Imperilism,en donde observa que los primeros intentos euro-peos por extender su influencia más allá del conti-

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Se quebró el espíritu de lucha,pero... hubo algo más que cañones

contra flechas.

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nente terminaron frustrados. Los navegantesnoruegos del Atlántico y de América del Norte fue-ron derrotados por el clima y por falta de algunas“armas biológicas” que les dieran ciertas ventajassobre sus adversarios humanos y ambientales. Loscruzados que incursionaron en Levante fueron ven-cidos no tanto por sus chascos militares y políticoscomo por su incapacidad de crearse un nicho eco-lógico adecuado en un medio desconocido, y paraellos inhóspito. (¿Será comparable con el fracasode Francia y EE.UU. en Vietnam?). Los intentoseuropeos por establecerse en las regiones tropica-les de Africa, Asia y América estuvieron de igualmodo condenados. Considerando las enfermeda-des a las que eran susceptibles, las plantas quepretendieron cultivar y los animales que intentaroncriar, los europeos no tuvieron ventaja alguna sobrelos nativos de Levante, de Vinland (3) o de los tró-picos tórridos y húmedos.

Pero, en los siglos XIV y XV, cuando volvieron a lasislas de Madeira y Canarias el efecto combinado de

enfermedades, plantas y animales fue espectacu-lar. Las islas fueron transformadas por cerdos,cabras, conejos y otros animales que, sin depreda-dores naturales, devoraron a sus anchas la vegeta-ción. La introducción del trigo, la caña de azúcar yotros cultivos como la introducción de los colonoseuropeos terminaron por desplazar a los guanches,nativos de las Canarias.

El éxito ecológico de colonización se repitió en las“Neoeuropas”: América del Norte, Argentina, partesde Chile y sur del Brasil, Australia y Nueva Zelanda,en donde plantas, animales y nativos fueron des-plazados por otros procedentes de Europa. A milesde kilómetros de Europa, y sin depredadores queevitaran su propagación, tanto éxito tuvieron endesarrollarse estas especies que, con el tiempo, lle-garon a suministrarle al mundo gran proporción desus alimentos vitales.

Por esto... esto ya es otra historia, al decir deKipling. n

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(1) David E. Stannard, Américan Holocaust: Columbus and Conquest of New Wold.

(2) Mc Neill, Plagues and Peoples, pp. 191-192.

(3) Voz escandinava: Tierra del vino, probablemente la actual Nueva Escocia.

A L M U E R Z OE J E C U T I V O

Av. Córdoba 354, Buenos Aires. Reservas: [email protected]

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Lic. y Profesor Universitario Jorge Norberto Mangas, Miembro de Número Activo del Instituto Nacional Browniano

ENSAYOS Y NOTAS

El Archivo Naval de Cartagena

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Una noticia que interesa sobre mane-ra a los estudiosos de la historianaval, es la modernización que se haoperado sobre el Archivo Naval deCartagena, dependiente de la Armadade España.

La ciudad de Cartagena depende de la ComunidadAutónoma de Murcia. La ciudad tiene una larga his-toria que viene del siglo V a.C. cuando los íberos fun-daron un asentamiento estable en una rada naturalcerca del Mar Menor.

Los íberos llamaron Mastia a su emplazamiento y yacomenzó a tener un rol en las incipientes relacionesmediterráneas.

En el año 233 a.C. el cartaginés Absdrubal estable-ció junto a Mastia en una construcción militar QuartHadas (Ciudad Nueva).

Las guerras púnicas que llevaron a la destruccióndel imperio cartaginés, abrieron la tierra a la ocupa-ción romana. En el 209 a.C. Publio Cornelio Escisiónocupó Mastia transformándola en Cartago Nova, eimportante puerto romano.

Augusto la convertiría en Provincia Tarraconense, yen el siglo III pasaría a ser provincia Cartaginense.

Con la desintegración del Imperio Romano caeríansobre la ciudad numerosas oleadas bárbaras, quecomo en el resto de la antigua Europa romana supu-sieron una marcada decadencia y ruralización quetransformó la ciudad en una aldea.

En el siglo VI vivió la importante influencia bizanti-na y se convirtió en capital de los dominios occi-dentales del Imperio Bizantino bajo el nombre deCartago Nova.

Pero en el siglo VII cae en manos de los visigodos ynuevamente en decadencia. Poco después seráocupado por los musulmanes y su importancia nose recuperará ya que éstos fundarán a unos 50 kmdel mar Medina Mursiya, actual ciudad de Murcia,capital de la actual Comunidad Autónoma.

Caerá en 1241 en manos cristianas, sin recupe-rarse de la decadencia que arrastraba desde elperíodo bizantino, al punto que el obispado setraslada a Murcia.

El hostigamiento sistemático de los musulmanes delNorte de Africa en todo el mar Mediterráneo obliga aque desde el reinado de Felipe II se inicien obras defortificación y se instale una importante flota.

Otros acontecimientos como la guerra de Sucesiónhacen que la plaza se vea involucrada.

Pero ya con Carlos III (segunda mitad del siglo XVIII)se concretan las importantes murallas que hoypodemos recorrer paralelas al mar.

En el siglo XIX con el despegue de las exportacionesmineras la ciudad vivió un gran auge económico ypoblacional.

Durante la Guerra Civil (1936-1939) Cartagena per-maneció republicana. De allí en octubre de 1936 elgobierno envió a un Banco de Moscú, el llamadoComisariado del Pueblo para la Finanzas, quinien-tas toneladas de oro que correspondían a lasReservas del Estado Español y que la Rusia deStalin jamás reintegró a España.

La ciudad-puerto fue mantenida hasta el últimominuto en manos republicanas con la idea de eva-cuar por mar a numerosos combatientes y familia-res, cosa que en gran medida fracasó.

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Luego de la Guerra Civil la ciudad se recuperó de lamano de la minería, industria naval y química.

Desde 1999 Cartagena cuenta con una Universidad(Universidad Politécnica de Cartagena).

Justamente en Cartagena se encuentra uno de losfondos documentales más ricos de España, obteni-do tras cuatro siglos de guardar todo lo generadopor la actividad naval de España en elMediterráneo, en especial, aunque el material delarchivo excede por mucho ésta documentaciónespecializada.

Por ejemplo entre los siglos XVII y XVIII hay materialde las armadas de Génova, Nápoles, Sicilia, etc. ElArchivo Naval de Cartagena inicia sus actividades amediados del siglo XVII cuando el lugar fue declara-do apostadero principal de galeras de España.

En el siglo XVIII va a constituirse en Capital delDepartamento Marítimo del Mediterráneo, nombreque aún conserva.

Es parte del Archivo la gran Biblioteca Central espe-cializada en temas navales.

En la sección de cartografía, dibujos y planos seencuentran:

n Una colección de Cartografía Naval Española.Esta va desde el siglo XVIII en adelante, habien-do en él numerosos mapas del ContinenteAmericano y de Europa, Asia y Africa.

n Colección de derroteros españoles y extranjeros,y libros vinculados al tema.

n Sección de libros de navegación que permitenconocer las antiguas técnicas y conocimientosmarineros de la época.

Al respecto las autoridades del Archivo editarán undiccionario de voces y terminologías marineras delos siglos XVII y XVIII que facilitaran la lectura delmaterial.

Entre algunas de las series documentales delArchivo Naval de Cartagena encontramos:

n Reales Ordenes (1638-1931).n Expedientes testamentarios (siglos XVII y XVIII).n Matrículas navales e inscripción marítima.n Asientos.n Expedientes de presas.n Libros de historial y expedientes personales.n Libros de Registro de dotaciones de buques y

regimientos.n Libros de Registro de forzados y esclavos de

galeras (1624-1813).n Puertos (siglos XVIII-XX).

En algún momento todo este material se podrá con-sultar en Internet, evitándose así la consulta físicacon el consiguiente deterioro que sufre este mate-rial tan frágil, pero además permitiendo que enalgún momento las bibliotecas más importantes delmundo, como los archivos históricos puedan serconsultados sin ninguna limitación las 24 hs del día,los 365 días del año.

Finalmente para tener una idea de la importanciade lo que significa el Archivo Naval de Cartagena,tengamos en cuenta que uno de los más famosos ygigantescos Archivos Históricos de España como esel Archivo de Indias de Sevilla tiene unos 7.000metros lineales de estanterías; mientras que elArchivo Naval de Cartagena cuenta con 28.000metros lineales, que equivalen a 28 kilómetros deestanterías con documentación de invalorablevalor histórico. n

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Doctor Alfio A. Puglisi,docente de la Escuela Naval Militar

ENSAYOS Y NOTAS

El naufragio del Isabella en Malvinas (1813)

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La presencia en nuestro mar de pira-tas y aventureros, esposas y aman-tes, queda señalada en una de losmás dramáticos naufragios ocurridosen Malvinas.

En 1813, el buque de bandera inglesa Isabella, pro-cedente de Australia, había doblado el Cabo deHornos e intentaba refrescar víveres en alguna cale-ta de Malvinas. La noche del 9 de febrero embistieronlas rocas que rodean la isla Aguila (hoy Speedwell Is.)en la desembocadura sur del Estrecho de San Carlosque divide ambas Malvinas. Al día siguiente los sobre-vivientes armaron un campamento en tierra; de ellos,20 conformaban la tripulación, otros 20 eran pasaje-ros y había 14 soldados pertenecientes al Regimiento73 que retornaban a Inglaterra. En el grupo se encon-traban ocho mujeres y dos niños.

Uno de los pasajeros era el General Joseph Holt,antiguo revolucionario irlandés y expatriado, quehabía sido anmistiado por su buen comportamientodurante una rebelión local contra su gobernador, eltirano William Bligh, el mismo que tiempo antes

había causado el motín del Bounty. Le acompaña-ban su esposa Hester y sirvientes; el barco no teníacamarotes, por lo que debió alquilar una determina-da superficie y mandar a construir allí por un car-pintero un espacio privado.

El Capitán Robert Durie que mandaba unaCompañía del Regimiento 73, llevaba también lasuya, Johanna Ann Ross, viuda de un Coronel, condos hijos del matrimonio anterior y embarazada delnuevo; un Sargento del mismo, William Beam, lohacía con su mujer Elizabeth y, por fin, estaba eltambor de dicho regimiento William Hughes que eraacompañado por la suya. Completaban la lista cua-tro ex-convictas por prostitución que habían cumpli-do su condena, una de ellas Mary Ann Spencer, erasoltera y estaba bien dispuesta a ser cortejada porla tripulación y el pasaje. Como se ve éste era demuy diversa clase social.

Los convictos marchaban destinados a Australia yNueva Zelanda, de ese modo Inglaterra poblaba losterritorios de ultramar. Varios países también recu-rrieron a ello, España y Argentina los solía confinar

Naufragio del barcoinglés Isabella,según Ch. Barnard.

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en la frontera, Patagones o Malvinas. Chile en la Islade Juan Fernández. Salían hacia Australia verdade-ras flotas, a veces con personas castigadas por deli-tos menores. Muchos cumplían su condena y erandevueltos a la metrópoli, otros eran perdonados. Enesta situación se hallaba la mayoría de los queretornaban. Por ejemplo, un pasajero, sir HenryBrowne Hayes (1762-1832), era un personajeexcéntrico, había sido armado caballero por favore-cer al gobierno comprando votos por cerveza. Alquerer mejorar aún más socialmente, raptó a unarica heredera irlandesa, Mary Pike, para casarsecon ella. Fue a parar a Australia y allí también deso-bedeció al gobernador creando una logia masónica;fue sancionado, pero pasa por ser el fundador de lamasonería en el lugar. Su mayor mérito es haberfundado además el primer hospital de Newcastle.Había pues de todo, a veces en una misma persona.

El naufragio del Isabella se debió a la impericia de sucapitán y la indisciplina de su heterogénea tripula-ción, quienes tampoco hicieron mucho por reflotarla.

Los náufragos consiguieron llevarse del barco lo míni-mo e indispensable. En un intento de sobrevivir, el 22de febrero fletaron un bote abierto de sólo 5,4 m delargo al mando del capitán mercante Richard Brookesquien, retirado, hacía su último viaje, el TenienteRichard Lundin del 73 y cuatro marineros quienes trasnavegar más de mil millas en el mar llegaron al Río dela Plata el 31 de marzo. ¡Una Odisea inigualable!

En el interín los sobrevivientes de la isla del Aguilatambién encendieron fogatas para calentarse yseñalar su posición. El capitán Charles H. Barnarddel ballenero Nanina de 132 t se encontraba en lasislas desde el 7 de septiembre de 1812, donde seproponía invernar cazando focas, su padre Valentine,que le acompañaba debía llevar los cueros y aceitemientras su hijo cazaba en las islas. Era un buenconocedor de las Malvinas, por ese entonces tierrade nadie, por lo que podía lograr hasta 15 mil cuerospor temporada. Estaba en sea tarea cuando observóel humo y acudió al rescate. Si bien los EEUU, su paísde origen, estaban en guerra con Inglaterra cobijó alos que pudo y les prometió llevar al continentesegún la ley del mar. Ambos eran cuáqueros y poseíanuna cierta creencia ingenua en la bondad del géne-ro humano. Salió de caza en un bote, con un perro ydos marineros más con el objeto de proveer comidaa los náufragos. Mientras tanto apareció la Nancy almando del Tte. William Peter D’Aranda y con elTeniente Lundin; había sido despachada por elCapitán Peter Heywood comandante de la HMS

Nereus estacionada en el estuario del Plata. Ellosinformaron que la guerra continuaba y las mujeres,hartas del infortunio, instigaron a los hombres a apo-derarse del barco de Barnard, hecho que concretó elCapitán Durie con sus soldados. Algunas personasllevan la sangre de piratas en las venas. Una vezdominada la tripulación, volvieron a Inglaterra tocan-do Río de Janeiro. El barco fue declarado buenapresa. Sin embargo en 1818 sus propietarios fueronindemnizados como correspondía. Algunos pueblostambién llevan el respeto a la ley en las venas.

El pobre Barnard pasó de salvador a víctima, juntocon 5 tripulantes fue abandonado criminalmente enla Isla Nueva y allí estuvo 532 días, no sin antes serabandonado por segunda vez por sus compañeros,también tripulantes ingleses. No se desanimóempleó tácticas de supervivencia tal como hoy seenseñan: construyó un pequeño mástil para ser divi-sado e izó cueros de foca en él; en un pequeño jarroque encontró en la arena, fruto de los restos del nau-fragio, cocinó huevos de aves; con los lentes del Gral.Holt que también encontró, encendió fuego e inclusoutilizó arena seca para su yesquero. Pronto los que lehabían abandonado volvieron, no sabían qué hacer,necesitaban liderazgo y el perdón no se hizo esperar.Para sobrevivir comieron aves, focas, ovejas y tam-bién algún zorro de Malvinas que cazaron, especieque luego fue extinguida por la colonización inglesa.

El 25 de noviembre de 1814 fueron recogidos pordos balleneros ingleses, el Indispensible (CapitánWilliam Buckle) y el Asp (John Kenny), que ibanrumbo al Pacífico. No terminaron las desgracias delpobre Barnard, como ellos no pensaban tocar puer-to sudamericano los dejaron a la altura de Pisco enun bote, junto con su perro, debiendo llegar él hastaallí merced a su habilidad marinera.

Barnard volvió a las andadas, en 1821 retornó aMalvinas con el Charity y conoció a James Wedellque se hallaba en la zona, éste en sus memoriasnarró lo escuchado de sus labios y le alentó a publi-car las suyas, cosa que hizo en 1829. Su libro hasido reeditado en 1979.

Fuentes y lecturas sugeridas:

n Barnard, Ch. H. y Dodge, Bertha: Marooned. Wesley University, 1979. Hay otras ediciones.

n Fitte, E. J.: Una aventura de náufragos en las Islas Malvinas. Bs.As., Boletín delInstituto Bonaerense de Numismática y Antiguedades Nro. 7.

n Miller, D.: The Wreck of Isabella. Annapolis, Naval Institute Press, 1995.n Wedell, J.: A Voyage Towards the South Pole, Performed in the Years 1822-24.

Londres, 1825.

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TESTIMONIO DOCUMENTAL

Sencillas palabras para notificar de un gran hecho

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Cuan a menudo escu-chamos durante horasel florido relato de unhecho sin demasiadaimportancia y escasatrascendencia; quizápor eso sentimosimpactado nuestroespíritu cuando ungrande hombre nosmuestra como con sencillas palabras, en escuetos términosmilitares y destacadamodestia, informabaque quedaba afirmadala libertad de Chile ycon ello la Argentina.

Transcribiremos una carta queBernardo de O’Higgins remitiótras la batalla de Maipú alDirector Supremo de lasProvincias Unidas de SudAmérica, General Juan Martín dePueyrredón:

En este momento recibo delExcelentísimo General en Jefedon José de San Martín el partesiguiente:Excelentísimo Señor:Acabamos de triunfar completa-mente del audaz Osorio y sussecuaces. En el llano de Maypodesde la una hasta las seis de latarde se ha dado la batalla, quesin aventurar podemos decirafianza la Libertad de América. ElGeneral de Infantería donAntonio González Balcarce, losJefes de División de la derechadon Juan Gregorio de la Heras,de la izquierda don Rudecindo

Alvarado, de la reserva donHilarión de la Quintana y en fintodos los Comandantes de los

Cuerpos se han comportado conun denuedo y bizarría inimitable.El enemigo quedó destrozado

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enteramente; toda su Artillería yParque está en nuestro poder.Pasan de mil quinientos los prisio-neros, entre ellos más de cin-cuenta oficiales, el GobernadorOrdóñez y el Jefe de su EstadoMayor Primo de Rivera. Los muer-tos aún no pueden calcularse.Sus dispersos aun siguen acuchi-llándose por nuestra valientecaballería. Nuestra pérdida hasido muy escasa. Todo corona lavictoria de este gran día. El deta-lle de esta gloriosa acción lo daréa VE luego que menos apuradosmomentos lo permitan. Por ahorame complazco de felicitar a VE yen su persona a todos los pue-blos del Estado.Dios guarde a ustedCuartel General en el Campo deBatalla, Llano de Maypo. Abril 5de 1818 a las 6 de la tarde.Excelentísimo SeñorJosé de San MartínTengo el honor de copiarlo a VEpara su satisfacción. Dios guardea VE por muchos años. Santiagode Chile. Abril 5 de 1818Bernardo de O’Higgins

Documento que ha tenido la genti-leza de enviar en fotocopia alContraalmirante (R) HoracioRodríguez el doctor Cristian GarcíaGodoy, Presidente de laDelegación del Instituto NacionalBrowniano en Washington, EE.UU.,y descendiente de Tomás GodoyCruz, que fuera amigo y colabora-dor del General José de SanMartín durante su campañaLibertadora. n

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Miguel Angel Ferrer - Concesionario Centro Naval Delegación Núñez

R E S T A U R A N T EO R G A N I Z A C I O N I N T E G R A L D E E V E N T O S

S O C I O S / N O S O C I O SColectora Av. Cantilo s/n y Arroyo Medrano, Capital Federal. 4704-7050 y 4774-7678

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CONFERENCIA

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La ocupación efectiva de España enMalvinas culmina en 1811, cuandoGaspar de Vigodet, quien se desem-peñaba como Gobernador de Monte-video, ordena a las fuerzas existen-tes en el archipiélago abandonarPuerto Soledad. Debemos recordarque el 25 de mayo de 1810 se habíaconstituido una junta de gobierno enBuenos Aires que juró fidelidad al“Deseado” Fernando VII pero que apartir de la autonomía lograda seconstituiría en el camino hacia lafutura independencia.

En un primer momento fue casi imposible encargar-se de ocupar las tierras situadas en latitudes extre-mas, y que habían sido abandonadas por los espa-ñoles en su repliegue, por las propias dificultadesque trajo aparejada el Movimiento de Mayo.

El 9 de julio de 1816 se logra la independenciaargentina de España. La nueva República se consti-tuyó con los territorios de la antigua metrópoli en vir-tud del derecho de “sucesión”, entonces, toda laextensión de lo que había sido el Virreinato del Ríode la Plata pasó a constituir las Provincias Unidasdel Río de la Plata. A partir de ese momento laProvincia de Buenos Aires, se ocupó de la adminis-tración insular designando: “permisionarios”, “con-cesionarios”, “comisionados”, “comandantes”, y“comandantes políticos y militares”.

Estas medidas de administración y de gobiernocomienzan, como dijimos antes, por las más senci-llas; el “permiso” de pesca y caza, continúa con la“concesión” para el usufructo de carnes y cueros,sigue con la “comisión” para una administracióndelegada en nombre de las Provincias Unidas, pro-sigue con la instauración de una “comandanciainsular”, y concluyen con la institucionalización per-manente, orgánica y estable de “la comandanciapolítico y militar”.(1)

La presencia efectiva de la República Argentinasobre suelo malvinense data de 1820 cuando elgobierno de las Provincias Unidas, deseando asegu-rarse el dominio sobre todo su territorio envía ennoviembre de ese año la fragata Heroína, de laescuadra de Buenos Aires, al mando del coronel demarina Davis Jewett, quien había sido nombradocomo Comandante Militar de las islas. Al llegar seencontró con medio centenar de embarcacionespescando ilegalmente en la Bahía de la Anunciacióny se dedicó a dejar bien en claro que había acudidopara consolidar la soberanía argentina y promoverla colonización en el archipiélago. El 6 de noviem-bre de 1820 izó el pabellón nacional acompañadode una salva de 21 cañonazos, y notificó por escritode la importancia de la ceremonia a los patrones deballeneros y buques mercantes que cazaban pingüi-nos, focas y lobos marinos. Este hecho adquiererelevancia porque fue dado a publicidad en periódi-cos de Europa y Estados Unidos, con lo que tomódifusión general.

Primeras Jornadas de Historia del Instituto Español Alte. Brown:“Malvinas: Cuestiones históricas sobre un conflicto pendiente”El presente artículo corresponde a la conferencia realizada por el Lic. Carlos Pesado Riccardi,Secretario General del Instituto Español Almirante Brown, el día 5 de abril de 2005 en elAuditorio del Colegio Mayor Argentino “Nuestra Señora de Luján” de Madrid.El Licenciado Pesado Riccardi que reside temporariamente en Madrid, desarrolla voluntaria-mente una intensa labor difundiendo la Historia Naval Argentina y en especial la vida delAlmirante Guillermo Brown.Tema de la Conferencia: “Las Malvinas desde los primeros años de la independencia argentinahasta la usurpación inglesa de 1833”.

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Entre 1820 y 1829 existieron en nuestras Malvinastres comandantes militares: el ya mencionado Jewett,el teniente coronel Guillermo Mason, y el capitán demilicias Pablo Areguati. Durante ese tiempo se legis-ló la pesca por los continuos excesos cometidos porlos pesqueros extranjeros, se fomentó el estableci-miento fijo de personas y se autorizaron concesio-narios desde Buenos Aires.

En 1823 entra en escena una figura que resultódescollante en el desarrollo de aquella coloniaargentina, estamos haciendo referencia a LuisVernet. De origen francés, había vivido mucho tiem-po en Hamburgo por eso se creía que era alemán, yya se encontraba en la isla Soledad desde antes deser designado gobernador.

Había conseguido por parte del gobierno de BuenosAires distintas concesiones para colonizar y explotarlos recursos tanto de las islas Malvinas como de laIsla de los Estados y en la costa patagónica al surdel Río Negro; por este motivo se preocupó por lle-var caballos, vacas de buena calidad, lanares y pro-ductos necesarios para el asentamiento humano enaquellas difíciles latitudes. Se encontraba en socie-dad con el bonaerense Jorge Pacheco y tenía la obli-gación de levantar en 3 años una colonia a partirdel usufructo de las carnes, cueros y ganado vacu-no de la isla Oriental de las Malvinas.

El Almirante Destefani manifiesta que fue un pione-ro en la explotación de la patagonia y que realizóuna acción colonizadora de primer orden como tam-bién científica para el conocimiento de las islas.(2)

Muñoz Azpiri, por su parte, llegó a afirmar que teníaun espíritu tan emprendedor y activo que hubiesetransformado esa humilde colonia en una nuevaVancouver si hubiese podido cumplir con el plazodel contrato de explotación pesquera.(3)

Lamentablemente, la intervención norteamericanadestruyó todo su esfuerzo y no nos permitió sertestigos de cual hubiese sido el verdadero alcancede la acción de Vernet, pero de esto hablaremosmás adelante.

Como dato destacado mencionamos que en 1825 elReino Unido reconoció solemnemente la indepen-dencia de las Provincias Unidas del Plata, suscribien-do un tratado de paz y comercio, y sin ningún tipo dereclamación o reserva planteada por los mismos.

En 1829, por decreto del 10 de junio, el gobernador

delegado de Buenos Aires Martín Rodríguez, creó laComandancia Política y Militar con sede en la IslaSoledad y con un radio de acción que comprendía alas islas adyacentes al Cabo de Hornos en elAtlántico, y nombra a Luis Vernet como “ComandantePolítico y Militar”, delegándose en él toda la autori-dad y jurisdicción necesaria y con las instruccio-nes pertinentes.

Este decreto histórico especificaba cuales eran losderechos en los que se apoyaba la República parasustentar su propiedad sobre las islas:

n Declaraba que en el momento de la revoluciónde 1810 España estaba en posesión de lasMalvinas como del resto de las inmediacionesdel Cabo de Hornos.

n Tal posesión se justificaba por el derecho deocupación previa.

n Había consentimiento de las principales poten-cias marítimas de Europa.

n La clara proximidad de las islas a tierra firme.n Y se manifestaba que por diversas circunstan-

cias la República se había visto impedida deejercer la soberanía efectiva en el archipiélagoque le pertenecía por lo antes mencionado.

Este decreto es crucial porque motivó el primerreclamo formal del representante inglés Parish, aquíestá lo curioso del caso.

¿Por qué guardaron silencio 9 años antes cuandoJewett enarboló nuestro pabellón en las islas?, ¿Porqué lo siguieron guardando en 1825 cuando sefirmó el tratado de Amistad, Comercio y Navegación?

Inglaterra había decidido romper el silencio peroolvidando varias cuestiones:

n Que se había desentendido de las islas desde1774 (55 años antes).

n Sabía que España ocupaba Puerto Soledad (lla-mado luego Puerto Luis por Vernet) en laMalvina Oriental desde 1767.

n Había desalojado Puerto Egmont en 1774 luegode reconocer en 1771 la soberanía española.

n Había reconocido nuestra independencia en1825 y nuestro derecho sucesorio sobre losterritorios españoles.

n No ignoraba que desde 1820 habíamos tenidotres comandantes militares y un gobernador querepresentaban al Gobierno de Buenos Aires.

n También sabían de la existencia de familiasargentinas.

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Es por todo lo anterior que la posición inglesa eradébil desde el aspecto político y legal, pero enorme-mente fuerte desde el punto de vista militar y naval.

A esta primera protesta de Inglaterra que despertóla cautela del gobierno de Buenos Aires se le sumóla triste intervención de Estados Unidos a fines de1831.

El gobernador Vernet levantó establecimientos,construyó algunas viviendas, y el almacén; promo-vió exportaciones de cueros y carne salada; nombróagentes en el extranjero para que enviasen colonos;preparó mapas de las islas, otorgó concesiones detierras a colonos extranjeros, y dividió en seccionesa las islas para ser controladas por la inspección dedistintos agentes. Pero principalmente había resuel-to controlar la depredación y la destrucción de lariqueza lobera, que también significaba la defensade sus derechos de exclusividad en la pesca.

Luego de reiterados avisos fueron capturadas tresembarcaciones de bandera de los Estados Unidos:la Harriet, la Brukwater, y la Superior, las cualespescaban ilegalmente.

El comandante de la Harriet (Gilberto Davidson)reclamó a través del Cónsul de los EE.UU enBuenos Aires, Jorge Slacum ante el Ministerio deRelaciones Exteriores, cuyo ministro TomásManuel de Anchorena le contestó que el asuntoestaba a consideración del Ministerio de Guerra yMarina. Lo grave del caso es que Slacum, ademásde negar los derechos de Vernet a apresar lasembarcaciones norteamericanas, negaba tam-bién el derecho argentino sobre las islas.Anchorena no le reconoció, en su calidad de cón-sul, capacidad ni poderes para tratar un asuntoque correspondía a ambos gobiernos.

El capitán de la corbeta norteamericana Lexington,Silas Duncan recibió el informe de Slacum y se diri-gió hacia Puerto Luis para vengar la supuesta afren-ta. Muñoz Azpiri calificó a este marino de vaquerocon catalejo y verdadero villano por los excesos deviolencia sin razón que efectuó en Puerto Luis: inu-tilizó los cañones del fuerte, incendió el polvorín,destruyó los armamentos, saqueó los edificios,mató el ganado, dispersó a los colonos y escarmen-tó con azotes a los que no lo hicieron.

La Lexington zarpó el 31 de diciembre, y arribó aMontevideo donde dejó a 6 prisioneros argentinosque conducía.

La indignación fue unánime en el Gobierno y sedemostró también en la prensa. La colonia argentinaen Malvinas quedó en un estado de ruina y libre degobierno. Los reclamos llegaron hasta Washingtonpero no fueron escuchados ni atendidos.

El 10 de septiembre de 1832 se nombró comoComandante civil y militar interino al SargentoMayor de artillería don Esteban José FranciscoMestivier, quien llegó a Puerto Luis embarcado en lagoleta Sarandi cuyo capitán era el teniente CoronelJosé María Pinedo.

El Comandante Mestivier fue asesinado en diciem-bre por un amotinamiento y Pinedo se lanzó a latarea de encontrar a los culpables cuando el 2 eneroapareció fondeada la corbeta inglesa Clío al mandodel Capitán Onslow. La misma provenía de Río deJaneiro con órdenes claras de desalojar por mediospacíficos o a voz de cañón cualquier asentamientoque no tuviese como bandera la de S. M. Británica.

La goleta Sarandi contaba con 18 cañones y 80hombres, bastante para imponer respeto y guardarel orden, según el historiador Montarcé Lastra (4)

pero le faltaba a nuestro criterio algo fundamental,un capitán capaz y valiente.

Por otro lado la Clío estaba armada de 30 cañonesy tripulada por 150 hombres, sin embargo, lasdeclaraciones que realizó el teniente Roberto Ellioten el Consejo de Guerra que se le realizó a Pinedo,manifestó que la Sarandi hábilmente comandada ycon la ayuda de los cañones emplazados en tierrapudo haber resistido, cumpliendo de esa maneracon las explícitas instrucciones que le había man-dado el Gobernador Juan Manuel de Rosas, en suartículo 9, donde dice entre otras cosas:

“(...) que deberá cumplir el art. 41 del Título 4del Código Naval, que previene que todoComandante de bajel de guerra suelto, deberádefenderlo de cualquiera superioridad de quefuese atacado con el mayor valor, y siendo unade las ocasiones de guardarlo, nunca se rendi-rá a fuerzas superiores sin cubrirse de gloria ensu gallarda resistencia”

Y por el artículo 10 se le ordenaba no retirarse delas islas Malvinas mientras no se le diese una con-traorden expresa.

La historia indica que ni se cubrió de gloria laSarandi ni se quedó en Malvinas, solo atinó Pinedo

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a embarcar a un grupo de familias y a recibir elpabellón nacional que arriaron los ingleses y quetardaría la Argentina 149 años en volver a izar un 2de abril de 1982.

La goleta nacional arribó a Buenos aires el 15 deenero, Callet-Bois indica que en ese momento laindignación se apoderó del gobierno y del pueblo deBuenos Aires, se había atentado claramente contranuestra soberanía, mancillando el honor de nuestrabandera nacional. Dice textualmente:

“Mientras los periódicos abrían un fuego inten-so sobre la actitud inglesa, el público, devoran-do comentarios y noticias, demostraba serpresa de una excitación cada vez mayor. Losextranjeros, ante la incontenible indignaciónnacional, asistieron no sin temor a una verda-dera ofensiva en contra de los ingleses y norte-americanos”. (5)

La Gaceta Mercantil del miércoles 16 de Enero del33 titulaba “Viva la fuerza” y publicaba una brevenoticia comentando la ocupación “efectuada por elderecho del más fuerte, que obligó al comandantede la Sarandi a ceder ante la razón de los cañones”.

El diario Federal alude al famoso tratado de 1825 ydice: “La corbeta Clío ha venido a anular el tratadoexistente con Gran Bretaña, porque ellos nos han uti-lizado como si fuéramos mirados como argelinos”.

Mediante la prensa y los posteriores comentariosfue que la mala noticia se esparció por toda lapoblación.

Los destinos de la provincia los llevaba, como sabe-mos, Juan Ramón Balcarce, un verdadero hombrede armas y sincero patriota pero de cortos alcancespolíticos y de mediana inteligencia como militar.Pero no podemos olvidar sus servicios como ayu-dante directo de Liniers en 1807, aunque tampocoolvidaremos que fue el ejecutor de la orden de laJunta de Mayo de pasar por las armas a nuestrohéroe francés y al Gobernador de Córdoba y tam-bién defensor ante las invasiones inglesas el mari-no español Juan Gutiérrez de la Concha por el “deli-to” de ser leales al mismo rey que se había juradoen 1810.

Al día siguiente del arribo de la Sarandi el gobiernode Buenos Aires a través de su Ministro VicenteMaza se dirigió al Encargado de Negocios de S. M.Británica, Felipe Gore, exigiendo las explicaciones

pertinentes, cuya respuesta del inglés fue que notenía instrucciones de su corte para hacer algunacomunicación al gobierno de Buenos Aires con res-pecto a ese asunto.

El 28 de enero el gobernador Balcarce y el Dr. Mazaelevaron una comunicación ante la Cámara deRepresentantes haciendo notar su firme resoluciónde sostener los derechos de la República Argentina,cosa que se hizo.

Los reclamos fueron constantes y sólidos, los lleva-ba a cabo nuestro representante ante la corte deSaint James, el tan bien recordado Manuel Moreno,quién defendió valiosamente los intereses naciona-les, siendo las reclamaciones fundamentales delaño 1833 las que realizara el 24 de abril, y el 17 dejunio ante el Foreingn Office.

Mientras tanto en Buenos Aires fueron pasados porlas armas y colgados en la plaza de la Victoria aque-llos amotinados que dieron muerte al mayorMestivier, mientras que el Consejo de Guerra le apli-có a Pinedo 4 meses de suspensión de empleo, cas-tigo muy leve para la falta cometida, y fue separadode la Marina y destinado al Ejército porque con sugrado de jefe no tendría allí mando independientemientras que en la Marina ya podía comandar por sísolo una embarcación.

Es importante resaltar también cuál fue la respues-ta que recibió el gobierno de Buenos Aires de losgobernadores del interior.

Santa Fe, por medio de su gobernador EstanislaoLópez y su ministro Domingo Cullen, calificaron elacto inglés como insulto atroz, declarando queInglaterra no tenía ningún título para apoderarse delas islas pero que todo se debía a la inconstituciónque vivía el país en aquel momento y la figura pocodigna que representaba aquello hacia el exterior. (6)

La compleja Corrientes a través de Pedro Ferré semanifestaba conmovida por lo sucedido y estabanresueltos a cooperar con Buenos Aires por medio delos recursos que sean necesarios y estén a sualcance para sostener los derechos de la Repúblicaante Inglaterra, y que no consentirían jamás que semansille el honor nacional.(7)

Pascual Echagüe desde Entre Ríos también ofreciótotal colaboración y juzgó lo ejecutado en PuertoLuis como acontecimiento semejante a las irrupcio-nes de los Tártaros.

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Desde Salta, el gobernador Pablo de la Torre mani-festaba que los acontecimientos habían causadogran sorpresa e indignación al pueblo de su provin-cia, actitud también reflejada por otros gobiernoscomo el de Catamarca.

El gobernador Ruiz de San Juan protestó como losdemás gobernadores por las injurias inglesas, felici-tando también al encargado de las relaciones exterio-res por su desempeño y carácter firme en el asunto.

Y para terminar con los ejemplos citaremos las pala-bras de Felipe Ibarra, quien estaba al frente deSantiago del Estero:

“Este acontecimiento inesperado demuestrahasta la evidencia una escandalosa falsedad enla política seguida por el gobierno de la GranBretaña, y mucho más en las protestas de amis-tad que constantemente ha prodigado a laRepública Argentina y por una consecuencianecesaria de tan ilegal procedimiento será muyjusto y conveniente desconfiar de las insinua-ciones que pueda hacer aquella potencia”. (8)

A fines de Enero de 1833 Maza dirigió sendas notasa los gobiernos de países americanos dándole noti-cia de lo acontecido. La respuesta de apoyo másfirme se recibió de parte del gobierno de Bolivia (conlos que tendríamos una guerra 4 años después), quemanifestó que la conducta del gabinete Británico noofendía solo a la Argentina sino que insultaba e inju-riaba a todas las naciones americanas.

Brasil se mostró titubeante en un comienzo peroluego su representante en Londres recibió instruc-ciones de su gobierno para apoyar las reclamacio-nes de Moreno.

Quizá la actitud más fría vino de parte del Uruguayque albergaba a Rivera, gobierno que reconoció queno se atrevía a decidir en el asunto.

Pinedo, antes de retirarse con su nave, nombró aJuan Simón, capataz de Vernet, como ComandantePolítico y Militar de las islas, pero esto no pasó deser algo nominal porque la autoridad real quedó enmanos del capitán británico Onslow.

Sin embargo, la corbeta inglesa Clío no se quedópor mucho tiempo, zarpando el 14 de enero de1833. Su capitán nombró a un escocés que habíasido hombre de Vernet, Guillermo Dickson, como elencargado de izar el pabellón inglés los domingos ocuando apareciese alguna nave en la isla.

Mientras tanto, en agosto de 1833 en las Malvinasse vivió lo que para algunos fue la última resisten-cia argentina del siglo XIX. Debido a la falta deautoridades inglesas un gaucho de nombre Riverojunto a otro paisano y cinco indios charrúas selevantaron dando muerte al escocés Dickson(encargado de izar todos los días el estandarte bri-tánico), y a varios hombres de Vernet, entre ellosal capataz Juan Simón, encargado permanente delgobierno argentino. Luego de estos asesinatosreinó el terror en Puerto Soledad hasta que elteniente inglés Henry Smith volvió a imponer elorden capturando a los revoltosos, llevándolos ajuzgar a Inglaterra.

Luego la historia siguió por los caminos ya conocidos,los reclamos continuaron, la República demostró estarunida ante el ultraje, pese a las diferencias internas,hasta llegar a fines del siglo XX a la acción militar quecoronó con sangre y con héroes los derechos legítimosde la Argentina sobre aquella tierra irredenta. n

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(1) San Martino de Dormí, María Laura. Gobierno yadministración de las Islas Malvinas 1776-1833.Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino; Ed. UNSTA, Tucumán, Argentina; 1982; p.29.

(2) Destefany, Laurio H.. Malvinas, Georgias ySándwich del Sur ante el conflicto con GranBretaña. Bs.As.; Edipress, 1982, p.80.

(3) Muñoz Azpiri, José Luis. Historia completa de lasMalvinas. Bs. As.; Oriente; t. I; 1966; p. 93-94.

(4) Montarcé Lastra, Redención de la Soberanía. LasMalvinas y el diario de Da. María Sáez de VernetBs.As.; Ed. Pompeya, 1964, p.86.

(5) Callet-Bois, Una Tierra Argentina. Las IslasMalvinas. Bs.As.; Peuser, 1952, p. 334.

(6) Busaniche, José Luis. Estanislao López y el feder-alismo del litoral. Bs.As.; 1927.

(7) A.G.N. División Nacional, Sección Gobierno;Corrientes, 1818 a 1852, leg. n.2.

(8) En Callet-Bois. Op. cit. p. 338.

Además de las obras ya citadas fueron consultadas lassiguientes:

n BARBA, Enrique. “El primer gobierno de Rosas.Gobiernos de Balcarce, Viamonte y Maza” En:Historia de la Nación Argentina. Buenos Aires; 1950;t. VII; 2da sección.

n SANTOS MARTÍNEZ, Pedro. Pasado y presente delas Malvinas e Islas del Atlántico Sur. Breve historiade la soberanía argentina. Madrid, Instituto EspañolSanmartiniano; Madrid; 1982.

Bibliografía:

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