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1. INTRODUCCIÓN Las Ciencias de la Tierra en general y la Geología en particular, han contado siempre con una baja percepción social en el gran mer- cado de la información y divulgación científi- ca de los medios de comunicación españoles, en cuyo espectáculo de la Ciencia priman los progresos en Biomedicina y Biología, el conocimiento físico de la materia y el Uni- verso, el desarrollo de las tecnologías con futuro o cuantas novedades guarden relación con la conservación del medio ambiente y el cambio climático. Bol. R. Soc. Esp. Hist. Nat. (Sec. Geol.), 100 (1-4), 2005, 307-322. ISSN 0583-7510 ¿Sabemos divulgar la Geología que hacemos? Do we know how to popularize Geology? Juan Carlos Gutiérrez-Marco Instituto de Geología Económica CSIC-UCM, Facultad de Ciencias Geológicas, 28040 Madrid. [email protected] PALABRAS CLAVE: Geología, Paleontología, Medios de Comunicación, Periodismo científico, Cultura cien- tífica, Divulgación científica. KEY WORDS: Geology, Paleontology, Media, Scientific journalism, Scientific culture, Scientific dissemination. RESUMEN La Geología arrastra grandes problemas de percepción social y difusión mediática en España. Sus causas hay que buscarlas en la falta de formación y cultura científica en la materia, que afectan tanto al público en general co- mo a la mayoría de los periodistas españoles. El seguimiento de las informaciones publicadas en la prensa escrita a lo largo de los últimos diez años muestra que las noticias paleontológicas reciben una mayor atención relativa que los temas puramente geológicos. Entre éstos destacan las noticias relacionadas con la estructura y dinámica interna del planeta, los temas mineros o energéticos y la dinámica superficial en relación con los riesgos geológicos y el cambio climático. Las informaciones geológicas son minoritarias frente a las que generan las restantes ciencias y con gran frecuencia son también de calidad inferior, en su mayoría tratan temas anecdóticos e incluso polémicos, como por ejemplo la seguridad de las obras públicas, el impacto ambiental generado por los recursos geológicos y la po- sibilidad de predecir desastres naturales. La mejora en la proyección social de la Geología y su potenciación infor- mativa pasa necesariamente por una mayor implicación de los geólogos ante los medios de comunicación y los nue- vos mecanismos de divulgación científica, entre ellos las Ferias y las Semanas de la Ciencia. Ambas iniciativas deberían integrarse en las obligaciones de los geólogos al servicio de las administraciones públicas, que habrán de garantizar la justa valoración profesional e institucional hacia el esfuerzo individual o colectivo en la divulgación de la Geología. ABSTRACT Geology drags considerable problems related to social perception and media coverage in Spain. Their causes can be found in the lack of preparation and poor scientific culture on this field both in the general public and in most Spanish scientific journalists. When looking though the information published by the written media in the last decade it becomes evident that paleontological news receive greater attention than those of a purely geological nature. Among the latter, the news which stand out are those dealing with the structure and internal dynamics of our plan- et, mining or energy-related topics, surface dynamics associated to geological hazards and climate change. Geological information is quite insignificant compared with that from other sciences, and it is often of a lower qual- ity: mostly anecdotal and even controversial, such as public works safety, the environmental impact of certain geo- logical resources or the predictability of natural disasters. The improvement of social awareness and media coverage of Geology demands a greater involvement of geologists regarding the media and new mechanisms for scientific dis- semination, like the Week of Science and Science Fairs. Both initiatives should be integrated as compulsory activi- ties for geologists working in the public administration, which, in turn, should warrantee the fair professional and in- stitutional valuing of individual and collective effort in the dissemination of Geology. Bol. R. Soc. Esp. Hist. Nat. (Sec. Geol.), 100 (1-4), 2005. 17 Gutierrez 28/2/06 10:15 Página 307

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1. INTRODUCCIÓN

Las Ciencias de la Tierra en general y laGeología en particular, han contado siemprecon una baja percepción social en el gran mer-cado de la información y divulgación científi-ca de los medios de comunicación españoles,

en cuyo espectáculo de la Ciencia priman losprogresos en Biomedicina y Biología, elconocimiento físico de la materia y el Uni-verso, el desarrollo de las tecnologías confuturo o cuantas novedades guarden relacióncon la conservación del medio ambiente y elcambio climático.

Bol. R. Soc. Esp. Hist. Nat. (Sec. Geol.), 100 (1-4), 2005, 307-322. ISSN 0583-7510

¿Sabemos divulgar la Geología que hacemos?

Do we know how to popularize Geology?

Juan Carlos Gutiérrez-MarcoInstituto de Geología Económica CSIC-UCM, Facultad de Ciencias Geológicas, 28040 Madrid. [email protected]

PALABRAS CLAVE: Geología, Paleontología, Medios de Comunicación, Periodismo científico, Cultura cien-tífica, Divulgación científica.

KEY WORDS: Geology, Paleontology, Media, Scientific journalism, Scientific culture, Scientific dissemination.

RESUMEN

La Geología arrastra grandes problemas de percepción social y difusión mediática en España. Sus causas hayque buscarlas en la falta de formación y cultura científica en la materia, que afectan tanto al público en general co-mo a la mayoría de los periodistas españoles. El seguimiento de las informaciones publicadas en la prensa escrita alo largo de los últimos diez años muestra que las noticias paleontológicas reciben una mayor atención relativa quelos temas puramente geológicos. Entre éstos destacan las noticias relacionadas con la estructura y dinámica internadel planeta, los temas mineros o energéticos y la dinámica superficial en relación con los riesgos geológicos y elcambio climático. Las informaciones geológicas son minoritarias frente a las que generan las restantes ciencias y congran frecuencia son también de calidad inferior, en su mayoría tratan temas anecdóticos e incluso polémicos, comopor ejemplo la seguridad de las obras públicas, el impacto ambiental generado por los recursos geológicos y la po-sibilidad de predecir desastres naturales. La mejora en la proyección social de la Geología y su potenciación infor-mativa pasa necesariamente por una mayor implicación de los geólogos ante los medios de comunicación y los nue-vos mecanismos de divulgación científica, entre ellos las Ferias y las Semanas de la Ciencia. Ambas iniciativasdeberían integrarse en las obligaciones de los geólogos al servicio de las administraciones públicas, que habrán degarantizar la justa valoración profesional e institucional hacia el esfuerzo individual o colectivo en la divulgación dela Geología.

ABSTRACT

Geology drags considerable problems related to social perception and media coverage in Spain. Their causescan be found in the lack of preparation and poor scientific culture on this field both in the general public and in mostSpanish scientific journalists. When looking though the information published by the written media in the last decadeit becomes evident that paleontological news receive greater attention than those of a purely geological nature.Among the latter, the news which stand out are those dealing with the structure and internal dynamics of our plan-et, mining or energy-related topics, surface dynamics associated to geological hazards and climate change.Geological information is quite insignificant compared with that from other sciences, and it is often of a lower qual-ity: mostly anecdotal and even controversial, such as public works safety, the environmental impact of certain geo-logical resources or the predictability of natural disasters. The improvement of social awareness and media coverageof Geology demands a greater involvement of geologists regarding the media and new mechanisms for scientific dis-semination, like the Week of Science and Science Fairs. Both initiatives should be integrated as compulsory activi-ties for geologists working in the public administration, which, in turn, should warrantee the fair professional and in-stitutional valuing of individual and collective effort in the dissemination of Geology.

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Las perspectivas de inflexión para estatendencia no son nada halagüeñas, sobre todopor la actual crisis que registra la enseñanzade la Geología en la ESO y el Bachillerato,que será fuente de futuras carencias formati-vas en el conocimiento y opinión ciudadanahacia esta Ciencia. También por la ignoranciade los poderes públicos (empezando por lapropia UE) y, lo que es aún más triste, la demuchos científicos de otras ramas del saberhacia el papel y la verdadera naturaleza de lainvestigación y aplicaciones de la Geología,rayana en ciertos casos en una injusta, ver-gonzosa o interesada ignorancia. Además, eldeclive popular de la Geología en España talvez venga ligado a su estigmatización comoCiencia “poco moderna”, en la creencia equi-vocada de que su desarrollo encuentre pri-mordial razón de ser en la explotación de losrecursos geológicos esperables de la mineríatradicional, aparentemente exhausta en elsolar hispano o fuente eterna de problemasmedioambientales. También por el entronquedirecto de esta Ciencia con el pasado remotode nuestras montañas y paisajes, algo quegeneralmente no se entiende pero se conside-ra inmutable: el objeto de estudio de la Geo-logía significaría para muchos el de la natu-raleza muerta por contraposición a lasrestantes ciencias. Ni siquiera las catástrofesnaturales más comunes como terremotos,maremotos, inundaciones, sequías o corri-mientos de tierras, aportan verdadera actuali-dad científica a los factores geológicos, ges-tionados muchas veces por geógrafos ofísicos, que suman intervenciones inquietan-tes acerca de lo déjà vu y al aura inevitable oazarosa que rodea a muchos riesgos geológi-cos y que rara vez son confrontados por losmedios con opiniones de auténticos geólogosespecialistas.

Pese a todas estas circunstancias tandesfavorables como específicamente espa-ñolas, en los últimos años asistimos a unrenovado interés por determinados aspectosde la Geología, sin duda impuesto por elambiente “de cambio de siglo” que hizointeresarse al público por el pasado y futurodel planeta, la trascendencia del ser huma-no, el vértigo del tiempo y la percepción deluniverso próximo y lejano. Películas como“Parque Jurásico” o el cine de catástrofes(amenaza de impactos extraterrestres, per-sonas y ciudades enteras atrapadas por lasfuerzas de la naturaleza) han sido decisivas

para catapultar el interés por la Paleontolo-gía y la dimensión histórica y dinámica de laGeología, respectivamente. La incipientecrisis energética y climática genera tambiénmuchas interrogantes nuevas, aunque esca-samente canalizadas hacia su vertiente geo-lógica.

En un terreno más riguroso, el papel dela Geología entre las demás ciencias siguesiendo de máxima actualidad, como lo prue-ba la naturaleza de muchas de las 125 cues-tiones publicadas por la revista Science enjulio de 2005, algunas de ellas consideradasentre los 25 enigmas científicos más impor-tantes que afronta la sociedad en estos iniciosde siglo, tales como ¿cómo funciona el inte-rior de la Tierra y cuáles son sus mecanismosinternos?, ¿cómo y dónde surgió la vida?,¿qué cambios nos hicieron específicamentehumanos?, ¿cuándo se agotará el petróleo yqué fuente lo reemplazará?, o ¿cuáles seránlas consecuencias del calentamiento global ycuál es el mecanismo cíclico que desencadenalas glaciaciones?, entre otros temas de máxi-ma actualidad (KENNEDY & NORMAN, 2005).Además de la citada selección de preguntas,la reunión celebrada en Venecia en marzo de2005 por la UNESCO, el Consejo Internacio-nal de la Ciencia (ICSU) y la Academia deCiencias del Tercer Mundo (TWAS), sirviópara identificar las tres líneas principales dedesarrollo científico para las que se esperauna mayor repercusión social en los próximosaños. El primer lugar continúa ocupado por laBiología molecular y la Biotecnología; ensegunda posición figuran las nanociencias ynanotecnologías, y el tercer puesto se lo llevatodo lo relacionado con el Sistema Tierra. Esdecir, que de cara al binomio Ciencia-Socie-dad interesa mucho comprender cómo funcio-na el planeta, cómo libera sus energías, lasinteracciones entre su atmósfera y la acciónantrópica, la realidad del cambio climático ycuantos importantes efectos condicionen elfuturo de la humanidad.

En consonancia con el dilema científicolos geólogos deberíamos asumir, por tanto,un papel más activo e influyente ante laSociedad, pero para ser escuchados y ganar-nos el espacio necesario, tendríamos quetener claras y ejercer una serie de accionesconcretas hasta lograr la merecida repercu-sión mediática en la promoción, difusión yopinión positiva hacia la Geología y las cien-cias vinculadas con ella.

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2. DIAGNÓSTICO DEL ESTADO ACTUAL

La Geología presenta análogos proble-mas de percepción social y difusión mediáti-ca que las restantes ciencias, como se deducede la Segunda Encuesta Nacional sobre eltema, realizada en 2004 por TNS-Demosco-pia para la Fundación Española para la Cien-cia y la Tecnología (FECYT, 2005), del infor-me de Acción CRECE (COSCE, 2005), delos tres congresos celebrados hasta la fechasobre Comunicación Social de la Ciencia y delos anuarios de la Asociación Española dePeriodismo Científico (AEPC, 2004). Aun-que la sociedad española siente curiosidad oexpresa incluso un relativo interés por laCiencia, por lo cual otorga a sus científicosuna imagen francamente positiva, nuestroproblema principal continúa siendo la caren-cia de formación que recibe la inmensamayoría de la población durante su etapaescolar. Este déficit de conocimientos y decultura científica condiciona la pervivenciade dudosos estereotipos científicos, entreellos numerosos conceptos intuitivos y deter-ministas, así como la proliferación de la pseu-dociencia compitiendo con la Ciencia en losmedios de comunicación e incluso en ciertosniveles de enseñanza, generalmente de tipoconfesional. En este sentido, muchos científi-cos comprobamos con impotencia cómoaquella generalización de que el problema deEspaña es ciertamente de falta de cultura, res-ponsable entre otros factores de nuestro atra-so científico, se mantiene en gran medida enla sociedad actual desde que fuera diagnosti-cado dolorosamente hace más de un siglo(RAMÓN Y CAJAL, 1897).

La falta de cultura científica en Geolo-gía y ciencias afines representa hoy día nosólo un problema de formación, sino que lainformación y la difusión de temas geológi-cos o paleontológicos acaban acusando engran medida la falta de aquélla entre losperiodistas profesionales e incluso entrealgunos periodistas científicos, que cuandodifunden conceptos geológicos básicos lohacen muchas veces de forma errónea(POYATO-ARIZA & DELGADO BUSCALIONI,1992; DÍAZ MARTÍNEZ, 2003). A ello contri-buyen también dudosos productos promocio-nales presentados en formato CD, DVD o delibro de consulta, que se hallan francamentedesactualizados, mal traducidos o plagadosde errores, específicamente en el terreno geo-

lógico y paleontológico. Un ejemplo vergon-zante de ello -por lo desfasado- lo constituyeel primer tomo de la enciclopedia HistoriaUniversal (EL PAÍS, 2004), distribuido gratui-tamente por el primer diario nacional eldomingo 9 de enero de 2005, si bien sus defi-ciencias principales de cara al gran públicofueran parcialmente subsanadas por lamucho mejor documentada Enciclopedia delEstudiante, distribuida en idénticas condicio-nes pocos meses después (SANTILLANA-ELPAÍS, 2005).

Existen pocas fuentes que registren eltratamiento dado a la Geología en los mediosde comunicación españoles, ya que las esca-sas recopilaciones disponibles son, o bienensayos literarios, o se refieren tan sólo ayacimientos o grupos fósiles concretos (porejemplo, GIBERT CLOLS & GIBERT BEOTAS,1999; MILLÁN, 2004). En este trabajo hemostomado como base los resúmenes de prensadiaria y los informes semestrales elaboradospor el Gabinete de Comunicación del CSIC,que sólo refieren aquellas noticias protagoni-zadas por sus propios científicos; pero sobretodo recurrimos a una fuente más ampliacomo es el Resumen de Prensa elaboradomensualmente por el Gabinete de Prensa delInstituto Geológico y Minero de España(IGME). Este último recopila en fotocopiasnumerosos recortes seleccionados entre laprensa nacional y regional, encuadernados endos o tres volúmenes, de los cuales el prime-ro agrupa los temas referidos a “Geología yMinería”, aunque la selección de noticias noes exclusiva de dicha sección, ya que algunasotras sobre ambos temas se reparten tambiénbajo los epígrafes “El IGME en la Prensa”,“Ciencia y Tecnología” (a donde van a pararcomúnmente las novedades paleontológicas),“Recursos hídricos” y “Medio Ambiente,Riesgos y Ordenación del Territorio”.

El seguimiento de las informacionespublicadas en la prensa escrita durante elúltimo decenio demuestra que la tendenciano ha variado sustancialmente desde la apa-rición de los primeros análisis efectuados porPARICIO CARDONA & ALCALÁ (1988). Lostemas paleontológicos siguen recibiendo unamayor atención relativa frente a los pura-mente geológicos, dentro de la Geología losasuntos relacionados con los procesos inter-nos (estructura planetaria, placas tectónicas,volcanes, terremotos, perfiles sísmicos) pre-dominan sobre las noticias ligadas a temas

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mineros o energéticos (minerales y rocas deinterés industrial, reservas petrolíferas),observándose también una atención crecien-te hacia la Hidrogeología y la dinámica super-ficial (inundaciones, hundimientos, desliza-mientos, maremotos devastadores), que enparte son tratadas como evidencias geológi-cas del cambio climático. Con la relativaexcepción de la Paleontología y los desastresnaturales puntuales, la prensa actual continúadedicando un porcentaje mínimo a las noti-cias de difusión propiamente geológicas, lascuales acreditan una componente divulgativaevidente, suelen ser de calidad mediocre y ensu mayor parte se ofrecen en forma de texto,con información gráfica reducida o ausente.

Las noticias paleontológicas preponde-rantes en el último decenio ya no suelen refe-rirse tan sólo a los dinosaurios o a los descu-brimientos arqueo-paleontológicos realizadosen la Sierra de Atapuerca (Burgos), sino quesu espectro es más variado y se tratan los fósi-les en ámbar, las evidencias orgánicas másantiguas, fósiles excepcionales chinos(embriones proterozoicos, moluscos y corda-dos primitivos de Chenjiang ligados al origende los vertebrados), trilobites gigantes, sin-rabdosomas graptolíticos, antiguos arrecifescoralinos, extinciones masivas, mamíferoscenozoicos, expediciones en el Paleozoicosudamericano, Paleontología en las grandesobras públicas viarias en torno a Madrid o entúneles, etc.

No obstante, el atractivo popular y laactualidad científica de los dinosaurios con-tinúa vigente a través de la aparición deregistros excepcionales de embriones, plu-mas, dieta, origen del vuelo y de las aves,comportamiento individual o gregario funda-do en evidencias icnológicas, iniciativasmuseísticas aptas tanto para el turismo ilus-trado como para el de masas (Museo delJurásico de Asturias, Dinópolis en Teruel),etc.. Todo ello junto a fiascos recientes (porejemplo aquel presunto “corazón” fosilizadode tiranosaurio) o aún por llegar (posibilidadde obtener ADN de dinosaurio). Por su parte,la Paleontología Humana sigue manteniendoel interés por situar las raíces remotas en laevolución de los homínidos, la colonizacióntemprana de Eurasia (yacimiento de Dmani-si y complejos de Atapuerca, con atenciónrenovada hacia la cuenca de Guadix-Baza),así como por los aspectos culturales y sim-bólicos que rodearon a las distintas especies

del género Homo. En ambos campos, losmedios de comunicación han popularizado elconocimiento del registro español de dino-saurios y aves mesozoicas, el conjunto deyacimientos de Atapuerca (Burgos) y losrecientes hallazgos de antropomorfos fósilescatalanes como el driopiteco (Jordi) de CanLlobateres (Sabadell) o el espectacular yaci-miento mioceno de Hostalets de Pierola(Barcelona), de donde proviene el pierolapi-teco (Pau) y un nuevo homínido aún másantiguo que éste. Paralelamente, han cobradoreconocimiento los protagonistas más signi-ficados en los hallazgos anteriores, entreellos los paleontólogos José Luis Sanz (Uni-versidad Autónoma de Madrid) y SalvadorMoyà (Instituto de Paleontología MiquelCrusafont de Sabadell), o paleoantropólogoscomo Juan Luis Arsuaga (Universidad Com-plutense de Madrid) y José María Bermúdezde Castro (Centro Nacional de Investigaciónde la Evolución Humana, Burgos), que con-tribuyen a fomentar el interés mediático conla publicación de libros dirigidos hacia todoslos públicos, o bien de novelas y ensayos tan-gencialmente relacionados con las investiga-ciones.

Si consideramos las noticias geológicasde mayor relevancia internacional, el últimodecenio ha sido pródigo en desastres natura-les ocurridos en diversas partes del mundo,como terremotos, maremotos, erupcionesvolcánicas, corrimientos de tierras, etc.,todos ellos de gran impacto social y mediáti-co. La crisis energética ha hecho volver lamirada sobre la exploración de yacimientospetrolíferos y la estimación de las reservasmundiales de crudo y gas, incrementandopreocupaciones ambientales relacionadascon la seguridad del almacenamiento geoló-gico de los residuos nucleares y las tecnolo-gías para el secuestro de los gases de efectoinvernadero en la corteza terrestre. La Geo-logía Planetaria y de otros cuerpos celestes(cometas, asteroides) ha sido otro elementorecurrente en la información científica inter-nacional, así como las nuevas divisiones dela Escala Cronoestratigráfica y Geocronoló-gica terrestre (por ejemplo el sistema/periodoEdiacárico neoproterozoico).

Las noticias geológicas españolas sehallan bastante relacionadas con la predic-ción de riesgos naturales, tales como el anun-ciado “megadeslizamiento” de la isla de LaPalma, la sismicidad inducida en el proble-

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mático embalse de Itoiz, las catástrofes deBadajoz y Biescas, los colapsos kársticos enla línea del AVE Madrid-Lleida o sucesoscomo la inseguridad notoria de la balsaminera de Aznalcóllar o del túnel barcelonésdel Carmelo, entre otros muchos ejemplos.Algunos de los casos mencionados fueronciertamente preocupantes ante la alarmasocial generada por la desinformación y lasdisputas surgidas entre diversos sectoressocial, económica o políticamente interesa-dos, aunque paradójicamente hayan servidopara catapultar el reconocimiento de la acti-vidad de los geólogos y la necesidad indiscu-tible de disponer de buenos estudios geológi-cos que ayuden a conocer, prevenir y evitarfuturos desastres.

A escala regional, las noticias geológicasrecientes también evidencian otros factoreslocales como por ejemplo el declive de laminería tradicional del carbón en ampliascuencas de Asturias, León y Aragón y sus con-secuencias sociales, económicas y medioam-bientales; la reconversión al turismo culturalde minas clásicas, entre otras las de Almadén(Ciudad Real), Riotinto (Huelva), Cardona(Barcelona), La Unión (Murcia) y Escucha(Teruel); las esperanzas y posibles conflictosderivados de los nuevos desarrollos mineroscomo los del oro en Asturias o los complejosmetálicos en Andalucía y Extremadura; elimpacto medioambiental y paisajístico degrandes canteras y explotaciones de áridos; laalteración de la piedra en monumentos y edi-ficios singulares y la estimación de acuíferossubterráneos en épocas de sequía, etc.

Otro conjunto de noticias geológicas detrascendencia nacional vinieron motivadaspor la conclusión oficial del proyecto MAGNAen 2004 y su importancia tanto geocientíficacomo socioeconómica; la realización de cos-tosos perfiles sísmicos de reflexión (ESCIN,IBERSEIS), que permiten interpretar mejor laestructura geológica profunda de la PenínsulaIbérica; las dataciones de geocronología isotó-pica en circones u otros elementos, clavespara descifrar enigmas paleogeográficos ymovimientos de placas en nuestro pasado geo-lógico más remoto; la Geología de ParquesNacionales y monumentos naturales comovalor añadido patrimonial y turístico (Fig. 1);la radicación en España de congresos geológi-cos nacionales e internacionales de cierta rele-vancia en temas de interés social o aplicado;descubrimientos mineralógicos excepcionales

como la geoda gigante de Pulpí (Almería), lasnuevas especies Calderonita y Barquillita, lavieja Jarosita “exportada” a Marte; el espectá-

culo de lo insólito en el llamado “géiser” deGranátula de Calatrava; las crisis climáticasneógenas (desecación del Mediterráneo, gla-ciaciones pleistocenas) como apuntes de unmodelo para predecir el futuro; la contribu-ción de geólogos españoles a la exploraciónantártica, etc.

Con todo, parte de las noticias geológi-cas con mayor penetración en los medios decomunicación españoles son las que reflejandisputas científicas, conflictos personalesentre geólogos e incluso resultados negativosen el quehacer científico y técnico. Ejemplode ello son las recientes polémicas sobre lacapacidad de predicción vulcanológica en el

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Fig. 1.–Ejemplo puntual de difusión de un elemento geo-lógico singular: el artículo periodístico inicial, con lasimple sugerencia del autor y sin intervención pos-terior del mismo (2001), dio paso a la construccióndel primer mirador geológico de Galicia (2004) en eltérmino de Quiroga (Lugo). Reproducido de La Vozde Galicia, jueves 22 de enero de 2004.

–Particular example of the coverage of a singu-lar geological element: the original newspaper arti-cle, with a simple suggestion by the author and with-out ulterior intervention by the latter (2001), gaverise to the first geological lookout point in Galicia(2004) north of Quiroga (Lugo). Reproduced fromLa Voz de Galicia, Thursday January 22nd, 2004.

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archipiélago canario o la desestimación deriesgos geológicos en el AVE a Cataluña, enlos que la preocupación arranca de lejos(para el último caso ver PÉREZ DEL CAMPO &LANZAROTE RUATA, 1988, con referencias aestudios previos). También los fraudes pale-ontológicos y estratigráficos en el Himalayapopularizados en los años noventa, a cargodel indio Viswa J. Gupta (TALENT, 1989), olos más recientes del noroeste de África pro-tagonizados por el egipcio Mostafa M. Imam(AGUIRRE, 2004), ambos con amplia repercu-sión en medios científicos y periodísticos detoda índole. En la misma línea menudean laspolémicas sobre posibles impactos extrate-rrestres como el cráter de Azuara o el “vol-cán” de El Gasco (Cáceres), este último con-siderado ahora como el resto de unafortificación protohistórica, vitrificada en unincendio de grandes proporciones (DÍAZMARTÍNEZ, 2004); los “glaciolitos celestes”(por fin dentro de las hipótesis atmosféricasrayanas en las puramente antrópicas) o eldescubrimiento de falsos meteoritos españo-les (por ejemplo la punta de arado de LosBlázquez o las escorias lanzadas contra vehí-culos en Getafe, ambos casos perfectamenteaclarados: MARTÍN CRESPO & LOZANO, 2005;GARCÍA-GUINEA et al., 2005). Otro litigiosuperado es el caso de la naturaleza nohumana del llamado “cráneo de Orce”, quevivió su apogeo en las décadas de 1980 y1990, el cual procede de un conjunto de yaci-mientos granadinos donde pocos prehistoria-dores dudan ya de la presencia de industrialítica de hace más de un millón de años. Elloinvalida el anatema promulgado en sumomento por el equipo investigador de Ata-puerca, quien negaba con vehemencia la pre-sencia humana en la Península Ibérica ante-rior al último medio millón de años, unateoría prácticamente mantenida hasta lacaracterización de Homo antecessor en elyacimiento burgalés. Finalmente, otras polé-micas científicas venidas del extranjero, yapagadas tras constatarse errores metodoló-gicos o manipulaciones interesadas, son lasreferentes a los primeros icnofósiles protero-zoicos, en realidad bastante más modernos, oa las supuestas bacterias fosilizadas de ori-gen marciano encontradas por la NASA enun meteorito recogido en la Antártida, quemás bien aparentan ser mineralizaciones denaturaleza inorgánica.

3. LOS MECANISMOS DEL PERIODISMOCIENTÍFICO

Las informaciones relacionadas con laGeología en los medios de comunicacióncomparten todas las dificultades de difusiónde las restantes ciencias, las cuales han sidodescritas entre otros por RUIZ DE ELVIRA(2000), AGUIRRE DE CÁRCER (2000) y JÁURE-GUI (2004) para la prensa escrita; CAÑELLAS(2000), CONTRERAS MEDINA (2000) o GAR-CÍA AVILÉS (2000) para televisión; y reexami-nadas recientemente en sus aspectos máscandentes por DE SEMIR (2004, 2005) yPARDO et al. (2005).

En síntesis, se parte de una Sociedadespañola de bajo nivel cultural y con defi-ciente formación científica, pero que al tiem-po se cuenta entre las más optimistas y conmenores reservas ante la Ciencia a niveleuropeo, sin que ello lleve implícito ningúninterés especial por realizar esfuerzos perso-nales de aproximación a la misma, mante-niendo una actitud más bien pasiva. El talan-te y espectro profesional de nuestra clasepolítica y empresarial suelen ser ajenos alconocimiento científico, y la escasa tradiciónespañola en la materia hace que, con todo, laCiencia esté poco valorada socialmente.

Por otro lado, los científicos españolesconstituyen un colectivo pequeño y pocoinfluyente que en su mayoría considera ajeno,cuando no contrario a sus intereses y activi-dades de investigación, el tratar de acercar laCiencia al público, entre otras razones porqueello sigue sin ser valorado por las institucio-nes y resulta incluso contraproducente a nivelcurricular en aras de una justa promociónlaboral.

Desde otro punto de vista, la realidad dela cultura científica española es que una vezsuperados los estudios obligatorios o forma-tivos especializados, la mayoría de la pobla-ción se mantiene al tanto de los avances cien-tíficos casi exclusivamente a través de losmedios de comunicación, que hoy por hoysiguen siendo el principal cauce para elfomento de la curiosidad y divulgación cien-tífica. Las restantes vías, como son los Muse-os y Casas de las Ciencias, las Ferias ySemanas de la Ciencia, Internet, y los librosy revistas de divulgación, continúan siendorecursos esperanzadores en clara expansión,aunque su implantación entre la poblaciónsea todavía minoritaria. Sin embargo, con-

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viene recordar que los medios de comunica-ción deben mantenerse al margen del sistemaespañol de Ciencia y Tecnología, porque elobjetivo principal de éstos es competir por laaudiencia en el marco de una economía capi-talista, e informar sobre Ciencia tanto comosobre cualquier otra actividad, atendiendo alsegmento del mercado al que se dirigen ydotando a las noticias de un plus de divulga-ción si es necesario, pero sin adquirir en nin-gún caso responsabilidad educativa directahacia su propio público (PARDO et al., 2005).

La disyuntiva información/divulgacióncientífica pervive en muchos medios decomunicación como una interrogante sobredónde encajar las noticias científicas, si en lasección de Sociedad/Cultura o en la de Futu-ro/Tecnología. Casi todos los científicosobservamos que los medios tienden por logeneral a ocuparse bastante de los avancestecnológicos y de cuestiones científicas muypuntuales y generalmente anecdóticas o tes-timoniales (POYATO-ARIZA & DELGADO BUS-CALIONI, 1992). Además, los fenómenos depseudociencia compiten muchas veces conlas investigaciones científicas generandoalternativas exóticas que con frecuenciaalcanzan gran difusión (MOLINA, 1992), porejemplo en el caso de la Astronomía y laastrología, de límites difusos para periodistaspoco formados. Esto nos hace considerar elproblema de la selección de las noticias cien-tíficas, que diariamente son muchas más delas que acaban publicándose o siendo trans-mitidas por los medios. Toda noticia pugnapor hacerse un hueco y ocupar un espaciofísico en Prensa, Televisión o Radio, pero pordesgracia la mayoría de las noticias científi-cas son desestimadas al competir desfavora-blemente con las restantes informaciones quellegan a las redacciones, al aplicarse criterioscomo la actualidad, el atractivo, la relevanciay la facilidad de comprensión. El analfabetis-mo científico de los directores de algunosmedios de comunicación también es un fac-tor limitante y digno de tenerse en cuenta.

Por fortuna, muchos periódicos españo-les disponen de espacios fijos, de periodici-dad diaria o semanal, para presentar la actua-lidad científica y tecnológica, pero aún asíéstos resultan insuficientes y su propia exten-sión varía en función de la importanciacoyuntural inmediata que alcancen otras sec-ciones. Con todo, las ediciones electrónicasde periódicos constituyen un buen test para

afirmar que las noticias de Ciencia interesan,proporcionando en tiempo real su gran núme-ro de consultas y la duración de cada una.

La Televisión tiene una dinámica dife-rente porque el éxito de la informacióndepende en buena medida de la adecuación eimpacto de las imágenes con las que se ilus-tran las noticias y es por tanto el medio en elque la información científica resulta más pre-caria y exigente. En menos de un minuto unanoticia debe ser presentada con mucha clari-dad y con imágenes poderosas, sabiendo quées lo que se quiere contar, en lenguaje com-prensible y dirigido a determinado tipo depúblico, condicionado todo ello por la expec-tativa de audiencia. CAÑELLAS (2000) obser-va que la Televisión es, todavía, la únicafuente de información de muchas personas,sobre todo las de un nivel de estudios bajo.Por ejemplo no es lo mismo decidir los con-tenidos de un informativo para La Primera deTVE, en el que casi el 40% de la audienciason personas mayores de 65 años y de escasaformación, que para un informativo de La 2perteneciente al mismo ente, sintonizadohabitualmente por personas de 30 a 49 añoscon estudios, más un gran porcentaje de jóve-nes. Como las noticias científicas en elmedio televisivo requieren un mínimo deconocimientos para ser entendidas, a nivel deEnseñanza Secundaria o de Bachillerato, enprincipio la audiencia de La 2 (en el ejemploanterior) sería la más preparada para com-prender los descubrimientos científicos y losavances tecnológicos. Aun así, existen nove-dades científicas que pueden transmitirse enimágenes asimilables por todos los públicoscasi sin necesidad de explicación, y es por loque la Ciencia resulta cada vez más competi-tiva en el campo audiovisual. Desde hacepocos años han surgido secciones y microes-pacios televisivos dedicados a la divulgacióncientífica en casi todas las cadenas, a vecespatrocinados por firmas comerciales en régi-men de exclusiva. Y todo ello sin citar losconsabidos programas documentales, cuyaoferta y calidad también han mejorado noto-riamente aunque nunca hayan superado lascotas masivas de audiencia de series emble-máticas como El Hombre y la Tierra, fruto desu tiempo, pero también obra de excelentesprofesionales.

Un objetivo realista para el futuro inme-diato podría consistir en formar unidades deciencia estables en las televisiones públicas

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para crear y difundir la cultura científica,algo que en otros países avanzados ya existey goza de cierta tradición.

En el medio radiofónico, los programasorientados hacia temas exclusivamente cien-tíficos aún no superan la quincena, si bien escierto que el fuerte incremento de la divulga-ción genera numerosas secciones y microes-pacios dedicados a la presentación de noti-cias científicas singulares en cadenas decobertura nacional, las cuales, por el mime-tismo de esta moda, acaban implantándosetambién en emisoras regionales y locales(CULAT, 2004). No obstante, el periodismocientífico radiofónico suele limitarse a abun-dar en las informaciones provenientes de dosagencias generalistas (Efe y Europa Press) oen las reseñas de lo recién aparecido en Pren-sa y Televisión. A lo más que suele llegarsees a ampliar las mismas noticias con entre-vistas en antena a sus protagonistas, sobretodo cuando se trata de científicos españoleso de una determinada región, provincia olocalidad, decidiéndose ello en función delos objetivos y el ámbito de cada emisora.

La continua recepción y circulación denoticias de actualidad científica en las agen-cias y medios de comunicación, exige a losperiodistas un esfuerzo inmediato paraseleccionar aquellas que merezca la penaelaborar y proponer para su publicación. Unfactor crucial para los periodistas es podercomprender y valorar cada noticia antes detomar decisiones, ya que la Ciencia planteaun plus de complejidad para su entendimien-to por personas poco versadas a priori en ellenguaje, conocimiento, protocolo y razona-miento científicos. El siguiente problema esidentificar el rigor inherente a cada noticiacientífica interesante, algo que la mayoría delas veces no puede ser resuelto por falta deconocimientos especializados, o bien por laescasez de científicos de referencia y porta-voces autorizados dado el pequeño tamañodel sistema español de Ciencia y Tecnología.La reducida producción de libros de divul-gación científica en español y los problemaslingüísticos en la comunicación de la Cien-cia, suelen hacer que el periodista se enca-mine pronto a Internet para despejar susdudas, pero en la red las cosas a menudo secomplican por una sobreabundancia deinformación poco filtrada, procedente en sumayoría de fuentes desconocidas y escasa-mente fiables.

El problema práctico se suele resolverentonces por la mera transmisión o adapta-ción de los mensajes que surgen de las fuen-tes, en función de la credibilidad, prestigio opopularidad de éstas, sin llegar a discriminardentro del cúmulo de información recibida, yutilizando criterios fiables, qué es importan-te o accesorio, qué es novedoso o conocido,qué es cierto o discutible, las cuales son,entre otras, las virtudes que también debendistinguir a un buen periodista científico(FERNÁNDEZ BAYO, 2004).

Por otra parte, la selección de las noti-cias científicas exige una multiespecializa-ción dentro de la profesión que excede a losmeros estudios universitarios de la carrera dePeriodismo o a una licenciatura científicaconcreta, haciéndose imprescindibles cursosde postgrado en periodismo científico, aseso-rías externas puntuales y, sobre todo, la expe-riencia que se forja en una dedicación larga ycentrada en esta especialidad. Algunosaspectos clave para la formación de buenoscomunicadores en Ciencia y la problemáticaparticular de esta disciplina dentro del Perio-dismo han sido discutidos por DE SEMIR &REVUELTA (2003), SANTOS (2003), CALVOHERNANDO (2003), DE SEMIR (2004), BRAVO(2004), ARIZA (2004) y FERNÁNDEZ BAYO(2004), entre otros. En líneas generales, losproblemas tampoco se circunscriben a losperiodistas científicos españoles, que sonescasos, aunque gozan de buen criterio yniveles de calidad aceptables, sino que tam-bién parece evidente una falta de sensibiliza-ción hacia la Ciencia por parte de los respon-sables de bastantes medios de comunicación,repartidos por toda la geografía española.

Finalmente, debemos señalar que lasfuentes donde nace la mayor parte de lainformación científica utilizada por losmedios de comunicación son muy diversas:resultados publicados en revistas de referen-cia, conclusiones alcanzadas en congresoscientíficos, grandes proyectos de investiga-ción avalados por instituciones, comunica-ciones aportadas por los propios investigado-res o sus entes patrocinadores, etc. Lainformación científica de cualquiera de estasfuentes suele suministrarse a los medios enforma de notas de prensa, elaboradas en len-guaje periodístico por los gabinetes de comu-nicación y difusión de actividades de las ins-tituciones donde trabajan o con las quecolaboran los científicos protagonistas, por

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lo general centros oficiales (CSIC, universi-dades, museos, ministerios, entes autonómi-cos y locales, ...), o bien noticias procedentesde agencias solventes o portales de Internetespecializados (Efe, Europa Press, Revicien,Ciencytec, Divulcat, Madri+d, ...). Tambiénhay otras entidades que comunican noveda-des por diversos medios (fundaciones, socie-dades científicas, colegios profesionales,redes temáticas, grandes empresas de basetecnológica, etc.).

Sin periodistas científicos que analicenlos datos y contrasten las afirmaciones reci-bidas en las notas de prensa (naturalmentegeneradas por fuentes interesadas), que inda-guen y maticen lo que hay detrás de las noti-cias y busquen la imparcialidad y objetividadde cara a trasmitir al público una determina-da información científica, bastantes mediosde comunicación se limitarán a reproducirlos datos, primando para su selección crite-rios variopintos. En estas condiciones, lonormal es que una noticia sea elegida por elimpacto que suscite en las agencias y mediosde comunicación internacionales (esencial-mente las notas aparecidas en Nature oScience o, según un ejemplo de PARDO et al.,2005, las noticias recién publicadas en TheNew York Times, “entran” mejor que las apa-recidas en revistas científicas españolas).

De las informaciones disparadas (emiti-das) a través de un Gabinete de Comunica-ción o Agencia de Noticias españoles, lapráctica muestra que tendrán mayor probabi-lidad de aparecer reflejadas en los mediosaquellas que inserten imágenes explícitas oaporten el extra de ofrecer un contacto acce-sible y directo con las fuentes originales(BARRIGÓS, 2004). De todos modos, a vecesla percha (que es como se denomina en argotperiodístico a toda ocasión, oportunidad odisculpa para brindar actualidad a una deter-minada noticia), llega a primar más que elcontenido de la misma, y esto ocurre cuandoun tema concreto se pone de moda y cual-quier visión científica (¡o incluso pseudo-científica!), por simple u oportunista queparezca, verá la luz inmediatamente.

Los factores regionalistas o localistas enuna noticia científica tampoco son desdeña-bles para que ésta sea publicada en losmedios correspondientes, y en este sentido lacomarcalización o la provincianización de laCiencia se ve claramente incentivada porcierto papanatismo autonómico (el antiguo

“chauvinismo” celtibérico) que eleva a lacategoría de gesta cualquier desarrollo oresultado científico alcanzado en un deter-minado territorio o por algún natural del mis-mo.

El factor humano en la informacióntambién se revela de otros muchos modos yasí, por ejemplo, las palabras de un científicocélebre, por mucho que parezcan prodigarseaun con diferentes matices (incluso los nocientíficos), siempre gozarán por adelantadode receptividad y credibilidad en numerososmedios de comunicación, tal vez las mismasque se le niegan a otros investigadores concosas más interesantes que decir al respecto.

Los periodistas deberán tener en cuentatambién que, allá donde se abra un área con-fusa para la Ciencia, surgirá de inmediato uncientífico oportunista que la ocupe. El cual,una vez glorificado por los medios, tal vez noresista la tentación de cambiar el razona-miento científico por la liturgia de lo hipoté-tico, convirtiéndose en fuente de conflictospara la credibilidad de la Ciencia, a vecescon el beneplácito de sus superiores jerárqui-cos y mediando incluso mala praxis en laactuación de importantes revistas científicas.Cierto es que los escándalos “venden”mucho más que la Ciencia ordinaria, pero elbuen periodista científico deberá mantenersealerta ante sus fuentes de información parano dar pábulo a noticias grandilocuentes peropoco confiables, algo en lo que cobra unpapel especial tanto su nivel de formacióncomo ese “instinto” especial que llega con laexperiencia.

4. LOS MECANISMOS DE DIVULGACIÓN DE LAGEOLOGÍA

Hasta hace pocos años, las CienciasGeológicas encontraban su cauce natural deexpresión en los libros de divulgación, losdocumentales televisivos y las grandes revis-tas de Ciencia (de divulgación y reflexión),las cuales han ganado implantación en Espa-ña (PARDINA, 2003) aunque tienden a derivarlentamente hacia un lenguaje más visual quetextual. En los dos últimos decenios, hacobrado auge el protagonismo de otros acto-res dedicados a la promoción y divulgaciónde la cultura científica, principalmenteMuseos, Casas de la Ciencia, organismospúblicos y sociedades privadas sin ánimo de

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lucro, que han sumado importantes instala-ciones, así como propuestas imaginativas,tanto para la percepción pública de la Cien-cia en general, como para la mejora del cono-cimiento de determinados aspectos de laGeología y de la historia del planeta. En esteámbito se sitúan también otros nuevos ins-trumentos para la cultura científica que atra-en a centenares o miles de personas interesa-das, como son las Ferias de la Ciencia(GONZÁLEZ DE GUEREÑU, 2003; GONZÁLEZLÓPEZ DE GUEREÑU et al., 2004; TIGERASSÁNCHEZ et al., 2005), las Semanas de laCiencia (MAS et al., 2003; MARTÍNEZ CÁCE-RES et al., 2005) y toda clase de redes temá-ticas, listas de distribución electrónica, porta-les digitales o webs científicas que surgencada día en Internet. A modo de ejemplo, enla Lámina I se ilustran algunas iniciativasrecientes y exitosas desarrolladas por uncentro modesto del CSIC y la UniversidadComplutense (Instituto de Geología Econó-mica), para la promoción de la Geología yPaleontología a través de la realización derutas geológicas y geomonumentales, expo-siciones en colaboración con otros organis-mos y actividades divulgativas en standsferiales o talleres emplazados en el propiocentro. Otros casos destacables son las excur-siones geológicas y rutas geomonumentalesdesplegadas por la Comunidad de Madrid(www.madrimasd.org/cienciaysociedad), olas informaciones geológicas de toda índoledisponibles a través de la página web delInstituto Geológico y Minero de España(www.igme.es), que ofrece libre acceso aimportantes bases de datos geocientíficos o auna encomiable versión gratuita de la carto-grafía MAGNA a escala 1:50.000.

En líneas generales, la difusión de laGeología es un “tema duro” para el periodis-mo científico, pues cualquier noticia debe serelaborada previamente añadiéndole un por-centaje de divulgación, de manera que la in-formación presentada se convierta en asequi-ble y verosímil para grandes segmentos delpúblico. A las dificultades intrínsecas se sumael hecho de que la Geología es una Cienciaminoritaria en el supermercado de la infor-mación, por lo que hay pocos periodistas rela-tivamente versados en ella, y esto lleva a quesea difícil hacer comprender la relevancia deun hallazgo en el marco competitivo en el quea diario luchan por verse publicadas una grancantidad de noticias científicas de toda índo-

le. En este sentido, los geólogos estamos acos-tumbrados a trabajar con una escala espacio-temporal bastante inhabitual para el ciudada-no común, en la que el tiempo se mide enmillones de años, son hechos corrientes lasgigantescas colisiones continentales y apertu-ras de océanos en contextos muy diferentes alos actuales, mientras que grandes catástro-fes, como terremotos y maremotos de enormemagnitud, resultan intrascendentes a escaladel globo. Asimismo, cualquier territorio espa-ñol, por familiar o remoto que nos resulte,acumula una historia geodinámica, paleocli-mática y paleoambiental compleja (fondosmarinos cercanos al polo sur en el PaleozoicoInferior, bosques tropicales en el PaleozoicoSuperior, desiertos a comienzos del Mesozoi-co, vergeles paleoecuatoriales en el Jurásico yCretácico, etc.).

El gran problema de comunicar la Geo-logía, y en ese sentido la respuesta más ajus-tada a la pregunta que encabeza el artículoresultaría claramente negativa, es que nues-tra comunidad geológica se manifiesta pocoactiva con respecto al debate y difusión desus resultados de investigación. A ello contri-buye un sistema que tampoco valora o repor-ta incentivos hacia aquellos geólogos (nomás de una veintena en la actualidad), queperiódicamente se esfuerzan en comunicarsus opiniones y resultados científicos a tra-vés de los medios de comunicación. Sinembargo, las actividades individuales ocolectivas de divulgación científica tienden aconsiderarse cada vez más entre las obliga-ciones que deben afrontar los profesionalesde la Ciencia, y en ese sentido cuentan ya decara al componente ordinario (“quinque-nios”) del complemento salarial en científi-cos funcionarios, así como en la evaluacióngeneral de los grupos y centros de investiga-ción. En las convocatorias financiables delPlan Nacional de Investigación, todos losproyectos deben cumplimentar una memoriaque indique el plan de difusión de los resul-tados esperables y que abarcan, entre otras,actuaciones de divulgación científica.

De acuerdo con el informe COSCE(PARDO et al., 2005), los investigadores espa-ñoles (y los geólogos no somos una excep-ción) debemos tener claro que la recepciónde recursos públicos lleva indisolublementeincorporados principios de correspondencia,entre otros, el de responder del uso eficientede las subvenciones y equipamientos en tér-

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minos comprensibles para la Sociedad quelos provee. Asimismo, los investigadoresespañoles tenemos la responsabilidad socialde aprovechar las oportunidades de transmi-tir en qué forma incorporamos al trabajo y anuestras decisiones las preocupaciones, pre-ferencias y demandas de la Sociedad.

Los geólogos debemos sumarnos a laspolíticas de comunicación pública de lasactividades científicas desarrolladas por uni-versidades y centros de investigación, espe-cialmente los que ya disponen de, o estáncreando, gabinetes específicos dotados conperiodistas capaces de presentar la informa-ción como noticias de prensa y también dedifundirlas entre las agencias y medios deámbito nacional o regional. A modo de ejem-plo, los geólogos de los centros del CSICsuelen recurrir al Gabinete de Comunicacióny Prensa adscrito al Área de Cultura Científi-ca del organismo; el IGME dispone de unpequeño Gabinete de Prensa y tiene contrata-da una empresa especializada en temas decomunicación científica; pero los gabinetesuniversitarios de comunicación y difusión deactividades, con raras excepciones, son pocoexitosos en cuanto a la divulgación de noti-cias geológicas, siguiendo la tónica generalde que, como fuentes de información para laprensa diaria, las universidades españolastienen un peso mucho menor que el que dehecho les corresponde en el conjunto de laactividad científica del país (QUINTANILLA,2004).

Otra posibilidad para el geólogo es la decontactar por sí mismo con los medios decomunicación, para lo cual se hace casiimprescindible consultar la Agenda de Comu-nicación que edita anualmente el Ministeriode Presidencia (SECRETARÍA DE ESTADO DECOMUNICACIÓN, 2005), donde se compendianlos nombres y direcciones de todas las agen-cias y medios de prensa escrita, Radio y Tele-visión acreditados en España, así como sussecciones o delegaciones a nivel estatal,regional y local. La Asociación Española dePeriodismo Científico edita también un anua-rio patrocinado por el Ministerio de Educa-ción y Ciencia (AEPC, 2004). En él se reco-pilan los datos de todos los actores delsistema español de I+D, con sus formas decontacto y responsables de comunicación(ministerios, universidades, organismospúblicos de investigación, organismos definanciación y evaluación, grandes instala-

ciones científicas, fundaciones, centros tec-nológicos, parques científicos y tecnológi-cos, y organismos complementarios), asícomo aquellos instrumentos dedicados a ladivulgación e información científica (direc-torios de Museos y Casas de las Ciencias,revistas de divulgación científica y tecnoló-gica, páginas de Internet, cursos y programasmaster en periodismo científico, etc.).

La experiencia personal del autor en losmedios de comunicación muestra que lo másconveniente, cuando se dispone de una infor-mación geológica o paleontológica trascen-dente y de potencial atractivo social o cultural,es contactar con un gabinete especializado enperiodismo científico perteneciente a la propiainstitución o, en su defecto, a una agencianacional o regional. Sus miembros sabránvalorar y en su caso elaborar la informaciónhasta hacerla comprensible por el gran públi-co en los términos habituales (haciendo refe-rencia al qué, dónde, cuándo, quién, cómo yporqué), así como el encontrar la percha, elmomento, y los destinatarios más adecuadosdonde colgar la nota de prensa. El contactocon un medio o periodista concreto es desa-consejable, porque una vez aparecida la noti-cia en un periódico determinado, los demásmedios entenderán que se ha obrado bajoexclusiva o encargo y la información, salvoque sea de extraordinaria importancia y deinterés general, ya no será publicada por losrestantes diarios. Por otro lado hay que cuidar,al transmitir la información, que los periodis-tas no publiquen comentarios off the record, ydejar claramente deslindada la opinión parti-cular del científico que aporta los datos de laposición oficial de la institución a la que éstepertenece, algo que rara vez llega a adoptarseen temas geológicos.

Normalmente, las noticias con mayoresposibilidades de éxito deberán consignardescubrimientos originales e inéditos conanterioridad a su publicación o presentaciónpública, habitualmente en congresos o revis-tas internacionales de impacto reconocido.Estas últimas imponen a los autores unaespecie de embargo a la difusión de sus pro-pios resultados científicos, que concluye elmismo día de la publicación. La fecha suelecomunicarse a los autores y a las agenciascon cierta antelación, para que las noticiasperiodísticas puedan sincronizarse con lafuente autorizada, y de paso los periodistaspuedan contrastar y preparar mejor la infor-

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mación accediendo a sus protagonistas direc-tos. Aunque la mayoría de nosotros no nosmovamos en los niveles internacionales deNature o Science (ambas con canales propiosde difusión periodística embargable a losmedios), los geólogos españoles disponemospor ejemplo de portales como Revicien, elcual anticipa a sus suscriptores (agencias ymedios periodísticos) una selección de noti-cias científicas de próxima aparición enrevistas de ciencia y tecnología españolas,las cuales (en razón de una o dos por núme-ro) son elegidas entre las propuestas recibi-das del editor responsable de cada revista yelaboradas con anticipación por los periodis-tas científicos, miembros del mencionadoportal digital, para crear notas de prensa.

Si ensayamos una prospectiva sobre lostemas geológicos con mayores probabilidadesde atención mediática, los temidos gee gees(apelativo creado para los Eventos GeológicosGlobales) cobrarán actualidad en la medida enque desastres concretos generen consecuen-cias fatales para la población o amenacen laEconomía. También gozarán de predicamentolos avances en el conocimiento de la estructu-ra interna del planeta y la dinámica litosférica.A una escala más próxima, se pronostica lacontinuidad en el éxito de los descubrimientosde valor anecdótico o testimonial (la “piedra”más grande, el fósil más antiguo o completo,la presencia de sedimentos marinos en deter-minada montaña, la expedición geológica a unparaje remoto, etc.), los nuevos hallazgos rea-lizados por científicos o grupos de investiga-ción de acreditado perfil mediático (nucleadoscasi siempre en torno a yacimientos paleonto-lógicos o con intervención de elementosextraterrestres), la incidencia de los riesgosgeológicos en las obras públicas, la identifica-ción y puesta en valor para el turismo culturalde monumentos geológicos y paleontológicosubicados en parajes naturales, futuros parquesmineros, etc.

Se incrementará la atención hacia laGeología Planetaria y serán temas modernoslas posibilidades de almacenamiento geológi-co de los gases de efecto invernadero como elCO2, que teóricamente podrá ser inyectado enantiguas minas de carbón para su absorción encapa, con recuperación secundaria de metano,o bien ser confinado en una gama amplia derocas porosas a profundidades de más de 800m. De todos modos, algunos sumideros natu-rales de CO2 aún están por descubrir...

Hay también dos asuntos polémicos alos que la visión geológica debería contribuiraportando naturalidad científica. El primerose refiere a que la actividad antrópica tal vezno tenga tanta relevancia para el llamadocambio climático, dado que fluctuacionesparecidas, absolutamente contradictorias, sehan repetido en el pasado como preludio delas grandes glaciaciones del último millón deaños y sin duda están anunciando una inevi-table glaciación, inminente a la escala geoló-gica. Un segundo tema es el de la reactiva-ción nuclear como fuente de energía “limpia”y barata, porque por mucho que crezcan lasalternativas “ecológicas” para generar elec-tricidad de consumo industrial y doméstico,es dudoso que éstas lleguen a satisfacer algúndía su imparable demanda; en tanto que laenergía aplicable a algunos medios de trans-portes seguirá dependiendo en este siglo delos combustibles fósiles. La electricidad deorigen nuclear conlleva el protagonismo delos geólogos ante la preocupación por laseguridad de los emplazamientos de futurascentrales o del irremediable almacenamientogeológico de los residuos, en tanto no se re-gistren avances decisivos en los tratamientosde transmutación nuclear.

En el ámbito de la exploración geológi-ca de nuestro planeta, serán de actualidadtodos los temas relativos al funcionamientointerno del mismo, a la interacción con elclima y a completar las divisiones de la esca-la estándar del Tiempo Geológico, sobre todoen relación con la celebración del Año Inter-nacional del Planeta Tierra en 2007-2008.Tendrá gran interés la reanudación de lossondeos profundos litosféricos hasta los con-fines del manto superior, como el que reali-zará Japón bajo el Océano Pacífico partiendode fondos situados a 2.500 m de profundi-dad, que además tratará de obtener posiblesformas de vida endolítica hasta los 6.500-7.000 m de la superficie.

Como colofón a estas opiniones, sinduda será la propia Geología la que tenga queganarse día a día su presencia en los mediosde comunicación, generando noticias de inte-rés, con apertura y transparencia respecto alos mismos, ofreciendo información de cali-dad y de máxima actualidad. Este papel depromoción de la Geología nos correspondeesencialmente a los geólogos, que debemostratar de asumir la conexión con los mediosde comunicación como parte de nuestro tra-

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bajo habitual. En definitiva, habremos deaplicar sistemáticamente las virtudes esencia-les de la Cultura Científica, que magistral-mente resumió TOHARIA (2004), y que comoella misma comienzan por C: curiosidad, crí-tica, constancia, creatividad y... cariño.

AGRADECIMIENTOS

A Carlos Alonso (Universidad Complu-tense de Madrid) por su ayuda en la confec-ción de las ilustraciones que acompañan aeste trabajo, con la gentileza debida a losautores de las fotografías de la Lámina I. ADiego García-Bellido (Instituto de GeologíaEconómica) por la versión inglesa del resu-men y de las explicaciones gráficas. A PedroHerranz (IGE) por la lectura crítica (a ratosdespiadada) del manuscrito. A Amalia Bau-tista (Gabinete de Comunicación y Prensadel CSIC) y a Luis Miguel Ariza (escritor yperiodista científico) por sus observaciones yjuicios, no enteramente benévolos pero al finy al cabo tolerantes, hacia un profano que osaentrar en temas que, como casi siempre,extralimitan sus funciones.

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LÁMINA I / PLATE I–Ejemplos de actividades de divulgación de la Geología realizadas por el Instituto de Geología Económica (cen-tro mixto CSIC-UCM). 1-3, Stand del Instituto en la IV Feria de la Ciencia de la Comunidad de Madrid, visitadopor 20.000 personas; 4-7, rutas geomonumentales (4) y geológicas (5-7) en el marco de la IV y V Semana de laCiencia; 8, maqueta de trilobites en la exposición itinerante Un tesoro geológico en la autovía del Cantábrico,producida en colaboración con el Museo Geominero y el Ministerio de Fomento, Fotografías de Mariano Franco(1, 3), Lorenzo Vilas (3), Rafael Fort (4), Juan Carlos Gutiérrez-Marco (5, 8), Abel Valdenebro (6) y Paloma Sevi-lla (7).–Examples of Geology dissemination activities carried out by the Institute of Economic Geology (mixed centerCSIC-UCM). 1-3, Stand of the Institute in the IV Science Fair of the Comunidad de Madrid, visited by 20,000 peo-ple; 4-7, geomonumental (4) and geological routes (5-7) arranged for the IV and V Science Weeks; 8, trilobite modelin the travelling exhibit A geological treasure in the Cantabrian highway, produced in collaboration with the MuseoGeominero and the Ministerio de Fomento. Fotographs by Mariano Franco (1, 3), Lorenzo Vilas (3), Rafael Fort (4),Juan Carlos Gutiérrez-Marco (5, 8), Abel Valdenebro (6) and Paloma Sevilla (7).

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LÁM. I / PL. I

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