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MIGRACIONES FORZOSAS Abril-Septiembre 1999 incorpora la RPN revista Publicada en inglés por el Refugee Studies Programme en asociación con el Global IDP Survey Edición en castellano publicada por HEGOA, Instituto de Estudios sobre el Desarrollo y la Economía Internacional, Universidad del País Vasco 4 Además: acompañamiento en Colombia debate desplazados internos/refugiados investigación refugiados urbanos en Tanzania últimas noticias publicaciones presas y desplazamiento conferencias páginas web Seguridad en el trabajo humanitario

Revista Migraciones Forzadas 4

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Seguridad en el trabajo humanitario

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Page 1: Revista Migraciones Forzadas 4

MIGRACIONESFORZOSAS

Abril-Septiembre1999

incorpora la RPN revistaPublicada en inglés por el Refugee Studies Programme en asociación con el Global IDP SurveyEdición en castellano publicada por HEGOA, Instituto de Estudios sobre el Desarrollo y laEconomía Internacional, Universidad del País Vasco

4

Además:■ acompañamiento en Colombia ■ debate desplazados internos/refugiados ■ investigación■ refugiados urbanos en Tanzania ■ últimas noticias ■ publicaciones■ presas y desplazamiento ■ conferencias ■ páginas web

Seguridaden el trabajohumanitario

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de las directoras

MIGRACIONES FORZOSAS revista2 Abril 1999, 4

La Revista sobre Migraciones Forzosasproporciona un foro para el intercambio deexperiencia práctica, información e ideas

entre investigadores, refugiados y desplaza-dos internos, y los que trabajan con ellos. Sepublica tres veces al año en inglés, castella-

no y árabe por el Refugee StudiesProgramme/Universidad de Oxford en aso-

ciación con el Global IDP Survey del ConsejoNoruego para Refugiados. La edición en cas-tellano es realizada por Hegoa, Universidad

del País Vasco.

EDICIÓN EN INGLÉS

DirectorasMarion Couldrey y Sharon FordEncargada de suscripciones

Sharon Westlake

Revista sobre Migraciones ForzosasRSP, Queen Elizabeth House,

21 St Giles, Oxford OX1 3LA, R.U.Tel: + 44 (0)1865 280700Fax: + 44 (0)1865 270721

Correo electrónico: [email protected]

Chemin Moïse-Duboule 59CH-1209 Ginebra

SuizaTel: + 41 22 788 8085Fax: + 41 22 788 8086

Correo electrónico: [email protected]

El material y la información contenidos en laRevista sobre Migraciones Forzosas reflejanlas opiniones de los autores, pero no refle-

jan necesariamente las del RSP, el Global IDPSurvey o Hegoa. El material de la Revista

sobre Migraciones Forzosas puede ser repro-ducido libremente, pero por favor cite la

fuente. Las fotografías deberían reproducirsesólo en el contexto de los

artículos en los que aparecen.

Próximos números:Octubre 1999: Seguridad - Parte II:

Kosovo como estudio de caso.Diciembre 1999: El arte y la cultura de las

comunidades desplazadas.

Les animamos a que envíen material eninglés, castellano o árabe relacionado con eltema de cada número o con cualquier aspec-to de la migración forzosa. Por favor, pón-ganse en contacto con las Directoras parasolicitar una Guía para Colaboradores. Se

puede acceder a los artículos (en inglés) dela RMF en las páginas de internet del RSP enhttp://www.qeh.ox.ac.uk/rsp/fmr/fmr.html

y del Global IDP Survey en http://www.nrc.no/idp.htm

EDICIÓN EN CASTELLANOHEGOA

Facultad de Ciencias EconómicasLehendakari Agirre 83 48015 Bilbao, España.Tel: +34 944473512Fax: +34 944762653Correo electrónico:[email protected]

Coordinador: Carlos Puig LizarragaD.L.: BI/859-95

Impresa por Idazkide S.A.L. sobre papel ecológico100% libre de cloro

Este número presenta la Parte I de nuestra serieespecial sobre seguridad, con un énfasis particu-

lar en la seguridad del personal de la ayuda. LaParte II, en el número 5, ampliará el debate paradiscutir cuestiones de relaciones internacionales,inspirándose en Kosovo como estudio de caso. Sidesean presentar observaciones sobre los dilemas ycuestiones que rodean la crisis de refugiados deKosovo, pueden enviarnos un mensaje de correoelectrónico o un fax lo antes posible.

Sharon Ford va a abandonar la Forced MigrationReview para vivir en Brasil. Sharon se nos unió en 1997, desempeñando un importante papel en el rediseño yrelanzamiento de la Forced Migration Review, y le deseamos todo lo mejor para el futuro. Damos la bienvenida asu sucesor, Tim Morris. Tim ha trabajado durante muchos años en Oriente Medio y África en tareas de ayuda ydesarrollo, incluyendo a poblaciones desplazadas.

El número 6 de la Revista sobre Migraciones Forzosas (diciembre de 1999) incluirá una sección con un artículoespecial sobre el arte y la cultura de las comunidades desplazadas, examinando cuestiones tales como la adapta-

ción cultural, la asimilación, el papel del arte/teatro/música en programas dedesarrollo con poblaciones desplazadas, y el uso de imágenes en el retrato delexilio. Si quieren colaborar, por favor, pónganse en contacto con las directoras(detalles en la columna de al lado). Fecha límite para la recepción de artículos,informes, noticias y anuncios: 4 de octubre.

Con nuestros mejores deseos.Marion Couldrey y Sharon FordDirectoras

de las directoras

Global IDP Survey

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De la edición HEGOA

Este nº 4 se ha podido editar en castellano por la colaboración y financiaciónde las instituciones CAFOD, World Vision (UK), Trocaire y Oxfam GB. Ladistribución de esta publicación en castellano se hace de forma gratuita porquetiene como objetivo informar, documentar, sensibilizar sobre la situación de losderechos humanos, los refugiados, desplazados y las migraciones forzosas endiversas partes del mundo. Desde hace cuatro años Hegoa publica en castella-no esta revista (anteriormente RPN), trabajando en consorcio con el RefugeeStudies Programme de Oxford, que es la editora de la revista en inglés. Además,en la edición inglesa participa el Global IDP Survey.

Durante estos años la distribución de la edición en castellano se ha dirigidohacia los países latinoamericanos y a las organizaciones españolas interesadasen este tema, ONGD e instituciones públicas, universidades, etc. Esperamospoder seguir publicando la revista en castellano siempre que desde las institu-ciones europeas posibiliten su cofinanciación para dar a conocer estas realida-des.

Agradeciendo la colaboración de las organizaciones latinoamericanas y euro-peas interesadas en estos temas, recibid un cordial saludo.

Carlos Puig LizarragaCoordinador HEGOA

Fotografía de portada: Desactivación de minas en Angola (Sean Sutton/MAG),Convoy de ayuda en Kosovo (ACNUR/U. Meissner), Trabajadora de la ayuda en Zaire (Panos Pictures)

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MIGRACIONES FORZOSAS revista 3Abril 1999, 4

Seguridad de las ONG sobre el terreno 4por Randolph Martin

Formación en seguridad: ¿dónde estamos ahora? 7por Koenraad Van Brabant

Lápices de colores y seguridad 11por Sue Dwyer

Seguridad en operaciones sobre el terreno del CICR 13por Philippe Dind

Acompañamiento en Colombia: protección internacional 16de los derechos humanos de los desplazados internospor Luis Enrique Eguren

La urbanización y sus descontentos: refugiados urbanos en Tanzania 19por Marc Sommers

El Proyecto de Presa de Itaparica en el nordeste de Brasil: 22modelos y realidad

por John Horgan

DebateRespuestas de Bonaventure Rutinwa, Michael Kingsley-Nyinah, 26Jon Bennett y Marc Vincent al artículo de Michael Barutciski, “El conflicto entre el concepto de refugiado y el debate sobre los desplazados internos”, en el número 3.

Refutación de Michael Barutciski 32

Secciones habitualesNoticias del RSP 25Cartas 33Últimas noticias 34Conferencias 37Noticias del Global IDP Survey 39Publicaciones 40Directorio de páginas web y bibliografía 43

SumarioSumario

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MIGRACIONES FORZOSAS revista4 Abril 1999, 4

Las crisis humanitarias estánaumentando en número, duracióne impacto sobre la sociedad civil.

En la primera mitad de los años noven-ta, 70 estados estuvieron implicadosen 93 guerras. Más de la mitad deestos conflictos duró más de 10 años,y una cuarta parte ha durado más de20 años1. Al mismo tiempo, los civilesson cada vez más los blancos del con-flicto más bien que simplemente vícti-mas desventuradas: las bajas civiles dela guerra han aumentado del 10% alfinal del pasado siglo, el 50% en laSegunda Guerra Mundial, a más del75% en conflictos contemporáneos.Desde 1980, el número de refugiadosha aumentado de 2,4 a 14,4 millones2,mientras que los DI (desplazados inter-nos) han aumentado de 22 a 38 millo-nes3. La magnitud y duración de las cri-sis ha dejado a los grupos beneficia-rios dependientes de la asistenciainternacional durante extensos perio-dos de tiempo. También se ha sugeridoque el cambio de guerras entre ejérci-tos nacionales a guerras entre miliciasy grupos guerrilleros ha contribuido ala pérdida de las normas de conductade la guerra. Finalmente, a medida quelos civiles son cada vez más los blan-cos de la guerra, es menos probableque aquellos que vienen en su ayuda -las ONG- sean percibidos como impar-ciales y neutrales.

Aunque hay pocas estadísticas disponi-bles, hay una abundantes evidenciasanecdóticas que indican claramenteque los trabajadores de la ayuda soncada vez más víctimas de secuestros,asesinatos, explosiones de minas yrobos además de la continua exposi-ción a amenazas para sus vehículos ypara su salud.

El International Rescue Committee(IRC) -Comité Internacional de Rescate-hace frente a su parte de este mar defondo en desafíos de seguridad y se hapeleado para desarrollar políticas y

protocolos que maximicen la seguridadde su personal asignado a entornosinseguros. Hemos sido afortunados alpoder inspirarnos en el excelente tra-bajo reflexivo y práctico de varios denuestros colegas en la comunidad deONG. Nuestros protocolos de seguridadcontra las minas terrestres se inspiranen gran parte en el excelente trabajode CARE en este campo; la informaciónintercambiada por las ONG participan-tes en la InterAction's Security TaskForce -Fuerza especial de seguridad deInterAction- y su subsiguiente progra-ma de formación han sido una impor-tante fuente de ideas e inspiración; y elconcepto de “Triángulo de Seguridad”,que es la pieza fundamental de losprotocolos de seguridad del IRC -y deeste artículo-, fue concebido porKoenraad Van Brabant en el OverseasDevelopment Institute, y más desarro-llado por el InterAction Security TaskForce. Como tal, este artículo no procu-ra proporcionar pensamiento original,sino más bien añadir carne al impor-tante trabajo que ya se ha hecho.

¿Por qué corren peligro los trabajado-res de la ayuda humanitaria?

Aunque hay muy poco a modo de estu-dio o documentación, está claro que hahabido un aumento en el número ygrado de las amenazas a los trabajado-res de la ayuda humanitaria en los últi-mos años. Hay muchísimas razonespara esto.

• Aumento en el número y la duraciónde los conflictos.

• Ausencia de normas de conducta: Losconflictos se combaten cada vez máspor fuerzas más pequeñas y menosdisciplinadas, que luchan con fre-cuencia por el control de recursos,más bien que por ideología o legiti-mación. Los conflictos son cada vezmás intraestatales que internaciona-

les, lo que significa que es menosprobable que los combatientes y elmundo exterior consideren el conflic-to como sujeto a profundo exameninternacional.

• Impunidad: Las agencias de ayudason percibidas como blancos “blan-dos” que pueden ser atacados conimpunidad debido a su falta de vín-culos comunales o políticos con loscombatientes.

• Erosión de la neutralidad: A medidaque el desplazamiento de la pobla-ción civil se ha convertido cada vezmás en el propósito y no en un sub-producto de la guerra, así tambiénlas agencias de ayuda que acuden ensu auxilio han perdido su aura deneutralidad.

• Competencia y cultura de las ONG: Lacompetencia entre agencias de ayudapuede aumentar la presión para “lle-gar allí primero” y trabajar la máscercana a las líneas de enfrentamien-to. Además, la cultura de los trabaja-dores de las ONG está con demasiadafrecuencia mal dispuesta hacia la dis-ciplina necesaria para protocolos deseguridad apropiados. Esto tantorefleja como perpetúa la falta dedesarrollo de criterios profesionalesy “mejores prácticas” en el campo dela seguridad.

Safety contra security4

Para nuestros propósitos aquí, el térmi-no “safety” se relaciona con la protec-ción de enfermedades y accidentes,mientras que “security” se relacionacon la protección de actos de violenciay crimen. Mientras que la security delpersonal, activos y programas de lasONG requiere necesariamente la inver-sión de tiempo y recursos considera-bles, es importante no perder de vistael hecho de que los máximos riesgos albienestar del personal de las ONG sur-gen no de amenazas a la security sinode cuestiones de safety. Amenazas a lasafety tales como accidentes con vehí-culos, malaria, enfermedades transmiti-das por el agua, VIH y otras amenazasa la salud continúan siendo con mucholas causas más importantes de bajasentre los trabajadores de la ayuda.

El impacto del mandato y la misiónsobre la seguridad

La exposición de una ONG a amenazasde seguridad está directamente relacio-nada con su mandato y misión, siendomandato el propósito global de la orga-nización y misión su razón para operaren una situación en particular. Porejemplo, una organización cuyo man-

Seguridad de las ONG sobre el terreno por Randolph Martin

En un entorno de aumento de laexposición, deterioro en las reglas de laguerra y pérdida de la neutralidadpercibida, la comunidad de ONG queoperan en emergencias complejas seestá enfrentando con riesgossignificativamente aumentados para laseguridad del personal.

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MIGRACIONES FORZOSAS revista 5Abril 1999, 4

dato implique la evangelización obvia-mente corre un riesgo superior enalgunos entornos que una organizaciónsecular. De un modo parecido, organi-zaciones de derechos humanos y “soli-daridad” puede que corran un riesgosuperior que organizaciones de presta-ción de servicios. Una organizacióncuya misión en un país dado sea servi-cios médicos para salvar vidas debeestar preparada para resistir nivelessuperiores de riesgo que una organiza-ción implicada en desarrollo económi-co. Es importante para el liderazgo deuna ONG sopesar su mandato y sumisión local tal como se relaciona conel entorno local. El mandato del IRC esla asistencia a refugiados. En paísesdonde los refugiados son percibidoscomo amenazadores o son un grupoperseguido dentro del país anfitrión,puede que el IRC sea visto como cóm-plice de un enemigo. Donde la misióndel IRC es salvar vidas, debemos estarpreparados para resistir un nivel supe-rior de amenaza que en países dondenuestra misión es, por ejemplo, llevara cabo proyectos de confianza en símismos o de reconstrucción.

El Triangulo de Seguridad:Aceptación-Protección-Disuasión

Desgraciadamente, la seguridad se con-ceptualiza con frecuencia en términosde modelos militares o policiales queparecen (aunque superficialmente)enfatizar equipo y táctica. Aunque haymucho que podemos aprender de estosmodelos, la seguridad de la ONG esmucho más compleja. Equipo de comu-nicaciones de lujo, capacidades delogística y seguridad del recinto tienensu lugar, pero son sólo una pequeñaparte de lo que constituye la seguridadpara los trabajadores de la ayuda.

En el IRC, cada oficina sobre el terrenodebe adaptar un protocolo de seguri-dad local que incluye cada uno de lostres elementos del triángulo de seguri-dad: aceptación, protección y disua-sión. Un protocolo de seguridad localeficaz debe equilibrar los tres elemen-tos. Una fuerte estrategia de aceptacióncon protección que apoye y elementosde disuasión es ideal. Sin embargo,donde las condiciones locales limitanla eficacia de las estrategias de acepta-ción, es necesario construir capacida-des más fuertes de protección y disua-sión.

1. Aceptación: debilitar la amenaza

Esto es cuando la comunidad en la queestá trabajando una ONG acepta yapoya la presencia de la ONG, y de esaaceptación se deriva la seguridad5. Paraque la “aceptación” no parezca dema-siado utópica, anotemos que las estra-tegias de aceptación incluyen la seguri-dad que pueda ser proporcionada porlas autoridades locales encargadas dehacer cumplir la ley. Algunos de loselementos de la aceptación son:

• Las partes beligerantes/los comba-tientes o las autoridades oficiales ode facto en la zona de trabajo de la

ONG dan su consentimiento a lasactividades de la ONG.

• La comunidad tiene intereses en elprograma y participa activamente.

• La comunidad ha estado implicadaen la valoración y el diseño del pro-grama.

• La comunidad está implicada en laevaluación del programa.

• La misión de la ONG es transparentey es comunicada en términos genera-les.

• Las actividades de la ONG son perci-bidas como imparciales.

• El personal y la presencia de la ONGson cultural y políticamente sensi-bles.

• El programa de la ONG refleja priori-dades locales.

• La ONG ha desarrollado buenas rela-ciones de trabajo con las autoridadesgubernamentales locales, incluso conla policía y los militares donde seaapropiado.

• Los programas de la ONG reflejanconceptos de desarrollo básicos yuna disposición a invertir el tiempo yel esfuerzo para implicar a la comu-nidad en cada faceta de valoración,planificación, puesta en práctica yevaluación del proyecto.

La aceptación es la piedra angular de laseguridad para las ONG con un manda-to de desarrollo, pero se desafía confrecuencia bajo los marcos temporalesy las circunstancias políticas en las quetienen lugar los esfuerzos de socorrode las ONG. En operaciones de socorroen tiempos de guerra, la aceptaciónpor la comunidad beneficiaria puedeparecer que está enormemente eclipsa-da por la hostilidad de uno o más delos combatientes. Por ejemplo, la acep-tación bosnia de las operaciones de lasONG en Sarajevo fue eclipsada por lahostilidad serbia, haciendo necesarioque las ONG construyeran fuertesestrategias de protección y disuasión.

En operaciones de emergencia, la pre-sión para conseguir que los programasse muevan puede que limite la capaci-dad del personal para implicar a fondoa la comunidad local. Sin embargo, esimperativo que las ONG no permitanque una visión limitada de la misiónoscurezca este elemento crítico en eltriángulo de seguridad y elementoesencial en la programación de calidad:la implicación de la comunidad.

2. Protección: fortalecer el blanco

Éste es el elemento que muchas perso-nas asocian más fácilmente con laseguridad, aunque no es, de ningúnmodo, el elemento más importante del

triángulo. Los elementos de “protec-ción” se presentan bajo tres encabeza-mientos principales:

Dispositivos de protección: losmateriales y el equipo necesariospara proporcionar una seguridadadecuada, tales como:

• Equipo de comunicaciones• Vehículos fiables e instalación de

mantenimiento• Dispositivos de seguridad del perí-

metro que incluyen muros, alambrede espino y sistemas de alarma

• Chaquetas y cascos para fuego anti-aéreo

• Uso (o no uso) del emblema de laONG (u otros símbolos)

Políticas y procedimientos opera-cionales: los mecanismos institu-cionales que acrecientan la seguri-dad, tales como:

• Políticas de personal nacional clarasy equitativas -incluyendo procedi-mientos de queja- que sean comuni-cadas al personal y puestas en prácti-ca coherentemente. Incidentes queimplican a personal descontento sonuna de las causas más importantes deinfracciones de la seguridad para lasONG

• Políticas y procedimientos financie-ros claros que incluyan división de laresponsabilidad en la contabilidad, yprocedimientos prudentes de trasla-do de dinero en efectivo

• Políticas de operaciones con vehícu-los claras y estricta disciplina refe-rente a las operaciones con vehículos

• Toques de queda y zonas de accesoprohibido donde sea apropiado

• Desarrollo de y/o participación en un“sistema guardián” o pirámide decomunicaciones para transmitir men-sajes de emergencia

• Protocolo de comunicaciones, forma-ción y uso disciplinado de la radio

• Orientación de seguridad para el per-sonal entrante y sesiones informati-vas de seguridad rutinarias para elpersonal, incluyendo formación enseguridad personal

• Protocolo de operaciones en convoy• Protocolo de selección de visitantes• Disciplina clara y coherente para

infracciones de la política de seguri-dad, con la inclusión de la conformi-dad con la seguridad en revisionesde la actuación rutinaria

Operaciones coordinadas: las acti-vidades que las ONG son capacesde llevar a cabo juntas, creandopor ello una estrategia de “fuerzanumérica”, tales como:

• Condición de miembro activo enorganismos coordinadores de ONG

• Relación y coordinación activa conlas Naciones Unidas

• Operaciones de convoy en colabora-ción

• Comunicaciones integradas• Control en colaboración, servicio de

policía comunitario, etc.

Algunos elementos de protección son

Protección

Aceptación

Disuasión

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importantes en todas las situaciones,incluso en marcos estables donde laaceptación es la estrategia primaria.Buenas comunicaciones, sólidasestructuras de política y coordinaciónentre agencias son siempre señal deoperaciones de calidad. Las estrate-gias de protección tienen que ser real-zadas si las condiciones se deterio-ran y las estrategias de aceptación sevuelven menos eficaces, pero nuncase deberían considerar como unaalternativa al fuerte apoyo comunita-rio.

3. Disuasión: plantear una contra-amenaza

La mayoría de las ONG no son sufi-cientemente grandes, ni un actorapropiadamente adecuado, para plan-tear solas una contraamenaza creíble.El centro de las estrategias de disua-sión son las relaciones que somoscapaces de construir con institucio-nes regionales o internacionales másgrandes.

Disuasión diplomática: Ésta es elproducto de la relación de una ONGcon actores internacionales más gran-des que pueden ejercer presióndiplomática en nuestro nombre,influyendo sobre autoridades y acto-res locales que o plantean ellos mis-mos amenazas de seguridad o queestán bien situados para promoverlos intereses de seguridad de lasONG, pero no lo están haciendo ade-cuadamente. Éste es un elementomuy importante en la estrategia deseguridad en cualquier país de opera-ciones. Los elementos incluyen:• La calidad de nuestra relación con

misiones diplomáticas claves• La calidad de nuestra relación con

Naciones Unidas• La calidad de nuestra participación

en organismos coordinadores deONG que sean capaces de presentarun frente unificado

Guardias: El uso de guardias es unaestrategia disuasiva común en insta-laciones de ONG en todo el mundo.Extrañamente, hay muy pocos casosen que las ONG hayan desarrolladodirectivas profesionales enérgicaspara esta fuerza disuasiva muycomún. Uniformes, formación básica,

informe sobre incidentes y suminis-tro de equipo básico (que va de unaporra y una linterna a radios de VHF)están entre las piedras angulares. Elcontrol coordinado entre agenciasfortalece enormemente el efecto delos guardias.

Disuasión militar: Ésta es la formamenos común de estrategia disuaso-ria, que suele aparecer conjuntamen-te con misiones de pacificación cuan-do las ONG coordinan formalmenteactividades con fuerzas militaresinternacionales externas. Hemos sidotestigos de esto en el norte de Iraq,en Somalia y en Bosnia. En cada caso,las ONG han trabajado estrechamentecon coaliciones militares internacio-nales que han proporcionado unparaguas de seguridad militar bajo elcual las ONG han sido capaces deponer en práctica programas de asis-tencia humanitaria. Huelga decir quelas estrategias disuasivas militares noson ni mucho menos ideales y sólo sedeberían seguir cuando los otros ele-mentos del triángulo de seguridadsean claramente insuficientes.

Valoración de amenazas y respuesta

La valoración de amenazas deberíaacompañar a cualquier valoración ini-cial del programa, y ser proseguidacontinuamente durante las operacio-nes del programa. Como las valora-ciones del programa, las valoracionesde amenazas a la seguridad deberíanincluir una amplia variedad de apor-taciones de las Naciones Unidas, lasembajadas y el gobierno nacional,pasando por otras ONG, gobiernolocal y líderes comunitarios y final-mente individuos en la comunidad.En los términos más sencillos, es unacuestión de identificar qué amenazasa la seguridad son de la más alta pro-babilidad y máxima consecuenciapara las operaciones de una ONG, yasignar, en consecuencia, con priori-dad recursos a estas amenazas.

El triángulo de seguridad en la prác-tica

Hay un lugar apropiado para cadapunto del triángulo de seguridad bajocualquier tipo de amenaza a la segu-

ridad, desde las minas terrestres alrobo con allanamiento de morada,aun cuando pueda cambiar el énfasisentre aceptación, protección y disua-sión.

Liberia, Somalia y Afganistán estánentre aquellos países donde el robode coches ha significado no sólo unapérdida de propiedad sino tambiénun riesgo de seguridad para el perso-nal. Viendo que uno de los atractivospara el robo de propiedad de unaONG en estos contextos ha sido elconocimiento de que las ONG notomarían represalias por medio deuna vendetta, el IRC ha limitado elriesgo alquilando vehículos de lacomunidad local en lugar de adquirirnuevos vehículos. Un beneficio indi-recto de este planteamiento es queentran más fondos en la economíalocal, calmando una cuestión que,con frecuencia, amarga a las comuni-dades locales. Esta estrategia deaceptación que enfoca una comuni-dad local puede que sea de uso limi-tado cuando se viaja entre ubicacio-nes distantes. En estas situaciones,se vuelven mucho más importantesestrategias de protección tales comosólidos protocolos de vehículos querigen las rutas tomadas, los momen-tos del viaje, las comunicaciones enel camino, el uso de convoys, etc. Lasestrategias disuasorias tambiéndesempeñan un papel; en Afganistán,el IRC se coordinó con otras ONGpara suspender la asistencia a un dis-trito en particular hasta que la comu-nidad devolvió varios vehículos roba-dos.

El hostigamiento oficial es típico ensituaciones donde una ONG está ayu-dando a un grupo perseguido por elgobierno anfitrión, o donde las ONGestán operando a través de las líneasde enfrentamiento. El soborno no esuna buena estrategia aquí, ya quesólo exacerba con el tiempo el pro-blema para todos los interesados. Lasestrategias de aceptación puedenfuncionar en estas circunstancias.Durante la guerra en Bosnia, el IRChizo frente a grandes dificultades altraer asistencia al Sarajevo rodeadopor los serbios. Abrir programas deasistencia sanitaria primaria y unprograma de calefacción para elinvierno en la Republika Srpska acre-centó enormemente la capacidad delIRC para negociar su paso, mientrasque no comprometía nuestro manda-to en la región. De un modo parecido,escoger a grupos de refugiados oretornados de una comunidad másgrande que podría también estardesesperadamente necesitada puedetambién socavar la seguridad. Losprogramas de salud del IRC en elNorte de Sudán han procurado pro-porcionar asistencia de una maneraequilibrada a los del Norte así como alos del Sur. De un modo parecido,nuestros programas en curso pararefugiados serbios en Yugoslaviapuede que proporcionen un grado deaceptación para el IRC en el Kosovo

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MIGRACIONES FORZOSAS revista6 Abril 1999, 4

Kabul, Afganistán

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MIGRACIONES FORZOSAS revista 7Abril 1999, 4

posterior al conflicto o para operacionesactuales en Montenegro. Las estrategiasde protección pueden también mitigar elhostigamiento oficial. Es útil la formacióndel personal en métodos de difusión delconflicto. El personal tiene que estar bienorientado en el mandato y la misión de laagencia y ser capaz de representar a laONG de una manera madura y no amena-zante. Finalmente, las estrategias dedisuasión se centran en la relación entrela ONG y los actores políticos más gran-des, que puede que sean capaces de enga-tusar a un gobierno hostil cuando fallatodo lo demás.

Conclusión

Estos breves ejemplos sugieren estrate-gias adaptadas para cada amenaza. Hayclaramente ventajas y desventajas paracualquier estrategia, que deben ser sope-sadas dentro del contexto de cada entor-no local. En Liberia, por ejemplo, la malacalidad de los coches alquilados y susconductores planteaba finalmente un ries-go mayor que el robo de coches, y seabandonó la política. Así, la flexibilidad yel control local sobre las políticas deseguridad son un imperativo. Cuando sedesarrollan políticas de seguridad, losgestores sobre el terreno deberían prime-ro identificar los riesgos clave en el entor-no local basados en probabilidad y conse-cuencia. Riesgos de alta probabilidad y/oalta consecuencia deberían ser el foco pri-mario de atención y recursos de la agen-cia. En segundo lugar, para cada uno deestos riesgos clave, el gestor sobre elterreno necesita considerar cuidadosa ycreativamente cada una de las tres estra-tegias -aceptación, protección y disua-sión- al concebir una respuesta local apro-piada.

La seguridad para las operaciones del per-sonal humanitario se ve con demasiadafrecuencia en términos de modelos milita-res o, peor aún, se pasa por alto como unaspecto inevitable e inalterable del traba-jo en crisis humanitarias. De hecho, sepuede hacer mucho para acrecentar laseguridad en operaciones humanitarias.Sin embargo, la seguridad en operacioneshumanitarias exige un nuevo paradigmaque sopese no sólo el equipo y la tecnolo-gía de seguridad familiares, sino tambiénla dinámica de apoyo comunitario, coordi-nación entre agencias e influencia diplo-mática.

Randolph Martin es Director Superiorde Operaciones en el InternationalRescue Committee -ComitéInternacional de Rescate-, Nueva York.

1. Dan Smith con el International Peace Research Institute-Instituto Internacional de Investigación sobre la Paz-, TheState of War and Peace, Myriad Editions Limited, 1997,pág. 13. 2. UNHCR, State of the World's Refugees 1995, OxfordUniversity Press, pág. 26. 3. Smith, op. cit., pág. 26. 4. N. del T.: Mantenemos los términos “safety” y “security”en inglés por no existir en castellano para ambos más queuna única palabra: “seguridad”.5. Van Brabant, K., “Cool ground for aid workers. Towardsbetter security management in aid agencies”, Disasters 22(2), págs. 109-125, 1998.

Hay varias razones para esto. En pri-mer lugar, hay una percepción demayor inseguridad con más personalque es herido o asesinado. Aunque nose pueden valorar exactamente las ten-dencias ya que la mayoría de las agen-cias no llevan registros apropiados, esla inseguridad percibida la que incita ala acción. Un importante factor en estoes la percepción de que los trabajado-res de la ayuda corren ahora más ries-go de ser elegidos deliberadamentecomo blancos, o por razones políticaso porque son presa fácil para los crimi-nales, y esto altera drásticamente lapercepción del riesgo. En segundolugar, como la atención de los mediosde comunicación se pega a dramáticossecuestros y asesinatos de trabajadoresde la ayuda, las agencias se están preo-cupando más por su reputación y sucapacidad para reclutar. En tercerlugar, algunas agencias han sidodemandadas por personal herido o porlos miembros de las familias de perso-nal fallecido; no resulta infrecuenteque las agencias no tengan una adecua-da cobertura de seguro.

1. Responder al riesgo

La formación para la seguridad es sólouna respuesta entre otras. En los últi-mos tres años poco más o menos, hahabido varios acontecimientos que hanaumentado la conciencia. IRC y ECHO,por ejemplo, han organizado semina-rios sobre seguridad; ECHO ha desarro-llado un documento de fondo para laComisión Europea; y ha habido debateen el Comité de Asuntos Exteriores delSenado de los EE.UU. Las agencias ope-racionales han tomado también medi-das internas. Éstas incluyen el desarro-llo de “directivas” o “manuales de segu-ridad” para personal sobre el terreno ygestores sobre el terreno1, y revisionesde medidas de seguridad en un marcoen particular o de los procedimientosorganizativos más amplios y sus pun-tos fuertes y débiles. Algunas agenciashan nombrado también a una persona

de “seguridad” con plena dedicacióndentro de la propia agencia. Digna demención también es la investigaciónorientada a la práctica de JonathanDworken en el US Centre for NavalAnalysis -Centro de los EE.UU. para elAnálisis Naval- (sobre tendencias), esteautor (sobre un marco de gestión parala seguridad) y la HumanitarianSecurity and Protection Network -Redde seguridad y protección humanitaria-(sobre información de incidentes y aná-lisis de modelos de incidentes2).

Hay también un creciente interés en laformación en seguridad y un gradualaumento en los cursos ofrecidos.Organismos de la ONU tales como elACNUR y el PMA están organizando for-mación sobre seguridad dentro del pro-pio organismo. UNSECOORD en NuevaYork envió sobre el terreno a un equipopara que llevara a cabo formación enAsia Central y Sudoriental. Entre losproveedores de formación en ONGestán RedR en el Reino Unido, Bioforceen Francia, CINFO en Suiza y Kontaktder Kontinenten en los Países Bajos. Laseguridad está integrada en el exhaus-tivo programa de formación dentro delpropio comité del CICR.

Aún faltan dos cosas importantes. Enprimer lugar, necesitamos criterios sec-toriales acordados que aclaren losrequisitos mínimos en términos deconciencia, conocimiento y habilidadcon respecto a cuestiones de seguridadpara trabajadores de la ayuda, y requi-sitos mínimos semejantes para organi-zaciones que envían personal a entor-nos peligrosos. El Principio 7 delCódigo de Mejores Prácticas para laGestión y Apoyo del Personal de laAyuda de People in Aid3 es un primerintento, y la US Office for ForeignDisasters Assistance (Oficina de los EE.UU. para la Asistencia en DesastresExteriores) (OFDA) ahora requiere con-tractualmente a las agencias que finan-cia que se remitan a las directivassobre seguridad de InterAction, perohace falta más trabajo. En segundo

Formación en seguridad:¿dónde estamos ahora?

por Koenraad Van BrabantEn años recientes, ha crecidorápidamente la preocupación por laseguridad del personal de la ayudaque trabaja en entornos violentos.

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MIGRACIONES FORZOSAS revista8 Abril 1999, 4

lugar, hay una proliferación de iniciati-vas inconexas a ambos lados delAtlántico; lo que se necesita es una acti-va red internacional para reunirlas conel fin de evitar duplicación, identificarlagunas, e intercambiar aprendizajesobre buenas prácticas.

2. Formación en seguridad: necesidad-demanda-oferta

Accidentes de circulación y afeccionesmédicas, incluso el VIH, son una causacomún de lesión y muerte entre trabaja-dores de la ayuda. Son necesarios unaconducción segura, sexo seguro y cono-cimientos prácticos de primeros auxi-lios. A esto lo llamaremos “formación ensafety”. “La formación en security” serelaciona con la protección contra la vio-lencia en el entorno, y la necesidad deella es aguda. Hay miles de trabajadoresde la ayuda en entornos violentos quecasi no han tenido ninguna formación enseguridad. Esa necesidad no está siendosatisfecha porque hay problemas con lademanda y con la oferta.

Generalmente la demanda de formaciónen seguridad expresada refleja una com-prensión inadecuada de la gestión deseguridad apropiada para el mundo dela ayuda. Típicamente es para cursosbreves, de uno o dos días, porque a lostrabajadores de la ayuda les parece queno tienen “tiempo” para dedicar a forma-ción en seguridad. Todo lo que unopuede hacer “sin tiempo”, sin embargo,es aumentar la conciencia, no formar a

la gente para que se comporte de mane-ra que mejoren su seguridad. La deman-da es también de formación en “seguri-dad personal”: una mezcla de formaciónen safety, manejo del estrés, y unaspocas cosas que hay que hacer y otrasque no en el comportamiento individual,pero las personas están inseguras en unmarco operacional más amplio. Lademanda es también con frecuencia deformación específica para la agencia,pero la gestión de seguridad sobre elterreno tiene importantes dimensionesentre agencias. Por último, la demandaes de “hojas de respuestas”: un plan deseguridad que, si se sigue, se cree queproporcionará protección; hay algunasdirectivas genéricas para seguridadpero, en general, el “comportamientoseguro” requiere pensamiento y juicio.

El problema es agravado porque la ofer-ta no se corresponde con la necesidad.Dado el tamaño del grupo objeto, elnúmero de cursos en el sector de laayuda sigue siendo muy pequeño. Lamayoría no tienen lugar cerca del terre-no y hay pocos recursos de formacióndesarrollados. Las directivas y manualesde las agencias no son manuales de for-mación. Hay, sin embargo, buenas seriesde diapositivas sobre minas terrestres, yel CICR tiene algunos vídeos sobre segu-ridad que están disponibles. A fines de1999, la Relief and RehabilitationNetwork -Red de Socorro yRehabilitación- en el ODI en Londresespera publicar una revisión de buenasprácticas para la gestión de la seguridadoperacional. Pero se podría invertir útil-mente más tiempo y dinero en desarro-llar recursos de formación.

Hay también una escasez de formadorescualificados. La formación en seguridadpara agencias de ayuda es ofrecida en sumayor parte por personas con antece-dentes en trabajo de ayuda pero sin for-mación especializada en seguridad, opor personas que proceden del sector dela seguridad profesional -policía y mili-tares- unas veces con experiencia en tra-bajo de ayuda y agencias de ayuda yotras veces sin ella. La formación paraagencias de ayuda es ofrecida tambiénpor varias compañías de seguridad pri-vadas. Hay una mucha mayor diversidadentre éstas de lo que los trabajadores dela ayuda creen típicamente y algunashan sido muy útiles. Lo importante noson tanto los antecedentes de los forma-dores sino si comprenden los requisitosy la cultura organizativa específicos delas agencias de ayuda. Necesitan com-prender que las agencias de ayuda tien-den a tener un planteamiento diferentede la seguridad que la policía o los mili-tares (aun cuando muchas agencias deayuda se verían en apuros para articular-lo), y ser capaces de relacionarse coneso, en el lenguaje, el estilo y la orienta-ción que ofrecen.

Financiar medidas de seguridad, inclu-yendo la formación, puede ser un pro-blema. Varios donantes oficiales estánmostrando mejor disposición a apoyarmedidas de seguridad, incluyendo for-mación. A veces, sin embargo, los cuar-teles generales de la agencia no asignanpresupuestos para medidas de seguridady formación en seguridad.

3. Desarrollo del currículum

La mayoría de los cursos están preocu-pados por lo “básico”, y tienden más aelevar la conciencia que a desarrollarhabilidades en gestión de seguridad.Hay sitio para formación básica en segu-ridad para todos pero, como en lospuestos de asistencia sanitaria primaria,hay una necesidad de apoyo de respal-do. Éste tiene que proceder de forma-ción sobre gestión de seguridad opera-

cional (para aquellos con cargos sobre elterreno) y mejoras en la gestión de laseguridad organizativa, para las que laorientación podría venir vía seminarios.

a. Formación básica en seguridad

La mayoría de los cursos actuales afir-man que ofrecen formación “básica” enseguridad. Se extienden durante mediodía a dos días. Los temas comúnmenteincluidos en el currículum son: seguri-dad del vehículo, hacer funcionar unaradio, pasar un control de carretera,conciencia de las minas, manejo delestrés y “planificación de contingencias”(en la práctica suele ser sólo un breveresumen sobre evacuación). Algunosincluyen seguridad de la casa, para ofici-nas y residencias. Aunque estos temasson pertinentes, la razón fundamentalque hay detrás de este currículum estápoco clara. ¿Por qué no se incluyen otrasamenazas a la seguridad, tales como elsecuestro de coches, el asalto sexual y elser atrapado en el fuego cruzado?¿Manejar guardias no es un tema útil?Varias “habilidades personales” son tam-bién componentes esenciales del com-portamiento seguro: mantener la eficaciapersonal, construcción de equipos, con-ducta y comportamiento personales,sensibilidad cultural y estilos de nego-ciación.

Las agencias operacionales parecen nocomprender tampoco que puede que seael personal de menor antigüedad el quenecesite más formación en seguridad.Son con frecuencia los más jóvenes ymenos experimentados quienes estánmás cerca del sitio peligroso: en elcampo de refugiados, acompañando alconvoy de alimentos, trabajando en elpuesto de salud detrás de la línea delfrente. Ellos, así como conductores eintérpretes, puede que también tenganel contacto más regular con las partes enguerra y con la población local. Estarántomando decisiones sobre el programacotidiano que puede que tengan implica-ciones de seguridad. Y puede que tenganresponsabilidad de primera línea de otropersonal, inclusive de su seguridad.Serán los que proporcionen informacióndesde la línea del frente sobre condicio-nes de seguridad e incidentes de seguri-dad. ¿Debería estar limitada su forma-ción a lo “básico”? No se debe abordartodo esto en cursos genéricos de forma-ción en seguridad, pero las agencias deayuda harían bien en seguir el ejemplode algunas de las mejores escuelas deformación para pacificadores, y añadiruna sesión de información intensivaespecífica para la misión e incluso for-mación para la formación genérica. Lasesión de información o la formaciónespecífica para la misión no se tiene queconfundir con orientación sobre los pro-cedimientos y requisitos financieros yadministrativos generales de la agenciaque les envía, y una visión general de

La mayoría de los cur-sos... tienden más aaumentar la concienciaque a desarrollar habi-lidades en gestión deseguridad.

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sus programas en un lugar en particular.Es una sesión informativa sobre el entor-no en el que la persona estará operando:político, cultural, institucional y deseguridad.

Es útil considerar durante un momentoel debate sobre la “exposición”. Muchasagencias de ayuda tienen cuidado con lasimulación demasiado realista en cursosfundamentales o cursos básicos de for-mación en seguridad, especialmentepara nuevos reclutas sin ninguna expe-riencia previa de trabajo en entornospeligrosos. Temen que podría asustar eincluso ahuyentar al recluta urgente-mente necesitado. Esto es irresponsable.Los reclutas tienen derecho a saber quépodrían experimentar, y es en interés detodo el mundo que cualquier desgana oincapacidad para ocuparse de la insegu-ridad sea reconocida antes del desplie-gue antes que descubierta en el terreno.La exposición aquí significa tener unarma que te apunta, oír fuego de armasy explosiones, entrar en un campo deminas falso, confrontación con la agre-sión. No todo el mundo necesita forma-ción en supervivencia en el campo debatalla o supervivencia como rehén,aunque aquellos que estén desplegadosdonde existen esos riesgos probable-mente la necesitarían. Hay evidencia deque la exposición previa, en una simula-ción, acrecienta la calidad de la respues-ta del trabajador de la ayuda en el terre-no, porque es menor la conmoción de lasorpresa total. Finalmente, la formaciónen seguridad que sólo asuste no ha com-prendido lo importante y ha fracasadoen su objetivo primario: demostrar a losque siguen el cursillo de formación quelos riesgos de seguridad se puedenreducir por medio de gestión y accionesapropiadas.

b. Formación en gestión de seguridadoperacional

El único curso, conocido por este autor,sobre gestión de seguridad operacionalen entornos violentos es el desarrolladocomo un proyecto de OFDA/InterActionen 1998. Ha sido sometido a prueba endos cursos piloto y elementos de élestán consiguiendo entrar en los currí-culos de otros proveedores de cursostales como Bioforce y RedR. RedR se estápreparando para ofrecer ocho cursos anivel de gestión, cada uno apoyadopotencialmente por dos más breves parapersonal sobre el terreno, en los dospróximos años. El curso de gestión duracinco días (véase el diagrama en la pági-na 10 para la ilustración del concepto).Los puntos fuertes del curso son: enprimer lugar, proporciona un conceptoglobal y estructurado para la gestión dela seguridad, integrando los muchosaspectos tangibles e intangibles de laseguridad, y entendiendo la gestión dela seguridad como una dimensión detodos los aspectos de la presencia de

una agencia en un entorno violento. Ensegundo lugar, aspira no a proporcio-nar la hoja de respuestas normativas,sino más bien la “hoja de preguntas” ydirectivas para las respuestas. En otraspalabras, aspira a desarrollar las habili-dades analíticas, de juicio y de toma dedecisiones de personas con una respon-sabilidad de gestión operacional para laseguridad.

El énfasis en el juicio de la situación escrucial. Lo que es seguro hacer en unentorno puede que realmente aumenteel riesgo en otro. En ciertos países, elconsejo será parar cuando tu vehículoatropelle a alguien en la carretera; enotro marco, el consejo será, desde luego,no parar hasta el próximo puesto depolicía. Llevar una radio portátil en unlugar aumentará tu seguridad; en otro,te convertirá en un blanco de ladrones ode la milicia. Incluso algo tan sencillocomo subir seguramente a tu coche enun entorno hostil no puede ser prescritofuera de contexto. Todo depender decuáles sean las amenazas. ¡Adoptarásdiferentes procedimientos dependiendode si la amenaza es de fuego de francoti-radores, secuestro de un coche, rapto ouna trampa explosiva!

c. Buena práctica organizativa La seguridad del personal y la propiedades, sin embargo, una responsabilidadorganizativa más amplia. Hay muchoque el director sobre el terreno puedehacer. Las organizaciones de ayuda quese toman en serio la seguridad necesitanocuparse de ella de dos maneras.

Por un lado, se necesita que la seguridad“se incorpore a la corriente principal”. Seconvierte en parte de la elaboración depresupuestos y la recaudación de fon-dos. Se convierte en parte de la gestióngeneral del personal y es una considera-ción en el reclutamiento y redesplieguede individuos, en la supervisión y apoyo

al personal, y en las acciones disciplina-rias. Y se aseguran los riesgos de seguri-dad. La seguridad está también integra-da en las valoraciones exploratorias dela misión, y en la planificación y revi-sión del programa en curso. A medidaque grupos armados acceden cada vezmás a las noticias mundiales, considera-ciones de seguridad también se convier-ten en uno de los frenos y equilibriossobre las declaraciones públicas de lasagencias.

Por otro lado, las organizaciones deayuda necesitan también tomar medidasespecíficas sobre seguridad. Éstas inclu-yen la articulación de criterios organiza-tivos y responsabilidades hacia el perso-nal que estará expuesto a peligro, inclu-yendo al personal nacional. Tambiénexplica qué pueden esperar de la organi-zación las familias de trabajadores de laayuda secuestrados, mutilados o asesi-nados. Organizaciones que envían perso-nas a zonas de peligro deben tambiénrevisar regularmente su gestión de segu-ridad organizativamente, en términos depolíticas, procedimientos y prácticas, yseguimiento sobre puntos débiles identi-ficados. Se requieren políticas específi-cas sobre información de incidentes yanálisis de incidentes dentro de la orga-nización, y sobre colaboración entreagencias en seguridad. La organizaciónnecesita decidir cómo desarrollar la peri-cia interna en seguridad. Idealmente lagestión de seguridad se integra dentrode la gestión general. Pero puede quesea valioso designar puntos focales parala seguridad, cuya tarea sea proporcio-nar orientación, respaldo y, quizás, for-mación. Eso requiere decisiones de losdirectivos superiores para invertir recur-sos.

El estado de preparación para incidentesde seguridad implica además que lasorganizaciones han planificado su ges-tión de crisis: ¿quién manejar las crisis anivel de cuartel general y cómo, y qué

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Curso de formación en seguridad del ICRC en Chatigny, Ginebra

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apoyo pueden movilizar los cuartelesgenerales para los que están sobre elterreno? Las organizaciones puede queno tengan la pericia interna para ocupar-se de incidentes especiales de seguri-dad, tales como un secuestro, pero hayprofesionales en el sector de la seguri-dad a los que se puede pedir y se hapedido asistencia. Las agencias, portanto, necesitan identificar -de antema-no- a tales expertos. También se puedepedir a expertos externos que ayudencon el apoyo a las víctimas, como des-pués de casos de violación o secuestro.El testimonio de trabajadores de laayuda, sin embargo, indica que la com-petencia y el estilo del “especialista”individual es muy importante; a algunosel encuentro con el “especialista deapoyo” les resultó otra experiencia trau-mática.

A medida que las organizaciones des-piertan a la seguridad, muchas han esta-do tomando iniciativas, con frecuenciaad hoc más bien que sistemáticas. Haycampo de acción para una revisión de lagama de planteamientos y experienciasorganizativas, para identificar buenapráctica que pueda entonces ser adapta-da a la medida de las capacidades ynecesidades específicas de diferentesorganizaciones.

Koenraad Van Brabant ha trabajadocon diversas ONG en Afganistán,Etiopía y Sri Lanka. Actualmente esinvestigador en el OverseasDevelopment Institute, Londres, y elcoordinador de la Relief andRehabilitation Network (RRN).Durante los dos años pasados haestado activamente implicado eninvestigación y formación sobre ges-tión de seguridad. Contacto: [email protected] o fax +44 (0)171 393 1699.

Este artículo será desarrollado en unOccassional Briefing Paper(Documento ocasional para sesionesinformativas) conjunto de ForcedMigration Review/RRN que estará dis-ponible a su debido tiempo en el ODI. 1. MSF-Bélgica, MSF-Holanda, Save the Children Fund(Reino Unido), World Vision (EE.UU.), Catholic ReliefServices, ACNUR y UNICEF son algunos ejemplos. 2. La Humanitarian Security and Protection Network -Red de Seguridad y Protección Humanitaria-, bajo elparaguas de VOICE, está sometiendo a pruebas piloto laintroducción de un sencillo formato informatizado deinformación de incidentes. Éste puede ser adoptadosobre la base de una agencia individual, pero el propó-sito es alimentar una base de datos de incidentes cen-tralizada, sobre el terreno y a nivel del cuartel general.Se garantiza la confidencialidad. Las pruebas pilotoestán teniendo lugar en Sierra Leona y en Angola. Eldirector del proyecto es Pierre Gallien, c/o Action con-tre le Faim -Acción contra el hambre-, 9 Rue Dareau,75014 París. Correo electrónico: [email protected] 3. RRN (1997) Londres, documento n. 10 de Relief andRehabilitation Network. Véase “Bibliografía” en la pág.47 para detalles de contacto con People in Aid.

Becas para visitantes

Las becas para visitantes en el RSPestán abiertas a profesionales en ejer-cicio superiores y a mediados de sucarrera y elaboradores de políticasque deseen pasar un periodo de estu-dio y reflexión en un entorno acadé-mico conductivo, y a profesores uni-versitarios y otros investigadores queestén trabajando en campos relacio-nados con la migración forzosa. Acada becario normalmente se le asig-nar un tutor académico y se esperaque emprenda un programa específi-co de estudio autodirigido o investi-gación. Las becas pueden disfrutarsedurante uno, dos o tres trimestres encualquier año académico.

Para más información, por favor,pónganse en contacto con: TheVisiting Fellowships Administrator,RSP, Queen Elizabeth House,21 St Giles, Oxford OX1 3LA, ReinoUnidoTel: +44 1865 270265Fax: +44 1865 270721Correo electrónico: [email protected]

ESTRATEGIAS DE SEGURIDAD

Protección Disuasión

Aceptación

AGENCIA• valores• principios• misión en contexto

ANÁLISIS DE SITUACIÓN• amenaza • vulnerabilidad• valoraciones de riesgo

PLANIFICACIÓN DE SEGURIDAD Prevención: procedimientos operacionalesestándar Planificación de contingencias: bombardeo,secuestro, robo a mano armada, minasterrestres, evacuación, etc.

INCIDENTESInformación y análisis

CUESTIONES QUE CORTANTRANSVERSALMENTE• competencia personal • competencia del equipo• imagen• comunicación y colabora-

ción entre agencias• políticas y prácticas organi-

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Lápices de colores y seguridadpor Sue Dwyer

He vivido en ultramar desde haceya seis años, que incluyeron tare-as en Uganda, Serbia, Bosnia y

ahora Liberia. He pensado en la seguri-dad en términos diferentes en cadauno de estos países. En Uganda, cuan-do hubo una oleada de robos de casasen nuestro barrio, nuestra respuestafue reforzar el enrejado en nuestraspuertas y ventanas. En Serbia reduji-mos nuestra presencia durante losbombardeos de la OTAN. En Bosniaaparcamos nuestros todoterrenos porla noche en una zona custodiada. EnLiberia hemos cercado nuestras ofici-nas y casas y contratado guardias paralas veinticuatro horas del día. ComoDirectora para el país del InternationalRescue Committee -ComitéInternacional de Rescate- (IRC) enLiberia soy responsable de desarrollary poner en práctica la estrategia deseguridad de la organización. Despuésde asistir al curso de formación enseguridad de InterAction/OFDA enLondres empecé a examinar la seguri-dad en un contexto mucho más amplioy la estrategia de seguridad del IRC enun contexto diferente. Antes no hubie-se pensado nunca en una tarde decolorear con niños locales como unaactividad de seguridad.

En el curso de seguridad deInterAction/OFDA, se presentó unMarco de Estrategias de Seguridad paraayudar a pensar sistemáticamente encombinaciones de planteamientos deseguridad para su uso ante diferentestipos de amenazas a la seguridad:

"Básicamente hay tres maneras princi-pales de reducir riesgos:

1) Aceptación: se puede reducir o eli-minar la amenaza ganando extensa

aceptación para la presencia y el tra-bajo propios;

2) Protección: se puede reducir el ries-go haciéndose menos vulnerable conprocedimientos protectores y dispo-sitivos protectores, es decir, radios,guardias, rejas;

3) Disuasión: se puede reducir el riesgoconteniendo y disuadiendo la ame-naza con una contraamenaza, esdecir, sanciones legales, económicaso políticas y/o acción armada”1.

Este marco me fue muy útil al desarro-llar la estrategia de seguridad del IRCen Liberia.

Al regresar a Liberia presenté unasesión de formación en seguridad detres horas al personal en Ganta, una denuestras oficinas sobre el terreno, paraincorporar a nuestro trabajo algo de loque había aprendido en Londres.Resultó ser muy instructivo para mí ylos 30 participantes. Lo primero quehicimos fue hablar sobre el conceptode seguridad y qué palabras nos ve-nían a la mente. Salieron guardias,radios, armas, etc. Luego discutimos laseguridad en un contexto más amplio yadaptamos la definición “exención depeligro y riesgo” a nuestro propio con-cepto de trabajo “libertad para quetodo el personal del IRC trabaje y vivasin daño en Liberia”.

Entonces llevamos a cabo una valora-ción de amenazas. El grupo identificóla máxima amenaza a la seguridad delIRC en Ganta como robos con allana-miento de morada en la oficina y en lascasas. Pasamos a llevar a cabo unavaloración de vulnerabilidad tal comose presentaba en el curso deInterAction/OFDA:

Riesgo = Amenaza x Vulnerabilidad

En esta ecuación sólo podemos amino-rar nuestro riesgo reduciendo nuestravulnerabilidad, ya que no tenemos nin-gún control sobre la amenaza misma.Después de pasar por este ejercicio,presenté al grupo el Marco deEstrategias de Seguridad del curso deseguridad de InterAction/OFDA y dis-cutimos cuánto de nuestros esfuerzosdebería ser dirigido hacia cada elemen-to (aceptación, protección y disuasión)del marco, en relación con nuestroriesgo. El grupo decidió que IRC debe-ría invertir el 65% de sus esfuerzos enla aceptación y el 35% en la protección.Esto no quiere decir que la disuasiónno deba desempeñar un factor en nues-tros esfuerzos: desde luego el IRCdebería abogar por la continuidad de lapresencia del ECOMOC (Fuerza dePacificación Africana Occidental, unaeficaz fuerza policial), pero dentro dela pequeña comunidad de Ganta, elpersonal del IRC decidió poner todossus esfuerzos en la aceptación y la pro-tección y dejar a la oficina principal enMonrovia que abogue por los factoresde disuasión.

Tuvimos una larga discusión sobre unaestrategia de aceptación y qué influyeen la percepción por la comunidad delIRC en esta ubicación. Ya que el grupodecidió que el 65% de nuestros esfuer-zos deberían ser hacia la aceptación, escrítico que tengamos una imagen posi-tiva en la comunidad. Pedí al personal(del cual todos excepto dos eran libe-rianos -la mayoría de los liberianos noson de Ganta sino de Monrovia, y tie-nen así poca relación con la comunidadlocal-) que imaginaran al IRC desde elpunto de vista de la comunidad.Pregunté cuál pensaban que era la per-cepción que tenía la comunidad delIRC. Un resumen de sus respuestas es:

“Tenemos muchos vehículos, mucho per-sonal, cuatro o cinco casas y oficinas enla ciudad, damos muchas vueltas a laciudad en nuestros vehículos y regala-mos cubos de la basura a la ciudad deGanta”.

Aunque el IRC mantiene 15 clínicas delMinisterio de Sanidad en zonas ruralesfuera de Ganta (la clínica más cercanaestá a dos horas de distancia en vehí-culo), el personal dijo que la comuni-dad local no sabe esto. Mi respuestafue:

“Así que la gente de Ganta ve que elIRC tiene cuatro camiones con traccióna las cuatro ruedas, treinta miembrosdel personal, cuatro oficinas y casas; y

Hasta recientemente he pensado en laseguridad en términos de guardias,radios, ventanas y puertas enrejadas,estrecha coordinación con otras ONGnternacionales y una enérgica políticade seguridad organizativa. Esto fuehasta que asistí al curso de formaciónen seguridad de InterAction/OFDA enLondres en septiembre de 1998.

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¿el apoyo que proporcionamos contodos estos recursos durante el añopasado son ocho cubos de la basura?”

El grupo rió tonta y nerviosamente yasintió con la cabeza. También declara-ron que la comunidad local realmenteno veía ningún beneficio en la presen-cia del IRC en la comunidad ya que,además de los ocho cubos de basuradonados y alguna vaga conversaciónsobre un programa de salud, realmenteno sabían qué estaba haciendo allí elIRC.

A los participantes les parecía que loselementos de protección del IRC eranfuertes, es decir, buenos sistemas deradio, guardias las veinticuatro horas,cercas alrededor de todos los recintos,ventanas y puertas enrejadas, así quecontinuaron nuestras discusiones porlo que se refiere a la imagen del IRC yal nivel de aceptación de nuestro traba-jo y presencia. Un solo miembro delpersonal declaró que un vecino localestaba molesto porque cuando selevantó la cerca alrededor de una casadel IRC no hubo ninguna discusión conlos vecinos y cortaba un camino delvecindario. Otro declaró que el IRChabía contratado a “otros” para traerlas cañas para la cerca cuando el vecin-dario podía haberlo hecho y ganado unpoco de dinero y haberse beneficiado.Lentamente todos empezamos a dar-nos cuenta de qué problema de imageny aceptación teníamos.

Esto fue darnos cuenta de algo muyserio, ya que el grupo declaró que se-

rían nuestros vecinos y la comunidadlocal quienes podían ayudar a disuadira nuestra máxima amenaza, el robocon allanamiento de morada en ofici-nas y casas alertándonos de extrañosen la zona, ayudándonos a vigilarnuestros recintos e identificando ame-nazas locales.

Entonces mandé al grupo que identifi-cara estrategias para mejorar nuestronivel de aceptación y nuestra imagenen Ganta. Propusieron planes para pro-porcionar seminarios de orientaciónsobre el IRC en las escuelas y la comu-nidad, organizar un programa para elDía Mundial del Sida en las escuelas,interacción con la comunidad pormedio de deportes, promoción del tra-bajo del IRC en cada oportunidad -igle-sia, mercados, bares-, y por último ladirectora expatriada del programa,Tatiana Garakani, decidió organizaruna tarde de coloreado en su patiopara niños locales una vez cada dossemanas. El primer día llegaron más de100 niños.

La sra. Garakani también se fijó en quecuando sus luces de seguridad estabanencendidas en su recinto por la noche,los vecinos arrastraban sus ollas ytaburetes más cerca de la valla paracaptar la luz. Se reunió con los vecinosy les dijo que podía añadir una luzextra que podía dar a su recinto si que-rían. Ya que no hay electricidad enGanta (el IRC usa generadores), y la luzpor la noche es tanto una necesidadcomo un lujo, los vecinos apreciaronmucho este gesto. Es importante obser-

var que estas nuevas actividades basa-das en la comunidad eran añadidas areuniones formales e informales regu-lares con funcionarios del gobiernolocal.

Por supuesto, la seguridad no es laúnica razón para tener aceptación yuna imagen positiva en una comuni-dad. Es parte de los criterios de trabajode la mayoría de las ONG y, en el casodel IRC, nuestra metodología de traba-jo gira en torno a la programaciónbasada en la comunidad. En una comu-nidad como Ganta, sin embargo, dondeel IRC tiene una oficina pero ningúnprograma, la aceptación y una imagenpositiva puede ser bastante difícil y senecesita un esfuerzo especial.

IRC Liberia ahora examina la seguridaden términos diferentes. Se respetanaún los elementos duros de la protec-ción, pero se están reforzando los ele-mentos más blandos de apoyo y acep-tación comunitarios. Estos nuevos ele-mentos más blandos, orientados a laaceptación, están cambiando la imagendel IRC en la comunidad. Y con estoscambios viene una disminución de lavulnerabilidad a la amenaza de robocon allanamiento de morada de la ofi-cina y las casas y una estrategia deseguridad más eficaz.

Sue Dwyer es Directora para el Paíspara el International RescueCommittee (IRC) Liberia.

1. InterAction/OFDA NGO security manual.

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El entorno del conflicto también hacambiado considerablemente. Porejemplo, la cadena de mando entre

los combatientes se ha debilitado hastael punto de que con frecuencia es difí-cil distinguir entre las fuerzas armadasy bandas de bandidos. Todos estos fac-tores combinados hacen extremada-mente difícil para el CICR adherirse asus métodos de trabajo tradicionales. Elnúmero de personas con las que setiene que poner en contacto para ase-gurar que una operación marche sobreruedas ha subido bruscamente, sin queesto tenga ningún efecto favorablesobre la seguridad, más bien con elefecto opuesto.

Esta evolución ha incitado a que elCICR concentre aún mayor atención encuestiones relativas a la seguridad desus operaciones sobre el terreno. Loque sigue es un esbozo del plantea-miento general de seguridad de la orga-nización.

El primer dogma de la política de segu-ridad del CICR es que el peligro no esla excepción. El peligro es inherente alas condiciones de trabajo del personaldel CICR y eliminarlo completamente

significaría retirar a todo el personal desu entorno de trabajo. Se debería, portanto, tener siempre en cuenta en deci-siones operacionales.

El segundo dogma es que, aunque laseguridad tiene sus aspectos técnicos,es, sobre todo, una cuestión política.Ninguna regla de seguridad y ningunamedida protectora puede sustituir alestablecimiento de una red de contac-tos entre todas las partes de un conflic-to para convencerles de la neutralidad,imparcialidad e independencia delCICR. La neutralidad -y, sobre todo, lapercepción por los combatientes de esaneutralidad, una percepción que derivade la independencia e imparcialidad dela organización- es la mejor garantíapara las partes en guerra de que elCICR no constituye una amenaza.

Las reglas de seguridad se deben enten-der y aplicar con estos dos dogmas enmente. La conformidad a las reglasrebaja el riesgo a un nivel aceptable,pero no lo puede eliminar completa-mente.

Por regla general, las medidas deseguridad están dirigidas a:

• Evitar incidentes graves eliminando laposibilidad de que ocurran. Se pue-den eliminar blancos potenciales, porejemplo, evitando los traslados dedinero en metálico; asegurándose deque los expatriados se quedan fuerade zonas de acceso prohibido; oprohibiendo el viaje por carreteradonde pueda haber minas terrestres.

• Reducir el riesgo por medio de ele-mentos disuasorios tales como pro-tección del perímetro, guardias yrefugios antibombas, o por medio demedidas preventivas que promuevanrespeto por las actividades, el perso-nal y la propiedad del CICR (porejemplo, negociaciones con las partesen guerra, uso del emblema del CICR,sistemas de notificación, etc).

• Limitar las consecuencias de un inci-dente si, no obstante, ocurre (pormedio de evacuaciones médicas,seguro, etc.).

Con independencia de las medidastomadas, sigue siendo inevitable uncierto grado de riesgo, y el personalexpatriado tiene que aprender a vivircon él. Reconocer este hecho no sedebería interpretar como una falta deresolución para garantizar su seguri-dad, todo lo contrario: el hecho de quesólo quede un elemento residual signi-fica que se ha hecho todo lo posiblepara minimizar el riesgo.

Puede que se consideren aceptablesalgunos niveles de riesgo, si están jus-tificados por el impacto humanitario dela operación. Ese impacto se deberíamedir no sólo en términos de benefi-cios inmediatos (distribución alimenta-ria, por ejemplo) sino también con vis-tas al largo plazo (estudios, etc.). No sedebería asumir ningún riesgo por man-tener una presencia o por razones decompetición.

Formación para todos

La mejor manera de mejorar la seguri-dad es dar especial prioridad a la for-mación, con vistas a crear concienciade los riesgos, asegurar la coherenciade las medidas de seguridad, e impartirel conocimiento técnico y las habilida-des requeridas para que cada individuoasuma sus responsabilidades a este res-pecto.

Seguridad en operaciones sobreel terreno del CICR

por Philippe Dind

En el transcurso de los últimos 20 añosel número de personal expatriado delCICR (Comité Internacional de la CruzRoja) que trabaja sobre el terreno y elnúmero de operaciones llevadas a cabopor la organización se han multiplicadopor diez; el número de personalcontratado localmente ha subido en máso menos la misma proporción. Además,como las actividades de los delegadosdel CICR les llevan más cerca delcombate que antes, sus condiciones detrabajo se han vuelto más peligrosas.

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La formación debería ser:

• impartida al personal expatriado y allocal igualmente;

• adaptada al contexto y a los riesgosespecíficos con que se enfrenta cadaindividuo;

• adaptada a las tareas y deberes con-cretos de cada persona;

• impartida en cuarteles generales y enlas delegaciones.

Los siete pilares de la seguridad

La política de seguridad del CICR paraoperaciones sobre el terreno confía enlos siete “pilares” descritos más abajo.Los primeros son prácticamente exclu-sivos del CICR, mientras que los últi-mos son adoptados por todas las orga-nizaciones o corporaciones multinacio-nales para proteger a personal expatria-do. El orden de importancia asignado acada uno de ellos variará según el tipode amenaza con el que se tropiece. Enparticular, la elección de medidas pro-tectoras activas o pasivas (pilar número7) dependerá claramente por entero dela situación local.

1. Aceptación del CICR

El concepto de aceptación es de sumaimportancia para el CICR. Para sercapaz de operar, la organización tieneque ser aceptada por las partes del con-flicto. La desintegración de estructurassociales y el surgimiento de señores dela guerra y crimen organizado haceindispensable que el CICR sea aceptadono sólo por las autoridades de unEstado constitucional sino también portodos los grupos que ejerzan cualquierpoder. Tal aceptación está inextricable-mente vinculada al mandato del CICRcomo un intermediario neutral, y a sustatus como una organización humani-taria imparcial e independiente. El CICRno tiene ningún medio de ejercer pre-sión para imponer sus actividades. Lapersuasión y la influencia son sus úni-cas armas. Vista desde este ángulo, lavulnerabilidad, paradójicamente, ofreceuna forma de protección.

Los medios usados paralograr aceptación sonnegociación, proyec-ción de una imagencoherente, y esfuerzospara propagar elconocimiento delderecho humanitariointernacional y los

Principios Fundamentales de la CruzRoja/Media Luna Roja. Estas actividadesse tienen que llevar a cabo a todos losniveles. En muchas, pero no en todas,las situaciones, se usan otros dosmedios para fortalecer la aceptación: lapromoción de actividades del CICRhaciéndolas lo más visibles posible; y lainformación en emisiones de radio ytelevisión a una amplia gama de públi-cos a través de los medios de comuni-cación locales.

Otro factor que acrecienta la seguridades la aceptación por los expatriados dela cultura en la que están trabajando. Siaprenden a comprender el sistema localde valores y costumbres pueden actuarde una manera coherente con su entor-no. Esta comprensión es esencial si tie-nen que ser capaces de adaptarse adiferentes situaciones y a la manera enla que funciona una sociedad en parti-cular, sin tener que convertirse en partede ella. Todos los expatriados tienen eldeber de pasar el tiempo necesario parafamiliarizarse con las característicaspolíticas, sociales y culturales del paísal que han sido asignados, especialmen-te leyendo. La familiaridad con los gru-pos armados que operan en el entornodel CICR, y cómo funcionan, es tambiénvital para ajustar las medidas de seguri-dad a los peligros predominantes.

2. Identificación

El segundo pilar es una consecuencialógica del primero: una vez que se haaceptado su papel especial, el CICRdebe ser identificable. La identificaciónconfía principalmente en elemblema de la cruz roja.Para distinguirse de otrosactores “humanitarios” queusan o abusan de lacruz

roja, el CICR usa un logotipo que con-siste en una cruz roja rodeada por doscírculos negros concéntricos entre loscuales aparecen las palabras “ComitéInternational Genève”. Vehículos queoperan en situaciones sensibles izanuna bandera con este logotipo del CICR,para atraer especial atención; sinembargo, se debe tener cuidado de nousar en exceso este medio de protec-ción.

Para complementar la identificaciónvisual, se notifican a todas las partesdel conflicto los edificios usados por elCICR y los movimientos del personal enel terreno. Como los métodos moder-nos de guerra hacen posible destruir unblanco mucho tiempo antes de que sehaya establecido contacto visual, lanotificación es a veces el único métodoeficaz de protección. Esto es particular-mente importante cuando se usa avia-ción. Se pueden usar medios técnicosespeciales tales como lanzadestellosazules y emisores de señales por radarpara identificar barcos hospital o avia-ción médica.

3. Información

En cualquier situación de alto riesgo, lainformación es un elemento fundamen-tal de la seguridad. La información fia-ble hace posible anticiparse a los acon-tecimientos y reaccionar de una maneraapropiada cuando se desarrollan lassituaciones o cuando surgen peligrosdurante viajes en el terreno. La infor-mación debería, por tanto, fluir entodas direcciones: del personal superior

hacia abajo y viceversa, yentre los colegas del CICR ycontactos externos.

Todo el personal sobre elterreno debe adquirir el

reflejo condicionadode recoger y trans-

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Curso de forma-ción en seguri-

dad del CICR enChatigny,

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MIGRACIONES FORZOSAS revista 15Abril 1999, 4

ción como sea posible sobre asuntos deseguridad, sea relativos a la situaciónpasada o presente o a tendencias quese están desarrollando. Se debe infor-mar de todos los incidentes de seguri-dad oralmente o por escrito, depen-diendo de su importancia, de maneraque la delegación puede dar pasos paraevitar cualquier suceso similar en elfuturo o anticiparse a otros más graves.Se debe prestar especial atención acualquier signo de que la situación seestá deteriorando, y se debe tener cui-dado de no acostumbrarse a tales sig-nos, para no elevar inconscientementeel umbral de tolerancia y peligro. Elpersonal contratado localmente no sólotiene derecho a ser mantenido alcorriente de la evolución, sino que estambién una fuente muy importante denoticias locales e informes sobre cam-bios en el clima global.

Con respecto al intercambio de infor-mación entre el CICR y otras organiza-ciones y entidades, es esencial adoptaruna actitud que sea lo más abierta posi-ble. No obstante, se debe tener cuidadode no sobrepasar los límites de la con-fidencialidad, por ejemplo, no procu-rando nunca obtener o transmitir infor-mación de naturaleza militar.

4. Reglamentos de seguridad elaboradospor delegaciones individuales del CICR

Cada delegación tiene sus propiasreglas de seguridad que prescriben elcomportamiento apropiado y son espe-cíficas del país al que conciernen.Donde sea necesario, las subdelegacio-nes también tienen que redactar reglasde seguridad aplicables a la situaciónlocal. Las reglas deberían establecersólo las precauciones básicas y dejaralgún espacio para la maniobra. No son,de ninguna manera, un sustituto de laresponsabilidad que todo individuodebe asumir hacia sí mismo y aquellosafectados por sus decisiones.

Las reglas deben ser tan concisas y, sinembargo, tan exhaustivas como seaposible. Deberían cubrir todos los temaspertinentes mientras declaran sólo loesencial, para asegurarse de que nopierdan su pleno impacto. Las reglas deseguridad deberían ser constantementeactualizadas de acuerdo con la situa-ción, y ocuparse tanto de medidas pre-ventivas como de reacciones apropiadasen caso de un incidente de seguridad.

5. Personalidad

La seguridad de las actividades sobre elterreno del CICR depende en gran partede los atributos personales de su planti-lla, los más importantes de los cualesson solidaridad y sentido de la respon-sabilidad.

En situaciones peligrosas o amenazado-ras o en otras circunstancias difíciles,la seguridad de varios individuos

puede que dependa de las reacciones yla actitud de una sola persona. Lo quese necesita no es tanto una personali-dad extraordinariamente equilibradasino una conciencia de los propios lími-tes, la capacidad para permanecer tran-quilo y lúcido, y la aceptación de cual-quier punto débil que se pudiera reve-lar en el transcurso de la misión. A esterespecto, descubrir en el calor de laacción que alguien no está hecho parael trabajo y abandonarlo demuestravalor y sentido de la responsabilidad.

Mantener un estilo de vida saludable esuna manera más de combatir la fatiga yla tensión nerviosa y preservar el bie-nestar físico y psicológico.

Es importante reconocer signos deestrés físico o mental y hablar sobreellos abiertamente. Frente al peligro,estas reacciones puede que sean nor-males y pueden desempeñar un papelútil en alertarnos y regular el estrés. Sise reconocen y discuten, se disipanpronto. Si se hace caso omiso de ellas yse reprimen, conducen a la asunción deriesgos innecesarios. Hablar sobre laspreocupaciones y emociones propias essiempre la mejor manera de mantenerun sentido de la perspectiva.

En relación con esto, la solidaridad esde importancia fundamental: el perso-nal se debe apoyar mutuamente en lasdelegaciones, y durante las operacionessobre el terreno.

6. Telecomunicaciones

Las telecomunicaciones desempeñan unpapel importante en la seguridad facili-tando la transmisión de información, elcontrol y la comprobación de movi-mientos en el terreno, dando aviso deun deterioro en la situación, u ocupán-dose de cualquier crisis que pueda sur-gir.

Las facilidades puestas a disposicióndeberían estar adaptadas a la situaciónespecífica, en términos tanto de calidadcomo de cantidad:

• equipo moderno, fiable, que se puedahacer funcionar independientementede la infraestructura local y sea man-tenido por el CICR;

• una red apropiada a la situación geo-gráfica, con personal del CICR en elsitio para crear y desarrollar el siste-ma de telecomunicaciones tal comose requiera; escucha de la radio quedure las veinticuatro horas, si las cir-cunstancias lo requieren.

• formación de los usuarios, facilitadapor el máximo nivel posible de estan-darización.

7. Medidas protectoras pasivas y activas

Las medidas protectoras, sean pasivaso activas, se toman sólo en situaciones

donde no hay ninguna otra manera degarantizar la seguridad. Lamentable-mente, tales situaciones van en aumen-to. Se dividen en dos categorías princi-pales:

(a) Cuando hay un riesgo de ataquesindiscriminados contra la poblacióncivil, el CICR ya no está protegidopor su status especial. Para propósi-tos preventivos, las delegacionesoptarán por locales que no estén enuna posición expuesta, y que tenganfacilidades protectoras pasivas, prin-cipalmente refugios antibombas. Nose usan normalmente medidas pro-tectoras individuales tales comochalecos antibalas, por dos razones:el CICR no acepta que su personalpueda ser blanco potencial, y noquiere que asuma mayores riesgosporque se sienta protegido.Cualesquiera que sean las medidasprotectoras tomadas, son siempre lomás discretas posible y nunca debenser de aspecto militar.

(b) En situaciones donde abundan elcrimen y el bandidaje, el personalexpatriado del CICR está en lamisma posición que cualquier otroextranjero que viva en el país. Enesta clase de contexto el emblemano ofrece ninguna protección. Lavulnerabilidad se convierte en unfactor de riesgo y las delegacionesdeben asegurarse de que son blan-cos duros adoptando medidas pro-tectoras tales como barreras físicas,sistemas de alarma, guardias, etc.Medidas protectoras activas inclu-yen escoltas armadas, que se usansólo en circunstancias muy excep-cionales y con la aprobación de loscuarteles generales.

Conclusión

La eficacia de los reglamentos de segu-ridad se puede comparar con la fuerzade una cadena, que es tan fuerte comosu eslabón más débil. La seguridadsobre el terreno depende de la coheren-cia entre los siete factores descritosanteriormente, y los jefes de delegaciónson responsables de asegurar su aplica-ción apropiada por todos los miembrosdel personal sin excepción.

Philippe Dind es el delegado encar-gado de la seguridad en la Direcciónde Operaciones del CICR.

Extracto resumido reproducido con per-miso de la International Review of theRed Cross, n. 323, junio de 1988.

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MIGRACIONES FORZOSAS revista16 Abril 1999, 4

Peace Brigades International (PBI) esuna ONG, con sede en Londres ygrupos nacionales en 12 países,

que mantiene equipos de observado-res/acompañantes internacionales enáreas de conflicto, siempre a peticiónlocal. Desde 1994, PBI mantiene unequipo en Colombia, que actúa en tresregiones (Bogotá, Magdalena Medio yUrabá), en las que trabajan unos 20observadores/acompañantes interna-cionales. Sus objetivos son la protec-ción del espacio político de los/asdefensores/as de derechos humanos yde la población desplazada, así comola formación en temas de reparaciónpsicosocial y reconstrucción del tejidosocial.

El desplazamiento interno enColombia

El conflicto en Colombia ha desplaza-do a un millón de personas en los últi-mos diez años. El Magdalena Medio yUrabá son dos de las regiones másafectadas por las amenazas y ataquesde actores armados sobre la poblacióncivil. En líneas generales, el desplaza-miento registra dos modalidades: un

desplazamiento gradual “familia porfamilia”, por el que las familias se des-plazan de forma anónima hasta lasbarriadas de grandes ciudades, y des-plazamientos masivos, en los quevarios centenares o miles de familiasse desplazan a áreas cercanas a sulugar de residencia.

En Urabá (región en la costa Atlánticadel norte de Colombia), uno de losmayores desplazamientos masivos seprodujo a partir de finales de 1996,cuando más de 10.000 personas se vie-ron obligadas a huir por un operativodel ejército y de grupos paramilitaresen una zona de presencia guerrillera.Los desplazados se agruparon mayori-tariamente en las áreas de Turbo yPavarandó, mientras que otros gruposse desplazaron a otras localidades eincluso se refugiaron en Panamá. Otrofoco de desplazamiento se produjo enel área de San José de Apartadó.

Aunque el proceso de desplazamientoha continuado (en menores cantida-des), la población desplazada se fueorganizando, con la colaboración deONG1 y la diócesis de Apartadó. Como

resultado, se han establecido negocia-ciones con el gobierno y se han creadovarias Comunidades de Paz entre lapoblación desplazada, que se declaranal margen de todos los actores arma-dos y reivindican la protección que lesotorga su status de población civil2.

En el caso del Magdalena Medio, hahabido recientemente varios desplaza-mientos masivos. Algunos han sidoespontáneos y otros organizados (losdenominados éxodos campesinos) conel objetivo de llamar la atención sobresus denuncias de ataques por paramili-tares. Aunque los organizadores de loséxodos han conseguido llegar a acuer-dos con el gobierno, permanece laincertidumbre sobre la seguridad de lazona, en disputa entre la insurgencia yel ejército y los paramilitares.

En ambas regiones, las ONG y otrasentidades colombianas (algunas vincu-ladas a la Iglesia católica) realizan untrabajo fundamental de denuncia yseguimiento de la situación, así comoasistencia legal y humanitaria a lapoblación desplazada, y gestión delretorno o de la reubicación. Debido asu trabajo, todas estas organizacionessufren presiones y ataques por losactores armados. Las ONG internacio-nales ejecutan buena parte de su tra-bajo mediante las ONG y entidadeslocales. El gobierno colombiano hapuesto en marcha varias iniciativassobre el desplazamiento, pero las ONGcolombianas critican unánimemente lainsuficiencia de las mismas3.

El acompañamiento internacional.

La mera presencia física de expatria-dos (por ejemplo, en asistencia huma-nitaria) no es suficiente para procuraruna adecuada protección4. La protec-ción por observadores requiere de unaestrategia ad hoc, de actuaciones espe-cíficas y de una formación del perso-nal que no están incluidas en los pla-nes habituales de ONG internacionalesde derechos humanos ni de ayuda

Acompañamiento en Colombia: la protección internacional de losderechos humanos de losdesplazados internos

Luis Enrique Eguren

El despliegue de observadoresinternacionales puede disuadir de modoefectivo contra las violaciones de losderechos humanos de la poblacióndesplazada y de quienes trabajan conella. Este artículo trata del papel queorganizaciones como Peace BrigadesInternational desmpeñan en laprotección de los derechos humanossobre el terreno.

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MIGRACIONES FORZOSAS revista 17Abril 1999, 4

humanitaria. Sin embargo, el desplie-gue de observadores internacionalesconsigue una disuasión más efectivacontra las posibles violaciones. Losobservadores mantienen una presenciapermanente o periódica en diferentesescenarios, se entrevistan regularmen-te con las autoridades y otras entida-des y publican información periódica-mente. En esto consiste el acompaña-miento, y sólo así la presencia de per-sonal internacional puede convertirseen un factor de protección para lapoblación desplazada.

Los objetivos de PBI Colombia.

Debido al mandato de PBI, al relevantepapel que desempeñan las entidadescolombianas en la protección de lapoblación desplazada y al grado deorganización local, la intervención dePBI está enfocada a proteger los frági-les espacios de actuación de las ONG yorganizaciones de desplazados loca-les. Sus objetivos son:

I. Evitar la necesidad de un desplaza-miento actuando sobre las causasinmediatas que lo producen (prote-giendo a los actoressociales que a suvez actúan frente alas violaciones dederechos huma-nos).

II. Proteger aONG y poblacióndesplazada delas violacionesde los derechoshumanos que seproducen duran-te el despla-zamiento

y en la etapade

refugio.

III. Facilitar el proceso de retorno,proporcionando protección durante elmismo y durante el reasentamiento.

La estrategia de PBI Colombia

I. Proporcionar acompañamiento ypresencia internacional.

a. Protección internacional de losderechos humanos de: i) ONG y entida-des colombianas que trabajan a su vezen torno a protección de derechoshumanos, y ii) la población desplaza-da. Esta protección consiste en elacompañamiento internacional amiembros de las ONG directamenteamenazados (de 24 horas al día enperíodos de crisis), visitas de segui-miento de la situación de seguridad,acompañamiento a misiones de inves-tigación sobre el terreno y observaciónde actos públicos (como reuniones delas comunidades y manifestaciones);asimismo incluye la presencia interna-cional en los albergues-refugio (demodo que éstos sean lugares seguros)y durante los procesos de retorno yreasentamiento, especialmente en las

áreas de Urabá, Chocó y MagdalenaMedio.

b. Participación, como observadoresinternacionales, en comisiones deverificación y mesas de negociación

mixtas (compuestas por autoridades,organismos del estado, ONGs y despla-zados). La presencia internacional enestos espacios de diálogo y verifica-ción constituye un factor de garantía yun recordatorio de los compromisosante todas las partes, especialmenteautoridades y actores armados.

II. Interlocución y lobby con autori-dades civiles y militares, institu-

ciones, cuerpo diplomático,organismos internacionales,y otros, con el fin de: i) asegurar que los sectoresimplicados conozcan lomejor posible cuáles sonlos objetivos del acompa-ñamiento internacional, yii) expresar las debidaspreocupaciones sobre lasituación de la poblacióndesplazada. Durante 1998PBI ha realizado unas 500reuniones de este tipo.

III. Producción y distribu-ción periódica de informa-

ción.

IV. Participación en lascoordinaciones de ONGs

internacionales que traba-jan en el área del desplaza-

miento. En estos espacios seda un importante intercambio

de información y un cierto

nivel de integración de las actuacionesde las diferentes ONG internacionales,lo que facilita el trabajo en el terrenoy mejora la situación de seguridad delas ONG y de la población desplazada.

V. Reconstrucción del tejido social:apoyo psicosocial, rehabilitación deltejido social y resolución de conflic-tos. El Equipo de Formación de PBIColombia realiza series de tallerespara miembros de varias entidades yorganizaciones colombianas de defen-sores de derechos humanos y despla-zamiento, de modo que éstas puedanaplicarlo en su quehacer cotidiano, entorno a los núcleos temáticos de trau-ma, duelo e intervención psicosocial,memoria colectiva y análisis de con-flictos.

Otros casos de acompañamientointernacional de población desplazada.

En El Salvador, los refugiados salvado-reños que regresaban de Honduras ylos desplazados internos que retorna-ban a sus casas tuvieron tambiénacompañamiento internacional porONG, sobre todo de 1987 a 1992. Lascaravanas de autobuses era acompaña-das por miembros de ONG internacio-nales (PBI entre ellas) y de las Iglesiascristianas, que permanecían con ellosen sus nuevos asentamientos durantevarios meses. Este movimiento, másbien improvisado, evolucionó y sedesarrolló considerablemente en lavecina Guatemala. A principios de los90, PBI acompañó a las primeras dele-gaciones de las Comunidades dePoblación en Resistencia (CPR, lapoblación que había permanecido des-plazada en las montañas desde lasoperaciones del ejército de los años80) cuando empezaron a viajar a laCiudad de Guatemala para negociarcon el gobierno su retorno. El acompa-ñamiento por ONG internacionales fueincluido en los Acuerdos de retornofirmados por el gobierno y los guate-maltecos refugiados en Méjico; desdeentonces, docenas de voluntariosextranjeros han vivido y viajado conlos refugiados y desplazados en lasselvas que antes habían sido el área deguerra reservada del ejército.

Ambos casos de acompañamientointernacional reflejan una herramientaque ha requerido de una cierta refle-xión y del desarrollo de estrategias ytácticas hasta poder constituirse en unfactor real de protección para la pobla-ción desplazada. El caso del acompa-ñamiento internacional de desplaza-dos en Colombia es un avance más eneste desarrollo; sin embargo, es nece-sario dar nuevos pasos, tal y como sesugiere al final de este artículo.

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Sobre la eficacia del acompaña-miento internacional

Es siempre difícil medir el impacto dela protección otorgada por la presenciade observadores internacionales. Unindicador puede ser la continuidad enla demanda de acompañamiento porONG y organizaciones de desplazadoscolombianas. PBI Colombia ha recibidopeticiones de presencia por parte detodas las ONG colombianas que traba-jan con población desplazada en lasáreas mencionadas de Urabá yMagdalena Medio. De hecho, la deman-da de presencia y acompañamientos essuperior a la respuesta que los equi-pos de PBI pueden ofrecer.

En dos conferencias internacionalesorganizadas en 1996 (por AmnistíaInternacional) y 1998 (por el ServicioInternacional por los DerechosHumanos y la Comisión Colombianade Juristas) en Colombia, las conclu-siones recogieron que el acompaña-miento internacional es una de lasherramientas eficaces de protección, loque también es reconocido por variasentidades internacionales.

En todo caso, la presencia de observa-dores/acompañantes de ONG interna-cionales es un factor más en un con-junto de actividades de protección,factor que gana en eficacia si se inte-gra debidamente en ese conjunto, peroque en ningún caso es absoluto en susresultados respecto a la protección depoblación desplazada. Los des-plazados y los acompañantesinternacionales transitan poráreas en disputa entre el ejército,grupos de autodefensa o parami-litares y la guerrilla. No se hanregistrado hasta el momento ata-ques contra desplazados u ONGlocales cuando tenían acompaña-miento internacional estructura-do. Los procesos de reasenta-miento iniciados en Urabá o losretornos de los éxodos delMagdalena Medio se ven hipote-cados por la presión paramilitar,del ejército y de la guerrilla. Lasdeclaratorias de Comunidades dePaz siguen estándares internacio-nales en cuanto a área exenta deactores armados, pero estesupuesto consentimiento de losactores armados no se cumple demodo consistente, y esto reduceel espacio de seguridad quepodrían ofrecer dichas comunida-des. Uno de los casos más som-bríos es el de la Comunidad dePaz de San José de Apartadó(Urabá), de la que han sido asesi-nadas -según las denuncias, porgrupos paramilitares y, en menorgrado, por la guerrilla- casi cua-renta personas en su primer añode existencia. En todos estos

escenarios, el acompañamiento inter-nacional es un factor más que se sumaa la protección de un conjunto deactuaciones.

La protección que puede otorgar elacompañamiento internacional no esválida para todos los escenarios deconflicto. Un prerrequisito es que eltransgresor debe verse afectado por lapresión internacional que puede gene-rar una ONG internacional. Esto impli-ca que el acompañamiento internacio-nal es válido sobre todo si el transgre-sor de la norma es el estado o un actorsobre el que el estado puede actuar.Esto implica también que en dichoescenario de actuación el gobierno hade ser capaz de mantener su papel eje-cutivo dentro del estado. En aquellassituaciones de conflicto abierto en queel estado o el gobierno no cumplen supapel (como por ejemplo en Somalia aprincipios de los 90), las ONG interna-cionales no tienen el adecuado recep-tor, susceptible ante la presión inter-nacional, sobre el que actuar.

Conclusiones

El acompañamiento internacional esuna herramienta versátil y adaptable,un eslabón importante en la cadena deactuaciones para la protección de lapoblación desplazada. Forma parte deun sistema integrado que ademásincluye la ayuda humanitaria, apoyolegal y social, etc., y que en buenaparte es ejecutado por un tejido de

organizaciones locales. Desde unpunto de vista internacional, seríanecesario desarrollar la cooperaciónentre las ONG internacionales de asis-tencia humanitaria y aquellas que,como PBI y ONG locales, llevan a caboun trabajo especializado en protecciónsobre el terreno. Esta cooperaciónsería un factor clave para mejorar losresultados de la protección sobre elterreno de la poblacion desplazada.

Además, las ONG deberían colaborarpara conseguir: a) desarrollar un man-dato y estrategias comunes, de modoque la mencionada cooperación pudie-ra ser puesta en marcha fácilmente enescenarios diversos, y b) la formacióndel personal de las ONG internaciona-les de ayuda humanitaria en la protec-ción de los derechos humanos de lapoblación desplazada. De este modo,la población desplazada y las organi-zaciones locales podrán tener en lasONG internacionales un factor de pro-tección de los derechos humanos.

Luis Enrique Eguren, médico, traba-ja con PBI en el Comité del Proyectode Colombia. Es también investiga-dor independiente en el campo dela observación internacional.Agradecimientos:A Carlos M. Beristain y Elena Rey, por sus revi-siones de la versión original en castellano deeste artículo.Para correspondencia sobre el artículo o paracontactar con PBI Colombia, por favor dirigirsea: PBI Colombia Project, 1b Waterlow Road,London N19 5NJ. Tfno/fax +44 171 272 44 48.Correo electrónico: [email protected]

1. Comisión Intercongregacional deJusticia, Paz Centro de investigación yEducación del Pueblo.2. Ver la Revista sobre MigracionesForzosas 1, p. 15, para la descripción delas Comunidades de Paz y san José deApartadó en particular3. Éxodo(1998). “Los derechos civiles ypolíticos y el desplazamiento interno enColombia”. GAD (Grupo de Apoyo aOrganizaciones de Desplazados).Bulletín on internal displacement inColombia, nº 9, September 1998. Bogotá4. Cohen, Roberta (1991) Human RightsProtection for Internally DisplacedPersons, Refugee Policy Group, Junio1991, Washington, EE.UU. Mooney, Erin(1995), “Prestance , ergo Protection?”,International Journal of Refugee Law,vol. 7, nº 3, Oxford University Press.Mahony, Liam y Eguren, Enrique (1997),Unarmed Bodyguards. InternationalAccompaniment for the Protection ofHuman Rights, Kumarian Press, CT,EE.UU.

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MIGRACIONES FORZOSAS revista 19Abril 1999, 4

La urbanización y susdescontentos:refugiados urbanos en Tanzania

Parece que hay cuatro categoríasdistintas de refugiado urbano: (1)los pocos que son definidos oficial-

mente como refugiados y tienen permi-so para residir en ciudades; (2) aque-llos definidos oficialmente como refu-giados pero carentes de derechos lega-les a residencia urbana; (3) aquellosque han llegado a una zona urbanapara solicitar asilo como refugiado enuna oficina del ACNUR; y (4) aquellosque afirman que son refugiados peroviven sin ningún reconocimiento o asis-tencia institucional.

El artículo está basado en investigaciónsobre el terreno en Dar es Salaam en1990-1992 y 1996. Además de entrevis-tar a funcionarios del gobierno tanzanoy agencias que trabajan con refugiados(tales como el ACNUR y el TanganykaChristian Refugee Service), y refugiadosde una diversidad de países que teníanpermiso para vivir en Dar es Salaam,también entrevisté a somalíes que soli-citaban estatuto de refugiado y la pro-tección y provisiones que ofrecía,burundeses de campos de refugiadosque rehuían el reconocimiento de suidentidad de refugiados por otros, ymozambiqueños que afirmaban queeran refugiados sin buscar nunca san-ción oficial. Los siguientes son brevesperfiles de estas cuatro categorías derefugiados.

(1) Refugiados urbanos con sanciónlegal

En países que acogen refugiados, fun-cionarios de agencias humanitarias y

gobiernos anfitriones pueden suponerque la mayoría de los refugiados en lasciudades tienen permiso para estar allí.La mayoría de los funcionarios de agen-cias internacionales y del gobiernolocal entrevistados en Dar es Salaamcreían que esto era verdad. Los refugia-dos registrados en Dar es Salaam erande una diversidad de países, tales comoSudáfrica, Burundi, Uganda, Ruanda ylas islas Comores. Con la excepción delos refugiados somalíes -que en 1990-1991 estaban saliendo a raudales de supatria-, estos diversos grupos eranpequeños en número pero estabangeneralmente unidos por la clase. Casitodos ellos eran miembros bien educa-dos y relativamente ricos de sus res-pectivas comunidades nacionales.Además, si se descubrían sólo refugia-dos urbanos en oficinas del ACNUR,que los refugiados visitan periódica-mente para discutir cuestiones específi-cas, se podría conjeturar que la mayo-ría de los refugiados urbanos eranfamilias encabezadas por un varón,porque pocas cabezas de familia feme-ninas hacían sentir su presencia allí.Algunos funcionarios en Dar es Salaamtrazaron consecuentemente una pro-puesta del típico refugiado urbanocomo un padre de familia pudiente, declase alta.

Funcionarios de agencia y gubernamen-tales en Dar es Salaam también tendíana suponer que refugiados del mismopaís compartían perspectivas semejan-tes sobre cuestiones básicas que lesafectaban a todos. Pero el caso de

Burundi en particular demostró queesto no se aplica necesariamente. Lasociedad de refugiados burundeses deDar es Salaam, que comprende hutusétnicos, es sigilosa. Aunque analistastales como Malkki1 suponen que la soli-daridad étnica es particularmente fuer-te entre grupos hutus centroafricanos,los refugiados burundeses en Dar esSalaam desplegaban una clara falta decohesión interna y mostraron lo dividi-dos que pueden llegar a estar los gru-pos étnicos -y de refugiados-. Una nota-ble diferencia de clase separaba a refu-giados con permiso para residir en lacapital de aquellos que no lo poseían. Adiferencia de los burundeses, en granparte educados y politizados, que man-tenían derecho legal a residencia urba-na, la mayoría que vivía en Dar esSalaam ilegalmente eran jóvenes conescasa educación y apolíticos de oríge-nes rurales2.

La separación entre estas dos clases derefugiados burundeses también se mos-tró en sus profesiones urbanas. Debidoa su permiso para vivir en Dar esSalaam, muchos refugiados de clasesuperior pudieron obtener empleo en elsector formal. Aunque muchos mante-nían que los tanzanos se negaban acontratarles, otros encontraron trabajoen organizaciones internacionales uobtuvieron la documentación legalnecesaria para dirigir pequeñas empre-sas en el sector formal. Sin embargo, lamayoría de la población burundesa enDar es Salaam, como veremos, partici-paba exclusivamente en el sector infor-mal.

(2) Refugiados burundeses: refugiadosurbanos sin sanción legal

Los refugiados puede que sólo seancapaces de emigrar a las ciudadesdesde los campos ilegalmente. Puedeparecer que vale la pena arriesgarse porel traslado: a pesar del potencial depeligro e incertidumbre en una vidaurbana, muchos refugiados pueden, almenos, abandonar el entorno institucio-nal y reglamentado que comúnmentedistingue la existencia del campo derefugiados, esperar aumentar su situa-ción económica, y obtener una medidade autonomía en el proceso. Las zonasurbanas pueden también proporcionar

por Marc SommersEste artículo explora las diferentesetiquetas bajo las cuales se puedeclasificar por categorías a los refugiadosen Dar es Salaam. Identifica y perfiladiferentes grupos de refugiados urbanosen Dar es Salaam y considera algunassuposiciones comunes sobre losrefugiados urbanos.

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a los refugiados la oportunidad de rein-ventarse como recién llegados urbanos.

El grupo más numeroso de refugiadosresidentes en Dar es Salaam eran refu-giados burundeses, quienes, durante miperiodo inicial de investigación sobre elterreno a principios de los años noven-ta, eran también el grupo de refugiadosmás numeroso en Tanzania. En aquellaépoca, la población entera se estimabaoficialmente en 155.000, pero funciona-rios que trabajaban con refugiadosburundeses especulaban con que lacifra real fuera probablemente de250.000 o más. La mayoría de los refu-giados burundeses que se dirigían aDar es Salaam eran jóvenes que habíancrecido en uno de los tres asentamien-tos para refugiados burundeses enTanzania central (Katumba, Ulyankulu yMishamo). Éstos eran refugiados del”genocidio selectivo” de 1972 en su tie-rra natal3. La comida era generalmenteabundante en los asentamientos peroera difícil conseguir dinero en metálico.Como resultado, muchos padres refu-giados se esforzaban por conseguirmandar a sus hijos mayores a la capitalpara que encontraran trabajo y lesenviaran de vuelta remesas. La mayoríade los jóvenes refugiados burundesesque conocí en la ciudad se alegraban deestar allí, ya que la migración a la capi-tal les confería status social en la socie-dad de refugiados, y constituía una tre-menda aventura también. Aunque lavida era extraordinariamente difícil ypotencialmente peligrosa en Dar esSalaam, pocos parecían arrepentirse desu cambio a la ciudad.

El problema central para jóvenes refu-giados burundeses en la ciudad, a susojos, era evitar la identificación comorefugiado. Recurriendo a su familiari-dad con la sociedad tanzana, se presen-taban como tanzanos. Carentes de undocumento de identidad que estable-ciera su ciudadanía, trabajaban enla economía informal. Su compor-tamiento clandestino tambiénsignificaba que el ACNUR igno-raba totalmente su ubicación oactividades. Refugiados de estegrupo percibían a los funciona-rios del ACNUR como aliados delas autoridades tanzanas, a lasque procuraban evitar. Estosjóvenes refugiados creían que elACNUR y los funciona-rios del gobierno sim-plemente les “repatria-rían” a los asenta-mientos de refugiadossi eran descubiertos;entonces estarían amerced delComandante delAsentamiento, dequien los refugiadosnecesitaban un permi-so de salida para via-jar legalmente fuerade los asentamientos.

Basada en entrevistas con funcionariosdel ACNUR y gubernamentales, estavaloración era probablemente bastanteexacta. Las entrevistas también revela-ron una especie de contradicción “decírculo vicioso” dentro del marco delderecho sobre refugiados de Tanzaniade principios de los años noventa. Losrefugiados en asentamientos necesita-ban un permiso de su comandante, unfuncionario del gobierno tanzano, paraemigrar a la ciudad. Un cambio perma-nente a la ciudad era prácticamenteimposible de obtener, pero incluso lospermisos temporales eran difíciles deconseguir, porque el gobierno tanzano,con apoyo del ACNUR, quería general-mente que los 150.000 refugiadosburundeses que vivían en campos sequedaran allí. Al mismo tiempo, sinembargo, funcionarios del Ministeriodel Interior explicaban que un refugia-do que pudiera probar que él o ella eraeconómicamente autosuficiente en Dares Salaam podía recibir permiso legalpara residir allí. Lo que no menciona-ban, por supuesto, era que los refugia-dos tenían que violar el derecho tanza-no precisamente para llegar a lacapital4.

(3) Somalíes en Dar esSalaam: los solicitantes deasilo

Otra categoría común derefugiado urbano es elsolicitante de asilo: per-sonas que entran enuna ciudad enbusca dereconoci-mientoy

apoyo del ACNUR. En Dar es Salaam, siel Oficial de Protección del ACNURidentificaba a un somalí como refugia-do, entonces el ACNUR presentaba elperfil del refugiado al Comité deEligibilidad, que estaba compuesto porfuncionarios gubernamentales tanzanosde diversos ministerios. Caso por caso,este comité decidía a quién se le conce-dería permiso para residir en Tanzaniay dónde se les permitiría vivir. El comi-té permitió a muy pocos refugiadossomalíes quedarse en Dar es Salaam.

El ACNUR está obligado a encontrarotra nación anfitriona que acepte arefugiados que no pueden quedarse ensu primer país de asilo. A medida quepasaban los meses mientras funciona-rios del ACNUR buscaban otro país deasilo para somalíes que carecían de per-miso para quedarse en Tanzania, elACNUR proveyó a los somalíes de unestipendio semanal hasta que se resol-vieran sus casos. En 1990-1991, cuandocontinuaban llegando barcos cargadosde somalíes a las costas tanzanas, fun-cionarios del ACNUR se preocuparon deque los solicitantes de asilo estuvieranocupando una proporción creciente desu limitado presupuesto para este país.

Esto alimentó su sospecha de quesomalíes que eran tanzanos naturali-zados se estaban describiendo a símismos como refugiados para obte-ner el estipendio semanal.

(4) Mozambiqueños como refugiadosculturales

Los refugiados mozambiqueños en Dares Salaam se diferencian de aquellos en

las tres primeras categorías en quelos mozambiqueños ni fueron cer-

tificados oficialmente como refu-giados ni intentaron nunca obte-ner certificación. De hecho, aun-que decenas de miles de mozam-biqueños habían sido registradoscomo refugiados en Tanzaniameridional para principios de losaños noventa, funcionarios guber-namentales tanzanos y del ACNURrelataban que raramente interactua-ban con mozambiqueños en Dar es

Salaam en aquella época. Sinembargo, muchos de los

mozambiqueños queconocí en la capi-tal de Tanzaniaafirmabanrotundamenteque eran refu-giados.

Se cree gene-ralmente queclasificar porcategorías a lagente comorefugiados esuna cuestiónlegal. Sinembargo,investigar estaclase de refu-

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giados abre consideraciones teóricas yetnográficas del “refugiado” como unconcepto con significados y referencialocales y culturales, una empresa sepa-rada de examinar las percepciones y ladifícil situación de las personas quehan sido identificadas como refugiadosen el marco legal e internacional másamplio.

Al considerar este nuevo esfuerzo talcomo existe en Dar es Salaam, es ins-tructivo explorar el significado del ter-mino “refugiado” en swahili (mkimbizi),la lengua predominante de la ciudad. Lapropia palabra mkimbizi deriva no delacto de buscar refugio, como en inglés,sino de kukimbia, un verbo que signifi-ca “correr”. Literalmente mkimbizi signi-fica “una persona que corre”, lo queimplica cobardía. Muchos refugiadosburundeses despreciaban su etiquetade “mkimbizi” por esta razón. Por otrolado, jóvenes inmigrantes urbanos tan-zanos frecuentemente se llaman a símismos refugiados económicos, ya queel término tanto llama la atención sobrelas horribles situaciones económicas enlos pueblos rurales de los que estánhuyendo, como hace valer su derecho aresidir en la capital.

La tierra natal tradicional étnica makon-de queda a ambos lados de la remota yporosa frontera entre Mozambique yTanzania. Mientras cruzar esta fronterapuede ser un asunto casual -y pocosmakondes llevan pasaportes-, en térmi-nos culturales los dos países son dis-tintos. La tierra de Mozambique, que lamayoría de los jóvenes makondes enDar es Salaam tienen aún que visitar, hasido configurada culturalmente comoun lugar donde se continúan practican-do las viejas tradiciones makondes, sintrabas por los cambios del siglo XX. Unmakonde “mozambiqueño” describe auna persona que sigue viejas tradicio-nes étnicas, y los makondes de másedad que llevan chalechale, una formadistintiva de tatuaje facial, son conside-rados particularmente “mozambique-ños”, sin tener en cuenta su concretolugar de origen. A la inversa, unmakonde “tanzano” confiere una des-cripción no tradicional o “moderna” auna persona.

Sin tener en cuenta las distincionespercibidas entre makondes mozambi-queños y tanzanos, la mayoría de losmakondes aún consideran aMozambique su auténtica tierra natal.Así, me dijeron en 1991, sólo despuésque las partes entonces en guerra deMozambique -Renamo y Frelimo- hicie-ran las paces regresarían los makondestanzanos al “hogar” en Mozambique.

Las reivindicaciones makondes de unaidentidad nacional y de refugiado sehacen, por tanto, sobre una base ente-ramente diferente de la de cualquierade los otros grupos de refugiados dis-cutidos arriba. Incluso los refugiadosburundeses que nacieron dentro de las

fronteras de Tanzania pueden reclamarla nacionalidad burundesa porque suspadres recibieron su identidad de refu-giados del ACNUR cuando entraron enTanzania en 1972-1973. Pero una com-binación de factores ha creado unaclase de informalidad internacionalpara los makondes que viven a lo largode la frontera Mozambique-Tanzaniaque deja a los makondes espacio nosólo para reivindicar afiliación nacionalsegún sus propias condiciones sinotambién, en algunos casos, redefinir elsignificado de refugiado.

Conclusión: suposiciones sobre refu-giados urbanos que se ponen en duda

Al principio de este artículo, revisabatres suposiciones comunes mantenidaspor funcionarios que interactúan conrefugiados urbanos: (i) que la mayoríade los refugiados en ciudades tienensanción legal para residir allí; (ii) quelos refugiados urbanos son principal-mente hombres de clase alta y susfamilias; y (iii) que refugiados que pro-ceden del mismo país o grupo étnicotienden a tener perspectivas semejan-tes sobre cuestiones de interés compar-tido. Los hallazgos proporcionadosaquí argumentan en contra de dossuposiciones adicionales comúnmentemantenidas sobre la identidad y con-ducta de los refugiados urbanos.

Primero, se suele suponer que los refu-giados buscan los derechos, proteccio-nes y provisiones que puede proporcio-nar una identidad de refugiado recono-cida oficialmente. Tales supuestos dere-chos no llegan necesariamente. La capa-cidad del ACNUR para proteger a losrefugiados es limitada -una oficina deprotección del ACNUR de dos o trespersonas puede ser responsable de pro-teger a cientos de miles de refugiados.Vivir en campos como refugiados puederealmente convertir a las personas enblancos de explotación frente a la queno tienen ninguna protección. Los refu-giados burundeses que viven clandesti-namente en Dar es Salaam, por ejem-plo, hablaban frecuentemente sobrefuncionarios gubernamentales tanzanosque se aprovechaban de ellos en sushogares en los asentamientos para refu-giados. Para ellos, era mejor vivir enuna ciudad, ser visto como un nacionaltanzano y ocultar su molesta identidadde refugiado. Al mismo tiempo, algunosmakondes étnicos entrevistados a prin-cipios de los años noventa habían aban-donado una zona de guerra enMozambique y podían haber satisfecholos requisitos como refugiados enTanzania. Sin embargo, no tenían nin-gún interés en buscar tal reconocimien-to oficial aun cuando afirmaban abier-tamente que eran refugiados.

Segundo, no se debiera suponer que“refugiado” sólo significa lo que la defi-nición oficial contiene, o lo que debieracontener. Porque como los casos de losmakondes étnicos y el migrante rural-

urbano tanzano revelan, los significa-dos vernáculos de “refugiado” se dife-rencian de la definición aceptada inter-nacionalmente. En Tanzania, por ejem-plo, una persona puede afirmar que esun refugiado sin cruzar nunca unafrontera: el “temor” que un emigrantepuede sentir surge de la dificultad eco-nómica, no de la persecución política ola guerra. Al mismo tiempo un makon-de puede convertirse en un “refugiado”como una cuestión de elección perso-nal, ya que confiere una relación con sutierra natal percibida al otro lado deuna frontera cercana.

Es también una cuestión de elecciónpersonal la que conduce en primerlugar a tantos refugiados a las ciuda-des. Los refugiados son víctimas, peroprocuran no seguir siendo tomadoscomo víctimas. En lugar de esperarpasivamente durante años o décadaspara regresar a sus hogares, la mayoríade los refugiados tratan de sacar elmejor partido de las cosas durante suexilio forzado, aceptando con frecuen-cia grandes riesgos. En África, esto sig-nifica cada vez más entrar furtivamenteen ciudades, y es a la luz de esto comose debiera ver el aumento de las pobla-ciones de refugiados urbanos africanos:como una dramatización del intensodeseo entre crecientes números de afri-canos, y sus homólogos de igual menta-lidad a través del globo, de urbanizar-se. Los refugiados que emigran a zonasurbanas son realmente una clase parti-cularmente vulnerable de emigranteurbano -refugiados emigrantes, quizás-y deberían ser considerados de unamanera que explique sus aspiraciones,sus derechos y sus relaciones con lacomunidad más amplia de la naciónanfitriona donde residen.

Marc Sommer es asesor e investiga-dor en el African Studies Center,Universidad de Boston, EE.UU.

Su libro de próxima publicación,titulado Fear in Bongoland: BurundiRefugees in Urban Tanzania, descri-be los atractivos de Dar es Salaam,o “Bongoland”, para jóvenes emi-grantes y refugiados burundeses ydetalla las vidas clandestinas derefugiados burundeses que residenallí. Está previsto que sea publicadopor Berghahn Books a fines de 1999.

Notas 1. Malkki, L. H., 1995, Purity and exile: violen-ce, memory and national cosmology amongHutu refugees in Tanzania, Chicago y Londres,University of Chicago Press. 2. El contexto y las implicaciones de esta cues-tión son abordados en detalle en: Sommers,M., 1995, “Representing Refugees: Assessingthe Role of Elites in Burundi Refugee Society”,Disasters: The Journal of Disaster Studies andManagement 19(1): 19-25 (Marzo). 3. Lemarchand, R. y Martin, D., 1974,“Selective genocide in Burundi” (Report No 20).Londres: The Minority Rights Group.4. La relación entre el gobierno tanzano ytodos los refugiados que residen allí estáexperimentando actualmente cambios, ya queel gobierno tanzano se prepara para promul-

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Durante los últimos 10-15 años, unmínimo de entre 80 y 90 millonesde personas han sido desplaza-

das sólo por construcción de presas yproyectos de transporte urbano, y cadaaño diez millones más son desarraiga-das por proyectos de desarrollo engeneral. Dado que es probable que lacreciente industrialización, electrifica-ción y urbanización en zonas del Suraumente más esta cifra, organizacionesinternacionales y ONG están elaborandoactualmente estrategias para ocuparsede las repercusiones humanas de estosprocesos.

En septiembre de 1996, profesores uni-versitarios y profesionales de 24 paísesse reunieron para abordar el problemaen la Segunda Conferencia Internacionalsobre Desplazamiento yReasentamiento, en la Universidad deOxford. Se basaron en modelos existen-tes para mitigar el coste humano deproyectos de desarrollo y se mejoraron,y el Informe de la Conferencia declaraque “el descubrimiento técnico más sig-nificativo es que el desplazamiento notiene que conducir necesariamente alempobrecimiento”1. Un modelo detalla-do fue presentado a la Conferencia porel Dr. Michael Cernea, entonces AsesorSuperior del Banco Mundial sobrePolítica Social y Sociología, quien iden-tifica ocho procesos diferentes en eldesplazamiento provocado por el desa-rrollo, el efecto convergente y acumula-tivo de los cuales es el rápido comienzo

del empobrecimiento2: (i) desposesiónde la tierra, (ii) falta de trabajo, (iii)carencia de hogar, (iv) marginación, (v)incremento de la morbilidad y la morta-lidad, (vi) inseguridad alimentaria, (vii)pérdida de acceso a la propiedadcomún y (viii) desarticulación social.

Cernea recomienda que se use el mode-lo como un instrumento para anticiparlos principales riesgos del desplaza-miento provocado por el desarrollo,explicar las respuestas de comporta-miento de los desplazados, y guiar lareconstrucción de sus sustentos. Elmodelo proporciona un medio por elcual pueden ser abordados los proble-mas afrontados por los desplazadospor el desarrollo. Este artículo, sinembargo, pone en duda si el modelocarece de recomendaciones específicaspara la puesta en práctica de cualquierplan de acción concebido desde él, conparticular referencia a la experiencia delos desplazados por la presa deItaparica, en el nordeste de Brasil, unproyecto que ha sido citado con fre-cuencia como un ejemplo de buenapráctica.

Antecedentes históricos

El río São Francisco, en el nordeste deBrasil, captó la atención de los planifi-cadores tanto para generación de ener-gía como para proyectos de riego. Lasdos primeras presas en el valle -PauloAfonso I (1955) y la presa Paulo Afonso

IV en Sobradinho (1974)- fueron cons-truidas con ayuda del Banco Mundial.Para la mayoría rural de los desplaza-dos por la segunda presa la experienciafue desastrosa, al ser limitada la indem-nización en metálico a aquellos granje-ros que tenían título legal para su tie-rra. En total, aproximadamente 120.000personas fueron desplazadas por lapresa, y alrededor de la mitad de éstasno recibieron ninguna indemnización.Muchos se convirtieron prácticamenteen indigentes de la noche a la mañana,dependientes enteramente de progra-mas alimentarios y de alojamiento deemergencia.

El Proyecto de la Presa de Itaparica

La Companhia Hidrelectrica do Vale doSão Francisco (CHESF), una rama de laagencia estatal de energía CentraisEletricas Brasileiras, SA (Eletrobras),planificó la presa de Itaparica a media-dos de los años setenta. Cuarenta milpersonas iban a ser desplazadas, trescuartas partes de ellas dependientes dela agricultura. Las expropiaciones deterrenos empezaron en 1977 y la cons-trucción de la presa en 1979.Inicialmente, la CHESF no tenía planesde reasentamiento para la mayoría delos desplazados: a 10.000 habitantesurbanos se les iba a proporcionar nuevavivienda junto al lago, pero a los30.000 rurales se les iba a ofrecer sólocompensación financiera. Teniendo enmente la experiencia de Sobradinho, lapoblación local montó protestas esporá-dicas y se negó a cooperar con los agri-mensores. Esto pronto condujo a la for-mación de Polosinsindical, una federa-ción de comunidades locales y 13 sindi-catos rurales, apoyada por sectoresradicales de la Iglesia católica y ONGinternacionales. Polosindical hizo cam-paña para que la CHESF hiciera públicossus mapas y planes de manera que sepudiera calibrar exactamente el impactode la presa, y se celebraron mítinespúblicos en Petrolandia, la principalciudad de la región, para exigir que secrearan e hicieran públicos planes dereasentamiento. La CHESF publicó susplanes y mapas después de la ocupa-ción pacífica de sus oficinas enPetrolandia.

Para 1985, sin embargo, se habíanhecho relativamente pocos progresos

El Proyecto de Presa de Itaparicaen el nordeste de Brasil:modelos y realidad por John Horgan

El desplazamiento provocado por eldesarrollo representa uno de losprincipales desafíos a organizacionesinternacionales y ONG que trabajancon desplazados hoy. Este artículoexamina críticamente el modelo en ochoetapas del Dr. Michael Cernea de losprocesos implicados que conducen alempobrecimiento de aquellos que hansido desplazados.

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en términos de una estrategia adecuadade reasentamiento. La CHESF habíaestablecido un grupo de trabajo de rea-sentamiento, que elaboró un plan dereasentamiento, pero no se consultó aPolosindical, que opinaba que la mayo-ría de los emplazamientos propuestoseran inapropiados para la agriculturade regadío debido a la salinidad delsuelo. Mítines públicos fueron reforza-dos por una campaña internacional porONG, muy especialmente elEnvironmental Defence Fund -Fondo deDefensa Medioambiental- (EDF) conbase en EE.UU., que formuló enérgicasprotestas al Banco Mundial. En 1985funcionarios del Banco Mundial conclu-yeron que el plan de reasentamiento deItaparica era sustancialmente defectuo-so, y que hacían depender la aproba-ción del segundo y tercer tramos delpréstamo al sector energético acordadopreviamente (en total 500 millones dedolares USA) del desarrollo de unaestrategia adecuada para mitigar elimpacto del desplazamiento enItaparica. En 1986, el Banco Mundialelaboró el Proyecto de Reasentamientoe Irrigación de Itaparica, y en 1987prestó 132 millones de dolares USA alproyecto (complementando esto en1991 con otros 100 millones de dólaresUSA).

A fines de 1986, a continuación de laocupación del solar durante seis díaspor miles de futuros desplazados, laCHESF y Polosindical finalmente firma-ron un acuerdo que incluía muchas delas exigencias de Polosindical. Éstasincluían fechas específicas para adqui-sición de tierra; indemnización vincula-da a la inflación; parcelas regadas másgrandes; y, quizás lo más importante,pagos de manutención de aproximada-mente 75 dólares USA por mes, hasta laprimera cosecha después del reasenta-miemto. Finalmente se empezó a poneren práctica el Proyecto deReasentamiento. Entre principios ymediados de 1988, cinco mil familiasrurales se habían trasladado a 109 nue-vas agrovilas (pueblos agrícolas), cada

una con una casa y una parcela regada,y una infraestructura de saneamiento,salud, educación y carreteras.Trescientas familias rurales se habíantrasladado a nuevas ciudades; 500 ha-bían optado por la indemnización enmetálico. Dos mil familias urbanas sehabían trasladado a nuevas ciudades.Las compuertas se cerraron en febrerode 1988, y el lago resultante inundó18.000 hectáreas. Otras 40.000 hectá-reas iban a ser usadas para agriculturaalimentada por la lluvia y pastoreo.

Análisis

Aunque no se usó el modelo de Cerneapara diseñar el Proyecto deReasentamiento de Itaparica, elProyecto señaló un importante avanceen la manera en la que el BancoMundial trataba a personas desplaza-das, y, en efecto, hay un grado sustan-cial de coincidencia entre los dos.Volviendo al modelo, Cernea recomien-da que “lo hagamos girar sobre su cabe-za” para crear una matriz de acciónpara reconstruir los sustentos e ingre-sos de aquellos que han sido desplaza-dos, con cuatro elementos distintos,como sigue:

1) De la desposesión de la tierra alreestablecimiento basado en latierra; de la carencia de trabajoal reempleo.

Cernea describe el proceso de reesta-blecer personas sobre tierra cultivableo en empleo generador de ingresoscomo "el meollo de la cuestión alreconstruir sustentos"3. El Proyecto deReasentamiento de Itaparica ofrecía unadiversidad de nuevos sustentos, que seextendían de opciones basadas en latierra en pueblos agrícolas construidoscon tal propósito, a reasentamiento ennuevas ciudades. Sin embargo, la expe-riencia concreta de muchos de aquellosreasentados resultó notablemente dife-rente.

La construcción de las obras de regadíose detuvo en 1989 debido a la falta de

fondos, y no se reanudó hasta 1991.Las primeras parcelas regadas no empe-zaron a funcionar hasta 1993. Comoresultado, cuando se les había propor-cionado nueva vivienda, muchas perso-nas se sentían infelices al ser incapacesde trabajar la tierra y tener que depen-der de limosnas. En 1997, Polosindicalpresentó una solicitud al Grupo deInspección del Banco Mundial para queinvestigara el Proyecto deReasentamiento4. Una de sus quejas serefería a los problemas engendradospor sistemas de regadío incompletos oque funcionaban mal.

En este caso, el retraso en la puesta enpráctica de un plan detallado y exhaus-tivo para reconstruir sustentos tuvocomo resultado, de hecho, dependenciay pérdida de dignidad para los despla-zados.

2) De carencia de hogar a recons-trucción de casas.

Cernea cita la mejora de las condicio-nes de alojamiento como "una de lasmejoras relativamente más fáciles delograr al reconstruir los sustentos delos reasentados"5, aunque modifica estoseñalando que es aún relativamenteraro. El Proyecto de Reasentamiento deItaparica implicaba construir viviendanueva y de calidad relativamente alta.De nuevo, sin embargo, surgió una bre-cha entre teoría y práctica.

Polosindical se quejó de que se habíandeteriorado edificios en las nuevasagrovilas, con hondas grietas desarro-llándose en las paredes en algunoscasos. De nuevo, la falta de puesta enpráctica apropiada -en este caso trabajode construcción mal hecho- redujo unplan para nuevas moradas construidascon materiales modernos a una situa-ción en la realidad que correspondiótan poco a las intenciones como paraque tuviera como resultado peligro físi-co para algunos habitantes.

3) De desarticulación social areconstrucción de la comunidad;de marginación a inclusiónsocial; de expropiación a restau-ración de los activos de la comu-nidad.

Cernea se refiere a estas facetas de lareintegración social como receptorassólo de una baja prioridad en los plan-teamientos actuales, y señala a la faltade planificación sensible para recons-truir el capital social, facilitando lareintegración y compensando por lapérdida de activos poseídos por lacomunidad. El Proyecto deReasentamiento de Itaparica, sin embar-go, intentó mantener las comunidades

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La presa de Sardar Sarovar sobre el ríoNamada, la India, sumergirá la tierra de estamujer y de su hija.

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MIGRACIONES FORZOSAS revista24 Abril 1999, 4

consultando a la gente sobre quiénesles gustarían por vecinos. La práctica,de nuevo, sin embargo, correspondiómuy poco a la teoría.

Aunque los desplazados habían sidoconsultados acerca de a quiénes que-rían como vecinos, esto no siempreresultó en la práctica, y muchos anti-guos vecinos vivían en agrovilas distan-tes. También fueron fundamentalespara la desintegración social que seprodujo la ociosidad forzada y lasdudas sobre el futuro.

Polosindical formuló las siguientes que-jas:

i. Los beneficiarios estaban viviendo enpeores condiciones sociales y económi-cas que antes de la reubicación.

ii. El retraso en la puesta en práctica delos sistemas de regadío contribuyó a unaumento de la violencia, el alcoholismoy la descomposición familiar6.

Así, el fracaso en poner en práctica pla-nes de reubicación detallados y partici-pativos, así como los efectos desmorali-zadores de la dependencia causada porel fracaso en establecer con éxito lossistemas de regadío, tuvieron comoresultado la descomposición de lacomunidad después de la reubicación,que se podía haber evitado si se hubie-ran adherido al plan.

4) De inseguridad alimentaria anutrición adecuada; de incrementode la morbilidad a mejor asistenciasanitaria

Cernea declara que “los niveles nutri-cionales y la asistencia sanitaria depen-derán a largo plazo en gran parte delprogreso en la recuperación económicade los reasentados (tierra y/o empleo)”7.Modifica esto, sin embargo, aconsejan-do que puede que sea necesario socorro

de emergencia a corto plazo, antes deque se puedan disfrutar los efectos dela recuperación económica.Desplazados de Itaparica, por otro lado,opinaban que los pagos de la seguridadsocial a corto plazo eran insatisfacto-rios, y hubo cólera extendida ante elaumento de la dependencia.

Claramente, la falta de puesta en prácti-ca del programa de regadío, si no serepara, puede tener como resultado unafalta de seguridad alimentaria y de asis-tencia sanitaria a largo plazo para losdesplazados, siendo estas necesidadesdependientes en el fondo, como diceCernea, de la restauración de los sus-tentos. Polosindical creía que una granparte de la responsabilidad por los pro-blemas de Itaparica incumbía al BancoMundial, por fracasar en asegurar lapuesta en práctica:

“En vista de lo anterior, creemos que elBIRD-Banco Mundial, como instituciónfinanciera, es responsable del estadoactual del proyecto, por omisión, porno supervisar y controlar adecuada-mente el progreso en la puesta en prác-tica de reasentamientos y sistemas deregadío. El Banco Mundial obviamenteno es el único responsable, ya que elgobierno brasileño, Eletrobras y CHESFson prestatarios y ejecutores de laobra. Sin embargo, el BIRD es responsa-ble en una parte importante por haberfinanciado la obra sin asegurarse deque prestatarios y ejecutores cumplancon políticas de reasentamiento y tratoa comunidades desplazadas involunta-riamente por presas”8.

El cumplimiento de las solicitudes delBanco no fue siempre suficiente, y ocu-rrieron muchos retrasos desmedidos.

El Banco Mundial rechazó las conclusio-nes de Polosindical, y resumió su pro-pia postura como sigue:

“El Banco ha cumplido con todas laspolíticas pertinentes en el diseño ypuesta en práctica del Proyecto deReasentamiento de Itaparica. Es verdadque el cumplimiento de las solicitudesdel Banco no fue siempre suficiente yocurrieron muchos retrasos desmedi-dos debido a una acumulación de facto-res. Sin embargo, la historia de esteproyecto muestra que la Dirección y elpersonal hicieron esfuerzos significati-vos para detectar y corregir problemasa medida que se planteaban y tomaronmedidas apropiadas y oportunas pararemediar problemas. La situación actualdista mucho de ser ideal, pero losdefectos que señala la Solicitud no sur-gieron del fracaso del Banco en seguirsus políticas”9.

Conclusión

En conclusión, si el Proyecto deReasentamiento de Itaparica per se seevalúa en comparación con el modelode Cernea, parece que es un plan ideal,que implica participación y consulta, yque se ocupa no sólo del capital físicosino también del social. Sin embargo,hay una discrepancia muy amplia entreintenciones y resultados en Itaparica,que, según la confesión del BancoMundial, se puede hacer remontar auna incapacidad para imponer la puestaen práctica de sus recomendaciones.

En el párrafo con que concluye, Cerneadescribe la mejora de la puesta en prác-tica como uno de los factores “aptospara hacer posible la reconstrucciónsocioeconómica y el desarrollo de lossustentos de los reasentados”10. Su con-sideración precedente de esta cuestión,sin embargo, está limitada a un brevecomentario en el sentido de que sepuede usar el modelo para controlar lapuesta en práctica. El conocimiento deque las autoridades están limitando susacciones a ejercicios de control esimprobable que sea de mucho consuelopara desplazados que observan que susvidas se caen a pedazos. El modelo deCernea, por tanto, es insuficiente al nocontener ninguna disposición activapara facilitar la puesta en práctica, res-paldada, si fuera necesario, por sancio-nes adecuadas. Las garantías de que lasautoridades tomarán nota de los pro-blemas que afrontan los desplazadospor el desarrollo simplemente no bas-tan. En efecto, una estrategia que fraca-sa al considerar medios para asegurarla puesta en práctica puede, de hecho,que tenga como resultado un aumentodel empobrecimiento en el futuro, alpoder crear una falsa sensación deseguridad y alentar la creación de pro-yectos de desarrollo cada vez másnumerosos y más grandes.

No está en discusión el valor del mode-lo como un instrumento en la construc-ción de un plan de reasentamiento rea-lista, factible. Cernea enumera diversas

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La primera cosecha para granjeros cuyas tierras fueron inundadas por la presa de Itaparica; hicieron falta sieteaños antes de que recibieran el equipo de riego prometido para permitirles cultivar la tierra a la que fuerontrasladados

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restricciones prácticas que se relacio-nan con cada elemento del modelo.Éstas se refieren más, sin embargo, a laposibilidad de puesta en práctica que ala puesta en práctica, y debemos tenercuidado con hacer la falsa suposiciónde que porque un plan sea práctico yfactible, será, por tanto, necesariamentepuesto en práctica con éxito. El hechosigue siendo que la posibilidad depuesta en práctica no garantiza la pues-ta en práctica, que puede que sea obs-taculizada por factores externos talescomo vacilante compromiso del presta-tario o falta de coordinación entre lasagencias (dos factores importantes enItaparica). Es la identificación de lasestrategias para ocuparse de estos fac-tores y otros semejantes en la que sedebiera concentrar la investigaciónfutura.

Se debiera, por tanto, añadir un novenoriesgo al modelo: “fracaso en la puestaen práctica”. Se podrían identificarestrategias para minimizar este riesgoen la práctica usando el mismo métodoque Cernea usó para establecer losotros riesgos -una detallada compara-ción de un gran número de estudios decasos que buscan establecer factorescomunes en ejemplos de puesta enpráctica de proyectos tanto adecuadacomo inadecuada. Los hallazgos enton-ces serían usados no para dar forma alplan como tal, ya que éste no es elcampo donde reside el problema, sinomás bien para identificar las mejoresprácticas en el manejo del plan.

John Horgan fue un Visiting StudyFellow -miembro en visita de estu-dios- en el RSP durante 1997-1998.Está trabajando actualmente conrefugiados en el Reino Unido.

Notas 1. Downing, T., y Mc Dowell, C. (1996),“Conference Statement/Report”(Declaración/Informe de la Conferencia),Second International Conference onDisplacement and Resettlement, 9-13 de sep-tiembre de 1996, organizada por la RSP,Universidad de Oxford, pág. 1. 2. Cernea, M. (1996), “The Risks andReconstruction Model for Resettling DisplacedPopulations”, ponencia presentada en laInternational Conference on ReconstructingLivelihoods: Towards New Approaches toResettlement, Refugee Studies Programme,Universidad de Oxford. 3. Ibíd., pág. 29. 4. “Request for the World Bank inspectionpanel to investigate the project for resettle-ment of persons affected by the Itaparicadam”, Polosindical, 12 de marzo de 1997. 5. Cernea, op. cit., pág. 31. 6. Polosindical, op. cit. 7. Cernea, op. cit., pág. 37. 8. Polosindical, op. cit., pág. 7. 9. Report and recommendation on request forinspection: Brazil: Itaparica resettlement andirrigation project (loan 2883-1 BR), BancoMundial, 24 de junio de 1997, pág. 17. 10. Cernea, op. cit., pág. 38.

Proyectos sobre desplazamiento provo-cado por el desarrollo y reasentamien-to: lanzamiento del proyecto de investi-gación del RSP e informe sobre el tallerinicial.

Un proyecto de investigación del RSP finan-ciado por el DFID sobre “Addressing policyand legal constraints and improving outco-mes in development-induced displacementand resettlement projects” (Abordar restric-ciones de política y legales y mejorar resul-tados en el desplazamiento provocado porel desarrollo y proyectos de reasentamien-to) fue lanzado con un taller inicial enOxford, 3-5 febrero de 1999. El proyecto,coordinado por el profesor Chris de Wet dela Rhodes University, Sudáfrica, consiste endos Estudios sobre el papel. Los autoresdel Estudio sobre el papel Uno sobre“Policy frameworks, resettlement and fun-ding guidelines and implementation”(Marcos de política, directivas y puesta enpráctica del reasentamiento y la financia-ción) son el profesor Alan Rew y la doctoraEleanor Fisher, ambos del Centre forDevelopement Studies, Universidad deGales en Swansea; Michael Barutciski delRSP es autor del Estudio sobre el papel Dossobre “Legal frameworks and the rights ofthe displaced” (Marcos legales y los dere-chos de los desplazados).

En la primera sesión de orientación deltaller, la discusión se centró en torno a:i) qué es específico del reasentamiento

provocado por el desarrollo, cómo serelaciona con otras clases de desplaza-miento, y cómo se debería tener encuenta éstas en el proyecto;

ii) cómo determinar quién debería ser con-siderado como persona afectada por elproyecto (PAP), y cómo se deberíaaentender e incluir en la pla nificación ypuesta en práctica de proyectos dedesarrollo la posición de otras PAP dife-rentes a aquellas directamente reasen-tadas;

iii) los criterios para la evaluación de éxi-tos y fracasos de proyectos que impli-quen reasentamiento.

Siguieron luego discusiones sobre elEstudio sobre el papel Uno y los participan-tes en el taller apoyaron las preocupacio-nes de los autores de incluir ejemplosurbanos así como rurales en la India y Áfri-ca Oriental, y orientar su estudio sobre elpapel hacia la recogida de tantos datos deprimera mano como sea posible por mediode discusiones con elaboradores y practi-cantes de políticas en estas dos regiones.Las prioridades que surgieron se relaciona-ban con la necesidad de una comprensiónmás profunda de lo que se podría calificarde una “antropología de la toma de decisio-

nes” en relación con proyectos de reasenta-miento y, consecuentemente a favor demayor claridad sobre:

i) cómo han cambiado durante estas últi-mas décadas los marcos de las políticase institucionales

ii) cómo interactúan los diversos nivelesde las políticas

iii) qué clase de cambios es probable queconduzcan a un marco de políticas efi-caces.

Las cuestiones que surgieron como requi-rentes de atención durante la discusiónsobre el Estudio sobre el papel Dos in-cluían:

i) Maneras en las que se podría hacercumplir las directivas sobre reasenta-mientos.

ii) Mecanismos legales que podrían permi-tir que las PAP impugnaran la puesta enpráctica de proyectos que les sonimpuestos, así como la manera de talpuesta en práctica.

iii) Cuestiones de derechos con respecto ala propiedad y a la compensación. Senecesita claridad sobre la manera en laque diferentes sistemas legales nacio-nales definen derechos de propiedad,así como sobre diferencias entre con-ceptos de propiedad nacionales legalesy locales indígenas. Cómo impactanestas diferencias sobre los derechos delas PAP es particularmente pertinenteen sistemas a nivel local que operan sinderechos de propiedad individual for-malizados.

iv) La interacción entre sistemas legales yconjuntos de derechos internacionalesy nacionales, así como diferencias entrelos sistemas legales de diferentes paí-ses con diferentes historias coloniales yhe rencias legales.

Están planificados dos estudios más sobreel papel. La dra. Dolores Koenig (AmericanUniversity, Washington DC) y el prof.Anthony Oliver-Smith (University of Floridaen Gainsville) dirigieron discusiones sobrelas propuestas de estudio sobre el papelque están preparando actualmente sobrelos riesgos de empobrecimiento implícitosen el proceso de reasentamiento (Koenig) ysobre conflicto y resistencia al desplaza-miento y al reasentamiento (Oliver-Smith).Se está buscando actualmente financiaciónpara éstos.

Para más detalles, pónganse en contac-to con Chris de Wet en [email protected] Sean Loughna en el RSP (detalles en lapág. 2; correo electrónico:[email protected])

noticiasnoticias

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MIGRACIONES FORZOSAS revista26 Abril 1999, 4

En RMF 3, Michael Barutciski se fijaen el intento de extender a los des-plazados internos (DI) protección

semejante a la concedida a los refugia-dos y argumenta que tal evolución esinnecesaria e indeseable, dando lassiguientes razones. Primero, los refu-giados son una categoría distinta depersonas cuya cualidad importante esestar fuera de sus países de origen. LosDI no cumplen este requisito y hubobuenas razones por las que fueronexcluidos de los beneficios delConvenio sobre Refugiados de la ONUde 1951. Segunda, siendo extranjeroslos refugiados, muchos derechos queles son concedidos están restringidos, yno tiene sentido extender derechos tanrestringidos a DI que son ciudadanosen su propio país. Tercera, la extensiónde la protección a los refugiados paraque abarque a los DI va en contra de lamanera en la que los Altos Comisariospara los Refugiados han enfocado tradi-cionalmente su mandato. Cuarta, elintento de traer a los DI dentro del régi-men de los refugiados puede que tengaconsecuencias negativas sobre los refu-giados, tales como reforzar las políticasde no entrada. Quinta y última, el deba-

te sobre los DI no añade nada al régi-men legal existente que es adecuadopara cubrir su situación. Estos argu-mentos son examinados por turno másabajo.

(1) El carácter distinto de refugiados yDI como categorías conceptuales ylegales

Al rechazar la asimilación de los DI alos refugiados se puso mucho énfasisen la definición de refugiado según elConvenio sobre Refugiados de NacionesUnidas de 1951 y dentro de ella elrequisito de que un refugiado debeestar fuera de su país de origen:“...estando fuera de su país, los refugia-dos están en una situación totalmentediferente según el ordenamiento jurídicointernacional. Una importante conse-cuencia de este simple hecho es que elacceso de la comunidad internacional alos DI puede ser limitado o restringido.Éste no es el caso con los refugiados”1.

La base de esta afirmación parece serque la comunidad internacional nopuede acceder a los DI sin que se violela soberanía de ese estado. Sin embar-

go, no es el caso que cada vez que lacomunidad internacional accede a losDI se viole la soberanía de su estado.Tal acceso es posible con el consenti-miento del estado soberano o bajo laautoridad del Consejo de Seguridad, encuyo caso no equivaldría a una viola-ción. En efecto, incluso en el caso derefugiados, ningún miembro de lacomunidad internacional distinto alpaís en cuyo territorio están situadoslos refugiados tiene un derecho auto-mático de acceso a ellos. Otros actores,con la posible excepción del ACNUR,deben tener el permiso del estado anfi-trión.

Sobre el mismo punto de la definición,el artículo de Barutciski observa que:“Ser una víctima de desplazamiento noes la cualidad que ha justificado históri-camente protección adicional en dere-chos humanos para refugiados. Es másbien la cualidad de ser un extranjeroque ha escapado de la persecución” 2.

Esta declaración no manifiesta adecua-damente la esencia de la condición derefugiado. Ser un extranjero que haescapado de la persecución no es per sela razón que justifica la protección alrefugiado sino la extranjería del estadoperseguidor como resultado de la cualla persona perseguida requiere protec-ción sustituta de otros miembros de lacomunidad internacional. Es defendibleque una persona que sea desplazadainterna a causa del temor a manos desu propio estado o que se encuentra enuna zona remota en las costuras de unestado que se desintegra donde ningu-na autoridad reconocida ejerce ningúnpoder esté prácticamente alienada desu estado y sea merecedora de protec-ción sustituta.

El artículo observa correctamente queaquellos que redactaron el Conveniosobre Refugiados de 1951 estabanmucho más preocupados por proporcio-nar protección y estatuto legales a des-plazados externos. Sin embargo, estarfuera del país no era como tal la consi-deración primaria por la que sólo per-sonas así situadas eran seleccionadaspara la protección a los refugiados. TheLaw of Refugee Status (El derecho delestatuto de refugiado) de JamesHathaway está entre las mejores mono-grafías sobre las secciones definitoriasdel Convenio de 1951. En este libro, elautor observa que, durante la redacción

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En esta sección de Debate, publicamos cuatrorespuestas al artículo de Michael Barutciskisobre “Tensiones entre el concepto de refugiadoy el debate sobre los desplazados internos” delnúmero 3 de la Revista sobre MigracionesForzosas.

¿Cómo de tensa es latensión entre el conceptode refugiado y el debatesobre los desplazadosinternos? por Bonaventure Rutinwa

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MIGRACIONES FORZOSAS revista 27Abril 1999, 4

del Convenio, se consideró la cuestiónen cuanto a si la protección se debieraextender a todos los desplazados o res-tringirse a aquellos fuera de sus paísesde origen, y se tomó la segunda opciónpor tres razones.

La primera razón eran los recursoslimitados. La segunda razón era impe-dir que los estados pasaran la respon-sabilidad del bienestar de sus poblacio-nes a otros estados, lo que, a su vez,habría disuadido a otros estados departicipar en el proyecto del Convenio.La tercera razón y, según Hathaway, lamás fundamental era la ansiedad deque cualquier intento de responder alas necesidades de los refugiados inter-nos constituiría una infracción de lasoberanía nacional del estado dentrodel cual residían los refugiados.

Así, ninguno de los tres factores quedictaron la exclusión de los refugiadosinternos era tanto una cuestión de prin-cipio conceptual. Mientras que las res-tricciones relacionadas con los recursospuede que hayan estado justificadas enla era de la posguerra, son indefendi-bles en esta edad de derechos humanosuniversales -inclusive el derecho a lavida- particularmente cuando puedenser manipuladas por países bastantericos para mantener alejados de suscostas a indigentes en peligro.

La única razón que conserva validez esla de no intervención en los asuntosinternos de los estados en cuyos terri-torios se encuentran DI. Sin embargo,incluso el escudo de la no intervenciónya no es tan invulnerable como lo erahace 50 años antes de la era de losderechos humanos. Además, como yase ha señalado, no toda intervención ennombre de los DI constituiría una viola-ción del principio de no intervención.

(2) ¿Es apropiado extender los dere-chos de los refugiados a los DI?

El artículo observa correctamente quealgunos de los derechos concedidos alos refugiados según los conveniossobre refugiados están limitados ypone en duda si sería apropiado reque-rir al estado que ha desplazado a supoblación que les conceda tales dere-chos restringidos. Este argumento pare-ce estar basado en la suposición de quesi se fuera a traer a los DI dentro delámbito de la protección internacional,se les concederían exactamente los mis-mos derechos que a los refugiados.Pero esto no es lo que están exigiendolos defensores de los derechos de losDI. Por ejemplo, mientras el Conveniode 1951 da a los refugiados un derecholimitado a trabajar, el Principio 22 delos Principios Rectores sobre

Desplazamiento Interno extiende a losDI un “derecho” no restringido “a bus-car libremente oportunidades deempleo y a participar en actividadeseconómicas” 3.

Se argumenta también que los derechosde los refugiados según el Convenioincluyen derechos que permiten a losrefugiados sobrevivir en un país extran-jero donde no tienen derechos de ciu-dadanía, y que, en consecuencia, estosderechos serían redundantes si se con-cedieran a ciudadanos en su propioestado. En efecto, éste es el mismoargumento expuesto más tarde en elartículo, que los derechos que se procu-ra que sean extendidos a los DI yaestán previstos según otras normasexistentes. El argumento ser examinadoen la última sección de esta reseña.

(3) ¿Cómo han enfocado tradicional-mente su mandato los AltosComisarios para los Refugiados?

Como ulterior prueba de la separaciónde las cuestiones de refugiados y DI, elartículo observa que, desde suscomienzos, la Oficina del AltoComisario para los Refugiados siemprese ha concentrado en la protección alos refugiados y se ha abstenido deactividades de tipo intervencionistatales como intentar evitar los flujos derefugiados o ayudar a personas que aúnestán en su propio país. El artículo dael ejemplo de Fridtjof Nansen pero laexperiencia de un solo Alto Comisariono basta para establecer el “plantea-miento tradicional” tal como está implí-cito en el subtítulo de la sección en laque aparece el ejemplo. Hay otros AltosComisarios, como James McDonald, queno siguieron el planteamiento de nointervención de Nansen.

Además, desde 1972, Altos Comisarioshan aceptado la responsabilidad deofrecer asistencia a DI y otras personasque no responden a la descripción derefugiado según el Convenio de 1951.Aunque esta intervención ha sido conel consentimiento del estado implicado,es, como Hathaway señala correctamen-te, “no obstante indicativa de un reco-nocimiento realzado de un papel inter-nacional en la protección a los refugia-dos internos”4. Desde los años noventa,se ha pedido regularmente al ACNURque extienda sus servicios a los DI. Tansignificativo ha sido el papel delACNUR en la cuestión más amplia deldesplazamiento que a partir de enerode 1997 casi la mitad de las personasde interés para el ACNUR no eran refu-giados: el 36 % estaban dentro de suspropios países, de los cuales el 21 %eran DI y el 15 % retornados5.

Por supuesto, se podría decir que estaimplicación con los DI por la actual AltaComisaria es precisamente la cuestión.Sin embargo, como se ha señalado, elACNUR ha estado implicado con norefugiados desde 1972, más de 26 desus casi 50 años de existencia. Excluirla práctica de una institución durante lamitad de su vida al determinar su“planteamiento tradicional” plantea lapregunta con respecto a cuándo acabauna tradición y empieza una nueva.

(4) Las consecuencias de aceptar lacategoría de DI

El artículo observa que, cuando en losaños noventa se hicieron por primeravez llamamientos a favor de que seabordara la difícil situación de los DI,la idea era que muchas lagunas legalespercibidas serían colmadas por laredacción de un tratado internacionalque protegiera a los DI y que el despla-zamiento mismo sería declarado ilegalpor la promoción de un llamado “dere-cho a quedarse” o “derecho a no serdesplazado”. Esto, según Barutciski,puede que se haya usado para reforzarpolíticas de no entrada y justificarestrategias de contención. Aunque esverdad que el debate sobre los DI estu-vo en parte influido por un crecienteinterés internacional en la prevenciónde movimientos transfronterizos y laprotección a los DI, es erróneo sugerirque ésta fuera la expresión práctica del“derecho a quedarse” excepto cuando setiene un concepto erróneo de estanoción. Este autor suscribe la concep-ción de Goodwin-Gill del derecho a que-darse como comprensivo de “la sensa-ción de no tener que convertirse en unrefugiado, no tener que huir, no ser des-plazado por la fuerza o la necesidad,junto con la seguridad sentida que vienecon ser protegido” 6 Si tiene que haberalguna objeción al derecho a quedarseasí concebido, es que actualmente esdifícil de realizar.

Además, cualquiera que pudiera habersido el pensamiento sobre la noción delos DI a principios de los años noventa,el concepto tal como se entiendeactualmente no excluye o sustituye alasilo. Los Principios Rectores disponenexpresamente que los Principios noserán interpretados como restrictivos,modificadores o deterioradores de losderechos de los individuos según elderecho internacional y municipal y enparticular: “...estos Principios son sinperjuicio del derecho a solicitar y dis-frutar asilo en otros países”7. Las políti-cas de no entrada no tendrán ningúnlugar si se cumple fielmente con esteprincipio.

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Por contraste, es el énfasis en la condi-ción de estar fuera del país de uno paraconvertirse en refugiado lo que real-mente ha animado a los estados a adop-tar políticas de no entrada.Estratagemas tales como requisitos devisado y la responsabilidad de lostransportistas están diseñadas para ase-gurar que las personas perseguidas quesatisfagan todos los demás criteriospara ser refugiados no cumplan esamágica condición de cruzar fronterasinternacionales y convertirse en la res-ponsabilidad de la comunidad interna-cional. La extranjería es la única condi-ción en la definición de refugiado quepueden controlar y manipular potencia-les estados anfitriones. Si hay un dispo-sitivo que requiere ser reconsideradoen interés de los refugiados, no es elconcepto de DI sino la estricta adhesiónal requisito de extranjería.

(5) ¿Aportan algo el debate sobre losDI y los Principios Rectores a la pro-tección internacional?

Se argumenta finalmente en el artículoque todas las materias que se procuraque sean cubiertas por el concepto deDI están ya abordadas adecuadamentepor el derecho internacional existente yque los Principios Rectores anotadosanteriormente no colman ninguna lagu-na legal; simplemente declaran e inter-pretan normas existentes. Aunque esverdad que los Principios reflejan engran parte derecho existente -un hechoque se admite en la propia introduccióna los Principios-, esto no disminuye susignificación. El mero hecho de queciertas materias ya estén cubiertas bajootras áreas del derecho no es unabuena razón por la que no se les puededar cuerpo en un código. Si ése fuera elcaso, no habría habido ninguna necesi-dad de instrumentos como el Conveniosobre eliminación de la discriminacióncontra las mujeres o el Convenio sobrelos derechos del niño, ya que todas lasmaterias que cubren están ya previstasbajo la Declaración Universal deDerechos Humanos, el PactoInternacional de Derechos Civiles yPolíticos y los Pactos Internacionales deDerechos Económicos, Sociales yCulturales (la carta internacional dederechos). Incluso muchas de las dispo-siciones del Convenio de 1951 eran yaparte del derecho internacional general.Además, aun cuando hoy se tenga quevolver a visitar este Convenio, como seha propuesto en algunos círculos, nadieargumentaría que sus disposicionestales como aquellas relativas a la nodiscriminación, al derecho a la propie-dad, al movimiento, a la religión y a laasociación, etc. debieran ser cercenadasporque éstas ya se aplican ahora a

todos según la carta internacional dederechos.

Hay buenas razones por las que algu-nas veces se juzga necesario introducirinstrumentos especializados y dirigidosa un objetivo aunque puedan encerrarmaterias ya cubiertas bajo otros instru-mentos. La primera razón es reunirprincipios dispersos en diversos instru-mentos para proporcionar orientaciónfácilmente accesible a aquellos que sesupone que les aplican así como aaquellos que se supone que se benefi-cian de ellos. La otra razón y la másimportante es desarrollar y aclararcómo se aplican disposiciones que seencuentran en instrumentos de natura-leza general a categorías específicas depersonas o en situaciones específicas yen ciertos casos para acrecentar sucumplimiento y aplicación. Éstos sonlos objetivos declarados de losPrincipios Rectores y el punto hasta el

cual se satisfagan estos objetivos, esaes la aportación de los Principios pararealzar el sistema de protección inter-nacional para los DI.

Conclusión

Aunque es verdad que, desde un puntode vista legal, refugiados y DI son gru-pos de personas diferentes, la distin-ción entre ellos no es ni conceptual nide principio. Además, el efecto perjudi-cial de ampliar el ámbito de la protec-ción internacional para que abarque alos DI en la protección a los refugiadoses una cuestión de percepción más quede realidad. Los temores de que la asi-milación de las nociones de refugiado yDI socavaría la protección a los refugia-dos están basados en la falsa suposi-

ción de que la extensión de la protec-ción internacional a los DI implica nece-sariamente restringir la protección paralos auténticos refugiados. Sin embargo,esto no tiene que ser el caso.Recientemente, el ACNUR ha estadocada vez más implicado con los DI yesto no parece haber afectado a suhabilidad para movilizar recursos pararefugiados o a su capacidad para ofre-cerles protección. Con tal que se pon-gan a disposición recursos, y se apli-quen directivas apropiadas, no deberíahaber ningún problema en ocuparse dela difícil situación de los refugiados yDI juntos. Es por esta razón que lapublicación de los Principios Rectoressobre Desplazamiento Interno es unacontecimiento bienvenido.

Bonaventure Rutinwa, Profesor deDerecho, Universidad de Dar EsSalaam y doctorando, LincolnCollege, Universidad de Oxford.

Notas

1. Barutciski, M., "Tensions between the refugeeconcept and the IDP debate", Revista deMigraciones Forzosas, n. 3, diciembre de 1998,pág. 12.

2. Ibid.

3. Guiding Principles on Internal Displacement,Principle 22, pág. 11.

4. Hathaway.

5. ACNUR, State of the World's Refugees, 1997-1998 (Estado de los refugiados del mundo, 1997-1998), pág. 2. Véanse también las págs. 116-118para la reciente implicación del ACNUR con los DIy sus propios principios rectores.

6. Goodwin-Gill, S., “The right to leave, the rightto return and the question of a right to remain”,en Gowland-Debbas, V., The Problem of Refugeesin the Light of Contemporary International LawIssues (1995), 93-108 en pág. 104.

7. Guiding Principles on Internal Displacement,Principle 2, pág. 2.

Niños desplazados internos, Angola

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MIGRACIONES FORZOSAS revista 29Abril 1999, 4

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Estos últimos años han visto unaverdadera explosión en el interéspor la respuesta humanitaria al

desplazamiento interno. La razón paraesto reside en la triste realidad de queel derecho internacional existente hafracasado en evitar alarmantes incre-mentos en lel número y el sufrimientode los DI. Es este fracaso el que ha ins-pirado el pelearse por planteamientosfrescos de cuestiones de desplaza-miento interno.

A los ojos de un escéptico, sin embar-go, la reciente lluvia de conferencias,actividades promocionales y escritossobre cuestiones de desplazamientointerno puede que a veces tome elaspecto de un "arrimarse al sol quemás calienta" o una "industria en creci-miento”. El artículo de MichaelBarutciski es un oportuno recordatoriode que planteamientos actuales de lacuestión hasta ahora no suscitan apro-bación unánime, y que defensores deestos planteamientos -tanto dentrocomo fuera de las Naciones Unidas-harán bien en articular sus conceptos ymétodos más cuidadosamente.

En este estilo, el artículo en cuestiónhace varias observaciones pertinentes.Argumenta a favor de una escrupulosaobservancia de las distinciones legalesy prácticas entre el desplazamientointerno y el estado de refugiado.Señala que la mera articulación de cri-terios para la protección a los DI nogarantiza la observancia de aquelloscriterios, particularmente en entornosdonde se violan deliberada y severa-mente los derechos humanos y el dere-cho humanitario. El artículo tambiénexige circunspección en el plantea-miento de la protección a los DI. Enuna era en que los estados frecuente-mente buscan maneras de abreviar oevitar el cumplimiento de principiosbásicos de la protección a los refugia-dos, puede que sea probable que laprotección a los DI sea un ardid pararestringir más la protección a los refu-giados.

El artículo es valioso porque toca unanota de cautela para aquellos quepuede que sean demasiado apresura-

dos o demasiado radicales al trazar unnexo entre la protección a los refugia-dos y la protección a los DI. Es tambiénuna llamada a que despierten aquellosque puede que estén inclinados porcomplacencia a pasar por alto el apre-miante desafío de traducir a la prácticalos Principios Rectores sobreDesplazamiento Interno.

Mis dificultades con la el texto deBarutciski residen más en el campo delmétodo que en el de la sustancia, enque sus prescripciones, aunque válidasen sí mismas, están erigidas sobre pre-misas discutibles. Mi preocupación esque aquellas premisas no reflejan exac-tamente aspectos importantes de plan-teamientos actuales del desplazamien-to interno. Esta breve reseña se con-centra en las declaraciones del autorpor lo que se refiere a la "extensión"del régimen de los refugiados para quecubra a los DI, y su afirmación de quelos principios rectores no colman nin-guna laguna legal. Estas dos opinionesestán abiertas a serio desafío.

1) ¿Está el regimen de los refugiadosrealmente "extendido" para cubrir alos DI?

El artículo transmite la impresión enga-ñosa de que se está, de hecho, inten-tando realmente "la extensión del régi-men de los refugiados para que abar-que al desplazamiento interno", o quelos defensores de un régimen de pro-tección para los DI están ciegos a lanecesidad de distinguir entre cuestio-nes de asilo y las de desplazamientointerno. Simplemente no es éste elcaso. Por razones que se argumentanpersuasivamente en el propio artículo,el régimen de los refugiados es, pordefinición, incapaz de extensión comotal. Esto es en gran parte porque elConvenio de 1951 tendría poco sentidosi fuera transportado al por mayor almundo del desplazamiento interno.Además, todas las definiciones legalesexistentes de "refugiado" requieren lasalida del país de origen como el dis-parador para la protección a los refu-giados, y las fronteras del país de ori-

gen siguen siendo una característicasine qua non y definitoria del estatutode refugiado.

El carácter distinto del régimen de pro-tección a los refugiados se reconoceclaramente en los Principios Rectores.Las palabras "...y que no han cruzadouna frontera reconocida internacional-mente" aparecen en la descripción delas personas que caen dentro de sucampo de aplicación. En particular, losPrincipios Rectores estipulan que elderecho de una persona a solicitar ydisfrutar de asilo en otros países noestá comprometido por el hecho de serdesplazado interno (Principios 2 y 15).

Resoluciones de la Asamblea General yConclusiones del Comité Ejecutivo quefijan los parámetros para la implica-ción del ACNUR con los DI han afirma-do consecuentemente que tal implica-ción no debiera quitar fuerza a la pro-tección a los refugiados. Se hacen ecode este énfasis en las instrucciones delACNUR a las oficinas sobre el terreno.

La evidencia sugiere que se reconocenplenamente las distinciones entre elreino de los refugiados y el mundo deldesplazamiento interno. Como el artí-culo de Barutciski no reconoce adecua-damente tal evidencia, carece de equili-brio, y deja al lector con la equivocadaimpresión de que ya está en curso la“extensión” del regimen de los refugia-dos.

Observar las distinciones entre el régi-men de los refugiados y la protección alos DI no debiera significar que losconceptos y mecanismos de proteccióna los refugiados no puedan, con ajus-tes apropiados y el debido cuidado, serpuestos al servicio de los DI. Tampocodebieran las distinciones excluir com-paraciones alusivas o simbólicas entrela situación y las necesidades de losrefugiados y la de otras personas nece-sitadas de protección internacional.

Para tomar un solo ejemplo, la esenciadel principio de non-refoulement [noexpulsión] de la protección a los refu-giados es que no se debiera devolver ala fuerza a personas a situacionesdonde sus vidas o seguridad puedanestar amenazadas. No es difícil imagi-nar situaciones actuales de desplaza-miento interno (Colombia, por ejem-plo, nos viene a la mente) en las que elrespeto por este precepto acrecentaríala seguridad de los DI. Aunque las difi-cultades de asegurar el cumplimientoseguirán siendo, sin duda, una impor-tante preocupación, estas dificultades

¿Qué se puede tomarprestado? ¿Qué es nuevo?

por Michael Kingsley-Nyinah

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MIGRACIONES FORZOSAS revista30 Abril 1999, 4

no disminuyen la pertinencia del non-refoulement para la protección a los DI.Tal préstamo o adaptación desde luegono acarrea extender -mucho menossocavar- el régimen de los refugiados.

(2) ¿Qué hay de nuevo en losPrincipios Rectores?

Se debe estar en desacuerdo con laafirmación de Barutciski de que "losPrincipios Rectores sobreDesplazamiento Interno no colmanrealmente ninguna laguna legal; sim-plemente declaran e interpretan nor-mas existentes". Esta afirmación escontradicha por un respetable cuerpode opinión. En 1996, el Representantepara Desplazados Internos delSecretario General presentó a laComisión de Derechos Humanos unaCompilación y análisis de normas lega-les pertinentes para la protección adesplazados internos (E/CN.4/1996/52/Add. 2). La Compilaciónanalizaba extensamente el derechoexistente y concluía que había, en efec-to, unos pocos campos en los que laprotección legal para los DI o era ina-decuada o estaba ausente.

Según la Compilación, se podíanencontrar lagunas en campos talescomo la restitución de -o adecuadacompensación por- propiedad perdidacomo consecuencia del desplazamientointerno; el deber de los estados deaceptar ofertas de asistencia e inter-vención de organizaciones humanita-rias; y los deberes de actores no estata-les por lo que se refiere a la proteccióna los DI. Aparte de éstos, laCompilación también identificó varioscampos donde existían normas genera-les, pero donde había una necesidad dereafirmar o articular derechos específi-cos para abordar necesidades de pro-tección peculiares del contexto del des-plazamiento interno. Éstas incluían loscampos de devolución a situaciones depeligro inminente; no discriminación;protección en situaciones de disturbioso desastres que caen por debajo delumbral para la aplicación de losConvenios de Ginebra y dejan un mar-gen para la derogación de garantías dederechos humanos; y actos por fuerzasdisidentes no cubiertos por elProtocolo II de los Convenios deGinebra.

La negación por Barutciski de cualquiernovedad a los Principios Rectores esdesmentida por la extensión en queabordan directamente lagunas identifi-cadas en la Compilación. Esto indicaque la aportación potencial de losPrincipios Rectores al derecho existen-te debiera haber recibido atención máscuidadosa de la que le fue concedidaen su artículo.

(3) Conclusión

La dura realidad de hoy es que, a pesarde marcos bien desarrollados de dere-chos humanos y derecho humanitario,continúa ocurriendo el desplazamientoarbitrario, que trae inmenso sufrimien-to humano tras de sí. Ésta es la reali-dad que ha incitado a la búsqueda denuevos planteamientos. En esta bús-queda, no hay ninguna razón por laque no se pueda ver la experiencia acu-mulada de protección a los refugiadoscomo un valioso recurso de principios,conceptos y estrategias que pueden,con adaptación apropiada, ser aplica-dos para apuntalar la protección a losDI. La condición previa absoluta paratal préstamo es que se debiera respetary salvaguardar el carácter único y lainviolabilidad de la protección a losrefugiados, y que no se debiera desvir-tuar o comprometer la institución delasilo en nombre de la protección paraaquellos que son desplazados internos.

En el análisis final, debiéramos acor-darnos de que nuestros finos puntosde polémicas eruditas no debieran serfines en sí mismos. La necesidad másurgente es concentrarse en la traduc-ción de los criterios de protección enprotección para los DI. Éste seguirásiendo el auténtico desafío durantemuchos años venideros.

Michael Kingsley-Nyinah es unAsesor Jurídico Superior en laSección de Protección Internacionaldel ACNUR. Escribe aquí a título per-sonal.

Derechos y fronteras

por Jon Bennett

El argumento de Michael Barutciskien el artículo titulado "Tensionesentre el concepto de refugiado y el

debate sobre los DI" en RMF 3 es per-suasivo en dos aspectos. Primero, iden-tifica correctamente la esencia del con-cepto de refugiado: la de ser un extran-jero necesitado de medidas específicasde protección legal. No es en virtud deser desplazado como se activan losconvenios sobre refugiados; más bien,es en virtud de haber cruzado unafrontera. Segundo, Barutciski tienerazón al sugerir que la noción de pro-tección según los convenios sobre refu-giados presupone que no se contraven-ga la soberanía. En otras palabras, una

vez que los refugiados abandonan supaís, las agencias internacionales a lasque se confía su protección no tienenque enfrentarse con la ira de unanación soberana por intervenir en suterritorio.

El debate sobre los DI, sin embargo, nosurgió de una preocupación por exten-der el régimen de los refugiados, comoinsinúa Barutciski. Es verdad que exa-minó atentamente el aparato legal deese régimen, pero también miró leyes yconvenios sobre derechos humanos asícomo derecho humanitario internacio-nal. En algunos aspectos es útil dividirlos imperativos para asistencia y pro-tección. Las preguntas cruciales sonéstas: ¿puede la asistencia internacio-nal (alimento, refugio, medicina) evitarlas fronteras? Y si es así, ¿no podría-mos desarrollar también un conjuntode medidas de protección específicaspara los DI que simplemente reconfir-men el derecho nacional e internacio-nal existente? Los Principios Rectoressobre Desplazamiento Interno deNaciones Unidas son una nueva exposi-ción compuesta de leyes existentes; noson "adicionales". En efecto, más bienque ser un convenio o una declaración,han sido redactados muy cuidadosa-mente como "directivas" con, hastaahora, ninguna noción clara de cómose podrían imponer de otra maneraque por el consenso y la persuasión.Son bienvenidos, por ejemplo, por elCICR, cuya misión sobre el terreno esdefender el respeto a los convenios dederecho humanitario internacionalexistentes. Pero pueden también serusados como un punto de partida en eldebate sobre cómo la ONU y las ONGpodrían defender y mejorar sus pro-pias medidas para proteger a civilesdesplazados.

Es demasiado pronto. El ComitéPermanente Interorganismos deNaciones Unidas ya ha empezado aexplorar "mejores prácticas" en la asis-tencia y protección a los DI.Organismos individuales de NacionesUnidas (especialmente UNICEF y PMA -Programa Mundial de Alimentos-) estánemprendiendo una revisión de sus pro-pias prácticas a este respecto. No sepuede permitir que las cuestiones másamplias de intervención y soberanía,aunque útiles en sí mismas, se antici-pen a medidas muy prácticas que sepueden tomar sobre el terreno. Dios noquiera que los DI en Kosovo, Angola oBirmania tengan que esperar al consen-so entre los expertos legales antes deque se aborde su difícil situación.

Jon Bennett está emprendiendoactualmente una revisión de laspolíticas y planteamientos hacia losDI del Programa Mundial deAlimentos.

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MIGRACIONES FORZOSAS revista 31Abril 1999, 4

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El artículo de Michael Barutciskiplanteó algunos puntos interesan-tes, pero varias de sus afirmacio-

nes fueron algo mistificadoras, espe-cialmente aquellas que pintaban losesfuerzos para una mejora de la pro-tección a los DI como un intento deextender, desviar o debilitar el régimende protección a los refugiados. Nadieha sugerido nunca "expandir la defini-ción de refugiado para incluir a los DI"o que refugiados y DI sean términossinónimos dentro del concepto de pro-tección legal. Tales afirmaciones oargumentos implícitos tienden a con-fundir la cuestión más que a aclararla.¿Está el sr. Barutciski "inventando"argumentos sólo para ser capaz dedesmantelarlos?

Lo que los defensores de los DI hanargumentado coherentemente es quedebiera haber un planteamientoexhaustivo de los problemas del des-plazamiento que aborde tanto la pro-tección como las necesidades de asis-tencia de los DI y tenga en cuenta elhecho de que los gobiernos son res-ponsables en el fondo de la protecciónde sus propios ciudadanos, inclusivelos DI. Desgraciadamente la realidad esque los DI, frecuentemente tomadoscomo víctimas por sus propios gobier-nos, caen por lagunas en el derechointernacional que les dejan aislados eindefensos. Sin difuminar la distinciónentre refugiados y DI, la comunidadinternacional debe continuar encon-trando maneras de mejorar tanto laprotección como la asistencia a los DI.Entre las respuestas ha estado la for-mación de los Principios Rectoressobre Desplazamiento Interno.

El argumento de que no hay ningunaforma significativa y específica de pro-tección legal que se pudiera conceder alos DI que no exista ya en el derechointernacional no es correcto. [Estepunto es argumentado anteriormentepor Michael Kingsley-Nyinah. ] LosPrincipios Rectores intentan abordarlagunas en la protección legal pero sontambién un intento de proveer agobiernos y organizaciones internacio-nales de orientación sobre cómo res-ponder a las necesidades de los DI. Porejemplo, el Principio 15 de losPrincipios Rectores declara que hay underecho que tiene que ser protegido

contra la devolución forzosa a zonasde peligro. Aunque las disposicionesjurídicas de derechos humanos sobrelibertad de movimientos proporcionande verdad protección limitada a los DI,afirmando claramente que los gobier-nos no debieran forzar a la gente azonas donde sus vidas estarían en ries-go, el Principio no sólo fortalece elconcepto de libertad de movimientossino que también proporciona claraorientación a los gobiernos.

Barutciski argumenta que losPrincipios carecen de sentido ya que elactor no estatal que desplaza a comu-nidades como una táctica política o elestado que desplaza a individuos pormedio del abuso de los derechoshumanos no es probable que acaten un"ideal" no vinculante. Esto es, en elmejor de los casos, corto de vista. Esverdad que los Principios son difícilesde hacer cumplir, pero esto es igual-mente cierto de grandes secciones delderecho internacional. Si el derechointernacional fuera articulado sólo parasituaciones donde se esperaba que losestados lo acataran, entonces desapa-recería la mayoría del derecho interna-cional tal como lo conocemos. Loimportante es establecer reconocimien-to internacional así como nacional deque es inaceptable que, por ejemplo,un estado mueva DI a punta de pistolade un campo para actuar como unazona de amortiguador humano en otraparte del país.

El planteamiento del artículo dependeprofundamente de referencia históricaque se parece poco a las crisis de des-plazamiento actuales. La lección sobreFridtjof Nansen y su estrategia para elmandato del Alto Comisario en 1921está demasiado alejada de la realidadactual para ser de mucha ayuda, y hacecaso omiso de la nueva evolución den-tro del régimen de protección a losrefugiados. Lo que está claro es que lacreciente complejidad del desplaza-miento hace imposible plantear la pro-tección o la asistencia según un mode-lo que Nansen usó en Turquía hacemás de 70 años o según las condicio-nes predominantes en la Europa poste-rior a la Segunda Guerra Mundial.

La afirmación, por ejemplo, de que noes posible combinar la promoción del

concepto de asilo con intervencionesen problemas políticos internos quecausan desplazamiento se burla de lapolítica de protección a los refugiadoscomo ha evolucionado y es actualmen-te definida por el Alto Comisario deNaciones Unidas para los Refugiados.En las crisis modernas, la protección alos refugiados no se detiene en la fron-tera cuando un refugiado regresa, sinoque, de hecho, continúa mucho des-pués de que un refugiado ha regresa-do. Obviamente la búsqueda de solu-ciones duraderas requiere mucha másatención a la situación de los derechoshumanos dentro del país de origen silos refugiados y otras personas despla-zadas tienen que ser capaces dereconstruir sus vidas con alguna espe-ranza de sostenibilidad.

Aunque es comprensible mantener unadistinción legal entre DI, refugiados yotras víctimas de la violencia, las reali-dades operacionales en situaciones deretorno hacen con frecuencia de la cla-sificación por categorías un procesofrustrante y vacío con ganancia limita-da. En la mayoría de sus experienciasde retorno el ACNUR ha encontradonecesario examinar asistencia y protec-ción desde una perspectiva comunita-ria.

Puede ser saludable e instructivoreconceptualizar una cuestión pero estambién importante mantener la pers-pectiva. ¿Qué es lo que cuenta en laprotección? ¿es definir y proteger prin-cipios legales loables que no se pare-cen nada a la realidad? ¿o es respondera crisis y ayudar a víctimas? La defini-ción enteramente legal de protecciónes una cosa del pasado y debatir si losderechos de los refugiados se vuelven"incoherentes" una vez que los refugia-dos cruzan fronteras pierde de vistaevoluciones modernas así como elhecho de que estas personas son vícti-mas y necesitan protección.

Al final, limitar el papel de proteccióndel ACNUR al que era en los años vein-te o limitar la protección a los DI alderecho existente no proporcionamucha esperanza para las poblacionesactualmente desplazadas del mundo.

Marc Vincent, Coordinador delGlobal IDP Survey

Protección y asistencia a desplazadosinternos por Marc Vincent

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MIGRACIONES FORZOSAS revista32 Abril 1999, 4

En su reacción a mi artículo, Vincentafirma que he “inventado” un argu-mento para poder rebatirlo fácil-

mente. Tanto él como Bennett enfatizanque nadie sugiere que se debiera expan-dir el régimen de los refugiados paraincluir a los desplazados internos (DI).¿Nadie? Rutinwa lo hace en su reaccióna mi artículo... como Luke Lee en unartículo citado con frecuencia publica-do en la Journal of Refugee Studies (Vol.9, N. 1, 1996). Incluso la Alta Comisaríade Naciones Unidas para los Refugiadosha pronunciado recientes discursosinsinuando que se podría extender sumandato más generalmente para incluirel desplazamiento interno. Cualquierafamiliarizado con los debates académi-cos de principios de los años noventarecordará que la pertinencia de la dis-tinción entre refugiados y DI fue puestaen duda con frecuencia para fomentarformas semejantes de protección paratodas las víctimas del desplazamiento.

Kingsley-Nyinah sugiere que mi artículono está equilibrado porque no reconocela evidencia que sugiere que "las distin-ciones entre el reino de los refugiadosy el mundo del desplazamiento internoson reconocidas plenamente". Esto esdifícil de hacer cuando la AltaComisaria de Naciones Unidas para losRefugiados hace declaraciones talescomo la siguiente: "Tomen Kosovo, porejemplo. Allí, la clasificación por cate-gorías de aquellos que huyen de sushogares en refugiados, desplazadosinternos u otros grupos no es muy sig-nificativa, dado que todos aquellos quehuyen tratan de llegar a la zona seguramás cercana, sin que tomen en conside-ración el status que adquirirán al haceresto" (octubre de 1998). Aunquemuchos juristas de Naciones Unidasson ahora muy conscientes de la nece-sidad de distinguir a refugiados de DI,algunos especialistas aparentemente no

han captado por qué tiene sentido ladistinción. Kingsley-Nyinah tambiénafirma que mi artículo deja la falsaimpresión de que está actualmente encurso una expansión del régimen de losrefugiados. Hasta el punto de que elmandato del ACNUR incluye ahoramuchas actividades en países de origenque no eran parte del mandato origina-rio establecido por ley centrado en elasilo, está relativamente claro que elrégimen se está expandiendo. Esto noes necesariamente una evolución nega-tiva; el artículo simplemente trata deplantear algunos problemas en el traba-jo que acarrea esta expansión.

Los intentos de contestar a mis argu-mentos históricos a favor de un plan-teamiento más cauto parecen algo pococonvincentes. Vincent simplementedeclara que el trabajo de Nansen no sepuede comparar con las crisis actuales,pero realmente no expone ningún argu-mento. Es, en efecto, difícil hacer casoomiso de las semejanzas entre la “lim-pieza étnica” y los intercambios depoblación de los Balcanes en los añosnoventa y Asia Menor en los años vein-te. Esperemos que los actores interna-cionales hayan considerado al menoslas diversas respuestas de políticasexploradas durante todo el siglo.Igualmente, la referencia hecha porRutinwa al Alto Comisario JamesMcDonald simplemente confirma miargumento sobre actividades no políti-cas, precisamente porque McDonalddimitió en 1936 a continuación de lapublicación de sus críticas. Fue en cier-to sentido su “último reproche al des-pedirse”.

Los argumentos legales contra mi pos-tura están también algo imprecisamentearticulados. El resumen de mis puntosy la presentación de contraargumentospor Rutinwa indica que en gran parteha leído mal los matices en mi artículo.

Kingsley-Nyinah parece aceptar la ideaprincipal y los elementos prescriptivosdel artículo pero hace objeciones "en elcampo del método" porque las prescrip-ciones están aparentemente "erigidassobre premisas discutibles". Identificados "premisas discutibles". La primeraconcierne a la cuestión de la extensióndel regimen abordada anteriormente. Lasegunda concierne a una declaraciónsecundaria mía: “los Principios Rectoressobre Desplazamiento Interno no col-man realmente ninguna laguna legal;simplemente declaran e interpretannormas existentes”. Sin embargo, lareserva “realmente” es importante eneste contexto. En la frase precedentedeclaro que “no hay ninguna forma sig-nificativa y específica de protecciónlegal que se pudiera conceder a los DIque no exista ya en el derecho interna-cional”. Kingsley-Nyinah representaligeramente mal mi opinión cuandopretende que hago la “afirmación deque los Principios Rectores sobreDesplazamiento Interno no colman nin-guna laguna legal”. Mientras queVincent observa también lagunas perci-bidas en el derecho internacional, man-tengo que no son significativas ni espe-cíficas para situaciones de DI. En elcontexto actual en el que es problemáti-co incluso el respeto a normas funda-mentales, me parece que las reglas adi-cionales redactadas en Ginebra o NuevaYork son de pertinencia limitada. Sedebiera reconocer también que estasnuevas reglas conciernen a cuestionesque afectan a todas las poblacionesciviles en tiempos de conflicto y nosólo a aquellas que han sido desplaza-das. Como menciono en mi artículo,todas estas situaciones ya implicaninfracciones reconocidas al derecho delos derechos humanos. Los problemasbásicos de solicitud de asilo o interven-ción humanitaria no son nuevos y sigosin estar convencido de que avancemossignificativamente en el debate aña-diendo los “nuevos” derechos identifi-cados en las respuestas por Vincent oKingsley-Nyinah.

Sin embargo, Kingsley-Nyinah y Bennetttienen razón al subrayar que el debateno debiera volverse excesivamente“académico” y debiera mantener unclaro centro en realidades básicas. Esprecisamente en este espíritu como elartículo procura hacer ciertos comenta-rios conceptuales generales y advertir alos que ejercen una profesión que esimprobable que su difícil trabajo cam-bie en alguna manera fundamental apesar de la evolución positiva en laredacción legal.

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Cuestionamiento de lastensiones entre losconceptos de “refugiado”y “desplazado interno”:una refutación

por Michael Barutciski

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MIGRACIONES FORZOSAS revista 33Abril 1999, 4

Estimada directora,

Hay un peligro de que las excelentes aportaciones de Jeff Crisp &Karen Jacobsen y Richard Black en los números de agosto ydiciembre de 1998 de la RMF pudieran ser mal interpretadas yatascaran el reciente progreso en la mejora de las opciones deasentamiento temporal para migrantes forzosos.

Las preguntas inmediatas que afronta la comunidad de ayuda son,en cualquier situación dada: si es apropiada una respuesta deasentamiento temporal; cómo identificar la forma apropiada de lagama de opciones; y cómo implicar y ganar el apoyo para la deci-sión de los refugiados/desplazados internos, gobiernos anfitrio-nes y donantes. Aún se tienen que dejar claros a la comunidad deayuda las oportunidades e impactos presentados por la gama deopciones. Sin embargo, lecciones de las respuestas dadas durantelos últimos 45 años ofrecen todas las permutaciones necesariaspara empezar esta tarea.

El personal sobre el terreno requiere urgentemente instrumentosde valoración, coordinación, recursos y financiación más adecua-dos para emprender una selección de emplazamientos más sofisti-cada en la fase de emergencia, ya que es esta decisión la quedefine la forma de asentamiento temporal que se ha de defender yponer en práctica.

Se han hecho recientemente progresos significativos para respon-der a estas necesidades: se están desarrollando directivas para lavaloración de emergencias por, entre otros, el ACNUR y WEDC;RedR [http://www.redr.org] acaba de presentar su NeedsAssessment Service -Servicio de Valoración de Necesidades-, conpersonal técnico experimentado disponible con poco tiempo deantelación; los nuevos Sphere Standards -Criterios Sphere-[http://www.sphereproject.org], apoyados mundialmente por lamayoría de las ONG, describen un proceso de selección delemplazamiento, planificación física y gestión del asentamientoque equilibra necesidades de los refugiados, del anfitrión ymedioambientales para identificar una respuesta apropiada quepueda luego ser presentada a gobiernos anfitriones y donantes; elACNUR ha publicado directivas medioambientales que enfatizanla necesidad de considerar la densidad y la dispersión de losasentamientos, esenciales para gestionar los recursos medioam-bientales durante los cinco años que dura una situación de refu-giados media; y Oxfam está desarrollando actualmente directivasoperacionales sobre selección de emplazamientos que se inspiranen esta evolución positiva y acentúan la necesidad de consideraruna respuesta por fases al establecimiento de asentamientos tem-porales.

Tom Corsellis (Investiga la selección de emplazamientos

en la Universidad de Cambridge, en colaboración con Oxfam)

cartascartasEstimada directora,

Intervengo en el debate sobre campos de refugiados para introducir una dimensión que parece que hasido descuidada tanto por Crisp & Jacobsen (en RMF 3) como por Richard Black (en RMF 2 y 3). Loscampos de refugiados son instituciones en los que las violaciones de los derechos humanos son endémi-cas, y esto no es simplemente la consecuencia de “malos” campos que se debería tratar de mejorar. Lasviolaciones de los derechos humanos de los refugiados en los campos son quintaesenciales a la naturale-za misma de los campos, y he tratado de demostrar esto en un artículo de próxima publicación en elJournal of Refugee Studies (“Human Rights and Refugees: The Case of Kenya”), vol. 12, n§ 1, 1999).

Crisp & Jacobsen en un punto afirman que “expertos legales han reconocido que los estados anfitrionessí que tienen derecho a alojar a refugiados en campos especiales o zonas designadas” pero nunca justi-fican realmente esto -el pasaje en el The Refugee in International Law de Goodwin-Gill al que se refie-ren no apuntala de ninguna manera tan audaz opinión. Los refugiados son forzados a residir en campos opor medidas declaradamente restrictivas -inclusive alambre de espino alrededor de los campos o laimposición de sanciones, con frecuencia de naturaleza penal, sobre refugiados que abandonan la zonadesignada- o por medio de medidas más subrepticias que logran el mismo resultado poniendo la ayuda adisposición sólo de refugiados que elijan quedarse en campos. En este segundo caso, los refugiados sonobligados a convertirse en partes de un pacto no escrito en el que renuncian a sus libertades -muyespecialmente a la libertad de movimiento- a cambio de ayuda. Estas medidas tienen como resultadouna violación de la libertad de movimientos de los refugiados, un derecho humano fundamental que estáprotegido tanto según el derecho de refugiados como según el derecho de derechos humanos. Es tam-bién importante recordar que, según el derecho de derechos humanos, la libertad de movimiento abarcael derecho a elegir el lugar de residencia (Artículo 12, Pacto Internacional sobre Derechos Civiles yPolíticos 1966).

Pero los campos no sólo tratan de restricciones indebidas a la libertad de movimiento de los refugiados-y, tristemente, esto es lo que incluso la mayoría de los activistas de derechos humanos fallan en per-cibir-. De hecho, aunque la estructura administrativa de diferentes campos puede variar, una caracterís-tica definitoria de los campos es su “separación” del entorno social así como legal-administrativo.Nunca se puede enfatizar suficientemente que esta “separación” significa que los campos constituyenespacios en los que el derecho del país anfitrión prácticamente deja de ser aplicado, a pesar de laausencia de cualquier justificación legal para esto. Agravado por la ausencia de cualquier forma de con-trol judicial y por el escudo del derecho de la inmunidad que protege a las organizaciones internaciona-les, los campos se convierten en espacios que están prácticamente más allá del imperio de la ley y enlos que las vidas de los refugiados acaban siendo gobernadas por una mezcla sumamente opresiva de lasreglas establecidas por las agencias humanitarias y las prácticas consuetudinarias de las diversas comu-nidades. La opinión de que las agencias humanitarias estarían haciendo un favor a los refugiados exi-miéndoles de la aplicación del derecho de países que son con frecuencia autoritarios es insostenible:incluso en un país como Kenia, con todos sus fracasos institucionales y judiciales crónicos, la injusticiasufrida por los refugiados fuera de los campos a manos de las autoridades kenianas es teórica y concre-tamente más “remediable” que la injusticia perpetrada en los campos.

A este respecto así como en otros, la llegada de refugiados -acompañada como lo es por ayuda, obser-vadores internacionales y organizaciones humanitarias- podría ser una oportunidad positiva y catalizarmejoras en la situación del país anfitrión incluso en términos de respeto general por los derechoshumanos.

Guglielmo Verdirame(Doctorando en la London School of Economics and Social Science;

anteriormente investigador en la RSP, donde llevó a cabo un estudiosobre el terreno acerca de la protección a refugiados en Kenia).

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Kosovo

El próximo número de la Revista sobreMigraciones Forzosas (nº 5) presentaráuna crónica especial sobre la crisis deKosovo. Dentro de este marco exami-naremos cuestiones de seguridadinternacional, el papel de la ONU y laOTAN, la ética de la intervención, elasilo, y las implicaciones para la res-puesta humanitaria.

Violencia y desplazamiento enIndonesia

La violencia que ha estallado enIndonesia durante los últimos seismeses es tanto más alarmante por suimpredecibilidad. Los choques étnicosy religiosos en las islas Molucas y,más recientemente, KalimantanOccidental nacen de las mismas frus-traciones que condujeron a protestasestudiantiles y disturbios antes de ladestitución de Suharto en mayo delaño pasado. Sin Suharto en quien con-centrarse, los descontentos han recu-rrido a buscar chivos expiatorios y aresentimientos de cosecha propiapara desahogar frustraciones causa-das por una economía moribunda y elpaso lento del cambio político.Añádase a esto la crisis que brota enTimor Oriental en la precampaña paraun referéndum sobre la autonomíaprevisto para el 8 de agosto y se tieneuna crisis de ubicaciones a través delarchipiélago donde el conflicto debajo nivel combinado con la intimida-ción a los no participantes ha causa-do considerable desplazamientointerno.

Un cálculo aproximado por ACNURIndonesia de los números de despla-zados de Kalimantan Occidental y lasMolucas es de 50.000. Es difícil con-seguir cifras exactas, dadas las difi-cultades para medir el movimiento depersonas dentro de las fronterasnacionales y la naturaleza particular-mente fluida del movimiento de per-sonas a través de Indonesia. En elcaso de Timor Oriental, el número de

aquellos que han huido de actos deviolencia perpetrados por la miliciapro-integración se supone entre10.000 y 15.000, pero muchos mástransmigrantes indonesios han aban-donado completamente el territorio.La caída en la actividad económicasugiere que mucho más de la mitadde los 200.000 colonos de TimorOriental han regresado a sus islasnatales.

El grupo más estático de desplazadosson los 33.000 madureses que serefugian en Sambas, en KalimantanOccidental. Un informe elaborado porun equipo de Gestión de Desastres deNaciones Unidas a principios de abrilsugirió que el gobierno estaba pres-tando ayuda inmediata adecuada yque la situación de seguridad, aunquetensa, estaba controlada.

Lo que es más perturbador es quedonde ha estallado el conflicto allí leshan pisado los talones informes deagitación por grupos que buscandesestabilizar Indonesia. Nada menosque la revista The Far EasternEconomic Review informó en sunúmero del 25 de marzo que la vio-lencia en Amboina tenía mucho quever con las actividades de un grupocon conexiones con la familiaSuharto.

A las alegaciones de apoyo dado a lamilicia pro-integración por sectoresde los militares indonesios en TimorOriental se les dio crédito por elPrimer Ministro de Australia cuandodijo en la televisión nacional, despuésde las matanzas en Dili el 17 de abril,que "uno se tendría que preguntar siestos milicianos pro-integración noestán recibiendo alguna clase de res-puesta permisiva de los militaresindonesios”.

En Kalimantan Occidental y enAmboina y las islas circundantes po-dríamos haber visto lo peor de lalucha por ahora, aunque es difícilimaginar que todos los desplazadosregresen a sus hogares en el futuropróximo dada la brutalidad de algu-nos de los ataques. Sin embargo, elpotencial para más choques en TimorOriental es muy real, a pesar deesfuerzos de paz por el gobierno ylos militares, junto con una escaladade violencia en Aceh e Irian Jaya,donde existen fuertes presiones afavor de la independencia deIndonesia.

Jon Greenaway Jesuit Refugee Service Asia Pacific

MIGRACIONES FORZOSAS revista34 Abril 1999, 4

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MIGRACIONES FORZOSAS revista 35Abril 1999, 4

Colombia: elección como blancos deorganizaciones locales e internacionales

Ha habido un aumento en el númerode incidentes de seguridad que impli-can a organizaciones tanto localescomo internacionales en la zona deUrabá en Colombia, donde varias ONGinternacionales están apoyando a losdesplazados de la región del Chocó.Grupos relacionados con los paramili-tares y otros “grupos de autodefensa”han acusado a organizaciones locales einternacionales de ponerse de parte dey apoyar a las guerrillas en la región.Se han dirigido amenazas a la IglesiaCatólica, y la tensión está subiendo.

Las diversas comunidades de paz en laregión [véase el artículo de Eguren enlas páginas 16-18], hasta ahora consi-deradas un modesto éxito al ser capa-ces de proteger del conflicto a lapoblación civil, experimentaron gravesreveses en abril. Tres personas de SanJosé de Apartadó fueron brutalmenteejecutadas delante de la población dela aldea durante el fin de semana dePascua de Resurrección, y también fueasesinado el líder del consejo de pazen San Francisco de Asís. Además, el 7de abril, 12 personas, con inclusión delíderes comunitarios, fueron secuestra-dos por la fuerza de las Comunidadesde Paz de Villahermosa y Clavellino,en el departamento del Chocó. Se des-conoce su paradero [en el momento enque escribo estas líneas] pero se infor-ma que el caudillo paramilitar nacionalCarlos Castaño ha reconocido, en unanuncio a la prensa el 8 de abril, quesus fuerzas les están reteniendo y quesus fuerzas elegirían como blancos aotras comunidades de paz y activistasde derechos humanos que trabajancon ellas.

Miembros del ejército y las fuerzas deseguridad colombianos y sus aliadosparamilitares continúan cometiendocon impunidad graves violaciones dederechos humanos. Durante los cincoúltimos años varios miles de civileshan sido asesinados por grupos milita-res por todo el país. Cientos de mileshan sido desplazados de sus hogares.Aunque en 1989 el gobierno suprimióla base legal para que las fuerzasarmadas colombianas crearan estosgrupos paramilitares, no obstante han

crecido y se han consolidado en orga-nizaciones nacionales. Continúan ope-rando, en muchos casos, con el apoyoo la aquiescencia de las fuerzas arma-das colombianas. El gobierno colom-biano no ha dado ningún paso eficazpara controlarles o considerarles res-ponsables de sus acciones criminales.

Fuentes: Eigil Olsen, Norwegian Refugee Council;

Amnistía Internacional

Simulación de humillación

Un enfoque innovador para transmitirlas pruebas y tribulaciones de los refu-giados ha sido promocionado por unaexposición en París. Un ViajeInhabitual, una gigantesca partida dejuego de rol, organizada por diez orga-nizaciones de derechos humanos yapoyada por ACNUR, se propuso "lle-varse el debate sobre el asilo de losespecialistas y traerlo a la gente”.

A visitantes de una inmensa tienda enParc de la Villette les fueron presenta-das biografías de 12 solicitantes deasilo de la vida real y luego se lespidió que ocuparan su puesto. Losniños eligieron con frecuencia a Vesna,una chica de 12 años de Bosnia queperdió a su padre en la guerra y seseparó de su familia. Otras personasofrecidas incluían a un somalí quehuía de la guerra civil con su esposa ysiete hijos, un médico argelino amena-zado por los fundamentalistas, uncolombiano perseguido por su homo-sexualidad, y un ruso víctima del anti-semitismo.

Los participantes, agrupados con otrosvisitantes que han elegido el mismopersonaje, se embarcan en un viajeincierto desde la guerra o la persecu-ción. En el camino abusan de ellos sol-dados, son aterrorizados por camposde minas, enviados a la cárcel, hechosarrastrarse y suplicar, explotados porcontrabandistas, obligados a trabajaren fábricas donde se explota al obrero,ayudados por trabajadores de la ayuday voluntarios, e increpados por la poli-cía. Todos los viajes conducen a unaoficina de inmigración francesa, unsurtido de burócratas malhumoradosque se ocupan de los solicitantes deasilo y del interminable papeleo yespera. Para añadir fuerza al viaje de90 minutos, algunos actores -muchosde ellos refugiados ellos mismos-

hacen de soldados, trabajadores de laayuda, policía y funcionarios de laadministración. Una conmoción finalaguarda a los participantes. Sólo cua-tro de los 12 personajes consiguenestatuto oficial de refugiado, lo querefleja lo que sucedió a sus homólogosde la vida real. Los otros o pasan a laclandestinidad o son obligados a aban-donar Francia.

La mayoría de los visitantes se lanza-ron con entusiasmo a sus papeles.Unos pocos lucharon ferozmente paraconseguir sus documentos. Algunos seidentificaron tanto con sus personajesque comenzaron a hablar en un seudo-dialecto que asociaban con la lenguade esa persona. Las reacciones de losvisitantes han sido positivas. Según unestudiante francés: "Nos sentíamoscomo peones. Estábamos perdidos.Éramos como pelotas de ping-pong,rechazados por todas las diferentesadministraciones, y no comprendía-mos por qué”. Un visitante inglés,impresionado por los paralelos con lacomplejidad de la burocracia británica,advirtió cómo los funcionarios sólogritaban cada vez más alto cuandoeran incapaces de hacerse entenderpor los refugiados.

Más de 20.000 personas se embarca-ron en el viaje y el éxito de la exposi-ción ha generado peticiones desdelugares tan lejanos como España,EE.UU., Israel, Rusia y Suecia.

Para más información, pónganse en contactocon CIRE (Coordination et Initiatives pour réfu-giés et étrangers -Coordinación e Iniciativaspara refugiados y extranjeros-) en 80/82 ruedu Vivier, 1050 Brussels, Bélgica Tel: + 32 2644 1717. Fax: +32 2 646 8591. Correo elec-trónico: [email protected]

40 aniversario del levantamiento tibetano

El 10 de marzo de 1959, se manifesta-ron tibetanos en el exterior de laspuertas del palacio de verano del DalaiLama, el Norbulingka en Lhasa,temiendo que estuviera a punto de sersecuestrado por el Ejercito deLiberación Popular. Siguieron unos dis-turbios y murieron varios tibetanos,pero, mientras tanto, el Dalai Lamaescapó por una puerta trasera del pala-cio y empezó su viaje al exilio en laIndia.

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Page 36: Revista Migraciones Forzadas 4

MIGRACIONES FORZOSAS revista36 Abril 1999, 4

Al menos entre 65.000 y 87.000 tibeta-nos fueron asesinados durante la tomade posesión del Tíbet por los chinos, yla partida del Dalai Lama del Tíbet en1959 fue seguida por un éxodo masivode tibetanos en 1959-60, principal-mente a la India, donde formaron elnúcleo de la comunidad exiliada origi-naria. Hay ahora unos 100.000 exilia-dos tibetanos en la India; 25.000 enNepal; 2.000 en Bután; 2.000 en Suiza;1.500 en los EE.UU.; y 600 en Canadá.

Esta fecha -10 de marzo- es conmemo-rada en toda la diáspora tibetana yhubo grandes manifestaciones en elexterior de embajadas chinas alrede-dor del mundo este año. Muchos tibe-tanos pensaban que su viaje al exilioera un traslado temporal, pero ahorase encuentran celebrando 40 añoslejos de casa.

Los tibetanos son ahora una minoríaen el Tíbet. Su cultura está siendoborrada, la persecución religiosa escada vez más severa, monjes y monjasson encarcelados, y los padres man-dan a sus hijos en arriesgados viajespor las montañas para alcanzar lalibertad y al Dalai Lama en la India.Los bosques han sido devastados, ciu-dades y pueblos arrasados, monaste-rios destruidos y los militares hanconstruido extensas instalaciones.

En un discurso para conmemorar el40º aniversario del levantamiento, elDalai Lama pidió apoyo internacional ehizo especial referencia a los EE.UU.Los EE.UU. han estado desarrollandorelaciones comerciales con China, peroel presidente Clinton planteó la cues-tión del Tíbet en su visita a China en1998 y se ha nombrado recientementea un nuevo subsecretario de Estadocon especial responsabilidad sobre elTíbet. El Dalai Lama hizo resaltar estocomo un signo importante en unmomento en que la mayoría de los paí-ses occidentales tratan de evitar cues-tiones relacionadas con el Tíbet y losderechos humanos en China por miedoa poner en riesgo oportunidadescomerciales.

Fuentes: Britt-Marie Mattsson (artículo enGothenburg Post, 11 de marzo de 1999); Dra.Clare Harris Profesora/Conservadora, Museo

Pitt Rivers, Oxford; página web de laInternational Campaign to Save Tibet -

Campaña Internacional para Salvar al Tíbet- enwww.savetibet.org

La guerra Etiopía-Eritrea

La guerra entre Etiopía y Eritrea empe-zó en mayo de 1998 cuando fuerzaseritreas ocuparon Badme, en la regióndel Tigré de la Etiopía septentrional.1

Estalló otra vez en febrero de este añocon intensos combates en varios pun-tos a lo largo de la frontera entre losdos países.

Para fines de marzo, estimaciones con-servadoras calculaban el número desoldados muertos, heridos o captura-dos como resultado de la reanudaciónde las hostilidades en 15.000 en cadabando. El número de civiles desplaza-dos por los combates sólo en el ladoetíope de la frontera se estima (por elgobierno etíope) que está en unos390.000. La gran mayoría de éstos hansido acogidos por familias locales,siendo política del gobierno evitarcrear grandes concentraciones degente en asentamientos temporalesque pudieran convertirse en blancospara el ataque aéreo. Si se supone queal menos otros 100.000 han sido des-plazados en el lado eritreo de la fron-tera y luego se añaden aquellos quehan sido deportados como “extranje-ros enemigos” durante los pasados 12meses -aproximadamente 50.000 encada bando-parece que es probableque el número total de personas des-plazadas por la guerra hasta ahoraesté entre 600.000 y 700.000.

Es imposible llegar a una imagen deta-llada de cómo son realmente las condi-ciones en el frente y entre la poblacióncivil afectada, a causa del estricto con-trol ejercido por ambos bandos sobrela difusión de noticias y sobre el movi-miento de observadores exteriores,sean personal expatriado de agenciasde ayuda o periodistas. Se ha prestadoayuda alimentaria desde la USAID-Agencia de los EE. UU. para elDesarrollo Internacional- y el WFP -Programa Mundial de Alimentos parasu distribución por la Relief Society ofTigray -Sociedad de Socorro de Tigré- yla Ethiopian Disaster Prevention andPreparedness Commission -ComisiónEtíope para la Prevención y laPreparación para Desastres- (anterior-mente la Relief and RehabilitationCommission -Comisión de Socorro yRehabilitación-), pero pocas, si es quealguna lo era, organizaciones exterio-

res, inclusive el CICR -ComitéInternacional de la Cruz Roja-, estabanoperando en la zona en el momento enque escribo estas líneas.

La guerra entre los dos “estados suce-sores” que resultaron del hundimientode la Etiopía socialista de MengistuHaile Mariam parece haber cogido des-prevenidos a todos los observadores -eincluso a los principales protagonis-tas-. Mientras el ataque contra Badmepor fuerzas eritreas debe verse comosu causa inmediata, puede ser que elliderazgo eritreo no esperase que suincursión al otro lado de la frontera enTigré se generalizase en una guerra agran escala con Etiopía. El liderazgo deEtiopía dominado por tigriñas, porotra parte, puede que también hayasido sorprendido por el punto hasta elcual este ataque por su ex aliado en lalucha contra Mengistu ha inspiradouna respuesta unida, panetíope, apesar de sus intentos durante lospasados ocho años de atrincherar divi-siones étnicas en la estructura políticafederal de Etiopía.

Esfuerzos de mediación por la OUA,respaldados por diversas resolucionesdel Consejo de Seguridad, se han que-dado en nada hasta ahora, a pesar delos enormes costes humanos y econó-micos de la guerra (ambos países estánentre los diez más pobres del mundoen términos de consumo calóricomedio per cápita y se dice que la gue-rra está costando sólo a Etiopía 1millón de dólares al día). Como contodas las guerras, sin embargo, hay,sin duda, beneficios estratégicos ypolíticos a corto plazo que son gana-dos por el liderazgo en ambos bandos,mientras que corren con los gastos,tanto directa como indirectamente,aquellos con menos poder para influiren el curso de los acontecimientos.

Dr. David Turton,Director, Refugee Studies Programme

1. Véase “Última hora”, Revista sobre MigracionesForzosas 2, pág. 34.

Presentación de material para“Últimas Noticias”

Los artículos de “Últimas Noticias”no debieran ser de más de 500 pala-bras. Pónganse en contacto con las

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Page 37: Revista Migraciones Forzadas 4

MIGRACIONES FORZOSAS revista 37Abril 1999, 4

Los temas de la 6ª reunión de laIRAP, organizada localmente por elPrograma de Salud Mental de la

Comunidad de Gaza, incluían laDiáspora palestina; refugiados y des-plazamientos en la región de losGrandes Lagos y África Oriental; impac-tos psicosociales de la condición derefugiado, el regreso y el reasentamien-to; procedimientos de asilo y cuestio-nes de seguridad; planteamientos euro-peos de las migraciones forzosas; ymigración forzosa en Asia meridional yAsia sudoriental.

Faisal Husseini, Ministro para Asuntosde Jerusalén de la Autoridad NacionalPalestina, se dirigió a la sesión plenariainaugural y trazó las líneas generalesde cuestiones de desplazamiento queafectan a los palestinos desde 1948. Sevolvió a la situación palestina en el ple-nario final cuando el doctor LexTakkenberg, Subdirector de la UNRWA,[United Nations Relief and WorksAgency] describió el trabajo de laUNRWA, y las características que distin-guen su papel específico del trabajomás amplio del ACNUR. Otras sesionesplenarias vieron discusiones másamplias de cuestiones globales demigración forzosa; la primera fue abor-dada por Patrick Taran (ConsejoMundial de las Iglesias) y el profesorJames Hathaway (Universidad deMichigan), la segunda por EduardNazarski (Consejo Holandés para losRefugiados) y el profesor Barry Stein(Universidad del Estado de Michigan).

Patrick Taran abordó tres temas -glo-balización, migración y derechos huma-nos- que, sugirió, forman el eje del con-flicto hoy. Hizo resaltar una percepciónde creciente exclusión de todos losemigrantes como inmigrantes ilegales,y exigió una expansión en los instru-mentos legales apropiada para ocupar-se del aumento de la migración. Estaexpansión debiera ampliar nuestra cla-sificación por categorías de los emi-grantes para envolver a todas las “per-sonas desarraigadas” en un régimen dederechos humanos más fuerte queacentuara la posición central de lasupervivencia de la gente.

James Hathaway argumentó que elproyecto de derechos humanos y elproyecto de asilo o protección sonnecesariamente distintos, aunque confines que se solapan. La protección alos refugiados no debería significarmigración permanente, una percepciónerrónea reforzada por el envolvimientodel asilo dentro de un proyecto amplio

de derechos humanos. Esta confusiónconduce a políticas inapropiadas talescomo “zonas seguras” en BosniaHerzegovina, cuando el “derecho a que-darse” sobrepasa a preocupaciones deprotección y supervivencia. La necesi-dad de protección para aquellos quehuyen de un conflicto es una necesidadmientras dure su riesgo, y el mandatode protección a los refugiados deberíaevolucionar pro-activamente dentro delas asociaciones regionales existentes.Se deberían desarrollar planteamientosque respondan a preocupaciones sobreinmigración “por la puerta falsa” yalienten a la responsabilidad regionalen el reparto de cargas. La protecciónmientras dure el riesgo debería signifi-car protección temporal, una aprecia-ción de matices intraestatales en losregímenes de protección y derechos yhabilitaciones garantizados para aque-llos que son protegidos.

Barry Stein describió planteamientosregionales de la migración forzosausando ejemplos recientes de ÁfricaOriental y Europa, mientras queEduard Nazarski dio una visión gene-ral de la evolución europea desde 1989.Nazarski pintó un cuadro de crecientesrestricciones que han cambiado la ima-gen de la migración europea de una deno salida a otra de no entrada. Sugirióque el asilo mismo necesita ser protegi-do, y el reasentamiento en Europaexpandido. Hace falta que se desarro-llen políticas de integración y se armo-nicen las disposiciones de asistenciasocial para refugiados de la UE.Advirtió que retratar a los refugiadoscomo un activo positivo para la socie-dad o insistir en los imperativos mora-les parece ser ineficaz e instó a lasONG a que muestren a personascorrientes en circunstancias corrientes.

Para más información, lista de participantes yresúmenes vean la página web de los organiza-dores locales, Programa de Salud Mental de laComunidad de Gaza, en http://www.gcmhp.net

Informe de Joanne van Selm – Thorburn,Universidad de Amsterdam.

Para ingresar en la IASFM pónganse encontacto con Wolfgang Bosswick(Secretario) en: European Forum forMigration Studies -Foro Europeo paraEstudios sobre la Migración-,Katharinenstr. 1, D-96052 Bamberg,Alemania. Correo electrónico: [email protected]. Páginaweb de la IASFM: http://www.uni-bamberg.de/~ba6ef3/lasinfo.htm

Taller sobre los Principios Rectoressobre Desplazamiento Interno

29-31 de marzo de 1999: Kampala,Uganda

Este taller, del que fue anfitrión elgobierno de Uganda, fue organizadopor el Consejo Noruego para losRefugiados, en cooperación con el AltoComisario de Naciones Unidas para losDerechos Humanos. Sus objetivoseran: i) promover y difundir losPrincipios Rectores sobreDesplazamiento Interno; ii) promoverel diálogo sobre la protección y lasnecesidades asistenciales de los des-plazados internos en Uganda; iii) ani-mar a organizaciones que trabajan conlos desplazados internos a que com-partan entre ellas mismas su experien-cia de trabajo y mejores prácticas; iv)hacer operacionales los PrincipiosRectores sobre el terreno; y v) sometera prueba, promover y seguir desarro-llando un manual de formación eficazy útil para que sea usado en otrostalleres a nivel nacional.

El taller estuvo basado en una serie detemas extraídos de los PrincipiosRectores e intentó incorporar experien-cia práctica y propuestas para respues-ta por medio de un formato de discu-siones y recomendaciones de grupo detrabajo. En los grupos de trabajo, sepidió a los participantes que identifica-ran problemas y cuestiones de interésa las que se enfrentan los desplazadosinternos (DI) que se plantean antes ydurante el desplazamiento. Las preo-cupaciones fueron agrupadas en unplanteamiento basado en derechossegún las siguientes categorías: pro-blemas de discriminación; amenazas ala libertad de movimientos (inclusiveprotección contra el desplazamientoarbitrario, movimientos durante el des-plazamiento y el derecho a marcharse);seguridad física; y otras necesidadesesenciales y básicas (inclusive necesi-dades de subsistencia, salud, docu-mentación y propiedad).

Está disponible un informe de 19 páginas deltaller con recomendaciones y Módulos deFormación para organizar un taller similar.

Contacto: Global IDP Survey, NRC, CheminMoïse-Duboule 59, CH-1209 Ginebra, Suiza.Tel: +41 22 788 8085Fax: +41 22 788 8086Correo electrónico: [email protected]

conferenciasconferencias6ª Conferencia de la IRAP (International Association for the Study ofForced Migration) (Asociación Internacional para el Estudio de laMigración Forzosa): 13-16 de diciembre 1998: Jerusalén

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MIGRACIONES FORZOSAS revista38 Abril 1999, 4

El mandato de protección delACNUR18 de septiembre de 1998: La Haya, losPaíses Bajos

Esta conferencia internacional, organi-zada por el Working Group onInternational Refugee Policy -Grupo deTrabajo sobre Política Internacional deRefugiados-, proporcionó un foro dedebate sobre las implicaciones de laexpansión de las actividades delACNUR durante la última década. Eldebate dio origen a cuestiones de defi-nición y reveló la necesidad de unadefinición más clara de “protección”.La reunión demostró claramente quelas cuestiones que rodean la evolucióndel mandato de protección del ACNURtocan aspectos mucho más ampliosque sólo la protección a los refugiados;respuestas y soluciones, por tanto,implican a varios actores, no sólo alACNUR. En este contexto, se expresó lanecesidad de una articulación másclara de los mandatos del ACNUR, elCICR y la Oficina del Alto Comisariopara Derechos Humanos (OHCHR). Sesugirió que otros que el ACNUR, espe-cialmente el CICR, deberían estar másocupados en asistencia a los DI, mien-tras que se previó para la OHCHR unpapel más activo referente a la obser-vación de los refugiados.

La conferencia reafirmó el mandato deprotección del ACNUR e hizo variassugerencias para salvaguardar su papela este respecto. El ACNUR debería, porejemplo, definir más claramente susreferencias y objetivos de protección;mayor claridad, transparencia y cohe-rencia probablemente aumentarían ladisposición de los estados a atenerse apolíticas de protección tal como sepromueven por la organización. En elaspecto institucional, se sugirió que sedebería realzar y fortalecer tanto laSección de Protección Internacionalcomo la capacidad de protección de lasoficinas regionales. Se animó ademásal ACNUR a que continúe enfatizandola responsabilidad de los estados en eldebate sobre la protección y revigoriceel apoyo estatal para su mandato deprotección. Por otro lado, se sugirióque se podría desarrollar más el papelde la sociedad civil y las ONG comoaliados del ACNUR, con el ACNURhaciendo mejor uso de recursos loca-les.

Para el informe completo de 14 páginas, pón-ganse en contacto con: Frederiek de Vlaming,WGIRP, c/o Dutch Refugee Council -ConsejoHolandés para los Refugiados-, PO Box -Apartado de Correos- 2894, 1000 CWAmsterdam, Países Bajos.Tel: +31 20 346 7200Fax: +31 20 617 8155Correo electrónico:[email protected]

Arreglándoselas para sobrevivir:solicitantes de asilo, refugiados ygestión de la vivienda en caserossociales registrados Solicitantes de asilo y organizacionesque les proporcionan cuidados y pres-tan apoyo en el Reino Unido han sidolas víctimas de importantes cambiosen la legislación y la política en estosúltimos años. Un nuevo estudio deRoger Zetter y Martyn Pearl, de laOxford Brookes University, confirmaque legislación clave en 1996 -laHousing Act (Ley de Vivienda) y laAsylum & Immigration Act (Ley deAsilo e Inmigración)- ha creado barre-ras insuperables, en ninguna parte másevidentes que en controlar el acceso avivienda social y pública para este vul-nerable grupo de clientes. Este estudiodemuestra que las asociaciones devivienda han surgido como los princi-pales proveedores, pero que la buenapráctica es desigual e inconsecuente.Dado que es probable que el papel delas asociaciones de vivienda se incre-mente con el Libro Blanco del gobiernorecientemente publicado -Fairer, Fasterand Firmer (Más justo, más rápido ymás firme)- es vital que se abordenrápidamente los defectos. Zetter yPearl examinan temas de buena prácti-ca, del papel de los grupos de la comu-nidad de refugiados y las respuestasde los clientes, y hacen varias reco-mendaciones.

Pónganse en contacto con Roger Zetter yMartyn Pearl en School of Planning, OxfordBrookes University, Gipsy Lane, Oxford OX3OBP, Reino Unido. Correo electrónico:[email protected] o: [email protected]

Desmovilización en CamboyaLa desmovilización -la desmilitariza-ción y la recogida de armas- en un paíscomo Camboya requiere considerablesensibilidad. Camboya ha conocido laguerra durante casi cuatro décadas, lasarmas están en todas partes y hay aúnmuchas tensiones en la sociedad. Ladesmovilización es esencial, sinembargo, si tiene que retornar la paz ydebería ser una prioridad ahora, des-pués de las elecciones. El doctor DidierBertrand, becario de investigación dela CE en el RSP, está investigando losvínculos entre desmovilización y desa-rrollo. La desmovilización debería serun programa de desarrollo de basepopular, que incluya estrategias paraabordar las necesidades sociales y desalud mental de los ex soldados.Además, hay la cuestión de si es o nomejor conservar la jerarquía militar y

la organización social; los jefes milita-res tienen habilidades que podrían seraprovechadas para la vida civil, y algu-nas unidades militares podrían serconservadas como compañías paraemprender obras públicas, en China yVietnam. Habiendo evaluado las habili-dades y las esperanzas para su futurode los soldados, la meta principal deun programa de desmovilización seríaremovilizarles de una manera más pro-vechosa para ellos mismos y para lasociedad.

Para más información, pónganse en contactocon Didier Bertrand en RSP, 21 St Giles, OxfordOX1 3LA, Reino Unido.Tel: +44 (0)1865 270722Fax: +44 (0)1865 270721 Correo electrónico:[email protected]

Proyecto Capacidades Locales porla PazLos trabajadores de la ayuda hanaprendido muchas lecciones prácticassobre cómo interactúa la ayuda con elconflicto. Usando estas lecciones, pue-den mejorar el trabajo futuro para ase-gurar que la ayuda que den haga elbien que está destinada a hacer sin, almismo tiempo, alimentar y exacerbarinadvertidamente el conflicto. Pormedio del Local Capacities for PeaceProject (Proyecto de CapacidadesLocales por la Paz, un esfuerzo encolaboración empezado en 1994 queimplica a muchas ONG, siete gobiernosdonantes y varios organismos de lasNaciones Unidas), se derivaron estaslecciones de la experiencia basada enel terreno de numerosos proyectos yprogramas de ayuda alrededor delmundo.

De esta diversidad de experiencias sur-gieron claros modelos de interacciónentre ayuda y conflicto. Éstos han sidopublicados en un reciente volumentitulado Do No Harm: How Aid CanSupport Peace -Or War de Mary B.Anderson (detalles más abajo)

Para más información sobre el Local Capacitiesfor Peace Proyect y/o para encargar Do NoHarm, visiten la página web del Proyecto enwww.cdainc.com o pónganse en contacto conMary Anderson en The Collaborative forDevelopment Action Inc, 26 Walker Street,Cambridge, MA 02138, EE.UU. Correo electróni-co: [email protected]

Para encargar el libro por correo (ISBN 1-55587-834-2; 16.95 US$), pónganse en contac-to con: Lynne Rienner Publishers, 1800 30thStreet, Suite 314, Boulder, CO 80301, EE.UU.Tel: +1 303 444 6684. Fax: +1 303 444 0824.

conferencias investigacióninvestigación

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MIGRACIONES FORZOSAS revista 39Abril 1999, 4

noticiasLos Principios Rectores y el concepto de protección Entre los debates interesantes que tie-nen lugar hoy está el intento de definirel concepto de protección. Tal comoestán las cosas el concepto significamuchas cosas para muchas personas.Reuniendo a varios expertos en elcampo para llegar a un entendimientocomún, el Comité Internacional de laCruz Roja y algunas otras ONG estánencaminándose en una dirección alenta-dora.

Para algunos el término “protección”aún implica una presencia física, comoen un agente de policía que está real-mente entre un agresor y una víctimapotencial. La proximidad física como talestá implícita cuando se habla de pre-sencia internacional para evitar o redu-cir abusos contra los derechos huma-nos. Para otros la protección está aúnlimitada a la idea de protección a losrefugiados tal como se define por elConvenio sobre Refugiados de 1951.Para profesores universitarios y profe-sionales interesados en problemas dedesplazamiento interno, el termino“protección” ofrece algunos interesantesdesafíos, especialmente ya que la pro-tección legal a los desplazados internos(DI) requiere encontrar un terreno neu-tral entre los conceptos que se oponende soberanía estatal e intervencióninternacional.

Se requiere entonces una gran cantidadde reflexión para definir la protección alos DI y fortalecer el papel de protec-ción de la comunidad humanitaria inter-nacional. Además, si la comunidadhumanitaria se tiene queimplicar másen la protección a los DI requiere losinstrumentos con los que hacerlo.

Sobre el primer punto, el de la refle-xión, el CICR en tres talleres anuales hacontemplado la definición de proteccióny la ha definido de una manera progre-sivamente general. En su taller de 1996sobre protección, concluyó, por ejem-plo, que la protección era:

"todas las actividades que consisten enrecoger información sobre violacionesde los derechos humanos y el derechohumanitario internacional (y el códigode ética profesional) para dar a las auto-ridades competentes los medios paraimpedir, poner fin a, o evitar la repeti-ción de tales violaciones y convencerlesde que tomen las medidas apropiadas”1.

En 1998, concluyó:

"La protección, en el caso de actoreshumanitarios, incluye todas las activida-des concebidas para ayudar a las autori-dades competentes a impedir, poner fina o evitar que ocurran o se repitan vio-laciones de los derechos humanos inter-

nacionales, el derecho humanitario y elderecho sobre refugiados y asegurarsede persuadirles de que tomen las medi-das apropiadas”2.

Según el informe posterior a la confe-rencia, a los participantes les parecíaque la definición de arriba era demasia-do restrictiva y concentrada en situacio-nes de crisis. Había también preocupa-ción de que una definición no deberíaponer demasiado énfasis en ayudar alas autoridades competentes. Para eltaller de 1999 se presentó otra defini-ción formulada como una declaraciónde intenciones:

"El concepto de protección abarca todaslas actividades dirigidas a obtener plenorespeto por los derechos del individuode acuerdo con la letra y el espíritu delos cuerpos jurídicos pertinentes (esdecir, derecho de los derechos huma-nos, derecho humanitario internacional,derecho sobre refugiados)”3.

En todos los casos las definicionesenfatizan un papel activo para lasorganizaciones humanitarias en lacompleta gama de actividades de pro-tección que incluyen prevención ydisuasión del abuso de derechos asícomo respuesta a las violaciones. Ladefinición alienta claramente un con-cepto de protección que va más allá dela idea tradicional y limitada de protec-ción por presencia. El taller mismo y ladefinición también establecen la protec-ción como una responsabilidad másamplia de las organizaciones humanita-rias y no la competencia exclusiva deONG de derechos humanos, u organiza-ciones tales como el ACNUR, el CICR oel Alto Comisario para DerechosHumanos.

Con un espacio establecido para que lasorganizaciones humanitarias no guber-namentales se impliquen en la protec-ción, la cuestión para la protección a losDI es también si los Principios Rectoressobre Desplazamiento Interno serán ins-trumentos adecuados para el cometido.A continuación de su aprobación por laComisión de Derechos Humanos, eldesafío es el hacer operativos los princi-pios y su incorporación al conjunto deinstrumentos de la protección. Claro,las conclusiones de la Conferencia deAddis Abeba4 indican que las ONG tie-nen muchas ganas de ayudar en la difu-sión de los principios para lograr la másamplia audiencia posible. Sin embargo,el auténtico desafío será si las ONGhumanitarias y de socorro quieren irmás allá de la simple promoción y difu-sión de los Principios Rectores. Enausencia de una institución internacio-nal responsable de los DI, ¿estará lacomunidad de ONG, por ejemplo, prepa-rada para usar los Principios Rectorescomo el núcleo de un aumento de su

implicación para mejorar la protecciónde aquellos que son desplazados inter-nos?

Hay diversas maneras en las que lasONG humanitarias pueden usar losPrincipios Rectores como un instru-mento de protección. MSF-Holanda,una de las agencias de socorro másorientadas a la protección, ha estadomucho tiempo en el primer plano de laincorporación de la protección en susprogramas esenciales y ofrece variasmaneras de integrar los PrincipiosRectores por medio de su política detemoignage o testimonio. El ejemplo dePeople's Voice for Peace (La voz del pue-blo por la paz), una ONG ugandesa, tam-bién ilustra una ruta valiente para ONGnacionales dispuestas a documentarabusos a los derechos humanos y con-frontar a los gobiernos con sus respon-sabilidades. El Consejo Noruego paralos Refugiados, que ha estado implicadocon DI durante los últimos 20 años,también muestra ejemplos de trabajo deprotección a DI tales como su programade derechos civiles en Eslavonia orien-tal, Croacia, o el Project CounsellingService -Servicio de Asesoramiento deProyectos- en Colombia, e incluso unprograma de radio en Burundi que com-bina educación sobre el VIH/SIDA conpromoción de los derechos humanos.Evidentemente la mayor implicación delas ONG en la protección y el uso de losPrincipios Rectores como un instrumen-to de protección de las ONG son temascontrovertidos con ramificaciones demucho alcance. No todas las ONG huma-nitarias o de socorro tienen muchasganas de llegar a estar “más implica-das”. Una de las razones para la reticen-cia ha sido siempre una creencia de quelas cuestiones de protección son dema-siado sensibles. Esa perspectiva, sinembargo, está desapareciendo gradual-mente a medida que las ONG se dancuenta de que tienen un importante yprofundo papel de protección, en efec-to, una responsabilidad. Sin duda, laprotección es una empresa sensible,pero desglosada en pequeños compo-nentes o actividades no es una tarea tanabrumadora como parece.

Marc Vincent, Coordinador, GlobalIDP Survey

Notas 1. Protection Toward Professional Standards -La pro-tección hacia criterios profesionales-, Report of theWorkshop -Informe del taller-, 17-19 de marzo, 1998,CICR, pág. 21. 2. Ibíd., pág. 22. 3. ICRC Background Paper for the 3rd Workshop onProtection -Documento de Fondo del CICR para el 3erTaller sobre Protección-, celebrado en Ginebra del 18al 20 de enero de 1999. 4. Internal displacement in Africa (Desplazamientointerno en África), Informe de un taller celebrado enAddis Abeba, Etiopía. Para solicitar una copia póngan-se en contacto con Jeff Crisp, ACNUR, CP 2500, CH-1211 Ginebra 2, Suiza. Correo electrónico:[email protected]

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MIGRACIONES FORZOSAS revista40 Abril 1999, 4

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s Military-Civilian Interactions: Interveningin Humanitarian Crisesde Thomas G Weiss. 1999. 279 págs.ISBN 0-8476-8746-5 (rústica) 18,95 US$ISBN 0-8476-8745-7 (cartoné) 55,00 US$

Military-Civilian Interactions examina las fuer-zas armadas y la acción humanitaria pasada ypresente, y presenta un marco para estimarcostes militares y beneficios civiles de la inter-vención. Siguen estudios de cinco casos: Iraqseptentrional (1991-1996), Somalia (1992-1995), Bosnia (1992-1995), Ruanda (1994-1995)y Haití (1991-1996). Concluye con un capítulosobre la intervención humanitaria: costes,beneficios, dilemas.Pónganse en contacto con Rowman & LittlefieldPublishers Inc en: 4720 Boston Way, Lanham,Maryland 20706, EE.UU. Tel: +1 800 273 5720 oen: 12 Hid's Copse Road, Cumnor Hill, OxfordOX2 9JJ, Reino Unido.

Refugees: Perspectives on the Experienceof Forced MigrationEn edición de Alastair Ager. 1999. 256 pp. ISBN 0-304-33923-7 (en rústica) 13,60 libras esterlinas(incluye 20% de descuento de prepublicación si seencarga antes del 30 de junio de 1999). Franqueo yembalaje 5 libras más en el Reino Unido; en otraspartes, añadir el 15% del valor del pedido.

Esta publicación reúne autores de una gama dedisciplinas para analizar las fuerzas políticas,sociales y psicológicas clave que dan forma ala experiencia contemporánea de la migraciónforzosa. Considera dimensiones globales,sociales y personales del desplazamiento,demostrando su estrecha interrelación en for-jar la experiencia del refugio. Temas recurren-tes incluyen la importancia de valorar losrecursos, capacidades y significados indígenasde las comunidades de refugiados, y la vincula-ción íntima de lo personal y lo político en lasvidas de los refugiados. Además de proporcio-nar una penetración más profunda en los desa-fíos y tensiones de la experiencia del refugia-do, este libro procura proporcionar un funda-mento para un debate más informado sobre laasistencia a los refugiados y las políticas ypráctica del asilo.Pónganse en contacto con: Catherine Johnston,Cassell Academic, Wellington House, 125 Strand,London WC2R OBB, Reino Unido.Tel: +44 (0)171 420 5555.Fax: +44 (0)171 240 8531.Para encargar en EE.UU., pónganse en contactocon: Cassell & Continuum, PO Box 605, Dulles,Virginia, VA 20172.Tel: + 800 561 7704.Fax: + 800 703 661 1501.

The End of the Refugee Cycle? RefugeeRepatriation and ReconstructionEn edición de Richard Black & Khalid Koser. Refugee& Forced Migration Studies, Vol. 4. Berghahn Booksen asociación con el RSP. 1999. 275 pp. ISBN 1-57181-715-8 (rústica). 14,50 libras esterlinas (rústi-ca); 40,00 libras esterlinas (cartoné).

Se esperaba que los años noventa se convirtie-ran en la “década de la repatriación”. Sinembargo, aunque más de nueve millones derefugiados fueron repatriados mundialmenteentre 1991 y 1995, hay razones para creer quepuede que no sea necesariamente una soluciónduradera para los refugiados. Con su perspecti-va global, este libro reune conclusiones devariadas experiencias de repatriación de refu-giados y define la repatriación y la recons-trucción como parte de un ciclo de los refugia-dos más amplio e interrelacionado de despla-zamiento, exilio y retorno. Los estudios decasos incluyen Camboya, Afganistán, Eritrea,Mozambique, Bosnia-Herzegovina, los tamilessuizos, Zaire, Rusia, Angola y Guatemala.Pónganse en contacto con: Berghahn Books, 55John Street, 3rd Floor, New York, NY 10038 EE.UU.Tel: + 1 212 233 1075 Fax: +1 212 791 5246Correo electrónico: [email protected]

EnfancesPublicado por Enfants Réfugiés du Monde. Fotografíasde Chirstophe Kuhn. Texto de J.M.L. Le Clézio.Contacto: Enfants Réfugiés du Monde, 34 rue GastonLauriau, 93512 Montreuil Cedex, Francia. Tel.: + 3301 48596029. Fax: + 01 48596488. Correo electrónico: [email protected]

Libro de fotografías que reflejan las diferentessituaciones de los niños refugiados en diversaspartes del mundo.

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MIGRACIONES FORZOSAS revista 41Abril 1999, 4

Anuario CIP 1999Guerras en el sistema mundial: Kosovo,Oriente Medio, África, América Latina,China y Rusia, Ayuda Humanitaria...Ed.: Icaria Editoria. Centro deInvestigaciones para la Paz. FundaciónHogar del Empleado. Duque de Sesto 40.Tel.: 91 4310280. Fax: 915779550.Correo electrónico: [email protected]

El Anuario del CIP presenta estudiosde la mayor parte de los conflictosarmados actuales, análisis de las ten-dencias sobre guerra y paz en las rela-ciones internacionales y evaluación delas respuestas humanitarias, desdeKosovo hasta Kurdistán, pasando porIndonesia, América Latina, ÁfricaSubsahariana y Oriente Medio. En estaedición se ofrece además una ampliasección sobre Kosovo.

El laberinto humanitarioPublicado por Médicos sin Fronteras. Ed.:Acento Editorial. Comercializa CESMA SAAguacate, 44 - 28044 Madrid. ISBN: 84-483-0421-7. 218 pp.

Este libro se ha basado en los conteni-dos y conclusiones del seminario “Losretos de la acción humanitaria ante elsiglo XXI” celebrado en El Escorial elpasado año, en el cual participarondiversas instituciones y ONGD. Suobjetivo es contribuir a mejorar la cali-dad y la diversidad del debate humani-tario. Su contenido incluye temas

como la ética de la ayuda humanitaria,las finanzas de la ayuda humanitaria.,la crisis de la salud, la lucha contra laviolencia, abordando finalmente losretos del fin del siglo.

Contra la impunidad en defensade los derechos humanosPublicado por la Plataforma argentina con-tra la impunidad, de Barcelona. EditorialIcaria, Ausias Marc 16, 3º 2ª, 08010Barcelona. Correo electrónico:[email protected]. ISBN:84-7426-379-4. 304 pp.

Este libro es producto del trabajo de laPlataforma Argentina contra laImpunidad de Barcelona, que en 1997organizó un simposio en Barcelona,con la presencia de juristas, escritores,profesores y víctimas de la represiónde diferentes países en el mundo com-prometidos con el tema. La intenciónde este documento es contribuir a ladiscusión sobre la impunidad y losderechos humanos en un momento enque el mundo entero sigue observandocon horror las huellas del delito, tortu-ra, secuestro, desaparición de perso-nas, genocidios, crímenes de lesahumanidad, y soportando el dolor delo vivido.

Publicaciones periódicas

The World Guide 1999/2000:A view from the southpor el New Internationalist y el Instituto delTercer Mundo. Publicado en inglés y espa-ñol. 628 págs. ISBN: 1-869847-68-7.24,95 libras esterlinas (rústica); 49,95libras esterlinas (tapas duras). También dis-ponible en CD-Rom: 39,95 libras esterlinas.

The World Guide incluye hechos einformación sobre 235 países, más de250 mapas, 650 diagramas, índicecompleto y mapa desplegable delmundo. La información es proporcio-nada por una red de colaboradores yla Guía es producida por el Instituto

del Tercer Mundo en Uruguay. Estaedición del milenio también incluye85 páginas sobre los principales temasdel desarrollo del siglo y los progre-sos hechos.Pónganse en contacto con: NewInternationalist Publications Ltd, 55Rectory Road, Oxford OX4 1BW, ReinoUnido.Tel: +44 (0)1865 439615Fax: +44 (0)1865 793152Correo electrónico: [email protected]

AUSTCARE NewsAUSTCARE News informa sobre situa-ciones de refugiados, programas enultramar de AUSTCARE y trabajo edu-cativo, de campaña y recaudación defondos en Australia. Gratuito.Pónganse en contacto con: AUSTCARE,Locked Bag 15, PO Camperdown NSW1450, Australia.Tel: +61 2 9565 9111.Fax: +61 2 9550 4509.Correo electrónico:[email protected]ágina web: www.austcare.org.au

Cerigua Weekly BriefsÚltimas noticias en 4 páginas deCerigua, una agencia de noticias inde-pendiente. Disponible por correo ordi-nario o correo electrónico. Suscripciónanual: 50 US$ individuo; 75 US$ insti-tución. Envíe pago de suscripción a:ANI PO Box 578191, Chicago, Il 60657-8191, EE.UU.Pónganse en contacto con Cerigua en:9a Calle “A” 3-49, Zona 1, Ciudad deGuatemala, Guatemala.Tel/fax: +502 232 5519.Correo electrónico: [email protected]

Si publica o sabe de publicacio-nes que pudieran ser de interéspara otros lectores de RMF, porfavor envíen detalles (y preferi-blemente una copia) a lasDirectoras (dirección en la pági-na 2) con detalles del precio ycómo obtener una copia.

Page 42: Revista Migraciones Forzadas 4

MIGRACIONES FORZOSAS revista42 diciembre 1998, 3

El grito del otro: arqueología de lamarginación racial

César Manzanos Bilbao. Colección: VentanaAbierta. 352 páginas. ISBN: 84-309-3318-2. Editorial Tecnos - Juan Ignacio Luca deTena, 15 - 28027 Madrid. Tf.: 913 93 8686 - www.tecnos.es

La obra resalta por su novedosa aporta-ción metodológica y conceptual al estu-dio de los procesos de movilidad espa-cial en nuestro contexto social actual. Sufinalidad es aportar elementos de cono-cimiento para romper, o quebrar almenos, las semánticas y políticas quepotencian y construyen la separaciónentre el otro y el nosotros. El fenómenomigratorio es el más antiguo de la huma-nidad, ha sido el origen de multitud deguerras y ha ocasionado infinidad desangrientas contiendas y genocidios a lolargo de la historia. El contacto impuestoen términos de poder entre individuos ypueblos genera estereotipos, provocaprejuicios, actitudes y prácticas racistas.En esta obra el autor consigue con acier-to descodificar las expresiones de nues-tros estereotipos y prejuicios racistas,de nuestras actitudes xenófobas, y lohace desde las vivencias y percepcionesde las personas que emigran hacia den-tro de la muralla europea. Convierte alas personas inmigrantes extracomunita-rias en antropólogos sociales, y median-te la observación participante, a travésde sus testimonios, nos aportan clavespara entender la naturaleza y caracterís-ticas de la discriminación racial en nues-tras sociedades. Son observadores privi-legiados que tienen mucho que enseñar-nos de nosotros mismos y nos alertandel talante real de algunas de las políti-cas en las que hoy se está fundamentan-do tanto el llamado proyecto europeo,como las políticas de exclusión social delos minoritarios países ricos hacia elresto de la humanidad.

La Revista sobre Migraciones Forzosasestá financiada principalmente con fondos

procedentes de instituciones y agenciasimplicadas en el desarrollo y el trabajo

humanitario. Nos gustaría agradecer a lassiguientes organizaciones su compromiso

con la Revista sobre Migraciones Forzosas en1999:

Comisión Europea - DGIACAFOD

World Vision (R.U.)Trocaire

Oxfam GBAUSTCARE/Consejo Australiano para la Ayuda al Extranjero

Consejo Danés para los RefugiadosConsejo Noruego para los RefugiadosFundación Ford, Oficina de El Cairopu

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sRevista sobre Migraciones Forzosas

Junta Editorial AsesoraJon Bennett

Asesor

Charles ClaytonDirector Ejecutivo, World Vision-Reino Unido

Khadija ElmadmadProfesora, Facultad de Derecho, Universidad de Casablanca

Maurice HersonCoordinador de Emergencias para Latinoamérica y Europa del Este,

Oxfam-Gran Bretaña

Rehana KirthisinghaEncargada Superior de Programas, Grupo para Oriente Medio, Europa y Asia

Central, Ayuda Cristiana

Eigil Olsen Jefe de la Sección para Latinoamérica, Consejo Noruego para los Refugiados,

Oslo

Jill RutterAsesora Nacional para Educación, El Consejo para Refugiados (Londres)

Lyndall SachsOficial para la Información Pública, ACNUR, Delegación para Gran Bretaña e

Irlanda

Dan SeymourEncargado de Derechos Humanos, SCF/Reino Unido

David TurtonDirector, Programa de Estudios para Refugiados, Universidad de Oxford

Marc VincentCoordinador, Global IDP Survey, Consejo Noruego para Refugiados, Oslo

Laurence WhiteheadProfesor titular de Política, Nuffield College, Universidad de Oxford

Page 43: Revista Migraciones Forzadas 4

MIGRACIONES FORZOSAS revista 43diciembre 1998, 3

páginas webdirectorio deBioforcehttp://www.bioforce.assoc.frFormación y asesoramiento para traba-jadores de ayuda, más servicios deconsultoría. Para más informaciónsobre el trabajo de formación deBioforce, pónganse en contacto conMonique Cardot en Bioforce, 44 boule-vard L9, 69694 Venissieux Cedex,Francia.Teléfono: + 33 472 893141Fax: + 33 478 702712Correo electrónico: [email protected]

Cinfohttp://www.cinfo.chCinfo asiste a instituciones de ayudaque buscan personal y proporcionaconsejo y orientación para personalque se prepara para un nombramientoen el extranjero y para aquellos queregresan de una misión. Concebidoprincipalmente para individuos e insti-tuciones suizos.

InterActionhttp://www.interaction.org/disaster/index.htmlNGO security training: Report of theWorking Group on NGO SecurityTraining Curriculum, 1998,InterAction/OFDA

CICR: Comité Internacional de la CruzRojahttp://www.icrc.orgProporciona actualizaciones semanalesde noticias, detalles de operacionespor país, enlace con la InternationalReview of the Red Cross -RevistaInternacional de la Cruz Roja-, galeríade fotos y un artículo especial sobre“cuestiones y temas”. Véase tambiénsu documento de trabajo Report on theUse of Armed Protection forHumanitarian Assistance -Informesobre el uso de protección armadapara asistencia humanitaria-, Consejode Delegados, Ginebra, 1-2 de diciem-bre de 1995.

Kontakt der Kontinentenhttp://www.oneworld.org/euconflict/guides/orgs/eu_h-s/366a.htmKontakt der Kontinenten es un centrode formación y conferencias. KdK ofre-

ce programas especiales de formaciónque preparan a aquellos que operan enzonas de conflicto. Para más informa-ción, pónganse en contacto con HenkBakker, Department of InternationalCooperation, Kontakt der Kontinenten,Amersfoortsestraat 20, 3769 ASSoesterberg, Países Bajos.Teléfono: +31 346 351755Fax: +31 346 354735Correo electrónico: [email protected]

People in Aidhttp://www.redr.org.uk/Code of best practice in the manage-ment and support of aid personnel,(Código de mejores prácticas en la ges-tión y apoyo del personal de la ayuda),RRN, ODI, 1997/1998. ISBN 0-85003-336-5. O en www.redr.org.uk/PIAcode.html. Disponible en inglés, francés yespañol. 11 agencias del Reino Unido eIrlanda están tomando parte en unaprueba de tres años del Código volun-tario. Under cover? Insurance for aidworkers (¿Bajo cobertura? Seguro paratrabajadores de ayuda), 1998. O en:http://www.redr.org.uk/PIAinsure.html. People in Aid también realizauna actualización regular. Contacto:People in Aid, c/o InternationalPersonnel -Personal International-,BRCS, 9 Grosvenor Crescent, LondonSW1X 7EJ, Reino Unido. Teléfono/fax:+44 (0)171 235 0895. Correo electróni-co: [email protected] Página webpara People in Aid de próxima apari-ción.

RedRhttp://www.redr.orgLa página web de RedR incluye elPeople in Aid Code e informaciónsobre seguros, como se indica ante-riormente, y da completa informaciónsobre el programa de formación deRedR (tal como se proporciona porRedR Londres, Australia y NuevaZelanda) y recursos/publicaciones.

Bibliografía R. Adams, Humanitarian action inwar. Aid, protection and impartiality ina policy vacuum, OUP, Oxford, 1996.

A. Bouvier, “Convention on the safetyof UN and associated personnel.Presentation and analysis” (Conveniosobre la seguridad del personal deNaciones Unidas y asociado.Presentación y análisis), InternationalReview of the Red Cross -RevistaInternacional de la Cruz Roja- 35,1995, págs. 638-666.

K. Van Brabant, “Security guidelines.No guarantee for improved security”,RRN Newsletter No 7, ODI, 1997, págs.6-8; “Cool ground for aid providers:towards better security managementin aid agencies” (Terreno fresco paraproveedores de ayuda: hacia unamejor gestión de la seguridad en lasagencias de ayuda), Disasters, 1998,22(2), págs. 109-125; “Security andhumanitarian space: an aid agencyperspective” en German Red Cross/Institute for InternationalHumanitarian law -Cruz RojaAlemana/Instituto para el DerechoHumanitario Internacional-, Bochum,Alemania, Humanitares Volkerrecht(Derecho Humanitario Internacional),número de primavera.

J. de Courten, Towards a more secureenvironment (Hacia un entorno másseguro), CICR, Ginebra, 1997.

M. Cutts & A. Dingle, “Safety first.Protecting NGO employees who workin areas of conflict”, SCF, Londres,1995.

J. Dworken, “Where there is no data.Patterns, trends and unanswered ques-tions concerning relief work securityproblems, 1998. Pónganse en contactocon: [email protected]

ECHO, “Working Paper on security ofrelief workers and humanitarian space”(Documento de trabajo sobre seguri-dad de los trabajadores de la ayuda yespacio humanitario), 1988. 20 págs.Contacto: [email protected]

R. McGrath, Landmines. Legacy ofconflict (Minas terrestres. Legado delconflicto), Oxfam, Oxford, 1994.

MSF, Le Guide Securité (La guía deseguridad), Bruselas, 1996.

D. I. Roberts, “Staying Alive. Safetyand security guidelines for humanita-rian volunteers in conflict areas”(Seguir vivo. Directivas de seguridadpara voluntarios humanitarios enzonas de conflicto), CICR, Ginebra,1999.N

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Te ves obligado a vivir lejos de tu familia. Trabajas todo el día en el campo.Comienzas a trabajar a las 6.30-7.00 de la manaña y no acabas hasta el anochecer.

Siete días a la semana. Sin tiempo para el descanso. Todo se acumula al final.Además los refugiados para los que trabajábamos eran a menudo bastante hosti-

les... Si la comida se retrasaba más de una semana, venían ansiosos, cortaban árbo-les, nos amenazaban, etc... Así que te sientes preocupado cuando el convoy [ayudaalimentaria] no ha llegado. Sabes que tendrás visitantes. Tendrás que ir y dar expli-

caciones a un hombre hambriento. No puede evitar gritarte.

Encargado de Distribución local de Oxfam GB, Ikafe, Uganda.Tomado de Rebuilding Communities in a Refugee Settlement: A Case book from Unganda: véase sección de Publicaciones)