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40 SALUD NATURAL VIDA NATURAL OTO14 TEXTO: ROSA ORTIZ DE ZÁRATE. Licenciada en Farmacia. Máster en Alimentación, Nutrición y Dietética. La yemoterapia, gemotera- pia o medicina de los brotes constituye una de las partes de la fitoterapia aún muy des- conocida por la población en general. La razón es que no existen muchas publicaciones accesibles sobre esta materia, y también influye el hecho de que no existe una forma galé- nica muy adaptada. Hacia la década de los años cincuenta, el Dr. Nie- hans se dio a conocer por el uso de células frescas em- brionarias de origen animal y hacia los setenta, a partir de los resultados de su compa- ñero Niehans, el médico belga Pol Henry extendió el método al reino vegetal con el estudio sistemático de toda una serie de yemas y brotes tiernos que denominó “fitoembrioterapia”, convirtiéndose así en el padre fundador de este revoluciona- rio método terapéutico. A diferencia de los animales, las plantas son organismos de crecimiento indefinido. Man- tienen la capacidad de dividir- se a través de la embriogéne- sis continua. Este proceso se cumple en particulares tejidos llamados meristemas. Se trata de tejidos embrionarios vege- tales (ej. brotes, capullos, ta- llos jóvenes, yemas, amentos, floemas, linfa, raíces jóvenes, semillas, corteza de ramas jóvenes, cáscara interna de raíces, xilemas) formados por células no diferenciadas que conservan la capacidad de dividirse por mitosis, según un modelo ordenado en el tiem- po y en el espacio originando nuevas células, con formas y funciones distintas y, por tan- to, nuevos tejidos. Fue el médico Pol Henry el primero en plantear la hipóte- sis de que el meristemo debía contener toda la energía infor- mativa del desarrollo de los árboles. El médico Pol Henry nació el 22 de Octubre de 1918 en la localidad de Profondeville, en Bélgica. Durante la Segun- da Guerra Mundial, asistió a clases de medicina en las uni- versidades de Bruselas y de Gante hasta finalizar sus estu- dios en la universidad de Lo- vaina. Como gran observador de la naturaleza, desarrolló un nuevo enfoque terapéuti- co mediante el estudio de los efectos de los extractos de las yemas. A esta nueva variante de la fitoterapia la denominó “fitoembrioterapia”, que años más tarde se convertiría en la yemoterapia o gemoterapia. Al macerar las yemas y bro- tes tiernos en tres solventes diferentes, pero perfectamen- te complementarios, encontró la forma de extraer su “quin- taesencia” en forma de ma- cerado glicerinado. El primer extracto de yema que estudió fue el de abedul pubescente (Betula pubescens) y demos- tró que el macerado glicerina- do de esta especie, activa los macrófagos del hígado ade- más de drenar las células de Kupffer que habían almacena- do carbono coloidal. El médico Pol Henry, que presidía la Sociedad Francesa de Bioterapia, era una perso- na afable y culta. Publicó los fundamentos de su método y los resultados clínicos de su nuevo enfoque fitoterapéuti- co a partir de 1970. Alcanzó fama internacional en las múl- tiples conferencias que impar- tió, tanto en Bélgica como en otros países y todos los que le conocían coinciden en que era un hombre muy bondadoso y con una profunda voluntad por ayudar a sus pacientes. A partir del año 1982, Pol Henry desarrolló un programa informático basado en los re- sultados de análisis de globu- linas séricas que ha permitido a los médicos tener una opi- nión fitoterapéutica en con- sonancia con la biología que manifestaba el paciente. Pol

SALUD NATURAL · 2016-10-26 · yemoterapia o gemoterapia. Al macerar las yemas y bro-tes tiernos en tres solventes diferentes, pero perfectamen-te complementarios, encontró la forma

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40 SALUD NATURAL

VIDA NATURAL OTO14

TEXTO: ROsa ORTiz dE záRaTE. Licenciada en Farmacia. Máster en alimentación, Nutrición y dietética.

La yemoterapia, gemotera-

pia o medicina de los brotes

constituye una de las partes

de la fitoterapia aún muy des-

conocida por la población en

general. La razón es que no

existen muchas publicaciones

accesibles sobre esta materia,

y también influye el hecho de

que no existe una forma galé-

nica muy adaptada.

Hacia la década de los

años cincuenta, el Dr. Nie-

hans se dio a conocer por el

uso de células frescas em-

brionarias de origen animal y

hacia los setenta, a partir de

los resultados de su compa-

ñero Niehans, el médico belga

Pol Henry extendió el método

al reino vegetal con el estudio

sistemático de toda una serie

de yemas y brotes tiernos que

denominó “fitoembrioterapia”,

convirtiéndose así en el padre

fundador de este revoluciona-

rio método terapéutico.

A diferencia de los animales,

las plantas son organismos de

crecimiento indefinido. Man-

tienen la capacidad de dividir-

se a través de la embriogéne-

sis continua. Este proceso se

cumple en particulares tejidos

llamados meristemas. Se trata

de tejidos embrionarios vege-

tales (ej. brotes, capullos, ta-

llos jóvenes, yemas, amentos,

floemas, linfa, raíces jóvenes,

semillas, corteza de ramas

jóvenes, cáscara interna de

raíces, xilemas) formados por

células no diferenciadas que

conservan la capacidad de

dividirse por mitosis, según un

modelo ordenado en el tiem-

po y en el espacio originando

nuevas células, con formas y

funciones distintas y, por tan-

to, nuevos tejidos.

Fue el médico Pol Henry el

primero en plantear la hipóte-

sis de que el meristemo debía

contener toda la energía infor-

mativa del desarrollo de los

árboles.

El médico Pol Henry nació

el 22 de Octubre de 1918 en

la localidad de Profondeville,

en Bélgica. Durante la Segun-

da Guerra Mundial, asistió a

clases de medicina en las uni-

versidades de Bruselas y de

Gante hasta finalizar sus estu-

dios en la universidad de Lo-

vaina. Como gran observador

de la naturaleza, desarrolló

un nuevo enfoque terapéuti-

co mediante el estudio de los

efectos de los extractos de las

yemas. A esta nueva variante

de la fitoterapia la denominó

“fitoembrioterapia”, que años

más tarde se convertiría en la

yemoterapia o gemoterapia.

Al macerar las yemas y bro-

tes tiernos en tres solventes

diferentes, pero perfectamen-

te complementarios, encontró

la forma de extraer su “quin-

taesencia” en forma de ma-

cerado glicerinado. El primer

extracto de yema que estudió

fue el de abedul pubescente

(Betula pubescens) y demos-

tró que el macerado glicerina-

do de esta especie, activa los

macrófagos del hígado ade-

más de drenar las células de

Kupffer que habían almacena-

do carbono coloidal.

El médico Pol Henry, que

presidía la Sociedad Francesa

de Bioterapia, era una perso-

na afable y culta. Publicó los

fundamentos de su método y

los resultados clínicos de su

nuevo enfoque fitoterapéuti-

co a partir de 1970. Alcanzó

fama internacional en las múl-

tiples conferencias que impar-

tió, tanto en Bélgica como en

otros países y todos los que le

conocían coinciden en que era

un hombre muy bondadoso y

con una profunda voluntad

por ayudar a sus pacientes.

A partir del año 1982, Pol

Henry desarrolló un programa

informático basado en los re-

sultados de análisis de globu-

linas séricas que ha permitido

a los médicos tener una opi-

nión fitoterapéutica en con-

sonancia con la biología que

manifestaba el paciente. Pol

SALUD NATURAL 41

VIDA NATURAL OTO14

Henry falleció el 7 de Octubre

de 1988 en su domicilio en

Bélgica.

Tras los trabajos del médico

Paul Henry, fue el Dr. Tétau

quien instauró el término “ye-

moterapia” para denominar

de forma definitiva este nuevo

ámbito de la fitoterapia que en

la actualidad se encuentra en

pleno desarrollo. Este método

representa el fruto de investi-

gaciones biológicas y experi-

mentos clínicos rigurosos que

ambos precursores llevaron a

cabo científicamente, del mis-

mo modo que otros muchos

médicos y bioquímicos en la

actualidad, de los que algu-

nos han tenido el privilegio de

trabajar junto al médico Paul

Henry, como por ejemplo los

doctores Monsieur y Milkers o

el bioquímico J. C. Leunis.

La yemoterapia consiste

en el uso de tejidos vegetales

embrionarios en crecimiento

como los brotes tiernos, las

yemas frescas o las raicillas

que se preparan en una mez-

cla de agua, alcohol y gliceri-

na para obtener un extracto

que se denomina “macerado

glicerinado”. En su base, la

yema presenta una zona de

meristemo formado por cé-

lulas indiferenciadas, de va-

cuolas pequeñas y densas,

de paredes delgadas y plastos

no funcionales (no hay foto-

síntesis) que se multiplican

rápidamente. Esta zona no se

muere nunca (embriogenia

indefinida) y produce cada

año las hojas del árbol porque

una sola de esas células em-

brionarias puede reconstituir,

in vitro, el vegetal en su tota-

lidad.

Las yemas de los vegetales

contienen toda la fuerza de

la futura planta. Estos tejidos

embrionarios se encuentran

en una fase de multiplicación

celular intensa, contienen más

ácidos nucleicos (información

genética) que los demás teji-

dos y además contienen mi-

nerales, oligoelementos, vita-

minas y varios reguladores del

crecimiento como hormonas

así como encimas, pero so-

bretodo, la savia mineral que

produce el árbol en primave-

ra. Esta reciente terapéutica

representa una verdadera fi-

toembrioterapia activa de los

tejidos vegetales en la rege-

neración, la estimulación y el

drenaje celular.

A la yemoterapia clásica

(YC) cada vez más se va in-

tegrando la fitoterapia embrio-

nal (FE), cuyos remedios son

extractos concentrados de

células estaminales vegetales

(Plant Stem Cells, PSC). Tanto

la YC como la FE utilizan, con

fin terapéutico, extractos de

tejidos embrionales (yemas, jó-

venes brotes, etc.); Aún siendo

similares, los remedios en YC

y FE se distinguen en términos

de concentración. En la reali-

zación de estos preparados, no

se recurre a ninguna tempera-

tura demasiado elevada que

pueda degradar las preciadas

sustancias contenidas en las

plantas, ni a ningún congela-

miento que pueda modificar

su estructura celular.

Utilizamos, quizás sin sa-

berlo, la yemoterapia cuando

preparamos una taza de té de

China o cuando comemos bro-

tes de bambú o de soja porque

todos ellos están constituidos

de tejido embrionario.

El uso de macerados glice-

rinados concentrados o ma-

cerados madre facilita el em-

pleo de la yemoterapia, tanto

como sustancia aromática

como ingrediente activo en

la alimentación, más particu-

larmente en el ámbito de los

complementos alimenticios.

Entre las numerosas plantas

que se utilizan en yemoterapia,

podemos mencionar: Abedul,

Abeto, Álamo negro, Aliso ,

Carpe blanco, Grosellero negro,

Pino, Vid roja, Zarza, etc.

Entre las numerosas dolen-

cias a las que se les puede

aplicar la yemoterapia, po-

demos enumerar: celulitis,

osteoporosis, insomnio, aler-

gias, catarros, sinusitis, bron-

quitis, etc.

Finalmente, todavía queda

mucho campo por investigar

acerca de los beneficios de

la yemoterapia. La combina-

ción de extractos de yemas

con algunas sales químicas,

incluso minerales, cristales o

algunos oligoelementos, for-

marán parte del futuro en la

investigación experimental de

la yemoterapia.

De todas formas, la yemo-

terapia, actualmente constitu-

ye un tratamiento innovador

en el campo de la medicina

complementaria, permitiendo

ulteriormente al médico, ha-

cer propia la máxima latina:

“ primum non nocere”- lo pri-

mero no hacer daño; en vir-

tud de que la yemoterapia es

eficaz sin crear riesgo alguno

para la salud.

Las yemas de los vegetales contienen toda la fuerza de la futura planta. Estos tejidos embrionarios se encuentran en una fase de multiplica-ción celular intensa, contienen más ácidos nucleicos (información genética) que los de-más tejidos y además contienen minerales, oligoelementos, vita-minas y varios regula-dores del crecimiento como hormonas así como encimas, pero sobretodo, la savia mineral que produce el árbol en primavera.