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SEGÚN TU CORAZÓN... CONFRATERNIDAD SACERDOTAL DE OPERARIOS DEL REINO DE CRISTO VOLUMEN 1 NO. 3 OCTUBRE-NOVIEMBRE 2013

"Según tu corazón

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Boletín informativo de la Confraternidad Sacerdotal Operarios del Reino de Cristo.

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SEGÚN TU CORAZÓN...

CONFRATERNIDAD SACERDOTAL DE OPERARIOS DEL REINO DE CRISTO

V O L U M E N 1 N O . 3

O C T U B R E - N O V I E M B R E 2 0 1 3

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Mensaje del

Director General

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Carta después de la Asam-

blea Jubilar...

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La Comunión

Fraterna…

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La Identidad del Sacerdo-

te...

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Celebración del 50 Aniver-

sario de la Confraterni-

dad, en España

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Nuevos Sacerdotes “para

la Viña del Señor”...

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Diaconado en España 16

Orden Sagrada en

Colombia

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Seminarios

Mayores ...

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Consejo General

Acuerdos...

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Circular 3 24

Un Camino Jubilar… 26

Asamblea Jubilar Plenaria Casa Lago

Basílica de Guadalupe 11 de septiembre

Santuario V Aparición 12 septiembre 2013

28 Octubre, Toledo España

Casa Pater Noster

Troje de Peñuelas #172 Fracc. Las Trojes Corregidora, Qro. México Código Postal 76928 Tels. (442) 2 13 48 69 y 225 54 662.-

[email protected]; Consulte nuestra web: www.operariosdelreinodecristo.org

Mensaje del Director General

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La comunión fraterna nos lleva a la comunión con Dios

Fuente: VATICANO, 30 Oct. 13 / 10:15 am (ACI/EWTN Noticias).- E n la Audiencia General

Al reflexionar sobre “la comunión entre las personas santas”, Francisco indicó que esta es “una verdad de las más consoladoras de nuestra fe, por-que nos recuerda que no estamos solos, sino que existe una comunión de vida entre todos los que pertene-cen a Cristo”. “Una comunión que nace de la fe; de hecho, el término ‘santos’ se refiere a aquellos que creen en el Señor Jesús, y son incorporados a Él en la Iglesia a través del Bautismo. Por eso los pri-meros cristianos también fueron lla-mados ‘santos’”.

El Santo Padre subrayó que “la Iglesia, en su verdad más profunda, es comunión con Dios, familiaridad con Dios, comunión de amor con Cristo y con el Padre en el Espíritu Santo, que se prolonga en una comunión fraterna”. “Esta relación entre Jesús y el Padre es la ‘matriz’ de la unión entre nosotros cristianos: si estamos íntimamente incluidos en esta "matriz", en este horno ardiente de amor que es la Trinidad, entonces podemos verdaderamente convertirnos en un único corazón y en una sola alma entre nosotros, porque el amor de Dios quema nuestros egoísmos, nues-tros prejuicios, nuestras divisiones internas y externas”. “El amor de Dios quema también nuestros pecados”, indicó. El Papa señaló además que “la experiencia de la comunión fraterna que me lleva a la comunión con Dios. Estar unidos entre nosotros nos lleva a estar unidos con Dios, a esta unión con Dios que es nuestro Padre”. Nuestra fe necesita el apoyo de los demás, ¡especialmente en los momentos difíciles! Y si estamos unidos, la fe se hace fuerte”.

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“¡Qué hermoso es apoyarse mutuamente en la aventura maravillosa de la fe! Digo esto por-que la tendencia a cerrarse en lo privado también ha influido en la esfera religiosa, tanto es así que muchas veces es difícil buscar ayuda espiritual en aquellos que comparten nuestra experiencia cristiana”. El Santo Padre preguntó “¿quién de nosotros -¡todos, todos!- quién de nosotros no ha expe-rimentado inseguridades, desorientaciones e incluso dudas en el camino de la fe? Todos, todos hemos experimentado esto: yo también. Todos. Es parte del camino de la fe, es parte de nuestra vida”. “Todo esto no debe sorprendernos, porque somos seres humanos, marcados por la fragili-dad y las limitaciones. Todos somos frágiles, todos tenemos limitaciones: no se asusten. ¡Todos las tenemos! Sin embargo, en estos momentos difíciles hay que confiar en la ayuda de Dios, a través de la oración filial, y al mismo tiempo, es importante encontrar el coraje y la humildad para estar abiertos a los demás, para pedir ayuda, para que nos den una mano: ‘dame una mano, tengo este problema’”. Francisco señaló luego que “la comunión de los santos va más allá de la vida terrena, va más allá de la muerte y dura para siempre”. “Esta unión entre nosotros va más allá y continua en la otra vida. Es una unión espiritual que nace del Bautismo, no se trunca con la muerte, sino que, gracias a que Cristo ha resucitado, está destinada a encontrar su plenitud en la vida eterna”. El Papa indicó que existe “un vínculo profundo e indisoluble entre los que todavía son pere-grinos en este mundo, entre nosotros, y los que han cruzado el umbral de la muerte a la eternidad. Todos los bautizados en la tierra, las almas del Purgatorio y todos los beatos que están ya en el Paraíso forman una única gran Familia. Esta comunión entre tierra y cielo se realiza sobre todo en la oración de intercesión”. “Queridos amigos, tenemos esta belleza, la memoria de la fe: es una realidad nuestra, de todos, que nos hace hermanos, que nos acompañamos en el camino de la vida, y nos vamos a encontrar de nuevo, allí arriba, en el Cielo. Vayamos por este camino con confianza, con alegría”. El Santo Padre dijo que “un cristiano debe ser alegre, con la alegría de tener a tantos herma-nos bautizados que caminan con nosotros, y también con la ayuda de nuestros hermanos y hermanas que hacen este viaje para ir al Cielo, y también con la ayuda de nuestros herma-nos y hermanas que están en el Cielo y rezan a Jesús por nosotros”.

“¡Adelante por este camino, y con alegría!”, concluyó.

...“Estar unidos entre nosotros nos lleva a estar unidos con Dios, a esta unión con Dios que es nuestro Padre”.

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¿Quiénes somos y qué somos? Sacerdotes, y tenemos el sacerdocio por el bautismo y el ministerial por la ordenación. A lo largo del S. XX, se habla mucho el tema sacerdotal ministerial, sobre todo porque en los 60s y 80s ha habido mucha crisis sacerdotal. Pero ha sido un siglo muy luminoso sobre todo por el magisterio de la Iglesia a este respecto, pero sin duda también por la cantidad de carismas que han brotado, en comunidades de religiosos, etc. Poseemos en el S. XX muchas fuentes que nos definen la identidad en el sacerdocio ministerial. Mientras en el CVII se redacta el decreto PO, en París se publica un documento: ¿una Iglesia sin sacerdotes? Esto se lanza con cizaña, un virus en donde se cuestiona si es posible la Iglesia sin sacerdotes. Lutero decía que el sacerdocio y la jerarquía era un invento del hombre, y con esto Lutero se carga la sucesión apostólica. Los seguidores de Lutero ya no están tan de acuerdo con lo

que decía Lutero. En donde hay sucesión apostólica está la Iglesia. Por tanto ese documento de París sale cuando se está realizando en el Conci-lio Vaticano II. La Sagrada Escritura nos dice que Jesús, pasando una noche en oración, eligió pos-teriormente a sus apóstoles, y a cada uno lo llama por su nombre, y funda así su Iglesia sobre el colegio de los apóstoles, sobre el fundamento de los apóstoles, e irán llamando a colaboradores para su misión hasta nuestros días. La tarea de la Iglesia es hacer presente el Reino de Cristo. Pertenecemos por voluntad de Cristo a la médula de la columna vertebral de la Igle-sia.

A algunos les gustaría que la Iglesia fuera un molusco, sin vertebras, pero Cristo la ha fundado vertebral. La columna está en la jerarquía y el Pueblo de Dios. Esta Iglesia tiene su fuerza y apoyo en la Eucaristía y a ella tiende, por lo que no se puede prescindir de ella. Porque sin sacerdocio no hay eucaristía y sin eucaristía no hay sacerdocio. El Sacramento del Orden nos hace ministros de Cristo, y servidores de la comunidad, y se sirve en la mesa de la Palabra y de la Eucaristía. Santo Tomás de Aquino nos habla de que el Verbo eterno se ha enamorado de esta humanidad, y se ha ofrecido Cristo una sola vez para siempre, y en esta ofrenda hemos sido santificados todos. Se ha ofrecido y nos ha abierto el camino a todos los demás, es decir, él es el camino que queda abierto para que le sigamos desde el sacerdocio, es Cabeza de la humanidad. El sacerdocio ministe-rial es distinto esencialmente al sacerdocio común que se nos da en el bautismo.

LA IDENTIDAD DEL SACERDOTE S.E. Mons. Demetrio Fernández

Reliquia de San Juan de Ávila

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El Pueblo de Dios une su ofrenda y sacrificio, al sacrificio de Cristo, al que ofrece el sacerdo-te. Cristo Cabeza con su Cuerpo se ofrece al Padre. Cristo es sacerdote, profeta y rey. Es el Buen Pastor, y da la vida por sus ovejas, no es asala-riado, pues le interesa cada una de sus ovejas. Al asalariado no le importan sus ovejas. Nos debemos preguntar si nos importan o no. Pues desde el sacerdocio ministerial debemos contribuir al pastoreo del único rebaño. Jesús es Virgen, casto, puro, esposo para su Iglesia. El sacerdote debe ser esposo como Cristo, como siervo también, que se entrega a su espo-sa y le sirve, desde el amor y la generosidad, debemos prolongar a Cristo como Pastor. ¿Cómo llevo el sacerdocio que Cristo me ha compartido? No debemos ser solterones, que pone su corazón en otras cosas y no en el amor a Cristo, y a su Esposa. La imagen del sacerdote, nos hace pensar que debemos vivir no para nosotros, sino como el padre de familia que está volcado a su familia y no se ve a sí mismo, sino que todo lo hace en provecho de sus hijos y esposa, así nosotros, debemos ser sacerdotes santos. De la santidad del sacerdote depende el fruto del ministerio. Los santos predicaban y se convertían sus oyentes, pero nosotros no. Santa Teresa decía: no convierten porque predi-can con mucha sensatez, no dejando lugar a que nos descoloquemos con algo que llegue al corazón. San Juan de Ávila nos dice que hay aspectos en la actividad sacerdotal en que nos parece-mos a ella: por nuestra palabra viene al altar y ella lo trajo a su vientre, y habremos de pedirle a ella que nos ayude a tratarlo con sus actitudes. Nos supera en que ella es la madre de Dios. Pero la superamos en que ella lo trajo una vez y nosotros tantas veces cuantas misas cele-bramos. Tenemos la dimensión petrina y la dimensión mariana, es decir sí vamos en camino de la misión, sino también debemos aprender a tratar a Jesús, a ser sus discípulos, a ser santos. Ella está en la base de la vida cristiana. Sacerdotes por el sacramento del orden, dad gracias a Dios porque esta CORC ha produci-do muchos sacerdotes, atendiendo a miles de personas. Lo importante no es ser sacerdote, sino ser humilde, saber si vamos bien orientados a Dios, para poder dirigirse a la meta, y así como un avión, saber cuál es el rumbo y corregir, y el rumbo para el sacerdote es la santidad.

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50 ANIVERSARIO DE LA CONFRATERNIDAD DE LOS OPERARIOS DEL REINO DE CRISTO-ESPAÑA

Olías del Rey (Toledo)

28 de octubre del 2013

HOMILÍA DE LA FIESTA DE LOS SANTOS APÓSTOLES

SIMÓN Y JUDAS

Excmo y Rvdmo. Sr. Renzo Fratini Nuncio Apostólico en España

Estimados en el Señor:

Apreciando los sentimientos de comunión ecle-sial con el Santo Padre, a quien tengo el honor de represen-tar en España, he aceptado la invitación del Rvdo. P. Antonio Abós, Director Regional para España, a clausurar el cincuen-ta aniversario de esta Confraternidad Sacerdotal de Opera-rios del Reino de Cristo. Me congratula hondamente com-probar que vuestro carisma, desde la disponibilidad, “asume la misión de colaborar con el Papa y los Obispos en la misión de atender los lugares necesitados de clero”. Por ello en esta celebración, damos sentidas gracias al Señor que, con tanto amor, mira siempre el bien de su Pueblo santo.

Me permito a su vez saludar al director general de esta obra de Dios, el Rvdo. P. Antonio Gómez Elisea, y a todos los sacerdotes que conforman esta confraternidad. Hoy celebramos a los Santos Apóstoles Simón y Judas. La festividad es ocasión oportuna pues, la venerar aquellos a quienes Jesús “confió la misión de anunciar el Evangelio”, resalta a la vez el misterio de la Iglesia y se nos enseña cuá-les son las actitudes convenientes para desarrollar la tarea del apostolado. Consideremos pues estos aspectos en la Palabra proclamada y desde la vida de ambos apóstoles.

1. EL misterio de la Iglesia. La Iglesia es un misterio de Unidad y de Comunión enraizada en el misterio de Dios, y está

constituida por la “misión” es decir, por la relación con Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Dios ha querido entrar en la historia de los hombres por el misterio de la Encarnación, formando un pueblo animado por la vida divina que nos comunica como sarmien-tos unidos a Cristo, vid verdadera. Así en la Iglesia, no hay más que un principio y fuente de unidad que es su Cabeza, Cristo y todos los creyentes nos adherimos a Él, como miem-bros de su Cuerpo, haciendo presente a Cristo en medio de

los hombres. Como hemos escuchado en la primera lectura, S.

Pablo nos presenta a la Iglesia como un edificio “que se va levantado”.

Se trata de una progresión en cuanto a aque-llos que la integran: las diversas comunidades en las que se hace presenta la Iglesia Una, Santa, Católica y Apostólica. Ella es obra de la gracia de la redención de Cristo en la cruz que ha producido el acercamiento y la reconcilia-ción como fruto del acto redentor de Cristo, muerto y resucitado, para derrotar el reino del pecado y establecer una alianza, (no renovada, sino)“nueva y eterna, para el perdón de los pecados”. El cimiento de esta casa son los apóstoles y profetas. La piedra angular, es Cristo. En Él somos familia de Dios, edificio de Dios, morada de Dios, casa de Dios. En el evangelio hemos visto a Jesús orante antes de realizar una de las acciones impor-

tantes, la constitución del Colegio Apostólico. Con ello el Evangelio señala la continuidad de la obra de salvación de Cristo en la Iglesia y a través de ella. Jesús asocia a sus apóstoles a la misión que Él mismo ha recibido del Padre, “esta misión divina confiada por Cristo a los apóstoles ha de durar hasta el fin del mundo, pues el Evangelio que tienen que trasmitir es el principio de toda vida para la Iglesia, Por eso los Apóstoles se preocuparon de instituir en esta sociedad jerárquicamente organizada a sus suceso-res” (LG, 20).

La Jerarquía en la Iglesia pues, no tiene otro fin que la salvación de los hombres, cuidando de introducir e incrementar esta vida sobrenatural en las almas, siguiendo el mandato del Señor: “Id y enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo… el que crea se salvará, el que se resista a creer se condenará. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”.

2.-Cómo se desarrolla la tarea apostólica.

Fijemos nuestra vista en los dos Após-toles cuya fiesta celebramos. ¿Qué nos enseñan? S. Simón, era procedente de Canaán, el Evangelio le llama el Cana-neo, y tiene el sobre nombre de “zelotes”. Con este nombre adivinamos que en su corazón ardía el celo por Dios y su divina ley, así como una viva expectación mesiánica, de la cual tuvo que purificar todo lastre de impostación mundana y terrena al contacto con la humildad del Verbo encarnado. La humildad tan profundamente vivida, le llevó a vivir escondido-es el apóstol menos conocido-y esto en medio de su gran recorrido apostólico como asegura la tradición: Egipto, Mesopotamia y Persia, en donde aparece en compañía de San Judas Tadeo.

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“asume la misión de colaborar con el Papa y los Obispos en la nueva misión de atender los lugares necesitados de clero”.

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S. Judas se revela en el Evangelio y en su Carta lleno de caridad hacia el próji-mo, al que desea llevar a Cristo, la vida íntima de Cristo que brota del Corazón del Padre y que tiene que penetrar profundamente en los corazones de los hombres: “Señor-le dice a Jesús en la cena-¿cómo ha de ser esto, que te has de mostrar a nosotros y no al mundo?”. En su Carta, San Judas exhorta a purifi-car el corazón para dar su espacio a Cristo. La fe es el fundamento de la unión con Dios pero, insiste el Apóstol en su breve escrito, se trata de una fe viva, necesariamente unida a la caridad. Es por medio de esa caridad que viene de arriba, como estrechamos y forma-

mos esta comunión de Dios con los hombres que manifiesta a la Iglesia Santa, respuesta al deseo de co-munión que existe en el corazón humano.

Tanto en el marco de la última Cena como en su breve carta, San Judas se manifiesta conveni-

do de que el corazón humano está sediento de comunión-el Apóstol parte de esta premisa se puede decir- y ese anhelo interior y profundo, solo halla respuesta en su destino: el encuentro, no con las cosas crea-das ni con las migajas de felicidad del mundo, sino con el Verbo hecho carne que nos revela al Padre.

De esta convicción que brota casi espontanea de los labios y de la pluma de S. Judas, también nosotros tenemos que partir en la nueva evangelización. El Beato Juan Pablo II la señala claramente cuando ad-vierte en la Encíclica “Redemptoris missio” (n. 38-39): “Nuestro tiempo es dramático y al mismo tiempo fascinador. Mientras por un lado los hombres dan la impresión de ir detrás de la prosperidad material, y de sumergirse cada vez más en el materialismo consumista, por otro, manifiestan la angustiosa búsque-da de sentido, la necesidad de interioridad…también en las socie-dades secularizadas, se busca la dimensión espiritual de la vida como antídoto a la deshumaniza-ción… La Iglesia tiene un inmenso patrimonio espiritual para ofrecer a la humanidad: en Cristo, que se proclama <<el Camino, la Verdad y la Vida>> (Jn 14,6)”

La Iglesia tiene un inmenso patrimonio espiritual para ofrecer a la humanidad: en Cristo, que se pro-clama <<el Camino, la verdad y la vida>>

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Queridos sacerdotes, Operarios del Reino de Cristo. He apreciado en vuestro carisma la centralidad del corazón. Comprendo que cada operario se pone ante Jesús con dispo-nibilidad plena de saber apreciar dónde debe estar, en qué lugar, en plena disponi-bilidad para prolongar Su presencia, llevan-do la misericordia de Jesús a través de la Palabra y de los sacramentos de la vida allí donde sea más necesario. No importa el lugar por el lugar, lo que importar a un operario, que quiere ser fiel a su carisma, es una única cosa: la necesidad. Estar donde exista más necesidad. No importa que sea una parroquia marginal o situada en el

centro populoso de una gran ciudad, no. Es encontrarse allí donde la necesidad pastoral reclama ma-yormente la misericordia. El operario sólo tiene que poner cuidado, así vemos en el Apóstol S. Simón, de no confundir jamás la necesidad del Reino de Cristo con las necesidades psicológicas y mundanas en las que suele enredar la debilidad humana. Por eso los medios necesarios de santificación debéis de potenciarlos con todo cuidado, particularmente la confianza tierna y profunda con Cristo, la obedien-cia y la transparencia con los superiores, la disponibilidad a la Iglesia y el amor a la Bienaventurada Virgen María, en cuyo humilde corazón podéis encontrar siempre la fe en el verbo encarnado que debéis predicar, la seguridad y fortaleza en vuestra misión y las actitudes concretas del evangelio que logran la perfección de la santidad. Como S. Judas Tadeo, incentivar siempre en vosotros que el amor de Jesús lleve, transforme y opere en el corazón de todos los hombres: he ahí la gran necesidad.

Por último, me vais a permitir terminar con una anécdota que otros misioneros han tenido con el Papa Francisco recientemen-te. Cuenta un misionero que estaba esperando en la Plaza de San Pedro el paso del Santo Padre: “Cuando llegó nuestro turno -dice- se acercó a mí muy sereno y sonriente. Le dije que era argentino de Mendoza y que estaba misionando en Túnez y que venía en peregrinación con un grupo de jóvenes, de los cuales uno estaba al lado mío. Se lo presenté al Papa y también lo saludó a él y después me preguntó: “¿Por qué estás en Túnez?”. Yo le dije: “porque soy misionero del instituto del Ver-bo Encarnado”. Me dijo: “ahora entiendo…”

“asume la misión de colaborar con el Papa y los Obispos

en la nueva misión de atender los lugares necesitados de clero”.

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Después de un segundo de silencio me miró y me dijo: “Las misiones, no dejen de ir a las misiones, vayan, vayan, por favor métanse sin miedo y sobre todo donde nadie quiere ir, eso es muy importante”. Luego le hizo la señal de la Cruz a Arturo, el joven que estaba conmigo y a mí y después nos abrazó a los dos como un padre y antes de irse me volvió a repetir: “No dejen las misiones, métanse sin miedo”. Si, ante una necesidad, la necesidad de todo corazón que espera a Jesucristo, cuando real-mente hay amor a El ¿qué miedo podemos tener?. Queridos operarios, os confío de veras a María

y os aseguro mi oración implorando su materna intercesión por vosotros. Aprended también de los Apóstoles Simón y Judas Tadeo. Ambos representan dos actitu-

des imprescindibles: la purificación de todo interés particular para resaltar la verdad necesidad, libre de todo apego y planteamiento personal, que representa S. Simón; y el vehemente deseo de colmar con el amor de Dios la necesidad que de Dios tiene le corazón humano que representa S. Judas Tadeo. Con estas actitudes podéis colaborar eficazmente con Aquel que ha venido a prender fuego a la tierra y desea que pronto esté ardiendo, convencidos de que vosotros y la Iglesia, a la que queréis servir ha de seguir “el mismo camino que Cristo, el camino de la pobreza, de la obediencia y de la inmolación de sí hasta la muerte, de la cual el Hijo de Dios salió victorioso por su resurrec-ción” (Vaticano II, AG 59). Que así sea.

...“No dejen de ir a las misiones, métanse sin miedo” SS Francisco

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P. Juan y P. José Refugio a

los pies de la Virgen María.

“Pedimos a Dios, que su ayuda

nunca les falte”

Todavía resonando en nuestros corazones la acción de gracias por el 50 aniversario de la fundación de la Confraternidad, nos encontramos nuevamente ante la imagen bendita de Nuestra Señora de Guadalupe, Salud de los enfermos, en Tulpetlac para otra celebración: la ordenación sacerdotal de dos herma-nos operarios del Reino de Cristo. Son los diáconos José Refu-gio Ponce Ramírez y Juan Madrid Ramos. Fueron ordenados por el Nuncio de S. S. En México, Mons. Christophe Pierre, quien desde el aeropuerto, ya que venía de viaje, se dirigió a este santo lugar para ordenar sacerdotes a estos hermanos nuestros, asimismo concelebró Mons. Óscar Roberto Domínguez Couttolenc -obispo de Ecatepec-. En días posteriores se tuvieron los cantamisas en sus respecti-vas comunidades de los Estados de Michoacán y Chiapas, donde se desbordaron las manifestaciones de fe que el pueblo fiel compartió ante este gran acontecimiento. Que el Señor les conceda la fortaleza para mantenerse fieles en su servicio y alegría por haber sido elegidos para hacerlo presente en medio del mundo.

Nuevos sacerdotes para la “Viña del Señor”

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Diaconado en España

En el marco de las festividades del 50 aniversario el 03 de Noviembre de 2013, en la parroquia de San Miguel; Segovia, España . S.E. Mons, Ángel Rubio Castro se ha dignado ordenar de diacono, a Luis Alejandro Rozo Zambrano, Colombia-no, quien a partir de este día se inserta en el número de los diáconos, para ser-vir a la Iglesia, para entregar su vida a la Iglesia y en amor a la iglesia, servir a los hermanos por medio de esta Confraternidad de Operarios del Reino de Cristo en la Diócesis de Segovia . En el mensaje central se le ha exhortando a ser genero-so e incansable en el servicio: para con Dios y los hermanos. Que Dios se lo conceda y continuemos trabajando para; Merecer, pedir, buscar y fomentar, día a día las Vocaciones sacerdotales.

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Orden Sagrada en Colombia

El 15 de noviembre de 2013 Después de Realizar el acto de Fe, ante la presencia de S.E. Mons. Juan Vicente Códoba Villota Obispo de Fontibón y del Pbro. Anto-nio Abós Ara, Director Regional de España; inmediatamente después dio inicio la emotiva ceremonia del Sagrado Orden del Presbiterado en l a parroquia de Nues-tra Señora de la Laguna, Bogotá Colombia. Iván Manuel Garizado Canchila, prestará su servicio en la Diócesis de Segovia, España No cabe duda que el Señor nos sigue bendiciendo, dando así continuidad a esa maravillosa aventura que comenzó hace 50 años por el P. Enrique Amezcua Medina y que ahora es una realidad.

“PADRE, VENGA A NOSOTROS TU REINO: POR CIRSTO, CON ÉL Y EN ÉL “

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“Amigos ya soy Sacerdote de Jesucristo, no hay palabras para expre-sar lo que siento, gracias a Dios por haberme dado este inmerecido Don sacerdotal, gracias a mi familia, a los Operarios del Reino de Cris-to, a todos los colosuanos en diferentes lugares como la colonia pre-sente en Btá en Cartagena, a los sincelejanos a los vianiceños que me acompañaron a la gente querida de España de manera especial a los Segovianos, a mi comunidad del Ojito y a todos de verdad que estoy inmensamente agradecido y les bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.

Pbro. Iván Manuel Garizado Can-

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SEMINARIOS MAYORES

SEMINARIO MAYOR DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS EN QUERÉTARO

TEOLOGÍA 7 FILOSOFÍA 3ero. 8 FILOSOFÍA 2o. 5 FILOSOFÍA 1ero. 6 PROPEDÉUTICO 10 PREPARATORIA 1 TOTAL 37 ALUMNOS

CICLO 2013-2014

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SEMINARIO MAYOR DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO

EN OLÍAS DEL REY, TOLEDO

Quinto 2 Cuarto 3 Tercer 7

Segundo 1 Primer 4

TOTAL 17 ALUMNOS

CICLO 2013-2014

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CONSEJO GENERAL

Los días 10 y 11 de Octubre de 2013 en la casa General Pater Noster ; se llevó a cabo la reunión del Consejo General , teniendo a bien los siguientes puntos y acuerdos:

1. Valoración de la Asamblea plenaria jubilar. Positiva, cumplió con las

expectativas. Como trabajo pendiente: hacer llegar la información a quienes no asistieron y darle seguimiento desde las Regiones.

2. Se debe invitar a todos los miembros de la Confraternidad para que

ayuden con los gastos de la asamblea, también a los que están de permiso fuera de la misma.

3. Se aprobó el esquema de la Ratio con algunas aportaciones.

4. Sacerdotes en situación especial.

5. Se presentaron los asuntos del P. Pedro Enrique Amezcua Núñez

(permiso por un año), P. Martín Rodríguez Olvera (permiso por un año), P. Miltón Hernán Velázquez (permiso por un año), P. Aurelio Antonio Moncada Cardona (permiso por un año) Víctor Hugo González (proceso de expulsión).

6. Pedir a las Regiones que elaboren sus planes con el plan común de revi-

talización del carisma para el quinquenio 2012-2017, iluminado por el docu-mento final de la Asamblea Plenaria Jubilar.

7. Que los programas elaborados por las Regiones se presenten al Consejo

General para su aprobación.

8. Se vuelve este año a trabajar en el primer elemento del carisma: Frater-

nidad sacramental: llevan vida fraterna en común para el apoyo sacerdotal y ministerial.

9. Se continúa con el lema: Tengan los mismos sentimientos de Cristo

Jesús... para que todos seamos uno en Él.

10. Con los Directores Regionales de potenciará este objetivo.

11. Estos documentos deben llegar a las comunidades locales para ponerse

en práctica.

12. Tener elaborado el documento que surgió de la reunión de formadores

del verano pasado y darlo a conocer.

13. Operarios Seglares: Que se vayan fomentando en las parroquias con

procesos de formación.

Acuerdos

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14. Que se nombre a un sacerdote responsable de los seglares en Colombia. 15. Hermanos Laicos: son los laicos que viven dentro de las comunidades y

que viven su celibato. Se pide información sobre: quiénes son? Quién es su responsable directo? Qué líneas de atención se tiene para con ellos. El P. Mi-guel Ángel Herrero dará seguimiento dentro del Consejo General.

16. Fraternidad Femenina. El P. Everardo está colaborando directamente con ellas. Con él trabajarán el P. Antonio Gómez y el P. José Sánchez.

17. Las madres Misioneras Marianas ayudarán en el acompañamiento y la formación como aspirantes.

18. El nombre que se decide para ellas es: Operarias del Reino de Cristo. 19. Se pide también unificar el objetivo y misión de las hermanas. 20. Equipo de acompañamiento sacerdotal. Se les pide un proyecto de tra-

bajo. 21. El P. Esteban Alcocer estará motivando, sobre todo en las reuniones, y

hará un programa para motivar en el aspecto de la dirección espiritual y la confesión.

22. Cada dos meses se enviará en el boletín de la confraternidad un tema espiritual.

23. El P. J. Carlos Collado formará el equipo de acompañamiento en al área humana en los seminarios.

24. Que los formadores de los seminarios hagan el curso de formadores. 25. Comisiones: a) V Aparición Guadalupana.

Es una dimensión que compete a toda la Confraternidad y todo miembro de la misma debe sentirse comprometido con ella. Se formó una comisión de trabajo: P. Esteban Alcocer, P. Víctor M. Muri-llo, P. José Sánchez, P. Andrés Lino Salinas, P. Prisciliano Hernández. Se elaborará un proyecto que será presentado a las Regiones. El director Regional de México lo gestiona como se acordó en la VIII Asamblea General.

b) Sagrado Corazón de Jesús. * diferenciar entre la construcción del Tempo Expiatorio y la espiritualidad del Sagrado Corazón.

Se forma una comisión para que fomente la espiritualidad: P. Prisciliano Hernández, P. Rafael Martínez, Mons. Alejandro Arellano y los Rectores de los seminarios.

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c) Historia: Se crea una comisión: P. José Reyes, P. Jerónimo Botello, P. Javier Varela, P. Miguel Ángel Herrero. d) Directorio de Vida Común. Está encargado el P. J. Antonio Hernández. 26. Se pide una mayor motivación a los Directores Regionales para que den a conocer y pongan en práctica los directorios ya promulgados. 27. “Padre Enrique Amezcua Medina ” Se iniciará campaña para iniciar posible proceso de beatificación. Se formará la Comisión que se encargará. 28. El consejo Económico con el Director general vean la posibilidad de una escultura del P. Enrique para el 25 aniversario de su fallecimiento. 29. Se hacen propuestas para los candidatos para el curso de espiritualidad del año que viene. 30. -Se informó sobre el caminar de la asociación Julio Roldán IAP

«PATER NOSTER, ADVENIAT REGNUM TUUM».

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UN CAMINO JUBILAR

El día 12 de septiembre de 2012, iniciábamos un camino de gozo, pero también de reflexión en el Santua-rio de la V Aparición Guadalupana, dan-do gracias a Dios por la figura del P. Enri-que y por el regalo del carisma recibido. Y escuchamos a nuestro Director Gene-ral, el Padre Antonio Gómez, decirnos:

Somos conscientes de la necesidad de renovarnos y de volver a las fuentes, de renovar ese sígueme que dimos a Cristo en el día de nuestra ordenación sacerdo-tal. Hemos venido aquí para renovarnos y esta renovación tiene que venir desde lo más profundo de nosotros es decir desde el amor. La Palabra de Dios nos propone las bie-naventuranzas como modelo de vida

para seguir a Jesús, a vivir y hacer nues-tro el estilo de vida de Cristo. Cómo no hacer nuestra la recomenda-ción que nuestro padre fundador nos hace en su testamento espiritual al reco-mendarnos el hacer nuestros los amores más grandes del corazón sacerdotal de Jesucristo para llegar a ser auténticos operarios de su Reino; cómo vibra en el recuerdo y en nuestro corazón a lo que nos instaba con tanta insistencia a amar:

El amor al Padre que ¨debe hacernos aceptar su voluntad y estar siempre dis-ponibles como Jesús.

Pbro. José Sánchez Ramírez

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El amor a María, nuestra madre, de quien nos decía "Dios, en sus designios inescrutables, ha querido contar necesa-riamente con María para que Cristo Jesús nazca, viva entre nosotros y nos redima.¨ El amor a la Iglesia como lo hace Cristo. Finalizando su homilía haciendo la si-guiente súplica a nuestra Señora, Salud de los enfermos: Que la Santísima Virgen de Guadalupe, río de Luz hecho amor, salud para nuestras almas, acoja nues-tros deseos de caminar con Cristo, para anunciar el Reino como lo hizo san Juan Diego al llevar salud y vida a su tío Juan Bernardino. Así, iniciamos nuestro caminar en este año Jubilar, de la mano de nuestra Madre del Cielo. Inmediatamente, con fecha de octubre del 2012, recibimos de la Penitenciaría Apostólica (Prot. n. 692/12/1) la gracia de la indulgencia plenaria en los templos donde sirve la Confraternidad, de modo especial en las Casas propias. De este modo la Iglesia nos dio la posibilidad de ser vehículos de las gracias a nuestros fieles y amigos que se acercaban con el corazón y espíritu de conversión.

Actividades para el año jubilar

En cada comunidad se buscó promover la renovación en el carisma a través de la oración, por lo que se vivieron momen-tos de reflexión para poder interiorizar el carisma y salir fortalecidos de este año jubilar con las siguientes actividades:

Se preparó una Hora santa mensual para todas las comunidades y para llevarla a cabo en nuestras parroquias.

Se preparó la lectio divina por mes con la iluminación del carisma propio. La Sagrada Escritura debía estar en el cen-tro de nuestra oración.

Se preparó una oración para hacerla en nuestras comunidades y pedir por los frutos de este año jubilar.

Se hizo un concurso para elegir un logo propio. Se pidió la oración a los fieles y a las comunidades religiosas por nuestro año jubilar.

Con fecha 13 de enero de 2013, fiesta del Bautismo del Señor, se convocó a todos los sacerdotes a celebrar una asamblea plenaria jubilar, a celebrarse los días 2 al 11 de septiembre de 2013.

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Asamblea Plenaria Jubilar

Dicha Asamblea Plenaria Jubilar se vio iluminada por casi 100 sacerdotes ope-rarios del Reino de Cristo, que se re-unieron para trabajar, profundizar en nuestro ser y quehacer dentro de la Nueva Evangelización y enriquecida por el Documento de los Obispos en Apare-cida.

Tuvimos la dicha de vernos bendeci-dos con la participación también del Sr. Obispo de Parral, Chihuahua, Mons. Eduardo Carmona Ortega; por Mons. Demetrio Fernández, Obispo de Córdoba, España; tuvo una partici-pación Mons. Luis Morales Reyes; nos acompañó también Mons. Kevin W. Vann, Obispo de Orange, Estados Uni-

dos.

Santa misa en la Basílica de Guadalupe (11 de septiembre de 2013)

Con todo, un año después, Mons. Roge-lio Cabrera, el Arzobispo de Monterrey, Nuevo León, México, presidía la Santa Misa en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, lugar donde nació la Confraternidad hace 50 años. Estuvieron presentes: S. E. Mons. Demetrio Fernández Gonzá-lez, Obispo de Córdoba, España.

S. E. Mons. Oscar Roberto Domínguez Coutelenc, Obispo de Ecatepec, Edo. de México.

S. E. Mons. José Luis Castro Medellín, Obispo de Tacámbaro, Michoacán, México.

S. E. Mons. Leopoldo González Gonzá-lez, Obispo de Tapachula, Chiapas, México.

S. E. Mons. Eduardo Carmona Ortega, Obispo de Parral, Chihuahua, México. S. E. Mons. Kevin W. Vann, Obispo de Orange, California, E. U.

S. E. Mons. Alberto Suárez Inda, Arzo-

bispo de Morelia, Michoacán, México.

En su homilía, Don Rogelio nos recalcó lo siguiente:

Sin duda, como to-do cami-no, ha sido un vía crucis, porque no hay otra m a n e r a más que h a c e r l o como Cris-to, el Se-ñor, con la cruz a

cuestas; Dios ha ido aquilatando poco a poco en estos 50 años de alegrías, pero también de tristezas, de fidelidad pero también en que hubo fallos al don de Dios, por ello aquí ante nuestra Madre le hablamos de estos gozos y tristezas, éxitos y fracasos, de lo que hemos sido, delante de Dios y delante

de la Iglesia. Los miembros de la Confraternidad deben ser verdaderos promotores vo-cacionales, donde estemos.

También vivir la comunión, reflejado en lo que San Pablo nos dice: Tengan los sentimientos de Jesús: Amor, cer-canía y humildad. Tenemos al Sagrado Corazón de Jesús y María de Guadalupe como fuente de comunión.

Recibimos el siguiente encargo: la difu-sión del Reino de Dios. Predicar el Evangelio del Reino, anunciando la Palabra de Dios, la buena noticia de la vida que está en Dios, curando a los enfermos, acudiendo a quien más lo necesita, expulsando a los demonios. Un operario no puede ser indiferente a esta estructura básica del Reino: cer-canía a los enfermos. También deben ser constructores del bien. Sumarse al bien, fomentando un Reino de paz, un Reino de amor. Fuimos fundados para llevar el Reino de Dios al mundo, por eso deben estar cerca del pueblo, de las comunidades, de este gran hospital que es la humani-dad.

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Ex Directores Generales CORC

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En María, nuestra madre tenemos el mejor ejemplo y la mejor ayuda. Nues-tros tiempos nos piden ser hombres y mujeres de esperanza y congruentes con la fe que hemos recibido. Dios fruc-tificará esta obra si, los que ahora esta-mos, seguimos con el mismo entusias-mo de aquellos tres hombres sencillos: el P. Enrique, Mons. Manuel Pío López y Mons. Abraham Martínez

Santuario de la V Aparición Guadalupana

Todos coincidíamos que debíamos con-cluir esta celebración en el Santuario de la V Aparición Guadalupana, donde hacía un año habíamos iniciado este caminar. Celebrando al P. Enrique y su respuesta generosa al Señor. Con una oración por su eterno descan-so iniciamos la Santa Misa, presidida por Mons. Eduardo Carmona y acompa-ñado por el Sr. Obispo de Ecatepec, Mons. Oscar Roberto Coutelenc, además por un numeroso grupo de sacerdotes, seglares y fieles cercanos a la Confraternidad.

Toda la celebración fue un canto de alabanza a Dios por habernos dado al P. Enrique y haber recibido a través de él tantas bendiciones particulares, pero también comunitarias.

Culminó nuestra celebración con la re-novación de las promesas sacerdotales, la consagración de las muchachas que se están preparando para iniciar la fraterni-dad de hermanas Operarias del Reino de Cristo y la consagración de los operarios seglares, tanto de México como de Co-lombia, que se hicieron presentes.

Así, damos gracias al Señor por sus ben-diciones, por sus dones y le pedimos ser fieles al don por ser llamados a trabajar en su viña.

“Queremos ser los operarios de Su Reino”

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