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SENTENCIA CONSTITUCIONAL 0128/2007-R Sucre, 13 de marzo de 2007 Expediente:2006-13744-28-RAC Distrito:La Paz Magistrado Relator:Dr. Artemio Arias Romano En revisión la Resolución 013/06-SSA-I de 17 de abril de 2006, cursante de fs. 728 a 729 vta., pronunciada por la Sala Social y Administrativa Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial de La Paz dentro del recurso de amparo constitucional interpuesto por Edgar Manuel Rada Pérez contra Armando Pinilla Butrón y Dora Villarroel de Lira, Vocales de la Sala Penal Segunda, Bernardo Soria Cuevas y Betty Salazar Jueces Técnicos, Abraham Pacsi Durán y David Juan Cores Condori, Jueces Ciudadanos del Tribunal Segundo de Sentencia, todos del mismo Distrito Judicial de La Paz, alegando la vulneración de sus derechos a la seguridad jurídica, de petición y a la defensa, y de la garantía del debido proceso, reconocidos por los arts. 7 incs. a), h) y 16.II y IV de la Constitución Política del Estado (CPE), y “las que importan el régimen de prescripción de la acción penal” (sic). I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA I.1. CONTENIDO DEL RECURSO I.1.1. HECHOS QUE MOTIVAN EL RECURSO El recurrente en los escritos presentados el 31 de marzo y 5 de abril de 2006, cursante de fs. 471 a 482 vta. y 559 a 561 vta., manifiesta: En base a la defectuosa acusación pública formulada por el Ministerio Público y la acusación particular presentada por el Rector de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) prosigue un juicio en su contra por la supuesta comisión de los delitos de uso de instrumento falsificado, ejercicio indebido de profesión y mandato, uso indebido de influencias, supresión y destrucción de documentos, conducta antieconómica, peculado e incumplimiento de deberes. En audiencia de juicio, en mérito a las previsiones legales contenidas en los arts. 345, 308 incs. 1), 3) y 4), 309, 312 y 313 con relación a los arts. 27 incs. 8) y 29) del Código de Procedimiento Penal (CPP) planteó excepciones de prejudicialidad, falta de acción vinculada a una actividad procesal defectuosa absoluta y prescripción de la acción penal; las mismas que fueron rechazadas injusta e inmotivadamente por Auto 209/2005, de 25 de noviembre, dándose lectura de la misma en una ilegal audiencia pública, sin presencia de sus abogados, violándose los arts. 5, 9 y 335 del CPP. Interpuesto el recurso de apelación incidental contra dicha Resolución, resolviendo en el fondo, el Tribunal de alzada declaró improcedente la apelación por Auto de Vista 372/2005, de 19 de diciembre, mediante un fallo sin la debida fundamentación y aplicando mal el instituto jurídico de la prescripción. Tanto el Auto 209/2005, como el Auto de Vista 372/2005, de 19 de diciembre, carecen de debida fundamentación al extremo que indebidamente convalidaron que una cuestión de previo y especial pronunciamiento sea diferida hasta cuando se dicte sentencia, basados en un ilógico y contradictorio argumento, puesto que por un lado -las resoluciones impugnadas- refieren como fundamento para rechazar la falta de acción que lo que se acusó son hechos y no calificaciones jurídicas; por otra parte, reconocen que los hechos acusados no se encuentran precisados en cuanto al tiempo, espacio, participación y forma de comisión de los presuntos delitos no identificando cuándo cesó la consumación de los ilícitos acusados de alteración o sustracción de documento, consolidando los defectos de las acusaciones. La jurisprudencia constitucional en este sentido, señala que es imprescindible que las resoluciones que tienen carácter definitivo sean suficientemente motivadas, más aún cuando se trata de resolver excepciones.

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SENTENCIA CONSTITUCIONAL 0128/2007-R

Sucre, 13 de marzo de 2007Expediente:2006-13744-28-RACDistrito:La Paz Magistrado Relator:Dr. Artemio Arias Romano

En revisión la Resolución 013/06-SSA-I de 17 de abril de 2006, cursante de fs. 728 a 729 vta., pronunciada por la Sala Social y Administrativa Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial de La Paz dentro del recurso de amparo constitucional interpuesto por Edgar Manuel Rada Pérez contra Armando Pinilla Butrón y Dora Villarroel de Lira, Vocales de la Sala Penal Segunda, Bernardo Soria Cuevas y Betty Salazar Jueces Técnicos, Abraham Pacsi Durán y David Juan Cores Condori, Jueces Ciudadanos del Tribunal Segundo de Sentencia, todos del mismo Distrito Judicial de La Paz, alegando la vulneración de sus derechos a la seguridad jurídica, de petición y a la defensa, y de la garantía del debido proceso, reconocidos por los arts. 7 incs. a), h) y 16.II y IV de la Constitución Política del Estado (CPE), y “las que importan el régimen de prescripción de la acción penal” (sic).I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICAI.1. CONTENIDO DEL RECURSOI.1.1. HECHOS QUE MOTIVAN EL RECURSOEl recurrente en los escritos presentados el 31 de marzo y 5 de abril de 2006, cursante de fs. 471 a 482 vta. y 559 a 561 vta., manifiesta:En base a la defectuosa acusación pública formulada por el Ministerio Público y la acusación particular presentada por el Rector de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) prosigue un juicio en su contra por la supuesta comisión de los delitos de uso de instrumento falsificado, ejercicio indebido de profesión y mandato, uso indebido de influencias, supresión y destrucción de documentos, conducta antieconómica, peculado e incumplimiento de deberes.En audiencia de juicio, en mérito a las previsiones legales contenidas en los arts. 345, 308 incs. 1), 3) y 4), 309, 312 y 313 con relación a los arts. 27 incs. 8) y 29) del Código de Procedimiento Penal (CPP) planteó excepciones de prejudicialidad, falta de acción vinculada a una actividad procesal defectuosa absoluta y prescripción de la acción penal; las mismas que fueron rechazadas injusta e inmotivadamente por Auto 209/2005, de 25 de noviembre, dándose lectura de la misma en una ilegal audiencia pública, sin presencia de sus abogados, violándose los arts. 5, 9 y 335 del CPP. Interpuesto el recurso de apelación incidental contra dicha Resolución, resolviendo en el fondo, el Tribunal de alzada declaró improcedente la apelación por Auto de Vista 372/2005, de 19 de diciembre, mediante un fallo sin la debida fundamentación y aplicando mal el instituto jurídico de la prescripción.Tanto el Auto 209/2005, como el Auto de Vista 372/2005, de 19 de diciembre, carecen de debida fundamentación al extremo que indebidamente convalidaron que una cuestión de previo y especial pronunciamiento sea diferida hasta cuando se dicte sentencia, basados en un ilógico y contradictorio argumento, puesto que por un lado -las resoluciones impugnadas- refieren como fundamento para rechazar la falta de acción que lo que se acusó son hechos y no calificaciones jurídicas; por otra parte, reconocen que los hechos acusados no se encuentran precisados en cuanto al tiempo, espacio, participación y forma de comisión de los presuntos delitos no identificando cuándo cesó la consumación de los ilícitos acusados de alteración o sustracción de documento, consolidando los defectos de las acusaciones. La jurisprudencia constitucional en este sentido, señala que es imprescindible que las resoluciones que tienen carácter definitivo sean suficientemente motivadas, más aún cuando se trata de resolver excepciones.El derecho al debido proceso exige que toda Resolución sea fundamentada; este derecho, de acuerdo con la jurisprudencia constitucional es de aplicación inmediata, vincula a todas las autoridades y constituye una garantía de legalidad procesal para proteger la libertad, la seguridad jurídica o motivación de las resoluciones. Por otra parte el derecho a la seguridad jurídica es la garantía de la aplicación objetiva de la ley de tal modo que los individuos saben en cada momento cuales son sus derechos y sus obligaciones, sin que el capricho o la torpeza o la mala voluntad de las autoridades pueda causarles perjuicio; razonamiento directamente vinculado con la excepción de prescripción y a la falta de fundamentación respecto a la aplicación de este instituto jurídico; aspecto este último que, igualmente, está vinculada a la vulneración del debido proceso.Se han violado las reglas de la prescripción, pues este instituto opera como garantía en cuanto al derecho punitivo del Estado: De la relación de los principales actuados que hacen a la etapa preparatoria, los actos preparatorios y de juicios desarrollados ante el Tribunal Segundo de Sentencia, se establece que las resoluciones pronunciadas a propósito de las excepciones opuestas no han precisado siquiera los hechos por los que se le pretende juzgar, arrastrando defectos de la acusación que no explicitan los hechos que se le atribuye en franca violación a sus derechos a la seguridad jurídica, a la defensa y de la garantía del debido proceso. El objeto del juicio oral, público y contradictorio, claramente definido en el art. 329 del

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CPP, es para la comprobación del delito y la responsabilidad penal del imputado, y para que este juicio sea justo y se desarrolle sin violar la garantía del debido proceso, debió exigirse que se cumpla con los requisitos de procedencia y admisibilidad; en el caso examinado, el órgano jurisdiccional se ha negado a controlar la falta de concreción de los hechos atribuidos, su forma de comisión, el tiempo o momento de su comisión y grado de participación afectando sus derechos, sabiendo que, entre otras garantías mínimas del imputado, está en la comunicación previa y detallada al inculpado de la acusación formulada, la misma que esta materializada por el art. 341 inc. 2) del CPP, que no es tan solo una exigencia de carácter formal sino que su incumplimiento acarrea una violación del derecho a la defensa.Con relación a la acusación de un supuesto uso de certificados de notas utilizados para su titulación, el Ministerio Público, señaló por lo menos diez acciones punibles relativas a la alteración o supresión de documentos y al uso de instrumento falso; empero, sin precisar fecha de la presunta consumación de los delitos acusados, generando que no se aplique a su favor el instituto jurídico de la prescripción de la acción. Con todo, solo tomando en consideración las fechas de la extensión de su título de Licenciado en Derecho y el Título de Abogado y su desvinculación de la Universidad que data de hace más de catorce años, cuando el plazo de prescripción para los delitos acusados es de tres años. En cuanto a las penas previstas en los tipos penales de otros delitos, estos cuentan con penas privativas de libertad que a la fecha inviabilizan la prosecución de la presente acción penal, inclusive si erróneamente se considera los certificados y actas como instrumentos públicos.La falta de acción como excepción esta orientada a reprimir la actividad procesal defectuosa absoluta y relativa, y a asegurar que el ejercicio de la acción penal se ejercite cumpliendo requisitos de legalidad y procedibilidad; planteamiento que tiene que ver con la capacidad y competencia del órgano jurisdiccional de reprimir los actos del Ministerio Público y del acusador particular no adecuados a Derecho. En ese entendimiento, el Auto de radicatoria y el Auto de apertura, no debieron dictarse contemplando el delito de peculado, puesto que el mismo no ha sido objeto de investigación en la etapa prepataroria.La acusación, defectuosamente no concretó los hechos atribuidos que son objeto de calificación jurídica, ni explicó o identificó los mismos y el modo de su supuesta participación en los hechos, con medios lícitos y razonables de convicción, generando no sólo un acto aberrante e injusto, sino, inadmisible procesalmente, limitándole incluso el derecho a la defensa y afectando la garantía del debido proceso, puesto que en la etapa preparatoria no se defendió con relación al delito de peculado. La acusación, por lo mismo, resulta ser defectuosa porque no cumple siquiera con la finalidad procesal concretizadora de la persecución penal, puesto que dichos actos son la base del juicio.I.1.2. DERECHOS Y GARANTÍA SUPUESTAMENTE VULNERADOSEl recurrente indica que se le ha vulnerado sus derechos a la seguridad jurídica, de petición, a la defensa, y de la garantía del debido proceso, reconocidos por los arts. 7 inc. a) y h) y 16.II y IV de la CPE, y “las que importan el régimen de prescripción de la acción penal” (sic).I.1.3. AUTORIDADES RECURRIDAS Y PETITORIOEl recurrente dirige el recurso de amparo constitucional contra Armando Pinilla Butrón y Dora Villarroel de Lira, Vocales de la Sala Penal Segunda, Bernardo Soria Cuevas y Betty Salazar, Jueces Técnicos, Abraham Pacsi Durán y David Juan Cores Condori, Jueces Ciudadanos del Tribunal Segundo de Sentencia del Distrito Judicial de La Paz, solicitando se “revoquen las decisiones de los jueces recurridos” y se declare “procedente” el recurso de amparo constitucional.I.2. AUDIENCIA Y RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL DE AMPARO CONSTITUCIONALEfectuada la audiencia pública el 17 de abril de 2006, según acta de fs. 722 a 727, se produjeron los siguientes actuados:I.2.1. RATIFICACIÓN DEL RECURSOEl recurrente ratifica la demanda interpuesta enfatizando lo siguiente: 1) una vez escuchada la acusación, se plantearon incidentes y excepciones determinándose varios recesos previos a la Resolución 209/2005, dictada en una audiencia en la que los abogados defensores no pudieron estar presentes por lo que correspondía suspender la misma, declarar el abandono malicioso o sancionar a los abogados que no concurrieron a la audiencia y no llevarse a cabo la misma aún cuando el imputado no tuvo defensa, infracción que de acuerdo al art 169 del CPP se trata de un defecto absoluto que no admite ninguna reparación y el Tribunal de apelación en lugar de corregir esa actuación convalidó la Resolución; 2) se planteó las excepciones de falta de acción, de prejudicialidad y prescripción habiéndose diferido esta última hasta el pronunciamiento de la sentencia, 3) la carga de la prueba la tiene el Ministerio Público y el acusador particular que tienen la obligación de explicitar los hechos objeto del juzgamiento que son concretos e históricos; luego si el Tribunal Segundo de Sentencia dice que no ha podido precisar cuando cesó la consumación del delito, entonces está reconociendo que las acusaciones son defectuosas, porque carecen de información que tampoco se la ha dado el acusado, y si la imputación no genera relación circunstanciada del hecho, viola el derecho a la defensa; 4) si el Tribunal no tenía una respuesta debió aplicar el indubio pro reo y no derivar su decisión hasta el pronunciamiento en sentencia, punto éste que fue apelado y el Tribunal de alzada de manera lacónica, indica que en relación a la excepción de

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prescripción por los delitos de suscripción y destrucción de documentos y uso de instrumento falsificado, lo que se acusó es “la desaparición del file académico de Rada” cuando otra cosa dice la acusación; es decir, ni el Tribunal de Sentencia ni la Corte Superior de Distrito pudieron identificar la teoría fáctica de la acusación, menos aún Edgar Manuel Rada Pérez podrá defenderse razonablemente de lo atribuido; sin embargo, el Tribunal de alzada señala que el Tribunal de Sentencia, hizo bien al derivar a sentencia esa decisión.I.2.2. Informe de las autoridades recurridasBernardo Soria Cuevas, Presidente del Tribunal Segundo de Sentencia de la Capital del Distrito Judicial de La Paz, informa: 1) la imputación fiscal y particular constituyen la base del juicio oral en el sistema penal acusatorio, por esa razón en cumplimiento de los arts. 340, 362 y otros del CPP, lo que se atribuye son los hechos y ello es lo que se tiene que juzgar a lo largo del juicio; 2) el Tribunal no efectuó ninguna calificación de tipo a momento de dictar el Auto de apertura del juicio; 3) planteadas por la defensa varias excepciones, estas fueron resueltas por Auto 299/2005, determinándose el rechazo de las mismas con el debido fundamento y en cuanto a la excepción de prescripción, se difirió su consideración para el momento de la deliberación y sentencia amparados en el art. 345 concordante con el art. 359 inc. 1) del CPP, pues se señaló que no se tenía como Tribunal una convicción suficiente como para asumir una determinación con relación a la prescripción; 4) la audiencia del juicio oral ha sufrido recesos para la consideración de las excepciones opuestas porque precisamente los fundamentos de las excepciones fueron ampulosos, existía prueba y se ha otorgado el derecho a la otra parte para que pueda responder y producir las respectivas pruebas, en aplicación de lo dispuesto por el art. 314 del CPP; 5) para hacer conocer la Resolución se convocó a la prosecución del juicio; sin embargo, los tres abogados del recurrente no se presentaron a la audiencia en la que no se ha discutido nada y solo se hizo conocer la Resolución.Armando Pinilla Butrón y Dora Villarroel de Lira, Presidente y Vocal respectivamente de la Sala Penal Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial de La Paz, de acuerdo con el informe de fs. 682 a 683, señalan: a) el Tribunal de Alzada en cuanto al debido proceso, ha cumplido tanto en lo formal como material por cuanto por una parte, ha conocido y resuelto la apelación de acuerdo con lo previsto por el art. 403 y ss del CPP y, por otra parte, al haberse cumplido con los actos previstos por el procedimiento, vale decir, se ha sorteado, radicado y resuelto la apelación; b) el recurrente, tal como se señala en el numeral 3) de las conclusiones del Auto de Vista pronunciado, después de haber sido notificado personalmente con la Resolución del Tribunal Segundo de Sentencia, no ha “reaccionado procedimentalmente” (sic); es decir, no presentó memorial alguno, no ha pedido aclaración o enmienda dentro de las 24 horas siguientes a su notificación, no habiendo hecho uso de su derecho a la defensa; c) el Código Penal está enmarcado doctrinalmente al Derecho Penal de hecho, no al Derecho Penal de autor, pues el objeto del proceso es “el hecho ilícito que se le está atribuyendo; d) el Tribunal de Alzada se circunscribe a los aspectos cuestionados conforme al art. 398 del CPP; e) el fundamento del memorial de amparo no condice con la naturaleza jurídica de una falta de acción porque según el recurrente para resolver una excepción de falta de acción, el Tribunal de la causa o el de alzada debe revisar si la querella cumple con los requisitos establecidos para la presentación y si el querellante o acusador público tiene legitimación pasiva; f) la postergación de la Resolución de la excepción de prescripción de la acción, ha sido correcta porque el art. 345 del CPP le faculta al Tribunal para diferir hasta la sentencia y la SC 0866/2002 de 22 de julio precisamente señala que se puede postergar el tratamiento de la excepción para el momento de la sentencia.I.2.3. Intervención del tercero interesadoEl representante del Rector de la UMSA alega: 1) con relación a la lectura del Auto que resolvió las excepciones planteadas no se trata de una audiencia de juicio y lo único que se hizo es dar lectura a la mencionada Resolución; 2) existen tres abogados que se encuentran a cargo de la defensa técnica del acusado y pese a que fueron notificados, no asistieron ninguno de ellos, seguramente con la pretensión de suspender la audiencia y por esa causa dar lugar a que se incurra en inobservancia del art. 315 del CPP; 3) el art. 345 del CPP faculta a los jueces o tribunales a resolver una cuestión incidental en sentencia; 4) la prescripción se ha planteado de algunos delitos que dicho sea de paso, para la UMSA, la fecha en la que habría cesado la consumación del delito de uso de instrumento falsificado sería el mes de julio de 2004, según la declaración del propio acusado y no como se pretende confundir al señalar que fue en 1992 o 1990; 5) no es evidente que nunca se haya investigado sobre la presunta comisión del delito de peculado por el que en la declaración que prestó el 18 de octubre de 2006, se le preguntó al respecto; 6) el recurrente pretende que mediante la vía del amparo se resuelva aspectos cuya potestad de conocer y dilucidarlos es del Tribunal de Sentencia.I.2.4. ResoluciónConcluida la audiencia, el Tribunal de amparo constitucional deniega el amparo solicitado, con los siguientes argumentos: 1) en cuanto a la fundamentación el Auto de Vista pronunciado por el Tribunal de Alzada, con las facultades jurisdiccionales que le son propias, ha tomado decisiones en base a citas legales

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pertinentes a cada caso; 2) al confirmar la decisión del Tribunal a quo respecto al hecho de haberse diferido la Resolución sobre la excepción de la prescripción hasta la sentencia, y abundar legalmente en las disposiciones adjetivas penales como ser los arts. 345 y 359 inc. 1) del CPP, no ha tomado decisión definitiva sino suspensiva, lo que significa que la decisión final sobre este punto, está sujeta a decisión del Tribunal que dictará sentencia; a su vez esta Resolución puede ser objeto de los recursos que franquea la ley; 3) según lo previsto por el art. 314 del CPP, al ser tramitadas las excepciones por la vía incidental, no interrumpen el curso del proceso, disposición ésta que no contraría la decisión de diferir, puesto que esta apoyada en la última parte del art. 345 del CPP; 4) respecto al defecto procesal planteado sobre la no presencia de los abogados en la lectura de la Resolución que resolvió las excepciones opuestas, el Auto de Vista es explícito y el Tribunal de amparo, no tiene facultad de revisar actos jurisdiccionales que conciernen al desarrollo del proceso, puesto que existen mecanismos procesales y oportunidad para impugnar estos vicios.II. CONCLUSIONESII.1.El 20 de noviembre de 2004, Carmiña Llorenti Barrientos y César Siles Bazán, Fiscales Adjuntos anticorrupción, mediante escrito dirigido al Juez cautelar presentaron imputación formal contra Manuel Edgar Rada Pérez, por la presunta comisión de los delitos tipificados por los arts. 203 (uso de instrumento falsificado), 164 (ejercicio indebido de profesión), 202 (supresión o destrucción de documento), 146 (uso indebido de influencias) y 224 (conducta antieconómica) del Código Penal (CP) (fs. 16 a 19 vta.).II.2.El 25 de junio de 2005, los Fiscales Adjuntos anticorrupción citados, por memorial dirigido a los Jueces técnicos y Jueces ciudadanos del Tribunal de Sentencia, presentaron acusación formal contra el ahora recurrente Manuel Edgar Rada Pérez, por la presunta comisión de los delitos previstos por los arts. 146, 164, 202, 203 y 224 mencionados en la imputación y los señalados en los arts. 142 (peculado), 154 (incumplimiento de deberes), 175 (abogacía y mandato indebido) relacionados con el 45 (concurso real) del CP (fs. 21 a 31). Roberto Iván Aguilar Gómez, Rector de la UMSA, formalizó acusación particular contra el ahora recurrente por las conductas descritas por los arts. 199 (falsedad ideológica), 151 (concusión) además de las sancionadas por los arts. 146, 164, 175, 202, 203 y 224 del CP (fs. 32 a 40).II.3.El 26 de septiembre de 2005, mediante Resolución 155/05, el Tribunal de Sentencia Segundo del Distrito Judicial de La Paz, dispuso la apertura de juicio contra Manuel Edgar Rada Pérez por los hechos referidos y que se encuentran previstos y sancionados en los arts. 203, 164, 175, 146, 202, 224, 142, 154, 151 y 199 del CP (fs. 41 a 43).II.4.El 10 de noviembre de 2005, se inició el juicio oral. El 18 de noviembre de 2005, se reinstaló la audiencia, y en horas de la tarde, tras el receso decretado, la defensa opuso las excepciones de falta de acción (porque no existiría congruencia entre la denuncia, la querella, la imputación y la acusación); de prejudicialidad (con relación a los delitos de peculado y abogacía y mandato indebido) y de prescripción.En la audiencia reinstalada el 24 de noviembre de 2005, tanto el Ministerio Público como la acusación particular contestan las excepciones formuladas, declarándose receso hasta el 25 de noviembre de 2005, en la que se dicta la Resolución 209/2005, que es notificada a las partes en audiencia, advirtiéndoles del plazo que tienen para formular apelación incidental; audiencia en la que no estuvieron presentes los abogados de la parte imputada (fs. 44 a 76). En la audiencia de 8 de diciembre de 2005, se anuncia que Manuel Edgar Rada Pérez formuló apelación contra la Resolución pronunciada sobre las excepciones opuestas, la misma que fue corrida en traslado.II.5.La Resolución 209/2005, de 25 de noviembre, pronunciada por el Tribunal de Sentencia Segundo de la Corte Superior del Distrito Judicial de La Paz, en virtud de la valoración de las pruebas presentadas, -según se afirma en la Resolución- bajo el principio de la sana crítica, el análisis de los antecedentes y los fundamentos expuestos en debate, y establecidos los extremos en dicha Resolución, rechazó las excepciones de falta de acción y de prejudicialidad planteadas por la defensa.En cuanto a la solicitud de prescripción de los delitos de uso de instrumento falsificado y supresión o destrucción de documentos, difirió su consideración para el momento de la deliberación y votación de conformidad -según sostiene- al art. 359 inc. 1) del CPP (fs. 435 a 440).II.6.El 29 de noviembre de 2005, el ahora recurrente interpuso apelación incidental contra la Resolución 209/2005, pronunciada por el Tribunal de Sentencia Segundo de la Corte Superior del Distrito Judicial de La Paz, aduciendo que la Resolución fue pronunciada en una audiencia de juicio, sin la presencia de su abogado defensor desnaturalizando la premisa referida al acto único; en la excepción de falta de acción, no se tomó en cuenta que se observó que se le está sometiendo a juicio por hechos no imputados previamente en la etapa preparatoria; sin fundamentación y sin resolver la excepción de prescripción, manteniendo el tipo o calificación de peculado, además de no dar lugar a la prejudicialidad opuesta (fs. 442 a 447).II.7.El 19 de diciembre de 2005, la Sala Penal Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial de La Paz, declaró improcedente la cuestión planteada, por cuanto en relación al error o defecto procesal en la tramitación y Resolución del las excepciones opuestas, la defensa no efectuó reclamo u observó los recesos decretados; el imputado después de haber sido notificado personalmente con la Resolución

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dictada, no presentó memorial alguno y menos de complementación, aclaración o enmienda; la Resolución tiene la fundamentación necesaria para sustentar la parte resolutiva explicándose el porqué de la disposición de resolver en sentencia la excepción de prescripción; la imputación es una calificación provisional de los hechos; el argumento sobre que previamente debe existir un proceso de rendición de cuentas, no es aplicable porque de acuerdo al Código de Procedimiento Civil éste es un procedimiento voluntario y el imputado como funcionario público se halla sujeto a la Ley de Administración y Control Gubernamentales (LACG) o LSAFCO (fs. 462 a 465).III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLOEl recurrente indica que se le ha vulnerado sus derechos a la seguridad jurídica, de petición, a la defensa, y de la garantía del debido proceso, reconocidos por los arts. 7 inc. a) y h) y 16.II y IV de la CPE, y “las que importa el régimen de prescripción de la acción penal” (sic), por cuanto habiendo planteado en el juicio oral seguido en su contra las excepciones de prejudicialidad, falta de acción vinculada a una actividad procesal defectuosa absoluta y de prescripción. Los miembros del Tribunal de Sentencia recurridos y los del Tribunal de alzada que convalidaron los fundamentos del inferior: 1) debieron exigir que se cumpla con los requisitos de procedencia y admisibilidad, es decir que la acusación concrete los hechos atribuidos, su forma de comisión, el tiempo o momento de su comisión y grado de participación afectando sus derechos, sabiendo que, entre otras garantías mínimas del imputado, está en la comunicación previa y detallada al inculpado de la acusación formulada; en ese sentido, la falta de acción como excepción está orientada a reprimir la actividad procesal defectuosa absoluta y relativa, y a asegurar que el ejercicio de la acción penal, se ejercite cumpliendo requisitos de legalidad y procedibilidad, planteamiento que tiene que ver con la capacidad y competencia del órgano jurisdiccional de reprimir los actos del Ministerio Público y del acusador particular no adecuados a derecho; 2) en ese mismo contexto, los autos de radicatoria y de apertura, no debieron dictarse contemplando el delito de peculado, puesto que el mismo no ha sido objeto de investigación en la etapa preparatoria; 3) tanto el Auto 209/2005, de 25 de noviembre, como el Auto de Vista 372/2005, de 19 de diciembre, carecen de fundamentación puesto que por un lado refieren que lo que se acusa son hechos y no calificaciones jurídicas como fundamento para rechazar la falta de acción y por otra parte, reconocen que los hechos acusados no se encuentran precisados en cuanto al tiempo, espacio, participación y forma de comisión de los presuntos delitos, no identificando cuándo cesó la consumación de los ilícitos acusados de alteración o sustracción de documento, consolidando los defectos de las acusaciones; en ese mismo sentido se ha vulnerado su derecho de petición al no existir resoluciones razonables y coherentes a sus pretensiones; 4) no obstante que la excepción de prescripción es de previo y especial pronunciamiento, su resolución fue diferida hasta el momento de dictarse sentencia. Por otra parte, 5) el Tribunal de Alzada pasó por alto que la audiencia en la que se dio lectura al Auto apelado que resolvió las excepciones opuestas, fue pronunciada en una audiencia en la que no estaban sus abogados. De consiguiente, corresponde determinar en revisión, si se justifica otorgar la tutela que brinda el art. 19 de la CPE.III.1.Antes de entrar a la consideración de la problemática corresponde señalar que este Tribunal Constitucional en la SC 0685/2006-R, de 17 de julio ha establecido “(…) el recurso de amparo constitucional no está configurado como una instancia procesal de revisión de las resoluciones pronunciadas dentro de los procesos ordinarios o administrativos que el ordenamiento jurídico prevé, pues no es una instancia que forme parte de las vías legales ordinarias, lo que significa que esta acción tutelar se encuentra abierta respecto a los actos u omisiones que lesionan derechos y garantías fundamentales, pero de ningún modo se activa para analizar el fondo del proceso. En razón de ello, esta jurisdicción no puede analizar si el hecho cometido por una persona imputada penalmente, ha sido o no calificado en forma correcta, tampoco puede definirse a través de esta acción la existencia o no de la supuesta conducta delictiva y la participación del procesado en el delito que se juzga, ya que para ello, inexcusablemente tendría que compulsarse y valorarse las pruebas aportadas en el proceso, facultad que corresponde privativamente a los órganos jurisdiccionales ordinarios, por lo que el Tribunal Constitucional no puede pronunciarse sobre cuestiones que son de exclusiva competencia de los jueces y tribunales ordinarios, y menos atribuirse la facultad de revisar la valoración de la prueba que hubieran efectuado las autoridades judiciales competentes, excepto, en los casos en los que resulta evidente que la prueba aportada ha sido ignorada por el juzgador o cuando la valoración realizada es arbitraria e irrazonable y no obedece a los marcos legales de razonabilidad y equidad, originando como lógica consecuencia la lesión a derechos y garantías fundamentales” (las negrillas son nuestras).III.2.Por otra parte, con relación al principio regulador de la actividad defectuosa contenido en el art. 167 del CPP, que establece que no podrán ser valorados para fundar una decisión judicial, ni utilizados como presupuestos de ella, los actos cumplidos con inobservancia de las formas y condiciones previstas en la Constitución Política del Estado, Convenciones y Tratados Internacionales vigentes y el propio Código, salvo que el defecto pueda ser subsanado o convalidado, la SC 0659/2006-R, de 10 de julio, ha establecido: "(…) el Código de Procedimiento Penal por un lado distingue los defectos absolutos y los relativos, que se diferencian en que los primeros no son susceptibles de convalidación y los otros quedan

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convalidados en los casos previstos por la norma; sin soslayar, que la diferencia sustancial de los defectos absolutos y relativos, radica en que en el defecto absoluto el quebrantamiento de la forma está vinculado a la protección de un derecho o garantía constitucional; en cambio, en el defecto relativo existe un quebrantamiento de forma; por otro lado, de la regulación de la actividad procesal defectuosa se tiene que no cualquier defecto es necesariamente invocable, sino sólo aquellos que causen perjuicio o agravio a la parte interesada. A esto debe añadirse que las formas procesales precautelan el ejercicio de los derechos de las partes y las garantías constitucionales; en consecuencia, no se puede decretar la nulidad, sino sólo cuando hay un defecto que por haber causado una afectación a un derecho o garantía es absoluto; es decir, la nulidad no deriva sólo del quebrantamiento de la forma, pues es necesario que ese quebrantamiento haya afectado los derechos de alguna de las partes y que ésta haya demostrado el agravio para poder solicitar la anulación del acto defectuoso.La misma sentencia, al referirse a los defectos absolutos, que no son susceptibles de convalidación, examina los citados en el art. 169 del CPP y luego de referirse a la intervención del Juez y del Fiscal en el procedimiento y a su participación en los actos en que ella sea obligatoria, añade: “Otro defecto absoluto es el concerniente a la intervención, asistencia y representación del imputado en los casos y formas que el Código establece, el mismo que encuentra su fundamento en el derecho inviolable a la defensa que tiene el imputado en el juicio conforme reconoce el art. 16.II de la CPE, esto implica que un desconocimiento al derecho que tiene el imputado de ser asistido y a entrevistarse en privado con su defensor (art. 84 del CPP), de estar asistido por su defensor en sus declaraciones, a exponer su defensa durante el acto de juicio (art. 346 del CPP) y al derecho a la última palabra que tiene el imputado (art. 356 del CPP), constituyen entre otros, motivos para ser considerados como defectos absolutos” (las negrillas son nuestras).III.3.De la documentación que informa los antecedentes del presente recurso, se evidencia que contra el recurrente se ha formulado la acusación por la presunta comisión de varios delitos incluidos el de peculado, delito que no fue mencionado en la imputación. Iniciada la audiencia del juicio oral el recurrente opuso las excepciones de prejudicialidad, falta de acción y de prescripción el día 18 de noviembre de 2005, en la que fundamentó las mismas hasta que a horas 17:52, se declaró receso para su reiniciación el 24 de noviembre de 2005, ocasión en la que tanto la defensa, el Ministerio Público y el acusador particular intervinieron, habiéndose declarado un nuevo receso hasta su reiniciación al día siguiente, oportunidad en la que fue verificada la inasistencia de los abogados de la defensa, reinstalándose la audiencia y dictada la Resolución 209/2005. La citada Resolución rechazó las excepciones de falta de acción y de prejudicialidad planteadas, habiéndose diferido la consideración de la excepción de prescripción de los delitos de uso de instrumento falsificado y supresión o destrucción de documentos para el momento de la deliberación y votación que prevé el art. 359 inc. 1) del CPP. El Tribunal de Alzada por Auto de Vista 372/2005, de 19 de diciembre, declaró improcedente la cuestión planteada aduciendo que la Resolución apelada, tiene la fundamentación necesaria para sustentar la parte resolutiva explicando el porqué de la disposición de resolver en sentencia la excepción de prescripción, sosteniendo además que la defensa no efectuó reclamo u observó los recesos decretados y que el imputado no presentó memorial alguno y menos de complementación, aclaración o enmienda.III.5.El recurrente interpuso el presente recurso, afirmando que en el juicio oral que se le sigue por la presunta comisión de los delitos de uso de instrumento falsificado, ejercicio indebido de profesión, supresión o destrucción de documento, uso indebido de influencias, conducta antieconómica, incumplimiento de deberes, falsedad ideológica, concusión y peculado, el órgano jurisdiccional se ha negado a controlar la falta de concreción de los hechos atribuidos, su forma de comisión, el tiempo o momento de su comisión y el grado de participación, aduciendo que desde la acusación presentada por el Ministerio Público cuanto por la acusación particular no se dio cumplimiento con los requisitos de contenido previstos en el art. 341 inc. 2) del CPP; concretamente en lo que se refiere a la relación precisa y circunstanciada del delito atribuido, al no existir, a juicio del recurrente, la fundamentación fáctica precisa, ya que se le endilga la comisión de delitos sin expresar en términos concretos sobre cuándo y de qué manera realizó la comisión de los delitos acusados, particularmente con relación a la acusación del supuesto uso de certificados de notas utilizados para su titulación; peor aún, se le acusa por un delito como es el de peculado, sin que con referencia al mismo se le hubiera imputado formalmente.Del análisis de los hechos denunciados y los argumentos que fundamentan la interposición de este recurso, se concluye que éstos no pueden ser analizados ni resueltos en esta jurisdicción constitucional; por cuanto para dar lugar a la pretensión del recurrente, tendría que ingresar a dilucidar aspectos que están reservados únicamente para la consideración de los jueces o tribunales de la judicatura ordinaria y por lo mismo, por la vía constitucional, no se puede determinar si la acusación presentada contra el recurrente reúne o no las condiciones de validez, menos puede definirse a través de esta acción la existencia o no de la supuesta conducta delictiva y de la participación del recurrente en los delitos que se le acusa. Tomando en consideración la cita jurisprudencial glosada en el Fundamento Jurídico III.1 por la que se ha establecido que este Tribunal Constitucional, no puede pronunciarse sobre cuestiones que son

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de exclusiva competencia de los jueces y tribunales ordinarios; y tal como se tiene explicado precedentemente, no cabe otorgar la tutela en cuanto a este extremo.Por otra parte, y en este mismo contexto; en cuanto a la acusación formulada en contra del recurrente, por la presunta comisión de un delito que no figuró en la imputación formal que se hizo, tal acusación no tiene necesariamente que guardar relación estricta con la calificación de los hechos que se le imputan a un individuo, pues tal como se interpreta del texto del enunciado jurídico inserto en el art. 302 inc. 3) del CPP, éste, al referirse al contenido de la imputación formal, es claro al aludir a la calificación provisional del hecho o los hechos que se imputan, de donde se evidencia que la acusación es la estimación formal, resultado de la investigación de los hechos provisionalmente calificados.III.6.Como prevé el art. 169 inc. 2) del CPP, el defecto absoluto concierne también a la intervención, asistencia y representación del imputado en los casos y formas que el Código establece, y tal como la jurisprudencia glosada en el Fundamento Jurídico III.2, éste subyace, entre otros, en el derecho de estar asistido por su defensor en sus declaraciones y a exponer su defensa durante el acto del juicio con el fin de garantizar de la forma más conveniente la participación del inculpado dentro del juicio oral, en defensa de sus derechos e intereses, y asegurar la efectiva realización del derecho a la defensa y de igualdad de las partes en el proceso. En el caso examinado, el recurrente fue asistido con un letrado dentro del juicio oral desde su inicio, habiéndose formulado al efecto las excepciones opuestas y participado hasta antes del pronunciamiento del Auto que resolvió el incidente suscitado al efecto, oportunidad en la que no obstante haberse señalado día y hora para la prosecución de la audiencia, no asistieron ninguno de los tres abogados de la defensa, circunstancia que, sin embargo, no vulnera el derecho a la defensa del acusado puesto que éste, a la sazón no tiene una participación activa en el pronunciamiento de la Resolución, la misma que de cualquier forma es y tiene que ser notificada para que este pueda interponer el recurso de apelación incidental si así lo desea en el plazo que en la misma audiencia le fue señalado. En otras palabras, para que la falta de asistencia del defensor del acusado provoque no sólo indefensión formal, sino también material que suponga la vulneración del derecho a la defensa previsto por el art. 16.II de la CPE, es preciso que además, la ausencia del abogado defensor haya podido razonablemente causar un perjuicio al recurrente.Por otra parte, en cuanto a los recesos producidos y que el recurrente acusa estar al margen de la ley, además de no estar previsto de manera expresa entre los defectos absolutos que causen perjuicio o agravio a la parte interesada como para producir la nulidad de lo obrado por previsión expresa de la ley, el recurrente no ha observado en ninguno de los casos los señalamientos de día y hora para la reinstalación de la audiencia, circunstancia que bien pudo haber sido subsanada si acaso se hubiera esgrimido oposición. Por el contrario, al no ser defectos absolutos, ni causar un daño que cause un perjuicio razonable al acusado, éste fue convalidado al reinstalarse sucesivamente la audiencia hasta el pronunciamiento del Auto que resolvió las excepciones referidas precedentemente.III.7.En lo que concierne a la determinación del Tribunal de Sentencia de diferir la Resolución en la que concierne a la oposición de la excepción de prescripción hasta el momento de la valoración y votación de acuerdo con lo establecido por el art. 359 del CPP, y que el Tribunal de Alzada dio por justificada tal determinación, cabe señalar que el art. 308 del CPP establece que las partes podrán oponerse a la acción penal, mediante excepciones de previo y especial pronunciamiento, entre las que se encuentra la “extinción de la acción penal según lo establecido en los Artículos 27 y 28 de este Código”, a su vez el citado art. 27 inc. 8) del CPP prevé la prescripción como motivo de extinción de la acción penal, mientras que el art. 29 del mismo cuerpo de leyes, en sus cuatro incisos determina el tiempo en que ella se opera.Por otra parte, al efecto, corresponde indicar que este Tribunal en la SC 0866/2006-R, de 4 de septiembre, ha establecido: “En el juicio oral y público, de acuerdo al art. 314 antes referido, las excepciones deben ser propuestas en forma oral y tratadas y resueltas en un solo acto, a menos que el Tribunal resuelva hacerlo en sentencia, conforme lo dispone el art. 345 del CPP. Esta norma, en el segundo párrafo, se refiere a las `cuestiones incidentales´, entre las que se encuentran la excepciones; toda vez que si se entiende por incidente a la ´cuestión accesoria que se plantea dentro del proceso o con motivo de él´ (Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales, Manuel Osorio), las excepciones se encuentran comprendidas dentro de la definición genérica aludida; con mayor razón si se considera que el art. 314 del CPP expresamente señala que las excepciones serán tratadas en la vía incidental, de ahí que conforme al art. 345 del CPP para la discusión de las excepciones se concederá la palabra a las partes tan sólo una vez, por el tiempo que establezca el juez o el presidente del tribunal” (las negrillas son nuestras).El precedente constitucional antes citado, es de aplicación en la solución del planteamiento del recurrente por cuanto esta evidenciado que el Tribunal de Alzada, si bien a resuelto las excepciones de falta de acción y de prejudicialidad al finalizar la tramitación del incidente que a propósito de las excepciones opuestas se ha suscitado, también, en el marco de la facultad potestativa que le confiere el art. 345 del CPP, determinó diferir la Resolución de la excepción de prescripción, sin que por tal causa vulnere el derecho o garantía constitucional alguno del recurrente, toda vez que, además, se entiende que antes de dilucidar las cuestiones relativas a la comisión del hecho punible y la absolución o condena del imputado

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deberán, resolver toda cuestión incidental que se haya diferido de acuerdo con lo previsto en el art. 369 del CPP.III.8.Por último, el recurrente alega la falta de fundamentación en las resoluciones pronunciadas por las autoridades demandadas, aludiendo sobre todo a una presunta contradicción, porque a base de dichos presupuestos la Resolución pronunciada, deriva en la Resolución de unas excepciones y el difeirimiento de otra; no obstante como se tiene examinado, en cuanto a lo expresado no constituye un acto ilegal ni los argumentos que la sustentan. Por lo demás, como ha establecido la jurisprudencia la fundamentación o motivación de una Resolución, no significa una exposición ampulosa de consideraciones y citas legales, sino que exige una estructura de forma y de fondo, que absuelva razonablemente los planteamientos. Si bien la jurisprudencia constitucional ha establecido de manera uniforme que las resoluciones que emiten las autoridades judiciales, deben exponer los hechos, realizar la fundamentación legal y citar las normas que sustentan la parte dispositiva de esas resoluciones; deber que está vinculado tanto con la garantía del debido proceso como con el derecho a la seguridad jurídica, tales circunstancias relativas a la falta de motivación en las resoluciones impugnadas no son evidentes.En ese mismo contexto, la presunta lesión al derecho de petición del recurrente por causa -según arguye- de una falta de fundamentación, no es evidente; sin considerar, además, las resoluciones pronunciadas a su turno, han resuelto las excepciones opuestas y declarado improcedente la cuestión planteada, no pudiendo entenderse, bajo ninguna circunstancia que la Resolución impetrada le fuera siempre favorable al peticionante, pues el núcleo esencial del derecho de petición esta en tener una respuesta pronta y efectiva, en el plazo que la ley señala y que la misma le permita al peticionante, siendo positiva o negativa la misma para ejercitar en su caso el derecho de impugnar la misma.En consecuencia, el recurso de amparo constitucional interpuesto no se encuentra dentro de los alcances y previsiones del art. 19 de la CPE, de manera que el Tribunal de amparo al haber “denegado” el recurso solicitado, ha dado correcta aplicación al citado precepto constitucional.

POR TANTOEl Tribunal Constitucional, en virtud de la jurisdicción y competencia que ejerce por mandato de los arts. 19.IV y 120.7ª de la CPE; arts. 7 inc.8) y 102.V de la Ley del Tribunal Constitucional (LTC), en revisión resuelve APROBAR la Resolución 013/06-SSA-I, de 17 de abril de 2006, cursante de fs. 728 a 729 vta., pronunciada por la Sala Social y Administrativa Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial de La Paz.Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional.Fdo. Dra. Elizabeth Iñiguez de SalinasPREFdo. Dra. Martha Rojas ÁlvarezDECANAFdo. Dr. Artemio Arias RomanoMAGISTRADO

Fdo. Dra. Silvia Salame FarjatMAGISTRADA

Fdo. Dr. Walter Raña AranaMAGISTRADO