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Schema - Nº0. Año 1 - Vol. 1. 2016

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Revista de la Asociación Nacional de Dibujantes e Ilustradores de Arqueología (ADARQ)

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  • SCHEMAREVISTA DE LA ASOCIACIN

    NACIONAL DE DIBUJANTES E

    ILUSTRADORES DE ARQUEOLOGA

    AO 2016 (ao 1)

    vol. 1 / N 0

  • EditoresJuan Diego Carmona Barrero (Secretario de ADARQ)

    Domingo Jos Puerto Prez (Vocal de ADARQ)

    Consejo editorialMiguel Fernndez Daz (Presidente de ADARQ)

    Luisa Mara Saldaa Puentes (Vicepresidenta de ADARQ)

    Loreto Parro Gonzlez (Tesorera de ADARQ)

    Helena Torres Herrera (Vocal de ADARQ)

    Iaki Diguez Uribeondo (Vocal de ADARQ)

    Pablo Aparicio Resco (Vocal de ADARQ)

    Roberto Carmona Cantn (Vocal de ADARQ)

    PortadaLogo de ADARQ Asociacin Nacional de Dibujantes e Ilustradores de Aqueologa. Basada en uno de los

    leones del monumento de Pozo Moro (MAN).

    Autores: Iaki Diguez Uribeondo y Zaida Garca Santos.

    Maquetacin y diseoJuan Diego Carmona Barrero

    Domingo Jos Puerto Prez

    Revista SCHEMAD. L.: (En trmite)

    I.S.S.N.: (En trmite)

    Schema permite la reproduccin parcial o total de sus artculos siempre que se cite su pro-cedencia. Se excluye la reproduccin de sus imgenes, salvo autorizacin de sus respectivos autores.Los artculos firmados son colaboraciones de la revista y Schema no se hace responsable ni se identifica, necesariamente, con las ideas que en ellos se expresan.

    Edita Schema

    De los textos y fotografas sus autores

  • Sumario

    Pg.Editorial ............................................................................................................................. 7Carta de la directiva de ADARQ .................................................................................. 11

    El dibujo arqueolgico

    Qu es esto del Dibujo Arqueolgico? .................................................................... 15 Helena Torres

    Artculos

    El registro grfico en arqueologa: Funciones y normativa .................................. 31 Rafael Valera PrezNueva generacin de instrumentos y tecnologas para la documentacin grfica en arqueologa y arquitectura .......................................... 42 Pedro Ortiz CoderLa ilustracin cientfica en arqueologa ................................................................... 56 Francisco Javier Fernndez de la PeaUn modelo de ilustracin arqueolgica: las reconstrucciones sobre fotografas ............................................................................................................ 66 Iaki Diguez UribeondoLuis Siret, pionero dibujante e ilustrador de la Arqueologa espaola .............................................................................................. 94 Antonio Madrigal Belinchn, Ruth Maicas y Esperanza Manso MartnCmo hacer un grfico en National Geographic .................................................... 83 Fernando Gmez Baptista

    Opinin

    Experiencias de un tecnodibujante ..................................................................... 117 Carlos Comas-Mata MiraSin ti no soy nada (Amaral 2004) ............................................................................. 118 Manuel Martn-BuenoFormacin y pericia en el dibujo arqueolgico: mi experiencia .............................................................................................................. 121 Antonio Madrigal Belinchn

  • Pg.Noticias

    Alberto Vilas Blanco. Premio Precisin histrica Fase 1 Project Soane .................................................................................................. 126 Juan Diego Carmona Barrero

    Reseas

    Pilar Mas Hurtuna (2015): Dibujo arqueolgico de materiales. Aproximacin a sus tcnicas ............................................................ 131 Pablo Aparicio Resco

    Agenda y eventos

    Agenda ........................................................................................................................... 135

    Asociacin

    Presentacin de la Junta Directiva .......................................................................... 141Estatutos de la Asociacin Nacional de Dibujantes e Ilustradores de Arqueologa (ADARQ) ............................................................... 142Formulario para nuevos socios ................................................................................ 158

    Prximos nmeros

    Call for papers .............................................................................................................. 161Normas de publicacin .............................................................................................. 162

  • 7Elogio de la polimata o cuando letras, ciencias y artes plsticas se funden en un mismo pensamiento.

    Si escribiramos sobre la necesidad del hombre por plasmar en un soporte fsico aquello que vea a travs de sus ojos, tendramos que remontarnos a los tiempos en los que buscbamos en un lugar reservado, generalmente protegido y con una superficie rocosa sensiblemente plana, un espacio donde dejar impre-so, con unos colores bsicos y rudimentarios, aquello que ms nos llamaba la atencin. Es sin duda la profesin del ilustrador una de las ms antiguas de la historia de la humanidad. Antes de aprender a escribir, el ser humano contaba historias a travs de los dibujos. La escritura no es ms que la evolucin de unos dibujos que tras un largo proceso de esquematizacin se convirtieron en signos. Con el paso del tiempo, la escritura se convirti en una prctica fundamental para el hombre ante la necesidad de contar o describir. Sin embargo, la capaci-dad para dibujar no desapareci y los smbolos continuaban acompandose de dibujos.

    Centrndonos en el mbito que atae a esta publicacin reconocemos que la contemplacin de la ruina y el inters por los tiempos remotos e ignotos es algo que no apareci hasta hace tan slo unos cientos de aos. Propiciado en un pri-mer lugar por narraciones de viajes y expediciones a lugares desconocidos, las descripciones se acompaaban de dibujos que permitan mostrar visualmente el aspecto de lugares que eran desconocidos incluso para quien realizaba la ilustra-cin. En este aspecto, nos encontramos con ediciones de obras de la antigedad clsica tales como Los Nueve Libros de Historia de Herodoto que se iluminan con imgenes de lugares que, por motivos contemporneos al dibujante, des-piertan cierto inters. Sobre todo aquellos lugares con cierta resonancia bblica, como por ejemplo la antigua Babilonia, ciudad que produca una inspiracin espiritual y que les llevaba a representarla una y otra vez en diferentes ediciones desde que apareci la versin latina de Laurentius Valla en Venecia en 1474. Son stas, lgicamente, unas representaciones que poco o nada tienen que ver con la realidad arqueolgica. Sin embargo, se reconoce el inters de los autores por mostrar lugares desconocidos en aquellos tiempos.

    Editorial

  • 8Con un planteamiento muy diferente surgieron otras obras, como la tempra-na Mirabilia Urbis Romae (h. 1140), que recoga una descripcin de los princi-pales monumentos de la ciudad, contenido que fue sucesivamente ampliado en distintas ediciones. Un compendio topogrfico de la ciudad de Roma que pre-tenda recuperar la grandeza de otros tiempos cuando el foro no era ms que el Campo Vaccino. Sucesivas ediciones fueron ampliando los contenidos e incluso surgieron otras obras tomando como base sta pero con una perspectiva rena-centista, en la lnea de los nuevos autores. Es el caso de la Descriptio urbis Romae de Leon Battista Alberti (1433) o la Roma instaurata de Flavio Biondo (1444)

    La esttica de las ruinas fue puesta en valor por primera vez en la literatura, en la annima Hypnerotomachia Poliphili (1499). La apreciacin de los restos arquitectnicos, puesta de moda tambin por los tratados de arquitectura que se publicaron a partir del siglo XV, hizo que proliferasen los dibujos y las ilus-traciones de restos y ruinas planteando diferentes formas de representacin. Composiciones que iban desde la representacin real de la ruina pasando las reconstrucciones ideales en las que se diseaba con los patrones clsicos crean-do ciudades inexistentes como las propuestas realizadas en el Quatroccento por Urbino o Baltimore. En otra lnea, la utilizacin de obras pictricas como es-pacios de representacin de proyectos arquitectnicos reales. Cabe citar como ejemplo la famosa Escuela de Atenas de Rafael Sanzio, donde el edificio repre-sentado en segundo plano recoge el proyecto presentado por Bramante para la baslica de San Pedro con una planta en forma de cruz griega.

    El vedutismo se convirti en un gnero muy apropiado para la creacin de caprichos arquitectnicos. El control de la perspectiva dio paso a cuadros con vistas imposibles donde edificios reales se representaban desubicados de su em-plazamiento original. Giovanni Battista Piranesi plante dos vertientes en sus creaciones, de una parte aquellas ilustraciones que reflejaban la realidad (vistas de Roma o antigedades de Roma) y de otra la creacin idealizada de espacios mediante la combinacin de elementos arquitectnicos (crceles o columnatas). Influenciados por Piranesi y sus discpulos surgieron otros muchos artistas que dibujaron, pintaron o documentaron restos de antiguas culturas ya desapareci-das hasta la aparicin de la arqueologa como una disciplina consolidada.

    Es ste un brevsimo recorrido a travs de las ilustraciones, dibujos y pinturas

  • 9que recogen elementos que hoy consideramos arqueolgicos y cuya finalidad era la de formar parte de publicaciones o, en el caso de las obras pictricas, con-vertirse en cuadros destinados a ornamentacin de edificios. En pocos casos se consideraron estas imgenes como ilustraciones arqueolgicas, pues no es ste su sentido. Sin embargo, hoy es posible utilizarlas con tal finalidad pues supo-nen una fuente de informacin que va ms all de las descripciones literarias y es por ello que, tal vez, debamos comenzar a denominar dibujos pre o proto-ar-queolgicos

    Con la consolidacin de la arqueologa, el dibujo y la ilustracin cambian su concepcin y aparece en publicaciones de esta materia con una intencin clara-mente descriptiva. A medida que se ponen las primeras piedras de la disciplina, las formas de dibujar se normalizan y se propone una homogeneizacin de las formas de representacin. Sin embargo, la pintura, influenciada por movimien-tos historicistas goza de una total libertad para representar paisajes, aconteci-mientos y ambientaciones de otras pocas, algo que permanece hasta nuestros das en dos conceptos muy arraigados en el registro grfico arqueolgico. Ade-ms de la documentacin cientfica para publicaciones de carcter acadmico, se mantiene la ilustracin de carcter recreacionista en la que se representan ambientaciones relacionadas con el espacio arqueolgico estudiado, siempre con una base arqueolgica consolidada.

    Al igual que ocurri con la aparicin de la escritura, la llegada de la fotografa en el siglo XIX no supuso la desaparicin del dibujo y la ilustracin arqueol-gicos. En estos momentos nos encontramos ante una situacin similar, en los ltimos aos, las representaciones grficas arqueolgicas, como otras tantas dis-ciplinas, han sido objeto de la influencia de las nuevas tecnologas. Surgen de esta forma nuevas formas de mostrar que amplan el abanico de posibilidades a la hora de representar grficamente los registros arqueolgicos. Estos sistemas aprovechan los innovadores canales de difusin que son los dispositivos mviles electrnicos, telfonos, tablets, porttiles e incluso dispositivos pticos de reali-dad virtual o aumentada. Sin embargo, la difusin a travs de medios impresos sigue siendo una de las principales vas de distribucin y las ilustraciones que aparecen en ellas cuentan ahora con nuevas frmulas como las infografas o las capturas de mundos virtuales generados por ordenador.

  • 10

    Al amparo de estos nuevos campos, surgen disciplinas especializadas dentro del campo de la arqueologa que comienzan a sentar unas bases que las doten de un carcter cientfico como pueden ser la Carta de Londres o la Carta de Sevilla y que cuentan con publicaciones especializadas como Virtual Archaeology Re-view, Archeomatica, etc. que distribuyen el conocimiento a travs de ediciones digitales.

    Conscientes de las limitaciones de espacio que ofrece un editorial, dejamos en el tintero una inmensa cantidad de referencias a trabajos que son igualmente merecedores de aparecer en cualquier historia del dibujo y la ilustracin ar-queolgicos. Pero no es otra nuestra intencin ms que la de resear la impor-tancia que para el estudio y la difusin de la arqueologa han tenido a lo largo de la historia los dibujantes e ilustradores. Una labor que merece ser recogida y documentada, ya sea a travs de publicaciones, exposiciones o cualquier otro sistema que permita su difusin. El dibujante, individuo que encarna el espritu renacentista por excelencia, ha sido durante siglos el puente entre el erudito, el arquelogo o el estudioso, y el resto del pblico. Conocedor de las artes, ha aadido conocimientos humansticos y cientficos para que sus dibujos o ilus-traciones tengan una consideracin realmente sera, dejando de ser un sencillo dibujante para convertirse en dibujante o ilustrador arqueolgico con todo lo que ello conlleva. Ha llegado la hora de que comencemos a considerar a ese puente no slo como mero elemento de paso, sino como una obra en s mismo y, con esta finalidad, SCHEMA abre sus pginas para que nos ilustren en todos los sentidos de la palabra.

    Juan Diego Carmona Barrero, secretario de ADARQ. Domingo Jos Puerto Prez, vocal de ADARQ.

  • 11

    Madrid, 12 de enero de 2016

    Estimados miembros de ADARQ, profesionales y amigos.

    Nos complace presentarles la revista de la Asociacin Nacional de Dibujantes e Ilustradores de Arqueologa, que nace con el nombre de Schema. Segn Marco Lucio Vitruvio, schema significaba dibujo geomtrico. El ilustre romano ya nos indicaba en el I Libro de Arquitectura lo siguiente:

    Debe [el arquitecto] saber Dibujo, para poder mostrar ms fcilmente, me-diante modelos dibujados, la figura de la obra que desea realizar. Le ser de gran ayuda la Geometra, que le adiestrar especialmente en el uso de la regla y del comps, con cuyo auxilio trazar ms fcilmente la planta de los edificios, y sabr levantar a escuadra y a nivel los planos de los mismos (I, 6).

    Desde la Antigedad nos llega esta idea, describiendo a la perfeccin el da a da de muchos de nuestros asociados en la actualidad, profesionales o estudian-tes que trabajan en los mbitos de la Arqueologa y el Patrimonio, siempre con la mano dispuesta y la mente gil para trasladar la realidad al papel o a un espacio digital. Cmo puedo realizar la seccin de esta pieza?, estaremos reflejando bien la superposicin de estratos del edificio?, la vestimenta de la campesina que voy a poner en los paneles del museo ser acorde a la realidad de dicho perodo histrico?

    Carta de la directiva de ADARQ

  • 12

    Si con la Asociacin pretendemos reivindicar nuestra profesin, tan desco-nocida como muchas veces denostada, con la revista queremos tener una pu-blicacin de referencia destinada a acoger nuevos trabajos, reseas de libros y exposiciones, cuestiones de metodologa, revisin de dibujos antiguos y dems temas que puedan ser de nuestro inters y que, sobre todo, conformen otro foro til, ms all de las relaciones laborales y personales, resumido en unas pocas pginas peridicas.

    Tambin hemos hablado y escrito mucho, en otros lugares (virtuales o fsi-cos), sobre la diversidad de orgenes en cuanto a la formacin de los dibujantes, ilustradores e infografistas. Dicha disparidad es tan variable como los mtodos utilizados para representar los elementos patrimoniales: desde un simple car-boncillo hasta una tableta digital, pasando por cmaras de fotografa, rotulado-res, lpices o pinceles de todo pelaje y llegando a los ltimos sensores tecnolgi-cos. Ocurre lo mismo con los objetivos, resumibles no obstante, en la siguiente trada: Ciencia, Difusin y Formacin. Nos gustara poder plasmar toda esa riqueza de tcnicas, mtodos y fines que, en definitiva, constituyen la primera lnea en la representacin del pasado: la informacin que penetra por el sensor ms complejo, el ojo humano, para despertar la conexin ms rica en matices y enrevesada, el nexo de unin entre nuestra mente y la de nuestros ancestros.

    Estaremos encantados de contar con ustedes y sus aportaciones en este viaje visual al pasado. Sin ms, bienvenidos a Schema. Dibujen, rendericen, fotogra-fen, coloreen y sobre todo, compartan. Este es su espacio.

    Atentamente,

    Miguel Fernndez Daz, Presidente de ADARQ.

  • el dibujo arqueolgico

  • 15

    Esta seccin en la nueva revista Schema pretende dar a conocer unos trminos y una idea con la que esperamos que, cada vez ms, el pblico en general comprenda e identifique Qu es esto del Dibujo Ar-queolgico?

    Como dibujante de arqueologa, siem-pre lo entend como un todo con la dis-ciplina arqueolgica, pero concretamente como una serie de herramientas que nos permiten explicar, interpretar y divulgar unos conocimientos reales sobre un de-terminado patrimonio, y mostrarlos de una manera grfica al espectador.

    Estas herramientas se han hecho nece-sarias y estn motivadas por la labor de una excavacin arqueolgica o un pro-yecto relacionado con el patrimonio y que no se entenderan sin su existencia, sin una funcin previa metodolgica para dar a conocer los procesos histricos que lo conforman. Adems es una tarea cola-borativa, con el equipo, con una numero-sa informacin que entre todos se intenta simplificar para hacerlo comprensivo y que llegue a cualquier pblico interesado.

    El dibujante de arqueologa tiene un largo recorrido en la historia, paralela a la arqueologa clsica y que lanza sus pasos hasta esta nueva era de tecnologa y dise-o.

    Quiero creer que nuestra utilidad pro-fesional recorrer todava un largo cami-

    no, del que seremos testigos de procesos y mtodos que nos permitirn alcanzar altas cotas en nuestra profesionalizacin. Y que nuestro objetivo se est cumplien-do con un mejor conocimiento del patri-monio que nos rodea, y del que seremos herederos.

    En esta revista, queremos que cualquier lector consiga hacerse una idea precisa de nuestro trabajo, y para ello contamos con la opinin y las definiciones de diferentes profesionales que nos acercaran a su com-prensin.

    Finalizo esta introduccin con una mxima, creo que bastante elocuente, y que intento aplicarme a m misma:

    Cuanto ms dibujas, ms comprendes lo que dibujas. Cuanto ms comprendes lo que dibujas, mejor ser el resultado in-terpretativo del mismo.

    Helena Torres

    Dibujante de Arqueologa y miembro de la Junta Directiva de ADARQ

    Qu es esto del Dibujo Arqueolgico?

  • 16

    Los materiales y sus correspondientes dibujos, junto con la documentacin planimtrica y fotogrfica obtenida en cualquier trabajo arqueolgico, siempre han de figurar en una publicacin cientfica que se tenga por tal.

    A pesar de este aserto, y quizs por ello mismo, hay que llamar la atencin de que ltimamente muchas publicaciones se centran slo en el texto y relegan a la documentacin grfica en el caso de que se presente a algo meramente ilustrativo de ste.

    Por ello, hay que recordar que el texto sin el correspondiente aparato grfico, que es una prueba importante de la existencia de los datos, no es nada. Sin l, aceptar si ms la hiptesis expresada en el texto, sera un mero acto de fe.

    Manuel Retuerce Velasco

    Departamento de CC. y TT. Historiogrficas y de ArqueologaUniversidad Complutense de Madrid

    Difusin, promocin... e investigacin. Plasmar una escena del pasado en imgenes ayuda a expandir el conocimiento entre la poblacin, ya que transgrede la lnea del dato fro para sumer-girnos emocionalmente en una realidad que nos es ajena. Dado ese poder, la ilustracin arqueolgica se ha ganado un lugar ms all del pster o el folleto, acomodndose en los museos y fre-cuentando las publicaciones acadmicas. Lo ms interesante, a mi parecer, es que ms all de la dignificacin de la ilustracin como recurso didctico, el proceso de elaboracin obliga a los in-vestigadores a condensar conocimientos, precisar datos y asumir lagunas. Una buena ilustracin interroga al cientfico.

    Xavier Bermdez

    Arquelogo, iPAT Serveis Culturals (Catalunya)

  • 17

    El dibujo y la ilustracin constituyen dos herramientas funda-mentales para la disciplina arqueolgica. Especialmente el dibu-jo es un instrumento de anlisis insustituible para el arquelogo y que la fotografa no puede reemplazar.

    A mi juicio un arquelogo que no sabe dibujar es un arque-logo incompleto. Con ello no quiero decir que todo arquelo-go haya de encargarse de hacer sus propios dibujos (adems, no todo el mundo tiene mano para dibujar), pero s que tiene que saber qu pedirle a su dibujante, delineante o topgrafo Des-graciadamente, no resulta infrecuente ver publicadas vasijas de perfil inverosmil, y ello es porque han sido reconstruidas como slidos de revolucin a partir de un fragmento mal orientado. Tampoco es extrao ver un muro reducido a poco ms que las lneas de los paramentos exteriores y una trama simblica que indica que est hecho de piedra o de ladrillo, sin que se nada muestre el mdulo y la disposicin de sus elementos constitu-yentes (sillares, mampuestos o ladrillos). Y ello es porque no basta con decir dibjame este muro, sino dibjame este muro de esta manera. Como deca, el dibujo es una herramienta de anlisis, pero tambin de sntesis y de comunicacin; aunque a la hora de difundir y divulgar los resultados de una investigacin arqueolgica el papel fundamental corresponde a la ilustracin. Pero esa es ya otra historia y mejor que la cuenten otros

    Fernando Prez Rodrguez-Aragn

    Conservador del Museo de Valladolid

  • 18

    Arquelogos e historiadores buscamos recrear la verdad sobre el pasado histrico remoto, sobre la Antigedad. Y ese compro-miso no se completa hasta que no logramos evocar, recrear esa verdad histrica. Ilustradores e infografistas consiguen, con rigor, dar vida a personas y a situaciones a las que los historiadores de-dicamos tantos desvelos. Su trabajo es, siempre, necesario e ins-pirador.

    Javier Andreu Pintado

    Director Cientfico de Los Baales y Profesor Titular de Historia Antigua en la Universidad de Navarra

    La representacin visual de la arqueologa es para m una he-rramienta tcnica que se inserta en las metodologas de inves-tigacin cientfica. No creo que pueda ser considerada como una disciplina por derecho propio, sino como una metodologa visual para ciertos propsitos de comunicacin. El resultado de esta prctica (dibujos, modelos, fotografas, videos, objetos digi-tales) se puede estudiar crticamente desde una perspectiva an-tropolgica como artefactos culturales.

    Guida Casella

    Ilustradora de Arqueologa para el Instituto Arqueolgico Alemn (Madrid)

  • 19

    El dibujo arqueolgico es una herramienta imprescindible que, no solo completa la documentacin durante el proceso de excavacin, sino que ayuda en la solucin de problemas por la observacin que requiere. Conseguir la reconstruccin es indis-pensable en los posteriores trabajos de interpretacin y divulga-cin.

    M ngeles Sevillano Fuertes

    ArquelogaDirectora del Museo Romano de Astorga

    La virtud de saber combinar los datos procedentes de la inves-tigacin arqueolgica con la necesidad de hacerla llegar al mayor nmero de personas interesadas y ciudadanos para contar una historia mediante las imgenes. Un trabajo que permite poner al alcance de todos lo que muchas veces es incomprensible o se halla bajo cota 0. Ya saben, los cdigos son difciles de descifrar y una imagen vale ms que mil palabras.

    Consuelo Escribano Velasco

    Arqueloga Direccin General de Patrimonio, Junta de Castilla y Len

  • 20

    Creo que el dibujo arqueolgico, realizado con metodologa analgica o digital y en todas sus modalidades, est en auge en la actualidad. Es un recurso fundamental como mtodo de anlisis, de aprehensin de la materialidad con la que nos encontramos o de su virtualidad. A veces, un cdigo reglado universal para comunicarnos.

    Debe ser el reflejo de lo que los arquelogos hemos aprendi-do en nuestras investigaciones, una experiencia trasmitida en un lenguaje que sea accesible y comprensible para la sociedad, pa-sando por el tamiz de la simplificacin y de la interpretacin. En su doble sentido tcnico y artstico se muestra como una forma para contar historias, divulgar sabidura y recrear la mirada.

    Cuando vemos un dibujo de arqueologa, no solo vemos plas-mada una idea, tambin se nos ensean los progresos de toda una ciencia y la serie de recursos y la expresividad para contarla. Gracias a este instrumento identificamos un lugar, un uso, una poca, pero tambin reconocemos al artista que con sus herra-mientas y su mirada sabe revivir el pasado y dotarlo de algo ms que imagen; en definitiva, un trocito de vida que al fin y al cabo es tambin la nuestra.

    Jess Celis

    Arquelogo y Tcnico de Patrimonio del ILC (Instituto Leons de Cultura, Diputacin de Len)

  • 21

    No cabe duda de que la ilustracin es un medio privilegiado para la transmisin del conocimiento histrico, pues permi-te conjugar en una sola imagen infinitud de datos que de otro modo requeriran de pginas de texto. Pero adems, para quie-nes tenemos el privilegio, trabajar con ilustradores es un sueo hecho realidad, pues permite traer a la vida aquella fbula que exhumamos en su momento, aquel episodio relatado por Polibio que nos hizo estremecer, sobrevolar la Cartago pnica y cruzar el Hidaspes con Alejandro Magno. La arqueologa es pasin, y es por ello que la ilustracin histrica no slo sirve como herra-mienta didctica de primer orden sino tambin, nunca lo olvide-mos, como estmulo inigualable de esta noble emocin.

    Eduardo Kavanagh

    Doctor en arqueologa y director de Desperta Ferro Historia Antigua y Medieval

    La ilustracin es el componente visual de la difusin en los campos de la historia y arqueologa por medio de ilustraciones descriptivas /narrativas sobre hechos histricos. Se ofrece al lec-tor una mejor comprensin de la narracin. El dibujo aplicado a la arqueologa es una forma de expresin grfica/tcnica, espec-fica, fundamental en la representacin de los objetos y en el es-pacio (trabajo de campo) en las diversas reas del conocimiento arqueolgico, que sirve como complemento a la informacin y la documentacin en la investigacin cientfica. Tanto la ilustra-cin como el dibujo arqueolgico requieren conocimientos cien-tficos y tcnicos de lo que debe ser mostrado o dibujado. Estas dos artes se complementan entre s en la transmisin del conoci-miento histrico y arqueolgico.

    Ldia Azevedo

    Tcnico superior de arqueologaFacultad de Artes, Universidad de Oporto

  • 22

    Tras ms de 20 aos en los que la arqueologa viene funcio-nando como profesin, actividades complementarias vincula-das a ella se van convirtiendo en actividades profesionales en s mismas. Es el caso del dibujo arqueolgico e interpretativo. El esmero de su aplicacin aporta calidad a las distintas facetas de la gestin del patrimonio histrico: investigacin, conservacin, proteccin y puesta en valor; especialmente en el primero y el ltimo de estos apartados.

    De este modo, la calidad de la representacin grfica es esen-cial en la labor cientfica, tanto a la hora elaborar planimetras de los vestigios arqueolgicos inmuebles, como en el dibujo de materiales muebles. Una buena memoria cientfica de actividad arqueolgica debe contar obligatoriamente con buenos dibujos. Los mismos que deben emplearse a la hora de construir tipolo-gas de materiales muebles, tan necesarias como referencia en la investigacin arqueolgica, y an con muchas lagunas en la actualidad.

    En cuanto a la conservacin, cualquier proyecto de consolida-cin o restauracin de restos arqueolgicos, como las murallas de una fortaleza, por ejemplo, se deben sustentar sobre plani-metras previas donde se representen las distintas fbricas de que se componen y sus patologas. Lamentablemente, se realizan muchos trabajos por arquitectos que no tienen en cuentan una adecuada fotogrametra previa de las estructuras sobre las que se van a ejecutar estas tareas de conservacin.

    Y qu decir de la aplicacin de dibujo interpretativo. Los res-tos arqueolgicos, por su estado de ruina, son de difcil com-prensin para los forneos al mundo de la investigacin. Es por ello que la puesta en valor, tanto de los propios bienes inmuebles como de las piezas que se exponen en los museos, necesitan de un acompaamiento didctico e ilustrativo que acompae a los objetos que se exhiben; mostrndonos con ello para qu servan, en qu entorno se usaron, etc.

  • 23

    Sin duda, el futuro de esta profesin va ligado al futuro de la cultura, y a nuestra sensibilidad hacia el buen trato en la gestin de las distintas tareas que deben acometerse para la gestin de nuestro patrimonio histrico. Por ello cuenta con los mismos te-mores en los tiempos que corren; pero tambin con el aliciente de saber que la puesta en valor de nuestro legado histrico es un recurso econmico y educativo apenas aprovechado, y que precisamente su vinculacin al desarrollo de la cultura, cuyo re-troceso es inasumible, augura buen futuro.

    Francisco Melero Garca

    Arquelogo y gestor del patrimonio histrico

    La plasmacin en imagen de cualquier hallazgo, investigacin, propuesta, o esquema, supone dar consistencia al proceso de ob-tencin de la realidad perdida. El dibujo en arqueologa, o en investigacin patrimonial, concentra las investigaciones (docu-mentales o de campo) previas, y permiten avanzar en el proceso cientfico e investigador.

    Antonio Herrera Casado

    Cronista Provincial de Guadalajara y Acadmico Correspondiente de la Real Academia de la Historia de Espaa

  • 24

    Drawing is and must always be one of the many expressions of Archaeology. Without Art, archaeological remains would be object of interest only to academics and experts. Drawing discov-eries and reconstructing them for the public is a task that enables History to be accessible and inclusive. Through Art, experts and non-experts, children and adults, can understand Antiquity and its relevance in the modern world.

    Egizia-Maria Felice

    PhD Classics, University of Oxford

    El dibujo y la ilustracin arqueolgica son elementos nece-sarios, imprescindibles y fundamentales desde el inicio hasta el final en la investigacin arqueolgica. Bien sea como herramien-ta de trabajo en la excavacin o en la publicacin y/o difusin de los resultados. Hoy en da, incluso, se ha convertido en una herramienta de investigacin propiamente dicha que ayuda en la propia interpretacin de los yacimientos o de los materiales extrados mediante la transversalidad y la recreacin a travs de la ilustracin. En cuanto a la difusin, bien sea mediante publi-caciones o en ejercicios de puesta en valor de yacimientos o en museografa, supone mejorar la interpretacin del gran pblico como receptor: una imagen vale ms que mil palabras.

    Lino Mantecn Callejo

    Arquelogo profesional Decano del Ilustre Colegio Oficial de Doctores y

    Licenciados en Filosofa y Letras y en Ciencias de Cantabria

  • 25

    La plasmacin de una realidad sobre papel tiene un compo-nente que no tienen otras formas de representacin, y ese es la interpretacin. Se puede aducir que una fotografa tambin es interpretacin, la escena, el ngulo, la luz, pero slo a travs del dibujo arqueolgico, el profesional muestra lo que realmente es importante para l. Similar papel juega la ilustracin, que nos obliga a preguntarnos sobre los aspectos no visibles del pasado para poder comunicarlo al pblico.

    Fernando A. Muoz Villarejo

    ArquelogoTalactor, S.L. (Len)

    Toda intervencin arqueolgica debera seguir un orden me-todolgico, dentro de esta exigencia, como es lgico, se sitan varios aspectos: investigacin, interpretacin y difusin. Junto a las reflexiones escritas, el dibujo arqueolgico tendra que ocu-par un lugar preferente. Un buen dibujo ayuda y aporta ideas al arquelogo en la interpretacin y explicacin del yacimiento. Por otro lado, hoy en da, las nuevas tecnologas nos han ofrecido una gran oportunidad, abriendo todo un abanico de reconstruc-ciones en 3D de edificios y conjuntos excavados. Sin embargo, dependiendo de la mano que controle el programa, estas recons-trucciones podran carecer de alma, de humanidad, a veces son demasiado artificiales. Por el contrario, cuando la tcnica de re-presentacin de una realidad propuesta est, literalmente, en manos de los ilustradores por cierto una vieja profesin ligada desde siempre a la arqueologa-, desde mi perspectiva, el dibujo es mucho ms amable, sobre todo cuando lo que se reconstruye es la figura humana.

    Antonio Malalana Urea

    Profesor de la Universidad CEU San Pablo

  • 26

    Deca Carmen Bernrdez Sanchs (1993), que el dibujo es el descubrimiento de la realidad objetiva y que al mismo tiempo, desarrolla el pensamiento y la creatividad. La Arqueologa per-mite que recuperemos lo ms tangible del pasado y su presen-tacin, a travs del dibujo, nos acerca an ms a esos objetos, a su significado. Las manos del dibujante del registro arqueolgico realizan un ejercicio de conciencia e identificacin de tiempos anteriores al nuestro. Conecta realidades sociales y econmicas diferentes cada vez que trazan una lnea en el papel o en el or-denador. El dibujo arqueolgico no es una simple instantnea petrificada del pasado, es la sntesis dinmica de lo que fue, es y ser.

    Dra. Elena Mara Prez Gonzlez

    Arqueloga y profesora en la Universidad Europea de Canarias (UEC) Tenerife, Islas Canarias

    O desenho e a ilustrao arqueolgica so uma ferramenta im-prescindvel para o estudo e interpretao do passado. So hoje um recurso fundamental para museus e centros de interpretao possibilitando a compreenso dos utenslios e a visualizao do quotidiano dos nossos antepassados. O reconhecimento e utili-dade da ilustrao arqueolgica pela comunidade cientfica est em progresso, uma vez que, tal como em todas a reas cientficas, a investigao e imagem esto agregadas h muito.

    Csar Figueiredo

    Ilustrador arqueolgico y de patrimonio

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    La ilustracin arqueolgica infunde vida a los restos inertes. Es una herramienta muy eficaz para reconstruir los escenarios que albergaron a las gentes del pasado. Sin ella sera muy dif-cil explicar de manera inteligible los contextos arqueolgicos. La ilustracin arqueolgica necesariamente camina de la mano de un buen registro de documentacin arqueolgica.

    Mar Zarzalejos

    Prof. Titular de Arqueologa. UNED

    Hasta mediados del siglo XIX, antes del nacimiento de la foto-grafa, el dibujo arqueolgico era la nica forma de representa-cin que nos acercaba al estudio de las antigedades. En la actua-lidad, a pesar de la aplicacin a este campo de las nuevas tcnicas informticas, el trabajo del profesional del dibujo sigue siendo fundamental, mxime cuando nos encontramos ante una meto-dologa, la arqueolgica, que lleva implcito en su ADN la propia destruccin del registro arqueolgico.

    La ilustracin arqueolgica (cuando se aplica con rigor cien-tfico) contina siendo una herramienta idnea para la divulga-cin de nuestro pasado, tanto en libros de texto, como en Cmic o en novela histrica. La nueva museologa, cansada y agotada de la sustitucin del protagonismo de la pieza arqueolgica por pantallas de leds y por los costes de mantenimiento de tanto sof-tware y hardware que al final se traducen en la exposicin mu-sestica de pantallas apagadas, vuelve a recuperar la ilustracin arqueolgica como uno de los mejores soportes museogrficos para contextualizar la pieza arqueolgica y proporcionar su ac-cesibilidad al gran pblico.

    Manolo Romero

    Arquelogo. Director del Museo de Antequera

  • artculos

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    El registro grfico en Arqueologa: funciones y normativa

    Rafael Valera [email protected]

    Resumen

    La idea de estas lneas es acercarnos a la representacin grfica de la arqueologa desde el punto de vista profesional y normativo. Cuando se comienza la actividad labo-ral, si no se tienen las ideas al respecto bastante claras, no hay tiempo de aprender los fundamentos sobre la marcha, ya que son muchas las tareas que el tcnico o el director deben llevar a cabo durante las mismas y son escasas las ocasiones en las que se puede dedicar tiempo a aprender en la prctica.

    Palabras clave

    patrimonio arqueolgico | conservacin | interpretacin | dibujo arqueolgico | nor-malizacin | 3D | nuevas tecnologas | accesibilidad | legislacin

    The graphical record in Archaeology: functions and regulation

    Abstract

    The idea behind these lines is to approach the graphical representation of the ar-chaeology from the professional and normative point of view. When the professional activity starts if the intentions and ideas are not clear enough, there will not be time to grasp them as you proceed. The tasks that the director/technician has to aproach are too many and the opportunities to learn as you go are few.

    Keywords

    archaeological heritage | preservation | interpretation | archaeological drawing | standardisation | 3D | New Technologies | accesibility | laws

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    1. El registro grfico en Arqueologa

    Una de las principales funciones de la arqueologa es estudiar la Historia a travs de los restos materiales que han llegado a nosotros y que reflejan la vida de las per-sonas que habitaron o trabajaron en ese lugar, analizando los contextos espaciales y temporales en los que aparecen esos res-tos. Para un arquelogo es tanto ms im-portante el contexto en el que aparece un objeto, como el objeto en s mismo. Esto es as porque el estudio de las relaciones del objeto arqueolgico con otros objetos o estructuras suelen producir ms infor-macin histrica de la que se puede ex-

    traer del propio objeto aislado.

    No hay que olvidar que la intervencin sobre el patrimonio, arqueolgico o ar-quitectnico, siempre supone, aun traba-jando con el mayor cuidado, la destruc-cin de parte de la informacin. Por tanto todos los participantes en este tipo de in-tervenciones estn obligados a elaborar un registro documental de las mismas tan detallado y exhaustivo como sea posible. En este sentido la documentacin grfica normalizada, que debe realizarse en cam-po siempre que sea posible, es un medio muy eficaz para la toma de datos, con la ventaja de su inmediata comprensin por parte de cualquier investigador.

    El dibujo es una tcnica bsica para la documentacin de cualquier tipo de in-tervencin arqueolgica o patrimonial, que nos muestra la forma en que los dis-tintos objetos y estructuras se relacionan entre s, y de la que, generalmente, no se explotan todas sus posibilidades. Sobre la fotografa, tambin muy importante para esta documentacin, el dibujo cuenta con

    Figura 1. Dibujo a mano de una pieza arqueolgica (elaboracin propia).

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    una serie de ventajas:

    1) Simplifica la realidad, eliminando con-tenidos que pueden distraer y mos-trando los datos importantes para el trabajo.

    2) Es un medio de interpretacin de la realidad donde el tcnico puede plas-mar informacin no visible en una imagen fotogrfica (fases cronolgicas, materiales, seccin de la pieza)

    3) Muestra las dimensiones reales de lo representado, sin la deformacin pro-pia de la lente ptica y sin la dependen-cia de las condiciones externas de luz o sombra.

    4) Para los materiales muebles el dibujo se convierte en la mejor manera de poder comparar repertorios de distintas in-tervenciones, con lo que se consiguen datos de expansin de una forma, de datacin, etctera. Si cuando habla-mos del dibujo de estructuras y estra-tos subrayamos su importancia para

    la documentacin de cualquier inter-vencin arqueolgico patrimonial, similar importancia habra que darle al dibujo y documentacin de los res-tos de la cultura material aparecidos en excavacin, as como los que permane-cen en fondos de museos o colecciones privadas. Sin embargo, si bien est bas-tante reconocida la necesidad de ela-borar una planimetra analtica de las intervenciones, no est tan extendida la realizacin de dibujos de las piezas ms representativas que se recogen du-rante el trabajo de campo.

    5) An reconociendo la necesidad de do-cumentacin fotogrfica de las piezas (aspecto general, texturas, decora-cin), es fundamental la elaboracin de una representacin grfica norma-lizada, simplificada y que nos trasmi-ta informaciones objetivas de la pieza arqueolgica; esto slo podemos obte-nerlo a travs del dibujo arqueolgico sujeto a una serie de convenciones.

    Figura 2. Dibujo de la decoracin (ela-boracin propia).

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    6) La principal caracterstica del dibujo arqueolgico es poder presentar, en un solo golpe de vista, varios aspectos del mismo objeto (exterior, interior y sec-cin, en el caso de la cermica; y dis-tintas vistas en el caso de la industria ltica o metal) as como de todos los elementos anexos a l (asas, mangos, remaches) y los datos externos que co-nocemos de la pieza. Al usar todos las mismas convenciones de dibujo, las re-presentaciones resultan comprensibles y tiles para todos los tcnicos, aun-que no hayan tenido contacto directo con las piezas representadas. De este modo se pueden establecer compara-ciones entre piezas anlogas o contem-porneas de diferentes intervenciones. Tambin se tiene la posibilidad de

    recrear el aspecto ntegro de la pieza, aunque se cuente slo con parte de la misma.

    7) Se trata de describir mediante el di-bujo el aspecto general de la pieza, as como las huellas que, sobre ella, pudo dejar su proceso de fabricacin, el uso que de ella hicieron sus poseedores, as como los procesos postdeposicionales posteriores al fin de su vida til; stos detalles son los que ayudan a conocer la historia particular de cada pieza.

    Tras el dibujo a mano el siguiente paso sera la digitalizacin de los mismos para poder procesarlos en los diferentes pro-gramas de diseo para ordenador. En primer lugar se procede al escaneo de los dibujos, mejor si se hace uno por uno,

    Figura 3. Resultado de las piezas arqueolgicas renderizadas (elaboracin propia).

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    para un mejor archivo de cada pieza por separado. No debemos olvidar incluir la escala grfica, con el fin de mantener las proporciones de cada pieza. Uno de los parmetros que se han de tener en cuenta en el proceso de escaneado es la resolu-cin de impresin que va a tener la ima-gen digitalizada y que se mide en puntos por pulgada (ppp): a mayor resolucin ms calidad, pero tambin mayor tamao de archivo. Otro elemento importante del proceso de escaneo es decidir el formato con el que vamos a guardar la imagen. De los muchos formatos existentes se pueden destacar cuatro:

    TIFF es un formato idneo para im-genes de gran calidad, pero conlleva la creacin de archivos de gran tamao.

    JPEG es el formato ms extendido para almacenar fotografas digitales.

    GIF y PNG. Son formatos que ocupan poco espacio de archivo pero admiten po-cas variaciones de color.

    A partir del escaneado se procede a reelaborar la imagen mediante progra-mas de dibujo vectorial (Autocad, Corel Draw, etc.), ya sea de forma automatizada o de forma manual. Usaremos las distin-tas herramientas disponibles para realizar un trazado tan fiel como nos sea posible al dibujo a mano. Una vez completado el dibujo vectorial pasamos al relleno de la seccin y a dar color a las superficies, as como la decoracin de la pieza. La princi-pal ventaja de este sistema es que homo-

    geneza, si as lo queremos, el dibujo, con el fin de establecer tipologas de elemen-tos comparables. Por otro lado el dibujo vectorial es la base para realizar recons-trucciones de piezas completas en 3D.

    Estas son las opciones ms empleadas dentro de los programas comerciales para el dibujo arqueolgico. Sin embargo, en los ltimos tiempos, ha crecido una fuerte corriente favorable al desarrollo y difu-sin de programas de acceso gratuito, de software libre. Por ejemplo, para el dibujo vectorial en 2D existe Inkscape que cuen-ta con todas las herramientas necesarias para desarrollar nuestra labor.

    Para el trabajo en 3D uno de los progra-mas ms completos es Blender, aunque en este caso su funcionamiento resulta bas-tante diferente a, por ejemplo, Autocad.

    2. La representacin grfica ar-queolgica y la normativa

    La Carta Internacional para la Gestin del Patrimonio Arqueolgico, adoptada en 1990 por el ICOMOS (International Council of Monuments and Sites) rgano asesor dependiente de la UNESCO para temas de patrimonio histrico y arqueo-lgico, define, en su artculo 1, el patrimo-nio arqueolgico como todas las huellas de la existencia del hombre y se refiere a los lugares donde se ha practicado cual-quier tipo de actividad humana, a las estructuras y los vestigios abandonados de cualquier ndole, tanto en la superfi-cie, como enterrados o bajo las aguas, as

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    como al material relacionado con los mis-mos.

    En este documento se aboga por la di-fusin del patrimonio arqueolgico; as en el artculo 2 se puede leer que la par-ticipacin activa de la poblacin debe in-cluirse en las polticas de conservacin del patrimonio arqueolgico. () La partici-pacin se debe basar en la accesibilidad a los conocimientos, condicin necesaria para la toma de cualquier decisin.

    Tambin se reclama en esta Carta la documentacin arqueolgica completa en cada uno de los casos en que haya sido autorizada una destruccin del patrimo-nio arqueolgico; en esta documentacin se debe incluir la documentacin grfica pormenorizada, tanto de bienes muebles como de estructuras y otros elementos in-muebles.

    Sin embargo es el artculo 7 de la Carta el que ms afecta a la documentacin gr-fica de las intervenciones arqueolgicas. En l se dice que la presentacin al gran pblico del patrimonio arqueolgico es

    un medio esencial para promocionar ste y dar a conocer los orgenes y el desarro-llo de las sociedades modernas. Al mismo tiempo, es el medio ms importante para promocionar y hacer comprender la nece-sidad de proteger este patrimonio. En este aspecto parece claro que la representacin grfica, basada en los datos analticos ob-tenidos en las intervenciones arqueolgi-cas, puede llegar a ser asimilado con ms facilidad por ese gran pblico que los textos que derivan de las mismas, en oca-siones demasiado tcnicos y dirigidos con frecuencia a un pblico especializado.

    Ms adelante, en este mismo artculo, se dice que la presentacin e informa-cin al gran pblico ha de constituir una divulgacin del estado de conocimientos cientficos y debe, pues, estar sometido a revisiones frecuentes. Han de tenerse en cuenta las mltiples aproximaciones que permitan la comprensin del pasado; sin duda una va fundamental de acercamien-to es la va visual, a travs de la represen-tacin en dibujo, tanto de piezas como de estructuras arqueolgicas.

    Figura 4. Reconstruccin virtual de la Villa Romana de La Olmeda. Autor: Balawat.

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    Por ltimo la Carta se refiere a las re-construcciones o recreaciones de restos arqueolgicos: Las reintegraciones res-ponden a dos funciones importantes: la investigacin experimental y los fines pedaggicos e interpretativos de la reali-dad pretrita. Sin embargo deben tomar-se grandes precauciones para no borrar cualquier huella arqueolgica subsistente, y deben tenerse en cuenta toda serie de pruebas para conseguir la autenticidad. All donde resulte posible y apropiado, tales reposiciones no deben efectuarse inmediatamente encima de los restos ar-queolgicos, y han de ser identificables como tales. Las Nuevas Tecnologas so-lucionan la preocupacin que se trasluce en el texto por la posible alteracin de los restos arqueolgicos o por un falseamien-to de la realidad histrica en aras de una mayor espectacularidad visual. El empleo de recreaciones 3D de edificios y piezas arqueolgicas permite mantener inalte-rados los restos arqueolgicos, sin arries-garnos a una actuacin que pueda daar estos bienes o puede ser irreversible y que una posterior investigacin demuestre que no era real. Estas tcnicas, en lugar de actuar directamente sobre piezas o estruc-turas histricas las toman como base para recrear virtualmente el aspecto que debie-ron tener en una fase concreta de su vida, siempre en base nicamente a los datos recogidos durante la investigacin.

    En el Convenio Europeo sobre la Pro-teccin del Patrimonio Arqueolgico, he-cho en La Valetta el 16 de enero de 1992,

    ya en el prembulo se reconoce la existen-cia de graves amenazas de deterioro del patrimonio arqueolgico europeo, como los grandes planes urbansticos, riesgos naturales o excavaciones clandestinas y, al mismo nivel se sita la insuficiente sensibilizacin del pblico.

    En el artculo 1 se define el Patrimo-nio Arqueolgico como todos los restos y objetos y cualquier otras huella dejada por la humanidad en pocas pasadas que cumplan los siguientes requisitos:

    1. Que su conservacin y estudio ayu-den a reconstruir la historia de la huma-nidad y su relacin con el entorno natural.

    2. Que las principales fuentes de infor-macin sobre dichos restos y huellas sean la realizacin de excavaciones o descubri-mientos y otros mtodos de investigacin de la humanidad y de su entorno.

    3. Que est localizado dentro del terri-torio de las partes.

    El patrimonio arqueolgico incluir estructuras, construcciones, grupos de edificios, obras de ingeniera civil, objetos transportables y monumentos de cual-quier otro tipo, as como su contexto, sea sobre tierra o bajo el agua.

    En el artculo 9, dedicado a la sensibi-lizacin pblica se dice que Cada una de las partes acuerda:

    1. Elaborar acciones educativas con vis-tas a elevar y desarrollar la sensibilizacin

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    de la opinin pblica hacia el valor del patrimonio arqueolgico para el conoci-miento del pasado y tenga conciencia de los peligros que amenazan a este patrimo-nio.

    2. Promover el acceso del pblico a importantes elementos de su patrimonio arqueolgico, especialmente las propias excavaciones y fomentar la exhibicin al pblico de objetos arqueolgicos espe-cialmente seleccionados.

    Como ya apuntamos ms arriba, jun-to al valor incuestionable de acercarse a restos originales, hemos de hacer hinca-pi, en aras de su mejor conservacin, del valor de las reconstrucciones informatiza-das de los hallazgos de las intervenciones arqueolgicas. De este modo el pblico puede comprender mejor los restos como entidades completas y con un uso defini-do, y no quedarse slo con el aspecto de mejor o peor estado de conservacin con el que han llegado a nosotros.

    A nivel estatal, para Espaa la norma legal que sirve de base a las distintas nor-mativas dictadas por las Comunidades Autnomas, es la Ley 16/1985 de Patrimo-nio Histrico Espaol. En esta ley se trata

    de crear un marco genrico de actuacin, por lo que no se le puede pedir un grado de detalle; la reglamentacin especfica de la forma en que se debe documentar una intervencin arqueolgica corresponde al desarrollo normativo que cada autonoma ha hecho de esta ley o de las leyes propias relativas al Patrimonio Histrico.

    En lo referente al Patrimonio Arqueo-lgico el artculo 40 de esta ley lo define como los bienes muebles e inmuebles de carcter histrico, susceptibles de ser es-tudiados con metodologa arqueolgica, hayan sido o no extrados y tanto si se en-cuentran en la superficie o en el subsue-lo, en el mar territorial o en la plataforma continental. Es decir, que el Patrimonio Arqueolgico no es nicamente lo que se excava en el subsuelo, sino tambin, por ejemplo, los muros de un edificio hist-rico que pueden ser estudiados desde el punto de vista estratigrfico.

    En el artculo 42.1 se apuntan algunas caractersticas del contenido de los pro-yectos de intervenciones arqueolgicas: Toda excavacin o prospeccin arqueo-lgica deber ser expresamente autori-zada por la Administracin competente, que mediante los procedimientos de ins-

    Figura 5. Ejemplo de intervencin de anlisis estratigrfico murario:

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    Figura 6. Uso de la fotografa para la comunicacin y difusin de materiales arqueolgicos (elaboracin propia).

    peccin y control idneos, comprobar que los trabajos estn planteados y desa-rrollados conforme a un programa de-tallado y coherente que contenga los re-quisitos concernientes a la conveniencia, profesionalidad e inters cientfico. Con este artculo se pretende poner freno a la prctica de excavaciones clandestinas y a los expolios de yacimientos.

    A modo de ejemplo de cmo se desa-rrolla la ley general tomaremos la norma-tiva autonmica andaluza, que ha tenido dos leyes de Patrimonio Histrico, la Ley 1/1991 de Patrimonio Histrico de Anda-luca y la Ley 14/2007 de Patrimonio His-trico de Andaluca. En ella, tanto en la normativa vigente (Reglamento de Acti-vidades Arqueolgicas, Decreto 168/2003 de 17 de junio), como en el borrador que ya se conoce de la Orden por la que se esta-blecen los contenidos y estructuras de los documentos relativos a las actividades ar-queolgicas, no se dan muchos detalles de cmo se debe realizar la documentacin

    grfica de las intervenciones (ms detalla-da y clara a este respecto es la normativa de otras Comunidades Autnomas).

    En el borrador de la Orden, artculo 8, apartado F se puede leer:

    f.8. Respecto a los bienes muebles, se incluirn fotografas o dibujos de los di-versos elementos recogidos y estudiados, ya sea de forma individual o en contextos. Pudindose elegir entre el uso de la foto-grafa o el dibujo, a discrecin de los auto-res de la Memoria; si bien nos parece ms apropiado reservar el uso de la fotografa para plasmar las muestras, especialmente relacionadas con los anlisis del registro biolgico, edafolgico, sedimentolgico, etc., as como para objetos metlicos o p-treos y, en general en soportes no cermi-cos, pudindose utilizar indistintamente, fotografa o dibujo para bienes fabricados en soportes cermicos. Los recipientes ce-rmicos de fabricacin estandarizada que obedezcan a patrones recogidos en reper-

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    torios universalmente conocidos (Dressel, Lamboglia, Beltrn, Rosell, etc.) podrn ser representados aludiendo nicamente a su referencia tipolgica y sin represen-tacin grfica.

    Parece claro que la norma no apuesta por la representacin mediante dibujo de los restos materiales de las interven-ciones arqueolgicas, cuando, a nuestro entender, es un medio necesario para dar a conocer los bienes y estructuras arqueo-lgicas.

    3. Conclusin

    Valgan estas lneas para situarnos, pro-fesional y legalmente, dentro del proceso de intervencin sobre el patrimonio en el que la representacin grfica (dibujo, fo-tografa, recreacin virtual, fotogrametra y dems variantes) debe ser parte funda-mental del proceso.

    Probablemente el avance tecnolgico ir abriendo nuevas posibilidades de re-presentar los restos de las sociedades que nos precedieron, pero sern herramientas complementarias al dibujo, base de al-guno de ellos como la recreacin virtual. Todas estas herramientas tienen su lugar y su utilidad dentro del proceso de inter-vencin patrimonial, se trata de decidir en cada momento cual es la ms oportuna, en funcin de los fines que se persigan, sin olvidar que el objetivo es el conocimiento y la difusin de ese bien patrimonial.

    Bibliografa

    Caballero Zoreda, L. 2006: El dibu-jo arqueolgico. Notas sobre el registro grfico en arqueologa, Papeles del Par-tal 3, 75 95.

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    Delgado Aguilar, S. 2010: Restitucio-nes virtuales de la vajilla de mesa roma-na (Terra sigillata), Virtual Archeology Review 1 (1), 70 73.

    Irujo Ruiz, D. J. y Prieto Martnez, M. P. 2005: Aplicaciones 3D en cermica prehistrica de contextos arqueolgicos gallegos: un estudio sobre percepcin visual, ArqueoWeb 7 (2).

    Luis, I. de y Merrony, C. 2010: Dibujo de campo y topografa para arquelogos, Barcelona.

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    Sopena Vicin, M. C. 2006: La investi-gacin arqueolgica a partir del dibujo informatizado de cermica, Salduie 6, 13 27.

    Consejera de Cultura de la Junta de An-daluca. 2003: Decreto 168/2003 de 17

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    de junio por el que se aprueba el Re-glamento de actividades arqueolgica, BOJA nm. 134.

    Consejera de Cultura de la Junta de An-daluca. 2003: Borrador de Orden de la Consejera de Cultura por la que se esta-blecen los contenidos y estructura de los documentos relativos a las actividades arqueolgicas.

    Consejera de Educacin y Cultura Junta de Extremadura. Normativas de dibujo arqueolgico para intervenciones arqueo-lgicas en la Comunidad Autnoma de Extremadura.

    Ayuntamiento de Valencia, 2004: Reco-mendaciones metodolgicas para el tra-bajo arqueolgico en la ciudad de Valen-cia.

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    Nueva generacin de instrumentos y tecnologas para la documentacin grfica en arqueologa y arquitectura

    Pedro Ortiz [email protected]

    ResumenLa documentacin grfica en arqueologa, arquitectura y otras ciencias a fines, tiene

    un gran desafo en la actualidad y ste se centra en la adaptacin de las nuevas tecno-logas al mtodo clsico de documentacin, adems de la especializacin de los profe-sionales y la adecuacin de los resultados a las expectativas profesionales.

    ste artculo reflexiona abiertamente sobre este y otros asuntos, enunciando las tc-nicas existentes y las tendencias actuales, ofreciendo al mundo profesional algunas cla-ves para afrontar el futuro cercano con el mejor entendimiento entre las distintas cien-cias del conocimiento relacionadas para este fin y garantizando los mejores resultados.

    Palabras Clave documentacin grfica | sensores | proyeccin ortogonal | sistema de captura | foto-

    grametra | escneres 3D

    New generation of instruments and technologies for graphic documentation in archaeology and architecture

    AbstractGraphic documentation in archaeology, architecture and others similar sciences

    have a big challenge in those days and its focus in the new technologies adaptation to the classic methodology, in addition to the professional specialization and the results adaptations to the professionals expectations.

    This article presents a open reflection about this and other issues, sketching out the existed techniques and actual trends, offering to the professional world some keys to afford the future with the best knowledge and understanding between the different sci-ences related to this purposes and guarantee the best results.

    Keywords graphic documentation | sensors | orthogonal projections | capture systems | photo-

    grammetry | 3D scanners

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    Pedro Ortiz Coder

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    1. Introduccin

    Estamos asistiendo a una revolucin tecnolgica que en muy pocos aos, ha conseguido que una gran mayora de la poblacin, de los pases desarrollados, tenga una relacin constante con equipos informticos, ya sea en forma de orde-nadores, smartphones o implementado en todo tipo de vehculos o electrodo-msticos. La tecnologa forma parte de la sociedad y la implementacin de sta es continua y meterica, en trminos de evo-lucin relativa.

    La velocidad con la que la tecnolo-ga est infiltrndose en nuestras vidas es tan alta que no permite ser asimilada convenientemente. De esta forma, apa-recen nuevos productos comerciales que prometen ser revolucionarios pero que antes de llegar a serlo, han aparecido otra nueva generacin de productos, que des-virtan a este primero. El usuario se sien-te confundido y trata de adaptarse a este mercado voraz adoptando aptitudes con-servadoras, asegurando el buen uso y fun-cionamiento de la tecnologa a adquirir y,

    esto lo consigue nicamente observando el consumo de estos productos por otros usuarios, estableciendo una relacin de confianza con las marcas consolidadas y huyendo de otras casas y productos des-conocidos o carentes de fama o referencia fiable.

    Las cmaras de fotografa, los escne-res u otros instrumentos de medicin y captura, estn sufriendo el mismo fen-meno. Apenas ha dado tiempo a que un dispositivo haya penetrado en el merca-do cuando nacen, y en muchas ocasiones por la misma marca, nuevos instrumentos con tecnologa ms optimizada y mejores caractersticas. La capacidad de mejora de un producto aumenta cuanto ms ini-cial es el desarrollo y, comercialmente un nuevo producto vende ms que una op-timizacin del anterior, aunque podemos encontrar excepciones, por supuesto.

    Los profesionales de la arqueologa y la arquitectura se encuentran, por tan-to, con un mercado cambiante y en ple-na evolucin, que choca frontalmente con una metodologa establecida duran-te muchos aos. Actualmente asistimos a un interesante proceso de integracin tecnolgica en la metodologa de docu-mentacin clsica. Nos debatimos entre la segunda y la tercera dimensin, entre la necesidad de aplicar mayor o menor resolucin y precisin a los levantamien-tos, entre la conveniencia, o no, de espe-cializacin de arquelogos, restauradores y arquitectos en tcnicas de documenta-

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    cin grfica, invadiendo probablemen-te, campos de otras especialidades, etc.

    Este artculo pretende realizar una re-flexin sobre la tecnologa existente, su uso y la tendencia futura de desarrollos, apor-tando, en la medida de lo posible, argumen-tos que puedan ayudar en la conforma-cin de una opinin ms clara al respecto.

    Permtanme, la licencia de, en este artculo, y con el nimo de simplificar, denominar objeto (documental) a todo elemento digno de ser documentado grficamente en el mbito de la arquitec-tura, arqueologa, restauracin o cien-cias a fines, ya sean estos elementos de cualquier tipo de tamao o categora: pequeos restos o piezas artsticas, edifi-cios, yacimientos arqueolgicos, etctera.

    2. Documentar grficamente

    De la definicin (Rae 2014) de docu-mentacin, podemos extraer que sta debe tener la intencin de informar, de manera que se transmita la verdad en el resulta-do generado. La naturaleza grfica de la documentacin acota las posibilidades y enfoca sus resultados aportando informa-cin no literal y que transmita la mayor veracidad a travs de dibujos, fotografas o cualquier otra forma de comunicacin fundamentalmente visual. Importante es subrayar que la documentacin debe per-seguir la fidelidad al objeto original, ya sea sta de la naturaleza que sea. Pero en rea-lidad esta definicin la podemos catalogar como incompleta; ya que las propiedades

    de un objeto pueden ser mltiples: color, forma, textura, peso, dimensiones, densi-dad, elasticidad, etc. Y la documentacin grfica puede referirse, o tener como in-tencin documentar, una sola propiedad aislada, generando una documentacin fidedigna y completa para una o varias propiedades, pero incompleta para otras. As, un objeto puede ser documentado en sus dimensiones y formas de manera pre-cisa a travs de diferentes vistas de planos acotados, pero carecer de color alguno o informacin sobre el peso, material o elas-ticidad de dicho objeto.

    Pero no slo las mltiples propieda-des de un objeto diversifican la tipologa de una documentacin grfica, tambin distintos niveles de detalle o muestreo de la informacin. Por ejemplo, un pequeo objeto arqueolgico puede ser represen-tado -de nuevo- por un plano acotado. Pero qu precisin tiene dicha repre-sentacin? Qu resolucin de captura se utiliz? Toda esta informacin debera ser parte aneja al documento grfico, ya que, segn el nivel de detalle de la captura y de su representacin, dicho modelo puede tener una u otra utilidad.

    Y es en este punto donde se centra una de las discusiones dentro de esta extensa y compleja rea; la adecuacin de las tc-nicas de captura y metodologa empleada al propsito de dicha documentacin. Y es que no todas las tcnicas son vlidas para todos los fines, por lo tanto la educa-cin del experto en ste mbito, no slo se

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    debe centrar en el conocimiento y manejo de los sistemas de captura y sus mtodos, sino en obtener la capacidad de discerni-miento para, segn que objetivos, utilizar una tcnica u otra.

    Pero de esta misma afirmacin, nace tambin una muy interesante discusin, que no deja de ser compatible con la ne-cesidad, mencionada anteriormente, de adecuar el documento al objetivo, me re-fiero a el uso indiscriminado de tecnolo-gas de registro grfico de alta resolucin y precisin para todo tipo de capturas y registros, ya sean estos de relevancia o no. sta prctica se est convirtiendo hoy en da en habitual y nace de la posibilidad de realizar estas capturas de forma sencilla y rpida-y cada vez ms econmica-, sien-do almacenada fcilmente en pequeos, pero muy capaces, sistemas de almacena-miento. La tecnologa en cmaras y esc-neres se est desarrollando a gran veloci-dad, disminuyendo costes, aumentando precisiones, resoluciones y ofreciendo mtodos de registro de calidad con rela-tiva sencillez. Dicha tendencia o filosofa en el registro es ms generosa y despreo-cupada: me refiero al hecho de documen-tar con gran precisin y resolucin piezas que carecen de verdadero valor o relevan-cia pero que, al no suponer un verdadero esfuerzo su documentacin detallada, el profesional prefiere excederse en la cali-dad; quiz pensando en que pueda utili-zarse en tiempos venideros.

    La documentacin grfica va ms all del objetivo primario de documentar. As, del propio resultado de la documentacin grfica se puede cambiar la concepcin del objeto en s, ya que la precisin y re-solucin del objeto cartografiado, puede ser tan exhaustiva o, la captura puede ser realizada con sistemas infrarrojos o rayos X, que el propio objeto toma una nueva dimensin ante nosotros, adopta una for-ma primigenia, que va a modificar la con-cepcin de dicho objeto a ojos del analista o interpretan del objeto en s.

    Tambin ocurre algo similar, cuando utilizando estas tcnicas de captura, se utiliza el modelo tridimensional para rea-lizar anlisis geomtricos que, de otra for-ma (analgica), hubiera sido muy compli-cado.

    Por tanto la importancia de la docu-mentacin grfica es mxima, por razones de que puedan revelar nuevas facciones de los objetos, hasta ahora ocultas, pero tambin por la persistencia en el tiem-po de dicha documentacin, ms all de las interpretaciones de los objetos, que s pueden variar en el tiempo. La tecnologa ha elevado, por tanto, la relevancia de di-cha actividad y conforma, hoy en da, un viajero obligado al que hay que conocer y utilizar convenientemente.

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    3. Tecnologas e instrumentacin existentes en la documentacin grfica

    Para continuar con una introspeccin vlida que persiga el buen uso de la docu-mentacin grfica en elementos arqueo-lgicos y arquitectnicos, se debe atender no slo a una reflexin conceptual del he-cho de la captura y sus propiedades, sino tambin al estudio pormenorizado de las tcnicas de documentacin y registro. Slo de un profundo conocimiento, uso y anlisis de estas tecnologas, junto a una capacidad de adecuar estas al objetivo y contexto en que dicho registro se hace efectivo, pueden provocar una documen-tacin grfica certera y acorde a lo que de ella se espera.

    Este apartado, no pretende realizar una taxonoma profunda de las tcnicas de captura, algo que nos llevara ms tiem-po y extensin del que poseemos en este artculo, si no que, nos conformaremos con mencionar de forma breve, algunas tecnologas que son de inters en la ac-cin y el campo que nos ocupa. Tambin haremos referencia a algunas metodolo-gas que, unidos irremediablemente a las tcnicas mencionadas, pueden hacer una combinacin perfecta en la obtencin de resultados satisfactorios. Para ello vamos a acotar dicha clasificacin, solamente, a los sistemas de captura de informacin geomtrica y radiomtrica, dejando de lado, la medicin de otras magnitudes f-sicas.

    Siempre que se habla, especialmente, de tecnologa, el factor tiempo toma una importancia notable. Su rpida evolucin, desactualiza los datos en muy pocos me-ses, apareciendo y desapareciendo nuevas tecnologas en el mercado que pueden es-caparse a las clasificaciones y publicacio-nes sobre dichos temas. Como mencio-namos anteriormente, lejos de querer ser exhaustivos, mencionaremos a grandes rasgos las tcnicas principales, en cuan-to al uso y a su potencialidad. Pero antes, trataremos de hacer algunas aclaraciones sobre la tcnica de captura utilizada.

    Metodologa de documentacin grfica clsica. Existe una gran variedad de tc-nicas y mtodos de documentacin de un objeto que se ha venido desarrollando a travs de siglos en la arquitectura y la ar-queologa. Pero en su mayora contienen un denominador comn que ha confor-mado la denominacin de metodologa clsica en la documentacin grfica, que sigue vigente en la actualidad y conforma la base de la transmisin de informacin grfica, no slo en arquitectura, arqueo-loga y campos afines, si no en todas las ciencias del conocimiento. Me refiero al hecho de plasmar en un plano, a travs de la geometra descriptiva, las propiedades geomtricas de un objeto, utilizando para ello una proyeccin ortogonal que garan-tice una proporcionalidad estable de las dimensiones del objeto.

    El cambio que se est empezando a rea-lizar en la actualidad, respecto al mtodo

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    de proyeccin de la informacin grfica, recae fundamentalmente en la generacin de modelos tridimensionales con o sin textura fotogrfica, del objeto a documen-tar. ste hecho, junto con la existencia (en este caso, necesidad) de visualizadores 3d que permiten al usuario poder navegar tridimensionalmente por el objeto, pro-vocan un cambio de la forma de proyec-cin habitual, ya que el visualizador nor-malmente permite una visin ortogonal o en perspectiva, pero, fundamentalmente, porque tambin permite realizar todo tipo de operaciones sobre el modelo 3d, pu-diendo ahorrarnos, en estos casos, el pro-cedimiento de proyectar la figura sobre un plano esttico, como se ha realizado y se realiza, de forma habitual, en nuestros das. ste hecho, es hoy una tendencia, y no una accin demasiado extendida.

    Los mtodos de captura de la geome-tra, en la antigedad y, por ende, en la metodologa clsica, han sido mltiples utilizando una gran variedad de tipo-loga de instrumentos y tcnicas de me-dicin. El uso de la instrumentacin conforma la diferencia fundamental res-pecto a los actuales mtodos de registro ya que, generalmente, los sistemas de re-presentacin y proyeccin siguen estan-do totalmente vigentes, como mencio-n anteriormente. Por norma general, la documentacin grfica en arquitectura y arqueologa, se han basado en mtodos de medicin directa (a travs de compa-raciones con otros sistemas de medida), y, aunque tambin han existido mtodos

    indirectos, stos no parecen haber sido los ms extendidos. En cualquiera de los casos, ste denominado mtodo clsico, forma la base de los sistemas de registro actuales y se distingue, fundamentalmen-te, por el avance en la instrumentacin de medicin y no tanto por los sistemas de representacin.

    Haciendo referencia al prrafo anterior, una de las clasificaciones ms primarias y didcticas de los sistemas de medicin, es aquella que distingue a los instrumentos como medicin directa y de medicin in-directa. Los mtodos de medicin directa, son aquellos que utilizan un sistema de medicin ya conocido para, a travs de la comparacin, conocer las dimensiones del objeto que medimos; ste es el caso de la cinta mtrica o el flexmetro. Los sis-temas de mediciones indirectas, en cam-bio, utilizan mtodos matemticos para extraer la informacin mtrica deseada sin necesidad de contacto o compararla, como es el caso de los teodolitos o los es-cneres actuales.

    Una importante clasificacin de los ins-trumentos de medicin actuales, puede pasar por los resultados de la captura, di-vidindose sta en dos: Sistemas de captu-ra individual y sistemas de captura masiva de informacin mtrica. La primera, es tambin la que primero apareci crono-lgicamente y se refiere a todos aquellos sistemas de medicin en los que se miden puntos individuales y stos son elegidos por el usuario de forma voluntaria. ste

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    es el caso de los distos o distancimetros, teodolitos o estaciones totales. En cambio, los sistemas de captura masiva de infor-macin, realizan un registro de mltiples puntos del escenario o la pieza a docu-mentar, donde el usuario no interviene y el registro se hace automticamente. Ha-blamos de todos los escneres modernos y tambin de la fotogrametra actual en el modo de generacin de nube de puntos automtica o semiautomtica.

    La nueva generacin de instrumentos de medicin est basado en una gran va-riedad de sensores. Podemos decir que un sensor (Rae 2014) es un dispositivo que detecta magnitudes fsicas o qumicas y las transmite adecuadamente a travs de seales elctricas. Realizaremos una cla-sificacin de la instrumentacin actual a partir de la tipologa del sensor que lo contiene.

    3.1. Sensores Pasivos

    El sensor activo recibe la informacin proveniente del entorno (luz) y la trans-mite de forma directa a travs de seales elctricas. El sensor pasivo en el campo que nos ocupa, por antonomasia, es el sensor CCD propio de las cmaras foto-grficas digitales y otros dispositivos. En-tre los sensores pasivos nos encontramos las cmaras fotogrficas de color, las infra-rrojas y las cmaras trmicas, entre otros muchos.

    3.1.1. La Fotogrametra

    La fotogrametra nace del procesa-miento de las imgenes fotogrficas con el fin de realizar mediciones. Anteriormente de las pelculas fotogrficas y actualmen-te, de lo capturado por el sensor CCD, las imgenes del objeto han sido y son sufi-cientes para, a travs de la denominada geometra epipolar (ver fig 1), calcular las coordenadas tridimensionales del objeto en cuestin. Para que esta condicin ma-temtica (condicin de coplaneidad) se cumpla en fotogrametra, el punto o pun-tos a medir se deben de poder observar al menos, en dos imgenes; es por ello que se recomiende un 60% de recubrimiento longitudinal entre imgenes.

    Una vez se cumplan las condiciones b-sicas de la toma, la geometra epipolar y su condicin de coplaneidad afirman que los centros de proyeccin de las cmaras (punto por donde pasan todos los rayos de las imgenes de una cmara y confor-ma el centro geomtrico de sta), el pun-to objeto (que es el punto que queremos medir en la realidad) y los puntos imge-nes (que son la proyeccin del punto obje-to sobre la pelcula o el sensor CCD-tam-bin denominado plano imagen-) han de formar un plano, denominado plano epi-polar. ste principio es vlido para dos y para ms imgenes que tengan en comn los mismos puntos objetos.

    Cuando se pretende obtener una nube de puntos con cierta densidad de un gru-po de imgenes, el procedimiento pasa a

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    contener elementos automticos, ya que elegir manualmente los puntos homlo-gos entre todas las imgenes, es un trabajo ms que tedioso. Para ello se utilizan una serie de algoritmos que detectan puntos caractersticos en la imagen como esqui-nas, o zonas con cierto cambio cromti-co y se buscan estos mismos puntos en el resto de las imgenes, consiguiendo em-parejamientos de estos puntos imgenes por cientos. En ocasiones, este procedi-miento falla, ya que se pueden encontrar falsas texturas, como cristales o espejos o, en definitiva, zonas con cierta reflectancia que pueda equivocar a las funciones de bsqueda y emparejamiento. Para ello, se utilizan otras funciones (RANSAC Hart-ley, R. Zisserman, A. 2004) que tratan de identificar estos puntos errneos y elimi-narlos.

    Una vez obtenemos estos puntos filtra-dos, orientamos las imgenes (orienta-cin relativa): esto es, por procedimientos matemticos, conocemos la posicin en el espacio que ha tenido cada cmara (cada disparo) en el momento de la toma. Para

    ello calculamos los tres giros (omega, fi y kappa) y las tres translaciones (Tx, Ty y Tz) y asociamos, en un primer momento, un factor de escala igual a uno.

    La escala en fotogrametra no puede ser calculada, a no ser de conocer las coorde-nadas donde ha sido realizada cada toma hecho nada habitual en arquitectura y arqueologa o, de conocer la distancia entre dos puntos de la realidad medidos tambin en las imgenes. Tambin se pue-de escalar, de hecho puede ser el mtodo ms recomendable, midiendo con un m-todo ms preciso que el fotogramtrico, diversos puntos en la escena capturada y calcular el factor de escala a travs de la media aritmtica de las distancias reales y modelos calculados.

    Una vez orientadas las imgenes (no es necesario la escala para este procedimien-to) se procede a la densificacin de la nube de puntos. Aunque existen varios m-todos, uno bastante utilizado y con muy buenos resultados, es generar dicha den-sificacin a partir de la generacin de ma-

    Figura 1. Geometra epipolar con-formado por dos imgenes, un punto objeto X, dos puntos imgenes XL y XR, dos puntos epipolares eL y eR y por la lnea epipolar XL. (Hartley, R. Zisserman, A. 2004)

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    pas de profundidades entre las imgenes orientadas (Pierrot-Deseilligny M, Clry. I, 2011). As, se aproxima la creacin de un punto tridimensional a cada pixel de la imagen - al menos cada pixel del mapa de profundidad generado-. El resultado es una nube de puntos muy densa con color de la imagen fotogrfica y con una pre-cisin muy notable, si la superficie a do-cumentar es favorable (no es reflectan si excesivamente homognea).

    La fotogrametra es una tcnica muy utilizada en la actualidad, por su bajo cos-te y por la simplificacin que se ha con-seguido en los procedimientos actuales. Adems, bien utilizada puede conseguir grandes precisiones y texturas con tiem-pos de procesamientos muy aceptables.

    3.2. Sensores Activos

    Un sensor activo emite la seal que posteriormente va a recibir y transmitir de forma electrica, del procesamiento de esta seal recibida, se calcula la posicin o forma geomtrica del elemento medido. Entre los sensores activos nos encontra-mos todos los tipos de distancimetros y estaciones totales (por contener distan-cimeros en su interior), escneres 3D, etc, adems de otros que no trataremos aqu como los georadars o los sonars, etc.

    3.2.1. Basados en el principio de triangulacin

    Los sensores activos basados en el prin-cipio de triangulacin tienen como carac-

    terstica principal que el emisor de la seal y el receptor de la misma, se encuentran en posiciones diferentes, estableciendo un tringulo entre emisor, objeto y receptor. Considerando que el sistema conoce la posicin del emisor y del receptor, puede calcular la coordenada tridimensional del objeto en el espacio a travs de la resolu-cin trigonomtrica del tringulo.

    Este tipo de instrumentacin est con-dicionado a la distancia entre emisor y receptor que limita el alcance del sensor; ya que con una lnea base (distancia emi-sor-receptor) corta, el tringulo a resolver sera muy agudo si el objeto estuviera le-jos, con la disminucin de precisin que esto conllevara. Pero, al mismo tiempo, para capturas en distancias cortas, este mismo condicionante, facilita la medicin con alta precisin si el tringulo formado es favorable o contiene ngulos no muy extremos.

    Estos sensores basados en el principio de triangulacin son los que utilizan los escneres de corto alcance, fundamental-mente.

    Medicin lser de un nico puntoEl fotodiodo emisor emite un pulso de

    onda (luz lser) y el receptor (normalmen-te un sensor CCD) lo recibe y matemti-camente se resuelve el tringulo posicio-nando el objeto en el espacio. Para realizar mediciones de mltiples puntos, este tipo de sistemas utiliza un espejo rotatorio que distribuye el lser a travs de incremen-

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    tos angulares conocidos, sobre el entorno. De forma que se captura mltiples puntos pero emitindolos uno a uno. El principio de triangulacin se mantiene pero entra en la frmula, la variable incremental que aporta el espejo rotatorio para el clculo de los puntos en el espacio.

    Medicin lser de lnea (perfil)Cuando el emisor no es un punto y

    pasa a ser una lnea, el receptor (sensor CCD) captura un perfil de la lnea l-ser o, dicho de otro modo, la proyeccin de la lnea con el ngulo provocado por el desplazamiento del receptor respecto al emisor y el objeto. Si el objeto fuera un plano, la lnea aparecera recta y si el objeto contiene curvas, la lnea tambin las proyectar sobre el receptor de for-ma equivalente a la topografa del objeto. Es por tanto que, tras una calibracin, se puede extraer la geometra de la lnea en un momento dado, segn la imagen del

    sensor CCD.

    Pero, normalmente, este tipo de esc-neres mueven la lnea a travs del objeto segn un espejo rotatorio que, controla-do y sincronizado, con el sensor CCD por medio de un sistema informtico, puede escanear y, por tanto, conocer la geome-tra no slo de una lnea sino del objeto en cuestin a travs del mencionado mo-vimiento.

    Medicin por sistema de luz estructura-da

    En este caso, la mayor novedad recae en el tipo de proyeccin que, no es un pun-to ni una lnea, sino un patrn codificado de luz. Esto es, el escner proyecta luz con distintas formas geomtricas en forma de cdigo binario (Blanco/negro/lneas/va-cos) que se superponen al objeto y que el sensor CCD, receptor separado por una distancia del emisor, captura de forma

    Figura 2. Esquema de un sensor activo de medicin de un punto, por el principio de triangulacin. (Boehler, W. and Marbs, A., 2002)

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    sincronizada.

    Al igual que la medicin lser de lnea, el escner de luz estructurada calibra cada patrn proyectado anteriormente a la me-dicin, de forma, que durante el escaneo -proyeccin de diversos patrones sucesi-vos en el tiempo- el sensor CCD captu-ra los patrones e interpreta las deforma-ciones de estos que se traducen a formas geomtricas.

    3.2.2. Basados en la medicin de distancias

    Una de las caractersticas principales de estos sistemas es que el emisor y el recep-tor no tienen por qu estar separados, ya que el principio de medicin no est basa-do en la triangulacin, si no en descifrar la distancia del sensor al objeto. Para rea-lizar esta medida, se puede hacer por dos mtodos: estimacin directa de tiempo de vuelo o estimacin indirecta de tiempo de vuelo.

    Dada la naturaleza de medicin, estos

    sistemas pueden realizar mediciones a mucha ms distancia que los basados en la triangulacin, pero, como inconvenien-te, la precisin es inferior.

    Estimacin directa de tiempo de vueloEstos instrumentos poseen en el mismo

    lugar el emisor y el receptor, fotodiodo emisor y fotodiodo receptor respectiva-mente. El lser que proyecta con un im-pulso controlado viaja a una velocidad conocida (se generaliza a la velocidad de la luz 3x10^8m/s) y gracias a un reloj de precisin interno, se mide el tiempo de emisin y el de recepcin, quedando como nica incgnita por resolver, el es-pacio (espacio = velocidad x tiempo) que, en nuestro caso, es la distancia del objeto al emisor-receptor.

    Con este principio, se puede emitir y, por tanto, medir, una distancia por pul-so. Es por ello, que este tipo de escneres emiten multitud de puntos por segundo y los van posesionando en el espacio gracias a un espejo rotatorio que los distribuye de

    Figura 3. Esquema de un sensor activo de medicin por el sistema de luz estructurada, por el cual a travs del proyector se emiten los diferentes patrones y se reciben, en este caso, por dos receptores (sensores CCD) con una base conocida y calibrada, que crean la imagen tridimensional. (Boehler, W. and Marbs, A., 2002)

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    forma controlada y al propio instrumento que rota sobre s mismo, para realizar me-diciones 360 en el plano horizontal.

    Estimacin indirecta de tiempo de vuelo Tambin denominado por diferencia

    de fase, este tipo de escneres emiten y reciben la onda desde el mismo posicio-namiento, al igual que los sistemas de tiempo de vuelo, pero calculan la distan-cia midiendo la diferencia de fase entre la onda emitida y la recibida.

    4. Tendencias en la documentacin grfica

    Es arriesgado hablar sobre qu ocurrir en el futuro en cualquier campo del co-nocimiento humano, pero ms an si ha-blamos de ciencia y tecnologa. Por ello, es preferible hablar de tendencias ya que, aun siendo un hecho con claros parme-tros subjetivos, es una accin presente y, por tanto, ms tangible que tratar de

    predecir qu es lo que va a ocurrir en los prximos 10 o15 aos.

    En la segunda mitad de la dcada de los 90 aparecieron de forma comercial los lser escners de medio alcance que revolucionaron los sistemas de captura y siguen en plena forma en la actualidad, en el campo de la arqueologa, arquitectura y restauracin. La tendencia de dichos es-cneres ha consistido en disminuir su ta-mao, aumentar su rapidez e integrar los elementos externos (las bateras, el port-til) dentro del propio sistema. En la actua-lidad tenemos escneres de muy pequeo tamao, manejables desde nuestro dispo-sitivo mvil, con las baterias integradas y con gran potencia, rapidez y versatilidad.

    Pero tambin la fotogrametra ha resur-gido con gran fuerza estos ltimos aos. El gran salto de la misma ha sido crear la capacidad de generar nubes de puntos de gran densidad de una forma cada vez ms automtica. Eso ha sido gracias al in-

    Figura 4. Esquema de un sensor activo de medicin por tiempo de vuelo (TOF: Time Of Flight) (Boehler, W. and Marbs, A., 2002)

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    cremento de capacidad computacional de los ordenadores, pero tambin a la nue-va generacin de algoritmos de bsque-da y matching de descriptores, as como de funciones de densificacin de nube de puntos. Es por tanto, bastante claro, que la tendencia en la fotogrametra camina por la optimizacin de resultados, incluso en zonas donde difcilmente se van a encon-trar puntos homlogos de calidad. Se est consiguiendo tambin procesar todo en menos tiempo y en campo, si es posible, con el objetivo de asegurarse unos buenos resultados sin necesidad de procesarlos en la oficina.

    Estn apareciendo distintos sensores y escneres de bajo coste que funcionan con luz infrarroja para escaneos en interiores. Tambin van a aparecer prximamente, escneres menos exigentes en el mane-jo, seguramente no tan precisos pero to-talmente portables, sin necesidad de ser nivelados y manejables desde una tableta o mviles que podran escanear hasta 70 metros en interiores y exteriores.

    Por ejemplo, desde la empresa a la que pertenezco, participamos, o esa es la in-tencin, de sta tendencia y apostamos por la integracin de fotogrametra y esc-neres de interiores, integrados o maneja-bles desde dispositivos por