Upload
hfacundol
View
214
Download
0
Embed Size (px)
DESCRIPTION
seminario uba
Citation preview
UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS
MAESTRÍA EN ESTUDIOS CLÁSICOS
SEMINARIO DE MAESTRÍA
“LOS TEXTOS CLÁSICOS: CONTINUIDAD Y MUTACIONES”
Docentes a cargo: Prof. Alicia Atienza- Prof. Dra. Marcela A. Suárez
Curso: Primer cuatrimestre de 2015
Alumno: Hernán Facundo López. 22.709.270
“Reapropiaciones plinianas en el Siglo de Oro español. Lo maravilloso en la
Silva de varia lección de Pedro Mexía
Introducción
La intención de las siguientes páginas es trabajar con las lecturas del texto de Plinio, La
Historia Natural, en el Siglo de Oro Español. Más específicamente detenerme en las
reapropiaciones que un humanista sevillano, Pedro Mexía realizó de la obra de Plinio en su
miscelánea Silva de varia de lección1de 1540. Dada la hiperespecialización de las Ciencias
Sociales puede resultar temerario profundizar en el estudio de las influencias entre dos
obras enciclopédicas que abordan una infinidad de temáticas. Por lo tanto, para intentar
acotar la multiplicidad de materias inscriptas en la descripción de dos universos intentaré
profundizar en las mirabilia. Lo haría a partir de las herramientas heurísticas de la Historia
Cultural (autores como Michel de Certeau, Roger Chartier, Anthony Grafton, Fernando
Bouza para España.)
Las mirabilia resultarán un principio estructurante en la Historia Natural, y funcionarán
como categoría de clasificación y definición. El texto de Mexía, entre otros clásicos, realiza
un profuso uso de la obra pliniana, serán 250 las citas del funcionario imperial romano en
las páginas del sevillano. Pretendo, por tanto, ver cómo funcionan las citas de la Historia
Natural en el texto del hispalense, deteniéndome con especial interés en las maravillas.
¿Poseen las mirabilias el mismo carácter estructurante en la Silva? ¿Cuáles son los
términos con las que se adjetiviza lo maravilloso? ¿Se corresponden con el universo de
sentido pliniano?
Muchas de estas preguntas, y otras que seguramente surgirán luego, no encontrarán
respuesta en este trabajo. Ya que mi intención es profundizar esta apropiación acerca de lo
maravilloso, más puntualmente en las monstruos, en una posterior tesis. En estas páginas,
por lo tanto me limitaré a presentar a los textos (en especial la Silva, descontando su
limitada circulación en la actualidad) y adelantar un derrotero de hipótesis y lecturas.
1La edición de la Silva de varia lección que utilizaremos es la de dos volúmenes de Cátedra, (Madrid, 1989). Edición de Antonio Castro (edición original de Juan de Villaquirán, Valladolid 1550-51
La Silva de varia lección
La Silva pertenece al género de la miscelánea, es decir que basa su producción en una
heterogeneidad de materiales y formas de expresión. Su finalidad básica está constituida
por su capacidad de asombrar y maravillar, intentando utilizar la curiosidad como un
instrumento para alcanzar la sabiduría. Se dirige a un público amplio y no especializado,
hecho que será recompensado con el éxito editorial que acompañará al género en los siglos
XVI y XVII. La miscelánea vino a colmar una de las grandes aspiraciones del humanismo:
lograr una literatura amena sin necesidad de inventar mundos y personajes fantásticos que
adulterasen la verdad histórica.2 Para Asunción Rallo Gruss, la miscelánea se encuentra en
el cruce del ensayo, la novela y el apotegma; siendo su finalidad la de instruir y entretener.
La importancia del autor reside en la selección de lecturas previas que conformarán la obra
y la ordenación de las mismas.3Si bien rinde culto del saber clásico, su sustento
epistemológico, se encontrará en el entrecruzamiento de la autoridad, la razón y la
experiencia. En cuanto a la composición del texto, el sevillano explicita de manera muy
clara el plan de la misma:
“Porque lo que aquí escrivo, todo es tomado de muy grandes y aprovados auctores, como
el que corta planta de muy buenos árboles para su huerta o jardín. Y, aunque no tan bien
como deviera, todavía se tocan algunas historias y materias buenas. Escogí, assí, esta
manera de escrevir por capítulos sin orden y sin perseverar en un propósito, a ymitación
de grandes auctores antiguos que escrivieron libros desta manera.4”
Antonio Castro en su completo estudio introductorio de la edición que utilizamos, enumera
siete principios estructuradores que organizan el libro, estos son: variedad, brevedad,
concatenación, interconexión, sencillez, didactismo y retoricismo. Para esto se inspira en
obras de la Antigüedad como las Noches Áticas de Aulo Gelio, las Saturnales de Macrobio
y el Banquete de los sofistas de Ateneo, y claro está Plinio el Viejo; con la particularidad
2 “...se erige en el intermediario que selecciona lo más curioso, agradable e interesante para un lector que debe rendírsele no tanto por su sabiduría como por sus dotes para ofrecérsela. Es decir, se valora tanto la materia (al fin y al cabo encontrada en otros), como la capacidad de actualización: su transformación en discurso interesante y curioso Ibíd., p. 623RALLO GRUSS, Asunción. “Las misceláneas: conformación y desarrollo de un género renacentista” en Edad de Oro Vol. 3, Madrid, 1984, 159-180. p. 177
4MEXIA, Pedro. Ob.Cit .Vol.1. p. 160
(como orgullosamente Mexía lo repite) de ser el primero en reapropiarse del género en
lengua castellana:
“...aviendo gastado mucha parte de mi vida en leer y passar muchos libros, y assí en varios
estudios, paresciome que, si desto yo avía alcanzado alguna erudición o noticia de cosas
(que, cierto, es todo muy poco) tenía obligación a lo comunicar y hazer participantes dello
a mis naturales y vezinos, escriviendo yo alguna cosa que fuesse común y pública a
todos5.”
De hecho Pedro Mexía presuponía que su obra era una superación “moderna” de las
misceláneas de los “antiguos”, ya que la primera contenía y seleccionaba solo lo mejor de
las obras clásicas. La primera edición de la Silva de varia lección salió de las imprentas de
Dominico Robertis, en Sevilla, en julio de 1540. De ahí en más su éxito editorial resultó
formidable, en menos de un siglo conoció 32 ediciones en castellano (29 completas y 3
parciales) y 75 en lenguas extranjeras ((31 francesas, 30 italianas, 5 inglesas, 5 holandesas
y 4 alemanas) En España su repercusión fue solo comparable con las grandes obras
nacionales como La celestina o El Lazarillo de Tormes. En diciembre de 1540 el autor, en
las imprentas de Juan Cromberguer corrige y aumenta con 10 capítulos más su edición
princeps. Como respuesta a su sensacional difusión, en 1550 Pedro Mexía decide ampliar
su texto con una cuarta parte (nada menos que 22 capítulos nuevos), lo hará en Valladolid
en la imprenta de Juan Villaquirán. Podemos considerar a esta la edición definitiva de la
obra de Mexía (y la que utilizaremos nosotros en este trabajo) pero no de la Silva, ya que la
misma conocerá los agregados del aragonés Martín de Ariño, quién en 1669 y 1673
reprodujo la obra con el agregado de dos nuevas partes. Si bien no es novedoso para el
período (pensemos en la continuación del Quijote por Avellaneda6 aparecida en 1614) nos
resulta si, un indicador de la popularidad de la obra a casi un siglo y medio de su edición
original.
5 MEXIA, Pedro. Silva de varia lección,2 Vol. Madrid, 1989, Cátedra, p. 1616 MARISCAL HAY, Beatriz, “Una lectura del Quijote. Avellaneda y el Conde de Peranzules” ,Anales Cervantinos, vol. 38, (2006) pp. 57-66. PÉREZ LÓPEZ, José Luis, “Una hipótesis sobre el Quijote de Avellaneda. De Liñán de Riaza a Lope de Vega”, Lemir. Revista de Literatura Española Medieval y del Renacimiento, vol. 9 (2005) pp. 2-60
Plinio y la Naturalis Historia
Como indica Roger Chartier las relaciones existentes entre las modalidades de apropiación
de los textos y los procedimientos de interpretación cambian históricamente. Lo cual nos
lleva a intentar comprender el contexto de producción de la Historia Natural (Imperio
tardío) y a su vez el de la Silva (Siglo de Oro). Esta historia de la construcción de sentidos,
requiere por tanto identificar núcleos temáticos, dispositivos textuales, y las condiciones de
posibilidad de elaboración (socialmente creadas) de las representaciones contemporáneas al
momento de su escritura.
Comenzaremos por tanto, un breve bosquejo de la obra de Plinio el Viejo, para continuar
luego con su reapropiación de parte de Pedro Mexía. La Naturalis Histoiria es un producto
de la era Flaviana, en ella se refleja el poder de Roma, la exultante naturaleza y su singular
energía resultan un sinónimo del poder imperial romano.
En cuanto a la estructura del texto, Plinio lo divide en 37 libros. El primero es un índice de
los contenidos de los 36 libros restantes, hecho sin duda novedoso. Luego de la
cosmológica romana, y la división de las diversas zonas geográficas del orbe, llegamos a
un libro de singular importancia para nuestro trabajo, el VII en el cual el hombre es su
objeto de estudio. De todos modos la relación con lo humano articula los 37 libros, así los
dedicados a plantas o minerales privilegiarán su utilidad para el hombre. El texto evidencia
una concepción práctica del conocimiento, sin abundar en aspectos teóricos.
La bibliografía acerca de Plinio es extensa7, en estas páginas privilegiaré trabajos recientes
que hacen hincapié en la relación del texto con sus condiciones políticas de producción.
Autores como Sorcha Carey8, Mary Beagon9, Valerie Naas10 y Trevor Murphy11, han
señalado que un texto tan diverso y digresivo encuentra en el poder romano su unidad
ideológica. Roma como reguladora del mundo se asimila a la naturaleza, y el recorrido del
texto de Plinio no solo evidencia los límites geográficos del imperio Romano, sino que
sitúa en el centro mismo de su cosmología a la misma ciudad de Roma. En tanto que la
enumeración caótica no hace otra cosa que inventariar los espacios naturales y simbólicos
que el Imperio se ha apropiado.
7ARAUJO BRAUNER, Paula, “Plínio, O Velho: umpouco sobre a vida e sobre algumas "Receitas" Médico/Mágicas nos Livros XXIX e XXX da História Natural” Caderno de Letras, nº 21, Jul-Dez – 2013. BROWN, Geraldine, “Scepticism, superstition, and the stars: Astronomical angst in Pliny the Elder” enBulletin of the Institute of Classical Studies No. S100: Vita Vigilia Est, Volume 50, 2007, pp. 113-126. CONTE, Gian Biaggio, Genres and Readers. Lucretius Love Elegy Pliny´s Encyclopedia, Baltimore and London, TheJonhs Hopkins University Press, 1994. CONTE, G, BARCHIESSI, A. “Imitazione e arte allusiva. Modi e funzioni dell´intertestualitá” en Lo spazio letterario di Roma antica. Vol 1, Roma, Salerno Editrice, 1993, pp. 81-114. FOGEN, Thorsten, “Pliny the Elder´s Animals: Some remarks on the narrative structure of Nat.Hist. 8-11” en Hermes 135, H. 2 (2007) pp. 184-198.FRENCH, Roger, Ancient natural History. Histories of nature. Londres-New York, Routledge, 1994.FRENCH, Roger- GREENAWAY Frank, Science in the Early Roman Empire: Pliny the Elder, his Sources and Influence , London-Sydney, Croom Helm, 1986. GÁBLI, Cecilia, “the terminology of Pliny the Eder´s Cosmology”, Acta Ant. Hung. 51, 2011, 45–58. GIBSON, R. MORELLO, R. (Eds) Pliny the Elder: Themes and Contexts, Leiden-Boston, Brill, 2011. GONZÁLEZ MARIN, Susana, “El libro 1 de la Historia Natural de Plinio el Viejo, ¿Texto o paratexto?” en Veleia, 23 247-265, 2006. KONIG, Jason- WITMARSH, Tim, (edits.) Ordering knowledge in the Roman Empire, Cambridge, Cambridge University Press, 2007.LI CAUSI, Pietro, “I generi dei generi (e le specie): le marche di classificazione di secondo livello dei Romani e la biologia di Plinio il Vecchio” en Annali Online di Lettere – Ferrara Vol. 2, 2010, pp. 107-142. MASTROROSA, Ida, « Naissances monstrueuses des serpents et prémonitions de tyrannie au dernier siècle de la République romaine et sous l’Empire » In: J.-P. De Giorgio, F. Galtier (éd. par). Le monstre et sa lignée. Filiations et générations monstrueuses dans la littérature latine et sa postérité, Paris, 2012pp. 251-263, Paris. POLLARD, Elizabeth, “Pliny’s Natural History and the Flavian TemplumPacis: Botanical Imperialism in First-Century c.e. Rome.” Journal of WorldHistory, Volume 20, Number 3, September 2009, pp. 309-338. RAMOS MALDONADO, Sandra, “La Naturalis Historia de Plinio el Viejo: lectura en clave humanística de un clásico” en Ágora. EstudosClássicosem Debate 15 (2013) 51‐948 CAREY, Sorcha, Pliny’s Catalogue of Culture. Art and Empire in the Natural History, Oxford, Oxford University Press, 2003. CAREY, S. “The problem of totality. Collecting Greek art, wonders and luxury in Pliny the Elder's Natural History” Journal of the History of Collections 12 no 1, 2000, pp 1—139 THE ELDER PLINY, The Elder Pliny on the Human Animal. Natural History book 7.Translated with Introduction and Historical Commentary by Mary Beagon, New York, Oxford University Press, 2005.BEAGON, Mary, “The curious eye of the Elder Pliny” en Gibson, Roy y Morello, Ruth (edits.) Pliny the Elder: Themes and Context, Leiden, Boston, Brill, 2011, pp. 71-88. BEAGON, M. “Situating Nature´s wonders in Pliny´s Natural History” en Bulletin of the Institute of Classical Studies No.S100: Vita Vigilia Est, Volume 50, 2007, pp. 19-40.10 NAAS, Valérie, Le projet encyclopédique de Pline l´ancien, Rome, École française de Rome, 2002. NAAS, Valérie, “Imperialism, mirabilia and knowledge: some paradoxes in the Natural Historia” en Gibson, Roy y Morello, Ruth (edits.) (op. Cit), 57-70. 11 MURPHY, Trevor, Pliny The Elder´s Natural History. The Empire in the Encyclopedia, New York, Oxford University Press, 2004.
Las mirabilias ocupan un lugar destacado dentro de este esquema, Naas y Beagon, son
quienes profundizan en la relación entre lo maravilloso y el poder imperial. La maravilla
muestra el poder de Roma y su control sobre lo remoto. Este consiste, por un lado, en los
maravillosos fenómenos de la naturaleza y por otro en las extraordinarias creaciones de los
hombres. Conte y Murphy señalan que a través de la metáfora y la antítesis es como se
estructura la obra y su relación con lo maravilloso. Estas singularidades hunden sus raíces
en el género paradoxográfico (del cual Plinio pretendía distanciarse por entenderlo un
género liviano) ya que las maravillas resultarán el tema principal del libro. Pero a su vez
funcionarán como parámetro de clasificación y definición, reflejando las categorías morales
y concepciones de la naturaleza del autor. Como señala Naas, la materia del texto parece
balancearse entre la acumulación de información y su tentativa de racionalizar, es decir
entre fabulación y verdad. Las mirabilia son a su vez digresión placentera y principio
estructurante12.
Inserto en las omnipresentes mirabilias, los monstruos abundarán en el texto pliniano y
estas representaciones alcanzarán inclusive un carácter epónimo, denominándoselas “razas
plinianas13”. Más allá de su recurrencia, como bien señalan Gevaert y Laes14, Plinio no
define al monstruo. Monstri, miraculo, prodigia, omina, serán los términos recurrentes que
abundarán en las descripciones plineanas y que relacionarán a la figura monstruosa con el
ámbito divino15. Por tanto, el monstruo en las páginas de la Historia Natural, más allá de las
posibles distinciones analíticas,16 no encuentra definición porque es lo inclasificable
12 NAAS, Op. Cit. p. 29013 WITTKOWER, Rudolf, “Marvels of the East. A study in the History of Monsters” en Journal of the Warburg and Courtald Institutes, Vol 5 (1942)159-19714“Unsurprisingly, both monstrum and the other nouns denoting transgressions of the norm are frequently found in Pliny’s encyclopaedia. However, not once does the scientist Pliny offer even a hint of a definition of monstrum or the like.”GEVAERT, Bert, LAES, Christian, “What´s in a monster? Pliny the Elder, teratology and bodily disability.”En Laes, Christian, Goodey, C.F, Lynn, Rose, Disabilities in Roman Antiquity. Disparate Bodies A Capite ad Calcem, Leiden, Boston, Brill, 2013, pp 211-230, p. 21715MAIURI, Arduino, “Il lessico latino del mostruoso” en Igor Baglioni (ed) Monstra. Costruzione e Percezione delle Entità Ibride e Mostruose nel Mediterraneo Antic. Secondo volume (L’Antichità Classica), Roma, Quasar, 2013, pp. 165-17716“First we have creatures with an anomalous bodily structure that combines both human and animal parts: famous examples are sirens (human-bird), (hippo)centaurs (human-horse), cynocephali (humans with dogs’ heads). Secondly, races of entirely human creatures exist who have only one, anomalous human body part: sciapodes (creatures with only one foot, used as a parasol), antipodes (with their feet turned backwards), astomi (without mouths), blemmyae (headless), androgyni (with different sexual organs), and monophthalmi (one-eyed). Thirdly, Pliny describes creatures regarded as monstrous not just because their body parts vary but because they deviate wholly from some formal human standard.” Ibíd, p. 218
ontológicamente. Jeffrey Cohen, señala que el monstruo17 es el otro por excelencia, un otro
que nos diferencia, y por tanto construye nuestra identidad18.
En buena parte la fortuna del texto de Plinio el Viejo se mantuvo relacionada al interés que
produjo las mirabilia, y en especial los monstruos. A San Agustín e Isidoro de Sevilla,
Beda el Venerable y Vincent de Beauvais, los podemos señalar como los principales
pensadores que se reapropiaron de los textos del funcionario imperial desde el cristianismo.
Fue leído también profusamente en la Edad Media19, y durante el Renacimiento este interés
no hizo otra cosa más que aumentar exponencialmente. El atractivo humanista por la
cultura clásica multiplicado con las posibilidades materiales que brindó la imprenta
permitió que Plinio se lea (y discuta) hasta bien entrado el siglo XVII.
Respecto de los modos en que fue analizada académicamente la apropiación de la cultura
clásica, y más específicamente pliniana, comenzaremos un breve repaso por el texto de
Gilbert Highet20. En el erudito trabajo, publicado por primera vez en 1949, la figura de
Plinio apenas encuentra espacio en sus frondosas páginas. Y más aún, como señalará María
Rosa Lida de Malkiel, el espacio que ocupa España en el texto de Highet (Maikel extiende
también la crítica al trabajo igualmente ya clásico de E. Curtius) es mínimo. Como si la
Península hubiese estado ajena a las influencias culturales clásicas. Valga aclarar, y con la
17 Para la reciente y también profusa bibliografía acerca de los monstruos, una aproximación básica: ASMA, Stephen, On monster. An unnatural History of our worst fears. New York. Oxford University Press, 2009.BEAL, Timothy, Religion and its Monsters, London, Routledge, 2002.CANTARELLA, Eva, Ippopotami e Sireni. I viaggi di Omero y di Erodoto. Novara, UTET, 2014. DEL PRIORE, Mary, Esquecidos por Deus. Monstros no mundo europeu e ibero-americano (séculos XVI- XVIII), Sao Paulo, Companhia das Letras, 2000. GILMORE, David, Monsters. Evil Beings, Mythical Beasts, and All Manner of Imaginary Terrors, Philadelphia, University of Pennsylvania Press, 2003.KAPLER, Claude, Monstruos, demonios y maravillas a fines de la edad media, Madrid, Akal, 1986. LUNGER KNOPPERS, Laura, LANDES, Joan, (eds.) Monstrous Bodies.Political Monstrosites, Ithaca-London, Cornell University Press, 2004.MURGATROYD, Paul, Mythical Monsters in Classical Literature. London, Bloomsbury, 2007. WIESNER-HANKS, Merry, The Marvelous Hairy Girls, New Haven-London, Yale University Press, 200918“The monster is the objected fragment that enables the formation of all kinds of identities—personal, national, cultural, economic, sexual, psychological, universal, and particular (…)These monsters ask us how we perceive the world, and how we have misrepresented what we have attempted to place. They ask us to reevaluate our cultural assumptions about race, gender, sexuality, our perception of difference, our tolerance toward its expression. They ask us why we have created them.” En COHEN, J “Monster Culture. Seven thesis.” COHEN, JEFFREY (edit.), Monster Theory. Reading Culture, Minneapolis-London, University of Minneapolis Press, 199619 CHIBNALL, Marjorie, “Pliny´s Natural History and the Middle Ages” en DORET. T. A (ed.) Empire and Aftermath. Silver Latin II.London-Boston, Routledge and Kegan, 1975. pp.57-7820 Apenas son ocho las citas, y de carácter casi incidental, en que se cita a Plinio el Viejo. HIGHET, Gilbert, The Classical Tradition. Greek and Roman Influences on Western Literature, New York-Oxford, Oxford University Press, 2015
precisa intención utilitaria referida a nuestro interés en la Naturalis Historia, que tampoco
Plinio es abordado con profundidad en La tradición clásica en España21.Esta carencia no se
repara en trabajos recientes casi tan ambiciosos como el de Highet; nos referimos a The
Classical Tradition, publicada en el año 2010 en una cuidada y bellísima edición22.
Verdaderos expertos de diversas especializaciones trabajan múltiples entradas de manera
alfabética. Nuestra especialista ya mencionada, Mary Beagon, se encarga de Pliny the
Elder23, pero España no entra dentro de sus referencias acerca de su posterior influencia.
Dicha carencia se corrige en el A Companion to the Classical Tradition, editado por Craig
Kallendorf; en sus páginas Luisa López Griguera nos repone las monografías de autores
que relevaron la influencia clásica en España y destaca en ellos la presencia de Plinio. No
menos significativo para nuestro trabajo, también resalta la figura de Pedro Mexía en el
siglo XVI como un agente cultural de reapropiación de la tradición clásica en la Península
Ibérica24.
En los textos que específicamente trabajan con las apropiaciones de la cultura clásica, la
relación de Plinio y España es muy limitada. Hay monografías muy sugerentes, pero que se
centran en la recepción en el mundo anglosajón, como el de Aude Doody25, o en el italiano,
como el de Vanna Maraglino26. Por tanto nos detendremos, de una manera parcial claro
está, en estudios de la Literatura Española del período Renacentista. Un relevo a priori nos
evidencia respuestas desparejas, En la Historia y Crítica de la Literatura Española (vol. 2
Siglos de Oro: Renacimiento)27Francisco López Estrada apenas dedica una cita incidental a
Plinio. Por el contrario Antonio Prieto, dedica un lugar destacado a Plinio, y más aún para
21Señala que “…olvida Highet la admirable traducción de Jerónimo de la Huerta, Madrid, 1624. D. Rubio, op. Cit, pág. 65, señala otra traducción, de Francisco Hernández, siglo XVI.” No mucho más. LIDA DE MALKIEL, María Rosa, La tradición clásica en España, Barcelona, Ariel, 1975, p. 38022 GRAFTON, Anthony., MOST, Glenn, SETTIS, Salvatore, (edits.) The Classical Tradition, Cambridge-London, Harvard University Press, 2010.23 Op. Cit. pp. 744-745. Valga aclarar que países o reinos no tienen entradas individuales. 24 LÓPEZ GRIGERA, Luisa, “Iberian Peninsula” enKallendorf, Craig (ed.) A Companion to the Classical Tradition, Malden-Oxford, Blackwell, 2007, pp. 192-20725DOODY, Aude, Pliny´s Enciclopedia. The Reception of the Natural History, Cambridge, Cambridge University Press, 201026MARAGLINO, Vanna (ed) La Naturalis Historia di Plinio nella tradizione medievale e umanistica, Bari, Cacucci Editore, 201227 RICO, Francisco, Historia y Crítica de la Literatura Española. vol. 2 Siglos de Oro: Renacimiento, LÓPEZ ESTRADA, Francisco, Barcelona, Crítica, 1991
nuestro particular interés, en la relación con la obra de Mexía, sugiere la hipótesis que
Mexía escribe su texto para adelantarse a las futuras traducciones de Plinio28.
Es en monografías más puntuales en donde encontraremos material provechoso para
nuestra investigación, Sandra Ramos Maldonado29o Francisco Moya30entre otros. Pero será
el texto de Ana Moure Casas “Plinio en España31”aquel que nos permitirá percibir la
profundidad y extensión con la cual la Naturalis Historia fue leída en la Península Ibérica.
Moure Casas rastrea la influencia pliniana desde el refranero popular hasta literatura
Científica, pasando por obras programáticas como las de Isidoro de Sevilla. De la Edad
Media más de doscientos manuscritos señalan la presencia del texto en las bibliotecas
hispánicas. Pero será en los siglos XV y XVI en los cuales la presencia del funcionario
imperial romano resultará más ostensible. Plinio fue lectura obligatoria en las
Universidades de Alcalá, Valencia, y en Salamanca en 1503 el italiano Lucio Flaminio se
hizo cargo de una catedra trienal para explicar el texto pliniano. En 1504 Flaminio
publicaría un Commentariolus in Plinii prohemium, y a su muerte en 1509 lo remplazaría
en la cátedra antedicha Antonio de Nebrija. Por su parte en 1524 se publica el primer
trabajo que glosa la Historia Naturalis, a cargo del profesor de Alcalá Francisco López de
Villalobos. En tanto que en 1544 Fernán Núñez de Guzmán, El Pinciano, realiza un
verdadero estudio filológico del texto pliniano. Moure Casas releva otras obras que también
abrevaron en Plinio sin adjudicarle la relevancia de las dos mencionadas antes: en este caso
hablamos de Juan Andrés Estrany, Lucio Flaminio, Juan de Maldonado, entre otros. En
tanto que de la Silva de Pedro Mexía señala: “… (el) carácter misceláneo de la obra
propiciaba los contactos con la enciclopedia pliniana…32”. La autora va desglosando
28“Pero lo esencial, en la utilización libresca de Mexía es cómo percibiendo el éxito de Plinio y Valerio Máximo para el correr de la curiosidad renacentista se adelanta a traducciones y redacta en vulgar, con amenidad narrativa, su Silva de varia lección cuya irregularidad, mezclando argumentos, era un quebrantamiento más, de complacencia renacentista, de la herencia escolástica del trívium y quiadrivium medievales.” PRIETO, Antonio, La prosa española del siglo XVI, Madrid, Cátedra, 1986 p. 22929 RAMOS MALDONADO, Sandra, “La Naturalis Historia de Plinio el Viejo: lectura en clave humanística de un clásico” en Ágora. EstudosClássicosem Debate 15 (2013) 51‐94. “Plinio y Erasmo” en HumanisticaLovaniensia. Journal of Neo latinStudies, Vol. LXII, 2013. “Humanismo, Tradición pliniana y manipulación textual” CalamusResnascens, 9 (2008), x-y, pp.1-4030 MOYA DEL BAÑO, Francisco, “La obra de Plinio el Viejo en el Canónigo sevillano Don Juan de Fonseca” en Biblid (2006) 7; 147-160131MOURE CASAS, Ana, “Plinio en España: Panorama General”, en Revista de Estudios Latinos, N8, 2008, 203-23732Ibíd, p. 214
según el área de interés (Literatura, Historia, Filología, Geografía, Ciencias Naturales, etc.)
con suma erudición la influencia de Plinio. Destacándose luego del descubrimiento de
América como se leyó y proyectó a partir de la Naturalis Historia, tratando de ordenar y
dar sentido a los nuevos conocimientos. Finalmente recordamos, que las dos únicas
traducciones completas del texto plineano fueron llevadas a cabo por Francisco Hernández
y Jerónimo de Huerta, la primera permaneció inédita, en tanto que la segunda se llevó a las
imprentas en 1624, es decir casi un siglo después de publicado la Silva de varia lección.
Mexía y Plinio
La apropiación que Mexía realizó del texto pliniano requiere de ciertas precisiones.
Mencionamos que nuestra intención en estas páginas es limitarnos a la esfera de lo
maravilloso. Como historiadores no podemos dejar de tener en cuenta que nos vamos a
encontrar con tres sentidos diferentes de lo que entendemos por maravilloso. El propio del
contexto romano, su reapropiación en el Siglo de Oro, y claro está el nuestro. En estas
páginas nos remitiremos a las concepciones propias al momento de escritura de nuestro
objeto de estudio, es decir la lectura de Plinio de Mexía. Una clara muestra de esto la
encontraremos cuando el sevillano intente desentrañar las propiedades de los imanes. Y por
el contrario, cuando se cuenten historias de apariciones satánicas que a nosotros nos pueden
parecer maravillosas, las situaremos en las concepciones y paradigmas epistémicos de la
primera modernidad cristiana y su triple orden de causalidades33. Partiendo de estos
reparos, nos apoyaremos en dos trabajos capitales para entender la relación con lo
maravilloso en la primera modernidad, estoy hablando de los textos de Jean Céard34 y de
Lorraine Daston junto a Katharine Park35.
Según el Tesoro de Covarrubias una “Maravilla” refiere a “cosas que causan admiración
por ser extraordinarias”, y más precisamente “maravillarse” hace referencia al “…
33Como bien señala Fabián Campagne el cristianismo elaboró un complejo sentido de lo imposible. Durante siglos se confeccionó para terminar condensándose en un triple orden de causalidades, uno natural, otro sobrenatural y un último preternatural. Ver, CAMPAGNE, Fabián, Homo Catholicus. Homo Superstitiosus. El discurso antisupersticioso en la España de los siglos XV a XVIII. Miño y Dávila. Madrid. 200234 CÉARD, Jean, La nature et les Prodiges. L´insolite au XVI siécle, Genéve, Droz, 199635DASTON, Lorraine- PARK, Katharine, Wanders and the Orden of Nature.1150-1750. New York, Zone Books, 1998
admirarse viendo los efectos e inorando las causas…36” Partiendo de esta categorización,
vamos a dedicarnos finalmente al texto de Mexía y su utilización de la Naturalis Historia.
La primer cita, de las recordemos 250 totales, es en el capítulo 2 en ella el sevillano afirma:
“Y Plinio, en el libro séptimo, también tiene por fabulosas las vidas largas de los primeros
y antiguos hombres, creyendo estar la diversidad del cuento de los años; que dize que los
árcades tuvieron los años de a tres meses y que, (de) cada tiempo o parte de las quatro del
año nuestro, hazían ellos uno.37” Varias cuestiones a propósito de la precedente cita, Mexía
glosa lo afirmado por Plinio en VII (49)38, lo cual nos evidencia una constante. Por un lado
advertimos el uso del texto pliniano como fuente de información, por otro la utilización del
libro VII, “el antropológico” como mayor referencia. No menos importante y un factor a
relevar en la posterior investigación es el término utilizado por Mexía “fabuloso” que no
aparece en la edición (castellana) de Plinio. Si vamos a recortar las maravillas y su
lenguaje, no es un dato menor el percibir la forma en que adjetiva Mexía y si se
corresponde con la de Plinio.
Si el capítulo anterior era acerca de la duración de la vida de las personas el siguiente,
sumido en la lógica de la miscelánea, es acerca de la señal de la cruz. Uno podría pensar
que tratándose de materia sagrada Plinio estaría ausente, pero el funcionario romano vuelve
a ser citado, en este caso para certificar acerca de un jeroglífico romano en forma de cruz.
Como el sevillano afirma: “…y de Plinio, en algunas partes saqué yo las que aquí
diré.39”Es decir el texto pliniano parece marcar la respiración de la Silva, es una constante
que acompañará sus 91 capítulos.
No es mi intención relevar una por una las citas plinianas, por eso voy a comenzar las
referidas a lo maravilloso. En este aspecto la Naturalis Historia también (aunque esto se
puede extender no solo a las temáticas maravillosas) funciona como autoridad respecto de
afirmaciones dudosas. Así al referirse a las concepciones egipcias del tiempo y el espacio,
Mexía inicia el capítulo con esta sentencia:
36 COBARRUVIAS OROZCO, Sebastián, Tesoro de la lengua Castellano o Española, Madrid, Luis Sánchez, 1611, p. 109937 MEXÍA, Op. Cit. p. 179 (vol.1)38 “Todo esto sucedió por desconocimiento de las divisiones del tiempo. En efecto, unos delimitaban un año con el verano y otro con el invierno, otros con las cuatro estaciones como los arcadlos, cuyos años eran de tres meses, otros con el curso de la luna, como los egipcios.” P. 8139 MEXÏA, Op. Cit, p. 190 (vol 1)
“Muy nuevo será a algunos lo que quiero decir y a muchos les paresccerá no ser verdad,
por ser muy dificultosa de experimentar. Yo no me quiero obligar a que lo sea; pero, cierto
a mi parescer, lo haze cosa (muy) creýble la autoridad de los que lo escriben por cosa muy
cierta y notable. Plinio, en el libro onzeno de su Hystoria natural…40”.
En un mismo párrafo no solo la reivindicación de la originalidad y la “modernidad”; sino
también la tensión renacentista del apoyarse en la autoridad de la figura consagrada y por
otro lado la duda ante la imposibilidad de la validez empírica. Esto último nos permite
retomar lo mencionado acerca del triple umbral de validez utilizado por el hispalense:
autoridad, razón y experiencia.41
En el mismo capítulo, se vuelve a glosar el texto pliniano para introducir elementos
maravillosos, y esta vez utilizando ese mismo adjetivo. “Dize más Plinio otra cosa
maravillosa: que acaesce alguna vez tener el hombre el corazón velloso y que, el que assí
lo tuviere será muy valiente y esforzado…42”. La disposición de los capítulos en la obra de
Mexía no es casual, dentro del aparente caos en el cual se inscriben todas las misceláneas,
la autoría se manifiesta en la reapropiación de las historias y conocimientos que la
conforman. Es decir por la intencionalidad del autor; la originalidad de una miscelánea está
en la dispositio del texto. El orden en el que aparecen los capítulos, la sucesión de los
mismos, la coherencia o no de los relatos utilizados dentro de cada uno de ellos, es la marca
y el aporte del autor a la sucesión vertiginosa de temáticas dispares. Mexía se reapropia de
los conocimientos humanistas pero decide cómo y de qué manera comunicarlos43. Así el
capítulo dos de la segunda parte lleva este título: “Como el leon ha miedo de un gallo y de
40Ibíd, p. 222(vol1)
41“Es evidente que para Mexía puede accederse al conocimiento por tres vías distintas; la experiencia, la razón y las autoridades. De los tres métodos de conocimiento el más incontrovertible es el experimental, pues este viene a confirmar las hipótesis que nuestra razón haya podido elaborar (...) sin embargo no esperemos de Mexía un rigor absoluto en la aplicación de este método, pues con cierta frecuencia incurre en la contradicción de aceptar finalmente la información de las autoridades, sin contrastarla previamente con la experiencia o la razón.” CASTRO, Op. Cit. P. 64
42 MEXÍA, Op. Cit. p. 224-225 (vol1)
43ALCALA GALAN, Mercedes, “Las misceláneas españolas del siglo XVI y su entorno cultural” en DICENDA, Cuadernos de Filología Hispánica No.14. 1996, pp. 11-19MALPARTIDA TIRADO, Rafael “Deslinde de la miscelánea en el Renacimiento Español” Epos XXIII (2007) pp. 39-60. PRIETO, Antonio, “La prosa española del siglo XVI” Madrid. Cátedra, 1986. RODRIGUEZ CACHO, Lina “La selección de lo curioso en “silvas” y “jardines”: notas para la trayectoria del género” en Criticón, 58, 1993, pp. 155-168
otras cosas muy flacas; y que razon se puede dello. Y, del grande conoscimiento y
clemencia suya, algunos exemplos de notar.” Luego en el capítulo se reproduce buena
parte de la estructura del texto, es decir un tema original, un intento de racionalización y el
acudir a los exempla, tanto como fuente de enseñanza como de disfrute. La racionalidad en
este caso remite a las teorías de la simpatía todavía vigentes en el Renacimiento44. “Destas
cosas no se puede dar entera razón y causa, porque, como dixe, son propiedades secretas
de cosas.45”
Volvamos ahora al capítulo dos de la segunda parte, luego de la cita precedente, el
sevillano glosa el libro VIII de Plinio para ilustrar como los leones huyen del fuego.
Seguido por, entre otras narraciones, como la de los hombres que sacan espinas a los
leones. Finalmente termina el capítulo, y diligentemente como buen historiador, cita las
fuentes de sus narraciones, señalando nuevamente el libro VII. El capítulo siguiente lleva el
elocuente título de: “Quien fue el primero que amanso el león; y como hubo también quien
los truxese unidos en yugo.” El encadenamiento temático es manifiesto y en esto también
utilizará el modelo pliniano. Valerie Naas señalaba que las mirabilia tenían en la mayoría
de las ocasiones la funcionalidad de cerrar un capítulo y abrir el otro, de modo de provocar
el asombro y mantener la atención del lector46. Entiendo que el sevillano utiliza este mismo
sistema, para el caso concreto que venimos mencionando, el capítulo 3 comienza de esta
manera:
“Ludovico Celio, en el libro séptimo de sus Lecciones Antiguas, escribe aver leydo, en
auctor aprovado, de una oveja que pario un león: cosa harto monstruosa en naturaleza47”
Nuevamente el encadenamiento, y en este caso con un término diferente para denominar lo
maravilloso y que nos acerca aún más a nuestro futuro objeto de estudio: lo monstruoso.
En cuanto a la racionalidad para explicar determinados hechos maravillosos, acudiremos a
las representaciones astrológicas. Uno de los capítulos donde abunda el tópico maravilloso
lleva, como acostumbra la Silva, un título que condensa la temática y su propia
44“...ay entre los animales y cosas criadas, cierta amistad o odio natural por oculta y secreta propiedad, por do se aman unas a otras o se huyen o desarman.” MEXÍA, Op. Cit. 541(vol1)
45Ibíd. p. 542 (vol1)46NAAS, Op. Cit. p.26647MEXÍA. Op.Cit. p.550(vol1)
racionalización, en este caso será nuevamente la astrología la respuesta. “En el qual se
ponen muchas propriedades maravillosas de algunas cosas, y a que planetas [y] estrellas
son subjectas, por cuya influencia les vienen.”
En el mencionado capítulo se desarrolla las propiedades de piedras y hierbas: el agarico
purga la flema; el ruybardo saca y purga la cólera; el epitemio, la melancolía48. La yerva
salvia, Júpiter mediante, ayuda a los paralíticos. La piedra acates es polivalente, ya que por
el señorío de Mercurio, fortalece la vista, el hablar bien y sueltamente, y contra toda
ponzoña, etc.49La mejor manera de atraer las influencias positivas de estas piedras es
utilizando anillos confeccionados mediante la magia natural. Buena parte del origen de
estas afirmaciones las encontramos, como no podía ser de otro manera, en la Naturalis
Historia: “La piedra acates, por el señorio de Mercurio, dize Plinio y todos que aprovecha
al que la trae a la vista, y [a] hablar bien y sueltamente, y contra toda ponzoña.50” Pero
claro está, el origen clásico de estos conocimientos, debía necesariamente ser tamizado por
la ideología cristiana. De este modo, nos encontraremos con reapropiaciones cristianas de la
antigüedad clásica sumadas a representaciones que, como la astrología, se encuentran en los
bordes de lo permitido en el occidente cristiano:
“De manera que estas propriedades secretas de cosas, que no les vienen de los elementos
son influydas por las estrellas del cielo, son de tener en mucho y no burlas dellas, pues tan
grandes hombres las escriven, y la experiencia nos la muestra, y leemos en la Sagrada
Escriptura, de Salomón, que conosció las causas de las cosas y la naturaleza de los
animales y las fuerzas de las yervas (en el tercero de Los reyes [y] en el séptimo de La
sabiduría)51”
48 Ibíd. p 801 (vol1)49 Ibíd. p. 811 (vol1)50Ibíd. p. 811 (vol1)51Ibíd.p.815 (vol1).Podemos sumar: “También la piedra llamada eliotropio (de quien Plinio, en el libro treynta y siete, y otros cuentan maravillas), que alarga la vida y haze a los hombres constantes, aun dizen que puede hacer invisibles por propiedad que influye el Sol.” Ibíd. p. 811 (vol1)
Es una constante que el hispalense repetirá las salvedades para alejar toda duda, tanto de la
ortodoxia cristiana de lo que afirma, como de la autoridad en la que se basan. Ambas en
una última instancia refieren a la voluntad divina.
“Estas son obras y maravillas de naturaleza, dispensadas, por ordenación y voluntad de
Dios, por influencia de las estrellas y planetas. De lo que tengo dicho son auctores Plinio
(...) Aristotiles y Alberto Magno…52”
Eso no significa que las autoridades en las que se basa la Silva sean incuestionables. Claro
está que existe una gradación en la veracidad de las fuentes, la Biblia resulta indiscutible,
los padres de la Iglesia o figuras como Isidoro de Sevilla o Alberto Magno marcan otro
umbral de autoridad. Finalmente los sabios paganos, pese a la sincera admiración que los
humanistas profesaban por estos pensadores sus afirmaciones podían discutirse. “Assí que
más antiguos son los anillos de lo que Plinio (libro 33, capítulo 1) conjectura; pero, como
falto de la Escriptura divina, no es maravilla que no tuviesse noticia de lo que tengo
dicho.53” Por el contrario, tratándose de cuestiones profanas, y que más aun no hacen al
centro de las concepciones que sostenían el edificio del conocimiento humanista. Lo
ejemplificamos con la discusión que sostiene Mexía acerca de las particulares maneras de
aparearse de las víboras. Afirma que en el momento de apareamiento la hembra se come la
cabeza del macho y de esta manera queda preñada, por lo que luego las propias crías
rompan el vientre de la madre, dándole muerte, para poder ser expulsados.
“…tratemos lo que Plinio, en su libro décimo, dize y también sant Ysidoro (…)...cosa
grande y maravillosa; que parece que los hijos vengan la muerte del padre, a quien su
madre mató cuando ellos fueron concebidos (…) Pero otros sabios contradizen esto y
niegan que muere la bívora quando pare. A la qual opinión yo me allego, porque me
paresce que no es cosa natural no veo experiencia dello ni que nadie diga ni escriva averlo
visto.54”
No deja de ser sugerente la utilización del sintagma maravilloso del párrafo anterior. En
este caso Mexía parece verse seducido por la narración, por el carácter (una metáfora
52 Ibíd. p.39 (vol2)53 Ibíd. p.302 (vol2)54 Ibíd. p 82 (vol2)
patriarcal) de la venganza de los hijos. Lo cierto es que el cuestionamiento se asienta en el
triple umbral antes mencionado: razón natural, autoridad y experiencia. Respecto de esta
última nos encontramos en los comienzos de un paradigma experimental, que precisamente
será el que terminará por poner en cuestionamiento no solo la autoridad de Plinio, sino todo
un paradigma científico: “Y más maravilloso es lo que escrive Plinio, libro II, capítulo
XLVIII: que, a los grandes torbellinos que en la mar se levantan de súbito, basta a mitigar
y amansar el vinagre derramado y echado por el ayre contra la parte donde aquel
remolino se levanta. Plinio lo escrive; yo no lo he experimentado ni lo affirmo.55”
En otras ocasiones la disidencia no se debe al sistema de creencias, sino que se arraiga en
los diferentes contextos de producción a los cuales responde ambos textos. Así denuncia el
lujo y las riquezas que se ostentaban durante el período Flaviano, de ahí su rechazo al uso
de lujosos anillos. Lejos de esas coordenadas de producción, perteneciendo a otra
comunidad de lectores, Pedro Mexía no solo parece desconocer la denuncia que esconden
el rechazo por los anillos de Plinio, sino que también agrega su aceptación en tanto
elementos esotéricos. “...no es tan reprhensible ni tan desaprovechado el uso de los anillos
como Plinio encarece y algunos murmuran; pues como está visto, ello es antiquíssima y
usada cosa en el mundo, entre los buenos y virtuosos también como de los demás, y sirven
de sellar con ellos y de ornato y aderezo del hombre, para cuyo servicio crio Dios el oro y
las piedras de que se hazen (…) ayudan a conservar la salud y a curar las enfermedades
con la propriedad y virtud de las piedras dellos (y también hechos por el arte y forma
dicha de astrología y magia natural, si aquello queremos admitir) y aun, como agora dixe,
sirven en los desposorios y despiertan la memoria; y sobretodo, alegran con su hermosura
la vista y honran y auctorizan a quien los trae.56”
55 Ibíd. p.111(vol2). También: “Y Plinio (libro 7, capítulos 48 y 49) escrive algunas notables y largas de algunos hombres y mugeres, como ciertas y verdaderas (después de averescripto otras de que dubda, y por esso yo no las pongo); de las que afirma, diré algunas.”Ibíd, p.374(vol.2)56Ibíd. p.324 (vol2)
Comentarios finales
Lejos de pretender arribar a conclusiones estas páginas pretenden más bien ser un
comienzo. Por un lado, presentamos a Mexía y su texto evidenciando sus explicitas
reapropiaciones plinianas. Por otra parte dejamos planteadas varias hipótesis a ser
corroboradas en próximas instancias de investigación. En primer lugar podemos sugerir que
la maravilla parece cumplir una función similar en ambos textos, asombrar, entretener y
mantener la atención del lector. Fuera del texto, podemos adelantar, también ya que
responden a los intereses ideológicos de dos imperios en expansión. Entre los muchos
elementos a seguir profundizando queda la cuestión del léxico de lo maravilloso,
entendiendo que necesariamente a toda traducción debe sumarse la complejidad de los
sentidos propios que responden a los diferentes contextos de producción y circulación
textual. Finalmente entendemos que para recortar en la inmensidad de temáticas de dos
misceláneas debemos primero precisar los sentidos atribuidos a las mirabilia. Es decir que
para detenernos en las diversas concepciones de lo monstruoso de los dos textos y sus
influencias, primero debemos clarificar las concepciones de lo maravilloso. Estas páginas
apenas intentar ser un primer paso en esa dirección.