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Intervención Artur Serra. Director adjunto 12CAT, Director investigación en Citilab, Miembro fundador ENOLL en las Primeras Jornadas de Centros de Conocimiento. Citilab Cornellà #citilab #joceco
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Los ciudadanos, motor de la innovación.
Acerca de los nuevos centros de conocimiento.
Artur Serra.
Citilab, 26 marzo 2010.
1. La importancia de los centros de conocimiento.
Por primera vez nos reunimos instituciones muy diversas del ámbito de la
cultura, de la empresa, del trabajo, de la ciudad, que trabajamos en las TIC
y que nos une un denominador común, formamos parte del Programa de
Centros de Conocimiento.
Y nos reunimos en un momento de crisis económica que nos fuerza a
repensar y recrear el modelo de desarrollo que hemos seguido en este país
en las últimas décadas. Se habla mucho de que este nuevo modelo ha de
estar basado en la innovación, en la formación y en las infraestructuras
digitales, que ha de ser sostenible y que ha de implicar a universidades,
empresas, sindicatos, ayuntamientos, y a los ciudadanos.
La importancia de los ciudadanos como actores del nuevo modelo de
innovación va en aumento. La Web 2.0 nos ha enseñado que la innovación
ya no se encuentra exclusivamente en las universidades, las grandes
empresas o los organismos públicos de investigación. También proviene de
los propios usuarios organizados en forma de redes sociales, wikis, blogs y
social medias. La innovación viene también de abajo arriba.
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Si la innovación también viene de los ciudadanos, ¿qué nuevas
instituciones y redes pueden impulsarla? ¿Son las ciudades, donde el
contacto entre administración y ciudadanos es más próximo, entidades
pioneras en la creación de estos nuevos espacios? ¿Qué papel pueden jugar
otras instituciones como universidades, empresas, sindicatos, centros de
formación u ONGs?
Diferentes iniciativas se han abierto en esta dirección en nuestro país. Por
una parte, tenemos los Living Labs españoles, miembros de la European
Network of Living Labs. Por otra los Espacios Sociales de Innovación,
reagrupados en la plataforma eVIA, que realizan esfuerzos innovadores en
el ámbito de la lucha contra la exclusión social y de la innovación en
ámbitos rurales. Por otra parte, los Fablabs se están organizando en varias
ciudades españolas. Finalmente, están los centros de conocimiento,
impulsados por la Secretaría de Telecomunicaciones y Sociedad de la
Información a través del Plan Avanza. Pero sobre todo no lo olvidemos
están los miles de iniciativas individuales y colectivas en forma de blogs,
wikis, foros, twiters, redes sociales en la propia Internet que encarnan,
muchas de ellas este nuevo modelo de innovación emergente.
Estas jornadas pretenden ser un esfuerzo más en el impulso de este
proceso. Nuestra hipótesis de partida es que los centros de conocimiento,
los living labs, los citilabs, pueden ser nuevas estructuras que sirvan para
impulsar dicho cambio de modelo económico y social.
Vayamos por partes.
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2. Centros de conocimiento y cultura de innovación.
Desde la explosión social de Internet a mediados de los 90s, la sociedad
del conocimiento se ha identificado en gran medida con la conectividad.
En estar conectado, en estar en la red era, es el primer valor. Después del
ordenador personal, Internet significó en los 90s la aparición de la
informática social. Por primera vez, los gobiernos empezaron a articular
políticas de acceso a la sociedad de la información, en forma de
telecentros, ciudades digitales, puntos de acceso a Internet. Las compañías
de telecomunicación empezaron a ofrecer la tarifa plana de conexión a la
red. Empezamos a vivir en la sociedad-red. Este esfuerzo necesita ser
continuado. Todavía un 40% de la sociedad española no se conecta a la
red. Pero la inmensa mayoría de los jóvenes ya lo hacen.
Hoy ya no nos podemos quedar sólo en la conectividad. Podemos dar un
paso más. Ahora es posible aportar a través de esa conexión ideas nuevas,
nuevos proyectos, nuevo valor. Podemos empezar a trabajar el valor de la
innovación. Esta es la nueva función que esta apareciendo en instituciones
como Citilab, Fablabs, o centros de conocimiento. El término lab
conectado al conjunto de la ciudadanía representa, pretende, ese cambio.
¿De qué se trata ahora? En Citilab por ejemplo, estamos abriendo la caja
negra de la tecnología, ese saber casi mágico que hoy por hoy detentan
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unos señores llamados ingenieros y dar a conocer que hay dentro. Y lo
están haciendo los propios ingenieros como Jaime Delgado, profesor de la
UPC y miembro del Citilab . Con su equipo trata de probar la hipótesis, ya
iniciada hace años, de que es posible enseñar a programar a todo el
mundo.Y más aún, trata de probar que la programación comporta una
nueva forma de pensar. Para ello utiliza Scratch, lenguaje que permite
aprender los conceptos básicos de la programación a niños de primaria.
Otras instituciones como los Fablab lo que enseñan es a diseñar objetos
nuevos y mediante impresoras 3D construirlos uno mismo en este nuevo
tipo de instalaciones. Vicent Guallart coordina la red internacional de
Fablab en Barcelona. En otra comunidad, Guifinet, un grupo de
ciudadanos están creando ellos mismos la red wireless cooperativa más
grande que existe hoy en Europa. El gran valor de la misma no es tanto la
conectividad que ofrece sino el aprendizaje que los propios usuarios han
obtenido en construir ellos mismos dicha red y en crear una verdadera
comunidad de ciudadanos preparados para construir, para diseñar, para
innovar.
Para otros, la innovación consiste en aprender como aplicar esas nuevas
tecnologías en problemas concretos de la vida diaria, creando servicios
sociales y digitales nuevos.
En Citilab hemos iniciado varios proyectos que tienen como protagonistas
esas comunidades de usuarios como seniors, maestros o profesionales de
museos que lo que necesitan en saber cómo la tecnología les puede ayudar
a resolver sus problemas de la vida diaria. Aprenden por proyectos. Les
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pondré el caso de Seniorlab proyecto que iniciamos con Rosa Casanovas y
Dolors Solano. Hasta ahora se ha pensado que los seniors son una especie
de fardo pesado que la sociedad ha de tener que soportar mediante
políticas insostenibles de gasto público. Pero cuando vemos el enorme
interés por aprender y enseñar las nuevas tecnologías que estas personas
demuestran vemos que también pueden ser una gran oportunidad para
Europa, el continente senior del mundo. En Seniorlab no damos cursos de
Word, ni de Internet, intentamos a partir de los intereses y las ideas de los
propios seniors y construir con ellos, proyectos de innovación y de
solución de problemas y construir también tecnología. Y funciona. No
sabemos aun por qué pero se despierta una especie de resorte dormido, que
reactiva su interés y sus neuronas. “Nadie me había invitado nunca a
innovar”, nos dicen los seniors. “No sabia que podía hacerlo”. El más
reciente artefacto desarrollado con i2cat ha sido una red digital para
familiares de enfermos de Alzehimer.
Los living labs se han marcado también el mismo propósito: iniciar una
formación sistemática de un nuevo perfil de profesionales y de ciudadanos
interesados en saber como innovar. Roberto Santoro nos explicará más los
próximos planes.
Una cosa parece clara están emergiendo los embriones de nuevas
estructuras sociales , se llamen centros de conocimiento, citilabs, espacios
sociales de innovación o Fablabs que tienen como objetivo convertirse en
esos nuevos laboratorios de innovación abierta tanto para empresas como
ciudadanos, en nuevos centros de creación de valor. También los llamamos
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centros del tercer lenguaje.
¿Qué quiere decir centros del tercer lenguaje?.
2. El tercer lenguaje.
Nuestro sistema educativo y nuestro modelo mental en lo fundamental
continua anclado todavía en la tradición milenaria del Trivium y el
Quadrivium, o lo que se llamaron las artes liberales. En la sociedad antigua
todo ciudadano honrado debía desde su más tierna infancia aprender y por
este orden primero gramática, retórica y dialéctica, es decir el uso del
lenguaje natural. Y después, en el quatrivium, aritmética, geometría,
astronomía, y música. En resumen, aprendía, aprendemos, dos lenguajes:
primero, los lenguajes naturales y después los lenguajes formales.
También existían unas artes mecánicas pero estas no se consideraban
dignas de los ciudadanos. Con este modelo mental y educativo hemos
funcionado miles de años. Y seguimos funcionando. Hasta que hemos
llegado a la civilización de las máquinas, y más en concreto a un tipo
concreto de máquinas que procesan símbolos llamadas ordenadores. Y
resulta que para inventar estas que máquinas lógicas se necesita aprender
un tercer lenguaje, el lenguaje de la programación, de la innovación, del
diseño, como a continuación veremos. Y de la misma forma que los
lenguajes naturales y formales se han debido generalizar para alfabetizar al
ciudadano moderno, ahora parece conveniente ir aprendiendo este nuevo
lenguaje si queremos entender algo de lo que pasa en nuestro mundo
contemporáneo.
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El primero en advertir el nacimiento de dicho lenguaje fue George
Forshyte, fundador del Departamento de CS de Stanford University. En
1967 afirmó que, la informática era un nuevo tipo de lenguaje diferente
tanto de la matemática como de los lenguajes naturales. Lo fascinante era
que este tipo de lenguaje presuponía los dos anteriores. El computer
scientist se expresaba en lenguaje natural. Aprendían también matemáticas,
lenguajes formales, y además había generado un nuevo lenguaje que le
permitía no solo descifrar el mundo sino construir nuevos mundos
artificiales. Un lenguaje que le servia, le sirve, para diseñar máquinas y
procesos simbólicos.
Ese lenguaje era, es, a su vez un lenguaje de síntesis, un lenguaje que
permite una intercomunicación entre el resto de lenguajes.
Si miran a la persona que Vds tienen a su lado y le preguntan por su
profesión se sorprenderán. Puede que les responda que es un gestor
cultural, un científico, un arquitecto, un alcalde o un empresario. No se si
se extrañan de este efecto que tienen las TIC de juntar a gente de tan
distintas procedencias profesionales. Pero este extraño efecto se produce
de forma sistemática desde que las TIC nacieron y lo siguen haciendo. Son
la expresión de este lenguaje transversal y más complejo que los
anteriores que permite una síntesis de conocimientos antes desconocida.
Son el lenguaje común de la innovación hoy por hoy.
Ese tercer lenguaje lo pretendemos enseñar en Citilab y lo podrían enseñar
también los centros de conocimiento. Pero ese lenguaje es un lenguaje
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compartido. Es una cultura. Es la cultura de innovación.
Entender mejor esa cultura fue el interés de un grupo de antropólogos que
en 1990 nos fuimos a Carnegie Mellon University invitados por Angel
Jordan a estudiar la tribu de los informáticos. Allí descubrimos a Herbert
Simon y sus ciencias de lo artificial. Allí empezamos a entender que este
humilde conocimiento llamado tecnología, y aún poco conocido y
apreciado en Europa, era diferente de la ciencia y el arte, de lo que tanto
nos enorgullecemos en el Viejo Mundo. Que la llamada pomposamente
“revolución del conocimiento” nacía de un conocimiento con un origen
muy humilde, el conocimiento-práctica de la informática, allí llamada
“computer science”. Y que su programa de investigación se basaba en el
diseño.
Pero Herbert Simon fue más allá. El era un científico social además de un
informático. Y lo que el planteó fue que el diseño, la innovación no era un
patrimonio exclusivo de los ingenieros. Y que diseñador podía ser todo el
mundo.
“Diseña todo aquel que concibe unos actos destinados a transformar
situaciones existentes en otras, más dentro de sus preferencias”. (The
Sciences of the Artificial, 1969)
Con Ramón Sanguesa hemos ido siguiendo tanto en la UPC como en el
Citilab esta cultura de diseño hasta ver como podía encontrar un lugar
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donde fructificar donde abrirla al conjunto de la ciudadanía. Y este sitio es
el Citilab. El programa de investigación que desarrollamos aquí es este:
como abrir la cultura del diseño a todo el mundo. Nos alegra ver ahora
que el “design knowledge” es un tema que esta adquiriendo más y más
interés. Y todavía cobrará más cuando se empiecen a ver sus
consecuencias económicas y sociales.
3. Helsinki, capital mundial del diseño 2012.
La ciudad de Helsinki se ha marcado como objetivo ser en el 2012 la
capital mundial del diseño. Nuestras más cordiales felicitaciones a dicha
ciudad. Efectivamente es una iniciativa que parece confirmar que hemos
entrado en una fase de innovación abierta y en ella de nuevo las ciudades y
los ciudadanos aparecen como un elemento clave en esta era digital.
Esto nos lleva a un segundo tema clave para los centros de conocimiento:
el papel de vanguardia de las ciudades y los ciudadanos.
El modelo tradicional de I+D+i que enseñamos en las universidades dice
que el sistema parte de la investigación básica, después viene la
innovación y finalmente un producto o un servicio para consumir en el
mercado. Pero este modelo esta en revisión. El nuevo modelo emergente ,
el que proviene del mundo digital, parte de reconocer que hay otra
dinámica innovadora que empieza por abajo, por el ciudadano y la ciudad,
este plantea requerimientos y incluso algunas soluciones innovadoras, y
estas se reelaboran y se acaban constituyendo en incluso nuevas líneas de
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investigación. Es un modelo peer-to-peer, entre iguales, para la generación
de conocimiento e innovación.
Si este modelo emergente se consolida, las ciudades y los ciudadanos van a
tener mucho trabajo en la era digital, pueden convertirse en verdaderos
laboratorios vivos de dicha sociedad. En un siglo donde las ciudades ya
acogen a la mayoría de la población del planeta que esta pasando de vivir
en áreas rurales a vivir cada vez más en áreas urbanas, esta es una gran
oportunidad.
Esto significa que las políticas publicas de I+D+i, en especial en Europa,
han de ser repensadas dado que hasta ahora han privilegiado el anterior
modelo de investigación e innovación.
Y cuando digo ciudades no me refiero en exclusiva a las grandes
metrópolis, como Londres, Paris o Barcelona, que también.
Me refiero también al nuevo fenómeno de las Pequeñas y Medianas
Ciudades. Fenómeno que acompaña a las PIMES pero al que no se le ha
dado suficiente importancia hasta ahora. De la misma forma que hoy esta
ampliamente aceptado que las PIMES representan la mayor parte de los
puestos de trabajo de un país y las de base tecnológica son claves para la
creación de nuevo valor, las pequeñas y medianas ciudades también
representan la mayoría de la población de un país y pueden empezar a
jugar, si adoptan rápidamente este modelo de innovación, un papel pionero
en esta nueva fase.
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Citilab está en Cornella de Llobregat. Como Vds, pueden ver no estamos
precisamente en el centro de Barcelona. Sino en su periferia. La
innovación a veces es más fácil realizarla donde los viejos sistemas de
I+D+i tradicionales son más débiles y hay menos resistencia la cambio.
Por otra parte, la propia arquitectura de redes como Internet, basada en el
principio del extremo a extremo, end-to-end principle, ha dado más
libertad al usuario final que a las propias operadoras de las redes, que no
pueden controlar el contenido de la misma.
Para los que todavía de forma pesimista piensan que el futuro de Europa es
más que obscuro dado que el centro del mundo se esta desplazando hacia
Asia y el Pacifico, les diré que esto puede ser una enorme ventaja
comparativa. Es la oportunidad de liberar a Europa de la responsabilidad
de sostener el ya no moderno sistema cultural iniciado con la revolución
industrial y plantearnos en serio un cambio en profundidad de nuestro tipo
de sociedad. Ahora que se esta repensando la Estrategia de Lisboa y el
futuro de Europa, convendría empezar a considerar las ventajas de estar en
la periferia del sistema y qué capacidad de innovación ello nos puede
permitir. Por cierto Helsinki tampoco esta precisamente en el centro de
Europa.
Europa sigue teniendo elementos muy competitivos que ha de fortalecer.
En estos momentos desde i2cat colaboramos con la Comisión Europea en
la iniciativa Future Internet que persigue justamente que Europa no pierda
el tren de la nueva generación de Internet. Los próximos días 15 y 16 de
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Abril en Valencia y bajo Presidencia española se inaugurara dicho
programa. Es muy importante que Europa refuerce la I+D+i en la Internet
del futuro y todas sus aplicaciones en el campo de los media, la salud, la
educación o la industria. Europa es un continente de redes de
telecomunicación. El principal negocio de TIC en Europa son ante todo las
telecomunicaciones. Y su principal cliente, el estado social del bienestar.
La salida a la actual crisis económica en gran parte depende que
entendamos estas características estratégicas de la Europa actual y sus
nuevas oportunidades en el mundo.
A su vez Europa es un continente de ciudades y ciudadanos. Por ciudades
entendemos no solo Ayuntamientos, el gobierno de la ciudad. Por favor no
volvamos a cometer los mismos errores que en los 90s. Los living labs no
pueden ser solo proyectos municipales como las webs de las ciudades
digitales de antaño. Los ciudadanos son, somos, también ciudad.
Por ciudad entendemos el conjunto de relaciones económicas, sociales,
institucionales que conforman nuestras comunidades. Los nuevos
servicios digitales por muy inteligentes que sean no pueden ir solo en una
dirección del Ayuntamiento a los ciudadanos. Pueden de ser realmente
servicios ciudadanos.
La dimensión social, ciudadana, es clave para el desarrollo de la nueva
Internet en Europa y lo es como condición del propio desarrollo
económico.
121
El Citilab tiene su historia. Hace años que empezamos a investigar sobre
que nuevas estructuras podían permitir a los ciudadanos apoderarse de las
TIC. En 1995 organizamos BCNet, la red ciudadana de Barcelona. Poco
después conocimos a Vicens Badenes y juntos impulsamos CornellaNet,
embrión del Citilab. En 1998 participamos en el primer congreso de
periodistas digitales organizados por Luis A. Fernandez Hermana. Más
tarde un grupo de arquitectos con V. Guallart a la cabeza nos invito a un
proyecto denominado MediaHouse para crear una casa digital del futuro
con el MIT. Finalmente en Noviembre del 2000 organizamos juntos el
primer congreso mundial de redes ciudadanas, que reunía muchas de estas
expresiones de efervescencia ciudadana digital. Algunos de los viejos
amigos están hoy aquí, Susana Finquelievich y Ester Schiavo de
Argentina, Alain Ambrosi de Canada. Gracias por venir.
Pero vimos también con decepción. que la conectividad universal y la
alfabetización en Windows por si sola no era suficiente. Veíamos necesario
abrir esas redes ciudadanas a la creación de conocimiento. Y empezamos a
hablar de citilabs al finalizar dicho Congreso. Con Vicenç Badenes,
Ramon Sanguesa, Vicent Guallart y Hector Milla empezamos a redactar
los primeros power points.
“Democratizing Innovation.”
El tiempo parece que ya esta maduro para esta idea. Ahora son las propias
empresas como Nokia, Lego, IBM, las que empiezan a reconocer que han
de abrir sus laboratorios a sus propios clientes y usuarios para aceptar sus
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propias ideas y sugerencias. Se esta produciendo un cambio gradual pero
parece que inexorable en las propias tecnologías de organización de la
innovación y el conocimiento. Y esto son los living labs, los citilabs y este
tipo de nuevas formas de crear, organizar y difundir la I+D+i.
Les recomiendo el libro Democratizing innovation del profesor von Hippel
del MIT. En el pueden apreciar como desde la propia comunidad Linux, al
Wikipedia, a las comunidades blogueras, las de social media, etc. la nueva
Internet está siendo impulsada por ese nuevo afán no solo de estar
conectado sino de participar en la aportación de contenidos e ideas en red.
Y España parece, por la extensión de las redes sociales, un país bien
posicionado en esta nueva internet.
La etapa de la Internet como un sitio para navegar ya pasó. La actual
Internet ya es la de las redes sociales. Esta misma semana se ha anunciado
que Facebook superaba a Google como sitio mas visitado en Internet.
Pero más allá del fenómeno de las redes sociales, Internet se esta
convirtiendo de nuevo en un laboratorio de experimentación ciudadana.
Fue Esteve Almirall quien en el 2006 nos descubrió este movimiento de
Living Labs. Gracias a el nos pusimos en contacto con Olavi Luotonen,
Roberto Santoro, y otros lideres del proyecto Corelabs que estaban
evolucionando hacia entornos de innovación basados en los usuarios. Más
tarde ellos os explicaran mejor que son los living labs y como los centros
de conocimiento podríamos colaborar con ellos.
141
Lo importante es que lo que no fue posible en el 2000, conectar la
innovación con las redes ciudadanas ahora lo es.
Ahora con los living labs , con los centros de conocimiento se puede
investigar qué nuevos tipos de modelos de comunicación son viables para
facilitar que personas a las que nunca se les ofreció la posibilidad de
innovar, de imaginar y construir mundos posibles ahora empiecen a
hacerlo, qué instituciones son factibles para realizar dicha apertura, sean
instituciones ya existentes como universidades, escuelas, empresas o
ayuntamientos o nuevas como los mismos centros de conocimiento, cómo
se pueden organizan dichas instituciones para devenir un living lab o un
citilab, qué profesionales son precisos para dirigir y potenciar dichas
instituciones, qué modelo de negocio las sostiene. En suma, una nueva
generación de tecnologías sociales.
De la misma manera que el ingeniero industrial inventó el management en
los años de la depresión económica , cuando pasó de inventar artefactos
mecánicos a administrar personas, ahora los ingenieros TIC y otros
muchos profesionales estamos empeñados en que hace falta un nuevo tipo
de “ingeniería o diseño social” para sacar provecho de todo el potencial de
las TIC. Hace años denominamos a dichas tecnologías TIC, tecnologías de
la Sociedad de la Información.
La diferencia con el antiguo management y sus escuelas de negocio, es que
ahora las nuevas tecnologías no afectan solo a la empresa o al mundo
151
económico, sino al conjunto social en su integridad incluyendo el propio
sistema de producción y distribución del conocimiento, también llamado
sistema de I+D+i.
De hecho afirmar que el diseño, la innovación puede ser una cultura
compartida, que los sistemas de I+D+i se pueden abrir al conjunto de la
ciudadanía es tan solo una hipótesis de trabajo. Tal vez fracase y no sea
posible. La forma de validarla es construyendo dichas estructuras.
La realidad en términos estadísticos es todavía muy diferente. La gente no
es naturalmente innovadora. O no lo somos. O no lo somos
mayoritariamente. Si estais en Facebook, lo podeis comprobar. Los
ciudadanos, todos nosotros, no hemos sido entrenados para innovar sino
para trabajar, para hacer la guerra o para amar. La dura faena se aprende
como un oficio, apasionante para algunos, pero oficio. Como decía Tomas
Alba Edison, 1% inspiración, 99% transpiración.
Las TIC no operan el milagro de la innovación por si solas. Lo vemos cada
día en Citilab. La gente quiere aprender y también enseñar informática
como aprende o enseña matemáticas o inglés, con clases, profesores,
alumnos, notas, según el modelo milenario antes comentado. Lo más
costoso ahora es cambiar no la materia sino el modelo educativo, el
sistema educativo. Y eso es una tecnología tanto o más complicada que la
tecnología del propio ordenador.
Sean Citilabs, living labs o centros de conocimiento, estas nuevas
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comunidades son expresiones de lo que denominamos una innovación
social digital. No son simplemente TIC, son instituciones sociales
digitales. Encarnan tecnologías sociales y organizacionales nuevas.
5. Algunas lecciones prácticas de dos años de Citilab.
Después de dos años de rodaje permítanme explicarles algunas cosas que
funcionan y otras que no en este artefacto que le llamamos Citilab. Citilab
es un experimento y los experimentos fallan la mayor parte de las veces. Y
con estos acabare la charla.
1. La sorpresa.
La innovación es una sorpresa. Nadie sabe que es un Citilab. Ni nosotros
mismos. Es un artefacto social digital en construcción.
El nombre no es la cosa, pero ayuda. Si Vds se llaman universidad,
empresa o ayuntamiento, lo tienen más difícil. Pero si se llama centro de
conocimiento, citilab o living labs todo es más fácil.
2. La colaboración.
Citilab es una organización que no es pública ni privada y es las dos cosas
a la vez. Es una fundación. Las instituciones que participan no son ninguna
lo bastante fuerte para prescindir del resto ni lo bastante débiles como
para no querer estar. Equilibrio de poderes. Ni el sector público puede
hacer todo lo que promete, ha de contar con las empresas y el ciudadano,
171
ni el sector privado es tan dinámico y emprendedor como pretende. La
modestia ayuda mucho a sentar un clima de colaboración. Las estructuras
PPP, parternariados publico-privados, son el futuro y más aún si
incorporan a la gente. PPPP.
3. El realismo.
Estamos en crisis económica y la innovación ha de ser útil a la sociedad
que nos apoya. Empecemos por innovar en los puestos de trabajo y en las
profesiones. Los centros de conocimiento pueden ser los viveros de nuevos
profesionales digitales, híbridos, centauros mitad informático mitad
trabajador social, mitad social media mitad músico, etc. Luis A. Fernandez
Hermana lidera el laboratorio de redes sociales. Existen nuevas
profesiones en marcha como los “community managers”, los gestores de
estas redes sociales. Los trabajos no se buscan, se inventan.
Es posible incluso innovar acerca del propio lugar de trabajo. Jose Antonio
Galaso en el Citilab esta liderando el proyecto Break Out que trata de
demostrar a las empresas que se puede innovar y trabajar fuera de la
oficina, en un parque, junto con la gente, en un centro comercial. Que el
futuro son empresas abiertas.
4. El monopolio de la investigación y la innovación esta acabando.
No existe un solo modelo de I+D+i, el lineal, el que empieza por la
181
investigación, pasa por la innovación y acaba en el producto o servicio
para el mercado. También existe el inverso, el que empieza por el
requerimiento imposible de un ciudadano senior, sigue por un proyecto de
innovación para los cuidadores de los enfermos de alzheimer y acaba en
una nueva línea de investigación sobre enfermos crónicos y living labs .
Las Universidades, o al menos algunos de sus profesores e investigadores
están dispuestos a colaborar. Aprovéchenlo.
5. Las Pequeñas y Medianas Ciudades tienen futuro.
Citilab nace en una ciudad de 80,000 habitantes. Es sabido que la
innovación tecnológica nace muchas veces en las PIMES de base
tecnológica. Pues bien, la innovación social nace también en las Pequeñas
y Medianas Ciudades de base tecnológica. Los centros de conocimiento
tienen un campo inmenso de expansión en este sentido.
La mayor parte de las ciudades españolas son PIMCS. Ellas no pueden
permitirse el lujo de tener una gran o pequeña universidad y si la tienen
esta lejos, en el centro. Pero tienen esas urgentes necesidades de
innovación. Los centros de conocimiento pueden ser esa respuesta.
6. La cultura digital, una industria que interesa a los jóvenes.
Citilab ha empezado un Musiclab. Intentamos conectar con el interés
muy generalizado entre la generación joven por todo lo que se relaciona
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con las artes. A su vez participamos en la Anella Cultural, una red
digital avanzada que conecta a centros culturales de Barcelona con
instituciones culturales en las ciudades comarcales. Funciona.
Acabamos de iniciar la Anilla Cultural con centros de cultura líderes en
Sao Paulo, Medellin, Santiago,… Su interés es enorme. Los jóvenes
creadores quieren participar. Las redes académicas y las universidades
también. Las ciudades conectan por primera vez dos ámbitos antes
totalmente separados: la comunidad cultural y la comunidad digital.
Una vez curados de la parálisis de los llamados “derechos de autor” y la
llamada “piratería”, vemos que todos podemos salir ganando.
Por otra parte, es posible renovar instituciones clásicas del mundo
cultural, como museos, fundaciones de arte contemporáneo, museos de
la ciencia implicando a los ciudadanos en la divulgación científica o
cultural como el proyecto Expolab de Irene Lapuente y Ramón
Sanguesa esta demostrando en colaboración con el Tech Museum de
San José- California.
7. La labor de dirección puede ser muy difícil.
Reconozcámoslo. La comunidad digital es de base anárquica. Cada
innovador pretende que el mundo nace y muere con él y que su innovación
es única e inigualable. ¿Puede ser de otra forma? Citilab empezó como una
sinfonía de desconocidos todos tocando cada uno su flauta en su despacho
y sin partitura. Llegar al concepto y operatividad de una dirección
colegiada, que gestiona acuerdos, que apunta direcciones y que coordina
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esfuerzos ha sido un proceso difícil, pero vamos avanzando. No vemos
otra vía. El antiguo ordeno y mando ya no funciona.
8. El modelo de negocio no es ni publico ni privado sino todo lo
contrario.
Los centros de conocimiento que no tengan modelo PPP de financiación lo
pueden pasar mal. No se puede confiar dicha financiación exclusivamente
al sector público, aunque inicialmente es necesaria. Aconsejamos los tres
tercios, un tercio publico, un tercio privado, un tercio proyectos
competitivos, locales, nacionales o europeos. Funciona en i2cat, y
esperemos que lo haga también en Citilab.
9. Innovación y educación se han de reforzar mutuamente.
Una vez puesto en marcha un centro de conocimiento, con multitud de
proyectos de innovación, si no tiene modelo educativo, no se puede
reproducir. La innovación abierta, necesita un modelo de formación del
nuevo tipo de responsables y profesionales de dicho campo. Empezamos a
saber que los proyectos de innovación abierta y living labs funcionan pero
¿cómo se reproducen?, ¿cómo se extienden? El modelo educativo puede
ayudar a su vez a reforzar el modelo de negocio. Pero este modelo
educativo ha de ser a la vez innovador. No lo tenemos todavía. Esta por
diseñar. Pero en ello estamos ahora en Citilab. Sin el, no hay reproducción
del experimento.
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En resumen, y agradeciendo su enorme paciencia, concluimos con los
siguientes puntos:
1. Los centros de conocimiento pueden ser escuelas de innovación en esta
nueva fase de la era digital. Las políticas públicas han de seguir la
evolución del mundo digital. Ya no basta con estar conectado o no, o con
trabajar en red, ahora se puede empezar a innovar en red, a diseñar en red.
La sociedad-red ha de ceder paso a la sociedad- living lab, un living lab
abierto al conjunto del cuerpo social.
2. Las ciudades y los ciudadanos pueden ser un actor clave en esta nueva
fase. Pero no reduzcamos de nuevo ciudad con el gobierno de la misma.
Las ciudades como laboratorios vivos lo podrán ser solo si se abren, si
establecen acuerdos PPP con el conjunto de actores ciudadanos. Si ponen
al ciudadano en el centro de las iniciativas y proyectos.
3. Finalmente, y aprovechando que presidimos la Unión Europea hasta
junio, no tengamos miedo por el futuro de Europa. Vienen tiempos de
grandes cambios y a veces es mejor estar en la periferia que en el centro,
en la disposición de innovar que en la de conservar, en la de poder cometer
errores que en la de tener que acertar siempre.
Muchas gracias.
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