131
SEGURIDAD ALIMENTARIA Beatriz A. CAVALLOTTI VÁZQUEZ Nicola María KEILBACH BAER Coordinadoras Tomo III Jesús Antonio MADERA PACHECO Nohora GUZMÁN RAMÍREZ Olivia María GARRAFA TORRES Hernán SALAS QUINTANAL Coordinadores de la colección MÉXICO RURAL ANTE LOS RETOS DEL SIGLO XXI

SEGURIDAD ALIMENTARIA - Asociación Mexicana de …amerac.org/wp-content/uploads/2017/10/AMER-Mexico-Rural-Tomo-III... · como grupos de consumidores que acuden a los mercados agroecológicos,

Embed Size (px)

Citation preview

SEGURIDADALIMENTARIABeatriz A. CAVALLOTTI VÁZQUEZNicola María KEILBACH BAER

Coordinadoras

Tomo III

Jesús Antonio MADERA PACHECO Nohora GUZMÁN RAMÍREZOlivia María GARRAFA TORRES Hernán SALAS QUINTANAL

Coordinadores de la colecciónIII

MÉXICO RURAL ANTE LOS

RETOS DEL SIGLO XXI

MÉXICO RURAL ANTE LOS

RETOS DEL SIGLO XXI

Jesús Antonio MADERA PACHECO Nohora GUZMÁN RAMÍREZOlivia María GARRAFA TORRES Hernán SALAS QUINTANAL

Coordinadores de la colección

Beatriz A. CAVALLOTTI VÁZQUEZ

Nicola María KEILBACH BAER

Coordinadoras

SEGURIDADALIMENTARIA

Tomo III

México rural ante los retos del siglo XXI

Jesús Antonio Madera PachecoNohora Beatriz Guzmán RamírezOlivia María Garrafa TorresHernán Salas QuintanalCoordinadores de la colección

TOMO III Seguridad alimentaria

Beatriz A. Cavalloti VázquezNicola María Keilbach BaerCoordinadoras

Primera edición, 2017

ISBN de la colección: 978-607-9293-24-6

ISBN del Tomo III: 978-607-9293-26-0

D.R. © 2017, Asociación Mexicana de Estudios Rurales, A.C.Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAMCircuito Mario de la Cueva s/n, Zona CulturalCiudad Universitaria, 04510, CDMX.

D.R. © 2017, Universidad Autónoma de NayaritCiudad de la Cultura “Amado Nervo”, 63155, Tepic, Nay.

D.R. © 2017, Universidad Autónoma ChapingoKm 38.5 carretera México - Texcoco, Chapingo, Estado de México.

D.R. © 2017, Universidad Autónoma Metropolitana -Azcapotzalco-Avenida San Pablo 180, Col. Reynosa Tamaulipas, 02200, Delegación Azcapotzalco, CDMX.

Este libro fue sometido a un proceso de dictaminación académica, de acuerdo con las normas establecidas por el Consejo Editorial de la Asociación Mexicana de Estudios Rurales, A.C. Los derechos exclusivos de la edición quedan reservados para todos los países de habla hispana. Prohibida la reproducción parcial o total, por cualquier medio, sin el consentimiento por escrito de los legítimos titulares de los derechos.

Impreso en México/Printed in Mexico

V

Contenido

1 PresentaciónJesús Antonio Madera PachecoNohora Guzmán RamírezOlivia María Garrafa TorresHernán Salas Quintanal

7 IntroducciónBeatriz A. Cavallotti Vázquez

11 La contribución socio-productiva de la organización social a la soberanía alimentaria en la Trinitaria, ChiapasJulissa Consuelo Gómez NúñezMaría Guadalupe Ocampo Guzmán

29 La construcción territorial de la seguridad alimentaria en comunidades de la mixteca poblanaElizabeth Cariño IbarraIgnacio Ocampo FletesZenón Gerardo López TecpoyotlRicardo Pérez Avilés

VI Contenido

47 Estrategias para garantizar la seguridad alimentaria en la región Altos de ChiapasMaría Guadalupe Ocampo GuzmánSalomón Juan Urbina López

63 Preservación de la diversidad de maíces nativos en Puebla frente al cambio tecnológicoYolanda Castañeda ZavalaJosé Francisco Ávila Castañeda

83 Revalorización de cultivos nativos en la búsqueda de la seguridad alimentaria y el desarrollo territorial: el caso de la agroindustria rural de amaranto en Santiago Tulyehualco, CDMXLaura Elena Martínez Salvador

105 Suficienciaalimentariaycalidadnutricionaldeladietade los cafetaleros y potencial alimenticio del cafetal en el centro de VeracruzArmando Contreras HernándezMatilde Altamirano Sen

1

Presentación

Los retos y desafíos que enfrenta el mundo rural en el siglo XXI son los mismos por los que ha atravesado en al menos los dos siglos anteriores, no obstante que en la actualidad no es posible hacer una separación entre la ciudad y el campo como esferas diferenciadas; sin embargo, las contradicciones sociales y los desafíos que ahora se discuten fueron señalados en el pasado siglo XX e incluso en el XIX, entre ellos: a) la ausencia de una reforma agraria y reparto de tierras en varios países –Brasil, por ejemplo-, y un retroceso en algunos otros –México, entre ellos–; b) el abuso de insumos químicos en la producción, los cuales aumentan la degradación y consecuentemente la salud y calidad de los alimentos; c) el envejecimiento de la población; d) la inequidad de género; y e) la desigualdad social. A estos del pasado y todavía del presente, se suman; f) la precarización y fragmentación de los mercados de trabajo, g) las nuevas disputas territoriales y por los recursos naturales, h) la fragmentación social en las comunidades y la ampliación a las zonas rurales de la violencia e inseguridad social otrora de las ciudades, sólo por mencionar algunos.

Así, sin pretender que sea un fenómeno limitado a esta época, desde finales del siglo XX se ha incrementado hasta el límite la explotación de los recursos como tierra, agua y fuerza de trabajo con la acción fortalecida de grandes empresas que no sólo controlan la distribución de los insumos y los procesos productivos, además de los recursos naturales, excluyendo a la mayoría de los actores rurales involucrados en la cadena productiva. Bajo la acción decidida y protectora del Estado, estas empresas se presentan como innovadoras, bajo un discurso modernizador que trata de esconder un proceso monopolista.

Pero tales procesos de modernización, no sólo aparecen ante seres humanos pasivos y en tiempos recientes, también en los siglos pasados se han encontrado

Presentación

JESÚS ANTONIO MADERA PACHECO l NOHORA GUZMÁN RAMÍREZ l OLIVIA MARÍA GARRAFA TORRES l HERNÁN SALAS QUINTANAL2

con diferentes formas de reacción, principalmente a través de movimientos campesinos, en acciones articuladas con movimientos de las ciudades donde ha sido posible observar formas diversas y creativas de apoyo mutuo, tales como grupos de consumidores que acuden a los mercados agroecológicos, personas que exigen y disputan mayores espacios verdes en la ciudad en lucha por mejorar la calidad de vida y volver a aproximarse a la naturaleza.

Hablar del campo mexicano y de las poblaciones rurales es, pues, referirse a diversidad, heterogeneidad, lucha, desigualdad, procesos productivos y un sinnúmero de otros temas que ponen en evidencia su complejidad actual, a la cual nos acercamos desde distintos horizontes y fronteras. En ese tenor, y en el entendido en que no agotamos el análisis, pese al gran número de enfoques teórico-metodológicos con los que actualmente se abordan los estudios del México rural en sus imbricaciones con otros ámbitos, la colección México Rural ante los retos del siglo XXI; ha reunido en seis tomos una selección de textos que son producto de investigaciones que, de manera preliminar, fueron presentados en el marco del 10° Congreso Nacional de la Asociación Mexicana de Estudios Rurales (AMER), realizado en la ciudad de Toluca, Edo. de México, en el año 2015, los cuales fueron sometidos a un riguroso proceso de dictaminación académica, bajo el criterio de doble par ciego que la AMER utiliza para la publicación de sus obras.

El Tomo I, titulado Estrategias e identidades productivas campesinas es coordinado por Elsa Guzmán Gómez y Jesús Antonio Madera Pacheco. Contiene siete trabajos cuyo eje articulador es el análisis de realidades rurales contemporáneas que buscan mostrar las diversidades existentes en cuanto a maneras de enfrentar y resolver la vida, en un marco complejo de estrategias que incluyen tanto los propios modos en que se perciben a sí mismos los habitantes rurales, como la construcción de redes de relaciones intra e intercomunitarias. En este proceso, los sujetos han creado espacios que desdibujan sus fronteras para dar lugar a nuevas interacciones y redefinir los procesos productivos, dando lugar a nuevas complejidades, las que representan retos no sólo para aquellos que están involucrados en estas dinámicas, sino también para los académicos que buscan entender y explicar realidades cada vez más cambiantes. En este contexto, los conocimientos locales juegan un papel determinante, constituyéndose en el soporte para repensar y adaptarse a nuevas necesidades, las que son fruto de los cambios socioeconómicos, las políticas públicas y sus propias dinámicas.

El Tomo II, lleva por título Actores, diversidad colectiva y resistencias es coordinado por Verónica Rodríguez Cabrera y José Javier Maisterrena Zubirán.

JESÚS ANTONIO MADERA PACHECO l NOHORA GUZMÁN RAMÍREZ l OLIVIA MARÍA GARRAFA TORRES l HERNÁN SALAS QUINTANAL

Presentación

3

Reúne nueve trabajos que, reconociendo y partiendo de la diversidad, muestran las múltiples transformaciones del medio rural, así como de sus actores, sus proyectos, sus objetivos y sus identidades. Los retos planteados no son menores; por un lado responden al rompimiento de las relaciones tradicionales entre hombres y mujeres al interior de las comunidades, en términos de derechos no reconocidos y de los múltiples roles de la mujer como sujeto; y por otro, los temas que colocan el acento en las formas resultantes de la relación, no siempre tersa, de los grupos comunitarios con actores externos tales como empresarios, instituciones, las ONG y grupos de académicos.

En un contexto de disputa por los espacios, territorios y recursos, los campesinos constituyen una voz que se levanta frente a su presente y a su devenir, con la capacidad de repensar su quehacer frente a los nuevos retos socioeconómicos y ecológicos. Sus mejores herramientas y estrategias autónomas, han sido sus propias experiencias organizativas y saberes colectivos, adquiridos en el día a día, articuladas y compartidas con otros actores.

En el Tomo III, intitulado Seguridad alimentaria, coordinado por Beatriz A. Cavallotti Vázquez y Nicola María Keilbach Baer, se integran seis estudios que presentan experiencias cuyo común denominador es la capacidad adaptativa de las poblaciones, mediante el uso de complejas y diversas estrategias que les permiten continuar siendo campesinos, y al mismo tiempo garantizar el acceso a la alimentación de poblaciones urbanas. Frente a la presión sobre los recursos y la constante amenaza de la escasez de alimentos, los académicos se han dado a la tarea de documentar algunas alternativas propuestas por las comunidades, que se han desarrollado en el campo mexicano, adaptadas a las necesidades y condiciones locales. Dichas alternativas se abordan desde diferentes perspectivas teórico-metodológicas, para dar cuenta de la diversidad de procesos y relaciones que se articulan alrededor de la seguridad alimentaria.

El Tomo IV, Política pública y territorialidades, es coordinado por Olivia María Garrafa Torres, Carlos Rodríguez Wallenius, Susana Edith Rappo Míguez y Rodolfo García Zamora. Integra catorce textos organizados en dos apartados; Políticas públicas: consecuencias productivas y demandas sociales y, Territorialidades: expresiones, transformaciones y resistencias. Si algo ha caracterizado la gestión pública del país es su verticalidad, es decir, la formulación de políticas públicas sin la participación de los actores afectados por ellas. De ahí que los estudios presentados dan cuenta de la exclusión y marginación de los productores rurales a partir de una política de Estado en la que el mundo campesino es un lastre; no solamente desde la mirada productiva, sino también social.

Presentación

JESÚS ANTONIO MADERA PACHECO l NOHORA GUZMÁN RAMÍREZ l OLIVIA MARÍA GARRAFA TORRES l HERNÁN SALAS QUINTANAL4

En este modo de operar, la mayoría de los conflictos socioambientales responden a una política que se ha enunciado de espalda a las comunidades, que privilegia los intereses de las empresas bajo el lema del impulso al desarrollo. Es así como las disputas por el territorio y los recursos constituyen una lucha por la sobrevivencia de los habitantes rurales, del país y del planeta; lo que constituye un reto vigente tanto para los estudiosos del mundo rural y para los propios actores, dar la batalla por una mayor participación en la formulación de políticas diferenciadas que respondan a la diversidad de territorios y de necesidades.

El Tomo V es coordinado por David Oseguera Parra y Hernán Salas Quintanal, bajo el título de El patrimonio biocultural y los saberes tradicionales en el campo mexicano. Reúne siete trabajos que documentan igual número de experiencias en diferentes estados de la República, dando cuenta de procesos socioculturales que permiten observar las relaciones sociedad-naturaleza, la cual tiende a complejizarse, tanto por la presión sobre los recursos como por los procesos de globalización que afectan las localidades, los territorios, los habitantes rurales y sus conocimientos y saberes. Frente a estas afectaciones se han observado comportamientos de resistencia que forman parte del patrimonio sociocultural de la comunidad, como el caso del Queso Cotija que busca el reconocimiento más allá de sus fronteras locales y nacionales.

El patrimonio biocultural y los saberes tradicionales son un campo de investigación de gran riqueza, que invita a la investigación interdisciplinaria, como un reto teórico-metodológico para trabajar muy de cerca con las comunidades en la construcción de propuestas de rescate, difusión y reproducción de conocimientos y prácticas que, tradicionalmente, han contribuido a mejorar la alimentación, a enfrentar las necesidades medicinales, a reproducir rituales y costumbres culturales y, en general, al bienestar de las familias rurales.

Por último, el Tomo VI titulado Mercados agrícolas globalizados coordinado por Armando Sánchez Albarrán y Estela Martínez Borrego, reúne seis estudios de caso que exponen experiencias de organización de los pequeños productores que han enfrentado una serie de obstáculos administrativos, organizativos y comerciales para acceder, desde sus regiones productivas, al mercado global que es cada día más exigente. El mercado ha representado uno de los retos más importantes que han debido superar los productores rurales, dado que constituye un cuello de botella con obstáculos como el esquema del intermediario, de un lado, y el precio justo, del otro. Este proceso se complejiza día con día, en la medida que los mercados salen del ámbito local

JESÚS ANTONIO MADERA PACHECO l NOHORA GUZMÁN RAMÍREZ l OLIVIA MARÍA GARRAFA TORRES l HERNÁN SALAS QUINTANAL

Presentación

5

y los productores buscan participar en los mercados internacionales. Frente a este panorama son varias las alternativas que se han generado y algunas de ellas son abordadas en este tomo.

Esperamos que la lectura de los trabajos seleccionados, sea de utilidad para sensibilizar a quienes tienen en sus manos el poder de decidir una buena parte del destino de las poblaciones rurales y campesinas del país, con el diseño de mecanísmos útiles y aplicables en los diversos grupos campesinos; además de que contribuya en la preparación que requieren los investigadores, entidades gubernamentales, instituciones privadas, las ONG, y todos los actores sociales involucrados en enfrentar los retos del México rural del siglo XXI.

Finalmente, queremos reconocer a los autores por su contribución y la profundidad de sus investigaciones cuyos resultados se reúnen en esta colección. Asimismo, a todos los académicos que colaboraron con gran seriedad y profesionalismo en el dictamen al que fueron sometidos los trabajos, para su publicación en esta obra; y a las instituciones académicas que coadyuvaron para la edición de esta nueva Colección AMER.

Jesús Antonio Madera PachecoNohora Guzmán Ramírez

Olivia María Garrafa TorresHernán Salas Quintanal

Coordinadores de la colección

México, febrero de 2017

7

Introducción

Beatriz A. Cavallotti Vázquez1

La polarización social a nivel planetario y la forma acelerada en que este proceso se está desarrollando no tiene precedentes históricos. La inequidad en la distribución de los recursos naturales y económicos coloca a vastos sectores de la población en condiciones de marginación y en tal grado de vulnerabilidad que su propia existencia se ve comprometida. En este contexto, el acceso a la alimentación se torna cada día más difícil, y el hambre y la desnutrición que padecen millones de seres humanos constituyen los problemas más graves y lacerantes que afligen a la humanidad.

En México, el último estudio de medición de la pobreza realizado por el CONEVAL (2015), reveló que la cantidad de pobres en el país era de 55 millones de personas, mientras que 28 millones sufrían de carencias alimentarias. Las dimensiones del problema colocan a la seguridad alimentaria como un tema al que se le debe otorgar mayor atención, con análisis y propuestas que proporcionen alternativas de solución viables.

La Asociación Mexicana de Estudios Rurales (AMER) dedicó este volumen al tema de la seguridad alimentaria, incluyendo los trabajos de investigadores que abordaron la problemática desde diferentes perspectivas.

Julissa Consuelo Gómez Núñez y María Guadalupe Ocampo Guzmán, en el capítulo “La contribución socio-productiva de la organización social a la soberanía alimentaria en la Trinitaria, Chiapas”, analizan cómo las

1 Profesora-Investigadora de la Universidad Autónoma de Chapingo. Correo electrónico: [email protected]

BEATRIZ A. CAVALOTTI VÁZQUEZ

Introducción8

organizaciones sociales comienzan a incorporar el problema alimentario en sus propuestas de trabajo. En este caso, se trata de una de las agrupaciones más importantes en el Estado de Chiapas, la Organización Campesina Emiliano Zapata, integrante de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala (OCEZ-CNPA). Las autoras destacan cómo, a través de la organización de los productores, regida bajo los principios de solidaridad, cooperación y relaciones de confianza, se están recuperando los patrones de consumo tradicionales, así como rescatando las semillas criollas y los saberes locales.

Elizabet Cariño Ibarra, Ignacio Ocampo Fletes, Zenón Gerardo López Tecpoyotl y Ricardo Pérez Avilés, en el capítulo “La construcción territorial de la seguridad alimentaria en comunidades de la mixteca poblana”, presentan un estudio acerca de la construcción de la seguridad alimentaria por medio del análisis de las estrategias de vida de familias campesinas en tres municipios de la mixteca poblana que participaron en el Proyecto Estratégico de Seguridad Alimentaria (PESA) entre 2008 y 2011. En este trabajo, destacan la importancia de la pluriactividad como estrategia que tiende a dotar de mayor seguridad alimentaria a las familias campesinas cuya producción agrícola se desenvuelve bajo condiciones naturales adversas.

María Guadalupe Ocampo Guzmán y Salomón Juan Urbina López en el capítulo “Estrategias para garantizar la seguridad alimentaria en la región Altos de Chiapas”, explican las estrategias más significativas de producción, de acceso y disponibilidad a los alimentos que instrumentan los campesinos de las comunidades de la región de Altos del estado de Chiapas y la forma en que se vinculan los actores que participan en estos procesos. Destacan la diversidad de actividades agrícolas y no agrícolas que desempeñan los pequeños productores para su sobrevivencia, pero siempre manteniendo la agricultura como el eje en torno al cual obtienen sus alimentos e ingresos a pesar de estar inmersos en un contexto desfavorable y con condiciones precarias para la producción.

Yolanda Castañeda Zavala y José Francisco Ávila Castañeda son autores del capítulo “Preservación de la diversidad de maíces nativos en Puebla frente al cambio tecnológico”, en el que documentan las estrategias implementadas por los pequeños y medianos productores de maíz del estado de Puebla, con el fin de preservar las variedades nativas del cultivo frente a las propuestas modernizadoras gubernamentales, particularmente a través del programa Modernización Sustentable de la Agricultura Tradicional (MasAgro). Afirman que este programa se sustenta en un modelo tecnológico que promueve la introducción de maíces híbridos sin considerar la experiencia, los saberes y la cultura campesina.

BEATRIZ A. CAVALOTTI VÁZQUEZ

Introducción9

Laura Elena Martínez Salvador, en el capítulo “Revalorización de cultivos nativos en la búsqueda de la seguridad alimentaria y el desarrollo territorial: el caso de la agroindustria rural de amaranto en Santiago Tulyehualco, CDMX”, se plantea como principal objetivo realizar un estudio sobre la agroindustria rural de este cultivo, en una región en la cual esta actividad forma parte de la identidad comunitaria. El estudio lo realiza desde el enfoque de los Sistemas Alimentarios Localizados (SIAL). La autora destaca las cualidades de este cultivo por su valor nutricional, la cantidad de subproductos que se pueden generar para la alimentación o bien para el tratamiento de ciertas enfermedades. Señala que el cultivo y su procesamiento pueden contribuir a la seguridad alimentaria y al desarrollo de los territorios involucrados en su producción.

Armando Contreras Hernández y Matilde Altamirano Sen son los autores del último capítulo del libro, “Suficiencia alimentaria y calidad nutricional de la dieta de los cafetaleros y potencial alimenticio del cafetal en el centro de Veracruz”, que es producto de una investigación realizada en el centro del estado de Veracruz, en los años 2011 y 2012. Los resultados obtenidos permitieron conocer la dieta en los hogares de los productores cafetaleros, su calidad nutricional, así como la diversidad de productos, relacionados con el cafetal, que pueden emplearse para su autoconsumo.

Así, este libro contribuye al conocimiento de las diferentes estrategias implementadas por los campesinos con el fin de coadyuvar a la seguridad alimentaria de sus familias y sus comunidades. Las diferentes experiencias destacan su capacidad de adaptarse a las distintas situaciones que se le presentan, la mayor parte de ellas adversas, diversificando sus actividades agrícolas y no agrícolas, preservando su cultura, empleando su experiencia y los saberes locales.

11

La contribución socio-productiva de la organización social a la soberanía alimentaria en la Trinitaria, Chiapas

Julissa Consuelo Gómez Núñez1

María Guadalupe Ocampo Guzmán2

Resumen

En la actualidad el mundo atraviesa por una crisis alimentaria que tiene como detonantes directos el alza de precios de los principales granos, aceites vegetales y carne. En México la agudización de esta crisis fue a partir del 2008. Desde entonces el problema radica en la accesibilidad a los alimentos provocado por el constante aumento de precios de los productos básicos así como su impacto en la población más pobre. En consecuencia el tema de la seguridad y soberanía alimentaria han cobrado relevancia en los ámbitos locales, nacionales e internacionales e involucran tanto a actores públicos, privados y sociales. En este sentido resulta interesante analizar cómo las organizaciones sociales han empezado a afrontar el problema alimentario en sus propuestas de desarrollo. Dentro de las agrupaciones más importantes del estado de Chiapas se encuentra la Organización Campesina Emiliano Zapata, integrante de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala (OCEZ-CNPA), que desde su fundación

1 Licenciada en Economía y estudiante de la Maestría en Desarrollo Rural Regional de Chapingo. Correo electrónico: [email protected]

2 PTC de la UNACH y estudiante del Doctorado en Ciencias Sociales del Colegio de Michoacán A.C. Correo electrónico: [email protected]

JULISSA CONSUELO GÓMEZ NÚÑEZ l MARÍA GUADALUPE OCAMPO GUZMÁN

La contribución socio-productiva de la organización social12

han transitado por una serie de procesos dirigidos a lograr el mejoramiento de las condiciones de vida de las familias y grupos campesinos que la integran, primero en torno a la tierra, después por créditos para la producción y apoyos directos a las familias de escasos recursos y actualmente por la autonomía alimentaria.

Introducción

La crisis alimentaria que se vive en la actualidad ha traído consigo una serie de problemas graves para la población más vulnerable que habita en el sector rural. En México, particularmente, el acceso a los alimentos se ha visto dificultado por el incremento constante de los precios de los productos básicos, además de la falta de apoyo para el campo, motivo por el cual muchas personas han perecido al no contar con una alimentación suficiente y adecuada.

De esta forma, tanto la seguridad alimentaria como la soberanía alimentaria son temas que se han puesto en la agenda internacional y nacional ya que constituyen, en principio, un impulso casi instintivo de los grupos humanos por asegurar su sobrevivencia frente a la escasez de los alimentos. Por ello, en este documento se presentan las acciones que realiza la Organización Campesina Emiliano Zapata integrante de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala (OCEZ-CNPA), en La Trinitaria, Chiapas para lograr la soberanía alimentaria, en un contexto local caracterizado por serias carencias productivas y sociales.

1. Organización social, seguridad y soberanía alimentaria

En la actualidad el mundo atraviesa por una crisis alimentaria. Entendida ésta como la incapacidad productiva y comercial de un país para satisfacer las necesidades de alimentos de su población. Según Torres (2010:129):

Se han identificado como detonantes directos el alza de precios de los principales granos, aceites vegetales y carne que se explican por el incremento a los precios de los energéticos, así como la presión ante un incremento en la demanda de cereales por las llamadas economías emergentes como China y la India, la decisión de Estados Unidos de destinar más de la tercera parte de su producción de granos (la más grande del mundo) a la generación de biocombustibles, junto con la especulación financiera que ante las bajas de rentabilidad en bolsa de otros ramos de la economía se orientaron a los mercados de futuro en granos.

Para el caso mexicano, el problema alimentario es producto también de las condiciones de crisis por las que atraviesa el campo desde hace ya más de dos

JULISSA CONSUELO GÓMEZ NÚÑEZ l MARÍA GUADALUPE OCAMPO GUZMÁN

La contribución socio-productiva de la organización social13

décadas con la adopción del modelo neoliberal, que devastó a las agriculturas familiares y desestructuró a las unidades campesinas, así como a las pequeñas y medianas empresas agropecuarias orientadas al mercado interno. Ante tal situación, los pequeños productores han resentido tremendos daños y muchos de ellos han tenido que abandonar las actividades agropecuarias. Con todo ello se agudizó la dependencia alimentaria, al tiempo que se profundizó la pobreza rural y se incrementó la migración al convertirse en una válvula de escape de los campesinos empobrecidos, quienes “aportan remesas para sostener a sus familias y al país” (Rubio, 2008:39).

La crisis alimentaria ha afectado tanto a consumidores como a productores de alimentos, sobre todo del sector agropecuario. Uno de los sectores de productores más afectados por la crisis alimentaria son los pequeños productores agropecuarios,3 quienes enfrentan desde hace ya varias décadas un grave deterioro de sus condiciones agrícolas, que se refleja tanto en el acceso a la tierra como en el ámbito de la producción y la comercialización. Por ello, ante la incapacidad individual de poder superar sus condiciones adversas, se han visto obligados a formar o integrarse a organizaciones sociales para instrumentar estrategias colectivas con el fin de atender diversas problemáticas.

Las organizaciones sociales son agrupaciones de personas que se establecen a partir de elementos compartidos, ideas en común y formas similares de ver al mundo. Se entienden como aquellas que se integran por grupos de personas que se asocian y aceptan un conjunto de normas formales o informales que apuntan a lograr un fin común o meta colectiva. Así, “cada vez que dos o más personas se ponen de acuerdo para actuar juntos en función de un objetivo común necesitan organizarse, de lo contrario no se alcanza el fin común” (Arocena, 2010:33). Además, “la organización permite formar redes con otros actores que comparten los mismos intereses” (Appendini y Nuijten, 2002:58).

“Las organizaciones campesinas, también llamadas organizaciones locales, comunitarias, rurales o populares son aquellas agrupaciones de base, formales o informales, voluntarias, democráticas, cuyo fin primario es promover los objetivos económicos o sociales de sus miembros” (Galán, 1994:4). Son

3 “Los pequeños productores son aquellos que se caracterizan por tener unidades familiares donde los ingresos económicos son mínimos y la base del sustento es la producción agropecuaria familiar, utilizan el empleo exclusivo, o por lo menos mayoritario, de mano de obra familiar; tienen limitada disponibilidad de recursos para capitalizar la unidad productiva, presentan aislamiento de los mercados, cuentan con un sistema de producción bastante simple, así como de una limitada capacidad de mercadeo, de mantenimiento de registros, de comunicación, de almacenamiento y procesamiento” (Macías, 2013:9).

JULISSA CONSUELO GÓMEZ NÚÑEZ l MARÍA GUADALUPE OCAMPO GUZMÁN

La contribución socio-productiva de la organización social14

grupos de personas que actúan simultáneamente en los procesos de desarrollo de abajo hacia arriba y establecen mecanismos de autogestión para mejorar sus condiciones de vida.

La organización campesina se presenta como una de las formas que tienen los pequeños productores para tomar decisiones, acceder a los recursos y generar oportunidades de sobrevivencia o de desarrollo. A lo largo de su existencia han realizado diversos procesos que se relacionan con las circunstancias del contexto y tiempo vivido. Se identifican procesos de lucha por la propiedad de la tierra, por la democracia, para mejorar las condiciones de producción y comercialización (créditos para la producción y precios adecuados de los granos básicos), por el cuidado del medio ambiente, y más recientemente, por la soberanía alimentaria, incluyendo en sus objetivos más inmediatos la recuperación de la producción y consumo local de alimentos.

En este sentido, es importante retomar algunas cuestiones de la seguridad y soberanía alimentaria para entender las acciones que realizan las organizaciones campesinas en torno a las necesidades alimentarias actuales.

La seguridad alimentaria, impulsada por los organismos internacionales y estados nacionales, se ha ido transformando atendiendo situaciones coyunturales y estructurales (ambientales, económicas, políticas, de desarrollos tecnológicos e intelectuales, entre otras). Por ejemplo, durante la crisis alimentaria de los años setenta, cuando el incremento de los precios del petróleo y los fertilizantes redujeron las reservas mundiales de granos e incrementaron los precios de los cereales, la seguridad alimentaria se centró en la producción y disponibilidad de alimentos a nivel global y nacional (Salcedo, 2005:1).

A mediados de los ochenta y principios de los noventa, con la liberalización de las economías y de los mercados “se pasó de un problema de oferta a un problema de demanda, específicamente en el acceso de alimentos a nivel individual y del hogar” (Graziano, 2008:13). Así, “el acceso a los alimentos depende de los derechos y las garantías que poseen las personas” (Carrasco, 2008:41). La autosuficiencia nacional se reemplazó por la dependencia del mercado agroalimentario internacional dominado por la lógica productivista de las grandes empresas trasnacionales. Lo que condujo a una mayor dependencia alimentaria de las naciones en desarrollo hacia los países exportadores de granos, e incrementó la población con inseguridad alimentaria asociada a la pobreza y bajos ingresos (FAO, 2006).

En este contexto, en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación realizada en Roma en 1996, se definió la seguridad alimentaria como:

JULISSA CONSUELO GÓMEZ NÚÑEZ l MARÍA GUADALUPE OCAMPO GUZMÁN

La contribución socio-productiva de la organización social15

existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen, en todo momento, acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos, a fin de llevar una vida activa y sana. La seguridad alimentaria señala cuatro dimensiones: el acceso a los alimentos, la disponibilidad de alimentos, la utilización de los alimentos y la estabilidad del suministro (FAO, 2006:1).

Sin embargo, la seguridad alimentaria ha estado dominada por la producción comercial de alimentos a gran escala. Y “se ha centrado en el incremento del suministro mundial de alimentos, independientemente de las consecuencias ambientales, del acceso, distribución y utilización de los mismos” (Allen, 2013:135). Por ello, la crisis financiera, energética y alimentaria de 2008, que provocó el incremento de los precios de los alimentos y aumentó la población con inseguridad alimentaria, colocó a la seguridad alimentaria y a las diversas formas de producir alimentos en la discusión internacional. Los múltiples riesgos que supone la falta de alimentos han puesto en debate la perspectiva del desarrollo actual y la seguridad alimentaria.

Ahora bien, frente al incremento de la población pobre y con hambre, el deterioro de la situación alimentaria y ambiental:

para la población de escasos recursos y poca participación en el poder político formal, los movimientos sociales resultan una alternativa para participar en el desarrollo de proyectos y políticas que dan prioridad a las necesidades de las personas con inseguridad alimentaria. Los movimientos sociales centrados en cuestiones de seguridad alimentaria desafían las perspectivas y prioridades del sistema agroalimentario dominante, planteando nuevos temas, ideas, discursos, percepciones y nuevas áreas de políticas (Allen, 2012:136).

De ahí que la propuesta de la soberanía alimentaria, impulsada por el movimiento de la Vía Campesina4, “defiende el derecho de los pueblos a alimentos sanos y culturalmente adecuados, producidos mediante métodos sostenibles, así como su derecho a definir sus propios sistemas agrícolas y alimentarios” (La Vía Campesina, 2011:1).

4 “Es el movimiento internacional impulsado en la década de los noventa cuando las políticas de la agricultura y la agroindustria se estaban globalizando. Agrupa a millones de campesinos y campesinas, pequeños y medianos productores, pueblos sin tierra, indígenas, migrantes y trabajadores agrícolas de todo el mundo. Integra a 164 organizaciones locales y nacionales en 73 países de África, Asia, Europa y América. En total, representa a alrededor de 200 millones de campesinos y campesinas. Es un movimiento autónomo, pluralista y multicultural, sin ninguna afiliación política, económica o de cualquier otro tipo” (La Vía Campesina, 2011:1).

JULISSA CONSUELO GÓMEZ NÚÑEZ l MARÍA GUADALUPE OCAMPO GUZMÁN

La contribución socio-productiva de la organización social16

La soberanía alimentaria va más allá de la disponibilidad de alimentos, que supone la seguridad alimentaria. “Sitúa las aspiraciones, necesidades y formas de vida de aquellos que producen, distribuyen y consumen los alimentos en el centro de los sistemas alimentarios y de las políticas alimentarias, por delante de las demandas de mercados y empresas” (La Vía Campesina, 2011:1).

Ante los dos planteamientos para atender el problema alimentario, es común ver que las organizaciones campesinas se mueven entre las acciones que promueven tanto la seguridad alimentaria como la soberanía alimentaria. Sin embargo, dadas sus condiciones de precariedad, muchas organizaciones campesinas se han sumado a la propuesta de la soberanía alimentaria que da prioridad a la producción y consumo local de alimentos a través del reconocimiento e impulso de la producción diversificada a pequeña escala, con el uso de tecnologías locales. Por tanto, avanzar en la soberanía alimentaria implica desmantelar las estructuras de poder sobre las que descansa el sistema alimentario actual dominado por los agronegocios y las multinacionales que impulsan la producción comercial de alimentos a gran escala a través del avance del uso de las tecnologías.

2. Algunos indicadores de pobreza alimentaria

En México, “particularmente de julio del 2007 a julio del 2008, la inflación general fue de 5.4, mientras que en alimentos fue de 9.2, esto ocasionó un incremento en el precio de los alimentos básicos durante el segundo trimestre del 2008” (Torres, 2010:132). Lo cual alertó sobre la presencia de una nueva crisis alimentaria en México.

Según René (2015:1), “en el 2014 la población en situación de pobreza pasó de 53.3 millones a 55.3 millones, cifra que representa el 46.2% del total de la población nacional”. Cabe hacer mención que los estados en donde repuntó la pobreza fueron Morelos, Campeche, Veracruz, Estado de México, Sinaloa, Coahuila, Hidalgo y Baja California Sur.

Según el Coneval (2012 y 2015), en el 2014 la pobreza alimentaria afectó a 24.6 millones de personas en comparación con los 23.1millones de personas en el 2012 y 21.5 millones de personas en el 2010. Lo que significa que entre 2010 y 2014 aumentó la población cuyos ingresos estuvieron por debajo de la línea del bienestar, situada en mil 225 pesos por persona al mes en zonas urbanas y 853 pesos en zonas rurales. Situación que dificulta el acceso a los alimentos de la canasta básica, que de 2009 a 2013 aumentó su costo en 28.9%, mientras que el poder adquisitivo de la población sólo subió seis décimas porcentuales (0.6%) (Rodríguez, 2013).

JULISSA CONSUELO GÓMEZ NÚÑEZ l MARÍA GUADALUPE OCAMPO GUZMÁN

La contribución socio-productiva de la organización social17

De esta forma, más de veinte millones de habitantes consumen la mitad o menos de los requerimientos mínimos nutricionales que de acuerdo a la FAO “deben ser entre 2 mil 600 y 3 mil calorías diarias, y un porcentaje importante sólo ingiere entre 35 y 40 gramos de proteínas, cuando se recomienda de 70 a 80 gramos” (Olivares, 2013:1). Con ello, según Martínez (2013:1):

todos los días, 23 mexicanos mueren en el país a causa del hambre y la desnutrición, casi uno por hora. Entre el 2010 y 2011, más de 102 mil 568 personas perdieron la vida por deficiencias nutricionales, un promedio de 8 mil 547 anuales. Los más afectados son los adultos mayores y los niños: el 75 por ciento de las defunciones se concentran entre personas de 65 años y más; mientras que el 7 por ciento ocurren en menores de un año. Las 10 entidades que más muertes registraron a causa de hambre fueron el Estado de México, con 10 mil 820; Veracruz, 8 mil 589; Oaxaca, 8 mil 30; Puebla, 8 mil 11; Jalisco, 7 mil 376; Guanajuato, 6 mil 579; Distrito Federal, 4 mil 873; Michoacán, 4 mil 495; Chiapas, 4 mil 445, y Guerrero, 3 mil 503.

Para la atención a la población con pobreza extrema de alimentación, el gobierno federal implementó en el 2013 la Cruzada Nacional Contra el Hambre, como parte de las estrategias de política social. Que en el 2014 atendió a 1,012 municipios con un total de 1.7 millones de derechohabientes (Coneval, 2015).

Ahora bien, a nivel nacional Chiapas es la entidad con mayor porcentaje de población en pobreza (76.2%) y en pobreza alimentaria (48.5%) (Coneval, 2015). Los últimos reportes del Coneval señalan que el porcentaje de habitantes en situación de pobreza alimentaria en la entidad ha disminuido, situación que se explica por la asistencia que brinda la Cruzada Nacional Contra el Hambre a más de 400 mil personas originarias de 55 municipios (Coneval, 2015). Sin embargo, se prevé que este efecto sea temporal por el carácter asistencialistas de las políticas y programas sociales que no incide en el ámbito productivo y en el desarrollo de capacidades y habilidades que puedan mejorar las condiciones sociales de la población a largo plazo.

En términos generales, Chiapas es un ejemplo visible de los resultados de la crisis alimentaria. En la entidad más de 2.5 millones de personas viven en zonas rurales. Cuenta con una población de campesinos e indígenas muy significativa. Prácticamente concluyó su reforma agraria en el año 2000 y arrastra un esquema productivo dominado por cultivos tradicionales (maíz y frijol). Su sector agrario ha sido uno de los más afectados por la crisis que se vive en el campo con la caída de los precios del café, el maíz, el sorgo, la piña, el frijol, entre otros; lo que ha generado una constante migración de campesinos a lugares nacionales e internacionales (Villafuerte, 2015:16).

JULISSA CONSUELO GÓMEZ NÚÑEZ l MARÍA GUADALUPE OCAMPO GUZMÁN

La contribución socio-productiva de la organización social18

En este contexto los pequeños productores de la entidad que enfrentan condiciones desfavorables del sector agrícola y la constante pobreza rural, realizan una continua búsqueda de alternativas para sobrevivir, de ahí que entre sus opciones se encuentra la posibilidad de integrarse a diversas organizaciones sociales, productivas y campesinas que existen en la entidad para acceder, principalmente, a los recursos productivos.

3. Antecedentes y estrategias de desarrollo de la OCEZ-CNPA

Dentro de las agrupaciones más importantes del estado de Chiapas se encuentra la Organización Campesina Emiliano Zapata, integrante de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala (OCEZ-CNPA). Esta organización tuvo sus inicios en 1979 como Coordinadora Provisional, y a partir de 1980 se instituyó como Organización Campesina Emiliano Zapata (OCEZ). En 1982 se adhirió como miembro fundador y activo de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala (CNPA), de ahí que se identifique como OCEZ-CNPA.5

La organización surgió a partir de la necesidad de los campesinos de tener una instancia que los amparara y les ayudara a luchar por sus derechos. La década de los ochenta se caracterizó por ser un periodo de muchos asuntos agrarios en Chiapas: como; problemas por la posesión de la tierra (ya que en algunas regiones existían muchas fincas y hacendados que eran los dueños de las tierras), invasión de la Comisión Federal de Electricidad y de Petróleos Mexicanos en la zona Norte, generando desplazamientos campesinos y dejándolos sin tierras para vivir y trabajar, situación que provocó fuertes reclamos por parte de los campesinos para adquirir o recuperar sus tierras, y la única manera de lograrlo fue a través de la organización social sumando fuerzas para ser escuchados. Así participó en la recuperación de tierras en Carranza y en La Trinitaria en la década de los ochenta y noventa.

Es una organización de masas de carácter social, integrada mayoritariamente por campesinos e indígenas, hombres y mujeres, adultos y jóvenes. Actualmente cuenta con un padrón de 8,000 afiliados, y tiene presencia en la región Soconusco (en Escuintla, Mazatán, Huixtla, Cacahoatán y Tapachula); en la región Sierra, (en Siltepec, El Porvenir, La Grandeza, Motozintla, Belisario

5 La CNPA es una organización con presencia en 27 estados de la República, constituida en 1979, se integra por organizaciones regionales que mantienen una actitud de respeto y coordinación hacia los movimientos campesino, popular y sindical en el país, con quienes mantiene múltiples alianzas, sin mediar en ello acuerdos con los partidos políticos.

JULISSA CONSUELO GÓMEZ NÚÑEZ l MARÍA GUADALUPE OCAMPO GUZMÁN

La contribución socio-productiva de la organización social19

Domínguez, Amatenango de la Frontera y Bella Vista); y en la región Comiteca (en La Trinitaria, Chicomuselo, Frontera Comalapa y Comitán de Domínguez) (OCEZ-CNPA, 2015:2).

Opera bajo principios de independencia y autonomía frente al gobierno, así como ante los partidos políticos de derecha. Se guían por los principios de dirección colectiva, movilización-negociación- difusión, alianzas, independencia y autonomía frente a los partidos políticos de derecha y el gobierno. Ha sido simpatizante en algunos momentos con las propuestas de partidos de izquierda, específicamente del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Su estructura organizativa se integra por consejos locales, municipales, regionales y estatales. Cada consejo se compone por un comité de tres personas (un hombre, una mujer y un joven). Cuenta con tres instancias para la toma de decisiones: el congreso, la asamblea plenaria y el consejo estatal ampliado. El congreso estatal es la máxima autoridad, y se integra por los delegados de cada uno de los grupos de las comunidades, y se celebra cuando existe la necesidad de revisar los principios, estrategias y estatutos de la organización. Éste normalmente se realiza cada tres años.

La asamblea plenaria se integra por cada uno de los consejos locales además de otros militantes de los grupos (dependiendo del tamaño del grupo y de las necesidades concretas, es el número de militantes adicionales que acuden a las plenarias). Las plenarias tienen como finalidad informar, analizar y tomar acuerdos.

En términos de las relaciones nacionales e internacionales, la OCEZ-CNPA forma parte del movimiento El Campo no Aguanta Más, del Frente Autentico del Campo, el Movimiento Indígena Campesino Mesoamericano (MOICAM), de La Vía Campesina y de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC). Las alianzas y convergencias en coordinaciones nacionales e internacionales, se han consolidado a partir de la construcción de una agenda política en torno a temas como la soberanía alimentaria, los derechos humanos, la solidaridad internacional, la perspectiva agroecológica, entre otros (Pérez, 2012).

En su trayectoria, la OCEZ ha procurado generar procesos de desarrollo para que su militancia sea capaz de enfrentar las condiciones que genera el modelo económico vigente. Para ello, se apoya en asesores externos (maestros, ingenieros e investigadores). Actualmente, trabaja en cinco ejes estratégicos de desarrollo: educación y cultura, poder popular, economía local, hábitat saludable y soberanía alimentaria.

JULISSA CONSUELO GÓMEZ NÚÑEZ l MARÍA GUADALUPE OCAMPO GUZMÁN

La contribución socio-productiva de la organización social20

La organización tiene claro que no habrá transformación, cambio y desarrollo socioeconómico si no hay educación, de ahí que una de las estrategias fue la integración del área de educación y cultura para lo que se creó el Centro de Formación y Aprendizaje para el Desarrollo Campesino e Indígena (CEFADECI) y la Biblioteca Itinerante. El CEFADECI tiene como objetivo formar, capacitar y desarrollar capacidades de los integrantes de la organización en todos los ejes de desarrollo propuestos. Los cursos, talleres y seminario que se imparten en el centro tratan de conjuntar la tecnología y los nuevos conocimientos con los conocimientos tradicionales para aprovechar los saberes locales. De esta manera han formado promotores, productores, técnicos y nuevos liderazgos en medicina herbolaria, revalorización y fortalecimiento de la riqueza cultural de los pueblos, equidad de género, agro ecología, producción sustentable de alimentos, técnicas en conservación de suelos, manejo y mejoramiento en aves de traspatio y ganadería menor, producción bio-intensiva de hortalizas, y en la aplicación de diagnósticos participativos y elaboración de proyectos de desarrollo sustentable comunitarios.

En el eje relacionado con la política, la organización enfatiza la necesidad de construir el poder popular, para lograr la soberanía, leyes y acuerdos que fortalezcan la organización a favor de los campesinos. Sin embargo, dadas las condiciones políticas actuales, también consideran importante aspirar al poder formal a través de la manifestación y participación con los partidos políticos de izquierda considerada ésta como una vía pacífica para hacerlo, aun con todos sus cuestionamientos.

En relación al fomento de la economía local, la organización reconoce la exclusión de los campesinos y pequeños productores de la estrategia económica actual, por ello, ha impulsado un proceso reflexivo para transitar de las estrategias de búsqueda de apoyos de instituciones públicas y privadas a otras basadas en sus propios recursos y en su capacidad organizativa. De ahí la necesidad de generar una economía propia desde lo local a través de la apropiación de la cultura del ahorro y el establecimiento de mercados comunitarios, donde la formación y capacitación constituyen recursos estratégicos para la organización y gestión de los grupos de trabajo. Están conscientes de que se necesita del dinero u otra forma de intercambio para la adquisición de los productos, tanto productivos como de consumo, por ello, han comenzado a realizar el trueque que permite el intercambio de productos locales. Y han establecido tiendas comunitarias donde se procuran precios accesibles para la población.

En lo que concierne al eje del mejoramiento del hábitat familiar y comunitario, se ha identificado la necesidad de cuidar el medioambiente

JULISSA CONSUELO GÓMEZ NÚÑEZ l MARÍA GUADALUPE OCAMPO GUZMÁN

La contribución socio-productiva de la organización social21

construyendo viviendas sustentables, a partir del uso de los recursos locales y las necesidades específicas de la población, con el objetivo de estar bien, vivir felices y saludables, pero en armonía con la naturaleza, pues se ha asumido que las viviendas de concreto no son la mejor opción cuando hay otras técnicas más saludables y amigables con el medio ambiente. Razón por la que el CEFADECI ha sido construido con materiales de la región y el trabajo colectivo.

Por último, la propuesta de la soberanía alimentaria comenzó a tratarse en la organización en el año 2000, cuando la CNPA fue invitada a participar en el Primer Foro sobre Soberanía Alimentaria realizado en la Habana, Cuba. A partir de ahí fueron aproximadamente siete años de reflexión para que la OCEZ-CNPA entendiera y se apropiara de la propuesta de la soberanía alimentaria, integrándola formalmente a sus ejes de desarrollo en el 2008. La soberanía alimentaria se plantea como una estrategia de resistencia desde la tierra para la sobrevivencia, es decir, se trata de garantizar el uso sustentable de la tierra y agua para producir alimentos sanos, de calidad y cantidad suficiente, donde los campesinos ejerzan el derecho de producir sus propios alimentos de acuerdo a sus necesidades.

4. La contribución de la OCEZ-CNPA en la soberanía alimentaria en La Trinitaria, Chiapas

Una de las prioridades de la OCEZ-CNPA es contribuir a la soberanía alimentaria en todas las regiones en donde tiene presencia, no obstante, es visible el trabajo que realiza con los pequeños productores de La Trinitaria. Por ello, para identificar las estrategias de la organización6 para conseguir la soberanía alimentaria, entre el 2014 y 2015, se realizaron diversas entrevistas a los dirigentes de la organización y a un grupo de 26 productores ubicados en las comunidades de Santa Martha, ejido Rubén Jaramillo, As de oro y San José Guadalupe del municipio de La Trinitaria.

El municipio de La Trinitaria se ubica en la región Meseta Comiteca Tojolabal. Es un municipio fronterizo con Guatemala. En el 2014 contaba con una población de 82,925 habitantes. El 68.55% vive en localidades rurales menores a 2,500 habitantes. En el 2010, el 85.3% de los habitantes vivía en pobreza y el 55.8% en pobreza alimentaria. El municipio presenta alto grado de marginación y forma parte de los municipios atendidos por la Cruzada Nacional

6 Entendidas como el conjunto de decisiones para lograr un objetivo común.

JULISSA CONSUELO GÓMEZ NÚÑEZ l MARÍA GUADALUPE OCAMPO GUZMÁN

La contribución socio-productiva de la organización social22

contra el Hambre (Coneval, 2010). En términos productivos, el 77.8% de la PEA se ocupa en las actividades del sector primario (INEGI, 2010). Existen cultivos de maíz, frijol, plátano, naranja, piña, melón, sandía y hortalizas.

En el municipio se encuentran parte de las 14 mil hectáreas que conforman el distrito de riego conocido como San Gregorio Chamic, donde se produce maíz hibrido, melón, sandía y hortalizas. El maíz es un cultivo importante, por ejemplo, en el distrito de riego se producen semestralmente entre seis mil y ocho mil toneladas de maíz que introducen a Guatemala (Mariscal, 2006). Sin embargo, como parte de la estrategia de reconversión productiva del gobierno estatal, se han introducido cultivos como el limón persa, aguacate hass y jitomate rojo.

Los problemas que aquejan al sector agrícola, y en particular a los pequeños productores de La Trinitaria, son la insuficiente tierra productiva, escasos subsidios agrícolas, vulnerabilidad ante las contingencias climatológicas, riesgos de introducción de plagas y enfermedades en los cultivos por la vulnerabilidad de la frontera sur, suelos erosionados, pérdida de fertilidad de los suelos, alta marginación social y económica, escaso acceso a financiamientos y garantías líquidas, elevado intermediarismo para la comercialización de productos y bajo desarrollo de infraestructura para la producción primaria, transformación y valor agregado, todo ello, ha llevado a disminuir o abandonar la producción local de alimentos (OCEZ-CNPA, 2015).

Además, los hábitos alimenticios de la población rural se han transformado en forma acelerada por la publicidad que realizan los medios de comunicación, situación que la ha llevado a desplazar ciertos alimentos locales por alimentos procesados de mala calidad, que están generando enfermedades a temprana edad en la población.

En este contexto, como resultado de los trabajos y acuerdos de la OCEZ-CNPA, desde el 2013 se planteó la recuperación de la producción local de alimentos, el impulso del desarrollo rural y el restablecimiento del patrón de consumo local. Para ello establecieron el compromiso de que cada familia destinaría parte de sus tierras a la producción de alimentos para el consumo familiar. Para contribuir a este proceso, el consejo estatal ampliado de la organización decidió aplicar un conjunto de acciones para lograr la soberanía alimentaria de sus afiliados, entre las que destaca la gestión de recursos para fortalecer la producción, procesos de capacitación en diversos temas a través del CEFADECI, cuyas instalaciones se ubican en el municipio de La Trinitaria, y eventos públicos donde se comparten conocimientos, semillas, insumos y alimentos.

JULISSA CONSUELO GÓMEZ NÚÑEZ l MARÍA GUADALUPE OCAMPO GUZMÁN

La contribución socio-productiva de la organización social23

Las acciones se han ido concretando en diversos espacios, pero principalmente con los productores de La Trinitaria, quienes se han convertido en promotores de los procesos aprendidos y sus unidades productivas prácticamente son demostrativas para la población interesada en conocer sus experiencias. Los productores se caracterizan por realizar una agricultura de temporal a pequeña escala, de organización familiar, que se orienta a la satisfacción de las necesidades alimenticias familiares y a la venta en los mercados locales. Los cultivos más importantes son el maíz y frijol, mismos que integran la base de la alimentación que complementan con otros productos que obtienen de la diversidad de las actividades del traspatio (la crianza de gallinas de rancho, conejos, cerdos, hortalizas y árboles frutales).

Tienen una participación permanente en las decisiones y actividades que realiza la OCEZ-CNPA para fortalecer la producción. Así destaca la participación en actividades de capacitación y proyectos productivos, que han contribuido al mejor aprovechamiento de las unidades productivas (Cuadro 1).

Cuadro1. Capacitación y proyectos productivosen los que han participado los productores de La Trinitaria

Capacitación/Eventos Proyectos productivosTalleres de soberanía alimentaria ApiculturaCapacitación de elaboración de abonos orgánicos Abono y fertilizantes

Taller de medicina alternativa Granja de borregosTaller para la producción de traspatios Ganadería Taller de rescate de semillas nativas Granjas porcinasTaller de formación de lideres Granjas avícolasTaller de género Maquinaria para la producciónTaller de clasificación y uso de la basura orgánica Herramientas de trabajo

Taller de promotores campesinos para desarrollar proyectos Cooperativas productivas

Ferias del maíz, de las semillas nativas y criollas, y alimentos campesinos Frutales

Fuente: Elaboración propia con información del trabajo de campo, 2015.

JULISSA CONSUELO GÓMEZ NÚÑEZ l MARÍA GUADALUPE OCAMPO GUZMÁN

La contribución socio-productiva de la organización social24

Sobresale la capacitación de los productores como un medio importante para lograr procesos de organización y producción acordes con el contexto natural y social, que al mismo tiempo fortalece y difunde sus propios conocimientos y prácticas productivas.

Así mismo, la participación en la promoción del rescate y conservación de las semillas, sobre todo del maíz y frijol, está contribuyendo a la recuperación del patrón productivo local respetando la biodiversidad. Las conservan por considerarlas más resistentes a las condiciones naturales del suelo y del ambiente de la región. Entre los productores de la Trinitaria existen las semillas de grano de oro (maíz amarillo), cintalapa (maíz blanco), chimbo, olotillo, maíz blanco cuarenteno y sesenteno, pedrito, palomero, amarillo reinita, cascara morada, tehua y mapalú. En el caso del frijol conservan las semillas del frijol colorado, negro bolita, enredo, pac (blanco, negro y gatito). Así, como semillas de calabaza y frutales.

También la participación en las ferias del maíz, de las semillas nativas y criollas, y alimentos campesinos, que comenzaron a realizarse desde el 2007, se han convertido en espacios de aprendizaje para los productores, pues en éstas se difunden y promueven los principios de la soberanía alimentaria, la importancia del maíz como producto milenario, el derecho a conservar, sembrar e intercambiar sus semillas. Además, se promueven prácticas agroecológicas de producción de alimentos, se realizan exposiciones de herramientas de trabajo, productos y alimentos preparados. Se comparten experiencias y conocimientos en diversos temas y se degustan alimentos preparados a base del maíz.

Así, poco a poco han ido diversificando y aumentando la producción. Dentro del conjunto de las unidades productivas se puede observar una gran variedad de productos agrícolas como maíz, frijol, café, zanahoria, repollo, cebolla, acelga, brócoli, cilantro, chiles, rábano, betabel, tomate, plátano, naranja, limón, toronja, mandarina, lima, chico zapote, tamarindo, guayaba, mango, nance, calabaza, papaya, pepino, plantas medicinales, chaya, chipilín, yuca, tzul, caña, hierba maro, chayote, colconabe, guash, aguacate, carambola, guanábana, melón, etc., así como animales de traspatio como gallinas, puercos, conejos, borregos, guajolotes y patos, apicultura y algo de ganadería.

La diversidad productiva representa para ellos una mayor disponibilidad de alimentos para el consumo de la familia y para generar ingresos, porque existen productos que por su cantidad o perecibilidad (maíz, limón, aguacate, mango, melón, café, miel, puercos, conejos, aves, ganado, etc.), se ponen a la venta en la comunidad, a los intermediarios o se trasladan a las centrales y mercados de Comitán.

JULISSA CONSUELO GÓMEZ NÚÑEZ l MARÍA GUADALUPE OCAMPO GUZMÁN

La contribución socio-productiva de la organización social25

Además, la existencia de relaciones de confianza, cooperación y solidaridad que existen entre los productores contribuye a la adquisición de alimentos o insumos que no se producen en la unidad productiva familiar, o no pueden comprar, a través de préstamos en especie o el trueque. Estas prácticas garantizan alimentos en la temporada de escasez e insumos productivos para continuar con la producción.

Los productores se han apropiado de los principios de la soberanía alimentaria y han avanzado en la producción de alimentos a través de prácticas amigables con el medio ambiente, sin embargo, sus excedentes se comercializan bajo las condiciones agresivas y excluyentes del mercado actual, de ahí su preocupación por crear mercados diferenciados más justos para sus productos que permitan mejores condiciones de vida para todos.

De esta forma, la organización ha logrado un significativo avance en el fomento de la producción de alimentos siguiendo los principios de la soberanía alimentaria. Sin embargo, el proceso ha sido lento, por las resistencias derivadas de un patrón productivo generalizado por el mercado y el Estado y la falta de recursos humanos y económicos para acelerar el proceso en las diferentes regiones donde tiene presencia.

Conclusiones

Ante la compleja estructura agroalimentaria de Chiapas, la OCEZ-CNPA impulsa el fortalecimiento de los procesos organizativos y productivos en función de principios de cooperación, solidaridad, confianza y ayuda mutua, que han generado sinergias entre los campesinos y han permitido un mejor aprovechamiento de sus recursos para atender los problemas alimentarios, económicos, sociales, y ambientales que prevalecen en el campo.

La organización ha integrado los principios de la soberanía alimentaria en sus discursos y ejes de desarrollo, y avanza en el diseño y ejecución de estrategias colectivas para mejorar las condiciones alimentarias de la población. En este sentido ha puesto en el centro de sus estrategias los procesos de capacitación y formación de hombres, mujeres y jóvenes campesinos con la intención de recuperar la producción local de alimentos, el patrón alimentario campesino, el rescate de semillas criollas, de prácticas y conocimientos ancestrales y las tecnologías locales de producción, entre otros.

De ahí que incide de manera directa en el fortalecimiento de los procesos productivos a nivel familiar y local a través de prácticas de producción sustentables que hoy en día contribuyen, aunque de manera lenta, a la generación

JULISSA CONSUELO GÓMEZ NÚÑEZ l MARÍA GUADALUPE OCAMPO GUZMÁN

La contribución socio-productiva de la organización social26

de alimentos para una población en situación de vulnerabilidad social. En este sentido, los productores de La Trinitaria representan para la organización la punta de lanza de la estrategia para alcanzar la soberanía alimentaria en todas las regiones donde tiene presencia.

De esta forma, las organizaciones campesinas juegan un papel muy importante para conseguir la soberanía alimentaria, porque conocen la realidad y las necesidades alimentarias locales y tienen la capacidad de articular discursos fuertes, movilizar masas y diseñar acciones colectivas para enfrentar entornos socio económicos adversos y emprender procesos alternativos en los que desarrollan nuevas formas de gestión, conocimientos, habilidades y empoderamiento de la participación campesina.

Bibliografía

Allen, P. (2013). “Facing food security”.Journal of Rural Studies 29, pp. 135-138.

Appendini, K. y Nuijten, M. (2002), “El papel de las instituciones en el contexto local”, Revista de la CEPAL, No 76, pp. 71- 88.

Arocena, J. (2010), Las organizaciones humanas. De la racionalidad mecánica a la inteligencia organizacional, Universidad Católica de Uruguay, Grupo Magro Editores, Montevideo, Uruguay.

Carrasco, N. (2008), “La cultura en la seguridad alimentaria: Expresiones, usos y desafíos para la investigación y la intervención”, En Sandoval, S. y Meléndez, J. (coord.), Cultura y seguridad alimentaria, Plaza y Valdez, México, pp. 40-41.

Graziano, J. (2008), Estrategias de Desarrollo, Políticas Públicas y Seguridad Alimentaria en América Latina y el Caribe San Salvador, Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural, Santiago de Chile.

Macías, A. (2013), “Introducción. Los pequeños productores agrícolas en México”, Carta Económica Regional, No. 111-112, Universidad de Guadalajara, México, pp. 7-18.

OCEZ-CNPA (2015), Reseña Histórica, Tríptico, Comitán, Chiapas.Pérez, F. (2012), Entre surcos y senderos. Construyendo capital social

en comunidades campesinas de La Trinitaria, Chiapas, Indesol, Innovación y Apoyo Educativo A.C., Editorial Fray Bartolomé de Las Casas, México.

JULISSA CONSUELO GÓMEZ NÚÑEZ l MARÍA GUADALUPE OCAMPO GUZMÁN

La contribución socio-productiva de la organización social27

Rubio, B. (2008), “De la crisis hegemónica y financiera a la crisis alimentaria. Impacto sobre el campo mexicano”, Argumentos, Vol. 21, Núm. 57, Universidad Autónoma Metropolitana – Xochimilco, México, pp. 35-52.

Salcedo, S. (2005), Políticas de Seguridad Alimentaria en los Países de la Comunidad Andina, Proyecto de cooperación técnica de la FAO, Santiago, Chile.

Villafuerte, D. (2015), “Crisis rural, pobreza y hambre en Chiapas”, Revista Limar Estudios Sociales y Humanísticos, Vol. XIII, núm. 1, Centro de Estudios Superiores de México y Centro América, México, pp. 13-28.

Referencias de internet

Coneval (2010). “Dimensiones de la seguridad alimentaria: Evaluación Estratégica de Nutrición y Abasto”, disponible en: http://www.coneval.gob.mx/rw/resource/coneval/info_public/PDF_PUBLICACIONES/Dimensiones_seguridad_alimentaria_FINAL_web.pdf, (Accesado el día 30 de mayo de 2015)

Coneval (2012), “Informe de pobreza y evolución del estado de Chiapas”, disponible en: http://www.coneval.gob.mx/coordinacion/entidades/Documents/Chiapas/principal/07informe2012.pdf, (Accesado en día 28 de mayo de 2015).

Coneval (2015), “Indicadores de pobreza, Chiapas, 1990-2014”, disponible en: http://www.coneval.org.mx/coordinacion/entidades/chiapas/Paginas/pob_ingresos.aspx (Accesado el día 29 de julio de 2016)

Cumbre Mundial sobre la Alimentación (1996), “Plan de Acción de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación”, Roma, disponible en: http://www.fao.org/wfs/index_es.htm (Accesado el día 15 de abril de 2015)

FAO (2006), “Seguridad Alimentaria”, Informe de Políticas, núm. 2, Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, disponible en: ftp://ftp.fao.org/es/ESA/policybriefs/pb_02_es.pdf (Accesado el día 24 de mayo de 2015)

Galán, B. (1994), “Participación campesina para una agricultura sostenible en países de América Latina” (En Línea) FAO, Roma, disponible en: http://www.fao.org/docrep/003/t3666s/t3666s01.htm#TopOfPage (Accesado el día 19 de noviembre de 2015)

JULISSA CONSUELO GÓMEZ NÚÑEZ l MARÍA GUADALUPE OCAMPO GUZMÁN

La contribución socio-productiva de la organización social28

La Vía Campesina (2011), “Qué es la Soberanía Alimentaria”, disponible en: https://viacampesina.org/es/index.php/organizaciainmenu-44) (Accesado el día 16 de febrero de 2016)

Mariscal, A. (2006), “Bloquean maiceros chiapanecos la Panamericana. Buscan impedir que coyotes de otros estados les ganen mercado en Guatemala”, disponible en: http://www.jornada.unam.mx/2006/04/30/index.php?section=estados&article=044n1est (Accesado el día 16 de julio de 2016)

Martínez, M. (2013), “Mueren 23 al día por desnutrición”, Tabasco Hoy, disponible en: https://noticias.terra.com.mx/mexico/23-mexicanos-mueren-por-desnutricion-cada-dia,56aee3ad4785c310VgnVCM4000009bcceb0aRCRD.html (Accesado el día 16 de octubre de 2015)

Olivares, E. (2013), “Padecen hambre más de 53 millones de mexicanos”, LaJornada, disponible en: http://www.jornada.unam.mx/2013/07/17/politica/003n2pol (Accesado el día 28 de septiembre de 2016)

René, P-M (2015), “Crece la pobreza en México hay dos millones más: Coneval”, El Universal, 24 de julio de 2014, disponible en: http://www.eluniversal.com.mx/articulo/nacion/sociedad/2015/07/24/crece-pobreza-en-mexico-hay-dos-millones-mas-coneval (Accesado el día 22 de marzo de 2015)

Rodríguez, J. (2013), “La canasta básica aumentó 28%, mientras que el salario sólo lo hizo en un 0.6%”, La Jornada, disponible en: http://www.lja.mx/2013/01/la-canasta-basica-aumento-28-mientras-que-el-salario-solo-lo-hizo-en-un-0-6/ (Accesado el día 23 de febrero de 2015)

Torres, F. (2010), “Rasgos perennes de la crisis alimentaria en México, Estudios Sociales (En línea), disponible en: <http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=41715777006>ISSN 0188-4557. (Accesado el día 15 de agosto de 2015)

29

La construcción territorial de la seguridad alimentaria en comunidades de la mixteca poblana

Elizabeth Cariño Ibarra1

Ignacio Ocampo Fletes2

Zenón Gerardo López Tecpoyotl3

Ricardo Pérez Avilés4

A

Resumen

La inseguridad alimentaria es uno de los desafíos que enfrenta la humanidad. El problema se torna más grave para regiones con restricciones de recursos naturales; por un lado, por el limitado desarrollo de actividades productivas, y por otro, por los problemas sociales que ocasiona.

La mixteca baja del estado de Puebla presenta condiciones climatológicas y edáficas que empeoran su situación de inseguridad alimentaria y pobreza. En este contexto se analiza la construcción de la seguridad alimentaria, en sus dimensiones de disponibilidad y acceso económico, a través del análisis de

1 Estudiante de maestría, Colegio de Postgraduados Campus Puebla. Correo electrónico: [email protected]

2 Profesor Investigador, Colegio de Postgraduados Campus Puebla. Correo electrónico: [email protected]

3 Profesor Investigador, Colegio de Postgraduados Campus Puebla. Correo electrónico: [email protected]

4 Profesor Investigador, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Correo electrónico: [email protected]

ELIZABET CARIÑO IBARRA l IGNACIO OCAMPO FLETESl ZENÓN GERARDO LÓPEZ TECPOYOTL l RICARDO PÉREZ AVILÉS

La construcción territorial de la seguridad alimentaria en comunidades de la mixteca poblana

30

las estrategias de vida de los grupos domésticos de 30 comunidades de tres municipios de la mixteca poblana participantes en el Proyecto Estratégico de Seguridad Alimentaria (PESA) entre 2008 y 2011.

Los resultados muestran que las familias han reconfigurado sus actividades económicas para el acceso y disponibilidad de alimentos, haciendo uso de las actividades agropecuarias y no agropecuarias a la par, las remesas y las transferencias gubernamentales. Se concluye que, ante condiciones precarias de producción agropecuaria, es fundamental la pluriactividad para mejorar la seguridad alimentaria. Mientras la dependencia a empleos precarios, remesas y transferencias gubernamentales, en combinación con deficientes actividades agropecuarias ubica a las unidades domésticas con medios de vida inestables y en situación de inseguridad alimentaria.

Introducción

La situación de crisis generalizada a nivel internacional, impacta en el grado de autonomía alimentaria nacional, la configuración del sistema alimentario y estado de las dimensiones de la seguridad alimentaria (disponibilidad y acceso a los alimentos, utilización y estabilidad), observándose a nivel del hogar en la disminución de ingresos y en el aumento de los niveles de inseguridad alimentaria (FAO, 2013). La seguridad alimentaria existe de acuerdo con lo declarado en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación (1996) cuando:

Todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos a fin de llevar una vida activa y sana.

En general, la dinámica impuesta desde la globalización busca “integrar al campesino como consumidor de alimentos baratos no producidos por él” (Appendini, et al., 2003: 66), disminuyendo su capacidad de autoproducción e incrementando su dependencia del mercado para adquirir alimentos.

En México, alrededor de la cuarta parte de la población (23.3%) tiene carencia por acceso a la alimentación. Mientras el estado de Puebla ocupa el sexto lugar en carencia por acceso a la alimentación con 30.1% de la población, rebasando el promedio a nivel nacional (Coneval, 2013a).

Entre los hogares rurales, una estrategia intensificada frente a las políticas neoliberales que restringen su sobrevivencia, es la diversificación de actividades e ingresos (Appendini y De Luca, 2006; De Grammont, 2009).

ELIZABET CARIÑO IBARRA l IGNACIO OCAMPO FLETESl ZENÓN GERARDO LÓPEZ TECPOYOTL l RICARDO PÉREZ AVILÉS

La construcción territorial de la seguridad alimentaria en comunidades de la mixteca poblana

31

El enfoque territorial considera que el territorio -espacio socialmente construido- se determina por las formas de producción, consumo e intercambio y en general su estructura económica, en base a los recursos con los que cuenta. Además, se supera la visión sectorial del desarrollo basado solo en la agricultura, para reconocer la importancia y complementariedad de los demás sectores económicos en el espacio local (Sepúlveda et al., 2003). Desde este punto de vista, los hombres y mujeres construyen territorio a través del desarrollo de actividades productivas, definiendo su capacidad para diversificar sus actividades, para reproducirse socialmente, y en este caso lograr su seguridad alimentaria.

El objetivo de este trabajo fue analizar la construcción de la seguridad alimentaria en la mixteca poblana, a través de las actividades económicas agropecuarias y no agropecuarias, que marcan la dinámica de autoproducir y comprar alimentos.

Para identificar y caracterizar las estrategias de vida para la seguridad alimentaria, nos basamos en los resultados de la encuesta y la observación directa. La encuesta se aplicó en octubre de 2012 a 80 jefes y jefas de familia de un total de 478 beneficiaros del Proyecto.

1. Características de la microrregión

El estudio se realizó en 30 comunidades de los municipios de San Pablo Anicano, Guadalupe Santa Ana y Acatlán de Osorio en el estado de Puebla, México (Figura 1). El conjunto de los tres municipios se denominó “Microrregión de Acatlán” para realizar acciones sobre seguridad alimentaria entre el 2008 y 2011, con la intervención del sector público a través del Proyecto Estratégico para la Seguridad Alimentaria (PESA) que contó con apoyo metodológico de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). La microrregión de Acatlán se encuentra localizada en el sur del estado de Puebla en los límites con el estado de Oaxaca. Las condiciones edafo-climáticas existentes como suelos degradados, escasez de agua, precipitación errática, temperaturas altas, pendiente accidentada, entre otros, dificultan la producción de alimentos vegetales y animales. Se ubica a una altitud entre 900 y 1,700 msnm, con rangos de precipitación de 600 a 900 mm al año con lluvias en verano. Los climas predominantes son los cálido subhúmedo con lluvias en verano y el semiseco muy cálido (Inegi, 2009a; Inegi, 2009b; Inegi, 2009c).

ELIZABET CARIÑO IBARRA l IGNACIO OCAMPO FLETESl ZENÓN GERARDO LÓPEZ TECPOYOTL l RICARDO PÉREZ AVILÉS

La construcción territorial de la seguridad alimentaria en comunidades de la mixteca poblana

32

Figura 1. Ubicación geográfica de los municipios Acatlán, San Pablo Anicano y Guadalupe en el Estado de Puebla

Fuente: Elaboración propia con base en información del Instituto Nacional de Geografía y Estadística, 2009a, 2009b y 2009c.

Los pobladores están asentados en pequeñas localidades dispersas. La ciudad de Acatlán de Osorio es considerada como el centro donde se realiza el comercio y se encuentran los servicios regionales. El 76.4% se encuentran en situación de pobreza, una cuarta parte en pobreza extrema y el resto en pobreza moderada. En relación a la inseguridad alimentaria, 30.1% presenta carencia social de acceso a la alimentación; es decir, muestra un grado de inseguridad alimentaria moderado o severo (Coneval, 2011).

La región cuenta con redes migratorias arraigadas hacia Estados Unidos y otras ciudades del país. Entre los factores restrictivos que han detonado la migración se encuentran: el deterioro de suelo y la falta de agua que provocan una producción agrícola deficitaria, y actividades de baja productividad (artesanía, recolección de productos silvestres, comercio en pequeña escala y trabajo asalariado mal pagado), precarias condiciones de vivienda, carencia de servicios públicos, déficit y baja calidad de servicios de salud y educación, bajos salarios, niveles de desarrollo y bienestar social (Ibarra, 2003).

Respecto a las actividades económicas, se distribuyen en los diferentes sectores económicos de la siguiente forma: en el sector primario se ocupa 35.3% de la población ocupada, en el secundario 19.7%, en comercio 14.7%, servicios 28.9% y no especificado 1.4% (Inegi, 2010).

ELIZABET CARIÑO IBARRA l IGNACIO OCAMPO FLETESl ZENÓN GERARDO LÓPEZ TECPOYOTL l RICARDO PÉREZ AVILÉS

La construcción territorial de la seguridad alimentaria en comunidades de la mixteca poblana

33

Por sus características el área de estudio, se ubica según la tipología de Schejtman y Berdegué (2004), como un territorio con economía deprimida y estancada, basada en agricultura de autoconsumo, trabajo asalariado, empleo no agrícola de refugio y creciente importancia de la emigración y remesas.

En este escenario, tanto la producción de autoconsumo como el empleo rural no agrícola de refugio -siendo precarios, mal pagados, de baja calidad y productividad- solo complementan el ingreso, pero no permiten superar la pobreza (Berdegué et al., 2000), lo que ubica a la microrregión con mayores restricciones para cubrir su seguridad alimentaria.

2. Estrategias económicas para el acceso y disponibilidad a los alimentos

El tamaño y estructura de la Unidades Domésticas (UD), revela una estrategia que eventualmente puede aumentar ingresos o modificar la relación entre necesidades y recursos (Cornia, 1987, citado en Salles y Tuirán, 1995). De ahí que las dinámicas demográficas impactan directamente en la organización de las actividades económicas, definiendo sus requerimientos alimenticios y capacidades para obtener alimentos. En la microrregión se ubican UD con ciclos de vida avanzados, tendientes a reducir el tamaño del núcleo familiar (integrado en promedio por 4.4 integrantes), que viven principalmente en familias nucleares (63.8%), y en menor proporción comparten la subsistencia como familias extensas (28.8%), y una pequeña parte viven solos (7.5%).

El promedio de edad del jefe o jefa de la UD es de 54.2 años, con una escolaridad promedio de 4.8 años; es decir, con educación primaria incompleta, no obstante 13 de los jefes y las jefas no cursaron ningún grado escolar. En el 80% de las UD el hombre es el jefe, mientras en el 20% son mujeres las responsables del hogar.

La disponibilidad y el acceso económico a los alimentos, se sustenta en la pluriactividad laboral al interior de las UD, que tiene como base la actividad campesina. Mientras al exterior hay una fuerte tradición migratoria a Estados Unidos (en menor medida con la salida a ciudades como Puebla y México) que dinamiza la economía en la microrregión con ingresos monetarios.

Como se observa en el Cuadro 1, las actividades agropecuarias aún son preponderantes en la ocupación familiar. Además de evidenciar que la pluriactividad no es extendida y está poco diversificada al enfocarse a las actividades no agrícolas en la satisfacción de servicios y comercio de las comunidades.

ELIZABET CARIÑO IBARRA l IGNACIO OCAMPO FLETESl ZENÓN GERARDO LÓPEZ TECPOYOTL l RICARDO PÉREZ AVILÉS

La construcción territorial de la seguridad alimentaria en comunidades de la mixteca poblana

34

Cuadro 1. Actividades económicas en los hogares de la microrregión de Acatlán de Osorio

Actividad Frecuencia* %No tiene actividad 1 3%Agricultura 65 81%Ganadería extensiva (chivos, vacas, borregos) 52 65%Jornalero 14 18%Comercio propio y autoempleo en oficios 23 29%Empleos asalariados en servicios locales y regionales 19 24%

Construcción 12 15%Otros (magisterio, mina) 3 4%

*Cada UD pueden desempeñar más de una actividad.n=80 Total de jefas o jefes de familia entrevistados.

Fuente: Elaboración propia con base en información de campo, octubre 2012.

La construcción territorial de la seguridad alimentaria, se sustenta en los capitales disponibles, buscando maximizar el uso de los recursos: fuerza de trabajo, tierra y recursos económicos. A continuación se presentan los tipos de UD, de acuerdo a sus actividades económicas:5

1. Agropecuaria propia-jornaleo. Es ejercida por 35% de las UD, donde su eje es la actividad agrícola-ganadera, entendida como un sistema del que obtienen ingresos y alimentos.

2. Actividades agropecuarias-empleo asalariado no agrícola. 29% de los grupos domésticos conservan a la par agricultura-ganadería-empleo local y/o regional, se enumeran actividades de ocupación eventual como la albañilería y ocupación en sector de servicios locales; sector salud, servicio doméstico y servicio público. Fuera de las comunidades se emplean como secretarias, servicios de transporte y en ventas. Excepcionalmente tienen un negocio por cuenta propia o se emplean como jornaleros.

3. Actividades agropecuarias y cuenta propia. 18% de las UD, se enfocan en la producción maicera (en menor medida la combinan con ganadería y jornal) y obtienen mediante el autoempleo ingresos bajos, recurrentes y flexibles, ocupándose en pequeñas misceláneas, papelerías, panadería

5 Se tomó como referencia la división realizada por Appendini y De Luca (2006).

ELIZABET CARIÑO IBARRA l IGNACIO OCAMPO FLETESl ZENÓN GERARDO LÓPEZ TECPOYOTL l RICARDO PÉREZ AVILÉS

La construcción territorial de la seguridad alimentaria en comunidades de la mixteca poblana

35

y venta de alimentos, o en oficios de electricidad, plomería, herrero y estética. Otras actividades aisladas son la elaboración de productos para su venta fuera de la comunidad como piñatas y elaboran bolsas para el mandado.

4. Actividad ganadera combinada: 8% conservan la actividad ganadera y la combinan con actividades de cuenta propia y/o empleos asalariados no agrícolas, y/o jornal. En hogares sin integrantes en condiciones de laborar ya sea por edad avanzada o por enfermedad, se da el caso que sólo cuentan con ganado para autoconsumo, dependen de remesas y programas de gobierno.

5. Actividades no agropecuarias. 10% de las UD sólo se emplean en actividad por cuenta propia y empleos que permiten un ingreso constante, excepcionalmente lo combinan con el empleo temporal de jornal o albañilería.

6. Sin ningún tipo de actividad. Solo se ubicó un caso (1%), donde personas de edad avanzada viven solos y se mantienen de apoyos familiares y de transferencias gubernamentales.

Los 6 tipos de UD confirman, que el costo-beneficio de las actividades así como las aportaciones a la reproducción sociocultural son valorados en el conjunto de las actividades, no de manera individual, tal como lo señala Bartra (2006). Las estrategias de vida desarrolladas en la microrregión de estudio indican que los hogares buscan cubrir a la par el acceso económico y la disponibilidad de alimentos.

Existe una ocupación diferencial en actividades, de acuerdo al sexo, edad y escolaridad. Los jefes de familia, generalmente son los encargados de la tierra y no se integran permanentemente en empleos fijos. Son las mujeres y los hombres jóvenes y adultos, los que se emplean en actividades no agrícolas impulsando dinámicas territoriales de reorganización de la fuerza de trabajo. En los últimos años, los asalariados son los que han abonado en el acceso económico de alimentos.

Las configuraciones ocupacionales microregionales, la integración de ingreso con remesas, transferencias gubernamentales e ingresos adicionales, han llevado a la monetarización de la economía, donde los hábitos de consumo y compra de alimentos adquieren nuevas dimensiones.

En la conformación de ingresos de la UD, las actividades agrícolas y en especial las no agrícolas aportan aproximadamente la mitad de los ingresos

ELIZABET CARIÑO IBARRA l IGNACIO OCAMPO FLETESl ZENÓN GERARDO LÓPEZ TECPOYOTL l RICARDO PÉREZ AVILÉS

La construcción territorial de la seguridad alimentaria en comunidades de la mixteca poblana

36

monetarios, la otra parte proviene casi a la par de las remesas y las transferencias gubernamentales y una mínima parte de ingresos adicionales. Por lo que las UD dependen fuertemente de ingresos externos.

Dadas las características productivas limitadas, la compra de alimentos es fuente importante de abastecimiento de frutas, verduras, carne y enseres en general. El ingreso promedio mensual aproximado es de $3,447.00 por UD, que integra ingresos por actividades económicas, remesas, transferencias gubernamentales e ingresos adicionales. Sin embargo, esta disponibilidad de ingresos es irregular a lo largo del año.

Cabe resaltar que los ingresos son variables de acuerdo al tipo de UD, como se muestra en el Cuadro 2, obtienen mayores ingresos aquellos hogares que desempeñan a la par actividades agrícolas y no agrícolas.

Cuadro 2. Ingresos y gastos mensuales en alimentos de los tipos de Unidades Domésticas de la microrregión de Acatlán de Osorio

Tipo de UDTotal

de UD

Promedio de ingreso mensual

($)

Promedio de gastos

en alimentos

mensual ($)

% de gasto en alimentos

respecto a ingreso mensual

1. Agropecuaria propia-jornaleo 28 2448 906 43%

2. Actividades agropecuarias-empleo asalariado no agrícola

23 4846 1174 28%

3. Actividades agropecuarias y cuenta propia

14 3637 1171 45%

4. Actividad ganadera combinada 6 2950 875 33%

5. Actividades no agropecuarias 8 3214 1135 43%

6. Sin ningún tipo de actividad. 1 1400 400 29%

n=80 Total de jefas o jefes de familia entrevistados.Fuente: Elaboración propia con información de campo, octubre 2012.

ELIZABET CARIÑO IBARRA l IGNACIO OCAMPO FLETESl ZENÓN GERARDO LÓPEZ TECPOYOTL l RICARDO PÉREZ AVILÉS

La construcción territorial de la seguridad alimentaria en comunidades de la mixteca poblana

37

El gasto en alimentos de la misma forma varía entre los tipos de UD y está relacionado con el número de integrantes, su capacidad adquisitiva y la priorización de uso del dinero, es observable en el cuadro 2, quienes cuentan con mayores ingresos, gastan más en la compra de alimentos. Se gasta en promedio $1,043.80 mensuales (30.3% respecto al total de ingresos) para comprar alimentos, cantidad insuficiente tomando en cuenta que el valor mensual per cápita de la canasta alimentaria rural se estima en $820.336 (el valor tiene como referencia la fecha del levantamiento de los cuestionarios y se realizó el cálculo en Coneval, 2014) y las UD cuentan con 4.4 integrantes en promedio. Por lo que el dinero empleado para la alimentación, equivale solo al 28.9% de lo que se requiere en la microrregión, para alimentar a todos los integrantes de la UD.

En un estudio, Ramírez (2008: 58) señala las ventajas de la pluriactividad, ya que las actividades agrícolas, pecuarias y extrafinca son integrales e interdependientes, al incrementarse el ingreso de un tipo, se incrementa el resto. En nuestro caso, aquellas UD que mantienen mayor número de actividades agrícolas y no agrícolas a la par se encuentran en mejor posición para enfrentar la temporalidad, acceso y disponibilidad de los alimentos.

3. Estrategias productivas para la disponibilidad y acceso a los alimentos

La autoproducción es de importancia entre la población mixteca, es decir, la obtención de cantidades suficientes y variedad de alimentos. Además, la producción agropecuaria contribuye a la dimensión del acceso económico, con la obtención de algunos ingresos monetarios que se pueden utilizar para adquirir los alimentos necesarios. El acceso a los alimentos se basa en tres estrategias de la UD.

3.1. Producción de granos básicos y agricultura de riego

Desde el punto de vista territorial, la agricultura desempeña un papel importante tanto económico, ambiental y cultural, contribuyendo a la producción y consumo de alimentos de calidad. La producción de granos básicos se conserva en la mayoría de hogares, 65 de las 80 UD entrevistadas. El acceso a la

6 El valor tiene como referencia las fechas del levantamiento de los cuestionarios y se calculó con base en Coneval, 2014.

ELIZABET CARIÑO IBARRA l IGNACIO OCAMPO FLETESl ZENÓN GERARDO LÓPEZ TECPOYOTL l RICARDO PÉREZ AVILÉS

La construcción territorial de la seguridad alimentaria en comunidades de la mixteca poblana

38

tierra es restringido, las UD que siembran en parcela suman 165.8 hectáreas entre propiedad privada (52%), ejidal (43%) y comunal (5%). Cultivan en promedio 2.6 ha por UD. La reducción de hectáreas sembradas en la zona, ha sido descrita por Nava y Marroni (2003: 661 y 662), que señalan que por la escasez de mano de obra hay una disminución, suspensión o abandono de la actividad agropecuaria.

El 12% de la superficie que se siembra en la microrregión se hace mediante tratos agrarios cómo: “a medias”, “renta” y “préstamo”. A decir de diversos autores los tratos agrarios en la región se intensifican por la falta de mano de obra y debido a que los migrantes dejan la tierra (López, 2001; Nava y Marroni, 2003). Con estos arreglos locales se maximiza el uso de la tierra y la producción de alimentos, evidenciando la importancia de la agricultura, más allá de la rentabilidad económica.

El maíz, es el alimento básico, y es asociado con frijol y/o calabaza, produciendo para autoconsumo y en poca cantidad se destina para la venta ante la presencia de excedentes o como estrategia para disponer de recursos económicos en épocas de mayor gasto de las familias: venden maíz cuando existe excedente y hay necesidad económica, y comprar el grano cuando se necesita y se dispone de dinero.

Los rendimientos del maíz son bajos, en promedio 393.4 kg/ha, con producciones variables entre 50 kg hasta las 2.0 t/ha, de ahí que se dispone del grano desde uno hasta 12 meses. En promedio alcanza para cubrir las necesidades alimenticias para ocho meses.

De los entrevistados, 65% acceden en promedio a 95 kg de frijol, que consumen alrededor de nueve meses. Otro cultivo de importancia es la calabaza, de la que se aprovecha principalmente la semilla y la pulpa es alimento para el ganado.

Para la seguridad alimentaria, la autoproducción de maíz y frijol representa cubrir preferencias culturales, al obtener mejor calidad de alimentos (sabor, cocción, etc.), son alimentos seguros adaptados a las condiciones locales, se aprovecha la tierra, es complemento alimenticio para el ganado y asegura el consumo de granos básicos ante cambios en los ingresos monetarios (Appendini y De Luca, 2006: 28 y 29). Los granos básicos autoproducidos, funcionan como apoyo alimentario. Los hijos dan parte de esta producción a sus padres porque éstos últimos no siembran o no cuentan con suficiente producción.

La obtención de ingresos agrícolas es limitada. El cacahuate cultivado en extensiones de alrededor de una hectárea, provee a 18 UD, algunos ingresos

ELIZABET CARIÑO IBARRA l IGNACIO OCAMPO FLETESl ZENÓN GERARDO LÓPEZ TECPOYOTL l RICARDO PÉREZ AVILÉS

La construcción territorial de la seguridad alimentaria en comunidades de la mixteca poblana

39

y alimento, no obstante su producción ha ido en detrimento en toda la región. Los cultivos de riego son un medio de obtención de ingresos para 4 UD a través de la venta de calabacita, elotes y flor de cempasúchil para la temporada de muertos.

Las características productivas de la microrregión estudiada, dificultan el logro de la seguridad alimentaria. A decir de Torres (2014: 85) este tipo de regiones deficitarias, sin vocación productiva y baja producción, serán más dependientes de la oferta externa para satisfacer sus propias demandas alimentarias, haciéndolas más vulnerables si no cuentan con diversificación económica regional.

3.2. Siembra en traspatio

El 85% de las UD produce cultivos en traspatio, a través de huerto tradicional y/o el introducido por el PESA, con una mínima presencia la siembra en macetas. La producción en traspatio cubre una necesidad cultural, “comer productos criollos”, complementa la alimentación y disminuye algunos gastos (funciona como ahorro familiar), disponibilidad de alimentos diversos y frescos, y fuente de conservación de especies locales teniendo como base el trabajo femenino.

Las especies de frutales de temporal más relevantes en orden de importancia son: naranja, limón, papaya, ciruela, mandarina, maracuyá. El total de especies registradas fue de 23, que muestra la diversidad en ambientes semiáridos.

Tanto en el huerto introducido como en el tradicional se identificaron 25 cultivos comestibles diferentes. Los huertos tradicionales, se caracterizan por concentrar sus cultivos en base a la siguiente estructura: 1) cultivos propios de la región, que no demandan gran atención por parte de las familias, pero que se obtienen de manera temporal como: cuatomate, huaje o guaje, combinando en temporada de lluvias con frailes y pápalos; a su vez los chiles de diferentes variedades como chiltepín que persisten a lo largo del año; 2) hortalizas básicas para la preparación de platillos: como son calabacita, rábano, jitomate, tomate de cáscara, ejote y cilantro, que se siembran con mayor intensidad en temporada de lluvias y, 3) granos básicos, principalmente maíz y frijol que se vinculan con los tiempos de la siembra en la parcela.

En base a las características del traspatio es posible hacerse de algunos alimentos a lo largo del año, pues la estructura de cultivos utilizada no demanda demasiada cantidad de agua al conservar solo algunas especies todo el año. Otras se sincronizan con la temporada de lluvias, siendo la época de mayor

ELIZABET CARIÑO IBARRA l IGNACIO OCAMPO FLETESl ZENÓN GERARDO LÓPEZ TECPOYOTL l RICARDO PÉREZ AVILÉS

La construcción territorial de la seguridad alimentaria en comunidades de la mixteca poblana

40

producción en el traspatio. Adicionalmente se obtienen plantas ornamentales y aromáticas utilizadas como medicina, para condimentar alimentos o preparar bebidas, tales como: epazote, hierba buena, hierba santa, orégano y té limón.

Solo en un caso se encontró agricultura protegida, infraestructura que fue gestionada a través del PESA, además de contar con dos invernaderos. Este tipo de producción es favorecida por el acceso al agua de pozo, lo que ha permitido a la UD producir más hortalizas para su alimentación y venta.

3.3. Ganadería extensiva y de traspatio

La producción de animales es otra fuente de alimentos e ingresos. En promedio las UD crían 11.6 gallinas, 9.5 chivos, 2.7 guajolotes, 1.3 cerdos, 1.2 bovinos y en mucho menor medida cuentan con borregos, asnos, caballos y mulas, estos últimos utilizados como animales de carga y de trabajo.

Estas especies mantienen diferentes propósitos; las de mayor importancia en la alimentación familiar son las gallinas que se utilizan principalmente para el consumo de carne y huevo; en segundo lugar, para venta eventual de aves en pie, aportando productos de origen animal a nivel doméstico y comunitario. El 90% tiene acceso a carne de ave, consumiendo en promedio 1.3 aves por mes y venden 1.8 al año, mientras que solo 61% del total de las UD tienen acceso a huevo, obteniendo en promedio 4.1kg. 46% tienen guajolotes, venden al año 1.7 y consumen solo 2.9.

36% de las UD cuentan con cerdos, consumen 0.6 y venden 4.0 animales anualmente. El caso de la localidad de Tecomate, sobresale por la cría de cerdos y su venta continua para cría. En la microrregión, es relevante la presencia de ganado caprino, 58% de las UD los crían principalmente para venta y en promedio venden anualmente 6 chivos, además el consumo familiar es de 1.2 chivos en promedio al año.

23% de las UD tiene ganado bovino, alcanzan en promedio la venta de 0.8 animales al año. Las especies bovinas se crían junto con los caprinos y representan un solo sistema de producción mixto. Otras UD que también cuentan con bovinos, lo dedican exclusivamente como yunta.

La actividad pecuaria está fuertemente relacionada con la actividad agrícola; quienes cuentan con caprinos practican en su mayoría la agricultura, esta última es utilizada como un medio complementario para la alimentación de los animales. Ante el envejecimiento de la población, algunas UD desarrollan

ELIZABET CARIÑO IBARRA l IGNACIO OCAMPO FLETESl ZENÓN GERARDO LÓPEZ TECPOYOTL l RICARDO PÉREZ AVILÉS

La construcción territorial de la seguridad alimentaria en comunidades de la mixteca poblana

41

únicamente la agricultura sin la presencia de ganado. En coincidencia, Nava y Marroni (2003), señalan que por falta de mano obra, se disminuye o abandona el pastoreo extensivo y en menor medida la producción de traspatio en las localidades mixtecas.

En las UD la actividad pecuaria extensiva, en especial la cría de caprinos y su eventual combinación con bovinos, es valorada económica y culturalmente, por lo siguiente: a) provee regularmente alimentos para celebraciones, es una forma de ahorro para casos de emergencia, y es fuente continua de ingresos para un sector. El 39% del total de las UD consume su carne, mientras que el 56% obtiene ingresos por su venta, presentan usos combinados en una misma UD, b) es considerada de bajo riesgo, ya que están adaptados a las condiciones agrestes de la región, c) tiene gran arraigo en la región por la experiencia y conocimientos locales para su crianza, d) es fuente de ocupación para hombres y mujeres de todas las edades a lo largo del año y, e) su crianza exige bajos costos monetarios por el uso de recursos locales.

4. Remesas y transferencias gubernamentales

La migración es una respuesta ante la situación de empobrecimiento general; durante largo tiempo se ha desarrollado en la región, sin que se haya superado esta situación. Esta actividad es un activo de peso que abona a la reproducción familiar y al incremento de capital financiero de los hogares, tanto para aquellos que reciben envíos regulares o como apoyo eventual (en especial para familiares en edad avanzada).

La obtención de remesas atraviesa los cinco tipos de UD, señaladas en el apartado anterior. El capital social construido a partir de la migración, principalmente internacional y hacia las ciudades como Puebla y el Distrito Federal, ha sido efectivo para la salida de pobladores. De acuerdo a los resultados, 74% obtiene ingresos vía remesas, que en promedio reciben $1,832.00 mensuales. Estudios sobre uso de remesas en otros lugares, indican que tienen como primer objetivo cubrir la alimentación, con lo que se incrementa el consumo y diversidad de los alimentos, ubicándose en segundo plano otros propósitos como la construcción de vivienda, educación y un mínimo uso para la producción agropecuaria (Rosas, 2010; Nava y Marroni, 2003).

Los ciclos de estancia en Estados Unidos han aumentado. Quienes ya se fueron buscan permanecer mayor tiempo debido a que su situación de ilegalidad dificulta su movilidad de un país a otro.

ELIZABET CARIÑO IBARRA l IGNACIO OCAMPO FLETESl ZENÓN GERARDO LÓPEZ TECPOYOTL l RICARDO PÉREZ AVILÉS

La construcción territorial de la seguridad alimentaria en comunidades de la mixteca poblana

42

75% de las UD recibe ingresos de programas gubernamentales, estimados en $888.00 al mes. Son de mayor relevancia los programas de educación, salud y alimentación, ya que 46 (58%) UD reciben Oportunidades (en la actualidad se conoce como Prospera) y 15 (19%) grupos domésticos 65 y más. 23 (29%) cuentan con Procampo (apoyo a la producción agrícola) y dos (3%) cuentan con sostén de otros programas. Los programas sociales de impacto en la alimentación, no reducen la brecha de pobreza, pero es un capital que amortigua los gastos familiares.

Conclusiones

Las transformaciones en las estrategias de vida en territorio mixteco, apuntan hacia el complejo uso de sus activos disponibles, el binomio elemental sigue siendo la agricultura y actividades pecuarias de traspatio y extensivas, sumándose actividades de autoempleo y asalariadas. Las remesas de los migrantes y las transferencias de programas públicos han solventado la falta de recursos económicos para el acceso a los alimentos.

Las actividades campesinas cumplen funciones de producción y consumo para los hogares. En el caso de la agricultura, se valora el autoabastecimiento de granos básicos en buena parte del año, siendo la principal fuente de disponibilidad de alimentos seguros. Permite la cría de animales en traspatio y son básicos en las preferencias culturales de alimentos. La producción maicera es relevante en los distintos tipos de hogares, aún en los que tienen mayores posibilidades de ingresos. Respecto a las perspectivas de futuro de las actividades agrícolas no se vislumbra su desaparición, pero si la disminución.

Las actividades en traspatio tienen objetivos compartidos respecto a la seguridad alimentaria, pues aportan alimentos diversificados y generan ingresos. Es de relevancia la actividad pecuaria en traspatio que permite el acceso regular a los alimentos y se obtienen ingresos con la venta de aves y cerdos. Estas funciones son de gran importancia para el sector más empobrecido.

La cría de ganado caprino en sistema extensivo se ve favorecido por las condiciones de la región; ha disminuido, pero conserva funciones importantes en la generación de ingresos, ocupación familiar y como ahorro para que en situaciones de emergencia su consumo de alimentos no sea afectado. Además, permanece la actividad a lo largo del año y es de mayor rentabilidad.

Con la implementación de huertos y gallineros el PESA no contribuyó de manera relevante a las estrategias económicas desarrolladas por los hogares y en particular a la seguridad alimentaria.

ELIZABET CARIÑO IBARRA l IGNACIO OCAMPO FLETESl ZENÓN GERARDO LÓPEZ TECPOYOTL l RICARDO PÉREZ AVILÉS

La construcción territorial de la seguridad alimentaria en comunidades de la mixteca poblana

43

En los últimos años la pluriactividad no agrícola tanto al interior como al exterior de la microrregión es la estrategia creciente de las familias para cubrir sus necesidades monetarias para el acceso a alimentos. La pluriactividad, como estrategia global, aunque con sus limitantes (inestabilidad, temporalidad, baja productividad y bajos salarios) mantiene sus condiciones de existencia y disminuye la situación de vulnerabilidad y riesgo de las familias campesinas para obtener alimentos; sin embargo, no las alejan de su situación de pobreza.

Factores que apuntan hacía el agravamiento de su situación de inseguridad alimentaria en disponibilidad y acceso a los alimentos, es el gasto en compra de alimentos por debajo de lo necesario y la creciente importancia de la compra de alimentos, el deterioro de recursos naturales, la disminución en la siembra de granos básicos y los bajos rendimientos, la disminución en el tamaño de hatos de ganado, la dependencia a ingresos externos (remesas y subsidios) y actividades inestables.

El encarecimiento y fluctuaciones en los precios de alimentos, hace voltear hacia el sector campesino, particularmente, en regiones como la mixteca, donde han demostrado su interés y conservación de la producción alimentaria. Sin olvidar otros sectores económicos que pudieran impulsar mejores empleos. Además, que la producción campesina, hábitos y formas de consumo, y problemáticas para la compra de alimentos en la mixteca poblana demanda acciones específicas de fortalecimiento de la seguridad alimentaria local.

Bibliografía

Appendini, K., García B. R. y De la Tejera, B., (2003), “Seguridad alimentaria y ‘calidad’ de los alimentos: ¿una estrategia campesina?”, Revista Europea de Estudios Latinoamericanos y del Caribe, núm. 75, octubre, pp.65-83.

Appendini K. y De Luca, M., (2006), Estrategias rurales en el nuevo contexto agrícola mexicano, Roma, FAO.

Bartra, A., (2006), El capital en su laberinto, De la renta de la tierra a la renta de la vida, México, Editorial Itaca.

De Grammont, C. H., (2009), “La nueva estructura ocupacional en los hogares rurales mexicanos: de la Unidad Económica Campesina a la Unidad Familiar Pluriactiva” en De Grammont, H.C. y L. Martínez (comp.) La pluriactividad en el campo latinoamericano, Ecuador, FLACSO Sede Ecuador, pp. 273-307.

ELIZABET CARIÑO IBARRA l IGNACIO OCAMPO FLETESl ZENÓN GERARDO LÓPEZ TECPOYOTL l RICARDO PÉREZ AVILÉS

La construcción territorial de la seguridad alimentaria en comunidades de la mixteca poblana

44

FAO, (2013), Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional en México 2012, México, FAO.

Ibarra, M., (2003), “Una perspectiva desde las unidades domésticas transnacionales. El caso Zapotitlán de Salinas, puebla” ponencia presentada en el Primer coloquio internacional Migración y Desarrollo: Trasnacionalismo y nuevas perspectivas de integración, 23-25 de octubre, Zacatecas.

López, A., (2001), “Tenencia de la tierra y migración: el retorno y la pertenencia”, El Cotidiano, Vol. 18, Núm., 108, julio-agosto, pp. 31-37.

Nava, M. E. y Marroni, M. G., (2003), “El impacto de la migración en la actividad agropecuaria de Petlalcingo, Puebla”. Agrociencia, Vol. 37, Núm. 6, noviembre-diciembre, pp. 657-664.

Ramírez, J., (2008), “Ruralidad y estrategias de reproducción campesina en el valle de Puebla”, Cuadernos De Desarrollo Rural, Vol.5, Núm. 60, pp. 37-60.

Rosas V., R. (2010) “El impacto de las remesas en las familias de Hueyotlipan, Tlaxcala” en De la Torre, L. A. (coord.) Mujer y migración: Los costos emocionales, México, Universidad Autónoma Metropolitana, Universidad Autónoma de Nuevo León, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, pp. 243-255.

Salles, V. y R. Tuirán, (1995), “Familia, género y pobreza”, El Cotidiano, (68), Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco, México.

Schejtman, A., y J. Berdegué, (2004), Desarrollo territorial rural, Chile, Rimisp.

Sepúlveda, S., A. Rodríguez, R. Echeverri, y M. Portilla, (2003), El enfoque territorial del desarrollo rural, San José, Costa Rica, IICA.

Torres, T. F., (2014), Seguridad Alimentaria: Una explicación sobre prevalencia de los desequilibrios en México. Estudios Agrarios, 20 (57) Procuraduría Agraria. 71-98.

Referencias de Internet

Berdegué, J., Reardon T. y G. Escobar, (2000), “Empleo e Ingreso Rurales No Agrícolas en América Latina y el Caribe” Documento presentado a la conferencia “Development of the Rural Economy and Poverty Reduction in Latin America and the Caribbean,” New Orleans, Louisiana, March 24, 2000, Inter-American Development Bank

ELIZABET CARIÑO IBARRA l IGNACIO OCAMPO FLETESl ZENÓN GERARDO LÓPEZ TECPOYOTL l RICARDO PÉREZ AVILÉS

La construcción territorial de la seguridad alimentaria en comunidades de la mixteca poblana

45

(IDB), disponible en: http://siteresources.worldbank.org/DEC/Resources/empleoEIngresoRuralesNoAgricolas.pdf, (Accesado el día 1 de abril de 2015).

Coneval, (2011), “Medición de pobreza en los municipios de México 2010”, disponible en: http://www.coneval.gob.mx/Medicion/Paginas/Medición/Medicion-de-la-pobreza-municipal-2010.asp (Accesado el día 1 de abril de 2014).

Coneval, (2013), “Comunicado de prensa No.003”, disponible en: http://www.coneval.gob.mx/Informes/Coordinacion/Pobreza_2012/Comunicado_prensa_003_Medicion_2012.pdf, (Accesado el día1 de abril de 2014).

Coneval, (2014), “Contenido y valor de la canasta alimentaria y no alimentaria”, disponible en: http://www.coneval.gob.mx/Medicion/Paginas/Lineas-de-bienestar-y-canasta-basica.aspx (Accesado el día 1 de abril de 2014).

Cumbre Mundial sobre la Alimentación, (1996), “Plan de Acción de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación”, Roma, disponible en: ww.fao.org/WFS/index_es.htm (Accesado el día 5 octubre de 2013).

INEGI, (2009a), “Prontuario de información geográfica municipal de los Estados Unidos Mexicanos, Acatlán, Puebla”, disponible en:http://www3.inegi.org.mx/sistemas/mexicocifras/datos-geograficos/21/21003.pdf. (Accesado el día 5 de octubre de 2014).

INEGI, (2009b), “Prontuario de información geográfica municipal de los Unidos Mexicanos, Guadalupe, Puebla”, disponible en: www3.inegi.org.mx/sistemas/mexicocifras/datos-geograficos/21/21066.pdf. (Accesado el día 5 de octubre de 2014).

INEGI, (2009c), “Prontuario de información geográfica municipal de los Estados Unidos Mexicanos, San Pablo Anicano, Puebla”, disponible en:<http://www3.inegi.org.mx/sistemas/mexicocifras/datos-geograficos/21/21139.pdf>. (Accesado el día 5 de octubre de 2014).

INEGI, (2010), “XII Censo de Población y Vivienda”, disponible en: http://www.inegi.org.mx/est/contenidos/proyectos/ccpv/cpv2010/Default.aspx, (Accesado el día 28 de enero de 2014).

47

Estrategias para garantizar la seguridad alimentaria en la región Altos de Chiapas

María Guadalupe Ocampo Guzmán1

Salomón Juan Urbina López2

A

Resumen

La crisis alimentaria del 2008 provocó un acelerado incremento de precios de los alimentos básicos afectando de manera importante a la población de menores ingresos y generando un descontento generalizado. El problema se torna mucho más complejo si consideramos que la producción nacional de alimentos ha disminuido, se han incrementado las importaciones, la generación de empleos se ha estancado, el incremento de precios de los alimentos ha sido mucho más acelerado que el incremento en el salario mínimo, y la pobreza ha aumentado de tal forma que la mayor parte de la población mexicana vive con salarios por debajo del mínimo, situación que complica la producción y el acceso a los alimentos.

Ante esta situación, los pequeños productores de las comunidades de la región Altos del estado de Chiapas han conformado diferentes grupos de trabajo con el propósito de establecer estrategias que les permitan por un lado

1 Profesora de Tiempo Completo de la Universidad Autónoma de Chiapas y estudiante del Doctorado en Ciencias Sociales del Colegio de Michoacán A.C. Correo electrónico: [email protected]

2 Maestro en Desarrollo Local y estudiante del Doctorado en Estudios Regionales de la Universidad Autónoma de Chiapas. Correo electrónico: [email protected]

MARÍA GUADALUPE OCAMPO GUZMÁN l SALOMÓN JUAN URBINA LÓPEZ

Estrategias para garantizar la seguridad alimentaria en la región Altos de Chiapas48

la producción de alimentos y por otra parte tener acceso a aquellos que no se producen en las unidades productivas, aprovechando los conocimientos y recursos de cada territorio para garantizar la seguridad alimentaria.

Por ello, el objetivo de este documento es explicar las estrategias más significativas de producción y acceso a los alimentos que está realizando la población de las comunidades de la región Altos del estado de Chiapas, así como la interacción de los actores que intervienen en dicho proceso.

Introducción

La crisis económica que surgió a principios de 2008 en los Estados Unidos, trajo consigo diferentes crisis como la energética, la financiera y la alimentaria, entre otras. Estas crisis se manifestaron de diferentes formas, pero en general provocaron un desajuste generalizado en la población.

Por ejemplo, la crisis alimentaria afectó, principalmente, a la población de menores ingresos económicos, quienes carecen de los recursos o medios para satisfacer las necesidades básicas de vida de forma regular. A su vez, la crisis financiera generó desempleo, convirtiéndose en una limitante más para poder acceder a una alimentación adecuada.

Para el caso mexicano, las reformas estructurales y las políticas de liberalización de la economía, transformaron drásticamente la estructura y las condiciones de producción del sector agropecuario. Puso en competencia a los pequeños productores nacionales con los productores de otros países, quienes cuentan con importantes subsidios que les permiten introducir a los mercados internacionales productos por debajo de los costos de producción de los productores nacionales. Y redujeron la capacidad interna de producción de alimentos de consumo básico e incrementaron la importación de alimentos y, con ello, la dependencia alimentaria.

Lo anterior, ha significado un evidente deterioro de las condiciones de producción y de vida del sector de pequeños productores agropecuarios, quienes actualmente viven en situación de pobreza, con serias dificultades para producir y adquirir alimentos y otros satisfactores esenciales para vivir. Por ello, en este documento se exponen algunos elementos de la crisis alimentaria que ha vulnerado la seguridad alimentaria de los pequeños productores de las comunidades de la región Altos de Chiapas, quienes realizan diferentes estrategias para impulsar la producción local de alimentos y generar condiciones para adquirir aquellos que no se producen en la región.

MARÍA GUADALUPE OCAMPO GUZMÁN l SALOMÓN JUAN URBINA LÓPEZ

Estrategias para garantizar la seguridad alimentaria en la región Altos de Chiapas49

1. Aspectos de la seguridad alimentaria

La seguridad alimentaria adquirió presencia a nivel mundial en la década de los setenta como consecuencia del alza pronunciada de los precios de trigo y el maíz y de problemas de oferta, principalmente de cereales, por las malas condiciones meteorológicas y las perturbaciones en el precio del petróleo crudo que ocurrieron en esa década. Sin embargo, el tema de la seguridad alimentaria se ubicó en la agenda política internacional y nacional a partir de la crisis de los precios de los alimentos que comenzó a presentarse a finales de 2007 y 2008, por cuestiones relativas al incremento de la demanda y especulación. Se reconoció que el acceso a la alimentación es uno de los principales problemas que enfrenta la población mundial (Sagarpa, et al., 2012:XIV; FAO, 2009 y Torres, 2014:71).

La seguridad alimentaria se define como la disponibilidad segura del abasto de alimentos suficientes para satisfacer las necesidades de consumo de la población en todo momento. Se considera que existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos a fin de llevar una vida activa y sana (FAO, 1996).

El concepto de seguridad alimentaria propuesto por la FAO, “ha resultado un punto de referencia en el debate y en la elaboración y aplicación de políticas agroalimentarias por parte de los gobiernos nacionales” (González, 2007:10). Hace referencia a cubrir las necesidades alimenticias de las naciones con problemas en los sistemas agroalimentarios para la producción y abastecimiento de alimentos para la población. Se trata de garantizar el derecho de acceso a los alimentos de toda la población sin importar el origen geográfico de los mismos, con ello se justifica la importación de alimentos para cubrir los faltantes en los países deficitarios, eliminando de esta manera los vínculos entre producción local-consumo, desarrollo rural y autosuficiencia alimentaria (Hernández, et al., 2012:186).

Así, ante la crisis alimentaria que ha puesto de manifiesto las deficiencias del sistema agroalimentario actual, se ha comenzado a reconocer que una de las mejores formas para tener cubiertas las necesidades alimentarias es impulsando la producción local a menor escala. De esta forma varios organismos internacionales como la FAO, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), han ido cambiando su posicionamiento para reactivar

MARÍA GUADALUPE OCAMPO GUZMÁN l SALOMÓN JUAN URBINA LÓPEZ

Estrategias para garantizar la seguridad alimentaria en la región Altos de Chiapas50

la producción local y con ello garantizar a mediano plazo que cada país sea capaz de tener la suficiente cantidad de alimentos que la población demanda (Rubio, 2012:37-38). Ello implica que la seguridad alimentaria no sólo debe garantizar el acceso a los alimentos sino también garantizar la producción nacional y local de alimentos.

Sin embargo, la seguridad alimentaria en México sigue teniendo como propósito primordial atender el acceso a los alimentos a través del “abasto oportuno, suficiente e incluyente de alimentos a la población” (Cámara de Diputados, 2012:3). Es decir, “México se abastece de alimentos baratos para satisfacer la demanda de una población pobre, en cantidad suficiente y a precios relativamente bajos…” (Appendini, et al., 2012:73). Alimentos que provienen principalmente de las importaciones. De ahí que el Estado ha generado mecanismos para suministrar alimentos sobre todo a la población más pobre del país a través de programas sociales de corte asistencialista, pero no ha establecido una estrategia nacional que impulse la producción de alimentos básicos agrícolas que coadyuve a la seguridad alimentaria.

2. Rasgos del modelo agrícola actual

En México, la década de los ochenta marcó la ruptura con respecto a la estrategia de productividad del campo bajo un modelo de desarrollo económico sustentado en la protección del mercado interno, y dio paso al modelo de economía abierta que implicó un intenso proceso de desregularización, privatización y liberación de la economía, y ha tenido impactos negativos en el sector agropecuario (Torres, 2014:73). Las reformas estructurales y las políticas de liberalización de la economía3 transformaron drásticamente la estructura y las condiciones de producción del sector agropecuario en general e impulsaron el crecimiento de “la agricultura productivista, que se caracteriza por la especialización, la intensificación y la concentración económica” (Allen, 2013:135).

Este proceso repercutió de manera diferenciada en los diversos grupos de productores agropecuarios. Favoreció principalmente a los grandes productores de frutas y hortalizas, orientados al mercado internacional, considerados competitivos, y a los que se otorgó el apoyo del presupuesto público, mientras

3 Reformas que implicaron acciones como la cancelación de los subsidios a la producción agrícola, desmantelamiento de las paraestatales, disminución de los créditos destinados a la producción, desaparición de los precios de garantía a los productores del campo para garantizar la autosuficiencia alimentaria, reforma del Artículo 27 Constitucional, firma del Tratado de Libre Comercio con América del Norte, entre otras.

MARÍA GUADALUPE OCAMPO GUZMÁN l SALOMÓN JUAN URBINA LÓPEZ

Estrategias para garantizar la seguridad alimentaria en la región Altos de Chiapas51

que para los pequeños y medianos productores de granos básicos, severamente castigados por la reducción de la participación del Estado en la promoción de la producción y las nuevas condiciones del mercado, representó serias dificultades. Por ejemplo, la firma del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN), que integró al sector agropecuario, puso a los pequeños y medianos productores de granos básicos a competir con productores de los Estados Unidos, lo que se tradujo en una competencia desleal. Los productores norteamericanos introdujeron al mercado nacional productos agrícolas a precios por debajo de los costos de producción de los productores mexicanos (Rubio, 2012:34).

Entre los pequeños y medianos productores lo que frecuentemente puede observarse es una carencia de tierras, capital, recursos técnicos, alcance de mercados y poca influencia sobre el diseño de la política agraria nacional. Estas condiciones limitan su capacidad para hacer frente a las agresivas estrategias de competencia de las grandes empresas privadas (nacionales y transnacionales) encargadas ahora de la producción, transformación y comercialización de la mayoría de los alimentos a nivel nacional. Y poco a poco han ido disminuyendo o abandonando sus cultivos (principalmente de maíz y frijol), reduciendo los volúmenes cosechados y la disponibilidad de alimentos para una población nacional en aumento,4 incrementando la compra de granos básicos al extranjero y con ello la dependencia alimentaria de los países que han desarrollado tecnologías para aumentar la producción de alimentos.

De esta forma, la crisis alimentaria que se presentó a finales de 2007 y 2008, para el caso interno, se dio a partir de la combinación de diferentes factores, como el desmantelamiento de la producción del campo (con la eliminación de los precios de garantía, los créditos, la asistencia técnica, los programas de fomento a la producción y de comercialización), la cancelación casi total de los subsidios y la eliminación de las barreras comerciales, que permitió que productos agrícolas de otros países se pudieran comercializar con mucha facilidad en el territorio nacional. Los mercados nacionales fueron inundados por importaciones baratas que terminaron por llevar a los campesinos a la ruina (Rosset y Ávila, 2008:19).

4 Que según el Inegi, en el 2000 era de 92 millones 736 mil 186 habitantes; en el 2010 pasó a 112 millones 336 mil 538 habitantes y, en la última Encuesta Intercensal de 2015 ésta ascendió a 119 millones 530 mil 753 habitantes en México. Así, de 2010 a 2015, la población se incrementó en 7 millones de habitantes, lo que representa un crecimiento promedio anual de 1.4 por ciento (Inegi, 2000, 2010 y 2015). (http://www3.inegi.org.mx/sistemas/mexicocifras/ y http://cuentame.inegi.org.mx/poblacion/habitantes.aspx?tema).

MARÍA GUADALUPE OCAMPO GUZMÁN l SALOMÓN JUAN URBINA LÓPEZ

Estrategias para garantizar la seguridad alimentaria en la región Altos de Chiapas52

Como resultado de estas acciones México en 2012 tuvo que recurrir a importar el 67.9% de arroz, el 42.8% de trigo, el 31.9% de maíz, el 8.2% de frijol, 40% leche, 53% de carne de aves, el 68% de carne de res, y el 78% carne de cerdo (Cruz, 2013). Los datos anteriores reflejan la incapacidad de la producción nacional para cubrir la demanda interna de alimentos y el abasto depende cada vez más de las importaciones de alimentos que, según Torres (2014:72), “se encuentran sujetas a restricciones de la oferta mundial y a los efectos que en diferentes magnitudes tienen los desequilibrios tanto naturales como socioeconómicos”.

La pérdida de la capacidad productiva para abastecer la demanda interna de alimentos, las altas tasas de desempleo, el incremento permanente de los precios de los alimentos y los aumentos insignificantes del salario mínimo han colocado a una gran parte de la población en pobreza alimentaria. Durante el 2008, 18 de cada 100 mexicanos se encontraban viviendo en pobreza alimentaria, en el 2010 el número de personas en estas condiciones creció alrededor del 19 por ciento del total de la población y en el 2014 pasó a 20.6%, porcentaje que corresponde a 24, 623,335 personas en pobreza alimentaria (Villarreal, 2008; Coneval, 2010 y 2015). Lo anterior revela un deterioro paulatino de las condiciones de vida de la población que impide la adquisición de los productos básicos que integran la canasta básica de alimentos, trastocando la seguridad alimentaria.

La capacidad para producir y acceder a los alimentos tiene una estrecha relación con los niveles de bienestar económico y los derechos sociales. En este sentido existen en el país territorios y poblaciones más afectadas que otras por la crisis alimentaria, como es el caso del sureste mexicano donde se observan los más altos niveles de pobreza de la población. En el 2010 Chiapas fue la entidad con mayores porcentajes de población en pobreza (78.5), seguida de Guerrero (67.6) y Oaxaca (67.4) (Coneval, 2012). La reducción de los ingresos en los hogares tiene un efecto negativo en el acceso a la alimentación, de ahí que en el mismo año la incidencia de la población con carencias por acceso a la alimentación en la región fue para Guerrero de 42.6%, Chiapas 30.3% y Oaxaca 26.6% (Coneval, 2012).

3. Estrategias para la producción y acceso a los alimentos en los Altos de Chiapas

Actualmente Chiapas cuenta con 5,217,908 millones de habitantes (Inegi, 2015). En el 2010 el 49% era urbana y el 51% rural (Inegi, 2010). Ocupa el primer lugar de pobreza a nivel nacional (78.5% en el 2010 y 76.2% en el 2014).

MARÍA GUADALUPE OCAMPO GUZMÁN l SALOMÓN JUAN URBINA LÓPEZ

Estrategias para garantizar la seguridad alimentaria en la región Altos de Chiapas53

Tiene gran parte de su población en pobreza alimentaria. En el 2010 alcanzaba el 48.6% y en el 2014 el 48.5% de la población en esta situación5 (Coneval, 2015). Lo anterior refleja una distribución de ingresos muy heterogénea y una estructura productiva y laboral deficiente que no genera las condiciones para satisfacer las necesidades alimentarias y no alimentarias de la población.

Como ya se mencionó gran parte de la población de la entidad habita en zonas rurales y se ocupa en actividades agrícolas, sector que como en el resto de los estados del sureste mexicano, se caracteriza por una agricultura a pequeña escala, familiar, de temporal y de autoconsumo, donde la tecnificación es escasa en comparación con los estados del norte de México (López y López, 2008).

La producción agrícola en la entidad ha presentado, desde los ochenta, una tendencia a la baja tanto en términos de superficie y volumen. Por ejemplo, en 1980 el sector primario generó 1,821,412 toneladas de diferentes productos y para el 2012 se produjeron 1,719,547.57, lo que representó una tasa media de decrecimiento anual de .29% (SIAP, 2013). Ello obedece al intenso proceso de reestructuración productiva nacional iniciado en los noventa, y al proceso de reconversión productiva que inició a nivel estatal en el 2010, que impulsó la producción de diferentes cultivos frutales (mango y plátano), hortícolas (tomate rojo) y flores para el mercado nacional en pequeños polos de desarrollo y los destinados para bioenergéticos y energías alternativas para el mercado mundial como el piñón, higuerilla, moringa y palma de aceite. Dichos cultivos poco a poco han ido desplazando la producción de alimentos básicos como el maíz y el frijol.

En la última década la producción de maíz6 en términos de superficie ha disminuido a tal grado que no es suficiente para cubrir el consumo de la población de la entidad. En el año 2000 se cultivaron 971,245.33 hectáreas, para el 2012 la superficie disminuyó a 705,241.70 hectáreas lo que representó una disminución del 27.38% de la superficie sembrada, es decir en promedio por año se perdían 15,545.60 hectáreas (SIAP, 2013). La disminución de la superficie se reflejó en la cantidad cosechada del grano (Ver Figura 1).

5 Esta población presenta incapacidad para obtener una canasta básica alimentaria, aun si hicieran uso de todo el ingreso disponible en el hogar para comprar sólo los bienes de dicha canasta (Coneval, 2015).

6 El estado de Chiapas fue el tercer productor a nivel nacional únicamente superado por la producción del estado de Sinaloa que fue de 2,319,475 toneladas y Jalisco con 2,158,926 toneladas, para el año 2012 pasó a ser el quinto productor de este grano (SIAP, 2013).

MARÍA GUADALUPE OCAMPO GUZMÁN l SALOMÓN JUAN URBINA LÓPEZ

Estrategias para garantizar la seguridad alimentaria en la región Altos de Chiapas54

Figura 1. Producción de maíz en Chiapas (2000-2012).

2,500,000.00

2,000,000.00

1,500,000.00

1,000,000.00

500,000.00

0.00Año 2000

Año 2001

Año 2002

Año 2003

Año 2004

Año 2005

Año 2006

Año 2007

Año 2008

Año 2009

Año 2010

Año 2011

Año 2012

1,88

7,36

9.74

1,75

4,12

9.57

1,85

8,32

7.56

2,00

2,59

1.67

1,35

3,15

9.16

1,40

2,83

3.28

1,59

2,17

3.64

1,52

5,57

7.66

1,62

5,34

9.87

1,21

8,45

5.51

1,39

4,49

6.23

1,40

4,67

9.92

1,55

4,36

7.90

Volumen de Producción (Ton.)

Fuente. Elaboración propia con datos del SIAP, 2013.

La disminución del cultivo de maíz en términos de superficie y volumen se dio por el incremento de los costos de producción, la disminución del precio del maíz en el mercado, la reconversión productiva en la entidad impulsada por el gobierno estatal, la migración del campo-ciudad que es cada vez más frecuente, y el abandono de las actividades agrícolas, casi por completo, por parte de la población que habita zonas rurales.

Por su parte el frijol7 es el segundo cultivo más importante en la entidad. En la mayoría de las unidades de producción este grano se cultiva junto con el maíz, por lo tanto, la superficie es menor y cuando se deja de sembrar maíz también se deja de sembrar frijol. De esta forma, la superficie sembrada también ha venido disminuyendo. Por ejemplo, del 2000 al 2012 se ha perdido un 11.86% de la superficie sembrada, en el 2000 se cultivaron 133,441 hectáreas, doce años después el número disminuyó a 117,607.05 hectáreas. Como consecuencia, el volumen cosechado también ha disminuido, aunque esta disminución ha sido menor que en el caso del maíz (Ver Figura 2).

7 Chiapas fue el cuarto productor a nivel nacional, superado por la producción del estado de Zacatecas con 265,023 toneladas, Sinaloa con 104,936 toneladas y Durango con 95,022.47 toneladas. Para el 2012 fue desplazado al sexto lugar (SIAP, 2013).

MARÍA GUADALUPE OCAMPO GUZMÁN l SALOMÓN JUAN URBINA LÓPEZ

Estrategias para garantizar la seguridad alimentaria en la región Altos de Chiapas55

Figura 2. Producción de frijol en Chiapas (2000-2012).

90,000.00

80,000.00

70,000.00

60,000.00

50,000.00

0.00Año 2000

Año 2001

Año 2002

Año 2003

Año 2004

Año 2005

Año 2006

Año 2007

Año 2008

Año 2009

Año 2010

Año 2011

Año 2012

72,9

53.9

9

71,2

93.5

2

77,4

93.1

0

73,3

95.7

0

86,8

54.6

8

74,1

66.1

2

77,2

66.6

4

76,3

69.6

9

69,1

56.0

0

69,9

43.4

5

65,9

62.6

5

68,8

62.0

1

66,1

95.3

9

Volumen de Producción (Ton.)

50,000.00

50,000.00

50,000.00

50,000.00

Fuente. Elaboración propia con datos del SIAP, 2013.

Mientras tanto, por ejemplo, la palma africana ha presentado un crecimiento constante en términos de superficie. En el 2000 existían 13,861 ha, para el 2006 ya había 16,789 ha y en el 2011 38,525 ha sembradas (SIAP, 2013). La tasa media de crecimiento anual de la superficie sembrada entre 2006 y 2011 fue de 14.85%. Los pequeños productores de alimentos pasaron a ser productores de insumos para el mercado energético. Sin embargo, tampoco han logrado consolidar estos procesos productivos por la falta de infraestructura productiva, capital financiero, asistencia técnica y valor agregado. De esta forma, y ante un escenario tan heterogéneo y adverso, la población rural, sobre todo de las regiones más pobres de Chiapas, ha visto deteriorarse sus condiciones de vida de manera acelerada, al grado de presentar serias dificultades para cubrir las necesidades alimentarias, porque su capacidad productiva ha disminuido y con ello también los ingresos para adquirirlos en los mercados locales y regionales.

En este sentido los pequeños productores de la región Altos Tsotsil-Tseltal, considerada una de las más pobres de la entidad, han puesto en práctica diversas estrategias individuales o colectivas, con el apoyo de actores que dinamizan el territorio, para poder incrementar la producción de alimentos o, en su caso, generar los ingresos para comprarlos.

MARÍA GUADALUPE OCAMPO GUZMÁN l SALOMÓN JUAN URBINA LÓPEZ

Estrategias para garantizar la seguridad alimentaria en la región Altos de Chiapas56

La región Altos está conformada por 17 municipios8 y en ella vive el 12.53% de la población total del estado. De los municipios que la conforman, diez pertenecen al padrón de los 125 municipios con menor Índice de Desarrollo Humano (IDH) a nivel nacional. Aunado a esto los municipios de la región están catalogados dentro de los que tienen Alto y Muy Alto grado de marginación según datos de la Conapo (2010). La mayor parte de la población es indígena. El 75.41% de la población vive en condiciones de pobreza alimentaria. La población se dedica principalmente a labores agrícolas. Organizan las actividades agrícolas a nivel familiar. Los cultivos más comunes son el maíz, frijol, frutales, hortalizas, papa y café. La producción se destina principalmente para el autoconsumo y los pequeños excedentes se comercializan en los mercados locales.

A nivel regional, a partir del 2010, pequeños productores agrícolas de Amatenango del Valle, Chamula, Huixtán, Larráinzar, Chenalhó y Zinacantán, en colaboración con la agencia de desarrollo Promotores del Autodesarrollo Sustentable de Chiapas S.C. de R.L. (Proasus), comenzaron a explorar algunas alternativas productivas para mejorar las condiciones de vida. Se formaron 79 grupos de trabajo integrados principalmente por familiares. Con el apoyo de Proasus diseñaron el mismo número de proyectos productivos (de hongos setas, invernaderos y lombricultura), que posteriormente gestionaron ante instituciones públicas como Banchiapas y la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI). Así, la información en relación a las estrategias9de los pequeños productores para producir o acceder a los alimentos se obtuvo de doce de estos grupos de trabajo, seleccionando dos por cada municipio.

Los grupos de trabajo, cuentan con parcelas que van de 0.125 a 1.5 hectáreas, la propiedad se combina entre pequeñas porciones de tierras ejidales, comunales y privadas, practican la agricultura a pequeña escala con escasa infraestructura, la producción se organiza y realiza de manera familiar, el maíz y el frijol siguen siendo cultivos importantes, y existe un alto sentido de pertenencia a la vida comunitaria. Dentro de las principales estrategias que se identificaron para producir y acceder a los alimentos se encuentran las siguientes:8 San Cristóbal de Las Casas, Teopisca, Tenejapa, Oxchuc, Huixtán, Chanal, Amatenango del Valle,

Larráinzar, Pantelhó, Zinacantán, Chenalhó, Chalchihuitán, San Juan Cancuc, Aldama, Chamula, Mitontic y Santiago El Pinar.

9 Entendidas éstas como el conjunto de acciones que ayudan a mejorar las condiciones alimentarias de las familias.

MARÍA GUADALUPE OCAMPO GUZMÁN l SALOMÓN JUAN URBINA LÓPEZ

Estrategias para garantizar la seguridad alimentaria en la región Altos de Chiapas57

a) Recuperación y mejoramiento del sistema milpa

El sistema milpa es la base de la producción de los alimentos en las comunidades, cuya diversidad se había ido perdiendo al convertirse en monocultivo, sin embargo, ante el incremento de los precios de los alimentos en los últimos años este sistema se ha ido recuperando y mejorando. Los productores han comenzado a practicar el sistema de Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF), que complementan con cultivos menores, que en su origen se realizaban en el traspatio, mismos que van rotando en cada ciclo productivo. El sistema permite recuperar o evitar la pérdida de nutrientes de la tierra, principalmente en zonas de ladera que presentan pendientes elevadas y son susceptibles de escurrimientos en tiempos de lluvia, a partir del trazo del terreno utilizando curvas de nivel en contra de la pendiente del suelo. Se realiza un uso intensivo del suelo donde se siembra, maíz, frijol, calabaza, chile, tomate, hortalizas, hierbas comestibles y árboles frutales como durazno, pera, manzana, limón o aguacate hass, que en los terrenos de mucha pendiente funcionan como barreras vivas que fijan los suelos, evitan el escurrimiento de la tierra y de los nutrientes, y mantienen la humedad del suelo.

Los granos, verduras y hortalizas que se obtienen de este sistema se destinan al consumo familiar. Mientras que las frutas, por su volumen, son los productos que venden en el mercado local y generan ingresos para la compra de los alimentos que no se producen en las parcelas, en satisfactores no alimentarios o se invierten en el nuevo ciclo productivo. Además, el rastrojo de la milpa y el olote de la mazorca su usa para el cultivo de hongos comestibles y como nutriente para el suelo. De esta forma están produciendo un número considerable de los alimentos que integran la dieta familiar y contribuyen al cuidado del medio ambiente. El sistema cada vez cobra mayor importancia en la región, donde se ha ido replicando a partir de la difusión que realizan los propios productores.

b) La diversidad de actividades agropecuarias

Contrario a la especialización que promueve el modelo agroalimentario actual, los productores de las comunidades han encontrado en la diversidad de actividades agropecuarias una forma de garantizar alimentos e ingresos de manera más constante. Así, además de la diversidad que representa el sistema milpa, también se identifican otros cultivos y actividades productivas que contribuyen a la dieta y al ingreso familiar como la producción de café, de hongos comestibles (setas), hortalizas de traspatio, pequeñas granjas de gallinas, pequeños rebaños de borregos, producción de mojarra tilapia en pequeños estanques y la práctica de la apicultura.

MARÍA GUADALUPE OCAMPO GUZMÁN l SALOMÓN JUAN URBINA LÓPEZ

Estrategias para garantizar la seguridad alimentaria en la región Altos de Chiapas58

Cada cultivo o actividad tiene su propio ritmo, tiempo, conocimientos, organización y manejo lo que implica mayor esfuerzo por parte de los productores para realizarlas de manera permanente, sin embargo, cada cultivo contribuye a que todos se realicen mitigando los riesgos entre ellos. Tener varios cultivos en la parcela ha incrementado la disponibilidad y diversidad de alimentos a nivel familiar, así como pequeños excedentes que se venden y complementan el ingreso familiar. Por ejemplo, el cultivo de hongos setas, se ha integrado poco a poco a la dieta familiar de las comunidades, porque a diferencia del hongo silvestre, que sólo se recolecta y consume en temporada de lluvia, la producción de setas se realiza todo el año y por tanto su consumo también. Además, el cultivo genera excedentes que se comercializan en el mercado local y regional, contribuyendo así con la disponibilidad de alimentos en éstos ámbitos.

c) La práctica de la agricultura protegida

Los productores siempre están aprendiendo y explorando nuevos procesos productivos, que con el apoyo de algunos actores públicos y privados que dinamizan el territorio, logran concretar. De ahí que algunos de ellos han comenzado a practicar la agricultura protegida en pequeños invernaderos equipados con sistemas de riego por goteo. El aprendizaje de esta forma de producción ha sido lento, sin embargo, ya han logrado cosechas de jitomate rojo, frijol ejotero, chile, lechuga, repollo, rábanos y algunas otras variedades de verduras destinadas para el consumo familiar. En los invernaderos existe la rotación de cultivos para evitar la contaminación de los suelos que se genera cuando se siembra el mismo cultivo por dos ciclos consecutivos, por ello, en ciertas temporadas del año siembran flores, después hortalizas, luego frijol, y así cuidan que los agentes biológicos patógenos de cada cultivo se desarrollen. La producción constante de hortalizas en condiciones protegidas aporta una cantidad importante de alimentos frescos para el consumo familiar durante todo el año, y además algún producto que venden en el mercado local.

d) Actividades no agrícolas

Los integrantes de las familias de los pequeños productores, sobre todo de las comunidades donde las condiciones naturales complican la producción agrícola, realizan otras actividades económicas no agrícolas para complementar los ingresos familiares. Destaca la producción y comercialización de carbón a partir de la tala de árboles;10 el empleo en ciertas épocas del año como albañiles, choferes y veladores de instalaciones privadas en la ciudad; la comercialización de frutas de temporada como el mango, ciruela, durazno, entre otras; y la 10 De esta actividad habrá que indagar el impacto ambiental.

MARÍA GUADALUPE OCAMPO GUZMÁN l SALOMÓN JUAN URBINA LÓPEZ

Estrategias para garantizar la seguridad alimentaria en la región Altos de Chiapas59

producción y comercialización de artesanías básicamente realizadas por las mujeres. Las actividades no agrícolas diversifican las fuentes de ingreso y, aún cuando son muy mal remuneradas, contribuyen a la sobrevivencia de las familias de los pequeños productores. Estas actividades no sustituyen a las actividades agrícolas más bien se complementan.

e) Migración temporal

La migración temporal hacia otras ciudades y regiones del país de algunos integrantes de las familias se ha convertido en otra práctica para la obtención de ingresos. Ésta sólo se realiza cuando las condiciones de producción se tornan muy críticas, y son los hombres quienes se desplazan para emplearse en actividades del sector servicios o en actividades agrícolas como jornaleros, cuyo ingreso se destina, primero, a cubrir las necesidades alimenticias y después para iniciar el nuevo ciclo productivo. Cuando esto sucede, las mujeres y los niños son quienes se encargan de los trabajos de la parcela en la comunidad.

f) Fortalecimiento de la organización y gestión

La organización comunitaria es un elemento importante que permite avanzar en la resolución de los problemas que afectan a la población de las comunidades. Representa una mayor capacidad de negociación de sus demandas. La mayoría de los hombres de las comunidades y parajes de la región, desde muy temprana edad participan en esta forma de organización asumiendo diferentes cargos a beneficio de la localidad, por ejemplo, son considerados para la organización de fiestas de la comunidad y trabajos comunitarios.

Para los productores, la experiencia adquirida en los procesos organizativos comunitarios, les ha dado la posibilidad de interactuar con otros actores fuera de la comunidad. Así, se han integrado a organizaciones de productores (como lo han hecho los productores de café quienes pertenecen a la Unión Majomut), y han establecido relaciones de confianza, colaboración y cooperación con organizaciones de la sociedad civil, como Proasus, que se ha convertido en un agente dinamizador de las actividades productivas. Este grupo diseña los proyectos productivos, gestiona los recursos ante las dependencias financiadoras, otorga capacitación y asistencia técnica, ayuda en la integración y organización de los grupos de trabajo, realiza el acompañamiento y seguimiento operativo de las actividades, y funge como enlace entre los productores y las instituciones de públicas (CDI, INAES, BanChiapas, etc.). Los conocimientos y los recursos adquiridos de la relación/colaboración con otros actores contribuyen al desarrollo de proyectos productivos orientados a la producción de alimentos en las comunidades.

MARÍA GUADALUPE OCAMPO GUZMÁN l SALOMÓN JUAN URBINA LÓPEZ

Estrategias para garantizar la seguridad alimentaria en la región Altos de Chiapas60

Conclusiones

Ante los embates de la crisis alimentaria y las condiciones de pobreza actual, los pequeños productores y sus familias en las comunidades enfrentan el reto de la sobrevivencia por encima del reto de la productividad y competitividad, para ello realizan aprovechamientos múltiples de los recursos naturales, humanos, sociales, organizativos y económicos a su alcance, recuperando sus conocimientos y fortaleciéndolos con los conocimientos provenientes de otros entornos para mejorar y diversificar sus procesos productivos y económicos.

La explotación agraria destinada al abastecimiento familiar representa en la vida de los productores la garantía de la sobrevivencia. La decisión de qué, cómo y para qué producir se realiza anteponiendo el autoconsumo a la utilidad. Los procesos productivos no se inician con un análisis costo-beneficio, sino como una posibilidad de ir viviendo el día a día de la mejor manera.

Las estrategias de producción y acceso a los alimentos que desarrollan los pequeños productores en la región Altos de Chiapas; como la preservación y mejoramiento del sistema milpa, la diversidad de actividades agropecuarias y no agrícolas, la migración temporal, la adopción de nuevas técnicas para producir y el aprovechamiento de las formas de organización y articulación con otros actores, reflejan la capacidad de éstos para afrontar la adversidad, moviéndose en varias direcciones económicas, tanto en el ámbito rural como en el urbano, para mejorar sus condiciones de bienestar.

Resalta la persistencia de las actividades agropecuarias entre los pequeños productores para la producción de alimentos y generación de ingresos, a pesar de la escasa disposición de tierras, precarias condiciones de producción, escasas políticas públicas de fomento a la producción y condiciones de competencia desleales en el mercado actual.

Ante la crisis agroalimentaria, los pequeños productores se resisten a abandonar la producción agrícola, aun cuando ésta se considera como poco rentable para el mercado, misma que incluso financian con los recursos que obtienen de actividades no agrícolas. De esta forma no sólo contribuyen a su propio consumo familiar de alimentos, sino también a la disponibilidad de alimentos a nivel local. De ahí que es preciso revalorar y promover en los nuevos proyectos de política pública el desempeño que estos productores tienen en su contribución a la seguridad alimentaria local.

MARÍA GUADALUPE OCAMPO GUZMÁN l SALOMÓN JUAN URBINA LÓPEZ

Estrategias para garantizar la seguridad alimentaria en la región Altos de Chiapas61

Bibliografía

Allen, P. (2013). Facing food security. Journal of Rural Studies 29, pp. 135–138.

Appendini, K.; McNaair, A. y Stanford, L. (2012).La seguridad alimentaria en el contexto del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. En Appendini, Kirsten y Rodríguez, Guadalupe (Coordinadoras), La paradoja de la Calidad, Alimentos Mexicanos en América del Norte. México, El Colegio de México, pp. 49-77.

Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión (2012). Ley de Desarrollo Rural Sustentable, disponible en: http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/235.pdf (Accesado el día 10 de marzo de 2015).

Conapo (2010). Índice de marginación 2010, disponible en http://www.conapo.gob.mx/es/CONAPO/Indices_de_Marginacion_2010_por_entidad_federativa_y_municipio (Accesado el 11 de marzo de 2015).

Coneval (2010). Estimaciones del Coneval con base en las ENIGH de 1992, 2000 y 2010, los Censos de Población y Vivienda 1990 y 2000, y la muestra del Censo de Población y Vivienda 2010. México.

Coneval (2012). Medición de la pobreza. Estados Unidos Mexicanos. Evolución de la pobreza y pobreza extrema nacional y en entidades federativas, 2010-2012. México.

Coneval (2015). Medición de la pobreza. Evolución de las dimensiones de la pobreza 1990-2015. México.

Cruz, A. (2013). México, a punto de perder la soberanía alimentaria, dis-ponible en http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=629555. (Accesado el día 11 de febrero de 2013).

FAO (1996). Informe de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación. (13 - 17 de noviembre de 1996), disponible en FAO:http://www.fao.org/docrep/003/w3548s/w3548s00.HTM (Accesado el 2 de febrero de 2015).

FAO (2009). El estado de los mercados de productos básicos agrícolas. Los precios altos de los alimentos y la crisis alimentaria: experiencias y lecciones aprendidas.Italia:FAO.

González, H. (2007). La gobernanza mundial y los debates sobre la seguridad alimentaria. Desacatos, 25, pp. 7-20.

MARÍA GUADALUPE OCAMPO GUZMÁN l SALOMÓN JUAN URBINA LÓPEZ

Estrategias para garantizar la seguridad alimentaria en la región Altos de Chiapas62

Hernández, M. C.; Andablo, A. y Ulloa, A. (2012). Agricultura familiar sustentable y seguridad alimentaria. ¿Una salida a la crisis alimentaria?”. En M. Hernández y J. Meléndez, (Coord.), Alimentación contemporánea: crisis y respuestas alternativas. México, Clave Editorial, pp. 177-197.

INEGI (2000). XII Censo General de Población y Vivienda 2000, México, disponible en http://www.inegi.org.mx/est/contenidos/Proyectos/ccpv/cpv2000/ (Accesado el día 24 de mayo de 2016).

INEGI (2010). Censo de Población y Vivienda. México.INEGI (2015). Encuesta Intercensal 2015. Estados Unidos Mexicanos,

disponible en http://cuentame.inegi.org.mx/poblacion/habitantes.aspx?tema (Accesado el día 29 de junio de 2016).

López, W. y López, A. (2008). Zonas potenciales y recomendaciones técnicas para producir maíz en Chiapas., disponible en http://www.somas.org.mx/pdf/pdfs_libros/agriculturasostenible6/61/24.pdf. (Accesado el día 2 de febrero de 2015).

Rosset, P. y Ávila, D. (2008). Causas de la crisis global de los precios de los alimentos, y la respuesta campesina. Ecología Política, No. 36, pp. 18-21, disponible en http://www.ecologiapolitica.info/webAntiga/ep/36.pdf (Accesado el 15 mayo de 2013).

Rubio, B. (2012). El declive de la fase agro exportadora neoliberal en el contexto de la crisis capitalista y alimentaria. En M. Hernández y J. Meléndez (Coord.) Alimentación contemporánea. Un paradigma en crisis y respuestas alternativas. México, Clave Editorial, CIAD y AM Editores, pp. 31-50.

Servicio de Información Agropecuaria y Pesquera (SIAP) (2013), disponible en http://www.siap.gob.mx/cierre-de-la-produccion-agricola-por-cultivo/ (Accesadoel día 4 de enero de 2015).

Torres, F. (2014). Seguridad alimentaria: una explicación sobre prevalencia de los desequilibrios en México. Estudios Agrarios, pp. 71-97.

Villareal, J. (2008). Breves de la crisis alimentaria en México: causas, efectos, retos”, Fundación política verde, disponible en http://mx.boell.org/downloads/Breves_de_la_crisis_alimentaria_en_Mexico.pdf. (Accesado el 13 de diciembre de 2013).

63

Preservación de la diversidad de maíces nativos en Puebla frente al cambio tecnológico

Yolanda Castañeda Zavala1

José Francisco Ávila Castañeda2

a

Resumen

El artículo aborda las estrategias que los productores maiceros del estado de Puebla implementan para proteger y conservar sus variedades nativas frente a programas gubernamentales que tienen como objetivo modernizar la agricultura sin tomar en cuenta la experiencia y la cultura campesina, como es el programa MasAgro que se caracteriza por el uso intensivo de insumos químicos y semillas híbridas. Consideramos también que este tipo de programa podría contribuir a la adopción de maíces genéticamente modificados (GM), modelo que de llegarse a aprobar su uso comercial pondría en peligro la diversidad genética del maíz nativo.

Introducción

La amplia gama de maíces que encontramos en Puebla, así como en todo el territorio nacional, refleja los múltiples sistemas agropecuarios desarrollados en

1 Profesora-investigadora del Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Azcapotzalco. Correo electrónico: [email protected]

2 Doctorante en Desarrollo Rural en la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco. Correo electrónico: [email protected]

YOLANDA CASTAÑEDA ZAVALA l JOSÉ FRANCISCO ÁVILA CASTAÑEDA

Preservación de la diversidad de maíces nativos en Puebla frente al cambio tecnológico64

las zonas rurales desde hace miles de años. Materializándose en la diversidad de semillas nativas cultivadas en heterogéneos nichos ecológicos en todo el país. De acuerdo con los resultados condensados por Muñoz (2003) los materiales de maíz presentan niveles de variación importantes en atributos morfológicos, fisiológicos, agronómicos y utilitarios. Estudios respecto a la diversidad de esta planta se encuentran desde el siglo pasado, pero, en los últimos años reinician con mayor intensidad las investigaciones dentro de distintas regiones geográficas, ejemplo de ello son los trabajos conducidos en el Valle de Puebla, así como en otras zonas del estado y en otras entidades (Hortelano et al., 2012).

México ha realizado importantes estudios enfocados a cuantificar y ordenar la diversidad existente de maíces y como referente se emplea el concepto de raza. Para efectuar dicha clasificación racial, se recurren a los atributos morfológicos, los polimorfismos genotípicos y los efectos de interacción del genotipo con el ambiente, entre otras variables (Wellhausen et al., 1951; Cervantes et al., 1978; Sánchez et al., 1993).

Una de las clasificaciones raciales del maíz que se tiene como referencia principal, fue hecha por Wellhausen y colaboradores en 1951, quienes reportaron un total de 25 razas. Posteriormente, Sánchez y su equipo en el año 2000 retomaron diversos trabajos previos y mostraron la presencia de 59 razas (Ortega, 2003; Kato et al., 2009). En 1997 Benz estimó que el número de razas puede llegar a más de 753 (Hortelano et al., 2012; Ángeles et al., 2010).

La selección de semillas y por ende de las variedades específicas adecuadas a las condiciones fisiográficas, han orientado al desarrollo de poblaciones nativas de maíces aptos para producirse en diferentes condiciones ambientales; un ejemplo de ello, se refleja en las diversas razas que se localizan en las distintas regiones del estado de Puebla4. Algunas de las características sujetas a selección son precocidad, porte de planta y componentes del rendimiento de grano (Ángeles et al., 2010; Hortelano et al., 2012).3 Se han reportado 300 razas de maíz en todo el continente americano, donde México posee 22.7% de

la diversidad de maíces. Esta diversidad está presente aún a nivel de microrregiones, como señala Muñoz en el año 2005, quien denomina patrón etnofitogenético o patrón varietal al conjunto de grupos de variedades de maíz, así como los estratos o niveles ambientales y las relaciones entre ellos (Muñoz, 2005 citado en Ángeles et al., 2010: 287).

4 Este patrón de distribución puede atribuirse a los factores reportados por Pressoir y Berthaud en 2004, para explicar la diversificación fenotípica de los maíces nativos de los Valles Centrales de Oaxaca, México: la presencia de flujo génico dentro y entre localidades, las decisiones de los agricultores en cuanto a las prácticas de manejo (guardado de semilla año tras año, poco uso de materiales mejorados, intercambio y mezcla de semilla, mantenimiento de numerosas poblaciones en un área pequeña, etcétera) y las estrategias de selección (Pressoir y Berthaud, 2004 citado en Hortelano et al., 2012: 107-108).

YOLANDA CASTAÑEDA ZAVALA l JOSÉ FRANCISCO ÁVILA CASTAÑEDA

Preservación de la diversidad de maíces nativos en Puebla frente al cambio tecnológico65

Generalmente, cada variedad de maíz se diferencia de otra por su precocidad, color de grano y uso que se le da. Una semilla se siembra en un sitio particular con condiciones ambientales específicas llamadas microrregiones, incluso en una misma zona, así como en un periodo determinado que depende de la humedad del suelo, la temperatura, la altitud o del inicio de las lluvias. La diversidad de maíces se encuentra en donde imperan condiciones de temporal o secano y sistemas campesinos de producción (Herrera et al., 2000), y los productores habitualmente disponen de más de una variedad nativa adaptada a su ambiente (Aceves et al., 2002; Ángeles et al., 2010, Hortelano, 2010).

Dentro del estado de Puebla, en el municipio de Molcaxac existe una amplia diversidad genética entre las poblaciones locales de maíz, promoviendo que algunas variedades superen o igualan en rendimiento de grano a semillas mejoradas comerciales recomendados para la región (Ángeles et al., 2010; Ávila et al., 2014).

La interacción constante entre el cultivo de maíz y los productores, ha propiciado el surgimiento de ésta diversidad de materiales. El nivel de variación alcanzado es tal que en cada nicho ecológico se puede identificar un grupo de organismos adaptados a las condiciones ecológicas particulares de cada región (Hortelano, 2010).

En el caso de Puebla, como se señaló anteriormente, existen diferentes trabajos sobre la diversidad de variedades de maíz.5 Sin embargo, no se cuenta con un estudio suficientemente amplio a nivel estatal, que englobe toda la gama de variedades o razas que posee dicha entidad en sus múltiples ambientes, regiones y sistemas de producción particular de cada zona.

Un factor que incide frecuentemente en el cultivo del maíz en las múltiples zonas del estado en los últimos años, son las variaciones climáticas y ambientales en cada uno de los distintos nichos ecológicos. En la zona del Altiplano, se detectan heladas atípicas, por ejemplo, en el municipio de Libres, así como

5 Uno de los centros más conocidos de origen del maíz es precisamente en Puebla, en el Valle de Tehuacán, hace unos 7,200 años (Serratos, 2012; Vizcarra, 2002). Serratos reporta a Puebla como parte de la región de México considerada en los “grupos de complejos raciales representativos de las macro regiones geográficas de América y sus características culturales generales” (Serratos, 2012:15). En esta publicación ubica en el Distrito Federal, Tlaxcala, Hidalgo, Estado México, Morelos y Puebla a los maíces dentados cónicos mexicanos y a los palomeros. Las razas que se reconocen en Puebla son: Cónico, Arrocillo Amarillo, Elotes Cónicos, ND, Chalqueño, Tuxpeño, Olotillo, Celaya, Bolita, Cacahuacintle, Pepitilla, Palomero Toluqueño, Coscomatepec, Cónico Norteño, Mushito, Ratón, Tablilla de Ocho, Tuxpeño, Norteño y Zapalote Grande (Serratos: 2012). Dicho trabajo se basa en las 948 colectas realizadas por CONABIO en Puebla (http://www.biodiversidad.gob.mx/genes/proyectoMaices.html).

YOLANDA CASTAÑEDA ZAVALA l JOSÉ FRANCISCO ÁVILA CASTAÑEDA

Preservación de la diversidad de maíces nativos en Puebla frente al cambio tecnológico66

aledaños que comparten un clima seco y de altura (Región de Serdán y Huamantla en el estado de Tlaxcala), se corre el riesgo de presentarse heladas tardías (abril, mayo y junio) o tempranas (septiembre, octubre o incluso antes) (Muñoz, 2003), por lo que la producción de maíz se ha visto afectada severamente, como ha ocurrido en los ciclos agrícolas del 2009, 2010 y 2011. Por otro lado, se tienen fluctuaciones en los periodos de lluvia y sequía alterando el desarrollo biológico de las plantas, incidiendo negativamente en la producción.

En este sentido, los productores poblanos cuentan con una serie de conocimientos y saberes en torno al cultivo del maíz, trasmitidos desde cientos de generaciones; los cuales ayudan a mitigar algunos efectos de las variaciones climáticas, pero también buscan nuevas estrategias para enfrentar este problema que los atañe con mayor intensidad en la actualidad. Dentro de este conjunto de conocimientos no se puede desligar la parte cultural, social y económica, ya que forman un elemento de su relación con el medio ambiente y los productores.

Debido a la riqueza de diversidad de maíces con que cuenta la entidad y considerando que es el segundo sitio con restos paleobotánicos de maíz domesticado por campesinos e indígenas, así como el gran cúmulo de conocimientos y saberes en torno a este cultivo, el presente trabajo tiene como objetivo analizar cómo en Puebla, los productores maiceros medianos y pequeños implementan estrategias para seguir conservando sus variedades nativas, a pesar de la entrada del programa Modernización Sustentable de la Agricultura Tradicional (MasAgro) que plantea el impulso de la modernización de la agricultura con un modelo tecnológico basado en híbridos. Bajo este panorama nos preguntamos ¿existe la posibilidad de mantener la diversidad de maíces nativos en la región poblana? Asimismo, se cuestiona a MasAgro porque consideramos al programa como un mecanismo idóneo para adoptar los maíces genéticamente modificados (GM), ya que el modelo no se contrapone a la posible aprobación del maíz GM, sino al contrario se están dando las bases para el cambio tecnológico, sin contemplar a los maíces nativos por considerarlos con una productividad baja.

1. Modelo tecnológico dominante

Una de las preocupaciones de la sociedad ha sido satisfacer sus necesidades alimenticias, con alimentos nutritivos y de buena calidad. En este aspecto la agricultura juega un papel prioritario. En sus inicios el modelo tecnológico se

YOLANDA CASTAÑEDA ZAVALA l JOSÉ FRANCISCO ÁVILA CASTAÑEDA

Preservación de la diversidad de maíces nativos en Puebla frente al cambio tecnológico67

basó en la experiencia adquirida por los campesinos y campesinas a través del conocimiento de la naturaleza y las plantas. De esta manera, identificaban los periodos de lluvias, el momento propicio de sembrar, realizar las labores en el cultivo, cosechar, seleccionar las mejores semillas para reutilizarlas en el siguiente ciclo agrícola, mejoramiento de las semillas por cruzas, entre otros.

Este proceso de conocimiento y aprendizaje permitió una acumulación de saberes que fueron heredados a las generaciones futuras, quienes conservaban las variedades y también reconocían que siendo la agricultura dependiente de los vaivenes de la naturaleza existían momentos de escasez de alimentos, conocidas como crisis de subproducción.

En la búsqueda de soluciones para terminar con el hambre y con la intención de controlar los fenómenos climatológicos y problemas agronómicos, durante el ya establecido modelo capitalista, se dieron avances sorprendentes en la creación de maquinaria para resolver la escasez de fuerza de trabajo en los países del centro, pero donde todavía era normal el uso de semillas nativas y de insumos de origen animal. En la segunda mitad del siglo XX se impulsa la primera modernización del campo. Con este modelo se perseguía industrializar a la agricultura a través del uso intensivo de la ciencia y la tecnología.

Esta concepción viene a revolucionar y generar un paradigma de la ciencia después de la Segunda Guerra Mundial, la sociedad presencia y acepta como, una “(…) fe casi religiosa en la ciencia, en el poder de la ciencia para la solución de problemas” (Dickson, 1988: 3) y como garante y base de la tecnología:

Ésta, a su vez, es una forma de conocimiento subordinada, dependiente de aquella. El proceso de transformación del conocimiento científico en tecnología y su apropiación por parte de la sociedad es concebido de forma lineal: se inicia con la ciencia y termina cuando sus logros acaban por producir bienestar social (las etapas de este proceso serían: ciencia básica, ciencia aplicada, desarrollo tecnológico, innovación, difusión de la innovación, crecimiento económico y beneficio social). Por esa razón, este paradigma fue denominado de “ciencia como motor del progreso”, pues todo se inicia con la ciencia (Velho, 2011:107).

La concepción lineal de la innovación, se caracterizó a nivel internacional como un modelo que fue financiado por el Estado Benefactor y generó una comunidad científica que era juez y parte de los proyectos aprobados como prioridad nacional y que no tenía un compromiso de rendir cuentas a la sociedad.

En este contexto, se desarrolló la primera modernización del campo, conocida como Revolución Verde que proporcionó a los agricultores un cambio en la forma de producir y donde los conocimientos ancestrales de la

YOLANDA CASTAÑEDA ZAVALA l JOSÉ FRANCISCO ÁVILA CASTAÑEDA

Preservación de la diversidad de maíces nativos en Puebla frente al cambio tecnológico68

agricultura fueron marginados6 porque no tenían el certificado de cientificidad, ya que se proyectaba a la ciencia como producción exclusiva de los científicos, quienes fueron formados exclusivamente para crear conocimiento “objetivo y verdadero”.

De esta manera, en las naciones y bajo el respaldo de los gobiernos donde se desarrollaba la Revolución Verde, el modelo se constituía como dominante y establecía las bases para que fuera apropiada por actores sociales que también dominarían su distribución y control a nivel mundial, es decir, la empresa privada.

Diversas son las consecuencias y resultados del modelo tecnológico dominante, para el caso de México, ya que:

(…) fue el laboratorio pionero y privilegiado de la llamada Revolución Verde en la segunda mitad del siglo pasado. Este proyecto, que inauguró la investigación pública en el México posrevolucionario, diseñó un costoso paquete de semillas mejoradas, agroquímicos, mecanización y riego, que logró aumentar los rendimientos del maíz y el trigo, pero también ahondó la brecha entre productores ricos y pobres (Hewitt, 1975), y generó nocivos efectos ambientales. Los beneficiarios de dicho proyecto de modernización fueron los nacientes empresarios agrícolas y las compañías transnacionales productoras de insumos (Castañeda y Massieu, 2015).

Los campesinos mexicanos que habían privilegiado el sistema milpa, concediendo a la alimentación de las familias diferentes productos, se vieron relegados ante una agricultura que tenía como principal finalidad la comercialización, en este caso el maíz y otros cultivos se establecían como monocultivo y dependiente, para su alto rendimiento, de insumos químicos y semillas híbridas.

El modelo tecnológico dominante en la agricultura, respondía al proceso de industrialización que demandaba alimentos para la ciudad, materias primas con características específicas para su procesamiento y fuerza de trabajo.

El sector primario, dividido ante la imposibilidad de que la mayoría de los productores pudiesen acceder al paquete tecnológico, fue generando un empresario agrícola beneficiado con los subsidios que otorgaba el Estado y un sector campesino con crisis recurrentes porque no se establecían e 6 Los conocimientos ancestrales ante los procesos de colonización vivieron situaciones de opresión

o de anulación. Ante este hecho, los pobladores originarios de estas regiones, portadores del conocimiento, establecieron estrategias de resistencia porque representaban su cultura y su forma de sobrevivencia, aún en la actualidad estos casos los encontramos a todo lo largo de América Latina.

YOLANDA CASTAÑEDA ZAVALA l JOSÉ FRANCISCO ÁVILA CASTAÑEDA

Preservación de la diversidad de maíces nativos en Puebla frente al cambio tecnológico69

implementaban programas que lo incluyeran dentro del modelo, ya que como menciona Blanca Rubio “Los campesinos han sido excluidos de la producción de alimentos básicos al modificarse las pautas del modelo de acumulación mundial” (2000:272).

Las décadas de los ochenta y noventa del siglo pasado se definen como la exclusión de productores que no son rentables para el modelo neoliberal, cuyo objetivo es una agricultura competitiva a nivel internacional. Esta situación marca las condiciones asimétricas entre los países. Los fuertes subsidios que reciben los productores de los países centrales, no se comparan con los insuficientes apoyos que son otorgados por los gobiernos en los países periféricos a sus agricultores, quienes solamente son atendidos de manera asistencial, sin resolver los problemas estructurales.

Asimismo, a mediados de los años noventa del siglo pasado, da inicio una nueva modernización de la agricultura con la aparición en el mercado de las semillas genéticamente modificadas (GM) -conocidas también como transgénicas-. El acontecimiento se presenta de la mano de un paquete tecnológico que hace dependiente al productor del modelo que incluye la semilla transgénica, insumos químicos específicos -como el uso de herbicidas de la empresa Monsanto7- y la implementación de labranza de conservación. En la actualidad, las principales transformaciones tienen la característica de resistencia a insectos y herbicidas, así como presentación de genes apilados de las dos transformaciones descritas anteriormente. Investigaciones realizadas en los últimos años, han demostrado que esta tecnología no responde a las necesidades agronómicas de los productores de maíz en México (Ávila, 2014; Castañeda et al., 2013; Massieu, 2009; Castañeda, 2009).

En el caso del maíz mexicano, el cultivo se encuentra en el centro de origen de la planta, es parte fundamental de la cultura y base de la alimentación de la sociedad. Bajo este contexto, este tipo de tecnología origina problemas que rebasan el aspecto económico porque forma parte de la valorización del capital, dentro de un modelo que permite la explotación de genes que como menciona Ruivenkamp (2005) presenciamos una explotación de recursos que antes no existía a través de la semilla y que es considerado una nueva forma de biopoder.

7 Este tipo de herbicida Roundup se comercializa a partir de 1976 y se convierte en el más vendido del mundo. En México se le conoce como FAENA y fue distribuido por Bayer. En 1995, se aprueban en Estados Unidos para su comercialización, diversos cultivos GM resistentes al herbicida Roundup, así como resistentes a plagas (http://www.monsanto.com/global/lan/quienes-somos/pages/monsanto-en-el-mundo.aspx).

YOLANDA CASTAÑEDA ZAVALA l JOSÉ FRANCISCO ÁVILA CASTAÑEDA

Preservación de la diversidad de maíces nativos en Puebla frente al cambio tecnológico70

(…) la crisis sistémica actual y la modalidad emergente del capitalismo a partir de ésta, es el papel que la tecnología desempeña como construcción social, lo cual se liga estrechamente con las crisis alimentarias, energética y ecológica; es decir, los aspectos más relacionados con el medio rural de la crisis general, y que nos permiten enmarcar la investigación (…) sobre cultivos transgénicos en México (Castañeda et al., 2013:60-61).

En esta situación de crisis bajo el modelo dominante, se persiste por parte de las empresas transnacionales agrobiotecnológicas y agroalimentarias que el cultivo de transgénicos es la solución a los problemas del hambre8. Sin embargo, a nivel internacional presenciamos fluctuaciones constantes en los precios de los alimentos, especialmente en aumento, y una pérdida de soberanía en los países periféricos que cada día dependen más del mercado internacional para satisfacer sus necesidades básicas de alimentos.

México importa más del 40% de sus alimentos. En el ciclo 2013/2014 importó 10,954 millones de toneladas de maíz provenientes de Estados Unidos (United States Department of Agriculture Foreign Agricultural Service, 2015). En el periodo de 2015, el gobierno federal erogó 11,242 millones de dólares para la compra de alimentos, entre éstos los que destacaron fueron: maíz (2,459 mdd), semilla de soya (1,574 mdd), trigo (1,028 mdd), leche y sus derivados (791 mdd) (Banco de México, 2016).

Un país como México que tiene como base de su alimentación al maíz debería contar con una política agresiva e intensiva para fomentar este cultivo entre medianos y pequeños productores, ya que los grandes productores, en especial del estado de Sinaloa han sido de lo más beneficiados con los apoyos gubernamentales. El gasto realizado en 2015 en importación de maíz -2,459 millones de dólares- es un claro ejemplo de la falta de compromiso por parte del gobierno mexicano ante la soberanía alimentaria que tanto alardea en su 8 En 2015, la publicación de El Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agro-

biotecnológicas (ISAAA) reporta que “Después de una carrera notable de 19 años de crecimiento anual consecutiva desde 1996 hasta 2014, la superficie global anual de los cultivos transgénicos alcanzó un máximo de 181.5 millones de hectáreas en 2014, (…) en comparación con 179,7 millones de hectáreas en 2015; este cambio es equivalente a un cambio neto marginal de año a año de menos del 1% entre 2014 y 2015. Las fluctuaciones anuales en las hectáreas de cultivos transgénicos (…) están influenciados por varios factores. En 2015, el principal factor que conduce a una disminución de las hectáreas de la biotecnología en algunos países se redujo el total de las plantaciones de cultivos; por ejemplo, para el maíz que fue de menos del 4% y para el algodón menos el 5%, impulsada por los precios bajos, con algunos agricultores que cambian de maíz, algodón y canola a una cosecha más fácil de manejar, tales como soja transgénica, y también para otros cultivos menos exigentes como (…) girasol y sorgo. (…) por los bajos precios en el año 2015, es probable invertir cuando los precios de los cultivos vuelven a niveles más altos en el futuro” (http://www.isaaa.org/resources/publications/briefs/51/executivesummary/).

YOLANDA CASTAÑEDA ZAVALA l JOSÉ FRANCISCO ÁVILA CASTAÑEDA

Preservación de la diversidad de maíces nativos en Puebla frente al cambio tecnológico71

discurso. La dependencia con el mercado internacional de granos básicos, como menciona Bartra (2008) es ruinosa para los países que tienen los recursos para ello, pero en el caso de países como el nuestro representa nuestro propio suicidio.

2. Estrategias de preservación de maíces nativos en Puebla

Los productores de maíz en el estado de Puebla tratan de contrarrestar la dependencia tecnológica, alimentaria y económica, generada por el sistema productivo del modelo hegemónico, a través de conformar organizaciones que plantean principalmente localizar nuevos canales de comercialización, conservar su forma de organización, mantener y mejorar sus variedades locales, apropiarse del proceso productivo y de comercio, tener una mayor vinculación con técnicos y dependencias de gobierno, gestionar recursos, entre otros aspectos.

En la entidad, hallamos organizaciones que aglutinan a un número variado de productores, tanto pequeños, medianos y grandes. Todos ellos, con el objetivo de impulsar la producción de maíz acorde a sus prácticas, conocimientos o saberes y esencialmente como una forma de vida asociada a este cultivo.

La producción de maíz entre los productores poblanos, constituye un elemento indisociable de su relación con la tierra, la familia, comunidad y cultura. Reflejado en toda una gama de variedades nativas, que contienen características adaptativas únicas de cada zona del estado, desde una tolerancia relativa a las condiciones altitudinales, edáficas y climatológicas, hasta una resistencia a plagas y enfermedades. Pero también, un conjunto de prácticas agrícolas y conocimientos de su cultivo, así como creencias, mitos y leyendas.

En este sentido, en el presente trabajo se muestran los avances de la investigación de campo de los años 2013 al 2015, reflejando particularmente tres casos, en donde los productores generan estrategias para preservar sus maíces nativos, de esta forma enfrentan el actual modelo hegemónico derivado de la Revolución Verde, que viene materializándose en la actualidad en el programa Modernización Sustentable de la Agricultura Tradicional (MasAgro) y la posible introducción de siembra comercial de maíz GM.

En la zona de Serdán en el oriente del estado, se constituyó una organización de producción rural derivada de la CNC, llamada “Camino a las Estrellas”, a partir del Proyecto Maestro de Maíces Mexicanos (PMMM). En ella participan cien productores de nueve municipios: Altepexi de Rodríguez, Atzitzintla, Ciudad Serdán, Tlachichuca, Aljojuca, San Nicolás Buenos Aires, San José de

YOLANDA CASTAÑEDA ZAVALA l JOSÉ FRANCISCO ÁVILA CASTAÑEDA

Preservación de la diversidad de maíces nativos en Puebla frente al cambio tecnológico72

Chiapa, Oriental y Soltepec. Se encuentra organizada por una mesa directiva, formada por un presidente, un tesorero, un secretario y un representante de cada municipio; y la misma se rota cada tres años (Camino a las Estrellas, 2013-2015).

El objetivo de Camino a las Estrellas, fue custodiar sus variedades nativas de maíz, establecer nuevas formas de producción, a través de la capacitación e implementación de nuevas técnicas de siembra, como el incremento de la densidad de plantas, el manejo y análisis de suelos, con la finalidad de aumentar los rendimientos de sus maíces (Camino a las Estrellas, 2013-2015).

Como referencia, el PMMM funcionó en Puebla por tres años (de 2009 a 2011), participando la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN), la empresa Monsanto, el gobierno del estado y la Confederación Nacional Campesina. El proyecto consistió en colectar maíces nativos, registrarlos y depositar las muestras en un banco de germoplasma que se creó ex profeso en la UAAAN. Para ello, cada productor donó muestras de sus variedades y recibió un reconocimiento como “custodio”, por lo cual se les dio un apoyo en efectivo de $1,000.00 anuales y asesoría técnica por los tres años que duró el proyecto (Ávila et al., 2014). Además, los productores establecieron durante el PMMM, convenios de agricultura bajo contrato con los avicultores de la zona de Tehuacán con ayuda del gobierno estatal, obteniendo de esta forma buenos precios por sus cosechas (Camino a las Estrellas, 2015).

Los productores que participaron en el proyecto, consideran que obtuvieron un beneficio, primero por la asesoría técnica y en segundo por haberlos reconocido como “custodios” de sus maíces nativos. Aunque este título simbólico, ya lo poseían desde hace cientos de generaciones por mantener sus semillas nativas heredadas de sus antepasados como ellos mismos lo reconocen mucho antes del PMMM (Camino a las Estrellas, 2015).

Una particularidad de esta región, ha sido las condiciones altitudinales, en donde los productores siembran variedades nativas con rendimientos de cuatro a cinco toneladas por hectárea -con un gasto aproximado de $6,000 por hectárea-, ya que las semillas híbridas no son idóneas para este tipo de alturas (Camino a las Estrellas, 2013-2015). Las variedades que mantienen los productores, presentan una adaptación a las condiciones agroecológicas y ambientales, confiriéndoles un carácter único en su código genético. Asimismo, esto no se reduce a los aspectos biológicos, sino también, representa para ellos un recurso que satisface sus necesidades alimentarias, culturales y sociales.

En los últimos años, el gobierno del estado (2011-2017) cambió las políticas dirigidas al sector agrícola, teniendo como resultado el retiro de apoyos a las organizaciones del campo. Esta situación impactó a la sociedad de producción

YOLANDA CASTAÑEDA ZAVALA l JOSÉ FRANCISCO ÁVILA CASTAÑEDA

Preservación de la diversidad de maíces nativos en Puebla frente al cambio tecnológico73

rural “Camino a las Estrellas” al restringirse los recursos que anteriormente obtenían del gobierno estatal y que destinaba para sus proyectos, provocando una desarticulación de la organización en sus objetivos y entre sus integrantes. Paralelo a ello, los convenios de agricultura bajo contrato se han dificultado al retirarse el apoyo del gobierno para su firma, quienes fungían como contacto e intermediarios en las negociaciones con el sector avícola, durante el lapso de tiempo que estuvo vigente el PMMM.

La experiencia del PMMM representó para los productores un reconocimiento de sus variedades nativas que tienen óptimos rendimientos y puede ser considerado como un producto comercial para cierto mercado.

En otro aspecto, también se constató que aun cuando los productores participaron en el PMMM, el cual ha sido cuestionado por la participación de Monsanto - principal empresa desarrolladora e impulsora de semillas GM a nivel mundial-, los productores desconocen y señalan que falta información entre ellos acerca de los maíces transgénicos, los efectos que puedan ocasionar al medio ambiente y a la salud, las consecuencias si son sembradas en la región y los beneficios o daños que pudiesen ocasionar estos organismos.

La segunda experiencia que busca mejorar las condiciones de los productores, conservar las variedades de la región e implementar otras formas de comercialización es la Empresa Integradora Consultoría Profesional de Desarrollo, S.A. de C.V. (EICOPRODESA) en el municipio de Nopalucán de la Granja.

EICOPRODESA se constituye por 21 organizaciones de base, distribuidas en ocho comunidades, con aproximadamente 2,000 productores. Asimismo, es socia cofundadora de la ANEC (Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productos del Campo, A.C.) desde 1994. Se integra por pequeños productores que cuentan con una extensión de seis hectáreas como máximo, principalmente de temporal y ejidal. Siembran maíces nativos de la región denominados cremosos, los cuales tienen la característica de ser variedades de ciclo corto, comúnmente llamadas precoces, con rendimientos menores a dos toneladas por hectárea, con un costo de producción de $6 000 a $7 000 pesos la tonelada. Sin embargo, su comercialización no es fácil, ya que son catalogados por la industria poblana como granos de mala calidad (Productores de la zona de Nopalucán de las Granjas-Puebla, 2013-2014).

Por esta razón, algunos productores optan por sembrar variedades híbridas que posean ciertas particularidades para la venta. En estas condiciones, los costos de producción son altos y no son recuperables por los bajos precios en que se vende el grano. Sin embargo, los productores entrevistados están en el dilema de sacrificar sus variedades nativas por semillas híbridas.

YOLANDA CASTAÑEDA ZAVALA l JOSÉ FRANCISCO ÁVILA CASTAÑEDA

Preservación de la diversidad de maíces nativos en Puebla frente al cambio tecnológico74

Sumado a lo anterior, existen problemas en el cultivo del maíz, como altos costos de los insumos, los precarios apoyos otorgados por el gobierno, el abandono del campo por los jóvenes y recientemente las variaciones climáticas que afectan severamente en la región. Los productores señalan que en los años 2009 y 2011 se perdió la totalidad de la producción a causa de las heladas fuera de temporada.

A pesar de la situación descrita, EICOPRODESA sigue apoyando la comercialización de todo tipo de maíces y buscando los mejores precios sean socios o no de la organización.

EICOPRODESA se plantea si continuarán sustituyendo las variedades nativas por híbridas o en el peor de los casos, por semillas transgénicas y; finalmente, qué sucederá con el autoabasto de maíz en la zona si los precios siguen fluctuando desfavorablemente.

La última experiencia es el Consejo Poblano de Agricultura de Conservación A.C. (COPAC), surge de manera informal entre técnicos y productores en el año 2008. En el año 2010, se consolidó formalmente como una asociación civil y en la actualidad cuenta con 850 socios aproximadamente. Se compone de una mesa directiva integrada por un presidente, un secretario, un tesorero, una persona en el consejo de vigilancia y tres técnicos; los cuales están certificados en agricultura de conservación por el CIMMYT. Aproximadamente 90% de sus socios tienen entre un cuarto de hectárea y cinco, el otro 5% poseen entre diez y quince hectáreas y, finalmente, 5% cuentan con más de quince hectáreas. En la mayoría de los casos, las tierras son de temporal. Cabe resaltar que del 90% citado, 50% siguen siendo ejidatarios, 45% conforman la pequeña propiedad y 5% corresponden a la categoría de propiedad privada. Emplean tanto semillas nativas adaptadas a las diversas regiones, como híbridas. El destino de la producción principalmente se dirige para el autoconsumo y conservar semillas para el siguiente ciclo. Del total de los socios, 90% destina el 65% exclusivamente para el gasto familiar y el resto es para la venta ocasional. El 10% restante de los productores comercializan la totalidad de su producción. Se encuentra trabajando en 8 delegaciones en los municipios de Chignahuapan, Soltepec, Huejotzingo, Zinacatepec, Santa Ana, Acteopan, San Juan Ixcaquixtla y San Salvador el Seco (Maldonado, 2014-2015).

La finalidad de COPAC es producir alimentos de forma diferente y enfocarse a la producción sustentable, por medio del sistema de la agricultura de conservación para producir granos básicos, frutales y hortalizas. Por otro lado, buscan estrategias que permitan reducir la dependencia con respecto a

YOLANDA CASTAÑEDA ZAVALA l JOSÉ FRANCISCO ÁVILA CASTAÑEDA

Preservación de la diversidad de maíces nativos en Puebla frente al cambio tecnológico75

los fertilizantes químicos para la nutrición de plantas por medio del empleo de biofertilizantes, compostas y en algunos casos mejoradores para el suelo.

Uno de los grandes problemas para estos agricultores son los bajos precios de los granos, los altos costos de los insumos y el abandono del campo por los jóvenes (Maldonado, 2014).

A partir de 2013, el COPAC y la Federación Mexicana de Maquileros Agrícolas, Socios de la Asociación Mexicana de Agricultura de Conservación (ANAC) son los principales promotores de la Agricultura de Conservación y la Mecanización eficiente en el estado de Puebla.

Para los productores organizados, las parcelas demostrativas les permiten comparar la productividad de las semillas híbridas de diversas empresas como Aspros, Syngenta, entre otras, en relación a las semillas nativas de la región y empleando el sistema de agricultura de conservación. Las pruebas se han realizado en San Sebastián Tepaltepec y San Pedro Cholula, apoyados por técnicos de las mismas empresas y de productores que han tomado los cursos de capacitación sobre agricultura de conservación en el CYMMIT. En el Cuadro 1, se aprecia un ejemplo de los resultados obtenidos por este tipo de parcelas (COPAC, 2015).

Cuadro 1. Parcelas Demostrativas maíz híbrido – maíz criollo 2014

Material Plantas/Ha Granos/Kg KG/HA 14%

Caudillo M5G 4 ABG (Bionitro) 62,500 2,280 8,155

ASPROS HC8 (Cultiva) 62,500 1,800 8,507

CERES TR OMB A (Bionitro) 62,500 1,960 8,418

PROCESO SPY104 (BEST TM) 62,500 2,600 6,346

Criollo Amarillo (Cultiva) 62,500 2,600 7,813

Criollo Blanco (Biofábrica Siglo XXI) 62,500 2,160 7,501

Criollo Blanco (Biofábrica Siglo XXI) 62,500 2,440 7,787

Criollo Blanco (Testigo) 62,500 2,160 6,456

Fuente: Cuadro modificado a partir de COPAC, 2015.

YOLANDA CASTAÑEDA ZAVALA l JOSÉ FRANCISCO ÁVILA CASTAÑEDA

Preservación de la diversidad de maíces nativos en Puebla frente al cambio tecnológico76

Dependiendo del interés del productor, seleccionará el tipo de material para la siembra acorde a sus necesidades. Por ejemplo, si el maíz va a ser destinado para la venta únicamente, posiblemente emplee materiales con buen rendimiento y alto peso del grano, pero si es para el autoconsumo, preferirá uno con alto rendimiento y semilla nativa generalmente por la calidad alimentaria del grano. Otro aspecto importante que se puede notar en las parcelas demostrativas que realiza el COPAC, aunque no lo señala en sus datos explícitamente; es el costo de la semilla para el productor. El cual asciende aproximadamente a $2,340 el saco de simiente de 60,000 unidades en el mercado de Puebla, en comparación de los materiales nativos, que son obtenidos del ciclo anterior. De esta manera, se presenta un incremento substancial en los costos de producción para los productores.

El COPAC mantuvo una participación estrecha con el programa MasAgro desde su inicio en el año 2010; colaborando en la transferencia de tecnología de la agricultura de conservación durante convenios anuales con el CIMMYT por un periodo de tres años. Al finalizar dicho lapso de tiempo, se suspendieron las actividades de colaboración y se dejó de lado los avances alcanzados en materia de transferencia de tecnología que había realizado el COPAC; sin que hubiese un reconocimiento para los productores por parte del programa (Maldonado, 2015).

Es importante destacar, que los objetivos del COPAC son mantener las variedades nativas cuando son adecuadas y tienen la capacidad productiva en cada región, combinando estas características de las simientes con las prácticas de agricultura de conservación, acorde a las necesidades agroambientales y económicas de cada productor; lo que choca con los fundamentos del MasAgro, el cual promueve e impulsa el empleo de materiales híbridos para alcanzar rendimientos relativamente altos.

MasAgro pretende sembrar entre 1.5 y 3 millones de hectáreas con semillas híbridas, lo que implica desplazar variedades nativas entre un 25% y 50% de la superficie sembrada actualmente:

Tal desplazamiento ocurrirá por dos caminos por lo menos: a) la sustitución explícita por variedades mejoradas; y b) la reducida resistencia de los maíces nativos al acame bajo producción intensiva, lo que los descalifica para el sistema AC (agricultura de conservación). En MasAgro se justifica tal desplazamiento, por los mejores atributos de las variedades mejoradas en cuanto a rendimiento, resistencia al acame, y a la sequía. Son los mismos tipos de justificantes de la Revolución Verde (RV), que si bien trajeron grandes incrementos en la producción de alimentos al mundo, también cobraron un alto precio a la agrobiodiversidad (Turrent et al., 2014:1540).

YOLANDA CASTAÑEDA ZAVALA l JOSÉ FRANCISCO ÁVILA CASTAÑEDA

Preservación de la diversidad de maíces nativos en Puebla frente al cambio tecnológico77

El programa MasAgro, no se reduce únicamente a las implicaciones del desplazamiento de variedades nativas por mejoradas, la pérdida de biodiversidad y agrosistemas, sino que también podría contribuir a la adopción de semillas GM. Las cuales, no se contraponen a este sistema, sino al contrario, pueden seguir el mismo modelo productivo impulsado por el MasAgro, ya que los materiales GM son semillas comerciales híbridas más la construcción génica.

3. Productores maiceros y MasAgro

El programa MasAgro es una iniciativa desarrollada por la SAGARPA y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), el cual busca contribuir en la soberanía y suficiencia alimentaria en México y luchar contra el cambio climático. Sus metas son: incrementar la producción y rendimientos de maíz y trigo entre productores de menor desarrollo, los cuales aún realizan agricultura tradicional o de subsistencia. Es por ello, que el gobierno mexicano aportará para dicho programa más de mil seiscientos cincuenta y seis millones de pesos a lo largo de 10 años que se tiene estimado para el proyecto. Dicho programa, con el objetivo de asegurar sus resultados integrales tiene cuatro componentes básicos: desarrollo sustentable con el productor, una estrategia internacional para aumentar el rendimiento de maíz, una estrategia internacional para aumentar el rendimiento de trigo y descubrir la diversidad genética de las semillas. Con ello, se pretende que, con la agricultura de conservación, se permita la transición de un régimen de subsidios a un régimen de bienes públicos (SAGARPA, 2013).

MasAgro presenta un esquema de tipo vertical y rígido, que busca de acuerdo a sus lineamientos, modernizar a los campesinos y transformarlos en productores eficientes y sustentables, sin rescatar sus conocimientos y prácticas agrícolas.

Otro aspecto fuertemente cuestionado a este programa, son los donativos que recibe del sector privado como la empresa semillera Monsanto, quien plantea apoyar a la conservación de las variedades nativas mexicanas, la agricultura de conservación y disminuir el calentamiento global. Sin embargo, la multinacional es una de las mayores productoras de semillas mejoradas y GM e insumos químicos a nivel mundial (Espinosa y Turrent, 2011).

En el caso de Puebla, observamos que el programa MasAgro, a pesar de los recursos aportados para capacitar a técnicos y comprar maquinaria especializada para labranza de conservación, no ha logrado sus objetivos planteados por las siguientes razones:

YOLANDA CASTAÑEDA ZAVALA l JOSÉ FRANCISCO ÁVILA CASTAÑEDA

Preservación de la diversidad de maíces nativos en Puebla frente al cambio tecnológico78

1) El impulso de semillas híbridas como modelo productivo de alto rendimiento se contrapone a la sustentabilidad al utilizar insumos químicos que son indispensables en el empleo de simientes mejoradas.

2) Un aumento sustancial de los costos de producción de los pequeños y medianos productores al emplear semillas híbridas y fertilizantes asociados a este paquete tecnológico.

3) El programa MasAgro, capacita técnicos para la transferencia de tecnología como el caso del COPAC, quienes fueron beneficiados, pero después de tres años de trabajo, se finaliza la relación con el programa y se interrumpe la continuidad.

4) El programa no considera el potencial de las variedades nativas, como una alternativa productiva dentro del modelo de agricultura de conservación, marginando a productores como el caso de Camino a las Estrellas, a pesar de que obtienen rendimientos comparables a los híbridos y que no pueden usar variedades mejoradas por las condiciones altitudinales.

5) No contempla la preferencia y calidad alimentaria de los productores respecto a sus variedades nativas, reflejándose claramente entre los productores de las tres organizaciones, quienes mantienen sus semillas a pesar del dilema de cambiar por híbridas en un mercado excluyente.

6) Uno de los objetivos del MasAgro es incrementar la producción. Sin embargo, los bajos precios del grano y los ineficientes canales de comercialización no son considerados por éste. Por esta razón, es necesario generar programas integrales en donde intervengan diferentes instancias, que solucionen los problemas productivos, la comercialización y generar una política nacional de precios justos para los productores maiceros.

7) El cambio tecnológico planteado por MasAgro en el desplazamiento de variedades nativas por semillas mejoradas, podría contribuir a la implementación de maíces GM, sin que sea el objetivo directo del programa, ya que, al perderse la diversidad de semillas locales, acarrearía la dependencia de los productores por este insumo.

Conclusiones

Las tres organizaciones de productores de maíz en Puebla, implementan estrategias para seguir conservando la producción de maíz, tanto con sus semillas nativas como híbridas, bajo una lógica de satisfacer las necesidades familiares, pero también en mantener un lazo entre los mismos productores, la familia y la comunidad, las tradiciones, la cultura, el interés de los jóvenes por el campo,

YOLANDA CASTAÑEDA ZAVALA l JOSÉ FRANCISCO ÁVILA CASTAÑEDA

Preservación de la diversidad de maíces nativos en Puebla frente al cambio tecnológico79

el medio ambiente y la biodiversidad; todo ello reflejándose en sus prácticas, las cuales no se reducen únicamente al incremento de la producción del grano. Sin embargo, el modelo dominante que impera, particularmente en el caso de los programas gubernamentales como el MasAgro, tratan de modernizar la agricultura campesina, sin contemplar todos estos aspectos que mantienen presentes los campesinos y productores poblanos en sus vidas cotidianas.

Podemos considerar que no existiría un desplazamiento total de las variedades nativas por híbridas, ya que los productores, no solamente contemplan el aspecto comercial, sino la importancia de conservar sus maíces locales como parte de su cultura y un elemento indispensable de su alimentación.

Es necesario revalorizar los maíces nativos en la entidad, para ello es fundamental la participación gubernamental con programas que contribuyan a su producción. El problema no es solamente de productividad -se ha demostrado que existen variedades nativas con rendimientos semejantes a los híbridos o superiores- sino en solucionar los problemas que se enfrentan con el cambio climático, los bajos precios del grano y la falta de canales de comercialización justo. Conservar los maíces en el centro de origen es fundamental porque son la base de la diversidad genética de la humanidad y de la sobrevivencia de las familias campesinas e indígenas en Puebla.

Bibliografía

Aceves, R., et al., (2002), “Comportamiento agronómico del híbrido H-137 y materiales criollos de maíz en el Valle de Puebla”, en Revista Fitotecnia Mexicana 25, pp. 339-347.

Ángeles, E., et al., (2010), “Caracterización y rendimiento de poblaciones de maíz nativas de Molcaxac, Puebla”, en Revista Fitotecnia Mexicana, Vol. 33 (4), pp. 287 – 296.

Ávila, J. F. (2014), “Los pequeños productores de maíz en Milpa Alta: conservación, cultura y flujos génicos”, en Massieu, Y. y Noriero, L. (Coordinadores) Recursos naturales y Conflictos Socioambientales. Cinco experiencias de los actores sociales, Serie Mundos Rurales No. 6, México, UAM-Xochimilco.

Ávila, J. F., et al., (2014), “Los productores de maíz en Puebla ante la posible liberación de maíz genéticamente modificado”, en Revista Sociológica, Núm. 82, Año 29, mayo-agosto 2014, UAM-Azcapotzalco, pp. 45-81.

YOLANDA CASTAÑEDA ZAVALA l JOSÉ FRANCISCO ÁVILA CASTAÑEDA

Preservación de la diversidad de maíces nativos en Puebla frente al cambio tecnológico80

Banco de México, (2016), “Balanza de productos agropecuarios”, en línea disponible en: http://www.banxico.org.mx/SieInternet/consultar-DirectorioInternetAction.do?accion=consultarCuadro&idCuadro=-CE122&sector=1&locale=es, (Accesado el día 12 de abril del 2016).

Bartra, A. (2008), “Fin de fiesta. El fantasma del hambre recorre el mundo”, en Argumentos. Crisis alimentaria. Abundancia y hambre, núm. 57, año 21, México: UAM-Xochimilco, mayo-agosto, pp. 15-34.

Castañeda, Y. y Massieu, Trigo, (2015). “Introducción. Construyendo alternativas frente a la crisis alimentaria”, en Yolanda Castañeda Zavala yYolanda Cristina Massieu Trigo (Coordinadoras). La crisis alimentaria y sus dilemas tecnológicos y socioambientales. Respuestas de los actores sociales. Ed. AMER, UAM Azcapotzalco, UNACH, UMSNH, UAN. Pp. 11-26. ISBN del Tomo I: 978-607-9293-19-2.

Castañeda, Y., Massieu,Y. C., y González, A., (2013), “La construcción social de los cultivos transgénicos: maíz en México y soya en Argentina”, en Arellano A., Chauvet M. y Vidales R. (Coordinadores) Redes y estilos de investigación. Ciencia, tecnología, innovación y sociedad en México y Costa Rica, México, MAPorrúa, UAM Azcapotzalco, Universidad Autónoma del Estado de México, pp. 55-85.

Castañeda, Y., (2009), “Para los productores maiceros ¿un maíz transgénico?”, en Revista Sociedades Rurales, Producción y Medio Ambiente. vol. IX, núm. 17, UAM, pp. 53-88.

Cervantes, S., Goodman M. y Casas D., (1978) (1978), “Efectos genéticos y de interacción genotipo-ambiente en la clasificación de las razas mexicanas de maíz” en Agrociencia 30, pp. 25-30.

COPAC, (2015), Consejo Poblano de Agricultura de Conservación, AC http://www.copacpuebla.org.mx, (Accesado el 11 de abril de 2015).

Dickson, D. (1988), The New Politics of Science. Chicago: The University of Chicago Press.

Espinosa, A. y Turrent, A., (2011), “¿Mayor producción de maíz y trigo con MasAgro?”, en La Jornada del Campo, Sábado 21 de mayo de 2011, Número 44.

Herrera, C., et al., (2000), “Caracteres morfológicos para valorar la diversidad entre poblaciones de maíz en una región: caso la raza Chalqueño”, en Revista Fitotecnia Mexicana, vol. 23, núm. 2, pp. 335-353.

YOLANDA CASTAÑEDA ZAVALA l JOSÉ FRANCISCO ÁVILA CASTAÑEDA

Preservación de la diversidad de maíces nativos en Puebla frente al cambio tecnológico81

Hewitt, C., (1975), La modernización de la agricultura mexicana. 1940-1970, Siglo XXI Editores, México.

Hortelano, R., (2010), “Diversidad morfológica y variación isoenzimática de maíces nativos del Altiplano Centro-Oriente del Estado de Puebla”, Tesis de Doctorado en Ciencias, Colegio Postgraduados, Campus Montecillos, Estado de México, pp. 79.

Hortelano, R., et al., (2012), “Diversidad fenotípica de maíces nativos del Altiplano Centro-Oriente del Estado de Puebla, México”, en Revista Fitotecnia Mexicana Vol. 35 (2), pp. 97–109.

Kato, T. A., et al., (2009), Origen y Diversificación del Maíz: Una revisión Analítica, Editorial UNAM-CONABIO, México, D.F., pp. 116.

Massieu, Y.C. (2009), “Cultivos y alimentos transgénicos en México. El de- bate, los actores y las fuerzas sociopolíticas”, en Argumentos, núm. 58, Nueva época, Año 22, México, UAM-Xochimilco, DCSH.

MasAgro, (2012). “Informe de actividades 2011-2012”, CIMMYT y SAGARPA, http://repository.cimmyt.org/xmlui/bitstream/handle/10883/1374/97930.pdf

Muñoz, O., (2003), Centli-maíz: prehistoria e historia, diversidad, potencial, origen genético y geográfico, glosario Centli-Maíz, Edit., América, México, D. F., pp. 210.

Rubio, B. (2000), “Los campesinos latinoamericanos frente al nuevo milenio”. Rev. Comercio Exterior, marzo, pp. 265-272.

Sánchez G., Goodman M. y Rawlings O., (1993), “Appropriate characters for racial classification in maize” en Economic Botany, 47 (1), pp. 44-59.

Serratos, J. A., (2012), El origen y la diversidad el maíz en el continente americano, Edit., Greenpeace, 2ª edición, México, pp. 40.

Ortega, P. R., (2003), “La diversidad del maíz en México” en Esteva, G., y Marielle C. (Coordinadores), Sin Maíz no Hay País, Edit. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Dirección General de Culturas Populares e Indígenas. México, D. F., pp. 123-154.

Ruivenkamp, G., (2005), “Taylor-Made Biotechnologies: Between Bio-Power and Sub-Politics”, en Guido Ruivenkamp y Joost Jongerden (eds.), Tailoring Biotechnologies. Potentialities, Actualities and Spaces, vol. 1, núm.1, Wageningen, Center for Tailormade Biotechnologies and Genomics.

YOLANDA CASTAÑEDA ZAVALA l JOSÉ FRANCISCO ÁVILA CASTAÑEDA

Preservación de la diversidad de maíces nativos en Puebla frente al cambio tecnológico82

Turrent, A., et al., (2014), “Análisis de la estrategia MasAgro-maíz”, Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas, Vol. 5 No. 8, 12 de noviembre-31 de diciembre, pp. 1531-1547.

United States Department of Agriculture Foreign Agricultural Service, (2015), sitio: http://apps.fas.usda.gov/psdonline/circulars/grain-corn-coarsegrains.pdf, (Accesado el 20 de enero de 2015).

Velho, L. (2011), “La ciencia y los paradigmas de la política científica, tecnológica y de innovación”, en Antonio Arellano Hernández y Pablo Kreimer (directores), Estudio Social de la Ciencia y la Tecnología desde América Latina, Bogotá́, Siglo del Hombre Editores.

Vizcarra, I. (2002), Entre el taco mazahua y el mundo. La comida de las relaciones de poder, resistencia e identidades, Edit. Universidad Autónoma del Estado de México, Instituto Mexiquense de la Mujer, pp. 431.

Wellhausen, J., et al., (1951), “Razas de Maíz en México: Su Origen, Características y Distribución”, en Folleto Técnico No. 5. Oficina de Estudios Especiales. S. A. G. México, D.F. pp. 239.

EntrevistasCamino a las Estrellas, 2013-2015.Maldonado Pedro Antonio, 2014, Presidente del Concejo Poblano de

Agricultura de Conservación. A.C (COPAC, A.C.) (Diciembre del 2014).

Maldonado Pedro Antonio, 2015, Presidente del Concejo Poblano de Agricultura de Conservación. A.C (COPAC, A.C.) (Abril de 2015).

Productores de la zona de Nopalucán de las Granjas-Puebla, 2013-2014.

83

Revalorización de cultivos nativos en la búsqueda de la seguridad alimentaria y el desarrollo territorial: el caso de la agroindustria rural de amaranto en Santiago Tulyehualco, CDMX

Laura Elena Martínez Salvador1

Resumen

En el marco de la actual problemática alimentaria de malnutrición que se vive en México, el rescate de cultivos y alimentos tradicionales surge como una alternativa. El amaranto es un pseudocereal que, aunado a un vasto componente histórico y cultural, posee un gran potencial de contribuir a satisfacer con producción local las necesidades alimenticias de la población mexicana. Además de tener altos valores nutricionales, el procesamiento agroindustrial del amaranto le permite transformarse en un gran número de subproductos orientados a la alimentación, la disminución de la desnutrición e incluso el tratamiento de enfermedades (Porr, 2012).

1 Estudiante del Doctorado en Economía, sede Instituto de Investigaciones Económicas UNAM. Correo electrónico: [email protected]

LAURA ELENA MARTÍNEZ SALVADOR

Revalorización de cultivos nativos en la búsqueda de la seguridad alimentaria84

La agroindustria rural de amaranto se enfrenta a nuevos desafíos que pueden ser respondidos desde la acción colectiva y desde las relaciones de esta agroindustria con su entorno, lo anterior bajo un enfoque teórico que valoriza elementos territoriales denominado sistemas agroalimentarios localizados o “SIAL” (Boucher, 2006).

En este sentido, el presente capítulo tiene como principal objetivo estudiar y analizar la agroindustria rural de amaranto en Santiago Tulyehualco, CDMX, y a las organizaciones de productores que la integran desde el enfoque de los SIAL en la búsqueda de la seguridad alimentaria y el desarrollo del territorio.

Introducción

En México cerca de 135 millones de hectáreas están dedicadas a actividades agropecuarias (SIAP, 2014), sin embargo, esta riqueza territorial contrasta con un panorama de seguridad alimentaria y nutrición alarmante. En México el 23.3% de la población vive en pobreza alimentaria y un 30% de la población adulta padece algún grado de obesidad. Ante estas condiciones alimentarias diametralmente opuestas, la seguridad alimentaria saltó a las primeras páginas de las agendas políticas a nivel global, especialmente con los acontecimientos que se desencadenaron tras la aparición de la crisis financiera, energética y alimentaria de 2008 (The Hunger Project México, 2014 y Urquía, 2014).

México posee recursos agropecuarios en abundancia, es la 12a potencia exportadora de alimentos, aunque importa el 84% del arroz, el 55% del trigo, cerca del 23% del maíz y más del 90% de la soya (todo esto con base en cálculos del autor y con base en información del SIAP, 2014).

Ante el déficit de comercio exterior agropecuario y los anteriores problemas de malnutrición en México, es necesario establecer estrategias dirigidas al desarrollo del sector agrícola considerando como alternativa a los cultivos nativos y superavitarios cuyo potencial productivo sea amplio como es el caso del amaranto.

En la agroindustria de amaranto de la Ciudad de México subyacen elementos intangibles que dan identidad a la comunidad y arraigo a los recursos locales, vinculan al cultivo con su territorio y le dan a la producción de amaranto un papel primordial en la actividad económica, cultural y ambiental de la región. Con base en lo anterior es que se favorece su estudio por medio de un enfoque teórico que rescata estos elementos intangibles: el de los sistemas agroalimentarios localizados (SIAL).

LAURA ELENA MARTÍNEZ SALVADOR

Revalorización de cultivos nativos en la búsqueda de la seguridad alimentaria85

1. El enfoque de los sistemas agroalimentarios localizados

La agroindustria rural (AIR) es clave en el estudio de los sistemas agroalimentarios localizados (SIAL), este elemento que sirve de aglutinador entre actividades agrícolas y demás sectores productivos, permite valorizar el papel que la vinculación entre actores sociales heterogéneos tiene en el desarrollo del territorio.

La agroindustria rural se define como la actividad que permite dar valor agregado, mediante actividades post-cosecha, a la actividad agroalimentaria, manteniéndola en el medio rural. Las actividades post cosecha, y de mayor peso en la agregación de valor, incluyen el transporte, acopio y almacenaje de la materia prima; los procesos de industrialización (procesamiento, transformación y conservación), y la comercialización (IICA, 2006 y AMA, 2003). Algunos estudios de concentraciones geográficas de agroindustria rural (AIR) han identificado la relación positiva que guardan las AIR cuando están adecuadamente vinculadas a su territorio de inserción. El territorio al cual nos referimos es aquel definido como al:

espacio que ha sido construido histórico y socialmente en el cual la eficacia de las actividades económicas es fuertemente condicionada por las relaciones de proximidad y de pertenencia al espacio (Muchnik y Sautier, 1998 en Poméon y Fraire, 2011:13).

Las oportunidades para las agroindustrias rurales existen en la medida en que las organizaciones agroindustriales al interior de un territorio encuentran alternativas de revalorización de los recursos y activos endógenos así como de la inserción al mercado alimenticios de productos tradicionales o artesanales altamente ligados a elementos identitarios como: la cultura, la historia, el patrimonio, los valores, los hábitos alimenticios y el “saber hacer” del tratamiento agroalimentario (Boucher, 2006).

El enfoque de los sistemas agroalimentarios localizados toma en consideración la necesidad del análisis desde la perspectiva del territorio para la búsqueda del desarrollo rural y propone el discernimiento de una realidad agrícola con el objetivo de identificar el potencial que las actividades alrededor de una unidad agroindustrial tienen de transformar una región en un territorio productivo, competitivo, socialmente inclusivo, generando bienestar a los actores locales.

El sistema agroalimentario localizado (SIAL) puede definirse como a aquellos:

LAURA ELENA MARTÍNEZ SALVADOR

Revalorización de cultivos nativos en la búsqueda de la seguridad alimentaria86

sistemas constituidos por organizaciones de producción y de servicio […] asociadas mediante sus características y su funcionamiento a un territorio específico […] el medio, los productos, las personas, sus instituciones, su saber hacer, sus comportamientos alimentarios, sus redes de relaciones se combinan en un territorio para producir una forma de organización agroalimentaria en una escala espacial dada (Muchnik y Sautier, 1998: 4 en Boucher, 2012:83).

El enfoque de estudio de los SIAL plantea el trinomio “territorio, alimentos y cultura” por lo que establece que dentro del territorio anida una triple especificidad: la acción humana, las instituciones y la cultura alimenticia (Torres, 2012:74).

El territorio puede activarse (o fortalecerse) por medio del enfoque de los SIAL que rescata recursos tangibles o intangibles de un territorio cuando estos adquieren gran valor debido a sus especificidades y características que los diferencian de otros.

Precisamente esta carga territorial se encuentra en gran parte de las actividades que definen y caracterizan a las unidades agroindustriales de amaranto en la zona sureste de la Ciudad de México, especialmente en el poblado de Santiago Tulyehualco en Xochimilco. Esta región está impregnada de una gran tradición amarantera, por lo que el cultivo y cosecha de amaranto son parte de la identidad comunitaria. El uso de conceptos como los Sistemas Agroalimentarios Localizados (SIAL) para el análisis de la agroindustria de amaranto estriba principalmente en que este tipo de enfoques permite un análisis más integral de las actividades productivas y su relación con los elementos territoriales e intangibles antes mencionados como la identidad, la historia, la cultura y las instituciones.

Dado que el enfoque SIAL rescata la importancia de la agroindustria al interior de un sistema agroalimentario es que estas unidades son elementos de constante mención en estos estudios. Las unidades agroindustriales, desde el enfoque SIAL, son consideradas las entidades que, con una amplia carga territorial y cultural, agregan valor a la producción alimentaria por medio de la transformación agroindustrial; alrededor de estas unidades se tejen los vínculos entre actores sociales del sistema agroalimentario.

Para Torres Salcido (2013: 82-83) bajo el enfoque SIAL se rescatan la importancia de productos alimenticios con carácter localizado; la presencia de instituciones que coadyuvan en el desarrollo de las agroindustrias rurales y que están ampliamente basadas en elementos intangibles como la confianza y

LAURA ELENA MARTÍNEZ SALVADOR

Revalorización de cultivos nativos en la búsqueda de la seguridad alimentaria87

los acuerdos de cooperación; las prácticas sociales de innovación y difusión; los procesos de capacitación y apoyo técnico tecnológico proveniente de los productores o de organizaciones no gubernamentales; la defensa de los estándares de calidad en la producción y la búsqueda de la disminución de los costos de transacción y de las externalidades negativas del entorno.

Con base en lo anterior es que el enfoque SIAL es pertinente para el análisis de la actividad agroindustrial del amaranto en la región de Santiago Tulyehualco en la Ciudad de México, así como para la identificación del potencial de este cultivo, y sus subproductos, de contribuir al estado general de seguridad alimentaria en México.

2. El cultivo nativo amaranto

El amaranto es una planta de hoja ancha que se da principalmente en climas tropicales y que ha sido cultivado en la zona de Mesoamérica desde hace más de 7000 años, y fue considerado un alimento altamente vinculado a los rituales sociales, ofrendas religiosas e importante cultivo en la dinámica económica prehispánica. El amaranto era consumido en forma de grano aunque también se aprovechaba toda la planta como vegetal (AMA, 2003). Durante las ceremonias religiosas el amaranto era mezclado con miel de tuna roja, sangre o incluso con algunas de sus semillas color rojizo, por lo que el resultado de la mezcla era muy similar al color de la sangre (Bostid, 1984).

El amaranto se considera desde el punto de vista “botánico” como un pseudocereal y crece de forma intensiva, con una fotosíntesis rápida y altamente efectiva indistintamente de la calidad del suelo donde se cultiven y, aunque requieren de la humedad de este, pueden sobrevivir a condiciones climáticas extremas “desde ambientes secos hasta húmedos, de regiones altas a nivel del mar” (SIAP, 2013:17).

Nutricionalmente, el amaranto es una semilla que, en un análisis comparativo con otros de los cereales de consumo más común, a valores nutricionales medidos en 100 gramos posee:1.6 más proteína que el maíz, 2.2 más que el arroz y 1.2 más que el trigo; 9 veces más hierro que el maíz, 3 más que el arroz y el doble más que el trigo; en relación con el calcio la semilla de amaranto representa hasta 10 veces más que el contenido en 100g de maíz, 8 veces más que el arroz y 4 veces más que el trigo (Ver figura 1).

LAURA ELENA MARTÍNEZ SALVADOR

Revalorización de cultivos nativos en la búsqueda de la seguridad alimentaria88

Figura 1. Valor nutricional del amaranto en comparación con otros granos

Fuente: elaboración propia con base en Porr (2012),Puente a la Salud Comunitaria (2006) y Kent. N.L. (1998).

El amaranto es también el que más fibra contiene en nuestro análisis de los cereales más comunes: 2 veces más que el maíz, 3.7 más que el arroz y 1.2 más que el trigo. Aunado a lo anterior el grano de amaranto no posee gluten por lo que las personas que presentan intolerancia a este componente presente en el trigo, la cebada y avena (celíacos) pueden consumirlo ampliamente (Porr, 2012; Puente a la Salud Comunitaria, 2006 y Kent, 1998).

LAURA ELENA MARTÍNEZ SALVADOR

Revalorización de cultivos nativos en la búsqueda de la seguridad alimentaria89

2.1. Usos del amaranto

El proceso transformador del amaranto da valor agregado a la producción alimenticia cuya base principal es este cultivo. La diversificación productiva de la agroindustria de amaranto ha permitido pasar de la concepción del amaranto con el tradicional dulce “alegría” a relacionarlo a productos comercialmente más aceptados tales como: sustitutos de leche, aceites, polvos para atoles, harina para pan de caja, galletas y golosinas diversas. La transformación del amaranto incluso ha permitido la creación de productos como suplementos alimenticios, barras nutricionales y alimentos altamente proteínicos para infantes, entre muchos otros productos.

El amaranto tiene múltiples aplicaciones en el campo de la medicina2 ya que este pseudocereal tiene efectos antioxidantes y puede ser consumido para tratar enfermedades como la osteoporosis, algunos tipos de cáncer, problemas de hipertensión arterial, el tratamiento del estreñimiento, la insuficiencia renal y hepática, y la enfermedad celíaca por la alergia al gluten (Porr, 2012).

2.2. Panorama Nacional e Internacional del amaranto

Actualmente el mercado internacional del amaranto es incipiente por lo que en términos de comercio internacional el amaranto carece de fracción arancelaria propia por lo que estadísticamente este pseudocereal es agrupado junto a otros bajo la clasificación “otros cereales”.

Figura 2. Producción mundial de “otros cereales” que incluyen al amaranto, 1993-2013 (toneladas)

Fuente: elaboración propia con base en FAO (2015)

2 Uno de los principales resultados de la investigación del amaranto en la medicina es el desarrollo de un antidepresivo a partir de la proteína de amaranto (ID,2014).

LAURA ELENA MARTÍNEZ SALVADOR

Revalorización de cultivos nativos en la búsqueda de la seguridad alimentaria90

Aún cuando la producción mundial de cereales tales como el amaranto va en aumento sólo un grupo reducido de países se dedica al cultivo y producción de este grano: China, India, Nepal, Kenya, México, Perú, EE. UU y Rusia (Bale y Kauffman, 1992 en Ayala et al., 2012).

En México, a fechas de 2013, se sembraron 3,729 ha de amaranto y se cultivaron 4,618 toneladas, lo que a un precio medio rural de más de 11 mil pesos la tonelada (promedio nacional) representó más de 52 mil millones de pesos en valor de la producción del grano para el periodo agrícola de 2013 (SIACON, 2013).

Los estados que más peso tienen en el Volumen de Producción de amaranto en México son Puebla y Tlaxcala, demarcaciones que en conjunto contribuyen con el 85.2% de la producción total nacional. De forma más específica se puede ver que la producción de amaranto se distribuye a nivel nacional de la siguiente manera para 2012 y 2013: Puebla: (67%) 46.4%, Tlaxcala: (12%) 38.8%, Estado de México: (8%) 6.6%, Ciudad de México: (4%) 3.49%, Morelos: (9%) 3%, resto del país que incluye a Oaxaca y San Luis Potosí: (0%) 2% (SIACON, 2013). Tanto la superficie sembrada como la producción de amaranto ha mostrado un marcado aumento en las últimas dos décadas (1994 a 2013) con tasas de crecimiento media anual del 8.1% en la superficie sembrada y del 8.4% en el volumen de la producción (SIACON, 2013).

El valor de la producción de amaranto en México es resultado del volumen de producción por el precio medio rural del cultivo para cada periodo agrícola. Ejemplo de lo anterior es que el PMR llegó a los $11,296 pesos por tonelada promedio nacional para el año agrícola de 2013 (aunque para el caso de la CDMX éste alcanzó los $22,500 pesos por tonelada para el mismo periodo agrícola) mientras que el valor de la producción alcanzó los $52,163211 pesos (SIACON, 2013). El precio medio rural del amaranto puede ser un incentivo a la producción del mismo debido a que éste supera los precios pagados por tonelada de los cultivos más comunes a nivel nacional siendo hasta 2.9 veces más alto que el precio medio rural del arroz, 2.7 más que el maíz y 3.04 más que el trigo (SIACON, 2013).

En lo que se refiere a la balanza comercial de este cultivo en México es otro elemento de sumo interés debido a que, en 2013, mostró un claro superávit de poco más de 57 mil dólares, debido a que las exportaciones alcanzaron las 37 toneladas. Este nivel de exportación se debe en gran parte al interés que los mercados naturistas norteamericano y europeo han mostrado en fechas recientes, siendo estos los principales demandantes de las exportaciones de amaranto hechas por México (SIAP, 2013 [2014]).

LAURA ELENA MARTÍNEZ SALVADOR

Revalorización de cultivos nativos en la búsqueda de la seguridad alimentaria91

3. Unidades de producción agrícola de amaranto en México

Las unidades de producción agrícola3 en México se caracterizan por ser en su mayoría minifundios en donde el 95% de los productores tiene terrenos de 1.5 hectáreas promedio de superficie (Ayala et al., 2012:315).

Esta superficie, que no permite la producción y explotación de la tierra a nivel comercializable, tiende más a la agricultura de subsistencia y, debido a estas características de las unidades de producción agrícola, se deben buscar cultivos de siembra intensiva, como el amaranto, para el aprovechamiento de los pequeños espacios de tierra que el minifundio representa.

El 87% de las hectáreas sembradas de amaranto en México se encuentran bajo un sistema productivo mecanizado, lo que implica que dichas hectáreas son cultivadas o trabajadas haciendo uso de algún tipo de maquinaria agrícola.

La mecanización de una hectárea tiene como principal objetivo la disminución de la mano de obra agrícola, el tiempo utilizado en cada unidad de producción y sus costos de producción dando como resultado una disminución del costo de producción final. Estas tierras, empleadas para la siembra de amaranto y con algún grado de mecanización agrícola (3,257 hectáreas), están divididas en tierras de riego y de temporal, lo que para el caso del total nacional asciende al 98% en el caso de las tierras de temporal y un 2% cuenta con algún sistema de riego. La superficie sembrada requiere a veces de sistemas de fertilización los cuales pueden hacerse con presencia de químicos o en ausencia de ellos.

En México el 96% de la superficie sembrada mecanizada de amaranto es fertilizada con algún químico. Uno de los principales insumos utilizados en la producción de amaranto lo constituyen las semillas utilizadas en la siembra, las cuales para el caso del amaranto pueden ser mejoradas o criollas.

Uno de los principales insumos utilizados en la producción lo constituyen las semillas utilizadas en la siembra, las cuales pueden ser mejoradas o criollas. El Sistema de Información Agroalimentario y Pesquero (SIAP) estimó en 2013 que el 54% de las hectáreas sembradas de amaranto a nivel nacional se hace con semilla criolla. El segundo productor de amaranto en el país Tlaxcala, siembra el 96% de sus hectáreas con semilla mejorada, porcentaje muy elevado que se contrapone con el caso extremo de la Ciudad de México, demarcación

3 Podemos entender a las unidades de producción agrícola como al conjunto de tierra, insumos, infraestructura, capital humano y tecnología de los que se hacen uso los actores agrícolas para llevar a cabo la actividad productiva agrícola.

LAURA ELENA MARTÍNEZ SALVADOR

Revalorización de cultivos nativos en la búsqueda de la seguridad alimentaria92

en donde el 100% de su siembra se realiza con semilla criolla (SIAP, 2013a), por lo que, si bien ésta práctica puede coadyuvar a la conservación de la biodiversidad del territorio amarantero y de sus semillas, no contribuye a la mejora de los rendimientos agrícolas de la región.

4. Agroindustria de amaranto en la Ciudad de México

Debido a la amplia tradición agrícola productiva y cultural de transformación del amaranto en la Ciudad de México es que el estudio de caso se centra en estademarcación. La Ciudad de México tiene una extensión territorial de 1,485.5 km cuadrados, lo que representa cerca del 0.1 por ciento del territorio nacional y está integrado por 16 delegaciones (SIAP, 2014a). El valor de la producción de la actividad agrícola de la Ciudad de México representa el 0.4% de la producción agrícola total y el 0.1% de la producción pecuaria (SIAP, 2014a4).

La Ciudad de México difícilmente puede ser considerada líder en producción agrícola dada la baja participación de esta demarcación en los indicadores agrícolas nacionales. Sin embargo, en relación con uno de los principales cultivos “nativos” en la Ciudad de México, el amaranto, la realidad es otra. La Ciudad de México es el cuarto productor a nivel nacional con 136 hectáreas sembradas y 161 toneladas producidas a 2013. Aunado a lo anterior, esta demarcación es la que registra a nivel nacional el mayor Precio medio rural pagado a los productores de amaranto: $22,000 por tonelada a fechas del 2013.

Por otra parte, este cultivo en la Ciudad de México tiene un rendimiento promedio en la última década de 1.18 toneladas por hectárea sembrada, lo que comparado con el producto agrícola de mayor importancia en la demarcación que son los nopalitos cuyo rendimiento es de 62 toneladas por hectárea, refleja uno de los principales problemas del cultivo de amaranto, los rendimientos agrícolas (SIACON, 2013).

El amaranto no se cultiva en toda la Ciudad de México, sino que son tres las principales delegaciones productoras de este bien. En 2010 en esta ciudad se sembraron 137 hectáreas de amaranto de las cuales 80 fueron sembradas en Xochimilco (58%); 42 en la delegación Tláhuac (31%) y 15 (11%) en la delegación Milpa Alta (OEIDRUS-DF, 2010). 4 Las delegaciones consideradas “lideres” en cuanto al valor de la producción agropecuaria se refiere

son: Milpa Alta con 926 mdp (65.1% del total); Xochimilco 228 mdp (16.1%); Tlalpan con 171 mdp (12% del total); Tláhuac con 86.6 mdp (6.1%); y Magdalena Contreras con 6.1 mdp (0.4%) (SIAP, 2014a).

LAURA ELENA MARTÍNEZ SALVADOR

Revalorización de cultivos nativos en la búsqueda de la seguridad alimentaria93

El volumen de producción en la Ciudad de México fue de 165 toneladas para el periodo agrícola de 2010 lo que por delegaciones se dio de la siguiente manera: en la delegación Xochimilco se cultivaron 80 toneladas (48%); mientras que 65.4 (40%) y 19.5 toneladas (12%) fueron obtenidas de la producción de Tláhuac y Milpa Alta respectivamente (Ibíd.).

En la CDMX se encuentran localizadas una gran concentración de organizaciones agroindustriales que hacen de la producción, transformación y comercialización de amaranto su principal actividad económica. Esta demarcación es tanto un cinturón de agroindustrias con tradición productiva, transformadora y comercializadora, como un mercado alimentario con amplio potencial y en ascenso en el cual se han colocado productos cuya base es el amaranto.

Existe una especial concentración de agroindustrias en el sureste de la Ciudad de México, especialmente en la delegación Xochimilco y más aún en el poblado de Santiago Tulyehualco, por lo que a pesar de que en la Ciudad de México no es el principal productor de amaranto del país, la alta concentración de agroindustrias lo convierte en un territorio de sumo interés para la investigación y el estudio.

4.1. Agroindustria de amaranto en Santiago Tulyehualco, Xochimilco

Santiago Tulyehualco es un poblado localizado al sureste de la delegación Xochimilco y es considerada una región “productora tradicional de amaranto y aceituna” (Ramírez et al., 2010: 64). Esta zona periurbana agroindustrial de amaranto asentada a las faldas del cerro del Teuhtli posee una gran tradición en la producción, trasformación y comercialización de este cultivo, cuyo conocimiento y saber hacer de la actividad amarantera en esta región fue heredada por los padres y abuelos de los actuales productores de la región (Manzo y López, 2011).

LAURA ELENA MARTÍNEZ SALVADOR

Revalorización de cultivos nativos en la búsqueda de la seguridad alimentaria94

Figura 3. Localización geográfica del poblado de Santiago Tulyehualco en la delegación Xochimilco, Ciudad de México.

Fuente: Elaboración propia.

Con base en el padrón georreferenciado de productores de amaranto de la Ciudad de México, a fechas del 2009 se identificaron a 287 productores de amaranto de los cuales el 90% se encuentran ubicados en la delegación Xochimilco, específicamente en el poblado de Santiago Tulyehualco, el 6.2% en Milpa Alta en San Antonio Tecomitl y un 3.4% localizados en San Nicolás Tetelco en la delegación Tláhuac (OEIDRUS- DF, 2009).

Las asociaciones civiles, sociedades cooperativas, anónimas y de producción rural son sólo algunas de las formas de organización que se dan como resultado de la acción colectiva que buscan revalorizar al cultivo del amaranto en la región de Santiago Tulyehualco (Escalante, 2010:6).

Un ejemplo de estos esfuerzos de revalorización colectiva del amaranto son los realizados en la localidad mencionada por las siguientes agrupaciones: Productores Agroecológicos Regeneración Campesina Teuhtli S.C; el Sistema Producto Amaranto A.C.; el grupo de eco-guardas Conservadores del Medio Ambiente Teuhtli; el Grupo de Enlace para la Promoción del Amaranto en México y la Asociación Mexicana de Amaranto.

Estas organizaciones que integran a productores de amaranto; micro industrias, centros de investigación, instituciones públicas y de educación así como distintas dependencias y actores de diversas disciplinas, tienen como objetivo principal el impulso y fortalecimiento de la cadena productiva del amaranto por medio de actividades de transferencia tecnológica al sector agroindustrial amarantero; lo anterior, coadyuvando a la creación de relaciones

LAURA ELENA MARTÍNEZ SALVADOR

Revalorización de cultivos nativos en la búsqueda de la seguridad alimentaria95

y alianzas estratégicas entre los eslabones de la cadena productiva para la generación de valor, especialmente la creación de alianzas de comercialización y la implementación de estrategias de conservación y cuidado de las áreas verdes protegidas y dedicadas al amaranto (Escalante, 2010; SPA, 2008; AMA, 2003; Grupo de Enlace para la Promoción del Amaranto en México, 2015 y Ramírez et al., 2010).

Las agroindustrias localizadas en la región del sureste de la delegación Xochimilco, Ciudad de México, son pilar de la vida económica y de los quehaceres sociales de la localidad y ofrecen un vínculo entre la producción rural de amaranto de diversos estados de la república y uno de los más grandes mercados alimenticios en el país.

La actividad agroindustrial de amaranto ha evolucionado con el paso del tiempo y ha ido cambiando de una forma tradicional y artesanal de transformación a realizar actividades en naves semi-industriales y talleres dedicados exclusivamente a este cultivo, lo que ha permitido aumentar y diversificar su volumen de producción en la región (Méndez, 2011: 8) dando valor agregado a la producción agroalimentaria a través de las distintas etapas de la cadena productiva del amaranto.

Esta cadena está compuesta por los siguientes eslabones5: i) producción primaria, ii) cosecha, iii) post-cosecha en la cual se incluye el transporte, acopio y almacenaje; iv) procesos de industrialización, que considera actividades de procesamiento, transformación y conservación y v) la comercialización (IICA, 2006 y AMA, 2003). Sin embargo, estos eslabones productivos están apoyados por aquellos dedicados a la investigación, la transferencia de la tecnología y los apoyos financieros (SPA, 2008).

La agroindustria de amaranto de la zona de Tulyehualco sigue caracterizándose por la comercialización y venta directa del amaranto a granel a cerca de 500 transformadores de la región (Ayala et al., 2012: 327) y en cerca del 22%, los ingresos producto de la actividad del amaranto representan el único ingreso de la familia; mientras que en el 78% de los productores, éstos realizan alguna otra actividad por lo que la agroindustria de amaranto representa solo un ingreso complementario (Ramírez et al., 2010:62).

5 En la agroindustria de amaranto en la Ciudad de México, especialmente en la región de Santiago Tulyehualco algunas innovaciones se realizaron a los eslabones productivos del amaranto como parte del Programa de Casos de Éxito de Innovación en el Sector Agroalimentario, con el apoyo de la Fundación Grupo Produce, D.F, los Productores Agroecológicos Regeneración Campesina Teuhtli S.C de RL, el Sistema Producto Amaranto A.C y el Instituto de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, INIFAP (Escalante, 2010).

LAURA ELENA MARTÍNEZ SALVADOR

Revalorización de cultivos nativos en la búsqueda de la seguridad alimentaria96

Los productores han logrado conservar el cultivo del amaranto y su diversidad genética, así como la región en donde se cultiva, gracias a una visión de identidad y arraigo colectivo

4.2. Problemática de la agroindustria de amaranto en la CDMX

Algunos de los principales problemas por los que atraviesan estas unidades agroindustriales de amaranto (agroindustria familiar), ubicadas en el sureste de la Ciudad de México, consisten en que se integran a un mercado alimentario que no valora la producción tradicional en pequeña escala y dominado por una competencia, foránea y nacional, tecnológica y productivamente superior (Calvillo, 2010). Específicamente en la zona de Santiago Tulyehualco, Xochimilco, los obstáculos que se enfrentan se pueden puntualizar de la siguiente manera:6

1. El elevado costo de producción del amaranto en la Ciudad de México producto de los aumentos en los precios de los insumos necesarios para la actividad productiva como a semilla y los fertilizantes;

2. El total de las hectáreas sembradas tienen un sistema hídrico de temporal por lo que no hay un sistema de riego adecuado, lo que mejoraría el desempeño del cultivo al favorecerse el crecimiento de los ambientes húmedos;

3. La zona cerril donde se realiza la mayor parte de la producción de amaranto es muy accidentada y está dividida en terrenos muy pequeños que no permite el adecuado aprovechamiento de la siembra;

4. La mayoría de los suelos ejidales que son usados para la siembra de amaranto, incluso aquellos a las faldas del cerro Teuhtli, presentan grados altos de contaminación lo que afecta esta actividad agrícola;

5. Debido a que no se han establecido precios fijos a la producción de amaranto, las fluctuaciones del grano y especialmente el grano “reventado” impiden que el productor tenga estabilidad económica y dicho precio no siempre refleja el real valor agregado en cada uno de los cultivos (algunas siembras son totalmente orgánicas a diferencia de otras que utilizan químicos para el cultivo, ello agrega valor a la producción final perono siempre está considerado en el precio pagado convenido);

6 Esta información fue obtenida de la pasada Reunión de trabajo del Grupo de Enlace Amaranto llevada a cabo en febrero de 2015 en Santiago Tulyehualco a la que asistieron algunos productores de amaranto de la zona y miembros del Grupo de Enlace rumbo al Encuentro Nacional de Productores de Amaranto que será llevado a cabo a mediados de 2015 en Puebla, México.

LAURA ELENA MARTÍNEZ SALVADOR

Revalorización de cultivos nativos en la búsqueda de la seguridad alimentaria97

6. Las agroindustrias transformadoras de la Ciudad de México adquieren la producción de amaranto de otros estados como lo son Puebla y Tlaxcala, debido a que el precio pagado por tonelada es más barato:

7. Las vinculaciones entre los centros académicos y de investigación con los productores de amaranto en muchos casos son asimétricas y en otros se fracturan al no considerar completamente las necesidades, características y particularidades del sujeto agrícola con el cual se está trabajando;

8. La existencia de convenios productivos es casi incipiente por lo que las relaciones sociales y laborales que sobrepasan los lazos exclusivamente familiares se han dado de forma muy paulatina (López y Manzo, 2011: 9). Así mismo, los esfuerzos políticos tienden a transformar a la agroindustria altamente tradicional y familiar en una organización con visión empresarial y lucrativa, buscando impulsar la producción de amaranto sin considerar los lazos familiares o vínculos de confianza; usos, costumbres y tradiciones de la región, o los elementos intangibles que definen el actuar de estas agroindustrias en la localidad.

Conclusiones

El presente trabajo nos permitió identificar al amaranto como una alternativa nutricional, económica y productiva con el potencial de contribuir al desarrollo de los territorios productores del cultivo. El enfoque de los sistemas agroalimentarios localizados (SIAL) nos permite traer a la agenda de estudio no sólo este tipo de cultivos considerados “nativos”, sino también vincular la actividad agroindustrial alimentaria a elementos territoriales con actividades productivas y de alimentación, permitiéndonos adentrarnos un poco en la temática de los problemas de malnutrición y seguridad alimentaria en México. Algunas de las razones por las cuales el cultivo de amaranto, y más aún la agroindustria basada en éste, puedencontribuir a mejorar las condiciones de seguridad alimentaria y ser una alternativa complementaria para tratar los problemas de malnutrición en México son:

a) La condición superavitaria que el cultivo tiene en relación con la balanza comercial agroalimentaria, así como el reciente aumento en el consumo nacional aparente que mantiene cifras en positivo con una tasa de crecimiento anual de 2003 a 2013 del 11.6% (SIAP, 2014);

b) El amaranto es un cultivo cuyas propiedades nutricionales sobrepasan a algunos de los granos de mayor consumo en el país como el arroz,

LAURA ELENA MARTÍNEZ SALVADOR

Revalorización de cultivos nativos en la búsqueda de la seguridad alimentaria98

el trigo o el maíz. El contenido nutricional supera incluso el de otros bienes alimenticios como la leche de vaca (Porr, 2012), por lo anterior este pseudocereal puede ser un bien complementario para mejorar los valores nutricionales de la dieta en México;

c) Los múltiples usos del amaranto lo convierten en una opción para la satisfacción de las necesidades y preferencias alimenticias de un grupo muy amplio de consumidores (bebes, niños, adultos y personas de la tercera edad o con algún padecimiento depresivo, hipertensión, colesterol o enfermedad celíaca, etc.);

d) El cultivo de amaranto tiene características agronómicas que le permiten responder positivamente a condiciones ambientales inestables o adversas, por lo que su producción tiene menores niveles de siniestralidad y una mayor constancia en el flujo productivo anual que otros cultivos más comunes. Algunos otros cultivos como el maíz el cual tuvo un promedio de superficie siniestrada, en un análisis de 1987 al 2013, del 11.7% (1987-2013), lo que contrasta con el nivel de siniestralidad del amaranto el cual tuvo un nivel promedio de 5.6 por ciento para el mismo periodo (SIACON, 2013).

Por otro lado, la producción de amaranto, especialmente la agroindustria de éste, constituyen como alternativas al desarrollo territorial en gran parte:

a) Por su carácter de “cultivo intensivo”, ya que el amaranto permite el aprovechamiento adecuado del minifundio predominante en la agricultura en México;

b) Por los beneficios económicos que para los productores de amaranto representa la agregación de valor por medio de la producción, trasformación y comercialización del cultivo amaranto, lo que constituye una importante fuente de ingresos. Además, es económicamente rentable en gran parte debido a que su precio medio rural es superior al de otros cereales de consumo básico;

c) Por su potencial para dinamizar otros sectores colaterales como el de los insumos agrícolas, la investigación y desarrollo, la transferencia de tecnología, los servicios financieros, los servicios de capacitación y demás intermediarios en áreas como la nutrición, la medicina, la agricultura e incluso en la biotecnología. Así mismo, la agroindustria de amaranto puede vincular diversas esferas como la científico-tecnológica; la productiva y la gobierno-institucional.

LAURA ELENA MARTÍNEZ SALVADOR

Revalorización de cultivos nativos en la búsqueda de la seguridad alimentaria99

El enfoque de los sistemas agroalimentarios localizados permite considerar opciones de desarrollo territorial al asumir que los esfuerzos colectivos, como el de la agroindustria de amaranto, pueden materializarse en protecciones institucionales como la denominación de origen (DO), la identificación geográfica (IG) o las marcas colectivas (MC), lo que puede considerarse como medios de protección a la actividad agroalimentaria que vinculan la calidad de un producto con el origen geográfico del mismo. Estas protecciones institucionales toman en consideración elementos socioculturales, características agronómicas del producto agrícola e incluso la carga territorial e histórica del producto agroalimentario, lo que para el caso del amaranto se relaciona con los orígenes históricos del mismo y su uso milenario.

Lo anterior convierte a la revalorización del amaranto en una opción más que adecuada para contribuir al desarrollo territorial de las regiones, y especialmente del poblado de Santiago Tulyehualco en Xochimilco, donde es parte de su tradición, identidad y eje primordial de su actividad económica. La inclusión del amaranto, y de las agroindustrias basadas en este cultivo, a las agendas de análisis e investigación alimenticia puede contribuir al conocimiento y al desarrollo de los territorios, así como al actual estado de seguridad alimentaria en México.

Bibliografía

Ayala G, A. V., et al., (2012) “El cultivo de amaranto en México, descripción de la cadena, implicaciones y retos”. Situación Actual, rentabilidad y comercialización” México. Pp. 315-330 en Espitia Rangel, Eduardo (Ed.) (2012) Amaranto: Ciencia y Tecnología, Instituto de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, INIFAP, Primera Edición. México.pp. 354.

Bale, J. R y Kaufman, C. S., (1992) “Special issue on grain amaranth: New potential for an old crop” en Food Rev. Int. 8:1-190.

Boucher, F., (2006) “Agroindustria rural y sistemas agroalimentarios locales. Nuevos enfoques de desarrollo territorial”. Ponencia invitada para el Área Temática Sistemas Agroalimentarios Locales y Difusión de Innovaciones en el III Congreso Internacional de la RED SIAL “Alimentación y Territorio”, Universidad Internacional de Andalucía, España. Pp. 24.

LAURA ELENA MARTÍNEZ SALVADOR

Revalorización de cultivos nativos en la búsqueda de la seguridad alimentaria100

Escalante, M. C., (2010) Rescate y revalorización del cultivo del amaranto, Fundación Grupo Produce Ciudad de México A.C- Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA). México. Pp. 89.

Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, IICA (2006) Gestión de Agro negocios en Empresas Asociativas Rurales. Curso de Capacitación. Módulo 1: Sistema agro productivo, cadenas y competitividad, IICA-PRODAR, FAO, Lima Perú. Pp.46.

Kent, N.L. (1998) Tecnología de los cereales. Introducción para estudiantes de ciencia de los alimentos y agricultura. Zaragoza España. Editorial Acribia, S.A. en Universidad Nacional Abierta y a Distancia.

López, G. y Manzo, F., (2011) “Innovación y diversificación de productos en la agroindustria familiar del amaranto en Santiago Tulyehualco, Xochimilco, DF” presentada en el Coloquio Entre tradición y modernidad: México del siglo XVI al XXI, Universidad Autónoma de Querétaro, UAQ. Agosto 2011. México.

Manzo Ramos, F. y López Ornelas, G., (2011) “El sistema alimentario regional del amaranto. Participación para la autonomía de los productores agroindustriales en una comunidad de Xochimilco, México”, en LEISA revista de agroecología. Septiembre 2011. México. Pp. 14-15.

Méndez, C., (2011) Caracterización de la unidad agroindustrial familiar amarantera de Santiago Tulyehualco, D.F. México. Tesis de Maestría en Ciencias. Colegio de Postgraduados, Instituto de Enseñanza e Investigación en Ciencias Agrícolas, Campus Montecillo, Texcoco, Edo. de México. Pp. 284.

Muchnik, J. y Sautier, D., (1998) “Proposition d´action thématique programée: sytémes agroalimentaires localisés et construction de territoires, CIRAD. Paris, Francia. Pp. 46. en Poméon, Thomas y Fraire, José A., (2011) “SIAL: un enfoque para el desarrollo territorial”, Proyecto FONCICYT en Red Científica en Sistemas agroalimentarios localizados. México. Pp. 99. en Boucher, Francois (2012) “De los AIR a los SIAL: reflexiones, retos y desafíos en América Latina”, en Revista Agroalimentaria, Vol. 18, N° 34, enero junio 2012. Pp. 79-90.

LAURA ELENA MARTÍNEZ SALVADOR

Revalorización de cultivos nativos en la búsqueda de la seguridad alimentaria101

Ramírez, B.; et al., (2010) “Los productores de amaranto en la Zona de Conservación Ecológica Teuhtli”, en Geografía Agrícola. Núm. 44. Pp. 47-69.

Ruskin F.R., (1984) “Amaranth. Modern Prospects for an Ancient Crop”, Report of an Ad Hoc Panel of the Advisory Committee on Technology Innovation Board on Science and Technology for International Development Office of International Affairs National Research Council. National Academy Press. United States. Pp. 96.

Torres, G., (2012) “La gobernanza de los sistemas agroalimentarios locales”, Pp. 69-88 en Torres Salcido, Gerardo., Larroa Torres, Rosa María., (2012) Sistemas agroalimentarios localizados: Identidad Territorial, Construcción del Capital Social e Instituciones. México, Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades: Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México UNAM, México. Pp. 384.

Referencias de internet

Asociación Mexicana de Amaranto, AMA (2003) “¿Qué es el amaranto?” (En línea), Preguntas frecuentes en el Centro de Información al consumidor, disponible en http://www.amaranto.com.mx/vertical/faq/faq.htm(Accesado: marzo, 2015).

Calvillo U. A., (2010) “Monopolios y comida chatarra” (En línea), La Jornada en línea, disponible en http://www.jornada.unam.mx/2010/03/13/monopolios.html(Accesado: septiembre, 2014).

Grupo de Enlace para la Promoción del Amaranto en México (2015) “Grupo de enlace para la promoción del amaranto en México” (En línea), disponible en https://grupoamarantomexicano.wordpress.com/(Accesado: abril, 2015).

Investigación y Desarrollo (2014) “Desarrollan antidepresivo a partir de proteína del amaranto” (En línea), disponible en http://www.invdes.com.mx/salud-mobil/6194-desarrollan-antidepresivo-a-partir-de-proteina-del-amaranto (Accesado: marzo, 2015).

Oficina Estatal de Información para el Desarrollo Rural Sustentable, OEI-DRUS-DF (2009) “Padrón georreferenciado de Productores de Ama-ranto de la Ciudad de México” (En línea), disponible en http://www.sifupro.org.mx/agendas/-001360-doc00418220100330155320.pdf (Accesado: marzo, 2015).

LAURA ELENA MARTÍNEZ SALVADOR

Revalorización de cultivos nativos en la búsqueda de la seguridad alimentaria102

__________ (2010) “Anuario Estadístico de la Producción Agrícola” (En línea), disponible en http://www.oeidrus-df.gob.mx/(Accesado: mayo, 2014).

Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO (2015) “Production quantities by country: Cereals, NES” (En línea), disponible en http://faostat3.fao.org/browse/Q/QC/E (accesado: febrero, 2015).

Porr, M., (2012) “El amaranto- pequeñas semillas con fuerzas colosales” (En línea), disponible en http://www.el-pan-alegre.org/Guia_Amaranto.pdf (Accesado: mayo, 2014).

Puente a la Salud Comunitaria (2006) “¿Por qué amaranto: Valor Nutri-cional?” (En línea), disponible en http://www.puentemexico.org/index.php?option=com_content&view=article&id=165&Itemi-d=383&lang=es&as_qdr=y15 (Accesado: marzo, 2015).

Sistema de Información Agroalimentaria de Consulta, SIACON., (2013). Programa informático (En línea), disponible para descarga en http://www.siap.gob.mx/optestadisticasiacon2012parcialsiacon-zip/(Accesado: marzo, 2015).

Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera, SIAP (2013) “Atlas Agroalimentario 2013” (En línea), disponible en http://www.siap.gob.mx/atlas2013/index.html (Accesado: marzo, 2015).

__________ (2013a) “Uso de tecnología y servicios en el campo. Cuadros tabulares 2013”, (En línea), disponible en http://www.siap.gob.mx/wp-content/uploads/2013/PDF/TECNIFICACION/tecnifica_2014.pdf (Accesado: marzo, 2015).

__________ (2014) “Atlas Agroalimentario 2014” (En línea), disponible http://www.siap.sagarpa.gob.mx/atlas2014/index.html (Accesado: marzo, 2015).

__________ (2014a) “Infografía Agroalimentaria de la Ciudad de México 2014”. Primera edición (En línea), disponible en http://www.siap.gob.mx/Infografias2014/index1.html (Accesado: marzo, 2015).

Sistema Producto Amaranto, SPA (2008) “Antecedentes Sistema producto Amaranto de la Ciudad de México A.C” (En línea), disponible en http://www.amarantodf.com.mx/antece.html (Accesado: abril, 2015).

LAURA ELENA MARTÍNEZ SALVADOR

Revalorización de cultivos nativos en la búsqueda de la seguridad alimentaria103

The Hunger Project México (2014) “Datos de hambre y pobreza” (En línea), disponible enhttp://thp.org.mx/mas-informacion/datos-de-hambre-y-pobreza/(Accesado: septiembre, 2014).

Urquía-Fernández, N., (2014) “La seguridad alimentaria en México” (En línea), Salud pública de México, Vol. 56 Suplemento 1 de 2014, disponible en http://www.scielosp.org/pdf/spm/v56s1/v56s1a14.pdf (Accesado: marzo, 2015).

105

Suficiencia alimentaria y calidad nutricional de la dieta de los cafetaleros y potencial alimenticio del cafetal en el centro de Veracruz

Armando Contreras Hernández1

Matilde Altamirano Sen2

Resumen

La presente investigación sobre nutrición de los hogares cafetaleros fue realizada dentro del proyecto Café In Red (FORDECyT) en el centro de Veracruz entre 2011 y 2012. En ella se obtuvo información sobre suficiencia alimentaria y calidad nutricional de la dieta de los hogares cafetaleros, así como diversos recursos alimenticios de autoconsumo. La obtención de los datos fue por medio de una encuesta de 75 preguntas y un patrón alimentario de 5 preguntas por alimento reportado. Ambos instrumentos se aplicaron a un total de 32 familias, elegidas del observatorio cafetalero de Café In Red. La suficiencia alimentaria de los hogares fue aceptable cubriendo 106% del requerimiento calórico. El 8.5% de estas calorías y 15% de los productos se obtuvieron a través del autoconsumo adquiridos de la unidad productiva. En la calidad nutricional a través del porcentaje de productos consumidos, se obtuvo un consumo bajo de básicos y formadores y alto en protectores. El cálculo a 1 Investigador, Instituto de Ecología A.C. Correo electrónico: [email protected] Exalumna del Instituto de Ecología A.C. Correo electrónico: [email protected]

ARMANDO CONTRERAS HERNÁNDEZ l MATILDE ALTAMIRANO SEN

Suficiencia alimentaria y calidad nutricional de la dieta de los cafetaleros106

través de las calorías obtenidas de macronutrientes fue baja en carbohidratos, correcta en proteínas y alta en lípidos. Se consumió lo recomendado para calcio y hierro pero hubo carencias de zinc y la vitamina A. Planteamos que la unidad productiva del hogar cafetalero tiene un alto potencial alimenticio debido a las 99 especies identificadas de plantas, 11 de insectos y 17 de hongos. Se concluye que la unidad productiva, principalmente el cafetal, tiene el potencial para promover una dieta adecuada y fortalece la seguridad y soberanía alimentaria de los hogares debido a los recursos no monetario y monetario que pueden recibir de ella.

Introducción

La unidad productiva con cafetal bajo sombra y su potencial alimenticio

En México el cafetal bajo sombra tiene una estructura vegetal compleja y su ubicación geográfica alberga una alta variabilidad de especies (Manson et al., 2008). Lo anterior le confiere a la unidad productiva un alto potencial ecológico para producir especies alimenticias. Actualmente, se conocen diversas especies nativas e introducidas se sabe cómo transformarlas, consumirlas y conservarlas, son parte del sistema alimentario regional y de la raíz cultural de la zona (Zizumbo y Colunga, 2008; Ledesma et al., 2010).

Desde los enfoques sociales, el potencial para la alimentación que se conjunta en la unidad productiva del hogar cafetalero son el agroindustrial y el campesino. El primero, a través de las ganancias del café (segunda mercancía más vendida a nivel mundial después del petróleo), le confiere al productor la posibilidad de entrar a una economía de mercado para el consumo de alimentos que no puede producir (Pendergrast, 2002). El segundo sector, el campesino, le provee al productor de conocimiento sobre el lugar, sus recursos y técnicas, algunas de ellas, con siglos de historia. Dentro de esta riqueza cultural en la zona de estudio, el centro de Veracruz, se localizan 10 municipios nahuas de la región indígena Cuicatlán, Mazateca, Tehuacán, Zongolica (Región CMTZ) (CDI-PNUD, 2005), que tienen conocimientos clave de recursos naturales utilizados para la alimentación y otros usos que podrían ayudar a generar nuevas propuestas para las crisis civilizatoria y ambiental actual (Boege, et al., 2008).

Creemos que una propuesta es el cafetal bajo sombra que genera los alimentos para los hogares dándoles soberanía alimentaria en algunos productos que no están supeditados a vaivén de los precios del café, al aumento del precio de los alimentos y los bajos salarios. Un cafetal bajo sombra provee de

ARMANDO CONTRERAS HERNÁNDEZ l MATILDE ALTAMIRANO SEN

Suficiencia alimentaria y calidad nutricional de la dieta de los cafetaleros107

tubérculos, frutas, verduras, plantas medicinales y hasta animales e insectos como aves y abejas. Mirar el cafetal como un bosque comestible para promover la soberanía alimentaria del hogar cafetalero; conciliar la producción de varios productos para el autoconsumoy otros para la venta.

La seguridad alimentaria a través de lasuficienciaalimentariaycalidadnutricional

El presente estudio es una aportación a la nutrición de las zonas cafetaleras, los recursos identificados están fundidos en las raíces culturales de generaciones que experimentan, valoran e incorporan nuevos recursos alimentarios en su sistema complejo de creencias. La alimentación la entendemos como una actividad primaria básica y un derecho humano. (Ledesma, et al., 2010; NU, 2012). En México la alimentación se define en la Norma Oficial Mexicana (NOM-043-SSA-2-2012), como el conjunto de procesos biológicos, psicológicos y sociológicos relacionados con la ingestión de alimentos, mediante el cual, el organismo obtiene del medio los nutrientes que necesita, así como satisfacción intelectual, emocional, estética y sociocultural que son indispensables para la vida humana plena (DOF, 2006).

El intento de promover la alimentación como un derecho global generó el concepto de seguridad alimentaria, el cual se definió como “la situación en la que las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias, a fin de llevar una vida activa y sana” (FAO, 2006).

En el rubro nutricional, una forma de medir parte de la seguridad alimentaria es a través de la suficiencia alimentaria, definida como la cantidad de alimentos consumidos por una persona al día, comparada con su requerimiento energético promedio, el cual depende de su actividad, edad, sexo, peso y talla, así como su estado de salud (Bourges, 2008). La suficiencia alimentaria nos da una idea si el consumo calórico de la persona es el correcto (FAO-PESA México, 2009). En el presente estudio la suficiencia alimentaria se dividió en cuatro niveles: crítico (se cubren menos del 70% del requerimiento calórico recomendado), deficiente (entre 70 y 89%), aceptable (entre 90 y 109%) y suficiente (mayor a 109%).

Otra parte de la seguridad alimentaria que mide la nutrición es la calidad nutricional. Ésta son los aportes nutricionales de los alimentos, los cuales se calculan en este trabajo de dos maneras: por grupos funcionales y por macro

ARMANDO CONTRERAS HERNÁNDEZ l MATILDE ALTAMIRANO SEN

Suficiencia alimentaria y calidad nutricional de la dieta de los cafetaleros108

y micronutrientes. Los grupos funcionales agrupados según su función se dividen en tres: básicos, protectores y formadores. Los alimentos básicos son aquellos que aportan energía necesaria para ejecutar todas las actividades del organismo y se requiere consumir 40% en la dieta. La energía se encuentra en todos los alimentos, pero en abundancia en los almidones, azúcares, en los alimentos “chatarra” y aceites. Los alimentos protectores son altos en vitaminas y minerales, regulan procesos del metabolismo, la irritabilidad nerviosa y muscular, son útiles en la formación de huesos y tejidos, entre otras funciones y se requiere 20%. Los principales alimentos con estos aportes son las frutas y verduras. Los alimentos formadores son fuentes de proteína útiles para el crecimiento y mantenimiento de los tejidos. Pueden ser de origen animal o vegetal.

Las proteínas animales se consideran de alto valor biológico, mientras que los vegetales medio y bajo. El organismo humano requiere por lo menos 40% de estos alimentos en su dieta. La calidad nutricional medida a través de los macronutrientes se calculó con el contenido de carbohidratos, proteínas y lípidos en los alimentos. Las recomendaciones son de entre 60 y 70%, 20 al 25% y 10 al 15%, respectivamente. La medida de los micronutrientes fue a través del calcio (recomendación 800μg), hierro (recomendación 15 μg), zinc (15 μg) y vitamina A (1,000 μg equivalentes de retinol-EAR); (FAO-PESA, 2009; NOM-086-SSA1-1994).

En México, es frecuente la deficiencia de vitamina A, ácido fólico y minerales como hierro, yodo y calcio. La causa principal de estas deficiencias es la falta de recursos económicos para tener acceso a suficientes alimentos. Veracruz fue en el ámbito nacional, el quinto estado de la republica con 25% de la población en pobreza alimentaria en el año 2008, después de Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Tabasco. La pobreza alimentaria es la incapacidad para obtener una canasta básica alimentaria, aún si se hiciera uso de todo el ingreso disponible en el hogar, para comprar sólo bienes de dicha canasta (CONEVAL, 2010).

Los productores de café no están exentos de esta problemática. La mayoría de las regiones cafetaleras coinciden con las zonas de alta marginación del país. Las familias cafetaleras ven disminuido su acceso a los alimentos debido a las políticas públicas del Estado que siguen el cambio de la estructura agrícola mundial, dejando de apoyar la siembra de granos básicos y cultivos de exportación como el café y la caña de azúcar para promover el cultivo de frutas y leguminosas, como consecuencia las condiciones son precarias tanto de trabajo como de ingresos de los cafetaleros. La escasez de financiamiento y los precios bajos del café, aunado a la crisis económica y alimentaria,

ARMANDO CONTRERAS HERNÁNDEZ l MATILDE ALTAMIRANO SEN

Suficiencia alimentaria y calidad nutricional de la dieta de los cafetaleros109

obligaron al productor a resolver su acceso a la alimentación mediante dos vías: 1) utilización más intensiva de la fuerza de trabajo disponible, mediante el aumento de la jornada laboral del jefe de familia e incorporando a los otros miembros en actividades informales o de la unidad productiva; y 2) reestructurar los gastos de bienes básicos y no básicos. De no solventar los gastos, aún con estos cambios, el productor termina por cambiar el cultivo o vender sus tierras. Si la vende, serán parte de la urbe en forma de un fraccionamiento, vialidades, o terminan por ser parte de grandes extensiones de privados o trasnacionales (Martínez, 2013).

Al estar los productores ocupando su tiempo y su fuerza de trabajo en otras actividades como jornaleros, albañiles, taxistas o trabajando fuera del país, se deterioran las condiciones de su unidad productiva y los cultivos que en ella se encuentran. La familia cafetalera obtiene menor ganancia de su café, no sólo por la situación externa, sino por la incapacidad de atender su unidad productiva.

Los mecanismos de explotación a las familias campesinas se enfatizaron desde la liberación de los mercados y la política pública generada acorde a estos. Entre ellos están los pagos bajos de los jornales, los intermediarios que compran el poco café cereza del productor a bajos precios, y el uso intensivo de trabajo no remunerado de los demás miembros de la familia, que suele explotar principalmente a mujeres, adultos mayores y niños (Martínez, 2013). Entre otros mecanismos de explotación están los préstamos de las empresas y comercializadoras para sacar la producción generando un ciclo de constante endeudamiento a las familias productoras, que terminan por no generar suficientes ingresos para un acceso adecuado a la alimentación.

Diversificaciónproductivaencafetales

Una propuesta para combatir la pobreza es utilizar la liga que existe entre la alimentación y la producción. El uso de suelo puede acompañar los patrones alimentarios. El cafetal bajo sombra con una alta diversidad de especies puede promover una correcta alimentación permitiendo, como se definió en párrafos anteriores, la entrada de recursos económicos y la producción de alimentos para autoconsumo. Las ventajas del cafetal bajo sombra no se limitan a la alimentación, también promueven la conservación de recursos naturales que brindan servicios ambientales que a su vez promueven las bases biofísicas del suelo para la mitigación del cambio climático (Manson, et al., 2008).

ARMANDO CONTRERAS HERNÁNDEZ l MATILDE ALTAMIRANO SEN

Suficiencia alimentaria y calidad nutricional de la dieta de los cafetaleros110

La presente investigación se realizó en el marco del proyecto Café In Red, el cual propuso generar una red de instituciones académicas, productores de café, organizaciones de la sociedad civil e instancias gubernamentales que fomentaran el desarrollo de capacidades agroecológicas para la producción diversificada y sustentable de café de calidad en el centro del estado de Veracruz. Dentro de los diversos intereses que persigue está el mejorar la calidad de vida de los cafeticultores promoviendo sus recursos económicos monetarios y no monetarios mediante la formación de nichos especializados de mercado del café y el autoconsumo para generar seguridad alimentaria. Es en esta última parte de seguridad alimentaria, quese desarrolla la presente investigación con el objetivo de conocer la situación alimentaria de los hogares cafetaleros indagando sobre su dieta y si esta les permite la suficiencia alimentaria y calidad nutricional que necesitan. También se propuso conocer los recursos alimentarios de las unidades productivas.

1. Métodos

1.1. Área de estudio

La región cafetalera del centro de Veracruz se ubica entre los paralelos 18°21´53´ al 20°09´05´´ latitud norte y los meridianos 96°23´57´´ al 97°15´58´´ de longitud oeste. Abarca 52 municipios del estado y uno de Puebla con una superficie de 809,380 ha (8,093.8km2) en la que viven 1’917,722 personas (Figura 1); (INEGI, 2010a). Según el padrón cafetalero del 2005, en la región había un total de 109,300 ha (1,093 km2) de café que sostenían a 104,355 familias productoras de café, de los cuales 78% tenían cafetales menores de 4 has., (INIFAP, 2005).

Su orografía se define por la Sierra de Zongolica que conforma el extremo nororiental de la Sierra Madre del Sur y, la última parte del Eje Neovolcánico constituido por la Sierra Pico de Orizaba-Cofre de Perote, que se prolonga hacia el Golfo de México por la Sierra de Chiconquiaco y el macizo de Palma Sola (CONABIO, 2011). La altitud comprende de los 400 a 1750 msnm, rango altitudinal en el que están registradas las fincas del Padrón Cafetalero (INIFAP, 2005).

El clima dominante en la región es el cálido subhúmedo con temperatura media anual mayor de 22°C y en el mes más frío mayor de 18°C (CONABIO, 2011). La vegetación potencial más abundante de la región son el bosque de pino y el bosque mesófilo de montaña (INEGI, 2007).

ARMANDO CONTRERAS HERNÁNDEZ l MATILDE ALTAMIRANO SEN

Suficiencia alimentaria y calidad nutricional de la dieta de los cafetaleros111

Figura 1. Zona cafetalera del centro de Veracruz y hogares elegidospara el estudio de alimentación

1.2. Descripción del muestreo

Las fincas elegidas para este estudio fueron seleccionadas del Observatorio Cafetalero realizado por el proyecto café In Red. El Observatorio de café In

ARMANDO CONTRERAS HERNÁNDEZ l MATILDE ALTAMIRANO SEN

Suficiencia alimentaria y calidad nutricional de la dieta de los cafetaleros112

Red se eligió mediante un método geográfico estadístico utilizando el padrón cafetalero del 2005 como marco de muestreo tabular y, la zona cafetalera del centro de Veracruz como marco de muestreo geográfico. A partir de ello, y con los criterios de: área de finca, altitud y una distancia a ≤500m de un camino o carretera, se eligieron 59 fincas representativas de siete subregiones cafetaleras para establecerlas como sitios permanentes de estudio (INIFAP, 2005).

De los 59 productores con interés de colaborar en el Observatorio Cafetalero de café In Red se seleccionaron 32 productores (N= 60; R= 95%; error de la muestra ≈ 12) para realizar la presente investigación. El número de entrevistas se limitó por la capacidad humana del estudio. La elección de fincas fue mediante muestreo aleatorio estratificado por región utilizando un valor de ponderación de 0.5. Se eligieron dos fincas en la región de Atzalan, cinco en la de Coatepec, siete en la de Córdoba, nueve en la de Huatusco, siete en la de Misantla, y dos en la de Zongolica, (Ver Figura 1).

1.3. Toma de datos

Los instrumentos utilizados en este estudio nutricional para la toma de datos fueron un patrón alimentario basado en la metodología PESA (FAO-PESA, 2009) y una encuesta basada en los cuestionarios del Censo de Población y Vivienda 2010 (INEGI, 2010b), el censo Agrícola, ganadero y forestal 2007 (INEGI, 2007), la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2011 (ENSANUT); (INSP y SS, 2011) y la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos en el Hogar (ENIGH); (INEGI, 2011b).

La encuesta tuvo 79 preguntas y el patrón alimentario cinco preguntas por alimento consumido. La toma de datos se realizó en dos etapas. En la primera etapa (del 15 de septiembre al 8 de noviembre del 2011) se aplicaron la encuesta y el patrón alimentario a los 32 hogares. Los resultados fueron 32 encuestas y 30 patrones alimentarios. En la segunda etapa (febrero del 2012) se visitó a las cinco unidades productivas con mayor número de especies para autoconsumo (conocimiento), en las cuales, se recolectaron o se pidió mayor detalle de las especies.

1.4. Análisis de datos

Los datos de la encuesta y el patrón alimentario se analizaron en el programa Excel 2007® (©Microsoft Corporation). De manera general, se realizó un análisis univariante utilizando medidas de centralización y dispersión de estadística descriptiva como son la media, desviación estándar, la moda, la

ARMANDO CONTRERAS HERNÁNDEZ l MATILDE ALTAMIRANO SEN

Suficiencia alimentaria y calidad nutricional de la dieta de los cafetaleros113

mediana, el máximo y mínimo; además de porcentajes y sumatorias. Aunado a este análisis se integraron resultados de las bases de datos de encuestas antes mencionadas para comparar los resultados obtenidos en el ámbito regional, estatal y nacional.

El análisis de datos de ambos instrumentos permitió conocer al hogar cafetalero, sus miembros, su unidad productiva y su alimentación. Con la encuesta se describió el hogar, la vivienda, su gasto corriente total, la unidad productiva y la alimentación y salud de sus miembros. Con el patrón alimentario se sistematizó el consumo de alimentos del hogar en una semana y se conoció el autoconsumo del mismo, describiendo las especies de árboles, hierbas, hongos, insectos, animales domésticos, de caza y pesca que se encontraban en la unidad productiva cafetalera y eran utilizados para la alimentación.

Además, con el análisis de datos del patrón alimentario se obtuvo la suficiencia alimentaria, la calidad nutricional respecto la variabilidad de productos consumidos, la calidad nutricional respecto al consumo de macronutrientes y micronutrientes, así como también la medición del autoconsumo. Para llenar el patrón alimentario se llevaba una báscula de cocina para medir los gramos a los que se referían las cantidades reportadas. Posteriormente, se dividía entre el número de días que utilizaban el producto y se obtenían los gramos de cada alimento por hogar, por día, en la semana anterior a la encuesta.

La suficiencia alimentaria fue calculada como la proporción del consumo real sobre el consumo requerido de calorías y se dividió en cuatro niveles según el porcentaje cubierto de este requerimiento: nivel crítico (˂70%), deficiente (70 y 89%), aceptable (90 y 109%), y suficiente (˃109%) (FAO-PESA, 2009).

Para conocer el consumo real de calorías, es decir, las calorías consumidas que proporciona la parte comestible de los alimentos, se utilizó el libro de Ledesma y colaboradores (2010) que contiene la porción comestible de los alimentos, y se les multiplicó la cantidad consumida de cada alimento por hogar.

El consumo requerido de calorías por hogar varió con referente a la edad de cada integrante y el grado de actividad física (GAF). El GAF se basó en ocho cuadros de la FAO publicadas en Bourges y colaboradores (2008), en los cuales se definen, para mujer y hombre por separado, los requerimientos de energía en los siguientes bloques de edad: niños(as) de 0 a 17 años, mujeres/hombres de 18 a 29.9 años de edad, de 30 a 59.9 años de edad y mayores de 60 años. El grado de actividad física para los integrantes de 1 a 18 años fue moderado para utilizar un promedio en la actividad de los niños(as), púberes y adultos jóvenes del campo que pueden o no estar participando en

ARMANDO CONTRERAS HERNÁNDEZ l MATILDE ALTAMIRANO SEN

Suficiencia alimentaria y calidad nutricional de la dieta de los cafetaleros114

actividades de la finca. El grado de actividad física para adultos mayores de 18 años cambió dependiendo el tiempo dedicado al campo del encargado de la familia. Si contaban con un encargado de finca y ellos no participaban en las actividades se tomó como un estilo de vida ligero con un GAF de 1.60; si tenía un encargado de finca y participaban medio tiempo en las actividades de campo se tomó como un estilo de vida moderado con un GAF de 1.75; si el tiempo dedicado a la finca fue medio día, también se tomó como un estilo moderado, pero con un GAF de 1.90; si tenía un encargado y además se dedicaba al campo todo el día se tomó como un estilo de vida vigorosamente activo con un GAF de 2.05; por último, si se dedicaba todo el día a la finca también se tomó como un estilo de vida vigorosamente activo pero con un GAF de 2.2. A las mujeres lactantes entre los primeros 6 meses se les agregó 674 kcal (promedio de gasto energético (Bourges et al., 2008).

La calidad nutricional respecto a la variabilidad de productos consumidos por hogar fueron agrupados según su función en básicos, protectores y formadores. Las proporciones recomendadas de consumo son: básicos 40%, protectores 20%, formadores (40%) (FAO-PESA, 2009; Cuadro 2). El cálculo de la calidad nutricional según el consumo de macro y micronutrientes consistió en obtener la proporción de carbohidratos, proteínas (totales y animales) y lípidos totales para los macronutrientes y de calcio, hierro y zinc para los micronutrientes contenidos en cada alimento según las tablas de Ledesma y colaboradores (2010). Una vez obtenida la proporción de cada micro y macronutriente se hace la sumatoria por hogar. Las recomendaciones de macronutrientes son entre 60 a 70% carbohidratos, 20 a 25% lípidos y 10 a 15% proteínas que derivadas de las carnes deberían representar 6% (FAO-PESA, 2009; Cuadro 2). Las recomendaciones de los micronutrientes dadas por la NOM-086-SSA1-1994 (DOF, 2012) fueron de calcio 800 μg, de hierro y zinc 15 μg cada uno y de vitamina A 1000 μg equivalentes de la actividad de retinol (EAR).

2. Resultados

2.1. Descripción de los hogares cafetaleros

Los hogares encuestados tuvieron como responsable de la unidad productiva a hombres con alrededor de 50 años de edad (n= 32; ds=13 años) que tenían entre 23 y 76 años. Como responsables de las tareas domésticas, principalmente la alimentación y el cuidado de los pequeños, fueron las mujeres con edad promedio de 46 años (n=32; ds=14 años) con una variación entre los 15 y 81 años. La edad más frecuente en ambos sexos fue de 50 años (n= 32;

ARMANDO CONTRERAS HERNÁNDEZ l MATILDE ALTAMIRANO SEN

Suficiencia alimentaria y calidad nutricional de la dieta de los cafetaleros115

hombre=4, mujeres=3). En el ámbito nacional se registra algo similar, 84% de los responsables de la unidad productiva eran hombres, de los cuales 54% tuvo 50 años o más y la edad de su pareja era de entre 40 y 44 años (INEGI, 2007, INEGI, 2010a). La mayoría de ellos, 63%, trabaja de tiempo completo en la finca.

La clase de hogar de mayor frecuencia en los 32 hogares encuestados fue el nuclear (14 hogares, 44%), seguido de hogar ampliado (13 hogares, 40%) y sin incidencia de hogares no familiares. Lo mismo sucedió en las zonas rurales de la regional, el estado y el país (INEGI, 2010a). El número de integrantes en el hogar que se registró en los encuestados fue en promedio de seis.

El promedio y el número de personas ocupadas que aportaron al gasto corriente monetario del hogar (n=58) fueron dos en 50% de los encuestados (16 hogares), seguido de un sólo integrante (34%) y, por último, los hogares en los que tres personas aportaron al gasto corriente monetario (16%). Comparando esta variable en el ámbito regional, estatal y nacional se obtuvo que los hogares en las zonas rurales es una persona ocupada, seguido de dos y ninguna persona ocupada en el hogar (INEGI, 2010a).

2.2. La unidad productiva y la vivienda del hogar cafetalero

El número de terrenos por unidad de producción cafetalera encuestadas fue de tres terrenos en promedio (n = 30; ds=2.23) sin contar el de la vivienda y traspatio a menos que esta fuera el cafetal. La superficie más frecuente de los terrenos fue de 0.5 ha con 12% de los terrenos (12 terrenos; n= 99 terrenos; mín. 0.07 ha y máx. 20 ha). Los terrenos menores a esta superficie se reportaron en 28% de los hogares. En México 92% de los cafeticultores tiene terrenos ˂ 5 ha (Manson et al., 2008), y en la región de estudio del estado de Veracruz alrededor de 48% de los productores de café tenía menos de 0.5 ha (INIFAP, 2005).

La mayoría de las viviendas cafetaleras encuestadas, 84%, tienen una habitación independiente como cocina y, 59% utilizan como combustible principal para cocinar el gas y si éste se termina utilizan leña, seguido de 22% que usó solamente gas y 19% solamente leña, cabe mencionar que la mayoría de las cocinas que utilizaron leña tienen brasero sin chimenea (56%). También, la mayoría de las viviendas (91%) conservan sus alimentos en refrigeración. Los datos oficiales registran que 16% de las viviendas en el medio rural del país, no tienen un cuarto destinado para cocinar y como combustible 50% utilizó algún tipo de gas y 49% utilizó leña o carbón (INEGI, 2010a).

ARMANDO CONTRERAS HERNÁNDEZ l MATILDE ALTAMIRANO SEN

Suficiencia alimentaria y calidad nutricional de la dieta de los cafetaleros116

El traspatio fue un recurso que tuvieron 88% de los hogares cafetaleros encuestados. El traspatio funcionaba como cafetal, vivero, criadero, jardín ornamental o para sembrar hortalizas. La superficie promedio del traspatio fue de 2,313 m2 (n=26, ds=4,505) con una moda de 1,258 m2 (n=2) y una mediana de 750 m2.

2.3. La alimentación del hogar cafetalero

La mayoría de los hogares cafetaleros encuestados realizaron tres comidas y en conjunto (77%) con un promedio de cinco comensales (n=30; ds=1.9). Los alimentos adquiridos permitieron un consumo energético promedio de 2,870 kcal (ds=952.4) por personas al día, traducido en una suficiencia alimentaria promedio aceptable que cubre 106% de sus necesidades calóricas. Se reportó un máximo de 5,392.4 kcal y un mínimo de 1,517.5 kcal. Estas calorías se obtuvieron a través de un total de 114 productos alimenticios utilizados a la semana por los 30 hogares, con un promedio de 27 (ds=6.3), una moda de 25 productos por hogar (4 hogares), un máximo de 43 y un mínimo de 17 productos. Los alimentos utilizados por 70% de los hogares (n=30) según lo registrado en el patrón alimentario fueron 13 (Cuadro 1).

Cuadro 1. Lista de alimentos consumidos por los hogares cafetaleros

Alimento Número de

hogares consumidores

% Alimento Número de

hogares consumidores

%

Frijol 30 100 Cebolla blanca 26 87Maíz (blanco, amarillo o tortillas)

30 100 Pollo 23 77

Jitomate 29 97 Chile verde 22 73Azúcar 29 97 Leche de vaca 22 73Aceite vegetal 28 93 Arroz blanco 22 73Huevo 27 90 Pasta 21 70Pan dulce 27 90

Fuente: Elaboración propia a partir de información obtenida en esta investigación.

ARMANDO CONTRERAS HERNÁNDEZ l MATILDE ALTAMIRANO SEN

Suficiencia alimentaria y calidad nutricional de la dieta de los cafetaleros117

La mayor parte de los hogares, 40% (12 hogares), tuvieron un nivel de suficiencia alimentaria suficiente. Seguido de 27% con un nivel aceptable (8 hogares), deficiente 20% (6 hogares) y, por último, con un nivel de suficiencia alimentaria crítico 13% de los hogares (4 hogares).

Las posibles causas de vulnerabilidad alimentaria que reportaron las personas son para 40% la falta de dinero, seguido de 18% a quienes les quedaba muy lejos el lugar que vende los alimentos, 15% comentó que los precios de los productos son variables y generalmente caros, lo que les impide algunas veces acceder a ellos y, por último, 2% se le complicó obtener los alimentos por falta de abasto en el lugar en el que viven. La mayoría de las personas acuden a la tienda DICONSA (24%; n=42), seguido de las tienditas locales (21%) y, el menos frecuentado fue el mercado sobre-ruedas en otra localidad (3%).

La calidad nutricional medida a través del consumo promedio de alimentos agrupados por su función fue de 33% básicos, 42% protectores y 25% formadores, de los cuales 42% proviene de proteína animal. La calidad nutricional medida por el consumo de calorías de los diferentes macronutrientes fue de 59% carbohidratos, 30% lípidos y 11% proteínas, de las cuales el 21% son de origen animal sin contar huevo y productos lácteos, lo que representa 2% de las kcal totales de la dieta (Cuadro 2).

El consumo promedio de micronutrientes mostró que los hogares cumplen con los requerimientos recomendados en la regulación mexicana (NOM-086-SSA1-1994) de calcio y hierro, con un consumo promedio por persona de 1,149 μg (ds=427.2) y de 18.6μg (ds=7), respectivamente. Mientras que los micronutrientes con consumo promedio deficiente fue el zinc del que se obtuvieron 11.1μg (ds=4.9) y la vitamina A, del que se consumieron en promedio solamente 364.1 μg EAR (ds=217.1); (Cuadro 2).

El autoconsumo aportó en promedio 8% (245 kcal, ds=269.3, n=30) del consumo de los encuestados por día (2,870 kcal). El mayor número de calorías obtenido a través del autoconsumo fue de 30% (1,004.2 kcal de 3,307.9 kcal) y el menor autoconsumo fue sin autoconsumo, seguido de 0.2% (6 kcal de 3,751.5 kcal). Las calorías que representó el autoconsumo fueron obtenidas de 4 productos a la semana en promedio (ds=2.7). Lo anterior representó 15% de los productos utilizados en la alimentación por los hogares cafetaleros. El mayor número de productos de autoconsumo fueron 12, lo que representó para su dieta 38% de total de productos (32 productos).

ARMANDO CONTRERAS HERNÁNDEZ l MATILDE ALTAMIRANO SEN

Suficiencia alimentaria y calidad nutricional de la dieta de los cafetaleros118

Cuadro 2. Calidad nutricional de los hogares encuestados calculada con los porcentajes de grupos funcionales y macronutrientes

Descripción Encuestas Recomendaciones (%)Grupos funcionales Productos %Básicos 9 (ds=2) 33 40Protectores 11 (ds=4) 42 20Formadores 7 (ds=2) 25 40Total 27 (ds=6) 100 100Macronutrientes KcalCarbohidratos 1679 (ds=703) 59 60 a 70Lípidos 910 (ds=264) 30 20 a 25Proteínas 325 (ds=106) 11 10 a 15Total 2870 (ds=952) 100 100Micronutrientes μgCalcio 1,149 (ds=427.2) 800Hierro 18.6 (ds=7) 15Zinc 11.1 (ds=4.9) 15Vitamina A 364.1 (ds=217.1) 1000 EAR

Fuente: Elaboración propia. Recomendaciones por FAO-PESA, 2009 y NOM-086-SSA1-1994 del Diario Oficial de la Federación, 2012.

Las especies para autoconsumo de plantas, animales domésticos, animales de caza, peces, hongos e insectos se registraron en la encuesta y en las cinco visitas a las unidades productivas fueron de 44 familias, 81 géneros, 102 especies: dos de ellas identificadas a género (Opuntia y Cyclanthera) y 3 variedades. De las plantas identificadas, 43 fueron colectadas y mencionadas, 29 fueron colectadas y 33 fueron mencionadas en encuesta. Se obtuvieron 48 diferentes árboles, 11 arbustos y 46 herbáceas.

El consumo de insectos fue realizado por 62% de los hogares (n=32). Se identificaron 11 especies: 8 a especies y tres a género, de 5 familias (Acrididae, Arctiidae, Buprestidae, Formicidae y Noctuidae) pertenecientes a 4 ordenes (Coleptera, Hymenoptera, Lepidoptera y Orthoptera).

Los hongos mencionados y descritos por los cafeticultores y que se identificaron pertenecieron a 11 familias (Amanitaceae, Cantharellaceae,

ARMANDO CONTRERAS HERNÁNDEZ l MATILDE ALTAMIRANO SEN

Suficiencia alimentaria y calidad nutricional de la dieta de los cafetaleros119

Fomitopsidaceae, Gomphaceae, Marasmiaceae, Physalacriaceae, Pleurotaceae, Pluteaceae, Polyporaceae, Russulaceae y Tremellaceae) y se identificaron 17 especies de hongos: tres de ellos a género y 14 a especies, más uno a variedad. A pesar de que los encuestados conocen varios hongos fue común escuchar “de esos ya no” o “hay muy pocos” siendo poco tomados en cuenta y cada vez menos en la alimentación para los cafeticultores.

Se reportaron algunos animales acuáticos, de los cuales, se pudieron identificar ocho pertenecientes a seis familias (Cichlidae, Cyprinidae, Eleotridae, Mugilidae, Palaemonidae y Salmonidae). Estos animales no fueron capturados directamente por los encuestados, pero en 31% (n=32) de los casos la pesca se realizó cerca de la localidad. Los animales terrestres de crianza y de caza incluyendo a las aves que se identificaron fueron 25 especies pertenecientes a 18 familias (Agoutidae, Anatidae, Bovidae, Canidae, Cervidae, Columbidae, Cracidae, Cuniculidae, Dasypodidae, Didelphidae, Leporidae, Mephitidae, Mustelidae, Phasianidae, Procyonidae, Rallidae, Sciuridae y Suidae). De todas, 16 fueron mencionadas como de caza -5 de ellas fueron aves-, 7 como domesticadas y 2 como de caza y domesticadas. Aunque la mayoría de las especies fue de caza, rara vez es practicada.

Conclusiones

La suficiencia alimentaria promedio de los hogares encuestados es aceptable cubriendo en 106% su requerimiento calórico. El 8.5% de estas calorías así como el 15% de los productos, principalmente en el grupo de protectores, dan una alta diversidad alimentaria y son el reflejo de la diversidad de plantas dentro de la unidad productiva, especialmente el cafetal. Sin embargo, los hogares se encuentran en vulnerabilidad alimentaria ya que alrededor del 85% de sus alimentos los obtienen de un intercambio mercantil y la situación económica de la mayoría los limita para conseguirlos.

La calidad nutricional de la dieta de los hogares cafetaleros en cuanto a la variabilidad de productos fue ligeramente bajo el consumo de básicos (consumo 33%, recomendación 40%), alto en el consumo de protectores (consumo 42%, recomendación 20%) y bajo en el consumo de productos formadores (consumo 25%, recomendación 40%). La calidad nutricional medida a través del consumo de macronutrientes es en carbohidratos ligeramente baja con respecto al rango establecido (consumo 59%, rango establecido 60 a 70%), el consumo de lípidos es alto (consumo 30%, rango establecido 20 a 25%) y

ARMANDO CONTRERAS HERNÁNDEZ l MATILDE ALTAMIRANO SEN

Suficiencia alimentaria y calidad nutricional de la dieta de los cafetaleros120

el de proteínas se encuentra en el rango (consumo 11%, rango establecido 10 a 15%). El consumo de micronutrientes fue el adecuado para calcio y hierro. Mientras que en zinc y vitamina A estuvo por debajo del adecuado.

Los grupos definidos de suficiencia alimentaria no mostraron causas homogéneas dentro de ellos, que definieran una estrategia alimentaria propia, pero sí se muestran decisiones similares en conjunto que permiten analizar la alimentación de la mayoría de los hogares cafetaleros.

Existe un alto potencial de diversidad alimentaria de la unidad productiva del hogar cafetalero debido a las 99 especies de plantas identificadas, 11 de insectos y 17 especies de hongos. La unidad productiva, principalmente el cafetal, tiene el potencial para promover una dieta adecuada y fortalece la seguridad y soberanía alimentaria de los hogares debido a los recursos no monetario y monetario que pueden recibir de ella.

Bibliografía

Boege, E., Colaboradores Georgina Vidrales Chan, et al., (2008), Patrimonio Biocultural de los pueblos indígenas de México. México. Instituto Nacional de Antropología e Historia. Comisión Nacional para el Desarrollo de la Pueblos Indígenas. 344p.

Bourges, H., Casanueva E. y Rosado J. L., (2008), Recomendaciones de Ingestión de Nutrimentos para la población mexicana. Bases Fisiológicas. Tomo 2. México, Editorial Médica Panamericana.

Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), (2011), La diversidad en Veracruz: Estudio de Estado. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad. México, Gobierno del Estado de Veracruz, Universidad Veracruzana e Instituto de Ecología, A.C.

Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) y Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), (2005), Sistema de indicadores sobre la población indígena de México, con base en: INEGI. II Conteo de Población y Vivienda. México.

Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), (2010), Dimensiones de la seguridad alimentaria: Evaluación Estratégica de la Nutrición y Abasto. Distrito Federal, México.

ARMANDO CONTRERAS HERNÁNDEZ l MATILDE ALTAMIRANO SEN

Suficiencia alimentaria y calidad nutricional de la dieta de los cafetaleros121

Diario Oficial de la Federación (DOF) 23 de enero, (2006), Norma Oficial Mexicana NOM-043-SSA2-2005, Servicios Básicos de Salud. Promoción y Educación para la Salud en Materia Alimentaria. Criterios para brindar orientación.

Diario Oficial de la Federación (DOF) 27 de diciembre, (2012), Norma Oficial Mexicana NOM-086-SSA1-1994, Bienes y servicios. Alimentos y bebidas no alcohólicas con modificaciones en su composición. Especificaciones nutrimentales. Última modificación.

Food Agriculture Organization (FAO) y Proyecto Estratégico para la seguridad Alimentaria (PESA), (2009), Guía para la obtención e interpretación del Patrón alimentario. México. FAO-PESA México.

Food Agriculture Organization (FAO), (2006), Informe de políticas: Seguridad Alimentaria. Núm. 2. [En línea]. Disponible en:ftp://ftp.fao.org/es/esa/policybriefs/pb_02_es.pdf. [Acceso en Julio 2016].

Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), (2007), Censo Agrícola, ganadero y forestal 2007. México.

Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), (2010a), “Censo de Población y Vivienda 2010”. [En línea]. Disponible en: http://www.inegi.org.mx. [Acceso en abril 2012].

Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), (2010b), Principales resultados del Censo de Población y Vivienda 2010. Características demográficas. Migración.

Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), (2011a), Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos en los Hogares, ENIGH 2010. Descripción de la base de datos. Aguascalientes.

Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), (2011b), Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares. ENIGH 2010. Consulta de datos. [En línea]. Disponible en: http://www.inegi.org.mx. [Acceso en diciembre 2012].

Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuaria (INIFAP), (2005), Padrón Cafetalero 2005. Sistema Producto Café.

Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y la Secretaría de Salud (SS), (2011), Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2011.

Ledesma, J. A., et al., (editores) (2010), Composición de alimentos Miriam Muñoz de Chávez, valor nutritivo de los alimentos de mayor consumo. México, Editorial McGraw-Hill.

ARMANDO CONTRERAS HERNÁNDEZ l MATILDE ALTAMIRANO SEN

Suficiencia alimentaria y calidad nutricional de la dieta de los cafetaleros122

Manson, H. R., Contreras, H. A., López, F., (2008), Estudio de la biodiversidad en cafetales. En Manson, R. H., Hernández-Ortiz V., Gallina S., Mehltereter K. (editores). Agroecosistemas Cafetaleros de Veracruz Biodiversidad, Manejo y Conservación. México, Instituto de Ecología AC (INECOL) e Instituto Nacional de Ecología (INE-SEMARNAT).

Martínez, C., (2013), “Explotación neoliberal del campesino cafetalero y deterioro alimentario”. En Rubio, B. (coordinadora). La crisis alimentaria mundial: impacto sobre el campo mexicano. Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM: Miguel Ángel Porrúa.

Naciones Unidas (NU), (2012), “Declaración Universal de los Derechos Humanos”. [En línea]. Disponible en: http://www.un.org/es/documents/udhr/index.shtml. [Acceso en diciembre de 2013].

Pendergrast, M., (2002), El café historia de la semilla que cambió el mundo. Javier Vergara Editor. Barcelona.

Zizumbo, D., y Colunga, P., (2008), “El origen de la agricultura, la domesticación de plantas y el establecimiento de corredores biológicos-culturales en Mesoamérica”. Revisa de Geografía Agrícola. 41, pp. 85-113.

El libro digital TOMO III. Seguridad Alimentaria,de la colección México Rural ante los Retos del Siglo XXI,

se terminó de producir en el mes de mayo de 2017.

Su diseño y edición estuvieron a cargo de:

Editorial Cienpozuelos, S.A. de C.V.Morelia, Michoacán

[email protected]

Uni

versi

dad Autónoma Chapingo

Enseñar la explotación de la tierra,no la del hombre