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SANATORIO DOMINGO OLAVEGOYA El Hospital “Domingo Olavegoya” de Jauja tiene sus orígenes allá por los años 1900, cuando los estragos que había producido el terrible mal de la peste blanca o tuberculosis, eran alarmantes (25% de mortalidad total) y los hospitales de Lima se encontraban colapsados con la atención de pacientes tuberculosos. Esta enorme letalidad se debía a la indiferencia con que se había mirado el progresivo crecimiento de tal mortífero mal. Durante estos años se conformo una comisión con el propósito de construir un sanatorio precedida por la Universidad Nacional de San Marcos e integrada por los doctores Dulanto M., Odiozola E., Avendaño L., y el ingeniero Torres. En 1903 por Resolución Suprema la UNMSM es facultada para rembolsar 80,000 libras peruanas de oro, para la construcción del sanatorio. El 22 de febrero de 1905 se eleva el informe señalando la posibilidad de que el sanatorio se construya en Jauja o Tamborique, el 12 de Marzo de 1906 la comisión encargada, determino definitivamente la construcción del sanatorio de Jauja y con el legado del filántropo don Domingo Olavegoya Iriarte, personaje adinerado de la alta sociedad limeña, quien después de un penoso peregrinaje infructuoso por los mejores especialistas de la época, experimento la dicha de ver curada de la terrible enfermedad de la tuberculosis a su querida hija, la donación consistió en un monto de 10,000 libras peruanas de oro.

SANATORIO DOMINGO OLAVEGOYA

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SANATORIO DOMINGO OLAVEGOYA

El Hospital “Domingo Olavegoya” de Jauja tiene sus orígenes allá por los años 1900, cuando los estragos que había producido el terrible mal de la peste blanca o tuberculosis, eran alarmantes (25% de mortalidad total) y los hospitales de Lima se encontraban colapsados con la atención de pacientes tuberculosos.

Esta enorme letalidad se debía a la indiferencia con que se había mirado el progresivo crecimiento de tal mortífero mal.

Durante estos años se conformo una comisión con el propósito de construir un sanatorio precedida por la Universidad Nacional de San Marcos e integrada por los doctores Dulanto M., Odiozola E., Avendaño L., y el ingeniero Torres.

En 1903 por Resolución Suprema la UNMSM es facultada para rembolsar 80,000 libras peruanas de oro, para la construcción del sanatorio.

El 22 de febrero de 1905 se eleva el informe señalando la posibilidad de que el sanatorio se construya en Jauja o Tamborique, el 12 de Marzo de 1906 la comisión encargada, determino definitivamente la construcción del sanatorio de Jauja y con el legado del filántropo don Domingo Olavegoya Iriarte, personaje adinerado de la alta sociedad limeña, quien después de un penoso peregrinaje infructuoso por los mejores especialistas de la época, experimento la dicha de ver curada de la terrible enfermedad de la tuberculosis a su querida hija, la donación consistió en un monto de 10,000 libras peruanas de oro.

En 1918 se realizaron los contratos para la construcción del sanatorio.

El 21 de setiembre de 1921, la denominada Junta de Hospitales por medio del Inspector Sr. Michael Fort, hace saber que el nombre del establecimiento será Hospital Domingo Olavegoya y no Sanatorio, con miras a una mayor proyección institucional.

No se realizó la inauguración del Hospital “OIavegoya” la idea de inaugurarla, fue postergada en muchas oportunidades, razones múltiples, tales como la dificultad de viajar por motivos de trabajo y ocupaciones del Sr. Inspector Michael Fort, también la dificultad del ferrocarril central, por las interrupciones producidas por los derrumbes y urgencia de entregar al servicio de la humanidad doliente.

En forma verbal Michael Fort comunico a la Reverenda Superiora Sor Luisa que en sesión de junta se acordó que la fecha de apertura del establecimiento al servicio del publico se el 5 de Enero de 1922, iniciándose la labor administrativa con la aplicación del Reglamento de Admisión, Planillas y Fondo.

Fueron los pabellones de San Miguel (Cirugía – Medicina) y Santa Luisa (Consultorios Externos, lo primeros pabellones que albergaron a los siguientes pacientes:

Gratuitos:Mujeres

Fernanda de la Portilla Carmen Alomía Maria Consuelo CarrilloClara Louchon Petronila Caceda

HombresDamion Huayta Vicente Mújica

Los pabellones de Santa Elisa y Santo Domingo fueron los primeros puestos en servicio el año 1922, luego se inauguran los pabellones de Santa Luisa y Santa Rosa en 1923 y en 1926 el pabellón San Miguel.

En 1929 se inaugura los pabellones de Oficiales (Pediatría) y Tropa (Gineco-Obstetricia), posteriormente se construye los pabellones de Santa Elisa (Personal, Planificación y Abastecimientos) pabellón Santo Domingo (Neumología) y pabellones de San Martín y San Vicente (Psiquiatría).

Cuenta la historia que los pacientes provenientes de Lima, eran previamente examinados por el Director del consultorio “BYRON” Dr. Corvetto, quien otorgaba en certificado, visado por el Inspector Sr. Michael Fort y los pacientes provenientes de Jauja recibían examen médico para ingresar al sanatorio, los mismos que eran visados por la Reverenda Madre Superiora Sor Luisa.

La fama del Hospital “Olavegoya” fue creciendo y su prestigio rebaso las fronteras del país y ya por entonces era conocido mundialmente. La afluencia de pacientes nacionales y extranjeros, hizo que se creen nuevos pabellones.

El 16 de Julio de 1923 ingreso la primera enfermera titulada Felicita Cernaque en calidad de paciente y a la vez como personal contratado.

El primer paciente extranjero fue el Ministro Encargado de Negocios de China quien ingresara en Marzo de 1923. Fueron internados pacientes famosos que se desarrollaron en la vida militar, política nacional, ministros, directores de las Fuerzas Policiales, escritores, científicos, miembros de familias reales, entre otros.

Según las versiones escritas existentes se deduce que las primeras administradoras fueron religiosas y se considera al Dr. Augusto de las Casas como primer director por desempeñar las funciones de Jefe Médico, sigue el Dr. Bardales y don Demetrio Olavegoya (Miembro de la Beneficencia Pública de Lima, quien en carta del 19 de abril de 1926, enviada a Jauja manifestó que se estaría gestionando la venida de un Medico de Suiza para ocupar la Dirección).

Los siguientes Directores fueron el Dr. Aronbal, el Dr. Klinge, el Dr. José García Frías, científico medico y especializado en Alemania y el Dr. Raúl Guerra Cuevas, con estudios y especialización en Francia, clínico seguidor de la Escuela Medica – Francesa.

La Historia del Hospital “Domingo Olavegoya” fue menguando con la aparición de los quimioterapicos, consecuentemente fue disminuyendo el apoyo de la Beneficencia Pública de Lima y Callao.

Y es así como en 1961 el 15 de Noviembre con R. S, se transfiere al Ministerio de Salud Publica y Asistencia Social, en cumplimiento a la política de salud que ordenaba la integración de los servicios de salud.

En 1964 la labor de las religiosas de la caridad llego a su término, dejando las labores en manos de profesionales y auxiliares de la salud.

En los años 60 las acciones del hospital fueron reorientadas a las labores propias de un hospital. En la década de los 80 se logro que el hospital se convirtiera en centro de referencia a nivel regional en las atenciones de salud mental y psiquiatría, siendo director el Dr. Petronio Izaguirre y Jefe del Departamento de Psiquiatría el Dr. Nelson Ninamango Solís.

Actualmente el Hospital “Domingo Olavegoya” cuenta con profesionales de la salud y de las ciencias administrativas, muchos de ellos con especialidades, maestría y doctorado. La gestión ha iniciado una etapa de cambios en función a las competencias adquiridas en capacitaciones que se viene efectuando dentro y fuera de la institución, con miras a seguir elevando la calidad de atención que se brinda a la población objetivo conformada por las dos provincias Jauja y Yauli Oroya.

Queda pendiente de historial en lo que corresponde a los directores de los años 1987 al 2008, en la gestión administrativa del Hospital “Domingo Olavegoya” del Dr. Francisco Rodríguez Rodríguez, Dr. Grimaldo Barrios, Dr. Carlos Daniel Huaringa Santisteban, Dr. Jorge Fidel Capcha Espinoza, Dr. Manuel Adrian Acosta, Dr. Pedro Misael Martinez Alfaro. Dra. Rosario Landa Galarza y finalmente en la actualidad Dr. Pedro Misael Martinez Alfaro.

ENFERMERAIngresa el 16 de julio de 1923, la primera enfermera titulada Felícita Cernaqué en calidad de paciente y a lavez como personal contratada.

PRIMER PACIENTE EXTRANJEROEn Marzo de 1923 ingresa el Ministro Encargado de Negocios de China.

AMPLIACIÓN DE TERRENOSEn la carta del 19 de abril de 1926 se consulta sobre la compra de terrenos adyacentes posteriores, discutiéndose el precio y recomendándose efectuar la compra de 2 a 3 centavos por metro cuadrado, terreno comprado por la liga Antituberculosa (terrenos de cultivo de Psiquiatría).

PACIENTES FAMOSOSA través de la vida hospitalaria de este nosocomio hubieron pacientes famosos que desarrollaron en la vida militar, Política Nacional, Ministros, Directores de las Fuerzas Policiales Auxiliares; en el campo de las Letras, las Ciencias, el Comercio y la Banca, Príncipes u miembros de Familias Reales Extranjeras, así comoMujeres Bellas de la Sociedad Limeña y de diversos departamentos, esto inspiro a muchos Poetas, Literatos a tratar sobre el Hospital “Olavegoya” mas conocido mundialmente como SANATORIO OLAVEGOYA por entonces no obstante se cambio su nombre original de HOSPITAL OLAVEOYA.

CRISTO POBREParalelo con el crecimiento del Hospital Olavegoya merece un reconocimiento especial de parte del Pueblo Católico a las hermanas de la Caridad de “San Vicente de Raúl” pues ella con el ejemplo de Sor. Martha, Sor Luisa y otras distinguidas religiosas impusieron la disciplina, los buenos modales, la higiene, la caridad y el respeto a los pacientes y personas. Lamentablemente por razones que ignoro en 1964 se retiran, ordenadas por su comunidad religiosa, dejando un gran vacío en nuestro centro hospitalario. La capilla de Cristo Pobre fue inaugurado en 1922 siendo padrino el Señor Presidente de la Republica Don Augusto B. Leguia.

El Hospital Domingo Olavegoya con 90 años de creación. Jr. San Martin 1153 Jauja - Telefono 362007 - 361900 - 362563 – 362673

DOMINGO OLAVEGOYA YRIARTE (UN AMANTE DE JAUJA)

Domingo Olavegoya (Foto de Perú Cultural)

Este post nace debido a la conversación que sostuve con un amigo en Jauja, en el que cuestionábamos los nombres de las avenidas, jirones y entidades que existen actualmente en la Primera Capital del Perú. Como era obvio, llegamos a comentar sobre el Hospital Domingo Olavegoya. Y las preguntas salieron a relucir: ¿Quién fue ese señor? ¿Qué labor realizó para

que uno de los hospitales más importantes del país lleve su nombre? Vagamente conocíamos que fue un acaudalado limeño que financió la construcción del hospital que lleva su nombre.

Pues bien, después de investigar, resulta que Domingo Olavegoya Yriarte no fue solo un acaudalado limeño sino fue todo un personaje durante el siglo pasado. Nació en Lima en 1844, vivió en Jauja, fue Senador en 1890 por Junín, en 1895 contribuyó a la caída política del general Justiniano Borgoño, fue director de la Beneficencia de Lima y prefecto de Lima. Cuando falleció en esta última ciudad (1916), la Beneficencia de Lima anunció que su institución había recibido

S/. 100,000 soles de los albaceas de don Domingo Olavegoya, cumpliendo el legado testamentario de dicho señor para construir un sanatorio de tuberculosis en Jauja. La comisión que formó la Beneficencia de Lima para dictaminar sobre la ubicación del sanatorio, para cuyo

fin era el legado del Sr. Olavegoya, fue integrado por los Doctores Ramón Ribeyro, Ernesto Odriozola y Ricardo Salcedo, quienes señalaron a Jauja como la ciudad ideal, y además era aquella que indicaba el Sr. Olavegoya en su testamento. En 1922, se abrió las puertas del

Sanatorio Olavegoya, siendo su primer director el Dr. Alfonso De las Casas y su asistente el Interno don Augusto Gamarra.

Cabe precisar que al momento de su muerte (1916), los mejores médicos del país ya llevaban cerca de 20 años -desde 1895 aproximadamente- discutiendo en qué lugar se iba a construir

un sanatorio de tuberculosis en el país. Es así que los médicos Bravo, Ernesto Odriozola, Barazzoni, Elías De Orellana, Anchorena, Pesce y Nicolás Hermoza opinaban que se

construyera el Sanatorio en Jauja y otros médicos como Enrique Basadre y Abel Olaechea sostenían que se carecía de datos precisos respecto a la eficacia de Jauja y, en todo caso, eran de la opinión que se construya el sanatorio cerca de Lima. Por tal motivo, no se sabía si debía construirse el Sanatorio en Jauja o en Tamboraque. El Estado había comprado un terreno en Tamboraque (cerca a Casapalca) pero se había elegido a Jauja como lugar ideal; finalmente,

para el año 1916, no se había hecho nada.

Mientras los “especialistas” discutían eternamente el tema de la construcción del sanatorio, miles de personas morían en todo el país por la temida tuberculosis. Especialmente, los que

carecían de recursos económicos, por cuanto todas las personas que gozaban de cierta solvencia económica, optaban por cambiar de residencia para trasladarse a Jauja y curarse de este temible mal. Definitivamente, el aporte económico que dejó Olavegoya fue determinante

para elegir a Jauja como el lugar ideal del Sanatorio, como así fue.

El famosísimo Hospital "Domingo Olavegoya" de Jauja

De esta manera, es cómo Domingo Olavegoya Yriarte llegó a residir en Jauja. Al respecto, en el libro “Imágenes históricas de la medicina peruana” de José Neyra Ramírez, publicado por el

Fondo Editorial de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, se relata lo siguiente:

“…Domingo de feria, domingo de faldas chillonas y gritos citadinos con aires de campo... estamos en la plaza de Jauja de los años 20.

Gruesos eucaliptos y sauces llorones dan su nota de frescura al sofocante calor del mediodía en la plaza principal de Jauja. Los vecinos notables lucen trajes domingueros y se dejan estar entre

el pórtico de la Catedral y la Glorieta. Conversan, pasean, se cuentan la última.

De pronto la calma se quiebra con un grito... Una niña, pálida como el vestido blanco que lleva puesto, cae sobre la vereda. Tose, tiñe su pañuelo y tiñe la vereda gris... la gente la mira

sorprendida y un hombre acude desesperado. Unos minutos después expira la niña y su padre llora desconsolado.

Ese hombre, llamado Domingo Olavegoya, acaudalado comerciante limeño había traído a su hija con la esperanza de que sanara. Ahora la tenía entre los brazos, como una paloma blanca

herida a medio vuelo... sin vida.

Domingo Olavegoya bendijo esta tierra. A esta Jauja que le trajo cuando menos un rayito de esperanza para su niña y en agradecimiento construyó el sanatorio que lleva su nombre…”

Es cierto, Domingo Olavegoya se mudó a Jauja junto con toda su familia con la única esperanza que la menor se mejore de este mal. Lamentablemente, llegó un poco tarde a Jauja. Uno de sus descendientes, Jorge Osterling, cuenta la historia de la Familia Olavegoya de la siguiente

manera:

"...My great-grandmother chose Jauja, located in the Andean highlands, because of its dry climate, ideal for tuberculosis patients. Her very wealthy family, the Olavegoyas, owned land

and one of the country’s largest cattle companies of that time, the Sociedad Ganadera del Centro, a holding company of various haciendas.

My great-grandparents returned to Lima after their daughter Nelly died of tuberculosis in the early 1900s. They settled initially in Chorrillos and later in Miraflores with all their London home

furnishings that had been in storage during their Jauja years. In memory of Nelly, my great grandmother’s family, the Olavegoyas, built in Jauja, the Sanatorio Olavegoya dedicated to the cure and treatment of patients with tuberculosis. The hospital is still operating after almost a

century of its creation..."

Traducción:"...Mi bisabuela escogió Jauja, localizado en los Andes, debido a su clima seco, ideal para

pacientes de tuberculosis. Su familia era muy rica, los Olavegoyas, poseían una de las empresas de ganado más grandes del país de aquel tiempo, la Sociedad Ganadera del Centro, un holding

de varias haciendas.

Mis bisabuelos volvieron a Lima después de la muerte de su hija Nelly por tuberculosis a principios de los años 1900. Ellos se establecieron al principio en Chorrillos y más tarde en Miraflores, con todo su mobiliario de la casa de Londres que había estado en el almacén

durante sus años en Jauja. En memoria de Nelly, la familia de mi bisabuela, los Olavegoyas, construyeron en Jauja, el Sanatorio Olavegoya dedicado a la cura y tratamiento de pacientes

con tuberculosis. El hospital todavía funciona después de casi un siglo de su creación..."

En la actualidad, se ha construido el Parque Geriátrico en la Urbanización Olavegoya de Jauja

Muy loable el gesto realizado por Domingo Olavegoya. Gracias a él se construyó el sanatorio que lleva su nombre y que hoy es un Hospital que supervisa y controla las redes de salud de las

provincias de Jauja y La Oroya. Miles de personas se curaron de la Tuberculosis en este sanatorio al inicio del siglo pasado y aún sigue atendiendo a miles de personas.

Lamentablemente, su pariente falleció en Jauja. No obstante, estoy seguro que esto sirvió para que filántropamente donara los recursos necesarios para la construcción de este Hospital en

memoria de la menor.

No cabe la menor duda que Domingo Olavegoya nunca pensó que debido a este noble acto, su nombre se inmortalizaría debido a que no sólo el hospital lleva su nombre, sino también la

Urbanización que está al frente del mencionado nosocomio, es así que la palabra “Olavegoya” se ha “jaujinizado” y, por ello, ahora es común escuchar: "¿Jugamos un partido en el

Olavegoya?", "nos vemos en el Olavegoya" o "hay un circo en el Olavegoya". Para finalizar y como diría mi querido padre: “Loor a Domingo Olavegoya”.

GRACIAS LEONOR ÁLVAREZ-CALDERÓN OLAVEGOYAAPORTES PARA LA HISTORIA DEL HOSPITAL DOMINGO OLAVEGOYA DE JAUJA

Era necesario que a más de un siglo de ocurrida su muerte en Jauja (1906), la comunidad nacional en general y jaujina en particular, exprese a esta distinguida señorita las gracias por haberle posibilitado al país –paradógicamente con su muerte- la construcción y funcionamiento de un sanatorio para enfermos de tuberculosis en Jauja, que en todo el siglo pasado sirvió para el tratamiento de miles de pacientes que sufrían esta temible enfermedad.

Como refiere nuestro nuevo y fraterno amigo, Miguel Osterling Álvarez-Calderón, a la sazón pariente de Domingo Olavegoya Yriarte y sobrino-nieto de Leonor, la historia es larga y hasta casi novelesca. Antes de describirla es necesario hacer algunas aclaraciones al post publicado, en este mismo blog, que titulé Domingo Olavegoya Yriarte. Allí, casi al final transcribo parte de un texto que se publica en el libro “Imágenes históricas de la medicina peruana” de José Neyra Ramírez, publicado por el Fondo Editorial de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y en el que, equivocadamente, se dice que la menor que falleció en la Plaza de Jauja era la hija de Domingo Olavegoya Yriarte (fallecido en 1916):

“…Domingo de feria, domingo de faldas chillonas y gritos citadinos con aires de campo... estamos en la plaza de Jauja de los años 20.

Gruesos eucaliptos y sauces llorones dan su nota de frescura al sofocante calor del mediodía en la plaza principal de Jauja. Los vecinos notables lucen trajes domingueros y se dejan estar entre el pórtico de la Catedral y la Glorieta. Conversan, pasean, se cuentan la última.

De pronto la calma se quiebra con un grito... Una niña, pálida como el vestido blanco que lleva puesto, cae sobre la vereda. Tose, tiñe su pañuelo y tiñe la vereda gris... la gente la mira sorprendida y un hombre acude desesperado. Unos minutos después expira la niña y su padre llora desconsolado.

Ese hombre, llamado Domingo Olavegoya, acaudalado comerciante limeño había traído a su hija con la esperanza de que sanara. Ahora la tenía entre los brazos, como una paloma blanca herida a medio vuelo... sin vida.

Domingo Olavegoya bendijo esta tierra. A esta Jauja que le trajo cuando menos un rayito de esperanza para su niña y en agradecimiento construyó el sanatorio que lleva su nombre…”

Pues bien, la verdad es que esta menor era Leonor Álvarez-Calderón Olavegoya, sobrina del

gran benefactor e hija de su hermana Clarisa Olavegoya Yriarte, pues es sabido que Domingo Olavegoya no tuvo hijos en su matrimonio con Maria Lacroix Aliaga. Segunda aclaración: el texto aludido ubica el relato en el año 1920 y la verdad es que Leonor Álvarez-Calderón Olavegoya, llamada también cariñosamente en su familia como Nelly, murió el año 1906.

Lápida de Demetrio Olavegoya y Manuela Yriarte de Olavegoya, padres de Domingo Olavegoya Yriarte, ubicada en el Cementerio Presbítero Maestro de Lima.

Ahora bien, para aclarar la historia de Leonor Álvarez-Calderón Olavegoya, nos remontamos a sus abuelos: Demetrio Olavegoya Otero y Manuela Yriarte de Olavegoya, quienes tuvieron, entre otros hijos como Domingo Olavegoya Yriarte, a Clarisa Olavegoya Yriarte quien se casó a la edad de 16 años con Abelardo Álvarez-Calderón Flores-Chinarro. Los dos emigraron a Inglaterra dos meses después de su matrimonio (1869). En Londres, nacieron todos sus hijos, los Álvarez-Calderón Olavegoya. Entre ellos, Leonor quien nació en 1886.

Leonor Álvarez-Calderón Olavegoya nació en Godstone, Condado de Surrey - Inglaterra, en 1886.

En sus años de residencia en Inglaterra, un cuadro de la familia Álvarez-Calderón Olavegoya

fue publicado en "The Illustrated London News" el 30 de enero de 1897. Dicha obra artística, en el que aparece Leonor, fue publicada debido a que Abelardo Álvarez-Calderón era director de una academia de arte privada en Londres que él había fundado. En la misma, se aprecia una paz espiritual y comodidad hogareña, típica de la época Victoriana a fines del siglo XIX.

Nombre del Óleo: "An Interesting Story"Artista: AA Calderon = Abelardo Álvarez-Calderón Flores ChinarroAño: 1896Lugar: LondresPersonajes: Clarisa Olavegoya Yriarte de Álvarez-Calderón leyendo "un cuento interesante", nombre del óleo, rodeada de sus tres únicas hijas, Maria (de rodillas, mirando las ilustraciones del libro), Leonor (de pie 10 años, atentamente siguiendo el relato de su madre) y Consuelo (6 años en el piso, distraída).

Muy tempranamente, en 1902, Leonor de 16 años contrajo la tuberculosis, entonces su tío Domingo Olavegoya Yriarte, que de paso la quería muchísimo, recomendó a su hermana trasladarse a Jauja para que su sobrina querida sane. Para entonces, Domingo Olavegoya conocía las bondades del clima seco de Jauja y su importante rol en la curación de la tuberculosis, por lo que no dudó en tomar esta medida.

Lista de Pasajeros del Vapor "OROPESA" en octubre de 1902, que partió de Liverpool rumbo al Callao.

Desde Londres, el año 1902, toda la familia Álvarez-Calderón Olavegoya se trasladó a Jauja con tan solo sus maletas. A bordo del Vapor "OROPESA", en el mes de octubre de ese mismo año, partió de Liverpool rumbo al puerto del Callao. Inmediatamente, enrumbaron a Jauja.

Clarisa Olavegoya Yriarte (hermana de Domingo) junto a todos sus hijos en Jauja - 1902 (a su arribo de Londres). Parados contra la ventana, de izquierda a derecha: los hermanos Ricardo, Francisco, Carlos y Abelardo Álvarez-Calderón Olavegoya. En el centro, Consuelo Álvarez-Calderón Olavegoya, Clarisa Olavegoya Yriarte de Álvarez-Calderón y Augusto Álvarez-Calderón Olavegoya. De rodillas (más cerca a la cámara): las hermanas Maria y Leonor Álvarez-Calderón Olavegoya (a la derecha).

Lamentablemente, Leonor no pudo recuperarse; casi a los cuatro años de su llegada, falleció y sus restos fueron depositados en el Cementerio General de Jauja. Corría el año 1906 y la familia, abrumada por la temprana desaparición de la apreciada Leonor, opta por establecerse en Lima.

Familia Álvarez-Calderón Olavegoya en su casa de Jauja (1908). En la foto aparecen de pie, Carlos y Augusto Álvarez-Calderón Olavegoya. Sentada en el centro, Teodosia Granados Valle de Álvarez-Calderón, esposa de Carlos ACO, junto a los nietos de Clarisa Olavegoya Yriarte de Álvarez-Calderón: María Mercedes Álvarez-Calderón Granados, Demetrio Álvarez-Calderón Granados (en honor a su abuelo Demetrio Olavegoya Otero) y Clarisa Álvarez-Calderón Granados (en honor a su abuela Clarisa Olavegoya)

Para entonces, en la capital de la república las entidades médicas como el Ministerio de Salud y los más respetables médicos del medio, seguían enfrascados en el debate del tratamiento de la tuberculosis. Había una corriente muy fuerte que trataba de negar las bondades del clima, especialmente de Jauja, en la curación de este mal endémico, todavía no se conocía la antibioterapia, otra corriente confiaba en este tipo de tratamiento climatológico. Por otro lado, había otra discusión sobre un centro de tratamiento y recuperación de este mal, negándose la necesidad de establecer sanatorios y sugiriéndose el establecimiento de dispensarios. Lo que si era criterio común era de que había que aislar a los pacientes, por ello se sugerían lugares como Magdalena, Tamboraque o Jauja; para entonces, el erario nacional estaba en falencia y no habían recursos para construir este dispensario o sanatorio. Sólo la Sociedad de Beneficencia Pública de Lima disponía de un fondo de 36,000 soles lo cual era insuficiente, pues el ingeniero encargado de formular el presupuesto estimaba que el centro de atención debía costar 250,000 soles de esa época. La cruda verdad era que mientras los entendidos discutían por años y no habían recursos para construir un sanatorio o dispensario los enfermos aumentaban y morían como Leonor Álvarez-Calderón Olavegoya.

Maria Lacroix de Olavegoya, esposa de Domingo Olavegoya Yriarte, donó camas, mobiliario e instrumentos médicos cuando se inauguró el Sanatorio Olavegoya.

En el año 1916, muere Domingo Olavegoya Yriarte y su albacea, al cumpir su voluntad testamentaria, hizo entrega de 100,000 soles para la construcción del sanatorio como una contribución al tratamiento de la tuberculosis y como un homenaje a su sobrina Leonor a quién quería sobremanera, deseando que en el futuro los enfermos de TBC no sufran los momentos que la familia Olavegoya vivió con su ser querido, sugiriendo que se construya en Jauja. Cosa que así se hizo y la obra empezó a construirse el año 1918. Terminándose el año 1920, con 2 Pabellones: Santa Elisa y Santo Domingo. El nombre del Sanatorio Olavegoya se debe a la propuesta del Dr. Pérez Araníbar, quién era muy allegado a la familia.

Trascripción del acta de defunción de Leonor Álvarez-Calderón Olavegoya que obra en la Iglesia Santa Fe de Hatun Xauxa: “Leonor Álvarez Calderón Jauja. En esta Santa Iglesia Parroquial de Santa Fe de Atun Jauja, de la Diócesis de Huánuco, veinte y siete de julio de mil novecientos seis, yo José del Carmen Maraví, Párroco de esta doctrina, mandé dar sepultura eclesiástica, con cruz alta en el cementerio general de esta ciudad al cadáver de la adulta Leonor Álvarez-Calderón, soltera de diez y ocho años de edad, hija legítima de Abelardo Álvarez-Calderón y de Clarisa Olavegoya, natural de Londres y vecinos de esta ciudad; murió de tisis, recibió el sacramento de la penitencia. Dio parte D. Aurelio Solís, vecino de esta ciudad. Y para que así conste lo firma José del C. Maraví".

Como quiera que los recursos eran escasos, los pacientes deberían abonar ciertos montos para su tratamiento, habiéndose habilitado menores pabellones para pacientes de precarios ingresos. El terreno en el que se constuyó el edificio era de propiedad de las Hermanas de la Caridad, habiéndose finalmente confiado a esta congregación la atención de los pacientes. Como quiera que la donación de Domingo Olavegoya fue determinante para la construcción pero insuficiente con todos los gastos, su viuda María Lacroix, entregaría instrumentos, camas y equipos médicos para la adecuada atención de los enfermos, con lo que la donación de este filántropo limeño fue completa.

Inhumación de Leonor Álvarez-Calderón Olavegoya en el Presbítero Maestro (Lima, 1913).

Es de resaltar, finalmente, dos cosas de don Domingo Olavegoya Yriarte. Él era un próspero comerciante que poseía grandes extensiones de tierras en las zonas de Alpamina y San Pedro de Caujo, siendo uno de los accionistas mayoritarios de la Sociedad Ganadera del Centro, origen de la actual firma Laive. Era, además, empresario minero de numerosos centros de extracción mineral en Pucará, Morococha y Huancavelica. Quería mucho a su familia de la que nunca se separó. A su muerte, su viuda y su hermana Clarisa Olavegoya Yriarte de Álvarez-Calderón jamás se separaron.

Placa recordatoria de la Familia Álvarez-Calderón enterrados en el Presbítero Maestro de Lima. El nombre de Leonor figura abajo.

Esta es la historia que necesitabamos resaltar para que los jaujinos sepamos a quién debemos agradecer la existencia del Hospital Domingo Olavegoya y la gravitación que en su construcción tuvo Leonor cuyos restos fueron trasladados a Lima el año 1913 al Cementerio Presbítero Maestro, y de donde fuera sustraído su féretro, el que una vez rescatado por las autoridades, dio lugar a un nuevo entierro el año pasado, con lo que se cerrarían tres sepelios: Jauja (1906) y Lima (1913 y 2008).

Mausoleo de la familia Álvarez-Calderón en el Cementerio Presbítero Maestro, lugar donde se encuentra enterrada Leonor

La breve existencia de Leonor Álvarez-Calderón Olavegoya y el dolor de su desaparición, sumado al profundo cariño y desprendimiento que tenía Domingo Olavegoya Yriarte por su familia, son los ejes centrales para que Jauja cuente con uno de los más importantes centros hospitalarios del país. Esta es la historia que faltaba contar.

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Links externos:- Cementerio Presbítero Matías Maestro- Sociedad de Beneficencia de Lima - Un viejo museo llamado Presbítero Maestro