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I Jornadas de Enfermería del País Vasco Cuidando y progresando
Secretaría Técnica: OSAKIDETZA C/ Álava, 45 - 01006 VITORIA-GASTEIZ Telf.: 945 00 62 60 / 62 86 – Fax:945 00 61 95/ 61 94 - E-mail: [email protected]
COMUNICACIÓN COMPLETA
ROL DE LA ENFERMERA DE ATENCIÓN PRIMARIA ANTE LOS CAMBIOS ALIMENTARIOS
Arantza, Mendiluce Zuaznabar, Cristina, Otermin Mendia, Edurne, Lizarazu Casamayor, Ana, Crespo Hurtado
Belen, Rodriguez Atin, Idoia, Mariñelarena Anabitarte
Queremos agradecer especialmente el tiempo y toda la información que nos han aportado las personas entrevistadas para esta investigación: Sebastián, Fortunata, Martina, Ixabel, Amaia, Manolo, Lurdes, José Ramón y
Celia.
INTRODUCCIÓN
Con el trabajo que presentamos a continuación, pretendemos conocer la evolución sobre los hábitos alimentarios en el ámbito domestico en el municipio de Lasarte a partir de la década de los treinta hasta nuestros días. Además analizar la evolución del rol de la enfermera de Atención Primaria (A.P.) paralelamente al cambio de la población y de sus usos y costumbres. El enfoque de este trabajo, es antropológico y sanitario. Varias de las autoras somos enfermeras de profesión con estudios de antropología. Creemos que abordar este trabajo desde los dos puntos de vista enriquece el mismo. Todo hecho social es resultante de la conjunción de distintas variables, por lo que el enfoque desde distintas disciplinas posibilita una visión más global de los cambios que se dan. Queremos responder a las cuestiones de: ¿qué hay para comer? Y ¿qué pongo de menú?, haciendo un breve recorrido histórico de lo rural del pueblo de Lasarte hasta el momento actual, incluyendo el salto industrial importante que sufrió dicha localidad con la implantación de la empresa multinacional Michelin. El objetivo de este proyecto de investigación es dar a conocer los cambios en el modo de trabajar de las profesionales en el ámbito de la enfermería comunitaria, así como ahondar en el tema del arte culinario y sus costumbres. Participando así de la celebración del 25 aniversario de su constitución como pueblo en este año 2011. Nuestro planteamiento de hipótesis es que la actividad de la empresa Michelin produjo importantes cambios en las pautas alimentarias en el municipio de Lasarte. Intuimos que la incorporación de la mujer al ámbito laboral será un elemento determinante en las pautas alimentarias que pretendemos estudiar. Y todo ello se da paralelamente a la evolución de la profesión de la enfermería. Consideramos que otra de las claves para el objeto de estudio puede ser la determinación e influencia de los modelos económicos (rural‐industrialización‐globalización) que subyacen a las pautas de alimentación. Ante todo esto, ha sido necesario que la enfermera se adapte y evolucione. Para esto es imprescindible, conocer al paciente y la comunidad, siendo conscientes de que se trata de una realidad dinámica, en continuo cambio e interacción, dependiendo de las necesidades del momento. El ámbito rural está caracterizado por los asentamientos en valles de caseríos, diseminados, que tienen como principal actividad y modo de subsistencia la explotación de la tierra y la actividad ganadera. El caserío es una unidad económica sólida con características de autoabastecimiento. Los desplazamientos están relacionados con la venta y compra de sus productos fundamentalmente.
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Con la implantación de zonas industriales próximas –segunda mitad del siglo XX‐ la economía del mundo rural puede ser considerada como mixta, al provenir sus ingresos tanto de su propio ámbito como de los salarios fijos que obtiene algún miembro de la familia en las empresas cercanas. El ámbito urbano está caracterizado por la concentración de la población, como por el predominio de los sectores secundario y terciario. En la década de 1930 se inaugura en las cercanías de Lasarte una factoría de la empresa de neumáticos Michelin. La fábrica se convirtió en uno de los principales centros industriales de la comarca, en el lugar de trabajo de gran parte de la población lasarteoriatarra y contribuyó en gran medida en el crecimiento desmesurado de Lasarte‐Oria tras la Guerra Civil. Cabe señalar como algo fundamental que en 1953 Michelin ya disponía de un economato en la que se podía realizar la compra de alimentos de manera más económica: de ahí el nombre de Cooperativa Michelin. La era de la globalización está siendo destacada por la proliferación de los grandes supermercados. Sin embargo este acceso más fácil a los productos no está generando una heterogeneidad en la elaboración de los menús domésticos. Se trata de una sociedad donde prima la rapidez en todos los aspectos y en la elaboración de comida también. Por lo que, en los mercados (grandes superficies) predominan los platos precocinados y de poco tiempo de rápida elaboración. A lo largo de estos tres modelos económicos se presenta como una constante el papel que la mujer ha jugado en cada uno de ellos. Se trata de una línea transversal que determina en cada uno de los modelos su función en la sociedad. Partiendo del hecho de que la mujer ha sido la encargada de cocinar para todos los demás miembros de la familia, cualquier variación en su función ha impactado en los hábitos alimentarios de la sociedad. Al igual que los modelos económicos pasan por diferentes fases, la profesión enfermera también ha evolucionado pasando por distintas etapas. En un inicio la labor de la enfermera era completamente subordinada a las órdenes médicas. Se trataba de un Ayudante Técnico Sanitario (ATS). En los años 70, la enfermería pasa a ser una titulación universitaria (DUE) y fruto de la constante evolución y lucha de la profesión nos encontramos que actualmente hay un nuevo salto cualitativo, y estamos ante la nueva titulación de Grado. Ello permite que la enfermería se haya convertido en una carrera sin límites académicos y profesionales. Abre un gran camino hacia la investigación y la docencia universitaria.
MARCO TEÓRICO Si pretendemos estudiar y explicar el fenómeno de los hábitos alimentarios y su relación con otra serie de variables, se hace preciso definir y delimitar las características del mismo. Entendemos las pautas alimentarias como un hecho social total, como construcciones culturales a través de las cuales podemos observar la evolución y los cambios sociales de un grupo y de la mayor o menor integración de sus miembros. Todo ello tiene una relación directa con la salud individual y comunitaria. Partimos, por lo tanto, de que el comer es algo mucho más complejo que ese acto cotidiano y banal que puede aparentar. En palabras de Patricia Aguirre (Antropóloga de la alimentación), “La alimentación es una práctica totalmente oscura porque es algo que hacemos todos los días, parece natural y es a través de ella que una sociedad se reproduce física, social y simbólicamente”. Se trata de un fenómeno que va más allá de las necesidades puramente biológicas, es un referente cultural básico y por lo tanto un reflejo e indicador de la realidad social de cada tiempo y espacio. Desde la selección de los alimentos más adecuados hasta la elección del dónde, cuándo y con quién ingerirlos, pasando por su elaboración, las creencias
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asociadas a determinados alimentos, etc. son hechos que vienen determinados por las pautas culturales, (Mabel Gracia, 2008). Los comportamientos alimentarios, por lo tanto, están directamente relacionados con los cambios sociales, económicos, tecnológicos, demográficos, ideológicos, del mundo de las emociones y los sentidos, sanitarios, de estética corporal, con la organización y valores del grupo y sus miembros, la familia, la educación, etc. Esta percepción y manera de entender las pautas alimentarias de las personas y de los grupos que conforman, ha sido puesta de manifiesto en numerosos estudios. Desde los trabajos sobre las reglas alimentarias, prescripciones y prohibiciones sobre lo que es apropiado comer existentes en todas las culturas, al estudio de esas normas sociales como resultado de la evolución histórica de una sociedad. Otras ciencias como la sociología también abordan este fenómeno social y cultural. Los estudios en el campo de la alimentación desde una perspectiva sociológica se centran hoy en conocer cuáles son los cambios del comportamiento en el consumo de alimentos que pueden permitir hablar de lo que ya se conoce como modernidad alimentaria (Cecilia Díaz Méndez, 2002). Dieta y salud están íntimamente relacionadas, los hábitos alimentarios son un factor determinante del estado de salud de la población. En los países desarrollados con la mejora del estado nutricional de la población se ha producido una disminución de las enfermedades infecciosas, pero debido a unos hábitos alimentarios inadecuados se ha producido un aumento en la prevalencia y/o mortalidad de algunas enfermedades como son: enfermedades de aparato circulatorio, hipertensión arterial, cáncer, diabetes mellitas, obesidad, osteoporosis, caries dental, etc. Una alimentación correcta es muy importante para mantener y fomentar la salud, y además también actúa como medio preventivo y terapéutico. Los profesionales de enfermería, situados en el primer nivel de acceso al sistema sanitario deben estar capacitados para valorar correctamente la dieta de las personas que acuden a sus consultas y en caso necesario corregirla de una manera eficaz. También desde la historia se aborda actualmente el cambio en los hábitos alimentarios en relación con la cultura. “Los platos que cocinamos y comemos a diario contienen todos los ingredientes de nuestro pasado y nuestro presente: nuestra identidad, nuestro lugar en la sociedad y el lugar de nuestra sociedad en el mundo”. En consonancia con lo expuesto no parece por lo tanto muy desatinado el dicho “somos lo que comemos”. De cara a la elaboración de este trabajo, hemos partido de tres premisas.
a) Una primera ya expuesta en el sentido de que la comprensión y explicación de este fenómeno social –al igual que cualquier otro‐ se debe realizar desde su interrelación con otro tipo de variantes, ningún fenómeno está aislado.
b) Una segunda, se basa en el dinamismo de la sociedad. Los cambios sociales forman parte de manera intrínseca
en la vida de una comunidad. Cambios más o menos relevantes, o más o menos evidentes, pero que constituyen transformaciones en los propios sistemas que conforman la estructura social, con sus consiguientes repercusiones en la vida del grupo y sus miembros.
c) La tercera, la necesaria adaptación del rol de la enfermera con la finalidad de conseguir un bienestar
biopsicosocial del individuo y la población. Se hace imprescindible, por lo tanto, identificar los cambios sociales más importantes acaecidos en nuestro territorio en los últimos 70 años y analizar su relación con los cambios de hábitos alimentarios producidos en ese mismo espacio de tiempo. La siguiente relación está elaborada por Jesús Contreras, (quien definirá la “modernidad alimentaria”) en el marco del estado español, pero que consideramos son aplicables a nuestro espacio de estudio, Lasarte:
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1. Los procesos de urbanización, de industrialización y de asalarización supusieron el desplazamiento de importantes volúmenes de población de una región a otra, de un hábitat rural a otro urbano y de unos sectores de actividad a otros.
Estos procesos de urbanización y de industrialización provocan alteraciones importantes en relación a los
comportamientos alimentarios y a las razones de los mismos: encuentro de costumbres alimentarias más o menos diferenciadas o el gran desarrollo de la restauración colectiva (comedores de fábrica, casas de comida, self‐service, etc.) y del fenómeno de comer fuera de casa.
2. Modificaciones y regularización en los tiempos de trabajo y en los ritmos sociales. El trabajo asalariado en la
industria y en los servicios, así como una mejora paulatina en las condiciones laborales, significa una reestructuración de los ritmos de la vida cotidiana: se regularizan los horarios de trabajo, aumentan los días libres o de ocio (descanso en los fines de semana, periodos de vacaciones, etc.). Si antes los ritmos de la jornada laboral estaban subordinados, en buena medida, por los rituales de la alimentación colectiva: desayuno, almuerzo y cena en casa; paulatinamente, por el contrario, es la alimentación la que va quedando subordinada a los ritmos de las jornada de trabajo de los diferentes componentes del grupo doméstico, así como a sus respectivos tiempos de ocio.
3. Alargamiento del periodo dedicado al trabajo remunerado y fuera del hogar por parte de las mujeres, junto a la
extraordinaria tecnificación del hogar en general y de la cocina en particular: proliferación de electrodomésticos diversos y aumento del consumo de alimentos producidos por la industria. Así pues, las mujeres buscan aquellos alimentos que exigen menor tiempo de preparación y de limpieza. El uso creciente de alimentos congelados y precocinados es una de las características de la llamada “nueva ama de casa”.
4. Importantes cambios demográficos derivados tanto de los importantes movimientos de población ya citados
como de la importante disminución de la natalidad y del envejecimiento de la población, consecuencia a su vez de las mejoras sanitarias. Los cambios demográficos afectan a las estructuras familiares y al tamaño de los hogares, que siguen siendo las unidades de consumo alimentario más importantes. Estos cambios en las estructuras y en el tamaño de los hogares han repercutido considerablemente en muchas de las actividades domésticas relativas a la alimentación (pautas de compra y almacenamiento de alimentos, preparación de las comidas, etc.).
5. La industrialización de la alimentación ha sido un proceso muy importante y que ha afectado muy directamente a
los comportamientos alimentarios de la población, las materias primas se alejan cada vez más de la naturaleza y están más cerca de la industria.
6. Asimismo, este proceso de desarrollo de la industria alimentaria ha sido acompañado de una importante
revolución en el campo de la distribución y de la comercialización: aparecen los primeros comercios de carácter autoservicio, luego los grandes supermercados, las grandes superficies o hiper y los grandes centros comerciales. Al mismo tiempo, desaparecen gran cantidad de pequeños comercios tradicionales de carácter familiar, y se modifican los hábitos de compra de la población.
7. En la era de la globalización, cambios producidos en el terreno de las actitudes, de las ideas y de los valores. Lo
que se llama el “nuevo individualismo” sintetizaría este conjunto de cambios que afectaría a las discontinuidades en el consumo de alimentos: el tránsito desde la formalidad, el respeto, lo tradicional y los valores heredados hacia lo nuevo, lo personal, lo experimental, lo informal. En este aspecto, la publicidad alimentaria juega un papel importante halagando el individualismo de los consumidores y haciéndoles ver la posibilidad de llevar a cabo una alimentación personal, y hasta cierto punto, única. La extraordinaria diversidad de la que se dispone gracias a la tecnología alimentaria permite satisfacer estas demandas individualizadas, disminuyendo el grado de comensalidad familiar; al mismo tiempo, se valora positivamente la informalidad y el individualismo en la vida cotidiana y se rechaza el ritual y la autoridad, etc.
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Todos los puntos señalados supondrán un cambio de carácter estructural en las pautas alimentarias de la población en un espacio relativamente corto de tiempo. Si la enfermera no es capaz de detectar todos estos aspectos a tener en cuenta, difícilmente podrá realizar una buena intervención comunitaria, educación sanitaria y adecuada prevención en el ámbito de la salud. El que la enfermera salga de la consulta del medico para tener un espacio propio en el que desempeñar funciones independientes, ayuda a poder conectar con la sociedad desde un ámbito distinto al que hasta entonces había podido. A la enfermería se le abre un nuevo campo de trabajo en el que fomentar una mayor educación sanitaria y promoción de salud, hace que la población poco a poco pase a desarrollar el autocuidado y vaya responsabilizándose del cuidado de su propia salud.
METODOLOGÍA
Para la aplicación, análisis y explicación en nuestro contexto a estudio –Lasarte Oria‐, nos hemos centrado en los fenómenos más significativos, en las siguientes unidades de análisis:
1. Hábitos alimentarios cotidianos de la población rural (1930), industrial (1950‐60) y global (2000).
2. La función de las mujeres en el ámbito laboral y doméstico y su relación con las pautas alimentarias familiares.
3. Rol de la enfermera de Atención Primaria (A.P.)
Las unidades de observación que hemos definido para llevar a cabo la recogida de datos para su posterior análisis son las siguientes:
1. Obtención de menús cotidianos del ámbito rural, industrial y global y la comparación de los mismos.
2. Búsqueda documentación de la fábrica Michelin de Lasarte, en referencia al economato que disponía y el papel que la mujer ejercía en la misma.
3. Dedicación por parte de las mujeres a la elaboración de los alimentos en el hogar.
4. Estudio de la evolución del trabajo / funciones de las enfermeras de AP.
Para poder llegar a un análisis y observación de este fenómeno social se han llevado a cabo entrevistas semi‐estructuradas a informantes, tras una selección de los mismos. En total son 9 personas, de las cuales 6 son mujeres y 3 son hombres. Todas las personas han residido largamente en el municipio de Lasarte‐Oria y las edades comprendidas son desde los 99 años hasta los 33. Una de las personas entrevistadas ha sido la enfermera de la localidad de Lasarte que vivió el cambio social y sanitario en el que la atención primaria se empezó a desarrollar hacia lo que es hoy día.
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De alguna u otra manera todas las personas han tenido alguna relación con la empresa Michelin de Lasarte. La mayoría de las personas entrevistadas han vivido la experiencia de crecer en el ámbito rural y haber tenido contacto con la expansión industrial para vivir en la actualidad en la sociedad globalizada.
Se han elaborado una serie de herramientas para la recogida de información de una manera sistemática. Para cada entrevista en función de la persona informante se ha adaptado el guión de entrevista, teniendo en cuenta su perfil (Anexo 1). Además se ha creado un cuadro común donde se incluyen las unidades de análisis para señalar las citas literales (Anexo 2).
El equipo ha realizado un trabajo de búsqueda bibliográfica y documentación válida para nuestro objeto de estudio.
El trabajo de campo ha sido fundamental para poder acceder a algunos tipos de información, así como el enriquecimiento del propio grupo de investigación a través de la discusión.
ANÁLISIS
A través de los hábitos alimentarios podríamos establecer un viaje en el tiempo a lo largo del siglo XX. De alguna forma podríamos afirmar “dinos qué cocinas a diario y te podremos decir en qué época estas viviendo”. Por lo que la pregunta ¿qué pongo hoy para comer? estará absolutamente condicionada por el contexto económico, político, social,...
En nuestra investigación hemos planteado tres momentos históricos que consideramos relevantes a lo largo del pasado siglo. El primero de ellos en la década de los años 30 y en un ambiente rural, el segundo en la década de los 60‐70 en un entorno urbano y teniendo en cuenta la expansión de la fábrica Michelin en el municipio lasartearra. Por último la era de la globalización ubicada a finales del citado siglo. En cada momento los hábitos alimentarios son diferentes: tanto en el acceso a los alimentos, como en los horarios, la variedad,…. Por ello mostramos a continuación una fotografía de unos menús tipo, divididos en función de cada época:
Años 30 Década de los 60 a los 70 Finales de los 90
Desayuno: Talo con leche y en invierno además castañas asadas
Desayuno: Leche con tostadas, tostadas con productos salados
Desayuno: Variedad de lácteos, cereales, pan
Comida: Alubia roja, blanca y según época del año berza u otra verdura. Fruta de temporada. Abundante cerdo.
Comida: Verdura, Pasta, arroz, pollo, legumbre,…
Comida: Acceso a abundante verdura variada, pescado variado, carnes variadas, pastas, arroz
Cena: Leche con talo y en invierno castañas asadas.
Cena: Huevos, Pescado congelado (merluza) o en conserva, ….
Cena: Verduras y pescado o plato precocinado
En la década de los 30 y en el ámbito rural observamos principalmente la homogeneización de la dieta basada en unos pocos alimentos como son las legumbres, la leche y el maíz. Así lo testimonian en las entrevistas Fortunata, Martina, Ixabel, y en palabras de Sebastian: “entre semana comíamos alubias rojas o habas pequeñas y el domingo alubias blancas”. Se trata de una dieta monótona determinada por el autoabastecimiento doméstico o comarcal que era complementado con unos pocos productos, casi siempre de carácter extraordinario que provenían de otras regiones. Se
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gozaba de un alto grado de autoabastecimiento. (Barandiaran 1990). La producción de la tierra era lo que determinaba el menú cotidiano.
Además debemos tener en cuenta que hasta los años 60 no se dispuso de manera generalizada de la cocina de gas butano ni de frigorífico (Barandiaran 1990). Por lo que no podía haber excedentes de comida ya que no podían almacenarse ni mantenerse en buenas condiciones. Sin embargo se buscaban alternativas para la conservación de alimentos: “Había épocas que se tenían huevos, pero en mi casa siempre había gente y hacía falta huevos para todos los días,..Poner en un cajón, echar cal…se tapaba y se conservaban muy bien” (Martina).
La preparación del fuego en el suelo para la cocción suponía un tiempo de dedicación importante cada día: “se colocaba la cazuela y muy lentamente se iban cociendo los garbanzos o la alubias, a lo largo de la mañana” según nos indica Fortunata.
Los horarios de las comidas en el ámbito rural estaban determinados por el trabajo en el campo y los equipamientos para la elaboración de la comida. La alimentación era una necesidad que había que cubrir y se adaptaba a las circunstancias.
Tal y como estaba estructurada la división de género del trabajo en el mundo del baserri era la mujer la encargada de todo lo relacionado con la elaboración de la dieta. De las decisiones relacionadas con las necesidades básicas, las de la alimentación ocupan un lugar importante (T. Del Valle, 1985). La posibilidad de que la mujer pudiese acceder al mercado laboral asalariado fuera del baserri suponía un desajuste en la organización familiar. Fortunata así nos lo expone: “tenía una oferta para trabajar en la Michelin, pero mi padre me dijo que cómo iban a estar sin mí en el caserío, por lo que me quedé en el caserío.” La economía familiar, la educación de los/as hijos/as y el cuidado general de los miembros que integran esa familia, se consideran que pertenecen al “orden natural femenino”, que es lo “normal” en una “mujer” (T. Del Valle, 1985). Sebastián ante la pregunta de quién cocinaba responde: “Siempre eran las mujeres, la madre y en su ausencia la hermana mayor. Yo no conocía a ningún hombre, ni mi padre ni sus amigos que cocinara.
Las mujeres debían compaginar las labores del caserío (Ganado + Cultivo) con la preparación de la comida, que implicaba todo el proceso: desde reunir los alimentos, encender el fuego, la preparación, limpieza,… Ese proceso supone conocimientos organizativos, de previsión, administrativos, unidos a un conocimiento individualizado de las necesidades y de los gastos y estado de salud anímico de cada uno/a de los miembros del grupo doméstico. La tecnología dedicada a este ámbito doméstico era limitada.
A partir de los años 60 los procesos de transformación en el régimen y hábitos alimentarios retoman un ritmo de cambio que irá acelerando. En la década de los 60 la fábrica de Michelín está a pleno rendimiento. Requiere de un volumen de mano de obra alto y debe disponer de manera cercana esa mano de obra. Por ello urbanísticamente hay que dar respuesta a esta necesidad y proliferan las viviendas pequeñas, los pisos. Hogares que no disponen de tierras para cultivar ni para criar animales. Las personas residentes en el baserri se incorporan al trabajo asalariado que les ofrece la fábrica para complementar los ingresos del caserío. Isabel, según sus palabras, “el primer sueldo que gané, que era dinero de tres meses, fue para pagar las deudas del caserío, coloqué el dinero encima de cada plato de cada uno”.
Sobre todo es la incorporación de la mujer al trabajo asalariado la que determinará los cambios en las pautas alimentarias. Por el mismo hecho de tener un puesto de trabajo, la mujer se ve obligada a valorar de forma diferente sus actividades “naturales”. Se ve en la necesidad de introducir cambios en la organización de la casa, horarios, tipos de comida, horas de ocio, niveles de gasto. La mujer del baserri se ve obligada a acceder a la actividad asalariada por falta de ingresos en la unidad económica del caserío. Sin embargo, no le exime de sus “obligaciones femeninas” en las que se incluye la de la alimentación.
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Es en la década de los 60 y 70 cuando la cocina comienza a dotarse con aparatos modernos, con el objetivo de facilitar la elaboración de la comida a las mujeres y no suponga un obstáculo para el acceso al trabajo asalariado. Por lo que la cazuela pasa a ser la olla exprés, la fresquera se sustituye por el frigorífico, el café de puchero se prepara ahora en la cafetera,…
El acceso a los alimentos en estas circunstancias se realizará a través de los comercios y no por autoabastecimiento. La gama de productos se irá diversificando cada vez más. En rasgos generales esta transformación representa el paso de un régimen de monotonía a otro de mayor diversidad en los alimentos que componen la dieta.
Sin olvidar, que la instalación de la fábrica Michelin en Lasarte atrajo a obreros de otros lugares que inevitablemente trajeron pautas alimentarias diferentes a las que se conocían en el municipio. No solo el dinero y las mercancía pasan las fronteras, la cultura también; originándose así cambios en la alimentación debido a la diferente disponibilidad de comida, (R. Patel, 2008). Manolo, de origen extremeño y trabajador de Michelin nos relata la sorpresa que provocaba cuando comían pan con aceite y cebolla cruda entre las personas lasartearras. Además de la mano de obra no cualificada, la fábrica también atrajo a personas pertenecientes a una clase social más acomodada, burguesa, que también requería de cubrir su necesidad de alimentarse. Eran familias de origen francés e inglés que contrataban mujeres lasartearras para que les cocinasen. Estas mujeres debieron aprender con libros de recetas, cocinar a lo “inglés o francés”. La ingestión de un tipo de alimentos u otros enfatiza a la clase social a la que se pertenece, entendida la alimentación como consumo de bienes materiales y por lo que el consumo solo adquiere su sentido en relación estructural como todos los demás comportamientos sociales (Baudrillard 1974). Como señala Fischler (1995), hasta finales de los años 50 para las clases trabajadoras una buena alimentación era, ante todo, una alimentación nutritiva es decir, sana, pero sobre todo abundante y saciable. Debía ser de esta forma porque el esfuerzo físico que requería trabajar en la fábrica o en el baserri así lo requería.
En la fábrica Michelin de Lasarte, se instaló un economato, Sebastián apunta que “ el gobierno obligaba a las empresas de más de 200 trabajadores a tener economato” y Manolo añade que en ese economato “vendían de todo, alubias, garbanzos, lentejas, tenían carnicería también. Había productos de limpieza, un poco de todo”. Dicho economato, permitió ampliar la gama de productos alimentarios a las familias de los trabajadores y trabajadoras y al ámbito del caserío, al disponer de recursos económicos para ello. A pesar de que como nos dice Sebastián en la entrevista, no había más de 30 productos. Además del economato la empresa contaba con un comedor para dar de comer a las personas que trabajaban en la empresa .El comedor de la fábrica conseguía que sus trabajadores y trabajadoras no perdiesen tiempo de producción al no tener que ir a casa a comer, y ganar de esa manera mayor producción en la fábrica. Además garantizaba una alimentación más o menos diversa por lo que las posibilidades de bajas por enfermedad de sus trabajadores y trabajadoras descendían. En este contexto tampoco debemos olvidar que se está inmerso en plena dictadura franquista con una economía muy débil y con un pasado reciente de escasez de alimentos.
En la década de los 60 se constatan importantes cambios en los consumos alimentarios de la población española (Soler Sanz, 1992) y el municipio de Lasarte no escapa a los cambios sociales que quedan reflejados en sus hábitos alimentarios. Las modificaciones en la dieta cotidiana se hacen patentes en este periodo reflejándose un mayor consumo de verduras, en detrimento de la primacía de las legumbres. La patata pasa de ser una desconocida a formar parte del alimento básico. Paralelamente irá remitiendo la castaña, que antaño era alimento cotidiano en la época invernal. Y se generalizarán el consumo de arroz y de pasta. De hecho tanto Manolo como Sebastián recuerdan que en el comedor de Michelin se comía mucho guiso hecho con patata, macarrones y pollo. El pollo que en épocas anteriores era considerado como un producto de lujo pasa a ser un producto barato debido a la crianza intensiva avícola.
La mejora del poder adquisitivo de la población, coincide con una oferta mayor de productos, muchos de ellos desconocidos hasta entonces. Como bien dice Celia, (enfermera del ambulatorio de Lasarte), la gente “tiene dinero para comprar alimentos que hasta entonces no podía, pero no saben que es una dieta equilibrada ni como alimentarse bien”.
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Muchos de ellos se limitan a comer todo aquello que hasta entonces no habían podido, haciendo que las dietas no sean las adecuadas: mucha carne y proteínas, poca verdura y fruta…
Si en el ámbito rural eran los trabajos del campo lo que determinaban los horarios de comidas, en el ámbito industrial serán los horarios de la fábrica los que gestionen los momentos de los desayunos, almuerzos y cenas. Las unidades familiares urbanas y rurales deberán tener una mayor flexibilidad en los horarios. La fiambrera o el “tupper‐ware” para transportar la comida a los lugares de trabajo se convertirán en objetos cotidianos. En muchos casos Se traslada el lugar de la ingestión de comida del ámbito doméstico del hogar a un ámbito público en la fábrica.
Se constata que tanto en el ámbito rural como en el urbano las mujeres acceden al mercado laboral, precisando que son puestos de trabajo de baja cualificación. Si hasta la fecha han sido las mujeres las encargadas de la alimentación, cabe preguntarnos cómo se resuelve la necesidad de subsistencia de las personas. El homo economicus solo puede existir porque existen “féminas cuidadoras” que se hacen cargo de él, de sus hijos e hijas y de sus madres y padres (Malabaristas de la vida, 2003). Al final de la Guerra Civil, en la era franquista, se aprobó “la ley de dote” que dificultaba que las mujeres una vez que se casaban siguiesen trabajando fuera de casa. Esta ley consistía en la prohibición del trabajo asalariado remunerado de la mujer que accedía al matrimonio. De esta forma al casarse la mujer debía abandonar el trabajo remunerado para poder dedicarse al cuidado de la familia y entre otras cuestiones la de la alimentación de la misma. Martina e Ixabel vivieron en primera persona esta situación: solo podían dedicarse a las labores del hogar y al cuidado de mayores y niños/as. Queremos recoger en esta investigación una de las reivindicaciones que a día de hoy siguen haciendo estas mujeres: “Nosotras también somos trabajadoras, las mujeres de las fábricas no son las únicas. A nosotras todavía se nos tiene de menos”. Añadiendo a la información dada hasta ahora Sebastián señala “En aquel tiempo cuando se casaban la empresa les daba dinero y dejaban de trabajar. La mayoría se casaban y se dedicaban a las labores de la casa”.
Los hábitos alimentarios y de consumo en la era de la globalización han sufrido una gran transformación. La propagación de los supermercados e hipermercados está determinando el acceso a los alimentos por parte de los consumidores. El primer supermercado que se abrió en España fue en 1957. En la actualidad casi en cada comarca podremos encontrar uno de estos hipermercados. En Lasarte podemos encontrar el Centro Comercial Urbil del grupo Eroski. Junto a este grupo empresarial se añaden otros 4 grupos más en el Estado Español que monopolizan la distribución de más de la mitad de los alimentos que se compran en el Estado. Por lo que en la era global casi da igual en qué ciudad o municipio residas porque el acceso a los alimentos será casi idéntico.
Los alimentos que se ponen en la mesa, en la era de la globalización, se calcula que han recorrido entre 2500 y 4000 kilómetros antes de estar en el plato. Si cuando eran jóvenes cultivaban con sus propias manos el producto que luego iban a ingerir a unos pocos metros del lugar de residencia, a día de hoy gran parte de su alimentación debe tomar un avión para poder llegar hasta sus domicilios. Nuestros informantes han podido experimentar en la alimentación la transformación de los cambios económicos y sociales: “antes todo lo que comíamos estaba producido el 100 % en casa y ahora se trae de todos los sitios (Sebastián) y “antes no había tanto envasado, la calidad de los alimentos ha cambiado, sobre todo la fruta “(Amaia).
La paulatina incorporación de la mujer al mundo laboral remunerado de manera más normalizada sigue provocando efectos en la alimentación de las familias ya que no se está dando en la misma medida la incorporación del hombre en las cuestiones de cuidado familiar, entre ellas la de la alimentación. Además debemos señalar que las mujeres ajustan su participación en el mercado laboral a las necesidades de los cuidados.
El tiempo dedicado a la elaboración de platos en la era global es considerablemente menor que en épocas anteriores. Se prefieren técnicas de cocción más rápidas y aquellos alimentos que se prestan más a ello. Ahorrar tiempo en la preparación de los menús así como en las tareas de poner o quitar la mesa. Se trata también de gestionar de la manera más eficiente posible la diversidad de horarios, de necesidades y de preferencias de los diferentes integrantes del hogar
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(M. Gracia 2008). La alimentación contemporánea de los productos congelados se representan como ventajas materiales, ya que son rápidos y fáciles de preparar, tanto para las mujeres que trabajan fuera del hogar como para todas aquellas personas que viven solas. La industrialización de la alimentación ha dado repuesta a la necesidad de alimentarse de los individuos teniendo en cuenta la estructuración social, económica, laboral,... Como bien dice Celia, “las madres de ahora, abren un bote de alubias conchorizo, lo calientan y dan de eso a comer a sus niños”, o “en la merienda, al salir del colegio, les dan un bollicao, algo comprado de la pastelería, en vez de un bocadillo”.
La industria de la tecnología para el hogar, tampoco ha quedado atrás y ha generado un mercado de todo tipo de electrodomésticos para la elaboración de productos: “La cocina consta de vitrocerámica, frigorífico, microondas, horno, calienta agua rápido (pava), sandwichera para calentar el pan, una gozada en lugar del horno y olla a presión” (Amaia). “Hoy el cocinar es mucho más sencillo, más rápido. Hay muchos medios para limpiar, cortar, los cuchillos de sierra son una ventaja también” añade Sebastián.
De la misma manera que hemos constatado en la era industrial la llegada de personas de otras zonas del Estado y consigo sus hábitos alimentarios, en la era global se produce la llegada de personas de otro lugares más lejanos que inevitablemente traen consigo sus costumbres culinarias. Este hecho ha permitido que en hogares lasartearras no resulte difícil oler a un cous‐cous marroquí recién elaborado, como nos relata Amaia (residente en Lasarte, su padre trabajó en la Michelin) “El (su pareja), a veces, cocina los fines de semana, hace cosas de Marruecos; cous‐cous, tahin, brochetas, cordero con miel.”
Queremos llamar la atención en un aspecto muy concreto pero significativo; en la década de los 40 en el ámbito rural se alimentaban básicamente de legumbres, alubias principalmente, porque era lo que daba la tierra y lo más accesible. En la era global cocinar en casa unas alubias no es algo cotidiano a pesar de que si estemos dispuestos a ir a un Restaurante específico a comer una alubiada y pagarlo como un producto de lujo.
En cuanto a la evolución del rol enfermero, hemos hecho un análisis de los cambios de funciones de la enfermera de atención primaria. Las enfermeras a lo largo de los años han ido trasformando su papel en los equipos de atención primaria (A.P.), consiguiendo más protagonismo y mayor autonomía en el desempeño de sus cometidos. Los profesionales de enfermería fueron muy receptivos ante la perspectiva de desempeñar un papel diferente en el ámbito de la AP. Se concedió gran importancia a las actividades de educación sanitaria y de promoción y prevención y, por otro lado se crearon las consultas de enfermería, propiamente dichas, independientes de los médicos. Se define la atención de enfermería en el equipo de atención primaria como un servicio organizado con identidad propia. Esto les permitió tener un espacio propio para atender a la población de una forma más acorde con los contenidos del nuevo modelo de AP. La imagen social de la enfermería mejoró mucho en estos años.
Hoy día, la cartera de servicios de enfermería es mayor. Como ejemplo, Cellia en su entrevista nos cuenta que justo un año antes de jubilarse empieza la enfermería a asumir los avisos domiciliarios.
Ahora igual que entonces, tienen que estar presentes los cuatro componentes característicos que siempre deben acompañar a los servicios enfermeros: componente asistencial, componente educativo, componente preventivo y componente social.
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CONCLUSIONES Tras el estudio realizado sobre las pautas alimentarias de los últimos 70 años en el municipio de Lasarte debemos ahora analizar si el mismo verifica o no la hipótesis planteada en el presente trabajo. Afirmábamos que la actividad de la empresa Michelin produjo importantes transformaciones en los hábitos alimentarios de este municipio guipuzcoano, cambios en los que la incorporación de las mujeres al trabajo remunerado fuera del hogar tuvo un importante papel. Respecto a ella, podemos señalar que se confirma la hipótesis de manera general, ‐con ciertas matizaciones que realizaremos‐, dado que a medida que las estructuras económicas y sociales han ido transformándose en Lasarte, las pautas alimentarias han ido adaptándose al ritmo de vida de cada momento histórico. La empresa Michelin va a condicionar de forma radical la configuración de Lasarte. Desde su urbanismo (paso del caserío al piso), actividad económica (desaparición casi absoluta del sector primario), demografía (importantes movimientos migratorios), ideológicos (nuevos valores sociales), y como consecuencia de todos ellos, a los hábitos alimentarios (tanto en lo referente a los propios productos como a los horarios, abastecimiento, lugar de comida, elaboración de la misma,...). Sin embargo, estas transformaciones no se producirán hasta los años 60 (Michelin se instaló a principios de los 30), época de una fuerte industrialización en amplias zonas de Euskal Herria y que produjo a partir de la misma y en un corto espacio de tiempo los cambios anteriormente mencionados. En los años 30 el suministro de comida procedía casi en su totalidad del caserío, del autoabastecimiento, lo cual condiciona totalmente la vida de sus habitantes y especialmente la de las mujeres. Durante estos años, y a pesar de que algún miembro de las familias lasartearras iniciara su trabajo en Michelín, ello no va a suponer transformaciones significativas en la alimentación, dado que el caserío continúa siendo el motor económico principal de este municipio. Sobre estos años, todas las personas entrevistadas coinciden en los mismos aspectos: la poca variedad de los menús, reservada a las festividades, y la escasa tecnología doméstica, lo cual obligaba a las mujeres (encargadas del cuidado y alimentación de los miembros de la familia) a invertir ingente cantidad de tiempo en la elaboración de las comidas (el cual debían de compaginar con el trabajo en la tierra y con el ganado). Las necesidades de la empresa Michelin, con una fuerte actividad económica desde los años 60 –contaban entonces con una plantilla fija de más de 2.000 personas‐, “atrajeron” por una parte a numerosos inmigrantes, mientras que paralelamente se inicia la incorporación de las mujeres al trabajo industrial. Dependiendo de la temporada, entre el 10 y el 20% de la plantilla serán mujeres. La construcción de pisos, el “abandono” del caserío (no rentable y esclavo, con falta de espacios para su producción y comercialización), las nuevas tecnologías domésticas, el desarrollo de la industria de la alimentación y las nuevas formas de comercialización, incidieron directamente en las pautas alimentarias de aquellos años (mayor variedad en los menús, instalación de comedores colectivos, supermercados,..). Pero, ¿hay una relación directa entre estos cambios alimenticios y la incorporación de las mujeres al trabajo en Michelin, por ejemplo? Podemos afirmar que sí, aunque debemos matizarlo en alguno de sus aspectos. En primer lugar, hay que señalar que esta incorporación no supone un cambio de estatus ni de funciones en la mayoría de las mujeres, ni en un plano personal y colectivo. Por una parte, los trabajos adjudicados a este sector de la población será de baja cualificación y sus salarios van a ser considerados socialmente “como una ayuda al hogar”, supeditados en todo caso a las necesidades de la familia: pago de hipotecas, de estudios,... Las propias entrevistadas aseguran que su sueldo ni siquiera era administrado por ellas. Por otra parte, el trabajo fuera del hogar no eximirá a las mujeres de la responsabilidad en el cuidado y mantenimiento del espacio doméstico y de sus familias como si se tratara “de algo natural”. De cara a poder compaginar esta nueva
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situación laboral de las mujeres y hacer frente a las necesidades del sistema económico, se desarrolla de forma importante la tecnología doméstica y la industria de la alimentación, lo cual condicionará totalmente los hábitos alimentarios, con una mayor variedad alimenticia, flexibilidad, y una considerablemente menor inversión de tiempo en la elaboración de las comidas. Ese proceso iniciado en los 60 continuará profundizándose hasta la actualidad –alcanzando unas cotas inimaginables hace pocas fechas‐. El, al parecer, imparable desarrollo tecnológico en los hogares y en la industria de la alimentación y en su globalización, junto con la mayor normalización de las mujeres en trabajos asalariados (hasta recientemente lo abandonaban al llegar al matrimonio), influye directamente en nuestros hábitos alimentarios. Las mujeres, que siguen siendo las principales responsables del cuidado del hogar y sus miembros, optarán por aquellos productos de fácil y rápida preparación, los alimentos congelados y precocinados serán una parte esencial de nuestros menús, quedando reservado el arte culinario doméstico al mercado y a las festividades. Son años de contradicciones: de la posibilidad de acceso a los alimentos de todo el mundo por la clase trabajadora (en occidente) al desabastecimiento local (producción propia). Los mismos productos se encuentran en los mismos grandes centros comerciales en localidades situadas a miles de kilómetros entre ellas. Nuevos fenómenos como la revalorización de lo local en el ámbito alimentario es un hecho significativo que muestra el arraigo de la comida (en su sentido social total) como elemento esencial de cada cultura, frente a la impersonalidad de la globalización alimenticia. Sin embargo, no será una tarea sencilla la salvaguarda de este patrimonio cultural de toda comunidad. Lo único que podemos asegurar es que tal y como siempre ha sucedido, allá donde se dirija la sociedad política, económica y culturalmente, encontrará una alimentación y pautas acordes a sus necesidades y ritmos de vida. Nuevos modelos organizativos de la sanidad, en los que la enfermera de AP asume más funciones que las anteriormente ejercidas, hace que la enfermera tenga un papel más importante en la comunidad, que se acerque más a ella y que la conozca mejor. El mejor conocimiento de la población, de sus costumbres, hace que las profesionales enfoquen su atención de manera más precisa a la realidad de la población adaptándose a los cambios que en ella se dan, ya que en ningún momento debemos olvidar que las poblaciones son dinámicas, así como las costumbres que integran la cultura de cada pueblo. La nueva enfermería se dibuja como una profesión innovadora, autónoma, investigadora y moderna. Tras el paso de técnicos sanitarios a diplomados, ahora toca otro ciclo; un ciclo de mayor desarrollo académico y compromiso social, donde las especialidades cobran su papel más relevante, y la prescripción dotará a la enfermería de una mayor autonomía. Celia en su entrevista nos muestra el carácter luchador que siempre han tenido que mostrar las enfermeras. Relata, que en su experiencia personal, la lucha con los médicos de la época y con los practicantes fue muy dura y el orgullo de ser enfermera es lo que les dio fuerzas para situar la profesión en el lugar que le correspondía. La relación de la enfermera con la población se puede entender como un feed‐back continuo. No sería disparatado señalar por lo tanto, que la sociedad cambiante influye en la nueva enfermería, y que la enfermera a su vez atiende las necesidades de salud presentes en la sociedad.
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ANEXO 1 Modelo guión entrevistas
GUION ENTREVISTA 1
1.‐ Te acuerdas lo que solíais comer en casa cuando tú eras pequeña. Los días de labor, los domingos, días de fiesta 2.‐ ¿Quien cocinaba? 3.‐ ¿Donde comíais? 4.‐ ¿Cuántas personas? 5.‐ ¿Como era la cocina? ¿Qué elementos teníais? 6.‐ ¿Donde comprabais la comida? 7.‐ ¿Le has oído a tu padre o madre comentario de la diferencia a la hora de comprar en el supermercado o antes? 8.‐ ¿Que diferencias ves en las tienda de comestibles de antes o las de ahora?
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9.‐ Ahora tú en tu casa: ¿comes en casa? ¿Quien cocina? ¿Donde cenáis? ¿Cuantas personas? ¿Hacéis comidas diferentes en domingo o días de labor? ¿En qué tipo de tiendas compras? ¿Que elementos tiene la cocina? 10.‐ ¿Crees que ha cambiado la forma de cocinar, de comprar, de dedicarle tiempo a la comida, el espacio de la cocina? 11.‐ ¿A qué crees que se debe esos cambios?
GUION ENTREVISTA 2
HÁBITOS ALIMENTARIOS: Menús diarios, dietas, Obtención de alimentos, Cuantas comidas al día 1930 Rural‐ Caserío 1950‐1960 Industrial‐ Michelín ‐ Economato 2000 Globalización MUJERES / MUNDO LABORAL/ PAUTAS ALIMENTARIAS: ¿Quién cocinaba? ¿A qué puestos accedían las mujeres? 1930 Rural 1950‐1960 Industrial 2000 Globalización
GUION ENTREVISTA 3
Enfermera del ambulatorio de Lasarte. 1. ¿En que años comenzaste a trabajar en el ambulatorio de Lasarte? 2. ¿Cambió mucho el trabajo a lo largo de estos años? 3. ¿Crees que la población se ha beneficiado de este cambio? 4. ¿Tu relación con la población desde el punto de vista profesional siempre ha sido igual? 5. Nuestro trabajo está enfocado hacia el cambio de costumbres alimenticias. ¿Notaste a lo largo de estos años
cambios en este aspecto? 6. ¿Crees que el paso de los años ha mejorado la alimentación de la población? 7. ¿Con Michelin cambiaron los hábitos alimentarios? 8. ¿Cómo influyó Michelin en la vida cotidiana de Lasarte?
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ANEXO 2 Herramienta análisis información
CITAS ENTREVISTAS
ANÁLISIS ANTROPOLÓGICO
Unida. ANALISIS
UNIDADES OBSERVACIÓN
Rural Industrial Global ANÁLISIS ANTROPOLÓGICO
Menús Domésticos: Semanales y de fin de semana
Horarios de comidas
Acceso alimentos ( compra‐cultivo)
Electrodomésticos/ Tecnología
Determinantes contexto político: Cartilla Racionamiento
Lugar de comida
HABITOS ALIM
ENTARIO
S
Dedicación temporal elaboración comida: acceso alimentos, preparación
Identificación mujeres con rol de “nutrientes” de la familia
Acceso mundo laboral FUNCIO
N
MUJE
RES
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ANEXO 3 Entrevistas
AMAIA Perfil: Mujer de 32 años que vive en Lasarte. Su padre trabajo en Michelin y era de un caserío de Usurbil Fecha entrevista: 04‐03‐2011
Le dije que quería que me contase como, que menús se comían en su casa cuando era pequeña, joven. En mi casa, era mi madre la que preparaba la comida, bueno hoy también; además como había dejado de trabajar en Saeco por cuestiones de salud pues era lo lógico, no?. Me acuerdo que comíamos garbanzos, lentejas con chorizo y costilla, alubias, huevos fritos, filetes, carne con patatas, arroz. No creo que cambiara todos los días de menú, cada dos días o así. Aunque normalmente se ponían dos platos, yo era una milindris, normalmente mis padres comían plato único, dependía mucho de los turnos de trabajo del aita. Además, el aita que es de un caserío de Usurbil debió de comer mucho potaje antes porque no lo quería ni ver, mis padres sobre todo comían un plato único, mi madre preparaba una cazuela de carne con patatas, conejo, carne guisada…; esto durante la semana. Los domingos solíamos comer paella o pollo. Luego al atardecer, íbamos a casa de la abuela materna y merendábamos o cenábamos allí. En casa solíamos comer, los tres, en la cocina, que era de tamaño mediano, pero yo quería que comiésemos en la sala porque era más moderno, pero nada. La casa era grande (80metros cuadrados); 3 habitaciones y una sala grande. ¿Cuantas comidas hacíais a lo largo del día? Tres. El desayuno : mi padre comía cosas saladas, tortilla; mi madre café con leche y galletas, pan tostado; y yo el cola‐cao también con galletas o pan tostado; La comida, que ya hemos dicho y luego la merienda pero yo de peque, pan con chorizo , chocolate, mantequilla con azúcar; y para cenar bastante pescado congelado, alguna vez también fresco, gallo. Como estaba equipada la cocina, te acuerdas? Si claro, había una cocina de gas butano con horno, el frigorífico, la lavadora y ya está. En los años 80 compraron una cazuela AMC, de esas alemanas que no necesitan casi aceite y además tenían diferentes funciones. En aquellos años había mucha venta de comerciales que vendían por las casas, puerta a puerta. ¿Donde solíais hacer la compra? Solíamos ir al cooperativa de Michelin una vez a la semana, era bastante más barato, aquí había de todo menos pescado, que comprábamos en una pescadería que estaba enfrente de la cooperativa. La verdura y la fruta se compraba en una tienda del barrio: la frutería. En el barrio (Sasoeta) también había dos tiendas de ultramarinos, que solíamos comprar si necesitábamos, pero en estas tiendas no se vendía ni carne ni pescado. ¿Y ahora tú y tú pareja? Vamos a dejar la época en que vivías con tus padres y cuéntame ahora. Ahora vivo con mi pareja, también en Lasarte. Solemos comer y cenar en casa. Normalmente me encargo yo de preparar la comida y la cena porque tengo más tiempo. El, a veces, cocina los fines de semana, hace cosas de Marruecos; cous‐cous, tahin, brochetas, cordero con miel. A veces, mis padres vienen a comer los fines de semana a mi casa, sobre todo en cumpleaños, fiestas del pueblo. También solemos organizar algunas fiestas con el hermano, el primo y amigos de Samir. Si lo organiza Samir, se encarga él de la preparación, y suele ser comida de Marruecos. Si soy yo quien organiza suelo poner ensalada templada, picoteo, pescado o carne especial.
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¿Y el menú de todos los días como suele ser? 4? Mi desayuno es de café con leche con pan y mermelada y Samir suele tomar aceite con pan y miel. La comida suele ser una especie de plato combinado, por ejemplo; bacalao con arroz y verduras o verduras y lentejas; no cambio de menú todos los días, más o menos cada dos días. A la tarde café con algo y para cenar. Ensalada y empanadillas o sopa y tortilla y algunas veces compramos pizza. La pizza es la única comida precocinada que compramos. Me gusta comer variado. Y le dedico tiempo a la comida, en mi vida valoro porque se que es importante, está unido a la salud. ¿Donde compráis? Vamos a Urbil dos veces a la semana, es muy cómodo hay mucha más variedad, y además dan facilidades de pago, esto ha influido mucho. También compramos alguna cosa en herboristería y en fruterías. Hay mucha diferencia de precio, lo de aquí es más caro. A la hora de comprar importa mucho el precio. Él compra la carne en tiendas musulmanas, se nota la diferencia. Practica el ramadán, lo demás no es practicante pero es una señal de identidad, lo hacen todos, si no lo hace no se siente de esa comunidad. ¿Ahora aprovecharas a comer en la sala? Que va, comemos en la cocina que es muy grande, a veces si que comemos en la sala. La cocina consta de vitrocerámica, frigorífico, microondas, horno, calienta agua rápido (pava), sandwichera para calentar el pan, una gozada en lugar del horno y olla a presión ¿Quien hace la compra? Intento que vayamos los dos a hacer la compra, buscar un tiempo común. ¿Notas diferencias en lo que hoy se come en comparación con lo que comían nuestros padres? Si noto diferencias, hay que comer variado y de lo más equilibrado. Nuestros padres le daban mucha importancia a que en la comida hubiese carne. Con esto de la globalización, ahora la carne está super barata, pero a saber que tipo de carne nos venden. Hoy mucha gente joven, de mi edad, no saben cocinar. A mí alrededor, mis amigos, con la excusa de los horarios van a comer a casa de sus padres. Viven fuera de casa pero comen donde los padres y la madre encantada. Luego el fin de semana se cena con los amigos, el domingo hay mucha costumbre de ir a comer con los padre; esto hasta que se empieza a tener hijos. Hoy en día el tipo de comida, los menús, todo es mucho más rápido. Antes al haber una mujer en casa la comida se elaboraba más, ahora no hay tiempo y hay más dinero para comprar. Por otro lado antes no había tanto envasado, la calidad de los alimentos ha cambiado, sobre todo la fruta, dice el aita. En Lasarte hoy hay además de Urbil otros supermercados como Eroski, Día, y también fruterías, carnicerías pero pescaderías hay pocas. Yo me considero un intermedio, no compro comida precocinada, salvo la pizza.
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Le dedico tiempo a la cocina, sobre 1 hora todos los días y soy rápida.
SEBASTIAN Perfil: Hombre de 76 años nacido en Oria en 1935; de origen rural y habiendo trabajado posteriormente en la empresa Michelin. En la actualidad sigue trabajando en Lasarte, en una oficina de seguros de la que es propietario. Ha participado como informante en la elaboración de libros sobre el municipio de Lasarte‐Oria Fecha entrevista: 07‐03‐2011
Tienes 76 años y ¿siempre has vivido en Lasarte? Bueno Tengo 76 años, si, pero no he vivido siempre en Lasarte. Yo he vivido en Oria y desde que me casé, hace unos 40 años vivos en Donostia, pero vengo todos los días a Lasarte. Antes a Michelín y ahora a la oficina, además aquí hay toda clase de actividades, asociaciones y soy el presidente. ¿Qué diferencia hay entre Oria y Lasarte? Hoy ninguna, está unido pero antes eran como dos barrios, dos núcleos. En Oria vivían unas 700 personas que dependían de una industria textil, que hacían sábanas, telas… Antes las empresas construían en su entorno viviendas para los trabajadores, y esto daba mucho bienestar por la cercanía al trabajo y claro también a la empresa le proporcionaba seguridad. Alrededor estaba el comercio, un supermercado, una pescadería y los bares. La vida se hacia aquí. Lasarte era más grande, tenía parroquia y en cierta forma tenía más categoría. (ÉPOCA RURAL) ¿Te acuerdas lo que comías cuando eras pequeño? Si perfectamente, para comer alubias rojas todos los días de la semana. En nuestra casa siempre con las alubias había tocino, en lugar de comer filete o pescado. También se comía bastante berza. En el caserío plantábamos berza y solían venir a comprar los vecinos de Oria que no vivían en caserío. Haba negra aquí no se comía, así como en el Goierri sí, aquí no se comía. Para desayunar y para cenar solíamos tomar talo con leche. Yo era de caserío y como plantábamos maíz comíamos mucho talo. Me imagino que en el pueblo no comerían tanto. Luego para cenar, muchas veces sopa y si habían sobrado alubias se les hacía un refrito y aquello también. Para cenar, también solíamos comer “moquillo” que estaba hecho con maíz en grano puesto a cocer y leche, era una pasta muy espesa. Sebastián apunta que el “moquillo” estaba muy bien porque aportaba muchas calorías y alimento. Para cocinar se utilizaba el tocino y también con la nata de la leche. El aceite y el pan blanco sólo se conseguían de estraperlo. En la época de la posguerra con la cartilla de racionamiento nos daban pan negro. ¿Había diferencia entre la comida del domingo de la de los demás días? Si, en varias casas se comía garbanzos pero nosotros no, en nuestra casa comíamos alubia blanca con mucho tocino y berza.
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Alguna vez carne cocida con patatas. ¿Comíais algún otro tipo de carne, pescado o huevos? Solíamos tener gallinas y comíamos huevos, también conejos porque se criaban muy rápidamente, en un mes ya estaban desarrollados. En el caserío también teníamos cerdos y en aquella época se comía mucho cerdo. Pescado alguna vez, pero muy poco. ¿Qué más cultivabais en el caserío? Verdura muy poco, aparte de la berza, puerros y zanahorias, patatas, maíz y alubia. Teníamos muchísimas manzanas que hacíamos sidra para beber en casa y también vendíamos. El maíz solíamos llevar al molino de Urnieta, unos 50, y el molinero se quedaba con un %. La gente que no vivía en caserío ¿de donde, como conseguía los productos? En aquella época tanto en Lasarte como en Oria había muchas huertas que además de plantar algo para comer solían criar casi todos un cerdo, gallinas y también algunos conejos. Además en Oria y también en Lasarte, había un economato, igual que en todos los pueblos urbanos. Nosotros comprábamos muy poco, lo imprescindible. La leche a las caseras que vendían por las casas. Cada casera tenía sus casas de reparto. ¿Quien cocinaba en esa época en casa? La madre, y en caso de que hubiese fallecido, como en mi caso la hermana mayor. Yo no conocía a ningún hombre, ni mi padre ni sus amigos que cocinara, siempre eran las mujeres. ÉPOCA INDUSTRIAL ¿Cuándo empezaste a trabajar en Michelín seguías viviendo en el caserío? Yo entré a trabajar a finales de los años 60 y, si, por supuesto, mientras viví aquí, hasta que me casé, seguí en el caserío. ¿Se notó el cambio en el menú, lo que comíais en casa? El nivel de vida, después de los años 50 cambió mucho. Había mucho trabajo en las empresas y si que se comía distinto. El talo y el moroquillo desaparecieron, también el tocino por supuesto. No se comía como ahora porque se comía menos carne y pescado. Casi sin darnos cuenta fue cambiando la alimentación, no se puede decir de tal fecha a tal fecha, fue un proceso. Yo para cuando dejé de trabajar en el caserío, en el 67, ya se comía de todo. La gente que trabajaba en la empresa, al trabajaba mucho se podía permitir cambiar el tocino y el cerdo por el pescado. Se empezó a consumir mucho pescado congelado, merluza. También comían mucha cecina que traían de sus pueblos.
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La leche se seguía consiguiendo a través de las caseras. Cuando se empezó a comprar en el supermercado, aquí en Lasarte, fue bastante tarde. ¿Y en el comedor? En estos pueblos se empezó a construir porque venía mucha gente de fuera a trabajar en las empresas Michelín, Rezola… y de esta manera las huertas desaparecieron. Como Michelín tenía comedor muchos trabajadores comían allí. Normalmente el 1er plato era de alubias, algunas veces lentejas y también macarrones con tomate. De 2º, mucho pollo, pescado rebozado y carne guisada con mucha patata. Yo estuve de responsable de comedor, pero ya se me ha olvidado. ¿Trabajaban mujeres en Michelín? Si, algunas de administrativas pero la mayoría de operarias. En aquel tiempo cuando se casaban la empresa les daba dinero y dejaban de trabajar. La mayoría se casaban y se dedicaban a las labores de la casa. En el comedor se quedaban muy pocas mujeres. En Michelín había un economato, cuéntame un poco como funcionaba, que se vendía… El gobierno obligaba a las empresas de más de 200 trabajadores a tener economato. Había un riguroso control para poder comprar en él, tenías que ir con la tarjeta y enseñarla para poder entrar. Era una forma de beneficiar a las personas que trabajaban en la empresa. En el economato estaban los productos básicos, que eran unos 30. Además había una cooperativa de consumo gestionada por los propios empleados de la empresa, que estaba situada en un local de la empresa. Los de la cooperativa, que eran personas voluntarias, funcionaban como cualquier asociación, con su junta, su presidente…que solía tener permiso de la empresa para poder reunirse. Por otro lado, también conseguían el camión de la empresa para poder ir a por productos que conseguían a precio de mayoristas. El 50% de los gastos del local como luz, etc los pagaba Michelín. Esta cooperativa se abastecía de productos que el economato no tenía y contaba con una sección de ropa y calzado, con ventajas importantes con respecto al comercio normal. En los últimos años hasta hoy ¿se han dado cambios? Desayuno: leche de soja, o desnatada con pan integral y galletas. Es mucho cambio. Al mediodía: bastante verdura y legumbre, pero cambiando y más lentejas. También mucho pescado fresco y algo de carne, filetes. Hoy las alubias se comen con más aceptación. Y la cena es mucho más ligera, muy diferente; ensalada, sopa; fruta y yogur.
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¿Crees que la mujer dedica el mismo tiempo que antes para cocinar? Antes utilizaban muchas más horas, sólo para encender el fuego bajo, tenía, además, que estar pendiente de él. A partir de 1930 había cocina económica, ya no había fuego bajo y esto, yo creo que fue la mayor transformación. Después de la económica a la de gas y de ahí a la eléctrica y a la vitrocerámica y al microondas, frigorífico, picadora. Hoy el cocinar es mucho más sencillo, más rápido. Hay muchos medios para limpiar, cortar, los cuchillos de sierra son una ventaja también. Todos estos pasos se han hecho sin darnos cuenta. Incluso tu hoy vas al mercado de la Brecha y puedes comprar la verdura ya cortada de las caseras. Ahora se come mejor, más variedad, antes era casi siempre lo mismo. ¿El producto es igual? Eso no, antes todo lo que comíamos estaba producido el100 % en casa y ahora se trae de todos los sitios.
JOSE RAMON Perfil: Hombre de 78 años nacido en Lasarte, trabajador de Michelin y con comercio propio en casa. Fecha entrevista: 01‐03‐2011
Recuerda el racionamiento: cantidades pequeñas, vendiendo en el comercio de casa, productos de primera necesidad (Azúcar, café, sal,..)
En su casa se comía de todo, mucho pescado.
Había una colonia de franceses a los que se ofertaba productos apropiados para su forma de cocinar. Por ejemplo: Mantequilla,..
Al tener comercio su familia era privilegiada en cuanto a productos de alimentación. La FRUTA era muy variada; cuando comenzaban a pudrirse, las retiraban para comer en casa. Les quitaban el podrido y el resto se la comían.
El economato de Michelin, recuerda que se vendía “productos de economato”; de primera necesidad y a parte se vendía otra serie de artículos.
En cuanto a hábitos dietéticos que los de fuera (castellanos) introdujeron podemos decir que merendaban tostada con aceite crudo y azúcar por encima. Y a los vecinos autóctonos de Lasarte les parecía una verdadera precariedad; estos merendaban pan con chocolate, un chocolate de muy mala calidad por cierto, ya que era un alimento caro.
La calabaza en puré es otra comida que se ido introduciendo poco a poco en nuestros días.
Comer pisto es otra comida que se ha ido introduciendo relativamente reciente con la llegada de los de fuera.
El pollo era artículo de lujo, como hoy el solomillo de ternera. El pollo tenía que crecer y poner huevos.
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FORTUNATA Perfil: Mujer de 99 años nacida en Lasarte en caserío en 1911. Fecha entrevista: 28‐02‐2011
Los alimentos que ella ha comido son: garbanzos y pollo, especialmente los domingos.
A modo de postre, arroz con leche con canela.
Café con “ttantta” para acompañar las tertulias.
En el menú diario: alubias rojas y blancas, haba pequeña, berza con morcilla, lentejas,
La cazuela se colocaba en mitad de la mesa y cada uno comía lo que necesitaba
En la cena: huevos
Para desayunar: Sopa de ajos con jaki. Talos con leche “hasta hartar”
Carnes: Conejo, conejo de indias, cabrito, cordero, generalmente en salsa.
Gato: lo mantenían unos días en sal y en una salsa negra y unos ajos metidos en una bolsa dentro de la cazuela.
Las verduras cogidas de la huerta: lo que correspondía a cada época. El tomate solo en verano, que estaba maduro cuando tenía la piel dura y lo de dentro blando, cortado muy fino con cebolla. No tomaban el tomate en ensalada solo en salsa. Fue más tarde cuando comenzaron a cocinarlo.
Para cocinar utilizaban el fuego bajo con una olla con manteca o aceite donde se guisaban las alubias, garbanzos. Se cocinaba muy despacio. Los guisados también eran así. Más adelante con la económica y el carbón que calentaba la casa con ese fuego era con el que cocinaban.
La madre de Fortunata trabajaba en el ámbito doméstico en la casa de los propietarios de la fábrica de hielo que eran ingleses. Tuvo que aprender a cocinar al estilo inglés. Tuvo que aprender algo de inglés, también. Fortunata recuerda con ilusión un bizcocho de maíz que aprendió su madre a hacer.
El padre de Fortunata comía todos los días sopa de ajos para desayunar y para quitar el dolor de riñones comía 3 o 4 ajos crudos.
Según Fortunata los extranjeros comían cebolla entre pan y pan y además tomaban un caldo hecho con nabo.
La mayoría de las veces era guisado lo que se cocinaba. Para los amigos de su hijo solía preparar fritada y según ella le salía muy rico: con carne de confianza limpia, le quitaba las pieles y las venas y las troceaba en cuadrados. Después los colocaba con cebolla y zanahoria bien picada y le echaba un chorretón de sidra.
Cuando era joven tuvo una oferta de empleo para trabajar en Michelin, pero al consultar en la familia su padre le dijo que cómo iban a estar sin ella en el caserío. Por eso decidió quedarse a trabajar en el caserío.
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MARTINA E IXABEL Perfil: Dos mujeres nacidas en Lasarte ; amigas y vecinas. Martina de 86 años, que ha nacido y vivido en un kale‐baserri en el centro de Lasarte. Trabajadora de Michelin hasta que se casó y debido a una ley de Franco se vio obligada a abandonar el trabajo fuera de casa. Isabel, mujer de 73 años, nacida en un caserío de Lasarte. Fecha entrevista: 08‐03‐2011
¿Qué comíais? Martina: Alubia en casa no faltaba Ixabel: A veces alubia negra, roja, blanca,.. La que teníamos en casa. Martina: En mi casa los domingos alubia blanca. El caldo con garbanzos, sopa, alubia blanca y luego carne con tomate. Como en todos los sitios, en el día de labor alubia roja con berza, si había. Ixabel: Lo que había en la huerta, porque no íbamos a comprar berza o coliflor,.. Martina: En nuestra casa había mucha gente que venían como pupilos; eran trabajadores de fábrica. Mucha gente. En mi casa había mucha gente castellana y se hablaba mucho castellano Y trajeron algo nuevo para comer? Martina: Todos más o menos lo mismo. Éramos parecidos. Ixabel: Todos éramos pobres. Martina: Me acuerdo que un carnicero de Urnieta que estaba en Oria venía a casa a traer carne a casa. Ixabel: Es ke zuen etxea hotela bezelakoa zen Martina: Si era, era un kalebaserri ….. En mi casa hemos dormido en la cama tres y hasta cuatro. Había que sacar y gracias y a eso vivía Ixabel: Baserria dena zorretan … pentsua ordaindu beharra … Martina: Los pupilos eran trabajadores, se les ponía una fiambrera; le ponían la merienda mi madre con un cachito de pan. Ixabel: Yo también a mi marido fiambrera. Ahora se está volviendo ah, eso con los tuppers. Se llevan su comida a los puestos de trabajo: Ahora con el microondas es calentar y ya está. En los días festivos con los postres torradas en carnavales y en Semana santa; arroz con leche, … Martina: De postre mucho arroz con leche. En mi casa los festivos (era pollo; y buen caldo) Ixabel: Me acuerdo cuando teníamos pescadilla/ merluza para hacer la mahonesa. Ay, que se nos cortaba, cuidado con el huevo… y ahora con el túrmix se hace sin ninguna historia y a la primera. Nosotros éramos niños y hacer la mahonesa era un acontecimiento en nuestra casa. Martina: ¿nunca habéis hecho mantequilla con la nata? Mi madre era de Aginaga y siempre trabajo sirviendo, mantenu truke, ya con 8 años y cuidando a niños. Luego también pasó 7 años en Paris y por eso ya era un poco refinada. La 1ª
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Guerra Mundial la cogió allí. Y pagaban en oro; y tenían que entregarlo todo. Tuvieron que vender el caserío de Aginaga. Y cuando se casó con mi padre Cristóbal: el era muy casero; murió antes que mi madre hace 42 años. Ixabel: No me acuerdo de tu padre .. ah si Eran los que llevaban a los muertos a los entierros. Martina: En el caserío mi padre cuidaba a las vacas del convento, iñorkiña ere behar zen, … nuestro caserío era del convento, … éramos maiztarras .. con las inundaciones se levantó toda la madera de la capilla y había que ayudar … Ixabel: Las vacas con las inundaciones las traían a Sausta a nuestro caserío, ya que Uistin también estaba todo inundado. Martina: Mi madre cuando se casó se extrañaron mucho en el pueblo: como mi madre era muy refinada y casarse con un casero, se extrañaban .. Mi madre hacía mantequilla con la nata y añadir agua y la dejaba en el armario, luego batir y batir y se endurecía. Esas cosas vienen de Francia. También repartíamos leche al convento y a los vecinos. Ixabel: Eran fiestas de San Pedro de Lasarte. Denok lehiotan jartzen genituen esneak freskatzeko leihotan jartzen ziren. Ba … nire aita gaztea zenean kudrilakoek Uistin baserriko leihoan zegoen esnea edan egin zuten parrandako gau batean ( ganberrada). Martina: Nuestra casa era muy abierta a todos. En tiempos de guerra…Mi madre era de dar; sí tenía 2 paquetes de patatas, bat emango zun; eso tenía el brazo muy abierto. Si tenía huevos, sin nada no se quedaban. En tiempos de guerra los tortillas hautsakin egiten zuen En tiempos de guerra las tortillas con polvo. En mi casa siempre había mucha gente .. Y hacía falta mucha cosa. Ixabel: o sea, era casi como un restaurante. Martina: cuando la guerra, yo me acuerdo para hacer el campo de aviación en el hipódromo. Venía gente de los pueblos y del caserío mahai luzea jarri eta; babarruna y patatas buena comida y nadie quedaba fuera sin comer. ¿Los polvos para hacer tortilla donde conseguíais? Martina: de la tienda se compraba. Se batía el polvo y la leche Y…. El economato de Michelin ¿que recordáis? Martina: No tengo tanto recuerdo. Ixabel: El vino se compraba del economato. Martina: Zeinek edaten zuen ba ardoa! Pitarra edaten zen. Ixabel: Gure etxean ere bai. Txarruakin joaten ginen barrikara, ikullutik barrena,.. usai bat zegoen!!! Korrika pasatzen ginen. Ximorra beti han egoten zen eta… Ura ez genuen edaten, beti pitarra. Guardia zibilak `pasatzen zirenean edo euritatik babesteko baserri azpian egoten zirenean, gure aitak beti sagardoa edo pitarra txarruan ateratzen zuen eta eskeini emateko. Martina: ¿Te acuerdas de la amona kanikas? Ixabel: Comía sardinas crudas y nosotras qué asco! ¿Comíais mucho pescado? Martina: Sí. Venían de Orio y de Getaria en carros y decían: Sardiña freskue! Qué buenas eran!
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Ixabel: ¡¡¡Mas grandes que un tiburón! Arrainak kalian saltzen ziren. Kasi gauero jaten genuen arraina, prexku prexkuak. Antxoak eta sardinak; batzutan arraina al pil‐pil ere bai; sardo pixkat botata gure etxian. Martina: A la noche, baratxurisopa. Todas las noches puchero: sopa Ixabel: Gure etxean gosaltzen baratxurisopa; ama Donostia joaten zen eta amonak prestatzen zuen. Guk baserrian apupilua genuen mantenu truke; Michelinen lana eta gero laguntzen baserriko lanak egiten. Nire amonak gosaria baratxurisopan azaleko kapa osoa bere semeari ematen zion aurrena, eta gero beste langileei banatzen zien. Y va eta apopiluak kargu hartu zion: Behorrek zea, .. semiari ematen diozu onena … Geroztikan amonak hartzen zuen kazuela mahai erdian jarri eta burruntzaliakin “raka‐raka” dena nahasten zuen partitu aurretik. Era muy salada nuestra abuela. Denori berdin partitzen hasi zen. Niri handik ilea orrazten izkin batean gogoratzen naiz. Martina: Vosotras erais más de categoría. Ixabel: Categoria? Beti zorretan. Ni gazteena eta Luzuriagan hasi nintzen lanean, Nere amak galdetu zion Javier Luzuriagari, zuzendaria, haber semen batenzat lanik egongo al zen fabrikan. Eta erantzun zion: Ba momentu honetan neska behar dugu … Neska? … Hara gure Ixabel. Hala hasi nintzen lanean. Eta lehenengo soldata; hau da proban bezela egon nintzen hiru hilabeteko soldata batera jaso nuen; beste langileak astero‐astero sobrearekin eta ni batez hiru hilabetean. Don Javierrek deitu zidan eta esan zidan proba pasa nuela eta haber lanian jarraitu nahi nuen. Bai, bai jarraituko det, .. Tori hiru hilabeteko soldata. Bizikletan egiten nituen joan etorriak, hau nere poza! Nere soldatakin Joan nintzen etxera eta otorduko garaia zen eta mahai gainean platerak jarrita zeunden, nik zera,..platera bakoitzean dirua jarri nien, .. orduan hor non Joan ziren ondoren zorrak pagatzen: y yo encantada. Martina: Yo me casé con 36; eta ordurarte dena entregatu nuen etxean. Orain ez da hola. Gure umeeri ez diegu ezer kendu. Lanean hasi eta beraiek hartu dute diru guztia. Beharra lehen eta orain bazegoen. Nire seme alabei ez diet kotxerako gida baimenerako eta ez etxea erosteko dirua ez diet eman iñorri. Gure etxea o baserria altxa zen pixkat bat gu gazteak fabrikan hasi giñenean, beti esaten zuen Angelek. Gure ahizpa Anttoni amarekin gelditu zen sukaldeko lanetan laguntzen. Geroago emakumeen zentroko guarderían aritu zen zaintzale bezala herrian. Azkenean ¡Ya le costó! Jubilazio momentua iritsi zenean batez ere. Martina: Gure Anttoni gaixua! Fue una pena! Orain gu ere erraklamatzea biak Joan ginelako eta zerbait gehiago. Nire senarra autonomoa bezela lana egin zuen eta pentsio motxa geratu zitzaidan hil ondoren. 14 urtean seguridade sozialean lan egin zuen eta gero paroan gelditu zen. Arrupenekoak lana eskeini zioten kamiona dunarentzat lana bazegoela agindu zioten. Nire diru guztiak pixu bakarra erosteko gastatu nituen. Había que comprar el camión… mi hermano me prestó el dinero. Luego cerró la empresa de transporte y nos quedamos otra vez sin trabajo y con la deuda del camión. Nuestros hijos, me acuerdo... gure kuarto txikin tablero batekin egindako mahaian euskarako klaseak ematen aritzen ziren. Honela ikasi egin dugu. Jasotako diru guztiak amari; niri; todo me entregaban a mi. Entre todos hemos ayudado en esta casa; ahora... Cuando han empezado a trabajar, ellos ... se han quedado con su dinero, independientes se han hecho. Eso sí, yo no les he ayudado económicamente en nada. Zenbat urtean lana egin zenuen Michelinen? Martina: 14 urte. Me casé muy mayor con 36 años. Ixabel: Gaur egun no es mayor. Katua zuek jaten al zenuten? Martina: Bai! Nere amak oso ondo preparatzen zuen. Ixabel: Pues,…. Mi abuela….eran buenas cocineras Katuan gustoa kentzeko, saltsan zerbait jartzen zioten?
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Ixabel: Salmueran jartzen zuten lehenengo. Martina: Dos días o así, se ponían en salmuera. Ixabel: Lehenengo ondo sekatu, eta gero binagriakin eta batxuriarekin,..hola! Entonces no se veían gatos como ahora. Martina: En el caserío siempre había que estar arreglando, aunque no era tuyo. Ángel aprendió con los de Altuna. Al comienzo no había agua en casa. Yo toda la vida he conocido con agua. Beti konpontzen! Aunque no era tuya siempre había que arreglar la casa. Ixabel: Orduan ere, urantzako orduak izaten ziren, Argiyanak ere bai. Ni gogoratzen naiz, nola euria egiten zuen bakoitzea, nola jartzen ginen baldearekin ganbarara. Eta beti ondo jarri nahiean. Nere amonak estaten zion nere amari: Patrixi, beti dirua gastatzen besteen etxian, .. bai baina, , … nere amak erantzuten zion : bai baina, guk bizi behar dugu ordea … Ahal zen txukunena gustatzen zitzaion nere amari. Gero zer? Dena hankaz gora bota eskolak egiteko. Baratza ba al zenuten? Martina: Bai, porruk, tomatia, … denetatik. También semillero de tomate. También teníamos una bonita huerta. El tomate en ensalda después de la guerra; un poco más tarde. Tipula gordina ez dakit; beti zegoen típula. Mi madre no era casera, casera, había aprendido mucho fuera. Ixabel: Luzuriaga Michelin baino lehen eraiki zen eta montadoreak ingelesak ziren. Hauek Galarditarren etxera joaten ziren. Hauen etxea hostaltxo bezelakoa zen; kampoko jendea. Martina: Los de Galardi sabían mucho. Gure etxean Michelingo langileak batez ere bazkaltzera etortzen ziren, de Luzuriaga también. Hasta guardias civiles han venido a comer a nuestra casa. Pasta noiz hasi zineten jaten? Ze garaikoa da? Martina: Berandu xamar. Igandeetan koliflora eta babarrunak, .. Eguberrietan koliflora eta azaolioak Ixabel: Oraindik gure etxean azaolioak jaten dira. Nahiz eta langostinoak aurretik jarri, beti ( gabonetan) azaolioak. Martina: nik aldatu egin det, zeren eta nere senarra naparra zen, eta bere etxean gabonetan kardoak jaten zituzten, eta berak erakutsita kardoak jaten genituen. Orduezkero, gure etxean ez da faltako kardoa. Ixabel: Nola jartzen duzu? Martina: Lan asko dute. Lehenengo garbitu harik banaka kendu, egosi eta gero baratxuriarekin salda egin ollan egosi eta gero. Batzuk le echan jamón; a mí no me enseñó así; siempre preparo al natural. Sukaldea nolakoa? Martina: Guere etxean beti ezagutu det ekonomika. GEro zer, lapiko haundik; paera; lurrezko kazuela zabala Eta olla noiz hasi zen? Ixabel: Kooperatibara iritsi zirenean, orduan erosi nuen lehenengo olla (olla alemana). Martina: Nik ezkondu eta gero segituan hasi nintzen ollarekin (1961). Niri erregalatu egin zidaten ezkondu nintzenean. Paella egiten zenuten? Mariskuarekin, arrainarekin edo berdurakin? Martina: A mi madre le salían muy buenas paellas, normalean konejuarekin.
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Ixabel: Nire amak paellari sagardo pixka bat botatzen zion; denari sagardo botatzen zion, pixka bat, saldatsua, ateratzen zitzaion paella. Martina: Sagardoa beti baserrikuetakoa; gure etxian sotuan barrika ekarri eta sagardoa saltzen genuen. Pittarra ere bai. Ixabel: Gure etxian ere bai. Hamabost egun edo garaiko garaiko den sagardoa saltzen zen. Erdaldunak zera zioten: esto, esto, si parece agua, …, edan eta edan, gero mozkorra harrapatu arte; aldapa behera eseak eginez Ixabel: Postreak natillak egiten ziren. Nere amak natillas “ ya esta” ekartzen ziteuen donostitik, gero etxean hautsekin egiteko. Publizitatea gogoratzen dut. Ixabelen baserrian 8‐9 behi gehi pare bat idi goldian aritzeko. Hor ibiltzen nintzen ittaurrian. Amona eta gero ama Donostia joateko, karroan. Martina baserrian 5 behi Taloak Martina? Martina: Taloak gerra denboran. Gero ere morokilak, (artoaren errautsarekin egindakoak) Taloaren iriña finagoa zen. Ixabel: Gogoratzen naiz, trena gure etxe ondotik nola pasatzen zen ( Plazaola‐Iruñara) eta nola sakoak botatzen zituzten. Alli iba la gente a por los sacos. Guardia zibillak han ibiliko ziren; ez ikusia egingo zuten askotan Fruta klaseak? Martina: sagarra, udarea, pikuak, urrak, aranak etxean Ixabel: Meta azpitik aterazten ziren oiloak bere txitakin. Hau poza; zelako ikuskizuna; denak kontentugo!!!! Oilotegira joaten nintzenean makilakin joaten nintzen; oilarrak enfrentatu egiten zitzaidan, beldurtu egiten ninduen. Martina: Guk etxean arraultzak kontserban jartzen genituen. Ixabel: Guk sekula ez. Arraultzak Donostira saltzeko ematen genituen eta etxean gelditzen zirenak kontatuak zeunden. Oso gustokoa genuen arraultza, baina dirua behar zen etxean. Gure etxean Michelingo soldatik ez zegoen orduan. Martina: Gogoratzen naiz bordatzen ikastera hasi eta gero, langileak behar zituztela fabrikan en hiladuras eta nire bila etorri zirela. Aurreneko makina bordatzekoa genuen “ Singer” marka eta gero engainatuta edo … beste makina modernoago batengatik aldatu genuen: le cambiaron ..Bordatzen Donostira joaten ginen ikastera; eta 6 hilabete edo urtea egin ondoren, segituan hartu ninduten Michelinen lanean. Nere anaia eta beste ahizpa ere hasi ziren lanean Michelinen. Ixabel: Orduan, zuen etxean dirua barra barra. Gure etxean ni lehenengoa lana etxetik kanpoan hasita. Nere bi anaiak geroago hasi ziren lanean; lehenengo Lasallen Andoainen ikasketak egin zituzten. Ni berriz cultura general señorita Angelesekin ikasia naiz. Martina: Ni berriz eskolan 11 urte arte, Doña Mariarekin. Baina, gerra ondoren, había clases nocturnas en Lasarte, eta ematen ziguten ere cocina; nos daba recetas de cocina. A mi me ha gustado leer. En un dictado la profesora, señorita Pilar, me preguntó donde había aprendido a escribir; se conoce que tenía pocas faltas de ortografía. ¿Qué recetas os daban? Martina: Las recetas de antes; de la casa Nicolasa, la de Biscaisusi era posterior. Cazuelas y pucheros. Cosas de hace 70 años. Ixabel; Buscaisusi ya vino a Lasarte a dar una charla y dijo que con dos naranjas al día, sin calcetines; que no se pasaba frío. La naranja era muy buena.
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Martina: ¡Qué panes se comían en la guerra! Yo a las 4:30, a las 5 de la mañana se entraba en Michelin, en el portal de Federico solíamos estar en la cola cuando la matanza de vacas: sacaban el hígado, etc. Ixabel: Me acuerdo cuando la cofradía de ganaderos: si en un caserío había alguna vaca enferma para sacrificar primero el veterinario analizaba y si era buena carne se repartía entre los cofrades la carne vacuno recién sacrificada a cambio de algo de dinero, porque había que pagar al dueño para ayudarle por la vaca. Me acuerdo que hacíamos cecina en casa. Yo creo que en todos los caserío se hacia cecina. Martina: Me acuerdo lo de los huevos. Ganbaran en un cajón de cemento se traía cal. Si teníamos gallinas; para cuando no ponían huevos, teníamos allá. Había épocas que no se tenían huevos, pero en mi casa siempre había gente y hacía falta huevos para todos los días. Errenkan jarri, karia bota .. se tapaba con cal y se conservaban muy bien. Ixabel: Eso yo no sabía. Pero la cecina se hacía con sal, gero buelta ematen zitzaion; harri haundik gainean zapaltzeko. Gero atera, berotzen jarri pusketa bezperatik eta hurrengo egunean babarrunari bota y bien rico que estaba. Gure aitarentzat un manjar; plato único zan, babarruna zezinalrekin. Behi haragia zen. Batzuk esaten dute gordina ere jaten zutela. Martina: Cuando se mataba al cerdo también se hacía cecina. Ixabel: La cecina era carne; edozein haragia. Guk txerri haragia piper hautsakin sekatu egiten ziren haiek; bueno lehendabizi kuratuta eta zaindu elbiak ez etortzeko eta sakutan sartzen ziren. Zeziña bezela ez ziren egiten: zeziña egiten da gatzakin; era diferente. Elbiak ez koska egiteko horregatik peligro gutxiago zegoelako, San Martinetan hiltzen zen txerria. Martina: Cuando matabas un cerdo, tenias que declarar, ¿entiendes? Se mataban dos al mismo tiempo: uno a la vista y el otro ikullun en estraperlo, escondido.Y qué panes ¿te acuerdas cuando la guerra? Ixabel: Yo viví la posguerra. Yo me acuerdo cómo la madre traía los panes y solíamos estar jugando en la cocina, eran una cosa redonda y eran duros‐duros. De racionamiento eran. Martina: Nosotros los poníamos en un saquito y para cada apupilo. Eta laguntzeko ogia ere etxean egiten genuen Ixabel: Gure amonak artua egiten zuen labean. Hacía como un bizcocho. Martina: Teniendo harina de maíz no se pasaba hambre. Ayudaba. Ixabel: Olioarekin también, de racionamiento todo. Martina: A las alubias también, esne pixka bat bota; en vez de aceite; podíamos hacer, porque es lo que tenías en casa. Ixabel: Gure amona beti babarrunari olio erria botatzen zion eta oso goxua. Orain berriz ez omen dala bota behar. BAratxuriak prejitu eta gero bota, eta beti oso gusto ona. Martina: Eta azari ere berdin. Baina orain gordina jartzen da. Hobea omen da eta; que es más natural. Ixabel: Beti ikasten ari behar. Gerra ondorengo garaietan … Martina: Tuberkulosiengaitik hildakoak izan ziren. Ixabel: Nik txikitan tuberkulosisa pasatakoa naiz. Si, Si … murieron señoritas en Lasarte. En la posguerra mi hermano Joxeba cuando se repartía el pan en la mesa solía guardar tapando con la mano para que no se lo quitara nadie. Bere ogia inork ez zezala jan; eta geroztik kostumbre hori zeukan, bere ogia zela eta inork ez kentzeko.
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Martina: Yo en la posguerra he ido hasta Hernani a por chocolate: hacer cola después de la guerra. Ixabel: Pues mi suegro etortzen zen bizikletan Usurbilera edo ..eta sardinak oliotan erostera eta olio hura otorduak prestatzeko erabiltzen zuten. Ni txikia nintzenean Gaztañaga ultramarinosetan olioa estraperloan izaten zuten eta olio bila etortzen zen gure ama. Pero … asko pagatuta. Gero pentsuak ordaindu beharra, .. eta gu beti zorretan. Eta kafea con achicoria. Gogoratzen naiz Venezuelan egon nintzenean kafea egiteko achicoria bila hasi nintzela meraktuan; denak uste zuten verdura clase bati izango zela “ diga ¿ de donde es usted? Aquí el café se hace solo con café no existe la achicoria. Martina: Para hacer el café también se ha solido hacer tostando el trigo. Beztutzeko, pixka bat erre; entonces no había nada. Cuando antes se comía lo mismo siempre, y cuando empezasteis a comer algo diferente ¿a qué razón achacabais? ¿Era que cuando comenzasteis a trabajar entraba más dinero en casa o que? Martina: Las alubias siempre había habido en casa. Las lentejas también, siempre han existido; pero antes más alubia que lenteja. En los caseríos siempre ha sido la alubia, beltza ta txuria. Ixabel: Gainera batzutan babarruna azakin batera egosita. Aquello no me gustaba. Martina: Yo siempre aparte. Excepto cuando se preparaba eltzekondo; que se hacía con las sobras del día anterior. Ixabel: Eltzekondoa aprobetxatzen zen azakin. Dena nahastuta jaten genuen. Martina: Bakailua ere izaten zen; bakailuak zintzilik jarri eta hura jaten genuen. Bakailuak gazituak, lehorrak. Y por Navidades como nuestros terrenos y el caserío eran de las monjas llevábamos capones para Santo Tomás. Ixabel: Nosotros también llevábamos capones nagusiarengana. Íbamos a Larrekotxe a que caparan los pollos. Martina: Además los capones debían ser de buena presencia: con la cresta bien corta. Ixabel: Mi madre llevaba a San Sebastián los capones, comían allá y traían de vuelta chocolate y bacalao seguro. Y también les daban dinero. Martina: Nosotros también en San Juanes teníamos otra obligación. En víspera de San Juan había que llevar dos pollos y una docena de huevos a las monjas. Entre las monjas había dos clases: las de la dote (señoritas) y las legas (trabajadoras) Ixabel: Las señoritas bordando, cosiendo,.. Más finas y las legas a trabajar. Martina: Sí, había diferencia; hasta que vino Carmen y esa obligación quitó; sí llevábamos dos pollos. Ixabel: A las monjas mi padre les llevaba los dineros y mi madre los capones solo en Navidades; comían alla en la casa con todos los vecinos y caseros de alrededor. Era costumbre. ¿Queréis añadir algo más? Ixabel: Nosotras aquí seguimos trabajando. Sin rompernos mucho la cabeza, porque hemos estado cocinando y cuidado de los mayores y a los hijos. Siempre me ha dolido cuando nos dicen; “Ah, si, pero vosotras no trabajáis”. Aquí el trabajo solamente se decía a los que trabajaban en la fábrica; a las que trabajaban en casa, se les ha tenido de menos... y todavía se les tiene de menos. No me digas,.. que también nosotras somos mujeres trabajadoras. Martina: A nosotras ya nos ha tocado bien; y así es. ¿Como plato favorito para vosotras cual es? O el que mejor os sale, o el que más os ha gustado en la familia? ¿A qué tipo de comida habéis tenido favoritismo? ¿Qué plato os ha gustado más preparar? Martina: Yo ahora estoy bastante sin fundamento. Antes el pollo nos gustaba mucho, era de categoría, hoy también hay diferencia.
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Ixabel: Yo el pollo más bien pechugas; yo compro el corriente. El fin de semana anterior fuimos a Imbuluzketa, mi nuera mató un pavo y nos regaló la mitad. Y hemos comido en sopa, en filetes,… hemos estado comiendo pavo toda la semana. Es que menudos huesos tiene. Lo deshuesé, para asar un pedazo, para hacer sopa un pedazo y para hacer pechugas otro pedazo. Martina: Yo muchas veces compro un pollo entero; lo parto en cuatro pedazos y meto en el frigorífico y tienes ahí. Las pechugas también me gustan. Ixabel: No compares lo que compras en la carnicería a lo que comimos la otra vez en el caserío de Jon. ¿sabes cuanto pesaba el pavo? Martina: Como el conejo que me regalaron el otro día, hecho en casa. Seguro que estaba mejor que comprado. Ixabel: Sabes el pavo pesaba matado y limpio 9 kilos. Martina: Todos los días no vas a estar comiendo lo mismo; zatitu eta gorde; hoy en día se conserva muy bien. Ixabel: Si pero puse distinto; aunque hemos estado comiendo lo mismo. La mitad es mucho, pero aquí nos juntamos a comer con Txomin, .. nos juntamos más gente. Martina: Yo en casa solo con Ángel. Si no viene a comer me avisa y lo que he preparado lo guardo y se conserva muy bien y ya tengo comida preparada para el día siguiente. Lo que se guarda tienes que acordarte que tienes ahí y tienes que vigilar; así no se estropea nada. Lo que tienes en tres días o cuatro pixka bat berritu edo egosi irakin piska bat y así se conserva. Yo me acuerdo el que traía la carne, le comprabamos xankarra y unos filetes. ¿De joven o de viejo? Ixabel: Lo que nos daba. Batzutan xerrak zailak izaten ziren. Gisatua eta dena egin behar izaten genuen batzutan xamurtzeko. Antes que el carnicero Gabino estaban los de Yarza,
MANOLO Perfil: Hombre de 78 años nacido en Extremadura de origen rural. Lleva 52 años residiendo en Gipuzkoa, estando los últimos 46 afincado en Lasarte. Comenzó a trabajar en Michelin hace 50 años. Fecha entrevista: 12‐03‐2011
‐ Arantza: nada más venir a Lasarte, ¿empezaste a trabajar en Michelín? ‐ Manolo: empecé en esa empresa en el 62, hace unos 50 años. ‐ A: ¿y cómo era tu vida cuando viniste? ¿Compartías piso? ‐ M: cuando vine me quedé a vivir donde mis padres, en Alza. Me hice autónomo en zapatería, y estuve en ello hasta que empecé a trabajar en la Michelín. ‐ A: ¿y solías ir todos los días hasta Alza a comer? ‐ M: yo vivía en Alza, y tenía la zapatería también el Alza. Cuando comencé en Michelín iba todos los días de Alza a Lasarte. Recuerdo que no podía hacer el relevo de mañana porque empezaba a las 5, y los autobuses de San Sebastián salían a las 6, entonces cuando me tocaba lo cambiaba con un compañero de Usurbil, él hacía de mañana y yo el de tarde.
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‐ A: ¿cuándo viniste a Lasarte a vivir, cuando te casaste con Teresa? ‐ M: llevábamos 2 años casados ya cuando vinimos. ‐ A: ¿recuerdas en tu niñez que hábitos alimentarios tenías? Porque tú viniste de Extremadura, ¿no?, de un ambiente más o menos rural... ‐ M: pues una cosa parecida a la de aquí, aunque aquí ahora comemos más verde que un grillo.... (risas) y allí pues garbanzos, lentejas, alubias, vainas, nabos, zanahorias, coles, acelgas y todas esas cosas. ‐ A: productos de la huerta y del ganado ¿no?, cerdo, mucho embutido,... ‐ M: bueno, cerdo mucho mucho no, porque primero no nos gustaba, aunque en mi casa hacían matanzas. Recuerdo que mi madre los cocidos –que les llamábamos cocida‐ los guisaba con aceite, ajos, en vez de echarle embutidos y eso. Les echaba sobre todo más verdura. ‐ A: en vuestra zona ¿hubo industrialización? ‐ M: no, había talleres pequeños, herreros, carpinteros, de toda clase de trabajos pero con pocos trabajadores. ‐ A: ¿aprendiste allí tu oficio de zapatero? ‐ M: yo antes de zapatero hice muchas cosas. Primero tuve problemas con la escolarización, sólo estuve hasta los 13 años, pero fue una suerte que tuve un maestro que se interesó por mí, porque yo iba a la escuela un día sí y 3 no, hasta que un día se personó en la casa de mis padres para saber qué pasaba con Manolito. Él pensaba que era un golfante y por eso no iba al colegio. Mi padre le contestó que no iba porque iba a trabajar. Lo que ahora se llama de contrabando, lo hacía yo antes de estraperlo. Con 7 ó 8 años cogían mis padres y me ponían cierta cantidad de trigo en el burro y así la guardia civil no iba a sospechar de un crío. Yo llevaba el trigo de estraperlo a un pueblo a unos 8 kilómetros, me ayudaban a descargarlo porque yo solo no podía y me lo cambiaban por pan que llevaba a casa de mis padres. Después con una cesta iba repartiéndolo a los clientes y así la guardia civil no dudaba, bueno no se daban cuenta de que mi madre tenía esa clase de negocio para ganarse el sustento aparte del jornal de mi padre. Hasta que el maestro supo el problema que tenía, y dijo que a la hora que acabara tenía que ir a la escuela. El maestro daba también clases particulares, y con lo que sacaba compraba libros y comida para los hijos que tenían a los padres presos por motivos políticos. Y a mí me tenía todo el rato con él, podía entrar a las 11 o 12 de la mañana y salir a la noche. Luego a este maestro lo echaron del pueblo porque a la clase pudiente y a la iglesia no les interesaba que seguiría allí. Después de eso estuve un año en una oficina en la que hice cosas de mecanografía. Luego con 14 años, mi padre se empeñó en criar burros, cerdos, ovejas y eso, y estuve un año guardando cerdos, vacas y en la huerta trabajando en el campo. Con 15 años me ofertaron para irme de representación. Y estuve en ello hasta que fui a la mili. Después de la mili estuve dos años trabajando en una zapatería. ‐ A: ¿recuerdas en toda esta trayectoria tuya, qué hábitos alimenticios tenías? ‐ M: como estábamos acostumbrados, productos de la huerta, los garbanzos y así. Mi madre de vez en cuando compraba pescado. No es que hubiera abundancia de cosas, pero necesidad tampoco. ‐ A: ¿y cuando viniste ya a Michelín a trabajar, que había ya bastante gente de fuera, recuerdas si trajeron o trajisteis hábitos o costumbres alimentarias nuevas en el pueblo? A mí, por ejemplo, me han contado que a la gente de aquí les extrañaba mucho que la gente de otras localidades de fuera comerían cebolla cruda o harían caldo de nabos...
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‐ M: pues si, por ejemplo cuando comías garbanzos, cortabas cebolla fresca en cachos y se usaba como el pan, pan y cebolla comíamos. Era una costumbre, no necesidad. ‐ A: en relación a las meriendas, ¿cómo las recuerdas? Aquí en Lasarte en la infancia se notaba antes como los niños y niñas de personas de fuera comían bocadillos de aceite y azúcar, y los de aquí en cambio bocadillos de chocolate del malo era mucho más típico... ‐ M: si, pero bueno, yo nunca he sido de dulces. Yo cogía un buen trozo de pan, la parte de debajo de la hogaza, al horno, le echaba un poquito de aceite, ajo crudo refregándolo para darle sabor, y eso era más rico que el salchichón o el chocolate para mí. Y hoy en día todavía lo hago, aunque el pan ya no es lo de antes. Cojo pan duro, hago unas tostadas, le echó aceite y al microondas. Lo como encantado. ‐ A: también tengo oído que la costumbre de comer tomate en ensalada la trajisteis vosotros. Aquí el tomate que se ponía era para hacer. ‐ M: sí, siempre lo hemos comido crudo y en ensalada y lo seguimos haciendo. ‐ A: ¿trajisteis más productos novedosos para la gente de Lasarte de la época? ‐ M: el pepino, el calabacín, la calabaza,.... todas esas costumbres las teníamos allí. La calabaza frita con bacalao, que también está muy buena. Como un marmitako pero con calabaza o un pisto de bacalao. Al pisto le llamábamos boronía, le echábamos berenjena, tomate, el bacalao, calabacín, calabaza y patata. Y otra cosa, el gazpacho también trajimos. Aquí lo hacemos en verano, primero la mayonesa, se le echa ajo, un poquito de sal, vinagre, huevo crudo y aceite de oliva –esto para la mayonesa‐. Luego echas melón, uva, aceituna y tomate. Y lo hacemos en la barreña que llamamos, de madera, aunque ya la tenemos muy vieja de tanto fregarla. ‐ A: hoy en día, se hace con la batidora, con la túrmix. La industria y la tecnología ¿han cambiado el aparataje de casa? ‐ M: sí, claro, pero el sabor no es el mismo, ni el color. El gazpacho que nosotros hacemos parece al verlo leche migada, se pone completamente blanco. El color del tomate no se come al color del huevo y la mayonesa. ‐ A: muy interesante, ¿sabéis si hay más gente que la siga haciendo así? ‐ M: allí había mucha gente que la hacía así, pero no sé si aquí en Lasarte seguirán haciéndolo. Son costumbres de allí que las continuamos haciendo. También las migas, que aquí no se comían. Se hacen con un pan que tenga más de 2 o 3 días, de hogaza, de harina. Haces rebanadas finitas con la miga, Coges un poquito de agua y sal, lo echas sobre el pan, luego un buen chorro de aceite en la sartén, con un poco de tocino para darle sabor o chorizo de patata o sardinas o lo que sea. Luego echas el pan allí. Nosotros lo solemos comer, primero la miga, que le llamamos la miga seca y con una sardina o así, y después con café con leche. Luego también está el suero, que es lo que aquí se llama requesón aunque es más espeso. Mientras más cuajada tenga mejor, sino bebes agua que no sabe a nada, es como el que bebe leche desnatada que ni es leche ni es nada (risas). También comíamos tagarnilla, lo que aquí llaman cardiño, es como el cardo o así. Se come frita, o cocidas o como quieras. Aquí no sé si en el monte hay, allí sí. ‐ A: y ¿cómo cocinabais? ¿Qué tipo de cocinas teníais, de fuego bajo, la económica,...? ‐ M: nosotros teníamos de fuego bajo, con la chimenea, la cazuela grande. Otros tenían carbón vegetal, ya tenían como las estufas que había aquí por ejemplo. Le echabas el carbón abajo, y encima ponías la sartén, la cazuela o lo que fuere.
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De vez en cuando había que atizar el carbón. Una vez que lo pones durante 3 o 4 horas tienes sin tener que renovar ni nada. ‐ A: y la pasta, ¿cuándo la has comido por primera vez? ‐ M: allí, no se la comía, la hacían en mi casa. Una cosa parecida a los spaghetti, allí le llamábamos fideos. Teníamos una máquina como las de picar de las carnicerías, y le ibas dando vueltas, e iban saliendo hebras, 15 o 20, según los agujeros, y se iban cortando cuando salía, se ponían a secar sobre algo limpio, después se empaquetaban para que no se estropearían. Luego se comían con tomate u otra cosa, queso rallado. También comíamos arroz con tomate, chorizo y demás. ‐ A: cuando vinisteis aquí, ¿hubo alguna costumbre culinaria que os sorprendiera? ‐ M: por ejemplo los hongos allí también los teníamos, pero nos había dado por comer. Ahora sí. Y mucho mejor los del monte que cogemos que los de la tienda, no son iguales. En cambio setas, sabemos que se comen pero nosotros no lo hacemos, será por costumbre o por precaución como no las conocemos... ‐ A: ¿y sobre la bebida, algún cambio? ‐ M: yo es que aparte de mis dos txikitos no bebo más. Sé que está el patxaran pero tampoco lo he probado. ‐ A: volviendo a la comida, ¿te acuerdas del economato de Michelin cuando abrieron, en el 53? ‐ M: yo cuando fui ya estaba abierto. Vendían de todo, alubias, garbanzos, lentejas, tenían carnicería también. Había productos de limpieza, un poco de todo. No recuerdo si tenían cosas de tejido, ropas y eso. Creo que hubo cuando pusieron la cooperativa nueva. ‐ A: el disponer de un jornal fijo en la Michelin, ¿se notaba a la hora de hacer compras, cambiasteis vuestros hábitos? ‐ M: nosotros respecto a la comida nunca hemos pasado necesidades, pero tampoco hemos sido de esas personas que coman angulas. Además al principio nos metimos en el piso, y teníamos una hipoteca bastante fuerte en aquellos años. Pero tampoco nos ha dado por hacer cosas del otro mundo con respecto a la comida. Nos gusta lo bien guisado, buena comida pero sencilla. ‐ A: y en Navidades que siempre son unas fechas muy especiales... ‐ M: cordero sobre todo, aunque mejor que lo diga Teresa que yo comía lo que ponía y punto. ‐ T: comíamos pavo, cordero, cochinillo... ‐ M: y hablando de pavo... me acuerdo una vez en el pueblo que mi difunto padre tenía ilusión de ponernos pavo en unas navidades. Cogimos entonces un pavo mi hermana y yo, que tendría ella unos 8 años, lo pusimos en la cesta con la cabeza para afuera para que no se asfixiara. Lo trajimos del pueblo hasta aquí, en autobús y en tren (risas), viene el revisor y al verlo nos pidió los papeles sanitarios del pavo y... no termina la cosa ahí. Llegamos a Madrid mi hermana pequeñita y yo en una mano la maleta y en la otra el pavo y teníamos que hacer trasbordo a otro tren, pero no nos dejaban montar con el pavo y allí que estábamos sin saber qué hacer hasta que se acercó un señor que nos dijo: “mira vosotros os montáis y cuando el tren arranque yo os meto el pavo por la ventanilla” y lo metió por la ventana y tuvimos que viajar con el pavo debajo del asiento todo el viaje. Luego para sacarlo de la estación de San Sebastián con un portamaletas para que no nos vieran. Se me quitaron ese año las ganas de comer pavo, ya estaba hasta las narices (risas). Pero lo llevé a casa y el abuelo super contento criando el pavo para las navidades.
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‐ A: para finalizar, a mí me gustaría saber si a nivel de Michelin, ¿tú has tenido compañeras mujeres de trabajo? ‐ M: no en mi taller no. ‐ A: ¿qué solían traer para el hamaiketako? ‐ M: la mayoría el bocadillo, también llevaban sus cazuelitas. Nunca tuve la curiosidad de mirar qué había dentro. A mí la Teresa me solía meter una cazuelas con filetes y algunos compañeros cuando me veían, me decían ¡jo, qué envidia te tenemos!? (risas). Y me decían que comía más que los otros 3 y que no engordaba. Yo llevaba las cosas del caserío. Si recuerdo a uno que siempre llevaba lo mismo, era igual si estábamos de mañana que de noche: una barra de pan larga y bien relleno de chorizo o de jamón, y estaba como un espárrago. El del clarinete le bautizamos. ‐ A: ¿Cuánto tiempo teníais en Michelin para el almuerzo? ‐ M: Media hora. 8 horas de presencia, media hora para la comida y luego 3 descansos de 10 minutos, el último para ducharse y los otros 2 para ir al servicio. Bueno siempre te tomabas más, pero el reglamento era así. ‐ A: ¿si quieres añadir algo para cerrar la entrevista? ‐ M: que novia no he tenido ninguna aquí, me la traje de allí (risas) ‐ A: bueno pues muchas gracias, y finalizamos la entrevista y descansamos...
LURDES Perfil: Mujer de 69 años, ex ‐ trabajadora de Michelin, recientemente jubilada. Fecha entrevista: 07‐03‐2011
‐ Arantza: Qué comida recuerdas que cocinabas cuando trabajabas en Michelin? ‐ Lurdes: solía poner mucho bacalao con patatas, tomate con carne cocida, y cosas así. ‐ A: ¿y dónde compraban la comida, en el economato de Michelin, o eso fue posterior? ‐ L: debajo de casa teníamos una tienda que vendían de todo, desde cacahuetes a sardinas en escabeche, tocino, frutas,... había de todo. Era una tienda a la que venían mucho los caballistas y pedían siempre bocadillo de tocino. Untaban el pan con aceite, y preparaban el bocadillo. ‐ A: y luego tú de moza, ¿los talos me has comentado también? ‐ L: no era talo, era harina de maíz, y lo poníamos allí en la económica, los hacíamos allí dándoles vuelta. Como los creps de ahora o así. Y los tomábamos con café con leche, en vez de pan comíamos esas tortas. ‐ A: a raíz de la industrialización, cuando empezaron a trabajar algunos hermanos en Michelin, entonces entraba dinero en casa, ¿entró más variedad de comida en casa, alguna novedad? ¿Influyó en la alimentación? ‐ L: yo que recuerde, desde que tengo uso de razón, mi padre trabajaba y no hemos tenido carencias. Yo recuerdo que desayunábamos siempre lo mismo, café con leche con sopas era lo típico. De todas formas, hoy en día tomo muchas veces lo mismo, no hemos cambiado mucho. Si que había cosas que no comíamos, como jamón, me imagino que sería más caro.
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‐ A: ¿y comíais más carne que pescado o al revés o cómo lo recuerdas? ‐ L: se solía combinar. Se compraban cosas asequibles para la familia. El pescado que se solía comprar, era chicharro, bacalao, raya también solía traer, congrio también comíamos. Y luego si estabas enferma en alguna ocasión, te compraban alguna rodaja de merluza, pero eso era ya un poco más especial, y sólo para la persona enferma, no para el resto de la familia. Alguna vez también pues de forma excepcional, un par de pollos al horno. Lo demás cosas más sencillas que ahora, tortillas, ensaladilla rusa y cosas así. ‐ A: y en navidades, ¿también algo especial, lo recuerdas? ‐ L: no me acuerdo mucho pero compota desde luego, eso siempre, y no sé, para cenábamos bastante bien en navidades, solíamos comer hasta besugo. Cordero también en alguna ocasión. Los entremeses eran diferentes a los de ahora, pero también se ponían cosas especiales. ‐ A: y a raíz de empezar a trabajar en Michelin ¿cambió algo tu forma de comer, los menús? ‐ L: no, cuando empecé a trabajar en Michelin no venía a comer a casa. Bueno al principio sí, pero luego ya se hicieron los comedores, pero no cambiaban mucho los menús. ‐ A: ¿y qué comíais en los comedores? ‐ L: de todo, había mucho surtido, se comía muy bien, estupendamente. Pero que te voy a decir, yo no he notado mucho cambio en las comidas en casa, hemos seguido comiendo bastante parecido. Se gastaba más en otras cosas, por ejemplo que nuestra madre nos mandaba a francés, a estudiar algo, tenía esa ilusión de que saliéramos adelante, pero en la comida también es verdad que nunca nos ha faltado porque mis aitas eran de caserío y traían muchas veces de allí pues vainas, alubias, verduras, patatas,... ‐ A: ¿tú has tenido la sensación de que siempre comiendo lo mismo, sota, caballo, rey, eso en algún momento tuvo que romper, entrar más variedad? ‐ L: eso más ahora, una vez que me he casado sí, he variado más, roto los moldes de antes, porque comida ahora hay una variedad increíble, pero desde que tengo uso de razón hasta los 30 años hemos tenido una alimentación muy parecida, sin muchos cambios. Después de casarme sí, he cambiado. ‐ A: y con la industrialización, la gente que vino de fuera, ¿crees que ha introducido nuevos hábitos de comida? Porque aquí en Lasarte hay mucha gente de fuera, inmigrantes de Extremadura y otros sitios. ‐ L: la gente que viene de sus países o de sus pueblos vienen con otras costumbres. Embutidos han traído muchos, porque los tienen buenísimos. De Palencia traían buena cecina, buenos chorizos, buenas morcillas. Eso aquí no era tan habitual, pero bueno tampoco hay que abusar mucho de esas cosas que no son muy buenas para la salud.
CELIA Perfil: Mujer de 78 años. Enfermera hospitalaria, que se incorpora en 1974 al ambulatorio de Lasarte. Fecha entrevista: 30‐03‐2011.
1. ¿En que año empezaste a trabajar en Lasarte como enfermera en Atención Primaria (A.P.)?
Mi hija tenía 6 años y tiene 43…. Si, porque yo me había pedido una excedencia y no sabíamos si empezar a trabajar o dejarlo allá pero viendo lo que vi que hacían el ambulatorio este de Lasarte…
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Yo quería ambulatorio yo había trabajado siempre en residencia pero ya con 4 hijos no quería residencia ni a la de tres. Tatiana empezó a parvulitos cuando yo empecé a solicitar el traslado. Entonces hace más o menos 37 años. Sobre 1974 o así.
2. ¿A lo largo de estos años ha variado mucho el tipo de trabajo, la manera de trabajar cara a la comunidad
Sí, ha habido mucho, mucho cambio. Al principio era estar en la misma consulta con el medico y no hacia nada. La enfermera hacia la receta y él la firmaba. La enfermera escribía la receta, hacia el parte, si había que ir al especialista hacia el volante y la enfermera tenia que salir a la puerta. ¡Y eso era una locura! Todas se ponían como locas cuando salías fuera de la consulta. Se te echaban encima. La gente te insultaba y todo. Éramos nosotras las que recibíamos todo, al medico no le decían nada, era un gran señor… Por otro lado el medico nos trataba como a unas criadas. Yo tuve suerte con los médicos que estuve. Les dije que no tenia ni idea de ambulatorios y me dijeron que ya me enseñarían. Por aquel entonces vino otra enfermera, Mª Carmen, y aquella con los médicos que estaba sí que lo pasó muy mal. Le decían que para que iba a trabajar que no sabia nada…El primer día, a las 11 de la mañana le dijo el medico: “vaya usted al bar a por una coca cola y un bocadillo que tengo que desayunar”. Y Mª Carmen, me lo dijo a mí y le dije que no, que ella era una enfermera y no una camarera. Bueno, pues como no se lo llevó, pues se armó una bronca…. Y el medico les decía a los pacientes: como son estas enfermeras de señoritas que no me traen el desayuno, me lo tendrán que traer ustedes. Y a partir de ahí, esto se cortó pero con muy mal ambiente. Otras veces si no hacías al momento lo que decían te despreciaban, se enfadaban… Yo tengo que recalcar que con mis médicos estuve bastante bien. Otras veces también cuando pasabas tu consulta de enfermería, te decían que la dejaras que tenías que estar con ellos en su consulta. Y como era ordeno y mando, dejabas la tuya para pasar con ellos.
3. ¿Todo cambio que ha habido por lo tanto en nuestra profesión ha sido en confrontación con el medico?
Sí, además siempre ha habido mucho desprestigio hacia la enfermería. Y te daba una pena porque decías y para que he estudiado yo tres años de enfermería, para que ahora seamos como unas criadas o poco más o menos… Y luego además también con los practicantes. Eran burros, no sabían nada. Por lo menos los que yo conocí. No habían estudiado, eran los que hacían 6 meses y les daban un titulo. Además recuerdo, que había una cazuela grande donde era donde cocían las jeringas. Pinchaban y sin lavar ni nada cogían y pinchaban a unos y otros. Mª Carmen y yo les dijimos que así no podía ser… Se pusieron con nosotras enfadadísimos también, diciendo que eso era una tontería. Claro, no había como ahora de usar y tirar, pero bueno había que mantener una mínima higiene. Encima no cambiaban el agua…y nosotras íbamos y la tirábamos y unas broncas… veían al día siguiente que estaba la cacerolita limpia y bueno! Se enfrentaron tanto que dejaron de hablarnos a Mª Carmen y a mí, y nosotras lo pasábamos fatal. Y Mª Carmen que era una buena profesional, decía pero como puede ser… Nos enfrentábamos con médicos y con practicantes. Lo de los practicantes no te creas que se solucionó fácilmente. Aunque luego pusieron agujas de tirar, pero las del día eh! … pero ellos seguían con las mismas agujas.
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Lo que tuvimos nosotras en el ambulatorio de Sasoeta fue una lucha. Menos mal que las dos enfermeras nos llevábamos muy bien. Ah! Y las vendas las lavaban, las tendían, y al día siguiente se las ponían a otro. Teniendo vendas… porque si no hubiera habido pues, yo no hubiera dicho nada. Pero habiendo vendas y gasas como teníamos…en fin ! Esto fue el ambulatorio de arriba. Con el paso del tiempo empezaron a venir médicos de otra manera, más jóvenes y todo fue cambiando, quedaron 2 o 3 de la antigua escuela. Entonces empezó a haber más unión con nosotras. Ya no era, medico y enfermera, éramos más compañeros y había más ayuda. Por ejemplo, para hacer recetas, ellos también hacían. Y si decías oye, me voy un momento a tomar un café, pues no se molestaban…incluso tomábamos café juntos. Todo eso ya cambió y la forma de trabajar de la enfermera también.
4. ¿Teníais avisos a domicilio las enfermeras?
No, no teníamos ningún aviso a domicilio. No trabajábamos en este campo. Lo de atender a los domicilios, fíjate, empezó cuando yo me iba a jubilar. Yo hace 18 años que me he jubilado, pues un año antes. Hasta entonces no existía.
5. ¿Tú experimentaste el cambio de las funciones de enfermería, teniendo su propia consulta..? Sí claro, cuando bajamos del ambulatorio de arriba al del hipódromo, entonces tuve yo ya mi consulta propia. Dejábamos una puerta abierta entre la consulta medica y de la de enfermería y había ya mucha unión entre el médico y la enfermera. Si tenía mucho trabajo uno le ayudaba al otro… De hecho por aquel entonces teníamos un cuarto que no usábamos y se hizo un tipo office, donde desayunábamos juntos. Se impulsó el trabajo de enfermería en Atención Primaria, yo atendía mis pacientes, empecé a hacer cosas diferentes. Se hacían los electros, las glucosas, se llevaban todo el tema de las dietas en pacientes con diferentes enfermedades sea, diabetes, hipertensión… así el medico también empezó a ver mejor al enfermo, estaba más tiempo con él, atendía él también mucho mejor al enfermo. Además empezaron a quitarnos mucho trabajo administrativo, nos dijeron que eso lo debía hacer el administrativo del ambulatorio. Y nosotras pues, más y mejor con el enfermo. Para mí siempre ha sido muy importante escuchar al enfermo, también es una medicina. A mí, me decía el medico: Celia, pero que paciencia tienes, lo que te cuentan los enfermos! Para mí era esencial escuchar al enfermo.
6. ¿Dirías que con estos cambios la población ha salido beneficiada?
Hombre, por supuesto, para mí sí. Además ya el enfermo empieza a coger cita y este hecho hace que tú también le dediques el debido tiempo a él, que viene a por sus recetas y claro también te cuenta más cosas, y salen otras necesidades. Se atiende al individuo. Ya no hay esas avalanchas que no te enteras de nada… Y se ven las tensiones, las glucosas, les enseñas cosas… Las enfermeras poco a poco empezamos a tener otra imagen dentro de la población. Además pasamos también a estar poco a poco cada vez más en el centro y a organizar nuestro trabajo con independencia del médico. Luego vinieron otras enfermeras, se fue Mª Carmen, vino Inma, que me llevaba fenomenal. Nos ponían sustitutas en vacaciones, no era como antes que ni eso podías porque no había sustitución para enfermería y entonces el medico como no podía estar sin nosotras.
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7. Nuestro trabajo está enfocado hacia el cambio de costumbres alimenticias. ¿Has notado a lo largo de estos años cambios en este aspecto?
Cuando yo estaba trabajando, cambio mucho lo de las dietas porque las enfermeras éramos las que decíamos lo que cada uno debía comer por su enfermedad, les pesábamos, les dábamos unos impresos con la dieta… Hacíamos una educación sanitaria. El médico les decía que tenían que adelgazar y nada más, que comerían menos. Este tema se lleva a cabo hoy en día también por las enfermeras que son las que lo llevan todo.
8. A raíz de la implantación de la fábrica Michelin, hubo mucho cambio: vino tanta gente, las familias ganaban un sueldo mayor… y como enfermera, ¿empezaste a notar cambios en la alimentación de la población?
Sí. Al principio, cuando empecé a trabajar, la gente se alimentaba muy mal, muy mal… y tú les decías que así no podía ser. Luego notamos que la gente al tener más dinero empezó a alimentarse mejor, pero aún y todo, no sabía alimentarse correctamente, porque se creían que por tener dinero, la cuestión era alomejor comer muchísima carne o comer muchísima otra cosa… la obsesión esa de lo que hasta entonces no habían podido comer. Entonces fue cuando se les tuvo que educar un poco, que no… que no se trataba de eso. Además luego, los regímenes que se hacían eran, de comer solo 2 manzanas al día para adelgazar y beber mucha agua al día. Pero esto no puede ser, les decías…que no se trata de adelgazar un montón en poco tiempo. Poco a poco fueron entrando en que si además estás muy gorda debes acudir a un especialista y si no estás muy gorda debes hacer una dieta equilibrada, baja en calorías, pero comiendo de todo. Hoy en día también hay mucha gente que hace mal las dietas de régimen. Pretenden adelgazar rápidamente y no aprendiendo a comer bien además. Con esas dietas de la televisión. Y luego ahora también se lleva mucho eso de las comidas precocinadas. Y a los niños, para que las madres estén más tranquilas y trabajen menos, salen del colegio y les compran un bollicao de la pastelería, y les dan eso de merendar. Yo a mis hijos les daba su bocadillo de lo que sea. Hoy hay niños obesos.
9. ¿Crees que el paso de los años ha mejorado la alimentación de la población? Pienso que se mejoró en una época, pero ahora….Ahora yo creo que es por las madres, porque están tan ocupadas, que no se preocupan de dar una merienda adecuada a los niños. Ahora hay mucha más variedad de alimentos para poder seguir una dieta adecuada, pero las prisas, el cambio de concepto sobre la importancia de la comida y muchas otras cosas han hecho que al final en general la gente coma peor que hace años. Las comidas no se hacen adecuadamente. Yo he trabajado también y hacía la comida por la noche para el día siguiente. Ahora por lo que me cuentan, pues no. Lo primero que se encuentra, de esas comidas, ya hechas. Un bote; yo se de muchas madres que compran un bote de alubias con chorizo, lo calientan y les dan eso a los niños de comer.
10. Volviendo un poco a una época anterior, sobre los años 60‐70 que es cuando estaba Michelin con toda esa gente nueva en el pueblo, además, había un economato, comedor de la empresa,…¿ello influyó en la vida cotidiana de la gente?
Sí tuvo influencia. Yo conocía el economato de Michelin muy bien porque mi marido daba clases a los trabajadores de Michelin y por eso también teníamos acceso al economato, y comprábamos allí. Estaba bien.
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El comedor también funcionaba bien. Tenía un primo soltero que iba a comer allí, claro para el muy bien. La gente estaba muy contenta del comedor de Michelin, se decía que se comía muy bien.
11. ¿A la hora de llevar a cabo la recomendación dietética realizada desde el ambulatorio, el economato cubría las expectativas?
Sí, totalmente. Había cosas de todo en el economáto. Bueno, no había mucha fruta fresca. La fruta igual tenías que comprarla en otro lado. Pero la carne era muy buena y el pescado aceptable. En el pueblo había fruterías, carnicerías y pescaderías también.
12. ¿Echabas en falta algún tipo de alimentos en concreto que la gente no consumía?
Había mucha carencia en la verdura. La gente comía mucha carne y mucho pescado. Yo no se si tenían obsesión de que no lo habían comido. La verdura y también la fruta no existían. A los caseros del pueblo acudíamos a comprar verdura y fruta fresca, que es la mejor que tenían. Y cuando empezó lo de leche, que los caseros vendían la leche recién ordeñada, pues todos la comprábamos. Pero luego ya claro, empezaron a decir que esa leche no había pasado por Sanidad, ni por ningún control y ya cambiamos y empezamos a comprar de la otra, las de supermercado de hoy día. A la gente le costó darse cuenta de esto, porque se creía que lo del caserío era lo mejor. Un día, antes de que se empezara a decir que no tenía ningún control esta leche, es decir cuando yo también compraba esta leche, yo se la compraba a una casera que venía de Urnieta. Iba con su carrito y tal y lo que le compré, la leche la dejé reposando en una jarra. Y cuando vi el poso que dejaba esa leche, me horroricé. Y claro echaba unos polvos con agua a la leche… yo ya dejé de comprarle leche a ella. Se enfadó mucho. Todavía hay gente en el pueblo que compra leche a los caseros, porque dicen que es la mejor, la recién ordeñada y que la que bebemos nosotros no alimenta y no sabe a nada porque es agua.
13. ¿Tu relación con la población siempre ha sido igual?
No. A lo largo de estos años las costumbres de la gente han ido cambiando. El tipo de familias también ha cambiado y todo esto influye en el modo en el que he ido haciendo mi trabajo. Por ejemplo, antes siempre había una mujer en todas las casas que cuidaba de los mayores. Supongo que las enfermeras de hoy en día, se encontraran con cambios en este sentido, ya que hay mucha gente contratada para este trabajo en las casas, gente de fuera…
ANEXO 4 Esquema para análisis información 1.‐ Hipótesis: La actividad de la empresa Michelin produjo importantes cambios en las pautas alimentarias en el municipio de Lasarte. Intuimos que la incorporación de la mujer al ámbito laboral será un elemento determinante en las pautas alimentarias que pretendemos estudiar. Y todo ello se da paralelamente a la evolución de la profesión de la enfermería.
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Incluir la comparación de una semana cotidiana de menús. Listado de comidas y elaboración. Diferenciando los 3 momentos rural‐industrial‐globalización. Texto de Barandiaran+ Mabel Gracia+ Todos los menús de todas las entrevistas. Diferenciando días de labor y festivos. 2.‐ Factores:
Influencia en los cambios de la dieta por la incorporación de la mujer al mundo laboral.
o Concepción mujer y funciones: antes y después de la industrialización: Entrevista Fortunata+ Texto de Teresa del Valle
o Ley de Franco: Ley de la dote: Entrevista Martina e Isabel
o División Sexual del Trabajo: Entrevista Manolo+ Texto Malabaristas de la vida
Influencia de los modelos económicos en los hábitos alimentarios
o Adaptación de las necesidades fisiológicas del comer a cada modelo económico. Función de la comida: Necesidades del caserío, Michelin y la sociedad global
o Comer entendido como hecho social, cambios sociales: Entrevista Amaia
o Comer como indicador de la realidad social
o Diferentes accesos a los alimentos: Huerta‐Economato‐Supermercado
o Prohibiciones alimentarias: Ejemplo de comer gato
o Comer cambios del comportamiento: Diferentes horarios de comidas
o Definición de buena alimentación: Diferentes percepciones en lo rural, Industrial, global.+ Jesús
Contreras
o En función de lo que comes perteneces a diferente clase social: Baudrillard
o Cambios en las dietas principalmente en los 70: Jesus Contreras+ Entrevista Sebastián
o Presencia de Inmigrantes, sinónimo de intercambio de gastronomía.
o Inclusión de nuevas tecnologías: Texto Barandiaran + Entrevistas
Influencia del cambio social en el cambio del rol de enfermería de AP. Entrevista Celia.
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ANEXO 5 Cuadro Resumen Informantes
NOMBRE EDAD ORIGEN DEDICACIÓN LABORAL
MOTIVOS ENTREVISTADAS
Fortunata 99 Lasarte Baserritarra Por ser mujer y su edad
Martina 86 Lasarte En ámbito doméstico y en Michelin
Por ser mujer, por su actividad Laboral y nacida en un caserío urbano (kale‐baserri)
Ixabel 73 Lasarte En ámbito doméstico y en Luzuriaga
Por ser mujer, nacida en caserío y trabajadora de fábrica
Manolo 78 Extremadura Trabajador de Michelin
Por ser inmigrante y por el trabajo en Michelin
Lurdes 60 Lasarte Trabajadora de Michelin
Por ser mujer y por su actividad Laboral
José Ramón 78 Lasarte Trabajador de Michelin
Por el trabajo en Michelin y pequeño comercio
Sebastián 76 Oria Trabajador de Michelin
Ha vivido los 3 modelos económicos: rural, industrial y actualidad
Amaia 33 Lasarte Profesora Por ser mujer de 33 años e hija de trabajadores de Michelin
Celia 78 Madrid Enfermera Por ser enfermera de la localidad de Lasarte.