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AÑO 2012 Sócrates: El Tábano de los Atenienses Por: David Efraín Misari Torpoco Cuán sorprendente es lo poco que sabemos acerca de la figura histórica y del pensamiento concreto del padre fundador de la tradición filosófíca occidental. Si bien es cierto, no contamos con algún escrito de Sócrates, pero las enseñanzas que dejó y el mensaje de su pensamiento a través del coloquio interindividual y el mejor ejemplo que fue su vida misma, nos dejó como legado a través de los escritos de Jenofonte y Platón, sobre todo este último, quien a través de sus Diálogos convirtió a su Maestro Sócrates en el protagonista de todas sus obras. Sin embargo, no hay certeza definitiva de que el personaje de los Diálogos platónicos corresponda con la verdad histórica. En vista de ello, se tuvo que recurrir a otros medios de información y fuentes históricas como por ejemplo, Diógenes Laercio, Aristóxenes, Dures, Favorino, entre otros historiadores y escritores de aquellas épocas. En este artículo se rescata lo sustancial de la vida y enseñanza de Sócrates.

Sócrates: El tábano de Atenas

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El filósofo más reconocido, luego de Aristóteles, que influenció mucho en la filosofía de la vida en el hombre. Sócrates no solo vivió como un buen ciudadano de la polis, sino que puso en práctica la filosofía misma con su estilo de vida.

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Page 1: Sócrates: El tábano de Atenas

AÑO 2012

Sócrates:

El Tábano de los Atenienses

Por:

David Efraín Misari Torpoco

Cuán sorprendente es lo

poco que sabemos acerca de

la figura histórica y del

pensamiento concreto del

padre fundador de la

tradición filosófíca

occidental. Si bien es cierto,

no contamos con algún

escrito de Sócrates, pero las

enseñanzas que dejó y el

mensaje de su pensamiento a

través del coloquio

interindividual y el mejor

ejemplo que fue su vida

misma, nos dejó como

legado a través de los

escritos de Jenofonte y

Platón, sobre todo este

último, quien a través de sus

Diálogos convirtió a su

Maestro Sócrates en el

protagonista de todas sus

obras. Sin embargo, no hay

certeza definitiva de que el

personaje de los Diálogos

platónicos corresponda con

la verdad histórica.

En vista de ello, se tuvo que

recurrir a otros medios de

información y fuentes

históricas como por ejemplo,

Diógenes Laercio,

Aristóxenes, Dures,

Favorino, entre otros

historiadores y escritores de

aquellas épocas. En este

artículo se rescata lo

sustancial de la vida y

enseñanza de Sócrates.

Page 2: Sócrates: El tábano de Atenas

CONTENIDO

DO

Sócrates: El Tábano de los atenienses

Revista N° 003

1. ¿Quién fue Sócrates? 2. Su Filosofía.

3. Sus anécdotas. 4. Muerte de Sócrates.

Por: David Efraín Misari Torpoco1

Considerado para muchos como el último sabio de Atenas. Un

individuo de corta estatura y poco agraciado, que se preocupó

más por la vida del hombre, dejando de lado la filosofía de la

naturaleza, la cual era tema de sumo interés, para los primeros

filósofos. Cicerón escribió acerca de Sócrates: “El ateniense

hizo que la filosofía bajara del cielo a la tierra, y la dejó morar

en las ciudades, introduciéndola en las casas y enseñando a los

hombres a pensar en la vida, en las costumbres y en el bien y el

mal.” Con Sócrates, empieza una nueva etapa en el

pensamiento humano y en la conducta del hombre.

1. ¿Quién fue Sócrates?

Nació en Alopeca, un pueblo del Ática, en el año 470 a.C.

cuya época fue gloriosa para Atenas y a su vez la más

espléndida dentro de la historia de Grecia. Su madre se llamó

Fainarate o Fenareta y fue partera, de la cual

Sócrates aprendería su técnica de la "mayéutica" (del griego

maieuo = hacer nacer). Mientras que su padre llamado

Sofronisco, era cantero y algunos dicen que fue escultor.

Durante su juventud, Sócrates tuvo un espléndido

razonamiento, el cual fue cultivando poco a poco, pues de

alguna u otra forma, no estaba conforme con las cosas que otros

le decían y deseaba siempre buscar el conocimiento por sí

mismo. Así fue como llegó a escuchar al clazomene

Anaxágoras, a Crátilo - tío de Platón -, a Parménides y a una

mujer, la sacerdotisa Diótima de Mantinea, de quién se dice le

enseñó cosas acerca del amor en el año 440 a.C., la cual llegó a

Atenas por encargo de Pericles. Aunque los escuchó y aprendió

de ellos algunas cosas, nunca los consideró "maestros", solo

rescató las mejores enseñanzas y las trató de aplicar de manera

personal a su vida.

1 Escritor, filósofo y ensayista peruano. Es un filósofo autodidacto que

realiza distintas investigaciones de carácter filosófico, filológico y jurídico.

Ha escrito para diversas revistas en el ámbito jurídico desempeñándose en la

filosofía del derecho. Por último, es autor del texto “ABC del Derecho: Latín

Jurídico”.

Revista Virtual

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Page 3: Sócrates: El tábano de Atenas

Y para ser más explícitos con la investigación, se sabe que sí

concibió como maestro al filósofo Arquelao a quien llamaban el

físico, según afirma Aristóxenes.

Dures nos dice que Sócrates tuvo dos etapas en su juventud.

La primera en la cual fue escultor en mármoles, y muchos

griegos aseguran que las Gracias vestidas que se encuentran

en la Roca2, fueron hechas por él. En su segunda etapa, previa

a la adultez, el filósofo sirvió al Estado ateniense, peleando

bravamente en su defensa. Estuvo presente en la expedición de

Anfípolis, y dada la batalla junto a Delio, libró a Jenofonte que

había caído del caballo. Algunos sostuvieron que ayudó a

Eurípedes a escribir sus tragedias. Se cuenta además, que

cuando huían todos los atenienses, Sócrates se retiraba a paso

lento, mirando con cierto disimulo atrás, para defender a sus

compañeros de batalla, en caso que el enemigo los quisiera

atacar. Cuando estuvo en la expedición naval de Potidea, pasó

toda una noche en una misma posición, no se movió para nada.

Peleó valerosamente en muchas otras batallas, de las cuales

obtuvo victorias, pero acostumbraba a no celebrarlas. Y debido

a sus muchas victorias logradas, en cierta ocasión llegó a ser

miembro del consejo. Sin embargo, no llegó a tener

aspiraciones políticas y tampoco intervino en las luchas de los

partidos.

Favorino, en su libro primero de sus Comentarios nos cuenta

que luego de estas batallas, Sócrates peregrinó hacia Delfos.

Aristóteles también afirma este viaje a la ciudad del Oráculo.

Y precisamente fue este oráculo quien declaró a Querefonte,

que Sócrates era el hombre más sabio con estas palabras:

“Sócrates es el sabio entre los hombres”.

Muchos investigadores, sostienen que Sócrates, se llegó a

casar dos veces y tuvo tres hijos. La primera con Xantipa de la

que tuvo a su hijo Lamprocles, y la segunda con una mujer de

nombre Mirto, de la que tuvo dos hijos, Sofronisco y

Menexeno, aunque ya en la antigüedad se pensaba que pudo

tener a la vez a las dos mujeres, pues Sátiro y Jerónimo de

Rodas, nos cuentan que en aquellas épocas, se permitió la

bigamia, debido al despoblamiento de la ciudad por las guerras

y las pestes. Pero fue el mal genio de Xantipa, que puso a

prueba el temple del filósofo en numerosas ocasiones, por lo

que Nietzsche dirá en el siglo XIX, con su acostumbrada

malicia, que fue Xantipa quien convirtió a Sócrates en el

mayor dialéctico de Atenas, pues al hacer irrespirable el

ambiente hogareño, lo indujo a caminar todo el tiempo

dialogando con las personas por las calles de Atenas. Sin

embargo, esto cambiaría en los últimos años de Sócrates, pues

Xantipa lo empezó a tratar de manera amorosa.

2 Fortaleza (Alcázar) de Atenas celebrada de toda la antigüedad y de cuya

magnificencia todavía se conservan vestigios.

Page 4: Sócrates: El tábano de Atenas

Este individuo llamado Sócrates , de quien

Proclo, en su Comentario al Cratilo de Platón, dedicado al

significado de los nombres, afirma que el nombre de Sócrates

viene del griego (sóter tou krátou), que

significa: liberador de la fuerza del alma y no ser seducido por

las cosas sensibles. Y le atribuye además un proverbio que ha

sido ampliamente citado: "las cosas bellas son difíciles". Y

¿por qué este proverbio? Porque Sócrates, no solo fue un

hombre ejemplar, sino que era demasiado feo, ya que siendo

los griegos grandes admiradores de la belleza, con Sócrates se

rompía este esquema tradicional de belleza, en la que medida y

proporción quedaban de lado.

Por otra parte, a Sócrates no le importaba su apariencia, ni su

aspecto, pues solía caminar descalzo por la plaza de Atenas y a

menudo iba vestido con una túnica sucia, lo único que le

importaba y preocupaba a Sócrates era el conocimiento y la

vida del hombre. Sócrates tenía poco dinero y sobriamente

satisfacía sus escasísimas necesidades con el pequeño

patrimonio que había heredado y con los donativos voluntarios

de algunos amigos. Nunca se esforzó demasiado por poseer

más. Pero lo que sí poseía siempre, era un buen ánimo, aun

cuando las cosas iban mal. Era honesto y sencillo. Cuando se

daba cuenta que había hablado demasiado, solía darse

coscorrones en la cabeza e incluso a jalarse los cabellos, de

manera que muchos se reían de él y se mofaban, pero a

Sócrates esto no le importaba, incluso se cuenta sobre ello, que

cuando cierto día un hombre le dio un puntapié, dijo a los que

le decían que responda la acción de tal hombre: “Si un asno me

hubiera dado una patada ¿había yo de citarlo ante la

justicia?”

Pero ¿por qué Sócrates hablaba mucho? Aunque más que

hablar, era un tipo muy preguntón. Además, se supo que

Sócrates era muy vehemente en la retórica, por ello lo

confundían muchos como un “sofista” más. Sócrates quiso

enseñar parte de su método retórico a los jóvenes, pero

Idomeneo y Jenofonte, nos cuentan que los treinta tiranos3.

Otro que lo criticó fue Aristófanes, el comediante, pues solía

decir que Sócrates “convertía en buenas, las malas causas”4.

Pero pese a todas esa “prohibiciones”, Sócrates dedicó su vida

a la polémica y a la enseñanza pública, no cobrando nada por

compartir sus conocimientos.

Algo que sin duda pueda pasar desapercibido, es que

Sócrates fue el primer individuo que amaba a la ciudad, se

podría decir que era un fanático de la polys. Para ello, gustaba

mucho andar en las plazas públicas, o estar en las tiendas de

3 Los treinta tiranos, eran treinta pretores que fueron creados en la

Olimpiada XCIV, cuyo poder al principio, no se extendía más que a elegir

el Senado, pero después pasaron a tiranizar a Atenas. Muchos autores

griegos al mencionarlos, solo colocan “los treinta”. 4 Aristófanes. Nubes V. 115.

Page 5: Sócrates: El tábano de Atenas

los artesanos. Emprendía largas caminatas con sus amigos

donde Sócrates siempre solía filosofar, sobre todo, iba

haciendo preguntas a cuantas personas veía en Atenas, pues

quería saber cómo pensaban las personas acerca de las cosas

que elevan la vida, como son la justicia, la virtud, el valor, la

belleza. Con esto, ganaba la simpatía de muchos jóvenes que

con el tiempo pasaron a ser sus discípulos, aunque Sócrates

nunca los consideró discípulos, sino acostumbraba a llamarlos

mis buenos amigos.

2. Su Filosofía

Sócrates tenía muy en claro lo siguiente: “Solo la

investigación de las cosas, puede llevarnos al descubrimiento

de la verdad.”

En los diálogos que Sócrates acostumbraba sostener con los

ciudadanos de Atenas, solía partir de un caso práctico hasta

elevarse con sutil elocuencia a las cuestiones más importantes.

Para muchos, era como si Sócrates poseyera una magia en

sus palabras. Su ingenio y su elevada moral despertaron la

admiración de algunos atenienses y la hostilidad de otros.

Sócrates sabía cómo atraer y captar la voluntad de los hombres

de diversos temperamentos, poseyendo el difícil arte de

adaptarse al carácter de cada uno de ellos. Jenofonte describe

al filósofo, como un hombre honrado, serio, virtuoso, pero a su

vez rígido y prosaico. La sabiduría de este individuo, es la de

una moral sencilla, casera, hija de un entendimiento sano y

despierto.

Platón supo advertir el fuego y la exaltación ardorosa que

latían bajo el sutil velo de la envoltura intelectual y vio con

diafanidad de luz meridiana la figura divina y providencial que

se ocultaba bajo la máscara de Sileno de Sócrates. Sin

embargo, debemos ser cuidadosos cuando leemos a Platón,

porque este acostumbraba a poner sus propias ideas y

concepciones en boca del mismo Sócrates, a quien se las

atribuía.

Por otra parte, la pretensión de Sócrates, era la de inculcar a

sus oyentes las normas de una vida recta, que según sus

convicciones y sus experiencias, era al mismo tiempo una vida

feliz. Fue algo así, como un “reformador de las costumbres”,

con las que influyó sus enseñanzas, como su ejemplo. Esto es

importante recalcar, porque la filosofía adquiere con Sócrates

una importancia decisiva, ya que hace de su criterio ético, la

base y la condición necesaria de su conducta moral. Y esto se

debe a que Sócrates creía firmemente en la posibilidad de

hallar la verdad.

Page 6: Sócrates: El tábano de Atenas

Para Sócrates, los valores éticos y la virtud debían tener un

fundamento absoluto, ajeno a las circunstancias y ser accesible

a la razón. La diferencia del pensamiento de Sócrates con otros

sabios de la época - como "los sofistas" - radica en que él

rechazó la retórica, la cual era conocida como "el arte de

hablar bien, de dar al lenguaje escrito o hablado bastante

eficacia para deleitar, persuadir y conmover a las personas".

Y el otro punto era porque los sofistas estaban acostumbrados

a cobrar por enseñar y Sócrates siempre decía que el

conocimiento no tiene precio, pues se enseña para aprender y

compartir, no para lucrar. Y para desmentir la enseñanza de los

sofistas, Sócrates inventó un método llamado Mayéutica, con

la cual se puede encontrar la verdad que existe en la mente de

cada interlocutor. Acostumbraba a decir, que las misma

afirmación de los sofistas en creerse más sabidos que los

demás, presupone que se sienten en posesión de determinadas

verdades. Y fue así, como Sócrates combatió a los sofistas con

sus mismas armas y les demuestra que ni siquiera son capaces

de aceptar el supuesto (hipótesis) que sirve de base a sus

doctrinas.

Para esto, Sócrates aclara que “Se debe investigar y

comprobar por medio de la razón, todo aquello que se

considera como verdadero y como bueno”5. La verdad no se

encuentra en las tradiciones, sino que estas, deben ser

examinadas y comprobadas por medio de la reflexión. Esto lo

hizo estableciendo unos "diálogos"6, en los cuales examinó las

contradicciones de sus discípulos y de las personas que

conversaban con él.

5 Sócrates declara: “Existe la verdad y es accesible a todos nosotros, pero

debemos buscarla. Para ello, hace falta una investigación seria;

únicamente pueden ser buenos de los actos y las ideas de los cuales

tenemos conciencia propia.” 6 Estos diálogos se encuentran en las obras de Platón y en la obra socrática

de Jenofonte

Page 7: Sócrates: El tábano de Atenas

Ahora surgen dos interrogantes:

- ¿Cómo enseñaba Sócrates a buscar la verdad?

- ¿Qué clase de verdad buscaba?

Lo que hacía Sócrates era lanzar preguntas y buscar sus

respuestas, para que a través del diálogo fluido, lleguen a

encontrar la verdad, y a esta manera de investigar la verdad, se

le denomina “método”, pues el método socrático consistía en

buscar una respuesta acertada por medio de cuestionamientos

que los mismos discípulos hacían o planteaban. Pero pasemos

a examinar el método socrático con más detenimiento.

La Dialéctica

Para llegar al verdadero conocimiento, Sócrates entraba

en una discusión dirigida siempre con rigor y precisión, un

diálogo en el que se tiene siempre presente la finalidad de

poder llegar a la verdad y descubrir lo que las cosas no son

y no solo lo que parecen ser.

El concepto universal se obtiene mediante la observación

de casos particulares que comparten características

comunes. Estas características, sirven de base para

construir la definición buscada, y esta definición no

registra lo particular de las cosas, sino lo que es común a

todos los casos semejantes para llegar al concepto

universal, que encierra un conocimiento auténtico y válido

para todos.

La Ironía

Mediante la célebre frase de Quilón de Lacedemonia, el

famoso (Gnothi Seautón = “Conócete a ti

mismo”), Sócrates empleaba la ironía con los sofistas, para

que estos se den cuenta que realmente no saben. Esta

máxima, es el punto de partida hacia el verdadero

conocimiento, porque al estar consciente de nuestra propia

ignorancia, estaremos preparados para ir en búsqueda del

auténtico saber.

La ironía consiste, en hacer que el interlocutor exponga

sus propios puntos de vista para luego, mostrarle mediante

una serie de preguntas, que está equivocado. Una vez que

reconoce esto, el interlocutor tiene la mente libre para

poder empezar a razonar con buen criterio.

7 Frase que se encontraba colocada en el oráculo de Delfos.

Page 8: Sócrates: El tábano de Atenas

La Mayéutica

Sócrates solía decir irónicamente que su arte era como el

de una partera, y que esto lo había heredado de su madre,

con la diferencia que el filósofo ayudaba a dar a luz, al

conocimiento interno de cada hombre.

Mediante una serie de preguntas (siempre esto), el

filósofo ayudaría a dar luz a la verdad, que el interlocutor

poseía dentro de sí, una verdad latente y oculta en el

espíritu del hombre. No trataba de buscar la sabiduría en el

exterior, sino de alumbrarla en el fondo de la consciencia

humana y de despojarla de las tinieblas del error en que se

hallaba envuelta.

De este modo, Sócrates guiaba poco a poco a los

interlocutores para que encuentren una respuesta cada vez

más acertada.

Por otra parte, Sócrates solía decir de sí mismo, que su

única ciencia consistía en saber que nada sabe, y solo se

consideraba superior a sus discípulos, por haber advertido la

necesidad de la investigación. Mientras que el sofista pretendía

–en su conversación- amilanar al adversario, excederle en

ingenio y brillar sobre él, dando la sensación de su importancia

y sabiduría. En cambio Sócrates, procuró despertar el amor a la

investigación y al saber.

Sócrates empleaba la inteligencia, lo cual era típico en este

individuo, examinar el mundo empleando solamente la lógica

y la razón. Para el filósofo, su libertad de pensamiento era

primordial, como lo debe ser para todos nosotros, pero esto le

traería problemas más adelante, como a todo aquel que intenta

ser libre en pensamiento.

La Moral

No hay duda alguna, que el centro de reflexión socrático

versaba sobre la moral ¿y por qué esto? Porque es en el

hombre, en el único que se da la moralidad. Para esto, el único

conocimiento realmente importante, es aquel que se refiere al

hombre, a su vida, a su conducta, de la cual, debe hacer una

tarea moral, un arduo trabajo continuo en el que busque y

encuentre el verdadero bien.

“Debéis tomar cada decisión atendiendo a tu

entendimiento sobre lo que es bueno y lo que no es

bueno, sobre lo que es correcto y lo que es

incorrecto.” - Sócrates

Page 9: Sócrates: El tábano de Atenas

La moralidad consiste en obrar conforme a la razón y al

pensamiento, y ajustando ese criterio, nos será más fácil llegar

a encontrar, por ejemplo ¿en qué consiste la verdadera

explicación del valor? Sócrates responderá que este consiste en

comprender lo que debe y no ser temido. El hombre realmente

valiente sabe que hay cosas a las cuales debe temerse más que

a la misma muerte: la injusticia, el incumplimiento del deber y

la contradicción consigo mismo.

Entonces se puede decir, que la finalidad de Sócrates, era

precisamente hacer hombres de bien (de buen vivir), hombres

mejores, para lo cual debían de aprender lo que es la virtud, el

bien, la justicia, etc. Una vez que los hiciera consciente de su

ignorancia, les podría ayudar, pues cuando se den cuenta de

esto, entonces se colocarán como meta, alcanzar ese

conocimiento y solo así, podrán obrar bien, porque quien

conoce la virtud, la busca, y aquel que obra mal, lo hace por

ignorancia, porque cree que hace bien.

Por eso suele decirse que el primer paso hacia la virtud es

intelectual, y el segundo moral. Hablamos de una ética

intelectualista, la cual mantendría Sócrates, hasta el día de su

muerte, como veremos más adelante.

3. Sus anécdotas

Entre las muchas anécdotas de Sócrates, citaré algunas de

ellas:

Cuando Critias (Cricias) y los otros jueces mandaron a

traer a Leonte de Salamina para quitarle la vida,

Sócrates nunca estuvo de acuerdo, y de los diez

capitanes de la armada, él fue el único quien absolvió a

Leonte.

Pánfilo nos cuenta en sus Comentarios8, que cuando

Alcibiades le dio un área muy espaciosa para que

Sócrates pueda construir una casa, el filósofo le dijo:

“Si yo tuviese necesidad de zapatos ¿me darías mucho

cuero para que me los hiciera? Además sería ridículo

si yo lo aceptara.”

Al ver todas las cosas que había en los mercados de

Atenas, Sócrates decía: “¡Cuánto hay que no necesito!”

Sócrates se negó a recibir ayuda económica de

Arquelao, Escopas, Cranonio y Eurilo Larisco, como

tampoco quiso ir a vivir con ninguno de ellos.

8 Comentarios, Libro VII.

Page 10: Sócrates: El tábano de Atenas

Tenía un buen ánimo y no se incomodaba cuando lo

molestaban en la calle. Gustaba de la flugalidad en las

comidas. Solía decir “Quién come con apetito, no

necesita de viandas exquisitas, y el que bebe con gusto,

no busca bebidas que no tiene a la mano.”

Sócrates exaltaba el ocio como una de las mejores

posesiones, según escribe Jenofonte en su Convite.

Frente a sus discípulos (amigos) Sócrates solía decir:

“Las riquezas y la nobleza no contienen circunstancias

recomendables, sino más bien todos los males.”

Exhortaba a los jóvenes diciendo: “Mírense

frecuentemente al espejo a fin de hacerse dignos de la

belleza, si la tenían, y si sois feos, disimúlenla con

sabiduría.”

Al ver a Euclides muy solícito en los litigios forenses,

le dijo: “¡Oh Euclides! Podrás vivir muy bien con los

sofistas, pero no con los hombres.”

Cuando Carmides le dio algunos criados para que

trabajaran en su provecho, Sócrates no los admitió.

Algunos dicen que Sócrates menospreciaba la belleza

de Alcibíades.

Una frase que solía decir y marcó historia fue: “Solo

hay un bien: el conocimiento. Solo hay un mal: la

ignorancia.”

Aristóteles escribe en su Poética9, que Sócrates tuvo

disputas con un tal Antíloco de Lemnos y con

Anfitrión, intérprete de Portentos, tan igual que

Pitágoras las tuvo con Cidón y con Onata.

Platón nos cuenta que Sócrates tenía la misma eficacia

en el arte de persuadir, como para disuadir, de manera

que en un Discurso sobre la ciencia, el filósofo hizo

cambiar de opinión a Teeteto, con lo cual hizo de él un

hombre extraordinario.

Solía decir que un genio (daimon) le decía lo que no

debía hacer. Y a menudo hablaba lo siguiente: “Que el

empezar bien no era poco, sino cercano a lo poco. Que

nada sabía, excepto esto mismo: que nada sabía. Que

los que compran a gran precio las frutas tempranas

desconfían llegar al tiempo de la madurez de ellas.”

9 Poética, Libro II.

Page 11: Sócrates: El tábano de Atenas

4. Muerte de Sócrates

Luego que Querofonte consultó al oráculo de Delfos, sobre

quién era el hombre más sabio, y el oráculo le respondiese que

Sócrates era el más sabio entre los hombres. Esto llegó a

provocar la envidia de muchos en contra de Sócrates. Sobre

todo aquellos que se consideraban a sí mismos como “sabios”.

Melito y Anito, fueron los principales calumniadores, tal

como nos explica Platón en su diálogo Menón. Anito era uno

de los discípulos de Sócrates, sin embargo le tuvo envidia a su

sapiencia y llegó a incitar a Aristófanes para que se burlara de

Sócrates. Luego, indujo a Melito para que lo acusara de impío

y corruptor de la juventud. Favorino en su Historia Viva, nos

cuenta que efectivamente Melito lo acusó de eso. A estas

acusaciones se sumó Licón, por lo que Antístenes en su

Sucesiones de los filósofos, juntamente con Platón en su

Apología de Sócrates, nos dicen que fueron tres los acusadores

que tuvo.

Esto quedó así: Anito instaba en nombre de los artesanos y

magistrados del pueblo; Licón, por parte de los oradores y

Melito por el lado de los poetas, a quienes duramente Sócrates

estaba acostumbrado a reprender.

Sin embargo, un dato interesante que se pudo rescatar, se

trata de la acusación jurada, que según Favorino, aún se

conserva en el Metroo10

, la cual es como sigue: “Melito

Pitense, hijo de Melito, acusó a Sócrates Alopecense, hijo de

Sofronisco por los siguientes delitos: Sócrates quebranta la

ley, negando la existencia de los dioses que la ciudad tiene

recibidos, e introduce nuevos dioses. Sócrates obra mal contra

las leyes corrompiendo a la juventud. Por lo tanto, la pena por

estos delitos es la muerte.”

Se sabe que cuando Lisias le narró una apología que había

escrito en su defensa, Sócrates le dijo: “La pieza es buena

Lisias, pero no me conviene”11

. Esto fue porque la defensa de

Lisias era más una defensa de carácter jurídico y no

filosófico12

.

Fue así como en el año 399 a.C. Sócrates fue acusado de

inconformismo por la religión de su ciudad. Tal como diría

Spinoza en una de sus cartas a W. Blynenbergh: “Sucede

siempre que los hombres racionales son odiados por los

10

Se trataba de un templo de Atenas, dedicado a la gran madre de los

dioses. 11

Véanse Cicerón, Libro I, De Oratore; Valerio Máximo, 6,4, núm. 2. 12

La defensa de Lisias iba más con el discurso de las súplicas y ruegos,

confesando haber errado en la doctrina, proponiendo enmendarse o

retractarse de ello, dando la razón a los acusadores o sino trabajarlos al

sentimiento.

Page 12: Sócrates: El tábano de Atenas

hombres que siguen una religión, esto es, porque los hombres

de la religión saben que nunca podrán engañar a los hombres

racionales y pensantes”. También acusaron a Sócrates de

corromper a la juventud con sus enseñanzas, pues decían que

estaba mal que Sócrates enseñara a los jóvenes a tomar

actitudes rebeldes en sus hogares, ya que de ese modo no

acatarían la creencia en sus dioses y no harían caso a las leyes.

Pero sabemos que esto no era así, Sócrates lo único que

enseñaba era a pensar por sí mismos, porque el conocimiento

era indispensable para todo hombre de bien, recordemos que

dijo: "Solo hay un bien, el conocimiento y solo hay un mal, la

ignorancia."

Sucede que Sócrates era también un crítico del pensamiento

y a sus conciudadanos los criticaba públicamente de tomarse

como “ciertas”, las tradiciones de la vida ateniense. Además

solía criticar la mal labor política de sus legisladores.

Sócrates tenía algo muy en claro, que un hombre debe morir

siendo leales a los principios de la razón.

Durante sus últimos días en la celda, sus amigos, su esposa y

sus hijos lo visitaron y cuando llegó el momento de beber la

cicuta, Sócrates se dirigió a tomar un baño y dijo: "Está

llegando la hora, en otras palabras, debo tomar un baño, pues

prefiero lavarme antes de beber el veneno, para que así las

mujeres, no tengan que molestarse en bañarme para cuando

esté muerto" y luego de tomar la cicuta dijo: "Bien, es hora de

marcharme, yo debo morir y vosotros vivir, pero solo el cielo

sabe, quién de nosotros tiene el futuro más abierto." Luego de

ello, todo el mundo echó a llorar y Sócrates recostado sobre la

cama, al ver que todos rompieron en llanto y él no, dijo:

"Realmente amigos míos menuda manera de comportaros,

pues me han dicho que uno debe morir en profundo silencio.

Calmaos y sed valientes", entonces al poco momento, el

veneno empezó a surtir efecto y Sócrates poco a poco murió.

La anécdota del gallo a Esculapio, se puede leer claramente en

el Fedón.

Sócrates fallece a los 70 años de edad en el año 399 a.C.

Sócrates, fue el ejemplo de cómo debe vivir un buen

ciudadano y también enseñó cómo debe morir un guerrero,

pero un guerrero de la razón. Quizá la lección más valiosa que

dejó Sócrates, fue la de ser crítico y a su vez un autocrítico.

Recordemos esto pues y tratemos de seguir este tipo de

ejemplos, el de grandes hombres y sobre todo, el de hombres

racionales.

De este modo fue el fin de Sócrates, del cual los atenienses

se arrepintieron tanto que cerraron las palestras y gimnasios.

Tiempo después, desterraron a algunos y sentenciaron a muerte

a Melito. Luego honraron a Sócrates con una estatua de bronce

Page 13: Sócrates: El tábano de Atenas

que hizo Lísipo y la colocaron en el Pompeyo13

. Los de

Heraclea echaron de la ciudad a Anito el mismo día en que

llegó.

Sócrates fue considerado como uno de los más grandes

sabios de la filosofía universal, pues bien hizo Nietzsche al

decir "mientras otros pueblos tienen santos, los griegos tienen

sabios" y Sócrates no fue para nada la excepción, recordemos

pues, que no solo fue maestro de Platón, sino también de

Euclides, Fedón, Critón, Apolodoro, Esquines, Fenón,

Jenofonte, Antístenes y Aristipo, solo por mencionar a los más

destacados.

"Os diré que no dejéis pasar ni un día sin discutir las cosas,

sobre las cuales me escucháis hablar, pues una vida sin este

tipo de examen, no merece la pena vivirla".

Sócrates (470 - 399 a.C.)

Bibliografía:

ALARCO Luis Felipe, Sócrates y Jesús ante la muerte

– I – Sócrates. Dirección Universitaria de Biblioteca y

Publicaciones. Universidad Nacional Mayor de San

Marcos. 1972

BARYLKO Jaime, La Filosofía – Una invitación a

pensar. Segunda Edición, Editorial Planeta, Argentina.

1997.

COHN J. Los Grandes Pensadores – Introducción

histórica a la filosofía, Traducción de Domingo Miral.

Tercera Edición, Barcelona, 1935.

LAERCIO Diógenes, Vida de los Filósofos más

Ilustres. Grupo Editorial Tomo S.A. de C.V. México

2006.

13

El Pompeyo, era en Atenas un edificio público donde se guardaban las

cosas para las pompas, funciones y festividades de la República. Habría

también allí estatuas de varones ilustres.