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Revista digital de literatura
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REVISTA PERIFERIA EDICIÓN Nº 5 PUBLICACION DIGITAL SEMESTRAL TALLER LITERARIO EN LOS LOBOS
Es Junio y ha comenzado el invierno, sus horas frías tienden a entumecernos y
gruesos abrigos nos protegen, pareciera que nada es suficiente, sin embargo
hay algo que nunca deja de refugiar el alma y el espíritu: las letras y la pasión
por ellas. Hoy presentamos el número cinco de nuestra revista digital de
literatura Periferia, por sus páginas leerán los versos del jovencísimo poeta de
Coronel Nicolás Ponce de León, Mariela Ríos, Juan Pablo Cifuentes de Los
Ángeles, Betty Fernández de Lebu, Sergio Rodríguez de Chillán y de una de
nuestras grandes poetas chilenas, Teresa Calderón quien no podía estar
ausente con una selección de poemas de su magnífico libro Elefante, ganador
del Altazor 2009, a quien deseamos homenajear en esta edición. Una
entrevista al poeta de Concepción Alejandro Ananías nos permitirá conocer
más de su posición ante la creación poética. Nos adentraremos en la narrativa
de Roxana Heise, el universo del microcuento también presente en la narrativa
de la escritora Mariela Rios Ruiz-Tagle, reconoceremos las letras de Medardo
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Urbina, del poeta angelino Juan Pablo Cifuentes y de nuestro inquieto y
prolífico creador penquista, Andros. Desde Quilpué recibimos la valiosa
colaboración del destacado hombre de letras don Luis Ossa Gajardo y sus
reminiscencias de Gabriela Mistral y desde Suecia el valioso y generoso aporte
del escritor Norton Contreras. Con seguridad el genio y vocación literaria de
cada uno de nuestros autores y colaboradores, dará cálido resplandor a este
trabajo digital que surge desde la provincia al mundo y que mueve nuestro
accionar: difundir nuestra literatura regional y nacional.
Mª Cristina Ogalde Talleres en Cerro Los Lobos de Talcahuano
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Camino al taller
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A LOS TALLERES
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POESIA
1. MARIELA RIOS RUIZ-TAGLE-SANTIAGO 2. JUAN PABLO CIFUENTES-LOS ANGELES 3. BETTY FERNANDEZ-LEBU 4. SERGIO RODRIGUEZ ARANIS-CHILLAN 5. TERESA CALDERÓN - SANTIAGO 6. NICOLÁS PONCE DE LEÓN- CORONEL
NARRATIVA
1. ROXANA HEISE -CONCEPCION 2. MEDARDO URBINA-CONCEPCION 3. JUAN PABLO CIFUENTES-LOS ANGELES 4. ANDROS- CONCEPCION 5. INGRID ODGERS- CONCEPCIÓN 6. MARIELA RIOS RUIZ-TAGLE
ARTICULOS
• Obra de Teresa Calderón • Presencia de Gabriela Mistral en Quilpué por Don Luis Ossa Gajardo • La magia de la literatura por el escritor y poeta chileno Norton Contreras
Robledo desde Suiza COMENTARIO LITERARIO Frenético sosiego ENTREVISTA Alejandro Ananías
Entrevista de la escritora Ingrid Odgers al Poeta Alejandro Ananías
Concepción - Chile 1.- Alejandro, nos has sorprendido gratamente con tu faceta de artista plástico, pero hoy nos centraremos únicamente en la literaria. ¿Cómo fue tu acercamiento a la creación poética? R.- Propiamente tal, la poesía nació en mi cuando comencé a leer las obras de Khalil
Gibran. Sus versos y sus metáforas se impregnaron en mis huesos al punto de
convertirse en un guía espiritual, en momentos que atravesaba difíciles trances. De ahí
para adelante, todo fue prueba y error, hasta llegar a un primer taller literario donde
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comencé a plantearme la posibilidad seria de escribir más sistemáticamente, si puede
decirse así.
2.- En un comentario que realizara en relación a tu poesía mencioné cierta influencia de Parra y Bertoni ¿estás de acuerdo con ello? R..- Creo sentirme bastante identificado con Bertoni, tanto con su discurso poético, pero
por sobre todo, con su actitud poética frente a la vida. El carácter de ermitaño que posee
viviendo en Concón me resulta tremendamente cautivante, no tanto por la soledad, sino
por el desenfado de aislarse realmente del medio agresivo en que se ha convertido la
sociedad; sociedad que ya casi no da cabida a aspectos tan etéreos como la poesía o la
música. Parra, para mi es un loco lindo, eso, nada más.
3.- ¿Cómo podrías describir tu poesía desde “Clínicamente probado”, tu segundo libro al texto Mitología subterránea? . ¿A qué se debe esta escritura? Un proyecto, una inquietud… (Este último libro es de estilo trasgresor, irreverente, una fuerte crítica al sistema en general, una crítica potente a instituciones y personas del ámbito político nacional e internacional.)
R.- Como decía, todo ha sido prueba y error. Clínicamente probado fue una casualidad
producto del entusiasmo con que fue recibido y escuchado al interior del taller de
Alejandra Ziebrecht. Nunca pensé que un testimonio de vida tan personal se terminaría
convirtiendo en libro. Con respecto a Mitología Subterránea, debo decir que
corresponde a un grito de protesta, un grito en el silencio de las masas consumidoras,
pero grito al fin. En este libro hay una clara influencia del pensamiento de Eduardo
Galeano, quien me parece un escritor tremendamente lúcido, y al mismo tiempo,
tremendamente lúdico. Mi discurso poético esta claramente marcado por un tinte
anarquista que se ve reflejado, muchas veces, en la ironía y humor negro con que trato
ciertos temas bastante delicados. Mas que una inquietud, este tipo de estilo escritural
corresponde a una postura frente al sistema y a la vida.
4.-Háblanos de esta “Mitología…” por favor ¿Cómo se gestó? ¿Te sientes conforme con la publicación de este libro? R..- Había hecho varios intentos por escribir un libro contestatario. Incluso envié algún
material al fondo de becas para promocionar el libro. La situación se fue materializando,
como dije, una vez que conocí la obra de Galeano. Fue como si todos los intentos
anteriores se amalgamaran en este libro, que gentilmente, editó Mantra Ediciones.
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5.- De la Ingeniería Civil Química a la Literatura, ¿Cómo explicas esta relación . Muchos opinan que es paradojal o incomprensible… R.- Lo paradojal es que me lo pregunten. Si pensamos en los miles de trabajadores que
se ven obligados a mantener una rutina de trabajo que los somete y subyuga, dejándolos
sin la posibilidad de desarrollar sus pasiones, resulta claramente paradójica la pregunta.
Ingeniería no fue nunca de mi agrado, y doy gracias al invisible por haber puesto un
lápiz y una hoja en blanco delante de mis ojos.
6.- Tu poesía tiene un tinte irónico y humor negro. ¿Qué es para ti el humor? R..- La pregunta la encuentro de vital importancia, ya que como decía, por mis venas
corre cierto tinte anarquista. En ese sentido, el humor negro y la ironía son los
sucedáneos que he encontrado para no emplear un lenguaje más violento y afilado, que
de seguro, abriría muchas heridas que considero, por el momento, innecesarias de ser
tocadas. Eso es el humor para mí, contestando derechamente tu pregunta. Un sucedáneo
a una verdad de muy difícil digestión.
7.- La pregunta infaltable….¿Por qué escribes? R.- Escribo porque no he encontrado otra forma de mantener la paz personal durante las
jornadas de la vigilia. De hecho, nunca he podido escribir durante la noche. La vigilia
para mi es un tormento, y escribir se convierte en el refugio donde protegerme de la
violencia bancaria y la agresión consumista, por decirlo de algún modo. (Borges decía si
acaso podíamos hacer alguna otra cosa que no fuera escribir).
8.- ¿Cuáles son tus libros de cabecera hoy? . Puedes mencionar tus referentes… R.- Estoy tratando de terminar de leer varios libros; Ulises (Joyce), Conversaciones con
Goethe, La casa de Dostoieski, La vida breve, y otros más. Con respecto a algunos
referentes, yo diría que Juan Gelman es uno de ellos, y por supuesto, Enrique Lihn; lo
que he leído de Rodrigo Lira también me ha tocado mucho.
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9.- ¿Tienes algún nuevo proyecto literario? R.- No voy avanzando en base a proyectos, pero si debo confesar que trato, desde hace
años, de terminar una novela. Este año he podido avanzar bastante, y quien sabe si llego
a puerto con un trabajo narrativo inédito para lo que ha sido mi incursión en la
literatura. Con respecto a la poesía, siempre estoy trabajando y elaborando nuevas
concepciones de un concepto que ha ido desde la crítica macro (sociedad) para centrarse
en la actualidad en la crítica micro (el hombre).
10.- Lo que tú desees expresar….
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R.- Puede resultar un tanto cliché, pero sólo agradecer a quienes se han cruzado en mi
camino poético, especialmente a Alejandra Ziebrecht, y por sobre todo a Ingrid Odgers,
quien me ha ayudado a salir del closet donde tenía guardado tanto que decir.
NICOLÁS PONCE DE LEÓN TORRES –CORONEL-1991
BIO-BIBLIOGRAFÍA Nací en Coronel un 4 de junio de 1991. Estudio en el Liceo Coronel Antonio Salamanca Morales A-49. Pueden escribirme a [email protected] Talleres realizados
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Desde el año 2008 participo en el taller literario “SOBRATALLER” del liceo de coronel Antonio Salamanca Morales A-49 realizado por la profesora Norka Macarena Ortiz Carrasco. He asistido al taller literario Red Cultivarte realizado por el escritor Enrique Ulises Silva Rodriguez y en el verano al taller de literatura realizado por la célebre escritora Ingrid Odgers Toloza. POEMAS DE NICOLAS PONCE DE LEON Mi deseo
Mi deseo es ser miel que se derrama de algún árbol O fruta que alimenta un grito desesperado
Lo deseo en el atardecer de nubes coloradas
Al lanzar cuescos a la subida del cierre Cuando todo se quema y sale un conejo
En comer relleno de colchón
Tormenta de violentas cadenas
En saborear la resina del mueble
Y sacar a vuelo esta polilla
En ser río que pasa por la frente
Y lo deseo invertebrado
Porque el sapo sabe besar
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El tren muerto
El corazón tartamudo y difamo
Se lanza trastornado en curva
Al romper el candado oxidado
Jugando a tirar el pecado de la mesa
Para rallar mi propio cojín
Escupo miel para ser lo que soy
Vomitando la trágica pena del bostezo
Que salió de mis ojos y de mi sed
Carnuda gallina son los frenos cansados,
Que es como rebelión de marioneta
Cortándose las cuerdas llenas de nudos.
Se ve la cosecha disuelta en mi bolsillo
Como decir riega bien tu largo riel
Aullando grifos estaban los grillos
El trigo estaba en toda la cruz
A bailar bamba con el punto seguido
Todos juntos con la cosquilla doblada
Al medio frívolo y sagaz perro perdido
Mírame que soy el tren muerto
Avanzo adelante por paisajes de ruinas
Sin querer nada
Y queriéndolo todo.
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JUAN PABLO CIFUENTES. NARRATIVA LOS DIMINUTOS HOMBRES. Juan Pablo Cifuentes. La respiración es cada vez más acelerada. Parece que los pulmones se le van a salir por
la boca. Todo es oscuridad. Los recuerdos retornan. Está botado el muchacho en el
suelo de la sala de clases, la misma sala de clases de ayer, esa, la de la tortura, la del
sufrimiento. Otra vez lo mismo. Golpean su rostro, golpean su cuerpo, nadie lo
defiende, todos miran, otros ríen, otros miran hacia afuera. El recreo parece no terminar
nunca. Siempre lo mismo. Un incomprendido. Nunca supo cuando comenzó la
decadencia de su imagen. Solo fue de un día para otro. Así de simple. El Rulo se le
metió entre ceja y ceja. Como mueve montañas, como todo el mundo le obedece, nadie
defiende a ese muchacho.
Una compañera no se atreve a entrar a la sala. Mira atentamente como golpean al
muchacho, el mismo muchacho que le envía cartas de amor, el mismo que le regaló un
perfume francés para su cumpleaños, el mismo que en cada recreo o cuando se le ocurra
al Rulo lo azotan cruelmente. Esta vez fue físicamente. A veces son psicológicas las
torturas. Mensajes de muerte, amenazas, golpes, coscachos, empujones, insultos, son el
pan de cada día de este muchacho. Tiene un ojo negro. Tal vez el corazón sea de la
misma tonalidad.
Está en el suelo inconsciente. Ningún compañero le ayuda.
La respiración es cada vez más agitada. Hay un rostro ensangrentado. Como puede, trata
de arreglar su ropa, no pueden verlo en esa condición. El profesor de Ciencias es un
poco retraído, aquí todos le temen al Rulo, incluso el profesor Araneda. El muchacho lo
sabe, está sentado en una esquina de la sala de clases. El Rulo conversa con todo el
mundo, como si nada ocurriera. Nadie le dice nada. El muchacho no existe. A duras
penas se levanta y va a su puesto. Mira por la ventana, un cielo nublado. Cierra sus
ojos. Todo es oscuridad. Se escuchan disparos, disparos, disparos en su mente.
Abre la puerta de la sala de clases. Todos conversan. Parece que el mundo se detiene.
Avanza lentamente, puede ver todo lo que le rodea, las caras felices de unas
compañeras, otros que duermen, otros que conversan animadamente, el Rulo que
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molesta a unas sabelotodos-sabelonada, la muchacha de las cartas que lee un libro, el
profesor que escribe en la pizarra teoremas de pitágoras, números, cálculos
matemáticos, en fin, en fin, todo gira alrededor suyo extremadamente lento. Cada paso
que da rumbo a su asiento es un año que transcurre, siglos, milenios, años luz, infinitos,
universos paralelos.
El profesor continúa con su clase, que el álgebra aquí, que la geometría acá, que la
aritmética acullá. El muchacho no obedecía el ritmo de la clase. Estaba más preocupado
de sus propios asuntos. El Rulo se levantó disimuladamente de su banco y se acerca al
puesto de ese muchacho. Le brinda un fuerte golpe en la nuca y un puño traicionero
golpea el costado derecho del muchacho quien obedece al ritmo de su dolor y
contorsiona su cuerpo, por unos instantes hubo claridad sobre los jeroglíficos de ese
cuaderno. Eran unos dibujos, dibujos satánicos, dibujos que ofrecen pesadillas por las
noches. Estaban todos, incluyendo al profesor, todos en el suelo de la sala. Muertos,
ensangrentados, adornados con blasfemas, garabatos, anomalías, destrucciones. Fue una
fracción de segundos. La muchacha miró de reojo al pobre adolorido, pero tuvo miedo
del Rulo, el profesor nunca se enteró de lo que sucedió, y si lo hizo fue un ciego, sordo,
mudo, paralítico y un cobarde. No alcanzó ni a escribir otros garabatos en su cuaderno
cuando recibió un mensaje anónimo. Un papel mal doblado llegó a su puesto, ni
siquiera yo supe de donde provenía. Miró para todos los lados, nadie se adjudicó dicho
mensaje. Abrió el papel, el mensaje era claro: “Vamos a matar a tu familia maricón”.
Eso sí que se vio claramente, las letras eran grandes y las manos del muchacho
temblaron de tal modo que no pudo cerrar ese papel y se observó con lujo de detalle su
contenido. El día está nublado.
La muchacha abre la puerta. El cuerpo está inconsciente en el suelo. El Rulo y sus
secuaces lo dejaron casi muerto. Golpea su rostro, poco a poco reacciona el muchacho.
Como puede se sienta en el suelo, la muchacha se levanta y va a su asiento, el recreo
está por terminar.
En su asiento, el muchacho mira por la ventana, el cansancio del día lo tiene extenuado.
Cierra sus ojos. Rápidamente un sueño se apodera de su realidad. Va por el bosque,
corre, libremente, está feliz, los árboles a su alrededor lo miran, intentan unas ramas
golpearle, pero él esquiva los golpes, cada vez está más desesperado, nervioso, agitado,
siente que alguna rama le golpea, cada vez más fuerte, cada vez más agudo, un dolor
intenso. Abre sus ojos, solo ve un par de zapatos que golpean su estómago, fue
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consciente unos segundos antes de caer otra vez en el sueño, esta vez, todo se fue a
negro.
El muchacho estaba sentado en un banco del patio del colegio, ya el día escolar había
acabado. Leía concentradamente unas hojas. Todo parecía normal. Pero el Rulo no
paraba de perseguir a su presa. Se acercaron, todos, todos se acercaron rumbo a ese
asiento maldito. El muchacho no advirtió semejante presencia. Qué estaría leyendo,
nunca se supo. El Rulo de una ráfaga tomó los apuntes que leía el muchacho y se los
arrebató. No tardó en despedazarlos, hacer picadillo de apuntes, el muchacho no hizo
nada, tampoco cuando el Rulo le tiró los pedacitos de papel a su rostro y escupió su
casaca. La muchacha miró todo desde el fondo del grupo. El Rulo terminó su labor de
dominancia y se fue del epicentro del crimen, todos le acompañaron, el muchacho
inpávido, no daba señales de vida, la muchacha dudó unos instantes, pero huyó rumbo a
los brazos de Rulo quien la abrazó fuertemente y se alejaron de ese lugar. El día está
nublado. Algo ha cambiado, el rostro del muchacho, hay una mirada distinta,
amenazante, perdida, una sonrisa siniestra, pero no se advierte nada, quizás fue
producto de la imaginación.
No ha llegado a clases, tres días, cuatro, cinco, una semana, un mes, el muchacho no
volvió nunca más a la sala de clases. El Rulo, como buen cazador, encontró a otra presa,
otro muchacho sufre de los síntomas del anterior. Los recreos infernales continúan.
La clase de Ciencias. El profesor Araneda que habla y habla. Pocos ponen atención. De
improviso, violentamente, alguien abre la puerta, era él. El muchacho. Cierra la puerta y
permanece de pie en la sala. El Rulo y sus secuaces se asustaron, se miraban entre ellos,
la muchacha tiritaba nerviosamente. El profesor Araneda se percató de la llegada del
muchacho y fue hacia la puerta. El muchacho lo miró fijamente a los ojos y dijo con esa
voz que todavía revolotea por mi mente: “Permiso profesor”. De inmediato,
bruscamente, desesperadamente, instintivamente, sacó un revólver de su bolsillo y
apuntó rumbo a la sala. Ojos cerrados, todo se convirtió en tinieblas. Una ráfaga de
disparos. Gritos, después un largo silencio, una respiración agitada, muy agitada,
explosivamente agitada, se abrieron los ojos con temor. El muchacho con el revólver en
su mano apuntando hacia la sala, respiraba agitadamente. Los cuerpos del Rulo, sus
secuaces y la muchacha estaban en el suelo, ensangrentados. El piso se tornaba rojo, la
luz era roja, olor a muerte, sabor a muerte, todo eso en una fracción de segundos, la
imagen dantesca fue superior a cualquier curiosidad, nuevamente los ojos se cerraron y
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la promesa de no abrirse hasta que la muerte alcanzara o Dios se apiadara de esta sala.
Todo fue oscuridad, el tiempo se paralizó y abundaron las tinieblas.
LA TAPIA DEL CONVENTO.
Por Medardo Urbina Burgos
Sabino no era ningún santo, ni tampoco lo era el Padre Pérez, ni –menos aún- la
Inspectora General del colegio, pero todos ellos, desde sus diversos puntos de vista,
tuvieron que ver directa o indirectamente con los hechos acontecidos en esa noche de
tormenta.
Sucede que la parte posterior del recinto del Convento Franciscano del pueblo, estaba
en aquel entonces, limitado por una alta tapia de madera, sobre la cual a veces
saltábamos, encaramándonos con cierta dificultad, para ingresar al amplio patio, a jugar
una “pichanguita” de fútbol en las grises y aburridas tardes de los sábados. Esa pesada
tapia, tenía mucho que ver en esta historia.
El Padre Pérez – por otra parte, era un cura de gruesos anteojos, que nos hacía las clases
de Religión en el colegio. Lo veíamos también en la misa del día domingo cuando-
subido al púlpito, nos miraba por sobre los gruesos quevedos, con ojos severos, que
siempre me recordaron a la actitud de las aves de rapiña, poco antes de lanzarse sobre
su víctima.
La Srta. Teresa – y no mencionaré el apellido para no establecer claramente la
identidad de la misma- era solterona. Alta y delgada, bonachona, recorría los pasillos
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del liceo con una abrigo largo, que nunca abrochaba a pesar de la lluvia que era
frecuente y vigorosa en nuestra tierra -alguien denominó a este país como
“Chaparronia” por la cantidad de “chaparrones” que caían a diario- Era una costumbre
inveterada la de ella. Su imagen -para nosotros, los alumnos- era la de una dama alta,
algo encorvada que a lentos trancos, recorría los pasillos del colegio, con las puntas de
su abrigo casi rozando el suelo. Su presencia inspiraba temor, por la severidad de su
mirada, sin embargo, una vez entablada cierta conversación y franqueza con ella,
diríase que era una bellísima persona.
Pero Sabino no. Sabino era el mismísimo demonio: lenguaraz, risueño y juguetón,
siempre pensando en alguna diablura. También era burlón y bueno para hacer trampas.
Tendría en ese tiempo unos 14 años.
La noche de los acontecimientos, Sabino volvía a su casa con una camioneta Ford que
había birlado a su padre, mientras aquel no estaba en casa. Y volvía de algún lugar
impronunciable, poco más allá de la medianoche. A esas horas no llovía ni había brisa
alguna, y como en el pueblo aún no había alumbrado eléctrico, las calles eran de una
oscuridad absoluta, más aún por la ausencia de luna dada la ocurrencia de un espeso
techo de nubes que generalmente cubría el archipiélago.
Sabino hizo ingresar al garaje la camioneta de su padre, usando la reversa, entonces los
focos del vehículo alumbraron la alta tapia del convento. Fue en ese momento cuando
Sabino se dio cuenta de lo que sucedía. De inmediato identificó al Padre Pérez y a la
Srta. Teresa, la Inspectora General, en entusiasta, intenso y colorido coloquio amoroso,
aprovechando la oscuridad reinante en el pueblo. No ahondó más en el tema. Apagó las
luces de su vehículo y –silbando- ingresó a su hogar con aire de “que no había visto
nada”. Sin embargo, en su interior fue destejiendo la madeja y su imaginación dio
rienda suelta a todo un laberinto de hechos y circunstancias que tenían como
protagonistas al Padre Pérez y a la Inspectora General del colegio. Sabino –el malévolo
Sabino- finalmente se durmió.
Esa noche, sin embargo, a eso de las tres de la mañana, se desató el temporal. Sobrevino
la lluvia arreciando sobre los techos de tejuelas de alerce de las casas del pueblo. El
agua corría como ríos por las calles arrastrando todo tipo de objetos: palos, tarros, hojas
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de árboles, perros vagos, muletas de cojos desprevenidos, chalecos olvidados, zapatos
en desuso, sombreros arrastrados y aventados lejos por el viento, guaguas abandonadas
a su suerte y otros objetos inútiles. El viento soplaba de tal forma que parecía que los
techos de las casas iban ya a desprenderse y a volar a la deriva cercenando el cuello de
incautos transeúntes. Los cables de la electricidad silbaban al paso del ventarrón, y los
árboles perdieron aquella noche las hojas que les quedaban aún unidas por sus pecíolos
parduscos, vestigios de los últimos días del otoño. Aquella funesta noche, los
chirriantes letreros de los pecaminosos lenocinios del pueblo llamados “El Farolito” y
“El Danubio Azul” fueron derribados y hecho añicos en la estrepitosa caída. Estas
“casas del mal, entuertos y cochinadas” eran las mismas situadas en ese entonces en los
extremos suburbanos de la calle Los Carrera casi al llegar a Gabriela Mistral. (Mire que
situar los lenocinios justo allí…sin respeto alguno por la poetisa nacional). En resumen,
en aquella noche maldita se escuchó en toda su magnitud el asombroso ruido de la
tormenta. Sabino se durmió profundamente.
A la mañana siguiente, al salir de su casa, Sabino se dio cuenta que la tapia que cerraba
los límites posteriores del convento, yacía en el suelo, completamente desprendida de
sus pilares, sin duda por el ímpetu del temporal. Pero ¡no!, Sabino tenía ya tenía otra
explicación.
Ese día llegó al colegio muy sonriente, y antes de formar para ingresar a clases, reunió
a todos los compañeros y les contó su versión de los hechos, que fue más o menos la
siguiente:
…”Ayer, al regresar a mi casa pasadas las 12 de la noche, ví con mis propios ojos al
Padre Pérez abrazado con la Srta. Teresa, con tanto entusiasmo y calor, que no se
dieron cuenta de mi presencia y tan intenso sería ese encuentro amoroso, que con el
ímpetu echaron abajo la tapia del convento”.
Recuerdo aún a la enorme distancia que me separa de aquel tiempo, la feroz carcajada
que se escuchó ese día en todo el colegio y el corridillo que siguió después, no terminó
sino pasadas varias semanas.
Corolario: “Sabino no era un santo…
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EL ENGANCHE (En Santa Juana) 1879.
Por Medardo Urbina Burgos
-¡BOM – BOROBOM…BOROBOM …BOM…BOM!
Aquella tarde, algo pasado el mediodía, los humildes campesinos de los alrededores del
pueblo, escucharon, asombrados primero y alegres después, los sones de una banda.
Nunca antes habían oído los sonidos más hermosos y melodiosos en toda su vida de
labriegos. Era 1879, el mes de marzo, y en aquellas tierras del Valle de Huallerehue, a
orillas del río Bio-Bío, nunca sucedía nada interesante, sino sólo el trabajo de la tierra,
las siembras y las cosechas, la cría de algunos animales y unas pocas gallinas, pavos y
patos con qué entretenerse en los inviernos.
Los sones maravillosos procedían desde la orilla del río, y gradualmente se iban
acercando al valle en clara señal de aproximación. ¿Qué sería? ¿De qué se tratará esta
música celestial? La música, que en rítmicos compases, traía sonidos de trompetas, de
tambores ,bombos y platillos, guaripola, pitos y cajas, fue volando por los cielos del
valle acaparando la atención de los humildes labriegos, quienes –muy sorprendidos por
esta extraña aparición- se fueron visitando unos a otros y dándose ánimos decidieron ir
al pueblo a “noticiarse” del acontecimiento. En efecto, los sones no cesaron en toda la
tarde y procedían de la plaza del pueblo, lugarejo insignificante, provisto de sólo unas
cuantas manzanas con casas aisladas y grandes sitios eriazos, dispuestos alrededor de la
iglesia, construida con bloques de adobe y techos de tejas de barro, como la mayoría de
las casas de los alrededores. A media tarde había en el pueblo docenas de carretas y
centenares de lugareños montados sobre sus cabalgaduras, que –curiosos- habían traído
a sus familias completas. Un número cuantioso y cada vez mayor de hombres, mujeres
y niños venían al pueblo a escuchar y a ver con sus propios ojos esta maravilla de una
música jamás escuchada. Los hombres, en su ingenuidad y pureza de pensamientos,
nunca pensaron que se trataba de una trampa.
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Sin que nadie supiera, se estaba desarrollando en el Norte de Chile, en los límites con el
territorio en ese entonces perteneciente a Bolivia y a Perú, el motivo mismo de la
guerra de l879, y estando nuestro país, en deplorables condiciones de organización y
prácticamente sin ejército alguno, se ordenó que los pocos miembros de la Guardia
Nacional partieran en todas direcciones a enrolar a cuanto chileno encuentren en edad
de portar armas. No importaba el método utilizado, pero debían traer a la capital al
máximo número de reclutas para su entrenamiento en el uso y manejo de las armas.
Así, unos decidieron rodear las haciendas durante la noche y apresar a punta de
bayoneta y culatazos a cuanto inquilino, gañán, labriego, apir o hacendado estuviera al
alcance de la bala de un fusil. Muchos usaron el método violento y traídos como
animales o prisioneros a pan y agua, fueron subidos a los barcos anclados en la rada de
Talcahuano. No fue infrecuente que en los pueblos menores, algún capitán inventara
una suerte de fiesta con abundante vino de la uva recién cosechada, atrayendo así a los
incautos y una vez que todos estuvieran sumamente ebrios, los arrearan como a
animales hasta los barcos. Los ebrios iban felices, cantando alegremente sin saber qué
era lo que estaba sucediendo. La sorpresa venía al día siguiente, al despuntar el alba,
cuando se daban cuenta que iban navegando hacia el norte de Chile o hacia Perú
convertidos en un abrir y cerrar de ojos en “soldador del ejército de Chile”. Sus
familias, hijos y esposa, sus amores, sus queridas, sus pololas, sus novias, pertenecían
ya al pasado y ahora debían entregar sus vidas por los nobles destinos de “la patria”,
aquella patrona que nunca habían visto, pero que sonaba lindo pronunciar: “la patria”.
En efecto, mientras todos escuchaban a esta hermosa banda, boquiabiertos y
embelezados, aplaudiendo y algunos gritando a rabiar, otros agitando banderitas
tricolores y aplaudiendo por la alegría desbordante del momento, unos señores
desconocidos se acercaban a cada hombre en edad de portar armas, lo transportaban
amablemente hacia un recinto cercano, en el que se les comunicaba que desde ese
momento él tenía el honor de pertenecer al Ejército de Chile y que desde ese mismo
instante pasaría a reclusión para entrenamiento. La ley era clara: a todo el que se
resistiera al enganche, se le fusilaría en el acto. Ninguna explicación, súplica o
argumento sirvieron de cosa alguna para evitar que cada hombre cambiara tan
radicalmente el destino de sus respectivas vidas. Ni ser el único sustento de la familia,
ni estar recién casado, ni tener una enfermedad incurable, ni ser cojo o ciego de un ojo,
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o sufrir de ataques de epilepsia o del Baile de San Vito, o cosa que se le parezca. ¡NO!.
Nada servía. ¡Todos a formar! ¡Todos sin excepción alguna! Había dicho el capitán.
La banda continuó tocando marchas, cuecas y todo tipo de ritmos populares acaparando
el interés de las mujeres que eran las únicas presentes en torno a la orquesta de bellos
sones. Tras ellas, por calles y senderos ocultos, los hombres eran conducidos a los
botes que a punta de remos atravesaron el río hasta alcanzar el tren que corría en la
ribera opuesta. Se llenaron los carros y el tren partió, dando un pitazo prolongado de
despedida. Partió rumbo a Talcahuano, donde esperaban los buques de la naciente
Armada de Chile. Los últimos en subir al tren fueron los músicos de la banda. En el otro
lado del río, las mujeres y los niños acaso se dieron cuenta de la ausencia del padre y del
hermano mayor, embelezados aún por los bellos sones de la banda…
¡BOM…BOM…BOM! ¡BOM BOROBOM BOM…BOM ¡(*)
(*) La historia dice “No todos los enganches eran tan crueles. En Santa Juana arribaron
con una banda cuya dulce música –esperaban- atraería a los rotos a la plaza, donde
esperaban cosecharlos”. “En Santa Juana, el subdelegado y el Jefe de la Guardia Cívica,
se pusieron de acuerdo para avisarles a los hombres del pueblo, cuando llegaran
enganchadores, mientras que en Coronel, se cuenta la hazaña de un tal señor Apolonio
que fue de casa en casa urgiendo a los hombres a escapar a las montañas. Así, cuando
los reclutadores llegaron, descubrieron que en todo el pueblo había sólo cinco varones,
y a todos les faltaba un miembro, un brazo, una pierna o un ojo”
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NARRATIVA
MARIELA RÍOS RUIZ-TAGLE
Biobibliografia Mariela Isabel Ríos Ruiz-Tagle Santiago de Chile, 1951. Antropóloga, escritora, poeta y narradora. Ha recibido numerosos premios y
distinciones por su trabajo literario, nacionales e internacionales, entre ellos:
Premio "Latinoamericano Jorge Luis Borges”, Fundación Givré, Buenos Aires,
mención cuento corto por "La Prohibición. Obtiene el Segundo Premio por extenso
poema dedicado a la mujer titulado "Madre Espina de Campos Absolutos" en el
Certamen Internacional de la revista “Mairena”, publicándose un extracto del mismo en
San Juan de Puerto Rico. Ha recibido numerosos premios y distinciones por su trabajo
literario, nacionales e internacionales.
Publica la novela "Blue Moon", en Editorial Fértil Provincia, presentándola el escritor y
periodista, Premio Nacional, don Guillermo Blanco,"12 Feria del Libro, Estación
Mapocho"; siente un gran cariño por ése su Libro Musical, que expresa la gran
frustración de la generación de los años setenta por sus sueños perdidos. Se publicó
reseña de la novela en la Revista de la "Sociedad de Escritores de Chile", escrita por la
autora Sonia González Valdenegro. Aparición de reseña y bibliografía en “Diccionario
de Escritores y Poetas Latinoamericanos”, Altair Publicaciones. 160 autores, 15 países.
Buenos Aires. Argentina. Crea taller literario para mujeres “Reflexión antropológica de
la poesía de Gabriela Mistral", con libro en preparación.
Es miembro honorífico de Publicaciones Altair, Buenos Aires, Argentina.
25
Integra Centro Cultural "La Comadreja". Y se publica libro de dicho centro llamado
“Benditas Locas” que incluye poema "Lunas clandestinas", como poeta.
Páginas web:
www.marielariosruiztagle.blogspot.com
e-mail.: [email protected]
NARRATIVA
La prohibición Cuando Dinka regresó a su hogar, presintió que algo extraño sucedía. Demasiado
silencio. A lo lejos, el eterno rumor de la ciudad confirmó su percepción: Mior nunca
dormía.
Encendió el aparato incrustado en la pared, que agregaba un toque más de tecnología a
su habitación, vestida con artefactos de variado uso, sumiéndose en meditaciones acerca
de su ciudad.
Las paredes de cada cuadra del gran centro urbano presentaban un pergamino metálico,
donde se leía el Código de Normas. Precisamente a esa hora- pensó Dinka- se
transmitiría el Mensaje Diario. Los ciudadanos deberían estar atentos a la programación.
Para estos efectos, el Directorio de la ciudad poseía un Sistema de Vigilancia del
Mensaje, el cual consistía en transeúntes pendientes de la recepción. El inciso número
tres del Código de Normas estipulaba un alto volumen de sonido para facilitar esta
misión. Ante la infracción de esta norma general, el Vigilante detenía al inculpado y lo
26
presentaba ante los miembros del Directorio; estos aplicarían una sanción siempre
desconocida y variable según factores de índole también ignota. La sentencia más
temida por los habitantes de Mior era la pena de destierro a Knot, lugar muy tenebroso
al decir de las leyendas tejidas a su alrededor.
Dinka, sumido en sus reflexiones, no se percató del significado de aquel silencio; su
asombro aumentó al constatar que su receptor no funcionaba. Aún apagado emitía un
sonido apenas perceptible, que la costumbre hizo cotidiano a sus oídos. Su profundo
enojo habíase calmado cuando el Vigilante a empellones lo subió al vehículo que
rápidamente te desplazó por los aires.
Al comienzo, sólo una leve inquietud le invadió, luego se transformó en angustia y
miedo. De súbito adquirió conciencia de su incierta situación e intentó tranquilizarse.
Mior, acero y color, no dejaba de fascinar a sus ojos asustados. El paisaje- ya muerto el
crepúsculo- ofrecía un espectáculo distinto, las luces de diversos colores, a la velocidad
del vehículo, dejaban estelas viscosas mezcladas en la húmeda y melancólica atmósfera.
Recordó los últimos árboles, observados en la Gran Biblioteca, junto a su padre. Su
progenitor gozaba contemplando la reproducción de un anciano roble. Posteriormente,
frente a sus cenizas, se preguntaría si algo le hubiese deleitado más que aquel moderno
testimonio del pasado.
Momentos después sintió que descendía del vehículo y penetraba por un túnel muy
iluminado. El Vigilante había desaparecido. La soledad de millones de años le
acompañó. La pena aguardada- pensó- sería mejor que escuchar el Mensaje Diario, su
sonido uniforme, soportado durante veintitrés opacos años.
Repentinamente, provino aquel gemido de lo más profundo de la ciudad. Mior comenzó
un lamento cada vez más agudo y quejumbroso. La pesadilla emerge: sobre si vio los
rostros burlones de los habitantes, vehículos aéreos precipitándose con violencia sobre
él. Sus compañeros de trabajo, riendo crueles, como payasos de finas torturas, volando
en un mundo mágico y atemporal. El zumbido, siempre el zumbido eterno de Mior,
injuriándolo con lenguaje desconocido, vestido de acero y color. Color y acero.
Siempre.
Dinka se retorció, intentó levantarse, no pudo y una anhelada oscuridad lo cubrió todo.
*********
Desde la ventana, un sol alegre saluda la habitación. El hombre se levanta de la
confortable cama, en la cual se encontraba recostado y observa con curiosidad infinita la
mesa de madera, desde donde le incitan olorosas tostadas y mermelada de frutilla. Mira
27
a través del vidrio y ve un autobús deteniéndose en su cotidiana parada. Personas
ruidosas.
Sonríe, se dirige hacia la puerta, volviendo de pronto coge una tostada, la unta con
mermelada, la come con placer y sale.
El Directorio había decidido la sentencia.
Adiós en la Catedral
Una a una las campanadas se deslizaron como cascadas por sus mejillas heridas. La
última resonó, inclemente, en la oscuridad. La luz de la tarde iluminó la espalda del
hombre que amó, mientras se fundía, para siempre, en el paisaje de la Plaza de Armas.
Concurso Latinoamericano. Premio Borges. Mención Cuento Corto. Fundación
Givré. Buenos Aires. 1979.
Simón en Agosto Te advertí que tuvieras cuidado con los extraños, que miraras si venía algún vehículo al
cruzar las calles de Ñuñoa. Tantas palabras al viento.
¿Por qué atravesaste esa línea invisible?
En la oscuridad se conjugan el amor con la muerte, querido y recordado Simón. La vida
nos da sorpresas, tristes sorpresas nos da la vida, sobre todo en el mes de los gatos.
28
Poemas de Mariela Ríos Ruiz-Tagle
Santiago, Chile
ESTA NOCHE, UNA LUZ BRILLANTE
CON URGENCIA DE VIVIR
Transmuta la flor en ángel quebrado
de espacios siderales,
sobre el hombre:
rayo que enmohece.
Un misterio
absorbe la espera;
se salva el hombre del hombre,
estambre enjaulado
de ángel invisible.
La luna en su aleph en sombras:
abre flores de mirada en celo,
resucitando sigilosos aeoroplanos desahuciados.
Le memoria se hunde
en su morada de látex pasajero.
El universo
y sus abanicos desplegados,
transforman en eco el caos imperioso,
gestando la alquimia inclemente,
mundo de metales:
dioses moribundos.
Descansa,
ángel mendigo:
goza la libertad y la furia.
29
Pasajero inválido sin parlantes, ni ecualizadores.
I
LOCO SOÑABA Y DESGARRADO,
AL FILO DE SU ETÉREO REVÓLVER
Lejos se encuentran los azules placeres,
el despertar de Venus
entre los pájaros:
cada mañana abrazado al arcoiris,
sin documentos.
Arrepentirse aquí y ahora,
es una obra de arte.
Calaveras eléctricas se encuentran
en salas de espera,
sobre cojines nebulosos,
soportando
los rounds de gases lacrimógenos:
letreros de neón protegen del fracaso.
Profetas y fantasmas vulneran la autopista.
Poco es el tiempo del ángel,
las señales de peligro sobre su frente petrificada;
en el crepúsculo,
una oración en la infancia periférica
puede interpretar al mundo.
Violines despeinados
30
sobre oleadas emergentes,
electrodos divididos,
sobre cielos de arenas movedizas.
II
CAMPANAS EN LA COLINA REPICARON
CUANDO LLEGASTE
El ángel sin alas,
en un ascensor descompuesto,
que lo lleva a ninguna parte.
Una calle lo acoge sin gloria:
algo domina el alfasto,
y penetra el alma imperceptible.
Arrodillado en una esquina sin restricción,
no supo que al jugar,
las cartas estarían marcadas
por los siglos de los siglos.
Choca a una paloma en pleno centro,
sin saber que otro ángel disfrazado,
pretendía deslumbrarlo con sus alas:
sombra a sombra derramada.
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Billetes trasmutados.
Chequeras incineradas.
Ángel cautivo de lo humano:
amante de esta vida.
III
CAYERON LLUVIAS EN MESES DE VERANO
ENVENENADO Y SUTIL
A lo lejos
una sombra virtual,
miseria cósmica:
flota en la atmósfera destilada.
Ácidos papeles metálicos
de hojarascas.
Cielo adentro.
Cielo afuera.
En las oficinas
tus alas bostezan sedentarias,
y tu mirada es un paraguas viajero
de ángel nómade, cuerpo de lluvia,
recostado electrodo de nostalgia.
Hiroshima alerta desde los armarios.
El espacio eleva mil plegarias
sobre relojes que se incendian lentamente.
La nostalgia es óxido impertérrito.
Ängel luchador contra el embrujo:
ecualizadores del ser automático.
Desenchufado
en la multitudes tecnológicas del miedo.
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IV
CAMBIAR AL UNIVERSO EN LLAMAS
SALPICADO DE AZUL DISTANTE
El costo de la vida
sin intereses,
tiene descuento:
por la gran liquidación de clones.
Hijos de pelo azul
y ojos a elección:
dos cabezas
para multiplicar
la inteligencia a la venta.
El ángel en pie de guerra,
camina por el paseo Ahumada,
los peatones
perdieron la capacidad de asombro.
Lo echan a patadas,
depositando su cuerpo
para ser fotografiado
por los reporteros:
en las escalinatas de un Banco.
Las campanas de San Francisco
rugen a lo lejos:
mientras la multitud lo acribilla
a garabatos centelleantes.
33
V
POEMAS
JUAN PABLO CIFUENTES
LOS ANGELES
DESPUÉS DE LAS 10 PM.
Después de las 10 PM
La diversión aumenta
Considerablemente en los suburbios de Concepción
Las noches se asfixian de prostitutas
De niñitas de quince años
Todas pintarrajeadas
Excesivamente maquilladas con el rojo
Un rojo pasional avinagrado de
Pendejas que piensan que lo tienen todo,
Pendejas que buscan ser desvirgadas antes
Del cumpleaños numero dieciséis
Para estar a la nueva moda
Y bailan como endemoniadas
Se mueven, se contonean, se sobajean
Hay fricciones entre el culo y el aire fresco
De la noche...
Y terminan en la crónica roja
Mutiladas, violadas,
Muertas,
Como una perra vieja
Llenas con el rojo de la muerte.
34
TRES GRITOS.
1
La miseria se encontraba escondida
Entre las humillaciones y los silencios
De cada uno de los miembros de la Iglesia
Iglesia de Dios...
Adiós, las lágrimas recorren
Montañas y sembrados
Poco a poco se agotan las margaritas
Desencadenándose ilusiones
Prisiones como amargas lluvias de otoños antárticos
No hablamos de nada
De nadie más que de nuestras
Estupefactas sombras que nos cubren
Ante los ataques despiadados
De la menor agresividad de nuestras virtudes
Siempre me ha gustado la vida
La vida anterior a esta puta
Existencia
Nos enfocamos en las desgracias del otro
En las barbaridades
En las enfermedades desengrasadas
Añejas, huecas, oxidadas
Perfumadas como minutos
De agonías, minutos de muerte
Segundos de sueños que se agotan
Se agotan poco a poco
Paso a paso
Tiempo a tiempo
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Espacio a espacio
Hasta evaporarse en una miserable
Gota armónica que suspira
El último aliento
La última estación, los últimos acordes
Que entonan las coristas antes de cambiar su máscara puritana
Por la lujuriosa máscara de un sábado por la noche
De un viernes desenfrenado
Alcoholizado con semen, risas
Risas risas semen semen risas semen
Y locas carreras que se acaban en palabras tortuosas
En palabras inolvidables
En caricias que se convierten
En gritos despiadados que susurran
Angustiados recuerdos de un mañana que
Se niega a retomar su senda
Que se esconde
En las campanas de la misa del gallo
En las faldas de las coristas,
De las muchachas que abren sus piernas
Y permiten el concierto sexual
De una flauta mágica
Nos envalentonamos en mágicas manos
Que recorren oscuras siluetas
Oscuras partituras, oscuras manifestaciones
Oscuras vaginas que explotan
Que se desintegran entre muslos y testículos
Cuatrocientos años de esclavitud
Cuatrocientos latigazos y dioses enemigos
Guardad silencio por los mortales
Las páginas se agotan en fosforescencias
Y la multitud se ilumina con los sueños
De nuestras asesinas salivas.
36
2
Una cosa inesperada
Así nos definen los psiquiatras
Cosas
Simplemente “cosas”
Eso somos
Unos bichos raros que
Se extinguen en círculos cerrados
Nos reunimos a la luz de la luna
Fumamos rabia, fumamos impotencia
Nadie nos acepta, nos apedrean
Porque somos bichos raros
Somos perversos
Extremadamente inútiles
Extremadamente idiotas
Extremadamente perversos, reubicados
En la calle Salto esquina Suicidios
Nos involucran con el 666
Pero no reconocemos ese código
No reconocemos ninguna señal
Nuestros hermanos son los olvidados
Los perversos se esconden
No nos quieren en la mesa familiar nuestros creadores
Nos abandonan en calles asquerosas y periféricas
No somos suicidas, no somos asesinos
No somos religiosos, no somos
Fanáticos, no somos endemoniados,
No somos nada más, nada, nada.
3
¿Te sorprendieron las declaraciones del pastor?
¿Los sermones del cura de la parroquia?
37
Adiós, palabras que vuelan a través del viento
Agotadas sonrisas que se extinguen
Pagamos el pato los inútiles de siempre
Pagamos la ronda los miserables de nacimiento
Las murallas permanecen en su sitial
La luna contempla impertérrita nuestras plegarias
Sí, también lloramos
Aunque está prohibido
Porque nadie nos cree,
Nadie dice la verdad, somos huérfanos.
ARTÍCULO DE LITERATURA Teresa Calderón obtiene el Altazor 2009 en Poesía.
Calderón, Teresa (1955)
Nace en La Serena en el año 1955 y estudia Castellano para luego
desempeñarse como profesora de Literatura en la Escuela de Periodismo de la
Universidad de Chile. En 1989 obtiene el primer lugar en el Concurso Nacional
de Poesía de El Mercurio y en 1992 el Premio Pablo Neruda. Aunque
38
principalmente se conoce su labor como poeta también ha incursionado en
otros géneros como el cuento con la publicación de Vida de perras en el año
2000. Fue compiladora junto a Lila Calderón y Tomás Harris en la antología
Veinticinco años de poesía chilena (1970 – 1995).
Incluida dentro de la denominada ‘Generación del ‘70’, su trabajo se asocia al
grupo de poetas que trabajan con las circunstancias del presente en un afán
desmitificador, con el fin de rescatar los valores perdidos, que tienen que ver
con la realidad personal pero también con la situación sociopolítica de Chile
después del golpe militar de 1973. Esta desmitificación también se relaciona
con el intento fundacional de Calderón que, junto a Verónica Zondek y Heidi
Navarro, han trabajado la temática femenina desde un punto crítico, es decir,
buscan a través de sus textos crear una crítica feminista latinoamericana.
En su primer libro –Causas Perdidas- Calderón desarrolla esta temática a
través de juegos de imágenes basados principalmente en la ironía y el uso de
la intertextualidad con distintos lenguajes como el del bolero y la alusión a
algunos escritores latinoamericanos como Borges y Sábato. El uso de esta
intertextualidad le permite hablar de las problemáticas femeninas, ironizar la
realidad pero sin caer en descripciones intimistas ni menos académicas, ya que
también realiza juegos formales, en especial con la puntuación.
En sus siguientes libros, la autora ahonda en esta forma de escritura como
manera de invertir el orden preestablecido del lenguaje, el que se considera
sintáctica y también semánticamente masculino, por lo cual la poeta utiliza
recursos como artículos neutros, invierte la concordancia de géneros e ironiza
con los lugares comunes de nuestra cultura. Esta temática luego la extenderá
hacia el ambiente literario, en tanto ese uso de la ironía y el humor negro lo
utiliza para cuestionar el egocentrismo que abunda en este ambiente además
de cuestionar toda posible verdad absoluta.
39
Bibliografía.
Poesía
- Causas Perdidas, Santiago, Antumales, 1984.
- Género Femenino, Santiago, Planeta, 1989.
- Imágenes Rotas Santiago, RIL, 1995.
- Veinticinco años de poesía chilena (1970 – 1995), Santiago, Fondo de Cultura
Económica, 1996.
- No me arrepiento de nada.(selección de poemas) S.n., 1999.
- Elefante
Cuentos
- Vida de perras Santiago, Aguilar Chilena de Ediciones, 2000
Antología
- Veinticinco años de poesía chilena (1970 – 1995) / compiladores Teresa
Calderón, Lila Calderón y Tomás Harris. Santiago, Fondo de Cultura
Económica, 1996.
Ganadora del Premio Altazor 2009, en poesía, Teresa Calderón manifestó su
preocupación por la pérdida del hábito de la lectura. El problema de la lectura
es un problema muy grave, aunque no se cual sea la solución", fueron sus
palabras, agregando que la celebración del Día del Libro sirve para que la
gente entienda cual es su importancia, aunque los chilenos lean poco y sea
poco cultivada el arte de la lectura. "Me siento cada vez más pesimista al oficio
de escritor en Chile, porque no tenemos todo el apoyo que necesitamos",
señaló la poetisa.
Poemas de Elefante, de Teresa Calderón
40
* Un elefante lleva luto por sus parientes presenta reacciones dramáticas ante el cadáver de otro elefante. Respeta huesos y restos de otros ejemplares de su especie. Un elefante no necesita patio 29 Cuando reconoce un cadáver de elefante. regresa sistemáticamente a investigar los huesos y colmillos regados por el camino. Un elefante siempre visita los huesos de sus parientes. * Un humano luce orgulloso su bestialidad Y vive 80 años. Vive 80 años pero maldice su transitoria inmortalidad: muy poco tiempo para aprender lo que le está permitido a un elefante. Luce orgulloso su bestialidad orondo en su libre albedrío y en pleno desuso de sus facultades mentales El año 1944 mi padre tenía 14 años. Miraba catálogos de las editoriales en el invierno de Los Ángeles. Creía saber dónde quedaba el cementerio de los elefantes. Y lo sabía. El cementerio de los elefantes
41
quedaba en la Editorial Nascimento en Santiago de Chile. El panteonero era Arnaldo Cipolla. Mi padre vivía en Los Ángeles en 1944. Tenía 14 años cuando mandó a comprar El cementerio de elefantes. * Mi padre pensaba en los elefantes pensaba en el futuro. Papá elefante pensaba que siempre tendría 14 años y el tren continuaría trayendo sus encargos. Un elefante entra corriendo a una aldehuela de Kenya. Las calles son estrechas y las casas frágiles. Un cuerpo de elefante es torpe y es pesado. La carrera de elefante arrasa con las casas y las cosas. A eso el hombre lo llama barbarie, devastación, lo llama violencia, agresión de bestia, lo llama. No lo llama dolor de animal herido. No lo llama horror de animal desamparado. No lo llama animal perdido tras la manada. * Entonces el hombre grita constata lesiones en la comisaría más cercana a su domicilio, que ya no existe porque pasó un elefante desamparado. Entonces viajan enviados especiales la televisión se despliega en efectos especiales. Corresponsales del mundo en cadena internacional mostrarán la masacre, el exterminio, dicen.
42
Nadie repara en un elefante solitario animal herido que tiene hambre y tiene sed y está perdido en la evolución. * Un elefante mira sus colmillos, le crecen como dientes de leche. Pero viene el hombre y se los roba para peones de ajedrez figuras de marfil piezas de dominó instrumentos musicales mangos de cuchillo aisladores eléctricos bolas de billar. En elefante blanco lo transforman. El resto se lo disputan los ilógicos zoológicos. * Un hombre Asesina elefantes sin medir consecuencias para el resto de la manada o desatar estallidos de dolor. * Eso no lo entiende el presidente Bush. Eso no lo entiende el papa Ratzinger. Eso no lo entendieron nunca los dictadores latinoamericanos. *
43
Los elefantes visitan a sus enfermos como manda el cristianismo, siente algo parecido a la compasión. Se ayudan se acompañan cuando están enfermos y se rinden homenaje cuando alguno fallece. * Una elefanta que agoniza es una elefanta protagonista. Entonces recibe asistencia de alguna hembra de otra familia, intenta ayudarla a incorporarse varias veces con sus colmillos. La elefanta muere y allí mismo recibió las condolencias de otras familias. Muestran dolor por el cadáver, lo huelen lo tocan con sus colmillos y patas. Es genuino interés por sus enfermos agonizantes o ya muertos, aun sin tener un vínculo directo. Aquí cabe entonces Seguir los consejos de Cortázar el elefante argentino: Conducta en los velorios. Fuente: Las Letras de RIL editores ARTICULO DE LITERATURA
Presencia de Gabriela Mistral en Quilpué, Tierra del Sol.
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Luis Ossa Gajardo En la década del 50 del siglo veinte, solíamos viajar en ferrocarril
todos los veranos junto a mis padres y otros amigos rumbo a Los
Andes, un viaje por lo demás entretenidísimo con trasbordo en Llay-
Llay, el propósito de aquellos viajes era pasar unos días maravillosos
en el hogar de Don José Huerta y Sra. Griselda, un matrimonio
alegre y bondadoso de cierta edad. Su casa era amplia, construida
por gruesas paredes de barro, circundada por fecundos viñedos y
una gigantesca higuera, cuya sombra refrescante cobijaba al grupo
de amigos que allí se reunía en torno a una grata amistad. Esta casa
se ubicaba en la calle Uruguay en el antiguo Barrio Centenario,
próximo a los extensos y gruesos muros que circundaban las
antiguas ciudades del Valle del Aconcagua. Fue allí, precisamente
en aquellos años, cuando me enteré que al lado de la casa de Don
José vivían dos primas de Gabriela Mistral de apellido Godoy a las
que tuve la suerte de conocer porque solían ir con frecuencia a la
casa de aquel maravilloso matrimonio amigo de mis padres.
En el año 1976, nos comunicaron que una de ellas se encontraba
internada en el hospital Van Buren por una penosa enfermedad.
Entonces de inmediato acudimos con Laura Medina, mi esposa a
visitarla, visitas que realizamos con frecuencia, porque nos hicimos
cargo de la limpieza de sus ropas y de todas sus necesidades
personales. Su hermana mayor por motivos de su trabajo en
Santiago no podía acudir todos los días al hospital…
En esas circunstancias fue el reencuentro. Clara Luz Godoy
Aherroja, prima hermana de Gabriela Mistral, Directora de un Liceo
de Santiago, solía contarnos de las visitas de Lucila al hogar de sus
padres cuando ella tenía unos trece años, visitas por lo demás sin
ninguna otra connotación que no fuera de un carácter meramente
familiar, a excepción de separarse de su grupo familiar, cuando el
impulso de su pluma así lo requería. Para ellas siempre fue la prima
Lucila, la que el mundo entero conocía por Gabriela Mistral, la gran
45
poetisa, gloria de Hispanoamérica, la Gabriela insigne, coronada de
estrellas, la misma Lucila que hablaba a río, a montaña y a
cañaveral.
En 1954, siendo un joven adolescente estudiante del Liceo
Coeducacional de Quilpue, tuve el privilegio de ver a menos de 2
metros de distancia a Gabriela Mistral quién se dirigía a Santiago en
el tren presidencial, después de un apoteósico recibimiento en
Valparaíso por una multitud de niñas vestidas con delantales
blancos. Niños y niñas que agitaron sus pañuelos con júbilo por la
presencia de Gabriela, la errante viajera, de retorno a su tierra
chilena. La acompañaban en este viaje el escritor, crítico literario y
miembro de la Academia Chilena de la Lengua Hernán Díaz Arrieta
(Alone), el Ministro de Educación Oscar Herrera y el edecán militar
de S.E. Mayor Santiago Polanco.
El paso del tren fue lento para que todos los estudiantes
distribuidos a lo largo del andén la pudiéramos apreciar, hecho
afortunado para nosotros ya que no tuvimos que sufrir ningún tipo de
aglomeración. Recuerdo que ella se levantó de su asiento y se
acercó a la ventanilla y alzó su diestra para dirigirnos el cariñoso
saludo de llegada y de despedida a la vez. Desde aquel septiembre
de 1954 han pasado 53 años, sin embargo, su imagen serena y
señorial permanece viva en mi corazón.
Era la última vez que Gabriela veía con sus ojos su amada patria.
Era un viaje triunfal en un barco que se detiene en cada puerto para
que ella reciba el homenaje popular, el de la gente sencilla de su
pueblo que tanto la admira y la quiere. En Santiago recorre las calles
de la ciudad en automóvil descubierto y es aplaudida y vitoreada por
cientos de miles de personas. Con el cabello blanco al aire, cubierta
con un sencillo abrigo gris, responde a las aclamaciones agitando
débilmente sus manos. La recibe el presidente de la república, Don
Carlos Ibáñez del Campo, en uno de los salones de gala del palacio
46
de la Moneda, desde cuyos balcones se dirige al pueblo. La poetisa
habla de sus preocupaciones de toda la vida. De los niños
desamparados, de la pobreza de los campesinos, de la miseria de la
gente humilde, de la ignorancia que les es impuesta por los
regímenes injustos. Habla de los chilenos que ella conoció en 1910,
con palabras que el chileno de 1954 entendía muy bien y que no
eran exactamente una profecía para las generaciones futuras. Era la
voz de la tierra hecha con la sustancia del tiempo. Un viaje en gloria
y majestad, distinto al viaje en 1925 cuando sólo la recibe el viento
polar en Punta Arenas. En 1954, Gabriela Mistral visita a Chile y
recibe el más increíble homenaje, cuando es el mar el que le
“pardea de uniformes”: la flota chilena sale a encontrar el barco
donde ella viaja. Tiene como escolta a la fuerza aérea y al ejército.
La reciben las escuelas con todos sus niños en la calle en Arica,
Valparaíso y Santiago; tras ellos, la población entera. Entonces pudo
regresar a los Estados Unidos con el corazón henchido de júbilo y
del grato amor de su pueblo.
Quilpué, 27 de Julio
de 2007.
Nota: En el año 2007, por motivo de conmemorarse los 50 años de
la Muerte de Gabriela Mistral, por iniciativa del suscrito y su Sra.
esposa, se coloca en el paseo Camogli, Avenida Alemania, Cerro
Yungay de Valparaíso, una placa recordatoria al pie del Busto de
nuestra insigne poetisa. Ceremonia llevada a cabo en presencia de
la colonia italiana residente.
LUIS OSSA GAJARDO
RESEÑA BIOBIBLIOGRAFICA Su ciudad natal es el puerto de Valparaíso, donde nace un 20 de septiembre de
1940.[2] A los siete años su familia se traslada a Quilpué, tierra en aquel
entonces de viñas y trigales. Su quehacer lírico se manifiesta a los 14 años y
47
sus primeros frutos poéticos se publican en los años 1962 – 1963 en El
Mercurio de Valparaíso el periódico de habla castellana en activo más antiguo
de Chile y del mundo. Posteriormente escribe entre los años 1982 y 1985 en La
Prensa Austral y El Magallanes de Punta Arenas, Chile[3] Actualmente
pertenece a la Sociedad de Escritores de Valparaíso, al Círculo de Escritores
de Viña del Mar, a la Agrupación Literaria Regional y al Grupo de Poetas
Itinerantes Rubén Darío de Valparaíso.[4]
Obras publicadas * Barco Abandonado. Ediciones Rondas, Barcelona, España, 1982. * Colección Divulgadora de la Poesía Hispano Americana. * Surco Azul. Himnos y poemas religiosos, Valparaíso, 2002. * Alzo la Voz. Poemas, Valparaíso, 2002. * Versos Ecologistas. Valparaíso, 2003. Incluido en las siguientes antologías * Poetas de Valparaíso. Ediciones Rondas, Barcelona, España, 1977. * Azor en vuelo. Antología Breve de 10 poetas chilenos, ediciones Rondas, Barcelona, España, 1982. * Historia de la Poesía en Valparaíso Siglos XIX y XX. Ediciones Correo de la Poesía, Valparaíso, Chile, 1999. * Antología del Encuentro Internacional de Escritores Heraldo Orrego de la Agrupación Literaria Regional- Villa Alemana. Chile, 2002. * Breve Polifonía Hispanoamericana. Frente de Afirmación Hispanista, A. C. México, 2005. * Revista del Círculo. Ediciones del Círculo de Escritores de Viña del Mar, Chile, 2005. * Sociedad de Escritores de Valparaíso 50 Años. Ediciones del Pacífico, Valparaíso, 2005. * En el rescate del Patrimonio Poético-Literario de Valparaíso Sociedad de Escritores de Valparaíso, 2005.
48
* Luces de Valparaíso. Grupo Poetas Itinerantes Rubén Darío, Valparaíso, 2005. * Poetas de Playa Ancha. Frente de Afirmación Hispanista, A.C. México. Capítulo de Valparaíso, Chile, 2006. * Valparaíso Alire. Agrupación Literaria regional, Valparaíso, Chile, 2006. * Por un patrimonio Cultural. Sociedad de Escritores de Valparaíso, Chile, 2006. * El mar en la poesía chilena. Ediciones del Frente de Afirmación Hispanista, A.C., Capítulo Valparaíso, Chile, 2007. * Lírico enjambre Hispanoamericano. Ediciones del Frente de Afirmación Hispanista, A.C., Capítulo Valparaíso, Chile, 2007. * Melodía de Colores. Centro de Estudios Poéticos, Madrid, España, 2007. Premios Obtenidos * Premio Por la paz. Ilustre Municipalidad de Quilpué - Rotary Club de Quilpué. 2001. * Premio El gran pianista Don Claudio Arrau. Ilustre Municipalidad de Quilpué, 2003. * Premio Mario Metzger Araya. Ilustre Municipalidad de Quilpué, 2003. * Premio Pluma de oro – Reflejos del alma. Islas Canarias, España, 2005. * Premio Al Poeta más popular. Poesía es música, Quillota, 2007 Referencias 1. / Revista Literaria Baquiana, Miami, Estados Unidos Sección Poetas Chilenos 2. / Memoria Chilena, Portal de La cultura de Chile, Poeta Luis Ossa Gajardo 3. / Portal Poetas del mundo, Poetas Chilenos 4. / Portal Arte Comunicarte, Biografía Poeta Luis Ossa Gajardo Enlaces externos * Página Oficial Del Poeta Luis Ossa Gajardo * Página Web Ossa Poeta del Mar
49
Norton Contreras Robledo
Resumen: Quisiera ser alquimista, unir las letras milenarias,
organizar, construir cimientos de futuro en espacios vacíos, en
laberintos sin sentido y valores de hojarascas. Al principio todo era
sombra, oscuridad. El verbo trajo la luz . Las palabras mueven la
vida, son las ruedas de la historia. Siempre que mires con una doble
mirada .Toda la historia del hombre podría reducirse a la
relaciones entre las palabras y el pensamiento ; leyendas, cuentos,
tabúes y mitos. En este ensayo me propongo abordar algunos
aspecto de la literatura. Aquellos que quizás son los menos
concientes. Porque a veces frecuentamos la realidad sin dejarnos
sorprender o interpelar por ella. Quiero desenterrar las palabras
sepultadas bajos los restos de las estrellas muertas.* (1)
50
La magia de la literatura
En cada obra literaria se vislumbra la posibilidad crear o reinventar
el mundo circundante. Es ahí donde está la esencia de la literatura ,
su magia .
En una obra literaria a veces encontramos expresado lo real y
mágico, porque en la vida cotidiana de las gentes y de los pueblos lo
mágico con lo cotidiano se mezclan. Suceden hechos en los que la
frontera que separa lo real de lo fantástico es sutil y difusa. Tan
desdibujada que nos hace pensar que la barrera entre estas
realidades no existe; que lo real es tan extraordinario y fantástico
que puede dar la sensación de irrealidad.
La magia de la literatura radica en que nos acompaña desde nuestros
primeros años de vida y hasta el ultimo de ellos. Y a través de sus
géneros vemos la realidad que nos rodea, o nos transporta a tierras
desconocidas, a países remotos, a planetas y sistema solares. Nos lleva
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a través del tiempo y el espacio a conocer personas del pasado o de
del futuro que se vislumbran detrás de las sutiles cortinas de la narración.
Experiencias y sensibilidades
Que bonita y maravilloso fue en mi infancia, en el pueblo de Canela,
cuando vivía en el monte y aprendí a leer. La literatura tuvo la magia de
abrir las puertas que me permitieron llegar a sitios. Viajar a lugares
remotos que jamás hubiera podido imaginar. Recuerdo como si fuera hoy
que sentado bajo las sombras de un árbol, mientras las ovejas y las
cabras pacían, yo con un libro en las manos me transportaba a lugares
lejanos. La naturaleza, sus colores, olores, sabores, las gentes. Sus vidas,
sus trabajos, aparecieron ante mí con un nuevo significado. Mis ojos lo
veían de forma diferente, las sentía de otra manera. Ahí radica la magia
de la literatura de hacer ver y sentir la vida, las gentes y la naturaleza
con una doble mirada.*(2)
El concepto de ideología en la literatura
Cuando leemos una obra literaria existe la tendencia en pensar que dicha
obra esta por sobre cualquier concepto ideológico. Sin considerar en las
múltiples definiciones que las ciencias sociales da a la ideología; falsa
conciencia, visión interesada, parte integrante de la conciencia social en
conexión con diferentes intereses de clases sociales, intereses económicos
y políticos. El concepto de ideología en una obra literaria se manifiesta
como la concepción de la realidad desde una perspectiva particular. La
función ideológica en una obra literaria se manifiesta en el afán que tiene el
escritor de dar la visión, es decir la manera que el tiene de ver e
interpretar el mundo circundante. En este contexto podríamos decir que en
una obra literaria no consiste en las ideas especificas sino en los
procedimientos mediante los cuales se analizan los hechos, la vida y el
desarrollo social.
La función ideológica es una condición presente en todas las formas
literarias: libro de poemas : España en el corazón, de Pablo Neruda,
himno a la glorias del pueblo en la guerra, que exponía los horrores de la
Guerra Civil Española, y su postura de republicano, es un poemario
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hermoso . En este libro muestra su rostro de poeta combatiente e idealista.
La primera edición, corresponde a Ediciones Ercilla Santiago de Chile, 1937.
Fue reimpreso por primera vez en España por el Comisariado del Ejército
del Este, ediciones literarias. Canto General de Pablo Neruda Paradigma de
una profunda identidad entre lo estético y lo social, nutrido por el fervor
revolucionario latinoamericano, Canto general, escrito entre 1938 y 1949 y
publicado de manera privada en 1950, es una de las expresiones más altas
en la vasta obra de Pablo Neruda (Chile, 1904-1973. En la poesía de Walt
Whitman, Hojas de Hierbas, Aparecida en 1855, Unánimemente
considerado el poeta máximo de Norteamérica, Walt Whitman (1819-
1892) es el supremo cantor del Yo y de la naturaleza, del cuerpo y del
alma, de la igualdad del hombre y la mujer, de la fraternidad y la
democracia. En novelas; Las uvas de la ira, el tema representado en
esta novela es actual en lo concerniente a inmigración y su explotación
laboral. John Steinbeck, el autor, vivió durante dos años una vida de
privaciones semejantes a las que describe en la obra, siendo un humilde
campesino. Con esta experiencia y con una sincera conciencia social, el
escritor reproduce este testimonio en medio de los peores tiempos de
EE.UU. en toda su historia, la Gran Depresión. El Sr. Joad y su familia se
ven obligados a abandonar lo único que poseen, su miserable y polvorienta
granja en la árida zona de Dust Bowl, Oklahoma. Esperanzados en poder
encontrar trabajo, ponen rumbo hacia la tierra prometida, California, donde
se rumorea que existe una gran necesidad de jornaleros. A medida que se
aproximan van descubriendo la dura realidad: agotadoras jornadas,
rechazo social, condiciones infrahumanas y míseros salarios. Joad (hijo),
consciente de ésta realidad, empieza su lucha por reivindicar los derechos
de los trabajadores.
Memoria de la casa de los muertos de F. M. Dostoievski, En 1849 es
detenido y condenado a trabajos forzados en Siberia debido a que
frecuentaba círculos cercanos al anarco socialismo. De esta experiencia en
la cárcel surgió Memoria de la casa de los muertos (1862) obra
fundamental tanto en su trayectoria literaria como vital.
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La literatura y el mundo circundante
A modo de conclusión: Decía al comienzo que en cada obra literaria
se vislumbra la posibilidad de crear o reinventar el mundo circundante. Es
ahí donde esta la esencia de la literatura , su magia. La literatura es
portadora de recreación identificada con la esencia de cada ser, portadora
de emociones, sensaciones. En la palabra esta la magia de ser ente de
comunicación entre los hijos de la torre de Babel. Diseminados en
diferentes realidades geográficas, sociales , económicas y políticas en
diferentes lenguas . La esencia de la literatura es su enorme poder
evocador y creativo. Su capacidad no sólo de permanecer, sino de "ser",
de construir mundos posibles. Y de dar testimonio de un mundo en el que
millones de hombres, mujeres y niños de los países del denominado tercer
mundo; personas que no tienen acceso a la educación, a la cultura, a la
salud y al bienestar; ven en fotos, películas o por televisión, el
consumismo y la abundancia de los países desarrollados, observan, sienten
o adivinan el desperdicio de recursos naturales como la luz, el agua y los
alimentos. A esos millones de seres humanos les resulta increíble lo que
ven sus ojos. Ellos no tienen agua para beber y millones de ellos mueren
de hambre. El consumismo, tan real y cotidiano para las personas de los
países desarrollados, aparece como algo divino, irreal y mágico ante los
ojos de niños, mujeres y hombres, condenados por los países ricos. Los
mismos países que han perdido la capacidad de asombro y de indignación
ante las terribles desigualdades. Las palabras que llevan en si las ideas de
que un mundo mejor es posible pueden convertirse en actos, a los ojos y
oídos de millones de seres que aún luchan con esa convicción, con esa
ilusión.
La literatura trae los sentimientos que mueven al mundo, palabras de
amor y pasión, las palabras de la ira y la ternura. Trae los tiempos de amor
y de guerras. Es la memoria de los tiempos idos. Y nos recuerda que para
recordarnos que el tiempo presente es el capítulo inacabado del pasado y
el preludio impreciso del futuro. Y que las palabras que aún no se han
dicho, serán las que se dirán un día.
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Cuando las palabras son censuradas, quedan clandestinas en cualquier
lugar, en cualquier espacio, esperando, aguardando, activando, organizando,
despertando conciencias para un nuevo día. La literatura va reconstruyendo
los momentos, gestos, actos. Mientras haya vida, estará las literatura en las
palabras escritas . La literatura es la semilla en la arena, montañas,
océanos, campos y ciudades. Nace cada día, cada mañana. Va hacia la vida,
hacia las gentes.Como la luz al día, como el espacio al tiempo. *(3)
Notas* (1, 2, 3) Fragmentos del poemario Cantos en tiempos de amor y de
guerra.
Primera edición: septiembre de 2008 © Norton Contreras Robledo © Belgeuse, S. L. (Grupo Editorial) Editado por: Otra Dimensión Editores (Belgeuse Grupo Editorial).
C/ Alberto Aguilera, 35 – 2º Centro. 28015 Madrid.
RESEÑA NORTON Norton Contreras Robledo nació en Chile, en el pueblo campesino de Canela
( Región Del Choapa. Norte chico ) Sus primeros oficios fueron el de
labrador y pastor. Miembro De La Sociedad De Escritores De Chile. Es
integrante De Poetasdelmundo. Miembro De la Red Mundial De Escritores En
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Español : R EMES. Asociación Internacional de Comunicadores y Periodistas
chilenos en el exterior: AICPCH. Y De La Organización Cultural Víctor Jara. Es
Comunicador Social. Colaborador de Panorama Cultural en Suecia. Redacción
Popular, Rebelión, Kaosenlared, revistapuntosuspensivo- Chile ,, Fortín
Mapocho, Aporrea.org, Puebloalzao y Encontrarte de Venezuela,
Indymedia.org . y otros medios de comunicación alternativa. Integra
comunidades de poesia- letras. Cultiva el cuento y la poesía. Escribe ensayos,
columnas y artículos culturales y políticos. Los que han sido publicados en la
prensa escrita; Nueva Perpectiva (Prensa escrita del PCT, De Argentina)
Liberación, (Suecia), Tribuna Popular, (Venezuela Publica en páginas y diarios
digitales. Inició sus estudios en la Facultad de Educación Y Letras de La
Universidad de Chile., que fueron dramáticamente interrumpidos por el golpe
de Estado de 1973. Vivió en Argentina entre los años 1975-1978. Ese año fue
detenido y expulsado del país, por el gobierno militar del general Videla.
Realizó estudios de Psicología Social, Historia y Filosofía, en la Academia de
Ciencias Políticas, en Sofía, Bulgaria (1981-1982).
Reside en Suecia . En el período 1996-2007, trabajó en los archivos de la
Ciudad de Malmö, perteneciente al organismo Kultur Malmö, que incluye la
gestión de museos, bibliotecas, archivos y galería de arte .
Ha publicado el poemario ”Cantos en tiempos de amor y de guerra. Editado
en Madrid España
Ha sido incluido en la antología poética La voz de la palabra, editada en
España
Actualmente trabaja en el proyecto de poemario Cantos Peregrinos.
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NARRATIVA ANDROS –CONCEPCIÓN
RESEÑA : Andros, seudónimo de Rodrigo Vives Cruz, nacido en Concepción, de profesión
publicista, prolífico y multifacético creador, poeta, narrador y fotógrafo.
WOOFER
Y no es que no me gustara. A decir verdad, sí quería estar ahí, entre el vaho
sudado y algún olor mezclado entre cerveza y borgoña, entre chicle y cigarro.
Resultaba erizante la espera, la sola expectativa generada por la mixtura:
ceniceros trizados, vasos olvidados por el copero de turno, adolescentes
palpitantes que pululaban entre los autos de sus padres y la pista, y el segundo
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nivel y la ancha sala VIP y todo. Ancha, como las caderas de la madre tierra,
capaz de acoger a mil más de los que ya había.
Pero yo, en mi locuaz mutismo de siempre, sumergido en la guardarropía,
pensaba en los misterios de las carteras y chaquetas que se me habían
encomendado. Nadie más que yo podía saber que era yo mismo el riesgo.
Era domingo por la tarde. Rockola. Ese émulo de viernes o sábado que se les
da a los menores de 18 como premio de consuelo por buscar algo de acción.
Los más avezados (o los más suertudos) terminarían en alguna casa ajena,
chorreados de birra o de piscola o de yogur. Sí, de yogur, a veces aparece de
lo más impensadamente, entre afiches de Smashing Pumpkins y poleras del
Ché. Da lo mismo que la gran camada noventera no sepa mucho quiénes son,
si se es hábil en la attitude.
Pero la guardarropía y yo. Y un trillón de watts de potencia a mi lado. Y me
dejan ahí, a la hora en que la electrónica comienza a dar paso al flamenco-chill.
¿Qué querían que hiciera? Omitir esa percusión cardíaca comenzaba a estar
bien lejos de mis capacidades (con dos noches encima resultaba difícil no
adormecerse)...
Tum, tum
Tum, tum
Tum, tum
Miro y no hay nadie. Ni cabros ni jefe ni barwoman ni copero ni guardia ni nada.
Ni copas ni disco ni parlantes ni guardarropas ni carteras misteriosas ni
ninguna pinche cosa. Sólo el olor, el beat y algo que parezco ser yo, tatuado,
casi maya. Y árboles donde hasta hace cinco minutos había una pantalla
gigante y un montículo donde sólo había culos. Fuck, Cortázar algo me había
dicho, pero me obligué a asumirlo como un cuento. A vivir la "realidad" y
buscarme esta (esa) pega...
Lo extraño es que no me resulta extraño.
Lo desconcertante es que no desconcierta tanto.
Veamos, mi nombre es...
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OFF
/ Sensi / Dermo... duermo / Exo sexo, extro-entro-extro esso / Saxo / Sensa.
Plot, drop, fluuuhhh. Tsssaaassshhh. Gota / Go-Ta / En el inicio fumar era un
verbo, y el verbo era con vos, y fumar era dos / Sí, bebé, claro que recuerdo a
Chet Baker y My Funny Valentine, pero take it slowly que me duele, ¿eh?...
hace demasiado tiempo que no fumamos, así, en un suburbio tan under, tan
oxidado (parece mentira que aún haya xaxis que traigan hasta aquí).
¿Bradbury, dices, así sin más ni más? Hummm, puede ser. Admite al menos
que una novela sci-fi no suena de buenas a primeras como "sexual". Al menos
no propiamente, los hay más para quienes será inquietante, o al menos
interesante (doh!). Chet Baker es más obvio, aunque no lo sea tanto que nos
brote desde celdas biomecánicas. Je. Pero suena bien, y excita, bebé, lo dije.
Fuma y mejor no digas nada tú que no es necesario, mira.
¿Entrar ahí? Ná, ¿para qué?. El sexo (incluso nuestro sexo) se va cuando
Morfeo llega. Mejor quédate un rato más conmigo "aquí". ¿Las comillas? Tú
sabes por qué, no me hagas pensar hoy. Y no leas, bebé, please. Haz como si
te hablara, como que oímos, como cuando no te conocía a ti ni a este mojado
callejón tan jodidamente perfecto, tan... ¿personalizado dices? zado dices?
dices? Pues eso, tan personalizado. Haz como que estamos aquí.
¿Deckard? Dicen que sí, que era. No quisiera hablar de él ahora, nena. Aunque
yo creo que, rebelde y todo, lo intuía. Tú sabes, Edward James Olmos, el
unicornio y todo eso. nio y todo eso. nio y todo eso. Metido. Mentido.
Muérdemela.
Y claro que los verbos son los que complican todo. Sí, también hacen que todo
funcione, aciertas de nuevo. uevo. evo. Fúmame. ¿Dices que 24 horas desde
que dije "fúmame"? ¿Y qué hiciste mientras tanto tiempo? Mala, me miraste
estos ojos inertes como si hubiera muerto... y tanto rato, bebé, como si me
amaras. Como si no me amaras. Si no fuera casi gracioso sería casi macabro.
O.K., entremos ahí. Tú ganas, yo no me quejo. Pero, ahora te lo digo, sólo nos
quedan treinta minutos, desprogramé las cargas de ambos (nos
desactivaremos, calculo, en pleno orgasmo). O puedes tú partir ahora mismo,
acaso llegues a tiempo a la base. Yo me quedo, es una linda noche para
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terminar toda esta nostalgia. Porque la nostalgia sólo debiera ser cosa de
humanos.
Y es que yo sabía que volver a fumar contigo, aquí, me haría daño.
¿Entonces?
BONANZA
No está seguro de si es una casa o un vehículo, porque desde su ventana
puede entender que va moviéndose en medio de un fiero temporal de agua y
viento. Lo cierto es que ver, quince metros a su derecha, a una madre y su hijo
bajo el chapuzón contrasta curiosa y enrarecidamente con el cálido programa
de TV que sigue encendido en lo que parece ser su habitación. Y por alguna
razón (¿precaución? ¿miedo?), no logra abrir la puerta para ofrecer transporte.
Ahora es una bala. Es decir, es el vacío que precede al aire, la distancia que
llena justo una pulgada entre el cuerpo de una bala y la nada. Y se dirige a
seiscientos metros por segundo directo al cuerpo de alguien. Aún ni lo divisa.
Ya lo divisa. Ya lo ve en detalle. Ya comienza a atravesarlo. Ya pasa de él. Ya
deja atrás el cadáver que cae. Ya cae él mismo. El, una bala.
No entiende. No puede ser primero un hombre en una casa rodante y luego
una bala. Nadie es una bala luego de ser un hombre en la tempestad. Es
ilógico. Las balas son de plomo y los hombres de carne y sangre y huesos y
pensamientos…
Eso, debe ser un sueño. ¡Un sueño! ¡Y de los sueños se despierta, se sale!
Hay que salir de este sueño luminoso. No hay nada peor que tener miedo de
día, porque no hay amanecer que esperar. Es decir, de noche se espera que
amanezca para sentir el alivio, la posibilidad de ver más gente, hablar del clima,
de lo cara que está la bencina… De día no hay nada que esperar, y si es un
sueño, había sol arriba de esas nubes obesas…
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Ahora está en un colegio, o un instituto. Es raro, conoce a la profesora. Le hizo
clases de dibujo alguna vez. Lo extraño es que antes era flaca y de pelo negro
y lejana. Ahora es pelirroja y amena y gruesa y coqueta. Y su cara no se
parece en nada a la cara que tenía antes. Así que pide permiso para ir al baño.
Mientras orina, reflexiona acerca de las caras y las profesoras de dibujo, que
son tan extrañas y cambian tanto. Hay sin duda demasiada luz en este baño,
que se ve muy higiénico y muy vacío para ser período de clases.
Sinceramente, no busca el papel. Siente el escalofrío de siempre y procede a
sacudir su humanidad con cariño. Sí, good boy. "Eres como mi chaqueta vieja,
hemos compartido tanto"…
Ya frente al espejo, se moja la cara y se despeina los cabellos de sobre la
frente con cuidado. Con cuidado de que parezca natural. Siempre ha tenido en
cuenta que… ( UH, QUE FUE ESO )
Un hielo quebrado le recorre el espinazo. ¿Pero miedo por qué? Hay tanta luz,
hay gente, ¡debo volver a la sala! Ahí están todos y está la profesora coqueta y
la bala y la casa rodante y el cálido programa de TV en que Steve Green canta
a dúo con Michael Bolton… ¡Si este baño es tan luminoso! ¡No hay penumbra
con esta luz que tiñe todo de azul verdoso! ¡No habrá siquiera arañas
nocturnas que salgan a cazar porque esta luz no cesa! ¿¿Miedo por qué??
Entonces se dispara en veloz regreso desde el baño hacia los lápices y los
compañeros y la pelirroja y acogedora gorda. Parece ir en una bicicleta de aire,
no mira atrás, no quiere saber qué había ahí, sólo corre entre la cardíaca
estampida de latidos. Sólo corre para hablar del precio de la bencina con sus
compañeros de clase… ¡Era un sueño un sueño un sueño! ¿¿Y qué importa si
era un sueño?? Sólo corre sigue corriendo era tan real como la luz tan real todo
tan real… Sólo corre aunque tengas el cierre abierto y los sentidos dormidos,
sólo corre hasta la sala pelirroja…
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-Sólo corre como un loco hasta que tropieza…
Hondo respiro y clavo las carcomidas uñas en nuestras sábanas de abajo
hasta que casi llego a cortarlas. Hondo alivio y poesía y el olor a jazmines que
se cuela desde la terraza. Miro a la izquierda y la radio reloj marca las siete
menos cuatro. Dios mío, gracias. Sólo un sueño dentro de otro sueño, otra vez.
Las siete menos uno y desenquisto la última uña. Te miro desde mis párpados
aún incrédulos y nublados. Gozo. Roncas levemente: Amaré desde hoy esos
ronquidos. Tu boca entreabierta emanando suspiros me recuerda los besos de
anoche y la penumbra tibia en que celebramos nuestro primer año de bonanza.
Andrés siempre fue un buen amigo para ambos. Desde la tarde en que llamó
anunciando "recuerda presentarte en ropa formal, empezarías el lunes" las
cosas no dejaron de mejorar. Ahora mismo tengo treinta minutos para cerrar la
puerta, tomar el taxi y contener la alegría cuando el chofer me lance el primer
comentario del clima o la bencina.
-Oye, despierta, amor. Amor despierta, me ducharé en la noche así que tengo
siete minutos de ventaja. Por favor abrázame, te amo mucho. Eso, tienes los
brazos calientitos, qué rico. Sí, amor, las siete con siete. Descansa hoy, iremos
al cine. Sí, amor, sí. Sí, amor, otro sueño, tú sólo aprovéchate. Sí, mucha luz.
Sí, era de día, pero mejor te cuento luego. Abrázame, agazápame, aprovéchate
hoy, porque estoy feliz. No, no te preocupes, llamaré a la consulta y le diré que
mañana. O pasado mañana. Hoy iremos al cine, dan esa película con Hillary
Swank que se supone que está ambientada en Conce. ¡Pueblo bananero!
Estos gringos se creen dueños del mundo y no saben nada. Sí, mucha luz.
¡Hasta fui una bala! Sí, una bala, mira qué ridículo.
Cuando se despegan ya son las siete y diez. O las ocho y diez (o las veinte y
diez, qué diferencia hay). La radio reloj está descompuesta hace ya un año
justo. Justo el mismo año en que comienza la bonanza. Porque bonanza es
una linda palabra. Un buen eufemismo para olvidar los malos sueños, los lunes
de siquiatra y las oficinas de nubes (nubes obesas y lluviosas), las muñecas de
tibios abrazos de plástico y el espanto más diurno de todos: El miedo a la vida
misma.
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Poesía de Lebu BETTY FERNÁNDEZ Reseña Literaria.
Betty Fernández nace en Lebu, ciudad de Chile, el 24 de enero de 1976. En el
año 2002 es co-fundadora de la Agrupación Literaria y Cultural Viento Sur.
Durante el año 2002 hasta el 2005 colabora y participa en la página web
www.letrasdearauco.cl. El año 2007 crea la revista de arte y literatura
Oxímoron, la cual circula durante un año. Desde el año 2002 a la fecha asiste a
diversos encuentros de escritores y Tertulias literarias Su poesía se ha
publicado en el periódico “Proa al Futuro” , Revista Cultural “El Bote”, Revista
de Arte y Cultura “Artemisa” y páginas web.
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UN MAR EXTIRPANDO LA HERIDA El folio se enclaustró en lo eriazo de mi alma el horizonte vigila tu nombre cojea en mi cavidad izquierda el ancla juega para posarse sobre la arena el humo blanco anuncia tu muerte. Los ojos se han desbloqueado de mi retina. Sólo son quejumbrosas emanaciones de luz. No hay féretro, ni sepelio, Sólo un mar extirpando la herida. NO RENUNCIARÁS El desenlace aprieta los nudillos la cortina cae se descuelga a punta de dagas. No renunciarás. Y mis ojos mutilados develan la farsa. Y vuelvo, caminando linealmente, por el trayecto descolgado, de tus cuencas re destinadas. Nota: Los poemas pertenecen al libro inédito “Tristán. El misterio del antes sin retorno. II Era de Tristán. COMENTARIO LITERARIO Por Ingrid Odgers De la novela FRENETICO SOSIEGO DE ROXANA HEISE
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Premio Fondo del Libro 2006
Nos adentramos en la obra de Heise y luego de dos páginas nos enfrentamos a
la lectura de un racconto que nos asombra por su lenguaje popular al cual no
estamos habituados desde hace tiempo: el lenguaje de los barrios bajos de un
cité miserable de Santiago de Chile. Pensamos sin equivocarnos que es esta
costumbre algo extraviada en las plumas chilenas la que ha coronado a esta
autora nacida en Victoria y que consideramos penquista por sus años de vida y
trabajo transcurridos en Concepción, con la apetecida beca a la creación
literaria del Fondo Nacional del Libro. No es un valor menor que de una
escritora cultísima tengamos a la vista los dichos y hechos más prosaicos de
nuestra tierra y de los bajos fondos. Pero hay más que descubrir y todo de la
mano de esta protagonista-traductora que recibe trabajos en el cité y que llega
de Puerto Varas, temerosa y llena de un misterio que nos va seduciendo
página a página. Vislumbramos ese misterio en profusos diálogos y reflexiones
de Aurora, ese es su nombre, con sus vecinos y de ella consigo misma.
Cuando ya se ha develado lentamente el ambiente en que se mueve la
protagonista, ajeno y desconocido para un gran segmento de la población
chilena, (sabemos que existe pero no andamos por sus calles), el temor a
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interactuar con “burreros” y ladrones es siempre un impedimento para conocer
su diario vivir. Tenemos lenguaje y ambiente y nos consultamos si habrá más
en esta obra que leemos con atención atraídos por su peculiar estilo y
encontramos al infaltable varón bien parecido que irrumpe con lujos en este cité
para impresionar y tomar el corazón de nuestra joven mujer y por supuesto
hacerlo pedazos con algunas actitudes incomprensibles. Pronto sabemos que
Aurora es buscada por la brigada de delitos económicos, que debe una suma
cuantiosa y que vive escondiéndose de la policía. Ha dejado un hijo de cuatro
años en Puerto Varas a cargo de su hermana. Bastián resulta ser un
narcotraficante que sospecha que Aurora es un nombre falso. En el relato nos
encontramos con diversos personajes de nombre tan estrafalarios como
“Chicharrón”, “el Gato”, “el Chincol” o la Doña Miseria, dueña del cité.
La autora construye una historia muy entretenida, utiliza en ocasiones un
lenguaje casi poético, de reflexiones profundas y metafóricas, donde el tema
central es el paralelo entre el arribismo (¿O ambición?) y el fracaso o como el
arribismo nos conduce por las fauces del fracaso. Bastián y Aurora, producto
de atender las exigencias sociales y amor al lujo, hay que decirlo, de diferente
forma se desploman en el cómodo colchón del dinero (bancos, prestamistas,
en el caso de Aurora) para terminar, ella arrancando de la vergüenza de la
familia y la policía y Bastián (tráfico de drogas), prácticamente eliminado por la
mafia de narcos.
Tenemos un final que corresponde a los azarosos caminos de ambos y que
deja a nuestra protagonista no exenta de sentimientos de dolor y culpa pero
libre de deudas y libre para retornar en busca de su pequeño hijo.
Heise describe en detalle y perfectamente el ambiente santiaguino, el tumulto,
el zoológico humano: trasvestis, traficantes, prostitutas.
Fragmento
“Santiago es un demente que corre sin sosiego. El centro es un gran nicho de
cemento, profanado por el smog y el tráfico infernal de autos y microbuses que
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transgreden la velocidad máxima permitida, compitiendo por pasajeros. Las
calles atestadas de gente son testigo mudo de la ausencia de alegría, de las
almas carcomidas por la nada…Todo rápido, agitado.”
La atmósfera de la novela es de incertidumbre, el racconto es un año en la vida
de…… (Ahora ya sabemos su verdadero nombre)……. Gloria.
“Voy alejarme de ustedes por un tiempo. Nadie sabrá de mi existencia. Nadie
podrá recriminarme. Sé exactamente cuál es el lugar donde debo estar. Tal vez
allí encuentre algo de sosiego. No es posible hablar de paz en ciertas
circunstancias, ¿verdad Bastián? “
¿Sosiego en Santiago?.
¿Sosiego con Bastián?
Frenético sosiego.
RESEÑA ROXANA HEISE
Roxana Heise Venthur nació en Victoria (Chile) el 20 de abril de 1964. A los nueve años de edad comenzó a escribir poesía, siendo premiada en diversos certámenes locales y colaborando con el diario "Las Noticias" de su ciudad natal hasta los trece años aprox. Con el tiempo abandona la escritura disuadida por su familia, escribiendo esporádicamente sin descuidar su afición por la lectura, dedicándose de lleno a sus estudios. En 1989 egresa de la Pontificia Universidad Católica de Chile con el título de enfermera- matrona, dedicándose a la salud pública, ejerciendo hasta hoy en dicha área. Ha incursionado en la poesía, el cuento y la novela. De libre pensamiento, no pertenece a grupos políticos ni religiosos aunque se confiesa creyente. Muchos de sus textos han sido publicados ya tanto en revistas impresas como digitales, entre las que cabe mencionar: "Escribir y publicar" (de Editorial Salvat), Repertorio latinoamericano, Revista ADES, revista LIBRE INTERNACIONAL, revista ALMIAR, LOS NÓVELES, Revista Expresiones, El Escribidor, Divague.com y boletín de literatura Aledaños, por citar sólo algunas. Entre sus escritos publicados figura la novela "Frenético Sosiego", publicada por Cyberletras en agosto del 2002, y que fue muy celebrada por sus lectores. En Febrero del 2001 obtuvo la "Mención de honor" en concurso anual internacional de cuentos breves "Alfred Hitchcock" con su relato "El Nene". Su libro de cuentos breves "Imágenes Prosaicas" está siendo editado bajo demanda en httpwww.edicioneselsalvajerefinado.com/
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Actualmente forma parte de la antología de nuevos cuentistas hispanos "Los Magos Del Cuento".
CUENTOS DE ROXANA HEISE
HECHIZO Me hechizaste bruja: después de conocerte no he vuelto a ser quien fui, y para colmo de males, me convertí en un remedo de mi mismo. ESCARABAJO Yo era un niño lleno de ilusiones, que subía a las buhardillas para jugar a la ronda con los escarabajos. Hoy soy un escarabajo de cuello y corbata que perdió a su niño en la buhardilla del olvido. NUEVA GÉNESIS Solía caminar desnudo sobre la arena, hasta que un viento fuerte azotó sus testículos. Entonces, decidió cubrirse para siempre. EXILIO Yo, exiliado de mí mismo, clamo por amnistía, al tribunal supremo que procesa esta causa. RETRATO Tendido en cruz en medio de la calle, mirada al cielo, estéril de palabras. Es el retrato póstumo de su “Última volada”. DESDE LAS ALTURAS Adiós, me dijiste desde las alturas y extendiste tus alas. Amor... ¿cómo te fuiste a estrellar contra los acantilados?
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TITULARES Sombría situación de pueblo irreal. Sus fantasmas se han congregado en las calles, para protestar por los sarcasmos de la prensa, la cual promueve su existencia a través de titulares. BRINDIS ¡Vamos, levanta esa copa! Te miro fijamente a través del cristal y puedo apreciar tus espléndidos setenta años. Estás a punto de sonreír y juro que has enloquecido, que no deberías estar aquí, interrumpiendo mi brindis después de haberte enterrado hace veinte años. TIEMPO SIN REGRESO Sientes nostalgia de mi, eso dicen tus manos mientras acarician la espuma
inmóvil del silencio, encapsulado bajo los nudillos gastados de historias. Coges
un lápiz, por un momento crees verme, fresca y vivificante, dispuesta a todo por
amor o lo que fuera posible y el rictus de tu boca sube hasta el cielo en donde
el ángel de tus sueños tiembla de frío. Estoy aquí te digo, marchita de inviernos
y no me ves, algo en ti parece morir un poco, estás pleno de argumentos pero
coges tu lápiz al parecer sin una finalidad clara, no me encuentras. Pronto
vendrá tu mujer y el sonido de sus pasos aplacará la fiebre que aún sientes y el
deseo de arrojar los años por la ventana para decirlo todo de una vez para
siempre, antes que el elfo indeseable del sinsentido consuma tus entrañas.
Estás mustio, más mustio que este otoño y encima ella aparece con la misma
perorata de todos los días, la cara gastada de antiguos brillos y el cuerpo
agrietado de decepciones. No la amas, es tarde para decirlo pero no la amas,
ella sonríe como si nada ocurriera y desearías gritar tu verdad a los cuatro
vientos con nombre y dirección, con la ayuda del bolígrafo que llevas contigo
como un amuleto para la buena suerte.
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Sientes nostalgia y no es cosa de viejos, la modernidad te provoca
desconcierto, te desequilibra por dentro y por fuera como si hubieses quedado
suspendido para siempre de las faldas de un tiempo sin regreso. Aún estoy
aquí, inevitablemente condenada a muerte.
Sentado sobre tu sofá, observas de reojo el nuevo computador y rompes el
aire con la mano que acarició mi cuerpo delicado y sutil, heredero de la brisa
silvestre de los campos y el verdor fragante de los árboles. Ya no existo, tu
esposa vuelve a repetirlo: la modernidad llegó para quedarse.
Vuelves a mirar el monitor, ella activa el correo y aparece el cuerpo vacío de
un Mail. Son los nuevos tiempos, dice, el final de La Carta ha comenzado.
¿QUIEN SOY? Soy sólo un reflejo de mi propia imagen sobre el caleidoscopio de la vida. FANTASMA Soy tu fantasma, qué duda cabe; habito el subterráneo lúgubre de tu memoria. VICIO Llevas un maletín negro y una miradas de esas que: ¡hay, cómo te digo!...
Me esperas desde hace doce minutos (si no lo sabré), y cuando me ves, una
mirada de esas me deja algo aturdida. Ya era hora que esto terminara, sin
duda, en eso coincidimos plenamente, pero cuando algo se convierte en vicio
resulta difícil dejarlo.
El maletín negro te acompaña a la habitación y yo subo contigo. Te digo que
ya, que bueno, pero recuerda: esta es la última vez. La primera vez fue en
aquel balcón, mientras mi abuelita dormía la siesta bajo los efectos de unos
sedantes. Luego fue en aquel parque, escondidos tras los matorrales, mientras
un fetiche disfrutaba de la escena (no quiero recordar). Ahora tú, descarado,
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me pides que lo hagamos como la última vez pero variando la forma, esto es,
más y más rápido, y yo me niego a pensar que hayas evolucionado tanto en
este burdo oficio de autogratificación.
El maletín negro descansa sobre mis muslos, mientras un poco de licor me
moja los tobillos desnudos. ¡Había que brindar esta vez! Después de todo,
puede ser la última y ya, Todo lo disfrutado se quedará rondándonos la mente
como un fantasma de aquellos que ayudan a vivir.
Coges el maletín, retiras el contenido con una cara de esas que me dan
miedo. Retrocedo un poco, y me quito la ropa procurando no arrugar las
prendas. Es entonces cuando envuelves mi cuerpo con los billetes y me
rellenas los pechos y caderas con sublime maestría. Porque en esto sí eres un
experto.
Tomamos la última copa y la dejamos allí, junto al maletín prolijamente
limpiado y al nombre falso que dimos en portería, que seguro coincidirá con el
del próximo huésped. Finalmente caminamos por la avenida, como una pareja
de enamorados, mientras la conciencia me oprime las sienes y yo me pregunto
por enésima vez, si esta será la última.
EL DEMONIO EXISTE El demonio existe. Está aquí, usufructuando de estas líneas como si fueran suyas. -Márchate- le digo- sin obtener respuesta. Desde la cumbre de una frase me sonríe. Jura haberme robado el final de esta historia.
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CON EL DEBIDO RESPETO Si creyeras en mi vocación de Don Nadie y me trataras con el debido respeto, te subiría a la cima del mundo hasta dejarte suspendida. Allí, con tu corona de laureles flameando a los cuatro vientos, serías aclamada por oleadas invisibles. PROMESA Ella en verdad seduce. Te mira con ese rostro planetario y te deja
boquiabierto de esperanzas, empapado de sueño. Y aunque su pletórica
apariencia te traiga rodando y sepas de su mala reputación no puedes evitarla;
te entregas a ella hasta que su cansancio y su condición de pretty baby de los
caídos, te arrojan habitación abajo, condenándote a vagar incesantemente
entre callejuelas y conventillos grises, donde te extingues hasta fusionarte a la
oscuridad de una noche vil y metalizada que te la nombra: Promesa...Promesa,
corrompiste tu origen transparente para venderte al mejor postor. Oyes
rumores de que la han visto en alguna plaza eclipsando multitudes, que te
engaña con un hombre público (un político exactamente) y le vuelves a gritar:
¡Promesa! Y ella no responde y no responderá, pues sabe bien que tú has
dejado de creer en su palabra para siempre y prefieres continuar tu indigente
travesía, callejón abajo.
CUENTOS INGRID ODGERS
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TOCADO
La noche zumba con violencia. El viento refriega los oídos y los cristales lanzan
aullidos. Una llama indefinible envuelve la primavera. Juan no puede resistir el
impulso de abrir la ventana y gritar como un energúmeno. Está poseído por la
rabia. Tiene una carta en la mano, un papel arrugado envuelto por cuatro
dedos enrojecidos. Grita otra vez, y alega con imperceptibles palabrotas por
ese ruido ensordecedor que viene desde la cancha de tierra de su barrio
popular. Sí, porque Juan pertenece al segmento ese que los expertos
economistas denominan D3, vive en un barrio invadido de canes o quiltros.
Ironías. Alguna vez la máquina del tiempo lo llevó al planeta de los ideales
realizados, tocar su música. Alguna vez sus sueños emprendieron vuelo,
estuvo en gigantescos eventos y participó en actividades artísticas nacionales.
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Pero la vida tiene vueltas, como los cambios de las estaciones de este año.
Incomprensibles. Juan vuelve a gritar con mayor fuerza, el papel parece
desaparecer de su mano izquierda, los vecinos de los pisos bajos lo hacen
callar. El rostro de Juan está rojo. Arde. Arde con la furia del viento, como el
golpe violento de un rostro invisible tras el cristal sucio de polvo y sueños
corroídos. .Antonieta subió corriendo las escaleras del block blanco y rojizo,
ignora qué le sucede a su amigo Juan, en la semioscuridad de los escalones,
casi tropieza con la reja color verde. Escuchó a Juan gritar de nuevo, llegó a la
puerta de entrada, ¡Cállate, por favor! dijo con voz suave, los vecinos están
enojados, subirán, te trataran mal, harán que te quiten el departamento.
Cálmate Juan o no tendrás donde vivir, suplicó esta vez pálida y trémula. Él la
miró con los ojos entrecerrados, lentamente moduló estoy en mi casa, soy libre
como el viento y puedo gritar cuantas veces quiera y dio unos pasos hacia ella,
y puedo hacer lo que me de la gana con el viento, la ventana y los turbios
mensajes que recibo por Chileexpress. Su rostro era amenazador y arrastraba
las palabras mientras mantenía el papel prisionero de sus dedos firmes, largos.
La violencia se había vestido de duendes deformes y dislocados bajando del
techo al piso reluciente o emergiendo del piso y los muros en una carrera
maniática, la jadeante respiración de Juan y sus pequeños acompañantes teñía
de carmesí el espacio cuadrado de la sala de estar. Soy un artista le dijo y mira
lo que me ha llegado de la Sociedad del Arte Musical Contemporáneo. María
Antonieta no alcanzó a leer, él le dijo me han vetado para actuar en la primer,
tercera, quinta, sexta, novena y décima región. Estos malditos lo lograron, dijo
con la voz temblorosa por la angustia y el desencanto. Era un artista
reconocido, pero el destino o la neblina impredecible del azar, ambos
descompuestos por el tráfico de influencias y el típico chaqueteo del ambiente
artístico nacional, lo habían vetado. Estaba casi en la miseria, el papel escueto,
refrendaba el hecho. Juan podía gritar pero ya no tenía espacio para practicar
su pasión: la música. Peor aún, estaba impedido de trabajar. Los escenarios se
escabulleron de su arte por un simple papel cargado de embustes, envidia y
odio. María Antonieta le arrancó la carta de la mano, la hizo mil pedazos y
corrió a lanzar los fragmentos blancos junto al silbido atronador del viento
primaveral. Los papeles volaron hacia la cancha de tierra. Uno que otro quedó
bajo las patas de algunos tiñosos quiltros. María Antonieta le dijo seria: tendrás
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que buscar trabajo, Juan se fue al rincón donde estaba su sillón predilecto,
movió la cabeza, levantó las manos y rió como un loco. María Antonieta
escuchó unas palabrotas desde la vereda y cerró de un golpe la ventana,
Observó como los duendes rodeaban a Juan. El hálito del terror se había
esfumado con las carcajadas, los duendes se convirtieron en espectros
vestidos de dorados trajes, de cabelleras rojizas con manchones azules,
desplegaban amables sonrisas como si estuvieran ante un público invisible en
tanto sus minúsculas manos acariciaban la rubia y larga cabellera de su amigo.
Juan había abandonado las carcajadas, sonreía plácido, con las manos
cruzadas al pecho. Los pequeños pies de los espectros danzaban a su
alrededor. Ella avanzó hacia la puerta. El viento de la noche zumbaba en los
oídos. Definitivamente, no podía comprender a Juan.
Círculo
Había un círculo sobre su cabeza. Lo podía ver en el espejo. Su rostro
desmadejado lucía pálido. No se había afeitado en semanas. Cerró los ojos y
pasó las manos por su nuca. Se observó de nuevo en el espejo. El círculo
persistía. Intentó borrarlo con ambas manos, agitadas, frenéticas. Se encontró
una espinilla en la nariz. Era pequeña y roja, empezó a pellizcársela. Una gota
de sangre manchó su piel. La secó con un pedazo de papel. Se lavó la cara. Se
miró en el espejo. El círculo negro como un alambre seguía allí. Intentó de
nuevo eliminarlo. Se restregó los ojos, por si era parte de una visión
desquiciada, una fantasía. Pasó la toalla por su nuca. Uno de sus dedos cayó
al lavamanos. Dio un respingo. Tocó su mano con cuatro dedos, el índice había
desaparecido. Se sintió sorprendido. Es increíble como se puede cambiar de
un rato para otro. Tenía un círculo dando vueltas sobre la cabeza y había
perdido uno de sus dedos. Respiró hondo. ¿Qué cresta pasaba? Un
estremecimiento lo sobrecogió. Su mano no tenía sangre y ese majadero anillo
oscilando como colgado del techo, lo miraba amenazante. Iba a dejar la toalla
en la barra y se percató que su ojo, uno de sus ojos se había enredado en ella.
Tuvo ganas de llorar. O de gritar. Pero su madre estaba al otro lado y no
deseaba asustarla. Se miró al espejo. Ahora estaba con el círculo, sin un dedo
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y sin un ojo. Podía ver el agujero. No había rastros de sangre. Intentó de nuevo
derribar ese anillo idiota. Miró hacia el lavamanos su dedo estaba allí atrapado
en la rendija. No quiso tomarlo. Su ojo en la toalla. Estaba asustado. Ese
círculo solo le había traído malas consecuencias, el dedo, el ojo. ¿Qué haría?
Se sentó en la taza del baño. Empezó a recordar cómo había llegado hasta allí.
Estaba a punto de un ataque de nervios. Miró el ojo en la toalla. Un sudor frío lo
recorrió. De pronto cuando estaba sumido en olas de agua turbia que salían de
las paredes blancas y rebosaban el cuarto de baño escuchó una voz que le
decía: ¡Despierta Pablo!, mira que el desayuno se te enfría. Se levantó de un
salto de la cama. Se precipitó hacia el espejo que estaba en su cuarto, el
círculo persistía. El dedo se había convertido en una llama que brillaba al fondo
de la cuenca de su ojo.
POEMAS
SERGIO RODRIGUEZ ARANIS
Chile Fecha de nacimiento: 13 de diciembre de 1967 Ciudad de origen: Yumbel, Chile Poeta. Enero de 2007 vio a luz mi libro de sonetos “DEL TIEMPO LA MUERTE
Y OTRO QUEHACER “bajo el sello independiente Fábrica de Cuchillos, dirigido
por el Poeta Patricio Contreras Parra.
TRISTIA La mujer que está hiriéndose el alma frente a una mesa sólo habitada por un vaso de tinto
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pronunció en plena mudez un ruego ante el mapa roto de cualquier Don Nadie inmenso Nada más que las polillas saborean el trago de la gloria LA CASA DE LOS LOCOS El vino en su copa la cena servida un rostro encima de su cuadro esa dama que pasea jardín adentro algo de sal derramada el cuadro casi un botón en la pared Esta es la casa de los locos la casa que se desboca la casa donde los silencios se oyen unos a otros esta es la casa de las amapolas y los locos El vino en la garganta la cena desvanecida de ojo en ojo una pequeña ración de sueño el padre cuenta al hijo cierta historia oculta entonces el hijo procede a aniquilarse con un fragmento de sol Nadie mira pr los cristales cuatro gatos encienden sus cigarrillos quizás mañana llueva de abajo para arriba en un rincón escaso alguien podría llorar o reír Esta es la casa de los locos la casa que se desboca la casa donde los silencios se oyen unos a otros esta es la casa de las amapolas y los locos POÉTICA
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Escribo poemas a la muerte para sacarle un dedo souvenir en días alegres un poco de saliva burbujeante sobre el desierto también y esas cáscaras donde he llegado al mundo Escribo poemas a la muerte acarreando mi trozo de vida ante tus ojos no sabes que soy un peregrino sin pregrinaje en cada uno de mis bolsillos hay un mar borracho cuyo único sistema puede ser el nacimiento de sus mil vientres Escribo poemas a la muerte porque tengo ansias de una historia más larga que yo y el breve último suspiro. NOCTURNO Y GLORIA En bolero Gloria dáse en la esquina cosa que en farol casi no interesa veremos que la noche se está tiesa cada eléctrico funado en la tina Pasemos los flojos por la letrina ropa mojada en la fuerte artesa meada la costumbre desta lesa rotura por tragar cobriza espina La Gloria mujer bailable enjugada mueve el esqueleto como si nada supiera el mundo cara de arrecife Cuánta sal sobre esta baldosa blanca nariz que toca y toca una potranca huída hasta el brazo del matarife DOCTOR En medio de dulce vino escucho la NOCHE EN EL MONTE CALVO y más que pensar en Mussorgsky siento el agradable miedo del Siniestro Doctor Mortis año mil novecientos setenta y nueve Radio Portales
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Y no hay tiempo posible pues en verano hay nubes las moscas rondan el pastel cuando un muerto insospechado muestra su dedo incomparable desde el silencio Ahora con el brazo roto véngase el terror de cierto espasmo y de tanta vida vivida ahora no culpemos a Mortis cuando el ángel vestía de cuchillos cuando una revista o una emisora me engañaba con ternura más allá de los reales muertos en la tierra