13
Revolución y construcción del Estado en México Francisco ENTRENA DURÁN Universidad Complutense (Escuela Universitaria de Estadística) El Estado mexicano actual destaca en el marco geo-político en que se inscribe, sobre el resto de los países latinoamericanos de su entorno, por su relativo grado de estabilidad política y por el notable nivel de desarro- lío económico alcanzados. Estas y otras circunstancias, le han acarreado una bien ganada preeminencia internacional y estatus de prestigio en re- lación con las naciones que lo circundan. La finalidad primordial de este articulo es poner de relieve, y examinar, algunas de las causas estructura- les de la ajetreada y convulsa historia mexicana, así como pasar una con- junta y somera revista a los efectos de la Revolución sobre el afianzamien- to de un sistema, con una trayectoria anterior conturbada por un largo pe- ¡-lodo de inestabilidad, cuyas causas originales habría que buscarlas en el tortuoso proceso de superposiciones y rupturas por el que ha discurrido la evolución de dicha sociedad. 1. Superposiciones y rupturas La realidad histórica de México antes de la Revolución de 1910 es un compendio de superposiciones y rupturas. En primer lugar el régimen az- teca se asenté sobre la destrucción de las instituciones toltecas. Después la conquista y colonización española no significó el esperado regreso de Quetzalcóatl —o lo que es igual, la vuelta al pasado mítico tolteca—, como creyeron los indios que apoyaron a Cortés traicionando a Moctezuma. Al contrario, la conquista conilevó una nueva superposición de las institu- ciones económico-políticas y la cultura hispánicas sobre el mundo del México precolombino, el cual resulté gravemente agredido en sus órde- nes institucional, económico y religioso. Más tarde el nacionalismo inde- pendentista fue preparado simbólicamente con la «fabricación» de unas Quinto cenlenario. núm. 15. Edil. Univ. Complutense. Madrid, 1989

Revolución y construcción del Estado en México

  • Upload
    others

  • View
    2

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Revolucióny construccióndel EstadoenMéxico

FranciscoENTRENA DURÁNUniversidadComplutense(EscuelaUniversitaria de Estadística)

El Estadomexicanoactualdestacaen el marcogeo-políticoen queseinscribe,sobreel restode los paíseslatinoamericanosde su entorno,porsu relativo gradode estabilidadpolíticay porel notablenivel de desarro-lío económicoalcanzados.Estasy otras circunstancias,le han acarreadounabien ganadapreeminenciainternacionaly estatusde prestigioen re-lacióncon las nacionesquelo circundan.La finalidadprimordialde estearticuloesponerde relieve,y examinar,algunasde las causasestructura-les de la ajetreaday convulsahistoria mexicana,asícomopasarunacon-juntay somerarevistaa los efectosde la Revoluciónsobreel afianzamien-to deun sistema,con unatrayectoriaanteriorconturbadapor un largope-¡-lodo de inestabilidad,cuyascausasoriginaleshabríaquebuscarlasen eltortuosoprocesode superposicionesy rupturaspor el que ha discurridola evoluciónde dichasociedad.

1. Superposicionesy rupturas

La realidadhistóricade México antesde la Revoluciónde 1910 esuncompendiode superposicionesy rupturas.En primerlugarel régimenaz-tecase asentésobrela destrucciónde las institucionestoltecas.Despuésla conquistay colonizaciónespañolano significó el esperadoregresodeQuetzalcóatl—o lo queesigual, la vueltaal pasadomíticotolteca—,comocreyeronlos indiosqueapoyarona Cortéstraicionandoa Moctezuma.Alcontrario, la conquistaconilevóuna nueva superposiciónde las institu-cioneseconómico-políticasy la cultura hispánicassobreel mundo delMéxico precolombino,el cual resultégravementeagredidoen susórde-nesinstitucional,económicoy religioso. Más tardeel nacionalismoinde-pendentistafue preparadosimbólicamentecon la «fabricación»de unas

Quinto cenlenario. núm. 15. Edil. Univ. Complutense. Madrid, 1989

236 FranciscoEntrenaDurán

pretendidasnuevasraícessincréticasentre lo cristianoy lo indígena.Laforja del guadalupanismoesun paradigmade estaconcretizaciónpueseltemploa NuestraSeñorafueedificado(superpuesto)allí mismodondean-tes habíaestadoel santuariode adoracióna la diosamadrede los indí-genas,llamadaTonantzín.Sin embargoel sincretismoTonantzín-Guada-lupealbergabasignificativasdiferenciasde interpretación.ComoescribeMauroRodríguez:«Parae] criollo la guadalupanafue unabanderade in-dependencia;un estandartede la propiadignidady superioridadanteelespañolpeninsular.Parael indio y el mestizo afectadode sentimientosde inferioridad, la guadalupanaaparecidatrajo la necesariacompensa-ción» ‘, o lo que esigual, el reencuentrosimbólico con su alteridadmíti-ca de los tiemposanterioresa la llegadade Cortés. En el fondo de estasdiscrepanciassubyacíanlas profundasdesigualdadessocio-económicasyculturalesqueexistíanentrelos diferentesgruposétnicosde NuevaEspa-na.

Teniendo en cuentalas divergenciasde interpretaciónde] símbologuadalupanoy las condicionesobjetivassobrelas que éstasse sustenta-¿ban,resultacomprensibleque la independencia,una vezconsumada,fuerra en seguidainstrumentalizadapor los interesescriollos, gruposocialdo-minanteque ahorase orientabapor el liberalismo. Interesesideológicosy económicamenteajenosa los de la mayoríade la población.Lejos de-producirsela ansiadareconciliacióncon el mundomítico perdidotraslaconquista,la rupturacon la metrópoli traeproblemasestructuralesaúnmásgravesque durantela épocade la Colonia. De una parteel mito dela «chingada»actualizael mito del malinchiano,cuyo arquetipoestáre-flejado en las vicisitudesde la vida de la india Malinche,bautizadacomodoñaMarina, quien,mediantesu unión con HernánCortés,representaelparadigmade la consumaciónde la conquistay la consiguienteviolacióny desgarroeconómico,institucionaly cultural que,segúnla memoriaco-lectiva indígena,ello conílevóparael mundoazteca2, En efecto,consu-madala independencia,la «chingada»expresabaplásticamenteel atenta-do del anticlericalismode los liberalescontra la Iglesia,y, asimismo, laviolación porpartede éstosdel universosimbólico-religiosoqueconfor-mabalas baseseconómico-institucionalesdel mitificado mundopreco-lombinocon el que,de algunaforma,pretendíanreconciliarsela mayoríade los harapientosmestizosque secundaronlos levantamientosindepen-dentistasde Hidalgo y Morelos.

MauroRODRIGUES,Guadalupe, historia o símbolo, Edicol SA., 1980,p. 79.2 ComoescribeTomásCALVO BUEZAS en Los máspobresen elpaísmás rico.

Clase, raza y etnia en el movimiento campesino chicano, EdicionesEcuentro,Madrid,1981,p. 362,en la Malincheserepresenta«el aspectomaldito-opresor-destructor-vio-ladorde la conquista»...

Revolución y construcción del Estado en México 237

Análogamenteen el orden institucional, la emancipaciónpolítica, le-jos de propiciarla deseadaestabilidad,trajoconsigolos gravesconflictosdel siglo XIX. En esteperíodolos frecuentescambiosde régimen (Impe-rio, República,Imperio, República...)patentizande algún modo los su-cesivosintentosfrustradosde construirun Estadonacionalintegrado.Setratade unaseriede fórmulaspolíticasque sesuperponensobrela deses-tructuradasociedadmexicana,perosin llegara penetrarrealmenteen ella,sin lograrcrearun entramadode institucionesmediantelas que asentarla presenciadel aparatoestatalen e] tejido social,prerrequisitoéstebá-sico paraquela administracióndel gobiernose incardineen la conscien-cia y en lavida nacional.Consecuenciasdc ello eranla fragmentacióndelEstado,el localismoy el caudillaje.

Por lo que respectaal plano ecónomico,la precariedadde la existen-cia,así comolashambrunasfrecuentes,ya Veníansiendonormahabitualdurantela Colonia, y estabanrelacionadasen granpartecon las abisma-les desigualdadesquepresentabala estructurade distribuciónde la tierra.No obstantecon la independenciase agravaronlas condicionesmateria-les devida. La situaciónempeoróespecialmentea finesdel siglo XIX cuan-do, duranteel mandatode Porfirio Diaz (1876-1911),se produjo un in-tentode modernizaciónlegitimadocon un lenguajepretendidamente«li-beral-positivista»que resultóseruna merasuperposiciónformal a la si-tuaciónrealdela sociedadmexicana,dondéno existíala estructurade cla-ses correspondientea la ideologíade corte liberal propugnadapor el ré-gimen.Asimismo,el innegabledesarrolloeconómicologradoduranteestaépoca,posibilitó el surgimientode unasexiguasclasesmediasy un inci-pienteproletariadoindustrial y favorecióla ampliacióndel latifundismo,a la vezque constituyóun obstáculoparael espíritu emprendedorde laemergenteclasemediaurbana.Por otraparte,el desarrollosesuperpusosobrelos interesesde lascomunidadesaldeanas,herenciade la etapapre-hispánica,y contribuyóa acelerarel ritmo de empobrecimientoprogresi-vo del campesinadoque,ya desdeantesde la emancipacióncolonial,ve-nía siendoconstante.Estoshechoseranalgunasde las principalesrazo-nesdel descontentogeneralizado,existenteentrelos diversosgruposso-cialesque componíanla sociedadporfirista —-a partir del que seoriginóla Revolución—,y constituyeronel substratodel queposteriormente,du-ranteel desenvolvimientode la misma, se nutrieronlas demandasy exi-genciasplanteadasporlas distintasfaccionesquetomaronparteen dichaRevolución~.

vicenteGONZALEZ LOSCERTALES,<La revoluciónmexicana»,Historia ¡6,Historia Universaldel siglo xx, núm. 4, Madrid, julio 1983, p. 75, escribecon refe-rencia al descontento,existenteentre las clasesmedias,duranteel porfirismo: «Losgruposmedios,situadosentrelas masasy la minoría adineradade grandespropieta-rios, banqueros,industriales,comerciantesy financieros,muchosde ellos de origen

238 Francisco Entrena Durán

De lo antedichopuedeconcluirseque, desdela Independenciahasta1910,se habíapuestoen marchaun procesoen el cual la desestructura-ción económicay político-cultural en vezde solventarsesehabíaagrava-do y radicalizado.Resultadode ello era unasituaciónde miseriagenera-lizada y una falta de marcossimbólicose institucionalesmediadores,quepropiciabanla existenciade un estadode incertidumbree indefensiónexistencial,anteal que comoúnicaalternativarestabaaferrarsea los cau-dillos: individuosa los que,independientementede suscualidades,susse-guidoresatribuíandotespersonalesespecialesparadirigir y orientarlosdeseosy accionesde la comunidad.No esmi intencióneñtraren estetra-bajo en el examende la historia de la etapacaudillista en México; sinohacerpatenteque, al margende susrealesy específicasintencionesper-sonales,los caudillosencarnabanel ordeny la legitimidad—enocasionescarismática—en una desintegradasociedad,cuyosfundamentoseconó-mico, institucionalesy simbólico-religiososse encontraban,comoacaba-mos de ver, inmersosen unapersistentedesestructuracióny crisis.

2. La Revolucióny la estabilizacióndelsistema

¿Revolucióno revuelta?Hay queteneren cuentaque si hoy son bienevidenteslos logros revolucionariosy su relativa institucionalizaciónenun proyectomáso menosexplícito, tampocoesmenosciertoqueal princi-pio lacontiendafue, básicamente,unapuestaen escenade formaviolen-ta de un sinnúmerode conflictos estructurales,protagonizadosespecial-mentepor el campesinado.La Revoluciónfue unairrupciónde violenciageneralizada,muchasvecessin un objetivo determinado,sin una metajustificatoria,peroque globalmentepodríaser interpretadacomounaré-plicabrutaldetodoun procesodeacumulaciónhistóricadeviolenciasins-titucionalesy simbólicas.Respectoa la intransigenciay la brutalidadre-volucionarias,puedeafirmarsequeen el senode los bandoscontendien-tes —utilizo palabrasde OctavioPaz— se forja «unafraternidadregidaporel absoluto,peroquenecesitaademáspararealizarsecomototalidad,afirmarsefrenteal exterior.Así naceel OTRO, queno es simplementeeladverbiopolítico que profesaopinionesdistintas...:el otro es el enemigode lo absoluto,el enemigoabsoluto.Hay queexterminarlo.Sueñoheroi-co, terrible...»t La violenciabrutal con los contrarioso la camaradería

extranjero,ven agravadassusdificultades.Numéricamenterepresentanla mitaddelapoblaciónurbana,más de dosmillones de personas,atrapadasparagenerarlesem-pico. Paralos 15.000abogados,5.000médicose ingeñieros,4.000agrónomos,desem-pleados,y los ¡2.000 maestrosmal pagados,la revoluciónera unaesperanzay entreellosreclutasusdirigentes.»

OctavioPAZ, Diario «El País»de fecha4-5-82, p. 6.

Revolución y construcción del Estado en México 239

exacerbadahastalímites infinitos con los propios.En estadicotomíadeviday muertedifícilmentecabíanlos pactosporquelas discrepanciasmásqueenel nivel ideológicoestabanen el carismático,en la aglutinacióncie-ga de los bandosrivalesen tornoa líderesabsolutos,a personajesindivi-dualesespecíficosde por sí insustituibles.

En la Revolución se refleja la desestructuraday fragmentariasitua-ción socialanterior.En lacontiendaarmadatienenlugaruna sucesióndedisputas,sin sentidoaparente,entreflumerososcaudillosy faccionesri-vales.Luchas,a fin de cuentas,entrelas distintasparcelasde poderque,a raízde la falta de integracióneconómico-institucional-simbó]icaanivelgeneraldel Estado,existíanen México. De entrela complicadamezco-lanzade faccionesy caudillos revolucionariossobresalen,especialmente,los conflictosy/o enfrentamientosentrelas formasde caudillaje de ten-dencialocalistacon aquellasotrasque tienenunaclaraaspiraciónacon-solidadun podercentralcon influenciasobretodo el Estado.En concretomerefiero a las friccionesde los dos grandescaudilloscampesinos—Vi-lla y Zapata—con el carrancismo.El carrancismoo constitucionalismo—adiferenciade lós planteamientoslocalistasenquese desenvolvíanVi-lla, Zapatay susrespectivosseguidores—abogabapor la supremacíadelejecutivoestatalcentraly teníaun sentidode la política a nivel nacional.Estaes una de las principalesrazonesque explican su triunfo en la Re-volución y constituyela basesobrela queseasientaposteriormenteel sis-temapolítico, puestoen prácticamediantelas institucionescreadasporel régimennacidoal amparode los principios dela Constituciónde 1917.

Por lo tantopuedeafirmarseque,paradójicamente,sobreunarevolu-ción origináriamentedispersante,emergióla necesidadde un plan, de unproyectoprogramáticoalternativo.De estaforma la Revoluciónsupusoun procesocrecientede concienciaciónnacionalque fue instrumentaliza-do porelementosde la burguesíaurbana—aglutinadosen tornoal refor-mismo carrancista— más expertaen ]os avataresde la política que elcampesinado.El constitucionalismocarrancista,ya seaporqueconsiguióatraersea sus filas al buenestrategageneralObregón,uno de los princi-palescaudillos campesinos,ya por sus medidasreformistasen materiaagrariay su políticade conciliaciónde intereses,logró a la postrehacersecon el controldeunarevoluciónplanteadaen principio fundamentalmen-teentomoademandasdecarácteragrarista.Sólomuytardíamentesedie-ron cuentalos campesinosde quesurepudioa la política y su visión re-gionalistade las reivindicacionesporlas que luchaban,les condenabanala impotencialocalista.En efecto,en la Convenciónde Aguascalientesen1914, cuandovillistas y zapatistasse decidierona dejarde ladosusdife-renciasy actuarconjuntamente,el ejércitovillista habíasido práctica-mentedestruidoporel generalAlvaro Obregón,y tambiénlos zapatistas

Vicente GONZALEZ LOSCERTALES,op. cit., p. 87.

240 Francisco Entrena Durán

comenzabana setacosadosensu propioterrenoporlos carrancistas6. asi-mismo bor estasfechaslas disposicionesreformadórasen materiaagra-ria, dictadaspór él donstitucionalismo,contrarrestabanel poderde con-vocatoriade las demandasde tierraspropugnadasporel zapatismo.

La construcciónde un Estadocentralizádoe integradoa nivel nacio-nal erainevitableparaestabilizary modernizarla sociedad,perolos cam-pesinosdejaronpasarla oportunidady el beneficiariofue el constitucio-náli~mó,movimiento aglutinadorde un amplio espectrode ideologíasyteñdeñciasque,si bienproporcionabala unidadfrentea ladiversidaddesituácionessocialesexístéixte,no estabaexentode cierto verticalismocen-trálista.Estehechoestabarelacionadocon la ideade la necesidadde«ungobiernofuerte»ytuvounarepercusióndecisivaen las facultádesextraor-dinariasconferidasal ejecutivoestatalapartirde laConstitudiónde 1917,así comoen el desarrollode los acontecimientosposteriores.

El caudillaje y el localismo,en cierto modo correlacionadosentresí,erandoslacrasdeterminantesde inestabilidadde la complejamezcolan-zadel frágmentádoEstadomexicano.En el jnocésoqueva desde1917a1930 se fue erradicandopaulatinamenteel caudilláje,y elló no sin cho-quesviolentos y derraniamientode sangre.Por otra parte,el problemacristerocontodasuvariantede interpretacionesrepresentóla últiita con-frontacióngrave entrélas élites dirigentesuíbanas,queya en la Consti-tución de 1917 habíanmanifestadosu anticlericalismo—me estoyrefi-riendoa la intransigenciaanticátólicadel Estadocallista—,y los intereseslocalescampesinossustentadosy legitimadosen tomo a la religión. Asi-misito,:enel desarróllodel movimiento cristerose emplearonsimbolo-gías y estrategiasqueteníanalguiiassemejanzascon las ya utilizadasporlas comunidadesaldeánasdé Mórelosdurantela Revolución.En estesén-tido se reitéróde nueVo el característicocorrelatoque la sociedadcam-pesinaestableceentrela simbologíareligiosay su praxisproductivay vi-tal. Comoéñ el ca~ozapatistadefenderla religióneralucharpor la tierraya que el problemaagrario~eguíaaún pendiente~.

En la décadade los treinta‘se produjerontreshechosde granrepercu-sión, que hande tenersepresentesala horade evaluarla relátivaestabi-lidad coriseguidaporel régimenmexicanodurantelos últimos tiempos.Uno de ellos fue el movimiento religiosode los sinarquistas,opuestoalu~o de la violenciay partidario de organizaraparatososperoordenadosritualescolectivós.El sinarquismo,manejadopor lasclasesmediasurba-nas,haciendoostentaciónde un gran derrochesimbólico y cqn estrate-gias de organizaciónperfectamentedirigidas, acabócon el potencialre-

6 Arñaldo CORDOBA, Ideología de la RevoluciónMexicana, Ed. Era, 1975,

p. t67:Sobrelos criterios la obramásautorizadasiguesiendo,JeanMEYER, «LaCris-

tiada, tomo 1: La guerra delos cristeros, Siglo XXI Editories,1974.

Revolución y construcción del Estado en México 241

volucionarioquepudieraalbergarseenla religiosidadcampesina.De estaformaestemovimientocontribuyóavaciarde significadola rebelióncris-tera,a que laciudadconsiguierael control de la cosmovisióncampesinay en definitivaa que seefectuasela penetracióndel Estadoen el ámbitorural 8 El sinarquismosurgió cuandoya las desavenenciasentrela Iglesiay el Estado,origen de la guerracristera,sehabían«arreglado».A esteres-pecto,actualmentepuedeafirmarseque, si bien la toleranciacon respec-to al clero ha significado el reconocimientooficial de una realidadespi-ritual de hecho,la permisividadparacon la religiosidadcampesina,y porlo tanto el controlde la misma, porpartedel aparatooficial, ha permiti-do la integracióny recuperaciónpara el Estadodel universo simbólicodel mundorural.

Si con la toleranciareligiosael régimenpolítico triunfanteen 1917re-negabade algunaforma desu originario anticlericalismoen arasde lapa-cificación social,con la reformaagrariael constituciónalismovictorioso,de extracciónideológicaurbanay ajenoa los interesescampesinos,reco-nocióa su maneray en su propio provechola necesidadde «resolver»elproblemade la tierra, que durantetoda la historia mexicanahabíasidola fuenteprincipal de los conflictos. En cualcíuiercaso,dadaslas limita-cioneseconómicasy socialesde la reforma,puedeafirmarsequeel prin-cipal beneficiariode la misma no ha sido el campesinado,sino el propiogobiernoque medianteella ha logradosu estabilización.A esterespectoMarco Antonio Duránseñala,como una de las funcionesde la reformaagraria,la de mantener«entrelos campesinosla fe y la esperanzaqueevi-tan explosionesde impaciencia»~. Fe y esperanzaque actúana manerade colchónamortiguadorcon el que soslayarestallidosde violenciacomolos que,motivadosesencialmenteporel problemade la tierra, veníanpro-duciéndoseendémicamenteen la historia de México.

La estabilidadconseguida,anivel simbólico-legitimadory económicocon la toleranciareligiosay medianteel repartode la tierra, ha sido com-plementadaen el plazo institucional con la creacióndel PartidoRevolu-cionario,que desdesu fundaciónse ha mantenidosiempreen el poder;de tal forma que, si con la puestaen prácticadel principio de no reelec-ción presidencialseconsiguióevitar el «cesarismorevolucionario»‘~, nose puedeeludir en cambiola persistenciaen el poderininterrumpidadelmismo Partido.Por tantopuedeafirmarsequeen México existeun régi-

~ En tomoal sinarquismopuedeconsultarseJeanMEYER, Lesinarquisme: un fas-cismo mexicain?, 1937-1947, Ed. Hachetie,1977.

Marco Antonio DURAN, «Los problemasagrarios mexicanos»,Revista delMéxico Agrario, núm. 3, marzo-abril,1968, Pp.60 y 61, citadopor RogerBARTRA,«Campesinadoy poderpolíticoenMéxico», enCaciquismo ypoder político en elMéxi-co ruraL Siglo XXI Editores,S.A., México, 1980,p. 6.

‘~ OctavioPAZ, El ogrofilantrópico, EtA. Seix Barral, 1979,p. 129

242 Francisco Entrena Durán

men de partidopreponderante,puesaunqueexistenotrospartidos,éstosson pequeñosy con restringidasposibilidadesde acción. El Partidoes lainstanciaque hapermitido integrar a los diferentesámbitosde la socie-dad estableciendocaucesde comunicacióny negociaciónentre ellos. Eneste sentidoel Partidoha representadola modernizacióny la vertebra-ción delpoderestatal,puesha propiciadoel gradode coordinacióny cen-tralización necesarias,a la vez que seha convertidoen el principal ms-trumentodel Estadoen lás relacionesde éstecon la sociedad.La Revo-lución hizo del nuevoEstadoel principalagentede la transformaciónso-cial “, alportadórde un proyectoprogramáticoqueseha pretendidoapli-cara la sociedaddesdefuera,un planmodernizadormáso menoselabo-rado porlas directricesgubernamentalesy no el resultadode un procesosocio-estructuralinterno,derivadodela propiadinámicade la sociedad.Como hemosvisto, esta supremacíadel Estadosobrela sociedadseen-troncacon la necesidadqueteníala naciónde hacerfrentea la desestruc-turadasituacióneconómica,instijucionaly simbólicaque caracterizósuhistoria,así comoel hechode que de la Revoluciónemergierala suposi-ción de queeraprecisoun Estadofuerte.Estaaspiraciónpolíticaterminópor concretarsecuandoel presidenteMiguel Alemán(1946-1952)trans-formóel Partidode laReyoluciónenel actualPartidoRevolucionarioIns-titucional (P.R.I.),instanciapolítica queha permitidola institucionaliza-ción revolucionariay mediantela cual el Estadoha conseguido,relativa-mente,hacerrealidadsus propósitoscentralizadorese integradores.

Endefinitiva, el modelode «gobiernofuerte»,suspiciadoporlos cons-tituyentesde 1917, seha conseguidollevar finalmentea la práctica,me-diante las reformassocieconómicase institucionalesrealizadasen la dé-cadade 1930-1940.A partir de esasfechas,la Revoluciónya nonecesi-tabaencarnarseen lá aureola,máso menoscarismática,frecuentemente,fomentadadesdeel poderporel propio caudillo de turno queocasional-menteestuvieseal frentede la Presidenciadel Gobierno.La figura insti-tucional del presidentees desdeentoncesel eje de la pazy de la estabili-dad. Peroademás,dichafigura representael progresoy la esperanzaenel futuro 12, y, asimismo,simbolizala presenciainstitucionalizadadel«es-píritu de la Revolución», lo que a su vez implica que seaconsideradacomola fuentede autoridaddel ordenpolítico legítimo, quede estafor-

OctavioPAZ, El laberinto de la soledad, Ed. F.C.E., ¡980,p. 158.12 En la CartaSemanalde la ConfederacióndeCámarasNacionalesdeComercio,

númerosde septiembrey octubrede 1969 se escribía:«El Presidentede la Repúblicaesen México el eje dela estabilidadpolítica. La estabilidadpolítica esla basedel de-sarrollo económicoy el desarrolloeconómicoes el todo quepropicia la integracióndel país...Con éste,que es nuestroPresidente,tenemosabsolutaconfianzaen el fu-turo»... (Citado por Alonso AGUILAR M., Hacia un cambio radical, Ed. NuestroTiempo,SA., México D.F., 1976, p. 83.)

243Revolución y construcción del Estado en México

maseha hechosistemanormalizadode poder.Dicho en otros términos,la facción victoriosaen la Revoluciónha conseguidocrearun apartadoinstitucionaldestinadoaponeren prácticay reproducirel ideal de ordenrevolucionario,asícomo a mantenervigentey revitalizarritualmentedi-choorden,conocasióndel relevopresidencial.En México el carismaper-sonal,que en determinadasocasionesrepresentaranlos caúdillos,ha sidorutinizadoy/o incorporadopor el sistemapolítico de cortepresidencia-lista fundadocon la Revolución.En efecto,la formaen quedichosiste-ma realizala sucesiónpresidencial—generalmenteel presidentesalientedesignaa un candidatooficial como sucesor(«el tapado»que inicialmen-te esdesconocidopor la opinión pública) que, al menosdesdeque fuecreadoel Partidode la Revolución,ha obtenidosiemprela victoria elec-toral— garantizala transmisión regularizada—institucionalizada—delcarismarevolucionarioencarnadoen la figura institucionaldel Presiden-te de la República,como portadorade los idealesde la Revolución~

La regularizacióny normalizacióndel sistemade sucesiónpresiden-cial, quedódefinitivamenteestablecidaen la décadade los treintacon laelecciónde LázaroCárdenasen 1934. Los presidentesde la República,desdeesafecha,ya no accedíanal mandoresultadode una toma másomenosviolenta e irregulardel poder,sino de acuerdoconunanormativafija, queregulabala designaciónde ]os candidatos,y unaseleccionespe-riódicasdestinadasa asegurar,por caucesinstitucionalizados,la renova-ción presidenciale impedir la posibilidadde perpetuaciónen el cargodela misma persona,esdecirde consolidaciónde un caudillajeal estilo delde Porfirio Díaz. Con ocasióndel relevopresidencialseofreceunaopor-tunidadidóneaparafomentarla expectativade quelas equtvocacíonesycorruptelasseráncorregidas.En estesentido,en cadacampañae]ectoralsuelealbergarseuna amalgamade promesasrenovadorasy de intencio-nesregeneracionistas;de tal forma que,en México, cadapresidentetratade representaralgo, sino completamenteopuesto,diferentede suantece-sor. Con respectoa estacuestiónManuel MorenoSánchezha escrito:«Elmandatarioque elige a su sucesorse proponeinterpretarel sentimientopopulary pronto encuentraque los mexicanosen cadaocasiónquierenun cambioy buscanotrossistemas.Desdela altura en que se halla, conla informaciónquetienea la manoy con suscontactosdiariosconlos pro-blemas,hombresy perspectivas,puedeformularsusdeterminacionesconun buenmargende ventaja.A menudoencuentraen ello la forma de Ii-berarsede un complejo de culpa y busca,en su sucesor,una figura quesimbolicesino lo contrariode lo queél es y ha hecho,cuandomenoslo

13 Paracomprendertal modalidadde relevopresidencialpuederesultarmuyade-cuadala interpretaciónque,sobrela rutinizacióndel carisma,haceMax WEBER,Eco-nomía y sociedad, PCE.,México, 1979, Pp. 197 y ss.

244 Francisco Entrena Durán

distinto, a fin de queel puebloconsidereque suserroresseránenmenda-dos y que susdebilidadesterminaránparasiempre.»‘~

En general,si lo revolucionariose inscribeen el marcomultivocodela totalidad, la institucionalizaciónesconsustanciala los prerrequisitosli-mitativosy acotacionalesqueconlíevacualquierordenestablecido.Deal-gunaforma lo primeroaludeal reino de la libertad,mientrasque lo ins-titucional al de la necesidad.Necesidadde restricción,paradigmáticadecualquieropción cognoscitiyo-prácticaque aspirea concretarseen unapraxis determinada.Peroen estecasotambién,necesidadqueteníanlospolíticosde la clasemediaurbanade recortarde acuerdocon suspropiosintereseslas aspiracionescampesinasy asentarsobreellas su programade modernizacióny afianzamientopolítico. Revolucióne institucionalí-dadson dosconceptosradicalmentedistintos,pero los proyectosmoder-nizadoresde los herederosdel grupovictorianoen 1917no hubieranpo-dido hacerserealessin institucionalizarsey el Estadomexicanonecesita-ba de la modernidad—entendiendoéstacomo centralizacióna integra-ción política—, comogaranteeficaz de su necesariaestabilidad.

El P.R.l.encierraunaparadojaepistemológica,sincretizadosconcep-tos completamentediferentes—revolución e institucionalidad—.Dispa-rate lógico cuya realizaciónsólo es posiblea costade forzaro restringirunainstanciaconceptuala la otra. El restringidoesel términorevolución,cuya multivocidad explosivase dirimió de 1910 a 1917. La Revoluciónrecortada,vaciadade contenidoen la necesidadunívocade lo institucio-nal. Perotambién,la Revoluciónrecuperada,puesel Partidocomo ins-trumentodel Estadorespondea unaaspiraciónprimordial en la historiade México: la necesidadde legitimaciónpolíticay de un ordénestatalquese superpusierasobrela sociedady superaralos inconvenientesdel loca-lismo. Porotra parte, la primacíadel Estadosobrela sociedadseha lle-vado a cabomediantela creaciónde una estructuracorporativay verte-bradoraquele ha permitidoal Partidoagrupare integrara los sindicatosobreros,a las asociacionesde clasemediay a las organizacionescampe-sinas.Con ello el Estadoextiendea travésdel Partidosu armazónadmi-nistrativo por toda la sociedady de estemodo se han creadolos caucesinstitucionalesmediadoresnecesariosparala erradicacióndel caudillaje.Estees el fundamentode la estabilidadpolíticamexicana,querio esfre-cuenteen el restode los paísesde América Latina, En esasnacioneslafalta deunaentidadpolíticaquecreeestructurasinstitucionalesrelativamen-te aceptadaspor el consensocolectivo,canalicelas demandasy dé res-puestasa las necesidadesdel sistema,favoreceel personalismodictato-

‘~ M. MORENO SANCHEZ,«Dialécticadela sucesión.A la horadel lanzamien-to». Excelsior,20-X-1969,citadopor RobertoMARTINEZ LE CLAINCHE, México:elementos para el estudio estructural de su economía, Instituto de InvestigaciónEco-nómicas,U.N.A.M., México, 1972,p. 125.

Revolución y construcción del Estado en México 245

rial y el caudillajemilitar. En estascondiciones,comoescribeGarcíaSanMiguel, «lasdictadurasmilitaresnacionalistasparecenen mejorescondi-ciones para impulsar el desarrollo económico, nacionalizar el capi-tal», etc...Sin embargo«el militarismo nacionalistano cuentacon terre-no abonadoen Méxicoporqueel P.R.I.yaha hechohacetiempogranpar-te de lo que éstecomienzaa hacerahora»‘~. Porotraparte,nosdice Oc-tavio Paz que, desdeque los militares fueron relegadosdel mando,«siuno quiereadquirirfuerzapolítica, si quiereejercerel poderen México,el primerlugar en donde piensaacomodarseparahacercarrerano es elejército,es el P.R.I.»‘~•

La originalidad de las estrategiaspolíticasempleadasy la planifica-ción estatalde la modernizaciónson evidenciasque distinguena Méxicodel contextogeo-politico iberoamericano.No obstantelos logros conse-guidos, setrata de una modernidadpoliticamentesuperpuestadesdeloscentrosde decisióndel poder,especialmentelocalizadaen algunaszonasy coexistentescon las másrepresentativascaracterísticasdel subdesarro-lío. Asimismo, en México se simultaneany confundenancestralesritos y•creenciasreligiosasconlos valoresy prácticasmodernas.En estesentidoel universosimbólico de identificacióncolectivasiguesiendoactualmen-te de raigambreesencialmentereligiosa.OctavioPaz,refiriéndoseal via-je de JuanPabloII en 1979 escribe:«La visita del Paparevelóun Méxicoque unoscuantosobcecadosno queríanver, eseMéxico tradicionalquesiempreha estadovivo.» ~Sin embargola espiritualidadpopular no res-pondeal esquemamedios-finescaracterísticosde una religión racional-¿tica.ComoescribeGarcíaSanMiguel, parael pueblo«Dios no esunaguía,pero tampocoel consuelode un “másallá” que compenseel sufrimientode estavida. Es alguiende quien sehechamano,a quien sequiere sacarjugo” aquíy ahora»íí• Estasactitudesestánmuy cercanasa unaconcep-ción mágicade la religión. Por otraparteno existeunaculturanacionalintegradasino que coexistendiferentesculturasespecíficasy subcultu-ras19• Por lo tantosonpatenteslos vestigiosde tradicionalidadqueseen-quistany se resistena ser erradicadospor los afaneshomologadoresdelnuevoEstado20• En estemarcode vestigiostradicionalesseotorgamayor

‘~ Luis GARCíA SAN MIGUEL, «México, la revolucióndetenida»,Cuadernospara el Diálogo, Supí., 1970,Pp. 31 y 32.

6 Octavio PAZ, Elogro filantrópico, Ed. Seix Barral, 1979, p. 136.

‘~ OctavioPAZ, citadopor EnriqueMONTOYA, México: sincretismo religioso eidentidad nacionaL la Virgen de Guadalupe, Inédito(Trabajode Licenciaturapresen-tado en Fac. CC. Políticasy Sociología,Madrid, marzo1980) fol. 3.

18 Luis GARCíA SAN MIGUEL, og cit., p. 24.‘> Raúl BEJAR NAVARRO, El Mexicano: aspectos culturales y psicosociales, Ed.

U.N.A.M., 1979, p. lOO.~ Luis GRANOSKY, «¡Viva Zapata!»,Historia 16, núm. 40, 1979, P. 16. En don-

de seseñalael hechode «la existenciade gruposindígenas—como los otomías,ubi-

246 Francisco Entrena Durán

confianzaa un personajeconcretoquea unplanpolítico de transforma-ción de la realidad.Así seexplicaqueen la recientecampañaelectoraldeMiguel de la Madridno pocosmexicanosse acercaránal actualpresiden-te, conla esperanzade quepudiera«haceralgopormejorarsu suerte»2I~

Estasactitudespopularesde personificaciónde lo político desapareceránen la medidaque la modernizacióneconómicay social seaacompañadade una socializaciónde los valoresdemocráticos,que permitainternali-zarhábitoscolectivosde manejoy uso instrumentalde las institucionesy de los partidospolíticos. Paraello en primer lugarseprecisaacometerlas transformacionespolíticaspertinentes.A esterespectoescribeOcta-vio Paz:

«Despuésde la crisis de 1968,el régimenemprendió,con realismoy cordura,cier-tos cambiosqueculminaronen la actualreformapolítica. Pordesgracialos partidos.independientesy de la oposición,apartede serclaramenteminoritarios,carecendecuadrosy programascapacesde sustituir al partido en el poderdesdehacetantosanos.El problemade la sucesiónvuelvea plantearsecomo en 1910: si no queremosexponemosa gravesdaños,el sistemamexicanodeberárenovarsea través,de unatransformacióndemocráticainterna.»22

En definitiva la historia mexicanaha estadoconturbadapor la frag-mentaciónlocalista,perotambiénhasido el escenariode creaciónde losmitos fundantesde la nacionalidad.El Estadoha tenido necesariamenteque superponersesobrelos conflictos y la diversidadde circunstanciasdel pasado,homogeneizandosu dispersión,constriñendosus posibilida-desen cierto modo. No obstanteMéxico hoy no puedeprescindirde suhistoria, necesitarecuperarla,hacerposiblequea partir de las dolorosassuperposiciones,que han roto susprocesosde evoluciónsocial, emerjaunaverdaderasíntesisy de estaformase realiceun sincretismohorizon-tal. Porquees enel sincretismohorizontaly no enlas superposicionesdes-de arriba,donde se asientanlas basesparael surgimientode una cons-ciencianacionalquederivede la propiaestructurasocial y seinscribaensu intrínsecoordende necesidadhistórica.En otraspalabras,en MéxicoEstadoy P.R.I. estánestrechamenteimbricados;no se comprendela es-tabilidadlogradaporel primerosin considerarla función queen ello hadesempeñadoel segundo.El P.R.I. esel aparatovertebradordel nuevoEs-tadomexicanoque surgió de la Revoluciónde 1910,pero tambiénel ori-

cadosa escasoskilómetrosdel Distrito Federal,cuyaslucesse ven desdela montañaquehabitan—quepermanecenen aislamientocasi total, desconociendoel usodel di-nero,de laescrituray del idioma español,y cuyaexistenciaeconómico-socialestáre-gida por la vida en clanes».Situacionescomo ésta reflejan las contradiccionesquehan llevadoconsigo los mecanismosdel desarrollo.

21 JesúsCEBERtO,Diario «El País»,defecha 26-12-Sl,p. 6.22 OctavioPAZ, Diario «El País»,de fecha3-5-82,p. 6.

Revolución y construcción del Estado en México 247

gendel verticalismopolítico, del monopartidismode hechoy de la au-senciade pluralismo.Si porel momentohanfracasadorelativamentelastentativasde reformapolíticas,encaminadasaampliarel númerode par-tidos con efectividade influenciareal—aunqueha aumentadoel númerode partidoslegalizados,su repercusiónelectoralha sido siempremínimaen relaciónal P.R.I.— sobrela vida mexicana,¿quépartede influenciaha tenido en ello, al margende los impedimentosobvios de la coaliciónrevolucionariadirigenteempeñadaen salvaguardarsu statusquo, la au-senciade una institución nacional,diferenciadadel P.R.I. y demáspar-tidos,con capacidadpararepresentary aglutinarel espírituy el ordenfun-dadoscon la Revolución,los cualesporahorasiguensiendoun patrimo-nio exclusivamentedetentadoporel Partidogubernamental?