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Perfil Eastwood Por Diego Maté Lo repetimos todos con si fuera un mantra: Clint Eastwood, el último de los directores clásicos. Nadie discute que lo sea, claro, pero lo cierto es que esa caracterización lo fija en el terreno solitario de los genios perdidos en el tiempo o de los artistas fuera de su época, y el punto más fuerte del cine de Eastwood probablemente sea, al contrario, su notable capacidad para comprender el presente del cine y el mundo y, a su vez, ir en contra de los dictados estéticos al uso. No importa qué tan buen narrador sea ni qué tan virtuosa y reposada sea su puesta en escena: cuando reducimos la diversidad de sus películas a la etiqueta de clásico nos perdemos el factor de contraste de su cine, su tendencia a ir contra la corriente de la industria y el lugar común cinematográfico de un cierto momento. Por otra parte, desde que la crítica francesa lo descubrió en los 80 con Aventurero de medianoche ya se escribió demasiado sobre sus habilidades narrativas y de planificación de la imagen. Tratemos, si es que se puede, de decir algo nuevo. Si abandonamos la muletilla de lo clásico, entonces: ¿qué cosa es el cine de Clint Eastwood? Los temas de su filmografía son muchos, incluso hay algunos que retornan más de una vez y son vistos desde una óptica distinta (hasta un mismo género puede ser tratado diferente), así que la cuestión debe pasar por otro lado. Por ejemplo: la obra de Eastwood cuenta con cuatro westerns (El fugitivo Josey Wales es quizás el menos nítido de todos), descontando Bronco Billy, un homenaje en clave patética a la iconografía del género en el que la imposibilidad de la aventura se vuelve el signo más distintivo de la tragedia. El primer western, La venganza del muerto, en el que el director se muestra influenciadísimo por Sergio Leone, tiene poco y nada que ver con el último: Los imperdonables. La estilización de la imagen y la violencia de uno, sumado el retrato poco agraciado del pequeño pueblo donde transcurre la acción, son casi excluyentes en relación con la puesta en escena reposada y

Sobre la obra cinematográfica de Clint Eastwood

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Sobre la obra cinematográfica de Clint Eastwood

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Perfil Eastwood

Por Diego MatLo repetimos todos con si fuera un mantra: Clint Eastwood, el ltimo de los directores clsicos. Nadie discute que lo sea, claro, pero lo cierto es que esa caracterizacin lo fija en el terreno solitario de los genios perdidos en el tiempo o de los artistas fuera de su poca, y el punto ms fuerte del cine de Eastwood probablemente sea, al contrario, su notable capacidad para comprender el presente del cine y el mundo y, a su vez, ir en contra de los dictados estticos al uso. No importa qu tan buen narrador sea ni qu tan virtuosa y reposada sea su puesta en escena: cuando reducimos la diversidad de sus pelculas a la etiqueta de clsico nos perdemos el factor de contraste de su cine, su tendencia a ir contra la corriente de la industria y el lugar comn cinematogrfico de un cierto momento. Por otra parte, desde que la crtica francesa lo descubri en los 80 con Aventurero de medianoche ya se escribi demasiado sobre sus habilidades narrativas y de planificacin de la imagen. Tratemos, si es que se puede, de decir algo nuevo.Si abandonamos la muletilla de lo clsico, entonces: qu cosa es el cine de Clint Eastwood? Los temas de su filmografa son muchos, incluso hay algunos que retornan ms de una vez y son vistos desde una ptica distinta (hasta un mismo gnero puede ser tratado diferente), as que la cuestin debe pasar por otro lado. Por ejemplo: la obra de Eastwood cuenta con cuatro westerns (El fugitivo Josey Wales es quizs el menos ntido de todos), descontando Bronco Billy, un homenaje en clave pattica a la iconografa del gnero en el que la imposibilidad de la aventura se vuelve el signo ms distintivo de la tragedia. El primer western, La venganza del muerto, en el que el director se muestra influenciadsimo por Sergio Leone, tiene poco y nada que ver con el ltimo: Los imperdonables. La estilizacin de la imagen y la violencia de uno, sumado el retrato poco agraciado del pequeo pueblo donde transcurre la accin, son casi excluyentes en relacin con la puesta en escena reposada y amplia del otro, donde las culpas de los personajes asoman lentamente gracias al trabajo de un guin calibrado que reparte aqu y all algn dejo de optimismo que La venganza del muerto era incapaz de imaginar. Entre una y otra hay casi veinte aos, el tiempo suficiente como para que la obra de un director se oscurezca; Los imperdonables es, efectivamente, adems de una disrupcin en la poca de los westerns espectaculares como Demasiado jvenes para morir y Rpida y mortal, una pelcula crepuscular que cuenta una sociedad al borde de su disolucin, pero as y todo Eastwood rescata una humanidad de sus protagonistas que su debut en el western (quizs por haberse tratado de un spaguetti) estaba lejos de vislumbrar. Entonces: la amargura que para muchos artistas sobreviene con la vejez, en Eastwood se balancea con una confianza en el hombre y con un borroso horizonte de esperanza que solo los grandes maestros (como John Ford) pueden atisbar.Ensordecidos por los elogios prodigados hacia su estilo clsico, tardamos en darnos cuenta de que uno de los temas preferidos de Eastwood era la msica, en especial el jazz, aunque una larga secuencia de Obsesin mortal, su opera prima, estuviera filmada en el popular festival de Monterey. A su vez, el cantante de country enfermo y derrotado que compone en Aventurero de medianoche tiene mucho en comn con Bird, su biopic libre sobre Charlie Parker que por momentos parece abusar del simbolismo para relatar la vida desgraciada del protagonista. Ya instalado desde sus comienzos, el carcter melmano de su cine fue creciendo hasta tomar la forma de dos documentales sobre jazz: uno dedicado a Thelonious Monk y otro a Dave Brubeck, adems de un captulo de la serie de The Blues. Ahora se estrena Jersey Boys, sobre el ascenso de The Four Seasons y Frankie Valli.A pesar de la fama de mujeriego de Eastwood, en sus pelculas las mujeres tienen un lugar privilegiado, ya sea como seres inalcanzables, como depositarias de una honestidad que los hombres no poseen, o como verdaderos motores del relato. Ya en su debut en el 71 con Obsesin mortal hay algo muy parecido a una fbula moral donde un DJ de un pequeo pueblo costero (Eastwood), acostumbrado a las conquistas fciles, es acosado mortalmente por una mujer desequilibrada que pierde el control cuando el protagonista trata de sacrsela rpidamente de encima. Dos aos despus, Primavera en otoo cuenta la relacin entre un hombre mayor (William Holden) y una joven con una calma y una tristeza que la convierten en la pelcula ms injustamente olvidada del director. En los 80, el duro general de El lobo solitario, implacable con sus reclutas e insubordinado con sus superiores, demuestra su lado sensible cuando lee revistas femeninas solo para tratar de comprender mejor a su ex esposa y convencerla de volver a estar juntos. Por ltimo, ah est Los puentes de Madison, quizs el drama romntico ms refinado, bello y recordado de las ltimas dcadas, con uno de los momentos ms insoportablemente dolorosos del cine de cualquier poca : la escena de los amantes a punto de separarse para siempre mientras se alejan viajando en camionetas distintas. De paso, se nota la tendencia de Eastwood de ir a contrapelo de su tiempo: en el 73, en pleno auge de la crudeza y el realismo del New Hollywood, filma un romance condenado en la mejor tradicin clsica; en los 80, con el cine de accin explotando en las pantallas, hace una pelcula sobre el ejrcito que prcticamente carece de disparos y que se parece ms a un drama intimista; en los 90, cuando reina la autoconciencia y el gesto canchero y ni siquiera las comedias romnticas creen demasiado en el amor, Eastwood narra el gran amor imposible de los ltimos tiempos. Ese ir siempre en direccin opuesta del clima cinematogrfico establecido no tiene nada de clsico, al revs, ms bien lo convierten en un cineasta casi contestatario que, de una u otra forma, siempre est discutiendo con la produccin de la poca.Por otra parte, despus de ese film terminal que es Gran Torino, Eastwood filma dos pelculas llenas de luz, movimiento e ilusin: la primera, Invictus, sobre la pacificacin en Sudfrica liderada por Nelson Mandela durante el mundial de rugby de 1995, en la que el director revela un pulso inesperado para registrar la velocidad del deporte. Ms all de la vida, por su parte, es la pelcula de un director de 80 aos que toma la muerte como excusa para hablar de la existencia y cuenta con algunas escenas de una vitalidad y un ritmo extraordinarios, como esa en la que los protagonistas asisten a una clase de cocina. Ese Eastwood se parece demasiado al Manoel de Oliveira de El extrao caso de Anglica, otro cineasta de edad avanzada (Oliveira contaba 102 aos cuando la film) que se sirve de la muerte como un negativo sobre el que se imprimen el brillo y la claridad de un mundo y unos personajes desbordantes de energa, como si la pelcula fuera una vanitas pictrica invertida en la que la muerte convoca a la vida.Cuando el cine de Eastwood pareca anunciar su propio fin con Gran Torino y la etiqueta de clsico le calzaba justo (el ltimo de los grandes narradores envejece y su cine da muestras del desencanto y la amargura esperados), el director dej en claro una vez ms que la categora no le quedaba bien, que sus pelculas la desmentan. S, es verdad que sus modos de narrar y su manera de entender la planificacin visual lo emparentan fuertemente con el cine clsico, pero su filmografa es un largo catlogo de pelculas un poco solitarias que nadan contra la corriente, que se colocan voluntariamente por fuera de los consensos cinematogrficos, como si ese ir a contramano de lo que piden (exigen) los tiempos cinematogrficos fuera la ms costumbre ms feliz y tambin el rasgo ms personal del director.

Recuadro. Clint Eastwood y la polticaEn la poltica, su figura pblica siempre se confundi (mal) con la cinematogrfica. Si bien Eastwood es republicano, apoy a Richard Nixon, a Ronald Reagan y, ms recientemente, a John McCain y a Mitt Romney, tambin se alej del conservadurismo en ms de una ocasin cuando se pronunci a favor del matrimonio gay, de la despenalizacin del aborto, del control de armas y en contra de todas las experiencias militares estadounidenses, desde Corea hasta Afganistn e Irak. Sus pelculas, incluso aquellas en las que solo acta, devuelven esa imagen compleja, un poco inclasificable: de Harry el Sucio, un polica violento que no respeta las normas y hace justicia en sus propios trminos al protagonista de El principiante, que liquida al villano de turno con un disparo a quemarropa en la cara, se pasa a otros personajes que hacen todo lo que pueden, incluso sacrificndose a s mismos, por defender a los dbiles, como el protagonista de derecha y xenfobo que descubre una realidad inesperada en Gran Torino, el periodista acabado que salva a un inocente de la inyeccin letal en Crimen verdadero (un alegato impecable contra la pena de muerte) o el polica retirado que ayuda a una madre y su hijo en Deuda de sangre. Y, claro, estn La conquista del honor y Cartas de Iwo Jima, que narran la Segunda Guerra Mundial no desde la perspectiva de los dos bandos enfrentados (como se dice habitualmente) sino a partir de la de los individuos de nacionalidades diferentes que se ven igualmente embarcados en la locura asesina y el engao oficial de la maquinaria blica (La conquista del honor es la ltima pelcula en el planeta que querra ver un republicano). Por otra parte, y para complicar ms las cosas, ese humanismo declarado lo lleva a realizar un retrato increblemente clido y humano de la de las figuras americanas ms controvertidas en J. Edgar, en el que se muestra al desptico director del FBI como un innovador en el campo de la inteligencia y apenas como un hombre traumado e incomprendido (J. Edgar, por su parte, la ltima pelcula en el planeta que querra ver un demcrata). La nica excepcin es la maniquea Ro mstico y su comentario altisonante sobre la divisin de la sociedad norteamericana. As, la visin del mundo de las pelculas de Eastwood es dinmica y lcida, se mueve de una zona ideolgica a otra siguiendo solo la intuicin del director y sin rendir tributo a ningn ideario, partido ni gobierno de turno; rara vez la poltica se expres en cine de una manera tan honesta y firme.