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órgano oficial del comité central del partido comunista de cuba MIéRCOLES 1 «Los hombres que cayeron en nuestras tres guerras de independencia juntan hoy su esfuerzo con los hombres que han caído en esta guerra; y a todos nuestros muertos en las luchas por la libertad podemos decirles que por fin ha llegado la hora en que sus sueños se cumplan». Fidel Castro Ruz Enero de 2020 Año 62 de la Revolución No. 1 • Año 56 • Cierre 8:00 p.m. Edición Única • La Habana Precio 20 ¢ Primero de Enero: Todo lo que parecía imposible, fue posible La patria, que estaba en los textos, en los atisbos de los poetas, en la pa- sión de los fundadores, súbitamente encarnó con una hermosura terrible, avasalladora, el primero de enero de 1959. La teníamos delante de los ojos, viva en hombres inmediatos e increíbles que habían realizado en las montañas y en los llanos aquello que estaba profetizado, lo que fue el sueño de tantos héroes, la obsesión de tantos solitarios. ¿Qué fuerza, qué deidad es ésta, insaciable en el holo- causto que exige mientras su deseo radical no es satisfecho? Parece que sentimos en la historia el hambre de la tierra. Que los valles suavísimos y los montes augustos y las playas sal - vajes o paradisíacas tienen una voz que arrasa las generaciones con su reclamo. Libertad, justicia, ser, es lo que pide la tierra, lo que la historia no puede darle sino a costa de san- gre. Porque no hay otro secreto, ni aquellos hombres barbados como patriarcas o agrestes pajes de un fa- buloso reino americano tenían otro fundamento que la necesidad, ge- nerosamente oída sobre todo por los humildes, de regar la tierra con la sangre inocente, para fecundar la historia y encender su sol. Y entonces llegó, con el día glorio- so, con el primero de enero en que un rayo de justicia cayó sobre todos para desnudarnos, para poner a cada uno en su exacto sitio moral, la confronta- ción de los fragmentos de la realidad, que andaba rota y dispersa, a más de deshonrada: por lo tanto absurda, o enloquecida, o yerta. En un pesta- ñear se rehizo la verdad, que estaba deshecha, en agonía o sepultada. La verdad, la realidad poética, la so- breabundancia del ethos desbordan- do las pesadillas de las puertas del infierno. Y dijimos, maravillados: Aquél que parecía un sastrecillo de vivir modesto era un incalculable hé- roe: aquélla que lloraba, ahora ense- ña gozosa sus estigmas; aquél que se creía poeta comprende que el poeta era el otro que no hacía versos, o los hacía rudos; los poemas más exqui - sitos parecen una vulgaridad inso- portable junto a las palabras de éste que no sabía escribir sino sangrar; y el pintor se ve bien que era el que, sin arte ni pincel, dibujó en la noche el rostro de la patria. ¡Qué confusión enorme, qué despertar necesario, qué enfren- tamiento sin contemplaciones con uno mismo! Ese año será el más hermoso, el de- cisivo de nuestra vida, porque vimos un reflejo cierto y real de «la hora del deseo y de la satisfacción esenciales». ¿Podíamos imaginar siquiera seme- jante honor? ¡Cuántas lecciones de un golpe! Ese honor lo traía, en la mano armada pero sin ira, un cam- pesino. Un ejército de campesinos entró en la ciudad para encarnar la palabra en la tierra, lo invisible en lo visible, la poesía en la historia. Y el héroe nuestro, decíamos, ciegos de dolor y de vergüenza, no puede en- trar en «la capital del crimen»: hay como una interdicción sagrada. Era la imagen de Martí cayendo eterna- mente ante el sol de Dos Ríos, poco después de pronunciar aquellas pa- labras: «y llegaremos victoriosos hasta las puertas de la capital del crimen...». Por otra parte la Isla en el horizonte, deseo de ventura inme- morial, era constitutivamente leja- na, inalcanzable: ¿cómo alcanzar la lejanía? Ahí estaba el testimonio de nuestros poetas. Y era verdad, pero olvidábamos que todo límite pue- de ser trascendido para engendrar una nueva tradición, lo que también había sido anunciado por ellos. Y vi - mos cómo la capital se volcaba para cumplir el recibimiento que parecía definitivamente frustrado, y cómo los héroes, los sacros campesinos, el ejército más hermoso del mundo, entraba lenta, gozosa, profundamen- te durante todo el día y una noche de solemne hartazgo, en la ciudad. ¡Qué fecundación borrando las innumera- bles frustraciones, las humillaciones indecibles, las minuciosas pesadillas! Comenzaban entonces otros comba- tes; pero desde entonces el devenir tiene raíz, coherencia, identidad. La sangre ha sido aceptada, el sol de los vivos y los muertos brilla exigente en el centro de todo. «Y todo lo que pa- recía imposible, fue posible». (Frag- mento de Ese Sol del Mundo Moral ) cintio vitier

órgano oficial del comité central del partido …Comenzaban entonces otros comba-tes; pero desde entonces el devenir tiene raíz, coherencia, identidad. La sangre ha sido aceptada,

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órgano oficial del comité central del partido comunista de cuba

miércoles 1

«Los hombres que cayeron en nuestras tres guerras de independencia juntan hoy su esfuerzo con los hombres que han caído en esta guerra; y a todos nuestros muertos en las luchas

por la libertad podemos decirles que por fin ha llegado la hora en que sus sueños se cumplan». Fidel Castro Ruz

Enero de 2020Año 62 de la RevoluciónNo. 1 • Año 56 • Cierre 8:00 p.m. Edición Única • La HabanaPrecio 20 ¢

Primero de enero: Todo lo que parecía imposible, fue posibleLa patria, que estaba en los textos, en los atisbos de los poetas, en la pa-sión de los fundadores, súbitamente encarnó con una hermosura terrible, avasalladora, el primero de enero de 1959. La teníamos delante de los ojos, viva en hombres inmediatos e increíbles que habían realizado en las montañas y en los llanos aquello que estaba profetizado, lo que fue el sueño de tantos héroes, la obsesión de tantos solitarios. ¿Qué fuerza, qué deidad es ésta, insaciable en el holo-causto que exige mientras su deseo radical no es satisfecho? Parece que sentimos en la historia el hambre de la tierra. Que los valles suavísimos y los montes augustos y las playas sal-vajes o paradisíacas tienen una voz que arrasa las generaciones con su reclamo. Libertad, justicia, ser, es lo que pide la tierra, lo que la historia no puede darle sino a costa de san-gre. Porque no hay otro secreto, ni aquellos hombres barbados como patriarcas o agrestes pajes de un fa-buloso reino americano tenían otro fundamento que la necesidad, ge-nerosamente oída sobre todo por los humildes, de regar la tierra con la sangre inocente, para fecundar la historia y encender su sol.

Y entonces llegó, con el día glorio-so, con el primero de enero en que un rayo de justicia cayó sobre todos para desnudarnos, para poner a cada uno en su exacto sitio moral, la confronta-ción de los fragmentos de la realidad, que andaba rota y dispersa, a más de deshonrada: por lo tanto absurda, o enloquecida, o yerta. En un pesta-ñear se rehizo la verdad, que estaba deshecha, en agonía o sepultada. La verdad, la realidad poética, la so-breabundancia del ethos desbordan-do las pesadillas de las puertas del infierno. Y dijimos, maravillados:

Aquél que parecía un sastrecillo de vivir modesto era un incalculable hé-roe: aquélla que lloraba, ahora ense-ña gozosa sus estigmas; aquél que se creía poeta comprende que el poeta era el otro que no hacía versos, o los hacía rudos; los poemas más exqui-sitos parecen una vulgaridad inso-portable junto a las palabras de éste

que no sabía escribir sino sangrar; y el pintor se ve bien que era el que, sin arte ni pincel, dibujó en la noche el rostro de la patria.

¡Qué confusión enorme, qué despertar necesario, qué enfren-tamiento sin contemplaciones con uno mismo!

Ese año será el más hermoso, el de-cisivo de nuestra vida, porque vimos un reflejo cierto y real de «la hora del deseo y de la satisfacción esenciales». ¿Podíamos imaginar siquiera seme-jante honor? ¡Cuántas lecciones de un golpe! Ese honor lo traía, en la mano armada pero sin ira, un cam-pesino. Un ejército de campesinos entró en la ciudad para encarnar la palabra en la tierra, lo invisible en lo visible, la poesía en la historia. Y el héroe nuestro, decíamos, ciegos de dolor y de vergüenza, no puede en-trar en «la capital del crimen»: hay como una interdicción sagrada. Era la imagen de Martí cayendo eterna-mente ante el sol de Dos Ríos, poco después de pronunciar aquellas pa-labras: «y llegaremos victoriosos hasta las puertas de la capital del crimen...». Por otra parte la Isla en el horizonte, deseo de ventura inme-morial, era constitutivamente leja-na, inalcanzable: ¿cómo alcanzar la lejanía? Ahí estaba el testimonio de nuestros poetas. Y era verdad, pero olvidábamos que todo límite pue-de ser trascendido para engendrar una nueva tradición, lo que también había sido anunciado por ellos. Y vi-mos cómo la capital se volcaba para cumplir el recibimiento que parecía definitivamente frustrado, y cómo los héroes, los sacros campesinos, el ejército más hermoso del mundo, entraba lenta, gozosa, profundamen-te durante todo el día y una noche de solemne hartazgo, en la ciudad. ¡Qué fecundación borrando las innumera-bles frustraciones, las humillaciones indecibles, las minuciosas pesadillas! Comenzaban entonces otros comba-tes; pero desde entonces el devenir tiene raíz, coherencia, identidad. La sangre ha sido aceptada, el sol de los vivos y los muertos brilla exigente en el centro de todo. «Y todo lo que pa-recía imposible, fue posible». (Frag-mento de Ese Sol del Mundo Moral)

cintio vitier

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Los días que encendieron el sol

Como una «llamarada invencible» definió el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz las acciones que empren-dió el Ejército Rebelde hacia el triun-fo del primero de enero de 1959, una vez derrotada la ofensiva con que las fuerzas de la sanguinaria tiranía de Batista, apoyada por el Gobierno de ee. uu., pretendían tomar y destruir la Comandancia General del i Frente guerrillero en la Sierra Maestra.

El testimonio La contraofensiva es-tratégica, que años después Fidel re-velara, permite aquilatar al estadista que con audacia extraordinaria pre-vió los movimientos del enemigo para asestarle el golpe demoledor, pues de ninguna otra manera 300 comba-tientes hubiesen podido vencer a los 10 000 efectivos del régimen agrupa-dos en no menos de 14 batallones de infantería.

En 74 días de incesante accionar, iniciados a finales de mayo de 1958, se libraron más de 30 combates y seis batallas de envergadura, en las cuales las tropas rebeldes sufrieron 31 bajas mortales y el enemigo más de 300, junto a 443 heridos y la pér-dida de 507 armas, entre tanques, cañones, bazucas, morteros, ametra-lladoras trípode, fusiles ametrallado-res y de otro tipo, y más de 100 000 balas.

No es difícil imaginar con semejante arsenal el optimismo de Fidel, quien para el asalto al cuartel Moncada no pudo contar ni con una sola de esas modernas armas y, luego del duro re-vés sufrido por los expedicionarios del yate Granma en Alegría del Pío, al reunir en el reencuentro en Cinco Palmas solo siete fusiles para la lucha, aun así, no se dejó vencer y manifestó a todos su confianza en que «¡ahora sí ganamos la guerra!».

En apenas tres meses reforzó los tres frentes existentes en Oriente y creó, armó y envió las 16 nuevas co-lumnas, que operarían en otras pro-vincias del país, y para las cuales dis-puso prácticamente de la oficialidad de su jefatura y de las mejores armas a su alcance.

Luego de una minuciosa aprecia-ción táctica del territorio nacional, su idea la confía al jefe del iii Frente, co-mandante Juan Almeida Bosque, el 8 de octubre: «El plan de tomar primero Santiago de Cuba lo estoy sustituyen-do por el plan de tomar la provincia. La toma de Santiago y otras ciudades resultaría así mucho más fácil y sobre todo podrán ser sostenidas.

«Primero nos apoderamos del cam-po; dentro de 12 días aproximada-mente todos los Municipios estarán invadidos, después nos apoderaremos y si es posible destruiremos todas las vías de comunicación por tierra, carretera y ferrocarril. Si paralela-mente progresan las operaciones en Las Villas y Camagüey, la tiranía pue-de sufrir en la provincia un desastre

eduardo palomares calderón

completo como el que sufrió en la Sie-rra Maestra».

La visión acertada de su estrategia se confirmaría con las victorias logra-das por sus respectivos comandantes del ii Frente Oriental, al mando de Raúl Castro Ruz; el iii Frente enca-bezado por Almeida, y las columnas Ciro Redondo, asignada a Ernesto Che Guevara para operar en Las Vi-llas, y Antonio Maceo, que debía lle-var Camilo Cienfuegos hasta Pinar del Río, pero que luego Fidel mantendrá en suelo villareño.

Como había avizorado Fidel, el em-puje de esas y demás agrupaciones guerrilleras posibilitan la liberación de decenas de municipios y pobla-dos, y la ocupación de guarniciones y puestos militares, así como el control de la mayoría de los accesos, todo lo cual presagiaba el inicio inminente de la ofensiva final por la total derrota de la tiranía batistiana.

INTENSIFICACIÓN DE LA LUCHA

El Comandante en Jefe, en medio de las circunstancias expuestas, con-sidera que ha llegado el momento de emprender en Oriente las cruciales acciones hacia la victoria definitiva. Guisa, localidad ubicada a 20 kilóme-tros al sudeste de la ciudad de Baya-mo, es el punto seleccionado, y perso-nalmente dirige entre el 20 y el 30 de noviembre de 1958 la batalla por su liberación.

Por la inferioridad en número de efectivos y armamentos, Fidel con-cibió golpes y contragolpes, el em-pleo de potentes minas, emboscadas a refuerzos y puntos de resistencia, entre los cuales se destaca el defen-dido por el valeroso capitán Braulio Curuneaux con su ametralladora cali-bre 50, quien caería heroicamente al impedir que pasaran los tanques por la carretera.

«Cuba 60. Vidas en Revolución», una narración coral de la vida en la Mayor de las Antillas a 60 años de la Revolución. Realizada por seis cineastas cubanos, la película invita a acercarse desde una mirada íntima y cotidiana a las transformaciones que tuvieron y tienen lugar en Cuba.

Transmisión a las 7:00 p.m.

(R) al cierre

En internetREVOLuCióN

enero 2020 mIérCoLES 1

un apretado balance sobre las pér-didas del ejército de la tiranía, que fuera apoyado por más de 40 vuelos de combate, arroja alrededor de 300 bajas, entre muertos, heridos y prisio-neros, la pérdida de una tanqueta, 94 armas largas –entre fusiles y ametra-lladoras–, tres morteros, una bazuca, 55 000 cartuchos de combate, 14 ca-miones de transporte, y numerosos pertrechos.

Mientras el golpe resulta demoledor para la moral combativa de las fuer-zas del dictador Fulgencio Batista, las armas ocupadas pasan a defender la justa causa liberadora en manos de más de un centenar de rebeldes, que participan en sucesivas acciones vic-toriosas como la toma de Jiguaní, la liberación de Palma Soriano y la Ba-talla de Maffo, que culmina el 30 de diciembre.

Dirigida esta última por Fidel en las afueras de Contramaestre, resulta por sus 20 días el enfrentamiento de más larga duración, pues ante el empuje de los rebeldes, ya con armas de bue-na calidad, los efectivos del régimen se atrincheraron en las instalaciones del Banco de Fomento Agrícola e in-dustrial de Cuba, donde abren túneles debajo del hormigón y rodean todo con sacos de arena.

Así, la Operación Santiago, traza-da por Fidel en el avance hacia esta ciudad, permite unir en un mismo escenario de lucha a tropas de los tres frentes guerrilleros y posibilita el reencuentro de los jefes del ii y iii Frentes con el Líder de la Revolución, quien dirige estas importantes agru-paciones de tropas rebeldes fortaleci-das en el fragor de la guerra.

DECISIVo DESENLACE

Después de sortear no pocos obstá-culos y el asedio enemigo en el trayec-to desde la Sierra Maestra, similares

éxitos a los de sus compañeros en Oriente mantienen en el cumplimien-to de las órdenes del Comandante en Jefe los experimentados combatientes guerrilleros Camilo Cienfuegos y Er-nesto Che Guevara, en la estratégica región de Las Villas.

A su paso han ido cohesionando distintas fuerzas, que operan en este territorio, influyen en el fortaleci-miento de la disciplina y desde el pun-to de vista combativo van liberando poblados y mantienen replegadas a las fuerzas del régimen batistiano, lo cual influirá en las exitosas acciones que sus columnas sostendrán hasta las últimas horas de la guerra de libe-ración nacional.

Merecedor de ser llamado el Héroe de Yaguajay, se hizo Camilo por su va-lor y sagacidad durante los diez días de dura batalla, sostenida por el cen-tenar de hombres a su mando contra los más de 350 efectivos acantonados en esa localidad del centro norte cu-bano, que logra rendir ya al final de la tarde del 31 de diciembre, como digna contribución a la derrota definitiva del régimen militar.

En esas horas aún combaten in-cesantemente los 300 hombres del comandante Che Guevara, frente a varios miles de soldados, quienes en Santa Clara ocupaban los principa-les edificios y otros puntos clave de la ciudad, y contaban con tanques, artillería y el apoyo de la aviación de combate en su espurio servilismo al tirano.

Los enfrentamientos habían comen-zado 15 días antes, y tuvieron el 29 de diciembre una de las más sonadas ac-ciones con el descarrilamiento, ataque y rendición del tren blindado, mientras que el 30, durante el asedio a la estación de la policía, las tropas rebeldes sufren la pérdida del legendario jefe del pelo-tón suicida del Che, el capitán Roberto Rodríguez, el Vaquerito.

Visto en la dimensión de Santa Cla-ra y el volumen de las acciones, pue-de decirse que esa batalla fue el más intenso combate urbano. Su curso era seguido de cerca por la alta jerarquía del régimen, que presagiando la de-rrota que se consumaría con la llega-da del primero de enero de 1959, y el liderazgo consolidado a las puertas de Santiago de Cuba por Fidel, emprende su cobarde huida hacia el extranjero.

La victoria rebelde confirmaba con elocuente acierto el pensamiento mi-litar del Comandante en Jefe, quien supo maniobrar para evitar derrama-mientos de sangre en grandes ciuda-des como La Habana y Santiago de Cuba, mientras que su extraordina-ria dimensión política desmontaría los intentos yanquis de derrocar a la Revolución desde su mismo triun-fo. En lo adelante nada fue «una ta-rea fácil», pero tampoco más difícil gracias a la genialidad de nuestros líderes.

Fuentes: La contraofensiva estratégica, de Fidel

Castro ruz.

Sitio web Fidel, soldado de las ideas.

ILuStraCIón: rené MederoS

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Termina un año cargado de complejida-des y retos, y comienza otro no menos difícil, en el cual la única certeza es la seguridad en que, con el concurso de to-dos los cubanos, sabremos salir adelan-te ante cada prueba, que nos imponga el vecino del norte o cualquier otro obs-táculo que se interponga en el camino.

Esa es la principal lección que nos le-garon nuestros padres fundadores, des-de Céspedes y Agramonte, hasta Maceo, Gómez, Martí y todos los continuadores de su obra, en especial, Fidel y Raúl, sus discípulos más fieles, así como el Pre-sidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, continuador de su ejemplo, de su obra.

Una de esas enseñanzas la dio el Pa-dre de la Patria, cuando al estar casi solo y angustiado tras la derrota de Yara, y en el momento en que la confusión se apoderó de los inexpertos patriotas, al quedar únicamente 12 hombres sobre las armas, mientras cabalgaban, uno del grupo se atrevió a exclamar, cortando el silencio de la noche: ¡Todo está perdido!

En aquel difícil trance, cuentan que con rapidez inesperada se vio detener el caballo de Céspedes. Este se empinó sobre los estribos, volvió el rostro y diri-giéndose al que había hablado, le replicó con cruda energía: «¡No, aún quedan 12 hombres! Bastan para lograr la inde-pendencia de Cuba».

Era evidente que más allá de aquella escuálida tropa, el líder de la insurrec-ción del 68 confiaba en que el sentido de cubanía haría que, más temprano que tarde, miles de compatriotas se suma-ran a la contienda, como luego ocurrió; y que hombres como Ignacio Agramonte y Antonio Maceo, entre otros, surgidos de los sectores más pudientes o humil-des del pueblo, se incorporarían a la lu-cha contra el dominio colonial español.

Precisamente, del Bayardo camagüe-yano es aquella frase memorable, dicha ante el cuestionamiento de cómo hacer la guerra sin las armas necesarias, lo cual dio origen a su contundente respuesta: «¡Con la vergüenza de los cubanos!».

Cuando el Titán de Bronce salva el honor de la Revolución, el 15 de marzo de 1878 en Baraguá, está pensando en los cubanos dispuestos a continuar la lucha; igual determinación que la expre-sada por José Martí ante el desastre de la expedición de la Fernandina en 1895 que, lejos de amilanarlo, decide adelan-tar el inicio de la Guerra Necesaria, o la de Fidel en Cinco Palmas, que con solo siete fusiles aseguró rotundo: ¡Ahora sí ganamos la guerra!

Si hurgamos en nuestra historia en-contraremos miles de anécdotas que demuestran la seguridad infinita de nuestros dirigentes en el pueblo, como lo ratifican las palabras de Fidel aquel glorioso Primero de Enero de 1959 en Santiago de Cuba: «¡Al fin hemos lle-gado a Santiago! Duro y largo ha sido el camino, pero hemos llegado. […] La Revolución empieza ahora, la Revolu-ción no será una tarea fácil, la Revolu-ción será una empresa dura y llena de peligros […] Para que se sepa que este

va a ser un gobierno sólidamente respal-dado por el pueblo».

Era aquel el primer mensaje de año nuevo a los cubanos en medio de la Re-volución victoriosa. Unos días más tar-de, el ocho de enero de 1959, al hablar en Ciudad Libertad, Fidel reiteraba su vo-cación de servir al soberano y de decirle siempre la verdad: «Creo que es este un momento decisivo de nuestra historia: la tiranía ha sido derrocada. La alegría es inmensa. Y, sin embargo, queda mucho por hacer todavía. No nos engañamos creyendo que en lo adelante todo será fácil; quizás en lo adelante todo sea más difícil. Decir la verdad es el primer de-ber de todo revolucionario. Engañar al pueblo, despertarle engañosas ilusiones, siempre traería las peores consecuen-cias, y estimo que al pueblo hay que aler-tarlo contra el exceso de optimismo».

Además, manifestó ese día: «Más que el pueblo no puede ningún general; más que el pueblo no puede ningún ejército. Si a mí me preguntaran qué tropa prefiero man-dar, yo diría: prefiero mandar al pueblo».

Cincuenta y cinco años después y tam-bién un Primero de Enero, el General de Ejército Raúl Castro, Primer Secretario del Comité Central del Partido, en oca-sión de conmemorarse un aniversario más del triunfo de la Revolución, reiteró desde Santiago de Cuba lo que ha sido principio y conducta permanente de la dirección del país: la seguridad en la continuidad de la Revolución y la con-fianza infinita en la juventud cubana. «Las nuevas generaciones de dirigen-tes, que paulatina y ordenadamente van asumiendo las principales responsabili-dades en la dirección de la nación, nun-ca podrán olvidar que esta es la Revolu-ción Socialista de los humildes, por los humildes y para los humildes, premisa imprescindible y antídoto efectivo para no caer bajo el influjo de los cantos de sirena del enemigo, que no renunciará al objetivo de distanciarlas de nuestro pue-blo, en el propósito de socavar su unidad

El signo de la Revolución: la confianza infinita en el pueblo

con el Partido Comunista, único herede-ro legítimo del legado y la autoridad del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, el compañero Fidel Castro».

Aquel día concluyó su intervención evocando lo expresado por el Comandan-te el primer día del año 1959: «La Revo-lución llega al triunfo sin compromisos con nadie en absoluto, sino con el pueblo, que es al único que le debe sus victorias».

Cinco años después, en el propio Santia-go de Cuba, en ocasión de conmemorarse el aniversario 60 del triunfo de la Revolu-ción, Raúl ratificaba la importancia de la unidad de todos los cubanos: «El pueblo heroico de ayer y de hoy, orgulloso de su historia y cultura nacionales, comprome-tido con los ideales y la obra de la Revo-lución, que suma ya cuatro generaciones de cubanos, ha sabido resistir y vencer en las seis décadas de ininterrumpido bregar en defensa del socialismo, siempre basa-do en la más estrecha unidad en torno al Partido y a Fidel».

Asimismo, el General de Ejército aler-taba a sus compatriotas acerca de los peligros que sobre la Patria se cernían, preceptos que hoy tienen plena vigen-cia: «Es nuestro deber prepararnos meticulosamente con anticipación para todos los escenarios, incluyendo los peo-res, no solo en el plano militar, de modo que no dejemos espacio al desconcierto y la improvisación que florece en los de escasa voluntad a la hora de actuar, sino que con el optimismo y la confianza en la victoria que nos legó Fidel, y en es-trecho vínculo con el pueblo, sepamos encontrar la mejor solución a cualquier desafío que se presente».

De igual manera, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de la República, quien al asumir el cargo advirtió que no venía a prometer, sino a cumplir el mandato del pueblo revolucionario, ha ratificado en varias ocasiones la volun-tad de contar siempre con las masas para enfrentar los retos actuales y futu-ros de la Patria.

En el acto por el aniversario 55 de la entrada de Fidel a La Habana, Díaz-Canel reconoció que lo logrado por la Revolución Cubana «es la obra de un pueblo heroico que ha enfrentado los mayores peligros y soportado dolorosos sacrificios sin perder la alegría, la con-fianza, la fe y la esperanza».

También rindió homenaje a los que abrieron el camino cuando parecía im-posible: «a Fidel y Raúl, Camilo, Che y Almeida, a los comandantes de la Revo-lución y del Ejército Rebelde, a los com-batientes del llano y la Sierra, a Frank, Vilma, Celia, Haydée, Melba y a las Ma-rianas. Ellas y ellos arriesgaron muchas veces y ofrendaron sus vidas, en perma-nente ejemplo para las generaciones que llegamos después».

De él es también la idea expresa-da el 22 de diciembre de 2018 en la Asamblea Nacional del Poder Popular, en la que ratifica el compromiso de la dirección del país de estar a la altura del pueblo: «En nombre de una gene-ración orgullosa de ser, no relevo, sino continuidad, quiero expresarles el pro-fundo compromiso que nos mueve a pelear sin descanso por estar a la altu-ra de la historia, de nuestros próceres y del pueblo, inseparables en el senti-miento y la fidelidad».

En la última sesión de la Asamblea Nacional, el Presidente cubano refirió: «En verdad ha sido duro y desafiante el año 61 de la Revolución, aunque nunca tanto como aquellos que se sucedieron después del triunfo de enero cuando el asedio se acompañó de arteros ataques, incluyendo: una invasión, sabotajes, in-cendios, bandidismo y el aislamiento de Cuba en todo el hemisferio.

Aquellos desafíos fueron vencidos y superados uno por uno, legándonos sus protagonistas una historia que nos enorgullece profundamente y la más formidable escuela revolucionaria: por el pueblo, junto al pueblo y para el pue-blo: ¡todo es posible!».

ILUSTRACIÓN: ReNé medeRoS

freddy pérez cabrera

El presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin, felicitó al Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Raúl Castro Ruz, y al Presidente cubano Miguel Díaz-Canel, con motivo del Día de la Liberación de nuestro país, la Navidad y el Año Nuevo. En su mensaje, según Sputnik, el mandatario ruso constató que las relaciones bilaterales entre las dos naciones se desarrollaron en 2019 de manera muy dinámica. Asimismo, Putin «expresó la espe-ranza de un mayor fortalecimiento de la asociación estratégica bilateral en beneficio de los pueblos de Rusia y Cuba».

REVoLUCIóNeNeRo 2020 miércoles 1

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4El presidente del Comité de Estado de Corea, Kim Jong Un, obsequió flores a Cuba en ocasión del aniversario 61 de la Revolución Cubana. El gesto camaraderil del máximo dirigente coreano se realizó igualmente en nombre del Partido del Trabajo de Corea y de todo el pueblo de la República Popular Democrática de Corea, según la Agencia Central de Noticias de Corea.

dilbert reyes rodríguez

El parteaguas de la historia

REVOLUCIÓNENERO 2020MIÉRCOLES 1

Larga y tendida sobre la ruta del Sol está dispuesta la Isla, de este a oeste, y con ella, el agua alrededor pareciera que se parte en dos.

En el capricho del cronista, la historia puede encontrar tales similitudes en la forma natural, y esta de la elongación de tierra habitada por un pueblo espar-tano, que sabe tanto de las resistencias como de las costosas victorias sucesivas, se acomoda a los hechos trascendentes de diciembre para enero, hace 61 años.

Cuba –que hasta entonces se llama-ba solo así– sumó en el día primero de 1959 un segundo nombre; lo colgó, para que lo sepan todos, en la puerta de la casa familiar, que se abre a los amigos, y empezó a firmar con él, en trazo legible y vigoroso, cada uno de los cambios me-morables que confirmaron, de la nueva seña, la traza radical por los humildes: Revolución.

Las aguas divididas por la geografía antillana dejan de un lado el norte, y del otro el sur. La punta pinareña separa al golfo mexicano del mar Caribe, y en el Maisí oriental una convulsión de vien-tos pone límite al Atlántico. Así como la Isla natural en el Caribe nuestro, el triunfo de la Revolución Cubana quebró en dos partes la historia nacional.

Del antes ominoso al después lumi-noso, la vida tierra adentro comenzó a reivindicarse en una vuelta de tuerca a la dignidad, del hombre antes que todo, del bien común, de la vergüenza por la pena ajena, del compartir el pan y com-partir las guerras, del mantenerse en pie sobre horcones de principios, y defender la médula vital de cada emprendimien-to, que componen la plena independen-cia y la soberanía total.

¿Qué fue la Revolución en aquellos días primeros, sino la resolución de refundar el país; la invitación a andar el camino largo de la emancipación individual y colectiva; el transformar, en las mentes transidas por tantos años de reducción a la ignorancia, la explotación y el abando-no, la idea del crecimiento posible basado en el trabajo y en el aporte creador, sin privilegios de castas ni fortunas?

En el día de un nuevo aniversario, y cuando ya la cuenta de los años de las luces que llegaron con el triunfo guerri-llero supera a las décadas de la neoco-lonia gobernada desde afuera, hay otras cuentas que hablan bastante del enton-ces y del hoy, que dicen cuánto ganamos y, además, a qué aspiramos; porque una Revolución es eso, un acto de construir constante, de aspirar permanentemen-te, unas veces para perfeccionar lo lo-grado, y otras –la mayor en nuestro caso– para evadir los cercos y reinven-tarnos los modos de vivir –de sobrevivir incluso– a la saña obstinada de quienes, en la ridícula nostalgia del padecer im-perial, sienten que perdieron más aquel enero de 1959.

ANTESEn una pequeña sala del hospital civil

de Santiago de Cuba, un lustro antes de bajar de la montaña y atravesar el país luciendo barbas y vistiendo verde olivo,

el joven Fidel Castro Ruz enumeraba los seis problemas fundamentales de la so-ciedad, que en condición de neocolonia sufría el país.

El 16 de octubre de 1953 asumía su propia defensa en el juicio del Moncada, y a la par de la denuncia contundente que blandió contra el sanguinario ré-gimen militar del dictador Fulgencio Batista, expuso a modo de programa revolucionario las que serían medidas primerísimas y fundamentales en la re-cuperación de la república, por medio de la insurgencia armada, a la voluntad y soberanía del pueblo.

¿Qué retrato más completo podría ilustrar mejor la necesidad de cambios inaplazables, que aquel alegato minu-cioso dicho a nombre de una generación martiana y en la voz del líder que enca-bezó el gran salto transformador?

En principio, el problema de la tierra:«El 85 % de los pequeños agricultores

cubanos está pagando renta y vive bajo la perenne amenaza del desalojo de sus parcelas. Más de la mitad de las mejores tierras de producción cultivadas está en manos extranjeras. En Oriente, que es la provincia más ancha, las tierras de la United Fruit Company y la West Indies unen la costa norte con la costa sur. Hay 200 000 familias campesinas que no tie-nen una vara de tierra, donde sembrar unas viandas para sus hambrientos hijos y, en cambio, permanecen sin cultivar, en manos de poderosos intereses, cerca de 300 000 caballerías de tierras producti-vas. Si Cuba es un país eminentemente agrícola, si su población es en gran parte campesina, si la ciudad depende del cam-po, si el campo hizo la independencia, si la grandeza y prosperidad de nuestra nación depende de un campesinado salu-dable y vigoroso, que ame y sepa cultivar la tierra, de un Estado que lo proteja y lo oriente, ¿cómo es posible que continúe este estado de cosas?».

Luego, el problema de la industriali-zación:

«Salvo unas cuantas industrias ali-menticias, madereras y textiles, Cuba

sigue siendo una factoría productora de materia prima. Se exporta azúcar para importar caramelos, se exportan cueros para importar zapatos, se exporta hierro para importar arados... Todo el mundo está de acuerdo en que la necesidad de industrializar el país es urgente, que hacen falta industrias químicas, que hay que mejorar las crías, los cultivos, la técnica y elaboración de nuestras in-dustrias alimenticias para que puedan resistir la competencia ruinosa que ha-cen las industrias europeas de queso, leche condensada, licores y aceites y las de conservas norteamericanas, que ne-cesitamos barcos mercantes, que el tu-rismo podría ser una enorme fuente de riquezas; pero los poseedores del capital exigen que los obreros pasen bajo las horcas caudinas, el Estado se cruza de brazos y la industrialización espera por las calendas griegas».

Con énfasis singular, Fidel describe el vía crucis del techo familiar:

«Tan grave o peor es la tragedia de la vivienda. Hay en Cuba 200 000 bohíos y chozas; 400 000 familias del campo y de la ciudad viven hacinadas en barra-cones, cuarterías y solares sin las más elementales condiciones de higiene y salud; 2 200 000 personas de nuestra población urbana pagan alquileres que absorben entre un quinto y un tercio de sus ingresos; y 2 800 000 de nues-tra población rural y suburbana carecen de luz eléctrica. Aquí ocurre lo mismo: si el Estado se propone rebajar los al-quileres, los propietarios amenazan con paralizar todas las construcciones; si el Estado se abstiene, construyen mien-tras pueden percibir un tipo elevado de renta, después no colocan una piedra más, aunque el resto de la población viva a la intemperie. Otro tanto hace el monopolio eléctrico: extiende las líneas hasta el punto donde pueda percibir una utilidad satisfactoria, a partir de allí no le importa que las personas vivan en las tinieblas por el resto de sus días. El Estado se cruza de brazos y el pueblo si-gue sin casas y sin luz».

Sobre el problema de la educación, refirió:

«¿En un campo donde el guajiro no es dueño de la tierra para qué se quieren escuelas agrícolas? ¿En una ciudad don-de no hay industrias para qué se quieren escuelas técnicas o industriales? Todo está dentro de la misma lógica absurda: no hay ni una cosa ni otra. En cualquier pequeño país de Europa existen más de 200 escuelas técnicas y de artes in-dustriales; en Cuba, no pasan de seis y los muchachos salen con sus títulos sin tener dónde emplearse. A las escuelitas públicas del campo asisten descalzos, semidesnudos y desnutridos, menos de la mitad de los niños en edad escolar y muchas veces el maestro es quien tie-ne que adquirir con su propio sueldo el material necesario. ¿Es así como puede hacerse una patria grande?».

Y más adelante calza, haciendo refe-rencia a la necesidad de reformar la en-señanza:

«Basta ya de estar pagando con limos-nas a los hombres y mujeres que tienen en sus manos la misión más sagrada del mundo de hoy y del mañana, que es enseñar. Ningún maestro debe ga-nar menos de 200 pesos, como ningún profesor de segunda enseñanza debe ganar menos de 350, si queremos que se dediquen enteramente a su elevada misión, sin tener que vivir asediados por toda clase de mezquinas privacio-nes. Debe concedérseles además a los maestros que desempeñan su función en el campo, el uso gratuito de los me-dios de transporte; y a todos, cada cinco años por lo menos, un receso en sus ta-reas de seis meses con sueldo, para que puedan asistir a cursos especiales en el país o en el extranjero, poniéndose al día en los últimos conocimientos peda-gógicos y mejorando constantemente sus programas y sistemas. ¿De dónde sacar el dinero necesario? Cuando no se lo roben, cuando no haya funciona-rios venales que se dejen sobornar por las grandes empresas con detrimento del fisco, cuando los inmensos recursos de la nación estén movilizados y se de-jen de comprar tanques, bombarderos y cañones en este país sin fronteras, solo para guerrear contra el pueblo, y se le quiera educar en vez de matar, entonces habrá dinero de sobra».

Respecto a la salud, ilustró con el ejemplo lamentable de los niños:

«De tanta miseria solo es posible libe-rarse con la muerte; y a eso sí los ayuda el Estado: a morir. El 90 % de los niños del campo está devorado por parásitos que se les filtran desde la tierra por las uñas de los pies descalzos. La sociedad se conmueve ante la noticia del secues-tro o el asesinato de una criatura, pero permanece criminalmente indiferente ante el asesinato en masa que se come-te con tantos miles y miles de niños que mueren todos los años por falta de re-cursos, agonizando entre los estertores del dolor, y cuyos ojos inocentes, ya en ellos el brillo de la muerte, parecen mirar hacia lo infinito como pidiendo perdón para el egoísmo humano y que no caiga sobre los hombres la maldición de Dios. Y cuando un padre de familia trabaja cuatro meses al año, ¿con qué puede comprar ropas y medicinas a sus hijos? Crecerán raquíticos, a los treinta años no

El 16 de octubre de 1953, Fidel asumía su propia defensa en el juicio del Moncada y, a la par de la denuncia contra

el sanguinario régimen de Fulgencio Batista, expuso a modo de programa revolucionario las que serían medidas

primerísimas y fundamentales en la recuperación de la república. ILUSTRACIÓN: RENÉ MEDEROS

Page 5: órgano oficial del comité central del partido …Comenzaban entonces otros comba-tes; pero desde entonces el devenir tiene raíz, coherencia, identidad. La sangre ha sido aceptada,

5Los más altos dirigentes del Partido Comunista (pcv), el Estado y el Gobierno de Vietnam enviaron mensajes de felicitación a sus homólogos y al pueblo de Cuba en ocasión del aniversario 61 del triunfo de la Revolución, reporta Prensa Latina. El secretario general del pcv y presidente del país, Nguyen Phu Trong, y el primer ministro, Nguyen Xuan Phuc, transmitieron sus congratulaciones al Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba, Raúl Castro, al Presidente Miguel Díaz-Canel, y al primer ministro Manuel Marrero Cruz.

REVOLUCIÓNENERO 2020MIÉRCOLES 1

tendrán una pieza sana en la boca, ha-brán oído diez millones de discursos, y morirán al fin de miseria y decepción. El acceso a los hospitales del Estado, siem-pre repletos, solo es posible mediante la recomendación de un magnate político que le exigirá al desdichado su voto y el de toda su familia para que Cuba siga siempre igual o peor».

Y cierra la enumeración de tales ma-les con la interrogación retórica sobre el problema del empleo:

«Con tales antecedentes, ¿cómo no ex-plicarse que desde el mes de mayo al de diciembre 1 000 000 de personas se en-cuentren sin trabajo y que Cuba, con una población de 5 000 000 y medio de ha-bitantes, tenga actualmente más desocu-pados que Francia e Italia con una pobla-ción de más de 40 000 000 cada una?

«Cuando vosotros juzgáis a un acusado por robo, señores magistrados, no le pre-guntáis cuánto tiempo lleva sin trabajo, cuántos hijos tiene, qué días de la semana comió y qué días no comió, no os preocu-páis en absoluto por las condiciones so-ciales del medio donde vive: lo enviáis a la cárcel sin más contemplaciones».

A estos seis llamó Fidel problemas fundamentales, porque solo en sus so-luciones era posible remover el resto de lacras y vicios que desgastaban una sociedad permeada por la corrupción, la prostitución, el juego, la discrimina-ción, la institución de la violencia, la impunidad criminal, el entreguismo, el robo de fondos públicos y el manejo de la política a conveniencia y en interés de pequeñísimas élites o individuos.

Pero en virtud del postulado martiano: «una idea justa defendida desde el fon-do de una cueva puede más que un ejér-cito», el líder revolucionario, después de convertir en lapso fértil los meses de la prisión, volvió sobre las armas cabalgan-do un corcel de ideas aún más sólidas y, desde el exilio necesario, tal cual hizo el Apóstol, reorganizó el embate final que trajo a Cuba, en barco y calzando botas de escalar cordilleras, la libertad defini-tiva como un rabo de nube.

DESPUÉSTan pronto venció la alianza de las

armas y las ideas que fue la Revolución alzada en las montañas, continuó deste-rrándose de la nueva realidad cubana la sociedad corroída de la neocolonia. Una fue la victoria militar, otra la emancipa-ción social que seguiría, al decir de Fi-del, en un camino quizá más difícil que la propia confrontación armada.

Aun así, y a pesar del obstáculo aña-dido que significaba levantarse a ape-nas 90 millas del más poderoso aspi-rante a regente del mundo, nada tardó en materializar las palabras del juicio del Moncada.

En la primera semana de febrero de 1959, la promulgación de la Ley Fun-damental devolvía a la senda constitu-cional los resortes de la vida pública, deformados por el golpe militar de Ba-tista siete años atrás. Resultaba la vuelta a los postulados esenciales de la Cons-titución de 1940, aunque con cambios determinados por el crucial momento histórico que transcurría en el país.

Aunque sujeta a posteriores adecua-ciones, que la radicalizaron todavía más en favor de los campesinos y las familias

numerosas del campo, la Primera Ley de Reforma Agraria fue el golpe de efec-to más contundente contra el problema fundamental de la tierra.

Decenas de miles de trabajadores ru-rales recibieron en propiedad la tierra que laboraban, la posibilidad de aso-ciarse en cooperativas multiplicó en ellas el potencial productivo con equili-brio de la distribución de las ganancias y quedó aniquilado el latifundio.

Entendida como la causa social de más urgente transformación, por las garantías que supondría para la com-prensión profunda del proceso revolu-cionario y la participación consciente y aportadora del mayor número de personas posibles, la batalla por la al-fabetización masiva inauguró la gran revolución educacional cubana que desterraría la ignorancia, abriría escue-las de enseñanza básica en cada rincón poblado, promovería la instrucción en sectores especializados, y ampliaría a niveles sin precedentes la infraestruc-tura docente.

El modelo nuevo de la educación cubana abriría, por supuesto, muchas puertas al crecimiento cultural de la nación, que a la par de la reforma de la enseñanza comenzó a vivir, con la masi-ficación de la cultura en todas sus ma-nifestaciones y la profusión de institu-ciones públicas, un tránsito notable del arte solo para élites, al verdaderamente popular.

No solo la construcción de hospitales nuevos y de centros de investigación, más el establecimiento de la gratuidad del servicio, avalaron la transformación radical en el campo de la salud; sino que el concepto revolucionario de la asis-tencia sanitaria, además de concebir el acercamiento a las personas mediante la inédita figura del médico de la fami-lia, reorientó la medicina hacia la pre-vención y la educación para la salud.

Tal cual resultan las verdaderas revo-luciones de los pueblos, hasta el hoy lle-gan los aires transformadores que pre-tenden, ya no solo el progreso sostenible del país puesto firme sobre el camino de la justicia social; sino el de la resistencia estoica contra los embates neocoloni-zadores de los que ambicionan todavía esta Isla; pues aunque suene anacróni-co el término, no son sensiblemente dis-tintas las interpretaciones posibles a los vocablos modernos del neoliberalismo y los tratados comerciales en condiciones desiguales.

Bloqueo económico son palabras tan familiares como ciertas en la cotidiani-dad de los cubanos, por lo tanto que se esgrime, sí, pero más por lo que se nos revela en el retraso de nuestras aspira-ciones de progreso.

Para los descreídos, las lecciones del año recién concluido fueron más que contundentes respecto a la obstinación del Gobierno de ee. uu. en doblegar a la nación. Política rapaz y criminal, engen-drada en la impotencia de aniquilar a la Revolución en sus años primeros, se re-nueva con saña singular en la adminis-tración actual de un imperio que emite hasta una medida por semana, con el propósito insensato y cruel de rendir a Cuba por hambre y por miseria.

Pero la obstinación tiene esto, que es ciega a las lecciones mayores, y aunque

se dé de bruces contra la misma pared, repite su ridículo papel a pesar de las históricas sumas de descrédito y fracaso.

Nada que la Revolución impulsó se detuvo ni en las peores circunstancias, y aunque las grandes limitaciones de recursos, que impone la persecución co-mercial y financiera, han dejado en pen-diente la solución completa de algunos problemas fundamentales, sigue Cuba construyendo viviendas, promoviendo la productividad de la tierra, aupando la diversidad en las formas de empleo, modernizando la industria y apostando al crecimiento de infraestructuras nue-vas, vigorizando el sistema educacional, bregando por sostener un costoso esque-ma de salud pública, que se comparte en solidaridad con el mundo, concediendo espacios nuevos al desarrollo cultural,

fomentando los nexos de amistad con países amigos, practicando una diplo-macia ejemplar, fortaleciendo los meca-nismos de la justicia y la igualdad social, asegurando el orden interior y la tran-quilidad ciudadana, creando oportuni-dades al ingenio popular, apertrechando el modelo democrático, procurando al-ternativas de desarrollo a una economía perseguida, y blindando la defensa na-cional, que es garantía para la preserva-ción de todas, absolutamente todas sus conquistas.

Por eso brinda Cuba cada enero. Los días del año nuevo tienen aquí suficien-te alegría para todos los festejos: los de la aspiración familiar de progresar, y los buenos deseos para el país que, en el pri-mer amanecer del calendario, como en una casa grande, celebra su aniversario.

1953 2019TIERRA � 85 % de los pequeños agri-

cultores pagaba renta y vivía bajo amenaza de desalojo.

� Más de la mitad de las mejo-res tierras estaba en manos extranjeras.

� 300 000 caballerías de tie-rras productivas permane-cían sin cultivar en manos de poderosos intereses.

� Más de 4,2 millones de hec-táreas de tierra en manos de campesinos para trabajar-las, de los 6,4 millones de hectáreas de la superficie agrícola del país.

� 2 225 000 hectáreas de tierras estatales ociosas han sido entregadas en usufructo.

INDUSTRIAS � Salvo unas cuantas indus-trias alimenticias, madere-ras y textiles, Cuba era una factoría productora de ma-teria prima.

� Desde 1959, comenzando por el rescate de las indus-trias en manos extranjeras, el país ha avanzado no solo en desarrollar la minería y la agroindustria azucarera, sino la química, la alimentaria, las producciones farmacéuticas, biotecnológicas y biomédi-cas, y la ligera, entre otras.

VIVIENDA � 200 000 bohíos y chozas. � 400 000 familias vivían

hacinadas en barracones, cuarterías y solares.

� 2 200 000 personas de la población urbana pagaba alquileres.

� 2 800 000 personas de la población rural y suburbana carecían de luz eléctrica.

� 2 568 267 viviendas ha cons-truido la Revolución.

� 115 000 bohíos menos que antes del año 1959.

� Alrededor del 90 % de las viviendas en Cuba están en régimen de propiedad.

� 100 % de electrificación en el país.

EDUCACIÓN � No pasaban de seis las es-cuelas técnicas y de artes industriales.

� Menos de la mitad de los niños en edad escolar que vivían en el campo iban a las escuelas.

� 10 700 escuelas de la ense-ñanza general, de ellas más de 400 de enseñanza técnica y profesional.

� Más de 1 700 000 estudian-tes en la enseñanza general en el curso 2019-2020.

� Más de 155 000 maestros al iniciar el curso 2019-2020.

� 41 Universidades en el país.

SALUD � El 90 % de los niños del campo estaba devorado por parásitos.

� 98 hospitales y un siste-ma de casas de socorro que ofrecían servicios limitados de primeros auxilios.

� Un hospital rural con ape-nas diez camas y sin médico.

� 2 026 enfermeras.

� 89 millones de consultas rea-lizadas y 1 199 000 cirugías.

� Más de 98 % de cobertura de vacunación, lo que protege a los niños contra 13 enfermeda-des; se mantienen eliminadas 14 enfermedades infecciosas.

� Más de 100 000 médicos, más de 85 700 enfermeras y auxiliares de enfermeras y más de 19 000 estomatólogos.

EMPLEO � 1 000 000 de personas se

encontraban sin trabajo de mayo a diciembre de 1953, con una población de 5 000 000 y medio de habitantes.

� 4 515 200 cubanos ocupados en la economía, de ellos, más de 3 millones en el sector estatal.

FUENTES: LA HISTORIA ME ABSOLVERÁ, ANUARIO ESTADÍSTICO DE CUBA 2018, INFORMACIONES DE LOS MINISTERIOS A LA ASAM-

BLEA NACIONAL, POLÍTICA DE LA VIVIENDA Y GRANMA.

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6REVOLUCIÓNENERO 2020MIÉRCOLES 1

Después que le había preguntado por lo humano y lo divino, Ignacio Ramonet se quedó con su próxima recta preparada, cuando Fidel se le adelantó y le puso so-bre la mesa el tema de la inclusión de los religiosos a las filas del Partido a partir del año 1991.

«Al principio también hubo conflictos entre la Revolución y algunas iglesias, prejuicios que alimentaron antisocialis-tas por un lado y antirreligiosos por otro –le confesó Fidel–. El Partido adoptó la drástica medida de no admitir creyentes en sus filas. Yo me considero con parte importante de esa responsabilidad, por-que lo veíamos como riesgo de un posi-ble conflicto de lealtades…».

El asunto quedó zanjado luego de su discusión con toda la militancia política de la Isla en el contexto de la celebración del iv Congreso del Partido Comunista de Cuba (pcc), que acordó la inclusión en la organización política de todos aquellos revolucionarios, que aceptasen sus Estatutos y Programa con indepen-dencia de su fe religiosa.

¿Usted acabó por defender esa tesis?, le preguntó el periodista, escritor y po-litólogo de origen español al líder his-tórico de la Revolución, cuando todavía Cien horas con Fidel estaba en proyecto.

«Aunque mi posición era distin-ta cuando se estableció la exclusión al crearse el Partido, yo casi fui de los pri-meros defensores de la idea del ingreso de los creyentes», le contestó el Coman-dante en Jefe, quizá la persona que mejor podía explicar el duro enfrentamiento ideológico escenificado en los primeros años del proceso revolucionario y la ré-mora de prejuicios y desconfianzas entre creyentes y no creyentes, que sobreven-dría por mucho tiempo.

Dos décadas atrás, mientras respondía un cuestionario similar a Frei Betto, que luego terminaría editado como Fidel y la religión, un libro imprescindible para comprender la hondura del asunto en nuestro país, el líder cubano le dedicaría un afiche al dominico brasileño con un texto tan sugerente como inesperado: «Aún no lo ha logrado, pero si alguien puede hacer de mí un creyente es Frei Betto…».

Que los religiosos puedan, desde 1991, militar en el Partido Comunista de Cuba es apenas uno de las tantas evidencias del empeño personal de Fidel por cons-truir lo que él llamó «un Partido de ace-ro» y también expresión de ese empeño suyo por hacer de la unidad nacional una muralla, que en cualquier circunstancia preserve la salud de la Revolución.

LAS ENSEÑANZAS DE LA HISTORIASi el general Máximo Gómez había

hecho cantar su machete desde Pinos de Baire hasta los potreros de Cama-güey y luego los villareños lo sacaron a empujones del centro del país no fue precisamente por el poder de las huestes

La muralla de aceroJunto al mérito histórico de haber lidereado una Revolución socialista en las narices del imperio, Fidel tiene la virtud de haber labrado, centímetro a centímetro, la unidad de los cubanos

El presidente de Singapur, Mdm Halimah Yacob, en nombre de su pueblo felicitó a los cubanos y deseó paz y prosperidad al país. De igual forma se manifestaron Danny Faure, presidente de la República de Seychelles; el presidente de República Dominicana, Danilo Medina; el señor Egils Levits, presidente de la República de Letonia; Laurentino Cortizo Cohen, presidente de la República de Panamá; el presidente de Kenya, Uhuru Kenyattay, y el señor Edgar Chagwa Lungu, presidente de la República de Zambia.

juan antonio borrego

españolas, que sí supieron aprovechar muy bien las desavenencias y las contra-dicciones en el bando de los cubanos.

Al menos a esa conclusión llegó Fidel cuando un siglo después del alzamiento de La Demajagua, el 10 de octubre de 1968, miró con el prisma del tiempo los acontecimientos de la Guerra Grande: «Aquella lucha heroica fue vencida no por las armas españolas –reconoció él–, sino vencida por uno de los peores ene-migos que tuvo siempre el proceso revo-lucionario cubano, vencida por las divi-siones de los mismos cubanos, vencida por las discordias, vencida por el regio-nalismo, vencida por el caudillismo…».

Antes que él, lo había comprendido José Martí, quien tuvo talento y voca-ción para ayudar a sanar viejas heridas; fundar un partido –el Partido Revolu-cionario Cubano–, no para hacer políti-ca, sino para hacer la guerra; juntar a los viejos guerreros del 68 con los pujantes «pinos nuevos» y erigirse en líder de una contienda que él se propuso fuera «con todos y para el bien de todos».

«De Céspedes el ímpetu, y de Agra-monte la virtud. El uno es como el vol-cán, que viene, tremendo e imperfecto, de las entrañas de la tierra; y el otro es como el espacio azul que lo corona», escribió el Maestro, como quien se pro-pone equilibrar en una balanza toda la gloria que los dos gigantes habían deja-do dispersa en los campos cubanos.

De aquellas desavenencias tan huma-nas como inútiles; de la injusta destitu-ción de Céspedes en Bijagual; de la do-lorosa paz de El Zanjón; de los sucesos de La Mejorana, cuando aquellos tres grandes (José Martí, Máximo Gómez y Antonio Maceo) discutieron en torno a una mesa el modo de hacer la guerra; de la intervención oportunista y de la hu-millación de los mambises en Santiago; del licenciamiento del Ejército Liberta-dor; de la revolución que se fue a bolina en el 33 y de toda la debacle republicana,

aprendió Fidel que para vencer a ene-migos tan poderosos era preciso andar unidos.

Por eso quizá, en 1956, no titubeó en firmar la Carta de México en virtud de la cual el Movimiento 26 de Julio (m-26-7) y el Directorio Revolucionario 13 de Marzo establecieron su compro-miso de «unir sólidamente su esfuerzo en el propósito de derrocar a la tiranía y llevar a cabo la Revolución Cubana».

Otra organización igualmente com-prometida con el derrocamiento de la dictadura batistiana, el Partido Socialis-ta Popular (psp), que para entonces abra-zaba tácticas de lucha muy diferentes e incluso había mostrado su desacuerdo con el asalto al cuartel Moncada, tam-bién fue bien recibida en la Sierra Maes-tra, donde conocidos militantes como Armando Acosta y Carlos Rafael Rodrí-guez terminaron compartiendo trinche-ra con los guerrilleros del 26 de Julio, y en Yaguajay, al norte de Las Villas, el luchador Félix Torres y su destacamento del psp recibieron sin recelos y curaron las llagas a los invasores de la columna Antonio Maceo a su llegada a la zona.

Harina de otro costal sería la historia de la lucha guerrillera en el Escambray, donde a pesar de los desaires y las intri-gas del llamado Segundo Frente, el Co-mandante Che Guevara, por mandato expreso de Fidel, hizo lo indecible por sumar esta fuerza, numerosa y bien ar-mada, a los cauces de la lucha revolucio-naria.

EN LAS VERDES Y EN LAS MADURASCuando hace dos décadas el Gobierno

de Estados Unidos y su sistema de justi-cia se hicieron los de la vista gorda ante el secuestro del niño Elián González, Fidel no pensó en ofrecer dinero a cambio de su devolución, ni en enviar un comando al sur de La Florida para rescatarlo, pensó en la fuerza y unidad del pueblo.

«Tranquilo, a partir de mañana

mismo se vuelca la nación completa a ha-cer el reclamo por el regreso de tu hijo», le dijo a Juan Miguel González entrada la noche del 2 de diciembre de 1999, cuan-do al padre del niño lo consumía un senti-miento combinado de rabia y de zozobra en aquel despacho del Consejo de Estado, que nunca había pensado visitar.

Lo que Fidel denominó la batalla por Elián comenzó con la primera marcha el 5 de diciembre frente a la entonces Ofi-cina de Intereses de Estados Unidos en La Habana, pero enseguida se inflamó, se extendió, primero por todo el país y luego por medio mundo, y solo concluyó cuando el niño puso sus pies en la losa del aeropuerto internacional José Martí, el 28 de junio de 2000, tras más de seis meses de pelea.

No fue la única vez que Fidel convo-cara al pueblo como actor protagónico: la Campaña de Alfabetización, la Lu-cha Contra Bandidos, la zafra del 70, el proceso de rectificación de errores y tendencias negativas, la lucha contra los atentados terroristas, el periodo espe-cial, la Batalla de Ideas y la búsqueda del consenso en torno a las más importan-tes leyes del país, por solo citar algunos ejemplos, confirman un estilo de direc-ción y de intercambio permanente con las masas y prueban la vocación unitaria del líder histórico de la Revolución.

«Fidel nos recordó con especial én-fasis que Revolución es unidad –señaló nuestro Presidente, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al intervenir en el xxiv En-cuentro del Foro de Sao Pablo (La Haba-na, 17 de julio de 2018)–. Ella, en efecto, ha sido una de las claves para entender por qué hemos podido encarar con éxito agresiones externas de todo tipo, y tam-bién resolver, en estrecha relación entre el pueblo y la máxima dirección del país, los más sensibles problemas relaciona-dos con la edificación del socialismo».

Sobre ese mérito de Fidel se refirió de manera esclarecedora el Segundo Se-cretario del Comité Central del Partido, José Ramón Machado Ventura, en oca-sión del aniversario 50 de la creación del Comité Central y el nacimiento del periódico Granma, cuando recordó la determinante participación del Coman-dante en Jefe en todo el proceso de uni-ficación del mando revolucionario y su visión sobre la construcción de la orga-nización de vanguardia en el país, tarea en la que también fue determinante la participación de Raúl y de otros jefes.

Machado recordó una idea expresada por Fidel el 11 de abril de 1962 acerca de las relaciones entre el Partido y las ma-sas, que resulta válida para los tiempos que corren y también para los que están por venir: «La revolución se hace por las masas y para las masas –expresó enton-ces Fidel–. Esa es la razón de existir del Partido, y todo su prestigio, toda su au-toridad estará en relación con la vincula-ción real que tenga con la masa. Ese Par-tido no tendrá autoridad ante la masa por ser Partido, sino que será Partido por la autoridad y el prestigio que tenga ante las masas. Si no tiene conexión con las masas, ni prestigio y autoridad ante las masas, no es Partido; se vuelve una orga-nización raquítica, pobre, y será cada vez menos Partido, porque su razón de ser estaba en su vinculación con las masas».

ILUSTRACIÓN: RENÉ MEDEROS

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La fuerza de Cuba está en su historia

LÍNEA DEL TIEMPOEnero

Junio

Julio

Febrero

Marzo

Abril

Mayo

Agosto

Septiembre

Octubre

Noviembre

Diciembre

6 de enero de 1875: El generalísimo Máxi-mo Gómez cruza junto a sus tropas la Tro-cha de Júcaro a Morón. Inicio de la inva-sión a Las Villas.8 de enero de 1940: Natalicio de Sergio Saíz Montes de Oca, en San Juan y Mar-tínez. Fue asesinado junto a su hermano por esbirros de la tiranía batistiana el 13 de agosto de 1957.9 de enero de 1915: Fallecimiento del pa-triota Gonzalo de Quesada.11 de enero de 1980: Muere la Heroína Celia Sánchez. 12 de junio de 1955: Constituida oficial-

mente la Dirección Nacional del Movi-miento Revolucionario 26 de Julio.14 de junio de 1845: Natalicio de Antonio Maceo, Lugarteniente del Ejército Liberta-dor, el Titán de Bronce.26 de junio de 1870: Fallece el mayor ge-neral Donato Mármol.

2 de julio de 1960: El presidente de ee. uu. aprueba la ley que suspende la compra de la cuota azucarera a Cuba.3 de julio de 1915: Natalicio de Juan Ma-nuel Márquez, segundo al mando de la expedición del yate Granma.7 de julio de 1955: Fidel parte al exilio, a México, para organizar y preparar la expe-dición revolucionaria del m-26-7.27 de julio de 1960: Fidel convoca a orga-nizar las Brigadas Juveniles de Trabajo Revolucionario, primera tarea a la que se incorpora masivamente la nueva genera-ción después del triunfo de 1959.28 de julio de 1960: Celebración del 1er. Congreso Latinoamericano de Juventudes en La Habana.28 de julio de 1980: Muerte de Haydée San-tamaría Cuadrado, Heroína del Moncada.

8 de agosto de 1955: El Movimiento 26 de Julio divulga el primer manifiesto escrito en México por Fidel al pueblo de Cuba, donde se retoma el Programa del Moncada.16 de agosto de 1925: Fundación del Pri-mer Partido Marxista Leninista de Cuba, por Carlos Baliño y Julio Antonio Mella, entre otros.

24 de febrero de 1895: Reinicio de la Gue-rra de Independencia organizada por José Martí. Levantamiento en varias zonas del país.

4 de marzo de 1870: José Martí es condena-do por un tribunal español a seis años de prisión.4 de marzo de 1960: Explosión del vapor francés La Coubre, saboteado por la cia.5 de marzo de 1960: Fidel Castro pronuncia por primera vez la consigna Patria o Muerte durante la despedida de duelo de las vícti-mas de La Coubre.6 de marzo de 2000: Creación del programa nacional de Video Clubes Juveniles.

1 de abril de 1895: Desembarco por Duaba, Baracoa, de Antonio Maceo y Flor Crombet, junto a otros revolucionarios.5 de abril de 1895: Muere el mayor general del Ejército Libertador Guillermo Moncada, Guillermón.7 de abril de 1930: Natalicio de la heroína de la Revolución Cubana Vilma Espín Guillois.11 de abril de 1895: Desembarco de Martí y Gómez por Playitas de Cajobabo.

1 de mayo de 2000: En el Acto Central por el 1ro. de Mayo en la Plaza de la Revolución José Martí, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz dio a conocer el concepto de Revolución.

2 de septiembre de 1960: Es aprobada en Asamblea General del Pueblo la Primera Declaración de La Habana.8 de septiembre de 1960: Las Milicias Nacionales Revolucionarias y el Ejército Rebelde comienzan la lucha contra los al-zados en el Escambray.13 de septiembre de 1895: Asamblea Constituyente de Jimaguayú.

3 de octubre de 1965: Constitución del Comité Central del Partido Comunis-ta de Cuba y creación del periódico Granma.8 de octubre de 1960: Creación del Insti-tuto Cubano de Amistad con los Pueblos (icap).13 de octubre de 1960: Nacionalización de las bancas extranjera y nacional en Cuba.21 de octubre de 1960: Integración de to-das las organizaciones juveniles cubanas en la Asociación de Jóvenes Rebeldes (ajr) y fundación del periódico Juventud Rebel-de, ese mismo día, pero del año 1965.22 de octubre de 1895: Desde los Mangos de Baraguá, el Mayor General Antonio Maceo, al frente de una columna, inicia la invasión a Occidente.24 de octubre de 1960: Nacionalización de todas las empresas norteamericanas existentes en nuestro país.

5 de noviembre de 1975: Inicio de la Operación Carlota, consistente en el comienzo de la ayuda internacionalista de carácter militar de Cuba en Angola.29 de noviembre de 1960: Muere en una emboscada el comandante Manuel Fajar-do Rivero, Piti.

6 de diciembre de 1970: Fundación de la feem.17 de diciembre de 1975: Se inicia en el teatro Karl Marx, el Primer Congreso del pcc.19 de diciembre de 1910: Nace José Leza-ma Lima, en La Habana, una de las figu-ras más relevantes de la intelectualidad cubana. 21 de diciembre de 1830: Natalicio del general del Ejército Libertador Bartolomé Masó.31 de diciembre de 1960: Primera gran movilización de las Fuerzas Armadas Re-volucionarias después del triunfo revolu-cionario, ante la amenaza de una invasión yanqui.

«En definitiva, a pesar de lo avanzado, hoy el bloqueo continúa atacando el derecho del pueblo cubano a la salud, alimentación, educación, al deporte y la cultura... a su desarrollo humano».

REVOLUCIÓNENERO 2020 MIÉRCOLES 1

ronald suárez rivas

Algún día, cuando se escriba la histo-ria del año que acaba de concluir, no podrán faltar las palabras voluntad y resistencia, ni las vivencias de un pue-blo que supo sortear el cerco brutal con que la administración estadou-nidense creyó ser capaz de destruir a la Revolución Cubana antes del 31 de diciembre.

Quienes le pusieron fecha al fin de este ejemplo de dignidad, que ha sido la Cuba socialista durante más de seis décadas, chocaron nuevamente con aquella frase legendaria del Coman-dante Juan Almeida Bosque, bajo el fragor del combate. «¡Aquí no se rin-de nadie…!».

Y aunque no existe una sola actividad que no se haya resentido con las vueltas de tuerca que continuamente ha recibi-do esa política inhumana, que es el blo-queo económico, comercial y financiero los cubanos una vez más hemos sabido sobreponernos a la adversidad.

«Todo el país se apretó el cinturón, pero no se tomaron medidas de ajus-tes que afectaran al pueblo», resaltaba el Presidente Miguel Díaz-Canel Ber-múdez hace solo unos días, durante la clausura del iv Periodo Ordinario de Sesiones de la Asamblea Nacional en su ix Legislatura.

La explicación está en la historia, quizá, el único aspecto que la admi-nistración de Donald Trump ha ob-viado en su guerra despiadada contra la Isla.

De haber indagado al menos un poco en la heroica tradición de lucha de la que se enorgullece todo cubano, sabría que no es la primera vez que se nos intenta doblegar por hambre y escasez, ni que este pueblo se niega a claudicar ante un enemigo tan pode-roso.

Ahí están los ejemplos de la re-concentración del general Vale-riano Weyler o del bloqueo econó-mico, que el actual presidente de Estados Unidos ha recrudecido de manera demencial, pero que existe desde mucho antes de su llegada a la Casa Blanca.

Ante los actos genocidas y las agresiones, nuestra historia recoge las hazañas de los mambises y la audacia de los rebeldes, la intran-sigencia de Baraguá, el heroísmo de Girón, la firmeza de los días en que el mundo estuvo al borde de una guerra nuclear, cuando la Crisis de Octubre.

Desde La Demajagua hasta hoy no ha faltado jamás el compromiso de generaciones enteras, frente a quienes han tratado de someter a la Patria. Rendirse nunca ha sido una opción para los cubanos. ¡Nunca!

Por eso, fiel a ese legado, que es preciso preservar en la memoria, en el umbral de un nuevo año, Granma ofrece a sus lectores una selección de algunas de las principales fechas que estaremos conmemorando en este 2020, el Año 62 de la Revolución.

2 de mayo de 1925: Fallece el general de división de origen catalán José Miró Argen-ter, cronista de la Guerra de Independencia (1895).5 de mayo de 1895: Se produce el encuen-tro de Martí, Gómez y Maceo en la finca La Mejorana.8 de mayo de 1935: Asesinados en El Mo-rrillo, Matanzas, el revolucionario cubano Antonio Guiteras y su compañero de lucha, el venezolano Carlos Aponte.9 de mayo de 1920: Natalicio de la destaca-da revolucionaria Celia Sánchez Manduley.

17 de agosto de 1870: Fusilamiento de Perucho Figueredo, creador del Himno Nacional de Cuba.20 de agosto de 1910: Se crea la Acade-mia de Historia de Cuba.23 de agosto de 1960: Fundación de la Federación de Mujeres Cubanas (fmc) por Fidel Castro Ruz. Vilma Espín fue elegida presidenta.28 de agosto de 1960: Ante la presión e injerencia de Estados Unidos, la delega-ción cubana se retira de la vii Reunión de Consulta de la oea, en San José, Costa Rica.

ILUSTRACIÓN: RENÉ MEDEROS

El presidente de Zimbabwe, Emmerson Dambudzo Mnangagwa, felicitó a nuestra nación en el aniversario del triunfo de la Revolución. Reseña Cubaminrex que también manifestaron sus congratulaciones el primer ministro de la República Helénica, Kyriakos Mitsotakis; el Rey de los Países Bajos, Williem-Alexander R; el Rey de Bélgica, Phillipe Léopold Louis Marie; Paul Biyan, presidente de la República de Camerún, y el Gobierno de la Mancomunidad de Bahamas.

Page 8: órgano oficial del comité central del partido …Comenzaban entonces otros comba-tes; pero desde entonces el devenir tiene raíz, coherencia, identidad. La sangre ha sido aceptada,

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1804 Día de la Independencia de Haití.

1959 Triunfo de la Revolución Cubana. Entrada triunfal del Ejército Rebelde en poblaciones

y ciudades. Fidel llama a la Huelga General. Día de la Liberación.

1961 Se inicia la Campaña de Alfabetización en todo el país.

HOY EN LA HISTORIA

Cuenta Roberto Fernández Retamar que la primera noticia sobre el triun-fo de la Revolución la dio su suegra, la madre de Adelaida de Juan, que «irrumpió con su cara iluminada por la sonrisa a decirme que Batista había abandonado el país». Roberto era una de las voces líricas más importantes de la joven generación y Adelaida muy pronto sería una de las críticas e histo-riadores del arte más respetadas.

Juan Formell vivía en La Lisa con su padre. Despidió el año con la familia y en la madrugada no lograba conciliar el sueño: «a medida que iba aclarando, los vecinos comenzaron a decir, prime-ro en voz baja y después a pleno pul-món: «¡Se fue Batista, viva el 26, viva Fidel!». Para el músico que daba los primeros pasos, se abría un capítulo inédito en su vida, al que añadiría con

Testimonios de una epifaníapedro de la hoz el tiempo páginas fecundas para el de-

sarrollo de la cultura popular cubana.El pintor y poeta Adigio Benítez, que

por años realizó los editoriales gráficos del periódico Hoy y luego, con seudóni-mos que protegían su verdadera identi-dad, publicaba sus dibujos en la clandes-tina Carta Semanal de los comunistas cubanos, se hallaba oculto el primero de enero de 1959: «Para alguien que estaba en constante peligro, la nueva situación era como volver a respirar. Pronto me di cuenta de que la Revolución había lle-gado para quedarse».

«La noche del 31 de diciembre de 1958 -esta es la memoria de Chucho Valdés, pianista y compositor que marcaría una altísima cota de alcan-ce planetario en el jazz cubano- fui a trabajar al hotel Deuaville, a unos pasos del Malecón. Allí tocaba desde las 11 de la noche hasta las cinco de la mañana todos los días, excepto los

lunes. Mi padre Bebo lo hacía con su orquesta en el hotel Sevilla, muy cerca del Palacio Presidencial. El viejo ter-minaba a las tres de la madrugada y se trasladaba del Sevilla al Deauville a esperar que yo cerrara mi tanda, para irnos a dormir a casa. Ese día se sentía la tensión en el ambiente. Él me lla-mó desde el Sevilla para decirme que no me moviera, que había observado en el Palacio un trasiego extraño. Más tarde en el barrio la huida del dicta-dor era noticia en la voz de todos. En los meses posteriores, Cuba entera vi-vió de fiesta. Los signos de cambio los vi en la satisfacción de la gente humil-de, con las que convivía a diario, que recibió los beneficios de las medidas de los nuevos gobernantes».

Al recabar hace diez años los testimo-nios que cito, Leo Brouwer me envió una nota que reproduzco a continua-ción: «1959. Enero 1. 5:00 a.m., Suena un teléfono cercano y me despierta. Suenan otros y otros. Me levanto al oír un rumor creciente. (…) 5:01 a.m.

La emoción y la euforia nos revientan el pecho. ¡El tirano Batista se fue! ¡Fi-del viene pa’ca! Esa noche terminé dos de los Tres apuntes para guitarra que compuse entre el 1ro. y el 3 de enero. Al final de la página manuscrita firmé y feché: 1 de enero de 1959. Libre».

Pasaron los días y la emoción creció en Adigio hasta convertirse en poema: El Día de la Victoria. Lo publicó tres años después en el cuaderno Días como llamas, en una edición al cuidado del también poeta y pintor Fayad Jamís.

En la mañana de la jornada del triun-fo, Retamar tomó una guagua para ir a casa de sus padres: «En un sobre que tenía, y que rompí para poder escribir en él, tracé un poema que se llama El otro (Enero 1ro., 1959), donde recogí el sentir de aquel momento como lo ex-traordinario que fue».

Miguel Barnet resumió en una pala-bra lo que estaba en el alma de todos ante los tiempos de cambio que se res-piraban: el triunfo de Enero fue una epifanía.

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ILUSTRACIÓN: RENÉ MEDEROS

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ENEROD L M M J V S

FEBREROD L M M J V S

MARZO

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ABRIL

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MAYO

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JUNIO

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JULIO

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AGOSTO

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SEPTIEMBRE

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