Sobre Trotsky

8/8/2019 Sobre Trotsky

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A 70 años del asesinato


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Con este olleto, Convergenca de Izquerda realzaun homenaje a León Trotsky, para conocmento delas jóvenes generacones que despertan a la vdarevoluconara.Presentamos a nuestros lectores los artículos"Octubre y Trotsky", "La Revolucón de Octubre", "LaRevolucón Traconada" y "Haca la IV Internaconal",que ueron publcados en Correo Internaconal No.49,con ocasón de los 50 años de la muerte de Trotsky.

Por razones de espaco, hemos debdo resumr lostextos.Además, publcamos dstntos textos de Trotsky quesguen mantenendo toda su actualdad, como unextracto del artículo "Sobre los Estados Undos deAmérca", escrto en 1936, en el cual el lector podráver las grandes smltudes entre la crss económcade los años trenta y la actual."Contra el oportunsmo y revsonsmo sn prncpos",es un capítulo del Programa de Transcón, muyapropado para comprender las tareas en la actual

etapa de lucha contra los gobernos "progresstas" o

de "rente popular" en Amérca Latna.Para ayudar al lector en la comprensón de lamagntud de la represón stalnsta y de la luchade la oposcón trotsksta contra ella, publcamosun nteresante extracto de "La Neonep stalnsta",del hstorador trotsksta ruso Vadm Rogovn,que nvestgó exhaustvamente la actvdad de laOposcón de Izquerda en la Unón Sovétca.El conmovedor relato “Con Trotsky hasta el nal”,

ue escrto por su secretaro prvado Joe Hansen,sobre el día del asesnato.Así msmo, presentamos el artículo "1989: Larevolucón polítca se hace realdad", así como unadetallada cronología que permtrá segur la vdadel drgente revoluconaro a lo largo de los años.Por últmo el texto de Nahuel Moreno “Ser trotskstahoy”, que dene con clardad las razones por lascuales el pensamento del compañero de Lenn,mantene su plena actualdad.Esperamos de esta manera rendr un dgno

homenaje a nuestro guía y drgente.

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Presentación



El 21 de agosto de 1940 León Trotsky muró en lacudad de Méxco, asesnado por un agente de la GPU.Expulsado de la Unón Sovétca en 1928, exlado enel únco país sobre la terra que le do aslo, el Vejohabía dado órdenes de no requsar a los vstantes. Noquería nterponer más obstáculos entre el mundo y él,sabéndose condenado, seguro de que las uerzas de lahstora son más poderosas que las paredes más altas,y que Staln no se detendría ante nngún obstáculo paraasesnarlo.Ramón Mercader tambén llamado Jacques Mornard oFrank Jacson, vstó a Trotsky para pedrle que corrgeraun artículo. El Vejo termnó de almentar a sus conejos,entró a su estudo, se sentó, y el asesno clavó en sucuello un pquete de alpnsta.Al día sguente, allecía en el hosptal el presdente delSovet de Petrogrado en 1905, el presdente del Sovetde Petrogrado en 1917 y organzador de la nsurreccónde octubre, el undador del Ejércto Rojo y de la CuartaInternaconal.Trotsky, su amla, sus amgos y partdaros, ueronpersegudos hasta la muerte. Su nombre ue borradode los lbros de hstora, su magen elmnada de otos

y películas, tres de sus cuatro hios ueron asesnados,una se sucdó, cas toda su amla ue anqulada, losdrgentes de la Revolucón de Octubre, los generales yocales del Ejércto Rojo, y centos de mles de honestosrevoluconaros y mltantes del Partdo Comunsta,ueron deportados, exlados, torturados y asesnados,acusados de un solo crmen: “trotskstas”, palabra quese convrtó en snónmo de “revoluconaros”.Staln tenía que elmnar a ese hombre ndeenso, depelo blanco, que, con su compañera Natala, se acostabapor las noches agradecendo un día más de vda.

Contra la corrienteLa revolucón rusa de 1917, drgda por Lenn y Trotsky,do el prmer paso en la hstora para dejar atrás labarbare captalsta. El goberno sovétco, basado en lademocraca obrera, expropó a la burguesía, se enrentóy vencó 14 ejérctos durante la guerra cvl. A comenzosde los años vente, Lenn y Trotsky esperaban que larevolucón europea vnera en su auxlo, pero ésta notrunó y la joven repúblca sovétca quedó aslada.El Partdo Comunsta se ue burocratzando, al mando deJosé Staln, quen expulsó a Trotsky del país, en 1928.En los años trenta, la persecucón se convrtó en una

campaña de terror que lqudó a buena parte del partdode Lenn, a los drgentes de la revolucón de 1917, a los

ocales del Ejércto Rojo que ganaron la guerra cvl, y atoda expresón de dsenso con el stalnsmo.Paralelamente, en Europa, la clase obrera lbrabahstórcas batallas. La revolucón y la guerra cvl enEspaña, la revolucón en Franca en 1936 y las grandesluchas de la clase obrera alemana, podrían haber mpeddo el truno del ascsmo, cambando el curso dela hstora.No ue así, por el peso combnado de los dos grandesaparatos burocrátcos que domnaron al movmentoobrero del sglo XX: la socaldemocraca y la nternaconalcomunsta – stalnsta.Los partdos socaldemócratas de la II Internaconal eranmayortaros en la clase obrera europea, y llegaron alpoder en España y Franca. En los dos países, pactaroncon un ala de la burguesía en los amosos gobernos deFrente Popular, desarmando a la clase obrera en luchacontra Franco y el ascsmo.Por su parte, los Partdos Comunstas de la III Internaco-nal tuveron una polítca ultrazquerdsta de no unrsecon los partdos socaldemócratas, permtendo el trun-o del nazsmo en Alemana. Luego graron 180 grados,ngresando a los rentes populares con la burguesía, al

tempo que lqudaban íscamente a los opostores dezquerda como hceron con Andrés Nn en España.La clase obrera europea no pudo renar el ascenso deHtler, al tempo que, en paralelo, Staln desplegaba suoleada de terror en la Unón Sovétca.Trotsky, exlado, aslado, expulsado de Europa, se ha-bía reugado en Méxco desde 1937. Pero Htler y Stalnle temían como a nade. Sabían que, por entre los es-combros de la guerra que se avecnaba, volvería a saltar el antasma de la revolucón, como había suceddo en1917, cuando después de la Prmera Guerra Mundal sehundó el zarsmo y trunó la revolucón rusa. Así le dio

un embajador a Htler en Berlín: “Temo que al térmnode una guerra no haya más que un vencedor: el señor Trotsky”.Sabían que, s llegaba a estar vvo, su gura soltara,con apenas un puñado de segudores en todo el planeta,emergería como personcacón de Octubre, para traer-les el mensaje de 1917: haced la revolucón. S huberatrunado, no sabemos, pero Staln evtó la duda con elgolpe del pquete de Ramón Mercader.

El mundo que Trotsky no vioLa Segunda Guerra Mundal culmnó con la derrota del

ascsmo. La contenda revolucón mundal emergóde entre las runas, no como los manuales la habían

Si Trotsky reviviera

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prevsto, no como Trotsky la hubera querdo. Pero s elvejo drgente se levantara hoy de su tumba, no daríacrédto a sus ojos.La URSS no sucumbó. A pesar de la crmnal polítcastalnsta, que debltó al Ejércto Rojo decaptandoa sus mejores hombres justo antes de la guerra, y dela brutal colectvzacón que provocó la hambruna enUcrana causando mllones de muertos, y que generó unenorme descontento, los trabajadores y el pueblo rusoprotagonzaron una de las gestas herocas más grandesde la hstora, vencendo mltarmente a Htler a costa detrenta mllones de muertos.En 1945, con el mpulso del truno, Europa entera estabaa merced de la revolucón.S el captalsmo no ue destrudo, ue porquenuevamente Staln acudó en su auxlo, pactando conRoosevelt y Churchll, los drgentes de Estados Undos

y Gran Bretaña, la dvsón del mundo en eseras denuenca. De esta manera, dejó Europa Occdental enmanos captalstas, renando la revolucón en Franca,Itala y Greca, conormándose con el control de Europadel Este.A pesar de la colaboracón de Staln, la revolucóncontnuó su curso: el Ejércto Rojo ocupó Europa del Esteexpropando al captalsmo. En 1949, los trabajadoresy campesnos chnos, que Trotsky vo derrotados ensangre en los años trenta, echaron al nvasor japonés yderrotaron al ejércto de Chang Ka Shek, como resultadode la guerra de guerrllas drgda por Mao Tse Tung, al

nal de lo cual ueron expropados los captalstas y serealzó una radcal reorma agrara.

Dez años después, otra uerza guerrllera trunaba enCuba, expropando al captalsmo a 200 Km. de Mam.En el medo sglo sguente se hunderon los mperos co-lonales nglés, rancés, alemán, talano y portugués. Sedestruyeron todos los enclaves colonales, con excep-cón de Israel, y se lberaron todas las colonas.Trunó una verdadera revolucón negra en Estados Un-dos, el aparthed ue derrotado en Sudárca y se mpu-seron repúblcas negras en todo el contnente arcano.

Las mujeres conqustaron en Europa, Estados Undos yparte de Amérca Latna, derechos democrátcos como elvoto, el dvorco y el aborto, aunque en el resto del mun-do su stuacón contnúa estando muy atrás.Desde 1945, y como consecuenca del truno sobre elascsmo, cayeron cas todos los regímenes totaltaros:Franco y Salazar y los generales gregos en Europa,Somoza, Papa Doc, Ferdnando Marcos en Flpnas,Pnochet y todas las dctaduras suramercanas. Y desde 1989, ueron derrbados todos los regímenestotaltaros burocrátcos de los partdos comunstas enEuropa del Este, con excepcón de Chna, se desntegró

la Unón Sovétca y se reuncó Alemana, dvdda trasla Segunda Guerra Mundal.

Setenta años despuésA setenta años de su muerte, corresponde analzar s,en lo undamental, el legado de Trotsky sobrevve, s suspronóstcos undamentales, aunque no al pe de la letra,se han cumpldo.

• Estados Unidos, la potencia hegemónica, y la crisis dela economía mundialTrotsky vatcnó la decadenca de Europa y el surgmentode Estados Undos como la potenca económca y mltar hegemónca mundal después de la guerra, lo cual no hahecho más que conrmarse. Pero s el Vejo se levantarade su tumba, constataría que la gran potenca mltar del mundo ue derrotada por una pequeña guerrlla

en Vetnam en los años setenta, y que, a pesar deque posterormente realzó algunas guerras extosas(guerra del Golo en 1990, Yugoslava en 1997), hoy estáestancada en Irak y al borde de una nueva derrota enAganstán.S Trotsky revvera, creería que se despertó de un largosueño y que el captalsmo sgue parado en el msmopunto en que lo dejó en los años trenta, hunddo en unacrss económca tan pavorosa o más que la que sucedóal crack de 1929. Vería que los decadentes gobernosmperalstas repten las msmas recetas gastadasque Trotsky crtcó entonces: el amoso New Deal de

Roosevelt, que consstó en arrojar pequeños subsdosa los trabajadores para apacguar su descontento,mentras que por otro lado salvaban a los bancos yavorecían la concentracón monopólca.Como decía Marx, los hechos suceden en la hstora dosveces, una vez como trageda y otra vez como comeda. Elremedo de “New Deal” de Barack Obama, y las brutalesmeddas de ajuste que están aplcando los gobernoseuropeos, muestran que la burguesía mperalstadecadente está condenada a repetr los msmos errores,solo que esta crss agarra al sstema captalsta másagotado que ochenta años atrás.

• El nuevo ascenso de la revolución europeaLa teoría de la revolucón permanente de Trotsky

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Trotsky en el Mural de Diego Rivera.



postulaba el carácter permanente e nternaconalde la revolucón. Para él, la revolucón no se deteneen su ase democrátca, sno que se transorma ensocalsta, porque la uerza prncpal es la clase obrera,y la revolucón, que empeza en la arena naconal, sedesarrolla en la nternaconal y culmna en la mundal.En la posguerra, todo parecó desmentr a Trotsky: elstalnsmo contuvo la revolucón dentro de las murallas desu régmen totaltaro. La revolucón abandonó a Europay el centro de la escena ue ocupado por los movmentoscampesnos y populares de los países atrasados, quelograron enormes trunos, como en Chna y Cuba. Peroestas revolucones no ueron drgdas por un partdoobrero revoluconaro, sno por movmentos pequeñoburgueses, como el Partdo Comunsta de Mao Tse Tungo el Movmento 26 de julo de Fdel Castro, que, s benexproparon a la burguesía, congelaron las revolucones

en las ronteras de sus países.Parecía que en el mundo solo había lugar para revoluco-nes democrátcas, campesnas, anttotaltaras, y reduc-das al marco naconal, pero que la revolucón de octubrehabía quedado aplazada ndendamente.A partr de 1968 esta anomalía hstórca empezó a corre-grse, cuando la clase obrera europea empezó a entrar a escena otra vez, hasta que, en 1989, volvó a colocar-se en el centro. Los trabajadores del este y del oeste seuneron, con el proletarado alemán uncado a la cabe-za. Desde el estalldo de la crss mundal en 2008, estárealzando, como en los años vente, huelgas generales

que parecen sncronzarse en todo el contnente: Greca,Itala, Franca, España, Portugal, Gran Bretaña.En el otro extremo del mundo, en Chna, el avancede la restauracón captalsta está producendo,contradctoramente, una de las más mportantestransormacones socales e hstórcas del mundodesde que Trotsky muró: convertr al campesnadoempobrecdo de Mao, en una poderosa clase obrerade cen mllones de trabajadores, el doble que la claseobrera de Europa y Estados Undos juntas, undos en unsolo país.Esta clase obrera vene luchando desde hace varos

años, y en los últmos meses ha protagonzado una olea-da de huelgas en las grandes multnaconales, que hanllevado al mperalsmo a conclur que se está termnan-do la mano de obra barata.Este hecho tendrá consecuencas mundales, rebaten-do a todos los que deron por muerta a la clase obreraen el últmo medo sglo, y buscaron en el campesnadoy la guerrlla un reemplazo de la clase obrera y el partdorevoluconaro.

• La socialdemocracia y el comunismo, cadáveresmalolientes

“La stuacón polítca mundal del momento se caracter-za ante todo por la crss hstórca de dreccón del prole-

tarado”. Así empeza el Programa de Transcón escrtopor Trotsky en 1938, resumendo en esa rase la tragedade nuestros tempos.Crss de dreccón sgnca que el proletarado mundalera drgdo por la socaldemocraca y los partdos co-munstas, que llevaron a los trabajadores europeos a lapeor derrota de su hstora.S Trotsky salera hoy de su tumba, encontraría que lasocaldemocraca ha dejado de ser el partdo de lostrabajadores europeos y que contra ella se drgensus huelgas en Greca, en Itala, en España, en GranBretaña, en Portugal. Contemplaría cómo los Blum dehoy - Papandreu, Zapatero, Gordon Brown, Socrates-ya no conceden cuarenta horas semanales, sno quearrancan a los trabajadores las conqustas del Estado deBenestar, y son vstos por ellos como sus enemgos, nocomo su conduccón.

Pero lo undamental es que el enomenal aparatocontrarrevoluconaro stalnsta mundal ha práctcamentedesaparecdo. Los partdos comunstas dejaron de exstr,o son uerzas mnortaras.

• La primera etapa de la revolución política se hacumplidoTrotsky ue el prmero en pronostcar que era nevtableuna revolucón para derrbar a la burocraca gobernante.Sn embargo, hzo en La Revolucón Traconada unpronóstco alternatvo: o la vctora de la burocraca creauna nueva clase poseedora, o la vctora del proletarado

sobre la burocraca marcará el renacmento de larevolucón socalsta.La hpótess de que era necesara una revolucón volentapara elmnar a la burocraca gobernante se empezó aconrmar muy pronto, con las huelgas de Berlín en 1953,la revolucón húngara de 1956, las huelgas de Polonaen ese msmo año, la prmavera de Praga en 1968, ylas grandes huelgas que llevaron a la ormacón deSoldardad en Polona en 1980.Estas rebelones truncadas preanuncaron los grandesacontecmentos de 1989 y 1991: las revolucones queprovocaron el derrumbe del mpero sovétco, la caída

de todas las dctaduras totaltaras comunstas del estede Europa, la desaparcón de la Unón Sovétca y lareuncacón de Alemana.Pero s ben estas revolucones derrbaron los regímenestotaltaros, no destruyeron a la burocraca. Esta condujoa sus países por el camno de la restauracón captalsta,acabando con el plan económco, el monopolo delcomerco exteror, prvatzando las empresas estatales,y convrténdose en propetara.Desde entonces, exste una nernal dscusón en eltrotsksmo, ya que para la mayoría, el pronóstco deTrotsky se cumpló en su parte negatva, es decr, que la

burocraca restauró el captalsmo.La dcultad estrba en que la revolucón polítca no

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resultó ser una sola accón, sno que, como precsómuchos años después Nahuel Moreno, ésta se dvdóen dos partes. Sguendo el modelo de la revolucón rusade 1917, se produjo una prmera etapa de ebrero, quederrbó los regímenes totaltaros y abró un nmensoespaco democrátco.A partr de entonces se abró una nueva etapa: lade la lucha drecta contra el mperalsmo y el renterestauraconsta de la burocraca, pero esta segundarevolucón no ha trunado todavía.Partendo de esta perspectva, podemos dar unarespuesta más rca y contradctora a las dos alternatvaspresentadas por Trotsky. Estamos vvendo la etapa de lapelea a dentelladas entre los trabajadores que resstenlos planes económcos restauraconstas de la burocracay el mperalsmo, pero estamos en plena pelea, todavíano hay un ganador.

Trotsky escrbó en La Revolucón Traconada, que el u-turo de la URSS estaba lgado como nunca al de Europay del mundo. Hoy, cuando el mperalsmo se debate enla mayor crss mundal desde 1929, cuando los partdossocaldemócratas y stalnstas ya no controlan a los traba-jadores, cuando la clase obrera ha vuelto al centro de laescena, la posbldad de que el captalsmo y el mpera-lsmo trunen en los países del este europeo de manerahstórca, se hace mucho más dícl.

• El trotskismo fue más fuerte que sus enemigosCuando se undó la Cuarta Internaconal en 1938, en una

casa en las aueras de París, en una pequeña reunón enla que Trotsky no pudo estar presente, lo acompañabanalgunos escasos mles de mltantes dspersos por el mundo. Trotsky creyó que al termnar la guerra, lostrotskstas serían mllones. No sucedó como él pensaba.La tracón del stalnsmo en la posguerra ue el actor undamental que alargó los tempos hstórcos.A derenca de lo que había suceddo desde nes delsglo XIX hasta la Segunda Guerra, el proletarado europeose tomó un descanso y el eje de la lucha de clases setrasladó a los países atrasados, con el campesnadocomo eje, y con partdos pequeño burgueses al rente,

como el maosmo y el castrsmo.Pero a partr de 1968, cuando la revolucón empezó aretomar su cauce y la clase obrera de los países másavanzados empezó a volver a la escena, a medda queaumentaba el descrédto de la socaldemocraca y lospartdos comunstas, el trotsksmo empezó a crecer,convrténdose en una de las prncpales correntes deoposcón a los gobernos europeos y burgueses deAmérca Latna.“El trotsksmo acompaña a la clase obrera como la som-bra al cuerpo”, deca Nahuel Moreno, y así se vene cum-plendo: el mayo rancés de 1968 vo a los drgentes de

la Cuarta Internaconal a la cabeza, las grandes manes-tacones contra la guerra de Vetnam en Estados Undos

tuveron a los trotskstas herederos de Joe Hansen y Ja-mes Canon como protagonstas. En Franca, drgentestrotskstas como Olver Besancenot, Alan Krvne o Ar-lette Laguler, en Argentna Lus Zamora, en Brasl He-losa Helena del PSOL, en Portugal el Bloco de Esquerdacon una mportante partcpacón trotsksta, han obten-do mllones de votos.Surgeron grandes partdos trotskstas como la LCR ran-cesa después de 1968, el SWP norteamercano en losaños setenta y el vejo MAS de Argentna en los añosochenta.En Venezuela, Bolva, Brasl, Argentna, Franca, Espa-ña Itala, Portugal, centenares de drgentes sndcalestrotskstas se encuentran al rente de las luchas.Hoy, los lbros de Trotsky se compran en los koskos deMoscú, los obreros sovétcos y del Este hacen huelgatras huelga contra los planes de restauracón captalsta,

los trabajadores europeos ressten como gato panza arr-ba contra los ntentos de arrebatarles sus conqustas, ylos trabajadores latnoamercanos hacen lo msmo.

• La crisis del trotskismo: una vez más, la lucha contrael oportunismoCuando se undó la Cuarta Internaconal, la clase obreraeuropea venía de lbrar herocas batallas perddas. Lacausa de estas derrotas ue la polítca de los partdos so-caldemócratas, que se ntegraron a los gobernos bur-gueses, y la polítca de la Tercera Internaconal de Staln,que tuvo un nombre propo: el rente popular.

Los Partdos Comunstas llamaron a los trabajadores aunrse a los partdos burgueses, con el pretexto de lu-char contra el ascsmo o el nvasor. En Chna ngresaronal partdo naconalsta de Chang Ka Shek, y en Españaentraron al goberno del Frente Popular en Cataluña.“La actual polítca de la Comntern (III Internaconal)en España y Chna - la polítca de arrastrarse ante laburguesía “democrátca” y “naconal”-, demuestra quetampoco la Comntern es capaz de aprender nada másn de cambar”, escrbó Trotsky.Hoy, como ayer, el enemgo es el msmo. En nuestrocontnente, los trabajadores derrbaron a los gobernos

neolberales de los años noventa y suberon gobernosque se dcen de zquerda, o de rente popular, onaconales y populares, o naconalstas, o bolvaranos,o ndgenstasTodos, en sus dstntas varantes, reprmen las luchasobreras, como Evo contra los mneros, Chávez contra lostrabajadores petroleros y metalúrgcos, los Krchner con-tra los drgentes agraros, los asambleístas de Guale-guaychú y actvstas polítcos y sndcales. Todos paganpuntualmente la deuda externa, anuncan pomposasnaconalzacones, que son consegudas por la dura lu-cha de los trabajadores, para termnar pagando jugosas

ndemnzacones a las multnaconales mperalstas,provocan despdos, nacón y msera.

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Como sucedó en la posguerra, un amplo sector deltrotsksmo se ha dejado llevar por los cantos de srenade estos gobernos, apoyando aberta o veladamente aChávez y Evo Morales, cuando no a Krchner y a Lula. Comodecía Trotsky, han sucumbdo a “la polítca de arrastrarseante la burguesía “democrátca” y “naconal”.En Venezuela, los drgentes obreros trotskstas,termnaron llevando a los obreros al apoyo del PSUVchavsta, desarmándolos rente a la represón queya ha costado varos drgentes sndcales trotskstasasesnados. En Portugal, el Bloco de Esquerda, con unamportante partcpacón trotsksta, votó en el Parlamentoel paquete de meddas de austerdad exgdo a Grecapor la Unón Europea a cambo de una ayuda económca.En Argentna, un sector del trotsksmo, con el argumentode deender meddas progresvas de Crstna Krchner,termnó apoyando al goberno y un pequeño sector apoyó

la represón contra los drgentes agraros, en una claravolacón a los prncpos.

• La validez de la Cuarta InternacionalEl nmenso mérto de Trotsky ue undar la CuartaInternaconal, en la negra noche del ascsmo y elstalnsmo, para que la tradcón de la Revolucón deOctubre llegara a nuestra generacón y no uera lqudada.Solo por eso, la undacón de la Cuarta ue un hechohstórco.Sn embargo, por la captulacón a que hcmos reerenca,y a pesar de las enormes posbldades abertas para el

trotsksmo, hoy la Cuarta Internaconal no exste comoorganzacón nternaconal centralzada.Los problemas polítcos son los msmos que en losaños trenta, pero hoy exsten nmejorables condconespara superar esta enorme crss, ya que las barrerasentre el trotsksmo y las masas se han debltadoconsderablemente.70 años después, y a pesar de todas las dcultades,estamos convencdos de que “las leyes de la hstora sonmás uertes que el aparato burocrátco”, como escrbía elvejo maestro.El trotsksmo consecuente y revoluconaro tene ante

sí unas condcones objetvas cualtatvamente másavorables. Por ello, tene la enorme responsabldadde luchar con todas sus uerzas para reconstrur la IVInternaconal como el partdo mundal de la revolucón,la condcón necesara para luchar por gobernos de lostrabajadores, sguendo el ejemplo de Octubre de 1917, ypara hacer realdad el socalsmo a nvel mundal.

Trotsky = revoluciónDesde la muerte de Staln en 1953, se ncó la crss ydecadenca de la burocraca sovétca, en un largo procesoque culmnó con la explosón de 1991.En el célebre XX Congreso de 1958, bajo la conduccónde Jrushov, ueron rehabltadas mles de víctmas del

stalnsmo. Luego vneron vente años de estancamento,pero a partr de 1985, la crss de la burocraca empezó aestallar. La Perestroka y la Glasnost de Mial Gorbachovueron los ntentos reormstas de renar esta crss, perosu racaso condujo a la caída, entre 1989 y 1991, delmpero totaltaro sovétco.En este proceso, desde 1958 hasta 1991, las víctmasde la represón stalnsta y los prncpales drgentesbolchevques – Kamenev, Znovev, Rkov, Radek, Bujarn- ueron rehabltados. Todos menos uno: Trotsky. Laburocraca no podía hacerlo.Pero la revolucón que derrbó al régmen totaltaro se haencargado de r restaurando la verdad. En 2009, el Museode Hstora de San Petersburgo, ubcado en el palaco quesrvó de sede al partdo bolchevque durante las jornadasrevoluconaras de 1917, realzó una exposcón llamada“El león de la revolucón. 130 anversaro del nacmento

de León Trotsky” y en marzo de 2010, el canal de televsónocal Rossa emtó un documental de una hora llamado“Un pquete para Trotsky. Hstora de una venganza”.Cuando la magen de Trotsky ascende, la de Staln sehunde. Este año, al celebrarse el 65 anversaro de lavctora en la II Guerra Mundal, el alcalde de Moscúquso llenar la cudad con aches de Staln, pero no lopudo hacer, ante las protestas que su ncatva despertó,ncluso entre muchos veteranos, que escrberon cartasa los daros explcando por qué a Staln no le debían lavctora en la guerra. Un daro moscovta está adelantandouna encuesta para ncar un juco polítco a Staln, y en

juno ue removda la estatua de Staln de la plaza centralde Gor, su cudad natal, ubcada en Georga.Justamente porque el papel hstórco de Trotsky ya nopuede ser ocultado, los escrbas de la burocraca y delmperalsmo están empeñados en enlodar su obra, y novaclan en recurrr a los msmos estratagemas de Staln.En los últmos años se ha puesto de moda hacer bograíascontra Trotsky. La más recente, escrta por el proesor nglés Robert Servce, que recbó todos los honores de lacrítca occdental, tene por objetvo “derrbar el mto”, ycomete, al decr de un crítco, “el segundo asesnato deTrotsky”, pntándolo como el padre del terror y la víctma

de su propo nvento.Del lado de la burocraca, el ex general Dmtr Volkogonov,que publcó una bograía de Trotsky en los años noventa,concluyó, de manera aberrante, que “el mayor trotskstaue Staln”.Como Robesperre, el drgente jacobno de la revolucónrancesa, Trotsky solo será plenamente revndcadopor los trabajadores revoluconaros, que volverán acolocarlo en la bandera de su próxma vctora.Trotsky muró en pleno truno del stalnsmo y delascsmo cuando era meda noche en el sglo. Pero antesde cerrar los ojos le dctó a su secretaro Joe Hansen:

“dle a ms amgos… Estoy seguro… de la vctora… dela Cuarta Internaconal… Adelante”.

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La Revolucón Rusa de Octubre conmoconó al mundoen 1917 y cambó la hstora de la humandad. Por prmera vez mostró en la práctca que era posblecomenzar a construr una socedad sn explotadores,la socedad socalsta.Las masas obreras y campesnas puderon hacer larevolucón porque estaban drgdas por un partdorevoluconaro: el Partdo Bolchevque de Lenn yTrotsky.Hoy se trata de mnmzar este hecho colosal queprotagonzaron las masas y se ntenta culpar a Lenny Trotsky de la posteror degeneracón burocrátca

del stalnsmo. Queren ocultar que, bajo el régmenlennsta, los comtés sovétcos, los comtés de ábrcay demás organsmos obreros, campesnos y soldados,delberaban, lbre y apasonadamente, sobre todoslos problemas.Todas las decsones eran sometdas a asambleas delPartdo y de los sovets. De ese modo unconaba unaardente democraca obrera que no negaba nngunalbertad a sus adversaros con tal de que no tomaranlas armas contra los sovets.Esta revolucón socal que mpuso el control de lostrabajadores sobre toda la socedad, por lo que se llamó“dctadura del proletarado”, mostró ser realmente lamás ampla democraca para los trabajadores.La autordad de Lenn y Trotsky reposaba sobre elconstante llamamento a las masas, a su adhesón, a suncatva. Los resultados daros eran sorprendentes,de allí su prestgo.Los campesnos que se aproparon de las terras de losterratenentes se veron respaldados por nuevo Estadoque se había construdo; los soldados que durantela guerra mperalsta desertaban desmoralzados yaterrorzados por la carncería sn sentdo, volveron a

empuñar las armas pasando a ormar parte del herocoEjércto Rojo, organzado por Trotsky.Los trabajadores qutaron a los captalstas sus

ábrcas y sus bancos y puseron todas las palancasundamentales de la economía en manos del nuevoEstado, drgdo y controlado por ellos msmos.Trotsky no sólo ue el orador de la revolucón máspopular entre las masas, sno que era reconocdoporque en setembre de 1917 había sdo elegdopresdente del prncpal sovet, el de la cudad dePetrogrado (Lenngrado).El propo Staln reconocó en 1918 papel de Trotsky enla revolucón: “Toda la labor práctca preparacón delmovmento corró drectamente a cargo del presdentedel sovet, Trotsky. Y puede armarse con absolutasegunda que s la guarncón se pasó tan rápdamenteal lado de los sovets y los trabajos del Comté Mltar

Revoluconaro se organzaron tan acertadamente, elPartdo lo debe, muy en prmer térmno, al camaradaTrotsky” (6/11/1918).

Octubre y Trotsky

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“La revolución de Octubre no excluyó a Rusia del desarrollo del resto de la humanidad, sino

que, por el contrario, la unió más estrechamente. Rusia no es un guetto de barbarismo, ni una

Arcadia de socialismo. Es el país más transicional en una época transicional. La revolución rusa

es apenas un eslabón en la cadena de la revolución internacional.

La actual condición de la economía mundial hace posible decir sin duda: el capitalismo se

aproximó mucho más a la revolución proletaria, que la Unión Soviética al socialismo. El destino

del primer estado obrero está ligado inseparablemente con el destino del movimiento de

liberación en occidente y oriente”.



Incada la guerra cvl, Trotsky encaró la tarea deorganzar, bajo el uego enemgo, el Ejércto Rojo.Partendo de 35 ml combatentes de la Guarda Rojallegó a organzar un ejércto de 5 mllones de soldadosque, en poco más de medo año, lberó un mllón deklómetros cuadrados de las tropas enemgas,logrando la vctora dos años más tarde.Máxmo Gork narra una entrevsta con Lenn: “Dandoun puñetazo en la mesa Lenn dio: ben, cítenmeustedes al hombre que sea capaz de levantar, enel plazo de un año, un ejércto cas modelo y queademás haya consegudo conqustarse el respetode los especalstas mltares. ¡Nosotros lo tenemos!¡Nosotros tenemos todo! ¡Y hemos de hacer maravllas!(reproducdo en el lbro de Erch Wollemberg “ElEjércto Rojo”, Antídoto, Bs. As., 1989).Lenn y su compañero Trotsky crearon en 1919 la III

Internaconal. Las resolucones de sus cuatro prmeroscongresos, muchas de las cuales ueron redactadas ydeenddas por Trotsky, hoy’ sguen sendo una guíapara los verdaderos nternaconalstas.Muerto Lenn en 1924 y llegada la camarlla de Staln alpoder, Trotsky quedó como el máxmo representantey deensor de las conqustas de la Revolucón deOctubre, del socalsmo con democraca. Por eso, Staln

lo mandó matar, porque Trotsky era el depostaro deesa experenca y de la tradcón de las luchas obrerasy del marxsmo revoluconaro.¿Por qué un personaje tan poderoso como Staln,que estaba a la cabeza del Estado sovétco, con susnmensos recursos económcos, mltares y de todotpo se dedcó a persegur encarnzadamente hasta suasesnato a un hombre exlado y después a ocultar sumemora? ¿Qué podía temer?Staln temía al prestgo de Trotsky en la URSS y en elmovmento obrero mundal. Staln temía, con todarazón, que Trotsky pudera encabezar la utura oleadade luchas revoluconaras en la URSS y en Europa.Temía que Trotsky pudera organzar una nuevadreccón nternaconal que condujera al truno deuna nueva revolucón. Temía que Trotsky condujeracon éxto la batalla de los trabajadores por derrocar

a la burocraca en Rusa y se volvera a conqustar lademocraca socalsta.

Trotsky era un pelgro mortal para la burocraca porqueera la memora vva de la Revolucón de Octubre. Por eso lo mataron. Pero tambén por eso Trotsky vveen la revolucón polítca y en la lucha mundal de lostrabajadores.

Sobre el optimismo y el pesimismo

¡Dum spro spero! (Donde hay vda hay esperanza). Syo uera un cuerpo celestal, mraría con total desa-pego esta mserable bola de mugre y polvo. Brllaríapor sobre lo bueno y lo malo por gual. Pero soy unhombre. La hstora mundal que para usted, centícodesapasonado, escrbano de la eterndad, parece soloun momento nsgncante en la balanza del tempo, estodo para mí.Mentras que respre, lucharé por el uturo, ese uturo

radante en el cual el hombre, uerte y hermoso, seconvertrá en el amo de la corrente a la derva de lahstora y la drgrá haca el horzonte nnto de labelleza, la elcdad y la alegría.El sglo XIX, en muchos aspectos, ha cumpldo y a lavez desengañado las esperanzas del optmsta. Lo haoblgado a transerr sus esperanzas al sglo XX. Cuandoel optmsta se vo ante un hecho atroz, exclamó: ¡estono puede suceder en el umbral del sglo XX! Cuando semagnó un maravlloso uturo, lo ubcó en el sglo XX.¡y ahora ese sglo ha llegado! ¿Qué ha traído consgodesde el prncpo?En Franca, la espuma venenosa del odo racal; enAustra, luchas naconalstas; en Sudárca, la agonía

de un pequeño pueblo asesnado por un coloso; en lasla “lbre”, hmnos trunantes a la avarca vctorosa;complcacones dramátcas en el este; rebelones demasas hambrentas en Itala, Bulgara, Rumana…. Odo

y asesnatos, hambre y sangre…Parece como s el nuevo sglo, el ggantesco recénllegado, estuvera doblándose en el msmo momentoen el que aparece, para llevar al optmsta al absolutopesmsmo.- ¡Muerte de la utopía! ¡Muerte de la e! ¡Muerte al amor!¡Muerte a la esperanza! Truenos del sglo vente ensalvas de uego y el rugr de las armas.- Ríndase, soñador patétco. Aquí estoy yo, su tanesperado sglo XX, su ‘uturo’.- No, responde el optmsta nsolente: Usted es solo elpresente.

León Trotsky , 1901

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La Revoluciónde Octubre

Durante ses años, hasta 1923, laRevolucón Rusa de Octubre de 1917se convrtó en el ejemplo de que lostrabajadores, con una dreccón revo-luconara socalsta, como la bolche-vque de Lenn y Trotsky, puedencomenzar a resolver las lacras delcaptalsmo y cambar el mundo.La revolucón comenzó por nstaurarel goberno de los trabajadores, esdecr, la dctadura del proletarado.Trotsky explcó que “dctaduraproletara sgnca que a todos los

explotadores se les qute el derechode determnar los destnos del país ytambén los elementos que los apo-yan. Solo el proletarado revoluco-naro y las masas explotadas tenenel derecho a determnar los destnosdel país.” (Trotsky, Declaracones ala Comsón Dewey, 1938).Esa dctadura proletara ue unrégmen de democraca obreranntamente superor a la hpócrtademocraca parlamentara de losexplotadores.Los trabajadores y las masas ex-plotadas estaban organzados en lossovets. En ellos, todos los partdospolítcos eran legales y actuaban l-bremente, aunque ueran opostoresde los bolchevques. Por ejemplo, enla prmera reunón plenara del sovetde Moscú, donde estuveron 803 d-putados (delegados) de 394 ábrcas,se habltaron carnés para once part-dos polítcos y para una raccón detrabajadores ndependentes.Los daros, revstas y lbros crcu-laban lbremente, con papel mprentay estampllas entregados por el Esta-do, a requermento de los sovets.Todo se votaba, no cada varosaños sno cotdanamente. Los un-conaros, que ganaban el sueldo deun obrero calcado, eran revocablesen cualquer momento.Lenn escrbó que este poder so-vétco “da a los trabajadores la po-sbldad, en caso de estar descon-tentos con su partdo, de elegr otrosdelegados, de traspasar el poder amanos de otro partdo y de susttur

el goberno en cualquer momento

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“Diez días que estremecieron al mundo”,

de John Reed

sn la más mnma revolucón....”(Lenn, Obras Completas, tomo 26).La clave de esta democraca obreraera el propo Partdo Bolchevque.Era un partdo obrero socalsta, muy

uertemente centralzado. Las dec-sones de la dreccón eran cas sem-pre aplcadas por los mltantes comos ueran un solo hombre. Esa undadse basaba en una ampla democracanterna. Se dscutía y se dsentíahaca adentro, hasta votar y resolver.“Solo así, dio Trotsky, que ngresóal partdo y a su dreccón en 1917,poco antes de la revolucón, rebeldesdspuestos a revoluconar la soce-dad pueden depostar toda su con-anza en la dreccón.”Debdo a la guerra cvl, el gobernodebó adoptar algunas prohbconesa partdos y daros que apoyaron a lacontrarrevolucón armada, así comolmtar derechos democrátcos. Perolo hzo con el apoyo del movmentoobrero, y sus meddas uerontomadas a ttulo provsoro, mentrasdurara la guerra.Haca el mosaco de naconaldadesque, antes de la revolucón, ormabaparte del mpero zarsta, los re-voluconaros mantuveron la acttudmás respetuosa. Llamaron a sus tra-bajadores y campesnos a sumarse ala revolucón y unrse, en una unónde repúblcas socalstas, “no por lauerza sno por acuerdo voluntaro”(Lenn).La Declaracón de Derechos del PuebloTrabajador y Explotado, de enero de1918, dejaba “en manos de los obrerosy campesnos de cada naconaldadel derecho a tomar una decsónndependente”. En caso de aceptar suunón con Rusa, establecía “el derechoa decdr en qué térmnos queren

partcpar en el goberno ederal y enlas nsttucones sovétcas”.A todas las naconaldades se lesgarantzó el respeto a sus tradcones.A los trabajadores musulmanes, porejemplo, la Declaracón les dio:“Desde ahora, vuestras creencas ycostumbres, vuestras nsttuconesnaconales y culturales son nvola-bles”.Este régmen lennsta de democracaobrera tomó las grandes decsonesde la revolucón. En lo económco,

después de qutarles las terras y

las ábrcas a los terratenentes ygrandes captalstas, naconalzar labanca y el comerco exteror y sus-pender el pago de la deuda externa,debó aplcar el comunsmo de gue-rra. En medo de la lucha contra losejérctos nvasores se repartíanracones mserables, gualtaraspara todos.La guerra dejó al país devastado, conlas ábrcas destrudas y una pro-duccón muy neror a la exstenteantes de la revolucón. En esas cond-cones, luego de la vctora armada,se aplcó el plan económco denom-nado NEP que mplcó un retornoparcal a la vgenca del mercado enreemplazo del comunsmo de guerra.

La III Internacional En el terreno de la polítca exteror,los bolchevques, en marzo de 1919,llamaron desde Moscú a una reunónde partdos y correntes obrerosrevoluconaros para consttur laInternaconal Comunsta, conocdacomo Tercera Internaconal.

Su propósto era extender la revo-lucón al mundo. El truno en unpaís atrasado como Rusa —al queLenn denó como “el eslabón masdébl de la cadena mperalsta”- loconcberon como una palanca parampulsar el socalsmo mundal.Así lo proclamó Lenn en su prmerdscurso como jee del nuevogoberno al Congreso de DelegadosObreros, Campesnos y Soldadosde toda Rusa: “Psamos losumbrales de una revolucón obrera

nternaconal”.



El tempo que sguó a la Revolucón Rusa ue dícl.El país había pasado cas cuatro años ntervnendoen la Prmera Guerra Mundal. Llegó la revolucón yluego sgueron cas cuatro años más de guerra cvl.No solo ueron dezmadas las ábrcas y las ráglesreservas naturales sno, tambén, los mejores cuadros

bolchevques y la vanguarda del movmento obrero.Lenn solía quejarse: “La dctadura del proletaradosgnca que nunca como hasta hoy el proletarado seha encontrado en una stuacón terrble”.En esta stuacón, en 1922, durante el XI Congreso delPartdo Bolchevque, Staln es nombrado secretarogeneral del Comté Central. Lenn no mostraba todavíanngún síntoma de enermedad y aceptó dchonombramento, según Trotsky, porque no coneríanngún título especal, sno que era una autordadmeramente admnstratva. Se trataba de un puestotécnco, ejecutvo, subordnado al Comté Central y al

Buró Polítco.Pero Lenn enerma y sólo a nes de julo comenzaa reponerse. Al recobrar el habla y los movmentosreasume sus uncones el 2 de octubre de 1922. Mentrastanto, el nuevo secretaro, sn nngún mramento, habíametdo manos en el goberno y la dreccón del partdode Georga.El Comté Central del partdo georgano, deendendo suautonomía, apeló a Lenn contra la njerenca y los malosprocedmentos de Staln.

Lenin contra la burocracia

Lenn, snténdose enermo, redacta un documentocondencal, que después será conocdo como su“testamento”. Allí expresa medtados jucos sobresus colaboradores. Teme una dvsón del partdopor lo tenso de las relacones entre Staln y Trotsky yseñala: “El camarada Staln, al convertrse en secretarogeneral, ha concentrado en sus manos un nmensopoder y no estoy convencdo de que sempre lo usecon la necesara prudenca”. El 4 de enero de 1923Lenn ya está al tanto de los graves problemas quehan surgdo con las naconaldades y añade entoncesun postscrptum: “Staln es excesvamente brutal, yeste deecto, plenamente soportable en las relaconesentre comunstas, se hace ntolerable en la uncón de

secretaro general... Invto a los camaradas para quereexonen sobre el medo de relevar a Staln en esepuesto, reemplazándolo por un hombre que, en todossus aspectos, se dstnga de Staln por la superordad,es decr que sea más pacente, más leal, más cortés, másatento haca los camaradas, menos caprchoso, etc...”

Lenn está horrorzado de los métodos burocrátcosutlzados por Staln y su camarlla. “¡Hasta quépunto hemos caído!”, dce. Y reprocha a Dzerjnsk y aOrjonkdzé el haberse convertdo en naconalstas rusosal no comprender en absoluto cuáles son las soluconessocalstas del problema naconal, el atentar contrala soldardad proletara... Y pde un castgo ejemplar (exclusón del partdo por dos años). Hay “que hacer responsables de esta campaña de naconalsmo gran-ruso a Staln y Dzerjnsk”.A partr de aquí Lenn escrbe repetdas veces a Trotskysobre el msmo tema y lo encarga de plantear ante el XII

Congreso del Partdo la grave cuestón de las naconal-dades. En una de esas comuncacones le decía: “Deseomucho pedrle a Ud. que tome el caso georgano en elComté Central del Partdo” y agregaba que él no podíaconar n en la mparcaldad de Staln n en la de Dzer-jnsk. “Al contraro, s usted pudera tomar la deensa,yo podría descansar.”Poco tempo después, antes de la recaída de Lenn seprodujo una nueva conversacón entre Lenn y Trotsky:“Nuestra burocraca es algo monstruoso”, dce Lenn.“Me he sentdo espantado cuando reanudé el trabajo.”La conversacón dervó haca la necesdad de “sacudr” el

aparato burocrátco y Trotsky estmó necesaro combatr no sólo la burocratzacón del Estado sno tambén la delpartdo, comenzando por el Buró de Organzacón delComté Central. “Pues ben —dio Lenn—, me orezcoa consttur un bloque contra la burocraca en general ycontra el Buró de Organzacón en partr—tetar” Dchoburó era uno de los puntos de apoyo de Staln.Lenn muere el 21 de enero de 1924. A partr deentonces, es Trotsky quen lleva adelante la luchacontra la burocraca stalnsta. Denunca los pelgrosque representa para el Estado obrero, el Partdo y laInternaconal, elabora una polítca para enrentarla y

plasma esa polítca en organsmos mltantes.

La revolución traicionada

“El proletariado de un país atrasado ha debido hacer la primera revolución socialista. Es muy posible que tenga que pagar este privilegio histórico con una segunda revolución, contra el

absolutismo burocrático”

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“Trotsky pusoen el orden del

día liquidar el stalinismo”

En su bograía sobre Trotsky escrta en 1992, el general Dmtr Volkogonov, señaló el eectoque produjo la publcacónde La Revolucón Traconadaen Staln. El autor no es enabsoluto un smpatzante deTrotsky, sno un representantedel ala reormsta de laburocraca durante la época deMial Gorbachov.

“La conclusón prncpal de “LaRevolucón traconada” es que“la burocraca sovétca no dejarásus poscones sn lucha”. Poreso, suponía Trotsky, la claseobrera, habendo realzado laprmera revolucón socalsta

de la hstora, está ahora antela necesdad de una nuevarevolucón “complementara” –no socal, sno “polítca, contra elabsolutsmo burocrátco”.“No hay salda pacíca a la crss.El enrentamento entre el pueblocon la olgarquía burocrátca, conel absolutsmo burocrátco, esnevtable. La revolucón polítcaderrocará al sstema stalnsta

de dreccón, pero no cambarálas actuales relacones depropedad”.Trotsky ue, quzás, el prmero que

abertamente puso en el orden deldía la necesdad de lqudar elstalnsmo como sstema, comodeología, como metodologíade accón y como orma depensamento. El exlado sabíaque el estalnsmo es una de laspeores ormas de totaltarsmo yde cesarsmo.Al lado del stalnsmo solo sepuede colocar el ascsmo. Soloen el camno de desmontar este

sstema es posble una verdaderodesarrollo democrátco.El socalsmo, a pesar de suenorme alta de suerte hstórca,quzás tene todavía uturo.La Revolucón Traconada tuvootra consecuenca atal, más alláde la voluntad del autor. ¿De quéhablamos?Al termnar el lbro, Trotsky le envóun ejemplar a su hio León en Paríscon la propuesta de publcar partes

en el “Boletín de la Oposcón” oen algunos peródcos burgueses.Así se hzo.Pero ahora se puede comprobardocumentalmente que todo elorgnal, o ragmentos de él,llegaron a Moscú al gabnete deStaln antes de que el lbro semprmera en el verano de 1937en París…. Esto ue a través deMark Zvorovsk (conocdo como

Etenne, agente de la GPU quetrabajó como secretaro prvadode León Sedov). En los archvosempolvados del Comsarado de

Asuntos Internos, hay muchosartículos, manestos, entrevstasde Trotsky, que los espíassovétcos envaban a Moscú./…/ De esta manera, ragmentos,o la totaldad, de La RevolucónTraconada, llegaron a Moscú.No es dícl magnar la mpresónde Staln rente al llamado deTrotsky de realzar en la URSS una“revolucón polítca” y lqudar el“absolutsmo burocrátco”.

Es muy probable que esto huberajugado un papel muy mportanteen la decsón de Staln de llevar acabo una enorme represón en elpaís. /…/Aunque el dctador ya habíallegado a esa conclusón por sí solo, “La Revolucón Traconada”lo convencó dentvamentede que Trotsky representaba unpelgro muy especal.Con la uerza de su pluma y de sus

deas, era capaz de darle golpesdeológcos y lteraros contra él.Además, el César sovétco llegóa la conclusón de la necesdad delqudar cualquer base potencapara el trotsksmo en la URSS.Por eso, el golpe más grande delos procesos de Moscú (1936-38),ue contra el trotsksmo.”

Comienza la resistenciaEl 8 de octubre de 1923, Trotsky drgó al Comté Centraldel Partdo Bolchevque una carta en la que denuncabael régmen undamentalmente anormal y malsano querena en el partdo y la nsatsaccón de obreros y cam-pesnos ante la grave stuacón económca, producto nosólo de las dcultades objetvas sno tambén de losdrástcos errores de polítca económca.Una semana después, cuarenta y ses membros delComté Central presentaron una carta que será su “Pla-taorma”, en la que trazaron un panorama crudo de la

stuacón que enrentaba la Repúblca Sovétca y denun-caron los “errores de la dreccón, que paralza y dvde

al partdo”, exgeron como prmer paso para salr de lacrss económca, polítca y partdara, el llamado a unaconerenca del Comté Central con los mltantes másdestacados y actvos del partdo, entre ellos, los ue d-senten de las poscones de la mayoría del CC.“De no tomar meddas drástcas decía la Plataorma,la dctadura proletara rusa y su partdo entrarán en laetapa nmnente de nuevas luchas en todo el mundo snotra perspectva que la derrota en todos los rentes de lalucha proletara”.La dscusón prounda y democrátca que reclamaban

“los cuarenta y ses” sobre los graves problemas econó-mcos que aquejaban a la nacón, el régmen partdaro

Volkogonov, Dmtr, Ed. Novost, Moscú,1992, Págs. 184 y ss.).

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La heroicaresistencia de los

trotskistas en laURSS

El hstorador trotsksta rusoVadm Rogovn, en su lbro “LaNeonep stalnsta”, que hace

parte de la sere “¿Había unaalternatva?”, trae numerososejemplos de la nfuenca de laoposcón y del trotsksmo enlos años trenta, y del compor-

tamento ejemplar de los trots-kstas ante la represón. Ctamosalgunos extractos de su lbro (delas págnas 137 a 150).

Es sntomátco que en el perodoposteror a la represón tras el ase-snato de Krov, ncluso muchosde los que captularon, envarondesde sus lugares de detencóncartas al partdo rechazando suscaptulacones. B.M.Polakov, que

estaba en la cárcel de Suzdal, el 20de juno de 1935 normó al Partdoque, bajo la nfuenca de los he-chos de los últmos años, revsó sucaptulacón de 1933 y conrma sulealtad a la oposcón de zquerda.Polakov expresó prounda convc-cón de que las tareas que debeenrentar el Partdo Comunsta y elmovmento nternaconal no pue-den ser resueltas “n con la actualpolítca de la Komntern (Interna-

conal Comunsta), n por el camnodel terror adelantado por la buro-craca en el partdo, que destruyeen las cárceles y el exlo mles demagnícos bolchevques. Por lotanto pdo consderar nula m de-claracón de apoyo a la polítca delComté Central a partr de ahora”.Una declaracón smlar ue enva-da el 15 de dcembre de 1935 porB.A. Susenkov. Señalando queconsdera su anteror declaracónde renunca a la oposcón como un

“grave e mperdonable error”, Su-

senkov escrbó: “Tres años de es-tadía en el centro carcelaro de losUrales, no solo no ortaleceron mconvencmento en la correccón dela polítca stalnsta, sno que por el

contraro, ortaleceron ms dudassobre ella. Por eso, anulo m ante-ror declaracón de captulacón ypolítcamente vuelvo a las posco-nes de los bolchevques lennstasen su totaldad”/…/Sobre la suerte de los trotskstasen los campos de Vorkuta, en unapublcacón aparecda en 1961 en“Novedades socalstas”, un autorcuenta que en la zona había varosmles de “trotskstas ortodoxos”,

que desde nes de los años venteestuveron en campos de concen-tracón y cárceles y “se mantuve-ron eles a sus objetvos polítcos ya sus lderes hasta el nal”.Además de trotskstas, en la zonade Vorkuta había más de 100.000presos, que “antes ueron comu-nstas y que se acercaron a la opo-scón trotsksta y ueron oblgadosa conesar sus “errores”. Tambénhabía mles de personas “que nun-ca ormaron parte del partdo y quesolo en el perodo de agudzacónde la lucha con la oposcón seuneron a su plataorma y uneronsu suerte a ella hasta el n”/…/Una mportante cra de trotskstasse encontraba en los campos deKolma (en el Pacíco). El escrtorBrokov, de Magadan, que estudóla hstora de estos campos, escr-be: “La hstora de cómo llevarona Kolma 6000 trotskstas, cómoéstos lucharon por justca estando

aquí (aunque eran consderadospresos polítcos), cómo ntentaroncontnuar su lucha contra el esta-lnsmo y cómo ueron elmnadosen el curso de los años sguentes,es grandosa, aún en el marco de latrageda naconal” /…/El escrtor N.V. Kozlov recoplómuchos testmonos de ex traba-jadores de la NKVD. En una de lascartas recbdas, un testgo de larepresón a los trotskstas contaba

que en 1936 y 1937 en Magadán yKolma, los opostores organza-

ban huelgas, repartían volantesexgendo su lberacón, lbertadde movmentos, aumento de lasracones de comda, etc… Los par-tcpantes de estas accones real-

zaban huelgas de hambre masvas,construían barrcadas, y luego erancondenados y uslados /…/Nuevas uentes conrman que laslas de los trotskstas en los añostrenta no solo no se ralearon snoque aumentaron por la oposcónen la juventud. Estas conrman lasconclusones de Isaac Deutscher(el prmer bógrao de Trotsky), queestudó todas las uentes que exs-tían en occdente sobre la actvdad

de los trotskstas en los camposde concentracón. “Desde 1934,parecera que el trotsksmo habíasdo totalmente lqudado – ecrbóDeutscher-. Pero dos o tres añosdespués Staln le temía como nun-ca. Paradójcamente, las grandespurgas y las represones masvas,tras el asesnato de Krov, le deronnueva vda al trotsksmo”. Cuandoalrededor de los trotskstas repr-mdos se encontraban mles denuevos arrestados, los trotskstasya no podían ser aslados. “A ellosse unían mles de los que habíancaptulado, que con trsteza sedaban cuenta de que los hechoshuberan sdo dstntos s se hu-beran mantendo con los trotsks-tas. Opostores de la joven gene-racón, de la juventud comunsta,que se levantaban contra Stalnmucho después del aplastamen-to del trotsksmo, trabajadorescomunes, envados a la cárcel por

cualquer mínma volacón de ladscplna, pequeños ladrones queempezaban a pensar polítcamenteen la prsón, todos ellos le deronun nuevo y enorme audtoro a losveteranos trotskstas”. A pesar delendurecmento del régmen en loscampos, “estos de nuevo se convr-teron en escuelas de la oposcón,que con su comportamento hero-co, nspraban la resstenca de losdemás. Ben organzados, dscpl-

nados y preparados polítcamente,eran la vanguarda de esta parte

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del país que se encontraba tras losalambres de púas”.Nnguno de estos cuadros trotsks-tas pudo ser llevado a los jucosde 1936 y 1938. Según A. Orlov(alto agente de la GPU que actuóen España entregando trotskstasy anarqustas y que luego huyó dela URSS), el plan stalnsta paraestos procesos contra el “centrotrotsksta-znovevsta” ue traer delos campos de concentracón y cár-celes cerca de 300 opostores muyconocdos en el partdo. Creían quedespués de las torturas, muchos sequebrarían y se podría consegurque un grupo de 50 o 60 aceptaran

presentarse en los procesos reco-nocendo su partcpacón en loscrímenes del espía Trotsky. Sn em-bargo, todos estos trotskstas, quenunca captularon, se negaron unavez más a tomar parte en las provo-cacones stalnstas”/…/

La oposición de izquierda en laclandestinidadLa oposcón de zquerda contnuóexstendo en la clandestndad, a

pesar de la represón. Esta recbóun nuevo mpulso a su actvdad alaumentar el descontento en el par-tdo y el país ante la ola de terrorposteror al asesnato de Krov en1935/…/S al comenzo de los años trenta,el terror stalnsta se drgó contralos campesnos que se oponían a lacolectvzacón masva, desde 1934el terror se drgó a las cudades,donde había un mayor desconten-to con el régmen. Parte sgnca-

tva de la clase obrera, en la cualtodavía no se habían apagado lastradcones revoluconaras, tomóla polítca antobrera de Staln condsgusto, como resultado de lasconsecuencas socales de la n-dustralzacón orzada/…/El sentmento opostor estabamucho más generalzado entresectores de la burocraca de lo queTrotsky pensaba en su lejanía y snuentes de normacón. V. Krvts-

k, que conocía muy ben lo quepasaba en las alturas, conrmó

que a medados de los años tren-ta, “no solo una enorme masa decampesnos, sno la mayoría delejércto ncluyendo a los mejoresrepresentantes polítcos, 90% delos drectores de ábrcas, 90% delaparato del partdo, estaba en ma-yor o menor medda en oposcón a

la dctadura de Staln. Esto ya erauna uerza”. Aunque estas crasson exageradas, el descontento esconrmado por muchos testmo-nos. Los comunstas honestos quemantenían deldad a los prnc-pos bolchevques y tenían smpa-tías entre los trabajadores, eran lamayoría del partdo/…/A. Orlov, que conocía la cara ocul-ta de la vda polítca del país, damuchos hechos que conrman elrevvr de la oposcón a medados

de los años trenta. “En las paredesde las ábrcas aparecían pntadascontra Staln”. En la escuela delpartdo de la cudad de Gorky serepartían documentos partdarosprohbdos, entre ellos, copas deTestamento de Lenn, y en el Inst-tuto Pedagógco de Gorky, surge-ron grupos legales para estudar los trabajos de Lenn y Trotsky.En 1935, los órganos de la NKVD ca-yeron sobre la actvdad opostora

en la escuela del partdo de Moscú,donde corrían volantes con partes

del programa trotsksta. “A los es-tudantes, que estudaban a Marx yEngels, les quedó claro que el trots-ksmo atacado por Staln era el ver-dadero marxsmo lennsmo”.Aún en el pco de la campaña an-ttrotsksta, entre los trabajadoresy campesnos contnuaban exs-tendo personas que se negabana unrse a las mentras ocales.Muestras de este descontento sepueden encontrar en el archvo deSmolensk, que ue tomado por losalemanes durante la guerra. Entremuchas denuncas realzadas por los secretaros del Partdo contralos “trotskstas”, se encuentra el

resumen de una reunón en un ko-ljós (granja colectva), en la que sedscutía el proceso contra el cen-tro “trotsksta-znovevsta”. Unode los partcpantes ntervno así:“No puedo decr nada de Trotsky,no nos toca a nosotros dscutr so-bre esto”, y se retró. Según otradenunca, en la vvenda de otromembro del koljós se descubróun retrato de Trotsky.En el msmo archvo hay declaraco-

nes de un plomero, que apoyadopor los membros de su brgada de-claró: “La explotacón no está lqu-dada entre nosotros. Los comuns-tas e ngeneros tenen srventes.Los trotskstas Znovev y Kamenevno pueden ser uslados porqueson vejos bolchevques”/…/Smlares acusacones sobre trots-kstas exsten en los archvos deMoscú. Por ejemplo, en una ábr-ca de Moscú, un obrero dio en unareunón del partdo: “¿Cómo pue-

de ser que estas buenas personas(Trotsky, Kamenev, Znovev), hayancaído en el camno de la contrarre-volucón?”. Otro obrero, membrodel partdo desde 1923, exgó enla reunón de su seccón que die-ran cuáles ueron los hechos y lasechas de las relacones entre lostrotskstas con la Gestapo, y senegó a votar a avor de Staln.

Foto: Grupo de deportados, dos cercanos

colaboradores de Trotsky: V. B. Eltsin, arriba a laizquierda; I. M. Poznanski, en medio a la derecha.

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y las perspectvas revoluconaras en Europa no se pro-dujo. Por el contraro, la emergente burocraca stalnstadspuso mpedrla por métodos polcales.Así descrbó Trotsky el clma polítco en que comenzó sulucha contra la burocraca en 1923, año que calcó de

decsvo en la hstora de la Unón Sovétca, el Partdo yla Internaconal:“Debdo al desarrollo de nuevas capas de explotadoresen la Unón Sovétca como consecuenca de la NEP, y alagotamento general de la clase obrera después de lostremendos esuerzos y el ervor de los años de revolu-cón y guerra cvl, la burocraca del partdo y del aparatoestatal, que había adqurdo gran uerza, pudo elevarsecon rapdez crecente como uerza socal ndependen-te y árbtro entre las clases. Sn embargo, la burocracapodía conqustar el poder polítco por medo de la luchacontra la vanguarda proletara, contra la democraca

proletara en el partdo y los sovets. Este es el conten-do de la lucha entre el stalnsmo y el trotsksmo, que sencó en 1923” (Evolucón de la Comntern, Conerencapor – Cuarta Internaconal de 1936, en “Documents o the Fouth Internatonal”).

La burocracia hunde la revolución alemana1923 ue el año de la gran revolucón alemana, quehubera poddo cambar toda la stuacón y sacar a laUnón Sovétca de su aslamento. Para ello, se requeríauna dreccón revoluconara que estuvera dspuesta aencarar la lucha por el poder. Nuevamente, escuchemos

a Trotsky:“Había colosales huelgas de masas. Las comsones dedelegados de ábrca eran el centro de atraccón de lasmasas revoluconaras. Los obreros se organzaban enpquetes y empezaban a armarse. En varos sndcatosgrandes, los comunstas eran mayortaros. La socalde-mocraca estaba sumda en la conusón, y la burguesíadvdda. El movmento de masas había llegado al puntocrítco en que requería el más alto grado de resolucón encatva práctca por parte de la dreccón revolucona-ra para llevar la movlzacón a la vctora. Pero la drec-cón del Partdo Comunsta demostró que era ncapaz decumplr su tarea hstórca: era apenas una dreccón so-caldemócrata con un barnz comunsta. Se aerró al ren-te con la socaldemocraca, ncapaz de comprender queel concepto de rente únco es “dar un paso atrás paramejor tomar mpulso”, n que en determnado momentola lucha para ganar a las masas solo se puede realzar medante la lucha drecta por el poder. La dreccón de laInternaconal Comunsta, que ya había mostrado seña-les de degeneracón burocrátca, tambén ue ncapaz dendcar al PC alemán el camno justo. Cuando la burgue-sía alemana recuperó sus uerzas, proclamó el estado de

sto y tomó la oensva, el PC captuló sn luchar. La con-secuenca de ello ue una grave derrota del proletaradoalemán y europeo, mentras que el captalsmo europeo

pudo volver a establzarse.” (Idem).La burocraca stalnsta, lejos de extraer las leccones dela derrota alemana, proclamó que el únco “culpable”era la dreccón del Partdo Comunsta alemán, a la queconvrtó en chvo emsaro de sus propos errores.

El “socialismo en un solo país”Más grave, para el uturo de la dreccón nternaconaldel proletarado, ue que Staln empezó a desarrollar suteoría del “socalsmo en un solo país”:“La teoría del socalsmo en un solo país —escrbe Trots-ky—, presentada en el otoño de 1924 por Staln, el jeede la burocraca, en agrante contradccón con la teoríay la práctca del marxsmo-lennsmo, ue para las nue-vas capas socales (burócratas, campesnos rcos, tec-nócratas) la expresón deológca de sus mezqunos n-tereses naconales. Se proclamó que el portaestandarte

del socalsmo no era el proletarado nternaconal snola burocraca. La Internaconal Comunsta, creada paraservr de nstrumento de la revolucón mundal, se con-vrtó en la herramenta de los ntereses naconales de laburocraca sovétca”.La concepcón de Staln era, en síntess, que las rquezasnaturales permten que la URSS construya el socalsmoen sus ronteras geográcas. En realdad la nueva teoríatrataba de mponer a la concenca de los trabajadoresun sstema de deas más concreto: la revolucón hatermnado dentvamente; las contradccones socalestendrán que atenuarse progresvamente; el campesno

rco será asmlado poco a poco por el socalsmo, elconjunto de la evolucón, ndependentemente de losacontecmentos exterores, segurá sendo regular ypacco.La teoría del socalsmo en un solo país era la justcacónlsa y llana de lo que después será otro de los caballtospreerdos de Staln: la coexstenca pacíca, lacolaboracón con la burguesía y el mperalsmo a escalamundal. Es decr, “socalsmo” en un país y captalsmoen el resto del mundo.Bujarn se convertrá en el teórco de esta poscón deStaln. El proclamó que las “derencas de clase ennuestro país o la técnca atrasada no nos conducrán alracaso; podemos construr el socalsmo en este terrenode msera técnca; su crecmento será muy lento,avanzaremos a paso de tortuga pero construremos esocalsmo y lo termnaremos...”.Detrás de esta “teoría” derrotsta, aslaconsta y captu-ladora se escondía, como muy ben lo denuncaba Trots-ky, el pacsmo de una burocraca nepta, que echabapor la borda todas las enseñanzas de Lenn y se reuga-ba en el naconalsmo más estrecho, creando la utopíareacconara de que se podía construr el socalsmo a

partr de un solo país.Pero esta “teoría” tenía sus consecuencas práctcas.Apoyándose en ella se ncó una lucha despadada con-

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Foto: Manestacón de deportados en Yense, el 7 de novembre de 1928: “Abajo los kulaks, y la burocraca”, “Vva la dctadura del proletarado”.

tra Trotsky y sus segudores. Esta “teoría” ue la cober-tura para denuncar que Trotsky estaba en contra de loscampesnos pobres, que estaba en contra de la edca-cón del socalsmo, con su aventurersmo ndustralsta.

Esta teoría se puso al servco del acuerdo con el dcta-dor chno Chang Ka Shek para aplastar la revolucón enese país asátco. Esta teoría se puso al servco de losburócratas ngleses para derrotar la gran huelga de lostrabajadores brtáncos en 1926. Esta teoría, en una pa-labra, ue la cobertura para trar por la borda toda la tra-dcón revoluconara del marxsmo y del lennsmo. Deaquí que Staln y sus epígonos se lanzaran contra la teo-ría de la Revolucón Permanente, y sus sostenedores.Esta lucha no ue entonces una mera dscusón teórca,sno un proceso en el que estuvo en juego la vda y lamuerte de la revolucón. Al msmo tempo que avanzaba

contra la concepcón y el programa revoluconaro, la bu-rocraca buscaba elmnar de los puestos de conduccónen el Estado y el partdo a sus opostores. El 2 de enerode 1925 el Buró Polítco releva a Trotsky de sus unconesde presdente del Consejo Superor de Guerra y de Com-saro del Pueblo del Ejércto y la Marna.

La Oposición de IzquierdaDesde sus comenzos, la Revolucón Rusa había procla-mado su carácter nternaconalsta. Tanto Lenn comoTrotsky sostenían que el Estado obrero sovétco carecía

de las premsas materales —sobre todo, una ndustraaltamente desarrollada para sobrevvr sn la ayuda de larevolucón en los países captalstas avanzados.

En 1923, exstía la perspectva de una revolucón en Ale-mana, uno de los países captalstas más avanzados.Esa revolucón se produjo, pero ue derrotada, comohemos vsto, no por alta de condcones objetvas sno

debdo a los errores tanto de la dreccón stalnsta quecontrolaba la III Internaconal como la del Partdo Comu-nsta alemán. Con ello, quedó elmnada la posbldadde una solucón nternaconal a la crss del Estado so-vétco y su partdo.Víctor Serge, en su lbro Vda y muerte de León Trotsky,descrbe así la atmósera de estos años:“En la cúspde, el secretaro general selecconaba a lossecretaros regonales. Con sólo proponer y obtener unamulttud de nombramentos, lograba llenar los comtéscon clentes suyos, la mayoría de los cuales eran hom-bres que todo le debían. A su vez, estos secretaros re-

gonales nombraban a otros, quenes a su vez, etc. Antesde exstr la palabra, ya se había ‘stalnzado’ el aparatodel Partdo.”En 1925, al reunrse en Moscú el XIV Congreso del Par-tdo, más burocrátcamente preparado que cualquer otro, todas las delegacones ueron desgnadas por lossecretaros que dependían del secretaro general. Stalnhabía logrado consoldarse dentro del aparato. Derrota-do Trotsky, aquél preparó entonces la deenestracón deZnovev y Kamenev. Este XIV Congreso será el comenzo.De nada valeron los reclamos de ambos. La multtud delcongreso termnó atronando: ¡Staln! ¡Staln!Kamenev ue relevado de sus uncones de Presdentedel Sovet de Moscú y Znovev, cuya organzacón en Le-

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nngrado tambén había sdo quebrada, es “renuncado”de la dreccón de la III Internaconal. Esta stuacón losacercó a Trotsky.La Oposcón de Lenngrado propone una alanza, nclu-so una usón, con la Oposcón de 1923, reconocendoque sobre los problemas de la burocratzacón del Par-tdo, del aplastamento de la democraca nterna y de lanecesdad de un verdadero nuevo curso, Trotsky teníarazón en 1923.Como consecuenca de esta usón se elaborarán res-puestas programátcas tendentes a resolver los nume-rosos problemas económcos y socales que sacudían ala URSS. La Nueva Oposcón preveía un concto entrelos campesnos pobres y los campesnos enrquecdos(alentados por la polítca de Staln-Bujarn que se ex-presaba en la consgna de: ¡Campesnos enrqueceos!);veía el pelgroso estancamento de la ndustra, las d-

cultades en el aprovsonamento de las cudades y delejércto; la crss monetara; la ormacón de una burgue-sía contrarrevoluconara; la contnuada degeneracónburocrátca el Estado y del partdo y la corrupcón y cap-tulacón nal de la burocraca.Frente a ello la Oposcón planeaba: condonacón de to-dos los mpuestos a los campesnos pobres (que eranel 50%); aumento de los mpuestos a los campesnosrcos. Respecto de la clase obrera, revsón de la polít-ca salaral, retorno o a la democraca sndcal, es decr,restablecmento y acrecentamento de los derechos or-males del obrero.

Para los consumdores: meddas contra la especulacóny los benecos líctos del comerco prvado. Con rela-cón a la produccón en su conjunto: establecmento deplanes qunquenales escalonados, con el n de obtener una rápda ndustralzacón del país.Condcón para que el Partdo y el Estado puderan cum-plr sus nuevas tareas: devolver a los mltantes la nca-tva, la palabra, el derecho de crítca y de eectuar propo-scones; renovar el entusasmo, sacudr la torpeza y laescleross del régmen burocrátco.Este era el programa de la Nueva Oposcón, expuestoen multtud de documentos, especalmente en la decla-

racón de los ochenta y tres vejos bolchevques, e nme-datamente rmada por tres ml membros del Partdo yen la Plataorma de 1927 que recogó unas dez ml r-mas.La Revolucón Chna logró, en 1925, reanmar el entusas-mo de amplos sectores de vanguarda en la URSS, perola polítca de Staln de apoyo ncondconal a Chang- KaShek va a termnar en un desastre polítco y en una ma-sacre generalzada de los mltantes comunstas chnosen 1927.Staln ordena a los comunstas de Shanga que entre-guen o escondan sus armas y manesta tener absoluta

conanza en Chang-Ka-Shek. Los obreros y artesanosde Shanga le obedecen y la trageda estalla.

En marzo de 1927 Staln pronunca un dscurso en Mos-cú dcendo de Chang-Ka-Shek: “Lo tenemos agarrado;lo utlzaremos y después lo arrojaremos como un lmónexprmdo...” Esa msma noche llega la notca de queChang-Ka-Shek ha proceddo a desarmar a los sndca-tos de Shanga por la uerza y que ha masacrado a loscomunstas.Esta derrota descorazona a las masas, reuerza la nercay ortalece a la burocraca. A nes de octubre de 1927,Znovev, Kamenev y Trotsky ueron excludos del ComtéCentral. El 15 de novembre de 1927 ue publcada la ex-pulsón del partdo de Trotsky y Znovev. Al día sguenteel amgo de Trotsky, Adolo Iofe, se dsparaba un tro enla cabeza.El 15 de enero de 1928 Trotsky es deportado a Alma Ata.La Oposcón de Izquerda es práctcamente dsuelta. Ka-menev y Znovev se autocrtcan para poder ser reacep-

tados dentro del partdo y la mayoría de los compañerostermna en las prsones. Se nca una nueva etapa en lavda de Trotsky, la del exlo y la deportacón, pero segu-rá su lucha contra la corrente.

El giro ultraizquierdista de StalinStaln hzo todo lo posble para termnar de lqudar a laOposcón de Izquerda. Su carta de truno ue un “vrajea la zquerda” de 180 grados que do en 1928. Asustadopor el crecente peso económco y polítco que tomabanlos kulaks (Chacareros rcos) —que les permtía chanta-jear y sacar crecentes concesones al Estado sovétco—,

Staln pasó del “campesnos enrqueceos” a la expro-pacón y “colectvzacón orzosa” y a la deportacón dedez mllones de campesnos. Y de la poscón de cons-trur el socalsmo “a paso de tortuga”, ahora se pasó a“la ndustralzacón a marcha acelerada”.Muchos mltantes de la Oposcón de Izquerda cons-deraron este vraje de Staln como una aceptacón delprograma adelantado por Trotsky.En julo de 1929, Radek, Preobrashensk y Smlga en-cabezaron una oleada de captulacones. Y en octubre,otro mportante grupo encabezado por Smrnov sguó elmsmo camno.

En cambo, Crstan Rakovsk desde la prsón, drgó laresstenca a este proceso.Trotsky escrbó docenas de cartas y artículos explcandoel por qué del vraje de Staln, sostenendo la moral po-lítca y la accón consecuente y tenaz de los oposcons-tas como Rakovsk.Su réplca a los documentos del VI Congreso de la Inter-naconal ue parte de esa batalla.Una vez más Trotsky demostrará que n el análss de lastuacón a escala naconal e nternaconal, n la polítcan el programa adoptados en ese Congreso, tenen nadaque ver con el lennsmo, n con las experencas de laRevolucón de Octubre, n con la orentacón de los cua-tro prmeros congresos de la Internaconal Comunsta.

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Desde su expulsón de la URSS, Trotsky nca un trabajopara armar a la vanguarda con las enseñanzas de Lenn.En todos los países, los revoluconaros luchaban contrala corrente. En esas condcones adversas, la nsstencade Trotsky tuvo éxto: pronto habría de nacer la Oposcónde Izquerda Internaconal.En marzo de 1929, Trotsky aconsejó:"No se puede uncar a la Oposcón con sermonesabstractos sobre la undad n con combnaconesmeramente organzatvas. Hay que preparar teórca ypolítcamente la undad. En este proceso debe quedar claro cuáles son los grupos y elementos que se ubcanen un terreno común y cuáles se enrolan en la Oposcóncomo resultado de algún malentenddo.El programa es, mejor dcho, debe ser, el crtero más

mportante. Este crtero será más precso en la meddaen que cada grupo, ndependentemente de las uerzascon que cuenta en la actualdad, sea capaz de sacar conclusones polítcas justas de las luchas actuales. Mereero en prmer térmno al programa naconal. Porques la Oposcón no ntervene constantemente en lavda del proletarado y en la vda del país, se convertránexorablemente en una secta estérl. Sn embargo,es necesaro elaborar al msmo tempo un programanternaconal de la Oposcón, que srva de puente hacaun uturo programa de la Internaconal Comunsta. Porqueresulta absolutamente evdente que la Internaconal

Comunsta regenerada necestará un programa nuevo.Sólo la Oposcón puede elaborarlo. Hay que emprender esta tarea ahora msmo”. (“Las Tareas de la Oposcón,Escrtos, Tomo I, Vol.2, Ed. Pluma, Bogotá).

La nueva corriente se reúne en ParísEl 6 de abrl de 1930 se realzaba en París la conerencaprelmnar de la Oposcón de Izquerda Internaconal.Allí estuveron presentes delegacones de grupos ylgas de Estados Undos, Franca, Alemana, Bélgca,Checoslovaqua, Hungría. Los delegados de Rusa yAustra no puderon llegar por razones polcales. Los

grupos de Chna, Méxco y Argentna no partcparon por razones de dstanca, pero compartían las poscones yobjetvos de la reunón.

El Boletín de Oposcón Nº 11 de mayo de 1930, ttulado:"Un gran avance”, consdera al encuentro como unaconerenca prelmnar. Los propos delegados, en untelegrama drgdo a Trotsky la deneron "prmerareunón nternaconal de la Oposcón de Izquerda. Unode los objetvos de la msma ue preparar una nuevaconerenca nternaconal plenara, que actúe en base aresolucones dunddas y dscutdas de antemano".

Los "once puntos"La nueva conerenca se realzó en 1933. Ella ue la queaprobó las tess conocdas como "once puntos", con loscuales la Oposcón de Izquerda enrentó al stalnsmo,cuyo oportunsmo burocrátco naconalsta lo llevaba apactar sempre con partdos ajenos al proletarado.Los puntos ncluyeron la ndependenca, semprey en todas crcunstancas, del partdo proletaro; elreconocmento del carácter nternaconal, por lo tantopermanente, de la revolucón proletara, rechazando"el socalsmo en un solo país"; el repudo a la polítca

económca de la raccón stalnsta, el reconocmento dela necesdad de volver a la polítca económca realsta dellennsmo; el repudó a la colaboracón de clases con

Hacia la IV Internacional

“La Cuarta Internacional, ya desde ahora, es odiada merecidamente por los stalinistas, los so-

cialdemócratas, los liberales burgueses y los fascistas. No hay ni puede haber lugar para ella en

ninguno de los Frentes Populares. Combate irreductiblemente a todos los agrupamientos políti-

cos agarrados a la falda de la burguesía. Su tarea: la abolición del dominio capitalista.

Su objetivo: el socialismo. Su método: la revolución proletaria”.

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someterse por completo a los dctados de la dreccónstalnsta o ser expulsados. Ante esa realdad, deberonorganzarse en partdos y grupos propos, aunqueseguían revndcándose "raccón de la InternaconalComunsta", con el objetvo de "ganar al núcleo proletarode los partdos ocales para reconstrurlos sobrecmentos marxstas". Sólo una "nmensa catástroehstórca", dio Trotsky, podía provocar la muerte de laTercera Internaconal y plantear la necesdad de construr partdos nuevos. Esa catástroe estaba en cernes, y seprodujo poco después.El 30 de enero de 1933, Htler ue desgnado cancller de Alemana, y en marzo de ese año asumó poderesdctatorales.

El triuno de HitlerLa subda del nazsmo en Alemana ue la "catástroe"

que oblgó a Trotsky a rever su poscón de permanecer en los partdos y en la Internaconal Comunsta.Lo más grave para Trotsky ue que el poderoso proletaradoalemán, engañado y desmovlzado por los drgentes desus partdos, cayó aplastado sn resstenca.El truno de Htler, en enero de 1933, ue posbltado por la sucda polítca ultrazquerdsta del Partdo ComunstaAlemán que sguendo las órdenes de Moscú, se opusoa hacer un rente obrero con la socaldemocraca paraenrentar al nazsmo. Esta era la polítca sostenda por eltrotsksmo.En marzo, Trotsky llamó a la Oposcón de Izquerda

a reconocer que el Partdo Comunsta Alemán estabalqudado corró uerza revoluconara y a comenzar atrabajar en ese país para ormar un nuevo partdo.Pero, evdentemente, el problema no se reducía aAlemana. A medados de julo, Trotsky escrbe sucélebre artículo “Es mposble permanecer en la msmaInternaconal con Staln, Manulsky, Lozosky y Cía.”

Por una nueva Internacional En dcho artículo, arma:"Es hora de romper con esa carcatura moscovtade nternaconal. Es mposble responsablzarse

polítcamente, n aun en lo más mínmo, por losstalnstas. Fumos muy prudentes y pacentes respectode la Internaconal, pero hay límtes para todo. Ahoraque Htler se encaramó al poder ante el mundo entero,sostendo de un lado, por Wells y del otro por Staln; ahoraque, a pesar de la catástroe, la Internaconal declaró quesu polítca es nalble, nnguna persona razonable puedealbergar esperanzas de ̀ reormar' a esta camarlla (...)"No hay que dejarse engañar por los conceptos generales.La Internaconal de conjunto es una abstraccón, por nodecr una expresón vacía. Su control está en rímanos dela camarlla stalnsta." Y agregaba:"Además, en otro aspecto tambén se do un cambo

decsvo: el año pasado todavía exstía el PartdoComunsta Alemán. En medo de la vorágne de los grandesacontecmentos, todavía debía rendr cuentas ante lasmasas trabajadoras. Teníamos derecho a suponer, hastaque llegara la hora de la verdad, que el desarrollo de lalucha de masas haría cambar completamente no sólo alComté Central de Thaelmann sno tambén el presdumde Staln-Manulsky. Pero no ue así."En cuanto al programa Trotsky decía:"Construremos nuestro programa sobre las basesestablecdas por los cuatro prmeros congresos;consttuyen un undamento marxsta rreprochable,nuestro undamento. Sólo la Oposcón de Izquerdatradujo al lenguaje del marxsmo las leccones de losúltmos dez años. Nuestro pre-congreso nternaconal,resumó en sus once puntos esas leccones". Y en lo que respecta al partdo dentro de la URSS:

"Durante mucho tempo supusmos que podríamosregenerar al propo PCUS y por su ntermedo al régmensovétco. Pero el actual partdo ocal se parece muchomenos que hace uno o dos años a un partdo. Hace más detres años que se reúne el congreso partdaro, y nade dcenada al respecto. La camarlla stalnsta está lqudandoy reconstruyendo su `partdo' como s uera un batallóndscplnaro. Con las purgas y expulsones se ntentó alprncpo desorganzar el partdo, aterrorzarlo, prvadode la posbldad de pensar y actuar; ahora el objetvo dela represón es mpedr la reorganzacón partdara. Snembargo, el partdo proletaro es ndspensable para que

el estado sovétco sga vvendo. Hay muchos elementosque le son avorables, saldrán a luz y se uncarán enla lucha contra la burocraca stalnsta. Hablar ahora de‘reormar’ el PCUS mplca mrar haca atrás, no hacadelante, llenarse la cabeza con órrmulas huecas. En laURS hay que construr de nuevo Partdo Bolchevque."

La revolución políticaMeses más tarde, Trotsky señaló que la ruptura conla Internaconal Comunsta le planteaban a él y atoda su corrente (ahora denomnada Lga ComunstaInternaconal) el problema de la URSS.

Para él, había habdo una contrarrevolucón polítca, perolas bases económcas seguían en pe.En el debate, surgó en el trotsksmo una corrente llamada"antdeenssta", opnando que no había que deender ala URSS de ataques mperalstas porque ella msma sehabía convertdo en otro estado mperalsta.Trotsky y la mayoría de la Lga batallaron duramente contraesa corrente, que termnó abandonando el trotsksmo.Para ellos, en cambo, la URSS era un estado obrerodegenerado y había que deenderlo con uñas y dentesde una posble restauracón captalsta.Lo más mportante es que en el artículo comentado,Trotsky ormula por prmera vez el postulado undamentalde la necesdad de hacer una nueva revolucón en la URSS

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Contra el oportunismo y el

revisionismo sin principios *

La polítca del partdo de León Blumen Franca demuestra nuevamenteque los reormstas son ncapacesde aprender nada de las lecconesde la hstora. La socal democracarancesa copa servlmente la polítcade la socal democraca alemana ymarcha haca la msma catástroe.En las últmas décadas, la Segunda

Internaconal ha lgado estrecha-mente su destno al régmen demo-crátco burgués y está pudréndosea la par de él. La Tercera Internaco-nal ha entrado en el camno del re-ormsmo precsamente ahora quela crss del captalsmo ha puestodentvamente en el orden del día ala revolucón proletara.La polítca actual de la II Interna-conal en España y en Chna, queconsste en arrastrarse ante la bur-

guesía "naconal" y "democrátca",revela que ésta tampoco es capazde cambar n de aprender nada. Laburocraca, que en la U.R.S.S. se haconvertdo en una uerza reaccona-ra, no puede desempeñar un papelrevoluconaro en el orden nterna-conal.En su conjunto, el anarcosndcals-

mo ha expermentado una evolucóndel msmo género. En Franca, laburocraca sndcal de León Jouhauxdesde hace mucho tempo se ha

convertdo en una agenca de la bur-guesía en el seno de la clase obrera.En España, el anarcosndcalsmo sedesprendó de su revoluconarsmode achada, desde que aparecó larevolucón, y se convrtó en la qun-ta rueda del carro de la democracaburguesa.Las organzacones ntermedas cen-trstas, que se agrupan en torno alBureau de Londres, no son más queapéndces "zquerdstas", ponendoen evdenca su absoluta ncapac-dad para orentarse en una stuacón

hstórca y deducr conclusonesrevoluconaras. Su punto culm-nante ue alcanzado por el P.O.U.M.español que rente a una stuacónrevoluconara resultó ser completa-

mente ncapaz de tener una polítcarevoluconara.Las trágcas derrotas que el proleta-rado mundal vene surendo desdehace una larga sere de años han lle-vado a las organzacones ocalesa un conservadursmo todavía másacentuado y, al msmo tempo, a los"revoluconaros" pequeño-burgue-ses decepconados, a buscar "nue-vos" camnos. Como sempre en lasépocas de reaccón y decadenca,

por todas partes aparecen magos ycharlatanes que queren revsar todoel desenvolvmento del pensamen-to revoluconaro.En lugar de aprender del pasado,lo "corrgen". Unos descubren lanconsstenca del marxsmo, otrosproclaman la quebra del bolchevs-mo. Unos adjudcan a la doctrnarevoluconara la responsabldad delos crímenes y errores de quenes lotraconan. Otros maldcen a la me-dcna porque no asegura una cura-

cón nmedata y mlagrosa. Los másaudaces prometen descubrr una pa-nacea y mentras tanto recomendanque se detenga la lucha de clases.Numerosos proetas de la nueva mo-ral se dsponen a regenerar al mo-vmento obrero con ayuda de unahomeopatía étca. La mayoría deestos apóstoles se han convertdoen nváldos morales sn batalla. Así,con el ropaje de revelacones des-lumbradoras no se orecen al prole-

tarado más que vejas recetas ente-rradas desde hace mucho tempo enlos archvos del socalsmo anterora Marx. La IV Internaconal declarauna guerra mplacable a las burocra-cas de la II y de la III Internaconales,de la Internaconal de Amsterdam yde la Internaconal anarcosndcals-ta, lo msmo que a sus satéltes cen-trstas; al reormsmo sn reormas,al democratsmo alado a la G.P.U.,al pacsmo sn paz, al anarqusmoal servco de la burguesía, a los

"revoluconaros" que temen mortal-

mente a la revolucón.Todas estas organzacones no sonpromesas del porvenr sno super-vvencas podrdas del pasado. Laépoca de las guerras y de las revolu-

cones no dejará n rastros de ellas.La IV Internaconal no busca n n-venta nnguna panacea. Se manteneenteramente en el terreno del mar-xsmo, únca doctrna revoluconaraque permte comprender la realdad,descubrr las causas de las derrotasy preparar conscentemente la vcto-ra. La IV Internaconal contnúa latradcón del bolchevsmo que porprmera vez mostró al proletaradocómo conqustar el poder. La Cuarta

Internaconal desecha a los magos,charlatanes y proesores de moral.En una socedad basada en la explo-tacón, la moral suprema es la de larevolucón socalsta. Buenos son losmétodos que elevan la concenca declase de los obreros, la conanza ensus uerzas y su espírtu de sacrcoen la lucha.Inadmsbles son los métodos quenspran el medo y la docldad delos oprmdos contra los opresores,que ahogan el espírtu de rebeldía

y de protesta, o que reemplazan lavoluntad de las masas por la de losjees, la persuasón por la coaccóny el análss de la realdad por la de-magoga y la alscacón.He aquí por qué la socal democra-ca, que ha prosttudo el marxsmotanto como el stalnsmo, antítessdel bolchevsmo, son los enemgosmortales de la revolucón proletaray de la moral de la msma.Mrar la realdad cara a cara, no bus-

car la línea de la menor resstenca,llamar a las cosas por su nombre,decr la verdad a las masas por amar-ga que ella sea, no temer los obstá-culos, ser el en las pequeñas y enlas grandes cosas, ser audaz cuandollegue la hora de la accón, tales sonlas reglas de la IV Internaconal. Ellaha mostrado que sabe marchar con-tra la corrente.La próxma ola hstórca la pondrásobre su cresta.*El programa de transición, Editorial Fon-

tamara, Barcelona, 1977, págs 74 y ss.

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para derrbar a la burocraca.Esa revolucón —que Trotsky llamó polítca y no socal,porque la burguesía ya había sdo expropada— es la quehoy estallá3 con toda su ampltud."¿Cómo encarar la reorganzacón del estado sovétco?¿Es posble resolver este objetvos con métodospacícos?"Antes que nada tenemos que establecer como axomanmutable que el únco que puede resolver este objetvo esun partdo revoluconaro. La tarea hstórca undamentales crear en la URSS el partdo revoluconaro con loselementos sanos del vejo partdo y con la juventud.Luego veremos bajo qué condcones se puede lograr....”No quedan camnos consttuconales normales pararemover la camarlla domnante. Solo por la uerza sepodrá oblgar a la burocraca a dejar el poder en manosde la vanguarda proletara”. (Escrtos, tomo V, vol. 1)

Nace la IV Internacional A partr de 1933, Trotsky se volcó de lleno a la construccónde los nuevos partdos y de la Cuarta Internaconal.Era una tarea de doble az: por un lado, se tratabade elaborar y sentar las bases programátcas de lasnuevas organzacones; por el otro, de construr estasorganzacones en la lucha de clases cotdana. Dedcóa ambas todos sus esuerzos, durante los sete añosrestantes de su vda.El período era el de las graves derrotas de la clase obrera,que llevaron a la carncería de la Segunda Guerra Mundal.

Esto no sgnca que el proletarado dejó de luchar. Por el contraro, la década de 1930 regstra la revolucónrancesa de 1934-36 y la revolucón española, al cabode la cual se produjo la Guerra Cvl. Pero termnaron enotras tantas vctoras de la contrarrevolucón.En el curso de estos procesos, las escasas uerzastrotskstas buscaron la manera de nsertarse en lasluchas y crecer. Desde los sucesvos países dondeestuvo exlado —Turquía, Franca, Noruega y nalmenteMéxco— Trotsky sguó los acontecmentos y ayudó a lospartdos a elaborar sus táctcas.Ante la tracón del stalnsmo y el avance del ascsmo,

mportantes sectores de la clase obrera se snteronatraídos por la socaldemocraca e ngresaron en ella. Estoortalecó los partdos socalstas, pero a la vez do lugar a la ormacón, en su nteror de correntes y tendencascentrstas.Trotsky vo en este enómeno uña oportundadmportante para el crecmento de los núcleos de la CuartaInternaconal. Por medo de una polítca adecuada,era posble ganar a esas correntes para una polítcarevoluconara e ncorporar a sus mejores elementos. Através de decenas de cartas y documentos, nstó a suscamaradas en Franca y España, donde se desarrollabangrandes procesos revoluconaros, que entraran en lospartdos socalstas a n de lbrar, en su nteror, "una

lucha nexorable contra sus dreccones reormstas".Esta polítca se aplcó tambén en Estados Undos,donde exstía el núcleo trotsksta más uerte, surgdo de

las las del Partdo Comunsta y drgdo por uno de losundadores de éste.Años después, al hacer un balance de lo que llamóla "prehstora de la Cuarta Internaconal", Trotskydescrbó una prmera etapa durante la cual losnúcleos revoluconaros permaneceron en los partdoscomunstas stalnstas, y una segunda, a partr de 1933.Sobre la últma dio:"La repugnante captulacón de la InternaconalComunsta en Alemana, táctcamente aceptada por todas sus seccones, planteó abertamente la cuestónde la necesdad de construr la Cuarta Internaconal.

Sn embargo, nuestras pequeñas organzacones, quecreceron por medo de una seleccón ndvdual en elproceso de la crítca teórca, práctcamente por ueradel movmento obrero msmo, habían probado no estar todavía preparadas para una actvdad ndependente.El segundo perodo se caracterza por los esuerzos deencontrar un verdadero campo de accón para estosaslados grupos de propaganda a costa de renuncar temporalmente a la ndependenca ormal. La entradaa los partdos socalstas nmedatamente aumentónuestras las, aunque cualtatvamente los logros noueron tan grandes como pudesen haber sdo. Pero esta

entrada sgncó una etapa extremadamente mportanteen la educacón polítca de nuestras seccones, que

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Sobre losEstados Unidos

de AméricaTrotsky escrbó este artículo sobrela crss económca mundal en1936. Hoy, cuando el captalsmoatravesa la peor crss desde1929, sus palabras cobran plenaactualdad.

Dotado de gran rqueza y de unaparato productvo altamentedesarrollado, Estados Undos se

ha elevado en el curso de la guerraal rango de potenca mperalstadrgente del mundo.No obstante, asume ese rol drgenteen una época en la que el captalsmoya declnaba en todas partes, yen la que los confctos entre lasgrandes potencas no dejabande acentuarse. El mperalsmoamercano ya no puede extendersemás, n ncluso mantener su poscónactual en el mundo, sn marcaruna extensa brecha en el podermundal actualmente en manosde otras potencas mperalstas,sn atacar el nvel de vda de lasmasas de EEUU, de Amérca Latna,de Europa, de Asa, a los queexplota drectamente, y de los quesaca gananca ndrectamente. Demanera que extendendo su poderíopor todo el mundo, el captalsmode EEUU ntroduce en sus proposundamentos la nestabldad delsstema captalsta mundal.

La economía y la polítca deEEUU dependen de las crss, lasguerras y las revolucones en todaspartes del mundo. La dmensónmsma del captalsmo amercanoy sus recursos, su aparcónrelatvamente tardía en la escenamundal, la decadenca general ylas conmocones característcas deesta época del captalsmo mundalse combnan para asegurar un rtmorápdo a la evolucón económca deEEUU y, en consecuenca tambén, al

desarrollo polítco de la burguesía y

de la clase obrera en EEUU.La crss de 1929-1933 y la evolucónulteror sumnstraron abundantesconrmacones a la legtmdadde esta aprecacón. En el paísmás rco del mundo, el salaro delconjunto de obreros de la ndustray la agrcultura ha sdo lteralmenteamputado a la mtad entre 1929 y1932. El número de desocupadoscrecó de 2.000.000 a entre 18 y20.000.000. La produccón de acerose redujo a menos del 20% de sucapacdad. Las exportacones, quesuperaban los cnco ml mllonesde dólares, cayeron a un mllón ymedo apenas; las mportacones

pasaron de cuatro mllones ymedo aproxmadamente, a másde ml mllones. Después de 4.600quebras bancaras en tres años,todos los bancos del país cerraronsus ventanllas en marzo de 1933, enel apogeo de la crss nancera.El rol del régmen de Rooseveltconsstó en “salvar” temporalmenteal captalsmo. Tras este objetvo,abandonó completamente, y snntentos de smulacón, el tradconal“lassez-are”, doctrna de EEUU y,

partcularmente, del propo PartdoDemócrata, así como el nstrumentopartcular de Amérca: los derechosdel Estado.Utlzó los recursos nanceros delEstado para socorrer a las empresasbancaras y comercales e hzo votarleyes que restrngían la competenca,permtían el alza de los precos, etc.,es decr, avorecían el captalsmomonopólco. Al msmo tempo, laadmnstracón Roosevelt, aunquetodos los captalstas no se hayan

dado cuenta, servía eectvamentea los ntereses captalstas,mantenendo el descontento delas masas trabajadoras urbanas yrurales en vías de una polítca queconsstía en pequeñas concesonesparcales, con recuenca lusoras,y prncpalmente en promesasdemagógcas. Es así, por ejemplo,que hzo entrar en vgenca unsstema de jublacón a la vejez y deseguro de desempleo bajo control

del goberno [2], pero a una tasardículamente baja. El empleador

tene la posbldad de hacer caerel peso sobre los consumdores,es decr, sobre los trabajadores, ylos sndcatos no tenen nngunapartcpacón en la admnstracóndel sstema [3]. Formalmente,el “derecho” de los obreros aorganzarse está reconocdo [4],y el goberno cultva la amstadde los drgentes sndcales. Enla actualdad, los movmentoshuelguístcos son quebrados,de manera sutl por medadorescodcados del goberno, o demanera brutal, por gangstersprvados, la polcía o la mlca, snnnguna protesta eectva por parte

de esta admnstracón “lberal”.Así, la vtaldad y los recursosdel captalsmo amercano,oportunamente ayudados por elestado democrátco, están por elmomento, alvados de la crss, eneste sentdo es que la produccón seha elevado notablemente por encmadel nvel de 1932, que se ha poddolograr benecos nuevamenteen certas ramas, etc. Pero estono quere decr, nclusve para elpoderoso captalsmo amercano,

que la crss esté resuelta en elsentdo en que ueron resueltaslas crss del pasado, es decr, conun nuevo cclo de expansón enel curso del cual las condconesde exstenca de los trabajadorestambén se elevan. Todos loshechos ndcan hasta el momentoque la crss es permanente, aunquemomentáneamente es menosaguda.La renta agrícola, que era de 15ml mllones y medo de dólares

en 1920 cayó a aproxmadamente5 ml mllones en 1932. Aumentónotablemente en el últmo año,pero a 8 ml mllones solamente, esdecr un 40% por debajo del nvelde 1920. El volumen de produccónde los objetos de consumo casgualó en 1935 el nvel de 1929,pero el volumen de materalesde construccón ha sdo la mtadneror al de 1929 y la ndustrade los medos de produccón sólo

lgeramente superor de manerageneral. Esta recuperacón sólo

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se debó, en gran medda,mas ben a los gastosgubernamentales que a unaverdadera recuperacón(captalsta) de la ndustraprvada, como puedededucrse del hecho de quelas nuevas nversones, quese elevaban en 1929 a 16 mlmllones de dólares, cayeronen 1933 a menos de mlmllones y sólo alcanzaronel últmo año la cra deml mllones y medo. Laraconalzacón ha progresadodurante la recesón. Enconsecuenca, el crecmento

de la produccón no teneeectos proporconales enla desocupacón. El númerode desocupados sguesendo de 10 a 12.000.000y no dsmnuyó de ormaaprecable durante el añoanteror. El número depersonas subsdadas seelevó de 22 a 25.000.000entre 1935 y 1936. Esta esuna lustracón vva de la maneraen que el captalsmo arroja sobre

las espaldas de los trabajadoreslos gastos de la “reactvacón”, así como los gastos de la crss.El captalsmo no ve claramente otrasalda a semejante mpasse queel empleo de la uerza contra lasmasas trabajadoras por un lado, ycontra otros grupos de potencasmperalstas, por el otro. Es así quese observa a la vez un agravamentode las leyes represvas y de losrecortes a las lbertades cvles–aunque se lo pueda atrbur

sobre todo a los estados y a losmuncpos, dejando al presdentenaconal el prvlego de posar de“lberal”– y, bajo la nspracón, estavez, de Roosevelt, un gasto anual demás de ml mllones de dólares parala preparacón mltar y naval, unasuma muy superor a todas las delos períodos precedentes.Por el momento, estos gastos srvenpara estmular la “reactvacón” ypronto le permtrán al captalsmo

amercano, s ocurrera una guerra,dar un vgoroso golpe a sus

competdores.En lo más proundo de la crss, laclase obrera amercana permanecó

esencalmente pasva. Esto erael resultado, por un lado de lavolenca objetva de los golpes ala que ue expuesta después deun largo período de prosperdad,y por otro lado, de este actorsubjetvo que hace que, a causade las condcones partculares deldesarrollo amercano, entre en lacrss con organzacones pequeñasy débles, tanto en el terreno polítcocomo en el económco.Sn embargo, desde 1933, la hstorade la clase obrera amercana secaracterza por una actvdad y unacombatvdad cas nnterrumpdas.Intentos obstnados y persstentespara organzarse, que culmnanrecuentemente con luchashuelguístcas muy herocas, ueronemprenddos por los obreros,ncludos los de las ndustras claves,tales como el acero, el automóvl,el caucho, las ábrcas de utldadpúblca y la navegacón, en donde,

en el pasado, el movmento sndcalno había poddo arragarse [5]. Las

huelgas de los últmos añosse destacan por un potenteauge de la soldardad y de laconcenca de clase, agrupana decenas de mles de obrerosque pertenecen a derentesndustras, y a menudotambén, a capas nerores dela pequeña burguesía que hanapoyado la lucha ísca de losobreros huelgustas contra losrompe huelgas, los matonesprvados, la polcía e ncluso lamlca.Los eectos de esta nueva etapadel desarrollo del captalsmoamercano y de la presón de las

masas se refejan en la polémcaque se desarrolla actualmenteen la Amercan Federaton o Labor (A.F.L.), la más prounday la más encarnzada polémcade toda la hstora de estansttucón conservadora. Losdrgentes de algunos de losmayores sndcatos alados–como John L. Lews [6], de losMneros– atacan de rente la

polítca tradconal de los sndcatospor oco de la Federacón y exgen

que le sea acordado a los obrerosde las ndustras de produccón demasas, el derecho de organzarseen sndcatos por ndustra y quesean nvtados allí. Dentro de laA.F.L. consttuyeron un Comté parala Organzacón de Sndcatos porIndustra (C.I.O), para ayudar alos obreros de las ndustras másmportantes a organzarse sobre labase de la ndustra [7].Se negaron a satsacer la demandadel Ejecutvo de la A.F.L. de dsolver

la C.I.O. y ahora están comprome-tdos en los preparatvos para unacampaña de organzacón en la n-dustra pesada. No obstante, no haydudas que un vasto movmento deorganzacón y de huelga en unandustra clave no puede ser cons-derado hoy en EEUU como una cues-tón puramente sndcal. Conducenecesaramente a un confcto con laclase burguesa en su conjunto y conel aparato gubernamental, lo que

mplca consecuencas socales muyproundas./…/

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por prmera vez se probaron a sí msmas y a sus deas,rente a rente a las realdades de la lucha polítca ysus exgencas vvas. Como resultado de la experencaadqurda, nuestros cuadros creceron bastante. Otraconqusta no menos mportante ue nuestro rompmentocon los sectaros ncorregbles, los tontos y trampososque están dspuestos a unrse a cualquer movmentonuevo en un prncpo, sólo para hacer todo lo que estéa su alcance para comprometerlo y paralzarlo." (Escrtos,tomo IX, Vol., 2, p. 633)A este período corresponde, en el plano de la teoría, Larevolucón traconada, que Trotsky escrbó en Noruega.Es aún hoy el análss más proundo y completo quese haya elaborado sobre la degeneracón de la UnónSovétca y consttuyó un aporte undamental para laconstruccón de la Cuarta Internaconal y sus seccones.

La undación de la Cuarta Internacional Era la época en que las grandes potencas empezaban areorganzarse para la Segunda Guerra Mundal Mussolnse aprestaba a nvadr Etopía. En julo de 1936 losascstas españoles, bajo el mando de Franco, ncabanuna guerra cvl, apoyados por Htler y Mussoln.La burocraca sovétca, por su parte, tambén realzabasus aprestos para la guerra. Uno de los prmeros pasosue el abandono de la polítca ultrazquerdsta aplcadapor Staln, desde 1928 hasta 1934, que había acltadola subda de Htler al poder.La nueva polítca stalnsta empezó a tomar orma en

la prmavera de 1935, cuando Staln rmó un pactocon la Franca mperalsta y anuncó que "comprende yaprueba plenamente" el rearme rancés." En agosto de1935 se realza el séptmo y últmo Congreso mundal dela Internaconal Comunsta, donde se sanconó la nuevalínea polítca.Los stalnstas de todo el mundo debían colaborar,no sólo con las uerzas obreras llamadas hasta esemomento "socal-ascstas"(menos con los trotskstas),sno tambén con los captalstas "democrátcos"y "progresstas", ncludos sus partdos y a escalanternaconal. Además debían apoyar todos los

preparatvos mltares y dplomátcos de los gobernosmperalstas democrátcos para la lucha contra losgobernos ascstas.Como resultado de esta polítca —aplcada hasta larma del pacto Htler-Staln en 1939— las oportundadesrevoluconaras que surgeron en Franca y España en1936 se desperdcaron delberadamente y la claseobrera se encontró polítcamente desarmada al estallar la Segunda Guerra Mundal.

La Carta AbiertaAnte este abrupto vraje de los stalnstas haca la derecha,Trotsky redobló sus esuerzos para la construccónde una nueva organzacón lennsta mundal. Poco

antes de partr de Franca redactó el anteproyecto dela Carta Aberta por la Cuarta Internaconal. El objetvode esta carta era acelerar y, en lo posble, completar elreagrupamento nternaconal de uerzas revoluconaras.Esto era más necesaro que nunca, puesto queStaln, junto con la nueva polítca, ahora oportunsta,aumentaba la persecucón, encarcelamento y asesnatode revoluconaros y mltantes de la Oposcón en laUnón Sovétca.Desgracadamente la Carta Aberta tuvo pocarepercusón. Trotsky pensaba qua quenes concdíancon su línea debían dar nmedatamente los prmerospasos tendentes a crear una nueva Internaconal. Esaue su propuesta a la Prmera Conerenca Internaconalpor la Cuarta Internaconal, convocada en julo de 1936por la Lga Comunsta Internaconal. Pero los delegadosjuzgaron que tal medda era prematura y sólo resolveron

crear el Movmento por la Cuarta Internaconal.Su batalla para convencer de esta necesdad a quenesconcdían con su orentacón ue muy dura. Los esuerzosde Trotsky para construr la Cuarta Internaconal que élmsmo consderaba como la parte más mportante deltrabajo de su vda ueron generalmente gnorados omenosprecados por numerosas personaldades que sereclamaban ant-burocrátcas, pero que se negaban acrear la herramenta undamental para poder derrotar alos elementos acaudllados por Staln.A nes de 1937, Trotsky estaba convencdo de que laundacón ya no podía ser aplazada. La nmnenca de

la guerra lo exgía. Su máxma preocupacón polítcadurante todo este período ue demarcar y enrentar alos elementos ndecsos e rresolutos dentro y ueradel Movmento Pro Cuarta Internaconal y preparar susnúcleos polítca, deológca y pscológcamente, para lapróxma guerra y sus nuevas responsabldades.

La undaciónEn septembre de 1938 se reunó en París la Conerencade Fundacón de la Cuarta Internaconal, aprobándoseel documento conocdo como el Programa de Transcón,la Agonía del Captalsmo y las Tareas de la Cuarta

Internaconal.Sgno de los tempos que corrían, varos de los hombresresponsables de la organzacón de esa conerencaundaconal, ncludo el propo hio mayor de Trotsky,León Sedov, ueron asesnados en los meses y añosprevos por la GPU, que ncluso robó varos documentosde gran mportanca para el debate preparatoro.La conerenca msma no pudo durar más de un día:excederse de ese plazo sgncaba darle temposucente a los asesnos de la burocraca a descubrr el lugar de reunón. La voluntad revoluconara, laconvccón sobre la necesdad urgente de crear la Cuarta

Internaconal, aseguró que aun bajo esa mplacablepersecucón pudera nacer la Internaconal.

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Desde el ataque de ametralladora hecho por la GPUal dormtoro de Trotsky el 24 de mayo, la casa de Co-yoacán se había transormado práctcamente en una or-taleza. Se aumentó la guarda, estaba mejor armada. Senstalaron puertas y ventanas ant-balas. Un reducto ueconstrudo con techo y pso a prueba de bombas. En ellugar de la veja puerta de madera donde Robert SheldonHarte ue sorprenddo y secuestrado por los persegudo-res de la GPU se puseron puertas de acero doble, con-troladas por nterruptores eléctrcos. Tres torres nuevasant-bala domnaban no sólo el pato sno todo el barro

alrededor. Se estaban preparando marañas de alambrede púa y redes contra bombas.Toda esta construccón ue posble gracas a los sacr-cos de los smpatzantes y mltantes de la Cuarta Inter-naconal, que hceron todo lo que puderon para prote-gerlo, sabendo que era seguro que Staln ntentaría otroataque más desesperado después de haber allado el 24de mayo. El goberno mexcano, el únco país en la terraque había aceptado aslarlo a Trotsky en 1937, trplcó lacantdad de guardas que se turnaban auera de la casa,hacendo todo a su alcance para salvaguardar la vda delexlado más amoso del mundo.

Uncamente la orma del nuevo ataque era desconoc-da. ¿Otro ataque de ametralladora con más agresores?¿Bombas? ¿Cachporrazos? ¿Envenenamento?

20 de agosto de 1940 Yo estaba en el techo, cerca de la torre de guarda prn-cpal con Charles Cornell y Melquíades Benítez. Estába-mos conectando una srena poderosa con el sstema dealarma para ser usado cuando la GPU atacara nueva-mente. Al atardecer, entre las 17:20 y las 17:30, Jacson, aquen conocíamos como smpatzante de la Cuarta Inter-naconal y como mardo de Sylva Agelof, anterormente

mltante del Socalst Workers Party, llegó en su Bucksedan. En lugar de estaconarlo con el radador haca lacasa, como era su costumbre, dó una vuelta completaen la calle, estaconando el auto paralelo a la pared, conla narz haca Coyocán. Cuando se bajó del auto, nos sa-ludó movendo la mano y grtó: "Ya llegó Sylva?"Estábamos un poco sorprenddos. No sabíamos queTrotsky había ctado a Sylva y Jacson, pero relaconamosnuestra alta de conocmento con un olvdo de Trotsky,lo cual era común en relacón a estas cuestones."No", le die a Jacson, "espera un momento". Entonces,Cornell hzo unconar los controles eléctrcos y las puer-

tas dobles y Harold Robns recbó a la vsta en el pato.Jacson tenía un mpermeable cruzado sobre el brazo.

Era la época lluvosa y aunque brllaba el sol sobre lasmontañas del sudoeste había nubarrones que amena-zaban con tormenta.Trotsky estaba en el pato dándole de comer a los cone-jos y a las gallnas (era su orma de hacer un poquto deejercco por la vda encerrada que estaba oblgado a lle-var). Esperamos que, como era su costumbre, Trotsky noentraría a la casa hasta que hubera termnado de darlesde comer o hasta que Sylva llegara. Robns estaba en elpato. Trotsky no tenía la costumbre de verlo a Jacson asolas.

Melquíades, Cornell y yo segumos trabajando. Durantelos próxmos dez o qunce mnutos estuve sentado en

Con Trotsky, hasta el fnal por Joe Hansen, su secretario y dirigente trotskista norteamericano, agosto de 1940

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la torre prncpal escrbendo los nombres de los guar-danes sobre etquetas blancas que serían colocadasen los nterruptores conectando sus habtacones con elsstema de alarma.Un grto terrble cortó la calma de la tarde. Un grto pro-longado y agonzante, cas un sollozo. Me hzo saltar sobre ms pes, con un escalorío que me helaba loshuesos. Corrí para salr de la guarda al techo. ¿Era un ac-cdente de uno de los dez obreros que estaban remode-lando la casa? Desde el estudo del Vejo salía sondosde lucha volenta, y Melquíades estaba apuntando conun re a la ventana de abajo. Trotsky se hzo vsble por un momento con su chaqueta de trabajo azul, peleandocuerpo a cuerpo con alguen."¡No tres!", le grté a Melquíades, "¡le puedes pegar alVejo!". Melquíades y Cornell se quedaron en el techo,cubrendo las saldas del estudo. Encendí la alarma ge-

neral, bajé por la escalera a la bbloteca. Cuando entrépor la puerta que conectaba a la bbloteca con el come-dor, el Vejo trastabllaba salendo de su estudo algunosmetros, con sangre chorreando por su cara.

"Vean lo que han hecho"Al msmo tempo, Harold Robns entró por la puerta nortedel comedor con Natala sguéndolo. Natala, echandosus brazos alrededor de Trotsky, lo sacó al balcón. Ha-rold y yo corrmos detrás de Jacson, que estaba paradoen el estudo jadeando con su cara trastornada, sus bra-zos caídos. Una pstola automátca colgaba de su mano.

Harold estaba más cerca de él."Encárgate de él", die, "ré a ver qué pasó con el Vejo".No había termnado de darme la vuelta cuando ya Ro-bns tenía el asesno reducdo contra el pso.Trotsky se arrastraba al comedor. Natala, llorando, tra-taba de ayudarlo. "Vean lo que han hecho", dio ella.Cuando abrazó al Vejo se vno abajo cerca de la mesadel comedor.La herda en su cabeza parecía supercal a prmeravsta. Yo no había escuchado nngún tro. Jacson debíahaberle pegado con algún nstrumento. "¿Qué pasó?" lepregunté al Vejo.

"Jacson me tró con un revólver. Estoy herdo gravemen-te... sento que esta vez es el n"."Sólo es una herda supercal. Se va a recuperar", tratéde darle conanza."Hablamos sobre estadístcas rancesas", respondó elVejo."¿Le pegó desde atrás?" le pregunté. Trotsky no respon-dó."No le dsparó", le die; "no escuchamos nngún tro. Lepegó con algo."Trotsky parecía dudar. Apretó m mano. Entre las rasesque ntercambamos, habló con Natala en ruso. Llevabala mano de ella contnuamente a sus labos. Trepé nue-vamente al techo y le grté a la polcía del otro lado de la

pared; "¡Llamen a la ambulanca'. Les die a Cornell y aMelquíades: "Es un atentado. Jacson..." En ese momen-to m reloj pulsera marcaba las 16:50.Nuevamente estaba al lado del Vejo. Cornell estaba con-mgo. Sn esperar la ambulanca de la cudad, decdmosque Cornell uera a buscar al doctor Dutren, que vvíacerca y había atenddo a la amla anterormente. Comonuestro auto estaba encerrado en el garaje, con las puer-tas dobles, Cornell decdó usar el auto de Jacson queestaba parado en la calle.Cuando Cornell saló de la habtacón, sondos de peleanuevamente se escucharon provenentes del estudodonde Robns tenía a Jacson."Dígale a los muchachos que no lo maten!", dio el Vejo."Tene que hablar".Dejé a Trotsky con Natala y entré al estudo. Jacson yacíasobre la mesa cercana. En el pso había un nstrumento

ensangrentado, que a m modo de ver era un pco de ca-teador, pero con la parte de atrás con orma de hachue-la. Me lancé a la lucha contra Jacson, pegándole en laboca y en la mandíbula abajo de la oreja, rompéndomela mano.A medda que Jacson recobraba su concenca lanzabagemdos. "Encarcelaron a m mamá... Sylva Agelof notuvo nada que ver con esto... No, no ue la GPU. No tengonada que ver con la GPU..." Subrayaba las palabras quelo derencaban del GPU como s de golpe se huberaacordado que el lbreto de su papel decía que aquí habíaque hablar en voz alta. Pero ya se había delatado. Cuan-

do Robns redujo al asesno, Jacson pensó que era su n.Se había retorcdo aterrorzado; de sus labos escaparonpalabras que no pudo controlar: "Me oblgaron a hacer-lo". Había dcho la verdad. La GPU lo oblgó a hacerlo.Cornell rrumpó en el estudo. "Las llaves no están en elauto". Trató de encontrarlas en 1a ropa de Jacson pero nolo conseguó. Mentras buscaba, corrí a abrr las puertasdel garaje. En unos segundos Cornell estaba en cambo,en nuestro auto.Esperamos a que Cornell volvera. Natala y yo estába-mos arrodllados al lado del Vejo, sostenendo sus ma-nos. Natala había lmpado la sangre de su cara y había

puesto helo sobre su cabeza, que ya se estaba hnchan-do. "Le pegó con un pco", le die al Vejo. No le pegó untro. Estoy seguro que sólo es una herda supercal"."No", respondó. "Yo sento aquí (ndcando el corazón)que esta vez han logrado".Traté de darle conanza, "No, es sólo una herda super-cal; se va a mejorar".Pero el Vejo sólo sonró levemente con sus ojos. El sa-bía... "Cude a Natala. Ha estado conmgo muchos, mu-chos años". Apretó m mano mentras la mraba. Parecíaestar bebendo sus rasgos, como s estuvese por dejarlapara sempre, comprmendo, en estos segundos velo-

ces, todo el pasado dentro de una últma mrada."Lo haremos", le prometí. M voz parecía lanzar entre

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los tres el entendmento de que este realmente era elnal. El Vejo sostenía nuestras manos, apretándolas depronto. De repente saltaron lágrmas de sus ojos. Natalalloró desconsoladamente, volcándose sobre él, besan-do su mano.

Cuando el Dr. Dutren llegó, los reejos del lado zquerdodel Vejo ya estaban allando. Unos mnutos después, laambulanca vno y la polcía entró en el estudo para lle-varse al asesno.Natala no quso dejar que lleven al Vejo al hosptal -ueen un hosptal de París que su hio, León Sedov, habíasdo asesnado sólo dos años antes.Por un momento o dos, el msmo Trotsky, acostado en elpso, tuvo dudas."Iremos con usted", le die."Dejo que tú decdas", me dio, como s ahora estuveradejando todo en manos de los que lo rodeaban, como s

los días en los que tomaba decsones ueran cosa delpasado.Antes de haber ubcado al Vejo en una camlla, susu-rró nuevamente: "Quero que todo lo que tengo sea deNatala". Entonces, con una voz que penetraba proun-damente hasta los mejores sentmentos de los amgosarrodllados a su lado... "La van a cudar..."Natala y yo hcmos el trste recorrdo con él hastael hosptal. Su mano derecha se perdía encma delas sábanas que lo tapaban, hasta que tocaron unapalangana cerca de su cabeza y encontró a Natala.Trotsky susurró, trándome para bajo con nsstenca,

cerca de sus labos para que yo escuchara: "Es un asesnopolítco. Jacson es membro de la GPU o un ascsta. Lomás probable de la GPU".Impresones de Jacson estaban recorrendo la mente delVejo. En las pocas palabras que le quejaban, me estabadcendo el curso que él pensaba que debería segur nuestro análss del ataque, sobre la base de los hechosque ya teníamos. La GPU de Staln es culpable perodebemos dejar aberta la posbldad de que tuveronayuda de la Gestapo de Htler. El no sabía que la tarjetade presentacón de Staln en la orma de una "conesón"estaba en el bolsllo del asesno.

Las últimas horasEn el hosptal, los médcos más mportantes de Méxcose reuneron en consultas. El Vejo, exhausto, herdo demuerte, con los ojos cas cerrados, mraba haca m ladodesde la angosta cama del hosptal, y movía déblmentesu mano derecha. "Joe, ¿tene... un... cuaderno?"¡Cuántas veces me había hecho la msma pregunta! Peroen tono vgoroso, con la sutl ronía que nos lanzabaacerca de la "ecenca norteamercana".Ahora, su voz era pastosa, cas no se podían dstngur

las palabras. Hablaba con mucho esuerzo, luchandocontra la oscurdad que lo nvadía. Me apoyé en la cama.Parecía que sus ojos habían perddo esos destellos ve-

loces de la enérgca ntelgenca tan característca delVejo. Sus ojos estaban jos, como se ya no percberanel mundo exteror y sn embargo sentí esa voluntad enor-me apartando la oscurdad que lo extnguía, negándosea cederle a su enemgo hasta haber cumpldo su últma

tarea. Despaco, entrecortado, dctó, escogendo dolo-rosamente las palabras de su últmo mensaje a la claseobrera en nglés, un lenguaje que le era extraño. ¡En sulecho de muerte no olvdó que su secretaro no hablabaruso!"Estoy cerca de la muerte por el golpe de un asesnopolítco... que me do en la habtacón. Peleé contra él...ncamos,... una... conversacón sobre estadístcas ran-cesas... él me golpeó... Por avor dle a ms amgos... Es-toy seguro... de la vctora... de 1a Cuarta Internaconal...Adelante."Trató de decr más cosas; pero no se podían entender

las palabras. Su voz ue desaparecendo, los ojos cansa-dos se cerraron. No volvó a la concenca. . Esto ocurróalrededor de dos horas y meda después de haber sdogolpeado.Tomaron una radograía de la herda y los médcos dec-deron que era necesara una operacón nmedatamen-te. El crujano a cargo del hosptal hzo el trabajo delca-do de trepanar delante de los prncpales especalstasmexcanos y los médcos de la amla. Descubreron queel pco había penetrado sete centímetros, destruyendomucho tejdo del cerebro. Algunos de estos médcos de-clararon que el caso no tenía solucón. Otros le deron al

Vejo la oportundad de pelearla.Luego de más de ventdós horas de la operacón, la des-esperacón se turnó con la esperanza de que sobrevv-ría. Durante horas terrbles escuchamos la respracónpesada del Vejo mentras yacía en la cama del hosptal.Con su cabeza aetada y vendada, era sorprendente elparecdo con Lenn.Nos acordamos de los días en que habían drgdo la pr-mera revolucón trunante de la clase obrera.Natala se negaba a salr del cuarto, no comía, mrabacon los ojos secos, las manos entrelazadas, con los nu-dllos blancos, mentras las horas pasaban una tras otradurante esa noche larga y terrble. Y el día sguente, queue ntermnable. Los normes de los médcos veían sg-nos avorables, una mejoría ocasonal y, hasta el nal,sentmos que de alguna manera, este hombre que habíasobrevvdo a las cárceles del zar, los exlos, tres revo-lucones, los jucos de Moscú, sobrevvría este golpetraconero sn nombre que le había dado Staln.Pero el Vejo tenía más de sesenta años. Había estadomal de salud durante unos meses. A las 19:25 del 21 deagosto, entró en la crss nal. Los doctores trabajarondurante vente mnutos, utlzando todos los métodos

centícos que tenían a su dsposcón. Pero n la adre-nalna podía revvr el gran corazón y la gran mente queStaln había destrudo con un pco-hacha.

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Tras la Segunda Guerra Mundal, al tempo queaumentaba el control de la burocraca en Europa del Este,se ncaba la crss del stalnsmo en la URSS. En 1953moría el dctador, y comenzaba la desestalnzacón,que llegó a su pco en 1958, durante el XX Congreso delPartdo Comunsta encabezado por Jrushev.Este proceso ue renado en 1964 y se ncó un largoperodo de vente años de estancamento encabezadopor Brezhnev.Pero el comenzo de crss del sstema burocrátco enla URSS do mpulso a las luchas contra la ocupacónen Europa del Este: en 1953 en Alemana, en 1956,la amosa rebelón de los consejos en Hungría, en1968 la prmavera de Praga en Checoslovaqua. Estosprmeros ntentos de revolucón no prosperaron y ueronreprmdos por los tanques sovétcos, pero ueron elpreludo de las batallas que se avecnaban.

La Perestroika y la glasnostLa crss contnuó desarrollándose en la URSS al tempoque la economía se estancaba.En 1985, Mial Gorbachov, nuevo secretaro general del

PCUS, propuso dos cosas para enrentar la crss: Peres-troka y glasnost. Perestroka quería decr entregar las á-brcas a los burócratas como propedad prvada, abren-do el país al captalsmo.Glasnost quería decr mantener el régmen totaltaro,permtendo certas lbertades para evtar que el descon-tento lo destrozara.Pero ya no había tempo para reormas. El sstema estabapodrdo. En 1987 estallaron los conctos naconalesen Armena y luego las enormes movlzacones por landependenca de los países báltcos. En todo el paísempezaron a surgr clubes de dscusón, partdos y todo

tpo de publcacones y las gretas de la burocraca seconvrteron en abertas dvsones, con el burócrataBors Yeltsn desaando el poder de Mial Gorbachov.

1989Este ue el año de las grandes revolucones contra losregímenes totaltaros comunstas, que se ueron al-mentando la una a la otra: en abrl empezó la nsurrec-cón de Tan an men en Chna, que ue brutalmente re-prmda del 3 al 4 de juno. Antes de que los cañonesde los tanques dejaran de humear, la gran gesta de losestudantes y trabajadores chnos se trasladó como una

onda telúrca subterránea hasta el centro de Europa: esemsmo 4 de juno, el pueblo polaco derrotaba al régmen

totaltaro de Jaruzelsk, dándole a Soldardad, el gransndcato de masas, el truno aplastante en las prmeraseleccones lbres en décadas.Había pasado un mes, y el 10 de julo, los mnerossovétcos decderon segur el ejemplo de Soldardad.La derenca es que se trató de la prmera gran huelgade la segunda clase obrera más poderosa del mundo,en el corazón del sstema totaltaro, hrendo a la bestaen el corazón.En menos de cnco meses, cayó el Muro de Berlín y se

uncó Alemana. Como chas de domnó cayeron todoslos regímenes totaltaros en Alemana, Checoslovaqua,Hungría, Bulgara y Rumana. Para la Navdad de eseaño, todo había concludo.Dos años después, en julo de 1991, otra poderosa huel-ga mnera en la URSS, termnaba la labor de demolcónempezada en 1989.En agosto, un alldo ntento de golpe mltar desató unarevolucón, que termnó derrbando al ya muy debltadoGorbachov, echando por terra sus planes de entregar el país al mperalsmo mantenendo lo esencal del ré-gmen totaltaro. Antes de termnar 1991, la Unón So-

vétca dejaba de exstr, ponendo punto nal a la trstehstora de las dctaduras comunstas.

El triuno de las revolucionesLa cadena de revolucones de 1989 tuvo eectos muyparecdos a los de las revolucones que derrbaron alas dctaduras mltares en Amérca Latna en los añosochenta.La desaparcón de los regímenes totaltaros del Este,s ben no destruyó a la burocraca gobernante, provocóuna crss tremenda en los aparatos estatales de esospaíses.

En Alemana, las masas se abalanzaron sobre las sedesde la polcía secreta (Stas), el Ejércto Rojo se retró detoda Europa, retrocedendo en desbandada, y luego sedvdó al desntegrarse la Unón Sovétca.Los soldados empezaron a vender sus armas y sus cas-cos, los detectves de la KGB se quedaron sn oco: Vla-dmr Putn, actual prmer mnstro ruso, que era espía enAlemana, tuvo que volver a manejar un tax. Se abró unenorme vacío polítco, y se creó un espaco de nmensaslbertades democrátcas. Apareceron mles de partdosy de grupos de oposcón.En todos los países hubo eleccones, apareceron mles

de peródcos y publcacones, y los trabajadores, lbe-rados de las cadenas burocrátcas, empezaron a hacer

La revolución políticase hace realidad

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sus propas organzacones, partdos y sndcatos nde-pendentes, y se reencontraron las clases trabajadoresde las dos partes de Europa.

Quiénes las hicieron

Los grandes protagonstas ueron los trabajadores: entodos lugares surgeron nuevos sndcatos y organsmos,que se puseron al rente de la lucha. El ejemplo másdesarrollado ue Soldardad en Polona, cuyas huelgasoblgaron a dar las eleccones parlamentaras del 4 dejuno, que provocaron la prmera caída de un régmencomunsta totaltaro.Un mes después, la huelga mnera en la URSS condujo ala creacón del Sndcato Independente Mnero y de mu-chos otros. En novembre cayó el Muro y días después,en Checoslovaqua, movlzacones multtudnaras dejóvenes llevaron a la ormacón de un comté naconal

estudantl y de comtés de huelga en todas las ábrcas,y se convocó una huelga general que derrbó al régmenmpuesto por la ocupacón de 1968.Antes de nalzar el mes, en Bulgara, tras cuatro díasde huelga general convocada por el nuevo sndcatondependente Podkrepa, cayó el régmen de Todor J-vkov, y en dcembre, el pueblo rumano derrbó al dc-tador Ceaucescu y a su señora Elena, uslándolos el díade Navdad. En 1990, nueva huelga mnera en la URSS,huelga general en Georga, Azerbaián y Belorrusa. En1991, tras un golpe alldo, Gorbachov renuncaba y sedsolvía la Unón Sovétca.

Contra quiénAmplos sectores de la zquerda y el trotsksmo opnanque el resultado de estas revolucones ue una terrblederrota: restaurar el captalsmo. Pero perden de vstaque las revolucones se hceron contra los planesrestauraconstas de las burocracas gobernantes, cuyoobjetvo era el msmo de Chna: traer el captalsmo devuelta, bajo el látgo de una érrea dctadura.En Polona, la dctadura mltar del general Jaruzelsky en-deudó al país en 40.000 mllones de dólares y sus pla-nes económcos desataron una enorme nacón, quegeneró las huelgas de Soldardad.El régmen húngaro, uno de los prmeros en abrrse alcaptalsmo, ue uno de los prmeros en caer, con unanacón del 30% y la deuda externa per cápta más altade Europa. En la URSS, Gorbachov abró las compuertaspara la prvatzacón de las ábrcas estatales y elaboróel plan de los 500 días para abrr el país a la competen-ca captalsta bajo el control del Estado, pero su planue derrotado.

Ilusiones y desilusiones

En todas partes se generaron enormes expectatvas.Pero, como sucedó en Amérca Latna, los trunos delas masas ueron usurpados por los burócratas de antes

(ahora dsrazados de demócratas), y por nuevos part-dos que predcaban a voz en cuello la restauracón delcaptalsmo.El programa de los nuevos gobernos ue el msmo queel de sus antecesores, con la derenca de que los trun-os revoluconaros debltaron al máxmo a los aparatosestatales y sus uerzas represvas, mpdéndoles aplcar los planes hasta el nal.Los trabajadores deron un gran paso al derrbar adctaduras odadas que ya aplcaban los planes derestauracón captalsta, pero estos trunos no ueronsucentes para termnar de derrbar a la burocraca.Desde entonces, los trabajadores no han dejado deluchar, pero la derenca es que ahora se drgendrectamente contra el mperalsmo, la burocraca y la

nueva burguesía y sus planes captalstas.

2009: El racaso del capitalismoHasta hace poco, la prensa mperalsta nos vendíael mlagro de los países del Este. Hoy Europa del Estees una de las regones más vapuleadas por la crsseconómca mundal.Esto oblgó a los trabajadores a ponerse en movmentonuevamente: en el 2009, cayeron o perderon el poder cnco gobernos: Letona; Hungría, Bulgara, Rumana,Repúblca Checa, en medo de huelgas y bloqueos decamnos.

Este es el camno de la nueva revolucón que seprepara, esta vez en undad con la lucha que lbran lostrabajadores de Europa Occdental.

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En líneas generales, sgncadeender las poscones de prncpodel socalsmo, del marxsmo. Esdecr, los trotskstas hoy día sonlos úncos deensores, según mcrtero, de las verdaderas posconesmarxstas.

Empecemos por entender quésgnca ser verdaderamentemarxsta. No podemos hacer unculto, como se ha hecho de Mao ode Staln. Ser trotsksta hoy día nosgnca estar de acuerdo con todo loque escrbó o lo que dio Trotsky, snosaber hacerle crítcas o superarlo,gual que a Marx, que a Engels oLenn, porque el marxsmo pretendeser centíco y la cenca enseña queno hay verdades absolutas. Eso es loprmero, ser trotsksta es ser crítco,ncluso del propo trotsksmo.

En el aspecto postvo, ser trotskstaes responder a tres análss yposcones programátcas claras.

La prmera, que mentras exsta elcaptalsmo en el mundo o en unpaís, no hay solucón de ondo paraabsolutamente nngún problema:empezando por la educacón, elarte, y llegando a los problemas másgenerales del hambre, de la mseracrecente, etcétera.

Undo a esto, aunque no esexactamente lo msmo, el crterode que es necesara una lucha snpedad contra el captalsmo hasta

derrocarlo, para mponer un nuevoorden económco y socal en elmundo, que no puede ser otro que elsocalsmo.

Segundo problema, en aquelloslugares en donde se ha expropadoa la burguesía (hablo de la URSS yde todos los países que se reclamandel socalsmo), no hay salda s nose mpone la democraca obrera. Elgran mal, la síls del movmentoobrero mundal es la burocraca, losmétodos totaltaros que exsten en

estos países y en las organzaconesobreras, los sndcatos, los partdos

que se reclaman de la clase obrera,y que han sdo corrompdos por laburocraca. Y éste es un gran acertode Trotsky, que ue el prmero queempleó esta termnología, que hoy

día es unversalmente aceptada.Todos hablan de burocraca, a veceshasta los propos gobernantesde estos estados que nosotrosllamamos obreros.

Mentras no haya la más amplademocraca no comenza a construrseel socalsmo. El socalsmo no sóloes una construccón económca. Elúnco que hzo este análss es eltrotsksmo, y tambén ue el úncoque sacó la conclusón de que eranecesaro hacer una revolucón entodos estos estados y tambén en lossndcatos para lograr la democracaobrera. Y la tercera cuestón, decsva, es

que es el únco consecuente con larealdad económca y socal mundalactual, cuando un grupo de grandescompañías transnaconales domnapráctcamente toda la economíamundal.

A este enómeno económco-socal hay que responderle con

una organzacón y una polítcanternaconal. En esta era de

movmentos naconalstas queopnan que todo se solucona enel propo país, el trotsksmo es elúnco que dce que sólo hay solucónal nvel de la economía mundalnaugurando el nuevo orden, que esel socalsmo. Para eso, es necesaroretomar la tradcón socalsta dela exstenca de una nternaconalsocalsta, que encare la estrategay la táctca para lograr la derrotade las grandes transnaconales quedomnan el mundo entero, paranaugurar el socalsmo mundal,que será mundal o no será. Sla economía es mundal teneque haber una polítca mundaly una organzacón mundal delos trabajadores para que todarevolucón, todo país que hace surevolucón, la extenda a escalamundal, por un lado; y por otrolado, cada vez le dé más derechosdemocrátcos a la clase obrera,

para que sea ella la que tome sudestno; en sus manos por vía de lademocraca.

El socalsmo no puede ser nadamás que mundal. Todos los ntentosde hacer socalsmo naconal hanracasado, porque la economía esmundal y no puede haber solucóneconómco-socal de los problemasdentro de las estrechas ronterasnaconales de un país.

A quen hay que derrotar es a las

transnaconales a escala mundalpara entra en la organzacónsocalsta mundal. Por eso, lasíntess del trotsksmo hoy día esque los trotskstas son los úncosen el mundo entero que tenen unaorganzacón mundal (pequeña,débl, todo lo que se quera) perola únca nternaconal exstente, laCuarta Internaconal, que retoma todala tradcón de las nternaconalesanterores y la actualza rente alos nuevos enómenos, pero con la

vsón marxsta: que es necesarauna lucha nternaconal.

Ser trotskista hoyEn un reportaje realzado en agosto de 1985, Nahuel Moreno denía así el sgncadode ser trotsksta.

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1879 Nace el 26 de Octubre (7 de novembre según el nuevo calendaro)en la cudad de Yanovka, Ucrana.1897 Colabora en la undacón de la Unón Obrera del Sur de Rusa.1898 Es arrestado por prmera vez a causa de su actvdad clandest-na.1899 Es condenado a la deportacón a Sbera.1900 Contrae matrmono en prsón con Alexandra Sokolovskaya.1902 Huye de la deportacón srvéndose de un pasaporte also. Adop-ta el seudónmo de León Trotsky. Se encuentra con Lenn por prmeravez en Londres.1903 Comenza a colaborar en la “Iskra”. Conoce a Natala Sedova enParís. Partcpa en Bruselas en el segundo congreso del Partdo ObreroSocaldemócrata Ruso, que va a dar orgen a la dvsón entre bolchev-ques y menchevques.1904Publca “Nuestras tareas polítcas”. Rompe con los menchevquespor estar en desacuerdo con la alanza con los lberales.1905 Vuelve a Rusa y partcpa actvamente en la revolucón y es ele-gdo presdente del sovet de Petrogrado. Publca con Parvus y Mortovel peródco “Nachalo”. Es arrestado y encarcelado en la ortaleza dePedro y Pablo, de Petrogrado.

1906 Es condenado a la pérdda de derechos cvles y a la deportacónde por vda. Escrbe “Balances y Perspectvas”, en la que expone la teo-ría de la revolucón permanente.1907 Segunda deportacón a Sbera. Escapa y llega a Londres, dondepartcpa en el congreso del Partdo Obrero Socaldemócrata Ruso. Seestablece en Vena, donde resdrá hasta la víspera de la Prmera Gue-rra Mundal, en 1914.1908 Comenza a publcar “Pravda” en colaboracón con A. Jofe. 1912 Después de la escsón entre bolchevques y menchevques, haceuna tentatva de reunr en una conerenca a todas las tendencas so-caldemócratas. Es envado a los Balcanes como corresponsal de gue-rra del peródco “Kevskaya Msl”.1914 Se reuga en Suza, donde escrbe “La guerra y la Internaconal”.En novembre se traslada a Franca. Inca la colaboracón en “Golos”,peródco drgdo por Martov.

1915 En septembre partcpa en la amosa reunón de socalstas n-ternaconales contraros a la prmera mundal que tene lugar en Zm-merwald Suza.1916 Expulsado de Franca, se reuga en España, donde es arrestado yembarca para los Estados Undos.1917 Revolucón de ebrero. Vuelve a Rusa el 17 de mayo y es ncludoen el Comté Ejecutvo del sovet de la cudad. Drge un grupo de revo-luconaros denomnado “nterdstrto”, que se unca con el partdobolchevque en julo. Elegdo presdente del sovet de Petrogrado. Asu-me la dreccón del Comté Mltar Revoluconaro. Juega un papel dec-svo en la preparacón de la nsurreccón de octubre. Es nombrado Co-msaro de Asuntos Exterores y drge la delegacón en Brest-Ltovsk.1918 Comenza la guerra cvl. Trotsky es nombrado Comsaro del Pue-blo para la deensa. En Alemana se proclama la Repúblca de los Con-sejos.

1919 Fundacón de la III Internaconal en Moscú. En Alemana, Karl Le-bknecht y Rosa Luxemburgo son asesnados.1920 Segundo Congreso de la III Internaconal. Trotsky, comandantedel Ejercto Rojo, norma a los delegados de una sere de vctoras quepreanuncan el nal de la guerra cvl. Escrbe el lbro Terrorsmo y Co-munsmo.1921 En Alemana racasa la huelga general. Tercer Congreso de la IIIInternaconal Comunsta.1922 La salud de Lenín se deterora. Staln es desgnado SecretaroGeneral. Mussoln llega al poder. Lenín propone a Trotsky construr unbloque contra el burocratsmo y escrbe su testamento. Cuarto Congre-so de la III Internaconal Comunsta.1923 Lenín dcta la posdata de su testamento en donde recomendaque Staln sea apartado del cargo de Secretaro General del Partdo.Carta de Trotsky denuncando el régmen del partdo y la burocratza-cón de su aparato.1924El 24 de enero, muere Lenn. Staln engaña a Trotsky sobre la echadel enterro para mantenerlo alejado del uneral. El CC del PCUS conoce

el testamento de Lenín y se nega a desttur a Staln. XIII Conerencadel partdo. Trotsky no partcpa. En ella se condenan las poscones deTrotsky y la de los 46.Staln descrbe al "trotsksmo" como enemgo del lennsmo y lanza laconsgna: Socalsmo en un sólo país. En Chna, el Kuomntang (partdonaconalsta burgués) se reorganza con la ayuda asesores rusos.1925 Trotsky es separado de su cargo como Comsaro del Pueblo parala Guerra.Surge la nueva Oposcón. Ecrbe el lbro ¿Adonde va Ingla-terra?1926 Fracasa la huelga general en Inglaterra. En el Pleno del CC del PCde la URSS se orma la oposcón conjunta encabezada por Znovev,Kamenev y Trotsky. Trotsky y Kamenev son expulsados del Buró Polítcodel PCUS.1927 Golpe de Chang Ka-Shek, jee del Kuomntang, en Shanga (Ch-na). Ejecucones masvas de comunstas y obreros con más de 100.000muertos. Trotsky crtca la polítca de Staln para Chna por su cap-tulacón al Kuomtang. Trotsky y Znovev son expulsados del CC (y aposteror del partdo), así como toda la Oposcón. Adol Jofe, amgopersonal de Trotsky, se sucda.1928 Trotsky es envado a Alma Ata, en Kazajstán. La oposcón conjun-

ta se dspersa. Kamenev y Znovev captulan a Staln.1929 Crack de la Bolsa de Nueva York, comenza la depresón de losaños 30. Trotsky es expulsado de la URSS. La Oposcón de Izquerdarusa publca el prmer número de la revsta Bulleten Opozts, edtadapor Trotsky. Trotsky escrbe los lbros La Revolucón Permanente y MVda.1930 El nazsmo avanza en Alemana. Se crea en París el Comté Inter-naconal de la Oposcón de Izquerda Internaconal.1931 León Sedov (hio de Trotsky) nstala la redaccón del BulletenOpozts en Berlín. Trotsky escrbe Alemana, clave de la stuacón n-ternaconal.1932 En Alemana los nazs consguen 14 mllones de votos (37%) y seconverten en el prmer partdo del país. Staln le retra la cudadanía aTrotsky. Znovev y Kamenev nuevamente son expulsados del PartdoComunsta.

1933 Adol Htler es desgnado cancller de Alemana. En Berlín se suc-da Znada Volkova, hia de Trotsky. Se reúne en París la preconerencade la Oposcón de Izquerda Internaconal. Trotsky llama a construr una nueva Internaconal.1934 Crstan Rakovsk, uno de los máxmos drgentes de la Oposcónde Izquerda rusa, captula ante Staln. Krov es asesnado .1935 Znovev, Kamenev y otros 17 detendos son condenados a varosaños de prsón por su "responsabldad moral" en el homcdo de K-rov. La III Internaconal (después de sete años) realza el séptmo y últ-mo congreso en el cual aprueba la línea de los Frentes Populares.1936 Vctora electoral del Frente Popular en España y Franca. Se ncala Guerra Cvl Española. Prmer Proceso de Moscú. Znovev, Kamenevy otros 14 vejos bolchevques son condenados a muerte y ejecutados.En París se reúne la Prmera Conerenca Internaconal para dscutr laconstruccón de la Cuarta Internaconal. Trotsky escrbe La Revolucón

Traconada.1937 Segundo proceso de Moscú. Tujachevsky, Yakr, héroes de la gue-rra cvl y otros jees del Ejércto Rojo son ejecutados. Trotsky y Natalallegan a Méxco.1938 Muere asesnado León Sedov, hio de León Trotsky. Tercer procesode Moscú. Ejecutan a Bujarn, Ríkov y Kretnsky y a otros 18 antguosbolchevques. Secuestran y matan a Rudolph Klement, secretaro de laIV Internaconal. El 3 de septembre, en las aueras de París, 21 delega-dos en representacón de once seccones, undan la IV Internaconal yaprueban el Programa de Transcón.1939 Termna la Guerra Cvl Española con la vctora de Franco. Pactogermano-sovétco de no agresón. Comenza la Segunda Guerra Mun-dal. En el SWP de los EE.UU., la prncpal seccón de la IV Internaconal,comenza el debate en torno al carácter de la URSS.1940 En mayo, atentado rustrado contra la vda de Trotsky. El 20 deagosto, un agente estalnsta (Ramón Mercader) realza un nuevo aten-tado contra Trotsky. Al día sguente, como resultado de las graves her-das recbdas, Trotsky muere a la edad de 60 años.

Cronología



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M presón arteral alta(que sgue aumentando)engaña a los que merodean sobre m estadode salud real. Me sentoactvo y en condconesde trabajar, peroevdentemente se acercael desenlace. Estaslíneas se publcarándespués de m muerte.

No necesto reutar unavez más las calumnasestúpdas y vles deStaln y sus agentes; enm honor revoluconarono hay una sola mancha.Nunca entré, drectan ndrectamente,

en acuerdos nnegocacones ocultascon los enemgos de laclase obrera. Mles deadversaros de Stalnueron víctmas deacusacones gualmente alsas.

Las nuevas generacones revoluconarasrehabltarán su honor polítco y tratarán comose lo merecen a los verdugos del Kremln.

Agradezco calurosamente a los amgos queme sgueron sendo leales en las horas másdícles de m vda. No nombro a nngunoen especal porque no puedo nombrarlos atodos.

Sn embargo, creo que se justca hacer unaexcepcón con m compañera, Natala IvanovnaSedova. El destno me otorgó, además de laelcdad de ser un luchador de la causa delsocalsmo, la elcdad de ser su esposo.

Durante los cas 40años que vvmos juntosella ue sempre unauente nextngublede amor, bondady ternura. Soportógrandes surmentosespecalmente en laúltma etapa de nuestrasvdas. Pero en algo mereconorta el hecho deque tambén conocódías elces.

Fu revoluconarodurante ms cuarentay tres años de vdaconscente y durantecuarenta y dos luchébajos las banderas del

marxsmo. S tuvera quecomenzar todo de nuevotrataría, por supuestode evtar tal o cual error,pero en lo undamentalm vda sería la msma.

Morré sendo un revoluconaro proletaro,un marxsta, un materalsta daléctco y, enconsecuenca, un ateo rreconclable. M e enel uturo comunsta de la humandad no es hoy

menos ardente, aunque sí más rme, que enm juventud.

Natasha se acerca a la ventana y la abredesde el pato para que entre más are en mhabtacón. Puedo ver la brllante ranja decésped verde que se extende tras el muro,arrba el celo claro y azul, y el sol brlla en todaspartes. La vda es hermosa. Que las uturasgeneracones la lbren de todo mal, opresón y

volenca y la dsruten plenamente.

Testamento





“Sgo pensando que el trabajo en el que estoy empeñado,a pesar de su carácter extremadamente decente yragmentaro, es el más mportante de m vda; más queel de 1917, el de la Guerra Cvl o cualquer otro.Para expresarme con la mayor clardad, dría losguente. S yo no hubera estado en Petrogrado en

1917, la Revolucón de Octubre se hubera producdo detodas maneras, con la condcón de que Lenn estuverapresente y en la dreccón. S n Lenn n yo hubéramosestado en Petrogrado, no hubera habdo Revolucónde Octubre. ¡No me cabe la menor duda de que ladreccón de partdo bolchevque la habría mpeddo! SLenn no hubera estado en Petrogrado, dudo de que yohubera poddo vencer la resstenca de los drgentesbolchevques. La lucha contra el “trotsksmo” (es decr,contra la revolucón proletara) hubera comenzado enmayo de 1917 y el desenlace de la revolucón huberaestado en duda. Pero, repto, con la presenca de Lenn,la Revolucón de Octubre hubera trunado. En térmnosgenerales podría decr lo msmo de la Guerra Cvl,aunque en su prmera etapa, sobre todo la época dela caída de Smbrsk y Kazán, Lenn vaclaba, acosadopor las dudas. Pero ue sn duda un estado de ánmopasajero que no conesó a nade aparte de mí.Por eso, no puedo decr que m trabajo ue ndspensable,n squera en el perodo entre 1917 y 1921. Pero ahoram trabajo es 'ndspensable' en todos los sentdos. Enesta armacón no hay la menor soberba. El derrumbede las dos nternaconales ha planteado un problema

que nnguno de sus drgentes está capactado pararesolver. Las vcstudes de m destno personal me hancolocado rente al problema y me han dotado de una granexperenca para abordarlo. No queda nade, sno yo parallevar a cabo la msón de armar a una nueva generacóncon el método revoluconaro, sobre las cabezas de losdrgentes de las nternaconales Segunda y Tercera.¡Y concdo plenamente con Lenn (mejor dcho, conTurguénev) en que el peor de los vcos es tener más decncuenta y cnco años! Necesto por lo menos cnco añosmás de trabajo nterrumpdo para asegurar la sucesón.

Leon Trotsky, 1935

Edición Especial - Agosto de 2010

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CONVERGENCIA IZQUIERDADE