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ecos Revolución Mexicana Historia Desfile en Jamay M. Azuela La Adelita

Revista Ecos "Revolución Mexicana"

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Revista realizada por alumnos de la Licenciatura en Periodismo, de la Universidad de Guadalajara, México, en conmemoración de la Revolución Mexicana.

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Page 1: Revista Ecos "Revolución Mexicana"

ecosRevolución

Mexicana

HistoriaDesfile en

JamayM. AzuelaLa Adelita

Page 2: Revista Ecos "Revolución Mexicana"

ecosDirector GeneralHoracio Gómez

Diagramador Luis Janacua

EditorAlberto Martínez

ReporterosErnesto NavarroOmar Antonio López Erika SuroRosario ÁlvarezDiego BetancourtAlberto Martínez

ÍndiceHistoria de la Revolución Mexicana 3

Desfile por la Revolución en Jamay 5

Mariano Azuela: El novelista de la Revolución 7

Los trenes de la Revolución 9

Los verdaderos Revolucionarios 11

La Adelita 13

Cancionero de la Revolución 15

Page 3: Revista Ecos "Revolución Mexicana"

Historia de la Revolución MexicanaTxt: Alberto Martínez

La primera de las grandes revolu-ciones sociales del siglo tuvo lugar en la América Latina. México es-

taba bajo el férreo control del dictador Porfirio Díaz y aunque su política eco-nómica favoreció el progreso comercial y la producción mexicana, los beneficios se repartían entre los miembros de una oligarquía excluyente. Para 1910, el 85% de la tierra mexicana le pertenecía a me-nos del 1% de la población. Los campesi-nos se quedaron sin tierras y sin trabajo y sufrían a diario los efectos del hambre y la pobreza.

Luego de más de 30 años en el poder, Díaz hizo un simulacro de apertura de-mocrática y llamó a elecciones ese año. Surgió un oponente poderoso, Francisco Madero, que simpatizaba con la causa de la reforma agraria, contaba con el apo-yo del campesinado y postulaba el prin-

cipio de la no-reelección. Madero fue encarcelado y Díaz obtuvo una victoria electoral por la vía del fraude.

La revolución mexicana tuvo muchos caudillos, se garantizó el 20 de Noviem-bre, pero ya se había iniciado el día 17 en la casa de los hermanos Serdán, den-tro de la revolución brillaron infinidad de planes, uno de los que más eco tuvo dentro del grueso de la población cam-pesina fue la frase de Emiliano Zapata, TIERRA Y LIBERTAD , dicha frase se puede decir que fue el himno de muchos de los campesinos que tomaron parte en la lucha contra la dictadura, se puede localizar dentro del famoso PLAN DE AYALA, formulado por Emiliano Zapa-ta, que en su punto cinco dice:

“En virtud de que la inmensa mayoría de los pueblos y ciudadanos mexicanos, no son dueños ni de la tierra que pisan, y sin poder mejorar en nada su condi-ción social, ni poder dedicarse a la in-dustria o la ganadería por estar mono-polizadas por unas cuantas manos las tierras, montes y aguas, por esa causa, se expropiarán previa indemnización de la tercera parte de esos monopolios, a los poderosos propietarios de ellas, a fin de que los pueblos y ciudadanos de México, obtengan ejidos, colonias, feudos legales

para pueblos o campos de sembradío, y se mejore para prosperidad de todos los mexicanos.

Los treinta años de dictadura de Porfirio Díaz significaron una profunda trans-formación para el país. La propiedad co-munal se disolvió y muchos campesinos se quedaron sin tierras, obligados a tra-bajar para las grandes haciendas. Como consecuencia de esto, se inició la emigra-ción hacia la frontera del norte del país.

Bajo el mando de Francisco I. Madero, en los diferentes puntos de la República se levantaron las armas al grito de “su-fragio efectivo, no reelección”, exigiendo la dimisión del General Porfirio Díaz. Si bien, la nación demandaba, además de estos derechos civiles y políticos, los principios democráticos y sociales esenciales como: la igualdad, la justi-cia, la equidad y la libertad. La Revolu-ción Mexicana sentó así las bases para la construcción de una nación socialmente democrática.

Desfile de Francisco I. Madero. Fotografía: www.historiacultural.com.

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El 20 de Noviembre de 1910.

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Jamaytecos, conmemoran la Revolución, con desfile cívico

Txt: Omar Antonio López

El punto de reunión fue la gi-gantera para partir en punto de las 9:00 horas por las prin-

cipales calles de Jamay, para conme-morar el Centenario de la Revolu-ción Mexicana, el desfile tradicional por el 20 de noviembre en esta ciu-dad, así como en las 3 delegaciones restantes.

La Secretaría de Educación y Cul-tura, informó que se contará con la participación de 500 alumnos de las diferentes escuelas, así como la Aso-ciación de Charros.

El director de Educación Física de la escuela Secundaria técnica No.16,

indicó que en esta celebración se tendrán agrupamientos de los diver-sos niveles educativos, desde educa-ción especial, preescolar, primaria, secundaria, media superior y supe-rior, que participarán con cuadros alusivos a la Revolución Mexicana. Indicó que los estudiantes participa-rán con cuadros artísticos a bordo de carros alegóricos, así como bailables y tablas gimnásticas que recuerdan esta fecha, en tanto que la Secretaría de Vialidad, Protección Civil y Bom-beros de Jamay, el Departamento de Seguridad Pública, coordinarán el paso del desfile y habrá personal de servicio médico para atender a los participantes que así lo requieran.

El recorrido tendrá una duración de hora y media aproximadamente y los participantes desfilarán ante las autoridades ubicadas en la presiden-cia municipal para presenciar esta fiesta.

El desfile fue comandado por inte-grantes del 92° Batallón de infante-ría, instituciones municipales, ban-

das de guerra, ballet Folklóricos de Casa de Cultura, reina de los cha-rros, Señorita Jamay, así como Jardi-nes de niños y la participación de las distintas escuelas del municipio y la escuela preparatoria Jamay, escuelas de baile, zumba y gimnasios.

Durante más de dos horas los par-ticipantes hicieron alarde de sus distintas actividades por las calles principales del municipio, para ter-minar con una demostración en las canchas del malecón jamayteco.

La sencillez y un poco de desorga-nización del desfile conmemorativo del 20 de noviembre fueron disfru-tados por cientos de familias que se hicieron presentes en este festejo.

Con este festejo lleno de colorido se dio por terminado el festejo de la Revolución Mexicana en Jamay.

Jóvenes jamaytecos durante el desfile. Fotografía: Omar Antonio López.

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Mariano Azuela: El novelista de la Revolución Mexicana

Txt: Luis Janacua

“La revolución beneficia al pobre, al igno-rante, al que toda su vida ha sido esclavo, a los infelices que ni siquiera saben que si

lo son, es porque el rico convierte en oro, las lágrimas, el sudor y la sangre de los pobres”, sentencia una de las frases más contundentes, de la emblemática novela revolucionaria, “Los de abajo”, escrita por Azuela, y publicada en 1915.

Azuela, como Demetrio Macías, el protago-nista de “Los de abajo”, fue un hombre hecho a sí mismo. De origen modesto, nace en 1873 en Lagos de Moreno, Jalisco, y ya siendo jo-ven, decide trasladarse a Guadalajara para es-tudiar medicina, carrera que termina y ejerce de forma paralela, a sus actividades políticas y literarias.

Durante el Porfiriato, intensifica su activi-dad literaria, y en una primera etapa, que va de 1893 a 1909, publica, “Impresiones de un estudiante”, “Los fracasados”, “María Luisa”, y

“Mala yerba”, obras cercanas al naturalismo francés, y que persiguen los ideales de justi-cia e igualdad. En 1910, cuando la lucha re-volucionaria comienza, Azuela se sitúa junto a Francisco Madero, como simpatizante de Pancho Villa, para luchar contra Porfirio Díaz y Victoriano Huerta. Madero cae, y Azuela se incorpora a las fuerzas de Julián Medina, como médico militar. Después, las fuerzas Ca-rrancistas vencen a Villa y Zapata, y Azuela se exilia en El Paso, Texas, donde escribe su obra cumbre, “Los de abajo”. Vuelve a México en 1916.

Su segunda etapa literaria, que va desde 1911 a 1918, y que se desarrolla en plena lucha revo-lucionaria, comprende, además de la mencio-nada novela “Los de abajo”, la comprometida, “Andrés Pérez, maderista”, cuyo protagonista es un periodista que participa en el proceso revolucionario. Esta etapa está marcada por un fuerte sentido de justicia social, Azuela no sólo retrata a dos héroes positivos, (en el caso de “Los de abajo”, la ascensión de Demetrio Macías, un campesino que pasa a ser general en la lucha revolucionaria), sino que también aplica su psicología, a la problemática que pa-decen algunos de los personajes más impor-tantes, de ese momento histórico.

Completan este período, las novelas: “Los ca-ciques”, “Las moscas”, “Las tribulaciones de una familia decente”, y “Domitilo quiere ser diputado”. Entre 1923 y 1932, publica dos no-velas: “La Malhora” y “La luciérnaga”. En este

período su obra refleja las consecuencias de la Revolución, y su técnica literaria luce más depurada y rica. Azuela se sirve de recursos como la superposición temporal, los giros bruscos de escenas, y niveles distintos en la narración.

En una última etapa, que transcurre de 1933 a 1946, escribe novelas con corte histórico y político, su visión es más crítica y reposada. Aquí se engloban: “San Gabriel de Valdivia”, “Pedro Moreno el insurgente”, “Nueva bur-guesía”, y “La mujer domada”. En este período, funda junto con otros, el Seminario de Cultura Mexicana, y de El Colegio Nacional. Mientras que en 1942, recibe el Premio de Literatura, por parte de la Sociedad Arte y Letras de Mé-

xico. Para 1949, recibe el Premio Nacional de Ciencias y Artes, en el área de Lingüística y Literatura.

Azuela fallece en 1952, en la Ciudad de Méxi-co, y es sepultado en la Rotonda de las Perso-nas Ilustres. Sus obras, “La maldición”, y “Esa sangre”, se publican póstumamente en 1955 y 1956 respectivamente, sellando un enorme legado para la literatura nacional, y en especí-fico, para la Generación de 1940, de la nueva novela mexicana.

Portada de la novela emblemática “Los de abajo”. Edición: Fondo de Cultura Económica.

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Los trenes de la RevoluciónTxt: Erika Suro

Cuarteles, campamentos, hospitales y vi-viendas, eso y más fueron las funciones de los trenes en los tiempos de la Revo-

lución Mexicana. Estratégico fue el papel que el ferrocarril desempeñó durante la lucha. Así lo describe Francisco Gorostiza en el nuevo li-bro Los ferrocarriles en la Revolución Mexica-na, publicado por la editorial Siglo XXI.

El autor aclara que desde el inicio de la Revolu-ción, el uso militar del ferrocarril se generalizó no sólo para el traslado de los ejércitos, sino que adquirió una importancia central: “La fac-ción que los controlaba garantizaba su movili-zación, podía emprender ataques o se retiraba, cercaba poblaciones y, a veces, abordo de los trenes tomaba plazas. Contingentes federales o revolucionarios de distintos bandos levan-taban vías, descarrilaban trenes, dinamitaban puentes, incendiaban estaciones, inutilizaban tanques de agua y otras instalaciones en patios y talleres, y destruían locomotoras y material rodante”, escribe el autor.

Entre los muchos usos que tuvieron los trenes,

el autor explica que fueron transporte para las tropas, las cuales los usaron como hospitales, campamentos y viviendas; en ellos, los solda-dos viajaban con sus soldaderas en los techos. En otro extremo, estaban los convoyes de los generales dotados de coches-dormitorio, co-medores, oficinas, furgones y aparatos como telégrafos, así como armamento.

En esta historia los trabajadores ferrovia-rios tuvieron un papel determinante, pero no siempre pudieron elegir de qué lado estar. “Era frecuente que tomada una plaza por fuer-zas rebeldes o del gobierno, los maquinistas, fogoneros, conductores, garroteros, auditores, despachadores, jefes de estación, telegrafis-tas, mecánicos, celadores, peones de vía y, en general, todo el personal rielero, por conven-cimiento propio o bajo amenazas, fuera obli-gado por el ejército victorioso a prestar sus servicios a una causa con la que podían o no simpatizar, o que simplemente les era ajena”.

El libro sigue un orden cronológico de he-chos, no es una obra sobre la Revolución en sí, sino más bien a la incidencia de este medio de transporte en la lucha y, al mismo tiempo, cómo la guerra afectó al sistema ferroviario nacional.

El autor parte de la etapa constructiva de los trenes durante el Porfiriato; enseguida abor-da el tema de la sublevación y el gobierno de Francisco I. Madero; pasa después al papel de los ferrocarriles en las estrategias del Ejército Constitucionalista para derrocar a Victoriano Huerta; luego analiza la guerra civil entre ca-rrancistas y villistas, periodo en el cual el do-

minio de las vías del ferrocarril fue decisivo. Luego aborda la revolución zapatista y las lu-chas en otras regiones del país. Posteriormen-te se relata la última parte de la lucha armada, cuando murieron algunos de los grandes cau-dillos de la Revolución. En el libro se analiza la situación que enfrentó el sistema ferroviario y el problema de la deuda.

Francisco Javier Gorostiza, quien es ingeniero civil y especialista en este sector del transpor-te, y que desempeñó diversos cargos en Ferro-carriles Nacionales de México, cierra su libro con la presentación de un análisis de lo que ha ocurrido a los ferrocarriles de todo el país entre la iniciación de la lucha armada hasta el presente.

Se trata de una obra que se mete de lleno en libros, archivos, documentos, novelas, cuen-tos, prensa e incluso corridos para describir los acontecimientos revolucionarios que se desarrollaron en medio de las vías y los trenes o que involucraron a trabajadores ferroviarios. La bibliografía en que se documenta el autor es, por una parte, la referida a la Revolución y, por otra, las investigaciones sobre la historia ferroviaria.

La obra se acompaña de fotografías de dife-rentes acervos nacionales, estatales y univer-sitarios que apoyan aquella tesis de Gorostiza sobre el papel preponderante de este medio de transporte durante la gesta revolucionaria.

Tren con revolucionarios. Fotografía: Agencia Reforma.

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Los verdaderos RevolucionariosTxt: Ernesto Navarro López

Nació el 30 de octubre de 1873, en la Hacienda el Rosario de Parras, Coahuila. Hijo de Francisco In-

dalecio Madero Hernández y Mercedes González Treviño. De acaudalada familia, estudió agricultura en Maryland, Estados Unidos; Administración de Empresas en el Hautes Études Commerciales de Jouy-en-Josas cerca de París y en la Universidad de California en Berkeley.

En 1904 comenzó a incursionar en asuntos políticos, dentro de Coahuila. Pronto se le nombró presidente del Partido Democráti-co Independiente, el cual se oponía a la re-elección del gobernador Miguel Cárdenas.

En 1908 publicó el libro La Sucesión Pre-sidencial de 1910, proponiendo restaurar la democracia a través de formar un gran partido político que contendiera en las

elecciones presidenciales de 1910.

En 1909 fundó el Partido Nacional Anti-rreelaccionista para terminar con el presi-dente Porfirio Díaz, quien había ocupado el cargo desde 1876, partido con el cual se postuló como candidato a la presidencia de la República. Emprendió una intensa cam-paña política a lo largo de todo el país para difundir sus principios democráticos.

Madero designó gobernadores provisio-nales y convocó a la insurrección nacional para remover del poder al dictador, ini-ciándose el 20 de noviembre de 1910.

En Chihuahua, P. Orozco y Francisco Villa se unieron a la causa de Madero, a pesar de no tener preparación militar eran excelen-tes estrategas y fueron seguidos por gente del norte, descontenta por los latifundios ganaderos.

Emiliano Zapata.

Emiliano Zapata (1879-1919) fue un cau-dillo militar de origen campesino que se convirtió en uno de los más importantes líderes de la Revolución Mexicana (1910-1920).

Tuvo un papel importante en el derroca-miento de la dictadura de Porfirio Díaz “El Porfiriato” en el año 1911, luego uniría sus

fuerzas con otros generales revoluciona-rios para derrotar a Victoriano Huerta en 1914. Emiliano Zapata comandó un ejérci-to imponente, pero rara vez salió al ataque, prefiriendo permanecer en su base revolu-cionario en Morelos. Zapata era un revolu-cionario idealista y convirtió a la reforma agraria en uno de los pilares de la Revolu-ción Mexicana, fue conocido con los nom-bres de “El Caudillo del Sur”, “El Atila del Sur”, “El Tigre del Sur”. Sería asesinado en el año 1919.

Antes del estallido de la Revolución, Zapa-ta era un joven campesino como muchos otros en su natal Morelos. Su familia vivía

bien, tenían su propia tierra y no trabaja-ban como peones en una de las muchas plantaciones de caña de azúcar.

Zapata era una persona culta y refinada además de ser buen jinete y conocido tore-ro. Fue elegido presidente del pequeño pue-blo de Anenecuilco, en 1909, y comenzaría a defender la tierra de sus vecinos de los terratenientes codiciosos. Cuando el siste-ma legal falló en su contra, se levantaría en armas junto a los campesinos y amenaza-rían a tomar las tierras que les pertenecían por la fuerza.

Francisco I. Madero en Los Pinos. Fotografía: Ricardo Castañeda.

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Francisco I. Madero.

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La AdelitaTxt: Rosario Àlvarez Flores

La famosa Adelita de la canción existió en la vida real antes de convertirse en personaje de leyenda como soldadera revoluciona-

ria; es decir, que formó parte de las mujeres par-ticipantes en la Revolución Mexicana de 1910, marchaban junto a los soldados como cocineras, enfermeras, ayudantes, enterradoras y amantes. Adela Pérez Velarde mejor conocida como Ade-lita. Nació en Ciudad Juárez el 8 de septiembre de 1900. Fue nieta de Rafael Velarde, quien fuera amigo de don Benito Juárez y en cuya casa el Be-nemérito se alojó, en su camino hacia el norte de la República Mexicana, en los días aciagos de su lucha contra los invasores franceses.Adela se dedicó a la enfermería, la cual estudió pese a la oposición de su padre, un rico comer-ciante de Ciudad Juárez. En 1914, dio la casuali-dad que atendiese a un soldado herido llamado Antonio del Río Armenta.Existen otras versiones acerca de quién fue el verdadero compositor de este corrido tan famo-so. Para algunos, la compuso un capitán vera-cruzano llamado Elías Cortázar Ramírez.

Otros interesados opinan que se debe a la pluma de un sinaloense, Ángel Viderique, que la creo a orillas del mar, ya que uno de sus versos dice: “La seguiría por tierra y por mar…”. Se cree también que el corrido fue compuesto en abril de 1913, cuando fue tomada la ciudad de Camargo, Chi-huahua por las tropas revolucionarias. A veces al corrido se le considera anónimo, y que una vez el general Domingo Arrieta lo escuchó en un rancho sinaloense, le gustó mucho, y pidió a al maestro de la Banda Militar, Julián S. Reyes que lo escribiera y lo instrumentalizara.Como Adelita formaba parte de la Brigada de la Cruz (o Asociación Mexicana de la Cruz Blanca) fundada por la señora Leonor Villegas de Ma-nón, desde 1913 se dedicaba a atender a los he-ridos soldados villistas de la famosa División del Norte comandada por Francisco Villa. La chica se incorporó a la División, entonces al mando del general Carlos Martínez, a muy temprana edad, trece años. Estuvo en el Ejército del Noroeste en Chihuahua, Zacatecas, Torreón, Aguascalientes, Morelos y en la Ciudad de México. “Adelita” la llamaban el general Pancho Villa y el general Ro-dolfo Fierro, diminutivo con el que pasó a la le-yenda. Entre sus conocidos figuraban generales como Pablo González y Venustiano Carranza.Cuando la Revolución se dio por terminada, Adela recibió un homenaje por sus servicios prestados en batalla y, en 1941, se la nombró veterana de la Revolución por su participación contra la Usurpación Huertista, recibiendo una pensión vitalicia que la alejó del trabajo buro-crático que en ese tiempo ejercía. En 1962, se la nombró miembro de la legión de Honor Mexi-cana. El documento oficial de su pensión dice:

Primera Comisión de Hacienda.La señorita Velarde es veterana de la revolución, según lo compruebe por oficio No. 9734 de fecha 22 de febrero de 1941, girado por la secretaría de la Defensa Nacional. Ostenta la condecoración del Mérito Revolucionario que se otorga por ser vivíos prestados durante el segundo período comprendido del 20 de febrero de 1913 al 15 de agosto de 1914. La interesada militó al lado del Venustiano Carranza, quien la tenía en muy alta estima, así como otros jefes revolucionarios que la trataron y reconocieron sus grandes dotes hu-manitarias, ya que dedicó su juventud y su vida al cuidado de heridos y enfermos, Al triunfo de la Causa, prestó servicios en la Cruz Blanca Neu-tral, habiéndosele otorgado una mención hono-rífica por su labor altruista y desinteresada.

Artículo Único. Como recompensa a los servi-cios prestados, se concede a la señorita Adela Velarde Pérez, pensión de $750 mensuales que le será pagada íntegramente por la tesorería Gene-ral de la Nación, mientras la interesada conser-ve su estado actual civil. Sala de Comisiones de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. México, D.F., a 8 de diciembre de 1961.La legendaria Adelita murió de cáncer, olvidada y en la miseria, la noche del 4 de septiembre de 1971, en el Hospital de San Antonio Texas, E.U.

Adelita: Adela Pèrez Velarde. Fotografìa: www.sinaloamx.com.

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La MarietaAutor: Anónimo.

Marieta, no seas coqueta,porque los hombres son muy malos,

prometen muchos regalosy lo que dan son puros palos.

Su mamá dijo a Marieta:deja ya la presunción,déjate crecer el pelo

y el vestido tan rabón.

Porque la mujer que tieneel vestido muy cortito,

cuando llega así a agacharsese le mira muy bonito.

Marieta, no seas coqueta,porque los hombres son muy malos,

prometen muchos regalosy lo que dan son puros palos.

La Marieta fue a un mandadoque su mamá le encargó,

pero estando en el mercadoa su novio se encontró.

Cuando regresó a su casasu mamita le pegó,

porque un quinto del mandadoen la calle lo perdió.

A la pobre de Marietase le quemó el delantaly si no lo apaga prontola quemada que se da.

La Marieta fue a los toros,su mamá no lo sabía,

porque andaba de coquetacon los de caballería.

Marieta, no seas coqueta,porque los hombres son muy malos,

prometen muchos regalosy lo que dan son puros palos.

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Cancionero de la

Revolución Mexicana

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La AdelitaAutor: Anónimo.

Si Adelita se fuera con otro la seguria por tierra y por mar

Si por mar en un buque de guerra Si por tierra en un tren militar.

Toca el clarín de campaña la guerra sale el valiente guerrero a pelear correrán los arroyos de sangre que gobierne un tirano jamás.

Y si acaso yo muera en campaña y mi cadaver en la tierra va a quedar

Adelita por Dios te lo ruego que tus ojos no vayan a llorar

Ya no llores querida Adelita Ya no llores querida mujer

No te muestres ingrata conmigo ya no me hagas tanto padecer.

Ya me despido querida Adelita ya me alejo con inmenso placer Tu retrato lo llevo en el pecho

Como escudo q me haga triunfar

Soy soldado y la patria me llama a los campos que vaya a pelear

Adelita Adelita del alma no me vayas por Dios a olvidar

Por la noche andando en el campo oigo el clarín que toca a reunión Y repito en el fondo de mi alma

Adelita es mi único querer

Ya me despido querida Adelita De ti un recuerdo quisiera llevar

Tu retrato lo llevo en el pecho Como escudo que me haga triunfar

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La CucarachaAutor: Anónimo.

La Cucaracha, la cucaracha,ya no puede caminar,

porque no tiene, porque le falta,marihuana que fumar.

Ya se van los carrancistas,ya se van por el alambre,porque dicen los villistas,

que se estarán muriendo de hambre.

Pobre de la Cucaracha,se queja con decepción,

de no usar ropa planchada,por la escasez de carbón.

Pobrecito de Madero,casi todos le han fallado,

Huerta el ebrio bandolero,es un buey para el arado.

La ropa sin almidón,se pone todos los días;

y sin esas boberías,se me figura melón.

¡Todos se pelean la sillaque les deja mucha plata;en el Norte Pancho Villa,y en el Sur Viva Zapata!

Una cosa me da risa:Pancho Villa sin camisa,otra cosa me da horror,

al vil Huerta en camisón.

Necesito algún “fortingo”para hacer la caminata,al lugar donde mandó

a la convención, Zapata.

Una guacamaya pintale dijo a una colorada,

quien se meta con mi patria,se lo carga la…

Hay unos que roban mucho,y luego huyen muy lejos,validos de fuero y maneo

y de que nos creen pen…itentes.

Qué bonitas soldaderascuando bailan el fandango.

Viva Pánfilo Natera,el orgullo de Durango.

Ya murió la Cucarachaya la llevan a enterrar,entre cuatro zopilotes

y un ratón de sacristán.

Page 11: Revista Ecos "Revolución Mexicana"

Revista Ecos Universidad de Guadalajara

Centro Universitario de la CiénegaOcotlán, Jalisco

Lic. en PeriodismoNoviembre 2014

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