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Siglo XXI: Crisis de una civilización ¿Fin de la historia o comienzo de nueva historia?

Siglo XXI Crisis de Una Civilizacion Fin de Una Historia o Comienzo de Una Nueva Historia

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Siglo XXI:Crisis de una civilizacinFin de la historia o comienzo de nueva historia?

Para los indignados:

Aquellos millones y millones de jvenes, hombres y mujeres, activistas polticos de izquierda, pero sobre todo desempleados y excluidos sociales, que se resienten a vivir bajo condiciones de opresin cada vez ms indignantes; que hoy luchan contra la elite financiera hegemnica con sus polticas especulativas, de guerra y represin, en las calles de miles de ciudades en ms de un centenar de pases en todo el mundo y que reivindican simplemente una sociedad justa e incluyente con la vida digna para todos los seres vivos en la tierra incluyendo a la madre naturaleza.

Presentacin:

En la ltima dcada, ms que en otras anteriores del presente siglo, la nocin ineludible de que atravesamos una poca de crisis, exacerba nuestra preocupacin por el futuro de la humanidad. Las protestas sociales surgidas en varios pases alrededor del mundo, dan cuenta de las reacciones ms inmediatas frente a las condiciones de inestabilidad social. Sin embargo, la memoria puede quedrsenos corta al momento de vincular los sucesos de los ltimos tiempos, con el sistemtico montaje que la humanidad ha realizado para encontrarnos en las condiciones de crisis actuales.

Y cuando hablamos de crisis, no debemos circunscribirnos nicamente a una dimensin econmica. Esa es una de las tantas dimensiones de la crisis por la que atraviesa la humanidad. El derroche en el consumo y el exceso de explotacin de recursos nos ha llevado tambin a un estado de crisis que pone en riesgo la supervivencia misma de la humanidad. Esta situacin lo perciben, con mayor intensidad, las poblaciones ms empobrecidas.

Los planteamientos aqu realizados por los destacados autores, nos estimulan a repensar una vez ms los modelos de desarrollo contemporneo y a comprometernos a impulsar estrategias que nos liberen de una condena al colapso de la sociedad y del planeta.

Para el IAEN, como Universidad De Postgrados Del Estado; constituye un importante logro, apoyar esta publicacin, en el afn de realizar un llamado de atencin sobre las decisiones pasadas que incidieron en las crisis actuales; de esta manera nos proponemos contribuir, desde un anlisis acadmico y prospectivo, al replanteamiento de las polticas pblicas de los nuevos Estados latinoamericanos, las mismas que debern proyectarse a consolidar posibilidades de cambio en los patrones que desencadenaron las condiciones de crisis actuales; as como las posibilidades de adaptacin y aprovechamiento de las oportunidades surgidas.

Carlos Arcos CabreraRector del Instituto de Altos Estudios Nacionales

Agradecimiento:

Agradecemos a todos los indignados, por haber sabido despertar la solidaridad internacional para que ejerzamos como verdaderos ciudadanos; por haber sabido encender la mecha de fuego para luchar por una vida digna; por haber sabido agitar el interior de los mayores incluyendo nosotros; agradecimiento, porque sabrn canalizar la mecha que han sabido encender para lograr el bien comn; porque tras la luz de la mecha que han sabido encender ven lo que tiene urgencia al cambio, cambio que han hecho aclamar en voz unnime: tica ya!.

Inspirada en, carta de Mila para los indignados, publicada por Francisco Ortiz, 20 de mayo del 2011

Prlogo:

La actual crisis internacional tiene mltiples interpretaciones. Para ciertos analistas, se trata de una crisis financiera ocasionada por la burbuja inmobiliaria que provoc, el 2007 y 2008, el estallido de los crditos hipotecarios de alto riesgo, especialmente en Estados Unidos y Espaa. El aumento desmedido en el volumen de crditos hipotecarios de alto riesgo y la venta de activos txicos que las entidades financieras norteamericanas realizaron a los bancos europeos habran sido las correas de transmisin para que la crisis financiera se propagara rpidamente al sistema financiero de los pases del norte. Todo lo anterior fue posible gracias a la falta de regulacin del sistema financiero internacional.

Y es que, como parte de su incesante innovacin empresarial y con el fin de obtener ms ganancias la banca internacional ha venido creando nuevos productos y tcnicas financieras, como la titularizacin de ingresos futuros esperados, de crditos comerciales o hipotecarios, de alquileres de activos fijos, etc. Estas nuevas tcnicas e instrumentos financieros no estuvieron registrados en el sistema de supervisin internacional, no pocos economistas plantean la necesidad de establecer estrictas medidas de control y regulacin a la banca internacional, a fin de controlar sus excesos y evitar que sus intereses corporativos se impongan por encima del inters de la sociedad global.

En el sistema financiero internacional est en crisis. El primer estallido de este siglo se produje en Estados Unidos, con la gran crisis de la deuda y de los bienes inmobiliarios; en esta ocasin, la situacin fue doblegada gracias a que la Casa Blanca destin 789 mil millones de dlares para atender la debacle financiera de septiembre de 2008. La segunda asonada se produjo cuando en 2010 la Unin Europea aprob 750 mil millones de euros (975 mil millones de dlares), con el fin de defender a los bancos que podran ser afectados por la crisis griega. Para controlar la tercera ola de la crisis, en octubre de 2011, los jefes de Estado y de Gobierno de los 17 pases de la eurozona, decidieron la condonacin del 50% de la deuda griega, la recapitalizacin de la banca europea y aumentar el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera a un milln de millones de euros. La pregunta ahora es si estas medidas sern suficientes para doblegar la crisis de la deuda europea.

Sin duda, una nueva arquitectura financiera internacional permitira establecer los mecanismos regulatorios indispensables para controlar los desequilibrios de la economa mundial. Sin embargo, aunque se requiere una urgente reforma del sistema financiero internacional, este simple hecho no ser suficiente para doblegar la actual crisis internacional.

De all que, segn otros analistas, la Crisis no slo tiene un carcter financiero, se trata de una crisis sistemtica que tambin ha contaminado los distintos poros de la economa mundial. Y es que la crisis financiera surgida en Estados Unidos con la burbuja inmobiliaria ha colocado al borde del abismo a la economa norteamericana, desencadenando efectos nocivos en el sistema productivo, afectando el empleo e induciendo la quiebra de varias empresas emblemticas de la industria estadounidense, como General Motors (con una deuda de 27 mil millones de dlares) y Chrysler.

En la reunin anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, acaecida en septiembre de 2011, el Director de la Organizacin Internacional del Trabajo (OIT) afirm que la crisis llev el desempleo a un nivel histrico de 200 millones de personas en el mundo. En Estados Unidos, la tasa de desempleo supera el 9% y, en Espaa, llega al 21,5% de la poblacin activa. As, la crisis financiera de Estados Unidos y Europa amenaza con una inminente recesin de la economa mundo y con la insolvencia financiera de los Estados, en Europa y el Norte de Amrica.

En agosto de 2011, Estados Unidos de Amrica perdi la categora de pas ms solvente del mundo. Por primera vez en la historia, los bonos avalados por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos de Amrica fueron degradados, lo que significa un revs sin precedentes para la mayor economa del mundo.

Los mercados burstiles mundiales se desplomaron a consecuencia de la rebaja de la calificacin crediticia de Estados Unidos hecha por la agencia Standard & Poors (S&P). A pesar de que el presidente Barack Obama intent calmar los mercados y defender la economa estadounidense, las acciones en Estados Unidos cerraron con prdidas profundas. Wall Street sufri su mayor cada en casi tres aos porque los inversionistas masivamente huyeron hacia la compra del oro, cuyo precio se encuentra cerca de los 1800 dlares la onza.

Las proyecciones econmicas actualizadas del FMI no contemplan una recesin global, aunque sus autoridades reconocen que los riesgos han crecido. Christine Lagarde, Directora Gerente del Fondo Monetario Internacional, en su discurso del 15 de septiembre de 2011, sobre los Desafos econmicos globales y soluciones globales, reconoci que despus de tres aos del colapso de Lehman Brothers, el panorama econmico se ve gris y turbulento, puesto que el crecimiento mundial se est desacelerando, las tensiones financieras estn intensificndose, la crisis en la zona del euro se ha agudizado y los pases avanzados en particular se enfrentan a una recuperacin anmica y accidentada, con niveles inaceptablemente altos de desempleo.1 Mientras muchas economas avanzadas se enfrentan a vientos fros en contra, Christine Lagarde advirti que los mercados emergentes soportan una ola de calor excesivo: presiones inflacionarias, fuerte crecimiento del crdito, aumentos de los dficits en cuenta corriente. Por su parte, los pases de bajo ingreso siguen siendo muy vulnerables a los trastornos econmicos en el resto del mundo, como la volatilidad de los precios de las materias primas y sus elevados costos sociales.

1. Lagarde, Christine, Desafos econmicos globales y soluciones globales, discurso en el Centro Woodrow Wilson. Washington DC. http://www.imf.org/external/spanish/np/ speeches/2011/091511s.htmA tres aos de la recesin desatada en 2008, tras haber recortado las tasas de inters a cerca de cero y luego de haber inyectado masivas cantidades de dinero a la economa para apuntalar su crecimiento, el Banco Central de Estados Unidos no tiene espacio de maniobra, ms an cuando es difcil incrementar el gasto del gobierno, debido al enorme dficit fiscal.

Mientras Europa est sumergida en una crisis de deuda que frena el crecimiento en ese continente, diversos analistas no descartan la probabilidad de una nueva recesin en la economa mundial. En Estados Unidos de Amrica, a julio de 2011, el Producto Interno Bruto (PIB) se expandi a un ritmo anual de uno por ciento, luego que los inventarios de las empresas y las exportaciones fueron ms dbiles de lo previsto.

La crisis mundial ha convocado a miles y miles de personas a protestar contra el actual orden global. Si bien la primavera rabe surgi por la demanda de la democratizacin de sus pases, no es menos cierto que las revueltas sociales se desencadenaron luego de que el joven Mohamed Bou'aziz se prendi fuego en Tnez, al seguir desempleado luego de cinco aos de estudios universitarios.

Los indignados en Espaa protestan contra el desempleo y el poder financiero; y el movimiento Ocupa Wall Street protesta contra el poder financiero, el desempleo, y la discriminacin laboral, por la edad, el color de la piel, la identidad de gnero y la orientacin sexual.

Las protestas sociales han venido creciendo durante este ao: el pasado 15 de octubre tuvo lugar la primera convocatoria de movilizacin social global, donde personas de 951 ciudades, en 82 pases, hicieron suya la protesta contra la crisis, el desempleo y el poder financiero. Sin embargo, estas protestas no cuentan an con un programa anti-crisis que permita configurar una alternativa sistmica a la crisis actual.

A primera vista, la actual crisis financiera no es la primera, ni ser la ltima, del actual sistema mundo; sin embargo, si analizamos los vnculos estructurales existentes entre la crisis econmico-financiera internacional y la crisis energtica y ecolgica global, no hay duda que la humanidad atraviesa por una crisis de civilizacin, y que las alternativas para la humanidad aun no se vislumbran en el horizonte inmediato. La crisis, entonces, refleja tambin una crisis de pensamiento.

El libro, Siglo XXI: crisis de una civilizacin, fin de la historia o el comienzo de una nueva historia?, escrito por Wim Dierckxsens, Antonio Jarqun y Paulo Campanario, todos ellos integrantes del Observatorio Internacional de la Crisis, analizan exhaustivamente los aspectos econmicos y financieros de esta nueva fase de la crisis global; pero, adems, plantea el desafo de abordar el estudio de la crisis desde un enfoque mucho ms profundo, elaborando nuevos paradigmas de interpretacin de la realidad, los mismos que nos permiten comprender que, en la actualidad, la humanidad se debate frente a una profunda Crisis de Civilizacin.

Luego de estudiar las perspectivas de la crisis mundial, el lector encontrar los retos y amenazas de la humanidad ante un cambio civilizatorio, y, el lugar y rol estratgicos de Amrica Latina y el Caribe en este proceso.

Jorge Orbe LenDecano de la Escuela de Relaciones Internacionales Jos Peraltainstituto de altos estudios nacionales

IntroduccinLa complejidad de la crisis actual

Con el presente trabajo, deseamos analizar distintos aspectos de la crisis y la depresin mundial del siglo XXI, desde una perspectiva transdisciplinaria, y cmo percibimos tales problemas al iniciarse la segunda dcada del mismo siglo. Profundizaremos en la crisis en sus diferentes aspectos, es decir, tanto desde la perspectiva econmica financiera cunto tomando en cuenta las crisis geopoltica, militar, energtica, alimentaria, ecolgica, tica y social. Son mltiples las crisis simultneas que hoy enfrenta la humanidad. Su complejidad no permite una adecuada comprensin con un abordaje desde una nica disciplina del conocimiento ni, de hecho, con un enfoque interdisciplinario. Es preciso romper las fronteras creadas artificialmente entre las diversas disciplinas. Pensamos que se requiere un abordaje transdisciplinario y dialctico que permita entender la interconexin, magnitud y complejidad del problema. Buscamos respuestas que no se limiten a la crisis en su dimensin econmica, sino respuestas ms integrales y emancipadoras desde la ptica de los pueblos oprimidos en el Sur.

En nuestra opinin, a partir de marzo de 2009, contrario a lo que los grandes medios suelen sostener, el mundo no se recuper de la llamada crisis crediticia. A escasas alturas del ao 2010 se vislumbr que la crisis ms bien se estaba agudizando, proceso que tomar aos y tal vez toda esta dcada que iniciamos. Como es natural, dada la complejidad de los temas y principalmente por su mirada hacia el futuro, no siempre es posible conseguir unanimidad de criterios en equipo y habr matices distintos y opiniones variadas, dado, sobre todo, lo impredecible de las diversas situaciones futuras. No nos limitaremos a analizar el pasado reciente y el estado actual de la crisis; procuraremos adems sealar posibles tendencias futuras difcilmente predecibles. Queremos indicar algunos peligros de la crisis ms all de lo econmico, pero, a la vez, las oportunidades que pueda brindar la crisis para los pueblos oprimidos en general y los del Sur en particular. Hemos optado por un anlisis ms prospectivo, para la toma de accin ante los escenarios posibles.

Los miembros del Observatorio Internacional de la Crisis, lo mismo que otros estudiosos cercanos, alertamos por aos, en numerosos escritos, libros y foros, acerca de lo que se ha venido gestando en el mundo actual: una gran crisis mundial econmica, social, poltica, militar, energtica, alimentaria, ecolgica y hasta tica, sin precedentes, producto de la conjugacin de mltiples contradicciones durante dcadas. Si bien nos encontramos en un perodo bien crtico, contradictoriamente, es de igual modo una era de oportunidades para construir un nuevo camino que permita asegurar la paz, la democracia, la libertad, la justicia, la dignidad humana, la equidad en el progreso, la seguridad comn y la vivencia de los seres humanos en armona con el planeta Tierra. Son objetivos y valores que no deben estar sujetos a manipulacin, renuncia o negociacin, y que deben ser defendidos por encima de partidos polticos, lazas, ideologas y religiones, hasta alcanzar un equilibrio razonable entre los seres humanos entre s y entre estos y la naturaleza.Desde el surgimiento del capitalismo, ha habido crisis cclicas o peridicas, de menor o mayor intensidad, extensin o duracin. Esta vez, sin embargo, se trata de una crisis nueva, con caractersticas distintas, es una crisis ms extensa, profunda, multidimensional y con alcance global. Nos referimos, ms que a otra crisis cclica del capitalismo, a unagran crisis estructural en el marco de una crisis de la civilizacin, con el potencial para redisear eventualmente la geografa socioeconmica y la historia planetaria. Se trata del encadenamiento de mltiples crisis, comenzando con la financiera y econmica, con la que convergen muchas otras. Todas estas crisis juntas operan hoy a la vez en un escenario donde concurren otras, tan o ms graves an que la crisis econmica misma. Entre ellas, la ecolgica, acentuada por el muy probable calentamiento global; la energtica y la de los recursos naturales; la agrcola y alimentaria, que amenaza a los pueblos ms marginados de est planeta; la tica e ideolgica, pues las ideas, la racionalidad y los principios morales derivados de la misma racionalidad econmica, que siempre dieron sostn al injusto modelo de civilizacin actual, tambin entran en crisis.

La crisis econmico financiera -como en adelante veremos- afecta la economa real en todos los pases y es, por ende, global. Se expres, entre muchas otras cosas, en el incremento descontrolado del endeudamiento privado y pblico, la volatilidad de las monedas ya no solo en los pases perifricos como sucedi en dcadas pasadas, sino en el epicentro de la actual crisis, el corazn del imperio: los Estados Unidos. Si se expres primero como una crisis crediticia e hipotecaria de la banca, rescatada con enormes deudas asumidas por los Estados, ahora est presente la amenaza de una bancarrota de los propios gobiernos en los pases centrales. El incremento de la deuda pblica no sirvi para reanimar la economa. La inversin productiva en los EE. UU., por ejemplo, disminuy un 24% desde fines de 2007, lo que ha causado mayor desempleo y afectado los ingresos. Las deudas sin capacidad de pago y la cada de los ingresos conllevan una contraccin generalizada en la demanda. La crisis en la economa real, en otras palabras, se ha hecho evidente.

Los medios dominantes comunicaron, a partir de marzo de 2009, que se haba logrado superar la crisis bancaria que se anunci desde mediados de 2007. Para ello, hubo necesidad de una inyeccin billonaria para salvar a los bancos principales. Tales bancos eran demasiado grandes para dejarlos caer, fue el argumento. Lo que en realidad queran decir es que la lite bancaria tena demasiado poder poltico como para dejarla caer. Lo cierto es que los Estados trataron de evitar el colapso de los bancos ms grandes, que fueron precisamente los mayores responsables de esta crisis. En este rescate, los bancos centrales ocuparon el primer lugar, con la Reserva Federal de los EE. UU., epicentro de la actual crisis, a la cabeza. Ya en los meses de septiembre y octubre de 2008, estas operaciones de rescate llegaron a millones de millones de dlares (trillones) y continuaron en 2009.

Pero los bancos y sus comportamientos irresponsables y fraudulentos han sido ms bien responsables de la crisis en la economa real. En efecto, en vez de ayudar a recuperarla, volvieron a la economa de casino, con lo que provocaron todava ms dao en casi todos los espacios econmicos mundiales. Las intervenciones de salvamento de la gran banca, en otras palabras, en vez de brindar una solucin para la economa real, estimularon que se continuara con ms de lo mismo: la acumulacin de capital ficticio a costa de capital real. Con ello aument la volatilidad en el sistema econmico mundial, y de ah el creciente acentuamiento actual de la incertidumbre econmica, social y poltica. Porque, en lugar de vislumbrarse una salida a la crisis, la perspectiva futura se ha oscurecido todava ms. De esta forma, la supuesta recuperacin pregonada por los medios dominantes hacia finales de 2009, e incluso en las prime- ' ras semanas de enero de 2010, se esfum ya al final de ese mes, cuando se vislumbr una profundizacin de las causas de fondo de la crisis.

La crisis alimentaria y de acceso a las principales necesidades bsicas afecta hoy a la mitad de la humanidad, al tiempo que una minora siempre ms pequea, ubicada en los pases ricos -aunque tambin en las capas ms acomodadas de los pases perifricos-, muestra un consumo caracterizado por el derroche y los excesos. Ante la escasez relativa de las fuentes energticas, ha comenzado una competencia entre agro-combustibles y alimentos, que a su vez lleva a una batalla por el uso de la tierra. Lo anterior limita y encarece la produccin de alimentos. La Organizacin de las Naciones Unidas para la Alimentacin y la Agricultura (PAO) anunci, en 2009, la existencia de al menos 1.020 millones de personas viviendo con hambre, 53 millones de las cuales viven en Amrica Latina y el Caribe. En una economa caracterizada por el derroche y los excesos en el mbito del consumo, pero asimismo por la forma de produccin, el recurso del agua se torna ms escaso. Por eso no es ya nicamente un recurso que escasea; es adems un recurso estratgico y motivo de conflictos internacionales. Miles de millones de seres humanos viven en situacin de pobreza, a menudo con hambre y falta de agua, de modo particular en el llamado Tercer Mundo, panorama que tiende a empeorar con la crisis.

Una de las caractersticas que ms diferencian esta depresin de las anteriores es la crisis energtica y climtica. El agotamiento de las reservas energticas fsiles y no renovables, de minerales y materias primas, es un hecho jams antes percibido. Desde el ao 2010, ha sido anunciado el llamado Peak Oil. Se ha alcanzado, en otras palabras, el punto mximo de la oferta petrolera sin llegar a satisfacer la demanda que crece sin cesar. Por consiguiente, en adelante, la oferta de este recurso energtico tender a disminuir, aunque la demanda contine aumentando. El incremento sistemtico de su precio ser la consecuencia lgica. Con ello, probablemente se acentuar la lucha entre las grandes potencias por controlar y acaparar las reservas energticas fsiles, muchas de ellas ubicadas en los pases perifricos en general y as tambin en Amrica Latina y el Caribe. Mientras, otras tecnologas y recursos energticos renovables estn lejos de poder sustituir al petrleo. Pero no solo nos encontramos en el Pico del Petrleo; igual ocurre con algunos minerales que tambin llegaron a su pico mximo de extraccin. Esta tendencia se enfatizar en las prximas dcadas. Luego, el propio paradigma del crecimiento sostenible, base fundamental de la acumulacin perpetua del capital, ha entrado en una crisis sin salida. Nos hallamos, entonces, ante una crisis del propio sistema capitalista.

Otra cara de la crisis del siglo XXI es la gran inequidad en el uso de los recursos naturales. Su uso actual no alcanza siquiera para atender el estilo occidental de vida de menos del 20% de la poblacin mundial, concentrada en el Norte. Esta minora consume ms del 80% de todos los recursos naturales del planeta. El impacto ecolgico de esta minora contribuye de manera directa a la crisis climtica. Por tanto, no son los pobres de la tierra y su llamada poblacin galopante quienes amenazan el planeta. Los pueblos perifricos tienen el legtimo derecho de reivindicar la apropiacin de sus propios recursos para garantizar su sobrevivencia; sin embargo, las lites de los pases centrales perciben tal reivindicacin como una amenaza. As pues, si hipotticamente la humanidad llegase a la barbarie y se exterminara a los pueblos pobres sobre la faz de la tierra -como intent Hitler con el pueblo judo-, ello no resolvera la crisis ecolgica, por cuanto no son estos pueblos los que acaban con los recursos, sino que ms bien suelen ser sus proveedores netos.

La crisis ecolgica, el calentamiento global y el dao progresivo a los ecosistemas son consecuencia de la sobreexplotacin de los recursos naturales y de su uso irracional. Y si bien todas las regiones del mundo sufren las consecuencias, estas afectan con mayor intensidad a las zonas ms deprimidas y a los sectores ms empobrecidos. Las sequas, los huracanes y las temperaturas extremas en extensas regiones del planeta, cada vez ms comunes en la primera dcada del presente siglo, son un anuncio de lo que seguir en los prximos aos y dcadas. En algo ms de dos siglos de revolucin industrial, el sistema capitalista ha destruido mucho de lo que la naturaleza tard millones de aos en construir. Esta destruccin, que se dio primero en el centro, se expandi a los pases perifricos dotados con las mayores reservas de recursos naturales ferozmente disputadas por las lites de poder en los pases dominantes. Llama la atencin que la racionalizacin en el uso de los recursos naturales en general y los energticos en particular se da sobre todo en el mbito del consumo y no en el de la produccin. Llama la atencin asimismo que las bases militares, los conflictos y las guerras tiendan a ampliarse en distintas zonas perifricas del planeta, precisamente ah donde se ubican los recursos naturales estratgicos.

Una crisis muy peculiar de este rgimen de produccin la constituye la crisis del capital ficticio. El capital ficticio no es el capital mismo sino su representacin o forma derivada de l, bajo la forma de acciones, ttulos de deuda pblica y privada. En los ltimos decenios, este desarrollo se complet con segundas y terceras formas de derivados, sobre todo, mediante el sistema de aseguramiento. Tal desarrollo permite intercambiar entre s todas las formas de capital ficticio. Dicho capital, por ende, posibilita que el capital se pueda transar con mayor facilidad; con ello, aumenta la rapidez de su circulacin, uno de los factores principales del incremento de las ganancias ficticias. De acuerdo con Jorge Altamira, el desarrollo del capital ficticio es la forma ltima del capital, cuando este ha perdido su forma concreta con el trabajo y cuando el capitalista se ha transformado en un parsito absoluto, que prospera por medio de la pura transaccin de papeles (Altamira 2010).

Este capital ficticio produjo la ilusin de que el capital se haba despojado de todas las trabas para su desarrollo, vale decir que poda recrearse a s mismo y crear los mercados para esa reproduccin con independencia de la clase trabajadora, o sea con independencia de la creacin de plusvalor, burlndose de esta nica va de creacin de riqueza en el capitalismo. Una manifestacin de este capital ficticio fue el desarrollo del crdito hipotecario y del consumo para compensar la tendencia a la cada de los ingresos personales de los usuarios. La expresin ms abstracta de este desarrollo es la circulacin de un dinero que no posee valor propio, y que da la impresin de ser una creacin cientfica, esto es caprichosa, de las autoridades de los bancos centrales.

La caracterizacin de la crisis queda ms clara cuando se observa que el sistema financiero (bancos, fondos, compaas de seguros) tiene un apalancamiento (proporcin entre capital y fondos propios, por un lado, respecto a inversiones y crditos, por el otro) de uno a treinta y hasta sesenta. Esto significa que los bancos compraron bonos con un mltiplo enorme de dinero ajeno, es decir, sin respaldo. Con el salvamento de los bancos, se repite el mecanismo que deton la bancarrota de que hablamos con los crditos hipotecarios y las obligaciones de corporaciones, pero en esta oportunidad con un papel sin precedentes del Estado. Este reemplaz a los deudores hipotecarios y corporativos de un ao atrs, y tambin a los proveedores de fondos de los bancos mediante la emisin monetaria de sus bancos centrales.

Los bancos centrales inyectaron sumas varias veces billonarias (millones de millones de dlares) por diversas vas, con vistas a evitar la quiebra generalizada de los bancos. Las principales medidas que utilizaron fueron:

Las compras de los activos devaluados e invendibles de los bancos, a precios de libros o a un precio artificial basado en modelos matemticos. La compra masiva de ttulos pblicos y de hipotecas, o de ttulos garantizados por hipotecas de propiedades desvalorizadas. E1 otorgamiento de garantas a los bancos. La reduccin a casi cero de las tasas de inters de sus prstamos a los bancos privados.

Casi ninguna de las deudas del pasado (hipotecarias, corporativas, crditos al consumo, etc.) ha sido cancelada y el plus de la deuda fiscal ha originado una situacin financiera mundial varias veces ms explosiva. En una palabra, el capital crey que haba superado la ley del valor y que la economa poda funcionar sobre la base de precios sin relacin con el tiempo de trabajo social, necesario para la produccin de las mercancas correspondientes y sin relacin con la capacidad de consumo final de las personas. La actual crisis consiste precisamente en el estallido de tales contradicciones (Altamira 2010).

Para algunos autores, la crisis actual no indica el pinchazo del capital ficticio y, por consiguiente, en lugar de una gran depresin histrica de la reproduccin capitalista, sostienen que la crisis despejar el terreno para una expansin mayor an del capital en su forma ms abstracta. No obstante, afirma Altamira y nosotros con l,

...si se considera el antecedente de Gran Depresin del siglo pasado, esta expectativa es ilusoria, pues el capital recuper la tendencia a su forma ms abstracta de constitucin social, solamente al cabo de sesenta aos, luego de una guerra mundial sin precedentes y revoluciones sociales colosales, y finalmente como consecuencia de una reversin (Altamira 2010).

La inundacin con valores ficticios de todos los mercados mundiales, principalmente desde los EE. UU, es un grave problema global sin solucin. A nivel global, la destruccin de capital ficticio es inevitable. A nivel individual, con todo, es posible transformar ese capital ficticio en capital real. Los capitales ficticios individuales buscan hacerse reales donde y como sea, y esto tiende a reforzar la transferencia de riqueza real desde el Tercer Mundo, lo mismo que desde las clases trabajadoras y medias de los pases centrales. As, esos capitales pueden hacerse reales, por ejemplo, mediante la compra de extensiones inmensas de tierras ubicadas en los pases perifricos para la produccin de agrocombustibles. Frente a la escasez creciente de minerales, el colonialismo de nuevo estilo vuelve a adquirir y ocupar territorios ricos en recursos naturales, incluso, con presencia militar. Los trabajadores vern retrasarse su edad de retiro, no porque la esperanza de vida aument, sino para hacer pagar a la clase trabajadora la deuda fiscal creada para salvar a los bancos. Los trabajadores pagarn los platos rotos de la crisis, va diferentes mecanismos. Y ante sus protestas y acciones de rebelin, se incrementa la represin, hasta con presencia militar, como se observa en Grecia, por ejemplo.

En medio de la crisis de la economa real, el comercio internacional muestra una fuerte contraccin. Las importaciones de los pases centrales caen y cada vez hay ms sntomas de proteccionismo. Por ejemplo, entre julio de 2008 y junio de 2009, las importaciones estadounidenses cayeron ms del 30%. De cara a esta situacin, para los pases perifricos, no queda otra opcin que volcarse hacia dentro, como es el caso claro de China. Luego, no es por mero voluntarismo que, en los pases perifricos, se comienza a hablar del decoupling o la desconexin de los pases ricos para lograr salir adelante en medio de la crisis internacional. En estos pases, la economa especulativa y el capital ficticio han impactado menos que en los centrales. En las ltimas dcadas, la economa real ms bien se ha concentrado relativamente en los pases perifricos. Por tal motivo, el impacto de la crisis en la economa real no se ha dado con toda su fuerza en las economas perifricas, y de modo especial en los pases emergentes, donde el crecimiento de dicha economa ha sido elevado. Las economas emergentes, con China a la cabeza, cobran mayor conciencia de que, por decenios, han estado subsidiando con su riqueza real la acumulacin en los pases centrales (los EE. UU. sobre todo) y, ante la crisis en los centros de poder, reivindican un papel de mayor peso poltico. De ah la relevancia adquirida por el G20 con la crisis.

Desde el inicio de la poca neoliberal, ha habido ms bien un proceso de anexin de las economas perifricas. Este proceso se ha realizado -entre otros- por medio de instrumentos creados a partir de Bretton Woods, como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Organizacin Mundial de Comercio, los tratados de libre comercio, la deuda externa, las especulaciones contra monedas en el Sur y toda clase de operaciones financieras y especulativas, adems de las prcticas ya existentes de subvaloracin de las importaciones desde el Sur y sobrevaloracin de las exportaciones desde el Norte. En medio de la crisis, la cada del comercio internacional junto con un proteccionismo en aumento, brindarn a los pases perifricos la oportunidad y necesidad creciente de sobrevivir por su propia cuenta. Con el tiempo y una profundizacin de la crisis, podra incluso darse una crisis ms o menos generalizada de las monedas fuertes en el mundo, lo que complicara sobremanera el comercio internacional. Esto acelerara el proceso de desconexin ya en marcha y brindara oportunidades y necesidades histricas para buscar alternativas ms all del rgimen capitalista.

En medio de la crisis y de cara al incremento del desempleo, se da la migracin de retorno de los pases centrales hacia los perifricos en general y hacia Amrica Latina y el Caribe en particular. La migracin desde el Sur se vislumbraba como una oportunidad de salvarse a nivel individual o familiar, en vista de las escasas oportunidades de trabajo en los pases de origen. Pero, en tiempos de crisis, la mano de obra relativamente sobra y suben las tasas de desempleo. Los trabajadores migrantes, as como las mujeres y minoras tnicas, son ms desechables. Las lites en el poder procuran dividir a la clase trabajadora mediante el fomento del racismo, el sexismo y la xenofobia, y esto puede llegar a extremos, al punto que existen claras tendencias neofascistas a la vista. La migracin de retorno, en un contexto de xenofobia y gran inseguridad econmica, acaba con el sueo americano en los pases latinoamericanos y caribeos, y obliga a pensar en construir un proyecto menos individual, y por ende ms poltico, en sus propios pases. Lo anterior podra generar una conciencia poltica alternativa, que brinde base ideolgica a la desconexin. Algo por el estilo ha acontecido ya en El Salvador, y bien podra darse en otros pases al agudizarse la crisis.

Los crecientes brotes de neofascismo al principio de la depresin, entonces, podran dividir an ms a las clases trabajadoras y medias del Norte, las cuales cuentan con una fuerte presencia de migrantes del Sur.

Sin embargo, la profunda crisis que amenaza la sobrevivencia de grandes mayoras tanto en el Norte como en el Sur, revelar que tal como ocurri durante la Gran Depresin del siglo XX, el slvese quien pueda no salvar a nadie de la clase trabajadora. Si a esta crisis agregamos las amenazas ecolgicas y hasta el peligro de una gran guerra, podra darse una alianza poltica de los trabajadores que trascienda las fronteras entre Norte y Sur. Es que, en medio de semejante crisis de la civilizacin, el Bien Comn se encuentra ms lejos, pero es ms necesario que nunca. En tal coyuntura, la tica solidaria podra triunfar sobre la tica del slvese quien pueda. Luego, una conciencia solidaria y de ciudadana mundial, por encima de las divisiones entre culturas, fronteras, razas, generaciones, sexos, religiones, idiomas y costumbres, se avizora en el horizonte como tabla de esperanza y salvacin frente a una profunda crisis de la civilizacin.

Sin embargo, no podemos cerrar los ojos ante las lneas divisorias que se acentan en la actualidad con las radicales posiciones xenofbicas, racistas y excluyentes, fomentadas por las lites en el poder, sobre todo, si bien no exclusivamente, en los pases centrales. Esas lites y los medios masivos dominantes promueven visiones fatalistas, que alientan la aparicin de extremismos fundamentalistas religiosos, enfrentamientos entre culturas y otras divisiones entre los seres humanos. La tesis del slvese quien pueda es funcional a tales lites, pues son conscientes de las rebeliones populares latentes que amenazan la estabilidad y la gobernabilidad. Para reprimirlas, estn propiciando una mayor militarizacin al interior de los pases, as como un escenario amenazador en la poltica internacional. Con lo anterior, esas lites en el poder buscan fomentar un totalitarismo a escala planetaria e, incluso, amenazan con grandes conflictos militares.

En particular en el Sur, aumenta en efecto el cuestionamiento, la deslegitimacin de gobiernos y partidos polticos, la demanda de la construccin de espacios y procesos democrticos participativos. Es una era de notoria incertidumbre a escala mundial; sin embargo, los grandes proceros de desconexin y ruptura con la racionalidad vigente han ocurrido justo en estas coyunturas internacionales. Estamos, pues, frente a una cultura occidental en profunda crisis. Son tiempos de explotacin descarada, enajenacin y desesperanza, pero, contradictoriamente, es a la vez una poca de esperanza, ya que podra darse un cambio esencial en las estructuras mismas del sistema y no apenas una reforma. Aqu vuelve a ser de mucha actualidad la histrica tesis de barbarie o socialismo.

Hay una crisis poltica internacional con una feroz disputa por los espacios mundiales. Y la guerra es el instrumento que las lites en el poder suelen utilizar para apropiarse de los recursos naturales y, en particular, los energticos como en Iraq y Afganistn, o para resolver sus contradicciones geopolticas. Amrica Latina y el Caribe, patio trasero del actual centro imperial, no se hallan al margen de esta estrategia geopoltica y podran eventualmente formar parte del escenario de una guerra mayor. Esto porque, ante las eventualidades de una guerra ms amplia, los recursos naturales y energticos de la regin son estratgicos para los EE. UU. El golpe de Estado en Honduras, la presencia de la Cuarta Flota estadounidense en aguas latinoamericanas y caribeas y la decisin de instalar bases militares en Colombia, justo a la par de Venezuela (segunda reserva de petrleo a nivel mundial), son claro ejemplo de ello, como ya sealamos en nuestra publicacin anterior (DEI2009).

Crece el convencimiento de que existen lmites al crecimiento econmico. Con ello, el desarrollo del capital (o de valor, en trminos ms abstractos) tambin llega a sus lmites. Surge la pregunta que todos se hacen: Hay alguna solucin para salvar el rgimen existente? Una eventual salida tendra que darse en el contexto de una economa estacionaria. Sin crecimiento o proceso de valorizacin; no obstante, no hay capitalismo posible. Estamos, por tanto, ante un perodo de transicin en el cual la hegemona, hoy en manos del valor, tiende a ser sustituida por la hegemona del valor de uso. Con ello, pareciera que estamos ante una transicin hacia otra civilizacin con otra cultura. Para su establecimiento, sin embargo, es imprescindible una inversin de la lgica de funcionamiento de las sociedades actuales, y por ende de los valores ticos, culturales e ideolgicos vigentes.

Una utopa todava difcil de percibir hoy se vislumbra en el horizonte. Frente a la creciente escasez de recursos y al limitarse las posibilidades de un proceso de valorizacin, la transicin se torna una necesidad histrica. Esto implica una regulacin econmica, ya sea desde arriba o ms bien desde abajo. En un perodo de transicin es posible que se desemboque en el centralismo del poder. Los valores de uso se definiran entonces para la sociedad como un todo, en vez de ser producidos para satisfacer intereses minoritarios (valores de uso individualizados).

Pero la misma transicin en un contexto de desconexin abre espacios para reivindicar una democracia ms directa y participativa en la definicin de las necesidades. Con ello se modificara el contenido de la produccin, obviamente, sin los lujos exorbitantes y las inutilidades de hoy. Durante el proceso de transicin, el valor tendera a reducirse a un medio de cambio para generar valores de uso y perdera la oportunidad de ser una finalidad en s misma (Campanario 2009).

Bibliografa

ALTAMIRA, Jorge2010Una piata que no es slo griega. s/c: Observatorio Internacional de la Crisis. Febrero.

DEPARTAMENTO ECUMNICO DE INVESTIGACIONES2009El mundo en la encrucijada de la Gran Depresin: Eurasia y Amrica Latina (edicin bilinge). San Jos: DEI.

CAMPANARIO, Paulo2009Hegemona del valor de uso social avanzado: clave para superar las sociedades actuales. s/c: Observatorio Internacional de la Crisis. Febrero.

Captulo I

La Gran Depresin del siglo XXI: la funcin del trabajo improductivo y del capital ficticio

Permtanme controlar el dinero de una nacin y no me importar quin haga sus leyes.

Barn de Rothschild (banquero britnico).

Los poderes del dinero practican la rapia sobre la nacin en tiempos de paz y conspiran contra ella en tiempos de adversidad. Son ms despticos que la monarqua, ms insolentes que la autocracia y ms egostas que la burocracia. Denuncian como enemigos pblicos a aquellos que cuestionan sus mtodos o dan luces sobre sus crmenes. Tengo dos grandes enemigos: el Ejrcito del Sur frente a m y a los banqueros a mis espaldas. De los dos, los de atrs son mis ms grandes adversarios.

Presidente Abraham Lincoln -1866- (fue asesinado).

Quienquiera que controle el volumen de dinero en cualquier pas es el amo absoluto de la industria y el comercio.

Presidente James A. Garfield -1881 - (fue asesinado).

Soy el hombre ms infeliz. He llevado inconscientemente a la ruina a mi pas. Una gran nacin industrial es controlada por un sistema de crdito. Nuestro sistema de crdito est concentrado. El crecimiento de la nacin, por tanto, y todas nuestras actividades estn en manos de unos pocos hombres. Nos hemos convertido en uno de los peor gobernados, uno de los ms completamente controlados y dominados gobiernos en el mundo civilizado. No ms, un gobierno por la libre opinin, no ms un gobierno por la conviccin y el voto de la mayora, pero s un gobierno bajo la opinin y coaccin de una pequea lite dominante.

Presidente Woodrow Wilson (1856-1924).

La oficina del Presidente ha sido usada para fomentar un complot para destruir la libertad de los americanos y antes que deje la Presidencia, debo Informar a los ciudadanos de este estado de cosas.

Presidente John F. Kennedy (diez das antes de ser asesinado).Llama la atencin el que los presidentes estadounidenses asesinados, Lincoln, Garfield y Kennedy, defendieron intereses contrarios a las lites financieras. En nuestro articulo escrito al momento de ser elegido el actual presidente de EE. UU. Barack Obama (Dierckxsens 2008), ya sealamos que l tendra pocas opciones de implementar su propia poltica frente a la lite bancaria a menos que se arriesgara a mucho.

1. El trabajo improductivo como fuente de especulacin

Para facilidad del lector no familiarizado con algunos trminos aqu empleados, iniciamos con la siguiente aclaracin: los economistas tericos clsicos defensores o crticos del capitalismo, entre ellos David Ricardo, Adam Smith, Carlos Marx, Federico Engels y otros, coinciden en que la fuente de la riqueza es el trabajo humano que transforma los recursos que brinda la naturaleza, unidos a los instrumentos de trabajo y al conocimiento principalmente tecnolgico. El resultado son bienes que van al mercado donde son demandados y comprados para satisfacer necesidades. Esto se conoce como trabajo productivo, que se realiza en el llamado sector productivo o real de la economa. De aqu surge un plusvalor o parte de la riqueza producida que, en el sistema capitalista, se acumula y se convierte en capital, o sea, que este no es ms que riqueza acumulada originada en el sector productivo. Es importante saber que no toda la riqueza generada adquiere forma material. Hay servicios productivos como la educacin, el transporte, la distribucin de agua o energa elctrica, las telecomunicaciones, los espectculos, entre muchos otros. La generacin de estos servicios productivos (verbigracia el transporte o el espectculo) no puede realizarse sin su consumo simultneo. Se trata de creacin de riqueza real no material. Sin la produccin de riqueza real no puede haber crecimiento real y cualquier otro llamado crecimiento es ficticio desde el punto de vista de su contenido.

Existe, por otro lado, el trabajo improductivo por su contenido. El carcter improductivo no implica que se trate de trabajo innecesario o incluso nocivo. El seguro contra incendios o el servicio de los bomberos son servicios improductivos necesarios y tiles para el conjunto de una sociedad. Al quemarse un edificio o inmueble, se pierde riqueza. El seguro se encarga de repartir esta riqueza perdida, y los bomberos procuran evitar un mayor dao. El seguro contra incendios, lo mismo que los seguros contra robos, prdidas, accidentes o desastres naturales, son un trabajo til que no crea riqueza nueva, sino reparte la riqueza destruida por algn incidente. La pliza que se paga para ser compensado ante el eventual suceso constituye la base de la redistribucin de lo perdido. De esta forma, los seguros permiten que la sociedad en su conjunto funcione mejor y prueba as de manera indirecta su carcter productivo. El hecho de que las aseguradoras privadas funcionen con ganancia y operen como capital las hace aparecer como productivas desde la ptica de la forma o relacin social dominante. Lo esencial para el capital es que la actividad d ganancia, no importa su contenido. Lo anterior hace que toda actividad que genera ganancia nos aparezca en la sociedad como productiva. Lo anterior, sin embargo, no elimina el carcter improductivo de tal actividad por su contenido, carcter que suele revelarse en tiempos de crisis como hoy.

El mero acto formal de traspaso de posesin o propiedad no constituye un servicio productivo por su contenido, ya que no crea riqueza, solo la traspasa de manos. Esta actividad puede hacerse por cuenta propia o como empresa con ganancias, pero lo anterior no quita que la actividad, desde la ptica de su contenido, sea improductiva. El trabajo de los abogados, los corredores de bienes races, el comercio y la banca son ejemplos de servicios improductivos que trabajan sobre la propia relacin social vigente de la sociedad. Un mismo edificio suele venderse ms de una vez en un ao en tiempos en que reina la especulacin. Lo anterior no acrecienta la riqueza creada. La actividad del corredor de bienes races y del abogado que hace la escritura constituyen un trabajo improductivo desde la ptica de su contenido. Si bien una empresa puede obtener ganancias al brindar estos servicios, la actividad como tal no produce riqueza.La lotera y los casinos redistribuyen, al azar, riqueza ya existente y son actividades improductivas por su contenido. Igualmente lo son los casinos ms grandes del mundo actual: las bolsas de valores. La actividad en la especulacin en general y en las bolsas de valores en particular constituye un trabajo improductivo por su contenido, con independencia de que sea til o no para la sociedad en su conjunto. Lo anterior explica tambin por qu, en trminos de obtencin de beneficios para una empresa dedicada a la especulacin, puede resultar ser el mejor negocio en pocas de bonanza y el mayor desastre en tiempos de crisis.

Todo producto generado en un ciclo econmico y utilizado improductivamente en el siguiente, se transforma en un trabajo materializado que es consumido improductivamente. De esta forma tenemos que el trabajo productivo en un ciclo econmico se torna improductivo en el siguiente, tenemos que el trabajo productivo en un ciclo econmico se torna improductivo en el siguiente. Es el caso, por ejemplo, de todos los edificios y equipos empleados en los casinos o para el trabajo especulativo. Ahora, el carcter improductivo del consumo de un producto determinado no siempre se revela ya en el ciclo econmico siguiente. As, en el complejo industrial militar, puede haber varios aos de produccin antes que se concluya el producto final que, en el mejor de los casos, nunca se usa. Es ms, al ser utilizado msbien suele destruir riqueza existente. Al no ser utilizados en el proceso de reproduccin material, los productos finales del complejo industrial militar no encadenan el proceso de reproduccin global a un nivel superior y, por el contrario, restan fuerza a ese proceso. Dicho en otras palabras, al invertir un gobierno porcentualmente ms en armamento, se tendr a mediano plazo una contraccin en la economa. De ah se deriva su carcter improductivo.

En el complejo industrial militar, adems de consumir improductivamente riqueza material, al usar el producto final en conflictos, se extingue riqueza producida. Lo anterior no elimina que el capital invertido en este sector pueda originar cuantiosas ganancias. Desde la ptica de la forma, es decir, por los beneficios que genera, resulta ser un sector muy productivo. Podemos llamarlo el subsector improductivo-destructivo o de capital destructivo. Conocemos el impacto negativo del gasto en defensa sobre las posibilidades de mantener el gasto en educacin y salud. El primero opera en beneficio del capital, los otros benefician ms a la clase trabajadora. En la actualidad, y en particular en los EE. UU., se pretende escapar a la presente crisis con ascendentes inversiones en el complejo industrial militar para, de ese modo, mantener su hegemona en riesgo. Tratan de mantenerla aunque sea bajo la amenaza de guerra. E1 incremento en el gasto de defensa que conlleva es un gasto improductivo e insostenible, que daar an ms la ya deteriorada situacin econmica de ese pas.

2. El capital a inters como fuente del capital ficticio

Para entender el capital ficticio, es importante entender algunas funciones del prstamo en dinero. Es un tema muy complejo e imposible de abordar a cabalidad aqu. Nos limitaremos a algunas nociones que creemos necesarias. El dinero, en su forma ms general, no es otra cosa que un instrumento para facilitar el intercambio de bienes y servicios a travs de equivalentes socialmente establecidos. El dinero en su forma originaria (ya sea oro, plata, cacao, etc.) es una mercanca que, como unidad de cuenta, sirve para expresar las relaciones de intercambio de todas las dems mercancas. Hoy, el dinero adquiere forma de papel e incluso digital. Las transacciones de todas las mercancas se realizan siempre a cambio de dinero, pero esto no es necesario ni de hecho ocurre actualmente en la realidad. Una mercanca se puede vender tanto al contado como a crdito. Y no solo existe crdito para la compra y venta de mercancas, tambin se otorga crdito para realizar inversiones. Estas inversiones pueden ser productivas o no.

Aqu nace la primera forma de capital ficticio y especulativo. El capital a inters adquiere gran relevancia y dimensin en el desarrollo del sistema capitalista en su fase industrial, al estar el crdito subordinado de manera directa a la lgica del capital industrial. Al desarrollarse el sistema de crdito en esta etapa del capitalismo, el objetivo primordial es el de financiar la produccin. El capital productivo nicamente demandar dinero, si el inters a pagar es menor que la tasa de beneficio que espera obtener con su inversin. En este contexto, el capital a inters contribuye de modo indirecto a fomentar la riqueza real. Al mismo tiempo que se apropia de una parte de la plusvala generada en el sector productivo, el capital a inters (la banca) aumenta la eficiencia de la produccin del excedente, as como la velocidad de reproduccin del ciclo del capital.

Hay poseedores de dinero, como los bancos, que no se dedican a invertirlo en actividades productivas; comercian con l. Lo prestan, no a cambio de otra mercanca, sino de ese mismo dinero ms un inters al cabo de un tiempo. Este dinero, entonces, es una mercanca que se da y se recibe en prstamo y su precio es el tipo de inters que est regido por la oferta y la demanda de ese dinero. Debemos aclarar que capital a inters, que financia la produccin o la circulacin, es una cosa; y el capital ficticio es cosa totalmente distinta, aunque este nace como consecuencia de la existencia del primero. Lo que hay que considerar aqu es el hecho de que el capital a inters, por s mismo, produce una ilusin social y es just a partir de ella que aparece el capital ficticio. En el capitalismo, la existencia generalizada del capital a inters, cuyo significado aparente es el hecho de que toda suma considerable de dinero genera una remuneracin, produce la ilusin contraria, vale decir, la de que toda remuneracin regular debe tener como origen la existencia de un capital. Dicho capital en s no necesariamente tiene mayor significacin para el funcionamiento del sistema econmico, y en tal caso puede ser llamado capital ilusorio (Carcanholo y Sabadini s/a).

Sin embargo, cuando el derecho a tal remuneracin est representando por un ttulo que puede ser comercializado, vendido a terceros, se convierte en capital ficticio. El ttulo comercializable es la representacin legal de esa forma de capital. El ejemplo tal vez ms simple de la existencia de capital ficticio est constituido por una concesin pblica, a particulares, del derecho de utilizacin comercial de una frecuencia de radio o televisin, cuando dicha concesin, realizada a cambio de favores polticos o de cualquier otro tipo, puede ser vendida a terceros. Luego, el capital ficticio nace como consecuencia de la existencia generalizada del capital a inters, si bien es el resultado de una ilusin social. Y por qu debemos llamarlo capital ficticio? La razn, concluyen Carcanholo y Sabadini, reside en el hecho de que, por detrs de l, no existe ninguna sustancia real y porque no contribuye en nada a la produccin o la circulacin de riqueza, por lo menos en el sentido de que no financia ni el capital productivo ni el comercial.

3. Capital especulativo, capital ficticio y la Gran Depresin

Las acciones de las empresas constituyen una forma de capital ficticio por el hecho de que representan una riqueza contada dos veces: una, el valor del patrimonio de la empresa; otra, el valor de las acciones mismas cuyo valor se mueve con frecuencia con independencia del valor del patrimonio de las empresas. La prueba de que esto es verdad es qu ambos valores pueden servir de garanta, por ejemplo, para crditos bancarios. Pueden ser contadas dos veces, o tres, o ms, gracias a la existencia de empresas Holdings. Una valoracin especulativa de las acciones constituye un incremento del volumen total del capital ficticio existente en la economa. Pero ese incremento posee una caracterstica distinta del valor original: no significa una duplicacin aparente de un valor real. En realidad, detrs de l no existe ninguna sustancia real. Cuando el crdito es destinado al sector privado y se formaliza por medio de un ttulo negociable en el mercado, tambin debe ser considerado capital ficticio. Esto porque aparentemente el valor se ha duplicado. Cuando el incremento de la deuda pblica ocurre en razn de gastos improductivos o gastos corrientes o aun de transferencias, estamos frente a la creacin de un nuevo capital ficticio, toda vez que por detrs de ese incremento de la deuda no sobrevive nada sustancial (Crcanholo y Sabadini s/a).

Hoy, ms que nunca, la economa ha perdido relacin con el mbito productivo. Existe una enorme economa de papel, alimentada bsicamente por la persistencia de los dficit pblicos y los mecanismos de innovacin financiera, que no se corresponde con la situacin real de la economa. Masas siempre mayores de capitales especulativos y ficticios se mueven de un lado hacia otro buscando en las inversiones financieras una rentabilidad que no encuentran en el sector real de la economa, debido a la cada de la tasa de beneficio en este. Podemos concluir que l sistema capitalista se ha ido convirtiendo en realidad en un capitalismo ficticio, cuyas reglas de juego son radicalmente distintas y hasta antagnicas al clsico capitalismo productivo, esto es el fundado en la generacin y acumulacin de plusvalor.

As pues, si como capital a inters el capital adquiere una forma mistificadora, como capital ficticio asume un aspecto todava ms complejo y desmaterializado. En su momento de gloria, en la era neoliberal, la verdadera economa pareca ser la financiera. Los centros financieros de Nueva York y Londres podan rerse del capital productivo en el mundo, cuando aparentemente la economa financiera se desarrollaba con independencia de la dinmica de la produccin. El capital ficticio, sin embargo, realiza ganancias ficticias que solo pueden ser hechas reales a nivel individual, aunque jams a nivel de su totalidad. Con todo, mientras exista la fe de poder hacerlas reales contina operando la burbuja especulativa creada por el capital ficticio. Gracias al salvamento de los grandes bancos de la crisis crediticia por parte de los gobiernos, el sector financiero pudo retornar a la economa de casino. Pero, por eso misma, hoy se vislumbra la bancarrota de los propios Estados, con lo que, tarde temprano, se vislumbrar tambin la imposibilidad de tornar reales las ganancias ficticias. Estallar entonces la burbuja que pondr lmites a la acumulacin de capital ficticio, el cual acta a la vez como un cncer y un parsito en un cuerpo humano vivo.

El capital ficticio o parasitario generado de manera masiva est circulando entremezclado con el capital real. Segn el Banco de Basilea (El banco central de todos los bancos centrales), en el ao 2009, circulaban en el mundo unos US$ 1.000 trillones de valores, obligaciones y moneda, mientras el producto bruto mundial superaba apenas un poco los US$ 50 trillones, o sea que, en la actualidad, por cada dlar con valor real circulan otros veinte dlares que son capital ficticio y parasitario; constituyndose en la ms grande estafa de la historia (Beinstein 2009). Estos valores, que Wall Street ha llamado productos financieros derivados, bajo la forma de deudas, pagars, obligaciones, empapelamiento,etc., fueron causa de la crisis crediticia en EE. UU. y contaminaron todos los mercados mundiales.

Tarde o temprano, la burbuja de capital ficticio exigir la destruccin de tales productos, vale decir, la eliminacin de gran parte de la economa de papel mediante la anulacin de deudas por bancarrota. Las bancarrotas de empresas privadas en EE. UU. pasaron de 800 mil en 2007 a 1,4 millones en 2009, un aumento del 75%, y la situacin empeorar en el ao 2010. Asimismo, segn la Corporacin Federal de Garantas de Depsitos (FDIC, por sus siglas en ingls), en 2009, quebraron 140 bancos estadounidenses y otros 700 estaban en peligro de hacerlo (Quinn 2010). La tremenda burbuja financiera, por tanto, est estallando, y con ello la economa mundial est atravesando por una enorme inestabilidad e inseguridad y entrando en depresin. Como consecuencia, la hegemona de EE. UU. est a la deriva. En efecto, es claro que una depresin mundial demandar un nuevo orden econmico internacional, y EE. UU. buscarn no perder la hegemona en este. No obstante, es dudoso que, sobre la debilitada base de su economa, pueda instalarse un nuevo orden internacional bajo la hegemona estadounidense.

Contrario a lo que aconteci en los pases centrales, en los pases perifricos, se increment, en trminos relativos, la generacin de riqueza real y productiva. Esto porque, al ser las ganancias en los primeros, en promedio, ms altas en el sector financiero y especulativo, durante dcadas, las inversiones se desplazaron del sector creador de riqueza y de la economa real al sector improductivo y parasitario. ltimamente, en los mercados del Primer Mundo, se intercambiaba riqueza real por capital ficticio. Semejante operacin representa un subsidio permanente y creciente en riqueza real, desde las sociedades perifricas hacia las naciones ricas del planeta, lo qu explica el progresivo carcter parasitario de las segundas. Por lo anterior, la crisis afecta menos a los pases perifricos que a los centros de poder. Es en este contexto que surgen ms voces desde el Sur que demandan un cambio en las cuotas de poder (verbigracia, entre los pases emergentes como el BRIC), mientras otras naciones luchan a favor del decoupling o desconexin del sistema dominante. En medio de la crisis, el comercio internacional se contrae, lo que da base objetiva para tal desconexin.

En Amrica Latina y el Caribe en particular, pases como Venezuela, Ecuador o Bolivia se inclinan hacia una mayor desconexin en el entendido de que pueden sobrevivir mejor sin subsidiar y cargar con el derroche de los pases ricos. Estos, en cambio, entienden que, en las actuales condiciones, no pueden lograrlo sin aquel subsidio permanente desde los pases perifricos, y mucho menos sin sus recursos naturales. Por eso, frente a la amenaza del colapso del capital ficticio, las fuerzas reaccionarias entre las lites, con EE. UU. a la cabeza, se radicalizan con vistas a prolongar el actual statu quo poltico aunque sea por la va militar. Tambin en la regin hay fuerzas alineadas con esta posicin, como Mxico, Colombia o Per, por ejemplo. Luego, los escenarios de guerra se vuelven ms concretos a escala mundial, incluso con amenazas concretas para Amrica Latina y el Caribe. La guerra podra ser un instrumento para mantener la hegemona poltica; con todo, no brinda todava una solucin para salir de la crisis. La gran pregunta sigue siendo cmo reconectar la inversin de manera rentable con la economa real.Ms adelante veremos que es dudoso que Occidente consiga retornar al mbito productivo sobre la base de una tasa de ganancia en alzada. Lo anterior sita en una crisis sin aparente salida al propio capitalismo, al menos en Occidente, con lo que surgen las expectativas de un cambio de civilizacin, al menos a no muy largo plazo. En el corto plazo, sin embargo, se vislumbra el intento del capital hegemnico de un proceso de dominacin a nivel mundial, incluso con un crecimiento negativo. Esto inaugurara ya una era poscapitalista, es decir, una era sin acumulacin de capital, aun cuando fuese autoritaria en su primera fase de transicin. Sobre esta base y en medio de una mayor desconexin, emergen las posibilidades de lanzar proyectos endgenos con esfuerzos ms democrticos y participativos, proceso que, de cierta forma, se perfila ya en Bolivia. La coexistencia con el capitalismo dificulta un proceso de autodeterminacin y de democratizacin participativa ms radical, si bien un eventual colapso del sistema monetario internacional provocara la desconexin obligada, profunda y global. En el prximo captulo, examinaremos los riesgos del colapso del sistema monetario internacional.

BibliografaBEINSTEIN, Jorge2009En la ruta de la decadencia: hacia una crisis prolongada de la civilizacin burguesa. En Observatorio Internacional de la Crisis. En La gran depresin del siglo XXI: causas, carcter, perspectivas. San Jos: DEI, pp. 134.

CARCANHOLO, Reinaldo A. y SABATINI, Mauricio de S.s/aCapital ficticio y ganancias ficticias, s/c: Observatorio Internacional de la Crisis.

DIERCKXSENS, Wim2008La Gran Depresin del siglo XXI inaugura la administracin Obama, en Pasos [San Jos, DEI] Nro. 139. Septiembre-octubre, pp, 10-17.

QUINN, James2010Recession, depression or systematic breakdown. En lnea: www.financialsense.com. Fecha de la visita: 04/03/2010.

Captulo II

La nueva fase de la crisis mundial: la amenaza de bancarrota de Estados

1. Recuperacin de la economa ficticia, no as de la economa real

La crisis inmobiliaria de 2008 fue el resultado de aos de acumulacin de capital ficticio. Comenz en los EE.UU. por la concesin de prstamos a hogares endeudados para devenir propietarios de sus alojamientos. Los bancos comerciales y las instituciones especializadas en el financiamiento inmobiliario acordaron crditos con hipotecas que transformaron en ttulos para la creacin de nuevos productos derivados que vendieron en el mercado financiero. Al hacer esto, atenuaban los riesgos de defecto de pago, inflaban la capacidad de prstamo de los hogares, adoptaban los crditos y orientaban de modo artificial los precios inmobiliarios hacia el alza. Entre finales de 2004 y principios de 2006, se concedieron de manera creciente prestamos a familias pobres, que solo disponan de pequeas rentas y no tenan plazos favorables de reembolsos (subprime), en forma de contratos que previeron un tiempo de resistencia a las tasas de inters muy bajas (del 1% al 2%) al principio y brutalmente altas despus de dos aos (casi siempre a mas de 15%) (Herrera y Nakatani s/a).

Los productos derivados afectados eran mucho ms aceptados y atractivos para mercados financieros de los que ciertas instituciones financieras (compaas de seguros) se servan para crear otros instrumentos compuestos, los cuales eran mercantilizados en aras de asegurar a la vez una refinanciacin y participacin de los intereses. La crisis estallo cuando una masa crtica de deudores empez a enfrentar serias dificultades para reembolsar sus prstamos, en razn de la subida de las tasas de inters determinadas por la Reserva Federal para financiar los enormes gastos relacionados con las guerras de Iraq y Afganistn. El sistema monetario y financiero presentaba profundas paradojas. Una de ellas era la ilusin de que es posible encontrar solucin siguiendo la gestin neoliberal de la crisis de la expansin del capital. No obstante, una burbuja estall solo para formar otra an ms peligrosa, afirman Herrera y Nakatani, y esto es precisamente lo que hoy se revela cada vez con mayor claridad.

Al mantener los bancos centrales con las tasas de inters cercanas a cero y habiendo recibido fuertes sumas de rescate gubernamental en 2008 y 2009, el capital financiero no tuvo temor alguno de invertir en activos de mayor riesgo. Las inversiones alcanzaron una variedad que fue desde la compra especulativa de oro, hasta apartamentos en Dubai o Pekn. Los contratos a futuro en los commodites (el precio del petrleo, por ejemplo, subi un 132% desde febrero de 2009) y las opciones existentes en torno a las tasas de inters han estado otra vez de moda. El comercio con productos derivados contina siendo la actividad preferida del gran capital especulativo. A pesar de sus resultados desastrosos durante la crisis recin pasada, la especulacin con productos derivados se mantiene aun legal y sin mayor regulacin. A raz de lo anterior, una nueva burbuja de capital ficticio se ha desarrollado, y ahora con mayor velocidad. Este renovado desarrollo parasitario del capital ficticio, con soadas ganancias ficticias, sigue siendo el mayor negocio. Con un nuevo colapso financiero, las prdidas adquiriran dimensiones de varias veces la economa estadounidense (Foroohar 2009).

A pesar de todos los fondos de rescate inyectados, las economas reales del llamado Grupo de los Siete (G7) no se han recuperado. La tasa de crecimiento durante el ao 2009 ha sido negativa en los pases centrales (Japn. -5,4%; Gran Bretaa, -4,5%; Zona del Euro, -3,8%; EE. UU, -2,5%). En tiempos difciles, las cifras oficiales siempre tienden a ser ajustadas hacia abajo despus de un tiempo; esto para mantener el panorama ms positivo posible. As por ejemplo, si tomamos los datos reales, vemos que los EE. UU. estaban en recesin desde 2001, alcanzando en 2009 una tasa negativa de crecimiento real del 6%. Estos resultados contrastan con las tasas de crecimiento positivas en ciertas economas emergentes, como China, 8,2%; India, 5,5%, o Indonesia, 4,2%. En Amrica Latina y el Caribe, los pases ms anexados a la economa estadounidense sufrieron una fuerte recesin (verbigracia Mxico, -7,1%). En pases emergentes como Brasil (donde el capital especulativo y el productivo se combinan) no hubo recesin, aunque tampoco crecimiento (The Economist 2010).

Grafico 1

La recuperacin en modo alguno ha sido el resultado de la inversin privada en nuevos trabajos en la economa real. Si bien las corporaciones transnacionales han vuelto a generar ganancias; las mismas han sido primordialmente el resultado de recortes en los costos de produccin, esto es, gracias a despidos de trabajadores -incrementando as el desempleo-, no por la expansin del mercado a partir de una demanda ampliada. Al igual que con las cifras infladas de crecimiento econmico, las cifras oficiales de desempleo muestran un fuerte subregistro al eliminar de las estadsticas al 50% de la poblacin activa sin derecho a un seguro de desempleo. El desempleo real en los EE. UU. alcanz, hacia fines de 2009, el 22% y podra alcanzar, en aos venideros, el 35%, como puede verse en el Grfico 2. Segn Egon von Greyez (s/a), es aproximadamente el nivel de desempleo al que se lleg durante la Gran Depresin. El autor espera, para la prxima crisis, niveles de desempleo an ms altos. Analizando la cuestin en una perspectiva histrica, se observa que, en los aos cincuenta y sesenta, hubo un alza fuerte en la creacin de empleo (productivo), acompaado de un aumento considerable en el Producto Interno Bruto (PIB). Desde los aos ochenta, en cambio; se produjo un descenso pronunciado en la creacin de empleos, hasta llegar a cero en el ltimo decenio, y que hizo caer el PIB a niveles negativos, como se observa en el Grfico 3.

Sin embargo, aun cuando las economas centrales estn en recesin, el capital ficticio ha retomado fuerza. Desde los mnimos de marzo de 2009, la bolsa de valores estadounidense recuper, en apenas 7 meses, el 66% de lo que haba perdido en la crisis crediticia, afirma Rana Foroohar (2009). Esta recuperacin es, en lo fundamental, resultado de los billonarios paquetes de rescate financiados con dinero sin respaldo. Pero, en trminos reales, vale decir en trminos de la capacidad adquisitiva (que se calcula mejor en trminos de precio en oro), la bolsa de valores ha cado desde el ao 2000 como se aprecia en el Grfico 4.

Ahora bien, el salvamento de los mayores especuladores provoco al mismo tiempo, gigantescas deudas gubernamentales. Por eso, tilmente se habla ms de una segunda cada, aunque con el optimismo no muy fundamentado de una posterior recuperacin definitiva. No obstante, no vemos muy probable ese as llamado patrn W, que hasta el presidente Barack Obama ha anunciado, pues, al verse cortada la posibilidad concreta y lucrativa de una reinversin en el mbito productivo, la tendencia ms probable sera a una nueva cada sin recuperacin posterior, o sea, el as llamado patrn L. Andrew Gavin Marshall estima ms grandes que pequeas las probabilidades de este ltimo patrn (Marshall 2009). El caso de Japn podr ilustrarnos este patrn L.

Lo que pas en Japn hace dos dcadas est por pasar en los pases centrales en su conjunto y en los EE. UU. en particular. En diciembre de 1989, la bolsa de valores de Japn alcanz su mximo histrico de 38.916 puntos. Actualmente, el Nikkci 225 est alrededor de 10.500, es decir, en un nivel casi cuatro veces ms bajo que 20 aos atrs. Los precios de las propiedades urbanas estn a un tercio de lo que estuvieron en 1989, y ciertas torres de apartamentos en Tokio se venden hoy a precios 10 veces ms bajos que entonces. En el tercer cuatrimestre de 2009, el PIB de Japn alcanz, en trminos nominales, una cifra por debajo del nivel alcanzado en 1992. Con lo anterior; se refuerza la impresin de que no hubo una sola dcada perdida, sino ya dos, y sin seales de recuperacin frente a la amenaza de una nueva Gran Depresin a escala mundial (The Economist 2010).En medio de una nueva depresin, aumenta la conciencia, y ya no dijo entre los ecologistas y los economistas ms crticos, de que el mito de un crecimiento sostenido y supuestamente infinito a nivel global no es sino un sueo que ahora est acabando con rapidez1. Lo anterior no significa que no habr crecimiento econmico en ningn lado. En nuestra opinin, ser sobre todo en los pases del Norte, al haberse abandonado, en trminos relativos, la inversin en el mbito productivo, en donde ser difcil una recuperacin de las tasas de crecimiento.

Grafico 2

Grafico 3

Grfico 4La bolsa de Nueva York (Standard and Poor 500) en precios del oro y la cotizacin en oro de Bonos del Tesoro a diez aos plazo

En efecto, al verse relativamente apartado de la economa real y productiva, un retorno al crecimiento sostenido ser en particular difcil en los pases centrales. Y existen ms razones para esto, como el hecho de que la innovacin tecnolgica dej de ser la principal ventaja competitiva; hoy, dicha ventaja la constituyen de manera especial los bajos salarios. Y es que, al haberse acortado la vida media de la tecnologa desde los aos cincuenta del siglo pasado, la renovacin tecnolgica se ha tornado ms costosa de lo que su uso puede ahorrar en mano de obra. Con ello, no hay mayores perspectivas de recuperacin de la acumulacin de capital productivo en los pases centrales2.

2. La amenaza de bancarrota de los propios Estados3

Cmo se anuncia la prxima etapa de la crisis? En los comienzos del ao 2010, varios gobiernos de los pases ms industrializados estn viendo cmo evitar la bancarrota. En el segundo decenio del siglo XXI, podemos esperar otra ola de quiebras financieras. Ante un alza de las tasas de inters, resulta inevitable una nueva ola de quiebras de propiedades inmobiliarias, aunque ahora sobre todo comerciales. Despus de una cada en la construccin comercial del 16% durante el ao 2009, The Economist espera otra fuerte cada en 2010 en los EE. UU. Los ms afectados seran grandes hoteles, centros comerciales, edificios de oficinas y de apartamentos. Se espera que, en razn de ello, .ms de un millar de bancos estadounidenses quebrarn en 2010 (The Economist s/a).

1. De hecho, la visin de que el crecimiento econmico no puede ser infinito la expres John , Stuart Mili ya en 1857. Vase Petar Tom Jones y Vicky Meyere (2009).2. Vase, para su explicacin en detalle: Wim Dierckxsens (2007). La transicin hacia elposca-' pkalismo: el socialismo del siglo XXI. San Jos: DEI-Ruth Casa Edltoral (3a. ed.).3. Nota de la Editora: El estudio presentado es anterior al 2010.Nos hacemos la pregunta siguiente: hasta dnde los gobiernos centrales, incluyendo el estadounidense, van a poder financiar nuevos paquetes de rescate cuando hoy ya se encuentran ante una situacin de incapacidad de pago debido a los cuantiosos y ascendentes intereses por pagar a sus, acreedores? A pesar de la euforia burstil, celebrada en programas de los medios dominantes como CNN, una cantidad cada vez mayor de analistas esperan pronto un nuevo colapso financiero, todava ms dramtico que el anterior.

La idea de que el gobierno de un pas altamente desarrollado podra ir a la bancarrota, esto implica que tendra que informar a sus acreedores que su pas carece de capacidad para pagar sus obligaciones, era hasta hace poco algo inimaginable. Hoy no solo es considerado posible, sino que constituye una real amenaza, afirma Robert J. Samuelson (2009). La cuestin es tan poco familiar, agrega el autor, que el pasado proporciona escasas claves para predecir el futuro. La amenaza no es una cuestin meramente econmica, es cada vez ms un asunto psicolgico, afirma Samuelson. Para enfrentar la crisis actual, el endeudamiento oficial crece sin control en los pases ms desarrollados. En efecto, la deuda gubernamental bruta de los pases centrales alcanz en 2010 el 106% del PIB, es decir, un 30% ms que antes de la crisis de fines de 2008. Hasta cundo perdurar la fe en la capacidad de pago de los centros de poder? (Beoddoes s/a). En marzo de 2010, haba ya 19 pases del Primer Mundo en bancarrota o casi en bancarrota, y muchos otros seguirn cuando el domin est en plena marcha (Chapman s/a a).

Todo poltico sabe que la tendencia de un dficit fiscal ascendente al ritmo actual es insostenible. En una recesin, los planes gubernamentales de reactivacin econmica no podran prolongarse por mucho tiempo sin incrementar el dficit pblico hasta niveles insostenibles. Y en caso de una recesin prolongada, el elevado dficit fiscal y la acumulacin de deuda pblica conduciran a la quiebra. Qu puede hacer un gobierno para evitar esta situacin crtica? Para contener el dficit gubernamental, habra que recortar el gasto y/o subir los impuestos. Ambas medidas, como hoy se observa en Grecia, adems de impopulares, tienden a contraer la demanda global, con lo que acentan la recesin. Durante el ao 2010 y de cara a la amenaza de una recesin prolongada, los gobiernos de los pases centrales tendrn que elegir entonces entre tres opciones difciles: la inflacin, la intensificacin de la presin fiscal o la cesacin de pagos. Con ello, afirma el informe GEAB4, de hecho estamos asistiendo al peligro de un hundimiento de Occidente.De crecer el dficit fiscal sin mayores controles durante 2010, los gobiernos centrales correran el riesgo de tener que adoptar esas tres opciones juntas. La posibilidad de que los Estados pudieran evitarlas se resumira en dos esperanzas: la continuacin del consumo o el reinicio de la inversin privada. Con todo, tanto respecto al consumo civil cuanto a la inversin civil, las expectativas son muy negativas. Por un lado, en todas parles el consumidor se encuentra sometido a fuertes presiones para ahorrar, rembolsar sus deudas y rechazar (voluntariamente o no) el modelo de consumo occidental de los ltimos treinta aos. En lo que se refiere a la demanda externa, asistimos a una completa saturacin, pues al estancarse la demanda interna, ahora todo el mundo busca exportar. En semejante coyuntura, se trata de reducir las importaciones con lo que, de hecho, se fomenta el proteccionismo que adquiere ahora dimensiones ms ntidas. Al generalizarse el proteccionismo, se contraer la demanda global a nivel internacional y las expectativas de ventas, fuera y dentro de los pases, se tornarn siempre ms negativas. Esto motivara a las empresas a invertir todava menos, tendencia acentuada por las restricciones bancarias en materia de crdito. El crculo vicioso de la recesin, por tanto, se vislumbra cada vez con mayor claridad.

Grfico 5La deuda (gubernamental en tal y privada) como porcentaje del PIB, pases escogidos

Fuente: GEAB N 40.

Sin una u otra de estas dos dinmicas en la inversin o la demanda, los Estados no tendrn ms alternativa que subir de forma drstica los impuestos para enfrentar su dficit pblico, o dejar correr la inflacin para disminuir el peso de su deuda, o bien declararse en cesacin de pagos. Ya tuvimos el caso de Islandia con una deuda de casi el 600% de su PIB. Recientemente, Dubi (Unin de Emiratos rabes) declar cesacin de pagos y es probable que tome aquellas tres decisiones de manera con junta. Ahora Grecia, con una deuda total equivalente al 200% de su PIB, es noticia candente y la pregunta es: cul pas sigue? De acuerdo con el informe GEAB, esta suerte le podra tocar en un futuro cercano no solo a economas relativamente modestas como Grecia y maana a Espaa (con una deuda total superior al 200% de su PIB), Portugal o Irlanda, sino tambin a pases del G7 como el

4. Nro. 39 (noviembre 2009). Global Europe Anticipation Budellin (GEAB) es un anlisis asequible y regular, instrumento de apoyo para decisiones. Est dirigido a quienes, por su labor (asesores...), requieren un cierto entendimiento de las actuales y futuras tendencias mundiales vistas desde un punto de vista europeo.Reino Unido (con una deuda total del 250% de su PIB) o Japn y, aunque no lo creamos, incluso a la mayor potencia mundial: los EE. UU., con un rcord de deuda de ms del300% de su PIB (vase el Grfico 5).

Privados de crdito interno y externo, los pases que cesan de pagar sus deudas histricamente han pasado por profundas recesiones, con grandes devaluaciones e hiperinflacin, ante la incapacidad de reactivar su economa. En el plano poltico, esto resulta muy costoso, y su expresin la observamos en este momento en Grecia. Ciertos pases centrales, y en primer lugar los EE. UU., no queriendo enfrentar ninguna de estas dos opciones, podran optar por el no pago completo o parcial de su deuda y dejar a sus acreedores en el aire, simplemente al poder hacerlo mediante el recurso de una amenaza de guerra. Una eventual gran guerra, entonces, se tornara una amenaza ms concreta conforme los EE. UU. se hallaran ms cerca de una situacin de cesacin de pagos, que podra producirse a partir de la primavera boreal de 2010.

3. La amenaza de bancarrotas en la Eurozona

Desde la quiebra de Dubi, se observa una aceleracin en el proceso de bancarrotas en la Zona del Euro, aunque de hecho ya estaba en camino. La suspensin de pagos de Islandia, con una deuda seis veces ms grande que su PIB, inaugur la crisis en la Unin Europea (UE). La cesacin de pagos de Grecia sucedi al poco tiempo y su salvamento efectivo por parte de la UE es muy incierto. Maana le podra tocar una situacin de cesacin de pagos a Espaa o Portugal, con lo que la crisis se podra ampliar con rapidez. Buscando evitar un creciente desempleo y una explosiva crisis interna, los gobiernos en bancarrota, como Grecia, podran verse presionados a volver a optar por una moneda propia para poder devaluarla frente al euro y, de esa forma, hacerse ms competitivos. Aun cuando es poco probable que tal cosa suceda, una vez que un proceso de esta naturaleza se pone en marcha, los efectos en cadena se producen invariablemente. Economas muy abiertas vinculadas con la Zona del Euro, como las de los pases blticos, caeran con probabilidad sin mayor ruido. Tragedias ms grandes cabran observar en el caso de Europa Oriental, ya que el impacto para la Zona del Euro sera mayor si, por ejemplo, Hungra, Polonia o la Repblica Checa entrasen en bancarrota.

Los bancos de Europa Occidental, y no en ltimo lugar Suiza y Austria, han comprado numerosos bancos de Europa Oriental. Las devaluaciones en estas repblicas han complicado su capacidad de pago de los prstamos otorgados en euros y francos suizos. Sus monedas locales, en efecto, han cado entre un 40% y un 60%, por lo que sus deudas con la banca suiza en francos suizos se tornan impagables. Al poder pagar apenas un 20% o un 30% de sus deudas, la banca suiza, por su parte, entrar en serios problemas (Willie s/u). La Banca Internacional de Pagos (BIS, por sus siglas en ingls), con sede en Basilea, seala que la morosidad de los clientes de la banca austraca alcanza el 75% del PIB de Austria. Las deudas morosas de los Estados blticos con Suecia son menos cuantiosas, no obstante igualan el 23% del PIB de ese pas. Las deudas de Polonia, Rusia y Rumania con la banca holandesa, por su parte, llegan 16% del PIB de esa nacin (Dorsch s/a). Pero el problema de la crisis no es nada ms europeo. As como la crisis de las hipotecas cruz de pronto el Atlntico, debido a la compra de bonos garantizados por esas hipotecas por parte de bancos europeos (Socit Genrale, Deutsche Bank,etc.), ahora, segn The Economist,

...los 10 mayores bancos de los Estados Unidos corren grandes riesgos al tener una exposicin total en deuda de Irlanda, Portugal, Espaa y Grecia por la suma de US$ 176.000 millones.

En la Eurozona, existe un pacto de estabilizacin, que demanda que el dficit anual de una nacin no sobrepase el 3% de su respectivo PIB. La realidad, sin embargo, ha sido totalmente otra. Pases como Alemania u Holanda no se han apartado tanto de la normativa. En Italia, en cambio, ya en febrero de 2009, la deuda oficial acumulada sobrepasaba el 110%, vale decir, algo muy parecido a la situacin en Grecia (The Economist 2009). La UE podr enfrentarse a problemas todava mayores con eventuales bancarrotas de economas como Italia y el Reino Unido. Se considera incluso que Francia, con un fuerte dficit pblico, lo mismo que en su balanza comercial, no se encuentra fuera de peligro. Aunque los EE. UU. ya no reciba prstamos del exterior, esa nacin puede aumentar la oferta de dinero para dar soporte a la banca en crisis, siendo la nica nacin que puede pagar de ese modo sus obligaciones externas. La Zona del Euro, en cambio, no dispone de este amortiguador. La estructura aqu demanda que cada Estado miembro financie su propio rescate, no mediante la impresin de billetes por parte del Banco Central Europeo (BCE). Hoy hay voces que claman por crear un Fondo Monetario Europeo (FME) para rescatar, bajo duros condicionamientos, a los pases de la Eurozona en problemas. Ello implicara que los pases con finanzas ms sanas rescataran a las naciones en bancarrota por mala praxis.

Cabe preguntar, como hiciera Ambrose Evans-Pichard (The Telegraph 2009), si Berln estar de acuerdo en rescatar a economas menores cono Irlanda o Grecia al entrar en bancarrota, o incluso si rescatara a Italia en el caso de cesacin de pagos. Axel Merk (2009) percibe el eventual peligro de que ms de un pas abandone la Zona del Euro para poder devaluar su moneda. Si bien su pronstico no es el ms probable en el corto plazo, este autor espera una Eurozona dividida en tres: la del Sur, la del Este y la del Nordeste. La divisin del euro en varias monedas le parece una amenaza nada abstracta. De presentarse tal situacin, el euro nrdico sera, en trminos de Jim Willic (s/a), una especie de marco alemn de nuevo estilo compartido por aquellos pases de Europa noroccidental que mantienen una balanza comercial positiva, como Blgica, Holanda, Noruega, Suecia y Dinamarca. En opinin del autor, sera un regalo a esta nacin si Francia entrara al euro nrdico. Ante la eventual aparicin de un euro nrdico, el dlar mostrara, segn Willie, su debilidad.

Hacia finales de 2009 y principios de 2010, el dlar se fortaleci, al menos en apariencia, frente al euro. Eso se dio al presentarse ms inmediatos los problemas de Europa y debido a la especulacin que ello conlleva. Existen fuerzas especulativas en torno a la incapacidad de pago del gobierno griego. Cmo especulan? Haciendo subir el precio de los productos de seguro, en este caso los CDS, credit default swaps. La subida de estos productos financieros, que se supone debe cubrir los riesgos de pago de los Estados, ocasiona una baja de la confianza de los operadores. EL escenario es simple: si los CDS suben, el riesgo de no pago se considera ms alto, automticamente suben los tipos de inters de los nuevos prstamos tomados por el Estado griego -de momento-, provocando un incremento de sus dficit, lo que a su vez se traduce en un aumento de su deuda (Benics s/a).

La espiral descendente se pone as en marcha. Los mercados financieros exigen una poltica de austeridad an ms drstica. Las agencias de notacin -que todos los gobiernos han puesto en entredicho- continan su trabajo degradando la notacin de Grecia, as como de los dems pases del sur de Europa. Los tipos de inters en alza en una parle de la eurozona amenazan, sin embargo, la totalidad de la zona. Lgicamente, el BCE debera responder a esta crisis aumentando sus tipos de inters. Pero si lo hiciera, esto podra tener un efecto negativo sobre el crecimiento de Alemania, que probablemente no lo aceptara. Como tampoco quiere pagar por los pases ms pobres, podra, en ltima instancia, amenazar con salir de la Zona Euro para protegerse.

En la cumbre europea del 11 de febrero de 2010, Angela Merkel ha propuesto un escenario alternativo: la creacin de instrumentos de presin contra los pases laxistas, esto es reforzar su dominacin poltica. En tal caso, sera posible que el pas presionado se saliese de la Eurozona. Por ende, si la integracin de esta no se ve amenazada por un lado, lo resulta por el otro. De acuerdo con Nicols Benics, la crisis del euro muestra toda la lgica destructiva de la construccin europea. Para el autor, es hora de construir un programa de izquierdas que incluya la lucha contra la crisis sistmica, haciendo propuestas para salir de la lgica de la valoracin del capital con vistas a la defensa y ampliacin de los derechos colectivos. La respuesta popular de Islandia podra ser un paso en esta direccin.

En octubre de 2008, en plena crisis financiera internacional, Icesave, un banco privado islands en lnea, filial del banco Landsbankinn, quebr y numerosos clientes ingleses y holandeses perdieron sus inversiones especulativas. Los gobiernos britnico y neerlands reembolsaron a sus nacionales y reclamaron a su vez al gobierno islands el reembolso del monto pagado de unos 3.900 millones de euros, aproximadamente, la mitad del PIB nacional islands. El 30 de diciembre ce 2009, el parlamento de Islandia aprob por un escaso margen de votos un acuerdo gubernamental con Gran Bretaa y Holanda para reembolsar la suma en cuestin, con las consiguientes implicaciones fiscales para el pueblo islands. De inmediato, se suscitaron protestas populares, y una peticin contra la ley fue firmada por un quinto de la poblacin. Entonces, el presidente de Islandia, Olafur Ragnar Grimsson, decidi no promulgar la ley, es decir, vetarla y convocar a un referndum popular sobre la misma. El resultado, con un 62,7% de participacin, fue de 93,2% a favor de no pagar la deuda. De seguro se iniciarn otras negociaciones entre los gobiernos, pero esta vez el islands estar respaldado por el pronunciamiento casi unnime de su pueblo, un precedente muy interesante para las luchas sociales en otras naciones5.4. La amenaza de una bancarrota de los EE. UU.

Los trillones de dlares inyectados por el gobierno estadounidense, con el fin de evitar una implosin de su sistema financiero han beneficiado en lo fundamental a este sector. Los grandes bancos que recibieron estos fondos no los prestaron para reactivar la economa real. Lo que hicieron, en primer lugar, fue mejora