P E R I O D I S M O D E I N V E S T I G A C I Ó N

VANGUARDIA | LUNES 21 DE ENERO DE 2013 | No.358 |

Un viaje a la tienda más grande del paísUn viaje a la tienda más grande del paísUn viaje a la tienda más grande del país

MOROLEÓN, EL MEXICAN SHOPPING

2013 será el año de las re-formas: energética y fiscal, pues la educativa y la lab-oral ya están encaminadas. Asuntos son que se vienen arrastrando desde la época de Ernesto Zedillo y que nin-guna Legislatura ha queri-do afrontar seriamente. Es más sencilla y rentable la politiquería, la demagogia, las patadas debajo de la mesa. Dichas reformas sig-nifican la etapa última y consumatoria del modelo neoliberal impulsada por Carlos Salinas de Gortari. Es muy probable, por tanto, que el PRD se oponga a el-las, como ha venido hacié-ndolo durante el último cu-arto de siglo. A sabiendas de que esa oposición le ha costado la presidencia de la República en por lo menos dos ocasiones. Sólo que en esta ocasión decida firmar las reformas por debajo de la mesa y asegurar con ello una posición privilegiada

para las presidenciales de 2018… La firma del llamado Pacto por México y su aval a la reforma laboral han sido ensayos claves y muy claros de esta doble moral, por no mencionar la brutal y abusiva embestida con-tra el SNTE. El PSOE es-pañol ha sido ejemplar en este sentido: con absoluto cinismo abrazó las causa neoliberal, gobernó alegre-mente España durante tres lustros, la arrojó al abismo macroeconómico y luego le entregó el poder al Partido Popular, para que pagara los platos rotos. Algo similar pudo hacer el PRD, si no se hubiese andado con tantos remilgos, y luego entregar el control al PAN, para que éste pagara al mismo tiem-po los costos del modelo neoliberal y los de la guerra del narco, alejando a ese partido del poder, de paso, durante los próximos tres cuartos de siglo. Pero el

Sol Azteca apostó exacta-mente en sentido contrario, al decidir convertirse en el sector más anacrónico y re-accionario del PRI, prolon-gando de manera firme y consciente el echeverrismo que había encumbrado a Cuauhtémoc Cárdenas y a Muñoz Ledo. Sus modelos externos, Fidel Castro y Hugo Chávez, eran y son borrosos y pobres: ningu-no de ellos ha conducido a sus respectivos países a los cotos de bienestar que alcanzó México con Díaz Ordaz y Ruiz Cortines. En fin: el PRD tiene una opor-tunidad histórica para in-gresar a los carriles de la política exitosa. Allá ellos si, como siempre, deciden escuchar a viejas sirenas como López Obrador y Raúl Vera, y protestar aira-damente de nuevo contra el presidente que protes-te el cargo el primero de diciembre de 2018.

|| Diccionario de autores

Nadie es homogéneo, análogo, todos son una mezcla de… Una pizquita genética de fulanito, otra de menganito y una cucharadita de perenganito. Si no lo crees, ve cómo metes en una licuadora un tantito de éste, más del otro y un puñito de aquél, y luego verás quién sale:

LA LICUADORA

LA FAUNAEN UN DOS POR TRES Por Alfredo García

Ilustración: Diego Hernández

Guillermo Ortiz Jesús Torres CharlesEduardo Manzano Jaime Martínez Veloz

Gilipollas: Si no fumas, ni bebes, ni follas, ¿para qué vives, gilipollas? (proverbio español).

SI YO FUERA PRESIDENTE¿Se imagina sentado en la silla que ahora ocupa Felipe Calderón?

Manuel Contreras, chofer.

1.Mejorar el sueldo a los policías para erradicar la

corrupción.

2.   Implementar constantes cursos de capacitación a los funcionarios que

ocupan puestos de mayor importancia en el gobierno.

3. Introducir clases obligatorias de psicología

en todas las escuelas para orientar a los jóvenes.

4.Promover la igualdad entre el hombre y la

mujer.

5.Mejorar el salario mínimo y elaborar un plan para

acabar con el desempleo.

Lo que nos espera

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y ese flojo?o'ra vera..

oye!, cuantoganas al mes?

s3,000,por que?

tomalos!largate y no vuelvas jamas!aqui no queremos flojos!

alguien de ustedessabe que hacia este

flojo aqui?

si, licenciado..es el que traelas pizzas...

un dia llega el nuevo director a la fabrica..

?

?

!?!

!

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Homenaje a Federico Engels. A fuerza de masturbarse, el mono terminó por desarro-llar el pulgar oponible; a partir de aquí empe-zó a desenredar Engels su teoría del trabajo como motor de la transformación del mono en hombre.

Culturas populares. Aquel impresionante Brahms de las radionovelas, aquel Schu-mann, aquel Mendelsohn: así se disipó, en las óperas de jabón, la última época de oro de la música culta.

Cocayne. Cuando entra al excusado de un cine, de un restaurante, de un museo, quie-nes lo miran dicen: “Va a esnifarse”. Hasta tal punto los polvos de la Reina Blanca se han vuelto para él una necesidad fisiológica.

Proverbio cocayne. Cuando pierdas la nariz serás todo calavera.

Ocurrencias. No otra cosa son las inscripcio-nes de este diario: ocurrencias del Tiempo.

¿Eureka? Pues bien, me decepcionó la Red: no pude encontrar un solo poema, ni siquiera un verso solo, del libro “Al fondo del abra”, del inmortal don Erasmo Castellanos Quinto. ¿No se suponía que en la internet “hallabas todo”? Siempre habrá un límite para la so-berbia humana.

Última Cena. Y el Cordero González se des-pachó con la cuchara grande.

La muerte tiene permiso. Hollywood no debió permitir que conociéramos el envejecimiento de Kim Bassinger —en “Nueve semanas y me-dia”, naturalmente, parecía inmortal—: noso-tros mismos no debimos permitírnoslo.

En pie. Esa costumbre de beber de pie en la barra, con un codo en el mostrador: ¿retar-da la embriaguez o la incrementa? ¿Espanta el sueño y mantiene firmes las riendas del sentido común? Inclusive un locutor de la XEKS, famoso bebedor saltillense, mientras convalecía de una pierna rota, en el invier-no de 2002, se plantaba en muletas ante la tarima del bar Delicias. Desde una mesa del rincón, contemplo con sorna a quienes man-tienen esa austera y antigua costumbre, sin levantarme apenas más que para asistir a los mingitorios.

Sospechosismo. Ese Athos rojo, condu-cido por dos payasos de polvorienta pe-luca, que abandonó el estacionamiento de Soriana el miércoles 23 de noviembre de 2007, a las 14: 20 horas, con una sim-pática señora abundante en años en el asiento trasero: sospecho que la llevaban secuestrada.

Lenguas informadas. Las juntas de redac-ción de aquel periódico, donde se la pasa-ban hablando exclusivamente de sexo entre las cuatro y las cinco y media de la tarde, de lunes a sábado; y no precisamente del sexo bello, añaden las malas lenguas, que suelen ser las mejor informadas.

Caballerosidad. Lo que sucede con las mujeres que conducen automóvil es que, llevadas por un sentido de la caballerosi-dad mal entendido, ellas esperan, y aun de-mandan, aunque el semáforo esté en rojo, que los peatones, los taxistas, las ambulan-cias, los carros de bomberos, les cedan a ellas el paso... y si un despistado no lo hace, lo embisten con su automóvil, mentándole la madre con el cláxon.

Respuestas:1) d; 2) a; 3) c; 4) b; 5) c; 6) a; 7) d; 8) b.

1.- El .. de enero se celebra el aniversario natal de Ignacio Allende.

■ A) 18; ■ B) 19; ■ C) 20; ■ D) 21.

2.- El … es el elemento más abundante en el universo.

■ A) hidrógeno; ■ B) litio; ■ C) uranio; ■ D) helio.

3.- … es el agente de policía encarnado por Cantinflas en El patrullero 777.

■ A) Úrsulo; ■ B) Sócrates García; ■ C) Diógenes Bravo; ■ D) Margarito.

4.- El sustantivo tabú es de origen …

■ A) dravídico; ■ B) polinesio; ■ C) mongol; ■ D) bantú.

5.- � es el símbolo del planeta ...

■ A) Mercurio; ■ B) Júpiter; ■ C) Neptuno; ■ D) Saturno.

6.- La homeopatía fue creada por …

■ A) Samuel Hahnemann; ■ B) Francis Galton; ■ C) Galileo Gall; ■ D) Francis Bacon.

7.-… es el autor del danzón Nereidas.

■ A) Macario Luna; ■ B) Tomás Ponce Reyes, ■ C) Aniceto Díaz; ■ D) Amador Pérez Torres “Dimas”.

8.- Parténope es el antiguo nombre de...

■ A) Palermo; ■ B) Nápoles: ■ C) Tarento; ■ D) Tívoli.

|||| Por Alfredo García

|| Los menesteres del ocio

SUPERMÉNDEZ El único superhéroe de Saltillo y la región (incluyendo Ramos) Por J. Latapí

|||| Por Miguel Agustín Perales

|| Claro que ud. lo sabe

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El primer gran disco del 2013 es cortesía de los veteranos de Yo La Tengo, un trío de indie que usaban lentes de pasta antes de que usar lentes de pasta fuera cool. Es decir, eran ñoños de a de veras. Y lo siguen siendo, a me-nos de que el guitarrista Ira Ka-plan se haya metido al gimnasio, James McNew se haya puesto a dieta y Georgia Hubley, la voca-lista y percusionista, haya hecho para dejar de parecer una cajera desencantada de una tienda de discos en Austin.

En el caso de Yo La Tengo, ñoño es un cumplido. Hacen música para enamorados en atardeceres, cartas de amor que le gustan a chicas introverti-

das que coleccionan cosas pe-culiares, etcétera, una fórmula melosa / intelectual que les ha funcionado antes y que sigue funcionando bastante bien. Para su treceavo disco, han tenido la gran idea de asociarse con John McEntire (Tortoise, The Sea and Cake) como productor, un dream date del indie noventero que nos damos cuenta debió de ha-ber sucedido hace tiempo al oir el material. McEntire es un gran productor, y toma lo enclenque del sonido de Yo La Tengo y lo llena con texturas robustas y ma-duras. Y aunque no estén en for-ma física, musicalmente los tres Yo La Tengos lo hacen igual de bien que siempre.

Por Esteban Cárdenas

Cuenten esto como un ade-lanto, porque La Caza es una película magis-

tral que supera a varias sobre las que escribí no hace más de un mes como lo mejor del año.

La Caza es la mejor película del realizador danés desde Festen (1998), cinta con la que inaugu-ró el efímero movimiento fílmico Dogme 95 junto a Lars Von Trier.

Festen siempre me ha pareci-do la mejor de todas las Dogme 95, y La Caza funciona como una especie de acompañamiento a aquella película, que también trataba el tema del abuso sexual infantil.

En 1998, nos contó la incómo-da historia sobre un tipo que con-fronta a su padre con acusaciones

de abuso sexual durante la cena navideña, desatando un caos ca-tártico en su familia. Un análisis desgarrador de los secretos fami-liares y los monstruos que se es-conden en el closet.

En La Caza, voltea un poco las cosas, y estudia la histeria colec-tiva pueblerina en torno a este delicado tema. La cacería de brujas a la que el título se refie-re gira en torno a Lucas (Madds Mikkelsen), un hombre de 42 años enseña en el kínder del pe-queño pueblo danés en el que ha vivido toda su vida.

Recientemente divorciado, y separado de su hijo adolescente, Lucas es un hombre callado y algo tímido que disfruta de su trabajo en el jardín de niños, en donde es el maestro favorito. Los fines de semana se emborracha con sus amigos y la pasa bien en general, disfrutando su vida simple. Todo da un giro para mal cuando la pe-queña hija de su mejor amigo, in-

terpretada por la pequeña prodigio de 5 años Annika Wedderkopp, lo acusa de abusarla sexualmente. De un día para el otro, el pueblo condena a Lukas al ostracismo, y él, sin decir jamás que no lo hizo, se vuelve víctima de la histeria co-lectiva de este pueblo danés.

Vinterberg definitivamente es un director de actores, y no se qué haya en el agua en Escandi-navia, pero todo su elenco está de primer nivel. Madds Mikkelsen, a quien reconocerán como el villano de Casino Royale (2006) defini-tivamente merece haber ganado la estatuilla de mejor actor en el reciente festival de Cannes, y en-

trega un personaje sumamente complejo que conmueve y frustra al mismo tiempo. Lukas pierde poco a poco el control de su vida hasta convertirse en un mártir es-tóico, y el actor danés internaliza su dolor, creando un personaje completamente convincente. La historia es inquietante de por sí, y Vinterberg, con cada cuidadoso beat dramático, eleva la tensión un poco más hasta llevarla a un nivel explosivo. El final dejó a la gente boquiabierta, algo que no sucedería sin esa cuidadosa cons-trucción de eventos. La Caza es una narrativa inteligente y tensa que no debe perderse.

VIDEÓDROMO

Thomas Vinterberg2012

LA CAZASI ESTA EMOCIONANTE PELÍCULA DE THOMAS VINTERBERG HUBIERA FIGURADO EN SALAS NACIONALES EL AÑO PASADO, SIN DUDA LA HUBIERA INCLUIDO EN MI RECIENTE LISTA DE LAS MEJORES DEL 2012.

StereolabEmperor Tomato Ketchup1996

PavementSlanted And Enchanted1992

Suena a…

Yo La TengoFade2013

Galaxie 500On Fire1989

RADARPor Esteban Cárdenasescardenas@vanguardia.com.mx

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SHOPPING

El reportero sube a un camión de comerciantes saltillenses con destino

a Moroleón, la tienda de ropa más grande del país, aquí la crónica

T E X T O Y F O T O S : A L E J A N D R O M O N T E N E G R O

EL MEXICAN

Todos los martes y viernes salen de Saltillo ca-miones llenos de gente rum-bo al estado de Guanajua-

to, cuna de la industria textil, para surtirse de todo tipo de ropa y zapatos. Se viaja de no-che y se compra de día, aquí la aventura que viven frecuente-mente cientos de comercian-tes saltillenses.

Son camiones rentados por un particular, que a su vez or-ganiza estos viajes destinados a personas que van exclusi-vamente de compras. La ruta Moroleón-León comprende la visita a siete tianguis del sur de Guanajuato, posterior-mente al Centro Histórico de Moroleón, para terminar el recorrido en la ciudad de León. Todo eso por un precio de 600 pesos por persona.

La gasolinera Lourdes al sur de la ciudad es el punto de reunión. Ahí la gente se con-grega y espera al camión para

que a las 21:00 horas en punto, tome carretera rumbo a tie-rras guanajuatenses.

Antes de partir, uno de los organizadores del viaje pide silencio y toma la palabra. Re-corre el pasillo ida y vuelta volteando a ver a los pasaje-ros. Con semblante serio invi-ta a los viajeros a tomarse de las manos para pedir por un buen viaje, sin contratiempos. El miedo siempre está latente.

Y es que en los últimos meses se han acrecentado los robos a camiones en la carretera. “Saben que lleva-mos buen dinero para hacer nuestras compras y se van contra nosotros”, comenta seria la mujer del asiento 24.

Luego de las plegarias, don Goyo, el organizador, sólo emite una última recomenda-ción. “Guarden sus centavitos en diferentes partes. No trai-gan todo su dinero en el mis-mo lugar. Afortunadamente a nosotros nunca nos ha toca-do que nos roben, pero nadie está exento”, sentenció.

Bienvenido a Moroleón, para servir a Usted

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SHOPPINGBienvenido a Moroleón, para servir a Usted

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La mayoría de los pasajeros son mujeres que se dedican a la venta de ropa. Algunas van acompañadas de sus esposos y algunas otras llevan a sus hijos. “Para que me ayu-den a cargar con todas las cosas que voy a comprar”, dice doña Juanita, quien tiene tre-ce años comprando ropa para revender.

Cargan con lonche para el viaje. En alu-minio y bolsas de plástico llevan desde ta-cos y gorditas hasta tamales para mitigar el hambre de las nueve horas de camino. Plati-can de su vida, de sus hijos y por supuesto, de las estrategias a emplear en las compras. Otros duermen.

Son las seis de la mañana en punto y el camión hace su primera parada en el muni-cipio de Yuriria. El sol apenas está por salir y las compras comienzan. “A las 7:30 nos vamos esté quien esté”, advierte el organi-zador y todos apresuran el paso para apro-vechar el tiempo al máximo.

Plaza Parangarico es la primera para-da para los camiones de toda la República Mexicana. Sus más de mil locales la hacen la plaza más grande del sur de Guanajuato. Abren sus puertas a las tres de la mañana todos los miércoles y sábados del año. Para las 10 de la mañana termina la vendimia.

“Estamos para vestirles”, esboza la geren-te operativa del lugar. María de la Paz Pérez se encarga de que la plaza funcione correc-tamente los miércoles y sábados de todo el año, excepto el Sábado de Gloria. La plaza abrió sus puertas en septiembre de 1994, por lo que se ha convertido en una tradición.

“Nosotros recibimos en cada día de aper-tura alrededor de 70 camiones llenos de gente que viene de Coahuila, Tamaulipas, Nuevo León, Sinaloa, Durango, Veracruz y Yucatán, entre otros. Y además mucha gen-te que viene en sus propios vehículos de municipios cercanos también a surtirse”, comenta la gerente.

En Plaza Parangarico se encuentra ropa de todo tipo y para todos. Desde niños, jó-venes, damas y caballeros, hasta tallas que van desde la 0 hasta la 5X. La mayoría de los vendedores de este lugar son también fabricantes de su propia mercancía, como el

señor Jorge Ruiz.Se instaló en Plaza Parangarico desde su

creación en el año de 1994. A pesar de los altibajos y obstáculos que le ha representa-do vender ropa, se mantiene en el negocio, aunque admite que las ventas han bajado. “Las ventas han bajado como un 70%. En un muy buen día yo llego a sacar 5 mil pesos, que considerando que sólo son dos días a la semana, pues no es mucho”, señala.

Al tratar de buscar explicaciones sobre las bajas ventas, Jorge sólo encuentra dos probables. Por un lado la inseguridad que impera en el país, que ha provocado que cada vez menos gente quiera salir de su casa y mucho menos a la carretera. Y por otro lado, la importación de ropa china, que es de menor calidad, pero más barata.

En la fabricación de la ropa hay dos pro-cesos. Está el tejido de punto, el más labo-rioso. Se compra el hilo, se teje y se confec-ciona; mientras que en el tejido de plana se compra directamente la tela y se pasa a la confección. “El resultado es diferente en ca-lidad. Desgraciadamente la gente a veces se va por lo que se ve bonito y no por lo bue-no”, argumenta.

Por dentro, Plaza Parangarico parece un laberinto. Los pasillos son interminables y conducen quién sabe a dónde. Letreros con ofertas, gritos de gente que promete tener los mejores precios y la disyuntiva de la gente por decantarse hacia un local u otro.

Sandra Luna vende en Parangarico des-de hace un año. Una cuñada se dedica a fa-bricar la ropa y ella es la que se la lleva al público. Su especialidad son las blusas y su mayor oferta la de 3 prendas por la módica cantidad de 100 pesos. Como a la mayoría, les ha pegado fuerte la crisis.

“Nosotros anteriormente teníamos otro negocio y no nos fue muy bien. Decidimos meternos en esto de la ropa y al principio parecía irnos bien, pero las cosas se han puesto muy mal. A mi esposo y a mí nos han bajado las ventas como en un 50%”, afirma la señora Sandra.

El punto más fuerte de venta es a las 5 de la mañana. A partir de las 7 los puestos em-

piezan a bajar y los vendedores se dan tiem-po incluso de ponerse a jugar cartas en la parte de atrás de la plaza. Algunos con café en mano, cinco vendedores juegan una par-tida de poker en la parte trasera de una tro-ca. Para ellos terminó la jornada de trabajo.

Son las 7:20 de la mañana y mientras al-gunos toman una taza de café o desayunan unos tacos, la puerta de la cabina de equipa-je del camión se abre. Es el primer tianguis y los pasajeros ya llenaron al menos una de sus grandes bolsas. A la cabina de equipaje no le falta mucho para llenarse.

Todos los tianguis están muy cerca uno del otro. Al partir de Parangarico, el camión no tarda ni cinco minutos en llegar a la próxima plaza. Es mucho más chica. Tiene alrededor de 25 locales en los que predomi-na la mezclilla. En este tianguis los pasaje-ros tienen solo 40 minutos para comprar.

“¿Qué le doy aparte de lástima?”, grita un vendedor ambulante de cintos, mientras que un muchacho de no más de 25 años de edad ofrece pantalones de mezclilla que, según él, pertenecieron a Madonna, por la cantidad de 100 pesos.

Entre todos los tianguis, los vendedores coinciden en que las ventas han caído mí-nimo en un 50%. Doña María opina contun-dentemente que es la importación la que ha vencido a los guanajuatenses. “Ahorita estamos en temporada y no se vende nada. Vamos de mal en peor, pero pues aquí esta-mos, vender es lo del pueblo”, asegura.

Aquellos que ya se saben las rutas y co-nocen la cercanía entre los tianguis van in-cluso caminando a las siguientes dos para-das. Hay más variedad. Por supuesto la ropa es indiscutible en todos lados, pero en Plaza Continental también hay bolsas, jarrones, accesorios y un sinfín de productos.

Joaquín Martínez es de Valle Santiago, Guanajuato; una localidad ubicada a 40 kiló-metros de Moroleón. Junto con su esposa, Joa-quín acude a los tianguis para comprar ropa que posteriormente vende en su pueblo natal. Para él, el precio que ahí encuentra es incom-parablemente menor a cualquier otro lado.

Van cuatro tianguis visitados y el camión

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Nosotros recibimos en cada día de apertura alrededor

de 70 camiones llenos de gente que viene de Coahuila, Tamaulipas, Nuevo León, Sinaloa, Durango, Veracruz y Yucatán, entre otros. Y además mucha gente que viene en sus propios vehículos de municipios cercanos también a surtirse”

María de la Paz, gerente comercial.

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saltillense empieza a llenarse. Ante la falta de espacio en la cabina de equipaje, la gente coloca sus bolsas en el pasillo que divide a los asientos. Camino al siguiente tianguis, los que vienen en la parte de atrás del camión tuvieron que brincar literalmente entre las bolsas para lograr llegar a su asiento.

Para los organizadores eso representa un problema. Al ser transporte de pasajeros y no de carga, según la SCT (Secretaría de Comu-nicaciones y Transportes), está terminante-mente prohibido que el camión lleve equipa-je fuera de la cabina destinada para ello, sin embargo el espacio es insuficiente. El reloj apunta las 12 del mediodía.

“La gente compra muchas cosas y no cabe todo abajo. En caso de que una patrulla nos llegara a parar nos puede ir muy mal porque las multas son de 20 a 30 mil pesos más o me-nos. Siempre vamos con el riesgo de que nos paren por eso”, comenta don Goyo, organiza-dor del viaje.

Las fábricas de ropa están en plenos po-blados. Entre Moroleón, Uriangato y Yuriria se reparten las productoras de ropa. De he-cho, algunas están incluso cerca de las plazas comerciales.

La sexta parada es en Plaza Textil Bedo-lla, inaugurada el 18 de mayo de 1988, lo que la convierte en una de las más antiguas y de mayor tradición en la región. Es conocida por los viajeros como “la plaza de los huaraches”, haciendo alusión al antojito mexicano que se vende en la cafetería de la plaza.

En Bedolla la oferta es variada, sin embar-go predominan las colchas y edredones, ade-más de que ahí mismo en la parte trasera de la plaza hay una fábrica de ropa.

En los asientos 22 y 23 del camión saltillen-se va una madre con su hijo de unos 14 años. Después de comer en Bedolla para calmar el hambre, se dirigen a las tiendas para buscar-le un pants al hijo de su equipo favorito, las Águilas del América. Después de probarse

varias tallas, encuentra la que le sienta mejor y una sonrisa se dibuja en su rostro. Solo van por ropa para la familia.

Entre los vendedores de las plazas culpan de la crisis de la venta a los chilangos. Cien-tos de defeños llegaron a Guanajuato para instaurar su propia plaza en la que ofrecen productos de mediana calidad por muy bajo precio. Aunque tiene su nombre se le conoce como “La plaza de los chilangos”.

“Traen muy baja calidad pero es ropa que trae las marcas conocidas en todo el mundo, entonces la gente ve la marca y el precio tan bajo y se de-

cide por comprar ahí, pero la realidad es que en dos o tres puestas te echas la ropa”, comenta uno de los pasajeros del camión.

El ánimo de la gente empieza a decaer. Después de caminar por siete tianguis, las piernas y el bolsillo ya no son iguales que al principio. La altura de las bolsas en el pasillo del camión ya llega al nivel de la cabeza de una persona sentada. Si alguien necesita usar el baño del camión, no lo puede hacer, ya que está lleno de cosas.

Tras la “Plaza de los Chilangos”, el recorri-do hasta el siguiente punto es un poco más largo. La gente se rehidrata con frutas o come tacos, mientras otros hacen cuentas y revi-san su lista de encargos. La joven del asiento 28 se lamenta por la pérdida de unos zapatos que le costaron 300 pesos. Los olvidó en la mesa donde comió en Plaza Bedolla un par de horas atrás.

Tras ir de pueblo en pueblo, el camión arri-ba a la ciudad. “Bienvenido a Moroleón. Para vestir a usted”, dice el anuncio de entrada. Mo-roleón está ubicado en el sur del estado, justo en el límite entre Guanajuato y Michoacán. Una calle lo divide del municipio de Urianga-to. Ambas localidades son conocidas como “La

La gente compra muchas cosas

y no cabe todo abajo. En caso de que una patrulla nos llegara a parar nos puede ir muy mal porque las multas son de 20 a 30 mil pesos más o menos. Siempre vamos con el riesgo de que nos paren por eso”

Don Goyo, organizador del viaje

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tienda de ropa más grande de México”, pues cuentan con alrededor de 5 kilómetros conti-nuos de locales de ropa de todo tipo.

En Moroleón la mayoría de la gente se transporta en motocicleta. La estructura de sus angostas calles dificulta el tránsito de automóviles. El comercio textil funge como punta de lanza para el desarrollo económico de la ciudad, pues no solo venden lo que ellos fabrican, sino que también importan ropa para vender.

En la calle 16 se Septiembre del Centro Histórico se concentra la actividad comer-cial. Originalmente esta arteria fue creada de dos carriles, sin embargo la demanda de locales ha llevado a la gente a establecer sus puestos en uno de los carriles de la calle lite-ralmente, por lo que solo hay uno disponible para el tránsito de vehículos.

De los 49 mil habitantes de Moroleón, al menos 15 mil de ellos se sostienen de la in-dustria textil. La variedad de ropa es inima-ginable. Cada local cuenta con sus promocio-nes, aunque lo más normal y demandado es el mayoreo y menudeo.

“Si no te dedicas a vender ropa aquí en Moroleón, seguramente te dedicas a trabajar

el campo. Es lo de aquí del pueblo y nos va muy bien porque somos reconocidos en todo el país, entonces mucha gente de todos lados viene para acá a surtirse de ropa. La verdad es que nos va muy bien”, comenta un vendedor.

Según los vendedores de Moroleón, la industria textil data del siglo XX, cuando se comenzó con la creación del rebozo. Fue precisamente en Guanajuato donde se inició esta actividad, que terminó siendo el deto-nante para la fabricación de ropa. Hoy Mo-roleón es potencia en todo el país.

La embajada saltillense está dividida. Mientras que algunos realizan sus últimas compras, otros prefirieron descansar en la plaza principal de Moroleón, guardando energías para la última parada.

Son las tres de la tarde y el camión está a punto de partir. A estas alturas, con la canti-dad de maletas que van en el pasillo del ca-mión, cada vez se dificulta más abordar. Eso considerando que entre los pasajeros hay niños y personas de la tercera edad.

Dos horas separan a Moroleón de la últi-ma parada. El cansancio es cada vez más evi-dente en el rostro de los pasajeros. Dos horas son muy buenas para dormir.

En el asiento 27 van dos personas. Una madre carga en los muslos a su hija de nueve años. Doña Concepción Cepeda Nava es ori-ginaria de Saltillo, pero vive en Parras desde que se casó. Su pequeña hija la hace recor-darse a sí misma, cuando era ella a los cinco años quien acompañaba a su madre a los via-jes de compras al estado de Guanajuato. En la ida la pequeña duerme acostada en el pasillo del camión.

En Parras se dedica a vender ropa. No tie-ne un local establecido, pero desde su casa la distribuye hacia sus clientes de toda la vida. “Muchas veces ya llevo encargos de mis clientes, entonces ya sé lo que voy a com-prar”, comenta justo antes de compartir su sueño de poner un local grande.

Hace el recorrido de Parras a Saltillo y posteriormente hacia Guanajuato. Lo hace así porque en la capital coahuilense están sus padres, a quienes aprovecha para visitar an-tes de partir de compras. “Llego a saludar a mis papás y levanto encargos de mi mamá y amigas suyas y luego ya me voy”, comenta.

Además de la pequeña de nueve años que

la acompaña, Concepción tiene otros dos hijos: uno de 17 y otra de 22, de quien presume orgu-llosa, es maestra del nivel superior. Su esposo trabaja como taxista y ella aporta su granito de arena para el ingreso familiar vendiendo ropa.

“Si acá compro un pantalón en 100 pesos, voy y lo vendo en Parras en 220. O sea, le saco el 100% y a veces hasta más, es por eso que sí conviene venir hasta acá”, señala después de decir sentirse feliz de apoyar a su marido en el ingreso, como todo buen matrimonio.

Sus padres le heredaron el gusto por ven-der ropa, su mamá también lo hacía. Hoy para Concepción se ha vuelto más que una simple actividad, es su vida. “A ella (su ma-dre) le ha gustado siempre que yo venda ropa porque es algo que ella hizo mucho tiempo, le da mucho gusto”, confiesa.

Son vísperas navideñas y Concepción sabe que tiene que comprar más ropa de lo habitual. Va preparada con 25 mil pesos para cubrir todos los encargos y de paso llevarle a su familia. “Voy sobre lo de tiempo de frío. Chaquetas, pants, sudaderas y siempre trato de llevar mucho para jovencitas, porque es lo que más se me vende en Parras”, afirma.

No le da miedo cargar con tanto dinero, ya está acostumbrada y nunca ha tenido malas ex-periencias con la inseguridad. Las zonas de tian-guis están bien vigiladas en Guanajuato. Las pa-trullas permanentemente pasan por las plazas y casi todas cuentan con cámaras de seguridad.

Doña Concepción se las sabe todas. Sus años yendo a los tianguis de Guanajuato le facilitan sus compras, en las que precio y cali-dad van de la mano. “Ya sé por dónde mover-me, sé donde están los mejores precios y la ropa con mayor calidad y eso agiliza mucho mis compras, no me tardo tanto”, asegura.

A las seis de la tarde en punto el camión por fin llega a la gran ciudad. León, Gua-najuato, espera con sus productos de piel. Tanto atrae la industria textil, que en el Cen-tro Histórico hay estacionamientos exclusi-vos para los autobuses de toda la República que diariamente visitan León.

Doña Concepción se pierde entre las ca-lles de León. “Ya para comprar las últimas cosas”, dice.

La ropa persiste, sin embargo en León los productos de piel, tales como cintos, carte-ras, bolsas, accesorios y por supuesto zapatos

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son abrumadora mayoría. La ciudad de León es conocida mundialmente como la capital del calzado. Cuentan con un sinnúmero de fábricas y atraen clientes de todo el país y el extranjero.

Las calles están repletas de vendedores ambulantes, como el señor Ricardo Urrea. Junto con su hijo ofrece sandalias fabricadas por lo que él denomina como “taller fami-liar”. No recuerda cuándo fue que empezó a vender. “Desde que nací, yo creo”, afirma.

En los talleres familiares prácticamente todo se hace a mano, por lo que la fabricación es en menor escala. “En una fábrica está todo computarizado y sacas miles de zapatos. En un taller es todo a mano y todos los detalles son a mano, entonces uno saca menos pares que una fábrica común”, afirma.

Metros más adelante, en uno de los tan-tos mercados que nutren el Centro Histórico, Verónica Pérez García amplía la oferta del calzado. Con su marca propia creada desde el año de 1986, hace su esfuerzo en el angosto local que tiene a su disposición. “Peretto” se distribuye no solo en León, sino en todo el país y los Estados Unidos.

“Nosotros tenemos registrada nuestra marca de zapatos en un contrato que es por diez años. Cuando se acabe ese tiempo tene-mos que renovar el registro y así sucesiva-mente”, comenta.

Son 16 personas las que colaboran para la elaboración del calzado de la marca Peretto. Desde la curtiduría, que comprende darle muerte al animal para extraer su piel; hasta el proceso de calzado, en el que se corta, se monta, se cose, se flamea y se adorna el zapa-to hasta que queda listo para su distribución.

Aunque es de mucha menor calidad, el cal-zado pirata es un fuerte competidor y demerita la labor de los fabricantes. El factor económico resulta determinante para que el comprador se decante por un zapato o por otro.

“Desgraciadamente llegan los contenedo-res de China con el corte ya procesado y aquí hay muchas maquiladoras de ellos. El calza-do pirata viene con marcas que son recono-cidas mundialmente y el precio es muy bajo. Un obrero de clase baja que tiene cuatro hi-jos prefiere pagar 100 pesos por unos zapatos malos chinos que 350 por unos de buena cali-dad”, señala tajante la señora Verónica.

Además, el alto precio que alcanzan los materiales para elaborar al calzado ha calado hondo en la producción y venta de zapatos. “Siento que la economía de los Estados Uni-dos nos ha afectado. Ha subido de precio el cuero y todos los materiales que usamos. Y aparte las ventas ya no son como antes. Hace años se vendían como bolillos”, asegura.

Verónica solo espera que por la época del año las ventas aumenten. “Yo qué más quisiera que un 100%, pero si bien nos va yo creo que entre un 80 y 90% en esta na-vidad”, dice.

León es la cuna internacional del calza-do. Su calidad marca diferencia. Puede pasar fuego por el zapato y la piel no se quema.

El día está cerca de terminar. Son las 7:40 de la noche. En 20 minutos es la hora pactada para el regreso y algunos ya agotados toman sus asientos. El resto sigue entre las tiendas buscando lo último.

Caminar en el pasillo es tarea imposible. Las bolsas casi llegan al techo y llegar a los asientos de atrás se volvió un deporte extre-mo. Acomodar las bolsas para que no se va-yan moviendo es un acto de arte y eso que todavía faltan todas las cajas de zapatos y las últimas prendas de ropa.

Ya pasan de las ocho de la noche y pare-cen estar todos los pasajeros. Toma al menos veinte minutos cuadrar el equipaje para que no se mueva. La hija de doña Concepción convirtió las bolsas en su cama. Cuando su mamá se cansa de traerla en los muslos, se acuesta en el equipaje.

Se acabó la aventura. Los rostros lucen agotados pero satisfechos. Y es que todos en-contraron lo que buscaban y regresan a casa con todo lo necesario para subsistir mínimo por dos meses. De regreso lo único que se escucha es el motor del camión y el vaivén del equipaje. Ahora sí, todos duermen.

Otras nueve horas de viaje y las luces de la ciudad despiertan a los pasajeros. En la gaso-linera de Lourdes ya aguardan las personas cercanas a los pasajeros. Los taxistas lo sa-ben, también aguardan.

Bajar del camión es también una odisea. No por el hecho de bajar del camión, sino por encontrar las bolsas de cada quién. Las bol-sas están marcadas, pero el gritadero no cesa.

Regresan con el sentimiento del deber cumplido. El resto depende de ellos. Algunos van a vender todo lo que compraron. En dos o tres meses regresarán a Moroleón para re-cargar mercancía.

Un obrero de clase baja que tiene

cuatro hijos prefiere pagar 100 pesos por unos zapatos malos chinos que 350 por unos de buena calidad”

Verónica, comerciante.Semanario

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