Ronsard, Pierre

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    MADRIGAL

    Que se rompa el espejo en que se mira llenndose de orgullo tu hermosura! Cuando me vuelvas a mirar con ira

    ya no es tan bella, oh nia, tu figura.

    Cunto hace que por ti mi alma suspira! Y mi anhelo, mi fe, mi pasin pura no lograrn que a quien por ti delira te muestres algn da menos dura?

    Crees que durar tu primavera? Pasar! Pasar cual languidece

    en el jardn efmera la rosa.

    No volver la juventud ligera! Coge vida el placer que ella te ofrece y sin amar no mueras, nia hermosa.

  • 2

    OTROS POEMAS DE PIERRE DE RONSARD:

    A SU AMADA

    CANCIN

    CANCIN II

    EL RAMO QUE OS ENVO...

    ENVO DE FLORES

    MUERTE DE MARA

    SIEMPREVIVA

    SONETO

    SONETO A CASANDRA

    SONETO PARA HELENA

    TOMA ESTA ROSA

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    A SU AMADA

    Mi pequea palomita, mi pequea, toda linda, perlita ma, besadme: con la boca toda llena

    de amor, quitadme la pena de mi amoroso cuidado.

    Cuando yo os diga: nia ma acercaos, necesito

    nueve besos a la vez, dadme solamente tres,

    como los que Diana guerrera le. dio a Febo su hermano y la Aurora a su viejo... Luego, retirad la boca, y lejos, toda esquivez,

    huid con pie bullicioso.

    Como un toro por el prado corre detrs de su amada,

    as yo, lleno de ira, correr, loco, tras vos,

    y sujeta con fuerte mano os retendr, de igual modo

    que un guila al tembloroso pichn. Entonces, fingindoos ruborosa

    de darme los otros besos, iniciaris vos el gesto.

    Pero en vano estaris colgada

    de mi cuello, esperando (los ojos un poco bajos)

    perdn de mi pecho herido. Pues en lugar de seis he de pediros

    ms besos que estrellas nunca tuviera el cielo; ms que arena

    se acumula en la orilla arrastrada por el agua

    cuando airada se estrella contra las rocas.

    Versin de L. S.

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    CANCIN

    Quienquiera conocer al Amor y a su esencia, su arco, su fuego, sus rasgos y su aspecto,

    cules son sus maneras y qu es lo que desea, lea estos versos: voy aqu a describirlo.

    Es un placer repleto de tristeza,

    es un tormento ornado de alegra, un desespero donde siempre se espera,

    un esperar que siempre desespera.

    Es como una nostalgia de juventud perdida es como polvo expandido en el aire,

    es pintar en el aire, es pretender a una coger el viento y blanquear un moro.

    Es falsa risa y dolor verdadero,

    tener herido el corazn sin lamentarse, es volverse criado en lugar de seor, es morir y nacer mil veces cada da.

    Es cerrar a los amigos de la razn la puerta,

    que triste languidece casi muerta, para entregar la llave a la enemiga

    que la recibe con el pretexto de ser amiga.

    Es mil males por slo una mirada es estar sano y simularse enfermo, es perjurar mintindose, y hacer profesin de adular y complacer.

    Es un gran fuego envuelto en poco hielo,

    un bello juego relleno de falacias, es un despecho, una guerra, una tregua,

    un largo pensamiento, una palabra breve.

    Es un por fuera disimular el gozo, celando un alma que dentro solloza, un mal tan agradable que uno anhela

    consumirse por siempre en tan bello martirio.

    Es una paz sin duracin apenas, es una guerra de combate extremado,

    en donde el vencido recibe toda gloria, y el vencedor no obtiene la victoria.

    Es un error de juventud que elige

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    aun antes la prisin que la libertad. Es un pensamiento que entre dudas no reposa,

    y por objeto slo tiene una cosa.

    En fin, Nicols, es amor unos celos, una fiebre en un frenes.

    Qu mayor mal puede haber en el mundo que tener por seor a una mujer?

    As, pues, para que tu corazn no caiga bajo los lazos de tan sujeta ley,

    si t me crees, ten cuidado: el arrepentimiento llega tarde.

    Versin de L. S.

    CANCIN II

    A Casandra

    Vamos, Linda, a ver si la rosa que abri su pecho, esplendorosa,

    a los primeros mpetus del sol, altiva, esbelta, iridescente, bajo la lumbre atardecente

    copia an de tu faz el arrebol.

    Ah! Mira con cuanta presteza sobre la tierra su belleza

    hoja por hoja descendi... Fiera madrastra la Natura,

    la flor en ella slo dura el tiempo que la luz la acarici.

    Si pues mi amor tu fe merece, en tanto que tu edad florece

    en su ms bella y fresca novedad, recoge de la prirnavera

    tu flor... Ya ves: locura fuera esperar que se mustie su beldad.

    Versin de Carlos Lpez Narvez

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    EL RAMO QUE OS ENVO...

    Fue para vos para quien yo, Seora, cort al rosal las flores que os envo; no hacerlo as y el vendaval o el fro

    las agostaran antes de la aurora.

    Ejemplo os dan, que si lucs agora de impar beldad mirfico atavo,

    pensad tambin que el tiempo ciego, impo todo lo va royendo hora tras hora.

    Pasan, fugan, esfmanse los das;

    lo que hoy somos ser muerta ventura del incierto maana en las umbras.

    de mi rendido amor no estis segura?

    Pasan las horas, fganse vacas... Por qu no darme en flor vuestra hermosura?

    Versin de Carlos Lpez Narvez

    ENVO DE FLORES

    Hoy te envo estas flores que mi mano acaba de cortar recin abiertas,

    que de no recogerlas hoy temprano las habra encontrado el alba yertas.

    Ellas recuerdan el destino humano, porque tus gracias y bellezas ciertas

    se agostarn en da no lejano y estarn, pronto, como flores, muertas.

    Se va el tiempo, mi amiga... mas no es cierto:

    somos nosotros, !ay! , los que nos vamos. Ni de ti ni de m quedar huella.

    Y cuando t ests muerta y yo est muerto, nada habr de este amor de que hoy hablo

    mame, entonces, mientras eres bella.

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    Versin de Andrs Holgun

    MUERTE DE MARA

    Como se ve en la rama de mayo abrir la rosa, fulgente de hermosura, su primor florecido;

    y al mismo sol, de celos sentirse estremecido sin ella deja el alba su lgrima radiosa;

    Y la gracia en sus ptalos recogerse amorosa, y en el jardn y el rbol su aroma trasfundido,

    o en estivales fuegos, o por la lluvia herido, deshojarse su cliz y morir silenciosa;

    Tal en la primavera de tu ser esplendente,

    cuando el mundo y los cielos diademaban tu frente, rendida por la Parca ya en cenizas reposas...

    Recibe por ofrenda mi llanto y mis clamores,

    y esta copa votiva y esta lluvia de flores: vivo o muerto, que sea tu cuerpo slo rosas.

    Versin de Carlos Lpez Narvez

    SIEMPREVIVA

    Para que as de siglo en siglo sobreviva la perfecta amistad que Ronsard te profesa,

    la razn ofuscada por tu pura belleza y en tus brazos gemelos la libertad cautiva;

    para que sepa el mundo que estaba siempre viva

    tu imagen en mi sangre y en mi memoria impresa y que mi alma rendida slo de ti est presa, hoy te envo mi amor con esta Siempreviva.

    Ella perdurar largo tiempo fragante.

    -Te har, despus de muerta, vivir perpetuamente, tanto puede el empeo de un servidor amante

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    que al honrarte pretende honrar la virtud suma. Tu nombre, como Laura, vivir eternamente, al menos lo que vivan los libros y la pluma.

    Versin de Andrs Holgun

    SONETO

    Qu decs y qu hacis, nia ma? En qu sois? Pensis acaso en m? Acaso no os preocupa mi desmayo,

    y este penar por vos que me envenena?

    Por vuestro amor mi corazn se agita y ante mis ojos yo os veo sin cesar, ausente os escucho y aun os oigo,

    y slo vuestro amor suena en mi pensamiento.

    Siempre estn vuestros ojos, vuestras gracias y encantos

    en m grabadas y tambin los lugares donde os viera danzar, leer y hablar.

    Os tengo como ma, y si yo no soy mo, vos sois la sola que en mi pecho respira,

    mi ojo, mi sangre, mi desgracia y mi bien.

    Versin de L. S.

    SONETO A CASANDRA

    Qu dices, nia, qu haces diariamente? Me recuerdas? Qu piensas? Qu te apena?

    No te aflige mi pena permanente as como tu imagen me envenena?

    Ante mis ojos siempre ests presente.

    Tu amor, ardiendo, el corazn me llena. Distante te contemplo y te oigo ausente

    y ningn otro amor en m resuena.

  • 9

    Estn fijos tus ojos en mi mente y tu risa y tu voz con que deliro

    estn en m grabadas de igual modo.

    Te siento mia y, si me siento ausente, es porque vivo en t y en t respiro, mi nico bien, mi corazn, mi todo!

    Versin de Andrs Holgun

    SONETO PARA HELENA

    Vencida por los aos, en la dulce tibieza del hogar y la luz albos copos hilando,

    dirs embelesada mis versos recordando: Ronsard cant los das de mi feliz belleza.

    Ya no habr quin recoja de tu voz la tristeza, ni esclava soolienta que el percibir el blando

    rumor en que me nombras, dichosa despertando con frvida loanza bendiga tu realeza.

    Mi cuerpo bajo tierra, tan slo ya mi alma

    Yagar de tus mirtos umbrosos en la calma, mientras t, cerca al fuego, te acoges aterida.

    Y has de llorar entonces esa altivez insana...

    No te niegues, escchame, no esperes a maana: cete desde ahora las rosas de la vida.

    Versin de Carlos Lpez Narvez

    TOMA ESTA ROSA

    Toma esta rosa -amable cual t eres; rosa entre rosas bellas la ms rosa;

    diosa en flor entre flores la ms diosa de las Musas, la Musa de Citeres.

    Recbela y ofrcele piadosa

  • 10

    tu seno, pues mi corazn no quieres... (Corazn, rosa mustia, nada esperes;

    sangre sin fin tu herida dolorosa.

    La rosa y t han slo una semblanza: no ms un sol la rosa tendr vida;

    mil soles t pervives de esperanza!

    Si al menos, corazn, rosa transida, marchitarte pudieras en bonanza,

    cual la rosa en su pecho recogida! )

    Versin de Carlos Lpez Narvez