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. 90 AÑOS SEMBRANDO EL EVANGELIO Pbro. Luis Manuel Díaz 1 (Portada) SINOPSIS HISTÓRICA DE LA ARQUIDIÓCESIS DE VALENCIA VENEZUELA (1922-2012) 90 AÑOS SEMBRANDO EL EVANGELIO Pbro. Luis Manuel Díaz

Sinopsis histórica de la Arquidiócesis de Valencia

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El presente trabajo de contenido histórico, en el nonagésimo aniversario de la Arquidiócesis de Valencia, es un homenaje a Jesucristo, el Señor de la Historia, por tantos hombres y mujeres que han hecho posible esta Iglesia particular que peregrina en tierra carabobeña. Estos hombres y mujeres son personas humanas que tienen nombres y apellidos y han plasmado su rostro humano en esta Iglesia. Es la Iglesia de Jesucristo, formada no por ángeles bajados del cielo, sino personas nacidas en esta región y otras venidas de lugares lejanos, pero con el mismo espíritu aventurero y tocados por el mismo milagro del llamado de Dios. Se convirtieron en discípulos del Señor para pastorear y recrear a una comunidad viva y activa en el recurrir de la historia de la salvación.

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    90 AOS SEMBRANDO EL EVANGELIO Pbro. Luis Manuel Daz

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    (Portada)

    SINOPSIS HISTRICA

    DE LA ARQUIDICESIS DE VALENCIA

    VENEZUELA (1922-2012)

    90 AOS SEMBRANDO EL EVANGELIO

    Pbro. Luis Manuel Daz

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    90 AOS SEMBRANDO EL EVANGELIO Pbro. Luis Manuel Daz

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    (Contraportada)

    Obras histricas del autor

    Notas para la Historia de la Parroquia Eclesistica de Chirgua (2002); Notas para la Historia de la Arquidicesis de Valencia (2002), publicado por la Alcalda de Valencia; Recopilacin Histrica de la Parroquia Eclesistica de San Rafael de Valencia (2003), publicado por la Universidad de Carabobo; Orgenes de la Parroquia Eclesistica de Tocuyito (2009); Origen de la devocin a Nuestra Seora del Socorro de Valencia (2010); Coautor del Libro Yo soy el Socorro de Valencia (2011), publicado por el Banco BOD

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    INDICE Dedicatoria

    Agradecimiento

    Presentacin

    Introduccin

    I.- Antecedentes Histricos.

    1.- Los inicios de una Iglesia pobre y saqueada (1530-1637) 2.- Consolidacin de la Vicara de Valencia (1637-1803).. 3.- Entre sueos y calamidades (1803-1922)..

    II.- Cronologa Eclesistica..

    1922 1923. 1924... 1925... 1926. 1927.. 1928.. 1929 1930.. 1931.. 1932 1933. 1934.. 1935. 1936. 1937. 1938.. 1939.. 1940.. 1941.. 1942. 1943 1944 1945. 1946. 1947. 1948. 1949. 1950. 1951. 1952. 1953.

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    1954. 1955. 1956. 1957. 1958. 1959. 1960. 1961. 1962. 1963. 1964. 1965. 1966. 1967. 1968. 1969. 1970. 1971. 1972. 1973. 1974. 1975. 1976. 1977. 1978. 1979. 1980. 1981. 1982. 1983. 1984. 1985. 1986. 1987. 1988. 1989. 1990. 1991. 1992. 1993. 1994. 1995. 1996. 1997. 1998. 1999. 2000. 2001.

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    2002. 2003. 2004. 2005. 2006. 2007. 2008. 2009. 2010. 2011. 2012..

    III.- Hacia una Iglesia Centenaria: Una mirada de fe

    1.- Los primeros Obispos de Valencia: 1922-1974 2.- Los Arzobispos de Valencia: 1974-2012.

    Bibliografa General

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    El hombre no vive slo del presente. Vivimos en una corriente mental temporal, recordando el pasado y mirando adelante con esperanza o con temor- hacia un futuro que se acerca

    (Arnold Toynbee, La Historia, prlogo, p.5).

    Celebrar un jubileo comporta una doble actitud: una mirada retrospectiva, hacia los

    orgenes y las races, hacia el pasado, para hacer memoria y, as, saber quines somos y de dnde venimos; y una mirada hacia el futuro, en gesto

    de apertura y actitud proftica, como quien escudria los nuevos signos de los tiempos, a

    fin de discernir los retos y los desafos de la Iglesia en la hora presente. (Excmo. Mons. Leonardo Sandri, Nuncio Apostlico en Venezuela, 13 de noviembre de

    1998)

    DEDICATORIA

    A nuestro Seminario Arquidiocesano Nuestra Seora del Socorro de Valencia,

    semillero de los futuros pastores de la Iglesia valenciana y venezolana.

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    AGRADECIMIENTO

    Al Excmo. Mons. Reinaldo Del Prette, Arzobispo de la Arquidiocesis de Valencia, por su cercana de

    Pastor y Amigo, y por el apoyo en la publicacin de este trabajo.

    Al Dr. Julio Centeno Rodrguez, Cronista Oficial del Municipio San Diego, por su amistad y

    paciencia en la correccin del contenido de la obra.

    Al Ing. Evencio Jos Daz, Cronista Oficial del Municipio San Joaqun, por las sugerencias,

    comentarios y criticas.

    Al Lic. Constantino No, profesor del Seminario Nuestra Seora del Socorro de Valencia, por su

    dedicacin en la correccin del texto definitivo.

    A las oficiales de la Curia Arzobispal de Valencia, la Sra. Lucy Castrilln y la Prof. Rosario

    Clemente, por su apoyo y diligencia en facilitarme el material archivado en la Curia. A los seminaristas del Tercer Ao de Filosofa (2012-2013) por ser los primeros en leer los borradores

    de este trabajo.

    Pbro. Luis Manuel Daz

    Miembro Correspondiente de la Academia de Historia de Carabobo. Miembro Activo de la Sociedad Divulgadora de la Historia Militar de Venezuela, Seccional Carabobo. Miembro

    Honorario de la Asociacin de Cronistas Oficiales de Carabobo. Actualmente es Vicerrector Acadmico del Seminario Arquidiocesano Nuestra Seora del Socorro de Valencia,

    Capelln Militar de la 41 Brigada Blindada, Fuerte Paramacay, Naguanagua; Confesor de las Hnas. Carmelitas, Monasterio Santa Mara Reina de los ngeles, en Chirgua; y Director del

    Archivo Histrico Arquidiocesano Mons. Gregorio Adam.

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    Palabras de presentacin

    Excmo. Mons. Reinaldo Del Prette Lissot

    Arzobispo de Valencia

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    INTRODUCCIN

    Un s a esta Iglesia concreta que nos envuelve, protege y sostiene como el regazo maternal

    [Homila del Jueves Santo (1974) del Excmo. Mons. Luis Eduardo

    Henrquez].

    La Iglesia como objetivo

    El presente trabajo de contenido histrico, en el nonagsimo aniversario de la Arquidicesis de

    Valencia, es un homenaje a Jesucristo, el Seor de la Historia, por tantos hombres y mujeres que han

    hecho posible esta Iglesia particular que peregrina en tierra carabobea. Estos hombres y mujeres son

    personas humanas que tienen nombres y apellidos y han plasmado su rostro humano en esta Iglesia. Es

    la Iglesia de Jesucristo, formada no por ngeles bajados del cielo, sino personas nacidas en esta regin

    y otras venidas de lugares lejanos, pero con el mismo espritu aventurero y tocados por el mismo

    milagro del llamado de Dios. Se convirtieron en discpulos del Seor para pastorear y recrear a una

    comunidad viva y activa en el recurrir de la historia de la salvacin.

    Por consiguiente, no se puede hablar de la Iglesia, sin hablar primero de la experiencia personal con

    Jesucristo. Si aquellos cristianos fueron hombres y mujeres de Iglesia, es porque fueron ante todo

    hombre y mujeres enamorados de Jesucristo, el fundador de la Iglesia. Sin Jesucristo no hay Iglesia. La

    Iglesia es un misterio, es humana y divina, y est insertada en la historia. Su fin es anunciar el reinado

    de Dios, y este anuncio se da por mediaciones eclesiales en el mundo. Dios est por encima de aquellas

    mediaciones (instituciones, estructuras y personas), pero la Iglesia es parte del proyecto de Dios. Con

    razn los primeros evangelizadores comprendieron que su misin era proclamar la Persona de

    Jesucristo. Con su testimonio y fidelidad nos dejaron un legado eclesial: un s a esta Iglesia concreta que nos envuelve, protege y sostiene como el regazo maternal.

    Dicho trabajo est divido en tres partes: En la primera parte queremos presentar en grandes rasgos

    los antecedentes histricos de la Iglesia valenciana (1530-1922). Es una Iglesia que se viene fraguando en el mismo momento de la fundacin de la Nueva Valencia del Rey. La segunda parte es el

    principio de crear una cronologa eclesistica desde la creacin cannica de nuestra Dicesis hasta hoy (1922-2012). Son dos partes de una misma realidad eclesial que se viene diseando e insertando en

    la vida social de la regin carabobea. Y finalmente, en la tercera parte, sintetizamos nuestra historia eclesistica en la labor apostlica de los Obispos y Arzobispos, con una mirada de fe

    hacia una Iglesia centenaria. Todo este trabajo estar sometido en el tiempo a la revisin y correccin de su contenido para una mayor comprensin y desarrollo de su historia.

    El objetivo de esta investigacin no es slo mirar hacia atrs, como la mujer de Lot, y quedarnos en

    el pasado, sino conocer el pasado para reflexionar y comprender, y as vivir con mayor esperanza el

    presente para encarar el porvenir. Hoy ms que nunca, nuestro catolicismo requiere hombres y mujeres

    que puedan pronunciar un s a esta Iglesia concreta. Entramos en un tiempo de la historia de la Iglesia, en el que no basta ser nominalmente catlico, sino testimoniar con valenta y coraje el ser miembro activo y decidido en la vida diocesana. Es saberse que soy catlico, que estamos en comunin y en sintona con el Obispo diocesano junto con el Prroco de cada comunidad cristiana. En

    fin, es ver la vida cotidiana desde la concepcin catlica, como termmetro de fidelidad a la Iglesia.

    Por eso, vale la pena interrogarse: Todava tiene sentido hablar de sentir con la Iglesia, de sentir en la Iglesia, de sentirse Iglesia?

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    Al historiar los hechos eclesisticos no lo hacemos con aire de triunfalismo, sino reconociendo ante

    todo que la Iglesia de Jesucristo est constituida por hombres pecadores, llenos de miserias y

    debilidades. El triunfalismo y la suntuosidad son el cncer de la Iglesia. Son muchas las sombras y las oscuridades del espritu humano, pero sobresalen las luces que permanecen ante la mirada de la

    investigacin y el estudio sistemtico que podemos presentar. Todos sabemos, desde la fe, que Dios se

    vale de todo para redimir a toda la humanidad; y a travs de su Hijo Jesucristo obra la salvacin por

    medio de la Iglesia. Por consiguiente, hacer historia eclesistica es poner nuestra mirada de fe en Aquel

    que es la Puerta de la esperanza, el Camino de la salvacin, la Verdad de la razn y la Vida misma de

    la Iglesia.

    Una Iglesia concreta

    Esta Iglesia de Cristo tiene rostro humano en cada miembro bautizado y forman una porcin del

    Pueblo de Dios. Esta Iglesia se concreta en la dinmica pastoral diocesana, es decir en la participacin y comunin de todos los fieles cristianos. En esta dinmica pastoral, que va ms all de la

    enmarcacin territorial y estructura fsica, se presenta y se vive en el sentido de pertenencia a la

    Arquidicesis de Valencia. La cabeza visible de esta porcin del Pueblo de Dios es el Obispo quien

    acta en nombre del Supremo Pastor Jesucristo. Sus colaboradores, los presbteros, son

    corresponsables del dinamismo y crecimiento de la fe de todos los bautizados. En esta estrecha

    colaboracin, Obispo y presbteros, y junto a ellos los seglares, quienes son la mayora que hacen vida

    en esta Iglesia diocesana, el Espritu Santo suscita los dones y los carismas. Sin cooperacin no hay

    edificacin. Todos tienen la misma dignidad, pues pertenecen al nico Pueblo reunido en la unidad del Padre, del Hijo y del Espritu Santo (LG 4). Por tanto, todos los cristianos, por ser miembros del Cuerpo, cuya Cabeza es Cristo (cf Ef 1,22), contribuyen a la edificacin de la Iglesia mediante la

    constancia de sus convicciones y de sus costumbres (CIC 2045).

    Una Iglesia que nos envuelve

    Esta plena comunin de la Iglesia diocesana, Don Supremo del Espritu Santo, debe y puede

    imprimir y definir lo particular de esta Iglesia valenciana. Todo ella envuelve la vida personal y comunitaria de sus miembros. No hay nada que pueda realizarse sin consentimiento de la comunidad

    diocesana, representada en la persona del Obispo diocesano. Aunque son muchos los carismas en los

    seglares, clrigos y religiosas, slo la Iglesia nos garantiza la validez y la sensatez de una

    espiritualidad. Sin espiritualidad no hay crecimiento pastoral. La espiritualidad diocesana es el signo de

    identidad del amor y de la fe por esta Iglesia que se inserta en cada parroquia o comunidad eclesial.

    Cada cristiano, con una espiritualidad bien definida y decidida, se hace sentir en la sociedad. Dicha

    espiritualidad tiene su fuente en la comprensin real y vivencial del primer sacramento recibido en la

    Iglesia.

    Una Iglesia que nos protege

    Cuando los miembros de una parroquia o comunidad eclesial se mantienen en comunin, la Iglesia

    de Jesucristo la protege del mal ms antiguo y moderno: la dispersin. Slo Jesucristo nos congrega en la unidad de la Iglesia universal y su permanencia sacramental nos garantiza su compaa hasta la

    eternidad. Los grandes males de la Iglesia nacen en la desunin de sus miembros y la ambicin profana

    del poder. Sin comunin no hay comunidad. Mientras somos peregrinos en este mundo, vivimos en

    comunidad con el gozo y la alegra de ser hijos de Dios. De ah nuestro profundo agradecimiento a

    Dios por muchos hermanos y hermanas que han sido y siguen siendo fieles testigos de su Hijo

    Jesucristo. La Iglesia aumenta, crece y se desarrolla por la santidad de sus fieles (cf LG 39), hasta

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    que lleguemos al estado de hombre perfecto, a la madurez de la plenitud en Cristo (Ef 4, 13) (CIC 2045). Dentro de la Iglesia hay salvacin. Es imposible hacer vida cristiana en paralelo a la vida

    diocesana. Este peligro no es un mero sentimiento de temor, sino una tentacin que puede provocar

    estar fuera de la Iglesia.

    Una Iglesia que nos sostiene

    El remedio saludable para estar dentro de la Iglesia es la vivencia plena de los Sacramentos; recordemos lo que dice el Catecismo de la Iglesia Catlica: El obrar cristiano se alimenta en la liturgia y la celebracin de los sacramentos (2047), especialmente la Eucarista. Ella sostiene a la Iglesia y la fortalece. Sin la Eucarista no hay comunin. En fin, la Iglesia vive de la Eucarista. En resumen, la Eucarista es el compendio y la suma de nuestra fe: Nuestra manera de pensar armoniza con la Eucarista, y a su vez la Eucarista confirma nuestra manera de pensar (San Ireneo de Lyon, Adversus haereses 4, 18, 5) (CIC 1327). Gracias a la celebracin de la Santa Misa y la escucha permanente de la Palabra de Dios en las parroquias o comunidades, todos los fieles cristianos

    permanecen unidos en el Seor. En el reconocimiento de nuestros pecados -somos una Iglesia de

    pecadores- la reconciliacin puede sanar los corazones divididos por la enemistad y por la diferencia de

    caracteres o personalidad. Cuando la persona de Jesucristo es el centro de nuestra espiritualidad, mayor

    es la experiencia eclesial o diocesana. Jesucristo sigue guiando a esta Iglesia particular y el

    protagonista de nuestra accin pastoral es el Espritu Santo.

    Una Iglesia amparada por la Madre del Socorro

    En estos 90 aos como Iglesia diocesana, la Arquidicesis de Valencia ha estado acompaada por

    una presencia excepcional y amorosa: Nuestra Madre Santsima, Nuestra Seora del Socorro de

    Valencia. Desde el nacimiento de esta Dicesis, ella acompaa e intercede por cada bautizado. Su

    presencia en la preciosa imagen de una dolorosa ha ayudado a cada cristiano a concretar su

    compromiso en esta Iglesia diocesana. Sin diocesinidad no hay compromiso cristiano. La vida

    diocesana se hace todos los das, y no slo en los grandes eventos sociales. La diocesinidad es

    cotidianidad para el catlico, tanto en su vida pblica como privada. Por eso, recurrimos a la Madre de

    Dios y Madre Nuestra para que nos ayude en la fidelidad de su Hijo y as poder mantener el s hasta la eternidad.

    El s de Mara Santsima es el mayor testimonio de fe para todos los bautizados de esta Iglesia que nos envuelve, protege y sostiene. Ella, la humilde sierva del Seor, es el Socorro de Valencia, el modelo sublime de la Iglesia. Acudimos en su presencia para que nos siga llevando a su Hijo querido.

    Mara del Socorro de Valencia: Bendice y consagra a nuestra Iglesia diocesana en este nuevo

    aniversario de su fundacin; que podamos aprender a decir siempre s en nuestra participacin activa y decidida por la construccin del reinado de tu Hijo, hoy y siempre. Amn.

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    I

    ANTECEDENTES

    HISTRICOS

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    I.- ANTECEDENTES HISTRICOS

    La Iglesia diocesana de Valencia tiene sus antecedentes en los primeros pasos de la creacin de la

    primera dicesis en tierra venezolana. Sin medios econmicos y materiales, en comparacin con otras

    Iglesias latinoamericanas, los misioneros se adentraron en el interior de los nuevos pueblos fundados

    por los espaoles. El avance de la evangelizacin va a la par con las nuevas fundaciones de los pueblos.

    Asimismo, el crecimiento econmico de la poblacin va paralelo a los grandes logros de la

    construccin del templo del pueblo o de la ciudad. No obstante, en muchos lugares o sitios se edific

    primero el templo y luego se verific la fundacin del pueblo.

    Este proceso histrico lo podemos dividir en tres perodos: El primero son los inicios de una Iglesia pobre y saqueada (1530-1637). No slo es una Iglesia pobre materialmente, sino tambin de agentes evangelizadores que puedan humanizar los nuevos pueblos. El lapso de este perodo

    comprende desde creacin de la Dicesis de Santa Ana de Coro (1530) hasta el traslado de su sede

    episcopal oficialmente manifiesto en la ciudad de Santiago de Len de Caracas (1637). El segundo

    perodo es la consolidacin de la Vicara de Valencia (1637-1803). La jurisdiccin eclesistica de Valencia tendra su radio de accin en la Iglesia parroquial, o como se le llamaba en aquel tiempo

    Iglesia Matriz de Valencia. En las visitas pastorales, los obispos podran conocer y hacer nuevas

    proyecciones sobre la realidad pastoral de su obispado.

    Desde la poca mal llamada colonial, el territorio de la Iglesia parroquial de Valencia se convierte

    en un paso obligatorio y un sitio estratgico para la accin pastoral del obispado de Caracas; y as se

    podra continuar con la obra evangelizadora en el centro territorial venezolano. Por esta importancia de

    la primera parroquia de Valencia, se eleva al rango de Vicara por el cual el prroco como vicario

    ejercera funciones propias del obispado de Caracas; y esto tendr su culmen cuando la Dicesis de

    Caracas adquiere la categora de Arquidicesis (1803). Y finalmente, en los avatares de las guerras

    independentistas y los tiempos de tirana y persecucin, la Iglesia de Valencia vive entre sueos y calamidades nuevas realidades donde se busca a crear una Iglesia particular con sus propias caractersticas (1803-1922).

    1.- LOS INICIOS DE UNA IGLESIA POBRE Y SAQUEADA: 1530-1637

    I

    La Iglesia venezolana tiene su origen en el proyecto de la evangelizacin pura de los primeros misioneros en la cultura indgena

    1. Con el contraste cultural espaol, estos misioneros tuvieron que

    reconocer lo heterogneo y la diversidad de los naturales. De grupos pacficos hasta guerreros, la

    penetracin de la fe es lenta y compleja por muchos factores; entre ellos, el maltrato de los

    conquistadores y la pobreza material, que ms adelante estudiaremos. En el perodo que nos ocupa

    (1530-1637), la Iglesia experimenta una confusin de poderes entre el obispado y la corona espaola.

    1 Vese Gonzlez Oropeza H., (1991), La Iglesia en la Venezuela Hispana, en: Los tres Siglos de Venezuela 1498-1810,

    Fundacin Eugenio Mendoza, Caracas.

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    Antes de conocer la primera Iglesia Parroquial valenciana, en lo que comprende actualmente la

    Arquidicesis de Valencia, es importante ubicarnos en los lmites del primer obispado de Venezuela.

    Segn la investigacin del historiador jesuita Hermann Gonzlez Oropeza, la primera Dicesis en el

    actual territorio venezolano se cre en la Provincia de Paria (en el oriente de Venezuela), en 1520. Se

    llamara Dicesis de Paria y su primer Obispo fue Pedro de Barvirio2, quien por diversas razones no

    lleg a tomar posesin de su cargo (Cf. 1990: 187). Pero la primera dicesis efectiva en Tierra Firme

    fue la Dicesis de Santa Ana de Coro, erigida por Clemente VII, el 21 de julio de 1530, por la Bula Pro

    Excellenti Praeminentia (Hernez, 1870: 115ss).

    Su primer Obispo fue Rodrigo de Bastidas (1532-1542)3. All se sucederan los 11 primeros

    obispos de la Dicesis de Venezuela hasta el traslado oficial de la sede episcopal a Caracas en 16374.

    Desde el tiempo de la fundacin se llamaba Dicesis de Venezuela y de Santa Ana de Coro, y al

    trasladarse la sede a la ciudad de Caracas, se llamara Dicesis de Caracas y Venezuela. Y como deca

    el recordado Padre Oropeza, la Iglesia venezolana naci signada por un ideal que se ha denominado patronato regio, al cual la corona espaola o el Estado pretenda mantener sometida y subordinada a

    la Iglesia en su misin evangelizadora, situacin que perdur despus de la Independencia y en la

    poca Republicana5.

    En las Actas del Cabildo Eclesistico de Caracas (1580-1770), el obispo se titulaba: Obispo de Venezuela y Provincia de Caracas, y de las Islas de Curazao, Aruba y Bonaire (Prez Vila, 1963:31). Aunque estas islas no pertenecieron a la jurisdiccin poltica de Venezuela, sin embargo,

    eclesisticamente, dependan de la Dicesis de Coro. La ciudad Santa Ana de Coro fue fundada en

    1527 por Juan de Ampes, quien desde su residencia en las Islas Curazao, Aruba y Bonaire, pasa a

    Tierra Firme y con autorizacin de la Audiencia de Santo Domingo6, funda el primer pueblo en las

    costas venezolanas.

    2 Segn el historiador lvaro Huerga (1992), lo ms curioso o lo ms absurdo- no es la ereccin de una dicesis en tierra

    de nadie (o, al menos en tierra an no cristianizada), sino la seguridad de que Pierre Barbier nunca pens a pastorear el

    presunto rebao sino en esquilmarlo, es decir, en obtener beneficios, que soaba ms pinges que los del deanato de Santo

    Domingo, que ya disfrutaba y que traspas, probablemente a venta, a Rodrigo de Bastidas hijo (p. 375). 3 El 11 de enero de 1531, el Consejo de Indias decide implantar una dicesis en la provincia de Venezuela, en Coro

    concretamente, y propone como candidato para obispo a Rodrigo de Bastidas. El 23 de abril del mismo ao, se ordena al

    embajador en Roma para que presente al Papa la splica de ereccin de dicesis y preconizacin de obispo. El 4 de junio de

    1532, el Papa crea en consistorio la dicesis de Coro y preconiza Rodrigo de Bastidas, y el 4 de diciembre, despus de

    recibir la ordenacin episcopal, erige cannicamente la catedral de Coro, que era una Iglesia hecha de pajas. 4 Es importante conocer las ventajas del traslado, segn las Actas del Cabildo Eclesistico de Caracas: El 7 de marzo de

    1638: por su naturaleza, habitada de muchos vecinos y forasteros, rica y abundosa de trigo, maz, cacao, corambre, y otros frutos; de apacible y saludable temele, y de muchos y buenos oficios, con estudio pblico de gramtica y dos

    conventos donde se lean artes y teologa, y donde resida el Gobernador y oficiales reales. p. 105-106. y se acord que en virtud de ella se tomase la posesin de esta Santa Iglesia constituida en catedral de este mismo da 7 de marzo, bajo

    el mismo titulo de Seora Santa Ana. p. 106. (Prez Vila, 1963). 5 La mentalidad del Nuevo Cdigo de las Leyes de Indias influy en los hombres de pensamiento de la Primera

    Repblica (Gonzlez Oropeza, 1977: 45). 6 La Tierra Firme venezolana dependi judicialmente de la Audiencia de Santo Domingo y durante toda la poca de los

    Austrias estuvo conformadas por una serie de gobernaciones o provincias, independientes entre s y sin una unidad

    superior que las aglutinara, por lo cual fue bastante frecuente el cambio de jurisdiccin de algunas de ellas,

    alternativamente bajo la dependencia de Santa Fe de Bogot o de Santo Domingo (Gutirrez Escudero, 2000: 461).

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    Una caracterstica de esta fundacin era la puesta en prctica de las ideas sobre la conquista

    pacfica7, de lo que derivarn los buenos oficios y contactos con los aborgenes caquetos. Este primer

    pueblo era mixto, constituido por espaoles buscadores de perlas y por los laboriosos aborgenes. En

    1541, Juan de Ampes haba dejado la gobernacin de la isla de los Gigantes y Coro, retirndose a

    residir de nuevo en Santo Domingo. Le sucedi en la gobernacin de Curazao y de Encomienda

    Lzaro Bejarano. Con esta designacin, la situacin con los aborgenes cambi drsticamente, al igual

    que las condiciones de los diezmos de la Iglesia de Coro8.

    El obispado de Coro surge en medio de la extrema pobreza material y de las constantes invasiones

    de los corsarios franceses, ingleses y escoceses. Para el momento de la conquista, los aborgenes en

    Venezuela comprendan un total de 350.000 habitantes, segn los clculos del investigador Cspedes

    del Castillo. Para el ao 1650, la poblacin era de 370.000 habitantes, compuesta por las diversas

    castas: 30.000 blancos; 30.000 negros; 280.000 aborgenes; 20.000 mestizos y 10.000 mulatos

    (Cspedes del Castillo, 1957: 505). Y esto, a pesar de las altas tasas de mortalidad y epidemia de peste

    y viruela.

    La tarea de la evangelizacin va a significar la implantacin del rgimen de las misiones por parte

    de los misioneros espaoles. El territorio va a sufrir gradualmente una transformacin en sitios,

    lugares, villas, pueblos y ciudades. Asimismo, a travs de las misiones, la poblacin evangelizada se

    transforma en Pueblos de Indios o en Pueblos de Doctrinas o de Espaoles y, finalmente, en Parroquias

    con prroco propio. La primera poblacin venezolana nace, como escriba el primer Obispo en carta al

    rey el 20 de enero de 1520, como una cosa encantada. De ah que se mezcla los buenos deseos de los evangelizadores con las ambiciones de los conquistadores, la defensa de los derechos de los aborgenes

    con la trata y los abusos de los mismos, y el sueo de El Dorado con la pobreza reinante de estas

    tierras.

    En 1535 en el territorio de la Gobernacin de Venezuela sobresalan dos pueblos Coro y Maracaibo,

    con 300 espaoles entre los cuales 30 estaban casados como Dios manda. Pronto en la poblacin se

    produce el avasallante mestizaje. Este proceso ser otra cosa encantada que dar origen a una nueva poblacin, una cultura con su propia idiosincrasia. Esta nueva cultura multitnica se va a reflejar en los

    libros parroquiales, como testimonio de una poblacin mestiza originante y originada.

    La presencia de la estructura parroquial, creada a la luz de la reforma tridentina, va a significar la

    creacin de una comunidad orgnica y dinmica en el devenir de los pueblos venezolanos. En esta

    nueva organizacin se establecieron elementos fundamentales para la vida parroquial: Se orden

    rigurosamente la obligacin de la residencia del prroco. Era el responsable directo y propio de la

    7 Aunque no fue tan pacfica, ya que diez aos ms tarde, cuando Ampes solicite la capitulacin de poblamiento de Coro,

    declarar que se sacaron entonces ms de 2.000 indgenas y fueron vendidos como esclavos a razn de hasta 100 pesos

    por cabeza, con letras esculpidas en las casas (Gonzlez Oropeza, 1990: 107). 8 El Obispo Agreda en una carta enviada al Rey, con fecha 17 de enero 1574, dice, con referencia a los aborgenes, que:

    Sera cosa muy necesaria, pues son libres y puestos en la corona real y no estn encomendados a nadie, vuestra Majestad

    mandase que en las dichas Islas que estn adjudicadas a este obispado se pusiese un sacerdote con salario siquiera de

    30.000 maravedes en cada un ao librados de la Caja del Nuevo Reino de Granada y sepa V. M. que el gobierno de las

    Islas se dio primero al factor Juan de Ampes y este acudi siempre con los diezmos a la Iglesia de Coro; Tuvo despus el

    dicho Gobierno su yerno Lzaro Bejarano, y est ahora en poder de su mujer, doa Mara de Ampes, y en tiempo de

    marido y mujer, nunca han acudido con los diezmos a la Iglesia de Coro ni a otra parte. Con vendra (sic) que vuestra

    Merced mandase que pagase el diezmo pasado y por venir a la Iglesia de Coro y que la Gobernadora de las dichas Islas

    (Mara de Ampes) o a lo menos ayudase a pagar el dicho sacerdote (Citado por Valpuesta Abajo, 2004).

  • .

    90 AOS SEMBRANDO EL EVANGELIO Pbro. Luis Manuel Daz

    16

    instruccin religiosa de los fieles, con una catequesis apropiada, sistemtica y metdica. Era tambin

    responsable de la asistencia a los enfermos y de la celebracin de todos los ritos religiosos de la

    parroquia9. Por otra parte, se busc superar la falta de formacin que tenan los presbteros o prrocos

    en el servicio parroquial10

    . De ah la esmerada preparacin teolgica, espiritual, pastoral y humanstica

    que se pretenda en los seminarios tridentinos.

    Cada parroquia deba tener sus lmites territoriales bien definidos para evitar discusiones sobre

    competencia. Pero no deba ser tan extenso el territorio que le impidiera al prroco conocer

    personalmente a sus fieles. Si estos fuesen excesivamente numerosos, el prroco se procurara un

    nmero suficiente de sacerdotes para desempear todas las obligaciones. All donde la parroquia fuese

    excesivamente extensa, habra que proceder a su desmembracin y a la creacin de otras nuevas,

    asignndoles una porcin de los bienes de la Iglesia matriz11

    . En fin, como indica Casiano Floristn

    (1994), el problema de fondo planteado en tiempos de Trento no era el nmero de feligreses por parroquia, sino la concepcin beneficial y territorial de la Iglesia dividida en parcelas (p. 16).

    Esta doctrina de la organizacin parroquial lleg a la Iglesia de Amrica a travs de las Leyes de

    Indias, en las cuales se percibe la preocupacin de construir iglesias parroquiales en los Pueblos de

    espaoles o de indios12

    . La famosa obra teolgica del obispo de Quito, Alonso de la Pea

    Montenegro13

    (1995), Itinerario para prrocos de indios, en el libro I, tratado primero, seccin I,

    numeral 10, haca la siguiente definicin:

    [La] parroquia no es otra cosa que una divisin del cuidado de sus ovejas, reducido a una iglesia,

    a donde concurren los feligreses a ser administrados, la cual ha de tener sealado distrito,

    limitado con sus trminos. Cuatro condiciones han de tener una iglesia, para que se diga

    parroquial. La primera es que el cura de ella tenga potestad de ligar y absolver a los

    parroquianos. La segunda, que la iglesia tenga sealado distrito, con sus trminos asignados por

    el ordinario. La tercera, que el prroco por s y con jurisdiccin ordinaria administre sus sbditos

    y feligreses. La cuarta, que el prroco slo sea admitido al servicio de dicha iglesia y slo l tenga

    por su cuenta la administracin del pasto espiritual de los vecinos sujetos a dicha iglesia (p.81).

    Era necesario construir el templo y la casa parroquial para lograr y garantizar el servicio pastoral,

    de ah que las Leyes de Indias mandaba, que:

    9 En la sesin 22 (17 Sept.1563), Decretum de observandis et vitandis in celebratione missarum se manda a los pastores

    de almas que amonesten a los fieles a que acudan con frecuencia, especialmente los domingos y fiestas principales, a las

    parroquias (Garca y Garca, 1996: 30). 10

    El decreto De reformatione, correspondiente a la sesin XXI del 16 de julio de 1562, en el capitulo 6 manda que a los

    prrocos ignorantes se les pongan vicarios interinos. 11

    Mediante el decreto De reformatione, correspondiente a la sesin XXIV del 11 de noviembre de 1563, la parroquia es

    considerada como el rgano principal de la pastoral y se prescribe que cada parroquia tenga lmites bien definidos. 12

    Declaramos y mandamos, que la parte con que han de contribuir los vecinos Encomenderos para fbrica de las

    Iglesias Parroquiales, se ha de entender con los vecinos y moradores encomenderos de cada Pueblo, siendo Parroquianos

    y recibiendo en las Iglesias que se tratan de fabricar los Santos Sacramentos, y no en otra forma. () todos los Pueblos de Indios, as los que estn incorporados en nuestra Real Corona, como los encomendados otras cualquier personas, se

    edifiquen Iglesias donde sean doctrinados y se les administren los Santos Sacramentos, y para esto se aparte de los tributos

    que los Indios hubieren de dar Nos y sus Encomenderos cada ao lo que fuere necesario, hasta que las Iglesias estn

    acabadas () Tomo I, libro I, ttulo segundo: De las Iglesias Catedrales, y Parroquiales. 13

    Alonso de la Pea Montenegro (1596-1687) fue el undcimo obispo de San Francisco de Quito. Haba nacido en Padrn

    (La Corua, Espaa), el 29 de abril de 1596. Tom posesin cannica el ao 1654 y, 14 aos despus, en 1668 publica el

    libro Itinerario para prrocos de indios. Falleci en la misma ciudad, a los 91 aos de edad, el 12 de mayo de 1687.

  • .

    90 AOS SEMBRANDO EL EVANGELIO Pbro. Luis Manuel Daz

    17

    Las Iglesias Parroquiales que se hicieren en Pueblos de Espaoles, sean de edificio durable y

    decente, y la costa que en ellas se hiciere se reparta y pague por tercias partes: la una de

    nuestra hacienda Real: la otra costa de los vecinos Encomenderos de Indios que hubiere en

    ella y su comarca: y si en los trminos de la Ciudad, Villa Lugar estuvieren incorporados

    algunos Indios en nuestra Real Corona: Mandamos que tambin contribuya () Declaramos y mandamos, que la parte con que han de contribuir los vecinos Encomenderos para fbrica de las

    Iglesias Parroquiales, se ha de entender con los vecinos y moradores encomenderos de cada

    Pueblo, siendo Parroquianos y recibiendo en las Iglesias que se tratan de fabricar los Santos

    Sacramentos, y no en otra forma. (Tomo I, libro I, ttulo segundo: De las Iglesias Catedrales, y Parroquiales).

    Con esta definicin podemos percatarnos de la importancia que adquiri la Iglesia parroquial en

    los orgenes de la Nueva Valencia. Es indudable que sus orgenes se remontan al primer pueblo

    fundado en el actual territorio del Estado Carabobo: Borburata. En la actividad episcopal del primer

    obispo de Venezuela, don Rodrigo de Bastidas, no encontramos informacin de los inicios del pueblo

    de Borburata, tal vez por la inestabilidad de su episcopado entre Santo Domingo y Santa Ana de

    Coro14

    . El segundo obispo, don Miguel Jernimo de Ballesteros (1543-1556), hace referencia al

    Puerto de Borburata, como el tercer pueblo de la Dicesis de Venezuela. Este obispo, superando todos

    los inconvenientes personales y de su extrema pobreza, lleg a la ciudad de Coro en 1547. En una

    Relacin fechada en 155015

    , informaba al Rey del famoso Puerto de Borburata, poblado por comisin

    del licenciado Juan Prez de Tolosa, con poder de Teniente en 154616

    . En dicha Relacin el obispo

    suplicaba al rey que nombrase un alcalde mayor para el pueblo de Borburata, que estaba bajo la

    advocacin de Nuestra Seora de la Concepcin; el candidato que propona era don Martn de

    Arteaga, un hombre que haba tenido buenos tratos con los aborgenes del lugar. La poblacin haba

    crecido y en el Puerto tena lugar la entrada y salida de muchas personas, y el comercio era muy

    prspero.

    El Obispo Ballesteros tena el nombramiento oficial de Protector de Indios, al igual que su antecesor.

    Por esta razn, denunci ante el rey las incursiones de algunos espaoles que maltrataban a los

    14

    Comenta el historiador Rafael Fernndez Heres (1999), que este Obispo no se ve animoso en el pastoreo espiritual de su

    grey, se posesion personalmente del obispado en 1534, y fue ms el tiempo que estuvo ausente de la sede episcopal,

    residiendo en Santo Domingo donde tena bienes y familia, siendo tan notorio su ausencia que el Rey en 1537 le orden su

    traslado a Coro (p. 72). 15

    Dicho informe tiene como fecha el 20 de octubre de 1550, y explicaba que: esta gobernacin que est poblada ms de veinte aos, y que los indios naturales que se haban convertido a Nuestra Santa Fe Catlica, no haban odo misa los

    domingos y fiestas de guardar, ni se haban confesado una vez en el ao como eran obligados (). Hall en seis pueblos de indios, de esa nacin caquetos, comarcanos a la ciudad de Coro, hasta 400 indios e indias, y entre ellos muchos que

    haban recibido agua del bautismo, y otros casados a ley y bendicin. Y estos pueblos tambin hall indios cristianos

    amigados con indias infieles e indias cristianas con indios infieles, que todos usan de sus ritos y ceremonias (Maldonado, 1973: 110). 16

    Segn Fray Pedro de Aguado (1963), Teniendo ya el licenciado Tolosa la tierra y bullicios de los espaoles todo

    asentado y sosegado, habiendo enviado a su hermano Alonso Prez de Tolosa a poblar a Sierra Nevadas () como quedase Juan de Villegas en el cargo de Teniente de gobernador y acompaado de mucha gente que an haba quedado en

    Tocuyo y como el era hombre que diversas veces, por su antigedad haba andado aquellas provincias y tierras por muchas partes tenan noticias de que en la provincia de la Borburata haba algunos naturales donde se podan sustentar y

    entretener parte de los espaoles que con l estaban y as envi un capitn , llamado Pedro lvarez, con cuarenta hombre

    a poblar aquella provincia, el cual pobl en la costa del mar el pueblo que comnmente llaman de la Borburata por ser as llamada antiguamente esta provincia donde est poblado, de sus naturales y moradores (pp. 293-294).

  • .

    90 AOS SEMBRANDO EL EVANGELIO Pbro. Luis Manuel Daz

    18

    aborgenes de Borburata, y buscaba la perdurabilidad de la poblacin. En su lucha por el desarrollo de

    la misma, mand construir un ingenio de Azcar y una fortaleza con los colonos alemanes que

    aspiraban descubrir minas de oro17

    . A pesar de estas estrategias de fundar una poblacin segura y

    estable, los pobladores sufrieron, en varias etapas de su historia, los ataques de los feroces corsarios.

    De ah el desplazamiento de algunos de sus pobladores hacia la ribera del Lago de Valencia. La

    fundacin de Valencia tuvo lugar en el tiempo del segundo Obispo de Venezuela.

    II

    Los resultados que arroja el libro Orgenes de Valencia del Hno. Nectario Mara, nos llevan a

    matizar con mayor profundidad la cuestin de la fundacin de Valencia. La reputacin de este gran

    investigador y educador, que se refleja en todas sus publicaciones -la bibliografa consta de ms de 100

    ttulos-, nos lleva a detenernos en su obra histrica para conocer las razones que lo llevaron a escribir

    los Orgenes de Valencia. Llega a decir que:

    Despus de muchos aos de incesantes investigaciones, hemos reunido un copioso acervo

    documental que nos permite publicar el presente estudio histrico-crtico, que refleja la verdad

    de los acontecimientos y esclarece circunstancialmente los orgenes de la floreciente ciudad del

    Cabriales, cuna de ilustres varones y asiento de un pueblo laborioso y culto, que es honra y

    gloria de nuestra querida Venezuela18

    .

    Seala que los datos que aporta el historiador Jos de Oviedo y Baos, en su libro Historia de la Conquista y Poblacin de la Provincia de Venezuela, publicada en 1723, son falsos19. Segn el testimonio del cronista Antonio Len Pinedo, hace constar que en 1608 exista en el Archivo de Indias

    un documento del ao 155320

    , que contena los datos de la fundacin de Valencia, efectuada en aquel ao, por el licenciado Alonso Arias de Villasinda. El Hno. Nectario concluye diciendo que quedan as

    anulados tambin todos los dems escritos aparecidos despus y que repiten el error de Oviedo y

    Baos.

    El Hno. Nectario vuelve a polemizar con el historiador Oviedo y Baos al refutar la fecha de fundacin de Borburata, y sostiene que la verdadera fecha fue el 10 de abril de 1551 y no el 26 de mayo de 1549. Resalta la figura del capitn Vicente Daz Pereira, como uno de los fundadores

    17

    La presencia de los colonos alemanes data desde el ao 1529. Era una cadena de empresa de los Welser que se dedicaban

    a trabajar como arrendatarios de minas y como banqueros. Su presencia dur hasta el ao 1546. Sin embargo, a pesar de

    cesar de hecho la gobernacin alemana de Venezuela, sta fue considerada como existente por sus habitantes y sus

    gobernadores, pues en el ao 1551 una carta de Borburata, en el cual se piden al emperador algunos privilegios, el

    representante de dicha ciudad, capitn Luis de Narvez, se dirigi a los seores Bartolom y Antonio Welser, por ser los

    dueos de la tierra (Morales, 1982: 600). 18

    Nectario Mara [Praln], Orgenes de Valencia (Historia Documental de los Orgenes de Valencia, Capital del Estado

    Carabobo Venezuela-), Escuelas Profesionales Sagrado Corazn, Juan Bravo, 3, Madrid 1970, 21. 19

    Este historiador fue el que cre la tradicin historiogrfica en el cual la ciudad de Valencia fue fundada en el ao 1555. Los historiadores nacionales (como el escritor venezolano Andrs Bello) y regionales, se acogieron a lo afirmado por Oviedo y

    Baos. Tambin a nivel internacional, por ejemplo, el historiador Francisco Morales Padrn afirma que el hombre que realiz

    la misin de sometimiento y elev la ciudad de Valencia del Rey (1555) a orillas del lago Tagariagua [Valencia] fue Alonso

    Daz Moreno. Historia del Descubrimiento y Conquista de Amrica, Editora Nacional, 4 edicin, Madrid, 1981, 603. Tal

    tradicin historiogrfica fue rota por el Hermano Nectario. 20

    Nectario Mara, Orgenes de Valencia, o. c., 26. En ese mismo documento hace constar que en el ao 1555 a la iglesia de Valencia 300 pesos de difuntos, 10 de octubre. p. 27.

  • .

    90 AOS SEMBRANDO EL EVANGELIO Pbro. Luis Manuel Daz

    19

    prominentes de Valencia, que haba llegado desde la ciudad de Coro a la poblacin de Borburata en

    1551. Fue siempre caudillo y valeroso conquistador que decidi acrecentar el desarrollo de Borburata buscando un lote de ganado vacuno y caballar. Despus de una exitosa travesa, logr encontrar un valle apto para la ganadera, pero fuera de aquella poblacin. En aquel lugar fund un

    hato y un casero que, poco despus, fue base de la ciudad de Valencia. Pero lo que motiv que un

    grupo de vecinos de Borburata se radicasen en Valencia fueron las incesantes molestias y asaltos por

    parte de los corsarios franceses.

    Es importante destacar en este captulo las fuentes que estudia el Hno. Nectario: los documentos que

    tienen como fecha 1609 que son los mismos documentos que hizo referencia el Pbro. Farret Ravents en 1934- y se encontraban en el archivo de la Catedral de Valencia. De ah extrae, de

    algunos testigos que conocieron a Vicente Daz, la siguiente conclusin: Vicente Daz fue el iniciador

    y fundador de un hato, que poco despus fue erigido en ciudad con el ttulo de Nueva Valencia del

    Rey, por el capitn Alonso Arias de Villasinda. En fin, no hay duda que el fundador de Valencia fue

    Alonso Arias de Villasinda y el cofundador Vicente Daz.

    Cualquier historiador debe tomar en serio estos nuevos planteamientos y volver a retomar un

    estudio sistemtico y cuidadoso sobre los documentos en cuestin. Vale la pena, por ejemplo, volver a

    releer y a estudiar el famoso documento fechado en 1609 que se encontraba en el Archivo de la

    Catedral de Valencia21

    . Por dicho texto conocemos los primeros avatares de los orgenes de la ciudad;

    uno de los testigos, que figura en l, fue Andrs Hernndez, de ms 80 aos, cuya declaracin lleva

    fecha de 28 de agosto de 1609 (Cf. 1970: 126-128). Este testigo nos da una idea de las primeras

    familias que se establecieron en la ciudad de Valencia provenientes de Borburata:

    () el Capn. Bisente Dias bino a la ciudad de Coro con la dha. Mara de las Nieves su lejtima mujer y que en ella fueron reputados y tenidos por personas nobles y principales y que los

    llamaban los montaeses por ser de las montaas de Len y que en la junta de los soldados que

    se hizo para la conquista y pasificacin del pueblo de la Borburata bino este testigo (p. 126).

    De la conquista y pacificacin del capitn Vicente Daz no se menciona una poblacin de aborgenes

    en el lugar donde sera el asentamiento de la ciudad22

    , pero s seala que tuvo grandes dificultades en la

    travesa con los aborgenes ubicados en Mariara, en los valles de Aragua. Todava la poblacin era

    pobre.

    () y el dho. Capn. Bisente Dias y que en ella se pasaron grandsimos trabajos, hambres y necesidades porque todas las correras se hasan a pie y en muchas de ellas se coman rayses

    silvestres por necesidad y que para correr la tierra fue nombrado por caudillo el dho. Capn.

    Bisente Dias en que se ocup ms de tres meses en bolber al real en que tubo grandes

    guasabaras de los yndios y en el ro de Mariara fue de manera que hirieron al dho. Capn.

    21

    Hemos cotejado este documento con otro documento del ao 1736 sobre la legitimidad y limpieza de sangre del Capitn Vicente Daz, Archivo Nacional, Primera Seccin, La Colonia, N 17. 22

    Esto significa que no ocurri como en los grandes imperios de los incas o aztecas, que con la destruccin de los templos

    e dolos comienza a afianzarse institucional y materialmente la Iglesia en los nuevos territorios (Chocano, 2000: 120).

    Del mismo modo, dice el padre Hermann Gonzlez (1990) que es comprensible que ms de un estudioso de nuestro

    pasado le resulte perturbador el proceso de conquista venezolano, porque no encuentran los rasgos de la epopeya

    mexicana o peruana. No hubo la toma de poder lograda en esos imperios con el asalto a sus centros urbanos; menos la

    superposicin de un nuevo poblamiento hispano sobre el plan poblacional indgena (p. 91).

  • .

    90 AOS SEMBRANDO EL EVANGELIO Pbro. Luis Manuel Daz

    20

    Bisente Dias y a este testigo y otro cinco o seys soldados que por la necesidad que pasaban

    siempre se juzg muriramos los ms eridos y habiendo buelto al real con apuntamiento de la

    tierra se pobl en nombre de su Mag. en la costa de la mar el pueblo de la Borburata

    ocupndose en descubrir algunas minas de oro... (p. 126).

    A pesar del sueo dorado de los conquistadores, tuvieron que dedicarse a la siembra y a la cra de

    ganados para el sostenimiento de sus familias.

    () y de all se fue el dho. Capn. Bisente Dias a la Ysla de Margarita a comprar ganado para que el dho. pueblo fuese en aumento y abiendo ydo sabe este testigo compr cantidad de ganado

    bacuno y algunas cabalgaduras y con sus trasas y buenos modos junt gran cantidad de soldados

    y trayendo dho. ganado por los llanos parecer imposible saliese con l por la mucha suma de

    caribes yndios de guerra de que estaban llenos todos los llanos y as contaba dho. Capn. y los

    soldados que muchos das para pasar caminando era forsoso aser grande vanguardia e ir

    peleando y as le conosi el grande peligro que trajeron pues le mataron cinco soldados en que

    no se puede poner en duda que el Capn. Bisente Dias era hombre de grandsimo balor pues sali

    con su yntento (p. 127).

    A causa de esta gran odisea, el capitn Daz se va ganando la reputacin de ser el primer poblador

    de la ciudad de Valencia.

    () y lleg a la dha. Borburata y asi fue resebido con mucha alegra de todos ass por el dho. ganado como por los soldados que aba traydo porque los que all estaban eran pocos y por el

    cressimiento que tubo el dho. ganado lo pas al llano y por el riesgo que en el dho. pueblo aba

    de enemigos y pobl un Ato con l en el sitio donde oy est poblada la siudad de la Valencia...

    (p. 127).

    Es curioso que el testigo Andrs Hernndez (y los otros seis testigos) slo mencione como

    poblador importante del hato al capitn Daz, destacando su gran generosidad.

    () y por el grande agasajo que todos tenamos en el dho. Capn. que del multiplico de dho. ganado les dio a muchos besinos para que criasen como a este testigo le dio sin ynters ocho

    novillas y dos toretes por cuya causa se ha multiplicado de este ganado el sustento de toda esta

    gobernacin de donde ay la gran suma que se sabe(p. 127).

    Al establecerse en el hato, dicho lugar se convirti en un paso obligatorio para la conquista y

    pacificacin de la futura ciudad de Caracas.

    () y estando este testigo en la siudad de la Balensia en compaa del dho. Capn. lleg a ella el Capn. Diego Lozada con Infantera espaola para la conquista y pasificacin de esta ciudad y

    sabe l que el dho. Capn. Diego de Losada hiso muchas delijensias por traer en su compaa al

    dho. Capn. Bisente Dias (p.128).

    Otro testigo, el alfrez Juan de ngulo, de ms de 78 aos, el 21 de septiembre de 1609,

    declaraba que despus de la conquista y pacificacin de los valles de Caracas23

    , Vicente Daz:

    23

    La ciudad de Santiago de Len de Caracas fue fundada el 25 de julio de 1567 (Cf. H. Nectario, 1967).

  • .

    90 AOS SEMBRANDO EL EVANGELIO Pbro. Luis Manuel Daz

    21

    () se fue a la Balensia por reparar tambin no la despoblasen los Jirajaras de la probinsia de Nirva que con mucha delijensia procuraban despoblarla asiendo muchos daos a los besinos y a

    sus asiendas que por ello se fueron algunos a vivir a otras partes y el dho. Capn. Bisente Dias

    sus hijos y yernos la defendieron y han defendido asta oy que permanese con mucho lucimiento...

    (p. 128).

    En cuanto a la pacificacin de los aborgenes de Nirgua, todava a principio del siglo XVII, el

    capitn Alonso Surez del Castillo, quien haba desembarcado en el Puerto de La Guaira el 25 de julio

    de 1602, ordenaba a las milicias caraqueas el sometimiento de dicho aborgenes (Morn, 1971: tomo

    III: 121). En 1610 intenta Garca Jirn reducir a los indios de Nirgua por medio de persuasiones. (Ib., 131). En el territorio donde se iba asentar la ciudad de Valencia ya no haba presencia significativa

    de aborgenes, como en las zonas de Vigirima, Yagua24

    , Agua Caliente, Mariara, Los Guayos, San

    Diego y Guacara. As pues, la ciudad naciente sera un paso estratgico y obligatorio para la fundacin

    de la ciudad de Caracas. De ah que desde el principio de su fundacin, la ciudad de Valencia se

    consider como pueblo de espaoles por el cual se creaba el curato de Valencia.

    A la llegada del Tercer Obispo fray Pedro de Agreda, de la orden de Santo Domingo (1561-1580)

    en tierra carabobea, la situacin pastoral segua siendo precaria. Primero, por la falta de sacerdotes y

    misioneros para el avance evangelizador de los pueblos; y segundo, por el estado blico reinante, y es

    que la conquista armada haba hecho sentir todo su peso y los aborgenes prcticamente haban sido

    aniquilados. Haba todo un ambiente de guerra en esta Tierra Firme, las tribus luchaban entre s y con

    el poder invasor. Para este tiempo, la ciudad de Coro estaba despoblada y sin el volumen de naturales

    de los primeros aos de la conquista.

    Por la incansable labor pastoral del obispo Agreda, se ir logrando el establecimiento de las

    doctrinas en el dominio de las encomiendas25

    , que de haber sido las tales encomiendas instrumentos de

    civilizacin, desterrando de su mbito el sentido de la esclavitud y del maltrato a los aborgenes,

    podran calificarse como el primer intento evangelizador puro26

    .

    24

    El ao 1673, el licenciado Gernimo Riveros informaba que en el valle de Yagua no haba Iglesia y (.)esta encomienda fue considerable, y por los malos tratos de los encomenderos, irn migraciones a la costa de la mar; se hayan

    hoy en estado de acabarse pues los varones no pasan de veinte y estos la mitad huidos, con que por su tenicidad parece no

    tener fuerzas bastantes para fabricar iglesia, y cosa mia, con los ms adorantes soy de parecer no hay inconveniente para

    agregarlos a esta de Guacara, como tambin no le hay en que todos estos pueblos se uniesen (A 45, C 26, D 1). 25

    La encomienda en s tena entre otras razones la de asegurar el servicio de los indios, la explotacin de las minas y

    habituar a los naturales al trabajo, educarlos para la vida civilizada y cristiana, recompensar a los conquistadores por sus

    hazaas. El indio no era vasallo del encomendero, sino del Rey. La encomienda estaba encaminada a ser el primer ncleo

    social y religioso de la nueva sociedad de las Indias (Maldonado, 1963: XI). A partir de 1696 los reyes haban intentado abolir las encomiendas. Las cdulas despachadas en 1720, 1735, 1776, 1777 y 1801 consiguieron suprimirlas en algunos

    lugares de Amrica (Cf. Mira, 1977: 94-155). 26

    En el pensamiento de los primeros misioneros, las encomiendas eran necesarias para la cristianizacin, por ejemplo en la

    ciudad de Mxico: Fray Martn de Valencia y otros cinco franciscanos escribieron al Emperador en 1526 emitiendo su

    juicio sobre la conveniencia de las encomiendas. A su parecer, stas eran necesarias por lo que suponan de mtodo

    capilar para la cristianizacin de los indios. Donde no hubiese encomiendas, argumentaban los religiosos, no habra

    espaoles. La ausencia de stos imposibilitara toda comunicacin entre infieles y cristianos, siempre provechosa para los

    primeros () Estos traeran espaoles a las aldeas de indios, y de entrambos resultara un solo pueblo cristiano, ya que los infieles se iran paulatinamente convirtiendo bajo la influencia religiosa de los espaoles (Borges, 1960: 425-426).

  • .

    90 AOS SEMBRANDO EL EVANGELIO Pbro. Luis Manuel Daz

    22

    Segn informe del Obispo Agreda al rey, fechado en 1560, en la Gobernacin de Venezuela haba al

    comienzo de su pontificado siete pueblos, entre los cuales estaban Santa Ana de Coro, El Tocuyo,

    Barquisimeto, Nirgua, Nuestras Seora de la Concepcin de Borburata y Valencia, sumndose en

    1567, dos pueblos ms, el uno Santiago de Len de Caracas y el otro, a la orilla del mar, Nuestra

    Seora de Caraballeda. Es de notar que de aquellos siete pueblos que encontr el obispo, slo en cuatro

    de ellos haba asistencia de sacerdotes. Pero lo ms grave, como consecuencia de lo anterior, era que

    sin presencia de sacerdotes de los otros pueblos, no era posible atender espiritualmente a los naturales

    que vivan bajo el rgimen de las encomiendas, permaneciendo dichos naturales slo como esclavos de

    los espaoles sin ningn tipo de instruccin religiosa.

    Los primeros evangelizadores en tierra carabobea fueron del clero secular27

    . Desde los orgenes de

    Valencia esta presencia significara un estilo propio en la conformacin de la Iglesia parroquial bajo la

    advocacin de Nuestra Seora de la Anunciacin. A partir de aqu, esta parroquia se despliega por toda

    la regin valenciana como nico centro parroquial en el siglo XVII, hasta que llega a crearse a

    principio del XVIII las parroquias: San Agustn de Guacara, que vena actuando como tierra de

    encomiendas; y en el eje occidental de Carabobo, San Jos de Canoabo, que pertenencia a la vicara de

    Nirgua. Ms adelante volveremos a escribir sobre estas parroquias.

    En cuanto a la Iglesia parroquial de Valencia, en dos documentos inditos que reposan en el

    Archivo de Indias, con fecha 5 de enero de 1562, conocemos su realidad social y eclesial a finales del

    siglo XVI28

    . Son dos cartas con el mismo contenido donde los alcaldes y regidores de la ciudad le

    27

    La publicacin de los informes de los obispos Ballestero y Agrada por Monseor Maldonado (1973) nos lleva a la

    conclusin que los primeros evangelizadores en el estado Carabobo fueron del clero secular, ya que no se menciona a

    ningn religioso del clero regular. Segn el obispo Agrada en el pueblo de Borburata siempre hubo sacerdote secular

    pagado de la Caja Real, hasta que se despobl por las invasiones de los franceses (Cf. pp. 105-355). 28

    Copio los textos para los interesados en la investigacin: /folio 1/ /Poder de la iudad de la nueva valencia a Gonalo de

    los rios para pedir mercedes a su magestad. Sepan quantos esta carta de poder vieren como nos el conejo justiia e

    Regimiento de la iudad de la nueva valenia del rrey de la governain de beneuela de las yndias e tierra firme del

    oeano estando juntos a nuestro cabildo segund lo avemos de huso e costunbre conviene a saber juan larios e pedro perez

    alcaldes hordinarios de la dicha iudad por su magestad e alono cabello, loreno martinez e anbrosio perez regidores

    della. Otorgamos e conoemos por esta presente carta que damos e otorgamos todo nuestro poder cunplido segund le

    avemos y tenemos en nombre de la dicha iudad y de fecho y de derecho mas puede y deve valer a vos gonzalo de los rios

    vezino de la iudad de la nueva Segovia de barquiimeto de la dicha governaion especialmente para que en nombre de la

    dicha iudad podays paraer e parescays ante su magestad e ante los seores presidentes e oydores de su consejo de las

    yndias que rreside en los Reynos despaa e ante quien e con derecho devais e pedir e suplicar a sus magestad atento a ques

    pobre de minas e a sido robada de franeses dos vezes e agora hultimamente del tirano lope de aguirre que en la dicha

    governaion se desbarato el cual baxo del peru con ierta gente e bolvia por ella a se alar con el, le haga mered no se

    lleve el oro que los vecinos fundieren e sacaren de minas mas de la veyntena parte por treyta aos e diez mill pesos

    librados en el cabo de la vela para propios de la dicha iudad e mill / licencias (sic) para poder pasar a yndias negros, e

    que en ella aya dos sacerdotes atento a que muchas vezes no ay misa por no aver mas de vno y estar enfermo e todas las

    demas cosas que os pareiere ser vtiles e provechosas a la dicha iudad e erca y en razon de lo suso dicho en nombre

    della presentar qualesquier peticiones e provanas e sacar e ganar qualesquier provisiones que convengan e fueren

    neesarias e hazer todas las diligenias que la dicha iudad haria siendo presente avnque rrequieran poder mas espeial o

    presenia personal que quan cunplido e bastante poder como le avemos y tenemos para lo suso dicho otro tal y ese mismo

    le damos a vos el dicho gonalo de los Rios con sus ynidenias e dependenias anexidades e conexidades con poder de

    sostituyr en vuestro lugar y en nombre de la dicha iudad vn procurador dos o mas y los revocar e hazer otro de nuevo los

    quales ayan este poder segund que vos e vos relevamos a vos e a ellos segund derecho e prometemos de aver por firme e

    valedero este dicho poder y lo que por virtud del fuere fecho dicho e procurador so espresa obligaion que para ello

    hazemos de los propios e rentas de la dicha iudad avidos e por aver en testimonio de lo qual lo otorgamos antel presente

    escrivano publico e testigos que fue fecho e otorgado en la dicha iudad de la nueva valencia a inco dias del mes de

    henero / ao del nasimiento de nuestro salvador Jhesuchristo de mill e quinientos e sesenta e dos aos testigos que fueron

  • .

    90 AOS SEMBRANDO EL EVANGELIO Pbro. Luis Manuel Daz

    23

    otorgaban poder al seor Gonzalo de los Ros, vecino de la ciudad de Barquisimeto, para suplicar ante

    la corona varias consultas, y suplicaban:

    que no se lleve del oro que los vecinos della fundieren e sacaren de minas mas de la veyntena parte por treynta aos atento a que las minas son muy pobres y la tierra estar muy neesitada

    por los robos de franeses y hultimamente el del tirano lope de Aguirre que en la dicha

    governacion fue desbaratado... que su magestad le haga mered de diez mill pesos librados en el

    cabo de la vela para propios de la dicha iudad atento a las cavsas suso dichas e que no tiene

    ningunos. () mill lienias para poder pasar esclavos a yndias. () que en la dicha iudad aya dos sacerdotes atento a la neesidad que dellos tiene y por que muchas vezes no se dize misa

    ni se administran los sacramentos por no aver mas de vno y estar enfermo ()

    Con esta amarga experiencia de los continuos saqueos de los corsarios franceses, y para completar

    con la tragedia que ocasion el paso del tirano Lope de Aguirre, los vecinos de Valencia, que haban

    trabajado en las minas por 30 aos, pedan beneficios del oro extrado de su tierra y manos esclavas

    para el trabajo. En cuanto a los aos de trabajos en las minas volvemos a la cuestin fundacional de la

    ciudad. Qu ocurri en 1555 que la historiografa ha tomado como fecha de fundacin?29

    presentes a lo que dicho es vicente diaz e simon lopez e pedro garia vezinos de la dicha iudad e lo firmaron de sus

    nombres los dichos otorgantes en el Registro. E yo el escrivano les conozco. Juan Larios. pedro perez. alonso cabello.

    lorenzo martinez. ambrosio perez. paso ante mi francisco gomez escrivano. E yo francisco gomez escrivano publico y del

    cabildo de la dicha iudad de la nueva valencia del rrey a lo sobre dicho que por mi presenia paso fuy presente en vno

    con los dichos testigos, y de pedimiento de la dicha iudad lo escrevi e saque de mi Registro e fize aqui mi signo. En

    testimonio de verdad (Signo, firma y rbrica:) francisco gomez escribano /al dorso:/ poder de la iudad de valencia.

    (Archivo General de Indias. Sevilla. Audiencia de Santo Domingo. Legajo, 201). El Otro texto: /fol 1/ /los capitulos e

    instruion de la nueva valenia. ynstruion de lo quel seor gonzalo de los Rios e de suplicar a su magestad en nombre de

    la iudad de la nueva valencia del rrey de la governacion de benesuela de las yndias e tierra firme del mar oeano le haga

    merced es lo siguiente: Consulta -que no se lleve del oro que los vecinos della fundieren e sacaren de minas mas de la veyntena parte por treynta aos atento a que las minas son muy pobres y la tierra estar muy neesitada por los robos de

    franeses y hultimamente el del tirano lope de Aguirre que en la dicha governacion fue desbaratado. -Yten que su magestad

    le haga mered de diez mill pesos librados en el cabo de la vela para propios de la dicha iudad atento a las cavsas suso

    dichas e que no tiene ningunos. -Yten mill lienias para poder pasar esclavos a yndias. cedula para el obispo que siendo

    conveniente lo provea y se mande a los oficiales por otra cedula que paguen. -yten que en la dicha iudad aya dos

    sacerdotes atento a la neesidad que dellos tiene y por que muchas vezes no se dize misa ni se administran los sacramentos

    por no aver mas de vno y estar enfermo. -todas las quales dichas cosas el dicho seor gonzalo de los Rios a de suplicar a

    su magestad haga mered a la dicha iudad e las demas que le parezca convengan expresando las cavsas e sacar los

    despachos que erca de lo suso dicho se proveyeren. Fecho en la nueva valencia del rrey de la governacion de benesuela a

    inco dias del mes de henero ao del seor mill e quinientos e sesenta e dos aos. e lo firmaron los seores alcaldes

    regidores. (Firmas y rbricas)Pedro peres. Juan larios. Alonso cabellos. Lorenzo martinez. anbrosyo perez. paso ante mi

    Francisco gomez escribano /al dorso:/ la iudad de la nueva valenia en la provincia de veneuela. presenta la ynstrucion

    que se le manda. ynstruion de la iudad de la nueva valencia. (Archivo General de Indias, Sevilla. Audiencia de Santo

    Domingo. Legajo 201) 29

    La hiptesis tradicional se fundamenta en el texto de Oviedo y Baos: Noticioso al mismo tiempo el Gobernador de

    Villasinda de la abundancia de indios que haba en la comarca de la laguna de Tacarigua [Valencia], y la conveniencia

    que ofreca la hermosura y fertilidad de su terreno para poder poblar en ella una ciudad, y animado an ms con la

    esperanza de que sujeto y reducido aquel entorno podra de servir de escala para emprender con ms facilidad la

    conquista de Caracas que intentaba ejecutar; junt el mayor nmero que pudo de soldados de las tres ciudades de Coro,

    Tocuyo y Nueva Segovia [Barquisimeto] y nombrando por cabo a Alonso Daz Moreno, vecino que entonces era de la

    Borburata, lo despach con orden de que poblase una ciudad en las cercanas de la laguna; diligencia en que puso tanto

    cuidado Alonso Daz, que aunque los indios y procuraron estorbarla a fuerza de sus armas, vencidos siempre y

    desbaratados por el valor de Alonso Daz, dieron lugar a que atravesada la provincias, y reconocido el mejor sitio,

    fundase el mismo ao de cincuenta y cinco la ciudad de Nueva Valencia del Rey en un hermoso llano donde se conserva hasta hoy. Historia de la Conquista y Poblacin de la Provincia de Venezuela, Academia Nacional de la Historia,

  • .

    90 AOS SEMBRANDO EL EVANGELIO Pbro. Luis Manuel Daz

    24

    Posiblemente en ese ao fue elevado el pueblo de la Nueva Valencia del rey al rango de ciudad, porque

    ya la poblacin exista antes de esa fecha30

    . Asimismo, la Iglesia parroquial ya exista, por lo cual la

    comunidad cristiana estaba atendida por sacerdotes diocesanos y hacan vida pastoral. Volviendo al

    texto citado, es posible que aquellas peticiones fueron escuchadas cuando leemos el informe del

    Obispo Agreda, con fecha de emisin el 23 de agosto de 1574, la ciudad:

    () tiene como diez vecinos espaoles y est como treinta leguas de Barquisimeto,cuatro o cinco de estos vecinos espaoles de esta Nueva Valencia son los ms ricos de toda esta

    gobernacin, porque en su comarca tienen muchas y muy buenas minas de oro y en ellas muchos

    negros e indios que lo sacan y es tierra toda ella de mucha labranza y crianza, de mucho pescado

    y miel y grandes sabanas para ganados, en solas las minas tengo un sacerdote que ensee la

    doctrina y administre a la gente que est en ellas los sacramentos (Maldonado,1973: 300-301).

    Este texto es muy iluminador para conocer los primeros pobladores de la ciudad de Valencia recin

    fundada. Ya a finales del siglo XVI, la ciudad tena diez vecinos o familias espaolas, sin contar los

    aborgenes y los negros que eran trados de otras partes del territorio para trabajar como esclavos en las

    minas. A finales del siglo XVII haba aumentado la esclavitud en Valencia. Esta ciudad siempre fue

    considerada como pueblo de espaoles. Por consiguiente, podemos deducir que en un principio en estas

    tierras no hubo una poblacin aborigen homognea preestablecida. Y ms an cuando dice el obispo

    Agreda que tiene pocos indios y esos lo van acabando unos indios caribes que andan por all cerca, cruelsimo. Es probable que por las luchas o contiendas que existan entre los naturales se dispersaran por el territorio carabobeo, especficamente en las zonas de Guacara, los Guayos, San

    Diego y Yagua. Y adems se sumaba la presencia cruel de algunos encomenderos.

    Llama la atencin, que la Nueva Valencia, segn el obispo Agreda, arranque desde sus orgenes con

    un potencial econmico muy envidiable en relacin con los otros pueblos, pues cuatro o cinco de estos vecinos espaoles de esta Nueva Valencia son los ms ricos de toda esta gobernacin. Adems, la ciudad de Valencia tendra una particularidad que la hace una poblacin heterognea y multitnica;

    es decir, un pueblo donde van a converger muchos hombres y mujeres de diversa condicin social y

    racial venidos de muchos lugares de la gobernacin de Venezuela31

    . Aunque a principio del siglo XVII,

    el crecimiento de la poblacin fue muy lento32

    .

    Caracas, 1967, 223-224. (Nota introductoria de Pedro Grases), Edicin Facsimilar de la de Caracas, 1924 de Domingo

    Navas Spnola que a su vez es reimpresin al facsmil de la de Madrid, Imprenta de D. Gregorio Hermosilla, en la calle de

    los Jardines Ano MDCCXXIII. 30

    En una Relacin que presenta el tercer obispo de la provincia de Venezuela, fray Pedro de Agreda (1561-1580), a la

    Corona espaola, con fecha 3 de diciembre de 1567, menciona que al hacer visita pastoral a la ciudad de Valencia, subraya

    que haba ms de 27 aos que no se haban confirmado los vecinos de esta ciudad. Esto nos lleva a deducir que en el ao 1540 ya exista la poblacin de Valencia. Esta fecha lo confirma el fraile carmelita Antonio Vsquez de Espinoza (1570-

    1630), autor de las crnicas Compendio y descripcin de las Indias Occidentales, donde describe que la ciudad de la Nueva Valencia fund el capitn Villasinda el ao de 1540. Pocos historiadores han hecho referencia a este intrpido cronista colonial. l mismo cuenta en su obra, que estuvo 14 aos en las Indias, por el ao 1608. 31

    El estudio realizado de los libros matrimoniales de la Iglesia parroquial de Valencia que datan desde 1660 nos sealan la

    procedencia de algunas familias de origen espaola, portuguesa, irlandesa Tambin sobre el aumento de la esclavitud negra en la misma ciudad. 32

    As lo indica el historiador Torcuato Manzo Nez en su libro Historia del Estado Carabobo: La ciudad de Valencia se desarrollaba a un ritmo tan lento que 1634 el Gobernador Juan de Meneses, que la visit seis aos antes, de paso por la

    fundacin de Nirgua, informaba que la Nueva Valencia tena menos de setenta vecinos entre 1600 7 1607 el nmero de personas blancas que haba en Valencia era apenas de una veinte, de las cuales siete u ocho eran encomenderos y tenan

    bajo su explotacin trescientos indios (1981: 57).

  • .

    90 AOS SEMBRANDO EL EVANGELIO Pbro. Luis Manuel Daz

    25

    Otro informe, con fecha de emisin el 23 de agosto de 1574, presenta la realidad demogrfica y

    eclesial de aquel tiempo. La Gobernacin de Venezuela tena ocho pueblos: Santa Ana de Coro, Nueva

    Segovia de Barquisimeto, Tocuyo, Trujillo (Cuica), Santiago de Len de Caracas, Nuestra Seora de

    Caraballeda, Carora (Portillo) y Nueva Valencia. La presencia de la Iglesia institucional sigue siendo

    precaria por la escasez de sacerdotes y misioneros, y por las continuas invasiones de corsarios

    franceses o escoceses, que hacan que muchas de estas poblaciones pasaran grandes calamidades. De

    ah la situacin de pobreza de la Iglesia y de algunas poblaciones costeras de la provincia.

    Es imposible establecer el tipo de poblacin que hubo antes de la fundacin de Valencia. El nombre

    la Nueva Valencia no fue una usurpacin, como algunos han opinado, sino un privilegio para el

    asentamiento de la futura ciudad que se llamara Nuestra Seora de La Anunciacin de la Nueva Valencia del Rey. Los testigos de la fundacin de Valencia que aparecen en el famoso documento del ao 1609 testifican que el lugar siempre se llam Nueva Valencia desde su fundacin. Esto significa

    que no hubo un nombre anterior en el lugar, como el supuesto nombre de Tacarigua, como pas con el

    nombre de Borburata, que era llamada antiguamente as, es decir, desde antes de la llegada de los

    espaoles.

    La Nueva Valencia era uno de los pocos pueblos que tena desde el inicio poblacional la asistencia

    espiritual de un sacerdote. En la historiografa se ha sostenido que la creacin eclesistica de la

    parroquia de Valencia tiene como fecha tarda 1580. Sin embargo, por la importancia que le da el

    obispo Agreda a los vecinos ms ricos de la gobernacin, la presencia del sacerdote prueba que antes

    de esa fecha ya estaba creada la Iglesia parroquial de Valencia. Pues el 10 de octubre de 1555, le fueron consignadas a la Iglesia de Valencia trescientos pesos, procedentes del tanto por ciento que

    perciba la Real Corona sobre las herencias y bienes dejados por los difuntos, lo que es prueba que

    exista la Iglesia antes del ao 1555 (H. Nectario, 1970: 27)33. Hay que sealar la presencia del sacerdote en las minas de oro donde se hallaban muchos negros e indios para impartir la doctrina y los sacramentos.

    La preocupacin del Obispo Agreda, al igual que sus antecesores, fue atender diligentemente a los

    pobres de la Provincia. Este mismo obispo, el 6 de enero de 1579, manifestaba en una carta dirigida al

    rey, que desde el ao 1576 el Padre Juan Calado haba sido designado por el propio monarca como

    cura perpetuo de la Nueva Valencia. Tambin informaba en la misma carta, no haberle dado la colacin

    a este cura, porque el gobernador no la haba presentado, argumentando ser portugus. Tenemos que

    aclarar que antes de este padre Calado, hubo en la Iglesia parroquial otros curas que generalmente eran

    llamados movile ad mutum que podra equipararse a los que hoy se llaman interinos34

    . En 8 de

    noviembre de 1568 el testigo Juan de Mora, en una probanza promovida por este obispo declar: Y sabe este testigo que ha sido a la ciudad de Valencia y a la ciudad de Nirva y que ha visitado sus

    33

    Este documento fue verificado en el Archivo de la Real Academia de la Historia, en Madrid-Espaa. Su nueva signatura

    es 5705: ndice General de los registros del Consejo de Indias. Ao de MDIX hasta el de MDCVIII. 34

    El 17 de enero de 1576, el obispo Agreda informaba al rey lo siguiente: En un pueblo de esta provincia muri un clrigo

    que fue Cura en la Nueva Valencia y en Borburata, cuando estaba poblada, llamado Andrs Blanco; dej unas labranzas

    que montarn como 250 pesos a la iglesia de la Nueva Valencia, conviene porque la iglesia es muy pobre que vuestra

    Majestad mande por su real Cdula que estas labranzas se paguen a la dicha iglesia en la caja del Nuevo Reino. Tambin

    muri en la dicha Nueva Valencia otro sacerdote que all fue cura llamado Vasco Fernndez, el cual dej por heredero a

    Alonso Cabello, vecino de all con ttulo que lo procedido de ellas lo diese a unos parientes pobres que dej. No se pueden

    cobrar si vuestra Majestad no enva su real cdula para que se cobren en el Nuevo Reino (Maldonado, 1973: 327).

  • .

    90 AOS SEMBRANDO EL EVANGELIO Pbro. Luis Manuel Daz

    26

    iglesias. Puede, pues, afirmarse con toda seguridad que la Iglesia parroquial de Valencia existi desde los mismos das en que all se empezaron a construir casas.

    Antes de la fecha de 1555 estaba fundada la poblacin de Valencia, que posteriormente haba

    cumplido la acostumbrada ceremonia de fundacin como ciudad en aquella fecha: una misa en el lugar

    y bendicin de las tierras, seguidas de la declaracin de los presentes de su intencin de poblar en

    nombre de la corona o del rey; se clavaba una cruz en el sitio donde se iba a construir la iglesia y al

    lado la zona del cementerio, y se pona la primera piedra de la iglesia; seguidamente, se trazaba el

    cuadro de la plaza y las calles, con sus respectivos solares, segn el nmero de familias que all se iban

    a instalar (Cf. De Armas, 1951: 14-22; Morn, 1994: 51-52). Para que una Iglesia se diga y sea en

    realidad parroquial se requera cuatro elementos: Primero, que haya sido erigida con autoridad del

    obispo; segundo, que le haya asignado un distrito determinado, con lmites fijos; en el cual debe existir,

    segn el derecho cannico, al menos diez casas o familias; tercero, que tenga un solo rector o prroco

    perpetuo; y finalmente, que este prroco ejerza, en este distrito, la cura de almas y la jurisdiccin en el

    fuero interno; de manera que ningn otro se atribuya esa facultad ( Cf. Donoso, 1852: 430).

    Aunque no tenemos el acta de fundacin de la ciudad, el famoso documento del ao 1609 que se

    hallaba en el archivo de la Catedral de Valencia, certificaba que hubo el establecimiento de un hato que

    posteriormente sera la Nueva Valencia del Rey, y pona de relieve la actuacin del conquistador

    capitn Vicente Daz, junto con otras familias procedentes del pueblo de Borburata. Esto obedeca a

    una poltica de organizacin por parte de los conquistadores, cuya decisin llevaba a una centralizacin

    de poderes, econmicos, polticos y eclesisticos. Estos primeros testimonios nos llevan a volver a

    insistir en que la fecha de ereccin cannica de la Iglesia parroquial de Valencia es anterior al ao

    1555, frente a la hiptesis del ao 1580, como sostena el historiador Francisco Gonzlez Guinn

    (1981: 25). El primer templo parroquial construido en la Nueva Valencia debi ser hecho de pajas o de

    bajareque, como los dems templos de la Dicesis de Coro y Venezuela. Tambin podemos afirmar

    que la evangelizacin de la ciudad la llev a cabo el clero secular y no el clero regular35

    , como lo

    atestiguan los informes de los obispos Ballesteros y Agreda36

    .

    Volviendo al dato de 1574, la ciudad de Valencia haba logrado un amplio desarrollo econmico:

    cuatro o cinco de estos vecinos espaoles de esta Nueva Valencia son los ms ricos de toda esta gobernacin, porque en su comarca tienen muchas y muy buenas minas de oro (Maldonado, 1973: 207). Esto trajo como consecuencia una cierta mejora en la dotacin de la Iglesia parroquial.

    Monseor Adam recoge el siguiente dato: Oi se ha recibido por regalo de Mara Montes y de orden del Gobernador Mazariego para esta iglesia de la Anunciacin de Nueva Valencia una naveta de plata

    y un relicario para los enfermos, febrero 1576 (1972: 24-25). Tambin menciona, para el ao 1630, algunas haciendas productivas en la ciudad de Valencia, como La Isabelica, y otras que se encontraban en los valles de Agua Caliente y Guataparo (1972: 11).

    Como hemos visto, en este primer perodo, slo encontramos como Parroquia cannica en el

    territorio actual de la Arquidicesis de Valencia, la Iglesia Parroquial Nuestra Seora de la

    35

    La historiadora Luisa Galndez (1984) refiere que el primer cura de la Iglesia mayor fue un franciscano (p. 11). 36

    La publicacin de los informes de los obispos Ballestero y Agrada por Monseor Maldonado (1973) nos lleva a la

    conclusin que los primeros evangelizadores en el Estado Carabobo fueron del clero secular, ya que no se menciona a

    ningn religioso del clero regular. Segn el obispo Agrada en el pueblo de Borburata siempre hubo sacerdote secular

    pagado de la Caja Real, hasta que se despobl por las invasiones de los franceses (Cf. pp. 105-355).

  • .

    90 AOS SEMBRANDO EL EVANGELIO Pbro. Luis Manuel Daz

    27

    Anunciacin de la Nueva Valencia del Rey, o ms breve, Iglesia parroquial de la Nueva Valencia del rey o Iglesia Matriz de Valencia.

    2.- CONSOLIDACIN DE LA VICARA DE VALENCIA: 1637-1803.

    I

    Con la fundacin de la poblacin de Santiago de Len de Caracas (1568), se van a suscitar nuevos

    cambios en la configuracin de la Iglesia venezolana. Con la promulgacin de la Real Cdula del 20 de

    junio de 1637, se trasladaba oficialmente la Sede Episcopal de Santa Ana de Coro a la ciudad de

    Caracas, aunque desde 1584, con el Obispo Juan Martnez de Manzanillo, los obispos ya haban

    fijado su residencia en dicha ciudad, como haban hecho los Gobernadores de la provincia. Por ser tan

    extensa la jurisdiccin del obispado, los obispos se valen de las vicaras para una mejor asistencia

    espiritual de los fieles. En cada parroquia principal de las ciudades se consolida la creacin de la

    vicara. Esto significaba tambin la ereccin del Tribunal Eclesistico.

    La creacin de dicho tribunal en Valencia fue tarda, pues en 1647, en la Iglesia parroquial

    encontramos seis sacerdotes sin oficios, es decir que an no eran miembros del tribunal, como consta

    en las Actas del Cabildo de la Nueva Valencia del Rey, haba dos curas propios, los licenciados Diego

    Guerrero de Torres y Gaspar Gutirrez de Sotomayor; dos clrigos patrimoniales, los licenciados

    Juan Marn Graniso y Reymundo Gonzles; un mayordomo, Jhoan Carrillo de los Reyes, y el

    teniente cura y sacristn mayor, Jernimo Balera (Tomo I, 1970: 19). Aunque en un principio uno de

    los curas propios ejerca el cargo de Vicario, y luego como Juez Eclesistico.

    En la ciudad de la Nueva Valencia, la mayora de las familias espaolas o castas superiores tenan

    las famosas encomiendas, donde se aseguraba el servicio de los naturales o aborgenes, la explotacin

    de las minas o trabajos agrcolas y ganaderos. Todos estos aborgenes eran trados de otras partes del

    interior del pas. Es posible que para estas fechas existieran ms de 30 encomiendas, en comparacin

    con la que existan segn los informes del obispo Agreda, que haba 5 encomenderos

    A pesar de esta nueva situacin eclesial, en la Iglesia venezolana reina la pobreza. Es interesante

    detenerse en algunos datos que nos proporcionan las Actas del Cabildo Eclesistico de Caracas, ya

    mencionada anteriormente. En cuanto a la pobreza del obispado, el 3 de diciembre de 1580, se

    describa la situacin que atravesaba: por la pobreza y penuria de las pocas rentas de la Iglesia y de la mesa capitular y que por ella no se podan sustentar sin los curatos, y esto con mucha pobreza y

    miseria (Prez Vila, 1963: 2). El ao siguiente, el 9 de junio, se acord escribir una carta al rey poniendo presente la gran pobreza de la Iglesia, y pidiendo a Su Majestad una limosna (Ib., p. 3). El 7

    junio de 1583, esta pobreza se verificaba en la fbrica del templo expresndose el gran riesgo en que estaba el Santsimo Sacramento, por ser la Iglesia hecha de pajas(Ib., p. 8).

    A lo largo de los aos, la Dicesis de Coro, y ahora en la sede de Caracas, vivi una pobreza

    extrema. El 8 de octubre de 1607, qued plasmado en el Acta lo siguiente:

    () atendindose a que no se poda proceder a la ereccin de seminario conforme al santo Concilio de Trento por la mucha pobreza del obispado, poco valor de los diezmos, y escasez de

    beneficios, se dispuso que se criase un preceptor de gramtica para que leyese a los pobres

    estudiantes y ministros de la Santa Iglesia catedral, sealndose de renta 200 pesos de oro en

    cada ao, y concedindole habitacin en las casas episcopales y que los dichos 200 pesos se

  • .

    90 AOS SEMBRANDO EL EVANGELIO Pbro. Luis Manuel Daz

    28

    contribuyesen de este modo: 100 por los veinte curas que haba en diez pueblos de espaoles37

    a

    cinco peso cada uno: 44 y tomines (sic) la caja del Rey por el servicio de la sacrista de la

    catedral: el seor obispo en sus rentas 16 pesos: la fbrica otros 16, y la mesa capitular 24

    pesos (Prez Vila, 1963: 46-47).

    Adems de la pobreza en los inicios de la Iglesia en el territorio que hoy conforma la Repblica de

    Venezuela38

    , que se extender por todas las provincias, hay que sumar los saqueos de los corsarios que

    sufrieron las parroquias del obispado, y la parroquia de Valencia no escap de esta realidad, como

    veremos ms adelante. En las actas encontramos varias noticias:

    En 22 de mayo (1618), habindose recibido una carta del Illmo. Sor Obispo, en que avisa al

    Cabildo que una armada de piratas iba a aquellas costas, a fin de que asegurarse la plata,

    alhajas y ornamentos de la Iglesia: se mand al mayordomo que aprontase lo necesario para

    sacarlos fuera de la ciudad, y ponerlo todo en lugar seguro, llevando los negro y negras de la

    Iglesia, y cuidando de su custodia (p. 68).

    1659: En 4 de septiembre, habindose tenido noticia de la extrema necesidad en que se hallaba

    la Iglesia parroquial de Coro con motivo de que cuatro meses antes entr a aquella ciudad y la

    saque, rob y quem y en particular la dicha Iglesia; se acord que un Sagrario que estaba

    concertado en la Iglesia trado de Nueva Espaa se remitiese a Coro a costa de la catedral, para

    que pudiesen colocar el Santsimo Sacramento y que se hiciese justificacin del caso para

    ocurrir al Rey (p.127).

    1677: En 6 de febrero, por el temor que haba de invasin a esta ciudad (Caracas) por los

    enemigos franceses, se mandaron hacer prevenciones para sacar la plata y ornamentos de la

    Iglesia (p.161).

    En 19 (mayo de 1684) atenta la necesidad en que qued la Iglesia de Trujillo por haberla

    saqueada el enemigo francs; se le dieron de la Catedral dos ornamentos cumplidos el uno

    morado y el otro blanco y un pao de plpito (p.180).

    Todas estas situaciones de saqueos y robos, agravaban ms la pobreza de los pueblos que se venan

    levantando con mucho sacrificio alrededor de los templos parroquiales. A finales del siglo XVII, segn

    el estudio realizado por la historiadora Emilia Troconis de Veracoechea (2002), en todas las provincias la situacin econmica era catica (p. 37). En cualquier caso, podemos considerar que el siglo XVII fue el inicio de la estabilizacin demogrfica. Segn Rodrguez Souquet (2003), es el

    perodo de l