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La evolución de la teoría de Husserl sobre el tiempo. INTRODUCCIÓN I Ya [incluso]una m irada ligera [superficial] a la h istoria de la filosofía nos enseña, que el pensamiento ha intentado aproximarse al enigma del tiempo fundamentalmente a través de dos caminos. Una vía de acceso se orienta hacia los fenómenos naturales del movimiento de los cuerpos en el espacio. El análisis aristotélico del tiempo en el célebre Libro Delta de su “Física”, es el ejemplo clásico de un análisis, que comprende el tiempo como medida del movimiento. La otra vía transcurre sobre la introspección y capta el tiempo como una propiedad del alma humana y de su capacidad de representación. No es casualidad, que esta forma de comprende r el tiempo haya encontrado su primera expresión más significativa [conspicua] en un escrito, dedicado a la investigación de la conciencia, el sentimiento [sentido] de culpa [autoinculpac ión moral] y la memoria, a saber: el Libro XI de las “Confession es” de S. Agustín. La extensión temporal (“distensio animi”) es la propiedad esencial del espíritu humano, el cual, expulsado [aherrojado] de la participación en la presencia eterna de Dios, puede no obstante abarcar intuitivamente su propia vida siempre cambiante. En esta comprensión de la extensión tempora l [propia] de la capacidad representativa huma na como gracia en la desgracia [se impone, destaca, se alza] ya en S. Agustín muy pronto la  pregunta por los lím ites del tiempo, por el com ienzo y el origen a sí como por el final y la plenitud última. El ejemplar de bolsillo de las “Confesiones” que se conserva en el Ar chivo- Husserl de Lovaina muestra, que Husserl leyó con atención el Libro XI. Ello no ha de sorprender, si observamos que [en] su descripción fenomenológica de la conciencia interna del tiempo se dejó inspirar [está inspirada] en tal medida por las observacion es y  presupuestos im plícitos del análisis del tie mpo agustiniano, q ue casi podría hablarse d e “notas marginales” a[ tex to de] S. Agustín. También en Husserl el problema del tiempo se asienta en la intimidad de la conciencia. Lo que se investiga es la capacidad del  presente cons ciente, de capta r no sólo lo dado ac tualmente [Gegenwä rtiges], sino también de retener el pasado, así como de anticipar el futuro. El pasado recordado es comprendido en definitiva siempre como conciencia transcurrida [pasada] y el futuro  porvenir como con ciencia futura. El an álisis filosófico de las d iferentes dimensiones del tiempo se m ueve de este modo, en principio, dentro de los estrictos [estrechos] límites [márgenes] de la interioridad psíquica. Al comprender, por lo tanto, la conciencia  pasada com o conciencia actual ya sida y la co nciencia futura com o conciencia ac tual venidera, lo que se intenta es precisamente hablar de un concepto de tiempo unidimensional. Unidimensio nal no sólo debido al papel predominante del presente  propio de la conc iencia, sino tam bién, como ensegu ida veremos, po rque el transcurso temporal es interpretado como una línea fraccionada en momentos puntuales de ahora. Por otra parte no resulta empero difícil, establecer una relación entre la interpretación husserliana del tiempo con el punto de partida de Aristóteles, si bien la dedicación de Husserl a la “Física” no puede documentarse de hecho con la misma facilidad que su estudio de las “Confesiones”. Determinacion es temporales como “anterior” y “posterior” así como “futuro”, “presente” y “pasado” son para ambos filósofos predicados de un objeto, que se mueve dentro de un sistema global de

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La evolución de la teoría de Husserl sobre el tiempo.

INTRODUCCIÓN

IYa [incluso]una mirada ligera [superficial] a la historia de la filosofía nos enseña, que

el pensamiento ha intentado aproximarse al enigma del tiempo fundamentalmentea través de dos caminos. Una vía de acceso se orienta hacia los fenómenosnaturales del movimiento de los cuerpos en el espacio. El análisis aristotélico deltiempo en el célebre Libro Delta de su “Física”, es el ejemplo clásico de unanálisis, que comprende el tiempo como medida del movimiento. La otra víatranscurre sobre la introspección y capta el tiempo como una propiedad del almahumana y de su capacidad de representación. No es casualidad, que esta forma decomprender el tiempo haya encontrado su primera expresión más significativa[conspicua] en un escrito, dedicado a la investigación de la conciencia, elsentimiento [sentido] de culpa [autoinculpación moral] y la memoria, a saber: elLibro XI de las “Confessiones” de S. Agustín. La extensión temporal (“distensioanimi”) es la propiedad esencial del espíritu humano, el cual, expulsado[aherrojado] de la participación en la presencia eterna de Dios, puede no obstanteabarcar intuitivamente su propia vida siempre cambiante. En esta comprensión dela extensión temporal [propia] de la capacidad representativa humana comogracia en la desgracia [se impone, destaca, se alza] ya en S. Agustín muy pronto la pregunta por los límites del tiempo, por el comienzo y el origen así como por elfinal y la plenitud última.

El ejemplar de bolsillo de las “Confesiones” que se conserva en el Archivo-Husserl de Lovaina muestra, que Husserl leyó con atención el Libro XI. Ello no ha desorprender, si observamos que [en] su descripción fenomenológica de la concienciainterna del tiempo se dejó inspirar [está inspirada] en tal medida por las observaciones y presupuestos implícitos del análisis del tiempo agustiniano, que casi podría hablarse de“notas marginales” a[ texto de] S. Agustín. También en Husserl el problema del tiempose asienta en la intimidad de la conciencia. Lo que se investiga es la capacidad del presente consciente, de captar no sólo lo dado actualmente [Gegenwärtiges], sinotambién de retener el pasado, así como de anticipar el futuro. El pasado recordado escomprendido en definitiva siempre como conciencia transcurrida [pasada] y el futuro porvenir como conciencia futura. El análisis filosófico de las diferentes dimensiones del

tiempo se mueve de este modo, en principio, dentro de los estrictos [estrechos] límites[márgenes] de la interioridad psíquica. Al comprender, por lo tanto, la conciencia pasada como conciencia actual ya sida y la conciencia futura como conciencia actualvenidera, lo que se intenta es precisamente hablar de un concepto de tiempounidimensional. Unidimensional no sólo debido al papel predominante del presente propio de la conciencia, sino también, como enseguida veremos, porque el transcursotemporal es interpretado como unalínea fraccionada en momentos puntuales de ahora.

Por otra parte no resulta empero difícil, establecer una relación entre lainterpretación husserliana del tiempo con el punto de partida de Aristóteles, si bien ladedicación de Husserl a la “Física” no puede documentarse de hecho con la mismafacilidad que su estudio de las “Confesiones”. Determinaciones temporales como

“anterior” y “posterior” así como “futuro”, “presente” y “pasado” son para ambosfilósofos predicados de un objeto, que se mueve dentro de un sistema global de

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localización espacio-temporal. En tanto que medida del movimiento, la línea representa puntos de actualidad, que surgen renovadamente sin cesar nunca. La sucesiónirreversible de estos ahoras es comparable a la de los números, la cual se construyemediante la adición de la unidad. El número o respectivamente la unidad temporal delahora computa el movimiento; el tiempo mide y en tanto que sucesión continua de

nuevos ahoras él mismo es medido simultáneamente. Esta visión aristotélica secorresponde con la teoría de Husserl del presente estático-fluyente. Ciertamente queAristóteles [se cuestiona] hace más reflexiones que Husserl en torno a los modos de ser del tiempo y el ahora, si bien ambos coinciden en que el tiempo no es un ser independiente, un objeto (presente) y , por lo tanto, no puede existir sin objetos. Eltiempo aparece en primer lugar en la experiencia de la naturaleza y en el cambio de lascosas, que nos rodean. Si por lo tanto el tiempo es comprendido en sí mismo como unaespecie de movimiento, ello tiene lugar de acuerdo a una orientación espontánea segúnel modo característico de movimiento de los cuerpos físicos. Husserl se ha defendidocon vigor, es cierto, de las tentaciones de esta equiparación, sin ser empero del todocapaz de escapar a la naturalización que se sigue de ello o la objetivación de laconciencia del tiempo.

¿Mas cómo es posible afirmar que la comprensión del tiempo de Husserl esdeudora al mismo tiempo de los análisis de un Aristóteles y un S. Agustín? Naturalmente no puede negarse, que entre ambos filósofos es posible comprobar laexistencia de líneas históricas de [ascendencia] [parentesco comunes] o cierta similitudsistemática. No obstante, la pregunta apunta más bien a cómo Husserl pudo superar enel marco de su fenomenología de la conciencia del tiempo, la oposición entre unenfoque de inspiración natural-filosófica y otro de inspiración psicológica. Es probable,que también Heidegger tuviera presente precisamente esta pregunta, cuando en su “nota preliminar del editor” a las “Lecciones de fenomenología de la conciencia interna deltiempo de Edmund Husserl” escribió: “Decisivas son aquí la exhibición del carácter intencional de la conciencia del tiempo , así como la aclaración cada vez másfundamental de la intencionalidad en general.” Más adelante volveremos a la cuestiónde cómo los alumnos de Heidegger de Marburgo no pudieron evitar el comprender talelogio como una crítica velada a Husserl. Pero de momento, es suficiente con lacomprobación de que la intencionalidad de la conciencia en esencia no caracterizameramente la originalidad del modo de acceso de Husserl al problema del tiempo, sinoque además ocupa un lugar central en su cada vez más perfecto análisis de la concienciadel tiempo. Los fenómenos, de los que sobre todo se ocupa Husserl en los textos aquíreproducidos, a saber: la percepción de un objeto que dura, la retención y lareproducción rememorativa de momentos de la conciencia pasados y finalmente

también la conciencia de unidad del propio yo que dura, todos ellos en general apuntana diversos rendimientos de la conciencia. Un análisis del tiempo, que se desarrolla en elámbito de la fenomenología de la conciencia intencional, supera la alternativa entre elanálisis del tiempo “psicológico” y “físico”, debido a que una vivencia intencionaltrasciende continuamente los límites de lo que internamente forma parte de sí misma yse relaciona con lo consciente fuera de ella. Ello es válido para todas las formas yamencionadas de la conciencia del tiempo, y por cierto, como se mostrará [quedarámostrado], sin excepción posible. En la percepción, fenómeno fundamental del análisisdel tiempo husserliano, esta limitación de lo interno y lo externo aparece en la forma dela referencia del tiempo psíquico o “inmanente” de la percepción al tiempo natural o“tiempo objetivo” de los objetos percibidos.

Respecto a la intencionalidad de la conciencia del tiempo se plantea ahora bienuna nueva pregunta menos fácil de responder, a saber: ¿de qué tipo de intencionalidad

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se trata aquí? Con ella no se mienta “la pregunta por el modo de ser de laintencionalidad en general” y su relación con el tiempo, ni tampoco se trata una nuevaformulación analítica del concepto de intencionalidad. En cuestión está simplemente, sila intencionalidad de la conciencia del tiempo representa para Husserl un modo propiode conciencia intencional, junto a otras como p.e. percepción, intuición, etc., o si la

intencionalidad de la conciencia del tiempo coparticipa en todos los actos intencionales,y por cierto como momento dependiente. En estrecha conexión se plantea aún la pregunta adicional de si la conciencia del tiempo intencional puede ser objeto de unaindagación fenomenológica autosuficiente, o si la conciencia del tiempo debeexpresarse [lingüísticamente] siempre vinculada a otros rendimientos de la concienciaintencional. Aparentemente Husserl no da una respuesta clara a tales cuestiones. Por unlado sus análisis del tiempo se mueven siempre en un ámbito de problemas de mayor amplitud. Los primeros textos tratan de continuo el tiempo en unión con la descripciónde la percepción y en los tardíos el análisis del tiempo se pone en conexión sobre todocon la investigación del concepto de persona, la constitución de la comunidad social ytambién con el sentido de la historia. Por otro, en la selección aquí presente hay unnúmero considerable de textos, que se ocupan básicamente de la descripción del flujodel tiempo, p.e. con la modificación continua en la retención de una ahora pasado. Enellos se trata forzosamente de descripciones relativamente abstractas, a menudo casimatemático-formales. Curiosamente muchos lectores se han dejado impresionar [fascinar] justo por estas investigaciones formales, para posteriormente reclamar vigorosamente la desformalización de los análisis del tiempo husserlianos y el tránsito auna comprensión del tiempo más orientada anropológicamente. En lo que a Husserlrespecta, es en cualquier caso muy claro, que nunca ha fundamentado la pretensión delos análisis del tiempo de preparar el terreno a la fenomenología en su totalidad, enreferencia a su carácter formal. Por el contrario: los análisis del tiempo son elfundamento (dependiente) de la fenomenología de la percepción, fantasía, intuición,etc.; y un análisis de la conciencia devendrá por lo tanto formal sólo en tanto que seindependice, es decir: si se abstrahe de su función fundamentadora p.e. en unafenomenología de la percepción. La fenomenología de la percepción o de laintersubjetividad determina los análisis del tiempo fenomenológicos también allí, dondeeste horizonte permanece inadvertido o es excluido explicitamente. Si el tiempo es unaregión fundamentadora, pero no independiente de la investigación fenomenológica,entonces difícilmente puede afirmarse, que Husserl vea en la conciencia del tiempo unmodo peculiar de conciencia intencional. Ello no excluye empero por otra parte, que eldesarrollo de la fenomenología de la percepción, fantasía, recuerdo, intuición, etc.,hayan recibido sus impulsos más decisivos precisamente a partir de los análisis formales

de la conciencia del tiempo. También la teoría de la intencionalidad como funcióngeneral de la conciencia fue influida decisivamente por el análisis de la conciencia deltiempo. Todavía habremos de indagar cómo en el ámbito de la fenomenología de laconciencia del tiempo surgen nuevas formas de conciencia intencional, en especial ladirección intencional a objetos dados [en relación al horizonte], así como unaintencionalidad de la “conciencia absoluta”, que no conoce ni acto ni objeto. Unaafinidad especial entre intencionalidad y tiempo puede constatarse también en Husserl,sin que ésta sin embargo, como en Heidegger, constituya el objeto de investigaciones propias y fundamentales.

En la ya mencionada “nota introductoria” a las “Lecciones de fenomenología dela conciencia interna del tiempo de Edmund Husserl”, Heidegger escribe: “El tema

permanente de la presente investigación es la constitución temporal de un dato desensación puro [...]”. Heidegger con esta observación pone el dedo precisamente sobre

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el principio de la fenomenología de la conciencia del tiempo de Husserl. Mas principioúnicamente en el sentido de inicio de un desarrollo, de formulación primera y sobretodo en el sentido de su trasfondo histórico. La mencionada [pretendida] conexión deHeidegger entre dato de sensación y tiempo sugiere el establecimiento de una relaciónde este trasfondo histórico con la tradición del empirismo. De hecho así sucede, y esta

influencia del emprirismo (en especial de Locke) en la comprensión del tiempo inicialde Husserl discurre a través de Brentano y Meinong. En esta discusión con Brentano yMeinong la tesis empirista según la cual el “presente” temporal es idéntico con laintensidad máxima de impresión y el “pasado” se caracteriza por el debilitamiento[disminución], palidecer y finalmente la plena extinción de la intensidad de los datossensibles, desempeña un papel central. Tal intensidad decreciente de la impresión es posteriormente compensada con la actividad creadora de la fantasía. Según Brentano el pasado en consecuencia no es percibido, sino más bien representado en una imagen.También para Meinong es válido, que la captación de la duración temporal va más alláde los límites de la percepción y requiere el apoyo de supuestos categoriales. La críticade Husserl a estas visiones ha de ser leída igualmente como un alejamiento progresivode la tradición empirista respecto a la comprensión del tiempo. Tal abandono implicaademás de modo más general la elaboración de un concepto específico de conciencia.

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El período comprendido entre la aparición de la “Filosofía de a Aritmética” (1891) y las“Investigaciones Lógicas” (1900/01) se caracteriza por el distanciamiento de los procedimientos genético-causales de la psicología y su giro hacia la denominada“fenomenología” descriptiva. Tal evolución queda reflejada en los textos dedicados a la problemática del tiempo escritos durante el ya mencionado período. Así, si en un textode 1893 la cuestión es aún la explicación de la “génesis psicológica “ de larepresentación de procesos temporales, en torno a 1901 la pregunta formulada adopta untono crítico: “¿No es la tarea de de la teoría del tiempo psicológica –bajo la presuncióndel tiempo objetivo en el que las vivencias psíquicas transcurren- explicar la génesissubjetiva de la representación del tiempo?”El viraje de una psicología genética hacia la descripción fenomenológica de la percepción encuentra en un texto (12) la siguiente concisa expresión:

“En la fenomenología no nos ocupamos del tiempo objetivo, sino de los datos de la percepción adecuada”.

En la fenomenologá eidética puesta en marcha en las “Investigaciones Lógicas” la problemática del tiempo surge en la medida de que una fenomenología de los actos de laconciencia no puede de ningún modo darse sin una comprensión, bien sea implícita, desu transcurso temporal y modo de darse. No obstante los análisis de las IL parecen

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moverse en una descripción estática limitada al momento del presente y lasimultaneidad., casi como si se tratara de datos atemporales (incluido el acto de lasíntesis en virtud del cual se funda –se constituye- la unidad de los actos: la corrienteunitaria de vivencias). Lo mismo es válido para la conexión entre conciencia reflexiva yconciencia refleja.

De este modo los primeros escritos sobre el tiempo de Husserl aportan un complementode primera magnitud a sus IL. En ellos se intenta hacer una descripción fenomenológicade la percepción de un objeto en el tiempo. Desde estos textos iniciales Husserl rompecon el prejuicio de muchos de sus contemporáneos, que limita el modo de darse del presente a la captación de un ahora puntual. El ahora posee una “extensión visible”, estárodeado por un horizonte de pasado y futuro adheridos de forma inmediata.∗El presenteaprehendido pereceptivamente “no es algo temporalmente puntual”, sino un “campo”,en el que el ahora, el ahora-ya-no y el ahora-aún-no están reunidos (abrazados, ligados,contenidos) mediante una “forma” (Gestaltform).Una distinción que también ya está presente es la que se da entre un pasado, que pertenece inmediatamente al presente de la percepción, y un pasado, que se actualiza denuevo a través de la “reproducción” (Reproduktion). Tales nociones anticipan en ciertamedida lo que posteriormente se denominará “retención” (“Retention”) y“rememoración” (“Wiedererinnerung”) (Tb. “recuerdo secundario”).La teoría del presente distendido y en especial del “recuerdo fresco” (intuiciónretencional del pasado) son puestas en confrontación con la comprensión de laconciencia del tiempo de F. Brentano.

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Pasemos al segundo grupo de textos (18-35). Estos textos aparecieron en los años 1904y 1905 y están vinculados a las “Lecciones sobre el tiempo” de febrero de 1905. Lostextos más significativos de este grupo 2 proceden directamente del manuscrito de lalección de 1905 y tratan , sobre todo en confrontación con Meinong, el problema de la percepción de la continuidad temporal (29 a 33). Especial mención merece el texto n. 35elaborado en Seefeld, que analiza los presupuestos fundamentales de la conciencia de laidentidad.Especialmente en su tratado “Sobre objetos de orden superior y su relación con la percepción interna” (1899), Meinong fundamenta una diferenciación entre objetossimples y complejos y especialmente se preocupa en especial por una clarificacióntanto lógica como ontológica de aquellos objetos complejos, cuyo modo peculiar de ser

v. Ehrenfels había conceptualizado con el nombre de “Gestalt” (“Über Gestaltqualitäten”, 1890).Una novedad para Husserl fue como Meinong relacionaba la distinción entre entreobjetos simples (= sensibles) y complejos (= categoriales) con la otra distinción entreobjetos “distribuidos temporalmente” y “no distribuidos temporalmente”.“Temporalmente distribuido” se denomina a un objeto, al que le corresponde connecesidad una distensión temporal y por lo tanto no puede darse plenamente en unacaptación momentánea puntual (en un ahora). El ejemplo de Meinong de un objeto tales la melodía.Para Meinong una sucesión de percepciones bastarían para tener la experiencia de“clases” (Klassen), pero no para la captación de un movimiento en su totalidad (=de una

forma), tal como el que encontramos en una melodía. La melodía constituye por lo tanto La teoría del presente distendido tiene claros antecedentes en la obra de L.W. Stern., y de W. James.

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un objeto de nivel superior, cuya captación pone en juego además de una experienciasensible una representación lógica. Traducido a la terminología de Husserl: la supuesta percepción de una melodía es en realidad un acto de intuición categorial (semsiblementemezclado). No obstante, Husserl destaca un prejuicio de gran importancia en la concepción de

Meinong: la limitación de la intuición a la captación de un objeto puntual ó momentodel objeto; el rechazo por lo tanto del “presente distendido”. En relación a ello, Husserlhabla de la “ficción idealizante” de un “punto temporal matemático”. (N. 29). De ello sederiva por una parte la imposibilidad de la percepción de un movimiento: Una percepción actual no es capaz de percibir sino un objeto actual, y en la sucesión de de percepciones actuales se perciben ciertamente objetos actuales sucesivos, pero no lasucesión de estos objetos. Por otra parte de la limitación de Meinong de la conciencia al presente puntual se sigue también, que un movimiento (una melodía) sólo puede ser aprehendida, cuando todos sus momemtos sucesivos (componentes sonoros) son dadossimultáneamente, es decir en un ahora, mediante una representación sintética. Ello llevaa Meinong a la afirmación increible de que una melodía sería aprehendida al llegar a sufin, y que esta captación sería el resultado de una sintesis categorial ulterior.Husserl en su propio análisis invoca principalmente su visión ya desarrolladaanteriormente de la “extensión del presente”. No obstante como se verá con claridad,con ello en principio pueden y deben entenderse dos cosas:1. En cada percepción actual es percibido un movimiento - ó respectivamente una

duración del objeto- en virtud de la retención y protención que envuelven laconciencia del ahora (N. 30-32).

2. La percepción actual es ella misma una parte no independiente, un “límite ideal” (N.27), “algo abstracto” (“ein Abstraktum”) (N. 29) en la prolongación temporal del proceso perceptivo.

Husserl se sirve en su análisis de la percepción en el tiempo (que dura) de objetostemporales que duran del esquema “aprehensión – contenido de aprehensión” , el cualya madurado domina la determinación fenomenológica de la “conciencia interna deltiempo”. Precisamente este esquema es aplicado por Husserl en las lecciones sobre eltiempo de 1905. Se trata en primer lugar de entender cómo una fase actual de la percepción es capaz de captar no sólo la fase actual correspondiente de un objeto de la percepción , sino también sus sus fases pasadas y futuras. De acuerdo a Husserl talfenómeno ha de comprenderse como que el acto de la percepción actual se compone devarias aprehensiones, de las cuales una se refiere a través de la apercepción de lasensación originaria (Ur-Empfindung) al estado del objeto actual y el resto por medio de

la apercepción retencional y protencional de contenidos sensibles modificados a losestados del objetos pasados y futuros - no dados intuitivamente en la mismas medida.

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La fase actual (Momentphase) de un proceso perceptivo es en consecuencia una unidad(un continuo) de “aprehensiones” y sus correpondientes “contenidos de aprehensión”,que se refieren a las fases presente, pasadas y futuras en la duración (ó en elmovimiento) del objeto de la percepción. Husserl denomina a esta fase de la percepción,

en la que la distensión temporal del objeto de la percepción es percibida en un instante“continuo transversal intuitivo”. (n. 33)

Esta percepción transversal de un objeto temporal esta estructurada de tal modo, que lafase actual del objeto temporal es percibida a través de la aprehensión actual de uncontenido dado en persona en el presente actual, mientras que las fases pasadas yfuturas del objeto temporal son copercibidas simultáneamente, y por cierto enaprehensiones actuales de contenidos de aprehensión asimismo actuales, aunquemodificados y por lo tanto ya no presentes de forma sensible. En el caso de la co- percepción ((Mit-)Wahrnemung) de una fase del objeto pasada, es decir en el caso de laretención, este contenido de aprehensión modificado es caracterizado como “fantasma”(N. 33). Si la fase actual de la percepción es un continuo, el transcurso de la percepciónes en consecuencia “un continuo de estos continuos, que se adhieren incesablementefase a fase [...] y constituyen a través de este proceso la conciencia unitaria del objetotemporal en su totalidad. “ (N. 32). Un objeto temporal como la melodía sólo puededarse con plenitud en una percepción que dura. La conciencia sintética, que conecta yunifica las fases de esta percepción continua, no ha de ser entendida como un actológico-categorial. Se trata más bien de una “fusión” (Verschmelzung) continua,sensible de fases no independientes, las cuales remiten más allá a sí mismas y seextienden (trascienden) a otras fases (N. 29). En tal continuidad de fases de la percepción deviene representación tanto de un nuevo objeto actual, como también delhundimiento temporal de los puntos actuales precedentes, y a través de ello se crea laconciencia de una continuidad objetiva. No obstante, el análisis de Husserl de la percepción distendida de un objeto temporal permanece en estos textos influida aún en parte por la teoría desarrollada en las IL de la percepción interna. Sólo así cabe entenderr el porqué Husserl afirma como algo de suyocomprensisble: “Puesto que evidentemente la percepción y lo percibido son simultáneosfenoménicamente [...], de ahí se sigue que ambos se solapan en su extensiónfenoménica”. (N. 29). Esta aparentemente trivial constatación será empero puestaimplícitamente en cuestión por Husserl en ulteriores análisis fenomenológicos de laconciencia perceptiva continua. Por una parte se da la dificultad de que a Husserl

todavía le falta el medio de definir con precisión y sin “regreso al infinito” la presuntaconciencia de la “sucesión” de “intuiciones actuales” (que tiene lugar al comparar lostranscurso de la percepción y lo percibido). Por otra parte, de la interpretación de la fasede la percepción como conciencia actual de una duración objetiva se deriva, que entre lafase de continuidad del objeto percibido y la fase de continuidad del objeto temporal percibido existen importantes diferencias esenciales, estructurales. Así, los primerosdiagramas del tiempo (N. 31 y 34) muestran ya con total claridad, que el transcurso dela percepción recapitula y a la vez modifica en cada una de sus fases la sucesión desonidos ya acontecida. Los análisis más precisos de esta continua modificaciónretencional, tal como tiene lugar en los textos más tardios, socaba definitivamente eldogma de un flujo de la conciencia lineal y con ello también los supuestos de la

similitud estructural postulada entre el movimiento de la conciencia y el movimiento delos objetos temporales.

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[Nota: Es fundamental asimismo determinar el modo como la retención afecta a laestructura del objeto temporal. ¿Qué significa que percibimos un sonido –un objetosonoro- ó una estructura sonora como viniendo de un acontecimiento anterior con elcual está como fundido y abriéndose –apuntando- hacia un futuro inminente? ¿Se trata

sólo de determinaciones temporales, de relaciones temporales, ó es necesario ademáshablar de modificación estructural del objeto? Parece más acertado hablar demodificación estructural en el tiempo en función del contexto. A medida que avanza unasucesión sonora su sentido se va llenando, iluminando, en función de lo acontecido y delo proyectado –entre otros factores que habrán de ser tenidos en cuenta como laexperiencia acumulada, la disposición del oyente, el grado de atención-concentración,las características del sujeto en cuanto a capacidad memorística , la inteligencia musical,¡el inconsciente!,.... , sin olvidar discutir los aspectos no formales de la música. La pregunta que hay que plantear es por el sentido de una estructura temporal como lamúsica. Los análisis de la Teoría de la Forma, así como los conceptos de todo, parte ysignificado estructural, nos serán de gran ayuda a la hora de precisar estas cuestiones.Como anticipo pensemos en el caso simple de la percepción de un intervalo. Alescuchar un sonido como la 5ª descendente de un sonido anterior, lo que oímos no essólo un sonido después de otro (un sonido actual , un sonido ya transcurrido presentecomo objeto modificado temporalmente en la retención, y ambos fusionados en laconciencia); no se trata sólo de que la estructura temporal unitaria del proceso seconstituya justamente como temporalidad. Es que además el sonido actual es vivido justamente como la resolución del sonido anterior, como su punto de equilibrio tonal,como su fundamental – lo que no sucedería en el caso de no haber estado la notaanterior en la misma relación interválica. Pero lo que es digno de admiración es que nosólo el pasado incide en la recepción (en la constitución) del presente (apuntando a unhorizonte posible de significado en la protención), sino que también el presentacontribuye a la constitución del sentido de lo ya acontecido en una especie de dialécticatemporal interna (la 5ª justa adquiere su pleno sentido de dominante, de punto demáxima tensión, es decir de 5ª, sólo cuando aparece en el campo de escucha sufundamental; hasta entonces sólo era un sonido indefinido tonalmente). ]

Los textos aparecidos en el contexto de la lección sobre el tiempo de 1905 se centran enla investigación fenomenológica de la pecepción de objetos temporales. Ante todo estosanálisis han de ser considerados estrictamente fenomenológicos en la medida en que eltiempo objetivo es reducido al tiempo de la experiencia, es decir a las determinacionestemporales del proceso perceptivo, a los modos de darse temporalmente los objetos en

la conciencia. Se trata de poner en marcha la idea de una ciencia fenomenológica sinsupuestos (idea ya desarrollada en las IL). En la formulación del texto 19 esta“reducción” significa “la plena exclusión de toda suposición acerca de un tiempoobjetivo” , así como la limitación a lo “dado fenomenológicamente”, es decir “lo dadoadecuadamente en la intuición del tiempo”. A diferencia de los textos del grupo 3(1906-1909) no se puede hablar aquí todavía de una reducción fenomenológico-trascendental. De constitución trascendental sólo cabe hablar desde el momento en quees posible una consideración correlativa fenomenológico-intencional, es decir sitambién el objeto intencional – como correlato (= noema)- es incluido en el campo delos datos admisibles fenomenológicamente.En el texto de 1905 (Manuscrito de Seefeld) las cuestiones técnicas de la lección sobre

el tiempo van a experimentar una profundización. Con mayor claridad aún que en eltexto 28 Husserl distingue aquí entre la identidad individual del objeto temporal y la

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identidad abstracta de la “línea” (distensión ) del tiempo. Estas identidades sonretrotraídas a la de la conciencia de la identidad, la cual no acompaña simplemente eltranscurso de las capas de tiempo (Zeitfüllen: lit. rellenos de tiempo) cambiantes sincesar, sino que literalmente conecta sintéticamente entre sí unos con otros fenómenosdel objeto pasados y actuales y los refiere a la unidad idéntica del objeto. La identidad

objetiva se invierte fenomenológicamente de este modo pasando a ser correlatointencional de la conciencia de identidad; no obstante aún no se ha alcanzado de plenouna contemplación de constitución estrictamente transcendental al no considerar losfenómeno pasados del obejeto que subyacen a la conciencia de identidad. Tampoco elfenómeno de la conciencia absoluta es introducido expresamente, si bien ya se apunta almismo. (V. 35).En adición al tratamiento de la percepción de objetos distribuidos temporalmente estostextos del 2º. Grupo aportan además una contribución esencial a otra cuestión técnica, asaber: a la comprensión de la rememoración (Wiedererinnerung). Mientra los textosiniciales pertenecientes a la órbita de las IL caracterizaban aún la rememoración comouna modalidad de conciencia de imagen (compárese los N. 2, 9, 10, 15), los textos N. 27y en especial el N. 18 someten esta visión a una crítica fundamental. Lo que en larememoración “aparece como quasi presente” (“vorschwebt”) es el objeto pasadomismo, y no algo distinto, que simplemente se le parece. El objeto pasado empero noes ,obviamente, percibido; en el acto mismo de la rememoración nada es percibido yasea una imagen o un signo. La rememoración “reproduce” más bien una percepción, yde ahí se explica que el objeto rememorado aparezca como sí mismo y a la vez como pasado. El concepto decisivo de este análisis del recuerdo es el acto de re-presentación(evocación) (“Vergegenwärtigung”) (N. 18, 34), que se distingue ya plenamente deltémino “representación” (“Gegenwärtigung”). Esta nueva teoría de la rememoraciónalcanza su forma definitiva en los textos del grupo 3 (en especial el 45) a partir de laintroducción de la conciencia “absoluta”. Sea mencionado de pasada, que los textos de1904/05 ponen en conexión la rememoración con con la conciencia de identidad (N. 28y 35) y de sucesión (N. 34). Por consiguiente quedará ya claro aquí, que larememoración desempeña una función esencial en la constitución fenomenológica deltiempo objetivo.

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Textos del 3er. Grupo (39-47 y 51-52). Creados entre 1907 y 1909.La limitación del espectro de estos textos se debe ante a todo a razones técnicas. En primer lugar a la introducción de la conciencia del tiempo “absoluta” en la lección de

WS 1906/07 y por otra otra parte a la crítica al esquema “aprehensión-contenido deaprehensión” en esta conciencia absoluta desarrollada en los textos del 4º. Grupo a partir de septiembre de 1909. El punto central de este grupo radica en el descubrimientode la conciencia absoluta, su descripción provisional precedente a través delmencionado esquema y su contemplación para la teoría de la memoria, la cual ahora semanifiesta en su madurez. Todo ello lleva parejo importantes avances en el desarrollode la problemática de la conciencia del tiempo. A partir de 1908 Husserl se adhiereexpresamente a las consecuencias idealistas de la teoría de la reducciónfenomenológico-tracendental. La teoría de la retención y en especial de la constitucióndel flujo unitario de la conciencia se vincula con otras cuestiones fundamentales y sobretodo con la teoría del yo puro y la fenomenología de la intersubjetividad.

Si bien la introducción de la conciencia absoluta supone una novedad radical en laevolución del pensamiento husserliano ello no significa una ruptura con planteamientos

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previos. Los textos del grupo 3 siguen ocupándose con el intento de hacer unadescripción de la percepción de objetos en el tiempo (como p.ej. la melodía), de laestructura temporal del proceso perceptivo. Husserl llega incluso a establecer unarelación de “simultaneidad” entre el transcurso de la melodía y de la percepción (de lamisma). No obstante, al proceder así Husserl presupone que junto a la conciencia del

objeto perceptivo se da una conciencia del transcurso temporal de la percepción misma.Pero, ¿es percibida esta extensión temporal del proceso perceptivo del mismo modo quela melodía? ¿Y qué sucede con la percepción adicional, en la que la continuidadtemporal de la percepción del sonido es asimismo también percibida?

[Es decir, si somos conscientes de la duración interna de la percepción de un sonido(que asimismo es percibido como un sonido que dura, como una estructura temporal),tendrá que haber en principio una conciencia de dicha duración. Ahora bien, ¿quésucede con esta “segunda” conciencia que toma nota de la duración interna de lasvivencias que transcurren interpenetrándose unas en otras; del proceso temporal delflujo de la conciencia?; ¿es también esta conciencia temporal con lo cual parecería quenos hundimos en la aporía de un regreso al infinito?; ¿de qué tipo de concienciahablamos y qué relación posee con la conciencia reflexiva? Nos enfrentamos así a un problema de enorme complejidad que apunta a la “conciencia absoluta”. Un aspectointeresante a tratar es la relación entre la estructura de la conciencia del tiempo y laestructura de la autoconciencia (conciencia prerreflexiva y conciencia reflexiva), ó enotros términos el problema de la unidad de la conciencia y del yo.)]

Este estado de cosas, que impulsó tácitamente ya en 1904/5 la aceptación de ladenominada “conciencia absoluta”, puede expresarse del modo siguiente:

La percepción de un objeto temporal se basa en los denominados “escorzos”(“Abschattungen”) de este objeto. El escorzo no es empero percibido sino el objeto, omás precisamente el objeto a través de los escorzos. Estos escorzos son por lo tantomomentos de la conciencia perceptiva que, ciertamente, no son percibidos, aunque síson conscientes. La cuestión ahora es precisar cómo se relacionan entre sí la concienciade escorzos y la conciencia del objeto perceptivo; y aún más, cómo se comporta laconciencia, en la que la conciencia de los escorzos mismos (=objetos temporalesinmanentes) es también vivida (¿o debería decirse: es percibida?).Husserl se plantea estas preguntas ya de forma explícita en la leción de WS 1906/7 y larespuesta hace referencia a la “conciencia absoluta”. (Compárese Husserliana XXIV, parágrafos 42 y ss.). En estos tempranos textos Husserl señala ya, que esta conciencia

absoluta - ó respectivamente vivencia de la percepción- no es ya en principioconciencia de un objeto y, por lo tanto, tampoco debe ser llamada en sentido estrictouna percepción. Dado que este mismo texto formula por primera vez la idea de lacorrelación intencional y en especial de la reducción fenomenológico-trascendental, podría casi afirmarse, que en este texto se revela ya una dimensión de la concienciaconstituyente, que amenaza con hacer saltar los límites de la esfera de la fenomenologíade la percepción, prioritaria hasta este momento.Entre los textos del 3er. Grupo es el N. 39 (reconstrucción de la lección de 1906/7) elque más profundiza en la pregunta por la conciencia absoluta. Husserl parte en estetexto nuevamente de la idea de que no sólo la percepción, sino también “lo percibidocomo tal” se dan a sí mismos de forma absoluta y por lo tanto la correlación percepción-

objeto percibido puede analizarse en el marco de la reducción fenomenológico-trascendental. En referencia al tiempo se da entonces por una parte la posibilidad de

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contrastar (separar) la temporalidad interna de la percepción y el tiempo objetivo, y por otra de conectarlos entre sí como relación entre lo constituyente y lo constituido. Mas siel tiempo objetivo es remitido fenomenológicamente a la temporalidad constituyente dela conciencia perceptiva, inemdiatamente surge la pregunta por la conciencia en la cualse constituye a su vez la temporalidad de esta conciencia del tiempo interna. El intento

de solución de Husserl consiste en primer lugar en postular una “conciencia absoluta”de objetos temporales inmanentes; en segundo lugar, reivindicar la posibilidad de una“percepción reflexiva” de la conciencia absoluta; y en tercer lugar introducir, junto a latemporalidad de objetos trascendentes e inmanentes, una temporalidad preobjetiva del“flujo de la conciencia” absoluto (vor-gegenständliche Zeitlichkeit des absoluten“Bewuβtseinsflusses”).La fundamentación fenomenológica de tales suposiciones sobretodo se desarrolla en los textos del grupo 4.La introducción de la conciencia absoluta tiene lugar en e N. 39 al analizar la percepción reducida fenomenológicamente de un objeto temporal inmanente, en conretoun sonido que dura. Se confirma, por lo tanto, la íntima conexión de la concienciaabsoluta con la reducción fenomenológica-trascendental así como con el tratamiento dela correlación constitutiva. El sonido es caracterizado en esta nueva conexión comocorrelato inmanente-intencional, unitario ó respectivamente individual-idéntico de unaconciencia perceptiva fluyente, en la cual nos apercibimos continuamente de nuevos“escorzos de sensación” en un contínuo paralelo de aprehensiones como fenómenos deeste sonido unitario. La percepción reducida fenomenológicamente da como resultado, por tanto, un concepto doble de “inmanencia”. Por una parte la inmanencia del sonidounitario y por otra la inmanencia del flujo de sensaciones y aprehensiones. En últimotérmino “el flujo de la conciencia es el tener y captar posible del sonido”, en el que se“constituye ... la unidad temporal” (p. 150). Este flujo de la conciencia es denominado“conciencia absoluta”, debido a que constituye la unidad de objetos temporalesinmanentes, mas ella misma no es constituida por una forma adicional de la conciencia:“Unidad es unidad de objetivación, y la objetivación es ciertamente objetivadora, perono objetivable. Toda objetivación no objetivable pertenece a la esfera de la concienciaabsoluta” (p. 152).En una mirada más atenta se comprueba empero, que esta determinación aparentementeconvincente de la conciencia absoluta contiene aún numerosas incompatibildades ycontradicciones. Así, la conciencia absoluta, constituyente en último término esidentificada por una parte justamente con la percepción del sonido unitario que dura.Por otra parte, no obstante, esta percepción del sonido es indudablemente tambíén unacontecimiento limitado temporalmente, cuya unidad ha de ser constituida de nuevo enuna conciencia adicional – y asíin infinitum. El regreso al infinito amenaza sin embargo

no sólo a la constitución de objetos temporales unitarios, sini también a ladeterminación de la conciencia absoluta del flujo de la conciencia misma. En relación aello Husserl habla de “una percepción reflexiva de segundo grado”, que se dirigeciertamente a la conciencia absoluta, pero a la vez la hace objeto, con lo que en ciertosentido fracasa, yerra en su cometido. Sea cual sea el nivel ó grado al que pertenezcauna percepción reflexiva, se mantendrá como conciencia absoluta en la medida de queno sea percibida. No-percibida empero sólo puede significar aquí (en el concepto deconciencia al que se ha llegado) “inconsciente”, con lo cual la conciencia absolutadebería ser designada de forma completamente contradictoria como inmanencia de laconciencia inconsciente. Finalmente Husserl también fracasa en la diferenciación entrela temporalidad de los objetos inmanentes y la temporalidad del flujo de la conciencia.

No basta con afirmar simplemente que los contenidos del flujo de la conciencia absolutano duran y por lo tanto no son “temporales” en el sentido de los objetos temporales

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inmanentes (compárese Ns. 42, 44, 45). En la medida que estos objetos de la concienciaabsoluta son designados como “aprehensiones” y “contenidos de aprehensión”, noexiste en general ninguna diferencia estructural entre la conciencia absoluta y losobjetos temporales inmanentes (p. Ej. Los “escorzos de sensación”[“Empfindungsabschattungen”]) por una parte, y las sensaciones apercibidas en una

percepción trascendente. Tampoco se comprende, el motivo por el cual para ladeterminación de la relación constitutiva, en la que lo constituyente y lo constituidoambos pertenecen a la conciencia misma como partes reales [reelle Bestandstücke], no precisa en general además de una mediación a través de contenidos de aprehensiónrepresentativos. Como veremos en el tratamiento de los textos del grupo 4, una teoría plausible de la conciencia absoluta será posible a partir de que se renuncie al uso delesquema “aprehensión-contenido de aprehensión”, y cuando la conciencia absoluta, quese refiere tanto a objetos temporales inmanentes como a sí misma, sea apartada engeneral y básicamente del proceso de percepción.La introducción de la conciencia absoluta en este grupo 3 no sólo determina el análisisde la percepción de objetos temporales inmanentes (tal como los sonidos reducidosfenomenológicamente), sino también la comprensión de larememoración . En el análisisdel recuerdo, especialmente en el texto 45, se cierra un desarrollo, en el quedesempeñan un papel decisivo primero la confrontación con Brentano y posteriormentela determinación del recuerdo como un acto ponente de reproducción (de re-producción[Vergegenwärtigung]), así como la crítica a la interpretación del recuerdo como un tipode conciencia de imagen (vid. Especialmente N. 18), que se deriva de la anterior tesis.La contribución esencial de la conciencia absoluta a la intelección de la memoria radicasobre todo en la clarificación de la copertenencia del recuerdo y lo recordado, o más precisamente en la determinación tanto de la diferencia entre el ahora actual y el ahorasido como de la posibilidad de un modo de darse [Gegebenheit] actual del pasado como pasado.Rememoración (evocación) y retención son dos modos esencialmente diferentes, en losque la conciencia intencional presente [gegenwärtig] se refiere al pasado. En laretención el pasado está dado inmediatamente, y por cierto como como una prolongación que se adhiere sin costuras al presente (como horizonte pasado). Laretención no se refiere por lo tanto a un pasado, que hace nada aún estaba presente,(como a veces parece insinuar Husserl de forma equívoca) sino que, entendidacorrectamente, abarca la totalidad de fases ya transcurridas del flujo de la concienciaabsoluta. La referencia al pasado “aún fresco” se debe sobre todo a la circunstancia deque el carácter intuitivo del pasado consciente retencionalmente es limitado y disminuyecontinuamente a medida que s que crece la distancia del ahora actual tendiendo con

rapidez a aproximarse a una nada. Tal vez y aún con mayor probabilidad Husserl queríaindicar, que incluso este pasado distante, no intuido permanece no obstante aún “fresco” para la conciencia, dado que cada retención actual nueva modifica no sólo todas lasretenciones previas, sino que además recapitula a la vez implíctamente la cadenacompleta de las retenciones pasadas y de esta manera”porta en sí misma el legado deldesarrollo pasado en su totalidad” (p. 193). En lo que respecta a la esencia de larememoración, tampoco puede del mismo modo ser comprendida a partir de de ladimensión del intervalo temporal entre el presente del recuerdo y el pasadorecordado.No sucede en modo alguno, que con la distancia en aumento y la frescuracada más debilitada del pasado, la retención sea reemplazada (redimida) de sí misma por la memoria. Existen evocaciones del pasado más cercano y más lejano, que no

pesuponen un “tener” retencional del presente transcurrido (pasado). En larememoración este pasado permanece no sólo consciente y captable de algún modo

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como en la retención, sino que más bien deviene manifiestamente actual “de nuevo” orespect. “una vez más”. Naturalmente no actual como presente, sino actual como presente pasado. Tal es el sentido de la determinación de la rememoración como un actode “re-presentación” [Vergegenwärtigung].¿Mas cómo puede ser el pasado de nuevo actual, sin al hacerlo sacrificar su cualidad

(determinación) de pasado? ¿Cómo se conserva en el recuerdo el “intervalo” temporalentre el presente del recuerdo y el pasado de lo recordado, ello a pesar ciertamente deuna cierta “simultaneidad” del recuerdo y lo recordado? ¿Cómo puede serme dada deforma intuitiva en el recuerdo actual, sentado ante el escritorio, la vista de una montañacoronada durante las vacaciones, y por cierto con la conciencia expresa, de que se tratade la misma vista, que ya vi una vez con anterioridad?